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Revista de Estudos da Religião março / 2007 / pp. 83-117 ISSN 1677-1222 Las Ciencias en la Teología Lucio Florio * [florio way.com.ar] Resumen El diálogo entre ciencia y religión genera un creciente interés en los ámbitos académicos. La cuestión es presentada bajo el tópico ciencia y religión más que como ciencia y Teología, quizás por la necesidad de los científicos por dialogar con el fenómeno de las religiones y no con sus formas intelectualizadas. El presente artículo enfocará la cuestión desde la Teología, particularmente la cristiana. Ésta ha sido históricamente caracterizada como una aplicación de la racionalidad humana sobre el dato objetivo de la revelación divina que ha sido asumida en la actitud individual y colectiva de la fe. El trabajo reflexiona sobre las consecuencias para la Teología de su diálogo con las ciencias, tomando como referencia dos momentos de la historia de la Teología: En primer lugar, cuando se planteó por primera vez la cuestión del carácter científico de la Teología. Esto sucedió en el siglo XIII cuando se originaron las universidades y cuando se produjo el ingreso de las obras de Aristóteles en el Occidente medieval. Sto. Tomás de Aquino, por ejemplo, comienza su Summa Theologiae interrogándose sobre si la “Sacra Doctrina es ciencia”, tomando como paradigma la epistéme aristotélica. El segundo momento se da en el siglo XVI cuando algunos teólogos católicos elaboraron la primera obra de criteriología de las fuentes teológicas con el tratado de los Lugares Teológicos. El artículo se propone pensar la actual cuestión del influjo de las ciencias en el quehacer teológico, considerando obviamente el concepto de ciencia contemporáneo. Además, busca formular la necesidad de una introducción crítica del discurso científico dentro de la Teología. Palabras clave: Revelación, Teología, Ciencia, Ciencias humanas y naturales, Lugar teológico, Teología como ciencia Abstract The dialogue between Science and Religion generates a growing interest in the academic milieu. This topic is generally presented as Science and Religion rather than Science and Theology. The reason for this can be the need of scientists to engage with the phenomena * Dr. Lucio Florio, La Plata, Argentina. www.pucsp.br/rever/rv1_2007/p_florio.pdf 83

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    Las Ciencias en la TeologaLucio Florio* [florio way.com.ar]

    ResumenEl dilogo entre ciencia y religin genera un creciente inters en los mbitos acadmicos. Lacuestin es presentada bajo el tpico ciencia y religin ms que como ciencia y Teologa,quizs por la necesidad de los cientficos por dialogar con el fenmeno de las religiones y nocon sus formas intelectualizadas. El presente artculo enfocar la cuestin desde la Teologa,particularmente la cristiana. sta ha sido histricamente caracterizada como una aplicacinde la racionalidad humana sobre el dato objetivo de la revelacin divina que ha sido asumidaen la actitud individual y colectiva de la fe. El trabajo reflexiona sobre las consecuencias parala Teologa de su dilogo con las ciencias, tomando como referencia dos momentos de lahistoria de la Teologa: En primer lugar, cuando se plante por primera vez la cuestin delcarcter cientfico de la Teologa. Esto sucedi en el siglo XIII cuando se originaron lasuniversidades y cuando se produjo el ingreso de las obras de Aristteles en el Occidentemedieval. Sto. Toms de Aquino, por ejemplo, comienza su Summa Theologiaeinterrogndose sobre si la Sacra Doctrina es ciencia, tomando como paradigma laepistme aristotlica. El segundo momento se da en el siglo XVI cuando algunos telogoscatlicos elaboraron la primera obra de criteriologa de las fuentes teolgicas con el tratadode los Lugares Teolgicos. El artculo se propone pensar la actual cuestin del influjo de lasciencias en el quehacer teolgico, considerando obviamente el concepto de cienciacontemporneo. Adems, busca formular la necesidad de una introduccin crtica deldiscurso cientfico dentro de la Teologa.Palabras clave: Revelacin, Teologa, Ciencia, Ciencias humanas y naturales, Lugarteolgico, Teologa como ciencia

    AbstractThe dialogue between Science and Religion generates a growing interest in the academicmilieu. This topic is generally presented as Science and Religion rather than Science andTheology. The reason for this can be the need of scientists to engage with the phenomena

    * Dr. Lucio Florio, La Plata, Argentina.

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    and not with the intellectual version of these. This article focuses the topic from the point ofview of the Theology, particularly from the Christian one. It has been understood as anapplication of the human rationality on the objective data of the divine revelation that hasbeen accepted in the individualistic and collective attitude of faith. This paper reflects aboutthe consequences theology suffers from the dialogue with the sciences, taking into accounttwo moments of the history of Theology: The first moment is when the scientific dimension ofTheology was considered for the first time. This happened in the XIII Century, when theuniversities were created and the works of Aristotle came to West. St. Thomas Aquinas, forinstance, begins his Summa Theologiae with the question whether Sacra Doctrina is ascience, taking the Aristotelian epistme as a paradigm. The second moment was in the XVICentury, when some Roman Catholic theologians elaborated the first work about the criteriaof the sources of Theology, i.e., the theological loci (places). The article propounds to thinkthe present influence of the sciences on theology from those two classical topics, butobviously considering the novelty in the conception of the sciences of our time. Moreover, itpurports to formulate the necessity of a critical introduction of the scientific discourse intoTheology.Keywords: Revelation, Theology, Science, Human and Natural Sciences, Theological locus,Theology as a Science

    1. Ciencia y Religin

    1.1. SituacinLa aparicin de instituciones dedicadas a la cuestin del dilogo entre ciencia y religin esuna novedad importante en el escenario acadmico y cultural mundial.1 A partir de lasmismas, una numerosa cantidad de iniciativas de investigacin y de difusin estn siendo

    1 Algunas de ellas: Metanexus Institute, con sede en Philadelphia (EEUU), y que tiene una red de sociedadeslocales en todo el mundo; la European Society for the Study of the Sciences and Theology (ESSSAT); Centerfor Theology and Natural Sciences (CTNS), de Berkeley (EEUU); etc. En los mbitos hispanoamericanos ylatinoamericanos hay centros en universidades, tales como: Ctedra Ciencia, Tecnologa y Religin de laUniversidad de Comillas; el Centro de Estudios de Ciencia y Religin (CECIR) en la Universidad PopularAutnoma del Estado de Puebla, Mxico; el Programa de Estudos de Pos-Graduados em Cincias daReligio de la Pontficia Universidade Catlica de So Paulo; Instituto de Integracin del Saber de laUniversidad Catlica Argentina, la Fundacin Dilogo entre Ciencia y Religin (DECYR), La Plata, Argentina;etc.

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    realizadas en muchos pases, permitiendo revertir el prejuicio instalado durante la edadmoderna del antagonismo entre ciencia y religin o bien de la superacin de la segunda porparte de la primera. Las publicaciones2, congresos, talleres y conferencias con temticas deciencia y religin son variados y numerosos.Sin embargo, todava subsisten muchas resistencias hacia lo religioso dentro del mundocientfico. Algunas de ellas responden a paradigmas pasados de moda, o a las crticas a loserrores histricos de las iglesias en relacin con los avances cientficos. Como ejemplo, elpaleontlogo francs Michel Brunet, en un reciente libro autobiogrfico, recuerdairnicamente la resistencia del siglo XIX a los datos provenientes de la paleontologa quevenan a contrariar la idea del Occidente cristiano sobre un hombre salido perfecto de lasmanos de Dios hace 6000 aos y a la demora del magisterio catlico por admitir la evolucinbiolgica.3

    Otros, en cambio, reproponen formas nuevas y en parte convincentes, de viejas temticasanti-testas. Tal es el caso del bilogo ingls Richard Dawkins, quien afirma que de existir unDios, debera ser concebido como un sdico que disfruta contemplando deportessangrientos (DAWKINS, 1995: 105), puesto que ha diseado al tigre y a la gacela, alguepardo y al antlope. Hay incluso algunos que sostienen preferir en una actualizacin deBoecio - el consuelo de la ciencia ms que la ilusoria consolacin de la religin. As, porejemplo, Steven Weinberg, autor de Los primeros tres minutos, apoyndose en la leyendaatribuida a San Beda el Venerable cuando puso el ejemplo de un pjaro que en una nochede lluvia y nieve entr por una ventana, cruz el interior del castillo iluminado y clido paravolver a salir hacia la oscuridad y al fro del bosque. Beda seal que as es la vida del

    2 Como ejemplos de bibliografa editada en Latinoamrica: Peters; Bennett (2003); Florio (2004); UrrutiaAlbisua; Blzquez Ortega (2003).

    3 La dcouverte de la valle rhnane percute de plein fouet le rcit de la Gense. Elle fait natre une pensescientifique concurrente de lhistoire imagine pour la cration divine. Il y a 6.000 ans, nous dit lAncienTestament, un Dieu tout-puissant cra en six jours la terre et la mer, alluma le soleil et les toiles, ceslampions du jour et de la nuit, cra enfin les animaux et les fruits de la terre avant de modeler lhomme sonimage. lOccidental chrtien persuad depuis toujours que le premier homme sappelait Adam, lEuropencatholique convaincu de toute ternit que lhomme, tout muscl et parfaitement intelligent, tait sorti desmains de Dieu, lhomme de Neandertal apporte brutalement un dmenti ancien de 100.000 ans. Laffaire estsrieuse. Il faudra attendre 1996 pour que lAcadmie pontificale des sciences reconnaisse notre parentavec le singe, mme si la papaut prend toujours le soin de rappeler que lhomme est ltat le plus complexeet le plus organis de la vie sur la Terre. Aujourdhui, le camp des nocrationnistes, plus connu aux tats-Unissous le nom du mouvement Intelligent Design, rivalise dingniosit pour rduire lvolution unehypothse parmi dautres (BRUNET: 2006, 18-19).

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    hombre, un instante de luz precedido y proseguido por el silencio y la oscuridad, y que haranbien en escuchar a quien pudiera ofrecer un sentido para ese intervalo de lucidez Weinbergacota que el honor de resistir a las consolaciones de la religin por esa otra lucidez de laciencia no est, sin embargo, exenta de satisfacciones (WEINBERG, 1993: 260-61). Inclusoalgunos autores que iniciaron un camino de dilogo entre la ciencia y la religin, como el yalegendario Teilhard de Chardin, son acusados de ambigedad y, en ltima instancia, deadulteracin de los datos de la ciencia.4

    1.2. Fenmeno Religioso, Ciencias de la Religin y TeologaHay que constatar que el tema est encuadrado generalmente bajo la categora de ciencia yreligin. Probablemente, la razn obedezca a que en mbitos acadmicos se prefiere debatircon el fenmeno bsico de lo religioso y no con sus formas ms racionalizadas, tales comolas Teologas. La aparicin de disciplinas abocadas al fenmeno religioso como tal (Cienciasde la Religin, Historia de las Religiones, Religiones Comparadas, Psicologa de la Religin,Sociologa de la Religin, etc.) ha colaborado a focalizar ms analtica y ampliamente elhecho religioso en su multitud de expresiones. En realidad, cuando se plantea el dilogoentre religin y ciencia se apela a una instancia intelectual de lo religioso, sin la cual nohabra posibilidad alguna de comparacin. El encuentro entre el mundo cientfico y loreligioso se realiza a travs de los mbitos reflexivos de dichos campos de conocimientohumano, es decir, la ciencia y la epistemologa, por una parte, y las Ciencias de la Religin yla Teologa, por otra. Al nivel hecho religioso o religiones corresponde el nivel conocimientoingenuo. As como la ciencia se construye como una elaboracin crtica de la experienciasobre el mundo, utilizando una experimentacin controlada y matematizada y un afinadoconjunto de mtodos, as las ciencias de la Religin estudian el hecho religioso en susdiversas manifestaciones culturales, sociales, psicolgicas, histricas - y la Teologaintenta profundizar en el contenido de la experiencia religiosa, considerando que a ellacorresponde una realidad.4 Tal es el caso del libro de S. Jones (JONES, 2001, XXVIII), quien habla de la ambigedad olmpica de

    Teilhard de Chardin:The Olympian vagueness of their notions is illustrated by the writings of Teilhard deChardin. He linked biology to the Spirit of Christmas in a gaseous envelope called the nosphere: Lifephysically culminates in man, just as energy culminates in lifeThe phenomenon of Man was essentially pre-ordained from the beginning. The Origin does not have much sarcasm, but the Historical Sketch that beginsits later editions mentions a Dr. Freke who had, in a paper of wonderful obscurity, claimed precedence for itsideas. As Darwin says: As Dr. Freke has now (1861) published his Essaythe difficult attempt to give anyidea of his views would be superfluous on my part. That does for Teilhard and his heirs too.

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    Con mayor antigedad que las ciencias de la religin existe en ciertas religiones unadisciplina que ha pretendido ser la instancia intelectual del hecho religioso: la Teologa. staha sido caracterizada histricamente como una aplicacin de la racionalidad humana sobreel dato objetivo de la revelacin divina que ha sido asumida en la actitud individual ycolectiva de la fe. Segn la clsica definicin de San Anselmo, la Teologa es un intellectumfidei, una comprensin de la fe.Este esquema, muy simplificado, puede ser til para encuadrar la temtica de este artculo:

    En adelante, me referir a la Teologa cristiana en general, poniendo el acento sobre laTeologa catlica. Intentar reflexionar sobre el impacto que las ciencias han provocadosobre la manera de elaborarse la Teologa y sobre el status epistemolgico de la misma.Para ello, me remontar a dos episodios de la historia de la Teologa que pueden iluminar lanueva situacin de dilogo con las ciencias.

    2. La Teologa como Ciencia y los Lugares Teolgicos

    2.1. La Teologa como CienciaDe la misma manera que las ciencias han conocido una historia desde las primerassistematizaciones de conocimientos de la experiencia hasta llegar a su madurez en la edadmoderna, la Teologa cristiana ha sido elaborada durante muchos siglos antes de plantearsecrticamente su estatuto epistemolgico y los criterios de confeccin de la misma. En efecto,durante el primer milenio de Cristianismo hubo una riqusima produccin teolgica, peroestuvo prcticamente ausente el discurso reflexivo sobre las condiciones de construccin dela misma. Durante toda esa poca, la Sacra doctrina se desarroll como un saberntimamente conexo a la vida pastoral y espiritual de los creyentes, como un intento decomprensin de la fe, pero sin la pretensin de establecerse como una disciplina autnoma.

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    La Teologa era considerada como discurso sobre Dios (San Agustn), una fides quaerensintellectum (San Anselmo), con un intento de racionalidad -que inclua una ciertasistematicidad- aunque sin una pretensin de cientificidad. A lo largo de todos esos siglos,fue madurando en la utilizacin de sus fuentes, en una hermenutica de la Biblia y, gracias ala filosofa griega, fue creciendo en el nivel de abstraccin y de universalizacin de loscontenidos de la revelacin bblica. Sin embargo, fue recin con la aparicin deuniversidades con la consiguiente exigencia de integrar a la Teologa en el cuadro de lasdisciplinas de estudio - y con la integracin del pensamiento de Aristteles en Occidentecuando comenz a plantearse ms explcitamente la cuestin del carcter epistmico de laTeologa. La asociacin Teologa - ciencia, por lo tanto, es responsabilidad de la escolsticamedieval.Santo Toms de Aquino lo plantea explcitamente en el primer artculo de la SummaeTheologiae: Si la Sacra Doctrina es ciencia.5 Segn el telogo italiano, se trata de ver si elconcepto de ciencia de Aristteles es aplicable a la disciplina que trata sobre Dios a partir desu revelacin. La ciencia es un habito intelectual que partiendo de principios evidentes llega,mediante un razonamiento lgicamente articulado, hasta conclusiones no evidentes. LaTeologa puede ser denominada ciencia de un modo muy particular: los principios de los queparte son los artculos de la fe, los cuales provienen de la virtud teologal de la fe que adhierea la revelacin presentada por la Iglesia. En este sentido, la Sacra doctrina designacinms frecuente para la Teologa en la poca6 - es una ciencia subalternada, puesto que tomaprestados sus principios de la ciencia del mismo Dios. Se distingue del mismo hbito de lafe, en la medida en que precisamente, aplica la inteligencia del creyente en su faz discursivaa fin de avanzar en el conocimiento de lo ya recibido en modo infuso. De este modo, pues,estableciendo a la filosofa aristotlica como paradigma cientfico, el carcter de ciencia de laTeologa radicaba para Toms de Aquino en el hecho de partir desde los artculos de fe

    5 Respondeo dicendum sacram doctrinam esse scientiam. Sed sciendum est quod duplex est scientiarumgenus. Quaedam enim sunt, quae procedunt ex principiis notis lumine naturali intellectus, sicut arithmetica,geometria, et huiusmodi. Quaedam vero sunt, quae procedunt ex principiis notis lumine superioris scientiae:sicut perspectiva procedit ex principiis notificatis per geometriam, et musica ex principiis per arithmeticamnotis. Et hoc modo sacra doctrina est scientia: quia procedit ex principiis notis lumine superioris scientiae,quae scilicet est scientia Dei et beatorum. Unde sicut musica credit principia tradita sibi ab arithmetico, itadoctrina sacra credit principia revelata sibi a Deo (Summa Theologiae, I, 1, 1).

    6 Para el concepto de Sacra Doctrina, cf. P. Sicouly (2005).

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    como evidencias y avanzar lgicamente hacia nuevos conocimientos, con la rigurosidadmetodolgica de los silogismos del Organum (Cf. CHENU, 1969).El concepto de ciencia de Aristteles cay en desuso en la Edad Moderna, con el desarrollode la fsica, la astronoma y, en general, la ciencia experimental. Por otra parte, la mismafsica de Aristteles era parte de la antigua imagen del mundo contra la que tuvieron queenfrentarse Nicols Coprnico, Galileo Galilei y otros, por lo cual gran parte del cuadroconceptual que justificaba la epistemologa clsica fue cuestionado y abandonado. Entreotras cosas, la idea de ciencia como conocimiento por sus causas, asociada a unametafsica considerada como ciencia por excelencia fue paulatinamente cuestionada, tantopor la filosofa moderna como por la misma praxis de las ciencias experimentales. De estemodo, el soporte que justificaba el uso de la expresin ciencia para la Teologa, tal como lohaba aplicado la Escolstica, desapareci y, con l, la misma expresin Teologa comociencia pas a carecer de sentido en los medios acadmicos occidentales, sobre todocuando el paradigma positivista fue instalndose. Ahora bien, aunque el concepto de cienciautilizado por la escolstica de cuo aristotlico diste bastante del de la epistemologacontempornea, ciertos elementos tales como la bsqueda de evidencias y la rigurosidadlgica - subsisten. Hay una continuidad en el concepto de ciencia que puede ser til parareplantear la cuestin en la actualidad.

    2.2. Los Lugares TeolgicosLa crisis que vivi el Cristianismo por la reforma de Martn Lutero en el siglo XVI oblig adebatir sobre el modo de recepcin de la revelacin divina: para Lutero era nicamente laPalabra (sola Scriptura), para el concilio de Trento, sta ms las tradiciones no escritas. Enel mbito de la Teologa que sigui adhiriendo a Roma, se comenz a pensar en unacriteriologa del trabajo teolgico, es decir, un ordenamiento y jerarquizacin de las fuentesde la Teologa.En este contexto, Melchor Cano elabor un tratado con el nombre: De locis theologicis(Salamanca, 1563), los Lugares teolgicos. Cano tom la expresin de Aristteles a travsde Cicern y del humanista Agrcola, entendiendo por lugares las fuentes de argumentos deun cierto tipo definido.7 y por lugares teolgicos la determinacin de las fuentes que permiten

    7 Cf. Congar (1981), 195: La misma palabra significa frecuentemente, en particular entre los protestantes(Melanchton, Juan Gerhard): captulo o artculo de doctrina. Por ejemplo, el lugar De Praedestinatione.

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    un acceso a la revelacin divina. Melchor Cano dio forma a una idea que ya estabacirculando, y orden los tpicos teolgicos en una clasificacin que permiti visualizar losmbitos en los que buscar la revelacin divina. En cierta medida, puso orden al hasta elmomento no claramente diferenciado cmulo de fuentes.La Biblia y las tradiciones no escritas fueron consideradas los lugares fundamentales paraacceder a la Palabra de Dios. Pero adems Cano coloc en su clasificacin los llamadoslugares ajenos (loci alienii), entre los que integr a la ratio naturalis, la filosofa y la historia.De este modo, la actividad intelectual humana es ubicada como mbito del quehacerteolgico. Esta clasificacin sufri algunos cambios en los siglos subsiguientes y siguesiendo objeto de renovado inters. Ha habido muchos intentos por actualizar el tpicolugares teolgicos, con clasificaciones dispares (FERNNDEZ, 1998; SCANNONE, 1974:148-150; BERZOSA, 1993: 95-96) .Como se ha hecho notar, en la historia de la Teologa los lugares ajenos, en gran parteindeterminados, se consideraban ms bien, si acaso se los tena en cuenta, comoaccidentes extrnsecos para la Teologa; sin embargo, tampoco tuvieron influencia en latarea teolgica como tal (ECKHOLT, 2006). Sin embargo, en nuestra poca han cobradonuevo inters, puesto que se considera que la Teologa no es sino una actividad decreyentes que caminan en la historia y viven de las tradiciones y racionalidades de sutiempo. Sin ellas, no pueden comprender adecuadamente la Palabra que han recibido. Loslugares teolgicos ajenos se constituyen en espacios fundamentales para articular undiscurso de sentido de la revelacin divina. Son ajenos pero no accidentales; por el contrario,debido a la inculturacin de la fe en el mundo del hombre, estos lugares forman parte delncleo de aceptacin y comprensin teolgicas.

    2.3. Actualidad del Tema

    2.3.1. Concepto Analgico de CienciaCualquier intento de reproponer la cuestin de la Teologa como ciencia ha de tener encuenta la amplitud de la expresin ciencia en la actualidad y evitar todo tipo dereduccionismos. En efecto, si se comienza formulando un concepto muy acotado de cienciatal como se plantea desde los neo-positivismos, la Teologa quedara fuera de todaclasificacin. Es preciso admitir una idea amplia de ciencia, que incluya las ciencias duras

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    (de mayor nivel de matematizacin), las ciencias blandas y tambin las ciencias humanas ohermenuticas.Hay que admitir que la expresin ciencia no tiene un sentido univoco, sino anlogo, es decir,hay diversos tipos de ciencia que responden a distintos modelos comprensivos o explicativosde lo real. Es preciso intentar determinar un sentido amplio de ciencia que incluya tanto alas ciencias formales como a las naturales y a las humanas. Algunos autores - cuya opininpuede ser obviamente contrastada pero que vale la pena admitir como una teora general dela ciencia que sea integradora tanto de las naturales como de las humanas - proponendelimitar tres elementos esenciales constitutivos de un saber cientfico: su sentido crtico, supreocupacin sistemtica y su tendencia a aumentar los conocimientos.a) - Criticidad: Es ciencia aquel saber autocontrolable, es decir, que delimita su objeto ymetodologa de investigacin. Adems, mantiene un ejercicio de evaluacin acerca de susmtodos y logros, a travs de la discusin de la comunidad cientfica mediantepublicaciones, congresos, etc. Lo contrario de una ciencia es el saber ingenuo o espontneo.b) - Sistematicidad: Los saberes cientficos buscan configurar una cierta integracinordenada de los conocimientos que alcanzan. Tienen una tendencia hacia la visinarquitectnica, en la que los conocimientos parciales se articulan conformando un ciertoedificio. Lo contrario de esto sera la yuxtaposicin anrquica de conocimientos parciales.Naturalmente, hay principios de sistematicidad que las distintas disciplinas explicitan y quepueden variar. Sin embargo, a lo que no puede renunciar la ciencia es a elaborar un todosistemtico.c) - Dinamicidad: La obtencin de nuevos conocimientos o la profundizacin deconocimientos ya obtenidos es parte central de la actividad cientfica. No habra ciencia sinese progreso o desarrollo hacia una novedad no conocida previamente. Un conocimientoestancado o meramente repetitivo de lo ya obtenido no es propiamente una ciencia.Resulta posible incluir a la Teologa dentro de este marco comprensivo del saber cientfico.En efecto, el conocimiento teolgico:a) - Es crtico, puesto que se postula un objeto y diversas metodologas de acceso al mismo.Adems, incluso previamente a la aparicin de las ciencias modernas, durante toda suhistoria se ha sometido a diversas instancias de evaluacin crtica (externas e internas,acadmicas y magisteriales). Para ejemplificar: los conceptos de persona o naturaleza

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    pasaron bajo el tamiz crtico de filsofos, telogos y obispos durante los siglos IV al VI. Porotra parte, la innumerable produccin bibliogrfica comentarios, summae, manuales,diccionarios, etc. - de los dos milenios del Cristianismo.Con respecto al mtodo teolgico: es claro que histricamente la Teologa ha utilizado losmtodos hermenuticos, porque sus fuentes han sido principalmente escritas.Secundariamente ha empleado metodologas provenientes de ciencias auxiliares de lahistoria, como la epigrafa y la arqueologa. La novedad aportada por el debate con lasciencias experimentales de las ltimas dcadas es la del empleo de mtodos y resultados deinvestigaciones originadas precisamente en estas ciencias no hermenuticas. Es decir, setrata de incluir dentro del mtodo teolgico una estructura de pensamiento hasta el momentono utilizada y cuyas caractersticas deben ser controladas por la metodologa esencial de laTeologa.b) - Es sistemtico: Aun en sus expresiones menos ordenadas, la Teologa buscar respondera la organicidad de su objeto. Por consiguiente, relaciona sus datos e interconecta susdisciplinas internas. Hay que recordar que stas mismas disciplinas han sido fruto de unproceso de desarrollo histrico y que inicialmente la Teologa no conoca la fragmentacindisciplinaria. Por otra parte, la distincin en una Teologa positiva consagrada a ladelimitacin del sentido de las fuentes-, otra especulativa o sistemtica abocada a lateorizacin de los datos positivos utilizando sobre todo la filosofa - y una prctica o aplicada vuelta hacia una iluminacin de lo concreto- no anula la unidad profunda a la que laTeologa tiende.c) - La Teologa es progresiva en un sentido muy peculiar: al menos para el Cristianismohistrico reformados, ortodoxos, catlicos - la revelacin divina est cerrada y slo restaprofundizarla. En ese sentido, hay un avance en el conocimiento. No se trata de unaampliacin de temticas sino de una saturacin hermenutica del objeto ya conocido, sobreel cual se busca avanzar ms e interconectarlo con otros conocimientos adquiridos a travsde otros mtodos.8

    2.3.2. Necesidad Actual de Ubicar a las Ciencias Dentro de los Lugares TeolgicosLa situacin actual al interno de la Teologa es de una extrema complejidad epistemolgica yobedece a una historia de diversificacin de escuelas (desde la edad media) y de tratados8 Cf. sobre el tema, ver Widmer; Dirscherl; Wohlmuth, 1995: 71-74.

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    (desde el s. XVI), pero tambin a la introduccin de disciplinas llegadas modernamente a laautonoma (s. XIX-XX) y a la preocupacin ecumnica por introducir las Teologas de otrasconfesiones cristianas. Reduciendo la cuestin a la problemtica interdisciplinaria, merecemencionarse esta ubicacin del problema:

    Es un hecho que pertenece al momento cultural actual, el que las disciplinascientficas en general hayan alcanzado un grado extremo de especializacin, quedificulta el dilogo interdisciplinario. Muchas veces, se tiene la impresin de quetampoco existe un inters marcado por entablar ese dilogo. Es como si cadadisciplina estuviera suficientemente ocupada consigo misma, como para poderocuparse o interesarse por lo que hace y piensa el vecino. [...] El fenmeno tocano solamente a la relacin, por ejemplo, de las ciencias del espritu entre s, sinotambin a los caminos metodolgicos muy diferenciados que conforman unmismo campo cientfico, como es el caso de la Teologa. [...] Detrs delproblema de la interdisciplinariedad de la Teologa, se esconde un problemamucho ms bsico: el problema de la comprensin de la Teologa, tal como serefleja en la cuestin clsica de las fuentes de la Teologa (LONA, 1998: 93-94).

    Es preciso regresar a los clsicos temas de la naturaleza de la Teologa y de sus fuentes. Laescolstica inicial present la primera cuestin bajo la nocin de ciencia y la escolsticatridentina ofreci un ordenamiento de la segunda, bajo el concepto de lugares teolgicos.Una referencia a ambas temticas probablemente oriente en el problema de la diversidadintra-teolgica y de la relacin de la Teologa con otros mundos epistemolgicos.Ahora bien, la ciencia ha de ser integrada como un lugar ajeno, como una modalidad delejercicio de la racionalidad natural. La ciencia es un modo de conocimiento natural queemplea recursos hermenuticos, experimentales y matemticos. En cuanto tal, constituye unriguroso ejercicio de la inteligencia humana, parangonable al de la filosofa. Aun cuando susconclusiones estn condicionadas por su metodologa que claramente establece suprovisoriedad hasta que sea falsable, no deja de proporcionar conocimientos ciertos acercadel universo y del hombre. Se trata de una racionalidad provisoria pero, en un sentidoautntico, capaz de verdad acerca de la realidad emprica. En cuanto tal, puede ser ubicadacomo un lugar teolgico ajeno, tal como Cano localizaba a la filosofa. Hay que agregar que del mismo modo que el pensamiento filosfico ha realizado en la historia - los

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    descubrimientos cientficos permiten un acceso nuevo a la revelacin. El ejemplo de lalectura del Gnesis a partir de la cosmologa y la biologa modernas es suficientementeclaro: obligaron a una interpretacin ms acotada y profunda del mensaje del Pentateuco.En adelante presentar algunas propuestas contemporneas con respecto a la incorporacinde las ciencias fundamentalmente las naturales - en la Teologa. Se trata de dos telogosde confesin catlica y uno anglicano, que han intentado un esfuerzo serio tanto porestablecer la posibilidad de entender el quehacer teolgico como ciencia, as como porconsiderar a las ciencias naturales como un verdadero lugar teolgico. En definitiva, estosautores consideran que el estatuto cientfico de la Teologa est dado por el modo cmo seincorporen las ciencias dentro de ella.

    3. Algunas Propuestas Actuales

    3.1. Una Teologa Global: A. Peacocke3.1.1. El tema Teologa como ciencia adquiere una actualizacin interesante proveniente deaquellos que intentan una integracin del pensamiento cientfico ms experimental en elquehacer teolgico. Es el caso, sobre todo, de aquellos autodenominados telogoscientficos, es decir, intelectuales provenientes inicialmente del mundo de las ciencias que sehan capacitado - posterior o simultneamente- en ambas esferas del saber. En estecontexto, resultan muy interesantes la propuestas formuladas por el fsico y telogoanglicano Arthur Peacocke.Su Theology in the age of the science (PEACOCKE, 1993) puede ser considerada unaTeologa fundamental elaborada desde la racionalidad cientfica, aunque incluyendoelementos filosficos, en la que se procura llegar a una comprensin de lo natural y de lodivino con las categoras construidas desde las ciencias naturales. La Teologa siempre haincluido, adems de una idea de Dios, una imagen del mundo.9 Esto es da muy claramenteen la Teologa cristiana, puesto que para el Cristianismo, el mundo tiene una enormerelevancia teolgica.109 Peacocke seala que, a pesar de intentos de restriccin de la Teologa a un campo de accin

    exclusivamente centrado en Dios, el quehacer teolgico siempre ha propuesto una determinada visin delmundo (...the history of the theology shows that its development is intimately related to the understanding ofthe natural, including the human, world that has prevailed at different periods [Ibid., 21]).

    10 El Cristianismo takes with utmost seriousness the reality and nature of the natural world, both because ofits doctrine of creation, which is basically shares with Judaism and Islam, but more particularly because of its

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    Peacocke intenta en esta obra fundamentar un dilogo con la fe desde la estructura depensamiento cientfico. La obra consta de tres partes: I. Ser y devenir naturales. II. Ser ydevenir divinos. III. Ser y devenir humanos. En esta ltima parte, el A. introduce la cuestinde Jess de Nazareth. Slo para mencionar alguno de los tratamientos formulados porPeacocke, se puede referencia a la cuestin de la interaccin de Dios con el mundo. Es unviejo tema, pero que la Teologa y filosofa anglosajona recientes proponen desde los datospresentados por disciplinas como la fsica, astrofsica, biologa, etc. Como lo pone demanifiesto un subttulo de la II. Parte (Cmo Dios puede interactuar con el mundo desde laperspectiva de la ciencia?), hay un intento por reformular las cuestiones de la creacin yconservacin del mundo, as como el de la misma revelacin, bajo terminologas tales como:predictibilidad (o inpredictibilidad), finalizacin abierta, flexibilidad, etc. Sin la posibilidad deanalizar aqu estos conceptos, baste mencionar la aparicin de una manera de pensar queexige reconsiderar la terminologa clsica de providencia, concurso, etc.3.1.2. Paths From Science Towards God. The End of all our Exploring (PEACOCKE, 2001)es una obra ms reciente, sinttica y que presenta un pensamiento ms maduro del autor.All intenta ampliar el concepto de Teologa, y propone los Razonamientos para la mejorexplicacin (Inferences to the best explanation) (IBE) (Idem), una combinacin de inducciny deduccin que parece estar en la base de la supervivencia vital del hombre, como laracionalidad que ha de integrarse a la experiencia de la revelacin para constituir laTeologa.Si la Teologa quiere encontrarse con los estndares de las ciencias de hoy en da, utilizandoIBE y no remitindose a los argumentos de autoridad o a nociones establecidas a priori,debera tener en cuenta: S - las realidades del mundo y de la humanidad descubiertas por las ciencias (Sciences,

    S); CRE - la herencia comn juda y cristina de la llamada experiencia reveladora clsica(Classical Revelatory Experience);

    WR - la percepcin y tradiciones de otras religiones del mundo (World Religions). El cientfico y telogo ingls agrega que si practicamos una integracin de todas estosconocimientos nos enfrentaremos con la necesidad imperiosa de revisar radicalmente las

    belief that the creator God was present in and was manifested through an historical human person, himselfpart of nature and human history. Por esta razn, para el Cristianismo, el mundo natural tiene unainmmense theological significance (Ibid.: 27).

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    nociones pasadas a fin de presentar aquello que los cristianos del futuro podrn sostenercomo realidades crebles, defendibles y razonables.Peacocke seala que histricamente hemos tenido las siguientes combinaciones de datos: CRE T, donde T representa la Teologa cristiana (Christian Theology). Pero se podra proseguir de este modo: S + CRE RT, donde RT representa una radical Teologa revisada (Revised Theology),

    la cual no convivir en modo totalmente cmodo con la Teologa, T, promulgada pormuchas iglesias en la mayora de los plpitos.

    Eventualmente, aade, necesitaremos: S + CRE + WR GT, donde GT representa una Teologa global (Global Theology). Peacocke seala que el desarrollo del IBE en el dilogo entre la comprensin cientfica delmundo y la interrogacin teolgica por el sentido como es representado en RT ser muydiferente a la Teologa natural que fue el preludio clsico a la Teologa revelada, basada enel CRE, y sobre la cual fue injertada. La Teologa natural clsica pretenda deducir laexistencia y los atributos de Dios desde los fenmenos naturales. Tales conexionesdeductivas hoy suenan huecas. El proceso de vincular nuestros conocimientos sobre lanaturaleza a la empresa teolgica ha de ser matizado ms sutilmente. Nosotros podemosnicamente inferir hacia la explicacin mejor y ningn reclamo puede ser hecho por unaprueba lgica en este proceso (como se reclamaba en las clsicas Cinco vas de la pruebade la existencia de Dios). Esta no-disponibilidad de pruebas fuertes se aplica incluso a lasciencias naturales (o a la historia, para esa materia), en los que IBE es el procedimientodominante. Prueba en el sentido duro de la palabra es posible solamente en la lgica y enlas matemticas, las que se deducen de axiomas establecidos. De aqu que este proyecto deinvestigacin no deba confundirse con la antigua Teologa natural ni con una versinresucitada de ella (PEACOCKE). Posteriormente, el telogo ingls sugiere algunos puntos atener en cuenta para la viabilidad de su propuesta.11

    El proyecto formulado por Peacocke resulta sumamente interesante, aunque hay queadvertir que ofrezca dificultades importantes para su implementacin. Por lo pronto, habraque discutir acerca del nivel de objetividad de las afirmaciones de cada disciplina; tambin esnecesario tener en cuenta las divergencias de contenidos existentes entre las distintas11 Ibid.: 34-35. El A. refiere estas sugerencias en parte a: DREES, WILLEM, 1998 Ten Commandements for

    Quality in Science and Spirituality, Science and Spirit 9, pp. 2-4.

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    religiones; por ltimo, se precisa de una clarificacin del lugar de la razn filosfica en estaGT.12 En todo caso, el programa de investigacin y reflexin abierto por el telogo inglsapunta a la elaboracin de una Teologa no sustitutiva de las distintas Teologasconfesionales - que permita una visin razonable de los temas abiertos por las ciencias ypensados desde los ncleos ms decantados de las diversas tradiciones teolgicas. A suvez, la propuesta invita a pensar en una reflexin teolgica que se haga cargo de losdiferentes horizontes de sentido que el ser humano encuentra en su camino: religiones,ciencias humanas y naturales, filosofa, etc.3.1.3. En el prlogo de Paths from Science to God, el A. introduce el Gnesis para el tercermilenio. Se trata de una sntesis teolgica narrativa sobre la creacin. Su contenido esbblico, aunque despojado del ropaje estilstico de una narracin propia de la poca en lacual el registro inspirado fue escrito y revestido de una narratividad cientfica, basada en lasteoras del Big-Bang y de la evolucin.

    Estaba Dios. Y Dios era todo-lo-que-haba. El amor de Dios fluy y Dios dijo:Que Otro sea. Y que tenga la capacidad de transformarse en lo que pueda ser,hacindose l mismo y pueda explorar sus potencialidades. Y hubo Otro enDios, un campo de energa, energa vibrante pero no materia, espacio, tiempoo forma. Obedeciendo las leyes dadas y con un intenso surgimiento de energacaliente un Big-bang caliente - este Otro explot como Universo en un puntohace alrededor de doce millones de aos, generndose el espacio. Vibrantespartculas fundamentales aparecieron, se expandieron y expandieron y seenfriaron formando nubes de gas baadas en luz radiante. An el universosegua expandindose y condensndose en remolinos de materia y luz: milmillones de galaxias. Hace cinco mil millones de aos una estrella de nuestragalaxia, el sol, se rode de materia en forma de planetas. Uno de ellos fuenuestra Tierra. En ella, el ensamble de tomos a la temperatura justa hizoposible que se formaran las rocas slidas y el agua. Los continentes y montaascrecieron y en alguna hmeda grieta o laguna o en lo profundo del mar, haceslo tres billones de aos algunas molculas se volvieron lo suficientementegrandes y complejas como para hacer copias de ellas mismas y transformarse

    12 He desarrollado este tema en el Metanexus Meeting de Philadelphia, 2005 (FLORIO, 2005).

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    en las primeras partculas de vida. La vida se multiplic en los mares,diversificndose y volvindose ms y ms compleja. Hace quinientos millones deaos aparecieron criaturas con esqueletos slidos, los vertebrados. Las algas enel mar y las plantas verdes en la tierra transformaron la atmsfera produciendooxgeno. Luego, hace trescientos millones de aos, ciertos peces aprendieron areptar fuera del mar y vivir en la costa, respirando ese oxgeno del aire. Ahora lavida estalla en muchas formas reptiles, mamferos (y dinosaurios) sobre latierra - y reptiles y pjaros en el aire. Durante millones de aos los mamferosdesarrollaron cerebros complejos que les permitan aprender. Entre estas, lascriaturas que vivan en rboles. De ellas derivan nuestros primeros ancestros, yluego hace slo cuarenta mil aos, aparecieron los primeros hombres y mujeres.Ellos comenzaron a conocerse y a saber lo que estaban haciendo, no eransolamente concientes, sino auto-concientes. Se oy la primera palabra, laprimera risa. Se hicieron pinturas. El primer sentido del ms all, con losprimeros signos de esperanza, ya que aquella gente enterraba a sus muertoscon rituales. Se oyeron las primeras plegarias a Aquel-que-todo-lo-es y que todo-lo-est-modelando. Las primeras experiencias de bondad, belleza y verdad, perotambin sus opuestos, ya que los seres humanos eran libres (PEACOCKE,2001: 1-2.)

    El texto, poticamente logrado, integra en un relato la narracin bblica leda de una maneracrtica, no literal - con los elementos ms o menos consolidados de la visin de la cienciacontempornea. Se puede objetar el carcter provisorio de algunos de los elementoscientficos; sin embargo, la tentativa es vlida, pues responde tanto a la necesidad deracionalidad de la fe propia de la Teologa, como tambin de la ndole provisoria de cadasistema o elaboracin teolgica.

    3.2. La Utilizacin de las Ciencias por la Teologa: G. Tanzella-Nitti3.2.1. Giuseppe Tanzella-Nitti radioastrnomo y telogo catlico - aborda el tema concretoy poco explorado en mbitos catlicos del uso de las ciencias en el discurso teolgico(TANZELLA-NITTI, 2002). El A. seala en su introduccin que la Teologa es un saberdescendente que intenta iluminar la realidad desde la Palabra de Dios y que sin embargo

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    necesita de un momento ascendente en el que desde los conocimientos cientficos yfilosficos se va hacia la Revelacin divina. La cuestin de la utilizacin de la ciencia porparte de la Teologa constituye un paso sucesivo al dilogo entre ciencia y Teologa,aportndole el desafo no slo de acrecentar el conocimiento del dato revelado sino inclusode modificar el ngulo de su comprensin al interior de los horizontes inditos ampliados porlas ciencias y que pueden confrontarla con nuevas problemticas que la impulsarn aanlisis ms finos y profundos (Idem).Tradicionalmente, la Teologa se ha cotejado con la filosofa. La confrontacin con lasciencias, ofreciendo caractersticas similares con aquella relacin, ofrece sin embargo notasoriginales. Por una parte, la interpretacin del dato cientfico est frecuentemente ligada aperspectivas terico-filosficas particulares y, por lo tanto, exigen al telogo undiscernimiento. Por otra parte, muchos resultados de las ciencias tienen una proximidad a loreal y una posibilidad de verificacin objetiva y universal - en cierto modo nica - que lasconvierten en disciplinas con un valor cognoscitivo particular respecto de otras.3.2.2. Bajo el ttulo Del dilogo a la integracin intelectual: algunas premisasepistemolgicas, Tanzella-Nitti desarrolla algunos puntos fundamentales para lograr laintegracin. Hay varios factores que han permitido que el dilogo entre ciencia y religin seahoy menos conflictivo que en pocas precedentes, a saber:

    la superacin del mecanicismo determinista y de la pretendidaautorreferencialidad de la empresa lgico-matemtica, dos paradigmas en loscuales el conocimiento cientfico haba quedado enredado por mucho tiempo,comprometiendo su potencialidad de dilogo con otras fuentes del saber (IBID.)

    el reconocimiento de que la empresa cientfica es una actividad de la persona, y por tanto,abierta a los cnones del conocimiento personal; asimismo, se ha tomado conciencia delsurgimiento de preguntas filosficas al interior del anlisis de las ciencias, aunque no seanformalizadas ni resueltas al interior del mtodo cientfico. Desde el punto de vista de laTeologa, se ha producido la progresiva, aunque lenta, recepcin de la visin cientficacontempornea sobre el cosmos fsico, sobre la vida y sobre la especie humana, comohorizonte contextual irrenunciable para una mejor comprensin de la doctrina bblica sobre lacreacin y de la misma historia de la salvacin. (IBID.)

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    3.2.3.1. Las modalidades de desarrollo del dilogo entre Teologa y ciencias: el terreno dereflexin ms natural para esta confrontacin es el de la interpretacin de lo real. Esprecisamente aqu donde surgieron en la historia los conflictos entre lectura cientfica ylectura religiosa del mundo. Una vez reconocida, gracias a una ms correcta hermenutica,la posibilidad de simultneas y diversas lecturas de la realidad se puede clarificar los erroresdel pasado y poner las bases para una convivencia en el futuro. Una primera posibilidad dedesarrollo del dilogo es pasar de categoras esencialistas hacia categoras personalistas,conduciendo de este modo el problema epistemolgico hacia un terreno ms tpicamenteantropolgico. Hay que observar que el mismo pensamiento cientfico ha ido revalorandofactores de conocimiento personal, heurstico, esttico, intuitivo, que por mucho tiempofueron sobreestimados. Esto implicara la necesidad de reproponer la cuestin de la unidadde la experiencia intelectual del sujeto cognoscente: el objeto en cuestin no sera msentonces el dilogo entre Teologa y saber cientfico en la interpretacin de lo real, sino el dever cmo los varios saberes contribuyen a la autocomprensin del sujeto y a ladeterminacin de sus elecciones existenciales, incluida la religiosa. Se cumplira de talmanera el pasaje del asentimiento nocional debido al anlisis de la lgica- al asentimientoreal debido a la convergencia de los indicios provenientes de todas las fuentes deconocimiento, incluidas aquellas no formalizables en trminos cuantitativos -querepresentaban ya una de las lecciones transmitidas por J. H. Newman en La gramtica delasentimiento (1870).Pero existe tambin una segunda modalidad de desarrollo del dilogo, en mbito teolgico,al cual se accede cuando si acepta la posibilidad de una recproca provocacin intelectual,entendida como oportunidad de someter los propios resultados a la reflexin del otro (JUANPABLO II, 1988). La posibilidad de una prudente asuncin en la reflexin teolgica de losresultados cientficos ciertos encuentra su fundamento dogmtico en la correspondenciaentre la palabra creadora y la palabra que interpreta y dirige la historia, entre el Dios que semanifiesta en las obras de la creacin y el Dios que se ha revelado en plenitud en laencarnacin de su Verbo.Evitando todo ingenuo concordismo hay que tomar en serio las consecuencias de la unidadde la verdad. En esta tarea, habra que hacer confluir los conocimientos en lo que laTeologa fundamental llama desarrollo homogneo del dogma. As, las ciencias naturales

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    podran ser vistas como fuente positiva de especulacin teolgica, aclarando que desarrollode la Teologa y progreso del dogma no son lo mismo. La exploracin de nuevos senderoses tarea de la reflexin teolgica, no de las formulaciones dogmticas, cuyo rol es el derecoger en forma autoritativa y estable los contenidos de fe. Ahora bien, estos conseguirnfrmulas adecuadas y duraderas recogiendo los frutos de la Teologa.3.2.3.2. Dos aclaraciones en la aproximacin a las ciencias en vistas a una Teologa quequiera ver en las ciencias naturales una fuente de reflexin positiva. a. Tomar posicinrespecto del tema de la verdad en las ciencias; b. la disponibilidad para precisar algunosaspectos terminolgicos, y eventualmente tambin para rever algunas categoras teolgicas,a la luz de aquellos conocimientos cientficos sobre la naturaleza y sobre el hombre cuyainterpretacin no dependa de paradigmas filosficos particulares.Respecto de a., la Teologa no debera insistir demasiado ni sobre el carcter falibilista de laempresa cientfica ni sobre la supuesta total equivalencia o sobre el continuo cambiamientode sus paradigmas interpretativos. Si bien se trata de aproximaciones epistemolgicas enparte justificadas, una utilizacin poco pertinente termina desvirtuando el conocimientocientfico de sus instancias veritativas, confinndola al horizonte de un mero phainmenon.El conocimiento cientfico, del cual la reflexin filosfica constituye como la naturalprolongacin, participa del orden metafsico. El mundo de la experiencia no representa paralas ciencias un recinto cerrado y autorreferencial, sino que es la puerta de acceso al ser delas cosa.Subrayar las instancias veritativas del pensamiento cientfico y el progreso real de susconocimientos en un cuadro de referencia epistemolgico de tipo realista, facilita elredimensionamiento de lugares comunes tales como por ejemplo que la ciencia se ocupa delcmo y no de los por qu. La investigacin cientfica responde a precisos por qu y, alinterior de su objeto formal especfico, posee un objeto material ilimitado. No sera difcilmostrar que tambin aquellos lmites que la ciencia capta al interior de su mtodo(incompletud, impredictibilidad, necesidad de referencia a causalidades formales o finales,etc.) constituyen ms bien aperturas hacia niveles de comprensin ms alto o hacia objetosformales ms generales. En consecuencia, referiran ms bien a sus fundamentos que a suslmites. Entre los lugares comunes que deberan ser abandonados est tambin aquel queintenta dirimir cuestiones complejas declarando que una cierta afirmacin cientfica no podra

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    entrar en contradiccin con la Revelacin porque se trata en el fondo slo de hiptesiscientficas. En realidad, si se trata de verdaderas argumentaciones cientficas, desarrolladasen modo metodolgicamente correcto, el telogo est atento a que ni siquiera comohiptesis puedan entrar in contradiccin con la Revelacin.Una segunda cuestin tiene que ver con el uso por parte de la Teologa de trminos quetienen una fuerte connotacin cosmolgica, tales como tierra, cielo, vida, muerte, tiempo,espacio, luz, etc. En la poca medieval, el lenguaje teolgico y el lenguaje cientficoutilizaban la misma terminologa: hoy no es as, y cuando esto ocurre se produce uncontenido equvoco, como sucede por ejemplo con el trmino nada, o con la misma nocinde creacin. El hecho que el lenguaje teolgico (analgico, simblico, potico, doxolgico,etc.), sea necesariamente ms rico del de las ciencias, no exime al telogo de un cierto rigorterminolgico, del cual el mundo de las ciencias es particularmente sensible. La utilizacin dedos nociones merecera una atencin particular: la de trascendencia y la de experiencia. Enel empleo de la primera, crucial para todo el discurso teolgico, se debera saber mostrare suconexin con el anlisis de las ciencias y con sus relativas aperturas epistemolgicas yantropolgicas; en el empleo de la segunda, crucial para todo el discurso cientfico, sedebera saber explicar en qu modo la experiencia de las cosas de Dios y la experiencia delas ciencias entrecruzan la esfera del mundo sensible y de la historia.En trminos generales una aproximacin capaz de recoger constructivamente la provocacinde las ciencias sobre la Teologa si presenta como una tarea muy exigente.

    Si, para declarar la simple compatibilidad entre lectura cientfica del mundo ylectura ofrecida por la Revelacin, el telogo puede ceder al fcil escape de notomar o no hacer tomar demasiado en serio los resultados de la ciencia, si quiereen cambio utilizarlos como fuente de reflexin especulativa o de desarrollodogmtico, debe hacer exactamente lo contrario, es decir, tomarlos en serio(TANZELLA-NITTI, 2006: 1277).

    3.2.4. La Utilizacin de las Ciencias Naturales en el Trabajo Teolgico: Un Breve StatusQuaestionisEl A. afirma que el magisterio de la Iglesia catlica ha prestado ms atencin a las cienciashumanas que a las ciencias naturales. La razn ha sido que aquellas tienen un rol deciencias auxiliares en el estudio de la Sagrada Escritura (Historia, Filologa, etc.), y que

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    adems son de utilidad para conocer la situacin histrica y existencial del destinatario delmensaje evanglico (Psicologa, Sociologa, Antropologa, etc.).13 Sin embargo, el ConcilioVaticano II ofrece algunas reflexiones de valor y el reciente magisterio de Juan Pablo II haaportado notables textos. En cuanto a la Teologa sistemtica, salvo contadas excepciones(K. Rahner, W. Pannenberg, J. L. Ruiz de la Pea, etc.), la incorporacin de datos yconclusiones de las ciencias al interior del discurso teolgico ha sido muy limitado. En lasltimas dcadas se han agregado aquellos que cultivan el dilogo entre ciencia y religin,aunque sus preocupaciones son epistemolgicas y no propiamente dogmticas (ITANZELLA-NITTI, 2006: 1277-1282).3.2.5. La Imagen Fsica del Mundo y las Posibles Implicaciones en la Lectura Teolgica de laRevelacin BblicaEntre los resultados de las ciencias contemporneas hay un cierto nmero que el telogo nopuede ignorar, ya sea porqu ofrecen nuevas fuentes de conocimiento para su investigacinteolgica, ya sea porqu pueden sugerir o incluso requerir nuevas interpretaciones de laSagrada Escritura. Aunque el contenido dogmtico y el sentido autntico del dato reveladono dependen de los resultados de las ciencias, sin embargo, gracias a ellos puede crecer sucomprensin y, con ella, la coherencia interna y las implicaciones del depsito de la fe.3.2.5.1. Una breve visin de conjunto. Una de las mayores aperturas de horizontes provienede la cosmologa fsica. Tenemos hoy datos suficientes para concluir que el universo fsicopresenta una marcada dimensin histrico-evolutiva. ste ha sido sujeto a un lento y enormedesarrollo en el tiempo, partiendo de una fase inicial capaz de contener, en condicionesfsicas de altsima densidad y temperatura y de dimensiones increblemente reducidas, todala materia y la energa hoy existentes. No se excluye que nuestro universo coexista con otrasregiones espacio-temporales, totalmente independientes entre ellas y con historiasevolutivas diferentes, obligando por ello a ms precisas afirmaciones y distinciones entre unadefinicin fsica y una filosfica de universo. El horizonte espacio-temporal que hace defondo a la comprensin del universo en el que vivimos ha sufrido un extraordinarioalargamiento, obligando por lo tanto a una consecuente reubicacin del gnero humano y desu habitat csmico. Esta reubicacin implica un nuevo contexto fsico y temporal del cual nose puede hoy prescindir, como no se pudo prescindir, en el pasado, de los nuevos mundos13 Un ejemplo relativamente reciente de esto se puede hallar en el documento de la Pontificia Comisin Bblica

    (1993).

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    aparecidos a Occidente por los descubrimientos geogrficos o por la revolucin copernicana.El tiempo recorrido entre la formacin de los primeros elementos qumicos hasta la aparicinde la vida sobre la tierra, y del surgir de sta hasta la hominizacin, ha sido increblementelargo, bastante ms de lo que se poda imaginar hace slo un siglo. Las ciencias naturalestienen la capacidad de reconstruir sin intenciones de principio los pasos salientes de estahistoria y estn en grado de predecir algunos de los principales escenarios futuros. Tambinestos ltimos estn caracterizados por tiempos largusimos pero no infinitos, tales parasealar que las condiciones adaptadas para hospedar la vida biolgica corresponden aoportunas ventanas que se han dado a partir de una cierta poca y que despus de un ciertointervalo de tiempo no se darn ms.Pero los largos espacios y los grandes tiempos integrados han sido estrictamente necesariospara que se dieran las condiciones, los lugares y los tiempos para que la lenta sntesis de loselementos qumicos hubiese lugar y fuese posible la formacin de escenarios fsicos,qumicos y nichos biolgicos adecuados para hospedar la vida. Conocemos adems queexiste una delicada sintona (fine tuning primigenia) entre la estructura del universo y lascondiciones fsicas, qumicas y biolgicas sobre las cuales la vida que habra de aparecermuchsimo tiempo despus se hubiese basado. Desde este punto de vista, estamos engrado de afirmar hoy que para la presencia de la vida humana aqu y ahora, las condicionesiniciales del cosmos han sido de tal manera importantes que los innumerables eventoscontingentes sucedidos a lo largo de la evolucin del universo, no slo csmica sino tambinbiolgica.En lo que concierne a las leyes que lo gobiernan, sabemos que el universo fsico no estdirigido por leyes siempre formalizables matemticamente y enteramente predecibles. Esono es determinstico pero tampoco indeterminado: sus componentes elementales poseenpropiedades especficas y estables, que manifiestan los caracteres de la identidad y de launiversalidad sobre una ancha escala csmica. Pero junto a las esencias, a determinar laspropiedades de los componentes elementales del cosmos estn sobre todo las relaciones:no existen propiedades totalmente aisladas, porque la parte depende del todo. En eluniverso existe una cantidad positiva de informacin, irreductible al soporte de la materia ode la energa que la transporta. Sobre todo el escenario de las leyes de la naturaleza emergeluego como cuestin dominante la del origine de su inteligibilidad y racionalidad, y de su

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    sintona con los cnones del conocimiento humano. Adems, respecto de la estructuracsmica, sabemos que las distinciones entre materia y energa, entre espacio y tiempo, entremateria y vaco deben ser reledas con categoras totalmente nuevas: materia y energa setransforman mutuamente; el discurrir del tiempo depende de la curvatura del espacio y portanto de la materia en l contenida; el vaco fsico, una vez que el universo est en el ser yes sede di energas altsimas que podrn a su vez transformarse en enormes cantidades demateria. La naturaleza es realmente capaz para la emergencia y la creatividad: la suya no esuna historia de lenta degradacin y de progresiva direccin hacia la uniformidad. Si estopuede ser verdadero en una amplsima escala, para una escala baja e intermedia puedengenerarse estructuras nuevas siempre ms complejas, en las cuales la informacin seacumula y se acrecienta: la realidad fsica permanece como algo verdaderamente abierto ala novedad de la historia.La biologa, por su parte, nos ha mostrado que el ser humano reasume en su propiadimensin corprea esta larga historia csmica, pero tambin planetaria. Al interior de unminsculo patrimonio gentico, en una largusima medida comn con la de las especiesanimales inferiores, est contenida la informacin esencial de su futuro desarrollo corpreo.A cada ser viviente individual le es asignado un determinado cdigo gentico comparable aun programa en grado de reconstruir, en un modo no reductivo sino informativo, la estructurafsico-corprea y los procesos biolgicos de un viviente. Conocemos ahora que las diversasformas de vida sobre nuestro planeta han sufrido lentas transformaciones que hanconducido a la aparicin de nuevas especies y a la desaparicin de otras.14 Tal itinerario noindica slo un desarrollo o un crecimiento, sino una verdadera y propia evolucin. Diversosfactores han contribuido a hacerla posible: la adaptacin de los vivientes al ambiente en elque se han encontrado, una cierta seleccin natural, el desarrollo de precisas funcionesorgnicas, la presencia de canalizaciones y de coordinaciones interinas que, explicitndoseen el tiempo, han conducido a los vivientes progresivamente hacia formas msperfeccionadas y complejas. Entre ellas, la especie Homo sapiens sapiens representa comosu vrtice visible. Los tiempos y las fases que han ritmado la aparicin del hombre sobre latierra y el progresivo ascenso de los primeros hombres hacia las conquistas de civilizacin y14 Tanzella-Nitti adopta una visin ms acorde con el planteo de Darwin, para quien la aparicin y desaparicin

    de especies es un proceso lento. Este enfoque es hoy mayormente criticada como una reaccin excesiva alcatastrofismo. Por ejemplo, teoras paleontolgicas tales como la del equilibrio puntuado llevan a pensar quela especiacin se produce ms bien sbitamente y no gradualmente como sospechaba Darwin.

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    de cultura que hoy nosotros conocemos han sido bastante ms largos de lo que pudieserazonablemente pensar hasta hace pocas dcadas. Las modernas observacionesastronmicas fuera de nuestra atmsfera nos han revelado adems que la presencia deestrellas con planetas en rotacin alrededor de ellas es un fenmeno relativamentedifundido: no existen observaciones de otras formas de vida, ni siquiera elementales, pero lahiptesis que estas se hayan originado en ambientes similares al nuestro es altamenteplausible. La investigacin cientfica es la que puede darnos la idea de que a causa de lasdimensiones del universo en el que vivimos, y de los tiempos en juego para poder comunicara travs del espacio, no es posible (ni lo ser jams) tener una informacin completa detodas las regiones del universo en mrito a la posible presencia de otros seres inteligentescon un origen diverso de aquella del gnero humano.3.2.5.2. Hacia una Teologa de la ciencia y una renovada Teologa de la naturaleza. La listade resultados y de perspectivas apenas esbozada habra podido ser todava ms amplia. Seha insistido principalmente en los resultados de carcter cosmolgico y, en parte menor,sobre aquellos provenientes de la Biologa o de la Antropologa; se habran podido agregarvarios otros, de anlogo relieve filosfico, en el campo de la fsica de las altas energas, dela Mecnica Cuntica, de la Qumica o de la Bioqumica, de la Zoologa o de la FisiologaHumana. En lo que respecta a las Ciencias Matemticas y la Lgica, tambin ellas han sidoprotagonistas de xitos bastante significativos; sin embargo, estos han de ser consideradosms propios del mbito de la Filosofa que del de las ciencias naturales. Pero el punto encuestin no es, como se comprende, examinar una inmensa masa de resultados en modocompleto: se trata ms bien de valorar si tales resultados representan slo una fuente deproblemas para la lectura que, a partir de la Revelacin, el telogo hace del mundo(comprendido el hombre) y de sus relaciones con Dios; o, ms bien, si lo que las cienciasnaturales hoy nos ensean pueda verdaderamente constituir una fuente positiva deespeculacin y de progreso teolgico. Un verdadero progreso, por otra parte, es posiblecuando, si hay problemas, estos son afrontados y eventualmente resueltos, proponiendonuevos modos de comprender la Revelacin que permiten acrecentar la inteligibilidad por larazn y, con ella, tambin la credibilidad de la fe en un contexto cientfico.Positivamente, bastara pensar en el horizonte en el cual hoy, precisamente gracias a lasciencias, la Teologa puede encuadrar mejor lo que significa decir ser creatura en un mondo

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    creado. El significado y el relieve de estos trminos adquieren hoy un peso y un contextoque antes no tena; y si esto no acrecienta directamente el contenido dogmtico de la nocinteolgica de creacin como acto ex parte Dei, lo acrecienta ciertamente en las implicacionessus otras dos acepciones, como relacin y como efecto creado. Siempre al interior de laTeologa de la creacin no es cierto sin inters pensar al hecho que las condicionesesenciales de la sintona entre Fsica y Biologa, sobre el cual el universo se ha despusdirigido, se hayan producido en los instantes iniciales del desarrollo del cosmos, es decir,mucho antes de la sucesiva evolucin biolgica. Deberan despus ser valorizadas laseventuales resonancias cristolgicas de una centralidad teleolgica, no ms geomtrica, dela vida y del hombre en el cosmos. Tal vez, hasta la doctrina cristiana de la resurreccin dela carne, a la luz de la disolucin del cuerpo humano, podra aprovecharse de nuestrosconocimientos sobre lo que sea en realidad la informacin gentica. La gran atencin dirigidapor el pensamiento cristiano a la Teologa del cuerpo, un cuerpo partcipe tambin l de laimagen de Dios, capaz de revelar la persona y de ser templo del Espritu Santo, recibiratambin nuevas luces del hecho de que tal cuerpo, antes incluso de ser humano, encarneuna muy larga historia evolutiva, csmica y biolgica? Y como seran comprendidos elorden y la armona de una naturaleza coronada al trmino de la creacin por el ser humano,cuando se considera que en la historia que lo ha precedido han aparecido y desaparecidoinnumerables especias, no sin una rivalidad recproca y muchas veces con antagonismosdolorosos? Sobre el plano de la historia de salvacin, pues, la comprensin de la relacinentre redencin objetiva y redencin subjetiva podra recibir significativas sugerencias de losmuy largos tiempos transcurridos a partir de la aparicin de la especie humana sobre latierra, sobre todo pensando en el hecho de que la enorme mayora de los seres humanosque han vivido hasta ahora no han entrado en contacto, ni siquiera intencional, con el eventopascual de Cristo. Se trata slo de puntadas para mostrar el sentido de lo que entendemos;no slo por la potencialidad que en ellos se contienen, sino tambin por la necesidad queellos manifiestan de un trabajo interdisciplinario serio y riguroso.Entre las cuestiones a resolver aparece, por ejemplo, la importancia de explicar hoy larelacin entre primera creacin y nueva creacin con modalidades que no contradigan losconocimientos que tenemos sobre la realidad material, cobre sus escenarios pasados yfuturos. La valoracin de los elementos de continuidad y de discontinuidad presentes en

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    aquella relacin, sobre las cuales incluso la Revelacin nos instruye, debera ser hecha enbase a la perspectiva cientfica, con consecuentes posibles implicaciones para laescatologa, incluso la intermedia. Se trata de implicaciones y no necesariamente diproblematizaciones, por tanto, de exigencias de inteligibilidad para una mejor comprensindogmtica de la Revelacin misma. En mrito a la dimensin fsica que la relacincontinuidad/discontinuidad entre primera y nueva creacin ciertamente contiene en s,deberan pues ser encuadrados algunos elementos ligados al pecado original. Conindependencia de las posibles hermenuticas que subyacen a la narracin bblica cuyaexplicacin en acuerdo con el contenido esencial del dogma es tarea de los exegetas- si laentrada histrica del pecado, en un mundo ya creado desde haca tiempo, es presentadacon precisas consecuencias no solamente para la naturaleza humana sino tambin para ladel mundo material en su conjunto, entonces la Teologa debera aclarar si la discontinuidadintroducida por tales consecuencias tenga o no aspectos observables a nivel cientfico. Encaso afirmativo, una confrontacin con las ciencias echara luz sobre el modo en el quedebera ser entendida la muerte humana, sugiriendo por ejemplo la distincin entrecumplimiento de un ciclo biolgico y la dramaticidad con la cual el trmino de la vida fsica esadvertido por una criatura racional que puesto en sospecha la bondad de su Creador.Siempre una confrontacin con las ciencias podra tambin sugerir que el desordenintroducido en la naturaleza por el pecado del hombre admitira interpretaciones quesubrayen la dimensin antropolgica (desorden en la relacin entre el hombre pecador y lanaturaleza) sin deber insistir necesariamente sobre una dimensin fsica intrnseca a lanaturaleza misma (desorden en la naturaleza). De all derivaran tambin diversos modos decomprender en qu consiste el mal fsico y su significado en los planes de Dios. Se podranfinalmente extraer indicaciones sobre el correcto modo de entender la relacin entredimensin histrica y metahistrica del pecado original mismo.El significado y la lgica de la historia de la salvacin que es la historia de la libertad deDios y de la libertad del hombre superan ciertamente todo lo que las ciencias puedanreconstruir acerca del significado de las historias evolutivas del cosmos y de la vida. Y, sinembargo, la historia de la salvacin se da, es decir tiene lugar, en aquellas historias y seentrecruza con ellas. El realismo del misterio de la Encarnacin, con el cual el Verboasumiendo sobre s la naturaleza humana ha asumido tambin todas las relaciones con la

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    creacin, implica deber tomar en serio tal interseccin, explorando hasta el fondo susconsecuencias.El relieve de todo esto para la Teologa ha hecho pensar recientemente en la necesidad dedesarrollar una Teologa de la ciencia, como em Heller (1996: 95-103) o, tambin unaTeologa de la naturaleza como em Pannenberg (1993) e Ganoczy (1997). Aun con todos loslmites que tales perspectivas teolgicas de genitivo puedan tener (no acogidaspositivamente siempre porqu son vistas como fuente de fragmentacin), retenemos queexiste hoy material de trabajo ms que suficiente para dar vida a reflexiones, ahoranecesarias, que se orientan en tal sentido. "La Teologa" -observa un autor contemporneo -

    puede realizar su contribucin slo en la medida en que se mantengan encontacto con el resto de las ciencias. Y al decir esto nos referimos no ya al hechoobvio que necesita ser escuchada, sino al hecho de que ella misma tienenecesidad de escuchar otros saberes [...]. El telogo, come todo cientfico, tienenecesidad de ser humilde, y en medida todava mayor; no slo porque eso quesabe lo recibe de la palabra de Dios, confiada a la Iglesia, de frente a la cualdebe mantenerse en actitud de escucha devota, sino tambin porque reconoceque la ciencia teolgica no lo autoriza a prescindir de otros saberes" (ILLANES,1982: 887).

    3.3. Una Aplicacin al Tema de la Evolucin: J. F. Haught3.3.1. John F. Haught15 parte del hecho de que la evolucin es un dato objetivo y que haencontrado frmulas explicativas en el darwinismo. En cuanto telogo, no slo no halla unacontradiccin entre evolucin y fe, sino que incluso considera que el darwinismo ha sido unmagnfico don para la Teologa. Haught ha realizado una de las incorporaciones msinteresantes y orgnicas que se ha hecho del evolucionismo en el terreno catlico. De entresu prolfica obra sobre ciencia y Teologa y, en particular, sobre evolucin y Teologa,16 nosdetendremos en Responses to 101 Questions on God and Evolution. Se trata de un libro15 John F. Haught, telogo sistemtico catlico, Landegger Distinguished Professor of Theology en la

    Georgetown University de Washington, se ha especializado en temas de ciencia y religin, particularmente deevolucin y Teologa. Haught testific como experto en el caso Kitzmiller vs. Dover Area School District,opinando que el efecto de la poltica educativa acerca del Intelligent Design (ID) adoptado por el consejo dedireccin de la Dover School podra obligar a los profesores de ciencia de la escuela pblica a presentar asus estudiantes en biologa informacin que es esencialmente religiosa y no de naturaleza cientfica.

    16 Cf. bibliografa final.

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    netamente divulgativo que rene de un modo sinttico las problemticas ampliamentedebatidas en otras publicaciones.3.3.2. Evaluacin del Hecho CientficoUn primer punto de anlisis lo constituye la determinacin del hecho evolutivo y la teora quelo interpreta. Para ello, Haught practica una descripcin histrica, mostrando cmo seprodujo la heurstica y cmo se desarrollo la interpretacin previa y propiamente de Darwin(I. Darwin`s Revolutionary Idea, Questions I - 31 [HAUGHT, 2001: 3-43]). A temashistricos tales como la figura de Darwin y el impacto de su teora en su tiempo,especialmente en los medios teolgicos, el A. aade cuestiones tales como si la evolucin esmeramente una teora (n. 8). Aunque sostiene que obviamente se trata de una teoracientfica, el punto neurlgico es el saber si se trata de una teora apoyada por suficientesdatos. La respuesta a esta cuestin es afirmativa; aunque, como todas las otras ideascientficas, la teora evolutiva es siempre sujeto de pruebas y revisin. Desde un punto devista cientfico, dicha teora ha sido ya firmemente establecida puesto que da sentido a unnmero importante de fenmenos que de otro modo permaneceran ininteligibles. Hay unabundante conjunto de datos que apoyan esta teora: por ejemplo, los fsiles, la distribucinbiogeogrfica, la anatoma comparativa, la geologa, la embriologa, los dato radiomtricos yahora el estudio de la programacin gentica.En el contexto de la conflictividad con los creacionistas lectores literalistas del relato delGnesis- Haught subraya la validez de la interpretacin evolucionista que podr avanzar enrefinamiento en adelante, como todas las teoras cientficas, pero es la fuerza de la ciencia,no su debilidad, lo que hace que tales ideas estn abiertas a tal correccin (HAUGHT, 2001:14).En una cuestin denominada Cun confiable son hoy las ideas de Darwin? (Q. 10), eltelogo norteamericano destaca el rol de la gentica que ha fortalecido durante el siglo XX lateora evolutiva. En la sntesis moderna se ha integrado la variacin gentica que permitecomprender el proceso de transmisin de caracteres que en la inicial teora de Darwinquedaba oscuro.Haught presupone en la obra una serie de justificaciones epistemolgicas acerca de la teorade la evolucin que ha estudiado en otras obras. De todos modos, permite orientarse acercade los argumentos centrales de la teora evolutiva que intenta explicar un ncleo de hechos

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    que sin ella permanecera incomprensible. Obviamente, subraya la perfectibilidad de lateora, aunque sin perder de vista que el dato de la mutacin de especies es prcticamenteinnegable.3.3.3. Consecuencias sobre la Teologa Fundamental y SistemticaAunque entremezcladas con sus reflexiones epistemolgicas, aparecen cuestiones de lo quepodramos llamar Teologa fundamental: temticas que impactan en las bases de lacomprensin de la Revelacin bblica. Ya en el bloque I aparecen algunas (vgr.: Si lacreacin especial no es necesaria para traer nuevas especies a la existencia, no significaesto que la idea de Dios es superflua?, q. 12; Pudo la vida ser originada por azar?, q. 16;Cmo puede uno tener un sentido religioso jerrquico de la realidad sin rechazar unaciencia evolutiva?, q. 18; etc.). Sin embargo, las cuestiones de Teologa fundamental sonplanteadas ms explcitamente en el captulo II: Darwin and Theology (Questions 32 - 49).Desarrollando el tema del influjo de la teora de la evolucin en el pensamiento catlico,Haught seala que ste ha sido marginal: siguiendo la Teologa sacramental tradicional, lostelogos han puesto el acento ms en la accin de Dios que en la naturaleza y en suevolucin (HAUGHT, 2001: 47). Afortunadamente, hay cada vez ms telogos quereflexionan sobre los temas de la revelacin, la encarnacin y la redencin en trminos deevolucin csmica y no solamente de existencia humana.17

    En un punto en el que trata el influjo de la teora evolutiva sobre la Teologa, el A. seala quees de doble tipo: En primer lugar, sobre la Teologa natural. En efecto, la visin del conjuntodel proceso evolutivo permite intuir los signos del creador precisamente en el todo de lanaturaleza, no simplemente en sus expresiones particulares como puede ser la perfeccinde un insecto-. En segundo lugar, tambin la Teologa sistemtica es impactada por laevolucin. sta hace pensar que vivimos en un universo inacabado, que la creacin esttodava ocurriendo (Idem: 48). Esto abre perspectivas hacia el futuro que no estabanpresentes en la visin esttica vigente en pocas anteriores. Por ejemplo, permite extenderla esperanza ms all del destino del hombre y a pensar que nuestros esfuerzos contribuyen por minsculos que parezcan - a colaborar en el proceso de la creacin del universo.

    17 Ibid., p. 48. Contina: This in turn allows them to articulate the ecological connections that bond our specieswith all of the other forms of life in a single erth community. They are more grateful to Darwin and his followersfor helping us deepen our understanding of our relationship to the natural world and its Creator.

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    La expresin Teologa de la evolucin adquiere sentido como un conjunto de reflexiones queintentan explicitar cmo la idea evolutiva impacta sobre la revolucionaria idea de Dios bblico.La Biologa Evolutiva provoca a la Teologa a para ajustar mejor la imagen bblicamentebasada de Dios como el compasivo y prometedor nico que da su vida divina sin reservas alcosmos. Despus de Darwin nosotros podemos pensar todava a Dios comoomnipotentemente efectivo en el mundo, pero necesitamos definir ms cuidadosamente quentendemos por poder. En efecto, el Dios cristiano no es alguien que somete y fuerza a suuniverso conforme a un plan rgido. Al contrario, Dios quiere que el mundo llegue a ser lmismo lo ms plenamente posible. Esto significa que al mundo deba serle permitido elespacio y el tiempo para dirigirse hacia su finalidad, experimentando con variasposibilidades. Si Dios ama al mundo" subraya Haught - "entonces podemos asumir queDios concede al mundo un cierto grado de libertad para experimentar con un espectro deposibilidades en su gestacin (HAUGHT, 2001: 50).Una Teologa de la evolucin admitir que la evolucin es experimental por naturaleza, y queel cosmos y la vida deben contar con un espacio para una cierta bsqueda libre. El hecho deque nosotros vivamos en un universo en expansin es en s mismo indicativo de que eldeseo del Creador es que el mundo tenga un margen para realizar experimentos en unaindependencia emergente. Un Dios que verdaderamente ama el mundo est ntimamenterelacionado con l, pero en un modo que permite al mundo permanecer distinto de Dios. Elproceso de la evolucin es la historia del universo examinando varios caminos para llegar aser l mismo. El poder divino, entonces, se manifiesta como restriccin de s mismo en elamor, como un dejar ser que permita al mundo emerger como otro distinto de DiosDe una manera puntual, Haught pregunta cmo cambia la evolucin nuestra comprensinde Dios (Q. 35). Por lo pronto, seala el A., la perspectiva evolutiva induce a colocar latrascendencia divina no exclusivamente hacia arriba sino tambin hacia delante. En ciertomodo, no se trata sino de ajustarse ms al modelo bblico acerca de un Dios que haprometido realidades todava no cumplimentadas totalmente. Una Teologa evolutiva piensaa Dios y sus promesas en trminos de futuridad del ser, ms que en trminos de una eternae inmvil presencia flotando arriba. Con esto se recuperara la imagen bblica de Dios,olvidada en ciertas especulaciones teolgicas.

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    En segundo lugar, la pica de la evolucin expande nuestro sentido de Dios hacindonostomar conciencia de que el cuidado divino abraza el destino del universo en su conjunto(Idem). De aqu surge que el ser humano no puede separar sus aspiraciones privadas de lasuerte que corra la creacin entera. En tanto las religiones han credo en un universoesttico, tal vez han podido mantener una idea de destino individualista para el otro mundoaparte de ste. Este optimismo de retirada, como Teilhard de Chardin lo llam, domin aOccidente por siglos. La evolucin, sin embargo, nos dice que estamos relacionados a unms vasto universo y a una gran historia de la vida en un prolongado proceso de llegar a ser.El nuevo y fresco sentido de estar-juntos con el cosmos provee a nuestra esperanza conunos nuevos y ms amplios horizontes. La evolucin brinda a nuestras vidas un ms fuertesentido de ser incluso partcipes en el progresivo proceso de la historia de una creacincsmica.Finalmente, agrega Haught, la evolucin agrega un nuevo acento a lo que llamamos graciadivina. La gracia divina nos es dada para un universo contingente, uno que no estconfigurado por una necesidad determinista. En este tipo de mundo, pueden aconteceroportunidades y accidentes. La Teologa no debera haberse sorprendido sino ms bienhaber esperado, que el mundo creado estuviese abierto a ese tipo de contingencia y azarque encontramos en la evolucin de la vida. Sto. Toms de Aquino mismo argument que ununiverso totalmente dominado por la necesidad no hubiese sido distinto de Dios. El mundoha de tener electos de no necesariedad o contingencia en orden a ser un mundo como tal.Sera contrario a la naturaleza de la Providencia y a la perfeccin del mundo, deca l, sinada sucediera por azar.Solamente un cosmos independiente podra dialogar o ser verdaderamente ntimo con Dios.Desde este punto de vista, entonces, la pica de la evolucin es la historia de la emergenteindependencia y autonoma de un mundo despertando en la presencia de la gracia de Dios.Y la gracia divina, como enfatiz Kart Rahner, hace al mundo ms autnomo, no menos.

    En la presencia de Dios, el universo no se disuelve en la nada o dentro de Dios,sino que llega a ser un mundo distinto de su Creador. La evolucin, pues, nospermite sentir ms profundamente la primordial conviccin bblica de que Dios esAmor gratuito y liberador (HAUGHT, 2001: 51).

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    Otro tema de Teologa sistemtica es la Cristologa. Haught desarrolla algunos puntos de lacuestin de la relacin entre Cristo y la evolucin, cuyos antecedentes ms importantesestn en Teilhard de Chardin. El telogo norteamericano recuerda la Cristologa csmicapresente en los textos de San Pablo y San Juan, as como en San Ireneo de Lyn y otrostelogos posteriores. Esa audaz extensin de la presencia santificante de Cristo a travs deluniverso fue desafortunadamente olvidada.18 La ciencia evolutiva proporciona una ocasinpara renovar y expandir esta Cristologa csmica. Teilhard de Chardin ha tenido mucho quever en esta renovacin. Como subrayaba el jesuita francs, la evolucin es santa: en tantoque el universo contina a crecer en complejidad y en conciencia, es cristificado. Para la fecristiana, la Cristologa es inseparable de la cosmologa. Cuando pensamos en el Cuerpo deCristo, no deberamos pensar solamente en una comunidad humana, sino en el conjunto deluniverso evolutivo convergiendo en Cristo. Y la Eucarista nos significa no solamente a Cristoindividual, sino al Cristo cuyo cuerpo incluye al cosmos en evolucin.Haught desarrolla en otras secciones (III. Creationism; IV. Darwin and Design; V. DivineProvidence and Natural Selection; VI. Evolution, Suffering and Redemption; VII. Teilhard deChardin and Alfred North Whitehead) otros temas de carcter teolgico. Sin embargo, bastanlas referencias anteriores para dar una idea de un trabajo de incorporacin crtico de la teoraevolutiva por parte de la Teologa sistemtica.

    4. Conclusiones4.1. El recorrido que hemos hecho ha intentado bsicamente mostrar la importanciacreciente de una utilizacin crtica de las ciencias naturales en el discurso teolgicosistemtico cristiano. Hemos hecho referencia a los trabajos de dos telogos cientficos, unoanglicano (Peacocke) y otro catlico (Tanzella-Nitti) y un telogo sistemtico catlicoempeando particularmente en la incorporacin de lo nuclear de la teora evolutiva en lareflexin teolgica (Haught). Con diferentes matices, proporcionan una idea de un trabajoarduo pero necesario que la Teologa debe realizar puertas adentro a fin de poder dialogarseriamente con los nuevos horizontes abiertos por las ciencias.4.2. Las referencias a los clsicos tpicos de Teologa como ciencia y lugares teolgicosparecen tiles para encuadrar una tarea que, de otro modo, corre el riesgo de transformarse

    18 Hay actualmente un inters renovado sobre la olvidada Cristologa csmica. Cf. al respecto, Papanicolau(2006) (Nota LF).

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    en anrquica. En efecto, sin una cierta consideracin del mbito epistemolgico de laTeologa y el lugar que se ha de dar a la ciencia con sus metodologas, teoras e hiptesis -dentro del quehacer teolgico, se hace casi imposible una utilizacin razonable de sta porla Teologa. El aporte de Tanzella-Nitti parece muy valioso en este sentido. El de Peacockeparece vlido en un tipo de trabajo ms ecumnico. La propuesta concreta de Haught puedeser considerada como un modelo muy pertinente de aplicacin.4.3. Por ltimo, se deja notar en todos estos autores una distancia hermenutica notable congran parte de la Teologa escolar que no ha hecho el esfuerzo de comprensin del mundocientfico. Las dificultades que se pueden detectar son mltiples y complejas, ligadasfundamentalmente a una formacin ms humanstica y textual que cientfica por parte de lostelogos o pastores de las diversas comunidades. Probablemente haya que instalar ms enlas curricula de estudios el tpico ciencia y religin como temtica previa, ligada acuestiones de Teologa fundamental, a fin de generar un inters por las ciencias.

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