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CATEQUESIS CUARTA

Os haré pescadores de hombres

VOLVER A LA ESCUELA

DE JESÚS

NIHIL OBSTATVicaría para la Evangelización y Transmisión de la Fe

IMPRIMATURMons. Javier Salinas ViñalsObispo Auxiliar de ValenciaVicario para la Evangelización y Transmisión de la Fe1 de septiembre de 2017

EDICIÓNSeptiembre 2017

Textos bíblicos tomados de Sagrada Biblia.Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española,BAC, Madrid 2011

Arzobispado de Valencia

Documento para uso interno. No se permite su comercialización.

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Nota introductoria

Ofrecemos este material como una especie de mochila para el animador. Como la guía que acostumbra a leer un viajero antes de adentrarse en un país desconcido. Acudid a ella ante cualquier duda. Podreís despertar vuestra creatividad, ver sugerencias y conocer, sencillamente, la liturgia que celebramos.Con sencillez, buscamos reunirnos para escuchar la Palabra de Dios y ponerla en práctica. Ofrecemos sugerencias para aprovecharla mejor. Es una herramienta para echaros una mano en las reuniones, no es la reunión. Encontraréis información para profundizar y dar razón de nuestra fe, ideas y propuestas para el desarrollo de vuestras sesiones. No debéis hacerlo todo.

El lugar donde habéis escogido reuniros (bien sea en casas particulares, locales parroquiales, en una sala de reuniones, etc) es el más apropiado. No todos disponemos de un oratorio o capilla. Mediante las ideas que os sugerimos, sencillamente, os invitamos a ambientar un sitio acogedor: la Biblia abierta encima de la mesa, una vela, una cruz o un icono, la música... os será de mucha ayuda.

Tengamos cuidado en no caer en el error de convertir al animador en un director de orquesta o un ponente. No se trata de que el diga, lea o haga todo. No somos nosotros los protagonistas de la reunión. Lo más importante es saber que Jesús nos va a hablar, que Dios tiene algo que decirnos. Cuanto más participava sea la lectio divina, y más implicados se sientan los participantes a hablar y colaborar, más rica será la experiencia. Hablar de la Palabra de Dios y dejarse hablar por ella.

El protagonista de la lectura orante de la Palabra de Dios es siempre el Espíritu Santo. No lo olvidemos. No somos nosotros quienes evangelizamos, sino que es Dios mismo quien toma la iniciativa, quien nos primerea. Es el Espíritu quien hace las cosas: quien hace nacer y crecer al grupo de seguidores de Jesús. Basta con proclamar y leer la Palabra de Dios (¿qué dice el texto?), contemplar (¿qué nos dice Jesús sobre cómo es Dios?), meditar (¿qué nos dice el texto a nosotros hoy?) y pasar a la acción (¿cómo ponemos la Palabra en práctica?). Todo esto con senzillez.

En color rojo se ofrecen algunas indicaciones. Animador: son unas palabras introductorias a cada apartado con esas palabras (a modo de ejemplo) u otras que estiméis más oportunas.

A vuestro servicio,

Vicaría para la Evangelización y Transmisión de la Fe.Volvemos a la escuela de Jesús

Catequesis tercera

«Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres»

Saludo de bienvenida

El sacerdote o, en su ausencia, del animador puede saludar e iniciar la sesión con estas u otras palabras:

Un día más venimos a encontrarnos contigo, Jesús.A veces nos cuesta acercarnos a ti, no vemos el momento.Hoy estamos aquí contigo, agradecidos,porque sabemos que en ti encuentramos descanso, nos abrazas, nos alegras.Venimos sabiendo que eres Luz para nuestros pasos.Entre tantas voces, ayúdanos a que distingamos la tuya.Que seamos capaces de acoger tu proyecto de vida.

Encendemos la vela que pondremos al lado de la Palabra de Dios. y leemos en voz alta la oración inicial que tenemos escrita en el libro en la página 88.

Oración inicial Señor Jesús, con intenso deseo queremos buscarte en las Palabras de la Escritura...

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Objetivo

¿A qué me llama Jesús para colaborar con Él en el Reino? Descubrir o redescubrir mi vocación.

Para ambientar el momento de oración inicial, disponemos la Sagrada Bíblia encima de un atril en un lugar destacado. Encendemos una vela que pondremos al lado de la Palabra de Dios. Recordamos la promesa de Jesús a sus discípulos: «Dónde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos» (Mt 18, 20)

ORATIO

Música insturmental o un canto de invocación al Espíritu, como los que se proponen al final.

PRIMERA SESIÓN

LECTIOEscuchamos la Palabra de Dios

AnimadorPara introducir la lectura, el animador puede utilizar estas palabras:

Ya junto al mar de Galilea, reflexionaremos sobre la vocación de los primeros discípulos de Jesús y sobre nuestra propia vocación tal y como lo hicieron Simón, Andrés, Santiago y Juan. A veces nos pensamos que «tener vocación» es cosa de “curas” y “monjas”, como si a los demás Jesús no nos llamara. jesús se encuetra hoy con nosotros como con los primeros discípulos y conversa de la misma manera: ¿Qué hubiera contestado a la inivtación de Jesús a ir tras Él?¿A qué te sientes llamado por Jesús?Caminar junto a Él ayuda a descurbir quién eres y hacia donde puedes ir.

Un miembro del grupo, coje las Sagradas Escrituras, ubicadas en un atril especial, situado al lado de una vela. En pie proclamará la lectura. Después se devuelve la Bíblia al atril.

La lectura de hoy es del Evangelio de Lucas. (Lc 10, 25-37)

Al finalizar la lectura, quien la proclama dice: «Palabra del Señor» a lo que respondemos: «Gloria a Ti, Señor Jesús»

Reflexionamos en silencio. Leemos personalmente el pasaje. Aún no vamos a entrar en su significado, sino en su impacto en nosotros. Nos ayudarán las preguntas que hay en el recuadro:

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-- ¿Qué me llama la atención del texto?-- ¿Qué me sorprende?-- ¿A qué me invita?

Empezamos por leer y reeler la Escritura. Tratamos de aprender cómo eran las cosas en el momento en que se escribieron, identificando los personajes, preguntándonos por el contexto y a quién se dirigía el texto. Trataremos de no imponer nuestras ideas preconcebidas o nuestra forma de ver las cosas. ¿En qué época se sitúa la acción? ¿Cuál era la situación de los destinatarios? ¿Qué experiencia de fe transmite?

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Se puso a enseñarles muchas cosasCatequesis 1

Educar, encuentro de libertades

Oración inicial

Señor Jesús, con intenso deseo queremos buscarte en las palabras de la Escritura; haz que no seamos sordos a tu llamada, sino abiertos y ágiles para acogerte.Tú, nuestro Maestro y Salvador, tocas nuestro corazón por el Espíritu.Ayúdanos a descubrir que es Dios quien nos educa y la Sagrada Escritura el testimonio del camino de una vida feliz.Tú nos conoces y sabes que nuestra vida está marcada por luces y sombras pero sabemos que tú, Resucitado, estás presente en tu Iglesia, nos explicas las Escrituras y partes para nosotros el pan.Y ahora nos confiamos a la intercesión de María, que siempre guardó con sumo amor la Palabra en su corazón.Amén.

Itinerario Diocesano de Formación26

Lectura del santo Evangelio según san Lucas Lc 24,13-35

quel mismo día, dos de ellos iban caminando a una aldea llamada Emaús, distante de Jerusalén unos sesenta estadios; iban conversando entre ellos de todo lo que había sucedido.

Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo. Él les dijo:

— «¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?».

Ellos se detuvieron con aire entristecido. Y uno de ellos, que se llama-ba Cleofás, le respondió:

— «¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no sabes lo que ha pasado allí estos días?».

Él les dijo:

— «¿Qué?».

Ellos le contestaron:

«Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdo-tes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él iba a liberar a Israel, pero, con todo esto, ya estamos en el tercer día desde que esto sucedió. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado, pues habiendo ido muy de mañana al sepulcro, y no habiendo encontrado su cuerpo, vinieron di-ciendo que incluso habían visto una aparición de ángeles, que dicen que está vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encon-traron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron».

LECTIO

Hacemos un momento de lectura orante de la Biblia. En actitud de oración, dejamos que la Palabra nos ilumine y nos renueve. En presencia de Dios, hacemos una lectura reposada del texto.

Se puso a enseñarles muchas cosas PRIMERA SESIÓN

Páginas 89-92

Para descubrir el mensaje que encierra, identificar los personajes y las acciones, conocer el contexto y los destinatarios leemos el comentario.

ComentarioEn esta Guía para el animador planteamos algunas preguntas que pueden ayudar al animador/secretario a llevar al grupo a conocer su significado. Se puede leer el comentario que aparece en el libro o bien llegar a las mismas conclusiones a partir de estas cinco preguntas o ideas:

Dialogamos entre todos y compartimos la respuesta a las preguntas.

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Ideas a transmitir

Sobre el Reino de Dios

1. Jesus se presenta como maestro itinerante que enseña de una manera directa y clara. Es el núcleo de su mensaje y la pasión que mueve su vida. No enseña una doctrina ni una moral, sino un acontecimiento: Dios es una Buena Noticia, viene su Reino. Jesús anuncia la intervención definitiva de Dios en la historia. La salvación que anunciaban los profetas, Jesús la anuncia ya presente. Jesús ha venido para liberar a la humanidad.

2. El reino pide una actitud de acogida y se hace presente de forma sencilla y humilde en el corazón de cada persona. Dios va transformando nuestro camino.

3. Acoger el reino quiere decir convertirse. Es una invitación a vivir de otra manera. Es la posibilidad de entrar en comunión, en relación con Dios y que cuenta con nuestra colaboración. Convertirse implica una nueva manera de pensar, de actuar y de vivir. Implica comunión con Dios y con los otros. Abrirse a una vida más bella y humana. Jesús no tiene miedo de poner renuncias a los ídolos que no nos dejan vivir.

4. Jesús no habla solo del reino, enseña a vivir esta Buena Noticia. Hace presente la novedad que trae con sus acciones. Realiza gestos y signos que liberan a los enfermos y oprimidos, que expresan y realizan la acción de Dios a favor de la humanidad.

5. Hoy, los gestos y las palabras de Jesús, muerto y resucitado, continúan hoy vivos entre nosotros a través de los gestos y palabras de la Iglesia, que con la Palabra, los Sacramentos y el Testimonio de los cristianos, hace presente el reino de Dios entre nosotros.

Sobre la llamada a los discípulos

1. Jesús tiene la iniciativa. Sale a su encuentro en medio de sus ocupaciones. La vocación de un discípulo de Jesús es una respuesta a una llamada que Él ha realizado. Es quien nos «primerea». No somos nosotros quienes tomamos la iniciaitiva. Jesús «pasa», «observa» y «llama». Les presenta una invitación clara a seguirle.

2. De entre todos los personajes con quien Jesús se cruzó, llama la atención que no escogió ni a los sacerdotes de su tiempo ni a los licenciados en las Escrituras (doctores de la Ley). Llama a pescadores. La llamada de Jesús es pues, para todos, no exige una determinada formación previa.

3. Jesús no llama a la persona de forma individual. Llama de dos en dos (Pedro y Andrés, Santiago y Juan), y los llama a vivir en grupo y a ser enviados en comunidad. Con la instauración del reino, empieza una nueva forma de relacionarnos entre nosotros y con Dios.

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4. La llamada transforma la vida de la persona y no acepta condiciones. Los cuatro pescadores continuarán siéndolo, pero su tarea será ahora diferente: pescarán hombres. Es discípulo quien se ha encontrado con Jesús y está invitado a compartir con Él toda su vida.

5. Jesús nos llama a vivir en esta comunidad de seguidores que es la Iglesia. Esta llamada se realiza, en desde y con la Iglesia. Su llamada nos convoca a la fraternidad, a una comunión de hermanos, cuya expresión concreta es el grupo de cristianos: la comunidad cristiana. En ella, la llamada de Jesús fructifica en múltiples formas de vida o vocaciones.

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JUDEA

SAMARIA

GALILEATRACONITIDE

DECAPOLIS

PERE

A

SIRIA

FENICIA

Lago de Galilea (o de Genesaret)

Cesarea de FilipoTiro

BetsaidaCafarnaún

Corazín

Magdala

Nazareth

Caná

Cesarea Marítima

SamariaSicar

Jericó

Jerusalén

QumranBelén

Emaús

Mar Muerto

Masada

Mar Mediterráneo

Gerasa

Palestina en tiempos de Jesús

VOLVER A LA ESCUELA DE JESÚS

La llamada de Jesús«El reino de Dios»,

Los primeros cristianos escribieron los evangelios para que gente de todas las épocas aprendieran qué significa estar en el camino de Jesús, el Señor. En este pasaje, en Galilea, encontramos las primeras etapas del largo camino de Jesús. Caminar con Él nos ayudará a descubrir quiénes somos y hacia dónde podemos ir. Jesús tiene 30 años y no se ha casado, una desgracia, una maldición por no tener hijos, pensaban en aquel tiempo. Y, sin duda, un padecimiento para los padres, que lo veían espavilado y capaz de relacionarse bien con todo el mundo, pero sin comprometerse con una mujer. Un día abandona Nazaret, su pueblo de Galilea, con todo lo que supuso. Se desinstala y dice adiós a su mundo conocido.

Situación inicialEl evangelista Marcos es el primero que escribió el evangelio y mantiene la frescura de los inicios. Su obra nos acompaña durante todo este año litúrgico. Marcos es muy claro y conciso a la hora de escribir.Juan Bautista, primo de Jesús, es encarcelado en la fortaleza de Maqueronte por Herodes Antipas, tetraca de Galilea. Se silencia la voz que clamaba en el desierto a cambiar de vida porque estaba cerca el reino de Dios. Jesús, por su parte, no se quedará en el desierto, lugar deshabitado siguiendo la vida de Juan. «Marchó a Galilea», territorio situado en la periferia donde nació, y empezará a recorrer las aldeas, pueblos y lugares donde hombres y mujeres gentiles trabajaban y sufrían, proclamando un mensaje original y sorprendente: el Evangelio.

El Evangelio de Dios: ¿qué es?Proclamar la Buena Noticia de Dios (eso significa «evangelio» (eúangélion) en griego. El término “evangelio”, en tiempos de Jesús, lo usaban los emperadores romanos para sus proclamas. Independientemente de su contenido, se definían como “buenas nuevas”, es decir, anuncios de salvación, porque el emperador era considerado el señor del mundo, y sus edictos, buenos pronósticos. Sin duda, al aplicar esta palabra a la predicación de Jesús tuvo que herir la sensibilidad de los romanos, queriendo decir que Dios justo, compasivo, amigo y defensor de los pobres y no el poderoso emperador, es el Señor del mundo, y la verdadera Buena Notícia es la de Jesús.

Las primeras palabras de JesúsEl centro y pasión de la vida de Jesús es el mensaje de la venida del reino de Dios. Las primeras palabras que Marcos pone en boca de Jesús son las que resumen esta buena noticia:

«Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio».

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Para el animador

«Se ha cumplido el tiempo» Con este mensaje, Jesús anuncia que Dios está cumpliendo su promesa. Ahora y aquí, en el momento en que Jesús aparece ante el pueblo, se está realizando la salvación prometida por Dios en la Antigua Alianza: Dios no quiere dejarnos solos ante nuestros sufrimientos, problemas y desafios. En el Antiguo Testamento había una expresión que resumía los anhelos de Israel para cuando llegara el Mesías, quien inauguraría un tiempo nuevo y lo llevaría a su plenitud. Sería un descendiente de David que debía enviar Dios quien expulsaría de Palestina a los romanos y reestableciera la monarquía. Esta esperanza se llamaba reino de Dios. Así exclama el profeta Isaías su admiración sobre la llegada de estos tiempos:

«Qué bellos son sobre los montes los pies del mensajero,que anuncia el Evangelio de la paz,que pregona la victoria, que dice a Sión: Ya tu Dios reina»(Is 52,7)

La salvación que anunciaban los profetas que llegaría al final de los tiempos, Jesús la hace ya presente. Empieza la intervención definitiva de Dios.

«y está cerca el reino de Dios»

Jesús recorre las aldeas presentándose como un maestro itinerante que enseña de una forma directa y clara. No enseña una doctrina religiosa ni moral, sino un anuncio, un grito que trae esperanza: ¡está cerca el reino de Dios! Ya está aquí Dios, actuando en el mundo y la historia. Anuncia que ese Dios ha querido hacerse cercano a las personas. Con Jesús llega el reino de Dios.

La expresión «reino de Dios» no indica un reino geográfico o terreno, delimitado en el espacio y en el tiempo, sino una acción constante: Dios es quien reina, actúa, que es el Señor, y que su reinado está presente, es actual, se está realizando aquí y ahora. La expresión reino de Dios podemos entenderla mejor al designarlo como reinado de Dios.

Jesús habla de la fuerza que tiene la actuación de Dios. Para Jesús, Padre (Abba) es realmente el nombre propio de Dios y quiere darnos a conocer cómo es Dios: cercano, todo bondad, lleno de misericordia hacia todo ser humano, que nos da la vida en abundancia, su misma vida. Quiere contagiar a todos éste entuasiamo por el Padre y ello le llevará a sentarse en la mesa con publicanos, perdonar a rameras y a otros pecadores públicos. En nombre de Dios y en lugar de Dios ofrece a los pecadores el perdón de sus pecados. El mensaje de la venida del reino de Dios es para todos una buena nueva, un mensaje de salvación.

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¿Cómo sería nuestra vida si reinara Dios? Lo curioso es que Jesús nunca explicó qué era el Reino de Dios. Lo mostró con su vida y con sus obras: una forma nueva de vivir, en la que cualquier persona será hermano para otra, porque todos reconocerán a Dios como Padre; donde habrán desaparecido las esclavitudes y hasta la muerte habrá sido vencida. En resumen: la salvación. Llegará a comparar el reino con una boda o una cosecha grande y rica. El reino de Dios es una realidad que se hace presente ya desde ahora como algo oculto, pequeño, insignificante y de poca apariencia, destinado a abrazar el mundo gracias al poder de Dios.

Lo opuesto a este reino, se asemeja a cuando en nuestra vida tenemos otros “reinos”: cuando ponemos en primer lugar el dinero, éste se convierte en nuestro señor, en nuestro rey. Lo mismo ocurre en el caso del prestigio, el poder o el consumismo. Jesús invita a poner en el centro de nuestra vida a Dios. Con la venida del reino se vencen éstos otros reinos que esclavizan la vida de las personas, dando lugar al reino de la vida, de la libertad, de la paz y del amor. Jesús no tiene miedo de poner renuncias a los ídolos que no nos dejan vivir.

El reino ha comenzado en el mismo Jesús a través de los gestos y signos que liberan a los enfermos y oprimidos, que expresan y realizan la acción de Dios a favor de las personas, demostrando que Dios está presente: curando enfermos que nadie curó, haciéndose cercano al dolor de las personas abandonadas, tocando a leprosos que nadie se atrevía a tocar, y bendiciendo niños y abrazándolos, con todo lo que ello suponía.

Y esto tiene consecuencias prácticas para nosotros: «Convertirse y creer»

«Convertíos». Metanoia (conversión) en realidad significa «cambio de mentalidad, pensar de otro modo, mirar más allá de las cosas». La mejora y transformación del comportamiento comienza con una nueva mentalidad, con un nuevo modo de pensar. Cuando se produce este cambio de mentalidad, también puede transformarse la conducta. Así les había enseñado Jesús con su vida. Empieza una nueva forma de relacionarnos entre nosotros y con Dios. Quienes reconocen el reinado de Dios, quien descubre la importancia de Dios en su vida, aceptan felices a Dios como Padre, consideran a los demás como hermanos, la vida como don de Dios y es capaz de relativizar la importancia de todo lo que tiene y lo que hace para optar decididamente por el proyecto de Dios. Es una invitación a ver a Dios se deja encontrar para que salgamos a buscarlo, a Dios que habla para que lo escuchemos y que cuida de nosotros para que lo reconozcamos.

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«Creed en la Buena Noticia», ¿Dónde podemos encontrarnos con ese Dios? El camino es Jesús. Él proclama la Buena Noticia de parte de Dios. La novedad del mensaje de Jesús es que en Él, Dios se ha hecho cercano, ha venido a que encontremos en Él una fuente de perdón y comprensión inagobtable. Este anuncio pone alegría en nuestras vidas: En verdad, Jesús es, Él mismo, el reino de Dios

Recurrirá a una pedagogía concreta, las parábolas, para hacer ver que aquello que anucia ya está sucediendo, que la Buena Noticia es una realidad, invitando a estar atentos, mirar lo que está sucediendo, a ver la inicitiva de Dios a favor nuestro. Dios está actuando en medio de nosotros. Jesús habla del corazón de Dios, que quiere recuperar al que se había perdido. Éste anuncio contrasta con el de Juan Bautista. A diferencia de él, Jesús no presenta la venida del reino bajo la ira y el juicio principalmente, sino de la misericordia, de la alegría y de la gracia. ¿Es esto para mi una Buena Noticia?

Ahora bien, para llevar a cabo su proyecto Jesús no espera a que la gente acuda a Él. Tiene una Buena Noticia que comunicar. Es su pasión. Jesús recorrerá aldeas, pueblos y ciudades y saldrá al encuentro de la gente, en medio de la realidad, de la vida cotidiana. Quiere contagiar el entusiasmo del anuncio del Reino. Y lo primero que hace es buscar colaboradores para su tarea de anunciar que Dios está presente actuando en nuestras vidas.

Jesús está presente y operante a través de la Iglesia en el mundo y en la historia de las personas. La Iglesia es, hasta el final de lo stiempos, la señal, testimonio, fermento e instrumento de la plenitud del reinado de Dios.

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Segunda parteLos primeros discípulos

Marcos cuenta, seguidamente, que lo primero que hace Jesús es buscar colaboradores para su tarea de anunciar que Dios está presente actuando en nuestras vidas. Juan Bautista ha sido arrestado. Jesús se instala en Cafarnaún después de haber abandonado su pueblo. Y empieza de nuevo, alejado de Nazaret, de sus familiares y amigos. En Cafarnaún, junto al lago, llamará a unos pescadores.

La escena sucede en el Mar de Galilea. En un lugar amplio, de agua verdeazulada, las olas chocan contra las rocas oscuras, la brisa fresca del agua, las barcas viejas de madera mojadas por el mar en un entorno con ausencia de árboles. En los Evangelios recibe también el nombre de Lago de Tiberíades o de Genesaret. Alberga múltiples especies de peces. Se considera una de las riquezas del país. La pesca era la actividad básica de las poblaciones situadas alrededor del mar, como Cafarnáun, donde los pescadores sobreviven con pequeñas empresas familiares. Simón Pedro dirije una. Por la zona, también está la empresa de pesca de Zebedeo, que tiene algunos asalariados. Sus dos hijos, Santiago y Juan, trabajan con él, lavan y reparan las redes.

Jesús, una vez iniciada su actividad pública, intrépido, se acerca a unos desconcidos y les pide que cambien sus vidas. Invita a cuatro pescadores galileos a acompañarlo, a ir detrás de Él. Éstos se ponen a su disposición. Para entrar en el reino pues, es necesario hacerse discípulo.

Sin embargo, la llamada de Jesús es atípica para la época. Entre los judíos, era costumbre que el estudiante fuera quien buscara al maestro, caminara detrás, y lo eligiera. En cambio, Jesús, escoge a sus seguidores. Y además hace una llamada a ir tras Él, algo extraño. No les propone que se queden en un sitio fijo, sino que su actividad será itinerante.

Además, en la propuesta lanzada, Jesús adapta su mensaje a las palabras de sus oyentes: son pescadores. Utilizará su léxico habitual: las redes, los peces, el mar para invitar a unos expertos en pesca a hacer algo imposible, metafórico: pescar hombres. Les habla con un lenguaje propio de su oficio, recurriendo a las acciones que realizan cada día estos pescadores para llamarlos a una vida nueva. Jesús no pregunta “¿Os gustaría venir conmigo?”, sino: ¡Sígueme! y les hace una propuesta extraña: ¡pescaréis personas!.

¿Qué responden los llamados?

A veces hemos leído tantas veces este pasaje que pasamos de alto sus detalles. Marcos afirma que respondieron «inmediatamente». Los dos personajes «dejaron sus redes y lo siguieron». Esta palabra indica no solo seguir las enseñanzas de una

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persona sino también una opción fisica, ir detrás de Él, tener una relación personal con Jesús: una llamada a compartir su vida. Pero es curioso, la respuesta es «inmediata». ¿No nos sorprende que cuatro hombres dejen a su familia y su trabajo y toda su vida para seguir a un desconocido después de dirigirles unas simples palabras?

La respuesta inmediata de los discípulos no fue tan evidente. Tenían compromisos y responsabilidades familiares, una profesión o un negocio familiar, incluso trabajadores a su cargo. ¿Cómo lo hicieron?

Los evangelios no son una cronología que, con precisón, describa las palabras y los hechos de Jesús. Pretenden anunciar a Jesús, a través de los datos recogidos por las tradiciones, de recordar hechos pasados de la vida del Maestro, ofreciendo una enseñanza considerada importante para los primeros seguidores y los futuros. Santiago, Pedro, Andrés y Juan serán un ejemplo para las siguientes generaciones.

Jesús los llama a la vez, pero de forma individual. No llama de forma generalizada, a la gente. Llama individualemnte y por parejas. Llama de forma personal y a la vez, a trabajar con Él en un grupo, lo cual indica su carácter comunitario.

Ir detrás de Jesús.

El relato señala como se concreta la conversión de la que se ha hablado antes, que implica caminar en un grupo, en una «comunidad». Jesús nos llama a sumergirnos en una vida nueva de forma personal.

A lo largo de todo el Evangelio veremos a Jesús acompañado por sus discípulos. Él los llama y elige a los que quiere para mandarles a anunciar, con palabras y obras, la venida del reino de Dios. Se retira con ellos a un lugar apartado y les enseña a rezar. Jesús camina con ellos en cada instante del día. Dedica tiempo para enseñarles con paciencia -- incluso hasta corrige con firmeza sus ideas estrechas--. Los discípulos, a su vez, hablan con Él, le siguen, le acompañan por caminos y aldeas, le ayudan a proclamar con entusiasmo el Evangelio, le cuentan lo que han hecho y enseñado, y confiesan su fe en Él. Cuando escuchamos el Evangelio no dejemos nunca de ver el reino de Dios como la Buena Noticia. ¿Cuál es? La llegada del reino de Dios en la persona de Jesús. No basta con saber lo que Jesús hizo junto al mar de Galilea. También hemos de estar atentos para oír su voz hoy en nuestras propias vidas. Jesús, el Resucitado, presente en su Iglesia, sigue diciéndonos: Sígueme. Todos hemos sido llamados. Hoy somos invitados también a dejar nuestras «redes» y ponernos a caminar siguiendo los pasos de Jesús.

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CONTEMPLATIODiálogo con la Palabra de Dios

La contemplación nos lleva a un encuentro con Dios. Escuchar y estar con Él proporciona una nueva mirada sobre Dios, sobre nosotros, sobre el mundo. A raíz de las palabras que Jesús nos acaba de decir:

Mucha gente cree que ser llamado significa oír voces. O les parece que no han sido llamados. Pero es más sencillo, se trata de un deseo intenso, una fuerte atracción o incluso un impulso de despojarse de algo ante la Palabra del Evangelio, o un acontecimiento de la vida, un testimonio...

En la contemplación nos preguntamos individual y personalmente:

-- ¿Qué respondemos ante la llamada de Dios?-- Cuando pienso en mi vocación cristiana, ¿me reconozco en el texto que hemos leído? ¿Cómo me llamó Jesús?

Dos personas voluntarias, leeran en voz alta los fragmentos del Papa Francisco en su Exhortación Apostólica «La alegría del Evangelio».

Lector 1 Evangelii Gaudium, 266

Comentamos en el grupo las respuestas a las preguntas que hay después del texto.





¿Qué ideas o imágenes tenemos de Dios?Pero ¿cómo es el Dios del que nos habla Jesús?Al descubrir al Dios del que nos habla Jesús nuestra mirada se transforma. El mundo, las personas y a Dios los vemos de una forma distinta, a medida que leemos la Palabra de Dios.

Itinerario Diocesano de Formación32 33



Teniendo presente la proclamación del Evangelio, imaginando a Jesús que camina con nosotros, hagamos un coloquio con Él. ¿Cómo nos manifiesta que «era preciso pasar por la cruz para llegar a la resurrec-ción»?Mirándome a mí mismo, preguntarme si he vivido o vivo las mismas actitudes que los caminantes de Emaús.Al escuchar la Palabra de Jesús, que quiere transformar mi corazón, preguntarme si he acogido en mi vida la Buena Noticia de la cruz y la resurrección, si descubro en mi vida, en los acontecimientos, signos de su resurrección. Luego pedir al Señor aquello que más necesito y ofrecerme para continuar su misión educadora.

Contemplar nos lleva a una nueva mirada sobre nuestra vida. Reconocer al Señor tanto en las situaciones en las que parece ausente como en los momentos en los que somos consolados por la acción de su Espíritu.Estos dos textos del papa Francisco nos pueden ser útiles para conti-nuar con este tiempo de contemplación:

«A veces sentimos la tentación de ser cristianos manteniendo una pru-dente distancia de las llagas del Señor. Pero Jesús quiere que toquemos la miseria humana, que toquemos la carne sufriente de los demás. Es-

pera que renunciemos a buscar esos cobertizos personales o comunita-rios que nos permiten mantenernos a distancia del nudo de la tormen-ta humana, para que aceptemos de verdad entrar en contacto con la existencia concreta de los otros y conozcamos la fuerza de la ternura. Cuando lo hacemos, la vida siempre se nos complica maravillosamente y vivimos la intensa experiencia de ser pueblo, la experiencia de perte-necer a un pueblo».

(Francisco. Evangelii Gaudium, 270)

«Verdad que muchas veces parece que Dios no existiera: vemos injusticias, maldades, indiferencias y crueldades que no ceden. Pero también es cierto que en medio de la oscuridad siempre comienza a brotar algo nuevo, que tarde o temprano produce un fruto. En un campo arrasado vuelve a apare-cer la vida, tozuda e invencible. Habrá muchas cosas negras, pero el bien siempre tiende a volver a brotar y a difundirse».

(Francisco. Evangelii Gaudium, 276)

CONTEMPLATIO CONTEMPLATIO

¿Qué es contemplar? Éste es el momento de despertar la fe para entrar en la presencia de Aquél que nos espera, hacer que caigan nuestras máscaras y vol-ver nuestro corazón hacia el Señor que nos ama, para ponernos en sus manos, como una ofrenda que hay que purificar y transformar. (Leer Catecismo Iglesia Católica, 2715).

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Páginas 93-96

Todos tenemos vocación, la vida es vocación. La vocación no es exlcusiva de los sacerdotes y de los religiosos y religiosas. Toda persona está llamada a algo, de distinto tipo: a la educación, a la medicina, a la catequesis, a la psicología, al arte, a la ayuda a los demás, al mundo empresarial, por ejemplo.Dios nos llama a cada uno.

No olvidemos que la llamada de Dios se nos dirige de formas distintas segun las etapas y personas. A veces parece que Dios ya ha hecho tarde, porque tenemos unos estudios concretos, una profesión, una familia... nuestro carácter ya está muy definido, y la cultura nos ha modelado de una forma concreta. Aún nos queda libertad para cambiar.

Todos tenemos una misión en el mundo, al servicio del reino de Dios.Es una opción que llena toda nuestra persona y pasa por la opción por el reino. Descubrir la vocación no es fácil, de ahí que muchas personas no se sientan satisfechas. Pero incluso cuando no decides, estás eligiendo. No decidir también es elegir.Dios te habla a través de tus preguntas y deseos. La llamada vocacional es el impulso que nos ayuda a definir el rumbo de nuestra vida. Es una invitación por parte de Dios y una escucha y respuesta por tu parte. El discernimiento nos ayuda a descubrir esta llamada entre tantos estímulos que nos hacen llevar una vida fragmentada; nos enseña a distinguir entre lo que nos hace más plenos y felices y aquello que nos deja vacíos.

Una pequeña ayuda para discernir la propia vocación:

Talentos ¿Qué habilidades tienes? ¿Qué te gusta hacer? ¿Qué habilidades piensan los demás que tienes? SueñosDedicar algún tiempo a examinar tus sueños y deseos. Esto te mostrará el camino.Sentimientos Se trata de poner en sintonía tu cabeza y tu corazón. ¿Qué opción conmueve más tu corazón aunque se trate de un desafío para ti?AlternativasPlantéate mentalmente al menos dos opciones. Para una opción real, necesitas almenos dos opciones.CompromisoContempla el sufrimiento del mundo. ¿Dónde te necesitan? ¿Dónde puedes ayudar más a los demás?ConsejoBusca y selecciona un buen consejo. Dos opciones valen más que una.Tus motivaciones se harán más claras hablando con otros.Tomar la decisiónToma un decisión tu mismo. No optar no deja de ser también una decisión. La indecisión se come tu energía. ConfianzaConfianza en la presencia de Dios. Las decisiones no suelen caer del cielo, pero puedes contar con Él.

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ORATIONos dirigimos a Dios

Para preparar el momento de oración, podemos disminuir la intesidad de la luz, empezar a sonar de fondo una música y encender algunas velas.

AnimadorEmpezaremos con unos minutos en los que, acompañados de una música suave, cada uno puede cerrar los ojos, concentrándose en la respiración. Desconectamos del bullicio del día.Vamos a invocar al Espíritu Santo. Basta con que confiémos en que es un Espíritu bueno, el Espíritu que viene del Padre y del Hijo. Lo invocamos para que nos ayude a entender y sentir lo que Él inspiró. Es aquel que hace que el texto que escucharemos a continuación nos pueda resonar de una manera viva y actual.

Cantamos o escuhamos esta invocación al Espiritu Santo en forma de canción u otra:

Ven Espíritu de Dios,Padre Misericordioso,del pequeño de quien sufre, de todo el que te busca con limpio corazón.Ven Espiritu de luz,danos tu sabidruía.Saber lo que de ti viene, para escoger la vida y buscar la verdad:Ven Espiritu de Dios (4).

Hoy, aquí, se nos propone entrar en contacto con una Persona, dirigiéndonos desde el interior, desde vuestro corazón. Él es Jesús. Las personas nos relacionamos entre nosotros de forma habitual a base de hablar unos a otros, por eso os invitamos a dirigir vuestra palabra interior a Él.

Y dejemos que nazca en nuestro interior, de manera natural, una respuesta. Os proponemos dirigirnos libremente a Jesús y responder a esa llamada:«Ven conmigo y te haré pescador de personas»

Después de la lectura del texto y el comentario, un tiempo breve de silencio. Volver a leer personalmente el texto e invitar a una oración en la línea del pasaje del buen samaritano: ¿Qué me quiere mostrar Jesús? ¿Qué le respondo? ¿Qué digo? En presencia del Señor, cada uno ofrece su oración y terminamos leyendo, pausadamente, todos a la vez, la que proponemos.




Quédate con nosotros, Señor, porque anochece.Quédate con nosotros, que tan a menudo nos sentimos tristes por todas las noticias que vemos y oímos.Quédate con nosotros, que no sabemos interpretar el sentido de las cosas más simples que tenemos entre manos.Quédate con nosotros y transforma en alegría nuestras amarguras y nuestra desconfianza, nuestros escepticismos y nuestros miedos.Quédate con nosotros, tú que estás Resucitado y nos das la gracia de tu Espíritu.Quédate con nosotros y enséñanos a transformar el corazón del mundo.Amén.

(Quédate con nosotros, Cardenal Martini)

ORATIO Caminando hacia Emaús…Para la reflexión personal

Después de la lectura del texto y el comentario, un tiempo de silencio.Volver a leer personalmente el texto e invitar a una oración en la línea de los discípulos de Emaús: ¿Qué me quiere mostrar Jesús? ¿Qué le respondo? ¿Qué digo? En presencia del Señor, cada uno ofrece su oración y terminamos leyendo, pausadamente, todos a la vez, ésta que proponemos:

RECONOCER

La acción de Dios en mi vida.• Señor, ¿qué quieres cambiar de mi vida con tu mensaje?• ¿Qué me molesta de lo que me dices en el texto?• ¿Qué me agrada? ¿Qué me estimula? ¿Qué me atrae?

INTERPRETAR

La huella de Dios en mi vida.Jesús es el Camino que conduce a cada uno a la plena realización, según el proyecto de Dios. Él es la Verdad que revela al hombre a sí mismo y lo guía en el camino del crecimiento en la libertad. Es la Vida porque en Él, todo hombre encuentra el sentido último de su existir, de su ser y actuar: la plena comunión de amor con Dios en la eternidad.

ELEGIR

Qué voy a hacer ahora.• ¿Me preocupo por descubrir la Escritura como Palabra dirigida a mí

en cada momento de mi vida?• ¿Cómo vivo la centralidad de la Palabra en mi vida?• Ante las distintas situaciones en las que tengo que tomar una deci-

sión, me pregunto: ¿qué me dice Jesús para este momento?

(En silencio, en situación de oración, relee de nuevo el texto del Evangelio Lc 24,13-35)

35

153

Música insturmental: «Misericodias Domini» CD Taizé Music of unity and peace.

Páginas 97

Canto: «Ven, Espíritu de Dios» CD Descázate (Ain Karem).

Aunque no lo hayáis hecho nunca o haga mucho tiempo que no lo hacéis, podéis decir interiormente:

«Jesús, voy contigo»

Concluimos con la oración final de la página 97de Carlo Maria, Cardenal Martini.

Y terminamos la sesión intercambiamos un signo de paz.

Después de recitar todos juntos la oración siguiente podemos terminar cantando juntos una canción usada en la liturgia dominical, como Tu has venido a la orilla o Pescador de hombres.

Indicaciones finales

Hoja para la reflexión personal. (pág. 98-101)Podemos recordar que, para un momento de reflexión en casa, antes de la próxima sesión, puede resultarnos útil tener como guía o apoyo ésta hoja. No son deberes, dejarlo claro.

Próxima reunión: día, hora y lugar.Continuaremos con la Catequesis cuarta «Os haré pescadores de hombres». Segunda parte.

Nos vemos el domingo.Es un buen momento para recordar las horas de las eucaristías dominicales que ofrece la parroquia.








RECONOCER


INTERPRETAR


ELEGIR





35

154

141

La propuesta del Evangelio no es sólo la de una relación personal con Dios. Nuestra respuesta de amor tampoco debería entenderse como una mera suma de pequeños gestos personales dirigidos a algunos individuos necesitados, lo cual podría constituir una «caridad a la carta», una serie de acciones tendentes sólo a tranquilizar la propia conciencia. La propuesta es el Reino de Dios (cf. Lc 4,43); se trata de amar a Dios que reina en el mundo. En la medida en que Él logre reinar entre nosotros, la vida social será ámbito de fraternidad, de justicia, de paz, de dignidad para todos. Entonces, tanto el anuncio como la experiencia cristiana tienden a provocar consecuencias sociales. Buscamos su Reino: «Buscad ante todo el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás vendrá por añadidura» (Mt 6,33). El proyecto de Jesús es instaurar el Reino de su Padre; Él pide a sus discípulos: «¡Proclamad que está llegando el Reino de los cielos!» (Mt 10,7).

Papa FranciscoEvangelii gaudium, 180

SEGUNDA SESIÓN

MEDITATIO¿Qué nos dice el texto en nuestra situación?

AnimadorPrincipales ideas a comunicar:

¿Qué voy a hacer con mi vida? Con todo lo que he recibdo sin haberlo escogido (sexo, constitución física, carácter...) ¿puedo darle un toque personal a mi vida? Parece que la respuesta es «sí» a condición de que uno se conozca bien: conocer las propias cualidades (¿para qué estoy capacitado?), los propios deseos profundos, los que dan las ganas de vivir. A condición de estar bien aconsejado, de haber descubierto las necesidades del mundo actual y la llamada de la propia conciencia. Parece que cada uno puede encontrar su propia vocación. Ésta palabra proviene del latin «vocatus» que significa «ser llamado», ser llamado allí donde se es más uno mismo y se es más útil a los demás. Las dos cosas son necesarias. Frecuentemente, seguir la vocación propia nos pone al margen o en oposición con el entorno, ya que nos hace salir del marco previsto.

Cada uno de nosotros, hombre o mujer, recibe una llamada. Una llamada a ser él mismo, ella misma, a ser único. Una llamada a aportar su grano de arena a la construcción del mundo. Nuestra vida, y en realidad, la vida de todo hombre y mujer es una vocación, es una llamada para realizar una misión concreta en medio de la sociedad.

En la Bíblia, Dios llama a cada uno por su nombre y le confía una misión personal, pero para el bien de todos. La vocación es la respuesta libre a esa llamada.

No leemos la Bíblia para saber más cosas sino para acercarnos a la Palabra de Dios y dialogar con ella. Por eso proseguimos con la meditatio, en la que la cuestión es: ¿qué nos dice el texto bíblico hoy a nosotros?. Cada uno individualmente, pero también comunitariamente, nos dejamos interpelar y examniar, pues no se trata de unas palabras pronunciadas en el pasado, sino dirijidas a nosotros hoy. Aquí encontramos luz para nuestro camino de fe. Si en la lectio descubriamos qué decía el texto en su contexto, ahora descubrimos que nos dice en nuestra situación.




NOTAS

SEGUNDA SESIÓN

En la anterior sesión vimos como Jesús —en el pasaje de Emaús—, educa acompañando, escuchando y explicando. ¿Cómo educamos nosotros?

«Me enseñarás el camino de la vida» (Salmo 15)

La vida humana no se realiza por sí misma. Siempre es un proyecto in-completo, que debe ser completado y realizado. La pregunta fundamen-tal de todo ser humano es: ¿cómo llegar a ser hombre o mujer? ¿Cómo aprendo el arte de vivir? ¿Cuál es el camino a la felicidad?

En esta dinámica, se entiende que el ser humano siempre necesita estar acompañado y educado para llegar a ser libre y fiel a la Verdad.

Toda la Sagrada Escritura puede ser comprendida como un camino a tra-vés del cual Dios educa a su pueblo. Y así «se comunica gradualmente al hombre, lo prepara para acoger la Revelación sobrenatural que hace de sí mismo, y que culminará en la misión del Verbo Encarnado, Jesucristo. San Irineo de Lyon, habla en varias ocasiones de esta pedagogía divina bajo la imagen de un mutuo acostumbrarse entre Dios y el Hombre: «el Verbo de Dios ha habitado en el Hombre y se ha hecho Hijo del Hombre para acostumbrar al hombre a comprender a Dios y para acostumbrar a Dios a habitar en el hombre, según la voluntad del Padre» (Catecismo Iglesia Católica, 53). Hoy presentaríamos este hecho con una palabra de gran actualidad: acompañar. Sólo desde ahí es posible la acción educativa.

En la historia de la salvación que la Escritura nos presenta, descubrimos que Dios guía providencialmente a su pueblo con una pedagogía miseri-cordiosa, cuya plenitud es Cristo. Nuestra vida siempre está marcada por una elección: seguir el camino que Dios nos propone o rechazarlo. En ese sentido, las pruebas que podemos experimentar por llevar adelante la vo-luntad de Dios o por haberla rechazado, son una invitación a re-hacer el

MEDITATIO

36

155

Páginas 79-81

Nuestro Dios es un Dios vivo, que llama ante todo en todos los tiempos, que escoge a personas concretas para hacer avanzar la Historia de la Salvación con su actividad, su testimonio, su vida.La particularidad de Dios es la elección. En contra de nuestros criterios, pensamos que Dios escoge según los méritos de cada uno. Sin embargo, Dios llama porque ama a quien llama y a todas las personas que se beneficiarán de su misión. Dios necesita de las personas para realizar su voluntad.

Entre los cristianos, recibimos nuestra primera vocación en el Bautismo, vocación que queda ‘confirmada’ por la confirmación. El Bautismo hace del cristiano ‘otro Cristo’: se hace parecido a Jesús y está llamado a aquella misión que Jesús mismo definió en Nazaret (Lc 4, 18).

El Bautizado está llamado a caminar con Jesus, a luchar con él contra todo lo que ata o ciega a la persona, a proclamar la Buena Noticia, a los pobres y pequeños. Por la fe y el amor, el cristiano está llamado a consagrar su vida ordinaria, a transformarla en una vida que acoge a Dios y es portadora de Dios. Desde el Bautismo, todo cristiano está llamado a acoger el Espíritu de Dios en lo más íntimo de su ser y a sembrar el amor en el campo de su vida.

Algunas y algunos oyen la llamada a la vida religiosa, a vivir como Jesús. Eso exige una gran humildad: no es una hazaña, sino un servicio que se hace a toda la Iglesia.

El Espíritu Santo, alma de la Iglesia, la hace vivir dando a unos y a otros las «gracias», los carismas que hacen de la Iglesia un cuerpo, del que todos formamos parte, en que todo se mantiene unido: obispos, sacerdotes, diáconos, consagrados y laicos que son el santo Pueblo de Dios. Todos necesitan de todos.

Decubrir la propia vocación es un asunto importante: cabe el peligro de imaginarla en lugar de recibirla con sencillez. Pero no hay vocación superior: la gracia más elevada es la de amar como ama Dios, allí donde cada uno está.

Jesús llama a sus discípulos a seguirle con su vida.

156

ACTIO¿Como ponemos en práctica las enseñanzas de Jesús?

AnimadorPrincipales ideas a comunicar:-- ¿Por qué Jesús eligió a pescadores?

Podía haber escogido a sacerdotes, recaudadores de impuestos, carpinteros o granjeros. Según William Barclay, los pescadores reunían una serie de cualidades especiales que necesitaba para su misión y, en consecuencia, que todo discípulo de Jesús necesita:

1. Los pescadores son pacientes. Saben esperar, en caso de no obtener un resultado rápido.

2. Son perseverantes. Si los peces no pican, un buen pescador lo intentará en otro lugar donde los peces puedan estar interesados.

3. Son valientes. Las tormentas y tempestades que estallan repentinamente no les frenan. Esto es importante ya sea en un lago o en una Iglesia.

4. Están dispuestos a esperar el momento adecuado para pescar, para proponer a alguien la Buena Noticia de Jesús.

5. Saben adecuar el cebo al pez, sabiendo que no todos lo señuelos atraen a todos los peces por igual. Del mismo modo, no podemos emplear el mismo enfoque a la hora de hablar de Jesús a todas las personas.

6. Un buen pescador se mantiene fuera de la vista: un rasgo clave para el discípulo, que nunca debería hacer sombra a Jesús o a su mensaje.

Dejamos tiempo para el diálogo.

Todo lo dialogado hasta ahora nos invita a no quedarnos contemplando, sino comprometernos con la acción para poner en práctica las palabras que hemos escuchado de Dios, por boca de Jesús. La lectio divina no culmina su proceso hasta que no se llega a la acción, que mueve nuestra vida a convertirse en un don para los demás por la caridad. Requiere que exista coherencia entre la Palabra y nuestra vida. Que tomemos la decisión constante de seguir a Jesús como discípulos, de vivir según el Evangelio. Implica ser dóciles al Espítiru, estar en acción, en movimiento. El protagonista de todo este proceso es el Espíritu Santo.




«Hoy que la Iglesia quiere vivir una profunda renovación misionera, hay una forma de predicación que nos compete a todos como tarea cotidia-na. Se trata de llevar el Evangelio a las personas que cada uno trata, tanto a los más cercanos como a los desconocidos. Es la predicación informal que se puede realizar en medio de una conversación y también es la que realiza un misionero cuando visita un hogar» (Francisco. Evan-gelii Gaudium, 127).

ACTIO

ACOMPAÑAR ES DEDICAR TIEMPO A LOS DEMÁS

En la experiencia de Emaús Jesús acompaña a aquellos dos peregrinos.

«El acompañante sabe reconocer que la situación de cada sujeto ante Dios y su vida en gracia es un misterio que nadie puede conocer ple-namente desde afuera. El Evangelio nos propone corregir y ayudar a crecer a una persona a partir del reconocimiento de la maldad objetiva de sus acciones (cf. Mt 18,15), pero sin emitir juicios sobre su respon-sabilidad y su culpabilidad (cf. Mt 7,1; Lc 6,37). De todos modos, un buen acompañante no consiente los fatalismos o la pusilanimidad. Siempre invita a querer curarse, a cargar la camilla, a abrazar la cruz, a dejarlo todo, a salir siempre de nuevo a anunciar el Evangelio. La pro-pia experiencia de dejarnos acompañar y curar, capaces de expresar con total sinceridad nuestra vida ante quien nos acompaña, nos enseña a ser pacientes y compasivos con los demás y nos capacita para encon-trar las maneras de despertar su confianza, su apertura y su disposición para crecer».

(Francisco, Evangelii Gaudium, 172)

Una pregunta que surge es:

Y nosotros, ¿dedicamos tiempo para dialogar con los demás?

— ¿Nos dejamos interpelar por ellos, por sus dolores, sus heridas, sus alegrías?

— ¿Estamos dispuestos a acompañarlos e iluminar su situación a la luz de la Palabra? ¿Cómo y cuándo?

ACOMPAÑAR ES SER ACOGEDORES

Sed acogedores, abrid vuestros contactos, vuestras relaciones humanas. Aprended a saludar, a entablar nuevas amistades, a ampliar el número de

MEDITATIO

157

Páginas 105-107

Ideas para crear un espacio de oración

Como sugerencia para crear un ambiente acogedor para el tiempo de oración, Si os es útil, podéis utilizar los materiales que porponemos:

Es preferible, cuando sea posible, reunirse mejor en una iglesia, intentando darle una belleza acogedora. La disposición interior es importante para una oración común. No se trata de hacer una restauración, sino crear un espacio que invite a la oración. A través de pequeños objetos, muy sencillos y económicos. Si no resultara posible rezar en la iglesia, será importante arreglar armoniosamente el lugar de la oración. La música instrumental puede calmarnos y acompañar nuestra respiración. En la oración es con Jesús con quien tratamos, entonces será deseable que todos los participantes miraran hacia una misma dirección.

Un lugar de oración llega a ser acogedor con muy poco: una cruz, una Biblia abierta,, iconos... Mantener una luz discreta, disminuyendo su intensidad e iluminando con pequeñas velas. Empezar a sonar una música de fondo...Disponiendo las sillas en forma circular, permite crear un sentimiendo de fraternidad, de unión. Colocar una alfombra o un tapiz para depositar la Palabra en el espacio vacío del medio. Son algunas ideas. Todos estos símbolos tienen un significado.

Los animadores estáis al servicio de la oración. La preparáis con delicadeza y seriedad. Poner la música de fondo, tal vez las guitarras o el órgano. Cada uno sabe los gustos de sus participantes. Nuestra tarea es ayudar a que este tiempo de oración sea una experiencia, permitiendo el silencio y recogimiento de los que participan en ella. Y terminar cantando. El canto es un símbolo de la alegría: nos hemos encontrado con Jesús y nos ha hablado. ¡Salgamos a anunciarlo!

Con las nuevas tecnologias, podéis enviar los enlaces de las canciones por vuestros grupos de WhatsApp. Es una forma de preparar la oración o que nos suenen las canciones. También, en caso de no disponer de reproductor de CD, los teléfonos suelen tener buena acústica.A falta de recursos, imaginación.Sabiendo que estamos en un momento de oración.

161

ORATIO

ORATIONos dirigimos a Dios

Animador

Empezaremos con unos minutos en los que, acompañados de una música suave, cada uno puede cerrar los ojos, concentrándose en la respiración. Desconectamos del bullicio del día.

Espíritu Santo, haz que a través de la proclamación de este texto podamos experimentar un encuentro con Jesús hoy, aquí. Es una de las maneras de como el Padre de Jesús ha querido hacerse presente en medio de la huminidad: mediante una cosa tan frágil y fugaz como la palabra y que, una vez dicha, ya ha pasado, pero que puede herir o consolar.

Escuchamos la Palabra (Mc 1-14-20)

Recomendaciones:— hacemos una lectura pausada, proclamando, no solamente leyendo, que de tiempo a interiorizarla a quien la escucha.— Mejor leerla directamente de la Biblia o del Leccionario (puede ser la que está encima de la mesa del centro de la sala).

Animador: De igual modo que el propio Jesús que llamó a los discípulos en el mar de Galilea, ahora -- a través de la proclamación de esta lectura -- te llama a ti por tu nombre.Hoy Jesús, nos mira y nos dice: «Ven conmigo y te haré pescador de personas»

En silencio, cada miembro del grupo, después de escuchar a Jesús, le dice en el fondo de su corazón: «Jesús, voy contigo».

Para el momento de oración, proponemos crear un ambiente de recogimiento y ambientado en el tema de hoy. Puede ser enriquecedor hacer este punto en la capilla dónde se encuentre el Sagrario o crear un lugar especial.Colocamos unas vendas y unas monedas en el centro de la sala o de la capilla, junto con la Sagrada Escritura abierta. Pondremos un cartel con la invitación del Evangelio: Anda y haz tu lo mismo.








RECONOCER


INTERPRETAR


ELEGIR





35

Canción

158

Páginas 108

Dejamos un tiempo de silencio para la oración personal.¿Qué me dice el texto? ¿Qué me dice Dios por medio del texto?

Animador: En silencio, contemplamos y oramos unos momentos a partir de la Palabra.Dos voluntarios pueden leerlas en nombre de todos uniéndonos a la petición final: R/. Te lo pedimos, Señor.

— Rezamos juntos esta oración de fieles:

1. Señor, ayúdanos a ser un grupo, a vivir en nuestras comunidades y ser nosotros mismos instrumentos de comunión.R/: Te lo pedimos, Jesús.

2. Señor, enséñanos a ser más humildes para reconocer que necesitamos de los demás para reflejarte en el mundo con más acierto.R/: Te lo pedimos, Jesús.

3. Señor, ayúdanos aconseguir el equilibrio de estar unidos sin ser uniformes, a vivir los propios carismas sin pretender que sean ni más importantes no mejores que los de los otros porque también son manifestaciones del Espíritu Santo que nos guía.R/: Te lo pedimos, Jesús.

4. Señor, enseñanos a anunciar la Buena Noticia, para que ilumine la vida cotidiana de la gente, para que conecte con las penas y alegrías, con sus angustias y esperanzas.R/: Te lo pedimos, Jesús.

5. Señor, tu nos has llamado a cada uno para estar contigo y predicar. Sembrar nos cuesta y cansa, pero danos tu fuerza y valor para poder anunciar que eres una Buena Noticia para todos.R/: Te lo pedimos, Jesús.

Animador: Para concluir, recitamos todos esta oración.Página 108.

oración del Hno. Roger de Taizé

Animador: Y terminamos la sesión intercambiando un signo de paz.

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134

Cristo con los pescadoresJ. Kirk Richards, 2012

ARZOBISPADO DE VALENCIAVICARÍA PARA LA EVANGELIZACIÓN Y TRANSMISIÓN DE LA FE

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