Piranesi del minotauro el laberinto james dashner, …...mente la totalidad, el ámbito en el que...

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AÑO 8 • NÚMERO 93 • FEBRERO 2017 la prisión del minotauro Francisco Goñi Las majestuosas construcciones de Piranesi “No queda mucho tiempo. Aprendamos a vivir”. el laberinto de las religiones james dashner, Autor de THE maze runner “Yo era ese niño raro que jugaba en el bosque y escribía historias todo el tiempo”.

Transcript of Piranesi del minotauro el laberinto james dashner, …...mente la totalidad, el ámbito en el que...

AÑO 8 • NÚMERO 93 • FEBRERO 2017

la prisión del minotauroFrancisco Goñi

Las majestuosas construcciones de

Piranesi

“No queda mucho tiempo. Aprendamos a vivir”.

el laberinto de las religionesjames dashner,

Autor de THE maze runner“Yo era ese niño raro que jugaba en el bosque y escribía historias todo el tiempo”.

03ELLIBRERO DE...

Susana Zabaleta (Monclova, Coahuila, 1964) ha destacado por su trayectoria como soprano y actriz. Su biblioteca se caracteriza por la diversidad de géneros y autores que pueblan los anaqueles, desde Carlos Fuentes y Xavier Velasco hasta Dostoievski y William Shakespeare. Ganadora del Premio Ariel a Mejor actriz por su papel en Sexo pudor y lágrimas (Antonio Serrano, 1999), tras un breve recorrido Susana Zabaleta nos presentó su librero. +

SUSANA ZABALETA

¿Cuántos libros tienes?¡Auch! Qué difícil pregunta. Probablemente son mil libros entre toda la casa, nunca escojo un lugar para leer, siempre elijo diferentes espacios. Tengo libros prohibidos, y los tengo en una vitrina, porque no los pueden agarrar mis hijos. Son libros eróticos, poesía erótica, y algunos otros de usos y costumbres de otros pueblos, que a veces son muy fuertes.

¿Cuál es el libro más viejo?Es un tomo de las obras completas de William Shakespeare. Es antiguo, no recuerdo cuándo se editó.

¿Cuál es tu favorito?Mi libro favorito por muchos años fue Primero Sueño de Sor Juana Inés de la Cruz. En algún momento hice teatro de Sor Juana y lo canté, una obra con música de Marcela Rodríguez; me vestí de Sor Juana, creo que eran veintitantas cosas que se tenía que poner. Luego traté de entenderla y alguien me explicó el sueño, el día y la noche, y no puedes creer que sea tan específico y tan poco claro al mismo tiempo. Tengo en mi memoria muchos de sus pasajes.

¿Qué libro no has leído aún?Yo sé que todos los libros se tienen que respetar, pero hay unos que no me gustan, como los libros de superación personal, que me dan una flojera inmensa.

¿Qué libro te hace falta?Me hace falta toda la colección de Rosario Castellanos. Un día estaba en Acapulco y me puse a leerla, andaba yo bien hasta la madre y entonces inicié, y dije: ¡ah, cabrón! Ahora regrésate y entiéndele, ¡cuánta complicación de mujer! Las mujeres somos muy rebuscadas, y te pue-des apasionar mucho. Qué fuerte una mujer escribiendo. El que escribe como mujer es Mario Vargas Llosa, lo leo y encuentro a una mujer adentro. Es demasiado descriptivo.

¿Cuál es la joya de la corona del librero? En una librería de España encontré unos libros de poesía, y éstos están dentro de mis libros secretos que sólo puedo ver yo. Hay que guardarlos. ¿Qué libro has regalado?El libro que más he regalado es una compilación de cartas anónimas donde se incluyen cartas de todo tipo, de suicidio, de poetas, de una niña al gerente de un periódico pre-guntándole por Santa Claus; cartas que reflejan lo que escribes en el momento. Hay que saber a quién regalar, no todos los libros son para todo el mundo, eso es lo que la gente no entiende, es como la ropa o la comida, tenemos que preguntar si son alérgicos. ¿Qué autor se repite más veces en el librero?Vargas Llosa. Recientemente leí Ideas en Libertad: Homenaje a Mario Vargas Llosa. Los au-tores escriben matices muy diversos sobre el escritor peruano como defensor de la libertad.

¿Cuál es el más nuevo?Los libros de Haruki Murakami. Son una cosa de locos porque tienen esa parte de llevarte a lugares que no existen y, sin embargo, estás en ellos.

¿Cuál libro no has regresado? (es decir, que no es tuyo).Crónicas marcianas, de Ray Bradbury. Le dije a mi hija: “te suplico que leas Crónicas mar-cianas y mires la época en que se escribió, ya todo está escrito y sólo nos estamos reciclan-do”. También me robé de la casa de mi abuela unos libros de moda: ni quién los use. La cosa más triste es que cuando me separé de mi marido se llevó muchos libros y tuve que ceder, porque los compramos entre los dos. Me dolió mucho. +

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EDITORIALLABERINTOSLos laberintos pueden tener distintas representaciones, des-de estructuras físicas, arquitectónicas hasta simbólicas: ale-gorías complejas que se desarrollan en variables discursos. Todo laberinto encierra algo que una vez habiendo entrado y salido nos devolverá transformados. Y esa secuencia de mu-ros, de caminos intrincados, puede ser un libro, una película o la vida misma.

En este número emprendemos la búsqueda del otro lado del laberinto, y contamos con las columnas habituales para lograr-lo: Raquel Castro nos platica sobre la cualidad del extravío y el ímpetu para decidir perderse; Bef repasa algunos nombres del siglo pasado, genios entre los que destaca David Bowie, quien posa en nuestra portada como la encarnación de Jareth, personaje del largometraje Laberinto, de 1986; Karen Chacek hace un recorrido por una serie de libros que sugieren las difi-cultades laberínticas de la vida; Antonio Malpica acompaña a Aquiles y Tortuga en su visita a un prestigioso editor con una oferta que quizá no podrá rechazar; en ese mismo sentido, Francisco Haghenbeck explora los inicios literarios capaces de invitar al lector a entrar en el laberinto narrativo.

A mitad del enrevesado camino dejamos dos artículos, a ma-nera de guía, que surcan las relaciones entre cine y literatura a lo largo del vasto laberinto cultural. Los grabados de Giovanni Piranesi también se erigen como parte del recorrido.

En un sendero que se bifurca llegaremos, por un lado, a la entrevista con James Dashner que nos habla de su conocida obra, The Maze Runner. Por el otro, coincidiremos con el pin-tor mexicano José Manuel Schmill y los monstruos que escon-de en su laberinto. La espiral es una línea que se enrosca sobre sí misma. Esta figura es la representación más simple del laberinto, de la complejidad en su mínima expresión. Es también la muestra gráfica del movimiento que surge de un centro y se expande de forma indefinida. En ese sentido de movilidad y de evolu-ción, este número crece con tres nuevas secciones: leeremos a Julieta Venegas en una nueva faceta como columnista, con “Palabras al viento”, columna en la que nos relatará sus expe-riencias y sus lecturas. Matt Willis-Jones, por su parte, nos con-tará historias para leer en un respiro, en su columna “Things to Read Before You Run Out of Air”. Finalmente, Esteban Suárez nos hará reflexionar con humor cotidiano en su columna grá-fica “Bunkertoon”. ¡Bienvenidos!

Este editorial es el hilo de Ariadna y las páginas, el laberinto. Buen viaje en busca del Minotauro.

EL LIBRERO DE…Susana Zabaleta

ENTRE VUELTAS Y GIROSNiños a ¡leer!/ Karen Chacek

JAMES DASHNEREntrevista

J. M. SCHMILLEntrevista

TODA NOVELA ES UN LABERINTOFábulas del Tío Hoffs/ Antonio Malpica

PERDIDOS A PROPÓSITOJóvenes/ Raquel Castro

SILENCIOCuento/ Jesús González Mendoza

PIRANESIBeatriz Vidal De Alba

LUGAR DE ENCUENTRO DENTRODEL LABERINTOPalabras al viento/ Julieta Venegas

PRODIGIOS LABERÍNTICOSNerd Plus/ Bernardo Fernández-Bef

EL LABERINTO DE LAS RELIGIONESDe Mente/ Yara Sánchez De La Barquera

THE MOUSEThings To Read Before You Run Out Of Air/Matt Willis-Jones

TRAMITAR UNA MANIFESTACIÓN DE CONSTRUCCIÓN EN LA CDMXBNKR-TOON/ Esteban Suárez

LA PRISIÓN DEL MINOTAUROFrancisco Goñi

LA PUERTA DEL LABERINTOMono-grafías/ F. G. Haghenbeck

EL PERFIL: DAVID BOWIETania Rosa González Aranda

CONTENIDO

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Jareth eyes, deautor anónimo

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ENcuÉNtRANOs A NivEl NAciONAl EN: FILIJ • FIL GDL • FIL Minería • FIL Zócalo • Cine Tonalá • Cineteca Nacional • GritaRadio (Universidades, preparatorias CDMX y área Metropolitana) • Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández en Bellas Artes • Orquesta Sinfónica de Minería • OFUNAM •Teatro de la Ciudad Esperanza Iris • Colegio Nacional • SAE INSTITUTE • UNAM • Universidad IBERO • Universidad ANÁHUAC del Norte • Instituto Mexicano Norteamericano Relaciones Culturales (Monterrey) • Casa LAMM • Biblioteca José Vasconcelos • Foro Shakespeare • Museo Nacional de Culturas Populares • Museo Franz Mayer • Centro Cultural España • CONARTE (Monterrey) • CENART• MUAC • Museo Jumex • Museo El ECO • MUCA Roma • Museo Universitario del Chopo • Museo Soumaya “Loreto”• Museo Rufino Tamayo •

Tiraje mensual de60 mil ejemplares

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LOS+VENDIDOSFICCIÓN NO FICCIÓN

JÓVENESuN MONstRuO viENE A vERME

Patrick NessNUBE DE TINTA

lA cORONA Kiera Cass

ROCA JUVENIL

vÉNDElE A lA MENtE, NO A lA GENtEJürgen KlaricPAIDÓSEl método y las técnicas aquí expuestos salieron de diversos estudios llevados a cabo en laboratorios científicos. El autor prueba en este libro que los pro-cesos de ventas a los que estamos acostumbrados son sumamente desgas-tantes y poco efectivos, debido a que no sabemos cómo funciona la mente, aunque sí le hagamos caso a la gente.

Y cOlORÍN cOlORADO EstE cuENtO AÚN NO sE HA AcABADOOdín DupeyronDIANAY colorín colorado este cuento aún no se ha acabado se editó por primera vez en el año 2001, y es una extraordinaria historia que sigue vigente a pesar de los años. Nos habla de los miedos escondidos que nos paralizan, del deseo que tenemos de ser libres, de la importancia de conocernos a nosotros mismos y de entender quiénes somos.

cÓMO GANAR AMiGOs E iNFluiR sOBRE lAs PERsONAsDale CarnegieDEBOLSILLOEl único propósito de este libro es ayudar al lector a que descubra, de-sarrolle y aproveche esos poderes latentes que no emplea: “Técnicas fundamentales para tratar con el prójimo”. “Seis maneras de agradar a los demás”. “Logre que los demás piensen como usted”. “Sea un líder”.

El PsicOANAlistA John KatzenbachB DE BOLSILLOFrederick Starks es un psicoanalista experimentado. Starks tendrá que emplear toda su astucia y rapidez para averiguar, en quince días, quién es el autor de esa amenazadora misiva que promete hacerle imposible la exis-tencia. De no conseguir su objetivo deberá elegir entre suicidarse o ser testigo de cómo, uno tras otro, sus familiares y conocidos mueren por obra de un psicópata.

HOMO DEusYuval NoahDEBATE¿Qué nos depara el futuro? Yuval Noah Harari augura un mundo no tan le-jano en el cual nos veremos enfrentados a una nueva serie de retos. Homo Deus explora los proyectos, los sueños y las pesadillas que irán moldeando el siglo xxi, desde superar la muerte hasta la creación de la inteligencia artificial. Esto es el futuro de la evolución. Esto es Homo Deus.

HARRY POttER Y El lEGADO MAlDitO (uNO Y DOs)

J. K. RowlingSALAMANDRA

ciEN AÑOs DE sOlEDADGabriel García MárquezDIANACien años de soledad cuenta la historia de la familia Buendía y su maldi-ción, que castiga el matrimonio entre parientes dándoles hijos con cola de cerdo. Como un río desbordante, a lo largo de un siglo se entretejerán los destinos por medio de sucesos maravillosos en Macondo, en una narración que es la cumbre indiscutible del realismo mágico. Alegoría universal, es tam-bién una visión de Latinoamérica y una parábola sobre la historia humana.

MAZE RuNNER: cÓDiGO cRuElJames Dashner

VERGARA Y RIBA EDITORAS

lAs vENtAJAs DE sER iNvisiBlEStephen Chbosky

ALFAGUARA JUVENIL

lA vERDADERA NOcHE DE iGuAlAAnabel HernándezGRIJALBOAnte acontecimientos como el del 26 de septiembre de 2014, ningún país puede seguir adelante sin conocer la verdad a la que tienen derecho las vícti-mas y la sociedad. Los hechos de Iguala nos obligan a reflexionar sobre el mo-mento que vive México. En esta investigación el lector recorrerá el laberinto del caso, sus trampas, su oscuridad y la luz.

lOs AÑOs sABANDiJAsXavier VelascoPLANETALas noches del Atari. El primer Walkman. La gran devaluación. Las blusas con hombreras. El penal que Hugo falló. La vieja canción de The Clash. El día del temblor. Los años sabandijas es un viaje sin frenos por la década desatada, ahí donde al ridículo se le teme muy poco y las leyes parecen obstáculos salvables para el Ruby y el Roxy, dos pícaros inmunes al escrúpulo cuyos caminos se hayan infestados por una variopinta fauna urbana.

lA cHicA DEl tRENPaula HawkinsPLANETACada mañana lo mismo: el mismo paisaje, las mismas casas y la misma parada en la señal roja. Son sólo unos segundos, pero le permiten obser-var a una pareja desayunando tranquilamente en su terraza. Siente que los conoce y se inventa unos nombres para ellos: Jess y Jason. Su vida es perfecta, no como la suya. Pero un día ve algo. Sucede muy deprisa, pero es suficiente.

PEDRO PÁRAMOJuan RulfoRMPedro Páramo recoge lo más profundo de México y las formas y técnicas literarias más avanzadas de su siglo. Pocas obras tocan al lector mexicano como ésta. Pedro Páramo tuvo una larga gestación. Rulfo la menciona por primera vez en una carta de 1947. En 1954 publica adelantos de la misma en tres revistas y en 1955 aparece como libro.

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LOS+VENDIDOSELECTRÓNICOS ARTE

NIÑOSDiARiO DE GREG 1:

uN RENAcuAJOJeff KinneyOCEANO

lOs cuENtOs DE BEEDlE El BARDO

J. K. RowlingSALAMANDRA

JuGuEMOs A lEERRosario Ahumada

TRILLAS

MANDAlAs PARA lA ABuNDANciA Y lA PROsPERiDADMartha Patricia López CaballeroDIANAEl mandala o círculo sagrado es una poderosa y antigua herramienta de meditación que nos recuerda que el orden natural del universo está siem-pre presente en nuestra realidad. Su coloreado consciente acalla el rui-do mental diario, nos devuelve el equilibrio interior y nos conecta con la sabiduría del alma. Este libro ha sido creado para ayudarte a manifestar abundancia en todas las áreas de tu vida.

#cOlOREANDiNG MÉXicOMalacara & GaleVERGARA Y RIBA EDITORAS#Coloreanding es un verbo que no existe en los diccionarios, pero algo es seguro: es una invitación a llenar de color la página. La propuesta de esta colección es sencilla, se trata de divertirse y dejar que la creatividad aflore. Los atractivos diseños retoman elementos de la naturaleza, así como las formas y figuras que distinguen lo mexicano.

El DiARiO DE FRiDA KAHlO: AutORREtRAtO ÍNtiMOIntroducción de Carlos FuentesLA VACA INDEPENDIENTEPublicado en su totalidad, El diario de Frida Kahlo refleja los últimos diez años de una vida turbulenta. Este documento, a veces apasionado, otras sorpren-dente e íntimo, custodiado bajo llave durante aproximadamente cuarenta años, revela nuevos rasgos de la compleja personalidad de esta destacada artista mexicana.

EstucHE 4 MANDAlAs Y OtROs DiBuJOs ZEN PARA cOlOREARAntonio Francisco Rodríguez EstebanPLANETALos libros de la colección Anti-Stress Coloring, diseñados especialmente para adultos, te ayudarán a mejorar la concentración y a favorecer la relajación de manera divertida y creativa. Mandalas y otros dibujos budistas para colorear reúne preciosas láminas y frases inspiradoras que te permitirán mejorar tu estado de ánimo.

MEGA sQuARE: KAHlOGerry SouterNUMENDetrás de los retratos de Frida Kahlo se ocultan tanto la historia de su vida como la de su obra. La obra de Frida es un testimonio de su vida. Pocas veces se puede aprender tanto acerca de un artista con sólo contemplar lo que ins-cribe dentro del marco de sus cuadros. Frida Kahlo es la ofrenda de México a la historia del arte. La historia y las pinturas que Frida nos dejó revelan el valiente relato de una mujer en constante búsqueda de sí misma.

DEstROZA EstE DiARiOKeri Smith

PAIDÓS

El PRiNciPitOAntoine de Saint-Exupéry

EMECÉ

lA MAGiA DEl ORDENMarie KondoAguilar¡Recupera tu vida y aprovecha mejor los espacios de tu casa! Transforma tu ho-gar en un espacio armónico y libre de desorden con el increíble Método KonMari. Marie Kondo con su método inspirador te ayudará a poner en orden tu casa. Paso a paso te guiará para que en tu casa sólo tengas las cosas esenciales y tu vida mejore; increíblemente te sentirás más seguro, exitoso y con energía para crear lo que sea.

tE AMO, PERO PREFiERO DEJARtEWalter RisoEbooks PatagoniaEn este breve ensayo de nuestra colección “Camino Interior”, Walter Riso nos habla de que existe una dimensión ética del amor que se cruza con la autoestima, y que nos obliga a pensar este sentimiento. También habla de la voluntad de amar y de los límites para que una relación amorosa, sea —y se mantenga— sana.

uNO siEMPRE cAMBiA Al AMOR DE su viDA (POR OtRO AMOR O POR OtRA viDA)Amalia Andrade ArangoEspasa ColombiaEste manual para sobrevivir a un corazón roto es una guía llena de amor, ter-nura, honestidad y verdadera sabiduría emocional. Frente a las exigencias del amor y de la felicidad, Amalia Andrade ha pensado en un libro que asume el fracaso emocional como algo que se repite muchas veces en la vida y que debe ser visto con normalidad. La clave está en manejar la tristeza.

lA vERDADERA NOcHE DE iGuAlAAnabel HernándezGRIJALBOAnte acontecimientos como el del 26 de septiembre de 2014, ningún país puede seguir adelante sin conocer la verdad a la que tienen derecho las víc-timas y la sociedad. Los hechos de Iguala nos obligan a reflexionar sobre el momento que vive México. En esta investigación el lector recorrerá el laberinto del caso, sus trampas, su oscuridad y la luz.

El lABERiNtO DE lOs EsPÍRitusCarlos Ruiz ZafónPLANETAEn la Barcelona de finales de los años cincuenta, Daniel Sempere ya no es el niño que descubrió un libro que cambió su vida. El misterio de la muerte de su madre Isabella le ha abierto un abismo en el alma, del que su esposa Bea y su fiel amigo Fermín intentan salvarle. Con este libro llegaremos al gran final de la saga iniciada con “La sombra del viento”.

El mundo es un fantástico laberinto por recorrer, eso descubrió la protagonista de Journey (Imagina), de Aaron Becker, el día que decidió pintar con su gis rojo una puerta en la pared y salir a explorar cómo era la vida del otro lado… Mejor dicho: salir a inventar cómo era la vida en ese otro lugar donde podía emprender todas las aventuras que se le ocurrieran. Sin más herramientas de viaje que su imaginación y un gis rojo, consiguió atra-vesar en balsa un bosque del Lejano Oriente, tomar un atajo por el interior de un castillo magnífico, volar en glo-bo y llegar tan alto como algunas ciudades flotantes que se impulsan con maquinaria de vapor, topar un exuberan-te reino dorado, liberar un ave y escapar a toda velocidad sobre una alfombra… Lo anterior y más, relatado página tras página con palabras invisibles.

Todo detective respetable sabe que para resolver cual-quier tipo de caso se requiere caminar alguna especie de laberinto. El gran libro de los detectives le rinde honores a los representantes más famosos de la literatura poli-ciaca: Sherlock Holmes y el Doctor Watson, Sam Spade, Nick y Nora Charles, Maigret, Auguste Dupin, el Padre Brown, Charlie Chan, Poirot y Miss Marple. El libro es una introducción fabulosa a la vida y obra de estos personajes legendarios, enumera sus herramientas de trabajo, deja ver sus métodos de investigación, incluso revela el código de conducta que comparten, aun perteneciendo a épo-cas distintas y teniendo nacionalidades diferentes. La rica información se acompaña de ilustraciones espectacula-res, dignas de las andanzas de este grupo de detectives que se tiene ganado con creces su lugar en el estante de los Clásicos.

Y si de historias laberínticas hablamos, pocas tan bien elaboradas como La invención de Hugo Cabret. Más de quinientas páginas que se leen de corrido con la emo-ción de cuando se camina un laberinto en busca de la

salida. Las doscientas ochenta y cuatro ilustraciones que acompañan al texto producen una magia particu-lar: imagina que con el paso de las hojas consiguieras emular el correr de una cinta de película. Hugo Cabret, el protagonista de este relato ambientado en los años treinta, es un niño huérfano que vive en las cámaras de la estación de trenes de Montparnasse. La historia da un giro formidable cuando Hugo se topa con el viejo dueño de la tienda de juguetes de la estación; notarás que una serie de coincidencias hacen alusión personal a Georges Méliès, autor de Viaje a la Luna (1902) y otras pelícu-las mudas que sentaron un precedente importante en la historia del cine. Esta referencia de ninguna manera es mera casualidad; sucede que, en la vida real, Méliès fue dado por desaparecido al término de la Primera Guerra Mundial y redescubierto, años después, trabajando en la tienda de juguetes de la estación de Montparnasse.

Los laberintos, con sus múltiples vueltas y giros en el ca-mino, pueden provocar en nosotros una aflicción espan-tosa; hacernos sentir absurdos, melancólicos, víctimas de un mundo que se entretiene actuando en nuestra contra. Es común llevarse una impresión equivocada en el momento en el que suceden las cosas, sin embargo, pasa seguido que al final del día, cuando miramos atrás, descubrimos que ese laberinto recorrido fue más bien una suma de sucesos afortunados. Todos hemos sido al-guna vez Bruno, la oveja sin suerte. Y mejor darse cuenta de ello a la salida del laberinto que no enterarse nunca.

El día que los crayones regresaron a casa confirma la nada disparatada sospecha de que poco importa la difi-cultad del laberinto a recorrer; las tortugas marinas, las aves migratorias y los crayones siempre se las ingeniarán para regresar a casa. Duncan y sus crayones coloreaban de lo más felices, en lo que parecía un día cualquiera, cuando un montón de postales llegaron con el correo. Los remitentes eran todos esos crayones que Duncan alguna vez había extraviado en las vacaciones u olvida-do en un rincón remoto de la casa. Crayón Rojo Neón se encontraba varado en la otra punta del continente, Cra-yón Turquesa en el fondo de la lavadora, Crayón Guinda había sido tragado por el sillón y Crayón Bronce vomi-tado por el perro. Sin embargo, todos deseaban volver a casa, convencidos de que incluso los niños distraídos como Duncan se merecen una segunda oportunidad. +

Ricardo Piglia hace una reconstrucción ficcionada y caleidoscópica de un atraco que tuvo lugar en 1965 en la provincia de Buenos Aires. Una banda criminal, conformada por policías y políticos corruptos, prepara el asalto a un furgón que contiene un botín millonario. Tras el golpe, abandonan a sus cómplices y huyen al norte con el dinero. Pero la ley, los medios de comuni-cación y los traicionados los perseguirán hasta el ase-dio último y sangriento en un edificio de Montevideo. Plata quemada es una historia estremecedora en la que la violencia no tiene límites.

PlAtA QuEMADARicardo Piglia

EDICIONES GANDHI

El vÉRtiGO DE BABEl: cOsMO-POlitisMO O GlOBAliZAciÓNPascal BrucknerACANTILADOA pesar del tiempo transcurrido desde su escritura, este finísimo ensayo de Pascal Bruckner sobre los extravíos del cosmopolitismo y la globalización, si-gue siendo de una increíble actualidad. Para superar la estéril confrontación de posiciones, el filósofo intenta pensar en el espacio de un cosmopolitismo no adocenado, en el que la diferencia entre las culturas no impida la relación, ni ésta anule las diferencias.

lABERiNtOs DivERtiDOs. PiRAtAsSam SmithUSBORNEEl océano puede ser también un enorme laberinto. Con este libro podrás surcar los sietes mares, capeando tempesta-des y naufragios, y acumulando grandes tesoros al recorrer los laberintos de este libro lleno de aventuras.

El GENERAl EN su lABERiNtOGabriel García MárquezDIANACaído en desgracia tras su gran intento por unificar las regiones que de su mano alcanzaron la soberanía, enfermo del cuerpo y del alma, Simón Bolívar em-prende la última jornada entre paisajes exuberantes y un pueblo que no sabe si renegar de su gloria o exaltarlo como inmortal. El general en su laberinto, del premio nobel de Literatura Gabriel García Márquez, retrata una parte de nuestra condición humana, cuya única y desoladora recompensa suele ser la incomprensión y el olvido.

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Los laberintos siempre me fascinaron”, confiesa el es-critor estadounidense James Dashner, autor de los libros que componen la saga “The Maze Runner”.

Las novelas se desarrollan en un mundo distópico, al que mes con mes son enviados jóvenes, uno por uno, por me-dio de un elevador. Lo curioso de este espacio es que pa-rece un laberinto invertido: el que podría ser el centro en The Maze Runner es un lugar conocido como el “Área”, y es aquí donde comienza la historia, no en la virtual entra-da a la misteriosa construcción de muros infranqueables.

James Dashner nació en Georgia, Estados Unidos, el 26 de septiembre de 1972. En la charla que tuvimos con él nos cuenta que su apego a los libros se gestó a muy tem-prana edad, por la influencia que en él tuvieron sus padres y su interés por la lectura: “Amo los libros desde que era un niño. Cuando tenía alrededor de dos o tres años, mis padres se dedicaron a leerme una gran cantidad de libros. Crecí en una casa llena de éstos, y teníamos cuartos lle-nos. Recuerdo a mis padres leyendo en el sillón, así que han sido parte de mi vida desde el primer día. Siempre me han gustado las historias, en cualquier forma en la que puedan contarse, ya sea en cine, en televisión, en los li-bros, el teatro, etc. Siento que son una parte de mí”.

Antes que ser escritor, uno llega primero a la lectura, se nutre de ella. Dashner llegó en algún momento a clási-cos infantiles, que lo marcaron durante su niñez: “Todo lo que tenga que ver con La telaraña de Charlotte o Jim y el durazno gigante, Matilda, The Hardy Boys, El Señor de los Anillos son lecturas que resaltaría a lo largo de mi in-fancia. De hecho tengo seis copias diferentes de El Señor de los Anillos en mi biblioteca, porque si veo una nueva edición la tengo que comprar por todo lo que significa para mí”.

“Yo era ese niño raro que jugaba en el bosque, e imagina-ba ser Frodo. Escribía historias todo el tiempo, aunque no eran bastante buenas; no obstante, yo las amaba. Tengo guardadas algunas copias de varias historias que escribí cuando tenía alrededor de ocho o nueve años. Desde ese tiempo perseguía el sueño de convertirme en escritor”, añade James Dashner.

Existen chispazos de genialidad, la inspiración como sue-len llamarle algunos. Sin embargo, es el trabajo, la escri-tura constante y la persistente corrección de los borra-dores lo que construye un texto bien hecho: “Una noche en la que ya estaba por dormir, por alguna razón me puse a pensar en el futuro y visualicé esta enorme base que constituye la novela, y supe que ahí tenía una historia. Me levanté, tomé una libreta y empecé a escribir notas rápidamente, durante cerca de dos horas. La mayoría de las cosas que escribí en esas notas eran la historia concre-tamente. O sea, posteriormente, esa historia se trabajó y se desarrolló mucho más, pero una gran parte proviene de ese primer momento”.

“Los laberintos siempre me fascinaron. Mientras cursé la secundaria leí mucho sobre estas construcciones, o cuando estudiaba mitología griega, pero también conocí la novela El resplandor, del también célebre escritor es-tadounidense Stephen King; al final hay una gran esce-na que me aterra y al mismo tiempo me fascina, es algo meramente simbólico, o metafórico sobre el tema de los laberintos: es algo que amo”, complementa.

Al momento de leer las novelas podemos percatarnos de la importancia que tiene el aspecto visual de la narración, la arquitectura y el diseño de los espacios: “No estudié Ar-quitectura, pero la amo absolutamente. Lo que más me gusta de ir a visitar distintas ciudades son sus construc-ciones más famosas, como los castillos, las catedrales,

algunos museos, monumentos importantes, lugares de este tipo. Así que cuando me encontraba escribiendo The Maze, lo imaginaba como algo que verías en un castillo o en una antigua catedral, sus paredes y la piedra, etc”. Y añade: “Yo quería que esto fuera más grande que la vida misma. Que definiera las vidas de los personajes, que es más de lo que podemos sentir. Y siempre planeé que en el tercer libro de la saga los protagonistas regresaran al laberinto. Será como un círculo y verán una diferencia en sus vidas”. Para este año hay dos adaptaciones cinematográficas de las dos primeras entregas que conforman “The Maze Runner”. La tercera novela de esta primera trilogía está filmándose a cargo del director Wes Ball. Respecto de las adaptaciones Dashner comenta: “Me involucré lo sufi-ciente para estar feliz con ellas, aunque no tenía dema-siado poder de decisión realmente. Leí el libreto, asistí al estreno, al día que grabaron la música, y todo fue una grandiosa experiencia”.

Fue en 2009 cuando de manera pública comenzó el reco-rrido por el laberinto. Aunque un tiempo atrás, cuando las ideas comenzaban a florecer, un joven James Dashner es-cribía de tiempos aciagos y espíritus llenos de incertidum-bre. A menos de una década de comenzar a desenredar aquel hilo que guiaría este camino, le mostramos un mazo de cartas al escritor, de las que extrae cinco con una pre-gunta cada una de ellas: si no fueras escritor, ¿qué otra cosas serías?Si pudiera ser cualquier cosa que quisiera, sería un astro-nauta e iría a Marte.

¿Qué libro nunca leerías?Siempre digo que voy a leer Guerra y paz. Lo digo desde hace treinta años, así que estoy dudando si realmente lo haré algún día.

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Entrevista con James Dashner

MAZE RuNNER: cORRER O MORiRJames DashnerV&R EDITORAS

¿cómo crees que leeremos en el 2050?Espero que aún tengamos libros físicos. En los últimos años hemos visto que a la gente le agrada tener el libro, incluso si no lo necesitamos forzosamente: aún los ama-mos. Así que sí, aún los tendremos.

¿Qué es lo que más odias? Odio animales como las serpientes, las lagartijas y las ra-nas. Creo que no soy el típico chico al que le gustan las criaturas pequeñas.

¿Cuál es tu personaje favorito de “The Maze Runner”? Podría decir que Minho. Me gusta este tipo de personas inteligentes, descaradas y graciosas, pero a la vez leal, muy leal. Él es mi personaje favorito.

La charla concluye, pero el camino entre muros y muros que conforman la vida diaria apenas si continúa. +

Por Yara sánchez De la Barquera

“Yo era ese niño raro que jugaba en el bosque e imagi-naba ser Frodo. Escribía histo-rias todo el tiempo, aunque no eran bastante buenas; no obs-

tante, yo las amaba. Desde ese tiempo perseguía el sueño de convertirme en escritor”.

Foto

: Ciro

Cos

tant

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La atmósfera que emana de la capacidad de soñar e imaginar, de ver lo invisible y de discernir lo infinito de la creación, impulsa con fuerza la obra artística

del pintor mexicano José Manuel Schmill (Ciudad de México, 1934). La energía que desprenden sus creaciones aborda una profunda visión de piedad y rebelión ante la naturaleza humana, y se manifiesta en sus variadas técnicas: óleo, pastel, acuarela y grabado; monstruos, muerte, deformación y locura. Su obra se ha expuesto en el Museo de Arte Moderno de París, el Museo Guggenheim Bilbao, el MoMA y el Museo del Palacio de Bellas Artes, inba. Ha compartido exposición con artistas como H. R. Giger, Francis Bacon, Hans Bellmer. Todo cobra sentido en la obra de J. M. Schmill: la angustia, lo aterrador, el pánico ante lo insondable, lo vislumbrado ante la consonancia de la belleza.

El trazo de la perfección, ¿es técnica o desarrollo intuitivo? Sigo la línea clásica que ya nadie sigue. Puedo hacer una pintura buena, me gusta la perfección en la técnica, son monstruos bien pintados, y me gusta la pintura bien equilibrada. No me agradan las improvisaciones.

¿Qué opinas del arte actual?La imbecilidad que adoptan [los artistas]: un tubo con unos alambres, y en cada alambre cuelgan papelitos que dicen “I Love You”. Eso es lo que está en el MoMA: es para reírse, ¡es un insulto a la gente! Y ahí están admirando obras dizque maestras del arte moderno. Como si la estupidez fuera una virtud.

Obra expuesta en París y Museo del Palacio de Bellas Artes, en México:Fue muy rara la exposición en la segunda Bienal de París. El que se llevó los cuadros, no nada más míos, sino de Leonora Carrington, Manuel Felguérez y otros pintores, nunca nos los devolvió. Hace cuarenta años los vendió al Museo de Arte Moderno de París. Por eso estamos en ese museo. Hay obra mía en el mam de México. Yo nunca he vendido un cuadro al mam, ha de ser alguno que me compró Miguel Bueno, quien fuera director de Bellas Artes, o Jorge Carpizo. De esa manera he llegado a los museos, no por mérito propio. Expuse en Bellas Artes en 1976 por el capricho de Miguel Bueno, él era mi admirador y en aquel momento dijo: “Schmill expone en Bellas Artes, por mis pantalones”.

Relación con pintores de la época: No me llevo con ningún artista. En un principio me llevé con José Luis Cuevas. Hace poco me dijo: “Yo tardé cincuenta años en exponer en Bellas Artes”. Y le contesté: “Yo hace cincuenta años que expuse”. (Risas)

vínculo y diálogo entre la obra de J. M. schmill y H. R. Giger: Compartimos escenario H. R. Giger y yo en Nueva York. Nos conocimos por la revista de arte Fangoria, publicaron mi obra, y luego ellos se comunicaron conmigo y con mi hija Sonia. Les enviamos cuadros y nos reunieron a exponer a todos estos monstruos: H. R. Giger, Francis Bacon, Hans Bellmer, J. M. Schmill. A Giger le gustaba mucho que yo estuviera exponiendo en la misma galería que él, teníamos temas muy parecidos, aunque él era muy metálico y hacía cosas mecánicas. No nos gustaba Nueva York porque siempre nos perdíamos; una vez estábamos cenando por Times Square, y de repente se me perdió y lo fueron a encontrar en el barrio negro; era un chaparrito tímido y simpatiquísimo. Yo salía del metro, ¿¡qué estaba haciendo yo en el metro!? Por eso nos desagradaba ir.

Entrevista con J. M. Schmill

“[…] ruge y sacude sus fuegos en el aire pesado; nubes voraces cuelgan sobre el abismo”.

William Blake

Dorian Grey, por J. M. Schmill. Foto: Ulysses Avathi©

la acción pictórica, el grado de perfección, ¿tomó clases de algún maestro?No, alguna influencia sí, del pintor español José Segrelles. Él hizo una serie de pesadillas y Los siete pecados capitales, una obra maestra. Tomó clases con Sorolla y era un técnico maravilloso; sus monstruos tienen mucha técnica.

El sueño, lo siniestro y lo subconsciente:Cuando tengo una pesadilla, en lugar de sentir miedo, me encanta. Hay un libro que se llama Los treinta días de abril: fantasía autobiográfica (B Costa-Amic), donde he narrado mis pesadillas. Hicimos una presentación en la Sala Chopin en 1978 con mi amigo Walter Schmidt y con Decibel; hicieron una musicalización que tuvo mucho éxito.

El alumno:Tengo pocos alumnos. Juan Carlos del Valle es uno de ellos, ha aprovechado mi enseñanza, es muy bueno y el único que ha sobresalido. Me obsequió su libro y me nombra su profesor.

El culto a Dios: Yo no creo en ningún Dios, creo en el azar, pero a veces el azar es muy raro, hay algo inexplicable. Como dice Romain Rolland en la novela Juan Cristóbal: “Juan Cristóbal llamaba y acudía a un Dios, a quien su razón no creía”.

¿Y el Dios que usted ha creado? Ese Dios está enojado por las ofensas que hemos hecho. Es formidable ese Dios, mírale los ojos, la cara de disgusto que tiene.

los cómplices en la literatura: Arthur Schopenhauer, sobre todo Friedrich Nietzsche, Albert Camus, Charles Baudelaire, Arthur Rimbaud, el Conde de Lautréamont, Stefan Zweig, Fiódor Dostoievski, Immanuel Kant, he leído muchísimo.

El ojo ve más de lo que el alma conoce: ¿qué lectura ha pintado? Tengo un cuadro sobre Los Cantos de Maldoror, del Conde de Lautréamont, de eso que dice: “Estoy sucio, me comen los piojos, los cerdos vomitan cuando me miran, era un hombre pudriéndose sentado en una silla de piedra, antes de penetrar en páramos inexplorados, dirige tus pasos hacia atrás, no hacia delante. ¿Nunca has probado el sabor de tu sangre? ¿Es delicioso, no es cierto?”.

Bajo el influjo de la espontaneidad, sabemos que usted recurrió a la pasta de dientes para dibujar:Usé pasta de dientes porque no tenía dinero para comprar el óleo, para dar los blancos, pero fue sólo una vez. Después, mi papá me ayudó a comprar los colores que necesitaba.

la manera en la que se desprenden sus inquietudes en la inmensidad urbana, donde el trascurrir se vive a diario a velocidades vertiginosas y sistematizadas: Siempre han tratado de lavarme el cerebro desde niño, a partir de que entras a la escuela, con la religión, con la política o con la bandera, con ¡viva México! Yo no hablo nunca con dos tipos de personas, ni con curas, ni con policías. Me dice mi hijo: “Son las dos cosas que representan autoridad, entonces tú no respetas a la autoridad”, y le contesto: “Yo no tengo respeto por nada”.

¿De dónde emergen los cuerpos amorfos y monstruosos que nos llevan a ver a través del espejo?De mi cabeza, de jugar con mis formas: son un juego de agua. De repente estoy echando manchas y se abre una puerta, y entra una luz que ni siquiera había pensado.

Revela la muerte de una manera incomparable en su obra, y pareciera que se extiende por toda su habitación:Aquel cuadro de arriba [señala una pintura] es un cadáver verdadero. Ése lo copié en el anfiteatro de Medicina;

imagínate si no he podido pintar cadáveres putrefactos. También visitaba el manicomio para pintar casos de esquizofrenia, me iba todas las mañanas a dibujar a los locos; tengo por ahí a un loco con patas flacas y una vieja flaca, todavía me quedan algunos de esos cuadros.

¿tiene un espacio o ambiente que le determine actualmente?El ambiente que más me gusta es estar con mi hermano, en su casa, oyendo a grandes compositores como lo fueron Shostakovich o Sibelius, y charlando de arte.

indica que miremos la pintura de Beethoven. ¿Es magnífico? ¿Por qué Beethoven? Me interesa mucho la cara de sufrimiento y su fuerza, pero lo que más me importa es su fisonomía, más que su música. Tiene cosas estupendas obviamente, porque de niño vi un cuadro de Beethoven que me impresionó mucho, y siempre pretendí igualar ese cuadro. La cara de Beethoven me obsesiona.

El reflejo del país en el arte:Me quisiera quejar un poco de este país. Antes salía a pintar paisajes, ahora ya no puedes salir a pintar porque ya no hay paisajes. Ya no puedes hacer nada, el problema es muy simple: donde caben cincuenta ratas no puedes meter quinientas, ahora verás lo que pasa.

El acercamiento a su obra artística:Me prometió la Galería Botello hacerme un libro, ésa es la única manera de ver mi arte, o por las revistas. Ya no hay galerías, hay taquerías. +

Por ulysses Avath

tortuga: Entonces… estamos de acuerdo, señor edi-tor, que toda novela es un laberinto, ¿cierto?Aquiles: En eso concuerdo con mi colega, señor edi-tor. Han sido muchos días de sana dialéctica con café y polvoroncitos. Trajimos unos cuantos, por cierto.tortuga: Umh… No responde. Bueno. Partamos en-tonces de que “el que calla otorga”, jijiji.Aquiles: No tiene usted que forzar la risa. Perdone a mi colega, señor editor, está un poco nervioso.tortuga: ¿Y usted no lo está? Al fin nos concedió una cita. No cualquier editor sino “EL” editor de literatura más grande de todos los tiempos.Aquiles: Ehh… no tiene que ser tan zalamero. Perdone a mi colega, señor editor, como le decía, está un poco…tortuga: Tiene razón mi colega, señor editor. Perdó-neme, pero justamente por no haber iniciado esta disertación indicándole lo mucho que le admiramos. Mas no crea que por publicar a tantos premios nobel o por haber hecho que Mi periquito quiere ser congre-sista rompa récords de ventas. No. Sino por su buen ojo para impulsar proyectos valientes e innovadores y de vanguardia.Aquiles: …tortuga: …Aquiles: Mejor deje de dar vueltas y exponga nues-tro proyecto.tortuga: De acuerdo. Por cierto, señor editor, ¿ya le di las gracias por recibirnos?Aquiles: Exponga el proyecto, colega. tortuga: Bien. Gracias por su interés, señor don edi-tor. Decíamos que toda novela es un laberinto.Aquiles: Un laberinto con miles de derroteros, bifur-caciones, encrucijadas…tortuga: Pues cada punto en la trama indica la génesis de una disyuntiva. ¿Izquierda, derecha, de frente?Aquiles: ¿El protagonista estrangulará a su antagonista? ¿Le perdonará la vida? ¿Irrumpirá el séptimo de caballería?tortuga: …Aquiles: …tortuga: ¿Quiere que abra una ventana, señor don gran editor? Noto que sube el color en sus mejillas.Aquiles: …tortuga: …Aquiles: Siga exponiendo el proyecto, colega.tortuga: Umh… Decíamos. Es el lector quien hace las veces de Teseo. Y el autor quien concede el hilo de Ariadna para encontrar la salida. ¿Cierto, colega?Aquiles: Muy cierto. Esas disertaciones nos llevaron

a conclusiones. Grandes conclusiones. Y un poco de sobrepeso, claro, por los polvoroncitos. ¿Gusta uno?tortuga: …Aquiles: Siéntase libre de opinar cuando quiera, señor editor.tortuga: Señor don gran editor literario. El asunto es que… todo lector espera encontrar la salida de dicho laberinto. Es decir, llegar a un final en la novela. ¿No lo cree?Aquiles: …tortuga: …Aquiles: …tortuga: ¿Es normal que salte así la vena de su sien derecha, señor don…?Aquiles: ¡Así que aquí es donde llega la idea genial de la colección que queremos proponer! La colección se llamará “Laberinto” y estará conformada por novelas de todo tipo, donde la premisa será: “¿Saldrás del laberinto?”.tortuga: Exacto. Repítalo, colega, pero con esa voz que ensayamos en el coche.Aquiles: Con gusto. “¿Saldrás del laberinto?”.tortuga: …Aquiles: Ejem… la idea, por si aún no la ha captado, es ofrecer obras cuyo riesgo es dejar atrapado al lector dentro del laberinto de su trama. tortuga: Novelas sin final. Jijiji.Aquiles: …tortuga: Este… y además, como un plus, ofreceremos en la contraportada reseñas totalmente equívocas. Estará de acuerdo que la cuarta de forros es un mapa del laberinto anecdótico de la novela, ¿no? Aquiles: Imagine ahora el terror de ingresar sin mapa. tortuga: Lo único que pedimos es que la colección abra con dos novelas de nuestra autoría.Aquiles: …tortuga: …Aquiles: Colega, creo que el humo que sale de las orejas del señor don mejor editor del mundo habla por sí solo.tortuga: Tal vez no fue tan buena idea tratar de publi-car así los galimatías que creamos en el taller literario. Oh, oh. ¿Dije eso o lo pensé?Aquiles:¿Podríamos discutir esto en el auto? No se le-vante, señor editor, sabemos… eh, sabemos el camino.tortuga: Y le dejamos los polvoroncitos. Por si quiere llamarnos. Para pedir la receta, claro. +

Según el diccionario de la Real Academia Española, la pa-labra laberinto significa: “lugar formado artificiosamente por calles y encrucijadas, para confundir a quien se aden-tre en él, de modo que no pueda acertar con la salida”. Este concepto podría adaptarse al ser humano y a los diferentes laberintos a los que pertenecemos; a partir de los roles que jugamos en la sociedad convergemos en un mundo conectado a encrucijadas familiares, tecnológi-cas, sociales, laborales e incluso universales.

¿Conocen la teoría de los seis grados de separación? Es una hipótesis que presenta la idea de que todo sujeto en la Tierra puede estar conectado a cualquier otro por medio de una cadena que no supera las cinco personas. Esta idea la teorizó primero el húngaro Frigyes Karinthy en un cuento llamado “Chains”. Apareció posteriormen-te en Six Degrees: The Science of a Connected Age, del sociólogo Duncan Watts.

Esta conjetura parte de que cada ser humano conoce alrededor de cien personas; si cada una de ellas se re-laciona con otras cien, cualquiera puede hacer llegar un mensaje a diez mil conocidos y desconocidos con tan sólo pedirle a un amigo que pase la información a sus contactos. De estos diez mil, que conforman el segundo nivel, se ampliaría a un millón de individuos que consti-tuirían el tercer nivel, cien millones en el cuarto nivel, y así sucesivamente.

¿Parece fácil? En seis pasos, y junto con redes sociales, nuevas tecnologías y otras formas de comunicación, po-dríamos enviar un mensaje global. Así pasa con diversos artefactos y las nuevas tecnologías: basta dar a conocer alguna aplicación o un videojuego para que el tema se vuelva viral en minutos. El acceso a la información ahora es inmediato: lo tenemos en la palma de nuestra mano.

Los laberintos tecnológicos en los que nos encontramos no sólo han facilitado nuestra vida, sino que también pueden ponerla en riesgo. Cualquiera está expuesto a ciberataques y robo de información, fotografías o mate-rial multimedia, incluso dinero e inclusive nuestra propia identidad. La realidad ha superado a la ficción: vivimos en un laberinto lleno de pruebas, donde un like mide tu popularidad y el unfollow significa que una relación de amistad, trabajo o amor ha terminado. Vivimos en una sociedad y en un laberinto lleno de filtros en los que la gente común, las empresas, las marcas y los políticos siempre tratamos de esconder las cosas que no marchan bien, para mostrarle al mundo que la vida es maravillosa, aunque de eso, queridos lectores, hablaré en siguientes columnas. +Por Edson González

PERDIDOS EN LABERINTOS Y REDES TECNOLÓGICAS

LIBROS ELECTRÓNICOSsiX DEGREEs: tHE sciENcE OF A cONNEctED AGEDuncan J. WattsW. W. NORTON & COMPANY

REDEs DE cOMuNicA-ciONEs: DE lA tElEFONÍA

MÓvil A iNtERNEtVictoria Beltrán Martínez

@t_Malpica

El lABERiNtO DEl ARtECarmen ReviriegoPAIDÓS¿Qué hay entre el momento en que el artista, a veces en condi-ciones dificilísimas, crea algo que llega a venderse en una galería o en una subasta? ¿Qué valor más allá de lo material tiene real-mente un Van Gogh? ¿En qué consiste este laberinto? El labe-rinto del arte surge con el propósito de dar respuestas y acercar el mundo del arte a las personas que tengan inquietud por con-vertirse en coleccionistas o sientan, simplemente, la tentación de entender las claves de un mundo atractivo pero intimidante.

iGGY AND tHE stOOGEs. RAW POWERIggy PopCOLUMBIA/LEGACYEn 1973, Raw Power fue grabado en menos de un mes, convirtiéndose en uno de los primeros discos de punk. El sonido saturado y distorsionado de Iggy Pop fue in-tervenido por David Bowie. Raw Power tuvo diversas remezclas y remasterizaciones que no dejaron confor-mes a muchos seguidores; si bien las canciones eran las mismas, las manos fueron otras, pero el espíritu del disco es incorruptible y se sostiene con el paso del tiempo como uno de los pilares innegables del sonido punk.

iGGY POP livE. tHE RitZ NEW YORK citY NOvEMBER 14, 1986Iggy PopSONY MUSICEn este material el padrino del punk refleja la audacia de sus siempre ex-citantes actuaciones en vivo, manteniendo su nombre como uno de los grandes íconos en cuanto al género punk. Éxitos como “Gimme Danger”, “Lust for life” y “Nightclubbing” se escuchan a la máxima potencia en esta grabación desde el club Ritz de Nueva York, del año de 1986.

lOs DiBuJOs PARA LA DIVINA COMEDIA DE DANtEWilliam BlakeTASCHENEn los últimos años de su vida, el poeta y artista romántico William Blake (1757-1827) hizo ciento dos ilustraciones para La Divina Comedia de Dante, desde bocetos a lápiz hasta acua-relas. Al igual que el extenso poema de Dante, las ilustraciones de Blake narran desde los suplicios del Infierno hasta la felicidad del Paraíso, tanto las crueles amputaciones de los con-denados como la belleza divina de los redimidos. Aunque fiel al texto, Blake también aportó su personal punto de vista.

El BOscO: lA OBRA cOMPlEtA Stefan FischerTASCHENEn medio del clima artístico con tendencias realis-tas del Gótico Tardío y el Renacimiento temprano, el pintor holandés Jerónimo Bosch, el Bosco (aprox. 1450-1516), constituyó una extraordinaria anoma-lía. Actualmente, sólo veinte pinturas y ocho dibu-jos se atribuyen con total certeza a el Bosco, quien es considerado un visionario, retratista de sueños y pesadillas, y pintor por antonomasia del averno y sus demonios. El presente libro, publicado con motivo del aniversario quinientos de la muerte del pintor, inclu-ye nuevas fotografías de obras restauradas reciente-mente y abarca el conjunto de la obra del artista.

Productos disponibles en: librería Mauricio Achar, Miguel Ángel de Quevedo 121.

Productos de importación sujetos a disponibilidad.

Foto: Ciro Costantini©

PARA VER Y OÍR VIDEO MÚSICA

QuERiDAs HERMANAs Dominik Graf

ZATMENI

Entre tres hermanos estalla un conflicto cuando su madre, albacea de la excep-cional colección de arte del siglo xix que perteneció a su tío, muere repentinamen-te. Adrienne es en Nueva York una exitosa diseñadora, Frédéric es economista y pro-fesor universitario en París, y Jérémie un hombre de negocios asentado en China.

lAs HORAs DEl vERANOOlivier Assayas

ZATMENI

Macbeth (Michael Fassbender) reci-be una profecía de las tres brujas en la que le dicen que algún día será rey de Escocia. Consumido por la ambición y persuadido por su esposa, Macbeth asesina a al Rey Duncan para ocupar su trono. Macbeth será castigado y vivirá azotado por atroces visiones que lo enloquecerán.

MAcBEtH: AMBiciON, tRAiciON Y GuERRA

Justin KurzelGUSSI

Neon Genesis Evangelion es un íco-no de la animación japonesa. Hideaki Anno, su creador, decidió reconstruir un proyecto que inició en 1995 como serie de televisión. Este juggernaut de la ciencia ficción animada, de inacabables ramificaciones filosóficas, espirituales y humanas, regresa a la gran pantalla bajo forma de una espectacular tetralogía.

tRiPAQuEtE EvANGEliON Hideaki Anno

ZIMA ENTERTAINMENT

Verano de 1788. Caroline von Beulwitz está infelizmente casada. Charlotte von Lengefeld, su tímida hermana, sueña con encontrar un marido. Las dos son un sólo corazón y una sola alma, hasta que entra en sus vidas Friedrich Schiller, el poeta que se convirtió en una sensación de la noche a la mañana y fue líder de los idea-les republicanos protorrevolucionarios.

lA vOZ DE PlÁciDO DOMiNGO

Plácido DomingoUNIVERSAL MUSIC

Después de interpretar las óperas más fa-mosas de todos los tiempos llega este dis-co recopilatorio del gran tenor, en el que se hace un recorrido por las canciones más importantes de la música popular.

tHE FAll OF A REBEl ANGEl

EnigmaAYALA CARDOSO JOSE LUIS

The Fall of a Rebel Angel es un álbum conceptual acerca de la evolución, la re-dención y la transformación de un prota-gonista no especifico. Cada pista contie-ne una parte del trayecto narrativo y está representado en el folleto por una impre-sión de una pintura original de Beltracchi.

QuE sEPAN tODOsÁlvaro Carrillo, Hermanas García

DISCOS CORASON S.A.

El bolero está vivo actualmente en las vo-ces de dos jóvenes de Ometepec, Guerrero: Las Hermanas García. Sus voces son finas y sentidas y los arreglos de las armonías son impecables. Ellas interpretan y reinventan el repertorio antiguo de los duetos de la época de oro.

NOBODY But MEMichael Bublé

WARNER MUSIC

Michael Bublé ha intentado equilibrar su amor de los estándares de jazz tra-dicional, teniendo esa habilidad para entregarnos en este disco una mezcla con el pop contemporáneo, sin perder el estilo que lo ha caracterizado desde sus inicios.

lA GRiEtA DONDE DuERMEsJorge Torres Sáenz

QUINDECIM RECORDINGS SA DE CV

La obra de Jorge Torres explora la po-sible efectuación correlativa de la re-flexión, el afecto y la memoria en los límites de la representación estética, activados en los cruces del pensamien-to crítico. Musica clásica contemporá-nea mexicana.

Viago, Deacon y Vladislav son tres vam-piros que comparten piso en Nueva Zelanda. Hacen lo posible por adaptarse a la sociedad moderna: pagan el alquiler, se reparten las tareas domésticas e inten-tan que los inviten a entrar en los clubs. Una vida normal, salvo por una pequeña diferencia: son inmortales y tienen que alimentarse de sangre humana.

ENtREvistA cON uNOs vAMPiROs

Taika WaititiZATMENI

No hace falta un laberinto para que alguien se pier-da. O sea, claro que es romántico pensar en un me-galaberinto como el de la película El resplandor, de Stanley Kubrick: muros de arbustos de tres metros de alto, nieve y un psicópata asesino con un hacha (ok, eso último no es tan romántico), pero la verdad es que encontrarse uno así en la vida real es bastante difícil (por suerte, si pensamos en la parte del asesino con el hacha). De hecho, primero tendríamos que pregun-tarnos por qué querríamos perdernos. ¿Estás harto de los malos chistes del amigo que se cree simpático? ¿Te cansaste de las eternas quejas que tu befi tiene del novio al que corta cada tercer día para perdonarlo de inmediato? ¿Quieres esconderte del maestro al que le debes el trabajo más importante del curso… o de tus papás, que ya se enteraron de que estás reprobando esa materia?

También puede ser que simplemente quieras un tiem-po para ti: para sentarte en un lugar cómodo, donde no haga frío, pero tampoco te sofoques y puedas to-mar un cafecito mientras lees sin interrupciones (esto es importante) algún libro interesante. Una buena opción sería Las Espirales del Tiempo, de Luis Panini (Destino). Esta novela es la primera entrega de la se-rie “Los Cronopolios”, y narra la historia de un adoles-cente que, luego de disfrutar una vida tranquila, sin sobresaltos, en la que lo más peligroso que hace es leer libros antiguos sin permiso de su padre, de pronto se ve obligado a huir para evitar algo peor que la muerte. En esta historia el laberinto es el tiempo: hay quienes pueden viajar por el tiempo y quienes pueden ver lo que ha ocurrido o lo que ocurrirá; pero también hay otros personajes que se alimentan de él, como si fue-ran una especie de vampiro; y otros más que tienen una vida artificial gracias al tiempo que sus amos les prestan… El mundo que crea Luis Panini es complejo y hermoso a la vez, tanto que el lector puede sentir de-seos de alejarse por un momento de la trama principal sólo para vagabundear por las callejuelas aledañas y tener sus propias aventuras. Perderse, pues.

Pero hay formas de perderse menos gratas: a veces, una vuelta a destiempo o una decisión en vez de otra puede ser la entrada a un laberinto del que cueste tra-bajo salir. Algo así le ocurre al entrañable protagonista de Elvis nunca se equivoca, de Rodrigo Morlesin (Tus-quets Editores). Elvis es un perro que tuvo la desgracia de nacer en la calle y perder muy pronto a su mamá. Abandonado a su suerte, es acosado por otros perros

R A Q U E L C A S T R O

callejeros y, cuando cree que está al fin a salvo, una vuelta brusca del sendero de su laberinto lo lleva a más problemas. No se me espanten: la historia, narrada por el propio Elvis, sí tiene sus momentos de nudo en la garganta, pero también tiene otros felices, además de que todo el tiempo está llena de un sentido del hu-mor ligero. Para que terminen de animarse: la novela fue ilustrada por el talentosísimo Satoshi Kitamura, a quien quizá recuerden por sus libros infantiles como Yo y mi gato o Ardilla tiene hambre.

Y ustedes ¿alguna vez se han perdido? Creo que la ocasión en que más miedo tuve por estar extraviada, el laberinto era de palabras: estaba en una ciudad ex-traña, tenía que atravesarla para llegar al aeropuerto a tiempo para volver a casa, y nadie hablaba ninguno de los idiomas que yo masticaba. En cambio, se em-peñaban en hablarme en algo que a mí me sonaba a que estaban haciendo gárgaras. Cuando encontré por fin a alguien que hablaba inglés, las instrucciones que me daba para usar el sistema de transporte local eran tan ajenas a mí que lo mismo me podía estar hablando en tagalo o en sánscrito. Así me di cuenta de que cada idioma es reflejo también de una forma de relacionar-se con el universo que nos rodea, y que hay palabras en una lengua que no tienen traducción a otra. Como toska en ruso, que es una especie de angustia existen-cial sin motivo que puede ser desde muy leve hasta muy intensa. O nuestra familiar sobremesa, ese gusto de quedarnos horas platicando ante los platos vacíos de la comida o la cena, y que no existe fuera del español.

Si les interesan este tipo de palabras, no se pierdan Lost in translation, de Ella Frances Sanders y traduci-do por Sally Avigdor (Libros del Zorro Rojo), un libro que recoge, trata de explicar e ilustra palabras intra-ducibles de diferentes idiomas. No es un mapa para sa-carnos del laberinto: más bien, una invitación a perder-nos más en él. Pero si el laberinto tiene libros, perderse parece ser una buena idea, ¿no? +

Ilustración del libro Las Espirales del Tiempo, de Luis Panini.

@raxxie_

Jesús González MendozaCoalcomán, Michoacán, 1994. Ha publicado en distintas revistas literarias, como Tierra Adentro y Punto en Línea. Participó en el Séptimo Curso de Creación Literaria para Jóvenes de la flm en colaboración con la uv. Finalista en el Premio Nacional de Cuento Fantástico Amparo Dávila 2016. Actualmente escribe en la columna “Cabezas de repuesto” de la revista Marabunta. @ajosrojos

En esta sección aparecerán relatos de autores contemporáneos. Cada mes una ficción para arrebatarle un espacio a la vida cotidiana.

silencioJesús González Mendoza

Un día nos aburrimos. Nos cansamos de que no hubiera oportunidad de usar la justicia, dura, como acostumbramos. Prohibimos las palabras, el sonido. Como artistas del sigilo,

debíamos movernos con cuidado. Los primeros días fue difícil. Una vez cayó un jarrón y produjo un ruido estruendoso. Nunca descubrimos al causante; tenía-mos nuestras sospechas. Seguimos investigando. Ha-remos que pague de forma ejemplar. Nos deshicimos de los perros, eran un problema obvio para nuestro fin. Les cortamos el cuello y los tiramos al barranco. Compramos algunos gatos y los regamos por las dis-tintas habitaciones. Entendieron de inmediato que ahí no cabían maullidos ni ronroneos. Eran cuidadosos. Tanto teníamos que aprender de esos peludos.

El silencio es incómodo para algunos. Para nosotros, se volvió más una técnica que perfeccionar. Aislamos los muros de la casa y en las noches aceitábamos las puertas y ventanas; aplastábamos esos insoportables grillos; poníamos repelente para los mosquitos; revisá-bamos que los grifos no gotearan. Llegó el momento en que nos volvimos tan peritos que oíamos el aleteo de una mosca desde el extremo de la habitación. Más tarde, ya no nos conformábamos con nuestro silencio: amenazábamos a los vecinos para que no nos perturba-ran. Al principio, opusieron resistencia; pero las buenas técnicas de persuasión de nuestro padre funcionaron. La calle quedó en la más perfecta armonía. En toda la ciudad, se corrió la voz, de manera que las personas entendieron que no debían alterar nuestra paz.

Mario, el mayor de los sobrinos, siempre fue un travie-so consagrado. Nunca hizo algo tan grave como para que le impusiéramos un buen castigo. Sus culpas que-daban expiadas después de pasar de pie treintaiséis horas consecutivas en una de las esquinas de su habi-tación. Nuestro padre ya se daba cuenta de que éramos demasiado generosos con él. No fue hasta que irrumpió en nuestro silencio que recibió una sanción ejemplar. Un día, salió gritando y corriendo por todos lados. Lo toma-mos de las orejas y lo arrastramos hasta la sala, fren-te a todos, donde nuestro padre lo enjuició. El niño alegaba que había gritado porque le había picado una araña. Obviamente no le creímos, aun cuando nos mostró una pequeña una mordedura. Lo dejamos sin comida. El pobre ni se quejó. Creo que se nos pasó la mano. Lo lloramos en silencio durante varios meses.

Admito que todavía lo extrañamos.

Llegamos a un acuerdo después del incidente. Creí-mos que sería necesaria una excepción a la regla: sólo una vez se nos permitiría el habla. Algo breve, en el momento justo antes de la muerte. Algunos en la fa-milia pasaron toda su vida preparando ese momento, hicieron borradores mentales de lo que dirían, a los que les agregaban y quitaban palabras. Algunos, inclu-so, se hicieron poetas. Cuando alguien agonizaba, lo oíamos fascinados. Sin embargo, otros miembros de la familia renunciaban a ese derecho y se hinchaban con su muda muerte.

Cuando lo mandamos al patíbulo, nuestro padre es-tuvo orgulloso de nosotros. La causa fue un fuerte estornudo que nos distrajo de nuestra rutina. Murió sin privilegios. Claro que nosotros hubiéramos pre-ferido ignorarlo. Los primeros meses nadie se movía. Un silencio de muertos llenaba las habitaciones. Sin embargo, después de un tiempo, el caos que tanto odiamos se hizo presente: se escuchaban por aquí y por allá los murmullos, el caer de objetos y pisadas. No había forma de saber quiénes los causaban porque éramos todos. Una casa sin padre se derrumba. Había-mos quedado huérfanos y es bien sabido que no hay justicia para los huérfanos, sólo un tedio de muerte.

Giambattista Piranesi fue hijo paradigmático de su época: la Ilustración. Un hombre pleno que se des-

empeñó como arquitecto, grabador, arqueólogo e inves-tigador. Su prodigio le ganaría el merecido reconocimien-to con el que hoy pasa a la historia y transita por estas páginas.

Piranesi nació en Venecia, en 1720. Fue un distinguido discípulo de Giuseppe Vasi, pero el trabajo del alumno marcó un parteaguas en el arte del siglo xviii. Fueron los grabados de Piranesi, su técnica y su majestuosidad con los que concluye una etapa del arte italiano; se preocupó principalmente por los efectos de perspectiva y el claros-curo, también enfocó su interés por lograr exactitud y novedad entre la producción de las Vistas de Roma y las Cárceles, elaboradas con la técnica del aguafuerte, y pro-duciendo más de dos mil estampas, integradas en veinti-séis colecciones. Piranesi contribuyó a la propagación del gusto neoclásico en Europa, influyendo en arquitectos como Charles Percier y Pierre François Fontaine, lo que desembocó en la creación del Estilo Imperio.

Su impresionante obra es la contribución más espectacu-lar al aguafuerte de su época, y el momento cumbre en la historia de esta técnica, ya que en nuestro tiempo muchos son los artistas a quienes su influencia les ha proporcionado nuevas posibilidades y alternativas dentro de la estampa.

Piranesi fue tan importante durante el periodo que fungí como directora del Museo Nacional de la Estampa del inba, que se montaron dos exposiciones de su obra, con el apoyo de la Colección del Patrimonio Artístico Cultural de la unam. La primera data del año de 1989, etapa llena de cambios convulsos y momentos críticos; posteriormente se llevó a cabo una segunda muestra en 1995, un año no muy distinto al que ya había visto la obra previamente.

Como refiere Marcos Enrique Márquez Pérez, de la mano de una cita de Thomas de Quincey, en “Giambattista Pi-ranesi: Vistas de Roma y otros aguafuertes del siglo xviii”, sobre las láminas que el grabador italiano produjo a partir de las visiones que tuvo por el delirio que le ocasionó la fiebre: “representan vastas salas góticas en el suelo de las cuales había potentes ingenios y maquinarias, ruedas, ca-bles, catapultas, etc., expresivas del enorme poder desa-rrollado o de la resistencia vencida. Trepando por la pared se veía una escalera y sobre ella, tratando de subir, estaba el mismo Piranesi. Seguía uno con la vista las escaleras un poco más arriba y se les veía terminar bruscamente, sin ninguna balaustrada, y sin que el que había llegado hasta allí pudiera seguir adelante, salvo caer en las profundi-dades. Sea lo que fuere del pobre Piranesi, se supone al menos que sus trabajos tienen que haber terminado ya de algún modo. Pero levantad los ojos; veis un segundo tramo de escalera aún más alto en el que vuelve a verse

a Piranesi, que se halla ahora al mismo borde del abismo. Volved a levantad los ojos un poco más, y aparece otro gramo de escalera aún más elevado y ahí, de nuevo está el delirante Piranesi, afanado en su tarea de subir; y así su-cesivamente, hasta que las inacabadas escaleras y el espe-ranzado Piranesi se pierde en las tinieblas más altas de la sala. Con el mismo poder de interminables crecimientos y de repetición procedencia mi arquitectura en los sueños”. Con esta grandeza que se despliega de la figura de Pira-nesi, somos testigos de la fecundidad y la riqueza creativa por medio de una forma laberíntica, como era la mismí-sima ciudad de Roma. Cada trazo que plasmó con esta técnica logró imprimir los detalles de una urbe sinuosa, llena tanto de misterios como de grandeza, y que nos conduce por los cruces de caminos de Roma por medio de sus Vistas y las Cárceles.

Bienvenida sea la obra del arquitecto italiano, quien fuera considerado el creador de los elementos que fundaron el Estilo Imperio, continuador de la egiptología, y grabador de la luz y las sombras que engrandecieron el dramatis-mo dentro de sus estampas. +

Por Beatriz vidal De Alba

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La arquitectura de algunos de los laberintos moder-nos fue descrita por el escritor checo Franz Kafka. Confusos senderos que conducen a la desespera-

ción son los que en su mayoría se erigen en las páginas por donde deambula K, de un lado a otro. Aquí no es po-sible utilizar el verbo caminar, pues aquel andar es casi in-voluntario, manipulado por fuerzas y decisiones ajenas a nosotros, y que hoy podemos experimentar en diversos ámbitos de nuestras sociedades contemporáneas.

Laberintos hay muchos, pero no todos son visibles. Al-gunos, aunque pueden observarse, no los distinguimos como tales debido a que nuestra constante convivencia en ellos ha provocado que los interioricemos y que se camuflen. Algunos pueden ser las calles que transita-mos a diario, otros, los pensamientos que nos asaltan mientras decidimos qué camino tomar; en algunos ca-sos ni siquiera son físicos, sino temporales.

El estudio cinematográfico emprendido por Ma. Ángeles Martínez García en el libro Laberintos narrativos: estudio sobre el espacio cinematográfico (Gedisa) es un análisis profundo que desmenuza el universo del laberinto: sus significados, sus connotaciones y las representaciones fílmicas donde destacan por ser parte del corpus de investigación: Blade Runner, Inception, Coraline y Labyrinth.

Hoy pareciera que no quedamos conformes cuando en-contramos la salida o la solución de algún dilema: cual-quier narrativa que se resuelva sin mucho problema nos resulta poco creíble. Es más, estamos seguros de que no siempre hay salida, que alguna vuelta en tal o cual esquina dentro del laberinto puede librarnos un tiempo de la angustia, simplificar las decisiones, pero eventual-mente el camino volverá a bifurcarse. En Inception, por ejemplo, queda la duda de si Cobb logró salir del lim-bo cuando el tótem gira, gira, se tambalea y… nada. En Coraline, la mano de la otra madre, que logró escapar después de ser mutilada, es sepultada en un pozo sin fondo, pero persiste la sospecha de su posible regreso.

Sortear los azares del labe-rinto expone la capacidad humana de tomar decisiones, pero también sus resultados y dificultades: elegir una vuelta puede tener consecuencias tanto funestas como prodigiosas. O, por otro lado, vueltas de página en las que desconocemos lo que podemos encontrar. En El monstruo ama su laberinto. Cuadernos, del escritor Charles Simic, leemos anécdotas y cavilaciones tanto filosóficas como poéticas, pasajes surgidos de la experiencia, e incluso fragmentos casi metaliterarios en algunos casos, en los que la escritura o la literatura es su centro de reflexión: una puerta que se abre sobre sí mis-ma, un camino que se extiende a lo largo de sí mismo.

El título sugiere la aprehensión que tenemos con este mundo y sus contradicciones, todas ellas, o quizá la mayoría, construidas por nosotros: contradicciones morales, ideológicas, políticas y sociales. ¿Será que, en ese sentido, el laberinto es una metáfora del sistema y el monstruo de nosotros? Ésta podría ser una lectura hasta siniestra, casi un padecimiento del síndrome de Estocolmo. Puede, incluso, que más allá de ser el anuncio de un conformismo sea una fuerte llamada de atención.

Es la ironía, sin embargo, uno de los terrenos mejor ex-plorados por Simic. En la literatura de habla hispana, Jorge Luis Borges fue otro escritor muy bien conocido por sus juegos intelectuales, en los que no pocas veces se burlaba de los lectores. La ironía también aterrizaba en los textos del escritor argentino, quien externaba su falsa modestia cada vez que era necesaria.

Ficciones recoge entre sus cuentos “El jardín de sende-ros que se bifurcan”, quizá una de las formas más ela-boradas para nombrar un laberinto; éste, además, fue uno de los temas de mayor interés que persistieron en la literatura del también autor de El Aleph.

“El jardín de sende-ros que se bifurcan”

es más que un cuento policial, como señala el propio

autor en su “Prólogo”: es un ensayo de los mundos posibles, laberintos que van más allá en tiempo y en espacio. Otro cuento, “Los dos reyes y los dos laberintos”, desarrolla como metáfora del laberinto la vastedad del desierto: no son necesarios los muros para confundir y perderse, basta una idea simple para transformar. Los problemas humanos no siempre lle-gan de una manera compleja, a veces los descubrimos envueltos en lo más simple. O también es un juego de apariencias, donde lo simple no lo es precisamente.

En este punto nos acercamos peligrosamente al final de la nota, por un lado, pero al centro del laberinto por el otro, ahí donde nos esperan nuestros propios de-monios, aquellos que de manera irremediable forman parte nuestra. Así como Octavio Paz desmenuzara en su polémico ensayo El laberinto de la soledad, escrito en 1950, la identidad del mexicano y reflexionara sobre nuestras contradicciones como sociedad.

Se ve una luz al final del túnel, y la esquina de una pá-gina que anuncia el otro lado del laberinto. Podremos haber llegado a cualquier parte del camino y ver que se extiende, recto y sin sinuosidades, pero hay que guar-dar la certeza de que en algún punto, no obstante, se bifurca. Y en lo más profundo de todo laberinto nos es-pera nuestro Minotauro. +

Por Rolando Ramiro vázquez Mendoza

El MONstRuO AMA su lABERiNtO. cuADERNOs

Charles SimicVASO ROTO UMBRALES

El lABERiNtO DE lA sOlEDADOctavio Paz

FCE

El AlEPHJorge Luis Borges

EDICIONES GANDHI

lABERiNtOs NARRAtivOs: EstuDiO sOBRE El EsPAciO ciNEMAtOGRÁFicO

Ma. Ángeles Martínez García GEDISA EDITORIAL

22

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La gente buena de lee+ me invitó a escribir una co-lumna. Estoy feliz y tengo curiosidad de lo que pueda surgir. También estoy segura de que nos entendere-mos en este espacio, y a mí, no sé por qué, pero lo intuyo, no me faltarán cosas para contar, desde lo que se me asoma por el camino hasta otras ocurrencias, pero especialmente lo que descubro en mis lecturas, pues siempre me ha gustado compartir lo que leo y recomendárselo a otros amigos lectores.

Les confieso que nunca estoy tan al día en lo que está de moda ni de la última novedad, y soy un poco descon-fiada de los fenómenos. No obstante, soy muy curiosa, me gustan casi todos los géneros y siempre tengo un libro a la mano para comentar o compartir.

Por ahora les digo un secreto: hay laberintos en todos lados, a dondequiera que mires. En la memoria, en el lenguaje, en la vida, en la política, en las relaciones y también los hay en la historia. La literatura a veces nos ayuda a encontrar esos laberintos y a interpretarlos. Pongamos como ejemplo este libro: Las tierras arra-sadas, de Emiliano Monge; es un laberinto en sí mis-mo. Entras en él y te atrapa con la historia de miedo, desolación y terror de las personas que están vivien-do esa situación, las víctimas que fueron empujadas y arrancadas de sus vidas hacia un lugar desesperado.

Monge pone luz sobre algo que todos sabemos que existe y que sucede a diario en nuestro país, pero a lo que no sabemos ponerle palabras: las muchas tra-gedias que viven los migrantes que intentan cruzar nuestro México. Es tan doloroso y difícil de enfrentar... Él no sólo logra ponerle palabras, sino que además le agrega poesía. En su lenguaje hay una búsqueda que lo hace musical, mientras te involucra emocionalmente en la terrible tragedia. No es un libro fácil de leer por lo que cuenta: no hay paz, no hay compasión, pero es también un libro contundente y hermoso.

Hay otros laberintos que no hay que dejar de lado, como los de la memoria. Sobre esto habla otro libro que quiero mencionar, y que es de un tono del todo distinto. Conjunto vacío, de Verónica Gerber Bicecci (Almadía), un libro precioso.

Verónica Gerber Bicecci es artista plástica, nacida en México, de padres argentinos. Con humor y sutileza, Gerber cuenta una historia en fragmentos: a veces son

J U L I E TA V E N E G A S

capítulos de una sola frase, a veces dibujos, mediante la que expone su particular visión del amor, exploran-do su historia personal, su relación con su hermano y con su madre ausente —¿desaparecida?—, con su abuela y con sus parejas. Para mí es un hit porque es una historia personal que puede resonar en cualquie-ra, y eso ya es una razón para acercarte al libro.

También hay personas que son laberintos, que poseen misterio, y que al ir descubriendo lo que tienen por decir vas encontrando en ellos nuevas maneras de ver las cosas.

Pensemos, por ejemplo, en Patti Smith. Una poetisa, cantante, compositora y escritora; una mujer increí-ble, digámoslo: ¡increíble! Alguien que convierte su vida entera en un poema, que además la cuenta de una manera completamente empática y certera, como lo hace en su libro M Train: una delicia de principio a fin. En lo personal, después de haberlo leído, me sucedió algo extraño: lo quería cerca de mí. No diría que para volver a leerlo todo, sino sólo porque su presencia me daba tranquilidad.

No creo en los libros de cabecera. Hasta leer M Train sólo tenía en mi cabecera libros que me urgía leer y quería tener cerca, no libros que ya había leído. Pero este libro estrenó algo en mí, algo como de amor por el libro en sí, por la persona que lo escribió, alguien a quien quiero tener cerca. ¿Por qué es Patti un laberin-to? Porque es impredecible. Todo, su visión de la vida y su forma de vivirla están construidas de un modo que sólo a ella se le va a ocurrir. Y es lo genial de M Train, que te lleva por lugares inesperados. Te habla también de cosas que no sabes y que quieres cono-cer, pero cuando te las cuenta, te atrapan y quieres saber más.

Con estas reflexiones a manera de introducción y es-tas tres recomendaciones, los dejo. Nos veremos en este mismo lugar, y con esta misma buena gente, así que descorchemos el champagne, o el agua con gas; en todo caso, algo que haga ruido, y celebremos este nuevo espacio de encuentro. +

La mitología griega está llena de contradicciones y extravagancias. No obstante, todas aquellas his-torias son muestra de los vicios y las virtudes del ser humano.

Minos fue rey de Creta. Si bien lo consideraban un hombre íntegro y sabio, a lo largo del mito po-demos constatar que la pureza de su espíritu no era total; como cualquier otra persona, también Minos padeció de un lado corrompible. Fue esa de-bilidad expuesta la gota que inició su desgracia al romper un acuerdo con Poseidón y no sacrificar el toro blanco que emergió del mar. La codicia y la ambición cegaron al rey, que quería que su gente lo aclamara: aquellos que habían confiado en sus prodigios sin notar sus pensamientos endebles.

La venganza de Poseidón fue hacer que la esposa de Minos, Pasífae, yaciera con el toro. El mismo Dédalo construyó una estructura de forma bovina para que Pasífae se metiera en ella y le facilitara la tarea de llamar la atención del regalo ingrato del dios de los mares. De aquella unión nació el Minotauro.

Minos, consumido por la furia y sus profundas ob-sesiones, le ordenó a Dédalo construir el famoso laberinto de Creta, donde encerró al ser antro-pófago con cabeza de toro y cuerpo humano. No obstante, Teseo tomó la difícil tarea de acabar con la criatura que cada cierto tiempo recibía jóvenes atenienses en tributo para devorarlos. Esta em-presa no la habría logrado sin la ayuda de Ariadna, hija del rey déspota que antes había sido elogiado por su inteligencia.

Teseo es el héroe de la historia, pero también un controvertido hombre que aunque acabó con los demonios que dominaban Creta, no pudo exor-cizar los suyos. Una vez que salió del laberinto, siguiendo el hilo que tendió Ariadna, ambos em-prendieron el viaje de regreso rumbo a Atenas. A mitad del camino, abandonó a la princesa en la isla de Naxos, donde Dionisio, enamorado de ella, la llevó consigo.

La vida de estos personajes está llena de muros intrincados, contradictorios, que suben y al tiem-po bajan, sin contar las numerosas variables que hay de cada mito. A diferencia del funesto destino que tuvo Teseo, el de Ariadna no fue tan ingrato: por el deseo divino de Dionisio, su presencia que-dó inmortalizada entre las estrellas. Una versión cuenta que éste, para probar su divinidad, arrojó la corona de la princesa hacia el cielo, y las pie-dras preciosas que contenía se transformaron en astros; ahora la conocemos como la constelación Corona Boreal.

Ariadna, desde entonces, despliega su hilo entre caminos estelares. +

Por R. R. Fullton

@julietav

La fantasía y el poderío femeninos han sido te-mas de sumo interés por más de veinte años para la escritora estadounidense Diana Gabal-don, quien al escribir el primer libro de Outlan-

der (Forastera, Salamandra) encontró una tierra fértil en la que explorar por medio de los ojos de una protagonista maravillosa: Claire Beauchamp.

La saga va por su octavo libro, Escrito con la sangre de mi corazón, mismo que llegará a librerías en los próximos meses, y aún restan dos tomos más que se están trazan-do. A esta entrega la guía el hilo conductor del encanto y el poder femenino empoderado mediante la sabiduría, la negociación con su lugar en una sociedad patriarcal y la liberación de las mujeres en todos los sentidos posibles. Claire Beauchamp es, en 1945, una enfermera británi-ca de combate, casada con Frank Randall en el siglo xx, que inexplicadamente viaja por el tiempo hasta 1743, en Escocia. Claire se encuentra vulnerable y es rescata-da por el clan familiar de Jamie Fraser, un joven guerrero escocés que decide casarse con ella para protegerla de la desaprobación de una sociedad patriarcal en la que era necesario pertenecer a un hombre. La amorosa sor-presa es que ambos comienzan a construir una relación más equitativa: ella le enseña cómo besarla, a reconocer su deseo, y le deja claro que no le pertenecía por ley, sino que poco a poco se unieron por amor. El triángulo se for-ma al verse atrapada entre dos hombres muy diferentes, en dos vidas tremendamente distintas.

Crear a una protagonista en una narrativa de ciencia fic-ción e histórica, en la que la autora vierte tanto sus escrú-pulos como su inteligencia para sobrevivir como mujer en sociedades patriarcales, nos enseña que existe un lugar para una narrativa centrada en ella, que no sólo hay lec-tores para Game of Thrones, donde se concibe a la mujer

como mero objeto de utilidad sexual, sometido a la vio-lencia más cruel. Si queremos mejores sociedades, debe-mos comenzar a contarnos mejores historias.

Las mujeres en todos los ámbitos siguen reescribiendo su his-toria. En Outlander, Claire se encuentra inmersa en la historia de Escocia y el levantamiento jacobino contra el Imperio bri-tánico. Esta historia del empoderamiento de las mujeres se logra a partir de su búsqueda por regresar a su pro-pio tiempo y hogar: para reivindicar el presente se comienza mirando al pasado. Su pasión por la justicia, por sanar a los enfermos y su compasión por una sociedad equitativa es lo que caracteriza a este personaje totalmente contemporáneo.

El desplazamiento en el tiempo resulta en un viaje perso-nal, en el que Claire se cuestiona su lugar como mujer del futuro, debatiéndose como individuo y como enfermera entre tradiciones insensatas, creencias basadas en mie-dos y la privación del conocimiento a las mujeres, para acotar su lugar y hacerles creer que se les necesita úni-camente para servir a los hombres en todos los ámbitos de la sociedad. Claire deja claro desde el inicio de la saga su inconformidad con lo establecido por la Iglesia y por el Imperio británico. La autora, al pintar la vida cotidiana de Escocia del siglo xviii, propicia un diálogo entre las di-ferentes tribulaciones que como individuos han creado: el pobre contra el rico, el escocés contra el británico, el pagano contra el religioso, la ciencia contra la supersti-ción, la libertad contra la prohibición, el deseo de la mujer frente al deseo del hombre.

Outlander fue adaptada como serie de televisión con pro-ducción británica-estadounidense por la misma autora y por el creador de Battlestar Galactica. Esta unión de talen-tos me parece que ha generado un balance emocionante entre las diferentes capas de la historia y la tensión de una Escocia renuente a ser sometida. El leitmotiv de la creación de identidad también recae en Claire, ya que no pertenece a nada conocido en su tiempo y espacio. La serie de libros está escrita con constantes cambios inesperados, aunque sin perder el centro original de la saga. El público que ve la serie corre a leer los libros, y quien primero los lee corre a ver la serie, que continúa cosechando premios tanto por la historia como por los actores.

La temática de la libertad ha conseguido tanta fuerza que David Cameron, ex Primer Ministro británico, le pidió a la productora Sony que atrasara el estreno de la serie en el Reino Unido, después de la famosa votación que deter-minaría si Escocia dejaría de ser parte del mismo. Sony accedió y la historia se rescribió sola.

Outlander es una apuesta muy arriesgada por cuestionar las instituciones como el matrimonio o el lugar de las mu-jeres en la sociedad. El contraste del viaje al pasado eviden-cia que a las mujeres se las ha utilizado como una simple herramienta. Reconocer nuestra propia versión de Claire en la vida pondrá sobre la mesa el tema de la libertad y la idea de que aparentemente el sistema no permite que nadie sea libre. De alguna forma esta obra nos demuestra que en la sociedad, por lo menos occidental, existe un es-pacio para la reconstrucción de lo femenino, hasta que la feminidad deje de ser una forastera acechada. +

Lee el primer capítulo en:

Por Yara sánchez De la Barquera

Ilustración de ©Aryundomiel 2011-2017http://www.deviantart.com/art/you-have-my-soul-and-my-heart-195876561

Ella le enseña cómo besarla, a recono-cer su deseo, y le deja claro que no le

pertenecía por ley, sino que poco a poco se unieron por amor.

B E R N A R D O F E R N Á N D E Z

Mi amigo Eric List dijo una vez que cuando se hiciera el recuento de los genios del siglo xx necesariamente habría que incluir a Jim Henson entre ellos.

De alguna manera informal eso sucedió cuando Apple lanzó su campaña “Think Different”, a finales de los no-venta, y lo incluyó al lado de Einstein y Picasso, sin que desmereciera. Ahora que nos quedamos huérfanos de David Bowie, otro genio por derecho propio, es prudente recordar aquella colaboración cinematográfica que tuvie-ron en 1986 titulada Labyrinth, hoy convertida en una especie de obra de culto; olvidada por el gran público, pero reverenciada por una horda leal de aficionados.

La anécdota es simple: Sarah, una adolescente inter-pretada por Jennifer Connelly a sus catorce o quince años, tiene que quedarse contra su voluntad a cuidar a su medio hermano para que el padre y su esposa puedan salir por la noche.

Obsesionada con la lectura de obras de fantasy al modo de don Alonso Quijano, Sarah vive en un mundo de quimeras para desesperación de su familia. Cosplayer y friki, recita pasajes sacados de sus cuentos favoritos (hay una toma en la que por un segundo se pueden ver los lomos de sus libros, en-tre los que destaca Donde vi-ven los monstruos, de Maurice Sendak, cinta que el “Taller de criaturas” de Henson ayudaría a lle-var a la pantalla veinticinco años des-pués), colecciona juguetes de seres fantás-ticos y figurillas de Calabozos y Dragones.

Molesta por la tarea encomendada, desea que Toby, el bebé, desaparezca llevado por el Rey de los duendes. Ha abierto un conjuro sin saberlo y allá, donde mora la gente pequeña, su deseo es escuchado.

Por un momento parece que todo quedará en un conju-ro fallido, pero Sarah dice las palabras correctas y abre la puerta a una dimensión paralela por la que aparece el mismísimo David Bowie, más glam que nunca, en una es-cena que hace lamentar que nunca haya interpretado a Lucifer tentando al Doctor Fausto. Jareth, el Rey de los duendes, se lleva a Toby. Le indica a Sarah que tiene trece horas para rescatarlo, atravesando el laberinto que rodea su castillo. Inicia una odisea alucinante.

La película contó con el diseño de personajes de Brian Froud, quien ya había colaborado con Henson haciendo El cristal encantado, acaso una de mis cintas favoritas de todos los tiempos. Es probable que el público no estuvie-ra listo para Labyrinth en 1986: la cinta fracasó rotun-damente en taquilla. Las Sarahs del mundo apenas iban naciendo. El mundo friki no había tomado por asalto los medios. No aún. Había, sin embargo, ya un público que se estaba gestando. Varios de ellos habrían de crecer para

convertirse en creadores importantes décadas después. Uno de ellos es Ernie Cline. He hablado ya de Cline en este espacio. Mencioné ya que su libro Ready Player One es considerado la novela de ciencia ficción de la dé-cada. Pronto Steven Spielberg habrá de llevarla al cine.

Cline vuelve a las andadas con una nueva historia que aho-ra aparece traducida al castellano por medio de Ediciones B: Armada. En ella, Zack Lightman, un nerdazo adicto a los videojuegos, se ve envuelto en una aventura salida de sus fantasías electrónicas favoritas, en un tono bastante simi-lar a la cinta The Last Starfighter (Castle, 1984). Cline no decepciona, mete a la licuadora todos aquellos elementos que hicieron las delicias de su propia adolescencia: video-juegos, cómics, ciencia ficción clásica, teorías de conspi-ración, ovnis y muchas aventuras. Eso sí, sin el laberinto

misterioso que tenía que resolver Wade Wa-tts, el protagonista de Ready Player One

en OASIS, el universo virtual mezcla de Facebook y Second Life donde

vive toda la humanidad. Pero de todos modos, muy divertida.

Desde luego, los puristas me dirán que no hay labe-rinto literario más prodi-gioso que los de Borges, en un registro a años luz de Cline. Cosa curiosa, sin embargo, no puedo dejar de pensar en que un inte-

lectual como Borges o nues-tro Alfonso Reyes no eran sino

unos frikis de la generación de nuestros abuelos.

No apelo al nombre de Borges en vano: su cuento “El jardín de senderos que se bi-

furcan” es la más fascinante metáfora que he leído sobre los multiversos, estructurados en una especie de laberinto fractal que a su modo alude también al poema de Robert Frost, “The Road Not Taken”. Y en una coinci-dencia que quizá hubiera llamado la atención tanto de Bor-ges como de Henson, Labyrinth se estrenó el mismo mes en que el coloso de las letras argentinas falleció en Suiza.

Bueno, no, quizá no le habría hecho mucha gracia.

Bonus: en El asesino obediente: Ramón Mercader y la muerte de Trotsky, John P. Davidson coloca al protago-nista en medio de un enredado laberinto donde las fuer-zas de la historia, que parecen rebasarlo y devorarlo, lo empujan a cumplir el deseo de su madre, Caridad Mercader, de asesinar a León Trotsky. Convertido en un peón de la historia, seduce a Sylvia Ageloff, secretaria de Trotsky, para acceder al primer círculo del fundador del Ejército Rojo. Pero acabará enamorándose...

El cómic del mes: Che. Una vida revolucionaria, de Jon Lee Anderson, adaptado por José Hernández. Ya el año pasado Hernández entregó el segundo tomo. Compensa a sus lectores con la primera parte de la trilogía de lo que ya es un clásico de la novela gráfica mexicana. +

@monorama

En la mayoría de las ocasiones las creencias religiosas son heredadas, y para el momento en el que somos adultos o un poco más conscientes, ya hemos tenido

una dosis suficiente de programación, la cual nos tomará tiempo remplazar o liberarnos de ella.

La verdadera intención de la religión originalmente era —o es— facilitar la conexión con lo divino. No dije Dios, Mahoma, Buda: con lo divino, y guiarnos en nuestro des-pertar espiritual. Lamentablemente muy pocas religiones lo logran, porque se van mezclando con temas contrarios a lo que profesan: poder, dominio y delimitación del ser. Si consiguieran realmente lo que pregonan, me parece que el mundo sería en este momento catártico un lugar diferente, y con la claridad de nuestra misión de vida, con un proceso de sanación equilibrado y una mejor cons-trucción de vida.

El joven filósofo alemán Markus Gabriel sostiene que el mundo no existe, y en cambio todo lo demás sí. Lo que niega es la existencia de un todo que debería incluirse a sí mismo. Existe un sujeto que percibe una realidad for-mada de objetos y hechos que no constituyen una unidad interrelacionada: “El mundo es el ámbito de todo lo que simplemente existe sin nuestra intervención y que nos in-cluye”, dice en su libro Por qué no existe el mundo, y agrega: “Para comprender por qué no existe el mundo debe enten-derse primero qué significa que exista algo. Sólo existe algo cuando acontece en el mundo. Cómo podría haber algo si no es en el mundo, si por ello entendemos precisa-mente la totalidad, el ámbito en el que ocurre todo lo que ocurre”. Si nos liberamos de la configuración del mundo según las religiones, experimentaríamos una libertad ili-

mitada para poder crear nuevos campos de sentido para la vida. No existe el bien no existe el mal. Uno es el crea-dor de todo.

Recordemos que para trazar nuestro propio camino hay que liquidar todo lo conocido, haciendo una venta de ga-raje de todo lo que no sirve: escuela elitista, te regreso el miedo de ser diferente; maestro de la universidad, te devuelvo tu miedo a seguir mis sueños y a morirme de hambre intentándolos; primera ex pareja, te regreso tu indiferencia y tu depresión; papá, te regalo tu ausencia; y a mí misma me perdono por no escucharme. ¿En qué momento nos podemos abrir el espacio para la nueva semilla? ¿Cuando ya nos caímos? ¿Cuando tenemos cua-renta años y nos hemos abandonado de igual forma que a nuestra pasión, nuestros sueños, nuestro cuerpo?

Si supieras que todas las respuestas que buscas están en el centro de un laberinto, que lo único que te aleja son las construcciones de tu propio mundo y que la única manera de llegar allí es por medio de la expansión de tu conocimiento, ¿lo intentarías? ¿Te atreverías a ver con el corazón? ¿Cambiarías tus modus vivendi? ¿Decidirías ser congruente contigo mismo? La religión sabe cómo llamar a un fiel lleno de miedo y confusión, dándole su versión reconfortante de lo que es la vida, junto con una versión falsa de seguridad. Así logra crear el discurso mejor vendido, y expandir este negocio al conseguir que los que buscan respuestas en el autoconocimiento, en el hoyo del conejo, se terminen alejando de ellos mismos. Ningún atajo es bueno en la vida. Vinimos a aprender a vi-vir, a anotar en nuestro cuaderno personal lo que es la vida, lo que es la espiritualidad, lo que para uno es lo divino.

Todos contamos con un gps espiritual, nadie está solo, el mundo es perfecto entre más lo desnudemos.

¿sacrificar tu poder para tener salvación? Lo que tantos filósofos y gente espiritual desean vocife-rar a las generaciones aun atadas a esta ilusión es que las religiones, el gobierno y las marcas de empresas, etc., nos programan y dictan: de dónde vienes, dónde estamos, hacia dónde vamos. En el proceso usurpan tu poder, te venden que necesitas a un intermediario para hablar con tu ser interno, con Dios, o lo que desees creer. El bole-to de oro es quitarnos nuestra responsabilidad de lo que es la vida, poniéndola en sus hombros y dictando que si algo negativo sucede, es porque hay una fuerza llamada mal que todo lo acecha. Al final todos terminan colabo-rando para que la masa de miedo crezca. Lo que más se teme, más se atrae, porque ocupa más espacio en nuestra mente, pesa más que lo que se desea. Dejemos de regalar aquello que nos puede salvar: el deseo de encontrarnos a nosotros mismos. Bien dijo Gandhi que Dios no tenía una religión, y de eso se trata: de desnudarlo todo para llegar a lo que creemos que es la verdad; a vivir según nuestro corazón lo dicte, a liberarnos de la culpa, del miedo, de la ilusión que a muchos les conviene crear.

Si partimos del conocimiento de que el Universo es men-tal, no esperes a que las cosas sucedan según te dijeron que ocurrirían: ¡provoca que las cosas sean como tú ya las pensaste, las deseaste, las dijiste y las estás ejecutando! Canta tus deseos y hazlos realidad, ahora más que nunca. No queda mucho tiempo. Aprendamos a vivir. +

Por Yara sánchez De la Barquera

Catedral de Chartres, Francia. http://glob-arts.blogspot.mx/2014/02/riccardo-iii-e-gassmann.html

“Como no sabían que era imposible, lo hicieron”.Jean Cocteau

POR QuÉ NO EXistE El MuNDO

Markus GabrielOCEANO

“El sentido de la vida es la vida, la disputa con el sentido infinito en el que, por fortuna, se nos permite participar. [...] Que hay infelicidad y sufrimiento innecesario es tam-bién cierto y debería ser motivo para repensar acerca de la humani-dad y mejorarnos moralmente”.

Markus Gabriel

That’s all it was: walls.

Walls and walls. Endless white walls. Some might have been locked doors.

You turned a corner and it was just more walls. Some shorter, some longer, but just walls.

And the smell of cheese. Couldn’t get away from it.

He found it once. Didn’t understand what it was for, though. He was just so fucking happy it was yellow. Finally some colour.

The light faded and he looked up and saw the clouds were back. More turbulent than usual.

He knew it was silly but sometimes he could swear they had eyes, those fuzzy clouds.

Hiding behind the triangular mass of yellow he took a big shit. Thank God for that. Privacy at last.

Was that thunder? Almost sounded like laughter.

He moved on. More walls.

Left, right, left, left, right.

For fuck’s sake.

There was another one like him not so long ago. Poor thing looked terrible. Bloodshot eyes, scars, its hair falling out. One day it just died. Then clouds gathe-red, and then it was gone.

Before it died it had said something about a vast open space with no walls—where there was cheese everywhere. It described the terrible boredom, the fights that had led to, and how the clouds came down and burnt its eyes with drops of acid.

Sounded awful.

Still—these walls were pissing him off. +

En estos tiempos que corren a velocidad de la luz y de constante aceleración, en lee+ inauguramos la columna things to Read Before You Run Out of Air que mensualmente albergará histo-rias de Matt Willis-Jones, relatos breves en inglés que apoyan la temática mensual de nuestra revista, cuya traducción podrás leer en mascultura.mx antes de dar el siguiente respiro. Ahora, inhalen, exhalen… comencemos.

Matt Willis-Jones (1973) pasó once años en Noruega antes de darse cuenta que tenía que escapar. Consideró mudarse a España o a Cerdeña antes de decidirse por Berlín. Pero luego comió un ácido y en su lugar compró un boleto a Mé-xico. Escribe sobre sus aventuras en el tiempo y espacio y espera que disfrutes leyéndolas. Mattwillisjones.com

MATT WILLIS-JONES

La expresión gráfica expande su merecido lugar dentro de las publicaciones periódicas. “Bunkertoon” se dibujará, de ahora en adelante, en una nueva sección a cargo de Esteban Suárez, fundador y ceo de Bunker Arquitectura. Les dejamos el paso libre hacia los sinuosos caminos de las viñetas que mes a mes nos acompañarán.

En algún momento de la vida de un arquitecto, debido a su quehacer profesional, tendrá que tramitar una ma-nifestación de construcción. Algo que debería ser relativamente sencillo, común y cotidiano ha resultado con el tiempo en todo lo contrario: confuso, tormentoso, desgastante, tardado e infernal. El continuo vaivén entre las diferentes dependencias para poder liberar este trámite asemeja a estar perdidos en un laberinto interminable.

bunkerarquitectura.com @Esteban__suarez

E S T E B A N S U Á R E Z

Nace un proyecto editorial de narrativa contemporánea con el placer de la lectura en su AdN

Una colección creativa, abierta y ambiciosa destinada a un público amplio.

AdN es un proyecto editorial de narrativa contemporánea que nace para ofrecer al lector una propuesta plural tanto en géneros como en autores.

Desde nombres consagrados a autores revelación y nuevas voces procedentes de cualquier lugar del mundo.

Con personalidad propia, una especial atención a la edición y fiel al prestigio de Alianza Editorial, que este año celebra su cincuenta aniversario.

vuelve el genio del suspense, con más de sesenta millonesde ejemplares vendidos en todo el mundo.

El detective Harry Bosch cambia de bando para formar equipo con el abo-gado Mickey Haller.

Harry Bosch se ha retirado del Departa-mento de Policía de Los Ángeles, pero su hermanastro, el abogado defensor Mickey Haller, necesita su ayuda para probar la inocencia de un acusado de asesinato. Bosch no quiere saber nada de cruzar al otro lado y trabajar para la defensa pero acepta el caso a regañadientes porque intuye que hay demasiados cabos sueltos.

un proyecto editorial abierto a todos los géneros y sin fronteras

lOs HÉROEs FElicEsVea Kaiser

De Grecia a la Austria profunda. De los años cincuenta al presente. En un tono tragicómico irresistible y con desbordante talento para la fabulación, Vea Kaiser despliega el abanico de peripecias que vive una familia griega a lo lar-go de cuatro generaciones, en una historia que arranca en un pueblo de la frontera greco-alba-nesa dividido por la guerra.

lA cAsA Y lA islARonaldo Menéndez

Con un lenguaje de sólida elaboración y ritmo taquicárdico, una novela de la post Revolución cubana que explora desde distintos ángulos la lucha por la libertad y las ilusiones perdidas de un proyecto político heredado por esa generación de jóvenes cubanos que no formaron parte de la Revolución.

lA sOGAMatthew FitzSimmons

La hija del ahora poderoso vicepresidente y candidato a la presidencia de EE.UU. desapareció años atrás, dando lugar a un gran escándalo. El hacker Gibson Vaughn intenta descubrir lo que sucedió y no tarda en desvelar múltiples conspiraciones y enfrentarse con políticos despiadados, capaces de hacer lo que sea con tal de silenciarlo a él y a su equipo.

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No se conoce su forma exacta ni el material que lo formó. Se sabe que una mente prodigiosa lo erigió bajo encargo: Dédalo. El motivo de su

construcción fue ocultar la vida mísera e inoportuna del Minotauro, ya que era símbolo de vergüenza. Sin embar-go, el laberinto también representó una prisión enigmá-tica —a veces imaginada en repeticiones concéntricas, a veces como un óvalo o cuadrado— de la angustia del Minotauro, de no saber qué delito cometió desde su na-cimiento y, no obstante, prever un futuro agónico e in-evitable: el acecho y la muerte. Los deseos de Minos, su padre, decepcionado por haber engendrado una criatura desdeñable, le privaron por siempre de su libertad y, peor aún, asumió injustamente el adulterio de su madre, Pasí-fae, como deuda propia. Teseo, el héroe solar, entra en el relato como asesino del hombre-toro. Gracias al amor desmedido de Ariadna podrá acceder a la prisión de pie-dra para matar y salir sin extraviarse.

El memorable hilo de Ariadna será su guía para que no se pierda en las oscuras bifurcaciones del camino infinito.

Este pasaje se ha vertido en los muros perennes de la mi-tología occidental, reflejándose como metáfora universal del infausto suceder de las cosas. Una memoria alegórica que aparece para hablar del destino y la fatalidad que nos deparan. Hablamos del mito cretense del laberinto, cuyo origen proviene de la etimología latina labyrinthus, y ésta relacionada con la palabra griega labrys. Laberinto: hacha de dos filos; también: caverna con abundantes galerías y pasadizos. Un lugar sumamente enigmático que se volvió

símbolo y tema de miles de láminas y páginas impresas durante siglos y siglos.

Quizá el relato del laberinto y el Minotauro sea lo más lejano que tengamos sobre el tópico, muy seguramente basado en otros relatos más enigmáticos. Juan Eduardo Cirlot, en su Diccionario de símbolos, nos dice: “En los textos antiguos citan cinco grandes laberintos: el de Egipto, que Plinio sitúa en el lago Mocris; los dos creten-ses, de Cnosos y Gortyna; el griego de la isla de Lemnos; y el etrusco de Clusium. Es probable que ciertos templos iniciáticos se construyeran de este modo por razones doctrinarias”.

En realidad ¿qué es un laberinto? ¿Para qué existe? ¿Quié-nes lo pueblan? ¿Qué significa? Son muchos los pensa-dores, narradores y poetas que han reconstruido el mito y lo han reinterpretado. Robert Graves es uno de ellos, cuyo pensamiento es fundamental. El escritor de origen británico dedicó buena parte de su vida a la mitología, la poesía y la historia. De entre sus valiosas investigaciones destacan Dioses y héroes de la antigua Grecia y Los mitos griegos. En este último recogió la terrible historia del Lab-yrinthus y el crimen de Teseo: “No se sabe con certeza si Teseo mató al Minotauro con una espada o sólo con sus manos […], cuando Teseo salió del laberinto, manchado de sangre, Ariadna lo abrazó apasionadamente”. Con la finalidad de presentar una suma de los laberin-tos de la humanidad, el escritor y poeta italiano Paolo Santarcangeli se dio a la tarea de investigar, intuir, hacer

arqueología y obtener como resultado El libro de los la-berintos. La idea partió de una provocación de su amigo Umberto Eco, quien prologa y confiesa haber retado a Santarcangeli a concebir un antilaberinto, “una enciclo-pedia negativa o Cacopedia, donde los grandes concep-tos de la cultura se presentasen vueltos como un guante”. Este bello ejemplar ilustra la tipología de las formas labe-rínticas y rastrea los vestigios más antiguos, desde Egipto hasta la Edad Media.

Por su parte, Jorge Luis Borges quizá será recordado como el escritor que dedicó prácticamente toda su vida a descifrar, entre otras cosas, el símbolo del laberinto y afincar una poética de él. Además de tomarlo como re-curso literario que vislumbró en Las mil y una noches y en El Quijote, lo comprendió como una herramienta filosófi-ca para abordar la vida y sus caprichos. En una entrevista declaró: “la idea de un edificio construido para que al-guien se pierda es el símbolo inevitable de la perplejidad”. El laberinto, visto por Borges, es símbolo del Universo y sus complejidades. El hombre ha de habitar el mundo con incógnitas desde el día de su nacimiento hasta el día que la niebla cierre sus párpados. El laberinto no es sólo la físi-ca del mundo y las adversidades que depara su recorrido, sino también es la espiral del tiempo: concatenación de momentos que no se sabe a ciencia cierta cuándo empie-za y cuándo termina.

En su libro La rosa profunda, Borges incluyó un poema revelador sobre su concepción del laberinto: “Soy el que

pese a tan ilustres modos / de errar, no ha descifrado el laberinto / singular y plural, arduo y distinto / del tiem-po, que es de uno y es de todos. / Soy el que es nadie, el que no fue una espada / en la guerra. Soy eco, olvido, nada”. En su inolvidable cuento, “El jardín de senderos que se bifurcan”, incluido en Ficciones, agrega: “creía en infinitas series de tiempos, en una red creciente y verti-ginosa de tiempos divergentes, convergentes y paralelos. Esa trama de tiempos que se aproximan, se bifurcan, se cortan o que secularmente se ignoran, abarca todas las posibilidades […]. El tiempo se bifurca hacia innumera-bles futuros”.

En cuanto al ingenio para narrar, el escritor argentino desarrolló un estilo personalísimo que destaca por sus lí-neas dramáticas y circulares: el principio es el fin de otro principio, en donde las historias contienen otras historias; incluso también pensó a modo de divertimento: “libro y laberinto eran un solo objeto”.

El mayor enigma que guarda todo laberinto consiste en sortear los caminos engañosos, llegar a su centro e intuir el sendero a la salida. Pero el recorrido cobrará sentido has-ta que se revele qué encontraremos dentro. En la narra-ción cretense se trataba de encontrar la muerte para uno, la gloria para el otro. Por lo tanto, el enigma reposa en la importancia de la otredad: los destinos tomarán el rumbo final hasta que nos descubramos en la mirada del otro. Si pensamos el símbolo en la actualidad, el laberinto es la significación del hombre contemporáneo y su mundo desgajado; la perplejidad de estar extraviado en el tiem-po y el espacio, esperando que le sorprenda la muerte como al Minotauro. Son evidentes, hoy más que nunca, las inclemencias que impone la aldea global, el laberinto hipermoderno, a cualquier ser humano: el pánico a no te-ner identidad, a no ser reconocido como parte de alguna tribu física o virtual, ahora es desbordado. Los individuos están ansiosos por entrar en los lineamientos del otro, del statu quo: salir de un laberinto para entrar a otro. El miedo a no ser nada, al desierto de lo real, arroja a los individuos a perderse entre los muros de la banalidad y los espejismos de las modas efímeras.

En ese sentido, Octavio Paz escribió una de las grandes obras de nuestro siglo xx: El laberinto de la soledad. Un periplo filosófico y poético por la historia laberíntica de México. No es fortuito el título del considerado hasta el día de hoy la radiografía del ser mexicano. El mexicano, dice Paz, desde que nace se siente solo, porque entre el mundo y él hay una muralla: la conciencia. “El mexicano siempre está lejos, lejos del mundo, lejos de los demás. Lejos también de sí mismo”. Y ese sentir laberíntico cobra rostro en la orfandad, en el sentir que ha sido arran-cado de sus dioses, del tiempo primigenio; por eso la urgencia de búsqueda, necesidad de fuga y de retorno: “ten-tativa por restablecer los lazos que nos unían a la creación”.

El mexicano sufre colapsos pendulares entre la tristeza y el rencor silencioso, los dioses se han ido y la soledad domina. Solamente lo diferencia del Minotauro el desdén a la vida, y la indiferencia a la muerte. En palabras de Paz: “La muerte mexicana es el espejo de la vida de los mexi-canos. Ante ambas el mexicano se cierra, las ignora”. El laberinto que habita el mexicano lleva quinientos años, él mismo lo erigió, él mismo lo puebla y lo vigila. Nada más cruel que ser prisionero y carcelero. Ante su historia que hundió al mundo prehispánico con la conquista, al mun-do del Virreinato con la Independencia, y al criollo con la Revolución, el mexicano se asumió un hijo de la nada: ahí radica su laberinto, en lo cerrado, en la negación. Con todas sus fuerzas evita lo abierto, donde los opuestos se fusionan, se reconcilian y producen la identidad.

Quizá El laberinto de la soledad funcione como un espejo para entender a otras culturas. Es innegable su vigencia para desentrañar la cosmovisión del pueblo mexicano, pues sirve incluso como el hilo de Ariadna para lograr salir del laberinto de nuestra historia. Apunta Paz a manera de conclusión que solamente por medio de la creación lograre-mos un lenguaje que responda a la realidad, que nos expre-se, nos cohesione y nos renueve: “Tenemos que aprender a ser aire, sueño en libertad”.

La salida del laberinto, por muy desafiante que sea, será el diálogo con la otredad, más allá del mensaje que nos traiga: diverso, luminoso, contrario o doliente. En cual-quier caso, la verdad de nuestro ser siendo representará el filo que abra la noche de nuestra historia. Al fin y al cabo, nos decía Nietzsche: “El valor de un espíritu se mide por su capacidad para soportar la verdad”.

Por Francisco Goñi

“Soy el que pese a tan ilustres modos / de errar, no ha

descifrado el laberinto...”

J. L. Borges

DiOsEs Y HÉROEs DE lA ANtiGuA GREciARobert Graves

TUSQUETS

F. G . H A G H E N B E C K

Las novelas son una encrucijada que contiene tanto el acceso como la salida dentro de sus propias páginas, pasadizos ocultos camuflados en papel. ¿Quién no se ha dejado llevar por el espiral narrativo, cuando del inicio emana una poderosa y misteriosa fuerza de atracción? F. G. Haghenbeck explora las puertas abiertas por donde ha ingresado y ha salido transformado: recorridos enredados a los que uno se arroja por decisión propia. +

Bowie le transmitió a este mundo la valentía para ser únicos y diferentes. Su trayectoria nos dejó un lega-do invaluable, tanto artístico como ideológico, lleno

de personajes con sueños espaciales, glamurosos, musi-cales y afectuosos: un ícono más allá de la música, el cine y el teatro. Abarcó tantos campos como su creatividad y tiempo en este planeta le permitieron. Nunca se mantuvo en los límites de la normalidad o de la tradición; pasó por el soul, glam rock, pop, techno, industrial hasta llegar al estilo único que caracterizó los veinticinco álbumes que lanzó en su carrera. El también llamado “Duque Blanco”, nacido en Londres el 8 de enero de 1947, dejó una huella irremplazable en la historia de la cultura moderna, plas-mada en generaciones que se vieron impregnadas por la potencia de un ser libre en todos los ámbitos de su exis-tencia, sexual y creativamente, siendo la inspiración de innumerables artistas que nacieron gracias a su legado.

Hubo un tiempo durante su juventud en que se reunía en un pequeño café londinense para platicar de música con Elton John, antes de ser apodado con ese seudónimo. Tiempo después Bowie fue conocido como Ziggy, y creó su propio universo paralelo en el que podía hacer lo que deseara sin detenerse a considerar la opinión del resto. Ziggy, su más importante creación, una versión exótica de Bowie, llena de audacia y brillo, tuvo que morir en 1973 debido al malestar mental que le provocaba man-tenerlo dentro de sí mismo. Iggy Pop, por su parte, reci-bió la ayuda de Bowie en distintas ocasiones hasta grabar un cover de “China Girl”, que impulsó su carrera. Por otro lado, en 2003 el cantante rechazó el nombramiento de Caballero por considerarlo un título real inútil.

En 1986, en la cumbre de su carrera, interpretó a Jare-th, el Rey de los duendes, en el filme Labyrinth, de Jim Henson, lleno de fantasía y música, acertijos y emocio-nes profundas, como todo lo que rodeaba a David Jones. Labyrinth es un largometraje que pasó de ser una cinta para niños a una de las producciones de culto más apre-ciadas por sus seguidores, aun con la premisa de cuento infantil y marionetas que bailan. Jareth se impone de tal

modo que es difícil no amarlo o temerle, siempre un paso adelante, planeando trampas y manipulando a su antojo el destino de Sarah, protagonizada por Jennifer Connely; hacia el final, Jareth se vuelve vulnerable, como todos, cuando llega el amor.

Aunque es indudable el parecido entre la personalidad de Jareth con Bowie, el artista era muy distinto en su trato a las personas de este planeta; siempre procuró mantener un profesionalismo impecable al presentarse en público o al hablar con alguien. Desde el 2015 se anunció su retirada de los escenarios; no obstante, se especuló sobre presen-taciones sorpresa —o al menos eso nos gustaba imagi-nar—, incluso con la llegada de su último álbum Blackstar el 8 de enero del 2016, justo el día de su cumpleaños.

Un año antes había emprendido una ambiciosa produc-ción musical, minimalista en todo aspecto, a excepción de la parte auditiva: la obra teatral Lazarus se convirtió en la culminación de un proyecto iniciado en 1976 con el filme The Man Who Fell To Earth, de Nicolas Roeg. En diciem-bre del 2015 se estrenó Lazarus en Nueva York; éste fue el último evento público al que asistió Bowie. Para el in-vierno del 2016 la producción se mudó al King’s Cross Theatre en Londres. En ese momento decreté que debía ver la obra a como diera lugar, y lo cumplí en diciembre

pasado. Lazarus contó con una banda que interpretó los más representativos temas del músico, y la inesperada voz de Michael C. Hall, también conocido como Dexter, en el papel de Thomas Jerome Newton.

David Bowie escribió al lado de Enda Walsh la historia que continuaría con la vida de Newton en la Tierra, rodeado de confusión, tristeza y amor. Una puesta en escena que incluye las tres canciones inéditas que fueron grabadas un día antes de su muerte, al lado de su amigo y productor Tony Visconti. En Lazarus basta escuchar en vivo a Sophia Anne Caruso cantar “No Plan” para que toda la noche haya valido la pena; la emoción que transmite es equiparable a escuchar un adiós del mismísimo Camaleón. Cuando los aplausos de la audiencia y del elenco hacia la foto de Bowie terminan, se siente cariño sincero y agradecimiento.

A un año de su partida, su recuerdo se mantiene vivo, como si nunca se hubiera alejado. Su obra es visible al-rededor del mundo, tanto en el material que nos heredó como en la inspiración que sembró en la vida de músicos, actores, bailarines, productores y demás profesionales de la cultura y el arte, que en conjunto se encargarán de mantener brillando la estrella de David Bowie, como el héroe que aún vive para todos nosotros. +

Por tania Rosa González Aranda

A un año de partir Bowie regresó en Lazarus, obra de tea-tro en Londres. Así lo presenciamos: