OSMOTERAPIA

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OSMOTERAPIA (1) Con base en las referencias bibliográficas autorizadas por Ellos (de la Ferrière - Ferriz O.) en ediciones aprobada por el Gurú de la JÑANA Autor Gurú de la JÑANA Dr. P. E. G. P. Vibraciones aéreas que modifican la atmósfera perfumándola (incienso). El incienso depura la atmósfera. El fuego que transforma al incienso en delicadas volutas perfumadas que ascienden calladamente y envuelven los ánimos en una atmósfera saturada de espiritualidad. Los Grandes Mensajes Pág. 132-139 Con las teorías de las ondas vibratorias y los fenómenos electromagnéticos, tenemos una vaga idea de los fluidos que nos rodean. Por otra parte, nadie ignora ya la influencia de la música, de la palabra, de los colores, de los perfumes, y de los alimentos, sobre la psiquis, debido a la correlación de los éteres, en la transformación de las energías físicas en energías psíquicas. Los Grandes Mensajes página 180 Hablando de las mujeres, Muhammed las llama annisâ, plural al cual no corresponde singular, ya que el dice: «tres cosas de vuestros mundo me fueron dadas dignas de amor: las mujeres, los perfumes y la oración». Propósito Psicológico XXX La Sabiduría de Mahoma Pág. 10 Ed. Nice 1 La Osmoterapia no es una terapia excluyente de los demás tratamientos. 2 La Osmoterapia es un poderoso auxilio de todos los médicos, sea cual sea la escuela a la que pertenezcan, pues estimula muy eficazmente la acción de la energía sanatoria y disminuye los malos efectos que determinados medicamentos producen en el organismo. 1 A U M

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OSMOTERAPIA (1)

Con base en las referencias bibliográficas autorizadas por Ellos

(de la Ferrière - Ferriz O.)

en ediciones aprobada por el Gurú de la JÑANA

Autor Gurú de la JÑANA Dr. P. E. G. P.

Vibraciones aéreas que modifican la atmósfera perfumándola (incienso).

El incienso depura la atmósfera.

El fuego que transforma al incienso en delicadas volutas perfumadas que ascienden calladamente y envuelven los ánimos en una atmósfera saturada de espiritualidad.

Los Grandes Mensajes Pág. 132-139

Con las teorías de las ondas vibratorias y los fenómenos electromagnéticos, tenemos una vaga idea de los fluidos que nos rodean. Por otra parte, nadie ignora ya la influencia de la música, de la palabra, de los colores, de los perfumes, y de los alimentos, sobre la psiquis, debido a la correlación de los éteres, en la transformación de las energías físicas en energías psíquicas.

Los Grandes Mensajes página 180

Hablando de las mujeres, Muhammed las llama annisâ, plural al cual no corresponde singular, ya que el dice: «tres cosas de vuestros mundo me fueron dadas dignas de amor: las mujeres, los perfumes y la oración».

Propósito Psicológico XXX La Sabiduría de Mahoma Pág. 10 Ed. Nice

1 La Osmoterapia no es una terapia excluyente de los demás tratamientos.

2 La Osmoterapia es un poderoso auxilio de todos los médicos, sea cual sea la escuela a la que pertenezcan, pues estimula muy eficazmente la acción de la energía sanatoria y disminuye los malos efectos que determinados medicamentos producen en el organismo.

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3 Indispensable será para el aspirante a Osmoterapeuta el asistir a una escuela de medicina (recuerden que la Alopatía es exclusivamente una terapia antisintomática de graduados como cirujanos a quienes no se debe aceptar como verdaderos médicos), deberá recibir capacitación en sintomatología principalmente (no es necesaria la patología aunque es una ayuda), y demás formas de diagnostico.

4 El estudio de las diluciones, de las dosis, la serie de repeticiones diarias, por cuantos días y que medicamento va antes, cual va después, cual refuerza el efecto del medicamento, cual lo anula, cuanto puede durar el efecto del medicamento (hay medicamentos cuyo efecto es de muy corta duración y otros de meses).

5 Saber que los medicamentos pueden, según el medicamento y la dilución a que se encuentren, ir más a los síntomas psíquicos o físicos. La urgencia nos enseña a atender en primer lugar los síntomas físicos mientras estamos seguros de saber perfectamente la etiología psíquica del enfermo. Conocer bien la mentalidad no se logra antes de un mes de continuas entrevistas. Los más expertos lo logran en 45 días!

6. Recordar que no hay enfermedades. Hay, enfermos.

7. Que existen horarios de agravación, que diferente es la tos de la una de la mañana -Hepar S., que la tos en invierno -Aloe (o la de los “incurables”, 3 a.m., -Kali C). Que igualmente hay mejores horas para medicar (Júpiter o Marte en el Ascendente).

8. Es condición indispensable, que la esencia, aroma o perfume que se administre al enfermo esté adecuado a su enfermedad, y no será incompatible su administración con la de los medicamentos que requiera el tratamiento empleado, sino que por el contrario favorecerá la acción terapéutica de cada medicamento si se administra éste según las reglas de la moderna posología o dosis convenientes en cada caso, porque la dosis del medicamento es capaz de decidir entre el éxito o el fracaso de un tratamiento.

9. La Osmoterapia, como rama de la Naturopatía, solo admite los perfumes y esencias extraídos del reino vegetal, porque los perfumes y cosméticos que expende el comercio son en su mayoría confecciones químicas, en que suele entrar el almizcle y otros extractos animales o derivados del petróleo (actualmente la inmensa mayoría de las esencias que se comercializan son derivadas del petróleo), que debilitan la intensidad de la energía sanatoria, al par que incrementan el dinamismo morboso.

10. Aún en estado sano, es notoria la sensación que nos produce el aroma de las flores o el perfume de las sustancias agradables, así como también merece atención la circunstancia de que en los desmayos, vahídos y desvanecimientos en que el accidentado pierde el sentido, la aspiración de ciertas sales estimula la acción de la energía sanatoria hasta el punto de recobrar el conocimiento.

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11. La Osmoterapia ha demostrado experimentalmente que posee en grado superlativo la propiedad de favorecer la acción de la interna energía sanatoria.

12. Cuando el enfermo inhala los efluvios de una planta aromática o de una esencia agradable a su olfato experimenta una sensación de bienestar, una euforia que alivia sus sufrimientos y le infunde la esperanza en la salud. Un ejemplo de ello es el gas hilarante que produce risa, alivia el dolor e induce un sueño reparador.

Fue al divertirse en respirar el protóxido de ázoe (gas hilarante) que algunos estudiantes, dentistas de Boston, descubrieron en 1.846, los métodos de anestesia. Uno de ellos (Henry Morton) comprendió que ese gas podía calmar el dolor.

Propósito Psicológico IX Medicina y Pseudomedicina/142

13. La Osmoterapia no es un empirismo o práctica puramente experimental que tenga por único fundamento los efectos.

14. Está basada en principios netamente científicos, y para su ejercicio y aplicación son necesarios no solamente conocimientos de anatomía, fisiología y embriología humanas, sino, profundos conocimientos de botánica, química y medicina, porque no se reduce a la inhalación de olores derivados de esencias y perfumes, sino que es indispensable conocer cuáles de estos olores son los mejor adecuados a cada enfermedad y a cada enfermo.

15. La gran ventaja del tratamiento osmoterápico es su perfecta compatibilidad con cualquier otro tratamiento, al que en vez de estorbo le servirá de auxilio y complemento.

16. La Osmoterapia ha de valerse de los mismos medios de exploración de que se valen las demás terapias para el mejor conocimiento de la enfermedad, y conviene decirlo así, porque vulgarmente se cree que la exploración del enfermo es cosa privativa de los médicos alópatas.

17. En lo relativo a la Fitoterapia y su derivado la Osmoterapia ambas, pero especialmente la segunda, tienen de común con la terapéutica homeopática la sutilidad o débil dosis del principio activo que sirve de medicamento, pues parece como si la naturaleza lo hubiese dosificado acertadamente en las esencias aromas y perfumes extraídos de las plantas, como si estuviera en forma de irradiación o emanación fácilmente accesible al organismo por la vía olfativa, la misma que según el texto bíblico empleó el Creador para infundir en el cuerpo de Adán el hálito de vida.

18. En apoyo de la Osmoterapia acude la circunstancia experimentalmente comprobada de que la frecuente ingestión de ácidos acaba por provocar la peligrosa enfermedad llamada acidosis, y sin embargo, la inhalación de las emanaciones de los mismos ácidos por vía olfativa no sólo no es dañina sino que tiene efectos terapéuticos.

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19. Hace años era opinión general entre los higienistas que los obreros que trabajaban en las fábricas donde era imprescindible la continua manipulación de ácidos inorgánicos (sulfúrico, nítrico, clorhídrico, fosfórico, salicílico, etc.), y de algunos orgánicos como el acético, iban a enfermar de las vías respiratorias. Pero las detenidas observaciones del doctor Kapff, muy versado en la química relacionada con la patología médica, demostraron que los obreros empleados en las fábricas que manipulaban ácidos no sólo no sufrían quebranto en su salud, sino que estaban como inmunizados contra la tuberculosis, la bronquitis, la pulmonía, bronconeumonía, asma, y trastornos digestivos.

20. En la historia de la Medicina se refiere que en 1.840 hubo en Inglaterra una epidemia de cólera morbo asiático, y no se observó ningún caso en los obreros de las fábricas de lana artificial que estaban constantemente expuestos a las emanaciones de ácido clorhídrico.

21. La Osmoterapia emplea como medicamentos materias sutilísimas de composición natural, cuyas rápidas vibraciones armonizan con las de la energía sanatoria que así estimulada e intensificada, puede influir beneficiosamente por reflejo en el cuerpo físico y restablecer la normalidad funcional de este.

22. La experiencia clínica del doctor A. Krumm – Heller, afirma que mediante la inhalación de ácidos convenientemente dosificada, es posible combatir con éxito algunas enfermedades, entre ellas la difteria, la tos ferina, la escarlatina y ciertas afecciones cerebroespinales. El ácido cítrico del limón es un eficaz preservativo de la difteria.

23. Refiere Krumm - Heller que antes de la guerra del 1.944 un médico práctico e internista, instaló en Nüremberg un inhalatorio público. Sobre una mesita central en una amplia sala está colocado el inhalador y los enfermos se colocan en asientos dispuestos alrededor para inhalar las emanaciones ácidas. Las curaciones fueron tantas y tan inesperadas, que varios médicos se apresuraron a instalar análogos inhalatorios.

24. Lo más interesante para la Osmoterapia en este punto de los pares de opuestos en cuanto a los olores, estriba en que si los hediondos, pestilentes y nauseabundos repugnan al olfato y producen trastornos en el organismo, denotan con ello su maléfica influencia, y por lo tanto confirman o corroboran de esta suerte la beneficiosa influencia que en el organismo corporal han de ejercer los olores agradables y hasta deliciosos de las esencias, aromas y perfumes extraídos de las plantas medicinales. Algunas emanaciones de pantanos formados en medio de la naturaleza tiene aplicaciones tanto terapéuticas como profilácticas. Aún tapándose la nariz, las emanaciones de un perfume, de un pantano, o de algo hediondo, son captadas por la piel y dependiendo de lo impregnada que quede, se verán los efectos. Además de que, no solo hay una emanación hacia nuestro sentido del olfato, hay una emanación magnética y cada frecuencia magnética induce en nosotros toda una relación arqueométrica con el medio ambiente, con el Universo.

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Para un magnetizador sería un crimen fumar, ya que con sus pases transmitiría corrientes de peligrosas emanaciones.

Pero el hecho más importante es el de absorber una parte del magnetismo que emanan las células después de la muerte del animal (magnetismo que permanece activo aún en el momento de la putrefacción) y que retiene su fuerza en cualquier temperatura que llegue a ser indispensable para la preparación y consumo del alimento diario de los necrófagos (comedores de cadáveres). Queda también este magnetismo animal en el medio ambiente saturando el aire, la familia, los amigos y los allegados, etc., con una vibración contraria a su evolución personal.

Es una gran responsabilidad saber que uno puede convertirse en un obstáculo para el bienestar de sus hijos y de su familia; es señal de un estado de conciencia bajo, hacer de su alimentación diaria un crimen y es una pobre conciencia la que no se rebele contra el hecho de obstaculizar el progreso de la Espiritualidad Universal.

Los Grandes Mensajes/499-502 por S. R. de la Ferrière

25. La Osmoterapia repudia todo linaje de inhalaciones que produzcan efectos morbosos, las cuales se distinguen por su mal olor. Las hay deprimentes del sistema nervioso, con efectos anestésicos o narcóticos. Otras provocan alucinaciones; algunas embriaguez y todas tienen el gravísimo inconveniente de establecer un hábito vicioso, que una vez arraigado es de muy difícil y penosa extirpación. En la obscura etapa por la que atravesamos en esta sociedad de comerciantes, religiosos y militares mal llamada civilización, es frecuente ver adictos a inhalar vapor de pegantes.

26. Las inhalaciones osmoterápicas, además de estimular la acción de la natural energía sanatoria del organismo, tienen la ventaja de no establecer hábito vicioso, es decir, que por agradable y deleitoso que sea el olor, solo apetece cuando el organismo lo necesita como remedio de sus dolencias, o por la emoción de estar perfumado tanto para si mismo como para los demás.

27. Los olores agradables actúan conjuntamente con los gustosos sabores; son un eficaz estimulante de la normal actividad gástrica.

28. Los olores agradables han de tener y en efecto tienen su determinada aplicación, porque no todos sirven para todo, y precisamente esta especificación es nueva prueba de su eficiencia terapéutica.

29. Así como la Fitoterapia ha establecido lo que pudiéramos llamar el cuadro sintomatológico de las plantas medicinales, puntualizando que parte de ellas se ha de emplear terapéuticamente en cada enfermedad, así también la Osmoterapia ha establecido un cuadro sintomatológico en el que a cada enfermedad le está asignada la inhalación de determinado aroma, perfume o esencia, seguida o antecedida por una determinada durante cierto tiempo, etc.

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30. Por lo que atañe a la Osmoterapia, es necesario advertir que para administrar la quintaesencia de las plantas medicinales como medicamento, se ha de explorar antes muy detenidamente al enfermo para diagnosticar con certeza la enfermedad y examinar después su horóscopo o tema astral natal con su última revolución solar y direcciones primarias (al menos las secundarias). Una vez confirmado el diagnóstico, podrá el médico consultar las tablas, cuadros y gráficos, que señalan las correspondencias arqueométricas de los planetas con las funciones orgánicas del cuerpo humano (ver los escritos al respecto por el Apóstol de la JÑANA Dr. D. Ferriz O.). De esta suerte, será capaz el médico de conocer la índole planetaria de la enfermedad (influencia astral de Paracelso) y administrar en consecuencia la planta o plantas de la misma índole planetaria. Tomar en cuenta el interrogatorio de Smith, muy importante el manejo correcto del Repertorio homeopático de Kent, conocer bien la materia médica homeopática y, siempre, considerar como más importantes los síntomas psíquicos.

31. Para mejor comprender la acción terapéutica de la Osmoterapia, transmitiremos las leyes capitales de la naturaleza, demostradas por la experiencia de los siglos.

•El Universo material es creación de la Mente Divina.

•Todo cuanto es obra material del hombre es resultado de su actividad mental.

•Las mismas leyes rigen en el aspecto superior como en el inferior del Universo. Como es arriba es abajo. Lo mismo se pesa un átomo que un Sol

•Todo en el Universo está en movimiento; todo rueda; todo vibra; nada está en absoluto reposo.

•Todas las cosas tienen el polo positivo y el polo negativo. Están distribuidas en pares de opuestos. Tienen dos elementos, el masculino y el femenino, como los extremos que se tocan porque su naturaleza esencial es idéntica, pero de diverso grado. No conocemos la verdad absoluta, sino tan solo la verdad relativa.

•Todo actúa rítmicamente en sujeción a la ley del péndulo. Todo tiene su principio y evoluciona, alcanza su acmé o punto culminante y después degenera y perece.

•Toda causa tiene su efecto y todo efecto tiene su causa. Esta es la ley de causalidad, que no admite nada por casualidad. Lo que llamamos suerte no es más que el efecto de una ley desconocida.

Refiriéndose al determinismo, el Apóstol de la JÑANA Dr. D. Ferriz O. dijo: “Se puede calcular el momento del encuentro de dos personas y el instante en que se dan la mano”.

Cuando me anuncio mis grados le dije: ¿Cuándo será el día en que sea Gurú? “Cuando se cumpla lo que está escrito en su esquema.”

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Le dije, y si me esfuerzo más? “Entonces es que está escrito que se esfuerce más.”

La Tabla de Esmeralda es la fórmula de la Piedra Filosofal, es el secreto del elixir de larga vida, es el Tao (31), la clave de todas las doctrinas esotéricas, la Luz Universal. Esta revelación de las Leyes Inmutables es la siguiente:

- En verdad, esto es sin engaño, cierto, muy verdadero.- Lo que es abajo es como lo que está arriba y lo que es arriba es como lo que está

abajo para que se cumplan los milagros de la Unidad.- Y como todas las cosas han sido originarias de UNO, por el pensamiento de

UNO, así todas las cosas han nacido de esta cosa única, por adaptación.- El Sol es el Padre, la Luna es la Madre, el viento la llevó en su vientre, la Tierra

es su nodriza.- El Padre de todo el Telesma (misterio cumplido) está aquí, su fuerza es íntegra si

se convierte en tierra.- Separarás la tierra del fuego, lo sutil de lo denso, suavemente, con gran

habilidad.- Él sube de la tierra al cielo, él desciende de nuevo a la tierra y recibe la fuerza

de las cosas superiores e inferiores.- Así tendrás toda la gloria del mundo y toda la obscuridad se alejará de ti.- Es la fuerza de todas las fuerzas, pues penetrará toda cosa densa y vencerá toda

cosa sutil.- Así fue creado el Universo.- De aquí serán y saldrán innombrables adaptaciones cuyo medio está aquí.- Es por lo que he sido llamado Hermes Trismegisto poseyendo las tres partes de

la filosofía del mundo total.Lo que he dicho sobre la operación del Sol está cumplido y acabado.

(31) El Tao, que significa literalmente Sendero, es evidentemente comprendido en el sentido de Vía Iniciática. El taoísmo es hoy una religión y existe desde que Lao-Tzé ofreció su enseñanza en el único tratado escrito por él: el Tao-Te-King, libro del Sendero y de la Línea Recta. En realidad no hay “taoístas” sino simpatizantes del Taoísmo. Lao-Tzé no tuvo sino dos discípulos quienes formaron, ellos mismos, a otros diez. Lao-Tzé desapareció un día en su retiro inaccesible del Tíbet y es venerado actualmente en toda la China. Quien realiza exactamente su enseñanza, no forma más parte de la religión “taoísta” sino como INICIADO, y se va aislando en la contemplación de las altas esferas como el yoghi, puesto que ha encontrado el SENDERO, la LUZ, la VERDAD.

Yug Yoga Yoghismo/73 por el S. MAESTRE de la Ferrière

32. En la administración de los medicamentos, la Homeopatía se vale de la vía ingestiva, olfativa y dérmica y la Osmoterapia, como indica esta denominación, de la vía olfativa, esto es, de la nariz como órgano del olfato y también como vía alta del aparato respiratorio. Como la piel también respira, es lógico esperar un efecto por esta vía.

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33. El estado físico de los medicamentos osmoterápicos es en unos casos liquido, gaseoso, en forma de fumigación (el agua en esta forma es un vehículo del prana que ayuda incluso en crisis asmáticas. Hay que observar en los lavaderos de carros ese rocío que forma el agua a presión y que, aún en climas muy fríos, a pesar de que los operarios permanecen empapados de agua, incluso a altas horas de la noche, no se resfrían fácilmente), de aroma, de esencia o de quintaesencia.

34. El efecto de los gases que respiramos, está muy bien estudiado por quienes practican el submarinismo, el buceo. Consultar. El color de los gases que impregnan la atmósfera modifica la forma en que son captadas por nuestros organismos, las corrientes fluidicas del espacio sideral. El humo negro que emanan los motores a diesel, envuelve la atmósfera de nuestras ciudades con muy malas consecuencias psico-físicas.

35. La Osmoterapia es un nuevo procedimiento de administración de medicamentos de ya comprobada eficacia, es decir, de medicamentos que la observación clínica ha aceptado para determinadas terapéuticas y por tanto han sido incorporados a la materia medica. No aplicar esencias y materias cuya experimentación haya sido hecha por inexpertos sin una formación académica reconocida y sin llevar una casuística numerosa. Consultar siempre primero al Gurú de la JÑANA.

36. Para el médico Osmoterapeuta lo mismo que para el Naturópata o el Acupuncturista entre otros, la enfermedad es la manifestación del esfuerzo de la energía sanadora del organismo para eliminar las substancias extrañas o toxinas que le invaden tanto de origen externo como de origen autógeno. La contaminación por parásitos deja en el organismo residuos muy tóxicos. Un daño en las funciones enzimáticas impide transformar algunas substancias que quedan como toxinas en el cuerpo. Los estados mentales a su ves, dejan substancias muy venenosas (ira, depresión) e impiden que otras substancias se procesen.

Fíjense que se puede sufrir de un hongo en, por ejemplo, el dedo índice, y esto por años sin que el dedo vecino se “infecte”. Ese dedo del ejemplo es el escogido por el sistema orgánico para eliminar una toxina; y el hongo, por su color, humedad, textura, localización exacta, tiempo de aparición (verano, invierno, etc.) dirá al médico Verdadero que debe hacer. SIEMPRE se debe considerar la indispensable necesidad del régimen vegetariano-satwico (las harinas son tamas). Tratar pacientes que invaden su organismo de toxinas cadavéricas y harinas es muy complicado, su organismo está animalizado.

37. En las enfermedades caracterizadas por la clínica de tumores, la Osmoterapia tiene mayor valor profiláctico que curativo, es decir, que cumple con el aforismo de que: “Más vale prevenir que curar”, y si la profilaxis fisiológica se añade a la psíquica y a la higiene espiritual, se reduce considerablemente el riesgo de enfermedades establecidas, es decir, de enfermedades que se están incubando con arreglo al terreno heredado o adquirido del sujeto. Ver la teoría de los miasmas de Hahnemann y “La medicina Biológica, una medicina no comprometida” escrito

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por el Dr. Payan de la Roche a quien Nuestro Venerable Apóstol de la JÑANA Señor Dr. Ferriz O. tenía en muy alta consideración.

38. Cualquier agresión al organismo sea esta física, psíquica o química, conlleva a la formación o acción de toxinas que en el hombre se llaman HOMOTOXINAS, que son cualquier sustancia tóxica para él.

39. A las reacciones del organismo buscando su autoreparación por la agresión de las homotoxinas se les conoce como enfermedad.

40. Cuando el organismo es agredido por cualquier toxina su defensa inespecífica lo lleva a tratar de expulsarla, es decir, de evacuarla por cualquier método natural, diarrea, vómito, flujo, secreciones mucosas, menstruación, sudor, orina, esputo, expulsión por la piel, etc. Eso se llama en Homotoxicología una: FASE DE EXCRECIÓN. Generalmente la eliminación es "ayudada" por un agente al que entonces se le considera "infeccioso" y la causa de la enfermedad! La razón de que lleguen moscas es porque hay basura, quite la basura y adiós a las moscas.

41. Si al organismo no se le deja hacer este tipo de defensa al tapársele con droga alopática, antidiarreicos, antipruriginosos, drogas para flujos (Metronidazol, Micostatin, Sulfas, etc.), antiheméticos, pasa a la siguiente fase: el organismo trata de reaccionar ante la homotoxina que ya no está sola sino acompañada de las homotoxinas dejadas por las drogas utilizadas para bloquear su fase de excreción. Decimos que el paciente entra en una: FASE DE REACCIÓN, de inflamación, trata de quemar esas toxinas, hay fiebre, forúnculos, neuralgias e inflamaciones en general.

Esta fase de reacción utilizada por el organismo para quemar las toxinas se bloquea con antibióticos, anti-inflamatorios, antipiréticos, etc.!

42. Como no lo dejan hacer su FASE DE REACCIÓN, el cuerpo trata de aglutinarlas: es la FASE DE DEPOSICIÓN: pólipos, tumores benignos, obesidad, varices, trombos, miomas (tumores benignos del útero), masas debajo de la piel (gelosas), cálculos, celulitis, etc. En estas tres fases el organismo trata de que la célula permanezca indemne; son las llamadas fases humorales. Si estas fases no se interpretan correctamente, cada vez el organismo se intoxica más, pues pasa de una a otra llevando la carga de lo que traía, más las toxinas agregadas por un tratamiento inadecuado.

43. “Una y otra vez el organismo trata de mantenerse en estas tres fases, y una y otra vez es mal interpretado y bloqueado. Cada vez por la acción de las drogas bloqueadoras, la verdadera enfermedad se desdibuja, se pierde y aparecen enfermedades medicamentosas. Durante un tiempo el organismo no lucha y hay una fase muda; está “aparentemente” bien; luego se suman homotoxinas, el organismo agobiado porque no lo dejan excretar, reaccionar ni depositar, pasa por la fase muda a una FASE DE IMPREGNACIÓN; las toxinas han llegado a la pared celular.

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44. En las tres fases anteriores aún permanecían intactos los factores enzimáticos. En la fase de impregnación hay condensación, daño de fermentos y de enzimas. El estreñimiento es un factor a considerar desde el primer momento.

45. Tenemos las toxinas iniciando el daño celular: pigmentaciones de piel, leuclopasias, jaquecas, “infecciones virales”, asmas, ulceras, angina de pecho, etc. Si esta fase no es bien manejada y se sigue tratando con “antis”, anticoagulantes, antivirales, antitérmicos, anti-inflamatorios, antidiarreicos, anti-hipertensivos, etc., el organismo llega a su FASE DE DEGENERACIÓN: lupus, sinusitis crónica, tuberculosis, nefrosis, distrofia muscular, etc.

46. Si se sigue sin entender su proceso y continúa la lucha con “antis” lo encontraremos en su última fase, la de NEOPLASIA o sea CÁNCER, enfermedades degenerativas, SIDA y muerte.

47. El progreso de una fase hacia otra es lo que se llama: VICARIACIÓN PROGRESIVA. La labor del médico que realmente conoce a su paciente es devolverlo, es retrocederlo de una fase avanzada a una de excreción o reacción; es el mecanismo normal de curación, es la: VICARIACIÓN REGRESIVA.

48. Los 200 tipos de cáncer son curables y los 48 tipos de esclerosis y distrofia muscular también. Podemos citar miles de casos curados, bien sea de cáncer en el hígado, próstata, recto, glándulas mamarias, ganglios, cerebro, etc.; y en cuanto a los enfermos de psoriasis, solo 15 días son suficientes para hacer desaparecer los síntomas. Todo depende de cuan serios sean al seguir los tratamientos y de la posibilidad de eliminar definitivamente licores, café, carnes, quesos, sal de cocina o de mar, harinas principalmente de trigo y cualquier otro tipo de sustancias tóxicas.

49. Las respiraciones rítmicas son tal ves, en Nuestro concepto, lo más importante que debe aprender a manejar el paciente que ya está en tratamiento y ha abandonado por completo la ingesta de comidas putrefactas, de condimentos como ajo, cebolla, pimentón, de café, licores y drogas.

Los ejercicios del control de la respiración son numerosos, pero siempre peligrosos en la ejecución sin la conducción de una persona enterada. No solamente la cadencia no acostumbrada de la respiración puede producir desórdenes orgánicos, sino aun la concentración en los puntos sutiles expone siempre al principiante a complicaciones mentales.

Mis discípulos han practicado siempre durante tres meses cuando menos los ejercicios corrientes de cultura física antes de abordar cualquier ritmo respiratorio, aún tratándose de respiraciones muy elementales. Yo pido a los estudiantes seis meses de trabajo preparatorio para principiar verdaderamente las asanas con trabajo de pranificación, y nunca autorizo a los adeptos a principiar con el pranayama completo sin cumplir un año de practica de Yoga.

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La energía vital, el principio activo, el elemento dinámico, es el prana. Como dice el gran filósofo belga Maeterlinck: “El misterio, el eterno y gran misterio es la vida”... sí, la vida, esta chispa divina del movimiento es el prana.

Existen medios para recuperar y aumentar este prana, esta energía, y uno de estos medios es ofrecido por el PRANAYAMA.

En general, la respiración rítmica se hace de la siguiente manera: sentándose bien recto, pero sin rigidez, con la columna vertebral en línea lo más vertical posible, el mentón un poco recogido y los hombros un poco hacia atrás y las manos puestas simplemente sobre las piernas, hay que principiar entonces a inhalar lentamente, contando hasta seis por ejemplo, sin esfuerzo y según sus propias posibilidades, reteniendo el aire en los pulmones contando hasta tres, y exhalar lentamente el aire por la nariz contando hasta seis, para enseguida contar hasta tres con los pulmones vacíos. Ya habituado se puede aumentar el tiempo poco a poco hasta 4, después 5, luego 6, 7, etc., y llegar, después de un período de algunos años de práctica, hasta 60 o 70 o más; pero, aun cuando lo he practicado regularmente, no lo he aconsejado a nadie así. Este ejercicio es muy provechoso cuando está bien ejecutado, sin embargo, siempre me ha asombrado ver con qué atrevimiento los principiantes tragan el aire en sus pulmones sin jamás practicar un método preparatorio... Ciertas organizaciones ocultas aconsejan a sus "clientes" las retenciones de la respiración; contra ellas me he opuesto siempre por haber observado, particularmente en América, el mal ocasionado por estas prácticas, demasiado rápidas en la búsqueda de la obtención de poderes supranormales.

Hay que saber, sin embargo, que la regularidad del ritmo es mucho más importante que la duración del período.

Yug Yoga Yoghismo páginas 51 y 52

50. Decía Hipócrates, entre otra muchas más cosas:

“Aquello que mantiene sano al sano, aplicado al enfermo lo tiene que mejorar o curar.”

“Que tu alimento sea tu medicina.”

51. La Osmoterapia no produce efecto terapéutico tan sólo por el olor como parece inferirse de la etimología de su denominación, deriva del griego osmé olor sino que su efecto terapéutico emana de la composición química del medicamento, pues los hay inodoros y sin embargo de positivo valor terapéutico por su medicinal virtud; pero el valor también tiene se valía desde el punto de vista psíquico, y en esto vemos otra relación entre la Osmoterapia y la psicoterapia, pues el olor influye sin duda alguna en la mente del enfermo, quien seguramente repugnaría el medicamento si tuviese un olor nauseabundo o repugnante, por mucha que fuese su eficacia terapéutica.

52. La Osmoterapia no es una panacea, un curalotodo que haya de dejar en paro forzoso a las demás terapias, sino un valioso auxiliar de todas ellas como

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procedimiento de administración de los medicamentos que la experiencia clínica ha demostrado ser los más eficaces en el tratamiento de cada enfermedad.

53. El fundador de la homeopatía tuvo algún toque de intuición osmoterápica, pues en las enfermedades crónicas creyó que bastaría dar a oler al enfermo un par de glóbulos impregnados de la trigésima dilución del medicamento.

54. La Osmoterapia considera que si bien la determinación del medicamento está subordinada al diagnóstico de la enfermedad, la determinación de la dosis está subordinada a las condiciones del enfermo.

55. Es trascendental en Osmoterapia, que las substancias térreas, salinas y metálicas no son verdaderos medicamentos en su estado natural, sino que es necesario triturarlas para actualizar su latente energía, o lo que es lo mismo se les ha de dinamizar o convertir en medicamentos, mientras que hay otras substancias que ya de por sí poseen virtud terapéutica tan directa que es necesario atenuarla por medio de la dilución; es decir, que la dilución atenúe su natural virtud dinámica.

56. La Osmoterapia considera que la dinamización actualiza, moviliza, pone en libertad la energía terapéutica de unas substancias, mientras que la dilución, (entre más alta, más cuidadosamente debe ser administrada, esto en homeopatía) modifica la energía terapéutica de una sustancia ya de por sí dinamizada. Las diluciones altas no son aconsejadas en Osmoterapia.

57. La constitución del enfermo, su temperamento e idiosincrasia se han de tener en mucha consideración por el médico Osmoterapeuta pues el temperamento linfático admite dosis fuertes con diluciones bajas, mientras que los temperamentos sanguíneos, bilioso y nervioso son más receptivos a las diluciones un poco más altas.

58. Como el género de vida del individuo influye poderosamente en su constitución, el Osmoterapeuta ha de prestar particular atención al tipo de dosis en individuos que han llegado a embotar su sensibilidad a causa del uso de las bebidas alcohólicas y estimulantes y de los manjares fuertemente condimentados, lo cual supone que la eficacia de la Osmoterapia será muchísimo más señalada en los individuos de costumbres morigeradas, habituados al régimen dietético lacto vegetariano. Lácteos únicamente fermentados controladamente y a los que se retira el suero.

59. Cuando el organismo del enfermo está intoxicado por el uso de medicamentos alopáticos, tales como el mercurio, yodo, arsénico, plomo, los barbitúricos, narcóticos, etc., las dosis osmoterápicas han de ser más fuertes.

60. Muy en cuenta ha de tener el médico Osmoterapeuta, que cuando el medicamento está bien dirigido y la dosis acertadamente determinada, el enfermo parecerá como si se agravara; pero no hay que inquietarse por ello, por que no tardará en desaparecer este pasajero síntoma y asume el enfermo una actitud de calma a la que sigue un sueño reparador.

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HISTORIA DE LOS PERFUMES NATURALES

61. Los sacerdotes de las antiguas religiones de Oriente que simultaneaban su profesión religiosa con el ejercicio de la terapéutica, destinaron a las prácticas y ceremonias religiosas, las esencias o perfumes de agradable olor, destacándose entre todas las por ellos conocidas, el incienso. La cultura Maya se destacó en estas aplicaciones.

62. En la India antigua nos da testimonial uso de los perfumes la palabra védica atar, que tiene las acepciones de soplo, humo, olor y esencia.

63. Los libros sagrados llamados Sutras contienen el ritual de culto religioso del que formaban parte integrante los perfumes, que servían de ingredientes para la elaboración de aguas sagradas que se empleaban en los actos sagrados.

64. Además de los documentos literarios, tenemos los arqueológicos transmitidos por los egipcios, que en las piedras de sus monumentos esculpieron toda una iconografía de los procedimientos de preparación de aceites, bálsamos, licores fermentados, que demuestran como simultáneamente con las prácticas religiosas dieron los antiguos a las esencias y perfumes aplicación terapéutica.

65. El zumo y la pulpa de frutas, el jugo de las partes suculentas de las plantas, la fécula de las semillas oleaginosas, la miel y los aceites fueron en el antiguo Egipto la base de los primeros perfumes y los primeros medicamentos que se conocieron en aquel país.

66. La farmacopea egipcia nos es conocida por los papiros escritos en lenguaje demótico, que traducidos al griego por Teofrasto cita 500 nombres de plantas aunque no es posible inferir de tales textos lo que en realidad sabían aquellas gentes sobre la industria y costo de los perfumes.

67. Herodoto nos da la primera indicación concreta de los perfumes con varios pormenores acerca de los aceites vegetales y de las plantas odoríferas, así como refiere respecto de los aromas algunas leyendas que demuestran el interés de las gentes por los perfumes.

68. Hipócrates prescribió en el tratamiento de las enfermedades las fumigaciones y las fomentaciones perfumadas, acercándose con ellos a los confines iniciales de la Osmoterapia.

69. En tiempo de Pericles era muy frecuente la confección de aceites perfumados que se envasaban en frascos especiales, alcanzando las colonias griegas un alto nivel de cultura.

70. El uso de materias odoríficas vegetales determinó la colección de plantas que en Roma denominaron Herbarios y en Grecia Rhizotomos.

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71. El naturalista Plinio, que se basaba en los escritos de Teofrasto, indica el procedimiento que en su tiempo se empleaba para extraer las esencias por medio de la absorción de las materias vegetales por las grasas.

72. Durante el imperio, en la primera época llamada de los doce Césares, son ya bastante numerosos los conocimientos relativos a los perfumes cuyo uso se extiende a la medicina.

73. Critón, médico del emperador Trajano, incluye entre los medicamentos 25 clases de aceites odoríferos.

74. La palabra griega pneumata significa y abarca todo lo que el fuego evapora o volatiza y que traducido por espíritu, viene a tener la misma acepción que esencia, y designará específicamente los alcoholes aromáticos.

75. En los Manuscritos de los alquimistas griegos se encuentran descritas las diversas operaciones relativas a la industria de los perfumes: análisis y disgregación; decantación; fusión; decocción; sublimación; digestión y la destilación, esta última con la representación gráfica de los aparatos empleados para efectuarla.

76. Los árabes copilan científicamente los conocimientos farmacéuticos, hasta entonces incoherentes, y establecen la técnica que llaman del Misan o de la balanza. Perfeccionan la técnica de la destilación y difunden su empleo.

77. Geber es el enciclopedista de su época, y su obra más importante, la Summa Perfectionis, trata de diversos procedimientos de destilación, sublimación y digestión de las materias vegetales.

78. Se conservan algunos textos que tratan de las plantas aromáticas, entre ellos sobresalen el Antidotarium Nicolai, de Nicolás Praeposilius, que el gremio de boticarios declaró de uso obligatorio en todas las boticas. En 1.353, el Liber de Simplici medicina de Planteurius; y el Compedium aromatoricum de Saladin.

79. La escuela Musulmana de Córdoba fue otro centro de cultura europea y un activo laboratorio en que se perfeccionaron los procesos de destilación hasta lograr obtener del vino el alcohol etílico, que sirve de excipiente para los perfumes y esencias vegetales.

80. Los sabios de la España Almorávide, y los judíos de la Escuela Balear fundaron la también famosa Escuela de Montpellier, que influyó poderosamente en toda Europa, pues enseñó a preparar con más precisa y eficaz técnica los aceites esenciales y los perfumes extraídos de las plantas aromáticas de la alta Cataluña y del Mediodía de Francia.

81. La Osmoterapia ha de actuar según la constitución natural de las esencias y perfumes de que se valga como medicamentos.

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82. Es sutil la diferencia entre esencias, aromas y perfumes en el campo de acción de la Osmoterapia.

83. El perfume ha de tener por condición el humo desprendido de la sustancia odorífera, y así tenemos en el primer lugar de los perfumes el incienso, cuyo olor tiene la virtud de sosegar el ánimo, equilibrar el sistema nervioso sin aplanarlo, frenar el ímpetu de las pasiones, servir de potente antiafrodisíaco sin perjuicio del organismo y determinar en el individuo que aspira el humo un estado de placidez, de euforia y de gozo espiritual de indefinible descripción.

84. El incienso ha tenido en los pueblos orientales y en las civilizaciones ya extinguidas de razas precursoras de la actual raza aria, un uso casi exclusivo en las ceremonias religiosas, pues a la intuitiva mentalidad de aquellas gentes les parecía evidente que un perfume tan grato al sentido y tan beneficente para el ánimo, había de ser grata ofrenda a la Divinidad.

85. Los hebreos usaron el incienso, el incensario y los sahumerios o perfumes de plantas aromáticas, desde los tiempos del sumo sacerdote Aarón, según se infiere del versículo 6 del capítulo 29 del libro de los Números y del 12 y 16 del Levítico. Además los Magos ofrecieron al Niño Jesús, incienso.

86. Tanta era la fe que los antiguos griegos tenían en la virtud curativa del tomillo, que de su nombre Thymos derivaron la palabra Thymós con que designaban lo que posteriormente denominaron psychis, o sea el principio vital, el alma, la esencia espiritual del ser humano, lo que nosotros simbolizamos con la palabra corazón. El Timo es la glándula cerca del corazón y que rige en el cuarto chakra, Anahata. Glándula importante en las funciones del sistema inmológico.

87. El tomillo silvestre, posee excepcionales virtudes terapéuticas, y es uno de los más eficaces elementos de la Osmoterapia, sobre todo cuando se acierta en la técnica de extracción acuosa de su esencia.

88. También se usa en Osmoterapia el enebro, cuyo nombre botánico es Juníperus communis y está en mucho aprecio para extraer de la planta una resina que sirve de incienso.

89. También se extrae de las semillas de las bayas o fruto del enebro, cuando todavía están verdes, un aceite volátil muy diáfano, aromático y balsámico muy eficaz en Osmoterapia para el tratamiento de la leucorrea, la blenorragia, y el catarro de la vejiga. Además las fumigaciones con bayas de enebro quemadas, alivian los dolores en el lumbago la ciática y el reumatismo crónico.

90. La rosa es una flor cuyo aroma entra como ingrediente en la confección de muchas labores de perfumería y constituye uno de los elementos más importantes en la Osmoterapia, sobresaliendo entre ellos el llamado óleo rosáceo, usado desde hace siglos como eficaz medicina en el tratamiento de varias enfermedades.

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91. Otra planta muy usada en Osmoterapia es el eucalipto, cuyas hojas contienen un aceite esencial de agradable olor.

92. En general, todas las plantas aromáticas tienen lugar apropiado en Osmoterapia, pero no se administran las partes de la planta tal como se usa en fitoterapia, y así por ejemplo en el caso del eucalipto no se administra osmoterápicamente el polvo de las hojas y de la corteza ni el cocimiento de las hojas, sino que por medio de manipulaciones de laboratorio, se extrae de las partes útiles de la planta en cuestión, su íntima esencia, cuyas emanaciones penetran por vía olfativa en el organismo del enfermo y producen su efecto terapéutico.

93. Algunas plantas, como por ejemplo el tabaco, el café, el té, etc., contienen conjuntamente un principio nocivo y otro saludable; y ya los médicos que observaron esta doble condición en las plantas que ellos conocían y usaban en el tratamiento de las enfermedades, intentaron separar de ellas el principio morboso para dejar la planta en condición de inocuidad respecto al organismo humano y de aprovechamiento de su salutífero principio.

94. Muchas plantas que la terapéutica vegetal mantiene en entredicho, podrían usarse sin riesgo con tal de separar de ellas el principio nocivo.

95. La Osmoterapia parece destinada a resolver satisfactoriamente este problema y convertir en agradablemente saludables muchas plantas que junto al principio tóxico contienen otro aromático y beneficioso para el organismo.

96. Las modernas investigaciones sobre antiquísimas culturas de América precolombina, como las de los Mayas, Aztecas e Inkas, así como los investigadores de la India antigua, del Egipto Faraónico, del Tíbet, y de otros pueblos muy anteriores a la civilización occidental, atestiguan que en todos estos países se consideraban sagradas las plantas medicinales aromáticas y era muy frecuente el uso de los perfumes.

97. Los médicos Aztecas e Inkas, cuando los españoles llegaron a México y Perú, acostumbraban tratar las enfermedades mediante esencias extraídas de plantas aromáticas y de baños cuya agua estaba perfumada con dichas esencias, y como es natural, los médicos indígenas se burlaban de las sangrías y medicamentos con que los médicos españoles trataban a sus enfermos, pues decían que eran más dañosos que útiles para la salud.

98. En cuanto a los hebreos, los textos bíblicos atestiguan que Moisés y más tarde los profetas Isaías y Ezequiel, aconsejaban el empleo de las esencias de plantas en el tratamiento de enfermedades, y que Salomón dio instrucciones precisas para la fabricación de pebetes o velas perfumadas para uso medicinal.

99. Los médicos griegos tuvieron a modo de intuición, la conjetura de la posibilidad de emplear los perfumes como medicamentos, pues creían que en las emanaciones de los extractos que hacían de algunas flores y hierbas

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agradablemente odoríferas, debía encontrarse una sustancia o principio invisible, pero con eficacia terapéutica en el tratamiento de las enfermedades.

100. Los médicos griegos daban a oler a sus enfermos diversidad de perfumes extraídos de la plantas, sin previo conocimiento de la adecuación entre el perfume y la enfermedad; y como era natural, no tenía eficacia el conjeturado medicamento. Sin embargo, acertaban en cuanto al fondo del asunto, porque actualmente se han aislado de los extractos de las hojas, de flores, y demás partes de las plantas medicinales los principios activos sospechados por los médicos griegos.

101. En la India antigua, la farmacopea se concretaba en esencias aromáticas extraídas de las plantas medicinales, con la particularidad de que el extracto se efectuaba siempre por vía acuosa y nunca por la alcohólica. Los médicos hinduistas y los chinos agrupaban los perfumes o esencias en seis categorías, a saber: repugnantes, penetrantes, picantes, aromáticas, rancias y azumagadas (enmohecidas).

102. En el Tíbet se conservan todavía ejemplares de un tratado con el título de La quintaesencia de los remedios, en cuyo texto se encuentran numerosas plantas medicinales, entre ellas la canela, el alcanfor, el granado, la pimienta y el sándalo. Al terminar la enumeración el anónimo autor dice doctoralmente: "Con el perfume de los fragantes, espléndidos y agradables principios activos de que entrañan sus raíces, tallos, cortezas, maderas, brotes, hojas, flores y frutos se calman todas las dolencias de cualquier persona."

103. En prueba de que las emanaciones de las plantas pueden ser beneficiosas o nocivas para el organismo humano, según la índole de la planta, lo cual es el básico fundamento científico de la Osmoterapia, citaremos lo que viajeros dignos de crédito cuentan de las pandillas de ladrones nocturnos que tiempo atrás abundaban en la Malasia, quienes se valían del polen de una campanulácea de flores blancas para llevar a cabo sus latrocinios a mansalva.

104. El polen de estas flores es inocuo cuando fresco, pero secado al sol se convierte en un narcótico de extremada potencia. Los ladrones acuden a altas horas de la noche a una vivienda, y tapándose la nariz con un paño mojado echan por el ojo de la cerradura por medio de un tubito insuflador una porción de polen desecado, cuyas emanaciones bastan para al cabo de media hora sumir en mucho más profundo sueño a los desprevenidos habitantes ya dormidos.

105. Produce dicho polen un efecto análogo, aunque no tan mortal, como el que en nuestras habitaciones deriva de la inconsciente aspiración del gas del alumbrado o del óxido de carbono.

106. Otra prueba es el experimento realizado por algunos investigadores respecto a la creencia de que las serpientes fascinan a los pájaros para inmovilizarlos y comérselos... Los investigadores encerraron una serpiente en una gran caja de vidrio, e hicieron pasar algunos pájaros al frente de la caja, sin que ninguno diese la menor prueba de hallarse influido por la mirada del reptil; pero

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introducidos los pájaros en el interior de la caja, de modo que no quedaran al alcance del ofidio, no tardaron en quedar como atontados, aunque la serpiente no los mirase, lo cual atribuyeron los experimentadores a que del cuerpo del reptil se desprenden sutiles emanaciones que producen tal efecto.

107. Los aztecas habían establecido escuelas de Medicina con su correspondiente jardín botánico, en el que se cultivaban multitud de plantas aromáticas que servían de principal elemento de su terapéutica, aunque también se valían de la hidroterapia y de la helioterapia.

108. La región del globo donde empezaron a usarse las esencias (según la historia de que disponemos pues el brutal saqueo y genocidio realizado a las sabias culturas de América por los invasores religiosos de Europa, no dejo prácticamente nada), aromas y perfumes extraídos de las plantas con fines terapéuticos, como un antecedente de la actual Osmoterapia, fue el llamado Oriente.

109. La preparación de esencias y sahumerios comienza con la cosecha de las plantas que se han de manipular con fines terapéuticos, y cada especie requiere determinada época del año y fase de la luna, pues si no se observa estrictamente esta regla no se completa la virtud medicinal. Es inútil abordar cualquier rama del arte medical sin el conocimiento de los astros.

110. La moderna Osmoterapia no ha repudiado estas reglas, incluso las referentes a las fases de la luna,... la experiencia de los siglos demuestra que todas las labores agrícolas, las siembras y cosechas, el corte de las maderas, la siega y la vendimia, están influenciadas por la luna.

111. En la literatura de todos los pueblos orientales encontramos leyendas, narraciones y referencias respectivas al tratamiento de las enfermedades por medio de vapores, fumigaciones y sahumerios, lo cual es un significativo antecedente de la Osmoterapia cuya distinción de la Fitoterapia consiste en que ésta administra muchos de sus remedios por vía ingesta o por uso externo, mientras que la Osmoterapia se vale exclusivamente de la vía olfativa por medio de perfumatorios e inhalaciones.

112. En el tratamiento osmoterápico la ventilación del aposento del enfermo es de interés primordial, porque en el ambiente ha de haber nada más que el aire puro mezclado con las emanaciones del medicamento que en cada circunstancia se administra.

113. En Osmoterapia más que en ningún otro tratamiento es de todo punto imprudente quemar en la habitación papel de Armenia o cualquier otra clase de fumigaciones, ya que con esto el aire no se renueva, pero sí se encubre el aroma utilizado en el tratamiento; y es posible que esas fumigaciones no convengan a la enfermedad que se está tratando. Es útil rociar agua con un atomizador, esto aumenta el prana en el aire.

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114. En Osmoterapia no convienen las estufas que despidan gases tóxicos como el óxido de carbono o que menoscaben la eficacia del medicamento como el anhídrido carbónico, o que alteren la concentración del gas, vapor, aroma o esencia terapéutica. No se debe cocinar con gas o con gasolina.

115. El más apropiado procedimiento de calefacción en Osmoterapia es el radiador eléctrico, que ni consume oxígeno, ni desprende anhídrido carbónico ni vapor de agua ni gases capaces de neutralizar o adulterar la acción de los medicamentos. El enfriamiento del paciente se debe manejar con aire caliente (secador de pelo con ionizador), cuidando de mantener calientes en primer lugar, los pies y las manos.

116. La iluminación del aposento para el tratamiento de Osmoterapia no conviene con velones de aceite ni las lámparas de petróleo, ni las de gas acetileno ni las bujías. La luz de bombillas a gas de neón y similares no es conveniente.

117. No es conveniente al paciente tratado osmoterápicamente el acercamiento de personas que despidan olores, de perfumes o lociones o de su propio cuerpo, como sudor o mal aliento. Al respecto conviene mencionar el no bañarse con jabones antibacteriales, antisudorales y con perfumes muy fuertes; preferir los olores suaves a flores o a madera.

118. Es indispensable para la práctica de la Osmoterapia el conocimiento de las plantas aromáticas, ya que emplea como medicamento los principios activos de las plantas medicinales, y las esencias de las aromáticas.

RESINOIDES VEGETALES

119. Se llaman resinoides los productos derivados de las resinas, gomas y gomorresinas de los vegetales; y como quiera que unos se emplean ordinariamente en perfumería y otros en terapéutica, seguramente han de tener también aplicación provechosa en osmoterapia, en consideración a los principios activos que cada resinoide contenga.

120. Abelmosco. Las semillas de esta planta destiladas por vapor de agua dan una esencia de olor almizclado, que parece provenir de una sustancia llamada amhebolida, que también podría llamarse abelmesquira. Las semillas destiladas en Europa proceden de Java y la Martinica. Pero también se extrae de las semillas tratadas con benceno un resinoide soluble en el alcohol.

121. Bálsamo del Perú. Se produce este bálsamo en la región de San Julián de la república sudamericana del Salvador; pero se le denomina impropiamente del Perú, porque en tiempos de la invasión española, se enviaba el bálsamo al Perú, para embarcarlo con destino a la metrópoli, y de aquí para los españoles, el bálsamo era como si se produjera en el Perú, de donde las embarcaciones procedían. Una vez purificado por el alcohol el bálsamo bruto, es un líquido espeso, de color moreno rojizo. Su principio activo es la cinameína, mezcla de cinamato de bencilo y de benzoato de bencilo.

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122. Estoraque. Este bálsamo resinoide se obtiene exprimiendo la corteza del árbol llamado liquidambar, que no se ha de confundir con el liquidambar resultante de la corteza del árbol llamado ocozol. El estoraque es semilíquido, de color grisáceo, de olor balsámico y sabor acre. El estoraque de buena calidad da del 60 al 75 por 100 de resinoide alcohólico; del 55 al 70 por 100 de resinoide bencénico; de 35 a 55 por 100, de resinoide etereopetrólico; y del 65 al 70 por 100 de resinoide acetónico. Los resinoides de estoraque tienen consistencia de miel, de color moreno más o menos intenso; pero si se cortan en lonjas muy delgadas, aparecen límpidos; el olor es parecido al del benjuí y al del Bálsamo del Perú y el sabor es acre. La composición química señala cinamato de etilo, cinamato de bencilo, cinamilo, fenilpropilo.

123. Bálsamo de Tolú. Es un líquido espeso, o mejor dicho, un semisólido de consistencia dura, que se emblandece a la temperatura de 30º y se funde entre 60º y 65º. Es de color moreno, que varía al moreno rojizo. Se adhiere a los dedos, y cuando se le conserva vuelve a endurecerse y resulta entonces muy quebradizo, es decir, que se desmenuza fácilmente.

Tratado por el alcohol da del 60 al 66 por 100 de resinoides, y por el benceno, del 50 al 70. Los resinoides contienen del 2,5 al 10 por 100 del aceite esencial, con olor de jacinto y de vainilla. En cuanto a la composición química se señalan el benzoato y cinamato de bencilo, los ácidos benzoico y cinámico y la vainillina.

124. Benjuí. Se utilizan dos clases; el benjuí de Siam y el de Sumatra. Ambos son resinas arbóreas, que tratadas por el alcohol, y según la calidad, el rendimiento es de 0,6 a 2 por 100 en las de primera calidad y de 10 a 12 por 100 en las de calidad inferior, porque por extraña contradicción tienen más fina aroma. En cuanto a la composición química, ambos resinoides contienen vainillina; pero en los de Siam dominan los derivados benzoicos y en los de Sumatra los cinámicos.

125. Cacao. Las semillas y los frutos del Theobrona cacao se destilan para obtener el aceite esencial. De los frutos exprimidos en caliente o tratados por disolventes volátiles se obtiene la manteca de cacao. El mejor cacao es el del llano del Nororiente de Sudamérica. Las semillas descortezadas, tostadas y molidas se tratan por el éter de petróleo de lo que resulta el 45 al 60 por 100 de una masa sólida, quebradiza, de color castaño, con el característico olor del cacao.

126. Café. De la semilla tostada se obtienen por medio del agua, del benceno o del éter de petróleo extractos aromáticos. Cuando se trata la semilla tostada por el éter de petróleo, el extracto resultante contiene muy poca cafeína y da un rendimiento del 11 al 16 por 100. Cuando se trata por el alcohol resulta eliminada la mayor parte del aceite y de las ceras.

Las hojas del cafeto son muy aromáticas, sobre todo cuando se las tuesta ligeramente, y tratadas por el alcohol dan resinoides muy empleados en perfumería. En la composición química se han encontrado: ácido sulfhídrico, sulfuro de

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diametilo, furfurol, diacetilo, ácido acético, guayacol, piridina, ácido fórmico, dietilcetona y eugenol.

No es extraño que la Osmoterapia llegue a emplear como medicamentos los productos aromáticos derivados del café, del té y del cacao, no obstante la prohibición lanzada por el naturismo contra dichos vegetales, pues terapéuticamente tiene la osmoterapia algunos puntos de contacto con la homeopatía, y por ello pueden emplearse como medicamento en dosis imponderables, substancias que en dosis masivas perjudican al organismo. Tal es uno de los puntos de contacto entre ambas terapias.

Ya en Colombia la técnica de extracción de aceites del café por presión en frío, está implementada en Manizales por simpatizantes del Gurú de la JÑANA que han puesto en vigencia las enseñanzas por él dadas en su centro de esa querida ciudad cafetera.

127. Costo. De la raíz de este árbol de la india, ligeramente tostada, se extraen por medio del benceno o del alcohol residuos de un aroma en extremo persistente. El rendimiento es de un 6,5 por 100. No se conoce la composición química.

128. Meliloto. Planta espontánea en las praderas húmedas. Las flores, dispuestas en racimo en la axila de las hojas, tienen la corola amarilla, y algunas blanca. Las flores desecadas dan por el benceno del 2 al 3 por 100 de un resinoide de consistencia de miel semilíquida, de color verde muy intenso.

129. Jengibre. Se trata con alcohol o con benceno el rizoma descortezado de esta planta. El rendimiento de resinoide por el alcohol llega del 5,5 al 9 por 100. El del resinoide por benceno entre el 5 y el 8,20. El aroma es suave y muy persistente.

130. Clavo. Se tratan por el benceno los capullos de las flores, desecados, para obtener un resinoide cuya proporción oscila entre el 18 y el 22 por 100.

131. Nuez moscada. Son las semillas desecadas del árbol Myristica fragans, que tratadas por el benceno dan un 31 a 37 por 100 de resinoide muy abundante en grasas, que se eliminan por el alcohol.

132. Pimienta. Se obtiene de la baya no madura y desecada del árbol Pipernigrum, que medra en la India y en Indochina. Tratadas las bayas por el alcohol dan un resinoide en proporción del 11 al 14 por 100.

133. Alholva. Son las semillas del Frigenella faenum, de Grecia, de 3 mm. de ancho por 4 de largo, de color amarillento y olor característico parecido al del opopona. Tratadas las semillas por el benceno o por el alcohol dan un aceite graso en proporción del 8 al 9 por 100 del peso de las semillas, al propio tiempo que se extrae el perfume. Es la planta que en francés se llama fenugrec.

134. Alhena. Las hojas y raíces de esta planta se aprovechan para extraer una tintura muy usada para teñir el cabello, aunque las peluquerías de señoras anuncian dicha tintura con su nombre francés de henné, por no saber cómo se llama en español. Las flores desecadas se tratan por el benceno o por el alcohol para obtener

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resinoides de aroma muy agradable y persistente. Se le considera afrodisíaco femenino.

135. Lúpulo. Se cultiva en todos los países donde se fabrica cerveza, porque es ingrediente peculiar de esta bebida. Los frutos desecados se tratan por el alcohol para obtener en proporción del 12 al 15 por 100, de un resinoide espeso, de color moreno intenso, de olor aromático penetrante.

136. Iris de Florencia. El rizoma fresco de esta planta carece de aroma, pero lo elabora durante la desecación y al cabo de algunos meses de conservación, 100 kg de rizomas frescos de dos años de edad se convierten en 40 kg de rizomas secos. Se prepara la tintura de Iris por maceración del polvo del rizoma seco en alcohol de 95 por 100. Concentrada esta tintura por destilación del alcohol resulta un resinoide en proporción del 14 al 20 por 100. El éter de petróleo da del 1 al 1,9 por 100 de un resinoide color amarillo oscuro a moreno rojizo, de constitución de miel con aroma igual al del rizoma desecado. El benceno da mayor rendimiento, del 2 al 3,5 por 100; pero el resinoide obtenido contiene más resinas y gomas que el resinoide alcohólico.

136. Apio Montano. Planta vivaz, de origen desconocido, ya cultivada por los romanos. Las raíces, tratadas por el éter de petróleo, dan en la proporción del 4 al 7,5 por 100, un resinoide de olor intensamente aromático algo parecido al del apio.

137. Musgo de encina. Está constituido este musgo por varias especies de líquenes cuya mezcla es de color verde claro. Se trata el musgo una vez desecado; pero el aroma se elabora durante el tiempo en que está almacenado el musgo. La extracción por el éter de petróleo da un producto más fino, pero de menor rendimiento que por benceno, pues el éter de petróleo proporciona tan sólo del 1,5 al 3 por 100, mientras que el benceno da del 2 al 4 por 100. La extracción por medio de la acetona da del 5 al 8 por 100 de un resinoide muy aromático.

138. Pachulí. Es una esencia resultante de la destilación de las hojas de la planta Pogostemon patehuly, a medio fermentar. Pero el aroma no es ni de mucho tan fino como cuando se tratan las hojas con benceno, que da del 4,5 al 5,8 por 100 de un resinoide de aroma más persistente y exento del tono alcanforado y mohoso de la esencia. Evitar las esencias comerciales que son obtenidas del petróleo.

139. Elemí. Es una resina sólida, en forma de masa blanco amarillenta, de consistencia de cera, que por destilación a vapor de agua da una esencia en proporción del 20 al 30 por 100. Tratado el elemí por el benceno da un resinoide de buena calidad.

140. Incienso. No podía faltar en un tratado predecesor de la Osmoterapia, la gomorresina que fue el punto inicial de la industria perfumera. Procede el incienso de la Somalia y de Arabia y se presenta en forma de lágrimas globulares de color pálido; pero el verdadero incienso, el legítimo, aparece entremezclado con desechos leñosos, con menudas pedrezuelas y de tierra en polvo, por lo que se ha

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de purificar y entonces contiene del 27 al 35 por 100 de goma, de 4 a 7 por 100 de aceite esencial y del 56 al 70 por 100 de resina.

141. Gálbano. Es una resina producida por varias especies de árboles de la familia de las umbelíferas. En el comercio se distinguen el gálbano blando, procedente de Levante y el gálbano duro, procedente de Persia. El blando se presenta en forma de lágrimas redondeadas, ligeramente amarillentas, a veces mates y otras veces relucientes. El duro aparece en lágrimas secas y del mismo color que el blando. El olor de ambas variedades es aromático y persistente. Por el alcohol de 96 por 100 se obtienen del 45 al 60 por 100 de resinoide, y por el benceno del 40 al 50 por 100.

142. Mirra. La mirra macho o mirra amarga es una óleo-gomorresina del árbol Commiphora myrrha, que medra en Somalia y Arabia.

La mirra hembra es el Opoponax de los perfumistas, y la produce el Commiphora Kalai. La mirra hembra es la más utilizada en perfumería y se presenta en forma de menudos montoncitos esféricos o en lágrimas irregulares de color amarillo oscuro o también de rojo oscuro o de amarillo rojizo, de olor aromático. De la mirra hembra se obtiene por medio del alcohol de 95º, del 25 al 30 por 100 de un resinoide moreno rojizo, duro.

143. Opoponax. Es una resina identificada con la mirra hembra por los perfumistas, pero que botánicamente es la producida por el árbol Opoponax chironium, de la familia de las umbelíferas. Se presenta en forma de lágrimas regulares, compactas, de forma semejante a una almendra de cacao, de color rojizo y fácilmente pulverizable. El olor es vivamente aromático. En alcohol de 95º da del 20 al 38 por 100 de resinoide, y en benceno del 15 al 25 por 100. El resinoide es duro, de estructura resinosa y color moreno rojizo.

144. Almáciga. Es una resina producida por el árbol Pistacia lenticus de la familia de las anacardiáceas. En el comercio se encuentran dos variedades: la almáciga en grano y la en bloque. La primera se presenta en glóbulos o lágrimas de 0,5 a 2 cm de diámetro, de ligero color verdoso cuando fresca. La segunda es de color moreno rojizo y suele estar mezclada con tierra, arena o desechos vegetales. Por el éter de petróleo se obtiene del 30 al 55 por 100 de resinoide.

145. Sándalo. La madera de sándalo, tratada por el benceno da del 6 al 8,5 por 100 de un resinoide moreno rojizo muy aromático. Induce la aparición de ondas largas en el sistema nervioso y tal vez sea en parte por eso que es tan apetecido por los Yoghis. La mayoría de los perfumes de Sándalo del comercio son obtenidos artificialmente de derivados del petróleo, no se recomienda su uso.

146. Té. Se distinguen el té verde y el té negro. El primero se obtiene desecando las hojas inmediatamente después de cosechadas y arrollándolas consigo mismas a manera de rodillos para frotarlas sobre la superficie de una mesa. Enseguida se las tuesta ligeramente y se las pasa por la criba. El té negro se obtiene secando

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ligeramente las hojas y dejándolas fermentar, terminando la preparación con las mismas operaciones descritas para el té verde. Por el alcohol se obtiene un resinoide en proporción de 10 a 11 por 100; por el benceno el rendimiento es del 1,2 al 2 por 100.

147. Vainilla. Las vainas del fruto de esta planta trepadora de la familia de las orquideas, son objeto de varios procedimientos para estimular artificialmente la elaboración del aroma, que no se nota en estado natural de la vaina. De las vainas así modificadas se obtienen los extractos que son objeto de comercio y también se aprovechan para extraer resinoides.

148. Espinacardo. La raíz de este árbol, que medra en Java, se aprovecha para obtener un aceite esencial de aroma muy intenso y persistente. Tratada la raíz por el benceno da del 3 al 4,8 por 100 de resinoide.

RESINOIDES ANIMALES

149. Ambar gris. Es la secreción patológica del cetáceo llamado cachalote. Cuando el animal muere de muerte natural suelta el ámbar que flota en el agua o se reúne en la orilla del mar donde se recoge. Cuando se caza el cachalote y de su cuerpo se cosecha el ámbar fresco, es una materia negra, de olor nauseabundo y de consistencia blanda, que por la simultánea acción del aire y del agua del mar varía el color negro, primeramente en gris, y por fin queda casi blanco, al paso que el olor se suaviza hasta el punto de ser sumamente agradable. Así es que suele conservarse muchos años con objeto de que mejore al envejecer. Se elaboran con el ámbar gris tinturas de cuya concentración deriva un resinoide en proporción del 80 al 90 por 100. La destilación por vapor de agua da el 65 por 100 de un aceite de olor característico.

150. Castóreo. Aunque cada vez va siendo más raro este curioso e inteligente animal, el Castor fiber de Linneo, todavía se encuentra en el Canadá y en Siberia, donde es objeto de persistente caza, no obstante las restricciones impuestas por el gobierno de cada país a fin de que no se extinga tan estimada especie, tanto por su piel como por la perfumada secreción de una glándula que tanto el macho como la hembra tienen en el bajo vientre, cerca del ano. La secreción sirve para lubricar la piel, y especialmente su cola, de modo que resulten impermeables en su habitual contacto con el agua. Se denomina castóreo. Las glándulas del castor son desecadas al soltar la secreción. Ésta en estado fresco es de consistencia mantecosa, color amarillento, y olor fétido; pero una vez preparado el castóreo se endurece y toma color moreno.

Las glándulas de la raza canadiense tienen forma de pera, aplanadas, de 5 a 13 cm de largo y de 3 a 5 de ancho con un peso según el tamaño del animal de 5 a 10 gramos.

Las glándulas de la raza siberiana son ovoides, lisas, de 6 a 12 cm de largo y de 6 a 9 de ancho. Se extrae por el alcohol un resinoide en proporción del 45 al 75 por 100; y por el benceno se obtiene un resinoide en proporción del 18 al 25 por 100.

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En la composición química de los resinoides se han señalado: acetofenona, alcohol bencílico, ácido benzoico y paractilfenol.

151. Civeta. Es un mamífero de la familia de los vivérridos, que habita en Abisinia, India, Indochina, Ceilán y China. Es la secreción odorífera de una glándula que poseen ambos sexos, que se obtiene por raspadura semanal de la glándula de las civetas domesticadas a este objeto en Abisinia. Se extrae por medio de la acetona del 55 al 63 por 100 de resinoides; y del 45 al 56 por 100 si se trata por el alcohol. El resinoide acetónico es más fluido, de color rojo moreno intenso y conserva fielmente el aroma natural de la civeta. El resinoide alcohólico es grasiento y de consistencia parecida a la de la manteca de cerdo, y su preparación entraña pérdida de aroma. El análisis químico ha encontrado en las grasas de la civeta, oleína y margarina.

152. Almizcle. Es la secreción de una glándula que el almizclero macho (rumiante que habita en el Turquestán, Tíbet, India y China) tiene entre el ombligo y los genitales. Mide esta glándula de 6 a 7 cm de largo 3 a 5 de ancho y de 2 a 3 de espesor. En el almizclero joven la glándula está vacía y contraída y en los adultos contiene de 15 a 20 gramos de almizcle, y tan sólo de 8 a 9 gramos en la de los viejos. El almizcle tiene consistencia de miel y de color rojo moreno; pero se endurece rápidamente cuando se corta la glándula. El almizcle seco se presenta en forma de granos irregulares, de sabor astringente y amargo. Es el almizcle el aroma o perfume más difusible de cuantos se conocen. La concentración de las tinturas y de las infusiones dan el resinoide en la proporción del 10 al 12 por 100 del peso de las glándulas.

CLASIFICACIÓN DE LAS PLANTAS MEDICINALES

153. Como todas las clasificaciones, la de las plantas medicinales tiene tantas modalidades como puntos de vista han tomado sus autores para formalizarla.

Así, el químico Ettmuller se basa para clasificar plantas medicinales en las diferencias respecto de su natural sustancia y constitución.

Establece esta clasificación cinco clases.

1. Plantas acuosas e insípidas, que contienen oculto un álcali cuya esencia es refrigerante. En esta clase se incluyen la lechuga, la escarola, la lechuga romana, la verdolaga y la siempreviva mayor.

2. Plantas acuosas, pero ácidas: la aleluya y todas las de sabor ácido, proveniente de un álcali oculto. El autor de la clasificación atribuía al zumo de las plantas de esta clase la virtud terapéutica de calmar el ardor de la bilis. Por arcaica que parezca esta opinión, no la han de echar en saco roto las eventuales investigaciones de las posibilidades de la Osmoterapia, pues bien pudiera ser que el zumo ácido de estas plantas, en estado de vapor inhalado por vía olfativa, tuviera eficaces virtudes terapéuticas.

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3. Plantas inodoras, de sabor amargo, que contienen una sal nítrica, como la achicoria, el cardo, el lúpulo, la fumaria, la centaura menor y el diente de león (antiácido urico). Son plantas diuréticas, sudoríficas y depurativas.

4. Plantas de sabor acre y penetrante, entre ellas el berro, coclearia, mostaza, rábano silvestre y pimienta (la pimienta solo como medicamento en contados casos, no se debe comer). Antiescorbúticas, y con propiedades reconocidas sobre el aparato circulatorio y respiratorio.

5. Plantas aromáticas, como el romero, la salvia, el poleo, el tomillo, el serpol, la angélica, el anís, y la numerosa cohorte que ya dejamos descrita. Las propiedades terapéuticas que el autor de la clasificación atribuye a estas plantas son tan variadas que conviene no darles entero crédito, pues no todas tienen las mismas propiedades ni son una panacea.

154. En términos generales vemos que esta clasificación de las plantas medicinales no satisface las necesidades que de orientación y fundamento botánico tiene la Osmoterapia, y sólo la citamos a título de información, pues a veces el dato que menos valioso y sin interés parece, resulta de gran valor cuando menos se espera.

155. El mismo Ettmuller clasificó las flores en tres amplias secciones:

1. Flores inodoras, como el amiano, la camelia y la ninfa. El zumo de estas flores tiene a juicio del clasificador propiedades calmantes.

2. Flores de suave aroma, como el lirio de los valles, el jazmín y la violeta; pero dice el autor de la clasificación que estas flores son más útiles para la perfumería que para la medicina, y aunque esta opinión pudo ser válida tiempo muy atrás, no lo es para la Osmoterapia, que también emplea los aromas y perfumes como medicamentos.

3. Flores más o menos intensamente aromáticas, como la alhucema, el tomillo y el serpol, cuya virtud terapéutica, según Ettmuller, es la misma que la de la respectiva planta.

156. También esta clasificación es demasiado arbitraria y escasamente científica, porque el olor produce infinidad de sensaciones, y cabe decir que cada flor tiene su peculiar aroma, y las inodoras no puede asegurarse que carecen de olor, porque bien pudiera ser que la falta de sensación olorosa estuviese en la natural limitación del olfato humano, ya que así como hay colores que no afectan a nuestro ojo y sonidos que no percibe nuestro oído, ¿por qué no puede haber olores que no capte nuestro olfato?

157. Sin embargo, por lo que a la Osmoterapia atañe, el olor es lo fundamental, y según hemos visto al tratar de las plantas aromáticas y de las partes de las plantas de donde se extraen las esencias, que a veces la esencia posee un olor distinto del de la flor primaria, y otras veces la parte de la planta que sirve de materia prima es

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inodora en fresco y muy aromática la esencia extraída de la misma una vez desecada.

158. No quiso Ettmuller quedarse corto ni que le tildaran de perezoso, pues también clasificó a su talante y según su talento químico las semillas en tres grupos:

1. Las semillas de olor y sabor fuerte y de naturaleza carminativa, como las de hinojo, anís, comino y alcaravea. Estas semillas se administraban en tisana durante los ataques histéricos, y no estará de más que los eventuales practicantes de Osmoterapia tengan algo en cuenta esta indicación.

2. Las semillas de sabor acre y penetrante, como las de mostaza, pimienta y coclearia. De estas semillas se extraía por fermentación una esencia que tenía eficacia contra las fermentaciones pútridas.

3. Las semillas mucilaginosas, como las del linaza y de las almendras dulces.

Esta clasificación, sirve para dar a entender la aplicación terapéutica a cada clase de semillas.

159. Otro clasificador de plantas medicinales y de semillas fue Lefebvre.

En esta clasificación hay que ahondar algo más que en la de Ettmuller, comienza dividiendo las plantas en dos grandes órdenes: el de las vivaces y el de las anuales.

160. Prácticamente no sabían los botánicos la razón o causa de que unas plantas fuesen vivaces, esto es, que tuvieran vida más larga de un año, mientras que otras no vivían más que una temporada anual.

161. Lefebvre ha desentrañado el misterio y dice a modo de conjeturas, porque no hay demostración de certeza, que las plantas vivaces, además de la vitalidad que por sus raíces reciben, tienen un surplus de ganancia por la complementaria energía que les infunde el Sol, o espíritu primordial del sistema planetario, en los equinoccios de primavera y otoño. El tiempo, gran descubridor de verdades, nos revelará algún día lo que oculta dicha conjetura astrónomo-botánica.

162. Pero esta doble y general división no basta; hay que clasificar las plantas independientemente de si son vivaces o anuales en tres clases:

1. Plantas inodoras, de las que unas son insípidas, ácidas o amargas, y algunas de sabor complejo, mientras que otras tienen sabor picante. Son plantas tiernas y verdes, y dan un jugo que contiene una sal tartárica. El jugo se torna mucilaginoso con el tiempo si se le calienta. El jugo es de difícil extracción si las plantas se cosechan demasiado tarde. Se han de cosechar todavía verdes y tiernas.

2. Plantas que cuando tiernas no tienen olor ni sabor característicos, sino que tan sólo huelen a hierba fresca. Pero cuando el tallo comienza a secarse por la parte inferior, entonces se manifiestan el olor y sabor del zumo de la planta, que contiene una sal espirituosa y un azufre sutil.

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De esta descripción se colige cuán atrasados estaban en química los botánicos de aquel tiempo y cuán desorbitadamente clasificaban las plantas, sin poner siquiera algunos ejemplos que diesen idea de la clase.

3. Plantas que ya son sápidas desde el principio de su vegetación, y en cambio no exhalan olor, aunque aparece en el jugo que se extrae de la planta. Este jugo es espeso, viscoso y contiene una sal amarga y picante; pero en otras plantas el jugo es meloso y azucarado.

163. La virtud de estas plantas sólo puede manifestarse por digestión o por fermentación. Se han de cosechar en flor si son amargas e inodoras; pero si tienen frutos, se ha de esperar a que maduren, porque la virtud está en el fruto.

164. Desde luego que toda esta clasificación de Lefebvre podrá interesar a quienes tengan tiempo y paciencia para traducirla a la botánica moderna, por distinción de las plantas pertenecientes a una y a otra clase, de suerte que sea entonces fácil adaptarla a la práctica de la osmoterapia, por lo que la hemos expuesto a título de información, por aquello de que el saber no ocupa lugar.

165. El famoso médico holandés Hermann Boorhaave estableció en 1.700 una clasificación muy curiosa para aquel tiempo, y que ha servido de punto inicial para las modernas clasificaciones de las plantas medicinales en relación con las enfermedades, que es el punto de mayor interés para la Osmoterapia.

1. Plantas ácidas, agrias y astringentes

Acacia, ciruela silvestre, acedera, agracejo, raíz de bistoria, fruto y raíz de alcaparra, fruto verde y hojas de cornizo, fruto y hojas de ciprás, fruto y hojas del agavanzo, manzanas, membrillos, raíz de helecho, fresa, corteza de fresno, granada, corazoncillo, hipocisto, romaza, nísperos verdes, mirobálano, hojas de mirra y de nenúfar blanco, cincoenrama, ruibarbo, hojas y semillas de zumaque, sangre de drago, serbas, tamarindo, tomate, corteza de tamaria, raíz de tormentilla y casi todos los frutos cuando todavía están verdes.

2. Plantas no ácidas y neutras

Absenta, aliaria, ajo, aneto, angélica, anís, apio, aristoloquia, rábano, aro, venceto, espárragos, gamín, albahaca, col, cálamo aromático, calamenta, cardo, clavo, coclearia, cebolla, centaura menor, zanahoria silvestre, oruga, jaramago, cupatoria, galanga, énula campana, mejorana, mastuerzo, marrubio, matricaria, torvisco, nabo, berros, maro, pimiento, puerro, orégano, mostaza, tomillo, ortiga, gengibre, saponaria, serpol, satiricón, uña de gato.

3. Plantas alcalinas

Aliaria, yaro, armuelle, milenrama, castaña de tierra, camelina, mastuerzo, agripalma, tártago tenerio, celidonia mayor, graciosa y adelfilla.

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4. Plantas refrigerantes

Naranja, limón, cerezas, cohombros, melones, higos, fresas, granadas, cidras, moras, melocotones, frambuesas, peras, grosellas rojas, calabaza y pepino.

5. Plantas calmantes y emolientes

Batatas, borraja, col roja, castaña de tierra, achicoria, alcachofa, escarola, lechuga y perejil, espinacas, almendras dulces, cereales, armuelle, cohombro, chiribía, verdolaga, nabo, raíz de escorzonera, barba cabruna y valeriana menor.

6. Plantas mucilaginosas y suavizantes

Salvia silvestre, raíz de lirio blanco, semillas de linaza, parietaria, hojas de álamo blanco, violetas, consuelda, escabrosa y raíz de altea.

7. Plantas oleaginosas

Almendras, lino, aceitunas, liquen, palma, consuelda mayor, adormidera.

8. Plantas cordiales

Tomillo, romero, serpol, salvia, alhucema, anís, hinojo, laurel, orégano, canela, clavo, nuez moscada, geranio, mejorana, absenta, hisopo, menta, poleo.

9. Plantas estimulantes

Ajo, angélica, rábano silvestre, celidonia mayor, galanfa, genciana, benjuí, perejil, valeriana, vencelósigo, bardana, anacardo.

10. Plantas irritantes

Sasafrán, áloe, benjuí, asafétida, mirra, estoraque e incienso.

11. Plantas sudoríficas cuya virtud está en la raíz

Bardana, achicoria, perejil, nabo, apio, grana, zarzaparrilla, escorzonera.

12. Plantas diuréticas

Lechuga, escarola, achicoria silvestre, alcachofa, té, perejil y zumos frescos de frutas maduras.

13. Plantas contra la ictericia

Zumos de naranja y limón, acederas, aleluya, achicoria silvestre, diente de león, tamarindo, escarola, lechuga, uvas, ciruelas, fumaria y verdolaga.

14. Plantas contra la inflamación intestinal

Raíces de escorzonera, de barba caprina, de perejil, de achicoria, de valeriana y de chirivía; hojas de corazoncillo y accilillo.

15. Plantas antinefríticas

Agrimonia, falsa chirivía, hinojo, lechuga, escarola, escalopendra, nenúfar, grama, parietaria, escabrosa, ortiga y detienebuey.

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16. Plantas con aceite contra la parálisis

Absenta, aneto, manzanilla, ruda, azafrán, iris y trébol.

17. Plantas antiescorbúticas

Acedera, aleluya, agrimonia, bardana, achicoria, escarola, cupatoria, linejo, fumaria, mejorana, melisa, menta, berro, salvia, escabrosa y todos los zumos frutales especialmente el del limón.

18. Plantas favorables a los pulmones

Mirra, incienso, adormidera, raíz y hojas de cincoenrama, flores de corazoncillo.

19. Plantas contra el mal de piedra

Borraja, perifollo, lechuga, perejil, raíces de nabo, chiribía, de escorzonera; hojas de malva, de malvavisco y de parietaria.

166. Esta clasificación es de todo punto empírica, porque Boorhaave, aunque médico con quien de toda Europa se iba a consultar, sólo debió conocer el uso de las plantas medicinales por lo que la tradición había transmitido acerca de sus propiedades terapéuticas, y no es extraño que haya en dicha clasificación no pocas incongruencias, sin que logre el clasificador determinar concretamente el valor terapéutico de cada planta.

167. Además, al dividir o enumerar las plantas, se refiere más bien Boorhaave a la parte de la planta en que reside la eficacia terapéutica, aunque no siempre la particular ni se extiende en cuanto al modo de administración. Pero al fin y al cabo nos da a conocer esta clasificación el estado general de los conocimientos que se tenían de las plantas medicinales al finalizar el siglo VII, y el enorme adelanto alcanzado desde entonces hasta nuestros días, con fundada esperanza de que mayor será todavía el adelanto en el siglo actual.

Presentamos las siguientes líneas tomadas del Libro POR EL SENDERO DEL SABER escrito por el Apóstol de la JÑANA Dr. D. Ferriz O.

La medicina se denominó Hampi, nombrándose al médico Hampi Camayoc y también Camasca Osoacoyoc. El médico actuaba para sanar el enfermo, conociéndose tal hecho como alliyachini; aliviar al enfermo era quespicupuni, salvarlo de morir causaricuni; cuando el paciente quedaba fuera de peligro, lo reconocían quispichisca. Curarse sin médico era alliyacuni. Lo importante era hallar el allillay o salud perdida para prolongar el causayninchic o duración del vivir, es decir, la vida.

Garcilazo asegura que en el Incario se conoció la sangría o circacuy, efectuándola el sangrador o Circa Camayoc con una lanceta de pedernal puesta en la extremidad de un palillo. La acción de sangrar era circani, debiendo hacerse en los brazos, piernas y en general en cualquier parte adolorida, sangrándose el entrecejo para el dolor de cabeza. Recursos frecuentes, según el mismo autor,

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fueron las purgas o upiyana hampi, al parecer muy enérgicas y algunas especiales para la expulsión de parásitos. Garcilazo añade que examinaban la lengua para conocer la enfermedad, pero no usaron tomar el pulso ni mirar la orina. Sin embargo, por otras fuentes, sabemos que al pulso nombraron Tictic-ñic-circa, habiendo palabras para designar la acción de pulsar y las pulsaciones fuertes, débiles y arrítmicas.

Tuvieron nombre para todas las enfermedades, también para los defectos físicos. Secuela de esto fue un vocabulario médico extensísimo. Allí aparecen con sus nombres los distintos órganos o vísceras, las alteraciones más ínfimas y los diversos estados patológico conocidos como enfermedades graves. El centro de la vida parecen haberlo situado en el corazón. Llamado Soncco, "órgano que se siente, que late y que se hace presente mediante sensaciones especiales cuando el hombre desea, rechaza, sufre, goza, teme, ama", en opinión de un distinguido estudioso de la medicina incaica. Pero el principio vital rebasaría los límites del cuerpo para elevarnos al Yyac o ánima racional, distinta del ánima de los animales y vegetales, según ha probado el Doctor Fernando Cabieses Molina, autor de la frase que consignamos arriba. El léxico médico es tan extenso que todavía no ha sido estudiado totalmente. Algunas muestras serían comenzando por las palabras básicas: rupay uncuy, la fiebre; yahuar, la sangre; usputay, la hemorragia; quessa, el pus; toque, el sudor; quepnay, el vómito; quechay, la diarrea; quella, la cicatriz; coyoyo, la huella amoratada del golpe; pusullu, ampolla; chupu, absceso; uanucuy, gangrena.

No escapan al nombre propio las venas que nombran circa, y las arterias reconocidas madres de las venas con el nombre de mamancirca. Interesante también resulta saber que a las lombrices intestinales llamaron kuyca, por lo que Kuycaita Oncoy, resulto la enfermedad producida por parásitos.

Una importante prueba de lo que decimos, agrega el Doctor del Busto Duthurburu, es la terminología neuropsiquiátrica de los médicos quechuas recogida por el Doctor Cabieses Molina. Cerca de trescientas palabras con una precisión y riqueza del significado admirables, se inician a partir del Yuyac o alma racional. Allí están el corazón, las arterias y las venas relacionadas con los nervios y la columna vertebral, los estados emotivos y los males de la cabeza. Es impresionante la lista de deficientes mentales. Se analiza el sueño con relación a las percepciones diarias, hablándose también del dolor, del ardor, de las cosquillas, del adormecimiento, el entumecimiento, el calambre y la parálisis. Creemos que los Hampi Camayoc en este terreno tuvieron léxico de especialistas.

Los remedios de origen vegetal son infinitos: la choclla, la oca, el moco-moco, la altamisa, el itapallo, la quinua, la hacaguaguani, la haquimasci, el cochayuyo, la zarzaparrilla, el guayacán, el molle, la calaguala, la yuca, el pincopinco, la muña, la chuquincalla, el paico, el pacal, el millu, el shilinto, el chuchuchu, el pencacuc, el añu, la isaña, el soyco-soyco, el chulli, la guaricona, el chuquincalla, la guariconda, el punctu-puncty, la pitahaya, el harmico, el chulcochulco, la

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huamanripa, la huachangana, el haratuc, la sallica, el olluco, la lúcuma, el tarco, la achuma, la chaucachauca, la hillca, los cachos, el coro, la tulma, y el amancae.

El inca Garcilazo habla de la chilca para los dolores reumáticos y del matecllu para las nubes de los ojos; otros cronistas coinciden con el cronista mestizo, y refieren que el tabaco lo aspiraron en forma de polvo para descargar la cabeza; también hablan de la coca como analgésico y hasta parecen ocuparse de la quina como febrífugo. El maíz, finalmente, como pócima o licor, sirvió para tratar las dolencias que en el siglo XVI se llamaban mal de riñones, dolor de ijada, pasión de piedra, dolor de vejiga y retención de orina. Con razón apuntaban las crónicas que los quechuas fueron grandes herbolarios. Pocos pueblos de la tierra conocieron tantas hierbas, hojas, frutos, cortezas y resinas como los peruanos antiguos. Por último, estarían las medicinas de origen mineral. Aquí nos sorprenderá encontrar el oro y la plata, la piedra imán, el azufre, el sulfuro de plomo, la arcilla, la tova volcánica, el petróleo, el yeso, la propia tierra y hasta el arsénico en dosis medidas.

De lo dicho casi todo se ha perdido, salvo lo que aún conserva en su cabeza ese vagabundo de los valles que es el curandero indio. Todavía cura con tratamientos mágicos y racionales, sorprendiendo a la gente con sus misteriosas medicinas y prácticas inusitadas. Por eso lo respetan los lugareños cuando lo ven merodeando los cementerios en busca de hierbas para el mal de melancolía, o reducir hernias antiguas aplicando lagartos vivos y abiertos, cazados a la luz de la luna. Es la sombra de los Huampi Camayoc que se resiste a morir con sus secretos.

Apóstol de la JÑANA Dr. David Ferriz Olivares

168. Otro paso adelante en la no fácil tarea de la clasificación nos lo ha dado Maverie al dividir las plantas medicinales en tres tipos, cada uno de los cuales se subdivide en siete clases, de modo que en conjunto resultan 21 clases basadas en las peculiares propiedades de las plantas de cada clase.

La Primera Parte o tipo de plantas abarca las siete clases siguientes:

1. Plantas purgativas, eméticas y evacuantes

Azafrán bastardo, ciruelas, melocotones, iris, linaza silvestre, cohombro silvestre, graciosa, heléboro blanco, laureola, áloe, tamarindo, maná, ruibarbo, escamonea, ipecacuana, coloquinta, gomaguta, aladierna, nueza, soldanela, yezgo, aliso negro, saúco y sen.

2. Plantas béquicas o pectorales

Capilaria, col roja, borraja, almendras, higos frescos, uvas, manzanas reinetas, dátiles maduros, benjuí, alfóncigo, azufaifa y pulmonaria.

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3. Plantas estornudatorias y salivantes

Tabaco, mostaza, hierba piojera, castaña de India, laurel rosa, jengibre, pimienta y pelitre. Excitan la mucosa nasal, provocan el estornudo, alivian la jaqueca y descongestionan el cerebro.

4. Plantas emenagogas

Melisa, ruda, sabina, valeriana, azafrán, menta, mirra, asafétida, opopona y alcanfor. Estimulan la menstruación.

5. Plantas diuréticas

Apio, espárrago, hinojo, achicoria silvestre, diente de león, acederas, fresas, grama, cardo, cebolla, rábano, garbanzos, bardana, alcachofa, chiribía, tamarindo, fresno y terebentina. Estimulan la secreción urinaria, y descongestionan los riñones, el hígado y el mesenterio.

6. Plantas diaforéticas y sudoríficas

Escorzonera, escabrosa, angélica, benjuí, hierba tiñosa, nogal, canela, zarzaparrilla y olíbano. Provocan el sudor para eliminar impurezas por los poros de la piel.

7. Plantas cordiales o alexitarias

Ajo, vencetósigo, clavel, aleluya, limón, lima, naranja, cardamino, anacardo, espinacas, sándalo y agripalma. Previenen contra los síncopes, vahídos y desfallecimientos; regularizan el ritmo cardiaco y reconfortan el corazón.

La Segunda Parte comprende las plantas que actúan pasivamente en el organismo humano, y aunque sus efectos no son tan perceptibles como los de las plantas de la primera parte, no por ello son menos eficaces sus propiedades terapéuticas. Se dividen en las siete clases siguientes:

1. Plantas equilibrantes

Lirio de los valles, tilo, tomillo, serpol, romero, salvia, alhucema, hisopo, mejorana, orégano, laurel, digital, canela y corteza de áloe. Restablecen el equilibrio de las funciones generales, especialmente de la circulación de la sangre y de los humores.

2. Plantas oftálmicas

Celidonia, eufrasia, verbena, hierbabuena, sarcocola y trébol. Alivian la inflamación de los ojos mediante lavados. El te es una panacea colocando una bolsita húmeda sobre los parpados.

3. Plantas estomáquicas y vermífugas

Absenta, menta, café, vainilla, abrótano, cupatoria, tanaceto, estragón, santolina y cachunde. Estimulan las funciones digestivas y destruyen los parásitos gastrointestinales. Cabe mencionar aquí los excelentes efectos vermífugos de la semilla de papaya.

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4. Plantas febrífugas.

Genciana, centaura menor, argentina, quinquina, geum, tenesio, zamarilla y carraspique. Rebajan la temperatura y regularizan el pulso.

5. Plantas hepáticas y esplénicas

Agrimonia, cupatoria, escolopendra, fumaria, cáñamo, centaura mayor, cuscuta, perifollo y lúpulo. Favorecen el derrame de la bilis y de los humores cálidos. Descongestionan el hígado y el bazo.

6. Plantas carminativas

Anís, coriandro, aneto, manzanilla, badiana, alcaravea, pastinaca, sésali, chirivía y meliloto. Disuelven las materias viscosas y flatulentas y estimulan la suavización de los humores crudos.

7. Plantas antiescorbúticas

Capuchina, chiribía, rábano, limón y tomate. Lubrican las mucosas y fluidifican los humores espesos.

169. En la Tercera Parte las plantas de este tipo se dividen en las siete clases siguientes:

1. Plantas purificadoras

Consuelda mayor, consuelda menor, olmo, castaño, vincapervinca, llantén, amaranto, cincoenrama, membrillo, granada, mirto, bálsamo del Perú, acacia, sangre de drago. Alivian los efectos de los traumatismos. Purifican el organismo y suavizan los humores.

2. Plantas vulnerarias detersivas

Persicaria, durancillo, saponaria, hierba verruguera, hierba piojosa, loto aromático. Facilitan la cicatrización de las llagas y úlceras.

3. Plantas vulnerarias aperitivas

Verónica macho y hembra, toronjil silvestre, árnica, ojo de buey, vara de oro, pimpinela. Eficaces contra la inapetencia y contra la presencia de arenillas en la orina.

4. Plantas emolientes

Malva, violeta, parietaria, malvavisco, hierba cana, espinacas, lino, acelgas, arrnuelle, acebo, brancaursina y gordolobo. Alivian la irritación; favorecen la elasticidad de los músculos y suavizan las mucosas.

5. Plantas resolutivas de uso externo

Cereales, habas, altramuces, lentejas, ortiga, cardo, glasto silvestre y escrofularia.

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6. Plantas calmantes y soporíferas

Adormidera, beleño, mandrágora, belladona, estramonio y dulcamara. Mitigan el dolor y provocan el sueño.

7. Plantas refrigerantes

Cohombro, melón, sandía, lechuga, escarola, nenúfar, mijo, cerezas, frambuesas, grosellas, moras, arroz, rapónico y siempreviva mayor.

170. Más conformes con el actual estado de la Fitoterapia y mucho más congruente con los datos que de ella ha de obtener la Osmoterapia práctica nos parece la siguiente clasificación de las plantas consideradas como vegetales, esto es, aludiendo a los efectos terapéuticos que es lo más importante para la Osmoterapia.

171. Los efectos terapéuticos de las plantas son lo más importante para la Osmoterapia, efectos, que pueden ser similares en plantas pertenecientes a muy distintas familias, pero que de forma general pueden clasificarse en:

1. Absorbentes. Las que absorben fácilmente las materias que conviene eliminar en el curso de una enfermedad. La planta más empleada es el licopodio en polvo. Este debe ser manipulado por un experto pues el efecto de su medicación puede durar hasta 50 días.

2. Acidulas. No son ácidas en el sentido de poder provocar la acidosis, sino por el contrario su efecto es refrigerante y atemperativo sobre todo cuando con el sumo de estas plantas se confeccionan jarabes. Agracejo, cidra, fresas, granadas, limón, membrillo, naranja y tamarindo.

3. Afrodisíacas. Las que tienen la morbosa propiedad de excitar el instinto sexual. Benjuí, canela, criadillas de tierra, haba de San Ignacio, jengibre, nuez vómica y vainilla. Se destacan el Ginsen, la Damiana y la Maca.

4. Amargas. Plantas de sabor amargo, pero de efectos tónicos, digestivos y febrífugos. Se han de emplear tan solo como medicamento y nunca como bebida alcohólica. Chicoria. Ajenjo, Artemisa, asafétida, escabiosa, haba de San Ignacio, hojas de naranjo amargo, lúpulo, ruibarbo, salvia, saponaria, trébol acuático y verónica.

5. Analgésicas. Plantas que mitigan y a veces suprimen el dolor. Belladona, cicuta, laurel real, opio y trementina.

6. Analépticas. Plantas reconfortantes en las convalecencias. Alfóncigos, almendras, bellota, dátiles maduros, hongos comestibles, mosto, nueces y sagú.

7. Anestésicas. Las que inhiben temporáneamente la sensibilidad. Alcanfor, cicuta, coca de Bolivia, eucalipto, laurel real, lechuga y opio.

8. Antiafrodisiacas. Las que debilitan o deprimen el instinto sexual. Alcanfor, lupulino y lechuga.

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9. Antiespasmódicas. Las que se emplean en los síncopes, ataques de nervios, convulsiones, etc. Agua de azahar, angélica, artemisa, asafétida, azafrán, bedelio, espliego, eucalipto, galbano, hojas de naranjo, melisa, menta piperita, manzanilla, orégano, tilo y sagapeno. La UNO A para el sistema nervioso es la Hierva de San Juan o Hiperycum seguida de la Valeriana que no producen sueño ni tienen contraindicaciones conocidas.

10. Antiflogísticas. Las que alivian y reducen las inflamaciones. Almendras amargas, almidón, fécula de patata, hojas de ricino, polvos de arroz, malva, malvavisco, salvado, simientes de linaza y membrillo, musgo de Islandia y consuelda mayor.

11. Antisépticas. Las que evitan las infecciones y la septicemia o envenenamiento de la sangre. Ajenjo, alcanfor, árnica, manzanilla, gualanday, sarzaparrilla. Una de las mejores es la Echinacea.

12. Aperitivas. Las que despiertan y avivan el apetito en contra de la anorexia o inapetencia. Romero, Verónica, Casiafilata, lirio de Florencia, orégano, hojas de naranjo, semilla de apio y salvia.

13. Astringentes. Las que al gustarlas provocan una sensación a manera de trémulo nervioso. Su efecto es tónico. Gayuba, escabiosa, helecho macho, salvia, pámpanos de vid, bedelio, hierba doncella, casiafilata, membrillo, tormentilla, paulinia, agallas, quina, sangre de drago, bistoria y lengua de ciervo.

14. Atenuantes. Las que fluidifican los humores del cuerpo cuando se espesan demasiado. Felandrino y polígala.

15. Balsámicas. Las que dan diversos bálsamos estimulantes de las funciones digestivas. Copaiba cuyo aceite se usa para la tos, tolú, bedelio, savia de pino marítimo, trementina, eucalipto, mirra, guayaco, pelitre y estoraque.

16. Béquicas. Las que favorecen la expectoración. Eucalipto, malva, regaliz, azufaifas, dátiles maduros, higos frescos, pasas, bedelio, borrajas, consuelda, tusilago, culantrillo y savia de pino marítimo.

17. Carminativas. Las que facilitan la expulsión de los gases intestinales. Anís, eneldo, espliego, corteza de limón, hinojo, menta piperita, angélica, comino, manzanilla, centaura menor, gálbano, asafétida, cilantro, escondia, melisa y sagapeno.

18. Catárticas. Es lo mismo que purgantes, algo más enérgicas que laxantes y más débiles que los drásticos. Bayas y hojas de saúco, hojas de sen, mercurial, cayena, brionia, polígala.

19. Caústicas. Las que en contacto con los tejidos a la temperatura ordinaria tienen efecto corrosivo y suplen a las cauterizaciones en algunos casos. Zumo lechoso de la higuera y esencia de clavo.

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20. Cefálicas. Las que alivian o curan las cefalalgias o dolores de cabeza de índole nerviosa. Espliego, tilo, paulina y vainilla.

21. Cordiales. Las que aumentan el calor del organismo y favorecen la actividad del corazón y del estómago. Flores cordiales.

22. Depurativas. Las que favorecen la eliminación por el sudor y la orina de las materias que ensucian los humores del cuerpo. Se cuentan entre ellas todas las diuréticas y sudoríficas.

23. Desobstruyentes. Las que son eficaces para deshacer las obstrucciones intestinales. Bellotas de roble, acíbar, espárrago, tomillo, uva, coclearia y achicoria.

24. Diaforéticas. Son lo mismo que sudoríficas, pues estimulan la producción del sudor. Saponaria, orégano, rábano silvestre, serpentaria, hisopo, polígala, tilo, escabiosa, salvia, bayas de saúco, cardo santo, berros, cilantro, azafrán, sasafrás, guayaco, jaborandi, simarcila, dulcamara, brionia, salvia, zarzaparrilla, amapola, hojas de naranjo, musgo de Córcega.

25. Digestivas. Las que favorecen la digestión gástrica. Anís, menta piperita, mostaza negra, ruibarbo, saponaria, manzanilla, eucalipto, genciana, salvia, estoraque, cúrcuma, fumaria, savia de pino marítimo.

26. Diluentes. Las que fluidifican la sangre cuando está muy espesa. Grama y cebada.

27. Diuréticas. Las que favorecen la secreción urinaria. Raíz de lúpulo, semillas de lino, hinojo, mercurial, lengua de ciervo, bardana, polígala, borraja, escondio, bayas de enebro, anís, parietaria, zarzaparrilla, timol, ásaro, guayaco, dulcamara, brionia, agraz, sasafrán y raíz de brusco.

28. Drásticas. Las que tienen enérgico poder purgante. Simiente de ricino, corteza de saúco, coloquíntida, torvisco, jalapa, euforbia, agárico blanco, aceite de crontontinglio, escamonea y tapsia.

29. Emenagogas. Las que favorecen la menstruación. Romero, sagapén, gálbano, artemisa, énula campana, comino, elaterio, angélica, ruda, bedelio, acíbar, trébol acuático, hojas de ricino, sabina, tanaceto y orégano.

30. Eméticas. Las que en caso necesario provocan el vómito. Polígala, ipecacuana, brionia, esciba, raíz de violeta, ruda, helecho macho, pensamiento silvestre y sinamba.

31. Estimulantes ditusibles. Las que excitan la actividad de los órganos y por su rápida y breve acción obran al mismo tiempo como sedantes del sistema nervioso. Anís, cúrcuma, azafrán, salvia, escordio, bayas de enebro, eneldo, simiente de apio, corteza de naranja, ajenjo, angélica, romero, limón, menta piperita, espliego y melisa.

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32. Estimulantes persistentes. Las de acción más lenta, pero más duradera que la de las difusibles. Mostaza negra, manzanilla, berros, verónica, belladona, valeriana, coca, jenjibre y vainilla.

33. Estornutatorias. Las que administradas en polvo por vía olfatoria provocan el estornudo. Benjuí, jalapa, espliego, eléboro blanco, ipecacuana, jengibre, ásaro, euforbio y tabaco.

34. Evacuantes. Se llaman también emetocatárticas, porque además de provocar el vómito, estimulan la evacuación de materias extrañas y desechos por los demás emunctorios. Estaphisagria, flores frescas de saúco, ásaro, eléboro blanco, polígala, escila y caínea.

35. Excitantes. Las que aceleran la actividad de los órganos. Son eficaces contra la atonía o pereza de funcionamiento. Cardamomo, estoraque, serpentaria, verónica, copaiba, árnica y tanaceto.

36. Expectorantes. Las que facilitan la expulsión de las mucosidades o flemas formadas en los bronquios. Orégano, tusílago, verónica, asafétida, berros, rábano silvestre, lirio de Florencia, culantrillo, gálbano, polipodio, savia de pino marítimo, escila y sagapeno.

37. Febrífugas. Las que remiten la fiebre. Pero se han de administrar siempre por prescripción facultativa, porque sólo el médico sabe cuándo conviene reducir la fiebre. Eucalipto, manzanilla, quina, tilo, semilla de algodonero, árnica, cálamo aromático, casiofilata, trébol acuático, simarla, cardo santo, belladona, tanaceto, haba de San Ignacio, centaura menor, agracejo, camedrio, genciana, colombo, corteza de encina, cuasia, valeriana, alquenqueje, coca, bistoria, liquen amargo, angostura y cascarilla.

38. Fundentes. Las que facilitan la resolución de los infartos, en especial de los que se forman lentamente y sin inflamación. Genciana, achicoria, apio, cicuta, consuelda, polipodio, hisopo, lúpulo y todas las plantas emolientes.

39. Hemostáticas. Las que facilitan la coagulación de la sangre en las hemorragias. Cascarilla, lengua de ciervo, pámpanos de vid, agallas, coloquíntida, benjuí, cálamo aromático, cornezuelo de centeno, colofonia, limón, casiofilata, tormentilla, polvo de goma arábiga, sangre de drago, balanlias, yesca, beleño y harina de habas. Aquilea Milhojas es la mejor en hemorragias.

40. Hipnóticas. Las que facilitan la conciliación del sueño, remedian el insomnio. Adormidera. Opio, lechuga beleño, valeriana y lobelia. Actualmente el Hypericum, no Hipnótica, está siendo utilizada con éxito para facilitar el relajamiento, el desestresamiento. La SECAB (Convenio Andrés Bello), dedica una extensa publicación al Hypericum.

41. Laxantes. Las que limpian los intestinos y remedian el estreñimiento sin producir irritación. Mostaza blanca, aceite de nueces, aceite de almendras dulces,

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ruibarbo, polipodio, aceite de oliva, Agracejo, cañafístula, achicoria, maná y mosto de uva.

42. Litotrícicas. Las que favorecen la resolución de los cálculos hepáticos y renales (mal de piedra). Felandro, cúrcuma, gayuba y coclearia. Se ha usado con bastante éxito en los cálculos renales la semilla del Níspero.

43. Midriásicas. Las que dilatan la pupila y remedian la parálisis del iris. Estramonio, hierba mora, belladona, cornezuelo de centeno, beleño y lobelia.

44. Odontálgicas. Las que alivian el dolor de muelas y que en rigor debieran llamarse antiodontálgicas. Alcanfor, aceite de oxicedro, estafisagria, berros, esencia de orégano, clavo, tomillo y cayeputi. La hoja de Eritroxilon (Coca), es insustituible.

45. Pectorales. Son medicamentos contra toda clase de afecciones pulmonares, en combinación de las plantas béquicas y expectorantes. Gordolobo, jarabe de uvas, jarabe de cerezas, goma arábiga, cáscaras de almendreros, brea, malvavisco, regaliz, lengua de ciervo, pasas, oleorresina, salep, tragacanto y esencia de trementina. El Tomillo es la primera de todas

46. Refrigerantes. Las que calman la sed y alivian el excesivo calor del cuerpo. Agua de cebada, horchata de chufa, limonada, naranjada, zarzaparrilla y jarabes acídulos. Es inigualable el efecto del Eritroxilon.

47. Rubefacientes. Las que a manera de vesicatorios moderados enrojecen la epidermis. Rábano silvestre, pelitre, mostaza negra, pez de Borgoña, tapsia, ruda, brionia, torvisco, aceite de crotontiglio y cebadilla de México. El uso controlado de la ortiga.

48. Sedantes. Las que reducen la excitada actividad de los órganos. Amapola, lobelia, asafétida, gálbano, melisa, sagapeno, espárrago, felandrio, meliloto y azafrán.

49. Sialagogas. Las que excitan la secreción salivar. Jaborandi, rábano silvestre, macis, gayuba, coca, manzanilla y jengibre.

50. Supurativas. Las que favorecen la supuración de los abscesos, flemones y llagas. Torvisco, trementina y cataplasmas de harina de linaza. La grasa de Palma Caraña es insustituible en casos de abscesos y forúnculos. Lo indicado siempre es Echinacea angustifolia.

51. Tenífugas. Las que provocan o pueden provocar la expulsión de la tenia o solitaria. Corteza de raíz de granado, esencias de limón y trementina, helecho macho, simientes de calabaza y cebadilla de México. El Nardo silvestre (Asarum Europeum) también muy usado en Rusia contra el alcoholismo.

52. Tónicas. Las que excitan suavemente los órganos débiles y restauran su normal funcionamiento. Orégano, tapsia, gordolobo, membrillo, hinojo, tusilago,

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amapola, corteza de naranja, agallas, corteza de limón, énula campana, coca, saponaria, cardo santo, corteza de encina, bayas de enebro, hisopo, paulinia, dulcamara, balaustre, fumaría, manzanilla, genciana, menta piperita, escordio, tanaceto, camelio, trébol acuático, lúpulo, espliego, salvia, verónica, quina, angostura, liquen amargo, cuasia, haba de San Ignacio y hiedra terrestre. Después del Guarana y del Yoco (inhibidor del apetito) no queda sino la Coca ya mencionada.

53. Tópicas. Las que se aplican en uso externo, en forma de cataplasmas, ungüentos, pomadas, emplastos, fomentos y fricciones. Harina de linaza, tapioca, cinegiosa, tormentila, mostaza, polvos de arroz, harina de patata, malvavisco, hinojo, centaurea menor, harina de trigo, pulpa de membrillo, gordolobo, hiedra terrestre, saponaria, hierba mora, pez negra, saúco, tapsia, brea, mercurial, estoraque, tanaceto, pez de Borgoña, orégano, romaza y elemi.

54. Tóxicas. Las que contienen principios venenosos, por lo que su administración ha de estar a cargo de un médico. Nuez vómica (estricnina y 1300 venenos más), cebadilla de México, acónito, haba de San Ignacio, torvisco, estramonio, belladona, árnica, cáchico, almendras amargas, eléboro blanco, ruda, alcanfor, euforbio, aceite de croteniglio, goma guta, digital, tapsia y tabaco.

55. Vermífugas. Las que provocan o facilitan la expulsión de las lombrices y otros gusanos parásitos de las vías intestinales. Escordio, goma guta, polipodio, aceite de oxicedro, jalapa, ajenjo, centaura menor, elaterio, corteza de raíz de granado, asafétida, menta piperita, brionia, cascarilla, ásaro, musgo de Córcega, ricino, valeriana, ruda, cebadilla de México, escamonea y tanaceto.

56. Vesicantes. Las que aplicadas en uso externo producen ampollas en la piel. Mostaza negra, aceite de crotontiglio, pelitre, tapsia, rábano silvestre, euforbio, sabina, torvisco y ruda. La ortiga es la más activa.

57. Vulnerarías. Las que favorecen la cicatrización de las heridas y llagas. Arnica, salvia, gordolobo, manzanilla, corteza de encina, eucalipto, bálsamo del Salvador (impropiamente llamado del Perú), orégano, melisa, hisopo y traumantinisa. La CHLORELLA por su alto contenido de clorofila y de betacarotenos está a la cabeza. La Sangre de Drago es insustituible.

172. Se ha de entender que no a todos los enfermos de una misma enfermedad le han de convenir todas y cada una de las plantas cuyas propiedades terapéuticas se describen en las anteriores clasificaciones, por cierto muy europeas e incompletas. En la segunda parte de este documento sobre OSMOTERAPIA daremos una detallada farmacopea más acorde con nuestra realidad Andina.

173. Aparte de que cada planta tiene su aplicación peculiar, tanto en cuanto a la forma de aplicación (tisana, infusión, cocimiento, jarabe, etc.), como en la dosis, puede suceder que en determinado enfermo no tenga eficacia la que facilitó la curación de la misma enfermedad en otro enfermo.

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174. También se ha de tener en cuenta, que la tradicional forma de administrar las plantas medicinales tiene más analogía con el sistema alopático, mientras que el sistema de las quintaesencias, del que derivó la homeopatía, es el precursor de la moderna Osmoterapia, según veremos en los capítulos correspondientes.

175. Por lo tanto, sólo hemos expuesto las clasificaciones a manera de información respecto a las propiedades terapéuticas que por tradición se han señalado en las respectivas plantas medicinales, porque por ley de naturaleza, las mismas propiedades, pero en sentido homeopático del similia similibus curantur, han de tener sus quintaesencias.

176. Curioso será saber que los antiguos acoplaron algunas plantas en denominación colectiva, porque vieron en ellas determinada propiedad terapéutica, como por ejemplo: las cinco raíces aperitivos son: la de brusco, espárrago, hinojo, perejil y apio.

177. Las tres flores cordiales son: la de lengua de buey, de borraja y la violeta.

178. Las cuatro flores carminativas son: las de manzanilla romana, meliloto, aneto y matricaria.

179. Las cuatro mayores simientes frescas son: las de calabaza, cohombro, melón y sandía.

180. Las cuatro menores simientes frescas son las de lechuga, escarola, de achicoria y de verdolaga.

181. Las cuatro mayores simientes cálidas son las de hinojo, anís, comino y alcaravea.

182. Las cuatro simientes menores cálidas son las de apio, perejil, zanahoria silvestre y amenas.

EL ARTE ESPAGÍRICALOS DISOLVENTES

LOS ÁLCALIS VOLÁTILES

183. Para la mejor comprensión de los procedimientos empleados en la obtención de las quintaesencias de las plantas medicinales, que tan capital importancia han de tener en osmoterapia, conviene conocer los principios fundamentales de la Espagiria, que parece algo así como una ciencia oculta, y no hay tal cosa, sino que no va más allá de la aplicación de la química a la medicina, pero no la química actual ni la medicina actual, sino la ciencia llamada en otro tiempo alquimia, aplicada a la medicina, o mejor dicho, a la clínica de la época y al adelanto espiritual.

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184. La etimología de la palabra Espagiria nos dará idea de su verdadera acepción. Deriva de las voces griegas spân (arrancar separar, extraer) y ageirein (unir).

185. Más bien que ciencia, era el arte de extraer de una materia lo que se consideraba su esencia, su espíritu; y así cuando la materia era una planta que la experiencia había etiquetado de medicinal, la Espagiria consistía en extraer de ella, en arrancar de su materia, los espíritus o sustancias que contenía, y formar con la unión de estas sustancias un medicamento específico.

186. Los alquimistas, entendían de medicina pero su afán era la transmutación de los metales comunes en oro y en el hallazgo de la famosa y arcana piedra filosofal.

187. Por lo tanto, lo que vamos a exponer acerca de la Espagiria es lo que constituía una suma de procedimientos para extraer las esencias de las plantas medicinales.

188. La Espagiria tiene muchos puntos de contacto con la Ética o filosofía moral, porque para comprenderla y practicarla no basta la inteligencia cuya acción está supeditada a la de los sentidos corporales, sino que es necesaria la intuición propia del alma, porque para conocer lo que pudiéramos llamar el alma de la materia (la esencia o espíritu) es indispensable que el conocedor vea el alma, libre de todo cuanto arriesgue manchar la naturaleza inferior o concupiscencia con sus pasiones, vicios y malas inclinaciones.

189. Decían los espagíricos que la destilación espagírica es un símbolo material de la purificación moral, y que el perfeccionamiento moral es una destilación psíquica, porque el germen de la verdad necesita para brotar el fermento de la fe.

190. La espagiria se valía en sus operaciones de la misma clase de fuentes de saber que la alquimia; pero con más precisas gradaciones.

191. Además contaban con los fuegos o fuentes de calor sin combustible a los que denominaban fuegos secretos (Prana de los Yoghis?) y que seguramente eran las calorías inherentes a la materia, que se actualizaban en las reacciones químicas.

192. Los espagíricos nos han legado algunas reglas o principios fundamentales respecto de las operaciones a que se han de someter las plantas medicinales, y entre ellas expondremos las siguientes:

1ª El empleo de las cucúrbitas y del baño María conviene a las materias de no muy compleja constitución.

2ª El fuego de arena y de cenizas está destinado a las materias duras, como raíces leñosas, maderas y semillas.

3ª La maceración se ha de efectuar en su propio disolvente si es posible, o si no en un disolvente de naturaleza análoga a la suya.

4ª En la destilación de las plantas cálidas, el fuego ha de ser vivo desde un principio, pues de lo contrario, sólo saldría flema.

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5ª La destilación de las raíces, maderas, gomas, semillas y materias duras se ha de hacer en retorta.

6ª La destilación ha de comenzar por un calor suave que se ha de ir aumentando gradualmente.

7ª Las vasijas y recipientes, así como la misma materia que se trate, se ha de dejar que se enfríen por sí mismos sin artificio externo.

193. Los espagíricos preparaban la materia antes de la destilación, sometiéndola a tres operaciones: la fermentación, la circulación y la digestión.

194. La fermentación reduce de potencia un acto, esto es, actualiza o pone en acción las partes activas y espirituosas de la materia en tratamiento. En algunos casos la fermentación se efectuaba por obra del mismo calor inherente en la materia, que por sí misma se disgregaba. Era la fermentación espontánea. Decían los espagíricos, que la fermentación es la llave que abre la puerta de salida a los venenos vegetales, pues por esta operación la materia involuciona, y su naturaleza retrograda hacia su primera forma, que es un principio fermentativo y semencial, esto es, cuando la planta era simiente, y fermentó en el seno de la tierra.

195. La circulación se efectúa en cucúrbitas cerradas que comunican unas con otras por medio de tubos de enlace. Un calor suave provoca la maduración de la materia que circula de abajo arriba, de modo que se satura de su disolvente. Tiene la circulación por efecto unir las partes heterogéneas y dividir las homogéneas, de suerte que la materia madura en lenta evolución determinada por un calor húmedo.

196. La digestión se efectúa en vasija cerrada y es un pausado cocimiento que por la acción del calor húmedo modera la materia, la atenúa, la divide, y exalta los principios activos.

197. La destilación espagírica es un delicadísimo arte, que sólo poseyeron los más eminentes profesionales, y que nunca llegó a conocimiento de los vulgares y corrientes destiladores alquimistas.

198. Pero conviene advertir que la espagiria abarca además de la preparación previa, cinco operaciones generales, a saber: digestión, destilación, sublimación, calcinación y coagulación.

199. Para evitar confusiones de concepto, se ha de entender que la materia en tratamiento, o sea la planta o parte de la planta, no ha de sufrir previamente todas las operaciones de preparación, sino tan sólo la que mejor requiera su índole, y lo mismo se ha de entender en cuanto a las operaciones generales, y por ello vemos que la digestión, por ser la más frecuentemente empleada, aparece entre las operaciones preparatorias y en las generales.

200. Por otra parte, las operaciones preparatorias difieren muy poco una de otra, y así vemos que en varios tratados de espagiria se consideran modalidades de la digestión, no sólo la fermentación y la circulación, sino también la depuración, infusión, maceración, insolación, disolución y fusión.

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201. He aquí por qué la digestión figura a la cabeza de las cinco operaciones generales, puesto que es la preparatoria en sus diversas modalidades.

202. La destilación, en su aspecto exterior o exotérico, según se practicaba operatoriamente, comprendía tres modalidades distintas, a saber:

1ª La destilación por ascenso, en la que el fuego estaba colocado debajo de la vasija, de suerte que ascendían los principios o esencias. Es el procedimiento mejor adecuado a la destilación de materias espirituosas y volátiles.

2ª La destilación lateral que se efectúa en retorta y los productos salen por un lado. Conviene a las materias muy densas, que contienen aceites pesados y requieren más intenso calor.

3ª La destilación por descenso, en la que el fuego está colocado sobre la vasija, y las materias espirituosas salen por debajo. Los espagiricos valuaban este procedimiento, porque desprendía las partes más tenaces de la planta.

Hoy en día la farmacia homeopática se vale de métodos que hemos descrito en nuestros escritos acerca de homeopatía. Acá dejaremos las menciones de modo que el lector se acerque un poco al estilo de esa época espagirica y que realmente tiene inspiración que tomarle.

203. El instrumento más necesario para la destilación es el alambique, cuya materia, forma y estructura varían según la índole, cantidad, y calidad de la materia que se ha de destilar. Se mencionan cuatro clases de alambiques:

1ª El de terriza, de peligroso empleo y poco usado. 2ª El de vidrio cuando el calor ha de ser muy suave. 3ª El de baño maría, que fue el más frecuentemente empleado. 4ª El de serpentín, el de mejor reputación. En cuanto a las vasijas se usaba la caldera cuando se había de destilar gran

cantidad de planta. La retorta si el fuego había de ser muy intensa. Las vasijas de enlace para las rectificaciones.

204. La destilación abarca cinco operaciones: rectificación, cohobación filtración, decantación y delicuescencia.

205. La sublimación comprende la ascensión seca y la separación.

206. La calcinación abarca doce variedades, a saber: desflemación, decrepitación, evaporación, ignición, incineración, precipitación, fumigación, reverberación, estratificación, cementación y amalgamación.

207. La coagulación tiene cuatro modalidades: cocción, congelación, vitrificación y fijación.

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208. La calcinación espagírica determina la conversión de la materia en otra forma que aumenta la humedad radical en vez de destruirla y elimina las impurezas de modo que predispone a. la materia a ceder sus esencias.

209. La sublimación espagírica exalta la naturaleza de la materia tratada y volatiliza sus esencias, de suerte que como la operación se efectúa en vaso cerrado, la esencia recae en la masa que se está sublimando.

210. La disolución espagírica atenúa las partes secas y sutiliza las acuosas, de modo que separa lo puro de lo impuro.

211. La fermentación espagírica es el secreto del arte. Puede ser simple o doble; natural o contra natural. En el primer caso se destruye la forma exterior y se conserva la naturaleza esencial. En el segundo caso la forma de la materia retrograda a su forma primitiva.

212. La coagulación espagírica no difiere de la vulgar y corriente más que en el aspecto de la coagulación, sólo conocido de los maestros del arte.

213. Para obtener la quintaesencia de una planta o parte de planta es necesario destilarla de siete a diez veces.

214. La primera destilación comienza en el primer grado del baño maría y progresivamente asciende al segundo grado y después al tercero, para descender lentamente al primer grado.

215. La segunda destilación es muy semejante a la primera.

216. La tercera destilación comienza en el primer grado del baño maría, asciende suavemente hasta el tercer grado y desciende también suavemente al primero.

217. La cuarta destilación es análoga a la tercera. La quinta destilación comienza en el primer grado de arena, y sube en seguida al segundo y tercero para descender lentamente al primero.

218. La sexta destilación es descendente; comienza en el baño de ceniza y procede como la tercera.

219. La séptima destilación es una verdadera rectificación. Comienza en el primer grado del baño María, para subir lentamente hasta el tercero, en el que se mantiene hasta el fin de la operación.

OPERACIONES ESPAGÍRICAS

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1. Extracción de la quintaesencia de las plantas según Paracelso. Se destroza con el hacha la planta escogida y se coloca en matraz sometido a baño de vapor durante cuarenta días, a fin de provocar la fermentación.

La recolección de la planta se hace de acuerdo a un delicado estudio Astrológico. Conservamos el lenguaje y dejamos que el ocultamiento a que se está acostumbrado en esta vía permanezca.

Al cabo de este tiempo se exprime el zumo y se destila en baño María. El líquido destilado se vierte sobre las heces que quedaron en el matraz y se deja en reposo durante ocho días para terminar la fermentación.

Se vuelve a destilar tantas veces como mude el color de lo destilado, y la quintaesencia subirá por el alambique, mientras que la materia quedará en el fondo con parte de su agua esencial.

Se vierte sobre la materia la quintaesencia y se deja fermentar durante cuatro días. Se vuelve a destilar y se vierte el líquido resultante sobre las heces residuales. Se pone a digerir en el pelícano durante seis días, y resultará un líquido espeso que se destilará en baño María.

Se separará de la materia acuosa, y la quintaesencia quedará en el fondo que se pondrá en digestión para que sedimente las impurezas. Análogamente se rectifica en una última destilación y se obtendrá la quintaesencia virtual de la planta.

Nota. El pelícano a que alude la descripción era una vasija o recipiente especial, llamado de Hermes, de que se servían los alquimistas.

221 2. Extracción de la quintaesencia según el procedimiento de Lefébvre. Se

machaca la planta destrozada en un mortero de mármol hasta reducirla a pasta y se coloca ésta en un matraz herméticamente cerrado después, a fin de que digiera durante cuarenta días. Al cabo de este tiempo, se abre el matraz y se cuela su contenido para separar la parte líquida, que se someterá al baño María durante 24 horas y después se colará por embudo a través de una manga de algodón.

En el líquido colado se disuelve la sal fija que se habrá extraído según arte del residuo sólido, y esta disolución se echa en un matraz que se cierra herméticamente y se expone a la acción del Sol durante seis semanas, y en caso de que no sea posible la continua exposición al Sol, se recurrirá al fuego de cal y paja, o si tampoco esto es posible, al baño María.

Al cabo de las seis semanas flotará en la superficie la primera esencia de la planta, de color verde transparente o claro rojizo, según la índole de la planta. Se separa esta primera esencia y se destila hasta siete veces, según queda explicado, para obtener la quintaesencia.

Nota. El fuego de cal y paja consiste en excavar en el suelo una fosa longitudinal y extender en el fondo una capa de polvo de cal viva, de cuatro dedos de espesor, sobre la cual se Extenderá otra capa de paja fina o de heno desmenuzado, de medio metro de espesor. Se asienta el matraz sobre la capa de paja o heno y se riega toda la masa con agua caliente, a fin de producir la efervescencia de la cal viva o sea para apagar la cal.

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La boca o parte superior del matraz ha de quedar al aire libre, y la capa de cal se mudará una vez apagada del todo, esto es, cuando ya no efervezca. En cuanto al heno o la paja hayan absorbido el agua se volverá a echar agua caliente.

222 3. Extracción de la quintaesencia según Ramón Llull. Se coloca la planta

desecha en trozos, en un matraz que contenga la verdadera quintaesencia del vino, y cerrado herméticamente el matraz, se expondrá al Sol o al baño de vapor durante tres días. Se destila el líquido resultante a fuego lento, y el líquido destilado se vierte sobre las heces para que digiera durante dos días, al cabo de los cuales se vuelve a destilar por dos veces más.

Vuelto a verter sobre las heces el líquido destilado para que digiera durante un día y después se destila tres veces más y por fin la última destilación o rectificación.

223 4. Quintaesencia de la celidonia. Hay dos especies de celidonia: la mayor y

la menor. La quintaesencia de una y de otra tiene numerosas virtudes terapéuticas, aunque su extracción requiere largo tiempo y un arte muy sutil.

Se ha de cosechar la planta entera, cuando ya esté madura y comienza a mudar en blanquecino su natural color verde. Se corta la planta en menudos trozos, se echa en una cucúrbita de vidrio bien embetunado y después de taparla herméticamente se expone al baño vaporoso durante tres semanas, al cabo de las cuales se destila el líquido resultante de la digestión, en baño maría con fuego muy lento.

Se extraen las heces y se trituran finamente en el mortero de mármol, y se vuelve a echar en la cucúrbita con su agua, y adaptando el alambique ciego. Se pone en fermentación durante siete días y después se somete al fuego de cenizas en alambique de pico y se destila.

Saldrá entonces un agua clara de color de aceite, y para separar la flema se ha de destilar a fuego lento en baño maría, a fin de que resulte separado el aceite. El residuo de esta destilación se tritura en el mortero de mármol y mezclada con una cantidad de flema cuatro veces mayor que su masa se expondrá al baño maría por siete días.

Después se destila a fuego vivo de arena mientras salga el líquido de color rojo, dejando un residuo negro en el fondo de la cucúrbita.

Dicha agua roja se destilará en baño maría en otra cucúrbita con alambique de pico, y una vez haya salido la flema quedará el aceite rojo en el fondo. Se ha de secar ahora la tierra y calcinarla a fuego vivo durante diez días, y luego triturarla, y mezclarla con una cantidad de su flema cuatro veces mayor que su masa, para destilar por alambique hasta que salgan unas a manera de piedrecitas blancas que se disolverán en agua destilada y después se destilará de nuevo hasta que la tierra quede blanca como la cera.

224. Las materias que espagíricamente se consideran como cuatro elementos (lo cual es uno de los secretos del arte) se habrán de circular cada uno de ellos en

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baño maría durante treinta días con cuatro partes de tierra y la quintaesencia sobrenadará en la materia y se ha de rectificar muy lentamente, porque es el alma de la celidonia.

225. La flema, símbolo del elemento Agua, tiene la virtud de purificar la sangre; templa los vasos sanguíneos; cura las afecciones de los bronquios y preserva de toda corrupción.

226. El aceite, símbolo del elemento Aire, rejuvenece y reconforta el organismo; combate la melancolía y las afecciones biliares.

227. La quintaesencia, símbolo del elemento Fuego, administrada a la dosis de una porción tamaño de un grano de trigo, disuelta en una cucharadita de buen vino moscatel, pero no en uso interno, sino aplicada a manera de loción en el pecho o en el cuello de un enfermo grave, le devuelve la salud y el vigor en poco tiempo porque la loción absorbida por la piel, llega hasta el corazón y lo reanima inmediatamente.

228. Pero si se quiere reavivar a un moribundo, se ha de administrar la misma dosis en uso interno, es decir, que en cuanto la tome el moribundo se reavivará con gran admiración de los allí presentes. Sin embargo, no se ha de administrar este medicamento si el enfermo tiene fiebre alta.

229. Seguramente que el lector de mediana cultura se apresurará a pensar que no se concibe cómo hombres al parecer de buen entendimiento, como los que practicaron el arte espagírico, fuesen capaces de desbarrar tan desatinadamente en lo tocante a la virtud terapéutica de las plantas medicinales, o mejor dicho, que exageraron esta virtud hasta el extremo de atribuir a la celidonia una eficacia semejante a la legendaria del famoso bálsamo de Fierabrás.

230. Sin embargo, mayor será la estupefacción del lector al saber que todo ese relato de las propiedades curativas de la quintaesencia de la celidonia es nada menos que del célebre y famoso mallorquín Ramón Lulle, hombre de vastísima cultura, a quien no sería justo tildar de alucinado y visionario.

231. De todos modos, y fuere lo que pudiere y valiere, basta imaginar lo que sería la quintaesencia de la celidonia administrada osmoterápicamente en las enfermedades crónicas, cuando el enfermo no sobreviene febril sino apirético y esperanzado en la curación de su mal.

232 5. Extracción de la quintaesencia de las plantas según el procedimiento de

Felipe Ustade. Se desmenuza la planta y se tritura en mortero de mármol con una décima parte de su peso en sal común completamente pura y se echa la mezcla en un matraz o se pone en circulación para fermentar durante cuarenta días, sometida al baño vaporoso.

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Al cabo de este tiempo se destila el líquido en baño María con alambique de pico, a fuego lento, que se va aumentando poco a poco hasta el tercer grado. Se guarda aparte el líquido destilado, y se extrae las heces para pulverizarlas en el mortero de mármol, y el polvo resultante se vuelve a poner en el alambique ciego con el líquido destilado para volver a destilar en baño María, disminuyendo el fuego hasta el grado medio. Se repiten por tres veces las operaciones de mezclar, digerir y destilar, disminuyendo cada vez la intensidad del fuego, hasta el primer grado, y que la segunda digestión sea de 21 días, la tercera de 14 y la cuarta de 8.

Después de esta última digestión, se ha de poner todo en circulación en el baño de vapor de primer grado, o al Sol en verano durante 40 días, y al cabo de este tiempo destilar. con alambique de pico en baño María.

A este punto se calcinan la tercera parte de las heces, lixivian las cenizas para extraer la sal, que se disuelven en el líquido destilado y se pone todo en circulación durante siete días. Después se destilará por tres veces, y al rectificarlo tendremos la quintaesencia de la planta o de las partes de la planta así tratadas.

233 6. La quintaesencia de las flores del árnica montana. Planta no muy

conocida de los antiguos espagíricos, promete ser uno de los medicamentos más eficaces de la osmoterapia, porque según viene demostrando la experiencia homeopática, posee tal virtud terapéutica, que no la supera ninguna otra planta medicinal.

234 7. Quintaesencia de las frutas. Entendemos por frutas en esta ocasión, los

frutos que sirven de alimento y a la par de medicamento dietoterápicamente considerados. Para extraer la quintaesencia, se cortan en trozos menudos, después de mondos, se extrae el corazón o el hueso y se machacan con la décima parte de su peso de sal común muy limpia.

Se pone la mezcla en una cucúrbita con alambique ciego bien embadurnado y se expone al baño vaporoso o al fuego de paja y cal para digerir durante cuarenta días, al cabo de los cuales el zumo flotará sobre las heces y se procederá a las destilaciones según se opera con las plantas; pero con la notable diferencia de que no se ha de extraer sal, o mejor dicho, materias minerales, sino tan sólo se han de triturar las heces para establecer la circulación.

La quintaesencia de los frutos comestibles es sumamente eficaz en las enfermedades infecciosas y en las afecciones herpéticas, y merece especial mención la quintaesencia de la variedad de manzana llamada reineta.

235 8. Quintaesencia de la miel. Se pone miel de superior calidad en un caldero

de hierro estañado, con la misma cantidad de agua de fuente, Se cuece a fuego lento, y cuando la masa forma espuma se quita la espuma y esta operación se repite por nueve veces hasta que asuma la consistencia de miel.

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Se pone en circulación esta miel en primer grado del baño María durante 40 días, y después de este tiempo se pone en una cucúrbita de vidrio alta y larga para destilar con alambique de pico.

Si el líquido no aparece, se ha de envolver la cucúrbita en lienzos mojados, y saldrá un líquido claro que conviene guardar porque es muy eficaz contra la calvicie y para evitar la caída del cabello o renovarlo si cae.

Después saldrá un líquido amarillo de oro, muy a propósito para teñir el pelo y suavizar las llagas. Saldrá por último un líquido rojizo, que se mezclará con los dos anteriores para circular la mezcla durante siete días, y destilarla luego por tres veces, y en la cuarta destilación apartar el primer líquido y redestilar por cuatro veces el líquido restante.

236 9. Quintaesencia de las plantas aromáticas. En una caldera de hierro

estañado se vierten 15 litros de buen vino blanco y destilarlo en baño María hasta que se reduzca a 4 litros. Con otro vino blanco se repite la misma operación, de modo que entre las dos operaciones se reúnan los 15 litros de alcohol etílico, el cual se destila a fuego lento hasta reducirlo a la mitad.

Se vierte este alcohol en la cucúrbita y se le destila prolongadamente de modo que se elimine toda la flema. Después se redestila por cuatro veces en baño María y después de la destilación se añaden tres granos de madera de áloe y otros tres de carnanun y diez granos de cinamomo, nuez moscada, jengibre blanco y pimienta (diez granos de cada).

Todos estos ingredientes se han de pulverizar, y colados en una vasija que después se ha de tapar herméticamente, se exponen al baño María durante ocho días y después se destilan a fuego lento por alambique de pico.

El líquido destilado se echa en una cucúrbita de cuello largo y se añaden cinco granos de clavo de especia y otros cinco de ámbar gris, todo muy bien pulverizado. Hecho esto, se tapa la cucúrbita y se somete al baño María durante 15 días a fuego suave y continuo.

Al cabo de este tiempo se separa el líquido de las heces y se vuelve a destilar por tres veces a fuego lento, y al final de la tercera destilación, se aviva el fuego, y se deja luego enfriar el líquido resultante, que será una quintaesencia de segunda calidad.

Para obtenerla de primera, se han de extraer las heces resultantes de la tercera destilación y desecaras a fuego vivo en vasija de tierra, y una vez secas se pondrán en circulación muy bien mezcladas con el líquido destilado durante siete días; y después vuelta a destilar cuatro veces, desecando cada vez las heces, y por fin se destila tan sólo el líquido en tres últimas destilaciones a fuego lento.

Afirmaban los espagíricos que no había enfermedad húmeda o fría esto es, sin fiebre, capaz de resistir a la acción terapéutica de esta quintaesencia.

237 10. Tintura de coral. Aunque el coral no pertenece a la botánica, damos esta

noticia porque la tintura de coral está admitida entre los medicamentos homeopáticos y por tanto ha de tener también eficacia en osmoterapia. Se utiliza al

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efecto un coral duro, compacto, de rojo intenso; se le reduce a polvo impalpable, se le echa en un matraz y se vierte encima el primer disolvente (cuya preparación expondremos al final) en cantidad de 60 gramos.

Se remueve la masa y se vuelven a verter otros 60 gramos del primer disolvente. Se tapa el matraz y se pone a digerir durante tres semanas en fuego de paja y cal viva, a cuyo término se abre el matraz, se decanta el líquido en otra vasija que se tapa herméticamente y se guarda. Se vuelve a echar disolvente sobre el coral que aún quedó en el matraz, y proseguir la alternativa de digestión y extracción hasta que el disolvente no salga teñido.

A este punto, se mezclan todos los líquidos teñidos que se han ido guardando, se filtra la mezcla y luego se echa en una cucúrbita que se someterá a fuego de ascua moderado. Saldrá toda la flema y en el fondo de la cucúrbita quedará un polvo rojo que contiene toda la virtud terapéutica del coral, pero que no es todavía la tintura.

Dicho polvo se echa en un pelícano y se vierte encima el segundo disolvente (cuya fórmula daremos al final) de modo que llegue a un nivel de seis dedos. Se tapa herméticamente el pelícano y se somete al baño María en digestión durante cuarenta días, y el disolvente se teñirá de modo que sea la tintura de coral, que se filtrará y en seguida se echará en una cucúrbita en la que se guarde como uno de los más eficaces medicamentos de la terapéutica espagírica.

El primer disolvente se prepara como sigue: Se mezclan dos kilogramos de tártaro puro y pulverizado con 500 gramos de vitriolo de Marte. Se echa esta mezcla en un matraz de suficiente cabida y se vierte encima litro y medio de agua vitriólica impregnada de su esencia sulfurada volátil. Se adapta al matraz una vasija de enlace; embetunar las junturas y ponerlo en digestión a baño vaporoso durante siete días.

Se vierte el producto de la digestión en una cucúrbita que se habrá de embadurnar con arcilla hasta medio cuerpo, porque se la ha de someter a fuego de reverbero después de bien tapada herméticamente, adaptando un recipiente con las junturas embetunadas.

El fuego se ha de ir graduando, que será suave mientras las gotas vayan siguiendo unas a otras; pero en cuanto cese el goteo se avivará el fuego mientras vayan pasando todos los vapores y cuando hayan pasado se apaga el fuego y se deja enfriar la instalación. Se filtra el resultado de la destilación para separar el aceite de tártaro y se rectifica el líquido en fuego de ceniza hasta sequedad.

El segundo disolvente, llamado también "agua temporada" se prepara mezclando partes iguales de espíritu de vino y espíritu de sal.

Se destila esta mezcla en alambique de pico en fuego de cenizas hasta que se combinen ambas materias.

238 11. Síntesis teórico-práctica de la extracción de la quintaesencia de las

plantas. Daremos ahora otra explicación lo más clara posible acerca del procedimiento que se puede emplear en la mayoría de los casos de extracción de quintaesencias. Es un principio fundamental, que toda materia está dotada de

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energía, por lo que cabe considerar la materia como un cuerpo cuya alma es la energía.

Ya dijimos en otro lugar, que Santo Tomás de Aquino reconoce en los vegetales un alma vegetativa y en los animales un alma sensitiva y en el hombre un alma racional. Parafraseando estos conceptos podemos decir que todo ser está constituido por la íntima unión de una sustancia vital-activa y una materia neutro-pasiva, esto es, el alma y el cuerpo, lo puro y lo impuro, el espíritu y la materia o la esencia y la materia.

La vida y la virtud están contenidas en la sustancia vital o esencia que anima a la materia corporal que retiene y fija la sustancia. Por lo tanto, para extraer en puridad el principio activo de una planta o de una materia vegetal es necesario separar la sustancia esencial de su cuerpo material impuro y grosero, que aprisiona al alma de la planta y la retiene hasta el punto de neutralizar su acción.

El alma no es capaz de actualizar toda la potencia de su virtud más que cuando está separada de su cuerpo, y para que esta separación se efectúe normalmente se ha de reducir el compuesto (la planta o materia vegetal) a sus elementos componentes.

A esta retrogresión la llamaron los antiguos desintegración de la materia o involución, a lo que debió de preceder la evolución que dio por resultado toda la integración, pues si bien se mira, toda generación tiene por antecedente una fermentación o putrefacción.

En los vegetales, la generación proviene de una humedad cálida primaveral, que en el seno de la tierra corrompe la semilla y la desintegra para que sean capaces de germinar. La retrogresión de la planta o de la materia vegetal a sus elementos componentes no es otra cosa que la destrucción de su forma para el retorno al caos primitivo, entendiendo por caos el estado precedente a la concentración. A este caos se le denomina agua primordial y contiene en potencia o estado embrionario los elementos de la vida y de la forma.

Por lo tanto, es necesario ante todo corromper el compuesto mediante la humedad que provoque la fermentación y desintegre los componentes hasta reducir el compuesto a su principio elemental.

Las operaciones al efecto son las siguientes: Se toma una cantidad prudencial de la planta recién cosechada, se desmenuza y se echa en un matraz con algo de agua pluvial cuidadosamente filtrada, de modo que el contenido no exceda de la mitad de cabida del matraz.

Se tapa herméticamente este matraz y se expone durante 40 días a la acción uniforme, lenta y continua del vapor de agua o cualquier otro calor húmedo. Al cabo de dicho tiempo, la desmenuzada planta se habrá convertido en una masa o pasta informe empapada en líquido caótico. El residuo o heces que quedan en el fondo del matraz se sacan para exprimirlas de modo que suelten el líquido que aún contengan, el cual se añade al ya existente, derivado de la digestión o maceración de la planta durante la cuarentena.

El líquido resultante de la mezcla se filtra para clarificarlo. Se coloca el líquido filtrado en otro matraz, junto con otra porción de la misma planta, que se habrá tenido dispuesta, y después de cerrado herméticamente se expone a la acción uniforme, lenta y continua del vapor de agua o de otro calor húmedo, durante

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treinta días, a fin de provocar la fermentación. Se decanta y se filtra el líquido resultante al cabo de los treinta días y se vierte en una vasija que se tapará herméticamente para ponerla a digestión en baño María durante ocho días.

Al cabo de este tiempo se destilará el líquido a fuego lento y uniforme a fin de que destile lentamente y sin agitación; y cuando la destilación se enlentezca se avivará el fuego gradualmente con mucha delicadeza y sutilidad.

Cuando haya salido toda la flema o líquido insípido, se pondrá aparte para destilar el líquido espirituoso o remanente, y una vez destilado este líquido espirituoso, se avivará el fuego para que salga el aceite esencial, que también se pondrá aparte.

Hecho todo esto, se sacarán las heces del fondo de la vasija y se calcinarán hasta reducirlas a cenizas, las cuales se disolverán en la flema y en el líquido que sin ella se separó al principio de la destilación.

La disolución se filtra y se calienta en una vasija ancha y llana, de modo que por evaporación queden cristalizadas las materias minerales. Estos cristales se lavan y se funden en agua pluvial clarificada por filtración y se evapora la solución para obtener la sal pura y diáfana. De esta suerte se logran los tres principios constituyentes de la planta convenientemente separados: el espíritu o mercurio, la esencia o azufre y las materias minerales o sal.

Ahora nos daremos cuenta de que cuando los espagíricos hablan de mercurio, azufre y sal, no se refieren en modo alguno al metal mercurio ni al metaloide azufre ni a una sal determinada, sino que son los nombres simbólicos y arbitrarios que en su esotérico lenguaje dieron respectivamente al espíritu o líquido espirituoso, a la esencia o aceite esencial y a las materias minerales de la planta.

El líquido espirituoso se ha de destilar sucesivamente hasta que asuma el mayor grado posible de pureza y sutilidad.

La sal se ha de disolver en el aceite esencial y la solución se pone a digerir en pelícano a fuego suave durante quince días, a fin de que el aceite quede impregnado de la parte volátil de la sal, y queden íntimamente unidos, y entonces se mezcla con el líquido espirituoso y se rectifica por tres veces el líquido resultante, que será la quintaesencia constituida por la unión de los tres principios elementales de la planta: el mercurio o espíritu; el azufre o aceite y la sal o volátil. Toda quintaesencia ha de estar constituida por los tres principios elementales de la planta y no solamente por el espíritu. como equivocadamente han creído algunos experimentadores.

Además, para que la quintaesencia tenga eficacia terapéutica es indispensable haber cosechado la planta en correspondencia con su relación astral.

239LOS DISOLVENTES

Los líquidos que se emplean como disolventes en las operaciones espagíricas relacionadas con la obtención de las quintaesencias, se llaman también menstruos, sin que por ello tengan nada que ver con el cielo menstrual.

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Los espagíricos habían observado experimentalmente tras persistentes pruebas, cuáles eran los líquidos más eficaces para disolver las materias vegetales según la índole de cada una de éstas, y no estará de sobra citar las fórmulas o técnicas operatorias para la obtención de los disolventes.

240 1. El agua pluvial era uno de los más sencillos y comunes disolventes; pero

dominados los espagíricos por sus preocupaciones filosóficas dieron algunas reglas que consideraron indispensables para su mayor eficacia disolvente. No servía para el caso toda agua de lluvia. Era necesario guardar en cisterna, aljibe o alberca destinada al efecto, el agua de tempestad sobrevenida por los alrededores del equinoccio de primavera o en pleno estío.

Para mayor comodidad, en vez de aprovechar el agua de cisterna o aljibe, colocaban a cielo abierto un tonel con algo de salitre en el fondo, en cuanto amenazaba tempestad, para recoger el agua pluvial.

Cuando el tonel estaba ya medio lleno, lo apartaban de la lluvia, y al cesar la tormenta dejaban el tonel con el agua recogida, expuesto durante 15 días al aire libre, y después la filtraban y la embotellaban herméticamente. Esta agua pluvial era el disolvente preferido en el tratamiento operatorio de determinadas especies de plantas, así como también la preferían al agua de fuente para lavar las plantas y las materias minerales resultantes de la incineración de las heces.

Pero por extraño que nos parezca a los modernos, también extraían los antiguos del agua de lluvia, de tal manera recogida, un espíritu volátil que era maravilloso disolvente. Al efecto, después de filtrada la destilaban en una vasija de vidrio con serpentín que pasaba a través del tonel.

Por de pronto, sólo se destilaban las dos terceras partes del agua y después se volvía a destilar hasta reducir el agua a la décima parte de su primitivo volumen, con lo que se obtenía el espíritu. Si se quiere obtener la quintaesencia de este espíritu, se ha de mezclar con una parte igual de agua de lluvia fermentada, y destilar el espíritu que se volverá a poner con su agua, y por fin destilar el espíritu por tres veces para reducirlo y rectificarlo.

De todo esto se saca en clara, por lo que a la práctica de la osmoterapia se refiere, que en las operaciones necesarias para obtener las quintaesencias de las plantas será muy eficaz disolvente el agua pluvial recogida en día lluvioso, y embotellada herméticamente después de la filtración.

241 2. Disolvente de vinagre. Se mezclan tres litros de vinagre de yema

previamente destilados con medio kilo de crémor tártaro y se echan en un matraz puesto a digerir durante 15 días en baño de vapor. Después se procede a la destilación en retorta con fuego de arena que se avivará al fin de la operación, señalado por el agotamiento. Se calcina el residuo, y añadiendo a las sales resultantes 250 gramos de crémor tártaro puro, se pone todo en una retorta para destilar repetidamente (a la destilación repetida sucesivas veces se la llama cohobar) tantas veces cuantas el líquido resultante entrañara sal fija, lo cual sigue

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ocurriendo hasta la décima destilación en que cesa de arrastrar sal el líquido espirituoso.

Se mezcla entonces este líquido sin sal con el obtenido en la primitiva destilación y se destila lentamente por tres veces, avivando el fuego en la tercera destilación.

El líquido es capaz de disolver los metales mayormente empleados en las operaciones espagíricas.

242 3. Disolvente de Starkey. Mezclar partes iguales de crémor tártaro y de

colcotar de vitriolo romano (lo que hoy se llama sulfato de hierro) completamente despojado de su sal. Se hierve la mezcla hasta la total evaporación de la humedad, y la masa residual se funde en el crisol. Se volatiliza este sulfato por mutilación y regeneración, y después se le destila y rectifica, de lo que resultará un líquido balsámico de color verde pálido.

243 4. Disolvente filosófico. Daban los alquimistas el calificativo de filosófico a

toda operación o producto de sus operaciones, efectuadas con arreglo a su arte, y de aquí que llamaran piedra filosofal a la sustancia en que esperaban tener la clave de la transmutación de los metales.

Este disolvente filosófico se empleaba especialmente en la extracción de la quintaesencia de las plantas. Se han de reunir muchas clases de semillas, entre ellas las de anís, comino, hinojo, aneto, alcaravea, nuez moscada, menta piperita, badiana, melisa, celidonia y árnica montana.

En cuanto a la cantidad de dichas semillas, no hay tipo fijo, sino que se computará según la posibilidad de su adquisición, de modo que se equilibre en lo posible el número de cada semilla.

Se machacan en un mortero de mármol y se echan después en un matraz con un poco de salitre (nitrato potásico). Sobre la masa se vierte alcohol etílico en cantidad suficiente para que cubra niveladamente la masa, y se pone a digerir bajo la acción del baño de vapor durante cuarenta días, a cuyo término se destilará una sola vez y se retirará el líquido resultante de la destilación.

Sobre el residuo se vierte ahora espíritu volátil de agua de lluvia, en la misma cantidad que antes había de alcohol etílico. La mezcla se digiere durante cuatro días en baño de vapor. Después se destila por tres veces, y el líquido resultante de la tercera destilación se mezcla con el que se había retirado de la destilación primitiva y se pondrá a digerir en pelícano durante tres días, al cabo de los cuales se destila y rectifica por última vez.

Este disolvente es capaz de extraer la quintaesencia de cualquier planta. Conviene advertir que cuando se trata de materia vegetal dura, como

madera, corteza, semillas recias, etc., bastará emplear por disolvente el agua de lluvia sencillamente filtrada, según dijimos al describir la producción de este disolvente, o también podrá servir el agua de fuente, con tal que se le disuelva un poco de salitre.

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El agua de lluvia con mezcla de crémor tártaro suaviza los purgantes mucilaginosos como el sen y el ruibarbo.

Por lo que pueda servir, añadiremos que según los espagíricos, si en el mes de marzo se recoge el rocío de la mañana y se destila, se obtiene un líquido tan eficaz que llega a disolver el oro. Esto nos parece algo imaginario, porque precisamente el disolvente específico del oro era y es todavía el agua regia, mezcla de ácido nítrico y sulfúrico.

También parece ser un eficaz disolvente el álcali volátil (amoníaco) digerido con espíritu de vino (alcohol etílico).

244 5. El disolvente universal. Actualmente el disolvente universal es el agua;

pero esta calificación no es exacta, porque hay muchos cuerpos insolubles en el agua, aunque la gran mayoría sean solubles en este misterioso líquido, que obra como sangre del planeta con las corrientes por arterias.

En el siglo XXI, los sucesores de los alquimistas se dedicaron con empeño a la obtención de disolventes adecuados a sus operaciones.

El médico belga Juan Bautista Van Helmont, nacido en Bruselas en 1577 y muerto en 1644, abarca una época en que la fisiología humana adelantó notablemente, y entre sus adelantos merece mención el descubrimiento del jugo gástrico, realizado por Van Helmont, quien como todos los médicos de su tiempo se afilió a la escuela de Paracelso, por lo que se le cuenta entre los discípulos de este famoso maestro, aunque no se conocían personalmente, pues Helmont nació cuando ya hacía 36 años de la muerte de Paracelso.

Sin embargo (la influencia de Van Helmont en los campos de la medicina y de la química fue tan viva como fuera la de Paracelso, y en lo que atañe a la química sólo nos interesa saber que pretendía haber encontrado el disolvente universal, al que denominó Alkaest, pero no quiso revelar la composición de este disolvente, sino tan sólo declaró que era capaz de desintegrar en sus principios elementales las materias vegetales, sin que por ello perdieran las semillas su virtud vegetativa.

No se adscribió Van Helmont personalmente el mérito de semejante hallazgo, sino que manifestó haberlo descubierto en los trabajos de Paracelso; pero de las obras de este filósofo químico sólo se infiere que trata de las ocultas propiedades de un líquido, sin darle el nombre de Alkest.

En resumen, resultó que Van Helmont, aunque se mantenía mudo en cuanto a la composición del disolvente universal, expuso algunas reglas concernientes a las operaciones relativas a la extracción de las quintaesencias de las plantas, y entre ellas se destaca la de valerse de los álcalis volatilizados y preferir a todas las sales el crémor tártaro, que volatilizado entraña propiedades tan valiosas como las que se atribuyen misteriosamente a otras sustancias.

Por lo referente a las propiedades terapéuticas de dicha sal, dijo Van Helmont que sobresalían las resolutivas y detersivas, esto es, que en su cuarta digestión o sutilización resuelve y disuelve cuantas aglomeraciones morbosas encuentra en las vías digestivas.

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Añade Van Helmont que el crémor tártaro sutilizado resuelve las más obstinadas obstrucciones y disipa en consecuencia la causa ocasional de las enfermedades, pues limpia el organismo de todas sus impurezas.

Termina Van Helmont diciendo que el espíritu de los álcalis volátiles tiene tan admirable cualidad resolutiva, que en el organismo humano cura las dolencias más tenaces y remite todas las fiebres.

Desde luego que mucha exageración ha de haber en estas declaraciones, pero algo de verdad también en ellas, porque tenemos a su favor el testimonio de algunos médicos que emprendieron experimentalmente la eficacia terapéutica del espíritu de los álcalis volátiles.

No será inútil que la osmoterapia indague por experiencia lo que pueda haber de cierto en las propiedades terapéuticas del crémor tártaro a dosis infinitesimales.

245LOS ÁLCALIS VOLÁTILES

1. Varios procedimientos expone Van Helmont para volatilizar los álcalis, y entre ellos sobresale el que se basa en los aceites vegetales obtenidos por expresión. Los aceites hervidos en lejías alcalinas forman un jabón que de por sí no contiene mucha sal volátil, mientras que los residuos o heces (caput mortuum) contienen mucha sal fija.

Los aceites esenciales, esto es, los obtenidos por destilación son demasiado volátiles para sufrir la ebullición mezclados con las lejías alcalinas para elaborar jabón. Pero aquí Van Helmont señala un procedimiento secreto para que los aceites destilados y la sal de tártaro no se reduzcan a jabón sino a una sal volátil diáfana soluble en el agua.

En dicho procedimiento, una parte del álcali transmuta en sal dos o tres partes del aceite, sin dejar oleaginosidad, aunque una pequeña porción de aceite se transmuta en resina.

Disuelta en agua la sal obtenida, y evaporada la disolución, cristalizará la sal con el mismo color de la planta de que se extrajo. La temperatura conveniente para esta operación no ha de exceder de la del ambiente en la estación primaveral, porque gracias a esta temperatura, la sal recibe del aceite una determinación fermentativa, al paso que los aceites la reciben de la sal, de lo que resulta una sal volátil moderada, con una propiedad diurética y detersivo recibida del álcali y una propiedad balsámica recibida del aceite.

Puede así considerarse la sal volátil como un elixir capaz de destruir los venenos vegetales (toxinas) existentes en el organismo humano. Sirve también para obtener sales volátiles de plantas que no contienen aceite esencial, como el eléboro, la jalapa, la brionia, la énula campana, las cuales modificadas de esta suerte, no sólo conservan sus peculiares propiedades terapéuticas, sino que añaden a ellas la del elixir, que ya de por sí es un bálsamo de suma eficacia en los casos desesperados.

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El procedimiento que Van Helmont llama filosófico es el más apropiado para que la sal volátil extraída de la planta tenga efecto medicinal incomparablemente superior al de las sales extraídas de las cenizas de la planta.

Relacionando el procedimiento espagírico de Van Helmont, con lo que actualmente se hace en punto al aprovechamiento de las sales o mejor dicho materias minerales (pues químicamente no todas han de ser sales) nos hemos contraído a indagar cuántos y cuáles elementos minerales o inorgánicos forman parte de nuestro organismo corporal, y adquirir por experiencia biológica el conocimiento fundamental en terapéutica clínica de que dichas materias minerales, que en rigor pueden reducirse a una veintena de cuerpos llamados elementos en química inorgánica y sus combinaciones, que no se comportan en el organismo de la misma manera que en el laboratorio, esto es, que. por ejemplo, el hierro, el fósforo, el potasio, el sodio y el cloro actúan en el funcionamiento del cuerpo como minerales orgánicos, y por lo tanto son mucho más eficaces los que se ingieren con los alimentos vegetales, que también los contienen en forma orgánica.

De aquí el reiterado y no siempre seguido consejo de no desperdiciar como si fuese desecho inútil el caldo resultante de la cocción de verduras y legumbres, porque precisamente dichos caldos contienen las materias minerales necesarias para la nutrición del organismo.

Los esperanzados en la práctica clínica de la Osmoterapia han de tener en cuenta tan significativa circunstancia, pues acaso haya medio de sustituir las materias minerales extraídas de las cenizas de las plantas hasta el mismo grado que alcanzaban en el procedimiento de Van Helmont, sin necesidad de tan engorrosas, delicadas y costosas operaciones.

Los espagíricos nos dan la idea fundamental, pero a los modernos investigadores compete la no sencilla tarea de encontrar mucho más viables y cortos procedimientos de obtención.

246 2. Procedimientos de Starkey. Dice este aventajado discípulo de Van

Helmont, que dos son los procedimientos más eficaces para la volatilización de los álcalis: el de alcoholización y el de elixiración.

La alcoholización consiste en digerir conjuntamente un espíritu volátil y un álcali fijo, de suerte que de la combinación de ambos resulte un producto del uno y del otro.

También se puede operar en el sentido de que así como en tiempo de Starkey se conocían tres especies de espíritus: el ácido, el alcalino y el vinoso (alcohol etílico) es posible obtener tres especies de álcalis alcoholizados, a los que los espagíricos dieron las rimbombantes denominaciones de arcanum ponticitatis, arcanum microscomi y arcanum samech.

246 La elixiración se efectúa mediante la digestión conjunta de un aceite

destilado con un álcali, a fin de que resulte una sal volátil de la naturaleza del aceite empleado. En vez del aceite se puede recurrir a una tintura esencial

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La operación menos engorrosa es la referente al arcanum ponticitatis. Consiste en verter un ácido sobre un álcali hasta saturación, de modo que provoque efervescencia, y destruyendo la ardorosa corrosión del álcali lo haga volátil. Sin embargo, este resultado se obtiene al cabo de reiteradas cohobaciones (actuaciones) del ácido sobre el álcali, y proceder a la destilación hasta agotamiento.

Después se vierte más ácido sobre las heces o residuos de la destilación, hasta que queden bien empapados, y se destila entonces a fuego vivo, hasta que salga todo el álcali con el espíritu ácido.

247 Se pueden emplear como ácidos los que a la sazón se llamaban espíritu de

vitriolo, espíritu de sal y espíritu de nitro; pero no se les escapó a los espagíricos la observación de que la acidez de los espíritus de nitro y de vitriolo es muy diferente de la acidez del jugo gástrico, que es un principio fermentativo (según la opinión de la época) por lo que advirtieron la necesidad de buscar un medio de que la acidez gástrica transmutara en su propia índole las otras acideces, porque la acidez gástrica es capaz de neutralizar o de extinguir la índole corrosiva de un álcali si es de naturaleza minera¡ y no está en exceso en el medicamento administrado (el caso de las naranjas, limones y frutas ácidas que tanto asustan a los que desconocen el proceso de su metabolismo).

Por lo tanto, se ha de obtener una sal neutra muy pura, sin acrimonia, que por prolongada digestión con la esencia de una planta o de una materia mixta vegetal se transmute en sutil y suave y que por su volatilidad exalte la eficacia del medicamento con el cual penetra en el organismo hasta en su máximo grado de sutilidad.

Sin embargo, el mejor procedimiento es el de los aceites esenciales y de los líquidos espirituosos vegetales, de índole más noble que los ácidos minerales.

248 Los álcalis y los aceites esenciales, cuando están bien obtenidos, parece

como si se atrajeran por amorosa afinidad, y cuando la mezcla se halla en estado de pasta jabonosa, exhala un olor amoniacal característico.

Se ha de proseguir la digestión en alcohol hasta que la mezcla se disuelva sin que forme espuma grasienta, y queden álcali y esencia, íntima e inseparablemente unidos. Se rectifica la solución a calor moderado y aparecerá primero un líquido espirituoso ardiente con el olor y sabor del aceite, y cuando haya salido la flema insípida quedará en el fondo de la retorta un elixir balsámico tinto.

Cuando el líquido espirituoso ardiente esté del todo desprovisto de flema, se mezclará con el elixir y se pondrá a digerir hasta que se unan íntimamente.

Mas si se quiere obtener un elixir perfecto, se ha de desecar y cristalizar dicha anulixación, sin añadir otra cosa ni someterla a la acción del calor. Entonces se la nutre con el aceite hasta que haya absorbido tres veces su volumen.

249

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3. Para volatilizar la sal de tártaro. Se disuelve crémor tártaro muy blanco en vinagre destilado. Se filtra la disolución y se evapora hasta película. Después se mezcla con dos veces su volumen de arena blanca y fina. Se calienta la mezcla en reverbero durante doce horas en una vasija de hierro no barnizada. Se disuelve en vinagre esta mezcla reverberada. Se filtra, se evapora, se vuelve a reverberar y disolver, en tanto que la sal esté blanca como la nieve.

Se vuelve a disolver la sal en vinagre destilado; se evapora en baño María y se vuelve a disolver hasta que el vinagre tenga sabor acre y picante. Se deseca suavemente la sal y se le añade su mismo peso de alcohol etílico y se pone a digerir la mezcla. Después se destila a fuego lento y se vuelve a añadir alcohol etílico para digerir nuevamente y se prosiguen estas operaciones mientras el alcoholato salga tan fuerte como cuando se añadió. Se evapora suavemente y se sublima la sal a fuego graduado y se guarda en vasija hermética.

250 4. Otro procedimiento para volatilizar la sal de tártaro. Se coloca en un

matraz de vidrio una solución saturada de sal de tártaro con su propio espíritu, y se destila la solución hasta el agotamiento. Se saca el resto de sal que haya quedado en el matraz, para calcinarla en el crisol a fuego de fusión.

Esta sal al matraz y verter sobre ella el líquido resultante de la primitiva destilación. Se vuelve a destilar hasta siete veces, de modo que la sal fija haya absorbido todo el espíritu de tártaro. Se vierte entonces espíritu de vino y se destila hasta que la sal fija haya absorbido todo el espíritu de Vino.

2515. Tercer procedimiento para volatilizar la sal de tártaro.Se mezclan partes iguales (50º gramos de cada) de sal de tártaro y de salitre y

se echa la mezcla en una marmita de hierro muy limpia y se la hace detonar con una ascua de carbón, sin cesar de remover la masa con una varilla de hierro hasta que asuma color blanco.

Para obtener el álcali de tártaro puro se le ha de calcinar en el horno hasta que forme una masa blanca, y entonces se pone en un crisol en horno de viento el tártaro calcinado con el salitre, según antes se dijo, hasta que se funda, y una vez fundido se vierte en un mortero de bronce previamente calentado, y formará una masa alcalina que fundirá a la temperatura ordinaria. Se disuelve esta sal calcinada en agua hirviente, sin cesar de agitar, y se deja en reposo para que se clarifique sedimentando las impurezas en el fondo de la vasija. Se decanta suavemente el liquido clarificado y se evapora hasta sequedad.

Para tener la sal completamente pura es necesario tomar la disolución de una de las sales antes de la evaporación, y mezclada con igual cantidad de cal viva, dejando fermentar la mezcla durante quince días en una vasija de gres tapada. Se decanta suavemente el líquido clarificado y se evapora hasta sequedad en vasija muy limpia.

Se obtendrá una sal volátil blanca y pura. Se ha de poner esta sal a digestión lenta con el aceite obtenido por expresión de la planta escogida.

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2526. Elixir Samech según Starkey. Según declara el autor de este elixir, se obtiene

por la unión de un álcali volatilizado por un aceite esencial, con otro álcali volatilizado por el alcohol etílico. Conviene advertir que Samech es el nombre del elixir y no una sustancia o materia o ingrediente.

La operación consiste en destilar reiteradamente el aceite de trementina con esencia viva hasta la perfecta unión, mezclando en seguida sal de tártaro para extraer la tintura. Con espíritu de vino aromatizado con canela. Después de disolver el elixir en este espíritu de vino, separado por destilación, se desfleman el espíritu y el elixir y en seguida de desflemados se mezclan íntimamente, Hecho esto, se tomará un poco de azafrán, otro de mirra y otro de áloe, para reducirlos a polvo que, mezclado con su mismo peso de tártaro, se pondrá a digestión tan activamente que dejen su tintura corregida y exaltada. Esta tintura, extraída por el alcohol aromatizado con la canela, se ha de añadir al elixir, de cuya mezcla se obtendrá un líquido espirituoso de agradable olor, de modo que el bálsamo y el espíritu, unidos por una secreta digestión, producirá un elixir equivalente al obtenido por el Alkaest.

2537. Otro disolvente universal. Aunque desconocemos cuálera la composición química del famoso y problemático Alkaest de Van

Helmont, de cuya autenticidad muchos dudan, daremos por si algún curioso espagírico moderno quiere probarla, una fórmula para obtener un disolvente universal.

Se toman partes iguales de nitrato potásico y de cloruro sódico, correctamente purificados, y exponerlas sin mezclarlas a la acción del aire en noche serena, a fin de que se resuelvan por delicuescencia. Al día siguiente, o cuando ya se hayan resuelto, se desecan al calor del Sol y se vuelven a exponer a la serena, repitiendo las operaciones hasta que ya no sean capaces de delicuescencia.

Entonces se echan ambas sales en un matraz de cuello largo con la cuarta parte de su volumen en limaduras de estaño y se vierten sobre la masa seis partes de álcali volátil o espíritu amoniacal.

Así dispuesto el matraz, se tapa herméticamente y se expone durante tres días a la acción de un suave calor húmedo, y en seguida verter sobre el álcali vinagre destilado hasta que cese la efervescencia, y entonces se echa todo el contenido en otro matraz, que se cerrará herméticamente para que durante siete días digiera a calor suave.

El líquido resultante se clarificará por filtración, y una vez clarificado se volverá a colocar en el matraz, con la mitad de su volumen de espíritu esencial de vino, para digerir durante siete días, al cabo de los cuales se destilará el liquido por tres veces y se le mezclará en seguida con igual volumen de espíritu de agua de lluvia muy sutil.

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El conjunto se pone a digerir durante quince días, y luego se rectificará tres veces, dando por resultado un líquido quintaesencial muy disolvente, capaz de reducir en sus elementos primitivos las materias más complejas.

2548. Utilización del Alkaest, Para separar los principios elementales de un

vegetal, o sea para desintegrarlo, lo primero que se ha de hacer es lavarlo con agua pluvial filtrada. Después se le desmenuza y se echa desmenuzado en un matraz largo y estrecho.

Es necesario que los trozos de la planta estén muy bien enjutos exteriormente, porque el agua o humedad que quede en la superficie no pertenecerá al agua propia de la vegetación y hay que eliminarla.

Se vierte suavemente el Alkaest o disolvente universal por el cuello del matraz, de modo que el líquido quede a un nivel algo superior a toda la masa de trozos desmenuzados de la planta. Se tapa herméticamente el matraz y se expone al Sol o en su defecto a la acción del fuego de cal viva y heno o paja.

Se deja actuar al Alkaest hasta que, examinado al cabo de algún tiempo el interior del matraz, se observen varios líquidos superpuestos. En el fondo estará el Alkaest, de color amarillo intenso brillante. Sobre este líquido estará en forma de masa oscura la porción orgánica y terrosa de la planta; sobre esta masa un líquido verdoso y diáfano; y encima de todo, el aceite esencial de la planta. La separación de estos líquidos requiere una mano muy hábil y segura.

Para separar los elementos de un metal, es necesario fundirlo antes con salitre, bismuto y ácido bórico. Una vez fundido se le tamiza sobre agua fría para granularlo. Después se lava con agua hirviendo, se enjuga hasta sequedad y se le coloca en un matraz de vidrio de paredes gruesas. Se vierte encima el disolvente universal, se tapa herméticamente el matraz y se pone a digerir a fuego de ceniza (rescoldo) hasta que los principios elementales del metal aparezcan superpuestos en capas líquidas, con las heces en el fondo.

RINOTERAPIA Y OSMOTERAPIA

255Se trata aquí de mejorar el organismo, acrecentando sus fuerzas vitales,

mediante la administración de ciertos medicamentos vegetales en precisa naturaleza y cantidad, como defensa actual y futura de nuestra vida orgánica y psíquica, ya desde nuestro nacimiento.

Este capítulo fue ya explicado en otra obra pero lo incluimos aquí ahora aplicado a la sordera o dureza de oído, como tratamiento preventivo y, en especial, para los sordomudos de nacimiento y otras anormalidades que deberían y podrían evitarse actuando ya en las que van a ser madres. (Pronto veremos en Homeopatía y en Acupuntura cómo se prepara un bebe que ríe de día y duerme de noche. Y la alimentación del Bebe que debe ser desde el día 2 de nacido con Chlorella y germinados). Se trata, pues, de realizar un tratamiento preparatorio antes de concebir al hijo y que consiste en un régimen de vida natural y desintoxicante del

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organismo, que obrará en beneficio de los hijos, evitando el nacimiento de tantos subnormales como vienen al mundo en los tiempos actuales.

Naturalmente, las instrucciones que siguen son de aplicación en distintas dolencias, especialmente las de tipo psicosomático, pero tienen la misma eficacia como tratamiento casero preparatorio, con fines preventivos, para antes de la concepción del hijo y para engendrar hijos sanos y fuertes.

Este tratamiento casero de determinadas dolencias por medio de los vegetales y otros tratamientos físicos como el quiromasaje, la quiropuntura, la hidroterapia, etc., se extiende también a la eficacia que sus jugos, aromas, tisanas, vaporizaciones, vahos, inhalaciones, etcétera, tienen para el tratamiento de toda clase de dolencias, no precisamente ni solamente las de orden físico, sino las de tipo puramente psicosomático, que tanta importancia tienen en todas las enfermedades que aquejan a la humanidad.

Pero lo que antes era una cosa sin importancia, tomar una inhalación, un vaho, una tisana, hoy es toda una terapia especializada a la que médicos tan ilustres como Edward Bach y F. J. Wheeler han dedicado prolijos estudios y largos años de práctica, estudios y prácticas que han sido una gran ayuda para nosotros en la labor de transmutar estas teorías en algo positivamente práctico y corroborado hoy por todo el mundo, adaptándolas a nuevas posibilidades curativas al ponerlas en contacto con el bulbo raquídeo, transmisor y rector de nuestro sistema nervioso, y por tanto resulta más peligroso, sabiendo la acción que determinadas plantas, perfumes y vapores pueden ejercer en nuestra salud, administrarlas sin ton ni son Sin órdenes previas del médico especializada en medicina natural y rinocentroterapia, resulta peligroso. Por medio de las plantas que enumeramos en la segunda parte de esta obra y en adecuadas dosis más o menos infinitesimales, obrarán de modo reflejo sobre todos nuestros órganos por medio de los centros bulbares dispersos en los lugares más estratégicos de nuestro organismo y regidos, como hemos dicho, por el bulbo raquídeo o médula oblonga.

Para comprender «algo» de la importancia de esta terapia y su innegable influencia orgánica, nos remitimos a lo que dice el doctor Thiais respecto a los éxitos obtenidos por medio de la rinoterapia en las vías respiratorios, en los trastornos circulatorios, trastornos digestivos, trastornos genitourinarios, trastornos nerviosos, trastornos digestivos, trastornos del oído, etc.

La proximidad del bulbo, el sistema simpático cervical y sus filetes pituitarios, que tapizan toda la mucosa nasal, y como cada parte del bulbo raquídeo está directamente relacionada con determinado punto de la mucosa nasal, puede, por medio de un aparato de actuarse sobre el bulbo y, por tanto, sobre los demás órganos del cuerpo y sus dolencias.

PLANO DE LA NARIZ Y DEL BULBO RAOUÍDEO DESDE LA ENTRADA DE LAS NARINAS CADA VEZ MÁS HACIA ADENTRO Divida en 12 partes desde la entrada hasta la garganta. Allí están los puntos reflejos que conectan desde la nariz al bulbo raquideo terminaciones nerviosas de las siguientes partes del organismo:

1, Ansiedad. 2, Oído. 3, Hígado y páncreas. 4, Estómago. 3, Riñones. 6 Anafilaxia. 7, Enteritis y constipación intestinal. 8, Ciática y hemorroides

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(Almorranas). 9, Vejiga. 10, Secreciones internas, 11, Aparato genital. 12, Corazón y presión arterial. 13, Asma. 14, Trigémino.

No es, pues, temerario afirmar que no cabe poner en duda las cualidades terapéuticas de muchas plantas y sus aromas, cuyo poder curativo o terapéutico ha sido comprobado detenidamente en estadísticas que obran en nuestro poder, por lo que osmoterápicamente hemos logrado observar curaciones al parecer milagrosas y que son solamente el resultado de pacientes estudios ayudados y dirigidos por la fe en esta rama de la medicina natural. Fácilmente puede ocacionarse una baja en la tensión por oler un aceite sintético de los muy usados hoy en día para odorizar ambientes desde pebeteros donde además reciben equivocadamente mucho calor.

Con su aplicación osmoterápica se ha logrado aumentar la tensión superficial de los líquidos fisiológicos por medio de perfumes polarizados que producen en tejidos y órganos no solamente modificaciones locales, sino también generales, de notoria importancia, gracias a las hormonas vegetales.

Así se ha logrado demostrar que los aromas, si son enteramente volátiles, poseen virtudes dimanantes no sólo de la parte química del producto, sino de las cualidades físicas, y todos sabemos que nuestro cuerpo contiene un elevado porcentaje de líquidos con los que nuestras células, nuestras articulaciones, nuestra médula, nuestra sangre, etc., se bañan y nutren.

También se ha comprobado que las emociones varían el «olor» el olor de las personas, pues aunque de momento el sentido del olfato no lo perciba, «todos» tenemos nuestro olor particular, y sobre todo en [as mujeres morenas, velludas, el menstruo despide un olor nauseabundo, y cuando se enojan, encolerizan o se excitan sexualmente, el sudor expele un hedor repugnante parecido a eI de los animales de la especie lanar.

Esta transmutación del olor humano al choque psíquico de las emociones se debe a que la emoción trastorna el sistema nervioso y éste lo transmite aI bulbo, que a su vez lo retorna o repele por medio de los centros bulbares cercanos a Ia piel.

Nuestras investigaciones encuentran corroboración en los modernos experimentos fisiológicos respecto al papel de la cápsula suprarrenal en los casos de excesivos esfuerzos físicos o de emociones violentas que nos brindan oportunidad para razonar respecto de los estados neuróticos conmociónales, y si tanto influyen en endocrinología, podemos aceptar que los bulbos medulares tendrán un gran porcentaje en su favor para el estudio de [os estados psicosomáticos.

No ignoramos que algunos medicamentos son causa de que en la sangre de Ia futura madre disminuya la capacidad del transporte de oxigeno, tan necesario para el feto y que trastornan el metabolismo y el desarrollo de los tejidos embrionarios. De ello deduce Sontag que «ciertas drogas actúan desfavorablemente en el desarrollo celular del sistema nervioso del embrión, determinando un tipo psicológico distinto en el futuro individuo». Imaginemos, pues, la influencia de los antibióticos y hormonas modernas que, aplicadas a la madre, actuarán de manera

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siniestra en el futuro de su hijo. Y el peor crimen contra la humanidad: la vacunación.

Los trastornos emotivos que en determinado momento nos inhiben o paralizan nuestros sentidos y movimientos, o nos causan melancolías o pesares profundos, que atribuimos a la sensibilidad de nuestro corazón, se deben a la costumbre de creer que el corazón es el órgano esencial de nuestras pasiones y emociones, cuando en realidad provienen «de la irradiación bulbar hacia el aparato cardiovascular, que coincide, asimismo, con la sensación de ansiedad cerebral» y sobre el oído por ello creemos que cualquier estado anímico, sobre todo de índole siniestra, provocará esta reacción de «ansiedad bulbar» que tanto atacará al cerebro como a los centros nerviosos, órganos pélvicos, y también puede irradiarse hacia el hígado, riñones, sistema digestivo, ojos y oídos. Estos trastornos se medicarán diversamente, según el moderno sistema terapéutico, cuando en realidad son los centros bulbares los que necesitan equilibrarse para que la normalidad psicológica se restablezca (oler las carnes mientras se las cocina, dice el Maestre de la Ferrière y lo afirmamos igualmente, atrasa la evolución espiritual).

En apoyo de nuestras afirmaciones hallamos que la doctora Dunvar dice: «La enfermedad es esencialmente una reacción condicionada o incondicionada a un estimulo», y creemos que este estimulo puede mejorarse o detenerse influenciando el sistema nervioso, moderando o activando las reacciones por medio del sistema bulbar del que depende. También el aumento del ritmo cardiaco, la irritabilidad nerviosa, las relaciones emocionales o psicológicas, tienen, según Orlansqui y Deutsch, notable influencia sobre el feto y se irán desarrollando a medida que avance la gestación. Estos trastornos nerviosos y psicológicos dependen del perfecto estado del bulbo raquídeo y bulbo de Rouget de la madre, y por ello es absolutamente preciso atender a su perfecto estado funcional.

No deberá olvidarse que en la mujer encinta cualquier estado conmocional, cualquier «shock» psíquico, afectan al útero y, aunque los trabajos de investigación a este respecto son bastante limitados, los neurofisiólogos reconocen la importancia del sistema neuroendocrino (la Yoga lo dice hace miles de años) en los estímulos que llegan al útero desde el sistema nervioso central, el diencéfalo (la histeria es muy conocida), siguiendo el sistema nervioso autónomo hasta el plejo hipogástrico.

Pero ninguno de los autores enunciados tienen en cuenta que el sistema bulbar tiene su parte, sobradamente importante para no olvidarla, en los embarazos y partos, pues tanto el bulbo de Rouget (bulbo del ovario) como los bulbos del vestíbulo vaginal (que en forma de membrana están colocados a cada lado de la vagina) y el bulbo de Kraus, situado cerca o alrededor del clítoris, están presentes en forma activa tanto en el momento del coito como durante el embarazo y el parto, por lo que por su medio puede conservarse la perfecta estabilidad fisiológica de la embarazada.

De aquí los inmejorables efectos curativos obtenidos con el baño de fricción de bajo-vientre Kuhne. (Véase Tratamientos.)

Smith dijo: «El útero es el soporte de la raza» , de la misma manera que el estómago y el corazón son el soporte del individuo, del perfecto estado del bulbo

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de Rouget y la membrana del bulbo vagina¡, depende el equilibrio orgánico del futuro ser en el claustro materno.

El bulbo cavernoso con su inervación uterina influyen de tal manera en el «ambiente emocional» del futuro ser que Brown (W. L.) afirma que viajan por vía propia y a una velocidad especial, influyendo por medio de la médula espinal (bulbo raquídeo) en el cerebro, según el «tono emocional» del miedo y del dolor.

Según Adrian ("The organization of de nervous system" Harben Lectures London), en determinado tramo de la médula, la velocidad de las reacciones motoras dimanantes de los mecanismos protectores del miedo y del dolor, ya sea traumática, ya visceral, se manifiestan por medio del sistema nervioso simpático y, por contraste, provocan la movilización de las defensas orgánicas y debemos tener en cuenta que el simpático está bajo la guía de la médula oblonga, que, a su vez, alimenta todo el sistema bulbar.

Por ello cabe suponer y aun asegurar que en los estados conmocionales anteriores al parto como: temor, nerviosismo, «shocks», o disgustos inevitables, es deber del ginecólogo tratar de eliminarlos en las pacientes dándoles una sensación de placentera confianza y alegre y esperanzado valor.

Teniendo en cuenta este punto de vista, los ginecólogos han aconsejado hasta hoy la anestesia de las parturientas cuyos casos no se presentan con las máximas seguridades, pero la anestesia en estos casos causaban no pocas muertes o daño en el sistema nervioso del feto por asfixia (1) (las estadísticas daban un 50 % como porcentaje) debido a que su oxigenación ha de ser constante; y a que los calmantes y drogas amnésicas proporcionadas a la madre causan lesiones cerebrales en el niño, pues su tejido cerebral es menos resistente que el del adulto y la anorexia materna provoca lesiones irreversibles en el sistema nervioso (2). «La anoxemia -dice Haldaneno- no sólo detiene la máquina, sino que la destruye» (3).

También Courville (4 y 5) observó que la anoxia cerebral provoca alteraciones degenerativas en las células cerebrales, nervios y vasos sanguíneos, a lo que añadimos. «y también en el bulbo raquídeo».

Por ello son muchos los ginecólogas, tanto europeos como americanos, que antes de usar la anestesia usan la hipnosis o relajación (6) por medio de la sugestión, en beneficio de la madre y del futuro hijo. Estalbrooks (7) dice: «Cualquier fenómeno observado en el hipnotismo o en la sugestión posthipnótica puede obtenerse también por autosugestión».

«Si empleamos el sistema de sugestión posthipnótica, daremos al sujeto el dominio de sí mismo y hallaremos la explicación de los partos indoloros observados en muchas pacientes.»

Por nuestra parte, estarnos completamente convencidos de su inofensividad, y siempre preferimos y aconsejarnos, en lo posible, a los efectuados bajo anestesia.

Hemos de reducir en lo posible lo que pudiéramos decir que

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(7) James Esdaille: Mesmaerism and Practical aplication in Surgerie. Harthford. 1850.

es inevitable, o sea que ya desde su nacimiento, descontando los estados emocionales prenatales de la madre, el ser humano recibe inconscientemente lo que pudiéramos llamar «shock natal» producido por el violento cambio de ambiente. Este factor de traumatismo físico provoca el aumento de inquietud y la disminución de hiperactividad (1), creando un estado conmocional en el recién nacido.

Por ello el niño debe recibir todos los cuidados maternales y la madre debe gozar de gran tranquilidad emocional, a fin de «tranquilizar y normalizara el estado psicológico del infante y su primera infancia, deberá cuidarse que se desenvuelva en un medio «normal» para que su desenvolvimiento psíquico y físico sea lo más perfecto posible y los nuevos sistemas de su tierno organismo no encuentren trabas para desarrollarse en perfecta correlación.

El concepto «sexual» de Freud y su descubrimiento de la sexualidad infantil» nos encamina también hacia la influencia del sistema bulbar, tanto en lo que respecta al bulbo cavernoso, bulbo de Kraus, bulbo de la uretra, bulbo de Rouget y bulbo del vestíbulo-vaginal, como al bulbo raquídeo o médula.

No puede aceptarse que la libido infantil sea sólo una «teoría freudiana» (2), pero si que en ello influirá mucho el estado neurótico y emocional de la madre en el periodo prenatal.

Este, además de en el sistema nervioso (que influye en el bulbo raquídeo), ejercerá indudable acción sobre el bulbo cavernoso del niño que ya al nacer llevará

una tara conmocional (3), que, según el medio ambiente en que se desenvuelva, dará por resultado muchos y muy diversos aspectos de la sexualidad en el niño y en el adulto, con las consiguientes aberraciones sexuales, ya que la perturbación funcional de un órgano se reflejará en el futuro estado emocional y psíquico del nuevo

ser, pues toda fase emotiva va relacionada con las demás fases evolutivas.También en el cuadro clínico de la angustia o «ansiedad nerviosa» notaremos la

preponderancia de los estados psíquicos en todos estos trastornos y que tan bien expone el doctor López-Ibor al decir que "muchas fobias, vértigos, síntomas viscerales i digestivos e incluso manifestaciones esquizofrénicas tienen por causa una timopatía que, a su vez, procede de un trastorno conmocional".

Estos trastornos pueden curarse a través del sistema bulbar y por medio de determinadas plantas y con el tratamiento rinobulbar, con una dietética naturista proporcionada a cada caso especial. Además, los tratamientos que indicamos antes y el capitulo especial. Esta es la base de nuestro nuevo procedimiento, que, aunque no rápidamente, da resultados seguros y muy satisfactorios, con la seguridad de que

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(1) Eastman: «Apna Neonatorum». J. Omst & Gynec. (2) J. Slovin: Fetal Blaekout». Delaware State M. Y. (3) J. B. Haldane: Citado por J. B. De Lee en «Year Book of

Obstetric». Year Book Publ. Inc. Chicago. (4) M. W. Thorner: «The Effect of Repeat Anoxia on the

Brain». (5) Courville C. B. «Pathogenesis of Necrosis of Cerebral Gray

Matter Following Nitrous Oxide Anesthesia» (Ann. Surg.). (6) Estalbrooks, G. H.: Hypnotism, p. 87 (E. P. Dutton and Co.

Inc. N. Y.).

al pretender curar determinada lesión o dolencia no se perjudica otro órgano, como suele suceder con determinados medicamentos de la moderna farmacología.

La importancia de las oclusiones nasales

Tengamos en cuenta que en la región superior de las vías respiratorias (nasales) existen ramificaciones del sistema nervioso simpático que por acción directa se reflejan en el bulbo y, de allí, a todas las partes de nuestro organismo. ¿por qué, se preguntan los patólogos, la causa de coincidencia de que la deformación espinal (escoliosis) se produzca justamente al lado donde existe la obstrucción nasal? Lo hemos comprobado, y bien puede ser debido a estar retenida en una de sus partes la actividad bilateral del sistema nervioso simpático. Por justa causa, el tratamiento de esos centros ocluidos, da por resultado las frecuentes curaciones de la columna vertebral, o por lo menos una notable mejoría. Esto hemos podido comprobarlo gracias al sencillo tratamiento del masaje rinobulbar, que obra directamente sobre el oído, especialmente el interno.

Las fosas nasales no son todas iguales o regulares, sino muy diferentes de su estado natural. A veces ello depende de la configuración nasal, otras veces se debe a hipertrofias internas causadas por enfermedades padecidas o derivadas de lesiones por accidentes o traumatismos, por la mala costumbre de hurgarse las fosas nasales con los dedos o por cuerpos extraños.

La oclusión nasal retarda el desarrollo del niño y su oído

Pero existe algo más grave todavía: los incisivos mal emplazados, la forma pronunciada ojival del paladar, la voz gangosa, la deformación de la caja torácica, la inclinación hacia delante de los hombros, la respiración dificultosa, las escoliosis hacia el lado donde existe la obstrucción nasal.

Muchos creen que la oclusión nasal solamente produce trastornos locales, y esto es completamente erróneo. Los trastornos son generales, como hemos mencionado, fenómeno muy expuesto por los patólogos en las deformaciones óseas y trastornos emocionales o psíquicos.

La respiración por la boca reseca la faringe, laringe y bronquios, produciéndose el fenómeno de la voz estridente, pesada, causa de cansancio, depresión, astenia nerviosa o abatimiento. Cuando el aparato regulador de la entrada del aire no está bien, sobrevienen enfriamientos, pereza mental e hipersensibilidad emocional.

¿Por qué los niños que sufren de obstrucción nasal retardan su crecimiento? Y al crecimiento del cuerpo hemos de añadir de la inteligencia y de otros órganos

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importantes para la salud, como es el oído. Así se daña la vida feliz del hombre. (leche animal y trigo deben ser definitivamente y rotundamente eliminados de la dieta del niño junto con el azúcar. Ver el importantísimo artículo del Respetable Jñàpika Gurú sobre la alimentación del bebe).

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