Abog. CPCC. Julián Contreras Llallico Lima - 2011 CONTROL GUBERNAMENTAL.
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PROMUEVEN ACCIÓN DE AMPARO. DEFENSA DE
CONSUMIDORES Y USUARIOS. DECLARACIÓN DE
INCONSTITUCIONALIDAD DECRETO 499/2018.
RESGUARDO DE LA VIDA DIGNA, LA VIVIENDA Y EL
HABITAT. CASO FEDERAL.-
Señor Juez Federal:
……y los adherentes que se expresan en las Planillas
que se acompañan, unificando personería, indistintamente, en
quiénes encabezan esta presentación, constituyendo domicilio
procesal en la sede de la Asociación Civil, INSTITUTO
ARTURO E. SAMPAY (IAES), sita en Libertad 174, 3° piso,
of. 6, ejerciendo el patrocinio letrado de esta acción los, Dres.
JORGE F. CHOLVISy EDUARDO S. BARCESAT,
Presidente y Vocal 1° del IAES, con domicilios electrónicos y
20043083040, respectivamente, al Señor Juez decimos:
I: OBJETO:
En resguardo de los derechos de consumidores y
usuarios, conforme lo preceptuado por el art. 42 de la
Constitución Nacional, y en ejercicio del facultamiento
conferido por el art. 43, segundo párrafo de la C.N., en tanto
que afectados por acto de autoridad pública, que se reputa
manifiestamente ilegal y manifiestamente arbitrario, lesivo y
restrictivo de derechos constitucionales y convencionales, con
invocación de la necesidad de tutela jurisdiccional de la vida
digna, la vivienda y el hábitat (art. 75, inc. 22°, C.N., y en
observancia al deber de obediencia a la Ley Suprema de la
Nación (art. 36, C.N.), venimos a interponer acción de amparo
contra el Poder Ejecutivo Nacional, Jefatura de Gabinete de
Ministros y Ministros integrantes del gabinete nacional, con
sede de su domicilio legal en Balcarce 50, C.A.B.A., a efectos
que se dicte sentencia, erga omnes, que disponga:
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1.1: La nulidad e inconstitucionalidad del Decreto N°
499/2018 (B.O. 01-06-2018).-
1.2: A consecuencia de dicha nulidad e inconstitucionalidad,
se declare la entrada en vigencia, por promulgación
automática, vencido el plazo de 10 días previsto por el art. 80
de la C.N., del Proyecto de Ley aprobado por ambas Cámaras
del Congreso de la Nación bajo el N° 27.443, resguardando así
las incumbencias del Poder Legislativo de la Nación
Argentina; y el sistema y doctrina de la división de poderes,
pilar fundamental del Estado de Derecho.-
1.3: Se dicte, hasta tanto medie sentencia definitiva pasada en
autoridad de cosa juzgada, medida de no innovar en el precio
de las tarifas de servicios públicosvigentes al 1° de diciembre
de 2017, comprendiendo como servicios públicos a la
provisión de gas de red, de gas envasado, la provisión del
servicio de electricidad y la provisión del servicio de agua
potable. Ello, por mediar peligro, para todo afectado,por la
demora de la tramitación judicial y por la verosimilitud del
derecho por el que se procede (Ley 26.854 y arts. 230 y c.c.
del CPCC). La medida será notificada a la parte demandada y
a las empresas y entes reguladores comprendidos por la
prestación de los servicios públicos, todo ello bajo
apercibimiento de denunciar la desobediencia ante la autoridad
judicial competente en caso de incumplimiento.-
1.4: Se dicte, asimismo, de inmediato de promovida la
presente acción de amparo, y por tratarse del supuesto de
habilitación previsto por el art. 2. Inc. 2° de la Ley 26.854,
como medida precautelar, la prohibición del corte del
suministro de los servicios (gas, electricidad, agua potable),
por falta de pago de consumidores y usuarios; ello, hasta que
se resuelva, y adquiera firmeza, la medida cautelar peticionada
en el punto precedente.-
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1.5: Se deja introducido y reservado el Caso Federal (arts. 14 y
15, Ley 48), por hallarse en juego la vigencia y aplicación de
normas constitucionales y convencionales, materia
eminentemente federal.-
1.6: Se impongan las costas y costos de la acción a la parte
demandada.-
Se funda la acción en los siguientes antecedentes y
consideraciones.-
2: EXAMEN DE LA NULIDAD E
INCONSTITUCIONALIDAD DE LA NORMA:
El análisis comenzará por el examen de la capacidad del
órgano para emitir la norma jurídica y si se ha seguido el
procedimiento debido para su creación, Esto es, lo que en la
semántica de la CSJN se nomina como el control de legalidad
del proceso de creación normativa.-
Este examen tiene una doble vertiente. De un lado, la
competencia del Poder Legislativo de la Nación para emitir el
Proyecto de ley de la Nación identificado bajo el N° 27.443.
Sobre la otra mano, si el Poder Ejecutivo Nacional ha
procedido conforme la normativa superior en la producción del
Decreto N° 499/2018.-
2.1: DEL PROYECTO DE LEY N° 27.443:
Contrariamente a lo afirmado por el PEN en los
fundamentos del Decreto N° 499/2018, donde se atribuye, con
pretendido sustento constitucional, que es el “único” poder que
tiene la competencia para ejercer esa función, bien otro es el
marco constitucional y convencionalde aplicación.-
Comencemos por poner de resalto que el artículo
específico de la C.N. (art. 42) que regula cuáles son los
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derechos de consumidores y usuarios, y cuáles las obligaciones
de las autoridades, es –vaya paradoja- la normativa que los
fundamentos y la parte dispositiva del Decreto N° 499/2018,
omiten totalmente; en efecto, ni lo nombran, ni lo aplican. Un
paradigma invertido de fundamentación constitucional.-
Sea, por tanto, la primer invocación, la de transcribir y
resaltar la cláusula constitucional que es norma específica, y
que por ser parte del articulado incorporado en la Reforma
Constitucional del año 1994, es norma superior y posterior.
Dice la cláusula en cuestión (Capítulo Segundo; Nuevos
derechos y garantías): “Los consumidores y usuarios de
bienes y servicios tienen derecho, en la relación de consumo,
a la protección de su salud, seguridad e intereses
económicos;a una información adecuada y veraz;a la
libertad de elección, y a condiciones de trato equitativo y
digno. Las autoridades proveerán a la protección de esos
derechos, a la educación para el consumo, a la defensa de la
competencia contra toda forma de distorsión de los
mercados, al control de los monopolios naturales y legales, al
de la calidad y eficiencia de los servicios públicos, y a la
constitución de consumidores y usuarios. LA
LEGISLACIÓN establecerá procedimientos eficaces para la
prevención y solución de los conflictos, y los marcos
regulatorios de los servicios públicos de competencia
nacional, previendo la necesaria participación de las
asociaciones de consumidores y usuarios y de las provincias
interesadas en los organismos de control-“(Subrayado y
mayúscula, nuestros).-
Como compartirá el Señor Juez, basta con esta
transcripción para dar por tierra con la extensa cuan
infructuosa retórica de fundamentación que se empleó en el
Decreto N° 499/2018 para generar la ficcional imagen que sólo
el PEN tiene competencia constitucional en materia de tarifas
de servicios públicos.-
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La semántica constitucional se refiere a “las
autoridades”, expresión que abarca a los tres poderes del
Gobierno Federal y determina un marco de protección para
todo el territorio nacional, por lo que también quedan
comprendidas las autoridades provinciales y locales.-
En más, que la expresión “la legislación” refiere,
exclusivamente, a la producción normativa que emana del
Congreso de la Nación, teniendo como ámbito de validez,
material y territorial de dicha incumbencia “los servicios
públicos de competencia nacional”.-
¿Puede caber alguna duda respecto al sentido bi-unívoco
de la expresión “legislación”?
¿Puede caber duda respecto del alcance y sentido de la
expresión “servicios públicos”?
Las condiciones de trato equitativo y digno que invoca
el art. 42 de la C.N., significa, como se sostuvo en su debate,
que el “precio justo” de los servicios públicos es aquel que
posibilite el acceso a ese uso y consumo.-
La palabra “acceso” es la expresión clave en toda
política de derechos humanos. De un lado denota la situación
de desposesión respecto del derecho reconocido en la norma;
del otro, la obligación de las autoridades de satisfacer la
obligación de resultado que se contrae al incorporar un plexo
de derechos económicos, sociales y culturales. Esto se
corresponde, precisamente, con el sentido de las “acciones
positivas” que refiere el inciso 23 del art. 75, C.N.-
Y cómo se puede desconocer que dicho artículo es el que
describe las “Atribuciones del Congreso”, y que a
continuación de los citados conceptos del inciso 23, señala
preceptivamente cuál es la finalidad de dicha “atribución”
que el órgano legislativo debe ejercer. Sin dudarsostenemos
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que es el designio manifiesto de lograr“el pleno goce y
ejercicio de los derechos reconocidos por esta Constitución y
por los tratados internacionales vigentes sobre derechos
humanos, en particular respecto de los niños, las mujeres, los
ancianos y las personas con discapacidad”. Lo cual, si se lo
lee e interpreta debidamente ha de ser uno de los sólidos
fundamentos de esta presentación.
Evidentemente, quienquiera haya sido el redactor(es) del
Decreto N° 499/2018, más allá de la descripción que se hace
en los considerandos del mismo, cabe señalar que sólo
alcanzan el plano de sofisterías o razones dogmáticas que no
son del caso y están fuera de nuestra realidadcontemporánea,
y por tanto de la falta de vigencia de los derechos humanos
básicos; desconoce el sentido del texto de la Ley Suprema, o lo
que es aún más grave, conociéndolo no lo aplica. Lo primero
es ignorancia, falta de idoneidad para el ejercicio de la función
pública (art. 16, C.N.); lo segundo, es dolo; saber de la
conducta dañosa y cometer ese daño a la sociedad.
Seguramente la segunda es la hipótesis fuerte.-
En la primera hipótesis, estamos en presencia de mal
desempeño; en la segunda, en la comisión de delito en
ejercicio de la función pública (art. 248, C. Penal). Más
cierto, que ambas son las causales del juicio político previsto
por el art. 53 de la C.N., para proceder al enjuiciamiento del
Presidente de la Nación, al Jefe del Gabinete de Ministros y
a los Ministros. Todos ellos firmantes del decreto repugnado
como inconstitucional.-
Señor Juez, la competencia del Congreso de la Nación
para debatir y sancionar el Proyecto de Ley N° 27.443 tiene a
su favor, en cuanto a la determinación de su competencia, no
sólo la norma específica del art. 42 de la C.N., sino que se
afianza asimismo en las previsiones de los incisos 18, 19 y 23
del art. 75 de la C.N.-
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No se puede obviar su transcripción dada la temeridad y
malicia del “relato” del Decreto N° 499/2018:
Art. 75: Corresponde al Congreso:
18: Proveer lo conducente a la prosperidad del país, al
adelanto y bienestar de todas las provincias, y al progreso de
la ilustración, dictando planes de instrucción general y
universitaria, y promoviendo la industria, la inmigración, la
construcción de ferrocarriles y canales navegables, la
colonización de tierras de propiedad nacional, la
introducción y establecimiento de nuevas industrias, la
importación de capitales extranjeros y la exploración de los
ríos interiores, por leyes protectoras de estos fines y por
concesiones temporales de privilegios y recompensas de
estímulo.-
19: Proveer lo conducente al desarrollo humano, al progreso
económico con justicia social, a la productividad de la
economía nacional, a la generación de empleo, a la
formación profesional de los trabajadores, a la defensa del
valor de la moneda, a la investigación y al desarrollo
científico y tecnológico, su difusión y aprovechamiento.-
Proveer al crecimiento armónico de la Nación y al
poblamiento de su territorio; promover políticas
diferenciadas que tiendan a equilibrar el desigual desarrollo
relativo de provincias y regiones. Para estas iniciativas el
Senado será Cámara de origen.-
Sancionar leyes de organización y de base de la educación
que consoliden la unidad nacional respetando las
particularidades provinciales y locales; que aseguren la
responsabilidad indelegable del Estado, la participación de la
familia y la sociedad, la promoción de los valores
democráticos y la igualdad de oportunidades y posibilidades
sin discriminación alguna; y que garanticen los principios de
gratuidad y equidad de la educación pública estatal y la
autonomía y autarquía de las universidades nacionales.-
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Dictar leyes que protejan la identidad y pluralidad cultural,
la libre creación y circulación de las obras de arte; el
patrimonio artístico y los espacios culturales y
audiovisuales.-“
23: Legislar y promover medidas de acción positiva que
garanticen la igualdad real de oportunidades y de trato, y el
pleno goce y ejercicio de los derechos reconocidos por esta
Constitución y por los tratados internacionales vigentes sobre
derechos humanos, en particular respecto de los niños, las
mujeres, los ancianos y las personas con discapacidad.-
Basta con examinar los fundamentos del Decreto N°
499/2018, para advertir que nada de lo que se expresa allí se
corresponde con los enunciados de los incisos 18, 19 y 23 de la
C.N. Es que el incremento desmedido de las tarifas de los
servicios públicos es el opuesto contradictorio al “desarrollo
humano, al progreso económico con justicia social, a la
productividad de la economía nacional, a la generación de
empleo…, promover políticas diferenciadas que tiendan a
equilibrar el desigual desarrollo relativo de provincias y
regiones”. Mucho menos el “…legislar y promover medidas de
acción positiva que garanticen la igualdad real de
oportunidades y de trato…”, y “el pleno goce y ejercicio de los
derechos reconocidos por esta Constitución y por los tratados
internacionales vigentes sobre derechos humanos”.
Pero esos son los objetivos de la legislación general y a
ellos deben prestar obediencia, por imperio de lo preceptuado
por el art. 36 de la C.N., todos los poderes del Gobierno
Federal, así como las autoridades provinciales y locales (arts.
31 y 75, inc. 22°, C.N.).-
Particular relieve han de adquirir en la fundamentación
de esta acción de amparo las cláusulas iniciales de ambos
Pactos Internacionales de la ONU, de Derechos Civiles y
Políticos, y de Derechos Económicos, Sociales y Culturales,
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que reconocen el derecho de auto o libre determinación de los
pueblos, el derecho a la independencia económica, y lo que es
fundamental y decisorio ora el curso de este amparo, la
titularidad jurídica de los pueblos –no de los Estados, ni de
los Gobiernos- sobre el conjunto de sus riquezas y recursos
naturales.-
Vaya paradoja: LOS TITULRES JURÍDICOS NO
PUEDEN EJERCER NI CONTROLAR EL DESTINO DE
ESAS RIQUEZAS Y RECURSOS NATURALES A TRAVÉS
DEL PODER LEGISLATIVO. LA PROPIEDAD DE
EMPRESAS MONOPÓLICAS, CON EL CONSENSO DEL
PODER EJECUTIVO, HAN CONFORMADO UNA
TRAMA DE DESPOJO E IMPOSIBILIDAD MATERIAL
DE ACCESO AL CONSUMO Y USO DEL AGUA, DE LA
ENERGÍA ELÉCTRICA Y DEL GAS.-
De modo que, lo sepa o no, le guste o no al titular del
PEN y su gabinete de ministros, esa es la normativa
constitucional que respalda el dictado del Proyecto de Ley N°
27.443, y esas son sus incumbencias constitucionales, las que
se afianzan, asimismo, por la incorporación con jerarquía de
cláusula constitucional de los más importantes tratados
internacionales y regionales de derechos humanos, en tanto
que protegen la dignidad de la vida humana, de la vivienda y
del hábitat.-
2.2: EXAMEN DEL VETO PRESIDENCIAL:
Nuevamente decir que el control de legalidad de una
norma refiere tanto a la competencia del órgano, como al
procedimiento seguido para su imposición.-
Introducimos, de seguido, un examen de la doctrina e
interpretación constitucional referenciado al actual art. 83 de la
C.N.-
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EL VETO EN LA ASAMBLEA DE 1853. Fundó el
derecho de veto en el Congreso del 53 el diputado Gorostiaga,
diciendo que “la mente de ésta (la Comisión) en la redacción
del artículo había sido establecer una especie de equilibrio
entre ambos poderes, en lo tocante a la ejecución y sanción de
las leyes; que el artículo en cuestión concede al Poder
Ejecutivo un veto, pero limitado; puesto que un proyecto de
ley que él rechaza aún puede ser sancionado y ejecutado sin su
asentimiento, y que para que esto no ocasione un conflicto, era
necesario una nueva revisión del proyecto, una mayoría de dos
tercios de ambas Cámaras y la publicación de los votos de los
diputados, los nombres de éstos y razones que habían
tenido para obrar a favor del proyecto desechado”.
Complementó el concepto Zapata, agregando que “la
publicación es como una garantía dada al país respecto de
los motivos y razones que habían pesado en el ánimo de los
legisladores; una garantía de haber obrado bien, puesto que
cada uno lleva sobre sí la responsabilidad de sus opiniones”. Y
Gutiérrez destacó, a su vez, “que si el Ejecutivo tiene prensa
para ilustrar sus ideas, las Cámaras, por un medio más
perentorio, deben manifestar también la razón por qué dictan
sus resoluciones” (conf., Segundo V. Linares Quintana,
“Gobierno y Administración de la República Argentina”,
Tomo I. TEA, 1959, pág., 389).-
EL VETO. Art. 83 de la Constitución. Desechar
significa “observar” Lo que el poder Ejecutivo observa es el
“proyecto” de ley sancionado por el congreso. No es todavía
ley, porque la ley es un acto complejo que exige concurrencia
de dos órganos, el Congreso y el Presidente de la
República.Nuestra Constitución no dice desde cuando se
computa el plazo de diez días útiles durante el cual el poder
ejecutivo puede observar el proyecto de ley, y trascurrido
el cual sin haberlo observado, se reputa aprobado. Parece,
sin embargo, que sin la comunicación oficial del Congreso
al Poder Ejecutivo, éste carece de noticia sobre la sanción,
y no puede vetar ni promulgar. (conf., Germán J.
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BidartCampos, “Manual de la Constitución Reformada”,
Tomo III, Ediar, Buenos Aires, 2008, págs., 260/261).-
PLAZO PARA EJERCER EL VETO. ART 80. CONST.
NAC. “Se reputa aprobado por el Poder Ejecutivo todo proyecto no
devuelto en el término de diez díasútiles…”.-
INICIO DEL PLAZO PARA EJERCER EL VETO: Es
de diez días a partir del momento en que el Poder Ejecutivo
recibe el texto legal aprobado por el Congreso (conf., Gregorio
Badeni, “Reforma Constitucional e Instituciones Políticas”,
Editorial Ad-Hoc, 1994,pág. 400).-
PROYECTO DESECHADOPOR EL P.E.N.ART. 83
C.N.MAYORÍA DE VOTOS: “Desechado en el todo o en parte un
proyecto por el Poder Ejecutivo, vuelve con sus objeciones a la
Cámara de su origen: esta lo discute de nuevo, y si lo confirma por
mayoría de dos tercios de votos, pasa otra vez a la Cámara de
revisión, Si ambas Cámaras lo sancionan por igual mayoría, el
proyecto es ley y pasa al Poder Ejecutivo para su promulgación. Las
votaciones de ambas Cámaras serán en este caso nominales, por sí o
por no; y tanto los nombres y fundamentos de los sufragantes, como
las objeciones del Poder Ejecutivo, se publicarán inmediatamente
por la prensa…”. En tal caso el Proyecto vuelve con sus
objeciones a la Cámara de origen (conf., Carlos E. Colautti,
“Derecho Constitucional”, Editorial Universidad. 2ª edición
actualizada, pág., 180). El artículo habla de “mayoría de dos tercios
de votos”, cuando la Constitución entendió necesariocalificar
este porcentaje lo señaló expresamente. Por ejemplo, el art. 39
prevé que la ley reglamentaria del derecho de iniciativa popular
legislativa habrá de sancionarse con el voto de la mayoría
absoluta de la totalidad de miembros de cada cámara: el art.75
inc. 2° párrafo 4° consigna que la ley convenio en materia
impositiva necesita aprobarse con la mayoría absoluta de la
totalidad de los miembros de cada cámara; Art. 75, inc. 3°, igual
quórum de votos favorables para establecer y modificar
asignaciones específicas de recursos coparticipables: Art. 75, inc.
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22 “in fine” donde señala que para aproar los tratados y
convenciones sobre derechos humanosse “requerirán del voto de
las dos terceras partes de la totalidad de los miembros de cada
Cámara”: el art. 75, inc. 24 también establece distintas mayorías
especiales para los tratados de integración supraestatal con
estados de Latinoamérica y no Latinoamericanos; otras mayorías
especiales también están incorporadas en el art. 79; 81; 85; 86 (para
la designación y remoción del Defensor del Pueblo “voto de las
dos terceras partes de los miembros presentes de cada cámara);
99, inc. 4° (designación de los magistrados de la CSJNdos tercios
de los miembros presentes; Art. 101 Jefe de Gabinete, para ser
interpelado mayoría absoluta de la totalidad de miembros de
cualquiera de las dos cámaras y para ser removido la mayoría
absoluta de miembros de cada cámara; Art. 114 ley reglamentaria
del Consejo de la Magistraturamayoría absoluta de la totalidad de
miembros de cada cámara;, id. Para la integración y procedimiento
del jurado de enjuiciamiento para la remoción de jueces federales
de instancias inferiores a la CSJN).Por ello, no se puede
desconocer que diversas normas de la Constitución cuando se lo
ha entendido necesario han especificado en el nuevo texto un
quórum especial o agravado para las decisiones propias de las
Cámaras del Congreso, tanto las relativas a competencias
privativas como a las comunes a ambas. Por ello, bien sostiene
Colautti, que en estos casos, “se entiende que los dos tercios de
votos se computan sobre los miembros presentes” (conf., Carlos
E. Colautti, “Derecho Constitucional”, Editorial Universidad. 2ª
edición actualizada, pág., 180).-
CAUSALES PARA EL VETO: Joaquín V. González
expresa que “sujetándose a las formas establecidas para su
ejercicio”, el veto es sin duda, una atribución discrecional, pues
que la Constitución la concede sin excepciones. Puede presentarse
cuando la ley que se le envía para “sancionar y promulgar” sea
inconstitucional, contraria a las doctrinas de gobierno del
Presidente, o perjudicial para los intereses generales del país
(“Manual de la Constitución Argentina”, Estrada Editores, Buenos
Aires, 1959, pág., 539). Señala Salvador M. Lozada que la facultad
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de veto conferida por la Constitución al P.E.N. se funda en su
carácter de co-legislador que le otorga nuestro sistema. Recurre a
una la cita de Bielsa, (“Derecho Constitucional”, párr. 222), y
expresa que con el poder de veto ejerce un control sobre los
pronunciamientos de las cámaras legislativas, desde dos diferentes
puntos de vista: a) de conveniencia, cuando el veto se funda en la
defensa de los intereses públicos; b) de constitucionalidad, cuando
el veto se funda en la convicción de que el proyecto aprobado por el
Congreso infringe la Constitución” (conf., Salvador M. Lozada,
”Instituciones de Derecho Público”, 2ª edición, Editorial El
Coloquio, Buenos Aires, pág., 287).-
El punto de vista de “conveniencia”, o el que veremos a
continuación referente a un conflicto “norma-realidad”, hacen a la
política que viene aplicando el gobierno desde el 10/12/2015, y
en la cual se enmarca la política tarifaria y sus preferencias a
favor de los grupos económicos concentrados, la cual fue
expresamente repudiada por las exposiciones y fundamentos de los
“sufragantes” en el Senado de la Nación que dieron la mayoría
necesaria para aprobar el Proyecto de Ley 27.443. Por cierto,
también en desarrollos técnicos que se sostuvieron y sostienen, por
organismos técnicos y de consumidores y usuarios, así como de
universidades nacionales que siguen puntualmente la evolución de
las tarifas y que se anexan a esta presentación.-
Observa Horacio D. Rosatti(“El veto. Aportes para una
teoría general”, Rev. “El Derecho”, 28 de marzo de 1985), que sin
perjuicio de la “politicidad” que trasunta el acto de vetar, es posible
distinguir dos causales motivantes de la decisión: a) un conflicto
“norma-realidad”, y b) un conflicto “norma-normas”. En el
primer caso el veto es el resultado de una valoración política stricto
sensu, dado que el gobernante ha considerado apriorísticamente los
efectos que sobre la realidad habrían de surgir por la aplicación de
la norma y los ha valorado negativamente. Su juicio se basa en
razones de oportunidad, mérito, conveniencia. En el segundo caso,
el veto es el resultado de una valoración jurídica. El gobernante ha
imaginado a la nueva norma inmersa en el contexto normativo
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general, cotejándola con otras de mayor jerarquía. De este análisis
puede surgir -dice- que la nueva norma contradiga principios
consagrados por la Constitución.-
LOS FUNDAMENTOS DE LOS
SUFRAGANTES. El Decreto 499/2018, redactado antes de que
se expida la Cámara de Senadores(Véase, BOLETÍN OFICIAL, 1/6/2018: VISTO el Proyecto de Ley registrado bajo el Nº 27.443 sancionado por el HONORABLE CONGRESO DE LA NACIÓN el 30 de mayo de 2018,
cuando laFECHA Y HORA de la SANCIÓN SENADO (ORDEN DEL DÍA 219), fue
el 31 de mayo de 2018,Hora 03.21. AM), no merituó debidamente el
texto del proyecto ni por tanto consideró los “fundamentos” de
los sufragantes que llevaron a aprobar la sanción venida desde la
H. Cámara de Diputados. Lo cual es una peligrosa actitud
autocrática del P.E.N. que afecta gravemente los principios
esenciales de la propia Constitución Nacional y que expresamente
le imponen su cumplimiento. También es otra gruesa falsedad y
falta por tanto de un requisito esencial para el dictado válido de la
norma, la cita de esta fraseen el Decreto que casi se debe tomar
como una ironía del P.E.N:“Que la Dirección General de Asuntos
Jurídicos del MINISTERIO DE ENERGÍA Y MINERÍA ha tomado
la intervención de su competencia”.Quien se puede creer que se
haya podido cumplir con ese recaudo necesario si todavía no
había finalizado el debate, ni se conocían los “fundamentos de
los sufragantes”. Es imprescindible que el P. E. N. tome
conocimiento de dichos fundamentos. No por nada “para acentuar
la responsabilidad de los miembros del Congreso, que no obstante
el veto, insistan en su primitiva sanción, la Constitución exige que
sus nombres y fundamentos de sus votos sean publicados
inmediatamente por la prensa”. Cómo el P. E. N. podrá fundar
debidamente un decreto vetando la norma sin el debido
conocimiento y análisis de “los fundamentos de los sufragantes”
(conf., Daniel Antokoletz, “Derecho Público Constitucional y
Administrativo”, Librería y Editorial “La Facultad”, Buenos Aires,
1939, pág., 218). En ello queda evidenciada la falsedad ideológica
del Decreto N° 499/2018 y la responsabilidad del Ejecutivo al
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no cumplir debidamente la manda constitucional en cuanto a la
reglamentación y vigencia efectiva de los derechos.-
EL PODER DE POLICÍA. Que en esencia es la atribución
del Congreso de reglamentar los derechos y hacer efectiva la
finalidad esencial de la Constitución que es promover el “bienestar
general”, o sea, la Justicia Social. Significativamente en sus
fundamentos con intencionalidad ocultael Decreto N° 499/2018
señala parcialmente: “Que, paralelamente, la CONSTITUCION
NACIONAL prevé otras herramientas, como reformas impositivas
y exenciones, regímenes promocionales y subsidios -entre otros-,
que son atribuciones del PODER LEGISLATIVO (arts. 4º, 17,19,
52, 75, incs. 1º, 2º y 18) en ejercicio del Poder de Policía”. Tal
párrafo significa, que ignora o pretende ocultar lo establecido
precisamente a ese respecto en el inciso 19 del artículo 75 de la
Constitución, que entre las atribuciones del Congreso de la Nación,
como ya glosamos,expresamente establece: “Proveer lo conducente
al desarrollo humano, al progreso económico con justicia social, a
la productividad dela economía nacional, ala generación de empleo,
a la formación profesional de los trabajadores, a la defensa del valor
de la moneda, a la investigación y al desarrollo científico y
tecnológico, su difusión y aprovechamiento,…Pero también oculta
las atribuciones que le corresponden al Congreso Nacional
instituidas en el inciso 23 del citado artículo: “Legislar y promover
medidas de acción positiva que garanticen la igualdad real de
oportunidades y de trato, y el pleno goce y ejercicio de los derechos
reconocidos por esta Constitución y por los tratados internacionales
vigentes sobre derechos humanos, en particular respecto de los
niños, las mujeres, los ancianos y las personas con discapacidad,
…”.Por ello ni fue citado en el Decreto en cuestión.-
DE LA DIVISIÓN DE PODERES Y
REGLAMENTACIÓN DE DERECHOS. Es sabido que “los
principios, derechos y garantías” estipulados en la Constitución, en
ningún caso pueden ser alterados, disminuidos o desvirtuados por la
vía de la reglamentación de las prescripciones constitucionales.
Alberdi había señalado en el Capítulo XXXIV de sus “Bases”: “No
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basta que la constitución contenga todas las libertades y garantías
conocidas. Es necesario (…) que contenga declaraciones formales
de que no se dará ley, que, con pretexto de organizar y reglamentar
el ejercicio de esas libertades, las anule y falsee con disposiciones
reglamentarias”. No es posible estudiar la reglamentación de los
derechos constitucionales o su limitación, sin escudriñar,
rigurosamente, la fuente alberdiana (Conf., Raúl Gustavo Ferreyra,
“Fundamentos Constitucionales”, Ediar, 2013, págs., 118/9).-
José M. Estrada en su “Curso de Derecho Constitucional”,
“Obras Completas”, Tomo III; Buenos Aires, 1902, pág., 310), al
referirse al veto señalaba las diferencias en cuanto a su
concepción en el sistema monárquico y en el republicano. “Pues
en una república, el veto es distinto, porque la base del gobierno es
distinta también. En efecto, los agentes de la soberanía son dos en
una monarquía; en las repúblicas no hay más que un soberano;
luego, en éstas no es posible que haya conflicto entre entidades
soberanas, sino delegadas. Es sabido que en la República el veto es
suspensivo y devolutivo: las cámaras pueden inmediatamente
insistir por dos terceras partes de votos.Esta prerrogativa del
poder ejecutivo tiene por objeto obligar a las cámaras a reflexionar
con mayor madurez sobre el proyecto rechazado”. Reflexiona
Estrada: ¿Puede deducirse de esto que el veto entrañe peligros tan
trascendentales para la felicidad del país? De ningún modo, el mal
no se encuentra en su institución, sino en la viciosa organización
que tiene aquí”.Es decir, en reiterada aplicación para marginar
políticas progresivas que apunten al avance social.-
El principio y garantía de la división de poderes “permite
sino la realización, al menos la esperanza que el objeto del pacto
constitucional se asiente en la primacía y centralidad de la persona
y sus derechos e intereses”. Se debe tener presente que si para la
defensa del Derecho de la Constitución que concretiza la
distribución de las funciones de los poderes constituidos del Estado,
son realizables múltiples itinerarios políticos, y que si poder
dividido o distribuido significa poder limitado, ello queda como el
único modo posible de garantizar la libertad ciudadana, el Estado
17
Constitucional. “La tarea representativa del Parlamento es un
corolario natural y lógico de la garantía de la división de
poderes. En otras palabras: el desenvolvimiento del texto
constitucional depende en buena medida, del desarrollo que de
él hagan los poderes constituidos”. Por ello, “la garantía política
de la distribución de las funciones de los poderes constituidos
estatales, tiene por inocultable finalidad contribuir a la consecución
de lo que cotidianamente parece imposible, o digno de una de las
más fantásticas de las utopías: someter el poder al cumplimiento de
reglas de juego jurídico-normativas preestablecidas. La garantía
apunta a impedir la concentración de los poderes. La garantía de la
división de poderes, al menos en teoría, pone de manifiesto un
principio novedoso en la vidas y desenvolvimiento de las grandes
comunidades humanas: que el fraccionamiento del poder del Estado
era -y sigue siendo- un formidable escudo de protección para la
libertad de los habitantes” (conf., Raúl Gustavo Ferreyra, “Notas
sobre Derecho Constitucional y Garantías”, Ediar, 2001, págs.,
160/9). -
DE LA NOMOCRACIA A LA TELOCRACIA. Sampay
en “Constitución y Pueblo”, al recurrir al pensamiento de Bertrand
de Jouvenel y al neologismo que creara para denominar las
novedades de la realidad política a la que se llegaba, advertíasobre
la aguda conclusión de que estamos en el pasaje de la nomocracia a
la telocracia, queriendo significar que los hombres, hoy día, no se
gobiernan en la vida política principalmente por normas
constitucionales, sino por finalidades, tal el caso de “las oligarquías
por la defensa de las estructuras reales establecidas que las amparan
en sus privilegios”. Por ello, sostuvo Sampay que la clase
dominante, puede organizar la actividad social, el manejo de los
bienes de producción y la distribución de los bienes de consumo -
materiales y culturales- apuntando al bienestar de todos, y entonces
esta clase deviene una aristocracia, con el significado de los
mejores para gobernar bien; o puede estructurar tales cosas con
miras al provecho exclusivo de sus componentes, haciendo que los
demás participen del bienestar en la medida que ella se lo confiere,
atendiendo exclusivamente a su propia conveniencia, por lo que
18
merece el calificativo de oligarquía. Pues ocurre entonces que esa
clase dominante procede de tal modo que los restantes sectores de
la comunidad sean los suministradores mayores del trabajo
productor de esos bienes y los consumidores mínimos. De
consiguiente, esta situación se mantiene por la astucia con que
aquel sector dominante reviste de aparentes razones el
desequilibrio, o por la violencia, o por ambos medios.
Corresponde cerrar este tramo de fundamentación
sosteniendo que el Decreto N° 499/2018 no puede satisfacer el
recaudo de “procedimiento adecuado”, dado que, digámoslo
con ironía, no hay un proceso de intuición
cognoscitivatrascendentalista post-kantiana, por el que la
“iluminada” pluma del escriba de dicho decreto, haya podido
conocer, rebatir y observar, previo a su entrega, el Proyecto de
Ley N° 27.443.-
Que sea, entonces la prevalencia de la Ley N° 27.443
sobre el nulo decreto de observación, y la plena vigencia de la
Ley de la Nación, cuya inscripción constitucional y
convencional está sobradamente acreditada.-
Esta interpretación tiene correspondencia con la doctrina
de la CSJN en el precedente CEPIS (publicación del CIJ, del
jueves 18 de agosto de 2016).-
Sostuvo allí el Alto Tribunal:
“En el art. 42 de la Constitución se han reconocido las
hondas desigualdades inmanentes al mercado y al consumo,
dada la asimetría real en que se desenvuelve la persona que
acude al mercado en pos de la satisfacción de sus
necesidades humanas”.-
“Por ello hay una protección enfocada en la calidad de
bienes y servicios, preservación de la salud y seguridad;
información adecuada y veraz; libertad de elección; y
19
condiciones de trato equitativo y digno y también derechos de
participación, como el derecho reconocido en cabeza de los
usuarios, con particular referencia al control en materia de
servicios públicos”.-
Último aspecto a examinar es el del carácter
confiscatorio (art. 17, C.N.) del monto de los servicios
públicos.-
Pensar en incrementos tarifarios que habrán de totalizar,
conforme los anticipos del PEN, para fines del año 2018,
porcentuales cercanos al 2000% respecto de los vigentes hasta
el 9 de diciembre de 2015, acredita la dimensión confiscatoria
que representan esos incrementos respecto de los ingresos de
la gran mayoría del pueblo argentino, ya jaqueado por la
depreciación monetaria; moneda en la que percibe sus
retribuciones, y por un incontenible proceso inflacionario que
el Gobierno Nacional, como gusta decirse, “…no pudo, no
supo, no quiso, corregir ni contener…”
Los servicios públicos no son mercancías, sino lo que
su propio nombre significa: servicios públicos. Son
prestaciones que debe brindar y asegurar el Estado, sea que los
preste por sí o por concesiones controladas, y deben prestarse
en la dimensión del cuantificador universal (todos; para todos),
porque ese cuantificador es el que está ínsito en la noción de
“derechos humanos”.-
Convertir en prohibitivo el acceso a los servicios
públicos es la negación confiscatoria de los derechos humanos.
Esa, y no otra, es la lesión que infieren las tarifas
confiscatorias.-
El jus-filósofo más prominente del Siglo XX (Hans
Kelsen; “Teoría Pura del Derecho”; ed. Colihue; Buenos
Aires, 2014), enseñó que las normas jurídicas tienen como
condición de su validez, la eficacia; esto es, la conducta
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adecuada a lo prescripto en la norma jurídica. Y que toda
norma jurídica opera entre un mínimo y un máximo de
eficacia. Si es totalmente eficaz deviene innecesaria; si no
logra un mínimo de eficacia es muy difícil que logre la
imperatividad que el derecho requiere.-
Las brutales tarifas, ya lo está demostrando la respuesta
popular, al igual que las cautelares de prohibición de corte del
suministro que van dictando los jueces, evidencian que no
logran un mínimo de eficacia. Dicho, ahora en términos del
realismo escandinavo (Alf Ross; “Sobre el Derecho y la
Justicia”; Ed. Depalma; Buenos Aires, 1966), el tarifazo no es
vivido (vivenciado) como socialmente obligatorio; no es una
normativa que pueda ser internalizada en conducta.-
Y por ello, ésta acción de amparo en resguardo de
derechos constitucionales y convencionales (art. 43,, segundo
párrafo C.N.).-
3: DE LA MEDIDA CAUTELAR Y LA PROHIBICIÓN
PREVIA DE CORTE DE SUMINISTRO DE LOS
SERVICIOS:
Se encuentran reunidos en el caso, por la materia que se
trata –tutela de derechos humanos que hacen a la vida digna-,
como asimismo por hallarse acreditados todos los requisitos
establecidos en el art. 13 de la ley 26.854, para disponer lo
peticionado en el OBJETO de esta acción de amparo.-
En efecto:
3.1: Es de público y notorio, sin necesidad de medida
probatoria alguna, la imposibilidad de pago de la gran mayoría
de la población de las tarifas de los servicios públicos por los
que procede esta acción de amparo, y cuya privación deriva en
inmediato conculcamiento de la vida digna de los habitantes.
Nadie puede llevar una vida mínimamente digna si se
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encuentra privado del gas, de la luz y del agua potable.
Tampoco puede desarrollarse actividad industrial o comercial
mediante la sujeción a las brutales tarifas. No puede haber un
solo día en situación de riesgo de corte de suministro del
servicio que se trate.-
3.2: La mera contraposición entre el texto de la ley por cuya
plena vigencia brega esta acción de amparo (Proyecto de Ley
27.443), votado mayoritariamente tras amplio y público debate
en ambas Cámaras del Congreso de la Nación. Y, sobre la otra
mano, la decisión apriorística de una gestión gubernamental
autócrata, que violenta el deber de obediencia a la supremacía
de la Constitución Nacional (art. 36), quebrantando la división
de poderes y apropiando las incumbencias que la Constitución
difiere en cabeza del Poder Legislativo, impone considerar
satisfechos los requisitos de la verosimilitud del derecho
invocado y de la manifiesta ilegalidad y arbitrariedad de la
parte demandada.-
3.3: Cobrando vigencia el cuadro tarifario existente hasta el 1°
de diciembre de 2017, está cubierto sobradamente el valor de
la provisión de los servicios públicos comprendidos en esta
acción de amparo. No se pretende la gratuidad, sino la
razonabilidad exigida por el art. 42 de la C.N.-
3.4: Ningún valor institucional se encuentra en juego. Tanto la
continuidad de la prestación de los servicios como la no
afectación de interés público alguno, da cabida a las peticiones
cautelares.-
3.5: Proceden las medidas bajo caución juratoria (art. 10,
punto 2, Ley 26.854), la que se tendrá por prestada mediante
las firmas que acompañan esta presentación.-
4: PLANILLAS ANEXAS:
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Forman parte del texto de esta acción de amparo las
planillas anexas y donde se exhibe la evolución de los cuadros
tarifarios de los servicios públicos.-
5: PETITORIO:
Por todo lo expuesto, del Señor Juez se solicita:
5.1: Se tenga por interpuesta la presente acción de amparo,
por parte a los presentantes, unificada la personería en quiénes
encabezan la misma, y por constituidos los domicilios,
procesal y electrónico.-
5.2: Se dicten, primero la prohibición de corte de suministro
de los servicios comprendidos en esta acción de amparo; luego
la cautelar suspensiva de la entrada en vigencia del Decreto N°
499/2018, por el término de 6 meses, renovables caso de no
haber recaído sentencia definitiva en ese plazo.-
5.3: Se dicte sentencia declarando la nulidad en grado de
inconstitucionalidad del Decreto N° 499/2018.-
5.4: Se declare la vigencia plena de la ahora Ley 27.443
dictada por el Congreso de la Nación Argentina y disponga su
inmediata publicación en el Boletín Oficial.-
5.5: Se tenga presente la introducción y reserva del Caso
Federal.-
5.6: Se impongan las costas de la acción a la parte
demandada, por su ilegalidad e irrazonabilidad de obrar, que
SERÁ JUSTICIA.-