Obras de Revueltas, Brahms y DvorÀk DiÒxido de titanio · 2018-07-14 · vestigaciones...

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Viernes 6 de julio de 2018 EL UNIVERSAL E10 CULTURA PROYECTO UNAM Texto: Leonardo Huerta Mendoza [email protected] Obras de Revueltas, Brahms y Dvorák Dentro de su Temporada de Verano 2018, la Orquesta Sinfónica de Minería, dirigida por Paolo Bortolameolli, interpretará 8 x radio, de Revueltas; el Concierto para piano y orquesta número 1, de Brahms; y la Sinfonía número 9 Desde el nuevo mundo, de Dvorák, el 14 y 15 de julio (a las 20:00 y 12:00 horas, respectivamente), en la Sala Nezahualcóyotl, en el Centro Cultural Univer sitario. ESPECIAL Optimizan en la UNAM la agricultura de hortalizas Expertos de los institutos de Bio- tecnología, Ciencias Físicas e In- vestigaciones Biomédicas de la UNAM trabajan en invernaderos automatizados para optimizar la agricultura de hortalizas mediante el control de la temperatura, la ra- diación, el pH, la humedad rela- tiva y el fertirriego, y la utilización de biofertilizantes y biofungicidas desarrollados en esta casa de es- tudios. Así, en un invernadero con automatización de nivel medio se logró una producción de entre 380 y 450 toneladas por hectárea al año, cuando en uno comercial es de 225 a 350 toneladas. Obtienen la beca Fulbright- García Robles Veinticuatro integrantes y egresa- dos de la UNAM fueron recono- cidos con la prestigiosa beca Ful- bright-García Robles, que otorga la Comisión México-Estados Uni- dos para el Intercambio Educativo y Cultural. Ya viajaron al vecino país para realizar estudios de pos- grado y estancias de investigación en diversas instituciones. La gene- ración 2018, conformada por 94 becarios procedentes de 21 esta- dos, será apoyada por ese organis- mo binacional, constituido el 27 de noviembre de 1990 por un con- venio firmado entre los gobiernos de ambos países. CORTESÍA UNAM Dióxido de titanio en alimentos y sus efectos en la salud Se adiciona a pastas dentales, productos lácteos, sustitutos de crema para café, polvos para preparar aguas de sabores, dulces…, con el fin de darles una apariencia más atractiva Los aditivos alimentarios son sustancias que se agre- gan a los alimentos proce- sados para mantener du- rante más tiempo su ino- cuidad, frescura, sabor, textura o apariencia. Si bien algunos aditivos se emplean desde hace siglos para conservar los alimentos en buen es- tado, como la sal en carnes y pescados, debido a las necesidades en la preparación de alimentos a gran escala ya se han creado diversas sustancias para preservarlos durante su transporte de las fá- bricas o cocinas industriales a los almacenes y comercios, y de ahí hasta los consumidores. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que los aditivos alimentarios sólo se jus- tifican si satisfacen una necesidad, si no indu- cen a error al consumidor y si se emplean con un objetivo definido, como la conservación del valor nutricional del producto. El dióxido de titanio grado alimenticio es un aditivo alimentario aprobado para consumo hu- mano desde 1960 por la Administración de Ali- mentos y Medicamentos de Estados Unidos y, desde la década de los 70, por el Comité Cien- tífico en Alimentos de Europa bajo la nomen- clatura E171. Se adiciona a pastas dentales, productos lác- teos como leches bajas en grasa, sustitutos de crema para café, polvos para preparar aguas de sabores, dulces y confitados con el fin de darles una apariencia más atractiva, así como a algu- nos multivitamínicos y medicinas en tabletas (como excipiente). El dióxido de titanio grado industrial se usa en productos como pinturas, papel, cerámicas, porcelanas, textiles y plásticos. Con la revolución nanotecnológica, muchos materiales se producen hoy en día en forma na- nométrica (nanopartículas de entre 1 y 100 na- nómetros), con lo cual adquieren otras propie- dades. Éste es el caso del dióxido de titanio gra- do alimenticio y grado industrial, que antes se producía como micropartículas y ahora se pro- duce como una mezcla de micro y nanopartí- culas, o como nanopartículas únicamente. Cuando se fabrican como polvos, uno de los riesgos de todas las nanopartículas o de las mez- clas de micro y nanopartículas, independiente- mente de si son grado alimenticio o grado in- dustrial, es que se pueden inhalar y llegar a zo- nas profundas de los pulmones. La OMS ha emitido recomendaciones en cuanto a los límites de exposición al dióxido de titanio en lugares de trabajo, debido a que existe suficiente evidencia de los posibles daños que ocasiona en el tracto respiratorio. Sin embargo, los efectos al ser consumido en alimentos están menos estudiados, pero justa- mente la evidencia encontrada en los pulmones ha alertado sobre los posibles efectos que ten- dría en el tracto gastrointestinal. Cáncer de colon Cuando se inhala, uno de los efectos del dióxido de titanio grado industrial es la inflamación de las vías respiratorias y por ello el dióxido de ti- tanio grado alimenticio podría exacerbar pro- cesos inflamatorios ya presentes en el tracto in- testinal como consecuencia de enfermedades intestinales o colitis. En los últimos años se han hecho innume- rables estudios de este aditivo en el tracto res- piratorio, pero muy pocos relacionados con el tracto gastrointestinal, ninguno de los cuales in- vestigó su relación con el cáncer de colon. En 2016, Yolanda Irasema Chirino López y sus colaboradores de la Facultad de Estudios Supe- riores (FES) Iztacala de la UNAM publicaron el primer estudio en que se demostró la capacidad del dióxido de titanio grado alimenticio para exacerbar la formación de tumores en ratones y al año siguiente un grupo de investigadores en Francia publicó otro estudio en ratas. “Comenzamos nuestro estudio en 2014 y se publicó en 2016. Para realizarlo partimos de esta hipótesis: no es lo mismo que una persona con- suma el aditivo E171 cuando está sana que cuan- do tiene algún proceso inflamatorio en el tracto gastrointestinal o incluso una enfermedad cró- nica como colitis.” En su trabajo, los investigadores universita- rios querían saber si la exposición intragástrica a este aditivo exacerbaba la formación de tumo- res en ratones con cáncer de colon. “Comenzamos nuestro estudio en 2014 y se publicó en 2016. Para realizarlo partimos de esta hipótesis: no es lo mismo que una persona consuma el aditivo E171 cuando está sana que cuando tiene algún proceso inflamatorio en el tracto gastrointestinal o incluso una enfermedad crónica como colitis” YOLANDA IRASEMA CHIRINO LÓPEZ Profesora de la Unidad de Biomedicina y titular del Laboratorio de Carcinogénesis y Toxicología de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la UNAM “Efectivamente encontramos que sí lo hacía cuando el cáncer de colon ya estaba presente. Mientras los animales con cáncer de colon tenían cinco tumores, los que consumieron el aditivo E171 durante el desarrollo de la enfermedad lle- garon a tener 20”, puntualiza Chirino López. No obstante, aun cuando los animales sanos (es decir, libres de cáncer) que consumieron el aditivo E171 no presentaron tumores, tenían le- siones precarcinogénicas en el colon. “Cabe señalar que estos hechos observados no fueron resultado de una sola exposición al dióxido de titanio, sino del consumo de este adi- tivo a lo largo de 10 semanas, lo cual representa menos de 10% de la vida de un ratón. Esto sería similar al consumo de dióxido de titanio por parte no de una persona que se come una dona cubierta con azúcar glas, sino de alguien que lo ingiere diariamente en distintos alimentos, in- cluyendo la pasta de dientes y el sustituto de crema para café, durante muchos años.” Alteraciones en las células A los investigadores les interesaba descubrir có- mo ocurren los cambios dentro de las células a partir del consumo de dióxido de titanio. Por eso hicieron experimentos con cultivos celulares. “Así encontramos que las células internalizan este aditivo en vesículas y, al dividirse, las células hijas llevan consigo cierto número de esas ve- sículas, lo cual es preocupante porque durante la división celular el ácido desoxirribonucleico (ADN) queda expuesto”, dice Chirino López. Ahora quieren saber si es posible que, después de dividirse varias veces, las células tengan mu- taciones, no necesariamente en la primera ge- neración. Como parte de su proyecto de doc- torado, la bióloga Carolina Rodríguez lleva a ca- bo un estudio en el que deja que las células se dividan y les “pre gunta” a las nuevas genera- ciones celulares si hay cambios. Consumo en niños y adultos En los Países Bajos y el Reino Unido se han hecho análisis para establecer qué cantidad de dióxido de titanio contienen los alimentos y si está en forma nanométrica. En México no se cuenta con información precisa al respecto porque la ley no obliga a declararla; con todo, en la etiqueta de algunos dulces sí se indica su presencia. De acuerdo con el más reciente reporte de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, en países como Alemania, Bélgica, Italia y los Países Bajos, los niños consumen este aditivo más que los adultos porque está presente en productos como dulces y confitería. “Como en México no tenemos información precisa de qué productos lo contienen, no po- demos estimar con precisión si nuestros niños lo consumen más que los adultos. Por otro lado, yo no tengo conocimiento de que, a nivel gu- bernamental, haya algún interés por estimar di- cho consumo o por conocer los efectos tóxicos de este aditivo”, refiere Chirino López. Reunión en Holanda Debido a que la Autoridad de Seguridad Ali- mentaria y del Consumidor de los Países Bajos tiene un gran interés en conocer los posibles efectos adversos del aditivo E171 en la salud hu- mana, organizó en Amsterdam una reunión que se celebró esta semana. En ella, Chirino López y otros seis investiga- dores presentaron sus hallazgos científicos y, en conjunto con otros ocho participantes de los Países Bajos, Francia, Noruega, el Reino Unido, Alemania, Suiza y Dinamarca, discutieron sobre el tema. Los investigadores universitarios y los holan- deses quieren hacer un estudio en México y Ho- landa, en el que, vía oral, les darían el aditivo E171 a voluntarios y les practicarían pruebas bioquí- micas y estudios médicos para saber si hay algún tipo de efecto en el colon, específicamente. “Los científicos queremos mejorar la calidad de vida del ser humano en todos los ámbitos. Conocer los efectos de los aditivos que consu- mimos en la vida diaria nos hará estar alertas y tomar decisiones. La UNAM nos ha formado pa- ra hacer, por medio de la investigación, un bien s o cial”, finaliza Chirino López. b FOTOS: ESPECIAL El dióxido de titanio grado alimenticio es un aditivo alimentario aprobado para consumo humano bajo la nomenclatura E171.

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Viernes 6 de julio de 2018 EL UNIVERSALE10 CU LT U R A

PROYECTO UNAM Texto: Leonardo Huerta Mendozasabina0210 @hotmail.com

Obras de Revueltas, Brahms y DvorákDentro de su Temporada de Verano 2018, la Orquesta Sinfónica de Minería,dirigida por Paolo Bortolameolli, interpretará 8 x radio, de Revueltas; elConcierto para piano y orquesta número 1, de Brahms; y la Sinfonía número9 Desde el nuevo mundo, de Dvorák, el 14 y 15 de julio (a las 20:00 y 12:00horas, respectivamente), en la Sala Nezahualcóyotl, en el Centro CulturalUniver sitario.

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C I A L Optimizan en la

UNAM la agriculturade hortalizasExpertos de los institutos de Bio-tecnología, Ciencias Físicas e In-vestigaciones Biomédicas de laUNAM trabajan en invernaderosautomatizados para optimizar laagricultura de hortalizas medianteel control de la temperatura, la ra-diación, el pH, la humedad rela-tiva y el fertirriego, y la utilizaciónde biofertilizantes y biofungicidasdesarrollados en esta casa de es-tudios. Así, en un invernadero conautomatización de nivel medio selogró una producción de entre 380y 450 toneladas por hectárea alaño, cuando en uno comercial esde 225 a 350 toneladas.

Obtienen labeca Fulbright-García RoblesVeinticuatro integrantes y egresa-dos de la UNAM fueron recono-cidos con la prestigiosa beca Ful-bright-García Robles, que otorgala Comisión México-Estados Uni-dos para el Intercambio Educativoy Cultural. Ya viajaron al vecinopaís para realizar estudios de pos-grado y estancias de investigaciónen diversas instituciones. La gene-ración 2018, conformada por 94becarios procedentes de 21 esta-dos, será apoyada por ese organis-mo binacional, constituido el 27de noviembre de 1990 por un con-venio firmado entre los gobiernosde ambos países.

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Dióxido de titanioen alimentos y sus efectos en la salud

Se adiciona a pastasdentales, productoslácteos, sustitutos decrema para café, polvospara preparar aguasde sabores, dulces…,con el fin de darles unaapariencia más atractiva

Los aditivos alimentariosson sustancias que se agre-gan a los alimentos proce-sados para mantener du-rante más tiempo su ino-

cuidad, frescura, sabor, textura o apariencia.Si bien algunos aditivos se emplean desde hace

siglos para conservar los alimentos en buen es-tado, como la sal en carnes y pescados, debidoa las necesidades en la preparación de alimentosa gran escala ya se han creado diversas sustanciaspara preservarlos durante su transporte de las fá-bricas o cocinas industriales a los almacenes ycomercios, y de ahí hasta los consumidores.

La Organización Mundial de la Salud (OMS)señala que los aditivos alimentarios sólo se jus-tifican si satisfacen una necesidad, si no indu-cen a error al consumidor y si se emplean conun objetivo definido, como la conservación delvalor nutricional del producto.

El dióxido de titanio grado alimenticio es unaditivo alimentario aprobado para consumo hu-mano desde 1960 por la Administración de Ali-mentos y Medicamentos de Estados Unidos y,desde la década de los 70, por el Comité Cien-tífico en Alimentos de Europa bajo la nomen-clatura E171.

Se adiciona a pastas dentales, productos lác-teos como leches bajas en grasa, sustitutos decrema para café, polvos para preparar aguas desabores, dulces y confitados con el fin de darlesuna apariencia más atractiva, así como a algu-nos multivitamínicos y medicinas en tabletas(como excipiente).

El dióxido de titanio grado industrial se usa enproductos como pinturas, papel, cerámicas,porcelanas, textiles y plásticos.

Con la revolución nanotecnológica, muchosmateriales se producen hoy en día en forma na-nométrica (nanopartículas de entre 1 y 100 na-nómetros), con lo cual adquieren otras propie-dades. Éste es el caso del dióxido de titanio gra-do alimenticio y grado industrial, que antes seproducía como micropartículas y ahora se pro-duce como una mezcla de micro y nanopartí-culas, o como nanopartículas únicamente.

Cuando se fabrican como polvos, uno de losriesgos de todas las nanopartículas o de las mez-clas de micro y nanopartículas, independiente-mente de si son grado alimenticio o grado in-dustrial, es que se pueden inhalar y llegar a zo-nas profundas de los pulmones.

La OMS ha emitido recomendaciones encuanto a los límites de exposición al dióxido detitanio en lugares de trabajo, debido a que existesuficiente evidencia de los posibles daños queocasiona en el tracto respiratorio.

Sin embargo, los efectos al ser consumido enalimentos están menos estudiados, pero justa-mente la evidencia encontrada en los pulmonesha alertado sobre los posibles efectos que ten-dría en el tracto gastrointestinal.

Cáncer de colonCuando se inhala, uno de los efectos del dióxidode titanio grado industrial es la inflamación delas vías respiratorias y por ello el dióxido de ti-tanio grado alimenticio podría exacerbar pro-cesos inflamatorios ya presentes en el tracto in-testinal como consecuencia de enfermedadesintestinales o colitis.

En los últimos años se han hecho innume-rables estudios de este aditivo en el tracto res-piratorio, pero muy pocos relacionados con eltracto gastrointestinal, ninguno de los cuales in-vestigó su relación con el cáncer de colon.

En 2016, Yolanda Irasema Chirino López y suscolaboradores de la Facultad de Estudios Supe-riores (FES) Iztacala de la UNAM publicaron elprimer estudio en que se demostró la capacidaddel dióxido de titanio grado alimenticio paraexacerbar la formación de tumores en ratonesy al año siguiente un grupo de investigadores enFrancia publicó otro estudio en ratas.

“Comenzamos nuestro estudio en 2014 y sepublicó en 2016. Para realizarlo partimos de estahipótesis: no es lo mismo que una persona con-suma el aditivo E171 cuando está sana que cuan-do tiene algún proceso inflamatorio en el tractogastrointestinal o incluso una enfermedad cró-nica como colitis.”

En su trabajo, los investigadores universita-rios querían saber si la exposición intragástricaa este aditivo exacerbaba la formación de tumo-res en ratones con cáncer de colon.

“Comenzamos nuestro estudio en2014 y se publicó en 2016. Pararealizarlo partimos de estahipótesis: no es lo mismo que unapersona consuma el aditivo E171cuando está sana que cuandotiene algún proceso inflamatorioen el tracto gastrointestinal oincluso una enfermedad crónicacomo colitis”YOLANDA IRASEMA CHIRINO LÓPEZProfesora de la Unidad de Biomedicina y titular delLaboratorio de Carcinogénesis y Toxicología de laFacultad de Estudios Superiores Iztacala de la UNAM

“Efectivamente encontramos que sí lo hacíacuando el cáncer de colon ya estaba presente.Mientras los animales con cáncer de colon teníancinco tumores, los que consumieron el aditivoE171 durante el desarrollo de la enfermedad lle-garon a tener 20”, puntualiza Chirino López.

No obstante, aun cuando los animales sanos(es decir, libres de cáncer) que consumieron eladitivo E171 no presentaron tumores, tenían le-siones precarcinogénicas en el colon.

“Cabe señalar que estos hechos observadosno fueron resultado de una sola exposición aldióxido de titanio, sino del consumo de este adi-tivo a lo largo de 10 semanas, lo cual representamenos de 10% de la vida de un ratón. Esto seríasimilar al consumo de dióxido de titanio porparte no de una persona que se come una donacubierta con azúcar glas, sino de alguien que loingiere diariamente en distintos alimentos, in-cluyendo la pasta de dientes y el sustituto decrema para café, durante muchos años.”

Alteraciones en las célulasA los investigadores les interesaba descubrir có-mo ocurren los cambios dentro de las células apartir del consumo de dióxido de titanio. Por esohicieron experimentos con cultivos celulares.

“Así encontramos que las células internalizaneste aditivo en vesículas y, al dividirse, las célulashijas llevan consigo cierto número de esas ve-sículas, lo cual es preocupante porque durantela división celular el ácido desoxirribonucleico(ADN) queda expuesto”, dice Chirino López.

Ahora quieren saber si es posible que, despuésde dividirse varias veces, las células tengan mu-taciones, no necesariamente en la primera ge-neración. Como parte de su proyecto de doc-torado, la bióloga Carolina Rodríguez lleva a ca-bo un estudio en el que deja que las células sedividan y les “pre gunta” a las nuevas genera-ciones celulares si hay cambios.

Consumo en niños y adultosEn los Países Bajos y el Reino Unido se hanhecho análisis para establecer qué cantidad dedióxido de titanio contienen los alimentos y siestá en forma nanométrica. En México no secuenta con información precisa al respectoporque la ley no obliga a declararla; con todo,en la etiqueta de algunos dulces sí se indica supre s encia.

De acuerdo con el más reciente reporte de laAutoridad Europea de Seguridad Alimentaria,en países como Alemania, Bélgica, Italia y losPaíses Bajos, los niños consumen este aditivomás que los adultos porque está presente enproductos como dulces y confitería.

“Como en México no tenemos informaciónprecisa de qué productos lo contienen, no po-demos estimar con precisión si nuestros niñoslo consumen más que los adultos. Por otro lado,yo no tengo conocimiento de que, a nivel gu-bernamental, haya algún interés por estimar di-cho consumo o por conocer los efectos tóxicosde este aditivo”, refiere Chirino López.

Reunión en HolandaDebido a que la Autoridad de Seguridad Ali-mentaria y del Consumidor de los Países Bajostiene un gran interés en conocer los posiblesefectos adversos del aditivo E171 en la salud hu-mana, organizó en Amsterdam una reunión quese celebró esta semana.

En ella, Chirino López y otros seis investiga-dores presentaron sus hallazgos científicos y, enconjunto con otros ocho participantes de losPaíses Bajos, Francia, Noruega, el Reino Unido,Alemania, Suiza y Dinamarca, discutieron sobreel tema.

Los investigadores universitarios y los holan-deses quieren hacer un estudio en México y Ho-landa, en el que, vía oral, les darían el aditivo E171a voluntarios y les practicarían pruebas bioquí-micas y estudios médicos para saber si hay algúntipo de efecto en el colon, específicamente.

“Los científicos queremos mejorar la calidadde vida del ser humano en todos los ámbitos.Conocer los efectos de los aditivos que consu-mimos en la vida diaria nos hará estar alertas ytomar decisiones. La UNAM nos ha formado pa-ra hacer, por medio de la investigación, un biens o cial”, finaliza Chirino López. b

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El dióxido de titanio grado alimenticio es un aditivo alimentario aprobado para consumohumano bajo la nomenclatura E171.