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La lectura escolar y la construcción de la culturas políticas Una mirada histórica para el caso argentino 1 Pablo Pineau (director) Marcelo Mariño y Rafael Gagliano (investigadores) Bárbara Biriscioli, Cinthia Weinschelbaum y Rocío Slatman (becarios) Presentación del proyecto La relación entre la enseñanza de la lectoescritura y la cultura política ya ha sido destacada por varios autores. Diversas obras de Roger Chartier (v.g. 1995) y el monumental trabajo de Anne-Marie Chartier y Jean Hebrard (1994), al demostrar que en los países centrales la constitución de determinados públicos lectores no estuvo exenta de la construcción de sujetos políticos, abrieron al análisis las distintas posibilidades que sobre dicho tema se fueron dando a lo largo del avance de la Modernidad. Algunos de los trabajos recopilados en Ossenbach y Somoza (2001), y en Cucuzza y Pineau (2002) para el caso específico de nuestro país señalan que líneas semejantes se han verificado en diversos países de Latinoamérica. Como en muchos otros casos, en Argentina, uno de los ejes principales que estructuró la discusión pedagógica fue la articulación entre el sistema educativo –una de cuyas funciones principales fue la construcción de públicos letrados– y la cultura política. Desde sus orígenes a fines del sigo XIX, el sistema educativo buscó integrar disciplinadamente a los sectores populares y formar los grupos gobernantes en una lógica moderna heredada de la Ilustración y el Liberalismo. A lo largo del siglo XX, esta relación tuvo una serie de cambios que acompañaron el devenir de la nación y forjaron su historia política y educativa. Una alternancia entre dictaduras y gobiernos electos –síntoma de profundos debates y oposiciones– se sucedieron entre 1930 y 1983. Investigaciones recientes en historia de la educación argentina han señalado que el proyecto educacional que fue hegemónico en Argentina durante casi un siglo desde la sanción de la Ley 1.420 comenzó a mostrarse en crisis durante los años 60 y 70 [Puiggrós (1997), Southwell (2001), Pineau y otros (2006)] y terminó de ser desmantelado durante la última dictadura militar (1976-1983), que modificó los principales ejes estructurantes del sistema educativo y transformó profundamente los sentidos de educar: se desmanteló el Estado docente, se modificó la lógica de acceso universal a la escolarización formal asociada a la movilidad social ascendente, iniciándose un proceso de fragmentación educativa que continúa en nuestros días. A lo largo de la segunda mitad del siglo XX se produjeron una serie de hechos que pusieron en crisis a la “escena de lectura escolar” clásica. Las renovaciones culturales y pedagógicas iniciadas en los años 60 y 70 cuestionaron los modelos educativos provenientes del siglo XIX. Esos años vieron la aparición de nuevos fenómenos como la adscripción a las llamadas teorías “críticas” –que iban desde Iván Illich al reproductivismo– por parte de docentes y pedagogos, el avance de la psicología social, la dinámica de grupos y la pedagogía de la recreación, la expansión del psicoanálisis y la consolidación de nuevas concepciones de infancia. Al calor de estos cambios comenzó a constituirse una nueva escena de lectura que propiciaba la lectura comprensiva y solipsista que desplazó el modelo moralizador basado en la retórica. También hubo importantes cambios en el debate teórico. En 1962, Berta Braslavsky publicó su ya clásico La querella de los métodos en la enseñanza de la lectura. Sus 1 Subsidio UBACyT, categoría: Investigadores en formación, 2004-2007.

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  • La lectura escolar y la construccin de la culturas polticas Una mirada histrica para el caso argentino1

    Pablo Pineau (director)

    Marcelo Mario y Rafael Gagliano (investigadores) Brbara Biriscioli, Cinthia Weinschelbaum y

    Roco Slatman (becarios) Presentacin del proyecto La relacin entre la enseanza de la lectoescritura y la cultura poltica ya ha sido destacada por varios autores. Diversas obras de Roger Chartier (v.g. 1995) y el monumental trabajo de Anne-Marie Chartier y Jean Hebrard (1994), al demostrar que en los pases centrales la constitucin de determinados pblicos lectores no estuvo exenta de la construccin de sujetos polticos, abrieron al anlisis las distintas posibilidades que sobre dicho tema se fueron dando a lo largo del avance de la Modernidad.

    Algunos de los trabajos recopilados en Ossenbach y Somoza (2001), y en Cucuzza y Pineau (2002) para el caso especfico de nuestro pas sealan que lneas semejantes se han verificado en diversos pases de Latinoamrica. Como en muchos otros casos, en Argentina, uno de los ejes principales que estructur la discusin pedaggica fue la articulacin entre el sistema educativo una de cuyas funciones principales fue la construccin de pblicos letrados y la cultura poltica.

    Desde sus orgenes a fines del sigo XIX, el sistema educativo busc integrar disciplinadamente a los sectores populares y formar los grupos gobernantes en una lgica moderna heredada de la Ilustracin y el Liberalismo. A lo largo del siglo XX, esta relacin tuvo una serie de cambios que acompaaron el devenir de la nacin y forjaron su historia poltica y educativa. Una alternancia entre dictaduras y gobiernos electos sntoma de profundos debates y oposiciones se sucedieron entre 1930 y 1983.

    Investigaciones recientes en historia de la educacin argentina han sealado que el proyecto educacional que fue hegemnico en Argentina durante casi un siglo desde la sancin de la Ley 1.420 comenz a mostrarse en crisis durante los aos 60 y 70 [Puiggrs (1997), Southwell (2001), Pineau y otros (2006)] y termin de ser desmantelado durante la ltima dictadura militar (1976-1983), que modific los principales ejes estructurantes del sistema educativo y transform profundamente los sentidos de educar: se desmantel el Estado docente, se modific la lgica de acceso universal a la escolarizacin formal asociada a la movilidad social ascendente, inicindose un proceso de fragmentacin educativa que contina en nuestros das.

    A lo largo de la segunda mitad del siglo XX se produjeron una serie de hechos que pusieron en crisis a la escena de lectura escolar clsica. Las renovaciones culturales y pedaggicas iniciadas en los aos 60 y 70 cuestionaron los modelos educativos provenientes del siglo XIX. Esos aos vieron la aparicin de nuevos fenmenos como la adscripcin a las llamadas teoras crticas que iban desde Ivn Illich al reproductivismo por parte de docentes y pedagogos, el avance de la psicologa social, la dinmica de grupos y la pedagoga de la recreacin, la expansin del psicoanlisis y la consolidacin de nuevas concepciones de infancia. Al calor de estos cambios comenz a constituirse una nueva escena de lectura que propiciaba la lectura comprensiva y solipsista que desplaz el modelo moralizador basado en la retrica.

    Tambin hubo importantes cambios en el debate terico. En 1962, Berta Braslavsky public su ya clsico La querella de los mtodos en la enseanza de la lectura. Sus 1 Subsidio UBACyT, categora: Investigadores en formacin, 2004-2007.

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    fundamentos psicolgicos y la renovacin actual, y la lectura epistemolgica de Piaget haba hecho pie en la Universidad de Buenos Aires de la mano de Emilia Ferreiro en los 70, desde donde se desarrollaron importantes investigaciones que aos ms tarde renovaran los enfoques de su enseanza. [Ferreiro, E. y A. Teberosky (1989)] Comenz a romperse la unidad de mtodo, lo que se profundiz en las dcadas siguientes.

    La dictadura militar iniciada en 1976 busc tirar por la borda estos debates y se propuso generar una nueva homogeneizacin mediante una propuesta modernizadora, tanto en cuestiones ideolgicas como didcticas en el terreno de las prcticas de enseanza.

    El caso de la Secretaria de Educacin de la Ciudad de Buenos Aires es paradigmtico al respecto. En 1978 se transfirieron a su Municipalidad las escuelas nacionales de nivel inicial y primario que estaban en su territorio. Esto implic el montaje de un nuevo sistema educativo en la ciudad, que comenz a desarrollar dependencias, recursos, direcciones y proyectos que impulsaron una renovacin total de las prcticas de enseanza con estrategias diversas.

    Una de ellas fue la creacin de dispositivos de capacitacin para los docentes en ejercicio.2 Por ejemplo, mediante el Decreto 230/80, firmado por el ex-brigadier Osvaldo A. Cacciotore y Enrique J. Sanzo, su Secretario de Educacin, se cre la Escuela Superior de Capacitacin Docente el 17 de enero de 1980. La actualizacin y el perfeccionamiento profesional del docente son entendidos como una accin de carcter obligatorio, de acuerdo al Estatuto del Docente que deba implementarse en concordancia con la estructura del sistema educativo municipal mediante la sistematizacin de acciones tendientes a elevar la calidad en el desempeo de las funciones especficas del personal docente, y atender las necesidades presentes y futuras de recursos humanos especializados.

    La Escuela Superior de Capacitacin Docente3 surgi para cumplir una funcin principal dentro del sistema: la formacin de los cuadros intermedios de conduccin directivos, vicedirectivos e inspectores derivado de la creacin del sistema educativo municipal. Mediante cursos intensivos de aproximadamente un mes de duracin se capacitaba a los aspirantes elegidos para ocupar los cargos.

    A su vez, en paralelo a esta actividad de formacin de cuadros, a partir de 1979 la Secretara de Educacin desarroll el Programa de Capacitacin y Apoyo al Docente (PROCAD), dependiente de Direccin de Planeamiento de la Educacin, en cuya elaboracin participaron conocidos pedagogos miembros de la Asociacin de Graduados en Ciencias de la Educacin (AGCE), supuestamente vinculados con posiciones progresistas.

    El PROCAD fue una actividad de capacitacin docente en servicio a distancia mediante mdulos de distribucin peridica que otorgaba puntaje a aquellos docentes que los aprobaran. En su Modulo 0 (Introductorio) se sostiene que dicho Programa surgi por dos motivos:

    Porque, debido al vertiginoso ritmo con que avanzan las ciencias y las tcnicas, se hace necesaria una permanente actualizacin y revisin de los contenidos que se presentan al alumno .

    2 Hemos profundizado este tema en Gagliano, R. y P. Pineau (2003): Una aproximacin al recorrido de la Escuela de Capacitacin CePA (1980-2000). En: www.buenosaires.gov.ar/cepa/historia.php. 3 Vale la pena detenerse en la categora fundacional Escuela Superior. sta tiene un origen militar fortalecida tambin por la idea de cursos de ascenso que, adems de ser tpica del perodo, seala la idea de formacin de una lite, de una oficialidad que sirva de correa de transmisin y contralor del sistema.

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    Porque en la actualidad estn en vigencia distintas formas de implementar el currculum y es preciso unificar criterios, los que usted podr enriquecer participando de esta experiencia .

    La capacitacin docente era concebida como un arma fundamental de implementacin de las polticas curriculares modernizadoras. Su funcin era la difusin de lo nuevo y correcto desde los estratos de decisin la conduccin del sistema, los tcnicos hacia los implementadores de la propuesta los directivos y docentes.4 La propuesta se ubica en la tendencia tecnocrtica que propona generar una homogeneizacin de las prcticas pedaggicas mediante una propuesta modernizadora tanto en cuestiones de contenidos como lo presentan los motivos de origen citados, como didcticas. Por ejemplo se sustituyen los trminos programas o planes por currculum, se presentan abordajes como los de Robert Gagn, Jean Piaget y Jerome Bruner, etc. Junto a esto, en los cuadernillos se demuestra una ausencia total de enunciados de poltica educativa que refuerza su reduccionismo tecnocrtico. De acuerdo a sus preceptos, se sancion un primer documento curricular para la Ciudad mediante la Resolucin 237 del 8 de febrero de 1979.

    Todos estos elementos confluyeron en la elaboracin definitiva del Diseo Curricular de 1981, sancionado para su aplicacin por la Resolucin 3.000 del 28 de noviembre de 1980 de la Secretara de Educacin de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, y firmada por su titular el vicecomodoro (R) Enrique J. Sanzo. Este documento, llamado en salas de maestros El libro Gordo de Petete por su tamao y grado de prescripcin, con su tapa gris y sus 1383 pginas sin firma de autores5 salvo el prlogo de Cacciatore y la resolucin de Sanzo que lo pone en vigencia, tuvo la capacidad de establecer nuevas reglas del debate pedaggico, y sobre todo didctico, en la Ciudad, y por extensin en todo el pas.

    Su Presentacin establece taxativamente al nivel evolutivo de los alumnos como el principal organizador de la propuesta curricular, en oposicin a tendencias ms academicistas que privilegian el qu ensear. Aclara entonces que no slo (se) atiende a qu debe conocer el nio, sino tambin, y muy especialmente, a cmo aprende.6 Coherente con esto, se continua con una Fundamentacin Psicopedaggica general en la que se oponen dos teoras psicolgicas del aprendizaje como bases principales de las concepciones didcticas y de las actividades de aula. Ellas son el conductismo (que reina en las aulas y debe ser desterrado) y la concepcin psicogentica (que es la propuesta por el diseo curricular).7

    4 Por ejemplo, en el mdulo 1 del PROCAD llamado currculum, la parte de Autoevaluacin bajo la coordinacin de la Prof. Silvia Brusilovsky presenta el siguiente ejercicio: Coloque el sujeto en cada una de las oraciones a, b y c, eligiendo la respuesta correcta entre las que le proponemos en el recuadro. (Se agregan entre parntesis las respuestas correctas PP):

    a. (Los tcnicos) son quienes asumen la responsabilidad de elaborar el documento curricular. b. (Los directores y los maestros de escuela) son quienes asumen la responsabilidad de implementar el documento curricular. c. (Los tcnicos) son los que asumen la responsabilidad de decidir el modelo curricular."

    5 La presentacin del documento aclara que fue elaborado por un grupos de especialistas en contenidos, en ciencias de la educacin y en psicopedagoga, y que tambin participaron docentes de las distintas jerarquas en las sucesivas etapas de elaboracin. 6 Todos los encomillados de aqu en adelante responden al Diseo Curricular de la Secretara de Educacin de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires. 7 A cuenta de futuras investigaciones es destacable que esta configuracin del campo pedaggico durante la dictadura sigui siendo muy efectivo en las dcadas siguientes y goza an de mucha vigencia. Tal vez ste sea uno de los efectos capilares que qued como sentido comn del sistema educativo con el retorno de la democracia.

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    De su desarrollo se deducen seis implicaciones pedaggicas:

    1. Replanteo de la relacin maestro-alumno.

    2. La situacin problemtica como punto de partida para el aprendizaje.

    3. El conocimiento como aprehensin de estructuras.

    4. Paralelismo entre el proceso evolutivo y el proceso didctico.

    5. La evaluacin como parte del proceso de aprendizaje.

    6. La escuela como estructura educativa.

    Un fuerte reduccionismo psicolgico, con resabios escolanovistas y marcas tecnocrticas recorre estas implicancias. En esta lnea, es destacable el punto 4, que subordina los actos de enseanza al desarrollo evolutivo de los alumnos, y establece una graduacin de hierro a seguirse, que va de lo simple a lo complejo, de lo cercano a lo lejano, de la accin al pensamiento reflexivo.8 Se usa finalmente la categora didctica del desarrollo como sntesis de esta concepcin.

    Marcelo Caruso y Gabriela Fairstein (1997) sealan que la organizacin en una extensa fundamentacin psicopedaggica general y comn seguida por fundamentaciones por rea mucho ms acotadas evidencia su impronta tecnicista, al no sumar al debate problemticas vinculadas a la determinacin de contenidos como la sociologa del conocimiento y considerarla un derivado de la correcta planificacin y justificacin didctica. Esto se articula con la lectura oficial de corte estructuralista de la obra piagetiana que ciertos grupos que ocupaban espacios de importancia en la conduccin del sistema educativo municipal estaban haciendo por entonces en universidades privadas como El Salvador y Belgrano, nucleados alrededor de Antonio Battro, discpulo directo de Jean Piaget.9

    Esta posicin comprende a las acciones de enseanza, estimulacin o desequilibrio epistemolgico como ineficaces o contraproducentes. Se sostena que si la escuela enseaba algo previamente al momento evolutivo esperado para su aprendizaje, slo se realizaran incorporaciones mecnicas y memorsticas, por lo que se deba seguir esperando que el alumno llegara por sus propios medios, al decir del documento curricular, sin apremios ni exigencias innecesarias. En su conjunto, se propone la negacin del acto de enseanza como la base de toda buena propuesta pedaggica. Dice al respecto el diseo curricular:

    En las situaciones de aprendizaje, las limitaciones, que se sealan propias de este nivel evolutivo, deben ser consideradas de manera positiva. Se quiere mostrar que este nio no puede incorporar an los aprendizajes sistemticos. Si la escuela se los ofrece, su incorporacin ser figurativa (mecnica) porque las nociones deben ser preparadas como cuando el agricultor prepara pacientemente la tierra para recoger los mejores frutos .

    Un ao ms tarde, en 1982, la Secretaria de Educacin sancion su primer Diseo Curricular para el Nivel Preescolar. De una extensin bastante menor, responda a la misma caracterizacin que el documento para el Nivel Primario. Cecilia Braslavsky y Nora

    8 Cabe sealar que este argumento fue utilizado en la dictadura tambin para otros fines. Por ejemplo, la Resolucin 555 del Ministerio de Cultura y Educacin de la Nacin que prohibi los libros de historia de Juan Bustinza y Gabriel Capela sostiene que su contenido no contribuye con los objetivos fijados en el Proceso de Reorganizacin Nacional, contiene transcripciones e ilustraciones que resultan inconvenientes para los alumnos por sus connotaciones ideolgicas, lo mismo que las actividades que no contemplan las exigencias del nivel de enseanza al que est dirigido ni al desarrollo evolutivo de los educandos. 9 Es tambin interesante recordar que, a nivel nacional, la obra de Piaget estaba supuestamente prohibida, lo que vuelve a sealar los disensos internos entre el funcionariato dictatorial.

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    Krawczyk sostienen que esta primera propuesta curricular de la Municipalidad se asienta en las siguientes bases pedaggicas:

    1 ) La dimensin ms importante del hecho educativo es el proceso de aprendizaje, y no de enseanza; 2) el aprendizaje es un hecho individual y no social; y 3) ese proceso de aprendizaje est determinado por la maduracin psicolgica autgena de los educandos. [Braslavsky y Krawczyk (1988), p. 28]

    Probablemente, uno de los mejores ejemplos donde se evidencian estas posiciones sea su propuesta de la enseanza de la lectoescritura. Segn los preceptos curriculares para el nivel primario, su aprendizaje inicial deba prolongarse a lo largo de los tres aos que comprenden el primer ciclo. En el primer grado de la escolaridad, el primer cuatrimestre deba estar dedicado exclusivamente a tareas de aprestamiento orientacin en la hoja, repeticin de formas y figuras, uso del lpiz como perodo dedicado a la didctica del desarrollo previo al aprendizaje sistemtico previo de la lectoescritura, y en el segundo cuatrimestre, se esperaba que el alumno reconociera slo aquellos once grafemas que respondieran a un solo fonema y no presentaran problemas ortogrficos ni caligrficos para su uso en la lengua espaola (las cinco vocales y las consonantes d , l , m , n , p y t ). A stas se le sumaban la y en funcin de coordinante y en posicin inicial en yo, y la s slo para armar plurales. Un total de trece letras, dos de ellas adems en forma acotada. Su objetivo era que el alumno aplique el cdigo grfico en la produccin de palabras y oraciones sencillas. Se aclara adems que slo a fin de ao el alumno podr leer textos muy simples en los aparezcan los grafemas que ya maneja, y que El maestro trabajar bsicamente con los grafemas indicados; sin embargo, si el alumno maneja otros, o tiene curiosidad o inters por avanzar en la prctica de nuevos grafemas, no se lo limitar; antes bien, se lo estimular individualmente.

    En segundo grado deba reconocer algunas unidades fundamentales del cdigo grfico. Su objetivo era que aplique el cdigo grfico en la elaboracin de oraciones sencillas. Finalmente, en tercero deba reconocerlas a todas. Su objetivo era que el alumno aplique el cdigo grafico en la elaboracin de oraciones y discursos sencillos. En consonancia, el Diseo Curricular para el Nivel Preprimario aconseja que en las salas se utilicen libros compuestos slo por ilustraciones y que no haya carteles, ya que la presencia de material escrito podra conducir a los alumnos a aprendizajes mecnicos posteriores de la lectoescritura, por no estar todava en el nivel evolutivo adecuado para su aprendizaje significativo.

    Esto se acompaaba de un sistema de promocin automtica sin evaluacin de ao a ao para el primer ciclo. Sus fundamentos son de carcter evolutivo referidos a que recin a fin del ciclo (8-9 aos) el alumno llega a la estabilidad del pensamiento operatorio-concreto, al tiempo que alcanza la adaptacin socio-emocional a la institucin escolar. En la prctica, esta concepcin se sumaba al fenmeno de negacin de la enseanza, en la que la intervencin docente volva a limitarse a la espera de la llegada al nivel esperable del alumno por cuestiones innatas.

    Estas concepciones supuestamente renovadoras sobre la enseanza de la lectoescritura producan un retorno a las posiciones decodificadoras, instrumentalistas e individualistas en detrimento de las posiciones que se basaban en la comprensin y la produccin como prcticas sociales y colectivas presentes en la renovacin de las dcadas anteriores. Bajo el manto de un cierto discurso democratizador de respeto al alumno a su tiempo, sus acciones, su nivel evolutivo, su ritmo de aprendizaje, se presentaba un proyecto limitador que adems tiraba por la borda las discusiones que sobre el tema se haban llevado a cabo en los veinte aos precedentes.

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    La dictadura quitaba as de la escuela su funcin de ampliacin del universo cultural de los alumnos para volverla un lugar de espera de un desarrollo universal y autogenerado. Se supona que todos los alumnos de cierta edad compartan un mismo nivel evolutivo, al que haban arribado por motivos ms biolgicos que culturales, ms individuales que sociales, ms psicolgicos que sociolgicos, y que nada poda hacerse hasta que el alumno no arribara al mismo.

    De esta forma, aquellos alumnos que provenan de familias con un capital cultural alto, en las que se realizaran cotidianamente prcticas de lectura y escritura y estuviera en presencia de material escrito, realizaba en ese mbito las operaciones psicolgicas y los saltos epistemolgicos para alcanzar la maduracin que la escuela esperaba pero no produca. Por el contrario, aquellos alumnos que provenan de hogares en los que la presencia de libros y materiales escritos era escasa, no contaban con la posibilidad de llegar a dicho nivel evolutivo, ya que la escuela consideraba que no era su funcin ayudarlo a alcanzarlo. Ellos deban construir hiptesis y quemar estadios en aulas vacas de estmulos y de situaciones de enseanza significativas. El fracaso escolar de los sectores populares era comprendido no como un efecto de la escuela, sino como una fatalidad o una responsabilidad de esos sujetos.

    De acuerdo a estas directivas, se produjo una nueva camada de libros para la enseanza de la lectoescritura.10 Entre ellos se destaca Pupi y yo, de Marta Seg de Cao,11 Luca Ayerdi de Hughes y otros, editado por Kapelusz por primera vez en 1982. En l se suceden una cantidad de lecturas que parecen ser ms juegos de palabras que textos significativos.

    Desde la recuperacin definitiva de los gobiernos constitucionales en 1983, las nuevas propuestas buscaron rescatar el dinamismo perdido. Los nuevos libros de texto son escritos por equipos de autores y evidencian esfuerzos de actualizacin en los nuevos conocimientos disciplinares y en las propuestas metodolgicas ms recientes. Se verifica un importante eclecticismo metodolgico, sobre todo en los libros de lectura inicial. El Estado se corri totalmente de sus funciones de contralor y se entreg a la libertad de mercado la toma de decisiones, dando lugar a situaciones que relegan las cuestiones polticas y pedaggicas a problemas de marketing.

    Acercarnos a la dcada de los 80 nos pareci particularmente relevante, debido a la escasez de estudios que se centren en esta etapa histrica; suponemos que ha sido por una parte, debido a que se trata de una dcada muy reciente, y por otra parte, porque tanto la dictadura militar como la implementacin del modelo liberal de los 90 han capturado mucho ms la atencin de los investigadores, brindando como resultado incluso, la transpolacin de procesos de un perodo a otro, sin preguntarse muchas veces por la especificidad de lo acontecido en la dcada de la apertura democrtica. Seguramente esta vacancia guarde relacin con la identificacin de este perodo como la dcada perdida.

    Sostenemos por el contrario que a lo largo de todos estos aos han tenido lugar diversos acontecimientos en los que quisiramos detenernos puntualmente, para dar cuenta de la transicin en s misma, por la cual algunas polticas gestadas en la dictadura, guardaron continuidad durante el gobierno democrtico y finalmente fueron puestas en marcha en los 90; seguramente no de un modo simple y lineal, sino atravesando idas, vueltas y negociaciones; as como ciertamente otras tantas han torcido sus rumbos y han

    10 Cabe aclarar, finalmente, que al no haber sido prohibidos los libros de texto que respondan a otros enfoques, muchos docentes continuaron usndolos en oposicin o intentos sui generis de articulacin con las nuevas indicaciones curriculares. 11 Esta autora era a su vez responsable en esos aos de la seccin "Para la casa y la familia" del diario La Razn, donde difunda posiciones solidarias con estos planteos.

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    delineado configuraciones nuevas. Por tanto, intentaremos a lo largo de este estudio, conocer algunos de estos discursos y algunas de estas polticas, con la finalidad de encontrar una comprensin nueva de los fenmenos educativos actuales.

    Una entrada a la cuestin es el estudio de la nueva lgica de los debates de la transicin democrtica para lo cual profundizamos en las producciones tericas ms representativas de las diferentes corrientes pedaggicas en boga en aquel perodo. Del mismo modo, analizaremos algunas configuraciones, como el proyecto de capacitacin docente SICaDIS que desde 1984 pretenda construir una escuela para la democracia. Seguidamente, nos detendremos en la evaluacin de los currculos vigentes entre 1984 y 1985, que devinieron en las actualizaciones curriculares de 1986.

    Por otra parte, la posibilidad de rescatar la conflictividad del campo pedaggico propia de ese perodo, nos brinda un anlisis del Congreso Pedaggico Nacional que tuvo lugar desde 1986 hasta 1988. Tanto el informe final publicado en 1989, como otras fuentes y algunas posteriores teorizaciones al respecto, dan buena cuenta de las negociaciones entre los grupos intervinientes, que delimitaron un espacio de lucha donde se incorporaron y amalgamaron tendencias contradictorias, que luego en funcin de ciertos intereses, compromisos y alianzas de movimientos y grupos sociales, adquirieron formas particulares, que se condensaron finalmente en La ley Federal de Educacin promulgada en 1993.

    Interesa adems indagar en los debates pedaggicos en torno a los mtodos de enseanza de lectoescritura que se reactualizaron con la recuperacin democrtica desde 1983, que sum a la vieja querella de los mtodos los aportes de la psicognesis. Cabe aclarar que el anlisis del triunfo de un mtodo sobre otro o la imposicin de unos textos sobre otros no lo haremos desde una lgica evaluativa, sino que intentaremos analizar las complejas operaciones polticopedaggicas del perodo, para comprender las articulaciones sociales que tal triunfo tuvo, as como los modos en que estos mtodos puestos en accin han delineado prcticas ulicas sustentadas en unos valores, concepciones del saber y de los alumnos, dando lugar a la generacin de cierta cultura poltica.

    Consideramos el devenir de las polticas pblicas como un aporte fundamental para nuestro anlisis, por tratarse de un acontecimiento relevante en s mismo, pero adems porque en clave de una perspectiva socio-histrica se constituyen en elementos significativos, que abren campos nuevos de interpretacin, posibilitando complejizar el entramado en que se articulan. En este caso, nos acercamos a las polticas pblicas construidas e implementadas en el gobierno de Ral Alfonsn, entre las cuales aparece el Plan Nacional de Alfabetizacin de 1984, que ha incluido tambin el reparto de tiles escolares a miles de nios. Rastreamos tambin polticas especficas de lectura, como un modo de aproximacin a nuestro objeto de estudio.

    Mientras avancemos en la articulacin de los diversos elementos que componen el escenario poltico-pedaggico de la poca, nos detendremos puntualmente en el anlisis de las escenas de lectura (como prctica social de comunicacin, donde se materializa lo escrito, que adquiere caractersticas especficas en el marco de las prcticas ulicas), asumiendo que cobrarn sentidos renovados dentro de este entramado. En este marco, nos proponemos analizar dos problemticas vinculadas con los libros de texto: en primer lugar, la reconfiguracin de la aduana escolar (trmino acuado en referencia a la existencia de polticas de censura o no sobre los escritos que podan llevarse a las escuelas) con la apertura democrtica y la intromisin de las industrias editoriales en estas decisiones, y en segundo lugar la poltica metodolgica sobre la enseanza inicial de la lectoescritura intentando vislumbrar cules han sido las tendencias que actuaron ms fuertemente, para concluir presentando algunas inferencias sobre su articulacin con la conformacin de la cultura poltica en dicho perodo.

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    Avanzando en la cuestin de los reavivados debates en torno a los mtodos de enseanza de la lectoescritura, y en la consecutiva adopcin de los mtodos relativos a la psicognesis, suponemos que podremos verificar en nuestro estudio modificaciones significativas en distintas dimensiones del sistema educativo. Por un lado, imaginamos que las escenas de lectura entre otras cuestiones deben haber sido resignificadas en funcin de los esperados cambios en las prcticas ulicas. Por otra parte, en cuanto a la generacin de una cultura poltica inherente al proceso de transicin democrtica, pensamos que se deben haber intentado propagar valores coherentes con la implantacin de este nuevo rgimen poltico. En este sentido, adems de las ideas en pugna y de las polticas implementadas, estudiamos las escenas de lectura para vislumbrar el modo en que continu operando la estrategia discriminadora, que buscaba desarticular los dispositivos tendientes a la democratizacin social, proponiendo tal como hemos mencionado, un sistema educativo fuertemente fragmentado por circuitos diferenciados de acuerdo al origen social de los alumnos.

    Por ltimo, asumimos que la mirada histrica de la enseanza de la lectoescritura en ese perodo nos ayuda tambin a pensar por qu hoy se denuncia desde todos los mbitos que los chicos no saben leer. Seguramente, una mirada del contexto socio-cultural, las polticas pblicas que se implementaron, los mtodos que se oficializaron, las escenas de lectura que analicemos y las entrevistas a especialistas y maestros que llevemos a cabo, nos permitirn ensayar algunas ideas sobre los pblicos lectores/ciudadanos que se han formado. Hiptesis centrales

    1) Segn los actuales estudios de historia de la educacin, la cada del peronismo seala el comienzo del declive del modelo de Instruccin Pblica fundado a fines del siglo XIX. [Puiggros (1997)]

    2) Dicho proceso de crisis implic tambin la revisin de sus polticas de lectura y escritura.

    3) La modernizacin cultural de la dcada del 60 deriv en una importante radicalizacin poltica en la dcada siguiente, que afect fuertemente el vnculo entre los trminos en anlisis.

    4) La ltima dictadura militar desarroll una poltica sobre el tema, basada en una continua necesidad de espera y detencin para no permitir los hechos indeseados que la palabra escrita poda desatar.

    5) La actual situacin de crisis respecto de la lectura escolar hunde sus races en este ltimo perodo, a lo que se ha sumado la prdida de eficacia de la pgina impresa frente a la irrupcin de la pantalla como soporte de texto en un marco creciente de distribucin desigual de los bienes culturales.

    Metodologa Los ltimos aos han sealado un renovado y marcado inters por el tema de la lectura. Existe ya una interesante masa crtica que permite hablar de la existencia de un espacio de encuentro de diversos abordajes como la nueva historia intelectual y de la cultura, la lingstica, la filosofa y la nueva paleografa entre otros.

    Desde la historia de la educacin, podemos ubicar tres abordajes para el anlisis de la lectura escolar:

    1) Los primeros trabajos realizados por la historiografa tradicional en la recopilacin y catalogacin de textos escolares, entre los cuales mencionamos por

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    ahora a Juan Mara Gutirrez y Abel Chaneton, trabajos pioneros en la recuperacin histrica, en los que se han privilegiado los abordajes bibliomtricos de las obras.

    2) Un segundo momento, ms reciente, integrado por trabajos referidos al anlisis de contenido de los libros de texto. En la dcada del 70, stos se orientaron mayormente a anlisis ideolgicos, y buscaban denunciar los mecanismos de reproduccin social escondidos en sus mensajes a partir de identificar los elementos de currculum oculto. En cierta forma, estos trabajos pueden ser considerados impactos educativos del clsico de Ariel Dorfman y Armando Matterlart (1972), Para leer el Pato Donald. El mejor ejemplo de esta lnea es la compilacin de Gregorio Bini (1977), Los libros de texto en Amrica Latina.

    Hacia la dcada de los 80, la teora de la ideologa dej paso a la teora crtica de los contenidos, y desde sta se realizaron los nuevos anlisis de contenido de los libros de texto. Esta produccin se caracteriza por la unidad del objeto de estudio (manuales escolares y su relacin con el currculum y la enseanza de historia e instruccin cvica). Creemos no equivocarnos al sealar que su mejor ejemplo se encuentra ligado, en buena medida, a los intercambios entre el Instituto Georg-Eckert para la investigacin de libros de texto de la Repblica Federal Alemana y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), rea Educacin, a comienzos de los 90. La cooperacin entre ambas instituciones estimul la produccin nacional, parte de la cual se registra en Rieckenberg (1991).

    3) Finalmente, un tercer momento comienza a desarrollarse a partir de la convocatoria latinoamericana de Gabriela Ossenbach, en octubre de 1996, al Primer Seminario de Manuales Escolares en Amrica Latina, realizado en Madrid en la Universidad Nacional de Educacin a Distancia, que luego fue continuado en diversos encuentros internacionales. En ellos, varios equipos de universidades argentinas y latinoamericanas han adherido al Proyecto MANES (Manuales Escolares), dirigido por Manuel de Puelles Bentez y Alejandro Tiana Ferrer, con sede en el Departamento de Historia de la Educacin de la UNED, y a travs del mismo con la Banca Emmanuelle, bajo la direccin de Alain Chopin, con sede en el Service Dhistoire de Lducation del INRP (Institut National de Recherche Pdagogique), en Francia. Es objetivo de este proyecto de investigacin sumar al mismo a la Facultad de Filosofa y Letras de la UBA.

    Desde nuestra perspectiva nos interesa aunar el aporte de las tres posiciones para nuestro trabajo, ubicndonos en la tercera. Por un lado, nos importa rescatar el afn bibliomtrico y de anlisis de los soportes materiales de lo escrito, condicin sine qua non para reconstruir las escenas concretas y de la segunda, el hincapi por el anlisis de contenido de dichos libros. A su vez, los llamados de Chartier (1994) a tener en cuenta el texto, el impreso y la lectura para la construccin de la historia de la lectura nos parecen dignos de atencin en este punto. Es necesario considerar el contenido de los libros de textos la segunda lnea presentada, esto es, las cosmovisiones, los temas presentados y prohibidos, las formas de presentarlos, las marcas ideolgicas, etc., el impreso la primera lnea, esto es, los soportes materiales, las ilustraciones, las tiradas y ediciones, los precios, etc y, finalmente, las prcticas concretas, lo que hemos denominado las escenas de lectura.

    A tal fin se utilizan las siguientes fuentes:

    Libros de texto editados en el perodo estudiado.

    Documentos oficiales (currculos y programas, resoluciones, etc.).

    Textos pedaggicos y didcticos (incluyendo libros y revistas).

    Entrevistas a informantes clave (autores de libros, docentes, alumnos, etc.).

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    Otros (fuentes literarias, periodsticas, etc.).

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    Bibliografa Bini, G. (comp.) (1977): Los libros de texto en Amrica Latina. Mxico, Nueva Imagen.

    Braslavsky, B.P. (1962): La querella de los mtodos en la enseanza de la lectura. Sus fundamentos psicolgicos y la renovacin actual. Buenos Aires, Kapelusz.

    Braslavsky, C. y N. Krawczyk (1988): La escuela pblica. Buenos Aires, Mio y Dvila.

    Caruso, M. y G. Fairstein (1997): Las puertas del cielo. Hiptesis acerca de la recepcin de la psicognesis y el constructivismo de raz piagetiana en el campo pedaggico argentino (1950-1981) . En: Puiggrs, A.: Dictaduras y utopas en la historia reciente de la educacin argentina (1955-1983). Buenos Aires, Galerna. (Tomo 8 de Historia de la educacin en la Argentina.)

    Cavallo, G. y R. Chartier (ed.) (1997): Historia de la lectura en el mundo occidental. Madrid, Taurus.

    Chaneton, A. (1939): La instruccin primaria durante la dominacin espaola en el territorio que forma actualmente la Repblica Argentina. Buenos Aires. Consejo Nacional de Educacin.

    Chartier, A.-M. y J. Hebrard (1994): Discursos sobre la lectura 1880/1980. Barcelona, Gedisa.

    Chartier, R. (1993): Libros, lecturas y lectores en la Edad Moderna. Madrid, Alianza.

    (1994): El orden de los libros. Lectores, autores, bibliotecas en Europa entre los siglos XIV y XVIII. Barcelona, Gedisa.

    (1995): El mundo como representacin. Historia cultural: entre prctica y representacin. Barcelona, Gedisa.

    Cucuzza, H. (dir.) y P. Pineau (coord.) (2002): Para una historia de la enseanza de la lectura y la escritura en la Argentina. Del Catecismo Colonial a La Razn de mi Vida. Buenos Aires, Mio y Dvila.

    Dorfman, A. y A. Mattelart (1972): Para leer el Pato Donald. Buenos Aires, S. XXI.

    Ferreiro, E. y A. Teberosky (1989): Los sistemas de escritura en el desarrollo del nio. Mxico, FCE.

    Gutirrez, J. M. (1915): Noticias histricas sobre el origen y desarrollo de la enseanza pblica superior en Buenos Aires. Buenos Aires, J. M. Cantilo.

    Gutirrez, L. y J.L. Romero (1995): Sectores populares, cultura y poltica. Buenos Aires en la entreguerra. Buenos Aires, Sudamericana.

    Invernizzi, H. y J. Gociol (2002): Un golpe a los libros. Represin a la cultura durante la ltima dictadura militar. Buenos Aires, EUDEBA.

    Johnsen, E. (1996): Libros de texto en el calidoscopio. Estudio crtico de la literatura y la investigacin sobre los textos escolares. Barcelona, Pomares-Corredor.

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    Pineau, P. y otros (2006): El principio del fin. Polticas y memorias de la educacin de la ltima dictadura militar. Buenos Aires, Colihue.

    Puiggrs, A. (dir.) (1997): Dictaduras y utopas en la historia reciente de la educacin argentina (1955-1983). Buenos Aires, Galerna. (Tomo 8 de Historia de la educacin en la Argentina.)

    Mario, M. (1999): Los jvenes y el pasado de los argentinos: conciencia histrica y futuros imaginados . En Puiggrs, A. (dir.): En los lmites de la educacin. Nios y jvenes del fin de siglo. Rosario, Homo Sapiens.

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    Riekenberg, M. (comp.) (1991): Latinoamrica: Enseanza de la historia, libros de textos y conciencia histrica. Buenos Aires, FLACSO-Georg Eckert Institut-Alianza.

    Tedesco, J. C., C. Braslavsky y R. Carciofi (1985): El proyecto educativo autoritario (1976-1982). Buenos Aires, Gel.

    Vzquez, J. (comp.) (1988): Historia de la lectura en Mxico. Mxico, Ediciones del Ermitao.

    Viao Frago, A. (1999): Leer y escribir. Historia de dos prcticas culturales. Mxico, Fundacin Educacin.