Psicologia Positiva

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  • i Adn y Eva permanecieran en el Paraso seraninmensamente felices pero moriran de aburri-miento, dice Kant. Lo que Kant dijo es, en reali-

    dad, todava mejor: Es falso asimismo, creer que dehaber permanecido Adn y Eva en el Paraso, no hubie-ran hecho ms que estar juntos, cantar canciones pastori-les y contemplar las bellezas de la Naturaleza. En talestado les hubiera atormentado el aburrimiento, lo mismoque a los dems hombres. (Kant, 1803/2003, p. 63).Hacernos felices es algo que parece proponernos la

    PsP, como pretendida ciencia de la felicidad o cienciadel bienestar (Lyubomirsky, 2008; Vzquez y Hervs,2009a). Sin embargo, la PsP deja mucho que desear co-mo ciencia y no deja de tener su lado negativo tras suaparente inocencia. Su pretendido carcter cientfico

    puede que sea ms que nada un marchamo cientifista.Una manera de encubrir su carcter ideolgico dentrodel pensamiento positivo tradicional y del capitalismoconsumista actual (Becker y Marecek, 2008; Binkley,2011; Cabanas y Snchez, 2012; Christopher y Hickin-bottom, 2008). Respecto a su lado negativo, se ha sea-lado la tirana que la actitud positiva ha llegado a ser(Ehrenreich, 2011; Held, 2002; 2004). Una legin dehapilogos, no slo psiclogos positivos, sino tambincoaches, oradores motivacionales y emprendedores dela industria de la autoayuda, predican esta nueva psico-loga que tal parece que estuvieran promoviendo un tipode religin (Larazus, 2003a).Ser positivo y pensar en positivo parecen eslganes de

    buena educacin, segn ya son lugares comunes en lasconversaciones y disertaciones acerca de cmo hay queestar en la vida. Estos mantras recuerdan una especie demagia simptica de la que nos habla James Frazer en La

    LA PSICOLOGA POSITIVA: MAGIA SIMPTICA

    Marino Prez-lvarezUniversidad de Oviedo

    La Psicologa Positiva (PsP) es probablemente el mayor movimiento dentro de la psicologa en lo que va del siglo XXI. Sin embargo,a pesar de su enorme xito y del atractivo que, sin duda, tienen sus temas estrella (felicidad, bienestar, optimismo), carece de basescientficas y filosficas sobre las que pudiera sostenerse con solidez. Se empieza por sealar que la PsP tiene un origen ms acordecon un movimiento religioso que con el desarrollo de una ciencia. Ms importante, se argumenta que la PsP sufre de ciertas falaciascomo son una supuesta ecuacin de la felicidad y el carcter inherentemente positivo de ciertas caractersticas psicolgicas. Se argu-menta, asimismo, que la eficacia atribuida a la PsP no cuadra con la evidencia disponible, con particular referencia al cncer. Encuanto a la psicoterapia positiva para aumentar la felicidad y disminuir la depresin, no parece diferenciarse del placebo. Por msque la PsP exhibe el lado positivo, no deja de tener su lado negativo, como la divisin de la psicologa, la tirana de la actitud positi-va y un optimismo sin escrpulos. Con todo, la cuestin de fondo es que la felicidad no es un principio de la vida sobre el que pue-da establecerse una ciencia, de acuerdo con el argumento filosfico final.Palabras clave: Psicologa positiva, Felicidad, Optimismo, Tirana de la actitud positiva, Mito de la felicidad.

    Positive Psychology (PsP) is probably the most significant movement within psychology so far in this new century. However, in spite ofits enormous success and the undoubted attractiveness of its most high-profile topics (happiness, well-being, optimism), it lacks robustscientific and philosophical bases. This article begins by arguing that PsP has origins more in accordance with a religious movementthan with the development of a science. More importantly, it is argued that there are certain fallacies underlying PsP, such as a sup-posed happiness equation and the inherently positive nature of certain psychological characteristics. Likewise, it is held that the effec-tiveness attributed to PsP is not borne out by the available evidence, particular with reference to cancer. As regards positivepsychotherapy for increasing happiness and reducing depression, it does not seem to differ with respect to placebo. Moreover, ho-wever boastful of its positive side, PsP also has its negative aspects, such as the way it divides psychology, the tyranny of the positiveattitude and an optimism without scruples. In any case, the basic question is that happiness is not a life principle on which to base ascience, as maintained in the concluding philosophical argument.Key words: Positive psychology, Happiness, Optimism, Tyranny of the positive attitude, Myth of happiness.

    Correspondencia: Marino Prez-lvarez. Universidad de Oviedo.Facultad de Psicologa. Plaza Feijo, s/n. 33003-Oviedo. Espaa. E-mail: [email protected]

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    Papeles del Psiclogo, 2012. Vol. 33(3), pp. 183-201http://www.papelesdelpsicologo.es

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  • LA PSICOLOGA POSITIVA: MAGIA SIMPTICA

    rama dorada, consistente en creer que lo semejante pro-duce lo semejante (Frazer, 1922/1981, p. 34), para elcaso, lo positivo como atraccin para cosas positivas. Elxito de ventas de El secreto de Rhonda Byrne viene a serhoy una versin de la atraccin secreta o simpata ocultaentre lo semejante, que Frazer encontraba propio de pue-bloscomo diceprimitivos, brbaros y salvajes. El libroEl secreto tiene su base en la ley de la atraccin, una su-puesta ley de la naturaleza, segn la cual, te conviertesen lo que ms piensas (El secreto, p. 23 y p. 27; Byrne,2007). Tal pareciera que el secreto de nuestra felicidadestuviera en el pensamiento positivo. La objecin a la PsP no implica defender la psicologa

    negativa, sino la psicologa, sin necesidad de dividirlaen positiva y negativa. La declaracin de alta e inclusode independencia de la PsP dentro de la psicologa esella misma otro de sus aspectos negativos. El presenteartculo aborda estas cuestiones en seis partes. La prime-ra recuerda el alumbramiento de la PsP, por lo que elnacimiento puede decir de la criatura. La segunda con-fronta su calidad cientfica y la tercera su utilidad prcti-ca. La cuarta destaca algunos aspectos negativos y laquinta cuestiona lo que tiene de positivo. La sexta mues-tra la insolvencia de la felicidad como para ser principiode la vida y de la psicologa.

    EPIFANA DE LA PsPLa PsP es probablemente el mayor movimiento dentro de

    la psicologa en lo que va del siglo XXI. Lanzada en 2000como un nuevo enfoque de la psicologa para el estudio dela experiencia subjetiva positiva, de los rasgos individualespositivos y de las instituciones positivas, para el caso, de lafelicidad y del bienestar, la PsP se ha establecido en la aca-demia y en la formacin posgraduada, as como en la psi-cologa popular. De esta manera, ha dado lugar a todo ungnero literario entre cientfico y de autoayuda en torno ala felicidad (industria de la felicidad). La justificacin yrazn de ser de la PsP est en promover los aspectos positi-vos sobre una base cientfica, supuesto que la psicologatradicional se haba centrado en lo negativo, sealada-mente, la patologa y el sufrimiento. El estudio cientfico dela felicidad y del bienestar sera la gran novedad. Sin em-bargo, la PsP no es nueva y ms que ciencia parece unmovimiento religioso: una epifana.

    Cuatro revelacionesLa PsP tiene una curiosa historia interna, con dos ver-

    siones, contadas por su fundador, Martin Seligman: unainfantil y otra secreta.

    La historia infantil tiene lugar en el jardn de la casa deSeligman, cuando su hija de cinco aos le recrimina alpadre lo grun que es. Esto fue para m una epifana,nada menos, dice Seligman (Seligman y Csikszent-mihalyi, 2000, p. 6). Esta epifana no supuso una, sinotres revelaciones. Seligman se dio cuenta de que criar ni-os es tambin identificar y cultivar sus cualidades msfuertes. Tambin se dio cuenta de que era un grun.Pero la revelacin ms importante estaba en las ense-anzas para la psicologa como ciencia y profesin. Porsu parte, Mihaly Csikszentmihalyi ya haba tenido supropia epifana positiva en la Europa de postguerra, alver que la gente mantena su integridad y sentido a pe-sar del caos alrededor (Seligman y Csikszentmihalyi,2000, p. 6). Previamente a la epifana de Seligman perodespus de la de Csikszentmihalyi ya se haba dado lafeliz coincidencia de ambos, una suerte de serendipity,cuando coinciden en el mismo lugar de vacaciones en elinvierno de 1997, como revela en este caso Csikszent-mihalyi. Ambos sintieron que la psicologa haba llega-do a ser un tanto aburrida y miopemente centrada en lapatologa. (Csikszentmihalyi, 2003, p. 113). El resto yafue la PsP que florece en nuestros das. La historia secreta, el verdadero motivo por el que se

    inici la psicologa positiva se ha mantenido en secretohasta ahora, que lo desvela el propio Seligman en2011, en el primer captulo de La vida que florece.Cuando fue elegido presidente de la APA en 1997, entrelos muchos correos recibidos, recibi uno misterioso quedeca: por qu no vienes a verme a Nueva York?, fir-mado con unas iniciales. Result ser un abogado de lafundacin Atlantic Philantropies, establecida por el billo-nario Charles Feeney para financiar proyectos filantrpi-cos. La fundacin estaba interesada en ganadores, comoSeligman, quien aprovech para contarles la iniciativade la PsP. Al cabo de un mes recibdice Seligmanun cheque de 1,5 millones de dlares con lo que empe-z a avanzar (La vida que florece, p. 22). Pensar en laPsP y recibir un cheque millonario parece un ejemplo dela ley de la atraccin en la que tiene su base El secreto yun testimonio del tipo de los que figuran en este libro. Adems de desvelar el secreto de este filntropo anni-

    mo, nos cuenta lo que podra parecer una revelacinms: el nacimiento de una nueva teora. Ahora en 2011,en La vida que florece, la PsP ya no tiene como centro lafelicidad, como haba promulgado que era en el libro de2002 La autntica felicidad. En el lugar de la felicidad,en La vida que florece pone la teora del bienestar, cen-trada en el crecimiento personal. El constructo del bie-

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  • MARINO PREZ-LVAREZ

    nestar, no la entidad de la satisfaccin con la vida, es eltema central de la psicologa positiva (La vida que flore-ce, pp. 30-31). Y los elementos del bienestar son cinco:la emocin positiva (la vida placentera), la entrega (fluir,estar entregado al momento presente), el sentido (el sig-nificado para la vida de uno), los logros (consecucionesbuscadas por su valor intrnseco) y las relaciones (losdems). Como si de una encclica del Papa se tratara,Seligman proclama ahora con toda solemnidad que hadesarrollado una nueva teora del bienestar: Ahoraconsidero que el ncleo de la psicologa positiva es elbienestar, que el patrn de oro para medir el bienestares el crecimiento personal y que el objetivo de la psicolo-ga positiva es aumentar dicho crecimiento. (La vidaque florece, p. 28). La vida que florece cuenta el florecimiento de la PsP,

    cmo se ha extendido a la educacin, a la salud, a lapoltica y al ejrcito. Podra sorprender la aplicacin dela PsP (felicidad y bienestar) al entrenamiento del ejrci-to, pero es uno de sus ltimos florecimientos. AprovechaSeligman en este libro para justificarse por el maltra-to de animales sobre el que desarroll y floreci en suda la teora de la indefensin aprendida. Me costabalo indecible infligir sufrimiento a los animales, dice (Lavida que florece, p. 220).

    Vino viejo en odres nuevosMs all de esta historia personal, lo cierto es que la PsP

    no es nueva: ni su doctrina, ni su nombre, sino vino viejoen odres nuevos (Kristjnsson, 2012). De hecho, el xitode la PsP para calar tan pronto es que llueve sobre moja-do. El terreno propicio sobre el que impregna la PsP no esotro que la cultura religiosa tradicional estadounidense se-cularizada como pensamiento positivo y propagada co-mo literatura de autoayuda (Cabanas y Snchez, 2012).El propio nombre psicologa positiva surgi en el con-texto de la psicologa humanista, en un libro de AbrahamMaslow de 1954, en un captulo titulado Toward a Positi-ve Psychology (Froh, 2004). Lo que ocurre es que los psi-clogos positivos no se quieren identificar, ni que losidentifiquen, con esta tradicin: ni con el movimiento delpensamiento positivo, ni con la psicologa humanista. LaPsP es una nueva ciencia, tal es el marchamo que exhiben.Ya en la carta fundacional de la PsP, Seligman y Csiks-zentmihalyi, si bien reconocen un antecedente en la psico-loga humanista, lamentan, sin embargo, que sta no seocup mucho de su base emprica y se desperdig en unamirada de movimientos de autoayuda (Seligman y Csiks-zentmihalyi, 2000, p. 7).

    Reconocidos seguidores de la PsP en Espaa se des-marcan tambin de esta tradicin. As, por ejemplo,Gonzalo Hervs dice que la PsP no tiene nada que vercon el extendido movimiento de pensamiento positivoen Norteamrica (Hervs, 2009, p. 25). Beatriz VeraPoseck poco menos que jura que La psicologa positivano es un movimiento filosfico ni espiritual, no preten-de promover el crecimiento espiritual ni humano a travsde mtodos dudosamente establecidos. No es un ejerci-cio de autoayuda ni un mtodo mgico para alcanzar lafelicidad. (Vera Poseck, 2006, p. 4, cursiva en el origi-nal). Lo cierto es, sin embargo, como muestran EdgarCabanas y Jos Carlos Snchez, en este mismo nmero,que la PsP tiene sus races en lo que estos autores llamanindividualismo positivo, desarrollo de un proceso desecularizacin de la metafsica post-calvinista estadouni-dense que se abre paso a travs de la literatura de auto-ayuda y alcanza hoy la floreciente industria de lafelicidad (Cabanas y Snchez, 2012; vanse en el mis-mo sentido Becker y Marecek, 2008; Christopher y Hic-kinbottom, 2008; Ehrenreich, 2011; Fernndez-Ros yNovo, 2012).No es de extraar que la teologa pastoral haya encon-

    trado afinidad con la PsP, por ejemplo, en el ejercicio dela gratitud, de estirpe bblica. Dar gracias al Seorcon todo mi corazn; contar todas tus maravillas, diceel Libro de los Salmos (Moschella, 2011, p. 7). Otrosejercicios, adems de la gratitud, como el perdn y elescrutinio de pensamientos negativos, derivan del movi-miento de la cura mental de origen religioso. Donde elcalvinista combate pensamientos pecaminosos, el pensa-dor positivo combate pensamientos negativos. Todas es-tas practicas, dice Catherine Albanese, se basaban enuna idea que, sin duda, guarda mucha relacion con elpensamiento magico [medieval], segun el cual, una ima-ginacion entrenada y controlada permitia actuar e influirsobre el mundo, actividad que se mostraba como unaforma efectiva de atraer deseados y milagrosos cambioshacia uno mismo (citada por Cabanas, 2011, p. 26).Por sus contenidos, pero tambin por su defensa ante los

    crticos, parecen estar promoviendo una religin, diceLazarus, una vision desde lo alto, que est falsamente re-vestida de una llamada a la ciencia que nunca se materia-liza. (Lazarus, 2003a, p. 176). Puede serilustrativodice en este caso Prieto-Ursaque una delas fundaciones que ms promueve y sufraga los estudiossobre psicologa positiva, The John Templeton Foundation,fue fundada para promover la apreciacin de la impor-tancia crtica [] de las dimensiones moral y espiritual de

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  • la vida [] qu puede la investigacin contarnos sobreDios, sobre la naturaleza de la accin divina en el mundo,sobre su significado y propsito? Qu insight espiritual sepuede obtener del modo en que la ciencia desvela aspec-tos de la naturaleza y de la creatividad humana? (Prieto-Ursa, 2006, p. 325). Importante para la John TempletonFoundation debe ser la investigacin de Seligman paraque le ofreciera recientemente 6.000.000 millones de d-lares (Binkley, 2011, p. 374). Por otro lado, tampoco es de extraar la deriva en litera-

    tura de autoayuda que ha tomado la PsP. Los propios lde-res escriben libros de autoayuda, empezando porSeligman, con La autntica felicidad de 2002, cuyo subttu-lo-reclamo ya es autodeclarativo: La nueva psicologia po-sitiva revoluciona el concepto de felicidad y seala elcamino para conseguirla. y La vida que florece, cuya pri-mera lnea dice, Este libro le ayudar a crecer a nivel per-sonal. (p. 15). Csikszentmihalyi ya haba escrito en 1990Fluir (Flow), subtitulado en espaol Una psicologa de lafelicidad, donde explica cmo conseguir la experienciaptima (Csikszentmihalyi, 2005). Sonja Lyubomirsky en Laciencia de la felicidad ofrece un mtodo probado paraconseguir la felicidad (Lyubomirsky, 2008). Si los propios lderes estn en el negocio, ni que decir

    tiene de la ingente literatura basura que vive de la in-dustria de la felicidad, no importa que la escriban cle-bres psiquiatras, psiclogos o economistas. De hecho,resulta difcil diferenciar la literatura de autoayuda de lasupuesta literatura cientfica de la PsP (Cabanas, 2011),tanto por las estrategias narrativas, como por la doctrina

    de la felicidad que predican. La estrategia narrativa delos lderes cientficos de la PsP citados, no desdice de lasestrategias narrativas para promesas teraputicas ca-ractersticas del gnero de autoayuda: el lector protago-nista, la estructura apelativa del texto buscando sucomplicidad como amigo invisible, etc. (Vias Piquer,2012). Tocante a la doctrina propagada, no es tan fcildistinguir lo que dice, por ejemplo, el Dalai Lama (1999)en El arte de la felicidad de lo que dice Seligman en Laautntica felicidad, al margen de que el expresidente dela APA pueda estar encantado con la comparacin conel lder del Tibet, de gur a gur (Tabla 1). La solucinen Cabanas (2011, p. 67).

    LA PsP: ALFORJAS PARA NADAA pesar de su alarde cientfico, la PsP como ciencia deja

    mucho que desear. De hecho, fue criticada por flaquezascientficas de todo tipo, a lo que se ve, en vano, empezan-do por el artculo ya clsico de Richard Lazarus bajo el t-tulo Does the positive psychology movement have legs?(Lazarus, 2003b). La PsP sigue adelante plagada de pre-misas pseudocientficas, amn de argumentos tautolgicos(poco menos que decir que estar bien produce bienestar oque el bienestar est relacionado con la satisfaccin), abu-so de correlaciones como si fueran relaciones causales(dando a entender, por ejemplo, que el bienestar producesalud en vez de la salud bienestar, si es que a veces noson lo mismo o ambos dependen de terceras variables),experiementos sin especial fundamento terico ni controlesdesafiantes, hallazgos de sentido comn, poco menos quedemostrar que estar bien es ms satisfactorio que estarmal, etc. (Fernndez-Ros y Cornes, 2009; Fernndez-Rosy Novo, 2012; Kristjnsson, 2010; Miller, 2008; Prieto-Ursa, 2006).

    La PsP como forma de brujeraLa PsP es una mina para encontrar en psicologa ejem-

    plos por los que Stanislav Andreski identific las cien-cias sociales como formas de brujera, referido en sucaso sobre todo a la sociologa y la economa, en la me-dida en que demuestran obviedades con gran aparatometodolgico (Andreski, 1972). As, en la literatura dePsP no es difcil encontrar hallazgos del tipo de que laspersonas que muestran una mayor satisfaccin percibidaen dichas necesidades bsicas presentan mayores nive-les de bienestar cotidianos, as como que las fluctua-ciones diarias en la satisfaccin de dichas necesidadesse asocian a fluctuaciones en el bienestar experimentadoda a da. De igual forma, varios estudios han mostra-

    TABLA 1QU DIJO EL DALAI LAMA Y QU DIJO SELIGMAN?

    Es importante distinguir la felicidadmomentnea del nivel de felicidadduradera. La felicidad momentneapuede aumentarse fcilmentemediante distintos medios, comocomer chocolate, ver una pelculacmica, recibir un masaje en laespalda o comprar una camisanueva. Este libro no es una guapara incrementar la cantidad deestallidos pasajeros de felicidad a lolargo de la vida. No hay nadie masexperto en este tema que unomismo. El reto consiste en aumentarel nivel de felicidad duradera y elmero hecho de incrementar elnmero de estallidos de sentimientospositivos momentneos no loconseguir

    Si se desarrolla una motivacinpura y sincera, si se est motivadopor el deseo de ayudar, sobre labase de la amabilidad, lacompasin y el respeto, se puededesarrollar cualquier trabajo encualquier mbito y funcionar conmayor efectividad, con menor miedoo preocupacin, sin temor a lo quedigan los dems o si al final se tienexito y se puede alcanzar elobjetivo. Aunque el individuo nologre alcanzar su objetivo, puedesentirse bien con el simple hecho dehaber realizado el esfuerzo. Pero sitiene una mala motivacin, aunquela gente le alabe o alcance losobjetivos que se haba propuesto, nose sentir feliz

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  • TABLA 2QU VERSIN ES LA CIENTFICA?

    Se plantea que el balance afectivo, definido como una mayor presencia relativa de emociones positivas frente a negativas en la vida cotidiana del individuo esconsecuencia en primer lugar del bienestar o felicidad de la persona y, en segundo lugar, de la satisfaccin con su vida.

    Se plantea que el bienestar o felicidad de la persona es consecuencia en primer lugar de la satisfaccin con su vida y, en segundo lugar, del balance afectivo,definido como una mayor presencia relativa de emociones positivas frente a negativas en la vida cotidiana del individuo.

    Se plantea que el bienestar o felicidad de la persona es consecuencia en primer lugar del balance afectivo, definido como una mayor presencia relativa deemociones positivas frente a negativas en la vida cotidiana del individuo y, en segundo lugar, de la satisfaccin con su vida.

    Se plantea que la satisfaccin con su vida es consecuencia en primer lugar del balance afectivo, definido como una mayor presencia relativa de emociones positivasfrente a negativas en la vida cotidiana del individuo y, en segundo lugar, del bienestar o felicidad de la persona. Etc.

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    do que presentan mayores niveles de bienestar aquellaspersonas que presentan metas coherentes con sus intere-ses, valores y necesidades (Vzquez, Hervs y Ho,2006, p. 411), como si lo contrario fuera lo esperable.Por ejemplo, una pareja o un matrimonio sern ms sa-tisfactorios si sus miembros son capaces de permitir ypromover mutuamente la satisfaccin en las seis reasde bienestar psicolgico. Asimismo, una organizacinempresarial o un colegio generarn ms bienestar siaportan los nutrientes necesarios para generar satisfac-cin en cada una de las reas de bienestar propuestaspor Ryff. (Hervs, 2009, p. 33). Igualmente, un econo-mista sera infalible si dijera que una pareja o matrimo-nio tiene ms dinero en la medida en que sus miembrosaporten ms ingresos, etc. A propsito de una terapiade calidad de vida se plantea la relacin entre, por unlado, satisfaccin con su vida, por otro, bienestar ofelicidad y todava por otro emociones positivas. Da-da una combinatoria de estas variables, no resulta tanfcil saber cul es la cientfica o, para el caso, la origi-nal del modelo (Tabla 2). La solucin en Hervs, Sn-chez y Vzquez (2008, p. 65).Un estudio realizado por el Instituto Coca-Cola de la

    Felicidad y la Universidad Complutense de Madrid, conel objetivo, entre otros, de encontrar las relaciones exis-tentes entre el estado de salud percibido y el nivel de feli-cidad de los espaoles y si las personas felices sonmenos proclives a los problemas de salud, concluye que,ante un problema de salud, las personas ms felices sesienten ms saludables que los menos felices. Tambin seconfirma la relacin entre bienestar y salud y la impor-tancia de familia y amigos como factor que ayuda a sen-tirse bien. (Instituto Coca-Cola de la Felicidad, 2012).Nada que reprochar a Coca-Cola, que quiera hacersepropaganda asocindose con el tirn que tiene hoy lafelicidad, pero sera lamentable que semejantes hallaz-gos fueran resultado de estudios bendecidos por Agen-cias Nacionales y financiados con dinero pblico y que

    nuevas generaciones de investigadores en psicologacreyeran que es interesante estudiar y encontrar asocia-ciones entre satisfaccin, bienestar y sentirse bien.

    La falacia de la ecuacin de la felicidadUna socorrida ecuacin de la felicidad circula en la li-

    teratura de la PsP, incluyendo los libros de los autoresms serios. As, por ejemplo, se encuentra en La autnti-ca felicidad de Seligman, en Psicologa positiva aplica-da de Carmelo Vzquez y Gonzalo Hervs (2009) y enLa ciencia de la felicidad de Lyubomirsky. Represe ensu uso por parte de Lyubomirsky. La autora de La cienciade la felicidad, despus de decir que la estrella de su li-bro es la ciencia y de autopresentarse como cientficadedicada a la investigacin y no gur de autoayuda,dando a entender que lo que va a decir est fundado, locierto es que ya en el primer captulo empieza con afir-maciones pseudocientficas. As, en el primer captulo ti-tulado Se puede ser ms feliz?, parte de la citadaecuacin de la felicidad, segn la cual la Felicidad (H,de happiness) depende de la Situacin de partida (S)determinada genticamente (S = 50%), de las Circuns-tancias de la vida (C = 10%) y de nuestra Actividad deli-berada (A), lo que hacemos en nuestra vida cotidiana yde nuestra manera de pensar (A = 40%). H = S + C +A. La respuesta al ttulo del captulo es que se puede serun 40% ms feliz de la situacin de partida.La cuestin aqu es que, por ms que se citan estudios

    que supuestamente la fundamentan, semejante ecuacines completamente gratuita, pseudocientfica. Barbara Eh-renreich confront a Seligman sobre la naturaleza de estaecuacin sin que pudiera dar cuenta de ella (Ehrenreich,2011, p. 189). Sin ir ms lejos, las unidades para H(quiz la cantidad de pensamientos de felicidad alda?) tendran que ser las mismas que para S, C y A, afin de no confundir peras con manzanas. La verdad esque la ecuacin de la felicidad no tiene ms rigor que lahoja de servicios de aquel soldado de Napolen que al

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  • LA PSICOLOGA POSITIVA: MAGIA SIMPTICA

    parecer sum la edad, las batallas ganadas y las heridasrecibidas (sea, por ejemplo, 60 + 14 + 8 = 82). Dentro desu gratuidad, la ecuacin revela el carcter conservador ysubjetivista de la ciencia de la felicidad, con el presunto50% gentico, el escaso valor de las circunstancias y, res-pecto a la actividad deliberada, el nfasis en el pensa-miento (lo que tu pienses). Como se dice en La ciencia delbienestar: a pesar de lo que pudiera esperarse, otros fac-tores econmicos (como el acceso a agua potable o nive-les de malnutricin), relacionados con la libertad (porejemplo, la posibilidad de divorcio, derecho al aborto otasas de suicidio), con la igualdad y el clima social (tasasde analfabetismo, confianza en la familia y otras institu-ciones o tasas de desigualdad social, etc.) o con la presindemogrfica (tasa de natalidad, densidad de poblacin,etc.) no parecen guardar relacin significativa con la feli-cidad de la gente (Vzquez y Hervs, 2009b, p. 131,nfasis en el original).Con todo, la ecuacin de la felicidad no impide su uso

    poltico. As, Lyubomirsky hace referencia al Reino deButn, el ltimo reino budista del Himalaya, que segnparece ha adoptado la Felicidad Interior Bruta, en vezdel PIB, como criterio de estado de bienestar. En la mis-ma lnea est la propuesta del Lord Richard Layard, eco-nomista de la London School of Economics, inspirado yaclamado por Seligman en La vida que florece. No estclaro cmo lo hace el rey de Butn, pero la cuestin quese planteara, de acuerdo con la ecuacin, es que la re-forma poltica solamente podra mejorar el 10% de felici-dad, a no ser que incluya la dotacin a cada ciudadanode unas gafas que les permita ver las cosas, por as de-cir, de color de rosa, para el caso, con optimismo, con loque la mejora sera del 40%, que sumada al 10% de lascircunstancias hara el 50%. Como se dice en La cienciadel bienestar, gracias a la PsP ya existen cristales co-rrectores que nos pueden ayudar a encontrar [...] esapequea isla denominada felicidad, de modo que de-cidir usarlos depende slo de ti (Fernndez-Berrocal yExtremera, 2009, p. 252). Un buen rey, como supone-mos al de Butn, animar a sus ciudadanos y ciudada-nas a que usen las gafas de la felicidad, es decir,contratar hapilogos para el sistema de educacin y desalud, que harn, es de suponer, abundantes cursillos ytalleres de felicidad, como en tiempos con la autoestima.El que no sea feliz, ser porque no quiere.Por otra parte, como una muestra ms de la gratuidad

    de la ecuacin de la felicidad, Lyubomirsky, despus dedecir, por ejemplo, que ni ms dinero ni una relacin depareja te hacen mucho ms feliz (p. 30), seala unas

    pginas ms adelante, sin salir del primer captulo, queentre las ventajas de ser ms feliz (adems de sentirsebien) estn las mayores probabilidades de casarse yconservar el matrimonio y de conseguir mejores suel-dos (pp. 41-42). Seligman tambin habla de la felici-dad ms all del dinero, en La vida que florece,diciendo por un lado que el dinero no da la felicidad y,por otro, que entre las ventajas de ser feliz est la pro-babilidad de ganar ms dinero. En fin, sin ni siquiera pasar del primer captulo de La

    ciencia de la felicidad, se puede ver que se trata de ret-rica cientifista. Lo malo, aunque bueno para esta literatu-ra, es que la gente no repara en nada sino que la tomacomo literatura cientfica. Va a ser cierto lo que dicenLuis Fernndez-Ros y Mercedes Novo, refirindose enparticular a la recepcin acrtica de la PsP en Espaa,que tal parece que, en muchas ocasiones, la psicologaespaola hubiese dejado de pensar. (Fernndez-Ros yNovo, 2012, p. 337).

    Carencia de carcter positivo inherente de losrasgos psicolgicosAdems de la falacia de la ecuacin de la felicidad, la

    PsP falla en su asuncin central acerca de que ciertosrasgos y procesos psicolgicos como el optimismo, elperdn, la interpretacin benevolente y la bondad soninherentemente positivos y beneficiosos para el bienes-tar, cuando la evidencia muestra que todo depende delcontexto; de modo que hay circunstancias en las que di-chas caractersticas son negativas y perjudiciales, comomuestran James McNulty y Frank Fincham (McNulty yFincham, 2012). La evidencia que examinan McNulty yFincham poniendo en evidencia las bases de la PsP deri-va sobre todo de estudios longitudinales de relaciones depareja maritales. As, por ejemplo, las expectativas optimistas sobre

    cambios en la satisfaccin marital dependen de la habili-dad de los cnyuges para confirmarlas. No por ser opti-mista ni recibir una infusin de optimismo mejora unarelacin de pareja. De otra parte, los optimistas son me-nos propensos a desengancharse del juego, incluso des-pus de una larga experiencia de prdidas. Seroptimista puede ser la perdicin de un jugador, y no s-lo de jugadores empedernidos, como se ver ms ade-lante a propsito del optimismo sin escrpulos. El perdnes un proceso que puede ser beneficioso o perjudicialdependiendo de las caractersticas de la relacin en queocurre. Si bien el perdn ayuda a mantener la satisfac-cin de parejas que rara vez se enganchan en conductas

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  • MARINO PREZ-LVAREZ

    hostiles, est asociado con creciente insatisfaccin enaqullas que tienen rias frecuentemente. Hasta la teolo-ga pastoral, que saluda a la PsP como uno de los nues-tros, amonesta a Seligman por su excesiva confianzaen el perdn, siendo que a veces puede ser ms dainoque beneficioso (Moschella, 2011, p. 8). (Dada estaamonestacin, tal parece que Seligman es ms papistaque la teologa pastoral.) La interpretacin de las causasde experiencias negativas de manera favorable no siem-pre es beneficiosa. Las interpretaciones ms benevolen-tes (por ejemplo, creyendo que la pareja no fueresponsable de una conducta indeseable) contribuyen ala satisfaccin de la relacin cuando los problemas sonmenores, pero cuando se trata de problemas ms graveslas interpretaciones menos benevolentes son ms positi-vas. Por otro lado, las interpretaciones optimistas de lasconductas negativas de uno mismo pueden socavar lamotivacin para buscar mejoras. Hasta la bondad pue-de tener implicaciones perniciosas. Mientras que la bon-dad infinita puede propiciar el abuso de los dems, lafalta de bondad o poca amabilidad (consistente, porejemplo, en rechazo o crtica) puede ser beneficiosa enlas discusiones de pareja. En definitiva, los llamados procesos positivos pueden

    ser a veces perjudiciales, mientras que los que se suponeson negativos pueden ser en ocasiones beneficiosos parael bienestar (McNulty y Fincham, 2012). Todo dependedel contexto en el que ocurren y nada parece ser inhe-rente per se, contrario al esencialismo e ingenuidad queparece presidir la hapiologa. Los procesos que benefi-cian a la gente en circunstancias ptimas pueden perju-dicar a la gente en circunstancias subptimas. Comoconcluyen estos autores: un entendimiento cabal de lacondicin humana requiere reconocer que los rasgos yprocesos psicolgicos no son inherentemente positivos onegativossi tienen implicaciones positivas o negativasdepende del contexto en el que operan. La psicologa noes positiva o negativala psicologa es psicologa.(McNulty y Fincham, 2012, pp. 107-108).Despus de ms de una dcada, la PsP sigue siendo

    una ciencia sin pies ni cabeza, de acuerdo con la prime-ra gran crtica recibida (Lazarus, 2003b). Una crticaque fue recibida como avispas a las que se les remueveel nido, segn refiere el propio Lazarus en su rplica (La-zarus, 2003b, p.174). Lo que s tiene la PsP son pies li-geros para aprovechar su gran momento y seguiradelante (Lyubomirsky y Abbe, 2003, p. 135), como sinada, sin fundamento y por alusiones sin cabeza. Si nohay nada inherentemente positivo en los rasgos psicol-

    gicos y todo depende del contexto, como parece, nos en-contramos de nuevo con la psicologa de siempre. Paraeste viaje no hacan falta alforjas.

    EN CUANTO A SU UTILIDAD, COSMTICA Y PLACEBO,MS QUE NADALa PsP puede que tenga una historia ms propia de

    una fundacin religiosa (epifana) que del desarrollo deuna ciencia y que como pretendida ciencia no tenga nipies ni cabeza, pero puede que sea un enfoque y unaprctica que, a pesar de todo, resulta til y beneficiosa.Aqu se van a revisar dos mbitos de reconocida refe-rencia de la PsP en la salud: el espritu de lucha en elcncer y la psicoterapia para la felicidad y la depresin.

    La cosmtica de la alegra para el cncerUna revisin de factores destacados por la PsP en rela-

    cin con la salud, como el espritu de lucha en relacincon el cncer, los efectos de intervenciones que cultivanestados psicolgicos positivos sobre el funcionamientoinmunitario, el hallazgo de beneficios en la adversidady, lo que es la apoteosis de la PsP, el crecimiento pos-traumtico, muestra que no tienen base emprica (Coyney Tennen, 2010). En su entusiasmo por hacer avanzar laPsP, sus defensores han creado un abismo entre lo quepredican y la evidencia cientfica. Como dicen Coyne yTennen, en cada una de estas reas, los investigadoresde la PsP han sido indiferentes a la evidencia disponible(por ejemplo, pasando por alto resultados inconclusos yevidencia contraria) y han aplicado mtodos y diseoscompletamente inadecuados para sustentar lo que afir-man (por ejemplo, estudios correlacionales, diseos sincontroles adecuados, hiptesis sin fundamento) (Coyne yTannen, 2010). As, los estudios no muestran que el espritu de lucha

    tenga valor como factor de pronstico en el cncer y mu-cho menos como factor causal. Sin menoscabo de que elespritu de lucha puede ser una actitud muy acorde ytil para muchas personas, su recomendacin como su-puesto hallazgo cientfico a aplicar en la prctica puedellegar a ser en realidad una tirana. Esta tirana es laque observ y experiment Barbara Ehrenreich comopaciente de cncer, autora de Sonre o muere ya citadaanteriormente (Ehrenreich, 2011). Pero esta forma dealmibarar el cncer, dice Ehrenreich lejos de darsustento emocional, se cobra un tributo terrible. Primero,porque requiere que se nieguen una serie de sentimien-tos tan comprensibles como la ira y el miedo, que debenquedar enterrados bajo una capa cosmtica de alegra.

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  • LA PSICOLOGA POSITIVA: MAGIA SIMPTICA

    Esto les viene muy bien a los profesionales sanitarios, eincluso a los amigos del afectado, que sin duda preferi-rn las bromas a las quejas; pero al que sufre no le re-sulta tan cmodo. [] Adems, hay que esforzarsemucho para mantener este tono vital tan animado quelos dems esperan, y es un esfuerzo que puede no estarcontribuyendo a la prolongacin de la vida. (Sonre omuere, p. 50). Ehrenreich discute adems el papel delsistema inmunitario como explicacin del efecto de losestados psicolgicos positivos, entre cuyas intervencio-nes figuran, se puede aadir, esas ridculas visualiza-ciones de tebeo en las que linfocitos fuertes y agresivosmatan clulas cancergenas dbiles y desorientadas.La revisin de Coyne y Tennen muestra la falta de evi-dencia e incluso la implausibilidad de las relaciones cau-sales que se aducen y propagan en la literatura popularentre cambios en el funcionamiento inmunitario y la pro-gresin del cncer (Coyne y Tennen, 2010).Como dice Ehrenreich: El cncer de mama, ahora

    puedo decirlo con conocimiento de causa, no me hizoms bella ni ms fuerte ni ms femenina, ni siquiera unapersona ms espiritual. Lo que me dio, si es que a esto loqueremos llamar don, fue la oportunidad de encon-trarme cara a cara con una fuerza ideolgica y culturalde la que hasta entonces no haba sido consciente; unafuerza que nos anima a negar la realidad, a someternoscon alegra a los infortunios, y a culparnos solo a noso-tros mismos por lo que nos trae el destino. (Sonre omuere, p. 53). James Coyne y colegas llegan a pregun-tarse por qu tiene tal predicamento la PsP en el cncer,siendo que no est justificado por la evidencia. La res-puesta que dan es que las afirmaciones establecidas(propagadas) acerca de la PsP y el cncer funcionan yacomo leyendas de un movimiento, que las hace resisten-tes a la falta de evidencia, sobre todo cuando se exhibenlas correlaciones favorables y se dejan de lado las desfa-vorables. As, aunque los estudios muestran que el pesi-mismo predice la salud tan bien como el optimismo,solamente se exhiben el optimismo (Coyne, Tennen yRanchor, 2010). Aunque el tamao del efecto medio en-tre optimismo y salud fue de 0.14 y entre pesimismo ysalud fue 0.18, el titular y el nfasis del artculo es opti-mismo y salud fsica (Rasmussen, Scheier y Greenhouse,2009). La nocin de que ser optimista mejora la salud esya un mantra en la promocin de la investigacin sobrelas intervenciones de la PsP y en el marketing de la PsPcomo empresa comercial (Coyne et al, 2010).Como concluyen Coyne y colegas; si la PsP contina ape-

    lando a la evidencia cientfica, ya es hora de reconocer:

    a) la carencia de evidencia que conecta estados psicol-gicos positivos con la biologa del cncer,

    b) la evidencia existente de que las intervenciones psico-lgicas no prolongan la sobrevivencia y

    c) que los vnculos causales entre parmetros de la fun-cin inmunitaria estudiados en relacin con estados eintervenciones psicolgicas positivas siguen sin estarestablecidos (Coyne et al, 2010).

    Ms coherente que la PsP sera una psicologa de la di-versidad humana en la que quepan el mltiple ganadordel Tour de Francia Lance Armstrong quien declara queel cncer le hizo una mejor persona y el ganador de unamedalla de oro olmpica de natacin Maarten van derWeijden quien dice que las historias de que tienes quepensar positivamente pueden ser una carga para los pa-cientes (citados en Coyne et al, 2010), as como BarbaraEhrenreich como paciente indignada con la culturadel lacito de rosa (Sonre o muere, cap. 1).Por su parte, respecto a los beneficios de las adversida-

    des y el crecimiento postraumtico, la PsP carece de ba-se para entender el fenmeno y de estudios prospectivosque lo demuestren, insistiendo en ellos con ms fe queevidencia (Coyne y Tennen, 2010). Todo ello sin negarel conocido fenmeno, antes y al margen de la PsP, deque aquello que no te mata, te hace ms fuerte. Lo queocurre aqu es que la PsP hace pasar lo sabido como silo acabaran de descubrir. Como seala Mara Prieto-Ur-sa, la PsP se ha apropiado, por ejemplo, del conceptode resiliencia o crecimiento postraumtico como si no sehubiera dicho nada al respecto antes de ella, o como silo dicho anteriormente no fuera valioso. (Prieto-Ursa,2006, p. 323).

    Placebo positivo para la felicidad y la depresinLa replicacin del trabajo de Seligman, Steen, Park y

    Peterson (2005), referido a menudo como evidenciaemprica de intervenciones con base en la PsP, muestraque resultados en aumentar la felicidad y disminuir ladepresin son indiferenciables del placebo (Mongrain yAnselmo-Mattews, 2012). El trabajo original de Selig-man et al (2005) habra mostrado la eficacia supuesta-mente especfica de ejercicios de psicologa positivaen comparacin con un grupo de control de expectati-vas destinado a contrarrestar el posible factor comnen generar expectativas de mejora implicadas por lasdistintas intervenciones teraputicas. El trabajo de Mon-grain y Anselmo-Mattews (2012) replica el de Seligmanet al (2005) y aade un nuevo grupo de control llama-do placebo positivo. En este nuevo grupo, a las meras

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  • MARINO PREZ-LVAREZ

    expectativas comunes del grupo de control anterior seaaden aspectos positivos que hacen la intervencin-placebo ms desafiante en relacin con los ejerciciospropiamente de psicologa positiva.Los participantes (n= 344) fueron reclutados a travs

    de anuncios en facebook con el reclamo Sintete me-jor: Participa en el proyecto HOPE (Harnessing OnesPersonal Excellence), expuesto para usuarios canadien-ses de 18 aos en adelante. Por su parte, los partici-pantes del estudio de Seligman et al (2005) fueronreclutados a travs de su libro de autoayuda La autn-tica felicidad (Seligman, 2002). En ambos estudios, losparticipantes tenan que entrar en una pgina web pa-ra seguir los ejercicios, incluyendo la cumplimentacinde cuestionarios de Felicidad y Depresin, antes deempezar los ejercicios, al final de la sesin y en variosseguimientos. Los ejercicios de psicologa positiva fueron Tres Cosas

    Buenas y Uso de Tus Fortalezas caractersticas en unaNueva Manera, aquellos que resultaron ms eficaces enel estudio original de Seligman et al (2005). La rationaleo racionalidad con las que se han presentado las inter-venciones se exponen en el Tabla 3, para cada uno delos grupos: los dos ejercicios de psicologa positiva (Tres

    cosas buenas y Uso de tus fortalezas) y las dos condicio-nes de control (Control de expectativas y Placebo positi-vo) (Mongrain y Anselmo-Mattews, 2012).Los resultados fueron que, si bien los ejercicios de psi-

    cologa positiva sobrepasaban el efecto en estimular laFelicidad del grupo de Control de expectativas (el nicoutilizado en el estudio original), no ocurre as en rela-cin con el grupo de Placebo positivo (aadido en esteestudio de replicacin). Asimismo, los ejercicios de psi-cologa positiva tampoco fueron mejores que el Placebopositivo en reducir la depresin a lo largo del seguimien-to. Como concluye el estudio, los resultados de los ejerci-cios de psicologa positiva no son diferenciables de losdel efecto placebo (Mongrain y Anselmo-Mattews,2012). Es concebible que la psicoterapia positiva tengade positivo lo que tiene el placebo que, como se recor-dar, significa literalmente agradar. No parece ha-ber nada especfico ni en los mejores ejercicios depsicologa positiva, que lo que ya tiene de positivo ha-blar de cosas positivas y agradables. La mayor novedadde los ejercicios de psicologa positiva no parece serotra que el envoltorio cientifista y el entusiasmo de la no-vedad de acuerdo con el marchamo cientfico que setrae la PsP.

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    TABLA 3

    RACIONALIDAD DE CADA UNA DE LAS CONDICIONES DEL ESTUDIO

    Condiciones experimentales Condiciones de control

    Resultados: los ejercicios de psicologa positiva no son diferenciables de los del efecto placebo, ni en aumento de Felicidad ni en disminucin de Depresin

    Tres Cosas Buenas: Pensamos dema-siado acerca de lo que va mal y no losuficiente en lo bueno de nuestras vi-das. Por supuesto, a veces tiene senti-do para nosotros analizar los maloseventos de modo que podamos apren-der de ellos y evitarlos en el futuro. Sinembargo, la gente tiende a echar mstiempo del conveniente pensando enlo malo. Esta tendencia a centrarse enlos eventos malos nos predispone a laansiedad y la depresin. Una manerade evitar que esto suceda es desarro-llar nuestra habilidad para pensaracerca de lo bueno de la vida. En or-den a desarrollar esta habilidad teproponemos que entres en la pginaweb diariamente durante siete daspara decir tres cosas buenas del da ypor qu sucedieron..

    Uso de Tus Fortalezas Caractersticasen una Nueva Manera: Honestidad,Lealtad, Perseverancia, Creatividad,Amabilidad, Sabidura, Esfuerzo, Jus-ticia. Estas y otras diecisis fortalezasdel carcter son valoradas en la ma-yora de las culturas del mundo. Cree-mos que la gente puede obtener mssatisfaccin de la vida si aprende aidentificar cules de estas fortalezasposee en abundancia y a usarlas loms posible en el trabajo, en el amory en el juego. Estos ejercicios constande dos partes. Cumplimentars uncuestionario que te da feedback acer-ca de tus puntos fuertes. Esto te llevarunos 45 minutos. Al da siguiente se tepedir que uses estas fortalezas ennuevas maneras cada da durante unasemana y escribas cada da cmo lohiciste.

    Control de Expectativas (recuerdostempranos): La vida no examinadano merece vivirla (Scrates). La impor-tancia del autoconocimiento y del en-tendimiento ha sido reconocida desdehace mucho. Creemos que un sentidofuerte del yo y un entendimiento de losfactores que han hecho de ti la perso-na que eres hoy son componentesesenciales del bienestar. Nuestras ex-periencias tempranas pueden influirnosy jugar un papel en cmo pensamos yactuamos ms tarde en la vida. Puedeser importante reflexionar sobre estasexperiencias tempranas para alcanzaruna mejor comprensin de la personaque somos hoy. Cada noche durantela prxima semana dedica unos 10minutos antes de acostarte para hacereste ejercicio. Para ello tienes que en-trar en esta pgina para escribir acer-ca de un recuerdo temprano.

    Placebo Positivo (recuerdos tempranospositivos; al Control de Expectativas seaade):

    Una consideracin cuidadosa denuestro pasado puede ayudarnos amejorar nuestra comprensin dequienes somos hoy y a alcanzar unaautoaceptacin y bienestar, particu-larmente, cuando nos centramos enaspectos positivos. Cada noche du-rante la prxima semana dedicaunos 10 minutos antes de acostartepara hacer este ejercicio. Para ellotienes que entrar en esta pgina paraescribir acerca de un recuerdo tem-prano positivo.

  • LA PSICOLOGA POSITIVA: MAGIA SIMPTICA

    Lo que la psicoterapia positiva tiene de positivo quetodo clnico pudiera apreciar es genrico, de presupues-to comn a la psicoterapia. Como sealan Cabanas ySnchez, aquello que parece claramente vlido en lapsicologa positiva, es ms bien un rasgo genrico de to-do proceso de afrontamiento de problemas, cuya impor-tancia asume toda psicoterapiay el sentido comn:a saber, la conveniencia de mantener una actitud abiertaque facilite al individuo una mejor comprensin de su si-tuacin y un aprovechamiento eficaz de los recursos quetiene a mano para superar problemas de la vida diaria.Sin duda, es deseable afrontar un problema buscandorepertorios de respuesta alternativos, reenfocando la si-tuacin, o manteniendo la confianza y la esperanza sufi-cientes como para evitar la renuncia precipitada y elsentimiento de indefensin. (Cabanas y Snchez, 2012,p. 180).

    EL LADO NEGATIVO DE LA PsPPor ms que exhibe y hace brillar el lado positivo del

    ser humano, de la vida y de la propia psicologa ocu-pndose de ello, y ms all de su pretendida utilidad, laPsP no deja de tener su lado negativo y oscuro.

    Divisin de la psicologaPor lo pronto, introduce una divisin dentro de la psi-

    cologa, dando a entender automticamente que hayuna psicologa negativa: el resto de la psicologa, sea-ladamente, la psicologa clnica, que se habra centradosobre todo en aspectos negativos. Con la PsP, la psicolo-ga se estara dividiendo entre la centrada en la patolo-ga y la centrada en la hapiologa. Adems de dividir lapsicologa acadmica, la PsP divide tambin la psicolo-ga popular, tratando de separar, de un lado, a quienesson positivos, optimistas o guays y, por otra, negativos,pesimistas o txicos. En esta divisin, los pensamientospesimistas y las emociones disconfortantes son anatema,para lo que pareciera una religin que vela por las virtu-des frente a los pecados.Sin embargo, las emociones y los rasgos psicolgicos no

    son positivos o negativos y su impacto perjudicial obeneficioso depende del contexto especfico y de la moti-vacin implicada, como se dijo antes y era bien sabidopor la psicologa de siempre. As, emociones negativascomo el enfado y la ira pueden ser positivasadaptativasy motivadoraspara rectificar errores personales y socia-les, as como la infelicidad y el descontento pueden movera uno a identificar y cambiar situaciones mejorables. Porsu parte, emociones positivas como el optimismo y la

    euforia pueden ser negativas, por ejemplo, cuando en-ganchan a uno en tareas y empresas cuyo resultado msprobable es la prdida. Para algunos puede que inclusosentirse demasiado bien sea malo. Si la rumia de pensa-mientos negativos te puede meter fcilmente en depre-sin, la rumia de pensamientos acerca de lo bien que tesientes y lo feliz y lo guay que eres te llevan sin mayordificultad a la mana (Gruber, 2011). Hasta la misma feli-cidad puede ser perniciosa como se dir despus (Gruber,Mauss, & Tamir, 2011).Aunque los psiclogos positivos reconocen que esta di-

    visin es insostenible e incluso diran que ellos no la sus-tentan, lo cierto es que el santo y sea de la PsP es elnfasis sobredimensionado de las emociones y caracte-rsticas positivas y anatema de las negativas. Al me-nos, esto es lo que queda en la atmosfera despus detanta polvareda de PsP. Una atmosfera enrarecida conla tirana de la actitud positiva.

    Tirana de la actitud positivaNo hay nada malo en querer cambiar tu vida para me-

    jor. Sin embargo, tener que ser feliz a toda costa, puedeser una tirana. El Dont Worry, Be Happy, de ser unacancin de la dcada de 1980, ha pasado a ser unacantinela en la primera dcada de 2000. Barbara Heldha mostrado y denunciado la tirana de la actitud positi-va en EE.UU. y no slo all (Held, 2002). Como dice estaautora, la escalada de presin sobre la gente para serfelices y alegres, rer y mirar el lado positivo, no importalo dura que sea la vida, puede hacer ms mal que bien.Llamo a esta presin, dice Held, tirana de la actitudpositiva porque si te sientes mal por algo y no puedesponer una cara feliz, por ms que lo hayas intentado,puedes terminar por sentirte peor. No slo te sientes malpor lo que te pasa, tambin te sientes culpable por nosentirte bien. Puedes sentirte fracasado por no ser capazde mantener una actitud positiva. (Held, 2002, pp.986-987). Recurdese lo dicho a propsito de la actitudpositiva en el cncer.Si, como asegura la PsP, conocemos las claves de la fe-

    licidad, la derivacin lgica y responsabilidad de losdescubridores es extenderla a toda la poblacin. Acasohay excusa para no ser felices? Si existen medios (los ci-tados cristales correctores) para ayudar a encontrar lafelicidad, decidir usarlos depende slo de ti (Fernn-dez-Berrocal y Extremera, 2009, p. 252). No sentirsemal en la vida no deberia ser suficiente. Debemos tenermetas mas ambiciosas y tener un autntico compromisointelectual y profesional con la promocin del bienestar

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    A r t c u l o s

  • en sentido amplio. Es posible que nuestro paciente ya notenga sintomas de depresion, de ansiedad o psicoticos.Pero, esta realmente bien?, se siente en sintonia con lavida?, puede desarrollar lo mejor de si mismo, ...?(Vazquez, 2009, p. 24). Edgar Cabanas plantea con meridiana claridad las

    consecuencias psicolgicas de este mandamiento (Ca-banas, 2011). Se insiste hasta la saciedad en que nosentirse mal en la vida no deberia ser suficiente, loque implica que ser feliz es una cuestion que va masalla del hecho de estar razonablemente bien. El man-dato de que debemos tener metas mas ambiciosascon el fin de estar realmente bien entrampa al indivi-duo en un proyecto sin fin, ya que ni la literatura popu-lar de la autoayuda ni la PsP ofrecen criterios concretosque indiquen cuando uno est completamente desarro-llado, o qu es estar realmente bien ms all de loscriterios subjetivos de cada cual. Asi, podriamos estarcontinuamente cuestionandonos si estamos o no real-mente bien, porque subjetivamente en que momento,de hecho, no podriamos, en algun sentido, estar mejorque bien? La consecuencia psicolgica mas destacablees que el individuo se embarca en un proyecto en elcual raras veces puede estar a la altura de s mismo.Reconocer que no eres feliz es desesperante porque,entonces, la vida de uno aparece como un completofracaso. Esta tirana puede suponer una condicinpsicopatolgica, ya identificada como trampa de lafelicidad (Harris, 2010), junto con las descritas en laperspectiva de la hiperreflexividad (Prez lvarez,2012, cap. 3).

    Optimismo sin escrpulosLa PsP ha contribuido a la propagacin y legitimacin

    cientfica del optimismo y la felicidad como salvocon-ducto para andar por la vida. Se trata de un optimismosin escrpulos, segn una expresin de Schopenhauer,que refiere una visin del mundo repleto de oportunida-des y una actitud posibilista para ser y conseguir lo quequieras. La literatura del ramo recuerda el optimismocndido de Pollyanna y Pangloss. Como se recordar,Pollyanna es una nia, protagonista de la novela hom-nima de Eleonor Porter, de 1913, educada en el optimis-mo y en el juego de encontrar el lado bueno decualquier cosa para alegrar la vida de todos y, por suparte, Pangloss es el protagonista de Cndido, o el opti-mismo, de 1750, donde Voltaire parodia el optimismoleibniziano segn el cual todo sucede para bien en es-te, el mejor de los mundos posibles.

    Dejando aparte si el optimismo inteligente o realista esalgo ms que una tautologa que se define despus delos hechos (si fue bien es que era inteligente, etc.), lacuestin es que la cultura del optimismo y de la felicidadpuede ser perniciosa, a pesar de todo. Despus de tantainfusin de actitudes positivas y optimismo y tanta bs-queda de felicidad, cabe preguntarse si esto no tieneque ver con la epidemia de narcisismo actual (Twenge yCampbell, 2010), con la generation me, cmo los jve-nes son ms seguros de s mismos y asertivos y estnms preparados y, sin embargo, son ms desdichadosque nunca (Twenge, 2006), y con la paradoja del decli-ve de felicidad femenina (Stevenson y Wolpers, 2009).Qu pasa si los nios, lo que quieren es ser felices, se-

    gn las cantinelas que escuchan a diario? Se les enva ala escuela si no quieren? Tienen que estar en la escueladivirtindose continuamente? Qu se puede esperar si sepregunta todos los das Nios, qu fue bien la ltimanoche, en un programa de PsP en la escuela? (Seligman,Ernst, Gillham, Reivich y Linkins, 2009, p. 306). Conoce-mos la candidez de Pollyanna y sabemos lo que result dela cultura y programas de autoestima diciendo a los niosque son especiales: que su ego se infla y su rendimientodeclina (Twenge y Campbell, 2010, pp. 49-50). No estmal ensear a identificar las fortalezas caractersticas quecada uno posee en abundancia, pero mejor todava es loque dice Schopenhauer (2000), en el Tabla 4.

    Conocemos tambin la candidez de Pangloss y sabe-mos lo que result del optimismo de polticos, de exper-tos financieros y de gente de a pie: la crisis econmicaactual. Esta es la opinin de Ehrenreich: El optimismocasi unnime de los expertos contribuy ciertamente a laescalada de la deuda de mala calidad y de los prsta-mos dudosos, pero tambin tuvo su parte de culpa el op-timismo irredento de la mayora de los estadounidenses

    TABLA 4SCHOPENHAUER SOBRE LA ARROGANCIA

    DE LAS FORTALEZAS

    Cuando hemos reconocido de una vez por todas nuestros fallos ydeficiencias lo mismo que nuestras caractersticas buenas y capacida-des, y hemos puesto nuestras metas de acuerdo con ellas, conformn-donos con el hecho de que ciertas cosas son inalcanzables, entoncesevitamos de la manera ms segura y en la medida en que nuestra in-dividualidad lo permite el sufrimiento ms amargo, que es el descon-tento con nosotros mismos como consecuencia inevitable deldesconocimiento de la propia individualidad, de la falsa presuncin yla arrogancia que resulta de ella. (El arte de ser feliz, p.57).

    MARINO PREZ-LVAREZ

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    A r t c u l o s

  • LA PSICOLOGA POSITIVA: MAGIA SIMPTICA

    de a pie. Y la ideologa del pensamiento positivo vino adarle alas a este optimismo, a la sensacin de yo lo val-go que lo acompaa. Una periodista de Los Angeles Ti-mes,continua Ehrenreichhablando de El Secreto,contaba: Mi hermana, al volver de las vacaciones enNueva York, entr en mi casa y dej caer en el taburetedel piano una bolsa vieja de cuero, hecha a mano, di-ciendo: Has visto que bolso tan precioso me he mani-festado para m misma? Tras ver el deuved de ElSecreto, la chica haba llegado a creer que merece eseobjeto, que era suyo y tena que cogerlo, as que lo car-g en su tarjeta de crdito. (Sonre o muere, p. 219).LOral, porque yo lo valgo. Que no cunda el optimis-mo!, sera en buen eslogan para muchas personas.Sin que el optimismo sea negativo, lo cierto es tambin

    que el pesimismo puede ser positivo. El pesimismo no esun sntoma sino una actitud. Julie Norem ha definido elpesimismo defensivo, consistente en ponerse en lo peory prever cmo las cosas podra ir mal, como una estrate-gia que ayuda a las personas preocupadas a dominar suansiedad de modo que sta se vuelva a favor y no en con-tra (Norem, 2001). El pesimismo defensivo, aparte proba-blemente de ser ms realista y responsable, amortigua elimpacto emocional si las cosas salen mal y no excluyegratuitamente la responsabilidad personal. Los estudiosmuestran que los pesimistas no tienen mal concepto de smismos, ni estn abocados a la depresin, ni a una peorsalud (Norem, 2001, p. 108). No obstante, como se dijo,se cacarea ms el optimismo, seguramente de forma inte-resada (Coyne et al, 2010; Rasmusen et al, 2009).Hasta la misma felicidad puede ser perniciosa, como

    se deca. Los estudios muestran que la persecucin yexperiencia de felicidad pueden producir resultadosnegativos: 1) cuando es desmesurada (de la euforia a la mana hay

    un paso), 2) si est fuera de lugar (no se puede ir alegremente por

    cualquier sitio), 3) se persigue por encima de todo (adems de distraer de

    lo importante en la vida puede ser decepcionante) y 4) cuando uno est rebosante de autoestima y orgullo y

    sin pizca de modestia, vergenza y culpa, no se hade extraar de tener pocos amigos (Gruber et al,2011).

    La conocida paradoja de que la bsqueda de la felicidadla espanta, est demostrada experimentalmente (Mauss,Tamir, Anderson, y Savino, 2011). Mejor que perseguir lafelicidad y el bienestar a costa de depurar los afectos ne-gativos y sntomas depresivos, es dejarlos ir, de acuerdo

    con la teora en base a la aceptacin y la flexibilidad psi-colgica (Shallcross, Troy, Boland y Mauss, 2010).Los psiclogos positivos pueden decir que ellos hablan

    de niveles ptimos de bienestar, reconociendo que de-masiada felicidad puede ser perjudicial (Oishi, Diener, yLucas, 2007), de modo que todo lo relativo al optimis-mo, felicidad y bienestar tiene que ser matizado y con-textualizado. Asimismo, sugieren que la flexibilidadpsicolgica puede ser clave para el bienestar (Wood yTarrier, 2010, p. 824). Cierto. Pero al tener que mati-zarlo y contextualizarlo todo, ya estamos en la psicolo-ga de siempre. La ley Yerkes-Dodson de la motivacin yla ansiedad ya se conoce desde 1908 y la flexibilidadpsicolgica, sin ir ms lejos, es un concepto central de laterapia de aceptacin y compromiso (Hayes, Luoma,Bond, Masuda y Lillis, 2006). Para esto no haca falta in-ventar la PsP.

    LO BUENO NO ES NUEVO Y LO NUEVO NO ESBUENOEntonces, cmo es que la PsP tiene tanto xito? No

    tiene nada positivo? Qu futuro tiene? El xito que sinduda tiene, no garantiza su bondad ni calidad cientfica.Ah estn, sin ir ms lejos, el xito del horscopo y del li-bro El secreto. Acaso el xito de la PsP sea ms sntomade cmo anda el mundo y la psicologa, que seal de al-guna aportacin nunca vista. A tenor de lo expuesto, elxito de la PsP se ha de situar en el contexto de la socie-dad de bienestar hiperconsumista del capitalismo de lti-ma generacin. La nueva aventura individualista yconsumista de las sociedades liberales se caracteriza,como dice Lipovetsky, por el consumo emocional, con labsqueda de la felicidad a la cabeza (La felicidad para-djica). Dentro de esto, la PsP viene a servir un discursode legitimacin ideolgica (Binkley, 2011). La sociedadno slo queda a salvo de toda crtica, sino que se ofrececomo fuente de oportunidades y, por su parte, los indivi-duos son halagados por sus potencialidades e ilusiona-dos con la promesa de ms felicidad. Si no son felices esporque no quieren. La PsP es sintomtica, pues, del indi-vidualismo consumista de la sociedad actual, y respectode la propia psicologa, seguramente, es sntoma de mi-seria intelectual y avidez de modas que la caracterizanen su deriva acomodaticia y conservadora.Respecto a las posibles aportaciones de la PsP para la

    psicologa y la sociedad, no se pueden dar por supues-tas, a pesar de su propagacin. Utilizando un conocidoquiasmo, se puede decir que lo bueno no es nuevo y lonuevo no es bueno.

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    Lo bueno es su nfasis en las fortalezas, virtudes y com-petencias, como alternativa a la patologizacin de la vi-da cotidiana y al modelo mdico dominante enpsicologa clnica. Dejando aparte que la PsP no ha ro-to con el modelo mdico sino que se ofrece como uncomplemento cosmtico (Joseph y Linley, 2006), la cues-tin es que la alternativa que ofrece ya se encuentra enla psicologa tradicional, empezando por la psicologahumanista (Gonzalez Pardo y Prez lvarez, 2007, cap.12). Por su parte, Costa y Lpez recuerdan la larga tra-dicin del modelo de potenciacin dentro de la psicolo-ga, a la vez que muestran las limitaciones de la PsP alrespecto (Costa y Lpez, 2008). Las propias obras de es-tos autores excusaran a la psicologa espaola de que-dar prendada de la PsP (Costa y Lpez, 2006; 2012).Seguramente por la ligereza de equipaje, la PsP tiende allenarse con contenidos establecidos en la psicologa(Prieto-Ursa, 2006), pero para esto no son necesariaslas alforjas que nos vende. El problema sera que nuevasgeneraciones de psiclogos formados en su atmsferacrean que la PsP es el alfa y la omega de la psicologa,cuando en realidad probablemente sea una de las ten-dencias ms frvolas de su historia. Cuanto menos leanlos psiclogos, ms seguros estarn de su originalidad.Lo nuevo es su nfasis en el estudio cientfico de la feli-

    cidad y del bienestar. Pero, a este respecto, ni sus apor-taciones t ienen solidez cientf ica (ecuacionespseudocientficas, correlaciones espurias, etc.), ni la feli-cidad, ni el bienestar, parecen tener solvencia como pa-ra fundar una ciencia. El problema es que la PsPdesvirta el objeto de la psicologa como ciencia delcomportamiento (Costa y Lpez, 2008). Y es que difcil-mente se pueden fundar ciencias con epifanas.Aunque sera lgico que la PsP se disuelva en la psico-

    loga, tiene ya demasiados intereses creados y est insti-tucionalizada de tal manera que no es de esperar queeso ocurra. A pesar de la escasa importancia que la PsPconcede a la construccin de los fenmenos Psicolgicosy al contexto en el que ocurren, su discurso no deja detener un carcter constructivo susceptible de crear uncontexto y nicho en el que encuentre su propia valida-cin (sin duda favorecida por las tautologas) y sobrevi-va merced a su poder de atraccin y magia simptica.Habr que ver si el nicho es un ecosistema o una tumba.Con todo, las cuestiones abordadas no debieran que-

    dar aqu, sino plantear la cuestin filosfica de fondo,acerca de la felicidad como principio de la vida. El lectorest invitado, y se espera que no sea uno solo, a un ex-curso filosfico que bien pudiera ser una excursin por

    los Picos de Europa de la filosofa de la felicidad, deacuerdo con el anlisis y la tesis de Gustavo Bueno, ensu libro El mito de la felicidad. Autoayuda para desen-gao de quienes buscan ser felices (Bueno, 2005).

    LA INSOLVENCIA DE LA FELICIDAD COMO PRINCIPIODE LA VIDALa felicidad, cualquier cosa que sea, se ha convertido

    en el valor y mantra sobre el que parece gravitar la vidaen la sociedad contempornea. El giro de la felicidadcree sostenerse en un principio como el de la gravitacinuniversal. As como decimos que todos los cuerpos tien-den a caer hacia el centro de la tierra en virtud de la leyde la gravedad, se dice tambin que todos los hom-bres quieren ser felices en virtud de una supuesta ley dela felicidad. La formulacin clsica de este principio seencuentra en Sneca: Todos los hombres, hermano Ga-lin, quieren vivir felices, (Sobre la felicidad, frase ini-cial). Una versin comercial actual, de amplio consumopopular, la ofrece su Santidad el Dalai Lama urbi et orbicuando dice: Creo que el propsito fundamental denuestra vida es buscar la felicidad. (El arte de la felici-dad, p. 6). La PsP parece tomar este principio como unhecho o fenmeno natural y universal, como si la pala-bra felicidad de cada idioma nombrara una hebra na-tural del ser humano que cada poca ha reconocido(eudaimonia, felicitas, happiness, felicidad, etc.).Sin embargo, de acuerdo con Bueno en el libro citado

    (Bueno, 2005), la felicidad no se puede sustentar comoprincipio sobre el que gravita la vida ni, para el caso,como objeto cientfico segn se lo apropia la PsP. Y co-mo objetivo de la literatura de autoayuda, puede quesea, ms que propiamente ayuda, engao y autoenga-o, y que tal literatura sea, en realidad, literatura basu-ra. Un anlisis filosfico es imprescindible. Porque lafelicidad no es un campo privativo de la psicologa, co-mo no sea incurriendo en la hipstasis o sustantivacinal uso, que es como la felicidad se ha convertido en untpico de proporciones industriales.

    No hay fenmenos sin plataformas conceptualesEl anlisis de Bueno empieza por reconocer el variado

    y heterogneo campo de la felicidad, que incluye los fe-nmenos que se suelen identificar como experiencias defelicidad, pero tambin todo un conjunto de estratos queenvuelven a los fenmenos y los hacen ser lo que son. Loque sea la felicidad se da entremezclado con otros fen-menos, entre ellos los de infelicidad y tristeza, sin loscuales ni siquiera se constatara la propia felicidad. Por

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    otro lado, los fenmenos forman parte de un conjunto deestratos. El planteamiento de Bueno distingue cuatro es-tratos en el estudio de cualquier fenmeno: conceptos,ideas, teoras y doctrinas o concepciones del mundo. Lacuestin es que los fenmenos no se nos presentan comorealidades ah dadas, exentas, ni siquiera los truenos yrelmpagos con los que Bueno ilustra esto magistralmen-te (El mito de la felicidad, pp. 52-53), sino que se consti-tuyen como tales en virtud de plataformas conceptuales(conceptos, ideas, teoras y doctrinas). Por ms que unoquiera mantenerse ateroricamente en el plano de los he-chos o fenmenos, stos no dejan de estar conformadospor el resto de estratos y de formar parte in medias resde ellos, por informales, confusos y oscuros que puedanser, como son en el caso de la felicidad.

    La felicidad al uso en el mapa mundi de lasconcepciones de la felicidadEn su anlisis de las concepciones de la felicidad, Bue-

    no desarrolla un sistema consistente en doce modelos,prcticamente exhaustivo, de todas las concepciones da-das. El sistema resulta de cruzar tres clases de teoras dela felicidad, segn entienden la relacin entre felicidad einfelicidad, con cuatro grupos de doctrinas: espiritualis-tas y materialistas. Del resultado de esta clasificacin im-porta destacar aqu el lugar que ocupa en el mapamundi de las concepciones de la felicidad, la concepcinactual de la felicidad, al uso por la PsP y la literatura deautoayuda. Importa tambin calibrar la consistencia delprincipio de la felicidad, segn el cual, toda la gentequiere ser feliz.En primer lugar, se observa una ruptura de la concepcin

    actual respecto de las grandes concepciones tradicionales(Aristteles, estoicismo, Santo Toms, Espinosa), por msque se citen como antecedentes. En general, se trata de ci-tas, ms que nada, pedantes y ornamentales. En segundolugar, se observa tambin una hipstasis o sustantivacinde la felicidad, como fenmeno sobredimensionado y des-contextualizado del campo de la felicidad. Sin la platafor-ma conceptual que tienen los modelos tradicionales, lafelicidad al uso tiene un sentido rampln, subjetivista, utili-tarista o, como dice Bueno, canalla. Se puede adelantarque Bueno no est defendiendo concepciones anteriores,sino demoliendo el principio de felicidad.La ruptura y desprendimiento de la felicidad de con-

    cepciones filosficas tradicionales y la consiguiente hi-postatizacin y cristalizacin de la concepcincanalla las sita Bueno en la Ilustracin, con la for-mulacin de Kant (1724-1804). Kant habra introduci-

    do la gran separacin de la felicidad subjetiva propiade la parte sensible, de la objetiva propia de la partenoble del entendimiento y la voluntad (El mito de la fe-licidad, pp. 279-283). Con Kant y a partir de l, va apredominar la felicidad desvinculada de la virtud. Esde aadir, de acuerdo en este caso con Martha Nuss-baum, que esta ruptura tiene tambin como enclavehistrico el utilitarismo de Jeremy Bentham (1748-1832), con su reduccin de la felicidad a placeres ysatisfaciones, base de la concepcin seguida por laPsP (Nussbaum, 2008). El celebrado aforismo deNietzsche segn el cual El ser humano no aspira a lafelicidad; slo el ingls hace eso. (Crepsculo de losdolos), seguramente est inspirado por la doctrina uti-litarista britnica. A propsito de Bentham y su aritm-tica del placer (la mayor felicidad para el mayornmero), Bueno destaca la vinculacin de la felicidadcon la Estadstica como ciencia del Estado moderno.La felicidad estadstica, antecesora de la actual cien-cia del bienestar, vendra a dar dimensiones polticasa la felicidad canalla surgida de la Ilustracin (Elmito de la felicidad, p. 341).De acuerdo con las concepciones tradicionales, la

    felicidad estaba sostenida dentro de plataformas filo-sficas (metafsico-teolgicas) y en conexin con eldestino y puesto del hombre en el mundo. Por ellomismo, la felicidad estaba vinculada con las virtudesy las actividades humanas. Sin embargo, a partir dela separacin introducida por Kant y de la doctrinadel utilitarismo, lo que sea la felicidad entra en la de-riva del bienestar subjetivo, sobredimensionado res-pec to de l res to de fenmenos ps ico lgicos ,descontextualizado de las circunstancias de la vida,reducido a unos cuantos tems y valorado por la utili-dad para esto y lo otro (a menudo, salud, dinero yamor). La PsP y la literatura de autoayuda son la apo-teosis de esta degeneracin de las concepciones tra-dicionales de felicidad. Es esta concepcin subjetivistay utilitarista a la que Bueno identifica como felicidadcanalla (El mito de la felicidad, pp. 276-279). Sudenominacin como canalla, por lo que tiene decanina (canalla del latn canis, perro, a travs delitaliano canaglia), quiere referir el aspecto de ir cadauno a lo suyo a sacar la mayor satisfaccin del mo-mento y de la oportunidad, siendo que la felicidad es-t en los tiempos modernos desvinculada de cualquiervirtud inserta en un orden ms amplio (cosmolgico,teolgico-poltico), segn lo estaba en las concepcio-nes tradicionales.

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    La plataforma ideolgica de la felicidad actualCul es la plataforma conceptual de la concepcin de fe-

    licidad actual? Carente de las plataformas religioso-filosfi-cas tradicionales, la plataforma de la felicidad al uso no esotra que el individualismo positivo, el cual incluye la me-tafsica de la religin estadounidense y la doctrina del utili-tarismo, por lo que respecta a las races histricas, y laideologa neoliberal propia de la sociedad de bienestar ydel capitalismo consumista, por lo que respecta a la cober-tura ideolgica actual (Cabanas y Snchez, 2012). La lite-ratura de la PsP y la literatura de autoayuda (si es que sepueden diferenciar) proporcionan la textura y el discursoque constituyen el fenmeno de la felicidad, a nivel indivi-dual, social y cultural, con sus dimensiones polticas (ideo-loga) y proporciones industriales (industria de la felicidad).La ciencia de la felicidad y del bienestar, lejos de descri-bir hechos y realidades ah dadas, las constituye, propagay amasa. Y as crea el pur hiperreflexivo que la gentetiene acerca de cmo ser feliz, saber cunto lo eres, el ca-mino de la felicidad, las claves de la felicidad, el viaje aloptimismo, etc., segn la gente est empeada en ser feliz,en vez de ser normal.

    No es inevitable sucumbir a la felicidadAun cuando se asuma la brevedad de la vida y se des-

    carten las concepciones tradicionales por espirituales ymetafsicas, la felicidad canalla no es inevitable. Comodice Bueno: Tan lgico sera atenerse, en esta vida bre-ve, no ya a la perspectiva de la felicidad, sino a cual-quier otra cosa, por ejemplo, al inters por lo queocurre, ya me proporcione placer o dolor; al inters porla edificacin de una torre, de un Estado o de una sona-ta, o al inters por el cultivo de un huerto o de un terne-ro, y tanto si ello me da felicidad como si me exigeinterminables esfuerzos. / Slo el canalla mantiene esteinstinto de hiena que busca aprovecharse de los despo-jos; que busca tambin resarcirse o vengarse de lasupuesta prdida de unos bienes que consideraba pro-pios, pero que se le han escapado. (El mito de la felici-dad, p. 278).La felicidad al uso por la ciencia de la felicidad y del

    bienestar, aparte de la simplificacin y acoso a que dalugar, puede que sea una impostura. Simplificacin es lareduccin de la felicidad o el bienestar a una respuesta(por ejemplo, muy satisfecho, satisfecho, poco satis-fecho, nada satisfecho) ante preguntas del tipo con-sideradas todas las cosas, cunto de satisfecho est conla vida actualmente? Preguntas de este tipo tienen untanto de acoso (bullying), de acuerdo con Nussbaum, en

    la medida en que fuerzan a la gente a fundir experien-cias de muy diverso tipo en una unidad simple, en nom-bre de una supuesta medida cientfica (Nussbaum,2008, p. 86). En cuanto a la impostura, puede que la felicidad no ten-

    ga sentido ms que despus de muerto, segn son efme-ros y hasta caprichosos los placeres, las satisfacciones y elbienestar. Los propios trminos de felicidad en espaol ylatn (felicitas, beatitudo, laetitia) estn ligados a fenme-nos, por cierto, objetivos, que tienen que ver con la abun-dancia agrcola y ganadera, por contraste con pocas depenuria, como recuerda Bueno, no antes sin recordar elparentesco etimolgico de la felicidad con lactancia(beb feliz) y felatio (El mito de la felicidad, pp. 60-64,76-80). El trmino ingls happiness, como tambin recuer-da Bueno, sugiere alegras casuales y pasajeras, en su re-lacin con happen, acontecer, suceder, con hap, lance,ocasin, casualidad, y con haphazard, suerte, azar (Elmito de la felicidad, pp. 84-86). Siendo la felicidad pasa-jera y azarosa, una vida feliz no se puede certificar msque despus de la muerte. Nadie se puede considerar felizen vida, porque no sabe cmo va a acabar. Recurdese laclebre historia de Soln y Creso, recordada y analizadaen El mito de la felicidad (Tabla 5).

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    TABLA 5EL SABIO SOLN Y EL RICO CRESO

    Soln, uno de los siete sabios de Grecia, visita a Creso, rey de Lidia, quien seconsideraba el ms afortunado y feliz de los hombres. Creso le pregunta a So-ln por los hombres felices que l haya podido conocer. Soln le cita, entreotros, al ateniense Telo, porque floreciendo su patria, vio prosperar a su hijoscomo hombres de bien y vio crecer a sus nietos; y le cupo la muerte ms glo-riosa defendiendo a su patria en la batalla de Eleusis, pero no cita al propioCreso, que se impacienta. Es entonces cuando Soln le responde que ningnhombre vivo puede considerarse feliz. La vida del hombre, oh Cresole diceSoln, es una serie de altibajos. En el da de hoy sois un monarca poderosoy rico a quien obedecen muchos pueblos, pero no me atrevo an a daros esenombre que ambicionis (el de hombre feliz) hasta que se sepa cmo ha termi-nado el curso de vuestra vida. El caso es que en los das y aos posteriores,las desgracias empiezan a caer sobre Creso (su hijo es atravesado fortuitamen-te por la flecha de un amigo, el propio Creso cae prisionero de Ciro y juntocon otros lo van quemar vivo en una pira). Entonces Creso exclama: Oh So-ln, Soln. Ciro cambi de opinin al advertir que l mismo era hombre e ibaa quemar vivo a otro hombre que en tiempos haba sino no menos feliz que loera l ahora y Creso fue liberado, etc.De acuerdo con una consecuencia extrada por Bueno de esta historia a pro-psito de la concepcin de la felicidad de Aristteles, si quien se cree felizes consciente,dice Buenosi no es estpido, deber saber que el sentidode su felicidad es slo una apariencia que no puede jams satisfacerle. Estafelicidad estar siempre limitada por la inseguridad derivada de la fragili-dad de la vida. Y esta limitacin ya ser sificiente para que quien se sientafeliz deje de considerarse feliz, es decir, deje de encubrir con sus vacos sen-timientos de autocomplacencia la realidad de su condicin en el mundo. (Elmito de la felicidad, pp. 210-212).

  • LA PSICOLOGA POSITIVA: MAGIA SIMPTICA

    Demolicin del principio de felicidadEl planteamiento de Bueno va dirigido a la tritura-

    cin del principio de felicidad (todos los hombresquieren ser felices). Lejos de su apariencia inofensivay presentacin como idea-fuerza de atraccin univer-sal, el principio de felicidad es en realidad un princi-p io ideo lgico, bajo cuyo pabel lndiceBuenoactan intereses muy distintos, no siemprecompatibles entre s, y muchas veces repugnantes ocanallas. (El mito de la felicidad, p. 309). Para em-pezar, nadie sabe qu es la felicidad. Como diceAristteles, unos la consideran una de las cosas visi-bles y manifiestas, como el placer, la riqueza o el ho-nor; otros, otras cosas, y a menudo una mismapersona la tiene por cosas diferentes: la salud, cuan-do est enfermo, y la riqueza cuando es pobre. (ti-ca a Nicmaco, I, iv). Todos quieren vivir felices,deca Sneca y aade, pero al ir a descubrir lo quehace feliz, van a tientas; (Sobre la felicidad).La desenvoltura con que la literatura de la PsP y de

    autoayuda hablan de la felicidad no puede ser msque una maniobra de mala fe sartriana. Para no en-frentarse a su propia vaciedad, esta literatura engaay se autoengaa, presentando lo que no es, como siexistiera, y lo que es, como si no existiera. Es en estesentido sartriano en el que dice Bueno que el principiode felicidad y la idea misma de felicidad son produc-tos de mala fe (El mito de la felicidad, p. 311). Se en-tiende que es as, despus del examen lgico ygnoseolgico del principio de felicidad, que muestra ydemuestra su vaciedad. Mientras que el sujeto todoslos hombres es indeterminado, por abstracto y gen-rico, como para ser sujeto de predicados humanos, elpredicado felicidad es vaco, incompleto, sincatego-remtico, y pide resolverse en muy diferentes conteni-dos o valores, contrapuestos muchas veces entre s. Elprincipio de felicidad se tendr que resolver en enun-ciados con sentido determinado. Pero, al hacerlo, ha-br situaciones humanas en las que no se busca lafelicidad sino, por ejemplo, sobrevivir o cumplir con eldeber, aunque tenga connotaciones infelices (El mitode la felicidad, p. 336). En todo caso, lo que sea la fe-licidad ser cualquier cosa, difcil de compaginar den-tro de la misma idea. La felicidad trgica de quienlleva a cabo una venganza seguramente no es del mis-mo tipo que la felicidad cursi de quien contempla unapuesta de sol.Siendo tan diversos y divergentes los contenidos del

    predicado felicidad o deseo de felicidad, lo nico que

    pudieran tener en comn es el sentimiento de satisfac-cin, agrado, contento, alegra, goce que parece ha-br de acompaar a cualquier valor concreto en elque se determina la felicidad. El problema es que elsentimiento de felicidad es ms un acompaante obli-cuo que constituyente propiamente de los valores ycontenidos de felicidad. Parafraseando a Nietzsche,no todos persiguen la felicidad, slo los que leen li-bros de autoayuda. Y aun stos buscando la felicidadse hacen infelices, seguramente porque se distraen delas cosas importantes de la vida y no hacen sino ru-miar literatura basura. Los dems se dedican al que-hacer de la vida, que no es poco. La reduccin de unvalor de felicidad a su disfrute o gocedice Bue-nono es sino psicologismo grosero, porque el valorde la felicidad consiste, en general, en algo especficoque suele estar situado en un espacio ms all delacto de disfrutar o gozar. La interpretacin psicolo-gista de la felicidad es, segn esto, mucho menos queuna teora: puede ser simplemente un sntoma de pere-za o de penuria intelectual. (El mito de la felicidad,pp. 259 y 260).La unificacin de los valores de felicidad desde el sen-

    timiento supone una operacin de hipstasis o sustanti-vacin, por la que componentes subjetivos oblcuospasan a representar el contenido recto o sustantivo dela felicidad. Este mecanismo hiposttico por el que unaparte genrica asume los contenidos especficos serasimilar a la elevacin de la encuadernacin de un librocomo representacin ecualizada de sus contenidos, sinlos cuales, sin embargo, el libro no existe propiamente.Esta vaciedad sentimentalista no ha impedido, sino queacaso ha posibilitado el atractivo y la simpata que sus-cita la felicidad en la sociedad actual, en manos de po-l t icos, oradores mot ivacionales, hapilogos yemprendedores de la industria de la felicidad. Y la PsPcomo ciencia del ramo. En consecuenciadice Bue-nosobreentender, y mucho ms, enunciar explcita-mente el principio de felicidad como el verdaderoobjetivo prctico del Gnero humano, que los predica-dores, los polticos y los psicagogos intentan propagar,como programa en el cual todos los hombres puedenencontrar el acuerdo y la paz, el Principio universal defelicidad, no hacen sino aproximarse al terreno de laimpostura, o simplemente de la estupidez. (El mito dela felicidad, p. 362).De hecho, el principio de felicidad no es emprico, si-

    no normativo, impositivo: una tirana. Quin ha pre-guntado a todos los hombres y mujeres si estn

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    buscando la felicidad? Ni siquiera las grandes concep-ciones de la felicidad esperan que sta sea alcanzablepor el comn de los mortales, segn la felicidad estabaligada a la virtud (y no a la diversin) y a la contem-placin propia del sabio, no de cualquiera, como enAristteles. Dnde estaba el bien supremo de la felici-dad para los esclavos? Adems, ya sabemos lo que lepas a Creso. Otro tanto se podra decir de las con-cepciones del estoicismo y de Espinosa. Acaso la con-cepcin de Santo Toms da cabida al principio defelicidad, en la medida en que todos pueden ser felicesen el amor de Dios, a travs de la Iglesia. Pero, siendola de Santo Toms una verdadera teora, por su arqui-tectura formal, no es una teora verdadera, dado su ca-rcter teolgico y mitolgico. Por otro parte, algunas personas cuando se sienten fe-

    lices se incomodan al ver que su vida est apalanca-da, sin hacer algo interesante (Nussbaum, 2008, p.87). Nada ms insoportable que varios das seguidosde felicidad, sentenci Goethe, y repiti BernardShaw: No hay nada ms fastidioso que una serie dedas felices, no se los deseo ni a mi peor enemigo (ci-tados en El mito de la felicidad, p. 240). Segn puedehaber infelicidad en la felicidad, tambin cabe conce-bir la felicidad de la infelicidad, referida al disfrute dela melancola (Schmid, 2010). Decan Miguel ngel enel siglo XVI: Mi alegra es la melancola, y Vctor Hu-go en el XIX: La melancola es el placer de estar tris-te. El deber del spleen, no el de la felicidad, guiaba aBaudelaire y a tantos otros. Siendo aburrida la felici-dad y su bsqueda un problema aadido, Eric Wilsonha hecho un elogio de la melancola de inters para lostiempos actuales dominados por la felicidad en su libroContra la felicidad. En defensa de la melancola (Wil-son, 2008). De acuerdo con Fernando Colina: unmundo sin melancola, es decir, sin nostalgia, sin abu-rrimiento, sin espera, sin pereza y sin la inclinacinconstitutiva de pensar las cosas hasta el final, es un es-pacio abonado para la emergencia exponencial de lasllamadas depresiones. (Melancola y paranoia, p. 49;Colina, 2011)El principio de felicidad funciona como una norma, a

    la que parece que tiene que atenerse la gente. El altoporcentaje de gente que dice ser feliz en las encuestasno casa con los datos de incidencia de depresin, an-siedad, enfermedades de todo tipo, crisis, paro, cir-cunstancias adversas, adems de la cantidad dequienes leen libros de autoayuda que se supone toda-va no son felices, etc. Por qu dicen que son felices?

    Aparte de porque han preguntado y es un tema en cir-culacin, seguramente, porque si no pensaran los de-ms y creeran ellos mismos que son unos fracasados,segn la felicidad se ha transformado en una norma,en una poca en que reina la felicidad desptica, se-gn Gilles Lipovetsky en La felicidad paradjica (Lipo-vertsky, 2007, p. 323). Como dicen Miguel Costa yErnesto Lpez: Con la solemne proclamacin de lasemociones positivas, y en particular, de la felicidad,como la nueva taca a la que todos debemos llevarnuestra nave, podemos estar provocando paradjica-mente, una epidemia de frustracin y de emociones ne-gat ivas en todos aquel los que viven como unacalamidad no haberla alcanzado todava (Costa y L-pez, 2008, p. 97). El propio Odiseo (Ulises) eligi vol-ver a taca asumiendo las penalidades de la vida, apesar de que Calipso, la de lindas trenzas, le asegura-ba una vida paradisaca, eternamente joven (Odisea,VII, 260).

    Qu importa la felicidad!, respondi Zaratus-tra. Hace ya mucho tiempo que yo no aspiro ala felicidad, aspiro a mi obra (As habl Zara-tustra, 321).

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