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Panorama de la ecología de paisajes

 en Argentina y paises sudamericanos

Editora:

Silvia D. Matteucci CONICET-GEPAMA, FADU, UBA

 [email protected] 

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Ilustración de tapa: Gentileza de Natalia Rosso

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Índice

Presentación del Libro: (prefacio de Silvia D. Matteucci) ....................................Prefacio del Dr. J. Morello ......................................................................................Presentación Ing. Agr. José Luis Panigatti (PhD) INTA ......................................

1 - Ecología de Paisajes y las Fronteras Forestal y Agrícola

Un siglo de cambios de diseño del paisaje: el Chaco Argentino. Jorge Morello, Walter Pengue y Andrea Rodriguez. .....................................................

Expansión agropecuaria en el Chaco Argentino: Amenazas para la conserva-ción de la biodiversidad.Sebastián Torrella, Rubén Ginzburg y Jorge Adámoli ...................................................

Patron Espacial Del Paisaje Serrano (Cordoba, Argentina),

Rubén del Sueldo y Mirta Menghi. ..............................................................................

Experiencias de aplicación de modelos de manejo de recursos enmarcados enel Desarrollo Rural Sustentable. Su vinculación a los paisajes chaqueños.E. Astrada y C. Blasco. .................................................................................................

Análisis del cambio en la cobertura de guaduales (1964-2003) en un área ruralde los municipios de Montenegro y La Tebaida (Quindío, Colombia).Camilo Andrés Correa Ayram. .....................................................................................

Reducción y fragmentación del bosque de tres quebrachos en el sudoeste dela provincia del Chaco.Rubén Ginzburg, Sebastián Torrella  y Jorge Adámoli ..................................................

2 - Aplicaciones de la Ecología de Paisajes al diseño y la planificación

The concept of ecological networks; approaches and developments,exemplified for The Netherlands.Hubert N. van Lier ......................................................................................................

Unidades de paisaje para el desarrollo sustentable y manejo de los recursosnaturales en el NO de Córdoba. Alicia H. Barchuk, Sandra Basconcelo, Horacio Britos, José Alfreso Santa

 y María de R. Iglesias ..................................................................................................

El proceso social de ocupación del SO Bonaerense: la permanencia de «la fron-tera» en el espacio pampeano.Martin Lopo ...............................................................................................................

Planificación paisajística para el ordenamiento territorial de Potrerillos,Mendoza.María Grisel Longo y Martín R. Aguiar ........................................................................

Evaluación de los servicios del paisaje del area de Esquel, Provincia de Chubut:posible influencia de la extracción de oro.

 Andrés Plager ................... .......... ............... ............................. ............................. ........

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 4  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

La valoración del paisaje como un componente importante de la calidad am-biental.Daisy Rodriguez Laredo ...............................................................................................

Paisaje sobre relleno sanitario. Intervención sobre un espacio urbano complejo.Patricia Casco ..............................................................................................................

3 - Aportes de la ecología de paisajes a la conservación de la biodiversidad

Development of planning methods and spatial concepts for the design ofsustainable ecological networks.Daniel Somma, M.B.Aued, H.N.van Lier, R. Jongman y R. van Lammeren ....................

Transformaciones del paisaje e impactos sobre la biodiversidad: ensayandoíndices de ecodiversidad.

 Juan J. Neiff, Sylvina L. Casco y Marcelo Rolón ............................................................

Relação Entre os Parâmetros Estruturais da Vegetação e da Paisagem naDeterminação de Valores Ecológicos da Futura Unidade de Conservação daUFRGS, Porto Alegre, RS.

 Juliane S. Bortolotti y Maria Luiza Porto .....................................................................

Rehabilitacion de sabanas pampeanas en la Reserva Natural Otamendi,Buenos Aires, Argentina.María Fernanda Menvielle, F.S. Bermejo y Jorge Juber ...............................................

Interpretación geoecológica del patrón del paisaje vegetal, a travésdel empleo de indicadores de la heterogeneidad espacial.Geosistema Parque Nacional El Ávila, Venezuela.Carlos Monedero y Mylene Gutiérrez ...........................................................................

Distribución de las poblaciones arbóreas en el paisaje del Parque NacionalEl Palmar. Andrés G. Rolhauser, Fernando Biganzoli, Genoveva Pignataro, Marisa Nordenstahl  y William B. Batista ..................... ...... ................................ ..........................................

Aspectos biogeográficos del corredor fluvial Paraguay-Paraná.Luis J. Oakley; Darién Prado y Jorge Adámoli ..............................................................

Santa Catalina: relicto histórico y núcleo de biodiversidad en el conurbano-surbonaerense (Provincia de Buenos Aires).

 Alberto A. De Magistris y Julián E. M. Baigorria ...........................................................

4 - Relaciones patrón-procesos

Fragmentación del paisaje y su efecto sobre la diversidad de roedoressigmodontinos en agroecosistemas pampeanos de Argentina.Paula Courtalon y María Busch ....................................................................................

Patrones de NDVI como indicador del funcionamiento de humedales en el del-ta del Paraná (Argentina). Influencia de «El Niño» en la señal.María Laura Zoffoli, Nora Madanes y Patricia Kandus ..................................................

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Relaciones entre la riqueza y la composición florística con el tamaño de fragmentos de pastizales en la Pampa Austral, Argentina.Lorena Herrera y Pedro Laterra ...................................................................................

Materiales arqueológicos y patrones espaciales: tres años de trabajoen la intersección entre la ecología de paisajes y la arqueología.Silvia D. Matteucci y Vivian G. Scheinsohn ..................................................................

Analisis espacial de zooplancton a escala de un gran embalse (Patagonia,Argentina). Alba Puig y Mariana I. Abelando ................................................................................

Distribución espacial de la declinación de los bosques de  Austrocedruschilensis en el Valle 16 de Octubre (Chubut, Argentina)Ludmila La Manna y Francisco Carabelli .....................................................................

5 - Ecología de paisajes y frontera urbana

Actualización de cálculos y distribuciones espaciales a través de cadenas deMarkov y autómatas celulares. Pérdida de suelos en el Área Metropolitanade Buenos Aires-2001.Gustavo D. Buzai ........................................................................................................

Análisis de imágenes satelitales y aplicación de índices del paisaje en el es-tudio de la distribución de espacios verdes del área periurbana de Rosario,Provincia de Santa Fe.Nora Elena Mendoza ..................................................................................................

Cambios en el patrón del paisaje debido al crecimiento urbano análisis degradiente de usos del suelo de la transecta Tigre-Pergamino.Mariana E. Silva ..........................................................................................................

Análisis de la fragmentación del paisaje en el Partido de Luján, la integra-ción de patrones y procesos.Virginia E. Bonvecchi, y María Cristina Serafini ..........................................................

Riesgo económico-financiero y ambiental en las ciudades latinoamericanas.El caso agua potable en Buenos Aires - San Pablo - México (1940-2000), José E. Grassi ..... .............................. ................................... .............................. ..........

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Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentinay Países Sudamericanos

Silvia D. Matteucci CONICET-GEPAMA, FADU, UBA

Los trabajos reunidos en este volumen son una muestra de los presentados en las PrimerasJornadas Argentinas de Ecología de Paisajes, realizadas en la Facultad de Arquitectura, Diseño yUrbanismo de la Universidad de Buenos Aires durante los días 2, 3 y 4 de noviembre de 2005.

El décimo aniversario del Grupo de Ecología del Paisaje y Medio Ambiente (GEPAMA) nospareció el momento adecuado para ampliar y profundizar un acercamiento con los colegasinteresados en esta rama de la ecología, en pleno crecimiento. Nos interesaba por un lado cono-cer el estado del arte en Argentina y los países vecinos, y generar un ámbito de intercambio deexperiencias y conocimientos. Sospechábamos que había muchos trabajos en el tema, especial-mente en aplicaciones a la resolución de situaciones que presentan un fuerte componente espa-cial. Muchos de estos trabajos carecen de amplia difusión: son de interés y aplicación local y las

revistas extranjeras no los aceptan y no hay muchas posibilidades de publicación en revistasnacionales. También sentíamos que existía la necesidad de aunar esfuerzos para avanzar conmayor seguridad y solidez y, por último, era una excelente oportunidad para expandir haciaotros ámbitos académicos el intercambio interdisciplinario que nos facilita el hecho de trabajaren contacto con arquitectos, diseñadores de paisaje y planificadores, en la Facultad de Arquitec-tura; y para estimular esta interacción.

Las magnitud de la respuesta a nuestra convocatoria nos asombró. Se presentaron más de 70trabajos, la mayoría de muy buen nivel (se aceptaron 62); de estos, 40 fueron presentados porescrito en versión completa. Tal como imaginamos, la variedad de temas, enfoques y métodosfue muy amplia, un reflejo del estado del arte en la ecología de paisajes a nivel internacional(Morello, 2006; Matteucci, 2006). La asistencia superó nuestras expectativas, por cantidad: sala de100 butacas casi llena en todas las sesiones; y por calidad: conjunto heterogéneo de biólogos,

geógrafos, planificadores, diseñadores, arquitectos; docentes, estudiantes e investigadores. Perono fue una Torre de Babel, hubo mucha interacción y cordialidad. Se presentaron participantesde varias ecorregiones argentinas y de Brasil, Colombia, Venezuela, Chile y Bolivia. Tuvimos elplacer de recibir a dos conferencistas de Los Países Bajos: Prof. Hubert N. van Lier y Rob Jongman.

El libro está organizado en los cinco grandes temas, que constituyen sendas partes del mismo:Ecología de Paisajes y las Fronteras Forestal y Agrícola; Aplicaciones de la Ecología de Paisajes alDiseño y la Planificación; Aportes de la Ecología de Paisajes a la Conservación de la Biodiversidad;Relaciones Patrón-Procesos; y Ecología de Paisajes y Frontera Urbana. No fue sencillo asignar lostrabajos a cada tema, por la propia naturaleza metadisciplinaria de la ecología de paisajes, porlo cual dentro de cada tema hay una variedad de enfoques y propósitos.

Espero que el libro sea fuente de información, pero más que nada, de inspiración, para los

 jóvenes y no tanto, que se acercan a la ecología y diseño de paisajes desde las diversas disciplinas.

Cita BibliográficaMatteucci, S.D. 2006. Ecología de Paisajes:

¿Qué es hoy en día? Fronteras 5: (en prensa)Morello, J. 2006. Prefacio de este libro

Octubre 2006La EDITORA

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Evolución de la ecología del paisaje en un país en desarrollo

 Jorge MorelloCONICET-GEPAMA-FADU-UBA

«..cada vez tenemos menos suelo, menos bosque nativo, menos agua decalidad y menos recursos del mar. Eso significa que somos menos país de loque éramos antes1»

El escenario donde se desarrolló la ecología del paisaje en argentina es el de un paísde: a) grandes dimensiones, con fronteras urbanas, litorales y agrícolas todavía enpleno dinamismo, b) agroexportador de commodities, c) poco poblado, d) con vacíosde conocimientos básicos sobre ecosistemas que se están degradando porque el hom-bre los maneja con insuficientes datos sobre su funcionamiento y sobre las interaccionesentre distintos usos del suelo, e) posee todavía un 49,3% de ecosistemas naturales yseminaturales de los que hay 18.936.000 Ha protegidas, es decir el 6,78% del territorio

nacional.

Por otro lado, como en todo país en desarrollo, la presión sobre los recursos es debase fuerte, por ejemplo en poco menos de un siglo (1914-2002) hemos pasado de unasuperficie de bosques de 100.000.000 Ha a 33.190.400 Ha (Secr. Ambiente y DesarrolloSustentable, 2003) y el ritmo promedio de desmonte ha sido estimada en 508.000 Ha/ año (Merenson, 1992, citado por Bertonatti y Corcuera, 2000). Entre 1998 y 2002 sedesmontaron 200.000 Ha/año en las ecoregiones de Yungas, Chaco y Paranense y lastasas del 2005 eran de 15.000 Ha/año en tierras planas de las Yungas, 130.000 en elChaco semiárido y 42.000 en el Chaco Húmedo (Gaspari y Grau, 2006).

El recurso suelo en el 2005 tenia 60.000.000 Ha sujetas a erosión y la tasa de pérdida

de suelos se mantenía en 650.000 Ha/año (Perez Pardo, 2006).

Este escenario de grandes déficits de información básica y de «la premura con quees necesario resolver los problemas relacionados con la utilización de los recursos na-turales y con el ordenamiento del espacio» (Matteucci, 1979) asociado al riesgo depérdida de ecosistemas completos fue en mi opinión un fenomenal estimulo para eldesarrollo de la ecología del paisaje en Argentina, que se reflejó en los trabajos pre-sentados en estas Jornadas, y también de economía ecológica.

1. Etapas de desarrolloRastreando la evolución de nuestra disciplina pueden identificarse algunas etapas

netas como:

Naturalistas imperialesHasta 1840 imperios europeos con intereses colonizadores, particularmente Fran-

cia e Inglaterra, valoraban el potencial de recursos naturales y los informes iban acom-pañados de mapas monotemáticos muy simples de oferta estimada de humedad y defertilidad y limitantes de los suelos. La leyenda de tales espacializaciones de suelospampeanos y de la mesopotamia identificaba «suelos rojizos, gris oscuros y negros ylas limitantes identificaban «montañas y tosca» (Aldeman, 1994).

1 Gligo N. 2006. Estudio del medio ambiente en Chile 2005. Univ. De Chile, Santiago de Chile.

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10   Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

Países competidoresHacia fines del siglo Canadá estudiaba las tierras de trigo de Argentina y en 1880 un

comisionado del gobierno de Canadá informaba que «Argentina possesses a largerquantity of good land in proportion to its size than does any other country». Pocotiempo después otros canadienses indicaban que Argentina y Canada «would shortlybecome major competitors in world wheat markets» (Adelman, 1994). Años mas tar-de, los australianos comenzaban a revisar la evolución del potencial lanero y elgermoplasma de forrajeras argentinos.

El peso de la exploración mineraHacia fines del XIX y principios del XX una desproporcionada mayoría de mapas y

estudios con enfoque monodisciplinario están vinculados con los recursos no renova-bles: dominan las cartas geológicas y fisiográficas (Kühn, 1922). Se crea la DirecciónNacional de Geología y Minería, que elabora mapas topográficos y geológicos y el Mi-nisterio de Obras Publicas crea una Comisión de Estudios Hidrológicos para estudiar laexistencia de agua en los territorios en que se construyen los FFCC (Bailey Willis, 1914).

Los biogeógrafos monodisciplinariosDurante largo tiempo se fueron produciendo cada 5 años o menos, mapasfitogeográficos de Argentina monodisciplinarios (Matteucci, 2006), sin percibir el pa-pel de la «vegetación como elemento integrador por excelencia de los factoresoperativos del ambiente, incluyendo los efectos de la actividad antrópica» (Matteucci,1979). La lista de mapas de vegetación con enfoque monodisciplinario incluye los deLorentz (1876), Holmberg (1898), Hauman (1920 y 1931), Kühn (1922), Frenguelli (1940),Castellanos y Pérez Moreau (1944), Parodi (1945), Cabrera (1951, 1953, 1976).

Los fitogeografos paisajistasDesde la segunda guerra mundial geógrafos europeos dedicados al manejo de

ecosistemas, comenzaron a percibir lo que Matteucci (2006) llama «la relación

espacialmente explicita entre los fenómenos naturales físico-bióticos y sociales», ycomenzaron a producir cartas temáticas articulando la vegetación como integradoracon procesos de agriculturización, desmonte, urbanización y también demandas depreparación para la 2º guerra mundial: tipos de vegetación de humedales que sonindicadores de anegamiento (qué tipo de turbera o pantano soporta el paso de infan-tería, cuál de caballería, cuál de tanque y cuál de artillería pesada) o qué bosques eranfuertemente inflamables y en qué época.

Uno de los fitogeografos o ecogeografos paisajistas de la escuela de Berlín, quecompetía con la de Karl Troll en Bonn, trabajó en Argentina, Brasil y Venezuela dejan-do en nuestro país trabajos fundamentales para la planificación del uso de la tierra ycomo herramientas para comprender algunos procesos ecológicos en relación con la

heterogeneidad espacial. Los trabajos de Hueck que se incluyen en la etapa del para-digma de la homogeneidad (Matteucci, 2006) son Hueck, (1953, 1957 a y b, 1961, 1962).Este fitogeógrafo y doctor en ciencias forestales dejó también alumnos que siguieronevolucionando en nuestra disciplina, entre ellos Federico Vervoorst y Jorge Morello.

La vegetación como integradoraDesde que comienza el trabajo de Hueck en Argentina, asociado a las fotografías

aéreas, los ecogeógrafos que en la Argentina trabajaban en ecología del paisaje, comoMorello, Saravia y Adámoli (Morello y Saravia Toledo, 1959; Morello, 1967; Morello yAdámoli, 1967 y 1968) tuvieron muy claro que las características de la vegetación deun área son el resultado de la acción combinada de un grupo de factores bióticos,físicos y antrópicos que operan sobre ella.

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La foto aérea incorpora la posibilidad de delimitar bordes de áreas que aparecencomo internamente homogéneas permitiendo ver cómo se integraban esas áreas enmosaicos de patrones repetitivos.

La vegetación cobra valor como indicador sintético de los atributos y potenciales

de celdas y conjunto de celdas del paisaje.La influencia de las clasificaciones regionales con propósitos múltiples elaboradas

por el CSIRO y la definición de tierra como concepto que incluye el suelo, la vegeta-ción, la fauna y el clima local, y su integración en sistemas de tierra de Christian (1958)y Christian y Stewart (1968), pesan con fuerza en el trabajo de los argentinos, tanto enel Chaco (Morello y Adámoli 1974; Pujalte et al., 1995), como en la Mesopotamia y enel norte de la Patagonia (Speck, 1982).

Se considera que cada porción de la superficie del país es el producto de una evolu-ción en que participaron el material geológico de base, los procesos geomofológicos,el clima y el tiempo. Tierra es un sistema ecológico con una ubicación geográfica de-

terminada.

Se acepta la definición de tierra aparecida en Brinkman y Smyith (1973): un áreaespecifica de la superficie terrestre, cuyas características comprenden todos los atri-butos relativamente estables, o de ciclos predecibles, de la biosfera. Incluye la atmós-fera, el suelo y la geología subyacente, la topografía, la hidrología, las poblaciones deplantas y animales, los resultados de las actividades humanas pasadas y presentes, enla medida en que estos atributos ejercen una influencia importante en los presentes yfuturos de la tierra.

Se pone énfasis en los elementos del sistema más integradores y más fácilmente ob-servables, cosa que en Argentina resultó una constante para este tipo de trabajos, con el

agregado de la vegetación, por el origen de los profesionales (casi todos biólogos).

Entre los 70 y los 90 los trabajos de ecología del paisaje en Argentina tienen dosgrandes objetivos: el hallazgo de relaciones de patrones espaciales fisicos naturales devariables bio-físicas con variables de producción agropecuaria y el uso del conocimientode patrones y procesos para la planificación de la conservación. Es obvio que los orga-nismos nacionales mas demandantes de tales conocimientos y que han apoyado laformación de grupos de ecología de paisajes han sido inicialmente el Instituto Nacio-nal de Tecnología Agropecuaria (INTA) y la Administración de Parques Nacionales.

La ecología del paisaje como herramienta de conocimiento y de planificaciónEn la actualidad, la ecología de paisajes es la herramienta utilizada en casi todo los

países jóvenes para el ordenamiento del territorio. Hablar de la ecología de paisajescomo herramienta de planificación en un país caracterizado por una raquítica capaci-dad de ordenar espacialmente su desarrollo regional es en la práctica una quimera,pero también un desafío.

Sin embargo, en las Primeras Jornadas Argentinas de Ecología de los Paisajes esedesafió muestra que esta disciplina reposa sobre bases concretas cada vez mas sólidase incluyentes.

El amplio espectro de temas tratados incluye: a) propuestas para desarrollo susten-table y manejo de recursos naturales; b) conocimiento de los efectos de la fragmenta-ción del paisaje y sus consecuencias; c) manejo de áreas protegidas urbanas y rurales;

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12  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

d) corredores biológicos; e) usos actuales y potenciales de neoecosistemas y neosueloscomo áreas con pastizales arbustificados y cubiertas edáficas de relleno sanitario; e)utilización de nuevas herramientas estadísticas y métricas para calcular desde pérdidade suelos hasta regionalización de amplios territorios antropizados; f) métodos paraestimar la sensibilidad de los ecosistemas a impactos naturales y antrópicos; g) cam-bios de patrones de paisaje; h) fragmentación de ecosistemas naturales y extinción deespecies; h) gestión ambiental de paisajes urbanos; i) manejo de ecosistemas de reem-plazo de pastizales naturales; j) desarrollo sustentable de humedales; k) localizaciónde hábitat de culturas extinguidas; l) determinación del impacto ecológico de grandesautopistas.

En síntesis, los resultados de las Jornadas mostraron un desarrollo vigoroso de unadisciplina imprescindible para organizar espacios en un país con inmensos territoriossubpoblados, y subutilizados, que contrastan con un sistema de áreas protegidas am-bicioso y que se va enriqueciendo en conocimientos de procesos ecológicos dentro yfuera de los Parques Nacionales y un irrefrenable avance de las fronteras urbanas yrurales con riesgo de pérdida de ecosistemas completos.

Estoy convencido que la ausencia de planificación territorial achica nuestro paíscomo lo achican el sobreuso del suelo, la sobrepesca, la fragmentación de los bosquesy la pérdida de especies y la monoproducción agrícola sobre grandes superficies..

País grande no es solamente aquel que posee extensa superficie territorial, sinotierra y manejo planificado con objetivos transgeneracionales de desarrollo claros yde mediano y largo plazo.

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Presentación

Ecología del Paisaje, un enfoque relativamente nuevo que pretende y puede poneren marcha una integración de especialidades y personas que tienen la oportunidad deofrecer descripciones, evaluaciones y soluciones a los problemas que nos presenta el

uso de ambientes, particularmente con la visión del desarrollo y conservación, que secontrapone a las estrategias del corto plazo, presentes en los últimos tiempos.

Para analizar el presente y fijar posiciones, tomemos varios temas que no necesaria-mente están concatenados ni ordenados por importancia.

•  En la mayoría de los organismos oficiales no se incorporó a planta permanentea personal y especialistas profesionales durante unos 15 años (una generación) ..... Espor ello que los conocimientos y logros de la generación anterior no son fácilmenteasimilados ni empleados por la nueva, que debería reemplazar a la anterior, por esevacío generacional que es bien notable en algunas áreas de conocimiento y aplicaciónde tecnología. Se necesita un esfuerzo especial para que en esta época de «bonanza»

presupuestaria se acerquen esas generaciones y conocimientos para no perder valio-sos avances, ni duplicar tareas o dejar vacíos costosos de remontar. Necesitamos acele-rar y concretar una verdadera dinámica intergeneracional.

•  Lo mencionado se puede apreciar claramente en ciertas áreas de trabajo, dondela generación que está terminando sus aportes ha realizado un importante avance enconocimientos. La nueva generación tiene una formación, valores, medios, (laborato-rios, infraestructura, metodología) demandas y calificaciones distintas. Ecología delpaisaje, necesariamente necesita esa integración para concretar importantes avancesy logros a corto plazo con eficiencia en el uso de todo lo disponible, no siempre bienconocido.

•  Algunos Argentinos, aunque sin exclusividad, pretenden mejorar o crecer rápi-damente en sus carreras sobrevaluando sus aportes o con algunas devaluaciones a loanterior o distinto. Esta posición demora el crecimiento y nos lleva a ser más competi-tivos que competentes, camino que resta en el desarrollo con excelencia.

•  Ecología del Paisaje, qué es? Es muy sencillo, se comprende leyendo gran partedel libro. El problema puede ser si solo nos quedamos con la información que nos danlos títulos o algún trabajo aislado. Es importante nuestra actitud para comprender y,por sobre todo, integrarnos, por ello invertí en conocimientos leyendo esta obra.

•  Las instituciones van evolucionando por muy diversos motivos, donde cabe men-cionar las decisiones políticas nacionales, las de cada institución, las demandas de la

sociedad, las iniciativas y «fuerza» de sus integrantes, las estructuras que agilizan latoma e implementación de decisiones. Cuando se trata, como en este caso de Ecologíadel Paisaje (EP), alguien despierta la inquietud y pone en marcha las acciones, como laque aquí se expone. Es de destacar esta iniciativa que hoy toma forma de libro y sedifunde a todos los posibles interesados, pero haciendo un verdadero e importanteaporte de conocimientos que comienzan a sumar y tienen un largo y potencial caminoa recorrer integrando y aportando. El INTA, como otras instituciones, tiene un cúmulode información recogida desde muy diversos enfoques y especialidades que se puedenintegrar en EP, por ello podemos hoy considerar que este libro concreta una primeraetapa y dará lugar al inicio de otra, donde los tiempos y los conocimientos tienen laoportunidad de mostrar avances notables aportando visiones y soluciones integralessobre bases firmes, acortando los plazos de avances.

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Ecología de Paisajes

y las fronteras forestal y agrícola

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Un siglo de cambios de diseño del paisaje:El chaco argentino

 Jorge Morello1,2 ; Walter Pengue 2 y Andrea Rodriguez  2

1Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas2Grupo de Ecología del Paisaje y Medio Ambiente, FADU, UBA

[email protected]; [email protected];[email protected]

ResumenLa explotación de los recursos naturales del Chaco se desarrollo en dos grandes

períodos, el de la cosecha ecosistémica y el de la agricultura generalizada. Cada unoabarca distintas etapas definidas por la modalidad de manejo de los pulsos naturales y

antrópicos: fuego, inundación, sequía , tornados, trasvase de cauces, pastoreo-ramo-neo, explotación forestal y desmonte-labranza. Se establecen 10 etapas: etnias loca-les, fronterizos y meleros, puestos ganaderos, durmiente y poste , 1º taninera, coloniaagrícola, exploración y explotación petrolera, 1º pampeanización, 2º taninera, y 2ºpampeanización o sojización. De cada una se identifican los siguientes atributos:ecosistema fundamental, ecosistema de apoyo, recurso más valioso, herramienta demanejo, herramienta de cosecha, disturbio principal, disturbio secundario, papel deborde de los parches, nuevos actores sociales, fechas aproximadas de inicio, desarro-llo, consolidación, de conflicto con recursos demandados por la etapa siguiente ydesaparición.

Los resultados incluyen el análisis de procesos y elementos críticos inadecuadamente

estudiados, compartidos por varias etapas: lignificación de pastizales, cultura de a piéy cultura ecuestre, peladares peridomésticos, respuestas ecosistémicas a la tala selecti-va, consecuencias de la exclusión del vacuno del obraje, normativas y manejo de frag-mentos de bosque y cambios de respuestas a pulsos naturales y antrópicos.

AbstractIn this paper we analyze two types of landscape changes: the ones linked with land

uses, and the ecological responses to such modifications. Our ecoregion lies in centralSouth America, in Argentina, Paraguay, Bolivia and Brasil. It covers 1 066 000 squarekm with the second forest on the continent un size, and the first in the hard woodtype. It has 4 000 000 inhabitants and more than 80 percent are urban dwellers therural population has 100 000 indian people and almost 200 000 of mixed blood.

We describe 10 periods of human occupation from 1800 to 2005: 1) Indigenouspeople, 2) military occupation, 3) cattle breeder establishments, 4) timber extraction,for railroad and fences 5) timber exploitation for tannin of the heart wood of Schinopsis balansae, and perfume extract of Bulnesia sarmientoi , 6) cotton cultivation, 7) oilexploration, 8) agricultural technification, 9) tannin industry modernization, and 10)soybean high input industrial agriculture.

Each period is characterized by the type of disturbance, the ecological responseand the dominant land use. To built up the periodization we selected ten indicators: 1)ecosystem under big demand; 2) ecosystem under secondary demand; 3) the morevaluable natural resource under demand; 4) main productive activity, 5) tools for

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cropping or exploitation, 6) degraded or secondary communities, 7) type and functionof patch edges, 8) social actors, 9) evolution and decline of the period.

The conclusions are strongly related to conservation issues, because the ecorregiónhas natural and seminatural fragments of big size, almost undisturbed and high

potential for successful restoration. The same is valid for indigenous cultures and po-pular knowledge.

Finally we make some proposals about natural habitat conservation, restorationand rehabilitation.

IntroducciónEste trabajo pretende contribuir al conocimiento de como se organizó la ocupación

extractiva-productiva del patrimonio natural chaqueño, cual fue la dinámica de losprocesos de cambio, y las respuestas de los ecosistemas a dichos cambios, y dar algu-nas pistas sobre lo que creemos son vacíos de conocimiento importantes sobre tales

respuestas ecosistémicas a la presión humana.Las tendencias del paisaje chaqueño actual han sido analizadas en un programa

internacional (TNC-NS-FVSA, 2005) y en obras recientes (Di Giacomo y Krapovickas,2005, Naumann y Madariaga, 2004, y Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustenta-ble, 2004); nosotros nos ocuparemos de las condiciones, la intensidad y frecuencia delos cambios ecosistémicos ocurridos en los períodos iniciales de la ocupación blanca.

Creemos que es posible contar «lo que hacían», es decir como se comportaban losecosistemas bajo presión de pulsos naturales, lo que implica descifrar las interrelacionese interacciones entre los seres vivos, el agua, las formas del relieve, el suelo y el clima,antes de la penetración blanca y como fueron cambiando los efectos de los pulsos

naturales al intervenir el hombre modificando su frecuencia e intensidad.El mosaico regional de paisajes del Gran Chaco puede ser mirado como escenario de

interacciones, interconexiones en interdependencias en la que participan dos tipos devegetación: pastizales y bosques. El equilibrio inestable entre ambos es controladopor: a) los incendios; b) las inundaciones; c) las sequías; d) los tornados; e) el forrajeode la fauna local particularmente las hormigas cultivadoras de hongos (Atta wollenveideri, Acromyrmex  sp) (Bücher, 1982; Bücher y Montenegro, 1974); f) el pas-toreo de la fauna introducida hace más de 5 siglos desde Asunción, Tucumán y Santia-go del Estero; g) los desplazamientos o trasvases de cauces; h) los cambios de suelo ysubsuelo por actividad de fauna cavadora. Tales presiones tratan de modificar cons-tantemente, a veces con éxito y otras no, la composición y la estructura de losmanchones herbáceos y los leñosos y sobre todo las relaciones que se establecen entreambos.

A cualquier escala grande de análisis, el Chaco puede considerarse un sistema diná-mico en el cual los componentes recurrentes de los mosaicos de paisaje son el bosque,el pastizal y sus interfases. En algunos ecosistemas la matriz del paisaje es el bosque enotros el pastizal y siempre la estabilidad del conjunto depende como ya se indicó, delas relaciones que se establecen entre ambos (Morello y Adámoli 1968).

Al avanzar en el conocimiento de la historia de la ocupación de grandes unidadesterritoriales homogéneas llamadas complejos de ecosistemas (TNC-NS-FVSA, 2005) sefue conociendo que desde la entrada del hombre blanco se modificaron las relaciones

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espaciales y funcionales entre pastizales y bosques (Morello y Saravia, 1959a y b) y quelos cambios parecían ser en una dirección determinada: mientras los bosques seguíanpermaneciendo como tales, los pastizales evolucionaban a matorrales (fachinales oarbustales).

El proceso parecía tener origen casi exclusivamente en el sobrepastoreo del ganadodoméstico (De la Cruz, 1998). El cambio se había detectado antes y la sobrecarga gana-dera había sido mucho más rápida en los mosaicos de paisaje semiáridos que en lospastizales del Chaco húmedo (Astrada, 1906).

La percepción del origen multifactorial del proceso de invasión de leñosas enpastizales fue más temprana en el Chaco semiárido, y poco a poco se fue descubriendoque sus causas eran complejas, que no se trataba de la influencia de un solo factor, yque conociendo la historia de la ocupación era posible pronosticar algunas tendenciasallí donde la combinación de factores de alteración se mantenía constante durantecierto tiempo. Por ejemplo, en 1906 Astrada (citado por de La Cruz, p. 27) agrega alsobrepastoreo las sequías extraordinarias ligadas al fenómeno La Niña, la mudanza decauces y la presión de mangas de langosta como vinculados a la arbustificación depastizales.

La pregunta que uno se hace permanentemente en el Chaco es si el pastizal queesta siendo empujado fuera del dominio de lo herbáceo seguirá siendo el mismo pasti-zal o si pasará a otra configuración, a otro estado sucesional en condiciones más omenos irreversibles. Dentro de las tendencias generales del cambio de herbáceo a le-ñoso hay vacíos de información sobre: si la biodiversidad aumenta o no; si la biomasaaérea aumenta y la subterráneas disminuye; si la relación entre biomasa viva y muertacambia y en que dirección; si la productividad primaria disminuye; si la longitud de lascadenas tróficas aumenta; si el y reciclado interno de nutrientes incrementa y la tasade renovación disminuye (Walker, 2005).

Otra pregunta va dirigida a saber si para explicar los cambios producidos en unmosaico de paisajes es más determinante analizar las relaciones entre unidades recu-rrentes o dentro de cada componente del mosaico. Se trata de poner a prueba elparadigma de la ecología del paisaje consolidado en la década del 70 que estableceque las interacciones entre unidades territoriales homogéneas que se manifiestan comoflujos de materiales, organismos y energía, eran mas importantes para la estabilidaddel conjunto de unidades que los procesos y estados intraunidad (Matteucci, 1998).

En nuestro caso la idea es que lo que ocurría y ocurre en el pastizal en sentidoamplio es decir tanto en los de tierra firme no anegadiza como en los gramillares,totorales, juncales, pirizales, pajonales, peguajosales y sabanas inundables, depende

en gran medida del funcionamiento del borde o interfase pastizal-bosque. Es conoci-do que el borde, para ciertos movimientos de materiales (suelo, agua) y de organis-mos, puede funcionar en algunos casos como barrera, y en otros como filtro, corredory como hábitat.

Para contribuir a contestar estas y otras preguntas hemos recurrido a la escala tem-poral y hemos dividido la historia de la ocupación humana en el Chaco en períodos enque la sociedad fue usando la oferta de la naturaleza de manera distinta y analizamossus consecuencias sobre la evolución del paisaje.

Pensamos que conocer la secuencia de cambios producidos por la ocupación huma-na no es suficiente para pronosticar el futuro de los paisajes chaqueños, pero ayuda

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mucho en determinadas unidades territoriales y en otras menos. Pensamos tambiénque las cicatrices de la actividad humana son muy visibles y cuantificables en determi-nados territorios de clima pluviométrico semiárido, y difíciles de medir en otros.

Ocupación humana y factores naturales de cambio

En el Chaco parece evidente que lo que mantuvo la diversidad biótica y el equilibrioentre pastizales y bosques fue la dinámica de pulsos naturales que indicamos arriba.

La imagen satelital y la foto aérea nos muestran que el Gran Chaco es un territoriode alta heterogeneidad, con mosaicos de paisaje en constante transformación espa-cial y temporal (Morello y Adámoli, 2005; Adámoli et al. 1990) y con cambios locales ysubregionales de la relación entre cobertura herbácea y leñosa. En lo siglos XVI, XVII,XVIII, XIX e inicios del XX las actividades productivas utilizaron prácticas degerenciamiento de los recursos, que no implicaban masivas remociones de la cobertu-ra vegetal original.

Este trabajo trata de ese largo período previo a la agricultura de altos insumos

donde las presiones humanas de cualquier tipo que, insistimos, no suponen la remo-ción obligatoria en corto tiempo de la vegetación natural sobre centenas de miles dehectáreas, fenómeno que ocurre desde los 70 con el proceso llamado pampeanizacióno sojización del Chaco.

Marco conceptualNuestras hipótesis son:a) En los períodos de cosecha ecosistémica los cambios producidos por la ocupa-

ción humana fueron más drásticos en los pastizales que en el bosque y que la integri-dad del ecosistema bosque se prolonga durante mucho más tiempo que la de lospastizales.

b) El conjunto de perturbaciones producidas en un ecosistema, o complejo deecosistemas determinado fue del mismo tipo y las respuestas ecosistémicas también,pero tales respuestas pueden cambiar al pasar a otra unidad de paisajes.

c) En el Chaco los bosques explotados conservan durante largo tiempo sus atribu-tos estructurales, varios servicios ecológicos y su capacidad de rehabilitación, aun cuandohan perdido su valor económico, por lo que no es válido el criterio de que un fragmen-to de bosque nativo sin valor económico para el mercado maderero, puede y debe serconvertido a otro uso.

d) Las modificaciones que ocurren en el elemento pastizal del mosaico bosque-pastizal, pueden influir en el conjunto, por ejemplo la desaparición de especies

palatables obliga a la fauna herbívora domesticada a presionar sobre el bosque, esdecir a pasar del pastoreo al forrajeo (Morello y Sarasvia, 1959; Morello y Adámoli,2005), La historia de la ocupación permite detectar los factores operativos que man-tienen la integridad de un mosaico de paisajes (Matteucci, 1998), por ejemplo tamañomínimo de parches compatible con la conservación de poblaciones viables de las espe-cies clave; densidad de matas o ramas compatibles con la desaceleración del movi-miento lateral de la hojarasca, las partículas del suelo y los nutrientes en soluciónarrastrados por la erosión en manto, etc.

f) En el modelo de matriz, parche y corredor, tanto los pastizales como los bosquespueden conformar cualquiera de los tres elementos del mosaico, pero la ocupaciónhumana y la circulación de población dispersa usó casi exclusivamente los pastizales y

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los cauces fluviales activos.

g) El conocimiento empírico de algunas relaciones entre parche y matriz orientó labúsqueda de ubicación inicial de infraestructura, por ejemplo en sitios donde la únicaagua potable es la de deslizamiento superficial. En una llanura como la chaqueña nosiempre se sabe si el agua corre del bosque al pastizal o viceversa.

h) Las relaciones entre tipos de componente del paisaje en un territorio anegadizoson imprescindibles para ubicar manchones altos para construir sobre ellos los llama-dos dormideros para el ganado en las inundaciones extraordinarias.

i) Hay parches que son origen y otros que son destino para el movimiento de ma-teriales y biota, y esas funciones han sido modificadas particularmente por la cons-trucción de la infraestructura de transporte.

 j) Los bordes e interfases de los manchones del paisaje se comportaron de distintamanera en distintas etapas no tanto en relación con la fauna y la flora nativa sino en

relación con el ganado doméstico y al hombre.k) En cada etapa dominan uno o varios tipos de perturbaciones (entresaca, des-

monte, sobrepisoteo, sobrepastoreo, defaunación, incendios) y cada una puede pro-vocar la aparición de puntos de partida y trayectorias sucesionales distintas de losecosistemas bajo presión (Walker 2005).

PeriodizaciónCualquier periodización demanda explicitar los criterios que fueron usados para

hacer los cortes temporales. En nuestro caso reconocemos dos grandes períodos: unode cosecha ecosistémica y otro dominantemente agrícola, ambos divididos en etapas

caracterizadas por:a) El dominio de una actividad específica con transiciones de larga duración;

b) La modalidad de uso dominante raramente desaparece totalmente en etapasposteriores y pasa a tener carácter secundario o residual en gran parte de la ecorregión.Por ejemplo en Chaco paraguayo en el 2002 vivían 42 000 aborígenes (Naumann yMadariaga, 2004) de los que un porcentaje minoritario pero importante se manteníatodavía en la etapa que llamamos de las etnias locales. En el 2005 hay todavía ecosistemaschaqueños cuyo uso corresponde a etapas previas a la agricultura particularmente enBolivia y centro norte Paraguay (TNC-NC-FVSA, 2005) cercanos o contiguos o cercanosa parches donde hubo eliminación masiva de la cubierta vegetal nativa para produc-ción de granos, aceites y fibras como es el caso de las colonias menonitas recientes en

el Chaco boliviano .

c) Cada etapa se caracteriza por uno o varios recursos de valor singular en esemomento histórico y en determinado territorio: mieles, madera, cera de abejas y avis-pas, gomas y resinas, forraje, suelo fértil, fauna. Sobre esos recursos se ejerce unademanda sostenida usando determinadas herramientas tecnológicas que moldean elestilo de aprovechamiento del capital natural.

d) La forma de presentación de los recursos naturales en la ecorregión, particular-mente sus suelos, relieve, clima pluviométrico y combinación de tipos de vegetación yla actividad productiva dominante, definieron grandes áreas que tomaron el nombre

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del uso principal del suelo y hasta hoy se reconocen el Chaco algodonero que coincideen parte con el Dorsal agrícola, el Chaco taninero, el ganadero-forestal, el cabritero odel borde de las Salinas Grandes, el arrocero, el de durmiente y poste, y el leñero-carbonero. En el 2005 la mayoría de esos nombres han entrado en obsolescencia por-que dominan otros usos del suelo, las demandas del mercado cambiaron, algunas des-

aparecieron como el caso de los durmientes para el FFCC, y otras son recientes comoejemplares vivos adultos de pindó (Syagrus romazoffiana ).

e) En el Gran Chaco como ecorregión, la duración de las etapas es muy distinta desubregión en subregión; algunas son coincidentes en el tiempo, la mayoría no.

f) La disminución del cociente de producción de biomasa y las respuestas propiasde cada especie fueron los principales motores de cambios en la sucesión vegetal y dela desaparición de los simbolares y la arbustificación de pastizales.

Etapas de ocupaciónEn el largo período de cosecha ecosistémica que precedió a la agricultura generali-

zada reconocemos seis etapas:1) Etnias locales; 2) Fronterizos y meleros; 3) Puestos ganaderos; 4) Durmientes yposte; 5) 1º Taninera; 6) Colonia agrícola.

En el gran periodo de agricultura generalizada reconocemos cuatro etapas que noson tratadas en este trabajo:

1) Exploración y explotación petrolera; 2) Agriculturización; 3) 2º taninero; 4)Sojización por conversión de bosques o pampeanización.

Etnias localesEn este período, para actividades de cacería, asentamiento temporal o permanen-

te, desplazamiento, eliminación temporaria de artrópodos hematófagos y combate,

se privilegió el pastizal sobre el bosque porque la herramienta que usaban con múlti-ples objetivos y a la perfección, era el fuego que avanza rápida y homogéneamente enel pastizal, porque el combustible es de constitución homogénea. Mientras que en elbosque chaqueño no inflamable es difícil que se conforme una onda de inflamaciónque avance rápido y sobre amplias superficies. El fuego era el instrumento de manejode la biomasa aérea y de la necromasa herbácea utilizado para crear hábitats, diversi-ficar estados de la sucesión, movilizar y concentrar poblaciones de presas, eliminartemporalmente fauna hematófaga, comunicarse a distancia, y guerrear (Barquez, 1997).Cuando la onda de inflamación llegaba al bosque afectaba sus bordes y en el caso delquebrachal de quebracho santiagueño y blanco con carandilla (Trithrinax  biflabellata )penetraba profundamente como incendio de copa y de sotobosque. Allí se formabancomunidades pirógenas de pasto crespo (Trichloris pluriflora ) como dominante y va-

rias compañeras como el sorguillo (Gouinia latifolia ) que persistían como tales si seseguía quemando. Si cesaba el fuego el bosque recuperaba el área de borde incendia-da pero con composición florística distinta a la inicial, dominaban la carandilla y eranimportantes la brear (Cercidium australe  ) y el iscayante (Mimozyganthus carinatus )(Morello y Adámoli,1974).

Quemando pocas hectáreas en distintos años o estaciones del año organizabanmosaicos de manchones de pastizal en distintas etapas de evolución, llamados hoyestados o estadios sucesionales,,,,, caracterizados por:

a) diferentes configuraciones de estructura y riqueza de especiesb) relación entre biomasa aérea, subterránea y necromasa

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c) entre necromasa en pié y yacente en el suelo incluyendo hojarasca, ramas ytroncos

d) tamaño y forma de los parches,e) tipos de hábitats y de oferta de forrajera,f) diversidad y densidad de poblaciones de vertebrados.

Las etnias locales manejaban admirablemente el tamaño y hasta la forma de la per-turbación. Por ejemplo, si el objetivo era crear heterogeneidad o sea estados sucesionalesiniciales y de distinto grado de madurez de un mismo sistema de pastizal para crearhábitats para especies de fauna de interés alimentario especial, como los edentadoscavícolas como tatú, tatú mulita, quirquincho bola, y peludo, las quemas no se exten-dían sobre superficies muy grandes. Sin viento y con rocío al amanecer, raramenteincendiaban más de unas pocas hectáreas por día. Para guerrear el tamaño y la formade media luna envolvente del incendio tenían otro significado.

Para quemar grandes superficies se organizaban en largas filas de guerreros que altrote y con un tizón en una mano y lanza o arco y flecha en la otra lograban rodear alenemigo con un amplio borde donde avanzaba la onda de inflamación.

Hoy diríamos que las etnias locales usando fuego y contrafuego eran excepcionalesmanipuladores de distintos estadios de la sucesión en los pastizales y conocían a gran-des rasgos que combinación de plantas aparecería en cada estadio y en cada micro-área después de determinado tipo de incendio.

Hasta hace tres décadas, en las discusiones con las autoridades para adjudicaciónde tierras las etnias locales en Pampa del Indio, tenían una escala de valoración de lasunidades de paisaje que jerarquizaba, en orden descendente, la ribera fluvial y el pas-tizal, luego el humedal, y varios tipos de bosque nutricio empezando por el algarrobal(Barquez, 1997) y luego y muy lejos el bosque no inflamable de maderas duras (Schulz,

1973, comunicación personal). La relación con bosques abiertos de algarrobo que lla-mamos bosque nutricio, era estacional, lo mismo que la pesca.

En esta etapa el conjunto de las actividades productivas incluía caza, pesca, colectade vegetales y mieles y una precaria agricultura (Maranta, 1987).

La dinámica de mudanza o trasvase de los cauces del Pilcomayo y Bermejo, y susafluentes y emisarios, uno de los procesos más singulares del Chaco obligó a casi todaslas etnias a adoptar una estrategia nómada o semi-nómada (Maranta, 1987): los cam-bios de cauce cancelaban parcial o totalmente el recurso pesca.

No siempre se tiene en cuenta por ejemplo que en el Chaco semiárido el trasvase

disminuye la disponibilidad de agua superficial y del subsuelo, influye sobre la evolu-ción de los suelos y su dotación de nutrientes, se reflejan en la composición y riquezade especies y en el patrón de distribución de pastizales, en sentido amplio, y bosques.En etapas ya de ocupación blanca en ríos permanentes caudalosos han ocurrido mu-danzas que modificaron no solo las firmas hidrológicas regionales sino la posibilidadde supervivencia de puertos, y asentamientos humanos importantes como en el casodel Bermejo que en 1877 dejó en seco a Rivadavia y su colonia agrícola fundada en1862 (Figueroa, 1982,). La dinámica de cauces crea una densa red de cauces opcionalesdonde el gran colector digamos el Bermejo o el Pilcomayo pueden volcar duranteperíodos variables parte de su caudal. Por ejemplo al sudeste de Confluencia en PuertoLavalle hay 9 cursos subparalelos que funcionaron con distintos caudales y aún lohacen en época de crecientes (Morello y Hortt, 1987a y 1987b).

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26   Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

La forma como la mudanza de cauces condiciona la aparición y desaparición deestados sucesionales en lo ecosistemas chaqueños tanto en pastizales como en bos-ques es un tema adecuadamente estudiado por los hidrogeomorfólogos e iniciado porlos ecólogos creemos que debería ser profundizado. La experiencia empírica sugiereque hay bosques de alta sensibilidad y capacidad de respuesta diferencial a los pulsoshidrológicos originados por trasvase, otros cuyas etapas sucesionales son modificadaspor incendios y otros que respondes a ambos tipos de pulso.

La penetración del hombre al bosque de maderas duras no inflamable es decir sincontinuidad de combustible en el suelo era esporádica y la permanencia corta, y vin-culada fundamentalmente con la extracción de miel de palo recurso tan importanteque se ha llegado a hablar en algunos grupos étnicos de «civilización de la miel»(Vellard, 1939).

Otras actividades incluían, la caza de chanchos de monte, la extracción de cera, lacosecha de hojas y rizomas de chaguar (Bromelia hieronymi ) y chaguarillo (Dyckia ferox ) como fuente de fibra textil. A los bosques nutricios, es decir aquellos que en elChaco salteño-santiagueño tienen rodales con alta densidad de chañar, mistol, alga-rrobo y tala penetraban no solo en lo que se llamaba la época de la algarroba, sinocuando los frutos maduros de mistol concentraban las charatas (Ortallis canicollis ).Los frutos de algarroba se copian y comen directamente, se usan para bollos (bolachaoy patay) y bebidas fermentadas.

No tenemos información de que manejaran el bosque no inflamable y considera-mos que la etapa de las etnias locales esta mucho mas vinculada con las fisonomías deherbáceas que con los bosques y se caracteriza por la creación casi continua de esta-dos sucesionales en los mosaicos de paisaje de pastizales y pajonales.

Lo interesante es que tenían muy claro los atributos del borde de los parches debosque como interfase, De la Cruz (1998, p. 16) indica su funcionalidad así: «tantopara la cacería como para protección, las orillas del monte se constituían en los lugaresclaves» evidenciado en gran cantidad de topónimos, y relatos sobre cazadores aborí-genes vigilando sus presas desde las orillas del monte.

Los atributos de la etapa son:Ecosistema fundamental: pastizales y sabanas de tierra firmeEcosistemas de apoyo: humedales y en menor medida el bosqueRecurso más valioso::::: miel del monte y los algarrobos (Prosopis ) como proveedores

de bienes múltiples.Actividad fundamental: cosecha de miel, algarroba, y frutos de chañar (Geoffroea 

decorticans ), mistol (Zizyphus mistol ) y tala, entre las leñosas arbóreas del bosque

nutricio y una enorme lista de alimentos vegetales de arbustos, subarbustos, enreda-deras y suculentas (Arenas, 2003), caza y pesca.Actividad de apoyo: cosecha ecosistémica en bosque nutricio.Pulso natural y herramienta de manejo: fuegoHerramienta de cosecha: arco y flecha, perro y machete desde fines del siglo XIX,

odre de chaguar impermeabilizado, morral de chaguar, red para frotar frutos deCactáceas eliminando las espinas de los gloquidias (janas).

Respuesta ecosistémica: mosaico de pastizal se enriquece con parches de etapassucesionales de distinta edad y composición florística. La técnica de incendio pormanchones es incorporada por el blanco como instrumento de manejo bajo el nombrede «quemar mateado».

Impacto negativo: desconocido, el pastizal es el componente del mosaico de paisaje

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más manejado.Finalización: a principios del siglo XX en Argentina la etnia más numerosa era la

toba con 50.000 habitantes y le seguía la Wichi o Mataco con 25 000 (Naumann yMadariaga, 2004).

Transculturación: Desde hace un siglo (Barquez, 1997) incorporan oveja, chancho y

cabra en pequeños hatos, perro, machete, hacha, caballo y mula para transporte decarga sin jinete en los Toba y Pilaga (Marranta 1987).Papel del borde de o interfase: barrera para el desplazamiento de la fauna mayor

del pastizal al bosque: ñandú, guanaco, oso hormiguero, ciervo del pantano, corredorpara las etnias que cosechaban miel, y como observatorio para movimiento de presas.Además es filtro para pastos heliófilos de los géneros Aristida, Paspalum, Chloris,Imperata, Trichloris , etc.

Actores socioculturales iniciales:Actores socioculturales iniciales:Actores socioculturales iniciales:Actores socioculturales iniciales:Actores socioculturales iniciales: etnias locales, misioneros jesuitas, explorado-res laicos europeos y expedicionarios militares, comerciantes de mieles y cera, cueros,plumas y pieles.

Actores socioculturales recientes: misioneros protestantes, comerciantes de teji-

dos de chaguar, cerámica artesanal, cera y miel del monte «arreadores» de cosecherosa la zafra, criollos ganaderos, agricultores menonitas, comerciantes o arreadores dehacheros a los obrajeros.

Fronterizos y melerosLa etapa de los fronterizos y meleros1 se inicia y evoluciona durante dos siglos de la

colonia. En el centro y norte de Santiago comienza con la fundación de Santiago. delEstero en 1553 y en Salta, Santiago y norte de Santa Fe con el establecimiento en elsiglo XVIII de fortines y reducciones jesuíticas en una línea de NO a SE que se extiendedel Bermejo en Orán al Salado en J. V. Gonzáles-El Quebrachal, pasa por Mar Chiquita,y termina en Santa Fe (Bolsi, 1985).

Toma vigor mucho después de la independencia con las campañas militares segui-das de la distribución de la tierra a los vencedores los que incorporan rodeos de vacu-no y se instalan en estancias donde la «sala» o casco de estancia se construye al bordede cursos de agua permanentes y construyen puestos de avanzada en pastizales ypajonales de paleocauces, bañados, esteros y cañadas. En el norte santafesino se llegaal Arroyo El Rey a fines del siglo XIX y en Salta, de donde proviene el nombre de laetapa, se penetra hasta el interfluvio Teuco – Bermejito en la misma fecha.

El tipo de cobertura vegetal privilegiada sigue siendo el pastizal como en la etapaanterior pero se prefieren los simbolares (Pennisetum frutescens ), sobre los espartillareso aibales (Elionurus  cf.adustus ) de los paleocauces o ríos muertos y los arenales queson cauces antiguos colmatados ubicados mas alto que el nivel del entorno. La prefe-

rencia se debe a que la oferta de forraje verde del simbolar cubre todo el año mientrasque en los paleocauces es estacional, el aibe es de baja palatabilidad comparado con elsimbol. Mientras se pudo elegir, los puestos de avanzada se ubicaban cerca desimbolares y los paleocauces y arenales con aibe eran más corredores de tránsito quetierras de pastoreo.

1 Fronterizo alude al poblador criollo del Chaco salteño-santiagueño, como vallisto es el que viveen los Valles Calchaquíes. Melero es el aborigen o criollo cuya actividad principal es extraer miely cera de monte.

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28  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

Hasta donde sabemos los simbolares son el primer caso de extinción masiva de untipo de pastizal en el Chaco argentino (De la Cruz, 1998). En 1906 –07 las expedicióndirigida por Asp (Barquez, 1997) que se moviliza evitando el bosque, elige como «corre-dores» para conectarse con los pueblos originarios, los ríos muertos y cañadas ocupadospor simbolares en todo el interfluvio Bermejo-Teuco y en 1968-73 había desaparecido de

casi todos los lugares citados por el naturalista Emilio Budín de la expedición Asp.La desaparición local subregional de los simbolares es un tema citado en la biblio-

grafía durante medio siglo, pero no estudiado como proceso de cambio de estado deun ecosistema, aparentemente irreversible. Uno de los más prestigiosos ecólogos re-gionales del Chaco reconoce no haber visto un simbolar desde 1968 en que comenzósu trabajo de terreno, hasta hoy (Adámoli, comunicación personal, 2004).

En ciertos territorios como la mesopotamia Salado - Dulce se dio un intenso mesti-zaje racial y cultural, mientras que en otros no hubo intercambios de germoplasma;pero el blanco estanciero y su peonada aprendieron del aborigen varias destrezaspara manejar el fuego y las introdujeron en sus practicas de manejo de sus rodeos,

incorporaron sobre todo el saber aborigen vinculado con la detección, preparación dela colmena, extracción, transporte y comercialización de miel y cera (Bilbao, 1967), seasocia con el indio para melear o se transforma en melero (Bilbao, 1967).

El stock nativo de los grandes herbívoros de sabana constituido por el ciervo de laspampas (Ozotocerus bezoarticus ), el guazú (Mazama gouazouvira ) el guanaco (Lama guanicoe ) y el zuri (Rhea americana ), comienza a desmantelarse. Al igual que el simbolarcomo tipo de parche en extinción local. Los grupos de ñandú o zuri que describe Bu-dín están ausentes en Formosa central y occidental y en el oriente de Salta desde 1968(Morello, Sarmiento, y Monasterio, comunicación personal).

La transición entre estas dos etapas tiene un enorme significado ecológico ya que

se pasa de un momento histórico donde se opera en los ecosistemas «de a pié» a otro«ecuestre» y ello va asociado al manejo de mamíferos de gran volumen y peso queincrementan la presión sobre los pastizales y en el borde de los bosques por su deman-da diaria de forraje y agua. El vacuno adulto de monte tiene peso promedio de 400 kgfrente al guanaco y al anta o tapir (Tapirus terrestris ), únicos herbívoros nativos quellegan a pesar poco más de 100 kg y eso tiene un impacto hasta ahora poco analizado.

Poco sabemos de las transformaciones iniciales en pastizales, sabanas y bordes debosques al pasar de una cultura que nunca incorporó el caballo y nunca manejó elganado vacuno, a otra donde coexisten poblaciones aborígenes de a pié que solo usanel fuego para crear heterogeneidad espacial, a poblaciones criollas que usan el fuegoy el ganado como elementos de presión ecológica.

En esta etapa como en la de las etnias locales el bosque interesa solamente para laactividad de cosecha de miel de palo y cera, y para leña; todavía no hay demanda derollizo, poste y durmiente

Los atributos de la etapa son:Ecosistema fundamental: pastizal, sabana y humedalEcosistema de apoyo: bosque como proveedor de miel, cera, algarroba y carne demonteRecurso más valioso: mieles,,,,, cera y frutos de algarroboActividad fundamental::::: ganadería, cosecha de miel y cera

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del puesto, es determinada por la dimensión del pastizal combinada con la posibilidadde abastecimiento permanente de agua sea de pozo sea de aguada construida apro-vechando los desniveles y «correderos de agua» o humedales preexistentes. Las pasturasnaturales son funcionales al tamaño del rodeo y en la clausura se hace cierta siembrade simbol, de los sorguillos (Gouinia latifolia y G. paraguayensis ) y los pastos crespos(Trichloris crinita  y Trichloris  pluriflora ), considerados buenas forrajeras y complemen-tarias en cuanto a oferta forrajera en invierno y verano y en relación a su tolerancia ala sombra, el simbol no crece bajo dosel del bosque, las otra cuatro especies sí.

Donde el ganado deja combustible sin comer aumenta la frecuencia de incendiosque ahora se utilizan fundamentalmente como herramienta de control de leñosas ysub-leñosas espinescentes invasoras.

La imagen aérea de la estructura del paisaje permite separar un puesto de cabra deotro mixto o de otro de bovino y se puede identificar el radio de vagabundeo delrodeo de cada puesto el que está controlado por la distancia a la aguada en la estaciónseca donde el ganado bebe todos los días. El diseño de las sendas del ganado con

recorrido poco sinuoso (bovino) o muy sinuoso (caprino y ovino) son indicadores delos cambios en la constitución del rodeo. Cuando el puesto es nuevo se introduceaproximadamente un 70 a 90 % de vacuno y caballar 10 a un 30 de caprino-ovino ypastorea unas 7000-8000 Ha. Cuando tiene 30 años o más mientras el componentebovino disminuye, el caballar se mantiene, y aumenta el de caprino-oveja. Con territo-rio a ocupar casi ilimitado los puestos regulaban su distribución espacial de modo quelas áreas de vagabundeo diario, unos 5 a 7 km, de un puesto con otro no se superpusie-ran. Se consideraba que el vacuno que comía suculentas espinosas llamado localmente«quimilero» es decir comedor de artejos de Opuntia quimilo  era capaz sobrevivir va-rios días sin bajar a las aguadas podía alejarse hasta 20 km de las mismas. En la épocalluviosa cualquier depresión retiene agua y los animales se dispersan y alejan volvién-dose montaraces y muy ariscos (Morello y Saravia Toledo, 1959 a y b).

Los tamaños de los peladares oscilaban entre 25 ha incluyendo corrales y la clausu-ra del «baldero» y el «sillero» en puestos jóvenes y 50 o mas en los viejos. El bosque erasometido a raleos locales para leña y madera de construcción. Los nuevos agentessociales que aparecen son el «ambulante», que visita los puestos y cambia cueros porproductos manufacturados, el «corredor» o jinete con particular destreza para reco-ger hacienda del interior del bosque, el «estanciero engordador» que posee pasturasimplantadas especialmente alfalfares, compra animales de muy buena «caja» (estruc-tura ósea) y poco peso, de 5 a 6 años de edad y los engorda rápidamente para losmercados de los ingenios azucareros y los grandes centros urbanos.

Los atributos de la etapa son:

Ecosistema fundamental: pastizales, sabanas y humedalesEcosistema de apoyo: bosque como proveedor de forraje de emergencia como ra-mas bajas, hojarasca, frutos de Prosopis y otras especies en períodos de escasez depasto. La infraestructura del puesto se ubica generalmente en el ecotono entre bos-que y pastizal. Con el tiempo la perforación es decir la construcción de la infraestruc-tura del puesto, se trasforma en un parche donde convergen senderos de caprino yvacuno.

Recurso más valioso::::: forraje de los dos componentes del mosaico y en ambos sonmuy importantes los algarrobos del que el vacuno y la fauna nativa comen flores,frutos, hojas y ramas jóvenes

Herramienta de manejo::::: Fuego, corrales, aguadas, panes de sal, caballo, lazo y ha-

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32  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

cha. Vestimenta de cuero del «corredor» (coleto, guardacalzones y sombrero retoba-do) y su caballo (frentera, pechera, y guardamonte).

Herramienta de cosecha: arma blanca y de fuego, jaurías adiestradas y con distribu-ción de tareas (perro leonero, quirquinchero, tatucero) y hacha.

Disturbio principal y respuesta ecosistémica: eliminación del pulso de fuego enpastizales sobrepastoreados e invasión de leñosas oportunistas de dispersión endozoicapor fauna silvestre y ungulados domésticos; depredación selectiva en individuos juve-niles de especies de maderas valiosas como quebracho o colorado, y guayacán(Caesalpinia psraguariensis ) ampliación de peladares peridoméstico; desaparición lo-cal de ñandú, guanaco, ciervo de los pantanos, yacaré y tatú carreta.

Disturbio secundario y respuesta ecosistémica: erosión y carcavamiento de las pen-dientes en las llanuras inundables del Bermejo, Teuco, y sus tributarios. Ecosistemas depastizales pasan al estado arbustal; el proceso no está generalizado todavía.

Situación del bosque::::: cerca de los puestos desaparecen, comidos ungulados do-mésticos, los brinzales de maderas valiosas.

La invasión de un sotobosque espinudo que se supone es consecuencia delsobreramoneo no está comprobada, todo lo contrario dado que se ha probado que la

espinescencia del sotobosque es muy antigua y desde 1906 (Barquez, 1997) los natura-listas hablan constantemente que al entrar al bosque hay que caminar en cuatro patasque su ropa se rompe y que los caballos y mulares se niegan a entrar en el mismo.

Finalización:  1960 en el Chaco semiárido quedando reliquias en el 2005 en elinterfluvio Bermejito-Teuquito y en el Chaco serrano argentinos; 1980 y muy parcial-mente en Bolivia y Paraguay.

Papel del borde o interfase::::: es el refugio de los puesteros cazadores y de los vacu-nos para rumiación, se nota un halo o cinturón erosionado allí donde el borde es unescalón. Como los puestos se instalan con frecuencia en el deslinde pastizal-bosque, ala erosión del halo se le suma la del peladar del parche con la infraestructura construi-da. El puesto como parche tiene una complejidad intraunidad en la que la matriz es elpeladar y los elementos restantes incluyen la infraestructura construida, fragmentos

de algarrobales, de bosque de madera dura degradado y de herbáceas tóxica alrede-dor de la aguada y los corrales.Nuevos actores:  ganadero engordador, rematador de hacienda, jinete corredor,

arriero, puestero cazador y bajador de remonte, turco ambulante.

Durmiente y posteLa demanda de durmiente, poste, varilla, carbón y leña comienza en distintas déca-

das del siglo pasado según se trate de: a) sur de la ecorregión en la amplia interfasecon la del Espinal en Santa Fe Córdoba y San Luis; b) Sur de Santiago y Norte deCórdoba, c) cercanías del eje fluvial Paraguay-Paraná, d) oriente de Salta; e) El Impene-trable. Coexiste con la etapa taninera y espacialmente se superpone con ella en todaslas subregiones donde existieron tanineras y su recurso de base.

Lo que constituye un rasgo distintivo que separa esta etapa de la precedente es elcambio de valor socio-económico de los algarrobos: mientras que en todos los perío-dos anteriores fueron especies proveedoras de bienes múltiples en este período se lovalora por la madera. Mientras antes los Prosopis  arbóreos se utilizaban sin abatirlosel valor de su madera en mueblería, molduras y escultura en madera tuvo tanto éxitoque varias de sus especies a partir de 1960 comenzaron a ser sobre-explotadas local-mente y «....se está llegando al límite de la extinción de los mejores árboles», por suscualidades forestales, como indica el fitogenetista especializado en algarrobos,palosanto (Bulnesi sarmientoi ) y sus parientes (Palacios y Bravo, 1990)

Para cualquier especie maderable la modalidad de explotación generalizada fue la

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entresaca o floreo lo que permitió que siempre quedara una estructura remanente delecosistema bosque, aun donde el monte se explotó varias veces en el mismo lugar.

Aquí conviene aclarar que la única actividad productiva rural que requiere la elimi-nación total del ecosistema preexistente y que fragmentó, achicó o eliminó manchonesde los ecosistemas de bosque del Chaco fue la expansión agrícola vinculada no tantoal algodón, que durante décadas se plantó en antiguos pastizales y sabanas, sino laentrada generalizada del trigo, sorgo, poroto, maíz.

Al avance de esta frontera se llamada agriculturización que ocurrió en la mitad delsiglo XX, le siguió la pampeanizacion o sojización que aumento la tasa de desmontedisminuyendo aceleradamente no solo las superficies forestales nativas sino la posibi-lidad de planificar el ordenamiento del territorio por parte del sector público determi-nando cuales masas forestales deberían ser manejadas de manera sostenible comoparches de un paisaje que incluiría otros manchones desmontables para agricultura, yque parches agrícolas deberían ser convertidos en plantaciones forestales de nativas.

Podemos definir este período como el primero donde la demanda económica armo-niza el uso generalizado del bosque y de los pastizales y sabanas; la ganadería siguesiendo muy importante en toda la ecorregión y acompaña la actividad obrajera. Des-de el punto de vista ecológico ambas actividades productivas entran en conflicto, lasvías de saca de los rollizos se transforman en corredores de entrada del ganado y seejerce una presión de forrajeo-pastoreo sobre el bosque y sus abras mucho más fuerteque en etapas anteriores.

El ramoneo de juveniles de quebracho colorado, algarrobo, guayacan y casi todaslas maderas valiosas compromete la formación de fustes forestales y el reclutamientode plántulas en brinzales se cancela parcial o totalmente por la alta palatabilidad delquebracho colorado en la etapa de repoblado natural.

Las principales transformaciones dentro de la masa forestal incluyen a) intensosprocesos de defaunación en los obrajes dado que por acuerdo de partes los hacherosdebían procurarse en el bosque la proteína animal. A esta actividad le llamamosdefaunación principal o para alimento; b) la entresaca produjo modificaciones pro-fundas de las pirámides de edades de los árboles explotados; quedan ejemplares vie- jos, enfermos y defectuosos y muy jóvenes sin DAP (diámetro a la altura del pecho)comercial c) densificación del ya impenetrable piso de arbustos espinescentes y dismi-nución de la cobertura de herbáceas consideradas buenas forrajeras, d) el magro sala-rio de hachero, su capacidad de especializar su jauría y el hecho de ocupar inicialmen-te bosques vírgenes y semivírgenes acentúa una defaunación para obtener cueros ypieles. Se extinguieron localmente y sub-regionalmente 3 zorros (Psedalopex 

gymnocercus, Cerdocyon thous, y Chrysocyon brachyurus ) y varios felinos de piel va-liosa (Puma concolor, Pantera onca, Oncifelis geoffroyi, y Herepaylurus yagouaroundi );e) la deformación de las pirámides de edad por extracción y eliminación de plántulaspor pisoteo y forrajeo del ganado que se discute adelante.

El obrajero usa el área de la concesión o permiso de explotación con propósitos múl-tiples. Su objetivo central es la madera, y la leña, pero introduce vacuno y caballar, porlo menos a nivel de animales de tiro y transporte, se intensifica el sobrepastoreo ysobreramoneo, disminuyen los pastos de media sombra (Trichloris pluriflora, Setaria spec) y las perforaciones o discontinuidades del dosel producidas en el sitio del árbolabatido son ocupadas por arbustos cuya germinación mejora al pasar por el tracto di-gestivo del vacuno y mamíferos silvestre como el tapir y los chanchos de monte; básica-

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mente los de los géneros, Mimosa, Mimozyganthus, Cassia, Acacia , Lophocarpinia , yCopernicia , que incluye, además, quebracho blanco, Quiabentia pflanzii, Capparis speciosa, Capparis salicifolia, C. tweediana, C. retusa, Monvillea cavendishii, Stetsonia coryne, Chorisia insignis y Pithecellobium scalare  (Cuellar y Noss, 2004).

La demografía de las especies explotadas y muy apetecidas por el ganado en susformas juveniles, como los quebrachos colorados, cambia totalmente y aparecen losllamados bosques de varios «rehaches» los que responden al concepto de «bosque vacíoo hueco» de los ecólogos, es decir aquellos donde la pirámide de las poblaciones de las 3a 7 especies más explotadas y la relación entre especies ha cambiado y con ellas el estadodel ecosistema, lo que no significa, en nuestra opinión, la desaparición del mismo comoecosistema forestal y de los servicios esenciales que presta a la sociedad.

La organización del trabajo en el interior del bosque implica el establecimiento deun sistema semi-esclavista para la extracción y semi-elaboración: en el sitio el hacheroentrega al contratista poste labrado, rollizo descortezado y sin albura, leña cortadaordenada por diámetros y tipos y apilada, para la fábrica de tanino, los aserraderos del

pueblo, los FFCC, las panaderías, los fabricantes de ladrillo macizo y las mueblerías ytornerías.

Ese sistema de obraje, como estructura de explotación del trabajo humano y casi nocontrolado por el Estado es corresponsable de impactos fuertes ya comentados sobrela fauna local y sobre algunos componentes de la estructura de la vegetación comodensidad de cada clase de edad en especies valiosas, repartición de la biomasa totalentre los pisos de árboles y el de arbustos, producción primaria neta por piso. Es untema vacante en cuanto a investigación ecológica y resulta fundamental porque elsistema sigue funcionando sin grandes cambios en el 2005.

La tala selectiva puede considerarse un proceso de pauperización de la estructuradel bosque (Araujo et. al., 2000) que comienza con la extracción de los tamaños gran-des para rollizo de taninera y durmiente y la introducción de ganado vacuno, siguecon diámetros y alturas de fuste menores fabricando poste de alambrado, viga, vari-lla, y termina con producción de carbón y leña de bajo diámetro. En los puestos gana-deros también ocurren cambios en la composición del rodeo el que inicialmente tuvopocas cabras y ovejas y se transforma en dominantemente caprino. Esos cambios enbosque y pastizal-arbustal duran entre uno y dos siglos en el Chaco semiárido, y en losbordes de los manchones forestales puede conducir a otro tipo de ecosistemas, el«peladar de sobreuso» pero solo excepcionalmente.

El proceso de pauperización afecta a los pisos bajos de la estructura de los bordesdel quebrachal explotado y sobrepastoreado. Allí aumenta la riqueza y abundancia deespecies en el estrato arbustivo, en el subarbustivo y la riqueza de Cactáceas. Hay unasola invasora con compuestos químicos tóxicos para el ganado, el cabrayuyo (Solanum malacoxylon ), y han incrementado su número exageradamente el atamisqui (Capparis atamisquea ) y el tala pispa (Celtis chichape ) el cabrayuyo que tiene un amplia distribu-ción en Argentina. La única especie muerta por ramoneo es el palo jabón (Bulnesia foliosa ). Las poblaciones de las especies del piso alto se mantenían todas presentes,aunque diezmadas.

Durante la década 1965-75 con el avance de la tecnología de generadores de elec-tricidad de dimensiones pequeñas y bajo peso, el aserradero es trasladado del puebloo la estación ferroviaria al interior del monte y el aserradero móvil va creandomanchones de desmontes fáciles de detectar en imagen aérea por la convergencia de

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picadas o vías de saca al canchon o playa, por las manchas de los derrames de combus-tible y cambio de aceite y las cenizas de la quema de aserrín y descarte de «costane-ras». Además algunos obrajes móviles se hacen sedentarios instalando hornos paracarbonizar tradicionales o construidos con ladrillos llamados «media naranja», ele-mentos inconfundibles en imagen aérea.

Esta etapa que se caracteriza por aumentar la heterogeneidad de los mosaicos depaisaje de leñosas tiene grandes huecos de información en el conocimiento de losprocesos de restauración o cicatrización de sitios donde se explotó durante más de unsiglo la masa boscosa. Cada entrada al bosque es decir cada «rehache» en busca de unproducto de determinadas dimensiones hasta diezmarlo, no es de manera alguna ha-ber agotado la población de la especie demandada; lo que desaparece son los indivi-duos con las características de tamaño y sanidad de la madera demandadas por unmercado determinado.

Se trabajó fundamentalmente con madera dura y las materias primas salieron decuatro especies de quebracho colorado, dos de blanco: Aspidosperma quebracho blanco y A. triternatum  y una de palosanto (Bulnesia sarmientoi ).

Los atributos de la etapa son:Ecosistema fundamental: el bosque y las isletas de bosque de pastizalesEcosistema de apoyo: abras de pastizales y pajonales arbustificados o noRecurso más valioso: los tres quebrachos para durmiente y poste y luego los alga-

rrobos para mueblería.Actividad fundamental: explotación selectiva de pocas especies de madera muy

dura para infraestructuras al aire libre: alambrados, corrales, mangas, vías férreas,parrales y varias clases diamétricas de cada especie y del grupo Prosopis  para mueble-ría; fabricación de carbón y corte de leña de casi todas las especies exceptuando las demadera blanda como palo borracho (Bombax insignis, B. speciosa ) brea (Cercidium 

australe ), ombú, (Phytolacca  dioica ) palo flojo (Pisonia zapallo ). Explotación localiza-da de madera dura rica en aceites esenciales para fabricar extractos para perfumes yrepelentes de mosquitos y para trabajos de tornería: el palosanto (Bulnesia sarmientoi )en Formosa y el oriente de Salta.

Actividad de apoyo: ganadería dentro del bosque, y en las abras, cosecha de carnede monte, cueros y pieles; miel de palo y cera.

Herramienta de manejo: aserraderos de estación, de pueblo y de monte, obraje,campamento de hacheros, bueyes, tractores, plumas para carga de rollizo, camiones,hornos de carbón.

Herramienta de cosecha: motosierra, hacha de apeo y hacha «labradora», jauríasespecializadas, caballo, arma blanca y de fuego, y hacha «melera».

Disturbio principal: se realiza una selección negativa de germoplasma, después de

la explotación quedan «in situ» ejemplares tortuosos sin fuste forestal, atacados porhongos e insectos xilófagos particularmente Cerambicidae, Buprestidae, Bostrychidae y Anobiidae   (Bücher, 1974.) El sitio se transforma en foco de contagio de plagas yenfermedades fúngicas y el caso mas visible es el de los algarrobos blanco y negro queno se explotan porque su duramen esta multiperforado por túneles de taladros(Criodon sangustatus ).

Disturbio secundario: arbustificación de perforaciones o huecos de apeo;arbustificación generalizada de abras del borde del pastizal. Desaparición local depasturas del bosque, básicamente de Trichloris, Gouinia y Setaria cuando se lleva ga-nado al campamento, aumento de los parches de suelo estéril por derrames de hidro-carburos y derivados y da playas y hornos de carbón. Incremento de densidad de nidos

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36   Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

de hormigas cultivadoras de hongos de interior del bosque particularmenteAcromyirmex lundi  (Bücher, 1974).

Finalización: languidece en los 60 cuando la demanda de durmientes baja por ellevantamiento de trayectos de vías férreas y aparecen los postes de hormigón, y tienevarios picos de activación por la consolidación de nuevas demandas particularmente

madera para «pallets» y para mueblería, ebanistería y materia prima para escultura demadera.Papel del borde o interfase: sus funciones cambian: no es barrera para el ganado

bovino, que es llevado expresamente al interior de los parches forestales del borde,tampoco para el cazador que busca fauna más en el interior que en el deslinde con elpastizal. Sigue siendo un filtro para ovino por la densidad de arbustos espinescentes yel caprino prefiere ramonear en interior y no en borde. En el límite entre abra pastosay bosque donde se instaló un obraje o un campamento de hacheros ese organiza uncinturón de arbustos con funciones no estudiadas hasta ahora.

Nuevos actores: Obrajero, contratista, hachero, carbonero, tractorista y operadorde la pluma de carga, mecánico, camionero.

1º TanineraLa explotación taninera es dominante aunque no exclusiva y de larga data (1875-1880) en el Chaco Oriental en las suregiones de Esteros, Cañadas y Selvas de Ribera yde la cuña boscosa del Domo Oriental (Adámoli, 2004) y coexistió con la fundación delas primeras colonias agrícolas establecidas en la margen derecha del Paraná, Recon-quista en 1872 y Resistencia en 1875 y también «con obrajes que producían leña, car-bón, y madera para construcción» (Bünstorf, 1982). Su evolución está vinculada fuer-temente al quebracho colorado chaqueño. Las fábricas que trabajaron en base a que-bracho colorado santiagueño con duramen menos rico en sustancias tánicas se insta-lan a principios de 1940 en Santiago del Estero y Jujuy y cierran entre 1960 y 1971 ynunca tuvieron la importancia de aquellas que usaron preferentemente quebrachochaqueño. Del primero se obtiene 22 a 24% de sustancias extractivas a 20 % de hume-

dad contra 34 a 35 % con idénticoporcentaje de humedad que se ob-tiene del chaqueño (Barrett, 1997).Como la industria del extracto tánicorequiere enormes volúmenes deagua, algunas tanineras que usabanquebracho santiagueño por su ubi-cación en el Chaco subhúmedo ysemiárido, lejos de grandes sistemasfluviales de caudal permanente,siempre tuvieron que invertir fuer-temente en abastecimiento de agua

como la construcción de represas enWeisburd y pozos en Monte Quema-do y Gral. Pinedo (Figura 2).

Las tanineras actuales del Chaco oriental están en un estadio que como ya se dijollamamos 2º taninero y compran rollizo santiagueño cuando escasean sus stocks. Des-de hace unos 15 a 20 años la industria a dado un salto tecnológico muy importante yaque está sacando del extracto tánico nuevos productos cuyo precio en el mercado justifica traer rollizo de quebracho santiagueño desde largas distancias (J. C. Goin,UNITAN, comunicación personal, 2005).

Figura 2. Peladar sometido a erosión mantiforme.Nueva Pompeya

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La importancia económica que adquirieron regionalmente las especies arbóreas dequebracho colorado es semejante a la de varios árboles tropicales que definieron unaactividad dominante durante más de un siglo como los casos de la nuez o castaña dePará (Bertholletia excelsa ) y el palo Brasil (Caesalpinia ferrea ). El patrón del cauchosiempre estuvo ligado a casi una decena de especies arbóreas pertenecientes a varios

géneros (Hevea, Castilloa, Ficus ).La materia prima base es el tronco del quebracho chaqueño que tiene una albura

blanco rosado de 3 a 8 cm envolviendo un duramen castaño rojizo de donde se obtie-ne el extracto. Los ejemplares maduros tienen un crecimiento diamétrico medio de 1,5mm/año, es una madera pesada de 1200 kg/m3 aunque el record lo tiene el itin (Prosopis kuntzei ), del extracto del duramen se obtiene un 63% de tanino puro (Prause, 2004).

Las factorías tanineras se instalan alineadas sobre los complejos de ecosistemas lla-mados del Chaco Meridional Oriental que son las tierras altas que se extienden desdeFormosa a Reconquista paralelas al eje Paraguay-Paraná (TNC-NS-FVSA, 2005) tienenbosques donde el quebracho chaqueño alcanza muy altas densidades, cosa que ocurre

principalmente en la porción del Dorsal al sur de Resistencia y en la Cuña Boscosa delDomo Oriental santafesino y tienen acceso a grandes volúmenes de agua y al trans-porte fluvial-transoceánico a Europa y Norteamérica.

La empresa es siempre ganadera industrial propietaria no sólo de los bosques condensos stocks de su materia prima sino de los mejores pastizales nativos. Por su propiaracionalidad económica entra en conflicto con cualquier actividad que desmonte des-de la expansión urbana hasta la agricultura de altos insumos y la ganadería sobrepastizales implantados.

Desde 1904 una sola empresa explota 905 000 ha de las que 504 000 son propias,construye tres pueblos, 170 km de vías férreas, y un puerto propio y llega a controlar

13 fábricas. Se movilizan 15 000 hacheros y 5000 empleados de fábrica. Para la épocaque se ubica en las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del siglo XX implica nosolo una presión sobre el bosque sino la instalación de manchones de frontera urbanaen 17 localidades con tanineras cuya población era como mínimo de 1500 y con unmáximo de 10 000 habitantes; dos de ellas incorporadas a aglomeraciones urbanasmayores como Villa Ángela y Barranqueras (Bünstorf, 1982). El impacto ambiental detales asentamientos no ha sido estudiado pero la seguridad alimentaría de la pobla-ción estuvo apoyada por la producción ganadera en gramillares y pastizales de lasempresas tanineras y el desarrollo de la horticultura en el Dorsal Agrícola vecino alvalle del Paraguay-Paraná y los albardones de sus afluentes, como los que soportan laslocalidades de Las Palmas, Margarita Belén y Colonia Benítez.

La presión sobre el ecosistema fue prolongada, muy fuerte y asociado a explota-ción de otras especies de alto valor, particularmente lapacho (Tabebuia ipe ), urunday(Astronium urundeuva ), palo piedra (Diplokeleba floribunda ) y guayaibí (Syderoxylon americanum ).

El bosque fue perforado por ramales ferroviarios, picadas de explotación y playasde acumulación. Los ramales y líneas privadas como la Santa Fe - Resistencia, cambia-ron el diseño del desagüe superficial funcionando en algunos tramos como diques. Apesar de que el tema no ha sido estudiado se puede proponer como hipótesis que lared ferroviaria contribuyó al diseño de nuevos tipos de humedales y manchones detierra firme en el norte de Santa Fe y sur del Chaco a ambos lados de la línea Calchaquí-Charadai.

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fáciles de desmontar es decir son arbustales, e) porque hay aguadas cerca y obstaculi-zan el acceso a ellas.

Ecosistema de apoyo: borde e isletas de bosques y humedales estos últimos paraagua, ganadería y arrozales.

Recurso más valioso: suelos fértiles, profundos, de buen drenajeActividad fundamental::::: algodonera ganadería.Actividad de apoyo: arrocera, taninera, maderera, hortaliza de primicia:Herramienta de manejo::::: agricultura tecnificada con tractorización, fertilización

orgánica y química, largos barbechos; no hay doble cultivo.Herramienta de cosecha: manualDisturbio principal y respuesta ecosistémica: Perdida de muestras de tamaño signi-

ficativo del ecosistema «campo prado» de Schulz, fragmentación de bosques; perdidade fertilidad, lavado y planchado de los suelos, erosión hídrica mantiforme generali-zada y carcavamiento en albardones y relieves de alta energía. Enlamado de cañadas yesteros.

Disturbio secundario: pérdida de continuidad estructural y funcional de los bos-ques, achicamiento y pérdida de conectividad de los humedales, desmonte de bordes

de bosque y creación de nuevos límites es decir nuevas zonas compuestas de bordesde ecosistemas adyacentes, desmantelamiento de los parches de bosque de cada pro-piedad.

Papel del borde:  fundamental porque el chacarero desmonta la porción delecosistema bosque vecina a su perímetro creando nuevas situaciones de borde y achi-cando las condiciones de interior de los parches forestales. En este nuevo borde secrea una singular combinación de especies distinta a la del borde antiguo conintrusiones importantes de leñosas invasoras exóticas cuya fuente de germoplasmaestá en las especies que plantó el chacarero alrededor de la casa para sombra, habi-tualmente mora (Morus alba y M. nigra ), mora turca (Broussonetia papyrifera ).

Nuevos actores: INTA, Facultad de Agronomía de Universidad regional, ONGs rura-les, chacarero, acopiador, gerente de cooperativa algodonera, técnicos de

desmotadoras, banco regional de crédito rural.

Después de la colonización algodoneraLas etapas más recientes de desarrollo rural no incluidas en este trabajo son: a)

exploración y explotación petrolera, b) agriculturización  c) 2º taninero  y d)pampeanización o sojización.

La de exploración y explotación petrolera fue coetánea con la fases finales de lacolonización algodonera y con los dos estadios de explotación maderera (durmiente yposte y taninera), y aunque no lo analizamos en este trabajo es necesario indicar quesus picadas y yacimientos en explotación conforman actualmente la matriz del macropaisaje del Gran Chaco tanto en el argentino como en el boliviano y en menor medidaen el paraguayo. La red de picadas es el telón de fondo de los mosaicos del paisaje enlas fajas climáticas, subhúmedas, semiáridas y serranas. Hay paisajes como las Lomasde Olmedo en Salta y Puerto Irigoyen.- Pozo de Maza en Formosa y sus entornos,donde los usos tradicionales del suelo para agroganadería se han convertido en mine-ros y las pequeñas aglomeraciones de servicios rurales se han convertido en pueblosmineros que prestan servicios a la actividad petrolera.

Este Chaco petrolero-agroganadero no ha sido analizado en profundidad comosistema con las herramientas de la ecología del paisaje y de economía ecológica.

En las otras tres etapas que quedan pendientes: agriculturización, pampeanización

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en un sistema de rizicultura altamente tecnificado y con alto uso de plaguicidas ymedios de combate físico y químico a la valiosa fauna granívora residente y migratoria.

Los efectos visibles y crípticos de esta mutación del uso dominante del suelo demonocultivo a doble cultivo, por su celeridad y área ocupada, y porque su expansión

areal afectó fragmentos de por lo menos 6 tipos de bosque chaqueño que no estánestudiados. Por otro lado el proceso se realiza con conocimiento imperfecto de lasrespuestas ecosistémicas, y más imperfecto aún de la pérdida de biodiversidad, la des-aparición de hábitats, la pérdida de conectividad, la capacidad de restauración deecosistemas alterados, los múltiples caminos posibles de la evolución de ecosistemasdegradados y sobre todo el valor social de los bienes y servicios que se cancelan con eldesmonte y la «habilitación» de bosque para agricultura y ganadería industrial.

Desde 1978 una nueva onda cambio llamado pampeanización, a caballo de la sojatransgénica agrega riegos al sistema productivo algodonero al introducir tamañosmínimos críticos de las propiedades para producción rentable que son el triple o elcuádruple de las chacras algodoneras y afecta a la industria taninera. Desde 1996 el

proceso de habilitación de tierras para soja convierte los bosques mediante técnicasde desmonte de gran impacto como topada y cadeneo al acordonar una mezcla detierra y madera sin rescatar ningún rollizo susceptible de ser transformado en poste,viga o ir a la taninera. El desmonte acordonado se quema in situ y no solo se pierderollizo sino leña campana, material carbonizable y leña de bajo diámetro (leña depanadería y para ladrillería tradicional). En cordones con troncos gruesos de quebra-cho al quemar se forman las llamadas «tierras cocidas,» biológicamente inertes y des-aparece la meso y microfauna edáfica.

Aquí hay todo un conjunto de preguntas no contestadas vinculadas con el tamañoy la conectividad de las superficies desmontadas, casi siempre de miles de hectáreas,convertidas al sistema de rotación trigo-maíz-soja o algodón -soja .

En una matriz de bosque perforada de manchones con agricultura industrial, eltamaño, la dispersión y la conectividad de parches son temas centrales pero nuestroconocimiento de un proceso de conversión arealmente tan extenso y ecológicamentetan agresivo es imperfecto en muchos temas entre los que destacamos:

a) Las consecuencias de la modalidad del desmonte quemando toda la biomasavegetal mezclada con tierra y acordonada, sus efectos en la micro y mesofauna desuelo.

b) El tipo e intensidad de las interacciones entre enormes parches de cultivo inten-

sivo y la matriz forestal que lo rodea;c) Respuesta ecosistémica a la aparición de bordes rectos angostos y muy largos y

formación de nuevas condiciones ambientales; los alambrados rectos disectan interio-res de bosque y disminuyen el área de los mismos;

d) No sabemos como evoluciona el llamado efecto de borde ni en el bosque ni en elcultivo vecino en cuanto a la singular composición de las especies o a su abundanciaen estos nuevos bordes.

e) Tampoco sabemos como se comporta la fauna de vertebrados de hábitatforestal frente a la oferta de un parche contiguo con forraje, y granos; la expe-

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riencia en el perímetro del Parque Nacional Chaco es que depende de la oferta dealimento, y época del año.

f) En aplicaciones aéreas de plaguicidas no se han medido las consecuencias sobrela biota de la «deriva» es decir la ampliación al ecosistema bosque de la pulverización(Pengue, 2004a).

g) Hay parches de desmontes parcialmente habilitados, cultivados pocos años yluego abandonados por razones económicas o ecológicas cuya restauración no estaestudiada ni hay conocimiento sobre rehabilitación con manejo humano por siembra,plantación, ruptura de la superficie de suelos planchados, etc.

h) La creación de un parche grande, de miles de Ha, para cultivo de soja va asocia-da a la cancelación de la posibilidad de uso de bienes ambientales del bosque, utiliza-dos tradicionalmente por etnias locales y criollos del entorno. Entre esos bienes nosolo esta el forraje natural, los frutos de bosques nutricios, la madera para artesanía,los cueros, pieles y la carne de monte, sino cosas tan esenciales como el agua de bebida

humana y animal, las fibras, las materias primas para teñido, las plantas de medicinatradicional, la miel, la cera y un pequeño lote para agricultura de subsistencia. Lasconsecuencias de la pauperización y el acorralamiento social de la población dispersay aún de poblados pequeños del entorno de los grandes parches de la sojización noestá contemplada como tema prioritario a resolver ni por el sector privado ni por elestado y sus consecuencias no han sido meticulosamente estudiadas (Pengue, 2004a).

i) Poco sabemos de lo que se consume de agua para producir una tonelada degrano de soja por tonelada de agua en una subregión semiárida de suelos muy fértilesque es donde la presión de sojización se ejerce como mayor fuerza en el Gran Chaco,tampoco sabemos el N, P y K que exportamos con los granos y subproductos (Pengue,2004b).

 j) En los tipos de bosques afectados se conoce la riqueza de plantas superiores y devertebrados, pero hay grupos completos de invertebrados y de criptógamas que espe-ran ser clasificados.

k) Se desmonta sin haber valorado servicios y bienes ambientales como la forma-ción de suelo forestal, la tasa de retención de CO2 en bosques de madera dura y creci-miento lento, tenida como baja en otros ecosistemas de referencia y no estudiada enel Chaco; su capacidad de producir y contener hábitats incluso en stands sobre – ex-plotados como el caso de los huecos para el loro hablador (Caziani, 2004); sin conocersu banco de nutrientes y su función reguladora de agua, amortiguadora de sequías eninundaciones, su capacidad de restauración natural y sin haber garantizado la conser-

vación de áreas naturales protegidas o sistemas de referencia (Pengue, 2002).

l) Hay numerosos parques regados con agua subterránea y no sabemos si sacanagua de acuíferos localizados o generalizado y si lo hacen a tasa iguales o superiores ala recarga de los mismos. El tema de las consecuencias que tienen cambios drásticos deusos del suelo sobre el llamado recros invisible que es el agua subterránea está preocu-pando seriamente en áreas donde se producen plantaciones y cultivos a gran escala.

Finalmente la justificación para la venta de tierras públicas cuyo uso aprobado porley fue conservarse como áreas de referencia como las 16 000 Ha de los lotes 32 y 33 enel oriente de Salta es que se trata de ecosistemas degradados sin tener en cuenta laenorme capacidad de restauración natural asistida por el hombre que tiene el

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nunca fueron tierra desmontada, cultivada y luego abandonada pero hay caso en dondelos bordes fueron «comidos» para labranza y luego abandonados por tratarse de sue-los con limitaciones. Se los explotó por entresaca intensa pero conservan portagranos.Las empresas tanineras están interesadas en transformarlos en fragmentos de ma-nejo forestal proveyendo plantas genéticamente seleccionadas de crecimiento pro-

porcionalmente más rápido bajo manejo. Faltan indicadores de estado del ecosistemay sobre todo de calidad de los suelos, lo que es fundamental para diseñar un plan demanejo.

Idénticas incógnitas existen con las llamadas franjas ecológicas también exigidaspor normativas provinciales en el caso de desmontes modernos para agricultura in-dustrial.

Respuesta a pulsosLa forma como la mudanza de cauces condiciona la aparición o desaparición de

distintos estados sucesionales en la vegetación sugiere que hay bosques de alta sensi-bilidad y capacidad de respuesta a las mudanzas de cauces como las sabanas y bosques

de algarrobo. Otros ecosistemas responden rápidamente modificando sus estadiossucesionales cuando son incendiados y lo hacen muy lentamente cuando se modificael sistema de desagüe superficial y otros cambian de configuración con igual rapidezfrente a ambos tipos de pulso.

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En la región chaqueña el proceso tuvo distintos matices; la soja desplazó a cultivostradicionales, como el algodón en la Provincia del Chaco, pero motorizó además unaimportante expansión de la agricultura en general. Entre 1995 y 2005, la superficiesembrada con cultivos anuales en Salta, Chaco y Santiago del Estero aumentó de1.800.000 a 3.100.000 Ha, y la sembrada con soja de 420.000 a 1.760.000 Ha (ODSMA -

OEA, en preparación).Al mismo tiempo, la región recibió a buena parte de los emprendimientos ganade-

ros desplazados de la región pampeana por la mayor rentabilidad de la actividad agrí-cola. Esta combinación constituyó una fuerte presión sobre los bosques nativos, queterminó desencadenando un proceso de desmontes generalizados. Sólo entre 1998 y2002 se desmontaron 306.000 Ha en Santiago del Estero, 194.000 en Salta y 118.000 enChaco (Montenegro et al., 2004), convirtiendo a la región en la de mayor tasa dedeforestación del país.

La expansión agropecuaria en la región chaqueña generó opiniones encontradas:por una parte se celebra la incorporación de nuevas áreas productivas al mapa agríco-

la del país y los ingresos económicos que ello implica. Por otra parte se alerta sobre losriesgos que conlleva el modelo adoptado, en consonancia con la creciente preocupa-ción por los temas de sostenibilidad agraria (INTA-INDEC, 1994; Viglizzo, 2001). Eneste sentido se destaca que el proceso se lleva adelante sin que exista un plan deordenamiento territorial, por lo que se permite que el avance se realice sobre zonas enlas que no está garantizada la sustentabilidad de la producción, ya sea por condicio-nes edáficas o climáticas (Adámoli et al., 2004; Adámoli, 2005; Grau et al., 2005). Tam-poco se están contemplando los riesgos ambientales de los procesos de expansión,como la pérdida de biodiversidad (Torrella et al., 2003), la simplificación del paisaje(Forman y Godron, 1986), o la conectividad entre ambientes.

El fenómeno también tuvo implicancias relevantes en el ámbito social, los produc-

tores y pobladores tradicionales de la región no se vieron incluidos mayoritariamenteen el nuevo modelo, ni percibieron los beneficios económicos que este generó(Reboratti, 2005); también se alerta sobre la preocupante concentración de la renta yla disminución del trabajo rural (Barsky y Gelman, 2001).

La expansión de la frontera agrícola siempre es un proceso dinámico, condicionadobásicamente por coyunturas favorables de precios y por la disponibilidad de tierrasaptas y baratas (Adelman, 1994; Adámoli y Fernández, 1980).

El Gran Chaco Americano es una vasta planicie de más de 1.000.000 km2, de loscuales el 60% están en Argentina. Por su extensión es la principal masa boscosa delpaís y una de las principales de Sudamérica. Junto con la Selva Paranaense y las Yungas,forma parte de las tres ecorregiones con mayor biodiversidad de la Argentina.

En el presente trabajo se describe y analiza la configuración espacial del proceso deexpansión agropecuaria en la región chaqueña, en el período 1992-2002, mediante lainterpretación de imágenes satelitales y el uso de sistemas de información geográfica,en una aproximación tendiente a desentrañar sus implicancias ambientales en el nivelecorregional.

Materiales y métodosSe definió como área de estudio a parte del Chaco argentino donde se desarrolla

con mayor intensidad el proceso descrito de expansión agropecuaria. El área, con una

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superficie total de 41.748.513 hectáreas, quedó comprendida por el Chaco salteño, elnorte de la Provincia de Santa Fe, y las Provincias del Chaco, Formosa y Santiago delEstero (a excepción de su extremo SE).

Sobre imágenes satelitales se identificaron visualmente y se mapearon, trabajandoa escala 1:250.000, todas las parcelas en las que la cobertura vegetal original ha sido

sustituida por cultivos, tanto agrícolas como pasturas (en adelante «áreas transforma-das»). Esta digitalización se realizó con el programa Arcview 3.2.

Se utilizaron mosaicos «Mr Sid» compuestos a partir de imágenes Landsat de acce-so libre en internet (http://glcfapp.umiacs.umd.edu:8080/esdi/index.jsp); para abarcarla totalidad del área de estudio fueron necesarios los mosaicos de las ubicaciones 20-20, 20-25, 21-20 y 21-25. Se utilizó una serie de mosaicos del período 1986-1992 que enel texto y las tablas se indica como 1992 y otra del período 1999-2002, que se indicacomo 2002.

La ventaja de poder disponer de mosaicos de imágenes tiene la limitación de laamplitud temporal de las series. No obstante, el volumen de información generada,

las tendencias detectadas y la localización espacial de los procesos, consideramos queson válidos para la toma de decisiones y la planificación en estas escalas.

En la enorme mayoría de los casos la diferenciación entre la vegetación nativa ycultivos es inequívoca, pero en algunos potreros de ganadería extensiva sobre camposnaturales, pueden generarse confusiones, porque ciertos tipos de manejo pueden pre-sentar un patrón similar al de las parcelas cultivadas. En estos casos la identificación delas parcelas se hizo ampliando sensiblemente la escala de la imagen, para mejorar ladefinición. Este tipo de errores no son intrínsecos de la metodología, ya que inclusiveuna clasificación automática sin una exhaustiva verificación a campo también puedepresentarlos, incluso en mayor medida.

Para analizar el proceso deexpansión en las distintas zo-nas climáticas, se dividió laregión chaqueña a partir deun análisis bibliográfico dedatos de precipitación anual(Galmarini y Raffo del Cam-po, 1964; Bianchi, 1981;Bruniard, 1987). Así queda-ron definidas las siguienteszonas (figura 1):Chaco Árido:  menos de 500

mm, marginal en el área deestudio definida para estetrabajo.Chaco Semiárido: 750 a 500mm, la de mayor extensiónterritorial.Chaco Subhúmedo: 750 a 900mm, presenta una faja muyangosta en el borde oeste dela región chaqueña (subhú-medo occidental), y una fajamás ancha en la frontera en-

Figura 1. Área de estudio y zonas climáticas.(ver en CD)

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tre Santiago del Ester, Chaco y Santa Fe (subhúmedo central).Chaco Húmedo: más de 900 mm, se extiende por el este de Formosa, Chaco y Santa Fe.

Estas zonas no son estables en el tiempo, ya que pueden desplazarse, en función deciclos plurianuales secos o húmedos. Tomando como referencia a la isohieta de 750mm en la Provincia del Chaco, durante un ciclo húmedo esa isohieta se desplaza haciael Oeste, mientras que en un ciclo seco se desplaza hacia el Este (en el borde occidentalde la región, los desplazamientos son en sentido inverso).

Así, queda determinada una faja de variabilidad climática. En los últimos 25 añoshubo un sensible desplazamiento de las isohietas hacia el Oeste, mientras que en los 5años más recientes, hay evidencias de una tendencia más seca. Esto indicaría un proce-so de reversibilidad climática. Las áreas con riesgo de reversión fueron definidas comoaquellas en las que en una situación normal están dentro de la zona del subhúmedo,pero en un ciclo seco quedan incluidas en la zona correspondiente al subhúmedo secoa semiárido. Se identificaron así dos zonas con riesgo de reversión, en las áreas decontacto entre el Chaco Semiárido, y ambas porciones del Chaco Subhúmedo.

Para el análisis de la expansión agropecuaria en relación con las distintas subregionesecológicas, se utilizó una adaptación propia del mapa de «Complejos Ecológicos delGran Chaco» (The Nature Conservancy/Nature Serve, 2004).

ResultadosLos resultados obtenidos indican que para la primera serie temporal analizada (1992),

las áreas transformadas cubrían 3.014.107 Ha, o sea el 7,22 % de la superficie totalestudiada. Para el año 2002 este valor trepó hasta el 11,54 % (4.816.502 Ha). Las áreastransformadas tuvieron una expansión del 59,8 %, es decir que en este período fuesustituida la cobertura vegetal nativa, constituida principalmente por bosques, en1.802.395 Ha. Como se observa en la figura 2, estas áreas no tienen una distribución

homogénea en el área de estudio, sino que se presentan agrupadas en núcleos decaracterísticas diferentes.

Para visualizar más clara-mente los núcleos en losque se concentran las áreastransformadas, se dividió elárea de estudio en hexá-gonos regulares de 10.000hectáreas. Las áreas trans-formadas dentro de cadahexágono, fueron expresa-

das como % de cada polí-gono. En la figura 3 se mues-tran de esta manera lasáreas transformadas para1992 y 2002.

Se distinguen claramen-te los principales núcleosagrícolas de la región:

El grueso de los cultivosse localiza en el núcleo del

Figura 2. Superficies donde la cobertura vegetal nativaha sido eliminada. (ver en CD)

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centro-sur de la región, correspondiendo básicamente a la zona climática del «ChacoSubhúmedo Central». Este núcleo se presenta dividido por una depresión salobre quese conecta con los Bajos Submeridionales. La mayor parte del núcleo se localiza en ellímite entre las provincias de Chaco y Santiago del Estero. La porción sur de este nú-cleo se encuentra en el límite entre el sudeste de la provincia de Santiago del Estero yel sudoeste del Chaco.

En la porción más húmeda de la región, predominan los suelos inundables. Por talmotivo, la agricultura sólo se expresa en los terrenos topográficamente más altos:• Desde Resistencia al Norte, puede observarse que las áreas cultivadas presentanun alineamiento en sentido NO-SE, acompañando el trazado de los albardones delos ríos, agrícolas;• En el extremo SE de la región, la agricultura se localiza en la dorsal oriental deSanta Fe y sur del Chaco, de orientación casi N-S.

El núcleo occidental de la agricultura está formado a su vez por varios centros, quede norte a sur son: Tartagal, Las Lajitas, Metán-Rosario de la Frontera, la frontera deSantiago del Estero con Tucumán, y en menor medida con Catamarca.

Hay un par de núcleos en pleno Chaco Semiárido, que corresponden a zonas deirrigación: el más grande y evidente, es el de Santiago del Estero, con el área de riegodel río Dulce, y el otro es el de Joaquín V. González en Salta (colindante con el núcleode Las Lajitas), sobre el área de riego del río Juramento.

En la figura 4 se representa, también como porcentaje de la superficie de loshexágonos, la expansión agropecuaria, medida como la diferencia entre la superficietransformada en 2002 y la transformada en 1992. Se observa que en el período estu-diado la expansión no fue homogénea ni se dio en todos los núcleos, sino que tambiénestuvo concentrada en ciertos puntos. Pueden advertirse además diferentes patronesde «expansión»: en algunos casos hubo una «intensificación» o expansión interna,entendiendo por esto que dentro de un núcleo hay más superficie transformada, peroque el núcleo no expandió sus límites; mientras que en otros casos se produjo un ex-

Figura 3..... Áreas transformadas para 1992 (a) y 2002 (b), expresadas como porcentajede hexágonos de 10.000 Ha. (ver en CD)

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58  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

pansión propiamente dicha,aparecen nuevas áreas transfor-madas en las periferias de losnúcleos, que expanden de he-cho sus límites.

La principal zona de expan-sión resulta entonces de una com-binación de estos procesos en lasdos zonas climáticas del ChacoSubhúmedo (Figura 5a). En lafrontera del Este de Santiago delEstero con Chaco y Santa Fe, seobserva por una parte que pre-senta una intensificación de laagricultura que se refleja en lostonos más oscuros de los

hexágonos, pero también se ve unavance de la frontera agrope-cuaria hacia el Oeste.

En el Subhúmedo Occidental,los mayores valores de la expan-sión se registran en el Norte, enel área de Tartagal, con algunos

puntos en el área de Las Lajitas. La frontera Oeste de Santiago del Estero registra pocaexpansión, reflejando que ya estaba fuertemente ocupada en 1992, salvo en el límiteSur con Catamarca.

Dentro del Chaco Semiárido, hay algunos puntos importantes en Salta, cerca de latriple frontera con Chaco y Santiago del Estero. La información disponible indica que setrata de grandes campos ganaderos. Puede observarse que el área de irrigación de San-tiago del Estero permanece con pocos cambios, con una ligera expansión hacia el Este.

Contrariamente a lo que podría pensarse, las menores tasas de expansión se regis-traron en el Chaco Húmedo. Las áreas de cultivos sobre albardones en Chaco y Formosaprácticamente no tuvieron crecimiento, mientras que el área de la Dorsal Oriental deSanta Fe, con epicentro en Reconquista, tuvo un pequeño incremento de densidad,pero no expansión efectiva.

Zonas de riesgo climático

Como se explicó, a partir del mapa de zonas climáticas se identificaron dos fajascríticas en cuanto la variabilidad de sus precipitaciones (Figura 5b). Estas fajas históri-camente (registros climáticos de largo plazo), formaron parte del Chaco Semiárido,pero debido a los desvíos de precipitaciones de los últimos 25 años, pasaron a formarparte del Chaco Subhúmedo. Sin embargo, en los últimos 5 años hay fuertes eviden-cias de una reversibilidad hacia las condiciones semiáridas antecedentes.

La angosta faja occidental corresponde a la transición entre el Chaco Semiárido y elChaco Subhúmedo Occidental, que recibe precipitaciones determinadas por la cerca-nía con las primeras estribaciones andinas. La faja oriental corresponde a la transiciónentre el Chaco Semiárido y el Chaco Subhúmedo Central, cuyas precipitaciones estánoriginadas por las corrientes húmedas que ingresan al continente desde el Este.

Figura 4. Áreas de expansión agropecuaria entre 1992 y2002, expresada como porcentaje de hexágonos de

10.000 Ha. (ver en CD)

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Figura 5. Áreas transformadas según zonas climáticas (a) y zonas de riesgo climático (b). (ver en CD)

Los resultados en cuanto a superficies transformadas en cada una de las zonas yperíodos que se muestran en la tabla 1, son sumamente preocupantes. Hay casi 1.300.000Ha en zonas de riesgo climático (la cuarta parte del total de las áreas transformadas),de las cuales aproxima-damente la mitad co-rresponden a desmon-tes realizados a partirdel año 1992. Teniendoen cuenta que en la gran

mayoría de estos cam-pos no se hacen rotacio-nes con ganadería, ni siquiera rotaciones con gramíneas como maíz y sorgo, y que lossuelos supuestamente cultivados en siembra directa no tienen cobertura superficial ypresentan evidencias de procesos erosivos (ODSMA-OEA, en preparación; experienciapersonal), existe un riesgo muy fuerte de que se dispare un proceso de desertificaciónde consecuencias muy graves.

Subregiones ecológicas y conservación de la biodiversidadSe analizó la distribución de las áreas transformadas y su expansión, tomando como

referencia a las subregiones ecológicas del área de estudio (Figura 6). De un total de26 subregiones, solamente 8 explican más del 90% de la expansión agropecuaria regis-trada (Tabla 2).

La subregión 1 concentra prácticamente el 50% de la expansión registrada en todael área de estudio y allí está el principal núcleo agrícola de la región chaque-ña. Estenúcleo se divide en su tercio inferior, por una depresión salobre, vinculada con losBajos Submeridionales. Las áreas transformadas tuvieron un incremento del 78%, loque significa que se han perdido en este período 886.485 hectáreas de ambientes nati-vos, principalmente bosques. El 46% de la superficie de la subregión se encuentratransformada, por lo que la conservación de su biodiversidad se ve seriamente com-prometida.

Tabla 1. Superficies agropecuarias en zonas de riesgo climático.

Zona de riesgoclimático

Superficietotal (ha)

Sup.Transformada

1992 (ha)

Sup.Transformada

2002 (ha)Diferencia

(ha)

Expansión

Occidental 1.471.957 358.271 519.798 161.527 45,09 %

Oriental 4.310.011 315.863 769.738 453.876 143,69 %

Total 5.781.969 674.134 1.289.537 615.403 91,29 %

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Tabla 2. Distribución de las áreas transformadas y su expansión entre las principalessubregiones del área de estudio

Los mejores suelos agrícolas dela subregión 1 coinciden con la fajaclimática del Chaco SubhúmedoCentral y con el Bosque de tresquebrachos (colorado santiagueño,colorado chaqueño y blanco). La in-

tensidad del avance de la fronteraagropecuaria en el área original-mente ocupada por este bosque esmuy alta. En los alrededores de laslocalidades de Las Breñas, Charatay Pinedo, en el Sudoeste de la Pro-

superficie total Áreas transformadas 1992 Áreas transformadas 2002 Expansión

Figura 6. Subregiones ecológicas y áreas transforma-das para 1992 y su expansión al 2002. (ver en CD)

vincia del Chaco, la agricultura queen 1957 ocupaba 63 % del área, se

extendió hasta 79 % en 2002 (ver «Reducción y fragmentación del Bosque de TresQuebrachos en el sudoeste de la Provincia del Chaco» en este libro).

El Bosque de Tres Quebrachos presenta tal nivel de fragmentación, sobreexplotacióny ritmo de deforestación, que si no se adoptan medidas urgentes, en pocos años más

es posible que ya no queden masas disponibles con número, tamaño y conectividadmínimos como para asegurar su protección. Debido a la falta de tierras fiscales en elárea, la única posibilidad real de conservación consistiría en integrar una red de áreasprotegidas en propiedades privadas, para poder conservar muestras representativasde este tipo de bosques.

Subregiones Ecológicas1. Chaco subhúmedo central2. Antiguos cauces del Juramento-Salado3. Bosques-arbustales del centro4. Abanico del Itiyuro

5. Transición Chaco Yungas6. Bajos submeridionales7. Chaco oriental del Bajo RíoParaguay8. del Río Salado

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Otra subregión que aportó significativa-mente a esta expansión es la 2, cuyas ca-racterísticas corresponden básicamente a la faja climática del Chaco Semiárido. Estasubregión tiene la particularidad de verse afectada por la expansión de los núcleosagrícolas ubicados en las fajas climáticas definidas como Subhúmedo Central (límiteChaco-Santiago del Estero) y Subhúmedo Occidental (particularmente en las áreaspróximas a Las Lajitas y a Joaquín V. González). Con 353.616 hectáreas de áreas boscosastransformadas, esta subregión representa el 20% de la expansión total registrada, y esdonde mejor se evidencia cómo la expansión opera como un movimiento de pinzas,desde ambas fajas del Chaco Subhúmedo, hacia el Chaco Semiárido. Las figuras 5a y 6muestran claramente que todavía hay mucha tierra disponible para la expansión, aun-que por las características climáticas suponemos que la misma tendrá un componenteganadero muy importante. El dilema sigue siendo si esta expansión podrá ser encau-zada por un proceso consensuado de ordenamiento territorial, o si seguirá siendo unproceso fuera de control, entre cuyos riesgos más evidentes está la pérdida debiodiversidad, y la posibilidad de que ante una reversión climática, se dispare un pro-ceso de desertificación.

Se analizó la ubicación geográ-fica de las áreas naturales protegi-das (considerando las de la admi-nistración nacional y provincial, losSitios Ramsar y las Reservas deBiosfera). Los resultados sonpreocupantes, puesto que virtual-mente no existen áreas protegidasen las zonas con un desarrollo agrí-cola histórico ni en aquellas en lasque se concentra la expansión ac-tual (Figura 7). Resulta evidente

entonces que esta red de áreas pro-tegidas no es suficiente para garan-tizar la conservación de los ambien-tes nativos frente a la expansiónagrope-cuaria. Peor aún, reciente-mente el gobierno de la provinciade Salta ha desafectado y vendidoparte de la Reserva de Pizarro, úni-ca reserva vinculada con el núcleode expansión de Las Lajitas, los lo-tes fiscales 32 y 33.

Figura 7. Sistema de áreas naturales protegidas en elárea de estudio; se observa que es totalmenteperiférico a las zonas con desarrollo agropecuario.

(ver en CD)

Discusión y conclusionesLa expansión agropecuaria en la región chaqueña tiene en la soja a su principal

motor, ya sea por el cultivo de esta oleaginosa en la región, o por el asentamiento deemprendimientos ganaderos que se ven desplazados por la mayor rentabilidad de laagricultura en las zonas más favorables, como la región pampeana. Los indicadoresinternacionales señalan en forma consistente que la demanda de soja no es un fenó-meno pasajero, ya que no sólo se mantendría en un largo plazo para granos, harinas yaceites, sino que además hay fuertes indicios de que se incrementaría significativamente.

Hay que considerar además el compromiso de muchos países (Estados Unidos, la

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62  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

Unión Europea, China, etc.) de alcanzar en el corto plazo distintas metas de incorpora-ción de biocombustibles (biodiesel y bioetanol) como corte en las fuentes de energíafósil. Argentina aparece como uno de los países con potencial para aumentarsignificativamente su producción, no sólo por mejoras en los rendimientos, sino tam-bién por expansión de su frontera agrícola. Considerando sólo el mercado interno, deacuerdo a la ley 26.093 a partir del año 2010 la totalidad de los combustibles expendidosen el país deberán tener un 5% de biocombustibles en su formulación. Para el biodiesel,la demanda sería de unos 600.000 metros cúbicos, que de producirse a partir de sojaimplicarían unas 650.960 tn de aceite. Esta cantidad puede ser obtenida por la reduc-ción de las exportaciones, o bien incrementando el área sembrada en una superficiede 1.815.176 Ha. (ODSMA - OEA, en preparación) es decir, un área similar a la expan-sión registrada en este trabajo.

En la región todavía existen vastas superficies disponibles potencialmente para eluso agropecuario, especialmente en las fajas indicadas como zonas de riesgo climático,y su continuidad hacia el semiárido.

Hasta el momento esta expansión se ha dado en forma espontánea (sino anárquica)sin una regulación efectiva por parte del gobierno nacional ni de los gobiernos pro-vinciales. Por lo general, cuando las normas regulatorias existen, los gobiernos no cuen-tan con la infraestructura necesaria o con la decisión política para garantizar su cum-plimiento. Si bien es cierto que existen algunas experiencias y esfuerzos para avanzaren esta tarea, muchas de ellas impulsadas por organizaciones no gubernamentales, ytambién por organismos del estado como la Administración de Parques Nacionales oel INTA, éstas todavía no se han plasmado en acciones concretas sobre el terreno. Dehecho el proceso de expansión estuvo regido por las leyes del mercado y la oferta detierras, con todos los riesgos que eso implica.

El escenario planteado pone en evidencia que es imprescindible la implementación

de un programa de ordenamiento territorial a escala regional. Desde el punto de vistaambiental, es necesario señalar que hay serios riesgos de desertificación, así comoriesgos de pérdida de ecosistemas únicos, como es el caso del Quebrachal de tresquebrachos, que ya ha sufrido una reducción muy drástica en su superficie yconectividad. Pero también es necesario que se prevea y regule la expansión de aquíen adelante, de forma de establecer prioridades ambientales, garantizando la conser-vación y la conectividad de los elementos más relevantes o amenazados, así comotambién el cumplimiento de los servicios ecológicos que prestan estos ambientes.

Como se señaló al comienzo de este trabajo, el crecimiento agropecuario es unagran oportunidad para el país y para la región chaqueña en particular. Por eso mismo,se impone un mínimo de racionalidad para evitar perjuicios para los productores, para

el ambiente y en definitiva para el país.

Bibliografía citadaAdámoli, J.; R. Ginzburg; S. Torrella; P. Herrera. 2004. Expansión de la frontera agrícola en la

región chaqueña: el ordenamiento territorial como herramienta para la sustentabilidad.Gerencia ambiental 11(112): 810-823.

Adámoli, J. 2005. Problemas ambientales de la agricultura en la región chaqueña. En: A. Brown,U. Martínez Ortiz, M. Acerbi y J. Corcuera (eds.) La Situación ambiental Argentina, Fundaciónida Silvestre Argentina, Buenos Aires. Pp. 436-442.

Adámoli, J. y P. Fernández. 1980. La expansión de la frontera agropecuaria en la Cuenca delPlata: antecedentes ecológicos y socioeconómicos para su planificación. pp 468-501. En: O.

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Patrón espacial del paisaje serrano(Córdoba, Argentina)

Rubén del Sueldo1

 y Mirta Menghi 1,2

1Centro de Ecología y Recursos Naturales Renovables (CERNAR) -Edificio de Investigaciones Biológicas -

Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales -Universidad Nacional de Córdoba. Ciudad Universitaria -

X5016GCA Córdoba, Argentina - 2CONICET [email protected]

ResumenSe analiza el paisaje rural de una área (31°50’S/64°50’W) de las Sierras de Córdoba

(Argentina central) objeto de la mayor extensión de plantaciones de Pinus  spp. «pino»

realizadas en los últimos 30 años. Se describen la estructura y diversidad del patrónespacial actual del paisaje entre 650 y 2.400 m snm., y su relación con factores físicos ycon plantaciones de pino. Se realizó la clasificación supervisada de una imagen LandsatTM (30 x) (Envi 3.5, CONAE) de septiembre de 2002, considerando unidades de vegeta-ción y usos del suelo nativas y antrópicas. Se analizó en forma exploratoria toda lacuenca (77.622 Ha) y, con mayor detalle, 21.000 Ha que concentran plantaciones, con-siderando la estructura del paisaje total, de cada hábitat o unidad de paisaje, y deparche (Fragstats 3.3).

La matriz del paisaje actual (77% de la cuenca) es un mosaico de comunidades nati-vas en distinto estado de conservación con límites irregulares entre ellas, en el cual losbosques nativos representan hoy una superficie menor. El bosque de Lithraea ternifolia 

(«molle») cubre actualmente 3.148 Ha (19% de su área potencial) repartidas en nume-rosos parches menores a 1 Ha; la mayor parte fue degradado a arbustales compuestospor Acacia  spp. y otras especies del sotobosque original, y está invadido por leñosasexóticas. Los bosques y arbustales de Polylepis australis   («tabaquillo») representancerca de 300 Ha, están muy fragmentados en pequeños parches confinados a quebra-das; tanto factores antrópicos como físicos explicarían ese patrón. Los bosques nati-vos mostraron relación espacial escasa (L. ternifolia , «molle») a nula (P. australis ,«tabaquillo») con las plantaciones de «pino». La mayor extensión de bosque de «pino»(7.670 Ha) cubre áreas originales del matorral serrano de Hetherotalamus alienus («romerillo») y, en menor grado, de pastizales de altura. La variedad y extensión dehábitat artificiales y exóticos aumentan hacia las zonas media y baja; tienen en común

fronteras bruscas y rectas, muy contrastantes con su entorno. Los valores de diversi-dad (H’ 1,85), de equidad (E’ 0,80) y de dominancia (0,34) de unidades de paisaje indi-carían que el patrón espacial es heterogéneo a escala regional, y más diverso hacia losextremos alto (2.43 bits) y bajo (2.20 bits) respecto del sector medio (1.53 bits) de lacuenca. La interacción entre la complejidad y accesibilidad del relieve a lo largo delgradiente altitudinal explicaría esa tendencia por mayor variabilidad espacial de ele-mentos naturales hacia las cumbres, y de origen antrópico hacia zonas bajas. La es-tructura espacial detectada no es estática y de ella emergen hipótesis para investiga-ción futura. Son de particular interés temas relacionados a la calidad del hábitat, ladirección y dinamismo de las transiciones bióticas en diferentes tipos de fronteras, lapercolación de la estructura para organismos y procesos ecosistémicos, entre otros.

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Figura 4. Mapa de unidades de paisaje (Ver en CD)

M[P+T+R]:M[P+T+R]:M[P+T+R]:M[P+T+R]:M[P+T+R]: Mosaico de pastizal (P), bosque de Polylepis   australis   «tabaquillo» (T) y afloramientorocoso (R). Altitud 1.400 a 2.400 m s.m. Área total 19.253 Ha (27%).

Parche de pastizal (P) (30% del mosaico) comprende comunidades de pastos altos (Deyeuxia 

 hieronymi 

,Poa  stuckertii , Festuca  lilloi , F . hieronymi , Stipa  pseudohichu ), bajos (Stipa  neesiana , S . eriostachya , S .flexibarbata , Agrostis  montevidensis , Eragrostis  lugens , Piptochaetium  montevidensis , Poa  annua , Carex fuscula ) y de céspedes (Alchemilla  pinnata , Muhlembergia  peruviana , Gentiana  achalensis ).T: Parche de bosque.T: Parche de bosque.T: Parche de bosque.T: Parche de bosque.T: Parche de bosque. (10% del mosaico) comprende bosquecillos y arbustales de Polylepis  australis ,Maytenus  boaria , Berberis  spp., Escallonia  cordobensis , Heterothalamus  alienus , Cassia  hookeriana , Colletia spinosissima , Pernettya  poeppigii , Baccharis  spp., con abundancia de helechos.Parche de roca (R) (60% del mosaico) comprende afloramiento de granito con arbustos y pastos. Sontípicas comunidades rupícolas de Stevia achalensis , Solanum incisum , Berberis  hieronymi , Satureja odora ,Blechnum penna-marina , Elaphoglossum gayanum  yPolypodiun  gilliesii , acompañadas por poáceas.P: Pajonal.P: Pajonal.P: Pajonal.P: Pajonal.P: Pajonal. Altitud 1.000 a 1.800 m s.m. Área total 4.060 Ha (6%).Comprende pastizales altos con predominio de Stipa  filiculmis , S . trichotoma , S . tenuissima , Paspalum dilatatum , P . notatum , entre otras, acompañadas por Schizachyrium  spicatum , S . imberbe , Sporobolus indicus , Aristida  spegazzini  en zonas con suelos pobres o degradados. A menor altitud esta unidadpierde continuidad y tiene mayor presencia de arbustos y de hierbas latifoliadas.

M: Matorral.M: Matorral.M: Matorral.M: Matorral.M: Matorral. Altitud 1.100 a 1.400 m s.m. Área total 15.547 Ha (22%).Arbustal bajo (1-2 m), inerme, con predominio de Heterothalamus  alienus , Eupatorium  buunifolium  ydiferentes especies del género Baccharis  sobre una matriz de pastos con especies típicas del sub-pisoinferior de pastizales.Arb: Arbustal.Arb: Arbustal.Arb: Arbustal.Arb: Arbustal.Arb: Arbustal. Altitud 900 a 1.100 m s.m. Área 13.079 Ha (18%).Domina un estrato de 2-4 m, espinoso, con predominio de los géneros Acacia  y Sch inus con variaciónespacial en la cobertura y en la presencia de emergentes arbóreos de «molle» y «coco». Hay estratosinferiores de arbustos bajos (Coletia  spinosissima , Condalia  microphylla , Baccharis  articulata ), gramíneasy hierbas latifoliadas. Es común la presencia de leñosas exóticas ( Ligustrum lucidum , Gleditsia triacanthos , Melia  azedarach , Populus alba , Cupressus  sp., Cryptomeria japónica , Prunus  spp., Ligustrum ovalifolium , Pyracantha  coccinea , Cotoneaster  franchetti , Cotoneaster  dielsiana , Sparteum   junceum ,Robus  fruticosus ).BM: Bosque deBM: Bosque deBM: Bosque deBM: Bosque deBM: Bosque de Lithraea ternifolia Lithraea ternifolia Lithraea ternifolia Lithraea ternifolia Lithraea ternifolia  «molle»«molle»«molle»«molle»«molle». Altitud 900 a 1.100 m s.m. Área total 3.148 Ha (4%).Comprende un estrato arbóreo abierto de Lithraea ternifolia  y Fagara coco ; estratos arbustivos alto

(géneros Acacia  y Schinus ) y bajo (Bacharis  spp.) y herbáceo. A menor altitud el estrato arbóreo seenriquece con especies del bosque de llanura como Prosopis  spp., Celtis tala , Geoffroea decorticans  yJodinia rhombifolia .BP: Bosque deBP: Bosque deBP: Bosque deBP: Bosque deBP: Bosque de Pinus Pinus Pinus Pinus Pinus   spp. «pino».spp. «pino».spp. «pino».spp. «pino».spp. «pino». Altitud 900 y 1.700 m s.m. Área total 7.669 Ha (11%).Comprende plantaciones de Pinus elliottii , P. taeda  y P. radiata  (P. insignis ), mencionados en orden deimportancia por su extensión.Agr: Cultivos.Agr: Cultivos.Agr: Cultivos.Agr: Cultivos.Agr: Cultivos. Altitud 800 a 1.100 m s.m. Área total 7.295 Ha (10%).Son parches aislados y de poca superficie hacia el sector alto, con cultivos anuales de Zea  maiz  (maíz) ySolanum tuberosum  (papa). Constituye una unidad extensa y continua hacia el valle, más variada enespecies (Sorghum  spp., Avena  spp., Eragrostis curvula , Secale  cereale ).U: Urbano.U: Urbano.U: Urbano.U: Urbano.U: Urbano. Altitud 700 a 1.400 m s.m. Área total 701 Ha (1%).Comprende poblaciones y residencias secundarias.Agu: Lago.Agu: Lago.Agu: Lago.Agu: Lago.Agu: Lago. Altitud 700 m s.m. Área total 647 Ha (1%).Lago artificial generado por el Dique Los Molinos en el Valle de Los Reartes.

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72  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

En todos los casos los hábitat naturales y sus derivados alterados mantienen transi-ciones graduales que podrían funcionar como fronteras permeables para el movimientode organismos nativos y por tanto como corredores (Taylor et al., 1993).

El 23% de la cobertura vegetal restante fue sustituida por hábitat exóticos y/o arti-ficiales (cultivos herbáceos, plantaciones de pino, asentamientos urbanos, embalseartificial) cuya frecuencia y extensión son máximas en los sectores medio y bajo de lacuenca. Estos ambientes tienen en común fronteras abruptas y rectas, y componen unmosaico local de hábitat de características muy contrastantes (tierra/agua; nativo/exó-tico; natural/construido).

Otro rasgo común del mosaico es el predominio de cobertura leñosa nativa (43%matorral de «romerillo» y bosque de «molle», 2% bosque de «tabaquillo»). La cober-tura herbácea domina las cabeceras de la cuenca en donde comprende pastizales dealtura semi-naturales por encima de los 1.000 m s.m. (30% de la cuenca), y resultantesde la tala y quema de bosques (2%) y cultivos (10%) hacia el valle. El bosque de pinorepresenta el 11%.

El análisis de hábitat a escala regional (Fig. 4; Tabla 1) destacó al matorral no espi-noso de Hetherothalamus alienus (M), y al mosaico de pastizal + bosque de P. australis «tabaquillo» + roca y pastizal (M[P+T+R]) por tener los mayores extensión (At) y ta-maño de parche (Ipm) en toda la cuenca. Esas características de la unidad de paisaje deinterés con fines de conservación, tendrían menor valor aquí porque las unidades encuestión comprenden zonas muy alteradas cuyos indicadores pueden aparecer en-mascarados a la escala de análisis.

El análisis por sector altitudinal (Tabla 2) puso de manifiesto que el matorral serra-no (M) valioso por constituir una unidad típica del paisaje autóctono y por ser unatransición natural entre bosques y pastizales nativos, fue reemplazado por plantacio-nes de «pino» en el 40% de su superficie original en esta cuenca. Este ambiente esfavorable para esa actividad por su relieve accesible y por la posibilidad de plantar sinnecesidad de tala. Esa intervención humana implicó, por una parte, la retracción yfragmentación del hábitat natural, por otra, cambios en el entorno por el desarrollodel hábitat y fronteras nuevos relativos a la plantación de «pino», cuya estructura ycomposición son muy contrastantes a las del sistema nativo, y de impacto desconoci-do en su biodiversidad y funcionamiento.

Tabla 1. Características generales de las unidades de paisaje.

UP   At pj Npj Ipm Ampj Dpj Ptpj

(Ha) (%) (%) (Ha) (Npx100Ha) (km)

1. M[P+T+R] 19.252 27 85 24.76 226.50 0.11 82. Pajonal (P) 4.060 6 3.731 0.61 1.09 4.80 1823. Matorral (M) 15.547 22 2.349 17.84 6.62 3.03 2434. B. de Pino (BP) 7.670 11 1.695 2.27 4.52 2.18 1445. Arbustal (Arb) 13.080 18 3.201 9.64 4.08 4.12 3126. B. de Molle (BM) 3.148 4 2.812 0.53 1.12 3.62 1627. Cultivos (Agr) 7.295 10 1.400 7.65 5.21 1.80 1058. Urbano (U) 701 1 1.091 0.42 0.64 1.40 40

9. Lago (Agu) 647 1 1 0.83 323.73 0.003 2

At: área total; pj: proporción de paisaje ocupado por cada unidad; Npj: número de parches; Ipm: índicedel parche mayor;Ampj: área media de parches; Dpj: densidad de parches; Ptpj: perímetro total de los parches.

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En el caso del mosaico (M[P+T+R]), los porcentajes de superficie medidos para cadaelemento interior (30% P; 10% T; 60% R) no corresponderían a causas naturales entoda su extensión. La exploración interna de esta unidad a partir de indicadores deproducción (NDVI) como de contenido de humedad del suelo (Envi 3.5) (del Sueldo,2004) mostró variabilidad espacial en la cobertura, no discriminada en este estudio, lacual estaría en parte asociada a impacto humano. Los controles de campo (aún enrealización) confirman la presencia de áreas con afloramientos rocosos y céspedesrexistásicos producidos por sobre-pastoreo, clasificados como (P), así como de áreasde roca con pastos (R) con indicios de quema y tala de «tabaquillo»

El bosque de «tabaquillo» (T) (Tabla 2) no mostró en el área estudiada ningunarelación espacial con la plantación de «pino» (Fig. 4).

M[P+R]: mosaico de pastizal y afloramiento rocoso; T: bosque de P.australis  «tabaquillo»; C: césped; P: pajonal; M: matorral; BP: bosquede Pinus  spp.; Arb: arbustal; BM: bosque de L. ternifolia «molle»;Agr: cultivos.At: área total; pj: porcentaje de paisaje ocupado por la unidad depaisaje j; Npj: número de parches; Ipm: índice del parche mayor;Ampj: área media de los parches y entre paréntesis su desvíoestándar.

Tabla 2. Características de las unidades de paisaje por sector altitudinal.

PARÁMETROS

SECTORES / UP At pj Npj Ipm Ampj(Ha) (%) (%) (Ha)

ALTO

1. M[P+R] 444 23.7 946 2.61 0.47 (2.40)2. C 385 21.6 929 7.98 0.44 (5.03)3. T 235 13 674 0.43 0.26 (0.45)4. P 198 11 733 0.26 0.27 (0.37)5. M 446 24.7 879 4.08 0.70 (3.42)6. BP 107 6 361 0.19 0.10 (0.20)

1. M[P+R] 274 15.3 746 0.17 0.37 (0.40)2. C 165 9.18 772 0.18 0.21 (0.24)3. T 52 2.86 342 0.04 0.14 (0.08)

4. P 354 19.7 729 1.45 0.47 (1.54)5. M 780 43.4 551 19.2 1.53 (17.77)6. BP 175 9.71 149 0.64 0.88 (1.29)

MEDIO ALTO

1. P 587 32.5 322 23.5 0.50 (3.30)2. M 791 44 399 21.7 7.43 (65.43)3. BP 422 23.4 311 5.38 1.47 (6.56)

MEDIO BAJO

1. P 255 14.3 777 1.20 0.32 (1.07)2. M 552 31 842 6.27 0.65 (4.88)3. BP 296 16.5 198 7.44 1.26 (8.88)

4. Arb 555 31 790 7.40 1.03 (9.05)5. BM 109 6 345 0.48 0.10 (0.87)6. Agr 33 1.8 41 0.06 0.53 (0.51)

TRANSICIÓN

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76   Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

AgradecimientosEl presente trabajo se desarrolló como parte del protocolo de trabajo presentado

por el Centro de Ecología y Recursos Naturales Renovables (CERNAR) al Instituto deAltos Estudios Espaciales Mario Gulich (CONAE-UNC). Agradecemos especialmente elasesoramiento y apoyo brindado por el Dr. Marcelo Scavuzzo y por el Lic. Mario Lamfri.

El estudio recibió apoyo parcial de la SeCyT-UNC 2003-2004.

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80   Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

tran una excepcional diversidad de fauna y flora con importantes recursos genéticosque podrían perderse –sin haberse estudiado su potencialidad- como resultado demanejos inadecuados. Actualmente los bosques secos son los ecosistemas más amena-zados y con mayor priorización de cara a una estrategia mundial de conservación. Sise evalúa globalmente los bosques xerofíticos, el Chaco representa la mayor extensiónrelativamente conservada que queda en la Tierra.

Las características ambientales son claves para comprender los paisajes del Chacoargentino, su dinámica y funcionamiento y, por ende, las consecuencias de las prácti-cas de manejo aplicadas a este territorio. La región presenta marcados gradientesclimáticos con temperaturas medias anuales entre 18 y 26°C, en tanto que las precipi-taciones máximas ocurren en las proximidades del río Paraguay, con valores mediosanuales de 1.300 mm (sensiblemente mayores en los últimos años), mientras que en elOeste oscilan en torno de los 500 mm, alcanzando valores de 300 mm anuales en losbolsones áridos de la región. La alta evapotranspiración potencial varía entre 900 mmen el Sur y 1.500 mm en el Norte. Las lluvias se concentran en el verano determinandoinviernos secos, son en general torrenciales, causan pérdidas en la fertilidad y estruc-

tura del suelo principalmente en sitios con nula o baja cobertura forestal, lo que acen-túa procesos de salinización e inundaciones, entre otros perjuicios. A su vez, las brus-cas y grandes variaciones de temperatura provocan severos daños a aquellos cultivosy forrajes desprotegidos de estructuras forestales.

Desde el punto de vista del paisaje, la región presenta gran diversidad de ambien-tes: sobresale un neto predominio de extensas llanuras; la porción sudoeste ocupadapor sierras; grandes ríos que la atraviesan en sentido Noroeste-Sudeste hasta su con-fluencia con el Paraguay-Paraná; sabanas secas e inundables, esteros, bañados, salitralesy una gran extensión y diversidad de bosques y arbustales. Todo esto se traduce enuna alta abundancia de especies animales y vegetales que hacen del Chaco una de lasáreas internacionalmente claves en términos de conservación de la biodiversidad. Pre-

senta también un elevado, aunque dispar, potencial hídrico, un alto potencial energé-tico (energía solar y eólica), y suelos en general con buenos niveles de fertilidad.

Subregiones delChaco argentino

La importante heterogeneidadinterna de la Región Chaqueña,aún a escalas de poco detalle, creala necesidad de definir Subre-giones ecológicas (Figuras 1 y 2)que presentan diferencias enmacrovariables tales como

geomorfología y clima. A escala demayor detalle son a su vez dividi-das en Zonas ecológicas (Figura 3)teniendo en consideración varia-ciones más finas de los aspectosclimáticos, geomorfoló-gicos,edáficos y florísticos. LasSubregiones del Chaco argentinoson: Chaco húmedo, Chacosemiárido, Chaco árido y Chaco se-rrano, cuyas características genera-les se presentan a continuación.

Figura 1: Imagen de la región chaqueña con loslímites subregionales (Ver en CD)

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crear sus sociedades y culturas rurales, y la producción a perpetuidad de bienes y ser-vicios mediante el mejoramiento de la disponibilidad y calidad de los recursos natura-les y la protección ambiental.

Materiales y métodosPartiendo del enfoque de conservación de la diversidad en uso y la premisa de quela máxima diversidad se obtiene en las situaciones de uso intermedio, se trabajó sobreun relevamiento de experiencias de manejo en campos de pequeños productores ru-rales en las diferentes zonas ecológicas de la región chaqueña (Red Agroforestal Cha-co. 1999b). Son presentados estudios de caso, sus implicancias ecológicas y sociales,analizando diversos aspectos troncales y específicos, vinculados con la oferta natural(potencialidad) y la obtención de productos y servicios por parte de los pobladoreslocales.

Se destaca que los autores de este trabajo efectuaron el «Relevamiento de expe-riencias significativas realizadas con campesinos y aborígenes en la región chaqueña

argentina» con financiamiento de la Agencia de cooperación alemana GTZ, entre losmeses de noviembre 2003 y marzo 2004, en el marco del Proyecto Manejo Sustentablede los Recursos Naturales en el Chaco Sudamericano de dicha agencia. El número deexperiencias con el que se trabajó asciende a 60, y abarcó las provincias de Formosa,Chaco, Salta, Santiago del Estero, Córdoba y Santa Fe (Figura 4). La descripción com-pleta de las experiencias puede ser solicitada a la Agencia de GTZ en Buenos Aires, laque está siendo incluida en cuatro tomos temáticos que reúnen relevamientos de Pa-raguay y Bolivia.

Para seleccionar las experiencias fueronconsideraron algunos criterios fundamen-tales. En primer lugar que las mismas fue-

ran significativas, es decir, que bajo la mi-rada de los principales beneficiarios y ac-tores locales, apuntaran a resolver situa-ciones de relevancia y que hayan cumpli-do con éxitos los objetivos planteados. Porotra parte, que se enmarquen en la con-cepción de desarrollo rural sustentableenunciada antes, siendo determinante quela misma se encontrara adaptada a la rea-lidad socio económica predominante en la región, y especialmente a la mayor parte delos pobladores rurales, es decir pequeños productores o aborígenes. Por ello se tuvoen cuenta un aspecto especial: la focalización hacia estos grupos en la selección. Por

último, que fuera desarrollada por instituciones, personas y organismos que trabajanen la Región Chaqueña de reconocida trayectoria e inserción local.

Las experiencias se clasificaron según diferentes parámetros, en las siguientes cate-gorías:

a) institución que la desarrolla: Organizaciones Gubernamentales, OrganizacionesNo Gubernamentales (de la Sociedad Civil), Asociaciones de Productores, Asociacio-nes Indígenas.

b) población beneficiaria: criolla, indígenac) líneas de trabajo centrales: Producción, Comercialización, Organización, Desa-

rrollo de tecnologías, Salud y Alimentación, Conservación y uso de RRNN, Educación yderechos sociales, Financiamiento y por último, Investigación y formación profesional

Figura 4: Proporción de experiencias en lasprincipales provincias chaqueñas

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Se destaca que se consideran dentro de «Producción» aquellas propuestas queinvolucran sustitución de la cobertura vegetal original e introducción de especies ani-males; mientras que en «Conservación y uso de RRNN» se incluyen las que utilizan lasespecies nativas y los ecosistemas preexistentes.

d) componentes de sistemas productivos prediales

Se establecieron 8 categorías que definen distintas actividades productivas: Todaslas actividades agrícolas se incluyen en la categoría Chacra y huerta (conservación desuelo, mejoras en la producción, nuevos cultivos, etc.). La actividad pecuaria está divi-dida en 3 categorías: Ganadería mayor (vacunos), Ganadería menor (caprinos) y Gran- ja (aves y porcinos). En cuanto a las acciones realizadas en el bosque se establecierondos categorías asociadas al tipo de uso de los recursos del bosque nativo: Forestalmaderable y Forestal no maderable. Una categoría aparte esta representada por laapicultura, debido a la importancia que ha ganado la actividad en los últimos años.Finalmente, la ultima categoría establecida ha sido la de Transformación/agroindustriaspor ser considerada una actividad relacionada con la producción primaria, pero quepermite un mayor alcance y proyección que las actividades netamente prediales.

e) subregión y zona ecológica donde se localiza (Figura 5)

Se destaca que las variables deanálisis son independientes de los cri-terios de selección, lo cual permite lascomparaciones que se presentan eneste trabajo. Se analiza la participa-ción de las diferentes característicasde las experiencias en las Subre-giones y zonas ecológicas (Figura 5)y se vincula el tipo de producción conla oferta de recursos naturales y laslimitaciones.

ResultadosA modo de ejemplo, se presentauna experiencia que da cuenta de ladimensión del trabajo abordado so-bre el conjunto.

Titulo del proyectoManejo silvopastoril de vinalares:

5 años de experiencia en Ibarreta,Formosa.

Fechas de inicio y finalización: Seinició en Julio de 1998. Continúa con

diferentes financiamientos.Protagonistas: Productores de lascolonias de Ibarreta (Departamento Patiño, Provincia de Formosa) y GESER (Grupo deEstudios Sobre Ecología Regional)

Presentación:El vinal (Prosopis ruscifolia) es una leñosa invasora que afecta campos de pastoreo

y cultivos abandonados transformándolos en improductivos. Varios métodos de erra-dicación fueron probados, aunque ninguno actuaba sobre las causas del problema ysu elevado costo lo hacía inaccesible para los pequeños productores. En 1993 se co-menzaron las investigaciones para su manejo, el cual se está implementando desde1998 bajo un esquema de diversificación productiva con criterios sustentables.

Figura 5: Ubicación de las experiencias en lasZonas Ecológicas (Ver en CD)

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Un enfoque de interés en el marco de la ecología del paisaje es el alcance regionalde las propuestas de desarrollo. Se observa que la gran mayoría de las experiencias(73%) se circunscriben a 1 zona ecológica. Sólo las experiencias impulsadas desde po-líticas públicas trascienden ampliamente las fronteras de las zonas (el 80 % de lasmismas están en mas de una). Le siguen las vinculadas al desarrollo de tecnologías y las

involucradas en investigación y formación profesional, con un 44 %. Se destaca que elalcance regional de muchas experiencias es el resultado de una suerte de compromisoentre la mayor relevancia y la menor especificidad de la propuesta a la zona en cues-tión. Más allá de esto, en muchos casos los criterios generales de las mismas son com-partidos por experiencias fuertemente vinculadas a zonas ecológicas diferentes y aúndistanciadas geográficamente.

Dentro de cada subregión se identifican algunas zonas ecológicas donde se regis-traron más experiencias. Esto no está directamente vinculado con las localidades visi-tadas, ya que en muchos casos los equipos de trabajo se encuentran en ciudades im-portantes y las experiencias se desarrollan a más de 300 kilómetros de ellas. Tal es elcaso de los programas y proyectos agilizados desde las capitales provinciales. Por estas

razones cobra importancia analizar las zonas más representadas. Ellas son:

a) en el Chaco húmedo:• 1 – Esteros, cañadas y selvas de rivera,• 4 – Cuña Boscosa y• 6 – Bajos Submeridionales;

b) en el Chaco semiárido:• 10 – Interfluvio Bermejo – Pilcomayo y• 11 – Oeste de la baja cuenca del Bermejo; y

c) en el Chaco árido y serrano:• 18 – Chaco árido leñoso y• 20 – Sierras pampeanas

Otro aspecto de interés es el relacionado con las líneas de trabajo centrales másrepresentadas en el conjunto de las experiencias (más del 40 %). Ellas son: organiza-ción, producción y conservación y uso de recursos naturales. Es de destacar que las 3Subregiones no se diferencian en relación con las líneas de trabajo centrales priorizadas.

Considerando una escala de zona ecológica, se observa que en las principales áreasse han priorizado diferentes líneas de trabajo centrales (Tabla 1). Las zonas donde se

han registrado más experienciasde producción, no coinciden conlas de experiencias de conserva-ción y uso de los recursos natu-rales, aunque sean zonas conti-guas (1 y 4, 10 y 11). No hay rela-ción tampoco respecto de laSubregión. Organización es fun-damental en casi todas las zonas,mientras que comercialización ydesarrollo de tecnologías sólo seabordan, a escala de zona, en launidad 10.

Tabla 1: Porcentaje de experiencias de la zona que

abordan cada tópico destacado.

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pas de coberturas y los análisis espaciales se efectuaron mediante la ayuda de herra-mientas como los sistemas de información geográficos (SIG) y la aplicación de algunasmétricas del paisaje como el área de cada tipo de cobertura, el porcentaje que ocupaen el paisaje, el número de parches, el tamaño promedio de los parches y la dimensiónfractal. Las tendencias de transformación de las coberturas se analizaron por mediode la construcción de matrices de cambio las cuales registran la transición de los tiposde cobertura hacia otro cierto tipo.

El territorio y en este caso los guaduales que hacen parte de él están estructuradosde manera que sus componentes se articulan mutuamente en forma retroalimentada,por esto no es útil ver los ecosistemas como un ente aparte sino mas bien analizarlosdesde un punto de vista holístico, entendiendo las implicaciones del uso del paisaje enlos patrones y procesos, del pasado, presente y futuro para la biodiversidad y conser-vación de las funciones ecosistémicas.

Los guaduales además de ser ecosistemas que desempeñan un importante rol comoprotectores de cuencas hidrográficas, son también elementos imprescindibles en el

desarrollo sociocultural no solo del Quindío sino de nuestro país. La reducción de sucobertura implica la disminución de la capacidad para cumplir sus funciones ecológicasy la de mantener bienestar y desarrollo humano. Por esta razón es necesario realizarinvestigaciones que describan los procesos de cambio y la situación espacio-temporalen la que se encuentra desde un punto de vista integrado del territorio, y para lograr-lo es imprescindible efectuar estudios de este tipo que describen como los usos delterritorio y otros eventos han afectado la situación de este importante ecosistema,generando información valiosa para el fortalecimiento de lo que respecta a planes deordenamiento territorial y esquemas administrativos que valoren los potencialesflorísticos de la región.

En este sentido, el enfoque de la ecología de paisajes provee considerables elementos

para entender y desarrollar metodologías que expliquen y analicen los cambios en lospatrones y procesos del paisaje, ayudando a determinar en este caso la transformaciónde las coberturas de guaduales y concediendo información sobre los demás tipos decoberturas que de una manera u otra están influyendo los cambios; por ésta razón seutiliza como base de la investigación realizada. La utilización de herramientas como lossistemas de información geográficos (SIG) son claves en el desarrollo de una investiga-ción de este tipo, ya que poseen la facultad de examinar espacialmente a través deltiempo coberturas georeferenciadas, detectando minuciosamente los fenómenos a ni-vel regional o de paisaje, de esta manera las coberturas de guaduales y otras, pueden serdiferenciadas y analizadas, ofreciendo datos cuantitativos acerca de su estado.

Área de estudioContexto geográfico general del departamento del quindíoEl departamento se encuentra ubicado en la vertiente occidental de la cordillera

Central de Colombia, entre los 4º04’ y 4º44 de latitud norte y los 75º26’ y los 75º22’ delongitud oeste del meridiano de Greenwich. En la actualidad es el segundo departa-mento de menor extensión del País, representando el 0,2% del territorio nacional. Seextiende desde la cumbre de la cordillera Central en el límite con el Tolima, (donde sedestacan las cimas de los páramos Cumbarco, Barragán, Chili y paramillo del Quindío)hasta la margen derecha de los ríos Barragán y La Vieja, en el límite del valle del Cauca.Su territorio, que abarca aproximadamente 70 Km de norte a sur, y aproximadamente40 Km de este a oeste, tiene una extensión de 196.183 hectáreas (1961,8 Km2) (Fig. 1) y

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más locales y desarrollar unanoción más cercana de laimportancia , el uso y lasprácticas de manejo de losbosques de guadua. Se hicie-ron 2 salidas preliminares de

reconocimiento de la zona,una al sector de Montenegroy la otra al de La Tebaida.

Teniendo reconocidas lasrutas de acceso a las veredasse escogieron las fincas quese irían a visitar (principal-mente que tuvieran gua-duales y variedad en sistemasde producción). En total sevisitaron 20 fincas repartidasentre los dos municipios, to-mando datos acerca de su lo-calización, verificación de los

sistemas de producción recientes, cambios en sus coberturas, importancias de ciertascoberturas para la comunidad, etc. Las charlas con los habitantes de la zona fuerongrabadas y organizadas en los formatos de campo, las respuestas se compararon y lasque presentaron mayor semejanza fueron tenidas en cuenta para ampliar la discusióny los resultados en torno a la temática de la transformación de las coberturas y losfactores asociados a esta.

Con base en las imágenes Quick-bird provistas por la Corporación Autónoma Re-

gional del Quindío se llevó a cabo la georeferenciación de las fotografías aéreas utili-zando el software ENVI 3.6 y posteriormente la digitalización del mapa de coberturasdel año 2003 con la ayuda del software Arcview 3.2.

Fase de resultados y análisisGeneración de mapas finalesSe digitalizaron los mapas de coberturas siguientes, obteniendo las áreas comunes

mediante las intersecciones entre los periodos 64-80, 80-90, 90-03. A éstos mapas se lesasignaron los códigos de cobertura correspondientes diferenciando sus coberturaspara cada año.

Aplicación de métricas del paisaje

Diversas Métricas del paisaje son empleadas en la Ecología para elaborar medidascuantitativas de los patrones espaciales que se encuentran en un mapa o en los sensoresremotos como las aerofotografías o Imágenes satelitales (Frohn, 1998). La aplicaciónpráctica de la cuantificación de los patrones del paisaje es de gran ayuda en el análisisde los cambios del paisaje, y son rigurosamente necesarios para analizar los patrones yla interacción que estos tienen con los procesos del paisaje (Gergel y Turner, 2002).

 Se obtienen las áreas finales para cada parche y para cada tipo de cobertura, estasáreas se encuentran en las tablas de atributos que están contenidas en Arcview 3.2, yfinalmente son exportadas a Excel.

Figura 3. Clases de cobertura

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mientras que el 9% del CcsCcsCcsCcsCcs (20 Ha) se convirtió en Bg.Bg.Bg.Bg.Bg. El 4% se convirtió en café sinsombra o sea 12 Ha de Bosque de guadua, registrándose una mayor tendencia generalde cambio de los cultivos hacia el bosque de guadua.

El BgBgBgBgBg obtuvo el 11% del remanente de Bosque denso (BdBdBdBdBd), tipo de cobertura queviene a desaparecer para 1980, también sucedió con los PaPaPaPaPa que aunque solo el 5%cambió a Bosques de Guadua cedió 54 Ha de su cobertura. Parte del BaBaBaBaBa pasó a ser BgBgBgBgBg,cediéndole 16 Ha al BgBgBgBgBg (un 6%) del área que había de BaBaBaBaBa para 1980 se transformó enBg.Bg.Bg.Bg.Bg. Cabe resaltar otras tendencias de cambio significativas de los demás tipos de co-berturas. En este periodo los pastizales abiertos (PaPaPaPaPa) se mantienen en un 67% queequivalen a 709,3 Ha que perduraron en el transcurso del tiempo, presentando unporcentaje de retención alto. El cambio más importante que experimenta el PaPaPaPaPa es latransformación del 18% de su extensión en cultivos de café sin sombra, que son equi-valentes a 194 Ha. Otro importante cambio para el PaPaPaPaPa es la transformación de 54 Haen bosques de guadua que corresponden al 5% de PaPaPaPaPa que existía en 1964. Los pastizalesabiertos también cedieron bastante terreno al cultivo de plátano que para 1964 noexistía pero que se fue extendiendo rápidamente en el transcurso del periodo de tiem-

po, aportándole el 4% de las existencias de PaPaPaPaPa en 1964, más de la mitad del terrenoque CpCpCpCpCp ocupa para 1980 que es de 58 Ha.

El café con sombra (Ccs)(Ccs)(Ccs)(Ccs)(Ccs) revela un porcentaje de retención bajo, solo el 32% de suárea permanece intacto durante éste periodo de tiempo. Un 23% equivalente a 54 Hase convirtió en Pastizales abiertos y un 22% (51 Ha) para 1980 se transforma en culti-vos de café sin sombra.

A pesar del aumento en el área total, el café sin sombra (Css)(Css)(Css)(Css)(Css) también muestra unbajo porcentaje de retención, el 34% de su cobertura se mantuvo sin alteración. Encuanto a cambios importantes, el 30% de CssCssCssCssCss que existía en 1964 se transformó en PaPaPaPaPa,cifra equivalente a 52 Ha, un 21% se convirtió en Café con sombra y un 10% entre

bosques abiertos y bosques de guadua.

Los Bosques Abiertos (Ba)(Ba)(Ba)(Ba)(Ba) presentan un porcentaje de retención alto, que corres-ponde a la estabilidad en las áreas totales para el intervalo de tiempo, 64% de sucobertura se mantuvo en el tiempo, cifra que equivale a 183 Ha. Su transformaciónmás importante fue la conversión de 56 Ha de BaBaBaBaBa en PaPaPaPaPa iguales al 22% de las área quefueron reemplazadas.

Periodo 1980-1990Los bosques de guadua (Bg)(Bg)(Bg)(Bg)(Bg) en este periodo presentan también un porcentaje de

retención alto, éste porcentaje corresponde al 70% de superficie que no sufrió ningúncambio, y equivale a 214 Ha. Las áreas de guadua que fueron convertidas en otras co-

berturas son muy pocas, la transformación más importante son 46 Ha que fueron con-vertidas en PaPaPaPaPa, que corresponden al 15% de guadual que cambió en el tiempo, al con-trario el 7% de PaPaPaPaPa que había en 1964 fue transformado en bosques de guadua, cifra queequivale a 66 Ha de PaPaPaPaPa. 8 Ha de BgBgBgBgBg fueron convertidas en CssCssCssCssCss y 5 ha en CcsCcsCcsCcsCcs mientras queel 7% de Ccs fue convertido en bosque de guadua, área equivalente a 13 Ha.

Los cultivos de plátano a pesar de su rápido crecimiento no alteran para este perio-do las áreas de guaduales, solo el 2% que equivale a 5 ha de guadua fueron converti-das en Cp.Cp.Cp.Cp.Cp.

Los PaPaPaPaPa, para este periodo se siguen manteniendo con un porcentaje de retenciónalto, el 72% de su superficie no experimentó ningún cambio, éste porcentaje es equi-

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ches en el lapso de 1964-1980 y 1990 pasando de 15 a 34 y a 41 parches respectivamen-te pero decrecen notablemente para el 2003 con un registro de 24 parches. El tamañopromedio de los parches para ésta cobertura disminuye considerablemente de 12 Haque ocupaban en 1964 pasan a ocupar 7 Ha en 1990. y finalmente 4,5 Ha para el 2003.

El Café con Sombra (Ccs)(Ccs)(Ccs)(Ccs)(Ccs) redujo el número de parches notablemente. De 19 quetenía en 1980 pasó a 12 en 1990 y a 9 en el 2003, en cambio para el lapso de 1980 a1990 logra un crecimiento en el tamaño promedio de sus parches, de una extensiónde 8 Ha promedio en 1980 pasó a 11 Ha en 1990 y registra una disminución a 7,5 Hapara el año 2003.

En cuanto a los Cultivos de Plátano (Cp)(Cp)(Cp)(Cp)(Cp) mantienen un leve incremento en el Nú-mero de Parches, para 1964 no se observa ningún parche, en 1980 el CpCpCpCpCp presentaba 18parches y en 1990 alcanzó los 20 parches, para el 2003 se reportan 21, así mismo suce-de con el tamaño promedio, aumentó de 3,24 Ha en 1980 a 5,82 en 1990, registrándoseun considerable incremento para el 2003 con 13 Ha. Los parches de cultivos de cítricosaparecen para el 2003 con un reporte de 18 y un tamaño promedio de 14 Ha.

Cabe mencionar que solo se cuantificaron 2 parches de Bosques densos (Bd)(Bd)(Bd)(Bd)(Bd) para1964 perdiéndolos para 1980, el tamaño promedio de los parches es el más alto detodo el análisis multitemporal (35 Ha) ya que solo son dos parches que miden 70 Ha.Los BaBaBaBaBa en cambio se mantienen en 10 parches para 1980 pero decrecen a 4 en 1990 yfinalmente desaparecen en el 2003, pasa lo mismo con el promedio de tamaño de losparches, éste se mantiene presentando 25 Ha para 1964 y 1980 pero por el contrariocrece en tamaño promedio para 1990.

Índice de diversidad de Shannon:Éste índice es aplicable solamente a nivel del paisaje. El comportamiento general es

estable para el periodo comprendido entre 1964 a 1990 y un considerable incremento

para el año 2003.

Para 1964 el valor de diversidad de Shannon es de 1,5; presenta un leve incremen-to a 1,6 para el año de 1980 y 1990 y aumenta casi tres veces para el año 2003 con unvalor de 4,3.

Dimensión FractalLa Dimensión Fractal se expresa dentro de un rango de 1 a 2, entre más se acerca a

2 las formas de los parches son más complejas. A continuación se describen los cálculospara las coberturas que perduraron durante todo el lapso de tiempo estudiado comoel Bosque de guadua (Bg),(Bg),(Bg),(Bg),(Bg), Café sin sombra (Css)(Css)(Css)(Css)(Css), con sombra (Ccs(Ccs(Ccs(Ccs(Ccs) y el Pastizal abier-

to (Pa).(Pa).(Pa).(Pa).(Pa). Son cálculos que en general fueron más bien estables a través del tiempo yque no presentaron valores muy altos.

Los Bosques de guadua (Bg)(Bg)(Bg)(Bg)(Bg) presentan un leve decrecimiento en su dimensión fractal,pero reportando siempre los niveles más altos de ésta. Para el año de 1964 registra eldato más alto con 1,39 decreciendo a 1,374 en 1990 y para el 2003 se estabiliza en1,375. Los Pastizales abiertos (Pa)(Pa)(Pa)(Pa)(Pa) para 1964 presentaron un valor de 1,328incrementándose un poco para 1980 con un registro de 1,335, y regresa a 1,327 en1990 siendo el registro más bajo para ésta cobertura durante todo el tiempo de estu-dio, para el año 2003 aumenta a 1,344. Las coberturas de cultivos siempre registrarondatos más bajos que BgBgBgBgBg y Pa,Pa,Pa,Pa,Pa, permaneciendo muy estables, el Café con sombra (Ccs)(Ccs)(Ccs)(Ccs)(Ccs)presenta en 1964 un registro de 1,302 que se viene a repetir en el año 2003, en 1990

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ra conocimiento acerca de ésta normatividad ni de control por parte de las autorida-des ambientales.

Es importante resaltar que el comportamiento de las coberturas de bosque deguadua también está determinado por las propiedades del ecosistema, la guadua se-gún Giraldo (1992) se caracteriza por ser de rápido crecimiento (10 a 12 cm/día) factorque se refleja en la pronta recuperación que tiene por algún disturbio regenerándoserápidamente. Ya que es una planta perteneciente a la familia de las gramíneas poseenotables cualidades de colonizadora, invasora y una alta capacidad de regeneración,de esta forma el área en las coberturas tiende a reportarse estable, en un lapso de 6años el guadual puede estar totalmente recuperado y sino ha sido reemplazado per-manecerá con la misma o más área (Giraldo, 1992). También su adaptabilidad estádeterminada por las condiciones edafoclimáticas, encontrándose el área de estudio enlos rangos óptimos para el desarrollo de los guaduales (FEDECAFE, 1999). Según lainformación de campo otros tipos de beneficios como la facultad de ser barreras cor-tavientos y cercas vivas sobre todo para cultivos como el plátano y cítricos hacen quela comunidad mantenga los guaduales circundando en sus propiedades.

Las coberturas boscosas (Bd Y BaBd Y BaBd Y BaBd Y BaBd Y Ba) fueron ampliamente transformadas en BgBgBgBgBg refle- jando las cualidades de colonizadoras y de alta capacidad de regeneración que carac-terizan a este tipo de plantas además de estar ubicadas al lado de las fuentes de agua,aunque una notable extensión de BgBgBgBgBg fue convertida en PaPaPaPaPa, esto se puede explicar porel control que ejerce el hombre para mantener los terrenos en pasto interconectados.

Cambios en las coberturas de bosques (Bd y Ba)Los coberturas de bosques densos (Bd)(Bd)(Bd)(Bd)(Bd) solo fueron reportados para 1964 desapare-

ciendo para 1980, mientras que los Bosques abiertos (Ba)(Ba)(Ba)(Ba)(Ba) decrecieron drásticamente apartir de 1980 y desaparecieron para el 2003 (Fig. 5).

Estos tipos de comporta-mientos se encuentran liga-dos principalmente al esta-blecimiento y expansión dela frontera agrícola en espe-cial desde 1930 cuando pro-cesos de asentamiento (Co-mienzos de cultivo de maíz,fríjol y otros alimentos, sub-sistencia y pan coger) empie-zan a influir aceleradamen-

te sobre las coberturasboscosas, la explotación delas minas, salinas y carbone-ras existentes en la cuenca

hidrográfica del Río La Vieja por parte de colonos y latifundistas dieron comienzo a latransformación acelerada de los bosques (Lopera, 1986).

Con el auge de la economía cafetera a mediados del siglo XX se consolidaron losprocesos de poblamiento y se establecieron los instrumentos de producción que mul-tiplicarían la capacidad productiva de la región y por ende la transformación de susecosistemas. La llegada de la variedad caturra también influenció ampliamente el com-portamiento de los bosques de la zona, es un hecho significativo ya que requiere cul-

Figura 5. Áreas de cada clase por año (Ver en CD)

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tivarse a libre exposición causando que en el reemplazo de los árboles de una variedada otra fuera necesario eliminar el sombrío existente causando un déficit casi total delas especies de la zona (Junguito y Pizano, 1991) . Prácticas para el establecimiento depastizales como la tumba y quema también incidieron drásticamente en la sustituciónde los bosques desde inicios del siglo XX. Con el transcurso del tiempo y creciendo laproducción de café, el rendimiento por hectárea y los salarios, crecían igualmente lasmigraciones causando una gran presión demográfica y urbanización que ejerció unafuerte demanda de leña para la construcción de asentamientos urbanos y vías de acce-so afectando drásticamente las coberturas boscosas (Lopera, 1986). Según la CRQ (2001)y la información encontrada en campo, todavía la mayoría de la comunidad usa lamadera como fuente principal para la cocción de alimentos faltándoles alternativasenergéticas accesibles y aunque la demanda familiar de leña para suplir esta necesidadno sea tan alta, cuando son épocas de cosecha del café se aumenta drásticamentesabiendo que migran campesinos de muchas regiones en busca de trabajo.

La tendencia actual de acaparar grandes extensiones en pasto es un factor queimpide el reestablecimiento de estas coberturas en la zona de estudio, así se busquen

formar mecanismos para incrementar las coberturas boscosas por medio de progra-mas y proyectos que son cumplidos y llegan solo a los pequeños propietarios. Muchasde las áreas de BdBdBdBdBd y BaBaBaBaBa fueron colonizadas por bosques de guadua ya que estabanubicadas en los lechos de las quebradas o fueron también reducidas a pequeños relictosen esa misma ubicación pero no cumplen las normas legales de la conservación de lascuencas hidrográficas.

Las actividades productivas recientes como los CcCcCcCcCc ocuparon también gran parte delárea de los bosques densos reflejando la expansión de esta cobertura y su importanciaeconómica para la zona.

Cambios en las coberturas de Café (Ccs y Css)Coberturas culturales tan importantes en la región como lo son el café sin sombra(Css)(Css)(Css)(Css)(Css) y con sombra (Ccs)(Ccs)(Ccs)(Ccs)(Ccs) demuestran un ajuste en el comportamiento relacionadocon las reformas y los modelos de la economía cafetera que se dan para cada época,además de las políticas de precio interno, de tal forma el CcsCcsCcsCcsCcs evidencia un decreci-miento a través del tiempo en su área debido a los cambios tecnológicos que se expre-saron en la implantación del café Caturro y Variedad Colombia que según Zapata yMoreno (1986) no requieren una estructura boscosa que les ofrezca sombra y sonresistentes a diversas plagas. Ésta opción «tradicional» es reemplazada a partir de 1965/ 1966 cuando se iniciaron los primeros cultivos de importancia de la nueva tecnología(Junguito y Pizano, 1991) de ésta manera se ve reflejado en la caída en las áreas de estacobertura para los años analizados. A pesar del decrecimiento del CcsCcsCcsCcsCcs se evidencian

algunos remanentes de éste cultivo en la zona de estudio para el último año, todavíaen poca cantidad éstas prácticas tradicionales permanecen en la cultura Quindiana,esto puede ser explicado por los mayores costos corrientes del café sin sombra (>cos-tos por fertilizantes), además de su caída en la producción después de la máxima cose-cha, la cual es menor en el CcsCcsCcsCcsCcs dado por su meno desgaste fisiológico y según lainformación de campo una mejor calidad del grano, aunque no existe un consenso eneste aspecto (Junguito y Pizano, 1991).

El CssCssCssCssCss se incrementa considerablemente en los primeros periodos y decae para losaños más recientes (ver grafica 1), el notable incremento se presenta por la mayorproductividad por hectárea en comparación con el CcsCcsCcsCcsCcs que es determinada dada laincorporación de nuevas técnicas que presentan altas densidades de cultivo, elevados

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niveles de productividad y la adopción de ciertas prácticas culturales como la fertiliza-ción continua y la variedad caturra que elevaron la preferencia hacia éstas tecnolo-gías. Si se compara con el café con sombra éste presenta una densidad de siembra de1000 a 1500 cafetos por Ha mientas que el CssCssCssCssCss 4000 por Ha (Palacios, 1979) permitien-do hasta cuadruplicar los rendimientos de tradicionales obtenidos difundiéndose en-tre los caficultores con predios de diversos tamaños. Otra relación con el elevado cre-cimiento del CssCssCssCssCss especialmente expresado en 1980 es a causa de la reactivación cafe-tera como consecuencia de los altos precios derivados de las heladas brasileñas (me-diados de los setentas) produciendo un impulso para las nuevas siembras, renovacio-nes y mejoramientos de los cafetales (Junguito y Pizano, 1991). El considerable decre-cimiento en los precios del café y la llegada de nueva plagas como «La Broca» en losúltimos años incidieron fuertemente en la disminución de ésta cobertura en la zonade estudio, el arribo de nuevas alternativas de cultivos como el plátano y los cítricos(CRQ, 2002), la preferencia de los grandes terratenientes por la tenencia de la tierraparalizada en pastos y por ende menos oportunidades de trabajo giraron la preferen-cia del cultivo hacia los otros que ofrecen mejores ingresos económicos y un mejormercado laboral (Arias, 1996).

Un alto porcentaje de café sin sombra y con sombra fueron reemplazados por cul-tivos de plátano y cítricos debido a las pérdidas sufridas con el café, muchos caficultoresencontraron nuevas alternativas económicas en este tipo de cultivos, que también seadaptaron fácilmente a las condiciones biofísicas de la zona.

Cambios en las coberturas de PastizalesDesde el siglo XIX los mecanismos de apropiación de tierras como la adjudicación

de terrenos baldíos a nuevos pobladores que las reclamaran ocasionaron los inicios dela ganadería en la zona y por ende la apertura de terrenos en pasto para el manteni-miento del ganado (Lopera, 1986). Las coberturas en pastos se mantuvieron estables

en el tiempo y se definieron como la matriz del paisaje. Cabe resaltar el cambio pre-sentado en un 18% del área que corresponde a pastizales abiertos (Pa)(Pa)(Pa)(Pa)(Pa) hacia Cultivosde café sin sombra (Css)(Css)(Css)(Css)(Css) para el periodo 1964-80 reflejándose la importancia económi-ca y la expansión que tiene éste cultivo para esta época.

El mantenimiento de las áreas en pastos surge según la CRQ (2002) como una solu-ción temporal ante el dilema de qué hacer con los terrenos de cafetales arrasadosdebido a la crisis del grano, además, con la existencia de un gran desplazamiento ma-sivo hacia la zona durante los periodos de cosecha del café, para los dueños de lasfincas de ganado les es más fácil contratar uno o dos individuos que le trabajen agrandes extensiones de ganado que muchos para trabajar pequeños terrenos de culti-vos de café repercutiendo esto en problemas sociales de otra índole como la delin-

cuencia. Según la información tomada en campo, la influencia de los terratenientes enel área de estudio hace que grandes terrenos en pastos no tengan otro tipo de pro-ducción dejando solo importancia al título del terreno creando análogamente unafigura jurídica de propiedad privada y manteniéndola en un letargo indeterminado.

Cabe anotar que la implantación de nuevos proyectos institucionales que se estándesarrollando en la zona, como los desarrollados por el CIPAV (2002) que buscan trans-formar sistemas ganaderos convencionales en sistemas silvopastoriles dentro de unmanejo integrado del paisaje, pueden generar cambios e influir en el comportamientoconstante de los pastizales ha futuro, diversificando las actividades de la finca eincrementando la vegetación a escala del paisaje.

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El mantenimiento de las coberturas de pastizales abiertos especialmente compues-tas por pastos mejorados, también están influenciadas por las prácticas de manejo quese dan en la zona de estudio, mediante quemas estacionales para expandir la fronteray eliminación de la sucesión vegetal por medios químicos (herbicidas), ocasionan re-percusiones frente a otras coberturas sobre todo en las boscosas como por ejemplopor la demanda de cercas para los potreros, generando fragmentación en el paisaje,perdida de biodiversidad y ausencia del banco de semillas evitando la capacidad deregeneración de otros ecosistemas.

Cambios en los cultivos de plátano (Cp) y de cítricos (Cc)Estos dos tipos de cobertura se caracterizaron por presentar un considerable incremen-

to para los últimos años estudiados. Los cultivos de plátano (CpCpCpCpCp) crecieron casi 5 veces sutamaño desde que se reportaron en 1980 (Fig. 5); este cultivo viene a jugar un papel fun-damental en la economía de la región, los cítricos (CcCcCcCcCc) aparecieron para el lapso de 1990-2003 con una amplia expansión reemplazando a cultivos de café y plátano.

Los cambios en los cultivos de plátano y de cítricos están principalmente reflejadospor la crisis en los precios del café, muchos grandes caficultores del área de estudioencontraron una nueva alternativa económica en estos dos cultivos que también seacomodan favorablemente por las condiciones agroecológicas de la zona. Mercadosaledaños fueron tomados como base para la implantación del plátano y cítricos, ade-más de nuevos alicientes institucionales como el acceso a créditos bancarios y existen-cia relativa de contratos de asociación (gremiales sectoriales) que se convirtieron enuna fuerza impulsora del cambio (ICA, 1995).

El incremento de los tipos de cultivo tecnificado que buscan una mayor producciónpero implican inversión en capital y costos fijos altos es un factor crucial en los cam-bios del uso del suelo siendo una estrategia productiva de acumulación caracterizada

por los grandes poseedores de tierras y de solvencia económica, antes en la zona deestudio había algo de preferencia hacia los cultivos de varios estratos como el de cafécon plátano, pero para los años más recientes éstos se fueron homogenizando refle- jándose en vastas áreas de plátano y cítricos, incentivados también por obtener unacosecha mas frecuente en comparación al café. La formación técnica y el acceso aestudios superiores que han tenido las nuevas generaciones han también hecho quecambien los usos del suelo favoreciendo a éstos tipos de cultivo, por lo general ahorase mantiene el asesoramiento por parte de ingenieros agrónomos de la región.

La necesidad de agua suficiente para el desarrollo del plátano y de los cítricos, ade-más de cercas vivas y barreras cortavientos hace que no afecten notablemente lascoberturas de guaduales que por lo general se encuentran contiguas a los cultivos. En

la zona de estudio éstos cultivos tomaron un lugar preponderante tanto desde el pun-to de vista social como del económico, por ser no solo parte de los componentes fun-damentales de la canasta familiar sino también una fuente generadora de trabajo ydivisas (ICA,1995).

Cambios en la estructura del paisajeDiversidad del paisajeCuando se habla de diversidad del paisaje se hace referencia a la medida relativa de

la diversidad de los parches que están inmersos en un paisaje, según Farina (2000) secombina la riqueza con la abundancia de las coberturas, por esta razón este índice essensible al número de parches y al número de tipos de coberturas que están inmersasen el paisaje. Es diferente hablar de diversidad «del» paisaje que diversidad «en» el

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Según indican los resulta-dos el número total de par-ches en el paisaje y los ta-maños promedio de parchese comportan de acuerdo a

la dinámica y a los procesosantrópicos que haninfluenciado el área de es-tudio, hacia 1964 existían134 parches los cuales au-mentan drásticamente a183 para 1980 reflejándoseel apogeo de los cultivos delcafé para ese lapso de tiem-po y presentando una esta-bilidad para los años siguientes (Figs. 7 y 8).

La matriz es el área más interconectada del paisaje ((PaPaPaPaPa) en este caso), Las caracte-rísticas de la matriz varían en función del grado y uso antrópico que se haga sobreella. En el caso de estudio los tamaños promedio de la matriz fluctúan entre 30 y 22Ha, en donde áreas de pastizales fueron suplantadas por áreas pequeñas de cultivosde café sin sombra para 1980 evidenciándose la activación económica de las nuevastecnologías en este tipo de cultivos, a pesar que área de PaPaPaPaPa disminuyó se incrementasu fragmentación.

Es evidente que el comportamiento de las coberturas de cultivos de café (CcsCcsCcsCcsCcs y CssCssCssCssCss)se ajustan a las tendencias de los usos del suelo particulares para cada año, se observaun notable incremento de los parches de CssCssCssCssCss entre 1964 y 1990 e inversamente con el

tamaño promedio, pero para el 2003 debido a la llegada de nuevas alternativas decultivos que resultan más favorables económicamente para los antiguos caficultorescomo lo son el plátano y los cítricos decrecen considerablemente.

Cabe anotar que las coberturas de bosques densos (Bd)Bd)Bd)Bd)Bd) solo se presentaron en dosparches para 1964 y desaparecieron para el periodo siguiente por esta razón presen-tan tamaños promedio muy grandes comparables a los de la matriz del paisaje (Pa).(Pa).(Pa).(Pa).(Pa).En cuanto a los bosques abiertos (Ba)(Ba)(Ba)(Ba)(Ba) se mantienen estables en el lapso de 1964 a 1980pero decrecen considerablemente hasta desaparecer en el 2003, siendo reemplazadospor bosques de guadua que pueden haber colonizado rápidamente la zona y lapotrerización, característica de la zona donde se ubicaban los bosques abiertos.

Los cultivos de plátano (Cp(Cp(Cp(Cp(Cp) mantuvieron estables el número de parches en el trans-curso del tiempo pero su tamaño promedio se incrementó notablemente para el año2003 donde las fincas grandes mantienen también grandes extensiones de plátanodonde antes se prefería el café. Se observó que los cultivos de cítricos (Cc)(Cc)(Cc)(Cc)(Cc) resultarontener una tendencia más homogénea que cualquier otra cobertura su tamaño prome-dio se convirtió en el más grande aparte de los pastizales abiertos.

Dada la importancia ecológica, su comportamiento particular y el objeto de estu-dio de esta investigación, a continuación se discute específicamente acerca de la frag-mentación de los bosques de guadua.

Entre 1964 y 1980 los BgBgBgBgBg presentan estabilidad en el número de parches, pero para

Figura 8. Tamaño promedio de parches(Versión a color en el CD)

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los siguientes años estudiados éste número aumenta drásticamente. Con la ausenciade fincas donde cultiven guadua y la poca extracción por parte de la comunidad, elcomportamiento es reflejado por la llegada de nuevas actividades productivas y porsu capacidad de regeneración y colonización de áreas que se encuentran relacionadascon los cauces de pequeñas quebradas y ríos como los bosques densos y abiertos. Encuanto al tamaño promedio de los parches, éste no presenta cambios notables en eltiempo, midiendo aproximadamente de 5 a 6 Ha promedio relacionándose con el man-tenimiento de sus áreas totales en general.

Actividades como la ganadería han hecho que los guaduales se fragmenten sobretodo por el afán de que los campos de forrajeras estén conectados, siendo la guaduauna barrera viva y dejando pequeños parches que sirven para sombrío del ganado.

 La expansión de la frontera agrícola y la llegada de los nuevos cultivos para losaños más recientes es otro factor fundamental en la fragmentación de los bosques deguadua, éstos tipos de cultivos poseen acciones de manejo que necesitan la utilizaciónde prácticas más tecnificadas como el uso de maquinaría pesada que tienden a romper

con la continuidad de los guaduales apartándolos pero sin acabarlos.La división de las grandes haciendas en fincas más pequeñas ubicadas hacia el mu-

nicipio de Montenegro, dónde están distribuidos los guaduales más grandes de la zonade estudio han influido en la fragmentación de los BgBgBgBgBg ya que la llegada de distintosdueños, sobre todo personas que no son de la región, hacen que las estrategias y lasdecisiones acerca del uso de la tierra tomen cursos distintos afectando las coberturasnaturales en éste caso los guaduales.

Las características de los municipios de la zona en donde existe un notable inter-cambio de productos hacia los departamentos aledaños, intensifica cada vez más lanecesidad de infraestructura y vías de acceso a las áreas rurales, influyendo en la

conectividad de los guaduales que se ven involucrados en la crecimiento del desarro-llo del departamento.

El evidente cambio de los bosques abiertos hacia bosques de guadua y de por mediopastizales abiertos como se observa en los mapas de coberturas, específicamente en elcauce del río espejo, limite entre los municipio de La Tebaida y Montenegro, intensificómarcadamente el número de parches, la capacidad de regeneración y de colonizaciónde los guaduales se evidencia muy bien en este tipo de comportamiento, asociándosecon las áreas aledañas al cause del río, parches de guadua se desarrollaron tendiendo aconformar un corredor totalmente conectado, pero por el control que ejerce el hombrey la tendencia de mantener las coberturas en forraje para el ganado da como resultadopequeños parches intercalados con la matriz predominante.

Teniendo en cuenta la importancia ecológica y la considerable biodiversidad quehabita en los bosques de guadua, es importante señalar que son indudables lasimplicaciones ecológicas que la fragmentación de los bosques de guadua y de las co-berturas boscosas en general ocasionan. La fragmentación entendida como un proce-so dinámico por el cual un determinado hábitat va quedando reducido a fragmentos,más o menos conectadas entre sí en una matriz de hábitats diferentes al original,conlleva a unos efectos espaciales que pueden resumirse en (Forman, 1995):

La disminución de la superficie de hábitat y los procesos de fragmentación llevanasociados una pérdida de las cubiertas naturales en favor de usos antrópicos del terri-torio (urbanísticos, industriales, infraestructuras, agricultura, mecanismos de posesión

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de tierra etcétera). Reducción del tamaño de los fragmentos, por la división de super-ficies más o menos amplias en fragmentos de menor tamaño y aislamiento de los frag-mentos en el paisaje, provocada por una destrucción intensa de las superficies natura-les aumentando la distancia entre los fragmentos de hábitat natural (De Lucio, 2003).

El efecto de la disminución de la superficie del hábitat que produce una pérdida enel tamaño de las poblaciones que la ocupan, dificulta el intercambio de individuos,que se asocia en muchos casos a la continua desaparición de las especies agrupadas enlos fragmentos, esto puede ser mas evidente en coberturas como los bosques de guadua.

Complejidad de los parches: Dimensión FractalEn general se le aplicó el índice a las principales coberturas que estuvieron presen-

tes en todos los años de estudio (Ccs, Css, Bg y PaCcs, Css, Bg y PaCcs, Css, Bg y PaCcs, Css, Bg y PaCcs, Css, Bg y Pa), ninguna obtuvo más de 1,4 loque quiere decir que es un paisaje que ha tenido una notable intervención humana yque sus coberturas han sido simetrizadas a través del tiempo por acción del hombre,predominando las coberturas culturales frente a las naturales (Farina, 2000).

Los bosques de guadua presentaron la dimensión fractal más alta en comparacióncon las otras coberturas, esto es explicable por la naturaleza de sus formas, que sonsinuosas y menos simétricas ya que van a lo largo de los cauces de quebradas y ríos,además de tener la cualidad de ser coberturas silvestres con formas más heterogéneas.

La dimensión fractal para los bosques de guadua presentó en general un comporta-miento estable, con un levedecrecimiento para los añosde 1980 y 1990 (Fig. 9) , quepuede explicarse por el incre-mento de los cultivos de caféque se caracterizan por tener

formas muy simétricas afec-tando a los guaduales quepor lo general están conti-guos a ellos. La homogenei-dad de las formas de las co-berturas en el paisaje tam-bién explican un poco estecomportamiento por la pre-sencia de coberturas domi-nantes como los pastizalesabiertos, además las prácticas de manejo del guadual como la desorillada que es elcontrol que se le hace la guadua para que no invada los cultivos adyacentes tienden a

darle formas menos complejas y más simétricas.

Los fragmentos alargados y delgados como los bosques de guadua tienen propor-cionalmente mayor longitud de borde (perímetro) que aquellos que tienen formascuadradas o redondeadas, en éstas últimas formas es más probable que el interior delfragmento mantenga sus condiciones internas y los efectos de la matriz queden res-tringidos al borde del mismo (De Lucio, 2003).

Los pastizales abiertos (PaPaPaPaPa) presentaron un leve incremento para el año 2003 (vergráfica 5), este comportamiento es explicable por el incremento general en la hetero-geneidad del paisaje en comparación con el primer año de estudio el cual es muyhomogéneo , presentó una dimensión fractal más alta que los cultivos de café, lo cual

Figura 9. Dimensión fractal (Versión a color en el CD)

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básicamente por las tendencias en la actividad cafetera regional relacionadas con loscambios en tecnologías, procesos y mecanismos de ocupación del territorio y el man-tenimiento de grandes extensiones en pastos determinados por las pérdidas sufridascon los cultivos de café. La crisis cafetera engloba la influencia en las tendencias deuso del territorio en las que se refleja preferencia hacia cultivos más rentables.

Los bosques de guadua se mantuvieron en el tiempo presentando un incrementogradual en sus áreas, este comportamiento se puede explicar dada la importancia ydependencia ambiental que se le atribuye a esta cobertura además de haberse tejidocon el tiempo toda una cultura a través de ella. Las prácticas de manejo, aprovecha-miento y sus propiedades de regeneración y colonización, resultaron siendo factoresclaves en este comportamiento. Otros tipos de importancia del guadual como es lapaisajística, la admiración de la comunidad por ver su entorno rodeado por guadualesy el sentido de pertenencia han sido factores que han influido en la conservación de lacobertura.

Los bosques de guadua en un alto porcentaje reemplazaron las áreas de bosques

densos y abiertos que fueron transformadas para el último periodo estudiado, presen-tando siempre un porcentaje de retención alto. Aunque esta retención presenta valo-res altos los pastizales abiertos ocuparon una amplia superficie de bosques de guadua.

La fragmentación de los bosques de guadua se evidencia notablemente para elúltimo periodo de tiempo, aunque su área total haya aumentado la influencia de lospastos ha afectado su conectividad y las implicaciones ecológicas que esto conlleva.

La gran cantidad de métodos de propagación de la guadua que realizan los campe-sinos y otros que han sido estudiados por los centros de investigación han sido dealguna manera positivos para el mantenimiento de las coberturas de guadua.

Actividades como la ganadería han hecho que los guaduales se fragmenten sobre

todo por el afán de que los campos de pastizales abiertos estén conectados.

Aunque existen normas y políticas ambientales que buscan el uso y aprovecha-miento sostenible de los bosques de guadua, éstas son poco conocidas por la comuni-dad que está inmersa en el paisaje, factor que no se expresó en la transformación peroque puede ser clave para el mantenimiento de la cobertura en el futuro.

Con el drástico cambio en los usos de la tierra, establecidos por la crisis cafetera,llegan nuevas coberturas de tipo tecnificado cultivos de cítricos y de plátano que vie-nen a suplantar las anteriores áreas de café que predominaban en la zona, observán-dose las preferencias actuales hacia estos tipos de cultivos.

La diversidad del paisaje presentó un notable incremento para el último periodoestudiado, evidenciando el aumento en la heterogeneidad del paisaje dado por el cre-cimiento en el número de parches de coberturas como los BgBgBgBgBg y la aparición de nuevasactividades productivas como los CcCcCcCcCc.

En general para toda la zona estudiada los valores de dimensión fractal fueron muybajos calificándola como un paisaje con un alto grado de intervención humana. Asícomo en todos los periodos estudiados las coberturas culturales como los cultivos decafé y los pastizales abiertos presentaron valores más bajos de dimensión fractal quelos bosques de guadua siendo ésta cobertura la que registro mayor dimensión fractalpara todos los años.

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Los valores del índice de densidad de bordes presentaron una tendencia aincrementarse gradualmente en el tiempo, reflejando la influencia de la fragmenta-ción de los bosques de guadua en la complejidad del paisaje.

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Reducción y fragmentación del bosque de tres quebrachos

en el sudoeste de la provincia del Chaco

Rubén Ginzburg1 , Sebastián Torrella1 y Jorge Adámoli 1,2

1Laboratorio de Ecología Regional, Departamento de Ecología,Genética y Evolución, Facultad de Ciencias Exactas

y Naturales, Universidad de Buenos Aires; [email protected] , [email protected],

 [email protected]

Resumen

Desde principios del siglo XX la región Chaqueña ha sido escenario de sucesivosavances de la frontera agrícola. Recientemente la actividad se expandió hacia zonassecas y se intensificó en zonas tradicionales, al margen de cualquier criterio de planifi-cación territorial, lo que compromete seriamente la conservación de muchos ambien-tes chaqueños. Uno de estos ambientes amenazados, es el bosque de tres quebrachos,objeto de este estudio.

En un área de 71.975 hectáreas alrededor de Charata, zona tradicionalmente agrí-cola de la Provincia de Chaco, se analizó la estructura del paisaje, interpretada comouna matriz agrícola, con parches remanentes del bosque de tres quebrachos original.Sobre la base de fotografías aéreas e imágenes satelitales, se digitalizaron (a escala1:150.000) los parches de bosque y se generaron mapas temáticos para los años 1957,

1975, 1988 y 2002. Se utilizaron diversos índices de paisaje, que permitieron cuantifi-car, dos aspectos clave: a) la reducción en superficie (los bosques pasaron de 26.000hectáreas en 1957 a 15.000 en 2002) y b) la fragmentación de los bosques (pasaron de165 a 303 parches en ese período). El período 1988-2002 presenta las variaciones másmarcadas para muchos de los índices estudiados.

Este análisis provee información esencial para diseñar estrategias de conservaciónpara estos bosques.

IntroducciónEl Bosque de Tres Quebrachos es el único ecosistema donde coexisten el quebracho

blanco (Aspidosperma quebracho blanco ), el quebracho colorado chaqueño (Schinopsis balansae ) y el quebracho colorado santiagueño (Schinopsis lorentzii ). La distribuciónespacial de este bosque coincide con la subregión ecológica del Chaco SubhúmedoCentral, que abarca el centro-oeste de la Provincia del Chaco, este de Santiago delEstero y noroeste de Santa Fe (Morello y Adámoli, 1968 y 1974). Dentro de estasubregión, el Bosque de Tres Quebrachos ocupa aproximadamente un 50 % de la su-perficie, y se manifiesta donde los suelos son profundos, de buena fertilidad natural ysin mayores limitaciones por inundaciones, salinidad ni sequías, es decir que este bos-que se corresponde con los mejores suelos agrícolas de la zona, también llamada «elóptimo de los tres quebrachos» (Morello y Adámoli, 1974). Las áreas ocupadas por elBosque de Tres Quebrachos han sido transformadas para la agricultura desde las pri-meras décadas del siglo XX, por colonias de pequeños productores agrícolas.

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En el presente trabajo se cuantifica la sensible reducción del área y se evalúa laintensa fragmentación de los parches del Bosque de Tres Quebrachos. Asimismo, sealerta acerca de los riesgos de desaparición de este bosque, por la intensidad del avan-ce agropecuario y por la falta de criterios de planificación que compatibilicen los inte-reses de la producción, con los de la conservación de los bienes y servicios ambientalesen ecosistemas únicos.

Materiales y métodosEl área de estudio abarca 71.975 hectáreas alrededor de la Ciudad de Charata en la

Provincia del Chaco (Figura 1), en la zona denominada «el óptimo de los tresquebrachos» (Morello y Adámoli, 1974).

Se analizó la evolución (1957-2002) de la estructura del paisaje,en particular los parches rema-nentes del Bosque de Tres

Quebrachos dispuestos en la ma-triz agrícola.

Se trabajó con fotografías aé-reas del año 1957 (escala 1:40.000)las que fueron escaneadas y lue-go ensambladas para obtener unmosaico fotográfico del área deestudio. Se utilizaron tres imá-genes satelitales, una Landsat 2 de1975 (path-row 245-79), unaLandsat 5 (228-79) del año 1988 y

una Landsat 7 (228/79) del año 2002. Se georreferenció la imagen satelital Landsat 7del 2002, y sobre esta base se registraron las demás imágenes y el mosaico fotográfico.

A partir de la interpretación visual de las imágenes satelitales y el mosaico fotográ-fico, se procedió al mapeo de Los fragmentos de bosque fueron mapeados por inter-pretación visual de las imágenes satelitales y del mosaico aerofotográfico, visualizandolas escenas en pantalla a escala 1:150.000, utilizando el programa Arc View Gis 3.2.

Se aplicaron diversos índices de paisaje que permitieron cuantificar, la fragmenta-ción y reducción de superficie que sufrieron estos bosques a lo largo de 45 años. Parael cálculo de superficies y la estadística de los parches de bosque digitalizados se em-pleó la extensión Patch Analyst del mismo programa.

ResultadosLos resultados muestran la importante reducción de superficie y la fuerte fragmen-

tación que sufrieron estos bosques durante el período analizado (Tabla 1 y figura 2).La superficie total pasó de 25.898 Ha en 1957 a 14.917 Ha en 2002 (figura 3a). O seaque en 45 años se perdieron 10.981 hectáreas, lo que significa una pérdida del 42,4 %de la superficie de bosques, los que sólo ocupan 20,72 % de la zona estudiada.

La cantidad de parches aumentó en todos los períodos analizados, pasando de 163en 1957 a 303 en 2002 (figura 3b), es decir que la reducción de superficie fue acompa-ñada por un intenso proceso de fragmentación. La pérdida de superficie fue tan in-

Figura 1. Situación geográfica del área de estudio (1a-República Argentina; 1b-Provincia del Chaco; 1c-Área

de estudio en torno a la Ciudad de Charata).

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Tabla 1. Índices de paisaje calculados.

La fragmentación afecto al tamaño medio de parche, el cual se redujo 68,64 %

durante todas las etapas, cayendo de 157 Ha en 1957 a 49 Ha en 2002 (figura 3c). Sinembargo, la mediana del tamaño de parche no se modificó sustancial-mente, lo quemuestra la conjunción observada del aumento del número de parches y la disminuciónde sus tamaños, o lo que es lo mismo el fraccionamiento de los parches de mayortamaño (este fraccionamiento de los parches más grandes se ve reflejado también alanalizar la disminución conjunta del tamaño medio de parche y del desvío estándardel tamaño de parche, el cual cayó de 830 Ha en 1957 a 127 Ha en 2002).

Tanto el borde total como el borde medio del parche disminuyeron en el transcursode los 45 años estudiados, lo que es consecuencia por un lado, de la reducción sufridaen su superficie (en cada período la superficie total de bosque fue menor y a su vez losparches fueron de menor tamaño) y por el otro de la simplificación de sus formas. Esto

tensa, que además de provocar una fuerte fragmentación, hizo que 35 parches debosque que fueron eliminados completamente.

Figura 2. Evolución de los parches remanentes del Bosque de Tres Quebrachos (gris) dispuestosen la matriz agrícola (blanco), entre los años 1957 y 2002. (ver en CD)

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120   Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

mostraría que el proceso de reducción de la superficie predominó sobre el de frag-mentación.

El índice de densidad de borde (figura 3d), que indica la cantidad de metros deborde de bosque que hay por hectárea de bosque, aumentó 58,46 %, trepando de 46a 73 m/Ha entre 1957 y 2002. Esto significa que aunque la cantidad de borde total debosque se redujo en el área de estudio, su relación con la cantidad neta de bosqueremanente, aumentó en todos los períodos.

Para los parches de bosque la relación media de perímetro/área disminuyó en todoslos períodos, mostrando que el perímetro de cada parche es cada vez menor respectode su superficie (figura 3e). Considerando que tanto el borde medio de parche como eltamaño medio de parche disminuyeron en todos los años analizados, se llega a laconclusión de que en los parches predominó la simplificación de los bordes sobre lapérdida de superficie (la disminución en la cantidad de borde/parche fue superior a ladisminución del área de estos parches).

Figura 3. Índices de paisaje calculados para los parches de Bosque de Tres Quebrachos.

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Tabla 2. Distribución de los parches de bosque en clases de superficies.

A Ñ O

1957 1975 1988 2002

ClaseNº

parchesSuperf.

(Ha)Nº

parchesSuperf.

(Ha)Nº

parchesSuperf.

(Ha)Nº

parchesSuperf.

(Ha)

< 10 Ha 79 301,48 88 354,61 108 468,17 128 597,63

10 a 100 Ha 61 1.857,99 83 2.612,77 93 2.997,04 140 4.747,00

100 a 1000 Ha 18 5.902,07 23 7.534,23 23 8.396,26 34 8.110,00

> 1000 Ha 5 17.836,94 3 13.642,27 3 10.292,59 1 1.462,12

Por último, el período comprendido entre los años 1988 y 2002 presentó las va-

riaciones más marcadas para muchos de los índices estudiados: la superficie totaldistribuida en parches mayores a 1.000 hectáreas cayó de 10.293 Ha a 1.462 Ha; lapérdida de superficie de bosque alcanzó a 65,9% (figura 5) y la densidad de bordeaumentó 37%.

El proceso de simplificación de los bordes se ve claramente al analizar que el índicede forma medio presentó valores decrecientes para todos los años (esta variable midela complejidad de los parches en comparación con la forma de un círculo; cuanto másirregulares son los parches, mayor es el valor del índice). En tanto que al ponderar elíndice y considerar la superficie de cada parche (índice de forma pesado por área) lareducción fue sensiblemente mayor, indicando la tendencia de los bordes de los par-ches a formas más regulares (figura 3f).

Es de notar que ambos procesos, de reducción y fragmentación, se produjeron si-multáneamente. Durante el período de 45 años considerado, la cantidad de parchesde bosque y la superficie que ellos ocupan aumentó en las clases menores a 1000 hec-táreas, mientras que se redujo para los parches mayores (tabla 2 y figura 4). Cabeaclarar, por si quedan dudas, que el aumento de superficie ocupada por parches pe-queños no se dio por regeneración de bosques, sino debido a la fragmentación de losparches de mayor tamaño.

Figura 4. Superficie (4a) y número (4b) de parches de bosque distribuidosen clases de superficies.

ConclusiónLos resultados obtenidos muestran la significativa reducción de superficie y la in-

tensa fragmentación que ha sufrido el Bosque de Tres Quebrachos, proceso que se haacelerado en el último período. Dado el alto valor de conservación de este tipo de

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122  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

bosque, es imperioso tomarmedidas de protección y mane- jo para asegurar su preserva-ción.

Un criterio básico de conser-vación indica que deberíapreservarse al menos una partede cada tipo de bosque naturalque exista (Burkart, 1999), yaque cada tipo de bosque contie-ne un elenco diferente de espe-cies de plantas y animales, consus propias interacciones, lo quees fundamental para la conser-vación. La autoperpetuacióndel bosque depende de la

interacción entre manchonesen diversos estados de desarrollo o sucesión. A su vez, las interacciones entre el áreaprotegida y su entorno influyen en el funcionamiento de los ecosistemas protegidos,por lo cual además de proteger un área, es necesario planificar los usos en el entorno,con normas de manejo adecuadas y sustentables (Morello y Matteucci, 1999).

De acuerdo con diversos especialistas, el mínimo a conservar debería estar entre 15y 30 % (Mackinnon et al., 1986; Reid y Miller, 1989), entre los cuales sugieren 5 a 10%de protección estricta, como mínimo, y 10 a 20 % adicional de áreas no estrictas (un 10% bajo protección estricta sería insuficiente, sin amplias áreas de amortiguación debosques manejados).

El Bosque de Tres Quebrachos presenta tal nivel de fragmentación, sobreexplotacióny ritmo de deforestación, que si no se adoptan medidas urgentes, en pocos años máses posible que ya no queden masas disponibles con número, tamaño y conectividadmínimas como para asegurar su protección y el cumplimiento de los servicios ecológicosque este ambiente presta. Debido a la falta de tierras fiscales en el área, la única posi-bilidad real de conservación consistiría en integrar una red de áreas protegidas enpropiedades privadas, para poder conservar muestras representativas de la diversidadecológica de este tipo de bosques.

Entre los especialistas en biología de la conservación, existe consenso acerca de quelas curvas especie-área permiten predecir la proporción de especies que se extinguiránen una región con base en la cantidad de hábitat que se pierde (Raven, 1987, 1988a, b;

Myers, 1988; Simberloff, 1986; Lovejoy, 1980; Wilson, 1988; Reid y Miller, 1989). La tasade extinción de especies en base a diversos escenarios de deforestación, no tiene unarelación lineal, ya que para una pérdida de 11 % de la superficie se prevé una pérdidade 2 % de especies, mientras que con 44,8 % de pérdida de superficie, las pérdidas deespecies llegarían a 35 % (Reid, 1992).

Los trabajos basados en aplicaciones de la teoría de biogeografía de islas (MacArthury Wilson, 1967), demuestran que en bosques tropicales, cuando un hábitat pierde el90% de su extensión, con el tiempo se extingue la mitad de sus especies (Myers, 1988).Sin embargo, (Wilson, 1988) destaca que estas proyecciones son conservadoras, por-que aún cuando una porción de especies sobreviva, probablemente hayan sufrido unasignificativa reducción en la variación genética entre sus miembros, debido a la pérdi-

Figura 5. Pérdida de bosques durante los períodos 1957-1975, 1975-1988 y 1998-2002. (ver en CD)

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da de genes que se dio junto con la disminución del número de individuos. De estaforma, cuando un bosque se reduce, por ejemplo de 10.000 a 1.000 Ha, algunasextinciones de especies son inmediatas; otras especies seguirán existiendo pero enpoblaciones que se habrán reducido de forma muy peligrosa para su viabilidad futura.

Las pérdidas estimadas en el Bosque de Tres Quebrachos, son del orden del 80 % dela superficie original. Los cambios climáticos podrían exacerbar esta pérdida poten-cial. Para detener la pérdida de especies, es necesario por un lado disminuir la tasa dedeforestación y por el otro, racionalizar el uso sustentable del bosque y proteger loshábitats claves (con alta riqueza de especies y endemismos).

El Bosque de Tres Quebrachos se está perdiendo y fragmentando aceleradamente.En un escenario en el que la frontera agrícola continúa avanzando con intensidad,donde no hay ningún tipo de áreas protegidas y que presenta una notoria escasez detierras fiscales, las perspectivas de conservación de las especies y servicios ambientalesde este ecosistema tan particular, está muy comprometida. Por ello surge la necesidadde implementar con urgencia acciones concretas que permitan controlar el patrón

espacial y la localización de los fragmentos remanentes, asegurando la existencia deáreas relativamente grandes de hábitats naturales y semi-naturales, para reducir lapérdida de especies.

Bibliografía citadaBurkart, R. 1999. Conservación de la biodiversidad en bosques naturales productivos del subtrópico

argentino. Capítulo 8. En: S.D. Matteucci, O. Solbrig, J. Morello y G. Halffter (editores).Biodiversidad y uso de la tierra. Conceptos y ejemplos de Latinoamérica, EUDEBA. Pp. 131-173.

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Morello, J. y S.D. Matteucci.1999. Biodiversidad y fragmentación de los bosques en la Argentina.Capítulo 21. En: S.D. Matteucci, O. Solbrig, J. Morello y G. Halffter (editores). Biodiversidad yuso de la tierra. Conceptos y ejemplos de Latinoamérica, EUDEBA. Pp. 463-498

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Agradecimientos:A Silvia D. Matteucci, Patricia Kandus y Martha Gazzano.

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Aplicaciones de la ecología de paisajes

al diseño y la planificación

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The concept of ecological networks;approaches and developments, exemplified

for The Netherlands

Hubert N. van Lier Emeritus Professor in Land Use Planning and Land and Water Engineering,

Wageningen University, The [email protected]

Resumen(El concepto de redes ecológicas; enfoques y desarrollos ejemplificados para los

Países Bajos; van Lier, H.N. )

Las redes ecológicas pueden ser vistas como uno de los muchos conceptos espacia-les desarrollados para encarar los problemas de los usos futuros de la tierra en laszonas rurales. Hoy en día la planificación del uso de la tierra puede jugar un rol muyimportante en la implementación de dichos conceptos, usados frecuentemente den-tro del objetivo general para crear sistemas rurales más sustentables. Los conceptosespaciales, tales como las redes ecológicas, se introducen y aplican para tender unpuentes tanto entre el desarrollo socioeconómico y la conservación de la naturalezaen el campo, como entre el conocimiento del sistema y el manejo de dicho conoci-miento por los planificadores.

El trabajo trata brevemente los diversos significados de sustentabilidad y variosconceptos espaciales en planes de uso de la tierra, con especial énfasis en redes

ecológicas. La aplicación de este último concepto generó muchas preguntas. Tres deellas serán definidas como base para investigación científica. La propia investigaciónproduce nuevo conocimiento con respecto a la conectividad del hábitat, la coloniza-ción y la selección. Esto se emplea en dos modelos que apuntan a nuevas estrategiasde planificación de la conservación en paisajes dominados por la sociedad humana.Más aún, se hace referencia a la aplicación del concepto en paisajes urbanos y se brin-dan propuestas para combinar redes ecológicas con redes recreativas.

Finalmente, se da énfasis a la aceptación del concepto en los Países Bajos y a lamanera en que éste se maneja en la práctica cotidiana.

Palabras clave: Planificación del uso de la tierra; sustentabilidad, conceptos espacia-les; redes ecológicas – teoría y práctica.

AbstractEcological networks can be seen as one of the many spatial concepts that have

been developed to address the problems of the future land uses in the countryside.Land-use-planning nowadays can play an important role to implement such concepts,often used within the overall objective to create more sustainable rural systems. Spatialconcepts such as ecological networks, are introduced and applied to bridge the gapbetween (socio-economic) developments and (landscape-nature) conservation of thecountryside as well as the gap between knowledge of the system and the way plannershandle this knowledge.

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The paper deals briefly with the different meanings of sustainability and severalspatial concepts in land use plans with special emphasis on ecological networks. Theapplication of this last concept raised many questions. Three of them will be definedas a basis for further scientific research. The research itself gives new knowledgeregarding habitat connectivity, colonization and selection.

This is used for two models aiming at new strategies for conservation planning inhuman dominated landscapes. Furthermore reference is given to the application ofthe concept in urban landscapes, as well as proposals to combine ecological andrecreational networks.

Finally emphasis is given to the acceptance of the concept in the Netherlands andthe way this is handled in daily practice.

Key-words: Land-use planning; sustainability, spatial concepts; ecological networks– theory; practice.

1. Modern land use planning: dilemma between development and conservationLand-use planning is the systematic assessment of land and water potential,alternatives for land-use and economic and social conditions in order to select andadapt the best land-use options» [1]. This definition embraces the systematic approachof possibilities for different land-uses in the future, and also the (felt) need for changesand willingness to execute the plan. Land use plans today are caught up between twoseemingly contradictory dimensions: ecological conservation and economicdevelopments. Both dimensions are, in some way or another, related to sustainability.Conservation refers to the safeguarding of our natural system and resources, whiledevelopments refer to durable socio-economic existence. But they are, also, notindependent, so often expressed as: «We cannot save the environment withoutdevelopment and that we cannot continue to develop anywhere unless we save the

environment» [2] or: «The economy and its participants exist within the environment,not outside it: we cannot expect to maintain economic prosperity unless we protectthe environment and our resource base, the building blocks of development» [3] and:«Just as longterm economic growth depends on a healthy environment, so themaintenance of a healthy environment requires continued economic development»[4]. In this paper, we will explore the opportunities for land use planning to deal withthe dilemma between development and conservation. First, we review the meaningof sustainability as objective for land use planning. With spatial concepts as metaphors,planners can discuss about the future of the land. We give an overview of recentspatial concepts in the Dutch planning tradition. The spatial concept of ecologicalnetworks is recently discussed as being useful for land use planning in human-dominatedlandscapes [5, 6]. Finally, we discuss scientific knowledge that contributes to the spatial

concept of ecological networks.

2. SustainabilityThe term sustainability can be viewed at or be defined from several angles. In most

cases its notion is based upon the protection of our natural resources because of itsproduction and reproduction qualities for now and forever, if properly managed orused. There are however more dimensions in the term. Bryden distinguishes at leastinto three meanings [7]:

• Sustainability in the meaning of husbandry. In this sense it is related to suchterms as continuity, durability and exploitation of natural resources over long periods

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of time. It is also referring to certain methods by which mankind manages its lands:crop rotation systems, allows land to lie fallow etc. all meant to create possibilities forthe soil and water systems to restore in terms of good and sufficient water, healthysoil structures etc. This meaning actually refers strongly to the physical and economicsustainability on the long run.

• Sustainability in terms of interdependence. This meaning described by Bryden isstrongly related to the spatial dimension of sustainability. It refers to such aspects offragmentation (which has contradictory meanings for farming, nature and outdoorrecreation and is therefore an important land use planning aspect), and relationsbetween different land uses (e.g. cropped areas and semi-natural vegetation). It is thismeaning of sustainability that gets a great deal of attention in land use planningstudies, since there still is a great lack of knowledge, there are many uncertainties,while there is often lack of clear policies in this regard.

• Sustainability in terms of ethical obligations to future generations. This refers tothe many observed losses and depletions of the natural resources in combination with

the expected increase in population. Particularly known ones are fossil fuels, forests,soil-losses, water and air pollution, losses of nature areas and of old landscapes etc. Itis clear that, both in the field of better management and of restorations, much needsto be done for our future mankind. It is obvious that land use planning aims primarilyto the second meaning.

3. Spatial conceptsThere is a growing tendency among land use planners to work with spatial concepts

that address the problems of conservation and development as also to meet thechallenge of sustainability. In this sense these concepts can be seen as a planners answerto the given dilemmas. Such concepts are that of integration vs. segregation, theframework and the ecological networks. The integration vs. segregation concept tries

to restore the many relationships between the several land uses in the countryside.Integration seeks to correct upon the segregation, which was a dominant change duringthe last centuries. The integration concept puts restrictions on the developments ofeach land use type because of a desired or chosen development of another. The conceptis actually the basis of the landscape ecology: land use types (such as farming, outdoorrecreation; infrastructure; traffic etc.) have to be planned and developed in such away that the basic ecology of the rural area is kept to function. The framework-conceptis fundamentally based upon a distinction into a low dynamic part of the rural system(nature, ecosystem) and a highly dynamic one (farming, housing, recreation andtransport). Extensive research on the changes in Dutch rural systems showed e.g. that[8, 9, 10]:

• The natural variation in moisture content (wet/dry) and in nutrition levels(eutrophic/oligotrophic) of soils diminished.

•  This disappearance of variation in external production conditions resulted in asharp decrease in number and species of natural vegetation and wildlife.

•  The visual character of the landscape became more uniform: contrasts betweenlargely open areas and small-enclosed areas (with small-scale farmlands) disappeared.

The framework concept seeks a correction by a spatial segregation of intensivelyused lands, requiring a flexible layout and use, and extensive (used) lands, requiringstability. This involves the planning of a durable and stable framework: an interconnected

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pattern of zones in which nature management, forestry, outdoor recreation and watermanagement are concentrated. Such a framework envelops large open areas in whichoptimal farming is possible. The ecological network-concept is more or less based uponthe island theory of Mac Arthur and Wilson [11] and the application of this theory tomainland situations and upon the metapopulation theory [12, 13].

The fragmentation of nature in rural systems created «nature islands». The increasingisolation of these islands determined whether certain populations of plants and animalscould survive over time. The concept of an ecological network is a reaction to thisfragmentation and isolation. An ecological network is a constellation of landscapeelements that is functional for the dispersion of a species in a landscape. Several studieshave demonstrated the specific properties on which ecological networks are developedor are adapted as criteria for development of the concept (see examples in [5]).

Connectivity, indicator species, stepping stones, core regions, metapopulations, allare important issues considered in the network approach. Such a network consists ofcore regions, nature development regions and connecting areas. The core regions are

areas of existing ecological values that are of international or national significance.The nature development areas are areas that offer perspectives for the developmentof nature values of (inter)national significance or for a significant increase in presentnature values. The objective of the connecting zones is to improve and develop thepossibilities for migration within and between the core regions for (some) species. It isassumed that providing for the needs of these species can be of positive significancefor other species in the core areas. The main connection between nature areas can beformed through corridors of sufficient length and width, enough variations in soils,heights, cover, waters etc. In practice this can be achieved by combining it with existingwatercourses, wet areas, small hedgerows or other landscape elements and in specificcases also with main drainage systems, rural roads etc. The smaller sideway connectionsin their turn can follow field borders, small water courses, unpaved rural roads etc. to

create a connection with smaller nature preserves. In intensively farmed regions theconcept is a challenge to develop it in such a way that it achieves its own goals as wellas it still makes profitable farming possible. If the land is used for other functions,such as forestry and/or outdoor recreation the challenge is there as well. Thecombination of enjoying the rural countryside as well as of growing and harvestingwood combined with the concept of ecological networks is another challenge to beachieved.

4. Ecological networksAttempts to delineate ecological networks in agricultural landscapes are often

restricted to listing and classification of reserves that are already protected or thathave to be protected [14, 15, 16]. The idea of ecological networks is that it may benefit

biodiversity by facilitating exchange of individuals by «stepping stones» or corridorsbetween the reserves [17]. The concept of networks received a lot of attention in landuse planning [5, 6, 18]. The application of the concept of ecological networks raisesmany questions. The most important ones are related to knowledge on the functioningof corridors for desired types of nature. Another important question is how to designan ecological network in balance with other land uses in human dominated landscapes.In a recent research nuthatches (Sitta   spp) in fragmented landscapes were studied[19]. The main research questions were: • What are the variables that can measure thedegree of connectivity of habitat patches, as well as are differences in this degree ofconnectivity related to the probability that patches are colonized? • Is habitat selectionin landscapes with fragmented habitat limited compared to landscapes with contiguoushabitat? • How can ecological networks be optimally allocated in agricultural

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landscapes, while taking into account the different land use suitabilities?

5. Habitat connectivity and colonizationWhen the habitat of a species is fragmented and the distances between patches of

habitat are large relative to the movement distances of the species, it can be expected

that the degree of habitat connectivity affects processes in populations. However, towhat extent does the degree of habitat connectivity determine these processes? Andif the degree of habitat connectivity has a large impact on the regional persistence ofa species, at what spatial scale can effects be expected? To address these questions,we studied the effects of the degree of connectivity on colonization in fragmentedhabitat [19]. When the degree of connectivity of a patch is low, it may have a lowcolonization probability. Therefore, we modeled the habitat patches and the distancesbetween these patches as networks (see fig. 1). We assumed that a linkage betweenpatches exists in terms of potentials for exchange of individuals, when the distancesbetween patches are less than a certain threshold distance. In landscapes withfragmented habitat for a certain species, such network appears as so-callednonconnected networks consisting of disjointed subsets of patches. Van Langevelde

et al. derived parameters that measure the degree of connectivity of the patches inthose networks [20]. To vary the spatial scale, at which effects of fragmentation maybe noticeable, the distances across which exchange of individuals can take place (i.e.,the maximum dispersal distance) were varied. With small threshold distances betweenhabitat patches few patches are connected, whereas with large distance more patchesare connected.

For three regions with fragmenteddeciduous forest in the Netherlands, thedegree of connectivity of each forest patchwas calculated based on the parameters asdescribed in [20]. The sum of these

connectivity values provides a measure forthe overall connectivity of the region. For each threshold distance, the overall degreeof connectivity is presented in fig.2. In the three regions, the amount and spatialconfiguration of the habitat is assumed to be constant, whereas the dispersal distanceof species is varied. The value of the overall degree of connectivity depends upon thenumber of patches and the distances between them [20]. If the mean dispersal distanceof a forest species is more than about 3.5 km, the overall degree of connectivity isrelatively constant. When a species of deciduous forest has a mean dispersal distanceabove this threshold of 3.5 km, the forests in Midden Brabant can be considered to besufficiently connected directly or indirectly with each other. Below this threshold, theoverall degree of connectivity decreases rapidly. Species with mean dispersal distancesbelow this threshold may experience effects of constrained dispersal. In Zuidwest

Drenthe, this critical threshold is approximately 4 km and in Noordoost Twenteapproximately 2.5 km. The latter region is less fragmented from the point of view ofhabitat connectivity. In these regions, we can expect that for species of deciduousforests, with mean dispersal distances less that these thresholds, effects of fragmentationcan be expected [19]. We used one of the species of deciduous forests, the Europeannuthatch Sitta europaea , to test the relationship between the degree of connectivityof the forest patches and the colonization probability of each patch. The nuthatch isa songbird of deciduous forests that defends its territory the year round. Previousresearch indicated that nuthatches are sensitive to fragmentation of their habitat [21,22, 23]. In fragmented habitat, the mean dispersal distance may be about 3 kilometres[24]. So in the regions mentioned above, effects of habitat fragmentation can beexpected.

Figure 1.  Network of habitat patches.

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Figure 2. The overall degree ofconnectivity of three regions withfragmented deciduous forests in theNetherlands calculated for different

threshold distances.

Van Langevelde found that the colonization probability of remote patches is lowerthan patches located close by each other [19]. For nuthatches, distances between forestsplay a dominant role in the degree of connectivity. When the low degree of connectivityconstraints the colonization of patches, patches with suitable habitat can remainunoccupied (e.g., after a local extinction due to a severe winter). Also, other effects ofthe fragmentation of nuthatch habitat are studied: on mating success [23] and breedingsuccess [19]. How can this knowledge be used to plan landscapes in which effects of

isolation are mitigated?

6. Design of ecological networks in agricultural landscapesThe design of ecological networks in agricultural landscapes, based upon the findings

for the degree of connectivity for nuthatches (as a model species), has been appliedfor the farmed region ‘De Leijen’ in the Netherlands. Therefore, the model MENTORwas developed: Model for Ecological Networks as Tool for Optimization of land useReallocation. The objective of MENTOR is to assign locations for stepping stonesbetween existing reserve sites. The assignment of the stepping stones is based onecological guidelines derived from knowledge aboutpopulation dynamics of the model species.

Based on literature and field studies, two generallyaccepted principles for reserve design could be appliedfor the habitat of the nuthatch: 1) Large habitat patchesthat support large populations of the species supportthis species for longer periods than small patches thatsupport fewer individuals; 2) Habitat patches that aresufficiently connected to allow dispersal supportpopulations for longer periods than habitat patches thatare less connected. We used the following guidelinesfor the habitat network of the nuthatch (table 1).

Table 1. Threshold distances for

an acceptable probability onsuccessful dispersal ofnuthatches between thedistinguished size classes ofhabitat patches

From: 1-3 ha >3 ha

1-3 ha 1 km 3 km> 3 ha 3 km 3 km

To:

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Enlargement of existing reserves and addition of new sites to enhance theconnectivity between reserves implies a change of use and vegetation cover of areasthat are currently in use by other land use. Thus, there will be competition betweenthese other land uses and the need for preserving biodiversity. This competition becomesstronger when the suitability of the land for the competing uses is high and can oftenbe understood in basic economic terms of supply and demand [25]. The model MEN-TOR accommodates the suitability of the land for habitat and for other land uses. Theresults of MENTOR could be evaluated with a model that simulates the dynamics ofpopulations in a set of habitat patches [26]. Fig. 3 shows the simulated averageoccupation degree of patches in the present and the planned situation. The averageproportion of occupied habitat is 23% in the present situation. Due to the planning ofnew habitat, the average proportion of occupied habitat increases to almost 40%(table 2). There is a clear relationship between the average proportion of occupiedhabitat and the survival ofnuthatch populations.

7. The application of

ecological networks inurbanized areasAlthough the concept of

ecological networks is primarilycreated for rural, open areaswhere socio-economic andtechnological developments areendangering the eco systems, itis also increasingly studied forapplication in urbanized areas. Ina fundamental research Cook (27)addressed the question whether the

planning of an ecological networkin an urban landscape is viable. Tothis end, this main question wassplit into two principal researchobjectives:

(.) Can a planning methodintegrate ecological concepts, andin particular the concept ofecological networks, into an urbanplanning process?

(.) Can the establishment of anecological network improve theviability of ecological systems inan urban context?

The research, applied in thePhoenix, Arizona-Area in the USA,used a planning method,characterized as an hierarchicalsystems approach. Analysis andplanning occur at three scales:

Figure 3. Average occupation degree of patches for

the present situation (a) and the planned situation (b).

Table 2. Summary of the results of the allocation of anecological network in ‘De Leijen’.

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134  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

(x) the landscape : regional scale(x) the community : municipal scale(x) the site : local scale

The planning methods included 10 steps, such as political and natural boundaries,historical data, natural and cultural resources, hydrologic habitat. Furthermore itincluded the establishment of priorities for ranking and integrated uses, theidentification of sites for restoration, preservation and management as well as plansfor hydrologic habitat and cultural opportunities.

After the plans were made,three principal analyses wererealized:

a.1) patch content analysisa.2) corridor analysisa.3) network structure analysis

The results of the applicationand analysis of an ecologicalnetwork in the Phoenix – area isgiven in table 3.

8. Ecological and recreationalnetworks

As plants and wildlife(ecosystems), recreationists preferspace and variety for their outingsin the countryside. In dense

populated areas, such as theNetherlands, the idea was born totry to combine ecologicalnetworks with recreationalnetworks. Specific forms ofoutdoor recreation, such as horse-back-riding, biking, walking in thecountryside, etc., demand bothroutes as well as knotes (e.g. smallrecreational centers, restaurantsetc.). In densely populated areas

the combination of two networksmay create a win-win situation.

A study was made to developideas on how to combine ecologywith the specific forms of outdoorrecreation to be used in e.g. ruralreconstruction plans (28).

The figures 4 through 7 showsome examples of such designs.

Figure 4. Design of a habitat for frogs and for bridlepaths (28)

Table 3.  Results of the application of the concept ofecological networks in an urbanized area (27)

Analysis Results

a.1 (patch content) 1.1 10% increase in mean nativevegetation coverage

1.2 14% increase in matrix utility value1.3 15% increase in naturalness

a.2 (corridor content) 1.2 14% increase in mean corridor filterwidth

2.2 9% increase in mean vegetationcoverage

2.3 15% increase in matrix utility values2.4 59 gaps or barriers in existing

corridor eliminated2.5 17% increase in naturalness

a.3 (network structure) 3.1 3% increase in overall matrix utilityindex

3.2 20% increase in the degree ofnetwork circuitry

3.3 12% increase in the gamma index ofconnectivity

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Figure 6:  Design of a resting place in asmall lake (28)

Figure 7: Design of a small lake for boating with floating beams andreedlands (28).

Figure 5:  Design of a habitat for other,salamander and less sensible animals and for

recreational canoeing (28)

9. The application of the concept at the national level.In their Nature Policy Plan the dutch government adapted the concept of

ecological network as the leading policy to protect nature in the future. Figure 8,demonstrate this.

This national plan forms the basis of ecological planning within:

- Township – Structure Plans : local level- Rural Developments Plans: inter regional level- Regional Plans: provincial plans

All plans made on these levels are including the proposed networks. In this wayplanners are continuously working on creating a national network which is supposedto be ready in 2018. Nevertheless in many cases, solutions have to be made by theplanners and designers, since the different land uses often compete for space andland. Figure 9 gives an example of such a design where an ecological network crosses

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136   Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

Figure 9: The design for a junction between ahighway and an ecological network (30)

10 conclusionsEcological networks have to be

considered as a spatial concept that

can be of help to protect and orrestore ecosystems or, more general,to create sustainable systems. Thispaper deals with sustainability as theprimary goal. And, in more detail,with ecological networks as adesigner’s concept to help the survivalof ecosystems. After a shortdescription of the principle, examplesare given of the application of theconcept in agriculturally dominatedareas, in urbanized areas, in a

Figure 8: Dutch ecological networks plan (27, adapted after 29).

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combination of the concept with recreational networks, as well as using the conceptas a national policy to restore nature.

However, ecological networks have to be viewed in a larger concept on how tocreate more sustainable landscapes, especially also with regard to urban and ruraldevelopments. This last aspect is the bases for a new European Countryside Policy, yetunder analysis. The basic idea is that urban and rural areas form a unity in which acontinuum runs from areas with low values for biodiversity and landscape to areaswith special qualities for biodiversity and landscape, as figure 10 shows.

The proposal has been made to handle these different areas as given in Fig. 11

Figure 11: Proposal regarding policies for the four different areas (30).

Figure 10:  Areas with low and high values for biodiversity and landscape (30)

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138  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

There is still much to be done.

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Unidades de paisaje para el desarrollosustentable y manejo de los recursosnaturales en el noroeste de Córdoba

 A. H. Barchuk 1 , S. Basconcelo 2 , H. Britos 2 , J. A. Santa1 , M. R. Iglesias1

1Ecología Agrícola - Facultad de Ciencias Agropecuarias,Universidad Nacional de Córdoba.

2Organización de campesinos unidos de Có[email protected]

ResumenEl presente trabajo sienta las bases para el ordenamiento territorial comunitario de

las tierras de campesinos de la región del Chaco Árido del NO Cordobés, con la finali-dad de promover un manejo sustentable de los agroecosistemas y el desarrollo local.

El área de estudio se ubica en el extremo Noroeste de la Provincia de Córdoba, com-prendiendo los departamentos Sobremonte, Tulumba, Ischilín y Cruz del Eje. Desde elpunto de vista geomorfológico, la región forma parte de la Planicie Occidental, limita-da al noroeste por las Salinas Grandes y las Salinas de Ambargasta y al este por lasSierras del Norte y de Ambargasta. La cuenca de las Salinas Grandes – Salinas deAmbargasta presenta un clima árido y la vegetación prístina corresponde al bosquede Aspidosperma quebracho-blanco  del Chaco Árido. En un área de 19.000 km2 habi-tan familias de productores campesinos dedicados a la cría de cabras y aprovecha-miento forestal y se desarrollan actividades de grandes unidades de producción gana-deras. Se realizó una prospección regional de los recursos del agroecosistema en com-binación con cartografía existente, fotos aéreas e imágenes satelitales con el fin deconfeccionar un inventario y un diagnóstico ambiental. En las principales unidades de

paisajes delimitados se caracterizaron la composición y abundancia florística de la ve-getación leñosa mediante transectas en faja. Se midió el DAB y altura de aprovecha-miento para el cálculo de la producción leñosa del monte. Se realizó un diagnósticosocioeconómico e historia productiva de diferentes unidades prediales mediante en-cuestas y talleres comunitarios con el fin de conocer datos socioeconómicos y produc-tivos (datos de las familias, ubicaciones prediales, distancias, recursos como el agua,producción y cantidad de ganado). Se generó un mapa con la distribución de las dis-tintas unidades de paisaje en función de la fisonomía de la vegetación, los usos pro-ductivos, el grado de degradación de la vegetación nativa y las áreas en procesos dedesertificación. A nivel local se ajustó con los campesinos un plan participativo de usosustentable de los recursos de manera que promueva el diseño de sistemas alternati-vos, teniendo en cuenta la diversificación productiva campesina ya existente y dando

relevancia a la sustentabilidad ecológica, económica y social.

IntroducciónEn el Norte de Córdoba (Argentina), el proceso caracterizado por la tala de los

bosques para aprovechamiento energético, el sobrepastoreo debido a carga animalexcesiva, agravado por los incendios producidos para reducir la biomasa leñosa y eltopado de enormes superficies de bosque con el fin de implantar pasturas exóticas, hagenerado una degradación del sistema disminuyendo rápidamente la productividadagropecuaria y forestal. Como consecuencia de todas estas perturbaciones, hoy pre-dominan en el territorio anteriormente ocupado por bosques, matorrales bajos y ce-rrados con alta cobertura de especies espinosas, baja receptividad ganadera y escaso/ nulo valor forestal (Cabido & Zak 1999, Zak et al. 2004).

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Concomitantemente, existen otros factores sociales que contribuyen a agravar elproceso de deterioro. Los campesinos de la región tienen problemas tales como inse-guridad en la tenencia de tierra, minifundios con manejo inadecuado, limitaciones enel acceso a los servicios de salud y educación, escasez de agua y energía, dificultadesen la comercialización y bajos precios de la producción primaria. Se le suman la expan-

sión de la agro-frontera y las ventas de campos amparados en la precaria situaciónlegal de la tierra. En conjunto todos estos factores han determinado que en los últi-mos años se produzca una emigración de los productores campesinos a zonas peri-urbanas.

En la sociedad no existe una adecuada valoración ecológica y económica de losbosques nativos, ni tampoco una política adecuada para mantener el sector producti-vo campesino que se sustenta del bosque. Los campesinos de la región trabajan siste-mas de uso múltiple y comunitario de campos abiertos. En la actualidad, los recursospara fomento de los sistemas de producción campesina son insuficientes, en la región.El Programa Social Agropecuario apoya a grupos de pequeños productores con asis-tencia técnica y pequeños créditos, el INTA prevé la unidad de Minifundio y apoyo

técnico a grupos de productores familiares a través de su programa Cambio Rural,pero los buenos resultados de estos programas no cubren aún la totalidad de las nece-sidades en materia de soluciones técnicas-financieras del sector. Es necesario una vi-sión integral que contemple tanto aspectos ecológicos, sociales y económicos parafavorecer el desarrollo local sustentable sentando las bases para un ordenamientoterritorial comunitario que permita la vida digna de los pobladores campesinos y laconservación de sus recursos naturales como medio de vida presente y futura.

El paisaje es identificado como síntesis de los sistemas ecológicos y culturales que loconstituyen (Muñoz-Pedreros, 2004). Su expresión se realiza a través de patronesmodificables (vegetación) en función del tiempo y la escala de observación del mismo.Su análisis se realiza mediante imágenes satelitales y técnicas de percepción remota,

identificando los elementos y componentes que pueden estructurar unidades de pai-saje. Éstas resultan como una expresión integrada de componentes físicos, biológicosy culturales que se presentan en el espacio geográfico con una fisonomía particular ypueden ser utilizadas para la ordenación del territorio (López-Barajas & Cervantes-Borja, 2002).

El desarrollo sustentable implica un camino que sigue una comunidad, basado enun proceso integral, que incluye el acceso a los recursos naturales y sus posibilidadesde renovación y el sostenimiento de la calidad de vida de las personas que lo habitan(seguridad alimentaria, educación, infraestructura, bienes y servicios) con equidad intrae intergeneracional, y respetando los derechos a su propia cultura e identidad. El con-cepto de sustentabilidad plantea, cinco objetivos básicos: ecológico, económico, so-

cial, cultural y ético (Caporal & Costabeber, 2004). La compleja problemática queinvolucra el logro del desarrollo sustentable requiere de un contexto metodológicode síntesis con el fin de mantener las partes dentro del todo coherente y orgánicamente jerarquizado (Gunderson & Holling, 2002), lo cual implica tratar de encontrar la es-tructura fundamental del medio de sustento que por tradición ha sido conceptualizadocomo el paisaje geográfico (Davidson-Hunt & Berkes, 2003). Los estudios modernosdel paisaje se deben enfocar bajo lógicas de síntesis sistémica, en las cuales se identifi-que la dinámica operativa y funcional de las estructuras y subestructuras autocontenidasen el conjunto global.

La planificación ambiental es una actividad sumamente compleja y dinámica queincluye: ordenación del territorio, que se basa en maximizar el uso de los potenciales y

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recursos del territorio; minimizar la degradación e impactos de las actividadessocioeconómicas por desarrollar y mantener el equilibrio geoecológico, es decir, la es-tructura espacial, funcionamiento, dinámica de los geosistemas (Fabricius & Koch, 2004).Para el ordenamiento territorial es necesario considerar los componentes básicos comolos asentamientos humanos, los rasgos ecológicos del territorio y la integración y fun-cionamiento del subsistema natural, subsistema económico, subsistema social y el con-texto político-administrativo, determinar la funcionalidad actual, así como las fortale-zas y debilidades del territorio, definir los criterios aplicables a la ubicación territorial dela población y las actividades económicas sustentables, incorporar en el marco de laplaneación una visión integral de largo plazo del territorio que garantice la articulaciónfuncional de las diversas políticas en el territorio (Vásquez-Sánchez, 2002).

En el proyecto marco se propuso la realización de un plan de ordenamiento territo-rial comunitario, el cual constituye el ejercicio mediante el cual una comunidad deci-de, en base a las características territoriales (físicas, biológicas y culturales) y a susperspectiva de vida (criterios de beneficios propios) el uso de cada porción de su terri-torio (plan a futuro), y los mecanismos para lograr esta visión (estructura y procedi-mientos internos). El presente trabajo sienta las bases para el ordenamiento territorialcomunitario con la finalidad de un manejo sustentable de la tierra para favorecer eldesarrollo local y la sustentabilidad de los agroecosistemas. Se realizó una prospec-ción regional en un área de 19.000 km2 ubicada en el extremo Norte-Oeste de la pro-vincia de Córdoba, Departamento Sobremonte, Tulumba, Ischilín y Cruz del Eje. En laactualidad viven familias de productores campesinos dedicados a la cría de cabras yaprovechamiento forestal. Mediante la utilización de mapas, fotos aéreas e imágenessatelitales, registros gráficos y entrevistas se realizó un diagnóstico ambiental ysocioeconómico. Se generó un plan participativo de uso sustentable de los recursos yse capacitaron a los productores campesinos en herramientas tecnológicas de diag-nóstico, de evaluación y de decisión.

Descripción del contexto del paisaje en el Noroeste de CórdobaEl área de estudio se ubica en el extremo Noroeste de la Provincia de Córdoba,

comprendiendo los departamentos Sobremonte, Tulumba, Ischilín y Cruz del Eje. Des-de el punto de vista geomorfológico, la región forma parte de la Planicie Occidental(Capitanelli, 1979a), limitada al noroeste por las Salinas Grandes y las Salinas deAmbargasta y al este por las Sierras del Norte y de Ambargasta. La cuenca de lasSalinas Grandes – Salinas de Ambargasta se encuentran en la porción más árida delterritorio provincial y forman parte del sector árido del la provincia FitogeográficaChaqueña. De igual manera, la obtención de agua de acuíferos es escasa y con altoscontenidos de sales. Estos procesos ligados a periodos ordinarios de años de escasa eirregular precipitación (sequía extrema), han sido las causas más importantes de lapreocupación y gestión en torno a la obtención sostenida del recurso agua de la re-gión hidrológica Salinas Grandes – Ambargasta.

Las Salinas Grandes y la Salinas de Ambargasta ocupan el fondo del bolsón, domi-nado por desiertos de sal con algunos manchones de vegetación halófila. La altitud dela depresión varía entre 150 y 200 msnm. Los márgenes de las salinas son relativamen-te más elevados, lo que provoca una disminución de la salinidad y la posibilidad de quese instale una vegetación transicional entre los matorrales de plantas halófilas y elbosque chaqueño xerófilo. En el interior de la cuenca salina se presentan terrenos másaltos conocidos como «montes» (Monte de Las Barrancas, Monte Negro), cubiertospor bosques xerófilos bajos en los que se presentan también especies halófilas.

La planicie occidental se extiende entre las Salinas Grandes y Ambargasta y el sec-

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144  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

tor occidental de las Sierras del Norte. Su altitud varía entre 250 y 450 msnm y se carac-teriza por la ausencia de cursos de agua permanentes. Los materiales principales sonsedimentos gruesos en la zona de piedemonte y bajadas, y más finos hacia las playas,donde predominan los de origen fluvio-eólico. Los suelos son aridisoles y entisoles, par-dos de estructura franca, bien drenados y de escaso desarrollo (Jarsún et al., 1989). Lavegetación original de esta llanura se componía de bosques de Aspidosperma quebra- 

cho blanco  (quebracho blanco) los cuales en su mayor parte han sido modificados porlas actividades humanas durante el presente siglo (Cabido & Zak 1999).

Desde el punto de vista climático el área de estudio pertenece al Dominio semi-desértico, de las planicies del Noroeste, con excesivo déficit anual de agua (300 a 650mm.) y sin invierno térmico (tipo Quilino). La temperatura media anual es de 19 ºC, latemperatura máxima media anual es de 26 y 27 ºC y la temperatura mínima mediaanual: 11 ºC. El promedio de precipitación anual se halla por debajo de los 400 mm enel norte del Dpto. Ischilín y oeste de Dpto. Tulumba y entre 400 y 500 mm en el oestedel Dpto Sobremonte. La evapotranspiración potencial media anual se halla entre los800 y los 1000 mm. Los vientos predominantes son del sector NO en los Dptos. Tulumbae Ischilín y del SO y N, en el Dpto. Sobremonte (Capitanelli, 1979b).

En toda la zona las áreas de cultivos extensivos quedan confinadas a los alrededo-res de San Francisco del Chañar, el Sudeste de Ischilín, una pequeña área de riego enlos alrededores de Villa Quilino y la región bajo riego del Río Cruz del Eje y Pichanas.

La actividad predominante es la ganadería de cría de bovinos y caprinos. Las zonasdel Norte de los Llanos occidentales se hallan en desventajas con las áreas Central ySerrana, por la escasez de cursos de agua permanentes y por falta de infraestructuraque provea de agua potable.

La vegetación original o clímax es el bosque abierto de A. quebracho blanco . Elestrato arbóreo alcanza entre 6 y 8 m de altura, con emergentes de quebracho blancode hasta 10 m, árbol dominante acompañado de Prosopis flexuosa  (algarrobo negro),Ziziphus mistol  (mistol), Prosopis torquata  (tintitaco) y con alta frecuencia de Stetsonia coryne  (cardón). El estrato arbustivo varía entre 3 y 4 m de altura, siendo su coberturaentre un 40 y un 70%, las especies dominantes son Mimozyganthus carinatus  (lata),Larrea divaricata  (jarilla) y Acacia furcatispina (garabato) y Cercidium australe  (brea).En las zonas perisalinas aumenta la importancia de Senna aphylla  (pichana) y Maytenus vitis–ideae  (carne gorda, palta o chaplian).

El estrato herbáceo se compone principalmente de gramíneas megatérmicas peren-nes, tales como Trichloris crinita, Trichloris pluriflora, Sporobolus pyramidatus,Neobouteloua lophostachya y Setaria pampeana  y anuales como Bouteloua aristidoides  y Bouteloua barbata . También son frecuentes en este estrato distintas especies deMalváceas y Asteráceas. En los lugares sobrepastoreados se encuentra Selaginella 

sellowii , un helecho rastrero reviviscente. Las lianas y enredaderas que pueden citarseson Cardiospermum halicacabum   (farolito), Cordobia argentea, Morrenia odorata yMorrenia stuckertiana  (tasi) (Carranza et al . 1992, Bonino & Araujo 2005).

MetodologíaPara la obtención de las unidades del paisaje, se consideraron criterios ecológicos y

geomorfológicos. La vegetación nativa fue caracterizada en función de que represen-ta el recurso fundamental para la producción campesina y al mismo representa la sín-tesis de los factores físicos, bióticos y de manejo interactuantes. Los relevamientos dela vegetación se realizaron con la participación de las familias involucradas, de mane-ra que puedan evaluar la leña producida, la potencialidad apícola y el estado de lavegetación.

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Imágenes satelitales y mapa de vegetaciónSe trabajó con imágenes satelitales para la elaboración del mapa de vegetación. Se

utilizaron dos imágenes Landsat 7 correspondientes a las fechas 26 de abril de 2002,Oeste de las Salinas de Ambargasta y 17 de abril de 2002, Este de la Salinas deAmbargasta (Path 229 y row 081; Path 230, row 081 respectivamente). Se

georreferenciaron tomando como base un mosaico de la provincia de Córdoba en elsistema de coordenadas geográficas (latlong). Ambas imágenes fueron concatenadas,se sectorizó el área de estudio abarcando toda la región llana del noroeste de la pro-vincia de Córdoba que estuvo por debajo de los 450 msnm.

Se integraron todas las bandas obteniendo una clasificación no supervisada. A par-tir de las unidades delimitadas se comenzó el trabajo de detalle de campo.

2- Apoyo de campo. Se caracterizaron principalmente las unidades con mayor re-presentación de la vegetación nativa principalmente matorrales. Se utilizarontransectas en faja para el muestreo de las unidades diferenciadas. Los censos fue-ron georreferenciados y ubicados en la imagen satelital. Para la caracterización

florística de la vegetación leñosa y para el cálculo de la producción del monte serealizaron 16 transectas (7 en Dpto. Sobremonte y 9 en el Dpto. Ischilín) de 30 me-tros de largo y 4 metros de ancho sobre los cuales se relevaron datos de abundanciay cobertura por especie. Para las especies de interés económico se cuantificaron losdiámetros a la altura del pecho (DAP), diámetro a la altura de la base (DAB), alturatotal, altura de aprovechamiento y estado sanitario. Las transectas fuerongeorreferenciadas y se instalaron luego de realizar una zonificación del campo conlos productores según estado del recurso arbóreo y con el apoyo de fotografíasaéreas e imágenes satelitales. Con estos datos también se elaboraron planes de apro-vechamiento forestal para cada predio. Se realizaron, además, 25 puntos de con-trol a terreno en los departamentos de Cruz del eje e Ischilín.

3- Se digitalizaron las cartas topográficas y mapas de caminos, se incorporaronluego como capa al mosaico satelital. Se correlacionaron los estudios de detalle(ubicación de los predios correspondientes a los estudios de casos y sus respectivascaracterizaciones) con los patrones detectados en la clasificación no supervisada.

Diagnóstico socioeconómico.Se realizaron encuestas con el fin de conocer datos socioeconómicos y productivos,

talleres comunitarios en donde se dibujaron mapas de la comunidad con los datos delas familias, ubicaciones prediales, distancias, recursos como el agua, producción (tipode ganado, cantidad). Se elaboraron numerosos planes de aprovechamiento forestalque consistieron en: 1- Realización de inventarios de la producción del monte nativopara poder proyectar la extracción de biomasa con criterios de sustentabilidad, man-

tener la estructura y diversidad y la renovación mediante semilleros y renovales. 2-Propuestas de manejos de la producción conjuntamente con los campos vecinos: delas zonas de aprovechamiento, recuperación y amortiguamiento. 3- Presentación for-mal y gestión de los Planes de aprovechamiento forestal en la Agencia Córdoba Am-biente según ordenanzas de la provincia.

Unidades del paisaje en el Noroeste de CórdobaEl bosque de A. quebracho-blanco  (Sayago, 1969) ha sufrido profundas modifica-

ciones en su fisonomía y composición desde el establecimiento de la red ferroviaria enel norte y oeste del país, lo cual intensificó las actividades de tala (Morláns & Guichón,1995). Lo que se observa en la actualidad corresponde a bosques secundarios, arbustales

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146   Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

con un dosel arbóreo muy abierto y un estrato herbáceo ralo o suelos desnudos comoconsecuencia de la sobrecarga de ganado. En la últimas décadas a incrementadosignificativamente la superficie desmontada para fines de producción ganadera ex-tensiva. También han contribuido significativamente a reducir la superficie de bos-ques los incendios producidos para eliminar la vegetación leñosa con el propósito de

aumentar las áreas con pasturas graminosas perennes introducidas.Como consecuencias de todas

estas perturbaciones, hoy predo-minan en el territorio las siguien-tes unidades de cobertura (Mapa1,2, 3 y 4 en el CD)

1-Matorrales de Larrea divaricata   y Acacia furcatispina (269.134,5 Ha, 14.2 % de la super-ficie total). Las especies presentan

los siguientes valores de importan-cia relativa: 30.95% M. carinatus (lata), 21.63 % de L. divaricata (jarilla), 18.32% A. furcatispina  (ga-rabato), y 8.02% de Atamisquea emarginata   (atamisqui) y 6% M.vitis-ideae (palta) (Foto 1).

2- Bosque de A. quebracho-blan- co , el cual forma parte de la vege-tación original de esta llanura des-critos por Sayago (1969) (Superficie:

232.047, 02 Ha y representa el 12.2% de la superficie total) (Foto 2).

3- Matorrales altos y cerrados deM. carinatus , con una elevada co-bertura (66.25%), caracterizadapor un estrato arbóreo reducido aemergentes de A. quebracho blan- co  no mayores a los 7 m de alturacon una cobertura inferior al 5 %,acompañado de L. divaricata  (10%)y Maytenus vitis-ideae (6%). La

unidad de cobertura posee una su-perficie de 245.873, 25 Ha, equiva-lente al 12.93 % de la superficietotal del territorio analizado.

4- Matorrales bajos por desmon-te o matorrales perisalinos. En estaunidad se presentan numerosas es-pecies cómo lata, Prosopis flexuosa (algarrobo), P. torcuata  (tintitaco),atamisqui, M. vitis-ideae ( chaplian

Foto 1. Matorral de L. divaricada (Ver en CD)

Foto 2. Bosque de A. quebracho-blanco (Ver en CD)

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o palta), jarilla, Castella coccinea (palocruz), Geoffroea decorticans   (chañar),pichanilla con árboles aislados de quebra-cho blanco y mistol. Se caracteriza porescasa cobertura y mayor riqueza. La su-

perficie es de 269.134,51 Ha las que repre-sentan un 7.32 % de la superficie total(Foto 3).

5- Bosquecillos secundaros aislados.Principalmente formados por árboles

caducifolios como algarrobo y mistol jun-to con atamisqui, Maytenus spinosa (abriboca) y palta, y caducifolias arbus-tivas como Acacia aroma   (espinillos),Cercidium australe  (brea) y chañar. La su-perficie es de 181.622,218 Ha, 9.55 % del

total del área bajo estudio (Foto 4).

6- Desmontes por rolado y topados conárboles aislados

Representan los lugares en los cuales seha extraído el monte, generalmente conequipos mecanizados con el fin de implan-tar pasturas o favorecer el desarrollo delas pasturas naturales. En los mismos se handejado árboles viejos aislados como que-bracho blanco y mistol. Alcanza una su-perficie de 113.810,273 Ha y representa un

6 % de la superficie total (Foto 5).

7- Salinas Grandes y de Ambargasta.

Siguiendo los estudios geomorfo-lógi-cos realizados en la región (Dargám, 1995)se unificaron las unidades visibles en laimagen satelital (conos aluviales, planiciesinundables, planicies aluviales, llano are-noso, manantiales, llanos fangosos, cam-pos ondulados arenosos, playa, lagos sa-linos intermitentes y efímeros y elevacio-

nes estructurales) a fin de que las Salinasrepresenten un única unidad de cobertu-ra. La superficie es de 467.394,69 Ha, sien-do el 24.58 % del total del territorio.

8- Zonas perisalinas y salinizadasSon unidades en las que se manifiesta

una vegetación halófila rala representada por distintas especies de Atriplex sp.,Allenrolfea sp., Heterostachys sp., Suaeda sp., conocidos como jumes, cachiyuyos ozampa; como así también palta, palo azul, palo amarillo y con la presencia de cardonesy numerosas cactáceas. La unidad se caracteriza por muy baja cobertura, procesos deerosión eólica, hídrica, encostramientos y una elevada concentración de sales en su-

Foto 3. Desmonte por rolado. Matorral bajodisperso. (Ver en CD)

Foto 4. Bosquecillos aislados

 Foto 5. Matorral bajo con árboles aislados(Ver en CD)

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148  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

perficie. Esta unidad es principalmente el resultado del avance de procesos dedesertificación por salinidad. En el caso particular de superficies rolada o topada sincobertura y sin zonas de amortiguamiento comienzan a verse peladares donde se pro-

duce una activa salinización de lossuelos. Superficie: 67.481,078 Ha 3.55

% de la superficie total (Foto 6).9- Desmontes con pasturas intro-

ducidas.Esta unidad representa aquellas

explotaciones agropecuarias en lascuales se han implantado pasturasmegatérmicas como «gatton panic»y «buffel grass» con fines ganaderos,que presentan cobertura y crecimien-to herbáceo estacional quedandouna alta proporción de suelo expues-

to durante la estación seca (más de 9meses) y durante los años con preci-pitaciones menores a los promedios.Superficie: 18.481,9 Ha 9.72 % de lasuperficie total bajo estudio (Foto 7).

Actualmente el bosque de A. que- bracho-blanco  ha quedado reducidoa un 16 % de la superficie con vege-tación nativa. El 30,5 % de la super-ficie ha sido degradada por el mane- jo por productores ganaderos pro-

venientes de otras regiones con el finde implantar pasturas perennes paraganado vacuno en forma extensiva.Esta superficie incluyen matorralesbajos por desmonte y matorralesperisalinos, desmontes con rolado ytopado con árboles aislados y des-montes con pasturas introducidas(Mapas en el CD). Las prácticas demanejo involucran la desarbus-

tización permanente, lo que ocasiona una fuerte reducción de la cobertura vegetaldurante el año.

El 48 % de la superficie restante corresponde a vegetación secundaria en diferentesestados: Matorrales de Larrea divaricata  y Acacia furcatispina , Matorrales altos y ce-rrados de Mimozighantus carinatus , y Bosquecillos secundarios aislados (Tabla 1).

Foto 6. Zonas perisalinas con procesos desalinización y erosión (Ver en CD)

Al Norte y particularizando desde la posición que ocupan las fisonomías descritasen la cuenca, el arbustal abierto de L. divaricata  y en menor medida de A. furcatispina aumenta a medida que incrementa la altitud hacia la Sierra de Ambargasta lo queindicaría cierta perdida de capacidad de almacenamiento de agua en la cuenca media.Es notoria la escasez de bosque alto de quebracho blanco, aunque aún aparecen gran-des parches de bosques asociados a valles y zonas de escaso uso productivo. Mientrasque en algunos parajes donde existe más concentración de familias y animales como el

Foto 7. Desmonte con pasturas implantas (Ver en CD)

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Zona homogénea Nº Superficie  Superficie

cubierta (%)Superficie

degradada (%)

Matorrales de Larrea divaricata y Acaciafurcatispina

  1   269134,51 18,77

Bosque de Aspidosperma quebracho -  blanco   2   232047,16 16,18

Matorrales altos y cerrados deMimozighantus carinatus

3   245873,25 17,15   35.92 (1+3)

Matorrales bajos por desmonte o matorralesperisalinos

  4   139099 9,70

Bosquecillos secundaros aislados   5   181622,22 12,67

Desmontes por rolado y topados con árbolesaislados

  6   113810,27 7,94   35.24 (4+6+9+8)

Desmontes con pasturas introducidas   9   184819 12,89

Zonas perisalinas y salinizadas   8   67481,08 4,71

1433886,49 100   71.16

Tabla 1. Unidades de vegetación secundaria

paraje El Tuscal es notoria la degradación de la vegetación. Podemos decir que en laszonas de largas vías de escurrimiento asociada a la presencia de suelos de texturagruesa y escasa materia orgánica hay predominancia de arbustal de L. divaricata  au-mentando la presencia de Lata en zonas altas. Mientras que en las zonas bajas el ma-torral se enriquece con especies de algarrobo, hacia el este aumenta la presencia detalas y garabatos asociadas a los arbustales.

Dado la importancia de la cuenca en el sostén de vida de las empresas agropecuariasy las unidades productivas de los campesinos es importante destacar la urgencia deuna medida de intervención en la recuperación de los bosques en vistas de: la altadegradación que favorece la erosión hídrica en años de altas precipitaciones, gene-rando no sólo pérdidas de suelo fértil sino también otros problemas en la zona comoson la inutilización de los caminos por depósito de grandes cantidades de arena, einundaciones en las zonas donde la pendiente disminuye, especialmente en las zonasbajas.

En la zona de la Cuenca de Las Salinas Grandes, el área analizada se caracteriza porla mayor conservación de la vegetación boscosa, especialmente en la parte media ycentro de la cuenca (en la imagen analizada). También son más importantes losbosquecillos aislados.

En la parte Sur, en el sector de Cruz del Eje hacia el Oeste, la cobertura disminuyepeligrosamente observándose una alta degradación por desmonte y eliminación de lavegetación leñosa para uso ganadero. Esto hace que la parte alta de la cuenca tengamejores condiciones de coberturas que en el ejemplo anterior. No obstante no hayque dejar de ver que el porcentaje de zonas topadas y degradadas con matorral abier-to supera el 35 % y debido al valor productivo de las tierras siempre se ubica en laszonas más altas de la cuenca, coincidiendo muchas veces con zonas de mayor pen-diente, es decir con potencial de erosión hídrica y eólica. En esta zona se ubican grancantidad de productores cabriteros, quizás el mayor porcentaje de productores y demajada de todo el Norte, y también una gran proporción de la hacienda de cría delnorte. Los años lluviosos y el desmonte de la cuenca hace que en las zonas más bajasde la misma halla grandes problemas por inundación y derrumbe/ rotura de caminos.La alta degradación que tiene la cuenca en su parte alta y media puede ser determi-

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150   Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

nante de la recarga de los acuíferos de aguas subterráneas. Esto se agrava en la zonade la cuenca de las Salinas de Ambargasta donde la calidad de las aguas para usohumano y animal es muy mala. Debería también estudiarse las implicancias del au-mento de las perforaciones y el uso de los acuíferos. En toda el área de cuenca desalina persisten bosques degradados, especialmente arbustales combinadas con bos-

ques de quebracho blanco, presentes especialmente en zonas medanosas en las lomas.La falta de cobertura apropiada en las zonas de escurrimiento y la presión de pastoreolocalmente nos generan ciertas preguntas sobre posibles fenómenos de desertificaciónasociados a las salinas a futuro: ¿No podría estar avanzando las salinas en las zonasdonde la pendiente disminuye y favorece el acúmulo de agua temporales? ¿ el des-monte y el sobre pastoreo de campos aledaños, no favorecerán la acumulación y avancede las sales en zonas donde se acumula el agua?

Diagnóstico socioeconómico y productivo de las diferentes unidades prediales.Caracterización de la producción campesina a nivel predial: socioeconómica, demo-

gráfica y la fuerza de trabajo. Se trata de familias numerosas de pequeños producto-

res, que viven y trabajan en el campo, la mano de obra es familiar y todas tieneningresos extra-prediales. El uso de la tierra es ganadero, con monte natural y la tenen-cia de la tierra es de poseedores con ánimo de dueño, en camino del saneamiento delos títulos. La infraestructura y el equipamiento son precarios, aunque existe algúnequipamiento para el aprovechamiento forestal. Solo existe alambrado perimetral,sin parcelas internas. El pastoreo se hace a campo natural, aprovechando las pasturasnativas. Predomina la producción caprina, seguido de la bovina y en algunos casos, secomplementa con la producción forestal a través de la explotación del monte paraventa de leña picada y carbón.

Todas las familias realizan para su subsistencia trabajos extraprediales que deman-dan gran parte de los jornales disponibles, pero como la mano de obra es familiar

existen saldos positivos de mano de obra disponible para el trabajo en el predio. Estose dificulta en el caso de familias que han quedado compuestas solo por ancianos,porque los hijos han tenido que emigrar.

Los ingresos brutos prediales se originan en su mayoría en la producción pecuaria(cabritos y terneros); solo en uno de los casos la mayor parte del ingreso se debe a laproducción forestal. Del total de la producción una parte importante se destina alautoconsumo, incluso hay actividades como la producción de pollos, huevos, hortali-zas, miel, dulces, jaleas y arropes que se destinan casi exclusivamente al autoconsumo.

Resumiendo, en promedio el ingreso monetario neto anual de las familias se debeen un 82% al ingreso extrapredial. Los ingresos prediales cubren los gastos directos eindirectos de la producción pero no alcanzan a cubrir los gastos que no tienen que vercon la producción pero sí con la subsistencia de las familias (alimentación, salud, es-cuela, movilidad, etc.)

Estrategias tecnológicas y de manejo sustentable de los recursosEste análisis abarca cuatro rubros productivos: forestal, ganadero, apícola y agrícola

a- Producción de Carbón y Leña..... En la zona existen diversos tipos de producciónforestal, en general los que producen cortando leña de sus propios campos, con algúncriterio de renovación y rotación de cortas. El otro tipo de explotación es el aprove-chamiento de la madera volteada por los desmontes para aprovechamiento pastoril

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con topadoras.Ambas situaciones se encuentran con dificultades formales para su funcionamien-

to tales como falta de blanqueo de los planes de desmontes y de aprovechamientoforestal, problemas de tenencia y dificultad de acceder a los trámites complejos y en-gorrosos. En este relevamiento sólo incluimos aquellos productores que trabajan sus

propios campos (productores tenedores).El modo de producción de los productores tenedores. Se identificaron los rodales

con mayor presencia de madera explotable, determinándose zonas de uso. En las mis-mas se seleccionaron los ejemplares y el área a trabajar, muchos productores evalúanla cantidad de renovales, es decir plántulas de pequeño tamaño, que reemplazaran alas hachadas para renovar el recurso leñoso.

Luego de marcar los ejemplares a cortar, se seleccionan por diámetros apropiadosde corta, se abren caminos de acceso o picadas donde entrarían los carros o chatastirados por mulas o burros, donde se apilará el material previamente cortado, limpio yrodeado o apilado. Posteriormente se lo apila en las chatas y se lo lleva a las plancha-

das de acopio que es el lugar donde generalmente tienen acceso los camiones paratransportar el material al destino.

En el siguiente cuadro (Tabla 2) se resumen las principales especies y característicasde las partes aprovechables como recurso forestal :

Tabla 2. Especies y su aprovechamiento

Leña Picada Leña Larga Carbón Postes y varillas

EspeciesUtilizadas

Principales: lata,tintitaco, garabato negro,alpataco, algarrobonegro.Alternativas:

 jarilla, garabato blanco,

palta, tala. quebrachoblanco cuando esta seco

quebracho blancolata, mistol,alpataco, brea,garabato,algarrobo,

tintitaco.

mistol, quebrachoblanco, alpataco,garabato, algarrobo,tintitaco.Preferidas:

quebracho blanco,garabato, mistol.

Postes: tintitaco,alpataco, palo cruzVarillas: ídem anterior,más lata, quebrachoblanco y algarrobo

Diámetro detroncos

desde 2.5 cm hasta40 cm.

Hasta 10 cmmínimo

Gran variedad detamaños, seaprovechan troncos

Postes: 3 m de largo ydiámetropromedio de15 cm.Varillas: mínimo de 3cm de diámetro y largo1– 1.5 m.

Criterios deCalidad

Leña seca de altadureza, sana, de buenpoder calorífico.Corte uniforme, detamaño regular entre 5-15 cm. de diámetro. Sevalora la presencia de

tintitaco, lata yquebracho blanco seco.

Leña seca (verdesólo para carbón),buen podercalorífico.

Preferido dequebracho blancopoder calorífico, debrasa de buenaconservación(garabato, tintitaco),carbón firme, de buen

tamaño, pocacarbonilla.

Durabilidad, dureza,sanidad, tamaño. Losmás preferidos sontintitaco y alpataco,para los alambrados desalinas se utilizanquebracho blanco,

Menos preferidos:algarrobo negro.

Rendimientos   Más de 15 Tn/Ha año 10 – 19 Tn/Ha año  3 Tn de leña verde= 1Tn de carbón.

  Variable.

Tratamiento del material una vez cortado.  Se utilizan motosierras para cortar ydesramar los árboles y se seleccionan los troncos aprovechables. Además se utilizanhachas, piedras de afilar y pequeñas herramientas para el trabajo de mantenimientode las motosierras. En la tarea generalmente trabajan dos o tres personas. Pocas fami-lias dispones de una sierra sin-fin de 8 HP para poder picar la leña de pequeño tamañoen trozos de un diámetro mínimo de 2,5- 3,0 cm hasta 12 – 15 cm y un lardo de 30 cmde promedio. Este tipo de leña es muy buscada para las salamandras o estufas a leña,

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152  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

calefones y asadores.La leña se puede vender como leña larga en panaderías y usos industriales, como

leña para carbón o como leña picada. Esta última tiene distintos tamaños lo cual impli-ca un agregado de valor (precio por tonelada) que se puede mejorar aún más, embol-sándola.

Carga ambiental e impacto ambiental. La presión sobre el recurso en este caso estáligada al tipo de tecnología empleada, a los precios, a la disponibilidad de mano deobra, al tamaño de los predios explotados y al acceso a los mercados. Además, la pre-sión sobre el recurso en los últimos años está muy sujeta a la posibilidad de comercia-lizar el producto a través de las llamadas Guías Forestales de Traslado.

En este caso hay que mencionar que la actividad producción de «leña picada» dis-minuye la presión sobre el estrato arbóreo que en general se ejerce cuando se explotapara de carbón y leña larga. Esto se debe a varias razones:

1. La posibilidad de aprovechar materiales de diámetros más reducidos bajando la

presión sobre ejemplares adultos de mayor crecimiento y de renovales de gran valorpara reposición.

2. Además se pueden utilizar especies arbustivas propias del fachinal y de bosquesdegradados, con buenas características de combustión, por ej., jarilla, garabatos ma-cho, garabato hembra, lata, etc.

3. Además muchas de estas áreastienen cantidades importantes deplantas afectadas por enfermedades yplagas, especialmente gusanostaladradores de la maderas. Así, se en-

cuentra mucho material seco en el bos-que que es recolectado y aprovecha-do en el picado de la leña.

Es requisito que los materiales ten-gan alto poder calorífico y buenas ca-racterísticas de brasas. Así, los materia-les más buscados son quebracho blan-co, tintitaco, alpataco, mistol, algarro-bo negro y ese orden de importancia.El siguiente cuadro muestra algunos

ejemplos de rendimientos de leña (Tn/ Ha) para las principales unidades de co-bertura muestredas Tabla 3).

Ejemplo de registros de carga ambiental: caso familia Gómez de La Costade las Salinas de Ambargasta.

Se contabiliza una producción anual promedio es 2.35 Tn/Ha/año (Tabla 4). En ge-neral, a partir de nuestros datos y entrevistas con los productores la presión ejercidaen el sistema históricamente y los años de mayor trabajo ocurre a un ritmo de explota-ción menor de 10 Tn/Ha/año (estimación hecha con los productores). La bibliografíaregistra una explotación del recurso en el orden de las 2 a 3 Tn/Ha/año (Karlin, 1992).

Tabla 3. Rendimientos de leña en toneladas porhectárea, en las áreas muestreadas

Zona Tn/Ha

Bosquecillos secundarios aislados   9,78

Arbustal de lata y garabato   1,11Arbustal de lata y garabato   3,43Bosquecillos secundarios aislados   7,88Arbustal de lata y garabato 4,91Arbustal de lata ygarabato   1,27Bosque de quebracho blanco   935,17Bosque de quebracho blanco   75,56Arbustal de lata y garabato   6,64Bosque de quebracho blanco   33,45Arbustal de lata y garabato   2,48Bosquecillos secundarios aislados   7,27Arbustal de lata y garabato   6,87

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154  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

b. Ganadería caprinaCaracterísticas de la producción caprina.  La mayoría de las majadas tienen baja

escala productiva, es decir, cada corral tiene muy poca oferta de cabritos. Este proble-ma se torna crítico en los años de escasas precipitaciones, potenciando a su vez, laslimitadas condiciones de seguridad alimentaria de las familias. La disponibilidad de

cabritos es muy baja, en las majadas que tienen menos de 30 vientres. Aproximada-mente, un 60 % de las majadas de la región se hallan por debajo de los 30 vientres,sumando en total unos 2.045 vientres (Tabla 5).

Tabla 5.  Estructura de las majadas y las familias criadoras para parajes ubicadosen los Departamentos de Ischilín y Tulumba.

Por encima de los 40 vientres, las familias ya poseen una estrategia de venta másconsolidada y planificada anualmente. Estas familias tienen en total 4.094 vientresdistribuidas en 52 corrales. En general, una persona es la responsable de administrarlas ventas, de controlar el amamantamiento de los cabritos lechales y de desparasitarla majada. Muchos combinan la estrategia según la producción anual, entre la venta alcabritero y la venta a particulares y carnicerías locales.

En general las majadas más pequeñas se hallan distribuidas por toda la cuenca ca-britera uniformemente, sobre todo en la zona peri-urbana de Quilino, Villa Quilino yLucio V Mansilla, además, de los parajes más cercanos como Los Cadillos, La Isla de SanAntonio, Agua Hedionda, Las Chacras, El Bañado, etc. En cuanto a las majadas de

mayores tamaños, éstas se hallan en la zona de Costa Oeste y área urbana Quilino,fundamentalmente. En éstas zonas urbanas están empezando a surgir majadas demayor tamaño que se caracterizan por un enfoque productivo de Pyme, con mayorintensificación en la producción y en la inversión.

Los corrales..... En general para el corral se busca un lugar con sombra buena, como ladel mistol o el quebracho blanco. Además de que esté más o menos cerca de la casapara poder vigilar en caso de problemas o frente a la posibilidad de tener que ayudaren las pariciones.

En su gran mayoría los corrales son de palo a pique, habiendo superado a los cercosde ramas que aún persisten, especialmente en las zonas más pobres. Muchos corrales

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tienen problemas de hacinamiento, es decir, están subdimensionados. Esto se agravaen épocas de lluvias y con la práctica común de «largar las cabras tarde» para que nose pierdan, permaneciendo las mismas durante mucho tiempo encerradas juntas yapretadas.

En los corrales donde hay más de 50 a 60 madres se observan algunos divisoriospara animales que tienen preñez «grande», es decir con más de 3 meses. En ellos seapartan las madres y se les da alimento complementario, se las revisa o se las deja paralargarlas a pastorear más tarde para que no se pierdan o sean atacadas pordepredadores. Pocos productores tienen la costumbre de apartar las cabrillas en loscorrales, y casi ninguno separa los machos reproductores. Los cabritos comúnmentese hallan alojados en un «chiquero» que es un corralito con o sin techo donde se alojanmientras las madres salen al pastoreo. Una vez señaladas las cabritas hembras se alo- jan con las madres en el corral principal. Se deja con frecuencia casi todas las hembraspara reposición.

Enfermedades y manejo sanitario. Según datos de los productores y los propios,

todas las enfermedades están relacionadas con problemas de mala nutrición de losanimales, especialmente durante el período crítico (invierno y primavera temprana),donde cerca del 70% de las cabras madres se hallan preñadas.

Las enfermedades que más se manifiestan son las parasitosis externas (piojos, mos-ca del cuerno y garrapatas) e internas. Además, son muy frecuentes infeccionesneonatales como neumonías, entero toxemias y colibacilosis, casi todas ellas mortales.En animales adultos son muy frecuentes las neumonías. Por otra parte muchas cabrasy cabrillas presentan problemas durante el peri-parto manifestándose partos distócicoso abortos relacionados, además de prolapsos de útero en casos de extrema debilidad.Se han verificado registros de un 15 % de mortalidad en cabritos nacidos y un 12 % demortalidad en adultos. Consideramos que éste último valor puede estar

subdimensionado si consignamos las pérdidas por depredadores y por matanzas porvecinos (latifundios).

Reproducción y mejoramiento. El servicio es continuo, sin hacer control alguno delos mismos. Los machos permanecen en los corrales con las hembras durante todo elaño. En general la edad de los reproductores superan los dos años, lo que constituyeun problema potencial de consanguinidad, verificable especialmente en las majadasdonde los padres tienen más de 4 años. En muchas majadas ya es notorio el mestizajede la raza criolla local con la «anglonubian». La introducción de la raza anglonubian ha mejorado el peso al nacer de los cabritos, la producción de leche de las madres,como lo indican algunos registros de la Pedanía Aguada del Monte del departamentoSobremonte, pero se han afectado algunas condiciones de rusticidad que estaban pre-

sentes en la raza local. Así, sufren más el estrés nutricional, especialmente las cabrillasy cabras a punto de parir. Son más susceptibles a problemas de pietín, mastitis, neu-monías, onfaloflebitis en cabritos y bicheras.

En cuanto a la calidad de algunos sub-productos tales como los cueros de los anima-les fuertemente mestizados es mala. En general los cueros son más grandes pero másfinos y livianos, por lo tanto menos resistentes. Por otra parte, se observan caracterís-ticas de coloración de la carne diferente con un rojo más intenso con la presencia desangre anglonubian , no tan valorados culturalmente.

Alimentación y producción..... Los pastoreos se realizan de manera extensiva, sobrela base de grandes extensiones que caminan los animales acostumbrados a no tener

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156   Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

vallados. Hoy muchas majadas enfrentan graves conflictos por la presencia dealambrados donde antes no había, siendo muchas veces los animales sacrificados porlos vecinos generalmente de grandes estancias. En varias familias son parcialmenteacompañados por niños o la mujer responsable de la majada. En general los días detormenta representan un enorme peligro para las cabras en pastoreo puesto que se

desorientan con el viento y las nubes, sin poder regresar deambulando perdidas porenormes distancias. Algunas pocas familias disponen de cercos de chacras o con pasturasdonde pueden dejar las cabras con crías para que no se pierdan con el resto de lamajada o sean atacadas por predadores.

Muchas familias no poseen dinero para comprar medicamentos como antiparasitarioso antibióticos, complementos vitamínico- minerales o maíz. Las pariciones de cabritosocurren en más de un 60%, según nuestra estimación durante los meses más críticos,es decir durante el invierno. La lactancia es el período más crítico de la vida de lamadre y fundamental en la vida de los cabritos. Las cabras con cría, tienen una grandemanda de energía debido a la producción de leche para alimentación del cabrito. Laescasez de forraje durante esta época hace que aumente la mortalidad de los cabritos

y adultos, esto se puede deber a la incidencia de infecciones (moquillos, diarreas, muertessúbitas). En los momentos de escasez de forraje los productores recurren a una seriede insumos del bosque para poder compensar el bache forrajero tales como, vainas dealgarrobo negro, frutos de mistol, cladodios de tuna, ramas de liga, ramas de cachiyuyorecogidos y almacenados en trojas o bolsas con el agregado de cenizas. Los insumosexternos como maíz y fardos de alfalfa, panes de sal son comprados a los cabriteros ovendedores ambulantes. También los productores recurren a la vegetación nativa pararesolver algunos problemas de sanidad de los animales.

En general en base a nuestros registros se dispone en la zona de unos 8 a 9 milcabritos por año. Con un muy bajo índice de nacimientos por madres y con una morta-lidad de 15% de cabritos nacidos. Esto sin calcular los cabritos que se destinan al

autoconsumo, que según nuestra estimación ronda el 20 % del total de la oferta decabritos regional.

Por otra parte, si se contase con una oferta forrajera subsidiada se podría llegar alograr 1,5 cabritos terminados por madre por año (cantidad lograble dado la buenaprolificidad de la base criolla de las majadas), mejorando así la cantidad de cabritoslogrados anualmente.

Según estudios realizados en la zona, la oferta forrajera se halla dispersa en losmeses de invierno - primavera (35%- durante mayo, junio, julio, agosto, septiembre) yverano (65% diciembre, enero, febrero) (Dayenoff et al . 2003). En el caso de la produc-ción de leche real estimada, se dispondría anualmente para recolectar, según el crite-

rio de la Agencia Córdoba Ciencia, de unos 500 gr. por madre por día de promediodurante unos cuatro meses de lactancia y sólo considerando una sola parición anualpor cabra madre.

Carga ambiental.  Las cabras son el principal rubro de producción de las familiascampesinas entrevistadas (Tabla 6). A la mañana después del amamantamiento de lascrías, se largan las cabras al pastoreo directo del bosque o matorral. Las majadas pasancasi todo el día buscando su alimento en el monte y en la costa salina, consumiendoespecies leñosas y herbáceas tiernas. Los brotes de arbustos son especialmente apete-cidos por las chivas, y pastorean con agresividad los pequeños renovales de especiesarbóreas como los algarrobos e incluso las duras hojas del quebracho blanco. Salen a lamedia mañana y vuelven para la «baldeada» (agua de pozo a balde) del medio día, regre-

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sando al monte nuevamente y retornan al caer el sol para el encierro en los corrales.

Algunos productores han comentado que ocasionalmente alimentan las madrescon algo de maíz, e incluso algunos cortan ramas de sombra de toro y se las dan en loscorrales como alimentos. También se ha registrado la introducción del cachiyuyo cul-

tivado o Atriplex  sp. que se reproduce por acodos y hay experiencias de corta y sumi-nistro de ramas tiernas de esta especie suculenta y cultivable a las majadas en loscorrales.

En las imágenes satelitales se observan la presión de pastoreo que ejercen las cabraspor el ramoneo y pisoteo en las zonas cercanas a los corrales de encierre. Así a medidaque nos alejamos varios centenares de metros de estos la presión disminuye notable-mente.

La presión de estos animales sobre los recursos forrajeros no es fácil de calcular, sushábitos de pastoreo son erráticos, la superficie afectada es muy difícil de determinar.La información se obtiene a través de entrevistas con los productores.

Tabla 6. Resultados de la entrevista con los productores:

Verano Otoño Invierno Primavera

Follaje   Preferidas:   mistoldel zorro,algarrobos, chañarpoleo,tusca,alpataco, mistol,gramíneas ydicotiledóneasherbáceas varias.Alternativas:

atamisqui, brea,garabato, palta,cachiyuyo.

Preferidas:mistol del zorro,algarrobo,alpataco, mistol,chañar, tusca,palta, ydicotiledóneasvariasAlternativas:

atamisqui,,cachiyuyo,gramíneas

Preferidas:   Seles suministra enel corral liga yclaveles del aire.Renovales dequebrachoblanco, brotestiernos de jarilla.Dicotiledóneas

herbáceas varias“enredaderas”,claveles del aire,liga y líquenesvarios.Alternativas:atamisqui, jarilla,palta, cachiyuyo.

Preferidas:mistol del zorro,algarrobos,alpataco, mistol,chañar, tusca,garabato,ydicotiledóneasvariasAlternativas:

atamisqui, palta,cachiyuyo,gramíneas

Flores   quimilo (Opuntiaquimilo), tunilla,ancoche, tusca.

 jarilla Jarilla, garabatonegro, cardón yucle.

Frutos   algarrobo,

alpataco, chañar,tintitaco, mistol.cardón y ucle.

HojasCaídas

Mistol, quebrachoblanco

Uso de Mano de Obra. La atención por parte de la familia o el productor o produc-tora cabritero/a es muy variable a lo largo del año, concentrándose en la época depariciones, especialmente de invierno y también de verano. Ésta es clave para garanti-zar la vida del cabrito. En general estas familias son de muy bajos recursos, con seriaslimitantes estructurales que impiden poder crecer en la producción de cabritos. De-ben salir afuera a conseguir trabajo teniendo que dejar el cuidado de las cabras a los

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niños o ancianos. Muchas veces por razones de urgencia alimentaria se ven obligadosa sacrificar animales de reposición, dejando los pocos cabritos para la venta.

El momento de atención del corral tiene su mayor demanda durante la época decría, todas las mañanas y las tardes la familia debe atender durante una hora aproxi-madamente a la majada. En este momento, además se ocupan de la revisada general

del hato, si tienen alguna bichera o espinas, se la cura y se extrae la espina, se cuentansi están todos, y se empiezan a apartar los animales que van a quedar en el hato o vana ser vendidos.

Los campesinos tienen desarrollado un esquema de producción sobre la base delpastoreo de trashumancia del ganado caprino. En las entrevistas se nota que hay dis-tintos grados de intensificación del manejo de la majada. En general la tendencia y ladificultad se acrecientan en los últimos tiempos con el cercado de los campos, los queantes estaban abiertos. Así deben destinarse más horas a acompañar las cabras a de-terminados sitios de pastoreo, complementar más la alimentación con suplementos acorral, mejorar los cercados propios, fajinar los alambres, esto aumenta la demanda enuso de recursos alimenticios y en mano de obra.

c. ApiculturaCarga ambiental. La apicultura es una actividad reciente en la zona. En los últimosdos años los productores han incorporado la producción de miel y de núcleos graciasa la gran expansión de la actividad en nuestra provincia, en la región NO, y en el paísen general. La actividad es de gran importancia para la conservación de la flora delbosque, surgiendo como una excelente alternativa para reconvertir la producción fo-restal a una actividad más sustentable. Los productores campesinos de la zona poseenen promedio no más de cinco colmenas cada uno (Tabla 7).

Tabla 7. Principales especies melíferas y la época de utilización construidoen base a consultas con los productores:

Especie   Característicasbotánicas

  Fuente de alimento Época de floración

algarrobos Árbol, caducifolio Néctar y polen Septiembre, febreromistol Árbol, caducifolio Néctar Diciembre ( varios)chañar Árbol, arbusto de

zonas bajas yperisalinos(caducifolio)

Néctar y polen Septiembre, octubre

garabato negro Arbusto, caducifolio Polen Agosto, setiembregarabato blanco Arbusto, caducifolio Polen y néctar Septiembre, febrero

(varios) jarilla Arbusto, perennifolio Polen Variospalo amarillo Arbusto, caducifolio Néctar y polen Varios después

lluviaspalo azul Arbusto perisalino,

perennifolio

Néctar y polen Octubre

palta, chaplian Arbusto perisalino,perennifolio

Néctar y polen Agosto, setiembre

Tusca Arbusto, caducifolio Polen Setiembre y Octubrearomito Arbusto de zona

serrana caducifolioPolen Agosto y Septiembre

molle Árbol- arbusto serranoperennifolio

Néctar Octubre

atamisqui Arbusto perennifolio, Polen Oct y Nov, En y Feb(varios)

brea Arbolito caducifolio Polen Septiembregirasolillo Herbácea anual Polen y néctar Después de lluvias

veranocactus varios Cactáceas Néctar y polen. Oct y Noviembre

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La producción apícola permite aprovechar la floración del bosque nativo y defachinales de muy bajo valor productivo forestal y ganadero, sin alterar el estado delrecurso, mejora la producción de vainas, frutos y semillas de una gama importante deplantas que son aprovechadas por los animales del bosque y domésticos, favorece lareconversión de las actividades extractivas como la producción de leña y carbón aactividades sustentables que favorezcan los beneficios ambientales del bosque y sepueden aprovechar zonas de poco o nulo valor productivo como los matorrales ymatorrales perisalinos.

Resulta difícil estimar la capacidad de carga ambiental, es decir, cuántas colmenaspodrían soportar una hectárea de bosque. En general el estrato arbustivo florece enfunción de las temperaturas, es decir están altamente concentradas en épocas de pri-mavera y verano, siendo algunas más dependientes del déficit hídrico para la flora-ción. En general una buena producción de néctar se asocia a buenas condicioneshídricas, no obstante a mayor carácter xerofítico mejor y más estable comportamien-to productivo. La mayoría de las especies se independizan de las precipitaciones, estose pone en evidencia porque las floraciones ocurren antes de las lluvias. Los árboles

como algarrobos, mistoles, tintitacos, alpatacos, etc., tienen un buen comportamien-to apícola con alta producción de néctar y polen y según los productores, las condicio-nes de floración tienen que ver con: clima seco y sin lluvias, poco viento, la floraciónanterior (fundamentalmente si la floración anterior ha sido profusa éstos floreceránmenos el próximo año). La vegetación herbácea tiene la floración y el crecimientovegetativo condicionado a las condiciones óptimas de humedad de suelo. El conoci-miento de la flora y la capacidad y ejercicio de la observación del comportamiento delas abejas es vital para poder desarrollar con éxito la actividad.

Uso de Mano de Obra..... La mano de obra utilizada es familiar, en general son losmás jóvenes los más entusiasmados con la producción apícola. La actividad se concen-tra fundamentalmente en la primavera, principios y fines de verano. No tiene alta

demanda de trabajo dado la baja escala. Muchos productores han aprendido el oficiotrabajando con grandes empresas apicultoras de la zona. En general la actividad de laproducción de miel requiere de mínimos conocimientos los que se complejizan a medi-da que los productores empiezan a intensificar y a crecer en la producción, especial-mente para la producción de núcleos y de reinas.

Uso de Insumos. En general los insumos pueden ser locales dependiendo del gradode conocimiento de la actividad. En general los materiales de madera son compradosal igual que a veces las abejas y los núcleos. No obstante los productores se ingenianpara cazar enjambres silvestres, y de una manera económica aumentan la escala pro-ductiva, con riesgo de enjambrazón.

d. AgriculturaCarga Ambiental.Las actividades agrícolas tienen poco a nulo desarrollo en las comunidades por las

limitantes climáticas. Aún así, en la zona de la Costa de la Salina de Ambargasta, en-contramos micro áreas donde, favorecidos por ciertas condiciones de topografía ysuelos se realizan anualmente cultivos agrícolas (drenaje superficial y subsuperficial).Se aprovechan zonas bajas donde hay alto escurrimiento, en donde se dan acumula-ciones temporarias de agua, en suelos de buen desarrollo y en de textura franca, sinreacción salina y con abundante materia orgánica. Los productores desmontan pe-queñas porciones, desde 0.5 hasta 3 Ha, algunos totalmente desmontados y otros enforma de callejones que siguen las líneas de escurrimiento principales. Ésta es en elcaso de la Costa de Ambargasta en dirección Este - Oeste. El desmonte consiste en la

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total eliminación de la vegetación leñosa, sus raíces, y los materiales son utilizadospara la realización de cercos para proteger las chacras de los animales domésticos(cabras, bovinos, equinos) y silvestres (roedores, pecaríes, corzuelas, etc.). Luego deldesmonte los suelos que mayor cantidad de humedad almacenan presentan un explo-sivo desarrollo de la vegetación herbácea. Así antes de roturar la tierra, los producto-

res machetean la hierba, para controlar el desarrollo de las malezas. Luego se produceuna primera arada, donde se depositan las semillas de maíz y cucurbitáceas en formaintercalada. Ésta se realiza en líneas tratando de mantener la mayor rectitud posiblecon arados de mancera (tirado por burros). Luego se realiza una arado en contra paratapar los surcos.

Uso de mano de obra. La mano de obra es propia, especialmente los productores ehijos. Trabajan en desmalezado, desmonte, manejo de animales arado y siembra. Ade-más de trabajo realizado poco a poco y lentamente para poder armar bordos de tierrapara conducir el agua, o regueras además de mantener los cercos para impedir la en-trada de animales y facilitar también la acumulación de agua de escurrimiento.

Uso de Insumos. El arado mancera es un implemento tirado por burros o mulas,consiste en una reja y vertederas, amarradas a un timón, con talón y plancha más unbalancín con una ruedita para poder facilitar el traslado y la manipulación de la herra-mienta durante el trabajo. Las herramientas, debido a los suelos arenosos, sufren grandesgaste, requiriendo cada tanto el afilado de las rejas. Además, los animales no estánacostumbrados al trabajo de tiro, por eso es muy importante disponer de burros omulares entrenados y amansados y gente conocedora del dominio de los animales, deotra manera son muy peligrosos cuando son utilizados por personas sin experiencia.

Los animales de trabajo deben estar en buenas condiciones corporales antes deentrar a trabajar, deben ser alimentados con una ración de maíz y alfalfa durante laépoca de trabajo y antes de la misma, los cuales son normalmente escasos.

En general el material elegido por productores provenía de semillas que almacenanpara sembrar cada año, preferentemente, maíz, calabaza rallada (Cucurbita mixta ),calabacín o anquito (Cucurbita moschata ), zapallo gris plomo o zapallo criollo (Cucurbita maxima ).

Los productores reservan cada año semilla de frutos y plantas seleccionadas portamaño de fruto, sabor y adaptación de la planta a las condiciones xéricas. En losúltimos años con el aporte del trabajo organizado, los productores empezaron a com-prar semilla mejorando fundamentalmente los aspectos de calidad de semillas y reno-vando la genética: sanidad, vigor, rendimiento productivo.

Conocimientos. Los productores tienen un interesante conocimiento del manejode las fechas de siembra, así la mayoría siembra a fines de enero, y a veces principio defebrero después de una lluvia. Esto se debe a las altas temperaturas del verano quecoincide con una baja de las precipitaciones a mediados del mismo. Así si bien, se tienemenores rendimientos, se pueden esperar producciones más seguras.

Muchos productores coinciden con las tareas de armar bordos o regueras cuandollueve para poder alimentar con aguas las chacras. El maíz se almacena en bolsas o enlugares al resguardo de agua y sol y se le rocía con un poco de cenizas para mejorar laconservación. Lo mismo se hace con los frutos de las cucurbitáceas.Síntesis del aprovechamiento forestal y otras producciones.

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El sistema campesino está compuesto por un subsistema ecológico que son los bos-ques xerofíticos del Chaco Árido, bosques secundarios y matorrales arbustivos, unsubsistema social que es la comunidad campesina criadora de cabras y productora deleña, carbón y miel. El subsistema ecológico está constituido por especies principalmen-te leñosas de larga vida, con adaptaciones a estrés hídrico y con sistemas radicales pro-fundos, en un clima árido-semiárido con sequías prolongadas (más de 9 meses) y lluviasimpredecibles espacio-temporalmente durante la estación lluviosa (3 – 4 meses).

La superficie aprovechable en términos forestales comprende a los Bosquecillossecundarios aislados (181.622 Ha con un promedio de 8 – 9 Tn/Ha de leña), al Bosquede quebracho blanco (232.047 Ha, produce más de 30 Tn/Ha) y los matorrales de M.carinatus   (245.873 Ha con 3.8 Tn/Ha). En general en los cálculos realizados en lastransectas podemos observar que las zonas de degradación que pueden llegar a apro-vecharse para uso forestal se hallan en una productividad promedio de leña, según loantes indicado. Si comparamos con los parámetros de aprovechamiento de las unida-des de producción, deberíamos trabajar en un manejo de menor intensidad de usoforestal para poder recuperar el bosque en las áreas utilizables de mayor degradación.

Para el caso de las unidades de mayor productividad, vemos que las unidades de pro-ducción campesina tienen un límite de extracción dado por la mano de obra y la dispo-nibilidad de medios de producción, lo cual limitaría su explotación. Siendo en casitodos los casos menor a aproximadamente 1,9 Tn/Ha (registradas en encuestas a losproductores). El potencial registrado en las mediciones de las transectas superaría las30 Tn/Ha. Aquí podríamos también mencionar que en le caso de la producción decarbón, se requiere un manejo de mayores volúmenes, lo cual hace a esta producciónmás extractiva que el aprovechamiento de la leña para otros usos. La reconversiónhacia actividades de valor agregado como la leña picada mejora la productividad ypermite un mejor aprovechamiento de las zonas degradadas, así también, como medi-das de manejo como podas de limpieza.

La flora apícola es importante en las zonas de matorrales de buena conservación ydensidad y en los bosques. Estas áreas suman una superficie de 659.542 Ha, es decir un46 % de la superficie con cobertura vegetal potencialmente apícola. Esto contrastanotablemente con el 30 % de la superficie aprovechable para uso forestal que corres-pondería según los valores y zonas analizadas en las transectas. Es importante segúnlos ingresos generados por la actividad y las posibilidades de sustentabilidad poderfavorecer la reconversión hacia la actividad apícola, tratando de estudiar mejor lacapacidad de carga de las distintas formaciones vegetales. Ambas producciones supe-ran en valor económico a la producción ganadera de cría vacuna extensiva o sistemassilvopastoriles (35 % de la superficie) que a su vez contribuyen a aumentar ladesertificación, por pérdida de cobertura del suelo, productividad total y dependen-cia del agua superficial.

La producción caprina se desarrolla y podría desarrollarse con un manejo sustenta-ble, según nuestros registros y lo constatado con los productores a campo, en el 46%de la zona cubierta con vegetación nativa. Esto sólo muestra la importancia del bos-que y de los matorrales para la producción caprina, es decir la importancia en defen-der el uso sustentable del estrato arbustivo para poder mantener una produccióncaprina sustentable.

El área correspondiente a las chacras es insignificante, sólo deben estudiarse losmicro relieves para poder realizar estos cultivos, teniendo en cuenta la posición en elrelieve y las características de los suelos. Es importante estudiar estos sistemas agríco-

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las para poder fortalecer el autoconsumo de las familias campesinas.

La falta de títulos de propiedad limita la participación de los campesinos en unsistema abierto de mercado, les impide ser objeto de crédito y, por tanto, elevar laproductividad de sus tierras. Para obtener un certificado de título que les dé seguri-

dad jurídica, deben cumplir con procedimientos muy complejos y de alto costo. Paramejorar las condiciones materiales de vida del campesinado, constituido en su mayo-ría por pequeños y medianos propietarios de tierras no tituladas, es necesario poneren marcha programas de corto, mediano y largo plazo, destinados en primer términoa favorecer la tenencia de la tierra. También son necesarios programas que suponganla aplicación en forma integral de sistemas educativos, de salud y de fuentes de crédi-to. El ordenamiento territorial comunitario puede elevar la capacidad de autogestiónde los campesinos y la productividad de la tierra, de tal modo que los ingresos asígenerados les permitan cubrir eventualmente los costos del procedimiento de titula-ción definitiva de sus tierras.

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El proceso social de ocupacióndel sudoeste bonaerense: la permanenciade la frontera en el espacio pampeano.

Un proyecto de planificación y gestión de recursos culturalespara un paisaje como memoria y como instrumento de desarrollo

Martin LopoCentro de Investigaciones Hábitat y Municipios

(CIHaM) Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo,Universidad de Buenos Aires

[email protected] 

ResumenDentro del marco de un trabajo de planificación territorial y gestión de recursosculturales para el desarrollo local en el municipio de Tornquist, en el sudoeste bonae-rense, se presenta la oportunidad de reflexionar sobre algunas cuestiones relativas alas diversas dinámicas demográficas que lo constituyen y que constituyen a su vez,una muestra de la conformación de un componente básico de la identidad pampeanay argentina.

Las modificaciones introducidas en el paisaje en esta lucha por la conquista de losrecursos, que se inscriben en un proceso transformación del sistema económico pro-ductivo mundial, se hallan fuertemente marcadas en el espacio, por las sucesivas mo-dificaciones de los patrones de uso y explotación del ambiente. Actualmente la lectu-

ra del patrón dominante ha borrado la posibilidad de comprender y/o visualizar pre-vias formas de uso de estos espacios.

Un proyecto de desarrollo local puede aprovechar esta diversidad destruida histó-ricamente de forma muy particular, como forma para enriquecer el acervo de los re-cursos culturales a narrar, generar así un medio complementario de subsistencia recla-mado por varios sectores locales.

El territorio actual del Partido, en cuanto a su uso turístico recreativo (y en otrosaspectos infraestructurales) reproduce la frontera que mucho tiempo se mantuvoestabilizada en la guerra al indio, hoy perpetuada por la traza de la Ruta Nacional 33,que parte desde Bahía Blanca al Norte. La posibilidad de integrar el territorio que aún

es leído por los locales del Este del partido como desierto, se basa en poder generar unproyecto territorial capaz de poder re-poner en el relato los patrones olvidadosselectivamente de uso ancestral de esos espacios y la forma en la que fueron violenta-mente modificados varias veces en el transcurrir de la historia.

El proyecto se propone inscribir en la continuidad de las transformaciones del terri-torio, una nueva transformación que de cuenta del paisaje como memoria, y si esnecesario apele a la reinterpretación del mismo mediante adecuadas intervenciones,para generar la posibilidad de recuperar la riqueza de este proceso doloroso de trans-formación como espacio de reflexión, memoria y además uso turístico sustentable,para sus pobladores actuales, marginados de la participación del recurso turístico, enlos sectores incluidos desde el inicio del modelo de explotación territorial por la elite

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porteña desde fecha muy temprana, y casi precoz a nivel nacional: 1911.

Creemos que la noción de frontera como espacio de intercambio y la conceptuali-zación de desarrollo local pueden revisarse y enriquecerse más allá de su análisis desdelo económico en este sentido.

IntroducciónDentro del marco de una propuesta de trabajo para una planificación territorial y

gestión de recursos culturales para el desarrollo local en el municipio de Tornquist, enel sudoeste bonaerense, se presenta la oportunidad de reflexionar sobre algunas cues-tiones relativas a las diversas dinámicas demográficas que lo constituyen y que consti-tuyen a su vez, una muestra de la conformación de un componente básico de la iden-tidad pampeana y argentina y de las formas en que estas son abordadas desde diver-sas disciplinas para la planificación territorial .A su vez, el proyecto se inserta en unared internacional ALFA (América Latina formación Académica AL–UE) para la reflexióne intercambio en torno al concepto de paisaje cultural y sus potencialidades para el

desarrollo local.

Las siguientes reflexiones surgen a partir de la interacción en diversos ámbitos conespecialistas dedicados en su mayor parte a la planificación territorial, con especializa-ción en la gestión de los recursos (y paisajes) culturales y al patrimonio, como grupode especialistas mas vinculado al tema del cual surgen algunos de estos textos.

Desde este campo, la practica de reflexión y acción sobre los paisajes, en nuestraexperiencia, y desde una perspectiva antropológico–cultural, se visualizan en ese en-foque algunos obstáculos para su gestión acorde a las metodologías que por lo gene-ral utiliza para su conocimiento y transformación (o museificación); recortando inclu-so la interpretación de los mismos para la comunicación/interpretación de sus elemen-

tos, se encuentran también varios obstáculos al abordarlos desde una sola perspecti-va, y sin explicitar los preconceptos y prejuicios que implican sus respectivas armazo-nes teóricas.

No vamos a introducir en este momento en las consideraciones de estos sesgos enla lectura del paisaje y su materialidad, y su consideración como dato para la planifica-ción (de los cuales la variable ecológica también es uno de los grandes olvidadas mu-chas veces), lo que si trataremos de abordar es la dimensión ausente, que es la delrelato o de las representaciones socioculturales que podría permitirnos pensar al pai-saje como un todo complejo de sentido/s que implica también una lucha por el relatosobre los mismos tanto como significó una competencia/lucha por la apropiación ypuesta en régimen del modo de producción del cual lo que llamamos paisaje, es un

emergente. Estos sentidos, representaciones, y valores, construidos, son tan dinámi-cos y complejos como los paisajes mismos y consideramos deben ser insumos para laplanificación tanto como los aspectos funcionales, estéticos o ecológicos, que tomandiversas disciplinas, mas aún si se trata con las intervenciones sobre estos objetos par-ticulares, de dar cuenta de una realidad social como productora de una determinadaforma, territorio en un espacio que tratan de mantener o utilizar.

Trataremos de dar cuenta en primera instancia de algunas de las consideraciones ysesgos, de dos disciplinas respecto al recorte interpretativo y enfoque, y posterior-mente mediante una aproximación sintética y a modo de ejemplo de la noción defrontera, surgida en el trabajo de campo y planteada como problema interpretativo,trataremos de reflexionar sobre las consecuencias de la selección de las

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conceptualizaciones y modelos interpretativos, incluso desde una perspectiva que seproponga incluirlos. Valga esta noción compleja, frontera, como ejemplo para pensarlas posibilidades y anulaciones que implican aquellas posturas que nunca se han pro-puesta siquiera confrontar con las interpretaciones, plurales, locales o extra-locales ypropias de la disciplina, sobre los paisajes o territorios que abordan, (y construyen) yconsideran aun la posibilidad de generar contenido a relatar a partir de la lecturasvisuales o de las transferencias de categorías artísticas, sobre sus objetos sin conside-rar a estos también como productos y producciones de contextos político culturalesideológico determinados, como lo son sus mismas intervenciones de planificaciones, ointerpretación.

Los instrumentos de interpretación de un territorio, algunos problemas;lo objetivo y lo subjetivo. Condicionamientos

Como señaláramos anteriormente la selección de espacios paisajes, determinadaspor una cualidad particular, la mayor de las veces estética, genera herramientas deintervención y planificación particulares destinados a preservarlos, como particulari-dades de la cultura humana y como patrimonio, muchas veces incluso disociadas de

los sistemas, tampoco se seleccionan muy a menudo paisajes suburbanos, de perife-rias, donde las disrupción y el conflicto en el sistema social genera un emergente esté-tico problemático a los cánones de medida que, mas allá de las especificaciones, sehallan ligados a las ideas idílicas de los espacios bucólicos y el no conflicto. naturaleza,paz y armonía(que incluso son leídas solo desde fuera y en esa clave sin ahondar en lasdinámicas sociales productoras, que implican relaciones sociales y de producción, com-plejas y no siempre armónicas).

Si solo nos focalizamos en los aspectos no materiales como elementos a considerarpara la planificación de estos espacios, y sin entrar en detalle sobre las variables eco-nómicas, ecológicas, y nos centramos en los aspectos socioculturales que estas mismaspracticas recogen podemos pensar en reconsiderar algunos de los puntos en los que

ellas hacen pie para la generación de los relatos destinados a servir de soportes mu-chas veces a las intervenciones.

La gestión de esos recursos, muchas ve es ha incorporado las practicas de planifica-ción participativa, y la gestión conjunta de territorios, como dialogo, y así y todo po-demos considerar algunas riesgos observados en esta misma practicas, que parten deuna intencionalidad positiva de dialogo, pero que muchas veces encuentran acotadassus herramientas por las determinaciones de la formación de la que parten y por unescaso trabajo Inter- y transdisciplinar que el problema mismo por su complejidadrequiere.

Consideraremos dos partes de ese proceso comunicativo, la mirada y la voz, y dos

disciplinas de partida, la planificación-arquitectura, para poder ejemplificar las deter-minaciones elecciones epistemológicas que implican casi sin conocerse.

La mirada del autor en la practica de la planificación / arquitectura/patrimonio

La posición de poder de los planificadores, arquitectos y gestores del territorio le-gitimadas por el capital simbólico acumulado en tanto especialistas (Bourdieu, 1986)les otorga un punto de partida asimétrico respecto a las comunidades con las cualesinteractúan, asimetría no ajena en la sociedad capitalista moderna (y posmoderna?) ala mayoría de las relaciones para la co gestión entre especialistas y población mas alláde esta disciplina.

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Considerando esta asimetría como una de las posibilidades de transformación sub- jetiva de la realidad, mediante la construcción, por parte de los especialistas de lascategorías de percepción del mundo (Bourdieu,1986), incluso sobre la de los actoreslocales, pero a su vez, como base para la acción de transformación objetiva, materialdel mismo, (mediante la planificación y las intervenciones materiales, que de ellas de-rivan) pensamos importante analizar como se realizan estos mecanismo de interpreta-ción para inscribirse en la lucha por el capital material y simbólico en la que se encuen-tran inscriptas.

Esta asimetría, desde la formación arquitectónica, sin embargo se encuentra teñidade ciertas particularidades, mas pensando al paisaje en clave patrimonial. Si bien exis-ten excepciones, consideramos oportuno señalar algunos de los riesgos que notamosque estas intervenciones se arriesgan a conllevar, y pensamos debería poder generaruna vigilancia epistemológica constante a los fines de poder incluir otras variables eneste conjunto, para que la situación pueda ser balanceada mediante otros instrumen-tos de otras disciplinas.

Muchas de estas observaciones han sido realizadas casi como etnográfica de la co-munidad planificadores/patrimonialistas, pero nos parece oportuno, al menos, nom-brarlas (serán descriptas y analizadas en otro articulo) para poder comprender comoesta selectividad. A modo de ejemplo nombraremos algunas de las características ob-servadas en relación, casi lógica (pidiendo disculpas por lo escueto pero acotándonosa este espacio y sus objetivos): a) preeminencia del objeto y no del relato, de la formay no del contenido; b) la obsesión por el inventario de los objetos sin interpretación; c)fragmentación de los diversos momentos, a partir de los objetos; d) aislamiento defragmentos en relación, sin consideración de contextos de escala extra-local; e)bidimensionalización de lo tridimensional, confusión mapa territorio; f) preeminenciade lo estético – estático (armonías sin disonancias); g) estatización del mapa y delterritorio, por tanto de la cultura; h) fijación entonces en el producto y no en el proce-

so como descripción sin explicación, anulación del conflicto y de la vitalidad; i) frag-mentación de la continuidad del sistema; J) auto limitación de las posibilidades devitalidad y la riqueza de las diversidades; k) eliminación de la variable reflexiva sobrela interpretación si la hay, en mira a la misma simplificación comunicabilidad por lotanto; l) un empobrecimiento y practica político-discursiva irreflexiva.

Pensando en la elusión del conflicto, como ligada a muchas de las causas estéticas ymas vinculada a la base de las ilusiones de lectura, podemos decir que implica dosdimensiones que si se integraran cambiarían por mucho la forma de interpretación:

• no se da cuenta de la manera en que esa misma forma sociocultural construye elpaisaje como sistema productivo, que por lo general llega a tener preeminencia me-

diante un proceso conflictivo, de lucha o de competencia por la instauración de unmodo de producción que se superpone a otro, y por tanto a otro sistema social, muyclaramente visto esto como conflicto en el caso americano, y de otros espacios coloni-zados, pero no siempre incluso fragmentando relatos parciales cerrados;

• no se da cuenta de la propia dinámica interna de producción de un paisaje, inclu-so de un recorte de producción de un paisaje, sino que se suplantan muchos aspectosconflictivos por proyecciones, de orden estético moral que no hacen otra cosa quetambién recortar las claves de armonía para la construcción de un paisaje. Las socieda-des leídas como homogéneas pequeñas y armoniosas, desde fuera como veremos lue-go, producen un paisaje que determinado por una lectura estético burguesa, no per-mite ver disonancias al interior de las mismas las cuales surgen apenas se indaga leve-

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mente sobre la dinámica propia de esa población.

El relato local: dialéctica producida para el mercado, espejismosde proyecciones.

Podríamos abundar en la critica de estos sesgos o tendencias interpretativas, pero

no es el objeto en este texto, lo que si podemos además agregar en relación a lasmetodologías que incluyen la interpretación local, vinculadas con este aspecto, es quetambién, en muchos casos, el territorio ha sido construido para afuera, es decir comorelato del mismo para el otro (turista ahora), también como relato de una comunidadque construye su identidad en pos de la búsqueda de atracción para el sector turístico,otro, que en clave de vacaciones, descanso y armonía, pretende ver en ellos, el exóti-co, el paisano, de ese paisaje, todo lo que no encuentra por lo general en el mediourbano. Este espejo positivo que es el ámbito rural, pasa a tener que condensar todosaquellos valores que el construye como falta, no debe confundirse sin embargo tam-poco como relato validante único. Este proceso iniciado ya desde larga data en laslecturas idílicas de el Grecia y Roma clásicas, aunque las urbes de ese momento nocontuvieran los conflictos que contienen hoy día, pero como forma Burguesa (del

burgo), han permanecido y cruzado los tiempos proyectando siempre afuera las ar-monías que estas no han sabido contener o construyéndolas como Utopía. Esta cons-trucción utópica, se retoma localmente desde este en el momento que se visualizacomo recurso para vender, en el mercado del consumo cultural, como forma de devol-ver ese paraíso perdido a sus con-generes provenientes de la ciudad y generar unrecurso perdido.

Este tema ha sido desarrollado ampliamente en otros de nuestros trabajos, quere-mos solamente traerlo a colación en este espacio para tenerlo en cuenta en el momen-to de pensar el conflicto de Pampa-patagonia y su proceso de poblamiento, dondevemos que estos riesgos y categorías de percepción construidas, resuenan aun sin ha-ber citado ejemplos concretos aun.

Cualquier imagen que circule, o que ha ya circulado sobre este espacio, el Pampeano,y mas aun el patagónico, por citar alguno en nuestro caso, que también contienenconflictos de este y otro tipo en el proceso de construcción del paisaje, ha eludido porlargo tiempo, (ahora recién empezando a cambiar) el relato del conflicto constitutivode estos espacio, fundacional al momento, sobre todo de leer las marcas que es proce-so ha dejado en nuestro territorio, en nuestra cultura, y en nuestra sociedad, que conconstantes silencios y memorias selectivas, y ha sido reemplazado por el relato hege-mónico de la naturaleza, como un todo armónico, implicando en ese todo y armonía alos habitantes actuales, también entre si.

Teñidas por este y otros categorías perceptivas se ha construido a partir de ahí, y

desde hace tiempo y con fuerte determinación de lo espacial y paisajístico del territo-rio un relato de identidad para la Argentina, haciendo tabula rasa de muchos de suscomponentes culturales y seleccionando y construyendo a partir del desde un proyec-to de país inserto en el modelo colonial y neo-colonial de fines del S XIX, y en plenoauge del surgimiento de los estados nación y los relatos del romanticismo funcionalesa él, un relato selectivo que ha teñido nuestros paisajes y que debemos pensar comofiltro en el momento de generar las nuevas interpretaciones o relatos, filtro sobrenosotros mismos pero también sobre los habitantes vivos de esos espacios.

Estas problemáticas no se encuentran libremente circulando entre los especialistas,ni solo en este contexto, se ha ajustado a una codificación que firmemente generouna discreción entre naturaleza y cultura y entre material inmaterial que es de uso

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pero que en este momento del desarrollo de la cuestión deberíamos considerar enrevisar y en poner en perspectiva para la posibilidad de un comprensión mas amplia delas dimensiones narrativas sobre los paisajes culturales y sus procesos de construcción.

Partiendo de la base, que desarrolláramos oportunamente, de que todo paisaje essiempre cultural y que de las determinaciones por el objeto pretenderíamos salir apartir de la incorporación de esta densidad de relatos con variabilidad sincrónica ydiacrónica (Lopo y Nuñez, 2004), y recuperando los términos UNESCO (pese a las limi-taciones de segmentación) la dimensión asociativa, la de la adjudicación de significa-dos, tengamos en cuenta algunas de las posibles problemáticas que surgen inclusodesde la incorporación de esta forma de ver significados de manera naïve  o ideológi-camente no explicita mediante diversos mecanismos y condicionamientos: la cons-trucción desde fuera (permítase la enumeración por razones de espacio): a) Exotización/ familiarización con categorías propias; b) simplificación de las comunidades del otro;c) espejo positivo, buen salvaje, comunidades imaginadas (ilusión de totalidad armó-nica), consideración de lo local como ligado al territorio; d) determinismos espaciales,limitaciones de región, material; e) Invisibilización de sistemas de comunicación actua-

les; f) complejidad, interconexión, (ilusión de aislamiento); g) la incorporación del ac-tor como voz incuestionable y saber; h) eliminación de memoria selectiva, olvido ybelleza, también en lo local, i) preeminencia de la tenencia de la tierra como legitima-ción, olvido del expropiado, olvido de las voces silenciadas, no expresadas localmente; j) idealización y simplificación de los olvidados, preeminencia, selectividad; k) destruc-ción de toda paridad o tendencia a la consideración de igualdades; l) tendencia alpasado, evitación del futuro o el cambio, en definitiva.

Esta dimensión, aun mas ha sido desarrollada ampliamente en un texto anteriorpor la que solo la enunciamos a titulo encuadre en este punto para introducir el ejem-plo clave sobre el tema de frontera, como para pensar en lo que pesa en la selección delos conceptos que podemos tener a mano y en la mesa de actores al momento de dar

cuenta de ellos a terceros. Estas perspectivas sin embargo deben entrar en juego parala interpretación con las muchas otras que suceden de hecho y gestionan el territoriofuera de los esquemas ni locales y ni técnicos, que son tamben otras formas de hacer,y muchos de los cuales determinan lo que es posible percibir y lo que no, en otrosniveles de decisión y representación mas allá de estas dos esferas.

Corte y confección.Así mas allá de la gestión real y cotidiana que es la que construye el territorio y el

paisaje, por lo general en nuestro contexto, y en particular en nuestro caso, merced alas demandas y ofertas del mercado y esta circulación de respuestas especularesdistorsionadas, no debemos olvidar sin embargo la pretendida posibilidad de locali-zar y construir una metodología para poder entender y gestionar estos territorios de

la mejor manera posible y acorde a determinados objetivos.

A tal fin y a modo de resumen de las determinaciones entre miradas y palabras,locales y externas, de especialistas y de legos y de turistas, lo que finalmente se intentaconstruir, mas o menos consensuadamente, o mas o menos explícitamente, es un rela-to mítico fundacional, compromiso, de un territorio a medida del ojo del que lo perci-be, y lo gestiona, inclusivo y participativo de ser posible o adecuado.

Esta mirada puede estar, por ejemplo, en los ámbitos académicos, que es por logeneral a donde se restringe la circulación de estos discursos en nuestro medio, o enalgunos espacio s de los medios que los preproducen, seleccionando y recortandoselectivamente algunos fragmentos de la memoria local y no local y adaptándolas a

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las preeminencias de lo material y lo estético en una especie de constructo comunica-ble. Lo importante es no confundir el constructo con la realidad, tanto como el mapatampoco es el territorio.

De hecho el acuerdo y la confrontación entre las miradas diversas de los actores eslo que construye esta identidad para el espacio, y en tanto, la cuestión relativa de laadjudicación de valores y sentidos no puede con-sensuarse siempre.

Lo que si podemos hacer, es ser concientes del estado de las discusiones, someterlasa revisión y actuar política y explícitamente para determinar una propuesta que notendrá otro destino que inexorablemente ser sesgada y también ser interpretada, alponerse en marcha, (si así ocurre) por el resto de la comunidad y entrará a formarparte de un conjunto de discursos junto a los otros en pro de la apropiación simbólicade un territorio, de su interpretación de interpretaciones en el proceso de disputa ynegociación permanente de la historia.

La historia territorial y su relato: dinámica y procesos, silencios y evidencias

El conflicto de la interpretación, al eludir el conflicto del territorio pierde la posibi-lidad e contar con la riqueza con la que generalmente se han constituido los territo-rios y de una explicación de las variables claves para entender su transformación.

Se tiende a simplificar y eliminar la dinámica de estas sucesiones mediante las ope-raciones complejas de corte y confección, de cualquier disciplina por sus determina-ciones metodológicas, sin mínimas especificaciones o reflexión sobre las mismas enmuchos casos.

En este proceso, la selección como decíamos no siempre es conciente de los mate-riales que manipula y de los que deja a un lado, aun con las mejores intenciones y estees el fin de esta categorización de los riesgos, una posible forma de enumerar las

posibles armados ilusiones en los que puede caer la creación de una interpretaciónsesgada por una u otra perspectiva y su estabilización por medio del espacio de poderdela ciencia o la técnica.

Las modificaciones introducidas en el paisaje en esta lucha por la conquista de losrecursos, que se inscriben en un proceso transformación del sistema económico pro-ductivo mundial, se hallan fuertemente marcadas en el espacio, por las sucesivas mo-dificaciones de los patrones de uso y explotación del ambiente. Actualmente la lectu-ra del patrón dominante ha borrado la posibilidad de comprender y/o visualizar pre-vias formas de uso de estos espacios. Pero estas operaciones siempre han sido comple-mentadas y completadas por las operaciones que se ocupan justamente de narrar es-tos procesos, legitimarlos simbólicamente, manipular sus sentidos.

Esta sucesión de patrones y formas de marcar el territorio por resultado de la pre-eminencia de las problemáticas anteriormente enumeradas, (y otras de dimensionesartísticas, política, religiosas, etc.) han sido narradas como resultado de un proceso ycomo única alternativa en su constitución, incluso borrando los componentes que noha reconocido, en la autoría del producto final al que tenemos acceso.

Caso claro de esto es la eliminación sistemática del aporte indígena a los desarrollosde la agricultura y la ganadería pampeanas, (artículo en elaboración para las jornadasinterdisciplinarias de estudios agrarios), siendo estos rastreables desde un vasto pro-ceso de intercambio y mestización-lucha cultural de tehuelches y araucanos, de uno yotro lado de la cordillera con modos de producción diversos, cazadores recolectores

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los primeros y agricultores incipientes los segundos, entre los cuales todo el procesoconstitutivo de su propia mestización y cambio como grupo integrado y de intercam-bio de cultura, no encuentra lugar en lo relatado acerca de la pampa, tanto como suaporte en conjunto al desarrollo local.

Casos concretos podemos determinar en la selección del ganado cimarrón vacuno yla determinación de su valor en el mercado por la apropiación y exportación mediantelos malones, la modificación de la selección genética para la creación de las raza delcaballo criollo argentino, en el proceso del complejo tehuelche, una vez realizada laapropiación, o las practicas agrícolas incipientes y los usos del suelo traídos allende lacordillera por los grupos araucanos, o los patrones circulatorios de las rastrilladas, olas determinaciones sobre los saladeros que estableció el control por parte de estosgrupos de las salinas (y la lucha entre ellos por ellas), como recurso para este primerdesarrollo del intercambio y desarrollo de la proto-industria nacional. Solo por citaralgunos y para nombrarlos sin entrar en detalle, consideramos que existen en esteaspecto toda una complejidad de patrones de uso del espacio pampa–patagonia, elllamado desierto, que ha tenido importantes modos de utilización y patrones diferen-

tes al establecido con posterioridad al avance del modelo de uso europeo y ha sidosistemáticamente eliminado hasta de los relatos.

Para entender la presencia o ausencia de las marcas en el territorio y en el paisajeactual podemos hacer uso de las nociones de arqueología del paisaje introducidas porCriado Boado (1995), en cuanto a las determinaciones objetuales y presencias materia-les de los objetos y patrones en el territorio. De acuerdo a ellas podemos tambiénobservar que la posibilidad-necesidad de inscripción, Relato para la posteridad y lacontemporaneidad, pero relato material (mas allá de implantación de un modo pro-ducción) de una marca territorial es directamente proporcional a la modificación delos modos de producción desde las sociedades cazadoras recolectoras, a las agrícolas,a las desarrolladas industrialmente.

Así, la necesidad de fijación de regímenes de propiedad de los recursos, progresiva-mente pasan de las esferas inmateriales (acuerdos, tradiciones relaciones de parentes-co), a las marcaciones territoriales permanentes, primero ligadas con los modos deproducción y luego con las forma de la legitimación de los mismos fundamentalmenteen el régimen capitalista al a propiedad de la tierra, su herencia y la representación deestos mimos procesos mediante dispositivos simbólicos ligados a la monumentalidad,en donde nace la noción de patrimonio, casualmente, en la conservación de esos obje-tos marcas del discurso del poder.

Pero para entender la complejidad de los paisajes culturales, no solo debemosvisualizar los aspectos materiales y la debilidad «baja inscripción» de los sistemas indí-

genas, en sus marcaciones territoriales en estos términos, como clave de lectura, sinola producción de una eliminación sistemática del discurso, de las culturas como con- junto y de todas aquellas marcas que puedan remontar la propiedad o la apropiaciónde los espacios y territorios por el otro. Este conjunto, que denomináramos patrimo-nio destruido (Lopo, 2005a), tanto material como simbólicamente, sin embargo consi-deramos tiene peso en la interpretación y relato de los paisajes como los conocemos,como hoy los percibimos y la selección por nosotros como especialistas de unas uotras variables, la fijación sobre los aspectos materiales, la adscripción a los relatoslocales per se , y todas la serie de consideraciones que enumeráramos en principio (masotras), si tienen una determinante relevancia en la generación de las explicacionesterritoriales y proyectos que pretendamos establecer.

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Complejidad de patrones inscriptos, no inscriptos y narrados como conjuntoEsta idea de patrones territoriales variables, y las dimensiones dinámicas del paisa-

 je, podrían permitirnos salir de esta visión estática (y estética) del paisaje y entenderlocomo proceso, a la macro-escala y a la micro-escala, la idea de vitalidad del paisaje enel aporte de la ecología y su propia dinámica, ha sido comenzada a visualizarse como

indispensable para la sustentabilidad ecológica y económica de un territorio-paisaje(casi otra alternativa no queda con miras a la explotación de recursos finitos).

Pero, la dimensión de la dinámica y la modificación a la macro-escala, considerandopara ellos escenarios de transformación sucesivas que fueron compitiendo, por esta-blecer un modelo de uso de los espacios y de los recursos y que a su vez fueron apro-piándose diferencialmente de los discursos sobre el resultado de sus proceso y susrepresentaciones, también nos permitiría una noción de sustentabilidad social, si senos permite, en tanto que admitiría comprender tantos de los conflictos latentes osilenciados que permanecen, también como amenaza par al generación de un proyec-to común, de desarrollo local, de región, de provincia, o de Nación, si se quiere, quereposa e insiste en reposar en un discurso impuesto que pocas veces ha reconocido los

procesos violentos de su constitución y sin embargo se pregunta por las causas de sufracaso como si de ello no tuviera dato (o registro).

La variabilidad sincrónica, reconocida para el sistema ecológico con las nociones demosaico, como un conjunto de partes que deben funcionar articuladamente perma-neciendo las especificidades, nos permitimos aventurar pensamos se acerca a la no-ción de variabilidad diacrónica que pretendemos introducir, en tanto, también esteconjunto de patrones de uso establecidos en diferentes momentos, debe establecerun necesario dialogo, más en el nivel de las representaciones, como para al menospoder reconocer en las continuidades y discontinuidades, causas e relaciones de losresultados sociales, que esta obteniendo. Esto podría pensarse, no interpretarlo comosupervivencias, dado que han sido re-significadas, sino como proceso, como dinámica

de cambios a veces violentos a veces graduales, como construcciones que han idogenerando una complejidad actual de patrones culturales que no han sido aun amal-gamados, sino que presentan resistencias y conflictos, tanto como oportunidades, quedeben ser visualizados para construir un sistema que integre las diversidades, aunquesea acalladas.

En este sentido incorporamos la dimensión necesariamente evolutiva de los paisa- jes que no implica su cambio total sino la acumulación en estratos superpuestos dehuellas o marcas de diferentes maneras de explotación de un terreno, espacio, dandoentonces por sentado una complejidad mayor que el recorte y selección de aquellosescenarios hegemónicos, tratando fundamentalmente de salir de las determinacionesde lo presente, del objeto, de la estética y del no conflicto, entre otras cosas.

Potenciando la posibilidad de pensar una construcción reflexiva de un proceso deterritorio, quizás no tan amigable para la explotación turística (ocio-recreativo/armo-nías), pero mas interesante al momento de pensar los procesos y las formas en que susresultados aparecen.

Continuidades y discontinuidades, anclajes para entender procesos.La dimensión de construido del paisaje, debería incluir por tanto la construcción de

todo paisaje natural, como cultural y asociar sus significados como parte de esa cons-trucción y evolución, para poder captar la riqueza de la diversidad de esas totalidadesheterogéneas en permanente cambio. Para ello pensamos que seria de utilidad gene-rar instrumentos para poder pensar las continuidades y rupturas entre los diversos

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patrones de uso del espacio en los diversos escenarios históricos, como forma de inter-pretación de estos conjuntos de extrema densidad (Lopo y Núñez, 2004), en los cua-les el percibido actual, no es otra cosa que la suma o resta de los diversos modos de usode ese espacio territorio por los grupos que lo han ocupado. Incluso en el ámbito delos relatos, como de lo material visible.

Lo destruido ausente ocupa, o debería ocupar, en estas operaciones sobre paisajesculturales tanto lugar como lo construido, presente, para poder comprender la formade desarrollo de los procesos sociales que han construido este paisaje percibido final.

Hay posibilidad de re-pensar mediante crónicas, relatos o estadísticas los momen-tos de las variaciones de el paisaje en determinados escenarios y es esta complejidad esla que queremos abordar para la generación de recursos culturales en el espacio quenos ocupa.

Mas allá de pensar todo lo que sistemáticamente ha sido eliminado del territorio y/ o del relato sobre el como no pertinente, al proceso homogenizador armonizador de

la construcción de Una nación para el desierto argentino  (Halperin Donghi, 1982), laselección de los modelos de interpretación también es una de las operatorias que cons-truyen los procesos de un territorio.

En este sentido la incorporación al relato de este sistema de sucesivas variacionesde los patrones puede no solo explicar las diferencias y la variabilidad de su sistema deuso como un sistema simbólico, sino también, incluyendo la perspectiva ecológica,explicar algunas determinaciones materiales resultantes de ese proceso a nivel ecológicoque condicionan o pueden condicionar) los usos de este espacio en el presente o afuturo.

Por ejemplo el modelo de explotación de este espacio en el pasado, incluso en tiem-pos previos al momento de establecimiento agro exportador, pudo haber determina-do por el excesivo pastoreo, ovino en principio y es l uso de los espacios abiertos a talfin, la lectura territorial de este espacio com una progresiva extensión de la pradera yla eliminación del monte nativo (determinando entonces las posibilidad es de explota-ción y potenciales futuros), como asi también la progresiva elección de la soja y sucomplejo agrícola puede determinar en el futuro la imposibilidad de retornar a lainclusión de determinados cultivos, por lo menos sin modificaciones sustantivas de lossuelos, solo por citar algunos.

Un ejemplo de posible interpretación para el conflicto en el espacio del SObonaerense.

Asimismo, y asumiendo esta responsabilidad, en el proyecto tendemos a recuperarel espacio de la historia no escrita como un espacio tan dinámico y tan complejo comola historia posterior, en el cual, la cantidad de relatos, y de conflictos, sea puesta a lapar como base para el inicio de una interpretación de un territorio o paisaje comoemergente final percibido y relatado. Es asi que los primeros escenarios que incorpo-ramos tratan de dar cuenta no de «el bloque indígena», sino de relatar la dinámicainterna de esos procesos, entre esos grupos, tehuelches, araucanos, voroganos, comouna dinámica par, con sus conflictos y sus rivalidades, con sus competencias y sus lu-chas por los recursos, en un plano análogo al que luego se ha sucedió en confronta-ción con el blanco, de una manera faccional, harto compleja, pero que incluye alian-zas, traiciones y enfrentamientos, tanto internos como externos.

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Los escenarios de transformación y los actores, de ahí en mas se suceden como uncontinuo de intervención de actores que tratamos de incluir en este marco, sinidealizaciones manipuladoras, en tanto consideramos al conjunto como proceso hu-mano, cultural, con valores diferentes pero con constantes en la lucha por la apropia-ción de los recursos a las que ninguno escapa como genero, mas allá de las afinidadeselectivas a resultado vistas, la consideración de dicha complejidad en un nivel de pari-dad que incluya locales, extranjeros, migrantes, internos y externos, actoreshegemónicos y actores subalternos, como componentes de diversos modos de pro-ducción que fueron suplantándose pero haciendo pie en las formas anteriores merceda los cuales se fueron transformando y subsistiendo.

Tratamos de no caer en el facilismo de integrar a los diversos escenarios como blo-ques de la historia que se sucedieron unos contra otros, como modelos totales, sinocomo espacios en transformación con sus respectivos formas culturales, donde fueronsi, sucediendo eventos en base a un manejo de poder y a un sometimiento al mismomediante el cual se fueron generando las transformaciones, limites separaciones, quetantas veces se cae en las periodizaciones sin luego ver las consecuencias interpretativas

que conlleva ese corte abrupto.Esto quiere decir, por ejemplo, que mas alla de poner en paridad y de desplegar, la

complejidad del escenario indígena, nos proponemos incorporar una presencia en elterritorio, por un mecanismo de intervención (adecuado a la preeminencia del objeto,no solo desde los interpretadores sino desde los habitantes y los turistas), como modode reincorporar al territorio las diversas huellas de uso de ese espacio, que han sidoincluidas e invisibilizadas en el modelo actual de uso, como forma de incluir y re-crearun recursos cultural que ha sido finalmente subsumido por el mismo sistema que hapropuesto la naturaleza a-histórica como único modelo de interpretación de un paisa- je, y el estereotipo del gaucho como único modelo cultural de usuario de esa naturale-za, y la permanencia atemporal de dicho modelo como legitimación mediante el fo-

lklore y la apelación a lo nacional.

Las variaciones que este modelo debe necesariamente introducir, para una lecturamas adecuada del territorio, como las que introducen las empresas multinacionalespara la explotación mecanizada de los campos con el consecuente creación de manode obra desocupada e inutilidad de los oficios rurales que pasan a ser absorbidos ensectores de servicios de los núcleos poblacionales, con redundancia y competitividad,o las formas de producción agropecuarias instaladas por migrantes del NOA y Boliviaa partir de la apropiación de los espacios vacantes en los predios ferroviarios y la gene-ración de una estrategia de subsistencia colonizadora, de las practicas hortícolas deorigen andino, por ejemplo. Sin mencionar la inmensa tradición chacarera de raigam-bre europea, que ha sido aportada por el componente migratorio que ha construido

el reemplazo poblacional al criollo y al indígena, y que paradójicamente encuentra unespacio muy marginal en el relato de las representaciones agropecuarias de la pampa.,por mencionar solo algunas.

No pretendemos, sin embargo, dar cuenta de esta complejidad de manera enciclo-pédica mediante exhaustiva enumeración de la totalidad de los acontecimientos in-ternos a los escenarios y entre los periodos de transición y los consolidados, sino quepretendemos, concientemente, seleccionar episodios en los cuales podamos des-es-tructurar la percepción estática, y esbozar la complejidad de una percepción dinámi-ca, en donde lo importante no es reconstruir la presencia de los patrones de cadaescenario, sino marcar la diversidad de modelos de explotación, y ahí si colocar enforma par, indicios de las continuidades y diferencias al interior de cada uno de los

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escenarios y entre ellos.Pensamos que el introducir esta diversidad según los modelos de intervención pro-

puestos (el land-art, el hipertexto, la lectura no lineal y otros recursos (Lopo 2005b),encuentra así una manera de pasar de un paradigma simplificador, estetizante en lasnociones del paisajes, a una idea interpretativo reflexiva

El ejemplo de la frontera en las voces y las versiones, locales y no localesEn el espacio que nos ocupa podemos recuperar, por ejemplo, la noción de frontera

como una de estas elecciones conceptuales que no se sabe bien desde donde parten,pero pueden condicionar la construcción del modelo de interpretación de un territo-rio y condicionar asimismo la posibilidad de intervención sobre los mismos mediantecualquier tipo de proyecto que parta de ellas. En cierta medida esta noción se encuen-tra presente y debemos dar cuenta de ella y tratar de establecer las formas con las quese presenta, a modo de ejemplo, para pensar este tipo de lecturas complejas sobre unterritorio basado en una concepción que parece presentarse como constante en lasdescripciones de este espacio

Esta noción de frontera abordada de la complejidad de las perspectivas de las dis-ciplinas y de los actores, incluyendo a los investigadores puede proveernos de un ejemploútil de como pesan las categorizaciones y las metáforas de interpretación ‘para cons-truir bases de planes de desarrollo local y como el criterio subjetivo es finalmentedeterminante en la selección de una interpretación o no.

Desde ganado cimarrón a turistas, la lucha por el recurso entre regionesComo constante se encuentra casi permanentemente hasta hoy al noción de fron-

tera en varias de las formas de relato para el territorio, entre otras tantas alternativas.

Consideraremos las ideas implícitas de frontera en sucesivos momentos como una

forma de relato del territorio y pensaremos en las posibilidades que una interpreta-ción puede abrir o cerrar sobre este tema. Los relatos han sucedido desde los tehuelchesy la frontera araucania, los malones y la frontera del ganado europeo, la guerra alindio / conquista del desierto y la línea de fortines, la inmigración y la fronteraamericana / nuevas fronteras, o el peronismo la frontera rural urbana, puerto vsinterior, y ya dentro del paradigma actual la idea de consumo y la determinación delas regiones turísticas, la frontera pampa-patagonia y la competencia interregionalpor el recurso, otras ideas son mas fluctuantes pero podemos ver si queremos estacontinuidad representada en el territorio hasta hoy. En un corte sincrónico tambiénexiste la representación del espacio de trabajo como un espacio fronterizo, de cam-bio, fragmentado, donde las unidades trazan una diferencia al interior del territorioadministrativo actual de una o más maneras.

La frontera como interfase o la frontera como barreraEste preguntarse por la forma de entender la frontera surgió como dialogo en una

reunión de patrimonialistas especializados en la gestión de recursos culturales, reco-rrido y rutas, en donde pareciera que el espíritu era el de unir, vincular, desde el papelcosas que en la realidad social estaban desarticuladas desde hace tiempo, y permane-cían así, este rozamiento interpretativo en base a una voluntad perceptiva ideológicaexterna, si bien tenia fundamentos en los datos chocaba, sin embargo con algunasrealidades de las representaciones sociales que implicaban justamente lo contrario, lapermanencia de la división, por sobre el carácter de la hibridación.

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178  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

Mas allá de esta voluntad, deseo, horizonte, proyecto, que incluía la percepción dela frontera o limite, (también en el caso pampeano) como espacio de fluidez, de inter-cambio de circulación y de hibridación, parecía pretender anular toda distinción deunos y otros, yendo casi a contrapelo de las mismas especificidades que pretendíadefender, y por que no a contrapelo del sistema social político imperante en donde lanoción política del limite construye una especificidad en la diferencia, basada en elalcance de la pertenencia a uno u otro sistemas administrativo estatales o supra-esta-tales que implican la inclusión o la exclusión de diferentes individuos de los diversosbeneficios/derechos obligaciones que los incluyen o los excluyen como habitantes deun territorio.

Se veía claramente en esa reunión (CICOP, Rutas e Itinerarios culturales, 2005) lavoluntad de un pensamiento deseable, en contraposición de una realidad, que a pesarde ciertas circunstancias, imponía la necesidad de una fragmentación que implicaba laconstrucción de categorías perceptivas y operativas para los actores con los que ope-raban. Las mismas diferencias podían encontrarse en diversos espacios, no cortadosolo por los limites políticos, sino por ejemplo, por los de clase, o los de genero.

En este sentido el planteo de este termino frontera, que circulaba en tanto inter-pretación de nuestro territorio comenzó a ser visualizado por nosotros mismos comouna variable interesante para pensar cuales eran las determinaciones de la elección deuno u otro modelo interpretativo en tanto determinaciones sobre las acciones y signi-ficados proyectados en un espacio determinado y las formas de construcción históricoideológicas que implicaban.

A continuación trataremos de pensar las diversas nociones de frontera que se ma-nejan en torno a este espacio que estamos pensando y las interpretaciones que estasimplican para ver que posibilidades tiene unas u otras formas de interpretación y comose pueden poner en dialogo algunas de sus implicancias.

De las fronteras de los especialistasArquitectos / planificadores, regiones, micro-regiones, uniones y fragmentaciones 

en el papel: en cuanto comenzamos a pensar la generación de un proyecto en el espa-cio determinado por el límite administrativo del partido de Tornquist, (dato determi-nante de la contraparte que en parte financiaría el proyecto y quería verse beneficia-do en su territorio de los resultados) .se empezó a vislumbrar la necesidad de frag-mentar ese mismo territorio para generar un interpretación del mismo, con la posibi-lidad incluso de entrar a la variable paisaje por la variable perceptiva, ya que clara-mente, se podían dividir estos espacios por los paisajes que presentaban.

A pesar de la conciencia de saber necesario incluir diversas variables, para determi-

nar las áreas o espacios de gestión, incluso la posibilidad de la regionalización a partirde la idea de paisajes (que subsumía o incluía la co-varianza de algunas de las variablessocioeconómicas y culturales), no solo incluía la posibilidad de visualizar claramentedos áreas dentro del partido, sino la posibilidad de determinar sub-unidades mas omenos homogéneas del paisaje al interior de estas. Otra forma de regionalizar, o cor-tar este ya recorte de territorio implicaba también localizar, en concordancia con es-tas dos regiones, lo que podría definirse con dos sistemas de ciudades / poblados, quefuncionaban de manera interdependiente entre si. Así, lo que perceptivamente se veíaera, desde las determinaciones de acceso formales y funcionales, una posibilidad deun recorte del territorio del partido en dos espacios claramente definidos. El territorioactual del Partido, en cuanto a su uso turístico recreativo (y en otros aspectosinfraestructurales) reproduce la frontera que mucho tiempo se mantuvo estabilizada

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en la guerra al indio, hoy perpetuada por la traza de la RN 33, que parte desde BahíaBlanca al Norte y llega a Fuerte Argentino.

La historia, la línea de fortines y Zanjas: desde la perspectiva histórica, el territorioclaramente se hallaba atravesado en sucesivas oportunidades por la línea de fortinesque fue moviéndose hacia el Este progresivamente, e implicaba la división civilización / barbarie, la tierra adentro, tan frecuentemente subrayada en los textos y crónicastanto históricos como recreaciones literarios, y recreadas implícitamente en muchasde las realizaciones artísticos culturales de la época. Desde la historia, lo que se señala-ba en la era la presencia de un limite variable que iba avanzando o retrocediendoacorde a las circunstancias políticas, a las respectivas políticas para el manejo de lasrelaciones del gobierno de Buenos Aires con los ocupantes nativos ancestrales de es-tas tierras. Así, el movimiento de esta frontera era mas o menos libre acorde la pocanecesidad de avance de los gobiernos pre-revolucionarios y post revolucionarios, has-ta Rosas, donde se inicia un proceso de avance hacia los territorios del sur, merced aun trato de reciprocidad, intercambio con los cacicazgos nativos, que mantiene ententescordiales, y alianzas a los fines de permitir la expansión de la ganadería incipiente, y la

distribución de los repartos entre blancos y europeos, y que posteriormente, y a partirde la caída de este, las política se hacen mas agresivas para el avance del blanco, comoasimismo por el acercamiento del indio a los centro poblados consolidados y acorde ala necesidad de la incipiente generación del ochenta de insertar ese espacio, como elespacio del Chaco, en el modelo de relaciones exteriores comandado y determinadopor las necesidades de este nación en el sistema comercial mundial propuesto y co-mandado por las potencias europeas a la tutela de Inglaterra, en el cual la provisión dematerias primas quedaban en manos de los generadores del modelo local, en tanto selimitaba la producción de materias elaboradas, que deberían balancear los intercam-bios con Inglaterra como proveedor. Como describiéramos, «la guerra de la triple alian-za» y «la campaña del desierto», eufemismos por «la guerra al Paraguay» y «al indio»,respectivamente insertaban este espacio en este modelo. Asi sucesivamente se fue

consolidando materialmente la línea débil, fluctuante hasta consolidarse en una Zan- ja, la zanja de Alsina, y los infinitos fortines (muchos mas de los que imaginamos)fueron poblando la pampa con el fin de solidificar con juntamente con los primeroshilos del telégrafo este sistema estabilizado de producción inserto en un modelo glo-bal-mundial.

Arqueología y lo inasible de los fragmentos de algo desconocido: desde la arqueo-logía la infinidad de intentos por general regiones o determinar áreas y sus limites,entre las diferentes grupos aborígenes en diferentes momentos, es otro efecto querealmente genera resultados sorprendentes. una proliferación de cartografías, solocon el animo de determinar los espacios de uso de los diferentes grupos en la región.Por un lado la imposibilidad de contar solamente con el registro arqueológico mas las

interpretaciones confusas y superpuestas por parciales de los cronistas de diversasépocas y marcos teóricos analíticos, generan una impredecible cantidad de cartografías,pero por otro, la consideración de grupos cazadores recolectores, o agricultores inci-pientes nomadizados implica la casi imposibilidad de una fijación en mapas o una crea-ción de espacios fijos mapeables, sin superposiciones o cambios que puedan dificultarseen la interpretación. Así las sucesivas sistematizaciones de las áreas, coinciden quizásen los espacios pero difieren en los nombres adjudicados, según los criterios tomados,sean estos lingüísticas, culturales, o antropométricos, o incluso se superponen o difie-ren. Así pampas, tehuelches, araucanos, mapuches, salinero, voroganos, pehuenches,vorogas, puelches se confunden y superponen como categorías de un objeto que evi-dencia lo difícil que es categorizar, sobre todo a lo que no se conoce y lo que se hadestruido para impedir su permanencia.

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Antropólogos y la elección de modelos interpretativos: desde una perspectiva cul-tural de la antropología, y para restringirnos a un marco interpretativo este fenóme-no de la frontera, podía adquirir diversas formas en tanto pretendiera abordarse laespecificidad que pudiera tener para el caso, y de acuerdo al momento en que sequisiera hacer el análisis.

En el momento histórico, etno-histórico, podía, y de hecho se recurre a una no-ción de frontera como interfase, en el cual se piensa, se interpretan estos espacioscon amplia posibilidad productiva culturalmente, como espacios de hibridación, comodesarrollaremos posteriormente, pero estas metáforas interpretativas, implican po-sibilidades de adecuación de implicancias diversas al ser aplicados sobre el espacioen cuestión.

Otras perspectivas señalan diversas otras formas de cortes de estos paisajes, paralos biólogos, la variabilidad de los ecosistemas de las áreas percibidas parecía co-variarcon el espacio serrano y el pampeano determinados en varios estudios y con una tam-bién imaginaria línea que separaría la pampa húmeda de la pampa seca, o la sub-

zonificación de la pampa austral, también según los autores y criterios,coincidentemente con este limite formal que se percibía entre dos espacios o sub áreasdel partido a nivel inicial desde la perspectiva o los geógrafos  que incluso incluyendoversiones de variables de diversa procedencia, también organizan estos espacios conrespectivos cortes por esta línea. Un ultimo estudio del BID para áreas de la provinciade Buenos Aires, según criterios múltiples para establecer la vulnerabilidad ambiental,también sub-zonifica con líneas que cruzan el partido en varias formas.

Lo que si es coincidente, pareciera ser la necesidad de fijar criterios de divisiónentre diversas áreas, y lo mas sorprendente es que casi todas pasan por ese eje divisordel partido en cuestión con el que se esta trabajando, sea cual fuere su procedencia.

De los actores locales las perspectivas locales contemporáneas también implica-ban la generación de un corte por este espacio de acuerdo a diferentes criteriosActores turismo / también no locales: relato de la Puerta de la Patagonia, en rela-

ción al paisaje construido principalmente por la interacción que se da en el mercadode la oferta y demanda turística, establece para la venda de los productos (servicios)turísticos en la región una estrategia particular: es posicionarse como un espaciopampeano, pero a su vez relacionarse, de alguna forma con el espacio patagónico. Eneste aspecto, las relaciones basadas en lo morfológico del territorio, la sierra, y esasmismas relaciones percibidas y consideradas al momento del inicio de su explotaciónturística por los grupos desarrolladores iniciales, el Club Hotel de la Ventana, han cons-truido además de la geomorfología, una forma de operar en el territorio formalmen-te, por medio de lenguajes arquitectónicos y expresivos, que lo acercara a los imagina-

rios alpinos, que se estaban constituyendo, al mismo tiempo casi, también para laPatagonia, (Bariloche, San Martín de los Andes, etc.) es decir el espacio se ha estadovinculando también como espacio limite, borde, o fin de la pampa e inicio de lapatagonia, como una prefiguración andina (en este caso).

Es así que hasta el día de la fecha la disputada nominación de puertas de la patagonia,que ha sido incluida para los mas diversos puntos del mapa, que estuvieran antes quelos andes, también ha sido utilizado en este caso, para los que van, de Buenos Aires,especialmente como antes.

Educadores / patrimonialistas en cuanto a la población estrictamente local, algunasvoces señalan asimismo una característica peculiar que sin embargo no es notoria a

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nivel general de las percepciones, pero que es interesante rescatar. Esta característicaes la de espacio híbrido, de espacio de integración, de cambio, de fusión de dos carac-teres parcialmente diferentes. Lo que en ecología se llamaría la noción de ecotono, (simal no entiendo), y que podríamos denominar hibridación desde lo social, siguiendo aalgunos autores. En este sentido y en lo que va del trabajo de campo estas percepcio-nes, se hallan particularmente ligada a gente interesada por la historia, gente que dealguna manera trabaja por y con el patrimonio.

La sociedad de fomento de Saldungaray, dirigida por una ex-directora de escuela jubilada, docente de geografía, trabaja la temática histórica a nivel difusión. Con ungrupo de alumnos como actividad extracurricular, se relata el patrimonio local, princi-palmente en un centro de interpretación y en la reconstrucción del Fortín Pavón. Estetrabajo de recopilación es principalmente llevado a cabo por la ex-docente y difundi-do por los alumnos. En este sentido, es interesante ejemplificar la perspectivainterpretativa elegida por la misma para explicar los orígenes demográficos del pobla-do, en base a la explicación de una instalación conmemorativa construida en el accesodel pueblo. Esta instalación, un perfil de hierro que representa las cabezas de un gau-

cho y un indígena, (en el relato local un fortinero y un indio), estos se encuentranespalda con espalda, pero separados por la Sierra de la Ventana, en un perfil. Lospersonajes con gesto adusto, miran uno en dirección opuesta al otro, y sobre la puntadel pico mas alto, alguien ha colocado una bandera argentina. En el relato de la do-cente, el indio y el fortinero se construyen como las bases de la población local, «so-mos descendientes de estos dos componentes», señala, el indio y el fortinero, conside-rando que estuvieran de alguna forma integrados mas allá de lo que el monumentoseñala, estando enfrentados, aunque de espalada cada uno en el territorio a un ladode la sierra. La docente, sin embargo, quizás ante nosotros, quizás como reflexión sobrecomo narrar y como narrarse, explica esta circunstancia, integrando a ambos anteceso-res de esta fusión, de la cual descienden, los pobladores del Saldungaray actual.

El «mapuche-ingles»: .baste señalar la dinámica que es muestra de este complejoproceso en el ámbito nacional y local, con un ejemplo de un poblador local. En tantovoz autorizada y referente local sobre estas cuestiones, un poblador, comerciantelocal, coleccionista de antigüedades, jubilado, poseedor de un acervo de bienes mue-bles e investigador, de madre mapuche y padre inglés, refiere a esta dinámica resca-tando la diversidad de sus orígenes, los valores de una y otra parte como específicamentevalores ancestrales, que ya no hay, luego del relato de un proceso de historia de vidafamiliar con sucesivas migraciones, ligadas a la inserción laboral de su padre inglés enlos ferrocarriles, y rescata sucesivamente en su discurso este ir y venir entre uno y otropolo, lo local y lo extranjero. Finalmente indica su voluntad de identificarse comoargentino, «la bandera que tengo sobre mi cama», y ante una pregunta del entrevista-

do sobre la existencia de la bandera mapuche, señala su desconocimiento, pero solici-ta que la próxima vez, de ser posible, se la llevemos.

La dinámica compleja de la reinstalación de sentido sobre lo indígena y la aporta-ción de voces autorizadas excede este análisis, lo que sí podemos decir es que no seencuentra presente de manera ni remotamente básica, salvo en estos ejemplos quepor ello rescatamos, en los relatos sobre estos territorios, en estos dos ejemplo enparticular podemos ver una atisbo de una forma de entender la frontera no comoseparación, limite, final o borde de una cosa sino mas como un espacio de mixtura enel cual se encuentran los componentes de ambas formas de uno y otro lado, o unos yotros valores.

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En este sentido estos relatos, de homogenización hibridación o melting pot  de mezclapor un lado, y de comprensión y acumulación, por otro implican posibilidades diversasde comprensión y lo que constituye la idea de frontera para estos particulares pobla-dores.

Sectores políticos: otra forma de entender este carácter de limite, de borde, defrontera, implica pensar en una forma que se ha repetido sucesivamente cuando in-tentábamos acceder a recorre el territorio en forma integral. Desde la perspectivalocal, el espacio localizado al oeste de la RN 33 nada tenia de interés para que siquierafuésemos a reconocerlo.

«Allá no hay nada, no hay nada para ver», «es un desierto», señalaban repetidasveces, palabras mas, palabras menos, diferentes personas ligadas al municipio, me-diante las cuales trabajamos en pos de reconocer el territorio para plantear la posibi-lidad de un proyecto. «Nunca fui», «la verdad que no conozco», era otra de las res-puestas cuando pretendíamos al menos saber de qué se trataba aquel espacio, 50%del territorio, perteneciente al partido pero accesible por ruta de tierra. Muchos de los

habitantes o personas que contactábamos, también señalaban las pocas veces en suvida que habían visitado esos parajes. Luego de una cierta insistencia pudimos coordi-nar una visita mediante una camioneta municipal que realizaba un recorrido por eloeste, y recopilaba los trámites que fuere necesario y comunicaba aquella sección conel centro administrativo en Tornquist.

Una vez allí, obtuvimos una perspectiva simétrica opuesta de lo que sucedía, verda-deramente, ellos tampoco se llegaban a Tornquist o a las ciudades del Este, como co-mentaban, se hallaban mas fácilmente conectados por cinta asfáltica a Bahía Blanca ypor lo tanto, recorrer los 50 Km que los separaban por tierra de la capital administra-tiva de su distrito se hacia solo en ocasiones indispensables, o se hacia uso del serviciode conexión, brindado por el municipio mediante la camioneta que hacia de nexo con

los delegados municipales locales.

Así veíamos que efectivamente había otra forma de entender esta división estafragmentación territorial, que calcaba la línea de fortines que corría de Norte a Sur.Este sistema, esta frontera se había así perpetuado, y era otra forma de entender unamanera de dividirse el territorio, que además, se correspondía con una división clara-mente establecida por varias de las especialidades que mencionáramos en un principio.

En términos locales, sin embargo, esta variación se acentuaba aun mas señalando,los propios habitantes de Tornquist, su pertenencia a un ámbito «del abra para acá»,con lo cual, esa función de separación de las sierras, entre unos y otros, adquiría aunmayor relevancia que la de la ruta 33. Luego de las parcialidades con las que podamos

matizar esta idea de fragmentación, aquí había diferentes barreras que parecían per-manecer inscriptas en los relatos, separando, más que uniendo.

Así, un primer relato compromiso en relación a la historia parecía poder unificarcomponentes poblacionales diversos, incluyendo en algunos caso muy sofisticadoshasta el componente indígena, y en otros, parecía seguir rescatándose una función dedivisión entre lo que estaba a un lado o al otro de la sierra, lo que estaba «mas allá» o«mas acá» según como se viera, y siempre en relación a Buenos Aires.

El espacio «mas allá» (desde Tornquist) era claramente vinculado a la actividad tu-rística históricamente instalada, por porteños y para porteños, y además el espaciomas explotado en relación a esa actividad, incluía ahora migrantes, porteños, que ha-

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bían decidido posteriormente a la crisis de 2001 instalarse como alternativa de vida, decambio, de oportunidad de encontrar «otro lugar». (Consideremos el impacto en ladistinción de identidades en una población total para el partido de 12.000 habitantesy núcleos poblacionales que no superan las 5.000 habitantes).

Así, finalmente lo que si queda en claro es la necesidad de establecer recortes, comolos que narraba al principio, epistemológicos, con los cuales operar de manera aborda-ble la realidad y poder construir segmentos con los cuales identificar y categorizar,para entender su funcionamiento como un todo. Pero dichos recortes no deben, enprincipio, confundirse con la realidad existente, se suceden de manera diferencial acordea quien los establezca y el punto clave es pensar, en este, caso como se piensan lasrelaciones entre esas facciones de la realidad recortada. Más allá de esto, lo que quere-mos señalar son las posibilidades interpretativas sobre el particular y las implicanciasque la selección teórica pueda proponer al respecto a partir del modelo o metáforaque se establezca para pensar esa realidad social y describir un recorte por ejemplosociocultural poblacional.

Una elección interpretativa para la fronteraDesde el marco teórico de la antropología, (y desde otras disciplinas), sin embargo,

se proponen diversos modelos de interpretación. En el marco mas contemporáneohemos seleccionado dos formas de interpretación en las cuales, a pesar de haber unacoincidencia en cuanto a la característica de hibridación, por ejemplo, se puede seguirhaciendo un distingo sutil entre las valoraciones que se le otorgan a estas característi-cas de frontera mixtura. Estos dos modelos son los propuestos por Victor Turner (1967)y Mary Douglas (1973) para el análisis y la comprensión de los límites, las fronteras, lohíbrido.

El modelo de interpretación sobre esta idea de «liminalidad» de Victor Turner, im-

plica la posibilidad de pensar estos puntos de contacto entre dos estadios, entre dosformas, como un espacio en el cual se hallan presentes las posibilidades de lo uno y delo otro, y por lo tanto, ofrece esta forma una potencialidad infinita, de una cosa trans-formándose en otra, recordemos que surge este modelo para interpretar los ritos depasaje en los cuales un grupo social pasa de niñez a la adultez, se encuentra en unespacio de pura potencialidad, con nada y a su vez todo lo posible de los dos estado, lacultura marca por ritos especiales a tal fin, por lo cual se los segrega y se los castigas,como colectivo, como forma de entender que debe ocupar un lugar determinado enla estructura social, mas allá de los privilegios de ese estado transitorio, híbrido, po-tente en sí. En ese sentido el momento en el cual se encuentran varios individuossometidos a esta marcación, implica para Turner la idea de communitas , un momentoen el cual todos ellos se reconocen como pares, despojados de todo atributo social,

pura potencia, hasta tanto pasen al estadio siguiente, pero con la posibilidad de gene-rar el cambio.

El pensamiento de Mary Douglas al respecto también de esto estados «liminales»,de lo híbrido implica, sin embargo otra posibilidad de interpretación, aun mas radical.

Este pensamiento surge del análisis en primera instancia de las cualidades podero-sas, divinas de ciertos animales híbridos, que no pueden categorizarse bajo una o otraforma, una u otra categoría del conocimiento local, por ejemplo, en África occidental.Así, un animal que es mamífero, pero tiene escamas, el pangolín, por ejemplo al nopoder categorizarse ni como mamífero ni como pez, adquiere el estatus de divinidad,por justamente esta característica de híbrido, de potencia, de excepción, de rareza, de

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novedad en la conjunción. Mas allá de esto, el análisis se extiende a la dietética de lospueblos de Israel, en donde también surge esta reflexión sobre las características de lapureza, en los tabúes alimentarios de la mezcla. Sangre y leche, como muchos otrospares opuestos, constituyen un ejemplo de lo que implica lo no puro, lo peligroso eneste caso, de lo que no debe mezclarse, también por esta potencia de peligrosidad dela mezcla, en la interpretación de Douglas, obviamente ligada al carácter del pueblode Israel y su historia, mas allá de la cosmogonía mitológica o religiosa y su lógica.

Cualquiera de las elecciones, efectivamente, podría imponer tanto la idea de «pure-za y peligro» como la idea de «liminalidad y comunitas», una perspectiva de aquellasque señalaban las fronteras como algo de contacto y de margen que podría proponerun espacio de cambio, de modificación, de hibridación, de potencialidad y de posibili-dad, llegando por eso mismo a convertirse en peligrosa, pero potente, con ejemplosetnográficos diversos.

Es interesante pensar como luego estos dos pensamientos han dado origen a diver-sos estudios sobre la idea de frontera, más allá de sus aplicaciones básicas, como mo-

delo, y como hoy, por ejemplo muchos estudios sobre frontera implican este deseo depensarlos como espacio de intercambio e enriquecimiento, incluso para el caso quenos ocupa. Este ha sido el puntapié inicial en el cual nos paramos para preguntarnospor la posibilidad de pensar en este espacio y su actualidad e historicidad y por lasposibilidades de pensarlo en esos términos optimistas, con las nociones que circularony han circulado.

Más allá de las potencialidades efectivamente presentes o desarrolladas histórica-mente por las sucesivas hibridaciones que señaláramos, en estas fronteras, lo que veía-mos que subsistía, incluso legitimado por un relato reparador sobre la integración, esla idea de una diferencia, de un borde, de una discontinuidad y de una anulación delas potencialidades, casi de una valoración negativa.

También es digno preguntarse si la elección de una metáfora sobre lo fructífero ylas potencialidades de estos espacios se ajusta a pensar en una permanente lucha porla apropiación de los recursos en las cuales ha habido claros vencedores y vencidos, ysi bien la «sub-sumisión» de sus particularidades ha enriquecido ese todo, la forma enla que ha sido realizada tampoco podría considerarse tan superficialmente en clave deproductividad.

En este sentido la discusión entre la idea de hibridación y la idea de lucha y apropia-ción, también constituye una clara disyuntiva en las ciencias sociales. Para esta ultimainterpretación, que hemos seguido, los aportes de los subalternos son significadoscomo perdida de capital cultural, integrados o apropiados y redistribuidos por los

sectores que resultan vencedores en la lucha y determinan la forma del relato. Así, laidea de las potencialidades se mantiene, pero se diluye, mediante la apropiación y elrelato selectivo de los aportes en ese proceso de mestizaje, de mezcla, de hibridación.Implica ir a fondo de estas cuestiones un análisis que superaría el espacio previsto paraesta presentación y los objetivos mismo del tema, pero sirve sin embargo, para pensarcómo las elecciones de modelos interpretativos aplicados a una realidad social cual-quiera pone en juego las valoraciones afectivas y deseos políticos de los que los esta-mos utilizando.

Para pensar aun mas el tema, en ese caso, desde una perspectiva semiótica o lin-güística también estas áreas de contacto o marginales eran consideradas comopropulsoras de cambios importantes en diversos modelos. Creemos, por ejemplo, que

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el modelo de las «Semiósfera» de Iury Lotman (1996), y la escuela de Tartu, mas allá decoincidir en plantear estos espacios marginales como espacios propulsores de cambio,provenientes de la zona de contacto, ya alejados del control de los centros, tambiénimplica esta elección afectiva claramente determinada por los sectores marginales comopropulsores en los cambios de significación en la lengua, pero incorpora de algunamanera, la posibilidad de ser absorbidos por los centros respectivos y también ser re-significados, infinitamente.

De una u otra manera el espacio que estamos trabajando se encuentra narrado deforma hegemónica por un relato que se ha ocupado de evitar esa relación sobre laspotencialidades de la mezcla y la especificación de sus orígenes, sobre todo con elcomponente indígena y ha generado un relato ad hoc  que envuelve e incorpora todotipo de proceso, al modelo del melting pot , estableciendo la preeminencia del resulta-do, como un todo casi eugenetico partenogénetico, en el cual se nace a unaargentinidad, con una construcción cuidadosamente selectiva de lo que se incorpora ylo que no se incorpora y se narra o se silencia según convenga aquel o este origen yque ha pesar de haber ido variando con el tiempo, no ha implicado aun una descrip-

ción exhaustiva de las potencialidades de lo no narrado. Este trabajo minuciosamentellevado a cabo por los folkloristas ya desde el punto de partida de la constitución delos estudio sobre lo folk, y que ha ido variando según fuera necesario sobre todo enese momento de la constitución del estado nación.

Una densidad, una semiosis infinita a la que hacíamos alusión, que pierde de vistalas componentes de origen en momentos de pensar estos procesos también en el pai-saje e incluso en los relatos de los locales, atravesados, en tanto sujetos de pasaje desentido, también por estas estrategias de construcción de un grupo manejando unestado nacional, naciente.

Se había impuesto finalmente la metáfora dicotómica de las fronteras, a pesar delos deseos y voluntades mezclados en lo interpretativo, y la escisión establecida a par-tir de la presencia de la separación-ruptura-fragmentación. El núcleo del nosotros seconstituía homogéneamente o segmentadamente, según el caso, y la idea de la mez-cla aparecía como un todo concreto en el cual se prefería olvidar la pertenencia a unou otro origen en la mayoría de los casos y las formas de la mezcla, aun mas, se seguíarescatando la idea de frontera, de corte, de diferencia, en el territorio, aun mas alláde, podríamos decir, diferencias especificas existentes, es mas, casi podríamos aventu-rar, se reconstituían diferencias sociales a partir del rescate de la huella de una fronte-ra que hubo establecido la construcción especular de ese otro, hoy desaparecido, has-ta en los relatos: el indio.mas allá de algunas maniobras de esos otros , también cons-truyendo una diferenciación con respecto a la centralidad.

Civilización y barbarie: un ejemplo interpretativo ¿vigente?Nos encontrábamos ante un espacio que si bien históricamente hubo podido hacer

constituido un espacio de fluido intercambio y de hibridación y riqueza, como lo ates-tiguan muchas de las tradiciones gauchescas de raigambre indígena, e incluso las in-corporaciones de los gringos de estas misma u otras tradiciones, sin embargo genera-ba un relato identitario que subrayaba la permanencia de las cosa tal cual eran desdetiempos genéricamente inmemoriales y además subrayaba la adscripción de un todomas o menos homogéneo para los habitantes actuales de la región, argentinos, casi nisiquiera bonaerenses.

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Quizás al interior de este todo podían encontrarse diferenciaciones, del tipo lasque se encuentran en las sociedades segmentadas, (facciones) pero de ninguna for-mas estas cruzaban mas allá de lo argentino. Lo indígena y lo europeo, se había inclu-so borrado en los relatos como aportaciones específicas a esa riqueza en esa fronterade múltiples dimensiones.

Es común en los habitantes del partido, desconocer lo francés de su apellido, olvi-dar las tradiciones o la lengua de alemanes del volga, salvo en contadas ocasiones, losrelatos migratorios en general, ni que hablar de la escasez del reconocimiento explicito(o simbólico) de la raigambre nativa, mas allá de algunos gestos actuales.

Observando puntualmente la forma en que se relataban unos y otros como pertene-cientes, o adscribiendo a una u otra forma de identidad o identificación, sin embargoaparecía otro tipo de frontera, limite, categoría que parecía poder definir a unos y aotros y que se relacionaba de manera clara, con el imaginario de los promotores de esteborrado sistemático de orígenes.(que tan buen resultado ha generado en las pampas encomparación al modelo norteamericano que rescata las pluralidades subsistentes).

Las nuevas categorías que segmentaban a esta población, parecen ahora estar masligada a una variable transversal que tiene que ver con el grado de urbanización/co-municación. Es decir, los habitantes de los diferentes núcleos urbanos (hay escasa po-blación rural) parecían sí poder distinguirse los unos de los otros por la pertenencia auno u otro poblado con mayor acceso a los servicios, o incluso con la posibilidad detransito o paso que se genere por la localidad, su ínter conectividad, su integración aun sistema mas allá de lo local. Esto surgía claramente en estos momentos pensandoen varios términos.

En cuanto a los servicios, a la posibilidad de ser o no una ciudad, de tener o notener: supermercado, negocios, posibilidades para los jóvenes, fundamentalmente,

(gimnasios, boliches, etc), «la vida», «vida nocturna» que un pueblo pudiera tener, la«vida propia», el movimiento, las alternativas para las actividades, en contraposición a«lo chato…» que pudiera ser o dejar de ser si estos atributos estaban ausentes.

En cuanto a la Inter-conectividad, iba desde la disputa por los tendidos de conexio-nes viales que podían integrar o marginar, a la posibilidad de tener teléfono, inclusocelular, o señal antena para celular, y mas allá de eso, la posibilidad de tener Internet,locutorio o acceso a mails que los conectaran, que los pusieran en contacto con Bue-nos Aires, La Plata, u otros centros mas allá, incluso como forma de conectarse entreellos.

Podía pensarse esto en términos de globalización y permeabilidad a los imaginarios

mediáticos de pertenecer, ver y ser vistos, de estar conectado o no a los flujos simbó-licos y por que no por lo tanto, económicos; circulación de bienes y servicios o co-nexiones con los mercados locales, pero otra variable interpretativa que parecía surgirsugería estar también involucrada con otros imaginarios circulantes:

Se hablaba en los términos de conectividad y posesión de determinados bienes yservicios, en las localidades, también en términos de atributos «civilizatorios», de per-tenencia y posesión «de ciudad», o «de campo», casi «de desierto»: «no hay NADA» sino hay lo que se señala en la variable urbanidad/ínter conectividad.

Otra forma de civilización o barbarie, no tan étnica ni territorial, pero que sin em-bargo cruzaba y permitía cortes de segmentos que funcionaban independientemente

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acorde a la pertenencia a uno u otro centro urbano o la imaginación de la escala decercanía con un ideal imaginado «mas allá». Así, Bahía funcionaba como referenteconcreto de la ciudad urbanidad, a nivel regional: «ahí tenes de todo», y el gradienteprogresivamente se armaba en torno al acceso o no acceso respecto de bienes o servi-cios que se encuentran en la urbe.

Ninguna de las ciudades del Partido podía adjudicarse esta categoría de maneraabsoluta, lo que si por ejemplo podía pensarse de las cercanas Coronel Suárez, o Pigüé,que mas allá de duplicar en habitantes a estos poblados y, por ello, contaban conservicios como supermercados, locutorios, oferta comercial diversa, restaurantes, etc.;la única ciudad del partido que se aproximaba a esta urbanidad era la de Sierra de laVentana, una villa turística que aglutinaba cantidad de servicios creados para los visi-tantes, pero de los cuales podían hacer uso los locales de Tornquist, Saldungaray yVilla Ventana.

De estos tres, ninguno podía identificarse con espacios que «tuvieran de todo»,variados, como servicios y ofertas, «propios de lo urbano», y sin embargo, se diferen-

ciaban por su aspecto «desierto», «poco urbanizado», incluso en el caso de Tornquist«no hay nada», «no hay ni donde comer», «restaurantes», a pesar de su aspecto atípi-co y su función de sede administrativa, no lograba aglutinar movimiento tal comopara imprimirle al plano de su cuadricula un movimiento de urbe; o por su aspectorural, Saldungaray: «es un típico pueblo de provincia, la plaza, la iglesia, la escuela»…;«iene lo suyo, lo propio, esta al margen, tiene lo que le hace falta», como señalando laindependencia del mismo y de sus necesidades del resto de los sistemas poblados parala mayoría de su población, salvo para el de los sectores jóvenes, que ya habían emigra-do, además como en el resto de los casos del partido, «por falta de oportunidades».

Ni que hablar del espacio «mas allá de la ruta 33», que era como vimos definido porlos de mas «acá», viniendo de Buenos Aires, que es donde finaliza el asfalto de la Ruta

Provincial 76 como «el desierto», coincidentemente o no, con la posibilidad de la per-sistencia de esa línea imaginaria, de esa división y de la proyección en ese espacio delas categorías especulares negativas aun, con el desconocimiento casi absoluto de laslocalidades a las que se hace referencia, e incluso de la lógica de ínter conectividaddiferencial que poseen, incluso, con ventaja, hacia la ciudad y puerto de Bahía Blanca,directamente reproduciendo esa categorización que había teñido la cuestión desdetiempos de los primeros contactos, nos interesa y da pie entonces a seguir pensandoen esta posibilidad y en poder generar un relato también sobre este mecanismo comoparte piloto del proyecto.

Esta operación era vista como una posibilidad de redistribución, o democratiza-ción, como oportunidad incluso por algunos de los propios funcionarios, aunque per-manecía la inquietud de como se podría armar algo a partir de esta ausencia de todopercibida; mas allá de esto cabe destacar que la presencia de cantidad de iniciativaslocales relacionadas con el territorio y su desarrollo a partir, justamente de los recur-sos culturales que había en este espacio, era proporcionalmente mas alta y mas rica,cualitativamente que la que había en el otro espacio.

Por citar solo un ejemplo, una propietaria rural había generado una riquísima co-lección de objetos históricos por varias generaciones acumulados en el casco viejo desu estancia, pero mas allá de eso, había generado un sistema de comunicación y co-operación con los colegios rurales de la zona, donde se ponía en uso el patrimonio,dándole sentido justamente en relación al paisaje que los rodeaba y proponiendo in-

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cluso una visión de interpretación en relación a las variables identitarias de las pobla-ciones locales actuales.

Pero aun mas curioso resultaba lo que se evidenciaba en esos espacios en relación asu proceso demográfico. La Sra. en cuestión, había resultado ser descendiente deinmigrantes italianos y generaba el trabajo mencionado con niños de las escuelas ru-rales, descendientes en gran parte de bolivianos, o salteños, que habitaban este espa-cio y que se habían establecido aquí después de complejas idas y venidas, pasandoincluso por Buenos Aires o sectores marginales urbanos diversos, para generar la ex-plotación de unas quintas a la vera del Arroyo Sauce Chico, muchas veces ligadas atierras ferroviarias.

El trabajo realizado para la interpretación territorial fundamentalmente se llevaba acabo con dichas comunidades y explicaba la complejidad de los procesos migratorios his-tóricos (alemanes, daneses, piamonteses, etc) y los ponía en relación con los actuales pro-cesos y sus propias orígenes, en una interesantísima forma de de-construir muchas de lasfronteras que se alzan contra esas otredades, en ese y otros ámbitos argentinos.

Por otro lado, la cuestión indígena se hallaba también presente en el trabajo deesta iniciativa, en tanto había preocupación por generar relatos que pensaran estecomponente en el marco de la complejidad del territorio, mas allá de la lectura deldiario de Roca en la campaña al desierto (División 1ra) y su interpretación en el espa-cio del Sauce Chico y Manuel Leo, parajes por los que efectivamente pasara, a losniños de procedencia NOA de las escuelas rurales, se había generado una iniciativatambién por su parte de nombrar a las calles del poblado de Chasicó con nombreindígenas, de personajes, de cacique e incluso incluyendo palabras de la lengua mapuchede significación mas poética o abstracta.

ConclusionesAsí vemos que a pesar de estar circulando la noción de frontera en una dimensiónoperativa a partir de varias lecturas de especialistas sobre el territorio, recopilada enbase a una variación de las condiciones materiales del suelo y las posteriores devenireshistóricos, la construcción del relato de la categorización de unos y otros, que circulaen esta población en base a ese gradiente de urbanización/conectividad, mantienebajo otras formas también la categoría de «otros», de «ajenos», de «desierto» casipara estas poblaciones mas allá de la antigua línea de fortines y que hoy además impli-can un componente de diversidad que puede diferenciarlos en algún aspecto del res-to, su procedencia o su interpretación de lo local.

Lo que si, sin embargo funciona, incorporando la noción de segmentos, es que nin-

guna de las partes se reconoce como homogénea con el todo, pero ha generado lapermanencia de esa dicotomía en cuanto a cercanos o lejanos a la URBE, podríamospensar Buenos Aires, el centro civilizador, el generador de los discursos, y con esavara si se miden en cuanto poseedores o no de ciertas infraestructuras, a pesar depoder en cercanas distancias contar con su aprovechamiento, o la postura ideológicao de origen de querer acercarse o pertenecer a ella, o constituir otra cosa. Otra formade aparecer el relato de la frontera y la civilización.

Esta noción de frontera, que podría ser pensada como espacio del intercambio, dela pluralidad, de la hibridación, habría que confrontarla con la relativa riqueza de lainclusión en lo propio de esa homogenización de los relatos y practicas culturales cons-

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titutivas de las parcialidades que la han compuesto, aunque sea en un todo indiferen-ciado y generar los mecanismos para la descripción de ese fenómeno como recursospara el desarrollo local, que es lo que pretende el proyecto de manejo de recursosculturales.

Lo que además es de cuestionar es la ventaja o desventaja que puede proveer paraun proyecto nacional el haber construido este nuevo todo homogéneo, y sin embargohaber borrado de los paisajes y de la memoria, los mecanismos constitutivos de eseproceso, además de sus pobladores.

Notas a la noción de frontera; transformación del desierto y continuidadnarrativa.

Las operaciones de relato, sobre un territorio no solo deben buscar incorporar ladiversidad en el origen de las versiones sobre el mismo, sino que se constituyen en elmomento de la elección del modelo interpretativo en toda una maniobra de construc-ción de categorías preceptuales de la que debemos ser conscientes, reflexivamente,

tan presentes como las una selección de algún modelo de intervención económico oecológico.

La noción de desierto puede, como complemento de estas construcciones de cate-gorías preceptuales y como posibilidad de las transformaciones del espacio material apartir de la generación de un relato determinado y su instalación hegemónica sobre elterritorio y su gente, ser un ejemplo de cómo la selección de una operación de cons-trucción perceptiva, ha permitido un cambio violento y drástico, una conquista y eli-minación de una cultura, auto-legitimándose en un contexto histórico y sobrevivien-do hasta hoy, muy curiosamente. Esta idea de vacío, por oposición ha establecido laposibilidad de su llenado, de una manera diferencial a si se hubiera descripto de otraforma. Así la conquista del desierto, no es lo mismo que la guerra al indio, o la luchapor la tierra y los recursos de la pampa y patagonia.

Retomando la noción de la selectividad de los modelos interpretativos y de la incor-poración o exclusión de las voces plurales sobre un particular, y de la propia vincula-ción de nuestra voz, como una de las mas a poner en relación con las actuales, lo quesi consideramos importante es seleccionar y especificar las afinidades des-afinidadescon esa selección para poder trazar un mapa claro de intencionalidades sobre un par-ticular proyecto, que es siempre político también en varias dimensiones, mas allá quemeramente territorial o interpretativo, implicando esto un criterio reflexivo una elec-ción conciente y una postura epistemológica ideológica que debe ser necesariamenteespecificada.

Así, la descripción de frontera que se elija como abordaje teórico, implica modelos

interpretativos como una forma de crear realidad para esas concepciones, interpreta-ciones de segmentos de la realidad. La disyuntiva aparece en el momento de seleccio-nar un modelo apuntando a una metáfora que explique esos espacios de la maneramas adecuadamente posible a los procesos que queremos narrar y al resto de lasnarraciones vigentes. y a la intención de comunicación de contenidos, por mas queincluso las buenas intenciones impliquen un modelo descriptivo deseable, incluso ade-cuado, según como se aborde o las salvedades que se incluyan, como hemos visto.

Un proyecto de recuperación de patrones destruidos y relatos subalternosEl proyecto se propone inscribir en la continuidad de las transformaciones del terri-

torio, una nueva transformación que de cuenta del paisaje como memoria, y si esnecesario apele a la reinterpretación del mismo mediante adecuadas intervenciones,

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para generar la posibilidad de recuperar la riqueza de este proceso como actual espa-cio de reflexión, memoria y además uso turístico sustentable, para sus pobladoresactuales, marginados de la participación del recurso turístico, en los sectores incluidosdesde el inicio del modelo de explotación territorial por la elite porteña desde fechamuy temprana, y casi precoz a nivel nacional: 1911.

Integrar el territorio que aún es leído por los locales del Este del partido comodesierto, se basa en poder generar un proyecto territorial capaz de poder re-poner enel relato los patrones olvidados selectivamente de uso ancestral de esos espacios y laforma en la que fueron violentamente modificados varias veces en el transcurrir de lahistoria.

Así un espacio, el serrano que actualmente es narrado como natural o recreativo,puede operar como «maquillador» de un proceso histórico violento que debería tra-tar de incluir en su relato la cultural, que podrá sin embargo ser narrado en un espacioactualmente aun percibido como desierto y confrontar así la construcción de signifi-cados de uno y otro sobre un territorio que ha sufrido el mismo proceso. La sola modi-

ficación de la percepción de este proceso y la inclusión en el relato de una u otromodelo de interpretación, puede cambiar, incluso, las posibilidades productivas delmismo, sin mayor intervención que esto que se propone en el proyecto. La lectura delos recursos culturales «destruidos», «ausentes», «silenciados», como posibilidad deintervención y de explotación de un margen en un espacio que ubique un nicho po-tencial de consumidores para otros relatos y otros productos puede asi establecer unamanera de uso de un territorio que complemente / compita con el otro por la atrac-ción de los recursos de la actividad turística, como alternativa productiva para algu-nos sectores y como medio de desarrollo Social y cultural, local y por que no nacionaldemocratizando el espacio administrativo local .

Mas allá de la explotación directa de estos relatos instalados, (mediante explícitos

mecanismos de proyecto) como modificación material de las condiciones de vida delos pobladores locales actuales, los cambios en las categorías perceptivas de estos es-pacios de ocio, por los visitantes, también se constituirá en un cambio de la realidadpercibida en estos paisajes y en sus habitantes. Incorporaran, suponemos, valor a losmismos y serán por tanto modificadas sus propiedades como recursos culturales,

Si las nociones de transformación material de estos espacios, están o deberíanestar integradas a las transformaciones de las categorías perceptivas de los mismos yambas implicadas en un proceso constante de lucha o negociación de este capitalcultural y simbólico, que es lo que en definitiva, en conjunto construye estos paisa- jes, estos territorios podrán aparecer ahora mas como espacios de intercambio, deenriquecimiento y de hibridación, comenzando un transcurso de su transformación,

y por que no también hacer reflexionar al visitante, porteño por lo general, de losmecanismos de constitución de su identidad, también como argentino, como un otro,como una otra posible plebe de ultramar que en algún momento fue. A pesar de lapreeminencia de la diferencia que se mantiene entre civilización y barbarie, enton-ces en esta frontera, pensar que pudimos ser o estar en cualquiera de los lados de lalínea, y que esta percepción es una cuestión construida- construible, puede ser tam-bién objetivo de complejizar las percepciones sobre los espacios sociales y materia-les y objetivo de la tarea de recuperación de esta complejidad y el conflicto que esteproceso ha implicado, mas allá del caso. La idea de pensar la frontera comoconectividad, intercambio y riqueza, incluso poder, implica una selección teóricamas o menos adecuada a una realidad, pero implica también un posicionamiento

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político ideológico sobre los espacios a narrar que así como pueden verse beneficia-dos por es selección pueden verse perjudicados por otra, o por la forma que final-mente adquiera cualquiera de las elecciones en el proyecto, pero mas aun, solo sesignificaran a partir de la interpretación que vaya haciéndose inserta en el seno deuna comunidad, y eso depende de muchas resignificaciones que exceden las posibi-

lidades de un proyecto, pero por algo se empieza.

Bibliografia citadaBourdieu, P. 1999. Espacio Social y poder simbólico. En: Cosas Dichas, Gedisa, México.Bourdieu, P. 1986. La distinción. Criterios y bases sociales del gusto, Ed. Taurus, MadridCriado Boado, F. 1995. Construcción social del espacio y reconstrucción arqueológica del paisaje.

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Planificación paisajística parael ordenamiento territorial

de Potrerillos, Mendoza.

María Grisel Longo1 y Martín R. Aguiar  2.

1. Reserva Otamendi, Administración de Parques Nacionales. 2.Cátedra de Ecología, IFEVA, Facultad de Agronomía, UBA-CONICET.

ResumenUno de los impactos más grandes de la actividad humana es la construcción de

embalses y represas. El cambio introducido, a escala de paisaje y de región, genera laposibilidad de un nuevo conjunto de actividades de utilización de los recursos natura-les incluidos en el área (i.e., lago artificial y perilago). El siguiente trabajo presenta una

planificación paisajística del perilago correspondiente a una represa recientementeconstruida en la localidad de Potrerillos (Mendoza). Nuestro objetivo fue proponer unuso de la vegetación y suelo, regulado de tal manera de prevenir o mitigar los costosambientales que podría ocasionar una ocupación rápida y descontrolada del suelo.Para esto, se estableció una metodología de planificación que constó de cuatro eta-pas: 1. Recopilación de información, 2. Descripción del área, 3. Identificación de debi-lidades y potencialidades, 4. Estudio del marco legal que afecta el área de estudio y 5.Propuesta de uso del paisaje.

La descripción del área dio como resultado la identificación de cuatro Paisajes congrandes diferencias geomorfológicas. Cada una de las Unidades que conforman losPaisajes, presentaron distintos grados de degradación ambiental, causados principal-mente por los procesos erosivos que caracterizan a un área semi-desértica como laaquí estudiada. La propuesta paisajística define un marco legal de protección ambien-tal, declarando al área como Reserva Recreativa Natural. Además se propone estable-cer un centro de investigaciones que profundice el estudio del área y que contenga almismo tiempo la Autoridad de Aplicación de la Ley provincial nº 6045, que regula lasáreas de Reserva Natural. A partir de esto se propone una zonificación de usos delsuelo, teniendo en cuenta las debilidades y potencialidades del área detectadas. Así,se definieron áreas de protección y de preservación, áreas de urbanización con distin-tos grados de densidad edilicia y formas de ocupación del suelo, áreas de forestacióny/o re-vegetación y áreas de ingreso al lago para la práctica de deportes náuticos. Sedefinió también una categorización de la costa, con la intención de resguardar áreasen estado natural por un lado, y evitar que los terrenos concesionados, terminen pri-vatizando de alguna manera, el disfrute del lago.

Palabras clave: Reserva recreativa, Ley 6045, zonas áridas, manejo y conservacióndel paisaje.

Abstract (Landscape Planning for the Land Management of Potrerillos;Mendoza)

One of the most important impacts caused by human’s activities is dam construction.The environmental change produced at landscape and region scale, generates newways of using the landscape and its natural resources (i.e. artificial lake and borderland). This paper shows a landscape planning of a lake’s surrounding land, which was

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created by a dam recently built near Potrerillos city (Mendoza). Our goal was to find avegetation and land use, capable to prevent or diminish the environmental costs thatcould be caused by a quickly and non regulated occupation. With this intention, wefollowed a planning methodology made up by five items: 1. Gathering information, 2.Description of the area, 3. Identification of weakness and potentialities of landscape,4. Legal forms that reaches this area and 5. Preliminary land use project.

Four Landscapes were found with important geomorphological differences. EachUnit that integrates the Landscapes, show different levels of land degradation, causedprincipally by the erosive processes that exist in a semi-arid region like the one we areworking on. Based on existing laws for land regulation, the landscape project declaresan area as a Recreational Natural Reserve. It also set a Research Center which would bein charge of studding first and managing later, the Natural Reserve.

Taking into account the weakness and potentialities detected in the area, apreliminary zoning establishes some areas to be protected and some to be preserved.It also determines areas for urban development with two different level of building

density; areas to be re-planted and access areas to get into the lake for water sports.As rented land usually limit public use of the shore, the project shows those areas thatshould be left as natural shore, those for public use and those to be determined asrented land for semi-public use.

Key words: Recreative reserve, Law 6045, Arid Zones, Landscape management andconservation.

IntroducciónUno de los impactos más grandes de la actividad humana es la construcción de

embalses y represas. El cambio introducido, a escala de paisaje y de región, genera laposibilidad de un nuevo conjunto de actividades de utilización de los recursos natura-

les incluidos en el área (i.e., lago artificial y perilago). Este trabajo presenta una plani-ficación paisajística del perilago correspondiente a una represa recientemente cons-truida en la localidad de Potrerillos (Mendoza). El Río Mendoza, sobre el cual se asien-ta la represa, es el único curso de agua permanente de esta región; y es a su vez, el queposibilita la disponibilidad de agua tanto para riego como para consumo humano deldenominado Gran Mendoza.

Entre otros beneficios, esta obra aumentará el desarrollo del área con fines turísti-cos. Como consecuencia de estos cambios, se prevé un aumento de la población, apartir del cual se espera activar o mejorar económicamente la región. Los asentamientoscorrespondientes a la localidad de Poterillos, se localizan en la confluencia del RíoBlanco y el Mendoza, y sobre las afluentes del primero.

Nuestro supuesto es que el aumento de la población humana tiene asociado unaumento en la demanda de recursos naturales y servicios de la naturaleza como porejemplo la capacidad de los ecosistemas para procesar deshechos. Por ello suponemosque un aumento poblacional inmediato y no reglamentado en el área estudiada poneen riesgo la integridad del ambiente, ya que la capacidad de carga del sistema no esalta, debido a la escasez de agua y a la baja estabilidad del suelo principalmente. Portratarse de un área con baja productividad, la industria de servicios turístico represen-ta la actividad económica más importante. Esto determina la necesidad de definir as-pectos biofísicos, pero también socio-económicos (por ej., marco legal) que orientenla política de desarrollo y la toma de decisiones de gobierno, en general.

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Cualquier intento por organizar el uso de la tierra necesita en primera instanciauna estimación de la heterogeneidad ambiental y asociada a ella una estimación de losusos potenciales. Existen marcos legales que permiten, también, delinear el ámbitosocio-económico en el que se desarrollará las actividades.

Este trabajo tiene como objetivo general proponer lineamientos paisajísticos queordenen y regulen el Uso del Suelo, de manera de proteger al ambiente durante eldesarrollo social y turístico del área; y al mismo tiempo, permitir que los servicios apor-tados por el dique duren el mayor tiempo posible. Los objetivos específicos derivandel anterior y son:

1. Analizar y comprender el paisaje, siguiendo una metodología científica paraobtener una percepción más amplia del mismo.

2. Elaborar una propuesta paisajística, en donde la zonificación de usos del suelo seadapte al ambiente sobre el cual se está trabajando.

Debido a que la cuantificación de los procesos socio-ecológicos requeriría años de

investigación interdisciplinaria nos proponemos inferir cuáles son los procesosactuantes en el paisaje periférico al lago. Proteger la estructura y procesos del sistemapermitirá ganar conocimiento sobre ellos en el tiempo. Sin duda, para algunos proce-sos será necesario hacer referencia a una mayor escala.

MetodologíaEl área de estudio,,,,, que abarca 120 Km2, se ha definido según el desarrollo social

físicamente más cercano al perilago; ya que es la zona de influencia todavía no regu-lada y de más rápida afectación. La misma pertenece a una zona semidesértica, corres-pondiente al NO de la provincia de Mendoza. Sus coordenadas aproximadas son 69ºW y 33º S y se sitúa 40 Km al Oeste de la capital mendocina, sobre la ruta nacional Nº7que llega a Chile. Bajo estas condiciones, el área se desarrolló en las últimas décadas a

partir de la actividad turística principalmente.

Los escasos 250 mm de precipitaciones que recibe anualmente la región, se concen-tran principalmente en los meses de verano con lluvias cortas, intensas y acompaña-das con frecuencia por granizo. Las nevadas registradas, en general no producen acu-mulación prolongada de nieve en el suelo, excepto en su límite oeste por encima delos 2.400 m snm término medio (Ambiental S.A., 1998).

La región de estudio se halla afectada por vientos de 8 Km/h promedio, predomi-nantes del sector sur durante todo el año, con mayor frecuencia y velocidad de mayoa octubre, donde suele sumarse la presencia del viento Zonda proveniente del oeste.La temperatura mínima media en invierno es de 1,9 ºC y la máxima media en verano de

20,8º lo cual supone una amplitud térmica anual de 18,9 ºC, y amplitudes térmicasdiarias que superan los 10 ºC (Fuerza Aérea Argentina).

Suelos, Vegetación y FaunaLa composición florística toma elementos característicos de tres regiones

fitogeográficas de la Argentina (Cabrera, 1994), la Provincia Puneña y Provincia Alto-andina correspondientes al Dominio Andino-Patagónico, y la Provincia del Monte per-teneciente al Dominio Chaqueño. Esta última representada por una estepa arbustiva,es la que más caracteriza al área de estudio (situada entre los 1300-2200 m snm, prin-cipalmente), debido a que las anteriores tienen como piso los 2000-2200 m. El suelocaracterístico de la región pertenece a los aridisoles típicos de ambientes desérticos(Strahler & Strahler, 1987).

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Los trabajos analizados, indican para el piso altitudinal que llega hasta los 2300 m(altitud máxima de al menos el 90% del área de estudio), la existencia de 7 reptiles ; 1anfibio; 2 mamíferos y 51 aves.

Para alcanzar los objetivos establecidos y teniendo en cuenta la información dispo-

nible, se estableció una metodología con cinco tareas a desarrollar en el siguienteorden:1. Recopilación de datos sobre el área.2. Descripción del paisaje, a través de los datos obtenidos en la primera etapa, la

fotointerpretación de fotografías aéreas y visitas al lugar. Se utilizaron dos pares defotos 1:50.000, a través de las cuales se pudieron identificar diferentes paisajes con susunidades. Dado que se trabajó sobre un área montañosa semi-árida, el elemento quenos permitió diferenciar tales paisajes fue la geomorfología.

3. Identificación de debilidades y potencialidades del paisaje, que surge del análisisde los puntos anteriores. Se consultó bibliografía de zonas áridas, conservación delpaisaje y planificación, que fue el marco teórico en el que se basa este trabajo.

4. Estudio del marco legal que condicionaría la propuesta.5. Elaboración de propuestas. La escala de trabajo adoptada fue 1:50.000.

ResultadosA través de la fotointerpretación, se detectaron y delimitaron cuatro paisajes y las

unidades que lo conforman (Figura 1). La caracterización de cada uno de ellos, res-ponde al análisis de las fotografías aéreas junto con la información geomorfológicarecopilada y las visitas realizas a campo. Aquí se mencionan también, las debilidades ypotencialidades encontradas.

Figura 1. Paisajes y Unidades de paisajes (Versión a color en el CD)

Paisaje de Precordillera (1).El Paisaje presenta pendientes abruptas y gran porcentaje de roca en superficie. La

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vegetación sólo se observa en las quebradas, zonas de baja pendiente y fisuras de lasrocas donde se acumulan sedimentos.

Unidad 1a. Montañas: representa la mayor superficie de este paisaje. En la mismasólo se detecta como rasgo de uso humano, la ruta automovilística (RN Nº7), que es elúnico elemento antrópico en común con otros Paisajes.

Unidad 1b. Quebradas: aparecen dispersas en todo el paisaje, formando valles pocodesarrollados que terminan en forma de cono aluvial sobre otros paisajes. Aquí, sedesarrollan también conos aluviales menores y conos gravitatorios. No se observa lapresencia de rasgos antrópicos y es el área con mayor cobertura vegetal de este paisaje.

Paisaje Serrano (2).En este Paisaje se diferenciaron tres Unidades de menor altitud y más erosionadas

que el de Precordillera. Comparándolas con un mapa geomorfológico (Ambiental S.A.)se caracterizaron de la siguiente manera:

Unidad 2a. Cordón de Sierras: cordón originado a partir de una base sedimentaria.Está compuesto por colinas más dilatadas que van perdiendo altura desde los 2000 msnm. En la fotografía, se observa una cobertura vegetal bastante dispersa, aumentan-

do en las zonas de valles. Los caminos de tierra fragmentan levemente la Unidad.Unidad 2b. Bad-lands: se continúan con la misma dirección que la Unidad anterior,retomando altura en algunos puntos para luego bajar hasta el Río Mendoza. El mapageomorfológico indica que son crestas de areniscas terciarias altamente erosionadas.Las visitas al lugar evidenciaron escasa y nula vegetación en las paredes erosionadascon cárcavas, y una cobertura similar a la Unidad 2a en donde la pendiente favorece ladisponibilidad de agua y acumulación de sedimentos. Aquí el trazado de los caminosdenota una mayor fragmentación.

Unidad 2c. Crestas: son crestas que se presentan en forma aislada siguiendo unadirección SO-NE. A diferencia de las dos anteriores, no se detectan rasgos antrópicos asimple vista.

Paisaje de Planicies (3)Este Paisaje hace la transición entre Paisajes superiores en altura y los principalesríos de la región. Se destacan aquí dos unidades fácilmente perceptibles en la fotogra-fía aérea, y la tercera que se ve claramente en el campo pero se delimitó en el Figura 1con ayuda del mapa geomorfológico de la zona. La nomenclatura utilizada para estasUnidades corresponde al mapa mencionado:

Unidad 3a. Glacis principal: zonas bajas originadas a partir de la erosión de Glacissuperiores. Según la MGIA presenta clastos poco rodados en general y la pendientepredominante es del 5% aproximadamente. Sin embargo, a una escala más grande, sepresenta un micro-relieve con pendientes mayores formadas por los desniveles queconforman la red sub-paralela de drenaje, apreciada en la fotografía aérea. Esta red yla vegetación dispersa típica de una estepa arbustiva, se ve afectada en ocasiones por

caminos de tierra utilizados para la práctica de bici-cross.También se ubica en esta Unidad la Nueva Villa Potrerillos. Según datos otorgados

por el Departamento de Ordenamiento Ambiental y Desarrollo Urbano (DOADU) dela provincia, la Villa estaría albergando 74 de las 85 familias que habitaban la zona; elresto sería relocalizada por decisión propia. La misma ocupa una superficie aproxima-da de 40 Ha, distribuidas en 120 lotes de 1000 m2 y de 2500 m2.

Unidad 3b. Glacis superior: son elevaciones más modernas que no han llegado adesgastarse completamente. Aquí no se evidencian rasgos antrópicos y la coberturavegetal varía según la pendiente.

Unidad 3c. Paleomédanos: Según el mapa geomorfológico del MGIA, esta forma-ción son médanos fósiles testigos de un clima mucho más árido que el actual. Aquí se

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observa una cobertura vegetal más escasa que en los glacis.Paisaje de Valles (4)

Como casi toda la superficie que representa al valle se encuentra ocupada por elhombre, se ha decidido diferenciar los Asentamientos poblacionales de los ríosformadores de tales valles.

Unidad 4a. Asentamientos poblacionales: estos abarcan casi el 50% del Paisaje, yen la mayoría de los casos, el suelo se encuentra formado por sedimentos fluviales. Esla Unidad de menor pendiente y con mayor cobertura vegetal, siendo esta a su vez,más diversa.

Unidad 4b. Cauces: si bien la característica estacional de estos ríos genera caucesvariables, en la fotografía aérea se determinaron por su tonalidad casi blanca.

El lago con una superficie máxima cercana a las 1.300 Ha, representará un 10%aproximadamente del área estudiada y, si bien no se define aquí como una Unidadpaisajística, es un elemento importante que hace de nexo entre los diferentes Paisajesmencionados. Sus dimensiones máximas aproximadas serán de 13 Km. de largo por 3Km. de ancho.

Intervención humana en el paisaje.De acuerdo con el Censo del 2001 realizado por el INDEC, en el área de estudioviven 751 habitantes. Sin embargo, la época de censo llevó a que algunas localidadesturísticas, presentaran población baja o nula. La falta de un estudio detallado de lapoblación estable vs. la población variable, hace que no se pueda calcular la poblaciónque soporta este paisaje en la actualidad.

Del estudio de la fotografía aérea que data de 1966, los Censos de 1991 y 2001 y lasvisitas realizadas al lugar recientemente; se desprende que la mayor modificaciónedilicia por asentamientos humanos en casi 40 años, ha sido la Nueva Villa Potrerillos.

Identificación de debilidades y potencialidades del Paisaje Potrerillos.

Las debilidades resumidas en el Tabla 1 se deben principalmente a los procesoserosivos presentes en el área y a su vulnerabilidad, con acento sobre algunas Unida-des, según las características propias del sistema. Las potencialidades encontradas de-penden de la situación de aridez ambiental descrita. En este sentido, las potencialida-des se relacionan con las unidades que poseen mayor disponibilidad de agua, así comomayor resiliencia, biodiversidad o características que enriquecen la diversidadpaisajística, que suele ir relacionado también con la biodiversidad.

Marco conceptual y legal para la propuesta paisajísticaEl hombre se relaciona con su entorno (natural1 o cultural) a través de la ocupación

de un espacio para vivir y la recolección o producción de alimentos y otros materiales.La utilización de los recursos y servicios que el ambiente ofrece y la creación de nue-

vos servicios a partir de los existentes, propician una mejor calidad de vida. Esta rela-ción hombre-entorno suele degradar el paisaje afectado, y de allí nace la necesidad deconservación, desde cualquier postura que la veamos. En el caso de PotrerillosPotrerillosPotrerillosPotrerillosPotrerillos, larepresa permitirá el desarrollo de actividades recreativas, que también pueden degra-dar al ambiente en mayor o menor grado.

Teniendo en cuenta esto, la conservación del paisaje surge aquí como necesidad demantener la calidad de agua del lago para que cumpla con los objetivos previstos ypara preservar lo mejor posible la calidad ambiental, motivo principal por el que estelugar es propicio para el turismo. Por otro lado, un ambiente natural no habitado porel hombre, tiene precisamente ese valor agregado, el de ser «natural». Si la superficieterrestre accesible por el hombre, tuviera mayor proporción de ambientes naturales,

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200   Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

probablemente esa condición no sería tan relevante como lo es en la actualidad.Todos los elementos componentes del paisaje, se encuentran íntimamente relacio-

nados y determinan la productividad del ecosistema (Naveh et al., 2001). Son diversaslas funciones que cumple cada especie en un ecosistema, y muchas de ellas aún no seconocen. Por ello cuando se pretende conservar la productividad de un paisaje, seapunta a la conservación de la diversidad de funciones que ocurren en los ecosistemasy que se asocian a las distintas especies existentes.

Para el ordenamiento territorial del perilago, se promulgó la Ley Provincial 5274/87,donde se declaran «...de utilidad pública y sujeto a expropiación los terrenos que seannecesarios para permitir la construcción de las obras enunciadas en el Art. 1º.», refi-riéndose a la obra hidráulica, «Asimismo, estarán sujetas al mismo régimen, las tierrasque abarquen hasta una franja de mil (1.000m ) metros de ancho a contar desde elcamino de coronamiento de muro del embalse en el contorno del lago a formarse.»Posteriormente, en el Art. 52 de la Ley Provincial 6498/97, se amplía la declaración deutilidad pública, de los terrenos comprendidos hasta 1200 m . adyacentes a la cotamáxima del Embalse Potrerillos. Sin embargo, sigue en discusión la expropiación o no

de los terrenos de la margen norte del río. Dados los intereses e inversiones disparesque caracterizarán el desarrollo del área, es fundamental que la planificación se reali-ce a priori , en forma conjunta y desde un marco legal vigente, de manera de protegerlos recursos del lugar.

El marco legal que abarca el ordenamiento territorial en Mendoza, está dado ac-tualmente por el Decreto 1939/96 (Ordenamiento Territorial y Usos del Suelo), la Ley5961/92 (Ley de Preservación del Medio Ambiente) y la Ley 6045/93 (Régimen de ÁreasNaturales Provinciales y Ambientes Silvestres) entre otras. La provincia, a través delDecreto 1939, aprueba la idea de que la protección del ambiente debe formar partedel desarrollo y que además, deben tomarse medidas preventivas que eviten accionesposteriores de recuperación socialmente más costosas.

En cuanto al control de afluentes, se encuentra regulado por la Ley Provincial 60442.Debería estudiarse la posibilidad de que los entes responsables de ese control, preci-sen un área cercana al lago desde la cual realizar tales trabajos.

Por último, la Ley Provincial 5961 tiene por objeto resguardar el equilibrio ecológicoy el desarrollo sustentable; establece tanto la política ambiental de la provincia, comola regulación para la Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) y la Declaración de Im-pacto Ambiental (DIA) de aquellos proyectos capaces de modificar el ambiente delterritorio provincial.

Propuesta paisajística

Propuesta del Marco Legal que regularía el áreaBasada en la política ambiental de la provincia y dentro de las medidas preventivasque ésta sugiere, se propone un área perimetral al lago, para que sea declarada comoÁrea Protegida3. Tal declaración, debe realizarse a través de una ley propuesta por laDirección de Recursos Naturales Renovables4  (DRNR). La propuesta, pretende crearpara la planificación del área, un marco regulador claro de preservación ambiental ydeterminante para alcanzar el objetivo de un desarrollo sustentable. El área delimita-da (Figura 2) responde a dos objetivos principales:

1. Mantener la calidad de los servicios prestados por la represa, resguardando lacapacidad de la misma y la calidad del agua.

2. Conservar las potencialidades del área y controlar las debilidades.Según el Art. 20º de la ley provincial Nº6045, los ambientes naturales se clasifican

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en categorías de manejo, establecidas por el sistema nacional de Áreas Protegidas.Esta clasificación, se desprende de la realizada por la Unión Internacional para la Con-servación de la Naturaleza (UICN). Dentro de la categorización de áreas naturales, seeligió para la propuesta la nominada Reserva Recreativa Natural..... Esta elección surge apartir de que tal categoría, enmarca los elementos más importantes a tener en cuentapara la preservación de este ambiente, en función del desarrollo esperado para el área.

Se propone además, una segunda instancia que asegure la protección de losecosistemas más vulnerables. Esta segunda propuesta, sería el establecimiento de unCentro de Investigación en un área de uso restringido de la reserva, que controle deesta manera, la protección estricta de las zonas más degradables. En el mismo se lleva-rían a cabo las actividades de estudio e investigaciones científicas, relacionadas direc-ta o indirectamente con la planificación, manejo y gestión del área. En este marcolegal e institucional, se realizaría el Plan de Manejo para la reserva. Dentro de losintegrantes de este Centro, debieran estar representados también quienes tienen com-petencia en la Reserva de la Laguna de Guanacache (llanura de inundación del RíoMendoza), que depende del agua aportada por el Río Mendoza.

Figura 2. Propuesta paisajística (Ver en CD)

Si bien el Plan de Manejo de la Reserva es el que definiría y regularía los usos delsuelo; se ha realizado un proyecto preliminar en el que se propone una Zonificaciónde usos del suelo o «Zonas de Manejo». Éstas son subdivisiones internas a la Unidad deManejo (la reserva en sí), sujetas a la categoría de manejo elegida (Reserva recreativanatural) y a los objetivos de conservación de la misma. (Figura 2) La superficie total dela reserva se aproximaría a los 60 Km2. Para cada una de sus zonas se estima la superfi-cie total que abarca; sin embargo, ésta quedaría definida junto con el Plan de Manejomencionado (las superficies fueron tomadas sobre la fotografía aérea, por lo tanto esla superficie proyectada sobre un plano).

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202  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

Propuesta de Zonificación de usos del sueloBasados en el análisis paisajístico expuesto en la primer parte del trabajo y la poste-

rior propuesta de Reserva Recreativa Natural, se definieron las siguientes zonas:1. Zonas de alta restricción y zonas de acceso controlado.2. Zona de Banda árida y el lago.

3. Zonificación de la costa del lago en: A) costa protegida, B) costa con acceso paratodo el público, C) costa concesionada a inversores privados.4. Zonas de forestación y/o re-vegetación.5. Localización del Centro de Investigaciones.6. Áreas de ingreso al lago para deportes náuticos.7. Zonas urbanizadas.8. Vías de circulación.

1. Zonas de alta restricción y zonas de acceso controlado. Las áreas de alta restric- ción  (6 Km2 aproximadamente) requerirán un manejo que permita mantener el estadoactual en el que se encuentran. Las actividades permitidas además de las medidas demanejo mencionadas, serán la vigilancia e investigaciones científicas de bajo impacto.

Integran esta zona: los paleomédanos (Unidad 3c), ya que son formas geológicas muyantiguas y poco representativas en el lugar; la unidad de Bad-lands (Unidad 2b), porser fácilmente erosionables (fuente de sedimentos que se transportarían fácilmente allago) y por aportar heterogeneidad paisajística; y un área cercana al murallón de larepresa, para permitir un mayor control de las instalaciones correspondientes al fun-cionamiento y mantenimiento de la misma.

Las zonas de acceso controlado  (38 Km2 aproximadamente), corresponden a un usopúblico extensivo, es decir no masivo ni concentrado. Aquí podrán desarrollarse acti-vidades relacionadas con la vigilancia, el uso científico, educativo y turístico-recreati-vo; permitiendo la continuidad de los procesos actuantes en el área. Estas zonas com-prenden, las Quebradas, algunos conos aluviales y distintas áreas correspondientes a

las demás Unidades de paisaje según muestra el Plano 1. Esta medida permite, asegu-rar el libre escurrimiento del agua, mantener gran parte del área de infiltración queabastece los acuíferos sub-superficiales, mantener la fijación del suelo a través de lavegetación existente y conservar la diversidad biótica y paisajística. La infraestructuraaceptada en las zonas de uso público extensivo (según la Administración de ParquesNacionales), se reduce a facilidades mínimas y de bajo impacto, como ser: senderos,miradores, observatorios de fauna, campamento agreste, refugios de montaña, etc.Según datos recopilados, en las quebradas de la margen norte del lago, se puedenobservar manadas de guanacos, zorros grises y colorados, cóndores, águilas mora,lagartos de cola espinuda y otros. Otras actividades recreativas que podrían desarro-llarse en esta zona (excepto en conos aluviales y quebradas) son: caminatas, cabalga-tas, escalada, ciclismo, y otras actividades deportivas.

2. Lago y Banda árida. Se denomina banda árida al área comprendida por la cotamínima y máxima del lago. Tanto el lago (5 Km2) como la banda árida (8 Km2) pertene-cen a una zona de acceso público extensivo, ya que las características de esta áreapermiten el acceso del público con las restricciones necesarias para que causen unimpacto mínimo sobre el ambiente. Si bien la banda árida no permitiría ningún asen-tamiento estable, deberían regularse las actividades de recreación y ocio que se desa-rrollarían durante la época donde la cota del lago baja. En la zona de la cola del dique,podrían extraerse en forma controlada, los sedimentos aportados por el río parareutilizarlos como abono o como sustrato para los cultivos. En el lago, según el marcoregulador propuesto, podrían realizarse actividades de velerismo, kayak, y otras em-

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barcaciones que no sean a motor, excepto las necesarias para rescate. De la mismamanera, deberá prohibirse la natación y aquellas actividades costeras que enturbien elagua, perjudicando la calidad visual del espejo de agua y la concentración de solutosen las tomas de agua destinada para agua potable.

Si bien la estimación dada en la Manifestación General de Impacto Ambiental apartir de la medición de la concentración del fósforo como indicador de eutrofización,no ofrece una condición inicial o una rápida eutrofización del embalse, se propone uncontrol de las actividades que afectan de manera directa o indirecta a este hecho,como ser: la presencia de residuos orgánicos en el embalse, la utilización descontroladade fertilizantes y pesticidas fosforados y el tratamiento de desechos cloacales.

3. Zonificación de la costa del lago. Las inversiones que se esperan obtener para elperilago (ya sean privadas o estatales), surgen a partir de proyectos de recreacióncomo los camping, alojamientos, clubes y servicios principalmente. Lo que pretendeesta zonificación es asegurar la conservación de zonas costeras en estado natural y ladelimitación de zonas costeras sin fines de lucro, destinadas a la recreación. De esta

forma se definen tres zonas:A) Zona de costa protegida: (14,2 Km lineales) abarca las áreas más vulnerables alos procesos erosivos (desembocadura de escurrimientos fluviales y la Unidad de bad-lands) y las áreas de alta restricción.

B) Zona de costa con acceso para todo el público: (4,6 Km lineales) se destinaronáreas ubicadas principalmente en la margen sur del lago, por tener más fácil accesodesde la ruta Nº7 y encontrarse cerca de los asentamientos poblacionales existentes.Aquí se proyectarían parques lineales y un camping municipal.

C) Zona de costa concesionada: (11 Km lineales) estas zonas se encuentran princi-palmente en la margen norte del lago, donde los inversores privados deberán invertirtambién en el mejoramiento de la infraestructura, muy pobre en la actualidad. Comocontrapartida, tales terrenos se ven favorecidos por visuales más amplias y lejanas, ya

que se encuentran en niveles topográficos superiores y enfrentan a la planicie quebaja desde el Cordón del Plata

4. Zonas de forestación y/o re-vegetación..... Debido a que el costo de mantenimien-to de la vegetación es alto en este ambiente, la forestación o re-implantación de espe-cies (3,2 Km2), se propone únicamente en los casos que se considera de mayor impor-tancia disminuir la erosión del suelo y/o morigerar las amplitudes térmicas. Estos son:los conos aluviales que limitan con el lago (para disminuir el aporte de sedimentos allago) y las zonas urbanizadas (por ambos motivos). Cada caso debe ser estudiado paraelegir las especies que serán implantadas. En la zona de conos se emplearán especiessegún las comunidades existentes y en la de urbanización se le sumarán especiesarbóreas, teniendo en cuenta la predominancia de vientos provenientes del sur y el

viento cálido del oeste en los meses de mayo a octubre (Prosopis spp., Tamarindus indica, Populus nigra, Populus boleana, Schinus sp., Cupresus sempervirens, Salix babylonica, entre otros). La identificación de algunos ejemplares es recomendable parafomentar la conservación del paisaje, al igual que la utilización de la flora autóctona.El sentido de pertenencia a un lugar ayuda a que la gente se interese en cuidarlo. Sinembargo, dada la escasez de árboles nativos, será necesario utilizar especies exóticaspara cumplir con los objetivos mencionados.

5. Localización del Centro de Investigaciones. Éste se localizó sobre un sector dePlanicie con una superficie aproximada de 100 Ha (0,1 Km2), que penetra la Unidad deBad-lands y se encuentra a pocos metros del lago. De esta forma es más fácil controlarlas áreas de acceso restringido y al mismo tiempo, se facilitan los estudios de dinámica

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de la «banda árida» (zona de cota variable). Por otro lado, al encontrarse muy cerca dela Nueva Villa Potrerillos, sería más económico proveerlo de la infraestructura necesa-ria para su funcionamiento; sobre todo en una etapa inicial de la planificación del área(tal como se concibió la idea del Centro).

Una de las actividades iniciales del Centro, sería un mayor reconocimiento del área.A partir de esto, se podrían hacer modelos de funcionamiento del paisaje que incluyanla variable de densidad de población estable y de turistas. Esto indicaría la capacidadde carga del paisaje en cuanto a la utilización del agua subterránea como fuente deagua para consumo humano, la producción de polutos, la remoción de suelo, el impac-to acústico y visual.

Como dato secundario a partir del estudio anterior, se puede inferir la infraestruc-tura de mantenimiento que tiene que tener el lago, en base a la población que va asustentar (limpieza del lago y alrededores, iluminación, etc.).

6. Áreas de ingreso al lago para deportes náuticos. Se proponen dos áreas para

este fin, ubicadas en dos puntos donde la variación de la cota mínima y máxima dellago establece la menor distancia posible. Esta condición economiza el mantenimien-to del camino. Al mismo tiempo, respetando la intención del ítem 2, un acceso seencuentra dentro de la zona B y otro en la zona C. Sin embargo, deberán estudiarsecon más detalle las condiciones de viento en ambas zonas, para ver si son propiciaspara el alojamiento de embarcaciones. Otra posibilidad es la de utilizar los caminospavimentados existentes que llegan al lago en la margen Sur.

7. Zonas urbanizadas. Estas zonas son de uso público intensivo, aquí se permitiránlas actividades de más alto impacto compatibles con los objetivos de la reserva. Te-niendo en cuenta que se trata de un corredor turístico de estadía (Boullón, 1991), lapropuesta destina «zonas urbanizadas» para los servicios de alojamiento, alimenta-

ción, esparcimiento, agencias de viajes de acción local, información turística sobreatractivos locales, comercios turísticos, oficina de correo, etc. La ubicación de estaszonas se eligió según las características del terreno (baja pendiente, disponibilidad deagua, accesibilidad, consideración de las zonas de protección) y sobre la unidad deGlacis, ya que este suelo permite la fijación de cimientos para las estructuras edilicias.La forma de asentamiento elegida es la «escalonada» (discontinua). Esta elección sedebe a que la otra opción de «ciudad lineal» (continua) no permitiría conservar algu-nas áreas en estado natural, perdiendo así la identidad del lugar. Por el mismo motivo,se propone también fijar una determinada relación entre la superficie construida y lasuperficie de infiltración. De tal relación se desprende la Zona urbanizada A (1,1 Km2)más densamente poblada con un 50% de superficie construida, y la Zona UrbanizadaB (2 Km2) con un 20% de sup. construida. En ambos casos, deberá regularse el tamaño

de los lotes así como también la densidad edilicia. Cuanto más dispersas se encuentrenlas mismas, mejor se conservará la calidad paisajística.

En general, se prevé que los servicios de alojamiento más exclusivos (hoteles cuatroy cinco estrellas por ejemplo) se asienten principalmente en terrenos concesionadosde la margen norte del lago; mientras que las actividades de recreación se establece-rían en ambas márgenes según el tipo de actividad. Así, las actividades de caminatas,reconocimiento de flora y fauna, escalada y rappell , están más relacionadas con lamargen norte donde abundan las montañas y quebradas. Las actividades de ocio, encambio, pueden desarrollarse en la margen sur donde predominan grandes áreas conpendientes más suaves. Estas características las hacen aptas para el establecimiento decampings, alojamientos del tipo cabañas donde se necesita mayor superficie e infraes-

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tructura de servicios (comercios, servicios a la ruta, centro de salud, viviendas).Otros aspectos a tener en cuenta en estas zonas son:

i .i .i .i .i . Un análisis detallado de las zonas con posibilidad de derrubios o avalanchas pro-vocadas por terremotos.

i i .i i .i i .i i .i i . Las construcciones deberían estar a cierta distancia de la cota máxima del lago,para disminuir las posibilidades de contaminación del mismo. Esta deberá definirseuna vez estudiada la dinámica del lago y realizado el Plan de Manejo con lazonificación definitiva.

iii.iii.iii.iii.ii i. Las señalizaciones en general y las referentes a publicidad en especial, deberánestar controladas y reguladas para evitar la contaminación visual.

i v .iv .i v .iv .i v . Se debe prever la posibilidad de que, al aumentar la población permanente y elturismo, se presenten actividades con alto impacto acústico. Esto cambiaría latipología que implica un paisaje de montaña aislado y silencioso. Tales actividadesdeberán ser reguladas por la Autoridad de Aplicación de la Reserva Natural, ypodrían estar ubicadas en las zonas de urbanización más alejadas del lago.

v .v .v .v .v . La marginalización y creación de «villas miseria», es un proceso social frecuenteque provoca la degradación del suelo. La falta de servicios en estos casos, produce

contaminación del suelo y cursos de agua cercanos (Barrow, 1994). Por ello, debe-ría asegurarse la infraestructura de servicios necesarios, dentro del área de urba-nización.

v i .v i .v i .v i .v i . Hasta tanto no exista una planta para el tratamiento de desechos cloacales, debenejercerse controles estrictos en la extracción de tales líquidos para ser transporta-dos fuera de la región.

v i i .vi i .v i i .vi i .vi i . Deberá reformarse el sistema de transporte actual con relación al transporte in-terno (que conecta los centros turísticos) y al sistema de transporte nacional einternacional. Esto se desarrollará junto con el aumento de la población perma-nente y variable. El área de servicios de ruta deberá considerar el estancamientode tránsito en los meses de invierno, causados por fuertes nevadas que condicio-nan el paso a Chile.

vii i .vi i i .vi i i .vi i i .vi i i . Deberán prohibirse la práctica de bici-cross y uso de cuatriciclos dentro de laReserva. Sin embargo podría estudiarse la posibilidad de que estas actividades sedesarrollen en la Unidad del Cordón de Sierras que se encuentra más alejada dellago.

ix .ix .ix .ix .i x . Además de la construcción edilicia y el transporte público, sería bueno limitar elacceso de automóviles en las cercanías del lago, o emplear un diseño paisajísticoen el cual los estacionamientos no sean visibles desde todos lados, si no por elcontrario, ocultarlos al igual que las construcciones, para aprovechar lo más posi-ble la potencialidad visual que ofrece una zona montañosa en estado natural. Estetipo de cosas deberían estar consideradas en el Plan de Manejo, al igual que el tipode construcciones permitidas. Por ejemplo en la nueva villa Potrerillos se logró apartir del uso homogéneo de materiales y colores (propios del lugar), una unidad

paisajística con el entorno que la hace no agresiva. Con este fin se proponen lossiguientes objetivos:

1. Conservar visuales de zonas en estado natural.2. Utilizar materiales de construcción (revestimientos de piedra bola, piedramendocina, pórfidos) y colores (pardos y rojizos en general) relacionados conla identidad del área. Aquí se considera también la utilización de flora autóctonao naturalizada.3. Limitar la altura y superficie construida, en relación a la ubicación del lote(cercanía al lago, situación respecto a su entorno). Es recomendable no cons-truir viviendas de más de tres plantas. Así mismo, dejar éstas y las de dos plan-tas a un radio mínimo de mil metros desde la cota máxima del lago. Este límite

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206   Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

deberá estudiarse también en función de las visuales y de un conocimiento másdetallado de la topografía.4. Disponer las construcciones de manera que no interfieran con el escurrimientonatural del agua, para ocasionar el menor impacto posible en la recarga naturalde acuíferos. En zonas edificadas y pavimentadas, diseñar una red deescurrimiento que permita la re-utilización del agua para el riego de esa zona.

8. Vías de circulación. Por último se proponen las vías que relacionan cada una deestas zonas entre sí. Quedan así la vía principal (actual ruta nacional Nº7) que al no sertapada por el lago puede seguir siendo utilizada como tal, sumado a un tramo pro-puesto que une los sectores interrumpida por el lago; y las vías secundarias de usoprincipalmente turístico, esto incluye algunos caminos existentes y un camino pro-puesto que recorre la margen norte del lago. El trazado de las vías propuestas, apuntaal aprovechamiento de caminos pavimentados y no pavimentados existentes. En lostramos nuevos deberá evaluarse la conveniencia entre continuar una cota de nivelpara disminuir la remoción de suelo, o remover el suelo para reducir la superficie pavi-mentada.

ConclusionesLa propuesta expuesta más arriba, describe un modelo de planificación para el uso

del suelo del Perilago del Dique Potrerillos. Para la misma, se tuvieron en cuenta lascaracterísticas físicas, biológicas y sociológicas del entorno, siendo una limitante el notener toda la información necesaria, el tiempo y el grupo de profesionales especializa-dos necesarios para una planificación precisa y definitiva del lugar.

Experiencias similares de emprendimientos turísticos a partir de espejos de agua,señalan algunos inconvenientes que pueden intervenir en el buen desarrollo de lamisma. Ejemplo de ellos es el caso del Dique San Roque en Carlos Paz, donde la urbani-zación de áreas periféricas al lago, ha deteriorado la calidad paisajística y se hace im-

posible el control del vuelco de contaminantes al mismo; y el ejemplo del Carrizal(Mendoza), donde si bien existía una planificación prevista, las demoras en la legisla-ción necesaria para llevar a cabo el Ordenamiento Territorial, permitieron que sedieran ocupaciones anárquicas de clubes y entidades de bien público (Departamentode Ordenamiento Ambiental y Diseño Urbano).

Por ello, en este trabajo se resalta la necesidad de la aplicación inmediata de una leyque regule el área, en donde la autoridad autárquica que la rija evite inconcordanciasen el sistema legal y en la administración del área. Con esto, se pretende crear unmedio político claro y confiable para la gestión ambiental; que pueda además, brindarsoluciones rápidas y concretas ante una infracción dada.

A través de la zonificación propuesta, se pretende lograr que los servicios brinda-dos por la represa, duren el mayor tiempo posible. Con esta intención, algunos de loslineamientos paisajísticos desarrollados, apuntan a disminuir los costos de manteni-miento del área, como ser: la reutilización del agua en las zonas urbanizadas, a travésde un diseño de escurrimiento para este fin; la construcción de viviendas y alojamien-tos en zonas llanas; proponer una mayor densidad de urbanización en zonas cercanasa la toma de agua; disminuir al máximo posible la forestación lo cual implica un altocosto de mantenimiento; utilizar materiales de construcción de la zona para las cons-trucciones; el diseño vial; la determinación del máximo posible de población que elárea soporta (capacidad de carga), a través de un mejor conocimiento de los paisajesestudiados, entre otros.

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Reservas de Biosfera. Comité MAB Argentino, Secretaría de Desarrollo Sustentable y PolíticaAmbiental, Buenos Aires.

Para el Marco Legal• Art. 41º de la Constitución Nacional. Reforma 1994.• Decreto 1939. Ordenamiento Territorial y Usos del Suelo. Mendoza, 1996.• Decreto Ley 1447..... Ley General de Expropiaciones. Mendoza, 1975.• Ley 5274. Autorización al Poder Ejecutivo para la licitación y construcción de la

Presa-embalse. Mendoza, 1987.• Ley 5961. Ley General del Ambiente. Mendoza, 1992.• Ley 6045. Régimen de Áreas Naturales Provinciales y Ambientes Silvestres.

Mendoza, 1993.

Entrevistas y Consultas.• Centro Regional de Investigaciones Científicas y Técnicas  (CRICyT), Mendoza.

Entrevistas con profesionales de diferentes disciplinas: Alberto Vich (Ingeniero hidráu-lico), Sergio Roig, Pablo Villagra, Juan Álvarez, Carlos Borghi (Biólogos), Luis Lenzano(Agrimensor), Alberto Ripalta (Ingeniero agrónomo).

• Departamento General de Irrigación (DGI), Mendoza.• Departamento de Ordenamiento Ambiental y Diseño Urbano   (DOADU),

Mendoza.• Fauqué Luis  (entrevista), geólogo integrante del grupo que realizó la carta

geológica de Potrerillos. Servicio Geológico Minero Argentino (SEGEMAR).• Kalesnik Fabio  (entrevista), biólogo de la Cátedra de Ecología Regional en la

Facultad de Ciencias Exactas-UBA.

Notas1

 Hay posturas que consideran que no existen ya ambientes naturales (en su estadoprístino), ya que de alguna u otra forma el hombre ha alcanzado con su influencia atoda la Tierra. Se considera aquí un ambiente natural a aquél que presenta pocas oninguna modificación percibida a simple vista.

2 Ley provincial de reordenamiento institucional para la prestación de los serviciosde provisión de agua potable, saneamiento y protección de la calidad de agua en elámbito de la provincia.

3 La UICN define un Área Protegida como «una superficie de tierra y/o mar especial-mente consagrada a la protección y el mantenimiento de la diversidad biológica, re-cursos naturales y culturales asociados y manejada a través de medios jurídicos y otrosmedios eficaces».

4 DRNR. Es la Autoridad de Aplicación de la Ley 6045 (si otro organismo público no

la reemplaza), dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, Urbanismo y Vivienda.

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Evaluación de los servicios del paisajedel area de Esquel, provincia de Chubut:Posible influencia de la extracción de oro

Andrés PlagerCarrera de Planificación y Diseño del Paisaje;

FADU, [email protected]

ResumenEn este trabajo se evalúan los servicios del paisaje en el área vecina a la ciudad de

Esquel y se estima cómo dicha su oferta sería afectada por la explotación de un yaci-

miento de oro dentro del área. Con este fin, se caracterizó la heterogeneidad del pai-saje y se elaboró un mapa mediante interpretación de fotografías aéreas y posteriorcontrol en el campo. Sobre la base de información bibliográfica y de información re-copilada in situ , se identificaron los servicios ofrecidos por las diferentes unidades depaisaje y se realizó una estimación de su valor económico. A partir del análisis derelaciones funcionales entre unidades de paisaje, se identificaron conflictos entre laexplotación aurífera y los restantes servicios del paisaje para elaborar un escenariohipotético en el cual evaluar su posible impacto. Los resultados muestran que el im-pacto que la minería tendría sobre los servicios de regulación es potencialmente ma-yor que el que tendría sobre los servicios de producción. Esta diferencia es importanteporque, como los servicios de regulación no se cotizan en el mercado, la reacciónoportuna de la sociedad frente a su deterioro o escasez depende de mecanismos dife-

rentes de los del libre juego del mercado.

AbstractThis research evaluates the landscape on the outskirts of Esquel city and estimates

how it would be affected by the exploitation of a gold mine within this area. With thisaim in mind, the diversity of the landscape was characterized through field studiesand aerial photoimaging. With bibliographic data and that collected on site, the varietyof services offered by the different landscape units was identified and its economicvalue determined. After analyzing the functional relationship among the diverse units,conflicts between gold mining and the remaining landscape services were identifiedin order to make up an hypothetical scenario by which to evaluate its possible impact.Results show that the impact mining would have over regulation services is potentially

higher than it would on production services. This difference should be highlighted asregulation services are not commodities quoted on the stock market. Therefore, theprompt reaction of society against its deterioration or lack will depend on mechanismsquite different from those of free market rules and games.

IntroducciónPresentación del CasoLa ciudad de Esquel está ubicada en el oeste de la Provincia de Chubut, a 600 km de

Trelew y a unos 2000 km de la Capital Federal. Esta ciudad, pequeña cuando es vistadesde una perspectiva nacional, es el centro urbano más grande del oeste de la pro-vincia y cuenta con instituciones y servicios relativamente autónomos articulados con

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210   Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

los centros regionales mayores como Trelew-Rawson y Comodoro Rivadavia (Esquel-SEAS, 2000). La ciudad se encuentra rodeada por las formaciones montañosas cordónEsquel, al norte, y macizo Nahuel Pan y el cerro Excursión, al sudeste.

La empresa Meridian Gold ha propuesto un proyecto para explotar yacimientos deoro y plata localizados en el extremo sur del Cordón Esquel, a menos de 10 km de laciudad. La empresa presento a la Secretaria de Medio Ambiente de la Provincia deChubut el informe correspondiente a la Evaluación de Impacto. Esta iniciativa afectaintereses en conflicto en relación con el aprovechamiento de los recursos y serviciosnaturales y por eso ha generado una fuerte controversia en la comunidad de Esquel,que se vio reflejada en distintos medios de información como son Clarín y Pagina 12entre otros. La resolución de los conflictos de intereses y la canalización de la contro-versia resultante requieren del análisis del paisaje, la evaluación de los servicios quebrinda y la proyección de sus posibles cambios como resultado de la ejecución delproyecto de explotación minera.

Marco conceptualEl concepto de paisaje ha cambiado a lo largo de la historia. En el libro de los Sal-mos, el paisaje es denominado con la palabra hebrea noff  relacionada etimológicamentecon Yaff e (hermoso) que se usa para referirse a la bella vista de Jerusalén con el tem-plo del Rey Salomón los castillos y los palacios. Desde entonces, el término paisaje seencuentra asociado con la valoración estética. En inglés, esta connotación visual esté-tica es usualmente expresada como scenery . En el siglo XIX, Alexander von Humboldtintroduce el termino paisaje –Landschaft-  en el lenguaje de las ciencias geográficaspara aludir al carácter total de una región terrestre -Der Totalcharakter einer Erdgegend- (Naveh et al. 2000). Sobre la base de esta concepción holística, el Instituto Internacio-nal para la Teledetección y Ciencias de la Tierra (ITC) de Holanda propone un modeloen el cual el paisaje es definido como un conjunto de componentes que están

interrelacionados funcionalmente (Zonneveld 1972).

Como resultado de su estructura y funcionamiento, los paisajes proveen distintosbienes y servicios que el hombre aprovecha directa o indirectamente. La biomasa ve-getal y animal cosechada en las actividades agropecuarias, los materiales movilizadospor las industrias extractivas, la energía captada y canalizada en diferentes formas y elespacio ocupado por el hombre en sus diversas actividades son típicos bienes y servi-cios de utilización directa. Además de estos, los paisajes proveen servicios de utiliza-ción indirecta tales como la purificación del aire y agua, la mitigación de sequías yinundaciones, la generación y preservación del suelo, la detoxificación y descomposi-ción de residuos, la dispersión de polen y semillas, el reciclado de los nutrientes y laprovisión de belleza y conocimiento (Daily 1997). Estos bienes y servicios provistos por

los paisajes son esenciales para la vida humana.

Las actividades humanas asociadas con la utilización de los bienes y servicios modi-fican la estructura y el funcionamiento del paisaje y, en consecuencia, afectan a laprovisión de los mismos. Como típicamente existen compromisos entre la provisión dediferentes servicios por un mismo paisaje, es frecuente que ocurran conflictos de inte-reses entre actores sociales interesados en diferentes bienes o servicios. Una situaciónque complica la resolución de los conflictos es que, mientras los bienes y servicios deutilización directa tienen un precio de mercado que indica su escasez en relación conla demanda, los de utilización indirecta, si bien pueden ser esenciales para la vidahumana, no tienen un precio y, por tal razón, el mercado es insensible a su deterioro y

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escasez (Daily 1997). Recientemente se han realizado esfuerzos para asignar valoreseconómicos a estos últimos servicios (De Groot et al., 2002). Estos valores permitiríanevaluar en forma integral los resultados de la intervención humana en los paisajes.

Este trabajo tiene como objetivos identificar y caracterizar la oferta de servicios del

paisaje del área cercana a la ciudad de Esquel y estimar en que medida esta oferta seríaafectada por la posible explotación aurífera.

MetodologíaAnálisis de la heterogeneidad del paisajeEl área de estudio se halla entre los 71° y los 71°22' de longitud Oeste y los entre los

42°48' y los 42°57' de latitud Sur. Esta área se extiende desde la laguna La Zeta al estehasta la laguna Esquel al oeste y abarca parte del cordón Esquel, el valle del ArroyoEsquel, la laguna Willi-manco y un sector orien-tal de la Estepa Patagó-

nica (figura 1).La caracterización de

la heterogeneidad delpaisaje estuvo basada enel análisis e interpreta-ción de fotografías aé-reas en blanco y negro(escala 1:70.000) obteni-das por el Instituto Geo-gráfico Militar en 1981,imágenes satelitarias

(LANDSAT 1:250.000) conuna resolución de 30 m ycartas topográficas(IGM). En primer término se delimitaron distintos paisajes sobre la base de la hetero-geneidad en las características geomorfológicas generales del área. Estos paisajes sonel resultado de diferentes procesos geomorfológicos predominantes. En una segundaetapa, se delimitaron y clasificaron las unidades de paisaje incluidas en cada uno de lospaisajes. Cada tipo de unidades fue definido por las características de su relieve, dre-naje, litología, origen geomorfológico, vegetación y uso (Zonneveld 1972). El resulta-do de este trabajo fue volcado en un mapa preliminar y en una tabla descriptiva de lasdiferentes unidades. Con este mapa se realizaron correcciones in situ  para la elabora-ción del mapa definitivo de Unidades del Paisaje.

Identificación de los principales servicios provistos por cada paisajeLos servicios del paisaje fueron clasificados en aquellos de índole económica,

ecológica o socio-culturales. Los servicios económicos incluyen todos los bienes y ser-vicios con un valor de mercado, provistos por el paisaje. Los servicios ecológicos sonlos relacionados con la integración de las funciones de regulación, de hábitat, de pro-ducción y de información en los ecosistemas presentes en el paisaje (De Groot et al.2002). Los servicios socio-culturales son aquellos relacionados con el mantenimientode su salud física, mental y espiritual. (De Groot et al. 2002).

 Para identificar los servicios económicos, se realizaron y se analizaron los datosobtenidos de distintas fuentes de consulta como lo son: el informe de impacto am-

Figura 1. Fotografía área zona de estudio IGM

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212  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

biental realizado por Vector Engineering para la empresa Meridian Gold, el documen-to final del plan participativo de desarrollo local social, económica y ambientalmentesustentable (Esquel-SEAS) realizado por un equipo técnico para la Municipalidad deEsquel y otras de las fuentes fueron las publicaciones INTA-Regional Sur. Estas se ba-san en las relaciones costos –beneficios de las distintas actividades. Esta información

fue compilada en una tabla con los bienes y servicios provistos por cada uno de lospaisajes del área.

A partir de observaciones de campo y de información bibliográfica, se recopilo lainformación sobre los bienes y servicios con y sin precio de mercado provistos por lasdiferentes unidades de paisaje. La identificación y asignación de precios de los servi-cios, que no tienen precio de mercado, se basó en el trabajo  de Costanza et al. (1987).

Valuación de los servicios del paisajeEn el caso de los bienes y servicios económicos, data básico es el precio de mercado

fijado por la oferta y la demanda. En los casos de los servicios ecológicos y socio-culturales, en cambio, la valoración debe recurrir a métodos tales como la evaluación

indirecta de precios de mercado, la evaluación contingente, y la discusión grupal (DeGroot et al. 2002).

Proyección de las posibles influencias de la explotación minera sobre losservicios del paisaje

A partir de los resultados de la identificación y evaluación de los servicios produci-dos por el paisaje, tomamos en consideración las relaciones de intercambio de mate-riales existentes entre las diferentes unidades del paisaje y las características de laactividad minera propuesta para el Cordón Esquel. Sobre esta base elaboramos unescenario de su posible impacto sobre el funcionamiento del paisaje. Como conse-cuencia, las modificaciones sobre el valor de los bienes y servicios que proveería.

ResultadosHeterogeneidad del paisajeEl área cercana a la ciudad de Esquel abarca el contacto entre el sector oriental de la

Cordillera de los Andes al oeste y la Estepa Patagónica al este. El sector cordilleranoincluye las montañas del cordón Esquel, al Norte de la ciudad, y un gran valle glaciardentro del cual se ha desarrollado el valle fluvial del Arroyo Esquel, en cuya planiciealuvial se asienta la ciudad. El sector de la Estepa Patagónica incluye mesetas recorta-das a partir de enormes depósitos de pie de monte separadas por valles fluviales. Estossectores se diferencian en los materiales geológicos y en los procesos geomorfológicosque los modelaron y tienen fuertes variaciones topográficas desde los 2000 m.s.m. enlos cerros más altos del cordón Esquel hasta los 790 m.s.m. en el aeropuerto ubicado

en la Estepa Patagónica y los 568 m.s.n en la ciudad. Estas diferencias están asociadascon fuertes gradientes de precipitación y temperatura. En el aeropuerto la precipita-ción media anual es 394 mm y la temperatura media anual es de 8,6°C, en la ciudad 564mm y 8°C, y en la zona del cerro tres picos del cordón Esquel 738 mm y 5,7°C .Enrelación con estos gradientes ambientales, en esta área ocurren las transiciones entrela vegetación del desierto frío andino, los bosques templados fríos y la estepa.

Nuestro análisis de la información aerofotográfica, satelital, y bibliográfica del áreay el correspondiente control de campo condujeron a la subdivisión del área en 7 paisa- jes (figura 2). Dentro de cada paisaje se identificaron y delimitaron una serie de unida-des de paisaje (figura 3). Como en estos paisajes las geoformas controlan frecuente-

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Paisaje RegimientoUbicación: Este paisaje se ubica al Norte de la ciudad de Esquel y al sur de las laderas

del Cerro 21. Limita al Norte con el paisaje «Arroyo Esquel» y al Sur de los paisajes«Tres Picos» y «La Hoya», y hacia el NE con el paisaje «Aeropuerto». Se ubica entre lascotas 700 a 900 m. Su extensión es de aproximadamente 4400 ha. (Figura 3).

Geología y geomor-fología: Este paisaje corresponde a la banda noreste del antiguovalle glaciar que se encuentra sobreele-vada en relación con el actual valle del Arroyo

Esquel Fue modelado por ero-sión y deposición glaciar yposterior acción fluvial. Estepaisaje incluye abanicosaluvia-les generalmente al piede los cerros y montañas in-dicando un brusco cambio dependiente (Figura 4)

Relieve: El relieve es sua-vemente ondulado, aunqueen algunos sectores apare-

Figura 2. Mapa unidades de paisajes del aérea de estudio.(Ver en CD)

Figura 3.  Fotografía aérea paisaje Regimiento

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214  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

cen pendientes pronunciadas como en la unidad depaisaje RV donde aflora roca presenta un relieve másrugoso.

Clima /Hidrologia: La precipitación media anual es

de aproximadamente 600mm y la temperatura mediaronda los 8°C. Recibe flujos superficiales y subterrá-neos de los aportes producidos en los paisajes vecinoscomo el paisaje «La Hoya» y el paisaje «Tres Picos». Asu vez tributa su flujos hacia el paisaje «Arroyo Esquel»,por medio de la laguna Willimanco.

Vegetación:  La vegetación nativa esta constituidapor estepas mixtas de gramíneas y arbustos (Cabrera1947) dominadas por son Stipa speciosa, Stipa humilis(coirones amargos), Festuca pallescens (Coiron blan-

co), Mulinum spinosum(neneo) ( Soriano 1956). Ade-más en este paisaje plantaciones de pinos.

Unidades de Paisaje: Las unidades que integran estepaisaje son son los abanicos, escarpes, planicie aluvial, afloramineto de roca viva, pla-nicie rugosa y laguna.

Usos: Gran parte de la superficie de este paisaje pertenece al Ejercito. En el mismose desarrollan distintas maniobras de combate y operaciones de entrenamiento. Tam-bién se utiliza como espacio de recreación.

Servicios: Los principales servicios ofrecidos o provistos por las distintas unidadesde este paisaje son: la regulación y suministro de agua, la retención del suelo, el servi-cio de materia prima, los servicios de comida, el de refugio, el de ciencia y educación,y el de recreación.

El servicio de regulación y suministro de agua se localiza en distintas unidades. Esteservicio combina la influencia de los sistemas naturales sobre la regulación de los flu- jos hidrológicos sobre la superficie de la tierra. Los servicios derivados de la función deregulación son por ejemplo el mantenimiento del drenaje natural, regulación del flujoy la provisión de un medio de transporte y los derivados del suministro son: el mante-nimiento de la irrigación natural, el desagüe y la recarga de acuíferos. La distribucióny suministro regulares del agua son importantes por formar parte del aporte de aguahacia la ciudad de Esquel, para consumo, uso en los cultivos u otras necesidades huma-

nas (Daily 1997).Las unidades de este paisaje proveen sistemas naturales que pueden servir tanto

para la educación como para el estudio científico. El servicio se denomina de ciencia yeducación.

Además proveen un ambiente natural que brinda la oportunidad de realizar distin-tas actividades recreativas, como las caminatas en la montaña, pesca, ciclismo de mon-taña, campamento, etc.

Paisaje Arroyo EsquelUbicación: Este paisaje se ubica en el valle donde se asienta la ciudad y por donde

Figura 4. Abanico en paisajeRegimiento

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216   Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

En la ciudad hay un diario de edición local, 8 emisoras de radio, un canal de televi-sión privado por cable y una repetidora de TV del estado abierta. Los servicios educa-tivos son ámbito escuelas de enseñanza inicial, escuelas de enseñaza general básica,escuelas para adultos, escuelas de educación especial, una escuela hospitalaria y unade nivel polimodal. Existen también escuelas privadas y un instituto de nivel terciario

Además hay una sede de la Universidad de la Patagonia, (Esquel –SEAS 2001).La actividad económica de la ciudad abarca 2 ejes principales: la actividad del Esta-

do como empleador, y la actividades de industria manufacturera comercios y servicios(Esquel –SEAS.2001).

En el sector rural se desarro-llan actividades de producción yturismo. Las primeras son: la pro-ducción hortícola, de bulbos (Fi-gura 7) y de fruta fina. Como asítambién las actividades agrope-

cuarias en las cuales predominala producción lanar sobre el sec-tor agrícola. Las actividades deturismo son las actividades demontaña y recreación como lascaminatas, y el ciclismo de mon-taña. Ambas actividades produ-cen un fuerte ingreso económi-co en el paisaje.

Servicios: Este paisaje brinda diferentes servicios. Algunos de estos son: la Regula-ción del agua y la retención del suelo, la regulación de nutrientes, el tratamiento de

basura, los servicios de producción, hortícola de fruta fina y la producción de bulbos,la recreación y el de educación.

Un servicio importante en este paisaje es la retención del suelo. El beneficio de esteservicio es el de evitar la compactación del suelo para poder mantener sus propieda-des. Las raíces de las plantas fijan las partículas del suelo, esto es de suma importanciapara prevenir la erosión en un paisaje frágil a la misma. Este paisaje se encuentra cu-bierto de vegetación natural y fuertemente forestado mitigando la acción erosiva

Aparecen en este paisaje otros nuevos servicios. Estos son: regulación de nutrientesy el tratamiento de basura. Estos son importantes ya que en el paisaje existen peque-ños emprendimientos productivos que abastecen de insumos primarios a la comuni-dad y estas funciones mantienen la productividad del suelo. Los suelos son un factorclave como reguladores de los principales elementos de la Tierra (Daily et al. 1997).

La segunda función es la de tratamiento de basura. Los sistemas naturales, soncapaces de almacena y reciclan ciertas cantidades de desperdicios humanos orgánicose inorgánicos a través de la disolución, asimilación y recomposición química. Los bos-ques por ejemplo filtran partículas de polvo y los humedales u otros ecosistemas acuá-ticos pueden tratar relativamente grandes cantidades de desperdicios orgánicos (DeGroot et al. 2002). El beneficio de este servicio es el del control de la polución y lafijación de partículas.

Figura 7. Cultivo de tulipanes

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Geología y geomorfología: El mismo fue moldea-do por la acción del avance y retroceso del glaciar.

Relieve: Paisaje conformado por un relieve irre-gular, en donde se encuentra la laguna homónimarodeada de distintas elevaciones antiguas con di-versas pendientes.

Clima / Hidrologia: La laguna aporta un flujo de

agua hacia el Río Percey, en el que desemboca elArroyo Esquel. Por el paisaje transcurre el Arroyola Calera, que es uno afluentes al Arroyo Esquel.

Vegetación y uso: Esta conformada por vegetación de estepa arbustiva y plantacio-nes forestales. Las segundas son usadas para la fijación del suelo y futura utilizaciónde la madera. Sobre los bordes de la laguna se encuentra vegetación palustre.

Unidades de Paisaje: Su heterogeneidad espacial esta dada por: La laguna «La Zeta»,es un espacio de recreación y deportes. Las unidades «Valle Zeta» y «Valle Zeta Relie-ve» presentan características muy afines entre si y se diferencian una de otra por pe-queñas características topográficas. Las unidades «Escarpe Fuerte» y «Escarpe Suave»,

presentan diferencias de pendiente y relieve, siendo la primera más abrupta y pronun-ciada que la segunda. La ultima unidad, llamada «Meseta» es una antigua superficie,fuertemente erosionada y desgastada, con pendientes suaves.

Usos: La Municipalidad de Esquel en su código de planeamiento, establece que unaextensa superficie de este paisaje como área protegida. Por lo tanto este paisaje esampliamente en utilizado debido a las distintas actividades de recreación y ocio queen el se desarrollan.

Servicios: Varios son los beneficios de este paisaje. Entre ellos se encuentran losservicios de regulación del agua, retención del suelo, los servicios de comida y materiaprima, refugio y nursery, también los diferentes servicios de recreación y actividades

El Arroyo Esquel que atraviesa este paisaje funciona como un digestor ya que es lavía, para la evacuación, de los líquidos cloacales. La digestión amortigua las conse-cuencias para los pobladores aguas abajo.

En la actualidad esta función es cumplida en condiciones desfavorables por que el

arroyo funciona como receptáculo no solo de líquidos insuficientemente tratados, sino que recibe efluentes que provienen de desagües clandestinos (Esquel-SEAS 2001).

Existe un uso natural de algunas unidades para la conmemoración religiosa. Estosservicios se denominan Información Espiritual. En este paisaje se localiza en las unida-des, Montañita y Meseta, al Noreste del mismo.

Paisaje La ZetaUbicación:  Se ubica muy próximo a la ciudad

sobre cerro «El Tero». Es el límite oeste del área deestudio. Limita por el este con el «Arroyo Esquel»y el paisaje «Regimiento», al Norte con el paisaje

«La hoya». Se ubica entre las cotas 700 a 800 m. Suextensión es de 2730 hectáreas (Figura 8).

Figura 8. Fotografía aérea paisajeLa Zeta

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218  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

deportivas. Estos se desarrollan en las distintas unidades del paisaje.

La laguna la Zeta es una unidad importante porque provee un hábitat para especiessalvajes. El mantenimiento saludable de dicho espacio es una condición necesaria parael mantenimiento de comunidades de macrofitas y plancton y del refugio para la

avifauna del lugar (De Groot et al. 2002). Al borde de esta laguna se desarrollan natu-ralmente ciertas especies forrajeras ap-tas para el pastoreo. Las mismas sonutilizadas por el ganado y la fauna dellugar. Este beneficio se denomina Ser-vicio de Comida.

Las unidades de paisaje «Valle Zeta»y «Valle Zeta Relieve» se ubican haciael extremo norte de la laguna. En estasunidades es posible desarrollar distin-tas actividades tales como de disfrutar

del paisaje, pintar, fotografiar, activi-dades de ecoturismo y deportivas (fi-gura 9). El beneficio que ofrecen los mis-mos es el disfrutar de un escenario «es-

tético». Muchas personas sienten un aprecio profundo por los ecosistemas naturales ypor lo menos algunas de las especies que los componen. Esto es evidente en el arte, enlas religiones y en las tradiciones de diversas culturas. Para muchos la naturaleza esuna fuente inigualable de admiración e inspiración, paz y belleza, satisfacción y reju-venecimiento (Daily et al. 1997).

Paisaje Tres PicosUbicación y Extensión: Este paisaje limita al estecon el paisaje «Aeropuerto», al oeste con el paisaje«Tres Picos», al sur con el paisaje «Regimiento».

Se halla entre las cotas 800 a 2100 m. Su extensiónes de unas 4000 ha aproximadamente (Figura 10).

Geología / Geomorfología: El modelado de estepaisaje se debe a la acción fluvial.

Relieve: El relieve presenta fuertes pendientes yvegetación y las laderas rocosas con pendientes más

suaves. También se encuentran relieves mas suavesdebido a la erosión y sedimentación como las plani-cies aluviales y abanicos aluviales.

Clima / Hidrologia: Las precipitaciones y nevadasen el paisaje son abundantes en el invierno. La preci-pitación media es de 738 mm y su temperatura me-dia anual es de 5.7°C (Vector Engineering 2002).

De este paisaje nacen aportes hacia el lado delpaisaje «Estepa», por los arroyos «Esquel viejo» y

Figura 10. Fotografía aérea paisajeTres Picos

Figura 9. Laguna La Zeta

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«Bandidos» y hacia el Paisaje «Regimiento» por un escurrimiento superficial y un flujosubterráneo.

Vegetación y usos: Pequeños bosques de Notofhagus sp.  intercalado entre estepassubarbustiva y una arbustiva. La estepa subarbustiva esta dominada por Mulinum spinosum

(neneo) y Festuca pallescens (coiron blanco) y Poa ligularis (coiron poa). La arbustiva estaconformada por Andemisia (manuel choique), Berberis (calafate) y Schinnus patagonica(laura). (Vector Engineering 2002).

Unidades de Paisaje: Este paisaje presenta una gran heterogeneidad de unidades.

Usos: En este paisaje se encuentra ubicada el área de la futura explotación minera.También es utilizado con actividades de recreación y ocio.

Servicios: Los distintos servicios más importantes provistos por este paisaje son: lade retención del suelo, regulación y suministro de agua, los de recreación y turismo,en las funciones de producción el servicio de extracción de recursos no renovables y el

de recursos genético. Este último le con-fieren características especiales al paisaje,por poseer especies de Nothofagus las queson utilizadas por los investigadores.

En este paisaje se encuentran laderascon bosque con una capa de mantillo en elsuelo. Los beneficios derivados son la for-mación de materia orgánica. Una fraccióncomponente del suelo y de vital importan-cia para mantener la productividad de lossuelos. Dado que los procesos formadores

de suelo son lentos, el aporte es beneficio-so en mantener la estabilidad y losnutrientes para el sustento de la cubiertavegetal.

La posibilidad que ofrece este paisaje esla de proveer una concentración «anóma-la» de yacimientos minerales. Esta provi-sión de recursos naturales que contiene mi-nerales a poca profundidad valuados económicamente en los mercados es aprovecha-da por la actividad minera, la cual produce la extracción, procesamiento y posteriorventa del producto. Estas empresas aprovechan el beneficio de la explotación hastaproducir el agotamiento del recurso. Se encuentran también algunos restos arqueoló-gicos en este paisaje. Los mismos brindan un servicio denominado cultura, que estaproporcionado por el conocimiento que ofrecen los restos.

Paisaje La HoyaUbicación y Extensión: En este se encuentra el centro de esqui y se ubica hacia el

norte de la ciudad. Forma parte de la porción oeste del cordón Esquel. Se ubica alnorte del paisaje «Regimiento» y al oeste del paisaje «Tres Picos», su extensión es de1500 ha aproximadamente. Se encuentra emplazado entre las cotas 800/2100 m y abar-ca unas 3700 hectáreas (Figura 11).

Figura 11. Fotografía aérea paisaje La Hoya

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220   Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

Geología / Geomorfología: El modelado de este paisaje, quebrado e irregular, esproducto de la acción erosiva de los glaciares. Sus características más sobresalientesson: una serie de laderas con distintas orientaciones y de pendientes pronunciadasque presentan reptación y movimientos de suelo.

Relieve: El relieve es irregular y quebrado. Sus pendientes van desde muy pronun-ciadas a abrutas. Algunos sectores presentan un relieve mas regular y suave.

Clima / Hidrologia: En esta área se producen precipitaciones y nevadas. Las nevadasde mayor intensidad se producen mas comúnmente en la porción más elevada y fría.Las mismas se producen más frecuentemente en la estación invernal. Este paisaje rea-liza un aporte hacia las cuencas hídricas de los paisajes adyacentes.

Vegetación y usos: El grado de ex-posición de las laderas regula la cober-tura vegetal. Hay ladera de desiertofrió sin cobertura, pequeños bosquesde lenga y también vegetación de es-tepas arbustivas con arbustos bajos yesparcidos.

Usos: En este paisaje se ubica el cen-tro de actividades invernales « La Hoya« que funciona tanto en inviernocomo en verano. También este paisa- je es utilizado para distintas activida-des como las caminatas, ciclismo demontaña, escalada, etc.

Servicios: Este paisaje provee ser-vicios: el de regulación y suministro deagua, de retención del suelo, de re-creación y turismo.

Los de regulación constituyen la distribución uniforme del agua sobre la superficiehacia la zonas de recarga de acuiferos. Dentro de las funciones de hábitat estas unida-des ofrecen el servicio de refugio para ciertos animales como los guanacos.

Existe un uso directo en los servicios de recreación que se produce por el uso poten-cial de estos paisajes. Este uso esta dado por las distintas actividades, como el esquí ylas actividades de montaña. Los mismos son utilizados por empresas o en forma indivi-

dual.

Paisaje AeropuertoUbicación y Extensión: Es la gran estepa ubicada al pie del Cordón Esquel. Limita al

este con el paisaje « Estepa Patagonica «, en el oeste con el paisaje « Tres Picos « y alsudeste con el paisaje « Regimiento «. Se encuentra entre las cotas 700 a 800 m. Estepaisaje que abarca 4500 ha es el de mayor extensión en el área de estudio (Figura 12).

Relieve: Un paisaje compuesto por una estepa plana y amplia con desniveles muysuaves y algunos sectores más rugosos como los que se observan en los bordes de lalaguna Esquel. Presenta un diseño de drenaje anasto-mosado.

Figura 12. Fotografía aérea paisaje Aeropuerto

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Figura 13. Vegetación en paisajeAeropuerto

Paisaje Estepa PatagónicaUbicación y Extensión: Típico paisaje de la

estepa patagónica o del distrito occidental,

representa él limite este del área de estudio.Su limite oeste es el paisaje « Aeropuesto «.Se emplaza entre las cotas 700 y 800 m. Suextensión es de 1000 ha aproximadamente (fi-gura 14).

Geología / Geomorfología: Este paisaje esta desarrollado sobre depósitos glaciariosy proglaciarios. De origen fluviales y correspondientes al Pleistoceno y Holoceno res-pectivamente (Vector Engineering 2002).

La forma de acumulación mas conspicua son depósitos morrenicos no estratificadosy un drenaje fuertemente anastomosado (Vector Engineering 2002).

Figura 14. Fotografía aérea paisaje Estepapatagónica

Hidrologia: Recibe numerosos escurrimientospequeños estos provienen de las cuencas delpaisaje» Tres Picos». Las precipitaciones mediasanuales (738 mm) y las nevadas producen im-portantes aportes a los escurrimientos en la épo-

ca de deshielo.

Vegetación y usos: El tipo de vegetaciónpredominante es una estepa mixta degramíneas y arbustos (figura 13) en la cualaparecen incluidas las vegas de ciperáceas(mallines) Las principales especies incluyen:Festuca pallescens, Acaena magellanica,Juncus balticus, Carex gayana .

Unidades de Paisaje: Se pueden agrupar en4 unidades. Las mismas son: « Anastomosadosuave « y la unidad llamada W « Estepa Lagu-na « y la unidad C « Estepa Aeropuerto « conpequeñas diferencias de relieve entre sí, latercera es la» Laguna Esquel « un importanteespejo de agua.

Usos: En esta área esta emplazado el aero-puerto de Esquel. El resto del área es utilizadapara pastoreo ovino (Cabrera 1947). La lagu-na Esquel es usada como área de recreación yeducación con avistaje de aves.

Servicios: Este paisaje provee distintos ser-vicios tales como el suministro de agua, la re-tención del suelo, refugio para la fauna ade-más se encuentran los servicios de comida yproducción ovina junto con los servicios derecreación.

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222  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

Relieve: Amplio espacio con relieves ondulados suaves a planos.

Vegetación: La vegetación que predomina es una estepa mixta de gramíneas y ar-bustos. Las especies dominantes en la estepa son: Mulinum spinosum   (neneo),Andemisia capestris , Festuca pallescens  (Cabrera 1947).

Unidades de Paisaje: Se caracteriza con una sola unidad llamada «Anastomosadofuerte»

Usos: Dentro de este paisaje se encuentran establecimientos ganaderos. Tambiénes utilizado como espacio para el ocio, la recreación y contemplación.

Servicios: La unidad de paisaje « Estepa» de este paisaje provee servicios de reten-ción del suelo, regulación de agua, tratamiento de basura, producción de comida yrecreación.

Valoración de los servicios del paisaje

Datos utilizados para el cálculoNuestro análisis de la heterogeneidad del área hasta el nivel unidades de paisajepermitió medir la superficie total de la zona que es de 24118 ha. correspondiente acada bioma presente en los diferentes paisajes.

 El bioma pastizal incluye a las estepas y pastizales. Las primeras se encuentran entodos los paisajes, el segundo tipo de vegetación se encuentra solamente en el paisaje«Arroyo Esquel». Este bioma es el que mayor extensión ocupa en el área. El biomabosque abarca unas 1200 ha y el desierto 1576 ha.

Los valores de los servicios sin precio de mercado utilizados para el cálculo asignados a

cada bioma según Costanza et al. 1987 (Tabla 1).

El tipo de vegetación con mas valor por hectárea para estos servicios sin valor en elmercado es el « humedal «. En segundo lugar se encuentra el «pastizal».

Tabla 1. Valor de los servicios sin valor en el merc ado para cada tipo de vegetacionFuente: Costanza et al. (1987)

U$S/ha/año

Estepa Bosque Templado Humedal Desierto Pastizal

Funciones de Regulación

Regulación del agua   3 0 15 0 30

Retención del suelo   29 0 0 0 0

Suministro de agua   0 3 3.800 0 7.600

Formación de suelo   1 10 0 0 0Tratamiento de basura   87 87 4 177 0 1 659

Funciones de hábitat

Refugio/nursery   0 0 304 0

Funciones de Producción

Comida   67 43 256 0

Recursos genéticos   16

Funciones de Información

Información cultural   2 881

Ciancias y educac ión

Recreación   2 66 574

Información estética

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  223

Las principales actividades productivas el paisaje actual del área estudiada son: Lasproducciones de fruta fina y bulbos, la producción la producción ovina, el turismo y laspasturas.

Valor total: Contribución de diferentes servicios y paisajes

Según el cálculo realizado, el valor total de los servicios del paisaje en el área estu-diada es de U$S 19.586.739 por año (Tabla 2). La contribución a este valor de los dife-rentes paisajes es notoriamente despareja como resultado de sus diferencias en suextensión y en sus características naturales. El mayor aporte lo realiza el paisaje Arro-yo Esquel. Esto se debe a sus caracteristicas naturales y los valores de los servicios sinprecio en el mercado que en el se desarrollan son altos. La composición del valor totalde los servicios del paisaje incluye una alta proporción de las funciones de regulación.El menor aporte lo efectúan las funciones de hábitat.

Tabla 2. Valor de los servicios y beneficios provistos por el Paisaje en la actualidad (U$S/AÑO)

FUNCIONES  ESTEPA   AEROPUERTO

  TRESPICOS

  LA HOYA   REGIMIENTO  AºESQUEL   LA ZETA   TOTAL 2

3.210 28.131 4.371 2.949 14.934 29.436 9.141

31.030 202.333 42.253 28.507 125.947 61.828 77.053

0 1.824.000 3.600 0 482.600 5.836.800 296.400

1 070 6 977 13 457 2 132 4 343 2 132 2 657

93.090 606.999 231. 159 185.484 388. 890 3. 267.246 231. 159

     D     E     R     E     G      U      L     A     C      I      Ó      N

128. 400 2. 668. 44 0 29 4. 840 219. 07 2 1. 016. 714 9. 197. 442 61 6. 410   14.141.318145.920 38.608 23.712

     D     E

     H      Á     B

     I     T     A     T

145 920 38 608 23 712   208.24071 690 590.339 98.819 983 323.493 142.844 1 97.987

19.200

185 256

770 6 751 1 049 708 3 584 438.117

2.000.000

31.778

6 300     D     E     P     R     O      D     U      C      C      I      Ó      N

72 460 597 090 119 068 1 691 327 077 2 804 295 197 987   4 119 668422 880 2 400 111 887 68 718

2.140 289.474 82.114 1.966 81.584 4.264 50.086     D     E

     I     N     F     O      R     M     A     C      I      Ó 

     N

2.140 712.354 84.514 1.966 193.471 4.264 118.804   1.117.513

203.000 4.123.804 498.422 222.729 1.575.870 12.006.001 956.913   19.586.739TOTAL 1 TOTAL 3

TOTAL 2

TOTAL 3

Regulación del agua

Retención del suelo

Suministro de agua

Formación de suelo

Tratamiento debasura

TOTAL 1

Refugio/nursery

TOTAL 1

Comida

Recursos genéticos

Extracción deminerales

Pasturas

Producción ovina

Producción fruta fina

Bulbos

Producción Hortícola

TOTAL 1

Información cultural

Ciancias y educaciónRecreación

Información estética

Turismo

TOTAL 1

TOTAL PAISAJES

Total del paisaje para cada tipo de función

Total de cada función para los paisajes

Gran Total

El Paisaje «Arroyo Esquel representa mas del 50% del total. El servicio de recrea-ción, en cambio se concentra en el paisaje «Aeropuerto», si bien su valor asignado enla recreación es bajo, la gran extensión de este paisaje determina una alta contribu-ción potencial al de las funciones de regulación que incluyen el suministro y regula-

ción del agua.Las funciones de producción actual se concentran en el paisaje arroyo Esquel. Estas

son las de segunda magnitud en la composición total del paisaje. Lo cual representaque se concentren las actividades productivas de alto valor en este paisaje. El aportemás pequeño lo proporciona el paisaje tres picos (3%).

Posibles influencias de la minería sobre los servicios del paisaje Efectos esperables sobre la estructura y el funcionamiento del paisaje.La explotacion de oro se encuentra al Noreste de la ciudad de Esquel en el paisaje

«Tres Picos» a 6 Km en línea recta de la ciudad. En el sitio ya se construyeron caminos deacceso. Se prevé la construcción de diversos edificios como, depósitos y laboratorios.

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224  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

La extracción del mineral se realizaría por de medio un tajo abierto continuo ygrande, una serie de tajos discontinuos de menor envergadura y una explotación sub-terránea. La Planta de tratamiento del la explotación procesaría 3.000 toneladas deminerales de oro y plata por día.

El personal de la empresa deberá asentarse en la Ciudad de Esquel. La vida útil deeste emprendimiento es de 10 años, aunque puede variar por el precio del producto yde las reservas (VectorEngineering2002).

La extracción de oro produciría alteraciones estructurales directas del paisaje en elárea de explotación ubicada en el paisaje Tres Picos así como en los paisajes que seríanafectados por obras relacionadas con la construcción de la construcción de caminos,de viviendas para el personal, etc. Estos cambios estructurales resultarían en modifica-ciones en el funcionamiento de los paisajes afectados directamente así como de paisa- jes vecinos conectados con ellos principalmente por flujos de agua superficial o subte-rránea. La excavación y remoción de material y la eliminación de cobertura vegetalalterarían los patrones de infiltración y escurrimiento del agua. Esto resultaría en

modificación de drenajes naturales, alteración de los caudales y aumento de la erosiónasí como determinaría la posibilidad de contaminación de las aguas y la ocurrencia dedrenajes ácidos en los años posteriores al cierre de la mina Estos cambios, así como lasmodificaciones en la cobertura vegetal afectarían a la biota como resultado de pérdi-da de hábitat y afectación de corredores, con los posibles resultados de pérdida debiomasa y de diversidad. Actividades económicas dependientes de la estructura delpaisaje, de su biota y de la calidad del agua como son la producción ganadera y el usoturístico, así como servicios básicos como la provisión de agua potable podrían resul-tar afectados. La modificación de este paisaje afectaría además servicios de índolecultural como la preservación del patrimonio arqueológico. Además, los cambios apar-tarían el paisaje real del inscape, el molde del paisaje deseado por quienes lo habitan.

Los patrones de drenaje superficial y subterráneo serían los principales determi-nantes de la posible influencia de la actividad minera centrada en el paisaje Tres Picossobre los restantes paisajes vecinos. En este sentido anticipamos que los paisajes quepodrían resultar seriamente afectados son Estepa, Aeropuerto, Regimiento y ArroyoEsquel, los dos primeros principalmente debido a la conexión a través del drenaje su-perficial y los dos últimos y como resultado de drenaje subterráneo.

Valuación económica del impactoPara producir una evaluación económica del posible impacto de la actividad minera

sobre la provisión de servicios del paisaje, elaboramos un escenario hipotético, en elcual los efectos de los impactos ambientales repercuten muy fuertemente en el fun-

cionamiento del paisaje. Bajo las condiciones propuestas en este escenario, los valoresde los diferentes servicios provistos por cada paisaje durante el período de 10 años deactividad de la mina serían afectados como se presenta en la Tabla 3. Durante esteperíodo el valor total del paisaje ganaría el agregado correspondiente al producto dela mina y perdería el valor correspondiente a los servicios afectados.

El impacto esperado de la actividad minera durante el períodos de actividad de lamina sobre el valor de los servicios difiere marcadamente entre los diferentes paisajes.Este impacto produce un aumento fuerte en el valor total del paisaje « Tres Picos «.Este aumento es consecuencia del valor del servicio que produce la extracción de re-cursos minerales. Debido al impacto de la misma la mayoría de los paisajes disminuyenfuertemente su valor.

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  225 

Tabla 3. Cambios estimativos en el valor total del paisaje durantela actividad minera (U$S/año)

FUNCIONES ESTEPA   AEROPUERTO   TRES PICOS LA HOYA   R EG IMIENTO A º ESQUEL LA ZETA TOTAL 2

Regulación del agua -3.210 -28.131 -4.371 2.949 -14.934 -29.436 9.141

Retención del suelo -31.030 -202.333 -42.253 28.507 -125.947 -61.828 77.053

Suministro de agua 0 -1.824.000 -3.600 0 -482.600 -5.836.800 296.400

Formación de suelo -1.070 -6.977 -13.457 2.132 -4.343 -2.132 2.657

Tratamiento de b asu ra - 93. 090 -606. 999 - 231. 159 185. 484 -388. 890 -3. 267. 246 231. 159

     D     E     R     E     G     U     L     A     C     I      Ó     N

TOTAL1

-128. 400 -2. 668. 440 - 294. 840 219. 072 -1. 016. 714 -9. 197. 442 616. 410   -12.470.354

Refugio/nursery -145.920 -38.608 23.712

     D     E

     H      Á     B     I     T     A     T

TOTAL1

-145.920 -38.608 23.712   -160 816

Comida -71.690 -590.339 98.819 983 -323.493 -142.844 197.987

Recursos genéticos 19 200

Extracción de minerales 35.059.924

Pasturas -185 256

Producción ovina -770 -6.751 1.049 708 -3.584 -438.117

Producción fruta fina -2.000.000

Bulbos -31.778

Producción Hortícola 6 300     D     E     P     R     O     D     U     C     C     I      Ó     N

TOTAL 1 -72.460 -597.090 35. 178.992 1.691 -327.077 -2. 804.295 197.987   31.577.748

Información cultural -422 880 -2 400 -111 887 68 718

Ciancias y educación

Recreación -2.140 -289.474 -82.114 -1.966 -81.584 -4.264 50.086

Información estética

Turismo

     D     E     I     N     F     O     R     M     A     C     I      Ó     N

TOTAL1

-2.140 -712.354 -84.514 -1.966 -193.471 -4.264 118.804   -879.905

TOTAL PAISAJES -203.000 -4.123.804 34.799.638 218.797 -1.575.870 -12.006.001 956.913   18.066.673

TOTAL 1Total del paisaje para cada tipo de función TOTAL

3

TOTAL 2 Total de cada función para los paisajes

TOTAL 3 Gran Total

El valor del servicio de extracción repercute fuertemente en las funciones de pro-ducción . El paisaje «Tres Picos» incremente el valor de estos servicios mientras en losrestantes paisajes habría perdidas relativamente pequeñas.

Una vez concluída la explotación, cesarían las ganancias asociadas con la extrac-

ción de oro pero contiuarían afectados principalemnte los servicios de regulacion, deproduccion y tambien los de informacion. Las principales pérdidas estaríanconcentradad en los paisajes « Arroyo Esquel» y « Aeropuerto».

 El volumen de estas pérdida en concepto de servicios alcanzaría a cancelar el superavitgenerado duante el período de explotación en 10 años.

DiscusiónSe ha demostrado que la minería afecta a muchos de los servicios que la naturaleza

ofrece gratuitamente generando daños y costos ambientales para la sociedad actual yfutura. Por ejemplo, en la Cuenca del Río Mantaro y Lago Junín (Perú), se observa ladegradación de la calidad del agua para consumo y uso agrícola, la eliminación de la

El impacto de la actividad minera afectaría a los servicios relacionados con las fun-

ciones de regulación, entre ellas la regulación del agua. El agua es un elemento de vital importancia para algunos de los servicios y benefi-

cios. Como por ejemplo, el suministro, la producción y las actividades de ocio entreotras. Se observa que las pérdidas en la regulación se concentran en el paisaje» ArroyoEsquel «. Esto significa la desaparición de servicios irremplazables.

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226   Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

vida acuática y la identificación en el agua de metales pesados provenientes del dre-naje ácido (Tolmos, 2000). Estos son algunos de los impactos esperados para el paisajede Esquel. En relación con el área de Esquel, este estudio muestra que el impacto quela minería tendría sobre los servicios de regulación provistos por el paisaje es poten-cialmente mayor que el que tendría sobre los servicios de producción. Esta diferencia

es especialmente significativa porque, como dichos servicios de regulación no se coti-zan en el mercado, la reacción oportuna de la sociedad frente a la perspectiva de sudeterioro o escasez depende de mecanismos diferentes de los del libre juego del mer-cado.

La premisa básica de la ecología del paisaje es que existe una estrecha relaciónentre la configuración espacial del paisaje y los procesos que en él se desarrollan, en-tendiendo por configuración espacial no sólo la naturaleza de sus elementos (los usosdel suelo o tipos de vegetación) sino las relaciones espaciales de vecindad, proximi-dad, forma, etcétera, que se establecen entre ellos (Junta de Andalucía 1992). Por lotanto existe una fuerte conexión entre las unidades de paisaje, que debería condicio-nar la cercana ubicación de la explotación a la ciudad.

Los resultados de este trabajo resaltan la importancia de considerar el largo plazoen relación con los efectos de las decisiones que afectan al paisaje. Por ejemplo, elbeneficio económico anual que produciría la mina de oro durante el período de explo-tación sería varias veces mayor que el valor anual del suministro de agua en el paisajedel área de Esquel. Sin embargo, según la bibliografía consultada (Sumi 2002), el dete-rioro de los servicios, como por ejemplo el causado por el drenaje ácido, aparece opersiste mucho tiempo después de finalizada la explotación. Por tal razón, el incre-mento en el valor total de los servicios del paisaje producido por la mina durante elperíodo de explotación, debería cubrir el costo del deterioro de largo plazo. La dura-ción del deterioro puede ser mayor que los plazos estipulados por las normas jurídicaspara la protección ambiental. Por tal razón, la sociedad recibe mínimos beneficios de

las ganancias de la extracción y luego debe hacerse cargo de los costos del deterioro.Entonces, podemos afirmar que quienes se benefician por el servicio de extracción(empresas privadas), son capaces de afectar los bienes públicos externalizando de estamanera sus costos ambientales.

Un problema a resolver en el contexto de nuestro enfoque de la resolución de con-flictos sobre el uso del paisaje es cómo manejar el caso hipotético de que aquellos quegeneran las pérdidas de los servicios estén dispuestos o sean obligados a asumir estoscostos. En tal caso, la valuación económica debería tener en cuenta las modificacionesen los valores de los servicios tengan o no precio de mercado a un largo plazo; yaquellos afectados por la percepción que tiene la sociedad de los mismos como semencionara anteriormente. De esta forma la socialización de los costos sobre el paisa- je sería más justa. En este caso, la explotación minera dejaría probablemente de ser unnegocio tan beneficioso para las empresas porque deberían afrontar el costo de lapérdida de servicios irremplazables.

Una limitación del método utilizado en este trabajo es que la metodología utilizadapara la valuación de servicios ambientales que no tienen un valor económico en elmercado se basa en la valoración que hace el hombre de ese servicio a través del «de-seo de pagar». Por tal motivo, el valor económico en estos casos queda liberado a lapercepción de las personas sobre el valor de ese servicio, basándose aquella general-mente en experiencias personales y en la educación ambiental que cada persona hatenido. Deberíamos cuestionarnos entonces la veracidad o fidelidad del valor real de

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estos servicios, y analizar si estos deben o no ser «valuados» a través de esta metodo-logía. Entonces estos resultados pueden subestimar los verdaderos valores que repre-sentan la provisión de uno o varios servicios del paisaje que no tienen valor en elmercado.

Los resultados obtenidos en este trabajo indican la afectación del funcionamientodel paisaje y sus servicios por la actividad de explotación minera bajo la forma pro-puesta de explotación y las características del paisaje del área de Esquel. Este análisisdebería contribuir a la toma de decisiones sobre usos alternativos del paisaje, con laconsiguiente conservación o pérdidas de servicios, consensuadas por toda la comuni-dad en un marco de participación democrática.

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  229

La valoración del paisajecomo un componente importante

de la calidad ambiental

 Arq. Msc. Daisy Rodriguez LaredoFacultad de Arquitectura, Artes, Diseño y Urbanismo,Universidad Mayor de San Andrés (FAADU - UMSA),

La Paz, [email protected]

ResumenEl paisaje es un recurso no renovable, que constantemente se va destruyendo y

transformando a causa de las constantes presiones del ser humano. Una vez destruidoun paisaje natural jamás se puede reconstruir otro que tenga las mismas característi-cas iniciales. Por esta razón es importante incorporar la dimensión ambiental en laplanificación urbana, para que se pueda verificar y valorar la oferta del medio naturalque se constituye en el soporte natural de las ciudades, con la demanda de ordeneconómico y social, respaldado por un marco conceptual y científico que no solo res-ponda a las necesidades sociales, sino también al respeto de los valores ambientales ya las limitaciones que tiene nuestra naturaleza. La presente tesis se llevó a cabo en lacomunidad de Callapa de la ciudad de La Paz, Bolivia. Actualmente es una área deinterfase rural - urbano, cuya actividad importante es la agricultura y crianza de ani-males especialmente vacas lecheras. Tiene un paisaje natural especial, con elementosnaturales significativos.

La metodología de estudio consistió en realizar una fotointerpretación y levanta-miento de campo, con lo que se elaboró la línea base. Esto permitió dividir la comuni-dad de Callapa en cinco unidades de paisaje con criterios naturales homogéneos. Serealizó un inventario del paisaje, que dio como resultado las potencialidades, riesgosnaturales y riesgos morfoclimáticos de cada unidad de paisaje. Se coadyuvó el estudiocon cuestionarios para identificar la percepción de la población local y profesionalesrelacionados con la planificación urbana, de acuerdo a sus preferencias y sus expecta-tivas referidas al paisaje.

Todos los datos obtenidos tanto del inventario y de las encuestas se sistematizaronpara identificar los elementos primarios no modificables y los elementos secundariosdel paisaje. Luego se definió una escala de valores cualitativos, lo que determinó la

valoración de la calidad del paisaje de las cinco unidades de paisaje presentes en Callapa.Se concluyó el estudio con una propuesta de ordenamiento paisajístico. La poblaciónesta consciente de que la única manera de mantener el rol actual de Callapa es contro-lando el loteo indiscriminado y en la manera en que mantengan, realcen y sepan utili-zar sosteniblemente los atributos naturales podrán conservar la calidad ambiental. Lavaloración del paisaje como componente de la calidad ambiental se puede considerarcomo un paradigma ambiental que aporta directamente al mejoramiento de la cali-dad de vida.

AbstractThe landscape is a non-renewable resource, which is being constantly destroyed

and transformed by human pressure. When a landscape is destroyed, it is impossible

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230   Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

to rebuild another with the same initial characteristics. For this reason it is importantto incorporate the environmental dimension in the urban planning, to be able to verifyand price the offer of the natural cycle that constitutes the natural support of thecities, with the demand of the economic and social order, supported by a conceptualand scientific background that not only answers to the social needs, but also cares forthe environmental values and considers the natural landscape limitations.

The present thesis was performed in the community of Callapa of La Paz city, Boli-via, at present it is a rural - urban interface, whose main activity is agriculture andanimal raising, specially for milk production. It has a particular natural landscape, withnatural significant elements.

The study methodology consisted in a phothointerpretation and field survey, withwhich the base line was elaborated. This allowed to classify the Callapa communityinto five landscape units on the basis of homogeneous natural criteria. An inventoryof the landscape was done, to evaluate the potential, natural risks and morphoclimaticrisks of each landscape unity. The study was assisted with questionnaires, in order to

identify the perception of the local population and technicians involved in urbanplanning, in relation with their preferences and their expectations of the landscape.

The information obtained through the inventories and the surveys weresystematized for identifying primary elements that cannot be modified and secondaryelements of the landscape. Then the scale of the qualitative values was defined, andthe quality value of each unit was determined. The study was finished with a proposalof a landscape planning. The population is conscious that the only way of keeping theactual role of Callapa is to control the uncontrolled land parcelling, and thatenvironmental quality will be preserved only if natural attributes are enhanced, andused properly. The landscape value as component of the environmental quality, canbe considered as an environmental paradigm that contributes directly to the

improvement of the life quality.

IntroducciónLa característica fundamental del proceso de urbanización en América Latina es su

excesiva concentración. La urbanización es parte del proceso de desarrollo de un país;sin embargo su concentración en pocos centros de grandes dimensiones y con unatasa elevada de crecimiento de la población urbana debido a la migración ejerce unefecto negativo en las relaciones urbano - rurales (Strauss, 1981). Este crecimientogenera un cambio drástico de un equilibrio armonioso a un dominio casi total de edi-ficación. Actualmente son los edificios que marcan el paisaje, anulando la presencia dela naturaleza en la mayoría de estas ciudades (Rodríguez, 1998). La problemática am-biental urbana radica en la relación del asentamiento humano con respecto a su so-

porte natural. Este puede sufrir transformaciones, en muchos casos irreversibles, porefecto de la perturbación al medio natural, por medio de aspectos como la superposi-ción indeseable de usos del suelo, conversión descontrolada del suelo rural en urbano,tala indiscriminada de árboles en reservas forestales urbanas, todo esto nos lleva auna destrucción casi total del paisaje natural en las ciudades. En el área rural, las dife-rentes obras de infraestructura como la apertura de vías, construcción de viaductos,asentamientos humanos, van destruyendo cada vez mas el paisaje natural sin valorarlos recursos naturales y culturales que se puedan perder. El paisaje es un recurso norenovable. Una vez que se destruye un paisaje natural jamás se puede reconstruir otroque tenga las mismas características iniciales.

Por los aspectos anteriormente mencionados es importante realizar una

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232  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

vida y calidad ambiental. Por esta razón es importante incorporar la dimensión am-biental en la planificación urbana, para que se pueda verificar y valorar la oferta delmedio natural que se constituye en el soporte natural de las ciudades, con la demandade orden económico y social, respaldado por un marco conceptual y científico que nosolo responda a las necesidades sociales, sino también al respeto de los valores am-bientales y a las limitaciones que tiene nuestra naturaleza. De esta manera se podráreivindicar al paisaje en su verdadera magnitud como un componente importante enla calidad ambiental y en la planificación urbana.

Problema La falta de importancia que se da al paisaje en la consideración de lacalidad ambiental, y la planificación urbana, es la causa para que día a día se vayatransformando y destruyendo la imagen ambiental y el paisaje natural en áreas deinterfaces urbano rural de nuestras ciudades en Bolivia.

Hipotesis.Hipotesis.Hipotesis.Hipotesis.Hipotesis. En base de un estudio de caso se puede construir criterios de valoracióndel paisaje a fin de contribuir a la conservación y planificación de uso del mismo, comocomponentes importante de la calidad ambiental en áreas de interfase rural - urbano.

Objetivos del estudioObjetivo General• Definir y establecer bases conceptuales y prácticas para valorar y consolidar al

paisaje natural, como un componente importante de la calidad ambiental y de laplanificación urbana, en un área de interfase rural - urbano, a través del análisis de lasituación en la comunidad de Callapa de La Paz, Bolivia.

Objetivos Específicos:• Analizar los componentes y características del paisaje en la comunidad de Callapa,

para realizar un inventario paisajístico con el fin de identificar sus potencialidades ysus riesgos naturales.

Examinar los problemas ambientales existentes por la transformación del paisajenatural con los diferentes asentamientos humanos, en el área de estudio.• Identificar la percepción, la valoración, requerimientos y aspiraciones de los ac-

tores sociales (los residentes, los estudiantes residentes y profesionales) acerca delpaisaje.

• Establecer los elementos estructurantes (elementos primarios no modificables ylos elementos secundarios del paisaje natural) que dan valor al paisaje, para establecerbases de valoración de la calidad del paisaje en la comunidad de Callapa.

• Elaborar una metodología de valoración del paisaje para la planificación urbanaen áreas de interfase urbano - rural, para que se considere al paisaje como un compo-nente importante de la calidad ambiental.

MetodosAlcance metodológico. El desarrollo metodológico de la presente tesis esta diseña-

do en función a elaborar criterios de valoración del paisaje. Las pautas que se tomaronen cuenta tienen componentes perceptuales, naturales, paisajísticos, y socioculturalesmanejados con un criterio holístico. El primer aspecto que se consideró fue el conoci-miento del paisaje para comprender el comportamiento ecológico de la comunidadCallapa, con ayuda de fotos aéreas de los años 1981, 1987, 1994 y datos obtenidos coninformación de la población más anciana del lugar. Se dividió el área de estudio enunidades de paisaje, de acuerdo a los límites naturales y características naturales ho-mogéneas. Luego se realizó el inventario del paisaje identificando y relevando en elárea los elementos que caracterizan, estructuran, cualifican, incluso que modifican el

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Tabla 2. Cuadro de valoración de los elementos del paisaje.

Morfología valor Hidrologia valor Cobertura vegetal valor

ondulada natural 6 agua clara 6 Estado natural bosque 6

casi natural 4 casi natural 4  vegetación alta

c/manchones  4

dañado- terraceado 2 alterado 2  vegetación alta puntual

arbustos  2

destruido / dañado 0  Contami-

nado   0 sin vegetación 0

Pendientes valor Visibilidad valor Visuales valor

Mayor a 30%

(naturales)  6 total 6 panorámicas 6

29 - 21% 4 parcial 4 abiertas 420 - 11 % 2 nada 0 cerradas c/interés 2

10 – 0 % 0 cerradas s/interés 0

Deslizamiento poragua subterránea

  valor  Riesgos

por ríos  valor Usos del suelo valor

sin deslizamiento 6 bajo riesgo 6 cultivo-forestal 6

poco 4  riesgo

moderado  4

  vivienda- cultivo-ganado

  4

moderado 2 alto riesgo 2 vivienda- cultivo 2

Alto 0 vivienda 0

• Sistematización de datos.  Lainterpretación de las fichas de in-ventario y la percepción de los ac-tores sociales, posibilitó elaborarvarios planos: plano de unidadesde paisaje, red de drenaje y vías,cobertura vegetal. Mediante la su-perposición de estos planos se ela-boraron los planos de elementosprimarios y secundarios del paisa- je, de calidad de paisaje y de zonaspropuestas para uso y proteccióndel paisaje de Callapa.

• Valoración del paisaje. El mé-todo utilizado en la valoración delpaisaje es un método ecléctico que

se ha construido especialmente para la tesis. En el sistema de valoración se considera-

ron dos componentes, una valoración a cada elemento natural y al paisaje mismo. Seconstruyeron tres tablas para poder realizar la valoración del paisaje. La tabla 2 querefleja la escala de valores que se asigna a cada elemento del paisaje, y en la tabla 3 seestablece la escala de valores para definir la calidad del paisaje y sus características delas cinco unidades de paisaje de la comunidad de Callapa de la ciudad de La Paz.

Con los datos de la tabla anterior y la sistematización tanto de los resultados delinventario del paisaje como del resultado de la percepción de los actores sociales seelaboraron los criterios de valoración de la calidad del paisaje existente en las unida-des de paisaje de Callapa.

Tabla 1. Principales variables de estudio

Factores Variables

naturales paisajísticos tipología de paisajemorfología

pendientescobertura vegetalorientaciónhidrología

perceptuales elementos singularesy situación visual remates - ópticas

tipología de visuales

socioculturales actividades y uso delespacioriesgos morfoclimáticos

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Tabla 3. Escalas de valor para definir la calidad del paisaje, sus características y los coloresque se utilizaron en la construcción del mapa de calidad paisajística

escala devalor

calificación delpaisaje

  calidad delpaisaje

características delpaisaje

color a utilizaren el mapa

6  espléndido,

exquisito  excelente totalmente natural verde oscuro

5  hermoso,

precioso  muy buena existe armonía natural verde claro

4  agradable,

bonito  buena

  con elementosnaturales

  Amarillo

3 regular mediapocos elementosnaturales mayor

intervención antrópicacafé claro

2 indiferente regular  sin elementosnaturales importantes

  café oscuro

0   feo,desagradable

mala  perdida total de

elementos naturales  Plomo

Con todos estos datos se construyó una matriz con la escala de valores reflejada enla tabla 3, se realizó una sumatoria de los valores de todos los elementos por unidad yse dividió de acuerdo al número de los elementos presentes en cada unidad de paisaje.El valor resultante fue el que definió la calidad del paisaje. Con estos datos se elaboróel mapa de calidad del paisaje.

ResultadosLos resultados en primera instancia se obtuvieron de la interpretación, tabulación y

sistematización del inventario del paisaje, en segunda instancia de la percepción delos encuestados, que reflejan las aspiraciones de los actores sociales, y los elementosnaturales mas importantes en el paisaje de Callapa, que se constituyen en las potencia-

lidades. Los datos sobre los riesgos y problemas ambientales permitieron identificarlas debilidades presentes en Callapa. Con todos estos resultados se logró establecer loscriterios de valoración del paisaje de la comunidad.

Inventario de las unidades de paisaje.  En la Tabla 4 se presenta las unidades delpaisaje identificadas y el área correspondiente a cada unidad.

El inventario del paisaje de Callapa se realizó en función de las unidades de paisaje,de acuerdo a las características naturales, las potencialidades de cada área, y todaslas consideraciones detalladas anteriormente. La descripción y presentación de los re-sultados de cada unidad de paisaje esta en función de los tres factores que caracteri-zan al paisaje con sus variables correspondientes.

Las potencialidades, los riesgos existentes definieron los elementos primarios nomodificables: como los conformadores básicos estructurantes del paisaje de Callapa,los elementos perceptuales resultantes de las encuestas e inventarios definieron loselementos calificables singulares, los elementos naturales a penas insinuados peroagradables paisajísticamente definieron a los elementos secundarios modificables. Sise respetaran estos elementos se podrían conservar las potencialidades que tiene lacomunidad y/o conservar el paisaje aún natural.

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240   Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

Tabla 6. Valoración del paisaje de Callapa según la percepción de los actores sociales.

rar que la zona de Callapa es bella. La población indicó que las razones porque consi-deran que es bella son porque mantiene su naturalidad, es verde, por el clima y lavegetación, por que el paisaje se mantiene natural y las vistas son bonitas, porque quela comunidad tiene todo como árboles, cerros, frutas, ríos, animales, además de serabrigado, caliente, tranquilo, no existe contaminación y no existen fábricas.

Factores socioculturales.Dentro de los factores socioculturales se ha contemplado el uso de suelo, los ele-

mentos naturales peligrosos, los riesgos morfoclimáticos y los problemas ambientalesexistentes en la zona. Porque todos estos componentes están relacionados a las modi-ficaciones que el ser humano realiza en el paisaje natural. La preferencia de uso desuelo esta condicionada a la tipología de paisaje, la morfología, la pendiente y lasposibilidades de riego, que tiene cada unidad de paisaje, sin embargo el uso de suelopredominante es agrícola. En cuanto a los riesgos la mayoría indicó que los ríos Chicani,Jilusaya y el río Irpavi son peligrosos especialmente en la época de lluvias. Los riesgosmorfoclimáticos están relacionados con el crecimiento urbano, la ocupación del suelode manera irracional. En el presente estudio se tomó en cuenta la construcción de las

casas, y el efecto negativo que tuvo en la transformación del paisaje natural, y en elcambio de actividad de la población. Los problemas ambientales que se encuentran enCallapa, se constituyen en debilidades ambientales, las cuales se convertirán en desa-fíos ambientales que afectan directamente al paisaje natural, estos son: la basura, es-pecialmente en el área poblada y la presencia de escombros.

Elementos primarios no modificables y elementos secundarios del paisaje

de Callapa.Con todos los resultados que se obtuvieron tanto de la valoración del inventariodel paisaje (Tabla 5) como de la valoración que realizaron los actores sociales (Tabla 6)se construyó la Tabla 7 correspondiente a los elementos primarios no modificables ylos elementos secundarios presentes en cada unidad de paisaje. Los primeros elemen-tos deberían determinar los elementos estructurantes para elaborar el plano deremodelación de Callapa mientras que los elementos secundarios deben ser considera-dos para realzar la belleza que por ahora se encuentra apenas insinuada.

Las unidades de paisaje agrícola y boscosa con cultivos son las que tienen mayorespotencialidades, mayores elementos conformadores básicos estructurantes y elemen-tos calificables.

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El valor total se obtuvo de la suma aritmética de los valores de las variables de cadaunidad, luego se dividió entre el número de las variables presentes en cada unidaddel paisaje. Con la escala de valores detallada en la Tabla 6 (valoración del paisajesegún la percepción de los actores sociales) y la Tabla 7 (de los elementos primarios nomodificables y elementos secundarios del paisaje de Callapa), y de la Tabla 5 (valora-ción de acuerdo al inventario de paisaje). Las escalas de valoración que se utilizaronestán descritas por cada elemento de los diferentes factores, detallados en la Tabla 2.Se pudo definir la calidad del paisaje y las características del paisaje de cada unidad delpaisaje presente en Callapa. Los resultados de la valoración de cada unidad definen lasdiferentes calidades de paisaje existentes en Callapa; con estos datos se ha elaboradoel mapa de calidad de paisaje.

Tabla 8. Valoración de la Calidad del paisaje de las cinco unidades presentes en Callapa.

Leyenda: 6 = paisaje espléndido, 4= paisaje hermoso, 2= paisaje indiferente, 0= paisaje feo, na = no aplica

UNIDADES DE PAISAJE

FACTORES variablesplanicie

conviviendas

vivenda -cultivo

  agrícolaSemicons -

truidaagreste

boscosacon

cultivos

morfología 2 2 6 0 6

hidrología 4 4 4 2 4

cobertura vegetal 2 2 4 2 6NaturalesPaisajísticos

pendientes 0 2 2 0 6

visibilidad 4 6 6 4 6Situación visualPerceptual   visuales 2 6 6 6 6

Socioculturales   usos del suelo na 2 2 2 Na

Deslizamientos 0 2 na 2 NaRiesgosRíos 0 2 6 0 2

T O T A L E S   2 3 5 2 5

Calidad de paisaje   Media Buena  Muy

buena  Media

  Muybuena

característicasdel paisaje

Indiferente  agradable

bonitoHermosoprecioso

  Indiferente Hermoso

precioso

color en el mapa   amarillo anaranjado  verde

claro  amarillo

  verdeclaro

a un sendero rodeado de retamas. La presencia de los animales en las diferentes uni-dades, se constituye en un elemento secundario dinámico y atractivo. Existen vacas,cerdos, ovejas, patos, gallinas y mariposas, en la unidad de paisaje agrícola existenvacas, ovejas en tránsito, mayor cantidad de pajaritos y mariposas, al igual que en launidad de paisaje boscosa con cultivos.

Valoración de la calidad del paisaje de las cinco unidades del paisaje de Callapa. Elresultado final de todo el estudio son los criterios de valoración de la calidad de paisa- je que permitieron identificar las características del paisaje de las cinco unidades pre-sentes en Callapa. La Tabla 8 se elaboró con el cruce de los resultados obtenidos de lasTabla 6 (valoración del paisaje según la percepción de los actores sociales), de la Tabla7 (de los elementos primarios no modificables y elementos secundarios del paisaje deCallapa) y de la Tabla 5 (valoración de acuerdo al inventario de paisaje).

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Tabla 9. Propuesta de ordenamiento paisajístico.

UNIDAD DEPAISAJE ACTUAL

ZONA DEPAISAJEPROPUESTA

OBJETIVOGRADO DEPROTECCIÓN Y USOPÚBLICO

planicie conviviendas

núcleo poblado,reordenamientourbano

Legalización de lasconstruccionesexistente,integración con elpaisaje

parcial, especialmente enlas laderas donde seplantea unareforestación.

vivienda– cultivo  zona de uso

moderado

vivienda conhuertas familiares,manteniendo lasáreas de cultivos

parcial, con corredoresecológicos, lugares deesparcimiento- camping

Agrícola  zona de uso

tradicional

uso agrícolacompatible con laconservación .

parcial, realizandocultivos rotatorios, usopúblico reducido, paseoecológico, periférico.

semiconstruidaagreste

zona de usomoderado

conservar áreasnaturales, brindaresparcimiento a la

población urbana

parcial, con corredoresecológicos, lugares deesparcimiento- camping.

boscosa concultivos

zona de usorestringido

conservación de lavegetación

total, reducido usopúblico, se admite unpaseo ecológico

La unidad de paisaje planicie con viviendas y la unidad de paisaje semiconstruida -agreste corresponden a un paisaje de mediana calidad. Sus características son de unpaisaje indiferente, tienen muy pocos elementos naturales, con un mayor porcentajede intervención antrópica, no causa deleite, ni tampoco desagrado. La unidad de pai-saje vivienda cultivo corresponde a un paisaje de buena calidad. Sus características

son de un paisaje agradable, bonito con mayor presencia de elementos naturales, laintervención antrópica es menor y se encuentra en armonía con lo natural. La unidadde paisaje agrícola y la unidad de paisaje boscosa con cultivos corresponden a un pai-saje de calidad muy buena. Es un paisaje que tiene características hermosas, preciosas,conserva sus cualidades naturales con una mayor armonía.

Propuesta de ordenamiento paisajístico en un área de interfase rural -urbano Callapa.

La identificación de la calidad del paisaje y sus características permitió realizar unordenamiento paisajístico con una zonificación sobre el grado de protección del pai-saje de Callapa. Esta propuesta consiste en cinco zonas que casualmente coinciden conlas cinco unidades de estudio, en las que se identifica claramente aquellas unidades de

paisaje que deben ser protegidas, detalladas en la Tabla 9.

La zonificación del paisaje protegido va permitir conservar los valores naturales,culturales y paisajísticos de Callapa, consolidar áreas destinadas al esparcimiento yáreas de camping. Las áreas que se proponen actualmente son áreas de paso, camposabiertos, que pueden ser expropiados exclusivamente con esos fines, por la alcaldía. Elconcepto de corredor ecológico es importante estudiarlo, porque posibilita la recupe-ración de especies vegetales y la libre circulación de aves y otros animales, además de

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244  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

brindar un marco lúdico natural especial, estas áreas actualmente se encuentran aban-donadas, supuestamente están destinadas a equipamiento. La unidad de paisaje agrí-cola puede convertirse en un área de contemplación, con un recorrido planificadoperiférico, para no intervenir en la actividad de la comunidad.

ConclusionesEl paisaje es una categoría superior de la naturaleza y debe ser considera como un

componente importante en la calidad ambiental y en la planificación urbana. Es unrecurso natural no renovable, que constantemente se va destruyendo y transforman-do a causa de las constantes presiones del ser humano. Una vez destruido el paisajenunca se puede reconstruir otro con las mismas características, porque es un recursonatural no renovable. Al mismo tiempo el deterioro del paisaje produce disminuciónde la calidad ambiental y perceptual, incidiendo negativamente en el bienestar delser humano.

Existen paisajes como el de la comunidad Callapa que a parte de proporcionar unasensación de armonía y bienestar con su belleza natural, aportan también con su acti-vidad agrícola, en beneficio de la población urbana. Tiene como potencialidad su pai-

saje singular y uso productivo. Por esta razón es importante su protección de formasustentable tanto de sus valores naturales como de sus valores estéticos y productivos.

Para establecer los criterios de valoración del paisaje en el presente estudio, lo esen-cial fue el conocimiento del paisaje, su comportamiento ecológico, por medio del aná-lisis visual. Esto posibilitó dividir en las unidades del paisaje que no solo dependió deun solo factor común sino de la conjunción dinámica de todas las variables de estudio.La construcción de las fichas de análisis facilitó y posibilitó realizar el inventario delpaisaje de manera sistematizada en base a un recorrido secuencial de cada unidad. Elinventario de la situación visual y perceptual permitió identificar las cuencas visuales ylos mejores ángulos de visión, con los cuales se determinó las potencialidades visualesinternas de la zona, además de dos aproximaciones visuales; la primera una aproxima-ción de visuales internas y la segunda la aproximación de visuales externas. La evalua-ción de los resultados de percepción de los tres actores sociales, permitió identificar laapreciación del paisaje con el cual conviven día a día, al mismo tiempo les motivó avalorar su paisaje, ellos esperaban, soluciones a sus problemas habitacionales, y sesorprendieron cuando se les comentó que se trataba de valorar su paisaje y entraronen mayor confianza, y se dieron cuenta de todas las bellezas naturales que aun existenen la comunidad, además el contacto directo con la población fue positivo y muyenriquecedor.

Las variables de los factores naturales y perceptuales más preferidos y sobresalien-tes de acuerdo a la preferencia de los encuestados fueron la orientación, la morfolo-gía, la cobertura vegetal, el clima, la hidrología y el paisaje que engloba a todos losanteriores elementos naturales. Estos elementos se constituyeron en los elementosprimarios no modificables. Los conformadores básicos estructurantes son la morfolo-gía, las quebradas, la hidrología que tiene una dualidad, como potencialidad y comoriesgo en época de lluvias. Los cualificables singulares son el clima, la cobertura vege-tal, los cerros y los farallones. Y las debilidades o riesgos morfoclimáticos presentes enCallapa son los deslizamientos por la construcción en áreas de riesgo, laderas, espe-cialmente en la unidad de paisaje planicie con viviendas, en el borde de la unidad depaisaje vivienda cultivo, por la presencia de areneros que socavan la pared vertical dela unidad de paisaje agrícola.

Las características morfológicas son determinantes en la caracterización del paisa-

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 je, confieren características especiales, por esta razón es indispensable que se conser-ve de la manera más natural preferentemente. Junto a ella se encuentra la pendienteque también es importante por que permite mejor asoleamiento y mejores visuales. Lacostumbre en la ciudad de La Paz es aplanar y realizar terraceos, anulando un poten-cial importante en la caracterización del paisaje.

La construcción de viviendas en paisajes especiales debe respetar la morfologíanatural e integrarse de manera armónica a la pendiente. Con propuestas de diseño endesnivel y en vez de una cubierta artificial, con jardines en cascadas, para restituir elpaisaje natural. Se propone tres formas de integración armónica de las construccionesal paisaje. La primera es la mimetización al paisaje, utilizando los mismos colores, ma-teriales ecológicamente limpios y formas del paisaje natural para lograr una continui-dad del paisaje. La segunda es la acentuación del paisaje, modelando con la construc-ción la forma natural del terreno, utilizando colores que no rompan la armoníanatural. La tercera es el contraste, con la forma o el color de la construcción, con laforma y el color del paisaje natural, este contraste debe ser también armónico.

En cuanto a los riesgos morfoclimáticos referidos a las áreas de deslizamiento, esimportante forestar con vegetación adecuada para estabilizar estas áreas, lo cual con-fiere un mejor aspecto a estos lugares. En el sector del río Callapa se puede construirun muro ecológico.

La determinación de la escala de valores para definir la calidad del paisaje fue difi-cultosa y se requirió de mucho tiempo e investigación para poder estructurar los crite-rios de valoración y de esa manera poder definir la calidad del paisaje de cada unidad.En conclusión se identificó dos unidades de paisaje de mediana calidad, una unidad depaisaje de buena calidad y dos unidades de paisaje de muy buena calidad de paisaje enCallapa. Estos datos posibilitaron construir un planteamiento de ordenamiento espa-cial paisajístico con una zonificación de las unidades de paisaje con diferentes usos y

grados de protección.

La calidad del paisaje incide positivamente en el grado de bienestar del ser huma-no, por tanto mejora su calidad de vida. Por esta razón importante se debe velar por elmejoramiento, preservación, restauración, conservación, protección del paisaje; espe-cialmente en las áreas de interfase urbano - rural. Ya que estas áreas deben conservarsu rol agrícola y se pueden convertir en un área de esparcimiento educativo ambiental,para que a partir de estas áreas la población especialmente urbana, sepa valorar elpaisaje, el ambiente y la naturaleza. Además la actividad agrícola cerca de una extensaárea urbana como es la ciudad de La Paz, es un privilegio porque garantiza el abaste-cimiento a una parte de la ciudad. Las nuevas tendencias mundiales están consolidan-do las actividades agrícolas cerca de las ciudades. El parque la Draga en la ciudad de

Banyotes España es un ejemplo de esta filosofía. Introduce la propuesta de gestión delparque a partir de cultivos agrícolas. Esta idea representa una propuesta estética, pro-ductiva y educativa; que puede conformar una nueva cultura de manejo de paisaje.

La valoración del paisaje como componente de la calidad ambiental se puede consi-derar como un paradigma ambiental que aporta directamente al mejoramiento de lacalidad de vida. Todos los profesionales que nos enfrentamos al nuevo siglo debemosestar preparados para difundir e inculcar nuevos valores basados en el respeto a labiodiversidad natural y cultural que existe en nuestros países y en una ética que comoprincipio esté la búsqueda de la equidad social de la población presente y futura. De-sarrollar esta temática tan importante y con mucha significación en la calidad de vidade la población y la calidad ambiental de las ciudades fue un gran y hermoso reto.

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246   Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

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Figueras, M. 2001. ¿Será agrícola el paisaje de este Milenio? Parque de la Draga, Girona -2001.Revista Ambiente Nº 86. Etica y Estética para el ambiente construido. Fundación CEPA. LaPlata, Argentina.

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Rodríguez, D. 1998. Asentamientos humanos Sustentables una Alternativa para el Siglo XXI. Documento presentado a la V Bienal de Arquitectura Internacional. La Paz, Bolivia.

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Wedda, H. 1998. Información general sobre botánica urbana. En: Aspectos ambientales en eldiseño urbano. Ministerio de Vivienda y Servicios Básicos, Muela del Diablo, La Paz.

Nota: Para la realización de esta tesis se hizo una exhaustiva revisión bibliográfica, disponiblepara los interesados que la soliciten a la autora.

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AbstractThe sanitary landfill placed on Villa Dominico, Buenos Aires has generated a lot of

discussion between neigbours and the administrator CEAMSE (Coordinación EcologicaArea Metropolitana Sociedad del Estado) that lead to its final closing beginning 2004.

The litter disposal have been ocuppying more than 300 Ha (580 acres) dept in theurban net of Avellaneda and Quilmes departments bordering the river. Nowadaysthose fields became unoccupied on account off landfill closure, but their restorationhas proved difficult: edaphic properties have been definitely changed, people rejectsand is afraid of them; some seldom scientific informs and political-building interesthave contributed to this inexact «criptopaisaje»

Some work for urban re-insertion of this kind of lands have been carried on Argen-tina (CEAMSE- universidad de La Plata) and other parts of the world, they have provedthat certain woody species and several grasses prosper on those particular fields, thisfact shows that vegetation is playing a very important part in ground stabilization.

Generation of gases from anaerobical descomposition and fluids from percollationshould be taken care when planning about these sites, because they may come to thesurface and cause damage or of plants, depression areas could affect constructionsand bad taste coul be smelled at great distances. In spite of regular extraction ofmethano and efluents, problems persist; experts say it will be so for the following 50-60 years onward.

Proposal detailsThe chosen area for this proposal cover 64 Ha with 17 years closure, with a low-

middle state of evolution , they belong to partido de Quilmes and its SO limit ismotorway Bs.As.- La Plata conforming a panoramic view to «torres de Wilde».

Proposal attempts the design of a park ussing the peculiar vegetation for thesesites, especial dripping of rain water and sloping esplanades setting differents placesto be enjoyed like a friendly place, sugesting a walk through and the rest. Sport, socialevents, art exhibitions, children playing, suitable sanitary rooms are planned for thissite according to the physical properties of the land, thinking a future integration tothe river.

IntroducciónDurante siglos los desechos de las actividades humanas se arrojaban en forma

indiscriminada, creándose basurales en las inmediaciones de las ciudades. La mayoríade los residuos producidos en épocas pasadas era casi exclusivamente de origen orgá-nico sencillo y terminaban incorporándose naturalmente al suelo, no se había desarro-llado el concepto de lo que hoy llamamos «contaminación».

  A partir de la Revolución Industrial, en el siglo XVIII, se incorporaron nuevos tiposde materiales a los desechos aunque no hubo variación en la forma de disponerlos niseparación de los nuevos desechos industriales. Algunos vertederos comenzaron atapar y/o mezclar los residuos con tierra, dado el volumen creciente de desperdiciosproductos de las recientes villas industriales con vertiginoso crecimiento demográfi-co, aunque la mayoría disponía a cielo abierto por medio de quema, previa recupera-ción por «cirujeo». Este último sistema, ajeno a cualquier protección de las personas yel ambiente era el practicado en nuestro país hasta la década del ’70 aunque incluía enCapital Federal la incineración domiciliaria.

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La intención primigenia era «recuperar» y devolver las tierras cambiadas en parquesa la comunidad. Estas tierras eran propiedad de algún particular, por lo tanto debíanexpropiarse para cumplimentar el proyecto, pero según «… el artículo 5° de la Ley 8782,si el trámite de expropiación no se iniciaba dentro de los 10 años quedarían sin valor losreclamos. En esos momentos la superficie a expropiar rondaba las 30.000 ha.

La falta de fondos suficientes ya entrado el gobierno democrático (luego de la gue-rra de Malvinas), la vuelta atrás en algunos trámites vía amparos judiciales hicieroncaducar los tiempos válidos de expropiación en muchos distritos, y agravó el asunto elcrecimiento desordenado de la trama urbana» (Casco, 2003) (Fig. 2a y 2b).

El resultado final produjo (por achicamiento de la superficie utilizada) en lugar deCinturón, nodos de disposición de residuos colmatados, hasta implementar un segun-do nivel de deposiciones que han devenido en terrenos muy peculiares.

Figura 2. Proyecto original (a) y proyecto final (b)

El primer plano representa las secciones de terreno que se tenían previstas para laocupación del terreno según el libro «El cinturón ecológico» de G. Laura en 1977.El segundo plano representa esquemáticamente las zonas realmente utilizadasa la fecha.La observación de estos datos nos permite comprender la magnitud del problema.Durante este período la población implicada creció un 37% y la generación deresiduos se duplicó:0,960 g diario por habitante1,885 g diario por habitante

La evolución de estos Centros de disposición ha sido análoga y los tres correspon-dientes a los puntos cardinales:

SUR: Villa Domínico.OESTE: González CatanNORTE: Bancalari

Las superficies afectadas han quedado transformados en un área mixta con unaaltura de 4-5 promedio superior a la original, con lomadas de 10 m, pequeñas hondo-nadas de 0.5-1.0 m y cubetas artificiales en los alrededores de profundidad variable.Conviven zonas de clausura superior a los 15 años y otras activas en la actualidad. 1

(Villa Domínico dejó de recepcionar a principios del 2004)

1 Entrevista Ing. José L.Giannoni. CEAMSE

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El proceso de «maduración» de un vertedero tiene aspectos que es necesario cono-cer porque, posterior a su clausura, ellos afectarán la implantación y permanencia decobertura vegetal y erección de otro tipo de estructuras. Sin embargo aún, el sustratoresultante es ciertamente complejo y sus variables contienen incertidumbres.

Las situaciones determinantes más representativos son tres:Producción de lixiviadosLa percolación de precipitaciones en un relleno genera la disolución de los compo-

nentes solubles de los desperdicios. Este proceso también puede arrastrar líquidos ycompuestos no solubles. La composición de los lixiviados va cambiando con el tiempocomo resultado de la degradación de los residuos pero esta determinado por el balan-ce de agua del relleno.

El balance hidrológico implica la suma de todas las cantidades de agua que entranen el relleno sanitario y la sustracción de la cantidad de agua consumida en las reaccio-nes químicas, así como la cantidad que sale en forma de vapor de agua. La cantidadpotencial del lixiviado es la cantidad de agua en exceso sobre la capacidad de reten-

ción de humedad del material en el relleno sanitarioLos componentes del balance de agua para una celda de relleno sanitario:Agua filtrada superiormenteAgua aportada por los residuos sólidos:Agua aportada por el material de coberturaAgua perdida inferiormenteAgua consumida en la formación de biogásAgua perdida como vapor de agua:

Al tiempo de clausura del vertedero, las condiciones metanogénicas vienen preva-leciendo por varios años de modo que la lechada debería ser neutra o levemente

alcalina, con un contenido de algunos compuestos como nitrógeno amoniacal y com-puestos orgánicos.

La generación de estos líquidos continua por varios años después de la clausura,cuando la biodegradación se acerca a su fin, las condiciones aeróbicas pueden regre-sar (30-50 años en un relleno grande) y los líquidos serían eventualmente inocuos alambiente. Obviamente esta apreciación es muy variable dependiendo de los sitios.No existen reglas generales que puedan extrapolarse, el proceso está influido por(EMNZ, 2001):

El tipo de basura.Clima, especialmente precipitaciones.Topografía.

Cobertura final.Vegetación implantada.Napas subterráneas.

La vegetación juega un papel importante en el control de la generación de lixiviados:limita la infiltración al interceptar la lluvia por el proceso de evapotranspiración. Detodas formas los líquidos producidos pueden permanecer en el suelo del vertedero,pero una vez colmatada su capacidad drenarán de la base y si la presión recibida esmuy grande pueden migrar hacia la superficie en los bordes. Actualmente en nuestropaís, esto líquidos son succionados y procesados en una Planta de Tratamiento deLixiviados y entregados a un curso de agua no estanco.

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252  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

Generación de gasLa degradación biológica, volatilización y reacciones químicas de los constituyen-

tes de la basura son los factores responsables de la producción de gases. En el caso delos vertederos de basura doméstica el mecanismo preponderante es la degradaciónbiológica.

La descomposición es aeróbica hasta agotar la provisión de O2, sus principales pro-

ductos son CO2 y vapor de agua. Luego se pasa al estadio de descomposición anaeróbica

alrededor del tercer o cuarto año con la producción de gas metano y CO2 por partes

iguales. El gas metano, a pesar de ser inodoro, es inflamable y explosivo si se concen-tra en el aire en una proporción de 5 a 15% en volumen (EMNZ, 2001)  ; otro riesgo essu capacidad asfixiante aunque se estima que no representa peligro una vez diluidoen el ambiente (Fig. 3)

Figura 3. Cambios en la composición del gas de unvertedero

Aunque no existe una figuratípica, se estima que el procesode anaerobiosis puede durar 20

años después de la última deposi-ción de basura (EMNZ, 2001). Losfactores que lo determinarán enel sitio serán:

El tipo y composición de los re-siduos, especialmente cantidad decompuestos biodegradables.

Densidad de la basura.El pH de la mezcla.Temperatura.

Los gases tienden a acumular-se dentro de los vacíos del relleno; aprovechan las fisuras del terreno o permeabilidadpara migrar naturalmente hacia la superficie lo que determina mayoritariamente elasentamiento diferencial de la misma. Este proceso puede provocar fracturas en elsuelo que dejan escapar el gas y a la vez facilitan la penetración directa del agua delluvia que contribuye a la formación de lixiviados.

El movimiento y migración de gas esta afectado principalmente por:La presión externa.El nivel de lixiviados presentes en el interior.El agua que pueda percolar de la superficie

En éste relleno no existe recolección del biogás para aprovechamiento posterior, elmismo es venteado a la atmósfera a los cuatro vientos pero el olor característico de unvertedero, sin embargo no proviene del metano sino principalmente de la descompo-sición primaria de compuestos asociados en la fase anaerobia que incluyen cetonas,ésteres, ácidos grasos, sulfhídrico y mercaptanos. Estas emanaciones van decayendo amedida que avanza la fase metanogénica, pero puede reactivarse si recibe un aportede O2, por ejemplo al fisurarse la cobertura.

Asentamiento diferencialEl resultado de la actividad metabólica de un vertedero se manifiesta en su superfi-

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cie presentando asentamiento de algunas áreas. Este proceso que puede liberar gas ylixiviados convierte la zona en peligrosa para la salud e integridad humanas en susprimeras etapas.

El movimiento de gases y su migración, responsable de este asentamiento diferen-cial, tiene como fuerzas conductoras la presión del gas generado dentro de las célulasdel vertedero y el gradiente de presión en las zonas aledañas. Esta presión depende dela velocidad de producción de los gases, la permeabilidad de la basura, su compactacióny la permeabilidad de la cubierta.

La superficie resultante no es apta para la construcción de estructura edilicia deningún tipo en este tiempo. Cuando el proceso muestre signos de decadencia, es elmomento de ensayar con coberturas vegetales (previamente no prosperarán princi-palmente por la emisión de gases, y las altas temperaturas del sustrato) y mas adelantese pueden establecer alguna construcción liviana con los basamentos adecuados.

El venteo o aprovechamiento del gas (en países desarrollados) acorta los tiempos

de riesgo y la magnitud de los efectos, pero aún así la presencia de incertidumbres, yase por falta de controles o conocimientos específicos hace difícil una predicción seriade la conducta de estos suelos.

Evolución del suelo de un relleno sanitarioLos suelos resultantes cambian radicalmente la fisonomía original, las principales

diferencias en relación a un suelo natural son las siguientes:

Material originario de origen diverso (orgánico, mineral o mixto).Formas de relieve modificadas según el proyecto, alterando el drenaje superficial

subsuperficial y profundo.Alteración biológica (macro y micro) tendiente a condición anaeróbica.

Alteración de condiciones micro climáticas. La digestión anaeróbica produce libe-ración de energía que eleva la temperatura del sustrato y aumenta el contenido delíquidos resultantes del mismo proceso. También colabora la posterior aparición degases (metano, CO

2, NH

3, etc.) (Lanfranco et al., 1990).

Cuando los desperdicios son inicialmente depositados en el vertedero hay suficien-te presencia de O

2para soportar una población de bacterias aeróbicas. Poco tiempo

después (variable de pocos días a meses) la acumulación de los principales productosde la aerobiosis, CO

2y agua, van quitando espacio al O

2en los poros y las bacterias

iniciales mueren, comienza entonces el crecimiento de la población de bacteriasanaeróbicas, y el resultado de su digestión es sustancialmente diferente: CO

2y CH

4.

El proceso, similar al aeróbico, tiene componentes químicos, físicos y biológicos queconducen a un producto final inofensivo2 llamado lechada.

La transformación de la basura sólida inicial comienza por la infiltración de agua delluvia que facilita la degradación primaria, convirtiendo carbohidratos, proteínas ygrasas en ácidos y alcoholes. Estos procesos demandan O

2, así es que agotan la provi-

sión del suelo prontamente y decrece el pH.

2  ITRC Tecnical and regulatory guidance for design, installation and monitoring of alternativefinal landfill covers Dic.2003

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254  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

El comienzo de la fase anaeróbica marca nuevamente el aumento del pH porque lacreciente población bacteriana ataca los ácidos orgánicos y alcoholes para transfor-marlos en CH

4  y CO

2. Estos íntimos procesos del suelo repercuten en la superficie

causando uno de los principales problemas de estos suelos: su inestabilidad. Comoestos sistemas son complejos y afectados por factores no computables o no conocidoscabalmente, el proceso no es uniforme y la tendencia, como ya se comentó, es a hun-dimientos diferenciales poco predecibles.

Aproximadamente el 90 % de los asentamientos ocurren en los primeros 5 añosaunque pueden continuar por 25 o mas con menor frecuencia, y son los responsablede la ruptura de la continuidad de la última capa de cobertura.

Estas peculiares propiedades condicionan la implantación o aparición de especiesvegetales en los primeros estadios de la clausura de un relleno, pero transcurrido eseperíodo comienza una sucesión biológica de acuerdo a los limitantes de estos sitios,comenzando por vegetación herbácea de un solo estrato.

Rol de la vegetación en la recuperación de un vertederoSegún los paradigmáticos estudios de Gilman, Flower, Leone y Arthur en 1979 «…lacapacidad biológica de las especies para diseminarse con bajo oxígeno es importanteen la selección de vegetación para un relleno sanitario clausurado»3.

Con el objeto de conocer el rol de las variables del suelo seleccionado en la predis-posición de las especies a tolerar el ambiente del relleno se diseñaron múltiples ensa-yos de adaptación especialmente en leñosas. Los resultados indicaron (Gilman et al.,1979) que las variables del suelo: O

2, CO

2, temperatura, cantidad de mezcla y densidad

aparente explicaba una porción significativa de las discrepancias en las respuestas delos árboles a las particulares condiciones.

Se ha postulado cierta relación entre las especies que mejor se adaptaron con sutolerancia a ambientes inundados. Si bien muchas de éstas son capaces de desarrollarraíces adventicias a través de las cuales se capta O

2, este fenómeno tiene lugar no por

carencia del mismo sino por presencia masiva de agua, por lo tanto no es válido enambientes de vertedero. Hasta ahora, la explicación mas aceptada es la capacidad dealgunas plantas de soportar elevado nivel de CO 2  y comenzar una respiraciónanaeróbica sin la producción de concentraciones de etanol tan altas que inhiban elproceso (Hook et al., 1991).

Los primeros dos años siguientes a la clausura del relleno son críticos para la inte-gridad de la capa final de cobertura, quedando expuestos a la erosión del viento y lalluvia. Es imprescindible que desde los primeros tiempos se intente establecer vegeta-

ción pionera para entrelazar el suelo y protegerlo.

Este tipo de cubierta sirve para aislar la basura de receptores y vectores humanos yecológicos; es funcional para reducir la cantidad de percolación y minimiza la genera-ción de lixiviados (al restar volumen de lechada se reduce la necesidad de un manejoespecial de líquidos y la contaminación potencial del medio.

3 Gilman, Flower, Leone, Arthur «Vegetation growth in landfill environs».1977

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Este método tiene la ventaja de ser generalmente mas económico que otras tecno-logías y maneja efectivamente los riesgos asociados para humanos y el ecosistema enproceso de remediación.

Las plantas consumen agua que entra al suelo, evitando percolación vertical. Eldesarrollo de sus raíces evita la erosión y la cubierta de follaje previene la desecaciónde la superficie. La vegetación también sirve de indicadora en el caso de quiebre de lacobertura y escape de gas.

La elección de las especies adecuadas debe contemplar tanto la adaptación como larespuesta fenológica, debe considerarse:

Especies de bajo mantenimiento y resistentes.Mezcla de nativas y foráneas para tener cobertura todo el año.La inclusión de especies muy competitivas debe ser cuidadosamente planeada.Las especies de área foliar importante favorecen la transpiración activa.La mezcla inicial de cespitosas y rizomatosas favorece la estabilización del sueloLa inclusión de leguminosas favorecen la provisión de Nitrógeno y minimizan la

  necesidad de fertilización.

 La transpiración de las plantas remueve la mayor cantidad de agua del suelo. Esteproceso es más notable cuando la biomasa de la planta y su actividad fotosintética esmayor. La máxima velocidad de infiltración en el suelo puede bajar en este período,primavera-verano y crecer a fines del otoño-invierno. La planificación y el diseño de-ben considerar estas variantes de estrés, aunque la evaporación continua todo el año.

Problemas de implantación inicialLa revegetación primaria se focaliza en el establecimiento de herbáceas cespitosas

y pequeños arbustos, aunque hay ciertas limitantes para plantas nativas. El vertederogenera un microclima, especialmente a nivel superficial. Las semillas de la mayoría delas herbáceas son pequeñas, lo que implica que su profundidad de siembra es casisuperficial. Los primeros centímetros de un suelo desnudo suelen ser muy secos enalgunas épocas del año aún en Buenos Aires, este factor dificultará la germinación yemergencia de las plántulas. Si las semillas se plantaran a una mayor profundidad elresultado no mejoraría a causa de las cortas reservas de nutrientes en las semillas pe-queñas. Una opción podría ser el agregado de «mulch» sobre las semillas plantadas,aunque esto implicaría mayor mano de obra.

Las especies elegidas para la plantación inicial o de soporte provendrán de la eva-luación de su respuesta adaptativa a este ambiente en ensayos documentados. Engeneral, las especies cespitosas presentan mayor densidad de raíces en los primeros 30cm. de suelo, este factor las deja prácticamente a salvo una vez implantadas.

Problemas de implantación posteriorLa remoción del agua que infiltra a través de la última capa externa esta controlada

por la absorción de las raíces de las especies implantada por lo que es necesario com-prender su rol en el sistema y sus requisitos.

Bajo óptimas condiciones algunas raíces principales pueden crecer 2 cm. por día ylas laterales 0.5 cm., sin embargo, la mayor parte del tiempo hay factores limitantesque reducen la velocidad por debajo del óptimo.4 Las limitaciones reducen la capaci-

4 Montaldi Edgardo, Principios de fisiología vegetal, 1995

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256   Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

dad de la planta para extraer agua y nutrientes del suelo. Entre los factores más im-portantes encontramos (según Rending y Taylor 1989):

• Suelo muy pesado. Un suelo compactado con una densidad de 1.5 g/cm3 puedereducir sensiblemente el crecimiento de raíces y densidades mas allá de 1.7 g/cm3pueden en muchos suelos impedirlo. Adicionalmente un suelo de este tipo reduce lacapacidad de retener agua disponible para las raíces. Los suelos de los rellenos debencompactarse en su última capa para reducir la infiltración y la penetración de raíces amayor profundidad, además no toda el agua disponible en el suelo es aprovechablepara las plantas, las fuerzas mátricas sumadas a la cohesión del agua mantienen ciertacantidad adherida a las partículas del suelo y sólo puede ser removida por calor.

 Luego de una lluvia el agua se mueve por fuerzas gravitacionales y es arrastradapor esta fuerza. Lo que resta en el suelo, en los poros grandes y pequeños (capacidadde campo) constituye el agua disponible, pero entre el 40-60 % no es utilizable por lasplantas porque se encuentre retenida en los micro poros fuertemente (>15 bares).Existen especies adaptadas a extraer agua por encima de ese valor, son las más tole-

rantes a la sequía.5

• Temperatura del suelo. La temperatura media de un suelo de relleno sanitario esmas elevada que la circundante. Si bien no parecería significativa una diferencia depocos grados en clima templado, las causas asociadas a este fenómeno son la descom-posición y la generación de gases asfixiantes.

•  Carencia de O2. La fermentación secundaria de los residuos produce condicio-

nes de anoxia. El resultado de esta degradación es CO2 y CH

4 principalmente que des-

plazan el O2 de los poros.

• Tóxicos químicos: Al, Be, Cd, Pb, Cu, Cr, Fe, Hg, Zn, NH3, B y Se. La cobertura

final de un relleno sanitario suele provenir de canteras de suelo natural vecino, espoco probable que contenga metales pesados, pero los gases y vapores producidospor la digestión de los residuos se convierten en tóxicos al desplazar al O

2 de los poros.

Experiencias puntualesNuestro país cuenta con ensayos propios de plantaciones sobre relleno sanitario,

en CEAMSE, Villa Domínico se han estado llevando a cabo experiencias desde hacemas de 20 años. Inicialmente se había planteado la elección de las especies con miras ala producción forestal.6

Las primeras conclusiones, basadas en el comportamiento de los ejemplares planta-dos y en relevamientos de vegetación implantada espontáneamente, revelaron que la

supervivencia de los individuos estaba íntimamente relacionada con la edad del suelodel relleno, la antigüedad del sustrato edáfico resultante era determinante en el desa-rrollo y supervivencia de la vegetación.7

5 Montaldi Edgardo, Principios de fisiología vegetal, 19956 Entrevista José Luis Giannoni CEAMSE7 Decisión S.R.L.«Ensayo de supervivencia de especies forestales en el Area experimentalBancalari»,1987

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También han provisto una importante herramienta en la elección de especies pun-tuales. Un caso destacable es el Populus . Estudios recientes han demostrado que ensus raíces se desarrolla una enzima, la dehalogenasa (Schnoor et al., 1995) que oxidaalcanos, alquenos hacia CO

2. Otra propiedad registrada es la capacidad buffer para

impedir el lavado de nutrientes en el suelo y el fitoestabilizado de metales pesados.8

Una experiencia chilena postula que es necesario poblar primero con especies pio-neras que soportan mejor las condiciones adversas primarias y tienen un crecimientomas rápido, creando así un microclima (sujeción del suelo, conservación de la hume-dad, protección del viento y altas temperaturas) y favorece el desarrollo de las si-guientes etapas serales.9

La mayoría de los ensayos recomiendan dentro de las especies herbáceas, legumi-nosas y gramíneas por su efecto estabilizador rápido sobre la superficie evitando laerosión y por favorecer específicamente el desarrollo de micorrizas fijadoras de nitró-geno. La vegetación anual tiene en general mejor adaptación en menor tiempo, sóloen casos de suelos de clausuras muy recientes el ciclo puede acortarse en algunas espe-

cies. También se han llevado a cabo plantaciones experimentales de cultivos comercia-les y forrajeros para el ganado, pero no hay resultados definitivos en cuanto al riesgode cierto grado de toxicidad si absorben metales pesados u otros compuestos queingresarían así a la cadena alimentaria afectando a hombres y animales.

La opción de plantaciones de especies forestales ha sido ampliamente probada,pero la experiencia local, si bien ha comprobado que es viable su crecimiento, no selogra el rendimiento que la haría atractiva para inversiones comerciales.10 Todos losensayos coinciden en que las especies vegetales presentan menor desarrollo radical amedida que aumenta la profundidad explorada por las raíces porque las condicionesadversas aumentan. (Gilman et al.,1979; Lanfranco et al., 1990; Dobsosn y Moffat 1995;Olaeta et al., 2001)

El proyecto, según la clasificación de parques de Marion Clowson y J.L. Knetsch:11

sería:

Un sitio para «…la recreación pública intermedia: ubicada entre las anteriores yaquellas cuya demanda está más relacionada con instalaciones deportivas. Los valoresecológicos pierden nivel frente a zonas de deportes, juegos infantiles, sendas parapasear a pie o bicicleta, elementos paisajísticos y servicios.

Sin embargo, como la materia prima, el sustrato, de este parque es totalmenteartificial no podría hablarse de «recuperación del ecosistema original» porque los ele-mentos necesarios no ya no existen. Podría arriesgarse la denominación «parche ur-

bano experimental» aunque cuenta con dimensiones importantes su categoría es in-cierta.

8  EPA Status report , , , , , «Phyto rremediation of TCE in grond water using Populus», 19989 Olaeta et.al «Experiencias de reinserción de vertederos mediante la implantación de una cubiertavegetal». Univ. Catolica Chile.10 Entrevista: Jose L. Giannoni CEAMSE11 Rodríguez Avial. «Zonas verde y espacos libres en la ciudad»1982

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258  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

El diseño del proyecto de esta propuesta contempla principios ecológicos básicospara favorecer la instalación de especies pioneras, se conservan extensas áreas parapaseo y contemplación, se contemplan aspectos funcionales muy específicos para sumantenimiento e inevitablemente debe conectarse con el área urbana vecina.

Componentes básicos del proyectoÁrboles, arbustos.El suelo que se construya sobre un relleno sanitario y su subsuelo ciertamente con-

dicionan lo que se erija o plante en él. Estos limitantes imponen al diseño peculiarida-des funcionales que deben adaptarse a un ejercicio estético.

La mayoría de las experiencias consultadas sobre vegetación implantada en suelosde vertederos se generaron para aislar especies leñosas forestales. Sobre el tema hantrabajado desde fines de los 70 Gillman et.al., Dobson et.al., Olaeta et.al, su experien-cias bien documentadas muestran una preferencia a probar especies de este tipo deaptitudes. El trabajo local a cargo de Giannoni de CEAMSE, Marlats, Lanfranco, Belgrano,Hernández, Caldiz de UNLP ha tenido en cuenta los aspectos ornamentales en su eva-

luación y la propuesta incluye también especies arbustivas. Actualmente elemprendimiento muestra signos inequívocos de adaptación al medio, el desarrollo delos ejemplares en los primeros años muestra ser satisfactorio aunque las tareas cultu-rales iniciales desalientan la explotación comercial. Sin embargo los datos obtenidostienen gran valor para las posibilidades paisajísticas en ese lugar y sitios con caracterís-ticas semejantes (Fig. 4a y 4b).

«El objetivo se cumplecon el reconocimiento yla evaluación cuali-cuan-titativa de las variablesque permitan generar un

modelo para convertir,mediante la implantaciónde especies forestales yarbustivas, lugares de va-lor por su ubicación es-

tratégica, en paisajes recreacionales, estéticamente atractivos y armónicamente coin-cidentes con las nuevas exigencias sociales sobre la calidad del medio ambiente.» 12

 Tomando prestada ciertas expresiones y deseos la propuesta de diseño pretendeacercar a la comunidad un sitio con características amables, acorde a las exigenciasactuales y con una perspectiva realista. Los árboles serán sin duda un elemento carac-terístico por su funcionalidad y sus cualidades estéticas.

Se ha trabajado con árboles para demarcar zonas de uso específico, construir visua-les, proporcionar fondos. Las raíces son naturalmente fijadoras del suelo y como ya seexplicó, son importantísimas en la interceptación de agua de percolación.

Las plantaciones son compactas y localizadas. Recordemos que el suelo útil de unrelleno sanitario es delgado (60-80 cm), si bien el desarrollo de especimenes resultó

Figura 4. Fotos mostrando las posibilidadespaisajísticas del lugar. (Ver en CD)

12 www.ceamse.gov.ar  «Areas verdes.Parquización en rellenos sanitarios»

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aceptable, realmente todavía falta tiempo para evaluar el tamaño final que alcanza-rán, su resistencia a los vientos y su supervivencia. Si se realizan tareas culturales ade-cuadas, como fertilización, riego y la adición de suelo las probabilidades de éxito alargo plazo son prometedoras, pero los costos serían altos, de modo que la ubicaciónde masas arbóreas puntuales puede facilitar estas tareas y bajar coste para asegu-rar el éxito.

Aunque en general los emprendimientos que no tienen buena imagen pública secubren con pantallas de árboles para minimizar su impacto, en este caso no se hanplantado cortinas en los bordes, sino que se ha preferido ubicar un cordón externobordeando la autopista para aislar ruidos. El resultado es una vista franca al parquepara ser visto sin sospechas.

Herbáceas

La capa final de un vertedero se convierte en el suelo o sustrato sobre el cual seplanifica el parque. Apenas clausurado, los primeros cm. pueden realmente ser terri-

torio hostil a la implantación de todo tipo de vegetación. Condiciones críticas quepuede durar unos meses atentarán contra la fragilidad del suelo y en condiciones deextrema sequía (no es el caso de Buenos Aires) el viento puede decapitar buena partede la superficie. La solución más sencilla para «sujetar» el suelo es un entramado deraíces que morigerará la temperatura, conservará la humedad por más tiempo yalivianará la densidad de un suelo compactado.

Se ha explicado que la implantación inicial presenta oposiciones, sobre todo cuan-do se intenta establecer especies leñosas a suelo desnudo, sin embargo se ha relevadogran cantidad de especies herbáceas que, luego de un breve lapso, logran establecerseexitosamente. En ecología se las conoce como «pioneras».

La estructura y el funcionamiento de los ecosistemas varían a través del tiempo. Lafisonomía y la composición específica de la comunidad biótica, sufre cambiosdireccionales, continuos y no estacionales que se denomina «sucesión». A lo largo dela sucesión disminuye la abundancia de algunas especies y aumenta la de otras, si bienestos cambios ocurren en una continuidad cronológica, es habitual que su descripciónse realice referenciándose a etapas, llamadas etapas serales. Existen diferentes tiposde sucesión. La sucesión primaria es aquella que se inicia sobre un sustrato totalmentenuevo sin influencia de biótica previa, la sucesión secundaria, en cambio ocurre cuan-do la comunidad es destruida o disturbada, pero la composición biótica previa o ale-daña influye en el curso del proceso.13

La implantación de un vertedero es ciertamente un disturbio importante, la crea-

ción de ese nuevo sustrato no implica, sin embargo, una sucesión primaria ya que elsuelo traído de zonas vecinas tiene semilla y propágulos. Estos elementos presentesinician la colonización.

Estas adelantadas tienen a su cargo la función de construir el suelo por medio de suintricado sistema de raíces y de enriquecerlo con su aporte de materia orgánica. Tie-

13  Soriano, León, Burkart et al Ecología, cat. Ecología FAUBA

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260   Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

nen los caracteres necesarios para colonizar rápidamente áreas modificadas: corta vidapero fácil dispersión, abundante descendencia, amplia capacidad de adaptación, altarelación PN/PB (Productividad/Biomasa) y compiten por la dominancia. Estos primerosestadios formarán las condiciones mas apropiadas para el establecimiento de estruc-turas superiores. El tiempo que transcurre entre procesos es variable, pero

unidireccional, a menos que un gran disturbio retrotraiga el sistema a un grado infe-rior. De modo que las herbáceas, conformando la primera etapa seral favorecerían elestablecimiento posterior de leñosas. Generalmente a lo largo de la sucesión la diver-sidad de la comunidad aumenta y la dominancia disminuye. La estabilidad del ecosistemafrente a las perturbaciones del ambiente aumenta debido a las múltiples vías de trans-ferencia de energía y nutrientes que le da una compleja trama trófica.

El diseño propuesto, que es decorativo pero asentado sobre una base funcionaldispone la inclusión de grandes sectores «asilvestrados», donde se favorecerá el creci-miento de las especies que están apareciendo espontáneamente en el lugar. Se asignauna especie silvestre por cada parcela apartada para este fin (es común que se presen-ten así en la naturaleza, por tratarse de especies muy competitivas se excluyen entre sí

frecuentemente) para que luzca en su etapa de floración con un color distintivo, setrata de entregar la imagen de un monocultivo sobre una forma prefijada de terreno,recordemos que desde lo alto de las torres se obtiene una visual.

Se mantendrá cada especie dentro de su límite dado por senderos o caminos consoli-dados y en caso de avanzar sobre otras áreas se limitarán por corte mecánico riguroso.Las especies incluidas que tengan ciclo anual serán segadas al final de su ciclo, pero sedejará su broza para enriquecer el terreno, aunque esto debería evaluarse en cada caso.

Otro factor importante a favor de la inclusión de «malezas» es su bajo consto inicialpero también el de las tareas culturales que requieren posteriormente. Debe aclararseque el término «maleza» es una generalización que tiene como base el concepto agra-

rio de éstas plantas, también está influido por el contexto en que se manejen Cynodon dacyilon  es una maleza en un green de golf de Agrostis , pero es césped aceptable enotros ámbitos) así es que se ha usado el término herbáceas, aunque algunas incluidasen el diseño como Solidago chilense, Brassica campestris  adquieren tallos subleñososal final de su desarrollo.

 Terraplenes, pendientes, drenajesLa plantación localizada de árboles y arbustos en zonas con un trabajo particular

de agregado y mejorado de suelo elevaran la zona entre 0.50 y 0.80 m, aunque deacuerdo a las dimensiones, es una pendiente leve, parte del agua pluvial escurrirá.Para optimizar la captación hídrica y su encauce a puntos específicos se ha diseñadoun conjunto de zonas terraplenadas con pendiente direccionada (Fig. 5).

Se conforman áreasgeométricas elevadas ensu punto máximo a 3.5m. Se han previsto pen-dientes no superiores al7 % para evitar el lava-do inicial del suelo. Parasu fijación en las zonasmás críticas, de acuerdoa Martínez Alonso y Va-

Figura 5. Diseño de terraplenes con pendiente direccionada. (Ver en CD)

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lladares (2002) se sugieren leguminosas que han probado ser las más adaptables, sufacilidad de establecimiento sumado a su propiedad de captar Nitrógeno ambiental yfijarlo al suelo favorece la provisión de este nutriente a las especies ubicadas mas aba- jo. Diversos experimentos señalan a Medicago sativa  como una especie especialmenteexitosa en este campo (Alonso, Valladares, 2002; Marlats et al., 2002)

La visual ofrecida por estos taludeses diversa porque se ha buscado lamultiplicidad de planos con pendientesconvergentes. El agua colectada debeser conducida hasta la zona de necesi-dad hídrica, para este fin se diseñó unsistema de drenes superficiales con pie-dras naturales de diferente tamaño. Sucolocación superficial lo hacen apare-cer a la vista como un río de piedra y elrecorrido tortuoso simula el de un arro-

yo con plantas en sus curvas (Fig. 6).

Si se produjera un exceso de agua que pudiera anegar la zona, ésta sería captadapor los lirios, presentes al final o durante el recorrido. La pendiente de estos drenes seextienden natural y simbólicamente hacia el río.

ConclusiónLa planificación como claveLa planificación sobre un suelo tan peculiar como el de un vertedero en ciertamen-

te un desafío, las condiciones adversas se potencian, sin embargo las experiencias quevienen realizándose en los dos últimos decenios muestran que ciertamente se puedeplanificar y diseñar sobre este sustrato. La experiencia local ha hecho un gran aporte

sobre formas de implantación y especies adecuadas en la región pampeana.

El crecimiento de la población mundial trae aparejado el crecimiento de volúmenesde desperdicios, la ingeniería sanitaria ha implementado la modalidad «relleno sanita-rio» desde hace unos 50 años y ese sistema se ha estado implementando en Argentinadesde 1978. Puede preverse que la enorme cantidad de tierras afectadas a este uso através del mundo necesiten una restauración luego de la clausura operativa del verte-dero y para muchos el tiempo de colmatación esta llegando en este decenio. En nues-tro país el panorama es similar, por lo tanto es necesario que haya políticas tendientesa proyectar rápidamente una remediación o restauración sobre estos terrenos, conpautas claras y profesionales interdisciplinarios evitando un avance desordenado deurbanización precaria. Para que estas medidas sean efectivas deben planificarse deantemano, consultando a organismos o profesionales que tienen conocimientos pro-bos en estos temas y luego trasmitir los conocimientos a la comunidad. No debe olvi-darse que el destinatario final de la obra es el ciudadano.

 El aprendizaje del paisaje«La naturaleza y, en general, el paisaje urbano debería constituir un elemento fun-

damental en la organización y sustentación de la vida cotidiana de los ciudadanos. Sin

Figura 6. Drenes superficiales. (Ver en CD)

14 Carlos Priego González de Canales «El paisaje y los espacios públicos urbanos en el desarrollode las sociedades», Ceneam 2004

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262  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

embargo, el hombre moderno, guiado por una racionalidad instrumental, se aleja dela naturaleza, colocándose por encima de ella, en una actitud de superioridad. A pesarde ello, el hombre vive inserto en un medio natural, forma parte de algún ecosistema,por lo que, en alguna medida, la relación con la naturaleza siempre está presente. 14»

La educación ambiental, decía González Bernaldez, es una de las soluciones a losproblemas del entorno. Una seria concientización y comprensión de la complejidaddel ambiente y los sistemas que lo componen seguramente resultará en actitudesfavorables a un mejor uso de los recursos. Se espera también que la correcta educa-ción ambiental provea herramientas necesarias para conocer y solucionar problemas.Para ello es necesario vincular los procesos educativos y la realidad.

En el caso específico del parque propuesto para una fracción de CEAMSE Villa Do-mínico, se ha probado que si bien los actores sociales implicados tienen cierto conoci-miento sobre el criptopaisaje del lugar, sus conocimientos son magros. No se ha pre-sentado ningún proyecto que contemple una remediación de la zona implicada, nisiquiera a nivel municipal. La falencia es clara: no hay interpretación del paisaje, que

permita descubrir nexos entre sus componentes y entre éstos y un sistema subyacenteque también posee aspectos históricos, es decir, su coherencia estructural y funcional.

Este espacio residual ha sido generado y «arrinconado» por el crecimiento de laciudad, según Rueda (1993), el modelo de ciudad compacta explicado por la Escuela deChicago ha dejado paso a la ciudad «difusa», un espacio urbano consolidado que seensancha y aumenta, a la vez que, alargándose, aumenta las distancias que separansus límites y se aleja de su centro. Según este autor, las ciudades difusas:

Requieren un elevado consumo de suelo.Existe un excesivo consumo de energía y materiales, como consecuencia de la plani-

ficación y del modelo de crecimiento de dispersión o segregación.

Se incrementa la tendencia de explotar y desestructurar los sistemas del entornomás allá de su capacidad de carga.Se separan los usos y las funciones, ocupando territorios amplios, conectándose a

través de una amplia red de carreteras.

Existe una segregación social.(1)

Aunque algunos de estos puntos deberían ser sometidos a discusión, la ciudad deBuenos Aires y su conurbano se erigen en ciudad difusa. Esto incrementa la dificultadde proyectos en común, sea entre los municipios implicados, Avellaneda y Quilmes ola mismísima Ciudad de Buenos Aires y la provincia.

Se han ensayado ciertos proyectos de diseño con participación comunitaria en zonanorte y en ciudad de Buenos Aires, pero la falta de experiencia y conocimientos hahecho difícil la integración entre académicos y público en general. Dada la magnitud ylas características del área total a intervenir es ciertamente complicado pensar apresu-radamente en «participación ciudadana», sin embargo, si se presenta una propuestapreliminar (que contemple las peculiaridades del área en cuestión, no sólo esteticista)y se estimula la educación ambiental haciendo hincapié en la interpretación del entor-no, considerando el paisaje como la parte sensorialmente perceptible de un sistemageográfico o ecológico, posiblemente las partes implicadas hagan un aporte valiosísi-mo desde su propio ámbito. Es importante que se comprenda que el paisaje, inclusiveel logrado en una urbe sobre el suelo de un vertedero, es también un recurso y en su

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15 González Bernáldez Ecología y Paisaje 1981

Figura 7: Plano completo del diseño. (Ver en CD)

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lectura y comprensión hay posibilidades de formación y realización personal. Las polí-ticas de «medioambiente» muy generalizadas y sin apoyo de un andamiaje en educa-ción serán poco prácticas si no cuentan con la aceptación y participación de los ciuda-danos educados y comprometidos con el ambiente.

Asimismo, para los ciudadanos recordar que «La lectura de nuestro propios paisajeses la mejor forma de valorización de nuestro entorno y también de educación ecológica,educación que no será manipuladora pues no requiere ni eslóganes ni moralejas»15.

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264  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

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Aportes de la ecología de paisajes

a la conservación de la biodiversidad

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Development of planning methods andspatial concepts for the design ofsustainable ecological networks

Daniel Somma1,2,3 , María Bettina Aued, Huub van Lier  2 ,Rob Jongman 2 y Ron van Lammeren3

1Universidad de Buenos Aires, Argentina,Facultad de Filosofía y Letras, Instituto de Geografía (UBA);

2Administración de Parques Nacionales (APN);3Universidad de Wageningen, Holanda.

[email protected]; [email protected];[email protected]; [email protected];

[email protected]

ResumenEsta investigación describe la aplicación de conceptos de planificación territorial

(redes ecológicas y marcos regionales) en una región donde los efectos del proceso defragmentación de los paisajes naturales comienzan a ser evidentes. El trabajo proponeuna metodología para generar un esquema de ordenación del territorio basado enconservación de hábitat. La implementación de estos conceptos se basa en un enfo-que espacio-temporal multiescalar para: a) El análisis de los usos del territorio; b) Unaevaluación de disponibilidad de hábitat para las especies de felinos nativos (considera-das como especies focales) bajo estudio, a través de cobertura vegetal, entrevistas conlas comunidades locales y chequeos de campo.

La región de estudio se encuentra en el sector norte de la ecorregión de las Yungas

argentinas o Selva tucumano - boliviana, en las provincias argentinas de Salta y Jujuy.Es un bosque de montaña subtropical que ingresa en el Noroeste de Argentina comocontinuidad de las fajas selváticas tropicales de los contrafuertes orientales de los Andes.En esta región diferentes actividades (conservación de la naturaleza, agricultura, re-creación, turismo, forestaciones industriales, producción de agua, de gas, explotacio-nes mineras, etc.) vienen compitiendo intensamente por el uso espacio. Por ello, unaplanificación territorial que considere la continuidad de los procesos ecológicos natu-rales a escala regional resulta de gran necesidad.

La conservación de la naturaleza a través de un sistema de reservas naturales co-menzó en Argentina en los años veinte. Este fue creado por la inquietud de preservarla belleza escénica de algunos paisajes naturales y por una necesidad estratégica: po-

blar la Patagonia, consolidar núcleos urbanos en áreas de fronteras internacionales yproteger varias cuencas hidrográficas. El sistema fue ampliando su perspectiva a par-tir del quinquenio 1940 - 1945, incluyendo zonas de bosques subtropicales (ParqueNacional El Rey, 1946). En ese contexto histórico no era considerada la conservaciónde los procesos naturales en distintas escalas (local, regional, sub - continental). Esaspolíticas fueron incapaces de alcanzar con un sentido integrador los objetivos de con-servación a causa de la persistencia en el tiempo de este enfoque basado en reservas.Procesos de aislamiento creciente (insularización) de parques nacionales y reservasocurren en la actualidad como consecuencia de la conversión de áreas del paisaje na-tural, en zonas destinadas a diversos usos (fundamentalmente para ampliar las tierrasde cultivo), que rodea a varios. Estos procesos afectan la viabilidad de varios parquesy reservas.

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268  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

Como consecuencia, el programa de manejo de cada reserva natural es formuladode manera aislada y con poca atención al contexto regional Las posibilidades de co-nexión y flujos entre reservas han sido en general consideradas parcialmente y sin unametodología definida.. Esta referencia al contexto regional está contenida en el enfo-que basado en redes ecológicas. Este modelo no ha sido asumido hasta el momento enel sistema argentino de áreas protegidas. Si bien, no siempre es factible consolidar unared ecológica (incluyendo reservas, corredores y zonas de amortiguación) suficiente-mente amplia por restricciones determinadas por: otros usos del territorio, disponibi-lidad de recursos financieros, etc., es necesario el planteamiento de la misma a travésde un estudio basado en metodologías claras.

En este trabajo, que se focaliza en el uso del territorio, haremos referencia al méto-do de investigación: el modelo conceptual aplicado y el análisis de imágenes (fotogra-fías aéreas – imágenes satelitales). Este método nos permite reflejar el uso de la tierraen la región, y a través de una zonificación analizar los posibles cambios del bosquenativo en relación a los tipos de suelos y los pisos ecológicos de Yungas.

Nuestro objetivo es desarrollar una evaluación multi-temporal de la fragmentacióndel hábitat natural y reflejar sus consecuencias sobre las conexiones entre los elemen-tos del paisaje. Para ello decidimos: 1) Analizar el proceso de cambios en la regiónprecisando las variaciones espaciales y temporales que ha tenido la conversión de lavegetación nativa y las dimensiones de ese cambio. Consideramos este análisis comouna base para luego propender, a través del ordenamiento territorial, a la continui-dad de los procesos naturales y el mantenimiento de las conexiones entre los parchesde bosque nativo. 2) Realizar un análisis de parches y conexiones a diferentes escalasecológicas.

1) Al comenzar este trabajo nos preguntamos: Que puede provocar el cambio, don-de y cuando existe cambio, que tipo de cambio se produjo y por que se produjeron

dichos cambios? Estimamos relevante esclarecer los siguientes puntos para poder darrespuesta a nuestras preguntas:a) Formular un modelo conceptual que permita identificar los principales factores

(atractores y precursores) de cambio que, actuando en tres escalas: global, nacional yregional, determinan la conversión de la vegetación nativa y el cambio de usos.

b) Identificar, dentro del área de estudio, y nuestro horizonte temporal (1973 –2000) y espacial, donde este proceso de conversión ha tenido mayor intensidad.

c) A través de un análisis de regresión logística realizar una evaluación estadísticade los principales factores relacionados con el cambio de uso.

El esclarecimiento de estos puntos no solo nos llevara a determinar cuales fueronlas fuerzas de cambio y sus consecuencias en el pasado y el presente, sino que tambiénayudará a plantear escenarios futuros en base a estos resultados previendo la localiza-ción de futuras áreas de cambio.

Dado que la planificación territorial (que considere la continuidad de los procesosnaturales a nivel regional) se traduce, al momento de ser ejecutada, en una acción alargo plazo, es necesario saber con que contamos no solo en el presente, sino tambiénpotencialmente en el futuro. Por ello es útil identificar no solo las zonas en las que sehan producido grandes cambios, sino también las zonas que han sufrido poco cambioy aquellas en donde existe cierta persistencia en la conservación de las formacionesvegetales originales, que funcionen aceptablemente como hábitat para la fauna nati-va, y el porqué de estas acciones.

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2) La metodología de cohesión del paisaje que utiliza especies focales (o perfilesecológicos) a distintas escalas y distancias de dispersión, es considerada para el análisisde conexiones y parches requeridos para alcanzar un diseño de red ecológica susten-table. Para ello, hemos analizado el cambio de usos del territorio para el período 1973– 2000 con dos ventanas intermedias (1986 y 1997).

Hemos formulado dos diseños que pretenden reflejar diferentes percepciones deanimales que funcionan a diferentes escalas ecológicas (ya la percepción del ambientees especie especifica) que se plantean acerca de las influencias antrópicas sobre elhábitat natural. Específicamente, como la infraestructura de transporte y la presenciahumana (a través de las ciudades y poblaciones) influyen sobre la vida silvestre, losprocesos naturales y sobretodo, sobre la capacidad de dispersión de las especies quese ven afectadas de forma diferencial. Esas influencias son simuladas a través de dise-ños espaciales como diferentes escenarios de uso del territorio y disponibilidad dehábitat.

Abstract

Ecological networks can be seen as one of the many spatial concepts that havebeen developed to address the problems of the future land uses in the countryside.Landuse planning nowadays can play an important role to implement such concepts,often used within the overall objective to create more sustainable rural systems. Spatialconcepts, such as ecological networks, are introduced and applied to bridge the gapbetween (socio-economic) developments and (landscape-nature) conservation of thecountryside as well as the gap between knowledge of the system and the way plannershandle this knowledge.

The paper deals briefly with the different meanings of sustainability, and severalspatial concepts in land use plans with special emphasis on ecological networks. Theapplication of this last concept raised many questions. Three of them will be defined

as a basis for further scientific research. The research itself gives new knowledgeregarding habitat connectivity, colonisation and selection. This is used for two modelsaiming at new strategies for conservation planning in human dominated landscapes.Furthermore reference is given to the application of the concept in urban landscapes,as well as proposals to combine ecological and recreational networks. Finally emphasisis given to the acceptation of the concept in the Netherlands and the way this ishandled in daily practice.

IntroductionThe Yungas is one of the most significant biodiversity regions of Argentina. Two

major resources of the region, i.e. agricultural productivity and oil and natural gasreserves, are also threats for the integrity of its ecosystems. Thus, in recent years the

region has been under increasing rates of deforestation to open agricultural areas(Burkart, 1994; Burkart et al., 1994; Daniele et al., 2002; Brown et al., 2002, Somma etal., 2004;). Furthermore, the development of facilities for exploration and utilizationof energy resources, including new roads across the forest, contribute to increasedforest fragmentation.

Our objectives in this article are to analyze the process of land use and cover change(LUCC) in the region and its root causes. We want to establish precisely the temporaland spatial variations of the native forest conversion and its dimensions.

This analysis is considered as a base for land use planning for nature conservationand natural resources sustainable management. Through this planning, we look for

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continuity of natural processes and the maintenance of connections among nativeforest patches. It is essential to locate and select key patches that allow to keep theconnectivity among habitat sites, and particularly, between the existing protectedareas (National Parks Baritu and Calilegua and Provincial Park Pintascayo Lagoon).Our research team will come back to this essential goal in the next stages.

In this article, it is considered relevant:

a) To develop a conceptual model to help identify the main driving forces determiningthe conversion of Yungas native forest and land use change at global, national,regional and local scale.

 b) To identify where the conversion process (LUCC) was more intense in the last threedecades.

c) To perform a prognosis of future changes and principally, where these changescan complicate the connectivity between the protected areas.

MethodsConceptual ModelFor the development of a conceptual model we took into account related studies

at global scale (Wood et al., 2000), South American studies (de Lima Pufal et al., 2000;Dros, 2004) and local studies in the Yungas (Daniele et al., 2004).

It is proposed that there are alternatives to the current paradigms of economic,social and natural resources management that could promote the conservation ofnative forest. These policies work interrelated in a triple scale: global (international),national and regional.

The way that these policies interact should be decided at the three above mentionedlevels and can modify, at least partially, the intensity of the interactions and theirsocial, ecological and economic effects (Figure 1).

This model reflects a context that covers the late 1980s, 1990s and the period 2000– 2005. A brief explanation of what it encloses will depict the driving forces interactingin the region from different spatial hierarchies (global, national, regional and local).Driving forces are those that cause observed landscape changes (Bürgi et al., 2005).Five major types of driving forces could be identified: socioeconomic, political,technological, natural, and cultural (Brandt. et al., Reenberg, 1999). We can also applytwo concepts related with driving forces: attractors and precursors of landscape change.An attractor of change is a site characteristic which attracts a driving force likely to

induce change. There are two groups of attractors: site conditions, and adjacency orneighborhood relationships. Precursors are factors that can trigger landscape change:improvement of accessibility, subsidies policies, technical innovations (Bürgi et al., 2005).

The market economy, globalization of information, financial and commercial flowsand the effects of WTO (World Trade Organization) agreements are especially strongdrivers (Bürgi et al., 2005). Globally, these driving forces are interacting with nationaland local factors in the Yungas region. But, the influence from these global forces aremostly out of control from physical planners acting at national and regional level: thecondition of the international sugar market, the external debt, internationalagricultural markets and the globalization itself are imposing very strong constraintson the national economy. Moreover, the liberal policies applied during the nineties

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have left the federal government with fewer regulation tools in comparison with theeighties (Tanner, 2003).

Another important global driving force is the soybean crop. It is currently referredto as a key global commodity. Influenced by population growth and increase in percapita income, global demand for soybean is expected to rise to 300 million tons by2020. In relation with a continuing production growth, Argentina and Brazil haveprogressively increased market shares. Brazil displaced USA as the world’s biggestsoybean exporter in 2003, when it reached a 31% market share. USA and Argentinahave shares of 29% and 28% respectively (Dros, 2004). Argentina, where 98% of thecrop is genetically modified (GM), supplies half of European imports of soybean mealbut nearly ceased exporting soybean products to Europe. Almost all of Argentina’ssoybean exports in 2003 were re-directed to Asian markets. The new EU genetic modifiedorganisms -GMO- labeling requirements for animal feed could diminish the Europeandemand for Argentine soy meal. As a result, it would increase the demand for BrazilianGMO-free meal (Dros, 2004).

The current area under soybean will not be sufficient to meet its increasing demand.Therefore, additional cropland will be necessary to accommodate soybean production.Globally, areas for significant expansion of cropland are only available in Sub-SaharanAfrica and South America. Specifically, these new areas are located in Angola, Argen-tina, Bolivia, Brazil, Colombia, Congo and Sudan (Dros, 2004). Thirty percent of this‘global cropland reserve’ is forest. Since available land is getting insufficient in Asiaand Europe, soybean planted areas are expected to decline or remain stable in theseregions (Dros, 2004).

Cheap land, favorable climate and soil, infrastructure (transport, ports) and financecould favor the expansion of soybean in Argentina and other South American countriesat the expense of ecologically fragile natural areas (Dros, 2004; Steininger et al., 2001).

At National level, there are contradictory situations when we analyze thegovernment interventions: government institutional capabilities related with land useplanning and natural resources stewardship (at national and provincial level) becamevery weak and unsystematic after the 1990s. This derived in different expressions ofnatural resource degradation (Hall et al., 2001). Nevertheless, state regulations aremaking possible (without any temporal interruption from the seventies) the survivalof sugarcane corporations by an externally protected national market. It has only anexplanation: the lobby capability of the sugarcane corporations is a political drivingforce at national and regional level.

The recent expansion of soybean acreage in Argentina relates to favorable

international prices and cost-reducing technology including no tillage, glyphosateherbicide and genetically modified soybean. Nearly 60 % of argentine soybean cropsare under this production system. The social and environmental impacts of thesepractices are largely unknown (Hall et al., 2001). The concentration and accessibilityof capital, even where soybean is not the most suitable crop from an ecological orfood security perspective, are factors reinforcing the conversion process. At the re-gional level, this conversion process in the Yungas has reached some singular points:Salta provincial government disaffected the previously protected Pizarro nature re-serve (Department of Anta, Chaco ecotone), and sold this land in public offer. At thislevel, sugarcane and soybean corporations are lobbing to shape transport networksand land use policies to transform the Yungas into agriculture where this is possible.

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272  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

At the local scale, we distinguish contrasting types of exploitations ranging fromcapital-intensive, large corporations to small subsistence farms. Sugarcane corporationsare diversifying their crops incorporating progressively tropical fruits and improvingtheir commercial chain in citrus. Cash crops (soybean principally but also tobacco) arethe most important factors in medium size farms related with extra-regional investors,chiefly soybean trader corporations. These corporations are the strongest factor inthe deforestation process of Selva Pedemontana (Brown and Grau, 1999; Daniele etal., 2004).

Small farms located around small towns like Colonia Santa Rosa (and other smalltowns at the North of Libertador like Yuto, Caimancito, and El Talar) are aggregatedin spatially unified sets of small rural units or «colonies». These are keeping a diversifiedproduction structure including vegetables, banana, tobacco, etc. Two Kollacommunities practice subsistence agriculture plus extensive cattle ranching in 260,000Ha at Finca Santiago and Tinkunaku (Brown and Grau, 1999). The farming approach ofColonies and Kollas aims at achieving high food security; hence the value attributedby Kollas to their forests. A World Bank agriculture development project in Finca San-tiago is currently challenging the Kolla community and the technical staff aboutsustainable ecological, economical and social answers.

Satellite images analysis, aerial photo mosaics and, historical maps analysisfor the spatial data collection

Satellite images were analyzed with platforms like Erdas Imagine®, and geographicanalysis used platforms including Arc/Info®, Arc-View®, and Arc GIS®.

The temporal evolution of the land use in the region was evaluated with historicalland use maps (OEA - Comisión Regional del Bermejo, 1973), historical aerial photographs(Secretaría de Minería de la Nación, 1973) and Landsat TM satellite images (1986, 1997and 2000).

Figure 1. Conceptual Model of LUCC in the study area

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  273

The digital background has integrated covers at different scales: 1:100.000 and1:250.000 provided by Instituto Geográfico Militar (IGM), the project «Plan de AcciónEstratégica del Río Bermejo» (PEA - OEA, 2000) together with others developed by ourteam. PEA – OEA 2000 includes the soils of the region, their land capabilities classes(sensu Klingebiel and Montgomery, 1961) and the land use (2000).

The contrast of satellite images (Images Landsat TM 231/076 from years 1986, 1997and 2000 provided by CONAE -Comisión Nacional de Actividades Espaciales-) wasimproved to analyze textures, shapes and spectral signatures. By this analysis it wasproduced the differentiation of land use classes of the region by visual interpretation(Soares-Filho, 2001). Interviews with regional experts and meetings with communityleaders were carried out to gather additional information.

Field checking allowed us to confirm the initial land use classification. The overallclassification accuracy was evaluated using an independent sample of 149 observationsfrom the field. The overall accuracy for the classification was 85 %.

Zoning for a multi causal perspective analysisThe LUCC is a complex and multi causal process. To establish a zoning that accountsfor this multi-causal perspective, it is appropriated to combine aspects of political –administrative decisions that can imply a relative homogeneity of policies at majordistrict scale withaspects that define arelative ecological andb i o g e o g r a p h i chomogeneity. At thisscale, we distinguishtwo Argentineprovinces, Salta and

Jujuy, and TarijaDepartament in Bolivia.In this way, weintegrate the zoneswith a relativehomogeneity of naturalresources, productivecapabilities andmarkets access (alwaysconsidering the sectorsof the departments thatare inside the study

area, no the wholedepartments’ district).Then, we define a set ofzones called Ecological- Adminis-trative Zones(EAZs: Table 1 and Figu-re 2). Their names arereferred to the Yungasregion only. Alltogether, Argentinenational routes 34 and50, Argentine railway

Figure 2. Study area context and the Ecological - AdministrativeZones (EAZs)

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274  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

Table 1. Ecological – administrative zones (EAZs)

line «General Belgrano» and Bolivian national route 1 form a primary transport axis.These routes are connecting the study area with regional centers as Tarija (Bolivia) inthe north and Jujuy city and Salta city in the south. The southern flow connects withthe principal Argentine ports (Rosario and Buenos Aires).

These zones have a relation with the view that district political authorities haveabout the provincial territories. Tarija Deparment from Bolivia as well as Salta andJujuy provincial planners have defined a zoning scheme that is followed here becauseit has a relationship with department (called Provinces in Bolivia) divisions but alsowith the existing transport network and the availability of natural resources, principallycrop lands. There is applied the concept of local development poles based aroundmiddle to small size towns that have the role of services center for farm and oil-gasproduction activities (Varela, 2001). EAZs will be used as areas where it is possible toget more detail in land use changes and to find possible answers to the main causes ofthe land use change by EAZ (Table 1). To focus on each EAZ instead of the whole studyarea allowed to split up specific causes for conversion that are operating (or not)locally.

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  275 

Figure 3. The accessibility analysis flowchart

We used the Land Capability Classification of USDA (Klingebiel and Montgomery,1961). In the region we found crop lands with soils of three classes: II, III and IV. Theseclasses establish a decreasing order of suitability in their use for crops, being class IIthe better and presenting class IV the most serious limitations of different nature(profile depth, drainage problems, eolic or hydric erosion, etc.). The EAZs vary

considerably in relation to degree of deforestation, and therefore native vegetationconverted. However, there are already more than 300,000 Ha of suitable crop landwith native forest cover. It will be elucidated where these areas are located and whichare their soil classes. There can be anticipated new LUCC events.

Accessibility analysisA travel-time and market catchment

analysis (Verburg et al., 2003) wascarried out using the Accessibilityextension for Arc View (Farrow andNelson, 2001). It was considered a keyfactor to evaluate the LUCC process.

Five cities were considered as markets:Bermejo, Oran, Colonia Santa Rosa, Li-bertador San Martín and Fraile Pinta-do (Figure 3). Comparison of travel timeobtained with GIS and actualmeasurements indicated GIS slightlyoverestimated travel time by 5-10 %. Itwas considered satisfactory. All theinputs were converted to raster format(Grids) of pixels of 100 m.

Statistical analysis

Initially, a randomization (MonteCarlo) Mantel Test was used to assessthe spatial autocorrelation between thetwo land use change classes: change andnot change. Both distance measures, forfirst and the second matrix, wereEuclidean (Pythagorean). We also usedthe Akaike information criterion (AIC) to define the number of variables to beconsidered (Naves et al., 2003). After that, a test for the global null hypothesis (betacoefficient -â- = 0) was performed.

We wanted to develop a quantitative assessment of the land use change aspectsalready referred. Our purpose was to evaluate which factors could be more relevantin the LUCC process from 1973 to 2000. For this analysis we considered again the regionas a whole because the numerous interactions that exist between the different EAZsand the knowledge of the transport network that integrates the different EAZs of theregion. A multiple logistic regression analysis (Allison, 1999; Verburg et al., 2003) wasused to explore the association between the key response variable: land use change,and potentially explanatory variables including soils, topography (slope), accessibility(distance to markets), distance to rivers and rainfall. The analysis involved a randomsample of 400 points (200 in each class: change and not change) from the entire studyregion to investigate. Then, we generated a map of change probability based on ourregression analysis and an interpolation of the probability associated to the 400 points.

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276   Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

ResultsThe period analyzed comprised almost thirty years and four time windows, 1973,

1986, 1997 and 2000. This allows for the evolution of the LUCC and habitat availability(protected areas and native forest). From the values and the visual analysis of theimages important changes were evident. Regionally, the land area devoted to

agriculture doubled during the period analyzed (Table 2 and Figure 4). Protected areasand native forest are considered together as a continuum of wildlife habitat in thiscontext.

LUCC was also evaluated by alandscape ecology metric (Number of

Patches: NP) to get a picture aboutthe evolution of the fragmentationprocess in a regional approach. Agrowing fragmentation originatedby the expansion of agricultural areaswas evident (Table 3, Figures 4 and5). It affected the integrity of theYungas forest increasing thenumber of native forest patches.However, the creation of protectedareas (1974, 1979 and 2000)partially compensated the

conversion process in relation towildlife habitat availability andquality.

Particularly, the increase inNumber of Patches (and relateddiminishing in total patch area: seeTable 2.) is depicting a conditionrelated to a growing and earlystage in the fragmentation process(Mc Carigal and Marks, 1995;Hargis, 1998).

Table 2. Regional land use classes (1973 – 2000).

Area

1973   1986 1997 2000

Land Use Class   Ha % Ha % Ha % Ha %

Agriculture 75237 5.5 121631 8.8 145145 1 0.5 155611 11.3

Protected areas 149682 10.8 149666 10.8 160257 11.6

Native Forest 1300518 94.3 1104149 80.1 1080878 78.4 1059251 76.8

Urban Areas 3213 0.2 3506 0.3 3585 0.3 3849 0.3

Total 1378968 100 1378968 100 1378968 100 1378968 100

Table 3. Evolution of number of patches by landuse class (1973 – 2000).

Number of PatchesLand use class

1973 1986 1997 2000

Agriculture 67 274 360 423Protected areas 3 3 4

Native forest 3 18 22 31Urban areas 27 27 27 26

Total 97 322 412 484

Figure 4. Native forest patch size evolution(1973 – 2000)

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  277 

The increase inpercentage of agricultureclass in a regionalapproach refers a regio-nal trend (Table 2, Table3 and Figure 5).

NOTE: 1973 map showsonly the three classes thatexisted at that time(Agriculture, Native forestand Urban areas).

The first protected areawas created in 1974:National Park Baritu.

But, what is occurringlocally? Where are thepatches that, decreasingin size, are affecting theregional connectivity?

There is a perception ofland use changes but theirconcentration (principallyalong the transportnetwork) and relatedimpacts on forest

connectivity are unclearfrom a regional perspective. Therefore, by means of the EAZs, it is possible to appreciatesome specific zones where the conversion process is more intense (Table 4 and Figure 6).

We can synthesize this diagnosis by combining the analysis of attractors andprecursors of landscape change (Table 5).

Figure 5. The LUCC process in Yungas(1973 - 1986 - 1997 - 2000)

Table 4. Evolution of land use classes by EAZ (1973 – 2000).

LU class Ecological Administrative Zone- % of land use class change

BermejoTriangle

W Salta NE Salta S Salta SE Jujuy W Jujuy

1973 2000 1973 2000 1973 2000 1973 2000 1973 2000 1973 2000

Agriculture 5 24 0 0 0 1 7 16 10 17 0 0

ProtectedAreas 0 0 0 26 0 0 0 3 0 22 0 1

Native forest 94 76 100 74 100 99 92 80 89 61 100 99

Urban areas* 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0

*= Urban areas class appeared as 0 because is always under 0.5 %

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278  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

Table 5. EAZs: possibilities of expansion and determinant factors.

Reference to Table 5: *: agriculture Use 2000: in some cases the use is established in unsuitable soils (classes V and VI)

EAZ

Crop landsavailability

with forest cover(% crop lands

not deforested / Total EAZ)

Attractor oflandscape

change

Transportinfrastructureand

Services

Attractorof

landscapechange

agricultureuse year

2000 (% / Total EAZ)

*

TotalLength of

roads

Total pavedroads(2005)

Km

Technologicalassistance(state and/or

private)

Precursors oflandscape

change

Generalconditions

fordevelopmentof productive

activities

Feasibleagriculture

expansion atshort term (5

years)

BT (Bolivia)

54 %, withsevere

limitations byclass:

48 %, are soilsclass IVs: hardrestrictions for

use3 of both soils

classes: II and III

Very good: newpaved road fromBermejo to Tarija(principal regional

center)

Use 2000:24 % oftotal BT

266.86

55.69

Good

Very goodconditions (state

support:transport and

communicationsdevelopment)

feasibility limitedby soil type

W SALTA(WSa)

14 %:Soils class II(13%) and III

(1%)

Poor: state effort,new bridge onBermejo river:

the gate toLos Toldos town

Use 2000:0.4 % of

WSa

95.72

No pavedroads

Scarce

Regular: somestate support to

Tourismactivities anddevelopmentplan of Finca

Santiago KollaCommunity

partially feasible

NE SALTA(NESa)

Reduced: 16 %of soils class II Inexistent

Use 2000:0.9 % of

NESa

84.16

No pavedroads

Scarce Deficient

not very feasible

(in currentaccessibilityconditions)

SouthSALTA

(SSa)

Significant: 28%: soils class II(25 %) and soils

class III (3 %)

Good: situated onthe principal

transport axisnational route 34

– national route50

Use 2000:16 % of

SSa

871.33

129.42

Good

Very good:private

investments andsome state

support

very feasible

SE JUJUY(SEJ)

Significant: 22%: soils class II

(14 %) and classIII (8 %)

Good: situated onthe principal

transport axisnational route 34– national route

50

Use 2000:17 % of

SEJ

762.64

146.12

Good

Very good:private

investments andsome state

supportvery feasible

W JUJUY(WJ)

very reduced: 7%: soils class II(1 %) and class

III (6 %)

Use 2000: 0 %of WJ

Poor: state effort,development of

the routeHumahuaca-Valle Grande-Lib. Gral. San

Martín

Use 2000:0 % of WJ

143.50

No pavedroads

Scarce

Poor: some statesupport to the

tourismnot feasible

Figure 6. Habitat availability and agriculture changes in Yungas by EAZ (1973 – 2000)

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  279

Two EAZs appear particularlythreatened in relation with theintensity of the conversion process(deforestation) for crop expansion:South SALTA and SE JUJUY (Figure 7.).

These two have the largest extensionof cropland combined with the bestaccessibility conditions defined by thetransport network.

It is clear that even both are the mostthreatened in relation with theconditions for conversion. Inversely, WSALTA and SE JUJUY compose acorridor (but with poor representationof piedmont forest) with low potentialof conversion in the short term.

Particularly, W SALTA could present adifferent context depending ofpolitical decisions (state investments) atnational and provincial scale concerninginfrastructure, technological assistanceand subsidies, these state investmentswould operate as precursors oflandscape change.

The final goal of this research is togenerate a regional planning proposalfor conservation purposes. Lacking thisplanning, a possible evolution ofagriculture use is reflected in Figure 8.

Accessibility analysisA map of travel time to the regional

markets was obtained applying theaccessibility analysis routine of Farrowand Nelson (2001). It is both: a researchproduct itself and an input of thestatistic analysis, i.e. one of ourindependent variables related with the

land use change. Protected areas arespecifically excluded. It is evident thatwithout land-use planning actions, theprotected areas will suffer a progressiveisolation because the possibleagriculture expansion in the EAZs SouthSALTA and SE JUJUY with theconversion potential that these EAZshave (similar situations can take placein W SALTA). In a regional conservationstrategy, the role that Kolla

Figure 8. Agricultural areas (2000) and potentialnew conversions.

Figure 7. Availability of crop lands and soilclasses not converted by 2000 in the region -a- and distribution in the EAZs referred to thetotal regional (Class II) -b-

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280   Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

communities could play is crucial. However, other potential situations of isolation ofthe regional protected areas, equally visible by its effects (Figure 9) are occurring at thesouth of the Kolla community territories. Precisely, in the Southeast of EAZ South SAL-TA and its fringe with the EAZ SE JUJUY: the north sector of Calilegua National Park.

Statistical appraisalThe Mantel test was clear: both group of samples (change and not change) werenot autocorrelated. Therefore, the null hypothesis is referring that there is norelationship (Table 6.) between the land use change process (1973 – 2000) and spatiallocations at a regional scale.

Figure 9. Travel time to markets, protected areas andpopulated places

Table 6. Mantel test.

MANTEL TEST RESULTS: Randomization (Monte

Carlo test) method

r = Standardized Mantel statistic 0.138692

Observed Z (sum of cross products) 0.530840E+10

Variance of Z from randomized runs 0.575518E+14

Minimum Z from randomized runs 0.492167E+10

Maximum Z from randomized runs 0.498089E+10

Logistic Regression AnalysisModel InformationData Set Yungas ProjectResponse Variables CHANGE vs. NOT CHANGENumber of Response Levels 2Number of Observations 400Model binary logitOptimization Technique Fisher’s scoring

Originally, we analyzed five independent variables: soil capability classes, slope,

distance to markets (as Travel time), rainfall and distance to rivers and one dependentvariable (Change). The last two independent variables resulted not relevant for themodel (Rainfall and Distance to rivers).Then, we carried out the Akaikeinformation criterion (AIC) analysis tocheck the fitness of the model with 2 orwith 3 explanatory variables. Because thedifference is more than 2 units (Table 7) wedid not took the option for the moreparsimonious model and 3 variables wereincluded: soil capability, distance to marketsand slope.

Table 7. AIC analysis

Criterion Intercept Only Intercept andCovariates

AIC 556.518 245.111

SC 560.509 261.076

-2 Log L 554.518 237.111

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  281

Table 8. Global null hypothesis tests of the Beta coefficients.

Test Chi-Square Degree of Freedom Probability > Chi Square

Likelihood Ratio 317.4072 3 <.0001

Score 189.1803 3 <.0001

Wald 67.5212 3 <.0001

The global nullhypothesis for the betacoefficients (â) wasperformed usingLikelihood ratio, Score

and Wald tests:All the tests producedthe same answer: the probability of the null hypothesis (â=0) was very low.

After the previous analysis, we considered three explanatory variables (soil capabilityclasses, slope and distance to markets) for the multiple logistic regression. With theresults we evaluated that two of them can be considered as having an actual relationwith the land use change: soil capability and distance to markets. Slope appears ashaving less significance (Table 9).

We also calculatedthe confidence limitsfor the selectedexplanatory variables:Soil capability classes,Slope and Distance:

  Our conclusion isthat from a regionalperspective there isn’trelation betweenspatial location andchange (Table 6: Mantel test).However, when we scrutinizethe change probability map(produced from the regressionanalysis model by aninterpolation of the probabilityresulting associated to the 400sample points) the changeprocess look different at zonalscale (Table 11 and Figure 10).

If we zoom in, theprobabilities of change appearsconcentrated in three EAZ:BERMEJO triangle, SoutheastJUJUY and South SALTA.Northeast SALTA also getssome probability of change inneighbors’ areas borderingBermejo triangle (Table 11. andFigure 10.).

Table 9. Regression analysis of the selected explanatory variables

ChiSquare

  Parameter DegreeofFreedom

Estimate   StandardError

WaldChi-Square

0.0140 Intercept 1 2.2554 0.9181 6.0348

<.0001 Soil capability classes 1 0.5815 0.0982 35.0992

<.0001 Distance 1 -1.9957 0.3875 26.5287

0.0147 Slope 1 -1.5353 0.6291 5.9559

Table 10. Confidence limits for Parameters and Adjusted odds ratios.

Odds ratio estimates

Effect Point estimate 95 % Wald confidence limits

Soil capabilityclasses

  1.789 1.476 2.168

Slope 0.215 0.063 0.739

Distance 0.136 0.064 0.290

Wald Confidence Interval for Parameters

Parameter Estimate 95% Confidence Limits

Intercept 2.2554 0.4559 4.0548Soil capability classes 0.5815 0.3891 0.7739

Slope -1.5353 -2.7683 -0.3023

Distance -1.9957 -2.7551 -1.2363

Effect Unit Estimate 95% Confidence Limits

Soil capability classes 1.00 1.789 1.476 2.168

Slope 1.00 0.215 0.063 0.739Distance 1.00 0.136 0.064 0.290

Wald Confidence Interval for Adjusted Odds Ratios

Discussion and conclusionsConsidering the Yungas

region from a global level, theparticular combination ofinfrastructure (principally

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282  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

transport), some statesupport and a goodtechnological levelsituates it as a suitablearea for agricultureexpansion (Dros, 2004).This expansion would bebased in the continuityof conversion of forestareas.

From a regional perspective, this conversion process of the native forest toagriculture is already in its earlier stages. Hence, it could be managed to counteractnegative consequences on the connectivity between the protected areas (Steiningeret al., op. cit.). Specifically, the matrix between Calilegua and Baritu is not veryconverted yet and can function as a suitable connection zone between the core areas.

But, at a local scale, the conversion is already very intense in the south of BermejoTriangle. Only riparian environments (the creeks that are tributary of the BermejoRiver) could work as lineal corridors keeping their connection functionality.

From the analysis of land use and its evolution (Table 4) it is evident that zones withsuitable soils, predominance of gentle slopes (originally piedmont forest) and close tothe principal transport axis of the «Ramal» (Figure 2: national routes 34 and 50 andGeneral Belgrano Railway and national route 1 in Bolivia) have been the most affectedby conversion processes:

In JUJUY SE the conversion process was already consolidated in the seventies (10 %of agriculture use in 1973). However, the

conversion process is currently movingahead due to the promoting effect of adominant sugarcane corporation andsoybean investors (Departments ofLedesma and Santa Barbara).

In South SALTA (Department ofOran), the conversion has recentlyintensified (increase of more than 5 %for the period 1973 - 1986), and thecontext is similar (sugarcane and soybeancorporations) but the business climate

appears more attractive (Dros, 2004 andVarela op. cit.).

Inversely, conversion did not progressor retreated despite suitable soils in NESALTA (Department of San Martin). Itsisolation respect of the transportnetwork, seasonal floodings by Itau andGrande de Tarija rivers (the limit withBERMEJO Triangle), and the need tocross through bolivian territory to arriveat the markets has determined the

Table 11. Probability of change classes (p >= 0.6) by EAZs (as % oftotal area of each EAZ).

Probability of changeclass

  BT %W

Salta%

NE Salta%

S Salta%

SE Jujuy%

W Jujuy%

0.8 <= p < 1 6 0 9 39 34 00.6 <= p < 0.8 18 0 8 4 5 0

TOTAL (% of Zone) 24 0 17 43 39 0

Figure 10. Land use change probability

analysis by EAZ

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  283

current land use condition. Nevertheless, the probability of change is high in somelocations: proximity to markets, availability of crop lands and gentle slopes in theGrande de Tarija riverside areas could influence these results strongly.

The Bolivian sector (BERMEJO Triangle) reflects a growing trend in the conversion

process from the eighties, but this process finds now strong limitations because poorsoils dominated by land capability use classes IV s (with depth limitations in the soilprofile) and class III sw (with depth and drainage limitations). As a precursor oflandscape change, it is possible to identify the improvement in accessibility: a recentlypaved national route (number 1) enhanced dramatically the connection with Tarija:principal center of the department and the south of Bolivia.

For different reasons, there is low proportion of land devoted to agriculture in theother EAZs (W SALTA: Departments of Santa Victoria and Iruya and W JUJUY:Departments of Valle Grande and Tilcara). In W SALTA, the lack of an efficient transportnetwork plus the absence of investments and technological assistance could have leadto the situation exposed at 2000. In W JUJUY the situation seems to interact with

other factors: the offer of crop lands is lower than W SALTA (only 7 % of this zone issuitable for agriculture). It is a mountainous area and this condition appears asdeterminant of a very low conversion rate.

The statistical analysis is pointing to the Soil classes capability and Accessibility tomarkets as the principal factors that are related with the land use change. The slope ofthe areas (also include in accessibility) appears as having less significance.

Summarizing, the planning of an ecological network in the Yungas region is alreadyoccurring at early stages of an agriculture frontier expansion. The fragmentationprocess gives chances to safeguard the most important connections (Steininger et al.,op. cit.). However, some zones are already specially affected. There, specific restorationplans or particular measures should be encouraged to recover connections (Southsectors of BERMEJO triangle: BT) and mitigate the effects of the conversion. Moreover,all the agriculture expansion in South SALTA and Southeast JUJUY are at cost of thepedemontana (piedmont) forest (Brown et al., 2002). This specific Yungas forest floorshould be targeted as a nature conservation regional objective. Meanwhile, in thewest of the study area (Figures 8 and 9) the mountainous environment restrains theconversion to agriculture. This stripe could keep stability of the native forest coverand serve as a habitat corridor easier to implement than the center and east sector ofthe matrix (the forest space between Calilegua and Baritu). From the statistical analysis,it is possible to find a relevant role in the conversion process from the conditionsrelated with soil capability classes and accessibility to markets. These conditions should

be kept in mind when alternative designs of ecological networks (corridors linking theprotected areas) are going to be discussed with the regional stakeholders (van Rooijet al., 2003, Jongman, 2004).

AcknowlegementsA very important support was received from the Canon National Parks Science

Scholars Program and Parques Nacionales de Argentina that made possible thisresearch. Also, all the authors are willing to express their gratitude to WageningenUniversity and Research Center. Particularly, to the Royal Fellowships program andthe AIO program from the Dutch government.

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284  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

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Transformaciones del paisaje e impactossobre la biodiversidad: Ensayando índices

de ecodiversidad

 Juan J. Neiff 1 ; Sylvina L. Casco1 y Marcelo Rolón 2

1CONICET en el Centro de Ecología Aplicada del Litoral (CECOAL);2Establecimiento Las Marías. Gobernador Virasoro (Corrientes)

[email protected], [email protected], [email protected]

ResumenSe han propuesto distintos criterios para medir la diversidad a nivel local (alfa y

beta diversidad) a nivel regional (gama diversidad) y también a nivel del paisaje

(ecodiversidad). De todas estas aproximaciones a la complejidad biótica en losecosistemas, la ecodiversidad permite conocer la disponibilidad y la conectividad en-tre hábitat y lograr una idea de la variabilidad espacial de los ecosistemas. Se presen-tan siete índices de ecodiversidad y se discute sus ventajas y desventajas para el análi-sis de paisajes muy disturbados. Se analizó el paisaje del Establecimiento Las Marías,en el NE de Corrientes, que tiene algo más de 30.000 Ha, comprendiendo 13.300 Ha desistemas forestales nativos y cultivados y 16.700 Ha. dedicadas a té, yerba mate,policultivos y ganadería. Se utilizó imágenes Landsat 7 y el procedimiento de EcologicalLand Classification (ELC), para identificar las principales unidades de paisaje (bosques,pasturas, cuerpos de agua, diferentes cultivos). Se encontraron tres subsistemas depaisaje diferentes, se obtuvo información del número de polígonos y de la superficiecomprendida en cada uso del paisaje y se la comparó cuantitativamente mediante

varios índices. Se concluye que una determinada unidad de paisaje puede tener muydiferente diversidad, según el contexto de paisaje en el que se encuentre incluida.

AbstractDifferent approaches to measure the diversity at local level (alpha and beta diversity),

at regional level (gamma-diversity) and also at the landscape level (ecodiversity, insense of Naveh) have been proposed. Of all these approaches, the ecodiversity allowsto know the habitat availability, the connectivity among habitat and to achieve anidea of the space variability of the ecosystems. Seven indexes of ecodiversity weretested and discusses their advantages and disadvantages for the analysis in a verydisturbed area in the northeast of Corrientes. The results are presented for Las MaríasCompany that has something more than 30,000 hectares of those which 12,000 hectares

are occupied with native and cultivated forest and 18,000 Ha are devoted to tea, yer-ba mate, to the livestock breeding and aromatic plants. It were used satelital imagesLandsat 7 analyzed with ARC View 3.2 and the procedure of Ecological LandClassification (ELC) to identify the main landscape units (forests, grasslands, waterbodies). With this information three different subsystems of landscape were identified.The ecodiversity indexes were used to compare the ecodiversity patterns with thebiotic complexity. We concludes that a certain landscape unit should be very differentin specific diversity, according to the landscape context in which is included.

IntroducciónEl paisaje es entendido como la percepción humana de la naturaleza en un segmen-

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288  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

to geográfico que puede ser avistado por la gente en determinado momento (GonzálezBernáldez, 1981). Si bien esta percepción es distinta para diferentes observadores ymomentos, ha demostrado su utilidad en el análisis ambiental y constituye un contex-to válido para el análisis de los impactos que cierto proyecto puede producir en uncontexto geográfico y temporal determinado.

La evaluación cuantitativa del paisaje para conocer los impactos humanos es siem-pre difícil, debido a que su percepción es subjetiva y depende del momento en que seapercibido, del contexto socio-geográfico de la valoración, del estado previo de losecosistemas y de otras causas que se modifican en forma dinámica (Etchechuri et al.,2002; Matteucci et al., 2004).

El análisis de ecodiversidad de paisaje (Naveh, 1994) resulta una herramienta útilporque permite utilizar distintas escalas y valorar factores de contexto, desde unaperspectiva bio-regional (WRI-UICN/PNUMA, 1992).

Una preocupación de la mayoría de los análisis de impactos, es la modificación de la

biodiversidad como consecuencia de las actividades humanas sobre los ecosistemas,por la falta de indicadores que permitan comparar el estado de la biodiversidad de unsistema en etapas sucesivas de un proyecto.

Otra dificultad radica en que los índices de diversidad disponibles, comparan lacantidad de especies de un sistema, o parte de él, con la abundancia de sus elementos(número de individuos, biomasa) como medida de complejidad local (a y b diversidad)y, con menor frecuencia, se dispone de herramientas para el análisis de la diversidadregional (generalmente expresada por la diversidad d).

La biodiversidad de determinado sector de la biosfera depende en gran medida delas condiciones locales (relieve, suelos, microclimas) pero también, del contexto geo-

gráfico-ecológico y evolutivo en que ese sitio se encuentra incluido (Solbrig, 1991). Lapresencia de paisajes adyacentes inalterados, de corredores ecológicos o la direcciónde los flujos de información, pueden determinar el paisaje tenga distinta diversidadsegún la posición que ocupe en una cuenca hidrográfica (Neiff, 2001, Matteucci et al.,2004).

Se presentan seguidamente algunos índices que pueden ser de utilidad para el aná-lisis de los impactos sobre la diversidad a nivel del paisaje (ecodiversidad) en el NE deCorrientes, donde más del 70% de la superficie se encuentra transformada. En térmi-nos generales, la historia de la ocupación ha tenido etapas semejantes a las descritaspara el Alto Paraná en la provincia de Misiones (Matteucci et al., 2004), quizá porquela zona ecológicamente tiene características semejantes a la nombrada y porque tam-

bién constituye una frontera porosa  con fuerte interacción del entorno geopolítico.

De manera sinóptica, la etapa precolombina no muestra modificaciones drásticasen el paisaje, que comienzan a manifestarse en los siglos XVI-XVII, cuando elsedentarismo culmina con la fundación de las ciudades jesuíticas en Corrientes. Laactividad pastoril extensiva, se combinó con la participación creciente de la agricultu-ra y, en la mitad del siglo XX con la industrialización masiva de los productosagropecuarios, se pasó a una etapa de uso intensivo de los recursos naturales. Adquie-ren mayor relevancia en la zona cultivos como yerba mate, té y hacia fines de los añossesenta, las forestaciones con plantas exóticas ocuparon una superficie cada vez ma-yor, alcanzando su auge hacia fines de la década del noventa. Los cambios en el paisa- je estuvieron dados por sustitución de paisajes nativos y por pauperización de los

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remanentes (extracción de madera, pastoreo y cambios en la diversidad, sustituciónde especies nativas).

En este contexto de transformaciones, algunos pocos propietarios ensayaron nue-vas formas de utilización del paisaje buscando la sustentabilidad productiva con sus-

tento ambiental. El Grupo Las Marías, es la expresión más fuerte de esta tendenciaencontrándose hoy 101 usos diferentes del espacio en una superficie próxima a las30.000 Ha.

La existencia de un sistema de policultivos tan complejo indujo a probar indicadoresque permitan establecer la influencia de distintas formas de uso (tipo de actividad,tamaño y forma de las parcelas, edad de las plantaciones, etc.) sobre la complejidadbiótica del paisaje.

Se parte de la hipótesis que dos manchas de paisaje de la misma fisonomía y con elmismo elemento dominante, pueden tener diferente complejidad en función del con-texto en que se encuentren incluidas.

MétodosEn el Noreste de Corrientes, se analizó el conjunto de predios pertenecientes al

Grupo Las Marías, situado en la localidad de Gobernador Virasoro, (28º06‘42« lat. S;56º03‘20« long. O).

El área de estudio comprende 30.000 Ha (29 predios), de las cuales 13.300 corres-ponden a bosques naturales y plantaciones de Pinus elliottii, P. taeda y Eucalyptus grandis , destinados, principalmente, a la producción de madera aserrada, laminada ytriturable. Estos predios están ubicados en paisajes que han recibido una fuerte inter-vención antrópica a partir del siglo XIX, para la utilización agropecuaria y para laextracción de madera desde la década del veinte hasta los años cincuenta.

La zona de Las Marías corresponde al ambiente de colinas bajas, típicas del sur de laprovincia de Misiones, denominadas «Colinas y Llanuras onduladas del noreste »(Capurro y Carnevali, 1985), con pendiente suave, depresiones someras y suelos rojos,predominantemente arcillosos. La vegetación nativa combinaba pastizales (propiosdel Distrito de los Campos, según Carnevali, 1994) y bosques hidrófilos altos que co-rresponden al límite sur de la Selva Paranense.

Se utilizó la Clasificación Ecológica de Tierras -ELC- (FEARO, 1978) para identificarlas principales unidades de paisaje (bosques, pasturas, cuerpos de agua, diferentescultivos), considerando las relaciones temporales y espaciales entre los cinco compo-nentes principales del paisaje: terreno, hidrología, clima, suelo y vegetación.

Primeramente se diferenciaron tres subsistemas de paisaje (1, 2 y 3), por ser áreassometidas a distintos sistemas de aprovechamiento en las últimas décadas y que tie-nen diferencias estructurales (en la proporción, tamaño, forma de las parcelas) yecológicas (en la oferta de hábitat y en la conectividad entre las parcelas de una mis-ma unidad de paisaje).

Para obtener algunos índices de la estructura del paisaje se analizó la imagen satelitalLandsat 7 TM del área de estudio, de febrero de 2000, siguiendo los indicadores pro-puestos por McGarigal y Marks (1995), Naveh (1994) y O´Neill et al. (1999). Los índicesde organización del paisaje utilizados fueron:

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290   Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

Índice N° 1: Relación perímetro/superficie de la mancha promedio (índice de for-ma):  indica la posibilidad que posee determinado organismo o población de cubriruna o más manchas del patrón de paisaje. Los valores más bajos indican que las man-chas tienen forma circular.

Índice de Forma = Perímetro de c/mancha (uso) / superficie de c/mancha (uso)

Índice N° 2: Porcentaje de importancia 1: proporciona una idea del espacio (superfi-cie ocupada) de los distintos usos del paisaje, como recurso de hábitat para aquellosorganismos con mayor posibilidad de seleccionar el hábitat, como por ejemplo, lasaves.

Importancia 1 = (Superficie de cada uso / Superficie total de todos los usos) x 100

Índice N° 3: Porcentaje de importancia 2:  ídem que el anterior, sólo que para elcálculo utiliza el número de poligonales que se encuentran en la imagen y los relacio-na con el número total de poligonales de la misma. En cierta medida, es un indicadorde la frecuencia con que determinado organismo podría encontrar un tipo de parcela.

Importancia 2 = (Nº de poligonales de cada uso / Nº total de poligonales) x 100

Índice N° 4: Ecodiversidad: este índice asume que cada parcela (Ej. loma de té) esequivalente a una especie. Este índice fue desarrollado por Margalef como índice sin-tético que expresa la importancia de n especies respecto del valor de importancia detodas las especies en la muestra. Si bien no ha sido utilizado para el análisis en la escalade paisaje, el rango de valores presentes en las imágenes, puede ser usado ventajosa-mente para representar sintéticamente la ecodiversidad de cada muestra analizada.Cuando la estructura del paisaje integra parcelas de diferentes usos, con otras de pai-sajes nativos remanentes de tamaño y forma variada, puede encontrarse una mayoroferta de hábitat para los organismos (fauna y flora) dado que se genera una multipli-cidad de ambientes con distintos microclimas y balance de la energía.

Índice N° 41::::: utiliza como parámetro de calidad a los usos (té, yerba, pinos) y comoparámetro de cantidad, a la superficie que ocupa cada uno de ellos.

Donde: S = número total de usos y N = suma de las superficies de las poligonalespara todos los usos

Índice N° 42: ídem que el anterior, sólo que utiliza como indicador de cantidad al

número de poligonales de cada uso, en la muestra.

Donde: S = número total de usos y N = suma de las poligonales para todos los usos

Índice N° 5: Tamaño de la parcela (loma) más grandeEn algunos casos, un paisaje estructurado por pocas células de gran tamaño tendría

menor variación de hábitat, especialmente si se trata de cultivos. Esto haría esperableuna mayor riqueza de especies.

Índice N° 51: Superficie de la parcela más grande para todos los usos: da una ten-

dencia respecto del parcelamiento del paisaje y de la preponderancia que imponen las

1

logi

S d 

 N 

1log

i

S d 

 N 

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parcelas (manchas) más grandes en el patrón de paisaje que se analiza.

Índice N° 52: Superficie de la parcela más grande de cada uso: permite conocer la

preponderancia espacial de alguno de los usos del paisaje (Ej. yerbales) en el contextodel paisaje. En el caso extremo, en el cual un uso (o unidad de paisaje) formara unaúnica parcela, habría que esperar, además de un patrón espacial y temporal menosvariable, menores posibilidades de conectividad con otros paisajes para aquellos ani-males que tienen un radio de desplazamiento corto.

Índice 6: Coeficiente de variación de las parcelas para cada uso (%): es uno de losindicadores sintéticos de mayor interés (índice compuesto por el valor medio de unatributo y por su variabilidad), debido a que proporciona mucha información sobre laorganización y funcionamiento del paisaje. Los coeficientes de variación altos en elpatrón de paisaje indican, generalmente, ventajas para la vida silvestre, especialmentepara aquellos animales de menor radio de desplazamiento y para los que se beneficiancon la exploración de diferentes hábitat.

Índice 7: Desviación standard del promedio del coeficiente de variación de todoslos usos: este índice expresa la variabilidad general del sistema analizado y es de inte-rés cuando las diferencias espaciales en el paisaje se relacionan con diferentes prácti-cas de manejo o de uso.

ResultadosLos tres subsistemas diferenciados primariamente, presentaron varias clases de pai-

saje (Fig. 1) y se diferenciaron estructuralmente, en la proporción, tamaño y forma delas parcelas y, ecológicamente, en la oferta de habitat y la conectividad entre las par-

celas de una misma unidad de paisaje.El subsistema 1 incluyó cultivos de yerba y de té de baja densidad y el 80% de las

áreas nativas remanentes (bosques, pastizales, bañados). El subsistema 2 estuvo inte-grado por parcelas de té y de yerba de alta densidad manejadas con modernos crite-rios tecnológicos, incorporadas en las últimas décadas. El subsistema 3 presentó unpatrón de paisaje con dominancia de forestaciones de pinos y de eucaliptos.

Los resultados de los índices (Tabla 1) fueron coherentes e indicaron una gran va-riación interna a nivel de cada uno y de todos los establecimientos que integran elGrupo Las Marías. Pudieron establecerse cuatro tipos de paisaje:

Tipo uno: la ecodiversidad (índices 4.1 y 4.2) tuvo valores comprendidos entre 7.5 y11.37 (Predio 1) y 8.08 y 12.42 (Predio 2), indicando una gran variedad de usos delespacio en relación al tamaño de los predios. El índice 2 acusó valores muy bajos lo queindica una participación muy proporcional de los distintos usos del paisaje en cadauno de los establecimientos nombrados. En el predio 2 las plantaciones de té alcanzanal 42% de la superficie, encontrándose el resto distribuido en 25 usos diferentes. Unasituación semejante se da en el Predio 1 que tiene 25 usos diferentes, de los cuales losyerbales de alta densidad ocupan más del 40% y los restantes usos adquieren valoresentre 0.01 y 18.87% en el índice 2. A su vez, el coeficiente de variación por usos (índice6) y el coeficiente de variación total (índice 7) fueron igualmente altos con valorespróximos o superiores al 50%. Se advierte que, para ambos establecimientos, el coefi-ciente de variación encontrado para los usos del paisaje y el coeficiente de variación

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292  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

Figura 1. Clases de paisaje identificadas en Las Marías. Los términos utilizadosse encuentran en Neiff et al. (2003)

total son muy semejantes. Es decir, el valor medio de la variación entre manchas decada establecimiento es semejante al desvío de este valor. Como corolario: muchosusos diferentes, en muchas manchas, de tamaños muy variados.

Tipo dos: en los predios 3, 4, 5, 6 y 7 la ecodiversidad del paisaje fue mucho menorque en el caso anterior, sin embargo el patrón de paisaje resulta muy heterogéneo porla gran diferencia en el tamaño de los manchas (células) que integran el patrón. Losíndices 6 y 7 dieron coeficientes de variación muy próximos al 50%. De los 13 usosprincipales del paisaje, ocho son forestales. Los distintos tipos de forestaciones ocu-pan el 86% del patrón de paisaje.

B: Bañados

C: Esteros

F: Bosques nativos hidrofilos

I: Praderas (pastizales)

J: Bosques Implantados

K: Nucleos urbanos

M: Miscelanea

Tr: Tala Rasa

L: Arbustales foliosos cultivados

B3: Pastables

I3: Praderas cultivadasI1: Praderas naturales

K1: Poblaciones, ciudades,villas, barrios

K2: Caserios, talleres,oficinas, cementerios

F3: Isletas (capones)

C1: Esterosde recarga

J1: Forestacionesde Eucalyptus

J2: Forestacionesde Pinus

L1: Yerba L2: Te

J4: Plantacionesexperimentales

J3: Areasagrosilvopastoriles

(policultivos)

B2: Con hierbas altasy tiernas

B4: Capuerasy capuerones

A: Aguas

A1: Rios y Arroyos

A2: Aguas quietasA2a: Tajamares

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Con este mismo patrón, otro de los predios (8) tiene 14 usos principales, de loscuales 10 corresponden a formaciones leñosas, que ocupan en conjunto el 77% delcampo.

Tipo tres: los predios 9, 10 y 11, tuvieron muy baja ecodiversidad y coeficientes devariación próximos al 40%. Hay parcelas de gran tamaño (en el predio 9 la parcelamayor tiene 1112 hectáreas), situación que sería la menos favorable para la vida silves-tre. En el caso del predio 9 se encontraron extensos humedales (bañados, pajonales)ubicados en el interfluvio de los Arroyo Ayuí y Aguapeí. Los valores de diversidad defauna encontrados para pajonales fueron bajos en comparación con los que corres-ponden a montes nativos . Sin embargo, serían esperables valores altos si se comparala fauna de estos pajonales (ubicados en un corredor entre ambos arroyos) respectode otra situación en la que los pajonales conformaran células aisladas. En igual senti-do, el predio 10, con ecodiversidad y coeficiente de variación bajo, tiene una situaciónmuy favorable por la forma del campo y por el contexto en que se encuentra. Altratarse de una franja de campo, el borde expuesto (perímetro) es muy grande y laconectividad con los predios vecinos es muy alta. En este caso, hay fuertes contactos

con pajonales y bosques de galería de la cuenca del Arroyo Garabí, con pastizales en ellímite sur y con paisajes mucho más heterogéneos en el límite norte del campo (inclu-yendo montes nativos, yerbales de baja densidad, talas rasas, manchas de pastizales,áreas agropecuarias y de pajonales, entre otros usos). De tal manera, los intercambiosde fauna son altos. La comparación de la flora y fauna de los pinares de edad equiva-lente en el predio 10 con los de los predios 8 y 12, permiten una valoración de laimportancia del factor de contexto en los valores de diversidad biológica y pautas másobjetivas de manejo.

Tipo 4: en el predio 13, la ecodiversidad puede considerarse media a baja (valoresentre 2.97 y 5.72), con parcelas grandes, dado que la mayor parte del paisaje corres-ponde a áreas de pastizales. Hay

parcelas de policultivos pero tienenpoca significación al considerar lasuperficie total del establecimien-to. En general predominan las par-celas grandes, aunque hay un nú-mero equivalente de parcelas pe-queñas, lo que da coeficientes devariación del paisaje próximos al60%. Todo el límite del predio serelaciona con paisajes muy diferen-tes, incluyendo las áreasperiurbanas de Gobernador

Virasoro, la planicie de inundacióndel Aº Ayuí, por el norte, con fiso-nomías de bañados, pajonales,pastizales y bosques fluviales;yerbales de baja densidad, talas ra-sas, ripieras, montes higrófilos na-tivos en capones próximos al AºSanta María y los bañados de estearroyo, además de pequeñostajamares. Este predio tiene un pa-trón de paisaje muy diferente delresto del Grupo Las Marías por su

Tabla 1.  Análisis cuantitativo del paisaje. Índicesponderados

Índices Predios 6

94,8259,9368,3933,8364,7638,4754,7351,95

50,9944,2059,7046,6051,0544,2316,3949,7

63,4642,4831,39

918

19-231024

25-2612

15-17

12134-53

148

277

282911

41

0,253,244,992,013,372,782,893,69

7,58,082,974,1

3,924,204,417,084,274,332,352,51

42

0,725,227,6

4,495,5

4,845,246,53

11,3712,425,726,287,1

6,815,91

13,117,316,784,103,99

51

1112,360,1

140,4144,8

5667,5

210,7119,7

8157,1185,1152,1221,479,3113

252,8172,234,173,138,5 59,59

7

35,0854,3557,4144,8354,0943,3055,8148,77

65,1444,8057,0259,6349,6160,9425,3157,7549,1345,8921,3144,94

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294  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

organización estructural y por su contexto, siendo lo más próximo a la situación exis-tente a comienzos del siglo pasado. Considerando todos los predios, en el pastizal delpredio 14 se da el máximo valor del índice 1 (16.23), lo que indicaría que la forma de laparcela de pasturas es la más irregular de todas. Es decir, que el borde de contacto conlos paisajes vecinos es mayor y que la fauna (aún la de menor desplazamiento) puede

contactarse con los paisajes vecinos. Valores menores se obtuvieron para los predios 1,6, 13, 15, 16 y 17.

ConclusionesLo expresado lleva a plantear que los valores de alfa diversidad  para la flora y la

fauna, dependerán en gran medida de un factor de contexto . Una muestra del mismotamaño, tomada en un pinar de la misma especie, plantada en igual período y con elmismo tratamiento silvícola, podría tener diferente diversidad en tanto se encuentreen uno u otro patrón de paisaje. Estos índices permitirían un monitoreo más real yeficaz de los cambios en la diversidad específica, al poder compararla con la de de loscomponentes del paisaje.

El diagnóstico del funcionamiento del paisaje, utilizando estos índices, resulta deutilidad para zonificar las prioridades de gestión, ajustar los programas de monitoreoambiental y contar con bases más objetivas para la evaluación de la biodiversidad.Cada parcela de un predio representa una situación distinta de la dupla hombre/am-biente, posee una organización cualitativa y cuantitativa distinta y mecanismos inter-nos de equilibrio con diferente grado de subsidio humano. Cada una de ellas poseetambién niveles de resiliencia diferentes y aportan diferentes salidas a la estabilidadgeneral del sistema ecológico y socio-productivo, como bien lo conceptúan Matteucciet al. (2004). Cada una de las manchas (parcelas) tiene ciclos anidados en el sistemaproductivo global, con poco grado de interacción entre sí, por la simplificación que elhombre impone al paisaje para favorecer uno u otro elemento (yerba, té, leñosas). Sinembargo, la co-ocurrencia de muchas manchas cualitativa y cuantitativamente distin-

tas, genera un contexto de complejidad y de variabilidad aún poco conocido en elárea estudiada.

La percepción sintética de un sitio se logra con la complementariedad del trata-miento en distintas escalas de análisis. La utilización de imágenes satelitales y de índi-ces representativos de las estructuras del paisaje, pueden ser una herramienta útilpara analizar la relación dinámica entre el paisaje de soporte y la sociedad que loocupa (Matteucci, 1998; Buzai et al. 2004). Los cambios en el patrón de paisaje, asocia-dos a la dinámica de su utilización, la relación entre paisajes nativos remanentes y elanálisis de la sensibilidad de los elementos bióticos que componen el paisaje, puedenser mejor estudiados si se dispone de indicadores adecuados, como señala Matteucciet al. (2004)

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Relação entre os parâmetros estruturaisda vegetação e da paisagem na determinação

de valores ecológicos da futura unidade

de conservação da UFRGS, Porto Alegre, RS.

 Juliane S. Bortolotti 1 y Prof a. Dr a. Maria Luiza Porto 2

1 Curso de Pós Graduação em Ecologia da UFRGS;2 Departamento de Ecologia da Universidad Federal

de Rio Grande do Sul

ResumoA futura Unidade de Conservação da UFRGS, objeto do presente estudo situa-se no

Morro Santana, município de Porto Alegre, RS, Brasil. Como parte dos estudos para oplano de manejo desta unidade foram definidos valores ecológicos às suas formaçõesnativas campestres e florestais. A valoração ecológica deu-se a partir do cruzamentode informações espacializadas através do sistema de informação geográfica (SIG) Idrisi,utilizando os parâmetros relativos a climacidade das espécies presentes nas manchasdas formações estudadas; naturalidade das comunidades vegetais presentes e índicesda paisagem (tamanho e forma das manchas e distância de áreas urbanas). O objetivodo presente estudo foi verificar quais dessas variáveis estão relacionadas entre si paraa determinação de zonas de caracterização ecológica, identificadas como núcleo,extensão do núcleo, tamponamento e ligação. Para tanto, foi realizada uma análise decorrelação entre os parâmetros distribuídos em intervalos de classe com valores 1 à 3.Se verificou que as variáveis climacidade das espécies e o índice de borda estãofortemente correlacionadas. Esse índice teve correlação forte com a distância das áreasurbanas. As variáveis categoria sucessional e naturalidade das comunidades tiverambaixa correlação, também fracamente associadas estão as variáveis tamanho das man-chas e índice de borda.

AbstractThe future Conservation Unit of UFRGS, object of the present study is located on

Santana Hill, in the city of Porto Alegre, state of Rio Grande do Sul, Brazil. As part ofthe studies for the management plan of this unit, ecological values were defined forthe rural and forest native formations. The ecological value came from spatialized

information crossing through geographic information system (SIG) Idrisi, usingparameters relative to the successional categories of the species present in the patchesof the studied formations; the nature of the vegetal communities present, and thelandscape metrics (size and shapes of patches, and the distance from urban areas).The objective of the present study was to verify which of those variables are relatedto each other in order to determine the ecological characterization of zones identifiedas core, core extension, buffering, and linking. To do so, an analysis of correlationamong the parameters distributed in class intervals of values from 1 to 3 was performed.It was verified that climate and edge metrics are strongly correlated. This metric had astrong correlation with the distance to urban areas. The climate and the nature ofcommunities had both low correlation; also weakly related are patch size and edgemetrics.

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298  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

IntroduçãoO Morro Santana possui área de 1459 ha, dos quais 660,1 ha pertencem à

Universidade Federal do Rio Grande do Sul (UFRGS), dessas 660,1 ha aproximadamen-te 360 ha irão compor a unidade de conservação (UC). Devido as suas encostas íngremese a uma grande parte do morro ser área federal, embora sem cercamento, essas foram

barreiras que impediram a total ocupação do Morro Santana pelas populações doentorno. Assim, mantiveram-se no local, os mosaicos de matas e campos característi-cos dos ecossistemas dos morros de Porto Alegre (Porto et al.,1998).

As formações vegetais do Morro Santana apresentam grande diversidade biológi-ca, com espécies vegetais oriundas de diferentes partes do continente sul-americano,sendo, de acordo com Porto (1998), os campos colonizados por elementos austrais-antárticos pela rota migratória meridional e por elementos chaco-pampeanos pelarota migratória oeste; as florestas compõem-se de espécies migradas do noroeste doestado, que originou-se da periferia sul da Floresta Amazônica e elementos tropicaisda Floresta Atlântica migrados através da rota migratória da Costa Atlântica Brasileira,que teriam penetrado no estado, segundo Rambo (1950), pela «Porta de Torres».

O fragmento de ecossistemas naturais do Morro Santana encontra-se ameaçado, ocrescimento intra-urbano e as altas taxas de natalidade nas áreas periféricas de PortoAlegre, agravam a pressão antrópica dos últimos anos sobre os ecossistemas nativos(Adelmann y Zellhuber, 2004). Poluição de nascentes e corpos d’água por fossassanitárias e lixo, queimadas e corte seletivo da vegetação, ruptura e deslizamento dematerial de encosta como rochas e solo e assoreamento de arroios, são alguns doimpactos que ocorrem no morro destacados por Oliveira et al. (1998). Cabe acrescentara utilização das trilhas para prática de motocross, que abrem valas e derrubam avegetação causando intensa erosão na área.

Este fragmento de vegetação natural encontra-se de maneira praticamente isolada

das reduzidas áreas verdes que restam no município e entorno, situação que requercuidados imediatos, conforme Ricklefs (1996), a restauração natural depende de haverpartes de hábitat intacto a partir das quais as espécies podem recolonizar as áreasperturbadas. Porém, à medida que os hábitats se tornam mais e mais fragmentados,tal como as florestas tem sido pelo crescimento das áreas cultiváveis e dodesenvolvimento urbano, as perturbações podem destruir tão completamente umaárea que a deixarão com poucas chances de uma recuperação completa, mesmo comsubstancial ajuda humana. À proteção de reservas naturais em áreas urbanas,acrescenta-se o valor dessas para educação, manutenção da biodiversidade, atividadesde lazer e até mesmo recreação (Spellerberg, 1992).

A aprovação da criação da unidade de conservação está em tramitação interna na

universidade, após, segundo o Sistema Nacional de Unidades de Conservação (SNUC)(Brasil, 2000), a UC deverá dispor de um plano de manejo no qual se estabelece o seuzoneamento, e as normas que devem presidir o uso da área e o manejo dos recursosnaturais.

Como subsídio para a definição dos setores ou zonas da UC do Morro Santana,Bortolotti e Porto (ined.) utilizou o mapeamento de biótopos, que, de acordo comBedê et al. (1997), pode ser considerado como um tipo de zoneamento ambiental. Essemapeamento analisa um trecho de uma paisagem classificando as parcelas do mesmo,conforme as características dos seus componentes físicos, antrópicos e biológicos.Devido a essas características, a ecologia de paisagem, que possui abrangênciainterdisciplinar e foca explicitamente sobre as configurações espaciais, é adequada ao

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estudo dos biótopos. Além dessas, de acordo com Turner (2001), a contribuição cientí-fica da ecologia de paisagem é essencialmente para o planejamento do uso e manejodas áreas (regiões), e é motivada por uma necessidade de entender o desenvolvimentoe a dinâmica das configurações nos fenômenos ecológicos. Bortolotti (ined.)caracterizou os biótopos naturais da futura U.C. a partir das variáveis do meio físicodeclividade, exposição de encosta, altitude e distância de corpos d’água e do meiobiótico obtidas a partir da fitossociologia de formações campestres e florestais. Apósforam atribuídos aos biótopos naturais, valores ecológicos representativos da qualidadeambiental segundo critérios estruturais da vegetação, através da climacidade e danaturalidade das espécies presentes nas unidades e sub-unidades vegetais, e dapaisagem, essa através do índice de área, do índice de borda e da distância de áreasurbanas. A partir da valoração ecológica, foram identificadas, espacialmente, as zonasimportantes para um plano de manejo, e foram definidas de acordo com o modelo dereserva da biosfera em: núcleo, extensão do núcleo, tamponamento e ligação.

O objetivo do presente estudo foi verificar as correlações existentes entre as variáveisutilizadas na valoração ecológica e verificar quais possuem maior relação com as zo-

nas núcleo, extensão do núcleo, tamponamento e ligação, definidas em Bortolotti ePorto (ined.).

MetodologiaA unidade de conservação (UC) objeto desse estudo, situa-se rodeada por centros

urbanos entre os municípios de Porto Alegre e Viamão - RS, estando localizada noMorro Santana, o qual possui a maior elevação da capital com 311m de altitude.

Em Bortolotti e Porto (ined,), foram definidos onze biótopos naturais para as man-chas de formações campestres e florestais nativas da área da futura UC, a partir dadistância dos corpos d’água e das unidades e sub-unidades vegetais presentes (figu-ra 1). Ainda nesse estudo, essas manchas foram valoradas (figura 2) utilizando as

seguintes variáveis: climacidade das espécies e naturalidade das comunidades vegetaispresentes nas unidades e sub-unidades vegetais que caracterizam as manchas; índice

Figura 1: Biótopos naturais, segundo unidades e sub-unidades de vegetação e distância doscursos d’água, nas áreas de formações campestres e florestais nativas no Morro Santana, Porto

Alegre - RS, com a linha de delimitação da área pertencente à UFRGS.(Ver en CD)

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Figura 2: Valoração ecológica das áreas do Morro Santana, Porto Alegre - RS, cobertas porcampos e florestas nativas, a partir das variáveis climacidade, naturalidade das comunidades

vegetais, índice de área, índice de borda e distância de áreas urbanas, evidenciando as zonasde caracterização ecológica da paisagem, com a linha de delimitação

da área pertencente à UFRGS.(Ver en CD)

No presente estudo cada imagem contendo uma das cinco variáveis utilizadas emBortolotti e Porto (ined.) para a valoração ecológica e a imagem com as zonas devalores ecológicos núcleo, extensão do núcleo, tamponamento e ligação, que é oproduto do somatório das cinco anteriores, foram desmembradas separando as classesde valores. Essa etapa e as seguintes envolvendo sobreposição de imagens foramprocessadas no sistema de informações geográficas Idrisi (Clark University), versão14.02 (Kilimanjaro). As classes de valores foram segregadas através da operaçãoRECLASS e todas receberam valor um. Após, cada classe foi multiplicada pela imagemcontendo as manchas de formações campestres e florestais, através da operaçãoOVERLAY. Dessa maneira obtivemos imagens contendo as manchas de formações na-tivas em cada uma das classes de valores ecológicos das cinco variáveis e das classesdas zonas núcleo, extensão do núcleo, tamponamento e ligação, produto desses

parâmetros.

Para verificar a correlação entre as variáveis, foi elaborada uma matriz contendo ascinco variáveis e as zonas de caracterização ecológica, em colunas, e os seus valoresecológicos nas 486 manchas (unidades amostrais), distribuídas em linhas. Através doaplicativo computacional MULTIV de Pillar, 1997, foi realizada a Análise de Correlaçãoe o Teste de Aleatorização, ambos entre variáveis.

ResultadosNa tabela 1 se verifica a correlação entre as variáveis climacidade, naturalidade,

índice de área; índice de borda e distância de áreas urbanas, obtidas através de análisede Correlação e do Teste de Aleatorização, entre as variáveis.

de área; índice de borda e distância de áreas urbanas, sendo que as três últimas sãovariáveis da estrutura da paisagem. As variáveis foram classificadas em intervalos de 1a 3, em ordem decrescente do valor ecológico.

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Tabela 1: Correlação, classificada em muito forte, forte, média e baixa, entre as variáveisutilizadas na valoração ecológica das formações campestres e florestais nativas na área da

futura Unidade de Conservação do Morro Santana, Porto Alegre, RS, e o valor daprobabilidade (p) definido pelo Teste de Aleatorização realizado no aplicativo computacional

MULTIV (Pillar, 1997).

DiscussãoA climacidade, que denota o estágio avançado do desenvolvimento sucessional das

espécies vegetais, teve forte correlação com o índice de borda, que expressa acompacidade das manchas, ou o quanto estão sujeitas a um efeito de borda devido àproporção entre áreas de núcleo e do perímetro dos elementos da paisagem. Acorrelação existente entre essas variáveis foi definida como muito forte devido aomaior valor expresso no teste (p = 0,576). Essa correlação indica que nas manchas queapresentam mais áreas de núcleo, constituindo hábitats mais protegidos de efeitos deborda, as espécies vegetais de categorias sucessionais avançadas encontraram condiçõesadequadas para se desenvolverem.

O índice de borda, além da climacidade, apresentou forte correlação com a variável

distância da urbanização. Essa relação revelou que nos locais mais próximos de áreasurbanas, a ação humana sobre as manchas as configura com contornos irregulares(forma ameboidal).

A forte correlação entre o índice de área e a climacidade indica que as espéciesclimácicas ocorrem preferencialmente nas manchas de maiores tamanhos.

A naturalidade das comunidades vegetais, determinada a partir da comparaçãoentre as associações de espécies presentes nas unidades e sub-unidades de vegetação,com as comunidades descritas em diversos estudos fitossociológicos e florísticos reali-zados no Morro Santana e área de entorno, teve correlação forte com a distância daurbanização. Essa relação mostra que nos locais próximos de áreas antrópicas, as co-

Variáveis Naturalidade Índice de borda   Distânciaurbanização   Índice de área

Climacidade  Baixa

(p = 0,001)

Muito Forte

(p = 0,576)

Média

(p = 0 ,03)

Forte

(p = 0,165)

Naturalidade  Baixa

(p = 0,001)

Forte

(p = 0,175)

Baixa

(p = 0,003)

Índice de borda  Forte

(p = 0,171)

Baixa

(p = 0,001)

Distânciaurbanização

  Baixa

(p = 0,007)

A análise de correlação entre essas cinco variáveis de valoração ecológica e as zo-nas núcleo, extensão do núcleo, tamponamento e ligação, ilustradas na figura 2, revelouque o índice de área possui forte correlação com as zonas da caracterização ecológica,com probabilidade (p) = 0,181. As demais variáveis apresentaram baixa correlação comas zonas de caracterização, com valores de probabilidade (p) = 0,001.

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302  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

munidades vegetais encontram-se alteradas em relação às comunidades que ocorremnaturalmente em locais bem preservados.

A naturalidade das comunidades vegetais teve correlação baixa com a climacidadedas espécies. Esse resultado pode ter relação com a colonização dos Morros de PortoAlegre por espécies arbóreas de origem em estágios iniciais (periferia) da Mata Atlântica

nas latitudes mais ao sul. O Morro Santana encontra-se na porção que pode ser deno-minada como periferia sul das formações atlânticas, com fisionomia de mosaicos deflorestas e campos nativos, que caracterizam-se como ecótonos. Nessas latitudes asespécies climácicas de origem atlântica ocorrem com freqüências muito baixas, e as deestágios iniciais são as que conseguem se desenvolverem estabelecendo-se em comu-nidades com algumas associações vegetais reconhecidas para a região.

ConclusõesNo Morro Santana, nos locais com menor influência antrópica, as comunidades

vegetais campestres e florestais ocorrem com maior naturalidade. As espécies vegetais tardias e climácicas ocorrem preferencialmente nas manchas

com os maiores tamanhos e que apresentam mais áreas de núcleo em relação às deborda.

A naturalidade das comunidades não possui relação forte com a presença de espéciesclimácicas e tardias. À essa fraca correlação verificada entre essas duas variáveis, podeencontrar-se uma explicação nos aspectos dinâmicos das comunidades vegetais, queneste caso estão em franco avanço sobre os campos e se caracterizam como estágiosiniciais de Mata Atlântica.

O tamanho das manchas está diretamente relacionado com a configuração das zo-nas de caracterização ecológica, estando assim, de acordo com os princípios deconservação da natureza.

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Rehabilitación de sabanas pampeanasen la reserva natural Otamendi,

Buenos Aires, Argentina

María Fernanda Menvielle1 , F.S. Bermejo 2 y Jorge Juber 1

1Administración de Parques Nacionales (APN), 2Facultad de Agronomía, UBA (FAUBA).

[email protected]

ResumenComo ocurre en otras reservas de sabanas templadas del mundo, los ecosistemas de

la pampa ondulada de la Reserva Natural Otamendi se encuentran amenazados por lainvasión de especies exóticas. El «flechillar» (Soriano et al.1991), que dominaba el pai-

saje previo a la creación de la Reserva (1991) fue reemplazado por «cardal» (Dipsacus fullonum)   con una invasión progresiva de especies leñosas nativas y exóticas. En elaño 2003 se ha iniciado un proyecto cuyo principal objetivo general es rehabilitar elpaisaje de sabana de «flechillas» (Stipa sp.) de la terraza alta, reestableciendo su es-tructura y funcionamiento. En este trabajo se presentarán los resultados del primerexperimento en el que se evaluaron protocolos para recuperar la dominancia degramíneas nativas del «flechillar» y reducir la densidad de «carda» Dispsacus fullomun .

Se plantearon intervenciones sobre diferentes factores o procesos que determina-rían el curso de la sucesión secundaria: por un lado se aplicaron disturbios para afectardirectamente a la especie invasora y su capacidad competitiva con tratamientos espe-cíficos; por otro, se introdujeron semillas de gramíneas nativas, de modo de aumentar

la presión de propágulos, reducir las limitaciones para su establecimiento y a la vezaumentar la competencia interespecífica. Se ha obtenido una secuencia de tratamien-tos que promovió el establecimiento de gramíneas nativas, generando un estrato do-minado por este tipo biológico. Esto indica que la rehabilitación de la estructura y elfuncionamiento de estos ecosistemas puede constituir una alternativa o un comple-mento a su conservación.. En base a estos resultados se ha comenzado la fase de apli-cación del protocolo una escala de manejo.

Abstract (Pampean savannas’ rehabilitation in Otamendi Natural Reserve,Buenos Aires, Argentina; Menvielle, M.F.; F.S. Bermejo y J. Jube)

As other temperate savannas of the world, the Pampean grasslands of the Otamendi

Reserve are threatened by teasel invasion. The original «flechillar» has been replacedby a «teasel» (Dipsacus fullonum) field, with a progressive invasion of exotic ligneousspecies. Three years ago a project was launched with the main objective of rehabilitationof the savanna landscape, its structure and functioning. We will now show the resultsof our first experiment, in which we evaluated different action protocols intended toreduce teasel density and recover dominance of native grassland on the herbaceousstratum. Our objective will be attained by reducing Dispsacus fullomun density andincreasing native «flechillar» species (grasses) abundance and promoting establish-ment thereof. Interventions were proposed to be performed on different factors orprocesses which may determine the course of sussesion change: disturbances adverselyaffecting teasel ‘s density with specific treatments were applied, and native grasse’sseeds were introduced to increase propagule pressure and interspecific competition.

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304  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

An intervention sequence was obtained that promoted native grasses establishmentand allowed grass dominance rehabilitation. This result shows that rehabilitation is afeasible alternative or supplemental procedure for Pampean savanna conservation.

Introducción

El paisaje de «Las Pampas» ha sido profundamente modificado por las actividadesagropecuarias y en el presente se conserva en pequeños fragmentos (Bilenca y Miñarro,2004). La rehabilitación de sabanas y pastizales pampeanos puede ser una estrategiade conservación clave, ya que los pequeños fragmentos remanentes se encuentrangeneralmente sometidos a procesos de degradación.

Una de las consecuencias de los cambios en el patrón y en el régimen de disturbiosdel paisaje pampeano es la invasión por especies exóticas (Ghersa y León, 2001 enBilenca y Miñarro, 2004, Ghersa et al., 2002). En muchos casos la propia invasión po-dría constituirse en la fuerza determinante de la degradación del paisaje, cuando laespecie invasora es competitivamente superior a las nativas y logra dominar elecosistema. Sin embargo los ecosistemas invadidos podrían estar estructurados por la

falta de disturbios, por el incremento de las fuentes de propágulos de las especiesexóticas, por la limitación a la dispersión de las especies nativas, ocasionados por loscambios en el uso del suelo y por la fragmentación (MacDougall y Turkington, 2004).

Diez años de clausura de las sabanas de la Reserva Natural Otamendi junto con losgrandes cambios en el patrón de uso del suelo en el entorno del área protegida y laabundancia creciente de focos de invasión en dicho entorno, han contribuido a trans-formar los flechillares (Soriano et al., 1991) de la terraza alta en «cardales» (Dipsacus fullonum ), con una progresiva invasión de especies leñosas exóticas.

La Reserva Natural Otamendi es un área protegida con un fuerte potencial educa-tivo, por estar enclavada a sólo 60 Km de Buenos Aires y en un eje urbano que incluye

a las ciudades de Campana, Escobar, La Plata. En este sentido, la terraza alta es una delas zonas de la Reserva con mayores posibilidades para el desarrollo de actividadeseducativas, fundamentalmente por su accesibilidad.

En el año 2003 se ha iniciado un proyecto cuyo objetivo general es rehabilitar elpaisaje de sabana de «flechillas» (Stipa  sp) de la terraza alta, reestableciendo su es-tructura y funcionamiento. La vegetación deseada para el sitio de estudio correspon-de a una sabana herbácea-arbustiva de «flechillas» (Stipa   sp. etc.) y arbustos ysubarbustos (Eupatorium  sp, Baccharis  sp). Para lograr este objetivo general se espera:1) recuperar la dominancia de pastos nativos (del flechillar) y controlar la invasión decarda, 2) controlar la invasión de especies leñosas exóticas, 3) mantener la estructura yfuncionamiento de las sabanas a través del manejo del régimen de disturbios. Para

implementar una estrategia de conservación a escala del paisaje se ha comenzado atrabajar en un programa de educación ambiental con las escuelas de los barrios aleda-ños al área protegida, con la idea de integrar a la Reserva al contexto social-culturallocal, involucrando a los vecinos en el manejo de las sabanas.

En este trabajo se presentarán los resultados del primer experimento en el que seevaluaron protocolos para recuperar la dominancia de gramíneas nativas del «flechillar»y reducir la densidad de «carda» Dispsacus fullomun .

Se plantearon intervenciones sobre diferentes factores o procesos que determina-rían el curso de la sucesión secundaria: por un lado se aplicaron disturbios para afectardirectamente a la especie invasora y su capacidad competitiva con tratamientos es-

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pecíficos; por otro, se introdujeron semillas de gramíneas nativas, de modo de aumen-tar la presión de propágulos, reducir las limitaciones para su establecimiento y a la vezaumentar la competencia interespecífica.

Metodología

El área de estudioLa Reserva Natural Otamendi (34°10‘48" lat. S., 58°48‘44" long. O.) se ubica al Nores-te de la Provincia de Buenos Aires, entre el Km 62 y el Km 72 de la Ruta Nacional N° 9.

Las características climáticas corresponden al Tipo «templado húmedo de planicie»(Iglesias de Cuello, 1983) con una temperatura media anual de 17°C y una precipita-ción media anual de 1093.3 mm (Don Torcuato Aero, SMN, 1981-1990)homogéneamente distribuida a lo largo del año. El número promedio de días con he-ladas es de 6.8, con una ocurrencia concentrada en el período Mayo-Septiembre.

El área de estudio comprende una superficie de aproximadamente 40 Ha y se loca-liza en la porción topográficamente más elevada de la Reserva, en la llamada «Terraza

alta» (Frenguelli, 1950), a una altura aproximada de 20 msnm. Desde un punto de vistageomorfológico el área de estudio se ubica en la denominada «Pampa Ondulada»(Daus, 1946), en la llamada «Terraza alta» (Frenguelli, 1950), a una altura aproximadade 20 msnm. El relieve es ondulado y disectado y los suelos son Molisoles bien drenados(argiudoles) (Salazar y Moscatelli, 1989).

La especie invasoraDipsacus fullonum es una dicotiledónea herbácea, espermatófita bianual (Werner,

1975a) descripta como perenne monocárpica. Posee una elevada producción de semi-llas y se reproduce únicamente por vía sexual (Werner, 1975a). El 99% de las semillasse dispersan sólo hasta una distancia máxima de 1.5 m, pero algunas pueden dispersar-se a distancias mayores por el agua o por efecto de las aves (Werner, 1975d). Luego deflorecer la planta muere y el lugar que ocupaba la roseta basal provee un sitio idealpara la emergencia de plántulas de la misma especie, a partir del banco de semillas(Werner, 1975c).

Es una especie nativa de Europa y como invasora Dipsacus fullonum ha demostra-do un elevado potencial (Huenneke y Thomson, 1995, Cheesman, 1998). En pastizalesde América del Norte resiste las medidas de control, invadiendo comunidades natura-les de alto valor biológico y amenazando la conservación de especies nativas (Glass,1991, Huenneke y Thomson, 1995).

Crece en lugares abiertos y soleados, bajo un amplio rango de condiciones de hu-

medad, aunque crece mejor en suelos húmedos. Es muy común encontrarla en prade-ras y en sabanas, en bordes de caminos y en las vías del ferrocarril (Solecki, 1993). Seencuentra tanto en áreas muy disturbadas como también en campos abandonadosque no recibieron disturbios por varios años (Werner, 1975b).

En el área de estudio la «carda» crece en diferentes condiciones de humedad perose vuelve dominante en el fondo de los cauces. El período de roseta se extiende pormás de un año y durante la segunda primavera comienza a formar la vara floral. Lafloración se concentra entre Noviembre y Abril, aunque pueden encontrarse indivi-duos florecidos a lo largo de casi todo el año. El período de máxima germinación esentre otoño e invierno.

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306   Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

TratamientosSe descartaron algunos tratamientos por razones prácticas, ecológicas y sociales: la

herbivoría, fundamentalmente por cuestiones de orden social; los tratamientos mecá-nicos por razones prácticas, por la capacidad de rebrote de la carda (Cheesman 1998).Finalmente se seleccionó para el experimento una combinación de dos herramientas,

fuego y herbicida, con dos niveles por factor (con y sin quema, con y sin herbicida).Se detallan los tratamientos aplicados:

1. Fuego (F): Se aplicó un fuego controlado a fin de invierno de 2003. Esta herra-mienta se evaluó por ser accesible operativa y económicamente. Fue necesario secar elmaterial combustible (la «carda») con anterioridad a la aplicación del disturbio. Laelección de la fecha respondió a la necesidad de sembrar especies nativas invernalesantes de la llegada de la primavera.

2. Herbicida (H): El herbicida seleccionado es específico para dicotiledóneas. En lamisma fecha de la aplicación del fuego se aplicó una dosis de 2,4 D de 1.5 litros por hay, con el fin de potenciar su efecto, se mezcló con 125 cc. por Ha de Dicamba. Se

realizó una pulverización con mochila sobre hojas y tallos. Luego de la primera aplica-ción, este tratamiento se repitió dos veces más durante la primavera y el verano poste-riores a la primer aplicación, a fin de controlar las diferentes cohortes.

3. Fuego + herbicida (FH): Luego de la aplicación del fuego controlado se continuócon la pulverización con herbicida, en las mismas fechas de aplicación que H.

4. Testigo (T): sin ningún tratamiento.

Siembra de gramíneas nativas: Todas las parcelas recibieron un tratamiento de siem-bra al voleo luego de aplicado el primer disturbio. Las parcelas testigo también reci-bieron este tratamiento. Las especies sembradas fueron: gramíneas invernales: Bromus catharticus , Bromus auleticus . La siembra se realizó en el mes de agosto, de manera depermitir una cierta acumulación de biomasa antes de la llegada del verano; gramínea

estival: Paspalum dilatatum.

Las semillas sembradas se analizaron en el Laboratorio de Semillas de la FAUBA, afin de conocer su densidad de siembra real, corregida por pureza y poder germinativo.Los resultados del análisis se detallan en la Tabla 1.

Tabla 1. Datos de pureza y germinación suministrados por el Laboratoriode Semillas de la Facultad de Agronomía-UBA.

Paspalumdilatatum

Bromuscatharticusaulethicus

0,890,4157,5Densidad de siembracorregida (kg/ha)

4,471,3458VC %

22649971Germinación %

202-81Pureza %

301513

Elymus scabrifolius

0,4157,5

1,3458

649971

2-81

301513Densidad de siembra (kg/ha)

Bromus

Es importante destacar por un lado, la gran dificultad para encontrar variedad ysuficiente cantidad de semillas de especies nativas.

Fertilización: en el mes de octubre se fertilizaron todas las parcelas a razón de 150Kg/Ha de urea. Este tratamiento se aplicó para mejorar las condiciones de estableci-miento de las gramíneas nativas.

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En el esquema que sigue seseñalan los momentos y tiposde intervención en relación alciclo de vida de la carda y delas gramíneas y el tipo de efec-

tos esperados (Fig. 1).Diseño del experimento

Para evaluar los efectos delos diferentes tratamientosaplicados se utilizó un diseñoen bloques con dos factores(fuego, herbicida) con dos ni-veles por factor (con, sin). Lostratamientos se asignaronaleatoriamente y se aplicaron en parcelas de 10 m x 10 m (n=4). Las variables de res-puesta se evaluaron a partir del promedio de cinco unidades de 50 X 50 cm, ubicadas

en forma aleatoria dentro de cada parcela.

Variables de respuestaCon el fin de analizar la respuesta los tratamientos aplicados, se realizaron dos

releva-mientos. El primero se realizó durante el mes de agosto de 2003 (estado inicial,t

i) y el segundo durante el mes de febrero de 2004 (estado final, t

f).

Las variables evaluadas fueron:1. Variación en la densidad de carda (densidad

f- densidad

i)

2. Variación en la frecuencia de gramíneas (frecuenciaf - frecuencia

i) (Bromus sp . y

otras gramíneas)

El primer relevamiento se realizó durante el mes de agosto 2003 (estado inicial, t i) yla segunda medición se realizó durante el mes de febrero 2004 (estado final, t

f).

Como Bromus sp  respondió de manera más mar-cada que resto de las gramíneas su respuesta seanalizó por separado.

Análisis estadísticoLos resultados se analizaron estadísticamente

mediante una análisis de covarianza con un diseñoen bloques completamente aleatorizados, en unarreglo factorial (Fuego x Herbicida). Los datos

fueron analizados con el programa InfoStat (2002).

Resultados y discusiónAl analizar los efectos de los tratamientos so-

bre la densidad de carda se detectó una interacciónsignificativa entre herbicida y fuego (p<0.01) (Fig.2). Aunque todos los tratamientos redujeronsignificativamente la densidad de carda, el análisisde los efectos simples resultó en que la reducciónen la densidad de carda fue mayor cuando se apli-có sólo fuego en relación al tratamiento combina-

Figura 1. Respuestas esperadas a los tratamientos

Gramineas

Carda

PlantulaSemilla

Semilla Plantula Rosetamediana

Rosetagrande

Rosetaen floracion

Propagulos

Competencia

Adulto

Disturbios

+

+

+   +

- - - -

Figura 2. Efecto de los tratamientossobre la variación en la densidad decarda (individuos/m2). NH: sin herbi-cida, H: herbicida. F X H: p<0.01.

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308  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

Figura 3. Efecto de los tratamientossobre la variación en la frecuencia (%)de Bromus sp  y de otras gramíneas.NH: sin herbicida, H: aplicación deherbicida. a) Efecto herbicida (p<0,01);b) Efecto herbicida (p<0,01).

Las gramíneas establecidas en las parcelas tra-tadas con herbicida son: Bromus catharticus,Bromus auleticus, Digitaria sanguinalis, Paspalumdilatatum, Paspalum notatum, Paspalum urvillei,Setaria geniculata, Stipa hyalina, Stipa neesiana,

 Avena fatua, Cynodon dactylon.

De esta lista se desprende que en las parcelas seestablecieron gramíneas que no fueron sembradasen el presente experimento. Esto indicaría que lospropágulos no limitarían fuertemente la recupera-ción del pastizal natural. Dado que la invasión decarda es más o menos reciente, el banco de semi-llas de las gramíneas nativas podría estar contribu-yendo al reclutamiento.

En relación al objetivo planteado la aplicación de herbicida para control de especies

de hoja ancha redujo la densidad de carda aunque su principal efecto fue el de promo-ver el establecimiento de gramíneas nativas. La aplicación de herbicida habría impedi-do que especies «no blanco» se establezcan, otorgado ventajas competitivas a lasgramíneas. La aplicación de fuego si bien redujo la densidad de carda generó espacioslibres que tendieron a ser ocupados por otras especies «no deseadas» como Eupatoriuminulaefolium.

Este trabajo es un aporte más que muestra que las sabanas pampeanas poseen muybuenas posibilidades de restauración, y en tiempos muy cortos (Bilenca y Miñarro, 2004).Se encontró un protocolo que permitió recuperar la dominancia de gramíneas nativas ycontrolar la especie exótica en las sabanas de la terraza alta. Con esta información sehan planificado las actividades para el cambio de la escala experimental a la escala demanejo. Sin embargo, la conservación de estas sabanas implicará intervenciones soste-nidas en el tiempo. En este sentido se están evaluando experimentalmente protocolospara mantener la dominancia de pastos nativos y evitar la reinvasión de carda.

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pos de Argentina, Uruguay y Sur de Brasil (AVPs). J. M. Kaplan Fund. FVSA. Buenos Aires.

do (p<0,05). Lo mismo ocurrió con en las parcelasque fueron tratadas con herbicida respecto de lasparcelas testigo: la reducción en la densidad decarda fue mayor en aquellas parcelas que no reci-bieron tratamiento de herbicida (p<0,01).

Sin embargo analizando los efectos de los tra-tamientos sobre la frecuencia de gramíneas, la apli-cación de herbicida aumentó significativamente lafrecuencia de gramíneas nativas, tanto de Bromus sp (p<0,01) como del resto de las gramíneas (p<0,01)(Fig. 3).

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Interpretación geoecológica del patrón delpaisaje vegetal a través del empleo de

indicadores de la heterogeneidad espacial.

Geosistema Parque Nacionalel Ávila, Venezuela

Carlos Monedero y Mylene Gutiérrez 

Centro de Estudios Integrales del Ambiente.Universidad Central de Venezuela.

[email protected]

ResumenDentro del estudio de la estructura del paisaje cabe destacar el papel relevante de

la cobertura vegetal, dado que la vegetación representa una variable ecológica claveindicadora de las características estructurales y funcionales del paisaje. Para el análisisde la heterogeneidad espacial de los patrones de cobertura vegetal (Mapa de Vegeta-ción y Uso Actual a escala 1:100.000), se abordó el cálculo de los índices de los parchespor tipo de cobertura, a nivel de todo el geosistema montañoso (diferenciados paracada una de sus vertientes: norte y sur). Para el análisis estadístico espacial se empleóel programa Fragstats versión 2.0 para DOS, con el cual se cuantificó la composición,configuración y conectividad de los parches. La vertiente norte posee un total de 71parches distribuidos en 12 clases de cobertura. La vertiente sur posee un total de 58parches, que representan 13 clases de cobertura. Los datos revelan que existe menos

fragmentación y mayor continuidad de las diferentes coberturas en la vertiente norteque en la vertiente sur. El análisis de la configuración muestra que el mayor númerode áreas centrales y por ende de disponibilidad de hábitats es mayor en la vertientenorte. En la vertiente norte los bosques bajos presentan mayor densidad de borde yestán asociados a contextos agrícolas. La conectividad de hábitats es mayor en la ver-tiente norte ya que se agregan a una distancia media de 4 Km menos que en la vertien-te sur. Por otra parte, la vertiente sur exhibe la mayor vulnerabilidad a regímenes deperturbación y efectos de borde, derivada de su morfología y contexto geográfico. Ladensidad de bordes de las coberturas de bosque medios y matorrales y sabanas, estáinfluida por sostenidos procesos de intervención antrópica. En la vertiente sur, lassabanas se ubican en la categoría moderada del índice ya que el patrón de recurrenciade los eventos que dan origen a las sabanas se ubica en áreas próximas al lindero, y enparches alargados que se orientan con las fuertes pendientes, característicos de lapropagación de eventos de fuego. En conclusión los resultados de la interpretacióngeoecológica del patrón del paisaje vegetal, obtenidos en el SIG (IDRISI Versión 2.0para windows) a partir de la aplicación del conjunto de indicadores de la heterogenei-dad del paisaje, indican que la vertiente norte del Parque Nacional El Ávila, por sutamaño y configuración, cumple con los objetivos de protección de la biodiversidad anivel de ecosistema y hábitat en mayor medida que la vertiente sur.

Abstract(Geo-ecological interpretation of the vegetation landscape patterns through spatial

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312  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

heterogeneity index. El Ávila National Park geo-system. Venezuela. Monedero, C. y M.Gutiérrez)

Within the study of the landscape structure it is necessary to emphasize the relevantrole of the vegetation cover, since it represents an ecological key variable indicator ofthe structural and functional characteristics of the landscape. The analysis of the spatialheterogeneity of vegetation (Vegetation and Actual Use Map in scale 1:100.000) wasapproached through the calculation of patch metrics for various cover types, for theall mountain geo-system (that was differentiated into their two watershed sides: northand south). Fragstats software 2.0 version for D.O.S. was used for the spatial statisticalanalysis, to quantify the patches composition, configuration and connectivity. Thenorth watershed side has 71 patches distributed into 12 cover classes. The northwatershed side has 53 patches, which represented 13 cover classes. The data revealsless fragmentation and more continuity for the different cover types on the northernwatershed. The configuration analysis shows that core areas are in larger numbers,and therefore there is more habitat, on the northern watershed. The low forests onthe northern watershed have higher edge density, and they are associated with

agricultural activity. Habitat connectivity is higher on the northern watershed becausepatches clump at an average distance of 4 Km less than on the southern watershed.On the other hand, the southern watershed appears more vulnerable to disturbanceregimes and edge effects due to its morphology and geographic location. Edge densitiesof the middle forests, scrubs and savannas are influenced by a sustained process ofhuman intervention. On the southern watershed the savannas have a moderate edgedensity value, because the recurrent events that give rise to the savannas are locatednext to their border, and in long patches facing the strong slopes, characteristicassociated to the fire spread events. In conclusion the geo-ecological interpretationof the vegetation landscape pattern, obtained trough the GIS (IDRISI Version 2.0 forwindows) from the application of a landscape heterogeneity index set, shows that thenorthern watershed of the El Ávila National Park achieves the biodiversity protection

objectives better than the southern watershed, at the ecosystem and habitat levels.

IntroducciónLa ecología del paisaje, o geoecología, abarca como objeto de estudio, la identifica-

ción de los patrones de heterogeneidad espacial, su caracterización y los cambios através del tiempo (Forman y Godron, 1981; Golley, 1987; Risser, 1987). La heterogenei-dad espacial se ha reconocido como un gradiente o conjunto de gradientes (Sweeneyy Cook, 2001), o bien como un mosaico (Forman y Godron, 1981; Risser, 1987), el cualconforma un determinado patrón dentro del paisaje, susceptible de ser reconocido einterpretado, siendo definido como fenopaisaje por González-Bernáldez (1981). Separte así de una concepción heterogénea de la superficie terrestre, cuya distribuciónde objetos no es aleatoria y se puede contemplar dentro de una clasificación ecológica

(Rowe y Sheard, 1981; Bolos, 1987; Zonnelveld, 1989; Stohlgren et al., 1997; Wagner yEdwards, 2001).

Entre los mecanismos que inciden en la formación de patrones se presenta por unlado la heterogeneidad espacial del clima, del sustrato geológico y la topografía(Rodríguez, 1984; Barrio et al., 1997), así como los diferentes tipos de suelo y los diver-sos tipos de vegetación (Bertrand, 1968; Berroterán, 2000). Cabe destacar el papel re-levante de la cobertura vegetal, dado que la vegetación representa una variableecológica clave, indicadora de las características estructurales y funcionales del paisa- je (Beard, 1944, 1946, 1955; De Bolós, 1963; Bertrand, 1968; Ferreras y Meaza, 1990;Meaza y Ormaetxea, 1992; Monedero, 1996; Bejarano, 1997; Adams, 1999; Alados etal., 2004; Muñoz-Reinoso y García Novo. 2005). Los paisajes por lo tanto, definen hábitat

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físicos (Bryce y Clarke, 1996; Berroterán, 2000; que imponen a la biota condicionespara el desarrollo de patrones de colonización (Lavorel et al., 1995; Horssen et al.,1999), los cuales a su vez pueden verse afectados por perturbaciones locales, antrópicaso naturales (Hulshoff, 1995; Trabaud y Galtié, 1996; Miller et al., 1997; Olsson et al.,2000; Urban et al., 2000), que reorientan los patrones de reocupación biológica(Meetemeyer y Moody, 2000; Naveda, 2001; Sweeney y Cook, 2001); así como de lmovilización de la fauna (Kie et al., 2005).

El conocimiento de los cambios del área, forma, tamaño, configuración yconectividad de los parches, se puede relacionar como una causal de los cambios en lariqueza y en la distribución de las especies, vinculados a su vez con la persistencia delas poblaciones y con su vulnerabilidad ante los factores de perturbación (Rapoport,1975; Forman y Godron, 1981; Risser, 1987; Cherrill y MaClean, 1995; Anderson yDanielson, 1997; Stoms, 2000). En consecuencia, el estudio de la estructura del paisaje,abordado a través del análisis de su heterogeneidad espacial, y soportado en la defini-ción del tamaño, forma, número, arreglo y conexión de los parches que integran unmosaico del paisaje, aporta valiosa información relativa a la disponibilidad y grado de

fragmentación de los hábitat de las especies de la flora y la fauna (Forman y Godron,1981; Risser, 1987; Turner, 1987; Selinger-Looten et al., 1999). Por otro lado, permitevisualizar la historia, así como predecir la posible tendencia del proceso, cuando seestablecen comparaciones en el tiempo (Bertrand, 1968; 1993; Zonnelveld y Forman,1990). Todo ello constituye un conocimiento básico de gran utilidad para la gestión delas áreas naturales protegidas, tanto en su ordenación como manejo (Yerena, 1994;Forman, 1995; Blab et al., 1995; Metzger y Muller, 1996; Hamazaki, 1996; Sorrell, 1997;Jennigs, 2000; Stoms, 2000).

En los Estados Unidos, y en diversos países europeos, se han definido un conjuntode parámetros que describen los patrones del paisaje, generando así numerosos índi-

ces de gran aplicación (Forman y Godron, 1981; 1986; Risser, 1987; Hulshoff, 1995;Ritters et al., 1996; Metzger y Muller, 1996; McGarigal et al., 1998; Jeffry et al., 2003).Sin embargo, en Latinoamérica y en particular en ambientes tropicales montañosos,han sido escasamente empleados. En este sentido, el presente estudio representa lacontinuación de una línea de investigación (Monedero y Gutiérrez, 2001; Monedero,2002), orientada a la interpretación geoecológica del patrón del paisaje vegetal montanotropical, a través del empleo de indicadores de la heterogeneidad espacial.

Materiales y métodosLas fuente cartográfica empleada como información básica, esta constituida por el

mapa de vegetación y uso actual del Parque Nacional El Ávila a escala 1:100.000 (Meza,1996). En el proceso de digitalización se empleó el programa Roots Profesional versión

2.4 (Decision Images, Inc.) y para el desarrollo del SIG se emplearon las herramientasproporcionadas por el software IDRISI (Versión 2.0 para windows).

El análisis de la heterogeneidad espacial de los patrones de cobertura vegetal seabordó a través del cálculo de los índices de los parches por tipo de cobertura. Paraefectuar el análisis estadístico espacial, se empleó el programa Fragstats versión 2.0para DOS, el cual permitió calcular los distintos índices de composición, configuracióny conectividad, así como, los índices de diversidad del paisaje. Índices cuyas fórmulasfueron definidas por McGarigal y Marks (1994); y están incluidas en el programaFragstats; las cuales fueron diseñadas para cuantificar la estructura de los objetos es-paciales presentes en una imagen raster.

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314  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

Resultados y discusiónEl estudio de la heterogeneidad espacial del paisaje vegetal para cada vertiente del

Geosistema El Ávila (Fig. 1), se aborda siguiendo un análisis secuencial de la composi-ción, la configuración y la conectividad de los parches, cuyos parámetros indicadoresde los patrones espaciales poseen distintos significados ecológicos (Forman y Godron,

1981; 1986; Risser, 1987). Para concluir el análisis, y a título de parámetros síntesis, sepresentan los valores de los índices de diversidad del paisaje vegetal (diversidad gamma,según Whittaker, 1972; 1977), obtenidos para cada una de las vertientes.

Composición de los Parchesen el Geosistema

La vertiente norte (VN) con-tiene un total de 71 parches yla vertiente sur (VS) posee untotal de 58 parches. A fin deestablecer un criterio de agru-pación de tamaños de parche

(para cada tipo de coberturavegetal y uso de la tierra), secalcularon los percentiles: 20,40, 60 y 80 de los valores de su-perficie de todos los parches enambas vertientes (129), para

conformar 5 clases; agrupando cada una de ellas el 20% de los datos (Tablas 1 y 2).Ecológicamente los parches numerosos y pequeños, dispuestos aleatoriamente en elespacio, representan un mayor número de hábitats que un solo parche grande con lamisma superficie. Algunos autores señalan que un solo gran parche es mejor paraproteger a las especies, otros opinan que una variedad de pequeños parches es favo-rable para el mantenimiento de la diversidad. Según Forman (1998), los parches gran-

des ofrecen protección de la calidad del agua en acuíferos y lagos, mantienen laconectividad del drenaje en ordenes bajos, favorecen el movimiento de los organis-mos en los cuerpos de agua y en el terreno, constituyen hábitats para el sustento delas especies del interior del parche, contienen la mayor cobertura de áreas centrales,propicia el escape de los grandes vertebrados «homerange», permiten la aproxima-ción y la dispersión de las especies a través del paisaje, poseen bajos regímenes deperturbación natural, representan áreas de amortiguación ante la posible extinciónocasionada por los cambios ambientales. Por otro lado, los parches pequeños repre-sentan hábitats y corredores para la dispersión y recolonización de especies (despuésde extinciones locales de las especies adaptadas a las zonas interiores de los parches),poseen grandes densidades de especies y altos tamaños poblacionales en el borde delos parches, contienen una matriz heterogénea con tendencia a decrecer, representan

vías de escape para las presas, son hábitats específicos de algunas especies. Los hábitatsreducidos propician la presencia de especies raras.

En la Figura 3 se puede apreciar que el tamaño promedio de los parches es menor a1.000 Ha en ambas vertientes para todos los tipos de cobertura (con la excepción delbosque bajo denso (Bbd) en la vertiente norte). Al emplear el índice: Coeficiente deVariación del Tamaño del Parche, obtenemos un valor representativo de la variabili-dad relativa del tamaño del parche (Figura 4). En ambas vertientes las coberturas quepresentan un menor coeficiente de variación en el tamaño del parche son las de losbosques bajos, las de mayor variabilidad se presentan en los bosques medios y en elmatorral. La cobertura de tipo sabana, con nueve parches en la vertiente norte y ochoen la vertiente sur, estaría asociada a la perturbación antrópica, dado su mayor impac-

Figura 1. Área de estudio (Ver en CD)

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Tabla 1. Tamaño de Parches por Tipo de Cobertura Vegetal

Tamaño de

403-847 Grande

9-135135-403-847> 847

403

260,50

955,25

00

251,00

1438,501680,5

71230427

358,5588

985,5

10,75317,25

665

980Bosque medio ralo

No. De % Parches Área Total (Ha) % Clase deParche

VN VS VN VS VN VS VN

1 0 100 0 564,5 100

2 0 28,57 0 191,75 0 3,513 0 42,86 0 988,25 0 18,071 0 14,29 0 487,75 0 8,761 0 14,29 0 3809,25 0 69,16

Muy grande

Parches

PequeñoModeradoGrandeMuy grande

ModeradoGrandeMuy grande

Muy PequeñoPequeñoModerado

GrandeMuy Grande

PequeñoModeradoGrandeMuyGrande

ModeradoGrandeMuy grande

Muy pequeñoModeradoGrande

Moderado

Muy pequeñoModeradoGrandeMuy grande

Muy pequeñoPequeñoModeradoGrandeMuy grande

Muy pequeñoPequeñoModerado

1034,75 0

3,75350,5

697,753481,00

21,2514,75

0492,25

7685,25

00

135-403403-847> 847

< 99-135135-403

403-847> 847

9-135135-403403-847> 847

135-403403-847> 847

< 9135-403403-847

> 847

135-403

< 9135-403403-847> 847

< 99-135135-403403-847> 847

< 99-135135-403 166,75

0

0476,5

0

1,75149,25

1331

8854268,75

0528,25

7192078,75

277,251873

2920,5

00

604,5

11198,7

1,50193,00657,75

3691,75

8,7579,00

2811023

9736,75

0,2591,75

0

500

50

00

20

4040,00

50250250

33,3333,3333,33

5016,6716,67

16,67

100

42,8614,2914,2928,57

70100

1010

00

100

0100

0

16,6616,6633,33

16,6616,66

0402040

16,6750

33,33

00

25

75

0

20,00202040

33,338,338,33

16,6633,33

50500

101

001

22

2110

111

311

1

2

3112

71011

001

los Parches

010

224

22

0212

132

001

3

0

1112

41124

110

0100

0

0,0272,24

20,05

13,3364,33

015,921,662,5

5,4736,9457,59

5,12

94,88

0,034,25

14,4881,24

0,080,712,539,19

87,49

0,2799,73

0

Superficie (Ha) Clases de

VS

0

00

1000

21,430

78,57

00

5,01

28,7566,23

9,831,658,6

0

18,5630,44

51

0,5516,0833,71

49,67

0,087,16

14,2678,5

0,260,18

05,99

93,57

00

100

Er) (Presente sólo en la vertiente norte)Espinar ralo (

Espinar denso ( Ed) (Presente sólo en la vertiente norte)

Matorral ralo (Mr)

Matorral denso (Md)

Bosque bajo ralo (Bbr)

Bosque bajo medio ( Bbm)

Bosque bajo denso (Bbd)

(Bmr) (presente sólo en la vertiente sur)

Bosque medio medio (Bmm)

Bosque medio denso (Bmd)

Subpáramo (Sp)

to en la vertiente sur. Al dividir el Geosistema Ávila en sus dos vertientes se creanparches artificiales, ya que sin esta sectorización, identificaríamos coberturas conti-nuas a lo largo de toda la fila montañosa. La posible causa de la alta variabilidad en eltamaño de los parches que se observa en las coberturas del bosque medio y delsubpáramo ubicadas en la fila (cumbre de la montaña), se explicaría por el fracciona-miento del paisaje en las dos vertientes. Tanto espacial como funcionalmente estascoberturas pertenecen a un sólo mosaico. Al aplicar el índice del Parche Más Grande,

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316   Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

se observa que en general,el porcentaje del paisajeocupado por el parche másgrande, para la mayoría delas coberturas, es inferioral 5% de la superficie (Fi-gura 4). Porcentajes mayo-res al 5% se presentan enla vertiente norte en lascoberturas de espinar den-so (Ed), matorral denso(Md), bosque bajo denso

(Bbd) y bosque medio den-so (Bmd). En la vertiente

sur, destaca el matorral denso (Md), el bosque medio medio (Bmb), muy en especial elparche de bosque medio denso (Bmd); el más grande pues ocupa el 25% de la vertiente.

Tabla 2. Tamaño de Parches de la Sabana y por Uso de la Tierra

< 9 Muy pequeño 5 0 55,55 0 16,50 0 4,789-135 Pequeño 4 4 44,45 50 328,5 298,25 95,22 19,85

135-403 Moderado 0 3 0 37,5 0 671,25 0 44,68

403-847 Grande 0 1 0 12,25 0 532,55 0 35,46

403-847 grande 0 1 0 100 0 446,25 0 100

9-135 Pequeño 0 2 0 100 0 179,5 0 100

< 9 Muy pequeño 0 1 0 14,29 9 0 0 0,319-135 Pequeño 4 3 66,66 42,68 390,25 284 31,39 9,87

135-403 Moderado 1 1 16,66 14,29 381,25 222 30,67 7,72403-847 Grande 1 0 16,66 0 471,75 0 37,94 0

> 847 Muy grande 0 2 0 28,58 0 2362,50 0 82,10

Uso urbano (U) (presente sólo en la vertiente sur)

Uso recreativo (R) (presente sólo en la vertiente sur)

Uso agrícola (A)

Sabana abierta (Sa)

Figura 2. Tamaño Promedio de los Parches

Figura 3. Coeficiente de Variación del Tamaño del Parche Al analizar los resulta-dos sintetizados en los dis-tintos índices de composi-ción de los parches, se pue-den precisar algunas ca-racterísticas estructurales

propias del paisaje vege-tal del Geosistema El Ávila.

Las coberturas de espi-nares (Er y Ed), sólo estánpresentes en la vertientenorte por tratarse de untipo de formación vegetal

característica de la zona de vida representativa de la costa venezolana (Ewel et. al.,1976). El espinar ralo (Er) está constituido por un solo parche grande (1% de la vertien-te norte), posiblemente asociado a un área fuertemente intervenida por el hombre. Elespinar denso (Ed) posee siete parches, uno de los cuales agrupa el 70% de la superfi-

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Figura 4. Índice del Parche Más Grandecie; lo cual reafirma sucondición de primerafranja altitudinal en la ver-tiente norte (fraccionadapor los asentamientos hu-manos).

El matorral ralo (Mr)en la vertiente norte, re-presenta alrededor del1% de la superficie de lavertiente, y está integra-do por un parche gran-de (476,5 Ha); mientrasque en la vertiente sur esta representado por dos parches, uno moderado (260,5 Ha) yotro muy grande (955,25 Ha). Este tamaño de los parches en la vertiente sur avala suinterpretación geoecológica como etapa seral (regeneración del bosque), al ubicarse

sobre amplias superficies que han sido reportadas como zonas de vida intervenidashistóricamente por el hombre (USB 1979; Amend 1991; Vareschi 1992).

El matorral denso (Md) ocupa el 16% de la vertiente sur y el 13% de la vertientenorte. En la vertiente norte posee una amplia distribución en número y tamaño, mien-tras que en la vertiente sur, se presenta en menor número, y su tamaño oscila demoderado a muy grande. Aun cuando posee una amplia distribución de los numero-sos parches a lo largo de vertiente norte, no se mantiene como una zona altitudinalcontinua. Este tipo de formación arbustiva, tal como lo señala Vareschi (1992) seintermezcla con la selva decídua (Bosque Tropófilo Basimontano Decíduo; según laclasificación de Huber y Alarcón, 1988), lo cual nos llevaría a suponer que podría tra-tarse de la misma formación vegetal con distintas etapas serales, pues según Vareschi

(1992), ha sido poco estudiada y rara vez se encuentra en su estado original, debido asu alta intervención desde periodos precolombinos; dicho autor la ubica entre la zonadel espinar y la selva alisia. Por otro lado, si se acepta como hipótesis alternativa la queel matorral represente una posible formación climax (USB, 1979), se trataría de unacobertura vegetal azonal, conformando un patrón celular asociado a condicionesmesoclimáticas, o bien edáficas, limitantes para el crecimiento de la formación arbóreacorrespondiente a esa zona altitudinal.

El bosque bajo ralo (Bbr) ocupa unas 3.300 Ha (6.5%) en la vertiente norte, y pre-senta parches de tamaño moderado a muy grande, frecuentemente fraccionados porcoberturas de uso agrícola en el sector de Galipán (Amend, 1991). En la vertiente surocupa 728 Ha (2%), posee parches de pequeños a grandes, también asociados a uso

agrícola y coberturas contiguas de sabana abierta. Por lo tanto, éstos resultados con-firman la interpretación del bosque bajo ralo como un producto de la intervención delbosque bajo medio original. El bosques bajo medio (Bbm), en ambas vertientes, estaconformado por nueve parches de más de 135 Ha (moderados a muy grandes), cu-briendo el 23% de la vertiente norte; a diferencia de la vertiente sur donde tan sóloocupa el 6,5%. Por lo tanto, conforma una segunda zona altitudinal dentro de la ver-tiente norte, así como en la vertiente sur, en la cual se ha desdibujado su continuidad,debido a la acusada intervención de éste tipo de bosque desde la época de la coloniaespañola (Amend, 1991).

El bosque bajo denso (Bbd) cubre el 22% de la vertiente norte, y posee tan sólocuatro parches (tres de ellos muy grandes), que suman un área de 11.800 Ha. En la

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318  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

vertiente sur con seis parches (tres de ellos muy pequeños), se reduce a unas 2.000 Ha(6,5% de la vertiente sur). En la vertiente norte definitivamente su amplia coberturaen pocos parches de gran tamaño nos reafirma su condición de zona altitudinal, situa-ción que ha sido alterada en la vertiente sur por su fuerte intervención antrópica.Como zona altitudinal podría diferenciarse en una banda situada a un nivel inferior aldel bosque bajo medio. No obstante, dada la escasa diferencia de la altitud promediocon el bosque bajo medio, podría tratarse del mismo tipo de formación vegetal (SelvaAlisia según Vareschi, 1992), cuya variación en cobertura se correspondería a una he-terogeneidad intrínseca de la estructura dentro de dicha zona altitudinal (vinculadacon las características mesoclimáticas peculiares de cada microcuenca), representandoasí distintas geofacies dentro del geosistema (según el criterio taxocorológico deBertrand, 1968). Estas diferencias mesoclimáticas podrían explicar la distinta respues-ta fenológica de la formación, diferenciada como Bosque Ombrófilo Submontano Semi-Decíduo Estacional, por Huber y Alarcón, 1988 (Selva Alisia según Vareschi, 1992), obien como Bosque Ombrófilo Montano Sub-Siempreverde; descrita por Steyermark yHuber (1978) como «Selva de Transición». Formación vegetal que se extiende entre lasselvas deciduas y las siempreverdes, conformando un amplio cinturón cuyos límites

exactos son difíciles de discernir.El bosque medio ralo (Bmr) sólo se presenta en la vertiente sur, y esta integrado por

dos parches de tamaño moderado, posiblemente asociado a la acusada intervenciónantrópica que históricamente ha afectado este tipo de bosque; razón por la cual no seobserva en la vertiente norte. Tiene una extensión de unas 1.000 Ha (3,4% de la ver-tiente sur).

El bosque medio medio (Bmm) ocupa superficies similares en ambas vertientes: al-rededor de 4.544 Ha en la vertiente norte (9%) y 4.893 Ha en la sur (16%). Una situa-ción similar se confronta con el bosque medio denso (Bmd) en ambas vertientes: alre-dedor de 11.128 Ha en la vertiente norte (22%) y 8.213 Ha en la sur (27%). En términos

absolutos ambos tipos de cobertura poseen una distribución de tamaños de parchessimilar (si bien están más fragmentados en la vertiente sur). Ambos tipos de coberturatiene un amplio rango de tamaños de parches, lo cual nos lleva a considerar una inter-pretación diferenciada por tamaño de los parches: para el caso de los parches de mo-derado a muy grandes, se puede postular que ambos tipos de cobertura se correspon-den con las fajas altitudinales diferenciadas por Huber y Alarcón (1988): BosqueOmbrófilo Montano Sub-Siempreverde entre 800 y 1.500 m s.n.m. y el Bosque OmbrófiloMontano Sub-Siempreverde; identificado con las selvas nubladas; entre 800 y 1.500 ms.n.m., respectivamente. Por otro lado, también podría planterase que ambos tipos debosques medios se correspondan con la de selva nublada, pudiendo así representardistintos subtipos estructurales de selva nublada; como las diferenciadas en RanchoGrande por Huber (1986); asociados a su vez a condiciones mesológicas particulares

de cada microcuenca. Para el caso de los parches de muy pequeño a pequeño (masnumerosos), se establece su posible relación con las selvas de galería, las cuales por supequeña extensión no estarían todas representadas en el mapa de vegetación del Par-que (Meza, 1996). Según Steyermark y Huber (1978), estas selvas acompañan los cur-sos de quebradas y ríos que descienden desde las partes altas de las montañas hacia elfondo del valle, y dada la buena disponibilidad de agua y los suelos fértiles permitenque se forme una selva densa y alta. Presentando un patrón de tipo vectorial concarácter extrazonal (según la clasificación de Ellenberg, 1978; en Naveh y Lieberman,1994) La mayor superficie de cobertura del subpáramo (Sp) se localiza en la vertientesur constituida por un parche, de tamaño moderado. En la vertiente norte, se presen-tan dos parches, uno de tamaño muy pequeño y otro pequeño. Todos estos parchesconforman la ultima zona altitudinal del Geosistema El Ávila.

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Las sabanas (Sa) en la vertiente sur ocupan alrededor de 1.500 Ha, que representanel 5% de la vertiente. La distribución de esta cobertura es mucho mayor en la vertien-te sur, tanto en superficie como en dispersión areal. Este tipo de cobertura está asocia-da a la intervención antrópica (USB, 1979; Amend, 1991; Vareschi, 1992). En la vertien-te norte puede identificarse tres focos básicos, vinculados a usos agrícolas, mientrasque en la vertiente sur, se dispersa en áreas contiguas de uso urbano y agrícola. Den-tro del lindero del Parque existe solamente un gran parche de uso urbano, área conti-gua al oeste de la ciudad de Caracas (Plan de Manzano), que presenta un tamañomoderado con relación al resto de las clases de cobertura comparadas. Ocupaciónilegal, prácticamente irreversible, que representa una seria amenaza a la integridaddel parque. El uso recreativo esta definido por aquellos parches en los que se reconoceuna infraestructura destinada para este uso. A la escala de trabajo sólo reconocen dosparches de tamaño pequeño en la vertiente sur (Los Venados y Estación del Teleférico-Hotel Humboldt). El uso agrícola (contrario a la normativa pero tolerado dentro delparque), representa el 9,5% de la cobertura de la vertiente sur y el 2,5% de la vertien-te norte. Se presenta el mismo número de parches en ambas vertientes, pero con di-mensiones diferentes. En la vertiente norte existen parches de tamaño pequeño a

grande, dominando en número los pequeños. En la vertiente sur dos parches grandessuman el 80%. (Amend, 1991, precisa los sitios y extensiones donde se continua con laactividad agrícola dentro del parque).

Configuración de los Parches en el GeosistemaLa forma, el tipo de borde, y la localización relativa del parche, describen la confi-

guración de la fragmentación del paisaje, a través de ellos es posible identificar losfactores críticos del mantenimiento de la abundancia y diversidad de especies, dondela cobertura vegetal natural ha sido alterada (Forman y Godron, 1986; Saura y Carballal,2004).

La forma se refiere al contorno del área, el cual esta determinado por la variación

de su margen o borde. El rango de formas puede ser organizado o clasificado de acuerdoa formas naturales conocidas asociadas a procesos naturales, o bien a formas creadaspor el hombre. La forma óptima para una reserva natural puede ser la circular, perotambién se podría argumentar a favor de una forma irregular con numerosos lóbulos.Algunos principios acerca de las formas posibles encontradas en el paisaje natural, nospermiten hacer inferencias acerca de su funcionamiento, y a su tendencia a la expan-sión, contracción o estabilidad. La forma del parche también está asociada a la inten-sidad de actividades humanas (Forman y Godron, 1986). A través del análisis de tresvariables básicas, es posible diferenciar las formas de los parches en naturales o crea-das por el hombre (curvilíneas o amiboideas vs geométricas, compactas vs alargadas,redondas vs convulsionadas). Se han desarrollado diversos índices que miden la com-plejidad del parche con relación a una forma estándar circular o cuadrada, donde los

valores altos expresan la complejidad para formas naturales, y los bajos reflejan unaposible intervención antrópica con distintos grados de intensidad (Forman y Godron,1986; Forman, 1998).

En éste estudio se calculó el índice en el mapa vectorial (formato «shape») (McGarigaly Marks, 1994), el cual describe la complejidad de la forma del parche , comparado conun parche cuadrado, dado que se trabaja con imágenes raster. El valor del índice varíadesde un mínimo de uno (forma geométrica del cuadrado), aumentando conforme laforma se hace más irregular. En la vertiente norte el valor del índice de forma más alto(4,98) se registró en la cobertura de espinar denso (Ed), el resto de los valores muyaltos se encontraron, principalmente, para las coberturas de bosque bajo denso (Bbd).Los valores más bajos se registraron en el matorral denso (Md), y en las áreas de uso

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320   Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

agrícola, así como, en los parches de espinar denso(Ed) los cuales se encuentran aisla-dos y rodeados de cobertura de sabana, y en la sabana abierta (Sa). Los valores mode-rados se registraron en los bosques medio bajo y bosque medio medio. En la vertientesur los parches de muy baja complejidad de forma se corresponden con sabanas abier-tas. Los valores bajos se presentan en el área de uso urbano, y en un parche de bosquebajo denso (Bbd) contiguo a los parches de sabana. Los valores moderados se corres-ponden con áreas agrícolas y matorrales. Los parches de alta y muy alta complejidadde forma se corresponden con los bosques medio medio (Bmm) y bosques medio den-so (Bmd). En función a los resultados obtenidos, cabe señalar que la complejidad delborde reafirma su interpretación como un indicador del grado de naturalidad de lacobertura vegetal.

Las medidas de borde son frecuentemente consideradas como la mejor representa-ción de la configuración del paisaje, aunque no son espacialmente explícitas. La pro-porción del borde del paisaje es importante para comprender muchos procesosecológicos, en particular, cuando se analizan las relaciones entre las características delas especies presentes en el ecotono (McGarigal y Marks, 1994). Margalef (1977) señala

que hay que reparar más en las posibles discontinuidades acumuladas a lo largo deciertas líneas o fronteras (ecotonía - ecotono), que en las pruebas de homogeneidadaplicadas a cada una de las áreas definidas por dichas fronteras. La actividad antrópicaha aumentado enormemente el desarrollo de tales interfaces o fronteras de tipoasimétrico. La fragmentación de los hábitats trae como consecuencia la reducción delárea continua disponible (Harris, 1984; Berroterán, 1998). El efecto de borde seincrementa con la conversión de un hábitat continuo a una discontinuo, y general-mente aumenta la longitud del borde entre los fragmentos y sus alrededores (Collinge,1996). El desarrollo de actividades agrícolas y urbanas figura entre las causas principa-les de la fragmentación de los hábitats, generalmente ocasionada por la construcciónde vías de acceso y al uso de la tierra.

En este estudio se calculó el perímetro del borde en metros (Figura 5). El elevadoperímetro de los parches del espinar nos confirma que se trata de una formación vege-tal sometida a una fuerte intervención antrópica. El matorral ralo (Mr) en la vertientesur posee una superficie que supera tres veces a la de la vertiente norte, sin embargo elperímetro tan sólo lo supera en un 25%. Los bosques bajos mantienen proporcionalidadde perímetros con relación a las áreas en las dos vertientes; posiblemente los índices deforma sean similares. El bosque medio denso, presenta la situación inversa de las comen-tadas hasta ahora, posee una superficie muy superior en la vertiente norte y menorperímetro proporcional en la vertiente sur. De esta manera se concluye que en la ver-tiente sur la densidad de bordes de las coberturas de bosque medios, matorrales y saba-nas, están influenciadas por sucesivos procesos de intervención antrópica. Mientras que

en la vertiente norte son los

bosques bajos los que pre-sentan mayor densidad deborde, lo cual se explicaríapor su ubicación dentro deun contexto agrícola.

En la literatura sobreconservación biológica(Soulé y Wilcox, 1980), seha considerado comohábitat interior a una fajaen la que se diferencian

Figura 5. Perímetro Total de Parches por Tipo de Cobertura

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características fisionómicas distintas al borde. Para especies de plantas se propone unadistancia entre de 30 a 60 m y para animales entre 60 a 600 m (Pearce, 1992). No obs-tante, no existe una definición estándar que establezca qué dimensiones tiene elecotono, y cómo se diferencia de su área interior (core area). En éste análisis se consi-deró como borde una distancia de 50 m, la cual se correlaciona con la longitud de un

píxel; unidad empleada en la cartografía digital con la cual se realizaron todos loscálculos. Para el análisis de proximidad se empleó un radio de búsqueda de 500 m (diezpíxeles), lo cual podríamos asociar a la potencial de movilización de los animales.

Del mismo modo como se abordó el análisis de la composición de la estructura delpaisaje, se analizó el número de áreas centrales para cada tipo de cobertura (definidascon un borde de 50 m). Se podría suponer que un borde de 50 m en un paisaje tanextenso no alteraría de manera significativa el análisis, sin embargo, si se diferenciapara cada vertiente el nú-mero de áreas centralespor tipo de cobertura (Fi-gura 6) y su porcentaje (Fi-

gura 7), se puede observarcuan significativo resulta elcambio en términos de ladisponibilidad de hábitatsinteriores.

El análisis de las áreasnúcleo nos permite detec-tar que el espinar ralo (Er),representado por un soloparche, contiene tres áreascentrales, mientras que el

espinar denso (Ed) mantiene el mismo número de áreas centrales que de parches, aligual que el matorral ralo. En la vertiente norte las comunidades vegetales que tienenmayor número de áreascentrales se vinculan conlas de mayor densidad decobertura: matorral denso(Md), bosque bajo denso(Bbd) y bosque medio den-so (Bmd). Mientras que enla vertiente sur se acusa unmayor número de áreascentrales en el matorral

denso (Md) y en las saba-nas abiertas (Sa). General-mente en los parches gran-des (que no tienen formaalargada), se mantiene oaumenta el número deáreas centrales. En los parches con formas alargadas o muy pequeños, se reducen oeliminan las áreas centrales (todo el parche representaría un área de ecotono). Porejemplo, en la vertiente norte nueve parches de cobertura de sabana poseen seis áreascentrales. El porcentaje de áreas centrales en ambas vertientes es muy similar: 88,9%de la superficie en la vertiente norte y 87,9% en la vertiente sur. La distribución deáreas centrales de cobertura boscosa representa alrededor del 64% de la vertiente

Figura 6. Número de Áreas Centrales por Tipo de Cobertura

Figura 7. Porcentaje de Áreas Centrales por Tipo de Cobertura

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322  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

norte, mientras que en la vertiente sur es del 55%. El matorral en la vertiente nortecontiene un 12% de áreas centrales y 18% en la vertiente sur. El borde es el comple-mento del área central o interior, es decir cubre alrededor del 11% de la superficie delas diversas coberturas. Por lo tanto, a través del análisis de la configuración donde semuestra que el mayor número de áreas centrales, reafirma la mayor disponibilidad de

hábitat en la vertiente norte. Por otra en la vertiente sur, se refuerza su mayor vulne-rabilidad a regímenes de perturbación y efectos de borde.

Conectividad de los Parches en el GeosistemaA través del índice del Vecino Más Cercano «Near» se mide la distancia a la cual se

encuentra el parche más cercano con el mismo tipo de cobertura, estableciendo deesta manera el grado de continuidad y proximidad de los parches pertenecientes auna misma categoría. En general la conectividad de los hábitat es mayor en la vertien-te norte, ya que los parches se agregan a una distancia promedio de 4 Km menos queen la vertiente sur. A fin de representar el comportamiento espacial de la proximidadde los parches en cada vertiente, se agruparon los valores del vecino más cercano encinco clases, cuyos rangos se establecieron a partir de los valores de los percentiles: 20,

40, 60 y 80 (Tabla 3). La distancia promedio al vecino más cercano en la vertiente nortefue de 2.522 m alcanzando 6.320 m en la vertiente norte. La desviación estándar de ladistancia fue de 6.273 m, mientras que la dispersión de valores en torno a la media enla vertiente sur resultó igual a 11.307 m. Estos datos revelan que existe una menorfragmentación y mayor continuidad de las diferentes coberturas en la vertiente nortecon respecto a la sur. En la vertiente norte, la menor distancia al vecino más cercanoestá asociada a las coberturas de espinar, matorral ralo, bosque bajo medio, bosquemedio medio y cobertura de sabana. Las distancias bajas se relacionan con el bosquebajo medio, los parches aislados de bosque medio medio y el bosque bajo denso. Lascategorías de moderada y alta se asocian a coberturas de bosque bajo denso y bosquemedio denso, las muy altas al espinar tropical y a la sabana abierta. Este último resul-tado es consistente, dado que las sabanas en la vertiente norte se asocian a áreas

agrícolas ubicadas en focos de dispersión muy próximos entre sí. En la vertiente sur elíndice obtenido es muy bajo para el área urbana (parche aislado), el bosque bajo raloy el bosque bajo medio, así como áreas agrícolas rodeadas de bosque. Las sabanas seubican en la categoría moderada del índice, ya que el patrón de recurrencia de loseventos que dan origen a las sabanas se ubica en áreas próximas al lindero y a losparches alargados que se orientan siguiendo fuertes pendientes, característicos de lapropagación de los eventos de fuego (Gutiérrez, 1997). El bosque medio denso tieneun índice muy alto, y además posee una gran continuidad. Este patrón se aprecia justoal este de la ciudad de Caracas, y en cotas fundamentalmente por encima de los 1.400m s.n.m.

El índice de Entremezclado-Yuxtaposición (interspersion-juxta-position) está basa-

Tabla 3. Índice del Vecino Más Cercano

Cercanía a otro parche delmismo tipo de cobertura (m)

  Vertiente norte Vertiente sur

Muy alta 0-150 0-149Alta 150-255 149-576Moderada 255-535 576-2187Baja 535-1.980 2.187-12.713Muy baja >1.980 >12.713

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do en la adyacencia de parches y no de celdas. Cada parche es evaluado con los otrostipos de parches, y sólo se consideran los perímetros. La adyacencia de parches semide a través de la distancia a la cual los parches se entremezclan. Valores bajos expre-san que el paisaje está pobremente mezclado. Este índice no está afectado por el ta-maño, número, contigüidad o dispersión de los parches como el índice de adyacencia.

El grado de entremezclado por tipo de cobertura vegetal para cada vertiente se ex-presó en porcentajes (Figura 8). La cobertura que esta más yuxtapuesta en ambasvertientes es la de matorral denso con un 80%. Las menos entremezcladas son las delmatorral ralo y la del bosque bajo ralo. Todos los bosques tienen más de un 60% deentremezclado. Las áreas agrícolas están más entremezcladas que la mayor parte de lascoberturas de bosque enlas dos vertientes.

Diversidad Gammade los Parches en el

GeosistemaLos índices utiliza-

dos para caracterizar yevaluar la diversidadde la estructura del pai-saje son medidas esta-dísticas que cuantificanla heterogeneidad a ni-vel espacial, con base ala naturaleza de losparches que lo confor-man, consideradoscomo los elementos básicos que permiten componer y configurar los distintos índicesde diversidad (Scheiner, 1992; McGarigal y Marks, 1994). La diversidad gamma, se es-

tablece a partir de los dos criterios empleados tradicionales en biología: la riqueza y laequidad (Whittaker, 1972; 1977). La riqueza se refiere al número total de tipos deparches presentes, y la equidad expresa la distribución del área entre los distintostipos de parches. Noss (1990) propone una aproximación jerárquica para el monitoreode la biodiversidad, y establece como lineamiento general comenzar con una escalaburda, como lo es el inventario de los patrones del paisaje de la vegetación, dondeposteriormente se han de establecer la diversidad de las especies en los distintoshábitats. De ésta manera, para concluir el análisis secuencial de la estructura delGeosistema El Ávila, y a título de parámetros síntesis, para cada vertiente se calculanlos valores de los distintos índices de diversidad del paisaje vegetal (Tabla 4). En térmi-

Figura 8. Índice de Yuxtaposición – Entremezclado

Tabla 4. Índices de Diversidad del Paisaje

Índices de Diversidad del Paisaje Vertiente Norte Vertiente Sur

Riqueza de Parches 71 74

Densidad de Riqueza de Parches 0,14 0,25

Riqueza Relativa de Parches 78,89 82,22

Equidad de Shannon 0,88 0,88

Diversidad de Shannon 3,74 3,79

Diversidad de Simpson 0,97 0,97

Diversidad de Simpson Modificado 3,53 3,52

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Conclusiones generalesLa zona bajo estudio, delimitada por el Parque Nacional El Ávila, representa un

área natural protegida (legalmente creada para ser conservada), que se reconoce aquícomo geosistema (según el criterio taxocoro-lógico de Bertrand, 1968). Su selecciónpara este tipo de estudio obedece a su elevada heterogeneidad espacial, en respuestaal pronunciado gradiente altitudinal y a su fisiografía orográfica, así como, por laalteración natural ocasionada por reiterados deslaves a lo largo del tiempo geológico,y a su histórica intervención antrópica. Unidad del paisaje que al ser diferenciada ensus vertientes: norte y sur, permitió racionalizar el análisis comparativo de los patro-nes espaciales de la cobertura vegetal y uso de la tierra dentro del geosistema.

La caracterización de la estructura de un geosistema montañoso tropical, comoensayo metodológico, consistió en la interpretación geoecológica de los distintos pa-trones del paisaje vegetal, a partir de la aplicación de un conjunto de indicadores de laheterogeneidad del paisaje. El empleo de índices de composición y configuración delos parches que integran el paisaje, se constituyen en indicadores de la disponibilidady la fragmentación de hábitats. Los resultados obtenidos revelan que existe una me-nor fragmentación y mayor continuidad de las diferentes coberturas en la vertientenorte que en la vertiente sur. El análisis de la configuración muestra que el mayornúmero de áreas centrales y por ende de disponibilidad de hábitats es mayor en lavertiente norte. Por otra parte, la vertiente sur muestra una mayor vulnerabilidad aregímenes de perturbación y efectos de borde derivada de su morfología y contextogeográfico. La densidad de bordes de las coberturas de bosque medios y matorrales y

sabanas, están influenciadas por sostenidos procesos de intervención antrópica. En lavertiente norte los bosques bajos son los que presentan mayor densidad de borde yestán asociados a contextos agrícolas. En términos generales, no se aprecia una dife-rencia significativa en la diversidad gamma ni en la equidad de los parches que confor-man el paisaje entre ambas vertientes. No obstante, la riqueza relativa y la densidadde riqueza de parches es superior en la vertiente sur lo cual se corresponde con sumayor fragmentación.

La interpretación geoecológica de los distintos índices de heterogeneidad del pai-saje empleados en el presente ensayo metodológico, como expresión cuantitativa delos patrones espaciales de la cobertura vegetal, poseen gran aplicabilidad en la con-servación y manejo de las áreas naturales protegidas. En términos generales, los resul-

tados de la interpretación geoecológica del patrón del paisaje vegetal, obtenidos en elSIG a partir de la aplicación del conjunto de indicadores de la heterogeneidad delpaisaje, indican que la vertiente norte del Parque Nacional El Ávila por su tamaño yconfiguración cumple con los objetivos de protección de biodiversidad a nivel deecosistema y hábitat en mayor medida que la vertiente sur.

AgradecimientosSe agradece al CONICIT (Proyecto S1-95000570) y al CDCH-UCV (21-00-3414-95), por

el soporte financiero proporcionado al desarrollo de la presente investigación, reali-zada en el Laboratorio de Geoecología del CENAMB-UCV. A los profesores José LuisBerroterán (U.CV.), Mirady Sebastián (U.S.B.) y Valois González (U.C.V.), cuyas acuciosasobservaciones permitieron mejorar la edición del presente documento.

nos generales, no se aprecia una diferencia significativa en la diversidad y en la equi-dad de los parches que conforman el paisaje entre ambas vertientes. No obstante, lariqueza relativa y la densidad de riqueza de parches es superior en la vertiente sur locual se corresponde con su mayor grado de fragmentación.

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Distribución de las poblaciones arbóreasen el paisaje del

Parque Nacional el Palmar Andrés G. Rolhauser, Fernando Biganzoli, Genoveva Pignataro,

Marisa Nordenstahl y William B. BatistaInstituto de Investigaciones Fisiológicas y Ecológicas

Vinculadas a la Agricultura (IFEVA), Facultad de Agronomía,UBA-CONICT

[email protected]

ResumenLa introducción del manejo conservacionista en el Parque Nacional El Palmar resul-

tó en un gran aumento de la cobertura de especies leñosas. En este trabajo propone-mos la hipótesis que, luego de la introducción del manejo conservacionista, las espe-cies que conformaban los bosques ribereños se expandieron hacia el resto del paisajesiguiendo vías de menor resistencia a la invasión relacionadas con la presencia de pal-meras (Butia yatay ) y la ausencia de incendios. Para examinar esta hipótesis construi-mos modelos de regresión Poisson que vinculan la densidad total de individuos deespecies arbóreas con la distancia al bosque ribereño, la densidad de palmeras adultasy la historia de incendios. Este análisis mostró que la densidad total de árboles fuerade los bosques ribereños decrece con la distancia a éstos y con la ocurrencia de incen-dios y aumenta con la densidad de palmeras adultas. Este patrón fue observado en 11de las 17 especies analizadas. Estos resultados sugieren que muchas de las especiesactualmente presentes en palmares de B. yatay  y arbustales habrían provenido de losbosques ribereños y que este proceso de invasión que habría sido facilitado por B. yatay y limitado por los incendios.

AbstractAfter conservationist management was introduced in El Palmar National Park, total

cover of woody species increased markedly. We hypothesise that, with the introductionof conservationist management, tree species present at riparian forests expandedtowards other places of the landscape through low invasion resistance pathways createdby the presence of palm trees (Butia yatay ) and the absence of fires. To test thishypothesis, we built Poisson regression models to relate total density of tree speciesto adult palm trees density, distance to riparian forest, and history of fires. This analysisshowed that total density of trees outside riparian forests decreases as distance tothem increases and fires occur, and increases with increasing density of adult palm

trees. This pattern was observed in 11 of the 17 species under analysis. Our resultssuggest that many of the woody species currently present in bushlands and B. yatay palm groves would have come from riparian forests and that this invasion processwould have been facilitated by B. yatay and limited by fires.

IntroducciónEl uso de la tierra genera cambios en las características del ambiente y afecta la

distribución del hábitat disponible para las especies (Urban et al., 1987). Entre estoscambios se encuentra la modificación del régimen de disturbios (Urban et al., 1987).Como consecuencia, algunas especies nativas pueden convertirse en invasoras de por-ciones del paisaje que no ocupaban previamente. Un ejemplo de este fenómeno es lainvasión de árboles propios de bosques en las sabanas de pinos del sudeste de los EUA

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330   Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

promovida por la supresión de los incendios (Platt, 1999). En este ejemplo, la accióndel hombre transforma a las sabanas de pinos -un sistema moldeado por los incendios-en hábitats disponibles para las especies de bosques, que no toleran el fuego pero queson muy competitivas en ausencia de incendios (Platt, 1999). Conjuntamente con ladisponibilidad de hábitat, la tasa de avance de una invasión suele estar limitada por ladisponibilidad de propágulos (Debussche y Lepart, 1992; Williamson, 1996; Lonsdale,1999). Por ejemplo, algunos campos abandonados son invadidos solo si presentan ar-bustos que emergen sobre el resto de la vegetación y facilitan la dispersión de espe-cies leñosas con dispersión ornitócora (Debussche y Isenmann, 1994; Holl, 2002). Enresumen, el patrón espacial y temporal de la invasión sería controlado por la estructu-ra del paisaje en términos de las características de los hábitats que lo conforman ydiferiría entre especies con distintas capacidades de dispersión y de competencia rela-tivas al contexto ambiental (Williamson, 1996).

En el presente trabajo, intentamos comprender los rasgos principales de la dinámi-ca de la vegetación arbórea del Parque Nacional El Palmar. Esta importante reservafue creada en 1965 para proteger la población más numerosa de la palmera Butia 

 yatay . Previo a la creación del Parque, el manejo de la tierra en esta área incluía pasto-reo de ganado doméstico y quemas frecuentes (Martínez Crovetto y Piccinini, 1951).La vegetación resultante tenía dos estratos: uno arbóreo compuesto por palmeras yotro herbáceo, de poca altura (Lorente, 1878; Báez, 1920; Martínez Crovetto y Piccinini,1951). Según observaciones de Martínez Crovetto y Piccinini (1951), la vegetación le-ñosa del PNEP se restringía principalmente a los bosques ribereños asociados con el ríoUruguay y sus afluentes. Con la creación del Parque, se inició un plan de conservacióndel área que consiste en la exclusión de la ganadería y la implementación de prácticasde control de incendios que resultó en un gran aumento de la cobertura de especiesleñosas (Ciccero y Balabusic, 1994). Entre las especies que habrían invadido estas saba-nas se encontrarían muchos árboles nativos (Rolhauser et al., 2003). Nuestras hipótesisson: 1) las especies que conformaban los bosques ribereños se expandieron hacia el

resto del paisaje luego de la introducción del manejo conservacionista y 2) la invasiónde árboles fue facilitada por Butia yatay y limitada por los incendios. Con el fin deevaluar estas hipótesis caracterizamos la distribución de las poblaciones arbóreas enel paisaje del Parque Nacional El Palmar en relación con la historia de incendios, ladistancia al bosque ribereño y la densidad de palmeras adultas.

Materiales y métodosEl clima en la región del Parque Nacional El Palmar (PNEP; Provincia de Entre Ríos;

8.500 hectáreas) es templado-cálido, con temperatura media anual de 18.9 ºC y preci-pitación media anual de 1298 mm (Fuente: Administración de Parques Nacionales, 1993).El paisaje del PNEP presenta afloramientos de diferentes edades geológicas expuestospor la acción erosiva del río Uruguay y de sus arroyos afluentes (Batista et al. inédito).

Las porciones mas bajas del paisaje están ocupadas por el bosque ribereño, las inter-medias por los palmares de B. yatay   y las más altas por arbustales de Baccharis dracunculifolia  (Batista et al. inédito).

Se utilizó un Sistema de Información Geográfico (SIG) que integra información dela estructura de la vegetación y la historia de incendios en el área del Parque, paraseleccionar 40 sitios de palmares y arbustales que cubrían amplios intervalos de dis-tancia al bosque ribereño (40 – 1660 m) y de densidad de palmeras adultas (2 – 419palmeras/Ha). La mitad de estos sitios sufrieron al menos un incendio en los últimos 15años, mientras que en la otra mitad el tiempo al último incendio supera los 35 años.Además, seleccionamos 4 sitios de bosque ribereño cercanos a los sitios seleccionadosanteriormente. Ninguno de estos sitios de bosque sufrió incendios desde la creación

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del Parque. En cada uno de los 44 sitios instalamos parcelas con superficie dependien-te de la densidad de individuos y del tamaño del stand (Mueller-Dombois y Ellenberg,1974). El tamaño de las parcelas varió entre 400 y 1600 m2. Dentro de las parcelasregistramos la especie y el diámetro basal (medido a 25 cm del suelo) de todos losindividuos de especies arbóreas con más 1.5 cm de diámetro basal.

Construimos modelos de regresión Poisson (Agreste, 1996) para vincular la densi-dad total de individuos de especies arbóreas con la densidad de palmeras adultas, ladistancia al bosque ribereño (en Km.) y la historia de incendios. Las dos primeras fue-ron incluidas como variables continuas y la última como discreta (incendiado vs. noincendiado). Construimos modelos Piosson para la densidad total de árboles y paracada especie en particular. Con el análisis de la densidad total nos interesó evaluartodos los efectos simples y las interacciones entre (1) la distancia al bosque y la ocu-rrencia de incendios, (2) la distancia al bosque y la densidad de palmeras adultas y (3)la densidad de palmeras adultas y la ocurrencia de incendios. Para el análisis de ladensidad de cada especie incluimos solamente los efectos simples.

Con el objeto de describir la estructura de tamaños de cada especie en el paisajecalculamos el diámetro basal superado por el 10 % (i.e. el percentil 90) de los indivi-duos encontrados en el total de censos dentro de 9 clases de sitio. Estas clases fueronlos bosques ribereños y 8 clases de sitios ubicados en el resto del paisaje clasificadossegún (1) densidad de palmeras (mayor o menor a 200 palmeras / Ha), (2) distancia albosque ribereño (mayor o menor a 650 m) y (3) ocurrencia o no de un incendio en losúltimos 15 años.

ResultadosIdentificamos un total de 29 especies, de las cuales 6 son raras, 6 son comunes solo

en los bosques ribereños, 6 son comunes solo fuera de los bosques ribereños (i.e. enpalmares y arbustales) y 11 son relativamente comunes en todo el paisaje (Tabla 1).

Ninguna de las interacciones entre los factores ambientales evaluadas resultó signi-ficativa (p>0.4), por lo que decidimos excluirlas del modelo final, que contó solamentecon los efectos simples. Según este modelo, la densidad total de árboles fuera de losbosques ribereños disminuye con la distancia a estos y con la ocurrencia de incendiosy aumenta con la densidad de palmeras adultas (Figura 1).

Los modelos de regresión Poisson relacionan la densidad de árboles y la distancia albosque ribereño en sitios con densidad de palmeras adultas e historia de incendioscontrastantes. Los tres factores tuvieron efectos significativos sobre la densidad cona=0.01.

Construimos modelos de regresión Poisson solo para las especies comunes dentro yfuera de los bosques y para aquellas comunes solo fuera de estos (i.e. comunes enpalmares y arbustales). Dentro de este último grupo sólo 2 especies mostraron unacaida de la densidad de individuos con el aumento de la distancia al bosque ribereño(Tabla 1). En cambio, este patrón fue general a todas las especies comunes dentro yfuera de los bosques (Tabla 1). Para todas las especies comunes solo fuera de los bos-ques ribereños, el diámetro basal superado por solo el 10 % de los individuos fuemenor en los bosques con relación a los palmares y arbustales (Tabla 1). Esto significaque los individuos de mayor tamaño de los bosques ribereños son mas chicos que sushomólogos fuera de estos. En cambio, en 7 de las 11 especies comunes en todo elpaisaje, el diámetro basal superado por solo el 10 % de los individuos fue mayor en losbosques con relación a los palmares y arbustales (Tabla 1).

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332  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

Tabla 1. Especies arbóreas identificadas en el paisaje del PNEP clasificadas según su constancias

Figura 1. Modelos de regresión Poisson. (a) Sitios incendiados en los últimos 15 años y (b)sitios no incendiados en los últimos 35 años.

Leyenda: Líneas oscuras: valores predichos para alta densidad promedio de palmeras (16.1 palmeras adultas en 400m2); líneas claras: valores predichos para baja densidad pro-medio de palmeras (3.7 palmeras adultas en 400 m 2);líneas punteadas: intervalo de confianza del 95 %. Notar la escala logaritmica en ordenadas.

Constancia (%) Percentil 90 (cm)

Grupo sp. Especie   B(4)

NoB(40)

  B  Max

NoB

Coeficientede la

distanciaal bosque

ribereño

    p     9     0     (     B     )     >    p     9     0     (     N    o     B     )

     C    o    m    u    n    e    s

     (     1     1     )

    p

     9     0     (     B     )     <

    p     9

     0     (     N    o     B     )

Comunessolo fuera delos bosquesribereños (6)

Myrcianthes cisplatensis

 Xilosma tweediana

Myrrhinium atropurpureum1

Sebastianiacommersoniana

Guettarda uruguensis

Blepharocalix tweedii 

 Allophylus edulis

Daphnopsis recemosa

Hexachlamis edulis

Myrsine laetevirens

Ligustrum sinense* 

Maitenus ilicifolia

Myrcia selloi 

Ocotea acutifolia

Sapium haematospermum

Melia azedarach* 

Schinus longifolius

100

75

100

100

100

75

100

100

50

50

100

25

25

25

25

0

0

95

15

25

35

38

48

75

38

65

30

23

55

45

23

18

30

25

24

12

16

24

15

9

12

5

26

10

3

1

2

4

2

sd

sd

8

3

7

17

9

6

11

6

32

20

25

9

6

35

6

29

11

-1.4

-5.2

-1.7

-1.1

-2.3

-3.5

-0.8

-7.3

-1.1

-4.4

-2.4

-2.7

-1.5

-0.2

0.1

0.2

1.8

Comunessolo en los

bosquesribereños (6)

Eugenia uniflora   ,   Myrcianthes pungens   ,   Pouteria salicifolia   ,   Scutia buxifolia   ,Sebastiania brasiliensis.

Raras(6)

 Acacia caven ,  Celtis tala ,  Colletia spinosisima ,   Erythrina crista -galli ,  Fagara hiemalis ,Morus sp..

Leyenda: B y NoB: dentro y fuera de los bosques ribereños respectivamente. Entre paréntesis figura el número decensos o de especies según sea el caso. Para las 17 especies comunes fuera de los bosques se muestra el diámetro basalsuperado por el 10 % del total de individuos (Percentil 90) encontrado en los bosques (B) y fuera de los bosques(MaxNoB). Este último es el percentil 90 máximo de las 8 clases de sitios ubicados fuera del bosque ribereño. Tambiénse muestra el coeficiente de regresión Poisson de la distancia a la porción de bosque ribereño más cercana (n = 44).En negrita figuran los coeficientes con p<0.05 y en negrita e itálicas aquellos con p<0.1. 1 var. octandrum . *Especieexótica.

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  333

DiscusiónLa caída de la densidad de individuos con la distancia a la fuente de propágulos fue

descripta y asociada con dinámicas sucesionales y de invasiones por muchos autores(e.g. Debussche y Lepart, 1992; Lonsdale, 1993; Matlack, 1994). En el Parque NacionalEl Palmar, la densidad total de árboles disminuye con la distancia al bosque ribereño,

lo cual sugeriría que las especies que lo conformaban podrían haberse expandido lue-go de la introducción del manejo conservacionista.

Sin embargo, no todas las especies presentes fuera de los bosques ribereños ha-brían provenido de estos. Este sería el caso de las especies raras en los bosques, espe-cialmente de aquellas cuya densidad no cambia –o incluso aumenta- con la distancia alos bosques. Por otro lado, tampoco todas las especies presentes en los bosques sehabrían expandido hacia el resto del paisaje. Esto podría ser cierto solo para las espe-cies comunes dentro y fuera de los bosques, cuyas densidades decrecen, en el primerkilómetro a la porción de bosque ribereño mas cercana, entre un 54 % (A. edulis ) y casiun 100 % (D. racemosa ). Incluso, teniendo en cuenta los p90 de las distribuciones detamaños, las poblaciones de algunas especies habrían sido más exitosas fuera de los

bosques. Este podría ser el caso, por ejemplo, de Ligustrum sinense , exótica en el PNEP.Nuestros resultados también sugieren que este proceso de expansión no habría

sido uniforme en todo el paisaje del PNEP: los sitios más sensibles a la invasión seríanlos palmares densos que no sufrieron incendios. Esto podría deberse, por un lado, a unefecto negativo de los incendios sobre la supervivencia de los individuos y por otro, aun posible efecto facilitador de la palmera B. yatay sobre la dispersión de estas espe-cies. Salvo S. commersoniana  y H. edulis , las especies analizadas tienen frutos carno-sos, susceptibles de dispersión ornitócora (Según van der Pijl, 1982). En este sentido,pensamos que los adultos de B. yatay , podría atraer a aves frugívoras (como Turdus sp., A. Rolhauser, observación personal) debido a que emergen notoriamente sobre elresto de la vegetación.

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334  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

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  335 

Aspectos biogeográficos del corredor fluvialParaguay-Paraná

Luis J. Oakley 1 ; Darién Prado1 y Jorge Adámoli  2

1Cátedra de Botánica, Dpto. Biología y Recursos Naturales,Fac. Cs. Agrarias, Universidad Nacional de Rosario,2Laboratorio de Ecología Regional,

Dpto. de Ecología y Genética Evolutiva,Fac. Cs. Exactas y Naturales, Universidad de Buenos Aires

[email protected]; [email protected]; [email protected] 

ResumenEl corredor biogeográfico formado por el sistema fluvial Paraguay-Paraná corre a

través de regiones naturales muy distintas. Diversos autores han delimitado previa-mente estas regiones utilizando esencialmente criterios fitogeográficos; entre estos,

los propuestos por Cabrera y Willink han sido los más aceptados. En el presente traba- jo se propone un nuevo modelo de regionalización, basado en la distribuciónbiogeográfica de las comunidades de plantas dominantes. De esta forma, son defini-das y brevemente descriptas las siguientes grandes unidades naturales: ‘Pantanal’, ‘Bos-ques Semideciduos de la Chiquitanía’, ‘Aquidabán’, ‘Chaco Oriental’, ‘Transición Cha-co-Paranaense’, ‘Paranaense’, ‘Espinal Nororiental’, ‘Pampa Húmeda’ y ‘Delta delParaná’.

Palabras clave: Biogeografía, ecorregiones, grandes unidades biogeográficas, co-rredor fluvial.

AbstractThe biogeographical corridor formed by the Paraguay-Paraná fluvial system runs

through very distinct natural regions. Several authors had previously delimited thoseregions employing essentially phytogeographical criteria; among these, Cabrera &Willink’s proposal has been the more accepted. In the present contribution a newregionalization model is proposed, based on the biogeographical distribution of thedominant plant communities. Thus, the following great biogeographical units aredefined and briefly described: ‘Pantanal’, ‘Bosques Semideciduos de la Chiquitanía’,‘Aquidabán’, ‘Chaco Oriental’, ‘Transición Chaco-Paranaense’, ‘Paranaense’, ‘EspinalNororiental’, ‘Pampa Húmeda’ and ‘Delta del Paraná’.

Key words: Biogeography, ecoregions, great biogeographical units, fluvial corridor

IntroducciónLos ríos Paraguay y Paraná constituyen un formidable corredor biogeográfico, de

características únicas a nivel mundial, puesto que es el único sistema fluvial que tienesus nacientes en ambientes del trópico húmedo y su desembocadura en regiones tem-pladas húmedas. El río Nilo, si bien nace en el trópico húmedo y se orienta hacia climastemplados, tiene toda su cuenca inferior y su desembocadura en el ambiente árido delSahara. Todos los otros grandes ríos o son intertropicales, como el Amazonas, el Orinocoo el Congo, o corren en sentido inverso, con las nacientes en regiones templadas ofrías y la desembocadura en ambientes tropicales o subtropicales, como el Mississippi,el Amarillo, el Mekong o el Ganges.

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336   Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

El carácter de corredor biogeográfico se manifiesta en el hecho de que todos losbosques en galería del sistema fluvial Paraguay-Paraná tienen linaje amazónico, in-fluencia que se expresa hasta los denominados ‘Montes Blancos’ del Delta del Paraná(v.g. la presencia prácticamente continua a lo largo de todo el corredor de Albizia inundata   (Mart.) Barneby & J.W.  Grimes –‘timbó’, ‘timbó’y’- y de Inga vera  Willd.subsp. affinis 

 (DC.) T.D. Penn –‘ingá’). Es decir que estos linajes tropicales se manifies-

tan hasta 1.200 Km al sur de la línea del Trópico de Capricornio!.

AntecedentesDesde el punto de vista geográfico, Soldano (1947) sectorizó el área de influencia

del corredor fluvial Paraguay-Paraná (en adelante CFPP) en los llamados ‘trechos’, quese adoptan en el presente trabajo a los fines de facilitar el análisis. Éstos son: a) AltoParaguay, desde las nacientes hasta la desembocadura del río Apa; Paraguay Medio,desde el río Apa hasta Itapirú (47 Km al Sur de Asunción); b) Bajo Paraguay, desdeItapirú hasta la confluencia con el río Paraná. c) Paraná Medio, desde la confluenciahasta cercanías de la ciudad de Diamante y d) Paraná inferior, desde la ciudad deDiamante hasta el estuario del río de La Plata.

Desde el punto de vista biogeográfico, el criterio de regionalización más aceptadoes el de Cabrera y Willink (1973); según estos autores, el CFPP se extiende a lo largo devarias provincias biogeográficas correspondientes a dos dominios. Éstos son el Domi-nio Amazónico (incluyendo las Provincias Amazónica, del Cerrado y Paranaense) en elNorte, y el Dominio Chaqueño (incluyendo las Provincias Chaqueña, del Espinal yPampeana) en el Sur.

Las sierras y mesetas del extremo Noroeste del CFPP, donde se localizan las nacien-tes de los ríos Paraguay y Jaurú, tienen bosques que pertenecen a la Provincia Amazónica(aunque drenan hacia la Cuenca del Plata). Debido al fuerte avance de la fronteraagrícola, en dicho área hoy sólo quedan algunos relictos de la vegetación original. Las

mesetas del Nordeste del CFPP donde se encuentran las nacientes de los ríos Cuiabá,São Loureço, Itiquira-Piquirí, Taquarí, Aquidauana y Miranda, así como las tierras ba- jas del Pantanal que ocupan la margen izquierda del río Paraguay, pertenecen en sutotalidad a la Provincia de los Cerrados (Cabrera & Willink, 1973). Entre los paralelos17º y 20º de Latitud Sur, la margen derecha del río Paraguay pertenece a la ProvinciaChaqueña, que se manifiesta en los bosques de tierra firme de Bolivia, en los alrededo-res de Corumbá y en el extremo Sur del Pantanal (confluencia de los ríos Nabileque yParaguay).

Al sur del Pantanal y hasta después de la desembocadura del río Paraguay en elParaná, toda la margen derecha y una faja de la margen izquierda del río Paraguaypertenecen a la Provincia Biogeográfica Chaqueña, mientras que un poco más hacia el

Este se manifiesta la influencia de la Provincia Paranaense. Hacia el sur de su confluen-cia con el río Paraguay, el río Paraná forma un amplio valle aluvial, que se considera un‘Distrito Fluvial’ de la Provincia Paranaense (Cabrera & Willink, 1973); éste atraviesasucesivamente (de norte a sur) a las Provincias Chaqueña, del Espinal y Pampeana.Estrictamente, si bien no ha sido cartografiada, toda la planicie de inundación del ríoParaguay debería tener una pertenencia biogeográfica amazónica.

Varios autores también abordaron el tema de la regionalización ecológica del con-tinente sudamericano y por consecuencia también del CFPP. Estos estudios, en escalasregionales, expresaron sus resultados fundamentalmente en forma de mapas de vege-tación (Hueck & Seibert, 1981) o biogeográfico (Dinerstein et al ., 1995). Ordenadosdesde los más generales a los más particulares, los trabajos más relevantes son:

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a) En el informe del Banco Mundial y WWF sobre el estado de conservación de lasecorregiones de América Latina (Dinerstein et. al , 1995), se considera que el CFPP atra-viesa (de norte a sur) las siguientes ecorregiones: 114 «Cerrado», 133 «Pantanal», 76«Bosques secos de las tierras bajas de Bolivia», 116 «Chaco Húmedo», 134 «Sabanasinundables del Paraná», 119 «Espinal de Argentina».

b) Hueck (1978) mapea los bosques de Sudamérica y Hueck & Seibert (1981) mapeanla vegetación de América del Sur. En dichos trabajos, el CFPP queda comprendidodentro de las siguientes subdivisiones (de Norte a Sur): 58) «Vegetación del Pantanal»,46) «Campos cerrados, chaparrales y sabanas semejantes», 35) «Bosque desde seco asemihúmedo del Chaco Oriental», 29) «Bosques subtropicales deciduos y mesofíticosdel Brasil Oriental y Meridional, en parte con alta proporción de especiessiempreverdes», 37) «Paisaje de Parques de Entre Ríos (Parque Mesopotámico)», 62)«Praderas de las Pampas planas», 87) «Bosques de galería y otros tipos de vegetaciónasociados a los ríos en zonas desarboladas o pobres en bosques».

c) Para la porción correspondiente a la República Argentina, en el informe sobreEcorregiones de Parques Nacionales (APN, 2000) se definen las siguientes ecorregiones:«Chaco Húmedo», «Esteros del Iberá», «Espinal», «Delta e Islas del Paraná» y «Pampa».

d) La Región Oriental de la República del Paraguay, que se extiende al este del ríohomónimo, fue dividida por Keel et al. (1993) en seis Sub-regiones: «Aquidabán», «Li-toral Central del Río Paraguay», «Ñeembucú» (colindantes con la margen izquierdadel río Paraguay), «Amambay’’ (en el Nordeste del país, abarcando la serranía delAmambay, con vegetación típica de la Provincia de los Cerrados), «Selva Central’’ (seextiende como una faja de sur a norte, con vegetación típicamente paranaense) y«Alto Paraná’’ (colindante con la margen derecha del río Alto Paraná).

e) La Región Chaqueña fue estudiada detalladamente por el Dr. Jorge Morello y elIng. Agr. Jorge Adámoli; estos autores definieron distintas subregiones, basándose

fundamentalmente en las unidades de paisaje (vegetación y ambiente) dominantes.Las correspondientes al sector argentino fueron definidas por Morello y Adámoli (1968y 1974), mientras que las del sector paraguayo fueron analizadas por Adámoli (1975,1985 y 1999). De Norte a Sur distinguieron las siguientes subregiones: «Planicie del ríoParaguay», «Cañadas boreales», «Pajonales, bosques y esteros», «Esteros, cañadas yselvas de ribera», «Chaco deprimido», «Dorsal agrícola oriental» y «Planicie de inun-dación del Paraná».

Desde el punto de vista fitogeográfico, las distintas ecorregiones que atraviesa elCFPP fueron estudiadas por los siguientes autores (en orden cronológico):

1- Cabrera (1976), en el marco del estudio de la fitogeografía de la República Ar-gentina, describe la vegetación de la Provincia Chaqueña (Distrito Chaqueño Oriental)

que se encuentra en la zona de influencia de los ríos Paraguay y Paraná, así como delas Provincias del Espinal (Distrito del Ñandubay) y Pampeana (Distrito Uruguayense)en la zona de influencia del río Paraná. En el mismo trabajo, este autor afirma que lasselvas marginales que se extienden formando estrechas galerías a lo largo de los ríosParaná, Paraguay y de los cursos del Chaco Oriental, son prolongaciones de la Provin-cia Paranaense.

2- Sanjurjo (1976) analiza la vegetación de la zona norte de la región Oriental de laRepública del Paraguay, definiendo, entre otras, las zonas del ‘Litoral del río Para-guay’ como «Bajo Chaco» (con vegetación de linaje chaqueño) y de las ‘Cuencas de losríos Aquidabán-Ypané’ como «Formaciones Mesopotámicas» (con vegetación de lina- je paranaense).

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3- Franceschi & Lewis (1979) estudiaron la vegetación y la dinámica de la misma enel valle santafesino del río Paraná (Lewis & Franceschi, 1979). En sus trabajos definenlas distintas comunidades vegetales presentes (arbóreas, arbustivas y herbáceas) yanalizan la sucesión vegetal entre las mismas. Dentro de las comunidades arbóreascitan a los «alisales» de Tessaria integrifolia Ruiz & Pav. (‘aliso’), «sauzales» de Salix humboldtiana Willd. (‘sauce criollo’) y a los «bosques insulares», con presencia de es-pecies de linaje paranaense, como  Albizia inundata  (Mart.) Barneby & J.W. Grimes(‘timbó blanco’),  Inga vera Willd. subsp. affinis  (DC.) T. D. Penn. (‘ingá’), Nectandraangustifolia  (Schrad.) Nees & Mart. ex Nees (‘laurel amarillo’),  Tabernaemontanacatharinensis A. DC. (‘palo víbora’), etc. Entre las comunidades arbustivas citan comolas más importantes a los «chilcales» de Baccharis salicifolia (Ruiz & Pav.) Pers. (‘chilca’),«matorrales» de Mimosa pigra L (‘carpinchera’), «picanillares» de Guadua paraguayanaDöll, (‘picanilla’) y «sangrosales» de Croton urucurana Baill. (‘sangre de drago’). Lascomunidades herbáceas más conspicuas son los «camalotales» de Eichhornia  spp.(‘camalotes’), «canutillares» de Hymenachne amplexicaulis (Rudge) Nees (‘canutillo’),Panicum elephantipes Nees ex Trin. (‘canutillo’, ‘carrizo’) y otras gramíneas higrófitas,«cataysales» de Polygonum spp. (‘catay’), «pajonales» de Panicum prionitis Nees (‘paja

de techar’), y «verdolagales» de Ludwigia spp (‘duraznillo de agua’).4- Lopes de Loureiro, de Souza Lima & Fonzar (1982) describen cuatro regiones

fitoecológicas del Pantanal Matogrossense, en la zona de influencia de la ciudad deCorumbá: a) Sabana, con vegetación característica del Cerrado; b) Sabana Estépica,con vegetación de linaje chaqueño, c) Floresta Estacional Semidecídua, con vegeta-ción de linaje amazónico; y, d) Floresta Estacional Decídua, con una composiciónflorística bastante heterogénea. Además definen «Áreas de Tensión Ecológica», don-de la litología, formas de relieve y la transición climática propician ‘ecotonos’ entre lasformaciones de las diferentes regiones fitoecológicas.

5- Adámoli (1982) propone una división del Pantanal matogrossense en Sub-regio-

nes, las que se diferencian fundamentalmente por las influencias biogeográficas quereciben. Las mismas son: a) Pantanal del río Paraguay, de clara influencia amazónica;b) Pantanal de Poconé, que presenta influencias mixtas, amazónicas y del Cerrado; c)Pantanales de los ríos Abobral y Miranda, que tienen elementos del Cerrado que alter-nan con otros provenientes de la Provincia Paranaense; d) Pantanal del Nabileque que,según este autor, pertenece claramente a la región chaqueña y e) Pantanales de Cáceres,Paiaguás y Nheçolandia, que tienen una marcada influencia de la región del Cerrado.

6- Ramella & Spichiger (1989) y Spichiger et al. (1991), en el marco del estudio de laflora y de la vegetación del Chaco Paraguayo, hacen un análisis de la vegetación delChaco Húmedo. Para el área de influencia del río Paraguay definen: a) los «MosaicosBosque/Sabana/Palmar», b) los «Bosques de várzea del río Paraguay» –que presentan

una vegetación semidecidua o sempervirente-, y c) las «Praderas de inundación». Elfactor que determina la presencia de estas formaciones es su posición relativa en rela-ción con el agua proveniente de las inundaciones periódicas.

7- Prado (1991), a partir de exhaustivos análisis de distribución de leñosas y suculen-tas sudamericanas, propone un nuevo esquema biogeográfico para la franja lindantecon los ríos Paraguay y Paraná, por el cual los bosques de albardones de esta franjapertenecen decididamente al Dominio Amazónico, tal como fuera definido por Ca-brera y Willink. (1973). Asimismo, crea una nueva unidad llamada «Cinturón de transi-ción», en la que coexisten bosques en galería (de linaje Amazónico-Paranaense) sobrelos ríos interiores de la planicie chaqueña, que alternan con comunidades vegetalesdecididamente chaqueñas. Con posterioridad este mismo autor, a partir del análisis

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del patrón de distribución geográfica en Sud América de algunas especies arbóreasemblemáticas (v.g.  Anadenanthera colubrina (Vell.) Brenan var. cebil (Griseb.) Altschul)definió el nuevo ‘Dominio de los Bosques Estacionales Neotropicales’ (Prado, 2000).Éste se extiende desde el nordeste del Brasil (la región de las Caatingas semiáridas),atraviesa los Cerrados en fragmentos aislados sobre afloramientos calcáreos para lue-go expandirse en dos brazos paralelos de formaciones subtropicales a ambos lados delChaco, conformados por las selvas misioneras al este y la selva pedemontana subandinaal oeste.

8- Carnevali (1994) describe las distintas comunidades vegetales de la Provincia deCorrientes (República Argentina) y su relación con las diferentes variables del paisaje.Este autor considera, al igual que Cabrera (1976), que el sector comprendido desde laconfluencia de los ríos Paraguay y Paraná, y el límite oriental de los Esteros del Iberá,forma parte del Distrito Oriental Chaqueño, en el que reconoce dos Sub-distritos: a)‘Correntino’, a su vez dividido en ‘Parque Chaqueño Correntino’ (sector Noroeste) y‘Parque Mesopotámico’ (en sentido Noreste-Suroeste); y b) ‘Hidro-higrofítico’ (queincluye en su totalidad al Sistema del Iberá).

9- Malvárez (1997), en su Tesis Doctoral, estableció correspondencias entre los pa-trones de paisaje, vegetación y suelos del Delta del río Paraná, reconociendo las si-guientes unidades: a) «Bosques, praderas y lagunas de llanura de meandros»; b) «Isletasde praderas de albardones bajos»; c) «Praderas de cordones y depresiones»; d) «Prade-ras de antigua llanura de mareas»; e) «Bosques y praderas de las islas de cauce y fajasde meandros del río Paraná»; f) «Praderas y sabanas de la antigua llanura litoral»; g)«Arbustales de antiguos deltas; h) «Praderas de la isla de Ibibuy»; i) «Pajonales y bos-ques del Bajo Delta».

10- Mereles et al. (2000) clasificaron la vegetación de la prolongación del PantanalMatogrossense en el Paraguay y distinguen tres formaciones básicas: a) «ligadas direc-

tamente al agua», que comprenden las sabanas inundadas (con vegetación acuáticaflotante libre, semisumergida y sumergida), las lagunas (muy abundantes a lo largodel río Paraguay), los embalsados, y los ambientes semi-lóticos (que constituyen am-bientes muy particulares y poco frecuentes que se forman cuando las aguas costeraspenetran en algunos recodos entre barrancas o dentro de las ‘palmares’ de Coperniciaalba Morong); b) «ligadas indirectamente al agua» (inundadas temporariamente), queabarcan la vegetación de las playas, los bancos de arena, las sabanas hidromórficas, losbosques en galería y los bosques de Schinopsis balansae Engl. (‘quebracho colorado’);y c) «no ligadas al agua o no inundables», que incluyen la vegetación de las mesetas ycerros aledaños al río Paraguay. Posteriormente, Mereles (2000) analizó la composi-ción florística y estructura de las sabanas y palmares de Copernicia alba Morong(‘karandá’y’), muy frecuentes a lo largo de la planicie del río Paraguay.

11- Chernoff et al. (2001) analizan la prolongación del Gran Pantanal hacia el Sur,dentro del territorio de la República del Paraguay (particularmente en el Departamen-to Alto Paraguay), el cual alcanzaría una extensión de aproximadamente 660.000 Haen este país.

12- Navarro (en Navarro & Maldonado, 2002) describe las comunidades vegetalesdel Pantanal Boliviano, clasificándolas según la posición que ocupan en el gradientetopográfico en: a) «Comunidades de los Bajos», que son zonas deprimidas de las llanu-ras aluviales de inundación caracterizadas por la presencia de especies higrófitas; b)«Comunidades de las Semialturas», con suelos arcillosos caracterizadas por los palma-res de Copernicia alba Morong (‘carandá’) y las sabanas de Tabebuia aurea (Silva Man-

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so) Benth. & Hook. f. ex S. Moore (‘paratudo’); y c) «Comunidades de las Alturas»,caracterizadas por cerros aislados en las llanuras de inundación como una prolonga-ción de las serranías chiquitanas, con vegetación de bosques semideciduos. Según esteautor, existen dos sectores de Pantanal en territorio boliviano entre San Matías y PuertoBusch, uno hacia el norte («Pantanal de San Matías») y el otro hacia el sur («Pantanal

de Otuquis»), separados por la expansión de las serranías chiquitanas.13- Se deben mencionar aquí los trabajos producidos en el Centro de Ecología Apli-

cada del Litoral (CECOAL), fundamentalmente por J.J. Neiff y A. Poi de Neiff. El prime-ro (Neiff, 1986 y 2001) describe y analiza la dinámica de las comunidades acuáticas‘reófitas’, tales como los camalotales y los embalsados, estudios que Neiff et al. (2001)luego profundizan. Además Neiff (1997) estudia los efectos de amortiguación de lasondas de creciente –disminución de picos y retardo de las crecientes- por parte de losbosques de la planicie del río Paraguay, desde Asunción hasta la confluencia con el ríoParaná, ya que, según el criterio de este autor, la vegetación retarda el escurrimientoy disipa cierta parte del agua por evapotranspiración e infiltración. Poi de Neiff &Neiff (1988) analizan la funcionalidad de los ‘embalsados’ y concluyen que las especies

que los conforman participan de manera sustancial de las cadenas tróficas que man-tienen la comunidad biótica del sistema fluvial.

Propuesta de regionalización del Corredor Fluvial Paraguay-Paraná.En los trabajos arriba comentados, existe una diversidad de nomenclaturas para

unidades equivalentes. En algunos casos se identifican como ecorregiones a partes deuna misma región (v.g. Chaco Húmedo), mientras que en otras se denomina Ecorregiónal Pantanal, que estrictamente no tiene identidad biogeográfica, ya que está caracte-rizado por la intersección de cuatro linajes biogeográficos diferentes.

Con base en lo anteriormente expuesto se propone una regionalización del área deinfluencia del Corredor Fluvial Paraguay-Paraná en nueve Grandes Unidades

Biogeográficas, entendiendo por éstas, a porciones del territorio del CFPP que hayansido claramente identificadas (y en muchos casos subdivididas) por los autores cita-dos, con características biogeográficas y de organización del paisaje diferenciales. Enel mapa de la Figura 1 aparecen delimitadas las nueve Grandes Unidades Biogeográficas,cuyos nombres y vinculaciones biogeográficas son:

1) «Pantanal». Predomina la influencia fitogeográfica de las provincias de los Cerrados en elEste y en el Norte; Amazónica en el río Paraguay; Chaqueña en el Sur y Paranaense en el SE.

2) Bosques Semideciduos de la Chiquitanía. Pertenece al Dominio de los Bosquesestacionales neotropicales.

3) «Aquidabán». Influencia fitogeográfica de las provincias Paranaense, Chaqueña,

Cerrados y del Dominio de los Bosques estacionales neotropicales.4) «Chaco Oriental». Predomina la Provincia fitogeográfica Chaqueña (Distrito Orien-

tal), mientras que en los bosques en galería, y antiguos albardones hay una marcadainfluencia de la Provincia Paranaense y del Dominio de los Bosques estacionalesneotropicales.

5) «Transición Chaco-Paranaense». En el Norte se presenta un complejo mosaicocon ambientes típicos de las Provincias Chaqueña y Paranaense. En el Sur predominanambientes típicos de la Provincia fitogeográfica del Espinal, con inclusiones de las Pro-vincias Chaqueña y Paranaense en las isletas forestales y bosques en galería.

6) «Paranaense». Predomina la Provincia Paranaense, con inclusiones de la Provin-cia del Espinal en el Sur.

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7) «Espinal Nororiental». Provincia del Espinal.8) «Pampa Húmeda». Provincia Pampeana.9) «Delta del Paraná». Predomina la Provincia Paranaense, con elementos del Espinal.

Los contornos de las Grandes Unidades Biogeográficas 1 – 3 – 4 – 5 – 6 y 9 aparecencerrados en el mapa, ya que sus límites externos se encuentran próximos al CorredorFluvial Paraguay-Paraná. Por el contrario, los límites externos de las Grandes UnidadesBiogeográficas 2 – 7 y 8 están abiertos, ya que los mismos forman parte de ecorregiones

que se extienden mucho más allá del CFPP.

1) Gran Unidad Biogeográfica ‘Pantanal’:Diversos factores bióticos y abióticos incorporan cuotas de heterogeneidad al

Pantanal: suelos arenosos, ácidos y distróficos, contrastan con otros arcillosos, alcalinosy entróficos; elementos de linaje biogeográfico vinculado con los Cerrados alternancon otros linajes (amazónico, chaqueño o paranaense); también hay una fuerte diver-sidad de unidades geomorfológicas y distintos niveles de inundación. Pese a estos fac-tores de heterogeneidad, existe una clara unidad regional dada por la extrema plani-cie de sus tierras y por las inundaciones que en diversos grados, son condicionantescaracterísticos de todo el Pantanal.

Figura 1. Aspectos Biogeográficos del Corredor Fluvial Paraguay-Paraná. (Ver en CD)

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Sub-región del Pantanal del río Paraguay: corresponde al cauce fluvial y a la exten-sa planicie de inundación del alto río Paraguay, cuyo ancho es del orden de 10 a 20 Km,mientras que en algunos sectores alcanza a los 80 Km. En ésta, las inundaciones alcan-zan su mayor expresión, tanto en altura, pudiendo superar los 6,50 m sobre loshidrómetros locales, como en duración, llegando hasta 8 meses. Sobre el paralelo 21ºla confluencia del río Nabileque con el río Paraguay, marca el límite Sur del Pantanal.

Sub-región del Pantanal de Cáceres: localizada en el extremo Norte de la cuenca,corresponde a un abanico aluvial interno del alto río Paraguay, en el punto en queéste accede a la planicie pantanera. Alternan áreas inundables con otras más elevadasocupadas por sabanas o bosques en galería.

Sub-región del Pantanal de Poconé: constituida por un abanico asimétrico, forma-do sobre la margen derecha del río Cuiabá, principal tributario del alto río Paraguay.Alternan sitios fuertemente inundables con otros de tierras altas, en las que se insta-lan algunos bosques de linaje amazónico.

Sub-región del Pantanal de los Paiaguás:  formada por la porción Norte (margenderecha) del abanico aluvial del río Taquarí. En el extremo Este predominan tierraspoco inundables con vegetación del Cerrado, mientras que el sector Oeste, en contactocon la planicie del río Parauguay, queda expuesto al efecto de grandes inundaciones.

Sub-región del Pantanal de Nheçolandia: es la porción Sur (margen izquierda) delabanico aluvial del río Taquarí. Semejante a la anterior, con el agregado de una granproporción de lagunas, medianas a grandes en el sector Este, y pequeñas en el sectorOeste.

Sub-región del Pantanal de Abobral: vinculada con el área del río Abobral, un río«sin alta cuenca», pues en realidad está formado por los derrames de los ríos

Aquidauana, Miranda y Negro. Alto porcentaje de terrenos inundables, de los queemergen depósitos calcáreos (en gran parte bancos conchiles), sobre los que se mani-fiestan elementos de la Provincia Paranaense.

Sub-región del Pantanal de Miranda: formada por la planicie aluvial, fuertementeanastomosada, del río Miranda, último tributario del alto río Paraguay en el Pantanal.En las áreas más secas presenta influencia de la Provincia de los Cerrados, y en las máshúmedas muestra alternancia de elementos de las Provincias Paranaense y Amazónica.

Sub-región del Pantanal de Nabileque: es una subregión fuertemente inundablepor el río Paraguay y por el río Nabileque, que es un brazo del alto río Paraguay que seactiva durante los períodos de inundaciones. En el punto más distante, el río Nabileque

se sitúa a 55 Km del río Paraguay, para terminar volcando sus aguas en éste. El puntoen el que ambos ríos confluyen marca el límite sur del Pantanal. La influenciabiogeográfica es netamente chaqueña.

Sub-región del Pantanal Boliviano: está formada por las llanuras aluviales de losríos provenientes de las serranías chiquitanas del Este de la República de Bolivia, quedesembocan en el alto río Paraguay entre San Matías y Puerto Busch. Esta sub-región,a su vez, presenta dos sectores bien diferenciados y separados por la expansión de lasserranías chiquitanas, el «Pantanal de San Matías»«Pantanal de San Matías»«Pantanal de San Matías»«Pantanal de San Matías»«Pantanal de San Matías» hacia el Norte y el «Pantanal«Pantanal«Pantanal«Pantanal«Pantanalde Otuquis»de Otuquis»de Otuquis»de Otuquis»de Otuquis» hacia el Sur. En las «alturas de tierra firme» la vegetación está formadapor elementos florísticos del Cerrado, y en los «bajíos o bajuras» los ecosistemas tie-nen influencia florística del Chaco y la Amazonia (Navarro & Maldonado, 2002).

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2) Gran Unidad Biogeográfica ‘Bosques Semideciduos de la Chiquitanía’: Se encuentra sobre la margen derecha del alto río Paraguay, y está constituida por

las cadenas de serranías y ‘morros’ cercanos a las localidades de Corumbá (RepúblicaFederativa del Brasil) y Puerto Suárez (República de Bolivia) y las planicies interserranas.Esta ecorregión forma una ‘cuña’ que separa en dos mitades la porción oriental de la

Gran Unidad Biogeográfica del Pantanal. Se caracteriza por la presencia de bosquessecos estacionales (caducifolios), con dominancia de Anadenanthera colubrina (Vell.)Brenan var. cebil   (Griseb.) Altschul,  Astronium urundeuva  (Allemão) Engl., Ceiba speciosa (A. St.-Hil.) Ravenna, Schinopsis brasiliensis Engl., Tabebuia heptaphylla (Vell.)Toledo, etc., todas especies típicas del Dominio de los Bosques Estacionales Neotropicales(Prado, 2000).

3) Gran Unidad Biogeográfica ‘Aquidabán’:Esta Gran Unidad debe su nombre al río que la atraviesa de Este a Oeste. En la

República del Paraguay, ocupa casi la totalidad del Departamento Concepción y elNoroeste del Departamento San Pedro (cuenca occidental del río Ypané); y se extien-de hacia el Norte del río Apa, por el extremo Suroeste del Estado de Mato Grosso do

Sul (República Federativa del Brasil). Se caracteriza por presentar tipos de vegetaciónvinculados a las Provincias Paranaense, de los Cerrados, Chaqueña y del Dominio delos Bosques Estacionales Neotropicales.

Por ejemplo, los bosques con Balfourodendron riedelianum  (Engl.) Engl. –’yvyráñetí’, ‘guatambú’, Helietta apiculata Benth. –’yvirá oví’, etc., son especies típicas delinaje Paranaense. La presencia de sabanas o praderas arboladas con Tabebuia aurea(Silva Manso) Benth. & Hook. f. ex S. Moore (‘paratodales’), Qualea parviflora C. Martius,Duguetia furfuracea (A. St.-Hil.), Vochysia tucanorum C. Martius (‘palo de vino’), etc.,muestra la profunda influencia del Cerrado. La provincia Chaqueña se manifiesta enlos bosques de Schinopsis balansae Engl. y las sabanas de Copernicia alba Morong -

’karandá’y’. Existen además importantes relictos del Dominio de los BosquesEstacionales Neotropicales en la margen izquierda del río Paraguay Medio, sobre ce-rros calcáreos como los aledaños a la localidad de Vallemí, y en el interior de laecorregión la presencia de poblaciones de  Amburana cearensis  (Allemão) A.C. Sm.(‘palo trébol’). Al Sur, en la transición hacia la Sub-región del Litoral Central del ríoParaguay, existe un peculiar conjunto de lagunas encadenadas, sobre suelos calcáreos,formación única en la zona de influencia del CFPP. Es necesario un estudio más deta-llado (análisis de imágenes satelitales, relevamientos de vegetación, etc.) de esta GranUnidad Biogeográfica fin de lograr la delimitación de sub-regiones que reflejen lamayor o menor homogeneidad del paisaje. Dentro de esta Gran Unidad se incluye a lavegetación de los alrededores de la localidad brasileña de Porto Murtinho, clásica-mente considerada dentro de la región del Chaco.

4) Gran Unidad Biogeográfica ‘Chaco Oriental’:El Chaco Oriental o Húmedo presenta lluvias del orden de 1.000 a 1.300 mm anuales

concentradas en el verano, aunque el invierno no es totalmente seco. Predominansuelos inundables, ocupados por humedales diversos (esteros, cañadas, lagunas, saba-nas-palmar). En gran parte del centro de esta Gran Unidad Biogeográfica, estoshumedales alternan con bosques en galería, formados por brazos de la porción distalde los abanicos aluviales de los ríos Pilcomayo y Bermejo. Hacia el Norte hay una ma-yor presencia de bosques en diferentes situaciones topográficas. Al Sur, el escurrimientode las aguas hacia el colector (río Paraná), se ve impedido por la presencia de un altoestructural (Dorsal Oriental), por lo que las aguas son forzadas a dirigirse al Sur, por elrío Salado, hasta su desembocadura en Santa Fe. La agricultura queda restringida a las

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escasas tierras «altas». En los últimos años se registra un sostenido aumento de laspasturas cultivadas.

Sub-región Planicie del río Paraguay: corresponde a la planicie de inundación delrío Paraguay Medio y la mayor parte del Bajo Paraguay, formada por innumerablesespiras de meandros y meandros abandonados. Alternan bosques en galería sobrealbardones, pajonales inundables y lagunas. En los primeros abundan Albizia inundata(Mart.) Barneby & J.W. Grimes –’timbó’y’-,  Inga vera Willd. subsp. affinis  (DC.) T.D.Penn. -’ingá’, Genipa americana L. –’ñandy-pa’, Crateva tapia L. –’payaguá naranjo’-,Bergeronia sericea Micheli, Triplaris gardneriana Wedd. –’villetana’-, etc.

Sub-región Cañadas Boreales: forma el extremo Norte del Chaco Oriental Paragua-yo y el sector Sureste del abanico aluvial del río Otuquis (República de Bolivia). Estásurcada por innumerables cañadas subparalelas, de dirección general Oeste-Este. Al-gunas confluyen para después divergir, hasta afluir al alto río Paraguay o a su afluenteel río Negro. En esta subregión existen bosques de Schinopsis balansae Engl., con algu-nas especies típicas de la Chiquitanía (v.g. Acosmium cardenasii Irwin & Arroyo –’tasaá’-

), y también es abundante Diplokeleba floribunda N.E. Br. (‘calacacha’, ‘urunde’y rá’).En las cañadas son comunes los bosques higrófilos, con Geoffroea spinosa  Jacq.(‘chauchachí’, ‘manduvirá’) y Coccoloba guaranitica Hassl. (‘jaku rembi’u’).

Sub-región Pajonales, Bosques y Esteros: se extiende por el Centro-Norte del Cha-co Oriental Paraguayo (Este del Departamento Alto Paraguay). En esta Sub-regiónexisten grandes núcleos forestales constituidos por densos ‘quebrachales’ de Schinopsis balansae  Engl. En algunos sitios se observa la presencia de Bulnesia sarmientoi Lorentzex Griseb. –’palo santo’-, como es el caso de las cercanías de la localidad de PuertoVictoria (ex Puerto Casado). También dentro de esta subregión existen bosques conespecies típicas del Dominio de los Bosques Estacionales Neotropicales (v.g. Astroniumurundeuva  (Allemão) Engl. –’urunde’y mi’-, Tabebuia heptaphylla  (Vell.) Toledo –

’lapacho negro’, ‘tajy’-, etc.). Las comunidades arbóreas alternan con pajonales deSorghastrum setosum (Griseb.) Hitch.y de Elionurus muticus (Spreng.) Kuntze, que enalgunos casos son muy extensos en los valles de los ríos interiores. También existengrandes lagunas y pantanos, particularmente numerosos en el sector Norte de lasubregión, y palmares densos de Copernicia alba Morong, fundamentalmente en lasáreas más cercanas a la planicie del río Paraguay. En la actualidad en esta sub-regióntiene lugar una importante expansión de la frontera agrícola.

Sub-región Esteros, Cañadas y Selvas de Ribera: esta sub-región se extiende en elSur del Chaco Oriental Paraguayo y el Norte del Chaco Oriental Argentino. Está for-mada por las porciones terminales de los abanicos aluviales de los ríos Pilcomayo yBermejo. Sobre los albardones fluviales existen bosques caracterizados por la presen-

cia de especies de linaje paranaense, como Holocalyx balansae Micheli (‘Yvyrá pepé’),Enterolobium contortisiliquum (Vell.) Morong (‘oreja de negro’), S  yagrus romanzoffiana(Cham.) Glassman (‘pindó’), etc. En las áreas interfluviales se localizan comunidadesherbáceas tales como: pajonales de Paspalum intermedium Munro ex Morong & Britton(‘paja boba’), o de Sorghastrum setosum (Griseb.) Hitchc. (‘paja amarilla’); pastizalesde Elionurus muticus (Spreng.) Kuntze (‘espartillo amargo’), o de I mperata brasiliensisTrin. (‘chajapé’). También ocurren ‘isletas’ de bosques típicamente chaqueños(‘quebrachales’ de Schinopsis balansae Engl.), otras ‘isletas’ con especies del Dominiode los Bosques Estacionales Neotropicales (Patagonula americana  L. –’guayaibí’-, Astronium balansae Engl. –’urunde’y’, ‘urunday’-,  A. urundeuva  (Allemão) Engl. –’urunde’y mi’-, Tabebuia heptaphylla  (Vell.) Toledo –’lapacho negro’, ‘tajy’-,Calycophyllum multiflorum Griseb. –’Yvyrá morotí’, ‘palo blanco’), y extensas saba-

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nas-palmares de Copernicia alba Morong (‘karandá’y’).

En las depresiones (esteros y lagunas) se desarrollan comunidades de hidrófitas si-milares a las de las Ecorregiones del Pantanal y de los Grandes Esteros (v.g. ‘pirizales’de Cyperus giganteus Vahl –’pirí’-, ‘peguajozales’ de Thalia spp., ‘totorales’ de Typha spp. –’totoras’, ‘canutillares’ de Panicum elephantipes Nees ex Trin., y otras gramíneashigrófilas, conocidas como ‘canutillos’, ‘camalotales’ de Eichhornia spp., etc.

Sub-región Chaco Deprimido: es una gran área fuertemente anegable, que recibelocalmente los nombres de «Cañadas australes» y de ‘Bajos Submeridionales’.Abarcaamplios sectores de las provincias argentinas del Chaco (Centro-Sur) y Santa Fe (Cen-tro-Norte). Debido a la presencia del bloque elevado que constituye la Sub-regiónDorsal Agrícola Oriental, una parte muy importante de esta subregión no puede drenarsus aguas directamente hacia el río Paraná, sino que se ven forzadas a tomar rumboSur hasta encauzarse en el río Salado (que sí desemboca en el río Paraná). Se caracte-riza por la presencia de extensos pajonales de Spartina spartinae (Trin.) Merr. ex Hitchc.(‘espartillo’, ‘pasto chuza’).

Sub-región Dorsal Agrícola Oriental: asienta básicamente en el alto estructural de-nominado «Domo o Dorsal oriental santafesino», que a pesar de su proximidad con elrío Paraná Medio no ha sufrido la acción modeladora del mismo. Se sitúa en el extre-mo Sureste de la Provincia del Chaco y en el Noreste de Santa Fe. Por ser un núcleo detierras altas entre dos ambientes fuertemente inundables, está casi totalmente ocupa-do por la agricultura desde hace casi un siglo.

5) Gran Unidad Biogeográfica ‘Transición Chaco-Paranaense’:Se extiende por el Este del CFPP entre las desembocaduras de los ríos Jejuí-Guazú

(Departamento San Pedro, República del Paraguay) y Corrientes (Provincia de Corrien-tes, República Argentina). Está constituida por mosaicos complejos de vegetación de

origen Chaqueño y Paranaense. Se caracteriza por la presencia de extensos humedales,cuya vegetación es de composición florística similar a la de la Gran Unidad Biogeográficadel Chaco Oriental.

Sub-región Litoral Central del Río Paraguay: se extiende hacia el Este de la planiciedel río Paraguay Medio, ocupando la franja occidental de los Departamentos San Pe-dro, Cordillera y Central (República del Paraguay). Hacia el Norte se trata de una plani-cie de muy poco declive, con suelos hidromórficos y áreas que se inundan periódica-mente; más hacia el Sur aparecen cerros sobre una matriz de suelos altos, arenosos olimo-arenosos, de color rojo (similares a los suelos típicos de la Gran UnidadBiogeográfica Paranaense). Algunos cerros están constituidos por horizontes de are-niscas (v.g. Kói, Chovorí), característica muy rara desde el punto de vista geológico. En

el diseño de esta sub-región alternan agrupaciones boscosas de transición entre losbosques subtropicales paranaenses (con presencia, entre otras especies, deDiatenopteryx sorbifolia Radlk. –’yvyrá piú’-, Balfourodendron riedelianum (Engl.) Engl.–’guatambú’, ‘yvyrá ñeti’-, Holocalyx balansae Micheli –’yvyrá pepé’) y los del Chacooriental (‘quebrachales’), con algunas especies del Dominio de los Bosques EstacionalesNeotropicales, muy similares a los de la sub-región Esteros, Cañadas y Selvas de Ribera.También existen esteros, lagunas y sabanas-palmares de Copernicia alba Morong(‘karandá’y’).

Sub-región de los Grandes Esteros: extensos humedales desarrollados en las depre-siones ubicadas hacia el Este de los valles de los ríos Paraguay (Ypoá, Ñeembucú) yParaná Medio (Iberá). Se caracterizan por la presencia de planicies de escasa pendien-

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te, anegables y grandes lagunas. Estos humedales no se ven afectados por los pulsosanuales de inundación del CFPP. El aporte de agua proviene de las lluvias locales; debi-do a esto, predominan los flujos verticales de información ecológica (Neiff, 1997). Enel caso del Sistema del Iberá, éste estuvo conectado al Alto Paraná hasta fines delPleistoceno. Las comunidades vegetales son predominantemente herbáceas hidrófitas(muy similares en cuanto a composición florística y estructura a las de la EcorregiónChaqueña Oriental), aunque también se encuentran isletas de bosques higrófilos ensectores altos, sabanas de Copernicia alba Morong (‘karandá`y’) y árboles y arbustosdispersos en los ‘embalsados’. Estos últimos son verdaderas islas flotantes, formadaspor la acumulación de materia orgánica, producto de la acidez del sustrato que provo-ca que el proceso de descomposición sea muy lento.

Sub-región del Parque Correntino:  corresponde al área de forma casi triangularque se extiende entre la planicie del río Paraná Medio y la depresión del Iberá. Secaracteriza por una intrincada alternancia en el paisaje de lomadas arenosas, planiciessubcóncavas y depresiones. Se disponen formando mosaicos complejos las distintascomunidades vegetales vinculadas a las Provincias Chaqueña (v.g. ‘quebrachales’ de

Schinopsis balansae  Engl., ‘espartillares’ de Elionurus muticus  (Spreng.) Kuntze),Paranaense (v.g.’isletas de bosques higrófilos’), y del Espinal (v.g. ‘palmares de Butia yatay (Mart.) Becc. subsp.  yatay , ‘espinillares’ de Acacia caven (Molina) Molina).

6) Gran Unidad Biogeográfica ‘Paranaense’:Se extiende por el Sur de la República Federativa del Brasil, Este de la República del

Paraguay y Noreste de la República Argentina (Provincias de Misiones, Corrientes, EntreRíos y Santa Fe). Se caracteriza por la presencia de selvas y bosques subtropicalesacompañados por sabanas dominadas por gramíneas megatérmicas (v.g Andropogonlateralis Nees), conocidas popularmente como ‘campos’. Se extiende como una faja alo largo de la porción Sur del CFPP. Los bosques hidrófilos que forman angostas gale-rías en ríos y arroyos en las Eorregiones del Chaco Oriental y del Espinal Nororiental,

se consideran aquí como inclusiones de la Ecorregión Paranaense.

Sub-región del Valle Aluvial del río Paraná Medio: corresponde a las planicies deltramo final del bajo río Paraguay y del río Paraná Medio. En el caso de este último, nosólo se incluye la planicie de inundación actual, sino también los dos niveles de terra-zas, los que son afectados sólo por las inundaciones de gran magnitud. La vegetaciónse caracteriza por un mosaico de comunidades arbóreas, arbustivas y herbáceas quese disponen en el espacio de acuerdo a la duración del período en que permanecenocupadas por las aguas de las crecientes. Así, donde el agua permanece menos tiempodominan los bosques (v.g. en los albardones), los cuales pueden ser monoespecíficos ydominados por especies colonizadoras en albardones recientemente formados o so-bre bancos de arena en el cauce principal (‘alisales’ de Tessaria integrifolia Ruiz & Pav.

–‘aliso’-, y ‘sauzales’ de Salix humboldtiana Willd. –‘sauce criollo’-). También existenbosques pluriespecíficos en albardones antiguos, con suelo consolidado (v.g. ‘montenegro’, Franceschi & Lewis, 1979), siendo las especies más comunes: Nectandraangustifolia (Schrad.) Nees & Mart. (‘laurel amarillo’), Eugenia uniflora L. (‘ñangapirí’),Ruprechtia laxiflora Meisn. (‘viraró’), Pouteria gardneriana (A. DC.) Raadlk. (‘aguay’),Terminalia triflora (Griseb.) Lillo (‘palo amarillo’), Tabernaemontana catharinensis A.DC. (‘palo víbora’), Albizia inundata (Mart.) Barneby & J.W. Grimes (‘timbó blanco’),Inga vera Willd. subsp. affinis (DC.) T.D. Penn (‘ingá’), etc., todas de linaje paranaense.

Donde el agua de inundación permanece por más tiempo se desarrollan comunidadesherbáceas, tales como los extensos pajonales de Panicum prionitis Nees (‘paja de techar’),y en los ambientes donde la presencia del agua es casi permanente comunidades de hier-

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bas hidrófitas (v.g. ‘pirizales’ de Cyperus giganteus Vahl –‘pirí’-, ‘totorales’ de Typha spp. –‘totoras’-, ‘catayzales’ de Polygonum spp, ‘canutillares’ de Panicum elephantipes Nees exTrin., y otras gramíneas higrófilas, conocidas como ‘canutillos’, ‘camalotales’ de Eichhornia spp., ‘repollares’ de Pistia stratiotes L. (‘repollito de agua’), etc.

7) Gran Unidad Biogeográfica ‘Espinal Nororiental’: Constituye una transición entre la Ecorregiones Chaqueña y Pampeana, que se puededefinir como un «Chaco florísticamente empobrecido». Ocupa el centro-Sur de Co-rrientes, Norte de Entre Ríos y centro de Santa Fe. Hacia el Este de la planicie del ríoParaná Medio consiste de una llanura alta y ondulada, donde alternan bosques xerófiloscon dominancia de Prosopis affinis Spreng. (‘ñandubay’) y P. nigra (Griseb.) Hieron.(‘algarrobo negro’), bosques higrófilos en las márgenes de los numerosos cursos deagua, ‘palmares’ de Butia yatay  (Mart.) Becc. subsp.  yatay, bosques bajos sobre suelosmal drenados (v.g. ‘espinillares’ de Acacia caven   (Molina) Molina), pajonales degramíneas higrófilas (v.g. Panicum prionitis Nees –‘paja de techar’), y pastizales sobresuelos más altos. Hacia el Oeste predominan las sabanas arboladas, dominadas por lasmismas especies de los bosques xerófilos del este, con una matriz de pastizales de

gramíneas megatérmicas (como Elionurus muticus  (Spreng.) Kuntze –‘aibe’- yLeptochloa chloridiformis (Hack.) Parodi) y mesotérmicas (v g. Nassella hyalina (Nees)Barkworth). En la actualidad quedan muy pocos relictos de estos ambientes (Lewis etal., 2004).

8) Gran Unidad Biogeográfica ‘Pampa Húmeda’:Ocupa el Sur de Entre Ríos, el Sur de Santa Fe y gran parte de la provincia de Bue-

nos Aires. Se trata de una llanura ondulada, atravesada por varios arroyos y pequeñosríos. El paisaje en su estado prístino estaba conformado por una extensa matriz depraderas de gramíneas, constituidas por especies predominantemente mesotérmicas(v.g. de los géneros Jarava y Nassella , que antiguamente formaban parte del géneroStipa). En la actualidad la mayor parte de la Gran Unidad Biogeográfica está dedicadaa la agricultura. Sobre las barrancas de los ríos y arroyos existen bosques xerófilos,que son una extensión de la ecorregión anterior, de los cuales quedan muy pocosrelictos, en su mayor parte degradados.

9) Gran Unidad Biogeográfica ‘Delta del Paraná’:Está formada por los depósitos terminales del río Paraná Inferior, que se extienden

alternando con brazos del río, desde las cercanías de la localidad de Diamante (provin-cia de Entre Ríos) hasta el Norte de la ciudad de Buenos Aires. En la confluencia de losríos Paraná y Uruguay, se forma el amplio estuario del Río de La Plata. Esta sub-regiónfue definida (Malvárez, 1997) como un «macromosaico de humedales», cuya dinámicaestá influenciada por el régimen de crecidas estacionales de los ríos Paraná Inferior y

Uruguay, por las mareas del Río de La Plata y por los aportes de las lluvias locales. Lascomunidades vegetales son muy similares a las que caracterizan a la Sub-región delValle Aluvial del Paraná Medio, de las que se diferencian fundamentalmente por elaumento de la diversidad florística de los bosques (‘montes blancos’), debido al aportede especies provenientes de la cuenca del río Uruguay (v.g. Lonchocarpus nitidus(Vogel) Benth. –‘lapachillo’-, Ocotea acutifolia  (Nees) Mez. –‘laurel’-, Poecilanthe parviflora Benth., etc.); y además por la menor presencia de pajonales de Panicum prionitis Nees (‘paja de techar’), siendo dominantes en cambio los ‘juncales’ de Scirpusgiganteus Kunth (‘junco’).

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Santa Catalina: Relicto histórico y núcleode biodiversidad en el conurbano-sur

bonaerense (provincia de Buenos Aires)

 Alberto A. De Magistris (1) y Julián E. M. Baigorria (2)

1Laboratorio de Botánica. Facultad de Ciencias Agrarias,Universidad Nacional de Lomas de Zamora. Llavallol, Buenos Aires;

2Fundación de Historia Natural Félix de [email protected]; [email protected]

ResumenEl predio de Santa Catalina es el último reducto rural del conurbano-sur bonaeren-

se. Cuenta con 400 hectáreas y una amplia variedad de ambientes, tales como relictos

de talar, pastizal pampeano, bajos y lagunas, plantaciones forestales, parcelasagropecuarias, remanentes de un Jardín Agrobotánico y áreas parquizadas con edifi-caciones históricas. Se sitúa en el sur del Gran Buenos Aires (34°47’ S; 56°28’ O; 10 a 15msnm) y está rodeado por una matriz urbana con una población que supera los 500.000habitantes. En este solar aún subsiste parte de la estancia original, cuya historia seremonta a cuatro siglos atrás. Luego de 200 años de actividad ganadera, en 1825 seestablece una colonia de granjeros escoceses y posteriormente, en 1883, comienzanaquí los primeros estudios agronómico-veterinarios del país. Pero la riqueza biológicaes el factor más significativo al momento de evaluar la necesidad de preservar esteespacio natural. El sitio fue designado Lugar Histórico Nacional en 1961 y comprende,desde 1981, la Reserva Micológica «Dr. Carlos Spegazzini», la cual alberga varios cien-tos de especies de hongos.

A través del trabajo de campo y de gabinete iniciado en 1990 se ha reunido la infor-mación básica destinada a lograr, en el corto plazo, un programa de conservación ymanejo del predio. Esta labor comprende: a)  caracterización geomorfológica y de sue-los; b)  inventarios de plantas (hasta el momento sólo plantas superiores) y animales(incluyendo mamíferos, aves, peces e invertebrados); c)  diferenciación y delimitaciónde los ambientes, junto a la caracterización de las comunidades vegetales presentes;d) documentación fotográfica; e)  preparación de mapas con ayuda de fotografía aé-rea y cartas topográficas y satelitales and f)  identificación de los principales impactoshumanos y amenazas hacia la perpetuidad del sitio como tal.

El dominio de la tierra es nacional, dependiendo administrativamente de la Univer-

sidad Nacional de La Plata. Se distinguen dos sectores fisonómica y funcionalmentedistintos: el de La Antigua Estancia y el de la Laguna. La UNLP cuenta aquí con distin-tos institutos de investigación: Instituto Fitotécnico y Centro de InvestigacionesGenéticas y el Instituto de Zootecnia y Veterinaria. A su vez, las Facultades y elRectorado de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora ocupan sus respectivasáreas en ambos sectores.

Desde el punto de vista geomorfológico y edafológico, el predio se sitúa en lasúltimas estribaciones de la Pampa Ondulada, en el ecotono o zona de transición haciaPampa Deprimida. Las pendientes se dirigen hacia el nor-noroeste y no superan el 2%. Los cauces de los arroyos Santa Catalina y El Rey delimitan un interfluvio represen-tado por una llanura plana débilmente convexa, con escurrimientos medios a lentos.

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352  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

Las áreas positivas están dominadas por Argiudoles típicos originados a partir de sedi-mentos loéssicos de textura franco-limosa. Son suelos poligenéticos, donde la partesuperior del perfil fue decapitada y retrabajada. En sectores planos y/o microdepresionespueden encontrarse rasgos de hidromorfismo. Por otra parte, el sector de la laguna deSanta Catalina, relicto más oriental de los bañados del Río Matanza, presenta comple- jos de suelos formados por Argialboles, Natracuoles y Natracualfes.

La flora fanerogámica comprende 668 especies. Se compone de 414 exóticas, de lascuales 264 son Dicotiledóneas, 105 Monocotiledóneas y 45 Gimnospermas. Las nativassuman 254 especies, distribuidas en 187 Dicotiledóneas, 64 Monocotiledóneas y 3Gimnospermas. Por su parte, los helechos y otras Pteridofitas incluyen 10 especies. Laplantaciones poseen preponderantemente especies exóticas, algunas de ellas invaso-ras, como Ligustrum lucidum, Laurus nobilis, Ulmus procera, Celtis occidentalis, Gleditsiatriacanthos y Broussonetia papyrifera. Las nativas Eugenia uniflora y Parapiptadeniarigida se regeneran espontáneamente. En bordes de caminos prosperan los arbustosCestrum parqui, Lycium cestroides, Pavonia malvacea, Abutilon pauciflorum y Baccharis spicata,  mientras que en los sitios con pastizal, la existencia de Schyzachirium

condensatum, Pterocaulon cordobense, Baccharis notosergila y Gerardia communisdenota el aspecto relictual de estas áreas. Los talares están representados por macizosfragmentados, cortinas e individuos aislados. En un relevamiento previo se registra-ron en esta comunidad 36 especies nativas sobre 70 especies totales, entre ellas Chloraeamembranacea, Cyclopogon elatus, Scutia buxifolia, Fagara rhoifolia, Schinus longifolius y longevos Lycium cestroides.

Entre las 16 especies de mamíferos se encuentran el coipo (Myocastor coipus ) , lacomadreja colorada (Lutreolina crassicaudata) y los murciélagos Lassiurus cinereus yL. blossevillii. Hasta el momento se registraron diez especies de peces, siete de reptiles,nueve de anfibios y más de 30 de mariposas. La avifauna, con un total de 161 especiesdistribuidas en 45 familias, representa un 44,5 % de las aves de Buenos Aires y un 15,7

% de las Argentinas. En los sectores con bosque implantado domina el Zorzal colora-do (Turdus rufiventris), adaptado a la ingesta de los frutos de ligustro y laurel. Sonfrecuentes también Leptotila verreauxi  (Yerutí común), Aramides cajanea (Chiricote)y Lepidocolaptes angustirostris (Chinchero chico). En los pastizales y campos cultiva-dos habitan Sturnella superciliaris  (Pecho colorado chico) y Sicalis luteola  (Misto).Entre las rapaces se hallan Elanus leucurus (Milano blanco), Falco sparverius (Halconcitocolorado) o Falco femoralis. (Halcón plomizo). En los relictos de talar se destacanPolioptila dumicola (Tacuarita azul), Poospiza melanoleuca (Monterita cabeza negra),Parula pitiayumi   (Pitiayumí) y Serpophaga subcristata.  Por su parte, P hleocryptesmelanops  (Junquero),  Amblyramphus holosericeus  (Federal), Pseudocolopteryx flaviventris (Doradito común) y Agelaius thilius (Varillero ala amarilla) habitan peque-ños juncales que se asientan en la laguna y zonas inundables contiguas.

Las principales causas de impacto sobre la calidad ambiental del predio y la viabili-dad de los planes de mejora fueron identificadas como: a) la descarga de residuos enlas periferias; b) el avance de ciertas urbanizaciones adyacentes; c) el interés inmobi-liario del sector privado; d)  el robo de los cercados perimetrales y diversos actos devandalismo.

AbstractSanta Catalina is an urban natural area located in the Southern Gran Buenos Aires

metropolis (34° 47’ S; 56° 28’ W; 10-15 meters over sea level). It constitutes the lastrural remainder in this zone, in which appears as a green island surrounded by profuselyinhabited areas with neighborhoods and industries. The studied area comprise ca. 400

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hectares and shows a noteworthy variety of different environments: grasslands;remaining native forest of Celtis tala (talar); a rushy pool with an associated streamand flooding lands; old tree-plantations with European and Asiatic species; crop andlivestock squares; marooned plots of an old botanical garden and little parks withhistorical buildings. In this field yet subsists part of the original cattle ranch, whosehistory dates from 17th century. After two centuries of livestock use, in 1825, a Scotchfarmer’s colony established in the site. Later, in 1883 the first agronomic and veterinaryschool in South America started its educational activity. However, the biologicaldiversity results the most significance component in order to evaluate the absolutenecessity for preserving this natural area. Santa Catalina was declared National HistoricSite in 1961. Two decades later, the Mycological Preserve «Dr. Carlos Spegazzini» wasestablished in the oldest forest area. At present, the land belongs to the Nationaldomain but the legal administration depends on the La Plata University, with tworesearch institutions in this area. Likewise, the Lomas de Zamora University also occupiespart of this site.

The present work is the first attempt to obtain the whole field data, in order to

elaborate a management and preservation program for this site. The development ofthis report comprises: a)  determinations about soil types; b)   inventories of plants(including only vascular plants) and animals (including mammals, birds, fishes andinvertebrates); c)  identification of plant communities; d)  photographic documentation;e)  preparation of maps and f)  identification of the most significant human impacts onthe area.

The geomorphologic and edaphic study shows that the area is sited in the last hillocksof the Pampa Ondulada zone, in the transition towards the Pampa Deprimida zone.The general slope runs to North-Northeast and it is never exceeds 2 %. Riverbeds ofSanta Catalina and El Rey streams delimit an area represented by a horizontal or slightlyconvex plain, with a moderate to slow draining. Typic Argiudoll soils domain in higher

zones. These are polygenetic soils where the upper layers of the profile was beheadedand worked. Hydromorfism signs may appear in the plain sectors or little depressions.

Flora of higher plants includes 668 species. The number of exotic plants reaches414, distributed in 264 Dicotyledons, 105 Monocotyledons and 45 Gymnosperms. Theindigenous plants are represented in Santa Catalina by 254 species, corresponding 187Dicotyledons, 64 Monocotyledons and 3 Gymnosperms. Ferns and other Pterydophytesinclude 10 species. Tree plantations include only exotic species, such as Ligustrumlucidum, Laurus nobilis, Ulmus procera, Celtis occidentalis, Gleditsia triacanthos  yBroussonetia papyrifera. The native trees Eugenia uniflora and Parapiptadenia rigidaregenerate spontaneously. The shrubs Cestrum parqui, Lycium cestroides, Pavoniamalvacea, Abutilon pauciflorum and Baccharis spicata growth near paths, while the

presence of Schyzachirium condensatum, Pterocaulon cordobense, Baccharisnotosergila and Gerardia communis denote the pristine aspect in some grassland sites.The Celtis tala ’s small forests are represented by fragmentised parts, old windbreaklines and isolated specimens. Other small trees associated with Celtis tala forests areScutia buxifolia, Schinus longifolius, Fagara rhoifolia and Lycium cestroides. Further,the terrestrial orchids Chloraea membranacea and Cyclopogon elatus  complete thelist of typical species.

Among the 16 mammalian species observed, it is notable the «coypu» (Myocastor coipus ) , «Thick tailed opossum» (Lutreolina crassicaudata) and the bats Lassiuruscinereus and L. blossevillii. Further, ten fish species, seven reptiles, nine amphibiousand 30 butterflies species were observed. Birds account 161 species distributed in 45

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354  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

families, representing 44,5 % of total birds of Buenos Aires province and approximately15,7 % of total birds in Argentina. The «Rufous-bellied Trush» (Turdus rufiventris)inhabits in tree planted sectors, which is adapted to feed up with privet and laurelfruits. Leptotila verreauxi (White-tipped Dove), Aramides cajanea (Gray-necked Wood-rail) and Lepidocolaptes angustirostris (Narrow-billed Woodcreeper) are frequent too.In grassland and cultivated fields outstanding Sturnella superciliaris (White-browedBlackbird) and Sicalis luteola (Grassland Yellow-Finch). Among the raptorial birds, it ispossible to observe the «White-tailed Kite» (Elanus leucurus ), the «American Kestrel»(Falco sparverius) or «Aplomado Falcon» (Falco femoralis). In the other hand, in «ta-lar» small forests Polioptila dumicola  (Mascked Gnatcatcher), Poospiza melanoleuca(Black-capped Warbling-Finch), Parula pitiayumi (Tropical Parula) and S erpophaga subcristata  (White-crested Tyrannulet) are present. The «Wren-like Rushbird»(Phleocryptes melanops),  Amblyramphus holosericeus  (Scarlet-headed Blackbird),Pseudocolopteryx flaviventris (Warbling Doradito) and Agelaius thilius (Yellow-wingedBlackbird) inhabit among rush on the pool and flooding zones.

The rubbish unloading near the outskirts, the non-planned advance of the nearest

neighborhoods, the stealing of outer fences and different acts of vandalism wereidentified as the principal causes of unfavorable impacts on the improvementenvironmental and maintenance programs.

IntroducciónContexto regionalCon el aumento de la densidad demográfica, las zonas urbanizadas periféricas a las

grandes capitales se han convertido en centros receptores de los beneficios que brin-dan los espacios verdes. Estos aportes otorgados por los sitios naturales aún pocoalterados, están vinculados tanto al bienestar físico como mental; aspectos ligados, ala vez, al logro de una mejor calidad de vida en torno a las ciudades. Estos espaciosbrindan la posibilidad de hallar sitios de reunión, descanso, entretenimiento y activi-

dad física. A estos aspectos suelen sumarse, según la extensión del espacio verde, unabaja incidencia sonora, aire más limpio, contacto con la vegetación y la fauna, asícomo la oportunidad de visualizar horizontes no comunes en el ambiente urbano cir-cundante.

Pero la mayor parte de las tierras que se incorporan al avance de la urbanizaciónestán sujetas a una serie de factores indeseables, entre los cuales se hallan el estableci-miento no planificado de nuevos centros urbanos, la deforestación y la alteración dela flora, la descarga de residuos y desechos contaminantes en tierras y cursos de agua,la interrupción de pendientes naturales de desagüe y los emprendimientos urbanísti-cos inconclusos. Todos ellos contribuyen a la pérdida de la memoria histórica, los valo-res culturales y la riqueza biológica y paisajística de los sitios.

Esta realidad desembocó, durante la última década, en la ejecución de numerososestudios, encuentros y gestiones no gubernamentales, destinados a preservar las áreasque aún poseen importantes índices de biodiversidad y constituyen la última alterna-tiva directa para tratar de mitigar los efectos indeseados de la vida en las grandesciudades.

Algunos de estos enclaves permanecieron, por motivos particulares, como rema-nentes de los ambientes originales de cada lugar, a manera de islas en medio de unamatriz urbanizada sumamente compleja. Santa Catalina es uno de ellos, y las accionesde rescate de su pasado histórico, el resguardo ecológico-ambiental de sus tierras y lapuesta en marcha de un programa de actividades abierto a la comunidad resultan

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aspectos urgentes, frente al panorama previamente expuesto.

Localización y caracterización general del predioSanta Catalina constituye actualmente uno de los últimos reductos rurales del

conurbano-sur bonaerense. Se sitúa hacia la cabecera sudoeste del Partido de Lomasde Zamora, en la localidad de Llavallol (34° 47’ S; 58° 26’ O; 15 msnm). Limita con elpartido de Esteban Echeverría y se destaca como una isla verde rodeada de urbaniza-ciones que superan los 500.000 habitantes (Figuras 1-3, a color en el CD). Sus caminosy senderos son recorridos a menudo por estudiantes de diferentes instituciones du-rante visitas guiadas, así como también por alumnos e investigadores universitarios, ypor ciudadanos que buscan un momento de contacto con un ambiente natural. Enuna superficie cercana a las 400 hectáreas se conjuga una amplia variedad de ambien-tes, tales como pastizal pampeano, bajos y lagunas, relictos del talar nativo, plantacio-nes forestales, parcelas agropecuarias, áreas parquizadas con edificaciones históricasy sectores del ex Jardín Agrobotánico. En este solar aún subsiste parte de la estanciaoriginal, cuya historia se remonta a más de cuatro siglos atrás. Luego de 200 años deactividad ganadera extensiva, en 1825 se radica una colonia de granjeros escoceses;

posteriormente, en 1883, se establece el punto de partida para los estudios agronómi-co-veterinarios del país (Figuras 4-7, en el CD). Pero la riqueza biológica es el factormás significativo al momento de evaluar la necesidad de preservar este espacio natu-ral. El sitio fue declarado Lugar Histórico Nacional en 1961 y comprende desde 1981 laReserva Micológica «Dr. Carlos Spegazzini», la cual alberga varios cientos de especiesde hongos (Dr. E. Albertó, com. pers.) y constituye un status  de conservación casiúnico en Sudamérica.

Figura 3. Edificio Central (actualmente cede delInstituto Fitotécnico (UNLP) y Rectorado de la UNLZ

Figura 1. Ubicación de Santa Catalina en una imagensatelital (Radarsat-1 Standard 1. 1997)Los trabajos sobre los aspectos bio-

lógicos de Santa Catalina se inician en1989, y la fase inicial de los mismos cul-mina con el primer relevamiento de lasplantas vasculares y mapa del área (DeMagistris, 1996). Una serie de estudiosposteriores tuvieron el objetivo de re-unir información de campo para acre-centar el conocimiento florístico del lu-gar (De Magistris et al., 1997a-b). Siguie-ron los inventarios de aves y resto de lafauna, así como reportes particularesvinculados a distintos aspectos de lavegetación (De Magistris y de Souza,2001; De Magistris y Baigorria, 2004; DeMagistris et al.; 2004; Baigorria, 2005).

Breve reseña histórica (1)Las distintas instancias históricas que

tuvieron lugar aquí son dignas de serconocidas y un desarrollo resumido pue-de brindar una idea de la importancialocal y regional del sitio. El registro do-cumental del establecimiento tiene suinicio a mediados del año 1588, cuando

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don Juan Torres de Vera y Aragón, Capitán General y Justicia Mayor de las ProvinciasUnidas del Río de la Plata, extiende el título de propiedad de tierras y solares urbanosa don Pedro López de Tarifa para el establecimiento de su estancia. Hacia el año 1619,las tierras se transfieren a don Francisco García Romero, propietario de un extensoestablecimiento aledaño. A partir de 1630 nuevos compradores adquieren la propie-

dad, la cual es objeto de varias subdivisiones y sucesiones.El nombre Santa Catalina aparece por primera vez como mención documental en

una escritura del año 1819, en carácter de «Estanzuela de Santa Catalina». En 1820don Juan Manuel Arrotea adquiere la propiedad, la cual contaba para entonces conuna superficie de 2.364 hectáreas, que representaban alrededor del 78% de la estanciaoriginal. Posteriormente, parte de la estancia es vendida a Guillermo Parish Robertson,un escocés dedicado a promover el establecimiento de agricultores europeos en lacampaña de Buenos Aires. Así, por iniciativa suya, en 1825 se radica en Santa Catalinaun contingente de unos 200 escoceses, con el fin de establecer una colonia. Entre ellosse encontraba Juan Tweedie, jardinero, explorador botánico y ex-director del JardínBotánico de Edimburgo. La forestación fue un aspecto muy atendido por los colonos,

quienes se dedicaron a tareas agrícolas y de granja, más que a la tradicional ganaderíade entonces. Sin embargo, al sobrevenir varias sequías intensas en la región, los mis-mos se ven obligados a dispersarse y, durante los años siguientes, la estanzuela esdestinada a la cría de ovinos. Para esa época, comprendía una superficie de 750 hectá-reas y se hallaba implantada con medio millón de árboles.

En 1870, el irlandés P. Boockey, propietario de Santa Catalina, vende las tierras alestado provincial y poco tiempo después se decide establecer allí el Instituto Agrícola,proyecto éste que no se llega a ejecutar. Inmediatamente se propone la fundación deuna Escuela Práctica de Agricultura (EPA), con la cual se inicia una etapa distinta en lahistoria del lugar, fomentada por el Ing. Agr. Eduardo Olivera y asociada al desarrollocientífico y educativo. La EPA funciona hasta 1880 y al año siguiente se crea el Institu-

to Agronómico-Veterinario, el cual inicia sus actividades el 6 de agosto de 1883, que-dando establecida esa fecha como el día de los Estudios Agronómico-Veterinarios enla Argentina. En 1897, atendiendo a las necesidades de los productores, se crea enSanta Catalina, una nueva Escuela Práctica de Agricultura y Ganadería. Ésta tiene comoobjetivo brindar una enseñanza esencialmente práctica y destinada a las labores decampo. En el año 1906, ya bajo la administración de la –en ese entonces- UniversidadProvincial de La Plata y se delimita su campo de acción a la formación de peritos agrí-cola-ganaderos, entregando certificados de arquitecto paisajista, jardinero, horticul-tor, arboricultor y cabañista. Las tierras eran destinadas al cultivo de lúpulo, lino,durazneros y otros frutales, árboles forestales y plantas ornamentales. Se ofrecía a lacomunidad leche, huevos y aves de corral. Productos como quesos de diversos tipos,dulce de membrillo, crema de batata, conserva de tomate, pickles, jalea y miel obte-

nían los primeros premios en torneos y exposiciones. En 1920 el establecimiento que-da bajo la administración de la Universidad Nacional de La Plata, a través de las Facul-tades de Agronomía y Veterinaria. Las actividades del Instituto Fitotécnico se inician afines de 1928 y llegan a alcanzar renombre mundial, recibiendo la visita de destacadosgenetistas del exterior. Los estudios en mejoramiento vegetal incluían especies de ce-reales, hortalizas y plantas ornamentales.

Por decreto Nº 877 del año 1961, el Establecimiento de Santa Catalina es declaradoLugar Histórico Nacional. Al mismo tiempo, comienza a funcionar el JardínAgrobotánico de Santa Catalina, dirigido por el Profesor Enrique C. Clos. Hacia 1967,este Jardín ofrecía a la comunidad semillas, bulbos y gajos de unas 350 especies deimportancia económica, a la vez que mantenía canje con 143 jardines botánicos de 47

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países de todo el mundo. El 31 de octubre de 1972 se crea la Universidad Nacional deLomas de Zamora, la cual obtiene la cesión de 45 hectáreas del predio ubicadas en elcruce de la Ruta Prov. 4 y la Av. Juan XXIII, y tres cuartas partes del Edificio Central deSanta Catalina (hoy Rectorado UNLZ). Entre 1975 y 1976, la UNLP cede, además, el usode los pabellones del ex-Centro de Estudios y Ensayos de Maquinaria Agrícola a laFacultad de Ciencias Agrarias, nuestra sede de enseñanza universitaria.

Finalmente, en 1990 el Ferrocarril D. F. Sarmiento cede a la Municipalidad de Lomasde Zamora una parcela de unas 16 hectáreas correspondientes a la estación ferroviariaSanta Catalina lindante con el predio mayor, con el fin constituir la Reserva y ParqueDidáctico Cultural Santa Catalina, actualmente carente de plan de manejo.

Situación jurisdiccional actualEl dominio de las tierras de Santa Catalina es Nacional, dependiendo

administrativamente de la Universidad Nacional de La Plata. Se distinguen dos secto-res fisonómica y funcionalmente distintos: el de la «Antigua Estancia» y el de «LaLaguna», el cual representa el relicto más oriental de los bañados periféricos asocia-

dos al río Matanza. La UNLP cuenta aquí con distintos institutos de investigación:Instituto Fitotécnico y Centro de Investigaciones Genéticas y el Instituto de Zootecniay Veterinaria, cada uno de los cuales tiene asignado sus respectivos sectores. A su vez,las Facultades y el Rectorado de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora ocupansus respectivas porciones de terreno.

Materiales y métodosA través del trabajo de campo y de gabinete iniciado en 1990 se ha reunido la infor-

mación básica destinada a lograr, en el corto plazo, un programa de conservación ymanejo del predio. Esta labor comprende: a)  caracterización geomorfológica y de sue-los; b)  inventarios de plantas (hasta el momento sólo plantas superiores) y animales(incluyendo mamíferos, aves, reptiles, peces e invertebrados); c)  diferenciación y deli-

mitación de los ambientes, junto a la caracterización de las comunidades vegetalespresentes; d) documentación fotográfica; e)  preparación de mapas con ayuda de foto-grafía aérea y cartas topográficas y satelitales and f)  identificación de los principalesimpactos humanos y amenazas hacia la perpetuidad del sitio como tal.

ResultadosVías de comunicación, límites y tipos de ambientesLas principales vías de comunicación que contactan con el predio aglutinan los

mayores centros urbanos adyacentes. La Ruta Provincial 4 constituye parte del límitecon el Partido de Esteban Echeverría y resulta la principal vía de acceso desde la Ciu-dad de Buenos Aires, la zona oeste del Gran Buenos Aires y la porción sur del segundocordón bonaerense. La avenida Molina Arrotea, nexo directo con el centro del partido

de Lomas de Zamora, divide el predio en dos partes de longitud semejante, coincidien-do con un cambio fisonómico que se atribuye a la altitud del terreno. Dos líneas deferrocarril (D.F. Sarmiento y Gral. Roca) están asociadas junto a la periferia. La exten-sión total aproximada de los límites periféricos es de 10.250 m (incluyendo las parcelasinteriores bajo el uso de terceros). A su vez, el 38,6 % del la longitud total periféricacorresponde a la línea de ferrocarril D.F. Sarmiento que une Temperley con Haedo,tras la cual se encuentra un notable aglomerado urbano. Un 27,2 % de la extensiónperimetral contacta con terrenos poco habitados o deshabitados de Lomas de Zamora,constituyendo la cabecera más desprotegida del predio. Finalmente, un 34,2 % de laperiferia contacta con el partido de Esteban Echeverría, donde a su vez correspondenen forma parcial el 7,85 % al canal-arroyo Santa Catalina, un 5,24 % a tierras baldíascon basural y el 21,1 % restante a la Ruta Provincial 4 ó Camino de Cintura.

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Con respecto a obras de infraestructura, un canal que desvía el caudal del arroyoSanta Catalina, cuyo cauce desembocaba previamente en la Laguna Santa Catalina,conduce en la actualidad el desagüe general de la zona en dirección al Riachuelo. Ungasoducto principal corre junto a la cabecera sudoeste del predio, mientras que doslíneas de corriente eléctrica, una de alta y otra de media tensión, atraviesan la super-ficie del establecimiento en diferentes puntos. Durante los últimas tres décadas, unas36 Ha (9 % de la superficie total) se han cedido gradualmente para el uso de terceros,bajo comodato u otras formas, y con diversos fines de aprovechamiento. Entre estosse encuentran: MetroGas, Tiro Federal, Fabricaciones Militares/Decker, una entidadde rehabilitación para drogadependientes y emprendimientos menores para el trata-miento de residuos, extracción de tosca, antena para comunicaciones móviles,obradores, etc.

En la Tabla 1 se expone la distribución relativa de las superficies ocupadas por losdistintos ambientes y divisiones jurisdiccionales, junto a los rasgos principales caracte-rísticos para cada uno de ellos.

Reseña sobre la geomorfología, los suelos y otros sitios naturales asociadosDesde el punto de vista geomorfológico y edafológico, el predio se sitúa en lasúltimas estribaciones de la Pampa Ondulada, en el ecotono o zona de transiciónhacia la Pampa Deprimida. Las pendientes se dirigen hacia el nor-noroeste y no su-peran el 2 %. Los cauces de los arroyos Santa Catalina y El Rey delimitan un interfluviorepresentado por una llanura plana débilmente convexa, con escurrimientos medios alentos. Las áreas positivas están dominadas por Argiudoles típicos originados a partirde sedimentos loéssicos de textura franco-limosa. Son suelos poligenéticos, donde laparte superior del perfil fue decapitada y retrabajada. En sectores planos y/omicrodepresiones pueden encontrarse rasgos de hidromorfismo. Por otra parte, el sec-tor de la laguna de Santa Catalina -relicto más oriental de los bañados del Río Matan-za- presenta complejos de suelos formados por Argialboles, Natracuoles y Natracualfes.

Tabla 1. Superficie y descripción general de los ambientes de Santa Catalina

Ambiente Sup. [Ha ] % Observaciones

Forestación mixta en macizo ycortinas perimetrales.

38 9,50 Existe regeneración de especies nativas yexóticas. Se observa avance de invasoras.

Talares remanentes y cercos detala.

3 0,75 Sobreviven individuos de 17 m de altura.La flora nativa asociada asciende a xespecies.

Laguna y bañados.   32 8,00 La avifauna en estos sectores superalas 100 especies.

Areas parquizadas y edificacioneshistóricas.

14 3,50 Permanecen en pie unos diez edificiosdel siglo XIX.

Vegetación herbácea variada.   17 4,25 En áreas poco alteradas y bordesde potreros.Pastizales bajos.   115 28,75 Predominio de gramíneas, palustres

e hidrófilas.Parcelas de cultivos y verdeos.   30 7,50 Producción de soja, trigo, sorgo

y cultivos experimentales.Pasturas.   103 25,75 Potreros de uso ganadero, dedicados

a cabaña y tambo.Ferrocarril y Reserva Municipal.   16 3,50 Área adyacente con particular interés.Sectores cedidos.   36 9,00 Porciones del trazado original que

actualmente son utilizados con distintosfines.

Total 404   100

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Desde el punto de vista de la ecología del paisaje, se destaca el nexo físico y bioló-gico entre el área en estudio y la Laguna Rocha, un sub-sistema hidrológico mayor yparalelo al de Santa Catalina, localizado en el partido de Esteban Echeverría. Ese siste-ma recibe los caudales de los arroyos Rossi y Ortega, los cuales poseen sus nacienteshacia el sur, además de otros cursos menores o desagües urbanos contaminados. Lue-

go de atravesar un complejo humedal donde predominan los pajonales de cortadera(Cortaderia selloana ), y después cruzar el trazado de la Autopista P. Ricchieri, las aguasdel sistema Rocha son vertidas finalmente al Río Matanza. La conexión directa entreSanta Catalina y Rocha, a través de un interfluvio de no más de 2.000 metros de ancho,se encuentra hoy interrumpida y alterada por una urbanización cuya planificaciónexcluyó el componente paisajístico. De modo semejante a la situación en Santa Catali-na, el interés inmobiliario podría llegar a alterar definitivamente la fisonomía,biodiversidad y funciones de ese humedal remanente que aún no está definitivamen-te resguardado.

Principales rasgos de la vegetación de Santa CatalinaLa flora fanerogámica comprende 668 especies (Tabla 2). El número de plantas exó-

ticas alcanza a 414 especies, de las cuales 264 son Dicotiledóneas, 105 Monocotiledóneasy 45 Gimnospermas. Las nativas suman 254 especies, distribuidas en 187 Dicotiledó-neas, 64 Monocotiledóneas y 3 Gimnospermas. Por su parte, los helechos y otrasPteridofitas están representados por 11 especies (Cuadro 2).  Los distintos sectoresparquizados contiguos a las edificaciones muestran una dominancia de coníferas comoCupressus  spp. (cipreses), Pinus  spp. (pinos),  Araucaria angustifolia, Cedrus  spp. (ce-dros), Calocedrus decurrens  (libocedros) y J uniperus  spp. (enebros), todas plantadashacia 1885. Por su parte, longevos pacaráes (Enterolobium contortisiliquum), olmos(Ulmus procera), fresnos (Fraxinus exelsior ), plátanos (Platanus acerifolia) y eucaliptos(Eucalyptus spp.) representan al grupo de especies de hoja ancha. Ya en los sectoresno parquizados del predio es posible observar diferentes dinámicas en la vegetación,particularmente vinculadas a las sucesiones secundarias (Figura 8, en el CD). Las plan-

taciones poseen preponderantemente especies exóticas, tales como Ligustrum lucidum,Laurus nobilis, Ulmus procera, Celtis occidentalis, Gleditsia triacanthos y Broussonetia papyrifera. Los conteos de anillos de crecimiento realizados sobre rodajas de ejempla-res caídos de olmos y fresnos denotan una antigüedad cercana a los 120 años. Estedato es coincidente con la época de iniciación de las actividades del Instituto de Agri-cultura y Veterinaria (1881-83). No se han hallado aún ejemplares vivientes cuya plan-

Tabla 2. Número de especies vegetales superiores inventariadas hasta agosto de 2005 en SantaCatalina, de acuerdo al grupo sistemático y al hábito de crecimiento

Grupo sistemático

Hábito de crecimiento Pteridófitas Gimnospermas Dicotiledóneas Monocotiled Totales

Arboles/arborescentes -- 45 148 4 197

Arbustos -- 3 63 7 73Sufrútices -- 21 21Hierbas (anuales yperennes)

10 192 145 347

Epífitas -- 2 5 7Hidrófitas 1 3 7 11Lianas y otrastrepadoras

-- -- 22 1 23

Totales parciales   10 48 451 169 679

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Las especies nativas Eugenia uniflora y Parapiptadenia rigida se regeneran espontá-neamente. En bordes de caminos prosperan los arbustos Cestrum parqui, Lycium cestroides,Pavonia malvacea, Abutilon pauciflorum y Baccharis spicata, mientras que en los sitioscon pastizal, la existencia de Schyzachirium condensatum, Pterocaulon cordobense,Baccharis notosergila y Gerardia communis denota el aspecto relictual de estas áreas.

Talares remanentesLos extensos talares de Santa Catalina fueron citados inicialmente por el botánico

L. R. Parodi en publicaciones de 1940 y 1942. Antiguas cortinas e individuos aisladospersisten aún en los alrededores, especialmente en el Partido de E. Echeverría. Sinembargo, los talares de Santa Catalina, enmarcados dentro de un predio con adminis-tración estatal, gozan de mejores posibilidades de conservación. Nuestro estudio indi-ca la presencia de tala (Celtis tala) en todos los ambientes del predio, algunos de loscuales conservan parte de la flora y fauna típicas. La superficie total de talares seestima en al menos 3 hectáreas, repartidas en: a)  talares en franjas macizas (5.400 m2);b)  talares perimetrales interiores (17.850 m2) y c)  talares perimetrales exteriores (7.000m2). Los talares del tipo a) , que componen franjas más o menos macizas y anchas,

contienen en el estrato arbóreo una asociación de tala, , molle (Schinus  longifolius ) ycoronillo (Scutia buxifolia) (De Magistris y Baigorria, 2004). Aquí se destaca la presen-cia de las orquídeas terrestres Chloraea membranacea y Cyclopogon elatus, así comodel árbol «tembetarí» (Fagara rhoifolia ), éste último en su posible límite austral dedistribución (Haene y Aparicio, 2001). Por su parte, Pavonia malvacea, Abutilon pauciflorum y Lantana camara dominan en el estrato arbustivo (Figura 9, en el CD).Resulta notable la presencia de troncos secos de 10-18 cm de diámetro de talilla (Lyciumcestroides- Solanáceas), que hasta hace poco tiempo acompañaban a los grandes ejem-plares de tala, arraigadas muy cerca de la base de éstos. Los talares del tipo b)  se hayandistribuidos en numerosos potreros agroganaderos del predio, aunque generalmentese componen de ejemplares asociados a los alambrados divisorios de los distintos lo-tes. Estos generalmente cuentan además con duraznillo negro (Cestrum parqui ) y chilca

(Baccharis punctulata). Los talares de tipo c)  (perimetrales exteriores), hasta hace pocotiempo atrás lozanos, se encuentran hoy bajo la presión de disturbios originados enlas podas y limpiezas llevadas a cabo por el área municipal de servicios públicos. Ade-más, existen ejemplares aislados de Celtis tala, algunos de los cuales alcanzan dimen-siones inusuales. Uno de ellos, situado entre grandes árboles introducidos, alcanza los17 metros de altura y una circunferencia del tronco (a la altura del pecho) de 230centímetros.

Riqueza micológicaEn 1981, una superficie cercana a las 60 hectáreas ocupadas con vegetación leñosa

y repartidas dentro del sector Antigua Estancia o del Instituto Fitotécnico fueron de-claradas Reserva Micológica «Dr. Carlos Spegazzini». Esta designación, un status  muy

particular entre las categorías mundiales de conservación de la naturaleza, obedecía ala notable diversidad de hongos y otras plantas inferiores presente en esos sitios delpredio. Sin embargo, la Reserva nunca contó con un plano específico que demarquesus límites, ni con un plan de manejo. Pero desde entonces el sitio es visitado con ciertafrecuencia por docentes especialistas en el tema, junto a sus alumnos y como parte delas clases prácticas de micología.

Al menos en nuestro registro fotográfico, existen unas 70 especies. No obstante,los comentarios de un especialista en hongos con experiencia en Santa Catalina (E.Albertó, com. pers.) hacen referencia a varios cientos de especies existentes en la Re-serva. Entre estas se contabiliza un gran número de Agaricales y Basidiomicetesxilófagos, así como Ascomicetes y otras clases fúngicas.

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Por su parte, las plantas inferiores están representadas por varias especies debriófitas, destacándose el alga epífita Cephaleurus, muy frecuente sobre hojas de li-gustro (Ligustrum lucidum) y la hepática acuática flotante Ricciocarpus natans.

La notable fauna que subsiste en el predio.La gran diversidad de ambientes que posee Santa Catalina, representa una oferta

rica y variada de alimento y refugio para muchas especies. En un relevamiento prelimi-nar de artrópodos realizado en el área, se registraron especies pertenecientes a 65familias diferentes. En la zona de laguna, son muy comunes los crustáceos del OrdenAmphipoda, mientras que en los pastizales aledaños suelen encontrarse, en altas den-sidades, saltamontes y langostas (Insecta, Orthoptera) así como también numerosasespecies de libélulas (Insecta, Odonata), dependiendo de la época del año. En la zonade bosque implantado, son muy comunes los escarabajos predadores (Familia Carabidae)y las hormigas cortadoras del género Acromyrmex , las cuales procesan grandes canti-dades de hojas, principalmente de arbustos como la ligustrina (Ligustrum sinensis) y elñangapirí (Eugenia uniflora). Asimismo, debido a la variedad de especies vegetalespresentes , es posible observar varias especies de mariposas, habiéndose registrado,

hasta la mitad de año 2005, un total de 30 especies.En cuanto a los vertebrados, hasta el momento se registraron diez especies de pe-

ces, nueve de anfibios, siete de reptiles, 170 especies de aves y 16 de mamíferos. Lamayoría de las especies de peces se concentra en el área de laguna. Sólo dos de aqué-llas prosperan en otros sectores, tales como un pequeño curso de agua que se originaen un estanque artificial situado en la Reserva Municipal adyacente. Debido a que lamayor superficie cubierta por agua corresponde a un ambiente eutrofizado, sujeto aciclos de agua permanente en temporada invernal y sequía parcial en época estival, seencuentran especies que muy bien adaptadas a estas condiciones, como la Anguilacriolla (Synbranchus marmoratus) y el Cascarudo (Hoplosternum littoralis), ambas ca-paces de respirar el aire atmosférico. En sectores de agua más profunda, pueden ob-

servarse ejemplares de Chanchita (Cichlasoma facetum) y Limpia-fondo (Corydoras paleatus), generalmente camuflados con la vegetación acuática. Las poblaciones másnumerosas pertenecen a los peces llamados comúnmente como «madrecitas», en par-ticular los del género Jenynsia. Se observan densos cardúmenes a lo largo de todo elsector, incluso en áreas inundadas periódicamente por las lluvias intensas. El predadormás conspicuo es, sin duda, la Tararira (Hoplias malabaricus), un pez activo en épocaestival que puede llegar a atacar incluso a anfibios y aves desprevenidas.

Es posible encontrar especies de anfibios en todo el predio, dependiendo de losambientes presentes en cada sector. En el área de laguna, entre los totorales y juncales,es muy frecuente la Ranita del zarzal (Hyla pulchella), fácilmente reconocible por sucanto característico. La Rana Criolla (Leptodactylus ocellatus ), aunque es más frecuen-

te en el sector de laguna, está presente en todo el predio, incluso en las cercanías decharcos eventuales. En zonas inundadas temporariamente, se observan el Urnero(Leptodactylus latinasus) y el Sapito cavador (Bufo fernandezae), especies que cons-truyen sus refugios cavando cuevas en el suelo. Por su parte, Bufo arenarum (Sapocomún) es frecuente en todo el predio.

En cuanto a los reptiles, el representante más conspicuo de la clase es el Lagartoovero (Tupinambis meriane), presente en las zonas con pastizales del establecimiento,aunque ocasionalmente merodea en el ecotono con el bosque, en busca de refugio.Este reptil utiliza también viejos conductos de desagüe, donde establece sus madri-gueras. Existen unas pocas especies de ofidios, como la Culebra ratonera (Philodryas patagoniensis), la cual recorre la zona de pajonales linderos a la laguna en busca de las

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362  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

numerosas especies de roedores que pueblan el sector. La Culebra verde y negra (Liophis poecilogyrus ) frecuenta zonas más húmedas, rastreando anfibios y otras posibles pre-sas. Es digno de destacar que algunos de estos ofidios utilizan los nidos de las hormi-gas cortadoras mencionadas para depositar sus huevos.

Tal vez, la clase mejor representada entre todos los animales es la de las aves. En elpredio se han registrados hasta la fecha 161 especies distribuidas en 45 familias, cons-tituyendo el 44,5 % de las aves de la provincia de Buenos Aires y el 15,7 % del total deespecies argentinas (Tabla 3).

La diversidad de aves está estrechamente ligada a la variedad de hábitats. En elsector de laguna dominan las especies adaptadas a las condiciones presentes en elárea, como las garzas (Ardeidae), siendo posible observar la especie más grande de lafamilia en el país, la Garza Mora (Ardea cocoi ), junto al Hocó Colorado (Tigrisoma lineatum ) y la Garza Bruja (Nycticorax nycticorax ), todas en busca de anfibios y pecesen los sitios inundables. Habitan la zona varias especies de patos (Anatidae) como elSirirí Pampa (Dendrocygna viduata ) y el hermoso Pato Colorado (Anas cyanoptera ).Cuatro especies de Ictéridos buscan refugio entre los espesos juncales, destacándoseentre ellos el Federal (Amblyramphus holosericeus ). Las diferentes especies de Galla-reta (Fulica sp.) presentan densidades poblacionales importantes y son comunes entodo el sector. Entre las aves de gran porte que habitan la zona se encuentran el Cisnede Cuello Negro (Cygnus melancoryphus ), la Cigüeña Americana (Ciconia maguari ) yel Chajá (Chauna torquata ), especies no muy frecuentes que tal vez no utilicen el áreapara su reproducción (Figura 10, en el CD).

Tabla 3. Número de especies de aves de Santa Catalina agrupadas por familias

Familia N° esp. Familia N° esp. Familia N° esp.

Tinamidae 1 Chararidriidae 1 Phytotomidae 1Podicipedidae 2 Scolopacidae 5 Hirundinidae 5Phalacrocoracidae 1 Laridae 1 Troglodytidae 1Ardeidae 10 Columbidae 6 Mimidae 2

Ciconidae 1 Psittacidae 4 Turdidae 2Threskiornithidae 2 Cuculidae 3 Motacillidae 3Anhimidae 1 Tytonidae 1 Sylviidae 1Anatidae 10 Strigidae 1 Vireonidae 1Accipitridae 7 Caprimulgidae 2 Ploceidae 1Falconidae 4 Trochilidae 4 Sturnidae 1Aramidae 1 Alcedinidae 2 Parulidae 2Rallidae 11 Picidae 3 Thraupidae 5Jacanidae 1 Dendrocolaptidae 1 Emberizidae 9Rostratulidae 1 Furnaridae 9 Fringilidae 2Recurvirostridae 1 Tyrannidae 16 Icteridae 11

Las rapaces son comunes en el sector, principalmente el Gavilán Planeador (Circusbuffonii) y el Caracolero (Rostrhamus sociabilis). Esta última es una especie migradoraque visita y se reproduce en el predio en época estival. Un ave interesante, que seobserva con relativa frecuencia en la zona es el Espartillero Enano (Spartonoica maluroides ), catalogado en nuestro país como especie vulnerable.

En la zona de bosque implantado existe un gran número de especies frugívoras,ligado a la alta disponibilidad y variedad de frutos provistos tanto por árboles nativos

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como exóticos. Entre las especies que mejor se adaptan a la ingesta de frutos de Ligus-tro, se destaca el Zorzal Colorado (Turdus rufiventris), ave que presenta densidadeselevadas y que es, tal vez, la más común de todo el predio. Junto a ella se observan laReinamora Grande (Cyanocompsa brissonii ), el Naranjero (Thraupis bonariensis) y elFueguero (Piranga flava), aves que agregan una nota de color al bosque sombrío yque se encuentran fuertemente asociadas a los sectores de vegetación nativa, en par-ticular los bosquecillos de Tala. También habita los talares la Tacuarita Azul (Polioptiladumicola) recorriendo el enmarañado follaje junto al Chinchero Chico (Lepidocolaptesangustirostris). En el estrato bajo, suele verse al Ipacaá ( Aramides ipecaha) y a la YerutíComún (Leptotila verreauxi ) (Figura 11, en el CD).

En cuanto a los mamíferos (Tabla 4), dentro de las 16 especies citadas para el predio,se destacan roedores (Orden Rodentia) como el Coipo (Myocastor coipus), frecuenteen el sector de laguna y el Cuis (Cavia aperea), especie muy común y presa de lasnumerosas especies de aves rapaces que merodean la zona (Figura 12, en el CD). LaLiebre europea (Lepus capensi) es común la zona de bosques y sus alrededores. Tresespecies de marsupiales habitan el predio, entre ellas la Comadreja Colorada (Lutreolina 

crassicaudata ) y el Colicorto de campo (Monodelphis dimidiata), ambas halladas úni-camente en los pastizales adyacentes a la laguna. También son tres la especies dequirópteros citadas para el predio, donde fueron colectados ejemplares de Lassiuruscinereus y L. blossevillii.

Tabla 4. Categorización por clases y familias del número de vertebrados(excepto Aves) observados en Santa Catalina

Clase Familia N° esp. Clase Familia N° esp.

Osteichthyes   Characidae 1   Reptilia   Teiidae 1Erythrinidae 1 Gymnophthalmidae 1Callichthydae 2 Amphisbaenidae 1Loricariidae 1 Colubridae 4Jenynsiidae 3   Mammalia   Didelphidae 3Synbranchidae 1 Vespertilionide 2

Cichlidae 1 Molossidae 1Amphibia   Leptodactilidae 2 Muridae 7

Bufonidae 2 Echimyidae 1Hylidae 5 Caviidae 1

Leporidae 1

ConclusionesPrincipales amenazas, perspectivas y consideraciones finales:

Dentro de las áreas urbanas, los espacios verdes resultan cada vez más escasos yvulnerables. Estos aspectos se acentúan al considerar aquellos sitios que reúnen valo-res histórico-culturales, social-educativos y ambientales en una misma unidad espacialy funcional, como ocurre en Santa Catalina. La presencia de caminos internos, puntos

de interés botánico, edificaciones históricas, piezas del patrimonio cultural y sitiosdestinados a la producción y la enseñanza, sustentan la posibilidad de implementarsenderos temáticos educativos en el sector de bosque. La existencia de una laguna de25 hectáreas y un pequeño ecosistema de humedal ligado a ésta completa las cualida-des ambientales del predio, mientras que el tradicional uso agro-ganadero surge comouna opción adecuada para el sector tradicionalmente asignado a estas prácticas.

Sin embargo, este espacio verde no está ajeno a la realidad cotidiana que predomi-na en el entorno; los presupuestos que no alcanzan a satisfacer las necesidades seconjugan con acciones desfavorable como la descarga de residuos en las periferias, losrobos de cercos perimetrales y actos variados de vandalismo, el avance desordenadode centros poblados adyacentes y la inseguridad general, desfavoreciendo, en conjun-

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to, el éxito de los planes de mantenimiento y mejora. Por otra parte, el interés inmobi-liario del sector privado, fuente responsable de numerosos impactos ya conocidos endistintos ámbitos del país, emerge como una amenaza siempre latente sobre el predio.A este contexto, se suma un conflicto de intereses subyacente sobre el área, que haconducido, tal vez, a la ausencia de proyectos fecundos durante las últimas décadas.

En contraste, la información obtenida desde las distintas prácticas de campo y eltrabajo de gabinete busca conformar la base técnica y científica para lograr, por vezprimera, un plan de manejo congruente con un aprovechamiento funcional atento lasdemandas educativas de la comunidad y el cuidado del ambiente local. Finalmentecabe destacar que, por sobre todo el conjunto de situaciones y fenómenos, la perpe-tuidad de los múltiples aspectos vinculados a la naturaleza y las actividades inherentesa Santa Catalina surge hoy como el único destino lógico para este lugar que vio nacerla educación agropecuaria en la Argentina y se consolidó para satisfacer tanto lasnecesidades educativas y científicas, como para ofrecer, simplemente, un momentode contacto con un ambiente natural.

 Bibliografía citadaBaigorria, J.E.M. (inédito). Relevamiento de las aves y otros vertebrados del predio de Santa

Catalina, Llavallol, Lomas de Zamora.De Magistris, A.A. 1996. Relevamiento florístico de Santa Catalina. Ed. Facultad de Ingeniería y

Ciencias Agrarias. Universidad Nacional de Lomas de Zamora. 84 p.De Magistris, A.A.; D.G. Liñan; S.J. Quattrocchi; J.M. Lus; S.L. Masoni y A. Chiesa. 1997. Relevamiento

de malezas en Santa Catalina, Llavallol, Buenos Aires. Actas XXI Congreso Brasileiro da Cien-cia das Plantas Daninhas. 6-11 de julio de 1997. Caxambú. MG. Brasil.

De Magistris, A.A.; D.G. Liñan; S.L. Masoni y A. Chiesa. 1997. Presencia y abundancia de malezasen un predio rural de la Provincia de Buenos Aires. Actas XIII Congreso Latinoamericano deMalezas. 17-19 de septiembre 1997, Buenos Aires..

De Magistris, A.A. y J.C. De Souza. 2001. Santa Catalina: frontera verde y biodiversidad en el sur

del Gran Buenos Aires. Actas de las Primeras Jornadas Nacionales sobre Reservas NaturalesUrbanas. Buenos Aires. 5-7 de septiembre de 2001.De Magistris, A.A y J.E.M. Baigorria. 2004. Los talares de Santa Catalina: delimitación, estado y

biodiversidad asociada. Primera jornada para la conservación de los talares de la provincia deBuenos Aires, Buenos Aires. 25-27 de marzo de 2004.

De Magistris, A.A.; J.E.M. Baigorria; C. Travascio y J.B. Medina. 2004. Relevamiento y estado deconservación de Chloraea membranacea  y Cyclopogon elatus  (Orchidaceae) dos orquídeasterrestres de talar en el predio Santa Catalina (Llavallol, Buenos Aires). II Congreso Nacioanalde Orquideología y Conservación, Montecarlo, Misiones. 23-25 de septiembre de 2004.

Haene, E y G. Aparicio. 2001. 100 Árboles argentinos. Ed. Albatros, Buenos Aires.Parodi, L.R. 1940. Los talares en la Provincia de Buenos Aires. Darwiniana 4: 33-65.Parodi, L.R. 1942. Por qué no existen bosques naturales en la llanura bonaerense si los árboles

crecen en ella cuando se los cultiva? Agronomía Año XXXIII, no. 160: 387-390.

Notas(1) Principales fuentes de los datos históricos: García, M. del C. 1983. La trayectoria de Santa Catalina.Rev. de la UNLZ Año II, nº 2: 59-67. Paula de, A.S.J. 1983. La estancia de Santa Catalina en Lomas deZamora. Rev. de la UNLZ Año II, nº 2: 31-47. Tartarini, J.D. 1983. La Escuela de Santa Catalina y laconstrucción de sus edificios. Rev. de la UNLZ Año II, nº 2: 49-58.

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Relaciones patrón-procesos

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Fragmentación del paisaje y su efectosobre la diversidad de roedores

sigmodontinos en agroecosistemas

pampeanos de Argentina.

Paula Courtalon y María Busch

EGE. Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Universidad de Buenos Aires [email protected] 

ResumenLa introducción de la actividad agrícola en un ambiente implica el reemplazo del

sistema natural por un ensamble de cultivos, ganado, plagas, alambrados, máquinas einstalaciones y por la trama de procesos ecológicos que estos componentes determi-nan. Si bien los procesos que hacen a la dinámica ecológica del ecosistema -tales comola competencia, la depredación y la alimentación de los herbívoros- continúan actuan-do cuando el sistema silvestre es reemplazado, ahora son regidos de una manera dis-tinta por las labores agrícolas y el manejo de los animales, entre otras actividades.

El disturbio producido por el hombre en las labores agrícolas genera un nuevohábitat (el campo de cultivo), generando así la partición del paisaje original (pastizal)en campos, bordes enmalezados (o corredores) y manchones remanentes de pastizales.Este proceso de partición es conocido con el nombre de fragmentación del paisaje.Así, los campos de cultivo de los agroecosistemas pampeanos son el principal elemen-

to del paisaje. Los bordes de campos y caminos son los más conectados y podríamospensarlos como corredores.

En los agroecosistemas estudiados, los dos hábitats principales disponibles para lasespecies de roedores silvestres son los campos de cultivo y sus bordes; estos límites sonlos márgenes enmalezados que sufren menores variaciones en la cobertura vegetal yson menos afectados por los trabajos agrícolas que los campos. Dado que el maíz esuno de los cultivos estivales más importantes en la provincia de Buenos Aires, hemosrealizado un estudio para evaluar el efecto de la fragmentación del paisaje en campoy borde (elementos constitutivos de la parcela de cultivo), sobre la diversidad de roe-dores sigmodontinos en parcelas sembradas con maíz. Se muestrearon tres parcelasde maíz en simultáneo en cada etapa del ciclo del cultivo. Etapas: enero (precosecha);

marzo (poscosecha: temprana) y mayo (poscosecha tardía). Se siguieron a las pobla-ciones de roedores a lo largo del ciclo completo del cultivo tanto en el hábitat decampo como en el de borde; se utilizó el método de captura–marcado y recaptura deroedores. Para cada hábitat y etapa del ciclo del cultivo se calculo la riqueza de espe-cies de roedores sigmodontinos, equidad y diversidad.

Se capturaron un total 153 roedores en parcelas de maíz (104 Akodon azarae; 32Calomys laucha; 10 Calomys musculinus y 7 Oligorizomys flavescens) En el hábitat decampo la riqueza fue de 3 especies en cada una de las etapas del cultivo, estandosiempre ausente O. flavescens; registrándose siempre diferencias en la diversidad encada etapa del ciclo del cultivo. En el hábitat de borde A. azarae  estuvo presente en lastres etapas; C. laucha estuvo ausente en enero y marzo, y estuvo presente en el mes

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de mayo; C. musculinus   estuvo ausente en marzo y mayo; y O. flavescens   estuvosiempre presente; en este hábitat se registraron siempre diferencias en la diversidaden cada una de las etapas del ciclo de cultivo.

En el presente trabajo se discuten los posibles efectos de la fragmentación del pai-saje en campo y borde sobre la diversidad de roedores a lo largo del ciclo del cultivo demaíz.

IntroducciónUn agroecosistema es un ecosistema sometido por el hombre a frecuentes modifi-

caciones de sus componentes bióticos y abióticos (Soriano y Aguiar, 1998). Su comple- jidad deriva no sólo de las interacciones ecológicas que operan en él sino también delos componentes socioeconómicos que el hombre ubica en el eje de la actividad agrí-cola. La introducción de la actividad agrícola en un ambiente «natural» significa elreemplazo del sistema silvestre por un ensamblaje de cultivos, ganado, pestes, plagas,alambrados, máquinas e instalaciones varias, y por la trama de procesos que estoscomponentes determinan. Si bien los procesos característicos del ecosistema tales como

la competencia, la depredación y la herbivoría continúan operando cuando el sistemasilvestre es reemplazado, estos son ahora regidos de un modo peculiar por las labran-zas, el manejo de los animales, la aplicación de distintos tipos de subsidios, y las labo-res agrícolas ( Soriano y Aguiar, 1998).

Jacobs (2003), plantea que las labores agrícolas representan un disturbio; White yPickett (1985), proponen que un disturbio es algún evento discreto en el tiempo quedesorganiza la estructura del ecosistema, comunidades o población y cambia los re-cursos, sustratos disponibles o el medio físico. Inevitablemente entonces debemos in-terpretar el disturbio dependiendo de las dimensiones temporales y espaciales en lasque realicemos nuestras observaciones. Debido a que muchos autores utilizan en for-ma indistinta los términos disturbio o perturbación para referirse al efecto de las

labores agrícolas (Soriano y Aguiar, 1998; Belloq, 1988; Busch et al., 1984), nosotros eneste trabajo utilizaremos ambos términos como equivalentes.

¿Existe alguna relación entre la diversidad y los disturbios? Noss (1990), incluye tresejes (composición, estructura y procesos) y cuatro niveles (genes dentro de la pobla-ción, especies dentro de la comunidad, ecosistema y paisaje) en su definición de diver-sidad biológica. White and Harrod (1997), plantean que los disturbios pueden afectara todas estas dimensiones y propone que la diversidad puede variar de diferentesmaneras de acuerdo a la escala por ello los efectos de los disturbios son escala depen-diente.

El disturbio producido por el hombre en las labores agrícolas, genera un nuevo

hábitat el campo de cultivo; generando así la partición de la matriz original en cam-pos, bordes enmalezados (corredores) y manchones remanentes de ambientes natura-les, este proceso de partición es conocido con el nombre de fragmentación (Wilcoveet al., 1986).

Si tomamos a los conceptos que definen la matriz del paisaje de acuerdo a lo plan-teado por Forman y Godron (1986), podemos interpretar que los campos de cultivo delos agroecosistemas pampeanos son el elemento del paisaje más extenso. Los bordesde campos y caminos son los más conectados. Cuando éstos se desarrollan entre doscampos, son barreras permeables debido a su forma alargada prácticamente lineal.Los bordes y caminos poseen la más alta diversidad de microhábitats y su comunidadasociada. Bellocq (1988), sugiere definirlos como corredores. El paisaje en los

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agroecosistemas evolucionó de acuerdo a las transformaciones en el uso de la tierrade una matriz de pasturas naturales a un estado intermedio, dado por la misma ma-triz, manchones de perturbación, escasas instalaciones humanas, y una red de corre-dores pobre, dada por las carreteras y el parcelamiento de varios cientos de hectá-reas. Actualmente, la matriz es el área perturbada (campos de cultivo), con manchones

remanentes de baja perturbación (pasturas naturales) y una vasta red simétrica decorredores (los bordes de campos de cultivo) dadas por la partición de decenas dehectáreas (Fig. 1)

Está muy bien documen-tada la respuesta de peque-ños roedores a los disturbiosgenerados por el hombre enlas labores agrícolas, comoejemplos podemos citar losefectos de la cosecha sobreApodemus sylvaticus ,  efec-

tos del arado y preparaciónde los campos para la siem-bra sobre Microtus canicucaudus , y el efecto de distintas labores sobre la comunidad de roedores (Freemark,1995). Jacobs (2003), propone que las respuestas de la poblaciones de roedores a laslabores agrícolas difiere dependiendo de la intensidad del disturbio, propone ungradiente de disturbio: preparación de los campos para la siembra < cosecha <ararposterior a la cosecha.

El maíz es uno de los cultivos estivales de grano grueso más importantes en losagroecosistemas pampeanos. En las parcelas de maíz, la siembra se produce entrefines de septiembre y principio de Octubre. Durante la primavera, comienzan a desa-

rrollarse las plántulas de maíz que proporcionan la principal cobertura vegetal verde.A medida que transcurre el verano, el cultivo madura y se seca progresivamente hastaencontrarse a término a fines de Marzo, cuando ocurre la cosecha, luego de esta loscampos entran en estadio de rastrojo otoñal caracterizado por una escasa coberturavegetal y un alto porcentaje de suelo desnudo (Fig.2).

Las especies de roedoressigmodontinos más abun-dantes que habitan losagroecosistemas pampeanosson Calomys laucha, Calomys musculinus , Akodon azarae 

y Oligoryzomys flavescens   .

En los agroecosistemas estudiados los dos hábitat principales disponibles para lasespecies de roedores silvestres son los campos de cultivo y sus bordes; estos últimosson los márgenes enmalezados que sufren menores variaciones en la cobertura vege-tal y son menos afectados por los trabajos agrícolas que los campos (Busch et al., 1992a y b; 1997; 2000; 2001). C. laucha es la especie más abundante, en los hábitat decampo; mientras que A. azarae  es la más abundante en hábitat de borde, compartien-do este hábitat con O. flavescens  (Busch y Kravetz, 1992 a y b). C. musculinus  ocupamayor diversidad de hábitats, ya que se la captura tanto en los bordes como en loscampos de las parcelas de cultivo (Busch et al., 2000; Polop y Sabattini, 1993; Mills etal., 1991b; Ellis et al., 1997).

Figura 1. Evolución de la matriz de paisaje

Figura 2. Labores agrícolas en las parcelas de maíz

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C. laucha   y C. musculinus  han sido caracterizadas como especies tolerantes a losdisturbios y buenas colonizadoras (Busch et al., 1984; Busch et al., 1997; 1992 a y b;2000; 2001; Mills et al., 1991; Kravetz y de Villafañe, 1981a; Kravetz, 1978; de Villafañeet al., 1977) en cambio A. azarae  y O. flavescens  son especies sensibles a los disturbios,y son más abundantes en áreas menos perturbadas como los bordes de las parcelas de

cultivo donde la vegetación asociada es más parecida a la de los pastizales naturales.Las comunidades de roedores han sufrido cambios en su composición y estructura

acompañando a los cambios en las características del ambiente, tanto por la respuestaindividual de las especies como por cambios en las relaciones de competencia.

En el hábitat de campo la maquinaria agrícola produce perturbaciones en la estruc-tura del suelo, las cuales influyen sobre la nidificación de las especies del género Calomys (Busch et al., 1984 ). Hay momentos en que los campos presentan ambientes muy favo-rables (campos de maíz y soja a término) mientras que luego de la cosecha su calidaddisminuye. Las especies de roedores estudiadas son capaces de seleccionar los hábitatsde acuerdo a su calidad y efectúan movimientos respondiendo a los cambios ocurri-

dos en los dos tipos de hábitat .Luego de la cosecha el pastoreo también afecta ladensidad de roedores, produciendo su disminución; la cual esta asociada con la reduc-ción de la cobertura vegetal que empeora las condiciones generales del hábitat y fa-vorece la acción de los depredadores, causando entonces mayores perturbaciones enlos campos que en los bordes . En el hábitat de borde las variaciones son estaciónalesy principalmente debidas a causas naturales, dado que el ingreso de las maquinariasagrícolas en los campos los afecta muy poco.

Algunos estudios han puesto de manifiesto que existe una sincronización entre losciclos poblacionales de C. laucha  y los de cultivos estivales , lo cual pasa a ser un factordeterminante en su distribución y abundancia en los campos estivales del Depto deRío Cuarto ( Kravetz et al., 1981 b). Dicho patrón también se observó en la localidad de

Diego Gaynor, donde Busch et al. (1984), plantean que el calendario de siembra de loscampos de maíz permiten una mayor sincronización con el período reproductivo de C.laucha  que el cultivo de soja. Busch et al (1997), demostraron que C. laucha  usa amboshábitat equitativamente en ausencia de A. azarae , mientras que en presencia de estacompetidora muestra aparente preferencia por los campos de cultivo. Esta caracterís-tica de usar ambos hábitat le proporcionaría a los individuos de C. laucha  un mayorfitness individual que si solo usara un único tipo de hábitat.

C. musculinus   muestra densidades mayores en otoño que en invierno en losagroecosistemas pampeanos (Busch et al., 2000), y se la captura tanto en bordescomo en campos de las parcelas de cultivo (Busch et al., 2000; Polop y Sabattini, 1993;Mills et al., 1991; 1992 a y b; Ellis et al., 1997).

A. azarae  usa diferencialmente los bordes de los campos de cultivo (Zuleta et al.,1988) En época reproductiva (octubre - mayo), las hembras adultas de esta especieocupan microhábitats con abundante cobertura vegetal verde con predominio degramíneas (Bonaventura y Kravetz, 1984; Bonaventura et al., 1992). Según Zuleta et al(1998) las crías y juveniles de A. azarae  abandonan los bordes para ocupar sitios menospropicios dentro de los campos en época no reproductiva, durante la fase de incre-mento de la densidad (abril mayo). Entre junio y julio, debido a la desaparición de losadultos residentes dentro de los bordes y al estado de mala calidad de los camposluego de la cosecha, estos individuos socialmente subordinados recolonizan los bor-des ocupando micro habitas óptimos que favorecen su sobrevida invernal.

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El inicio de los estudios ecológicos sobre estas especies en los agroecosistemaspampeanos hace alrededor de 30 años estuvieron relacionados con la epidemiologíade la Fiebre Hemorrágica Argentina (FHA); enfermedad endémica en cuyaepidemiología intervienen los roedores sigmodontinos. C. musculinus  fue reconocidocomo el reservorio del virus Junín, agente etiológico de la F.H.A en la naturaleza. Aeste problema sanitario se le suma actualmente el Síndrome Pulmonar por Hantavirus(SPH), en el cual los roedores sigmodontinos también están involucrados. El reservorionatural del virus lechiguanas que produce SPH en humanos en la Provincia de BuenosAires es Oligoryzomys flavescens (Calderon et al., 1999). Estudios realizados entre marzode 1999 y febrero del 2001 en el partido de Exaltación de al Cruz, arrojaron que un13% de los individuos de A. azarae   y un 11 % de O. flavescens  presentaban anticuerposcontra Hantavirus (Suárez et al., 2003). En A. azarae  se identificó el genotipo Pergami-no y en O. flavescens   el genotipo Andes Central Lechiguanas, este último causante decasos de síndrome pulmonar por Hantavirus en humanos.

En el presente trabajo se discuten los posibles efectos de la fragmentación del pai-saje en campo y borde sobre la diversidad de roedores a lo largo del ciclo del cultivo de

maíz.Objetivos

Dado que el maíz es uno de los cultivos estivales más importantes en la provincia deBuenos Aires, se realizó un estudio para

• evaluar el efecto de la fragmentación del paisaje en campo y borde (elementosconstitutivos de la parcela de cultivo), sobre la diversidad de roedores sigmodontinosen parcelas sembradas con maíz.

Materiales y métodos.Área de estudio:Este estudio se realizó en la localidad de Diego Gaynor (34°08’S 59° 14’W) Partido

de Exaltación de la Cruz, Provincia de Buenos Aires. La zona está dedicada casi total-mente a la explotación agrícola y agrícola-ganadera, predominando en este últimocaso los tambos. En los últimos años también ha sido importante el desarrollo de gran- jas avícolas las cuales se dedican a la producción de pollos comestibles y gallinasponedoras. Los principales cultivos son el maíz, trigo, lino, girasol, sorgo y soja. Laexplotación agrícola se realiza en unidades relativamente pequeñas, siendo de carác-ter semiintensivo.

Muestreo de roedoresSe muestrearon tres parcelas de maíz en simultáneo en cada etapa del ciclo del

cultivo (Fig.3). Etapas: enero (precosecha); marzo (poscosecha: temprana) y mayo(poscosecha tardía). Se siguieron

a las poblaciones de roedores alo largo del ciclo completo delcultivo tanto en el hábitat decampo como en el de borde; seutilizó el método de captura–marcado y recaptura de roedo-res. Para cada hábitat y etapa delciclo del cultivo se calculo la ri-queza de especies de roedoressigmodontinos, equidad y diver-sidad.

Figura 3. Esquema de la parcela experimental dondese realizaron las capturas de roedores.

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Estimación de la abundancia relativa.Debido a que el esfuerzo de captura fue variable, la abundancia se estimó median-

te un índice de densidad relativa (IDR) según Kravetz (1978), y Mills et al. (1991).

IDR (N° de individuos capturados en la parcela/ 300 trampas x 3 noches) x 100

Cálculo de diversidad y equidad.Se calcularon la riqueza de especies (S), la diversidad específica (H) y la equidad (E)

para cada parcela, en cada hábitat (campo y borde) a lo largo de cada uno de losperíodos completos y en cada mes de muestreo. Se calcularon los índices de acuerdoa Magurran (1988).

Diversidad ( índice de Shannon- Weaver)H= - ∑ pi ln piEquidadE= H/ lnSS= número de especies.

Análisis estadísticoSe compararon los índices de diversidad, a) entre hábitat de campo a lo largo delciclo completo de cultivo y b) entre hábitat de borde a lo largo del ciclo completo decultivo. Se considero como ciclo completo del cultivo de maíz (enero: precosecha;marzo: poscosecha: temprana y mayo: poscosecha tardía). Las comparaciones entrelos índices de diversidad y equidad se realizaron mediante el test no paramétrico deKruskall_Wallis (Siegel, 1988). Además se compararon los índices de diversidad entrehábitat de campo vs borde en cada uno de los distintos momentos del ciclo del cultivo,mediante el test no paramétrico de Mann-Whitney ( Sieguel,1998)

ResultadosSe capturaron un total 153 roedores en parcelas de maíz (104 Akodon azarae ; 32

Calomys laucha ; 10 Calomys musculinus  y 7 Oligorizomys flavescens ), con un esfuer-zo de captura de 2400 trampas noche.

En el hábitat de campo la riqueza fue de 3 especies en cada una de las etapas delcultivo, estando siempre ausente O. flavescens . En el hábitat de borde  A. azarae estuvo presente en las tres etapas; C. laucha   estuvo ausente en enero y marzo, yestuvo presente en el mes de mayo; C. musculinus  estuvo ausente en marzo y mayo; y

O. flavescens   estuvo siemprepresente Fig.4.

Tanto en el hábitat de bor-de como en el de campo siem-

pre se observaron diferenciasen la diversidad a lo largo delciclo del cultivo; aunque lasdiferencias no fueronestadísticamente significativas(H [2, N=8] = 0,5622507p=0,7549; H [ 2, N=8] =1,166665 p=0,5580, para cam-po y borde respectivamente)(Fig.5 a y b). La diversidad fuesiempre mayor en el hábitat decampo respecto al hábitat de

Figura 4.  Abundancia relativa en el hábitat de campo endistintos momentos del ciclo del cultivo. Meses y etapadel ciclo: Enero:  Precosecha ; Marzo: Postcosecha tempra-na; Mayo: Postcosecha tardía.

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borde, aunque ls diferencias no fueron estadísticamente significativas ( Enero U=2;P=0,27; Mayo U=3 P= 0,5127)

Figura 5.  a) Diversidad (H) en hábitat de campo para parcelas de maíz en distintos momentosdel ciclo del cultivo. b) Equidad (E) en hábitat de campo para parcelas de maíz en distintosmomentos del ciclo del cultivo. Hcm diversidad en campos de maíz; Hbm diversidad en bordes

de maíz; Ecm: equidad en campos de maíz; Ebm: equidad en bordes de maíz. Se presentan losvalores promedio de diversidad y equidad para cada mes de muestreo.

Discusión y conclusionesDe acuerdo con nuestro estudio la fragmentación de la matriz original de paisaje

en campos y bordes de cultivo de maíz favorecería el incremento de las especies delgénero Calomys sp. . Los mayores valores de diversidad en el hábitat de campo esta-rían vinculados en nuestro estudio a las variaciones en la abundancia del géneroCalomys sp. dado que en la precosecha y la poscosecha la diversidad fue mayor en loscampos que en los bordes, esta diferencias se deberían a la ausencia del género Calomysen los bordes y a sus variaciones en la abundancia en el hábitat de campo a lo largo delciclo del cultivo de maíz; tanto C. laucha   como C. musculinus son siempre menosabundante que A. azarae , pero están siempre presente en los hábitat de campo. Nues-tros resultados entonces, indican que la diversidad fue a lo largo del ciclo del cultivo

mayor en el hábitat de campo que en el hábitat de borde; aunque estadísticamente nose encontraron que estas diferencias fueran significativas. Estos resultados no con-cuerdan con lo propuesto por Mills et al. (1991), el cual propone que existe un gradientecreciente de diversidad desde los campos de soja, maíz, trigo y finalmente donde exis-tiría mayor diversidad sería en los llamados hábitat «lineales» representados por losalambrados, bordes de los campos y vías férreas.

Podemos pensar entonces a las labores agrícolas como una perturbación del hábitatnatural, la cuál afectó de distinta manera a las especies de mamíferos. Los depredadoresde mediano tamaño (como zorros, gatos, zorrinos y hurones) han visto reducido susnúmeros drásticamente y algunos herbívoros en peligro de extinción, como el emble-mático venado de las pampas (su nombre científico es Ozotoceros bezoarticus celer ),

que solía recorrer la región en grandes manadas y que hoy, con menos de 2000 ejem-plares, ha sido declarado como el cérvido más amenazado del continente. Otras espe-cies, como los roedores, se benefician con la desaparición de muchos de sus enemigosnaturales y con la generación de nuevos hábitats, como los campos cultivados, que lesproporcionan una mayor disponibilidad de refugio y alimento.

Calomys sp. fueron descriptas por trabajos previos (Kravetz y Polop, 1983; Buschet. al., 1984) como r-estrategas y más adaptadas a las perturbaciones. En el hábitat decampo la maquinaria agrícola produce perturbaciones en la estructura del suelo, lascuales influyen sobre la nidificación de las especies del género Calomys   (Busch et al.,1984; Hodara, 1997 b). Hay momentos en que los campos presentan ambientes muyfavorables (campos de maíz y soja a término) mientras que luego de la cosecha su

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calidad disminuye. Las especies de roedores estudiadas son capaces de seleccionar loshábitats de acuerdo a su calidad y efectúan movimientos respondiendo a los cambiosocurridos en los dos tipos de hábitat (Cittadino, 1994; Busch et al., 1997; Hodara, 1997a). Luego de la cosecha el pastoreo también afecta la densidad de roedores, produ-ciendo su disminución; la cual esta asociada con la reducción de la cobertura vegetalque empeora las condiciones generales del hábitat y favorece la acción de losdepredadores, causando entonces mayores perturbaciones en los campos que en losbordes (Busch et al., 1984; Bellocq y Kravetz, 1990). En el hábitat de borde las variacio-nes son estaciónales y principalmente debidas a causas naturales, dado que el ingresode las maquinarias agrícolas en los campos los afecta muy poco.

Por lo expuesto podemos sostener que la fragmentación del paisaje pampeano comorespuesta a las labores agrícolas afecta a las distintas especies de roedoressigmodontinos de distintas maneras en el caso de los campos de maíz, pero claramen-te favorecen el incremento del género Calomys, lo cuál determina variaciones en ladiversidad presente.

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Patrones de NDVI como indicadordel funcionamiento de humedales en

el delta del Paraná (Argentina).Influencia de «El Niño» en la señal

María Laura Zoffoli, Nora Madanes y Patricia Kandus

Grupo de Investigaciones sobre Ecología de Humedales,Depto de Ecología Genética y Evolución,

Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Universidad de Buenos Aires [email protected] 

ResumenLa región del Delta del Río Paraná es un extenso mosaico de humedales que cubre

17.000 Km2 a lo largo de 300 Km, desde la Ciudad de Diamante (Entre Ríos) hasta elestuario del Plata en la porción terminal de la cuenca homónima. La heterogeneidadde la región esta dada en primer término por la existencia de patrones de paisajederivados de procesos geomorfológicos marinos ocurridos en el Holoceno medio (5000años AP) y procesos fluviales actuales y pasados. En segundo término, está condicio-nada por un complejo régimen hidrológico determinado por la interacción de las cre-cientes de los ríos (principalmente del Paraná y el Uruguay), las lluvias locales y lasmareas del estuario.

En este trabajo se analizó el comportamiento del NDVI (Índice Verde Normalizado)durante un lapso de dos décadas en diferentes unidades de paisaje de la región como

indicador del funcionamiento de los ecosistemas de humedal. El NDVI es un índiceespectral que está fuertemente asociado a la biomasa verde en pie y a su dinámica. Sinembargo, los humedales también están afectados por el estado de inundación de losecosistemas y en el tiempo, el NDVI da cuenta del patrón hidrológico. Durante loseventos de «El Niño», las importantes avenidas de agua provenientes del pico de cre-ciente del Paraná y la intensificación de las lluvias locales producirían una distorsiónen los patrones de NDVI. Se utilizó una serie de 20 años de datos mensuales de NDVIprovenientes del sistema NOAA-AVHRR con una resolución espacial de 8 Km. Se ana-lizó el comportamiento del índice en diferentes unidades y se lo relacionó con varia-bles climáticas (precipitaciones) y con el nivel del agua de los ríos. Los resultados indi-can que el comportamiento del NDVI permite diferenciar las unidades de paisaje. Enalgunos casos este comportamiento estaría más asociado al patrón fenológico del con-

 junto de la vegetación y en otros casos, el patrón hidrológico solapa o genera unefecto sinérgico sobre el primero. Los diferentes eventos de «El Niño» se expresaroncon diferente intensidad y duración en la región y además su manifestación en lasunidades de paisaje no fue homogénea.

IntroducciónLa región del Delta del Río Paraná es un extenso mosaico de humedales (Malvárez,

1997) que cubre 17.000 Km2 a lo largo de 300 Km, desde la Ciudad de Diamante (EntreRíos) hasta el estuario del Plata en la porción terminal de la cuenca homónima. Laheterogeneidad de la región esta dada en primer término por la existencia de patro-nes geomórficos derivados de procesos marinos ocurridos en el Holoceno medio (5000años AP) y procesos fluviales actuales y pasados. En segundo término, está condicio-

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378  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

nada por un complejo determinado por la interacción de las crecientes de los ríos(principalmente del Paraná y el Uruguay), las lluvias locales y las mareas del estuario.De esta manera es posible diferenciar en la región distintas unidades de paisaje carac-terizadas por su estructura y dinámica.

Durante los eventos de «El Niño Oscilación Sur» (ENSO) se registran importanteslluvias en la alta cuenca del Paraná y eventualmente una intensificación de las lluviaslocales (Camilloni y Barros, 2003; Trenberth, 1997). Esto provoca inundaciones de ca-racterísticas extraordinarias en la región del delta, como se observa en la imagen NOAA-AVHRR de la Figura 1. Si bien la región es considerada como una unidad geográfica yfuncional, es de esperar que, las distintas unidades de paisaje sean afectadas en formadiferente por las inundaciones debido a una respuesta diferencial en los ecosistemaspresentes (Malvárez, 1997; Bó y Malvárez, 1999).

El objetivo de este trabajo fue analizar elcomportamiento del Índice Verde Normalizado(NDVI) en un lapso de dos décadas como indica-

dor del funcionamiento de los ecosistemas dehumedal. El NDVI es un índice espectral que estáfuertemente asociado a la biomasa verde en piey a su dinámica (Rouse, 1974; Tucker, 1977; Tuckeret al., 1986; Nemani et al., 1993). En loshumedales, sin embargo su valor está afectadopor el estado de inundación de los ecosistemasy el análisis de su comportamiento en el tiempoda cuenta del patrón hidrológico en el área es-tudiada. Como hipótesis de trabajo se planteóque las distintas unidades de paisaje presenta-rían distintos patrones de NDVI en el lapso de

tiempo analizado y que durante los eventos de«El Niño», las importantes masas de agua pro-venientes del pico de creciente del Paraná y laintensificación de las lluvias locales produciríanuna distorsión en los patrones de NDVI.

Materiales y MétodosSe utilizó una serie de 20 años (desde julio

de 1981 hasta diciembre de 2000) de datos men-suales de NDVI provenientes del sistema National Oceanic and AtmosphericAdministration (NOAA) Advanced Very High Resolution Radiometer (AVHRR) conuna resolución espacial de 8 Km. En ésta, los valores mayores de cada píxel por messon los empleados para la composición de la imagen y los píxeles correspondientes alRío de la Plata fueron enmascarados con valores iguales a 1. Se hizo una composi-ción con todas las imágenes sobre las cuales se superpuso el mapa de las unidades depaisaje del Delta del Río Paraná (Malvárez, 1997). El estudio se centra en las unida-des: «Bosques, praderas y lagunas de llanura de meandros» (A), «Isletas de praderasde albardones bajos» (B), «Praderas de antigua llanura de mareas» (D), «Bosques ypraderas de las islas de cauce y fajas de meandros del río Paraná» (E), «Praderas ysabanas de la antigua laguna litoral» (F) y «Pajonales y Bosques del bajo Delta» (I).De todas las unidades se extrajo una muestra representativa de píxeles y en el casode algunas se tomaron 2 de situaciones contrastantes. Éstas fueron las unidades D eI que incluyeron Norte (N) y Sur (S).

Figura 1. Imagen composición NOAA-AVHRR. La cuenca del Paraná y el área

de estudio. (Ver en CD)

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Para cada unidad de paisaje se obtuvieron los valores promedio de cada muestrapor mes para cada año a partir de las imágenes. En base a éstos se calculó el valorpromedio de NDVI para cada uno de los meses (correspondientes a 20 años) y el desvíoestándar de dicho valor. El valor obtenido y los valores calculados fueron graficadosen función del tiempo.

Se confeccionó una base de datos de la precipitación y el nivel del agua de los ríoscorrespondientes al lapso de tiempo de las imágenes utilizadas. Los datos mensualesde precipitaciones fueron obtenidos de la siguiente dirección web: http:// lwf.ncdc.noaa.gov/oa/pub/data/ghcn/v2/ghcnftp.html, pertenecientes a las estacionesmeteorológicas de Gualeguaychú, Rosario y Buenos Aires. Los datos del nivel de aguamensual promedio y por año para los puertos de Diamante, Victoria, Rosario y SanPedro, fueron provistos por el INA (Instituto Nacional del Agua). En base a estos pro-medios se calculó la media mensual (medida en 20 años) y su desvío estándar.

Se analizó el comportamiento del índice en las diferentes unidades de paisaje y se losrelacionó con las precipitaciones y el nivel del agua del Río Paraná. Los eventos del Niño

abarcaron: 1) desde abril de 1982 hasta julio de 1983; 2) desde agosto 1986 hasta febrero1988; 3) desde marzo 1991 hasta julio 1992; 4) desde febrero hasta septiembre de 1993;5) desde junio 1994 hasta marzo 1995; y 6) desde abril 1997 hasta junio de 1998.

ResultadosSe presentan los resultados del comportamiento del índice en verde en el lapso de

tiempo estudiado y el análisis de las variables ambientales para cada una de las unida-des. En todos los gráficos de NDVI en el tiempo, las barras de error (desvío estándardel promedio mensual) representan la variabilidad esperada en cada mes para dichoíndice y los recuadros identifican los distintos eventos de El Niño. En las curvas dealtura del río, las barras de error (desvío estándar del promedio mensual) representanla variabilidad esperada en cada mes.

Comportamiento de los valores de NDVI en la Unidad ALa curva de NDVI de la Unidad A (Figura 2) pudo dividirse en dos períodos en fun-

ción de sus tendencias. En el primer período, desde julio de 1981 hasta julio de 1992,los valores de NDVI no presentaron un patrón definido en los años 1985, 1986 y 1990,caracterizándose por comportamiento irregular. Los valores de NDVI mínimos extraor-dinarios fueron registrados en este período, como por ejemplo el año 1983. En el se-gundo período, julio de 1992 a diciembre de 2000, se observó un patrón caracterizadopor presentar los valores mínimos durante el otoño- invierno (abril a octubre) y losmáximos en primavera-verano (octubre a abril).

El análisis de los valores de NDVI y la ocurrencia de los eventos del Niño evidenció

diferencias en las respuestas de los primeros, tanto en la duración como en la intensi-dad. Así, el evento producido desde abril de 1982 hasta julio de 1983 se relacionó con

Figura 2. Curva de NDVI de la Unidad A en función del tiempo. (Ver en CD)

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380   Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

una disminución pronunciada en los valores de NDVI, desde enero de 1983 hasta octu-bre de 1984. Es decir, la respuesta se manifestó durante 22 meses y si bien se solapódurante un lapso de tiempo con éste, estuvo desfasada en el inicio y en el final delregistro. Durante el evento de 1991-1992 el NDVI presentó un mínimo extraordinariocon una duración de 2 meses (julio-agosto de 1992). El comportamiento de la curva deNDVI no mostró respuesta frente al los Niños de 1986-1987, 1993 y 1997-1998.

Comportamiento de los valores de NDVI en la Unidad BEn la curva de NDVI de la Unidad B (Figura 4) pudieron identificarse 4 períodos enfunción del comportamiento de los valores. El primer período (julio de 1981-Octubrede 1988) presentó un patrón regular con valores mínimos en otoño-invierno y máxi-mos en primavera-verano, con excepción del mínimo extraordinario registrado entrefebrero de 1983 y mayo de 1984. El segundo período (octubre de 1988 - mayo de 1992)presentó valores de NDVI altos y prácticamente constantes. En el tercer período (mayode 1992-Abril de 1994) se registró el segundo mínimo extraordinario, no se observó unpatrón diferencial. El último período (enero de 1995/ diciembre de 2000) presentó unadisminución y una amplitud mayor en los valores de NDVI.

Figura 3. Altura del nivel del agua del Río Paraná en el puerto de Diamanteen función del tiempo. (Ver en CD)

Figura 4.  Curva de NDVI de la Unidad B en función del tiempo.(Ver en CD)

El análisis conjunto de los valores de NDVI con la ocurrencia de los eventos de ElNiño mostró diferencias en las respuestas de los primeros, tanto en duración como enintensidad. El Niño de 1982-1983 se manifestó entre abril de 1982 y julio de 1983 yprodujo una disminución pronunciada en el NDVI desde febrero de 1983 hasta mayode 1984. La respuesta se manifestó durante 16 meses y si bien hubo un período de

solapamiento con el evento, la respuesta estuvo desplazada en el inicio y en el final.Durante el evento de 1991-1992 los valores de NDVI presentaron mínimos extraordi-narios con una duración 3 - 4 meses. El comportamiento de la curva de NDVI no mos-tró respuesta frente a los Niños de 1986-1987, 1993 y 1997-1998.

Las curvas de la altura del río (Figura 5) presentaron crecidas extraordinarias. EnVictoria: desde diciembre de 1981 a septiembre de 1982, de enero a septiembre de1983 y desde junio a agosto de 1992.....

Comportamiento de los valores de NDVI en la Unidad B En la Unidad D las curvas de comportamiento de la porción S y la N mostraron

diferencias (Figura 6 y 7).

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Figura 6.  Curva de NDVI de la Unidad D-Sur en función del tiempo.(Ver en CD)

Figura 5. Altura del nivel del agua del río en el puerto de Victoria en función del tiempo.(Ver en CD)

En la curva de NDVI de la unidad D-S (Figura 6) se diferenciaron dos períodos. Elprimero (julio de 1981-abril de 1994) caracterizado por un comportamiento irregular,con oscilaciones de pequeña amplitud desde octubre de 1984 hasta mayo de 1986 ydesde noviembre de 1989 hasta mayo de 1992. En cambio, el segundo (enero de 1995-diciembre de 2000) presentó un patrón anual donde los mínimos se observaron enotoño-invierno (abril a octubre) y los máximos en primavera-verano (octubre a abril).

El análisis conjunto de los valores de NDVI con los eventos de El Niño de 1982-1983y el de 1991-1992 mostró un desplazamiento entre los valores (mínimos) y la ocurren-cia de los eventos (Figura 6) . Para el resto de los eventos de El Niño no se observó una

respuesta.La curva de NDVI de la unidad N (Figura 7) no evidenció un patrón anual. Se carac-

terizó por un mayor número de valores mínimos extraordinarios (marzo de 1983-oc-tubre de 1984, mayo-septiembre de 1986, junio-octubre de 1987 y mayo-septiembrede 1992). También presentó valores mínimos dentro del rango de variabilidad espera-do, pero menores a los registrados en la unidad D-Sur.

Figura 7. Curva de NDVI de la Unidad D-Norte en función del tiempo.(Ver en CD)

Los valores mínimos extraordinarios se presentaron solapados y/o con retardo a laocurrencia de algunos eventos de El Niño y presentaron diferencias en sus respuestas,en su duración y en su intensidad. Los valores de NDVI de la Unidad D-N presentarondistinta respuesta frente a los eventos de El Niño. Así, El Niño de abril de 1982 a julio de1983 produjo una disminución pronunciada en el NDVI desde marzo de 1983 a mayo de1984, esta respuesta presentó un solapamiento parcial con el evento y un retardo. En

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382  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

Figura 8..... Altura del nivel del agua del río Paraná en el puerto de San Pedroen función del tiempo.(Ver en CD)

Comportamiento de los valores de NDVI en la Unidad ELa curva del NDVI de esta unidad (Figura 9) presentó un patrón anual con valores

mínimos que se registraron en el otoño-invierno y máximos en primavera-verano. Seobservaron tres valores mínimos extraordinarios: marzo de 1983 - abril de 1984 ; juliode 1987 y junio - agosto de 1992.

La respuesta en el comportamiento de la curva de NDVI respecto al evento de ElNiño de 1982-1983 estuvo retardada y solapada parcialmente. El evento de 1986-1988se relaciona con un mínimo extraordinario de un mes en la curva de NDVI. En tantoque la respuesta frente a El Niño de 1991-1992 fue una disminución de los valoresdurante 3 meses . Los eventos de 1993, 1994-1995 y 1997-1998 no modificaron el com-

portamiento de los valores de NDVI .

Figura 9.  Curva de NDVI de la Unidad E en función del tiempo.(Ver en CD)

El análisis del nivel del agua del Río Paraná (Figura 10) mostró dos crecidas extraor-

dinarias (diciembre de 1982 - septiembre de 1983 y mayo - agosto de 1992).

tanto que, durante el evento 1986-1988, la curva del NDVI mostró dos mínimos extraor-dinarios (junio-julio de 1986 y julio de 1987) y frente a El Niño de 1991-1992 sólo seobservó un mínimo extraordinario durante 4 meses (junio-septiembre de 1992). El NDVIno mostró respuesta frente a los eventos de 1986-1987, 1993 y 1997-1998.

Las curvas de la altura del río (Figura 8) presentaron crecidas extraordinarias: desdeenero de 1983 a enero de 1984 y desde junio agosto de 1992.

Figura 10. Altura del nivel del agua del río Paraná en el puerto de Rosarioen función del tiempo. (Ver en CD)

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Figura 11.  Curva de NDVI de la Unidad F en función del tiempo. (Ver en CD)

 La curva de NDVI de la Unidad F fue la única que pudo relacionarse con las precipi-taciones locales (Figura 12) donde se observó un defasaje de un mes entre ambas cur-

vas (a mínimos de precipitaciones le correspondieron mínimos en el valor del NDVI enel mes posterior).

Figura 12.  Curva de NDVI para la unidad F (línea llena) y de las precipitaciones mensuales(línea punteada) con un mes de defasaje entre sí en función del tiempo.(Ver en CD)

Comportamiento de los valores de NDVI en la Unidad IEl comportamiento de la curva del NDVI (Figuras 13 y 14) presentó un patrón anual

cuyos valores mínimos se registraron en los meses de invierno (junio a septiembre)mientras que los máximos se presentaron en primavera-verano. Se observaron dife-rencias entre la porción N y la porción S dado que en la última se registraron valoresmínimos extraordinarios (julio de 1984, junio de 1988, y junio-julio de 1993) no regis-trados en la porción N.

Comportamiento de los valores de NDVI en laUnidad FLos valores NDVI (Figura 11) presentaron un patrón anual. La tendencia fue presen-

tar dos valores mínimos en los meses de invierno, y en el verano (en los años 1982,1983, 1984, 1987, 1988, 1989,1990, 1996 y 2000). En esta unidad el comportamiento delNDVI no se modificó por los eventos de El Niño.

Figura 13.  Curva de NDVI de la Unidad I Sur en función del tiempo. (Ver en CD)

Los valores mínimos extraordinarios se presentaron sólo en la porción Norte y du-rante la ocurrencia del evento del Niño de 1982-1983 (junio-agosto de 1983).

DiscusiónLos resultados indican que a pesar de la poca resolución de la imagen (8 Km de

pixel) el comportamiento del NDVI permite diferenciar las distintas unidades de paisa- je del Delta del Río Paraná.

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384  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

Figura 14.  Curva de NDVI de la Unidad I Norte en función del tiempo.(Ver en CD)

En las unidades A, B, D Sur, E e I se pudieron diferenciar períodos determinados porel comportamiento diferencial de la curva del índice verde. Algunos de los cuales,debido al patrón que presentaron podrían relacionarse con la dinámica de la biomasaverde en pie. El patrón anual se caracterizó por presentar los valores mínimos de NDVIen otoño–invierno y máximos en primavera–verano correspondiéndose con la menorbiomasa verde en pie en el primer caso y con la mayor, en el segundo. Esta dinámicapuede relacionarse con las variaciones de condiciones ambientales que determinan eldesarrollo de la vegetación durante los meses de otoño e invierno (adversas) y favora-bles en los meses estivales.

Como se ha indicado, en el caso de la Unidad F, el comportamiento regular de lacurva de NDVI mostró un mínimo en el invierno y otro mínimo en la mayoría de losmeses estivales. Según Málvarez (1997) el régimen hidrológico de esta unidad estádeterminado exclusivamente por las precipitaciones locales lo que implica que pue-dan producirse períodos de escasez de agua en verano. El análisis de la curva de preci-pitaciones mostró una tendencia a presentar mínimos en verano y un defasaje en losvalores mínimos NDVI, hecho que podría vincularse a la dinámica de la biomasa en piede esta unidad.

En las unidades A, B, D y E se contó con los datos de la altura del río y cuando seanalizó esta variable en relación al comportamiento del NDVI se observó que, inde-pendientemente de la estación del año, el patrón hidrológico solapa o genera un efec-to sinérgico sobre el primero. Esto se evidencia cuando los períodos de crecidas ex-traordinarias de los ríos se relacionan con los períodos de los valores mínimos extraor-dinarios en la curva de NDVI. Esta distorsión en la señal estaría dada por las inundacio-nes generadas por las crecidas de los ríos. Así por ejemplo: analizando las curvas deNDVI y de la altura del agua en Rosario, se observa que los mínimos extraordinarios enel NDVI (Marzo 1983/Abril 1984) se corresponden con las crecidas extraordinarias delrío (diciembre de 1982-septiembre de 1983).

Los diferentes eventos de «El Niño» se expresan con diferente intensidad y dura-ción en la región y además su manifestación en las unidades de paisaje no es homogé-

nea. El Niño que presentó mayor respuesta en los valores del NDVI fue el de 1982-1983, que no fue registrado por la Unidad I y F. La unidad que mayor respuesta pre-sento fue la A diminuyendo el efecto hacia las unidades próximas al Río de la Plata. Apesar de que se ha caracterizado al evento de 1997-1998 como de igual magnitud alevento de 1982-1983 no ha tenido efectos sobre el comportamiento del NDVI en nin-guna de las unidades.

Este trabajo presenta los primeros resultados obtenidos a partir de la base de datosdisponible haciendo hincapié en el comportamiento particular de cada unidad. Espe-ramos a futuro avanzar con un enfoque integrador de los resultados.

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Relaciones entre la riqueza y la composiciónflorística con el tamaño de fragmentos

 de pastizales en la Pampa Austral, Argentina

Lorena Herrera1,2 y Pedro Laterra 2

1Fac. de Ciencias Agrarias, Universidad Nacional de Mar del Plata.EEA Balcarce, INTA; 2Becaria del Conicet

[email protected] 

ResumenLa subregión más austral de la región pampeana (Pampa Austral), ha sido severa-

mente fragmentada por la agricultura y la ganadería sobre pasturas cultivadas, mos-trando un fuerte contraste entre fragmentos de pastizal natural (comunidades de

flechillar  y pajonal de Paspalum quadrifarium ) restringidos a lomas con roca en super-ficie (cerrilladas ), y la matriz agrícola que los rodea. Como consecuencia del procesode fragmentación, el valor de conservación de estos pastizales puede ser afectadonegativamente a través de invasiones por especies exóticas consideradas malezas y deextinciones de especies nativas perennes de buen valor forrajero. Este trabajo analizala relación entre el tamaño de los fragmentos (variable del paisaje) y las variablesmedidas a escala local indicadoras de la historia de uso (altura del pajonal de Paspalum quadrifarium , altura media del flechillar y altura del material seco acumulado en am-bos tipos de vegetación -variables de uso), con la riqueza y la composición florística de24 fragmentos de pastizal de los partidos de Lobería, Balcarce y Tandil. Los análisis deregresión múltiple entre la riqueza de especies totales, de nativas y de exóticas (medi-das en parcelas anidadas con 1000 m2 de superficie máxima) y la variable de paisaje y

de uso demostraron que tanto la variable del paisaje como las variables de uso noexplican la riqueza de especies a la superficie máxima de observación pero afectan ladistribución espacial de esa riqueza (pendientes de la curva riqueza-área). Por mediode una serie de Análisis Discriminantes de fragmentos agrupados según su tamaño sedetectaron diferencias florísticas entre fragmentos chicos (<10 Ha), medianos (entre10 y 100 Ha) y grandes (>100 Ha). Entre las especies de mayor valor discriminantecaracterísticas de los fragmentos chicos aparecen Briza brizoides , Aristida   sp., Linun usitatissimum   y Cuphea   glutinosa ; mientras que Stipa caudata , Deyeuxia viridiflavescens , Tessaria absinthioides, Eupatorium bupleurifolium , entre otras, sonespecies características de los fragmentos grandes. Carduus acanthoides  y Leontodon nudicaule  fueron las únicas dos especies características de los fragmentos de tamañointermedio. Las variables indicadoras de historia de uso no mostraron diferencias sig-

nificativas entre los grupos de tamaño de fragmentos, sugiriendo que el efecto deltamaño sobre la composición florística no es un mero reflejo de diferencias en el usodependientes del tamaño de los fragmentos. Los resultados obtenidos constituyenuna primera aproximación al estudio del impacto de la fragmentación del paisaje so-bre la diversidad, la composición florística, y a través de ella, sobre el potencial pro-ductivo de pastizales pampeanos.

AbstractThe southernmost unit of the Pampas grasslands (Pampa Austral), has been severely

fragmented by agriculture and by arable pastures. This landscape shows a strongcontrast between remnants of native vegetation (communities characterized by Stipa spp. and Piptochaetium  spp., hereafter «flechillar» and communities strongly dominated

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by Paspalum quadrifarium , hereafter «pajonal») restricted to hills with rock in surface(cerrilladas ) and the neighboring agricultural matrix. Due to the fragmentation process,the conservation value of these grasslands can be negatively affected through invasionsby exotic species (mostly of them considered as weeds) and extinctions of nativeperennial species of good forage value. This work analyzes the relation betweenfragments size (landscape variable), and proxies of management history (use varia-bles) measured at local scale (height of pajonal, mean height of the flechillar andheight of the accumulated dead biomass, litter), with richness and floristic compositionof 24 fragments of Lobería, Balcarce and Tandil counties (province of Buenos Aires).Multiple regression analyses indicated that neither landscape variable nor use varia-bles explained the variation in total species richness, and natives and exotics speciesrichness (measured in nested plots of 1000 m2 maximum surface), but affected thespatial variation (distribution) of exotic species richness (slope of species-area curvemodel). Discriminants Analyses of fragments grouped according to their size, allow todetect florist differences between small fragments size (< 10 Ha), medium fragmentssize (10-100 Ha) and larger fragments (> 100 Ha). Among species of high discriminantvalue characteristic of small fragments appear: Briza brizoides , Aristida   sp., Linun 

usitatissimum  and Cuphea glutinosa ; while Stipa caudata , Deyeuxia viridiflavescens ,Tessaria absinthioides , Eupatorium bupleurifolium , among others, were chatacteristicsof larger fragments. Fragments of intermediate size were characterized by the coverof Carduus acanthoides  and Leontodon nudicaule . Use variables did not differ betweenfragments grouped by size, suggesting that size effects were not merely reflectingsize-dependent variations in current and past management. This study represents thefirst attempt to apply landscape ecology for understanding the impact of landscapefragmentation on diversity, species composition and productive potential of pampeangrasslands.

IntroducciónLa fragmentación del paisaje es el proceso que ocurre cuando un tipo de comuni-

dad o de hábitat se subdivide en partes más pequeñas (parches o fragmentos), ya seapor un disturbio natural o bien por acción del hombre (Forman, 1995). Este procesotiene un impacto importante sobre la supervivencia de las especies vegetales (Saunderset al., 1991; Tilman et al., 1994; Hanski y Ovaskainen, 2000), y es una de las principalescausas de la disminución de la biodiversidad en el mundo (Vitousek et al., 1997). Otrasde las consecuencias importantes de la fragmentación es la reducción de la conectividadentre parches remanentes, lo cual tiene consecuencias negativas a nivel local y regio-nal (Forman, 1995).

La aplicación de la teoría de Biogeografía de Islas (MacArthur y Wilson, 1967) a loshábitats isla terrestres (Diamond, 1976; Quinn y Harrison, 1988) predice que la frag-mentación debería conducir a la reducción en el número de especies presentes. El

modelo de MacArthur y Wilson asume que las comunidades se presentan en un estadode equilibrio; las poblaciones resultan de un balance entre las tasas de inmigración yde extinción, lo cual es función del área y de la distancia a una fuente de propáguloscontinental. Desde este punto de vista, la historia, la heterogeneidad espacial y losfactores estocásticos, así como también las perturbaciones ambientales tienen poco oningún efecto sobre los tamaños de las poblaciones (Wu y Loucks, 1995). Sin embargo,varios estudios han demostrado la importancia de estos factores. Por ejemplo, Brown(1971) encontró que los factores históricos son importantes en la distribución de pe-queños mamíferos en algunas regiones; mientras que Loucks (1970) encontró que ladiversidad es baja en los estadios tempranos de la sucesión, alta en estadios interme-dios y baja en los estadios climáxicos. En consecuencia, la teoría de Biogeografía deIslas por sí sola puede fallar en explicar la riqueza en especies.

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Por otro lado, las respuestas a la fragmentación dependen del tiempo a partir delcual se ha producido dicho proceso. Se espera que los fragmentos recientemente frag-mentados sigan perdiendo especies, proceso que puede continuar por períodos relati-vamente cortos de tiempo en la ausencia de manejo (Soule et al., 1988; Saunders,1989). Se espera que los remanentes que presentan mucho tiempo de aislamiento,hayan perdido una proporción de las especies originalmente presentes y ganado uncomponente adicional de especies invasoras capaces de establecerse en los sistemasfragmentados. De esta manera, es erróneo considerar solamente el número de espe-cies y no la composición de especies cuando se discute la diversidad de especies en loshábitat fragmentados: el número de especies pueden incrementarse potencialmenteen los sistemas fragmentados donde se pueden establecer especies invasoras y corres-pondiente a los bordes, pero el número de especies originalmente en el área puededeclinar continuamente (Murphy, 1989; Webb, 1989).

En Sudamérica, las extensas planicies ocupadas por los pastizales del Río de La Plata(Soriano et al., 1991), han sido reemplazadas por cultivos después de la colonizacióneuropea en la primera mitad del siglo XVI. Hoy en día, solamente un tercio de las áreas

en las provincias pertenecientes a la Pampa (Argentina) están cubiertas por pastizalesque en muchos casos aún preservan la fisonomía original (Bilenca y Miñarro, 2004). Enla unidad más austral de la región, la Pampa Austral, los pastizales remanentes sedistribuyen principalmente sobre lomas (cerrilladas) donde la presencia de roca y lossuelos pocos profundos hacen imposible el uso de arados para cultivar (Fig. 1). Lascerrilladas están caracterizadas principalmente por dos tipos de comunidades vegeta-les: el pajonal, dominado por el pasto alto Paspalum quadrifarium  que forma doselesaltos y densos (Frangi, 1975), y el flechillar dominado por «flechillas» de los génerosStipa y Piptochaetium , que junto con otros pastos de los géneros Melica, Briza, Bromus,Eragrostis   y Poa   consituye una comunidad máspalatable para los herbívoros que la anterior(Frangi, 1975).

Ninguno de los fragmentos de cerrilladas hasido protegido con el objetivo de conservar labiodiversidad remanente. En 2004, algunas deestas cerrilladas fueron identificadas como ÁreasValiosas del pastizal (AVP) por Fundación VidaSilvestre (Bilenca y Miñarro, 2004). Consideran-do la importante disminución de los pastizales enlas Pampas de Argentina, es razonablecuestionarse el valor de conservación de los frag-mentos remanentes.

El objetivo de este trabajo fue relacionar eltamaño de los fragmentos (variable del paisaje)y las variables medidas a escala local indicadorasde la historia de uso (altura de P. quadrifarium ,altura media de la vegetación y altura de la bro-za acumulada -variables de uso), con la riqueza yla composición florística de 24 fragmentos de lospartidos de Lobería, Balcarce y Tandil.

MetodologíaÁrea de estudioLas cerrilladas están localizadas en la porción

Figura 1. Área de estudio en el sectorcomprendido por el Sistema Serrano deTandilla (figura arriba a la derecha). La

figura de abajo muestra las cerrilladasrelevadas en este estudio. Las líneas en-teras señalan los relevamientos de di-ciembre de 2001 y enero de 2002; laslíneas de puntos, señalan losrelevamientos de diciembre de 2002 yenero de 2003. (Ver en CD)

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Sudeste de los pastizales del Río de la Plata, y presentan una distribución periférica entorno a un sistema de montañas de 300-500m y sierras bajas inferiores a 300m conoci-do como Sistema de Tandilia (Fig. 1). Los suelos son principalmente Argiudoles Típicosy Paleustoles Petrocálcicos. El uso de la tierra en esta sub-región está caracterizadopor cultivos anuales y pasturas perennes implantadas. El clima es templado húmedo

con precipitación media anual de 800 mm, y temperatura media anual de 14°C (Soria-no et al., 1991). La vegetación nativa de está región está caracterizada por especiestales como Stipa neesiana , S. clarazzi , S. trichotoma, S. tenuis, S. ambigua, S. caudata,Piptochaetium napostaense, P. montevidense, P. cabrerae, Briza subaristata y  B.brizoides , entre los pastos. Las dicotiledóneas herbáceas son abundantes e incluyen aespecies tales como Oxalis articulata , Eryngium nudicaule , Baccharis ruffescens ,Hypochaeris radicata , Achyrocline satureioides , Sida flavescens , Gomphrena perennis ,Adesmia incana . Y entre las especies arbustivas: Colletia paradoxa , Discaria longispina,Baccharis tandilensis, Eupatorium buniifolium  (para más descripción de estas comuni-dades ver Frangi, 1975; Soriano et al., 1991).

Selección de los sitios de muestreo

Durante diciembre de 2001 y enero de 2002, se relevaron 12 cerrilladas ubicadas encercanías de la localidad de Napaleufú (Partido de Balcarce) (Fig. 1). Durante diciem-bre de 2002 y enero de 2003 fueron completados los relevamientos (un total de 24cerrilladas) ubicados en los alrededores de las localidades de San Manuel (Partido deLobería), Tandil y Gardey (Partido de Tandil) (Fig. 1). La división del muestreo en dosaños se debió a que en el primer año, los muestreos comenzaron a realizarse a media-dos de diciembre y ya en enero las especies vegetales presentaban un estado avanza-do siendo difícil la identificación de las mismas. Los fragmentos con total ausencia dePaspalum quadrifarium , así como aquellos transformados por la aplicación de herbici-das, por la introducción deliberada de especies forrajeras, o cuyo nivel de pastoreodificultaba la identificación de las especies, no fueron considerados.

Caracterización espacial de los fragmentos seleccionadosLos fragmentos de pastizal remanente seleccionados fueron digitalizados enArcView 3.2 a partir de una imagen Landsat TM5 del 26 de agosto de 1998. La versiónraster de esta digitalización fue corrida en FRAGSTAT (Mcgarigal y Marks, 1994) parael cálculo del área de cada una de las cerrilladas.

Relevamiento de los fragmentos seleccionadosSe utilizó el diseño de muestreo anidado de Whittaker modificado por Stohlgren et

al. (1995, 1998). El mismo consiste en una parcela principal de 50 x 20m (1000m2), 1 sub-parcela de 20 x 5m (100m2), 2 sub-parcelas de 5 x 2 m (10 m 2), y en este caso, 4 sub-parcelas de 2 x 0.5 m (1 m 2). (Fig. 2). En la ladera este-noreste de cada cerrilladaseleccionada, se delimitó la parcela de 20 x 50m con su lado mayor perpendicular a la

pendiente, y en una posición intermedia entre la cota superior de la cerrillada y elborde o frontera del fragmento con los campos cultivados. La posición final de laparcela se definió procurando que ésta incluyera una cobertura de Paspalumquadrifarium superior al 5% pero inferior al 20%. En cada escala (1m2, 10m2, 100m2 y1000m2) se registró la composición florística y además, en la parcela principal se clasi-ficaron a las especies según su abundancia (%) en 10 categorías de cobertura median-te apreciación visual (según la escala de Domin-Krajima), donde 1=rara, 2<1%, 3=1-5%, 4=5-10%, 5=10-25%, 6=25-33%, 7=33-50%, 8=50-75%, 9>75%, y 10 aprox 100%(Mueller-Dombois y Ellenberg, 1974). Para tener una estimación de las variablesindicadoras de uso, se midió el espesor del material seco acumulado (broza) en lasintermatas de la fase pajonal y del flechillar (matriz); la altura máxima del dosel del

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pajonal, y la altura máxima del do-sel de la matriz en 5 puntos al azaren cada caso, introduciendo una cin-ta métrica en la cual se marcaba laaltura o espesor máximo que alcan-

zaba la broza, el pajonal y la matriz.Las especies fueron agrupadas segúnel origen (nativo y exótico).

El diseño de muestreo anidadopermite hacer mejores estimacionesde los patrones de diversidad de lasespecies a través del análisis a múlti-ples escalas. De esta manera, paracada fragmento se construyó la curva log(riqueza)-log(área) con la riqueza en espe-cies obtenidas a las distintas escalas del muestreo (1m2, 10m2, 100m2, 1000m2). Las pen-dientes (P) obtenidas para los 24 sitios constituyen un índice útil como medida de

riqueza.

Análisis de los datosLa variación de la riqueza total (S) en la parcela principal, y la variación de las pen-

dientes (P) calculadas, fueron analizadas mediante modelos de regresión múltiple. Comovariables independientes se utilizaron la variable de paisaje (área del fragmento) y lasvariables indicadoras de la historia de uso (altura del pajonal de Paspalum quadrifarium ,altura media del flechillar y altura del material seco acumulado en ambos tipos devegetación).

Para analizar los efectos de las variables del paisaje corregidas por las variables deuso, se realizó un modelo de regresión múltiple con todas las variables tanto espacial

como de uso (modelo completo, mc), y a este modelo se le restó un modelo reducido(mr) con sólo las variables de uso. De esta manera, se calcula un nuevo estadístico F quepermite analizar el efecto de la variable del paisaje corregidas por las variables de uso:

F = [(SCRmc

 – SCRmr

) / (glmc

 – glmr

)] / (SCEmc /glerror

mc)

donde, SCR corresponde a la Suma de Cuadrados de la Regresión y SCE, corresponde ala Suma de Cuadrados del Error. El análisis se repitió para las especies agrupadas segúnel origen (nativas - exóticas). Se analizaron los residuos de las regresiones para confir-mar normalidad y homogeneidad de varianza.

Para caracterizar a los grupos de tamaño de fragmentos según la composiciónflorística, se realizó un análisis de Componentes Principales con el total de especiespor parcela principal; y con un número de componentes cuya varianza acumuladarepresentara más del 85 % de la variación total, se realizó un Análisis Discriminante defragmentos agrupados según su tamaño (fragmentos chicos: <10 Ha; fragmentos me-dianos: 10-100 Ha, y fragmentos grandes: >100 Ha). Como medida de la contribuciónde cada variable original a la función discriminante, se correlacionó cada variable ori-ginal con las variables discriminantes (VD) correspondientes. Para analizar la posibleinfluencia de las variables de uso sobre la composición florística de los fragmentosagrupados por tamaño, se realizaron análisis de la varianza.

Figura 2. Diseño de muestreo anidado deWhittaker modificado por Stohlgren et al. (1995).

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ResultadosRelación de las variables indicadoras de uso y tamaño de de los fragmentos con la

diversidad de especies.

Los análisis de regresión múltiple demostraron que la variable del paisaje no contri-

buyó a explicar la variación de los distintos estimadores de la riqueza (riqueza (S) de laparcela principal, ni la pendiente (P) de la curva log(riqueza)-log(área)), tanto para lariqueza total de especies como para la riqueza de las especies nativas y exóticas (Tabla1). Sin embargo, las variables de uso resultaron significativas en explicar la variaciónde la pendiente (P) de la curva correspondiente a las especies exóticas (Tabla 1).

Caracterización de los fragmentos según la composición florística.A partir del análisis de Componentes Principales, se utilizaron los 16 primeros com-

ponentes (85.04% de la variabilidad total) como variables en el Análisis Discriminante.Se detectaron grupos de especies de valor discriminante entre los fragmentos de dis-tinto tamaño (Fig. 3, Tablas 2 y 3). Los dos ejes obtenidos a partir del Análisis Discrimi-nante (variables discriminantes, VD) discriminaron los grupos de tamaños de frag-

mentos en forma significativa (VD1: F= 86.59, p<0.0001; VD2: F= 26.55, p<0.0001). Elprimer eje discriminante permitió discriminar los tamaños de fragmentos pertenecientesal grupo 1 (<10 Ha) y al grupo 2 (entre 10 y 100 Ha). Caracterizaron a los fragmentos

Tabla 1. Resultados de los análisis de re-gresión múltiple, con la riqueza (S) deespecies, y la pendiente (P) de la curvalog(riqueza)-log(área) como estimadoresde la riqueza.

F   p

S total

Análisis completo 1.29 0.32Análisis uso   2.66 0.08

Completo -uso 0.64 0.67P S total

Análisis completo 1.87 0.15Análisis uso   2.77 0.07

Completo-uso 1.23 0.35S nativas total

Análisis completo 0.93 0.52Análisis uso   0.81 0.50

Completo -uso 1.00 0.45P nativas

Análisis completo 1.10 0.42Análisis uso   1.51 0.24

Completo -uso 0.88 0.52S exóticas

Análisis completo 0.64 0.73Análisis uso   1.56 0.23

Completo -uso 0.28 0.92P exóticas

Análisis completo 2.70 0.05Análisis uso   3.58 0.03*

Completo-uso 1.74 0.19

Tabla 2. Coeficientes de correlación de Pearson (R )calculados entre la primera variable discriminante(VD1) y las variables originales correspondientes alanálisis con los grupos de tamaño de fragmentos(Ver Fig. 3 para su interpretación). Se presentan sólolas variables que resultaron significativas en discri-

minar los grupos de tamaños.

Variable

Briza brizoidesEragostis sp. Aristida sp.

Physalis viscosaCuphea glutinosa

Piptocahetium stipoides var. verruculosumLinum usitatissimum

Setaria geniculataTurnera pinnatifera

Centaurium pulchellumMatriarca chamomilla Ambrosia tenuifoliaBaccharis ruffescens

Cyperus reflexusEryngium nudicaule

Hypochaeris pampasicaOenonthera sp.

Schizachyrum sp.Danthonia montevidensis

Carduus acanthoidesLeontodon nudicaule

R

0.54

0.54

0.51

0.49

0.47

0.47

0.45

0.44

0.44

0.430.43

0.42

0.42

0.42

0.42

0.42

0.42

0.42

0.41

-0.52

-0.41

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menores de 10 Ha: Briza brizodes , Eragrostis  sp., Asis- tida   sp., Piptochaetium stipoides var verruculosum,entre otras (dentro de las

monocotiledóneas), yPhysalis viscosa , Cuphea glu- tinosa , Linum  usitatissimum ,entre otras (dentro de las di-cotiledóneas) (Tabla 2). Entotal, 14 perennes nativas,3 anuales exóticas y 2 pe-rennes exóticas caracteri-zaron los fragmentos de ta-maños pequeños. Carduus acanthoides   y Leontodon nudicaule  fueron las únicas

dos especies características de los fragmentos de tamaño intermedio (entre 10 y 100Ha), mientras que Stipa caudata , Deyeuxia viridiflavescens , Tessaria absinthioides,Eupatorium bupleurifolium , entre otras, caracterizaron los fragmentos de tamañosmayores a 100 Ha (Tabla 3). En total, los fragmentos de tamaños más grandes resulta-ron caracterizados por 9 especies perennes nativas, 4 especies perennes exóticas, y 3especies anuales exóticas.

Características de los fragmentossegún las variables de uso

Las variables indicadoras de historia de usono mostraron diferencias significativas entrelos grupos de tamaño de fragmentos (p>0.05),

sugiriendo que el efecto del tamaño sobre lacomposición florística no es un mero reflejode diferencias en el uso dependientes deltamaño de los fragmentos.

DiscusiónA pesar del importante rango de tama-

ño de fragmentos analizado, no se encon-traron relaciones significativas entre la ri-queza de especies con el aumento del área,como predice la teoría de Biogeografía deIslas (McArthur y Wilson, 1967). Estos resul-tados no son los primeros en reportar unaausencia de la relación entre el área del frag-mento y la diversidad (Westman, 1983;Jonson, 1986; Haig et al., 2000), por eso esimportante destacar que la relación positi-va entre diversidad y área de fragmento, noes universal. Un importante número de tra-bajos discuten la respuesta de la riqueza deespecies al área del hábitat dentro del con-texto de la teoría de Biogeografía de Islas, ynumerosas hipótesis han sido puestas a prue-

Figura 3. Distribución de los fragmentos agrupados según sutamaño en los dos primeros ejes del Análisis Discriminante.

Tabla 3.  Coeficientes de correlación dePearson (R ) calculados entre la segunda va-riable discriminante (VD2) y las variablesoriginales correspondientes al análisis conlos grupos de tamaño de fragmentos (VerFig. 3 para su interpretación). Se presentan

sólo las variables que resultaron significati-vas en discriminar los grupos de tamaños.

Variable RStipa caudata 0.81Deyeuxia viridiflavescens 0.68Tessaria absinthioides 0.57Eupatorium bupleurifolium 0.55Hypochaeris radicata 0.54Baccharis articulata 0.53

Saponaria sp. 0.53Linum usitatissimum 0.51 Adesmia incana 0.46Crepis setosa 0.46Piptochaetium brachyspermum 0.46Raphanus sativus 0.46Trifolium pratense 0.45Baccharis tandilensis 0.43Pavonia cymbalaria 0.43Silene gallica 0.41

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ba para explicar cómo la fragmentación influencia la organización de las especies den-tro de una comunidad (McArthur y Wilson, 1967; Diamond, 1976; Simberloff, 1976).Sin embargo, la evidencia de campo es altamente variable y no soporta ningún meca-nismo general (Connor y McCoy, 1979; Harris y Silva-Lopez, 1992). Esta falta de mode-lo general representa un problema para los manejadores, dado que el efecto de la

fragmentación no puede predecirse con certidumbre en cualquier hábitat donde seaestudiada, y debe ser examinada directamente caso por caso antes del diseño efectivode reservas naturales (Haig et al., 2000).

La falta de relación positiva entre fragmentación y diversidad ha sido explicada pordiferentes razones: 1) Algunos autores argumentan que si el proceso de fragmenta-ción ha ocurrido recientemente, los procesos que actúan a escala regional o del paisa- je no han tenido oportunidad de actuar (Kemper et al., 1999), 2) La historia de uso omanejo de fragmentos (pastoreo, fuego, aplicación de herbicidas) puede enmascararel impacto del tamaño y del aislamiento de fragmentos sobre la diversidad de espe-cies, 3) Por otro lado, también se ha argumentado que la falta de relación positivahallada en distintos estudios sobre fragmentación, puede deberse al tipo de diseño de

muestreo utilizado que no permitiría hallar tal relación si realmente existiera (Haig etal., 2000), 4) Muchas especies de pastizales presentan dispersión por semillas o bienforman bancos de semillas, que pueden resultar en un «efecto rescate», evitando así laextinción local, 5) Falta de fragmentos pequeños. Estos fragmentos son los que po-drían potencialmente presentar la mayor sensibilidad a los factores de fragmentaciónya que están sumamente sujetos a invasión (mayor razón perímetro:área) (Mcgarigaly Marks, 1994).

En este trabajo, la altura de la broza explicó la variación de la pendiente de la curvalog(riqueza) vs log(área) correspondiente a las especies exóticas. A mayor altura delmaterial seco acumulado, mayor pendiente de la curva para este grupo de especies.Esto indica que la incorporación de especies exóticas con el aumento del área de

muestreo es mucho más rápida con el aumento en el nivel de broza acumulada. Esdecir, los fragmentos cuyo nivel de acumulación de broza sugiere una menor frecuen-cia y/o intensidad de disturbios, presentan una heterogeneidad en la composición deespecies de grano más grueso (incrementos de S más bruscos en el espacio) que los demayor frecuencia e intensidad de disturbios.

Los efectos del tamaño de los fragmentos demostrados en este trabajo ponen enevidencia que la fragmentación del paisaje afecta la composición florística de lascerrilladas. Sin embargo, los fragmentos resultaron caracterizados por combinacioneslineales de grupos de especies con valor discriminante (aquellas con alto peso en lavariable discriminante) entre tamaños de fragmentos, y no por especies indicadoras(aquellas cuya sola presencia o ausencia depende fuertemente de las características de

fragmento). Más aún, mientras que se detectaron relaciones significativas entre com-binaciones lineales de especies con valor discriminante, esas mismas especies no pre-sentaron una relación univariada (de acuerdo a los resultados del discriminante) entresu abundancia y la variación continua del tamaño de los fragmentos.

En muchos hábitats fragmentados, el énfasis esta puesto en la conservación de losfragmentos grandes, con menor énfasis en la conservación de los fragmentos peque-ños por presentar desventajas por su tamaño (Higgs, 1981). En el caso estudiado, nohay una restricción clara de la riqueza de especies impuesta por el tamaño de frag-mento. En consecuencia las cerrilladas representan «islas de oportunidad» para elmantenimiento de la biodiversidad en la Pampa Austral. Por lo tanto, el desafió actuales demostrar los beneficios económicos de los servicios que proveen estos remanentes

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de vegetación natural, los cuales no deberían ser ignorados en ningún plan con obje-tivos de mejorar el estatus de conservación de esta vegetación amenazada.

Finalmente, los resultados obtenidos constituyen una primera aproximación al es-tudio del impacto de la fragmentación del paisaje sobre la diversidad, la composiciónflorística, y a través de ella, sobre el potencial productivo de pastizales pampeanos.

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Materiales arqueológicos y patronesespaciales: Tres años de trabajo

en la intersección entre la ecología

de paisajes y la arqueologíaSilvia D. Matteucci 1 y Vivian G. Scheinsohn 2

1CONICET-Grupo de Ecología del Paisaje y Medio Ambiente, FADU, UBA2 Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano

(INAPL), CONICET, [email protected]; [email protected] 

ResumenLos seres humanos viven y se mueven en el marco de paisajes. Así, los conceptos y

modelos desarrollados en la ecología de paisajes permiten analizar la conducta huma-na pasada a partir de los materiales arqueológicos que han quedado distribuidos en elpaisaje.

En el marco de la corriente que se dio en llamar Arqueología del Paisaje, en la déca-da del 90 algunos arqueólogos comenzaron a explorar las posibilidades que brinda-ban los conceptos y modelos desarrollados en la ecología de paisajes para explicar laconducta humana. Así, se produjo en la arqueología un desplazamiento desde consi-deraciones meramente espaciales y/o regionales, a la posibilidad de incluir las distribu-ciones de materiales arqueológicas dentro de un espacio calificado teóricamente comopaisaje.

En este caso presentamos algunos de los resultados alcanzados en la aplicación deconceptos y modelos de la ecología de paisajes a los trabajos arqueológicos realizadosen la Comarca Andina del Paralelo 42º (NO de la Provincia de Chubut – SE de la Provin-cia de Río Negro, Patagonia Argentina). Esta es un área con una densa cobertura vege-tal que dificulta la localización de materiales arqueológicos, por lo que el uso de estosmodelos es una herramienta clave para ubicar materiales arqueológicos que no sondirectamente «visibles». Nuestros trabajos han demostrado la relación existente entrala disposición de sitios con arte rupestre ya conocidos y corredores y parches de hábitatpostulados a partir de variables conductuales y ambientales, permitiendo así realizartrabajos de prospección intensivos en aquellas áreas donde el modelo predice la pre-sencia de materiales, con el consiguiente ahorro de tiempo y costos.

Palabras clave: modelos de hábitat, arqueología del paisaje, cazadores-recolectores,Patagonia

Abstract (Archaeological materials and spatial patterns: three years of work inthe intersection of landscape ecology and archaeology; S.D. Matteucci and V.G.Scheinsohn)

Human beings strive and move about landscapes. Thus concepts and modelsdeveloped in landscape ecology help analyzing past human behavior through thearchaeological deposits distributed within landscapes.

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During the 1990’s some archaeologists started to explore the possibilities offeredthe concepts and models developed in landscape ecology to explain human behavior,giving rise to a new school of thought: Landscape Archaeology. Thus, a shift frommere spatial or regional considerations took place in archaeology, and the focus waschanged to landscape.

In this paper we present some of the results obtained by applying these concepts toarchaeological studies in the «Comarca Andina del Paralelo 42º» (Nw of Chubut Provinceto SE of Rio Negro Province, Patagonia, Argentina). This area is covered by a denseforest that hinders the finding of archaeological materials; therefore, landscape ecologymodels may be useful lo help locating deposits that are not visible. Our work hasshown a relationship between the presence and spatial distribution of rock art andhabitat patches and corridors defined on the basis of behavioural and environmentalvariables. The predictive model reduces the area to be surveyed and thus helps to savetime and research costs.

Keywords: Habitat models, landscape archaeology, hunter-gatherers, Patagonia

IntroducciónLos seres humanos viven y se mueven en el marco de paisajes. Sin embargo, en el

campo de la arqueología, la categoría de paisaje no aparece sino a mediados del sigloXX. Los arqueólogos de principios de siglo XX solo se interesaban por los artefactos yel trabajo que hacían estaba vinculado con estos y sus asociaciones en sitios arqueoló-gicos. En la década del 60 comenzaron a mirar afuera de los sitios arqueológicos perosólo recientemente comenzaron a incorporar conceptos de la ecología del paisaje a sutrabajo (Bogucki, 1991; Rossignol y Wandsnider, 1992; Russell, 1995; Lanata, 1997; en-tre otros).

¿Qué hay en la encrucijada entre la ecología del paisaje y la arqueología? En primerlugar, seres humanos. Si bien son parte del reino animal, en general la antropología yla arqueología los trató de manera aislada e independientemente del resto del mundobiológico (Foley, 1984). Pero el supuesto subyacente en la intersección de la ecologíadel paisaje y la arqueología es que la especie humana es una más en el reino animal ypor lo tanto se ve afectada por los mismos procesos que afectan a las demás especies.Puesto en otras palabras, ciertas conductas pueden explicarse perfectamente comoexpresiones de un determinado tipo de animal, sin tener que apelar a ciertas caracte-rísticas particulares que le son propias.

Con esto no se niega la existencia de estas características en los seres humanos sinoque, metodológicamente y siguiendo un criterio parsimonioso, conviene explorar pri-

mero esa alternativa. También se sabe de la capacidad modeladora de paisajes de nues-tra especie en la actualidad. En general esto es atribuido a la capacidad tecnológicaque tenemos en el presente. Por ello, se piensa que los cazadores recolectores mante-nían, y mantienen, una relación casi prístina con su entorno. Sin embargo existe ya uncúmulo de datos que desmienten esta suposición. Se sospecha que los cazadoresrecolectores fueron responsables de la extinción de muchas especies; por ejemplo, losmoas de Nueva Zelanda (Holdaway y Jacomb, 2000); así como de una intensa modifi-cación de su entorno de manera más o menos intencional; por ejemplo, las quemascontroladas que efectúan los indígenas en el desierto australiano (Bird et al., 2005). Esdecir que, más allá de sus posibilidades tecnológicas, los seres humanos somos activostransformadores del paisaje.

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Además de los seres humanos, en la encrucijada de estas dos disciplinas podemosencontrar patrones de distribución. Tanto la ecología de paisajes como la arqueologíabuscan identificar patrones espaciales y explicarlos. Así, los conceptos y modelos desa-rrollados en el marco de la ecología de paisajes pueden servir para analizar la conduc-ta humana pasada a partir de las distribuciones de materiales arqueológicos en undeterminado espacio.

El trabajo que aquí se presenta resume los tres años de trabajo que llevamos explo-rando esa intersección. Este trabajo ha sido guiado por las condiciones particularesque se dan en el área de estudio en cuestión, la Comarca Andina del Paralelo 42. Ubi-cada en el Sudoeste de la Provincia. de Río Negro y el Noreste de la de Chubut, estaregión presenta escasa información arqueológica y severos problemas de visibilidadde materiales arqueológicos dado que se trata de una zona densamente forestada yde topografía quebrada. Así, cuando el equipo de investigación que integramos iniciólos trabajos arqueológicos en esa zona, en el año 1996, las dificultades para encarar elestudio de las distribuciones de materiales arqueológicos eran importantes. Prospec-ciones posteriores en la región permitieron verificar que la documentación de mate-

riales arqueológicos mejora de manera significativa al practicar relevamientos intensi-vos sistemáticos (Scheinsohn, 2003; 2004). Pero éstos son costosos, tanto en tiempocomo en dinero. Por ello, consideramos que la generación de un mapa de expectativasde materiales arqueológicos podría servir para optimizar los recursos, haciendorelevamientos intensivos en las zonas que presentaran mayores expectativas. Laecología de paisajes podía brindarnos herramientas conceptuales para la elaboraciónde dicho mapa mediante un modelo espacial que contemplara información ambientaly datos acerca del compor-tamiento de las sociedadeshumanas, al estilo de losmodelos de hábitat em-pleados por los biólogos.

Aquí presentaremos el mo-delo espacial de expectati-vas de materiales arqueo-lógicos que obtuvimospara la Comarca Andinadel Paralelo 42º a dos esca-las, local y regional. Secomparan los procedimien-tos y resultados y se discu-ten los alcances y limitacio-nes de ese modelo.

Ubicación espacial áreade estudioLa Comarca Andina del

Paralelo 42 consiste en unafranja longitudinal de 100a 170 Km de ancho que seextiende desde la localidad de Cholila al Sur hasta el Bolsón al Norte. En nuestro traba- jo incluimos la cuenca del río Chubut superior, hasta Bariloche (Figura 1), resultandoen una superficie aproximada de 14.500 Km2. Las coordenadas extremas son los para-lelos 41º45' y 42º45' latitud Sur y los meridianos 71º y 72º longitud Oeste.

Figura 1. Ubicación del área de estudio

El clima es húmedo templado frío, muy influido por la altitud y la exposición a la luz

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y los vientos. La temperatura media anual es de 4 a 8 ºC; la precipitación media anuales de 2500 mm, descendiendo hasta 900 hacia el oeste en el deslinde con la estepa. Losvientos, 8 m/seg de velocidad media, son intensos del Oeste, especialmente en losmeses lluviosos de invierno.

El relieve y la hidrografía fueron modelados principalmente por la orogenia andina yla acción de los glaciares. La mayor parte del área de investigación se encuentra en unpaisaje típicamente glaciario de lagos profundos, valles en V y cordones de morenas(Podestá et al., 2000). La gran mayoría de los lagos son de origen glaciario y actualmentese alimentan del deshielo de las altas cumbres. El régimen de los ríos está regulado porlos deshielos (SADS, 2003). La altitud máxima es de 1700 m y la mínima de 550.

La cobertura vegetal ha sido el motivador de las investigaciones arqueológicas enesta región ya que se desconoce la modalidad del uso del bosque por los pobladoresprimitivos (Bellelli et al., 2000 b). Es una zona de bosques que se funde en un ecotonocon la estepa patagónica en el borde Oriental. El tipo de bosque predominante es elcaducifolio, que se extiende en el borde oriental desde Neuquen hasta Tierra del Fue-

go y es la porción más seca de los bosques andinos (SADS, 2003). Están caracterizadospor tres especies arbóreas que pueden formar bosques mixtos: la lenga (Nothofagus pumilio ); el ñire (Nothofagus antarctica ) y el ciprés de la cordillera (Austrocedrus chilensis ). El bosque valdiviano, que aparece en la zona de estudio en las partes másaltas como manchones aislados, ocupa una superficie mucho menor y se extiende enuna faja estrecha y discontinua occidental, en la parte más húmeda de los Andes (SADS,2003). Las precipitaciones alcanzan los 4000 mm anuales y, donde éstas son mayores,la estructura es selvática con la presencia de un sotobosque denso. La especie caracte-rística es el coihue (Nothofagus dombeyi ) asociada al alerce (Fitzroya cupressoides ),entre otras (SADS, 2003).

En una escala de mayor detalle puede verse que, en las laderas y bordeando los ríos,

predominan los bosques mixtos, con parches de pastizales de altura de hierbaslatifoliadas; y en las partes bajas y alrededor de los lagos se encuentran mallines(pastizales densos de gramíneas) en las depresiones más húmedas o estepa arbustivasemiárida en los sitios secos y pedregosos (Morello, 1999).

Los impactos humanos fueron muy importantes durante los últimos 150 años, cuandocomienzan los asentamientos masivos en la región, con uso de la madera local paraconstrucción y calefacción, además de conversión de las tierras boscosas a cultivoshortícolas y praderas para ganado, las cuales se lograban clareando el bosque median-te incendios (SADS, 2003). Se postula que en períodos previos, la presencia de los caza-dores-recolectores haya causado incendios no intencionales (Podestá et al., 2000). Sibien muchos autores sostienen que estos grupos podrían haber usado el fuego como

técnica de caza, este tipo de estrategia está documentada solo para momentos muytardíos, con la incorporación del caballo. Otra consecuencia de la ocupación recientees la presencia de 300 especies exóticas, algunas de las cuales son invasoras del bos-que, como la rosa mosqueta (Rosa eglanteria ) y la zarzamora (Rubus  sp)

Como primer paso realizamos un estudio piloto (Scheinsohn y Matteucci, 2004;Matteucci y Scheinsohn, 2004) en el área de Cholila, ubicada en la porción Sudeste dela CA42, porque allí ya se habían obtenido resultados arqueológicos (Bellelli et al.,2000 b), los cuales podían ser usados para la validación del modelo espacial.

 Este área tiene aproximadamente 370 Km2, entre los paralelos 42º25’ y 42º44’ Lati-tud Sur y los meridianos 71º10’ y 71º33’ Longitud Oeste, donde se ubica la localidad de

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Cholila , que es la más meridional de la CA42. El área se encuentra en el ecotono entrela estepa y los bosques andino-patagónicos (Figura 1), y presenta gran heterogenei-dad de geoformas (Bellelli et al., 2000 a).

Antecedentes arqueológicos del área

Lo que se conoce de la arqueología del área de Cholila permite sostener que en losúltimos tres mil años esta zona fue habitada por cazadores-recolectores (Arrigoni,1994). En uno de los sitios hallados se obtuvieron fechados radiocarbónicos que vandesde los 1870±80 AP hasta los 680±60 AP (Bellelli et al., 2003). Aunque los fechadosprovienen de un solo sitio, la información de los conjuntos artefactuales y el estilo delas manifestaciones rupestres apuntan a una utilización relativamente tardía de lazona. Esta cronología coincide con la que presentan otros sitios de característicasergológicas similares emplazados también en ambientes boscosos y ecotonales al sur yal norte de la CA42º (Bellelli et al., 2003, Sánchez Albornoz, 1957 y 1958, Arrigoni,1994). Tanto el arte rupestre como los demás materiales arqueológicos presentes en elárea tienen semejanzas estilísticas y técnicas con sitios de la estepa y de regionesboscosas cercanas que presentan cronologías similares, lo que hace pensar en la exis-

tencia de amplias redes de circulación que estarían integrando esta región con otrasáreas (Bellelli et al., 2003). Si bien tuvieron contactos con poblaciones que practicabanla agricultura, ya que en el Oeste de la cordillera la producción de cultígenos se exten-dió hasta los 42° Lat. S (Mena, 1997); al Este de la cordillera ésta no jugó un papel deimportancia en la subsistencia de estos grupos. La cerámica aparece en el registroalrededor del 1000 BP. Etnográficamente las poblaciones del área fueron incluidasentre los llamados Tehuelches Septentrionales (Casamiquela, 1965; Escalada, 1949).Pero hacia principios del siglo XVI comienza un proceso que se dio en llamar dearaucanización por el cual la influencia de los Mapuches, originalmente de Chile, sehace cada vez mayor, hasta que en el siglo XVIII comienzan a ocupar directamente elterritorio de la Patagonia al E de los Andes. Los mapuches practicaban una horticultu-ra incipiente, realizaban tejidos y metalurgia y controlaban también el comercio delcaballo por lo que sus influencias se hicieron sentir hasta el extremo sur del continen-te. La incorporación del caballo, que se da a partir de la presencia de los primerosconquistadores españoles también fue un factor que afectó en mayor o menor medi-da a todas las poblaciones de la Patagonia.

El modelo de comportamiento humanoPara la elaboración del modelo de comportamiento puede partirse de dos fuentes:

1) el cúmulo de información etnográfica que se conoce para los últimos momentos delHoloceno tardío; y 2) modelos que correlacionan características climáticas con datosde cazadores-recolectores actuales.

Existe abundante información respecto de grupos etnográficos en la Patagonia apartir de las crónicas de viajeros (Musters, 1997; Cox, 1999; Claraz, 1988); sin embargo,esta información debe ser tomado con cautela ya que los documentos son confusos,no son coherentes en cuanto a las denominaciones que se dieron a los indígenas(Nacuzzi, 1998) y describen una situación sumamente transformada, directa o indi-rectamente, por la conquista europea. Además, las crónicas más detalladas y más re-cientes fueron hechas en momentos posteriores a la incorporación del caballo y nosería correcto extrapolar las observaciones al período previo, en que el equino noformaba parte de las economías indígenas. Por otro lado, no existe una fórmula deconversión de determinadas clases de artefactos arqueológicos en indicadores de de-terminadas etnias (Borrero, 2001). En consecuencia, en este caso las crónicas no resul-tan una fuente confiable de información para generar expectativas arqueológicas.

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Lo que se hizo entonces fue recurrir al trabajo de Binford (2001) quien, sobre labase de datos ambientales y del comportamiento de cazadores-recolectores actuales,propone un modelo de respuestas humanas probables a diferentes ambientes. Busca-mos en esta obra aquella información que es relevante a nuestra área de estudio.Partimos de la observación de que, en altas latitudes, adquieren mayor importancialos animales terrestres, hay mayor movilidad, se practican técnicas para reducir costosde movilidad y se utilizan materiales locales para protección y transporte (Binford,1990; 2001). Así debería existir una mayor dependencia de la caza de animales terres-tres (65% de la dieta según Binford, 2001). En la C42, la caza habría estado orientadahacia el guanaco y huemul, ambas especies de gran tamaño (entre 100 y 120 kg). Elprimero (Lama  guanicoe ) es un camélido de amplia distribución que se alimenta en losmallines y pastizales, circula en manadas de hasta 100 individuos y es dócil en tanto queel huemul (Hippocamelus bisulcus ) es un cérvido solitario que a veces forma gruposfamiliares de 3 individuos, su distribución está limitada al bosque y es muy arisco. Lamayoría de los restos encontrados en sitios arqueológicos de la Patagonia correspondeal guanaco. Sin embargo hace poco tiempo comenzaron a documentarse en unos pocossitios la predominancia de restos de huemul (Bellelli et al., 2003; Fernández, 2001)

Toda la información disponible nos permite suponer que las poblaciones de caza-dores-recolectores pueden separarse en dos tipos que se diferenciaban en cuanto a sutecnología del transporte. Los grupos más antiguos se movían a pie (cazadores a pie,en adelante CAP), por lo que es posible que evitaran las zonas boscosas y las muyhúmedas y bajas, así como las muy elevadas y pendientes, de mayores dificultades detránsito. Preferiblemente debían moverse por las partes bajas de las laderas, evitandosuperficies escarpadas, o muy pedregosas tanto debido a ahorro de energía como aseguridad. A partir del siglo XVI, con la incorporación del caballo a la economía indí-gena, comenzaron a utilizar estos animales como medio de transporte (cazadores opastores, según algunos autores, de a caballo, en adelante CAC) y para arriar el gana-do o la caza. Así, sus requerimientos para la circulación debieron ser distintos prefi-

riendo los espacios amplios, como las partes bajas de los valles, y los de menor pen-diente. Si bien no hay un registro específico de la presencia de CAC en nuestra área deestudio, si la hay en zonas vecinas, por lo que hemos decidido tomar en cuenta estegrupo para nuestro análisis

A partir de la propuesta de Binford (2001) pueden señalarse otras diferencias hipo-téticas importantes en relación con la movilidad y la vivienda. Se supone que los CAPtenían alta movilidad residencial, con un patrón seminomádico (Binford, 1990); la in-versión en vivienda era baja y se usaban materiales locales aprovechando abrigos ro-cosos y cuevas. Los CAC debían tener menor movilidad residencial y desplazamiento amayores distancias, con sus viviendas a cuestas, consistentes en toldos de cuero yparantes de madera. Su organización logística necesariamente debía ser mayor, con la

planificación sus recorridos en función de las pasturas para el ganado y la caza(Scheinsohn y Matteucci, 2004).

Así, es posible definir una serie de espacios aptos para determinadas actividades,Llamamos hábitat a los espacios que reúnen las condiciones físicas y bióticas apropia-das para estas actividades. Tanto para unos como para otros, el hábitat presentaríacierto grado de superposición y ciertas diferencias. Por ejemplo, es posible que la ob-tención planificada de los alimentos se haya realizado en los mismos lugares tanto enun caso como en otro aunque en el caso de los CAC, éstos estarían menos restringidostanto por las facilidades de transporte como por el hecho de que pueden hacer uso delalimento que trasladan en pie bajo la forma de ganado. Dada la necesidad de evaluarlos riesgos relacionados con la planificación de recorridos y la presencia de grupos

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humanos vecinos, ambos tipos de cazadores-recolectores habrían utilizado los puntosaltos del relieve para la obtención de información relacionada con el avistaje de anima-les de caza, ubicación de grupos de vecinos, comunicación entre grupos, etc. Tambiénambos habrían buscado refugio en sitios reparados de los vientos predominantes.

En relación con los corredores, también existen diferencias. Llamamos corredores alos fragmentos alargados que reúnen las condiciones de seguridad y bajo costo para lacirculación a larga distancia. Los CAP pueden circular por pendientes medias (calcula-mos aquellas menores a 40º teniendo en cuenta ahorro de energía y factores de segu-ridad) en los bordes de los bosques y evitando las zonas bajas (mallines). En cambio loscazadores de a caballo pueden circular por espacios bajos, relativamente planos y másabiertos. En el trabajo a gran escala, definimos los corredores ubicados en pendientesentre 0 y 10º como de bajo riesgo y aquellos entre 10 y 40º como de alto riesgo, en elsupuesto de que, dado que los cazadores-recolectores tenían precarias posibilidadesde curaciones, evitarían los riesgos de accidentes circulando por terrenos menos empi-nados toda vez que fuera posible (Scheinsohn y Matteucci, 2005)

A partir de este modelo de comportamiento, muy simplificado, se eligieron las va-riables a tener en cuenta en la elaboración del modelo espacial: relieve, altitud, cober-tura superficial del suelo, tipo de vegetación, dirección de vientos predominantes.

Materiales y métodosLa imagen satelital LANDSAT 7, ETM del 8-12-2001, paso 232-fila 089, provista por

la CONAE (Comisión Nacional de Actividades Espaciales de Argentina) y las curvas denivel obtenidas del SIG-250 del IGM fueron proyectadas al sistema Posgar 94. Se obtu-vo el recorte del área de estudio de la intersección de ambas capas.

A partir de la imagen se obtuvieron mapas de cobertura mediante clasificaciónsupervisada empleando 6 bandas y con el criterio de Máxima Probabilidad. Las firmas

espectrales se obtuvieron de una imagen en falso color compuesto, en la que se distin-guían las formaciones vegetales. Las categorías consideradas en el trabajo en el árearestringida fueron: espejos de agua profunda, aguas someras, bosque cerrado (las co-pas o ramas de árboles vecinos se tocan), bosque abierto (quedan espacios abiertos enlos que puede haber parches de pastizal, arbustal o suelo desnudo), mallín (vegeta-ción herbácea en depresiones de suelo húmedo) y suelo desnudo (superficies cubier-tas de rocas o con cobertura vegetal xerofítica muy dispersa). En el área total se agre-garon: nieve y vegetación baja (pastizal o arbustal xerofíticos), que son coberturas nosignificativas en extensión en la zona de Cholila, pero sí en toda la región. También seunieron las categorías agua profunda y agua somera en espejos de agua.

El mapa de cobertura resultante fue validado mediante tabulación cruzada con

una capa de puntos de cobertura conocida. Tuvimos especial cuidado de no incluirentre estos puntos las áreas usadas para la obtención de las firmas espectrales.

Sobre la imagen de falso color compuesto de las bandas 2, 4, 7 se digitalizaron enpantalla los lagos. Esta capa vectorial se convirtió a formato raster y se calculó unazona buffer de 100 metros de ancho alrededor de cada cuerpo de agua.

A partir de las curvas nivel se construyó un modelo digital de elevación (DEM). Parala zona de Cholila, las curvas de nivel se digitalizaron en pantalla usando las hojastopográficas 1:50.000 del IGM como fondo; para la región completa se usaron las cur-vas de nivel de las cartas 1:250.000 digitalizadas por IGM. En ambos casos, las curvasfueron pasadas a formato raster con el IDRISI para la obtención del DEM. Se obtuvo

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una capa de pendientes en grados, mediante el módulo Slope  aplicado al DEM.

El resto de los procedimientos consistió en reclasificaciones y operaciones matemá-ticas (Figura 2). Por reclasificación se obtuvieron mapas binarios; esto es, con píxelesconteniendo valores 0 o 1. El mapa de cobertura se reclasificó en píxeles aptos (hábitat)y píxeles no aptos (no hábitat), considerando aptos los mallines y los bordes de loslagos y ríos, la vegetación baja y los suelos desnudos, a escala regional. En el caso de lazona de Cholila, una importante proporción de los suelos desnudos se encontraban enterrenos pedregosos, rocosos y de pendientes fuertes (conos aluviales) y fueron consi-derados no aptos y los puntos de avistaje (cimas de cerros aislados y de filas de orien-tación Norte-Sur) fueron agregados como aptos. A este se le sumó la capa de los bor-des de los lagos, y se le restó la capa de pendientes superiores a 40º. El resultado es unmapa de Hábitat para cada escala.

En la capa de bordes de cuerpo de agua se asignó un valor de 1 a los píxeles quecaían dentro de la zona buffer y cero al resto. En la aplicación al nivel regional, el DEMse usó para elaborar una capa de altitudes superiores a 1200 m, por reclasificación yasignando un valor de 1 a dicha categoría y cero al resto. Igual procedimiento se si-guió con la capa de pendientes, asignando un valor de 1 a los píxeles con valores dependiente superior a 40º. En la zona de Cholila estas capas no se construyeron porqueno fue necesario hacer correcciones por altitud y los corredores se construyeron apartir de los mapas vectoriales de curvas de nivel.

Los corredores se obtuvieron de manera diferente en las dos aproximaciones. En la

Figura 2. Diagrama de flujo de la metodología aplicada al nivel regional

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zona de Cholila los corredores se pensaron en función de los medios de transporte (apie o a caballo) y se construyeron uniendo los extremos de las curvas de nivel queencierran las planicies glacifluviales para delimitar los corredores de los CAC o las pen-dientes bajas de los cerros para los corredores de los CAP (Matteucci y Scheinsohn,2004). Al nivel regional, los corredores se definieron como fragmentos alargados quereúnen las condiciones de seguridad y bajo costo para la circulación a larga distancia:el de bajo riesgo abarca las pendientes entre 0 y 10º y el de alto riesgo entre 10 y 40º .Se obtuvieron por reclasificación del mapa de pendientes: para el corredor de menorcosto y riesgo (Tipo I) se asignaron valores de 1 a los píxeles con valores de pendienteentre 0 y 10º; para el de Tipo II, de mayor riesgo y costo, se asignó valor 1 a las pendien-tes entre 10 y 40º. Las capas obtenidas contenían una profusión de microcorredoresen la zona montañosa que correspondían a pequeños valles altitudinales y a los picosde los cerros, que aparecen como planos por la baja resolución de las curvas de nivelen relación con la de la imagen usada como soporte. Para corregir esto se eliminaronlas áreas de altitudes superiores mediante una operación de resta entre cada capa decorredor y la de altitud superior a 1200 m.

Por superposición del mapa de hábitat con cada uno de los mapas de corredores seobtuvieron sendos mapas de expectativas arqueológicas, para cada escala.

Para validar los modelos se generaron sendas capas temáticas raster de los sitiosarqueológicos conocidos hasta el momento en la CA42º y en la zona de Cholila. Serealizaron tabulaciones cruzadas entre estas capas y las de los mapas de expectativasarqueológicas a cada escala y se determinó la proporción de sitios arqueológicos coin-cidentes con píxeles de hábitat y con aquellos que forman parte de cada modelo espa-cial (hábitat más corredor). Para dar cuenta de los errores de muestreo, considerandoque en el campo esto podría representar una diferencia de hasta 100 m desde el cen-tro de un píxel, se construyo un buffer de 100 m alrededor de cada punto previo a latabulación cruzada.

ResultadosLos mapas de cobertura muestran predominio del bosque a ambas escalas (Tabla 1).

Las diferencias en los resultados entre escalas se debe a que el área de Cholila com-prende dos lagos relativamente grandes respecto del área total, es relativamente bajay tiene una mayor extensión de terrenos planos. En cambio, en la escala regional pre-dominan los cerros y comprende altitudes mayores. En el área de Cholila los mallinesocupan un espacio relativamente grande cuando se compara con la escala regional enque la vegetación no boscosa está representada por vegetación baja xerofítica deladeras secas y pedregosas y menor proporción mallines en los valles (Figura 3).

Otro factor importante es que la zona de Cholila está bastante intervenida. Losbosques que en la imagen satelital actual aparecen como bosque abierto, en el terre-no se encuentran invadidos por la rosa mosqueta y muy probablemente en el pasadofueron bosques cerrados. Al nivel regional la intervención de los bosques es un fenó-meno puntual y queda enmascarada por la gran extensión de bosques en tierras altasen pendiente y poco intervenidos.

También existen diferencias en cuanto a la frecuencia de píxeles de hábitat y decorredor en ambas escalas (Tabla 2). Parte de las diferencias se atribuyen a las diferen-cias de criterios en la clasificación de los tipos de cobertura como hábitat, y parte a lascaracterísticas propias de cada escala. Algunas de estas diferencias se compensan; porejemplo, aún cuando en la CA42 el suelo desnudo se consideró hábitat y en la zona de

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 406   Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

Estos trabajos han demos-trado la relación existente

entre la disposición de sitioscon arte rupestre ya conoci-dos y corredores y parches dehábitat postulados a partirde variables conductuales yambientales, permitiendo asírealizar trabajos de prospec-ción intensivos en aquellasáreas donde el modelo pre-dice la presencia de materia-les, con el consiguiente aho-rro de tiempo y costos.

Cholila como no-hábitat, laproporción de píxeles dehábitat es superior al nivellocal. También hay grandesdiferencias en los corredores,en gran parte porque los cri-terios fueron diferentes; aligual que el método de cons-trucción de los mismos.

Tipo I es el corredor demenor costo y riesgo a nivelregional y el de cazadores-recolectores de a caballo alnivel local; Tipo II es el corre-dor de mayor costo y riesgoal nivel regional y el de ca-zadores-recolectores de a pie

al nivel local. Los modelos es-paciales se obtuvieron por lasuperposición de las respec-tivas capas de hábitat con lascapas de corredores tipo I yII, a las respectivas escalas.

Al nivel regional, el corre-dor de menor riesgo (Tipo I)es el dominante en la zona,lo cual hace poco probableel uso del corredor Tipo II (de

mayor riesgo), salvo en cir-cunstancias muy particulares(Scheinsohn y Matteucci,2005). Al nivel local, esteanálisis no cabe porque laselección del tipo de corre-dor se asoció con el medio detransporte (a pie o a caballo)(Figura 4)

Tabla 1. Proporción de la superficie total ocupada por cada co-bertura en la Zona de Cholila y al nivel regional (Fuente:Scheinsohn y Matteucci, 2004; Matteucci y Scheinsohn, 2004)

Tabla 2. Porcentaje de la superficie total del área deestudio a cada escala clasificada positivamente

Figura 3. Mapas de coberturas a los niveles regional y local(Versión a color en el CD)

  % DE LA SUPERFICIE TOTAL

TIPO DE COBERTURA CHOLILA CA42Hábitat 27 15Corredor Tipo I 25 39Corredor Tipo II 29 12Modelo espacial Tipo I 40 41Modelo espacial Tipo II 48 34

  % DE LA SUPERFICIE TOTAL

TIPO DE COBERTURA CHOLILA CA42Bosque Cerrado 9 36Bosque Abierto 40 19Mallín 22 2Vegetación Baja ——- 7Suelo Desnudo 22 28Agua Somera 3 3Agua Profunda 4Nieve ——- 5

TOTAL 100 100

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En todos los caso, a ambas escalas y con ambos tipos de corredor, el mapa de sitiosarqueológicos potenciales reduce considerablemente el área a relevar.

Las validaciones de los mapas de cobertura y de los modelos espaciales resultaronpromisorias. Sin embargo, se requieren muchos más puntos de referencia para lograruna validación robusta; y esto se logrará con el tiempo, a medida que se vayan reco-lectando datos a campo. Al nivel regional, de los 22 sitios arqueológicos registrados, 3se ubican en Hábitat; 19 en el Corredor Tipo-I y 1 en el Corredor Tipo-II. Al nivel deCholila, de los 11 puntos con registros arqueológicos, 9 se ubican en píxeles de hábitat,generalmente en bordes de mallines, y 5 en parches de bosque abierto en la cercaníade mallines o de fuentes de agua (Scheinsohn y Matteucci, 2004).

Figura 4. Modelos de predicción a los niveles regional y local (Ver en CD)

DiscusiónHa habido un profuso desarrollo de modelos predictivos de localización de sitios

arqueológicos a partir de la década de 1980; principalmente orientado a problemas deManejo de Recursos culturales. Ninguno de ellos emplea los modelos de hábitat desa-rrollados en ecología de paisajes. Las predicciones acerca de la localización de sitios enuna región se generan sobre la base de asociaciones observadas entre un conjunto devariables independientes y la ubicación de los sitios. Esto se fundamenta en que laocupación del territorio no es aleatoria sino que existen preferencias y un sistema detoma de decisiones que se manifiesta en la localización de las evidencias arqueológi-cas, por lo tanto, debe existir una dependencia significativa entre la localización y lasvariables físico-bióticas, sociales y culturales que influyen la toma de decisiones. Lastécnicas estadísticas empleadas son análisis de correlación, la regresión lineal, la regre-sión logística y el análisis discriminante (Marozas y Zack, 1990; Parker, 1985; Parker yJohnson, 1986; Scholtz, 1981; Warren, 1990 a y b). Estos métodos permiten identificarlas preferencias de selección en la ocupación de un territorio sobre la base de datosdel medio biofísico en que se encuentran los depósitos arqueológicos, y de variablessociales y culturales. Estos métodos también permiten identificar las variables que tie-

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nen más peso en la discriminación entre espacios adecuados y no adecuados. Se apro-vecha la capacidad de los sistemas de información para la identificación de unidadesespaciales aptas y potencial localización de sitios arqueológicos a partir de operacio-nes matemáticas entre capas temáticas de las variables con capacidad de discrimina-ción. En otro conjunto de estudios, conociendo que el factor ambiental importante

son las señales de avistaje, emplean DEM para verificar la coincidencia entre puntoselevados (atalayas) y monumentos arqueológicos (intervisibility) (Ozawa et al., 1995;Wheatley, 1995). Todas estas técnicas requieren gran cantidad de sitios arqueológicospara generar un modelo robusto de asociación de los mismos con las variables am-bientales.

Nuestro enfoque metodológico tiene la ventaja de que admite una secuencia iterativaen la cual el modelo espacial y el modelo de comportamiento humano pueden mejo-rarse alternativamente a partir de los resultados de cada uno de ellos en cada paso.

El cambio de escala de la local a la regional produce cambios en los patrones funcio-nales. Al nivel regional se percibe la circulación Norte-Sur que aparece como la predo-

minante, mientras que la circulación Este-Oeste es en tramos cortos y en ciertos pasosentre los valles y hacia la estepa. Asimismo, la ocupación del espacio, juzgada a partirde los sitios arqueológicos hallados hasta el momento, parece haber ocurrido a lolargo de los corredores. Este patrón puede deberse a que los sitios con arte rupestre(como lo son la mayoría de los sitios ubicados a nivel regional) estarían facilitando lalegibilidad ambiental (Golledge, 2003). La legibilidad ambiental de la CA42 es difícil ylos sitios con arte rupestre podrían haber cumplido el rol de señales o hitos en el corre-dor, logrando así transmitir el conocimiento del ambiente.

ConclusionesEstos modelos no son definitivos, y quizá por ello significan un impulso para inves-

tigaciones futuras. Hasta el momento el modelo espacial ha sido empleado para guiar

los relevamientos a campo. La primera experiencia, al nivel local, permitió localizarnuevos materiales arqueológicos, afinar el modelo de comportamiento y generar nue-vas preguntas.

Como pasos futuros queda la captura sistemática de datos en el campogeoreferenciados con GPS, para mejorar el mapa de cobertura. Estos datos permitiránobtener un sistema más robusto de firmas espectrales para la clasificación supervisadade la imagen satelital.

También hay que resolver el problema de los cambios que ha sufrido la vegetaciónen los últimos 150 años. Para verificar las posibilidades de cambio hemos recurrido atrabajos realizados en el Parque Nacional Los Alerces y sus alrededores (Gallopin, 1978)y en algunos casos hemos extrapolado el conocimiento de la cubierta vegetal al áreadel CA42.

Al igual que ocurre con los modelos de hábitat empleados por los zoogeógrafos, elmapa predictivo es sólo una hipótesis; no todas las superficies asignadas como aptasson efectivamente ocupados. Existen varias razones para esto, y una de las más impor-tantes es la capacidad y mecanismo de distribución de los organismos, lo cual depen-de, entre otros factores del tamaño poblacional. Si las sociedades humanas de la CA42fueron poblaciones pequeñas, existe la posibilidad de que una alta proporción de lospíxeles aptos no hayan sido ocupados nunca. Posteriores pruebas en el campo permi-tirán aportar a este problema.

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AgradecimientosA la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica y al Conseja Nacional deInvestigaciones Científicas y Técnicas, por proveer subsidios para la realización de la investigación.A la Comisión Nacional de Actividades Espaciales y al Instituto Geográfico Militar por donar lasimágenes Landsat y las curvas de nivel digitalizadas, respectivamente.

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Análisis espacial de zooplancton a escalade un gran embalse (Patagonia, Argentina)

 Alba Puig y Mariana I. Abelando

División Limnología, Museo e Instituto Nacionalde Investigación de las Ciencias Naturales,

[email protected] 

ResumenMuchos estudios en ambientes acuáticos continentales consideran un único o po-

cos sitios de muestreo. Como la heterogeneidad es una característica funcional de losecosistemas, el espacio debería considerarse en el estudio de relaciones ecológicas eincluirse, como una variable explicatoria, en el modelado causal. Dentro de la estadís-

tica inferencial clásica, la independencia de las observaciones es uno de los supuestosfundamentales en la prueba de hipótesis. La presencia de dependencia espacial, fre-cuente en estudios ecológicos, distorsiona los resultados de pruebas clásicas comoanálisis de la varianza, correlación, regresión, multivariados. Las estructuras espacia-les más comunes que presentan los organismos en la naturaleza son las agregacionesen «patches» (manchones) y los gradientes. Estos últimos se consideran «verdaderos»(patrón determinístico) cuando los valores dependen de la ubicación de los sitios demuestreo y «falsos» cuando reflejan autocorrelación. En limnología de embalses sepropuso como paradigma la presencia de gradientes longitudinales, generados por elrío que los alimenta. En el caso del embalse patagónico E. R. Mexía (39º30’S 69º’W; 816km2), el objetivo fue describir y probar la presencia de patrones espaciales horizonta-les de densidad de crustáceos planctónicos en 18 sitios limnéticos (arrastres verticales

con muestreador ad hoc) en cinco muestreos seleccionados: dos con fuerte gradientelongitudinal de temperatura y transparencia del agua, y tres con baja variación, inclu-yendo dos de transparencia uniforme (alta y baja). Se aplicaron análisis propios delenfoque de la Ecología Numérica, incluyendo técnicas geoestadísticas (correlograma,‘Trend Surface Analysis’, prueba de Mantel simple y parcial). La variación horizontaldominante en la densidad (expresada en área) de los crustáceos planctónicos seestructuró a través del espacio geográfico del embalse en forma de gradientes verda-deros. El ajuste a gradientes fue mayor en los muestreos con fuerte gradiente de va-riables abióticas, tendiendo todas las especies a aumentar su densidad hacia el dique;y menor en el muestreo de transparencia uniformemente alta, en concordancia conun flujo del agua relativamente bajo. Esta estructura horizontal del zooplancton estu-vo parcialmente determinada, al controlar el efecto del espacio, por las variables

abióticas consideradas: transparencia del agua (generalmente), y temperatura (en al-gunos casos). Estos resultados resultan útiles para el desarrollo de modelos y el diseñode futuros muestreos.

AbstractSpatial analysis of zooplankton at the scale of a large reservoir (Patagonia, Ar-

gentina). Many studies in freshwater bodies are based only in one or a few samplingsites. As spatial heterogeneity is a functional property of ecosystems, the spaceshould be considered in studies of ecological relationships and also be included incausal modelling, as an explanatory variable. In classical inferential statisticalanalyses, the independence of the observations is one of the most fundamental

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assumptions in hypothesis testing. The presence of spatial dependence, common inecological data, distorts classical statistical tests such as analysis of variance, correlation,regression, and multivariate data analysis. The most common organism spatial structuresin nature are gradients and patches. Gradients are considered as ‘true’ ones(deterministic pattern) when the values depend on the geographic location of samplingsites, or ‘false’ ones when reflect autocorrelation. In reservoir limnology the presenceof longitudinal gradients, generated by the incoming river, have been proposed as aparadigm. In the case of the patagonian E. R. Mexía reservoir (39º30’S; 69ºW; 816 km2)the objective was to describe and test the presence of horizontal patterns of planktoniccrustacean density in 18 limnetic sites (vertical hauls with an ‘ad hoc’ sampler), in fiveselected samplings: two characterised by a strong horizontal gradient in temperatureand water transparency, and three with low horizontal variation in these variables,including two with relatively homogeneous transparency (high and low). Valid analysesfrom the framework of the Numerical Ecology were applied, involving geostatisticaltools (correlogram, Trend Surface Analysis, simple and partial Mantel test). Thedominant horizontal variation in density (expressed in area basis) of planktoniccrustaceans was structured as ‘true’ gradients (trend) across the reservoir geographic

space. The fit to gradients was better in the samplings with strong gradients in abioticvariables, with density of all species increasing to the dam; and lower in the samplingwith homogeneous high transparency, in concordance with a relatively low waterflow. This spatial structure in zooplankton was partly determined, after controllingfor the space effect, by the considered abiotic variables: water transparency (generally)and temperature (in several cases). The obtained results are useful for the purposes ofmodelling or sampling design.

IntroducciónLa heterogeneidad espacial es considerada actualmente una característica funcio-

nal de los ecosistemas y no el resultado de algún proceso azaroso que genera «ruido».Este cambio de paradigma lleva a los ecólogos de campo a la necesidad de revisar

teorías y modelos, procurando la inclusión de supuestos realistas sobre la estructuraciónespacial de los componentes biológicos y del ambiente (Legendre, 1993). Si bien estetipo de modelado se encuentra aún en su etapa inicial, el espacio debería incluirsecomo variable predictora en modelos estadísticos, en pie de igualdad con las variablesambientales.

El problema estadístico asociado es que dentro de la estadística inferencial clásica,la independencia de las observaciones es uno de los supuestos fundamentales en laprueba de hipótesis. La presencia de dependencia espacial, frecuente en estudiosecológicos, distorsiona los resultados de pruebas clásicas como análisis de la varianza,correlación, regresión, multivariados. Recientemente, se vienen desarrollado concep-tos y técnicas válidas para manejar este tipo de datos (Legendre, 1993). Una parte

importante de los métodos de ecología numérica, particularmente dentro de los nue-vos enfoques elaborados después de los años 1980, fue concebido y puesto a puntopor ecólogos (y no estadísticos puros) en función de problemas específicos de laecología.

Los patrones de variación espacial dependen de la escala de observación (Levin,1992). La definición del tipo de patrón puede permitir inferir la clase de proceso queorigina la estructura (Legendre, 1993).

Las estructuras espaciales más comunes que presentan los organismos en la natura-leza son los gradientes y las agregaciones en ‘patches’ (manchones). Los gradientes seconsideran «verdaderos» (patrón determinístico) cuando los valores dependen de la

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ubicación de los sitios de muestreo (con un término de error espacialmente indepen-diente) y «falsos» (autocorrelación) cuando el valor en cada sitio está parcialmentedeterminado por los valores de los sitios vecinos (Legendre, 1993).

Las distribuciones espaciales de zooplancton son tan fuertemente heterogéneascomo las de plantas y animales terrestres y acuáticos, según concluyeron la mayoríade las investigaciones más recientes (Pinel-Alloul et al., 1988). Es relativamente recien-te el reconocimiento generalizado de que las poblaciones de zooplancton se distribu-yen en el plano horizontal con una alta agregación (George, 1981).

Los embalses parecen compartir la presencia de gradientes longitudinales, genera-dos por el río que los alimenta, característica que llegó a proponerse como un paradig-ma para la limnología de estos ambientes (Kennedy et al., 1982).

En el embalse patagónico E. R. Mexía, también conocido como ‘El Chocón’ se postu-ló el posible sustento de gradientes longitudinales de medias anuales de densidad (porunidad de área) de crustáceos planctónicos (6 sitios), en diferencias de turbidez (prin-

cipalmente inorgánica), con efectos sobre el zooplancton de tipo directo (sobre laeficiencia de filtración) e indirecto (sobre la profundidad de la zona fótica, lo queafectaría la producción primaria fitoplanctónica por unidad de área) (Puig, 1991; 1992).

La naturaleza dinámica de los embalses hace que el patrón horizontal en cada mo-mento sea mucho menos predecible que la tendencia manifestada en las medias anua-les (Lewis, 1979). La presente investigación procura aplicar un análisis estadísticamentemás riguroso a datos provenientes de un mayor número de sitios en momentos deter-minados.

El objetivo general es describir y probar, aplicando el enfoque de la ecología numé-rica, los patrones espaciales horizontales de densidad de crustáceos planctónicos, a

escala del embalse (18 sitios limnéticos), en cinco muestreos seleccionados: dos confuerte gradiente horizontal de temperatura y transparencia del agua, y tres con bajavariación, incluyendo dos de transparencia uniforme (alta y baja).

Las hipótesis propuestas para ser probadas en cada muestreo fueron:

La variación horizontal dominante en la densidad (expresada en área) de los crustá-ceos planctónicos se estructura a través del espacio geográfico del embalse en formade gradientes.

Estos gradientes son «verdaderos» (patrón determinístico modelable). Predicción:los valores son función de la ubicación de los sitios de muestreo más un término de

error espacialmente independiente (p.e., sin autocorrelación espacial significativa).

La estructura espacial horizontal en la densidad de los crustáceos planctónicos estádeterminada, al menos en parte, por las variables ambientales consideradas (tempera-tura o transparencia del agua).

MétodosSitio de estudioEl embalse Ezequiel Ramos Mexía (39° 30' S; 69° W), creado en 1972 sobre el río

Limay (Provincias de Neuquén y de Río Negro) para producción de energía hidroeléc-trica, regulación de crecientes y almacenamiento de agua para riego, se encuentra enun área de relativamente escasa acción antrópica (Fig. 1). Es extenso (820 km2; 60 km

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de eje longitudinal), tiene una profundidad media de 24 m y un tiempo estimado deretención del agua de 1,3 años (480 días) (Puig, 1992). No presenta estratificación tér-mica significativa (termoclina), las. concentraciones de oxígeno son relativamente al-tas durante todo el año, y sus aguas son neutras a levemente alcalinas, blandas,hipohalinas y de tipo bicarbonatadas cálcicas (Mariazzi et al., 1991). El material sus-pendido fino (arcilla) reduce la penetración de la luz y, por lo tanto, la profundidad dela zona eufótica. Este embalse se clasificó (Puig, 1992) como ‘tipo lago’ (ancho, pro-fundo, de largo tiempo de residencia y con menor efecto de los factores abióticossobre la disponibilidad de nutrientes para la producción primaria), y en estado oligo-mesotrófico (Bosnia et al., 1986). Los crustáceos planctónicos, el componente delzooplancton con mayor aporte en biomasa (85 %, aprox.; Puig y Sauval, 1986), estu-vieron representados por 8 especies (2 de copépodos calanoideos, 2 de copépodosciclopoideos y 4 de cladóceros).

Metodología de campo y laboratorioSe seleccionaron para este análisis cinco muestreos. Las muestras provienen de arras-

tres verticales realizados, desde cerca del fondo hasta la superficie, en 18 sitios distri-buidos en la zona limnética de todo el embalse (Fig. 1). Estos sitios se encuentran a unadistancia de 8 a 42 km entre sí, aproximadamente. La unidad muestral en cada esta-ción consistió en la reunión del filtrado de 3 arrastres sucesivos con un muestreadorespecialmente diseñado (Sauval y Puig, 1996) que posee 2 redes (48 µm de abertura deporo) paralelas protegidas y flujómetro. Con esta equivalencia de 6 redes por cadaunidad muestral se procuró reducir el efecto del error de muestreo y de la variabilidadde menor escala. Las muestras se fijaron ‘in situ’ con formol, procurando una concen-tración final de 3 - 5 %.

Simultáneamente, en cada estación de muestreo se estimó la temperatura del aguacon termómetro y la transparencia con un disco de Secchi. Se dispone para cada mes

Figura 1. Mapa del embalse E. R. Mexía mostrando la ubicación de los 18 sitios de muestreo a

lo largo del eje y en las 3 grandes bahías, y la orientación (a 45º de las coordenadas de latitudo longitud geográfica) de la coordenada que se aproxima al eje longitudinal del embalse.

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de datos diarios del nivel de agua del embalse y de los parámetros hidrológicos nece-sarios para calcular su tiempo de retención.

De cada muestra se tomaron con pipeta de Hensen-Stempel al menos 5 submuestras,contando cada una en su totalidad en una cámara de Borgorov (5 ml) bajo microsco-pio estereoscópico (Wild M8). Se estimó la densidad por unidad de área (ind/cm2) delos crustáceos planctónicos a nivel de especies (adultos) y estadios (nauplii, copepoditoscalanoideos, copepoditos ciclopoideos).

Análisis de datosSe construyeron correlogramas para describir la variación de los datos con respecto

a la distancia entre los sitios de muestreo. Estos gráficos se elaboraron considerandolos valores del estadístico de Mantel estandarizado (rM) en función de las clases dedistancia entre los sitios de muestreo (Legendre y Fortin, 1989). El rM, que asemeja uncoeficiente de correlación (-1 a +1) lineal entre matrices de distancia, se calculó entrela matriz de distancia Euclidiana de cada variable biológica o abiótica y cada matrizcorrespondiente a las clases de distancia geográfica. Se definieron previamente 5 cla-

ses de distancia geográfica equifrecuentes (conteniendo cada una aprox. 30 datos),con los siguientes límites superiores expresados en km: 8,6; 14; 19,8; 28,4 y 42,6.

El modelo seleccionado para analizar la tendencia espacial a escala del embalse(‘Trend Surface Analysis’) fue la regresión lineal simple con respecto a una coordena-da (definida a 45º de las coordenadas de latitud o longitud geográfica), que represen-ta una aproximación al eje longitudinal del embalse (SW-NE). Esta elección se basó enque este tipo de regresión combina simplicidad con una proporción considerable de lavarianza espacial explicada en la densidad de los integrantes del zooplancton másabundantes y en las variables abióticas consideradas. Para efectuar estos análisis deregresión se emplearon los datos transformados de la densidad de los organismos (x’=raíz x) y los datos originales de las variables abióticas. Tanto estos valores de variables

como los de la coordenada arbitraria fueron estandarizados, resultando nulo, en con-secuencia, el valor de intercepción en la ecuación de regresión.

La normalidad de los residuos de cada regresión se probó mediante la prueba deLilliefors. La independencia espacial en los residuos se evaluó calculando los rM entrela matriz de distancia de los residuos y cada una de las 5 clases de distancia geográfica,previamente definidas. Estos rM se probaron por permutaciones para cada variable al5% de error en forma global, aplicando la corrección de Bonferroni para contrastesmúltiples (Oden, 1984); y, en el caso de resultar la prueba globalmente significativapara alguna variable, se identificaron la o las clases de distancia con estructura espa-cial significativa remanente.

Para el modelado causal se siguió el enfoque de matrices de distancia (Legendre,1993). Se aplicó la prueba de Mantel parcial, que consiste en un análisis de correlaciónparcial entre tres matrices de distancia: geográfica, ambiental, y de respuesta biológi-ca. Mediante permutaciones se evalúa la significación en la correlación de cada par dematrices, mientras se controla el efecto de la tercera (Casgrain y Legendre, 2001), loque permite descartar correlaciones ‘espurias’ (Legendre y Trousellier, 1988). Se pro-pusieron posibles modelos causales entre los 3 tipos de matrices sustentados por losresultados del análisis de Mantel parcial

ResultadosCaracterización general de los muestreosLos muestreos se presentan ordenados por tiempo de retención del agua (TR) cre-

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ciente (Fig. 2). En todos estos muestreos los valores de TR fueron relativamente largos,permitiendo teóricamente (Hayward y Van den Avyle, 1986) la producción de plancton‘in situ’. Los TR de julio y agosto fueron cercanos al promedio anual (480 días). Enero yoctubre A representaron para este embalse dos condiciones extremas opuestas de TR(706 y 251 días, respectivamente), muy semejantes a los extremos mensuales estima-dos para este embalse durante 2 años (782-212 días). En ambos muestreos se manifes-tó una relativa homogeneidad espacial en transparencia, pero con valores contrastantes(alta y baja, respectivamente). El TR fue más variable durante los muestreos de julio yoctubre B. La temperatura promedio para el embalse (media aritmética de los 18 si-tios) siguió las variaciones del ciclo estacional: baja en invierno (julio, agosto), mediaen primavera (octubre A y B) y alta en verano (enero). La variación en transparencia(disco de Secchi) fue mayor en ambos meses de invierno, evidenciando una sedimen-tación progresiva del material inorgánico en suspensión que ingresó por el afluenteprincipal (Río. Limay), en el extremo opuesto al dique La transparencia promedio parael embalse fue marcadamente inferior en octubre A, cuando la alta turbidez, princi-palmente inorgánica, se extendió por todo el embalse.

La densidad promedio para el embalse de crustáceos planctónicos totales fue delmismo orden de magnitud en los 5 muestreos considerados (56 - 85 ind/cm2) (Fig. 2).

Descripción de la estructura horizontalEn general, el correlograma para los crustáceos totales fue disminuyendo

monotónicamente en las sucesivas clases de distancia (Fig. 3). La forma del correlograma(valores positivos a cortas distancias acoplados con valores negativos a grandes dis-tancias) sugiere la presencia de gradientes. Estos fueron más marcados en agosto y julio.

Modelado espacial simpleLas regresiones con respecto a la coordenada geográfica, que se asemeja al eje

longitudinal del embalse (Tabla 1) resultaron significativas en todos los meses conside-rados para temperatura, transparencia, y casi todos los crustáceos planctónicos con

Figura 2. Promedios en cada muestreo para el embalse (media aritmética entre sitios) de densi-dad de crustáceos totales (ind/cm2), discriminando sus grupos componentes, y de variablesabióticas: temperatura (ºC), transparencia (Secchi, en m) y tiempo de retención del agua (TR, endías). Las barras verticales corresponden a la desviación estándar.

Dominaron los estadíos juveniles de copépodos (larvas nauplii y copepoditos decalanoideos), como es característico en este embalse, salvo en enero, cuando domina-ron los cladóceros, concordando con alta transparencia y temperatura del agua.

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una densidad superior al 1 % dela total. Las pendientes resulta-ron positivas indicando un au-mento desde la cola del embalsehacia el dique. Para los meses se-leccionados se verificó ungradiente pronunciado de trans-parencia y temperatura en julioy agosto, un gradiente leve entransparencia en octubre B, y re-lativa homogeneidad espacial enambas variables en enero (trans-parente) y octubre A (turbio). Elajuste a gradientes tendió a sermayor (R2= 0,92; 0,80; para crus-táceos totales) en los muestreoscon fuerte gradiente de variables

abióticas (julio y agosto), y menor(R2= 0,43; para crustáceos totales)en el muestreo de transparenciauniformemente alta (enero).

Tabla 1. Análisis de la tendencia espacial a escala del embalse. Regresión lineal de la densidad delos distintos crustáceos planctónicos (en orden aproximadamente decreciente de densidad) y delas variables abióticas versus la ubicación de los sitios en dirección de la coordenada definida a45º (Fig. 1)

TURBIO GRADIENTE GRADIENTE  GRAD.

LEVE  CLARO

R2

OCT A AGO JUL OCT B ENE

transparencia (Secchi) 0.34* 0.87*** 0.84*** 0.63*** 0.37**

temperatura 0.24* 0.87*** 0.90*** 0.27* 0.35**

crustáceos totales 0.69*** 0.92*** 0.80*** 0.52*** 0.43**

nauplii 0.64*** 0.83*** 0.82*** 0.47** 0.33*

copepoditos calanoideos 0.66*** 0.84*** 0.66*** 0.49** 0.58***

Boeckella gracilipes 0.60*** 0.84*** 0.58*** 0.27* 0.10

Ceriodaphnia dubia 0.83*** 0.78*** 0.61*** 0.24* 0.37**

copepoditos ciclopoideos 0.27* 0.72*** 0.54*** 0.36* 0.17

Bosmina longirostris 0.05 0.21* 0.48** 0.08 0.00

Diaphanosoma chilense - 0.64*** 0.62*** x 0.34**

Notodiaptomus incompositus x 0.46** 0.56*** 0.26* -

Mesocyclops araucanus 0.18 x 0.58*** x 0.27*

Bosmina chilensis - - x - 0.44**

Acanthocyclops robustus 0.24* x x x x

Leyenda de la Tabla 1: R : coeficiente de determinación. * P < 0.05; ** P < 0.01; *** P < 0.001; - especie ausente en esemuestreo;x: especie excluida delanálisis, porencontrarse enel límitede detección. Encada muestreola líneapunteadadejapordebajo aquelloscon densidadinferioral 1%del total

2

Figura 3. Correlograma (estadístico de Mantel estandari-zado (rM) versus las 5 clases equifrecuentes definidas dedistancia geográfica entre sitios) de densidad de crustá-

ceos totales en cada muestreo.

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Considerando las variables abióticas y aquellos crustáceos planctónicos con más del1% de la densidad (36 casos) sólo se rechazó la normalidad de residuos de la regresiónen 3 casos (B. gracilipes  en octubre A. nauplii  en octubre B, y crustáceos totales enenero) y se detectó estructura espacial significativa remanente en una clase de distan-cia en 4 casos (nauplii en octubre A: clase 1+; y en enero: 2-; transparencia en julio: 4+;

y en enero: 5+). Por lo tanto, se cumplieron en general los supuestos de normalidad eindependencia de los residuos para el modelo de regresión aplicado.

Estos resultados sustentan el modelo planteado del gradiente horizontal depen-diente de la ubicación de los sitios en sentido del eje longitudinal del embalse. La granproporción de varianza explicada con respecto al espacio refuerza la recomendaciónde incluirlo en el modelado.

Modelado causalEl modelo más generalizado (Fig. 4) fue el que muestra un control espacial de la

respuesta biológica (densidad de distintos crustáceos planctónicos) conjuntamentecon una dependencia con respecto a la variable abiótica, estructurada a su vez

espacialmente. La correlación parcial de distintos crustáceos planctónicos fue más fre-cuente con la transparencia que con la temperatura. En los meses con condicionesextremas de tiempo de retención (octubre A y enero) los modelos tendieron a diferir.

Figura 4. Modelos causales sustentados por los resultados del análisis de Mantel parcial. La prue-ba de Mantel parcial es un análisis de correlación parcial aplicado a tres matrices de distancia:geográfica, respuesta biológica y ambiental. Se evalúa mediante permutaciones la significaciónen la correlación de cada par de matrices, mientras se controla el efecto de la tercera. Para cadames se muestran los modelos correspondientes a correlación de Mantel parcial significativa entrela variable abiótica y la respuesta biológica, listándose los casos específicos.

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ConclusionesLa variación horizontal dominante en la densidad (expresada en área) de los crustá-

ceos planctónicos se estructuró a través del espacio geográfico del embalse en formade gradientes «verdaderos».

El ajuste a gradientes fue mayor en los muestreos con fuerte gradiente de variablesabióticas, y menor en el muestreo de transparencia uniformemente alta, en concor-dancia con un flujo del agua relativamente bajo.

La estructura espacial horizontal en la densidad de los crustáceos planctónicos es-tuvo parcialmente determinada, al controlar el efecto del espacio, por las variablesabióticas consideradas: transparencia del agua (generalmente), y temperatura (en al-gunos casos).

Los resultados obtenidos resultan útiles para el desarrollo de modelos y el diseñode futuros muestreos.

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Distribución espacial de la declinaciónde los bosques de Austrocedrus chilensis 

en el Valle 16 de Octubre (Chubut, Argentina)

Ludmila La Manna y Francisco Carabelli 

Centro de Investigación y Extensión Forestal Andino Patagónico(CIEFAP) - CONICET

[email protected]; [email protected]

Resumen

El ciprés de la cordillera [Austrocedrus chilensis  (D.Don) Pic. Serm. & Bizarri] es unaespecie endémica de los Bosques Andino Patagónicos, que constituye un importanterecurso económico para la región cordillerana y es una fuente esencial de serviciosecosistémicos. Una de las principales amenazas que sufren los bosques de ciprés es laexistencia de una enfermedad conocida como «mal del ciprés», cuya sintomatologíaexterna se manifiesta como un marchitamiento y defoliación progresivos, y finalmen-te la muerte del árbol. El origen del «mal del ciprés» es aún poco claro, a pesar de losnumerosos estudios que han abordado el rol de factores bióticos y abióticos a nivel demicrositio. Aún no existen estudios a escala de paisaje sobre la distribución y progre-sión del «mal del ciprés» y no se tiene conocimiento de la superficie de bosque afecta-do. El objetivo de este trabajo fue identificar la distribución espacial del «mal del ci-prés» en un área de interés. El estudio se centró en el Valle 16 de Octubre, provincia deChubut (43º10´S), donde la expansión de la enfermedad se ha acrecentado en la últimadécada. Se trabajó con imágenes satelitales SPOT PAN y XS georreferenciadas del año

2001, con una resolución espacial de 10 m, abarcando un área de 30 x 30 Km. En elcampo se identificaron 65 grupos de árboles (parches) afectados por el «mal del ci-prés» y se determinó su ubicación y perímetro mediante un sistema de posicionamien-to global (GPS). En gabinete se determinó la firma espectral correspondiente a ciprésafectado y se aplicó a toda la superficie del área de estudio sobre la imagen satelital.Este procedimiento involucró también 14 firmas espectrales, previamente determina-das, correspondientes a distintos tipos de elementos del paisaje, incluyendo el ele-mento ciprés (sin discriminación de vitalidad). Se obtuvo así un mapa base preliminarde la distribución del «mal del ciprés». El bosque afectado abarcó una superficie de1750 Ha, equivalente al 25% de la superficie total de A. chilensis  en el área analizada.La información generada permite cuantificar, por primera vez, la magnitud e impor-tancia del «mal del ciprés». A su vez, sienta las bases para su monitoreo y brinda herra-

mientas para comprender el proceso de la enfermedad. La segunda etapa de este es-tudio prevé identificar la relación entre la ocurrencia del «mal del ciprés» y variablesambientales (i.e., clima, topografía, suelo) a escala de paisaje.

AbstractThe cordilleran cypress [Austrocedrus chilensis   (D.Don) Pic. Serm. & Bizarri] is an

endemic species of the Andean forests of Patagonia. It is and economic resource forthe cordilleran region and an essential source of ecosystem services. Widespreadmortality of A. chilensis  occurs and is locally known as «mal del ciprés». Externalsymptoms of this disease are manifested as a progressive withering and defoliation,crown thinning and finally, the death of the tree. The cause of «mal del ciprés» is stillunclear, in spite of the numerous studies related to biotic and abiotic factors. Landscape

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studies on the distribution of «mal del ciprés» do not exist and the surface of affectedforest is still unknown. The aim of this work was to identify the distribution of «maldel ciprés» in an area of interest. The study was carried out in «16 de Octubre» Valley,in Chubut province (43º10´S), where «mal del ciprés» has expanded in the last decade.SPOT PAN and XS satellite images from 2001 were used, with a pixel resolution of 10m, comprising an area of 30 x 30 Km. In the field 65 patches of trees affected by «maldel ciprés» were identified and their location and perimeter were determined with aglobal positioning system (GPS). The spectral signature corresponding to affectedcypress was determined and it was applied to the whole study area on the satelliteimage. This procedure also involved 14 spectral signatures previously determined,corresponding to different types of landscape elements, including cypress (withoutdiscrimination of health). A preliminary base map with the distribution of «mal delciprés» was obtained. The affected forest covered 1750 Ha, representing 25% of thetotal surface of A. chilensis  in the study area. This information allows quantifying themagnitude and importance of «mal del ciprés». It also lays the bases for its monitoringand it offers tools for understanding the disease process. The second stage of thisstudy aims to identify the relationship between the occurrence of «mal del ciprés»

and environmental variables (i.e., climate, topography, soil) at a landscape scale.Introducción

Los bosques de Austrocedrus chilensis 

El ciprés de la cordillera [Austrocedrus chilensis  (D.Don) Pic. Serm. & Bizarri] es unaespecie endémica de los Bosques Andino Patagónicos. Los bosques de A. chilensis  pre-sentan su mayor desarrollo en la vertiente oriental de los Andes, en Argentina, cu-briendo ca. 135.000 Ha (Bran et al., 2002). Se ubican en el pedemonte cordilleranoentre los 36º30’ y los 39º30’ S en forma discontinua y, en forma más continua, entre los39º30’ y los 43º35’ S, en una franja de hasta 60-80 Km de ancho, que incluye un fuertegradiente pluviométrico (Bran et al., 2002). Hacia el oeste, en sitios con precipitacio-nes entre 1600 y 2000 mm, forma bosques mixtos con especies del género Nothofagus 

(Dezzotti y Sancholuz, 1991). En sitios de entre 1600 y 600 mm de precipitación anual,A. chilensis  forma bosques monoespecíficos, más o menos densos. Con la disminuciónde la precipitación hacia el este, el bosque se torna cada vez más abierto, primero enforma de bosquetes aislados en el ecotono bosque-estepa y, finalmente, con indivi-duos aislados en una matriz de estepa (Veblen et al., 1996).

Los bosques de A. chilensis  constituyen un importante recurso económico para laregión cordillerana. Su madera es noble, de alta calidad y buena forma, apta paramúltiples usos (v. gr. construcción, mueblería, artesanías, etc) (Díaz-Vaz, 1985). En re-lación con el uso maderero, A. chilensis  es la segunda especie nativa en importancialuego de la ‘lenga’ [Nothofagus pumilio  (Poepp. & Endl.) Krass] (SRNyAH, 1994). Losasentamientos urbanos y peri-urbanos al pie de la cordillera se superponen con el área

de distribución de A. chilensis . Esta circunstancia realza el trascendental rol ambien-tal, paisajístico y recreativo que cumplen los bosques de esta especie, constituyendouna fuente esencial de servicios ecosistémicos.

La declinación de los bosques de A. chilensis 

Una de las principales amenazas para la continuidad de los bosques de A. chilensis es la existencia de una enfermedad conocida como «mal del ciprés», que actualmentese extiende por toda el área de distribución de la especie en Argentina. Lasintomatología de esta enfermedad se manifiesta como un amarillamiento y defoliaciónprogresivos, disminución del crecimiento radial y finalmente la muerte del árbol(Havrylenko et al., 1989). Aún no es claro el origen de la enfermedad. Causas bióticashan sido sugeridas, principalmente el ataque de hongos fitopatógenos como

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Phytophthora  y Phytium  (Pythiaceae, Oomycota) (Rajchenberg et al., 1998; Greslebinet al., 2004, 2005) y basidiomicetes pudridores (Barroetaveña y Rajchenberg, 1996). Sinembargo ninguna de las especies fúngicas aisladas en bosques de ciprés mostró unarelación clara con la enfermedad (Barroetaveña y Rajchenberg, 1996; Rajchenberg etal., 1998; Greslebin et al., 2004, 2005).

Factores abióticos también han sido analizados. Calí (1996), utilizando técnicasdendrocronológicas, relacionó la mortalidad con eventos climáticos o geológicos pre-vios al inicio del decaimiento. Baccalá et al. (1998) demostraron que los bosques de A.chilensis  del Parque Nacional Nahuel Huapi son más propensos a desarrollar síntomascuando se encuentran en zonas de altas precipitaciones y altitudes medias. La Mannay Rajchenberg (2004 a y b) realizaron estudios a nivel de micrositio y sugirieron que lossuelos con drenaje deficiente facilitarían el desarrollo del «mal del ciprés».

El «mal del ciprés» se enmarca así dentro de lo que se conoce como enfermedadesde declinación forestal (Manion, 1991; Manion y Lachance, 1992). Este tipo de enfer-medades son el resultado de interacciones complejas entre factores bióticos y abióticos,

que generan el deterioro gradual de la salud de los árboles y su posterior muerte(Sinclair, 1965). Como ocurre con enfermedades forestales en otras partes del mundo(Maciaszek, 1996; Dezzeo et al., 1997; Long et al., 1997; Jung et al., 2000), aún no se haarribado a un diagnóstico concreto del «mal del ciprés». Esta circunstancia impide unuso planificado y racional de este recurso forestal (Loguercio et al., 1999).

Distribución espacial de la mortalidad de Austrocedrus chilensis 

Un objetivo central de la ecología es identificar e interpretar las causas de los pa-trones que se observan en la naturaleza (Tilman, 1988). Si bien los procesos biológicosno pueden ser deducidos directamente de los patrones observados, estos patrones ysus cambios son importantes indicadores de los procesos subyacentes (Turner, 1989;Stoyan y Penttinen, 2000; Wiegand et al., 2003). En particular, estudios sobre la distri-

bución espacial de árboles enfermos han provisto información clave sobre enferme-dades forestales de otras partes del mundo (Hennon et al., 1990; Manion, 1991; Shurtleffy Averre, 1997).

 La escasa información disponible sobre el patrón de distribución espacial del «maldel ciprés» constituye una limitante para comprender el proceso de la enfermedad.Los estudios realizados hasta el momento han sido puntuales, abarcando un escasonúmero de rodales (Baccalá et al., 1998; Havrylenko et al., 1989; La Manna yRajchenberg, 2004 a y b). A su vez se desconoce la superficie de bosque afectado,i.e., la magnitud de la enfermedad.

 Los objetivos de este trabajo fueron identificar la distribución espacial del «mal delciprés» y evaluar la superficie afectada en un área de interés, que representa el 9 % de

la superficie total de los bosques puros de ciprés en Argentina.

MetodologíaÁrea de estudioEl estudio se centró en el área del Valle 16 de Octubre, provincia de Chubut (43º10´S)

(Fig. 1). En esta zona el «mal del ciprés» se ha expandido en la última década, constitu-yendo un área de especial interés.

Trabajo en terrenoEn el campo se identificaron 65 grupos de árboles (parches) afectados por el «mal

del ciprés», abarcando la variabilidad del área analizada. Los sitios de estudio se ubica-ron en un gradiente longitudinal, que se corresponde con un gradiente de precipita-

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ción. El gradiente pluviométricoabarcó aproximadamente des-de 600 a 1300 mm de precipita-ción anual. Se abarcó tambiénun amplio rango de exposicio-nes y pendientes, incluyendodiferentes geomorfologías(planicies glaciarias y aluviales,laderas, morros y cañadones).

Mediante un equipo GPS sedeterminó la ubicación y perí-metro de cada parche. Se reali-zó una caracterización generaldel parche, incluyendo: núme-ro de árboles sanos, enfermosy muertos, pendiente, exposi-

ción y posición en la pendien-te, cursos de agua, presencia detocones, presencia de otras es-pecies arbóreas y especies do-minantes del sotobosque. Seestimó visualmente la cobertu-ra de arbustos y herbáceas.

Trabajo en gabineteSe trabajó con imágenes satelitales SPOT PAN y XS georreferenciadas del año 2001,

con una resolución espacial de 10 m, abarcando un área de 30 x 30 Km. Con la informa-

ción obtenida en el campo, se determinó la firma espectral correspondiente a ciprésafectado y se aplicó a toda la superficie del área de estudio sobre la imagen satelital.Este procedimiento involucró también 14 firmas espectrales, previamente determina-das, correspondientes a distintos tipos de elementos del paisaje, incluyendo el ele-mento ciprés (sin discriminación de vitalidad) (Carabelli, 2004; Carabelli y Claverie, 2005).

La clasificación de la distribución del mal del ciprés fue sucesivamente depurada deacuerdo con las siguientes consideraciones:

Inicialmente, se eliminó el sector del valle inferior que no presenta formacionesboscosas, para disminuir el error de clasificación. Luego se incluyeron todos lospolígonos catalogados como «mal del ciprés» resultantes de la clasificación supervisa-da (cobertura mdcclasif1mdcclasif1mdcclasif1mdcclasif1mdcclasif1).

Seguidamente se eliminaron los polígonos en aquellos sectores con vegetación deñire, en razón del conocimiento de terreno de tales sitios (cobertura mdcclasif2mdcclasif2mdcclasif2mdcclasif2mdcclasif2).También se eliminaron los polígonos incorrectamente clasificados en varios de los lu-gares donde, de acuerdo con la cobertura de A. chilensis  de referencia, no podía tra-tarse de bosques de esta especie.

El tercer paso en la depuración consistió en restar los polígonos con superficie me-nor a 400 m2  (cobertura mdcclasif3mdcclasif3mdcclasif3mdcclasif3mdcclasif3), que era la superficie mínima de los parchesmuestreados en terreno.

Figura 1. Localización del Valle 16 de Octubre, provinciade Chubut, Patagonia, Argentina.

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El cuarto y último paso consistió en suprimir los polígonos con superficie menor a900 m2  (cobertura mdcclasif4mdcclasif4mdcclasif4mdcclasif4mdcclasif4) que es la superficie mínima de polígono (3x3 píxelesde 10 m2 de superficie unitaria) que podría estar representando de manera plausibleáreas afectadas por mal del ciprés. Conjuntos de menor cantidad de píxeles (2x2) re-sultaban demasiado afectados por los valores de reflectancia de los píxeles vecinos,enmascarando así el valor medio de reflectancia y reduciendo consecuentemente laconfiabilidad de la clasificación.

Para el procesamiento se utilizó el software ERDAS Imagine 8.4 y para la genera-ción de las coberturas temáticas el software ArcView 3.2.

Resultados y discusiónCaracterización de los parchesVitalidad del bosqueLos grupos de árboles muestreados incluyeron en la mayoría de los casos más de 20

árboles, aunque hubo 5 parches con sólo 5 individuos de gran grosor. Los grupos deárboles presentaron diferencias en la manifestación de la enfermedad: desde parches

con todos los individuos muertos, parches con mayoría de árboles enfermos (i.e., consíntomas de defoliación), y grupos de árboles con individuos de distinta vitalidad en-tremezclados (asintomáticos, enfermos y muertos) (Fig. 2). Estas distintas manifesta-ciones estarían asociadas con la intensidad de la enfermedad (Rosso et. al, 1994) y conel tipo de suelo (La Manna y Rajchenberg, 2002).

Características de la vegetaciónTodos los bosques correspondieron a bosques puros de A. chilensis . Lomatia hirsuta 

(Lam.) Diels [n.v. radal] estuvo presente como especie acompañante en la mayoría delos sitios muestreados, y en algunas zonas también Maytenus boaria  Mol. [n.v. maitén].Ejemplares de Nothofagus antarctica  (Forst.) Oerst [n.v. ñire] y Nothofagus dombeyi (Mirb. Oers.) [n.v. coihue] fueron raramente registrados.

La cobertura del estrato arbustivo fue muy variable, desde áreas prácticamente sinarbustos hasta un 80 % de cobertura. El estrato arbustivo bajo estuvo dominado por

Figura 2. Formas de manifestación del «mal del ciprés».a) todos los individuos muertos; b) individuos de distin-ta vitalidad entremezclados (Versión a color en el CD)

2 a

2 b

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Aristotelia chilensis  L´Hér. Stirp [n.v. maqui] y Schinus patagonicus  (Phil.) Johnst. [n.v.laura]. En algunas zonas se registraron Rosa eglanteria  L. [n.v. rosa mosqueta], Maytenus chubutensis  (Speg.) Lourt., O´Don. & Sleum [n.v. chaurilla] y distintas especies del gé-nero Berberis .

La cobertura del estrato herbáceo fue superior a 40 % en todos los casos, con valo-res de hasta 95 %. Los ejemplares dominantes del estrato herbáceo correspondieronprincipalmente a distintas especies de gramíneas. Fueron frecuentes también Acaena ovalifolia  (Ruiz y Pavón) y Acaena pinnatifida  (Ruiz y Pavón). Se registraron frecuen-temente helechos de la especie Ruhmora adiantiformis  (Forst.) Ching.

En algunas áreas se registraron tocones que, según la información obtenida, fue-ron cortados después del año 2001 (i.e., año de obtención de la imagen con la cual serealizó el trabajo).

Distribución espacialdel «mal del ciprés»

Los resultados de ladepuración de la clasifi-cación del mal del ci-prés, que fue detalladaen la sección Metodolo-gía, son presentados enla Tabla 1. Los resulta-dos preliminares indi-can que el bosque afec-tado abarcó una super-ficie de 1750 Ha, queequivalen al 25% de la

superficie total de A.chilensis   en el área deestudio. Las observacio-nes de campo propor-cionadas por numero-sos estudios sugerían

que la enfermedad tenía una distribución significativa (Hranilovic, 1988; Baccalá et al.,1998; Filip y Rosso, 1999), no obstante se desconocía la magnitud de la declinación aescala de paisaje. La información generada en este estudio permite cuantificar, porprimera vez, la importancia del «mal del ciprés» y sienta las bases para su monitoreo. Elmapa base preliminar de la distribución del «mal del ciprés» en el área de estudio espresentado en la Figura 3.

Tabla 1. Valores de cantidad de parches, superficies y varianza ydesviación estándar de las coberturas de terreno y de gabineteobtenidas para generar una clasificación de la distribución del

«mal del ciprés» en el área de estudio.

Superficie (Ha)Nombrecobertura

NºParches   Máx. Mín. Media Suma

Varianza

Terrenoa

65 2,025 0,04 0,4 20,4 0,217

Mdcclasif 1b

74509 17,75 0,01 0,5 3806 0,207

Mdcclasif 2c

56861 17,75 0,01 0,5 2976 0,023

Mdcclasif 3d

14573 17,75 0,04 0,15 2177 0,073

Mdcclasif 4e

6869 17,75 0,09 0,254 1750 0,135

Leyenda de la Tabla 1: a Parches identificados en terreno; b Eliminando el sectordel valle inferior e incorporando la clasificación supervisada; c  Eliminando lospolígonos en sectores sin A. chilensis  (de acuerdo a la cobertura de referencia); d

Eliminando los polígonos con superficie menor a 400 m2; e Eliminando los polígonoscon superficie menor a 900 m2

La gran variabilidad de cobertura del sotobosque y las diferencias en la topografíahicieron más amplio el espectro de valores de reflectancia para las distintas intensida-des de manifestación de la enfermedad (Fig. 4). Esta circunstancia conlleva la exigen-cia de efectuar un intenso control de terreno para ajustar la distribución de la enfer-medad, analizando la correspondencia entre los sectores efectivamente enfermos ylos sectores caracterizados como tales en la clasificación supervisada de gabinete.

Este estudio constituye la primer etapa de un proyecto cuyo objetivo principal esidentificar la relación entre la ocurrencia del «mal del ciprés» y variables ambientales(i.e., clima, topografía, suelo) a escala de paisaje.

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Figura 3a. Distribución de Austrocedrus chilensis  y del «mal del ciprés» en el Valle 16 deOctubre, provincia de Chubut, Patagonia, Argentina (Ver en CD)

Figura 3b. Detalle de un sector. (Ver en CD)

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ConclusionesEn el Valle 16 de Octubre, provincia de Chubut, Argentina, la distribución de A.

chilensis  representa el 9 % de la superficie total de los bosques puros de esta especie,constituyendo así un área representativa. El bosque afectado por «mal del ciprés»abarcó una superficie de 1750 Ha, que equivalen al 25% de la superficie total de ciprésen el área analizada. Por primera vez, aunque de forma preliminar, pudo cuantificarsela magnitud e importancia del «mal del ciprés».

Los bosques afectados evidenciaron una gran variabilidad en la manifestación de laenfermedad (i.e., grandes grupos de árboles muertos vs. árboles de diferentes vitali-dad entremezclados), cobertura del sotobosque y diferentes situaciones de topogra-

fía y geomorfología. Esta variabilidad estuvo asociada con un amplio espectro de va-lores de reflectancia para las distintas situaciones de enfermedad. Esta circunstanciaconlleva la exigencia de efectuar un intenso control de terreno para ajustar la distri-bución del «mal del ciprés».

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Figura 4. Distribución de los valores de reflectancia correspondientes a píxelespotencialmente representativos de áreas con «mal del ciprés».

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AgradecimientosA Juan Monjes, Darío Arquero, Marcos Menger, Luis Epele y Danilo Hernández Otaño por suasistencia en las tareas de campo. Al Prof. Miguel Calderón, de la Cátedra de Topografía yFotointerpretación de la Sede Esquel de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional dela Patagonia San Juan Bosco por facilitar el uso del software ERDAS Imagine 8.4. Al Ing. Ftal.Horacio Claverie de la Dirección General de Bosques y Parques de la Provincia de Chubut porproporcionar el acceso al software ArcView 3.2.

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Ecología de paisajes y frontera urbana

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Actualización de cálculos y distribucionesespaciales a través de cadenas de Markovy autómatas celulares: Pérdida de suelos

en el área metropolitana de Buenos Aires -2001Gustavo D. Buzai 

Grupo de Ecología del Paisaje y Medio Ambiente,Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo,

Universidad de Buenos [email protected] 

ResumenEn una serie de trabajos realizados se ha generado un modelo cartográfico en Siste-

mas de Información Geográfica (SIG) correspondiente al crecimiento de la aglomera-ción (continuo amanzanado) del Área Metropolitana de Buenos Aires en los años 1869,1895, 1914, 1947, 1960, 1970, 1980 y 1991 (años censales) y mediante procedimientosde superposición temática fue calculada la pérdida de diferentes tipos de suelos acausa de la expansión de la mancha urbana.

El presente trabajo muestra de que forma ha sido realizada la actualización de lainformación para el año 2001 (último censo nacional) modelando la evolución espacialdel crecimiento urbano a través de procedimientos estadísticos y de representaciónespacial como las Cadenas de Markov y los Autómatas Celulares mediante el uso delSIG Idrisi Kilimanjaro.

La lógica de aplicación incluye un análisis de la evolución espacial completa y ladeterminación de tres períodos en la curva de crecimiento logístico, la validación delmodelo de crecimiento urbano dentro del último período, el cálculo de la matriz deprobabilidades de transición y la aplicación del procedimiento extrapolado hacia laconfiguración 2001.

Los resultados de la actualización incluyen los valores de superficie de la aglomera-ción y de la pérdida de suelos, gráficos de evolución y la representación cartográficade la distribución espacial de la configuración actualizada.

IntroducciónEn una serie de trabajos realizados se ha generado un modelo cartográfico en Siste-

mas de Información Geográfica (SIG) correspondiente al crecimiento de la aglomera-ción (continuo amanzanado) del Área Metropolitana de Buenos Aires en los años 1869,1895, 1914, 1947, 1960, 1970, 1980 y 1991 (años censales) y mediante procedimientosde superposición temática fue calculada la pérdida de diferentes tipos de suelos acausa de la expansión de la mancha urbana (Buzai et al., 1998; Buzai y Baxendale,1998; Morello et al., 2000a y 2000b).

El presente trabajo muestra de que forma ha sido realizada la actualización de lainformación para el año 2001 (último censo nacional) modelando la evolución espacialdel crecimiento urbano a través de procedimientos estadísticos y de representaciónespacial como las Cadenas de Markov y los Autómatas Celulares mediante el uso delSIG Idrisi Kilimanjaro.

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La lógica de aplicación incluye un análisis de la evolución espacial completa y de ladimensión fractal como geometría que muestra las tendencias de fragmentación yirregularidad, la determinación de tres períodos en la curva de crecimiento logístico,la validación del modelo de crecimiento urbano dentro del último período, el cálculode la matriz de probabilidades de transición y la aplicación del procedimiento

extrapolado hacia la configuración 2001.Los resultados de la actualización incluyen la representación cartográfica resultado

de la superposición cartográfica y las tablas correspondientes al período históricocompleto con valores calculados en kilómetros cuadrados.

Información y software utilizadoÁrea de estudio: Aglomeración de Buenos AiresCapas temáticas: - Aglomeración 1869 - Aglomeración 1895 - Aglomeración 1914 -

Aglomeración 1947 - Aglomeración 1960 - Aglomeración 1970 - Aglomeración 1980 -Aglomeración 1991. Formato de archivos: raster. Software utilizado: Idrisi

ConceptualLa geometría fractalLa noción de fractal, introducida por Mandelbrot (1982, 1988) se utiliza principal-

mente para el estudio de estructuras irregulares y fragmentadas que se presentaninvariantes en diferentes escalas. Esta característica se denomina autosimilitud, ya quecada una de las partes, cualquiera sea su resolución se presenta semejante al todo.Esto significa que si observamos tales objetos con diferentes niveles de aproximacio-nes las características geométricas se preservan y este es un aspecto sumamente im-portante para describirlos y analizarlos.

Desde el desarrollo de este concepto se han encontrado muestras suficientes deobjetos fractales en los sistemas naturales, en los sistemas sociales y en estructuras

socioespaciales (Goodchild y Mark, 1987; Lam y De Cola, 1993; Christofoletti yChristofoletti, 1994).

El estudio de diferentes configuraciones ha llevado a distinguir entre fractales per-fectamente autosimilares (determinísticos) y fractales cuya autosimilitud es básica-mente estadística (no-deteminísticos o aleatorios). Mientras los primeros puedengenerarse a través de procesos de iteración en forma regularmente determinada, lossegundos se generan a través de un proceso estocástico.

Los fractales no-deteminísticos son los que mejor representan las formas de la na-turaleza, las configuraciones espaciales y los objetos de la realidad, ya que los proce-

sos naturales se encuentran conformados por fuerzas de desarrollo estocásticas. Sinembargo, ambos pueden ser considerados fractales matemáticos porque se confor-man como geometría teórica que tiene la propiedad de autosimilitud para todo nivelde resolución, según sea la cantidad de iteraciones realizadas y la exactitud matemáti-ca con la que se trabaje.

La dimensión fractal (D) es el valor que expresa el grado de irregularidad y frag-mentación de los objetos desde un punto de vista geométrico. Generalmente es unnúmero no-entero, valor que en el espacio euclideano tradicional queda representadocomo D=0 (punto), D=1 (línea), D=2 (plano bidimensional) y D=3 (volumentridimensional). En la geometría fractal las dimensiones físicas efectivas muestran lassiguientes variaciones:

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a. 99.00   ≤≤ D  para estructuras puntuales distribuidas espacialmente en conjuntoy ocupando mayor espacio que un D=0 sin llegar a estructuras continuas.

b. 99.11   ≤≤ D   para estructuras lineales o areales que ocupan espaciosbidimensionales incompletos.

c. 99.22   ≤≤ D   para estructuras tridimensionales que ocupan espaciostridimensionales incompletos.

d. 3= D  para objetos completamente sólidos.

Por lo tanto el estudio de los objetos de la realidad desde el punto de vista de lageometría fractal incluye dos componentes principales presentados en el presentepunto: la autosimilitud y la dimensión fractal. Estos componentes son fundamentalesy serán abordados en su aplicación al análisis urbano.

Fractales deteminísticos: La curva de KochCon la finalidad de comprender la construcción de un objeto fractal, en este punto

se presenta el ejemplo más difundido de un fractal determinístico: la curva de Koch.En la Figura 1 se presentan las iniciales )3(   =n  iteraciones de esta curva.

Partiendo de un segmento de recta )0(   =n  de una unidad de largo )1(   =l  se podael tercio central de un lado )(l  en )3/1(   =l  y se vuelve a unir con dos nuevos segmen-tos de igual longitud al segmento eliminado o a los dos sobrantes, formando un nuevosegmento ))3/1(4(   ×=l . Se repite esta operación sobre el tercio central de cada unode los cuatro nuevos segmentos y así sucesivamente hasta que se de por finalizado elproceso.

Como puede verse en la secuencia gráfica, se partede una isla como triángulo equilátero. A continuaciónen el tercio central de cada uno de los tres lados, se dis-pone de un cabo también en forma de triángulo

equilátero, pero con un lado equivalente a un tercio dellado original. De esta manera se obtiene un hexágonoregular estrellado (Estrella de David) cuyo perímetro tieneuna longitud de )3/1(12× .

Se procede de similar manera con los doce lados y asísucesivamente, para ir conformando la figura presentada.

En cada iteración la longitud de la curva se incrementa en un factor de 4/3 de lasiguiente manera:

Figura 1. Construcción de la«isla» de Koch

De aquí se deduce que la ecuación se debe resolver como:

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Fractales no-determinísticosComo se ha dicho previamente, los fractales no-determinísticos se basan en una

autosimilitud de tipo estadística y al incluir procesos aleatorios en sus iteraciones sonlos que mejor pueden llegar a representar las situaciones reales.

Desde un punto de vista empírico, la determinación de la longitud de las costasmarítimas fue una de las primeras aplicaciones en geometría fractal.

Como

 tiende a infinito se obtiene:

Retomando el cálculo a partir de 12B.5 la generación de la curva de Koch se generade la siguiente forma:

Y puede considerarse como:

Combinado con la ecuación [ 12B.8 ]:

En el caso de la isla de Koch, donde se asume que no hay pérdida por la generalidada partir de una perfecta autosimilitud y con la información presentada para cadaparámetro el resultado sería:

Aunque pueda ser útil para pensar en la evolución espacial de una característicareal, la curva de Koch tiene el defecto propio de los modelos deterministas: que sus

partes son idénticas entre sí. En este caso el grado de autosimilitud es parte de unaescala estricta aunque el algoritmo puede ser modificado y permita encontrar otrasformas, aunque siempre dentro de la características de determinación absoluta.

La potencia es la dimensión de la ecuación y también la dimensión fractal dela curva. Este valor puede obtenerse de manera exacta para fractales de tipodeterminístico, y pasando a logaritmo la ecuación [ 12B.9 ], la dimensión fractal (D) encada nivel k  se obtiene con:

1 D

dondek 

 N   representan la cantidad se segmentos generados a partir del original y  corresponde a la cantidad de divisiones realizadas. Para el caso ejemplificado,  y y a partir de aquí representa la cantidad de segmentos genera-dos en cada línea original.

Si se intenta predecir el tamaño de a partir de este último debe ser elevado a una

potencia .

k  N    4   k 

k   )3/(

  1

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Si se seleccionan dos puntos extremos en una costa su longitud será igual o mayor ala de la longitud tomada en línea recta entre ellas. Si el método de medición de estalongitud contemplara la utilización de un compás de apertura dada e  y se comenzara amedir trasladando el compás comenzando cada nuevo paso donde finaliza el anterior,el valor de multiplicado por el número de pasos dará una longitud aproximada L(e).

Si se repite esta operación reduciendo la apertura del compás en cada medición, seencuentra que L(e)  tiende a aumentar sin límite, variación que fue estudiada porRichardson (1961), llegando a la conclusión de que:

El valor de D   dependía de la costa elegida e inclusive algunos tramos de una mismacosta podrían arrojar valores de D   diferentes. Para Richardson D   era sólo un expo-nente, sin ningún significado particular, sin embargo su valor resulta ser independien-te del método de medición elegido para estimar la longitud y, por lo tanto, el parámetroobtuvo posteriormente un análisis pormenorizado realizado por Mandelbrot (1967),

quien demostró que la longitud de la costa puede ser evaluada como:

Aquí se define al exponente D  como la dimensión fractal y en Buzai et al. (1998) sepresentan los cálculos realizados por Richardson (1961) para diferentes costas. En estacomparación y particularmente en el caso del círculo, se puede apreciar que la longi-tud aproximada L(e) tiende hacia un valor asintótico estable cuando . En todoslos casos restantes, crece indefinidamente. Los gráficos de pendientes han sido repre-sentados en escala log-log y si se denota la pendiente de cada gráfico por 1-D, estaproduce el método más directo para la estimación de la dimensión fractal (D).

Ciudades fractales y auto-organizaciónEntre una gran variedad de sistemas complejos en geografía humana, el estudio de

la estructura y evolución de las ciudades ha merecido mayor atención como sistemade evolución espacial asimilable al análisis fractal. En un estudio clásico, Batty y Longley(1994) analizan la ciudad desde un punto de vista fractal, del caos y la auto-organiza-ción de los sistemas.

La cuestión es verificar la dinámica urbana a la luz de las dos dimensiones básica dela geometría fractal (punto 4.1.), la autosimilitud y la dimensión fractal, ambos comoproductores de formas complejas en distribuciones no-determinísticas.

Pero más allá de estos aspectos empíricos, esta nueva geometría estaría mostrandociertos estados de estructuración que se estarían produciendo entre el orden(determinismo) y el caos (indeterminismo). Por lo tanto, las estructuras fractales en lossistemas complejos estarían mostrando estados de auto-organización en estados críti-cos, es decir, una criticalidad auto-organizada.

Esta situación, analizada por Bak (1988) y Bak y Chen (1991) representa el estadoque asume un sistema cuando se encuentra cercano al límite de su estabilidad. Losgrandes sistemas se auto-organizan (se organizan a si mismos) y van evolucionandoatraídos hacia estados críticos, en donde puede suceder que un pequeño aconteci-miento desencadene un evento catastrófico de gran amplitud. Por lo tanto se conside-

0e

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ra que aunque en su evolución predominen los acontecimientos de pequeña magni-tud, las catástrofes son parte integrante de estos sistemas.

Estos estudios, según Schuschny (1998) se enmarcan en las denominadas Cienciasde la Complejidad, es decir, las ciencias que tienen como objeto de estudio a los siste-

mas complejos, sistemas auto-organizados en diferentes escalas y con relaciones no-lineales que favorecen la aparición de un gran número de comportamientos emergen-tes. En este sentido, el espacio geográfico, naturalmente proveerá elementos para lavalidación empírica de las consideraciones teóricas; y en este sentido, el estudio de lasciudades desde un punto de vista fractal se ha colocado como sistema prioritario decaracterísticas básicamente antrópicas.

Autómatas celulares y ciudades celularesEl desarrollo de conocimientos hacia la formulación de los actuales autómatas celu-

lares se explica detalladamente en Aguilera (2002).

Comienza por los trabajos de John Von Neumann quien propone modelar máqui-

nas que trabajando de forma autónoma (Autómatas) tienen la posibilidad de auto-reproducirse, una continuación con el aporte de Stanislaw Ulam quien consideró con-cretizar una solución a partir de enmarcar el trabajo en un ambiente de células en redinfinita como malla cuadriculada de base espacial discreta (Células) y finalmente, apartir de la combinación de ambos desarrollos, el primer modelo de Autómata Celularde Von Neumann. Este surge como configuración auto-reproductiva en una base celu-lar infinita y a partir de la determinación de ciertas reglas de transición de estadosespecíficas. Parte de una configuración inicial formada por una máquina virtual queocupa 150.000 celdas en donde cada una inicia con uno de 29 estados posibles y lafinalidad de su evolución es lograr reproducir la configuración inicial.

En el ambiente computacional y particularmente en los Sistemas de Información

Geográfica de base raster, la base del trabajo con Autómatas Celulares constituye lacapa temática formada por las n xm  celdas del área de estudio, en donde cada píxelpuede asumir un determinado estado (vacío, ocupado) dentro del conjunto de posibi-lidades (determinados usos del suelo) y un proceso iterativo que determina los resultaostemporales de acuerdo a las reglas de transición.

De acuerdo a lo anterior, las iteraciones se realizan al nivel de celdas en componen-tes de vinculación local que generan patrones de configuraciones espaciales globalesy complejas. En este sentido cuando una celda contiene dos posibilidades como laexistencia / no-existencia de espacio urbanizado, las relaciones de vecindad en su con- junto brindarán como resultado la forma y evolución de la aglomeración, y cuando losposibles estados se amplían puede analizarse la configuración total de los usos del

suelo o segregaciones espaciales de grupos poblacionales en su interior.

Los estudios que encararon la dinámica de evolución urbana, de acuerdo a la se-cuencia presentada por Polidori (2004), comienzan a partir del aporte de Withe et al .(1997), resultado de una evolución de trabajos realizados a partir de los inicios de ladécada del noventa (Withe y Engelen, 1993 a, b, c; 1994), modelo considerado clásicoy utilizado como base del software SMUSBAC (Sistema de Modelado de Uso del SueloBasado en Autómatas Celulares) desarrollado por Aguilera (2002) con la finalidad deexplorar su funcionamiento.

El modelo planteado aborda la dinámica de crecimiento urbano a partir de un áreade influencia que contiene 112 celdas vecinas (radio=6) donde las celdas activas están

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sujetas a su posible transición en base a la relación entre el uso del suelo, la topografíay la accesibilidad a partir de los cuales se calculan sus probabilidades. Con posteriori-dad amplían el modelo incorporando variables sociales y naturales.

A partir de allí fueron desarrollados una serie de modelos aplicados a diferentesciudades de entre los que podemos nombrar: Clarke et al. (1997) para la Bahía de SanFrancisco y el área metropolitana Washington-Baltimore, Wu (1998) para la ciudad deGuangzhou en China, Xie y Sun (2000) para las ciudades de Ann Arbor, Detroit y HongKong, Li y Yeh (2000) para la ciudad de Dongguan en China, y Polidori (2004) para laciudad de Pelotas en Brasil.

Este último incluye la existencia de atributos urbanos, naturales e institucionalesque actúan como atractores o resistencias al proceso de urbanización como potencialdel crecimiento celular y modelísticamente se relacionan a tres tipos de tensiones quegeneran las configuraciones espaciales en el modelado: polarizada, lineales y difusas.Es interesante ver de que manera estas tensiones están relacionadas a los modelos deusos del suelo urbano propuestos para las ciudades de América Latina presentados en

Buzai (2003).El atractivo de los modelos de autómatas celulares radica en que las modelizaciones

realizadas muestran patrones de auto-organización espacial a partir de comporta-mientos locales. De acuerdo a Portugali (1997, 2000) el modelo de espacio discretocelular coincide con un espacio discreto real que se encuentra formado por manzanas,lotes y construcciones, y al mismo tiempo el espacio relacional de análisis local coinci-de con el espacio relacional real de accesibilidad y valores del suelo, motivo por el cualson realmente apropiados para ser aplicados.

El análisis de la dimensión fractal (D ) de la forma superficial y de los límites de lamancha urbana resultan ser parámetros que permiten ajustar los patrones globales

surgidos de los resultados locales, en este sentido, el análisis de la geometría fractal yla aplicación de autómatas celulares permiten una modelización completa en diferen-tes escalas de análisis.

Los autómatas celulares constituyen una herramienta de aplicación muy interesan-te para obtener resultados concretos en la línea de la estadística espacial (como el usode cadenas de Markov realizada en la aplicación o temporales logísticas) y de estruc-turas fractales para el control de comportamientos globales en la búsqueda del mode-lado de mayor realismo para el ámbito de difusión espacial.

La estructura espacial urbana como resultado de mecanismos de auto-organiza-ción de los sistemas complejos encuentra en estas aplicaciones una herramienta de

gran ductilidad a fin de encontrar los fundamentos básicos del comportamiento espa-cial y se presentan como una herramienta de aptitud para los procesos de planifica-ción urbano-regional.

Desarrollo metodológicoDimensión de un sistemaRevisar la dimensión usual de un sistema desde una perspectiva diferente, constitu-

ye un paso previo útil para profundizar el concepto de dimensión fractal. En estesentido, las áreas de figuras geométricas regulares bidimensionales como los cuadra-dos, triángulos o círculos poseen una dimensión igual a 2 de la siguiente forma:

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donde es la longitud del lado. En el caso del cuadrado queda claro que a = 1, en lostriángulos isósceles a = 1/2  y en los círculos a =π /4, cuando representa su diámetro.

Si se realiza un cubrimiento de estas figuras con una grilla de lado  (con área  2 ) sepuede contar la cantidad de celdas (N 

i  ) que cubren la figura. En forma aproximada

tendremos que:

con lo cual

Esto quiere decir que el número de celdas necesarias para cubrir la distribuciónespacial es proporcional al cuadrado de la longitud del lado de las mismas. Por estarazón, podemos decir que la dimensión que caracteriza estas figuras es 2. Esta propie-dad es fácilmente generalizable a objetos regulares tridimensionales (cubriendo concubos de lado  ), siendo que para cuerpos sólidos regulares esta nueva dimensión será

de valor igual a 3. Si aplicamos este procedimiento a formas irregulares tendremos:

si  permanece fijo, el factor que lo contiene es como constante. Este tipo dedependencia funcional se conoce como ley de potencias, y si se aplica el logaritmo aambos miembros se tendrá:

  [19 ] log (N) = -D.log (L)+g

donde g  es una constante, y toda ley de potencias como ésta, en escala log-log sevisualiza como una recta de pendiente –D , cambiada de signo resulta ser la dimensión

fractal (D) del objeto analizado.

Por su parte, Normant y Tricot (1993) hicieron extensiva la aplicación de esta meto-dología a otros parámetros cartográficos. Mostraron que desde el punto de la geome-tría fractal, las líneas son vistas como curvas sin homogeneidad, formadas por líneasrectas (generalmente rectificables) y secciones caóticas, cuyas dimensiones locales sondistintas en cada punto. En este caso la curva se aparta de la característica deautosimilitud aunque sigue siendo parte del conjunto de objetos matemáticos, hechoque también había sido destacado en el trabajo de Goodchild y Mark (1987).

En este sentido, no todos los procesos operan de similar manera a diferentes escalasy consecuentemente existen situaciones que se apartan del patrón de autosimilitud

determinista, aunque esta limitación teórica permitió el desarrollo de modelos muchomás adecuados para la descripción de las características geográficas de un área deestudio.

Cálculo de la dimensión fractal (D)El cálculo de D para una capa temática en sistema raster hace necesario una

reclasificación en los números digitales contenidos para llevar los píxeles del uso delsuelo a analizar a DN=1 y el resto a DN=0. Con posterioridad, la obtención de losresultados pueden ser tanto para el límite como para la superficie de la distribuciónespacial. El método más usual y que fuera utilizado en la aplicación siguiente fue el deconteo de píxeles o box counting.

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donde k   representa cada dato dentro de la ventana o kernel.

Un problema de cálculo surge a partir del efecto de borde, en este sentido Aguilera(2002) indica que el método más utilizado es realizar los cálculos a partir de simularque los bordes opuestos limitan (autómata unidimensional a un arreglo circular y au-tómata bidimensional a un arreglo toroidal). Para su modelo, Polidori (2004) siguiendoel ejemplo de Desyllas et al. (2003) considera realizar los cálculo desestimando el espa-cio de un buffer de borde de alrededor del 10% al 30% del área total.

Es que si se encuentra una configuración en la cual la celda central tiene dos veci-nos activos y dos vecinos inactivos en la siguiente configuración tomará valor 0.

Otra forma de definir esta relación podría ser a través de un procedimiento mate-mático que contemple la suma de los vecinos:

Los pasos metodológicos son los siguientes:a. Se realiza un cubrimiento del área de estudio con una grilla que posee N 

i  celdas

de lado 

i  .

b. Se determina el total de celdas ÓN i  necesario para cubrir el objeto a analizar, en

los dos casos: el borde de crecimiento (límite) y la superficie total.

d. La dimensión fractal (D) se obtiene graficando en función de en escala log-log. La pendiente de la línea cambiada de signo genera el resultado de la dimensiónfractal para el perímetro y para el área .

Este procedimiento ha sido aplicado para la aglomeración de Buenos Aires entre1869 y 1991, el cual será presentado en la parte de aplicación.

Modelado con autómatas celulares

En este punto serán presentadas, siguiendo a Aguilera (2002) los dos tipos de reglasfundamentales que permiten la modificación de estados de los autómatas celulares deun momento a otro.

Como modelo deteminístico cada estado de las celdas en un momento t  2 estará

referido a la configuración espacial de la misma celda y su contorno en el momentoanterior t 

1 .

Como se trabaja con un área de influencia para cada celda, los valores asumidos porlas celdas intervinientes brindarán como resultado el valor de la celda central en .Tomando la vecindad de Von Neuman (en ajedrez, movimiento de torre) puededefinirse una regla:

c. Se toma una grilla cada vez más estrecha con números decrecientes de celdas  de tamaño creciente contándose

las cantidades necesarias para realizar el cubrimiento en cada caso.)...( 321   n

 N  N  N  N    )...( 321   n

),...,,,( 321   nS S S S 

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Aplicación y resultadosCálculo de la dimensión fractal para Buenos Aires (1869-1991)En un trabajo anterior fueron analizadas las características geométricas de la aglo-

meración de Buenos Aires como representación socioespacial histórica a partir de unaserie de capas temáticas en SIG (Buzai y Baxendale, 1998). En ellas cada mapa, de un

año censal distinto, contenía tres númerosdigitales diferentes: DN=0 (Río de la Plata),DN=1 (espacio sin amanzanar) y DN=2 (espa-cio amanzanado). Reclasificado con DN=0 elDN=1 y con DN=1 el DN=2 con la finalidad deseparar el área a ser analizada.

Cada una de estas matrices contuvo la in-formación básica para realizar el cálculo de ladimensión fractal (D ) del borde urbano-rural yde la superficie que ocupaba la aglomeraciónen cada año. El método de cálculo es el de box

counting explicado en el punto 5.3.La definición de ciudad utilizada fue la que

corresponde a una entidad física o aglomera-ción, ya que esta definición es la única quepermite medir de forma tangible el espacioconstruido con la finalidad de ser incorporadoen el SIG raster. Este se encuentra formado porlos usos del suelo en actividades fijas en el te-rritorio (residencias, oficinas, comercios, etc.)y un sistema de flujos por donde se producendiferentes tipos de circulaciones (personas,

mercaderías, etc.) que vincula las anteriores.De esta forma la base de datos total contó

con diez capas temáticas, una para cada añoconsiderado (1869, 1895, 1914, 1939, 1947, 1960,1970, 1980 y 1991). Los resultados correspon-dientes a la superficie total de la aglomeración,su expansión intercensal, el crecimiento relati-vo intercensal y el crecimiento relativo medioanual intercensal son presentados en Buzai yBaxendale (1998). A continuación se muestrala evolución de los valores superficiales de la

mancha urbana, los cuales presentan claramen-te un comportamiento temporal de tipologístico.

El método empleado permite obtener losresultados de D  para la frontera urbana-ru-ral y para la forma superficial de la aglo-meración en cada año. Como puede apre-ciarse el primer cálculo comienza con unadimensión á = 0,74 para 1869 y a partir de1960 se estabiliza en valores cercanos a á =

Figura 2. Crecimiento de la aglomera-ción de Buenos Aires (1869-1991)

Consideración como objeto fractal

Figura 3. Superficie de la aglomeración

en Km2

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   443

Figura 4.1. Dimensión fractal del borde Figura 4.2. Dimensión Fractal de la superficie

Figura 4.3. Evolución histórica de ladimensión fractal

1,39 (Figura 4.1), en cambio para el se-gundo se observa una estabilización deD  para 1970 en valores cercanos a â = 1,60 

(Figura 4.2). Finalmente se presenta unaevolución conjunta de los parámetros á yâ (Figura 4.3).

La aplicación realizada permite obtenerlos valores de las dimensiones fractales delcontorno y la superficie de la aglomeraciónque pueden ser utilizados como parámetrosglobales en el modelado de la dinámica dedifusión urbana.

Las simulaciones numéricas de este pro-

ceso en superficies planas producen estructuras ramificadas de tipo dendríticas con D≈ 1,70, situación analizada por Batty (1991) y Batty y Longley (1994) para explicar ladinámica fractal de las ciudades y aplicada a Cardiff, y por Makse et al . (1995) paraLondres y Berlín, en ambos casos utilizando un modelo de agregación por difusiónlimitada (DLA), procedimiento originalmente desarrollado por Witten y Sander (1983)en el cual las partículas (píxeles urbanizados) se difunden aleatoriamente sobre uncampo probabilístico hasta asociarse con algún agregado que está creciendo y por lotanto son pegadas al lugar donde se produce la colisión, calculándose las nuevas pro-babilidades sobre las cuales se difundirán las siguientes partículas.

Modelo del crecimiento urbano y validaciónModelo del crecimiento urbano y validaciónModelo del crecimiento urbano y validaciónModelo del crecimiento urbano y validaciónModelo del crecimiento urbano y validaciónEn este punto se presenta un modelo básico de cambio de uso del suelo para la

expansión urbana y su validación con la situación conocida.Fue aplicado un modelo basado en las cadenas de Markov a partir del cual la distri-

bución espacial de los usos del suelo analizados en el tiempo t   es resultado de lasituación en un momento anterior t  - 1. Esta metodología considera que la probabili-dad de que ocurra un evento se encuentra relacionada al evento en un estado ante-rior, en este sentido es fundamental la situación de dependencia, aspecto desarrolla-do con suma claridad por Urban y Wallis (2002) tomando como foco de atención dife-rentes usos del suelo como configuraciones paisajísticas.

La metodología de análisis espacial implica tener dos mediciones temporales, quepara el presente caso fueron las capas temáticas correspondientes a la aglomeración

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en 1970 (t 1) y en 1980 (t 

2). A partir de ellas se genera una imagen de probabilidad de

transición y una matriz de probabilidades de cambio (P ). Con ellas se calcula el estadode un píxel, a partir de t 

2 hacia un momento posterior (t 

3) que para la presente aplica-

ción corresponde a 1991, una simulación del estado dentro de 11 años.

La matriz P  es central en el proceso de transición, las probabilidades de cambio deuna categoría a otra han sido medidas a lo largo de un período y son de utilidad paraextrapolar el cálculo hacia un período similar en el futuro.

Si el estado de un sistema puede ser definido como:

donde x i  representan las proporciones de cada categoría para el tiempo t, el estado

del sistema para el tiempo t + 1 se logra multiplicando el vector por la matriz de pro-babilidad de cambios de la forma:

Y de esta forma continuaría hacia los momentos t 1 , t 

 2 , ...t 

n

Por lo que el estado del sistema queda definido por:

Los cálculos previos dan cuenta de la situación probabilística de cambio temporal,pero no espacial, por lo tanto, con posterioridad se utiliza la imagen de probabilidadde transición y el procedimiento de autómata celular para ubicar espacialmente lospíxeles con mayores probabilidades para ser cambiados de categorías. En dicho proce-dimiento (CA Markov de Idrisi) esta probabilidad es mayor de acuerdo a la mayoría de

contactos de un píxel, deesta manera se generan losresultados de la figura 5.

Contar con la situaciónreal en 1991 permite vali-dar el resultado, es decir,verificar cual es el grado de

correspondencia existenteentre lo predicho por elmodelo y la realidad. Pararealizarlo se ha hecho unatabulación cruzada con lafinalidad de comprar la si-militud entre ambas capastemáticas a partir de dosprocedimientos: el conteoy cálculo de porcentajes decoincidencias (Berry, 2000)y el uso del índice Kappa.

Figura 5. Comparación de manchas urbanas para Buenos Aires(1991 a la izquierda, 1991 generada por el modelo a la derecha)

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Las tablas 1 y 2 presentan los resultados a partir del cruce tabular en valores abso-lutos y en proporciones respectivamente. En ambos el porcentaje de coincidencia to-tal ha sido calculado como la sumatoria de la diagonal de la matriz dividido la canti-dad de píxeles total del área de estudio por cien:

donde, PC  es el porcentaje de correspondiencia, x ii son los valores absolutos conteni-

dos en la diagonal de la matriz del cruce tabular r  es la cantidad de filas y n  la cantidadde píxeles del área de estudio.

Tabla 1..... Validación en valores absolutos

Tabulación cruzada entre Markov 1991 (filas) y 1991 (columnas)

0 - rio 1 - rural 2 - urbano Total

0 - rio 4138 0 0 4138

1 - rural 0 9494 325 98192 - urbano 0 309 5334 5643

Total   4138 (100%) 9803 (96,75%) 5659 (93,91%) 19600 (96,77%)

Tabla 2. Validación en proporciones

Tabulación cruzada entre Markov 1991 (filas) y 1991 (columnas)

0 - rio

1 - rural

2 - urbano

Total

0 - rio 1 - rural 2 - urbano Total

0,2111 0,0000 0,0000 0,2111

0,0000 0,4844 0,0166 0,5010

0,0000 0,0158 0,2721 0,2879

0,2111 (100%) 0,5002 (96,75%) 0,2887 (93,91%) 1.0000 (96,77%)

A partir de los datos de la matriz puede ser calculado el índice Kappa como medidade la coincidencia espacial de clases con la siguiente característica:

Obtenido para todas las categorías en conjunto como:

donde  xii 

son los valores de la diagonal principal,  xi+

 el total de las observaciones enla fila i, x

+i  el total de observaciones en la columna i, n  el total de píxeles del área de

estudio y r la cantidad de filas de la matriz de cruce tabular.

Siendo que para cada clase en particular el cálculo queda expresado por:

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 446   Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

donde  pi es la proporción de coincidencias entre la fila i y la columna i,  p

i+  es la

proporción de unidades de cambio esperado en la fila y es la proporción de unidadesde cambio esperado en la columna .

El cálculo realizado entre los dos mapas brinda un resultado,  K = 0,9480

Desde un punto de vista numérico, los resultados obtenidos presentan una muyalta correspondencia con la situación conocida. En la clasificación final sólo un 1,58%de píxeles rurales se consideran urbanos y un 1,66% de píxeles urbanos se consideranrurales. Se obtiene una correspondencia del 96,77% para una superficie urbana que seestima en 2.311,37 km2, la cual es solamente un 0.03% más pequeña que la real.

Desde un punto de vista gráfico, si bien la mancha urbana sigue la tendencia cono-cida, la simplicidad del modelo hace que no se contemplen líneas de crecimiento y ladimensión fractal de la mancha, que evidentemente se hace más compacta, disminu-yendo su grado de irregularidad y fragmentación.

Por tal motivo, modelos de autómatas celulares con mayores posibilidades permi-ten incluir mayores número de parámetros y llegar a distribuciones espaciales másrealísticas, aunque, como ha quedado ejemplificado, el modelo de cadenas de Markovcombinado con un procedimiento de Autómatas Celulares a partir de los datos obte-nidos, constituyen una excelente primera aproximación hacia la obtención de resulta-dos e hipótesis.

Cálculos de pérdida de tipos de suelos, capacidad de uso e índice de productividadLa determinación de la extensión superficial de la aglomeración de Buenos Aires en

el año 2001 permite la generación de una nueva capa temática incorporada a la basede datos raster con la posibilidad de ser superpuesta al mapa de unidades cartográficasde suelos y de esta manera completar la información generada hasta el 2001.

Como puede verse en laTabla 3, el área de estudiocontiene siete unidadescartográficas de suelos (UC)las cuales, a través de susuniones, dan como resulta-do cuatro categorías en lascapacidades de uso (CU) ycinco categorías del índicede productividad (IP).

Los mapas siguientespresentan las distribucionesespaciales del año 2001,

para las distribuciones de las unidades cartográficas de suelo (Figura 6) y para la incor-poración de estas unidades en el espacio superpuesto a la aglomeración de BuenosAires 2001 (Figura 7). A partir de estas capas temáticas se han calculado los valoressuperficiales que completan en la última fila a las Tablas siguientes ya publicados enlos trabajos citados.

U.C. Forma de relieve C.U. I.P.

1 Delta, Lomada, Planos aluvionales VII 30

2 Lomadas, Planos, Nacientes de ríos y arroyos IV 50

3 Lomas, Depresiones, Arenas II 75

4 Lomas, Planos, Depresiones II 70

5 Lomadas, Depresiones II 70

6 Lomas, Microlomas, Tendidos, Depresiones III 65

7 Lomas, Tendidos, Depresiones IV 42

Tabla 3. Correspondencia entre Unidades cartográficas de suelo(UC), Capacidad de uso (CU) e Indice de productividad (IP)

Fuente: Realizado en base a Morello et al. (2000)

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Figura 6. Suelos del área de estudio Figura 7. Suelos cubiertos por la aglomeración.

Tabla 4. Evolución de la pérdida de tipos de suelos por el crecimiento de la aglome-ración de Buenos Aires (1869-2001), en km2.

1   2 3 4 5 6 7 Total

12,30   0 3,28 0,41 0 33,21

41,00   0 5,33 2,87 0 86,92

84,05   1,64 52,07 5,33 0,82 241,49

177,53   6,97 129,97 33,62 7,38 567,44

403,85   46,74 270,60 98,40 50,43 1.282,07

678,55   87,33 431,32 168,92 84,87 1.977,02

730,21   93,89 472,32 198,44 91,84 2.139,79

763,42   97,99 518,65 243,13 99,22 2.317,32

1869

1895

1914

1947

1960

1970

1980

1991

2001

0,82

2,05

11,07

29,11

129,15

187,78

200,90

220,17

229,92

16,40

35,67

86,51

182,86

282,90

338,25

352,19

374,74

378,88 783,30   102,81 549,68 255,18 105,18 2,404,95

Tabla 5. Evolución de la pérdida de capacidad de uso por el crecimiento de la aglo-meración de Buenos Aires (1869-2001), en km2.

1869

1895

1914

1947

1960

1970

1980

1991

2001

II   III IV   VII Total

15,58   0,41 16,40   0,82 33,21

46,33   2,87 35,67   2,05 86,92

137,76   5,33 87,33   11,07 241,49

314,47   33,62 190,24   29,11 567,44

721,19   98,40 333,33   129,15 1.282,07

1.197,20   168,92 423,12   187,78 1.977,02

1.296,42   198,44 444,03   200,90 2.139,79

1.380,06   243,13 473,96   220,17 2.317,32

1.435,79   255,18 484,06   229,92 2.404,95

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 448  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

Tabla 6. Evolución de la pérdida del índice de productividad por el crecimientode la aglomeración de Buenos Aires (1869-2001), en km2.

1869

18951914

1947

1960

1970

1980

1991

2001

30   42   50 65 70 75 Total

0,82 0 16,40 0,41 3,28 12,30 33,21

2,05 0 35,67 2,87 5,33 41,00 86,9211,07 0,82 86,51 5.33 53,71 84,05 241,49

29,11 7,38 182,86 33,62 136,94 177,53 567,44

129,15 50,43 282,90 98,40 317,34 403,85 1.282,07

187,78 84,87 338,25 168,92 518,65 678,55 1.977,02

200,90   91,84 352,19 198,44 566,21 730,21 2.139,79

220,17   99,22   374,74   243,13 616,64 763,42 2.317,32

229,92   105,18 378,88   255,18 652,49 783,30   2.404,95

Un análisis de la evolución en la pérdida de unidades cartográficas de suelos, capa-cidad de uso e índice de productividad muestra las mismas tendencias de comporta-miento logístico experimentado por la aglomeración. En este sentido, el crecimientode todas las distribuciones analizadas estarían cumpliendo su última fase de evoluciónestadística, muy cercanas al límite del crecimiento y por este motivo la posibilidad derealizar un direccionamiento urbano a través de la gestión y la planificación que con-temple estas características regionales se realizaría sobre el final de un proceso plena-mente consolidado.

Consideraciones finalesA lo largo del presente trabajo ha quedado ejemplificada la correspondencia entre

teorías de la complejidad a partir de la auto-organización espacial y dinámica urbanaa través de parámetros globales (dimensión fractal) y la estructuración local a travésde autómatas celulares a partir del cálculo de probabilidades de crecimiento a travésdel uso de cadenas de Markov.

Estos procedimientos de simulación generan estructuras que pueden ser confron-tadas a los casos reales con mediciones conocidas o servir para obtener configuracio-nes espaciales proyectadas para el futuro. El caso de Buenos Aires se ha convertido enun buen ejemplo como para ver el comportamiento en la segunda línea mencionada yobtener la más actual capa temática en la base de datos raster.

La superposición como modelado cartográfico entre la aglomeración de BuenosAires 2001 y la distribución de las unidades cartográficas de suelos del área de estudioha permitido completar y actualizar la información que en los estudios previos men-cionados había sido generada mediante digitalización de cartografía e imágenessatelitales en papel para el período 1869-1991. El procedimiento ha permitido contarcon resultados satisfactorios desde un punto de vista teórico-metodológico.

Desde los procedimientos técnicos, diferentes áreas geográficas pueden necesitardiferentes consideraciones en los parámetros, es por eso que el conocimiento empíri-co y experto del área de estudio también se transforma en fundamental como paraevaluar las variables, pesos de importancia y resultados producidos por el modelo.

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   449

Conocidos estos aspectos, a través de los procedimientos realizados pueden llevar aobtener pautas de mayor realismo que aquellas configuradas a través de la geometríaeuclidiana y en este sentido, la geometría fractal y los autómatas celulares se convier-ten en herramientas muy poderosas al servicio de la planificación urbana-regional,principalmente en el descubrimiento de las dinámicas socioespaciales.

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   451

Análisis de imágenes satelitales y aplicaciónde índices del paisaje en el estudio

de la distribución de espacios verdes

del área periurbana deRosario, provincia de Santa Fe

Nora Elena Mendoza

Grupo de Ecología del Paisaje y Medio Ambiente,Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo,

Universidad de Buenos [email protected] 

ResumenRosario es una de las ciudades más importantes de la Argentina, en cantidad de

habitantes y desarrollo económico. Su producción incluye el abastecimiento del mer-cado interno y externo, cubriendo las industrias alimentaria, la metalmecánica y servi-cios de los agro-negocios y de la innovación en informática. También, gracias a suposición geográfica, ocupa un papel fundamental como ciudad de referencia en elMERCOSUR y en la conexión bioceánica Río Grande Do Sul (Brasil), Valparaíso (Chile)

En este escenario de gran dinámica económica, la histórica falta de planificación ycontrol del uso de la tierra resulta en una organización del espacio que no considera laimportancia de los procesos ecológicos, fundamentales para la supervivencia de losecosistemas y para los habitantes de la ciudad y sus alrededores.

En consecuencia iniciamos un estudio cuyo objetivo es la realización de un diagnós-tico de la estructura del paisaje de la Ciudad de Rosario para sugerir propuestas para lapreservación, mejora y conexión de espacios verdes.

El trabajo se llevó a cabo mediante interpretación de imágenes satelitales, aplica-ción de índices de paisaje, control y censos a campo y análisis de fuentes secundarias.

Se analizó detalladamente el área periurbana del Municipio ya que es allí donde elavance del medio urbano sobre el ámbito semi-natural resulta en una gran heteroge-neidad de coberturas y usos de la tierra y en el deterioro de las características natura-les, incluyendo la pérdida de servicios ambientales. A partir del diagnóstico, se selec-cionaron los espacios con cobertura vegetal que por su uso, grado de fragmentación,ubicación, tamaño, singularidad de componentes y estatus en el Código dePlaneamiento Urbano resultan apropiados para su conservación y manejo.

AbstractRosario is one of the most important cities in Argentina, in quantity of inhabitants

and economic development. Its production includes the supply of the internal and

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 452  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

external market, covering the alimentary and metal-mechanics industries, agriculture-business and software development. Also, because of its position, Rosario is a key cityin MERCOSUR and bi-oceánic trade conecction Río Grande Do Sul (Brazil)-Valparaíso(Chile).

In this scenario of great economic dynamic, the historical lack in control and landuse planning results in an anarchical space that does not consider the importance ofthe ecological processes, wich are fundamental for ecosystems and inhabitants survival,in the city and its surroundings.

In consequence, we begin an analysis whose objective was to study the landscapestructure of Rosario City. Then, we suggest proposals for the preservation, improvesand connection of such areas with vegetable covering.

The study was carried out by satelital image analysis, landscape indexes application,cheking and censuses to field and analysis of secondary sources.

Mainly it was analyzed the periurban area, since it is there where the advance ofthe urban area on the semi-natural environment results in a great heterogeneity ofcoverings and land uses. As a result, a natural characteristics deterioration is founded,including the loss of environmental services.

According with diagnosis, it was selected those areas according to vegetable coveringland use, degree of fragmentation, location, size, components singularity and statusin the Urban Planning Code, in order to create conserved and improve a «greencorridor» for Rosario City.

IntroducciónAnte el fenómeno de avance de las ciudades sobre ecosistemas semi-naturales de

tierras de alta productividad de la Pampa Ondulada, surgió la necesidad de realizar unanálisis sobre la estructura del periurbano de uno de los mayores conglomerados deesta región, la ciudad de Rosario.

Sus 908.875 habitantes (INDEC, 1991), su amplia y compleja producción de bienes yservicios y sus características históricas, son factores que inciden en la configuracióndel territorio y desde una perspectiva ambiental, en la estructura y funcionamientodel paisaje. Como señalan Romero et al. (2002): «La urbanización consiste en la remo-ción de las estructuras, funciones y cambios controlados por la naturaleza a procesosdesencadenados por la sociedad...».

A partir del conocimiento del paisaje natural de la región donde se encuentra Rosa-

rio, de las modificaciones realizadas por el hombre a lo largo de la historia y de loscondicionamientos que imponen uno y otro, se realiza un diagnóstico y se brindansugerencias para diseñar un patrón de paisaje que contribuya con el intercambio deorganismos, materiales y flujo de energía para una necesaria mejora de la calidad devida de la población.

MétodosDefiniciones adoptadasSe consideró la superficie total del municipio (alrededor de 200 km2) como paisaje,

definido como el conjunto de ecosistemas o tipos de usos de la tierra organizados enun patrón recurrente (Matteucci y Buzai, 1998) Se toma en cuenta la tendencia actualde proteger el funcionamiento integral del paisaje heterogéneo, con núcleos de pro-

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   453

tección, zonas periféricas y conexiones en red, incluyendo zonas semi-naturales yantropizadas (Dajoz, 2002)

El área periurbana (de especial interés por contener remanentes de ecosistemas) esentendida como un ecotono ubicado entre el medio urbano y el rural con límites pocoprecisos. Posee un patrón de coberturas de la tierra heterogéneo (parcelas agrícolas yhortícolas, countries, villas de emergencia, basurales, cavas etc.), con una fuerte diná-mica de transformación de uso rural a urbano (Bozzano, 1990) Este proceso de cambioen el patrón o estructura del paisaje, puede provocar la fragmentación del mismo, esdecir divisiones y aislamiento de ecosistemas, que alteran sus funciones (flujo y movi-miento de seres vivos, materia y energía)

Uno de los efectos de la fragmentación es el descenso de la biodiversidad, es decirecosistemas con ausencia de componentes, lo que se traduce en un medio imposibili-tado de brindar servicios ambientales (Matteucci, 2005)

Entendemos por servicios ambientales o funciones ecológicas a los procesos que

aún no son valorados económicamente y que son beneficiosos para la vida humana(Morello, 2000), por ejemplo, el ambiente como regulador y purificador del ciclo delagua y del aire; como formador y protector de suelos; como regulador del clima; comocolector y transformador de nutrientes; productor y regulador biológico; como mediorecreativo y educativo.

La disminución de estos servicios a causa de la expansión urbana, perjudica no solo a losecosistemas, si no también a la población que sufre un descenso en su calidad de vida.

A partir de este marco teórico, se plantearon como objetivos particulares, identifi-car los elementos del paisaje y sus correspondientes coberturas y usos de la tierra;obtener el grado de fragmentación del paisaje y analizar la posibilidad de establecer

un «corredor verde» para el área de estudio.

Procesamiento de imágenes satelitalesUna vez identificada el área de estudio en la imagen satelital original (Landsat 7

ETM+ Lat –33.10; Long –59.55 4XP) se realizaron los recortes pertinentes sobre lasbandas espectrales 1; 2 y 3 (correspondientes al espectro visible) y 4; 5 y 7 (correspon-dientes al infrarrojo cercano y medio) y se mejoró la calidad visual mediante un au-mento de contraste por nivelación de histogramas.

Luego, se inició la interpretación mediante dos vías complementarias: por un ladoel análisis visual, que gracias a la complementación con información sobre tamaño,forma, asociación, ubicación, etc resulta muy útil para la identificación en zonas de

gran heterogeneidad como las urbanas. Por otro lado, el análisis digital, convenientepara el calculo de gran numero de datos (obtención de índices de paisaje) (Chuvieco,2003; Serafini, 2002)

En la interpretación visual se realizó un recorte espacial que abarcó una superficiemayor que la correspondiente al área de estudio (Figura Nº 1), lo que permitió apre-ciar los grandes mosaicos de paisaje y tener una idea más acabada del relieve.

En cuanto a combinaciones de bandas espectrales, se utilizaron principalmente 1,2,3(AVR) o «Natural» (Figura 1) y 2,3,4 (AVR) o «Falso Color Compuesto Estándar» (Figura2). La ventaja de la primera radica en que la imagen resultante es de apariencia similara lo que percibe el ojo humano, por ello la asociación color-tipo de cobertura se reali-

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 454  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

Figura 1. Combinación «Natural» 123(AVR) Área ampliada con respecto al áreade estudio (límite municipal en trazo blan-co) que facilita la interpretación del relie-ve y alcance de usos y coberturas de latierra (Ver en CD)

za rápidamente. La segunda permite apreciarclaramente la presencia de vegetación y los lí-mites entre suelo y agua, gracias a la incorpo-ración de la banda 4 (infrarojo cercano). Tam-bién fueron utilizadas las composiciones «Fal-so Color Compuesto 345; 354 y 453. En estoscasos la banda espectral 5 (infrarojo medio)permite apreciar diferencias según tipo de ve-getación, ya que capta la existencia de agua enla estructura interna de la hoja.

Para la identificación de coberturas y usosde la tierra se cotejaron estas combinacionescon firmas espectrales típicas, cartografía a di-ferentes escalas, datos históricos y naturalespara deducir por asociación los usos y cobertu-ras actuales.

Dentro del área de estudio se realizó por unlado, un análisis exhaustivo de la zonaperiurbana, para detectar el gran número deparcelas dispersas con cobertura vegetal y porotro lado, se relevó el área urbana con el fin deidentificar los espacios verdes insertos en la tra-ma de la ciudad, ya que existen relaciones fun-cionales entre ambos espacios que deben serpreservadas mediante su conexión.

El análisis digital o clasificación automática

no supervisada se realizó sobre un recorte ex-clusivo del área de estudio. La clasificación uti-lizada consiste en que el programa identificapatrones típicos de reflectancia y sus resulta-dos varían según las composiciones de bandasseleccionadas. Luego de un análisis exploratoriosobre los diversos resultados, se eligió la clasi-ficación sobre la combinación FCCS o 234 (AVR)con un aumento de contraste de tipo lineal con

puntos saturados al 5%. En cuanto a los resultados según el producto sea una clasifi-cación de grano grueso o de grano fino se optó por la primera, ya que el número decategorías resultantes (7 clusters) se ajusta mejor a la escala del estudio.

Sobre la clasificación automática se aplicaron los índices del paisaje (fragmenta-ción, riqueza relativa y diversidad) mediante el uso de ventanas móviles de 7x7 que sedesplazan por toda la imagen midiendo la variabilidad local en las clases; luego seinterpretaron los valores de cada índice, generalizando en valores bajos, medios yaltos, según el rango resultante de la fórmula matemática de los índices.

Control de campoPrevio a la salida, se estableció un itinerario que permitiera salvar huecos de infor-

mación, dudas sobre la cobertura y el uso de ciertas parcelas; ubicación de límites;observación general del área y la realización de censos en tres sitios de interés (ParqueSur; un vivero-reserva municipal y barranca del río Paraná) para identificar caracterís-

Figura 2. Combinación Falso Color Com-puesto Estándar 234 (AVR) (Ver en CD)

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ticas topográficas, tipo de vegetación, flora, uso del suelo, etc.

Finalmente, se realizó un análisis comparativo entre clasificación automática, vi-sual y control de campo para establecer definitivamente la información correcta.

ResultadosComo resultado de la interpretación visual, obtuvimos:• La tabla 1, donde queda registrado, para cada polígono digitalizado, el número

de identificación, el perímetro, la superficie y el tipo de cobertura.• Capas temáticas de las principales vías de comunicación y de los arroyos que

atraviesan la ciudad.• Mapa de coberturas de la tierra (43 polígonos)• Mapa de usos de la tierra (43 polígonos)

Tabla 1. Métricas de cada polígono (Leyenda: * 1=matriz; 2 = parche; 3 = corredor)

Nº de Identificacióndel polígono

  Superficie (ha)  Cobertura de la

tierraElemento del

paisaje*

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

11

12

13

14

15

16

17

18

19

20

21

22

23

24

25

26

27

28

29

30

31

32

33

34

35

36

37

38

39

40

41

42

43

469,12

351,56

560,56

97,64

328,35

1752,42

394,98

1920,80

169,97

23,21

267,12

171,18

62,52

18,80

596,58

216,30

194,19

122,85

58,72

137,96

5,80

63,72

11,10

138,0

831,39

349,56

86,94

58,62

370,87

38,31

36,71

44,02

59,52

13,20

80,53

41,21

143,06

9505,56

211,79

94,04

20,70

49,12

29,51

20198,17

1

2

1

2

2

1

3

1

2

1

4

6

2

2

1

4

4

4

2

2

3

6

7

6

3

2

4

6

5

2

4

4

1

1

1

1

2

6

3

6

3

3

3

2

2

2

2

2

2

2

2

2

2

2

2

2

2

2

2

3

2

2

2

2

3

2

2

2

2

3

2

3

2

3

3

2

2

2

2

2

1

3

3

3

3

2

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 456   Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

Mediante una reclasificación, estos polígonos se reagruparon según cobertura ytipo de elemento del paisaje, para obtener dos nuevos mapas, de más efectiva inter-pretación

• Mapa de coberturas de la tierra de siete categorías (Figura 3 y versión a color en el CD)

• Mapa de elementos del paisaje de tres categorías (Figura 4 y versión a color en el CD)

A partir de la clasificación automática no supervisada de grano grueso sobre com-binación 234 (AVR) (Figura 5 y versión a color en el CD), se obtuvo un mapa de frag-mentación del paisaje, (Figura 6 y versión a color en el CD) cuyo patrón presenta pocosy pequeños sectores con valores nulos o cercanos a cero fragmentación. Estos se ubi-can de manera aislada en la zona periférica del municipio, al Noroeste, en la zona dereserva agrícola.

Figura 3. Mapa de coberturas de la tierra consiete categorías, resultado del análisis visual(Versión a color en el CD)

Figura 4. Mapa de elementos del paisaje de trescategorías, resultado del análisis visual (Versióna color en el CD)

Figura 5. Clasificación automática no supervi-sada de grano grueso sobre combinación FCCSo 234 (AVR) (Versión a color en el CD)

Figura 6. Mapa de fragmentación del pai-saje, producto de la aplicación sobre re-corte del área de estudio en combina-ción de bandas 234 (AVR) (Versión a co-lor en el CD)

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   457 

Los valores bajos de fragmentación (0,01-0,02) se agrupan en dos polos: el más im-portante en el núcleo urbano, en la zona más densamente edificada; el otro, con su-perficies más pequeñas, en la zona de tierras de reserva agrícola, al Noroeste del mu-nicipio; también se encuentran sectores muy pequeños y aislados en los límites Oestey Sudoeste del municipio.

Los valores medios-bajos (0,03-0,05) se encuentran rodeando las áreas de valoresbajos, en un patrón extendido que tiende a unir los dos polos de valores bajos y aocupar la zona costera Norte.

Los valores medios (0,06-0,08) conforman un amplio arco Norte-Sur que recorre elmunicipio, alcanzando el borde municipal por el Oeste, excepto al Noroeste, donde seencuentra una de las zonas de reserva agrícola. En menor medida los valores mediosestán representados en una angosta faja, a lo largo de la costa del río Paraná.

En este nivel de fragmentación se destacan por contraste sobre áreas no tan frag-mentadas, vías de comunicación importantes como algunos tramos del ex Ferrocarril

Gral. Belgrano; de la Av. Córdoba y de la Av. de Circunvalación. Esta última señala enla zona Norte y centro un área fronteriza de cambio gradual de usos urbanos aperiurbanos; es decir el nivel de fragmentación media coincide con las zonas dondelos análisis visual, digital y de campo indican la presencia de coberturas y usos de latierra que asociamos al área periurbana.

Los valores medios altos (0,09-0,010) en general, siguen el mismo patrón espacialque los medios.

Los valores altos de fragmentación (0,11-0,13) no tienen una representación desta-cada, salvo por ciertos sectores como el Parque Independencia (con los máximos valo-res), la zona del «Jockey Club» (centro-Oeste) y un sector del centro y S de la costane-

ra del río Paraná y del arroyo Saladillo. Estos lugares se caracterizan por un uso recrea-tivo, es decir con una gran variedad de componentes.

En cuanto a los valores de índice de riqueza relativa, siguen un patrón espacialsimilar al del índice de fragmentación, por lo que podríamos establecer cierto gradode relación directa entre valores altos, medios y bajos de ambos índices en nuestropaisaje urbano-periurbano.

De la visita a campo resulta que comparando los tres censos realizados, observamosla existencia de un stock de especies nativas de linaje vinculado con las eco-regiones«Paranaense» y del «Espinal», que se repiten en los tres sitios: espinillo (Acacia caven) ,ombú (Phytolacca dioica), jacaranda (Jacaranda mimosifolia) y pezuña de vaca (Bauhinia 

candicans). Ombú, ceibo, espinillo y timbó son especies tropicales que llegan natural-mente al entorno de la ciudad de Santa Fe. Los tres primeros alcanzan Rosario y si-guen hacia el Sudeste por el río Paraná y de la Plata hasta el Gran Buenos Aires y másal Sudeste.

A partir de la tabla Nº 1, del Mapa de coberturas (Figura Nº 3), del Mapa de tipo deelemento (Figura Nº 4), de las observaciones de campo, de los resultados de fragmen-tación (Figura Nº 6), y de riqueza relativa de componentes, de las disposiciones muni-cipales referidas al uso de la tierra (Ordenanza Nº 6492/97) y de cartografía detallada,se realizó una exhaustiva caracterización de cada polígono y con una posterior re-agrupación según coberturas de la tierra, se obtuvo la siguiente información:

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 458  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

• De la superficies total con alto predominio de cobertura vegetal (5517,15 ha), alre-dedor del 21 % queda fuera de la protección que puede brindar el Código dePlaneamiento.

• De la totalidad de superficies con cobertura «Heterogeneidad periurbana»(1756,45 ha) no se protege alrededor del 77 %.

• De la superficie total con cobertura mixta de «Edificación y vegetación»(1261,68 ha) queda sin proteger alrededor del 66 %.

• De la superficie total de áreas bajas inundables (606,27 ha) no se protegealrededor del 36 %.

A partir de estos resultados, se seleccionaron los polígonos que por su ubicación,tamaño, cobertura, flora y topografía deberían incorporarse a la protección munici-pal. Entre ellos, los tres sitios censados que jugarían el papel de pasaderas o escalonesen un sistema de corredores para comunicar los pastizales de la Pampa Ondulada (par-ticularmente sus humedales) con los cuerpos de agua de las islas que están frente al

aglomerado urbano y que tienen abolengo de la eco-región Paranaense oAustrobrasilera.

En la (Figura Nº 7) podemos ver los espa-cios verdes sugeridos y los espacios públi-cos y áreas protegidas que ya cuentan conprotección municipal. La suma de todos es-tos espacios pasaría a conformar un corre-dor verde, es decir un patrón del paisaje quegracias a las variables que se analizaron eneste trabajo, contribuirían con los intercam-bios funcionales de los ecosistemas.

En la tabla 2, podemos observar las va-riaciones en la superficie de espacio verdepor habitante, según su reconocimiento eincorporación por parte del Municipio y loque se sumaría con los espacios con prepon-derancia de cobertura vegetal propuestosen este trabajo.

Recordamos que la Organización Mun-dial de la Salud recomienda una superficie mínima por habitante de 10 m2.

Figura 7. Espacios con alta proporción de ve-getación protegidos por Ordenanza Munici-pal N° 6492/97 y espacios sugeridos para la

SUPERFICIE (m )2

TOTAL POR HABITANTE

Espacios verdes públi cos 5397654,77 5,94

Espacios vegetados protegidos porOrdenanza 6492/97

  5907280,00 6,50

Espacios sugeridos con coberturaparcial de vegetación

  1 594111,00 1,75

TOTAL 12899045,77 14,19

Tabla 2. Espacios verdes bajo protección munici-pal y espacios sugeridos para la conservación.

Conclusiones

• Las imágenes satelitales resultaronuna herramienta insustituible para la de-terminación de coberturas y usos de latierra, complementando el análisis visualcon el digital.

• El trabajo de campo fue necesario parainterpretar elementos que el satélite no

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   459

cubría por su resolución espacial y para analizar sitios especiales.

• Los tres métodos mencionados se controlan mutuamente.

• Se debe adecuar la interpretación de los índices de paisaje dependiendo del ámbito

al que es aplicado (natural o artificial)• Al comparar la interpretación de coberturas y usos del suelo con los resultados defragmentación del paisaje, surge una confirmación de la demarcación de los elemen-tos del paisaje.

• En los elementos del paisaje predominan los bordes rectos debido al uso e influen-cia predominante del medio urbano.

En un ámbito urbano-periurbano la riqueza y biodiversidad de flora y fauna se venotablemente reducida, entre otras cosas, por la escasez de superficie verde. Por ellola creación, ampliación y mantenimiento de corredores de vida silvestre se hace indis-

pensable: los corredores posibilitan la conexión entre parches verdes y generan unefecto que potencia la superficie cubierta con vegetación, lo que permite que losecosistemas sobrevivan y generen servicios ambientales que redunden en una mejorcalidad de vida de los habitantes de las ciudades.

Existen ciertos conectores que por su ubicación son una pieza clave para el funcio-namiento del paisaje, por ejemplo las riberas vegetadas de ríos y arroyos que contro-lan la erosión de la pendiente, el flujo de nutrientes y contaminantes del medio terres-tre al acuático, las crecidas, regulan la temperatura del curso fluvial y oxigenan elagua). En la ciudad de Rosario distinguimos tres de estos «núcleos de protección» quefueron relevados y que creemos que deben ser especialmente considerados por el

municipio (el valle del arroyo Ludueña, el del arroyo Saladillo y la barranca del ríoParaná con relictos de selva) También son importantes los fragmentos lineales comocortinas y cercos vivos, inclusive la vegetación que crece debajo de alambrados, lasbanquinas con césped (Av. de Circunvalación) y avenidas con árboles que pueden au-mentar la biodiversidad en bordes de áreas agrícolo-intensivas y pequeños parchesque forman una malla de circulación (pasaderas) que actúan como conectores entreparches vegetados de mayor tamaño.

Debemos decir que por ubicarse en un ambiente periurbano, que cumple un papelclave en el tráfico del MERCOSUR y a lo que se sumará la conexión Río Grande Do Sul–Valparaíso, este territorio es de gran interés para los negocios inmobiliarios, es decirla conversión de suelo rural en urbano.

Por ello esta trama de espacios verdes debe ser protegida y exhaustivamente estu-diada para establecer sus categorías de uso y gestión. Por ejemplo determinar entre lagran variedad existente, qué funciones ecológicas pueden ser demandadas a este medio(desde la purificación del agua y captura de dióxido de carbono, a servicios de tipoeducativo) ya que hay categorías de complejidad en función de la cantidad y tipo decomponentes y superficie demandada para realizarlos; el papel de los corredores cons-truidos (banquinas de autopistas, alambrados, etc.) que pueden funcionar como ba-rreras para ciertos traslados bióticos y como conectores para plantas invasoras y colo-nizadoras exóticas o nativas.

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 460   Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

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   461

Cambios en el patrón del paisaje debidoal crecimiento urbano:

Análisis de gradiente de usos del suelo

de la transecta Tigre-Pergamino

Mariana E. Silva

Grupo de Ecología del Paisaje y Medio Ambiente,FADU, UBA

[email protected]

ResumenLa evaluación del cambio en el patrón del paisaje a lo largo de una transecta urba-no-rural puede contribuir a detectar la perdida de grandes parches seminaturales o decultivos, el aumento de la fragmentación de hábitats e identificar la densidad de par-ches antrópicos que afectaran los ciclos biogeoquímicos y la biota del lugar. Identifi-car estos gradientes o patrones es un punto de partida importante para relacionar lamorfología urbana a los procesos ecológicos y sociales. Como técnica de análisis seutilizó una transecta que recorre aproximadamente 172 Km con dirección Noroeste yque atraviesa los partidos de Tigre, Escobar, Campana, Exaltación de la Cruz, Zarate,San Antonio de Areco, Baradero, San Pedro, Ramallo y Pergamino.

Se formuló una descripción cualitativa y cuantitativa de las distintas categorías

analizadas en base a índices del paisaje tales como: número, tamaño y forma de losparches, porcentaje de tierras ocupado por cada categoría para el área total y su va-riación con la distancia desde la ciudad. El método resulta útil como herramienta parala descripción de cambios en los usos del suelo en grandes áreas.

AbstractThe evaluation of changes in landscape pattern along urban-rural transects may

contribute to detect the loss of big seminatural or agricultural patches and the increasein habitat fragmentation; and to identify anthropogenic patches affectingbiogeochemical cycles and the local biota.

The identification of gradients and patterns is an important starting point to relatethe urban morphology to the ecological and social processes. A 172 Km northwesttransect was laid across 10 counties: Tigre, Escobar, Campana, Exaltación de la Cruz,Zarate, San Antonio de Areco, Baradero, San Pedro, Ramallo y Pergamino, to describethe landscape pattern.

The result is a quantitative and qualitative description of the different categoriesbased on landscape indices such as: number, size and shape of patches, the proportionof total area occupied by a particular category and its variation with the city distance.The method is useful as a tool to describe the changes in land use in large areas.

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IntroducciónCon una urbanización creciente en todo el mundo, se ha vuelto de suma importan-

cia para las investigaciones ecológicas a gran escala considerar la transformación de latierra y sus consecuencias ecológicas. La población urbana mundial era solo cerca del3% de la población global alrededor del año 1800, se incrementó al 30% en 1950 y

alcanzó el 50% en el año 2000. Las proyecciones actuales demuestran que para el año2025 el 60% de la población mundial vivirá en zonas urbanas (UN, 2000). En las dosultimas décadas la frontera urbana ha sido reconocida como «un vasto experimentoecológico no planeado que afecta grandes áreas y se esta expandiendo en varios bor-des de megaciudades en los países desarrollados y en desarrollo» (Matteucci y Morello,1999). El mayor desafío esta en poder entender las relaciones entre el patrón espacialde la urbanización y los procesos ecológicos.

La cuantificación del patrón del paisaje y los cambios que se producen en el mismoson esenciales para el monitoreo y estimación de las consecuencias ecológicas del pro-ceso de urbanización. (Zhang et al., 2003). Las variaciones físico-bióticas y antrópicasestán ordenadas en el espacio y por lo tanto los patrones espaciales ambientales go-

biernan las correspondientes estructuras y funciones del sistema ecológico. Lasinteracciones dentro del sistema ecológico y entre el gradiente ambiental y el sistemaecológico afectaran la distribución y comportamiento de los sistemas a lo largo delgradiente. Forman y Godron (1986, citado en Zhang et al., 2003) postularon que lascaracterísticas de los parches exhiben generalmente un patrón predecible a lo largode un gradiente de modificación del paisaje (natural, con manejo, cultivado, suburba-no, urbano). Posteriormente McDonnell y Picket (1990) opinaron que los gradientes«urbano-rurales» así como los gradientes «campo-ciudad», estudiados por los ecólogosurbanos (botánicos), proveían un campo de estudio en donde podían realizarse expe-rimentos a lo largo del gradiente de urbanización. Luck y Wu (2002) plantean quepara relacionar el patrón espacial de la urbanización con los procesos ecológicos, losmétodos de análisis espacial cuantitativo y el análisis de gradiente parecen ser los más

adecuados. La evaluación del cambio del patrón del paisaje a lo largo de una transectaurbano-rural puede contribuir a: determinar la pérdida de grandes parchesseminaturales o de cultivos; detectar el aumento de la fragmentación de hábitat; iden-tificar los parches antrópicos que afectan los ciclos biogeoquímicos y la biota del lugar(Luck y Wu, 2002). La identificación de estos gradientes o patrones es un punto departida importante para relacionar la morfología urbana a los procesos ecológicos ysocioeconómicos.

En la Argentina, la región conformada originalmente por los pastizales pampeanosy bosques de ribera constituye sin lugar a dudas el ecosistema más alterado y másurbanizado por la actividad humana. Son muy pocas las áreas que mantienen la anti-

gua fisonomía del paisaje y más escasos aún los sitios que conservan expresiones de lacomunidad vegetal original y que han logrado mantenerse libres de la invasión deespecies exóticas (Bilenca, 2000). Según un informe elaborado por la Administraciónde Parques Nacionales, existen en nuestro país unas 140.000 hectáreas de pastizalespampeanos incluidas dentro del Sistema de Áreas Naturales Protegidas, lo que repre-senta apenas un 0,3% de la superficie de esta región de casi 47 millones de hectáreas(APN 1998, citado en Krapovickas y Di Giacomo,1998).

La importancia de la conservación de espacios naturales en general y del pastizalpampeano en particular radica en los servicios ofrecidos por los pastizales naturales ypor la diversidad biológica que albergan en pos del funcionamiento del agroecosistema(Bilenca, 2000). Al respecto cabe mencionar que el soporte edáfico del pastizal re-

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presenta el ecosistema más valioso para las actividades humanas y provee cerca del90% de la producción agrícola del país. Sala y Paruelo (1997, citado en Bilenca, 2000)han señalado el papel importante que tienen los pastizales como proveedores de ser-vicios ecológicos tales como: el mantenimiento de la composición de gases en la at-mósfera a través de la captación de dióxido de carbono y de metano, la preservación

del suelo y la protección contra la erosión y el mejoramiento de condiciones meteoro-lógicas, entre otros aspectos.

En base a estos antecedentes la hipótesis general del trabajo es que el crecimientourbano produce cambios en el patrón del paisaje lo que influye en los procesos a nive-les de poblaciones, comunidades y ecosistemas.

El objetivo de este trabajo, que es parte de un proyecto mayor, es desarrollar unatécnica de muestreo que permita identificar, describir y cuantificar los diferentes usosdel suelo a lo largo de transectas urbano-rurales, para facilitar el análisis del patróndel paisaje a gran escala.

Area de EstudioComo técnica de análisis para el estudio de los cambios de usos del suelo produci-dos por la urbanización se utilizó una transecta que recorre aproximadamente 172Km, con dirección Noroeste y que recorre los partidos de: Tigre, Escobar, Campana,Exaltación de la Cruz, Zarate, San Antonio de Areco, Baradero, San Pedro, Ramallo yPergamino (Mapa 1). El área total ocupada por estos partidos es de 1.148.271 Ha. Estatransecta fue elegida como primera etapa del análisis, ya que en la Provincia de Bue-nos Aires el proceso de urbanización se lleva a cabo principalmente siguiendo 4 ejesque corresponden a las principales autopistas de la zona. En este caso la transecta seubica en el área de influencia de la autopista Panamericana en la región que se conocecomo Pampa Ondulada.

El espacio antrópico está compuesto por tierras en distintas etapas del calendarioagrícola según el cultivo de que se trate, y en distintos estados de deterioro, según lostipos de suelo, la topografía y la historia de uso (Morello y Solbrig, 1997). En el área deestudio domina un modelo de producción agrícola nacional sumamente concentradoen unos pocos cultivos y ganado, que produce el 52,1% del valor de la cosecha agríco-la nacional; 24,6 % corresponde a la soja, 11.5 % trigo, 8,9 % girasol y 7 % maíz)(Morello y Matteucci, 2001). Los ecosistemas naturales han desaparecido en enormessuperficies de esta zona de estudio, el paisaje ha sido fragmentado por la actividadhumana

MétodosA partir de dos imágenes satelitales Landsat 7 ETM se realizó una descripción cuan-

titativa del patrón del mosaico tomando una muestra formada por 14 unidadesmuestrales (UM) de forma hexagonal de 3500 Ha cada una a lo largo de la transecta,abarcando un total de 49.000 Ha correspondientes aproximadamente al 2% del áreatotal. La forma hexagonal tiene la virtud de minimizar la relación perímetro/área. Seeligió este tamaño de unidad muestral porque es la mínima unidad en que se repre-senta el patrón.

La clasificación de usos del suelo para cada UM se realizó por digitalización manualen pantalla con el ArcView 3.2. Las categorías de usos del suelo utilizadas fueron: zonaurbana (1), zona periurbana (2), zona de parcelas pequeñas (3), zona de parcelas me-dianas (4), zona de parcelas grandes (5) y zona de derrame (6) (Tabla 1)

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 464  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

Tabla 1. Categorías de cobertura de la tierra.

1- Urbano: tierras usadas para propósitos urbanos y de usos no agrícolasasociados, caracterizada por una alta densidad de edificación y un tejido urba-no continuo. Incluye: capitales, ciudades o cabeceras de partidos.

2- Periurbano: Comprende principalmente el área que rodea la zona urbana,de estructura urbana laxa. Incluye: canteras, basurales a cielo abierto, cemen-terios y desarmaderos de autos, balnearios y clubes deportivos, countries, ba-rrios cerrados, cementerios-jardín etc.

Tierras Agroganaderas: comprende cultivos, pasturas, fruticultura, plantacio-nes forestales etc. Se divide en 3 categorías:3- Parcelas pequeñas: predominio de parcelas pequeñas (5 a 18 Ha)

4- Parcelas medianas: predominio de parcelas medianas (19 a 100 Ha)

5- Parcelas grandes: predominio de parcelas grandes (<100 Ha)

6- Zona de derrame: zona que bordea los ríos acompañando la forma de losmismos y presenta comúnmente zonas de bosque ribereños o lagunastemporarias originadas en episodios de crecida de los ríos.

Mediante la función MakeHex del Patch Analyst se distribuyeron las UM de modoque cada unidad muestral estuviera separada de las vecinas por al menos un hexágono.

Los índices del paisaje, o medidas de configuración, resultan una herramienta útil ala hora de describir el patrón y cuantificar las relaciones espaciales de y entre los ele-mentos del mosaico. Los índices son expresiones cuantitativas utilizadas para describirla estructura o patrón de un espacio. Son variables derivadas que se calculan a partirde los datos del mapa. Sintetizan la configuración del mosaico; esto es, la composicióndel mosaico en cuanto a tipos de cobertura, formas y bordes de fragmentos, y dispo-sición de los mismos en el espacio.

Calculo de las medidas de configuraciónLos índices utilizados pueden agruparse en dos clases según la jerarquía de la infor-

mación que dan:

1. aquellos que dan información acerca de la estructuración de las categorías yproveen un valor por categoría;

2. aquellos que dan información acerca de la estructura del paisaje («índicesglobales») y dan un único valor para todo el mosaico analizado (Matteucci, 1998)

El cálculo de las medidas de configuración se hizo para cada hexágono con el mo-dulo Patch Analyst. Se calcularon 19 medidas de configuración a nivel del mosaico y anivel de categorías, aunque no todas de ella fueron utilizadas para la descripción.Algunos de los índices calculados fueron: cantidad de parches; densidad de parches;dos estadísticos del tamaño de parches (coeficiente de variación y desviación estándar);longitud total de borde; densidad de borde; media del índice de forma de los parches;media del índice de forma ponderado por el área; media de la dimensión fractal de losparches; media de la dimensión fractal ponderada por el área; índice de diversidad de

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Shannon, índice de Equidad de Simpson, índice de forma del paisaje, área total decada categoría. Las ecuaciones y significado de cada índice se encuentran disponiblesen el manual del Fragstat y en el módulo del Patch analyst (Rempel et al. 1998)

Resultados y discusión

Si se analiza por categoría se observa que la que corresponde a las parcelas medianas(4) es la que mayor porcentaje de tierras ocupa con un 40% de la superficie total. Siguela categoría parcelas pequeñas(3) con un 21% aproximadamen-te. Las zonas de derrame (6) ocu-pan un 16%, las parcelas gran-des un 14% y las zonas urbanasy periurbanas un 3 y 6 % respec-tivamente (Figura 1)

De acuerdo a estos datos y ala observación de la imagen

satelital puede decirse que hayuna predominancia de una ma-triz agroganadera más allá dela zona de influencia de las zo-nas urbanas. Tanto los fragmen-tos de parcelas chicas (3), par-celas medianas (4) y grandes (5)se presentan internamente ho-mogéneos en cuanto a formas,siempre regulares, pero difierenen cuanto al color. En la imagensatelital en color verdadero, va-

rían desde verde oscuro a verdeclaro-amarillento y hasta el blan-co según el estado fenológico delcultivo y cobertura del suelo.

Las categorías urbano (1) yperiurbano (2) tienen los meno-res valores de tamaño promediode parche (MPS) (Figura 2) y va-lores medios del Índice de formapromedio (MSI) (Figura 3), estopuede deberse posiblemente aque la transecta comienza en elpartido de Tigre en donde si bienla zonas urbanas ocupan una su-perficie importante no es conti-nua y son parches de bordes muyirregulares y separados entre sipor zonas de periurbano. Con untotal de 121 parches en latransecta, el número total de par-ches para ambas categorías fuede 19 (Figura 4).

Figura 1. Porcentaje de superficie ocupada por cada ca-tegoría. 1) urbano, 2) periurbano, 3) parcelas pequeñas,4) parcelas medianas, 5) parcelas grandes, 6) zona de de-rrame.

Figura 2. Tamaño promedio de parche por categoría.1) urbano, 2) periurbano, 3) parcelas pequeñas, 4) parce-las medianas, 5) parcelas grandes, 6) zona de derrame.

Figura 3. Índice de forma promedio por categoría. 1) ur-

bano, 2) periurbano, 3) parcelas pequeñas, 4) parcelasmedianas, 5) parcelas grandes, 6) zona de desborde.

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 466   Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

Figura 4. Número de parches por categoría. 1) urbano, 2)periurbano, 3) parcelas pequeñas, 4) parcelas medianas,5) parcelas grandes, 6) zona de derrame.

Las categorías parcelas peque-ñas y medianas con 28 y 44 par-ches respectivamente tienen va-lores medios de tamaño mediode parche y de índice de formapromedio. El tamaño de parchede las categorías parcelas peque-ñas y medianas resulta mayorque los parches correspondien-tes a las zonas urbanas y periur-banas. En cuanto a las formaspuede decirse que las zonas deparcelas pequeñas presentan for-mas más irregulares que las ur-banas y periurbanas. Las parce-las medianas presentan formas

más regulares y tamaños de parche mayores. La categoría de parcelas grandes (5)

comprende parches de tamaños menores que las zonas de parcelas medianas y peque-ñas y que se presentan bastantes regulares en cuanto a forma y que aparecen bastan-te dispersos en el mosaico, 19 parches en todo el mosaico.

Finalmente las zonas de derrames (6) esta conformada por parches grandes e irre-gulares y pocos, tan solo 11 parches en el mosaico, dato que se confirma al observar laimagen.

Los datos obtenidos de porcentaje de superficie ocupada por categoría a lo largode la transecta se sometieron a análisis de varianza univariado y prueba HSD de Tukey.Las diferencias entre porcentajes de superficie para cada categoría resultaron signifi-cativas (p<0.05). Las categorías urbano y periurbano no muestran diferencias signifi-

cativas entre ambas. La categoría de parcelas medianas no presenta diferencias signi-ficativas con la categoría periurbano pero si con la categoría urbano. La categoríaparcelas medianas presenta diferencias significativas con todas las clases mientras quelas correspondientes a parcelas grandes y derrames no muestran diferencias significa-tivas con las clases urbano, periurbano y parcelas chicas.

Las categorías urbano y periurbano ocupan entre las dos el 78% en la primera UM1 (Figura 5) para llegar a desaparecer completamente a los 40 Km aproximadamente,que se corresponde con la UM 4. Luego vuelven a aparecer en la UM 10 Y 12 debido a

que dentro de la UM cae un asen-tamiento urbano. Si se analizaeste dato junto con los valores de

MPS para estas categorías puedeconcluirse que como la cantidadde parches es baja y el % de ocu-pación es alto se esta en presen-cia de grandes áreas ocupadas pordichas categorías en las cercaníasde la Ciudad de Buenos Aires.

A medida que aumenta la dis-tancia desde el aglomerado co-mienzan a aparecer las categoríasde parcelas pequeñas, parcelas

Figura 5. Porcentaje de ocupación de cada categoría a lolargo de la transecta. 1) urbano, 2) periurbano, 3) par-celas pequeñas, 4) parcelas medianas, 5) parcelas gran-des, 6) zona de derrame.

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medianas y grandes que se mantienen casi invariables hasta los 84 Km, en donde todaslas categorías disminuyen debido al aumento de las zonas de derrames (6). A partir deesta distancia el grafico muestra una serie de picos y valles que se generan por unaalternancia entre las zonas de derrames y las otras categorías. Esto se debe a quedichas zonas de derrame, que acompañan los cursos de agua, cortan la transecta per-

pendicularmente en dirección sudoeste y no están presentes en todas las categorías.Como comentario final se puede concluir que en las cercanías del aglomerado urba-

no predomina claramente un matriz urbana que comienza a ser interrumpida porzonas de periurbano a medida que nos alejamos del amanzanado de la ciudad y suscercanías, lo que resulta en parches más aislados y de formas más irregulares. Mas alláde estas zonas hay predomino de una matriz agrícolo-ganadera con presencia de zo-nas de derrames y en donde predominan la parcelas de tamaño medio y en menormedida parcelas pequeñas y grandes. Esta transecta fue trazada siguiendo básicamen-te uno de los ejes principales donde se está llevando a cabo el proceso de urbaniza-ción, es posible que los cambios en los usos del suelo a partir de la región metropolita-na no sean iguales en zonas donde el crecimiento urbano es bajo o donde las caracte-

rísticas de este proceso se planteen diferentes.

El método resulta útil como herramienta para la descripción de cambios en los usosdel suelo en grandes áreas. El próximo paso será entonces extrapolar este métodohacia otras zonas para poder analizar diferencias en la modalidad de crecimiento ur-bano en diversas direcciones a partir del Area Metropolitana de Buenos Aires y rela-cionarlas con eventos socio-económicos locales.

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Análisis de la fragmentación del paisajeen el partido de Luján, la integración

de patrones y procesos

Virginia E. Bonvecchi 1 y M. Cristina Serafini  2

1Departamentode Tecnología, Universidad Nacional de Luján2PRODITEL Universidad Nacional de Luján

[email protected] 

ResumenEl Partido de Luján, ubicado en el bioma Pastizal Pampeano, ha sufrido en la última

década una importante transformación de su estructura paisajística como consecuen-cia de una creciente presión urbanizadora, mediante nuevas formas de ocupación del

territorio, y del incremento de la frontera agrícola asociado al monocultivo de la soja.Uno de los efectos más importantes es la fragmentación y pérdida de conectividad delos espacios naturales. El objetivo de este estudio fue evaluar la magnitud de estoscambios mediante indicadores de estructura y conectividad del paisaje. A partir delmapa de uso de la tierra se calcularon las métricas de paisaje con el uso del programaPatch Analyst 2.1. La unidad de muestreo utilizada fue el píxel. Las métricas se calcu-laron a nivel de clases de uso en archivos en formato raster. Se seleccionaron 5 métri-cas para determinar la estructura: 1) área por clases (%), 2) número de parches, 3)tamaño promedio del parche, 4) borde del parche medio y 5) índice de forma. Estacaracterización se realizó mediante el empleo de tres índices: Índice del vecino máscercano (MNN), Índice de adyacencia (IJI) e Índice de conectividad. Para el cálculo delÍndice de conectividad se partió de dos mapas uno de fuentes y otro de resistencias y

mediante la función Cost Distance se obtuvo el mapa de conectividad del territoriopara cada unidad natural de cobertura. Los resultados muestran que se trata de unamatriz agrícola- ganadera donde los cultivos ocupan la mayor superficie (35,9%); lue-go las praderas implantadas (27,2 %), sin embargo, la superficie ocupada por ambien-tes naturales es todavía considerable (28,2 %) a pesar que el índice de forma de estasunidades naturales presenta bajos valores (1,29-1,31) que reflejan un alto grado deintervención humana. El índice de conectividad señaló una conectividad media entrelos parches de pastizales naturales y una conectividad baja para los humedales y elbosque ribereño.

AbstractLuján county is located in the pampean grassland biome (Pastizal Pampeano). Its

landscape structure has undergone an important transformation last decade. This is aconsequence of the increasing urbanization pressure owing to the occupation of theterritory and the agriculture border increase associated with the soy monoculture.One of the most important effects is the fragmentation and the loss of connectivityof natural spaces. The aim of this work was to evaluate the magnitude of these changesusing the structure and landscape connectivity indicators.

With the program Patch Analyst 2.1, landscape metrics were calculated by meansof the land use map. The sample unit used was the pixel. Metrics were calculated atuse class levels in grid format files. Five metric units were selected to determine structure:1) Classes by area (%); 2) Number of patches; 3) Average size of patch; 4) Edge ofaverage patch and 5) Shape indicator. This characterization was made using three

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 470   Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

indicators: Nearest Neighbour Indicator, Adjacency Indicator and ConnectivityIndicator. The Connectivity Indicator was calculated from a sources map and aresistances map. The connectivity map of the territory for each coverage natural unit,was obtained using the Cost Distance function. Results show it is a agriculture matrixwhere the crops covers the largest area (35.9%); then, implanted pasture (27.2%).

Nevertheless, the area covered by natural environment is still considerable (28.2%), inspite of that the shape indicator show low values (1.29-1.31) for these natural units,that show high degree of human influence. The Connectivity Indicator showed mediumconnectivity among natural pasture ground patches and low connectivity for the moistarea and coastal forest.

IntroducciónAl analizar la utilización y transformación por las sociedades del soporte natural / 

territorial es posible identificar los impactos ambientales que dichos procesosantrópicos determinan.

Históricamente, la evolución de las sociedades han mostrado, de acuerdo con el

modelo de desarrollo adoptado, una capacidad diferencial para generar procesos deadecuación tecnológica, para la utilización de los ecosistemas en que vivieron (Solbrig,1998). En este sentido, Gómez Orea (1994,1995) señala, sobre la forma de apropiacióndel territorio por parte de la sociedad, que el estilo de desarrollo determina el modeloterritorial, expresión visible de una sociedad y cristalización de los conflictos que enella se dan.

En las sociedades precolombinas, las más importantes transformaciones estuvieronrelacionadas con cambios en el uso del suelo, con los procesos de adaptación de losmismos y finalmente con la generación de tecnologías dirigidas a satisfacer la deman-da de alimento de los pueblos y comunidades. Sin embargo, seis siglos más tarde y talcomo se expone en todos los foros con posterioridad a la Conferencia de Estocolmo en

1972, ese manejo eficiente de la relación sociedad-naturaleza se transforma en unacelerado proceso de generación de infraestructura de producción y servicios, soste-nida en una interpretación sesgada a favor del desarrollo en términos de producción ybeneficios económicos (Echecuri, 1999).

El incremento de tierras destinadas para uso urbano, industrial y de infraestructurasde caminos es una de las mayores causas de degradación del ambiente que generapérdida de la diversidad (USDA, 2000; Sala et al., 2000). Este avance de la franja urbanasobre las tierras agrícolas es un hecho identificable en la mayoría de los países desarro-llados, Estados Unidos (entre 1970 y 1980) perdió 500.000 Ha de tierras productivas deprimer orden y 1.000.000 Ha de segundo orden (Peterson, 1983) y en la provincia deMadrid a finales del siglo veinte la tasa de pérdida de superficie cultivada como con-secuencia del proceso de urbanización fue del 0,4% anual, duplicando la media espa-ñola. (Lacasta Reoyo, 1998).

En Argentina (Morello et al., 2000), en un estudio sobre el avance de la urbaniza-ción en el área metropolitana de Buenos Aires, señala que el 60% de la demanda desuelo para urbanización se dirige a la periferia de la región metropolitana lo quesignifica una demanda de 800 Ha por año de tierras agrícolas y ecosistemas naturalescon un alto valor como las selvas ribereñas y bosques de tala y algarrobo.

El Partido de Luján, junto con otros que rodean el área metropolitana de BuenosAires, comparte esa tendencia. En el último decenio ha sufrido una fuerte transforma-

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ción de su estructura paisajística por procesos de urbanización y cambios en su estruc-tura productiva. Como consecuencia, uno de los efectos emergentes ha sido la dismi-nución del área con vegetación natural por fragmentación de la matriz y la crecientepérdida de conectividad de estos parches naturales remanentes. La consolidación dela urbanización cerrada dio como resultado la producción de suelo urbano en zonas

rurales o suburbanas, proceso que fue liderado por el mercado inmobiliario y la inicia-tiva privada. Este proceso no respondió a ningún tipo de estrategia de ordenaciónambiental del territorio (Carballo, 2002)

La estructura del paisaje es el resultado de las interacciones complejas entre fuer-zas físicas, bióticas y sociales y a su vez, este patrón influye en los procesos ecológicosy sociales. En este sentido, la identificación y cuantificación de la estructura permitencomprender las relaciones dialécticas entre la complejidad espacial y los procesos sub-yacentes (Matteucci, 1998). La importancia, entonces, de cuantificar los patrones es-paciales radica en la posibilidad de relacionar los efectos de la heterogeneidad delpaisaje sobre las funciones ecológicas (Gardner et al., 1987; O’Neil et al.,1988; Poiani etal. , 2000). Mientras que en la mayoría de los ecosistemas ocurren procesos de difícil

evaluación directa la estructura del paisaje, derivada del mapeo a través de sensoresremotos, ofrece importantes elementos para evaluar el valor ecológico de las unida-des de paisaje y además evaluar la sustentabilidad de los patrones de uso (Odum yTurner, 1989; Wrbka et al.; 2004)

La actividad antrópica modifica esa estructura, produce la fragmentación de losecosistemas y simplifica el patrón de paisaje. El nuevo mosaico constituido, por la agru-pación de parches de diferentes tipos y formas, no tiene una configuración estable yvaría en el tiempo debido a perturbaciones o estímulos hacía el cambio tanto de tipointerno como externo. (Forman y Godron, 1986). Los estudios empíricos muestran quetanto la complejidad como la diversidad son atributos dinámicos que pueden aumen-tar o disminuir cualitativa y cuantitativamente (Farina, 1998; Forman y Godron, 1986;

Burel y Baudry, 2002).

Estos cambios o transformaciones en los ecosistemas y en los paisajes dependen delproceso dominante, de la intensidad de estos procesos, de los controles ambientales,de las circunstancias históricas y de las escalas espacio-temporales. Las perturbacionesal sistema ecológico y la fragmentación del paisaje son procesos que implican flujos deenergía, materia e información a diferentes niveles y patrones, y por tanto son facto-res inductores de heterogeneidad paisajística, dos proceso difíciles de separar (For-man y Godron, 1986). Las perturbaciones de origen natural, interactúan con procesosantropogénicos conduciendo a procesos de fragmentación u homogeneización delpaisaje, que ocasionan una alteración de la biodiversidad, la pérdida o la ganancia deelementos culturales (agroecosistemas, por ejemplo), pérdida o ganancia de la calidad

ambiental (contaminación de aguas superficiales y subterráneas por actividadesagropecuarias, industriales y urbanas). La capacidad del ambiente de soportar las per-turbaciones humanas es, en muchos casos, sobreestimada y el proceso de perturba-ción es transformado en un proceso de tensión que reduce la diversidad.

El objetivo de este estudio fue establecer la relación entre el patrón de paisaje y lainteracción sociedad-naturaleza y evaluar la magnitud de estos cambios medianteindicadores de estructura y conectividad del paisaje.

Área de estudioEl área seleccionada para este estudio es el Partido de Luján, ubicado en la Provincia

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 472  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

de Buenos Aires al Oeste de la Ciudad de Buenos Aires, entre los 34°20’ y 34°54’ Lat.Sur y los 58°55’ y 59°20’ Long. Oeste, con una superficie de 777,13 Km2.

Desde el punto de vista geomorfológico, pertenece a Pampa Ondulada (Campaniniy Domínguez, 1964), Subzonas I y II (Scoppa y Vargas Gil, 1969). Se trata de un área

suavemente ondulada con pendientes que oscilan entre 0,2 y 2 %. El clima, de acuerdoa la clasificación climática de Köepen, es templado húmedo con veranos muy cálidos yprecipitación distribuida anualmente (Goldberg et al., 1995).

La región fue seleccionada para este estudio por tratarse de un área con un impor-tante grado de transformación a partir del crecimiento de su superficie urbana. Setrata de un territorio con una población total de 93980 habitantes de los cuales el 83% de su población es urbana y sólo el 10.7% es rural (Censo Nacional de Población,Hogares y Viviendas 2001).

Por otro lado, y como consecuencia de una fuerte presión urbanizadora, la superfi-cie urbana se incrementó de un 2% (1966) a un 8 % (2002) sobre la superficie total del

partido pasando de 1426 Ha a 6204 Ha (Bonvecchi, 2004).Con respecto a las

características de estecrecimiento urbano, seevidencia claramenteque el mismo se desa-rrolló a expensas de laocupación de suelosclase I a IV que repre-sentan el 12,6% delsuelo urbanizado en

1963 al 52,7% en el2002 (Bonvecchi, 2004).En este mismo sentido,la fragmentación de losespacios naturales esconsecuencia de dosfactores estrechamenterelacionados, por unlado el vertiginoso cre-cimiento urbanístico ypor el otro, la formadispersa en que éste se

ha desarrollado sobreel territorio durante las últimas décadas. Desde 1966 hasta 2002 la ocupación urbanadel suelo aumentó un 435% mientras que, en el mismo periodo, la población sólocreció un 84%.

Materiales y métodosPara la realización del mapa de cobertura de la tierra se utilizó una imagen Landsat

ETM+ path/row 225/084 de fecha septiembre de 2002. La misma fue clasificada utili-zando el método de máxima probabilidad.

El primer paso fue definir los sitios de entrenamiento que serían utilizados para«entrenar» los algoritmos de clasificación; el método de clasificación utilizado requie-

Figura 1: Ubicación del área de estudio

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re un conocimiento previo de la zona, por lo cual los sitios de entrenamiento fueronidentificados en el terreno; obteniéndose posteriormente los valores estadísticos. Apartir de una selección de los mismos se realizó la clasificación de la imagen y se obtu-vo el mapa de coberturas de la Tierra. En general, resulta conveniente seleccionarvarias áreas por categoría a fin de reflejar adecuadamente su variabilidad en la zonade estudio (Chuvieco; 2000).

A partir del mapa de cobertura de la tierra, se calcularon las métricas de paisaje conel uso del programa Patch Analyst 2.1 (extensión de ARC- VIEW GIS). La unidad demuestreo utilizada fue el píxel. Se calcularon tres métricas para caracterizar el mosai-co: número de parches, tamaño promedio y coeficiente de variación del tamaño de losparches. Para determinar la estructura a nivel de clase se calcularon ocho índices: ex-tensión de la clase, número de parches, tres estadísticos del tamaño de parche (media,coeficiente de variación y desviación estándar), densidad de borde, borde del parchemedio y media del índice de forma.

Los patrones espaciales actúan además como medios de integración, o de barrera alos distintos procesos que ocurren en el mosaico paisajístico. Esta caracterización serealizó mediante el empleo de tres índices, el índice del vecino más cercano (MNN),una medida del grado de conectividad de los parches; el índice de adyacencia (IJI), unamedida de la distribución en el territorio y el índice de conectividad. Para el cálculo deeste último se partió de dos tipos de mapas: uno de fuentes y otro de resistencias. Losmapas de fuentes se obtuvieron mediante el aislamiento de las unidades de hábitatnaturales (pastizales, humedales y bosque ribereño) y el mapa de resistencias se obtu-vo mediante la asignación de valores (de 1 a 10) a las diferentes categorías de usosegún la mayor o menor permeabilidad de la matriz al movimiento de las especies. Unvez generados los mapas, mediante la función Cost Distance se obtuvieron los mapasde conectividad del territorio para cada unidad natural de cobertura.

ResultadosEstructura del mosaico

paisajísticoComo resultado de la clasificación

de la imagen satelital se obtuvieronsiete clases de cobertura (Figura 2 yTabla 1); las mismas fueron agrupadasen tres categorías teniendo en cuentael grado de naturalidad de las mismas:hábitat naturales, agroecosistemas yespacios construidos.

Figura 2: Mapa de cobertura de la tierra.(Ver en CD)

Respecto a la estructura generaldel territorio estudiado (Tabla 2), seidentificaron 3950 parches(polígonos) de tamaños medios,aproximadamente 20 ha, con impor-tantes variaciones (DS = 128 ha; CV =644 ha). Significa que existen parchescon tamaños que van desde menos deuna hectárea hasta 3883 ha. Sin em-bargo, el 50 % del total de parches,tiene tamaños promedio de pocomenos de 2 Ha (Me = 2 ha).

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 474  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

Tabla 1: Caracterización de las unidades de cobertura de la Tierra

A nivel de clase de cobertura se emplearon los siguientes indicadores estructurales:tipo de parche (hábitat naturales, agroecosistemas y espacios construidos), superficie,número de parches, tamaño promedio del parche, desvío estándar del tamaño de par-che, borde del parche medio e índice de forma.

Con base en estos indicadores se identificaron tres grupos de elementos paisajísticos(Tabla 3): la matriz (agroecosistemas), los hábitat naturales y los espacios construidos(urbanizaciones).

La matriz constituye el elemento integrador del paisaje, en el sentido de poseermayor conexión entre los demás elementos del mosaico paisajístico, por lo tanto, tie-ne un papel dominante en el funcionamiento del mismo. En términos de superficie ynúmero de parches (Tabla 3) los resultados muestran que se trata de una matriz agrí-cola- ganadera (64,5 %) donde los cultivos son los que ocupan la mayor superficie(35,9%) seguido de las praderas implantadas (27,2 %), sin embargo, el área ocupadapor ambientes naturales con diferente grado de degradación sigue siendo considera-ble (28,2 %).

Hábitats naturalesBr: Bosque ribereño. Son parches de bosque que rodean cursos de agua perma-nentes (ríos y arroyos)

Hu: Humedal. Son parches de vegetación herbácea asociada a cuerpos de agua(cañadas, lagunas temporarias y bañados)

Pnd: Pastizal natural degradado. Son parches de vegetación herbácea destinadosal pastoreo de ganado vacuno que conserva algunas especies nativas.

AgroecosistemasCu: Cultivo. Son extensiones ocupadas por cultivos anuales de soja, maíz, trigo ygirasol. Por su extensión y distribución se considera matriz del paisaje

Pi: Pradera implantada. Son parches de praderas plurianuales de gramíneas y le-guminosas destinados a la alimentación de ganado vacuno

Fo: Forestación. Son parches de especies forestales (pinus y populus) de explota-ción comercial

Espacios construidosUr: Urbanización. Son parches conformados por núcleos urbanos de diversas ca-tegorías (ciudades, pueblos, barrios cerrados, clubes de campo y clubes de cha-cras)

Tabla 2: Índices relacionados con la configuración del mosaico

TLA (Ha) NUMP MPS MEDPS PSCOV PSSD ED78163 3950 20 2 644 128 89

Leyenda: TLA (Ha): Área Total del Mosaico; NUMP: Número de Parches; MPS(Ha): Tamaño Medio del Parche; PSCOV (Ha): Coeficiente de Variación del

Tamaño de Parches ED (m/Ha): Densidad de Borde

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Tabla 3. Índices relacionados con la extensión, el número y el tamaño de losparches por clase de cobertura

Clase de Cobertura Sup (ha) S. relat (%) NUMP MPS (ha) PSSD

Habitats naturalesBosque ribereño 921,2 1,2 263,0 3,5 9,2Humedal 981,5 1,3 357,0 2,8 7,2Pastizal natural 20162,2 25,8 1072,0 18,8 101,3

22064,9 1692,0AgroecosistemasCultivo 28025,9 35,9 768,0 36,5 202,1Pastura implantada 21291,1 27,2 1024,0 20,8 135,9Forestación 1114,9 1,4 218,0 5,1 10,2

50431,9 2010,0Espacios construidosUrbanización 5667,5 7,3 30,0 188,9 249,6

Leyenda: Sup (Ha): Superficie de los fragmentos; NUMP: Número Medio deFragmentos; MPS (Ha) Tamaño Promedio de Fragmentos; PSSD (Ha):

Desvío Estándar del Tamaño de Fragmentos.

El tamaño y la distribución espacial de los diferentes tipos de parches son importan-tes en la configuración de la estructura paisajística. El tamaño promedio de los par-ches es mayor para las unidades de cultivos y praderas implantadas respecto de loshábitats naturales. En cambio los espacios construidos (urbanizaciones) poseen el menornúmero de parches (30) pero el tamaño medio es el mayor (188,9) lo que constituyeuna valoración paisajística y ecológica negativa. Esta distribución pone en evidenciados procesos desarrollados en la última década; por un lado, el proceso de avance de

la frontera agrícola, iniciado como consecuencia de una relación de precios favorablea la agricultura y fundamentalmente al monocultivo de la soja; esto determinó la in-corporación a la agricultura de tierras de aptitud ganadera con el consiguiente riesgoambiental y productivo. Por otro lado, la demanda de tierras para urbanizar bajo for-mas de urbanizaciones cerradas de grandes dimensiones, con parcelas mínimas de unahectárea, que provocan alto impacto por la presión que ejercen sobre los recursosnaturales. Paralelamente los hábitats naturales han disminuido la superficie total y eltamaño medio de sus parches de manera que se pone en riesgo la conservación de suestructura (disminución de la diversidad de especies) y la distribución en el territoriodebido a su aislamiento creciente.

Con respecto a las formas que adquieren los elementos del paisaje, ya seaneuclidianas o fractales, éstas se corresponden con aquellos procesos que les dieronorigen. Si bien se ha señalado que los elementos del paisaje con formas más irregula-res no sólo presentan geometrías fractales mayores, sino que corresponden a los ele-mentos paisajísticos con mayor grado de naturalidad, al analizar las mismas es impor-tante tener en cuenta la influencia antrópica que modifica esta tendencia.

En este sentido, el promedio del Índice de Forma (MSI) expresa la relación entre lacantidad de borde y el interior, es decir que es una medida de la complejidad delfragmento en comparación en este caso con la de un círculo. El valor es 1 cuando latotalidad de los parches son circulares y tiende a infinito a medida que aumenta lacomplejidad o es más irregular.

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Las formas más simples las presentan los humedales, el bosque ribereño y lasforestaciones (Tabla 4). El bajo valor de MSI de los humedales (1,25) está asociado aque sus formas son por naturaleza redondeadas, en cambio para el caso del bosqueribereño (1,28) y las forestaciones (1,26) el bajo valor de MSI refleja un mayor grado deintervención humana. Las unidades de cultivos y pasturas implantadas presentan va-

lores intermedios, debido a la influencia antrópica que diseña parcelas con formassimples cuadradas o rectangulares. Con valores mayores se encuentran las urbaniza-ciones (1,53), fundamentalmente las manchas correspondientes a los núcleos urbanosde mayor densidad debido a su crecimiento radial en forma irregular. Cuando se ana-lizan los valores de media del Índice de Forma ponderado por el área, los pastizalesnaturales (4,41), las pasturas implantadas (4,04) y los cultivos (3,87) incrementan nota-blemente su valor de complejidad debido a que adquiere peso su alta dominanciadentro de la matriz considerada.

Tabla 4. Índices relacionados con la complejidad de los parchespor clase de cobertura

Clase de cobertura MSI AWMSI MPFD AWMPFD

Urbanización 1,53 1,87 1,30 1,32Pastizal natural 1,48 4,41 1,34 1,30pastura implantada 1,43 4,04 1,31 1,33Cultivo 1,37 3,87 1,35 1,35bosque ribereño 1,28 1,80 1,34 1,29Forestación 1,26 1,41 1,33 1,27Humedal 1,25 1,43 1,24 1,24

Leyenda: MSI: Media del Índice de Forma; AWMSI: Media del Índice

de Forma Ponderado por el Área; MPFD: Media de la DimensiónFractal; AWMPFD: Media de la Dimensión Fractal Ponderada por el Área

En el mismo sentido, de acuerdo con la geometría fractal, las formas con períme-tros muy regulares (como de ameba) poseen una dimensión fractal, que se traduce enun valor numérico de fracción (0,23; 0,54; etc.) en la relación perímetro/ área, opuestaa una dimensión euclidiana cuyo cociente perímetro/ área es un número entero (1 o 0)debido a su forma circular o de cuadrado. Este índice es muy útil para caracterizar ymonitorear los cambios en la complejidad y los procesos de fragmentación. Cuantomás pequeños y regulares sean los parches, menor será su dimensión fractal. En elcaso de bosques o parches de bosque rodeados por una matriz agrícola, su perímetrogeneralmente es una línea recta, por tanto la compleja frontera natural no existe,resultando en una baja dimensión fractal.

Las unidades con mayor grado de naturalidad (humedales; bosque ribereño ypastizales) poseen los valores menores de dimensión fractal ponderada por el área(AWMPFD). El bajo valor de los humedales está relacionado con su geomorfología. Enel caso de los pastizales y el bosque ribereño los bajos valores de AWMPFD se relacio-na con el mayor grado de influencia antrópica que simplifica las formas.

Patrón espacial de los parches y su conectividadLa configuración espacial de los parches, es decir el patrón o arreglo espacial que

estos presentan, puede ser aleatorio o por el contrario, regular, agrupada, concentra-da en sitios y puede estar asociada a las características biofísicas o culturales de laregión.

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De esta manera, el arreglo espacial de los parches es un indicador emergente de losfactores que les dieron origen, pero sobre todo de los procesos de perturbación hu-mana a los que han sido sometidos. Por otro lado, los patrones espaciales actúan comomedios de integración, propagación o de barrera a los distintos procesos que ocurrenen el mosaico paisajístico (Forman y Godron, 1986).

Esta caracterización se realizó mediante el empleo de dos índices: el Índice del Veci-no más Cercano (MNN), que mide la distancia euclidiana promedio borde con borde(m) entre un parche y el parche adyacente del mismo tipo más cercano y que resultaun buen estimador de la conectividad o aislamiento de los parches y el Índice deAdyacencia (IJI), que mide su distribución en el territorio, es decir su cobertura total.Su valor se aproxima a 0 cuando la distribución de las adyacencias entre los parches deun mismo tipo es desuniforme y tiende a 100 cuando los parches son igualmenteadyacentes. Una clase puede tener un alto grado de conectividad (un valor bajo delMNN) y al mismo tiempo estar bien distribuido por todo el territorio, situación queocurre especialmente con la clase que conforma la matriz paisajística. Contrariamen-te, una clase puede tener sus parches muy conectados entre sí, pero estar concentra-

dos en un solo sector del territorio. Todo depende de la combinación de factores natu-rales y antropogénicos.

Cuanto mayorsea el IJI y la super-ficie total cubiertapor la clase, mayorserá la homogenei-dad paisajística. Enla tabla 5 se presen-tan los valores deestos dos índicespara cada una delas clases de cober-tura. De acuerdocon los resultadosdel MNN el mayorgrado de agrupa-miento de los par-ches corresponde a las pasturas implantadas (132,5), pastizales naturales (136,9) y cul-tivos (150,1), lo que confirma junto con la superficie que representan en el mosaico(88,9 %) que se trata de una matriz agrícola-ganadera.

Un segundo grupo lo conforman los humedales (429,8), cuyo patrón de distribu-ción obedece a condiciones físicas como el relieve y el tipo de suelo. El valor de IJI paraesta categoría (71,1) demuestra que si bien posee cierto grado de alteración por acti-vidades humanas, ya que en su mayoría están rodeados por parches agrícolas, mantie-ne aún una distribución homogénea.

El tercer grupo lo integran las forestaciones (526,4) y el bosque ribereño (565,2)indicando que estos parches están espacialmente más distantes. Por otro lado, el Índi-ce de Adyacencia (82,6 - 84,1) muestra que su distribución relativa es la más homogé-nea de estos del territorio.

Tabla 5: Índices relacionados con el patrón espacial de los parches

Clase de cobertura MNN IJI SR IC

Cultivo 150,1 56,6 35,9Bosque ribereño 565,2 84,1 1,2 7206Pastura implantada 132,5 56,4 27,2Pastizal natural 136,9 71,1 25,8 4691

Humedal 429,8 76,7 1,3 6143Forestación 526,4 82,6 1,4Urbanización 1324,0 62,0 7,3

Referencias: MNN (m): Índice del Vecino más Cercano; IJI: Índicede Juxtaposición; SR (%): Superficie Relativa; IC: Índice de Conectividad

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 478  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

ConclusionesSe concluye que la metodología aplicadaes útil para la caracterización de los procesosde transformación de la estructura paisajísticadado que los índices utilizados permitieron es-tablecer las relaciones existentes entre la con-figuración espacial del mosaico y los proce-sos que le dieron origen.

Al analizar la estructura del mosaicopaisajístico se observa que se trata de unamatriz agrícola- ganadera, con un alto grado

Figura 3: Mapas fuente (Ver en CD)

Leyenda de la Figura 3: a) Pastizal natural; b) humedal; c) bosque ribereño

Figura 4: Mapa de resistencias (Ver en CD)

La distribución espacial de los espacios construidos presenta los mayores valores de

MNN (1324) y un valor de IJI medio (62,0). Esto se relaciona con la aparición de nuevasformas de urbanización (barrios cerrados, clubes de chacras) a partir de la década de1990 que ocupan parcelas de grandes dimensiones con bajas densidades deparcelamientos y cuyo patrón de distribución está regulado por la cercanía a vías prin-cipales de comunicación, cercanías de cursos de agua y formas del relieve.

Para el cálculo del índice de conectividad se partió de dos tipos de mapas uno defuentes (Figuras 3a; 3b y 3c) y otro de resistencias   (Figura 4) y mediante la funciónCost Distance se obtuvo el mapa de conectividad del territorio para cada unidad natu-ral de cobertura (Figuras 5a, 5b y 5c)

El Índice de Conectividad (IC) se calculó para las unidades de vegetación natural:

bosque ribereño, pastizales naturales y humedales obteniéndose un mapa de permeabi-lidad del territorio para cada una de las coberturas. El valor del índice obtenido es elvalor medio de resistencia de la matriz, por lo tanto la conectividad es inversamenteproporcional al valor del IC y los rangos en que puede oscilar van de cero a infinito. Lamayor conectividad se presenta para los par-ches de pastizales naturales (IC = 4691), loshumedales muestran un valor inferior (IC =6143) y por último la unidad bosque ribereñopresentó el mayor valor de IC (7206), que se-ñala a esta unidad como la unidad con menorconectividad en la matriz del paisaje.

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de fragmentación. Los parches son de tamaños muy variables (desde menos de una

hectárea hasta 3883 ha) sin embargo, el 50 %, tiene tamaños promedio de poco menosde 2 Ha (Me = 2 ha). Además, los agroecosistemas ocupan la mayor superficie dentrode la matriz y presentan parches mayores respecto de los hábitats naturales.

Si bien es un área con un alto grado de intervención antrópica, los ambientes natu-rales remanentes siguen siendo considerables (28,2 % de la superficie total). Sin em-bargo, existe la tendencia a disminuir la superficie total y el tamaño medio de estosparches de manera que se pone en riesgo la conservación de su estructura (disminu-ción de la diversidad de especies) y la permanencia en el territorio debido a su aisla-miento creciente.

Las unidades con mayor grado de naturalidad (humedales; bosque ribereño y

pastizales) poseen los valores menores de dimensión fractal ponderada por el área(AWMPFD). El bajo valor de los humedales está relacionado con su geomorfología. Enel caso de los pastizales y el bosque ribereño los bajos valores de AWMPFD se relacio-nan con el mayor grado de influencia antrópica que simplifica las formas.

La mayor conectividad se presenta para los parches de pastizales naturales (IC =4691), los humedales muestran un valor inferior (IC = 6143) y por último la unidadbosque ribereño presentó el mayor valor de IC (7206), que señala a esta unidad comola unidad con menor conectividad en la matriz del paisaje.

El alto impacto potencial de la corriente urbanizadora de la última década pudoser valorado mediante los indicadores de número, tamaño medio e índice de vecino

más cercano revelando que los espacios construidos (urbanizaciones) poseen el me-nor número de parches (30) pero el tamaño medio es el mayor (188,9) y la conectividadentre parches es la más baja del territorio (MNN= 1324) Esto constituye una valora-ción paisajística y ecológica negativa ya que el uso urbano es una actividad asociadacon impactos negativos sobre los recursos naturales y se encuentra dispersa por granparte del territorio, evidenciando la falta de política de planificación por parte delmunicipio.

La metodología permitió identificar y valorar el estado ambiental actual de las uni-dades estructurales del paisaje (conectividad), y es una herramienta importante parala elaboración de estrategias de gestión ambiental (conservación y recuperación dehábitats).

Figura 5: Conectividad de cada tipo de cobertura. (Ver en CD)

a) Pastizal; b) Bosque ribereño; c) Humedal

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Riesgo económico-financiero y ambientalen las ciudades latinoamericanas.

El caso agua potable en

Buenos Aires - San Pablo - México (1940-2000)

Lic. José E. Grassi 

Banco de La Provincia de Buenos Aires [email protected] 

ResumenEste trabajo analiza el nivel de cobertura de servicio de agua y alcantarillado en las

grandes ciudades metropolitanas de México, San Pablo y Buenos Aires dentro de uncontexto temporal que comprende los años de 1940 al año 2000 en distintas escalasespaciales en los planos nacional e internacional. En el mismo se observa las distintasrespuestas institucionales, estructurales y culturales en relación con este servicio, cuyodiagnóstico comparativo permite prever cuales son los riesgos ambientales futurospara cada ciudad. Frente a este desarrollo temporal y espacial de las ciudades se cons-truye un escenario de respuesta futuro para enfrentar los riegos financiero-ambientaly de gobernabilidad frente al crecimiento de población de nuestras grandes ciudadesy sus deficientes crecimientos extensivos urbanos.

IntroducciónCuáles son las circunstancias ambientales que deberán afrontar los países en vías de

desarrollo durante el nuevo siglo? ¿A qué riesgos estarán expuestos sus habitantes?Algunos de estos interrogantes pueden ser analizados a través de casos concretoscomo el de los países latinoamericanos, con situaciones criticas en cuanto a presióndemográfica y deficiencias de servicios. En esta investigación se analiza lasconurbaciones de Buenos Aires específicamente, en relación con la cobertura serviciosde agua potable y alcantarillado y su comparación con las ciudades de México y SanPablo estimándose los niveles de prestación y la respuesta económico-institucionalentre los años de 1940-2000. Se incluye en estos casos de análisis de las áreas metropo-litanas de Buenos Aires, San Pablo y México cinco momentos importantes a nivel his-tórico-político y económico para comprender sus patrones de crecimiento demográfi-co y espacial y el impacto ambiental que produce la consecuente demanda de los ser-vicios de agua potable y cloacas frente al que genera el crecimiento de población.

En este cuadro de situación se advierte que las obras necesarias tienen costos finan-cieros. Si se planifican y ejecuten en tiempo y forma, esos costos pueden absorbersecon normalidad. Una hipótesis de atrasos acumulados en los programas de inversiónpuede originar riesgos económicos como la necesidad de soportar costos muy altospara obras imprescindibles o el colapso de la producción por insuficiencia en un recur-so tan elemental y básico como el agua.

Finalmente la intención es diagnosticar y propiciar la construcción de un modelo derespuesta para prevenir riesgos desde lo estructural e institucional mediante un con- junto de acciones para anticipar en estas áreas una .eficaz cobertura del servicio deagua potable y alcantarillado. El objetivo es lograr para nuestras ciudades una planifi-

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cación sustentable a fin de optimizar este servicio y mejorar la calidad de vida de sushabitantes.

Antes de 1940. PRIMER MOMENTO HISTÓRICO¿Qué ocurre a fines de siglo con el agua potable en la ciudad de Buenos Aires-

San Pablo-México?La ciudad de Buenos Aires a fines del siglo XIX (1870–1890) era una ciudad de escasapoblación con un nivel de cobertura del servicio de agua potable próximo al óptimo.Esta creciente desarrollo de los servicios se sustentan en tres aspectos a considerar: enprimer lugar, la obligación de prevenir las epidemias existentes, segunda la continui-dad político-institucional y en última instancia la inversión estatal y privada a escalaeconómica. Es decir la continuidad política, pero especialmente la planificación eco-nómica, bajo la coordinación del estado acompañada de. profesionales, inversiones ytecnología privada, propician una cobertura del servicio de aguas y cloacas acorde alcrecimiento de la población (Herz, 1979). Esta situación es compartida por las pobla-ciones de México y San Pablo que presentan una población próxima al medio millónde habitantes con una respuesta similar en cuanto a este servicio en el espacio. Esta

densidad de población, relacionada en principio con un contexto internacional econó-mico que propiciaba el denominado crecimiento hacia fuera, se traducía en un desa-rrollo de acumulación que beneficiaba el intercambio económico y comercial. Estemodelo permitió una acumulación económica que implica una respuesta aparente-mente positiva en la cobertura de agua potable y cloacas.

El contexto económico internacional e incidencia espacial.El contexto económico internacional de crecimiento hacia fuera o de exportación

de bienes primarios, significo un escenario que propiciaba el desarrollo de la amplia-ción de la red de transportes, comunicaciones y del sistema financiero relacionado conla actividad primaria. Si bien este perfil de desarrollo permite una evolución en laaccesibilidad comercial esta no necesariamente se traduce en un mayor desarrollo in-

dustrial que comparativamente era inferior a los niveles de crecimiento en la pobla-ción urbana alcanzados en los países centrales. (En cuanto al total de población urba-na este contexto económico se traduce para el caso de la ciudad de Buenos Aires en untotal inferior a la media observada en otras urbes internacionales del mundo desarro-llado-próximo al millón de habitantes) (Vachino, 1983).

Se inicia para esta etapa un desplazamiento del centro del sistema económico In-gles hacia los EEUU, acompañado de la transformación de la economías europeas, queestablecen un marco de políticas defensivas o de sustitución de importación y de pro-tección nacional, que se traduce en una abrupta disminución de la apertura externa.En este contexto se introducen modificaciones importantes en las relaciones comer-ciales internacionales, que alteran los flujos de capital y su impacto en los movimien-

tos población entre el centro y la periferia del sistema internacional. Latinoamérica noes ajena a este colapso. Es decir, las dos guerras mundiales incluida la crisis económicade 1930, condicionan la exportación y la especialización de los bienes primarios deexportación, con directo impacto en sus niveles de ingreso y empleo. Este contextosocio-económico, conduce a este continente latinoamericano a construir un nuevoestilo de desarrollo, con perfil propio (Baer et al., 1978).

Es decir, el brusco colapso de la capacidad de importar, la contracción de las expor-taciones, la interrupción del flujo de capitales llevaron a una expansión del sectorindustrial ligado al mercado interno a fin de producir localmente bienes que antes seadquirían en el exterior. Es decir, la industrialización sería inducida en principio paralos años 30’ alentando el desarrollo de las actividades de sustitución de importación.

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(De Paula et al., 1998) En consecuencia -este contexto económico provoco las condi-ciones para que , el dirigismo del Estado y la industrialización por sustitución de im-portaciones se convirtieron en un binomio inseparable para afrontar la crisis expuestaimpulsado básicamente por el progresivo traslado de ingresos desde el sector agrícolaal industrial. (De Paula et al., 1998).

1940-1960. SEGUNDO MOMENTO HISTÓRICO.Impacto urbano y sus consecuencias en la cobertura de servicios.

A partir de estas circunstancias podemos hablar de un segundo momento a escalaeconómica y urbana. Latinoamérica que había permanecido con un retraso industrialdebido al modelo de crecimiento hacia fuera y sometidos a una fuerte dependenciaexterna, (que incluía bruscos fluctuaciones y el consecuente impacto en las relacionesde intercambio), demanda la propuesta de solución que respondía a la industrializa-ción de las economías y su consecuente crecimiento hacia adentro. Este modelo propi-cia la reducción de la vulnerabilidad externa y aumenta la integración interna de laseconomías nacionales. A su vez, la dirección del estado con un diseño de políticascomo el control de cambios y de capital, propicia el desarrollo de infraestructura y el

establecimiento de industrias básicas, que generaban un ámbito favorable para la ex-pansión de la industria autónoma y sostenida del mercado (Rapoport, 2000).

De la externalidad a la internalidad del agua.El escenario urbano no es ajeno a este nuevo perfil económico. Por ejemplo la po-

blación de Buenos Aires, una vez concluido este receso provocado por la primera ysegunda Guerra Mundial se produce en la Argentina una importante transformacióneconómica. Este proceso se traduce en el área Metropolitana de Buenos Aires, en unimportante desarrollo industrial (50% del total del país) y la construcción privada.(Torres, 1991)Es decir que entre 1920 y 1940, la expansión de la ciudad sobrepasó porprimera vez los límites administrativos trazados en 1887. (se inicia el primer desbordehistórico) Esta tendencia de crecimiento porcentual de la población es representativo

en Capital Federal y en los partidos adyacentes a la mima. Nos referimos al primeranillo del área Metropolitana, situación claramente perceptible en la etapa posterior ala segundo Guerra mundial (análoga situación sufren las ciudades de San Pablo y Méxi-co). (Hardoy, 1974)

Dicen Valñarsky y Gorojovsky (1970): «¿cómo explicar los complejosreacomodamientos de población para esta etapa para las tres ciudades? El primero esquizás el más obvio. Se trata del carácter despoblador de la actual actividadagropecuaria, producto de la moderada transformación tecnológica, que redujo losrequerimientos de la mano obra agropecuaria. El segundo se trata de efectos demo-gráficos de la demanda industrial. La industria ejerció una absorción sobre la pobla-ción del país generadora de empleo y de actividades de comercio y servicios, que sig-

nifico la concentración de la población hacia las grandes aglomeraciones (represen-tando para el caso de Buenos Aires el 50% de la industria). (Debemos tener en cuentaque este proceso se revierte para el año 1970 donde la demanda del empleo industrialcae, generando desaceleración en el proceso de atracción). Y finalmente el tercer fac-tor se vincula al impacto del transporte automotor...» (Valñarsky et al., 1991).

Dentro de este crecimiento de población se observa, una lenta respuesta a la cober-tura de servicios en especial en los sectores de menores ingresos, que se encuentranemplazados en partidos mas alejados del área central, carentes de infraestructuras deservicios de agua potable y cloacas en general. Esto confirma que las amenazas y vul-nerabilidades ambientales no son categorías de una ecuación que puede resultar endesastre o catástrofe; las amenazas socionaturales específicamente, son el resultado del

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 484  Panorama de la Ecología de Paisajes en Argentina y Países Sudamericanos

impacto de determinadas practicas sociales. Es decir, ante este proceso de crecimientode población, se evidencia claramente, una lenta acción de la gestión urbana ambientalen la ejecución anticipada ante el deterioro de lo natural pero en especial ante la defi-ciente cobertura de los servicios en el campo social para esa etapa (Metzger, 1996).

En síntesis, nos encontramos ante la transformación de un país agroexportador asustitutivo de importaciones. Este marco conduce a una situación de creciente partici-pación central de la gestión económica, la función reguladora de la economía y laabsorción del sistema impositivo. La política intervencionista estatal como modelocentralizador de decisiones se fortifica y de esta manera el poder central impone unesquema industrializado en contraposición al perfil agroexportador previo. Este perfilestatal implica concurrentemente un notorio debilitamiento de la presencia de losorganismos políticos de las instituciones intermedias y menores que influirá en el nor-mal desenvolvimiento en el desarrollo del servicio (Pirez, 1991).

1960-1980. TERCER MOMENTO HISTÓRICO.Del tiempo económico a la crisis política.

Las tres ciudades mantienen su crecimiento de población aunque no coinciden conlas proyecciones esperada para la década del 80. ¿Cuál es la respuesta con respecto alagua potable?

En primera instancia la región latinoamericana experimenta entre 1950-1970, unauge económico sin precedentes, proceso que se refleja en el desarrollo especialmen-te industrial, proceso de desarrollo que próximo a la década del 1970 inicia algunasmodificaciones sustanciales debido al comienzo de fuertes fluctuaciones en las balan-zas de pagos, incrementos notables de los déficit públicos, brotes inflacionarios y otrasperturbaciones económicas que representan el final de una etapa destacable para laeconomía regional y mundial. En los últimos años de la década de 1970, la región entróen un período de desestabilización económica y social que desembocó en la crisis de

fines de los ochenta. (De Paula et al., 1998)

En este contexto económico para el caso de los servicios en la ciudad de BuenosAires, entre los años de 1950 y la década de 1960, desaparecido ya el fantasma de lasepidemias, el Estado comienza a desentenderse progresivamente de las inversiones enel sector (Tabla 1), reduciendo constantemente los recursos, acompañado de una ines-tabilidad político institucional que propiciara su abandono hasta principios de los ‘70".Esta situación se evidencia en el porcentaje de cobertura de agua y cloacas para elconurbano (35% agua/ 50% cloacas) (Tablas 2 y 3), que 30 años después solo modificalevemente su cobertura (Brunstein, 1985).

A esta altura cabe preguntarse por un problema institucional o estructural?

Es decir en un primer aspecto (en este proceso de alta centralidad del Estadoevidenciable para las tres áreas metropolitanas) los resultados, en cuanto a organiza-ción e infraestructura, son considerablemente deficientes frente al importante creci-miento de población observado dentro del Gran Buenos Aires, en especial para elprimer anillo -situación compartida para las ciudades de Sao Paulo y México (con co-bertura de agua próxima al 30%). (Aunque es de aclarar que el caso Argentino esinverso al caso de San Pablo y México porque estas ciudades presentan una importan-te población en su distrito central y un menor índice y concentración de crecimientodemográfico en sus municipios conurbados). De esta forma, si consideramos el nivelespacial y administrativo del estado y su grado de representación institucional, nosreferimos al municipio (aunque para el caso argentino, ley de la provincia de Buenos

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Tabla 1. Inversiones en millones de pesos por años / OSN

Aires corresponde al año 1852) debe reconocer su débil existencia, frente a la fuertecentralidad del Estado Nacional. En principio, esta argumentación tiene sus bases en

un fundamento histórico, es decir, las aventuras autoritarias iniciadas en 1930 encuen-tran en los períodos militares su máxima expresión en cuanto a la configuración de unmodelo unitario, fuertemente centralizado, carente de control social y desprovisto detoda expresión participa-tiva. Este proceso de inestabilidad político-institu-cional paramantener una continuidad en las políticas de organización dentro del espacio urbano,se traduce en una discontinuidad en las políticas para mantener los servicios y unsaneamiento ambiental acorde al crecimiento. (modelo opuesto absolutamente al cons-titucional). (Pirez, 1991)

Tabla 2. Evolución de la cobertura de agua potableen Buenos Aires

Finalmente desde el punto de vista ecológico, la inicial amenaza y el deterioro delambiente en relación con la gestión ambiental se traduce en la escasas políticas ejecu-tadas a distintos niveles por parte del Estado. Es evidenciable además a nivel del con-

texto internacional y espe-cialmente a partir de losaños 70 en la región, unainestabilidad económicaque incide probablementeen los presupuestos nacio-nales de los países para in-vertir en servicios de sa-neamiento. Se suma a es-tas deficiencias, la inesta-bilidad institu-cional, queincide negativamente en la

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Tabla 3. Evolución de la cobertura de alcantarilladoen Buenos Aires

continuidad del cumpli-miento de las políticas deplaneamiento de los ser-vicios sumado al creci-miento de población enlas tres ciudades (que nose corresponde con las es-timaciones esperadaspara esta etapa) que se re-lacionan con las migracio-nes y el consecuente de-

sarrollo industrial, que impactan en el deterioro y el aumento del riesgo ambiental enrelación con los servicios.(Lavell et al., 1996) Finalmente esta inseguridad ambiental esindicador de la pobre percepción de los riesgos por parte de los distintos grupos sociales,el gobierno local y especialmente las autoridades gubernamentales. (Lavell et al., 1996)

1980-1990. CUARTO MOMENTO HISTÓRICO.

Latinoamérica se democratiza.La economía internacional observa grandes fluctuaciones de las tasas de crecimien-to, acompañado de flujos de comercio y capitales. Los países desarrollados realizan enconsecuencia ajustes macroeconómicos y una amplia reestructuración industrial. Apesar de los esfuerzos de recuperación general los desequilibrios en las balanzas depago de los países desarrollados (especialmente EEUU) y los países en desarrollo (Amé-rica Latina que ingresa en un período democrático) elevan sus tasas de interés gene-rando graves consecuencias para los países endeudados (Rapopport, 2000). Este cua-dro de situación provoco una reversión en la dirección de los flujos de capital; lospaíses pobres que eran receptores de capital se convierten en expulsores de fondoslíquidos. Estos movimientos de capital generaron graves dificultades a los países endesarrollo especialmente América Latina. Sin embargo a mediados de los 80’ la situa-

ción comienza a cambiar; encontrándose entre sus causas la imposición de políticasmas blandas a nivel económico y con mayores plazos para el pago de la deuda externade los países latinoamericanos a través de la instrumentación del Plan Baker y espe-cialmente del plan Brady (Rapopport, 2000).

El contexto económico internacional no es ajeno a las políticas de inversiones na-cionales en infraestructura que muestra una tendencia negativa, fiel reflejo del con-texto de endeudamiento e irregularidad económica que vive la región latinoamerica-na (Tabla 1), situación que no queda al margen especialmente para el caso argentino,con relación a los niveles de cobertura de agua y cloacas que alcanzan para aquelmomento un total de 48% y 26%. (INDEC, 1980/1990) (Conamba, 1990) respectiva-mente dentro de la conurbación de Buenos Aires, lejos de un optimo ambiental. En el

caso de Brasil el nivel de inversión también manifiesta una tendencia declinante, sinembargo el reflejo de la crisis económica no tiene directo impacto sobre las políticasde inversión local, debido a que mantiene una cobertura próxima al 70% en el casoagua y 60%. (IBGE, 1990) en cloacas respectivamente. Y por último, la situación deMéxico, es la mejor de las tres ya que su perfil de cobertura se encuentra próximo al80% para ambos servicios, lo indica una mejor respuesta institucional a la demandasocial. (INEGI, 1990). Solo hay una homogeneidad en cuanto al área central de las trescapitales que mantienen un optimo de cobertura próximas al 80%.

A esta altura cabe preguntarse si la alta centralidad del estado representa paranuestras ciudades un riesgo ambiental. Si consideramos el caso argentino, va en con-tra de la acción de la gestión local por un lado y alerta sobre la progresiva vulnerabili-

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dad ambiental por el otro. La ausencia de democracia en las decisiones, en el ámbitoinstitucional (pero en especial en el plano local) y en su relación con la prevención delas amenazas socionaturales significa potencializar su influencia a distintos nivelesespaciales. Esta centralidad, fundada en principios económicos, deja al descubiertocomo argumenta (Allan Lavell, 1995) al respecto: « la gestión ambiental urbana es 

esencialmente un problema económico y político, especialmente cuando se intensifica su centralidad. Mientras por otro lado, la condensación de amenaza con vulnerabili- dad ambiental reafirma el argumento de (Metzger, 1990), en el sentido de que el dete- rioro del medio ambiente constituye un riesgo «oculto o lento ». Es decir, mientras lascondiciones institucionales pierden la percepción del poder local, los efectos espacia-les de deterioro y la amenaza ambiental condicionan el alto espacio del impactoecológico en el corto plazo. (Blackie, et al., 1996) (Tabla 1).

1990. LA ERA DE LA GLOBALIZACIÓN.La apuesta al mercado.

En el contexto internacional nos enfrentamos ante un nuevo escenario político, lacaída de la Unión Soviética proceso que genera un impacto económico, que se traduce

en un nuevo sistema mundial de acumulación globalizada. Los estados-propician elmovimiento de capital, con el perfil privado como entidad autónoma, donde se mani-fiesta su capacidad de influir sobre los procesos económicos de desarrollo nacional einternacional. Frente a este contexto, la estrategia se corresponde con la conforma-ción de bloques regionales internacionales y una intensa trasnacionalización de la eco-nomía mundial. (Ferrer, 2001)Las grandes empresas trasnacionales adquieren una mayorcapacidad de adaptación a las especificidades de las diversas demandas nacionales ypara hacer frente a la competencia global, se generalizan las fusiones y adquisiciones.1

(Rapopport, 2000).

En general los estados investigados muestran un crecimiento para fin de siglo infe-rior al proyectado. Respectivamente sus regiones metropolitanas no fueron ajenas a

estas proyecciones, que a pesar de la dominancia demográfica a escala nacional man-tiene una desaceleración en su crecimiento (la población urbana creció menos a fina-les de los 90 que a fines de la década de los 70); (Rolnik et al., 1996) proceso evidenciableen su tasa de fecundidad, el nivel de mortalidad y el aumento de la población enveje-cida; aunque es destacar que las migraciones no permitieron que estas tres ciudadesperdieran su peso en el plano nacional. (migración con destino especialmente urbanacon una tendencia próxima al 90% por sobre la rural a nivel nacional). (Rolnik et al.,1996) Este proceso de migración demográfico, se explica en principio por la incidenciaque tiene el proceso industrial, cuyas actividades se desplazan del centro hacia lasafueras del área metropolitana. Esta desconcentración de las actividades económicas,inciden en la migración (que también ha decrecido) y distribución de la población quetiene como destino principalmente el ultimo anillo del conurbano. Es decir se produce unmovimiento de periferización de la población que potencializa el riesgo ambiental en esasección de las áreas metropolitanas, proceso que se denomina en sociología urbana,desconcentración desconcentrada de las actividades y la población. (Caride et al., 1995)

1 Políticas económicas sustentadas en el consenso de Washington: 1.Control del Gasto Publico 2. DisciplinaFiscal, 3. Liberalización económica y del sistema financiero, 4. Fomento de la inversión extranjera, 5.Privatización de las empresas Públicas, 6. Desregulación y reforma del Estado (Rappoport, 2000)

Frente a estos comportamientos urbanos, si bien son alentadores por cuanto arro- jan una disminución de los índices del crecimiento en general, el total de poblaciónsigue representando un riesgo económico-ambiental. La incidencia en la cobertura de

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Tabla 4. Cobertura de agua en los tres niveles jurisdiccionalesen Buenos Aires, San Pablo y México, Año 1990

los servicios para la dé-cada del 90, presenta uncomportamiento homo-géneo y próximo al ópti-mo en las tres áreas cen-

trales, en cambio para susáreas conurbadas varíanconsiderablemente, enespecial para el caso deBuenos Aires, donde seobservan deficienciasmarcadas de los servicios(cobertura de agua próxi-mo al 70%) (INDEC, 1991)frente a una mas eficien-

te respuesta para los casos de la ciudad de México y San Pablo (con coberturas del90%) (IBGE-INEGI, 1991) lo que se traduce en una probable política económica querefleja un mayor destino del presupuesto nacional por finalidad y función en este casoen los servicios de saneamiento, sumado a que ambas ciudades poseen números muysuperiores en población en comparación con Buenos Aires (Tabla 4). (Se debe aclararque es evidenciable el mayor crecimiento de población en el ultimo anillo en las ciuda-des analizadas y la deficiencia en la cobertura de los servicios, observable en mayor omenor grado para los tres casos. Finalmente, cabe preguntarse sobre si ¿hay en evi-dencia una globalización del mercado para el caso Argentino y una moderada ac-ción del mercado en los otros dos casos?; ¿cuál es la respuesta del estado Argentinoen cuanto a presupuesto nacional, servicios y la prevención del riesgo económicofinancie-ro?¿responde a una cuestión económico-institucional o cultural? ¿cuál esla estrategia de gestión a futuro para nuestras ciudades?.

ConclusionesAl considerar la evolución de tres grandes ciudades iberoamericanas, como lo son

México, San Pablo y Buenos Aires, en el contexto de sus procesos de crecimiento urba-no, durante el siglo XX, se advierten en general respuestas distintas a situaciones com-parables.

Pero, en conjunto, la hipótesis de considerar a las infraestructuras y las redes deservicio como límites virtuales para el crecimiento de las áreas urbanas, tiene una veri-ficación comprobada hasta cierto punto.

Este ajuste de la hipótesis, se explica por quedar en claro que, en el crecimiento delas grandes ciudades latinoamericanas contemporáneas, hay una diversidad de mati-ces que complejizan la interpretación de sus procesos de ensanche urbano y sus carac-terísticas:

1.-Hay dos momentos urbanos en Latinoamérica claramente definidos. Antes de1940 cuyas poblaciones de estudio alcanzaban el millón de habitantes y después de1940 cuyo impacto de crecimiento de la población en estas ciudades es notablementesuperior, lo que supone un crecimiento excesivo sin una respuesta simultanea en elplaneamiento de los servicios y una evidencia del riesgo económico-ambiental-.

2.-Hay en efecto una calidad de ocupación del espacio que está sujeta a la existen-cia previa de las infraestructuras y redes mencionadas.

3.-Más allá de ese límite hipotético, hay también formas de crecimiento que se pro-ducen bajo diversos grados de precariedad.

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Figura 1. Mapas de los índices de crecimiento intercensal en el Conurbano bonaerense, el ÁreaMetropolitana de México y el Área Metropolitana de San Pablo (las zonas más oscuras indican

mayor crecimiento intercensal) (Ver en CD)

En síntesis, estas formas periféricas de ocupación del espacio urbano, suburbano, yextraurbano, forman parte de la realidad, pero es una realidad insuficiente para ga-rantizar calidades lógicas de vida a los grupos sociales que se establecen en esosentornos.

Estas anomalías requieren indefectiblemente una intervención técnica y políticadel estado, nación, provincias y municipios, para resolver en términos mínimos e im-prescindibles las necesidades más urgentes, y planificar con sentido preventivo y defuturo, los programas de obras que requieran no sólo la administración del servicioque prestan operadores privados, sino también las expansiones requeridas por ese

crecimiento real que, en forma precaria, se desarrolla más allá de los alcances de lasobras existentes. Esta problemática es un desafió teórico a partir de las transformacio-nes estructurales operadas en los años 90.

La privatización de servicios como el agua corriente y el alcantarillado, y la búsque-da de la rentabilidad de esos servicios como objetivo de empresa, deja planteadascomo interrogantes, las cuestiones concernientes al financiamiento de los costos deextensión de redes, para cubrir las necesidades de las nuevas áreas periféricas, habita-das por grupos sociales de escasos recursos. Pero también la situación del contextoeconómico internacional y nacional determina el uso eficiente de los presupuestosnacionales de estos países. Es decir, el flujo o nivel de reserva de divisas con que estospaíses cuenten se traduce en una mayor o menor inversión del presupuesto en infraes-

tructura de servicio de saneamiento.

 La relación entre pobreza y calidad de vida es, en definitiva, la clave de la hipótesisplanteada, cuando la confrontamos a las realidades de las ciudades latinoamericanas con-temporáneas con sus crecimientos demográficos y sus deficitarios ensanches urbanos.

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