Psi Anamal

4
el escéptico 43 el escéptico 42 mediante cartas impresas con letras y números, desarrollaba su acto respondiendo preguntas sobre geografía, botánica e historia natu- ral (Christopher, 1962; Jay, 1984; Jay, 1994) . A través del tiempo se imponían nuevas estrellas con capacidades similares. Pero los que sin duda han marcado una etapa en los ana- les de la ciencia y superando el límite de lo esperado, fueron el famoso semental Clever Hans y sus sucesores, los caballos de Elberfeld. DER KLUGE HANS(EL INTELIGENTE JUAN) En 1892 un viejo oficial alemán jubilado, Wilhelm von Osten, adquirió un caballo ruso llamado Hans a quien adiestró de una manera muy particular. Al cabo de dos años llevó el adiestramiento del animal a tal grado de perfec- cionamiento que no tardó en publi- citarse y pronto pasó a ser el cen- tro de atracción de muchos curio- sos e investigadores de la época 2 . Der kluge Hans (el inteligente Juan) o Clever Hans, según un código preestablecido, golpeaba el suelo con su pezuña dando la can- tidad de golpes que correspondían a la correcta respuesta de la pre- gunta formulada verbalmente. De este modo resolvía cálculos arit- méticos, convertía fracciones ordi- narias en decimales y viceversa. Por este mismo procedimiento transformaba números en letras (un golpe = A, dos golpes = B, etc.), permitiéndole —incluso— formar palabras en respuesta sobre alguna consulta de algún problema simple de la vida diaria. También asombraba con sus cono- cimientos musicales. Por ejemplo, si en el piano se ejecutaba una sép- tima: RE FA LA DO, movía la cabeza para indicar que C (DO) debía eliminarse para conseguir una cadencia o acorde menor per- fecto (Müller, 1915; Pfungst, 1907). El hecho de que von Osten no intentara lucrarse con las faculta- des de su caballo y permitiera su A comienzos del siglo XX, la atención popular y cien- tífica fue capturada por las increíbles hazañas de ciertos ani- males que, desafiando la inteligen- cia humana, no solamente pusie- ron en tela de juicio sus supuestas “capacidades intelectuales” sino que plantearon enigmas que muchos intentaron explicar como fenómenos extrasensoriales. Si bien este tipo de proezas no eran nuevas, nunca habían desper- tado el interés científico. Ya en el siglo XVII, las maravillas del caballo “parlante” (golpeaba con- tra el suelo el casco de una de sus patas respondiendo preguntas) Morocco y su dueño el mago britá- nico Banks asombraban al públi- co. El impacto fue de tal magnitud que la ignorancia de la época lo acusó y condenó por un supuesto pacto con el diablo. Un siglo des- pués, Nicholson, James Hazard, Nicholas Hoare y William F. Pinchbeck exhibían sus “sabios” cerdos ante gustosos espectadores que no dudaban en pagar sus entradas para ver tales suertes por- cinas. Precisamente este último fue el autor del primer libro cono- cido de ilusionismo que se publicó en EE.UU. bajo el título The Expositor: or Many Mysteries Unravelled (Boston, 1805). No menos espectaculares fueron los gansos presentados en Londres en 1789 con sus usuales números de localización de cartas y colores elegidos, incluso con los ojos ven- dados. Pronto surgieron prodigio- sos perros que superaron a sus competidores. Entre ellos destaca- ron Don Carlos, un sorprendente perro de raza spaniel que era anun- ciado como “el perro de doble vista”; por su parte Munito 1 , bajo las órdenes del Signor Castellini y PSI ANIMAL ANIMALES PRODIGIOSOS En ningún caso debemos interpretar un caso de conducta animal como conse- cuencia de las más elevadas facultades mentales, siempre que podamos explicár- nosla por las más simples”. C. Lloyd Morgan (1894)

description

mohamed y hans

Transcript of Psi Anamal

Page 1: Psi Anamal

el escéptico43el escéptico 42

mediante cartas impresas conletras y números, desarrollaba suacto respondiendo preguntas sobregeografía, botánica e historia natu-ral (Christopher, 1962; Jay, 1984;Jay, 1994) .

A través del tiempo se imponíannuevas estrellas con capacidadessimilares. Pero los que sin dudahan marcado una etapa en los ana-les de la ciencia y superando ellímite de lo esperado, fueron elfamoso semental Clever Hans ysus sucesores, los caballos deElberfeld.

“DER KLUGE HANS”(EL INTELIGENTE JUAN)En 1892 un viejo oficial alemán

jubilado, Wilhelm von Osten,adquirió un caballo ruso llamadoHans a quien adiestró de unamanera muy particular. Al cabo dedos años llevó el adiestramientodel animal a tal grado de perfec-cionamiento que no tardó en publi-citarse y pronto pasó a ser el cen-tro de atracción de muchos curio-sos e investigadores de la época2.

Der kluge Hans (el inteligenteJuan) o Clever Hans, según uncódigo preestablecido, golpeaba elsuelo con su pezuña dando la can-tidad de golpes que correspondíana la correcta respuesta de la pre-gunta formulada verbalmente. Deeste modo resolvía cálculos arit-méticos, convertía fracciones ordi-narias en decimales y viceversa.

Por este mismo procedimientotransformaba números en letras(un golpe = A, dos golpes = B,etc.), permitiéndole —incluso—formar palabras en respuesta sobrealguna consulta de algún problemasimple de la vida diaria.

También asombraba con sus cono-cimientos musicales. Por ejemplo,si en el piano se ejecutaba una sép-tima: RE FA LA DO, movía lacabeza para indicar que C (DO)debía eliminarse para conseguiruna cadencia o acorde menor per-fecto (Müller, 1915; Pfungst,1907).

El hecho de que von Osten nointentara lucrarse con las faculta-des de su caballo y permitiera su

Acomienzos del siglo XX,la atención popular y cien-tífica fue capturada por las

increíbles hazañas de ciertos ani-males que, desafiando la inteligen-cia humana, no solamente pusie-ron en tela de juicio sus supuestas“capacidades intelectuales” sinoque plantearon enigmas quemuchos intentaron explicar comofenómenos extrasensoriales.

Si bien este tipo de proezas noeran nuevas, nunca habían desper-tado el interés científico. Ya en elsiglo XVII, las maravillas delcaballo “parlante” (golpeaba con-

tra el suelo el casco de una de suspatas respondiendo preguntas)Morocco y su dueño el mago britá-nico Banks asombraban al públi-co. El impacto fue de tal magnitudque la ignorancia de la época loacusó y condenó por un supuestopacto con el diablo. Un siglo des-pués, Nicholson, James Hazard,Nicholas Hoare y William F.Pinchbeck exhibían sus “sabios”cerdos ante gustosos espectadoresque no dudaban en pagar susentradas para ver tales suertes por-cinas. Precisamente este últimofue el autor del primer libro cono-cido de ilusionismo que se publicó

en EE.UU. bajo el título TheExpositor: or Many MysteriesUnravelled (Boston, 1805).

No menos espectaculares fueronlos gansos presentados en Londresen 1789 con sus usuales númerosde localización de cartas y coloreselegidos, incluso con los ojos ven-dados. Pronto surgieron prodigio-sos perros que superaron a suscompetidores. Entre ellos destaca-ron Don Carlos, un sorprendenteperro de raza spaniel que era anun-ciado como “el perro de doblevista”; por su parte Munito1, bajolas órdenes del Signor Castellini y

PSI ANIMAL

ANIMALES

PRODIGIOSOS“En ningún caso debemos interpretar un caso de conducta animal como conse-

cuencia de las más elevadas facultades mentales, siempre que podamos explicár-nosla por las más simples”. C. Lloyd Morgan (1894)

Page 2: Psi Anamal

el escéptico45el escéptico 44

hicieran célebres bajo el nombrede la ciudad en que habitaban,Elberfeld.

LOS CABALLOS DEELBERFELDSi bien en el esclarecimiento de lashabilidades de Clever Hans lasobjeciones al loable trabajo dePfungst fueron prácticamentenulas, en el caso de los caballos deElberfeld la polémica no quedóresuelta. Mientras que unos cientí-ficos consideraron que la explica-ción para el caso Hans era tambiénválida para los caballos deElberfeld, otros apuntaron suimposibilidad interpretando lossucesos de manera diferente eincluso algunos postulando lahipótesis telepática como génesisdel enigma4. Antes de analizaresta diversidad de opiniones vea-mos como surge el prodigio deElberfeld.

En 1906, el rico industrial KarlKrall, quien ya era propietario deClever Hans, decidió retomar los

pasos de von Osten y sumó cuatronuevos ejemplares: Muhamed,Zarif, el poney Hanschen y Barto,

un viejo caballo ciego.

En pocos meses Krall consiguióresultados sorprendentes y estosúltimos cuatro caballos no sóloduplicaron las virtudes de su ante-cesor sino que, además y en francasuperación, lograron extraer en

tiempo récord raíces cuadradas,cúbicas y cuartas de números dehasta seis y siete cifras (Krall,1912).

Los argumentos en favor de unacapacidad de cálculo o percep-ción telepática por parte de loscaballos estaban basados funda-mentalmente en los siguientespuntos:1. Imposibilidad de fraude por lademostrada honestidad de Krall.2. Inadmisibilidad de la hipótesisde las señales inconscientes dadaspor los observadores consideran-do que Barto era ciego.3. Aciertos en ausencia del señorKrall y los palafreneros.4. Experiencias en las que se ais-laba al caballo y se le observaba a

través de una mirilla.5. Complejidad de los cálculos aresolver.6. Rapidez en la resolución de lasoperaciones.

Veamos la labilidad de estos argu-mentos cuando realizamos un aná-

ANIMALES PRODIGIOSOS

El gran ilusionista HarryHoudini [1874-1926], quienprácticamente no ha dejadorama del ilusionismo sin abor-dar, durante una de sus giraspor Alemania tuvo la ocasiónde presenciar las actuacionesdel caballo Clever Hans. Susconclusiones no diferían de loshallazgos de Pfungst.

Es más, el propio Houdinientrenó a su perro Bobby parademostraciones de “adivina-ción”, logrando que cogiera elnaipe elegido por un especta-dor. El 31 de mayo de 1918,llevó a cabo una presentación

con su fox terrier en la Societyof American Magicians, dejan-do perplejo a más de uno de losprofesionales de la magia quehabían asistido.

La actuación estaba tan bienlograda que le permitía afirmar:“Yo era capaz de darle a Bobbysu indicio silencioso en cual-quier habitación o incluso enuna oficina periodística, y losespectadores podían observar-me de cerca en todo momentopuesto que nunca hacía unmovimiento que pudieran ver oun sonido que pudieran escu-char”. (Houdini, 1924, p. 260)

HOUDINI Y SUS INDAGACIONES SOBRE ANIMALES INTELIGENTES

Harry Houdini

Portada y primera página del libro de W. F.Pinchbeck (1805) que, entre otras cosas,

revelaba el sistema de entrenamiento de sucerdo sabio. (Christopher Collection)

libre examen por cualquier perso-na interesada y/o la formulaciónde preguntas por desconocidos,hacía parecer poco viable la posi-bilidad de un fraude.

En 1904, una prime-ra comisión de estu-dio compuesta poreminentes profesio-nales (zoólogos, psi-cólogos, veterina-rios, hipologistas,etc.) examinó aClever Hans y con-cluyó que el caso noera una supercheríay que merecía seriaatención. Aún así,pronto el misterioquedó resuelto.

Pocas semanas des-pués, una nueva comisión científi-ca presidida por Karl Stumpf[1848–1936] (director del Institutode Psicología de la Universidad deBerlín) y con pruebas concluyen-tes presentadas por el profesorOskar Pfungst [1874–1932], deter-minó que el éxito de Hans era pro-ducto de su notable habilidad paraguiarse por los mínimos indiciossensoriales (visuales y auditivos)que le proporcionaban involunta-riamente su dueño y/o los propiosasistentes. Un leve movimiento oinclinación hacia adelante de lacabeza, un levantamiento de cejaso incluso la dilación de las fosasnasales de los consultantes, eransignos suficientes para que el ani-mal dejara de golpear. Tambiénfue determinante el fracaso delanimal cuando ninguno de los pre-sentes conocía la respuesta o noestaban al alcance de su vista.

El trabajo de Pfungst fue doble-mente meritorio puesto que, nosólo descubrió e identificó el tipode indicios sensoriales que guia-

ban al animal, sino que tambiénreprodujo en su laboratorio lamisma experiencia cumpliendo élmismo el rol de Clever Hans. Para

ello, convo-có a variosparticipantesque debíanhacerle pre-guntas mien-tras estabanconectados aun aparatoque medía larespiración ylos movi-mientos desu cabeza. Elexperimen-tador lesrespondíam e d i a n t egolpes con

su mano. Más del 90% de los suje-tos le proporcionó el mismo tipode indicios sensoriales involunta-rios que había observado durantelas experiencias con Hans y quedeterminaban el momento en quedebía dejar de golpear.

En función de sus observaciones,pudo establecer una especie detipología o características quedebería reunir un comunicadorinvoluntario que quisiera teneréxito (Rosenthal, 1976):

a) Por lo general, que el consultan-te tuviera habilidad y “tacto” en eltrato con animales.b) Que tuviera un aire de autoridadsosegada.c) Que se concentrara en la res-puesta correcta y que se quedaraexpectante y deseoso de ésta.d) Que tuviera facilidad de res-puesta motora o que tuviera ten-dencia a la gesticulación.e) Que estuviera en un relativobuen estado de salud.

Según Pfungst, el caballo habíalogrado un autoaprendizaje de esta“lectura” de signos sin que el pro-pio von Osten se lo hubiera pro-puesto conscientemente. Así seexpresaba Stumpf al respecto: “Elcaballo debía haber aprendido, enel curso de las largas series de lec-ciones de aritmética, a observarmientras golpeaba con la pezuñalos pequeños cambios en la acti-tud, con los que el maestro incons-cientemente acompañaba losresultados de su proceso mental, ya tomarlos como signo para parar-se, aumentando su exactitud con lapráctica. El caballo era inducido ahacerlo lo mejor posible en laforma requerida, dándosele regu-larmente una golosina, consistenteen un trozo de pan o zanahorias.Este inesperado tipo de autoapren-dizaje, y la precisión así adquiridapara percibir ligerísimos movi-mientos, son en sí mismos suficientemente sorprendentes.”(Pfungst, 1907)3

Fue el final de una historia y de laextravagante obsesión de vonOsten por demostrar al mundo sucreencia en la capacidad de cálcu-lo de su mascota. Su mayor decep-ción fue cuando la opinión públicale dio la espalda y “el pobre vonOsten protestó en vano: nadie loescuchó; el veredicto fue dado. Élnunca se recuperó de este golpeoficial; se convirtió en el hazme-rreír de todos aquéllos a quiénes élhabía asombrado en un principio;y se murió, solo y amargado, el 29de junio de 1909, a los 71 años deedad”. (Maeterlinck, 1914)

Cuando el asunto de los animalescalculadores parecía concluido yel interés científico por estas haza-ñas se desvanecía, se reabrió lacuestión con la aparición de cuatronotabilísimos caballos que se

El más famoso de los primeros caballos par-lantes fue Morocco. La ignorancia del siglo

XVII hizo creer a muchos que el animal y sudueño tenían un pacto con el diablo.

(Christopher Collection)

Page 3: Psi Anamal

el escéptico47el escéptico 46

llos no respondían cuandoel número propuesto notenía raíz exacta.A propósito de esto nosrelata González Quevedo(1964): “El filósofo R.Quintón, como consecuen-cia de una acalorada discu-sión a propósito de loscaballos de Elberfeld, des-cubrió este método simpli-ficado al que aludimos. Y,en 1912, él mismo extraíade memoria, en dos segun-dos, las raíces de númerosde muchísimas cifras delan-te de los miembros de laFacultad de Filosofía de París. Lossabios filósofos creían que se tra-taba de un calculador prodigioso,pero el mismo Quintón explicóque se trataba simplemente de unmétodo muy reducido que él solohabía llegado a descubrir en base alo que sabía de los caballos”.

Además, ¿quién podría asegurarque Krall o alguno de los guardia-nes no fuera un calculador prodi-gio?5 Sabemos positivamente quemuchos de los calculadores prodi-gio que han pasado a la historia,resolvían problemas muy comple-jos mediante técnicas de su propiainvención y que (a pesar de ser iletrados6) incluso algunos habíanadquirido el método de cálculo sinproponérselo (Smith, 1983).

Pero la historia recién comienzapuesto que, mientras que en elplano científico todo quedó archi-vado y con denominación propiacomo el efecto Clever Hans, en elterreno pseudocientífico la especu-lación paranormal refloreció comolección nunca aprendida.

Lo que siempre debería haber per-manecido en un plano estrictamen-te teatral o circense (o cuando

mucho ser considerado un casoejemplar en la investigación delcomportamiento animal), siguiócautivando a algunos investigado-res deseosos de querer extendersus creencias paranormales en loshumanos a los animales.

NOTAS

1.- No confundir con el tambiéncélebre perro Monetto que, bajo ladirección de Nicholas Hoare, fueuna imitación posterior de Munito(Jay, 1994).

2.- Durante este período tambiénse destacó Rosa la yegua deBerlín, cuyas proezas deleitaban alpúblico del espectáculo de varie-dades (Pfungst, 1907).

3.- Antiguos y diversos métodosde adiestramiento de caballos paraespectáculos públicos están repro-ducidos con detalle en el excelenteartículo de Thomas Sebeok (1986)y en el libro de Marcel Sire (1954).Ya el propio William F. Pinchbeckhabía revelado el sistema de entre-namiento de su puerco sabio enThe Expositor: or Many MysteriesUnravelled (Boston, 1805). Paraalgo más actualizado —con un

enfoque psicológico delentrenamiento y aprendiza-je— puede consultarse unamuy buena síntesis en:http://www.equiworld.net/uk/training/horse/pschology.htm

4.- Aunque parezca menti-ra, todavía se pueden leeropiniones a favor de esta

hipótesis con las siguientespalabras: “No queda más queuna explicación: la telepa-tía.[...] El cerebro del caballoextraía las respuestas del

cerebro de los asistentes (presenteso ausentes), como si manipulaselas teclas de un ordenador.”(Chauvin, 1991)

5.- Existen métodos especialespara realizar cálculos complejos(extracción de raíces cuadradas,cúbicas, cuartas y quintas denúmeros de varias cifras) y entiempo récord que frecuentementeutilizan los ilusionistas en sus pre-sentaciones de MnemotecniaTeatral y Mentalismo (Oliveira,1940; Aliu, 1952; Gardner, 1956).

6.- El joven pastor italiano, VitoMangiamele, de solo 10 años deedad y sin la más mínima educa-ción, demostró en 1837 —ante losintegrantes de la Academia deCiencia de París— que podíaextraer la raíz cúbica de un núme-ro de siete dígitos en escasos trein-ta segundos (Maeterlinck, 1914).

REFERENCIASAliu, S. (1952) La Magia de laMemoria (Tomo II). Edit. Sintes,Barcelona.

Chauvin, R. (1991) La fonctionpsy. Éditions Robert Laffont, SA.,París. Versión en castellano En

ANIMALES PRODIGIOSOS

Oskar Pfungst determinó que el éxito de Clever Hans eraproducto de su notable habilidad para percibir los indiciossensoriales más mínimos (visuales y auditivos) que le pro-

porcionaban involuntariamente su dueño y/o los propiosasistentes.

(http://www.cwu.edu/~warren/Unit2/Cleverhans.html)

lisis más profundo del caso.La posibilidad del fraude nuncafue excluida en su totalidad; sibien Krall siempre mostró buenadisposición para el libre examende los caballos (lo cual tampoco esgarantía), las muchas veces activaparticipaciónde los palafre-neros es unfactor a no des-cuidar. Segúnalgunas acusa-ciones, en cier-tas oportunida-des, el cuida-dor se apartabade los investi-gadores perosin permanecere n t e r a m e n t eoculto a lavisión de losanimales (!!!).

Veamos elcomentario del profesor DavidKatz sobre una carta abierta recibi-da por G. E. Müller, de Edelberg,quien bajo el seudónimo deFaustinus se presentó y describióluego sus experiencias con loscaballos (Müller, 1915):“Faustinus, en su carta, relatabalas experiencias con los tres caba-llos, que se llamaban Muhamed,Hanschen y Barto, este últimociego. Respecto al primero dice:«Muhamed no entiende absoluta-mente nada de lo que se le propo-ne, pero responde a un lenguaje designos que le hace Albert, uno desus guardianes.» Muhamed diocontestaciones correctas mientrasAlbert se hallaba presente, perofallaba cuando Faustinus le pre-guntaba encontrándose solo. Enocasiones en que él pensabaencontrarse solo con Muhamed,Albert se hallaba fuera de la cua-dra y fácilmente podía manejarsepara emplear su método de apren-

dizaje y comunicarse con el caba-llo. Sobre esto escribe Faustinus:«Estudié tan cuidadosamente elsistema de Albert, que yo mismopude emplearlo y obtener las res-puestas que yo deseaba, correctaso equivocadas. El sistema de

Albert consis-tía en haceruna señalimperceptiblecon la cabeza,que indicaba aM u h a m e dcuándo teníaque parar losgolpes.»

El sistema designos que citaFaustinus no

se empleó conHanschen nicon Barto, y,

aunque tenía la creencia de queestos dos caballos también estabandirigidos por Albert en sus contes-taciones, no pudo descubrir elmodo que tenía de comunicarsecon ellos. Lo extraño era que alsometer a las pruebas a Hanschenno era incluso necesario queAlbert se hallase enla cuadra; podíacomunicarse con élfácilmente desdeafuera. El caballofracasaba en cuantono podía seguir aAlbert con la mira-da; no siendo así,dio brillantes resul-tados. Barto, elcaballo ciego, losdio excelentescuando Albert pro-puso que las pre-guntas fueran escri-tas sobre la piel delcaballo o pronun-ciadas en voz alta.Una vez que Albert

tuvo que salir durante la prueba, elcaballo fracasó en las preguntasmás sencillas que le hizoFaustinus.” (Katz, 1937)

Los errores frecuentes que cometí-an los caballos también proporcio-naron una interesante pista que dioorigen a un estudio por parte delpsicólogo suizo Claparède [1873-1940] del porcentaje de respuestascorrectas y erróneas. Según suinforme, obtuvo un 11% de res-puestas exactas para las preguntasfáciles y un 13% para las difíciles;en otra serie, un 7,5% para lasfáciles y un 13% para las difíciles(Claparède, 1912).

Estas reveladoras cifras refuerzanla hipótesis de las señales incons-cientes. Si los animales calculabanrealmente, era lógico esperar quesus aciertos fueran mayores en cálculos simples y no precisamen-te en los más complicados; pero siconsideramos que la solución deun problema complejo implica unamayor tensión y descontrol de lasemociones del observador (hechoya señalado por Pfungst y quedesde ya facilita el mejor desem-

peño del animalpara captar cual-quier mínimoindicio), ello nosda una explicaciónde tan ilógica acti-tud. Esto tambiénse interrelacionacon los puntos 5 y6. La posibilidadde que algúnpalafrenero o elpropio señorKrall conocieranalgún método decálculo rápidotampoco estáexcluida, inclusolos informes indi-can que los caba-

Los puercos sabios de Hazard y Hoare emula-ron con nobleza las proezas de las mascotas

precursoras de Nicholson y Pinchbeck.(Cortesía del autor)

Cartel de la época, anunciado losprodigios del perro llamado Munito en

Londres. (Christopher Collection)

Page 4: Psi Anamal

el escéptico 48

Busca del PoderM e n t a l ,E d i c i o n e sRobinbook, SL.Barcelona, 1992.Christopher, M.(1962) Panoramaof Magic. DoverPublications, Inc.,New York.

Claparède, E.(1912) Les che-vaux savantsd ’ E l b e r f e l d .Ginebra. Citadopor Graven(1972)

Gardner, M.( 1 9 5 6 )Mathemat i c s ,Magic andMystery. DoverPublications, Inc.,New York. Versión en castellanoMagia Inteligente, Ediciones JuanGranica, S. A., Barcelona, 1988.

González Quevedo, O. (1964) AFace oculta da mente. Edic. Loyola,San Pablo. Versión en castellano ElRostro Oculto de la Mente. Edit. SalTérrea (13° edición), Santander,1976.

Graven, J. (1972) La Pensée NonHumaine. Editions Planète, París.Versión en castellano El pensamien-to no humano. Edit. Plaza & Janes,S.A., Barcelona.

Houdini, H. (1924) A MagicianAmong the Spirits. Publishers Harper& Brothers, New York.

Jay, R. (1986) Learned Pigs &Fireproof Women. Robert Hale,London.

Jay, R. (1994) The Faithful Monetto& The Inimitable Dick. Jay´s Journalof Anomalies, Spring, Vol. 1, N° 1.

Katz, D. (1937) Animals and Men.Longmans, Green, Londres. Versiónen castellano Animales y Hombres.Estudios de Psicología Comparada.Edit. Espasa Calpe S.A. (2º edición,1961), Madrid.

Krall, K. (1912) Denkende Tiere,Beiträge zur Tierseelenkunde aufGrund eigner Versuche, 2, Auflage,Leipzig. Citado por Katz (1937).

Maeterlinck, M. (1914) L´HóteInconnu. Fasquelle, París. Versión eninglés The Unknown Guest [http://www.learnlibrary.com/book/maeterlinck/unknown-guest/index.htm]

Morgan, C. L. (1894) AnIntroduction to Comparative

Psychology. London.

Müller, G. E. (1915) Einbeitrag über dieElberfelder Pferde. Z.Psych., 73. Citado porKatz (1937).

Oliveira, M. (1940) MagiaTeatral. Edit. LivrariaProgredior, Porto.

Pfungst, O. (1907) Das Pferddes Herrn von Osten (DerKluge Hans). Ein Beitrag zurexperimentellen Tier- undMenschen-Psychologie.Johann Ambrosius Barth,Leipzig. Primera versiónen inglés Clever Hans (The

Horse of Mr. Von Osten). AContribution to ExperimentalAnimal and HumanPsychology. Henry Holt andCo., New York, 1911.

Rosenthal, R. (1976) ExperimenterEffects in Behavioral Research [edi-ción ampliada]. Irvington Publishers,Inc., New York.

Sebeok, T. A. (1986) Clever HansRedivivus. The Skeptical Inquirer,Vol. 10, Summer, 314-318.

Sire, M. (1954) La intelligence desanimaux. Ed. Hachette, París.

Smith, S. B. (1983) The great mentalcalculators. Columbia UniversityPress.

Wozniak, R. H. (1999) Classics inPsychology, 1855–1914: HistoricalEssays. Thoemmes Press, TheUniversity of Chicago Press[ h t t p : / / 1 9 5 . 1 2 . 2 6 . 1 2 3 /psych/pfungst.htm].

L. Enrique Márquez

ANIMALES PRODIGIOSOS

No sólo hubo animales maravillosos en otras épocas. Los libros, entre otrosmuchos, de S. Fitzpatrick en el que habla sobre las propiedades paranorma-les de los animales de compañía, y de R. Webster, en el que trata de des-arrollar nuestra capacidad de comunicación por vía psíquica con nuestras

mascotas, demuestra que el tema sigue estando vivo. (Editor)