Preguntas generadoras núcleo 1 (celianeses)

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RESPUESTAS AL NUCLEO No 1 ¿Qué es una familia lingüística? Una familia de lenguas es un grupo de lenguas emparentadas históricamente y que parecen derivar de una lengua más antigua que por diversificación dialectal dio lugar a diferentes lenguas, normalmente ininteligibles entre sí. En sentido estricto, una familia de lenguas es una unidad filogenética, es decir, todos sus miembros derivan de un ancestro común. · ¿Cómo se identifica? Se toma, como punto de vista, el común origen de varias lenguas, manifestado en la afinidad que muestran entre sí. Entonces se dice que tales lenguas están emparentadas entre sí o bien que constituyen una familia lingüística. · ¿Por qué se describe como lenguas Grecolatinas o Romanceras las derivadas del Latín? Porque ningún pueblo de la Antigüedad influyó tanto sobre el pueblo romano y sobre su lengua como el griego. Desde los primeros tiempos de Roma se hallan vestigios de esta influencia que se ejerce desde las colonias griegas del sur de Italia y la isla de Sicilia, la Magna Grecia. El alfabeto latino proviene con ciertas adaptaciones y variantes del alfabeto griego utilizado en las colonias del sur de Italia. Por lo que respecta a la lengua, existen multitud de giros y vocablos griegos insertados en el latín desde época muy

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RESPUESTAS AL NUCLEO No 1

¿Qué es una familia lingüística?

Una familia de lenguas es un grupo de lenguas emparentadas históricamente y que parecen derivar de una lengua más antigua que por diversificación dialectal dio lugar a diferentes lenguas, normalmente ininteligibles entre sí. En sentido estricto, una familia de lenguas es una unidad filogenética, es decir, todos sus miembros derivan de un ancestro común.

· ¿Cómo se identifica?

Se toma, como punto de vista, el común origen de varias lenguas, manifestado en la afinidad que muestran entre sí. Entonces se dice que tales lenguas están emparentadas entre sí o bien que constituyen una familia lingüística.

· ¿Por qué se describe como lenguas Grecolatinas o Romanceras las derivadas del Latín?

Porque ningún pueblo de la Antigüedad influyó tanto sobre el pueblo romano y sobre su lengua como el griego. Desde los primeros tiempos de Roma se hallan vestigios de esta influencia que se ejerce desde las colonias griegas del sur de Italia y la isla de Sicilia, la Magna Grecia.

El alfabeto latino proviene con ciertas adaptaciones y variantes del alfabeto griego utilizado en las colonias del sur de Italia.

Por lo que respecta a la lengua, existen multitud de giros y vocablos griegos insertados en el latín desde época muy temprana. Los primeros términos pertenecen al lenguaje del comercio y de la navegación y son introducidos por esclavos y mercaderes. Este influjo griego crece sin cesar y culmina cuando Grecia queda incorporada al Imperio romano.

· ¿Cómo verificar el proceso histórico de formación de las palabras castellanas?

La base del idioma es el latín vulgar, propagado en España desde fines del siglo III a.C., que se impuso a las lenguas ibéricas" y al vasco, caso de no ser una de ellas. De este substrato ibérico procede una serie de elementos léxicos autónomos conservados hasta nuestros días y que en algunos casos el latín asimiló, como:

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cervesia > cerveza, braca > braga, camisia > camisa, lancea > lanza.

Otros autores atribuyen a la entonación ibérica la peculiar manera de entonar y emitir el latín tardío en el norte peninsular, que sería el origen de una serie de cambios en las fronteras silábicas y en la evolución peculiar del sistema consonántico. Otro elemento conformador del léxico en el español es el griego, puesto que en las costas mediterráneas hubo una importante colonización griega desde el siglo VII a.C.; como, por otro lado, esta lengua también influyó en el latín, voces helénicas han entrado en el español en diferentes momentos históricos.

Por ejemplo, los términos huérfano, escuela, cuerda, gobernar, colpar y golpar (verbos antiguos origen del moderno golpear), púrpura (que en castellano antiguo fue pórpola y polba) proceden de épocas muy antiguas, así como los topónimos Denia, Calpe. A partir del Renacimiento siempre que se ha necesitado producir términos nuevos en español se ha empleado el inventario de las raíces griegas para crear palabras, como, por ejemplo, telemática, de reciente creación, o helicóptero. Entre los siglos III y VI entraron los germanismos y su grueso lo hizo a través del latín por su contacto con los pueblos bárbaros muy romanizados entre los siglos III y V.

Forman parte de este cuerpo léxico guerra, heraldo, robar, ganar, guiar, guisa (compárese con la raíz germánica de wais y way), guarecer y burgo, que significaba 'castillo' y después pasó a ser sinónimo de 'ciudad', tan presente en los topónimos europeos como en las tierras de Castilla, lo que explica Edimburgo, Estrasburgo y Rotemburgo junto a Burgos, Burguillo, Burguete, o burgués y burguesía, términos que entraron en la lengua tardíamente. Hay además numerosos patronímicos y sus apellidos correspondientes de origen germánico: Ramiro, Ramírez, Rosendo, Gonzalo, Bermudo, Elvira, Alfonso. Poseían una declinación especial para los nombres de varón en -a, -anis, o -an, de donde surgen Favila, Froilán, Fernán, e incluso sacristán. Junto a estos elementos lingüísticos también hay que tener en cuenta al vasco, idioma cuyo origen se desconoce, aunque hay varias teorías al respecto.

Algunos de sus hábitos articulatorios y ciertas particularidades gramaticales ejercieron poderosa influencia en la conformación del castellano por dos motivos: el condado de Castilla se fundó en un territorio de influencia vasca, entre Cantabria y el norte de León; junto a eso, las tierras que los castellanos iban ganando a los árabes se repoblaban con vascos, que, lógicamente, llevaron sus hábitos lingüísticos y, además, ocuparon puestos preeminentes en la corte castellana hasta el siglo XIV. Del substrato vasco proceden dos fenómenos fonéticos que serán característicos del castellano.

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La introducción del sufijo -rro, presente en los vocablos carro, cerro, cazurro, guijarro, pizarra, llevaba consigo un fonema extravagante y ajeno al latín y a todas las lenguas románicas, que es, sin embargo, uno de los rasgos definidores del sistema fonético español; se trata del fonema ápico-alveolar vibrante múltiple de la (r).

La otra herencia del vasco consiste en que ante la imposibilidad de pronunciar una f en posición inicial, las palabras latinas que empezaban por ese fonema lo sustituyeron en épocas tempranas por una aspiración, representada por una h en la escritura, que con el tiempo se perdió: así del latín farina > harina en castellano, pero farina en catalán, italiano y provenzal, fariña en gallego, farinha en portugués, farine en francés y faina en rumano; en vasco es irin. La lengua árabe fue decisiva en la configuración de las lenguas de España, y el español es una de ellas, pues en la península se asienta durante ocho siglos la dominación de este pueblo. Durante tan larga estancia hubo muchos momentos de convivencia y entendimiento. Los cristianos comprendieron muy pronto que los conquistadores no sólo eran superiores desde el punto de vista militar, sino también en cultura y refinamiento. De su organización social y política se aceptaron la función y la denominación de atalayas, alcaldes, robdas o rondas, alguaciles, almonedas, almacenes.

Aprendieron a contar y medir con ceros, quilates, quintales, fanegas y arrobas; aprendieron de sus alfayates (hoy sastres), alfareros, albañiles que construían zaguanes, alcantarillas o azoteas y cultivaron albaricoques, acelgas o algarrobas que cuidaban y regaban por medio de acequias, aljibes, albuferas, norias y azadones. Influyeron en la pronunciación de la s- inicial latina en j- como en jabón del latín 'saponem'. Añadieron el sufijo -í en la formación de los adjetivos y nombres como jabalí, marroquí, magrebí, alfonsí o carmesí. Se arabizaron numerosos topónimos como por ejemplo Zaragoza de "Caesara(u)gusta", o Baza de "Basti". No podría entenderse correctamente la evolución de la lengua y la cultura de la península sin conceder al árabe y su influencia el lugar que le corresponde. Si consideras que esta información es insuficiente o estás interesado en conocer más de la historia del idioma español, por favor envíame un correo y con gusto ampliaré el tema.

· ¿Cómo identificar el aporte del latín Griego y Árabe en la formación lexical de la Lengua Castellana?

Aporte griego.

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Es Grecia, sin duda, el origen de nuestra cultura occidental. Los romanos supieron asimilar la cultura griega y, mediante su lengua, transmitir esta cultura al resto del mundo conocido entonces.

Rivalizando con los fenicios, los griegos establecieron en el s.VII a.C. varias colonias, extendiéndose por todo el litoral mediterráneo.

Las palabras griegas necesitaron a veces el vehículo del latín, del árabe o del godo para pasar al castellano. En ocasiones se introdujeron directamente y sin intermediarios.

- Por intermedio del latín literario pasaron al castellano vocablos cultos de origen griego:

Biblioteca escena comedia coro dramaGramática filosofía idea melodía metáforaMuseo oda peristilo rapsodia retóricaSátira sinfonía tragedia-A través del lenguaje popular latino hemos recibido numerosas palabras:- Referidas a fenómenos populares:Antro barranca cima grutaHorizonte istmo- Del reino mineral:Piedra ágata amatista amoníacoArcilla calamina cinabrio cobreCristal diamante metal ónice- Del reino vegetal:Acanto amaranto caña crisantemoEsparto frijol geranio oréganoPerejil ruibarbo vino zumo- Del reino animal:Crisálida elefante pulpo- Referidas a la vida humana individual y colectiva:Apoteosis bodega botica celoCirco guitarra chisme discoEnsayo epitafio estadio falangeFéretro hipódromo melancolía misántropoPalestra pira piropo propinaTriunfo- En la época imperial romana se introdujeron muchos helenismos en el latín

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vulgar:- Palabras como "cada".- Sufijos como "-izar" y "-ear".

- Por otra parte, el latín sirvió de vehículo que trasladó del griego al castellano numerosas voces de carácter eclesiástico como:

Ángel apóstol bautismo blasfemia católicozCisma cristiano Cristo diablo diócesisEucaristía evangelio exorcismo herejía iglesiaMártir misterio paraíso- Ha de añadirse el innumerable conjunto de denominaciones técnicas, puestas a objetos que la civilización griega no poseyó, como:Microscopio periscopio telégrafo teléfono.

Aporte árabe

Es el más importante después del latín. Los árabes invadieron la península en el 711 y permanecieron en ella casi durante ocho siglos. Es natural, pues, que su aportación sea tan importante (unas 4.000 palabras).

- En su aspecto lexicológico, aportó términos bélicos (rebato, atalaya, almena, alcázar...) y, en general, referentes a diversos aspectos de la vida:

Abalorio aceituna acelga acequia alacenaAlacrán alambique alazán albacea albahacaAlbañil albóndiga albornoz alboroto alborozoAlcachofa alcancía alcantarilla alcoba alcoholAldea alfalfa alfanje alfarero alfiler alfombra álgebra algodón alguacil alhajaAljibe almacén almazara almohada alquilerAlquitrán ajuar alubia arancel azaharAzogue azote azotea azucena azulAzufre cenit cero cifra elixirFanega gandul haragán jarra jazmínJinete laúd orangután naranja noriaQuilate sandía tabique tahúr talco

Tambor tarea tarifa talismán tazaZagal zanahoria

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También le debemos la preposición "hasta" y las interjecciones (hola, arre, ojalá...).

- En su aspecto morfológico, ha de remarcar el gran número de palabras con el artículo "al-" o "-i".

· ¿Lengua Española o Lengua castellana?

Esta lengua también se llama castellano, por ser el nombre de la comunidad lingüística que habló esta modalidad románica en tiempos medievales: Castilla. Existe alguna polémica en torno a la denominación del idioma; el término español es relativamente reciente y no es admitido por los muchos hablantes bilingües del Estado Español, pues entienden que español incluye los términos valenciano, gallego, catalán y vasco, idiomas a su vez de consideración oficial dentro del territorio de sus comunidades autónomas respectivas; son esos hablantes bilingües quienes proponen volver a la denominación más antigua que tuvo la lengua, castellano entendido como 'lengua de Castilla'.

En los países hispanoamericanos se ha conservado esta denominación y no plantean dificultad especial a la hora de entender como sinónimos los términos castellano y español. En los primeros documentos tras la fundación de la Real Academia Española, sus miembros emplearon por acuerdo la denominación de lengua española. Quien mejor ha estudiado esta espinosa cuestión ha sido Amado Alonso en un libro titulado Castellano, español, idioma nacional. Historia espiritual de tres nombres (1943). Volver a llamar a este idioma castellano representa una vuelta a los orígenes y quién sabe si no sería dar satisfacción a los autores iberoamericanos que tanto esfuerzo y estudio le dedicaron, como Andrés Bello, J. Cuervo o la argentina Mabel Manacorda de Rossetti. Renunciar al término español plantearía la dificultad de reconocer el carácter oficial de una lengua que tan abierta ha sido para acoger en su seno influencias y tolerancias que han contribuido a su condición. Por otro lado, tanto derecho tienen los españoles a nombrar castellano a su lengua como los argentinos, venezolanos, mexicanos, o panameños de calificarla como argentina, venezolana, mexicana o panameña, por citar algunos ejemplos. Lo cual podría significar el primer paso para la fragmentación de un idioma, que por número de hablantes ocupa el tercer lugar entre las lenguas del mundo. En España se hablan además el catalán y el gallego, idiomas de tronco románico, y el vasco, de origen controvertido. Sergio Zamora B. Guadalajara, Jalisco, México 1999.

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