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Coordenadas para el diseño de instituciones estatales que garanticen la participación política de las FARC- EP. Alejandra Galindo Ceballos Universidad ICESI Facultad de Derecho y Ciencias Sociales Ciencia Política con concentración en relaciones internacionales Santiago de Cali 2014 1

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Coordenadas para el diseño de instituciones estatales que garanticen la participación política

de las FARC- EP.

Alejandra Galindo Ceballos

Universidad ICESI Facultad de Derecho y Ciencias Sociales

Ciencia Política con concentración en relaciones internacionalesSantiago de Cali

2014

1

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Coordenadas para el diseño de instituciones estatales que garanticen la participación política

de las FARC- EP.

Alejandra Galindo CeballosProyecto de grado

AsesorJosé Benito Garzón

Departamento de Estudios Políticos

Universidad ICESI Facultad de Derecho y Ciencias Sociales

Ciencia Política con concentración en relaciones internacionalesSantiago de Cali

2014

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Contenido

Introducción1. Marco Teórico1.1 Ingeniería Institucional 1.2 Sistema Electoral 1.2.1 Componentes del Sistema Electoral 1.3. Sistema de Partidos 1.3.1 Modelos de sistemas de partidos1.3.2 Dimensiones de sistemas de partidos2. Experiencias sobre el estado de las instituciones de Participación política posterior a los procesos

de paz: Guatemala y El Salvador.2.1 Guatemala2.1.1 Historia Política sobre el origen del conflicto armado2.1.2 Antecedentes inmediatos: Relación insurgencia – Estado2.1.3 Proceso de Paz 2.1.4 Balance actual del proceso de paz en Guatemala2.2 El Salvador2.2.1 Historia Política sobre el origen del conflicto armado2.2.2 Antecedentes inmediatos: Relación insurgencia- Estado 2.2.3 Proceso de Paz2.2.4 Balance actual del proceso de paz en El Salvador 3. Balance histórico de los acercamientos, negociaciones y procesos de paz con la insurgencia

armada en Colombia (1984-2012)3.1 Belisario Betancur (1982-1986)3.2 Virgilio Barco (1986-1990)3.3 Cesar Gaviria (1990 -1994)3.4 Ernesto Samper (1994 -1998)3.5 Andrés Pastrana (1998 – 2002)3.6 Álvaro Uribe (2002 – 2010) 3.7 Juan Manuel Santos (2010 – 2014) 4. Desafíos en el nuevo escenario de Participación Política4.1 Análisis del Acuerdo sobre Participación Política 4.2 Retos en el Sistema de Partidos y Sistema ElectoralA manera de conclusionesAnexosReferencias Bibliográficas

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Lista de cuadros

Cuadro 1. Distribución de la tierra en Guatemala por categorías de tamaño de fincas 1950, 1964, 1979.

Cuadro 2. Características generales del Decreto 900 “Ley de Reforma Agraria”

Cuadro 3. Tipos de Gobierno en la historia reciente de Guatemala

Cuadro 4. Guatemala: Índice de democracia electoral

Lista de Gráficos

Gráfico 1. Estructura de las negociaciones de paz en Colombia

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Introducción

El 04 de septiembre de 2012 se dio a conocer de manera formal el inicio de las negociaciones de paz

entre el gobierno del Presidente Juan Manuel Santos y las FARC-EP, con el objetivo de finalizar el

conflicto armado colombiano tras una década de suspensión de los diálogos con esta guerrilla al final del

gobierno de Pastrana (1998-2002).

A través del "Acuerdo General para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y

duradera" las partes establecieron los puntos centrales para la discusión y, plantearon una agenda

prometedora en aras de alcanzar la paz. Dicha agenda abarca la definición previa de seis puntos que

constituyen el eje fundamental para el éxito del proceso. Estos son:

I. Una política de desarrollo agrario integral.II. Garantías para la plena participación política de los ex guerrilleros en un marco de legalidad

y con libertad de acceso a los medios de comunicación.III. Una finalización del conflicto armado basada en el abandono de las armas.IV. Una solución al tema de las drogas ilícitas.V. Una política de resarcimiento a las víctimas, apoyada en una Comisión de la Verdad.VI. La implementación, verificación y refrendación de la negociación y de los acuerdos por parte

de la comunidad internacional y de los facilitadores y acompañantes externos al proceso.

El abordaje de los diferentes puntos mencionados anteriormente, han suscitado cada vez más el

cuestionamiento continuo acerca de las repercusiones y posibles escenarios tras la refrendación de

estos, al mismo tiempo que demandan con ímpetu la atención por parte de la sociedad civil e

institucionalidad del país.

Uno de los debates más álgidos en la mesa de conversaciones de paz se ha dado en torno al tema de

Participación Política, ya que no solo corresponde al segundo problema estructural que da origen al

conflicto armado en Colombia, sino que se resalta su papel en la posible ampliación y profundización de

la democracia colombiana.

Además el tema de participación política se consolida, sin duda alguna, como uno de los puntos más

significativos, en cuanto facilitará las condiciones para pasar de la confrontación armada a la contienda

política por vía institucional, sugiriendo entonces la construcción de un modelo de democracia más

incluyente.

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Por otra parte, la crisis política por la que pasó el país a mediados de la década de los sesenta puso en

evidencia un problema de participación popular, la elite política representada en el bipartidismo

tradicional controlaba la contienda política y excluía a las nuevas fuerzas, dejó lecciones importantes en

lo que concierne a la legitimidad de las instituciones estatales para ejercer una representación efectiva

de los intereses

Ahora bien, el asunto sobre participación política resulta ser crucial, debido a que conlleva a difíciles

abordajes e importantes retos en el plano institucional. No obstante, se debe precisar que no se trata

meramente de una cuestión limitada al ámbito electoral, de conformación de partidos o mecanismos de

participación directa, sino que se toma en consideración un ordenamiento del sistema político en

términos de prácticas sociales y la posibilidad real de incluir eficazmente a aquellas fuerzas sociales y

políticas que han estado por prolongados periodos de tiempo al margen del ejercicio de poder y en

resistencia armada.

Ciertamente, como se verá en el desarrollo de la presente investigación, aunque el Acuerdo General

para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera en términos generales

aborda la participación política desde una perspectiva amplia, es decir, contempla aspectos de orden

constitucional, reformas políticas, medios de comunicación, políticas públicas, garantías para el ejercicio

de la oposición; en pro de fortalecer o si se quiere hacer positivos los derechos proclamados en la

Constitución Política de 1991 reivindicando la consolidación total de un Estado Social de Derecho, se ha

olvidado de la proyección de un marco institucional que promueva la estabilidad democrática del país.

Si bien, el acuerdo sobre participación política se desarrolla con base en el reconocimiento de los

derechos y garantías para el ejercicio de la oposición política y el robustecimiento de los mecanismos de

participación directa, se hace imprescindible una reflexión acerca de los retos que traería consigo a nivel

institucional estatal en términos de estabilidad política, ya que daría pistas para comprender de manera

amplia la forma en que la democracia colombiana podría traspasar los límites impuestos por el conflicto

armado.

Siendo así, por medio de la aplicación de una teoría empírica de la democracia y el problema de las

sociedades en conflicto más conocida como “ingeniería institucional”, será posible analizar el papel a

desempeñar por las instituciones estatales colombianas, como garantes de una estabilidad política tras

la firma de los acuerdos de paz.

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Esta corriente de la ingeniería institucional considera a las instituciones como los elementos esenciales

de un régimen político, debido a que son, según el economista Douglas North,

“Institutions are the rules and constraints which share human interaction and, as a consequence, behavioral incentives. They reduce uncertainty by establishing stable and predictable structures for interactions between people, either as individuals or groups” (North, 1990)

De ahí que, la selección correcta entre distintas fórmulas a nivel institucional sea para la coyuntura

actual una de las vías adecuadas para acabar con la participación política limitada y las fuentes por

medio de las cuales se perpetúa. Cabe resaltar que en la presente investigación solo se presentarán

algunos de los retos posibles a presentarse propiamente en el Sistema Electoral y Sistema de Partidos,

teniendo en cuenta sus límites en la resolución de la problemática a nivel práctico.

En resumen, el lector se encontrará con una reflexión pertinente sobre el actual proceso de paz entre

FARC-EP y Gobierno en clave de transición política, desde de los retos que se presentarían en

participación política a nivel institucional estatal, en términos de estabilidad política.

Planteamiento del problema de investigación – Justificación

La historia del pensamiento político se ha caracterizado a lo largo del tiempo por incluir dentro de sus

ejes centrales el análisis del conflicto, dado que se presenta como componente inherente a lo social y

demarca nuevas dinámicas en el plano institucional. Razón por la cual, el estudio de éste es clave para

cualquier sociedad, pero aún más para sociedades que, como la colombiana, han estado signadas por la

persistencia de un conflicto crónico.

En este orden de ideas, la descomposición y degradación de los distintos mecanismos de acceso a la

representación y participación política en Colombia, esto es, el Sistema Electoral y Sistema de Partidos,

ha provocado que la búsqueda por parte de los diferentes movimientos y agrupaciones políticas,

sociales y económicas, se traslade a los lugares de acción política institucional directa donde está

presente la conducción del Estado; trayendo consigo obstáculos en el cumplimiento de los principios de

pluralismo, igualdad, equidad.

Por consiguiente, ante la probabilidad actual de la firma de un Acuerdo de Paz con las FARC-EP resulta

importante la exploración de alternativas por medio de la investigación que den lugar al diseño de

herramientas útiles para el posconflicto en virtud de una modificación del ejercicio democrático

electoral que contribuya a la estabilidad democrática del país.

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En consecuencia, el propósito de esta investigación radica en hacer un llamado de atención a la

comunidad académica, al sector privado y al Estado, sobre los planteamientos y retos que trae consigo

la transición política en un contexto de conflicto armado interno, específicamente en lo que respecta a

la participación política de las FARC-EP.

La conveniencia del estudio está dada en primera medida por la coyuntura, ya que el estudio de la

cuestión se constituiría en un importante aporte teórico y práctico. Teórico, dado que representa un

ejercicio significativo pensarse una reestructuración democrática del Estado por vía institucional en

términos de estabilidad política, y, práctico, en cuanto está relacionado con los mecanismos de control

participativo a nivel formal e informal.

En efecto, es de gran relevancia que el Gobierno cree una salida institucional que posibilite la

negociación efectiva con los grupos armados ilegales, más aún, es necesario una planificación oportuna

que permita una participación política real dentro de los escenarios legales. De ahí que este trabajo

ayude a complejizar las bases para la construcción de la paz.

Teniendo en cuenta lo que se ha venido mencionando hasta ahora, el fundamento de la presente está

en cuestionarse ¿cuáles son los retos a enfrentar desde la institucionalidad estatal en la creación de un

modelo de participación política para las FARC-EP en Colombia, en un contexto de transición política a

partir del diálogo y la negociación que se desarrolla en la actualidad?

Objetivos

Objetivo General

- Dar cuenta de los retos que presenta Colombia a nivel institucional-estatal en la creación de un

modelo de participación política que vincule las propuestas/acuerdos con las FARC –EP, desde el análisis

del actual proceso de paz (2013) como un escenario de transición política.

Objetivos Específicos

- Identificar los diferentes tipos de experiencias de transición política que se han presentado en la

historia reciente latinoamericana y sus repercusiones en la institucionalidad estatal en materia de

participación política.

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- Indicar las transformaciones que la institucionalidad estatal colombiana ha presentado en

materia de participación política a través de los diferentes acercamientos, diálogos y negociaciones que

se han dado durante los últimos veinte cinco años. (1988-2013)

- Analizar las propuestas que han presentado tanto el gobierno como las guerrillas en términos de

participación política durante el actual proceso de paz.

- Describir el estado actual de las instituciones estatales de participación política y los retos para

la implementación de lo acordado con los grupos guerrilleros

Metodología

La metodología que enmarca esta investigación privilegia el análisis cualitativo. Se tomara como fuentes

principales las páginas oficiales del Estado Colombiano así como aportes teóricos y académicos sobre la

temática en cuestión. Es importante mencionarle al lector que dado que la temática abordada hace

parte de la coyuntura política, solo se presenta aquí un análisis de este.

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1. Marco Teórico y Estado de Arte

“El sistema electoral es una consecuencia de factores políticos pre existentes a él, entre ellos el sistema de partidos en el cual se origina” (Nohlen. p.p 343-364)

Con el objetivo de comprender el rol que desempeñan las instituciones de participación política dentro

de contextos de transición política y dar respuesta al asunto de interés, resulta obligatorio precisar los

conceptos sobre los cuales se fundamenta el presente trabajo de investigación.

Para ello, se pretende rescatar la base teórica sobre la cual se fundamenta la Ciencia Política, aludiendo

a que la ingeniería institucional corresponde a la corriente dentro de la cual se posibilita la indagación

acerca de las instituciones formales en términos de eficacia y eficiencia, en su desempeño y su

repercusión en la estabilidad del régimen político. Claro está que lo anterior se analiza a la luz de los

postulados democráticos.

1.1 Ingeniería Institucional

A mediados del siglo pasado, las teorías empíricas sobre la democracia se han centrado en realizar

aproximaciones más científicas acerca del funcionamiento de las instituciones políticas en los regímenes

democráticos. Para ello, han realizado estudios comparados con el fin de indagar acerca de cuáles

fórmulas institucionales en diferentes contextos funcionan “mejor o peor” como garantes de la

estabilidad democrática.

La importancia que adquieren las instituciones subyace de su capacidad para definir las reglas de juego y

dinámicas políticas, de ahí a que el sistema electoral resulta ser una herramienta útil en cuanto la

modificación de sus reglas permite resolver las problemáticas políticas que afectan la eficiencia y

efectividad de instituciones formales en otros subsistemas (Sartori, 1994), tal es el caso de los sistemas

de partidos.

Siendo así, dentro de la perspectiva de la ingeniera institucional las instituciones son concebidas desde

la teoría de Rational Choice, es decir, como agentes que pueden determinar las reglas formales y por

ende, moldear comportamiento.

Desde el punto de vista económico se destaca el aporte de Douglas North quien concibe las

instituciones como mecanismos influyentes en el desarrollo de la conducta, como también se encargan

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de los incentivos de intercambio, de reducir costos de transacción y sobre todo, reducir la incertidumbre

en los intercambios y negociaciones entre actores, proporcionando en este sentido más fluidez entre los

actores sociales y reduciendo el posible conflicto entre los mismos. (North; 1990: 3)

Así, desde las teorías de la elección racional las instituciones cumplen dos funciones específicas: i)

agregar preferencias, y, ii) resolver problemas de acción colectiva. A su vez, son las que rigen las

relaciones entre los miembros de una comunidad a través de las normas, las cuales hacen parte de los

mecanismos del gobierno, razón por la cual, una sociedad estable se caracteriza por el orden y equilibrio

de dichas normas.

Por otra parte, existe una relación entre las instituciones y la democracia si se tiene en cuenta una

definición procedimental e institucional que permite trabajar las dimensiones de interés sobre arriba

definidas. En particular, el sustento Schumpeteriano que ha sido de tanta utilidad para la ciencia política

se constituye en la base fundamental de tal definición:

“El método democrático es el instrumento institucional en virtud de cada individuo que le otorga la posibilidad de influir en la toma de decisiones políticas mediante mecanismos de competencia popular” (Schumpeter, 1954)

Aquí, las instituciones son consideradas elementos activos y centrales, ya que conforman una especie de

canales a los cuales la sociedad accede teniendo cierta cantidad de demandas, convertidas en “políticas”

para obtener el cambio y dar espacio a las distintas discusiones en torno al conflicto. En resumen, se

trabaja a partir de la definición más básica acerca del concepto de democracia.

Como se planteaba anteriormente, calificar a una democracia como ´´buena ´´, significa considerarla de

calidad, lo cual sugiere implícitamente que las instituciones funcionen de manera eficaz dependiendo

del contexto, logrando así la satisfacción de los ciudadanos a cargo.

En este sentido, se establece que el régimen democrático contempla aspectos fundamentales tales

como: derechos, deberes, cuerpo administrativo y político legítimo, ausencia de corrupción y un marco

legal –constitucional reconocido en el interior del sistema y fuera de este. Lo cual proporciona

inferencias acerca de los valores proclamados por las instituciones, para alcanzar la estabilidad y calidad

de su régimen; por tanto podría decir que la libertad y la igualdad, se encuentran estrechamente

vinculadas a la conformación de una “buena democracia”.

Sin embargo, dichos valores no pueden ser entendidos desde múltiples perspectivas, puesto que los

ciudadanos son concebidos bajo el estereotipo liberal de esté, encontrándonos con un sujeto libre en la

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toma de decisiones que atañen al ámbito político, con una comprensión de igualdad desde lo que

considera justo, sin concurrir en gran medida a las bases normativas.

Cabe resaltar que la relación establecida entre Instituciones –Democracia es recíproca es decir, que si los

requisitos nombrados a lo largo del escrito son cumplidos por las instituciones, así mismo garantizará

que al régimen democrático le sean atribuidos los patrones de calidad y estabilidad. A su vez, la calidad

presenta contingencia, dependiendo del contexto, un ejemplo de esto es la representación política,

debido a que cada país establece sus leyes y otorga las garantías respectivas a sus ciudadanos, es aquí

donde aparecen los índices de estudio como la pobreza, desigualdad, discriminación, participación,

entre otros.

Por esta razón, aparece la necesidad de incentivar el análisis por vía empírica, en la cual los politólogos

utilizan el estudio comparado, ya que por excelencia arroja la mayor cantidad de datos cuantitativos, es

decir, privilegia la explicación a través de resultados estadísticos sobre variables comunes o disímiles

entre los países.

Sin embargo, la pregunta central del diseño institucional radica en cómo se pueden diseñar sistemas

políticos, que puedan integrar las demandas políticas y las distintas divisiones sociales que se dan a

través de la heterogeneidad social en forma efectiva. De ahí que sea constante evidenciar que como se

ha venido diciendo a lo largo de estas líneas, exista una relación causal entre el nivel de institucionalidad

y el conflicto, definiendo así la calidad democrática del régimen político.

Por último, es importante señalar que durante periodos de transición política, se trate esta de un

cambio de régimen o un cambio de cultura indistintamente, se hace prioritaria la adecuación correcta

de las instituciones, en cuanto son estas las encargadas en últimas de integrar las divisiones que antes se

presentaban. A continuación, se explicará mediante un modelo las características de una democracia

estable con calidad y una democracia inestable sin calidad.

En esta corriente sobresalen los aportes teóricos de O’Donnell, et al., 1986; Linz, 1987; Hermet, 1996;

Diamond et al., 1997; Garretón, 1997; Przeworski, et al., 2000; Pousadela y Cheresky, 2001; Brooker,

2009, Lipjhart, 1991; Reilly, 2001; quienes por medio de la combinación de variables y el estudio

comparado han diseñado sistemas electorales para sociedades en conflicto, en mayor medida para

aquellas que presentan un conflicto étnico.

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1.2 Sistemas Electorales

Dentro del sistema político las instituciones juegan un papel decisivo, en cuanto son estas las

encargadas de otorgar sanciones y recompensas a la sociedad civil. Douglas North concibe las

instituciones como mecanismos influyentes en el desarrollo de la conducta, al mismo tiempo que se

encargan de los incentivos de intercambio, de reducir costos de transacción y sobre todo, reducir la

incertidumbre en los intercambios y negociaciones entre actores, proporcionando en este sentido más

fluidez entre los actores sociales y reduciendo el posible conflicto entre los mismos. (North; 1990: 3)

Así, desde las teorías de la elección racional, las instituciones cumplen dos funciones específicas: i)

agregar preferencias, y, ii) resolver problemas de acción colectiva. A su vez, son las que rigen las

relaciones entre los miembros de una comunidad a través de las normas, las cuales hacen parte de los

mecanismos del gobierno, razón por la cual, una sociedad estable se caracteriza por el orden y equilibrio

de dichas normas.

Siendo así, los sistemas electorales se consolidan como una de las instituciones más sobresalientes, en la

medida que puede perjudicar el sistema político a través del sistema de partidos y la amplitud de la

representación, el sistema electoral se presenta también como uno de los instrumentos políticos más

fáciles de manipular (Sartori, 1996). De igual forma, el sistema electoral puede ejercer un impacto

fundamental en el manejo del conflicto; determinados sistemas electorales, en ciertas situaciones,

pueden proporcionar a los actores racionales incentivos hacia la cooperación, moderación y

acomodación entre ellos y sus rivales, mejorando así la eficiencia social del sistema como un todo,

mientras que otros pueden llevar lógicamente a comportamientos hostiles, no cooperativos y no

acomodaticios (Reilly, 2001).

Adicionalmente, en el Diccionario Electoral (1989) se plantea que los sistemas electorales tienen

incidencia en los siguientes fenómenos: (I) la polarización ideológica y política al nivel del electorado y al

nivel de sistema de partidos políticos; (II) la estructuración de los partidos políticos en un doble sentido:

estructuración interna y relación de los partidos con el electorado; (III) la representación de los intereses

de los diversos actores de la sociedad, es decir, representación de regiones, etnias, confesiones, y otros

segmentos y minorías de la sociedad, representación que procura la integración política a nivel del

Estado; (IV) el tipo de competición política; (VI) las formas de participación política prevalecientes, (VII)

las características de las campañas electorales, (VIII) la capacidad del sistema político para generar el

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bienestar de su población, y, (X) la legitimidad del sistema político en la percepción del ciudadano

elector y el grado de compromiso con el sistema político establecido.

Duverger sostiene que los sistemas electorales ejercen su impacto en dos formas: (I) a través de los

efectos mecánicos o directos, esto es, en el sistema de partidos y la desproporcionalidad, y, (II) en la

psique, en la medida que tiene efectos psicológicos en el elector

“obligándole a votar a una fuerza política que no es la primera de su preferencia por razones de utilidad de voto. Este fenómeno recibe también la denominación de voto útil o voto estratégico; los electores, con el propósito de no perjudicar su voto en los partidos que no obtendrán representación prefieren votar por las opciones políticas con las que simpatizan menos, generalmente próximas también a sus preferencias en términos de política pública o valores ideológicos, pero que consideran tienen más posibilidades de representar o incluso de ganar elecciones” (Duverger citado por García, 2001: 5)

Ciertamente, es posible trazar una distinción entre sistema electoral, derecho electoral y régimen

electoral, ya que dichos conceptos contienen dos tipos de sentido: “un sentido amplio que abarca las

normativas jurídico-positivas y consuetudinarias que regulan la elección de representantes o de

personas para cargos públicos; y un sentido estricto, por ejemplo, el sufragio o el modo de convertir

votos en escaños” (Diccionario Electoral, 1989: 636).

El concepto de régimen electoral este dado en un sentido amplio y aluda a todo lo relacionado con

elecciones, en cuanto al concepto de derecho electoral se refiere a todo lo estipulado por la ley en

materia de elecciones, esto es, las condiciones dentro de las cuales se inscribe el sufragio y quienes lo

ejercen, mientras que el concepto se sistema electoral concierne “al principio de representación que

subyace al procedimiento técnico de la elección, y al procedimiento mismo, por medio del cual los

electores expresan su voluntad política en votos que a su vez se convierten en escalios o poder público

(Diccionario Electoral, 1989: 636)

En este orden de ideas, es posible conceptualizar el sistema electoral como variable independiente y

dependiente. Quienes lo analizan como variable independiente, se encargan de analizar su naturaleza y

en esta medida identificar sus impactos dentro del sistema político (participación política,

representación política). Empero, aquellos que lo conciben como variable dependiente, se esmeran por

identificar las lógicas de la relación subyacente entre estos y los sistemas de partidos. No obstante, para

los fines de la presente investigación se tomará el sistema electoral como variable independiente.

Roberto Chang Mota define el sistema electoral como un “conjunto de disposiciones y procedimientos

mediante el cual el resultado de las elecciones se traduce en la provisión de un cierto número de cargos

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de autoridad política” (Mota: 265). Algunos como Giovanni Sartori y Arendt Lijphart parten de una visión

procedimental y resaltan su importancia. El primero considera los sistemas electorales como,

“a most esencial part of the working of political systems. Not only are electoral systems the most manipulative instrument of politics; they also shape the party system and affect the spectrum of representation” (Sartori, 1994, IX).

Arend Lijphart por su parte sostiene que “the electoral system is the most fundamental element of representative democracy”.

En concordancia, en esta investigación se entenderá el Sistema electoral según la concepción de Nohlen,

el cual señala que “los sistemas electorales determinan las reglas a través de las cuales los electores

pueden expresar sus preferencias políticas y a través de las cuales es posible convertir votos en escaños

parlamentarios o en cargos de gobierno ” (Nohlen, 2004: 73). Resulta pertinente resaltar que el autor

enmarca su definición desde una explicación restringida de éste, dado que facilita la comprensión de las

consecuencias políticas de los sistemas electorales como en la cuestión del debate político en torno a la

introducción o reforma del mismo.

Aún más, la propuesta de Nohlen permite entender los efectos que trae consigo la reforma del sistema

electoral en otros subsistemas como lo es el de partidos. De igual forma, al subrayar el carácter de

modificación que estos poseen, proporciona las herramientas para diseñar reglas electorales que den

lugar a la resolución de problemáticas políticas que deterioran la eficacia y eficiencia de las diversas

instituciones formales del sistema político.

En lo que respecta a la tipología de los sistemas electorales, Duverger señala que la distinción

fundamental para establecerlas se deriva en el principio de representación, ya que éste “expresa una

determinada comprensión social y/o funcional de la representación política, la cual, en algunos países,

tiene una tradición histórica, y con frecuencia se encuentra plasmada en el texto constitucional”

(Nohlen, 2004: 10 citado por Rivas, 2005).

El autor diferencia entre el principio de (I) representación por mayoría y (II) representación

proporcional. El primero, hace referencia a la elección del candidato por mayoría (absoluta o relativa) de

los votos, y, la segunda concierne a la representación política que refleja lo mejor posible, la distribución

de los votos entre los partidos.

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En vista de la discusión académica que se sostiene acerca de los efectos de los distintos sistemas

electorales sobre el voto y la cantidad de escaños, a la representación por mayoría se le atribuyen las

siguientes ventajas:

• “Prevención de la fragmentación partidaria.• Fomento de la concentración partidaria en el sentido de la formación de un sistema bipartidario.• Fomento de gobiernos estables bajo la forma de mayorías de gobiernos unipartidistas.• Fomento de la moderación política.• Fomento de la alternancia en el ejercicio del poder.• Facultad de decisión directa del gobierno a través de los votantes y no de los partidos mediante

negociaciones de coalición post-electorales.” (Nohlen, 2004: 13)

Del mismo modo, a los sistemas de representación proporcional se les asignan también unas ventajas,

entre las cuales se encuentran:

• “Representación lo más fiel posible de todas las opiniones e intereses en el Parlamento en relación a su fuerza en el electorado.

• Impedimento de mayorías políticas excesivamente artificiales que no reflejan una mayoría real en el electorado y solo surgen cuando instituciones se inmiscuyen en el proceso de formación de la voluntad política.

• Fomento de mayorías acordadas a través de negociaciones y compromisos, en las que participan distintas fuerzas sociales y grupos étnicos/ religiosos.

• Impedimento de oscilaciones políticas extremas.• Consideración de evoluciones sociales y del surgimiento de nuevas corrientes políticas en la

conversión de votos a escaños.• Impedimento de la formación de partidos dominantes” ( Nohlen, 2004: 13)

No obstante, se hace énfasis, según Duverger, que estos tipos de sistemas electorales presentan una

serie de variaciones, es decir, no se presentan de forma pura adoptando subtipos. Entre los subtipos que

el autor destaca se encuentra la representación proporcional pura, en donde la proporción de votos

logrados y escaños se corresponden en gran medida; la representación proporcional impura, la cual se

da en el caso contrario del primero y se le agrega un efecto concentrador en el votante, y, en último

lugar, las variaciones que presenta el sistema mayoritario.

1.2.1 Componentes del Sistema Electoral

Teniendo en cuenta lo planteado en las líneas anteriores, en lo que respecta a la definición de sistemas electorales en su condición de concepto restringido, se dará lugar a la definición de los componentes principales, en cuanto orientan el análisis y debate posterior del presente trabajo de investigación, en particular sobre las consecuencias políticas que trae consigo las posibles reformas al sistema electoral para los grupos insurgentes y la disputa política que se originará en torno a éste.

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Dicho así, y dada la complejidad misma sobre la cual reside la naturaleza de los sistemas electorales, los estudiosos han optado por instaurar normas para cuatro áreas de los sistemas electorales, las cuales facilitan la combinación de diversos elementos en cualquier tipo de sistema. Estás son:

1º. Distribución de las circunscripciones electorales: es el número de escaños que se otorgan a un distrito electoral es el número de escaños que se otorgan en un distrito electoral.

2º. Candidaturas: Según Dieter Nohlen las estructuras de las candidaturas varían según como se presenten a determinados puestos públicos. La elección del candidato es discreción de los partidos y movimientos políticos pero los candidatos deben cumplir con un mínimo de requisitos para poder ser elegibles a cargos públicos varían de acuerdo a cada corporación pública (local, regional y nacional): edad mínima, ciudadanía, nivel educativo, etc. Las listas que son presentadas pueden ser abiertas, cerradas o cerradas y bloqueadas, también se puede estipular un número máximo de listas que puede presentarse por partido o movimiento político. Pueden presentar variación uninominal, por lista y demás (Nohlen, 2004)

3º. Votación: Alude a la forma en que se emite el voto por los ciudadanos para la elección de candidatos a cargos públicos, existen dos formas: Primero, el voto indirecto en el cual, los ciudadanos eligen un colegiado electoral y estos en segunda instancia escogen el candidato que ocupará el cargo y segundo, el voto directo ocurre cuando es el ciudadano quien elige sin la mediación y/o intervención de una colegiatura los candidatos a los cargos públicos (Nohlen, 2009: 429).

4º. Conversión de votos en escaños: Concierne a la fórmula matemática utilizada para asignar imparcialmente los escaños de acuerdo al número (porcentaje) de votos válidos obtenidos por las fuerzas políticas después de una contienda electoral. Existen varias fórmulas entre ellas la Cifra Repartidora ó Fórmula D’Hondt la cual, asigna los escaños de acuerdo a la división sistemática de los votos válidos obtenidos por las fuerzas políticas y la asignación de escaños de forma proporcional por otro lado, el Cociente Hare es el cual determina un cociente de residuo proporcional con el cual se asigna los escaños de forma mayoritaria (Nohlen, 2004: 516)

Dieter Nohlen en su texto “Sistemas Electorales y Partidos Políticos” sustenta que existe una relación correlativa ente el sistema electoral y el sistema de partidos, ya que la modificación de las reglas electorales traerá consigo la alteración de los incentivos de los actores que juegan en la contienda política. Asimismo, el sistema de mayoría conllevará generalmente a la consolidación de un partido de gobierno y uno de oposición, razón por la que los partidos políticos tendrán un amplio segmento social, como también no ofrece tantas garantías de representación para las minorías o partidos pequeños.

Por otro lado, los sistemas de representación proporcional estimulan la formación de un sistema multipartidistas donde en el espectro ideológico es posible observar diferencias políticas e ideológicas. Del mismo modo, los partidos políticos pequeños pueden tener representación de una manera más asequible.

Para concluir, el diseño de un sistema electoral no sólo afecta la estructura de un sistema de partidos

sino también su nivel de disciplina y cohesión interna, y, en la misma medida la forma en que se afianza

el sistema de partidos influirá en el desarrollo del sistema electoral.

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Page 18: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

1.3. Sistema de Partidos

Los sistemas de partidos son un subsistema del sistema político dentro del cual se producen dinámicas y

lógicas de competencia y cooperación entre los partidos políticos. De ahí que existan variables que se

deben de tener en cuenta al momento de establecer una organización de los sistemas de partidos. Estas

son: el número de partidos que conforman el sistema, el grado de polarización que existe entre los

partidos políticos, y el grado de Institucionalización.

1.3.1 Modelos de Sistemas de Partidos

Schumpeter y Downs ofrecen un enfoque racional sobre el sistema de partidos, es decir, entienden los

partidos políticos como actores racionales maximizadores de votos. Según sus argumentos, cada partido

optará por posicionarse en alguno de los espectros de la política (izquierda- derecha), bajo la finalidad

de que los electores diriman según sus preferencias; de ahí que la estrategia de los partidos políticos sea

identificar el electorado más volátil.

No obstante, dicho modelo adoptado por los autores no es tan pertinente, ya que ni los electores son

racionales ni existe un único conflicto para que estos planteen sus preferencias.

Ahora bien, debido a los modelos simplistas, Sartori opta por enumerar una lista de clases (mutuamente

excluyentes entre sí) con base en una dimensión relacionada muy estrechamente con el criterio

numérico, que es la fragmentación. Esta dimensión sin embargo, requiere una serie de normas para

contar, que permiten evaluar claramente cuáles partidos se tendrán en cuenta y cuáles no. Estas dos

normas establecen que se tomarán en cuenta sólo los partidos con capacidad de coalición (lo que

excluye partidos que a lo largo de un cierto periodo de tiempo sean superfluos, es decir no relevantes

para una coalición) y los partidos con capacidad de chantaje (pues su existencia afecta la táctica de

competencia).

A partir de esta dimensión, se enumeran una lista de siete clases de partidos con base a los siguientes

criterios: qué diferencia, principalmente, los primeros tres, cuántos existen y cuántos están en un marco

competitivo o no. De este modo aparece el sistema de partido único caracterizado por la existencia de

un único partido que monopoliza el poder, el sistema de partido hegemónico, dentro del cual sólo se

permite que exista un partido en el gobierno pero puede relacionarse con otros partidos a diferencia del

anterior. Estos primeros dos tipos de sistemas de partidos se desenvuelven en un marco no competitivo.

18

Page 19: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

A continuación se presentan los tipos de sistemas de partidos que se mueven en el marco competitivo,

es decir, en la arena de un régimen donde se garantiza la competencia libre y donde los partidos sí

pueden ser parte del gobierno. En primera instancia se tiene el sistema de partido dominante, el cual

establece que existe un partido que gobierna solo, debido a la obtención de una mayoría absoluta en las

elecciones por parte de éste, no existe alternancia en el poder pero se deja abierta la posibilidad.

El sistema de partido bipartidista, en el cual dos partidos a diferencia del dominante, tienen la

alternancia como una expectativa creíble y a diferencia de los pluralismos, uno de ellos tiene mayoría

absoluta. Los últimos tipos de sistema de partidos son el pluralismo limitado, que denota la existencia de

tres a cinco partidos, el pluralismo extremo que alude a la existencia de más de cinco partidos, y, el de

atomización que denota la existencia de más de cinco partidos.

A pesar de esto, Sartori considera pertinente tomar en cuenta otra dimensión para el análisis de los

sistemas de partidos, la polarización. Dicha dimensión permite evaluar la distancia ideológica entre los

partidos.

Para enriquecer lo anterior, Mainwaring y Torcal (2005) tienen como argumento central que “los

sistemas de partidos de las democracias de los países menos desarrollados están mucho menos

institucionalizados (Scott Mainwaring y Mariano Torcal,2005: 141)”, que los sistemas de partidos en las

democracias industriales, para sustentar este argumento los autores utilizaran tres elementos

fundamentales, que constituyen distintas dimensiones de la institucionalización: la volatilidad electoral,

que permitirá evaluar la estabilidad; el vínculo programático e ideológico, que permitirá evaluar el

arraigamiento de los partidos; y por último, los vínculos de tipo personalista que se dan entre los

votantes y los candidatos, para así identificar particularidades de las semidemocracias de países menos

desarrollados.

Lo que muestran Mainwaring y Torcal (2005) es que en estudios previos que se han hecho respecto a los

sistemas de partidos, especialmente aquella sobre la tipología desarrollada por Sartori, las cuales se

centran en democracias desarrolladas e industrializadas solamente abarcan dos dimensiones, tanto la

numérica como la ideológica. Mainwaring y Torcal reconocen que estas dimensiones son importantes y

de gran utilidad, pero no resultan ser suficientes para explicar la configuración de los sistemas de

partidos, en contextos diferentes como lo son las semidemocracias o democracias menos desarrolladas,

donde la institucionalización no se puede dar por sentada, cosa que si ocurre con la mayoría de los

sistemas de partidos en las democracias industrializadas. Entonces, por esto podemos ver que la

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Page 20: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

institucionalización permite identificación diferencias y aspectos fundamentales, respecto al “efecto

estructurante” que pueden tener los partidos dentro de un sistema político particular. Con efecto

estructurante nos referimos a implicaciones sobre: la estabilidad del sistema, dimensión respecto a la

cual es posible argumentar que “los sistemas más institucionalizados gozan de una considerable

estabilidad (Scott Mainwaring y Mariano Torcal, 2005: 146)”, cosa que se evidencia en democracias

industriales. Inversamente se podría ver a la baja institucionalización de las semidemocracias como

factor causal de inestabilidad política, ya que la competencia entre partidos resulta irregular.

En segunda instancia, hay implicaciones sobre el arraigo partidista en el electorado, “en los sistemas

más institucionalizados, los partidos tienen fuertes raíces en la sociedad y, a la inversa, muchos votantes

tienen una relación fuerte con los partidos (Scott Mainwaring y Mariano Torcal,2005: 146)”, elemento

que se hace evidente en democracias industrializadas, como lo es Estados Unidos, en donde a lo largo

de las elecciones, se evidencia en arraigo social y político que ostentan los partidos Demócrata y

Republicano. Ciertamente, a la inversa, en las semidemocráticas menos desarrolladas no se da este

arraigo entre el partido y los votantes, lo cual permite explicar tanto los altos niveles de volatilidad

electoral, que a su vez lleva a un bajo grado de institucionalización. Un claro ejemplo de lo anterior es

Letonia donde se registra una volatilidad electoral de 58,2%.

Una tercera implicación del “efecto estructurante”, generado por la baja institucionalización presente en

las semidemocracias es que los actores políticos no “ven a los partidos como una parte necesaria de la

democracia (Scott Mainwaring y Mariano Torcal, 2005: 146) ”, lo que lleva a explicar la preminencia de

prácticas de tipo clientelista, donde lo que importa es un beneficio a corto plazo y no un beneficio a

largo plazo, que puede recibirse a través del apoyo a algún programa político promovido por algún

partido, esta idea está ligada a una última implicación de ese “efecto estructurante”, que tiene la

institucionalización sobre los sistemas de partidos y es el hecho de que precisamente como no existe ese

reconocimiento de legitimidad hacia los partidos, hay una preminencia de “débiles organizaciones

partidistas, a menudo dominadas por líderes personalistas (Scott Mainwaring y Mariano Torcal, 2005:

147)”, quienes tienden a desarrollar políticas y programas de forma independiente respecto al partido,

elemento que también lleva a explicar un bajo grado de institucionalización, que lleva a estructurar un

sistema de partidos que muy seguramente orientara sus estrategias electorales, buscando la exaltación

de características ventajosas de este líder carismático, para de esta forma lograr incrementar el caudal

electoral el día de las elecciones. Aspecto que no resulta tan preponderante en democracias

industriales, donde lo que tiende a evaluarse es el programa político y no el carisma del candidato.

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Page 21: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

De esta forma se hace evidente, cómo la dimensión de institucionalización permite comprender diversas

particularidades de las semidemocracias menos desarrolladas, que no se pueden analizar si solo se

tienen en cuenta las dimensiones numérica e ideológica, de los estudios tradicionales, y así mismo

identificar diferencias con las democracias industriales.

1.3.2 Dimensiones de los Sistemas de Partidos

Fragmentación

Hace referencia a la relación entre el número de partidos y su tamaño respecto a los votos o escaños

obtenidos en las elecciones. Esta es una técnica para contar los partidos en el sistema de partidos, a

pesar que para esto Sartori propone que los partidos deben se contados cuando tienen i) posibilidad de

coalición y ii) posibilidad de chantaje. La fragmentación es una dimensión importante para la

clasificación de partidos debido a que este nos da de forma cuantitativa el número de partidos que un

sistema concentra los votos y los escaños en el parlamento.

Polarización

Corresponde a la distancia medida en el espectro ideológico izquierda – derecha.. Sartori (1976) afirma

que “si un sistema político contiene posiciones anti sistema, bilaterales, y desalienta la competencia

centrípeta –por el mero hecho de que su centro está ocupado físicamente-, se llega a un sistema

polarizado”. Esto se presenta cuando “el espectro de la opinión pública está muy polarizado: sus polos

laterales están literalmente a dos polos de distancia, y la distancia entre ellos abarca el espectro máximo

posible de opinión. Esto equivale a decir que lo más probable es que las fisuras sean muy profundas,

que, sin duda, el consenso es muy escaso y que son muchos los que ponen en duda la legitimidad del

sistema”. Lo que lleva a la polarización, según indica Sartori, es precisamente que la posición de centro

está físicamente ocupada. Es una causa de la polarización en la medida en que al estar siempre ocupado

el centro se desalienta la competencia centrípeta.

Nacionalización

Se refiere a una comparación entre una esfera local y una nacional, en esta medida, puede ser

entendida a partir de dos concepciones. En la primera, el concepto de nacionalización es empleado para

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Page 22: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

determinar en qué medida las unidades locales tienen patrones que pueden asemejarse a los patrones

de votación nacional (Schattschneider (1960) y Sundquist (1973)). La segunda concepción es empleada

por Stokes (1965,1967), Brady (1985), y Bawn et al (1999), para examinar cómo la gestión del cambio en

las unidades subnacionales se aproxima al patrón nacional de cambio electoral (Mainwaring & Jones.

2003: 3).

Institucionalización

Concierne al grado en que en un sistema de partidos se han “afincado y dado a conocer efectivamente,

acaso no es universalmente aceptada, una práctica u organización” (Mainwaring & Scully. 1997: 92).

A manera de conclusión se tiene que las instituciones políticas, en este caso el sistema de partidos y el sistema electoral son agentes creadores de un orden social y político al interior del sistema político, en cuanto alteran el comportamiento de los actores (partidos políticos) y cuentan con la capacidad de producir y preservar la estabilidad. Siendo así, las instituciones de participación política establecen las reglas de juego sobre cómo se repartirá el poder y en esta medida facilitan la disminución de los problemas que surjan de la interacción política.

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Page 23: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

2. Experiencias Centroamericanas / Procesos de paz comparados

La revisión de la experiencia histórica en la resolución de conflictos internacionales en Centroamérica se

configura como un importante aporte en la investigación debido a tres razones principales.

En primer lugar, la coloración de violencia y obstinación características de Colombia, Guatemala y

Salvador, permiten identificar el papel que ha desempeñado el Estado en el mantenimiento de

estructuras burocráticas tradicionales, encargadas de reproducir lógicas de <<sangre y fuego >> ante los

diversos intentos por romper el statu quo; heredadas propiamente desde tiempos coloniales.

En segundo lugar, la vocación de los países Centroamericanos por llevar a cabo procesos de paz

demuestra una disposición importante en la búsqueda de prácticas e instituciones que favorezcan los

canales de participación ciudadana, consolidándose como marco de referencia en el actual proceso de

Paz en Colombia.

En tercer lugar, la cuestión más significativa reside en qué tanto se puede aprender de la experiencia

Centroamericana en lo que respecta a la adecuación del diseño institucional en el plano de la

participación política, y, en esta línea examinar si han garantizado la no multiplicación de conflictos e

inestabilidad. Lo anterior, a la luz de los contextos de negociación de paz.

En este orden de ideas, el lector se encontrará para los casos de Guatemala y Salvador con: (I) una

resumida contextualización histórica política sobre el origen del conflicto armado, (II) la relación

insurgencia- Estado/ conflicto armado, (III) los Acuerdos de Paz en lo que concierne a la participación

política institucional, (IV) y unas conclusiones sobre el cumplimiento de los Acuerdos de Paz en términos

de participación política institucional.

2.1.GUATEMALA

2.1.1. Historia Política sobre el origen del conflicto armado

El panorama político y social en Guatemala desde la década de 1960 hasta mitad de 1990 resultaba ser

desalentador. Presentaba relaciones conflictivas entre Estado-sociedad y un deterioro institucional

progresivo, debido a la fuerte discriminación étnica, los problemas agrarios y la constante militarización

del aparato estatal.

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Page 24: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

Según la Comisión de Esclarecimiento Histórico (1999) las relaciones asimétricas de la sociedad

guatemalteca han propiciado el surgimiento de conflictos de distinta índole. Por una parte, la

concentración del poder económico y político, evidenciado en la distribución desigual de la tierra y el

limitado acceso a la educación para las poblaciones indígenas, ladinas pobres y mayas han contribuido a

que en este país esencialmente agrícola, se reproduzcan de forma constante innumerables tipos de

exclusión social y política, así como el aumento de la pobreza.

En ese sentido, el interés por comprender el origen del conflicto armado en Guatemala, devela la

necesidad de identificar las causas históricas que lo estructuran, en cuanto brindan un panorama amplio

para entender las lógicas y dinámicas establecidas entre los distintos actores. De ahí que sea posible

distinguir tres factores principales que contribuyeron al desencadenamiento del conflicto armado en

Guatemala, estos son: 1. La estructura agraria y económica, 2. El racismo, y 3. La tradición dictatorial.

Estructura Agraria y Económica

En el documento técnico “Situación actual y perspectivas de la agricultura en Guatemala” (2001) emitido por el Instituto de Agricultura, Recursos Naturales y Ambiente de la Universidad Rafael Landívar se indica que

“la agricultura sigue siendo el sector productivo con mayor importancia para Guatemala. El 61% de la población habita en el área rural y depende de esta actividad para satisfacer sus necesidades de ingresos, el PEA agrícola constituye el 58.6 % total, es decir, alrededor de 1.86 millones de personas laboran en el sector. El 23.85 % del PIB es generado en el sector agropecuario y aún aporta el 61.5 % de las divisas por exportaciones” (Carrera, 2001:4)

La anterior información subraya que el sector agropecuario ha sido y sigue siendo el motor económico

estratégico en Guatemala, ya que no sólo es una de las principales fuentes de ingreso para el país sino

que tiene un papel preponderante en la herencia cultural de la nación. Aun así, la política agraria

también ha sido considerada como “la columna vertebral del poder oligárquico, sostén de las dictaduras

y un factor de atraso nacional” (Comisión para el Esclarecimiento Histórico, 1999: 101)

Algunas cifras del Censo Agropecuario (1950, en “Guatemala, Memoria del Silencio” Comisión para el

Esclarecimiento Histórico (1999)) sobre la Distribución de la tierra en Guatemala por categorías de

tamaño de fincas: 1950, 1964, 1979 (expresado en porcentaje) permite evidenciar cómo las formas de

tenencia y posesión de la propiedad en sus distintas modalidades, apuntan hacia una problemática

estructural de cómo fue el proceso de colonización, cuál fue el papel del Estado en dicho proceso y de

qué manera fue dada la legitimidad y legalidad de este.

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Page 25: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

La Dirección General de Estadística señala, de acuerdo al Censo, que “516 latifundios concentraban más

del 40% de la propiedad de la tierra, mientras que el 88% de unidades agrícolas (menores de 7

hectáreas) apenas cubrían el 14% de la superficie agrícola” (Dirección General de Estadística, 1950 en

Comisión de Esclarecimiento Histórico).

Cuadro 1. Distribución de la tierra en Guatemala por categorías de tamaño de fincas: 1950, 1964, 1979 (expresado en porcentajes)

Fuente: Leopoldo Sandoval en “Guatemala, Memoria del Silencio” Comisión para el Esclarecimiento Histórico (1999)

De igual forma, la falta de una política agraria contundente por parte del Estado, terminó con el declive

de la legitimidad de este en algunas regiones. Lo anterior, acarreo el uso de la violencia para mantener

el control de la sociedad civil.

Por otro lado, Leopoldo Sandoval Villeda en su texto “500 años por la lucha de la tierra. Estudios sobre

propiedad rural y reforma agraria en Guatemala” argumenta que el desarrollo histórico de la agricultura

en Guatemala ha sido esencialmente de tipo colonial, implicando la inexistencia de modalidades de

explotación de la tierra diversificadas. Esto se debió a que las pautas mercantiles operantes beneficiaban

a quienes tuvieran dinero para pagar.

Así pues,

“la falta de mercado interno dinámico, como consecuencia del bajo ingreso general, y, sobre todo, la muy desigual distribución y la no existencia (hasta la fecha o más reciente ) de presiones políticas, sociales y económicas, que tendieran a modificar la estructura de la hacienda tradicional, fueron factores que impidieron que la necesidad de diversificar e intensificar se planteara en términos más amplios (…) En consecuencia, en los últimos años se ha acentuado el desplazamiento de la población campesina a las ciudades, debido al trabajo insuficiente ” (Sandoval, 1992: 212 )

Por tal razón, desde la época de independencia hasta 1989 se han venido introduciendo una serie de

cambios en la política agraria con el objetivo de poner fin a una de las mayores problemáticas que

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Page 26: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

provocaron el estallido del conflicto armado y que sigue reproduciendo nuevas formas de guerra. Dichas

transformaciones de la política agraria van desde la expropiación hasta la redistribución de la tierra.

Durante los gobiernos revolucionarios de 1944 a 1954 (Arévalo y Arbenz ) se produjo un cambio

sustancial en la tradición agraria guatemalteca bajo el denominado Decreto 900 “Ley de Reforma

Agraria”, al mismo tiempo que se creó el Banco de Reforma Agraria. El Decreto 900 tenía como objetivo

erradicar la propiedad feudal y abolir las relaciones de explotación en cualquier forma. Algunas

características generales se resumen en el siguiente cuadro.

Cuadro 2. Características Generales del Decreto 900 “Ley de la Reforma Agraria”

Decreto 900 “Ley de

Reforma Agraria”

Características Generales

Objetivo de liquidar la propiedad feudal en campo y las relaciones de producción que la originan, con la finalidad de industrializar el país.

Abolición de la servidumbre y la esclavitud.

Exceptuaba de la expropiación aquellas fincas cuya extensión fuera menor a 223 acres y que tenían por lo menos dos terceras partes de su área de cultivoEntre los objetivos esenciales que la Reforma Agraria debía realizar se encuentran: desarrollo de la economía capitalista campesina, dotar de tierra a los campesinos, facilitar la inversión de nuevos capitales, introducir nuevas formas de cultivo e incrementar el crédito agrícola.Se delegaron funciones adecuadas a instituciones específicas para prevenir la emergencia de conflictos agrarios, siendo estos el Departamento Agrario Nacional, Consejo Agrario Nacional, Comités Agrarios Locales y Comisiones Agrarias.

Fuente: Elaboración del autor basada en la Ley de Reforma Agraria expedida por el Congreso de la República de Guatemala.

De 1954 a 1985 la política agraria tomo un giro inesperado, tras la llegada del “movimiento

liberacionista” con Castillo Armas, quien contaba con el absoluto respaldo del gobierno norteamericano

y la clase terrateniente. Razón por la que generaba pánico en gran parte de los sectores políticos,

sociales y económicos el pensarse verse enfrentada a un retroceso del proceso que se había ganado en

la revolución.

El gobierno de Castillo Armas ya temía una movilización social por lo cual se adelantaron en la emisión

de dos decretos, el primero fue el número 31 en 1951 que buscaba contener los conflictos en el campo

mientas se le regresaba la tierra a los latifundistas y el segundo fue el decreto 559 de 1956, el cual tenía

como propósito convertir a los campesinos en actores pasivos para que se vieran imposibilitados para

defender sus derechos de acceso a la tierra y ejercer presión contra las autoridades.

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Page 27: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

Durante el gobierno de Armas la violencia y represión fueron el instrumento principal de las fuerzas

armadas y el Estado para desarticular los movimientos campesinos y sindicales,

“gran cantidad de tierras fueron arrebatadas de las manos de los campesinos. Handy establece que en total, de 765,233 manzanas de tierras expropiadas bajo la Reforma Agraria, 603,775 fueron devueltas. La UFCO recupero aproximadamente el 99.6% de las tierras que había perdido” (Gutiérrez, 2007)

En los periodos de gobierno posteriores la violencia política aumento, extendiéndose la lucha

contrainsurgente.

En la década de los ochenta, los beneficiarios de la tierra fueron básicamente terratenientes,

latifundistas y militares, de ahí que las políticas agrarias durante esta época fueran insuficientes,

conllevando a la perpetuación del minifundio como mecanismo de sobrevivencia campesina.

“durante este periodo se desarrollaron dos mecanismos de acceso a la tierra; uno por la vía privada mediante la Fundación del Centavo, FUNDACEN, con el mercado de tierras, y el otro a través del Estado” (Gutiérrez, 2007)

En suma, el régimen de propiedad de la tierra fue fundamental en el proceso de formación de riqueza y

poder en Guatemala, el obstáculo deriva en que la concentración del poder político y económico ha sido

tan excluyente que el mismo Estado

“renunció por muchos años a su papel de mediador entre intereses sociales y económicos diferentes, abriendo así un vacío que permitió el enfrentamiento directo entre quienes recibían los beneficios, defensores de ese orden establecido, y quienes estaban obligados a reivindicar sus aspiraciones” (Comisión para el Esclarecimiento Histórico, 1999: 86)

A propósito, el tema agrario se consolidó para la insurgencia como uno de los puntos clave a defender

en sus discursos, avocando a la lucha por los excluidos, lo cual termino con la posterior movilización una

cantidad significativa.

Exclusión por motivos étnicos

La exclusión por motivos étnicos se consolidó también en uno de los factores determinantes para que

estallara el conflicto armado, el cual se manifestó a través del despojo político y territorial a las

poblaciones indígenas y mayas. Cabe resaltar que la población indígena constituye casi el 40 % de la

sociedad guatemalteca (INE, 2012:13). A la par de la proliferación del modelo de segregación y

subordinación a lo largo y ancho del país, se fomentaban formas de resistencia a estos, tales como la

violencia (motines) o el uso de los medios legales que el sistema colonial les otorgaba.

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Page 28: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

La Comisión para el Esclarecimiento Histórico (1999), sostiene que el racismo encuentra su procedencia

en la invasión hispánica, en donde la exclusión del indígena era legítima desde una concepción de

superioridad biológica y cultural; adoptada posteriormente por los criollos y ladinos.

Algunas expresiones de la segregación se constatan desde la época de colonización cuando se ratificó el

estatuto jurídico de los indígenas, denominado “vasallos libres de la corona”, el cual le daba al Rey la

capacidad legal de reafirmar su poder sobre esta población. De igual manera, la ideología de inferioridad

de los indios, contribuyó a una explotación de éstos sin ningún tipo de límite.

No obstante, ante los constantes atropellos, dichas poblaciones excluidas optaron por imponer

resistencia a los regímenes del momento, esto es, colonial y republicano. Algunas de las

exteriorizaciones se hicieron a través de motines, quejas y misivas.

Uno de los avances más reveladores tuvo lugar durante la Independencia, dado que gracias a la

ideología liberal,

“las constituciones establecieron el derecho a la igualdad ante la ley, eliminaron la diferencia de los regímenes jurídicos y borraron la palabra “indio” de sus textos. Con la desaparición de regímenes jurídicos, también se eliminaron los derechos protectores del derecho social indiano, como el derecho a la inalienabilidad de las tierras comunales. Ello posibilitó la expansión de las fincas en perjuicio de las comunidades indígenas, que quedaron en las tierras más pobres. Se inauguró un modelo de asimilación, por el cual se buscaba asimilar o desaparecer a los indígenas dentro de la naciente nación mestiza” (Comisión para el Esclarecimiento Histórico, 1999: 89)

Empero a los avances obtenidos en el plano formal, los retrocesos en la práctica se seguían gestando, en

cuanto siempre triunfaban las políticas de la oligarquía, quienes trataban de mantener la población

indígena al margen. Pero fue solo hasta 1945 en el contexto de la revolución de 1944 que se logró abolir

las normas que decretaban la obligatoriedad del trabajo de indígenas en fincas, sin embargo, como se

mencionó al principio la tradición histórica de la segregación al indígena frustraron sus expectativas.

Tradición Dictatorial

Guatemala se ha caracterizado por tener una tradición dictatorial. Javier Giraldo M en su libro

“Búsqueda de Verdad y Justicia” (2003) señala que si bien, la historia de Guatemala durante el siglo XIX y

XX está marcada por el acendrado racismo en sus diferentes estructuras sociales, existe en consenso en

considerar que el conflicto que atraviesa en la segunda mitad del siglo XX, se debe a la introducción de la

política de anti-comunismo introducida por los gobiernos estadounidenses. Dicha política fue

interiorizada de forma tal que “las capas dominantes nacionales lo asumen con espíritu de cruzada, de

lo cual no se exime la Iglesia Católica” (Giraldo, 2003)

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El gobierno guatemalteco estuvo en manos de militares desde sus comienzos como República. Rafael

Carrera, caudillo conservador, inicia la tradición dictatorial en 1854, manteniéndose catorce años en el

poder, quien despertó un gran descontento en el país debido a sus medidas arbitrarias. Ocho años

después de su muerte y tras múltiples enfrentamientos civiles, Justo Rufino Barrios (1873 – 1885) pasó a

ocupar el cargo. Barrios se caracterizó por buscar la modernización económica del país, siempre

respondiendo a los intereses de la clase dominante.

Manuel Estrada Cabrera tomó el poder de 1898 hasta 1920, estableciendo un gobierno de terror por

medio de la represión a la oposición. Adicionalmente, durante su mandato reprimió todo tipo de

oposición política

En 1944 cayó el gobierno ejercido por un triunvirato militar presidido por el Gral. Federico Ponce Vaides

y el Gral. Jorge Ubico, debido a un levantamiento popular que abarcaba sectores de clase media los

cuales tenían una ideología liberal. Este acontecimiento, representó un anhelo de apertura democrática

para la sociedad civil.

Un año después, en 1945, fue elegido presidente Juan José Arévalo quien ejerció el poder hasta 1951.

Este lapso de tiempo fue importante en términos de participación política, ya que según Giraldo (2003)

se crearon numerosos partidos políticos así como se les dio reconocimiento legal a los sindicatos y

confederaciones. Asimismo, incentivo la creación de la pequeña industria y la pequeña propiedad

agrícola.

Al finalizar su mandato, Juan José Arévalo se enfrentó al descontento por parte de los conservadores,

quienes decidieron impulsar su propio candidato para las próximas elecciones, el Coronel Francisco

Javier Arana. Sin embargo, la victoria en la contienda política fue para el Coronel Jacobo Arbenz, quien

se perfilaba como continuador de la política de Arévalo.

Giraldo sostiene que,

“la política de Arbenz se centró mucho en el problema de la tierra y la reforma agraria. Al iniciar su gobierno encontró que el 99.1% de las fincas eran minifundios que solo ocupaban el 14% de las tierras, mientras el 0.1% ocupaba el 41% de la superficie censada; que el 40% de las fincas eran propiedad de 23 familias y solo 54 fincas disponían del 19% de la tierra, mientras 250.000 campesinos carecían de tierra” (Giraldo, 2009).

Al detectar lo anterior Arbenz expide el Decreto 900 de 1952 o Ley de Reforma Agraria en la cual,

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Page 30: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

“ordeno la expropiación de fincas no cultivadas y su entrega a los campesinos a través de los Comités Agrarios Locales, y los finqueros expropiados recibían una paga en bonos del Estado a 25 años de plazo con una tasa de interés del 3%. En los 18 meses de vigencia de esta Ley, 100.000 familias campesinas se beneficiarían ” (Giraldo, 2003 )

El Decreto 900 propuesto por Arbenz trajo consigo fuertes repercusiones políticas, ya que se vio incapaz

de contener la intervención progresiva del gobierno de Estados Unidos, los cuales exigieron a Arbenz

expulsar a los comunistas. Fue tanta la presión que finalmente Arbenz término renunciando ante una

junta militar encabezada por el Coronel Carlos Castillo Armas.

En el periodo de Carlos Castillo Armas es posible evidenciar un retroceso en lo que respecta a las

garantías de oposición política tanto en el plano factico como institucional, ya que se crea un Comité

Nacional de Defensa contra el comunismo, con la libertad de arrestar sin derecho alguno a Habeas

Corpus.

Esta adopción de la Doctrina de la Seguridad Nacional en Guatemala, el Anticomunismo y las Olas del

terror,

“ha impreso una huella muy fuerte en la cultura política nacional y ha significado el cierre continuo de espacios de expresión y participación política por parte de la ciudadanía. La forma dictatorial de gobierno, también ha significado el ejercicio indiscriminado e incontrolado de la violencia por parte del poder. Las demandas o reivindicaciones sociales, políticas, económicas y culturales no han tenido como reacción la respuesta sino, usualmente, la represión (Comisión para el Esclarecimiento Histórico, 1999:96).

En 1958 fue elegido el Gral. Ydígoras Cifuentes, quien tuvo que contener a las fuerzas sociales que se

encontraban en contra de que en Guatemala se entrenaran las fuerzas anti-castristas que preparaban la

invasión a Bahía Cocinos.

Así sucesivamente Ydígoras fue derrocado por un golpe militar en 1963 y es presidido por el Coronel

Peralta Azurdia quien radicaliza aún más la política anticomunista.La década de los 70 se caracterizó por

nuevos gobiernos militares.

En 1990, es electo Jorge Serrano Elías, el primero en aceptar emprender una negociación con la URNG

por medio del diseño de un plan de paz al igual que lo hace posteriormente Ramiro De Leon Carpio en

1993.

Carlos Figueroa Ibarra en su texto “Dictadura militar y transición democrática en Centroamérica” (1994)

rechaza la idea de estereotipar las dictaduras que se dieron en Centroamérica, aún más considerar que

las causas del surgimiento de éstas son las mismas. Es así como resalta que para el caso de Guatemala se

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Page 31: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

dio una personalización del poder, propia de sociedades que se encuentran articuladas al latifundismo

agroexportador.

Cuadro 3. Tipos de Gobierno en la historia reciente de Guatemala

Año Gobierno Características1898-1920 Manuel Estrada Cabrera Dictadura1920-1921 Carlos Herrera Gobierno provisional1921-1926 General José María Orellana Golpe de Estado, posteriormente electo1926-1930 General Lázaro Chacón Designado, posteriormente electo1931-1944 General Jorge Ubico Dictadura1945-1951 Juan José Arévalo Gobierno civil, libremente electo1951-1954 Coronel Jacobo Arbenz Gobierno libremente electo, presidente militar1954-1957 Coronel Carlos Castillo Armas Gobierno de facto, plebiscito posterior1957-1963 General Miguel Ydígoras Fuentes Gobierno militar electo1963-1966 Coronel Enrique Peralta Azurdia Gobierno de facto1966-1970 Julio Cesar Méndez Montenegro Gobierno civil electo1970-1974 Coronel Carlos Arana Osorio Gobierno militar electo1974-1978 Coronel Kjell Laugerud Gobierno militar electo*1978-1982 General Romeo Lucas García Gobierno militar electo*1982-1983 General Efraín Ríos Montt Gobierno de facto1983-1986 General Oscar Mejía Víctores Gobierno de facto1986-1991 Vinicio Cerezo Arévalo Civil, libremente electo1991-1993 Jorge Serrano Elías Civil, libremente electo1993-1995 Ramiro de León Carpio Gobierno civil transitorio1995-2000 Alvaro Arzú Irigoyen Civil, libremente electo2000-2004 Alfonso Portillo Civil, libremente electo2004-2007 Oscar Berger Civil, libremente electo

(*) Vía fraude electoral. Fuente: Construyendo la Democracia en Sociedades de Posconflicto (2007), con base en Asociación de Amigos del País, 1996.

Como se observa en el cuadro No. 3, las dictaduras militares predominaron durante gran parte de la historia de Guatemala, lo cual conllevo a un deterioro de las estructuras de participación política de la misma forma que termino por socavar la legitimidad del Estado ante la población civil.

2.1.2. Antecedentes Inmediatos: Relación Insurgencia-Estado

Revolución del 44 y Periodo Democrático

A razón de 13 años llenos de terror, inestabilidad política, abuso del poder y pobreza a manos del

dictador Jorge Ubico, se genera un elevado descontento social en los distintos sectores, principalmente

en intelectuales de clase media y burguesía, quienes terminaron estallando la Revolución de Octubre de

1944.

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Page 32: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

Las ideas de los revolucionarios respecto al gobierno local de los municipios, fueron:

1) Eliminar la división indígena-ladino, creando al ciudadano guatemalteco, sin discriminaciones: se suprimió la alcaldía indígena, o sea el alcalde segundo, pues no era razonable que en un país los ladinos se gobernaran de un modo y los indígenas de otro. El ideal de los revolucionarios era que todos, como guatemaltecos, se gobernaran bajo un mismo gobierno municipal; ya no habría dos alcaldes sino sólo uno, fuese indígena o ladino, electo popularmente, a través de comités cívicos y partidos políticos. 2) Afirmar la autonomía municipal, como reacción a la imposición de los intendentes municipales por los gobiernos anteriores La Revolución de 1944, significó para Guatemala el inicio de reformas importantes (Agraria, Multicultural) así como la esperanza de una democratización verdadera para el país. (Barrios, 1998)

En el ámbito de la participación política se hizo posible el surgimiento de distintos partidos políticos.

La primera agrupación política fue el Partido Social Democrático (PSD) conformado en su gran mayoría

por abogados y militares Asimismo, el primero de julio, bajo el lema de “un nuevo país con la justicia

renovada ” surge el Partido de Renovación Nacional (PRN), en el cual sus integrantes eran miembros de

la burocracia.

También se dio paso político al Partido Demócrata (PD), representando la vieja guardia liberal, al Partido

Nacional de los Trabajadores, al Partido Acción Nacional (PAN), el Frente Popular Libertador (FPL), entre

otros. Uno de los avances más importantes de la revolución fue que a partir de 1945 suscito el interés de

los indígenas por participar de manera activa en los partidos políticos a nivel comunal de tal forma que

pudieran acceder al plano local, ya que anteriormente no participaban en las elecciones nacionales

siguiendo las reglas legales sino tomando medidas de supervivencia para su población.

Por otra parte, el acto jurídico más relevante fue la convocatoria de una Asamblea que terminaría con la

creación de una nueva Constitución Política, en la cual se sancionaron cuestiones de gran ímpetu para la

democratización de Guatemala como:

“La separación de poderes dentro del Estado La modificación del Ejército, creando la Jefatura de las Fuerzas Armadas y el Consejo de la Defensa

Nacional. La Autonomía en beneficio de la Universidad San Carlos. El fin del trabajo forzoso y de la prisión por deudas, al reconocerse y validarse el respectivo decreto

de la Junta Revolucionara. Las posibilidades de interpelación de los ministros del Estado. El reconocimiento de la mujer como ciudadana y el otorgamiento de la capacidad de voto, que

lamentablemente fue negado a la mujer analfabeta. El reconocimiento de las garantías sociales. Es decir, los derechos a la seguridad social, al empleo y a

la educación a todos los ciudadanos. La división territorial en departamentos tal como se conoce hoy, así como el restablecimiento de las

alcaldías como instituciones autónomas y como base de la división política del Estado, electas popularmente ” (Márquez, 2012:8)

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Page 33: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

Dicha constitución fue considerada una de las más avanzadas en términos democráticos en Guatemala

no solo porque se enmarca dentro del ciclo de revoluciones que dieron a lo largo del siglo XX en

Latinoamérica en aras de una modernización económica (México, Cuba,Chile y Nicaragua ), sino porque

logro abrir espacios de participación política a quienes se encontraban rezagados, tales como:

sindicalistas, indígenas, ladinos, oposición.

Los cambios que se introdujeron a lo largo de este periodo fueron llevados a cabo en primera instancia

por Juan José Arévalo y de forma más contundente por el presidente Jacobo Arbenz. Para éste último,

su propósito consistía en modernizar la economía, pero aún más realizar una transformación profunda

en la política agraria, lo que traería consigo el desacuerdo de los sectores oligárquicos y de Estados

Unidos.

Una de las cuestiones relevantes a nivel histórico y político fue la Reforma Agraria, estipulada primero

por Arévalo y continuada por Arbenz. Dicha reforma tuvo como principio el aumento de la productividad

de las tierras y el nivel de vida de los campesinos por medio de la expropiación de tierras improductivas

otorgándoselas a los campesinos; lo cual demarco nuevas condiciones políticas en el espectro ideológico

a nivel interno.

Posteriormente, el asesinato de Carlos Castillo Armas y el triunfo electoral de Ydígoras Fuentes

constituyeron un punto clave en el retroceso de la apertura democrática, la cual incluyó la inclusión de

diversas fuerzas políticas, garantías para la oposición y participación política real a nivel institucional.

Al comienzo, en el inicio de su gestión Ydígoras se caracterizó por brindar un apoyo a las fuerzas de

izquierda, reconociendo la organización social y permitiendo el regreso de los exiliados. Sin embargo, a

lo largo de 1959, éste adoptaría una postura anticomunista en vista de presiones tanto externas como

internas, correspondientes al liderazgo anticomunista extremo acentuado por el triunfo de Fidel Castro

en Cuba.

En el texto de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico se alude a que,

“el anticomunismo ya no funcionó sólo como una ideología para enfrentar al Gobierno, sino como el instrumento movilizador para oponerse a toda política de cambio impulsada por éste. De esa forma, se convirtió en la justificación utilizada por sectores militares, políticos, civiles, la jerarquía de la Iglesia Católica (…) (Comisión para el Esclarecimiento Histórico, 1999: 104).

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Page 34: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

Los años subsiguientes estuvieron demarcados por la institucionalización del terror contra la

insurgencia, la puesta en escena de los militares como actores principales y la militarización de la

sociedad civil, constatada en las llamadas PAC (Patrullas de Autodefensa Civil). Además, los gobiernos de

1954 a 1984 serán propiamente presididos por militares que tal y como se mencionaba anteriormente

llegarán al poder mediante golpes de Estado y elecciones fraudulentas.

En este orden de ideas,

“Después de tantos años de ejercer el poder, el ejército no sólo había fracasado en su intento de derrotar al movimiento revolucionario, sino también como institución gobernante, habiendo provocado una notable agudización de la crisis económica y social. La institución armada no podía continuar con su programa contrainsurgente desde las posiciones del gobierno. Era preciso llevar a cabo cambios formales en el aspecto político del país. Fue así como el ejército, con el interesado beneplácito de Washington, anunció una apertura democrática y convocó elecciones. Sin renunciar al ejercicio del poder político y al control de los aspectos estratégicos de la vida económica y social, el ejército ofrecía compartir algunas esferas del poder” ( Associació d'Amistat amb el Poble de Guatemala, 2005)

Como resultado de lo anterior, se convocó a elecciones para una Asamblea Nacional Constituyente.

Cabe señalar que el Gobierno restringió la capacidad de maniobra a los partidos políticos, en cuanto

puso como condición cumplir cada una de las normas establecidas, manteniendo así el ejército el

control del Estado. De ahí que la Constitución fuera el producto del “tire afloja” entre las diferentes

fuerzas políticas.

2.1.3. Proceso de Paz

En enero de 1983, se reúnen los miembros del Grupo Contadora (México, Colombia, Venezuela y

Panamá) obteniendo el respaldo de Uruguay, Argentina, Brasil y Perú, con el objetivo de establecer una

política que permitiera la pacificación de Centroamérica. La situación de Guatemala era preocupante, se

encontraba bajo el gobierno despótico de Montt, el cual violaba constantemente los derechos humanos

y combatía sangrientamente a los grupos guerrilleros impidiendo algún tipo de acuerdo con éstos.

Empero, un golpe de estado efectuado por sus propios hombres puso fin a su mandato, asumiendo el

poder Oscar Mejía, quien contribuyó de alguna manera a construir los cimientos para la posterior

promulgación de una Constitución democrática.

En 1986, cuando el ejército decidió entregar el Gobierno a los civiles y tras la presentación de iniciativas

y propuestas de acercamientos por parte de la URNG, se concluyó la necesidad de organizar un primer

encuentro entre las partes para concretar una negociación. El encuentro tuvo lugar en Madrid en 1987.

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Page 35: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

Sin embargo, ante la negación de la URNG en dejar las armas como requisito previo a la negociación, se

anunció una terminación de las conversaciones.

En enero del mismo año, asume el poder Vinicio Cerezo, quien logró brindarle cierta estabilidad al

sistema democrático guatemalteco en vista de la crisis económica en que sumergía y la imposibilidad de

llegar a un acuerdo con la URNG. Es así; como obtuvo el apoyo del Grupo Contadora para garantizar la

aplicación efectiva de los derechos humanos y habeas corpus que por mucho tiempo habían sido

violados a causa de la política anticomunista.

En vista de lo anterior, se crea en 1987 el Acuerdo de Estipulas II, a través del cual se crea la Comisión

Nacional de Reconciliación como organismo que estimularía el diálogo nacional. Es importante hacer

énfasis en el papel que se le otorgó a la ciudadanía para tomar participación política dentro de los

diálogos establecidos entre el gobierno y la URNG.

Siendo así,

“en abril de 1991, se concretó en la ciudad de México una primera reunión directa entre el gobierno/ejército y la URNG. Las partes aprobaron el Acuerdo de México (26-04-91) para la búsqueda de la paz por medios políticos y concretaron una agenda temática de once puntos, según la cual se tratarían primero los temas sustantivos (entre otros, derechos humanos, democratización, derechos indígenas, desarraigo, aspectos socioeconómicos, situación agraria) y después los operativos (cese al fuego, incorporación de la URNG a la vida política, reformas constitucionales y régimen electoral, desmovilización, cronograma de implementación de los acuerdos). (Associació d’Amistat amb el Poble de Guatemala, 2005)

En julio de 1991 se firmó el Acuerdo de Querétaro en el cual se cimentaron las bases democráticas que

consolidaron la agenda a tratar. Sobre los acuerdos se tuvo como prioridad el reconocimiento de la

URNG como partido político, siendo los derechos humanos el siguiente tema a debatir. No obstante, en

1993 el ejército intentó un golpe de Estado con el fin de paralizar la negociación e imponer una salida

militar al conflicto, pero no logró prosperar, lo que llevó a que Ramiro de León Carpio, en ese entonces

Procurador de los Derechos Humanos, fuera investido como presidente.

Dicho así, Ramiro León Carpio formularía en los meses siguientes diversas propuestas para retomar el

proceso de negociación de paz, las cuales fueron rechazadas por la URNG, debido a que obedecían a

posturas militares y empresariales.

Lo anterior, trajo consigo un llamado a una convocatoria entre el gobierno y la URNG, por parte de la

Secretaría General de la ONU, con la meta de reanudar los diálogos de negociación, aún más, que fueran

retomados en los términos sustantivos a los que la URNG apelaba. De ahí que se firmará el Acuerdo

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Page 36: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

Marco para la Reanudación del proceso de negociación. Dentro del Marco se aseveraba la participación

activa de la sociedad civil mediante el establecimiento de la Asamblea de la Sociedad Civil (ASC).

En marzo de 1994,

“fue firmado el Acuerdo Global sobre Derechos Humanos, (29-03-94) que incluye, entre otros puntos, un compromiso gubernamental de promover el respeto de los derechos humanos y de combatir la impunidad. Un logro fundamental de dicho acuerdo fue que, a excepción de todos los demás acuerdos del temario sustantivo, tuvo vigencia inmediata y se estableció un mecanismo de verificación internacional. En consecuencia, en noviembre del mismo año, se instaló la Misión de Verificación de Derechos Humanos y del cumplimiento de los compromisos del Acuerdo Global sobre Derechos Humanos de las Naciones Unidas (MINUGUA). En junio de 1994 se firmó en Oslo, Noruega, el Acuerdo sobre el Reasentamiento de las Poblaciones Desarraigadas por el Enfrentamiento Armado (17-06-94). En él se definen los principios de una estrategia global para el reasentamiento y se precisan medidas técnicas y administrativas para su implementación” (Associació d’Amistat amb el Poble de Guatemala, 2005)

De igual forma, se establece la Comisión para el Esclarecimiento Histórico, que tendría como función

velar por la verdad histórica concerniente a violaciones de derechos humanos contra la sociedad civil,

por medio de la elaboración constante de informes y recomendaciones.

Uno de los avances más significativos tuvo lugar en agosto de 1995, cuando en el marco de la IV

Conferencia Centroamericana de Partidos Políticos que tuvo lugar en la isla panameña de Contadora,

“se celebró una reunión entre la Comisión de Paz del Gobierno, la Comandancia General de URNG y miembros de partidos políticos con representación en el Congreso de la República de Guatemala. Como resultado de este encuentro los participantes firmaron la Declaración de Contadora (22- 08-95), en la cual se reconocen a los acuerdos de la mesa de negociación como compromisos de Estado que deben ser honrados como tales por quienes resultaran electos en las elecciones de noviembre de 1995. Asimismo, los partidos políticos, para garantizar el cumplimiento y seguimiento a los compromisos de las negociaciones de paz, manifestaron su apoyo a los acuerdos que surjan de la misma” (Associació d’Amistat amb el Poble de Guatemala, 2005)

El 6 de mayo de 1996 se da paso al Acuerdo sobre Aspectos Socioeconómicos y Situación Agraria en la

ciudad de México, en el que se ratificara el establecimiento de una paz.

Ahora bien, en lo que concierne al tema de participación política, el Acuerdo de Paz reconoce la

identidad y los derechos de los pueblos indígenas, argumentando que estos habían sido marginados en

la toma de decisiones políticas, económicas y sociales. De ahí que el acuerdo propusiera la

institucionalización de la participación de los pueblos indígenas a nivel local, regional y nacional a través

de la elaboración de las reformas constitucionales y legales necesarias y con la creación de una Comisión

paritaria de reforma y participación, integrada por organizaciones indígenas y miembros del gobierno de

la Republica.

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Page 37: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

Por otro lado, el Acuerdo sobre reformas constitucionales y régimen electoral,

“plantea reformas legales e institucionales que corrijan las deficiencias y limitaciones del sistema electoral como parte de la transformación democrática, en los temas de documentación, empadronamiento, votación, campañas de información pública y fortalecimiento institucional con el objeto de tener una mayor representatividad y participación de las y los ciudadanos. Como parte de la estrategia de implementación se creó la Comisión de Reforma Electoral encargada de elaborar un informe y un conjunto de recomendaciones sobre la reforma electoral y las modificaciones legislativas correspondientes, tras consultas con diversos sectores de la sociedad civil, para su posterior aprobación en el Congreso de la República. Principales actores: la Comisión de Reforma Electoral integrada por un Presidente nombrado por el Tribunal Supremo Electoral, un representante de cada uno de los partidos políticos con representación parlamentaria, y sus respectivos suplentes ” (Azpuru de Cuestas et al. 2006)

Igualmente,

el acuerdo reconoce la necesidad de reformas que corrijan las deficiencias y limitaciones del sistema electoral como parte de la transformación democrática y para darle mayor credibilidad a la institución, así como en la construcción de un sistema estable de partidos políticos. La estrategia para implementación constituyó la creación de la Comisión de Reforma Electoral (CRE) encargada de elaborar un informe y un conjunto de recomendaciones sobre la reforma electoral y las modificaciones legislativas correspondientes para su posterior aprobación en el Congreso de la República. Los principales actores fueron la Comisión de Reforma Electoral, representantes del TSE, y los diputados al Congreso de la República (Azpuru de Cuestas et al. 2006).

En cuanto a la dimensión de Participación y espacio público el acuerdo buscaba el fortalecimiento de la

participación social por medio de una estrategia de descentralización de la administración pública y

afianzando el desarrollo de los gobiernos municipales.

Un breve balance general sobre el Acuerdo de Paz en Guatemala permite sostener según que:

a) “El proceso de paz reorientó el proyecto militar de "transición a la democracia", puesto que permitió que desbordara la visión contrainsurgente que la inspiraba y, en lugar de convertirse en una "democracia tutelada" por el poder militar e ideada en función de la concepción contrainsurgente y de seguridad nacional, marchara hacia una democracia que fue calificada por las partes negociadoras como "real, funcional y participativa", cuyo concepto rebasó la dimensión procedimental de la democracia e incluyó los derechos económicos, sociales, políticos y culturales.b) Sin embargo, debe reconocerse que previo al inicio del proceso de paz se habían emitido leyes (la Constitución y las leyes constitucionales) que crearon condiciones favorables para la transición democrática que provocó el proceso de paz, y que la posibilidad de plantearlo fue favorecida por la gestión de Vinicio Cerezo.c) La incidencia de la paz en la democratización se produjo desde un inicio, a través de los Acuerdos de Esquipulas y las acciones realizadas por la Comisión de Reconciliación Nacional, ya que ambos posibilitaron la ampliación de los espacios políticos. Con el Acuerdo de Oslo, dichos espacios se vieron sustancialmente ampliados, debido a las reuniones que se realizaron entre la URNG y los diversos actores sociales y políticos del país, especialmente por el contenido de las mismas.d) El Acuerdo de Querétaro y el de Reanudación del Proceso de Negociaciones (1991 y 1994, respectivamente) ampliaron sustancialmente el espacio político existente, debido a la decisión de divulgar "ampliamente al pueblo de Guatemala" el primero, y a la conformación de la Asamblea de la Sociedad

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Page 38: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

Civil (ASC) acordada en el segundo. La ASC fue un espacio político donde la sociedad civil discutió abiertamente temas que por mucho tiempo habían sido tabú y cuyo abordaje público en repetidas ocasiones fue respondido con represión del Estado.e) El Acuerdo sobre Derechos Humanos (México, marzo de 1994), al cobrar vigencia de inmediato y permitir la constitución de MINUGUA, impactó sustancialmente el proceso de democratización” (Azpuru de Cuestas et al. 2006).

En resumen, el proceso de negociaciones tuvo incidencia en la democratización del país a priori de la firma del Acuerdo final de paz firme y duradera en diciembre de 1996, al punto que logró reorientar el proyecto militar para que efectivamente se dotara al país de instituciones de participación política que garantizaran la reinserción de guerrilleros a escenarios políticos legales y que funcionaran como canales de cumplir las demandas.

2.1.4. Balance Actual del Proceso de Paz en Guatemala

Tal y como se ha venido sustentando a lo largo de la investigación la calidad y desempeño de una

democracia depende en gran medida de sus mecanismos institucionales, en cuanto son estos los que

cuentan con la capacidad para expresar las demandas de la ciudadanía y en esta lógica evitar el

desbordamiento del conflicto.

Mack y Loaiza (2006) aluden que desde la perspectiva de los grados de institucionalización las

sociedades subdesarrolladas y en eterna transición como lo es el caso de Guatemala, presentan un

grado de consolidación de las instituciones políticas menor.

La historia política e institucional de Guatemala se destaca por una elevada discontinuidad en el

seguimiento de las políticas gubernamentales y en esta línea una ausencia de desarrollo organizacional

que dé lugar a la interiorización de experiencias (pautas, valores, reglas) por parte de la ciudadanía. Lo

anterior se debe a dos cuestiones importantes, la primera, a los múltiples golpes de Estado, y, la

segunda, a las voluntades políticas que transgreden el plano de lo formal. De ahí que

“la sociedad avanza y retrocede intermitentemente, dependiendo del criterio personal e individualista de quien llegue al poder, impidiendo la estabilidad ligada a la institucionalización política. Esta última no sería más que la capacidad real del ordenamiento legal y formal de moldear efectivamente las conductas, generar sus propios “senderos institucionales” path dependency y favorecer escenarios de largo plazo en donde los acto-res sociales tienen la confianza suficiente para construir los espacios públicos habermasianos donde verdaderamente se construye la democracia y los proyectos incluyentes de nación.” (Mack y Loaiza, 2006)

Previo a la firma del Acuerdo de Paz en lo que respectaba al esquema de los partidos políticos y el orden

constitucional se daba una apertura democrática en comparación a los años anteriores a través de la

Asamblea Nacional Constituyente. Por una parte, se promulgo la Ley Electoral y de Partidos (1985) y la

Nueva Constitución (1985) debido a que existía una preocupación por mejorar los sistemas de control y

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Page 39: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

participación política. Dentro de la Nueva Constitución se proclamaba un modelo de democracia liberal y

se adoptaba el sistema representativo.

Además, los procesos electorales de 1984 a 1995 se desarrollaron dentro de contextos donde persistía

la crisis de representatividad, deslegitimación de la clase política y dinámicas de agudización de la

violencia.

“Cabe recordar que las elecciones fueron utilizadas a lo largo de la historia política de Guatemala por gobiernos autoritarios que generalmente a través de procesos fraudulentos intentaron presentar un aura de legalidad. Las elecciones de Asamblea Nacional Constituyente en 1984 y los procesos electorales posteriores -pese a haber sido realizados inicialmente dentro del marco de una política contrainsurgente–fueron adquiriendo sin embargo, no solo la legalidad sino la legitimidad necesarias para hacerlos confiables a los ojos de los ciudadanos y la comunidad internacional (Azpuru de Cuestas et al. 2006).

Por lo que se refiere al alcance de los Acuerdos de Paz y su impacto en la democratización de

Guatemala, esto es, en la democracia representativa y participación política no se encuentra una base

teórica sólida que permita dar cuenta del fenómeno; sin embargo, el trabajo realizado por Dinorah

Azpuru de Cuestas junto a otros investigadores, logra realizar un análisis exitoso del cual se toma la

mayoría de información que aquí se presenta.

Las últimas elecciones dentro del periodo de conflicto armado tuvieron lugar en 1995 cuando el proceso

de paz se encontraba en su etapa de culminación, dichas elecciones se desarrollaron bajo un pluralismo

político significativo en donde los únicos actores ausentes eran las organizaciones insurgentes, aunque

participó un partido político que expresa su visión, el Frente Democrático Nueva Guatemala. El Partido

Socialista Democrático también participó pero no logro obtener el mínimo de votos necesarios para

mantenerse en la contienda política y mucho menos para elegir un diputado. “En total había 29 partidos

políticos, casi todos de derecha o de centro derecha.No obstante, pese a que se amplió el pluralismo no

se logró reducir los índices de abstencionismo, solo el 46.8% emitió su voto” (Azpuru de Cuestas et al.

2006).

Posterior a la firma del Acuerdo de Paz,

“se han realizado con normalidad constitucional dos elecciones generales, en 1999 y en 2003, más una consulta popular relacionada con las Reformas Constitucionales ocurrida en 1999. El índice de democracia electoral (IDE) para Guatemala, presentado en el informe del PNUD, La democracia en América Latina, muestra que en aspectos institucionales, Guatemala ha llegado a establecer procesos democráticos regulares, ya que obtiene la calificación máxima en los indicadores utilizados por el PNUD, los cuales en su conjunto componen el IDE” (Azpuru de Cuestas et al. 2006).

Lo anterior conlleva a que Guatemala obtenga la mejor calificación en el acceso a cargos a pesar de que

para 1990, 1994, 1995 y 1999 existieron irregularidades en el proceso, ya que en el plano practico y legal

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Page 40: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

se afectaban las condiciones de los candidatos para presentarse a las elecciones o formar partidos

políticos, como se muestra en el siguiente cuadro,

Cuadro No. 4 Guatemala: Índice de democracia electoral, 1985-2000

Indicador 1990 1994 1995 1999

Elecciones limpias

1 1 1 2*

Elecciones libres 3 3 3 4*

Elecciones como medio de acceso a cargos públicos

4 4 4 4*

(*) Máxima calificación posible en este indicador. Fuente: PNUD, 2004. Tomado de (Azpuru de Cuestas et al. 2006).

Por otro lado, en el tema sobre participación política, se destaca las experiencias de participación social

en la formulación de políticas públicas, debido a que desde que se convocó la Comisión Nacional de

Reconciliación en el marco de los Acuerdos de Esquipulas, se empezaron a ampliar los espacios para que

la sociedad civil discutiera asuntos de interés nacional. Proceso que se institucionalizó bajo la

denominada Asamblea de la Sociedad Civil (ASC), la cual fue capaz de desempeñar un rol activo en la

evaluación de cada uno de los Acuerdos de Paz.

Es relevante tener en cuenta que uno de los puntos a evaluar es sí realmente han incidido en la

fiscalización de las políticas públicas y si no han quedado relegados netamente al ámbito de la

formulación de estas, encontrándonos con que se han postulado como actores con capacidad de veto.

Uno de los sectores sociales que se ha mantenido y que ha demostrado su influencia son las

organizaciones de mujeres, sin embargo, uno de las debilidades persistentes es la volatilidad de los

partidos políticos en Guatemala,

“basta señalar que de los 57 partidos políticos que han existido de 1985 a la fecha, únicamente 20 están vigentes. El resto ha desaparecido al no haber logrado obtener el mínimo de 4% del voto popular o al menos una curul en el Congreso. Un dato revelador de esta volatilidad es que los partidos que han hecho gobierno han generalmente salido descalificados y no han logrado repuntar en los procesos electorales posteriores. Por ejemplo, el partido Democracia Cristiana es actualmente un partido marginal (con un solo diputado en el Congreso); el MAS desapareció, y el PAN es un partido ahora minoritario en el Congreso.

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Sólo se mantiene como un partido con una importante capacidad de incidencia el FRG, que gobernó entre 1999-2003. El otro dato dramático en la constatación de esta volatilidad es que el actual Presidente de la República fue postulado por tres partidos políticos de reciente constitución (PSN, MR, Partido Patriota) y el candidato que ocupó el segundo lugar en las últimas elecciones también fue postulado por un partido que tiene solo dos años de existencia (UNE)” (Azpuru de Cuestas et al. 2006).

En términos generales, se resalta que si bien, la democracia representativa en Guatemala fue impactada

de forma positiva por el proceso de paz, al proveerle más contenido político y legitimidad siguen

presentes las debilidades relativas al cada vez mayor deterioro de los partidos políticos, de los políticos y

del Congreso, ya que se constituyen como elementos que favorecen la regresión al autoritarismo.

A esto también contribuyen la angustia prevaleciente por la inseguridad pública, la desesperación ante

la exclusión socioeconómica y la escasa representatividad del sistema electoral. Demandas que

aparecen reflejadas en el contenido de los Acuerdos de Paz y, por lo tanto, al no cumplirse, contribuyen

a acrecentar la frustración de la población.

Por último, el pluralismo en el espectro político es importante, pero hace falta una mayor y real

representatividad étnica y de género, tanto en las instituciones del Estado como en los partidos

políticos.

2.2.El Salvador 2.2.1. Historia política sobre el origen del conflicto armado

“La historia política del Salvador esta signada por la confrontación militar, debido a que sus estructuras

políticas desde los años 30 son inseparables de la fuerza armada ”(Giraldo).

Relativa Estabilidad Política 1900-44

La historia política reciente del Salvador estuvo signada por revoluciones frecuentes, la elite económica,

basada en la agricultura y cierta explotación minera, gobernó el país conjuntamente con los militares

manteniendo el control de la sociedad salvadoreña. No obstante, hasta el periodo comprendido entre

1900-44 se vivió una relativa estabilidad política.

Los gobiernos durante este periodo marcaron una ruptura respecto a la forma tradicional de llegar al

poder. Se practicaron los principios constitucionales de la no reelección y el uso del voto como forma de

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Page 42: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

ser elegidos (Estudios Sociales). El posicionamiento del café como fuente principal de exportación

impulso el proceso de modernización en el país, actividad que era controlada por los terratenientes.

Dicha relativa estabilidad que vivía Salvador en este momento dio lugar al emprendimiento del proceso

de consolidación del Estado salvadoreño. Por medio de la construcción del ferrocarril y el telégrafo se le

permito al Estado tener un aumento de su presencia sobre el territorio. El dinero para cubrir los costos

de estas obras provenía de préstamos externos pero en mayor medida de la exportación cafetera.

A la par de este desarrollo político y económico resulto inevitable el auge de nuevas fuerzas sociales

productivas como gremios, jornaleros y sindicales, trayendo consigo conflictos debido a la falta de

disponibilidad de tierras e insuficiencia de producción alimenticia.

Más tarde, hacia 1928, la crisis económica internacional derivada de la Gran Depresión trajo consigo

efectos secundarios en la economía del Salvador, bajando de manera significativa los precios del café, el

cual constituía la base de su economía. Ante este panorama, las relaciones de poder entre Estado y

sociedad se hacían cada vez más asimétricas y el uso de la violencia se constituía como el medio de

resolver las tensiones.

Por consiguiente, se optó por expulsar a los jornaleros sin darles ningún tipo de pago; decisión que

acarrearía con el descontento de sectores populares. Esta coyuntura propicio la expansión del

comunismo en la medida que se discutían las posibles reformas a introducirse sobre el acceso a la tierra

y la forma de trabajarla. El partido político comunista más destacado nació en este periodo bajo el

nombre de Partido Comunista Salvadoreño, sobre el cual ejercía su liderazgo Agustín Farabundo Martí,

antes secretario del General Sandino en Nicaragua” (Giraldo,1973 )

Un año después, campesinos y dirigentes se decidieron organizar apostando por la elección de Arturo

Araujo, quien prometía acabar con la problemática del acceso y manejo de las tierras y pertenecía al

partido laborista. Empero en los meses siguientes se hizo imposible contener la ola de protestas y la

violencia, razón por la cual un grupo de militares organizados decidió dar un golpe de Estado en ese

mismo año. “Con este golpe de Estado, se trunca al incipiente proceso por institucionalizar un sistema

de partidos, y se produce el ascenso del militarismo en la vida política del país” (Azpuru de Cuestas et al.

2006).

Salvador se introduce a una dictadura militar que duraría 13 años bajo el mando del Gral. Maximiliano

Hernández Martínez, es decir hasta 1944. A partir de este momento, los gobiernos militares recurrieron

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Page 43: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

a celebrar elecciones con el objetivo de proyectar una imagen de legitimidad a la sociedad civil de igual

forma que fundaron el partido oficial. En este período hubo tres partidos oficiales: Pro-Patria (hasta

1945), PRUD (1950-1959) y PCN (1961-1979) (Zamora, 1995: 42).

Zamora (1995: 44) identifica dos etapas en la evolución del sistema salvadoreño de partidos: Un

monopartidismo o sistema de partido oficial para el período 1932-1962, y un bipartidismo polarizante,

en la lógica partido oficial vs. Oposición, para el período 1963-1989.

En efecto, la historia política del Salvador se caracterizó por una insuficiencia de la institucionalidad

política para responder a las demandas de democratización y reformas en el plano económico, así como

se acentuó el uso de medios extralegales para la acción política y perpetuación de las clases dominantes.

Proceso de democratización truncado

A lo anterior se sumaría un golpe de Estado en 1979 a manos de fuerzas opositoras, en el cual se

destacaron José Napoleón Duarte y Guillermo Manuel Ungo junto con un grupo de militares, quienes

representaban la única esperanza de emprender un proyecto democratizador en el país, pero que se

agotó con gran rapidez, iniciándose un tránsito hacia la guerra civil,

Junto a esto, en 1980 empezó a gestarse la unificación de las distintas organizaciones guerrilleras (FPL,

ERP, RN, PRTC y PCS), expresadas en la creación del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional

(FMLN), las cuales trabajaron en la concientización del campo y la ciudad. Hacia el cierre de esta época,

se resalta el cierre de los espacios políticos acentuándose cada vez más la represión gubernamental;

“Durante el año 1980 se puede apreciar el proceso de realineamiento de las principales fuerzas políticas y sociales, en torno a la constitución de dos fuerzas beligerantes. Por un lado, en enero de 1980 se firma un pacto entre la Fuerza Armada y el Partido Demócrata Cristiano (PDC). A este proyecto se sumaron los otros partidos políticos de derecha y la iniciativa privada, y además contó con el apoyo del gobierno norteamericano” (Azpuru de Cuestas et al. 2006)..

Es importante tener en cuenta que el crecimiento constante de la conflictividad se encontraba

influenciado por el contexto internacional, dado el avance del socialismo y comunismo en América

Latina y la Guerra Fría.

Consecuentemente, como mecanismo de control se da paso a la creación de un modelo de contención

del comunismo,

“Por ejemplo, el numeral 5 del Artículo 1 de la Ley de Defensa y Garantías del Orden Publico, establece como delito aquellos actos que conspiren o atenten de cualquier forma contra el régimen constitucional y la

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Page 44: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

paz interior del Estado. La Ley también vigilaba a los funcionarios en cuanto al cumplimiento de órdenes” (Ibarra, 1986)

Esta doctrina tenía una amplia idea de quién era el enemigo. El plano internacional desempeño un papel

preponderante en este aspecto, ya que varias naciones de América Latina se encontraban bajo

regímenes dictatoriales y el desarrollo de la Guerra Fría, es decir, la propagación de las ideologías de la

Unión Soviética y EE.UU, comunismo y democracia respectivamente.

2.2.2. Antecedentes inmediatos: Relación Insurgencia-Estado

Las fuerzas insurgentes comienzan a identificarse a comienzos de los 70s durante la denominada

“Guerra del Futbol” entre el Salvador y Honduras, debido a un partido de futbol que al parecer

encarnaba “conflictos sociales muy profundos e incentivo el nacionalismo en los dos pueblos pero al

mismo tiempo saco a superficie el problema de guerra popular ” (Giraldo, 1973)

Mientras tanto, las divisiones generadas tanto en el seno del tradicional Partido Comunista Salvadoreño

como en el del Partido Demócrata produjo la necesidad de impulsar una lucha armada. El grupo que se

desprende del PCS se identifica como Fuerzas Populares de Liberación “Farabundo Martí” y el ERP por

parte del PDC.

De modo semejante, en esta década surgen diversas organizaciones de masas, algunas impulsadas por la

Iglesia Católica y otros por sectores urbanos, planteando la necesidad de combinar la guerra popular

revolucionaria con la insurrección.

La relación insurgencia Estado se agravo en esta década debido a la intensa conflictividad social y

política, debido a empeoramiento de las condiciones de vida de los sectores populares, al mismo tiempo

que nacieron las ligas populares como el Frente de Acción Popular Unificada (FAPU), el Movimiento de

Liberación Popular (MLP) y la UND, las cuales van a ocupar un lugar importante en la defensa de los

derechos de la clase trabajadora.

Del otro lado, la aguda crisis con la que se cierra el Salvador en la década de los sesenta y la propagación

de la Ley de Defensa y Orden Publico del gobierno del Gral. Carlos Humberto Romero, conllevo a la

limitación de la participación sociopolítica, represión estatal y el retroceso democrático del país.

La violencia se intensifico cada vez más, los cuerpos de seguridad como la Policía Nacional (PN), Guardia

Nacional (GN ) Y Policía de Hacienda (PH) tomaron medidas drásticas en contra de los grupos

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Page 45: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

organizados, campesinos e indígenas que produjeron el uso de tácticas de guerra y la muerte de

decenas de miembros y simpatizantes de diversas organizaciones sociales, religiosas y políticas.

Siendo así,

“a finales de 1980, los grupos organizados de izquierda prepararon la llegada del año siguiente. El 10 de enero de 1981, el FMLN lanzo su “ofensiva final” destinada a provocar un levantamiento popular que condujese a la caída de la Junta Revolucionaria del Gobierno. Esta última resistió la ofensiva guerrillera y lanzo una contraofensiva militar que obligo al FMLN a internarse en las escazas zonas montañosas del país, especialmente al norte de los Departamentos de Chalatenango y Morazán. Se inició, así, la guerra civil”. (Gonzales,1999: 52)

Javier Giraldo señala,

“Dentro de los enunciados comunes que definen ordinariamente una revolución social, la Plataforma concretiza 10 objetivos de la revolución, 9 medidas inmediatas en lo político; 10 cambios estructurales y 7 medidas en lo social.Para mejor entender el modelo de sociedad por el cual se luchó y el énfasis puesto en algunos puntos de las negociaciones de paz, vale la pena destacar algunos de los puntos de la Plataforma que no se quedaban en principios genéricos de toda revolución social:a) Entre los objetivos de la revolución, el punto 5 concretiza ciertas transformaciones económicas: nacionalización o colectivización de algunos medios de producción y distribución fundamentales: tierra, producción y distribución de electricidad, refinación de petróleo, empresas monopólicas, el comercio exterior, la banca, las grandes empresas de transporte, todo esto sin afectar a pequeños y medianos empresarios privados. El punto 7 alude a la creación de un nuevo ejército a partir del que se ha construido en el proceso revolucionario.b) Entre las medidas inmediatas en lo político, el punto 2 se refiere al esclarecimiento de los presos y desaparecidos desde 1972 y al castigo a los responsables de crímenes contra el pueblo. El punto 3 habla del desarme y disolución efectiva de los cuerpos represivos. El punto 4 postula una “Ley Constitutiva” dictada por el gobierno democrático revolucionario mientras el pueblo se da una Constitución que refleje fielmente sus intereses. Los puntos 5 y 6 se refieren a la participación popular, ya mediante la reestructuración del poder municipal, ya mediante intensas campañas de educación liberadora.c) Los cambios estructurales tienen como eje la re-estructuración de la economía mediante nacionalizaciones y socializaciones. Las medidas en lo social se refieren a políticas para satisfacer las necesidades básicas de: empleo, salario, vivienda, salud, educación y cultura” (Giraldo, 1973:8).

2.2.3. Firma de los Acuerdos de Paz

La firma de los Acuerdos de Paz tuvo lugar el 16 de enero de 1992 en la Ciudad de México y fue suscrito

por los representantes del FMLN y el Gobierno salvadoreño. El evento en cuestión fue de vital

importancia no solo para el país sino para la ONU y las naciones que apoyaron el dialogo.

Entre los objetivos principales de la negociación se encontraban: la terminación del conflicto por la vía

política, la democratización del país, garantizar el cumplimiento del DIH y la reunificación de la sociedad

salvadoreña.

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Page 46: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

Siendo así, el Acuerdo de Chapultepec se dividió en nueve capítulos: I. Fuerza Armada, II. Policía

Nacional Civil, III. Sistema Judicial, IV. Sistema Electoral, V. Tema económico Social, VI. Participación

Política del FMLN, VII. Cese del enfrentamiento armado, VIII. Verificación por las Naciones Unidas y IX.

Calendario de ejecución.

No obstante, el requisito para hacer aceptables los Acuerdos fue crear la Comisión Nacional para la

Consolidación de la Paz, la cual incluía miembros de Partidos, Coaliciones, Observadores de la iglesia y la

ONU.

Los Acuerdos de Paz en Salvador se pueden considerar como el intento de una reforma amplia con

visión de un desarrollo sostenible. Para unos,

"(...) los acuerdos logrados en el tránsito hacia la paz constituyen un intento fenomenal, al menos en papel, para propiciar un solución racional e inteligente para enfrentar, en forma definitiva, los peores hechos y situaciones de violación de los derechos humanos." [IDHUCA, 1992: 67].

Para otros,

"El proceso de negociación política que concluyó con la firma de los Acuerdos de Paz, dejó abierto un nuevo período de transformaciones en la dinámica social; en ésta la posibilidad de encontrar nuevas formas de entendimiento político, se expresa en la capacidad que demuestran las instituciones reformadas por los mismos acuerdos, para garantizar no sólo la participación de los actores reconocidos institucionalmente, sino la consolidación y reproducción de nuevas normas de entendimiento a partir de la búsqueda de consenso." ( FLACSO-Programa El Salvador, 1995: 3 citado en Azpuru de Cuestas et al. 2006).

En lo que respecta a la participación política, el Acuerdo de Chapultepec busco la legalización del

FMLN como partido político al que se le garantizaban los espacios de expresión política como

licencias para medios de comunicación social. Además se acordaron medidas legislativas para la

protección de los derechos civiles y políticos de ex –combatientes, también se decidió otorgar

seguridad a los dirigentes que en su momento requirieron.

En el plano de la credibilidad institucional y el sistema estable de partidos políticos se acordó la

promoción de reformas al sistema electoral, entre las que se destacan

“la formación del registro electoral, cuyas listas de ciudadanos deberían ser publicadas con 20 días de anticipación, y se estableció el derecho de los partidos políticos, legalmente inscritos, a vigilar la elaboración, organización, publicación y actualización del registro electoral. Para la instrumentación de estos acuerdos se requirió reformar los artículos 208, 209 y 77 de la Constitución, por medio del decreto legislativo No. 64, del 31 de octubre de 1991” (Azpuru de Cuestas et al. 2006).

Por último, el fortalecimiento de la sociedad civil paso por el diseño y la implementación de un Plan de

Reconstrucción Nacional, el cual incluía el desarrollo integral de las zonas afectadas por el conflicto, el

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surgimiento de nuevos sujetos sociales, la discusión pública de temas relevantes de la agenda nacional.

Lo anterior incorporando las sugerencias del FMLN.

2.2.4. Balance Actual del Proceso de Paz en el Salvador

Durante el proceso de transición política que ha venido teniendo Salvador en los últimos años, esto es,

después del proceso de paz, se destacan avances significativos en el ámbito de la institucionalización

electoral y de partidos

Una reflexión importante considera que,

“Tras la firma de los Acuerdos de Paz, el ambiente cambió. La guerra fue sustituida por la paz; la represión por condiciones de libertad y mejoría en el respeto a los derechos humanos; las elecciones dejaron de ser el canal tradicional de exclusión política, para convertirse en el único mecanismo aceptado (incluso por parte de las fuerzas insurgentes), idóneo y legítimo de acceder al poder formal del Estado; y las limitantes legales fueron reemplazadas por toda una normatividad aceptada tanto por el gobierno en turno, como por la oposición política y las principales fuerzas sociales. Es decir: "(...) las elecciones se perfilaron como el último eslabón de un conjunto de reformas jurídico-institucionales convenidas y como el factor decisivo en la generación y legitimación del poder político que consumaría la voluntad democratizadora expresada en los acuerdos." (FLACSO-Programa El Salvador, 1995: 202 citado en Azpuru de Cuestas et al. 2006)”.

Por otra parte, la legalización del FMLN demarco nuevas lógicas en cómo acceder al poder, esto es, el

rechazo por la vía armada, adicionalmente que se dio un fortalecimiento institucional a razón del

aumento de la credibilidad o si se quiere legitimación de estas.

“Un estudio reciente sobre la democracia en América Latina indica que en El Salvador, a partir de 1994 se han conjugado cuatro elementos centrales que tradicionalmente han sido señalados por los teóricos para definir un régimen democrático: Sufragio, elecciones limpias, elecciones libres y cargos públicos electos” (Azpuru de Cuestas et al. 2006).

Después de los Acuerdos de Paz el Salvador fue considerado pluralista, con elecciones libres e

imparciales, sin embargo, los intereses particulares hicieron que del Código Electoral un manual a su

antojo, conllevando al desplazamiento de la violencia a las zonas urbanas y el incremento de pandillas.

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Page 48: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

3. Recuento histórico de los proceso de acercamientos, diálogos y negociaciones con la insurgencia armada en Colombia (1984-2012)

El presente acápite busca reconstruir de manera breve la historia de los procesos de paz en Colombia a

la luz del tema de la participación política institucional, en términos de avances o retrocesos que se han

dado en esta materia.

Por una parte, para el lector será posible evidenciar cómo las Comisiones de Paz instauradas entre 1981

y 1986 en los gobiernos de Turbay y Betancur respectivamente, se cimientan en visiones cortoplacistas

en lo que respecta a los marcos de comprensión del conflicto. En pocas palabras, resultaron ser procesos

incompletos. No obstante, para el académico Carlos Medina Gallego, el modelo de Agenda

proporcionado por Betancur, resulto ser amplio, ya que se reconoció a la insurgencia como interlocutor

político y se dio paso a la construcción de una agenda integral basada en las causas objetivas del

conflicto.

Posteriormente, bajo los gobiernos de Barco y Gaviria (1986-1994) las acciones que se emprendieron

para el cese al conflicto armado se caracterizaron por ser altamente limitadas en cuanto qué aunque se

logró una desmovilización de los grupos armados como el M-19, Quintín Lame, parte del EPL y PRT y la

esperanza del establecimiento de una paz duradera por medio de una Constituyente, las consecuencias

fueron un recrudecimiento de la violencia a manos de grupos guerrilleros (FARC, ELN) y el nacimiento de

una constitución viciada.

Adicionalmente,

“este periodo marca el inicio de una estrategia pragmática que acogerían todos los gobiernos siguientes: la comprensión de que la verdadera disyuntiva política que enfrentan los gobiernos colombianos no entre paz o guerra, sino que “las opciones realmente disponibles son o buscar la paz por vía exclusivamente militar o procurarla mediante una combinación de presión militar y negociación” (Restrepo, citado por FEDEPAZ, 2008).

En el caso de Samper (1994-1998), se constatará la intención de un proceso de diálogo y negociación,

pero debido a la falta de legitimidad de su gobierno y los precarios esfuerzos por cambiar las

condiciones o concepciones de su política, impidieron el desarrollo de un posible proceso de paz.

Pastrana (1998-2002), por su parte, decide negociar en medio de la degradación del conflicto, mediante

la puesta en escena de una agenda amplia y un constante acompañamiento internacional, el cual resultó

ineficaz.

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Page 49: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

En este orden de ideas, Uribe (2002-2010) construye una política basada en la “seguridad democrática”

y lucha contra el terrorismo, proveyendo una agenda limitada y no reconociendo a la insurgencia como

un actor político, sino como una “amenaza terrorista”.

Actualmente, Santos (2010-2014) agiliza un proceso de paz, reconociendo a las FARC-EP como un actor

político, lo que le ha permitido establecer acuerdos para discusión y negociación, de manera particular,

el tema de participación política.

En general, un breve balance de la cronología de los procesos de paz en Colombia permitiría sostener

que los procesos de paz emprendidos desde la década de los ochenta suscitan debates importantes y

reflexiones sobre cómo lograr una participación política efectiva en términos de inclusión. Asimismo,

pone sobre la mesa la necesidad de incluir en el actual proceso de paz a la sociedad civil en aras de que

ha sido una de las lecciones que se constatan en las experiencias pasadas.

Simultáneamente, la discontinuidad de la historia política en lo que se refiere a Políticas de estado vs.

Políticas presidenciales, sugiere para el actual proceso de Paz, que esta debe ser una prioridad nacional,

de ahí a que no deba estar sujeta a las lógicas del gobierno de turno, es decir, se debe avanzar hacia la

idea de una política de Paz por parte del Estado; de igual forma que existe una inmensa dificultad de

emprender una política de paz en medio de una confrontación militar, ya que ninguna de las partes es

monolítica.

Por otro lado, resulta urgente reconocer otros espacios de participación política. A lo largo de la historia

de las negociaciones es posible evidenciar que se piensa en una transición hacia partidos políticos y no

hacia el reconocimiento de espacios complementarios con la plena participación ciudadana como medio

que garantice una oposición.

Por último, tanto las profundas raíces históricas del conflicto como la constante violación de los DH e

infracciones al DIH, han contribuido al escalamiento y degradación del conflicto, razón por la cual se

requiere de una revisión profunda de las estructuras e instituciones políticas y legales del país.

Cronología básica de los procesos de paz en Colombia

3.1.Belisario Betancur (1982-1986)

El 7 de Agosto de 1982 tomó posesión como presidente de Colombia, Belisario Betancur Cuartas,

representante del Partido Conservador, quien se enfrentaba ante un panorama desalentador en el país.

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Por un lado, la situación económica era incierta, los productos de exportación tales como el café, azúcar

de caña, tabaco, algodón, oro y plata, se enfrentaban a dificultades en lo concerniente a la

competitividad de la industria y la crispación de la demanda interna. Sumándole a esta situación, el

crecimiento del mercado informal e ilícito.

En la misma línea, el eje caótico resultaba ser el conflicto armado, las innumerables acciones violentas

por parte de los grupos insurgentes y paramilitares, no sólo ponía en jaque la institucionalidad estatal,

sino además incrementaba el deterioro de la estructura social colombiana. De igual forma que se

incrementaron las violaciones de los DH a causa del Estatuto de Seguridad.

Durante el acto de posesión presidencial, Betancur anunció las bases sobre la política de paz en su

gobierno, señalando en su discurso:

“Levanto, ante el pueblo entero de Colombia, una alta y blanca bandera de la paz; la levanto ante los oprimidos, la levanto ante los perseguidos, la levanto ante los alzados en armas, levanto la blanca bandera de la paz ante mis compatriotas de todos los partidos y de los sin partido, de todas las regiones y de todas las procedencias. No quiero que se derrame una sola gota más de sangre colombiana de nuestros soldados abnegados ni de nuestros campesinos ni de nuestros campesinos inocentes, ni de los obcecados, ni de una gota más de sangre hermana. ¡Ni una sola gota más…!. A lo que agrega:” La violencia, la inseguridad, la corrupción y la desidia van de la mano del miedo, de la injusticia, del hambre, del desempleo,… del olvido de los valores morales y del repudio de las normas jurídicas”. Discurso del Presidente Belisario Betancur, en la Plaza de Bolívar, el 7 de Agosto de 1982 (Gallego, 2009:55). En su postura es posible evidenciar la forma en cómo el ex presidente en su momento se ha “replanteado la forma de entender el conflicto y cómo superarlo, Betancur partió del reconocimiento del carácter político de la guerrilla y en lugar de adoptar medidas guerreristas como el anterior gobierno (Julio César Turbay) optó por privilegiar la salida negociada sobre la base de la apertura de espacios de participación democrática” (Arias, Gerson, 2008; citado por FIP, 2013).

En este orden de ideas, Betancur empieza por retomar la idea de la Comisión de Paz, promovida por

Turbay Ayala a través del decreto 2771 de 1982, encargada de cooperar con el Estado en materia de

fortalecimiento de la paz, justicia y seguridad; así como de proponer caminos para la investigación del

gasto público y participación ciudadana. No obstante, dicho proceso encuentra los primeros

inconvenientes. En primer lugar, el anuncio de la renuncia de Otto Morales Benítez, quien se

desempeñaba como jefe de la Comisión de Paz desvela la presión externa ejercida tanto por la extrema

derecha como por las fuerzas militares, y, en segundo lugar, la ley de amnistía1, que antecedía a su

gobierno, presupuso nuevos retos en el marco de una apuesta por la paz pactada con las insurgencias.

1 Ley 35 de 1982. Art. 3. Los homicidios fuera de combate no quedarán amparados por la amnistía, si fueron cometidos con sevicia o colocando a la víctima en situación de indefensión o inferioridad, o aprovechándose de esa situación.

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Page 51: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

Siendo así, la Comisión de Paz adelanto una serie de enunciaciones, las cuales facilitaron posteriormente

el inicio de acuerdos entre las dos fuerzas combatientes. De este modo, las FARC se pronunciaron

mediante un memorando del Estado Mayor Central dirigido a la Comisión de Paz, a través del cual

manifestaban su disposición para entablar reuniones con representantes del gobierno, el presidente y

los altos mandos militares de las partes, en lo concerniente a temas relativos a la paz de Colombia y la

Ley de Amnistía. De ahí que dicha declaración conjunta trajera consigo una tregua bilateral entre las dos

partes. Las FARC propusieron adelantar conversaciones con el gobierno en la región de La Uribe (Meta)

al mismo tiempo que hicieron un llamado a la apertura democrática, la tregua y el cese al fuego.

Las exigencias planteadas al gobierno de Betancur, según la carta abierta de las FARC-EP a la Cámara de

Representantes (1983), giraban en torno al cese de hostilidades, de exterminio contra las zonas agrarias,

a las torturas a la población civil, al juicio de los impulsadores del MAS, la búsqueda de soluciones a la

crisis económica, una reforma política al Estado, eso es, la apertura democrática y la descentralización y

reforma municipal.

En lo que concierne a apertura democrática, es preciso denotar que las FARC la entendían como:

“El pleno retorno al ejercicio de las libertades ciudadanas por parte del pueblo colombiano; libertad sin restricciones al movimiento sindical, que a los movimientos y partidos de izquierda se les permita el acceso a los medios de comunicación como la radio, la televisión y la prensa escrita; la movilización y la lucha de las masas por sus reivindicaciones y derechos; libertad sin restricciones para los movimientos y partidos de izquierda para que puedan libremente adelantar sus campañas y participar en elecciones ” Carta abierta de las FARC- EP a la Cámara de Representantes. Junio de 1983.Y, en lo que alude a la descentralización y reforma popular, buscaban que los gobernadores y alcaldes por voto popular, y, que al municipio se le otorgue un presupuesto del 30% en virtud de elevar su categoría en el plano nacional.

Los Acuerdos de la Uribe

El 28 de marzo de 1984, la Comisión de Paz y las FARC ratificaron un primer acuerdo, en el cual se

concertaron diversos temas:

“primero, las FARC tomarían la iniciativa del cese al fuego a partir del 28 de mayo de 1984, dos meses después de firmado el acuerdo. Segundo, se formaría una Comisión amplia y representativa de las fuerzas implicadas en los enfrentamientos, encargada de la verificación del cumplimiento de todas las disposiciones contenidas en el Acuerdo (…). Tercero, se impondría una tregua a partir de la decisión de la Comisión de Verificación sobre el silenciamiento de los fusiles” (Ramírez y Restrepo, 1989: 157)

A pesar de los pronunciamientos del grupo insurgente, las acciones violentas, secuestros y extorsiones

continuaron, lo cual dejo en escena la insuficiencia de los mecanismos de verificación. Tras los acuerdos

firmados el 1 de abril de 1984, las FARC emitió la orden de cese al fuego en mayo del mismo año. Por su

parte, el Gobierno procedió a dar órdenes a las Fuerzas Armadas.

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Según Socorro Ramírez y Luis A. Restrepo (1989) los acuerdos de la Uribe con las FARC se caracterizaron

por una condena política al secuestro y la extorsión.Además, dichos acuerdos ostentaban una naturaleza

defensiva, y reivindicaban por parte del grupo insurgente más realidades sociales que políticas.

Entre los aportes que trajo consigo la firma de los Acuerdos de Paz de la Uribe, es posible destacar el

nacimiento de la Unión Patriótica, la declaración de un cese bilateral de fuego, el fortalecimiento de la

Comisión de Paz, la creación de los Altos Comisionados, la implementación de la Comisión de

Negociación y Diálogo (M-19) y el Plan Nacional de Rehabilitación.

Cabe resaltar que la UP no fue la única plataforma que ha tenido históricamente tanto las FARC-EP como

otras fuerzas de izquierda para hacer política, encontrándose UNO, Frente Popular, A Luchar entre otras.

Sin embargo, tal y como se señala en el Boletín de Paz #31 construido por la Fundación Ideas para la Paz

“en su mejor momento la UP lograría elegir 16 alcaldes, 256 concejales, y 16 congresistas” (FIP, 2013:

11).

Pese a los avances mencionados, algunas fuerzas políticas de la ultraderecha terminaron por asesinar a

más de 3 mil militantes de la UP, provocando que el panorama subsiguiente estuviera signado por un

ambiente de desconfianza frente a las negociaciones de paz.

3.2.Virgilio Barco Vargas (1986-1990)

“La paz no es un objetivo, es el resultado de una serie de tareas que nos hemos impuesto, de acabar con la pobreza absoluta” (Alocución pública presidencial. El Tiempo, 10 de julio de 1986. P.6)

Por otro lado, tras la llegada de Virgilio Barco al poder se puso de nuevo la intención de llegar a una

salida que finalizara con conflicto armado de forma negociada. Razón por la que la ampliación de

espacios de participación para los partidos políticos de oposición política.

En primera instancia, Barco optó por el reto de conservar los acuerdos con la UP y retomar el diálogo

con todas las guerrillas, incluyendo la guerrilla del M-19, la cual a pesar de que había estado incluida en

los procesos de negociación del gobierno de Betancur vio interrumpidos los diálogos tras el asesinato de

Iván Marino Ospina y la toma al Palacio de Justicia. Es preciso anotar que esta vez se retomaba el

camino a la negociación con el M-19 bajo la figura, inicialmente de la Coordinadora Nacional Guerrillera,

denominada posteriormente de la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar, tras el ingreso de las FARC-

EP.

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Page 53: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

En este orden de ideas, Barco propuso la denominada Iniciativa para la Paz en vista de la constante

agudización y degradación del conflicto en Colombia. Se trataba de un plan que apuntaba a la

reconciliación, el inicio de los diálogos y el cese al fuego, así como también se plasmaban la definición de

tres fases concretas:

“una manifestación de la voluntad de paz, otra de reincorporación para la participación de las instituciones democráticas y una última de reincorporación mediante el indulto y el levantamiento mediante el estado de sitio, con las que se pretendía abonar el camino para impulsar una reforma constitucional que permitiera construir una democracia participativa con justicia social ” (FIP, 2009: 12).

Sin embargo, la propuesta mencionada en las líneas anteriores no obtuvo una alta aceptación por parte

de los grupos insurgentes, ante lo cual el Gobierno emprendió la creación de una comisión de notables

con el objetivo de actuar como puentes estratégicos de comunicación directa con los grupos

insurgentes. Ante esta iniciativa fue posible el inicio de los acercamientos y diálogos con el M-19.

Las conversaciones entre el M-19 y el gobierno de Barco se desarrollaron a través de mesas de análisis y

concertación, en las que

“contaron con la participación de todos los partidos políticos y sectores de la sociedad como gremios, sindicatos, universidades, asociaciones, etc. De estos escenarios resultó un gran pacto político que incluyó la promulgación de la Ley 77 de 1989, por medio de la cual se extendían mecanismos de indultos y cesación de procesos penales que terminaron por facilitar la firma, el 9 de marzo de 1990, de un acuerdo político entre el gobierno y el movimiento guerrillero que contemplaba el desarme definitivo, la desmovilización y la reincorporación a la vida civil como objetivos primarios.” (FIP, 2013).

Dicha ley dio paso a la firma de un acuerdo político que contemplaba la desmovilización y

reincorporación de los “rebeldes” a la vida civil, respecto a esto último se estipularon compromisos

consignados en el Art.2 y Art.8, en los cuales se señala la importancia de establecer circunscripciones

especiales para los partidos políticos de los grupos alzados en armas y la aplicación del indulto al M-19

para dar paso a una reinserción.

Según lo expresan César Gaviria y Antonio Navarro Wolf, el acuerdo sería el primero en incorporar de

manera efectiva los ejes de desmovilización, desarme y, reincorporación total civil (FIP, 2013), ya que el

M-19 pasaría a ser la Alianza Democrática M-19.

En 1990, el AD-M19 desempeñaría un rol significativo en la arena política como partido de oposición,

presentándose posteriormente a elecciones presidenciales con su líder Carlos Pizarro, quien fue

asesinado en plena contienda electoral con los copresidentes Samper, Hurtado Y Wolf.

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“Pese a este hecho, se mantendrían en la legalidad logrando obtener 19 puestos equivalentes al 27 % de los votos para participar en la Asamblea Nacional Constituyente, donde tuvieron una actuación protagónica en la redacción de una nueva carta política (…) (FIP, 2013: 13).

Si bien, el gobierno de Virgilio Barco avanzo en términos de cese unilateral de acciones militares por

parte de la guerrilla, presento una agenda de negociación bastante limitada que impidió el cambio

institucional, debido a que no se apuntó hacia la resolución del conflicto armado sino la deslegitimación

de la acción guerrillera.

Los procesos de paz del período post Constituyente de 1991

3.3.César Gaviria Trujillo (1990-1994)

“Con el telón de fondo de una historia política de acuerdos frentenacionalistas, instituciones con fuertes rasgos autoritarios, cuantiosas guerras civiles y demás formas de apelación a la violencia como arma

política, la ANC se convierte en la experiencia de transición política más moderna que ha vivido el país en términos de la pluralidad de su composición (…).(Romero, 1988:185)

La Asamblea Nacional Constituyente, se consolidaba como la plataforma precisa para avanzar en pro de

la paz, al mismo tiempo, los progresos de los gobiernos anteriores supondrían un reto importante para

Gaviria.

Es así como los primeros pasos se encaminaron a la circunscripción de acuerdos con el EPL, el PRT y el

Quintín Lame, los cuales se habían retirado de la CGSM al ver una nueva oportunidad para participar

políticamente a través ANC (FIP, 2013: 13). Esto debido a que la ANC se presenta como el proyecto que

responde a la inclusión de las fuerzas sociales y políticas de izquierda y derecha.

Álvaro Villarraga Sarmiento en el apartado “César Gaviria (1990- 1994)” del tomo III de su libro

“Gobierno del presidente César Gaviria 1990-1994: acuerdos con el EPL, PRT, MAQL y CRS: diálogos con

la CGSB”, alude a que en el caso del EPL el Gobierno le otorgó personería jurídica y un aval de dos

voceros para que los representaran en la ANC. En el caso del PRT se acordó la participación de uno de

sus miembros pero sin voto, adjudicando garantías para participar de manera legal en la contienda

político electoral, y, con el QL se enfatizaría en la promoción de garantías para la población indígena de

una manera amplia, también con un miembro en la ANC, en las mismas condiciones acordadas con el

PRT.

Del mismo modo, la Constitución Política de 1991 no da lugar a un tratado de paz eficaz por dos razones.

La primera radica en que se evidencia “la incapacidad de traducir la guerra al lenguaje y las prácticas de

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Page 55: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

la política de participación ciudadana” (Romero, 1988:186), es decir, no se pensó en cómo están

estructurados los poderes y cuáles son sus dinámicas dentro del sistema político, optándose así por la

exclusión de fuerzas estructurantes del régimen que actúan por fuera de la institucionalidad, pero que

constituyen un pilar legitimador para la clase política del país. La segunda, hace referencia a un error

tanto político como histórico que no garantizó la participación política de las FARC y el ELN en la

construcción de la Carta Política de 1991, esto es, el despliegue de la Operación Centauro (ataque a Casa

Verde) por parte del gobierno hacia el Secretariado de las FARC en la Uribe justo el día en que se

celebraban las elecciones a la Constituyente.

Ante este panorama, el gobierno de Gaviria se esfuerza por reanudar conversaciones con la CGSM.

Diálogos que se realizaron con el consentimiento y auspicio del gobierno de Venezuela y donde la

agenda se caracterizaría por incluir el cese al fuego y las hostilidades, la participación en la ANC,

acciones contra grupos paramilitares, medidas contra impunidad, reorientación de modelos de

desarrollo, política social, cambio de doctrina de seguridad nacional, reinserción de los grupos

guerrilleros y verificación internacional (Romero, 1988: 187). Tal y como se aprecia se planteaba una

agenda más compleja e exigente en comparación a las de los gobiernos anteriores.

Posteriormente, tras la crisis política interna por la que atravesaba Venezuela, el Gobierno decidió

trasladar las negociaciones a Tlaxcala (México), lugar donde serán interrumpidas debido al asesinato del

dirigente político Angelino Durán, quien estaba en manos del EPL. Dadas estas nuevas condiciones, el

Gobierno decide trasladar su política hacia la pacificación con la confrontación, declarando la llamada

“guerra integral” contra la subversión.

La estrategia de Gaviria estaría dirigida al incremento del pie de fuerza en las zonas de periferia,

implementación de bonos de guerra para que el sector privado aporte a la financiación del conflicto,

reforma el sistema penal. De igual forma, se presupone el desvanecimiento de las posibilidades para

lograr la paz en este periodo, asistiendo así la sociedad colombiana al recrudecimiento de la violencia.

Cabe mencionar que éste es un periodo que se caracteriza igualmente, por el auge del paramilitarismo y

de acciones terroristas por parte de los carteles del narcotráfico, al mismo tiempo que se produjo una

apertura económica, la cual se tradujo en un reacomodo de los gremios económicos y grupos de

presión.

3.4.Ernesto Samper Pizano (1994-1998)

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Page 56: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

En 1994 fue electo Samper como presidente, quien llegó con una propuesta para el logro de la paz, la

cual se diferenciaba totalmente del modelo impuesto por Gaviria en años anteriores, en la medida que

en su dialogo la participación de la sociedad civil fue fundamental.

Siendo así, empieza simbólicamente por la denominada estrategia de “paz integral”, por medio de la

instauración de una oficina de un alto comisionado para la paz junto con el cual iniciará la búsqueda de

acercamientos y posibles concertaciones con la insurgencia.

“En principio, la política de Samper se fundamenta en los principios de reconocimiento del carácter político de la insurgencia, la negociación en medio del conflicto y el diálogo útil, que implican una conciencia realista sobre el hecho de que ninguna de las partes puede imponer unilateralmente sus condiciones, y, por lo tanto, las agendas deben ser abiertas ” (Romero, 1988: 189).

De ahí que suscite la adopción de los protocolos de Ginebra y se interese por aproximarse cada vez más

a la insurgencia, en especial con el ELN.

Sin embargo, dada la crisis política a la que se enfrenta el Gobierno por la presunta vinculación con el

narcotráfico, pone en entredicho su credibilidad frente a los grupos alzados en armas, limita su margen

de acción y somete al país a una gobernabilidad transitoria y desequilibrada. Razón por la cual, el

Ejército se fortalece y empieza a ingerir en el plano político dificultando los acercamientos entre el

Gobierno y las guerrillas.

Poco después, el Gobierno logra que las FARC entreguen 60 soldados que tenían retenidos, mediante el

despeje de una zona del territorio donde se encontraban. Este hecho, traería consigo el robustecimiento

político y militar de las FARC.

Al terminar su mandato, Samper, a pesar de sus intentos fallidos, siguió con el emprendimiento de

iniciativas para lograr la paz, entre ellas la creación del Consejo Nacional de Paz y la Ley 418, la cual

concedió al gobierno nuevas facultades para el desarrollo de la paz.

3.5.Andrés Pastrana Arango (1998-2002)

Si bien, durante el gobierno de Samper los avances en términos de acercamientos con lo insurgencia

fueron pocos. Adicionalmente, el país se encontraba en una crisis a causa del denominado “proceso

8000”, de igual forma, que el fortalecimiento de las guerrillas y el paramilitarismo ascendía

asiduamente.

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Page 57: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

Por otra parte, el clamor de la sociedad colombiana por la paz se evidenció a través el pronunciamiento

de ésta con el Voto por la Paz el 26 de octubre de 1997. Siendo así, el tema central de la campaña de

Pastrana sería la búsqueda de la paz, lo cual conllevaría a su eventual victoria ante Samper. Cabe

resaltar que el tema de la paz en la campaña de Pastrana se instalaría durante la segunda vuelta, dado

que en la primera vuelta Samper llevaba la delantera.

Siendo presidente electo, Pastrana optó por concretar una cita con el entonces jefe máximo de las

FARC-EP, Manuel Marulanda; en dicha reunión se concordó despejar una zona del país con el objetivo

de emprender conversaciones de paz una vez se posesionara.

Es así como

“iniciado el proceso de paz con las FARC- EP y con la entrada en vigor de la denominada zona de distensión el 7 de noviembre de 1988, los esfuerzos institucionales se enfocarían en la constitución de una Mesa Nacional de Diálogo y Negociación y el Comité Temático Nacional, previstos para el 1 de enero de 1999 (…) ” (FIP, 2008: 21)

En el Caguán, nombre por el cual se le denomina popularmente al famoso proceso de paz tuvo lugar

entre 1998 hasta 2002. El territorio de despeje contaba con una dimensión de 47.000 kilómetros

(INDEPAZ, 2013) comprendiendo los municipios de La Uribe, La Maracarena, Mesetas, Villahermosa, y

San Vicente del Caguán.

Entre las principales características que se le atribuyen a este proceso, según INDEPAZ (2013), están:

• “La negociación avanzó en medio de la confrontación militar (a excepción de la zona de despeje). • Se definió la “Agenda común por el cambio hacia una nueva Colombia”, que incluyó temas como

el empleo, los derechos humanos, la política agraria, los recursos naturales, el modelo de desarrollo económico y social, la reforma a la justicia y al Estado, las relaciones internacionales, entre otros.

• Se realizaron “audiencias públicas”, transmitidas por televisión, en las que participaron más de 25.000 delegados y en las que se presentaban propuestas de distintos grupos y sectores sociales.

• Representantes de gobiernos europeos y americanos, participaron en calidad de observadores y facilitadores.

• Este proceso se dio a través de una dinámica participativa, a través de la cual diferentes representantes de organizaciones sociales, líderes comunitarios, movimientos políticos y ciudadanos del común tuvieron la posibilidad de dar sus aportes y presentar sus propuestas concretas para avanzar y llegar a acuerdos en los diferentes asuntos que FARC y gobierno negociaban ” (INDEPAZ, 2013:2)

No obstante, el contexto en el que se desarrollaron las conversaciones se destacó por ser complejo,

debido a la tensión de las distintas fuerzas involucradas. Por una parte, el constante devenir de los

diferentes dispositivos y actores involucrados, trajo consigo inestabilidad. Algunas de las evidencias son

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Page 58: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

el tercer nombramiento del equipo negociador con las FARC- EP en el que fue participe el partido liberal

y la iglesia, la cual se hizo oficial mediante la Resolución No.43 del 4 de septiembre del 2000, acto

seguido, crea el Frente Común por la Paz y Contra la Violencia, el cual tenía como función actuar como

un órgano asesor y consultor del gobierno en lo que respecta a la temática de la paz. Ante esto, resulto

complicado el establecimiento y desarrollo de una agenda conjunta entre las partes y desde luego,

efectiva, no permitió pasar del dialogo a la negociación.

Del otro lado,

“hechos como el asesinato de tres estadounidenses; la renuncia del Ministro de Defensa y 14 oficiales descontentos con el proceso; la dificultad para la verificación internacional de la zona; el secuestro de un avión en San Vicente del Caguán; las acusaciones sobre el uso de la zona para dirigir ataques, esconder secuestrados o ampliar cultivos de coca; las denuncias sobre el fortalecimiento de los paramilitares; las diferencias sobre el intercambio de “prisioneros”, entre muchos otros hechos contribuyeron con la disolución de estas conversaciones ”. (INDEPAZ, 2008:)

La finalización del proceso del “Caguán” se llevó a cabo en el 2002, dejando como legado un fracaso

rotundo para los posteriores diseños de una política de paz.

Cabe mencionar que tras la terminación de la administración de Pastrana tanto la insurgencia como los

grupos paramilitares logran expandirse a lo largo y ancho del territorio nacional, de la misma manera

que se fortalecen militarmente.

3.6.Álvaro Uribe Vélez (2002-2010)

“El gobierno del Presidente Álvaro Uribe Vélez ha diseñado de manera congruente una política que parte de la premisa de la ausencia de causas objetivas del conflicto, y en consecuencia, su

política militar y presupuestal pretende la derrota de la insurgencia” (CEREC, 2003:10)

Álvaro Uribe Vélez llega al poder a causa del descontento de la sociedad colombiana ante los intentos de

paz y negociación por parte del gobierno antecesor.

En palabras más precisas,

“luego de un fracaso del proceso de paz que se intentó entre 1998 y 2002, tomó fuerza en la opinión la posibilidad de superar el conflicto manu militari, con innegables consecuencias para el diseño de una política de paz con futuro. Se asume entonces la opción de derrotar a la insurgencia quedando al margen la posibilidad de una negociación política acompañada de la conformación de un gobierno de transición y la convocatoria a una asamblea constituyente” (INDEPAZ, 2008: 24).

Lo anterior deriva en un programa hacia una institucionalidad que niega la existencia de las causas

estructurantes del conflicto, así como condiciona cualquier acercamiento con la insurgencia si no hay un

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Page 59: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

cese al fuego unilateral, esto es, que en comparación de la política gubernamental llevada a cabo desde

el gobierno de Gaviria hasta Pastrana de negociar en medio del conflicto, Uribe demarcaba una ruptura.

Ante el discurso emitido por el Presidente el 29 de agosto de 2003 ante 122 comandantes de que en

Colombia no existe una guerra, sino una amenaza terrorista contra un Estado legítimo, democrático y

pluralista (CEREC, 2008: 10). La insurgencia tras estas declaraciones dio a conocer su negativa mientras

que los paramilitares encontraron una oportunidad.

Mientras tanto, los acercamientos con los grupos paramilitares son llevados a cabo por Luis Carlos

Restrepo Ramírez, quien recientemente es nombrado Alto Comisionado para la Paz por medio del

Decreto 1809 del 2002. Cabe señalar que la primera fase se venía desarrollando por la iglesia católica y

la Comisión Facilitadora de Paz de Antioquia.

Por consiguiente, dichas labores propiciarán el contexto para que el 29 de noviembre del 2002 las AUC

revelaran su disposición para entablar diálogos con el Gobierno Nacional, comprometiéndose a iniciar

un cese de hostilidades a partir del primero de diciembre.

“Bajo este panorama el Gobierno nombra una Comisión Exploratoria de Paz (Resolución Presidencial 185 de 2002, diciembre 23) con el fin de propiciar acercamientos con los Grupos de las Autodefensas Unidas de Colombia, AUCE, con las Autodefensas Campesinas Bloque Central Bolívar, BCB, y Vencedores de Arauca; y con el Grupo de Autodefensas Alianza del Oriente, conformada por las Autodefensas del Sur de Casanare, Meta y Vichada” (INDEPAZ, 2008: 24).

Al tiempo que se hacían las reformas jurídicas necesarias para hacer viable el proceso emprendido, el

Alto Comisionado trataba de retomar los diálogos con el ELN de manera conjunta con la Comisión

Facilitadora de Paz en Antioquia, concretándose algunas reuniones en la Habana Cuba. No obstante, la

situación con las FARC-EP era distinta ya que no se tenía ningún tipo de contacto con el grupo

insurgente, la única posibilidad contemplada era el denominado intercambio humanitario, por medio

del cual se procuraba canjear guerrilleros presos por políticos y militares que se encontraran en manos

de este grupo (INDEPAZ, 2008: 24).

Por su parte, las tareas encargadas a la Comisión Exploratoria terminaron en el 2003, conllevando a que

un mes después el gobierno y las AUC suscribieran el Acuerdo de Santa Fe de Ralito, en el cual se

ratificaba la reincorporación a la vida civil, como complemento a este acuerdo,

“el 21 de agosto de 2003 el Gobierno Nacional presentó al Congreso un proyecto de ley para suspender la ejecución de las penas por delitos atroces, el cual generó una fuerte controversia y el consecuente archivo de la propuesta. El año término con la primera desmovilización colectiva del proceso gracias al desmonte del Caquique Nutibara y 868 de sus miembros” (INDEPAZ, 2008: 24)

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Page 60: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

Ahora bien, es en el 2004 cuando se logra la unificación de los paramilitares en una sola mesa donde

terminara en la desmovilización de 31.671 de sus miembros (INDEPAZ, 2008: 24)

En resumen, puede constarse durante este periodo que los intentos de negociación con las FARC y el

ELN fueron ineficaces, ya que el gobierno asumió una actitud de invisibilizarlos como actores del

conflicto y en esta medida intensificó las acciones militares. Asimismo, el proceso con los paramilitares

es cuestionable en términos de justicia, además que solo abarco la desmovilización sin estructurar una

política de paz integral y sostenible.

A manera de conclusión, se resalta que si bien, Guatemala y El Salvador emprendieron un proceso de

transición política tras la firma de los Acuerdos de paz importante a nivel institucional, el tema de

participación política sigue siendo el talón de Aquiles ; encontrándonos hasta nuestros días con partidos

políticos con un bajo nivel de institucionalización , inclusión política y baja representatividad . De ahí que

los retos estén puestos en sintetizar los vacíos existentes en las respectivas leyes electorales y de

partidos

3.7.Juan Manuel Santos Calderón (2010-…)

Juan Manuel Santos, ex ministro de defensa durante el mandato de Álvaro Uribe Vélez llega a la

presidencia en el 2010, su campaña presidencial denotaba la continuidad de la política de seguridad

democrática impuesta por el gobierno anterior.

Desde años anteriores a su posesión como presidente, Juan Manuel hacia constantes declaraciones

públicas acerca de la posibilidad de entablar negociaciones con los grupos insurgentes, especialmente

con las FARC-EP y el ELN, bajo la condición de que dejaran de efectuar actos terroristas.

Como respuesta a dichas declaraciones los grupos insurgentes señalaban su negación a dejar las armas

ni una desmovilización ante una potencial negociación.

En este marco, durante el año 2012 como resultado de un encuentro exploratorio que tuvo sede en la

Habana (Cuba), el cual contó con la participación del Gobierno de la República de Cuba y de Noruega

como garantes, así como con el apoyo del Gobierno de Venezuela, se emite la declaración de un

Acuerdo General para la terminación del conflicto en el cual se plasmó la intención por poner finalidad al

conflicto para la construcción de paz estable y duradera.

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Page 61: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

Siendo así, se acuerda, según el informe oficial del Gobierno de la República de Colombia “Acuerdo

General para la terminación del conflicto y las fuerzas revolucionarias de Colombia –Ejército del Pueblo

(FARC-EP)”

“Iniciar conversaciones directas e ininterrumpidas sobre los puntos de la Agenda aquí establecida, con el fin de alcanzar un Acuerdo Final para la terminación del conflicto que contribuya a la construcción de la paz estable y duradera.

Establecer una Mesa de Conversaciones que se instalará públicamente en Oslo, Noruega, dentro de los primeros 15 días del mes de octubre de 2012, Y cuya sede principal será La Habana, Cuba. La Mesa podrá hacer reuniones en otros países.

Garantizar la efectividad del proceso y concluir el trabajo sobre los puntos de la Agenda de manera expedita y en el menor tiempo posible, para cumplir con las expectativas de la sociedad sobre un pronto acuerdo. En todo caso, la duración estará sujeta a evaluaciones periódicas de los avances.

Desarrollar las conversaciones con el apoyo de los gobiernos de Cuba y Noruega como garantes, y los gobiernos de Venezuela y Chile como acompañantes. De acuerdo con las necesidades del proceso, se podrá de común acuerdo invitar a otros” (Acuerdo General para la terminación del conflicto y las fuerzas revolucionarias de Colombia –Ejército del Pueblo (FARC-EP), 2014)

En cuanto a los puntos de la agenda se planteó acordar sobre una política de desarrollo agrario integral,

participación política, fin del conflicto, solución al problema de drogas ilícitas y víctimas. Cabe

mencionar, que las distintas temáticas se desarrollarán en un marco de comisiones de seguimiento y

verificación, mecanismos de resolución de diferencias y acompañamiento internacional.

En lo que respecta a la temática sobre la cual gira el presente trabajo de investigación, esto es,

participación política, constituye un paso crucial en una apertura democrática efectiva.

El acuerdo, en general tiene como principio fundamental asegurar que las armas y la política jamás

estén juntas. Sobre dicha consigna se desprenden los siguientes postulados:

• Buscar mecanismos para pactar con los partidos políticos un Estatuto de la Oposición, efectivo y real.

• Reforzar la participación ciudadana.• Se postula un periodo de ocho años como el tiempo destinado a una transición, la cual

contará con el apoyo del Estado y los medios de comunicación con el objetivo de divulgar los programas políticos de las FARC-EP.

• Creación de circunscripciones transitorias especiales de paz para dar a las regiones más afectadas por el conflicto.

• Llevar a cabo reformas profundas al sistema electoral que garantice una participación política transparente.

A partir de los puntos nombrados arriba como lugares de convergencia hasta el momento entre el

gobierno y las FARC-EP, se han expuesto a la luz pública diversos cuestionamientos acerca de cuáles

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Page 62: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

serían los desafíos a enfrentarse a largo plazo, y, más aún cómo y cuándo empezar un rediseño

institucional.

Por esto, a grandes rasgos el debate actual se mueve en torno a preguntarse en qué consistirá la

revisión integral del régimen electoral y quiénes se encargarán de esto, cuáles serán las modificaciones

al régimen político, cómo planea el Estado garantizar la seguridad de los desmovilizados y la oposición,

cómo se evita la repetición, entre otros.

Ahora bien, a pesar de que preguntarse sobre los retos a devenir en el plano político estatal, partidario y

económico es importante analizar de manera profunda las consecuencias culturales, el tema de la

legitimidad social frente al proceso, y, en especial frente a la participación política. En principio porque

ha sido uno de los errores no previstos durante los anteriores acercamientos, que si bien, no han sido de

la misma índole del que nos enfrentamos hoy, brindan lecciones históricas para la toma de decisiones.

Del mismo modo, la división de la opinión pública frente al proceso debería representar no sólo para el

gobierno sino para la sociedad civil en general (gremios empresariales, academia, movimientos sociales,

etc.) la oportunidad de poner en escena los distintos puntos de convergencia y disparidad de manera

pacífica.

En pocas palabras, se sostiene que la construcción de los canales de participación efectivos pasa en

primera instancia por la movilización de la sociedad, y, su involucramiento con los asuntos, dado que

evitaría la tan factible reproducción de la violencia a través de la polarización social.

En resumen, la historia de los procesos de paz emprendidos en Colombia ha dejado importantes

lecciones para este nuevo intento de paz. En primer lugar, se resalta la necesidad de hacer efectivos los

enunciados constitucionales definitorios del país como un Estado democrático, en segundo lugar, es

crucial la búsqueda de la acción institucional efectiva con el fin de que se de paso a la solución de los

problemas nacionales. En tercer lugar, se debe discutir acerca de la desfiguración del sistema de

partidos con el objetivo de que se plantee una búsqueda por incursionar a los actores políticos y la

sociedad civil hacia una verdadera representación política.

En cuarto lugar, se debe trabajar en la inclusión de la sociedad civil en el desarrollo del proceso de paz,

ya que permitiría el inicio de la recomposición del tejido social para un posible escenario de

postconflicto.

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Page 63: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

A manera de conclusión, es posible evidenciar que es de gran ímpetu que los múltiples procesos de paz

que se han emprendido hasta la actualidad sean revisados de forma reflexiva, ya que se denotan

lecciones importantes tales como: la necesidad de construir acuerdos de naturaleza humanitaria con el

fin de fortalecer la confianza de la sociedad civil en el proceso, establecer los sistemas de verificación y

control pertinentes para prevenir cualquier tipo de riesgos. Asimismo, el no levantarse de la mesa hasta

llegar a un Acuerdo de Paz constituye una solución política relevante ya que puede contribuir a que la

guerra no sufra una mayor degradación. Por último el factor fundamental está en la capacidad de las

partes para sintetizar de manera efectiva los insumos sociales en una política de paz.

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Page 64: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

4. Desafíos en el nuevo escenario de Participación Política

4.1.Análisis del Acuerdo sobre Participación Política

El conflicto armado en Colombia ha resultado ser para los distintos gobiernos el principal o si se quiere

mayor desafío para lograr una verdadera estabilidad democrática. Siendo así, a pesar de las

negociaciones, desmovilizaciones, reinserciones y debilitamiento militar, se evidencia a lo largo del

tiempo una ausencia de iniciativas eficaces y voluntad política para consolidar una paz duradera. De ahí

que, el fin de la confrontación armada en Colombia no presuponga el fin de un estado de beligerancia

sino que demarque una etapa de transición.

De igual forma, el alcance de dicha paz también se encuentra ligada de manera profunda con la

configuración democrática del país, en cuanto la instauración de instituciones democráticas supone de

alguna u otra forma un estado pacificador, sin embargo, en una sociedad profundamente fragmentada,

con una cultura política poco cimentada y unas instituciones deslegitimadas, la estabilidad del régimen

se convierte en una desafío.

En consecuencia, una vez más el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC-EP han iniciado un

proceso de diálogo dirigido a finalizar la confrontación armada.

Durante el segundo semestre de 2012 se conoció públicamente que el Gobierno de Colombia, presidido

por el actual presidente Juan Manuel Santos, desarrollaría un proceso formal de negociaciones con las

FARC-EP.

La estructura y diseño del actual proceso de paz se caracteriza por su concienzuda planificación, debido

a su meticulosa fase de pre negociación. Dicha etapa de pre negociación se inició con la llegada de Juan

Manuel Santos al poder, quien se encargó de gestionar los contactos con el secretariado de las FARC-EP.

Es importante resaltar que Santos se valió del auspicio y asesoramiento técnico de Noruega “país que

considera la promoción de la paz como uno de los objetivos básicos de su política exterior y que tiene

amplia experiencia en la materia” (Martínez, 2014:7)

Simultáneamente Santos reconoció el papel que desempeñan Venezuela y Cuba en el conflicto armado

colombiano, de ahí que su decisión consistiera en romper con la política exterior impuesta por el ex

mandatario Álvaro Uribe Vélez hacia el entonces presidente Hugo Chávez. La aproximación de Santos a

Chávez se adelantaba de manera conjunta con la generación de las condiciones legales para permitir el

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Page 65: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

desarrollo de su propuesta de paz, lo cual fue esencial para reducir la conflictividad entre ambos países y

garantizar escenarios adecuados que contribuyeran a la implementación de su estrategia de paz.

Naturalmente, el gobierno de Juan Manuel Santos emprendió la preparación del “marco jurídico de la

paz”, compuesto por cuatro leyes y dos reformas constitucionales. Los puntos que constituyen el marco

jurídico son:

“Ley de víctimas y restitución de tierras: es la primera que reconoce el “conflicto armado” en Colombia, otorgando abiertamente un estatus político a las FARC-EP.

Ley de orden público: la misma de 1997, pero modificada y extendida hasta el 21 de noviembre del 2014, orientada a desarrollar mecanismos de justicia transicional.

Ley 1424 (del 2010): destinada a los combatientes desmovilizados Ley de Justicia y Paz: extendida hasta 2014, coincidiendo con el gobierno de Santos. Reforma de fuero militar, vía reforma constitucional: militares a ser juzgados por la justicia penal

militar, salvo en los casos de violación grave de derechos humanos. Marco para justicia transicional, vía reforma constitucional: condiciones jurídicas excepcionales

para la reparación de víctimas. Se le ha acusado de presentar discrepancias inadmisibles con el estatuto de Roma ” (Martínez, 2014: 7).

Es pertinente mencionar que algunas de las leyes y reformas constitucionales fueron sancionadas en su

momento otras están en proceso de discusión y eventual aprobación. Dichos elementos legales tienen

como objetivo condicionar la firma del acuerdo de paz durante el periodo de gobierno de Santos,

proporcionar a los guerrilleros garantías para su posterior desmovilización sin ningún tipo de amnistía o

despeje y el apoyo de la Ley para implementar los mecanismos de justicia transicional.

Ahora bien, en lo que corresponde a la estructura del proceso de negociaciones de paz, agenda de

negociaciones y fases del proceso de paz, estará organizado de la siguiente manera:

1. En lo que respecta al proceso de negociaciones de paz primero se encuentra la fase de pre negociación en la cual se establecieron los contactos previos con el secretariado de las FARC-EP y se adoptó por un cambio en la política exterior con Venezuela, seguida por la negociación y posteriormente la implementación del Acuerdo. En segundo lugar se designó una comisión negociadora, en la cual se nombraron diez representantes de cada grupo negociador, cinco miembros plenipotenciarios y cinco voceros. En tercer lugar, se define la Habana como el espacio en el cual se desarrollaran las negociaciones de paz. En cuarto lugar, se define a Cuba y Noruega como países garantes del proceso de negociación y Venezuela y Chile en calidad de acompañantes.

2. La agenda de negociaciones está compuesta de cinco grandes temas centrales que serán discutidos por las partes bajo la premisa de que “nada está acordado hasta que todo este acordado”. Estos son: (I) política agraria, (II) participación política, (III) fin del conflicto, (IV) drogas ilícitas y (V) víctimas y reparación.

La información presentada se resume en el siguiente gráfico.

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Gráfico No.1 Estructura de las negociaciones de paz en Colombia

Se encuentra estructurada por

1. Pre negociación 2. Negociación 3. Implementación

Fuente: Elaboración del autor basada en el sitio web oficial de la mesa de conversaciones para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera en Colombia.

En la misma línea, es significativo resaltar que a diferencia de los anteriores procesos de paz, el actual

reconoce inicialmente problemáticas de orden estructural en el país, es decir, no limita el

reconocimiento del conflicto a las guerrillas o el narcotráfico.

4.2.Punto dos de la agenda de negociación de paz: Participación Política.

La mesa de conversaciones en la Habana se propuso asumir a corto plazo la discusión y negociación del

punto dos de la agenda, en cuanto resulta ser una de las problemáticas principales que da origen al

conflicto armado en Colombia y en esta misma medida el que permitirá la transición de la lucha militar

al debate político.

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Negociaciones de paz en Colombia

Comisiones Negociadoras Instancias de mediación Agenda de negociaciones

Se divide en 5 temas centrales:

Política agraria Participación política Fin del conflicto Drogas ilícitas Víctimas y reparación

Cuba y Noruega actúan en calidad de países garantes del proceso negociador, por el otro lado, se encuentran Venezuela y Chile cuyos gobiernos actuaran como acompañantes a lo largo del proceso.

Constituido por diez representantes de cada grupo negociador, cinco miembros plenipotenciarios y cinco voceros.

Las fases para su posterior aprobación son

Page 67: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

El proceso de paz actual genera la posibilidad de proyectar un marco institucional capaz de fortalecer en

términos de eficiencia y estabilidad el sistema de partidos y el régimen electoral. Al mismo tiempo, las

negociaciones de paz no sólo se consolidan como un medio para promover una transición política, esto

es, el paso de un estado beligerante a uno de paz; sino que se convierten en un medio para poner sobre

la mesa nuevas reglas de juego entre las partes involucradas, las cuales sirvan como garante de una paz

sostenible. De ahí que resulte indiscutible la relevancia que tiene cuestionarse cuál sería la incidencia de

una participación política en los procesos de paz, ya que nos llevaría a sentar las bases sobre quién

puede participar, hasta qué nivel, en qué etapa, y, con qué capacidad en las dinámicas políticas

colombianas.

En este orden de ideas, a través del Acuerdo General para la terminación del conflicto y la construcción

de una paz estable y duradera, el Gobierno Nacional y las FARC-EP han señalado unas pautas específicas

para abordar la reflexión del tema de la participación política, plasmadas en el borrador conjunto

06.11.2013 denominado “Participación Política: apertura democrática para construir la paz ”. Los puntos

pactados por las partes negociadoras son:

1. “Derechos y garantías para el ejercicio de la oposición política en general, y en particular de los nuevos movimientos que surjan del Acuerdo final. Acceso a medios de comunicación.

2. Mecanismos democráticos de participación ciudadana, incluidos los de participación directa, en los diferentes niveles y diversos temas.

3. Medidas efectivas para promover mayor participación en la política nacional, regional y local de todos los sectores, incluyendo la población más vulnerable, en igualdad de condiciones y con garantías de seguridad ” (Gobierno colombiano y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC-EP, del 26 de agosto del 2012)

Teniendo en cuenta que este documento se elaboró con el propósito de aportar información e insumos

que permitan avanzar sobre el debate del segundo punto de la agenda, participación política, en lo

ateniente a los retos que se presentarían en las instituciones de participación política en un escenario de

posconflicto, a continuación se expone un breve análisis sobre este a partir de la revisión del borrador

conjunto.

Para empezar, en el inicio del Borrador Conjunto sobre participación política se manifiesta que,

“la construcción y la consolidación de la paz, en el marco del fin del conflicto, requiere de una ampliación democrática en aras de que surjan nuevas fuerzas en el escenario político, con el fin de enriquecer el debate y la deliberación alrededor de los grandes problemas nacionales y, de esta manera, fortalecer el pluralismo (democracia participativa) y por tanto la representación de las diferentes visiones de la sociedad (democracia representativa), con las debidas garantías para participación e inclusión política” (Borrador Conjunto No.2, 2014)

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Page 68: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

En este enunciado es posible evidenciar en principio algunas cuestiones bastante interesantes que se

están planteando en torno a la relación entre democracia y conflicto.

Por una parte, la construcción y consolidación de la paz se concibe desde la ampliación democrática,

apuntándose claramente al diseño de reglas de juego democráticas que permitan sentar las bases para

un juego electoral competitivo, libre, imparcial y frecuente así como la posibilidad real de alternancia en

el poder del Estado. No obstante, la noción de estabilidad institucional no aparece ni siquiera como uno

de los requisitos principales cuando se hace referencia a la aspiración de una “paz estable y duradera”,

lo cual conlleva a sugerir la necesidad inmediata de revisar las teorías contemporáneas sobre la

democracia, ya que permitiría tener una visión más adecuada tanto en la comprensión de la relación

entre conflicto y democracia como en el diseño de instituciones eficientes capaces de mantenerse a lo

largo del tiempo.

El sentido de lo anterior se deriva de los razonamientos que se han venido sustentando a lo largo del

trabajo y es precisamente la preocupación fundamental acerca de cómo distintas fórmulas

institucionales constituyen un factor fundamental en la estabilidad del sistema político al proporcionar

una solución en los contextos de conflictividad. Esto, obviamente no implica que la democracia

solucione todos los conflictos o que no sea resultado de este.

Cuando se hace referencia a enriquecer el debate y la deliberación alrededor de los grandes problemas

nacionales podría considerarse que se está comprendiendo el papel de la democracia con base al

modelo de democracia participativa propuesto por Habermas, debido a que se justifica la participación

social y política amplia, permanente e institucionalizada por medio de los procesos comunicativos.

Adicionalmente, aparece inmerso el concepto de pluralismo como componente esencial del

robustecimiento democrático, en cuanto se pretenden justificar y reforzar los fundamentos de un

Estado Derecho expuestos en la Constitución de 1991. En esta lógica, la estrategia a implementarse será

la búsqueda del fortalecimiento de las organizaciones y movimientos sociales así como una apertura de

espacios de participación ciudadana.

El término de “pluralismo” ha ocupado gran parte de las discusiones actuales, razón por la cual existen

dos maneras de entenderlo. La primera, tal y como se está entendiendo en el Acuerdo rescata una

visión liberal en la que se reconoce los múltiples valores y perspectivas, de ahí que se insista por la

capacidad de adoptar posiciones de conceso con el fin de mantener un estado armónico, claro esta

68

Page 69: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

manera negando la presencia de conflictos antagónicos. En esta postura se encuentran algunos

destacados académicos como Rawls, Habermas y Arendt.

En contraposición, hay quienes defienden el pluralismo desde el politeísmo de valores argumentando

que el pluralismo implica necesariamente el conflicto, aun mas, el conflicto antagónico (no hay una

posibilidad de reconciliación nacional).Razón por la que sustentan la importancia que adquiere la

democracia en la creación de instituciones que permitan que, cuando el conflicto emerja adopte una

forma agonística. Algunos defensores de esta visión son Niezsche, Weber, Mouffe.

La posición que se defiende el autor es la segunda, en cuanto permitiría tener un Acuerdo de

participación política mucho más trascendente y propicio para el contexto colombiano por dos razones.

En primer lugar, si se parte del supuesto que habrán grupos que se situaran inevitablemente fuera del

espacio agonístico (participación política armónica) debido a la forma en como cada sujeto interpreta los

valores democráticos, conllevaría a sentar bases claras a quienes se reconocerán efectivamente en

nombre del pluralismo y en esta medida cual será el limite al interior del marco democrático para

aquellos grupos que se quieran sumar o no al Acuerdo posteriormente. En segundo lugar, desde esta

mirada se facilitaría aún más la adopción de un pluralismo legal, esto es, la reafirmación de la

legitimidad de la heterogeneidad social en la creación de partidos e instituciones. Cuestión que

alimentaria un debate político sólido y a la largo plazo podría impedir un aumento en la volatilidad del

sistema de partidos.

Por otro lado, se enfatiza en la participación ciudadana como uno de los requisitos elementales para el

mantenimiento del régimen democrático, esto quiere decir que aquellos ciudadanos que se encuentren

interesados deben participar de forma activa en la toma de decisiones públicas en todos los ámbitos,

reiterando entonces el compromiso por robustecer el modelo de democracia participativa a través de la

creación de mecanismos idóneos, incluidos los de participación directa en los distintos niveles.

Sobre lo anterior hay algunos asuntos importantes de puntualizar. Por una parte, se propone la revisión

de las teorías de la democracia, ya que devela las limitaciones a las que se asisten cuando la el modelo

de democracia participativa aparece como adversario del modelo de democracia representativa y no

como complemento de la última, y, por otra, la comprensión de la democracia participativa desde el

plano procedimental anula la posibilidad de asumirla también como un cambio de consciencia

institucional y ciudadana.

69

Page 70: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

Frente a los derechos y garantías de la oposición política se debe anotar que es un tema que

actualmente el gobierno está negociando con el Polo Democrático Alternativo, dado que es el único

partido político que se ha identificado de manera oficial como oposición al actual gobierno. La posición

del Gobierno consiste en fijar las condiciones legales para el cumplimiento de las garantías de oposición

a partir de los mecanismos democráticos y jurídicos existentes, por su parte, el PDA señala la necesidad

de que dichas garantías sean implementadas en el plano constitucional, razón por la cual proponen

tener representación en el Consejo Nacional Electoral, Registraduría Nacional, la Comisión de Relaciones

Internacionales y la Junta Directiva del Banco de la Republica, entre otros organismos de control.

Del mismo modo, en lo referente al subtema de garantías para la seguridad de actores políticos, aunque

se está pensando en un diseño de estrategias que faciliten el desempeño de unas dinámicas políticas sin

violencia, el Estado debería trabajar de manera conjunta e integral con distintas instituciones, ya que la

violencia política se constituye como una problemática que atraviesa todas las lógicas de acción política

del país, incluyendo actores tanto legales como ilegales. De ahí que el Gobierno deba realizar

diagnósticos de violencia específicos para las regiones con el objetivo de mitigar el conflicto.

En lo que corresponde a los ajustes de tipo institucional, se contempla la necesidad de introducir

algunas reformas al actual sistema electoral con el fin de que quienes deseen formar parte de la

contienda electoral tras la probable firma del Acuerdo de Paz, cuenten con un marco jurídico y político

eficaz que permita el funcionamiento de la democracia. Para hacer un respectivo análisis sobre este

punto se hace a continuación una breve contextualización del estado actual de dichas instituciones de

participación política.

4.3.Retos en el sistema de partidos y sistema electoral

Antecedentes

El sistema de partidos colombiano fue considerado a lo largo de varias décadas como uno de los más

estables, ya que en comparación a países como Perú y Venezuela no había sufrido un colapso ni

tampoco se tuvo una experiencia de dictadura militar como el resto de América Latina. Sin embargo,

desde mediados del siglo XIX la arena política y electoral fue dominada por los partidos tradicionales

liberal (PL) y conservador (PC), provocando la emergencia de un sistema bipartidista excluyente de las

terceras fuerzas en el ámbito de participación y representación política.

70

Page 71: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

Ante este panorama, la presión de los sectores políticos marginados fue cada vez mayor logrando que

sólo hasta el proceso constituyente de 1991 se realizará un cambio profundo a nivel institucional, el cual

planteaba una apertura a las terceras fuerzas para entrar en escena y alcanzar el acceso a las entidades

públicas. No obstante, la falta de fijación de requisitos para la conformación, entrada y salida de

partidos políticos, derivó en el surgimiento de un complejo número de fuerzas que con muy pocos votos

llevaban a candidatos a ocupar puestos políticos. Dicha conformación de las denominadas

“microempresas electorales” generó una proliferación de diversas fuerzas en el congreso impedía la

toma de decisiones eficientes y con bajo costo.

Wills Otero (2009) señala que “a partir de 1991 la cantidad de partidos que se presentaron a comicios

para elegir miembros para cuerpos colegiados y otros cargos de elección popular aumentó de manera

notable” (Otero, 2009: 9) asimismo que de los partidos que obtuvieron curules “no todos eran partidos

ajenos al PL y al PC, sino antiguas facciones de los mismos que se presentaban lideradas por dirigentes

de algunos de estos partidos” (Otero, 2009).

Es términos generales, en la década de los 90 el sistema de partidos colombiano se caracterizó por una

competencia personalista atomizada, en la medida que los partidos políticos presentaban una “débil

cohesión interna, deterioro de liderazgos internos, gran poder de líderes locales y de redes clientelares,

así como también el sistema de partidos mostraba la fragmentación de las terceras fuerzas y la

flexibilidad institucional (Pizarro, 2001; Duque, 2006; Gutiérrez, 2007). De igual manera, el constante

fortalecimiento de las redes clientelares, la ausencia de accountabiity por parte de la ciudadanía y la

desconfianza en las instituciones estatales, se consolidaron en factores importantes para el incremento

de la fragmentación en el sistema de partidos.

Es así como más tarde durante el 2000, se da la convergencia de dos elementos que marcarán el curso

del sistema de partidos en Colombia, ya que en el año 2003 se logra la construcción de una Reforma

Política con el objetivo de contrarrestar la problemática de la fragmentación, acerca de lo cual ahondaré

más adelante y se da la aparición del líder político Álvaro Uribe Vélez como un outsider.

Reforma Política del 2003

“La reforma política del 2003 fue sancionada por el congreso con el fin de reestructurar y racionalizar el

sistema de partidos colombiano, por medio de cambios fundamentales en el sistema electoral – umbral,

listas únicas, voto preferente, cifra repartidora -, las reglas de comportamiento legislativo, y las normas

que rigen a los partidos políticos” (Hoskin y García, 2006).

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Page 72: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

Es importante destacar que los cambios que se introdujeron en el sistema electoral inciden en el sistema

de partidos, ya que tal y como destaca Maurice Duverger (1951), estos mantienen una relación

simbiótica.

La reforma política del 2003 planteaba una nueva forma de concebir las relaciones entre los poderes

legislativo y ejecutivo desde un punto de vista más completo, donde se calcularía la capacidad del

Congreso de la República para reformarse y recuperarse de las estigmatizaciones de corrupción y

politiquería que tanto resultaban perjudiciales para la institucionalidad del sistema de partidos ya que

teniendo en cuenta la perspectiva de Scott Mainwaring y Torcal (2005) la volatilidad del sistema era alta,

los vínculos programático e ideológico, los cuales permiten evaluar el arraigamiento de los partidos

estaban debilitados a raíz de una falta de confianza; y por último, los vínculos de tipo personalista que se

daban entre los votantes y los candidatos eran constantes.

Dicho debilitamiento fue aprovechado por el recién elegido presidente de la República Álvaro Uribe

Vélez quien con su discurso antipartido logra obtener la victoria con más del 50% de aprobación por

parte de los colombianos. Entre sus propuestas se encontraba el fortalecimiento de las fuerzas armadas

colombianas para combatir los grupos al margen de la ley, la lucha contra la corrupción, así como

también una reducción del Congreso. Es así, como dentro de este contexto logra aprobarse el acto

legislativo No. 001 de 2003 el cual introdujo cambios en el sistema electoral colombiano, con el fin de

reducir el fraccionamiento de los partidos y el personalismo. A continuación se expondrán brevemente

algunos de los puntos de la reforma.

El sistema electoral que se tenía en ese entonces permitía un excesivo personalismo, dado que

no se establecía ningún tipo de restricción frente al número de listas presentadas por cada

partido, conllevando a que el PC y PL maximizarán sus resultados electorales a través de la

presentación indiscriminada de un gran número de candidatos. En concordancia, en la reforma

del 2003 se optó por la introducción de listas únicas y un umbral electoral, como medidas que

obligarán a los partidos políticos a sobrevivir en el sistema, razón por la que se adopta el

método D´Hont y un umbral de 2% como “solución adicional para la proliferación de partidos y

movimientos en la medida en que es una barrera a la entrada de partidos pequeños

(Maldonado, 2000) en (Hoskín y García, 2006: 39)”.

La limitación del número de listas que puede presentar un partido fue otro de los puntos que se

llevaron a cabo a través de la figura de las listas abiertas en las que se introducía el voto

preferente, el cual daba la posibilidad a los votantes de ubicar a los candidatos políticos en el

72

Page 73: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

interior de la lista. Así mismo “se argumentó que este iba en contra del espíritu de la reforma

que buscaba combatir el personalismo político, sin embargo sus defensores argumentaron que

fomentaba el fortalecimiento de la organización interna de los partidos al abocarlos hacia

procesos de selección de candidatos y confección de listas de manera ordenada” (Guevara,

2009:3). Esta modificación tenía como tarea principal que las facciones partidarias se

cohesionaran para presentarse a un cargo, disminuyendo el grado de fragmentación

intrapartidaria.

Se pasa de la cuota Hare al método D’Hont, ya que el ultimo en comparación del primero

incentiva la agrupación partidista y no la creación de facciones, castigando así la atomización de

los partidos políticos.

En conclusión, la reforma política del 2003 fue una respuesta a la crisis institucional por parte de los

partidos políticos, por otra parte, la reforma tuvo importantes consecuencias sobre el sistema de

partidos colombiano. En primer lugar, reorganizo el sistema a partir del debilitamiento de los partidos

tradicionales, dando paso a la conformación y fortalecimiento de la izquierda y otras alternativas

políticas, además que suscita nuevas dinámicas en la relación entre las ramas ejecutiva y legislativa. En

segundo lugar, planteó una restructuración interna de los partidos políticos, en cuanto se ven obligados

a realizar un proceso de selección de candidatos disciplinado, no obstante, a pesar de esta organización

del sistema e intrapartidaria las prácticas personalistas continuaron, “por una parte los partidos políticos

que eran conscientes del caudal electoral de sus líderes pero no de sus “etiquetas ”, optaron por el voto

preferente y por otro la votación de la ciudadanía siguió siendo personalistas” (Guevara, 2009: 4). En

tercer y último lugar, la reforma política transformó un sistema político bipartidista de larga data

sustituyéndolo por un sistema multipartidista, dándole la oportunidad a las fuerzas fragmentadas de

consolidarse como verdaderas alternativas políticas y promoviendo nuevas alianzas entre y al interior de

los partidos políticos.

A partir de lo anterior, cabe preguntarse entonces, ¿Cuáles serían los retos a enfrentarse desde el plano

institucional en términos de participación política tras la probabilidad de la firma del Acuerdo de Paz

entre el Gobierno nacional y las FARC-EP?

Los desafíos a enfrentarse desde el plano institucional con el fin de garantizar la participación política

efectiva de los grupos desmovilizados tras la probabilidad de la firma de los Acuerdos de Paz se

inmergen en el plano jurídico, político, cultural e institucional (sistema de partidos y sistema electoral)

73

Page 74: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

La fundación Konrad Adenauer Stiftung junto a Derecho Justo y la Misión de Observación Electoral

(MOE), realizaron un trabajo significativo acerca de los desafíos que acarrea la adecuación de las

instituciones de participación política en términos jurídicos denominada “Rutas jurídicas para la paz:

Participación Política”(2013); del cual vale la pena destacar algunos puntos que son de interés para la

presente investigación.

En términos generales se destacan los siguientes desafíos en el plano jurídico:

1. La definición de quienes podrán participar políticamente acarrea la necesidad de definir los

instrumentos de justicia transicional de carácter judicial o extrajudicial – Criterios de selección

según la Ley estatutaria así como la creación de las Comisiones de verdad y la definición de que

delitos políticos serán considerados punibles.

2. Establecer en primera medida cuáles serán las opciones para modificar la constitución, es decir,

si será a través de un Acto Legislativo, Referendo o Asamblea Nacional Constituyente, con el

objetivo de aclarar de qué forma se asignaran las curules a los futuros desmovilizados.

3. Adicionalmente, resulta imprescindible la evaluación de las opciones legales respecto al

presupuesto de los partidos y movimientos que participen en las elecciones políticas.

Ahora bien, en el plano político el mayor reto será conciliar la voluntad política entre el Gobierno

Nacional y las FARC-EP con la finalidad de que no se repita la historia de la UP, M-19 y EPL así como el

desafío de que otros grupos insurgentes como el ELN se unan a este proceso de paz. El reconocimiento

de la oposición y la promoción de los derechos civiles y políticos.

En el plano cultural, el desafío principal se encuentra en la recomposición del tejido social, la aceptación

de la pluralidad en cada una de sus dimensiones y el aumento de la convivencia democrática.

A nivel institucional se tiene que si bien, la reforma política electoral del 2003 logro un sistema más

proporcional no ha conllevado a que el sistema electoral transmita los incentivos correctos al sistema de

partidos, debido a que se sigue con la problemática de la indisciplina, la atomización partidista y el

personalismo (ha generado a lo largo del tiempo una fractura en la izquierda). Vacíos institucionales que

constituirán en uno de los más grandes retos para garantizar una participación política efectiva así como

el mantenimiento de la estabilidad democrática.

Adicionalmente, el establecimiento del umbral y la lista única por partido supondría una menor

fragmentación en el sistema de partidos y por consiguiente, el aumento de los niveles de disciplina

74

Page 75: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

partidista. Sin embargo, en la realidad se sigue presentando un problema en de fondo en los partidos

políticos que requiere una atención inmediata para que sea solucionado no solo a través del uso de la

ingeniería institucional.

En esta lógica, se debe de realizar una plataforma de mínimos comunes a la nueva organización política

que surja tras la firma de los Acuerdos de Paz, tal como lo es la cuota de género en la conformación de

las listas y el régimen de responsabilidad política, de igual manera que se debe dejar en claro que la

reforma política necesaria para el país en el contexto de las negociaciones de paz no se soluciona

exclusivamente mediante la elaboración de textos legales sino desde la reafirmación de los valores

democráticos.

Aquí se sostiene que tras el ingreso de nuevos actores a la contienda política se generara un proceso de

reacomodación en el sistema de partidos, donde la nueva izquierda protagonizada posiblemente por las

FARC-EP tendrá que adaptarse a las dinámicas pre existentes. De ahí que la garantía de la inclusión a

través del sistema electoral sea primordial no solo en términos de competencia sino de legitimidad del

sistema.

A manera de conclusiones

En este último acápite correspondiente al cierre del trabajo , se hace alusión a algunas conclusiones en términos generales, ya que cada capítulo contiene sus propias conclusiones.

Es relevante realizar una revisión del Acuerdo sobre participación política de manera juiciosa en

términos de la legislación existente sobre la conformación de partidos políticos, ya que permitirá

avanzar en los ajustes necesarios con el objetivo de que sean superadas las problemáticas en torno a

estos.

Asimismo, pensarse la participación política requerirá de una reflexión crítica sobre el concepto en per

se mediante la revisión de experiencias internacionales que sirvan como esquemas o guías de acción

política. De igual forma, que el sistema de partidos se sumergirá probablemente en una lógica de re

adaptación protagonizada por los nuevos actores que se ubicaran probablemente en el espectro de la

izquierda.

Sumando a lo anterior, se hace énfasis en lo que significa abordar de manera más amplia el tema de

participación política después de 30 años sin proceso de paz, y es que precisamente se está pensando el

paso de las FARC-EP a la lucha institucional y política, en donde la voluntad política resultara clave para

75

Page 76: Proyecto_de_Grado_Alejandra_Galindo

no repetir la dolorosa historia de la UP, M-19, EPL, en general, de la izquierda colombiana. Claro está, de

la mano de la sociedad civil.

Para finalizar, se espera que el ELN se vincule al proceso de paz al igual que desde los distintos lugares

de acción de empiecen a llevar a cabo las transformaciones democráticas.

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