Los siete vehículos que formaban par-te de la expedición facilitaron que la organización añadiera este vehículo de asistencia rápida, cuya misión

fue la de llevar, en ruta, ruedas, recam-bios, herramientas, mecánico conductor y médico; todo un lujo para los asisten-tes. Pero hablemos del Wolverine, al que muchos casi desprecian por su teórico poco potencial. Esta valoración está lejos de la realidad, pues la capacidad de car-ga, el bajo consumo, su polivalencia y su dureza son solo algunas de las principa-les virtudes de este UTV.

A la fiabilidad del motor se une una gran fortaleza ciclo y algo tan impor-tante como la tranquilidad de llevar un vehículo de una marca agradecida a la hora de “chapucear”. Y en esto los mecá-nicos del norte del Sahara son especia-listas. Si para otros vehículos es difícil de encontrar recambios originales, para los Yamaha no acostumbra a haber proble-mas. Incluso, como nos confesaba Moha, de Garage Sahara Zagora, “con cualquier hierro se puede hacer funcionar un Yamaha estropeado”.

PreParación YaMaHa Wolverine 4XQuad

un Buen aSiSTenTeEn una ruta dE utVs y Quads por MarruEcos, EL VEhícuLo dE asistEncia no tiEnE por Qué sEr EL Más rápido ni EL Más potEntE, pEro sí EL Más fiabLE y fáciL dE ManEjar. por EstE MotiVo, En EL EnésiMo tour Marroc dE ingraVid sE optó por un yaMaha WoLVErinE prEparado En 4XQuad._josEp ricós _fotos: jordi garriga

QUAD & JET & BUGGY

La verdad es que en esta unidad de Wolverine, preparada para la ocasión, no tuvimos mucho trabajo, pues etapa tras etapa cumplía con su cometido llegando detrás de los YXZ, Polaris 1000 y 1000 Turbo. Solo en pistas evidentemente apropiadas, los grandes UTV aprovecha-ban la potencia de los motores y sacaban ventaja también gracias a la capacidad de dibujar los baches con los amortiguado-res tan descomunales que equipan. Para minimizar esta circunstancia, 4XQUAD supo acertar en la preparación del Wolve-rine dando más diámetro de rueda, que permitía alcanzar una velocidad tranquila de 75 km/h de GPS. Se montaron separa-dores de aluminio para ganar estabilidad y una regulación de amortiguadores de origen que solo echaban en falta un mue-lle un poco más duro, sobre todo detrás.

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La parte ciclo es muy importante en Marruecos. Unos buenos neumáticos marcan la diferencia. En este caso se montaron los Maxxis Big Horn, pero per-fectamente se hubiesen podido montar unos ITP BAJA de ocho lonas. En cuanto a los amortiguadores, sufrieron un poco los traseros por el muelle, que, aun apretado al máximo, no impedía que los amorti-guadores hicieran tope en pistas rápidas bacheadas. El amortiguador delantero, también regulable en compresión y ex-tensión, es extraordinariamente bueno; se nota que la marca japonesa ha dado prio-ridad en este aspecto a la hora de renovar el concepto del antiguo Yamaha Rhino.

compArTimEnTos El vehículo contaba con muchos com-

partimentos, bolsas, maletas, ganchos para llevar los innumerables recambios y útiles para llevar a cabo una asistencia adecuada. Los kits repara-pinchazos son el material más utilizado, y el com-presor, de la marca Warn, garantiza un llenado total a 0,6 kilos en menos de un minuto. Incluso nos sirvió en caso

nos GUsTA...

no nos convEncE...

Fiabilidad absolutaComodidad de conducción y aptitudes ruteras

Falta de potencia y velocidad en platós y pistas rápidasAmortiguadores algo blandos, sobre todo tras varios kilómetros de pista

con cuaLQuiEr hiErro se puede hacer funcionar un yamaha estropeado

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de emergencia para limpiar algún filtro excesivamente saturado de polvo.

La parte trasera recibió unas barras donde se fijaron la propia rueda de recambio del vehículo, dos depósitos de gasolina de un galón (3,78 litros) cada uno y el compresor de aire. En el portabultos trasero, grande y práctico, también fijado a las barras, se alojaron las dos ruedas extra de recambio para el grupo, una caja estanca Peli con recambios, herramien-tas, medicamentos, bidón de agua y un Jerrycan; en definitiva, todo lo necesario para que siete vehículos con 11 personas entre pilotos y acompañantes, estuvieran atendidos durante todo el trayecto.

El wolvErinE full. Nada se dejó al azar en la preparación del Yamaha Wolverine. Moha, del Garage Sahara Zagora, se msostró feliz al vernos. Dromedarios y camellos son fáciles de encontrar en el desierto.

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• GPS Garmin 276 acoplado debajo del cuentaquilómetros de origen.

• Cartografía de Garmin Topo Marruecos navegable.

• Altavoz para GPS en caso de navegación por carretera.

• Bolsas varias con material de acceso rápido como kit repara-pinchazos, multiusos, etc.

• Compresor de aire Warn adaptado en la caja trasera con manguera y manómetro de acceso rápido.

• Maleta Peli con recambios necesarios para todos los vehículos participantes

• Caja maleta con material médico y 10 litros de agua.

• Herramientas completas y cabrestante manual con eslinga.

• Dos ruedas de recambio con llanta (una de ataque Polaris y otra Yamaha)

• Un neumático extra de medida 28.• 30 litros de gasolina repartidos en 2

depósitos kimpex laterales y Jerrycan en caja trasera.

• Llantas ITP de 14 y neumáticos Maxxis de 29• Cuatro separadores de aluminio.• Arneses GYTR para piloto.• Pedales de aluminio antideslizante para

acelerador y freno.• Barras metálicas en portabultos para alojar

ruedas y depósitos de gasolina.• Pala con soporte lateral para ayuda al

rescate en la arena.• Depósito para trinchas y eslingas debajo del

asiento del conductor.• Focos de largo alcance en el techo.• Parabrisas delantero modificado derivado

del modelo de origen del Yamaha Rhino.• Faldones de plástico en ruedas delanteras.

PreParación y equipación

Conduciendo, a pesar de su peso, al límite, con piloto más médico acompa-ñante y todo el material antes comen-tado, el Wolverine se portó de mara-villa. Cómodo; ni por asomo tuvimos sensación de cansancio. De hecho, este vehículo no se presta a la conducción estresada y deportiva. La posición de conducción, más erguida que en el resto de UTV, permite un cierto margen para moverse. En las pistas rápidas, el amor-tiguador trasero te pedía ir con cuidado en los baches y puede decirse que fue el único punto negro, mientras que el de-lantero comía lo que hiciera falta. Ambos llevaban la precarga a tope y el hidráulico de compresión endurecido, mientras que la extensión iba bastante libre para que la rueda siempre permaneciera en el suelo.

Sobre las dunas sorprendió a todos. La falta de potencia se suplía con un buen par. La suavidad del motor, otra vez, daba confianza, y la mayor altura hacía que no tocara tanto de barriga en las crestas. La labor de asistencia no nos permitió tomar riesgos, y tocó marcar terreno para que los más inexpertos siguieran nuestros pasos sobre la arena. Las dunas más altas

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quedaron para los más necesitados de adrenalina, el Wolverine cruzó el Erg de extremo a extremo como guía de parte del grupo teniendo que sortear alguna pendiente excesivamente dura, pero nos quedamos con la sensación de poder hacer prácticamente el mismo track que los grandes UTV.

En pistas, tranquilidad absoluta. La ma-yor anchura respecto al modelo de origen suple la inestabilidad que puede producir la mayor altura al aumentar el diámetro de las ruedas. En curvas cerradas, apu-rando y con el amortiguador caliente, el neumático rozaba un poco en el interior del paso de rueda; un mal menor.

Sobre platós, velocidad. Llegaba el momento definitivo sobre el popular Lago Iriki. Muchos, muchos quilómetros de nada. Nada de nada. Las dunas de Chegaga a la derecha cada vez quedaban más lejos, y nuestro vehículo de asis-tencia iba quedando atrás. La velocidad cómoda eran los 75 km/h. Evidentemen-te, la intención no es la de competir. Al final, el track nos hacía girar y reunirnos con el grupo... Apenas llegamos cinco minutos tarde. Q&J

noble. Con un tamaño sobredimensio- nado con respecto al de serie, el Wolverine se comportó de manera excepcional. El navegador GPS resulta esencial.

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