CONGRESO DE LA REPUBLICA GUATEMALA, C. A.

DIRECCIÓN LEGISLATIVA -CONTROL DE INICIATIVAS-

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NUMERO DE REGISTRO

4740 IFECHA QUE CONOCIO EL PLENO: 21 DE ENERO DE 2014.

INICIATIVA DE LEY PRESENTADA POR EL REPRESENTANTE CARLOS VALENTÍN GRAMAJO MALDONADO.

ASUNTO: INICIATIVA QUE DISPONE APROBAR REFORMAS A LOS

DECRETOS DEL CONGRESO DE LA REPÚBLICA NÚMEROS 21-2006, LEY CONTRA LA DELINCUENCIA ORGANIZADA; 17-73, CÓDIGO PENAL; Y 27-2003 LEY DE PROTECCIÓN INTEGRAL DE LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA.

TRAMITE: PASE A LAS COMISIONES DEL MENOR Y DE LA FAMILIA Y DE GOBERNACIÓN PARA SU ESTUDIO Y DICTAMEN CONJUNTO CORRESPONDIENTE.

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EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

La realidad social guatemalteca, a diferencia de otras naciones, evidencia hoy en día una especial y extraordinaria pérdida generalizada de valores, que se refleja en un incremento en los hechos delictivos en los que participan menores de edad. Esta participación evidencia incluso, casos de una especial crueldad, ensañamiento y desprecio hacia la sociedad en general.

El objeto de la presente iniciativa de ley es diseñar una respuesta legislativa ante la amenaza que para la sociedad guatemalteca, y para los propios menores de edad, significa la utilización de estos últimos, por los promotores de la delincuencia organizada, como actores de hechos delictivos, especialmente de aquellos de naturaleza violenta, que incorporan una especial indignación social.

Se observa que, las pandillas juveniles son más crueles, inhumanas y sanguinarias que los adultos, derivado de su capacidad y potencia y de la poca sanción que les espera en caso sean detenidos.

En ese marco, es de especial consideración reconocer que tanto los convenios internacionales de protección de los menores de edad (Convenio 182 de OIT ~ artículo 2~, como Convención de Naciones Unidas para los Derechos del Niño ~ artículo 1 ), como la propia Constitución Política (al reconocer la adquisición de los derechos de ciudadanía, al adquirir la mayoría de edad a los 18 años), reconocen la existencia de un estado de niñez y de minoría de edad, hasta los 18 años de edad. Es decir, que el reconocimiento de la minoría de edad, excede la calificación que para el efecto hace el Código Civil; de esa forma cualquier intento por retrotraer los efectos de la minoría de edad, a una edad inferior a la referida, se puede considerar realizada en perjuicio de derechos humanos.

Se considera asimismo que la Constitución Política (Artículo 20) y el Código Penal (Artículo 23) reconocen un estado de inimputabilidad para los menores de edad. El estado jurídico de imputabilidad, se define como la capacidad del ser humano para entender que su conducta lesiona los intereses de sus semejantes, y para adecuar su actuación a esa comprensión, atribuyendo al autor, las consecuencias de su obrar (consideración de actuar con discernimiento, intención y libertad).

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Del concepto de la imputabilidad, dependen los conceptos de la responsabilidad y culpabilidad; de esa forma, al carecer de estas capacidades (por falta de madurez suficiente -menores de edad-, o por alteraciones psíquicas -interdictos-), no pueden éstos ser declarados culpables, ni pueden ser responsables penalmente de sus actos. De esa forma, quien es inimputable, actúa sin voluntad y conciencia, es decir que legalmente no tiene la capacidad de entender y querer, al momento de cometer el acto punible.

Se considera que la Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia, reconoce estos supuestos, y persigue mediante la sanción de los menores de edad en conflicto con la ley penal, la readaptación y reinserción a la sociedad, constituyendo de esta forma una respuesta ante las transgresiones de los menores de edad, sin constituir un verdadero derecho punitivo.

En ese orden de ideas, el Estado debe proveer de adecuados centros de internamiento de los menores en conflicto con la ley penal, que permitan en forma simultánea la protección de éstos y de la propia sociedad.

Por estas razones, se considera que se debe promover una nueva figura penal que sancione la inducción de menores de edad a la delincuencia organizada, y aumentar el efecto del agravante de la comisión delictiva con cooperación de menores de edad.

Asimismo, se considera necesario en casos graves cometidos por menores de edad, que evidencien una crueldad y peligrosidad social, fijar una sanción adecuada, que permita una mayor atención a estos menores, a fin de obtener una eficaz y oportuna readaptación y reinserción a la sociedad.

El procedimiento de reinserción y readaptación de menores de edad, para poder ser efectiva, requiere de un plazo adecuado, y de centros especializados, diferenciados de los centros penales de adultos; a fin de que los "proyectos educativos" que se formulen en el plan de vida de los menores de edad sujetos a internamiento, no sean truncados.

Hoy en día, derivado de la escasez de fuentes de empleo, la poca accesibilidad a la educación, y la existencia de familias numerosas, muchos menores de edad,

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han quedado relativamente abandonados y sin atención, incluso en los casos de migración de uno o ambos padres en busca del "sueño americano".

Adicionalmente, la sociedad de hoy, vive con las consecuencias de no haber brindado oportunas soluciones a los problemas de los "niños de la calle", de forma que existe una segunda y tercera generación de menores de edad que llegan a transgredir la ley penal, que no han vivido en un ambiente familiar adecuado, como célula de una sociedad sana y segura, no habiendo recibido una educación integral, y careciendo de principios y valores morales.

De esa forma, la desintegración familiar, las familias monoparentales, y la participación forzada o voluntaria de menores de edad en las diferentes pandillas, conocidas como "maras", ha derivado en su participación en acciones delictivas a todo nivel. Unas veces son usados como sicarios, otras veces, como parte de las redes de extorsionistas o "cobradores", otras veces son utilizados para el traslado y trasiego de armas de fuego, drogas, bienes ilícitamente adquiridos, etc. De esa forma se considera que los menores de edad son utilizados por el crimen organizado como "instrumentos delictivos", aprovechando la inimputabilidad que les es inherente.

Es evidente entonces, que hay desafíos nacionales en materia del combate a la criminalidad, porque existe un visible crecimiento de los hechos criminales en el país, cometido por menores de edad; y la cual aumenta el número de delitos, los cuales se extienden a todo el ámbito geográfico nacional y profundizan los rasgos de excesiva crueldad. Los estudios académicos, informes de instituciones internacionales, medios de comunicación social y otras instancias de la vida pública dan cuenta de cómo el crimen -que es violencia interpersonal- ha venido erosionando las relaciones sociales privadas y públicas, hasta convertirse, junto a la pobreza, en la mayor amenaza para el devenir cotidiano de la gente y, con ello, para el funcionamiento previsible de toda la sociedad. Y, por supuesto, no se puede ignorar que por mandato constitucional, el Estado tiene la obligación de garantizar la vida, la libertad y la seguridad de los habitantes. Por ello, se produce una especie de encadenamiento nefasto en la vida nacional, así: ante el aumento de la criminalidad, disminuye la seguridad, y al reducirse esta, se violenta y destruyen los patrimonios, las relaciones y las posibilidades del desarrollo humano integral y contar con una vida digna y plena.

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Ante este panorama, es necesario destacar que el Estado carece de centros especializados para la atención a los menores en conflicto con la ley. No obstante, se ha obtenido algunos avances, tales como la existencia de la Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia (Código de la Niñez y la Juventud), la ratificación por parte del Congreso de la República de la Convención Americana de los Derechos del Niño y otros instrumentos legales colaterales. Pero esto no significa que exista infraestructura, acciones gubernamentales, estrategia ni política de Estado en materia de prevención del involucramiento de menores en la actividad criminal en el país.

Mucho se ha discutido no sólo respecto a las raíces de la participación de menores en hechos delictivos, se cuestiona la responsabilidad de los padres de familia, la formación moral y espiritual, etc., pero, independientemente de estos factores, también es fundamental contar con un cuerpo legal que disuada y, eventualmente, aisle a los adultos que utilizan, aprovechan, instigan y promueven la participación e involucramiento directo o indirecto de los niños y jóvenes menores de edad en sus fechorías. De esa cuenta, la presente iniciativa de ley pretende, precisamente, endurecer las penas para los adultos que se aprovechen de las condiciones en que vive la mayoría de la niñez y juventud guatemalteca, a efecto que el sistema de justicia, en materia de participación de menores de edad en hechos delictivos, cuente con herramientas legales sólidas, congruentes con la Convención Americana de los Derechos del Niño. Pero todo lo anterior, en directa observancia del estado de derecho, o sea, la plena observancia de las garantías constitucionales vigentes, respecto a la inimputabilidad de los menores de edad.

La presente iniciativa, pretende ser un disuasivo para los adultos que involucran irresponsablemente a menores de edad en los hechos delictivos, ya sea con o sin su consentimiento. Se propone el aumento en las penas de prisión para quienes instiguen, utilicen, aprovechen y promuevan la participación de menores en los hechos delictivos. En palabras del penalista Carnelutti: "La encarcelación tiene este significado profundo: tú que te has creído superior a aquel que has ofendido, eres de tal manera inferior que no mereces otra compañía sino la de aquellos que se han hecho indignos de vivir en sociedad." Pero, por otro lado, se protege que a los menores no se les dé trato de delincuentes sino que se busque la reinserción y resocialización de los mismos, a efecto que al arribar a la mayoría de edad, puedan ser hombres y mujeres de bien para un mejor destino de la nación.

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Además, en el plano más amplio, no podemos negar que esta psicosis colectiva ante la incontenible violencia, provoca que hoy en Guatemala "nos encerramos entre muros, abarrotamos de videocámaras los accesos a nuestros domicilios, contratamos vigilantes armados, usamos vehículos blindados (como los famosos todo-terrenos), vestimos ropa igualmente protectora," cuando se tienen los recursos, y si no se poseen, simplemente somos víctimas de la criminalidad.

El Honorable Pleno del Congreso de la República, tendrá que conocer de la presente iniciativa, la cual es un instrumento sencillo, eficaz y puntual, para disuadir a los adultos que se aprovechan de los menores de edad, y en perfecta concordancia con las tendencias mundiales en materia penal que no criminalizan al menor, ni tampoco buscan su muerte civil, sino todo lo contrario, que se pretende su resocialización, reinserción y acoplamiento a la sociedad. Por ello, creemos que la presente iniciativa debe ser aprobada y entre en inmediata vigencia, ante el gran número de menores que los medios masivos de comunicación y los organismos de seguridad del Estado, reportan que participan en la actividad delictiva que sufre el país.

Guatemala, 26 de junio de 2013.

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DECRETO No. __ -2013

EL CONGRESO DE LA REPÚBLICA DE GUATEMALA

CONSIDERANDO

Que es deber del Estado la protección integral de los menores de edad, y de la sociedad guatemalteca, en el marco de un pleno reconocimiento a los derechos fundamentales; cuando así mismo, se reconoce los graves efectos que para ellos representan las actividades delictivas de la delincuencia organizada.

CONSIDERANDO

Que se hace necesario tomar las medidas pertinentes, a efecto de proteger a los menores de edad, de su correspondiente utilización como instrumentos de la delincuencia organizada; lo cual se considera que puede lograrse mediante la tipificación del delito de inducción de menores de edad a la delincuencia organizada, y mediante un aumento de los efectos del agravante de la utilización de los menores de edad para la comisión de actos delictivos.

POR TANTO

En ejercicio de las atribuciones que le confiere la literal a) del artículo 171 de

la Constitución Política de la República de Guatemala,

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DECRETA:

Artículo 1. Se adiciona un artículo 6 BIS a la Ley contra la Delincuencia Organizada, Decreto número 21-2006 del Congreso de la República, y sus reformas, el cual queda así:

"ARTÍCULO 6 BIS.- INDUCCIÓN DE MENORES DE EDAD A LA DELINCUENCIA ORGANIZADA. Es responsable del delito de inducción de menores de edad a la delincuencia organizada, quien en beneficio propio o de tercero, induzca, promueva, instigue o coaccione a menores de edad, para que de cualquier forma participen en la comisión de cualquiera de los hechos delictivos a que se refiere el artículo 2 de la presente ley, se hayan o no cometido los mismos.

El responsable de este delito será sancionado con pena de prisión de diez a quince años, sin perjuicio de la sanción que corresponda por su responsabilidad en el delito en que se haya utilizado al menor de edad.

Al menor de edad que colabore con la identificación y procesamiento de los responsables de este delito, se le deberá aplicar un Criterio de Oportunidad Reglado, prescindiendo totalmente de su persecución por los hechos cuya participación se le atribuya, de conformidad con el artículo 194 de la Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia."

Artículo 2. Se reforma el numeral 1 O del artículo 27 del Código Penal, Decreto número 17-73 del Congreso de la República y sus reformas, el cual queda así:

"1 O. Cooperación de menores de edad. Cometer el delito utilizando la participación o ayuda de persona menor de edad. El autor o cómplice de hechos delictivos en los que participen menores de edad, será sancionado con el doble de la pena que sanciona el delito cometido."

Artículo 3. Se reforma el inciso f) del artículo 106 de la Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia, Decreto 27-2003 del Congreso de la República y sus reformas, el cual queda así:

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f) Revisar obligatoriamente, bajo su estricta responsabilidad, cada tres (3) meses, las sanciones impuestas en audiencia oral, para la cual convocará al fiscal, al abogado defensor y al equipo técnico responsable de la ejecución de la medida y resolverá sobre su confirmación, revocación o modificación respecto a la forma o modo de cumplimiento de la medida, expresando los motivos de su decisión. Revisará la medida cuando así sea solicitado por alguna de las partes o por el adolescente.

Artículo 4. Se adiciona un segundo párrafo al artículo 133 de la Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia, Decreto 27-2003 del Congreso de la República y sus reformas, de la siguiente forma:

"Cuando se trate de adolescentes con alguna incapacidad o deficiencia mental, que amerite la imposición de una medida de seguridad, la misma se aplicará siguiendo el procedimiento contemplado en el artículo 194 bis de esta ley."

Artículo 5. Se reforma el artículo 179 de la Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia, Decreto 27-2003 del Congreso de la República de Guatemala, el cual queda de la forma siguiente:

"ARTICULO 179. PROCEDENCIA. Se podrá aplicar una medida de coerción únicamente cuando el adolescente está sujeto al proceso y con el objetivo de:

a) Asegurar y garantizar la presencia del adolescente en el proceso; b) Asegurar las pruebas; o, e) Proteger a la víctima, al denunciante o testigos.

La duración máxima de la medida de coerción en ningún caso podrá exceder de dos meses. Vencido éste plazo, sólo podrán ser prorrogadas por el juez mediante auto motivado, a solicitud del fiscal, hasta por un máximo de dos meses más. Cuando se trate de una medida de coerción de privación de libertad provisional en centro de custodia, a solicitud del Ministerio Público, el juzgador, podrá autorizar la prórroga de la privación de libertad por un plazo máximo de cuatro meses. Si hubiere sentencia y ésta fuese apelada, la Sala de la Niñez y Adolescencia podrá prorrogar dicha

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medida de coerción por el tiempo que sea necesario para resolver el caso. De igual forma, procederá la Cámara Penal cuando existiese recurso de casación."

Artículo 6. Se adiciona el artículo 194 bis a la Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia, Decreto 27-2003 del Congreso de la República y sus reformas, el cual queda así:

"Artículo 194 bis. Medidas de seguridad para adolescentes con incapacidad o deficiencia mental. En el supuesto que se advierta que el menor de edad en conflicto con la ley penal, padezca de una incapacidad o deficiencia mental grave, que no le permita discernir sobre las consecuencias del acto que se le atribuye, el juzgador suspenderá el procedimiento, y ordenará su internamiento para diagnostico en un centro especializado.

Una vez recibido el diagnostico correspondiente, se convocará al Ministerio Público, a los padres, tutores o institución responsable del menor, y a la Procuraduría General de la Nación, a una audiencia especial a puerta cerrada, a efecto de resolver sobre la procedencia de la imposición de cualquiera de las siguientes medidas de seguridad:

a) Tratamiento psiquiátrico ambulatorio; o b) Tratamiento psiquiátrico en centro cerrado;

La resolución que ordene las medidas anteriores, señalará el tipo de tratamiento, plazo mínimo, profesional responsable, y centro de internamiento; o en su caso la institución en que se deberá llevar a cabo el tratamiento ambulatorio, con la indicación de la periodicidad de tratamiento mínimo recomendado.

Las medidas de seguridad anteriores deberán revisarse semestralmente, cuando lo solicite cualquiera de las partes, previa opinión favorable profesional responsable del tratamiento."

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Artículo 7. Se reforma el artículo 225 de la Ley de Protección Integral de la Niñez y la Adolescencia, Decreto 27-2003 del Congreso de la República y sus reformas, el cual queda así:

"Artículo 225. Prescripción de la acción. La acción contra infracciones a la ley penal cometida por los adolescentes prescribirá a los quince años, en el caso de delitos contra la vida, delitos sexuales, el secuestro y delitos contra la integridad física; en ocho años cuando se trate de cualquier otro tipo de delito de acción pública. En los delitos de acción privada prescribirá en cuatro años y en contravenciones prescribirá en seis meses. Los plazos señalados para la prescripción de la acción, se contarán a partir del día en que se cometió el delito o la contravención o desde el día en que se decretó la suspensión del proceso."

Artículo 8. Se adiciona el artículo 251 Bis, a la Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia, Decreto 27-2003 del Congreso de la República y sus reformas, el cual queda de la forma siguiente:

"Artículo 251 Bis. Las medidas o sanciones establecidas en los artículos 242, 243, 246, 247, 249, 250 y 251 de la presente Ley, se incrementarán tres veces más de lo señalado en dichos artículos, relacionados con la libertad del presente capítulo. Obsérvese que no hay necesidad de anotaciones en cada artículo que tenga regulada la sanción o medida."

Artículo 9. Se adiciona el artículo 251 Ter, a la Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia, Decreto 27-2003 del Congreso de la República y sus reformas, el cual queda así:

"Artículo 251 Ter. Incumplimiento de la medida o sanc1on. El adolescente está obligado a cumplir con las medidas o sanciones que se le hayan impuesto, al incumplimiento de alguna de ellas, el Juez correspondiente deberá revocar la medida o sanción impuesta y le establecerá otra que considere que el adolescente pueda cumplir. En caso de reincidencia, el Juez deberá revocar las medidas impuestas y sujetarlo a la privación de libertad en régimen cerrado, por el plazo fijado en la

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medida o sanción incumplida, restándole el tiempo efectivamente realizado."

Artículo 10. Se reforma el artículo 252 de la Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia, Decreto 27-2003 del Congreso de la República de Guatemala y sus reformas, el cual queda de la forma siguiente:

"Artículo 252. Privación de libertad en centro especializado de cumplimiento. La sanción de privación de libertad en centro especializado de cumplimiento es de carácter excepcional. Puede ser aplicada sólo en los siguientes casos:

a) Cuando se trate de una conducta realizada mediante grave amenaza o violencia hacia las personas y la propiedad y se trate de un delito contra la vida, la libertad sexual, la libertad individual, robo agravado y tráfico de estupefacientes.

b) Cuando se trate de delito doloso sancionado en el Código penal o leyes especiales, para mayores de edad con pena de prisión superior a seis años.

La sanción de privación de libertad durará un período máximo de quince años para adolescentes entre los quince y menor de dieciocho años, y de seis años para adolescentes con edades entre los trece y menor de quince años.

La sanción de privación de libertad nunca podrá aplicarse cuando no proceda para un adulto, según el Código penal.

Al aplicar una sanción de privación de libertad, el juez deberá considerar el período de detención provisional al que fue sometido el adolescente.

La privación de libertad del adolescente se llevará a cabo de acuerdo al régimen que el Juez señale, tomando en cuenta las circunstancias personales, familiares, sociales y educativas del adolescente."

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Artículo 11. Se adiciona el inciso "d)" al artículo 253 de la Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia, Decreto 27-2003 y sus reformas, el cual queda así:

"d) Los adolescentes mayores de quince años y menores de dieciocho, que hayan cometido un hecho delictivo lesionando o puesto en peligro la vida de las personas, la libertad sexual, el patrimonio, la salud y/o hayan cometido o participado en delito de secuestro, y cuando el Juzgador haya decidido someterlo al régimen cerrado, estarán sujetos a las actividades socioeducativas que se hayan establecido, tales como la educación o alfabetismo y jornadas laborales diarias.

En cuanto a las jornadas laborales diarias, la autoridad encargada de la resocialización y reinserción del adolescente, deberá llevar a cabo todas las acciones pertinentes para el cumplimiento de la jornada laboral del adolescente, contando para ello, la información del oficio o inquietudes para el futuro del mismo.

La jornada laboral del adolescet:lte deberá realizarse bajo la vigilancia y control de la autoridad correspondiente. De ninguna manera los adolescentes podrán ser puestos a disposición de particulares, compañías o personas jurídicas de carácter privado.

La finalidad de la jornada laboral del adolescente será eminentemente para la resocialización y para obtener la remuneración correspondiente, con ello, se deberá indemnizar los daños causados por el delito, las prestaciones alimenticias que estuviere obligado, los pagos a sus acreedores, a la contribución de los gastos ocasionados al Estado y a formar un fondo propio el cual se le deberá entregar al ser liberado. En cuanto a los adolescentes comprendidos en las edades de trece y catorce años, solo estarán sujetos a la alfabetización y educación."

Artículo 12. Se adiciona el artículo 259 Bis, de la Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia, Decreto 27-2003 del Congreso de la República y sus reformas, el cual queda así:

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"Artículo 259 BIS. Comité para el control de la reinsercaon y resocialización del adolescente. Se crea el Comité para el control de la reinserción y resocialización del adolescente, integrado por:

a) Un Magistrado de la Sala de la Niñez y Adolescencia. b) Un Juez de Control de Ejecución de Sanciones. e) Un delegado del Procurador de los Derechos Humanos. d) Un delegado del Fiscal General y Jefe del Ministerio Público. e) Un delegado del Instituto de la Defensa Pública Penal. f) Un delegado de la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia de la

República.

El Comité, dentro de sus funciones, será la autoridad encargada de velar por el cumplimiento de la resocialización y reinserción social de cada uno de los adolescentes sancionados. Deberá fijar las políticas de reinserción a la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia, para el cumplimiento y efectivización de las medidas impuestas que llevan consigo la finalidad de resocialización del adolescente. El Comité tiene la obligación de reunirse al menos una vez al mes para desarrollar y/o controlar las políticas de reinserción y resocialización llevadas a cabo por la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia."

Artículo 13. Vigencia. El presente decreto entrará en vigencia ocho días después de su publicación en el Diario de Centroamérica.

REMITASE AL ORGANISMO EJECUTIVO PARA SU SANCIÓN,

PROMULGACIÓN Y PUBLICACIÓN.

EMITIDO EN EL PALACIO DEL ORGANISMO LEGISLATIVO, EN LA CIUDAD

DE GUATEMALA, EL DE DE DOS MIL

TRECE.

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DIPUTADO(S) PONENTE(S):

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