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    el surimiento?

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    Este olleto no es para la venta.Es una publicacin de la Iglesia de Dios Unida,una Asociacin Internacional, que se distribuye gratuitamente.

    Salvo indicacin contraria, las citas bblicas son dela versin Reina-Valera, revisin de 1960.

    El lector notar el uso del trmino el Eterno en lugar del nombreJehovque aparece en algunas ediciones de la Biblia. La palabraJehov es unaadaptacin inexacta al espaol del nombre hebreo YHVH, que en opininde muchos eruditos est relacionado con el verbo ser. En algunas Bibliaseste nombre aparece traducido como Yahveh, Yav,Seor, etc.; en nuestraspublicaciones lo hemos sustituido con la expresin el Eterno, por conside-rar que reeja ms claramente el carcter imperecedero e inmutable delAlto y Sublime, el que habita la eternidad (Isaas 57:15).

    ContenidoCaptulo I:

    Un mundo colmado de surimiento ..........................................1

    Captulo II:Por qu un Dios amoroso permite el surimiento? .................6

    Captulo III:Cmo puede resultar algo bueno del surimiento ...................18

    Captulo IV:Cundo se acabar el surimiento? .......................................30

    Recuadros

    Asiento de primera fla para el surimiento ................................... 4

    Podemos explicar todo el surimiento? ........................................8

    El papel que desempea Satansen el surimiento humano ...................................................... 10

    Sucesos que ormaron el carcterde un presidente..................................................................... 20

    Est establecido para los hombresque mueran una sola vez ...................................................... 22

    Cuando caminamos por los valles de la vida .............................. 34

    ndice de reerencias bblicas ...................................................... 39

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    Un mundo colmado

    de surimientoEl surimiento no es un tema agradable, pero es necesario abordarlo.

    El surimiento es un estado de angustia o dolor que puede presentarse pormuchas razones y en muchas circunstancias. El surimiento abunda en nuestromundo y nos aecta de muchas ormas, tanto en el aspecto sico como en elsicolgico y el emocional. Sea cual sea su maniestacin, un surimiento pro-longado puede llevar a un colapso del cuerpo y del espritu.

    El surimiento aecta tanto a los justos como a los injustos. Aige a vctimasinocentes. Para muchas personas, este hecho inquietante es dicil de reconciliarcon la idea de un Dios justo e inteligente.

    Algunos se sienten tan aectados por esta situacin que tratan de remediar-la. Dedican buena parte de su energa a realizar obras de caridad con el an de

    aliviar en algo el surimiento inmerecido. Desean hacer del mundo un lugar msjusto y equitativo.Pero a pesar de lo nobles que puedan ser estos esuerzos, las obras de cari-

    dad no resuelven los problemas del mundo. Tal pareciera que, en el mejor de loscasos, nuestros esuerzos por detener el surimiento no logran ms que demorarlo inevitable. Todo indica que nadie tiene una explicacin convincente de porqu persiste tanta miseria humana.

    Cul es la respuesta? Por qu el surimiento es algo indiscriminado? Porqu no les sobreviene solamente a aquellos que lo merecen? Por qu los ino-centes suren por acciones y sucesos que no pueden controlar y con recuenciano pueden prever?

    Por siglos pensadores y flsoos han analizado este tema, pero no han sidocapaces de encontrar una respuesta adecuada. Aquellos que suren inclusomuchos que lean este olleto necesitan respuestas verdicas y racionales a susinterrogantes.

    Captulo I

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    La perspectiva bblica es realista y animadora

    Examinemos las causas del surimiento con una perspectiva bblica. LaPalabra de Dios es la clave que puede ayudarnos a descubrir las razones por lasque la gente sure.

    La perspectiva bblica de la vida es realista. Nos explica por qu el dolorsiempre ha estado presente entre nosotros, y por qu va a seguir estando pre-sente, al menos por algn tiempo. Adems, la perspectiva bblica es animadora,especialmente cuando expandimos nuestro pensamiento para ver la vida en tr-minos del plan de Dios y de su propsito para la humanidad.

    Jesucristo nos dice que parte de su misin es orecernos vida abundante(Juan 10:10). Refrindose a Dios, en Salmos 16:11 se habla de que hay deliciasa tu diestra para siempre. La Biblia tambin nos revela cmo Dios va a aligerarnuestras cargas y cmo un da vendr el descanso para todo el mundo. Anms, tambin nos habla de una poca en la que el surimiento desaparecer porcompleto.

    Pero esta no es la condicin actual de la humanidad. Jess entendi que elsurimiento es parte inherente a la vida sica. A sus seguidores les record: Enel mundo tendris aiccin . . . (Juan 16:33).

    El surimiento no se acabar . . . por el momento

    El surimiento aige al rico y al pobre, al religioso y al incrdulo, al peque-o y al grande. En esta vida todos lo experimentamos en una orma u otra. Talpareciera que las enermedades y otros problemas de salud aectan a la mayorade las personas en algn momento.

    En el pasado, enermedades comunes causaron inmenso surimiento. Peroa pesar de los adelantos de la ciencia mdica, que ha logrado aumentar el pro-medio de vida, todos sabemos que vamos a morir. En lugar de que nuestrasvidas se acorten por enermedades mortales en los aos de la inancia, muchosde nosotros tenemos que arontar en la actualidad padecimientos extenuantes,tales como el cncer o las enermedades del corazn. Muchos perdern susacultades mentales mucho antes de morir.

    En las naciones ms pobres, el surimiento y la muerte por enermedadesque se pueden prevenir causan gran miseria y desesperacin.

    La barbarie es responsable de gran parte del surimiento mental y sico ennuestro mundo. Nada hay que reduzca al hombre a la brutal crueldad ms rpi-damente que la guerra, y el hombre siempre ha estado en guerra contra su seme-

    jante. Hace unas pocas dcadas los historiadores Will y Ariel Durant escribieronque en 3421 aos de historia escrita, tan slo 268 no han visto la guerra ( The

    Lessons o History [Lecciones de la historia], 1968, p. 81).

    La guerra no slo causa muertes y heridas incapacitantes en el campo de ba-talla, sino que produce gran congoja, destruye amilias y causa pobreza. Siembrasemillas de enemistad que perduran por siglos. Jess proetiz que antes de suregreso ocurrir el perodo de surimiento ms grave que haya existido, debidoen gran parte a la guerra (Mateo 24:6, 21-22).

    Despus del horror de las guerras libradas en la primera parte del sigloxx,con sus consecuencias mundiales, la humanidad ha gozado de un perodo de pazrelativa por cuanto los conictos que se han presentado desde entonces han sidolocales y no globales. Sin embargo, nada ha cambiado en la naturaleza humanaque orezca una esperanza real para el uturo.

    Cuando el surimiento es constante

    El surimiento es peor en las naciones ms pobres y en vas de desarrollo.En algunos pases la lucha ms grande de la gente es por conseguir lo necesariopara comer. La revista Current Events resalta el hecho de que el hambre nuncatermina: Aproximadamente 800 millones de personas la mayora de ellasnios suren de los eectos de una hambre constante y cada da mueren35 000 nios a consecuencia de condiciones que estn directamente relaciona-das con una dieta insufciente.

    Jess dijo en Mateo 26:11: Porque siempre tendris pobres con voso-tros . . .. Esto desaortunadamente es cierto no tan slo en las zonas de pobrezaen rica, Asia y Latinoamrica, sino vir tualmente en todo el mundo. La exis-tencia de la pobreza y la desnutricin es algo trgico, y ms cuando sabemos queesta clase de surimiento es evitable.

    La ineptitud poltica, la corrupcin, la guerra y el rpido crecimiento de

    la poblacin agotan las reservas alimenticias de tal manera que hay hambre einanicin. Los mtodos inefcaces de la agricultura y los sistemas inadecuadosde transporte de alimentos son actores que contribuyen a las carestas y a lashambrunas propiciadas por el hombre. Tambin tienen parte en esto las condi-ciones que se escapan al control humano.

    El hambre y las enermedades son males que van a empeorar, aun en el casode que se logren tomar medidas exitosas a corto plazo. Jess proetiz una pocade difcultades en el fn del siglo (Mateo 24:3), que incluir una hambrunamundial. Proetiz que habra pestes, y hambres, y terremotos en dierenteslugares (v. 7).

    Pestes enermedades epidmicas con recuencia acompaan al ham-bre. Cuando se producen destructivos terremotos, especialmente en las nacio-nes pobres, una inraestructura seriamente daada impide la distribucin dealimentos en las zonas aectadas. Pronto las enermedades y el hambre cobransu cuota de muerte.

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    Aunque las guerras acaparan los titulares, el nmero de muertes causadaspor los conictos armados es relativamente pequeo en comparacin con losque mueren a consecuencia de las enermedades. Segn algunos clculos, tanslo en rica el sida mata 10 veces ms personas que todas las que mueren porla guerra en todo el mundo.

    El hombre esparce el surimiento voluntariamente

    Aunque el surimiento producido por las enermedades y la caresta de ali-mentos es algo increble, la codicia rampante trae consigo un surimiento anmayor. La esclavitud, por ejemplo, supuestamente una institucin anacrnica y

    obsoleta, todava es un cncer en muchas naciones.La revista Current Events comenta acerca de las ciras: . . . en el mundoactual hay ms de 200 millones de esclavos, ms que en cualquier otra poca dela historia. El noticiero Time inorma que decenas de millones de personas entodo el mundo, incluso nios de no ms de 6 aos de edad, estn trabajando enesclavitud en condiciones inrahumanas y peligrosas que con recuencia impli-can jornadas laborales de 18 horas, palizas y abuso sexual.

    Muchas ms, aunque no son retenidas en contra de su voluntad, viven vir-tualmente en esclavitud, atrapadas por circunstancias econmicas y largas jor-nadas que escasamente les permiten sobrevivir. Tales condiciones oprimen elespritu humano. Imaginmonos una existencia sin gozo, en la que estas personasnunca pueden disrutar placeres sencillos, tales como escuchar una buena msi-ca, la alegra del buen humor, estrenar ropa nueva, o el consuelo de tener un techoseguro bajo el cual poder resguardarse.

    La avaricia cobra su cuota de muerte en ormas mucho ms sutiles. Lospropagandistas orecen productos que pueden arruinar nuestra salud y hasta ma-tarnos. El entretenimiento promueve estilos de vida arrogantes y egostas que

    slo buscan placeres a corto plazo a pesar de que stos destruyen las relacionespersonales y las oportunidades de ser elices a largo plazo. Algunos comercian-tes, abricantes y gobiernos contaminan el aire, la tierra y el agua con toxinas queamenazan la salud y la seguridad. La lista de males parece interminable.

    Cambiar el cuadro alguna vez?

    Cuando Jesucristo vivi en este mundo hace 2000 aos, vio este cuadro demiseria. Fue testigo de las splicas de los leprosos, de las viudas necesitadas yde las personas con trastornos mentales graves. l reaccion compasivamentealiviando la miseria.

    La preocupacin y la compasin de Jess ueron evidentes cuando llorabiertamente a medida que se aproximaba a Jerusaln por ltima vez (Lucas19:41-44). Prevea la angustia que la guerra traera sobre su amada ciudad ysus habitantes en el ao 70 d.C., cuando un alzamiento judo provocara que losejrcitos romanos sitiaran la ciudad, con sus terribles consecuencias.

    l proclam: El Espritu del Seor est sobre m, por cuanto me ha ungidopara dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebranta-dos de corazn; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poneren libertad a los oprimidos (Lucas 4:18). Estas promesas todava no se hancumplido para toda la humanidad, pero Dios nos asegura que acabar con elsurimiento en general durante el reinado milenario de Cristo, y que fnalmentelo borrar por completo (Apocalipsis 21:4).

    En las prximas pginas descubriremos cmo y cundo suceder esto. Peropara entender cmo se acabar el surimiento, debemos entender cmo empezy por qu contina.

    Un mundo colmado de sufrimiento

    Asiento de primera flapara el surimiento

    La tecnologa nos ha dado un regalo de du-doso valor: la capacidad de ver a la gentesurir en escenas en vivo captadas por la tele-visin y transmitidas en los noticieros en casitodo el planeta.

    Vemos cmo la gente sure en nuestrospropios vecindarios, y podemos sentarnosen primera la para mirar cmo incontablesmultitudes se debaten en la miseria en todo elmundo. Los medios masivos de comunicacinpermiten que las noticias estn disponiblespara todos, y hay ocasiones en que ni siquierapodemos escapar de ello.

    Por medio de las maravillas de la comunica-cin moderna, vemos la brutalidad de la genteen vivo y a todo color. El horror de la guerranos llega a nuestras propias habitaciones y ve-mos cmo la depravacin de los malvados seabre paso en el escenario mundial.

    En dcadas recientes los medios de co-

    municacin nos han saturado con relatos deasesinatos en serie y todo tipo de barbarie. Entiempos pasados esas cosas eran algo raro,pero ahora son demasiado comunes.

    Cul es el eecto de estar expuestos tanrecuentemente a semejante caudal de de-cadencia, surimiento y muerte? Uno de loseectos es el surimiento mental, as nos demoscuenta de ello o no. La exposicin constantea los abusos de gente perturbada es bastantedicil para los adultos, pero es an ms dainapara las impresionables mentes juveniles.

    Aunque es imposible preservar a nuestroshijos de todos los aspectos nocivos de la so-ciedad, exponerlos demasiado a semejanteviolencia en la inancia puede hacerles mu-cho dao emocional. La exposicin reiteradaa la violencia ya sea real o ngida en lasnoticias y en el entretenimiento, nos endurecerente al verdadero surimiento de otros. o

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    Por qu un Dios amoroso

    permite el surimiento?En su libro The Quest or God(En busca de Dios), el escritor e historiadorPaul Johnson escribi acerca de uno de los dilemas teolgicos ms grandes dela humanidad. Ms que cualquier otra difcultad, sospecho que el problema delmal es el responsable de que ms personas reexivas se aparten de la religin(1996, p. 61).

    Muchas personas creen que si Dios en verdad es un Dios de amor y de mise-ricordia, debera sentirse obligado por su propio carcter y principios a impedirel surimiento en el mundo. Esto nos lleva a una pregunta muy interesante: Porqu Dios no interviene para impedir el surimiento?

    El mal que Dios permite, y las tragedias que decide no impedir, lleva a mu-chos a dudar de su sabidura, su bondad y aun de su existencia misma. Algunos

    ateos citan la realidad de la existencia del mal como su carta de triuno en losdebates acerca de la existencia de Dios. Julian Huxley, bilogo y escritor ingls,opinaba que la existencia del mal es un desao al carcter moral de Dios (Re-ligion Without Revelation [Religin sin revelacin], 1957, p. 109).

    Huxley concluy que no exista ni revelacin divina ni Revelador divino.(Para comprobar que Dios es real y que la evolucin es una bula, le recomen-damos dos olletos gratuitos: Existe Dios? y Creacin o evolucin: Importarealmente lo que creamos?)

    Por qu permite Dios el mal? Cualquiera que haya sentido algn dolor o hayaexperimentado alguna tragedia se lo ha preguntado. Telogos, flsoos, historia-dores y cientfcos han discutido el tema. Veamos algunas de sus conclusiones.

    Un Dios malo y un Dios bueno?

    Marcin, un maestro nstico del segundo siglo, crea que haba dos Diosesrivales: uno, el creador tirano y dador de la ley del Antiguo Testamento; el otro,

    el desconocido Dios de amor y misericordia que envi a Jess para que comprarala salvacin del Dios creador (Webster Encyclopedia [Enciclopedia Webster],edicin en un solo tomo, 1985, p. 561).

    Desde la perspectiva de Marcin, el Dios que dio la ley era el responsabledel dolor y del mal, y la tarea del Salvador era rescatar al mundo del dolor y delmal causados por ese Dios. Irnicamente, su perspectiva errada ue modifcaday refnada por otros, y se ue aceptando gradualmente en la doctrina de la co-rriente principal de la cristiandad, en donde su inuencia ha generado conusiny malentendidos hasta nuestros das.

    Muchos suponen que Dios interviene uriosamente para castigarnos en el mo-

    mento en que nos salimos de la lnea, cuando la realidad es que generalmente nospermite surir las consecuencias de nuestro comportamiento egosta e irreexivo(ver Jeremas 2:19; 10:23). La mayora de las personas no reconocen que Dios notiene que intervenir directamente cada vez que pecamos; las leyes espirituales quepuso en vigencia tienen el poder para castigarnos cuando las violamos.

    Es obra de Dios?

    Los historiadores se han enrentado a la aparente contradiccin de un mun-do creado por Dios pero repleto de maldad. Segn el historiador Arnold Toyn-bee, una de las conclusiones que han sacado los espectadores humanos de lamaldad moral del universo es que esta cmara de horrores no puede ser hechurade ningn Dios (A Study o History [Estudio de la historia] versin abrevia-da, 1957, X:300).

    Toynbee reconoci que gran parte del surimiento del mundo es causadopor el gobierno de los tiranos. Las Escrituras nos muestran que Dios puede

    deponer a los hombres impos (Daniel 2:21), pues humill y destron al rey Na-bucodonosor de Babilonia, el monarca ms poderoso de su poca. La autoridadde Nabucodonosor era de tal magnitud que a quien quera mataba, y a quienquera daba vida (Daniel 5:18-19). Sin embargo, Dios lo humill y le quitcompletamente su poder durante siete aos.

    Por qu Dios no hace esto con ms recuencia? Nabucodonosor, con todosu poder y su arrogancia, ue la causa de tan slo una parte minscula de lamiseria que algunos dictadores han inigido en nuestra poca.

    El sico Paul Davies reexiona acerca de este argumento del bien contrael mal. Se pregunta por qu Dios, siendo todopoderoso, no interviene y detieneel mal. A la vez se pregunta: Puede Dios prevenir el mal? Si es omnipotente,s. Entonces por qu no lo hace? (God and the New Physics [Dios y la nuevasica], 1983, p. 143).

    Las preguntas de Davies son muy razonables. Es Dios inerme contra elsurimiento? Si l existe, por qu no acta para quitar todo mal y dolor de la

    Por qu un Dios amoroso permite el sufrimiento?Captulo II

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    az de la tierra? Las preguntas son inquietantes, pero no porque sean diciles decontestar. Son incmodas porque las respuestas no son las que quisiramos or.

    La verdad de este asunto nos obliga a reconsiderar las ideas que tenemosacerca de Dios y de su plan y propsito para con nosotros. Cuando los enten-demos correctamente, entendemos que Dios tiene sus razones por las cualesno acta ahora.

    Un propsito ms grande?

    Por qu Dios no simplemente prohbe el mal? Para entender la respuesta,debemos analizar las consecuencias que semejante accin podra traer.

    Entender por qu Dios permite el mal y sus consecuencias requiere un en-tendimiento undamental de uno de los dones ms grandes que Dios nos ha dado,

    Por qu un Dios amoroso permite el sufrimiento?

    Podemos explicar

    todo el surimiento?Tal vez lo ms dicil de entender acerca delsurimiento es cuando ste llega y no sabe-mos por qu. Debemos entender que hay trage-dias que pueden ocurrir sin que podamos pre-venirlas ni controlarlas. En tales circunstanciaslas Escrituras nos exhortan a orar, a pedirle aDios que quite o que alivie un poco el problemao que nos ayude a arontar la dicultad y sacarprovecho de ella.

    En su sabidura, nuestro Creador no siemprenos da la respuesta que queremos. Es raro quenos revele la razn especca de las decisionesque toma. Sin embargo, siempre tiene buenasrazones.

    Por ejemplo, Dios liber al apstol Pablode muchas dicultades, pero al menos en unaocasin no lo hizo, a pesar de las splicas dePablo (2 Corintios 12:7-10). En esa ocasin surespuesta a Pablo ue: Bstate mi gracia; por-que mi poder se perecciona en la debilidad.

    En ese caso, ortalecer un aspecto espiritualde la perspectiva de Pablo o de su carcter erams importante que su bienestar sico.

    Este ejemplo debe ayudarnos a entenderque la perspectiva de Dios es distinta de lanuestra (Isaas 55:8-9; 2 Pedro 3:8). Algunasveces considera que las lecciones de carcterque necesitamos aprender son ms importantesque nuestro bienestar sico y mental. En dichasocasiones no debemos pensar que Dios no es-cucha nuestras oraciones, porque s lo hace. Loque ocurre es que algunas veces no queremosaceptar su respuesta, que nos dice no, o no

    por ahora, o como en el caso del apstol Pablo:Tengo en mente algo mejor para ti.

    Necesitamos estar conscientes de que Diosnos ha prometido no probarnos ms all de loque podemos resistir (1 Corintios 10:13). Pablonos dio un ejemplo extraordinario. Simplemen-te con en la sabidura de Dios y decidi con-tinuar haciendo la labor que lo haba llamadoa hacer.

    Si estamos abrumados por el surimiento yDios no nos lo quita especialmente cuandolas circunstancias se escapan de nuestro con-trol debemos seguir el consejo sabio que nosda Pedro: De modo que los que padecen segnla voluntad de Dios, encomienden sus almas alel Creador, y hagan el bien (1 Pedro 4:19).

    Veamos el surimiento especco que Pedrotena en mente: Si sois vituperados por el nom-bre de Cristo, sois bienaventurados, porque elglorioso Espritu de Dios reposa sobre vosotros. . . As que, ninguno de vosotros padezca comohomicida, o ladrn, o malhechor, o por entreme-terse en lo ajeno; pero si alguno padece comocristiano, no se avergence, sino glorique aDios por ello (vv. 14-16).

    Si el surimiento de cada persona pudieraser rastreado hasta su propia transgresin deuna ley especca, sera ms cil entenderlo yaceptarlo como una justa consecuencia. Pero esmuy raro que sea tan simple.

    Al darnos libertad de eleccin, Dios nos hapermitido que aceptemos o rechacemos su gua,que escojamos rebelarnos o someternos, tomar

    decisiones sabias o decisiones imprudentes. Alhacerlo as, no ha determinado nuestro uturo.

    Tenemos libertad para manejar nuestro auto-mvil descuidadamente o despus de haber be-bido demasiado, libertad para llenar de toxinasnuestro medio ambiente, libertad para comersin cuidar nuestra salud. Cada uno de nosotrostiene esta libertad, y lo mismo ocurre con todosnuestros semejantes. Todas nuestras accionesy las de ellos tienen consecuencias. La li-bertad para escoger es un regalo maravilloso,pero tambin nos impone una gran responsabi-lidad que no hemos cumplido muy bien, como loevidencia nuestro mundo doliente.

    Esto nos permite entender un poco por qugente inocente, incluso nios, algunas vecessuren por las decisiones errneas de otros. Enesas ocasiones es cuando ms necesitamos delamor y el consuelo de Dios, de nuestra amilia yde nuestros amigos.

    Ninguno de nosotros es inmune a las con-secuencias de los actos, ya sean los nuestros olos de los dems. Tanto la persona que contraeuna enermedad con un origen indeterminado,como el pequeo nio que nace con una en-ermedad congnita, tienen que surir por ello,aunque no sea necesariamente porque hayanhecho algo indebido.

    Aquellos que resultan heridos o muertosen accidentes o en desastres naturales, conrecuencia son vctimas inocentes. No todo elsurimiento es consecuencia de la desobedien-cia personal o de un comportamiento irres-ponsable de la persona que sure. Aun en losDiez Mandamientos Dios nos recuerda que lasconsecuencias de nuestras acciones errneaspueden aectar a nuestros descendientes porvarias generaciones (xodo 20:5).

    Con recuencia, la causa especica decierto surimiento no puede ser explicada, almenos no en esta vida. A veces lo mejor quepodemos hacer es explicarlo segn el conceptoque en la Biblia se menciona como tiempo yocasin (Eclesiasts 9:11). Aunque Dios no esquien causa los accidentes, tampoco se dedicaa gobernar la vida de cada ser humano hastael punto de impedir toda desgracia. Pablo nosdice que . . . vemos por espejo, oscuramente(1 Corintios 13:12). En esta vida nunca enten-deremos completamente algunas cosas; slolas entenderemos en el mundo venidero.

    Debemos darnos cuenta de que el surimien-to que se produce como resultado del tiempoy ocasin no es un surimiento sin causa. Talvez no est relacionado con un comportamientoespecco; no obstante, es consecuencia de unoo ms patrones de conducta que la humanidadha seguido desde la creacin.

    Al pecar, Adn escogi apartarse de Dios,y desde entonces el resto de la humanidad haseguido el mismo camino. Por tanto, como elpecado entr en el mundo por un hombre, ypor el pecado la muerte, as la muer te pas atodos los hombres, por cuanto todos pecaron(Romanos 5:12).

    Una de las consecuencias de la decisin quela humanidad tom de vivir contrariamente alas instrucciones de Dios, es que el mundo esta merced de los caprichos del tiempo y oca-sin, y de las acciones de otros. Este patrnprevalecer hasta que Jesucristo regrese a es-tablecer el Reino de Dios en la tierra. Entoncesel mundo entero ser lleno del conocimientode Dios y de sus justas leyes (Isaas 11:9). Fi-nalmente, toda la humanidad podr vivir en unmundo justo y recto. o

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    as como tambin entender cunto ha abusado el hombre de l. El don a que nosreerimos es el libre albedro, o como se conoce ms popularmente, la libertadde escoger. Dios les dio esta libertad a nuestros primeros padres, Adn y Eva, almomento de crearlos. Pero con el correr de los siglos nosotros hemos proanadohorriblemente este incomparable don y echado por tierra la responsabilidad taninmensa que nos impone.

    Como Dios le explic a la antigua nacin de Israel, la libertad de escogeres esencial para el desarrollo de un carcter justo (Deuteronomio 30:15-19).Sin la libertad de escoger, no seramos ms que robots, con nuestra conductaprogramada de antemano o dictada en todos sus detalles por una uerza externa

    tan poderosa como Dios mismo.Pero esto no es lo que Dios quiere. l tiene expectativas dierentes porquetiene un propsito ms grande para nosotros. Quiere que escojamos obedecerledesde el ondo de nuestro corazn. Quiere que amemos y valoremos con entu-siasmo sus principios y sus caminos, los cuales estn basados en dos principiosundamentales: amarlo a l con todo nuestro corazn, y amar a nuestros semejan-tes tanto como nos amamos a nosotros mismos (Mateo 22:35-40).

    Como veremos, debido a la libertad que tenemos de elegir, el escoger obe-decer a Dios y aprender a amar a los dems es algo vital para el uturo que Diostiene planeado para nosotros.

    Dierentes niveles al tomar decisiones

    De todas las criaturas que Dios ha hecho, slo el hombre tiene la acultad deescoger. Los seres vivos ms sencillos, tales como los microbios y los insectos,estn preprogramados para reaccionar de cierta orma ante ciertos estmulos. Secomportan de acuerdo con su ambiente y no tienen la capacidad independientede tomar decisiones como la tiene el hombre.

    Las acciones de los seres vivos ms complejos, tales como los mameros,tambin son gobernadas en gran parte por el instinto, aunque pueden tomardecisiones rudimentarias cuando reaccionan a los estmulos y tienen que adap-tarse a ciertas situaciones.

    Slo los humanos tienen un sentido trascendente del tiempo. Eclesiasts3:11 nos dice que Dios ha puesto eternidad en el corazn de ellos. En otraspalabras, podemos reexionar acerca del uturo. Podemos tomar decisiones y

    Por qu un Dios amoroso permite el sufrimiento?Por qu Dios permite el sufrimiento?

    El papel que desempea Satansen el surimiento humano

    En muchos grupos sociales no est de modacreer en Satans; y aunque para la mayoraexiste, no lo consideran como un ser vivo lite-ral. Para muchas personas el diablo no esms que una metora de la inhumanidad delhombre para con su prjimo, o un smbolo de lamaldad en general.

    No obstante, en la Biblia se presenta a Sata-ns como a un ser real, un poderoso ser espiri-tual que puede hacer mucho dao. Y puesto quetantas personas no creen en un diablo literal,tampoco reconocen el papel que desempea enel surimiento humano. De hecho, aceptmosloo no, su engao de la humanidad es la causaprincipalde la angustia y la desgracia que ago-bian a nuestro mundo.

    En la Biblia se nos revela claramente lamagnitud del poder y la infuencia de Satans.El apstol Juan nos dice que el diablo engaaal mundo enteroy que el mundo entero est

    bajo el maligno (Apocalipsis 12:9; 1 Juan5:19). Y cuando el apstol Pablo escribi queel dios de este siglo ceg el entendimiento delos incrdulos, para que no les resplandezca laluz del evangelio de la gloria de Cristo, se es-taba reriendo a Satans (2 Corintios 4:4).

    El apstol Pedro les advirti a los cristianosque su adversario el diablo, como len rugien-te, anda alrededor buscando a quien devorar(1 Pedro 5:8). En la parbola del sembradory la semilla, Jess dijo que tan pronto como amuchas personas se les expone el mensaje deDios, en seguida viene Satans, y quita la pa-labra que se sembr en sus corazones (Marcos4:15). Este malvolo ser ciega a la humanidadpara que no reciba el consuelo, el estmulo, laspromesas y la liberacin que provienen de laverdad de Dios.

    Aprovechndose de la ceguera e igno-rancia en que se le ha permitido envolver a

    este mundo, es el instigador de inmenso su-rimiento. Ha cegado al hombre para que noentienda la razn de su propia existencia, yha engaado a las personas para que creanque sus caminos los caminos del egosmo ydel pecado son mejores que la obedienciaa los mandamientos de Dios. La humanidad seha tragado las mentiras de Satans sin darsecuenta de que el pecado siempre trae gransurimiento.

    A lo largo de la historia la infuencia del dia-blo ha llevado al hombre a satisacer sus apeti-tos sicos de una manera ilegal e inmoral. Utilizsus artimaas con xito en el huerto del Edny desde entonces su estrategia ha uncionadomaravillosamente. Todos hemos surido comoresultado de eso.

    Jess dijo que el diablo ha sido homicidadesde el principio (Juan 8:44). Su propsitosiempre ha sido hacernos la vida miserable y,nalmente, destruirnos. Es destructivo por na-turaleza, y quienes cometen actos destructivoslo siguen sin saberlo. En Apocalipsis 9:11 se lellama el ngel del abismo, cuyo nombre enhebreo es Abadn, y en griego, Apolin. Estos

    nombres signicandestrucciny destructorrespectivamente. A dierencia de Dios, quien esel creador y dador de la vida, Satans es por supropia naturaleza asesino y destructor.

    Satans es el instigador de las guerras y otrosconfictos. En el Apocalipsis leemos que en lostiempos del n espritus de demonios harnseales e irn a los reyes de la tierra en todoel mundo, para reunirlos a la batalla de aquelgran da del Dios Todopoderoso (Apocalipsis16:4). Satans y sus demonios llevarn al mun-do a un tiempo de angustia sin precedentes enla historia de la humanidad (Mateo 24:21-22).Ser un tiempo de surimiento inimaginable!

    Al leer estos pasajes podemos darnos cuentade que Satans ejerce un tremendo poder sobrela humanidad. Dios, sin embargo, establece l-mites al poder e infuencia que el diablo puedeejercer entre los hombres (Job 1:12; 2:6). Nopermitir que Satans impida el cumplimientode su plan maestro de salvacin para la huma-nidad. Siendo nuestro Padre y Seor del cieloy de la tierra (Mateo 11:25), Dios nunca abdi-car de su soberana absoluta sobre el hombre ysobre toda su creacin. o

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    planear nuestras vidas con meses y aos de anticipacin. Tambin podemos es-tudiar el pasado porque tenemos el sentido de la historia. Aprendemos leccionesde nuestras experiencias y las experiencias de otros. Dios nos dio la capacidadde tomar decisiones por adelantado, dotndonos con capacidades nicas dentrode su creacin sica.

    Dios dise a los seres humanos de tal orma que pudieran tomar deci-siones. Sin embargo, nunca hemos aprendido a tomar decisiones que siempresean sabias y bien inormadas. No hemos aprendido a manejar eectivamentenuestras emociones, motivaciones y deseos, ni tampoco la inuencia que todoesto ejerce en nuestras decisiones.

    El primer caso de libertad de eleccin

    Nuestra libertad de elegir puede dar como resultado algo bueno o algo malo.Dios nos dio la libertad de reaccionar de ambas ormas: buscando el bien y pen-sando en ayudar a nuestros semejantes, o buscando slo nuestro propio bien detal orma que nos causemos dao tanto a nosotros como a los dems.

    Con recuencia ejercemos nuestra libertad de eleccin en decisiones equi-vocadas, y tenemos que arontar consecuencias que en ocasiones se manifestancomo castigos inesperados. Esto no es algo nuevo; ocurri por primera vez conAdn y Eva en el huerto del Edn.

    Dios haba colocado dos rboles en el jardn. Uno era el rbol de la vida y elotro era el rbol del conocimiento del bien y del mal (Gnesis 2:9). Dios le dijoa Adn que poda tomar del primero, pero que no deba tomar del segundo. Detodo rbol del huerto podrs comer; mas del rbol de la ciencia del bien y del malno comers; porque el da que de l comieres, ciertamente morirs (vv. 16-17).

    Como se nos explica en el Apocalipsis, el rbol de la vida simbolizaba laobediencia a Dios que fnalmente conducira a la vida eterna (Apocalipsis 2:7;22:1-2). El otro rbol el del conocimiento del bien y del mal representaba elrechazo del camino de Dios. Esta eleccin conducira fnalmente a la muerte.

    Eva, al ser tentada por la serpiente, ejerci el libre albedro de una maneraimprudente, y ue engaada (2 Corintios 11:3). Dej que su percepcin huma-na le desviara de la obediencia a las instrucciones de Dios. Aunque el apstolPablo nos dice que Adn no ue engaado (1 Timoteo 2:13-14), permiti quesu esposa lo persuadiera para que la acompaara en su desobediencia a Dios(Gnesis 3:17).

    El hecho de que Adn no ue engaado lo hizo an ms culpable de lo quehaba pasado; Dios lo hizo a l ms responsable que a Eva. Sin embargo, actua-ron juntos y decidieron prestar odo y seguir lo que la serpiente les deca (Gne-sis 3:1-6). La serpiente aparece identifcada en las Escrituras como el diablo ySatans (Apocalipsis 12:9).

    Adn y Eva cosecharon las consecuencias de su pecado. Dios les dijo quemoriran lo que ocurri despus pero la consecuencia inmediata ue quelos expuls del huerto y les cort el acceso al rbol de la vida.

    Ahora ellos tendran que hacer su propia vida en medio de un mundo di-cil (Gnesis 3:22-24). Fueron dejados a merced de su propio juicio desvirtuado(v. 6). A partir de entonces, en la vida habra dolor, pesadumbre y trabajo duropor haberse rebelado contra las claras instrucciones de Dios (vv. 16-19).

    Se establece un patrn

    Miles de aos ms tarde el apstol Pablo escribi que la creacin ue suje-

    tada a vanidad y a la esclavitud de corrupcin (Romanos 8:20-21). Sin lugara dudas se estaba refriendo a las condiciones que comenzaron con los aconteci-mientos del Edn. Desde entonces todos pecaron (Romanos 3:23; 5:12) y hancosechado el castigo en que incurrieron Adn y Eva.

    Muchas personas desdean la Biblia porque contiene muchos relatos acer-ca de personas que se comportaron mal. Pero estn incluidos en las Escriturasporque stas son un relato histrico de la vida pecaminosa que el hombre es-cogi cuando rechaz los mandamientos de Dios y cosech por ello las con-secuencias.

    Dios inspir el registro de las lecciones del Antiguo Testamento para quepudiramos aprender de las experiencias de otros (1 Corintios 10:6, 11). Aun-que el Nuevo Testamento contiene lecciones similares para nosotros, est msenocado en el mensaje del Reino de Dios y en las buenas noticias de que Diosdio a su Hijo para salvarnos de nuestros pecados (Juan 3:16). Tambin nos revelacmo, fnalmente, van a cesar el dolor y el surimiento.

    Elegir entre las bendiciones y las maldiciones

    Cerca de 2500 aos despus de Adn y Eva, Dios les oreci a los israelitasun descanso real del surimiento. Comenz a trabajar con ellos mientras estabantodava en esclavitud en Egipto. Prometi no slo liberarlos de la esclavitud,sino darles adems la oportunidad de ser un modelo de nacin que otras que-rran imitar (Deuteronomio 4:5-8).

    Como parte de su pacto con Dios, ellos tendran que obedecerlo (xodo19:5). Les dio instrucciones acerca de los preceptos undamentales de su leyespiritual y eterna: los Diez Mandamientos (xodo 20; Deuteronomio 5). Lesdio leyes y estatutos adicionales, los cuales encontramos especialmente en loscinco libros escritos por Moiss (el Pentateuco).

    Entonces les dijo: . . . esta es vuestra sabidura y vuestra inteligencia antelos ojos de los pueblos, los cuales oirn todos estos estatutos, y dirn: Ciertamen-te pueblo sabio y entendido, nacin grande es esta (Deuteronomio 4:6).

    Por qu un Dios amoroso permite el sufrimiento?

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    Dios les dijo a los israelitas que tenan la libertad de escoger entre dos or-mas de vida. A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, queos he puesto delante la vida y la muerte, la bendicin y la maldicin; escoge,

    pues, la vida, para que vivas t y tu descendencia; amando al Eterno tu Dios,atendiendo a su voz, y siguindole a l; porque l es vida para ti, y prolongacinde tus das . . . (Deuteronomio 30:19-20).

    Dios les dijo que si lo obedecan tendran muchas bendiciones (Deute-ronomio 28:2), pero que si le desobedecan recibiran muchas maldiciones(vv. 15-68), y podemos ver que son casi idnticas al dolor y al surimiento queestamos experimentando en las naciones modernas. Algunos de estos males

    aectaran a toda la nacin; otras aicciones seran personales, tanto sicascomo mentales.Desgraciadamente, Israel desobedeci y tuvo que arontar las consecuen-

    cias de miseria que Dios le haba advertido. Entre stas estaban catstroesagrcolas, pobreza, problemas amiliares, alta de salud, crmenes y violencia,derrotas militares e incluso el cautiverio.

    Despus de varios siglos en que los israelitas ejercieron su libertad de elec-cin durante los cuales eligieron continuamente rechazar los caminos de Diosy hacer las cosas a su manera ueron sometidos nuevamente al cautiverio.

    Un principio que se pasa por alto

    Con recuencia Dios ha tratado de que el hombre comprenda el principioundamental de que no hay eecto sin causa. Pero nos cuesta captarlo, y conti-nuamente tenemos que surir los eectos nocivos de nuestras transgresiones.

    Podemos ver que el origen de muchas tragedias y mucho surimiento han

    sido nuestras acciones y decisiones humanas. En un mundo con libertad deeleccin, algunas decisiones necesariamente nos conducen a resultados neas-tos y dolorosos.

    Las acciones inevitablemente traen consecuencias. Muchas personas re-conocen la realidad del dicho: Todo lo que el hombre sembrare, eso tambinsegar, pero no saben que esto lo dice la Biblia (Glatas 6:7). Hace miles deaos uno de los amigos de Job no ajeno al surimiento dijo que aquellosque aran iniquidad y siembran injuria, la siegan (Job 4:8).

    Cuando analizamos el enmeno del surimiento, podemos aprender mu-cho si seguimos las circunstancias hasta encontrar su causa. Proverbios 22:3 nosexhorta a que reexionemos acerca de las consecuencias que tendrn nuestrasacciones a largo plazo: El prudente ve el peligro y lo evita; el inexperto sigueadelante y sure las consecuencias (Nueva Versin Internacional).

    Cuando buscamos las principales causas del surimiento, con recuenciano es necesario ir ms all de nosotros mismos, es decir, de las decisiones y

    acciones de las personas y de la humanidad en general. En una orma u otra, lacausa subyacente es el pecado, y el eecto es el surimiento.

    Causas de la miseria

    Las naciones y los individuos suren mucho debido a la ignorancia y a ladesobediencia a las mismas leyes espirituales que Israel desobedeci. Los man-damientos de Dios son preceptos vivos, con aplicacin universal, que cuando seobedecen traen benefcios y cuando se desobedecen traen castigo. Las Escriturasnos dicen que aquellos que aman la ley de Dios tienen mucha paz (Salmos119:165), pero el camino del impo y del infel es muy dicil (Proverbios 13:15).

    La Biblia seala que muchas de nuestras experiencias diciles y dolorosasson el resultado directo del pecado. Una de stas, por ejemplo, es la agresin mili-tar. El apstol Santiago nos dice cul es el origen del conicto armado: De dn-de vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? No es de vuestras pasiones, lascuales combaten en vuestros miembros? Codiciis, y no tenis; matis y ardisde envidia, y no podis alcanzar; combats y luchis . . . (Santiago 4:1-2).

    Estas palabras se aplican tanto a las naciones como a las personas, ya que lasnaciones son simplemente grupos de personas que buscan sus propios intereses.Los agresores van a la guerra con el deseo de aumentar su poder, prestigio yriqueza. Al hacerlo se ponen en contra de la ley, la tica, la moral y la paz. Matany despojan para lograr sus fnes, aplicando los principios de que el poderoso esquien fja las reglas del juego, y de que al vencedor le pertenece el botn.

    El historiador Will Durant entendi esta tendencia humana cuando escribi:Las causas de la guerra son las mismas causas de la competencia entre los indi-viduos: el deseo de adquirir, el espritu batallador y el orgullo; el deseo de obte-

    ner alimentos, tierra, bienes materiales, combustible y dominio (The Lessons oHistory [Lecciones de la historia], 1968, p. 81).Irnicamente, las naciones que libremente eligen la violencia, y por con-

    siguiente la guerra, con recuencia heredan una maldicin similar a la de lasnaciones que destruyen. Jess expres esto cuando afrm: . . . todos los quetomen espada, a espada perecern (Mateo 26:52). La historia es una crnicade una sucesin de imperios que conquistan y son conquistados. Mientras elhombre siga insistiendo en escoger el camino de la desobediencia a Dios, estcondenado a perpetuar este crculo vicioso.

    Las decisiones traen consecuencias

    Muchas ormas de surimiento son simplemente las consecuencias inevita-bles de decisiones personales. Por ejemplo, en muchas naciones industrializadastodava persisten zonas de pobreza, a pesar de las ingentes sumas que se invier-ten para combatir el problema.

    Por qu un Dios amoroso permite el sufrimiento?

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    Con recuencia podemos seguir la pista de la pobreza en las decisiones in-dividuales. Los jvenes abandonan sus estudios y dejan a medias su educacin,asegurndose as una vida de empleos diciles, salarios bajos, difcultad fnan-ciera y ambiciones rustradas.

    Muchos adolescentes tienen relaciones sexuales y el resultado es que milesde jovencitas tienen bebs uera del matrimonio, muchos de los cuales nunca co-nocern a sus padres. Los estudios muestran que los nios abandonados por suspadres son ms propensos a consumir drogas, alcohol y tabaco a muy tempranaedad, a adoptar un comportamiento criminal y a su vez volverse sexualmentepromiscuos, trayendo surimiento a s mismos y a otros.

    Muchas madres jvenes recuentemente solteras porque los padres huyende su responsabilidad se encuentran atrapadas en trabajos con muy bajos sa-larios, con hijos jvenes que mantener, y terminan dependiendo de la ayuda quepuedan recibir de programas de caridad. El patrn se repite una y otra vez en uncrculo de pobreza que abarca varias generaciones, causado generalmente por lasmalas decisiones y acciones de las personas.

    Nuestras decisiones y la salud

    Debido a nuestras decisiones nos aigen incontables problemas de salud.Comemos defcientemente, no hacemos ejercicio, consumimos sustancias da-inas, y herimos a otros y a nosotros mismos en accidentes que se producen poralta de cuidado. Muchos suren aicciones mentales como resultado de violarlos principios divinos que rigen las relaciones humanas.

    Tenemos aicciones sicas y sicolgicas derivadas del abuso del alcohol yel consumo de otras drogas. Las personas que lo hacen no slo ponen en peligro

    sus propias vidas y las acortan, sino que adems inigen un gran surimientoen sus amiliares y amigos. An ms trgico es el hecho de que muchos causanaccidentes que matan o dejan lisiadas a personas inocentes.

    El dao causado por el cigarrillo es algo bien documentado. Cada ao lasenermedades relacionadas con el hbito de umar cobran 400 000 vidas tan sloen los Estados Unidos, y millones ms en otros pases. Muchas de esas muertesson insoportablemente lentas y dolorosas. Est ampliamente reconocido que lamejor cura para el dolor causado por el hbito de umar es simplemente dejar dehacerlo, aunque para muchos que son adictos es bastante dicil dar ese paso.

    El umar es tan slo uno de los muchos hbitos que nos causan dolor y su-rimiento. El Dr. Paul Martin habla acerca de los comportamientos que pareceninoensivos, pero que pueden tener eectos que se acumulan con el paso de losaos: Existen muchos patrones de conducta que son muy comunes y que matana las personas lentamente, pero en gran nmero (The Healing Mind[La menteque sana], 1997, p. 58).

    Con mucha recuencia, cuando tomamos decisiones que aectan nuestrasalud, nuestros cuerpos nos alertan que hemos hecho una mala decisin. PaulBrand y Philip Yancey comentan que el origen de un nmero asombroso deproblemas de salud radica en que tomamos decisiones que hacen caso omiso delas claras seales que nuestros cuerpos nos transmiten (The Git Nobody Wants[El regalo que nadie quiere], 1993, p. 226).

    El Dr. Brand inorm que en una gran conerencia nacional de salud l hizouna lista de ciertos problemas de salud que estaban directamente relacionadoscon el comportamiento. Entre ellos se incluan problemas cardacos y de hi-pertensin agravados por la tensin emocional, lceras gstricas, cnceres aso-

    ciados con toxinas ambientales, sida, enermedades venreas, enfsema y cncerpulmonar causados por el hbito de umar, dao etal debido al abuso maternodel alcohol y de las drogas, diabetes y otros desrdenes alimenticios, crimen vio-lento, accidentes automovilsticos debidos al alcohol. Estas son preocupacionesendmicas, hasta epidmicas, para los expertos en salud (ibdem, pp. 226-227).

    Cosechamos lo que sembramos

    La conclusin debera ser obvia: las malas decisiones causan mucho su-rimiento. La Biblia nos orece una gua para que sepamos cmo vivir. Sinembargo, a partir de Adn y Eva hemos pasado por alto y despreciado repe-tidamente las instrucciones de Dios, por lo que nos hemos acarreado muchodolor y surimiento.

    La Biblia nos brinda consejos prcticos en casi todos los aspectos de lavida. Muchos de estos principios se referen a cmo evitar y en cierta maneraaliviar el surimiento.

    No podremos vivir sustancialmente libres del surimiento hasta que nosreconciliemos con Dios y acatemos sus mandamientos. Hijo mo, no te olvidesde mi ley, y tu corazn guarde mis mandamientos; porque largura de das yaos de vida y paz te aumentarn (Proverbios 3:1-2).

    Si como naciones siguiramos las instrucciones de Dios, inmediatamenteveramos una tremenda reduccin en el crimen, enermedad, hostilidad entre lasnaciones, contaminacin, accidentes, enermedades mentales, amilias destrui-das, relaciones deterioradas y muchos otros males que nos causan tanto dolor. Laley de Dios ni es dura ni es gravosa. Es la ley de la libertad (Santiago 1:25) queeliminara la mayor parte del dolor del mundo si se obedeciera universalmente.

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    Cmo puede resultar

    algo bueno del surimientoSigmund Freud trabaj como consejero, tratando de ayudar a las personas quetenan difcultades sicolgicas. Sin embargo, ue lo sufcientemente honrado comopara reconocer que su habilidad para ayudar era limitada. Cones que curaba lasmiserias de los neurticos tan slo para llevarlos a la miseria normal de la vida(Ernest Becker, The Denial o Death [La negacin de la muerte], 1973, p. 271).Freud estaba en lo cierto: no existe la vida totalmente libre de problemas.

    Como no podemos evitar todo el surimiento, debemos tener en mente quepuede en ocasiones producir buenos resultados. Es ms cil soportar el dolorcuando lo vemos como un desao que cuando pensamos que es una maldicininsoportable.

    En la cultura occidental se ha reconocido generalmente el principio de que

    ciertas difcultades son benfcas y que pueden ayudarnos a madurar y a sermejores personas, y esto es cierto. Sin embargo, el escritor Richard Kyle nosrecuerda que, en gran parte, hemos entrado en la era poscristiana, en la cual elcristianismo ya no es lo que defne los valores culturales (The Last Days Are

    Here Again [Los ltimos das estn aqu nuevamente], 1998, p. 25).La mente poscristiana rechaza el punto de vista bblico tradicional segn

    el cual la adversidad y el dolor aunque no son placenteros y no los desea-mos pueden fnalmente producir algo bueno. Expresiones tales como Si semantienen frmes, se salvarn y Es necesario pasar por muchas difcultadespara entrar en el reino de Dios (Lucas 21:19; Hechos 14:22, NVI), aunque sonciertas, ya no son aceptadas universalmente.

    Claramente, la Biblia ensea que la adversidad puede producir buenos re-sultados. Aunque Jess ue el Hijo de Dios, por lo que padeci aprendi laobediencia; y habiendo sido pereccionado, vino a ser autor de eterna salvacinpara todos los que le obedecen (Hebreos 5:8-9). Aun la historia secular nos da

    muchos ejemplos de personas y naciones que, en ciertas condiciones diciles,se sobrepusieron a ellas y lograron grandes cosas. Algunas veces una personadecidida ha sido la chispa que la nacin necesitaba para sobrellevar momentosdiciles y alcanzar objetivos dignos y loables.

    Un primer ministro que sirvi poderosamente a su nacin

    Sir John Keegan afrm que esto ue cierto en el caso de Winston Churchille Inglaterra durante la segunda guerra mundial. En 1940, en medio de las peoreshoras del conicto, Churchill trat valientemente de mantener unido al pueblobritnico. En una serie de magnfcos discursos apel al valor de su pueblo y a

    su grandeza histrica, y sac adelante a Inglaterra. Por medio de sus poderosaspalabras impuso su voluntad e imaginacin a sus conciudadanos (revista U.S.News & World Report, 29 de mayo de 2000).

    Fortalecidos por la resolucin de su primer ministro, los britnicos resistie-ron un eroz embate de la uerza area de Hitler y convirtieron un momento deprueba y derrota inminente en un triuno que Churchill califc como la horaexcelsa de su nacin. Keegan escribi que los britnicos, bajo la amenaza dela invasin, dieron un ejemplo ntegro de cmo se debe vivir la hora excelsa.Sacaron de los escombros a los muertos y a los vivos, patrullaron sus playas [y]se apretaron los cinturones (ibdem).

    Will Durant dijo que un desao que se enrenta exitosamente . . . eleva eltemple y el nivel de la nacin y la prepara para arontar los prximos desaos(Durant, ob. cit., p. 91).

    La experiencia britnica demuestra la necesidad de trabajar juntos y respal-darse mutuamente en los tiempos de adversidad. El Dr. Brand nos dice cmo

    se prepara l para lo peor: Lo mejor que puedo hacer para prepararme para eldolor es rodearme de una amorosa comunidad que pueda estar conmigo cuandola tragedia me aija (Brand y Yancey, ob. cit., p. 236). Luego afrma que elsurimiento slo es intolerable cuando a nadie le importa (ibdem, p. 257).

    Dios nos revela que el surimiento tiene un propsito muy noble: Debe ayu-darnos a crecer en amor raternal. Sobrellevad los unos las cargas de los otros,y cumplid as la ley de Cristo (Glatas 6:2). Cuando nuestra preocupacin uyehacia otros, el surimiento, por indeseable y doloroso que sea, puede ser unaexperiencia provechosa. Aprendemos la verdad de que ninguna disciplina alpresente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero despus da ruto apaci-ble de justicia a los que en ella han sido ejercitados (Hebreos 12:11).

    Cmo enrentar difcultades

    La creencia de que la aiccin puede traer grandes benefcios ha desapa-recido casi completamente en la cultura occidental. Ha sido reemplazada por la

    Cmo puede resultar algo bueno del sufrimientoCaptulo III

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    idea de que el surimiento y las experiencias desagradables son algo injusto ydebemos evitarlos a toda costa.

    En parte, tal vez hayamos heredado esta idea de una sociedad que todolo quiere arreglar al instante, y nos ensea que merecemos una pldora paracada dolor y una solucin rpida para cada problema. Tambin es en partepor la mentalidad de vctima la negativa a enrentar la responsabilidadde nuestras acciones o circunstancias que puede debilitar a la sociedad quesucumba ante ella. Toda sociedad que reconozca que algunas veces la vida noes justa, y que defnitivamente no es cil y responda valerosamente a estereto se ortalecer.

    Segn la perspectiva actual, el dolor es algo siniestro, un enemigo que debeser evitado a toda costa. Podemos tener esta perspectiva tambin, o podemosreconocerlo como una advertencia de que debemos cambiar algo que estamoshaciendo. Si no podemos evitarlo, tal vez podamos aceptar su desao y con-

    vertirnos en una persona ms uerte y mejor. De hecho, en ciertas ocasiones lonico que podemos hacer es soportar la difcultad y dejar que sta refne nuestrocarcter. El consejero Norman Wright escribi que una crisis no siempre es algomalo. Puede producir un viraje decisivo en su vida, para hacer de sta algo mejor. . . [Lleva consigo] la oportunidad de crecimiento y de cambio (How to Have aCreative Crisis [Cmo tener una crisis creativa], 1986, p. 15).

    La Biblia nos recuerda que en todas las pruebas debemos enocarnos en eluturo que se extiende ms all de nuestro presente y concentrarnos en los bene-fcios que stas nos puedan traer: Mas tenga la paciencia su obra completa, paraque seis perectos y cabales, sin que os alte cosa alguna (Santiago 1:4).

    No permitamos que las pruebas nos abrumen

    No estamos diciendo que debemos surir lo que podemos evitar. Pero si nopodemos evitarlo, necesitamos aprender a hacer rente al surimiento y, si esnecesario, aceptarlo. Si no aprendemos a hacer esto, nuestras difcultades puedenconvertirse en problemas mayores si como resultado de la ansiedad que generantomamos decisiones que alteren completamente nuestra vida.

    El Dr. Martin escribe: La tensin emocional y la ansiedad pueden impe-dir que durmamos adecuadamente y hacernos ms proclives a umar, bebercantidades excesivas de alcohol, comer demasiado las clases de comida que noson tan saludables, no tomar nuestros medicamentos, dejar de hacer ejercicio,consumir drogas nocivas, adoptar un comportamiento sexual peligroso, con-ducir demasiado rpido, tener un accidente violento y aun suicidarnos (Mar-tin, ob. cit., p. 55).

    La tasa tan alta de suicidios en muchas naciones puede ser en parte un reejo

    de la inhabilidad de las personas para aceptar que la vida puede ser dicil.Un mensaje de buenas noticias

    La Biblia nos dice que Dios permite el surimiento porque tiene un prop-sito divino. Los cristianos saben que su Salvador, Jesucristo, suri y muri porellos y que ellos deben seguir sus pisadas, lo que incluye el surimiento (1 Pe-dro 2:21). Jess soport la agona y muri para que Dios pudiera perdonarnosnuestros pecados y darnos vida eterna, durante la cual reinaremos con Cristo(Apocalipsis 5:10). Saber esto puede ayudarnos a arontar mejor los problemasque tengamos en la vida.

    Pablo nos recuerda que si surimos, tambin reinaremos con l (2 Timo-teo 2:12). Cristo va a regresar a la tierra para gobernar y, al fnal, poner fn a todatristeza y surimiento.

    Fundamentalmente, el evangelio ue un mensaje de buenas noticias acercadel Reino de Dios (Marcos 1:14-15), el cual Jesucristo establecer a su regreso.

    Cmo puede resultar algo bueno del sufrimiento

    Sucesos que ormaronel carcter de un presidente

    Teodoro Roosevelt, el vigsimo sexto pre-sidente de los Estados Unidos, ue orta-lecido por el surimiento. Posea una mentemuy gil, pero tena un cuerpo dbil. Surade asma.

    Cuando tena 12 aos su padre le dijo:Teodoro, t tienes la mente, pero no tienesel cuerpo, y sin la ayuda del cuerpo la menteno puede avanzar tan lejos como debiera . . .Tienes que hacerte tu propio cuerpo . . . Es untrabajo muy dicil para uno hacerse su propiocuerpo . . . pero s que lo vas a lograr (DavidMcCullough, Mornings on Horseback[Maa-nas a caballo] , 1981, p. 112).

    Teddy, como sus compatriotas lo llamabanaectuosamente, le relat a un amigo el im-pacto que esas palabras de su padre habantenido en su vida. Por los comentarios de supadre se vio a s mismo como un ser humanodbil, as que tena que ortalecerse.

    De inmediato empez un programa deacondicionamiento sico: haca ejercicios conpesas y sacos de arena. Teddy era una perso-na dedicada a mejorar su salud. Su determi-

    nacin dio resultados y desarroll un cuerpouerte, y ya sin asma.

    Ms adelante Teddy Roosevelt tendra quearontar un golpe an ms duro: perdi a sumadre y a su joven esposa el mismo da. Su es-posa haba dado a luz a una hija haca tan slodos das. l no poda explicarse el porqu de se-mejante tragedia. Dijo que las nicas respues-tas que tena eran la voluntad de Dios o undestino extrao y terrible (ibdem, p. 285).

    Aunque algunos de sus bigraos armanque nunca se recuper completamente de esatragedia, l aront el desao y triun sobre ladepresin que lo envolva.

    Aun cuando la muerte de su esposa a los22 aos de edad ue algo devastador, se so-brepuso y logr la grandeza nacional. Algu-nos han comentado que si no hubiera suridolo que suri, tal vez nunca hubiera llegado aser el presidente de los Estados Unidos. Teo-doro Roosevelt, como muchos otros, respon-di a las pruebas y al surimiento haciendoms de lo que hubiera hecho si no le hubieransucedido semejantes tragedias. o

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    Por qu Dios permite el sufrimiento?22 23

    Inaugurar una poca de paz y elicidad universales. Isaas proetiz acerca de lapaz y el gozo que imperarn bajo su reinado: No harn mal ni daarn en todomi santo monte; porque la tierra ser llena del conocimiento del Eterno, como lasaguas cubren el mar (Isaas 11:9). Cuando el conocimiento de Dios sea restau-rado a la humanidad, y quitada toda inuencia de Satans, cesar todo el dolorque resulta de seguirlo a l en lugar de seguir a Dios. (Si desea ms inormacin

    sobre este tema, le recomendamos nuestro olleto gratuitoEl evangelio del Reinode Dios.) Por fn el mundo entero encontrar la paz duradera.

    Un uturo maravilloso

    Dios est llamando ahora tan slo a unos pocos, relativamente, para quesean parte de su iglesia. Los considera lasprimicias, los primeros rutos de sucosecha espiritual (Santiago 1:18); son escogidos, si es que permanecen feles,para reinar con Cristo. Pero no est llamando a todos ahora (Romanos 11:7-8,25-26). Ninguno puede venir a m dijo Jess, si el Padre que me envi nole trajere; y yo le resucitar en el da postrero (Juan 6:44).

    Cuando Jess habl acerca de resucitar a los suyos en el da postrero, estabahablando acerca de su retorno a la tierra. Pablo nos da ms detalles: Porqueel Seor mismo con voz de mando, con voz de arcngel, y con trompeta deDios, descender del cielo; y los muertos en Cristo resucitarn primero. Luegonosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados jun-tamente con ellos en las nubes para recibir al Seor en el aire, y as estaremossiempre con el Seor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras(1 Tesalonicenses 4:16-18).

    Cuando entendemos y aceptamos el plan de salvacin de Dios, encontra-mos mucho consuelo en su verdad. Cuando Jess venga, aquellos que se hayanarrepentido y lo hayan reconocido a l como su Salvador y le hayan rendido susvidas en sumisa obediencia, tendrn consuelo. Ya no surirn ms. Dios les darvida eterna en un nuevo cuerpo un cuerpo espiritual que no conocer elsurimiento (1 Corintios 15:35-54).

    Entonces nos daremos cuenta de algo que slo podamos entender en parte

    mientras estbamos en la carne: Pues tengo por cierto que las aicciones deltiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros hade maniestarse (Romanos 8:18).

    Aquellos que lleguen a entender el gran propsito y el llamado de Dios, to-dava experimentarn dolor y surimiento en esta vida (v. 23), pero entendernpor qu. Mirarn hacia la poca en la que Dios les dar vida eterna y les permi-tir gobernar con Cristo en su reino. Pablo nos exhorta: Por tanto, alentaos losunos a los otros con estas palabras (1 Tesalonicenses 4:18).

    Lecciones dolorosas

    Pablo aclara que los cristianos, al igual que Cristo, deben surir: Porque avosotros os es concedido a causa de Cristo, no slo que creis en l, sino tambinque padezcis por l (Filipenses 1:29).

    Pedro les recuerda a los cristianos que deben esperar surir porque Dios pue-de valerse del surimiento para ayudarles a purifcarse de algn error. Puesto

    Cmo puede resultar algo bueno del sufrimiento

    Est establecido

    para los hombresque mueran una sola vezRaramente pensamos acerca de la muerte,bien sea la nuestra o la de alguien ms.Cuando muere un ser querido, nos lamenta-mos, y esto es algo muy natural.

    Sin embargo, es obvio que nuestroscuerpos no ueron diseados para vivir parasiempre. Como se nos dice en Hebreos 9:27:. . . est establecido para los hombres quemueran una sola vez . . ..

    Dios no dise nuestros cuerpos para queduraran ms de unas cuantas dcadas. EnSalmos 90:10 se nos recuerda que los dasde nuestra edad son setenta aos; y si en losms robustos son ochenta aos . . .. Con losadelantos mdicos y logros tecnolgicos delos ltimos aos, nuestro promedio de vidaes aproximadamente el que era cuando estesalmo ue escrito, hace miles de aos. Algunosvivirn ms, otros menos, pero esto es lo quepodemos esperar. La vida es corta, demasiadobreve para desperdiciarla en cosas que a n decuentas no son tan importantes.

    No debe sorprendernos cuando la muertetoca nuestra puerta. As nos hizo Dios. Comola hierba que aparece y despus no existe, y lasfores del campo forecen para marchitarse unosdas despus, as tambin nuestra vida es algoque se deteriora y llega a su n (Isaas 40:6-8) .

    Sin embargo, esto no signica que hastaah llegue todo. El patriarca Job, el siervo deDios, saba que iba a descansar en la tumba

    hasta el tiempo de una utura resurreccin.Oh, quin me diera que me escondieses enel Seol [el sepulcro] , que me encubrieses hastaapaciguarse tu ira, que me pusieses plazo, y dem te acordaras! Si el hombre muriere, volve-r a vivir? Todos los das de mi edad esperar,hasta que venga mi liberacin. Entonces lla-mars, y yo te responder; tendrs aecto a lahechura de tus manos (Job 14:13-15).

    Aunque la muerte nos entristece, esto nosignica que sea el n de nuestra esperanza.Dios ha prometido resucitar a la inmortalidada sus eles siervos, para que reinen con Cristoy le ayuden en la administracin del Reino deDios (1 Corintios 15:50-54; Apocalipsis 20:4-6; 5:10).

    A aquellos que no hayan conocido o acep-tado a Cristo, Dios los resucitar en un tiempoposterior para que ellos tambin puedan cono-cer la verdad de su plan y recibir el don de lasalvacin (este tema se trata ms ampliamenteen el ltimo captulo de este olleto).

    Tenemos otros dos olletos (tambin abso-lutamente gratuitos) que le ayudarn a enten-der ms claramente lo que la Biblia revela sobrela vida y la muerte: Qu sucede despus de lamuerte?y El cielo y el inferno: Qu es lo queensea realmente la Biblia?Puede solicitarlosa nuestra direccin ms cercana a su domicilioo descargarlos directamente de nuestro portalen www.IglesiadeDiosUnida.org. o

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    que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros tambin armaos delmismo pensamiento; pues quien ha padecido en la carne, termin con el pecado,para no vivir el tiempo que resta en la carne, conorme a las concupiscencias delos hombres, sino conorme a la voluntad de Dios (1 Pedro 4:1-2).

    Como Jess explic, sus seguidores deben entender que tendrn surimiento.Pero Dios algunas veces nos permite surir porque el dolor nos ensea a abste-nernos del pecado aun bajo las circunstancias ms diciles.

    Cuando Dios nos permite surir debido a nuestras decisiones errneas, enrealidad est actuando misericordiosamente. Por qu? Porque la consecuenciade que sigamos pecando cuando sabemos la verdad (y no nos arrepintamos),

    ser la muerte eterna.El escritor del Salmo 119 afrm: Antes que uera yo humillado, descarria-do andaba; mas ahora guardo tu palabra (v. 67). Nos dice que el surimientoes un recordatorio de las consecuencias del pecado; que el surimiento puedeproducir benefcios a largo plazo que tal vez no podamos discernir mientrasestemos aanados con nuestro dolor emocional o sico.

    El propsito undamental del dolor

    El Dr. Brand ha trabajado durante varios aos tratando pacientes leprososen la India y en Amrica. Despus de aos de labor, ha llegado a conclusionesasombrosas en cuanto a la patologa de la lepra.

    La vctima de la lepra generalmente tiene que arontar el hecho de que susextremidades dedos, uas, pies y aun la nariz y las orejas se deterioranhasta el punto de que se descomponen completamente y se caen, pero nadiehaba podido saber por qu ocurra esto. Antes de las investigaciones del Dr.

    Brand, los mdicos simplemente suponan que los leprosos tenan la maldicinde tener una carne defciente. El Dr. Brand descubri que el problema radicaen el bacilo de la lepra, que ataca los nervios de dierentes partes del cuerpo ydesencadena un proceso degenerativo que fnalmente conduce a la muerte delos nervios. Cuando esto ocurre, si el paciente se hiere o aun se quema una partede su cuerpo que est aectada por este bacilo, no siente ningn dolor. Como nosiente dolor, contina usando esa parte de su cuerpo, y el uso repetido de la parteaectada agrava an ms el dao tisular. Finalmente, el tejido se daa tanto quela carne se muere y despus se desprende.

    El Dr. Brand empez a tratar las heridas de los leprosos, protegindolas,algunas veces con yeso. Con recuencia las heridas sanaban y ya no presenta-ban mayores problemas. La carne que era protegida sanaba, aunque la personaleprosa nunca volva a tener sensibilidad en esa zona, porque el tejido nerviosohaba sido daado irreversiblemente. l concluy que el dolor es un regalo deDios que nos advierte de que algo anda mal.

    El dictamen fnal del mdico se aplica a la mayora de las enermedades,no slo a la lepra. Cuando nos herimos, debemos responder a las seales denuestro cuerpo y tomar medidas que alivien el dolor y quiten la causa subya-cente de ste.

    En su conclusin, el Dr. Brand escribi: No tena la menor idea de lo vul-nerable que se vuelve el cuerpo cuando hay una alla en su sistema de alarma(Brand y Yancey, ob. cit., p. 121).

    Lecciones espirituales del surimiento

    Podemos trazar un paralelo espiritual con el descubrimiento del Dr. Brand.

    Hay cierto surimiento que es el resultado de nuestros propios pecados o nece-dad. A veces esto desencadena consecuencias negativas y dolorosas en nuestrocuerpo. En ciertas ocasiones Dios permite que pasemos por tales experiencias, yhasta que suramos, para hacer que pongamos atencin a lo que estamos hacien-do y cambiemos nuestro comportamiento, actitud o convicciones.

    Buena parte del dolor sico y mental que padecemos se debe a la violacinde los mandamientos de Dios, ya sea que lo hagamos a sabiendas o inadvertida-mente. Como dijera un siquiatra: La mitad de las personas que van a las clnicasquejndose de molestias sicas estn diciendo en realidad Lo que me duele esmi propia vida (ibdem, p. 251).

    En ocasiones pecamos pero no sentimos el dolor inmediatamente, aunquequiz Dios nos lo haga sentir despus, permitiendo que algn problema o dif-cultad nos aqueje. Porque el Seor al que ama, disciplina, y azota a todo el querecibe por hijo (Hebreos 12:6). Las Escrituras nos muestran varios ejemplos dehombres y mujeres cuyas vidas ilustran este principio.

    Cuando Dios permite que las difcultades nos aecten con el fn de ha-cernos caer en cuenta de nuestros errores o allas en nuestro carcter, no estactuando de manera dierente de como acta un padre amoroso. Los padres ylas madres que aman a sus hijos dedican tiempo y esuerzo ensendoles lec-ciones para su propio bien. Dios hace lo mismo porque quiere que aprendamos(Hebreos 12:5-11).

    Algunas veces Dios permite que suramos para que aprendamos a dieren-ciar entre el bien y el mal, que aprendamos a reconocer cunto dependemos del y de su instruccin. Por lo tanto, no debe sorprendernos el hecho de que lavida, aun para un cristiano, tiene momentos de difcultad y de prueba (1 Pedro4:12-13).

    En otras circunstancias tal vez el surimiento no sea el resultado del pecado,sino porque Dios desea refnar y ortalecer cierto aspecto de nuestro carcter.Tal como un msculo se atrofa si no lo usamos, nuestra e y nuestro carcter sepueden atrofar si no se ejercitan adecuadamente.

    Cmo puede resultar algo bueno del sufrimientoPor qu Dios permite el sufrimiento?

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    Pedro habl acerca del valor de las pruebas cuando explic: En lo cual voso-tros os alegris, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengis queser aigidos por diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra e, muchoms preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con uego, sea halladaen alabanza, gloria y honra cuando sea maniestado Jesucristo (1 Pedro 1:6-7).

    Aprendamos a depender de Dios

    Debemos entender que aunque Dios permite que tengamos pruebas y dif-cultades en la vida, no es indierente cuando eso ocurre. Dios es un padre amo-roso y compasivo que no encuentra ninguna alegra al vernos surir. Cmo se

    siente Dios hacia nosotros en esos casos? Depositen en l toda ansiedad, porquel cuida de ustedes (1 Pedro 5:7, NVI). Estas palabras nos ensean que en al-gunas ocasiones Dios es el nico en quien podemos confar pare que nos d lauerza que necesitamos para soportar la adversidad.

    Cuando padecemos, Dios desea que nos acerquemos a l. Ha prometido ayu-darnos cuando lo hagamos as. Pablo escribi que Dios consuela a los humildes(2 Corintios 7:6), pero debemospedirle su ayuda. Nos promete que no seremosprobados ms all de lo que podamos resistir, y que juntamente con la prueba nosdar ya sea el socorro o la uerza para que podamos soportar (1 Corintios 10:13).Necesitamos creer en Dios y en su promesa, y pedirle que cumpla su palabra,especialmente cuando sentimos que estamos a punto de desallecer.

    Necesitamos entender que Dios con recuencia protege a los que le buscan.El Seor afrma los pasos del hombre cuando le agrada su modo de vivir;podr tropezar, pero no caer, porque el Seor lo sostiene de la mano (Salmos37:23-24, NVI).

    Teniendo esto en mente, conviene leer el Salmo 91. Debemos pedirle a Diosque nos proteja y que proteja a nuestros seres queridos. l escucha las oracionesdel justo (Santiago 5:16; 1 Pedro 3:12) y protege y bendice a su pueblo. Sinembargo, nadie es inmune a los caprichos del tiempo y la ocasin. Cuando stosnos aecten negativamente, debemos pedirle que nos d un descanso en nuestrosurimiento de tal orma que ste no exceda nuestra capacidad de perseverar, yque nos d la uerza para resistir hasta donde sea necesario.

    Dios permanece en control

    Las investigaciones han demostrado que la capacidad que una persona tienepara soportar el dolor aumenta al sentir que tiene control sobre l. Debemos ha-cer todo lo que podamos por relajarnos, manejar la situacin y lograr el controlde nuestro surimiento. Entonces nos daremos cuenta de que no somos juguetesa merced del dolor y que podemos decidir controlar nuestras actitudes y res-puestas rente al surimiento.

    Como siervos de Dios debemos aprender que a fn de cuentas l est encontrol y que es misericordioso. Desea ayudarnos y librarnos, y puede hacerlo.Sus odos estn atentos a nuestras oraciones (1 Pedro 3:12).

    Pero espera que confemos en sujuicio y en el momento que l estime opor-tuno intervenir, y que confemos en l incondicionalmente. Porque hermanos,no queremos que ignoris acerca de nuestra tribulacin que nos sobrevino enAsia; pues uimos abrumados sobremanera ms all de nuestras uerzas, de talmodo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida. Pero tuvimos en no-sotros mismos sentencia de muerte, para que no confsemos en nosotros mis-mos, sino en Dios que resucita a los muertos; el cual nos libr, y nos libra, y en

    quien esperamos que an nos librar, de tan gran muerte (2 Corintios 1:8-10).Una vida sin dolor?

    Entre tanto, tal vez podamos comprender la sabidura de las palabras deSantiago: Hermanos mos, ustedes deben tenerse por muy dichosos cuandose vean sometidos a pruebas de toda clase. Pues ya saben que cuando su e espuesta a prueba, ustedes aprenden a soportar con ortaleza el surimiento. Peroprocuren que esa ortaleza los lleve a la pereccin, a la madurez plena, sin queles alte nada (Santiago 1:2-4, Versin Popular).

    Las palabras de Santiago quiz suenen irreales a los habitantes del mundooccidental, porque muchos viven con la ilusin de que seremos capaces de abo-lir el dolor. Santiago vivi en una sociedad en la cual las personas recuente yregularmente tenan que enrentarse al surimiento. Estaban ms acostumbra-das a los benefcios del dolor de lo que estamos nosotros.

    Una vida sin dolor es imposible. Necesitamos enrentar la realidad de que

    Dios puede ensearnos lecciones invaluables por medio de nuestro surimien-to. Esto no signifca que el surimiento deba parecernos placentero. Aunquereexionemos acerca del dolor y tratemos de prepararnos, cuando ste llegala experiencia es algo que nos despierta bruscamente. El dolor llega a nuestrasvidas y se instala como una realidad sobrecogedora. Es un enemigo indeseado,o al menos as nos parece.

    Pero el surimiento y las pruebas pueden ser de mucha ayuda, en el sentidoespiritual, al prepararnos para el propsito que Dios tiene de llevarnos a sureino. Algunas veces nuestra reconciliacin con el surimiento ocurre muchodespus del hecho, despus de haber perseverado y entendido la madurez espi-ritual que puede producir en nosotros.

    La liberacin fnal del dolor y de las difcultades proviene de Dios, de orary confar en l. Poco antes de surir el suplicio de la crucifxin, Jess or as:Padre mo, si es posible, pase de m esta copa; pero no sea como yo quiero, sinocomo t (Mateo 26:39).

    Por qu Dios permite el sufrimiento? Cmo puede resultar algo bueno del sufrimiento

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    Pedro nos recuerda los rutos positivos de arontar la adversidad: Mas elDios de toda gracia, que nos llam a su gloria eterna en Jesucristo, despus quehayis padecido un poco de tiempo, l mismo os pereccione, afrme, ortalezcay establezca (1 Pedro 5:10).

    Enoqumonos en el uturo

    Cuando entendemos los benefcios que se pueden derivar del surimiento,podemos soportarlo mejor. Victor Frankl, un sicoterapeuta que sobrevivi alcampo de concentracin de Auschwitz en la segunda guerra mundial, descubrila importancia de encontrarle sentido a la vida, especialmente en medio de las

    peores circunstancias. Se dio cuenta de que los prisioneros que se mantenanenocados en una meta eran mucho ms proclives a sobrevivir.Aunque nos parezca muy dicil ver los benefcios espirituales del suri-

    miento, podremos comprenderlos cabalmente cuando recibamos la vida eternaen el Reino de Dios (2 Pedro 1:11).

    En ese reino ganaremos muchsimo ms de lo que hayamos perdido por elsurimiento en esta vida. Como Pablo lo explica: De hecho, considero que ennada se comparan los surimientos actuales con la gloria que habr de revelarseen nosotros (Romanos 8:18, NVI). Y nos recuerda que a los que aman a Dios,todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conorme a su propsito sonllamados (v. 28). Dios inspir a Pablo para que escribiera esto, y nosotrosdebemos creerle!

    El surimiento nos ayuda a alcanzar nuestro potencial de ser hijos de Dios(1 Juan 3:1). Con su ayuda, podemos tener buenos resultados de ello. Un poetalo expres as:

    A cada uno se le ha dado una bolsa de herramientas,una roca sin forma y un libro de reglas.

    Cada uno debe hacer, mientras an tenga vida,

    una roca de tropiezo o una piedra para escalar.

    La piedra para escalar es el camino al Reino de Dios.

    Nuestra herencia

    Pablo nos dice que adems de ser hijos de Dios, tambin somos herederosde Dios y coherederos con Cristo (Romanos 8:16-17). Si somos herederos, en-tonces tenemos una herencia. La Biblia revela que nuestra herencia no ser unuturo de ocio y holgazanera, sino algo de gran responsabilidad.

    Las Escrituras nos revelan que, de una manera real, heredaremos las pro-piedades del Padre y sus ocupaciones. Tenemos mucho que aprender de nuestroPadre, y l nos da tiempo para que crezcamos y progresemos. Quiere ensearnoslo que necesitamos para poder desarrollar el carcter que busca en nosotros.

    No existe ningn atajo. El conocimiento por s solo no es sufciente. Elcarcter no se puede desarrollar de la noche a la maana. Por eso Pablo nosdice que seremos herederos si es que padecemos juntamente con l, para que

    juntamente con l seamos glorifcados (v. 17). As como Jesucristo aprendi yue pereccionado por el surimiento (Hebreos 5:8-9), as tambin nosotros nospereccionamos por medio de las difcultades a fn de poder heredar juntamentecon l en el Reino de Dios.

    La increble promesa de esta herencia conjunta ser hijos de Dios en su a-milia eterna (Romanos 8:14-23) nos ayuda a explicar por qu debemos surir.Si nuestro uturo uera simplemente descansar en el cielo y contemplar a Dios

    eternamente, l podra tomarnos ya o dejarnos aqu y protegernos de toda ormade adversidad y dolor. Semejante uturo no exigira nada de nosotros.Pero nuestro uturo es muchsimo ms grande que esto. Mientras ms gran-

    des sean las responsabilidades que Dios nos tiene preparadas, ms grandes sernlos desaos que tendremos que arontar para poder cumplirlas.

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    Cundo se acabar

    el surimiento?En el captulo anterior vimos que Dios tiene un propsito que va mucho msall de esta vida. En su gran designio considera el surimiento como algo nece-sario, algo que cada persona que responda a su llamado tiene que arontar. Sinembargo, la mayora de las personas o no estn respondiendo a esto, o ignorantotalmente este magnfco propsito. Por lo tanto, en el presente siglo malo(Glatas 1:4) Dios est permitiendo que los seres humanos aprendan leccionesundamentales.

    l quiere que la humanidad sepa que el pecado produce horribles conse-cuencias, y que desde el huerto del Edn nosotros mismos nos hemos acarreadomucho dolor porque hemos rechazado sus instrucciones. Aunque hemos sidoengaados por la inuencia maligna y corrupta de Satans, los seres humanos

    tenemos que aceptar toda la responsabilidad por las consecuencias de nuestrasacciones. Si el hombre hubiera escogido seguir los caminos de Dios en lugar deseguir los de Satans, el mundo podra haber sido un lugar de paz, seguridady elicidad.

    Dios se ha propuesto que aprendamos esta leccin, por dolorosa que sea. LaBiblia registra que en muchas ocasiones l ha querido disuadir a las personas deseguir en sus malos caminos. Pero la inmensa mayora ha rechazado repetida-mente sus mandamientos, tal como lo hicieron Adn y Eva en el Edn.

    La reaccin del hombre ante los mensajeros de Dios

    Por ejemplo, despus de que Dios liberara al antiguo Israel de la esclavituden Egipto, hizo un pacto con los israelitas, quienes prometieron guardar susmandamientos. Pero ellos rechazaron ese acuerdo.

    Despus Dios envi muchos proetas, cuyos mensajes ueron preservadospara nosotros en la Biblia, para advertirles y exhortarlos. Mas ellos hacan

    escarnio de los mensajeros de Dios, y menospreciaban sus palabras, burlndosede sus proetas, hasta que subi la ira del Eterno contra su pueblo, y no hubo yaremedio (2 Crnicas 36:16).

    En lugar de hacer caso, ellos perseguan y hasta mataban a los mensajerosde Dios. Por medio de Isaas Dios habl de cmo repetidamente rechazaron suayuda: Extend mis manos todo el da a pueblo rebelde . . . (Isaas 65:2).

    Como ellos no quisieron responder, Dios los sentenci a un castigo nacio-nal. El Imperio Asirio conquist Israel y lo llev cautiv en el siglo octavo antesde Jesucristo (2 Reyes 17:5-8). Cerca de un siglo despus, el reino de Jud ueconquistado por Nabucodonosor de Babilonia y llevado al exilio (2 Crnicas

    36:15-20).Aos despus, parte de la nacin de Jud regres a su patria, y all ue dondeJess predic a los descendientes de Jud cerca de cinco siglos despus de suregreso. Cuando ellos oyeron el mensaje de Jess en el que les exhortaba al arre-pentimiento y la obediencia, cul ue su reaccin? La mayora lo rechaz, talcomo haban rechazado a los proetas. Luego lo mataron!

    En ciertas ocasiones Dios envi proetas para advertir a naciones gentiles.En toda la historia leemos slo de un ejemplo en que toda una nacin no israelitase arrepinti temporalmente de sus pecados despus de recibir la advertencia deDios. El proeta Jons le predic a la antigua ciudad de Nnive, y les dijo a susresidentes: De aqu a cuarenta das Nnive ser destruida (Jons 3:4). El rey yel pueblo se arrepintieron de sus pecados y Dios no los destruy (vv. 5-10). Mstarde, sin embargo, volvieron a su maldad. Como resultado de ello, ejrcitos ene-migos los conquistaron en el ao 612 a.C.

    La historia nos muestra que aunque Dios ha orecido gratuitamente su ayu-

    da y su gua a las naciones, ellas la han rechazado sistemticamente, tal comolo hicieron Adn y Eva.

    Las mismas actitudes de antes

    En la actualidad no somos dierentes. La humanidad todava rechaza lasinstrucciones de Dios. La Biblia est disponible en casi todo el mundo. Sin em-bargo, relativamente son muy pocos los que la leen con regularidad y an sonmenos los que la obedecen. No slo desobedecen sus instrucciones, sino quecada vez hay ms personas, entre las que se llaman a s mismas intelectuales,que la rechazan completamente.

    Incluso algunos dirigentes religiosos que afrman creer en la Biblia tienendifcultades para aceptar varios pasajes de sta. Ellos mismos deciden culespartes quieren obedecer y a cules no tienen que hacer caso.

    Salomn resumi acertadamente la condicin humana cuando escribi:Lo torcido no se puede enderezar . . . (Eclesiasts 1:15). Histricamente, la

    Cundo se acabar el sufrimiento?Captulo IV

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    Por qu Dios permite el sufrimiento?32 33

    humanidad ha rechazado las instrucciones de Dios y contina hacindolo. Alrechazar la revelacin de Dios rechazamos la nica solucin verdadera y perdu-rable que tienen nuestros problemas.

    Por lo tanto, el dolor y la angustia continan entre las naciones. Como resul-tado de ello, desde el primer siglo hasta ahora, Dios ha llamado tan slo a unospocos para que salgan del presente siglo malo (Glatas 1:4) y se conviertanen sus siervos feles.

    El resto de la humanidad permanece en tinieblas espirituales. Buscan en-tendimiento y signifcado de la vida, pero ignoran las razones por las cuales seenrentan a tanto surimiento. El apstol Pablo habl de personas que siempre

    estn aprendiendo y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad (2 Ti-moteo 3:7). Engaada por Satans y cautiva en el pecado, la humanidad comoun todo ha sido cortada del entendimiento de Dios y no se da cuenta de que es elblanco de la ira y el odio del diablo (Eesios 2:3).

    El hombre culpa a Dios por el surimiento y el mal que hay en el mundo.Pero Dios no es el culpable. La responsabilidad recae directamente sobre noso-tros porque hemos decidido rechazar su gua para seguir el camino del pecado,y tambin sobre Satans por su engao a la humanidad.

    Cundo terminar todo esto?

    Las buenas noticias son queDios no ha desistido de llevar a cabo su plande redimir a la humanidad. As como les dio a Adn y a Eva la libertad deescoger, as tambin les ha permitido a las naciones y a los hombres seguir suspropios caminos. Permite que el mundo sura para ensearnos que no podemosencontrar paz duradera, seguridad y gozo sin l.

    Estamos aprendiendo la dura leccin de que no podemos gobernarnos anosotros mismos apartados de Dios y sus leyes. El resultado fnal de nuestrosesuerzos ser que poco antes del regreso de Jess a la tierra, la humanidadestar al borde de la aniquilacin! l dijo: Habr entonces una angustia tangrande, como no la ha habido desde que el mundo es mundo ni la habr nuncams. Si no se acortaran aquellos das, nadie escapara con vida . . . (Mateo24:21-22, Nueva Biblia Espaola).

    Esta ue una advertencia que hizo Jess hace casi 2000 aos. Slo en tiem-pos recientes hemos llegado a poseer el poder necesario para destruir el mun-do. Los dirigentes de gobierno, ciencia y religin creen que la nica orma enque podemos evitar la destruccin es por medio de un sistema internacional decolaboracin.

    Michio Kaku, cientfco, escritor y entrevistador de programas de televi-sin, escribe que el poder absoluto . . . de las revoluciones cientfcas obligar alas naciones de la tierra a colaborar a una escala jams vista en la historia. Lue-

    go aade: En el ondo siempre existe la posibilidad de una guerra nuclear, unapandemia mortal o el colapso del medio ambiente (Visions: How Science Will

    Revolutionize the 21st Century [Visiones: Cmo la ciencia va a revolucionar elsiglo xxi], 1998, p. 19).

    Jess proetiz que los esuerzos de las naciones por alcanzar la colabo-racin pacfca allaran. Advirti que la guerra no se acabara, sino que se in-crementara (Mateo 24:6-8). El surimiento no iba a desaparecer, sino que seintensifcara (vv. 21-22).

    Dios est permitiendo que la humanidad trate de gobernarse a s misma,aunque al hacerlo est hundindose en las tinieblas espirituales. Pero como ha

    rechazado los mandamientos de Dios, no puede tener xito. Dios har que todaslas personas lleguen al punto de reconocer que, sin su intervencin, no puedenencontrar la paz mundial y terminar con la miseria y el surimiento.

    Como el Dios viviente y justo que es, nuestro Creador no permitir que elmal y la injusticia continen indefnidamente. No dejar que nos aniquilemos.Enviar a Jess a la tierra para gobernar como Rey de reyes (Apocalipsis 19:16).El Mesas intervendr en el momento de la crisis ms grave de la humanidad(Daniel 12:1).

    De hecho, Dios tendr que terminar todo y empezar de nuevo. Cuando so-brevenga la destruccin mundial descrita en los captulos 6 al 19 del Apocalipsisy en otras proecas bblicas, Cristo intervendr para establecer un reino justo yrecto, y empezar a corregir la injusticia y la iniquidad en el mundo.

    Cmo encontrarn fnalmente la paz los que suren

    El plan de Dios incluye una orma de redimir a todos los que han surido y

    han muerto en el pasado sin entender por qu suran. Miles de millones de sereshumanos han vivido y han muerto a lo largo de la historia sin conocer a Dios,sin entender su propsito. La gran mayora no oy hablar de Cristo durante suvida; vivieron y murieron en ignorancia acerca de l y sin comprensin algunadel plan de Dios.

    La Biblia revela que despus de mil aos del regreso de Cristo, Dios vol-ver a la vida a aquellos que vivieron pero no recibieron entendimiento delpropsito de Dios. Los resucitar a una vida sica, temporal, y les dar laoportunidad de ejercitar su libre albedro. Pero vivirn en el mundo de Dios,no en el mundo que Satans mantiene cautivo, y entendern el verdadero co-nocimiento espiritual.

    En esa poca tendrn que escoger el camino de vida de Dios, o rechazarlodeliberada y conscientemente, con pleno conocimiento. Su eleccin determi-nar si recibirn vida eterna o si perecern en el lago de uego (Apocalipsis20:15).

    Cundo se acabar el sufrimiento?

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