Otra Latinoamérica

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OTRA LATINOAMÉRICA: LA CRÍTICA DE LA UTOPÍA EN ROBERTO BOLAÑO I. PRELIMINARES La problemática que plantea la conceptualización de lo latinoamericano o hispanoamericano ha encontrado numerosas respuestas. Lamentablemente no se ha cubierto críticamente de manera sistemática el cómo autores más contemporáneos -sólo para tomar un ejemplo significativo a Roberto Bolaño- tratan el tema en su literatura construyendo una imagen en relación a este tema. 206 ¿Cómo se puede seguir construyendo una imagen de Latinoaméricana bajo el prisma de esta nueva narrativa de fines del siglo en relación con el discurso crítico (Mariátegui, Cornejo Polar, entre otros)? El cómo Roberto Bolaño se acerca a lo latinoamericano es lo que en este trabajo se pretende explorar. El corpus de análisis, en su fuente primaria de estudio, consiste en el libro Putas asesinas1 publicado por primera vez el 2001 por Anagrama. De este libro se analizan con más detenimiento especialmente dos cuentos “El Ojo Silva” y “Encuentro con Enrique Lihn” para ponerlos en relación con otros cuentos del mismo libro. Y como fuentes secundarias para dialogar con el texto de Bolaño, están por un lado, textos tradicionales del pensamiento crítico dialéctico latinoamericano, como lo son los de Henríquez Ureña2, Cornejo Polar, Fernández Retamar, Martín Barbero, De Toro, entre otros. Y por otro lado se pretende abordar operativamente el concepto de contrautopía, del trabajo de Cristián Montes acerca de este tema. En relación con los objetivos, uno general y fundamental es la vinculación con el pensamiento crítico desde una proyección latinoamericana que encuentra a su vez particularidades bien específicas: la expresión de una utopía fracasada que rompe con la dialéctica tradicional que

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Historia sobre latinoamerica

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OTRA LATINOAMRICA: LA CRTICA DE LA UTOPA EN ROBERTO BOLAO

I. PRELIMINARESLa problemtica que plantea la conceptualizacin de lo latinoamericano o hispanoamericano haencontrado numerosas respuestas. Lamentablemente no se ha cubierto crticamente de manerasistemtica el cmo autores ms contemporneos -slo para tomar un ejemplo significativo aRoberto Bolao- tratan el tema en su literatura construyendo una imagen en relacin a este tema.206Cmo se puede seguir construyendo una imagen de Latinoamricana bajo el prisma de esta nuevanarrativa de fines del siglo en relacin con el discurso crtico (Maritegui, Cornejo Polar, entre otros)?El cmo Roberto Bolao se acerca a lo latinoamericano es lo que en este trabajo se pretendeexplorar.El corpus de anlisis, en su fuente primaria de estudio, consiste en el libro Putas asesinas1publicado por primera vez el 2001 por Anagrama. De este libro se analizan con ms detenimientoespecialmente dos cuentos El Ojo Silva y Encuentro con Enrique Lihn para ponerlos en relacincon otros cuentos del mismo libro. Y como fuentes secundarias para dialogar con el texto de Bolao,estn por un lado, textos tradicionales del pensamiento crtico dialctico latinoamericano, como loson los de Henrquez Urea2, Cornejo Polar, Fernndez Retamar, Martn Barbero, De Toro, entreotros. Y por otro lado se pretende abordar operativamente el concepto de contrautopa, del trabajode Cristin Montes acerca de este tema.En relacin con los objetivos, uno general y fundamental es la vinculacin con elpensamiento crtico desde una proyeccin latinoamericana que encuentra a su vez particularidadesbien especficas: la expresin de una utopa fracasada que rompe con la dialctica tradicional quepodemos ver en Henrquez Urea. Una modernidad contradictoria que no es vista como totalidad. Larevisin de una imagen como configuracin no slo visual, sino verbal y mental que contiene en susdiscursos una ideologa que se puede apropiar desde la crtica como ejercicio de interpretacin3. Lacrtica de una nacionalidad con fronteras difuminadas por el tratamiento de diferencias y semejanzasque abren un espacio mayor de trabajo denominado Latinoamrica signada por su marginalidad.Dentro de los objetivos generales, entonces, se plantea: revisar el cmo se expresa laimagen de lo latinoamericano en la prosa narrativa de algunos cuentos de Putas asesinas deRoberto Bolao. Analizar el cmo dialoga este nuevo tipo de narrativa con el pensamiento crtico dealgunos autores desarrollado en Latinoamrica hasta la fecha.Y dentro de los objetivos especficos: construir una interpretacin de la narrativa de RobertoBolao, como ejemplo paradigmtico de la nueva narrativa producida en Latinoamrica,especficamente el libro de cuentos Putas asesinas. Criticar algunas nociones como la vaguedad dela descripcin de lo Latinoamericano en la narrativa de Bolao al mencionar este espacio. Delimitarlas posibles funciones que emplea la narrativa de Bolao en la descripcin de tiempos, espacios opersonajes vinculados como lo perifrico y latinoamericano, como el uso de los medios de creacinde imgenes como la fotografa, el cine, la televisin; la proyeccin de esto hacia lo urbano y larelacin entre lo central y perifrico. Vincular las nociones de lo terrible, el horror explicitado enocasiones y en otras no, donde la violencia es recurrente.La hiptesis de lectura defendida en este trabajo consiste en visibilizar la crtica que realizaRoberto Bolao del espacio latinoamericano como una especie de contrautopa. Donde el eje de lacrisis se acenta y los espacios de liberacin son muy reducidos. Chile primero y Latinoamricaluego son espacios desde donde se enuncia y se vincula con el resto del mundo. Pero este locus deenunciacin se ve signado por la violencia urbana, como un perverso ejercicio del poder. Poder quedeja una cuota para los cruces de fuerza hacia la otredad.207El trabajo de la literatura emerge, entonces, como un oficio necesario y que se enfrenta aproblemticas de orden social y existencial. La escritura se considera un acto de resistencia a unambiente degradado fruto de la fuerza de la reificacin. El reconocimiento como ejercicio tantoindividual como colectivo se vuelve altamente complejo e improbable en un espacio arrasado. Deese espacio latinoamericano como un locus o espacio constante de enunciacin es valoradonegativamente por la escritura de Bolao pero a la vez funciona como una plataforma de trabajo. Lasrelaciones contradictorias entre personajes con sus contextos en los cuentos analizados expresanrelaciones dinmicas, la conformacin de contradicciones nunca estticas, constantementereelaboradas, pero tambin condicionadas por la perspectiva del trabajo literario y de la materianarrable. La necesidad de la lucha por lo dinmico, de lo dialgico, contra lo esttico o monolgicoen la definicin de valores no slo estticos, sino tambin culturales. Ms que una posicin deresistencia se pasa a una visin ms bien indiferente del sujeto y su contexto, ambos profundamentedegradados. Por ejemplo, los momentos para la belleza en Bolao son breves y caso inasibles comose analizar ms adelante.II. LA DIALCTICA CRTICA: EL PENSAMIENTO DESDE LATINOAMRICA Y BOLAOEste trabajo se abre valorando algunos textos del pensamiento crtico latinoamericano paravincularlo con la obra de Bolao.Segn Alfonso de Toro, la postcolonialidad como contra-discurso, ms all delesencialismo en la reconstruccin de una identidad fija, con un trabajo revisionista, crtica, la historiatradicional y, por ende, de la memoria agregamos aqu. El pensamiento deconstruccionista, segneste mismo autor como herramienta terica, el dilogo entre el centro y la periferia son algunas desus constantes que se incorporan en este trabajo4. El trabajo entre lo europeo y latinoamericano, o loperifrico, como lo degradado se ve en numerosos cuentos.Pedro Henrquez Urea, en La utopa de Amrica, habla del desastre que provocara ladesunin en Amrica, una de corte hispnico, donde tiene problemas para ubicar al Caribe. Ladesunin de los pueblos provocara este desastre. El contexto es la experiencia de la PrimeraGuerra Mundial (la guerra total, de exterminio y ambiciones absolutas que busca la exterminacindel enemigo). Un nuevo contexto solo surgira si los americanos toman la siguiente actitud:esforcmonos por acercarnos a la justicia social y a la libertad verdadera; avancemos, en fin, hacianuestra utopa (1989: 6). Tal sitio ya es un imposible en la narrativa de Bolao.Nos es una utopa slo de cuo econmico (la crtica al marxismo tradicional es clara)puesto que Henrquez Urea aboga ms por la espiritualidad, la justicia social. Habla de un contextodonde esta utopa es donde se vislumbra la nica esperanza de paz entre el infierno social queatravesamos todos (1989: 7). Infierno, aspecto econmico, crisis espiritual que Bolao habla en suobra pero en sentido contrautpico.Ms all de las ideas de progreso de corte moderno, por la poca, no se cierra Urea a unesencialismo. Si bien su utopa mira a modelos clsicos, griegos, lo hace porque Mira al pasado, ycrea la historia; mira al futuro, y crea las utopas. No ve a Amrica como una unidad homognea208sino La unidad como armona de las multnimes voces de los pueblos, (casi resuenan las ideas deBajtn). Slo cabe recordar la postura dialctica de El descontento y la promesa donde la constantereelaboracin de las metas americanas que cambian sus circunstancias formulando un proyectonunca esencialista5. De ah el anlisis de la vaguedad de lo latinoamericano en Bolao.Se participa en este trabajo de un propsito crtico de lo nacional, que va ms all deconstrucciones puramente hegemnicas6. De all un enfoque dialctico, antiesencialista, ms bienentonces de una dialctica crtica7 que plantee una discusin ms all de la sntesis. Una posturacrtica que tiene sus lneas ideolgicas trabajando en forma dialogante8 con los materiales quedisponga, con una posicin definida rehuyendo una objetividad ideal. Enfoque que escucha elllamado de Fernndez Retamar para leer desde lo latinoamericano9 desde un locus de enunciacinno geogrfico sino ms bien simblico, desde lo latinoamericano.Y desde este locus se recoge el concepto de Cornejo Polar10 acerca de la totalidadcontradictoria, especificando las diferencias que este trabajo hace con la tesis de Cornejo Polar. steparte de la realidad peruana y le da mucho ms nfasis terico, por ejemplo, a la idea deheterogeneidad, que ha tenido mayor recubrimiento crtico. Sin embargo, el concepto de totalidadcontradictoria tiene sus ventajas. Si bien parte de la teora de diferentes sistemas como el culto, o elindgena, por ejemplo, que coexisten en la realidad peruana. Por otro lado, el concepto de totalidadcontradictoria tiene visin ms bien historicista, que en este trabajo se comparte (teniendo presenteque Bolao tiende a iniciar sus problemticas en un orden configurado y marcado literalmente afuego luego de la Segunda Guerra mundial, especialmente la dictadura chilena y la generacin del50). Se comparte en este trabajo la visin historicista pero ms marcadamente la visin de cultura ysus contactos. Por ejemplo como recurrentemente Bolao hace predominar la condicinsupranacional de la violencia.Se puede afirmar entonces que esta totalidad contradictoria, tomando prestado el conceptode Cornejo Polar aporta apreciando culturas que son plasmadas en los textos a travs de la imagenartstica mediante la desmesura. Se ensanchan as los patrones estticos recurriendo a lo grotesco.En la bsqueda de la creatividad, se reformulan las categoras estticas y ticas. tica que proponeevitar la comodidad, la enajenacin gracias a la reificacin. Se propone, en definitiva, un tono crtico,apelativo, continuamente cuestionador hacia una realidad ominosa que es necesario transformar.1. EL OJO SILVA: EL HORROR LATINOAMERICANOEn relacin con el cuento que abre Putas asesinas, en El Ojo Silva se sostiene la intervencin de laviolencia en el sujeto protagonista, el tratamiento de la marginalidad, la tematizacin del horror.El condicionamiento generacional, si se toma desde una perspectiva propiamente biogrficaen el caso de Roberto Bolao, se ha recubierto adecuadamente. En el caso de la violencia urbana,el personaje Mauricio, el Ojo Silva, huye de sta pero lo atrapa de igual forma: [] pero de laviolencia, de la verdadera violencia, no se puede escapar, al menos no nosotros, los nacidos enLatinoamrica en la dcada de los cincuenta [] (2010: 11). Una violencia que persigue al sujeto,209ms que determinada por el contexto, las acciones del sujeto transforman o intentan transformaresas circunstancias. La valora, enfrenta y se trabaja desde esas negatividades.En el caso de Mauricio Silva y el narrador, exiliados por la dictadura chilena en los setenta11,es una primera negatividad que marca el locus de enunciacin, pero no la determina. El espacio y eltiempo dan nuevas oportunidades para el desarrollo de la violencia en espacios profundamentemarginales, como la prostitucin y el trabajo desde la India. Espacios configurados desde el delirio yla desmesura, en decisiones que Mauricio Silva toma y el narrador ms bien testimonia. Unaviolencia que se da en un plano incluso desde la concepcin del gnero o roles sociales, que seentremezcla con lo propiamente poltico al deconstruir el estereotipo de macho latino, del luchadorde la trinchera, ideolgicamente comprometido12.La problemtica de la proyeccin de esta imagen relacionando Chile y Latinoamrica esmuchas veces a travs de la mediacin de los medios de comunicacin. La televisin, el cine, lafotografa, sirven para construir esta imagen. El mismo Mauricio Silva es fotgrafo13 y en el momentoms importante de su historia lo registra con su cmara que testimonia el horror:Le trajeron a un joven castrado que no deba de tener ms de diez aos.Pareca una nia aterrorizada, dijo el Ojo. Aterrorizada y burlona al mismotiempo. Lo puedes entender? Me hago una idea, dije. Volvimos aenmudecer. Cuando por fin pude hablar otra vez dije que no, que no mehaca ninguna idea. Ni yo, dijo el Ojo. Nadie se puede hacer una idea. Ni lavctima, ni los verdugos, ni los espectadores. Slo una foto. []Le sacaste una foto?, dije. Me pareci que el Ojo era sacudido por unescalofro. Saqu mi cmara, dijo, y le hice una foto. Saba que estabacondenndome para toda la eternidad, pero lo hice. (2010: 20)El hecho de concretar este horror, estatizarlo en la imagen fotogrfica es el testimonioabsoluto. Esa zona gris que se provoca es profundamente violenta para sus participantes.La construccin de la memoria se vuelve un llamado de atencin fundamental. Pero unamemoria alternativa, del espacio privado14. Una memoria que mantenga su foco en temas ms biende la marginalidad, en este caso un acontecimiento ritual, que podra verse desde otra cultura: laIndia que no comprende el personaje y que pretende de forma degradada transformar escapandopero igualmente su destino funesto lo persigue15. Desde una visin de cronotopo16, tiempo y espaciosurgen como dimensiones que merecen un anlisis desde lo latinoamericano.El sujeto que queda fruto de la influencia de este tiempo y espacio es uno que sufre uninflujo negativo:Con el paso del tiempo empec a olvidar hasta su rostro, aunque siemprepersisti en mi memoria una forma de acercarse, un estar, una forma deopinar desde cierta distancia y desde cierta tristeza nada enftica queasociaba con el Ojo Silva, un Ojo Silva que ya no tena rostro o que haba210adquirido un rostro de sombras, pero que an mantena lo esencial, lamemoria de su movimiento, una entidad casi abstracta pero en donde nocaba la quietud. (2010: 14)Los restos de un sujeto que testimonia el narrador est signado por esas negatividadescronotpicas:El Ojo segua sentado en el banco y sus ojos me miraban y luego mirabanel suelo o a los lados, los rboles enormes de la pequea plaza berlinesa ylas sombras que lo rodeaban a l con ms intensidad (eso cre entonces)que a m. (2010: 15).Las sombras que envuelven al Ojo y al narrador son persistentes. El ambiente europeodonde conversan el personaje principal y el narrador se refiere a otro espacio y tiempo que se quiererecuperar a travs de una historia srdida vivida por el Ojo. La diferencia entre lo alemn o parisino obarcelons se vuelve una constante frente a lo chileno o indio, donde se poda vivir[] una hibernacin ajena al concepto de hibernacin occidental, rbolesdistintos de los rboles europeos, ros y riachuelos, campos sembrados osecos, el territorio de los santos, dijo el Ojo. (2010: 17).Ms all de si el cronotopo es del centro o de la periferia, el narrador critica tambin larelatividad de las conductas de los personajes en la India:El olor, que al principio ms bien lo molestaba, termin gustndole. Loschulos (no vio muchos) eran amables y trataban de comportarse comochulos occidentales o tal vez (pero esto lo so despus, en su habitacinde hotel con aire acondicionado) eran estos ltimos quienes habanadoptado la gestualidad de los chulos hindes. (2010: 18)Este cronotopo degradado que se ubicara en la India como marginalidad absoluta y puertade entrada a una realidad horrorosa se podra revisitar al criticar el concepto de realidad o lodenominado real:El resultado final era an ms horroroso, me confes el Ojo, pero yo ya mehaba acostumbrado a las pesadillas y de alguna forma siempre supe queestaba en el interior de un sueo, que eso no era la realidad. (2010: 18).Lo real bajo la tesis lacaniana es inabordable directamente o de manera sencilla. Ese traumaest signado por el horror, lo siniestro. As queda el anlisis espectral de lo denominado real que seune a los conceptos de lo simblico y lo imaginario. Esta nocin fantasmtica, encuentra en lossueos o la fantasa un espacio donde se puede rasguar lo real17.El cronotopo del horror traspasa al personaje que habla para liberar tal pesadilla:211Aquella noche, cuando volvi a su hotel, sin poder dejar de llorar por sushijos muertos, por los nios castrados que l no haba conocido, por sujuventud perdida, por todos los jvenes que ya no eran jvenes y por losjvenes que murieron jvenes, por los que lucharon por Salvador Allende ypor los que tuvieron miedo de luchar por Salvador Allende, [] (2010: 25).Una pesadilla que el cronotopo chileno ya le entreg. Se puede colegir que la violencia lacarga el sujeto y las decisiones que toma testimonian una Latinoamrica o una periferia que entregaun escenario para el papel del sujeto latinoamericano profundamente degradado que lucha pero esderrotado al fin, de ah su tristeza irremediable.2. GMEZ PALACIO: LA POSIBILIDAD DE LA BELLEZAPero no todo est signado por el horror. Si bien la marginalidad es un constante en la que habita ellatinoamericano, en el relato Gmez Palacio el narrador llega a la periferia potica:No s por qu acept. Saba que bajo ninguna circunstancia me iba aquedar a vivir en Gmez Palacio, saba que no iba a dirigir un taller deliteratura en ningn pueblo perdido del norte de Mxico. (2010: 27).Tanto el paisaje humano como el csico son, en ocasiones, espeluznantes18 pero se abrentambin a experiencias vitalizadoras que merecen la pena testimoniar:Mir: vi faros de automviles, por los giros de las luces aquello tal vezfuera una curva. Y luego vi el desierto y vi unas formas verdes. Lo hasvisto?, dijo la directora. S, luces, respond. La directora me mir: sus ojossaltones brillaban como seguramente brillan los ojos de los animalespequeos del estado de Durango, de los alrededores inhspitos de GmezPalacio. (2010: 34)Estas luces crean una impresin nica en el nimo de los personajes, una unin en laposibilidad de lo bello que es muy rara en la vida y que se conecta con el concepto de lo realexplicado anteriormente:Y despus vi cmo la luz, segundos despus de que el coche o el caminde transporte hubiera pasado por aquel lugar, se volva sobre s misma yquedaba suspendida, una luz verde que pareca respirar, por una fraccinde segundo viva y reflexiva en medio del desierto, sueltas todas lasataduras, una luz que se asemejaba al mar y que se mova como el mar,pero que conservaba toda la fragilidad de la tierra, una ondulacin verde,portentosa, solitaria, que algo en aquella curva, un letrero, el techo de ungalpn abandonado, unos plsticos gigantescos extendidos en la tierra,deban de producir, pero que ante nosotros, a una distancia considerable,212apareca como un sueo o un milagro, que son, a fin de cuentas, la mismacosa. (2010: 35)3. DAZ DE 1978: LA LOCURA Y LA MUERTEEn el cuento Das de 1978 se retoma desde el exilio la lnea ideolgica de las discusionesintelectuales no para burlarse del pensamiento crtico dialctico, sino burlarse de quienes loenuncian (un latinoamericano que no conoce bien este discurso), en este caso U. al que le respondeagresivamente B provocando un conflicto.En determinado momento, posiblemente al amanecer, un joven se encaracon B utilizando un pretexto cualquiera. La discusin es lamentable einevitable. El joven, U, hace gala de una bibliografa demencial: confunde aMarx con Feuerbach, al Che con Franz Fanon, a Rod con Maritegui, aMaritegui con Gramsci. La hora de la discusin, por lo dems, no es lams apropiada, las primeras luces de Barcelona suelen enloquecer aalgunos trasnochadores, a otros los dotan de una frialdad de ejecutores.Esto no lo digo yo, esto lo piensa B y consecuentemente sus respuestasson glidas, sarcsticas, un casus belli ms que suficiente para las ganasde pelear que tiene U. (2010: 65).Pero U ms all de su ignorancia del cmo se conecta el pensamiento crticolatinoamericano con el occidental, tiene en su confusin demencial (se desequilibra cuando B lecuenta una pelcula) involucrados a sus seres queridos, especialmente a su esposa objeto delinters de B. Este sujeto fracturado mentalmente termina finalmente en el suicidio.El cronotopo particular que le asigna B a U es uno mvil, nunca totalmente cerrado:Imagina a U corriendo por una calle vagamente chilena, vagamentelatinoamericana, aullando o profiriendo gritos, mientras a los lados losedificios comienzan a humear, sostenidamente, aunque en ningnmomento es posible discernir ni una sola llama (2010: 67).El cronotopo es fluctuante, con una explcita vaguedad que no pretende determinar, scondicionar. La imaginacin, similar a un sueo, habla de un ambiente ms bien negativo desdeChile y Latinoamrica que se confunden.Esa vaguedad de la frontera nacional no es importante porque el cronotopo determinante slo es Latinoamrica, ms all de las fronteras nacionales aparece la dimensin supranacional. En elcuento Lalo Cura vuelve a aparecer cuando el personaje narra su historia: Naturalmente, oscontar todo. Mi padre fue un cura renegado. No s si era colombiano o de qu pas.Latinoamericano era. Pobre [] (2010: 97).2134. LALO CURA: EL CINE PORNO Y LA TELEVISIN O COMO LO GROTESCO SE VUELVE UNESPACIO DE VITALIDAD DESMESURADAEn el cuento anteriormente analizado la aparicin de lo grotesco19 aparece como una estrategiaretrica explorada tambin en el cuento Putas asesinas, por ejemplo. Para Bajtn, El centro capitalde estas imgenes de la vida corporal y material son la fertilidad, el crecimiento y superabundancia.Y con ello encontramos la degradacin o sea la transferencia al plano material y corporal de loelevado, espiritual, ideal y abstracto. (1989: 24).Se tiende a degradar, corporizar y vulgarizar. Con la degradacin de lo sublime, con loalto y lo bajo topogrfico. En lo corporal, relacionado con lo csmico, lo alto est en la cabeza y lobajo en la genitalidad, vientre, trasero. Degradar como entrar en comunin con la vida de la parteinferior del cuerpo. Ponerse en contacto con la muerte y la vida, el renacimiento, lo inferior como uncomienzo (1989: 25-26).La imagen grotesca caracteriza un fenmeno de cambio y metamorfosis incompleta, enrelacin al tiempo y la evolucin, en su ambivalencia entre dos polos, lo nuevo y antiguo, lo quemuere y nace. En un contexto de crculo bioscpico del ciclo vital (1989: 28-29).Una etapa del grotesco es la prerromntica y en los principios del romanticismo se da un giroal mundo subjetivo e individual alejado de lo popular y carnavalesco anterior. El grotesco subjetivo,el grotesco romntico aparece como reaccin contra los cnones clsicos, del racionalismomonolgico y concluso.Para Bajtn es de importancia capital la participacin del cuerpo a diferencia de Kayser: larealidad total del individuo: pensamiento, sentimientos y cuerpo. El objetivo de esta categoraesttica es liberar al hombre de las formas de necesidad inhumana en que se basan las ideasconvencionales. El verdadero grotesco expresa en sus imgenes lo dinmico. El cambio, laevolucin (1989. 49-51).Caractersticas fundamentales y generales son La exageracin, el hiperbolismo, laprofusin, el exceso, que encuentran resolucin en la ambivalencia del grotesco. Destacando laexageracin que es producto de una fantasa llevada al extremo, que frisa en la monstruosidad(1989: 273-275).Pero en Lalo Cura ms all de la problemtica existencial se trabaja tambin desde laproblemtica cronotpica de Latinoamrica:Vergas de 25 y 30 centmetros, a veces tan grandes que no se podanlevantar. Jvenes mestizos, negros, blancos, indios, hijos deLatinoamrica cuya nica riqueza era un par de huevos y un penecuarteado por las intemperies o milagrosamente rosado quin sabe porqu extraos vericuetos de la naturaleza. La tristeza de las vergas Bittrichla entendi mejor que nadie. Quiero decir: la tristeza de esas pollasmonumentales en la vastedad y desolacin de este continente. Ah tienen214a scar Guillermo Montes en la escena de una pelcula que ya heolvidado: el actor est desnudo de cintura para abajo, el pene le cuelgaflccido y goteante. El pene es oscuro y arrugado y las gotas son de lechebrillante. Detrs del actor se abre el paisaje: montaas, caadas, ros,bosques, cordilleras, cmulos de nubes, tal vez una ciudad y un volcn yun desierto. scar Guillermo Montes est subido en un promontorio y unvientecillo helado le acaricia un mechn de pelo. Eso es todo. Parece unpoema de Tablada, verdad?, pero ustedes nunca oyeron hablar deTablada. Tampoco Bittrich, en realidad no importa, ah est la pelcula,debo de tener el vdeo por alguna parte, ah est la soledad a la que merefera. El paisaje imposible y el cuerpo imposible. Qu pretendi Bittrichal filmar esa secuencia? Justificar la amnesia, nuestra amnesia? Hacer elretrato de los ojos cansados de scar Guillermo? Ensearnossimplemente un pene sin circuncidar goteando en la vastedad delcontinente? Una sensacin de grandeza intil, de muchachos guapos ysin escrpulos destinados al sacrificio: desaparecer en la vastedad delcaos? Quin sabe. Slo el aficionado Pajarito Gmez, cuyos atributos conmucho trabajo alcanzaban los 18 centmetros, era inaprehensible. Elalemn flirteaba con la muerte, no le importaba un carajo la muerte!,flirteaba con la soledad y con los agujeros negros, pero con el Pajaritonunca quiso ni pudo. (2010: 106-107)Un espacio signado esta vez por la heterogeneidad latinoamericana tnica que se vinculacon el porno. En un gesto crtico, absolutamente deconstruccionista, se vinculan la condicinlatinoamericana con la imagen pornogrfica y la poesa. Toda vez que la tristeza, la muerte, lasoledad y el sacrificio emergen como objeto de la literatura de Bolao.En esta rememoracin de la vida personal del protagonista que reconstruye su historia20ligada al cine porno, la discriminacin de la imagen del latinoamericano como un otro a travs de losojos de un alemn, Bittrich:A veces, cuando recuerdo mi infancia, pienso en lo que Bittrich debi desentir por sus protectores. A los narcotraficantes los respetaba, al fin y alcabo eran los del dinero y Bittrich, como buen europeo, respetaba eldinero, un punto de referencia en medio del caos. Pero los militares ypolicas corruptos, qu debi pensar de ellos, l, que era alemn y que lealibros de historia. Qu caricaturescos debieron de parecerle, cmo debide rerse de ellos, por las noches, despus de alguna reunin agitada.Monos con uniformes de las SS, ni ms ni menos. Y Bittrich, solo en sucasa, rodeado de sus vdeos y de sus sonidos tremendos, cunto debi dererse. Y eran esos monos, con su sexto sentido, los que queran sacar alPajarito del negocio. (2010: 108).Los monos nazis, esos latinoamericanos respetan la ley del dinero, entonces estnabsolutamente reificados21 puesto que es lo nico que da un orden al caos.215Esta imagen de lo latinoamericano a travs de los medios encuentra, como se deca msarriba, otro molde en Putas asesinas, por citar un breve ejemplo del cuento que le da un ttulo altexto:Te vi en la televisin, Max, [] algo en ti me llam la atencin, tu cara, tusojos que miraban hacia el lugar en donde estaba la cmara(probablemente sin saber que te estaban grabando y que en nuestrascasas te veamos), unos ojos sin profundidad, distintos de los ojos quetienes ahora, infinitamente distintos de los ojos que tendrs dentro de unrato, que miraban la gloria y la felicidad, los deseos saciados y la victoria,esas cosas que slo existen en el reino del futuro y que ms vale noesperar pues nunca llegan. (2010: 113)En relacin con el uso de los medios de comunicacin22, desde los estudios culturales, lapropuesta es no ver a estos medios slo como un espacio no slo que recibe discursos que lacultura le impone o variables sociales o econmicas. Sino tambin como los medios aparte devehicular estos lineamientos simblicos que tambin participan en la creacin de discursos quevuelven a la sociedad y a la cultura, en general, con importantes intervenciones. Por ejemplo, sonnumerosas las ocasiones que Roberto Bolao pone en la voz de sus narradores o personajescomparaciones de situaciones o personajes con pelculas. De hecho, una parte central del cuentoLalo Cura es la industria cinematogrfica; de El Ojo Silva, la fotografa; y de la puta asesina, latelevisin.5. ENCUENTRO CON ENRIQUE LIHN: ACERCA DE LA CONTRAUTOPAEl cierre del texto Putas Asesinas lo da el cuento Encuentro con Enrique Lihn. Es patente lavinculacin que se puede establecer entre la escritura de Lihn y Bolao. La desmesura, laexploracin de negatividades, la preocupacin por la muerte y la enfermedad son algunos puntos encomn.Este cuento en especial presenta la explicitacin de algunas dimensiones ya exploradas enotros cuentos. De aqu en adelante cerraremos el anlisis de las fuentes primarias, los cuentos dePutas asesinas, mediante la aplicacin la matriz denominada contrautopa23. Esta matriz tienebsicamente dos significantes crisis / liberacin, pero este trabajo se concentra en el concepto decrisis puesto que es el ms desarrollado en los cuentos de Bolao.Para comenzar, la funcin de lo fantstico-onrico reaparece en este cuento:En 1999, despus de volver de Venezuela, so que me llevaban a lacasa en donde estaba viviendo Enrique Lihn, en un pas que bien pudieraser Chile y en una ciudad que bien pudiera ser Santiago, si consideramosque Chile y Santiago alguna vez se parecieron al infierno y que eseparecido, en algn sustrato de la ciudad real y de la ciudad imaginaria,216permanecer siempre. Por supuesto yo saba que Lihn estaba muerto perocuando me invitaron a conocerlo no opuse ningn reparo. Tal vez pensen una broma de la gente que iba conmigo, todos chilenos, tal vez en laposibilidad de un milagro. Lo ms probable es que no pensara en nada oque malentendiera la invitacin. Lo cierto es que llegamos a un edificio desiete pisos, la fachada pintada con un amarillo desvado, y en la primeraplanta un bar, un bar de dimensiones no desdeables, con una larga barray con algunos reservados, y mis amigos (aunque me resulta extraollamarlos as, digamos mejor: los entusiastas que me haban invitado aconocer al poeta) me conducan a un reservado, y all estaba Lihn. (2010:217)Las constantes de leer a Chile como un ambiente infernal se explicitan aqu y la vaguedadde determinar un espacio propiamente latinoamericano vuelve. Ahora ledo desde la desacralizacinde la utopa y revelando los efectos negativos de esto24.La visin del escritor marginado de los centros irradiadores de poder vuelve tambin aaparecer:Pero yo por entonces tena veintiocho aos y bajo ninguna circunstanciame poda considerar un escritor joven. Estaba en la inopia. No era el tpicoescritor latinoamericano que viva en Europa gracias al mecenazgo (y alpatronazgo) de un Estado. Nadie me conoca y yo no estaba dispuesto ni adar ni a pedir cuartel. Entonces comenc a cartearme con Enrique Lihn.Por supuesto, yo le escrib primero. Su respuesta no tard en llegarme.Una carta larga y de mal genio, en el sentido que damos en Chile altrmino mal genio, es decir hosca, irascible. (2010: 218- 219).Ya muy luego se pueden ver las constantes crticas del cronotopo. Este ltimo texto entregaclaves fundamentales para entender cmo se relacionan personajes y cronotopo:Recuerdo que cuando comprend esto me sent mejor. Quiero decir:comenzaba a encontrarle un sentido a la situacin y comenzaba a rermede la situacin. No tena nada que temer: estaba en casa, con amigos, ycon un escritor al que siempre haba admirado. No era una pelcula deterror. O no era una pelcula de terror a secas sino que haba en ellagrandes dosis de humor negro. Y precisamente cuando pensaba en elhumor negro, Lihn extrajo de un bolsillo un frasquito con medicinas. Tengoque tomarme una cada tres horas, dijo. Los entusiastas se quedaronmudos otra vez. Un camarero trajo un vaso con agua. La tableta eragrande. Eso me pareci cuando la vi caer en el vaso con agua. Pero enrealidad no era grande. Era densa. Con una cuchara Lihn empez adeshacerla y yo me di cuenta de que la tableta pareca una cebolla coninnumerables capas. Acerqu mi cabeza al vaso y me dediqu acontemplarla. Por un instante tuve la certeza de que se trataba de una217tableta infinita. El cristal del vaso me serva de lente de aumento: en suinterior, la tableta de color rosado plido se desgajaba como propiciando elnacimiento de una galaxia o del universo. (2010: 220-221).Ahora la crtica dirigida contra el mercado imperante se encarna en las farmacuticas. Estaes la medicina que trajo de la muerte a Enrique Lihn. El humor se vuelve una herramientadeconstructiva.El fin del cuento25 que habla acerca de la casa del escritor se puede leer en clave simblica.En general, el cronotopo de la casa dentro del cronotopo de Latinoamrica. El sitio del horror, de ladesmesura, del delito, de la enfermedad y de la muerte.III. A MODO DE CONCLUSINPara alcanzar los objetivos propuestos y revisar si la hiptesis de lectura es viable es necesario unametodologa clara y bien definida que se acompae de que conceptos tericos tambin operativosen este breve anlisis propuesto. La teora poscolonial, el anlisis de los cronotopos, de la teora dela imagen y la crtica de la ideologa fueron algunas constantes para el anlisis.No se pretendi trabajar sobre lo latinoamericano o su identidad en general, lo que es untema inabarcable. La pretensin de este trabajo fue abordar algunas problemticas de lodenominado como Latinoamrica expresadas en algunos cuentos de Bolao que surgen comoclaves de lectura por su importancia y recurrencia en la narrativa de este autor.La teora de la imagen, por otra parte, involucr analizar aspectos ideolgicos y valoracionescomo lo bello. Se mezcla esto con lo feo o lo que no se puede visualizar o nombrar como imagen: lohorrible, lo monstruoso, el vaco y la muerte, que slo se vislumbra. Algunas categoras estticasque interesan son lo grotesco, de la belleza de la metamorfosis, del dolor, del exceso, de lo grotesco.Una problematizacin como una manera de resistencia esttica, existencial y latinoamericana.Todo como sustento a la interpretacin de un corpus de cuentos en que lo visual y verbal sefusionan como indicios de un proyecto que tiene como tema importante lo ideolgico en lo esttico osociocultural.Finalmente la matriz contrautpica se sostiene en la narrativa de Bolao al encargarse de lacrisis en un contexto postmoderno. No se ven eso s espacios de liberacin sino ms bien deprofundizacin de esa crisis y su sintomatologa.REFERENCIAS BIBLIOGRFICASa. Fuente PrimariaBolao, Roberto. Putas asesinas (Barcelona: Ed. Anagrama, 2010).218b. Fuentes SecundariasAdorno, Theodor. Dialctica Negativa y la jerga de la autenticidad (Madrid: Ed. Akal, 2005).Bajtn, Mijail M. Esttica de la creacin verbal (Mxico: Siglo XXI Editores, 1999).Bajtn, Mijail. La cultura popular en la Edad Media y el Renacimiento (Madrid: Ed. Alianza, 1989).Cornejo, Antonio. Sobre literatura y crtica latinoamericanas (Caracas: Universidad Central de Venezuela, 1982).De Toro, Alfonso. Posmodernidad y postcolonialidad. Breves reflexiones sobre Latinoamrica (Vervuert: Ed.Iberoamericana, 1997).Fernndez, Roberto. Para una teora de la literatura hispanoamericana (Bogot: Instituto Caro Cuervo, 1995).Henrquez, Pedro. La Utopa de Amrica (Caracas: Biblioteca Ayacucho, 1989).Lamo de Espinosa, E. La teora de la cosificacin. De Marx a la Escuela de Francfort (Madrid: Ed. Alianza, 1981).Manifiesto Inaugural Grupo Latinoamericano de Estudios Subalternos. Disponible en La World Wide Web en:. [Consulta el 16 de diciembre de 2010].Martn-Barbero, Jess. De los medios a las mediaciones. Comunicacin, cultura y hegemona (Mxico: Ed. G. Gili, 1991).Maritegui, Jos Carlos. Siete ensayos de interpretacin de la realidad peruana (Mxico: Ed. Era, 1979).Mitchell, W.J.T. Iconology. Image, text, ideology (Chicago: University Chicago Press, 1998).Mitchell, W.J.T. Picture Theory (Chicago: The University of Chicago Press, 1994).Montes, Cristin. Osvaldo Soriano. Una contrautopa posmoderna (Santiago: RIL Editores, 2004).Zizek, Slavoj (Comp.). Ideologa: un mapa de la cuestin (Buenos Aires: Fondo de Cultura Econmica, 2008).1 De aqu en adelante se citar la siguiente edicin de este libro: Roberto Bolao. Putas asesinas (Barcelona: Ed.Anagrama, 2010): p. 225.2 La utopa de Amrica, El descontento y la promesa, Caminos de nuestra historia literaria En: Pedro Henrquez. LaUtopa de Amrica (Caracas: Biblioteca Ayacucho, 1989): 503 p.3 En especial interesa revisar las relaciones entre las imgenes visuales con las verbales. Para ello sirven la teorizacinde Mitchell en sus textos Iconolgy y Picture Theory3. Ver especialmente en W. J. T. Mitchell, What is an image y Therhetoric of iconoclasm: En: Iconology. Image, text, ideology (Chicago: University Chicago Press, 1998): pp. 7-46 y pp.160-208 pp.; y del mismo autor Picture Theory (Chicago: The University of Chicago Press, 1994).4 Alfonso de Toro. Posmodernidad y postcolonialidad. Breves reflexiones sobre Latinoamrica (Vervuert: Ed.Iberoamericana, 1997): pp. 28-29.5 Henrquez (1989): p. 33. Har grandes cosas: lo que son no lo s. Las palabras del rey loco son el mote queinscribimos, desde hace cien aos, en nuestras banderas de revolucin espiritual. Venceremos el descontento queprovoca tantas revoluciones sucesivas? Cumpliremos la ambiciosa promesa?.6 Manifiesto Inaugural Grupo Latinoamericano de Estudios Subalternos. Este Manifiesto fue publicado inicialmente porla Revista Boundary 2 Vol. 20 n 3 y reimpreso luego por J. Beverley, J. Oviedo y M. Aronna (Eds.). The PosmodernismDebate in Latin America (Duke University Press, 1995) con el ttulo "Founding Statement". Agradecemos a Boundary 2 y219a Duke University Press por autorizarnos para incluir sta traduccin en castellano (N.E.). Disponible en La World WideWeb en: . [Consulta el 16 de diciembre de 2010].7 La postura de este trabajo no se encuentra tan relacionada con la dialctica tradicional, sino ms vinculada la deTheodor Adorno en su Dialctica Negativa y la jerga de la autenticidad (Madrid: Ed. Akal, 2005): p. 505.8 Hacemos eco a las palabras de Jos Carlos Maritegui: [] mi voluntad es afirmativa, mi temperamento es deconstructor, []. En: Siete ensayos de interpretacin de la realidad peruana (Mxico: Ed. Era, 1979): p. 206.9 Roberto Fernndez. Para una teora de la literatura hispanoamericana En: Para una teora de la literaturahispanoamericana (Bogot: Instituto Caro Cuervo, 1995): pp. 74-87.10 Para una agenda problemtica de la crtica literaria latinoamericana: diseo preliminar En: Antonio Cornejo. Sobreliteratura y crtica latinoamericanas (Caracas: Universidad Central de Venezuela, 1982): pp. 38-39.11 No era como la mayora de los chilenos que por entonces vivan en el DF: no se vanagloriaba de haber participado enuna resistencia ms fantasmal que real, no frecuentaba los crculos de exiliados. (2010: 11).12 Desde la perspectiva del gnero Por aquellos das se deca que el Ojo Silva era homosexual. (2010: 12). Esta visindel personaje ocasion una discriminacin. El modelo del exiliado era deconstruido por el narrador, desde ms bien losupranacional. La crtica va entonces en una lgica cultural: Recuerdo que terminamos despotricando contra laizquierda chilena y que en algn momento yo brind por los luchadores chilenos errantes, una fraccin numerosa de losluchadores latinoamericanos errantes, entelequia compuesta de hurfanos que, como su nombre indica, erraban por elancho mundo ofreciendo sus servicios al mejor postor, que casi siempre, por lo dems, era el peor. (2010: 13).13 A todo el mundo le gusta que lo fotografen, me dijo una vez. A m me daba igual, o eso crea, pero cuando el Ojo dijoeso estuve pensando durante un rato en sus palabras y termin por darle la razn. Slo a algunos indios no les gustanlas fotos, dijo. Mi madre crey que el Ojo estaba hablando de los mapuches, pero en realidad hablaba de los indios de laIndia, de esa India que tan importante iba a ser para l en el futuro. (2010: 12-13).14 Releo estas palabras y s que peco de inexactitud. El Ojo jams se hubiera permitido estas generalizaciones. (2010:16).15 Despus lleg la enfermedad a la aldea y los nios murieron. Yo tambin quera morirme, dijo el Ojo, pero no tuve esasuerte. (2010: 24).16 El cronotopo visto desde la posicin se seala especficamente en Mijail M. Bajtn. Esttica de la creacin verbal(Mxico: Siglo XXI Editores, 1999): p. 396.17 Zizek, Slavoj (Comp.). Ideologa: un mapa de la cuestin (Buenos Aires: Fondo de Cultura Econmica, 2008): p. 382.18 Cuando se habla de un espacio acadmico se le proyecta desde la negatividad: la sede social de Bellas Artes enGmez Palacio, un edificio de dos plantas sin ningn atractivo salvo un patio de tierra donde slo haba tres rboles, unjardn deshecho o a medio rehacer por el que pululaban como zombis los adolescentes que estudiaban pintura, msica,literatura. La primera vez casi no le prest atencin al patio. La segunda vez me puse a temblar. (2010: 28).19 Mijail Bajtn. Introduccin: Planteamiento del problema y La imagen grotesca del cuerpo en Rabelais y sus fuentes.En: La cultura popular en la Edad Media y el Renacimiento (Madrid: Alianza Editorial, 1989): pp. 7-58 y pp. 273-331.20 Lalito Cura jugando con los gansos y los perros en el jardn de la casa del crimen, que para m era la casa delaburrimiento y a veces del asombro y la felicidad. Ahora no hay tiempo para aburrirse, la felicidad desapareci en algnlugar de la tierra y slo queda el asombro. Un asombro constante, hecho de cadveres y de personas comunes ycorrientes como el Pajarito, que me daba las gracias. Nunca pens en matarte, dije, conservo todas tus pelculas, no lasveo muy a menudo, lo reconozco, slo en momentos especiales, pero las guardo con cuidado. Soy un coleccionista de tupasado cinematogrfico, le dije. (2010: 112).21 E. Lamo de Espinosa. La teora de la cosificacin. De Marx a la Escuela de Francfort (Madrid: Ed. Alianza, 1981).22 La postura crtica de Jess Martn-Barbero resulta particularmente atractiva para el anlisis de esta seccin del trabajo:investigar los procesos de constitucin de lo masivo desde las transformaciones en las culturas subalternas [] lacomunicacin se est convirtiendo en un espacio estratgico desde el que pensar los noqueos y contradicciones quedinamizan estas sociedades encrucijada, a camino entre un subdesarrollo acelerado y una modernizacin compulsiva..Los mtodos: de los medios a las mediaciones En: De los medios a las mediaciones. Comunicacin, cultura yhegemona (Mxico: Ed. G. Gili, 1991): p. 203.23 Se emula la visin que plantea Cristin Montes Cap. Osvaldo Soriano. Una contrautopa posmoderna (Santiago: RILEditores, 2004): p. 177. En especial tomaremos la vinculacin entre la utopa de Henrquez Urea y la contrautopa deMontes.24 Montes (2004): p. 12.22025 Viva en el sptimo piso y tombamos el ascensor, un ascensor muy grande en donde se hubiera podido amontonar ams de treinta personas. Su casa era ms bien pequea, sobre todo para la media de los escritores chilenos, cuyascasas suelen ser grandes, y no haba libros. A una pregunta ma responda que ya no necesitaba leer casi nada. Perosiempre hay libros, deca. Desde su casa se vea el bar. Como si el suelo fuera de cristal. Durante un rato, arrodillado,me dedicaba a contemplar a la gente all abajo, buscaba a los entusiastas, a los tres gngsters, pero slo veadesconocidos que coman o beban y que, sobre todo, se movan de mesa en mesa, de reservado en reservado, o deuna punta a otra de la barra, todos presa de una excitacin febril, como se lea en las novelas de la primera mitad delsiglo XX. Al cabo de un rato de estar mirando llegaba a la conclusin de que algo iba mal. Si el suelo de la casa de Lihnera de cristal y el techo del bar tambin lo era, qu pasaba con los pisos del segundo al sexto? Tambin eran decristal? Entonces volva a mirar hacia abajo y comprenda que del segundo al sexto slo haba un vaco. Estedescubrimiento me angustiaba. Joder, Lihn, adonde me has trado, pensaba, aunque despus pensaba joder, Lihn,adonde te han trado. Con cuidado me pona de pie, porque saba que all los objetos eran ms frgiles que laspersonas, todo lo contrario de lo que suele ocurrir normalmente, y empezaba a buscar a Lihn -que ya no estaba a milado- por las diversas habitaciones de la vivienda, que entonces ya no me pareca pequea, como la casa de un escritoreuropeo, sino grande, desmesurada, como la casa de un escritor chileno, un escritor del Tercer Mundo, con serviciobarato, con objetos caros y frgiles, una casa llena de sombras mviles y habitaciones en penumbra en donde encontrdos libros, uno clsico, como una piedra lisa, y el otro moderno, intemporal, como la mierda, y a medida que lo buscabayo tambin me iba quedando fro, y cada vez tena ms rabia y ms fro, y me iba sintiendo enfermo, como si la casa semoviera sobre un eje imaginario, hasta que abra una puerta y vea una piscina, y all estaba Lihn, nadando, y entonces,antes de que yo abriera la boca y dijera algo sobre la entropa, Lihn deca que lo malo de su medicina, de la medicinaque tomaba para seguir vivo, era que de alguna manera sta lo converta en conejillo de Indias de la empresafarmacutica, palabras que en cierta forma yo esperaba or, como si todo fuera una obra de teatro y repentinamentehubiera recordado mis parlamentos y los parlamentos de aquellos a quienes deba dar la rplica, y luego Lihn sala de lapiscina y bajbamos al primer piso, y nos abramos paso por entre la gente del bar, y Lihn deca se acabaron los tigres,y: fue bonito mientras dur, y: aunque no te lo creas, Bolao, presta atencin, en este barrio slo los muertos salen apasear Y ya para entonces los dos habamos atravesado el bar y estbamos asomados a una ventana, mirando lascalles y las fachadas de ese barrio tan peculiar en donde slo paseaban los muertos. Y mirbamos y mirbamos y lasfachadas eran sin lugar a dudas las fachadas de otro tiempo, y tambin las aceras en donde haba coches estacionadosque pertenecan a otro tiempo, un tiempo silencioso y sin embargo mvil (Lihn lo vea moverse), un tiempo atroz queperviva sin ninguna razn, slo por inercia. (2010: 224-225).