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Educacin para la Ciudadana y Derechos Humanos ~

clusin de zonas de inmunidad en lo que a la aplicacin de la ley y al respeto a! Derecho se refiere, en la actuacin de la Administracin. Implica que la Administracin debe actuar siempre de acuerdo con la previa habilitacin derivada de una ley preexistente, y en el marco de la misma, como exigencia de la seguridad jurdica. Recordemos que ya en el Ttulo Preliminar de la Constitucin se incluye una proclamacin general del principio de legalidad, cuando el artculo 9.3 establece: La Constitucin garantiza el principio de legalidad, la jerarqua normativa, la publicidad de las nrmasela irretroactividad de las disposiciones sancionadoras no favorables o restrictivas de derechos individuales, la seguridad jurdica, la responsabilidad y la interdiccin de la arbitrariedad de los poderes pblicos. Ms adelante, en el artculo 1 0 3 . 1 , se seala: La Administracin Pblica sirve con objetividad los intereses generales y acta de acuerdo con los principios de eficacia, jerarqua, descentralizacin, desconcentracin y coordinacin, con sometimiento pleno a la ley y al Derecho.

El reconocimiento y la garanta de derechos fundamentales constituyen el rasgo de identidad del Estado de Derecho. El Derecho del Estado de Derecho es un derecho cualificado por su contenido, un Derecho en el que no cabe cualquier solucin o regulacin. Debe ser un derecho respetuoso con los derechos fundamentales (Ttulo Primero de la Constitucin) y con los valores que estn tras ellos (artculo 1 de la Constitucin). Es este rasgo el que nos va a permitir en definitiva ofrecer una respuesta a la tercera de las preguntas que se pueden formular en relacin con un sistema poltico y jurdico: quin manda, cmo se manda y qu se manda. En el marco del Estado de Derecho manda el pueblo a travs de su representantes (quin), en el marco de lo establecido por el Derecho, por las reglas del juego, que han de ser respetadas (cmo), y respetando los derechos fundamentales (qu). Cabe aadir que el ordenamiento jurdico de un Estado de De^ recho, existen otras dimensiones y mecanismos, a los que podemos considerar como principios de organizacin del poder, y que contribuyen de manera definitiva a la hora de someter el ejercicio clel poder a lmites. Los principios de organizacin del poder no pueden ser considerados derechos fundamentales, pero coinciden con stos en sus dimensiones limitativas del poder. Por ejemplo, las garantas jurdicas

y las Instituciones

a

las que se refiere el artculo 9.3, ya citado, los principios de efica-

cia, jerarqua, descentralizacin, desconcentracin y coordinacin, a [os que se debe someter la Administracin en su actuacin, de acuerdo con lo establecido en el artculo 1 0 3 . 1 , los principios de independencia, inamovilidad y responsabilidad que se predican de los jueces de la actuacin de jueces y magistrados (artculo 117.1), o la publicidad de las actuaciones judiciales (artculo 120.1), La compleja articulacin de los anteriores elementos nos permite hablar de modelos de Estado de Derecho, que son el resultado de la evolucin histrica y cuya respectiva relacin debe entenderse en trminos de complementariedad y no de contradiccin o negacin. Si bien el modelo liberal de Estado de Derecho, vinculado al xito de lasrevoluciones liberales burguesas de finales del siglo XVIII, propugna la existencia de un Estado abstencionista, encaminado a garantizar los derechos autonoma, el Estado social de Derecho propugnar una intervencin de los poderes pblicos, que se considera imprescindible a la hora de generalizar las exigencias de la igualdad a travs del reconocimientojJe

los derechos econmicos, sociales y culturales. En todo

caso, los diferentes modelos adquieren sentido en un proceso histrico de evolucin y progreso en las defensa y garanta de las libertades; proceso encaminado a la consecucin y realizacin de un Estado democrtico de Derecho en el que, de acuerdo con el artculo 9.2, se pueda afirmar la que la libertad y la igualdad de los individuos y de los grupos en los que se integran son reales y efectivas, y en el que se faciliten las dimensiones participativas de la ciudadana.

1.3.1.3.1.

La Constitucin y el Estado constitucionalLa Constitucin como lmite al poder

En nuestros das, el Estado de Derecho se articula en forma de Estado constitucional. En efecto, la presencia en el ordenamiento jurdico de una norma tan especfica como la Constitucin, tanto en lo que se refiere a los aspectos formales como a los materiales tiene consecuencias importantes que afectan a la configuracin del ordenamiento jurdico y a la articulacin del modelo de organizacin poltica.

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De la misma manera que no todo Estado con Derecho es un Estado de Derecho, tambin podemos afirmar que no todo Estado con Constitucin es un Estado constitucional. En efecto, la Constitucin del Estado constitucional presenta una caracterizacin y desempea unas funciones especficas que han de entenderse como resultado de una evolucin histrica y que la distinguen del resto de normas del sistema. Desde este punto de vista, la Constitucin del Estado constitucional es algo ms que la norma superior del sistema jurdico. En todo sistema jurdico hay referencias normativas ltimas internas al sistema, pero no todo ordenamiento posee una Constitucin de acuerdo con el significado que el trmino tiene en el Estado de Derecho y el Estado constitucional. Un buen ejemplo de lo que se est diciendo es el constituido por las leyes fundamentales dictadas durante la dictadura del general Franco: aquellas normas 14 constituan la cspide de la pirmide normativa en el ordenamiento jurdico espaol durante ese tiempo, si bien no tena naturaleza constitucional, de acuerdo con los criterios del constitucionalismo contemporneo para el que la Constitucin desarrolla una imprescindible funcin limitativa del Poder derivada de la necesidad de garantizar derechos y libertades. El sentido ltimo de la Constitucin es el de establecer criterios bsicos de un modelo jurdico-poltico encaminado a garantizar las exigencias de ja dignidad humana y de los derechos y libertades que derivan de ella. El significado contemporneo de la idea de Constitucin es el resultado de un proceso a lo largo del cual se afirma la necesidad de limitar al poder poltico, de racionalizar su voluntarismo, de organizar la convivencia social, la estructura de las instituciones, separacin de poderes principalmente, y de positivizar los derechos naturales de los individuos 15 . Por tanto, la idea de Constitucin adquiere sentido en el marco de un proceso histrico de limitacin del poder, que culmina14

Fuero del T r a b a j o ( 1 9 3 8 ) , Ley Constitutiva de las Cortes ( 1 9 4 2 ) , Fuero de

los Espaoles ( 1 9 4 5 ) , Ley.de Referndum Nacional ( 1 9 4 5 ) , Ley de Sucesin en la J e fatura del Estado ( 1 9 4 7 ) , Ley de Principios del Movimiento Nacional! 1 9 5 S ) , Ley orgnica del Estado ( 1 9 6 7 ) . " G. Peces-Barba, La Constitucin en la cultura poltica y jurdica moderna, en G. Peces-Barba, M. A. R a m i r o Aviles (eds.), La Constitucin a examen. Un

estudio

cadc/nico 15 aos despus, Marcial Pons, Madrid, 2004, pg. 21.

y

las

instituciones

cuando se consolidan, a lo largo de los siglos XIX y XX, las Constituciones directamente aplicables, vinculantes y plenamente obligatorias desde el punto de vista jurdico 1 6 . En este proceso, podemos identificar dos grandes tradiciones o modelos. Por una parte, el modelo norteamericano, con la Constitucin de 1787, y por otra el modelo francs en torno a las Constituciones revolucionarias de 1 7 9 1 , 1 7 9 3 y 1795. El contraste entre ambos modelos sirve para subrayar las dos dimensiones de la Constitucin: su carcter jurdico y su carcter poltico. En el primer caso, la Constitucin es la norma bsica del sistema jurdico con una pretensin de regular no slo el funcionamiento de los poderes pblicos, sino que tambin tiene vocacin de eficacia respecto a la actuacin de los ciudadanos; en el segundo caso, la Constitucin tiene la funcin primordial de organizar los poderes del Estado y las instituciones, sus relaciones, competencias y limitaciones 17 . En definitiva, el concepto moderno de Constitucin es el resultado de un proceso evolutivo, largo en siglos, en el que se produce una progresiva juridificacin de la misma, entendida como ordenamiento genera! de las relaciones sociales y polticas 18 . Los rasgos que caracterizan a la Constitucin en el marco del constitucionalismo contemporneo son 19 : 1) la Constitucin presenta un evidente carcter normativo. No estamos frente a un documento meramente programtico, o a una declaracin de principios o de buenas intenciones. Por el contrario, estamos frente a una norma jurdica que comparte fuerza vinculante con el resto de elementos normativos del sistema jurdico;" E. Garca de Enterra, La Constitucin como norma y el Tribunal Constitucional, Cvicas, Madrid, 1 9 8 2 .17

Sobre estos dos modelos R. Blanco Valds, El valor de la Constitucin, Alian-

za Editorial, Madrid, 1 9 9 4 .18

M. Fioravanti, Constitucin. De la Antigedad a nuestros das, trad. de M.

Martnez N e i r a . T r o r t a , M a d r i d , 2 0 0 1 . Tambin G. Peces-Barba, La Constitucin en la cultura poltica y jurdica m o d e r n a , cit. " L. Prieto Sanchs, Sobre el neoconstitucionalisino y sus implicaciones,

eu ID., Justicia constitucional y derechos fundamentales, Trotta, Madrid, 2003,Pgs. 1 1 6 - 1 1 7 .

caucaaon jara ta ^uiaaaania y Derechos Humanos

2)

ta Constitucin ocupa una posicin privilegiada en el sistema de fuentes. En efecto, a ella le corresponde la superioridad jerrquica respecto al resto de normas del sistema; superioridad de la que derivan consecuencias respecto a los criterios de validez a satisfacer por los elementos del sistema desde el momento en que esos criterios se refieren en ltima instancia a lo establecido en la Constitucin, y consecuencias en relacin a los criterios, tambin ltimos, de interpretacin;

3)

la Constitucin es una norma directamente aplicable, cuya fuerza vinculante no depende de la ulterior intervencin de una autoridad cuyas decisiones puedan tener efectos nor^ m a ti vos;

4) 5)

junto a lo anterior, la Constitucin est protegida por diversos mecanismos de garanta judicial; el contenido de la Constitucin se caracteriza por la inclusin de principios, valores o derechos, que vinculan tanto en las relaciones entre los poderes pblicos y los individuos (caracterizadas por la verticalidad), como en las relaciones respectivas entre los individuos (en un plano horizontal). Esos principios, valores o derechos son en.realidad expresin de determinadas afirmaciones morales, que son por tanto asumidas por el ordenamiento. Son las dimensiones juridificadas de la tica pblica;

)

las Constituciones suelen estar protegidas mediante clusulas ms o menos estrictas de rigidez constitucional, que condicionan los comportamientos de las mayoras a la hora de emprender una reforma constitucional y que contribuyen a diferenciar a la Constitucin del resto de normas del sistema.

Posiblemente, si tuviramos que resumir todos los elementos en uno, ste sera el constituido por la necesidad y la voluntad de limitar al poder. Dicha necesidad es al mismo tiempo una necesidad histrica y una exigencia moral. Desde el punto de vista histrico, la progresiva limitacin del poder es un requisito del desarrollo de las estructuras liberales sobre-las que se constituye el Estado moderno. Y desde el punto de vista moral, podemos sealar que la limitacin

y u jriuiitLiwtes

el poder es' una exigencia de la afirmacin y del reconocimiento de ]os derechos y libertades del individuo. Tomarse en serio los derechos humanos, sus exigencias morales polticas y jurdicas, implica poner en marcha mecanismos limitativos del poder. La Constitucin se presenta, pues, como un magnfico instrumento limitativo del poder. En este sentido, disponemos de un enunciado~qenreSume magnficamente el sentido histrico del concepto de Constitucin. Nos estamos refiriendo al artculo 16 de la Declaracin de Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1 7 8 9 : Toda sociedad en la que la garanta de los derechos no est asegurada ni la separacin de poderes determinada carece de constitucin. Posiblemente, es difcil encontrar una sntesis ms acertada del significado de la idea de Constitucin. El reconocimiento de derechos y la puesta en marcha de un sistema de separacin de poderes son requisitos esenciales que han de ser satisfechos para poder afirmar que estamos frente a una Constitucin. Desde este punto de vista, una norma que se proclame como Constitucin, pero que no incluya en su contenido al menos esos dos elementos no puede ser considerada como una autntica Constitucin, en el sentido del constitucionalismo contemporneo, entendido como el conjunto de doctrinas que a partir de la mitad del sigloXVIII

han

valorado de diferentes maneras el trmino-concepto de constitucin con el fin de facilitar y lograr la consecucin de dos operaciones decisivas: la proyeccin de una forma de gobierno inspirada en el principio de la reduccin y de la contencin de la dimensin del arbitrio poltico y la correlativa e inescindible afirmacin histrica de los derechos individuales y de sus formas de garanta 20 . Garanta de los derechos y separacin de poderes tienen en comn el hecho de constituir estrategias limitativas a las que someter el poder. Como vemos, la comprensin del significado de la Constitucin en el marco del sistema jurdico no puede captarse si no se tiene bien presente su carcter limitativo del poder. Conviene aclarar en este punto que el poder que se limita no es slo el del Estado. La Constitucin limita y vincula a todos; desempea una funcin limitadora de otros2U

M. Fioravanti, II principio di eguaglianza nella storia del constituzionalis-

mo moderno, en ID., Le scienze del diritto pubblico. Dottrine dello Stato e della Costituzione tra otto e novecento, II, Giuffr, Miln, 2 0 0 1 , pg. 7 9 7 .

2

y

Derechos

Huiiianos

poderes distintos a los del Estado. A partir del principio general de acuerdo con el cual todos estn sometidos a la Constitucin y al resto de! ordenamiento, se debe ser consciente de que, en realidad, el mandato constitucional desarrolla su vigencia a lo largo y ancho de todas las relaciones sociales. Uno de los objetivos del Derecho es limitar tambin los poderes diferentes al Estado, que bien pueden ser ejercidos por individuos o por instituciones, corporaciones, empresas, confesiones religiosas. En definitiva, lo que se est afirmando es que no debe existir instancia alguna de Poder que escape al imperio de la ley, Por tanto, el poder que se limita no es slo el del Estad,o sino cualquier otro que pueda atentar contra los objetivos constitucionales. Pinsese por ejemplo en la limitacin del uso de la informtica a la que se alude en el artculo 18.4; en la obligacin de respeto a los principios constitucionales a la hora de reconocer la libertad de creacin de centros docentes (artculo 2 7 . 6 ) ; en la exigencia de que el funcionamiento y la estructura interna de los colegios profesionales sea democrtico (artculo 36), exigencia que el artculo 52 extiende a las organizaciones profesionales que defienden los intereses que les son propios. Se demuestra as que tambin se limitan poderes que no son slo el del Estado. Estamos ante una ampliacin del concepto de poder desde el momento en que ello es necesario para proteger determinadas parcelas del individuo. De lo que se trata es de llevar a cabo esta proteccin, y, por tanto, lo que se intenta neutralizar son todas las instancias potencialmente agresivas respecto al sujeto. En este sentido, el garantismo predicable de la Constitucin no slo acta frente al Estado. La Constitucin presenta mecanismos limitativos en cuanto a la produccin del Derecho y en cuanto al contenido del Derecho. En lo que a la produccin del Derecho se refiere, hay que tener presente un principio bsico que debe ser tenido en cuenta no slo a la hora de entender la arquitectura poltica del Estado, sino tambin el origen ltimo de las funciones jurdicas que se ejercen en el marco de ste. Estamos pensando en el artculo 1.2, que establece que la soberana nacional reside en el pueblo espaol, del que emanan los poderes del Estado-. Esta es la referencia inexcusable a la hora de justificar e interpretar en clave democrtica los mecanismos de produccin normativa previstos en la Constitucin, y que incluyen tambin los referidos en la propia Constitucin a su reforma.

y las Instituciones

Lo referido a la produccin del Derecho no afecta slo al Poder Legislativo. Tanto el Poder Judicial como la Administracin tienen una importante funcin a la hora de producir normas. La Constitucin tambin establece criterios que limitan y condicionan la accin normativa de estos dos poderes. En relacin con el Poder Judicial, el i artculo 117.1 establece que la justicia emana del pueblo y se adI ministra en nombre del Rey por Jueces y Magistrados integrantes del I Poder Judicial, independientes, inamovibles, responsables y sometidos f nicamente al imperio de la ley. Por su parte, el artculo 103 seaf la que la Administracin Pblica sirve con objetividad los intereses f. generales y acta de acuerdo con los principios de eficacia, jerarqua, descentralizacin, desconcentracin y coordinacin, con sometimiento pleno a la ley y al Derecho. La produccin normativa se encuentra limitada desde un punto || ;de vista general por los principios establecidos en el artculo 9.3, ya j citado. Estamos, en realidad, y en trminos generales, ante esa di mensin limitadora del poder por parte del Derecho que podramos i | considerar propia de la idea moderna de Derecho. En efecto, los principios all aludidos parecen de obligada materializacin en un ordenamiento jurdico que, ms all de la valoracin que merezca el con f t e n i d o concreto de sus normas, pretenda conducir de manera eficaz las conductas de sus destinatarios. El artculo 53, por su parte, contribuye a configurar el esquema constitucional de produccin normativa cuando el objeto de esta ; produccin est constituido por el contenido del Ttulo Primero, el f referido a los derechos y deberes fundamentales. En realidad, en su punto primero se establece una obligacin (la referida al respeto del | contenido esencial en la regulacin legal del ejercicio de los derechos \ del captulo segundo del Ttulo Primero) que tiene una amplia caK pacidad limitadora del ejercicio del poder normativo en relacin con : los derechos. El artculo 5 3 . 1 , al subrayar la vinculacin de los po\ deres pblicos a esos derechos, comienza recordando algo que en - realidad ya ha sido taxativamente establecido, desde un punto de vista general, en el Ttulo Preliminar a travs del artculo 9.1. Por otra parte, el respeto al contenido esencial constituye una relevante exigencia a la hora de proceder al desarrollo normativo-legal de los de ^chos.

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i^ui*t.tii.njri i*utLi i t \_,iucuuiarti

y Derechos

Humanos

Cabe aadir tambin que la produccin normativa en lo que se refiere a los derechos del Captulo Segundo del Ttulo Primero deben desarrollarse de acuerdo con lo establecido en el artculo 81 (reserva de Ley orgnica). En relacin con esos derechos, recurdes que est prohibida la delegacin normativa por parte de las Cortes Generales a favor del Gobierno (artculo 82), de la misma manera que el contenido del Ttulo Primero se excluye de la posibilidad de ser regulado mediante decreto ley (artculo 86). Tambin dentro del Ttulo Tercero, el artculo 94.'l.a exige que el consentimiento del Estado para obligarse por medio de tratados o convenios requiere previa autorizacin de las Cortes Generales cuando aqullos afecten a los derechos y deberes fundamentales establecidos en el Ttulo Primero. Adems, la limitacin del poder referida a la produccin normativa incluye lo que atae a la reforma constitucional. Recurdese, en este sentido, que el Captulo Segundo, seccin primera del Ttulo Primero est protegido mediante la previsin de! procedimiento agravado de reforma del artculo 168. Tambin en relacin con las limitaciones que afectan al contenido del Derecho procede efectuar una consideracin general y previa. En realidad, las limitaciones constitucionales en cuanto al contenido de las normas derivan de todas y cada una de las partes y de los artculos de la Constitucin. Ello, entre otras cosas, es una de las consecuencias de la vigencia del principio de jerarqua normativa. Me centrar, no obstante, en aquellos contenidos que vinculan de manera ms especfica al modelo constitucional con los esquemas del Estado de Derecho. Con anterioridad se ha sealado que la singularidad del Estado de Derecho radica precisamente en el reconocimiento, proteccin y garanta de derechos fundamentales. En realidad estamos frente a un caso especfico de inclusin en el ordenamiento de ciertos contenidos morales. Lo especfico en este caso es que en el Estado de Derecho esos contenidos son unos y no otros, es decir, estn vinculados directamente con los derechos. A partir de ah, esos contenidos, incluidos en normas iusfundamentales, ejercen una funcin principal como es la de constituir criterios de identificacin normativa desde el punto de vista material. Dicha funcin es ejercida no por la intrnseca bondad moral de lo establecido en las normas iusfundamentales, sino por su r-ango constitucional. Es precisamente la naturaleza constitucional de las normas d>' derechos fundamentales la dimensin que, des-

El Derecho y las Instituciones

de la perspectiva tcnico-jurdica, permite, en lo que nos interesa en este momento, vincular, desde el punto de vista limitativo, la potestad normativa de los rganos, del Estado. En realidad, y desde un planteamiento ms amplio, de todo el texto constitucional podemos extraer dimensiones limitadoras a este respecto. Podemos encontrar al respecto clusulas constitucionales que no tienen una vinculacin conceptual con el Estado de Derecho como estrategia limitadora del poder y que, sin embargo, en nuestro sistema constitucional, limitan de manera importante el contenido de las normas dictadas por el Poder Legislativo; pinsese, por ejemplo, en el.reparto de competencias establecido en los artculos 1 4 8 y 1 4 9 del texto constitucional. Pues bien, se puede afirmar que el Ttulo Primero, referido a los derechos y deberes fundamentales, representa el aspecto ms importante del punto de vista interno al que se ha aludido anteriormente* Constituye la propuesta constitucional ms exigente en cuanto a la vinculacin material de las decisiones del poder poltico. No obstante, la dimensin limitativa que el Ttulo Primero est llamado a desarrollar frente al poder debe entenderse a la luz de los valores superiores del artculo 1, otro de los grandes referentesde la propuesta material (moral) que asume la Constitucin. Esa propuesta moral, que en realidad es manifestacin del punto de vista sobre la justicia que asame nuestro ordenamiento, tiene, en mi opinin, tres referencias bsicas, los valores superiores del artculo 1, la reivindicacin de la dignidad de la persona y del libre desarrollo de la personalidad del artculo 10.2, y los derechos y libertades recogidos a lo largo del Ttulo Primero. A la luz de estas regulaciones, podemos reconocer que la capacidad limitadora del poder de la que dispone nuestro t e x t o constitucional es de largo alcance y est referida a un amplio espectro de conductas y comportamientos porque, si se observa, en el Ttulo Primero se incluyen alusiones a un gran nmero de dimensiones de la vida humana a travs de las referencias de los diversos derechos. Son aquellas facetas de la existencia humana cuya proteccin y garanta, de una u otra manera, se considera bsica para el libre desarrollo de la personalidad. Pero, adems, es de largo alcance, en el sentido de que sus exigencias, las de los derechos del Ttulo Primero, son, desde el punto de vista moral, muy profundas. Desde ese punto

^ U . I t U H U . .

...

y Derechos

Humanos

de visca se puede comprender lo que se quiere decir cuando se seala que la democracia es el modelo poltico ms exigente. En efecto, la dificultad de la democracia viene determinada entre otras cosas por el calado de sus compromisos con una y no cualquier determinada concepcin moral, que es vinculada al valor de la dignidad humana y a los derechos que de ella derivan. A partir de lo anterior, todo el contenido del Ttulo Primero tiene la funcin de crear las condiciones objetivas y subjetivas (el individuo autnticamente libre es aquel que, en el marco de condiciones objetivas de libertad, se siente libre) en las que se puedan materializar las exigencias de la dignidad humana, Y para eso, aqu tambin las norinas iusfundamentales se nos presentan como estrategias limitadoras respecto al poder. Los derechos fundamentales actan como autnticos lmites frente al poder, renovando as un elemento importante de la tradicin del mejor iusnaturalismo racionalista 21 . Por ltimo, las previsiones constitucionales en relacin con los derechos no reducen su mbito a la faceta sustancial de la dimensin limitadora a la que estamos aludiendo. Por el contrario, contribuyen a articular tambin la dimensin limitadora formal, que incluye lo referido a la produccin de normas, ya aludida. Aqu nos encontramos con que la acrividad normativa de los tres poderes del Estado est condicionada por el ejercicio de derechos por parte de los ciudadanos. Podemos aludir a algunos ejemplos. El derecho de participacin recogido en el artculo 2 3 , que afecta al Poder Legislativo; la audiencia de los ciudadanos en el procedimiento de elaboracin de las disposiciones administrativas que les afecten (artculo 105.a.); y la participacin en la Administracin de justicia a travs del jurado (artculo 125).

1.3.2.

Caracterizacin formal y material de la Constitucin

Como hemos sealado anteriormente, la Constitucin es la norma suprema del ordenamiento. Ocupa la posicin ms elevada en la jerarqua de las fuentes del Derecho. Podemos hablar en este sentido21

R. ile Ass Roig, Las paradojas de los derechos fundamentales como miles

al Poder, Dylcnsoii, Madrid, 2 0 0 0 .

El Derecho y las Instituciones

de la supremaca normativa de la Constitucin. Pero a la hora de proceder a una caracterizacin bsica de la Constitucin debemos ir ms all y hacer referencia a sus dimensiones formales y sustanciales.