Pierre Hadot

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Pierre Hadot Pierre Hadot (1922-2010)

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etica, moral

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Pierre HadotPierre Hadot(1922-2010)

Pierre HadotPierre HadotSu primer contacto con la filosofía antigua es indirecto. A través de Montaigne se encuentra con la famosa frase de Platón: filosofar es aprender a morir. Dicho texto lo llevó a considerar que la filosofía no era un mero discurso teórico.

Dicha interpretación de la idea de Platón sobre el ejercicio de la muerte se aparta de toda fascinación por la muerte, en la línea de que la muerte sea preferible a la vida.

Ejercitarse en morir es ejercitarse en vivir verdaderamente, en superar “el yo parcial y pasional”, elevarse a una “visión desde lo alto”, a una “perspectiva universal”.

Pierre HadotPierre HadotSuperar “el yo parcial y pasional” es tomar conciencia de nuestra pertenencia a la comunidad humana y de la necesidad para nosotros de tener siempre a la vista, en nuestra acción, el bien de esta koinonía:

“Quien estudia un texto o microbios o las estrellas ha de deshacerse de su subjetividad” (p. 108).

Tanto en la practica de la democracia como en el trabajo científico, “hay que deshacerse de la parcialidad del yo individual y apasionado para elevarse a la universalidad del yo racional”.

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Hadot arremete así contra la idea de que todos los discursos son válidos, de que todas las exegesis son igualmente subjetivas y de que es imposible no solo alcanzar la objetividad, sino siquiera esforzarse por alcanzarla.

Pero eso no significa que se interpreten los textos como si escapasen al tiempo, al lugar a la sociedad en la que han sido producidos.

Para los antiguos esta superación de sí mismo, esta perspectiva universal no solamente concierne al sabio y al político, sino a todo el género humano.

Pierre HadotPierre HadotEl sentimiento oceánico es la cumbre de lo que Hadot llama la conciencia cósmica; experimentar la importancia del instante presente-único tiempo y único lugar sobre el que tenemos influencia en la inmensidad de los tiempos y de los espacios de los que formamos parte; es vivir cada hora como si fuera la última, pero también la primera, como si mirásemos este mundo “ingenuamente” por primera vez.

En la Antigüedad, la filosofía es esencialmente diálogo, se trata más de una relación viva entre personas que de una relación abstracta con ideas.

Pierre HadotPierre HadotEn cierto sentido podríamos decir que siempre hubo dos concepciones opuestas de la filosofía, una que ponía el acento en el polo del discurso, y otra que lo ponía en el polo de la elección de vida.

Los primeros intentaban brillar por las sutilezas de la dialéctica o la magia de las palabras, los segundos pedían a sus discípulos un compromiso concreto con una determinada forma de vida.

Según Hadot los filósofos nunca llegarán a desembarazarse de la autosatisfacción que experimentan en el placer de hablar.

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Pero para permanecer fieles a la inspiración profunda -socrática, podríamos decir- de la filosofía, habría que proponer una nueva ética del discurso filosófico, gracias a la cual renunciaría a tomarse a sí mismo como fin en sí o, peor aún, como medio de hacer mercadería de la elocuencia del filosofo y se convertiría en un medio de superarse a sí mismo y de acceder al plan de la razón universal y de la apertura a los otros.

Pierre HadotPierre Hadot“Seguro que hay permanentemente un peligro de egoísmo en los esfuerzos que uno hace por perfeccionarse a sí mismo, sobre todo desde la perspectiva antigua, donde se intenta alcanzar la ataraxia, es decir, la paz del alma; a menudo se desligan de la actividad política y además hay una apariencia de egoísmo en algunas declaraciones que de momento me chocaron un poco en el Manual de Epicteto, donde escuchamos a Epicteto decir: piensa que tu hijo es mortal y no serán perturbado por su muerte. Por otro lado, me di cuenta de que, en el caso de Epicteto, no era una especie de egocentrismo espiritual, sino que, por el contrario, era un actitud bastante análoga a la del cristiano que se somete a la voluntad de Dios. Finalmente, esto podía explicarse cuando sabemos que, por otra parte, había insistido mucho en las afecciones familiares. Hay que reconocer que es un problema complicado, incluso para los cristianos

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Preocuparse de uno mismo puede parecer egocéntrico. Pero, cuando leemos textos como los de Seneca, de Epicteto, de Marco Aurelio, hablo de los estoicos, o cuando estudiamos también cómo funcionaba la vida en la escuela epicúrea, nos damos cuenta de que la práctica espiritual (que, como acabo de decir, busca establecer la paz en el alma) no es egoísta por varias razones. En primer lugar, los ejercicios espirituales están destinados a deshacerse del egoísmo, egoísmo provocado, primero y ante todo, por la atracción de los placeres o por la preocupación del cuerpo. Los filósofos siempre han hecho, tanto Platón como los estoicos un esfuerzo por desprenderse del yo parcial y pasional, para elevarse al nivel del yo superior” (p.164)

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El propósito del dialogo como ejercicio espiritual es reconocer los derechos del otro en la discusión y reconocer una norma superior al nivel de la cual el yo ha de elevarse para poder simplemente dialogar –una norma superior que es la razón-.

A partir del momento en que intentamos someternos a la razón , estamos casi necesariamente obligados a renunciar al egoísmo.

Pero además los filósofos antiguos se preocuparon intensamente por los demás.

Pierre HadotPierre HadotSócrates se presenta como aquel que ha recibido la misión de ocuparse de los demás, de hacerles tomar la decisión de preocuparse por sí mismos.

Aquí volvemos a la primera razón: la preocupación por uno mismo consiste en tomar conciencia de lo que se es realmente, es decir, de nuestra identidad con la razón e incluso –en los estoicos –, con la razón considerada como Dios.

En el caso de Platón , se ve muy claro en su carta VII y en sus interpretaciones políticas; también entre los primeros estoicos, y es todavía más explícito en Séneca, Epicteto y Marco Aurelio.

Pierre HadotPierre HadotLa disciplina de la acción comporta un elemento que es muy importante: la preocupación por el bien común. Para Marco Aurelio ello adquiere un valor muy fuerte, ya que, en tanto que emperador, se exhorta a sí mismo a preocuparse del bien común.

Las filosofías en la Antigüedad buscan extenderse, tienen un aspecto misionero, podríamos decir, aunque sea a pequeña escala.

Y los epicúreos, que de hecho parecen replegarse en sí mismos, tienen un gran sentido de la amistad, que para ellos es un placer: desean la amistad porque es un placer puro. Y tienen el deseo, sobre todo, de expandir su doctrina.

Pierre HadotPierre HadotEn la Epístola 48,3 dice Séneca:

“Vive para el prójimo si quieres vivir para ti”. Ya que según Séneca no se puede ser feliz si uno no tiene en cuenta más que a sí mismo.

Es cierto que se podría pensar que para ocuparse de los otros, primero hay que transformarse a uno mismo. Pero esta transformación de sí mismo consiste precisamente en estar atentos a los demás.

Olvidar el interés personal es precisamente preocuparse por uno mismo, es decir, cuidarse del yo superior, más allá de todo egoísmo.

Pierre HadotPierre HadotLa razón que funda el amor al prójimo, al menos para los estoicos, es la conciencia de ser miembros de un mismo cuerpo, de tal modo que cada miembro, al ponerse al servicio del cuerpo, se pone al servicio de sí mismo.

Pero hay un peligro que Marco Aurelio vio muy bien; si somos conscientes y felices de hacer el bien, corremos el riesgo de hacer el bien y de no tener una intención perfectamente pura haciendo el bien.

Para Marco Aurelio, hay que ser de aquellos que hacen el bien en cierto sentido inconscientemente. Esto recuerda las palabras del Evangelio: “cuando des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace tu mano derecha”.

Pierre HadotPierre HadotLa bondad supone un desinterés total, tiene que ser en cierto sentido espontánea e irreflexiva, sin el menor cálculo, sin la menor complacencia en sí mismo.

Es necesario que la bondad sea un instinto: tenemos que hacer el bien como la abeja que hace su miel y no busca nada más.

Hadot se distancia de la noción de placer en Foucault. Para éste último , la ética del mundo grecorromano es una ética del placer tomado en sí mismo.

Pierre HadotPierre HadotPero los estoicos habrían rechazado esta idea de una ética del placer. Distinguían cuidadosamente entre el placer y la alegría, y la alegría para ellos –la alegría y no el placer –, se encontraba no en el yo a secas, sino en la mejor parte del yo. Seneca no encuentra su alegría en Séneca sino en Séneca identificado con la razón universal.

Por otra parte, en su descripción de lo que llama las prácticas de sí, Foucault no valora suficientemente la toma de conciencia de la pertenencia al Todo cósmico, y la toma de conciencia de la pertenencia a la comunidad humana, tomas de conciencia que corresponden también a una superación de sí.

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No pienso que el modelo ético adaptado al hombre moderno pueda ser una estética de la existencia. Temo que esto no sea, en definitiva, más que una nueva forma de dandismo.

Hadot, quien al tiempo que admite la importancia del estudio hecho por Foucault sobre el cuidado de sí mismo en la perspectiva grecorromana, señala que este pensador pasa por alto un elemento de vital importancia y es el que tiene que ver con la conciencia que debe tener el sujeto acerca de su pertenencia al cosmos, a la naturaleza, a la razón universal.

Pierre HadotPierre HadotAunque Hadot admite las bondades de las “prácticas de sí mismo” de las que habla Foucault –gracias a las cuales el sujeto se libera del apego apasionado a los objetos y placeres exteriores, se domina y se posee a sí mismo, encuentra su felicidad en la libertad y la independencia interior–, por otro lado cree que sus planteamientos adolecen de una apertura hacia lo universal: “Hay aquí una transformación radical de las perspectivas, una dimensión universalista y cósmica en la que, según me parece, Michel Foucault no insistió suficientemente: la interiorización es superación de sí mismo y universalización” . (HADOT, Reflexiones sobre la noción de “cultivo de sí mismo”. En: BALIBAR, Etienne et al. Michel Foucault, filósofo,. p.224)

Pierre HadotPierre HadotSegún Hadot la exposición que Foucault hace de la ética en la filosofía antigua no es del todo exacta, ya que se concentra exclusivamente en el movimiento de interiorización, pero olvida o ignora el movimiento de exteriorización, que es el que tiene que ver con la apertura hacia lo cósmico-universal.

«La verdad es que Pierre Hadot reprocha a Foucault la deriva individualista en su interpretación y señala como las “prácticas de sí” que eclosionan en las escuelas platónicas y estoicas compaginaban la vuelta hacia sí mismo entendida como autodominio con un movimiento hacia un ámbito psíquico superior de conexión con la naturaleza o lo universal».

(DEL ÁGUILA, Rafael. Sócrates furioso. Barcelona: Anagrama, 2004. p.85)

Pierre HadotPierre HadotEsto explicaría, según este autor, el que Foucault hable realmente poco de los epicúreos:

“La razón de este silencio –nos dice– está tal vez en el hecho de que es bastante difícil integrar el hedonismo epicúreo en el esquema general del uso de los placeres propuesto por Michel Foucault” .

Es decir, para Hadot, Foucault no toma suficientemente en cuenta a la ética epicúrea, ya que aunque ésta cifra la felicidad humana en el placer, también apunta de algún modo hacia lo universal, lo cual es inaceptable para Foucault.

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Hadot cree en que el silencio de Foucault con respecto la ética epicúrea es muy extraño, si se piensa que en cierta forma dicha ética es “una ética sin normas, una ética autónoma, que no puede fundarse en la naturaleza, una ética que es producto del azar” (HADOT, Reflexiones sobre la noción de “cultivo de sí mismo”, p. 221) y que por lo tanto parece a la medida de lo planteado por Foucault.

Según Hadot el asunto problemático para Foucault es que los epicúreos no tienen reparo en admitir que el cultivo de sí no depende únicamente de la relación consigo mismo y del placer de allí resultante sino de algo más:

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“El epicúreo no teme confesar que tiene necesidad de otra cosa diferente de él mismo para satisfacer sus deseos y hallar placer: le son necesarios el alimento corporal, los placeres del amor, pero también una teoría física del universo para suprimir el miedo a los dioses y a la muerte. El epicúreo necesita frecuentar a otros miembros de la escuela epicúrea para encontrar la felicidad en el afecto mutuo. Y por fin, le hace falta la contemplación imaginativa de la infinitud de los universos en el vacío infinito para experimentar lo que Lucrecio llama divina voluptas et horror”.

(Ibíd., p.221)