Oración sobre las ofrendas NuestraIglesia

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Se pueden añadir algunas intenciones libres. Escucha, Padre la oración de tus hijos que quieren vivir aquí, y desde ahora, la felici- dad que has prometido a los que viven como auténticos hijos tuyos, siendo verdaderos hermanos de todos. Te lo pedimos por Jesu- cristo, nuestro Señor. R/. Amén. (sólo la reza el sacerdote) Concédenos, Señor, que las ofrendas que te presentamos sean gratas a los ojos de tu majestad, nos consigan la gracia de servirte con amor y nos obtengan el fruto de una eternidad dichosa. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén. Después de recibir este don sagrado, te suplicamos humildemente, Señor, que este sacrificio que tu Hijo nos mandó celebrar como memorial suyo nos haga crecer en el amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén En la sociedad en que vivimos, existen muchos signos que nos conducen a la tristeza y el desaliento, como la violencia física y psicológica en las familias, en los barrios, en las cárceles o en la política, la destrucción del medio ambiente y el tráfico de personas, de armas y de estupe- facientes. Pero también hay signos de esperanza y alegría, como la bondad, la generosidad y la solidaridad de un sinnúmero de perso- nas con los más débiles, el optimismo y la pasión de muchos jóvenes que sueñan en un mañana mejor para todos y el cuidado de la naturaleza. Ante estos signos opuestos, podemos preguntarnos ¿qué es lo que pesa más en Semanario Litúrgico Nº 2106 NuestraIglesia Arquidiócesis de Guayaquil XXXIII DOMINGO ORDINARIO • CICLO B • NOVIEMBRE 14, 2021 Oración sobre las ofrendas 9 Oración para después de la Comunión 10 Esperanza LITURGIA DE LA EUCARISTÍA nosotros: el desaliento o la esperanza, la tristeza o la alegría, la cobardía o la valen- tía…? Jesús nos recuerda que la vida tiene un final glorioso y que, por lo mismo, vale la pena esforzarnos por construir una cultura de paz, de solidaridad, de amor y de verdad como el camino más seguro para alejar las tinieblas de la violencia, de la indiferencia, del odio y de la mentira. La esperanza, de este modo, se transforma en una fuerza interior para sacarnos de toda pasividad y cobardía y lanzarnos a una vida llena de sentido; una esperanza, por supuesto, arraigada en Jesucristo, quien nos asegura que todo puede pasar menos sus Palabras. Semanario Litúrgico Nº 2106 - Tiraje:........... Director: P. César Piechestein @arquidiocesisgye www.arquidiocesisdeguayaquil.org.ec L 15 M 16 M 17 J 18 V 19 S 20 D 21 Santoral y Lecturas diarias | 15 AL 21 DE NOVIEMBRE DE 2021 S. ALBERTO MAGNO, obispo y doctor de la Iglesia Mac 1,10-15.41-43.54-57.62-64/ Sal 118/ Lc 18,35-43 S. GERTRUDIS, virgen 2 Mac 6,18-31/ Sal 3/ Lc 19,1-10 S. ISABEL DE HUNGRÍA, memoria 2 Mac 7,1.20-31/ Sal 16/ Lc 19,11-28 DEDICACIÓN DE LA BASÍLICA DE LOS SANTOS PEDRO Y PABLO, apóstoles 1 Mac 2,15-29/ Sal 49/ Lc 19,41-44 S. MATILDE, monja de la orden 1 Mac 4,36-37.52-59/Sal Resp. 1 Cron 29/ Lc 19,45-48 S. EDMUNDO, rey y mártir 1 Mac 6,1-13/ Sal 9/ Lc 20,27-40 JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO, solemnidad Dan 7,13-14/ Sal 92/Ap 1,5-8/ Jn 18,33-37

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Page 1: Oración sobre las ofrendas NuestraIglesia

El profeta Daniel nos habla del fin del mundo, de la resurrección de los muertos y del juicio que abrirá a los hombres las puertas de la vida eterna.

Del libro del profeta Daniel 12, 1 - 3

En aquel tiempo, se levantará Miguel, el gran príncipe que defiende a tu pueblo.

Será aquél un tiempo de angustia, como no lo hubo desde el principio del mundo. Entonces se salvará tu pueblo; todos aque llos que están escritos en el libro. Muchos de los que duermen en el polvo, desperta-rán: unos para la vida eterna, otros para el eterno castigo.

Los guías sabios brillarán como el es- plendor del firmamento, y los que ense-ñan a muchos la justicia, resplandecerán como estrellas por toda la eternidad.

Palabra de Dios. R/. Te alabamos, Señor.

R/. Enséñanos, Señor, el camino de la vida.

El Señor es la parte que me ha tocadoen herencia:mi vida está en sus manos.Tengo siempre presente al Señory con él a mi lado, jamás tropezaré.

R/. Enséñanos, Señor, el camino de la vida.

Por eso se me alegran el corazón y el alma

y mi cuerpo vivirá tranquilo,porque tú no me abandonarás a la muerteni dejarás que sufra yo la corrupción.

R/. Enséñanos, Señor, el camino de la vida.

Enséñame el camino de la vida,sáciame de gozo en tu presenciay de alegría perpetua junto a ti.

R/. Enséñanos, Señor, el camino de la vida.

La lectura de hoy nos recuerda que Jesu-cristo nos ha regalado lo que los antiguos sacrificios no podían lograr: el perdón de los pecados y el acceso definitivo al Padre.

De la carta a los hebreos 10, 11-14. 18

Hermanos: En la antigua alianza los sacerdotes ofrecían en el templo, diaria-mente y de pie, los mismos sacrificios, que no podían perdonar los pecados. Cristo, en cambio, ofreció un solo sacrifi-cio por los pecados y se sentó para siem-pre a la derecha de Dios; no le queda sino aguardar a que sus enemigos sean puestos bajo sus pies. Así, con una sola ofrenda, hizo perfectos para siempre a los que ha santificado. Porque una vez que los peca-dos han sido perdonados, ya no hacen falta más ofrendas por ellos.

Palabra de Dios. R/. Te alabamos, Señor.

(cf. Lc 21, 36)R/. Aleluya, aleluya.

Velen y oren, para que puedan presen-tarse sin temor ante el Hijo del hombre.

R/. Aleluya, aleluya.

Hoy se nos pide que miremos al cielo, de donde vendrá el Hijo del hombre el día señalado por Dios para juzgar al mundo.

Del santo Evangelio según sanMarcos 13, 24 - 32

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Cuando lleguen aquellos días, después de la gran tribulación, la luz del sol se apagará, no brillará la luna, caerán del cielo las estrellas y el universo entero se conmoverá. Enton-ces verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con gran poder y majestad. Y él enviará a sus ángeles a congregar a sus elegidos desde los cuatro puntos cardinales y desde lo más profundo de la tierra a lo más alto del cielo.

Entiendan esto con el ejemplo de la higuera. Cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las hojas, ustedes saben que el verano está cerca. Así también, cuando vean ustedes que suceden estas cosas, sepan que el fin ya está cerca, ya está a la puerta. En verdad que no pasará esta generación sin que todo esto se cumpla. Podrán dejar de existir el cielo y la tierra, pero mis palabras no dejarán de cumplirse. Nadie conoce el día ni la hora. Ni los ángeles del cielo ni el Hijo; solamente el Padre".

Palabra del SeñorR/. Gloria a ti, Señor Jesús.

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Escucha, Padre la oración de tus hijos que quieren vivir aquí, y desde ahora, la felici-dad que has prometido a los que viven como auténticos hijos tuyos, siendo verdaderos hermanos de todos. Te lo pedimos por Jesu-cristo, nuestro Señor. R/. Amén.

(sólo la reza el sacerdote)

Concédenos, Señor, que las ofrendas que te presentamos sean gratas a los ojos de tu majestad, nos consigan la gracia de servirte con amor y nos obtengan el fruto de una eternidad dichosa. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén.

Después de recibir este don sagrado, te suplicamos humildemente, Señor, que este sacrificio que tu Hijo nos mandó celebrar como memorial suyo nos haga crecer en el amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén

Creo en Dios, Padre todopoderoso, Crea-dor del cielo y de la tierra.

Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María Vir- gen, padeció bajo el poder de Poncio Pi- lato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resu-citó entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre to- dopoderoso.Desde allí vendrá a juzgar a vivos y muer-tos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Igle- sia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. R/. Amén.

Pidamos confiadamente a Dios, nuestro

Padre, que nos ayude a vivir todos los días de nuestra vida como si fueran el último. diciendo: Padre, escúchanos.

1. Por toda la Iglesia, para que sea signo del amor de Dios por todos los hombres. Oremos.

2. Por los pueblos del mundo, para que el Espíritu les avive el deseo de una convi-vencia justa y pacífica. Oremos.

3. Por los matrimonios, para que sepan re- novar siempre su amor, en la fidelidad y la vida compartida. Oremos.

4. Por todos los que trabajan al servicio de la fe y las comunidades cristianas, para que sean fieles a la obra del Espíritu de Dios en su ministerio. Oremos.

En la sociedad en que vivimos, existen muchos signos que nos conducen a la tristeza y el desaliento, como la violencia física y psicológica en las familias, en los barrios, en las cárceles o en la política, la destrucción del medio ambiente y el tráfico de personas, de armas y de estupe-facientes.

Pero también hay signos de esperanza y alegría, como la bondad, la generosidad y la solidaridad de un sinnúmero de perso-nas con los más débiles, el optimismo y la pasión de muchos jóvenes que sueñan en un mañana mejor para todos y el cuidado de la naturaleza.

Ante estos signos opuestos, podemos preguntarnos ¿qué es lo que pesa más en

Semanario Litúrgico Nº 2106

NuestraIglesiaArquidiócesis de Guayaquil

X X X I I I D O M I N G O O R D I N A R I O • C I C LO B • N O V I E M B R E 1 4 , 2 0 2 1

Oración sobre las ofrendas9

Oración para después de la Comunión10

Esperanza

LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

nosotros: el desaliento o la esperanza, la tristeza o la alegría, la cobardía o la valen-tía…?

Jesús nos recuerda que la vida tiene un final glorioso y que, por lo mismo, vale la pena esforzarnos por construir una cultura de paz, de solidaridad, de amor y de verdad como el camino más seguro para alejar las tinieblas de la violencia, de la indiferencia, del odio y de la mentira.

La esperanza, de este modo, se transforma en una fuerza interior para sacarnos de toda pasividad y cobardía y lanzarnos a una vida llena de sentido; una esperanza, por supuesto, arraigada en Jesucristo, quien nos asegura que todo puede pasar menos sus Palabras.

Semanario Litúrgico Nº 2106 - Tiraje:........... Director: P. César Piechestein @arquidiocesisgye

www.arquidiocesisdeguayaquil.org.ec

L 15M 16M 17J 18V 19S 20D 21

Santoral y Lecturas diarias | 15 AL 21 DE NOVIEMBRE DE 2021S. ALBERTO MAGNO, obispo y doctor de la Iglesia • Mac 1,10-15.41-43.54-57.62-64/ Sal 118/ Lc 18,35-43S. GERTRUDIS, virgen • 2 Mac 6,18-31/ Sal 3/ Lc 19,1-10S. ISABEL DE HUNGRÍA, memoria • 2 Mac 7,1.20-31/ Sal 16/ Lc 19,11-28DEDICACIÓN DE LA BASÍLICA DE LOS SANTOS PEDRO Y PABLO, apóstoles • 1 Mac 2,15-29/ Sal 49/ Lc 19,41-44S. MATILDE, monja de la orden • 1 Mac 4,36-37.52-59/Sal Resp. 1 Cron 29/ Lc 19,45-48S. EDMUNDO, rey y mártir • 1 Mac 6,1-13/ Sal 9/ Lc 20,27-40JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO, solemnidad • Dan 7,13-14/ Sal 92/Ap 1,5-8/ Jn 18,33-37

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El profeta Daniel nos habla del fin del mundo, de la resurrección de los muertos y del juicio que abrirá a los hombres las puertas de la vida eterna.

Del libro del profeta Daniel 12, 1 - 3

En aquel tiempo, se levantará Miguel, el gran príncipe que defiende a tu pueblo.

Será aquél un tiempo de angustia, como no lo hubo desde el principio del mundo. Entonces se salvará tu pueblo; todos aque llos que están escritos en el libro. Muchos de los que duermen en el polvo, desperta-rán: unos para la vida eterna, otros para el eterno castigo.

Los guías sabios brillarán como el es- plendor del firmamento, y los que ense-ñan a muchos la justicia, resplandecerán como estrellas por toda la eternidad.

Palabra de Dios. R/. Te alabamos, Señor.

R/. Enséñanos, Señor, el camino de la vida.

El Señor es la parte que me ha tocadoen herencia:mi vida está en sus manos.Tengo siempre presente al Señory con él a mi lado, jamás tropezaré.

R/. Enséñanos, Señor, el camino de la vida.

Por eso se me alegran el corazón y el alma

y mi cuerpo vivirá tranquilo,porque tú no me abandonarás a la muerteni dejarás que sufra yo la corrupción.

R/. Enséñanos, Señor, el camino de la vida.

Enséñame el camino de la vida,sáciame de gozo en tu presenciay de alegría perpetua junto a ti.

R/. Enséñanos, Señor, el camino de la vida.

La lectura de hoy nos recuerda que Jesu-cristo nos ha regalado lo que los antiguos sacrificios no podían lograr: el perdón de los pecados y el acceso definitivo al Padre.

De la carta a los hebreos 10, 11-14. 18

Hermanos: En la antigua alianza los sacerdotes ofrecían en el templo, diaria-mente y de pie, los mismos sacrificios, que no podían perdonar los pecados. Cristo, en cambio, ofreció un solo sacrifi-cio por los pecados y se sentó para siem-pre a la derecha de Dios; no le queda sino aguardar a que sus enemigos sean puestos bajo sus pies. Así, con una sola ofrenda, hizo perfectos para siempre a los que ha santificado. Porque una vez que los peca-dos han sido perdonados, ya no hacen falta más ofrendas por ellos.

Palabra de Dios. R/. Te alabamos, Señor.

(cf. Lc 21, 36)R/. Aleluya, aleluya.

Velen y oren, para que puedan presen-tarse sin temor ante el Hijo del hombre.

R/. Aleluya, aleluya.

Hoy se nos pide que miremos al cielo, de donde vendrá el Hijo del hombre el día señalado por Dios para juzgar al mundo.

Del santo Evangelio según sanMarcos 13, 24 - 32

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Cuando lleguen aquellos días, después de la gran tribulación, la luz del sol se apagará, no brillará la luna, caerán del cielo las estrellas y el universo entero se conmoverá. Enton-ces verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con gran poder y majestad. Y él enviará a sus ángeles a congregar a sus elegidos desde los cuatro puntos cardinales y desde lo más profundo de la tierra a lo más alto del cielo.

Entiendan esto con el ejemplo de la higuera. Cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las hojas, ustedes saben que el verano está cerca. Así también, cuando vean ustedes que suceden estas cosas, sepan que el fin ya está cerca, ya está a la puerta. En verdad que no pasará esta generación sin que todo esto se cumpla. Podrán dejar de existir el cielo y la tierra, pero mis palabras no dejarán de cumplirse. Nadie conoce el día ni la hora. Ni los ángeles del cielo ni el Hijo; solamente el Padre".

Palabra del SeñorR/. Gloria a ti, Señor Jesús.

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Escucha, Padre la oración de tus hijos que quieren vivir aquí, y desde ahora, la felici-dad que has prometido a los que viven como auténticos hijos tuyos, siendo verdaderos hermanos de todos. Te lo pedimos por Jesu-cristo, nuestro Señor. R/. Amén.

(sólo la reza el sacerdote)

Concédenos, Señor, que las ofrendas que te presentamos sean gratas a los ojos de tu majestad, nos consigan la gracia de servirte con amor y nos obtengan el fruto de una eternidad dichosa. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén.

Después de recibir este don sagrado, te suplicamos humildemente, Señor, que este sacrificio que tu Hijo nos mandó celebrar como memorial suyo nos haga crecer en el amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén

Creo en Dios, Padre todopoderoso, Crea-dor del cielo y de la tierra.

Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María Vir- gen, padeció bajo el poder de Poncio Pi- lato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resu-citó entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre to- dopoderoso.Desde allí vendrá a juzgar a vivos y muer-tos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Igle- sia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. R/. Amén.

Pidamos confiadamente a Dios, nuestro

Padre, que nos ayude a vivir todos los días de nuestra vida como si fueran el último. diciendo: Padre, escúchanos.

1. Por toda la Iglesia, para que sea signo del amor de Dios por todos los hombres. Oremos.

2. Por los pueblos del mundo, para que el Espíritu les avive el deseo de una convi-vencia justa y pacífica. Oremos.

3. Por los matrimonios, para que sepan re- novar siempre su amor, en la fidelidad y la vida compartida. Oremos.

4. Por todos los que trabajan al servicio de la fe y las comunidades cristianas, para que sean fieles a la obra del Espíritu de Dios en su ministerio. Oremos.

Oración colecta1

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura2

Profesión de fe7

Concédenos, Señor, Dios nuestro, alegrar-nos siempre en tu servicio, porque la felici-dad completa y verdadera está en que seamos fieles a ti, autor de todo bien. Por

nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. R/. Amén

Oración de los fieles8

Segunda Lectura4

Se dice Gloria

SANTO EVANGELIO6

Salmo responsorial3 [15]

Aclamación antes del Evangelio5