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os requerimientos nutricionales (demanda) de un cultivo dependen fundamentalmente del rendimiento, el cual está determinado por la interacción entre el potencial genético de la variedad y las condiciones ambientales de desarrollo. Dicha demanda varía principalmente por el ritmo de absorción del cultivo durante su ciclo de crecimiento, ritmo que es alto en el período de crecimiento vegetativo, pero relativamente constante en período de cosecha pues en este nivel de madurez ya se ha producido el traslado de los nutrientes hasta los bulbos y la absorción es mínima. La cebolla, por lo general, se produce en rotaciones intensivas, las cuales sobrellevan una alta tasa de absorción de nutrientes, por lo que exige una buena fertilidad de suelos. La especie posee una reducida superficie radicular comparada con el peso total de la planta, lo que limita la rápida absorción de los nutrientes. Esta característica anatómica y fisiológica condi- ciona cierta limitación en la eficiencia de la fertilización, lo que debe ser considerado al momento de aplicar los nutrientes. A continuación se entrega información sobre dosis, época y efectos, principalmente del nitrógeno. También se dan recomend- aciones de dosis de fósforo y potasio. Necesidades de nitrógeno Para alcanzar altos rendimientos, la cebolla requiere altos niveles de macronutrientes, principalmente nitrógeno (N). Como los suelos del país presentan severas limitaciones de disponibilidad de dicho elemento, es necesario suministrarlo en forma de fertilizantes para complementar las necesidades del cultivo. Aunque las tasas de absorción de nitrógeno son más altas durante los pe- ríodos de más intenso crecimiento vege- tativo, las necesidades comienzan desde el almácigo (julio) para llegar al período del transplante (octubre) con una planta sana y vigorosa. De acuerdo a inves- tigaciones realizadas en La Platina (Ruiz y Escaff, 1992), se debe aplicar una dosis de entre 13 y 18 g de N/m 2 para lograr un prendimiento satisfactorio y un rápido crecimiento inicial luego del trasplante. Desde antes de la bulbificación hasta inmediatamente después de este período el nitrógeno aumenta en las hojas en forma considerable. A partir de la bulbificación, se produce una activa división celular y alta demanda de metabolitos, que incluyen nutrientes orgánicos (carbohidratos) y compuestos nitrogenados, los cuales son exportados rápidamente desde las hojas hacia los bulbos en crecimiento, hasta que alcanzan una relación diámetro bulbo/diámetro cuello de la planta superior a 2. El nitrógeno es un elemento estructural de aminoácidos y proteínas, que asegura el crecimiento potencial del bulbo hasta la etapa de maduración. En resumen, a través del crecimiento del cultivo las concentraciones de nitrógeno total en las hojas son altas, así como en el bulbo en formación, pero decaen en la madurez, especialmente en las hojas. De acuerdo a estos antecedentes, la cebolla requiere una alta concentración de nitrógeno en la etapa de formación del bulbo. El nutriente debe ser absorbido antes de la bulbificación para asegurar la demanda posterior. 36 mayo-junio 2003 TierraAdentro L La aplicación de nitrógeno es clave para el crecimiento de los bulbos. Debe aplicarse la mitad de la dosis a los 30 días y la otra mitad a los 60 días después del trasplante. 36 Carlos Rojas W. Ingeniero Agrónomo, Ph.D. [email protected] Rafael Ruiz S. Ingeniero Agrónomo, Dr. INIA La Platina Nutrición Nutrición y fertilización

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Page 1: Pag 36-39.fh9 (Convertido)-8 - biblioteca.inia.clbiblioteca.inia.cl/medios/biblioteca/ta/NR29793.pdf · N), nitrato de potasio (13% N y 44% K). Cuadro 1 ... La diferencia entre la

os requerimientos nutricionales

(demanda) de un cultivo dependen

fundamentalmente del rendimiento,

el cual está determinado por la interacción

entre el potencial genético de la variedad

y las condiciones ambientales de desarrollo.

Dicha demanda varía principalmente por

el ritmo de absorción del cultivo durante

su ciclo de crecimiento, ritmo que es alto

en el período de crecimiento vegetativo,

pero relativamente constante en período

de cosecha pues en este nivel de madurez

ya se ha producido el traslado de los

nutrientes hasta los bulbos y la absorción

es mínima.

La cebolla, por lo general, se produce

en rotaciones intensivas, las cuales

sobrellevan una alta tasa de absorción de

nutrientes, por lo que exige una buena

fertilidad de suelos. La especie posee una

reducida superficie radicular comparada

con el peso total de la planta, lo que limita

la rápida absorción de los nutrientes. Esta

característica anatómica y fisiológica condi-

ciona cierta limitación en la eficiencia de

la fertilización, lo que debe ser considerado

al momento de aplicar los nutrientes.

A continuación se entrega información

sobre dosis, época y efectos, principalmente

del nitrógeno. También se dan recomend-

aciones de dosis de fósforo y potasio.

Necesidades de nitrógenoPara alcanzar altos rendimientos, la

cebolla requiere altos niveles de

macronutrientes, principalmente nitrógeno

(N). Como los suelos del país presentan

severas limitaciones de disponibilidad de

dicho elemento, es necesario suministrarlo

en forma de fertilizantes para complementar

las necesidades del cultivo.

Aunque las tasas de absorción de

nitrógeno son más altas durante los pe-

ríodos de más intenso crecimiento vege-

tativo, las necesidades comienzan desde

el almácigo (julio) para llegar al período

del transplante (octubre) con una planta

sana y vigorosa. De acuerdo a inves-

tigaciones realizadas en La Platina (Ruiz y

Escaff, 1992), se debe aplicar una dosis de

entre 13 y 18 g de N/m2 para lograr un

prendimiento satisfactorio y un rápido

crecimiento inicial luego del trasplante.

Desde antes de la bulbificación hasta

inmediatamente después de este período

el nitrógeno aumenta en las hojas en forma

considerable. A partir de la bulbificación,

se produce una activa división celular y

alta demanda de metabolitos, que incluyen

nutrientes orgánicos (carbohidratos) y

compuestos nitrogenados, los cuales son

exportados rápidamente desde las hojas

hacia los bulbos en crecimiento, hasta que

alcanzan una relación diámetro

bulbo/diámetro cuello de la planta superior

a 2. El nitrógeno es un elemento estructural

de aminoácidos y proteínas, que asegura

el crecimiento potencial del bulbo hasta la

etapa de maduración.

En resumen, a través del crecimiento

del cultivo las concentraciones de nitrógeno

total en las hojas son altas, así como en

el bulbo en formación, pero decaen en la

madurez, especialmente en las hojas. De

acuerdo a estos antecedentes, la cebolla

requiere una alta concentración de

nitrógeno en la etapa de formación del

bulbo. El nutriente debe ser absorbido

antes de la bulbificación para asegurar la

demanda posterior.

36

mayo-junio 2003TierraAdentro

L

La aplicación denitrógeno es clave

para el crecimiento delos bulbos. Debe

aplicarse la mitad dela dosis a los 30 díasy la otra mitad a los60 días después del

trasplante.

36

Carlos Rojas W.Ingeniero Agrónomo, Ph.D.

[email protected]

Rafael Ruiz S.Ingeniero Agrónomo, Dr.

INIA La Platina

NutriciónNutrición y fertilización

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mayo-junio 2003TierraAdentro

Épocas de aplicación: de acuerdo a los

antecedentes disponibles, se recomienda

agregar la mitad de la dosis a 30 días y la

otra mitad a los 60 días después del

transplante. Así se asegura una buena

bulbificación.

Si se aplican altas dosis más tardías,

se puede afectar la maduración y formación

del bulbo. Al respecto, las investigaciones

realizadas en La Platina, en variedades

denominadas “dulces”, señalan que las

aplicaciones de nitrógeno tardías y en altas

dosis pueden promover un excesivo

crecimiento del cuello del bulbo. En tales

condiciones el cultivo queda expuesto a

una elevada probabilidad de infestación

por botritis y malas características de

calidad de exportación (Ruiz y Escaff, 1992).

Dosis de nitrógeno y producción: de

acuerdo a experiencias de respuestas a

aplicaciones de nitrógeno en cebolla de

guarda, se ha observado incrementos de

producción hasta con 120 a150 kg de N/ha

(figura 1).

En el caso de cebollas de guarda y

tipo “Pascualina”, rigen las recomen-

daciones dadas inicialmente, pero en el

caso de cebollas tempranas (transplan-

tadas en marzo–abril), es preciso aumentar

la dosis de nitrógeno para enanchar el

diámetro y atrasar la senescencia.

Además del efecto sobre la produc-

tividad, se ha observado un incremento del

calibre y una mejor distribución del diámetro

de los bulbos al aumentar las dosis de

nitrógeno. Con dosis de hasta 120 kg de

N/ha, se reduce en forma significativa las

cebollas de deshecho (cebollones) por

efecto de la pudrición.

Se estima que la eficiencia del

nitrógeno en sistemas de riego por surco

tradicional es del orden de un 50%. Por

100

80

60

40

20

00 75 150 225

ejemplo, con una dosis recomendada de

120 kg de N/ha, se asume que con este

sistema de riego el cultivo ocupará la mitad

del nutriente que se aplicó.

Se calcula que el requerimiento de

nitrógeno en cebollas es del orden de 1,55

kilos de N para producir una tonelada de

bulbos. Desde este punto de vista, si el

agricultor estima que con su sistema

productivo puede producir, por ejemplo, 70

toneladas de bulbos, entonces deberá

considerar la aplicación de al menos 108

kg de N/ha.

En sistemas de riego tecnificado, como

el de aspersión, se ha observado una mayor

eficiencia del nitrógeno (del orden de un

60%). Ello indica que en suelos de baja

disponibilidad de nitrógeno es posible

reducir la dosis a 100 kg de N/ha, más o

menos, y lograr una productividad

satisfactoria, en lugar de la dosis de 120

kg de N/ha considerada previamente.

Nitrógeno y calidad del bulbo: el

manejo del nitrógeno permite también

regular la calidad. Así por ejemplo, al

aumentar la dosis hasta 120 kg de N/ha,

ha sido posible reducir el número de

cebollones.

En postcosecha no se ha observado

efectos dañinos del nitrógeno hasta 120

kg/ha, medidos como el índice de brotación

cada 30 días de almacenaje continuado.

En el extranjero con dosis altas de

nitrógeno (superiores a 300 kg de N/ha) se

han reportado adelantos en la brotación

de cebollas de guarda.

Con dosis de 75 a 150 kg de N/ha el

porcentaje de pérdida de peso (alrededor

del 10%) posibilita almacenar bulbos hasta

160 días después de la cosecha.

Necesidades de fósforoLas aplicaciones del fósforo (P) se

efectúan en la etapa de almácigo en dosis

de 6 a 9 g de P2O5 por m2. Este nutriente

estimula el crecimiento radicular y junto al

nitrógeno ayuda al rápido desarrollo inicial

de las plantas (Ruiz y Escaff, 1992).

En el terreno de cultivo se recomienda

aplicarlo incorporado antes del

establecimiento y transplante, y no durante

el período activo de crecimiento. Algunas

experiencias indican respuestas a este

elemento, con relación al rendimiento, en

dosis del orden de 60 a 90 kg de P2O5/ha.

Con respecto a antecedentes nacio-

nales, no se ha observado efecto del fósforo

sobre el calibre, pérdidas de peso y

pudrición de bulbos (Rodríguez y otros,

1998; Ruiz y Escaff, 1992). En el extranjero,

se citan respuestas significativas en

términos de rendimiento hasta con 100 kg

de P2O5/ha. (Riekels y otros, 1976).

Necesidades de potasioAunque no existen referencias

nacionales que cuantifiquen el efecto de

Rend

imie

nto

bulb

os (t

on/h

a)

Dosis de N (kg/ha)

Rendimiento de cebollaspor efecto de las dosis

de nitrógeno.Modificado a partir de

Rodríguez y otros (1999).

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del cultivo de cebolla

Figura 1

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mayo-junio 2003TierraAdentro

la aplicación de potasio (K) en el

rendimiento y calidad de la cebolla, se

estima que con los altos rendimientos

alcanzados gracias a las variedades

actualmente en uso, la extracción de

potasio puede llegar a valores sobre 90 kg

de K2O/ha, lo cual justifica el empleo de

dosis del orden de 100 a 150 kg de K2O/ha.

En el caso del cloruro de potasio (muriato

de potasio), con 60% de K2O, se aplica en

preplantación e incorpora con la última

labor de rastra. Si se emplea un fertilizante

completo, como el nitrato de potasio, de

fórmula 30 (N)–0 (P2O5)–44 (K2O), se puede

aplicar 30 a 60 días después del transplante.

Este último fertilizante asegura una dosis

de mantención que permite incrementar

los niveles de potasio en el suelo. Con

valores de potasio disponible en el suelo

inferiores a 100 mg/kg (ppm, medidos por

análisis de suelo) existe una alta

probabilidad de respuesta a este nutriente.

Prácticas generales de manejode fertilizantes

En la zona central, en muestreo de

bulbos en cebollas (Rojas, C.W., 2002), se

ha observado que, generalmente, los

agricultores de las regiones 5ª, 6ª y

Metropolitana, combinan la incorporación

de urea (45% de N) o salitre potásico (16%

de N y 8% de K) antes del transplante y

luego urea, superfosfato triple (46% de

P2O5) y muriato de potasio (cloruro de

potasio, 60% de K2O) sobre la hilera y

esparcido con maquinaria en el período del

transplante.

Muy baja = menor a 10 ppm; Baja = 10–20; Media = 20–40; Alta = más de 40ppm de nitrógeno amoniacal (NH4) + nitrógeno nítrico (NO3)Fuentes fertilizantes: urea (45% N), salitre potásico (16% N y 8% K), salitre (16%N), nitrato de potasio (13% N y 44% K).

Cuadro 1

Estimación de la dosis de nitrógeno para diversos rendimientode cebolla y disponibilidad de nitrógeno en el suelo

Disponibilidad de nitrógenoRendimiento

(ton/ha)6080

100

Muy baja

125185250

Baja

95155220

Media

65125190

Alta

3595

160

Dosis de nitrógeno (kg/ha)

La cebolla es un producto estratégico deexportación de acuerdo a los nuevos tratadoscomerciales. Para obtener un producto de calidades importante manejar bien la fertilización.

Las dosis elevadas de nitrógeno (sobre 300kg/ha) pueden alterar la calidad de almacenajede los bulbos.

Una segunda aplicación se efectúa

luego de la limpia, aplicando urea, muriato

de potasio y a veces algo de superfosfato

triple. Posteriormente se efectúa la aporca.

Algunos agricultores combinan sus

aplicaciones de fertilizantes inorgánicos con

aplicaciones de guanos de aves de carne.

Como el nitrógeno es el elemento de

mayor variabilidad en sus contenidos

disponibles en el suelo, se incluyen las

dosis de nitrógeno (cuadro 1) según la

magnitud del rendimiento esperado y la

disponibilidad del nutriente, el que puede

ser cuantificado con un análisis de suelo.

La elección de la fuente fertilizante

nitrogenada dependerá del costo del

fertilizante por unidad de nutriente, de la inclu-

sión de otros nutrientes requeridos e inclui-

dos en la fórmula fertilizante, de la solubi-

lidad de la fuente fertilizante, de la acidez

del suelo y otras características del mismo.

Fertilización orgánicaEn los últimos años ha aumentado la

demanda por productos agrícolas libres de

residuos tóxicos, especialmente en países

desarrollados. En Chile, la productividad

de los cultivos orgánicos de cebolla (sin

empleo de fertilizantes minerales) es

levemente menor a la de cultivos no

orgánicos, pero se ha alcanzado un precio

superior al logrado con la agricultura

tradicional. Esto último, basado en

observaciones en los grandes

supermercados populares del gran

Santiago, en que los precios fluctúan entre

un 20% y un 40% sobre aquellos de

cebollas de producción no orgánica.

La diferencia entre la fertilización

orgánica y la mineral es que esta última

produce efectos en cortos períodos de

tiempo, lo que concuerda con el estrecho

período de crecimiento de las cebollas.

Con los fertilizantes orgánicos, en cambio,

los resultados se pueden detectar a más

largo plazo y es necesario disponer

claramente de la composición de nutrientes

de dichos productos, ya que la baja cantidad

o suministro de algún nutriente debe ser

suplida con la fertilización mineral