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¿Por qué nos gusta recordar? Quo. Fotos: Sofía VG Moro

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Seguro que puedesdescribir con deta-lle aquella bicicle-ta BH con la queaprendiste a mon-tar, y no vas a olvi-

dar nunca el día en que enseñas-te a tu hijo a anudarse los cordo-nes del zapato. Ambos son recuer-dos ligados a la emoción; estacualidad los hace perdurables–somos capaces de llegar a los80 sin olvidar el olor del pega-mento con el que forramos loslibros de la escuela– y suelenvenir acompañados por una cán-dida sonrisa. “El recuerdo traeconsigo las mismas sensaciones,positivas o negativas, que vivi-mos cuando lo grabamos”, expli-ca el doctor en medicina y cate-drático de Fisiología Humana enla UCM Francisco J. Rubia.

Al fin y al cabo, la palabra recor-dar proviene en parte de la raíz‘cor’, de donde también se derivala palabra corazón –el “órganocaliente”, según Aristóteles– y es“de corazón” como aprenden

ingleses (‘by heart’) y del mismomodo los franceses (‘par cœur’).

CAMBIOS EN EL CEREBROPero, ¿qué es lo que hace queante el recuerdo del primer amorvuelva a acelerarse nuestro ritmocardíaco, nos suden las manos yde nuevo parezca que flaqueanlas piernas? “Rememorar estasituación también pone en fun-cionamiento el sistema nerviosoautónomo, el que actúa sobre elcorazón, los vasos sanguíneos y elintestino, y genera los mismossíntomas físicos del estado emo-cional que vivimos en el pasado”,explica Alberto Oliverio, profesordel Departamento de Genética yBiología Molecular de la Univer-sidad de La Sapienza, en Roma.

Hoy, con la PET (tomografíapor emisión de positrones) esposible ver cómo se producencambios en la actividad cerebralcuando vivimos emociones, eincluso es posible distinguir entreemociones positivas y negativas.Ya hay imágenes, o fotos, de esas

emociones. Curioseando en

nuestro interior aun nivel muy ínti-mo, se diferencianclaramente la felici-dad o la tristeza.Alberto Oliverioañade que “en elcerebro de un grupode voluntarios queevocaban recuerdostristes o veían ros-tros de personas queexpresaban tristezaaumentaba la activi-dad en dos estructu-

ras del sistema límbico que cono-cen bien los investigadores espe-cializados en emociones: el hipo-campo y la amígdala”.

Llegar al sistema límbico escomo si, tratando del Universo,tuviéramos la oportunidad deacercanos al Big Bang. “Estamoshablando de una de las zonas delcerebro más primitiva desde elpunto de vista evolutivo”, explicaFrancisco J. Rubia.

“Hoy se suele admitir –continúaF. J. Rubia – que el depósito de losrecuerdos se distribuye por dis-tintas regiones de la corteza,según su modalidad (si es la carade un amigo, una música, etc.) seimprimen en la corteza visual,

acústica, etc. Pero antes de reti-rarse a sus parcelas particulares,pasan por el sistema límbico (elhipocampo y la amígdala), elmismo responsable de nuestrasemociones, y éste es el que deci-de qué es lo que almacenamos yqué no. Este proceso se hace demanera inconsciente. Es decir,nosotros no tenemos la capaci-dad de decidir lo que vamos arecordar mañana”.

EL ALMACÉN DE LA EMOCIÓNLa ubicación de la emoción en elsistema límbico ha sido perse-guida y encontrada. El neuro-científico portugués Antonio

Damasio trató de demostrarlomediante un experimento conpacientes de una extraña enfer-medad hereditaria caracterizadapor graves lesiones en la amíg-dala y el hipocampo. Damasio ysu equipo les mostraban imáge-nes de distintos colores, y el colorazul siempre estaba asociado alsonido de una sirena tan alar-mante que les provocaba unareacción emotiva, con sus corres-pondientes palpitaciones yaumento de sudoración en lapalma de la mano. Después devarias sesiones, bastaba con ver elcolor azul para que, en personassanas, la respuesta biológica seprodujera. Pero, ¿qué ocurría con

los enfermos? Los pacientes conlesión en el hipocampo habíansufrido el miedo y sus conse-cuencias durante la sesión, perolo olvidaron, y en el caso de aque-llos con lesión en la amígdala, nisiquiera les sudaban las manoscuando sonaba la alarma.

El sistema límbico sería idealpara albergar el alma, que, segúnAristóteles, residía en lo más pro-fundo de nuestro cerebro. Pero,así como los neurocientíficos nohan encontrado rastro de ésta–igual después de tantos siglos seha mudado–, lo que sí han podi-do rastrear es que en él se depo-sita la memoria implícita.

¿Por qué nos gusta desempolvarlas fotos de nuestro primerverano en la playa? ¿Cómo unolor puede despertar un episodioolvidado? Los científicosinvestigan los pormenores deuna relación estrecha entrememoria y emoción.

LA CURVA DEL OLVIDO

EXPERIMENTATrata de recordar elprimer día que viste elmar. O aquellos primerosamigos que hiciste en laplaya. Ahora, cambia deescenario. Piensa enalguna de las cenasrecientes con los amigos:el menú, quiénes estaban,cómo iban vestidos… Con una gran probabi-lidad, en el segundo casohabrás reproducido laescena desde el punto devista de un observador,mientras que eras actorcuando te veías jugando

con los chicos, o nadandodonde cubre… Según lospsicólogos “el diferentepunto de vista de unrecuerdo depende deltiempo transcurrido y dela implicación emotiva”.En los más antiguos oemotivos –suelen ser losde infancia y adolescenciao aquellos con una impor-tante dosis de emoción–nos vemos como actores,mientras que en los másrecientes, o aquellos noemotivos, nos vemos en elpapel de observadores.

El primer investigador dela memoria, HermannEbbinghaus (1885), trazódespués de múltiplesexperimentos una curvadel olvido. El gráficomuestra que olvidamosmuy rápidamente alprincipio, pero después

el olvido se hace marca-damente más lento.Veinte minutos despuésde haber aprendido unalista de 13 sílabas,Ebbinghaus demostróque olvidaba un 40 porciento; al cabo de unahora sólo recordaba un

33,2 por ciento. Seis díasmas tarde se acordabade un 25 por 100, y unmes más tarde, un 20 porciento.

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DossierRECUERDOS

DONDE CONVIVEN RECUERDO Y EMOCIÓN

Ha llegado el momento enque no queda otro remedio quesacar, como de la chistera delmago, un división de la memoriacon la que los expertos suelenestar de acuerdo: la memoriaexplícita y la implícita.

La memoria explícita agrupatodo aquello que, para aprendery para evocar, necesita de nuestraparticipación volun-taria y consciente. Eneste saco entra, ade-más de otras cuitas,toda nuestra biogra-fía: desde el primer día de clasehasta donde quiera que llegue-mos cada uno de nosotros. Porotro lado esta la memoria implí-cita, cuya característica funda-mental es, quizá, que puedeadquirirse de manera incons-ciente. Este almacén de nuestramemoria es el que contiene losdatos que nos hacen huir cuando

hay peligro, sin apenas darnostiempo a saber de qué huimos, oaquellos que nos permiten reco-nocer el alimento.

LA MEMORIA PRIMITIVAEsta forma de memoria la com-partimos con el resto de las espe-cies animales en las que se habuscado: en los pulpos, los insec-

tos, los peces y los mamíferos;por eso se cree que es más pri-mitiva desde el punto de vistaevolutivo. “Esa memoria implíci-ta almacena olores, rostros, soni-dos, colores que no tenemos niidea de que existen, que ni siquie-ra sabemos que forman parte denuestra “base de datos”. Hayquien dice que sólo un dos por

ciento de los recuerdos almace-nados son conscientes, y que esaminúscula proporción es como laluz de una pequeña linterna enuna gigantesca habitación oscu-ra. El resto de nuestros recuerdosestán ahí; no sabemos que exis-ten, pero nos condicionan”, añadeF. J. Rubia. Sería interesante com-probar qué ocurriría si pudiéra-

mos recuperarlos.Según la estima-

ción de uno de losgrandes teóricos dela información, John

von Neumann, nuestra capaci-dad de almacenar recuerdos a lolargo de toda una vida asciende a300 millones de gigas (un orde-nador moderno ronda los 30gigabytes). Aunque el método conque Neumann traduce un recuer-do a bytes es propio de la infor-mática, nos da una idea de quepor ahí dentro cabe de todo.

Constantemente traemos anuestra consciencia cosas que noteníamos ni idea de que existían,porque echamos mano de losretazos almacenados en la memo-ria implícita. Esto puede expli-car situaciones como cuando nospresentan a una persona y depronto nos cae bien o mal.

LA RAZÓN DE LA SIMPATÍA“La antipatía o la simpatía no nosvienen del cielo, sino que soncomparaciones que hacemosconstantemente de los estímulosque recibimos –el tono de su voz,sus ojos, su sonrisa, sus pala-bras…– con los que ya teníamosalmacenados. Es muy curioso:nos fiamos mucho más de estamemoria implícita de lo que pen-samos”, explica F.J.Rubia.

Existe un curioso trastorno dela memoria llamado criptomne-sia. Quienes lo sufren son capaces

NUESTRO ARCHIVO BIOLÓGICO

Isabel Muzzio y JuanMarcos Alarcón, delCenter for Neurobiologyand Behavior de laUniversidad de Columbia,explican que: “Aunque nose sabe con certezacuáles son las vías yestructuras cerebralesque se activan para cadatipo de recuerdo, los estu-dios sugieren que las

memorias emocionalesson almacenadas conmucha mas fuerza. Hayexperimentos conanimales en los se lesenseña a asociar un estí-mulo molesto (descargaeléctrica) a otro neutro(el sonido de unaalarma). El resultado esque, ante el sonido de laalarma, el animal siente

temor. Para el temorexisten circuitos que seconectan principalmentecon una estructura cere-bral llamada amígdala,parte del sistema límbico.En cuanto a recuerdosplacenteros con altocontenido emocional,también se ha probadoque son dependientes dela amígdala.”

Esta imagen coloreadadel cerebro en tres dime-siones, obtenida por reso-nacia magnética (MRI),muestra el sistemalímbico. La frente estaríaa la izquierda. El sistemalímbico es el que hastahoy se considera respon-sable de los instintos, laemoción y la perma-nencia de recuerdos.

HIPOCAMPO

AMÍGDALA

CORTEZA CEREBRAL

Cerebro neomamífero

Cerebro protorreptiliano

EL RECORRIDO DE UN RECUERDO

El científico americanoPaul MacLean lanzó lacuriosa hipotésis de queel cerebro era triúnico.Es decir, se compone detres cerebros que sehabrían formado a lolargo de la evolución. Amedida que se formabauno nuevo suprimía,conservaba o elevaba aun nivel superior lasfunciones del anterior.Así, el primer cerebrosería protorreptiliano, elde los reptiles y anfibios,el que nos permite lasconcuctas estereoti-padas de estosanimales. El segundosería el denominadoprotomamífero, que

coincidiría con nuestrosistema límbico y queestá en relación con elsistema de afectos,emociones y memoria,común a los mamíferos.Finalmente estaría eltercer cerebro, elneomamífero, caracte-rístico de la especiehumana. Desde el puntode vista anátomico yfisiológico, esta divisónes muy ariticial, pues lasrelaciones entre lasregiones cerebrales sontan estrechas que nopuede hablarse deregiones tan claras, perosí da una curiosa ideade dónde localizar nues-tros comportamientos.

CEREBRO PRIMITIVO

Sólo conocemos un 2% de loque hay en nuestra memoria

1- Cualquier expe-riencia (visual, audi-tiva, sonora, etc.) larecogemos a travésde nuestros sentidos yllega a las distinasáreas de la cortezacerebral.2- De la corteza,mediante conexionesentre neuronas, lainformación pasa porel lóbulo temporal yllega al hipocampo ya la amígdala.3- El hipocampo clasi-fica y consolida elrecuerdo: se encargade su paso de lamemoria a cortoplazo a la memoria alargo plazo.4- La amígdala lesdota de contenidoemocional o afectivo.5- Tras su paso por elhipocampo, losrecuerdos conscientesregresan principal-mente a la corteza.

Cerebro paleomamífero(sistema límbico)

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de recordar cosas que no creenhaber aprendido o conocido.Muchos de ellos lo atribuyen aalgo “sobrenatural”, y se conocenmúltiples casos de personas que,por ejemplo, de pronto sabenhablar una lengua que no estu-diaron. “Puede que esta forma dememoria explique cambios ennuestro estado de ánimo. Podríaocurrir que una euforia repentina,o esa tristeza que no podemosexplicar, sea la consecuencia dehaber tropezado con un estímuloque haya desencadenado unrecuerdo dormido.”

RECUERDO-RELÁMPAGOEntre los expertos no hay duda endar por válida esta ecuación: amás emoción, mejor memoria. Asílo demostraron los psicólogosque, a finales del siglo XIX, empe-zaron a investigar lo que deno-minaron ‘flashbulb memories’,

algo así como “recuerdos-relám-pago”. Se dieron cuenta de que ungran número de personas recor-daba, a varios años del homicidiodel presidente norteamericanoAbraham Lincoln, dónde y conquién estaban cuando se entera-ron de la noticia, y multiples deta-lles más. Seguramente, nosotrosrecordamos con precisión dóndeestábamos, qué hacíamos, inclusocómo íbamos vestidos cuandorecibimos la primera noticia del23-F. El doctor Francisco J. Rubiaexplica que “la memoria nos sirvepara evolucionar como especie.El animal no puede olvidar todo lorelativo a una situación de peligro,para estar alerta si vuelve a pro-ducirse”. El impacto emocionalque producen esas circunstanciashace que nuestra memoria actúecomo un registro minucioso.

En la universidad de Californiase llevó a cabo un curioso experi-mento que pretendía indagar enese indiscutible matrimonio entrela memoria y las emociones. Seutilizaron dos grupos de volun-tarios. Al primero le mostrarondiapositivas donde se narraba unahistoria bastante común, que noprovocaba reacciones emotivas.Al segundo grupo, por el contra-rio, le mostraron una secuencia deimágenes capaces de despertaremociones fuertes: hospita-les, accidentes, sangre…

Antes del visionado delas diapositivas, la mitad deambos grupos recibió unainyección de un fármaco capaz debloquear los efectos de la adrena-lina y la noradrenalina. Al cabo deuna semana, los voluntarios quevieron y escucharon la historiacargada de tintes dramáticosrecordaban una cantidad de deta-lles muy superior a los que habíanvisto la historia neutra. Estoconstata que las emocionesconsolidan el recuerdo.Pero lo más interesante delexperimento fue que losvoluntarios tratados con elfármaco antiadrenalina,aunque vieran la escenaemotiva, recordaban pocosdetalles, ni más ni menosque los de la neutra. De estemodo, parece que el blo-queo de los efectos de la

Las neuronas tienen unasorprendente capacidad–la descubrió Ramón yCajal–: son capaces deremodelar y reconfigurarlos circuitos y conexionesentre ellas. Así, los neuró-logos afirman que cadanuevo aprendizaje, cadanueva experiencia,provoca nuevas sinapsis,o conexiones, entreneuronas. De esta forma,tendríamos un nuevo cir-cuito de conexiones paracada nuevo recuerdo. Sinembargo, les quedancosas por comprender:estos circuitos desapa-recen, se pierden con elpaso del tiempo, mientrasque el recuerdo de lasexperiencias queda ennosotros para siempre; dehecho llegamos a los 80años sin olvidar el primerdía en la escuela.

CONECTADOS

� DINASTÍA.La llegada delos Carrington ysus disputas ala televiónespañola fue enel año 82. Sinembargo, hubo

que esperara 1988 para

que cuajara.Entonces seemitieron 205capítulos.

�MARIQUITAPÉREZ. Estasmuñecas sevendían en lasjugeterías espa-ñolas entre 1939y 1950. Era, comorezaba su publi-cidad, “la muñecamás famosa y másprimorosa.”Marcó un hitohistórico.

�MAZINGER Z. En 1978 aparecían laAbeja Maya y Mazinger Z. El último fueretirado ese mismo año por las protestasde padres y educadores, que lo conside-raban machista y violento. ¡Puños fuera!

UN, DOS, TRES. En1972 comenzó aemitirse la primeraedición de esteprograma, que seconvirtió en un mito:“Escuchemos la voz delos Supertacañones…”

� LA FAMILIA TELERÍN. Su “vamos ala cama, que hay que descansar…”marcaba el final del día para quienesfueran niños en la década de los 60. Erala época de los “dos rombos” en la tele.

� UN GLOBO, DOS GLOBOS, TRESGLOBOS. El primer programa para apren-der dónde están la derecha y la izquierda.De la mano de María Luisa Seco, la primerafecha de emisión fue octubre del 1974.

Hemos tratado de desem-polvar algunas de lasimágenes más comunes alrecuerdo de distintas genera-ciones. Aquellos paraquienes Casimiro es todo unsímbolo, y un ‘flashback’ a lainfancia, no le tendrán elmás mínimo respeto a Mari-quita Pérez. Así es como losrecuerdos delatan tu edad.

ABRIMOS EL BAÚL

� ESPAÑA/MALTALa selección necesi-taba 11 goles dediferencia parajugar la final de laEurocopa. Era elaño 1984. Ganaron12-1, y eso quefallaron un penalti.

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� CASIMIRO. Enlos 80, el encar-gado de llevar alos niños a la camaera este higiénicomonstruo peludo:“fuera calcetines,

me pongo elpijama…”

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adrenalina y la noradrenali-na –producidas por las glándulassuprarrenales y el cerebro, res-pectivamente– anulan los efectosde la emoción en la memoria.

CARGA POSITIVA“Lo que nadie duda –continúaF. J. Rubia– es que los condi-cionantes positivos son másfavorables a la consolidaciónde los recuerdos que los nega-tivos. La psicología conductis-ta ya sabe que es mucho másfácil educar a un animal paraque recuerde con experienciaspositivas que con experienciasnegativas. Lo he visto con ani-males de experimentación; conmacacos, por ejemplo. Es difi-cilísimo enseñarles algo conelectroshock; sin embargo, conjugos de fruta consigues resul-tados magníficos.”

Podemos hacer una prueba conuna lista de palabras. Léela tresveces, deja pasar unos minutos yanota las palabras que recuerdas: Azúcar, risa, tristeza, ascensor,

triunfo, trauma, negro, felici-dad, accidente, alegría, palanca.

Alberto Oliverio explica que “enmúltiples experimentos conseries de listas parecidas com-probamos que las personas contendencia depresiva recordabancon más facilidad las palabras conun valor negativo (infelicidad,tristeza, accidente, etc.) que laspositivas (felicidad, alegría, risa,etcétera). En el caso de los opti-mistas, se produce justamente lasituación inversa”.

Una vez en este punto, podría-mos llegar a la conclusión de quelo más probable es que sólo seauna buena idea abrir el álbum defotos y recuperar las del viaje aMarruecos cuando vienen a casalos amigos que compartieron laexperiencia con nosotros. Segu-ramente, así también en ellos seactiven las mismas áreas cere-brales, compartamos la mismaactividad en nuestra amígdala ynos rellenemos por igual de adre-nalina. Pero también es muy pro-bable que, al rememorar en voz

alta el día que visitamos la plazade Marraquech, descubramos quenuestro amigo miente.

¿INVENTAMOS LOS RECUERDOS?Quizá nuestro amigo hable decosas o situaciones que no nosparece haber vivido a su lado, otengamos al final la sensación deque el suyo fue un viaje distinto.Lo cierto es que nuestra memoriarellena los huecos y acaba dis-torsionando lo ocurrido. Evocarun recuerdo no es recuperar elpasado intacto, sino unos cuantosfragmentos del mismo. UlricNeisser, uno de los psicólogosmás destacados por sus estudiossobre la memoria humana, hacomparado el proceso en querecordamos con el trabajo de unpaleontólogo: “A partir de unoscuantos trocitos de hueso quetenemos almacenados, recorda-mos un magnífico dinosaurio”.

“El proceso de recuperación deun recuerdo se ha comparadomuchas veces con quien tomauna cereza de un canasto. No

sacamos sólo una, sino queella tira de otras muchas yaparecen todas al mismo

tiempo”, explica el doctor enmedicina y catedrático de Fisio-logía Humana en la UniversidadComplutense Francisco J. Rubia.

La metáfora de las cerezas delDoctor J. Rubia tiene una expre-sión biológica. Hoy está aceptadoque los recuerdos no se almace-nan de forma aislada –“de igualmodo que se guardan las aves enun aviario”, que decía Platón–sino que lo hacen ligados entre sí.Cien mil millones de neuronas,cada una unida a otras diez oveinte mil por medio de las cone-xiones, o sinapsis, constituyenuna red de más de mil billones deconexiones, y cada uno de nues-tros nuevos recuerdos conformaun nuevo y exclusivo circuitocapaz de ser activado a partir decualquier estímulo.

Marcel Proust escribió su bio-grafía en ocho volúmenes arran-cando del sabor de una magdale-na, que le llevó a las que su tía leofrecía después de mojarla en suinfusión de té; para Machado fue-ron las moscas (“inevitables golo-sas”) las que le condujeron revo-loteando a su infancia y ado-

HISTORIAS PARA NO OLVIDAREL HOMBRE SIN PRESENTE

G. R. (iniciales falsas)sufrió una oclusión deuna arteria que riegagran parte del cerebro, ysu memoria del pasadodesapareció: no recor-daba su identidad, ni lavida con su mujer. Dos

años después tuvieronque operarle con anes-tesia local. Y aquí esdonde viene la similitudcon la magdalena deProust (los científicos lollaman “El caso de lamagdalena”): cuando

G. R. recibió ladosis anestésica, vinoa su mente una ope-ración similar, ocu-rrida años antes y, enpocos segundos, regre-saron todos los recuer-dos que había perdido.

DossierRECUERDOS

EL CASO DE LA MAGDALENA

FUNES ELMEMORIOSOFunes, el protagonista deun cuento de Jorge LuisBorges, es el mayorprodigio de memoria. Escapaz de recordar: “…lasformas de las nubesastrales del amanecerdel 30 de abril de 1882,y podía compararlas enel recuerdo con las vetasde un libro en pastaespañola que sólo habíamirado una vez y con laslíneas de la espuma queun remo levantó en elRío Negro la víspera dela acción de Quebra-cho… Dos o tres veceshabía reconstruido un

día entero, no habíadudado nunca, perocada reconstrucciónhabía requerido undía entero. Me dijo:‘Más recuerdos tengoyo solo que los quehabrán tenido todos

los hombres desde queel mundo es mundo’.“

La memoria nos ha servido paraevolucionar como especie

Uno de los casosclínicos más conocidosentre los especialistasen memoria es el de H. M. Se trata de unpaciente que, a los 27años, se sometió a unaoperación para corregirsu epilepsia. Le extir-

paron la amígala y dostercios anteriores delhipocampo. La epilepsiadesapareció casi porcompleto, pero despuésde la cirugía descu-brieron que H. M. olvi-daba los sucesos de lavida diraria tan pronto

como ocurrían. No sabíael año en que vivía y nopodía recordar a laspersonas que lerodeaban, ni a sus seresqueridos. Su médicotenía que volver apresentarse cada vezque entraba en su habi-

tación. No podía conso-lidar nuevas memorias.Sin embargo, losrecuerdos más remotosde H. M. estabanintactos. Recordaba sin dificultad el nombrede sus padres, o el sitio donde vivió

durante su infancia,aunque esto no despertaba en élninguna emoción.H. M. aún sigue vivo yhoy su deficiencia es tanaguda que es incapazde reconocerse a símismo en un espejo.

Estas resonancias mag-néticas son del encéfalode H. M. tomadas deCorkin y Col., 1996.

Muestran, desdedistinas secciones, lafalta de amígdala ehipocampo rostral.Hipocampo

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El olor del pegamento, delas almendras, del tomilloen el campo, o quizá seael del pan en el horno…Posiblemente, alguno de ellos despierte en ti un episodio de tubiografía y arrastreconsigo imágenes,personas, lugares… El olor deja en nuestramemoria una huella másarraigada que cualquierotro estímulo externo –laindustria perfumera losabe muy bien–. AlbertMasó, biólogo del Depar-tamento de Ecología dela Universidad de Barce-lona, explica que el olfato“es el más antiguo de lossistemas sensoriales: elprimero que aparece enla escala evolutiva de losanimales. Tiene un accesodirecto al cerebro (a laparte más primitiva: elpaleocórtex) a través delbulbo olfatorio. Se puededecir que los receptoresnerviosos de la nariz

(pituitaria amarilla) son una expansión del cerebro”.

En el olfato, comparadocon los otros sentidos,existe una característicaúnica: no hay distinciónentre memoria a corto ylargo plazo. No registrasun olor y lo olvidas deinmediato, no sufre elmismo proceso que otrosrecuerdos. Además, el

olor es lo único que nopuedes evocar sin supresencia. Puedes traer atu memoria una cancióny tararear su estribillo, orememorar la cara de tumadre, pero su olor, sólopodrás recuperarlo sivuelves a cobijarte bajosus sábanas o recuerdasel nombre de su perfumeinconfundible.

HUELE A TI

En los 80 las gomas de MIlánperdieron su característico olor anata.

Oro

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DossierRECUERDOS

lescencia. “Cuando seimprime un recuerdo –continúael profesor Francisco J. Rubia–lo hacen muchas modalidades almismo tiempo. El olor unido ala situación placentera, la melo-día que se escuchaba en ese ins-tante, imágenes visuales… Sealmacena toda una constelaciónde impresiones y luego lamemoria puede ser actualizada‘tirando’ de cualquiera de ellas.”

De esta manera, la tarea derecuperar una experiencia vivi-da es como recomponer unsofisticado puzzle con las piezasrepartidas en cajas distintas.De una sacamos el nombre; deotra, el olor; de otra, el día, lafecha, la hora… Pero lo cierto esque nuestra memoria no es tanprecisa como debiera y, con fre-cuencia, encuentra la piezaexacta donde no la hay.

Gran parte de los episodiosque forman nuestra vida tienenañadidos que no les correspon-den. “El hombre tiene la nece-sidad de que todo lo que lerodea tenga un principio y unfin, un argumento comprensi-ble”, explica Francisco J. Rubia.“El hombre primitivo, en lasabana, si veía algo parecido ala cola de un tigre asomandotras un árbol, tenía que recons-truir en su mente el tigre com-pleto, y no una liana, parapoder, así, salir corriendo. Loque el hombre almacena no esla vivencia exacta; sólo almace-na retazos, aquellas cosas que tehan parecido importantes, peroque no completan la escena.Cuando recuperamos lo ocurri-do, recuperamos esos retazos, yel resto, los huecos, los rellena-mos, para que la historia

Las ovejas puedenrecordar hasta 50 caras.Lo ha demostrado unexperimento llevado acabo por Keith Kendrinken Cambridge.Mostraron a veinteovejas fotografías de 25pares de congéneres.Cada par estabaasociado con un premioen comida. Colocaban ala oveja en un laberintocuyos palos estabanmarcados por las fotos.

Seleccionando la caracorrecta, la oveja podíafinalizar el recorrido ycomer. Después de 30pruebas, la oveja podíacompletar el recorrido el80 por ciento de lasveces y, sorprendente-mente, lo hacía mejor siel rostro que le mostra-ban estaba de perfil. Lasovejas, igual que losmonos y el hombre, tie-nen un mecanismo espe-cial para recordar caras.

LAS OVEJAS RECUERDAN CARAS

Franco Magnani salióde su pueblo natal dePontito, Italia, siendoun niño. Cuando cum-plió los 25 años, con-trajo una enfermedadgrave acompañada dedelirios, y empezó a verimágenes de su pueblo,casi como alucinacio-nes que se mantuvie-ran incluso cuando yase había curado. Así, a

partir de 1967, decidiópintar aquellas imáge-nes. El museo de laciencia de San Fran-cisco decidió exponerlas conocidas como“pinturas de la memo-ria” junto a imágenesreales de Pontito,tomadas por la fotó-grafa Susan Schwart-zenberg. Mostraronque las pinturas son

reproducciones casifieles de la realidad,que manifiestan lafuerza de la memoriafotográfica para repro-ducir el pasado. Sinembargo, abundan lasvaloraciones subjetivasasociadas a losrecuerdos de la infanciay la adolescencia, quepor ejemplo, suelenagigantar la realidad.

PINTURAS DE LA MEMORIA

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Nuestro cerebro rellena loshuecos que no recordamos

PARA BEBÉS. Se han reali-zado experimentos conbebés para averiguar si

reconocen caras. Almostrarles estos dibujos,los bebés atienden prefe-

rentemente a aquellos queparecen un rostro normal,con ojos, nariz y boca.

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sea coherente”. Hay ejem-plos muy curiosos, que demues-tran que, igual que nuestroamigo ante las fotos de Marra-quech, mentimos indiscrimina-damente: un caso de esto fue unexperimento con parejas de her-manos a quienes se interrogósobre una supuesta ocasión enla que uno de ellos se habíaextraviado en un supermerca-do. A pesar de que era un suce-so imaginario, algunos dabandetalles como haber escuchadopor los altavoces del centrocomercial cómo pedían ayuda.Parece que necesitamos demos-trar que conservamos en nues-tra memoria los sucesos quedeberíamos recordar.

Del mismo modo, hay curio-sas historias inventadas enalgún lugar, que circulan comohechos verídicos por distintasciudades o culturas y quemuchas personas juran habervivido. Un caso curioso fue el de

un periodista que extendió enun pueblo la historia de unamujer desnuda que, supuesta-mente, se había quedado pega-da en un lavabo recién pintado.Cuando el periodista simulóestar haciendo un reportaje, nofaltó una buena cantidad de tes-tigos, incluyendo algunos quedecían haber participado en elrescate de la mujer.

LOS PRIMEROS AÑOSDel mismo modo, parece pro-bado que inventamos recuer-dos, como el de nuestra madreacunándonos, o el de la prime-ra vez en que nos pusieron aandar. Francisco J. Rubia expli-ca que “cuando nacemos, aúnno están desarrollados los teji-

dos que contienen la memoriaexplícita. Es imposible recor-dar cosas que ocurren al nacer,o en los primeros años de vida,cuando el hipocampo no estámaduro para realizar esa labor,que es la del almacenaje de lamemoria biográfica”. Lo másprobable es que ese recuerdoque estamos convencidos dealbergar tenga su raíz en algu-na película, una novela, o elrelato de cualquier experien-cia, y hayamos incorporadodetalles a la que creemos nues-tra propia biografía. SegúnMark A. Wheeler, del departa-mento de Psicobiología de laUniversidad de Temple, en Fila-delfia, sus múltiples trabajoscon niños, con los que ha tra-

tado de averiguar los meca-nismos para formar su memo-ria, confirman que “la capaci-dad de situar un suceso en eltiempo –si ocurrió ayer o tendrálugar mañana– no se formaantes de los 3 años. Además, losniños de 3 o 4 años no puedenresolver problemas que requie-ren introspección, condiciónimprescindible para la memoriaexplícita, que no se constituyehasta los 5 años”. Es entoncescuando empezamos a crearnuestra propia historia. ■

Silvia Guimar

DossierRECUERDOS

VOLVER A LO VIVIDOEn la película ‘Luces dela ciudad’, CharlesChaplin salva a unborracho de la muerte.Al día siguente, cuandoel millonario estásobrio, no recuerda alpequeño vagabundo ysólo cuando vuelve aemborracharse le tratacomo a su antiguocompañero. El psicó-logo Gordon Bower(1981) llama a estefenómeno “memoriadependiente del estadode ánimo”, y cita otroejemplo, el caso deSirhan Sirhan, elasesino de RobertKennedy, quien noguardaba ningúnrecuerdo del asesintaohasta que, bajo la

hipnosis, alcanzó elmismo estado frenéticoen el que disparó.Entonces, volivó arepresentar el crimen.Estos ejemplos mues-tran la relación entreestado de ánimo ymemoria, que se puedeapreciar también ensituaciones menosextremas. Algunospiscólogos han ideadoterapias apoyándose enesta cualidad denuestra memoria. Laterapia cognitiva deAaron Beck, porejemplo, trabaja con elpaciente para que, enestados de depresión,trate de rememorar amodo de ejerciciorecuerdos positivos.

Hasta los 5 años no estamosbiológicamente preparados para almacenar recuerdos

SI TE INTERESA

�Francisco J. Rubia.EL CEREBRO NOS ENGAÑA.Editorial Temas de Hoy (Madrid, 2000).

�Alberto Oliverio. LA MEMORIA, ELARTE DE RECORDAR. El libro deBolsillo (Madrid, 2000).

�Juan Carlos López. EL TELAR DE LAMEMORIA. Editorial Algar (2000).

Cord

on

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Hay personas dota-das de una memo-ria extraordina-ria, como el famo-so caso del rusoSerasevski, quien

era capaz de recordar capítulos ente-ros de un libro, los detalles de unahabitación abarrotada de objetos ofórmulas matemáticas interminablescuyo significado desconocía. Sumétodo consistía, como en lo ejem-plos anteriores (ver página 42), enasignar, incluso a los símbolos mate-máticos, un significado y relacio-narlos en alguna intrincada histo-ria. Pero para que su estrategia fun-cionara tenía que ejercitarla cons-tantemente. Existen profesionalesde la memoria, como los jugadoresde ajedrez, que, igual que Serasevs-ki, saben que el cerebro se puedeentrenar para mejorar sus presta-ciones. Juegos como éstos, en losque interviene la lógica, la visuali-zación o técnicas mnemotécnicas clá-sicas, son ejercicios que no provocanagujetas y potencian la memoria.

Juegos conmemoria

PRUEBA TU RETENTIVA A CORTO Y LARGO PLAZO

DossierRECUERDOS

Un cerebro bienregado, y bien nutrido,funciona mejor. Por esote proponemos variosjuegos para queejercites tu memoria.¿Te atreves? 3, 2, 1…

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Observa con deteni-miento esta fotografíadurante un minuto.Vuelve la página y tratade distinguir los objetosque faltan o cuya posi-ción se haya modificadoen la nueva versión dela fotografía.

Pero la parte másinteresante de estejuego llega cuando sonvarias personas las quese someten a la prueba.Cada uno expondráresultados diferentes.Éstos se justifican por laforma en que el cerebroregistra los recuerdos:durante la consolida-ción de un recuerdo, elcerebro recupera la

información semejanteque ya posee y la utilizapara ayudar a procesarla nueva. Analiza lassemejanzas y diferen-cias y luego las alma-cena en asociacióndirecta con recuerdosdel mismo tipo. Así,cuantas más asocia-ciones y más sólidas seestablezcan entre unnuevo recuerdo y losanteriores, con mayorprobabilidad lo fija-remos y será más fácilde recuperar. Y comocada uno de nosotrostenemos un bagaje derecuerdos diferentes…

4 CUESTIÓN DE LÓGICA

3¿QUÉ TAL ESPÍA ERES?

Aquí tienes un listadode 35 letras ¿Cuántaseres capaz de recordar,en el orden correcto,tras una lectura? Pormucho que lo intentes, ysalvo que tengas un“memorión”, no conse-guirás enumerarmuchas más de 7 –yasabes, el númeromágico–. Pero, ¿y si leesla frase al revés?Entonces, lo que era unaacumulación de letras se

convierte en la frase:“cuando asoma el sol,los ruiseñores cantan”.Y de repente, se hizo laluz. Ya no tienesninguna dificultad paramemorizar las 35 letras,simplemente porqueahora sólo tienes querecordar un dato, lo quepara tu memoria a cortoplazo no representaningún desafío. Másaún, como el hecho dedescubrir que al

empezar a leer al revésaparecía una frase te hasorprendido, ésta perdu-rará durante mayortiempo en tu memoria.Ya verás como dentrode un rato te siguesacordando de losdichosos ruiseñores.

n a t n ac s e r o ñe s i u r so l s o l ea m o s ao d n a

u c

La capacidad de aprenderestá íntimamente relacio-nada con la memoria.Circunstancia que puedescomprobar gracias a estejuego. Realiza tres intentospara resolver el laberinto ycontrola cuánto tardas enhacer llegar al personaje deun sitio al otro. Compro-barás que el tiempoempleado en salir del labe-rinto disminuye a medidaque el aprendizaje se trans-fiere a la memoria.

2 ¿CUÁLES LOGRAS RECORDAR?En la ilustraciónaparecen unos objetos.Trata de memorizarlosde izda. a dcha., unavez. Aparta la vista eintenta recordar. Posi-blemente, los que peorrecuerdas son loscentrales. Los del prin-cipio se recuerdan mejorporque es habitualprestar más atención alcomenzar, y además yahan dispuesto de uncierto margen para irseubicando en la memoriaa largo plazo; los delfinal se recuerdan bienporque son los últimos

en llegar, y como lamemoria a corto plazotiene una capacidadlimitada, cuando ésta seve desbordada hacesitio a la informaciónentrante a costa desacrificar la anterior.

Lo comprobarás sivuelves a mirarlos y,acto seguido, realizasuna operación matemá-tica mentalmente –(15+ 13 -3) x 2–, e intentashacer memoria denuevo. Al contrario queantes, los objetos delfinal también te costarárecordarlos, pues la

memoria a corto plazoha prescindido de ellospara destinar su capa-cidad al problema. Y esque la memoria a cortoplazo es una suerte dememoria operativa, o detrabajo, muy eficaz yvital para llevar a buenpuerto cualquier acti-vidad que requiera elpensamiento cons-ciente, pero con unapequeña capacidad dealmacenamiento quesiempre dedica a latarea que tiene entremanos en ese momento.Un ejemplo de lo más

palpable lo encon-tramos cuando consul-tamos un número deteléfono para realizaruna llamada. Lo quesolemos hacer lamayoría es ir repitiendoel número machacona-mente durante eltrayecto que nos llevahasta el teléfono, paraque no entre ningunainformación nueva quelo reemplace en nuestramemoria a corto plazo.Pero, ¡ay, si llegaalguien y nos habla! Enese preciso instante nosolvidamos del número.

Sigue en pág. siguiente

1EL LABERINTO DE LA MEMORIA

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¿Has escrito camión, galleta orana? El motivo es el fenómenoconocido como ‘priming’. Sedebe a que las palabras deljuego anterior –algunas no laspudiste recordar entonces– seengancharon a tu memoria yhan vuelto a salir en presenciadel estímulo adecuado.

ca_ _ _ _ma_ _ _ _ _ _ra_ _pe_ _ _ _ga_ _ _ _ _

Sugiere palabras que empiecen por la siguientes sílabas:

He aquí tres listas, una de ellas constituida porsiete imágenes y las otras dos por otras tantaspalabras cada una. Comencemos por laprimera lista: dispones de 15 segundos paraobservarla, memorizarla y, después, anotar loque seas capaz de recordar. Pasa ahora a lasegunda lista. Concéntrate en ella durante

otros 15 segundos y a continuación intentaapuntar todas las palabras de la lista quepuedas recordar. Finalmente, pídele a alguienque te lea la tercera lista, pero recuérdale que debe hacerlo en sólo 15 segundos. Acontinuación, vuelve a anotar aquellas pala-bras que te “suena” haber escuchado.

¿En qué caso obtuviste losmejores resultados? Proba-blemente, la lista en la quetuviste más aciertos fue la delas palabras que te leyeron.Según los expertos, existen 3modos principales de alma-

cenar la información: semán-tica, o en función de su signi-ficado; visual, o atendiendo asu aspecto; y acústica. Yaunque cuando se trata de lamemoria a largo plazo, lamayor parte de la informa-

ción se almacena semántica-mente, esto es, en función desu significado, no sucede lomismo con la memoria acorto plazo, que recuerdamejor los sonidos. Si esimportante, que te lo digan.

BOMBILLA RANA HUESO CAMIÓN POLLO GALLETA JORGE

LLAVE TELÉFONO FLORZA PATO BOTELLA PASTEL MÚSCULO

DossierRECUERDOS

¿Cómo recordamos unrostro y, por tanto, quédetalles escogemos a lahora de grabarlo ennuestra memoria?Parece que la partesuperior de la cara esmás importante, a lahora de reconocerla, quela inferior. Es más, elcabello resulta ser elfactor más importantecuando de identificar unrostro se trata, seguidode los ojos, la nariz y, agran distancia, los labiosy la barbilla. Conviene irsiempre bien peinado.

Un juego similar a éste formaba parte del entrenamiento comoagente secreto de Kim, el inmortal personaje creado porRudyard Kipling. Es el precio a pagar por ser un espía.

5 TRES PRUEBAS Y UN RESULTADO

6 RECUERDOS ENCADENADOS

7TU CARA ME SUENA

Estamos cansados de que nos bombardeencon el tema de los euros. Estamos yaaburridos de ellos, de tan vistos como lostenemos en la televisión, las revistas–incluida ésta–, los periódicos… Pero,¿sabemos realmente cómo son?,¿podríamos distinguirlos entre un puñadode falsos euros? Haz la prueba.

Bueno, supongo que ya lo has conseguido,porque, la verdad, estaba bastante fácil.Pero seguramente no fue bastante echarlesuna simple ojeada, sino que tuviste quededicarles un poco de atención.

La dificultad para identificar un euro en un primer vistazo es consecuencia delmodo en que actúa la memoria en el día a día. En los asuntos cotidianos, lamemoria no se detiene en anécdotas y deta-lles, sino que se limita a lo más relevante:lo justo y necesario para procesar y clasificarla información. En el caso del euro,prácticamente le basta con saber que es una moneda. Por eso luego, cuando se leexigen detalles, puede verse pillada en falta.

8 ¿CUÁL ES UN EURO?

viene de la pág. anterior

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¿Qué estabas haciendocuando te enteraste delatentado contra las TorresGemelas? Te confesaré queyo venía conduciendo por laautovía desde A Coruña endirección a Madrid, y cuandoencendí la radio dispuesto aescuchar la retransmisión dela etapa del Tour…

Seguro que tú también lorecuerdas perfectamente, ysin embargo, ¿te acuerdas delo que comiste antes deayer? Sucede que lamemoria graba mejor lonuevo, lo interesante y loemotivo que lo cotidiano. Endefinitiva, cuanto másimpactante nos resulta algo,mejor lo registra la memoria.

¿Qué piensas que pone?

En la primera lista, las palabras quela conforman, aunque desordenadas,corresponden a cuatro categorías:colores, frutas, animales y nombres;lo que permite a tu memoria esta-blecer asociaciones que hacen másfácil recordarlas. Pero ese “atajo”también tiene sus riesgos, puespuede provocar que “recuerdes”palabras correspondientes a algunade estas categorías pero que, enrealidad, no estaban. La dificultad derecordar las palabras de la segundalista está en la cuenta atrás, queobliga a la memoria a corto plazo adesprenderse de la información quecontenía para dedicarse a resolverla.

A continuación se presentan dos listas de 15 pala-bras cada una. Céntrate en la primera de ellas,dedícale 15 segundos y luego anota las palabrasque recuerdes. Repite el experimento con la

segunda, pero en esta ocasión, antes de apuntarlas palabras, cuenta hacia atrás desde 18 y de tresen tres (18, 15, 12, 9, 6, 3).

¿Con cuál has tenido más aciertos?

10 LAS APARIENCIAS ENGAÑAN

11 ¿TU MEMORIA ES DE LETRAS O DE CIENCIAS?

9RECUERDOCON EMOCIÓN

Este juego es una buena forma de ver cómo actúa lamemoria. Tan pronto se produce la entrada de unestímulo a través de los sentidos, éste es comparadocon los datos almacenados en la memoria a largo

plazo, con el objetivo de reconocerlo si ya estápresente o de establecer asociaciones. En este caso,la memoria cree identificar unas palabras ya cono-cidas… que al final no lo son tanto:

MELÓN PERROJUANMANZANA ANA AMARILLO LUIS TIGRE ELEFANTE ROJO PERA MIGUELPLÁTANOVERDE GATO

RAYO VESTIDO POLVO PULPO ROJOBICICLETA LIBRO ARMARIO ORDENADOR DURO PUENTE TELEVISIÓN FÚTBOL SOL GUITARRA

Lista 1 Lista 2

NQ SAOHFS GQNGIHSLQNFS BPFGLBLTADAS

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DossierRECUERDOS

TÉCNICAS PARA ALMACENAR DATOS SIN PARAR

Echa mano de lasrimas, las fraseshechas, laspalabras mágicas o los acrónimos.Todo sirve pararecordar... te olvide

Que no se

La mitologíacuenta que“aquel mortalque beba elagua del Leteo,el río de la

Muerte, perderá todos susrecuerdos para siempre”. Tam-bién nos habla de Mnemosina,la diosa de la memoria, queconocía todo sobre el pasado, elpresente y el futuro y que comomadre de las nueve musas ins-piradoras de la literatura, laciencia y las restantes artes eraconsiderada como la respon-sable de toda creatividad. Estashistorias demuestran que paralos griegos de la Antigüedad lamemoria era la fuente de ins-piración, que perderla era caeren el olvido, morir...

CADA MAESTRILLO,SU LIBRILLOSeguramente, ellos fueron losprimeros en percatarse de latrascendencia de la memoriay en idear métodos para poten-ciarla; de hecho, Simónides deCeos, un poeta del siglo VI a. deC., sentó las bases del métodode la localización.

Pero el factor clave a lahora de optimizar nues-tra memoria es buscarun punto de arran-que que nos moti-ve y que noshaga más fácilrecordar.

En la página siguiente tienesun cuadro con 20 figuras.Dedica dos minutos a suestudio y luego aparta lavista. ¿Cuántas eres capaz derecordar? Lo más probable esque te manejes en torno a lossiete objetos, pues ésta es lacapacidad estimada para lamemoria a corto plazo (MCP)o memoria operativa, que es

la que estás poniendo enjuego al intentar retener en tumemoria la mayor cantidad deobjetos. Y tal vez pienses quepuedes batir tus marcas abase de entrenamiento. Puesolvídalo, porque la memoriano funciona así. Distintosestudios realizados handemostrado que la memoriano mejora de manera sensible

por el mero hecho de inten-tarlo muchas veces. Estamoslimitados por la reducidacapacidad de nuestra ‘MCP’,que actualmente se estima enentre 6 y 8 bits de informa-ción, o lo que es lo mismo,entre 6 y 8 unidades de infor-mación. Una buena forma decomprobarlo es analizar cómoaprendimos el abecedario:

1 DESCUBRE EL LÍMITE DE TU MEMORIA

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Dispones de otros dos minutospara observar, de nuevo, las 20imágenes. Pero esta vez prueba aelaborar una historia que incluyatodo los objetos. Y, al tiempo quete inventas el cuento, intentavisualizarlo. Transcurridos los dosminutos, aparta la vista y trata derecordar el mayor número deobjetos posibles contándote denuevo la historia. ¿Mejor? agradé-ceselo al método de la asociación,un sistema al que se recurre alpreparar un discurso, un temapara un examen, etc. Elaboramosuna historia o desarrollo lógicodonde un punto lleva al siguientey así sucesivamente. Es decir,encadenamos los distintos bits deinformación de tal forma que al

tocar uno, automáticamente éste‘pide’ la presencia del siguientepara que el discurso resulte cohe-rente y no se quede ‘cojo’. Graciasa este método se consigue alma-cenar –y recuperar cuando seanecesario– más datos y durantemás tiempo. Y ello porque hemospuesto en acción la MLP. ¿Cómo?aprovechando la forma en queésta archiva los recuerdos.

En nuestro cerebro losrecuerdos no se almacenan comoentes individuales, sino asociadosentre sí. El sistema funciona así: lainformación nueva es comparadacon los recuerdos grabados ennuestra MLP. Cuantas más cone-xiones establezca el cerebro entrelas informaciones existentes y la

entrante más fácil será que elnuevo dato se almacene; o sea,cuantos más vínculos se puedanestablecer, mayorprobabilidad deque el recuerdoquede atrapado enla trama de la MLP y,al mismo tiempo,más fácil resultarárecuperarla, pues haymuchos caminos en la memoriaque nos conducen hasta ese dato.

El método de la asociación loque hace es potenciar latendencia natural de la memoria aestablecer relaciones entre losrecuerdos presentes y los nuevos.Y después de esto... ¡Seguro queaún recuerdas la historia!

abcd/efg/hijk/lmnñ/opq/rst/uvwxyz

La gran ventaja de estaforma de almacenar la infor-mación que presenta lamemoria a corto plazo es quees ‘independiente’ del tamañode cada bit de información, esdecir, puede acumular lamisma cantidad de datos, yasean letras, números, pala-

bras, frases o ideas.El secreto para poder recordarmás cantidad de informaciónconsiste en transferirla desdela MCP hasta la memoria alargo plazo (MLP), un compar-timento que dispone de unaingente capacidad para alma-cenar datos. Y para ello,existen algunos métodosmnemotécnicos.

2 TIENES MUCHO CUENTO

3 MÉTODO DE LA LOCALIZACIÓN

Elige 10 objetos de laimagen anterior. Antes decentrarte en ellos, date unpaseo por tu casa, tuoficina o una zona muyconocida y escoge 10lugares muy familiares.Ahora, haz un repasomental de ese recorrido yasegúrate de querecuerdas los 10 lugares.Si lo consigues, ya estáspreparado para concen-trarte en los objetos.En los siguientes dosminutos tienes queintentar ubicar cada unode los objetos elegidos encada uno de los emplaza-mientos escogidos, procu-rando establecerasociaciones entre ellugar y el objeto. Una veztranscurrido el tiempo,inicia un paseo mentalpor tu itinerario locali-zando los objetos.

Este método es unavariación del de asocia-ción, es decir, que seaprovecha de cómo elcerebro almacena los

nuevos datos ‘engan-chados’ a los recuerdosya presentes en lamemoria a largo plazo.Pero con una importantesalvedad. En este caso nonecesitas inventar unahistoria que vincule todoslos objetos, sino que yadispones de un circuitointeriorizado quepresenta en unos puntosdeterminados unosganchos de los que colgarlos nuevos recuerdos.Y como se trata de unrecorrido ‘físico’ que yaestás aburrido de hacer,no corres el riesgo deolvidarte de cómo siguela historia.

Este método sí exigeuna preparación previa,aunque eso no quieredecir que resulte infalible;el único problema quepresenta es que cada vezque empleas un itinerariopara fijar una nuevacolección de datos, losanteriores son borradosautomáticamente.

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DossierRECUERDOS

He aquí un método paraconvertirte en el perfectoanfitrión que recuerda elnombre de cualquierpersona: La clave radicaen vincular el nombre ala cara en cuestión.Cuando te presenten aalguien, estudia bien surostro –claro está, sin quese note mucho– parareconocer así sus rasgosmás característicos. Untruco perfecto para estoes imaginar que tienesque realizar su caricatura,¿qué característicasexagerarías? Una vezseleccionados los rasgosse trata de establecer unaasociación entre éstos ysu nombre. Por ejemplo,si nos presentan a una talFabiana Cabezas y su

rasgo distintivo es unconsiderable tamaño dela ídem, puedes imagi-narte –y visualizar– sucabeza convertida en unaolla donde se preparauna suculenta fabada(que te evocará elnombre de Fabiana).Con semejante visión,difícilmente podrásolvidar que ese nombrele corresponde a eserostro. Otro supuesto,esta vez un poco menosofensivo y más corriente:Nos presentan aMarimar, que tiene unoshermosos ojos azules.Podemos asociar sunombre a su rostro conuna relación del estilo“sus dos ojos azules soncomo el MAR Y MAR.”

Una de las cosas más áridas derecordar son las secuencias denúmeros. Pero nuestra vida estállena de ellos: DNI, claves detarjetas, teléfonos, etc. Porsuerte, disponemos de algunossencillos métodos.

Uno de los más socorridos esdividir la secuencia numéricaen grupos, como hacemos en elcaso de los números de telé-fonos, porque al recitarlos agolpes entra en juego el ritmo,que es un elemento que contri-buye a una mejor memoriza-ción. Así, en lugar de leer917280000, lo que solemoshacer es recitar 91 728 00 00.

Otro truco consiste en desa-rrollar relaciones matemáticasentre los números y poner enjuego la lógica. El número 4832se puede memorizar con másfacilidad recordando 4 x 8 = 32

Otro método consiste en esta-blecer paralelismos –que en elfondo no es más que aplicar elmétodo de las asociacionesentre los números abstractos ycosas concretas y fácilmentememorizables–. Con estemétodo el número 394974puede memorizarse como:

39 =Talla de zapatos.49 =Número del portal.74 =Año de nacimiento.

Más sofisticado es el sistemade ‘forma numérica’, queconsiste en asociar cada uno de los números (del 0 al 9) conuna imagen. Por supuesto, cadapersona debe escoger aquellasimágenes que le resulten másevocadoras y más fácilmenteasociables a cada uno de losnúmeros. Eso sí, para unabuena aplicación del método es imprescindible memorizarestas relaciones número-imagen. Después de eso, loúnico que queda es “montarsela película” aplicando elmétodo de asociación o inclusoel de localización.

El éxito de unrecurso mnemotéc-nico tiene muchoque ver con queseamos capaces depersonalizarloatendiendo aaquello que másdespierte nuestrointerés, que másnos convenga.Vamos a compro-barlo: A la hora de reemplazarnúmeros por

imágenes,

podemos escogerpersonajesfamosos, del tipo007 = James Bondo 10 = Moisés. Así,como seguidor dela NBA, recurro alos dorsales de misjugadores favo-ritos; por ejemplo,la clave de accesoa mi ordenador(3448233) secorresponde conmi quinteto favo-rito: O´Neal (34),

Webber (4), Bryant(8), Jordan (23),Iverson (3). Si tegusta el cine,descubre por quérecuerdo el007126713 como”mi película idealde James Bond conBruce Willis deprotagonista, AnneHeche de damaperdida y AntonioBanderascomo elmalo.”

MAR Y MAR

2

8

97

3

0

1

4

6

Una de las aplicacionesmás sorprendentes paralas que están recomen-dados los métodosmnemotécnicos es paraaprender idiomas. Bueno,en realidad, para recordarel vocabulario de unidioma. Por ejemplo, en elcaso del inglés. En lugarde intentar memorizar lapalabra inglesa y susignificado en españolpara que luego cuandoen el examen nos ponganuna de ellas nos expri-mamos las neuronasintentando recordar quédemonios significaba, delo que se trata es de esta-blecer una asociaciónentre ambas para que apartir de una de ellasfluya la otra.Así, en vez de intentarmemorizar que ‘summer’(pronunciado ‘sa-mar’)significa verano podemosrecurrir a una frase delestilo “un día de veranoen el mar” o en lugar demeternos entre ceja yceja que ‘cheese’ (‘chis’)es queso podemos recu-rrir a “el mago sacó unqueso de la chistera”.

Y aunque parezca incre-íble, hay estudios quedemuestran que estemétodo funciona. Paraejercitarlo, selecciona alazar varias palabras delinglés, asígnales otras delcastellano que se

parezcan y haz frasesrelacionándolas.Comprueba al díasiguiente si las recuerdas.Verás que sí.

En todos estos métodossiempre hay implícito uncomponente de memoriainnata, una base departida. Lo que hacemoscuando recurrimos a elloses escoger qué queremosrecordar y cómo loqueremos recordar.

55 ESCOGE TUS PROTAGONISTAS

6 CARA DE MEMO(TECNIA)

7 DO YOU SPEAK ENGLISH?

4 RECORDANDO NÚMEROS

CHISTERACHEESE