Poulantzas y la determinación del Estado capitalista: una ......borado por Poulantzas en su libro...

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113 Fecha de recepción: 13 de julio de 2009 Fecha de aprobación: 2 de septiembre de 2009 Sebastian Guevara * ...toda ciencia estaría de más, si la forma de manifestarse las cosas y la esencia de éstas coincidiesen directamente... (Marx, 1995: 757) RESUMEN El artículo que aquí proponemos parte de sistematizar una discusión con el trabajo realizado por Poulantzas para el estudio de las determinaciones generales del Estado capitalista. Con base en este debate avanzamos en el reconocimiento de las determinaciones generales en los recortes más con- cretos del fenómeno; es decir, en el desarrollo del Estado capitalista como Estado nacional, desde la perspectiva de la crítica de la economía política elaborada por Marx. Continuamos, hasta analizar las manifestaciones de aquellas determina- ciones en el proceso nacional argentino de acumulación de capital, y su reproducción a través de la integración regional en el Mercosur. Dentro de este proceso, estudiamos específicamente la integración productiva del sec- tor de la industria automotriz, reconociendo en dicho fenómeno concreto, la realización de las determinaciones más generales del Estado capitalista. PALABRAS CLAVE: Estado capitalista, acumulación de capital, Integra- ción Regional, Mercosur. Poulantzas y la determinación del Estado capitalista: una discusión a partir de la integración industrial en el Mercosur * Licenciado en Ciencias Políticas por la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. Estudiante del Doctorado en la misma Universidad y Becario Doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Profesor-investigador en el Instituto de Investigaciones Económicas de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires.

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    René Arenas Rosales, Karla Ericka Vera Sanjuán,Elizabeth Soto Bustos

    Fecha de recepción: 13 de julio de 2009Fecha de aprobación: 2 de septiembre de 2009

    Sebastian Guevara*

    ...toda ciencia estaría de más, si la forma de manifestarselas cosas y la esencia de éstas coincidiesen directamente...

    (Marx, 1995: 757)

    RESUMEN

    El artículo que aquí proponemos parte de sistematizar una discusión con eltrabajo realizado por Poulantzas para el estudio de las determinacionesgenerales del Estado capitalista. Con base en este debate avanzamos en elreconocimiento de las determinaciones generales en los recortes más con-cretos del fenómeno; es decir, en el desarrollo del Estado capitalista comoEstado nacional, desde la perspectiva de la crítica de la economía políticaelaborada por Marx.

    Continuamos, hasta analizar las manifestaciones de aquellas determina-ciones en el proceso nacional argentino de acumulación de capital, y sureproducción a través de la integración regional en el Mercosur. Dentro deeste proceso, estudiamos específicamente la integración productiva del sec-tor de la industria automotriz, reconociendo en dicho fenómeno concreto, larealización de las determinaciones más generales del Estado capitalista.

    PALABRAS CLAVE: Estado capitalista, acumulación de capital, Integra-ción Regional, Mercosur.

    Poulantzas y la determinación del Estadocapitalista: una discusión a partir de laintegración industrial en el Mercosur

    * Licenciado en Ciencias Políticas por la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires.Estudiante del Doctorado en la misma Universidad y Becario Doctoral del Consejo Nacional de InvestigacionesCientíficas y Técnicas (CONICET). Profesor-investigador en el Instituto de Investigaciones Económicas de laFacultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires.

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    ABSTRACT

    In this work we proposed a systematicdiscussion of the development by Poulantzasfor the study of capitalist Statedetermination’s. On progress from thisdiscussion we advanced in recognition of ge-neral determinations of more concretephenomenon, namely the development of thecapitalist state as the nation state, from theperspective of the critique of political economydeveloped by Marx.

    The development continues to analyse theexpression of those determinations in theArgentine national capital accumulationprocess, and their reproduction through regio-nal integration in Mercosur. Within thisprocess is discussed specifically the integrationof the productive sector of the automotiveindustry, recognizing in this concretephenomenon the general determinations of thecapitalist state.

    KEY WORDS: Capitalist state, capitalaccumulation, Regional Integration andMercosur

    INTRODUCCIÓN

    El Estado es un fenómeno social en el cualse concentra la organización general delproceso de producción de la vida de lasociedad y, por lo tanto, la discusión sobrequé lo determina, de qué modo opera y tomaforma tal determinación, de qué manera vadesplegando sus distintas formas de acciónen ese curso, etc., resulta ineludible al mo-mento de organizar la acción política queintente realizar la transformación progresi-va de la organización social.

    A partir de la discusión sobre la determina-ción general del Estado, encontramos laposibilidad de avanzar sobre las manerasconcretas que adopta dicha determinaciónen el fenómeno concreto del Mercosur. Y,avanzando más aún sobre este fenómeno,en la integración regional de la industriaautomotriz como una forma de existencia deaquella determinación general, de cuya dis-cusión se parte.

    En la primera sección del trabajo reali-zamos una lectura crítica del desarrollo ela-borado por Poulantzas en su libro Estado,Poder y Socialismo. Planteamos la existen-cia de una contradicción entre las dos líneasde explicación que menciona y proponemosuna discusión para avanzar en el esclareci-miento de dicha contradicción. Seguimosluego la línea abierta por la crítica de la eco-nomía política elaborada por Marx, paraconocer la unidad de las determinacionesconcretas del Estado.

    En la segunda parte, armados con el co-nocimiento aportado por la discusión reali-zada, continuamos sobre los modos en quese despliegan dichas determinaciones con-cretas: la acumulación de capital, la luchade clases y la acción estatal, que toman for-ma en el recorte nacional de Argentina.Proponiendo en este apartado del trabajoseguir la determinación concreta del Estadoen un aspecto específico de la integraciónregional en el Mercosur, como es la integra-ción productiva de la industria terminalautomotriz en Argentina y Brasil.

    Nuestra intención del escrito en su con-junto es aportar al conocimiento sobre cómoestá determinado el Estado por el procesode acumulación de capital, qué forma tomaespecíficamente esta determinación en el

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    proceso nacional argentino, y qué contenidoexpresa el movimiento de su ampliación através del Mercosur. Contribución que rea-lizamos mediante el análisis de la modali-dad particular que adopta dicha determina-ción en el caso de la producción automotrizregional.

    POULANTZAS Y LA DETERMINACIÓNGENERAL DEL ESTADO

    El análisis del plantemiento de Poulantzassobre el Estado capitalista –sobre su natu-raleza, su accionar etc.– se inicia al pregun-tarnos: ¿qué es el Estado? ¿qué es lo quehace que el Estado sea lo que es, y por qué?o, puesto en otros términos ¿cuál es la de-terminación general del Estado y de su des-envolvimiento para Poulantzas?

    La relaciones de produccióny la división del trabajo

    Dice Poulantzas, “para no perderse en losdédalos y laberintos hay que retener el hilo:el fundamento de la armazón material delEstado y del poder hay que buscarlo en lasrelaciones de producción y en la divisiónsocial del trabajo, pero no en el sentido enque se las entiende habitualmente [...]. Nose trata de una estructura económica de laque estarían ausentes las clases, los pode-res y las luchas. Poner en relación el Estadocon las clases y las luchas es ya la investiga-ción de ese fundamento, aunque sólo seaun primer jalón” (1980: 9).

    Es decir, la determinación del Estado estáen la forma concreta en que la sociedadresuelve la producción de su vida, incluyen-

    do (obviamente) en esto, la manera de dis-tribuir la totalidad de las actividades nece-sarias para ello entre los individuos que lacomponen –relaciones de producción, divi-sión social del trabajo, clases sociales, etc.–Y sabemos que en el modo de produccióncapitalista esta relación social general tieneuna forma específica: el proceso de acumu-lación de capital.

    Poulantzas aclara que se debe partir delconocimiento de las transformaciones en laacumulación de capital para comprender ensu exacta medida los cambios en las formasde acción del Estado (sus funciones, sus insti-tuciones, etc.). “En la exacta medida en que(a causa de las modificaciones en las relacio-nes de producción, la división del trabajo y lareproducción de la fuerza de trabajo, la ex-tracción de plusvalía y la explotación) unaserie de dominios antes –marginales– (...)pasan a integrarse directamente en el espa-cio-proceso mismo de la reproducción y va-lorización del capital, ampliándolo y modifi-cándolo; en esa misma medida, el papel delEstado en todos esos dominios adquiere unnuevo sentido. Esa transformación del es-pacio-proceso económico es lo que modi-fica los puntos de impacto del Estado ydetermina que opere cada vez más en elcorazón mismo de la reproducción del capi-tal” (1980: 202).

    Y advierte sobre la necesidad de aten-der al contenido real de las acciones delEstado y no perderse en las formas que re-vistan. Es decir, más allá de las formas polí-ticas específicas que adopte este accionar yde las funciones que despliegue en su cur-so, todas son modalidades de existencia dela reproducción ampliada del capital. “... noexisten, de un lado, funciones del Estado

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    favorables a las masas populares, impuestaspor ellas, y, de otro lado, funciones económi-cas a favor del capital. Todas las disposicio-nes adoptadas por el Estado capitalista, in-cluso las impuestas por las masas populares,se insertan, finalmente, a la larga en unaestrategia a favor del capital o compatiblecon su reproducción ampliada” (1980: 225).

    Tal y como ya quedó planteado, en estareproducción ampliada no están ausentes lasclases, los poderes y las luchas, pero cual-quier ambigüedad que pudiera presentarserespecto a qué sentido tiene la relación en-tre la acumulación de capital y el Estado, lasclases, las luchas, queda despejada cuandoafirma: “Estas relaciones [de producción]constituyen el basamento primero de la ma-terialidad institucional del Estado y de suseparación relativa de la economía, que ca-racteriza a su armazón como aparato: sonla única base de partida posible de un aná-lisis de las relaciones del Estado con las cla-ses y la lucha de clases. Las mismas trans-formaciones del Estado remiten, en primerlugar, a transformaciones de las relacionesde producción capitalistas que inducen trans-formaciones de aquella separación y, por esavía, a las luchas de clases” (1980: 58). Elsentido que lleva la determinación aparecesin mayores problemas. Las relaciones deproducción son la base sobre la que se pue-de entender el vínculo entre Estado y cla-ses, los cambios en aquellas inducen cam-bios en éstas.

    Con la misma claridad aparece el alcan-ce de esta determinación material hasta serla explicación del carácter de sujeto revolu-cionario de la clase obrera, en tanto que,portadora de la superación del modo de pro-ducción capitalista. Siendo, por ende, nece-

    sario partir de la acumulación de capital paraanalizar el sentido de la acción política dela clase obrera, y con ello su lucha con laburguesía. “Es cierto –lo sabemos– que lasrelaciones de producción y la división socialdel trabajo hacen de la clase obrera lo quese designa generalmente como clase –portadora– de positividad, de porvenir his-tórico” (1980: 139).

    Entonces, para seguir a Poulantzas en elestudio sobre el Estado, debemos partir deconocer el proceso de valorización del valor(la acumulación de capital), que determinala acción política de las clases y, por lo cual,la lucha de clases va avanzando en estadeterminación bajo las formas específicas dela acción estatal. Es decir, que en las accio-nes del Estado encontramos la forma que vatomando en su movimiento la lucha de cla-ses, y a su vez, la acumulación de capital.

    La lucha de clases

    Sin embargo, en el desarrollo de su propues-ta, Poulantzas presenta otra afirmación queaparece como posible respuesta a la pre-gunta por la determinación del Estado. Enoposición a lo expuesto más arriba, la luchade clases aparece determinada al Estadopero ya no como una forma a su vez deter-minada por la acumulación de capital. Porel contrario, ahora se presenta como el con-tenido mismo de la historia real. “Cierto, elEstado no es el sujeto de la historia real:ésta es un proceso sin sujeto, el proceso dela lucha de clases” (1980: 135).

    Esta presentación de la lucha de clases,como una determinación independiente dela forma histórica específica que adopte laproducción de vida de la sociedad, hace

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    necesario que en su planteamiento, Poulantzasvuelva a hacer emerger los fenómenos yavistos como portadores de un nuevo conte-nido. El punto más significativo, en este sen-tido, se alcanza cuando, insistiendo en lanecesidad de investigar el accionar del Es-tado en su articulación orgánica, sostiene que“tal investigación debería tomar por hilo con-ductor la baja tendencial de la tasa de ga-nancia, y entender esencialmente esas in-tervenciones del Estado como aplicación decontra tendencias...” (1980: 210).

    Siendo la lucha de clases la que explicade manera inmediata, “...en definitiva, talbaja tendencial no es más que la expresiónde las luchas populares contra la explota-ción” (1980: 211). De este modo, el Estadoaparece como el responsable de la aplica-ción de las contra-tendencias necesarias paraenfrentar la caída de la tasa de ganancia ycuya tendencia no es más que la expresiónde la lucha de clases (independiente de losmovimientos del proceso de valorización).

    El proceso de la lucha de clases –el con-tenido de la historia real– toma forma espe-cífica capitalista en el proceso de produc-ción de plusvalía –es decir, en el proceso devalorización del capital–, determinando alEstado como el responsable de responder alas luchas populares contra la explotación,realizando la elevación de la tasa de plusvalíay de explotación. Y esta responsabilidadlleva al Estado a meterse en el corazón mis-mo de la producción de plusvalía (elevandosu tasa junto con la de explotación), impo-niéndose sobre las relaciones de producción.

    “Esta reproducción [de la fuerza de tra-bajo a cargo del Estado] ya no es la simple–condición– de la explotación: dada la ac-tual tendencia al desplazamiento de la ex-

    plotación extensiva/plusvalía absoluta haciala explotación intensiva/plusvalía relativa(productividad del trabajo), dicha reproduc-ción se sitúa en el corazón mismo de la pro-ducción de plusvalía”.

    “...la acción del Estado debe recaer, antetodo, sobre las mismas relaciones de pro-ducción, a fin de imponerles modificacio-nes...” (1980: 214-215).

    De forma tal que, siguiendo a Poulantzas,ahora, para enfrentar el estudio del Estadodebemos partir de conocer la forma especí-fica que tiene el proceso sin sujeto en el mo-mento actual. Ya que es éste –la lucha declases– el que determina el proceso de acu-mulación de capital, avanzando esta deter-minación bajo las maneras específicas de laacción estatal. Es decir, que en ésta encon-tramos el diseño que va tomando en su mo-vimiento, la relación social general en elmodo de producción capitalista, el cual, asu vez, aparece determinado por el movi-miento del proceso sin sujeto que es la his-toria real: la lucha de clases.

    ¿DOBLE DETERMINACIÓNO SIMPLE CONTRAPOSICIÓN?Y EN EL MEDIO... EL ESTADO

    La primera respuesta a la pregunta queabre el apartado anterior es que Poulantzasplantea una doble determinación del Esta-do. Por un lado determinado por el procesode acumulación de capital, y por otro porel proceso de la lucha de clases. Tal y comoél mismo lo había adelantado en su primerlibro, Poder político y clases sociales en elestado capitalista: “tratemos de establecerla originalidad de las relaciones del Estado

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    capitalista con las estructuras de las relacio-nes de producción, por una parte, y con elcampo de la lucha de clases, por otra”(1969: 152).

    Esta doble determinación permite com-prender, no sólo qué es el Estado sino as-pectos mucho más concretos como: quién logobierna, por qué cambian las distintas for-mas que adopta, etc. Sin embargo, el pro-blema que aparece en este planteo es queno establece cuál es la relación existenteentre los dos elementos de esta determina-ción. Estrictamente no establece la formaconcreta de dicha relación, ya que son pues-tos en una relación contradictoria. Y enmedio de ésta queda el Estado, como lacontraposición de dos determinaciones abs-tractas que se afirman por sí; es decir, noaparece desarrollada cuál es su necesidad.

    La acumulación de capital aparece ex-plicada con la simple referencia a las rela-ciones de producción y la división social deltrabajo. Luego se la llama de vez en cuandopara funcionar como referencia de distintosfenómenos concretos. La determinación quela acumulación de capital lleva en sí, porser la forma histórica específica que adoptael desarrollo de las fuerzas productivas conlas que la sociedad humana produce su vidaen un momento de su desarrollo y que la tras-forma en el sujeto que todo lo domina en laorganización social (Marx, 1975: 221); noaparece puesta en estas simples referencias.Y lo mismo pasa, por lo tanto, con los fenó-menos concretos, a través de los cuales, seva desplegando. Al estudiarlos desligados desu determinación concreta se transforman enpuras abstracciones (Marx, 1975: 212).

    A su vez, la lucha de clases aparece te-niendo explicada su existencia por sí mis-

    ma, independientemente de la forma socialcon la que se organice la producción. Esdecir, se muestra como una categoría a-his-tórica que acompaña el desarrollo de la his-toria de la humanidad. Es más, vimos quePoulantzas sostiene que no sólo la acompa-ña, sino que la lucha de clases es el conteni-do de la historia real.

    Señala al Estado, entonces, como una ca-tegoría que se relaciona con otras dos abs-tractas (acumulación y lucha de clases). Demanera tal que la relación entre todas estas,también, es independiente de la forma con-creta que adopte la organización de la pro-ducción social. De todo lo cual resulta unacategoría de Estado en abstracto (no deter-minado por el modo de producción de la vidasocial) que irá adoptando su forma concreta,dependiendo del movimiento de las relacio-nes de producción (tales o cuales), por un lado,y de la lucha de clases por el otro. En conse-cuencia, irá adoptando distintas modalidadesde existencia de acuerdo con la manera enque se relacionen entre sí estas categorías.

    Resumo: si son las relaciones de producción(tales o cuales) las que configuran el campodel Estado, éste tiene sin embargo un papelpropio en la constitución misma de esas re-laciones. La relación del Estado con las rela-ciones de producción es una primera re-lación del Estado con las clases sociales yla lucha de clases. En lo concerniente alEstado capitalista, su separación relativa delas relaciones de producción, instaurada poréstas, es el fundamento de su armazónorganizativa y configura ya su relación conlas clases sociales y la lucha de clases bajo elcapitalismo. [...] De este dato fundamentalderiva la presencia específica para cada modode producción, del Estado, que concentra,

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    condensa, materializa y encarna las relacio-nes político-ideológicas en las relaciones deproducción y en su reproducción (Poulantzas,1980: 24-25).

    La categoría de Estado capitalista, tambiénabstracto él, irá singularizando su forma real,determinado, a su vez, por el movimiento delas dos categorías en sí. “...si todo Estadocapitalista presenta la misma armazón ma-terial, ésta se singulariza según las particu-laridades de la lucha de clases, de la orga-nización de la burguesía y del cuerpo deintelectuales en cada Estado y país capita-lista concretos” (1980: 68). En su turno, tam-bién la categoría de Estado capitalista sin-gular se irá transformando, al ritmo delmovimiento independiente de las categoríasen sí que lo determinan: la acumulación decapital y los compromisos inestables alcan-zados en la lucha de clases.

    Pero aunque el proceso propio de la acumu-lación del capital marca el ritmo ahora de laacción del Estado, no se traduce en su senomás que articulado e insertado en su políticaglobal. [...] No sólo las funciones político-ideológicas del Estado están subordinadasahora a su papel económico, sino que lasfunciones económicas están ya directamenteencargadas de la reproducción de la ideolo-gía dominante [...]. De tal manera que lascontradicciones internas del Estado actual nose localizan únicamente entre sus accioneseconómicas y sus operaciones ideológicas,sino también en el seno mismo de sus accio-nes económicas: en especial entre aquellasmás directamente ligadas a las necesidadesde la acumulación monopolista y las tenden-tes, mediante la realización de compromisosinestables, a la organización del consentimien-to de las clases dominadas (1980: 204-205).

    Desde esta perspectiva, el Estado capitalis-ta queda construido como el concepto re-sultante de la condensación (contraposición)de dos categorías abstractas e independien-tes que no terminan de resolver cuál es surelación. Unas veces una aparece determi-nando a la otra, y en otras la relación sepresenta al revés. Queda establecida una re-lación puramente exterior entre conceptos,que se expresa en la necesidad permanentede apelar al recurso del por una parte y porotra parte, manifestado en la incapacidad deestablecer y reproducir el vínculo orgánicoentre la sociedad –concreta– y su organiza-ción a través del Estado –concreto–.

    Dando como resultado que el Estado apa-rezca, en el planteo de Poulantzas, como unaexistencia a la que se le impone externa-mente la situación de tener que amoldarsey responder a necesidades ajenas. Surgidasdel movimiento de la lucha de clases, unasveces y, otras surgidas del movimiento delas relaciones de producción capitalistas.

    Las disposiciones del Estado, concernientesa las mismas relaciones de producción no tie-nen más objeto que su reproducción en cuan-to relaciones capitalistas. Puede expresarseesto diciendo que el Estado capitalista estáconstituido por un límite negativo general asus intervenciones, es decir, por una no in-tervención específica en el –núcleo esencial–de las relaciones de producción capitalista.Tal límite de principio o no intervención fun-damental crea toda una serie de límites ensegundo grado. [...] La acción del Estado seconstituye, en gran medida (dentro, cierta-mente, de una estrategia hegemónica global)como un bricolage de medidas puntuales queresponde a unas condiciones ya establecidasdel proceso de valorización del capital, pro-

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    ceso no controlable, consiguientemente, porel Estado. [...] En lo fundamental, por tanto,las medidas adoptadas por el Estado son in-tervenciones a posteriori, que en cierta formatratan las consecuencias y los síntomas delproceso económico... (1980: 234).

    En vez de reconocer las medidas adopta-das por el Estado como la forma real y con-creta en la que existe el proceso de valori-zación del capital, y de considerar en todoel accionar estatal una forma específica deexistir de las relaciones de producción capi-talista que existen bajo la forma de la rela-ción antagónica entre clases; Poulantzas es-tima que de lo que se trata es de enlazarteóricamente las distintas categorías que vadesplegando en su desarrollo conceptual.

    Resultando, de todo lo aquí presentado,que puestos ante la necesidad práctica deorganizar nuestra acción política, seguir lapropuesta de Poulantzas nos dejará un con-junto de categorías teóricas más o menosrigurosas, pero poco a la hora de avanzarsobre el conocimiento del movimiento realconcreto de la sociedad. Éste último es elque hace falta para desplegar una acciónpolítica que siga positivamente en la trans-formación progresiva de la organización so-cial capitalista.

    Marx lo planteaba ya en sus primerosdesarrollos en La Ideología Alemana:

    [...] no se parte de lo que los hombres dicen,se representan o se imaginan, ni tampoco delhombre predicado, pensado, representado oimaginado, para llegar, arrancando de aquí,al hombre de carne y hueso; se parte delhombre que realmente actúa y, arrancandode su proceso de vida real, se expone tam-bién el desarrollo de los reflejos ideológicos

    y de los ecos de este proceso de vida. Tam-bién las formaciones nebulosas que se con-densan en el cerebro de los hombres sonsublimaciones necesarias de su proceso ma-terial de vida, proceso empíricamenteregistrable y sujeto a condiciones materiales.La moral, la religión, la metafísica y cual-quier otra ideología y las formas de concien-cia que a ellas corresponden pierden, así, laapariencia de su propia sustantividad. No tie-nen su propia historia ni su propio desarro-llo, sino que los hombres que desarrollan suproducción material y su intercambio mate-rial cambian también, al cambiar esta reali-dad, su pensamiento y los productos de supensamiento. No es la conciencia la que de-termina la vida, sino la vida la que determinala conciencia (Marx y Engels, 1973: 26).

    El curso que se abre frente a nosotros es,buscar las determinaciones propias del Es-tado con el que nuestra acción política seenfrenta en el proceso de vida real. Es decir,aquel que se desenvuelve en el proceso deacumulación de capital en el cuál nuestraexistencia, nuestra necesidad de conocer yde actuar, se desarrolla.

    MÁS ALLÁ DEL CONCEPTO, EL ESTADOCAPITALISTA COMO CONCRETO

    Al estudiar la forma históricamente especí-fica que tiene la producción de la vida de lasociedad en la actualidad, contamos con laenorme ventaja de que el conocimiento desus determinaciones generales ya fue pro-ducido. Utilizando como apoyo las investi-gaciones realizadas, tanto las originalmentedesarrolladas por Marx (sintetizada princi-palmente en El Capital) como las de auto-res posteriores que se basan en aquellas,

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    podemos intentar reproducir condensada-mente las determinaciones propias de laacumulación del capital que en su desarro-llo necesitarán tomar forma en –e irán dan-do forma a– el Estado.

    La característica propia del modo de pro-ducción capitalista radica en que el trabajoque la sociedad necesita realizar para pro-ducirse –trabajo social–, se organiza de ma-nera indirecta; es decir, a través del inter-cambio de los productos del trabajo de susmiembros, el cual éstos realizan de maneraprivada e independiente, los unos de losotros. La mercancía aparece, por lo tanto,determinada como el fundamento sobre elque se organiza la producción social. Éstalleva en sí la potencialidad de cambiarse porel resto de los productos del trabajo socialque se realizan de manera privada e inde-pendiente, estableciendo –a través de esteintercambio– la vinculación general entre losproductores, esto es, estableciéndose comola relación social general (Marx, 1994: Sec-ción Primera).

    La producción de la vida social se efec-túa, por tanto, de manera contradictoria, eltrabajo social se realiza bajo la forma de tra-bajo privado. Pero esta contradicción estáen la base –o punto de partida– del modode producción capitalista, que al ser formahistórica determinada del proceso de de-sarrollo de las fuerzas productivas de la so-ciedad, hace esta determinación suya (eldesarrollo de las fuerzas productivas) a tra-vés del despliegue creciente de esta con-tradicción. Puesto en otros términos, el de-sarrollo capitalista de las fuerzas productivassociales tiene por forma de existencia unproceso de creciente socialización del tra-bajo privado.

    Esta forma concreta de organización deltrabajo social en el capitalismo, cuya formamás desarrollada es la producción de capital(la valorización del valor), gira en torno alintercambio de una mercancía particular.

    En la compraventa de la mercancía fuer-za de trabajo, la relación social capitalistaadopta su forma concreta plenamente desa-rrollada. La mercancía adquiere la formadel representante general del valor, el dine-ro, que mediado por la compraventa de lafuerza de trabajo, y su consiguiente consu-mo productivo (es decir, por la extracciónde plusvalía), alcanza la forma de capital.

    Así, determinada la relación social gene-ral, la organización de todo el trabajo parala reproducción de la vida de la sociedad,toma forma de la acumulación de capital,cuya realización tiene por fuente la extrac-ción de plusvalía, realizada por la compra-venta de la mercancía peculiar –la fuerzade trabajo–. Y es en la creación de este in-tercambio donde la relación social generalse expresa como una relación directa.

    Por un lado, los poseedores de la mer-cancía que se vende instauran una relacióndirecta de solidaridad para imponer el pre-cio de su fuerza de trabajo, el establecimien-to de la duración y las condiciones de la jor-nada de trabajo, etc.; y por el otro, losposeedores del dinero –devenido capital–con que se compra la fuerza de trabajo dis-ponen a su vez, su propia relación directade solidaridad, para imponer sus condicio-nes en la compra. Es decir, que es en laextracción de plusvalía, como la forma ple-namente desarrollada de la relación socialgeneral –capital– con la que la sociedad pro-duce su vida en esta etapa de su historia,donde se determinan las clases sociales: la

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    de los vendedores de la mercancía, fuerzade trabajo, y la de los compradores de talmercancía, determinándose la relación en-tre estas clases como una relación necesa-riamente antagónica (Marx, 1994: seccio-nes segunda y tercera).

    De este modo, en el movimiento concre-to del proceso de vida real aparece una nue-va forma adoptada por la relación socialgeneral. Se trata de una correspondenciadirecta entre las clases sociales. Relación so-cial establecida directamente entre la claseobrera y la clase capitalista, a través de sulucha por las condiciones de compraventade la fuerza de trabajo, en tanto que formaconcreta de la normal valorización del capi-tal (Marx, 1994: 208). Relación social di-recta que es la forma concreta en que serealiza la relación social indirecta, la acu-mulación de capital (Iñigo, 2008: 99).

    La relación social general plenamentedesplegada (la acumulación de capital), de-sarrolla su forma concreta de realizarse enla lucha de clases. Estas últimas aparecencomo impotentes por sí mismas para repre-sentar los intereses inmediatos de la acu-mulación (de lo que es expresión patente lacontradicción entre los intereses del capitalindividual y social). De esta manera, la rela-ción social general necesita desarrollar unapersonificación que le permita intervenir di-rectamente en la lucha de clases –en la rela-ción social directa– imponiéndose como unavoluntad exterior a las clases sociales y querepresente los intereses generales del capi-tal total de la sociedad (Marx, 1994: 241).El Estado capitalista es este representantepolítico del capital social (Iñigo, 2008: 100).

    El Estado capitalista, es decir, la existen-cia concreta que va dando forma a la rela-

    ción directa entre las clases a través de lacual se organiza la relación social indirecta–aspecto, a su vez, históricamente específicode organizarse la producción de la vida de lasociedad humana–, necesita desarrollar la lu-cha de clases hasta alcanzar una forma queno impida la realización de su determinación.Esto es, una modalidad que no interrumpa acada paso suyo, el proceso de acumulaciónde capital. En otras palabras, el Estado apa-rece como el representante ideológico delinterés general de la sociedad: el flujo nor-mal de la acumulación de capital.

    Recortes nacionales de laacumulación de capital:el Estado nacional

    En este sentido, nos encontramos con el Es-tado capitalista concretamente determina-do como una forma de existencia del proce-so de vida real, como el representantepolítico-ideológico general del proceso deproducción de la vida social en el modo de pro-ducción capitalista. El Estado, en su condi-ción de representante político del capital totalde la sociedad, avanza en el despliegue desu necesidad, determinado por la forma quetoma la unidad mundial de la acumulaciónde capital en su realización. Es decir que,así como la acumulación de capital se re-corta en procesos nacionales de acumula-ción, el Estado capitalista adquiere la figurade Estado nacional para representar políti-camente tal recorte.

    De manera que, se impone observar lasformas específicas que adopta el procesonacional de acumulación de capital, paraconocer las determinaciones concretas delEstado ante el cual nuestra acción política

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    tiene existencia inmediata: el proceso na-cional argentino de acumulación de capital.

    Acumulación de capital enArgentina, su determinaciónespecífica y su realización a travésdel representante político general

    La acumulación de capital en Argentina pre-senta la característica específica de que enél, los capitales medios pueden valorizarsea una tasa normal sin tener que afrontar losgastos que implica el aumento de la capaci-dad productiva del trabajo (Iñigo, 1998 y2007). Es decir, se trata de un ámbito na-cional de valorización que libera parcialmen-te al capital de su necesidad de avanzar enla socialización del trabajo privado para acu-mularse (1998: 14-15).

    En Argentina la producción tiene por des-tino general el mercado interno (mercancíasindustriales en general), con excepción de lasmercancías agrarias, cuya producción es co-locada en el mercado mundial. Sin embargo,la producción de mercancías industriales, engeneral, es llevada a cabo por capitales ex-tranjeros que en sus países de origen produ-cen para el mercado mundial. Estos capitalesse producen en la escala necesaria para compe-tir en dicho mercado, y que, por lo tanto, paravalorizarse normalmente, necesitan desplegarla capacidad productiva del trabajo que de-termina los precios de producción que rigenla formación de la tasa media de ganancia(Marx, 1995: sección segunda). A los que sedenomina, por esto, simplificadamente capi-tales medios (Iñigo, 2008).

    Decíamos que la producción en Argenti-na es realizada por capitales medios, peroque aquí la destinan principalmente para el

    mercado interno, razón por la cual necesi-tan desprender un fragmento de su masade capital normalmente concentrada (parala producción a escala mundial), y ponerloa producir con la escala limitada que tieneeste mercado interno. De esta forma, incu-rren en los mayores costos de producciónque acarrea la pequeña escala el atraso téc-nico y la baja productividad del trabajo des-plegado. Lo cual quiere decir, simultánea-mente, que no pueden valorizarse a la tasageneral de ganancia, ya que tienen costossuperiores a los medios y que no puedenser capitales medios y producir en Argenti-na para el mercado interno.

    Sin embargo, desde hace más de 50 añosla producción industrial es realizada, prin-cipalmente, por estos capitales. Lo que poneen evidencia que estos fragmentos de capi-tal medio encuentren dentro del ámbito na-cional argentino de acumulación de capital,alguna compensación para la menor tasa deganancia que apropian por operar de estemodo. De forma tal que estos capitales ter-minan –después de realizada tal compensa-ción– valorizándose a un ritmo similar al quelo hacen cuando operan directamente comocapitales normales, cuando producen sin res-tricciones de escala o para el mercado mun-dial. Aunque, eso sí, en el recorte nacionalargentino de acumulación, se valorizan almismo ritmo pero sin tener que incurrir enlos gastos que conlleva el desarrollar las fuer-zas productivas de la sociedad para aumen-tar la capacidad productiva del trabajo. Lariqueza social con la que compensan su tasade ganancia inferior, es extraordinaria entanto excede la simple extracción deplusvalía a la sección nacional de la claseobrera, se presenta brotando de fuentes quedifieren en importancia y duración.

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    Poulantzas y la determinación del Estado capitalista:una discusión a partir de la integración industrial...

    La fuente principal y de mayor duraciónen la historia nacional es la que fluye bajo elaspecto de renta diferencial del suelo; es de-cir, aquella que acompaña, principal más noexclusivamente, a la producción de las mer-cancías agrarias. Esta renta surge de la pro-piedad privada sobre condiciones naturalesdiferenciales que no pueden ser controladaspor el capital medio y que permite, al poner-las en acción, desplegar una capacidad pro-ductiva del trabajo superior a la que deter-mina los precios de producción de lasmercancías. Por tanto, el capital que desplie-ga su proceso de valorización sobre las tie-rras portadoras de estas condiciones diferen-ciales realiza, al cerrar su ciclo, una gananciaextraordinaria que de manera normal va aparar a manos del propietario privado de es-tas condiciones naturales (el terrateniente)bajo la forma de renta diferencial de la tierra(Marx, 1995: sección sexta).

    A través de distintos mecanismos quemuestran al Estado como al actor principal,una parte de esta renta diferencial del suelofluye hacia los capitales que producen mer-cancías para el mercado interno, aportandoa la compensación de su tasa de gananciaconcreta. La participación del Estado en estaapropiación tiene –y tuvo históricamente–formas tanto directas como indirectas.

    El Estado apropia directamente una par-te de la renta diferencial de la tierra a tra-vés de los impuestos a la exportación y laregulación de los precios internos de las mer-cancías agrarias junto al monopolio del co-mercio exterior; para luego transferirla alcapital industrial. Esta transferencia puedeser también directa, como es el caso de lossubsidios, o indirecta a través de la comprade las mercancías industriales que realiza

    directamente el Estado (Iñigo, 2005: 92).La apropiación de la renta por el conjuntode los capitales industriales que producenmercancías en general para el mercado in-terno argentino puede tomar un camino in-directo a través de la fijación del tipo decambio por el Estado nacional.

    El establecimiento de un tipo de cambiosobrevaluado de la moneda nacional impli-ca, de manera inmediata, el abaratamientode las importaciones de insumos, maquina-rias y equipos realizados por estos capita-les. Abaratamiento que no se refleja, luego,en el precio comercial en el que circulaninternamente las mercancías con ellos pro-ducidas. Al mismo tiempo, las gananciasapropiadas internamente se ven multiplica-das al pasar por la mediación cambiaria paraser remitida hacia el exterior. La existen-cia, y su apropiación por el Estado de partede la renta, permite sostener las reservasde valor necesarias para mantener la sobre-valuación cambiaria en el tiempo.

    Otro de los cursos indirectos que adquie-re el accionar estatal para realizar la trans-ferencia de renta que pase a alimentar lavalorización específica de los capitales in-dustriales, es a través de la tasa de interés.Es decir, sea que el Estado fije directamen-te una tasa de interés nominal que resultemenor al movimiento general de los precioso, sea que con base en la emisión moneta-ria, exceda el circulante necesario para ex-presar la masa de valor realmente existenteen el proceso de acumulación de forma talque el dinero pierda parte de su capacidadpara representar valor –con su expresiónpropia en la subida generalizada de los pre-cios–, el resultado será la determinación dela tasa real de interés como una tasa negativa.

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    Sebastián Guevara

    Con la cual se produce una transferencia deriqueza social de parte de quienes colocansu capital para ser prestado a interés haciaaquellos que toman este crédito. Esto quie-re decir, en relación con lo que estamosanalizando aquí, que los terratenientes co-locan la parte de la renta que no consumencomo capital a préstamo, y que los capitalesindustriales toman este capital y se lo apro-pian a través de la licuación, que significa laexistencia de una tasa de interés negativaen términos reales.

    Los capitales industriales cuentan, ade-más, con otra vía de apropiación de renta.Ésta resulta de la circulación de las mer-cancías agrarias en el mercado interno a unprecio que es menor al de producción en elmercado mundial, pudiendo ser consecuen-cia tanto de los mecanismos de apropiacióndirecta por el Estado (retenciones, regula-ción del precio interno, etc.) como de lasobrevaluación de la moneda nacional. Así,la circulación de las mercancías agrariascorrespondientemente abaratadas (ya quetienen descontada la renta que perderíande ser colocadas en el mercado mundial)en el mercado interno, determina tambiénun abaratamiento de la fuerza de trabajo,sin que esto resulte en una pérdida de losatributos productivos de ésta. Es decir, lostrabajadores consumen los medios de vidaque necesitan para reproducir su fuerza detrabajo en las condiciones necesarias, peroéstos se encuentran abaratados. Por lo quelos capitales compran la fuerza de trabajoabaratada y aumentan su tasa de gananciaal vender como si la hubiesen comprado asu precio normal.

    En el mismo sentido, de transferir rique-za social extraordinaria, opera el estableci-

    miento por el Estado nacional de la políticaarancelaria para el comercio exterior demercancías industriales. Se aplican barre-ras arancelarias a través de los impuestos ala importación (lo mismo ocurre con las ba-rreras no arancelarias) e implica, de mane-ra simple, la posibilidad de que las mercan-cías industriales producidas en lascondiciones de baja productividad relativadel mercado interno circulen a un preciosuperior al precio de producción que rigeen el mercado mundial. Es decir, que losmayores costos en los que incurren los capi-tales industriales que producen en Argenti-na son compensados con precios comercia-les internos superiores a los internacionales,protegidos por los impuestos a la importa-ción (el mismo contenido encierra la fijaciónde tipos de cambio diferenciados para lasimportaciones y las exportaciones).

    Esta simple compensación se transformaen apropiación de riqueza extraordinariacuando, dentro de los insumos que deter-minan los costos de las mercancías indus-triales se incluyen las mercancías agrarias(o las elaboradas a partir de ellas) que, vi-mos, circulan abaratadas en el mercado in-terno. Lo mismo pasa con los servicios pú-blicos provistos o subsidiados por el Estado.De forma tal que, cuando los capitales in-dustriales venden en el mercado interno aun precio superior al que corresponde alprecio de producción, posibilitado por laexistencia de impuestos a la importación, enese precio realizan la compensación de losmayores costos y la apropiación de riquezasocial extraordinaria. Puesto en otros térmi-nos, venden caro porque en parte comprancaro, pero cuando compran barato tambiénvenden caro. Donde el precio al que venden

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    en el mercado interno, incluye tanto la com-pensación de los mayores costos de operaren pequeña escala, como la ganancia ex-traordinaria generada por los costos abara-tados, resultado de la existencia y apropia-ción de la renta diferencial de la tierra.

    Una segunda fuente de riqueza socialextraordinaria con la que cuentan los capi-tales industriales que producen mercancíasen general con la escala restringida al ta-maño de mercado interno, es la compra sis-temática de la fuerza de trabajo por debajode su valor. No nos estamos refiriendo a laque se hace por medio de la apropiación derenta que indicamos más arriba. Si no queaquí se habla de un avance sobre la propiamercancía fuerza de trabajo. Es decir, yano se trata de que los medios de vida queconsumen los obreros sean más baratos, in-dependientemente de que éstos los consumenen la cantidad indispensable para garantizarla reproducción de los atributos productivosnecesarios. Por el contrario, nos referimos ala imposibilidad relativa de realizar esta re-producción por no poder consumir los me-dios de vida necesarios, dado el menor pre-cio de venta de la fuerza de trabajo. Estasegunda fuente de compensación viene cre-ciendo sostenidamente los últimos 30 años yencuentra también al Estado nacional comoun actor protagónico en su ejecución.

    Inmediatamente visible, bajo la formapolítica del terrorismo de Estado, realizó di-rectamente una caída abrupta del salario dela clase obrera argentina. Aunque de for-mas “menos” inmediatamente visibles, elEstado nacional argentino continuó realizan-do este contenido a lo largo de su actuaciónbajo las formas políticas de gobiernos de-mocráticamente elegidos.

    En su condición de representante políti-co general del proceso nacional de acumu-lación de capital, el Estado argentino ac-túa como “garante” de éste. Es decir, vadando forma a la lucha entre las clases so-ciales para garantizar la fluidez del proce-so general. Esto, en los últimos 30 años,significó para Argentina la administraciónde la creciente miseria de la poblaciónobrera. La que fue tomando cuerpo en eldesarrollo de la organización jurídica quediera forma legal a la compraventa de lafuerza de trabajo por debajo de su valor,como son las llamadas leyes de flexibi-lización laboral, la homologación de losconvenios colectivos de trabajo donde se cris-taliza tal flexibilización, etc.

    Hay una última fuente de riqueza socialque aporta a la reproducción de la especifi-cidad de la acumulación de capital en Ar-gentina, y está inmediatamente vinculada alcurso de la unidad mundial. Esta fuente esel capital a préstamo que circula internacio-nalmente. Bajo la forma de endeudamientoexterno, tanto público como privado, ingre-sa al ámbito nacional una masa de riquezaque, al no volver a salir, aporta al sosteni-miento de la acumulación

    Y nuevamente (como no podía ser de otramanera) el Estado nacional tiene un rolprincipal para ocupar. Sea a través de lanacionalización periódica de la deuda pri-vada, o directamente como tomador de deu-da, o como gestor de las renegociacionesprivadas y públicas, o como garante de losEstados provinciales, etc., el Estado nacio-nal argentino expresa en este aspecto tam-bién su determinación como representantepolítico general del proceso de acumulaciónnacional de capital.

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    Límite específico del procesonacional argentino de acumulación

    Por la forma concreta particular desarrolla-da por el proceso argentino de acumulaciónde capital, éste porta también una limitaciónespecífica, el cual está dado por la magnitudde riqueza social extraordinaria que esté encondiciones de alimentar el proceso. Es de-cir, a mayor masa de riqueza social más po-drá crecer el proceso de acumulación. Ade-más, este límite tiene distintas formas deexistencia que determinan el curso de la acu-mulación en Argentina. Que son, en realidad,determinadas por el movimiento de cada unade las fuentes de esta riqueza social.

    Por un lado, la forma particularmenteinestable (aunque no exista la estabilidad enel modo de producción capitalista) de un pro-ceso que está determinado por el movimien-to de la renta del suelo. Al crecer la rentase expande la base para la acumulaciónnacional, al decrecer se contrae su base. Porotro lado, este límite determinado toma for-ma en el movimiento de la necesidad decompensación de la tasa de ganancia; pues-to en otros términos, si la compensación alos fragmentos de capitales medios operapara elevar la menor tasa de ganancia con-creta que obtienen por operar en pequeñaescala hasta alcanzar la tasa media, estacompensación no dependerá solamente dela masa de riqueza social disponible sinotambién de la diferencia existente entreambas tasas de ganancia. A una mayor di-ferencia, entre la tasa concreta que obtie-nen al operar en el mercado interno y latasa media de ganancia, corresponde unmayor requerimiento de riqueza social pararealizar la compensación.

    A su vez, la reproducción de esta formanacional de la acumulación de capital de-penderá de la potencia que tenga el capitalpara avanzar sobre el valor de la fuerza detrabajo, comprándola más marcadamentepor debajo de su valor. Pero no se trata de unaabstracta potencia, sino que está determi-nada por el propio curso de la acumulación.Es decir, si su propia reproducción va de-terminando crecientemente a la clase obre-ra nacional como sobrante para el capital,esto se va a expresar como el crecimientode la potencia del capital para avanzar so-bre el valor de la fuerza de trabajo. Del mis-mo modo, dependerá del momento en elque se encuentre el movimiento cíclico dela acumulación en su unidad mundial, el cualse expresa en una mayor o menor expan-sión del capital a préstamo.

    De manera general, en los últimos 30años el movimiento de la acumulación decapital en Argentina ha oscilado entre el es-tancamiento y la contracción. Esto se debe,principalmente, al movimiento contrapues-to de la disposición de riqueza social y surequerimiento. Donde la primera tiende acontraerse mientras el segundo a expandir-se, poniendo en evidencia de manera críti-ca la existencia del límite.

    ACUMULACIÓN DE CAPITAL Y LADETERMINACIÓN CONCRETA DELMERCOSUR

    Reproducción ampliada de la mismabase específica, la integración regional

    La integración regional en el Mercosurresulta ser una forma concreta a través de

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    la cual este proceso específicamente deter-minado de acumulación de capital ha avan-zado en la reproducción sobre su mismabase. Lo que significa que reproduce tam-bién su límite específico.

    Se trata de un proceso de integración eco-nómica de distintos procesos nacionales deacumulación de capital que portan la mis-ma determinación específica (Grinberg,2003: 2008), a través de cuya conforma-ción los fragmentos de capital medio conti-núan realizando su producción restringidaal mercado interno pero ahora regional. Enefecto, lo hacen en una escala más amplia,sin que signifique un cambio en la determi-nación de estos procesos de acumulación,ya que con esto no alcanzan la escala sufi-ciente para poner en funcionamiento la ca-pacidad productiva del trabajo compatiblecon la formación de la tasa general de ga-nancia; es decir, sin obligar a estos fragmen-tos de capital a desarrollar las fuerzas pro-ductivas sociales para mantener sumovimiento de valorización.

    Aunque, eso sí, los costos de produccióntienden a reducirse relativamente –dado elcrecimiento de la escala– y con ellos la tasade ganancia concreta tiende a elevarse. Deesta forma, disminuye relativamente la bre-cha abierta entre la productividad necesa-ria para competir en el mercado mundial yla puesta en acción en la producción para elmercado regional. Aminorando, de estamanera, el choque contra el límite al redu-cir la presión sobre el requerimiento de ri-queza social extraordinaria para realizar lacompensación.

    De todos modos, esto tampoco significaque la totalidad de la producción se realicecon la escala necesaria para el mercado

    ampliado regional. Se trata de una amplia-ción de mercado fragmentaria (Porta, 2004).Ésta se realiza desplegando, a la vez, unacompleja red de excepciones que le per-miten a estos capitales combinar la amplia-ción que reduce los costos, con un conjun-to de restricciones nacionales que garantizanla apropiación dentro de cada ámbito na-cional de la porción correspondiente de ri-queza social extraordinaria (Guevara,2007a: 10-11).

    La integración productiva regionaly la acción del Estado: formasconcretas de la acumulación en laindustria regional automotriz

    En la conformación del Mercado Común delSur, se reproduce, por lo tanto también, ladeterminación de los estados nacionalesmiembros como representantes políticos ge-nerales del proceso regional de acumulaciónde capital. Consecuentemente su accionar,su aparato, sus funciones, etc., se desarro-llan para realizar esta nueva forma (más des-plegada) de su determinación.

    La reproducción de la acumulación decapital sobre su base específica –aunqueahora parcialmente ampliada al espacio re-gional, que es lo que explica el proceso deintegración–, toma existencia concreta a tra-vés de las acciones del representante políti-co general, el Estado.

    Por lo que al avanzar en nuestro procesode conocimiento hacia las formas cada vezmás concretas que presentan los fenómenossociales –“a la forma bajo la que se presen-tan en la superficie misma de la sociedad”(Marx, 1995: 45)– nos encontramos alEstado realizando este aspecto específico de

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    su determinación. Así que lo encontramosdando una nueva forma concreta a su nece-sidad como representante político generaldel proceso de acumulación de capital.

    Al analizar un aspecto concreto del pro-ceso de integración regional, por ejemplo,el caso “exitoso” de la integración producti-va de la industria terminal automotriz de Ar-gentina y Brasil, esta determinación gene-ral del Estado capitalista queda claramenteen evidencia (Guevara: 2007b y 2007c).

    Entonces, al estudiar esta manifestaciónen la superficie (la integración productivaindustrial en el Mercosur) nos encontramoscon el accionar de los respectivos represen-tantes políticos de los ámbitos nacionales deacumulación de capital que se reproducenen la integración regional, y con la necesi-dad de resolver los requerimientos de ac-ción común, cuyo resultado no es otro quela reproducción relativamente ampliada dela determinación específica de la acumula-ción de capital.

    Los estados nacionales de Argentina yBrasil fueron dando forma –tanto porseparado como a través del accionar “inte-grado”– a los mecanismos que permiten, alos capitales medios aplicados a la produc-ción de vehículos automotores –que des-prenden fragmentos de sí y los ponen a ope-rar con la escala restringida al tamaño delmercado interno regional–, a valorizarse nor-malmente, liberados de la determinaciónhistórica del modo de producción capitalis-ta de desarrollar las fuerzas productivas dela sociedad.

    A modo de ejemplo, podemos destacarlas transferencias directas de riqueza quelos estados realizan a estos capitales. EnArgentina las empresas del sector automo-

    tor se vieron favorecidas, en plena recesióngeneral de la economía nacional a fines dela década de 1990, por un subsidio paraampliar la demanda de vehículos. A travésdel llamado “plan canje”, el Estado nacio-nal otorgó un subsidio de entre $4000 y$18000 por vehículo usado que se entrega-ra para “desguace” y el subsidio debía serutilizado para la compra de uno cero kiló-metro (Guevara, 2007c: 169).

    En el caso de Brasil, se produjeron trans-ferencias directas, bajo diferentes modali-dades y por los distintos estados de la fede-ración. Estas transferencias fueron desde ladonación de terrenos para la instalación deplantas, desarrollo de obras de infraestruc-tura, créditos subsidiados, hasta el compro-miso de ocuparse de la capacitación de lafutura fuerza de trabajo mediante los Cen-tros de Capacitación Estaduales y la crea-ción de escuelas para los hijos de los traba-jadores (Guevara, 2007c: 170).

    De este modo, en Brasil se abrieron nue-vas plantas industriales, fuera del núcleo tra-dicional del sector en el área de San Pablo,pero presentando la particularidad de quelos subsidios recibidos llegaron a superar elmonto de las inversiones realizadas por es-tos capitales.

    En el mismo sentido operó la política decomercio exterior y la fijación de los aran-celes de importación. El régimen automo-triz argentino permitió a las empresas ter-minales instaladas en el país importarvehículos terminados pagando un arancel es-pecial de 2%, mientras que el arancel ge-neral que debía pagarse para estas impor-taciones era de 22% –que determinaba elprecio comercial al que circulaban interna-mente los vehículos (Guevara, 2007c: 168).

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    En el caso de Brasil, a partir de 1995 seelevó el arancel de importación de vehículosterminados a 70%, mientras que las empre-sas instaladas en ese país se beneficiaban conun arancel preferencial, a lo que se sumó lareducción de los aranceles para la importa-ción de piezas y partes junto con los de maqui-narias y herramientas (Guevara, 2007c: 169).

    Con el avance del proceso integrador enel Mercosur, apareció en este ámbito el ac-cionar común de los estados nacionales, quetendió a la homogeneización de algunas delas condiciones necesarias para la “normal”valorización de los capitales automotrices.Tan es así que, en 1995, con la firma delProtocolo de Ouro Preto, se establece unarancel externo común (AEC) con un máxi-mo de 35% para las importaciones de vehí-culos, mientras que la producción realizadaal interior del bloque circula a 0%. Entre-tanto, las empresas que no podían hacer usodel comercio a 0%, porque que no teníanen ese momento plantas instaladas en losdos países, se les otorgó un permiso espe-cial para comerciar una determinada canti-dad de vehículos al interior del Mercosursin tener que compensarlo. De todos mo-dos, esta situación se fue resolviendo con eldespliegue de nuevas plantas donde no lashabía (Guevara 2007c: 171).

    Igualmente, el accionar del Estado comorepresentante directo del proceso de acu-mulación de capital en la lucha de clases –ycomo su representante ideológico– se ex-presó en la regulación de las condiciones decompra-venta de la fuerza de trabajo. Y,nuevamente, tanto en su regulación directacomo en la que estableció de modo indirec-to, tomó cuerpo la venta de la fuerza de tra-bajo por debajo de su valor.

    De manera directa, tal y como ya se es-tableció más arriba, en la regulación formale informal de las condiciones de explotaciónde la fuerza de trabajo. Así, en el caso deArgentina, los capitales automotrices en elcontexto de la recesión económica de finesde los 90 recurrieron a la suspensión de tra-bajadores, reducción de salarios, programasde retiro voluntario, reducción de los díasde trabajo, reducción de turnos, compensa-ción de horas de trabajo, etc. Es decir,implementaron distintas estrategias que lespermitieran mantener el plantel de trabaja-dores vía la flexibilización en el uso del tiem-po de trabajo, estrategias que habían sidoformalmente cristalizadas en los convenioscolectivos de trabajo que se acordaron a lolargo de la década (Guevara. 2007c: 173).

    Con respecto a la situación de Brasil, eldespliegue de las nuevas plantas (al calorde los incentivos estatales) manifestó su ra-zón de ser en el salario de los obreros delsector. En este caso, la acción del Estadopara viabilizar la baja en el precio de com-pra de la fuerza de trabajo se realizó indi-rectamente, ya que esta dispersión geográ-fica le permitió a los capitales industrialesimplantar las nuevas formas de organizarla producción, lo que redunda en una ma-yor flexibilización laboral y una reducciónsalarial que llega a 50% del salario quereciben los obreros del núcleo tradicionalde la industria en San Pablo. De manera talque crecieron las presiones sobre el conjuntode los obreros metalúrgicos brasileños(Guevara, 2007c: 174).

    Finalmente, las dificultades que se pre-sentan en el desarrollo de la denominadadimensión sociolaboral de la integración en elMercosur, manifiestan ser una forma en la

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    que se reproduce la posibilidad que tienenlos capitales de comprar la fuerza de traba-jo por debajo de su valor. O lo que es lomismo, la imposibilidad de avanzar en laintegración de las condiciones de venta dela fuerza de trabajo en el nivel regional, poneuna traba a la extensión de la relación di-recta de solidaridad de los vendedores defuerza de trabajo –y por lo tanto los debili-ta– en su lucha con la clase capitalista.

    CONCLUSIONES: LAS FORMAS DE LADETERMINACIÓN Y LA ACCIÓN POLÍTICA

    Hasta aquí hemos intentado seguir la reco-mendación de Poulantzas de retener el hilo,reproduciendo la determinación de las for-mas más inmediatamente visibles del Esta-do –esas que se manifiestan en la superficiemisma de la sociedad–; buscando el funda-mento del Estado en las relaciones de pro-ducción y en la división social del trabajo,sin dejar ausentes las clases ni las luchas(1980: 9). Intentando dar cuenta del fun-cionamiento concreto, del Estado concreto,en un caso concreto.

    Por eso vemos en la conformación delMercosur, y el accionar de los Estados na-cionales miembros –tanto en sus accionesestatales estrictamente nacionales, como lasacciones regionales–, la forma concreta es-pecífica que tiene el movimiento real de laacumulación de capital.

    Lo que encontramos todo el tiempo nofue otra cosa que la permanente realizaciónde su determinación como Estado capitalis-ta. Es decir, las formas concretas en que elcapital total de la sociedad interviene, orga-niza, posibilita y da un formato compatible

    con su movimiento normal, a la relación so-cial directa que establecen los miembros dela sociedad –la lucha de clases–; en la quetoma forma la relación social general indi-recta, la producción de valor y más precisa-mente la producción de plusvalía. El desa-rrollo de las fuerzas productivas sociales,mediado por la sistemática y creciente valo-rización del valor, cuenta con la centraliza-ción del capital como su palanca más poten-te (Marx, 1994: 527-532). Y la clase obreraes quien está determinada como el sujetohistórico capaz de impulsar hasta el extre-mo este proceso.

    De ahí que, para llevar adelante el desa-rrollo de la capacidad productiva del traba-jo, el capital avanza en su proceso de cen-tralización pasando por encima de cualquierlimitación que le entorpezca la posibilidadde extender su valorización. Y este movi-miento tiene a la acción política de la claseobrera como forma de realizarse. En otraspalabras, la concentración del capital en es-pacios cada vez más amplios de valorización,hasta llegar a la centralización absoluta delcapital en un único ámbito de acumulación,tiene como manera de imponerse la acciónrevolucionaria de la clase obrera y la cons-titución de una única organización política,de un único Estado (Iñigo, 2008: 123-124).Llegado este punto, el curso para seguiravanzando en el desarrollo de las fuerzasproductivas de la sociedad tiene como me-dio de existencia la transformación radicalde las relaciones establecidas entre susmiembros para producir su vida. O en otrostérminos, el mismo movimiento de desarro-llo de las fuerzas productivas del trabajohumano hará necesaria la superación delmodo de producción capitalista mediante

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    Poulantzas y la determinación del Estado capitalista:una discusión a partir de la integración industrial...

    una forma superior de producirse y organi-zarse la vida social.

    El despliegue de esta superación adoptadiferentes formas concretas en su movimiento.Las cuales están determinadas, a su vez, porlas distintas modalidades que fue desarrollan-do históricamente el capital en su proceso deacumulación. Distintas serán, entonces, lascaracterísticas que tome en su despliegue laacción política de la clase obrera.

    En los países que componen el Mercosur,cuyos procesos nacionales de acumulaciónde capital portan la especificidad arriba ex-puesta, la acción política de la clase obrerase encuentra también específicamente de-terminada. Es decir, su determinación ge-neral como sujeto revolucionario se presen-ta bajo una forma también particular.

    Sugerimos antes que estos procesos na-cionales de acumulación de capital, en larealización de su determinación particular,actúan como trabas al desarrollo de las fuer-zas productivas de la sociedad al permitirleal capital valorizarse a un ritmo similar almedio (a la tasa general de ganancia), sintener que aumentar la capacidad producti-va del trabajo que ponen en funcionamien-to para lograrlo. Sin embargo, el propio de-sarrollo histórico de este papel se les imponecomo un límite específico, ya que su movi-miento –expansión o contracción– dependedel movimiento de las fuentes de las que bro-ta la riqueza social extraordinaria que nece-sita apropiar. Y planteamos que algunas deestas fuentes tienen tendencia a contraerse.

    De manera tal que, a la clase obrera sele impone como condición de su propia su-pervivencia la superación de esta forma es-pecífica de realizarse la acumulación decapital. Especialmente, al tener en cuenta

    que la fuente de riqueza que viene creciendoy aportando la mayor proporción al sosteni-miento de la acumulación, es su paso acele-rado a la condición de sobrante; esto es, laventa de la fuera de trabajo crecientementepor debajo de su valor.

    La superación de esta modalidad adop-tada por la acumulación de capital tiene porforma de realizarse el avance acelerado dela concentración del capital, hasta alcanzaruna magnitud tal, que resulte suficiente paradesplegar un proceso de valorización nor-mal. En otras palabras, hasta obtener lamagnitud necesaria de capital que permitadesplegar la escala de la producción querequiere poner en funcionamiento la mayorcapacidad productiva del trabajo que hacefalta para valorizarse a la tasa general deganancia. Conformándose, de este modo, unproceso de acumulación que para reprodu-cirse necesita participar del desarrollo delas fuerzas productivas de la sociedad.

    Una concentración de capital de seme-jante magnitud solamente puede alcanzarsea través de la centralización plena de loscapitales existentes en uno solo; y una deestas características implica la superaciónde los limitados ámbitos nacionales (y susacotadas escalas y mercados) latinoamerica-nos tomados aisladamente. Requiere, por lotanto, de la centralización política en un úni-co Estado regional latinoamericano que tomeen sus manos la organización de este procesode acumulación de capital regionalmenteconcentrado. Esta centralización sólo pue-de darse avanzando en la socialización di-recta del trabajo en el nivel regional, o seamediante la liquidación de las burguesíasnacionales, los terratenientes y toda perma-nencia de cualquier tipo de base nacional.

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    Es la clase obrera (en lo inmediato en su recorte regional), quien estádeterminada como el sujeto de este proceso de centralización, a través detomar en sus manos el control directo del nuevo curso de la producciónsocial. Este salto en la centralización y concentración del capital no cam-biará, evidentemente, la condición de capitalista del modo de producción;pero si tenderá a acelerar el despliegue de la determinación que el capita-lismo lleva en sí, de aniquilarse en una forma superior de organizar laproducción de la vida social.

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