Nuevo Capitalismo y Educacion

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Lectura Nº 1 Laval, Christian, La Escuela no es una Empresa, Barcelona, España, Editorial Paidós, 2004, pp. 32-105; 363-393. CAPÍTULO 1 NUEVO CAPITALISMO Y EDUCACIÓN Es previsible que la educación deje de ser paulatinamente un medio cerrado, que se distingue del medio profesional como otro medio cerrado, y que ambos desaparezcan en provecho de una terrible formación permanente, de un control continuo que se ejercerá sobre el obrero-estudiante de secundaria o sobre el ejecutivo-universitario. GILLES DELEUZE, Conversaciones: 1972-1990 El nuevo modelo escolar y educativo que tiende a imponerse está fundado, en primer lugar, en el sometimiento más directo de la escuela a la razón económica. Es muestra de un economicismo aparentemente simplista cuyo primer axioma es que las instituciones en general y la escuela en particular sólo tienen sentido en el servicio que deber prestar a las empresas y a la economía. El “hombre flexible” y el “trabajador autónomo” constituyen así las referencias del nuevo ideal pedagógico. Una doble transformación tiende a redefinir la articulación de la escuela y la economía en un sentido radicalmente utilitarista: por una parte, la competencia acrecentada en el seno del espacio económico mundializado; y por otra, el papel cada vez más determinante de la cualificación y del conocimiento en la concepción, la producción y la venta de bienes y servicios. Las organizaciones internacionales de ideología liberal, acompañadas en esto por la mayoría de los gobiernos de los países desarrollados que propulsaron esta concepción de la escuela, han convertido la competitividad en el axioma dominante de los sistemas educativos: “La competitividad económica es también la competitividad del sistema educativo 1 ”. El informe añade que “hoy en día uno de los elementos esenciales de la competitividad económica de un país está constituido por el nivel de formación de su población, por el stock de conocimientos acumulados en ella, incluso mucho más que por el bajo nivel del salario invertido en su mano de obra”. Si damos crédito a los expertos internacionales consultados por la OCDE, estamos entrando en un nuevo modelo educativo. Uno de ellos, James W. Guthrie, presenta así sus principales características: “La inteligencia, cuando adquiere valor mediante la educación, en otros términos, 1 Los objetivos estratégicos de la “materia gris” o de los “recursos 1 Alto Comité Educación-Economía, Education-économie: Quel systeme éducatif pour la société de l’an 2000?, París, La Documentation française, 1998, pág. 8.

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  • Lectura N 1

    Laval, Christian, La Escuela no es una Empresa, Barcelona, Espaa, Editorial Paids,

    2004, pp. 32-105; 363-393.

    CAPTULO 1

    NUEVO CAPITALISMO Y EDUCACIN

    Es previsible que la educacin deje de ser paulatinamente un medio cerrado, que se distingue del

    medio profesional como otro medio cerrado, y que ambos desaparezcan en provecho de una

    terrible formacin permanente, de un control continuo que se ejercer sobre el obrero-estudiante

    de secundaria o sobre el ejecutivo-universitario.

    GILLES DELEUZE, Conversaciones: 1972-1990

    El nuevo modelo escolar y educativo que tiende a imponerse est fundado, en primer lugar, en el

    sometimiento ms directo de la escuela a la razn econmica. Es muestra de un economicismo

    aparentemente simplista cuyo primer axioma es que las instituciones en general y la escuela en

    particular slo tienen sentido en el servicio que deber prestar a las empresas y a la economa.

    El hombre flexible y el trabajador autnomo constituyen as las referencias del nuevo ideal

    pedaggico.

    Una doble transformacin tiende a redefinir la articulacin de la escuela y la economa en un

    sentido radicalmente utilitarista: por una parte, la competencia acrecentada en el seno del espacio

    econmico mundializado; y por otra, el papel cada vez ms determinante de la cualificacin y del

    conocimiento en la concepcin, la produccin y la venta de bienes y servicios. Las organizaciones

    internacionales de ideologa liberal, acompaadas en esto por la mayora de los gobiernos de los

    pases desarrollados que propulsaron esta concepcin de la escuela, han convertido la

    competitividad en el axioma dominante de los sistemas educativos: La competitividad econmica

    es tambin la competitividad del sistema educativo1. El informe aade que hoy en da uno de los

    elementos esenciales de la competitividad econmica de un pas est constituido por el nivel de

    formacin de su poblacin, por el stock de conocimientos acumulados en ella, incluso mucho ms

    que por el bajo nivel del salario invertido en su mano de obra.

    Si damos crdito a los expertos internacionales consultados por la OCDE, estamos entrando en un

    nuevo modelo educativo. Uno de ellos, James W. Guthrie, presenta as sus principales

    caractersticas: La inteligencia, cuando adquiere valor mediante la educacin, en otros trminos,

    1 Los objetivos estratgicos de la materia gris o de los recursos 1 Alto Comit Educacin-Economa, Education-conomie: Quel systeme ducatif pour la socit de lan 2000?, Pars, La Documentation franaise, 1998, pg. 8.

  • el capital humano, se est convirtiendo con rapidez en un recurso econmico primordial y podra

    suceder que este imperativo fuera dando nacimiento paulatinamente a un modelo educativo

    internacional. Los pases miembros de la OCDE esperan de sus sistemas educativos y de los

    diversos programas de formacin profesional que participen masivamente en el crecimiento

    econmico y lleven a cabo reformas en este sentido2. No se podra expresar mejor el sentido de

    las transformaciones. El control directo y ms estrecho de la formacin inicial y profesional es uno

    de los grandes objetivos de los medios econmicos. No slo esta formacin va a determinar el

    nivel de eficacia econmica y el dinamismo de la innovacin, sino que ofrecer un mercado muy

    prometedor para las empresas. La educacin no slo aporta una contribucin fundamental a la

    economa, no slo es un input que entra en una funcin de produccin, sino que a partir de ahora

    se concibe como un factor cuyas condiciones de produccin deben quedar totalmente sometidas a

    la lgica econmica. En este sentido, se la considera como una actividad que tiene un coste y un

    rendimiento, y cuyo producto es asimilable a una mercanca. Como deca con su habitual

    oportunidad el antiguo ministro de la Educacin Nacional Claude Allgre, la formacin es el gran

    mercado del siglo venidero.

    El carcter esencial del nuevo orden educativo reside en la prdida progresiva de la autonoma de

    la escuela, que viene acompaada por una valorizacin de la empresa erigida en ideal normativo.

    En esta colaboracin generalizada, la propia empresa se vuelve cualificadora y educadora, y

    acaba por confundirse con la institucin escolar en las estructuras de aprendizaje flexibles3. El

    Libro blanco de la Comisin de las Comunidades Europeas resume bien esta tendencia: Hay

    convergencia entre los Estados miembros en la necesidad de una mayor implicacin del sector

    privado en los sistemas de educacin y/o de formacin profesional y en la formulacin de las

    polticas de educacin y de formacin para tener en cuenta las necesidades del mercado y las

    circunstancias locales, por ejemplo, bajo la forma del estmulo a la colaboracin de las empresas

    con el sistema de educacin y de formacin, y de la integracin de la formacin continua por las

    empresas en sus planes estratgicos4.

    Los momentos de la escuela

    Las mutaciones del capitalismo pemiten dar cuenta, al menos en parte, de la naturaleza de las

    reformas en curso. El nacimiento y el desarrollo de un aparato de educacin y de instruccin

    separado de la familia y de los medios de trabajo constituyen una de las grandes transformaciones

    de Occidente. Esta tendencia pertenece a una transformacin de conjunto de estas sociedades

    marcada por la autonomizacin de los diferentes rdenes de la religin, de la poltica, de la

    economa y del pensamiento. Este desencaje (disembeddedness) general de las esferas sociales,

    2 Lvolution des politiques conomiques et son incidence sur lvaluation des systemes ducatifs, valuer et rformer les systemes ducatift, OCDE, 1996, pg. 70. 3 Vase Martin Carnoy y Manuel Castells, Une flexibilit durable, OCDE, 1997, pgs. 37-38. 4 Comisin de las Comunidades Europeas, Croissance, comptitivit, emploi, les dfis et les pistes pour entrer dans le XXIe sicle, 1993, pg. 122.

  • para retomar la expresin de Karl Polanyi, est acompaado por su racionalizacin5. Si el

    desarrollo de una institucin especialmente consagrada a la difusin del saber no encuentra sus

    primeras razones en la formacin de la mano de obra, sino ms bien en la constitucin de las

    burocracias religiosas y polticas, que implicaba la expansin de la cultura escrita a sus curas

    prrocos directos como a muchos de aquellos con quienes ellas estaban en relacin de

    comunicacin, ser en cambio cada vez ms estimulada y orientada, desde los comienzos de la

    revolucin industrial, por la demanda de las industrias y de las administraciones en materia de

    cualificacin6.

    Esta transformacin quedar algo enmascarada en Francia por el predominio, conservado durante

    mucho tiempo, de las finalidades culturales y polticas de la escuela, que explica que haya sido

    considerada durante mucho tiempo un fundamento de la identidad nacional y un elemento bsico

    del orden republicano. Es sabido que el Estado se defini en primer lugar como un educador de la

    nacin, en lucha contra la Iglesia para asegurar su hegemona simblica e ideolgica, y que no

    dud en adoptar mucho de su adversario, tanto en el plano organizativo como en el plano

    pedaggico, para realizar esta gran obra7. Sin embargo, segn una sutil combinacin, la escuela

    siempre mantuvo vnculos ms o menos directos, en funcin de las pocas y las competencias, con

    el universo del trabajo. La propia expansin de la escolarizacin depende en gran medida de los

    recursos que nacen del desarrollo econmico, no sin desfases ms o menos importantes entre las

    fases de fuerte crecimiento econmico y los impulsos de la escolarizacin8. En sus formas y en sus

    materiales, tanto en su moral como en sus modalidades pedaggicas, el sistema escolar supo

    hacer un sitio tanto a los valores del trabajo como a la orientacin profesional diferenciada de los

    alumnos en la sociedad industrial. Desde la segunda mitad del siglo XIX, al lado de la enseanza

    secundaria clsica, se abrieron ramificaciones, secciones y establecimientos destinados a

    incrementar el nivel profesional de la mano de obra y a abastecer a la industria y al comercio de

    directivos. Sin embargo, a pesar de los avances en esta va profesional durante el perodo de

    entreguerras, la lgica dominante de la escuela sigui siendo durante mucho tiempo la que

    Bernard Charlot calific como poltico-cultural9.

    Siguiendo a este autor, podramos distinguir tres perodos histricos: un perodo en el cual la

    principal funcin de la escuela era la integracin moral, lingstica y poltica en la nacin; luego, un

    perodo en el cual es el imperativo industrial nacional el que ms bien dict su finalidad a la

    5 Vase Karl Polanyi, La Grande Transformation, Pars, Gallimard, 1988 (trad. cast.: La gran transformacin, Barcelona, Grijalbo Mondadori, 1993). Vase igualmente Max Weber, prefacio a Lthique protestante et lesprit du capitalisme (1904), Pars, Flammarion, col. Champ, 2000 (trad. cast.: La tica protestante y el espritu del capitalismo, Madrid, Alianza, 2002). 6 Vase Louis Fontvieille, Croissance et transformation du systeme ducatif et de formation en France aux XIXe et XXe sicles, en Jean-Jacques Paul, Administrer, grer, valuer les sistmes ducatifs, Pars, ESF, 1999. 7 Vase el ejemplo de las escuelas normales primarias estudiado por Christian Nique, LImposible Gouvernement des esprits, Pars, Nathan, 1991. 8 Vase Louis Fontvieille, op. cit. 9 Vase Bernard Charlot, Lcole en mutation, Pars, Payot, 1987, y Lcole et le territoire, nouveaux espaces, nouveaux enjeux, Pars, Armand Colin, 1994, pgs. 27-48.

  • institucin; y, finalmente, la fase actual, en la que la sociedad de mercado determina ms

    directamente las mutaciones de la escuela. Sin embargo, no debemos concebir la evolucin de la

    escuela segn un desarrollo lineal: Desde el siglo XVI, se asent una concepcin utilitarista de la

    educacin que no dej despus de alimentar la crtica de los sistemas escolares establecidos. Con

    el advenimiento de una sociedad menos religiosa y ms cientfica y tcnica, menos tradicional y

    ms productiva, las formas y los contenidos escolares heredados fueron poco a poco discutidos. El

    propio saber experiment una transformacin capital al ser considerado cada vez ms como una

    herramienta capaz de resolver problemas10.10 Fue, sin duda, Francis Bacon quien, en los

    umbrales del siglo XVII, formula de la manera ms ntida el viraje utilitarista que llevar varios

    siglos realizar: Knowledge is power, el saber es un poder. El individuo slo desea saber para

    mejorar su fortuna, y esto desde las primeras experiencias del nio. El hombre en busca de la

    felicidad aumenta los poderes de sus facultades por medio del perfeccionamiento de su saber. La

    gran rebelin baconiana11, segn la frmula de Spencer, contra la escolstica concibe as el saber

    como un stock que se acumula, como un capital cuya funcin consiste en incrementar la capacidad

    humana de dominio de la naturaleza con el fin de hacerla servir ms eficazmente al servicio del

    bienestar. sta es la proposicin capital, y no podramos insistir bastante en su importancia. Nec

    plus ultra de la representacin que se harn las nuevas clases activas de la industria burguesa y

    proletariado es el zcalo comn del liberalismo y del socialismo. A partir de esta revelacin del

    trabajo y la felicidad terrestre, la crtica utilitarista atacar las formas y los contenidos pedaggicos

    propios de la civilizacin cristiana y la cultura clsica del humanismo, y denunciar en el saber

    escolar el alejamiento de la prctica, la separacin de la vida cotidiana e incluso la abstraccin de

    los conocimientos. Defectos estos que manifestarn la naturaleza esencialmente aristocrtica y

    ornamental del conocimiento hasta entonces transmitido. Al contrario, los criterios de eficacia en

    la produccin y el comercio responderan a exigencias democrticas: el pueblo necesita ciertos

    conocimientos ligados a la prctica para su bienestar. Los dems, al ser intiles, se devalan.

    El neoliberalismo actual no se ve obligado a efectuar una brusca transformacin de la escuela.

    Mucho tiempo antes, numerosos autores se emplearon en la definicin y la construccin de una

    escuela conforme enteramente con el espritu del capitalismo. La mutacin presente no es en

    realidad ms que la actualizacin, en una fase ms madura de la sociedad de mercado, de una

    tendencia operante desde hace demasiado tiempo. Para darse mejor cuenta de ello, basta con

    releer a los clsicos. En Spencer, por ejemplo, que fue uno de los principales tericos utilitaristas

    de la educacin a mediados del siglo XIX,12 se vuelven a encontrar los argumentos desarrollados

    antes de l por Benjamin Franklin, pero tambin por Rousseau y muchos otros, a favor de una

    educacin que preparara para la vida plena. Lo que ms se descuida en nuestras escuelas es

    precisamente aquello que ms necesitamos en la vida13, dice Spencer. Y entre estas necesidades,

    las ms importantes son las que estn relacionadas con las profesiones y los negocios. Tambin se

    10 Michel Freitag, Le Naufrage de luniversit, Pars, La Dcouverte/Mauss; 1995, pgs. 38-39. 11 Herbert Spencer, De lducation intellectuelle, morale et physique (1861), Marabout Universit, 1974, pg. 74. 12 Herbert Spencer, op. cit. 13 Ibid., pg. 31.

  • recuperaba lo que Adam Smith ya haba destacado cuando propona introducir una dimensin

    mercantil en las relaciones entre los individuos y los establecimientos educativos: si se desea que

    las escuelas enseen cosas tiles, es necesario que respondan ms a una demanda que al

    conformismo de la corporacin o al capricho de los patronos. El mercado es el mejor estimulante

    de la ambicin de los propietarios, porque permite que sus intereses y sus deberes se

    identifiquen14.

    UNA ESCUELA AL SERVICIO DE LA ECONOMA

    Estas concepciones utilitaristas y liberales se impondrn en varias etapas. Despus de la Segunda

    Guerra Mundial, el perodo de fuerte crecimiento econmico se caracteriz por las exigencias de

    mano de obra por parte de una industria poderosa y por la correspondiente pujanza del alumnado

    en todos los niveles diferentes al de la escuela elemental: preescolar, secundaria y superior. Es la

    poca del gran compromiso del Welfare State que conoci el desarrollo extensivo del sistema

    escolar, de 1946 a 1973, en el curso del cual predomina una lgica cuantitativa, tanto en el plano

    del alumnado como en el de las inversiones. Este perodo est marcado por la aspiracin a la

    igualacin de las condiciones y por el sometimiento ms manifiesto y directo del aparato escolar al

    sistema productivo. Las dcadas de 1960 y 1970 estn dominadas por la obsesin de proveer un

    nmero suficiente de trabajadores cualificados a la industria francesa y de formar igualmente a los

    futuros consumidores capaces de utilizar los productos ms complejos fabricados por el sistema

    industrial. Otros factores, en especial de naturaleza ideolgica, intervinieron poderosamente,

    comenzando por la creencia progresista en la identidad del crecimiento econmico, la democracia

    poltica y el progreso social, expresada, por ejemplo, en el Plan Langevin-Wallon, referencia capital

    de la izquierda poltica y sindical en la posguerra15.

    Por otra parte, a partir de la dcada de 1960, el Estado se dota de categoras de anlisis y de

    herramientas de gestin destinadas a ejercer la regulacin y la adaptacin de los flujos de mano

    de obra. Esta industrializacin de la formacin no reclama inversiones nicamente financieras,

    sino que exige igualmente inversiones simblicas, es decir, creaciones de formas institucionales

    y clasificaciones que estructuren la relacin salarial: por ejemplo, los diplomas y las cualificaciones,

    los niveles de colocacin y el conjunto de los procedimientos de orientacin de los alumnos. Es a

    partir del Cuarto Plan (1960-1965) cuando aparecen los primeros esfuerzos de planificacin

    coordinada de la mano de obra y de la formacin, prolongados y amplificados por los trabajos del

    Quinto Plan (1965-1970). La idea principal consiste en determinar con la mayor exactitud, por

    extrapolacin de las tendencias observadas, un ajuste ptimo entre la mano de obra y las

    necesidades de la economa. Se juzga entonces que el anlisis de la relacin formacin-empleo

    14 Adam Smith, Recherches sur la nature et les causes de la richesse des nations, vol. II, libro V; cap. 1, seccin 3, Pars, Garnier Flammarion, 1991 (trad. cast.: La riqueza de las naciones, Madrid, Alianza, 2002). 15 Guy Brucyy Franoise Rop, Suffit-il de scolariser?, Pars, De lAtelier, 2000, pg. 24.

  • debe determinar la estructura y la magnitud ptima del sistema educativo en funcin de las

    necesidades previstas de las empresas16.

    Este perodo est marcado por una crtica de inspiracin tecnocrtica de la enseanza llamada

    tradicional o clsica que se puede encontrar en los informes del Plan y en ciertos medios sindicales

    y patronales, y que se confunde a menudo con una crtica poltica y sociolgica de un sistema no

    igualitario. Asimismo se expresa en las organizaciones internacionales y muy especialmente en los

    trabajos de la OCDE, que se consideran actualmente como textos pioneros. La obra de L Thnh

    Khi, LIndustrie de lenseignement, resume al comienzo de la dcada de 1970 su

    argumentacin17. El autor comprueba que, en lo sucesivo, la enseanza, transformada en varias

    etapas en una verdadera industria de masas, no podr ser descrita sistemticamente sino con

    ayuda de categoras econmicas. Esta interpretacin de la enseanza distingue tres funciones de

    la educacin moderna: la formacin de una mano de obra cualificada, la transformacin cultural,

    que prevalece sobre la herencia, y la formacin de ciudadanos responsables18. Esta mutacin

    seala para el autor el fin del humanismo clsico fundado en el desinters y la libre actividad

    humana. La primera funcin la impone el crecimiento econmico y el desarrollo del bienestar. La

    escuela, que ya no es la nica fuente del saber, deber en adelante ensear a aprender, de

    modo que el nio pueda ordenar y seleccionar la informacin confusa, incompleta y tendenciosa

    de la cultura comercializada de masas. Esta primera educacin escolar no es ms que el preludio

    de una educacin permanente, una formacin cotidiana, acompaada de numerosas sesiones de

    reciclaje peridico por ejemplo, cada tres o cinco aos, segn los sectores a fin de que el

    productor actualice sus conocimientos y se adapte a una tecnologa en renovacin19. Adems, la

    universidad debe crear conocimientos nuevos y no contentarse con transmitir la herencia de las

    generaciones pasadas. A partir de esta exigencia, el autor concluye que la escuela y la universidad

    deben convertirse en cuasi empresas que funcionen segn el propio modelo de las marcas

    privadas y se sometan a la exigencia del mximo rendimiento. El autor insiste an en la variable

    clave del rendimiento de la enseanza, que deben garantizar las nuevas tecnologas, y en el

    imperativo de adaptar la enseanza a la modernidad para evitar los despilfarros y las prdidas

    de tiempo: La escuela no es nada si no prepara para la vida, dice el autor, que coincide sin

    saberlo con el utilitarismo de Spencer20. Sin duda, no se trata de privatizacin ni de rentabilidad en

    un sentido propiamente mercantil. El papel de la oferta educativa en el marco de un servicio

    pblico parece predominar porque se trata de que el Estado contribuya a la modernizacin de la

    sociedad y a la eficacia global de la economa. Sin embargo, es conveniente resaltar que este

    discurso modernizador represent histricamente un medio para redefinir, contra el humanismo

    tradicional, el sistema de enseanza como una mquina productiva que responde a los modos de

    16 Vase Lucie Tanguy y otros, LIntrouvable Relation formation-emploi, Pars, La Documentation franaise, 1986. 17 L Thnh Khi, LIndustrie de lenseignement, Pars, Minuit, 1973. El libro es excelente y premonitorio desde cualquier punto de vista. Su lectura muestra cmo la mayora de los temas que desarrollaron despus la OCDE o la Comisin Europea ya estaban en germen en esta literatura modernizadora treinta aos antes. 18 Ibid., pg. 110. 19 Ibid., pg. 115. 20 Ibid., pg. 178.

  • razonamiento y orientacin que se pueden aplicar a otros sectores de la produccin. Tales

    propuestas, en la medida en que aparentaban ir en el sentido de los prometedores avances de la

    ciencia y del desarrollo de las fuerzas productivas, recabaron fcilmente la adhesin de

    numerosos progresistas.

    A pesar de estas crticas, durante bastante tiempo se pudo mantener una cierta conciliacin entre

    la misin cultural y poltica de la escuela y el nuevo imperativo econmico, lo que permiti a

    muchos creer que la mano visible del Estado podra asociar armoniosamente en el futuro los

    progresos espirituales y el desarrollo de la produccin, a condicin, sin embargo, de circunscribir

    menos los estudios a las antiguas humanidades y abandonar toda ilusin respecto al desinters de

    la cultura.

    Este gran compromiso histrico que pretenda combinar el desarrollo econmico de la nacin con

    la idealizacin de la burocracia francesa, educadora de los espritus, preparaba, sin embargo, las

    impugnaciones neoliberales de las dcadas 1980-1990.

    HACIA LA ESCUELA NEOLlBERAL

    Las reformas impuestas a la escuela estarn, a continuacin, cada vez ms guiadas por el deseo de

    la competicin econmica entre sistemas sociales y educativos, y por la adaptacin a las

    condiciones sociales y subjetivas de la movilizacin econmica general. Las reformas orientadas

    por la competitividad (competitiveness-driven reforms) tienen como finalidad en primer lugar la

    mejora de la productividad econmica a travs de la mejora de la calidad del trabajo21. La

    estandarizacin de los objetivos y de los controles, la descentralizacin, la mutacin de la gestin

    empresarial educativa y la formacin de los docentes son fundamentalmente reformas

    centradas en la productividad (productivity-centred). Pero la escuela neoliberal pretende

    tambin elevar la calidad de la fuerza de trabajo en su conjunto sin elevar el nivel de los impuestos

    e incluso, tanto como sea posible, reduciendo el gasto pblico. De ah el lanzamiento en la misma

    poca de todas las campaas de opinin y todas las polticas, tanto a nivel mundial como a escala

    nacional, y en todos los registros de la actividad educativa, destinadas a diversificar la financiacin

    de los sistemas educativos apelando mucho ms abiertamente al gasto privado, a administrar ms

    eficazmente la escuela al modo empresarial, a reducir la cultura impartida nicamente a las

    competencias indispensables para la empleabilidad de los asalariados, a fomentar una lgica de

    mercado en la escuela y la competicin entre familias y alumnos por el bien raro, y por tanto

    caro, de la educacin.

    Desde la dcada de 1980, aparece una concepcin a la vez ms individualista y ms mercantil de la

    escuela. Esta nueva fase est relacionada con la desestructuracin de la sociedad industrial que los

    economistas llaman fordista y la norma de empleo que le es propia. Despus del giro de ciento

    ochenta grados del gobierno socialista, el Estado deja intervenir ms abiertamente a las lgicas de

    mercado, quiere reducir su permetro de accin y adopta como modelo la empresa privada. En el

    plano de la administracin escolar, se tiende hacia la descentralizacin, la diversificacin, la

    21 Martin Carnoy, op. cit., pg. 37

  • gestin empresarial moderna y el pilotaje por la demanda. Durante este perodo, los imperativos

    de eficacia impuestos a la escuela comienzan a volverse preponderantes en primer lugar a causa

    del control de los costes, luego por razones de competencia entre regiones y entre empresas, y,

    finalmente, por razones especficamente ideolgicas: se considera progresivamente a la escuela

    como una empresa ms, forzada a plegarse a la evolucin econmica y a obedecer las exigencias

    de los mercados. La retrica gestora se vuelve cada vez ms dominante por parte de los

    responsables del mundo poltico y de la alta administracin escolar. El Estado regulador, segn

    la expresin propuesta por Bernard Charlot, tiene tendencia a delegar en los peldaos inferiores y

    en los servicios desconcentrados la actividad cotidiana racionalizada segn las reglas de gestin

    empresarial llamada participativa y en conformidad con el esquema de la contractualizacin

    entre niveles y tipos de administracin y con la generalizacin de las colaboraciones entre

    actores de todo tipo. Se juzga que este Estado, guiado por los nuevos principios de la actividad

    pblica, ha de definir las grandes perspectivas y evaluar a posteriori los resultados de una gestin

    ms autnoma con ayuda de un aparato estadstico riguroso que debe permitir el pilotaje de las

    unidades locales y perifricas. La descentralizacin del sistema escolar ha sido pensada y

    desarrollada segn este mismo esquema22.

    Tomando como pretexto los numerosos y cada vez ms manifiestos defectos de un aparato

    burocrtico que se haba hipertrofiado y masificado en el gran perodo del Estado desarrollista, se

    acentuaron las presiones, en nombre de la eficacia y la democracia, para introducir los

    mecanismos de mercado y los mtodos de gestin inspirados por la lgica empresarial. En el

    terreno de los hechos, una poltica de territorializacin abri progresivamente la va para una

    desregulacin escolar que se consideraba que responda a las nuevas necesidades sociales, versin

    soft de la mano invisible de los liberales: La doctrina imperante invierte la proposicin anterior:

    tanto en educacin como en los dems mbitos, no se trata ya de corregir las imperfecciones del

    mercado mediante la intervencin del Estado, sino de reemplazar las insuficiencias del Estado

    mediante la promocin del mercado supuestamente autorregulador, es decir, de establecer la

    superioridad tica de la asociacin de las preferencias individuales por medio de procedimientos

    mercantiles sobre la deliberacin como modo de elaboracin de las elecciones sociales23. El papel

    tutelar del Estado educador se pone en duda cuando la eleccin de las familias es reconocida y

    estimulada por la desectorializacin de los establecimientos, la publicacin de las listas de

    resultados de los centros escolares y todas las formas de apelacin a la responsabilidad individual.

    El modelo del mercado tiende a imponerse, al menos como referencia ideolgica, y de una manera

    muy eufemstica cuando es la izquierda la que se afana con diligencia en esta va. Se considera que

    la institucin escolar, en este nuevo contexto, ha de producir una oferta que aspire a satisfacer

    22 Vase B: Charlot y J. Beillerot (comps.), La Construction des politiques dducation et de deformation, Pars, PUF: 1995, pg. 79. 23 A. Vinokur, Pourquoi une cononomie de lducation?, en Jean-Jacques Paul, op. cit., pg. 316.

  • una demanda de consumidores prevenidos. A finales de la dcada de 1990, se impone la fra

    comprobacin: La ofensiva neoliberal en la escuela es un proceso ya muy avanzado24.

    Esta mutacin debe ser contextualizada en el marco ms general de las transformaciones del

    capitalismo a partir de la dcada de 1980: mundializacin de los intercambios, mayor peso de las

    finanzas en las economas, liberacin del compromiso del Estado, privatizacin de las empresas

    pblicas y transformacin de los servicios pblicos en anlogos de empresas, expansin de los

    procesos de mercantilizacin del ocio y la cultura, movilizacin general de los asalariados en una

    guerra econmica general, revisin de las protecciones de los asalariados y disciplinarizacin

    mediante el miedo al paro. Mucho ms que una crisis pasajera, a lo que asistimos es a una

    mutacin del capitalismo. Su objetivo crucial es el debilitamiento de todo lo que contrapesa el

    poder del capital y todo lo que, institucional, jurdica y culturalmente, limita su expansin social25.

    Todas las instituciones, mucho ms que la economa, se vieron afectadas, inclusive la institucin

    de la subjetividad humana: el neoliberalismo aspira a la eliminacin de toda rigidez, incluso

    psquica, en nombre de la adaptacin a las situaciones ms variadas con las que se encuentra el

    individuo tanto en su trabajo como en su existencia. La economa ha sido colocada ms que nunca

    en el centro de la vida individual y colectiva; los nicos valores sociales legtimos son la eficacia

    productiva, la movilidad intelectual, mental y afectiva, y el xito personal. Eso no puede dejar

    indemne al conjunto del sistema normativo de una sociedad y su sistema educativo.

    LA ESCUELA FLEXIBLE

    Las transformaciones de la organizacin del trabajo, por un lado reales y por otro idealizadas en el

    discurso oficial, explican en gran parte el tipo de mutaciones escolares reclamadas por las fuerzas

    econmicas y polticas dominantes. El ideal de referencia de la escuela es en adelante el

    trabajador flexible, segn los cnones de la nueva representacin de la gestin empresarial. El

    contratista no aguardara ya del asalariado una obediencia pasiva a prescripciones definidas con

    precisin, sino que deseara que se sirviese de las nuevas tecnologas y entendiese mejor el

    conjunto del sistema de produccin o de comercializacin en el que se inserta su funcin, que

    pudiera hacer frente a la incertidumbre y diera prueba de libertad, iniciativa y autonoma.

    Deseara, en suma, que en lugar de seguir ciegamente las rdenes venidas de arriba, fuera capaz

    de discernimiento y de espritu analtico para prescribirse a s mismo una conducta eficaz como si

    estuviera dictada por las exigencias mismas de lo real. La autonoma que se espera del asalariado,

    que consiste en que se imparta rdenes a s mismo, que se autodiscipline, no puede darse pues

    sin un determinado incremento de saber. En una palabra, sera preciso que incorporase las

    maneras de hacer y los conocimientos necesarios para el tratamiento de los problemas en un

    universo ms complejo, segn las frmulas vigentes. Para ello, la autodisciplina y el

    autoaprendizaje van unidos. La jerarqua burocrtica y el taylorismo de tipo clsico tenderan as a

    eclipsarse ante un autocontrol generalizado. La nueva regulacin en el trabajo radicara en un

    24 Yves Careil, Le no-libralisme dans lcole: un processus dja bien engag, Nouveaux Regards, n 6, junio de 1999. 25 Vase M. Vakaloulis, Le Capitalisme postmoderne: lments pour une critique sociologique, Pars, PUF, 2001.

  • mayor margen de accin concedido a la periferia y a un autocontrol fundado en el cumplimiento

    de los objetivos. Paralelamente, y de acuerdo con la doctrina del capital humano, el trabajador se

    proveera de conocimientos y competencias a lo largo de toda su vida, sin que se pudiera ya

    definir por un empleo estable o un estatuto determinado: En la era de la informacin, el

    trabajador ya no se define en trminos de empleo, sino en trminos de aprendizaje acumulado y

    de aptitud para aplicar este aprendizaje a diversas situaciones dentro y fuera del lugar de trabajo

    tradicional26. La nocin rectora

    es la de empleabilidad individual.

    Sin que se afirme siempre con claridad, la escuela debera adaptarse y debera adaptar a los

    futuros asalariados a esta representacin del trabajo y de la nueva subjetividad que se espera de

    los jvenes. La Comisin de las Comunidades Europeas destaca as que el establecimiento de

    sistemas ms flexibles y abiertos de formacin y el desarrollo de las capacidades de adaptacin de

    los individuos sern efectivamente cada vez ms necesarios a la vez para las empresas, con el fin

    de mejorar la explotacin de las innovaciones tecnolgicas que ponen a punto o adquieren, y para

    los propios individuos, una proporcin importante de los cuales corre el riesgo de tener que

    cambiar cuatro o cinco veces de actividad profesional en el curso de su vida27. Como dicen los

    expertos de la OCDE, los contratistas exigen de los trabajadores no slo que tengan una mayor

    cualificacin, sino tambin que sean ms flexibles y capaces de formarse28. Para producir estos

    asalariados adaptables, la propia escuela, con anterioridad al mercado de trabajo, debera ser una

    organizacin flexible, en renovacin permanente, que responda tanto a los propsitos muy

    diferenciados y variables de las empresas como a las diversas necesidades de los individuos. La

    Comisin Europea presenta incluso como la cuestin fundamental esta mayor flexibilidad de la

    escuela29. No slo se trata de aumentar los niveles de competencia de los asalariados, sino que

    todava es necesario que toda la educacin recibida tienda a ajustarse mejor al destinatario del

    servicio, a saber, la empresa.

    En una sociedad cada vez ms marcada por la inestabilidad de las posiciones, ya sean

    profesionales, sociales o familiares, el sistema educativo debera preparar para afrontar

    situaciones de incertidumbre creciente. La nueva pedagoga no directiva y flexiblemente

    estructurada, la utilizacin de las nuevas tecnologas, un men ms amplio de opciones

    ofrecido a los alumnos y los estudiantes, y el hbito adquirido de un control continuo son

    pensados como una propedutica para la gestin de las situaciones de incertidumbre en las que

    el trabajador se ver inmerso al acabar sus estudios. Si las formaciones profesionales demasiado

    rigurosamente adaptadas a empleos especficos son a veces declaradas anacrnicas porque los

    asalariados tendrn ms a menudo que cambiar de empresas y de puestos en el seno de cada

    empresa, son innumerables los textos que afirman que la enseanza debe en lo sucesivo dotar a

    los alumnos de competencias de organizacin, de comunicacin, de adaptabilidad, de trabajo en

    26 Martin Carnoy y Manuel Castells, op. cit., pg. 39. 27 Comisin de las Comunidades Europeas, op. cit., pg. 124. 28 OCDE, Du bien-tre des nations, le rle du capital humain et social, 2001, pg. 30. 29 Comisin Europea, Livre blanc: Enseigner et apprendre, vers la socit cognitive, 1995, pgs. 44-45.

  • equipo y de resolucin de problemas en contextos de incertidumbre. La competencia primordial,

    la meta competencia, consistira en aprender a aprender para hacer frente a la incertidumbre

    erigida en exigencia permanente de la existencia y de la vida profesional.

    DESCOMPOSICIN DEL VNCULO ENTRE EL DIPLOM A Y EL EMPLEO

    Tras estos discursos machacones, se perfilan importantes transformaciones. El perodo llamado

    fondista del capitalismo asegur el establecimiento de un conjunto de instituciones y de

    procedimientos de proteccin social fundados en el reconocimiento de derechos y estatutos que

    procuraron a los asalariados una relativa estabilidad que regularizara no slo el consumo, la

    evolucin salarial y la carrera, sino tambin el propio transcurso de la vida. Esta

    institucionalizacin del asalariado es la que, segn muchos economistas y socilogos, permiti la

    integracin de la clase obrera al garantizarle los suficientes recursos para consumir lo que las

    empresas taylorizadas producan en serie y con escaso coste. Igualmente, en este perodo muchos

    ms individuos pudieron presagiar una progresin social no slo para s mismos, sino tambin para

    sus hijos gracias a sus estudios. La escuela, como parte subvencionada en el compromiso

    fondista y la sociedad salarial30, concedi as ttulos a personas dotadas de derechos

    reconocidos por convenciones colectivas, y contribuy al establecimiento de estatutos que eran

    otros tantos puntos de apoyo en los que podan basarse para vender su fuerza de trabajo. Aun

    cuando la relacin entre diploma y empleo nunca ha sido general y unvoca, el diploma era en gran

    medida el fundamento de la jerarqua interna de los asalariados, especialmente en la funcin

    pblica, pero tena igualmente como caracterstica el hecho de derivar de una esfera escolar que,

    por su autonoma relativa, posea la fuerza simblica suficiente para volverlo relativamente

    independiente de las relaciones de fuerza inmediatas en el mundo profesional. Esto es

    especialmente cierto por lo que respecta a los diplomas tcnicos y profesionales que permitan a

    los asalariados no depender directamente de las exigencias cambiantes y arbitrarias de los

    contratistas. El vnculo entre un buen diploma y un buen oficio se presentaba como una

    relacin necesaria en una sociedad estatutaria. Si la enseanza tcnica fue objeto de un relativo

    desprecio, debido sobre todo a la divisin social y tcnica del trabajo, constituy un vector de

    reconocimiento de las cualificaciones y otorg a muchos un sentimiento de dignidad personal y

    utilidad social, condiciones de una accin colectiva persistente.

    El perodo neoliberal del capitalismo tiende a cambiar el vnculo, que vuelve ms laxo e impreciso,

    entre el diploma y el valor personal reconocido socialmente. Este ttulo escolar y universitario, en

    una poca en la que se declara que el saber es un producto perecedero y que las competencias

    mismas son objeto de una destruccin creadora permanente, tiende a perder su fuerza

    simblica.

    En el momento en que se difunde, se considera cada vez ms como una fuente de rigidez que ya

    no se adecua a los nuevos imperativos de adaptabilidad permanente y reactividad inmediata de la

    empresa. Este cuestionamiento debe relacionarse, evidentemente, con las transformaciones del

    30 Robert Castel, Les Mtamorphoses de la question sociale: une chronique du salariat, Pars, Fayard, 1995.

  • trabajo. El salariado fue atomizado en mltiples estatutos, subestatutos y sin estatutos. La

    identidad en el trabajo y por el trabajo se debilit con el paro de masas y la inestabilidad

    creciente de los empleos y puestos de trabajo de que son vctimas los asalariados. La inseguridad

    afecta no slo a la posesin de un empleo, sino tambin al contenido del oficio, la naturaleza de

    las tareas, la participacin en una empresa y las cualificaciones que se poseen en una organizacin

    del trabajo ms fluida. El debilitamiento del valor simblico de los diplomas, el establecimiento

    de prcticas de evaluacin de las competencias en estricta relacin con las situaciones

    profesionales y la influencia cada vez mayor de las empresas en la determinacin de los

    contenidos de formacin, participan de esta prdida de seguridad casi ontolgica de los

    trabajadores, cuya magnitud han mostrado algunos estudios sobre la descualificacin social31. En

    definitiva, el valor social de los individuos amenaza con depender cada vez ms estrechamente de

    competencias personales que el mercado de trabajo confirmar de la manera menos institucional

    y menos formal posible. A medida que va perdiendo su dimensin colectiva y sus formas

    jurdicas, el trabajo se parece cada vez ms a una mercanca como las otras.

    La tendencia actual a la desinstitucionalizacin de la relacin entre el diploma, la cualificacin y el

    oficio deriva de este debilitamiento de la posicin de los asalariados que encuentran cada vez

    menos seguridad en las instituciones y menos referencias estables acerca de su propio valor y su

    identidad, y por esto mismo se les culpabiliza de su propia suerte. En efecto, la transformacin del

    mercado de trabajo acentu la vulnerabilidad de los posesores de ttulos escolares, a los que se

    solicit una experiencia profesional o, al menos, una puesta a prueba en mltiples perodos de

    prcticas y empleos precarios. Algunos informes oficiales refuerzan la idea segn la cual los

    diplomas otorgados por las universidades apenas ya tendrn valor al cabo de algunos aos

    despus de su primera concesin, lo que no hace ms que subrayar la disparidad creciente entre

    el valor jurdico de un ttulo y su valor social32. Se asigna entonces a la escuela y a la universidad un

    papel ambiguo que consiste en mantener con diplomas de validez temporal la precarizacin del

    valor escolar y profesional de los individuos.

    UNA COHERENCI A MUY RELATIV A

    Parece como si la contradiccin entre la adquisicin de saber por parte de las jvenes

    generaciones, que reclama estabilidad, seguridad del valor de lo que se aprende, respeto por una

    cultura comn y construccin de una personalidad, y las necesidades econmicas, particulares y

    cambiantes, tuviera que ser cada vez mayor. Mientras la profesin a la que preparaba la escuela

    permita proyectar un porvenir relativamente estable y el cumplimiento de una funcin social en

    un conjunto comprensible, la profesionalizacin, por lo dems parcial, de los estudios no tena

    todos los efectos devastadores que puede tener cuando la vida futura ya no evoca ms que la

    fbrica amenazada de traslado o la deriva de trabajo en trabajo. El capitalismo flexible y

    revolucionario socava la confianza a largo plazo, y desacredita los compromisos, la preocupacin

    por el patrimonio cultural y el sentido de los sacrificios por el otro. Cmo hacer compatibles el

    31 Vase, por ejemplo, Serge Paugam, Le Salari de la prcarit, Pars, PUF, 2000. 32 El informe de Attali afirma, en este sentido, que ningn diploma tendr ya legitimidad permanente. Jacques Attali, Pour une modle europen denseignement suprieur, MEN, 1998, pg.19.

  • nomadismo inherente a esta deriva profesional reservada a los asalariados del futuro y la afiliacin

    confiada a una cultura y unos valores? Desde luego es fcil esperar que la escuela inculque a los

    alumnos las nociones de autonoma, de rpida adaptacin a los cambios y de movilidad, pero no

    se ve con claridad cmo podra hacerlo en el seno de una esfera social y cultural en vas de

    desintegracin. La contradiccin que expresan todos los sntomas asociados a esta prdida del

    porvenir se instala en el corazn de la subjetividad.

    Los especialistas en educacin de la OCDE se percataron de que lo que estaba en juego era la

    estabilidad misma de las sociedades occidentales, no slo amenazadas por la crisis financiera, sino

    tambin por los efectos deletreos de la prdida de referencias de las jvenes generaciones y la

    crisis del vnculo social33. Si la toma de conciencia es loable, aunque tarda, no se ve bien cmo

    podra la escuela por s sola remediar la degradacin del entorno social, es decir, las

    desigualdades, la inseguridad social, la anomia creciente, la delincuencia, etc. Sobre todo, no se ve

    bien cmo una escuela cuyos mviles sean los mismos de la sociedad de mercado podra

    contrarrestar los efectos disolventes que el curso actual del neoliberalismo engendra.

    CAPTULO 2

    DEL CONOCIMIENTO COMO FACTOR DE PRODUCCIN

    Las sociedades de mercado se caracterizan por la subordinacin de todas las actividades a la lgica

    de la valorizacin del capital, considerada en lo sucesivo como una evidencia, una fatalidad o un

    imperativo al que ningn ser razonable puede sustraerse. A este respecto, convendra meditar las

    intuiciones premonitorias de Nietzsche en Schopenhauer como educador y en las conferencias

    Sobre el porvenir de nuestras escuelas. En estas ltimas, de manera muy especial, Nietzsche se

    pregunta por el sentido real de las grandes peroratas acerca de la necesidad de cultura de la

    poca moderna.

    La cultura clsica, reservada a unos pocos, se desmorona, constata el filsofo. En lo sucesivo, lo

    que se entiende por cultura universal es una cultura totalmente diferente de la que las

    universidades y los centros de secundaria se proponan impartir a los alumnos, y que aspiraban a

    formar espritus intelectualmente preparados y dotados para los pensamientos ms elevados. La

    nueva cultura, que hoy llamaramos de masas, ya no se propone reproducir y prolongar el esfuerzo

    de los grandes genios de las generaciones anteriores. Est subordinada a tres finalidades

    especficas: la finalidad econmica, la finalidad poltica y la finalidad cientfica. La primera

    subordinacin es de lejos, segn Nietzsche, la que tiene efectos ms importantes: si acarrea la

    extensin y la ampliacin de la cultura, lo hace con el fin de aumentar la riqueza personal y

    colectiva. Es uno de los dogmas preferidos de economa poltica en los tiempos actuales34, como

    manifiestan los escritos de James Mill o de John Stuart Mill sobre el tema de la educacin. La

    33 Vase OCDE, op. cit., 2001. En especial el cap. 3: Le rle du capital social, pgs. 45 y sigs. 34 Friedrich Nietzsche, Sur lavenir de nos tablissements denseignement, en Oeuvres philosohpiques compltes, crits posthumes 1870-1873, Pars, Gallimard, 1975, pg. 94 (trad. cast.: Sobre el porvenir de nuestras escuelas, Barcelona, Tusquets, 1980).

  • democratizacin de la cultura est cada vez ms guiada por la eficacia econmica e impide

    cualquier forma de cultura que produzca solitarios, que se proponga fines ms all del dinero y el

    beneficio, y que exija mucho tiempo35, aade Nietzche. Se necesita una cultura rpida,

    econmica, que cueste pocos esfuerzos y permita ganar mucho dinero. Mucha gente es llamada al

    saber, pero es un saber que debe ser til y servir al objetivo del bienestar. La verdadera tarea de

    la cultura consistira entonces en crear hombres tan corrientes como fuera posible, en el sentido

    en que se habla de una moneda corriente. Cuantos ms hombres corrientes haya, ms feliz ser

    un pueblo; y el propsito de las instituciones de enseanza contemporneas no podra ser

    precisamente otro que el de hacer progresar a cada uno hasta el punto en que su naturaleza le

    permita volverse corriente, que formar a cada uno de tal modo que, a partir de su cantidad de

    conocimiento y de saber, obtenga la mayor cantidad posible de felicidad y de ganancia36. En una

    palabra, Nietzsche observa de forma muy lcida hasta qu punto una lgica de la eficiencia se

    apodera poco a poco del mbito cultural y escolar. Este diagnstico sobre la evolucin de la

    enseanza puede prolongarse: lo que nos amenaza no es una especie de malthusianismo

    generalizado tirando a la baja del nivel cultural, sino un doble movimiento de difusin social y de

    instrumentalizacin de la cultura por parte de los intereses econmicos privados.

    Estas transformaciones que afectan a la importancia y a la naturaleza de los conocimientos son

    fundamentales para el desarrollo de la educacin. El saber ya no es un bien que se debe adquirir

    para participar en una esencia humana universal como en el antiguo modelo escolar que

    reservaba slo a unos pocos, hay que recordarlo, este bien supremo, sino una inversin ms o

    menos rentable en individuos desigualmente dotados y capacitados. Los valores que hasta ese

    momento haban constituido el mundo escolar se sustituyen por nuevos criterios operacionales: la

    eficacia, la movilidad y el inters. Y es que la escuela cambia de sentido: ya no es el lugar de

    asimilacin y de frecuentacin de las grandes narraciones que forjan caracteres estables para

    situaciones sociales bien definidas, sino un lugar de formacin de caracteres adaptables a las

    variaciones existenciales y profesionales en movimiento incesante.

    EDUCACIN AMPLIADA, CULTURA TIL

    Inmediatamente despus de los acontecimientos de 1968, Michel Crozier, en su obra La sociedad

    bloqueada, haba celebrado este cambio de significacin de la cultura que ya no es un lujo intil

    reservado a una minora de aristcratas privilegiados y algunos creadores marginales. Se ha

    convertido en un instrumento esencial de accin en un mundo racionalizado que slo puede ser

    dominado por medio de la utilizacin de modos de razonamiento que necesitan un aprendizaje

    cultural37. De un modo genrico, el utilitarismo que caracteriza al espritu del capitalismo no

    est contra el saber en general, ni siquiera contra el saber para el mayor nmero, sino que

    considera el saber como una herramienta al servicio de la eficacia laboral. Todava es ms cierto

    en la actualidad, en una poca en la que el capitalismo fundado en el saber, cognitivo e

    35 Ibid. 36 Ibid 37 37 Michel Crozier, La socit bloque, Pars, Seuil, 1970. Reedicin en Points/Seuil, 1995, pgs. 149-150 (trad. cast.: La sociedad bloqueada, Buenos Aires, Amorrortu, 1972).

  • informacional, requiere una elevacin del nivel de conocimiento de la poblacin. La organizacin

    patronal europea European Round Table (ERT)38, por ejemplo, recuerda la necesidad de llevar a

    cabo importantes inversiones financieras y humanas en la educacin, al destacar que de ello

    depende el futuro econmico y social de Europa. El experto de la OCDE que ya hemos citado,

    James Guthrie, destaca que antes, un pas deba en gran parte su influencia a las riquezas que

    poda extraer del suelo, pero en nuestros das su poder se encuentra cada vez ms subordinado a

    las riquezas espirituales. [...] Cada vez se considera ms la inteligencia humana cuando ha sido

    desarrollada por la educacin y se asocia a competencias muy especializadas como el recurso

    econmico primordial de una nacin, del que esta ltima tiene una mxima necesidad39.

    La Lifelong Learning Strategy se sita en esta perspectiva: La poblacin de Europa debe

    empearse en un proceso de aprendizaje a lo largo de toda su vida. La integracin creciente del

    conocimiento en el entorno industrial transforma a los trabajadores en trabajadores cognitivos

    (knowledge workers)40.

    Esta posicin se apoya en un argumento muy extendido. La vida profesional, incluso en los

    escalafones subordinados, por no hablar genricamente de la vida social, implica hoy en da una

    capacidad intelectual y unas facultades simblicas, incluso elementales, que nicamente una

    escolaridad relativamente prolongada del conjunto de la juventud puede asegurar.

    Es cierto que algunos medios patronales o polticos continan defendiendo y practicando, en

    nombre de las exigencias presupuestarias debidas a las polticas liberales o en nombre de los

    riesgos de cambio en la posicin social, un malthusianismo educativo que pretende hacer

    retroceder el esfuerzo en materia de educacin41. Pero muchos responsables abogan ms bien

    por un aumento de este esfuerzo, a condicin, sin embargo, de que se focalice en los

    conocimientos tcnicos y los saberes tiles, que se consideran ms adecuados para los jvenes

    procedentes de las clases populares y se adaptan a las necesidades de las empresas. Nos

    encontramos por tanto frente a una doble reivindicacin: por una parte, a favor de una

    importante inversin educativa y, por otra, a favor de una reduccin de los conocimientos

    considerados intiles y enojosos cuando no tienen una relacin evidente con una prctica o un

    inters42. Estos responsables polticos y econmicos que pretenden combinar la educacin de

    masas y la determinacin ms estricta de los contenidos en funcin de la utilidad econmica y

    38 La ERT (o Mesa Redonda Europea de los Industriales), fundada en 1985 por unos cuarenta grandes patrones europeos, es uno de los principales think tanks que inspiran las relaciones de la Comisin Europea, muy especialmente en materia de educacin. 39 James W. Guthrie, Lvolution des politiques conomiques et son incidence sur lvaluation des systemes ducatifs, valuer et rformer les systmes ducatift, OCDE, 1996, pg. 71. 40 ERT, Investing in Knowledge: The Integration of Technology in European Education, 1997, pg. 6. 41 Vase en este punto Jean-Pierre Terrail (comp.), La Scolarisation de la France. Critique de ltat des lieux, Pars, La Dispute, 1997, pg. 230. 42 42 Michel Crozier y Bruno Tilliette llaman as al hecho de aligerar la complejidad que aplasta a los individuos, lo que exige una reduccin del volumen de los conocimientos que deben asimilarse, mientras que la escuela tiende a multiplicarlos sin cesar (Michel Crozier y Bruno Tilliette, Quand la France souvrira Pars, Fayard, pg. 145).

  • social coinciden en esto con algunos reformadores pedaggicos harto imprudentes que, en

    nombre de la democratizacin, consideran que los nios de las clases populares no pueden a priori

    recibir la cultura de la lite. En esto reside el carcter a menudo equvoco de las nociones de

    democratizacin, de cultura de base o de cultura comn, nociones todas ellas que pueden

    recibir interpretaciones muy diferentes segn los objetivos polticos y los valores que les sirvan de

    referencia y que exigen, por consiguiente, elaboraciones cuidadosas43.

    LA POCA DEL CAPITAL HUMANO

    La doctrina dominante en educacin encuentra hoy en da su centro de gravedad en las teoras del

    capital humano. Estas ltimas, por muy ideolgicamente sesgadas que sean, revelan una

    tendencia muy real del capitalismo contemporneo a utilizar saberes cada vez ms numerosos,

    bajo su doble aspecto de factores de produccin y de mercancas. Los economistas llaman capital

    humano al stock de conocimientos evaluables econmicamente e incorporados a los

    individuos44. En primer lugar, se trata de las cualificaciones obtenidas, ya sea en el sistema de

    formacin, ya en la experiencia profesional.

    En un sentido ms amplio, esta nocin puede englobar las mltiples bazas que un individuo puede

    hacer valer en el mercado y hacer que los contratistas admitan como fuentes potenciales de valor,

    por ejemplo, la apariencia fsica, el civismo, la manera de ser y de pensar o el estado de salud. As,

    segn la OCDE, el capital humano reunira los conocimientos, las cualificaciones, las competencias

    y caractersticas individuales que faciliten la creacin del bienestar personal, social y econmico45.

    Sin ser completamente original, la concepcin del capital humano experiment un inmenso xito

    en los organismos internacionales y entre los gobiernos occidentales no slo porque propone una

    estrategia de crecimiento sostenible, como dicen sus promotores, sino tambin porque

    proporciona una justificacin econmica a los gastos educativos, la nica que cuenta hoy en da

    desde el punto de vista de los responsables. Por otra parte, la nocin, como veremos, presenta

    la ventaja de reflejar el debilitamiento del vnculo entre el diploma escolar y el empleo, y de

    justificar una mayor selectividad por parte de los contratistas en un perodo en que la inflacin de

    los ttulos tiende a incrementar la importancia de las componentes informales, sobre todo de

    origen social, en la apreciacin de la empleabilidad de los asalariados.

    Para entender el xito de esta nocin, hay que partir de algunas consideraciones generales. Los

    trabajos del economista norteamericano Edward F. Denison permitieron mostrar, en la dcada de

    1960, que el crecimiento econmico estaba ligado no slo al aumento cuantitativo de los factores

    de produccin (capital y trabajo), sino tambin a la calidad de la mano de obra, calidad que se

    43 Vanse sobre este tema los trabajos de la asociacin Dfendre et transformer lcole pour tous, as como la obra publicada por el Institut de recherches de la FSU: Hlne Romian (comp.), Pour une culture commune, Pars, Hachette, 2000. 44 Vase D. Guellec y P. Ralle, Les Nouvelles Thories de la croissance, Pars, La Dcouverte, col. Repres, 1995, pg. 52. 45 OCDE, op. cit. 2001, pg. 18.

  • poda imaginar que proceda en parte de la educacin46. Teniendo en cuenta esta relacin, la

    prolongacin del crecimiento no poda confiarse slo a las inversiones fsicas, ni tampoco al

    incremento del volumen de la mano de obra: era necesario invertir en un nuevo tipo de

    capital47. La nocin de capital humano, sin constituir la revolucin de la teora econmica estndar

    que algunos vieron en ella, permita desplazar la apreciacin que se tena del gasto educativo ms

    del lado de las inversiones que del lado del consumo. La nueva nocin se difundi por mltiples

    canales y por intereses diversos, hasta el punto de que los partidos de izquierda y los sindicatos

    adoptaron por su cuenta este razonamiento, en la dcada de 1970, debido a la legitimidad que

    pareca aportar a los esfuerzos del Estado en materia de enseanza pblica.

    Esta metfora del capital humano desemboca, sin embargo, en una visin muy empobrecida de

    los efectos de la inversin en el saber, considerado fundamentalmente como una fuente de

    beneficios de productividad. Los riesgos de reduccin son especialmente perceptibles en la versin

    ultraliberal de esta teora defendida por otro economista norteamericano, Gary Becker. Para

    Becker, el capital humano es un bien privado que procura una renta al individuo que lo posee. Esta

    concepcin estrictamente individualista est de acuerdo con los presupuestos de la teora liberal

    ortodoxa: el individuo posee recursos propios que intentar acrecentar a lo largo de toda su

    existencia para aumentar su productividad, sus ganancias y sus ventajas sociales. Se entiende pues

    que no puede haber nada desinteresado en la adquisicin de tal capital humano. Esta concepcin

    supone que la eleccin del oficio es unidimensional: lo nico que importa es el beneficio que

    proporcionar la profesin escogida. Con ello, olvida todas las representaciones del porvenir,

    ligadas a las condiciones presentes, a los valores heredados y a las oportunidades percibidas, y

    desconoce que la relacin de un individuo con la vida activa es una relacin que pone en juego

    tanto una historia personal y colectiva como las relaciones entre las clases sociales, los sexos y los

    grupos de edad.48 En la concepcin utilitarista de la eleccin profesional, todo est dirigido por el

    esfuerzo racional con vistas a la adquisicin de beneficios monetarios suplementarios, y el

    esfuerzo mismo determinado por la tasa de rendimiento que se espera de la inversin. Su

    financiacin debe depender de las ganancias esperadas, de los usos y del grado de generalidad de

    las competencias adquiridas. Si el gasto educativo se destina primordialmente a la formacin de

    un capital humano, se plantea en efecto la cuestin de saber quin debe pagar, quin debe

    determinar los contenidos y quin debe ser el artfice de esta formacin. En funcin de las

    ganancias proyectadas, la financiacin debe repartirse entre el Estado, la empresa y el individuo.

    46 Edward F. Denison, Why Growth Rates Differ? Postwar Eperience in Nine Western Countries, Washington, D. C., Brookings Institution,1967. Vase ric Delamotte, Une introduction la pense conomique en ducation, Pars, PUF, 1998, pg. 99. 47 Ibid., pg. 83. Vase tambin Denis Clerc, La thorie du capital humain, Alternatives conomiques, marzo de 1993, y lisabeth Chatel, Comment valuer lducation? Pour une thorie sociale de laction ducative, Lausana y Pars, Delachaux et Niestl, 2001. Para una visin de conjunto de los trabajos sobre el tema, vase OCDE, op. cit., 2001, pgs. 30 y sigs. 48 Para un anlisis de las representaciones que estructuran la bsqueda de empleo, vase Francis Vergne, De lcole lemploi, attentes et reprsentations, Pars, Nouveaux Regards/Syllepse, 2001.

  • Desde luego, el Estado no debe desinteresarse de la educacin, porque existen externalidades

    positivas, es decir, efectos benficos para toda la colectividad. Pero si debe tomar a su cargo una

    parte de los gastos educativos, debe crear igualmente las condiciones para que los individuos

    efecten las elecciones racionales y asuman los costes que legtimamente les corresponden. Si los

    poderes pblicos deben garantizar la formacin inicial, dada la altsima rentabilidad social de las

    inversiones que le son consagradas, deben reclamar igualmente financiaciones privadas,

    procedentes de las familias y de las empresas, especialmente en un perodo marcado por la

    intensificacin de las presiones presupuestarias49. Diversificar las fuentes de financiacin se

    presenta como la nica va racional, porque hace que las familias soporten una parte creciente del

    gasto proporcional a las ventajas privadas que obtienen a cambio. Cuando la OCDE y el Banco

    Mundial exhortan a una financiacin diversificada o a una cofinanciacin de la educacin, se

    estn refiriendo a esta lgica del rendimiento educativo.

    Las implicaciones sociales de esta diversificacin de la financiacin estn lejos de ser

    insignificantes. Se considera que el anlisis de tipo costes/beneficios explica las diferencias en la

    inversin educativa. Los estudiantes ms dotados tienen inters en continuar sus estudios porque

    la inversin, en este caso, es muy rentable, mientras que los menos dotados tienen ms bien

    inters en abandonar sus estudios y entrar cuanto antes en la vida profesional. La teora del capital

    humano, en contra de ciertas aspiraciones a la equidad por parte de la OCDE y el Banco Mundial,

    no es nada igualitaria. Al contrario, Gary Becker legitima las desigualdades escolares por el clculo

    racional del individuo: los alumnos dotados aprenden deprisa y, a cambio de un coste limitado,

    acumulan un capital muy rentable, mientras que los menos dotados tienen dificultades para

    obtener diplomas cuyo coste no compensar los beneficios futuros50. sta es la lgica que funciona

    en el mercado de la formacin permanente erigida por algunos como modelo para la educacin

    bsica y cuyo efecto ms seguro es una produccin de desigualdades entre quienes ms se

    benefician de ella, los ejecutivos, y quienes sacan menos provecho, los asalariados ejecutantes.

    Desde este punto de vista, la estrecha articulacin entre la escuela y la empresa no es

    necesariamente ms democrtica.

    Estas concepciones ultrautilitaristas de la educacin ejercen actualmente mucha influencia en las

    representaciones dominantes. Es de temer que contribuyan a reforzar la enseanza a varias

    velocidades que ya conocemos, en la que los alumnos ms rentables se benefician de

    inversiones ms importantes que aquellas que se dedican a los que rinden menos. Aun cuando

    una extensa literatura emprica muestra que la correlacin entre la inversin en la formacin y el

    nivel de remuneracin est muy lejos de ser tan simple como proclaman los economistas liberales

    es necesario aadir mltiples variables para interpretar las relaciones observadas, en especial la

    tendencia de los empresarios a contratar personal sobrecualificado, lo principal se mantiene: la

    concepcin de la educacin como una inversin productiva con vistas a un rendimiento individual

    goza de una inmensa aceptacin y una amplia difusin. Por el rodeo de las organizaciones

    49 OCDE, Analyse des politiques dducation, 1997, pg. 24. 50 Vase Denis Clerc, op. cit.

  • econmicas y financieras internacionales, esta concepcin constituye hoy en da el fundamento

    ideolgico del nuevo orden educativo mundial.51

    CAPITALISMO Y PRODUCCIN DE CONOCIMIENTOS

    Las teoras modernas del capital humano, de la economa del conocimiento o de la nueva

    economa no fueron las que descubrieron el papel creciente de la ciencia en la produccin, papel

    que ya haba observado Smith y analizado Marx. En el primer captulo de La riqueza de las

    naciones, Smith describe el carcter positivo y acumulativo de los efectos de la divisin del trabajo

    en el progreso tcnico y seala que una buena parte (de los descubrimientos) se debe a la

    industria de los constructores de mquinas, desde que esta industria se convirti en el objeto de

    una profesin particular, y otra a la habilidad de aquellos a los que se denomina cientficos o

    tericos, cuya profesin consiste en no hacer nada, sino observarlo todo, y que, por esta razn, se

    encuentran con frecuencia en disposicin de combinar las fuerzas de las cosas ms alejadas y

    diferentes52. Smith efecta aqu la exposicin resumida de una evolucin ms compleja: desde

    hace mucho tiempo la divisin social del trabajo permiti que los grupos humanos desarrollaran su

    capacidad intelectual al margen de las exigencias de la produccin material y a una distancia

    (relativa) del trabajo directamente productivo.

    A la escala de la sociedad, la mayor diferencia entre los grupos sociales resida en esta divisin

    entre el trabajo intelectual y el trabajo material, condicin esencial para una acumulacin

    ampliada de los conocimientos ligados al trabajo social. En el siglo xx, esta tendencia a la

    capitalizacin del saber se acentu muy claramente.

    A esta divisin general entre el trabajo intelectual y el manual, se aadi una segunda. En el seno

    mismo del proceso de produccin, los conocimientos vivos, incorporados a los trabajadores,

    fueron a la vez capturados y sustituidos por los saberes formalizados que se impusieron como

    fuentes de prescripciones y normas exteriores a los movimientos profesionales, saberes que se

    convirtieron en el patrimonio de determinadas categoras de asalariados. A este respecto, el

    taylorismo no es ms que un momento de una larga evolucin. El desarrollo de la ciencia en uno

    de los polos de la sociedad y esta capitalizacin de los saberes tcnicos en el interior de la esfera

    productiva unificaron sus efectos para convertir la ciencia en un stock de conocimientos

    inmediatamente tiles en la produccin, traducidos en herramientas, cdigos y programas53. Esta

    articulacin de las actividades intelectuales y productivas no es un acontecimiento reciente. Ya

    haba sido destacada por Marx, quien, en los Grundrisse, como tambin ms tarde en El capital,

    insista en el sometimiento de las ciencias a la lgica de la acumulacin del capital: La invencin

    se transforma en una rama de los negocios y la aplicacin de la ciencia a la produccin inmediata

    determina las invenciones al mismo tiempo que las solicita. El concepto marxista de fuerzas

    51 Vanse sobre este punto los trabajos del Institut de recherches de la FSU y, en especial, Christian Laval y Louis Weber (comps.), op. cit. 52 Adam Smith, op. cit., libro I, cap. 1, pg. 77 53 Vase Dominique Foray, Lconomie de la connaissance, Pars, La Dcouverte, Repres, 2000, pgs. 46 y sigs.

  • productivas, derivado del concepto de facultades productivas que se encuentra en los

    economistas del siglo XVIII y en Saint-Simon, engloba no slo los instrumentos y la organizacin

    del trabajo, sino tambin el nivel de habilidad medio del obrero y el desarrollo de la ciencia y

    sus posibilidades de aplicacin tecnolgica.

    La expansin de la investigacin en los pases capitalistas desarrollados da prueba de esta

    importancia cada vez ms decisiva de los conocimientos considerados como componentes

    esenciales del xito econmico. El conjunto de los gastos de Investigacin y Desarrollo (I+D) en los

    29 pases de la OCDE representa ms de 470.000 millones de euros, o sea, alrededor de un tercio

    del PIB francs, y experimenta un incremento absoluto muy fuerte a partir de la dcada de 1980

    (cerca del 75 % de alza entre 1981 y 1996). Su concentracin es asimismo muy manifiesta: la OCDE

    realiza casi el 90% de los gastos de I+D en el mundo, encabezados por los de Estados Unidos, que

    representan ms del 40 % de los gastos de la OCDE. Estos datos llevan a algunos tericos a pensar

    que habramos entrado en las economas fundadas en el conocimiento. Esta idea incluso se ha

    convertido en un eslogan, encargado de resumir las doctrinas y estrategias polticas y econmicas

    de los pases de la OCDE. Segn algunos, incluso, nos encontraramos en una nueva economa que

    reposa sobre leyes muy diferentes de las antiguas en la medida en que el conocimiento es un

    factor de produccin cuyos rendimientos son crecientes, al contrario de lo que sucede con los

    factores fsicos del capital y del trabajo: la utilizacin de una unidad suplementaria de

    informacin, lejos de disminuir la productividad marginal de esta unidad, tiende a incrementarla

    en razn del carcter acumulativo del conocimiento54. Estas teoras y estas representaciones

    sealan la tendencia: si la acumulacin de los conocimientos desempea un papel creciente en la

    produccin, la ciencia se encontrar sometida cada vez ms estrechamente a las exigencias de

    valoracin del capital.

    Esta subordinacin de los saberes a la economa, ya muy perceptible en la segunda mitad del siglo

    XIX, no ha hecho ms que acentuarse despus, con la multiplicacin de los laboratorios y centros

    de investigacin en las empresas gigantes, con los acercamientos mltiples entre las

    investigaciones privada y pblica, y con el importante aumento de las inversiones en I+D y de las

    patentes55. El ejemplo norteamericano del MIT, a menudo erigido en modelo, muestra hasta qu

    punto la investigacin aplicada, dirigida por la industria, puede llegar a dominar la produccin de

    los saberes. El desarrollo tanto de las biotecnologas como de las actividades espaciales o las

    investigaciones relativas a la informacin y a la comunicacin confirma a una escala ms amplia

    esta creciente interpenetracin de los sectores productivos y de las instituciones universitarias. La

    produccin de conocimientos se ha convertido a la vez en una actividad mercantil especfica por

    las formas jurdicas de su apropiacin privada (patentes, derechos de autor) y en una importante

    fuente de beneficios para las empresas que los utilizan. Una de las caractersticas del capitalismo

    moderno consiste precisamente en la organizacin sistemtica de la investigacin sobre una base

    capitalista con el objetivo de proporcionar dividendos tecnolgicos a las firmas. El nmero de

    54 Vase Dominique Guellec, Lconomie de linnovation, Pars, La Dcouverte, Repres, 1999, y D. Guellec y P. Ralle, op. cit. 55 Dominique Foray, op. cit., pgs. 20-21.

  • empleos en el sector de la produccin de conocimientos crece mucho ms rpido que la media de

    los dems sectores; los conocimientos cientficos y la innovacin tecnolgica experimentan una

    aceleracin notable al mismo tiempo que se verifica una obsolescencia cada vez ms rpida de los

    equipamientos, especialmente en el terreno informtico, segn un proceso de destruccin

    creadora que parece desbocarse56. Esta situacin en la que todas las ciencias se encuentran

    atrapadas al servicio del capital, como dice Marx, parece exigir un aumento continuo de la mano

    de obra cualificada y altamente cualificada, fenmeno que puede explicar una de las razones de la

    masificacin escolar que experimentaron las escuelas secundarias y las universidades en los pases

    capitalistas desarrollados desde la dcada de 1950.

    LAS NUEVAS FBRICAS DEL SABER

    En funcin de esta misma lgica, se puede comprender mejor la expansin de las universidades

    empresariales, primero en Estados Unidos en la dcada de 1950 y luego, ms recientemente, en

    Europa. Segn algunos estudios, existira en Francia una treintena, generalmente dependientes de

    un gran grupo. Si todava es difcil prever su evolucin, a falta de perspectivas de conjunto, sin

    embargo se puede sealar que, en algunos casos, tienden a distinguirse de los centros de

    formacin para ejecutivos de altos potenciales al convertirse en verdaderos lugares de

    formacin capaces de incorporar estudiantes en el exterior y de otorgar diplomas.57 De forma ms

    general, un nuevo campo de acumulacin del capital se abre con la transformacin de las

    universidades en fbricas de produccin del saber eficaz. La produccin de los conocimientos y el

    propio saber estn modelados en lo sucesivo por el capitalismo universitario.58 En realidad, es

    toda la cadena de produccin de los conocimientos la que tiende a transformarse segn los

    imperativos de valorizacin del capital como muestra el ejemplo de Norteamrica. A comienzos de

    la dcada de 1970, con la importancia adquirida por las industrias de inteligencia y por la

    valorizacin del capital humano considerado como una variable estratgica en la competicin

    econmica, la investigacin universitaria fue la primera que se transform en una produccin de

    bienes sometidos al rgimen de los derechos de propiedad y comercializables en los mercados. La

    concesin de licencias y el depsito de patentes se volvieron actividades habituales, generadoras

    de ganancias embolsadas a la vez por la institucin, los investigadores y los socios financieros del

    sector privado. En el curso de la dcada de 1980, los sucesivos gobiernos tanto de Estados Unidos

    como de Canad favorecieron fiscalmente la financiacin privada de la investigacin universitaria y

    permitieron que los laboratorios se apropiaran legalmente de los resultados de sus trabajos

    financiados con fondos pblicos. En 1980, la ley Bayh-Dole fue la primera de las que autorizaban a

    las universidades a patentar las invenciones financiadas por el gobierno y luego a venderlas (antes

    de la adopcin de esta ley, estas patentes se atribuan al gobierno federal), lo que benefici a las

    universidades con una aportacin de fondos cada vez ms importante procedente de firmas

    privadas. Esta ley, decisiva para el desarrollo de la comercializacin de la investigacin, reforz el

    56 Ibid., pg. 31. 57 Vase, con un enfoque ms apologtico, Annick Renaud-Coulon, Universit dentreprise. Vers une mondialisation de lintelligence, Pars, Village Mondial, 2002. 58 Vase David F. Noble, Digital Diploma Mills, Part I, The Automation Education, octubre de 1997, .

  • tejido de las relaciones entre las universidades y las firmas privadas. La intencin de partida era

    relanzar la productividad y hacer frente al desafo japons o, ms generalmente, asitico59. Si en

    un primer momento se trataba de vender ideas nuevas surgidas de la investigacin, esta ley

    condujo a una inversin de las relaciones entre las empresas y las universidades. Los laboratorios

    se fueron transformando paulatinamente en centros de beneficio integrados en una institucin

    universitaria tambin metamorfoseada en un lugar de acumulacin del capital. Las universidades

    crearon filiales privadas encargadas de comercializar las patentes y de efectuar las inversiones

    financieras. Las redes y los socios se multiplicaron con la industria, la mayora de las veces bajo

    la forma de subvenciones ms o menos disfrazadas. Mientras los riesgos y los costes seguan

    estando ampliamente socializados, los beneficios se haban privatizado. Esta poltica dio lugar a un

    profundo desequilibrio que perjudicaba a las actividades pedaggicas, reducidas a la racin de

    manutencin. Numerosos investigadores se desinteresaron de la enseanza, menos lucrativa que

    la investigacin comercializada, y los departamentos ms alejados de las actividades rentables

    vieron mermados sus medios, rebajados los salarios e incrementado el alumnado por curso.

    Las direcciones de empresas y las administraciones universitarias pusieron en marcha

    colaboraciones y compartieron una concepcin reductora de los cometidos universitarios al

    servicio de las actividades econmicas. El acuerdo entre la universidad de California (Berkeley) y la

    firma farmacutica suiza Novartis, firmado en noviembre de 1998, ilustra particularmente este

    fenmeno.

    Al trmino de este acuerdo, Novartis asignaba veinticinco millones de dlares al departamento de

    microbiologa, es decir, un tercio del presupuesto del departamento, mientras que la universidad

    conceda como contrapartida a la firma privada el derecho de apropiarse de ms de un tercio de

    los descubrimientos de los investigadores universitarios y el de negociar las patentes de invencin

    que se derivaban de ellos60. Este tipo de acuerdos no es raro desde que los Estados

    norteamericanos vieron estancarse sus recetas fiscales y tuvieron que efectuar manifiestos

    recortes en los presupuestos educativos. Si, por ejemplo, el Estado de California suministraba el 50

    % del presupuesto total de Berkeley a mediados de la dcada de 1980, en 1997 no aportaba ms

    que el 34 %. Aun cuando la financiacin pblica en Estados Unidos siga siendo importante, una

    parte cada vez mayor de la investigacin universitaria est financiada a partir de ahora por

    donaciones privadas.

    La bsqueda del beneficio slo ha afectado a la investigacin. En la dcada de 1990, la expansin

    de las redes y la posibilidad de vender cursos en lnea a los particulares y a las empresas se

    presentaron como otras tantas oportunidades para rentabilizar la enseanza misma. Entonces,

    toda la institucin, hasta en sus actividades fundamentales, se vuelve un lugar de valorizacin del

    capital. Eso afecta a las condiciones de trabajo y a los estatutos de los investigadores y los

    docentes. Una gran parte de los docentes y los investigadores pierden su posicin de pequeos

    productores independientes a menudo comparados con las profesiones liberales o los

    59 Despus, Japn adopt medidas similares al modificar su legislacin para conceder a los investigadores del sector pblico la mitad de los derechos de patente sobre sus invenciones. 60 Eyal Press y Jennifer Washburn, The Kept University, The Atlantic Monthly, marzo de 2000.

  • artesanos para convertirse en trabajadores industriales sometidos a una disciplina, a una

    intensificacin del trabajo y a exigencias y controles reforzados por parte de la administracin, que

    reducen considerablemente su autonoma. Esta evolucin transforma a una minora de docentes y

    administradores en verdaderos capitalistas que disponen de suficientes recursos financieros,

    institucionales y cognitivos para obligar a trabajar a algunos de sus colegas con menor titulacin,

    poder y dinero, y a algunos de sus estudiantes, a cambio de promesas de colocacin o de

    remuneraciones simblicas y materiales. Prosiguiendo las primeras experiencias en Amrica del

    Norte del e-learning mercantil, la introduccin en Internet de los cursos permite en numerosos

    casos imponer a los docentes normas pedaggicas sobre la forma y el fondo de productos

    pedaggicos cada vez ms precisos y agravar su carga de trabajo. Estos productos pedaggicos

    comercializados escapan a la inspeccin de los productores y pueden circular bajo el nico control

    de la administracin en tanto que mercancas etiquetadas por la institucin universitaria.

    La introduccin de los valores de mercado en el funcionamiento universitario no deja de tener

    consecuencias. Los donantes imponen su logotipo en las paredes y el mobiliario, vuelven a

    bautizar los edificios y promueven ctedras a cambio de una denominacin que revela el origen de

    los fondos. El ejemplo ms caricaturesco de esta hibridacin entre la universidad y las marcas

    privadas lo relata Ibrahim Warde, quien describe as la nueva business school de la Universidad de

    California:

    La familia Haas (heredera del fabricante de vaqueros Levi Strauss), que efectu la donacin ms

    importante, obtuvo que la business schooll llevara su nombre. Las ctedras fueron financiadas por

    grandes empresas. La de la decana del establecimiento, Laura DAndrea Tyson, una antigua

    consejera econmica de Clinton, lleva por ejemplo el ttulo de Bank of America Dean of Haas61.

    Esta prctica de dotacin de las ctedras est muy difundida entre las marcas que intentan

    modificar o mejorar su imagen social. Eyal Press y Jennifer Washburn, en su investigacin sobre la

    universidad norteamericana, sealan, por ejemplo, que la marca Freeport McMoRan, una

    compaa minera acusada por su nociva conducta ecolgica en Indonesia, cre una ctedra sobre

    medio ambiente en la facultad de Tulane. La mezcla de gneros perjudica a la ciencia, mantiene

    una cultura del secreto y favorece por doquier la penetracin de la lgica del beneficio inmediato,

    y en primer lugar en los cerebros de los investigadores y los universitarios: Los rectores de

    universidad, cuyo papel se parece al de los viajeros de comercio, se juzgan ante todo por su

    capacidad para conseguir fondos62. Los centros universitarios sirven de cobertura a los intereses

    privados, que aportan su marca y su garanta cientfica a las operaciones comerciales y al trabajo

    de presin [lobbying]. En estos casos, los docentes y los investigadores desempean el papel de

    portavoces de estos intereses, inclusive en las ms prestigiosas revistas. En algunos casos, los

    fondos aportados por la parte privada limitan abiertamente la libertad de pensamiento y la

    reflexin crtica. Ibrahim Warde informa de este modo que la marca Nike recientemente

    suspendi su participacin financiera a tres universidades (Michigan, Oregon y Brown) con el

    61 Ibrahim Warde, Luniversit amricaine vampirise par les marchands, Le Monde diplomatique, marzo de 2001. 62 Eyal Press y Jennifer Washburn, op. cit.

  • pretexto de que sus estudiantes haban criticado alguna de sus prcticas en los pases pobres, en

    especial en materia de empleo de nios63. Noam Chomsky cita el caso de un estudiante de

    informtica en el MIT que se neg a contestar una pregunta en un examen, aunque conoca la

    respuesta, bajo el pretexto de que otro de sus profesores, comprometido en una investigacin

    para la industria, le haba impuesto formalmente el secreto en ese tema64. No es difcil extraer una

    conclusin: el valor mercantil de las investigaciones prevalece sobre su contenido de verdad, en la

    medida en que este trmino tenga alguna validez en la nueva configuracin, o por decirlo de otro

    modo, la verdad, base hasta entonces de la actividad terica, est deconstruida por el mercado.

    Para algunos observadores norteamericanos, la disciplina por el dinero que se impone en el

    mundo universitario, al dejar al mercado el cuidado de repartir los recursos y las recompensas,

    introduce muy serias amenazas en la vida intelectual y el pensamiento, tan peligrosas como las del

    maccarthismo65. Es de temer que, con las prerrogativas concedidas en numerosos casos al sector

    privado, la lgica de apropiacin privada de los conocimientos choque frontalmente con la tica

    que gua a la investigacin intelectual, de la que forma parte la rivalidad, pero tambin la libre

    circulacin de ideas y la crtica abierta de los trabajos pasados o en curso.

    UN MODELO QUE SE GENERALIZA

    Esta poltica de hibridacin institucional y de subordinacin efectiva fue animada por todos los

    partidarios del liberalismo econmico. La OCDE, en nombre de la importancia de la innovacin

    schumpeteriana en el crecimiento econmico, invita a los Estados a levantar cualquier obstculo

    a la cooperacin entre universidades y empresas para favorecer la innovacin: La innovacin ya

    no slo depende de los resultados de las empresas, las universidades, los institutos de

    investigacin y las autoridades reglamentarias, sino que hoy en da es tributaria de su

    cooperacin. [...] Por eso, es conveniente eliminar los obstculos a la cooperacin y a la

    constitucin de redes, y promover la colaboracin entre las universidades, las instituciones

    pblicas de investigacin y las empresas. En muchos pases de la OCDE, los investigadores en las

    universidades no son estimulados a dedicarse a investigaciones que podran dar lugar a una

    aplicacin comercial, ni a cooperar con las empresas. Estados Unidos es uno de los primeros pases

    que ha tomado medidas en este terreno66.

    La aceleracin de esta comercializacin de la investigacin pblica se puede observar en todos los

    pases capitalistas desarrollados. Est favorecida por el refuerzo del papel de la propiedad

    intelectual muy especialmente en el campo de las ciencias de la vida y la informtica, campos

    sometidos cada vez ms a una expansin de la patentabilidad. As, Maurice Cassier y Jean-Paul

    Gaudillire escriben:

    La dcada de 1990 estuvo marcada por la difusin de las prcticas de apropiacin en el campo de

    63 Op. cit, pg. 21. 64 Noam Chomsky, Assaulting Solidarity, Privarizing Education, mayo de 2000, en la pgina del Aped: . 65 David Harvey, University, Inc., The Atlantic Monthly, octubre de 1998. 66 Jean Guinety Dirk Pilat, Faut-il promouvoir linnovation?, LObservateur de lOCDE, octubre de 1999, pg. 69.

  • la investigacin genmica en un contexto de estrechamiento de lazos entre la ciencia, la medicina

    y el mercado. Hasta el da de hoy, se han depositado ms de un millar de patentes de fragmentos

    de genes. Los contratos de investigacin entre los laboratorios farmacuticos y los laboratorios

    pblicos, con clusulas de confidencialidad y de exclusividad, se han multiplicado67. Esta

    tendencia fue reforzada por leyes que facilitasen la apropiabilidad y la transferibilidad mercantil de

    los conocimientos segn el modelo de la Bayh Dole Act. Est vinculada, sobre todo, a la evolucin

    de las prcticas y de las instituciones. Los canales que permiten la interpenetracin de los medios

    de la investigacin y la empresa se multiplicaron, y muy especialmente bajo la forma de

    instituciones de investigacin situadas en la interseccin del sector pblico y el sector privado, y

    que producen a la vez bienes pblicos y bienes privados68. En numerosos pases occidentales, la

    aportacin de fondos pblicos a un laboratorio est incluso condicionada por la firma de un

    contrato con una o varias empresas privadas.

    La lgica del beneficio se introdujo m