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Derrida sobre a psicanálise

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PSYCH: INVENCIONES DEL OTROJacques DerridaTraduccin de Mariel Rods de Clrico y Wellington Neira Blanco en AA. VV., Diseminario. La descontruccin, otro descubrimiento de Amrica, XYZ Editores, Montevideo, 1987, pp. 49-106. Edicin digital de Derrida en castellano.INDICE1) LA PREGUNTA DEL HIJO

2) FBULAS: MAS ALL DEL SPEECH ACT3) VENIR, INVENTAR, ENCONTRAR, ENCONTRARSE

4) PATENTES: LA INVENCIN DEL TITULO5) LA INVENCIN DE LA VERDAD

6) LA FIRMA: ARTE DE INVENTAR, ARTE DE ENVIAR7) LA INVENCIN DE DIOS (POLTICA DE LA INVESTIGACIN, POLTICA DE LA CULTURA)

Qu voy a poder inventar todava?.Tenemos aqu, tal vez, un incipit inventivo para una conferencia. Un orador tiene el coraje de presentarse delante de sus invitados, parece no saber lo que va a decir. Declara con insolencia que se prepara para improvisar. Va a tener que inventar ah mismo, en ese mismo lugar, se pregunta todava: qu voy a tener que inventar?. Pero simultneamente parece sobreentender, no sin suficiencia, que el discurso de improvisacin permanecer imprevisible, es decir, como de costumbre, todava nuevo, original, singular, en una palabra, inventivo. Y de hecho un tal orador rompera bastante con las reglas, el consenso, la buena educacin, la retrica de la modestia, en fin con todas las convenciones de la socialidad, por haber inventado por lo menos algo desde la primera frase. Una invencin supone siempre alguna ilegalidad, la ruptura de un contrato implcito, introduce un desorden en el apacible orden de las cosas, perturba los bienestares.1) La pregunta del hijoCiertamente, Cicern no hubiese aconsejado a su hijo que comenzara as. Ustedes ya lo saben, es para responder a la pregunta y al deseo de su hijo que Cicern defini un da, una vez entre otras, la retrica de la invencin oratoria.[i]Aqu se impone una referencia a Cicern. Para hablar de la invencin, nos es necesario siempre recordar una latinidad de la palabra. Es la que marca la construccin del concepto y la historia de la problemtica. Por otra parte, la primera pregunta del hijo de Cicern lleva a la lengua -y sobre la traduccin del Griego al Latn: Studeo, mi pater, Latine ex te audire ea quae mihi tu de ratione dicendi Graece tradisti, si modo tibi est otium et si vis. (Me ardo del deseo, padre, de escucharte decir en latn esas cosas que t me has dado (dispensado, relacionado, entregado o traducido, legado) en griego, al menos, si t tienes el placer y si t lo quieres.)Cicern padre responde a su hijo. Le dice primeramente, como en eco o como en rplica narcisista, que su primer deseo de padre, es que su hijo sea lo ms sabio posible (doctissimum). Por medio de su pregunta ardiente, el hijo ha ido ms all de la pregunta paterna, su deseo arde del deseo de su padre que no tiene pues dificultad en satisfacerlo y en reapropirselo satisfacindoselo. Luego el padre ensea a su hijo que la fuerza propia, la vis del orador, consiste en las cosas que l trata, (las ideas, los objetos, los temas) as como tambin en las palabras, hay que distinguir entre la invencin y la disposicin, la invencin que encuentra o descubre las cosas, la disposicin que las sita, las localiza, las pone disponindolas: res et verba invenienda sunt et conlocanda. Sin embargo la invencin se aplica propiamente a las ideas, a las cosas de las cuales se habla, y no a la elocucin o las formas verbales. Con respecto a la disposicin, que sita tanto las palabras como las cosas, la forma como el fondo, se la asocia a menudo con la invencin; precisa entonces Cicern padre: la disposicin, la preparacin de los lugares concierne pues tanto a las palabras como a las cosas. Tendramos entonces, por una parte, la pareja invencin-disposicin para las ideas o las cosas, y por otra parte, la pareja elocucin, disposicin para las palabras o para la forma.Se trata de poner en su lugar uno de los topoi filosficos ms tradicionales. El que nos recuerda Paul de Man en su muy hermoso texto titulado Allegory of Persuasion de Pascal. Quisiera dedicar esta conferencia a la memoria de Paul de Man. Permtanme hacerlo muy simplemente, tratando de pedirle prestado todava, entre todas las cosas que nosotros hemos recibido de l, algn rasgo de la serena creacin que marcaba la fuerza y el brillo de su pensamiento. Yo quera hacerlo extensivo tambin a Cornell porque fue donde ense y donde cuenta con muchos amigos y antiguos colegas o estudiantes. El ao, pasado, en ocasin de una conferencia anloga, recordaba que fue uno de los primeros intermediarios entre esa universidad y yo, cuando diriga en 1967 el programa de Cornell en Pars. Fue entonces que aprend a conocerlo, a leerlo, a escucharle y comenz una amistad entre nosotros cuya fidelidad no tuvo sombra y permanecer como uno de los ms raros y preciosos rasgos de luz.En Allegory of Persuasion de Pascal, Paul de Man prosigue su incesante meditacin sobre el tema de la alegora. Y es as, ms o menos directamente, de la invencin como alegora (invencin del otro), como mito o como fbula que les hablar hoy. Despus de haber subrayado que la alegora es sequential and narrative, tanto que the topic of its narration no sea necessarily temporal at all, Paul de Man insiste sobre las paradojas de lo que se podra llamar la tarea de la alegora o la exigencia alegrica: Allegory is the purveyor of demanding truths, and thus its burden is to articulate an epistemological order of truths, and deceit with a narrative or compositional order of persuasion. Y en el mismo desarrollo cruza la distincin clsica de la retrica como invencin y de la retrica como disposicin:A large number of such texts on the relationship between truth and persuasion exist in the canon of philosophy and rhetoric, often crystallized around such traditional philosophical topoi as the relationship between analytic and synthetic judgments, between propositional and modal logic between logic and mathematics, between logic and rhetoric, between rhetoric as inventio and rhetoric as dispositio, and so forth. Si tuviramos tiempo, nos hubiramos preguntado porqu y cmo, en el derecho positivo que se instituye entre los siglos XVII y XIX, el derecho de autor, o la propiedad de un inventor en el dominio de las artes y las letras no tiene en cuenta ms que la forma y la composicin. Este derecho excluye toda consideracin de las cosas, del contenido, de los temas o del sentido. Todos los textos de derecho lo subrayan, al precio de dificultades o confusiones: la invencin no puede marcar su originalidad ms que en los valores de forma y composicin. Las ideas, ellas, pertenecen a todo el mundo. Universales por esencia, no sabran dar lugar a un derecho de propiedad. Hay all una traicin, una mala traduccin o un desplazamiento de la herencia ciceroniana?. Dejemos esta cuestin suspendida. Quera solamente comenzar por un elogio del padre Cicern. Incluso si l no hubiera inventado jams otra cosa, encuentro mucha vis, mucha inventiva, alguien que abre el discurso sobre el discurso, un tratado del arte oratorio y un escrito sobre la invencin al que llamar la pregunta del hijo, como pregunta de ratione dicendi que se encuentra: es tambin una escena de traditio en tanto que tradicin, transferencia y traduccin, se podra decir tambin una alegora de la metfora. El nio que habla, interroga, pregunta, con celo, (studium), tes el fruto de una invencin?. Se inventa un nio?. Esta pregunta va a resonar ms lejos. Concierne primero al hijo, legtimo y portador del nombre?. Qu voy a poder inventar yo todava?.De un discurso sobre la invencin, se espera ciertamente que responda a su promesa o que honre un contrato: deber tratar de la invencin. Pero se espera tambin -la letra del contrato lo implica- que proponga algo de indito, en las palabras o en las cosas, en el enunciado o en la enunciacin, sobre el tema de la invencin. Por poco que sea, para no decepcionar, debera inventar. A pesar de todo lo equvoco de esta palabra o de este concepto, la invencin, ustedes ya estn comprendiendo algo de lo que quera decir. Por eso este discurso debe presentarse como una invencin. Sin pretender ser inventivo del principio al fin y continuamente, debe explotar un fondo vagamente comn de las fuentes y de las posibilidades reglamentadas para firmar, de alguna forma, una proposicin inventiva, al menos una, y no podr interesar el deseo del oyente ms que en la medida de esta innovacin firmada. Pero, es aqu donde la dramatizacin y la alegora comienzan; tendr tambin necesidad de la firma del otro, de su contrafirma, digamos aqu la del hijo que no es la invencin del padre. Un hijo deber reconocer la invencin como tal, como si el heredero quedara slo como juez (retengan esta palabra de juicio), como si la contrafirma del hijo detentara la autoridad legtimamente. Pero al presentar una invencin y al presentrsele como una invencin, el discurso del cual hablo, deber hacer evaluar, reconocer y legitimar su invencin por otro que no sea de la familia: por el otro como miembro de una comunidad social y de una institucin. Pues una invencin no puede jams estar privada desde el momento que su estatuto de invencin, digamos su brevet, su patente, su identificacin manifiesta, abierta, pblica, debe serle significada y conferida. Traduzcamos: hablando de la invencin, ese viejo tema paternal que se tratar hoy de reinventar, debera acordrsele un certificado de invencin a este discurso. Supone contrato, promesa, compromiso, institucin, derecho, legalidad, legitimacin. No hay invencin natural, y sin embargo la invencin supone tambin originalidad, generacin, engendramiento, genealoga, valores que asociamos a menudo a la genialidad, y por lo tanto, a la naturalidad. De ah la pregunta del hijo, de la firma y del nombre. Vemos que ya se anuncia la estructura singular de semejante acontecimiento. Quin la ve anunciarse?. El padre, el hijo?. Quin se encuentra excluido de esta escena de la invencin?. Quin es el otro de la invencin?. El padre, el hijo, la hija, la mujer, el hermano, la hermana?. Si la invencin nunca es privada, cul es an su relacin con todas las escenas de la familia?.Estructura singular, entonces, de un acontecimiento, porque el acto de palabra del cual hablo debe ser un evento[ii]: en la medida de su singularidad, por otra parte, y sin embargo, por otra parte, esta unicidad har venir o advenir algo nuevo. Debera hacer o hacer venir lo nuevo de una primera vez. Tantas palabras, lo nuevo, el evento, el venir, la singularidad, la primera vez, (First time donde el tiempo se marca en una lengua sin hacerlo en otra) que llevan todo el peso del enigma. Jams una invencin ha tenido lugar, jams se dispone sin algn evento inaugural. No sin algn advenimiento, si entendemos por esta ltima palabra la instauracin para el futuro de una posibilidad o de un poder que permanecer a disposicin de todos. Advenimiento, ya que el acontecimiento de una invencin, su acto de produccin inaugural debe, una vez reconocido, legitimado, refrendado por un consenso social, segn un sistema de convenciones, valer para el futuro. No recibir un estatuto de invencin, por otra parte, ms que en la medida en que esta socializacin de la cosa inventada ser garantida por un sistema de convenciones que le asegurar de la misma forma una inscripcin en una historia comn, la pertenencia a una cultura, herencia, patrimonio, tradicin pedaggica, disciplina y cadena de generaciones. La invencin comienza a poder ser repetida, explotada, reinscripta. Para atenernos a esta red que no es solamente lxica y que no se reduce a los juegos de una simple invencin verbal, nosotros vemos que concurren varios modos de venir o de la venida, en la enigmtica colusin del invenir o del inventio, del evento o del advenimiento, del porvenir, de la aventura y de la convencin. Este enjambre lexical, cmo traducirlo fuera de las lenguas latinas guardando su unidad, la que liga la primera vez la invencin, al venir, a la venida del porvenir, del evento, del advenimiento, de la convencin o de la aventura?. Todas estas palabras de origen latino son ciertamente recogidas por ejemplo, en ingls (e incluso en su uso judicial muy codificado, muy estrecho, el de venida, el de advento reservado a la venida de Cristo), excepto, en el centro del hogar, el venir mismo. Sin duda una invencin vuelve dice el Oxford English Dictionary, the action of coming upon or finding. (Pero ya imagino, en la gratitud y la culpabilidad, la invencin que ser necesaria a los traductores de este texto en todos los lugares donde l explota la institucin de las lenguas latinas.)Pero si esta colusin verbal parece aventurada y convencional tambin hace pensar. Qu hace pensar?. Qu otra cosa?. Cul otro?. Qu es necesario todava inventar en cuanto a venir?. Qu quiere decir venir?. Venir una primera vez?. Toda invencin supone que algo o alguien venga una primera vez. Algo a alguien, o alguien a alguien, y que sea otro. Pero para que la invencin sea una invencin, es decir nica, incluso si esa unicidad debe dar lugar a la repeticin, es necesario que esta primera vez sea tambin una ltima vez, la arqueologa y la escatologa hacindose signo en la irona de un solo instante. Estructura singular, pues, de un acontecimiento que parece producirse hablando de l mismo, por el hecho de hablar de l, desde el momento en que inventa el sujeto de la invencin, abrindose camino, inaugurando o firmando su singularidad, efectundola de alguna manera en el mismo momento en que nombra y describe la generalidad de su gnero y la genealoga de su topos: de inventione, guardando en la memoria la tradicin de un gnero y de quienes lo han ilustrado.En su pretensin de inventar todava, tal discurso, el comienzo inventivo hablando de s mismo, en una estructura reflexiva que no solamente no produce coincidencia y presencia en s, sino que proyecta ms bien el advenimiento del s, de hablar, o de escribir de s mismo como otro, es decir, de la huella. Me contento aqu con nombrar este valor de self-reflexivity que estuvo a menudo en el centro de los anlisis de Paul de Man. Es sin duda ms retorcida de lo que parece. Ha dado lugar a los debates ms interesantes, principalmente en los estudios de Rodolphe Gasch y de Suzanne Gearhardt. Tratar de volver yo mismo otra vez sobre este punto.Hablando de l mismo, tal discurso intentara que fuera admitido por una comunidad pblica, no solamente el valor de verdad general de lo que presenta con respecto al tema de la invencin (verdad de la invencin e invencin de la verdad) sino al mismo tiempo el valor operatorio de un dispositivo tcnico desde entonces a disposicin de todos.2) Fbulas: ms all del speech act.Sin haberlo citado todava, describo desde hace rato, con un dedo apuntado hacia el margen de mi discurso, un texto de Francis Ponge. Es breve: seis lneas en itlicos, siete, si queremos incluir el ttulo (vuelvo en un instante sobre el nmero siete), ms un parntesis de dos lneas en caracteres romanos. A pesar de que se inviertan de una edicin a otra, itlicos y romanos, hacen quiz observar esta descendencia latina de la cual he hablado. Ponge nunca ha cesado de reivindicarla para l mismo y para su potica.De qu gnero procede este texto?. Se trata quizs de una de esas piezas que Bach llamaba sus invenciones, piezas contrapuntsticas a dos o tres voces. Desarrollndose a partir de una corta clula inicial en la cual el ritmo y el contorno meldico son muy claros, esas invenciones se prestan a veces a una escritura esencialmente didctica.[iii] El texto de Ponge dispone de una clula inicial, en el sintagma Par le mot par... (Por la palabra por...) No designar esta invencin por su gnero, sino por su ttulo, a saber, por su nombre propio, Fbula.[iv]Este texto se llama Fbula. Este nombre propio tiene, si podemos decir, un nombre de gnero. Un ttulo, siempre singular como una firma, se confunde aqu con un nombre de gnero, como una novela que se llamara novela, o invenciones invenciones. Podramos apostarlo, esta titulada Fbula, construida como una fbula hasta en la moralidad final, tratar de la fbula. La fbula, la esencia de lo fabuloso de la cual pretender decir la verdad, ser tambien un tema general. Topos: fbula.Leo entonces Fbula, la fbula Fbula.FABULAPar le mot par commence donc ce texte Dont la premire ligne dit la vrit,Mais ce tain sous lune et lautrePeut-il tre tolr?Cher lecteur dj tu jugesLa de nos difficults...(APRES sept ans de malheursElle brisa son miroir).Por la palabra por comienza pues este texto En el que la primera lnea dice la verdad,Pero este estao bajo una y otraPuede ser tolerado?Querido lector t ya juzgasDe ah nuestras dificultades...(DESPUES de siete aos de desgraciasElla quebr su espejo).Por qu he deseado dedicar la lectura de esta fbula a la memoria de Paul de Man?.En primer lugar porque se trata de un escrito de Francis Ponge, Me acuerdo tambin de su comienzo. El primer seminario que di en Yale luego de la invitacin y la presentacin de Paul de Man, fue un seminario sobre Francis Ponge. Se titulaba La Cosa, dur tres aos, y trat tambin de la deuda, de la firma, de la contrafirma, del nombre propio y de la muerte.Adems porque esta fbula constituye tambin, en el cruce singular de la, irona y la alegora, un poema de la verdad. Se presenta irnicamente como una alegora cuya primera lnea dice la verdad: verdad de la alegora y alegora de la verdad, verdad como alegora. Las dos son invenciones fabulosas, entindase por eso invenciones del lenguaje (fari o phanai, es hablar) como invencin del mismo y del otro, de s mismo y del otro, de s mismo como del otro. Es lo que vamos a tratar de demostrar.Lo alegrico se marca aqu en el tema y en la estructura. Fbula dice la alegora, el movimiento de una palabra para pasar a la otra, al otro lado del espejo. Esfuerzo desesperado de una palabra desgraciada por franquear lo especular que ella constituye en s misma. Diramos en otro cdigo que Fbula formula en acto la cuestin de la referencia, de la especularidad del lenguaje o de la literatura y la posibilidad de decir el otro o de hablar al otro. Veremos como lo hace pero a partir de ahora sabemos que se trata justamente de la muerte, de ese momento de duelo donde la ruptura del espejo es a la vez lo ms necesario y lo ms difcil. Lo ms difcil porque todo lo que nosotros decimos, hacemos, lloramos, tan tensos como nosotros estemos hacia el otro, permanece en nosotros. Una parte de nosotros est herida y nos toca mantenernos en el trabajo del duelo y de la Erinnerung. Incluso si esta metonimia del otro en nosotros constituyera ya la verdad y la posibilidad de la relacin al otro vivo, la muerte la manifiesta en algo ms de luz. Es por eso que la ruptura del espejo es all todava ms necesaria, porque es el instante de la muerte, el lmite de la reapropiacin narcisista se vuelve terriblemente cortante, crece y neutraliza el sufrimiento: no lloremos ms por nosotros, lamentablemente ya no se puede tratar ms que del otro en nosotros. La herida narcisista se acrecienta hacia el infinito hasta no poder ms ser narcisista y de no poder ms apaciguarse en esta Erinnerung que llamamos trabajo del duelo. Ms all de la memoria interiorizante, es necesario entonces pensar otra manera de recordarse. Ms all de la Erinnerung, se tratara entonces de la Gedchtnis, para retomar esta distincin hegeliana sobre la cual Paul de Man no cesaba de volver en estos ltimos tiempos para introducir la filosofa hegeliana como alegora de un cierto nmero de disociaciones, por ejemplo, entre filosofa e historia, experiencia literaria y teora literaria.[v]Antes de ser un tema, antes de decirnos el otro, el discurso del otro o hacia el otro, la alegora es aqu la estructura de un acontecimiento. Y eso, en primer lugar, por su forma narrativa. La moralidad de la fbula, si podemos decir, se parece al desenlace de una historia en curso. La palabra despus viene en letras maysculas a secuencializar la singular consecuencia del pues -escansin lgica y temporal que aparece en primera lnea para no concluir ms que en un comienzo. El parntesis que viene despus marca el fin de la historia, pero en un momento, veremos invertirse los tiempos.Fbula, esta alegora de la alegora, se presenta pues como una invencin. En principio porque esta fbula se llama Fbula. Ante todo otro anlisis semntico y sin desmedro de la justificacin que se har ms tarde, adelanto aqu una hiptesis; en el interior de un rea de discursos que casi se ha estabilizado desde alrededor de fines del Siglo XVII europeo, no hay ms que dos grandes clases de ejemplos autorizados para la invencin. Por una parte, se inventan historias (cuentos ficticios o fabulosos) y por otra, mquinas, dispositivos tcnicos, en el sentido ms amplio de esta palabra. Se inventa fabulando, por la produccin de cuentos donde no corresponde una realidad fuera del cuento, (una coartada por ejemplo) o bien se inventa produciendo una nueva posibilidad operatoria, (la imprenta o un arma nuclear, y asocio a propsito de los dos ejemplos, la poltica de la invencin -que ser mi tema- que trata siempre a la vez poltica de la cultura y poltica de la guerra). Invencin como produccin en los dos casos -y dejo en esta ltima palabra una cierta indeterminacin por el momento. Fbula y fictio, por una parte, tekhn, epistem, istoria, methodos por la otra, es decir arte o saber-hacer, saber y bsqueda, informacin, procedimiento, etc.. He aqu deca yo, por el momento, sobre un modo un poco dogmtico o elptico, los dos nicos registros posibles y rigurosamente especficos para toda invencin de hoy. Digo bien hoy pues toda esta determinacin semntica parece relativamente moderna. El resto puede parecerse a la invencin pero no es reconocido como tal. Y trataremos de comprender cul puede ser la unidad o el acuerdo invisible entre estos dos registros.Fbula, la fbula de Francis Ponge se inventa en tanto que fbula. Cuenta una historia aparentemente ficticia, que parece durar siete aos. Y la octava lnea la recuerda. Pero al principio Fbula cuenta una invencin, se cuenta y se describe ella misma. Desde el principio se presenta como un principio, la inauguracin de un discurso y de un dispositivo textual. Hace lo que dice, no contentndose por enunciar como lo hizo, creo, Valry, Au commencement tait la fable (Al principio era la fbula). Esta ltima frase, mimando pero tambin traduciendo las primeras palabras del Evangelio de Juan (Al principio fue el logos) es sin duda una demostracin performativa de eso mismo que dice. Y fbula, como logos, dice bien decirlo, habla de la palabra. Pero Fbula, de Ponge, al inscribirse irnicamente en esta tradicin evanglica, revela y pervierte o ms bien aclara por una ligera perturbacin, la extraa estructura del envo o del mensaje evanglico, en todo caso de su incipit, que dice que en el incipit est el logos. Fbula, es simultneamente, gracias a un giro de la sintaxis una especie de performativo potico que describe y efecta, sobre la misma lnea, su propio engendramiento. Todos los performativos no son reflexivos, de alguna manera, no se describen, no se constatan como performativos en el momento en que ellos tienen lugar. Este lo hace, pero su descripcin constativa no es otra que la performativa misma. Por la palabra por comienza pues este texto. Su comienzo, su invencin o su primera venida no adviene antes de la frase que cuenta justamente este acontecimiento. El cuento (le rcit) solo la venida de lo que l cita, recita, verifica o describe. Nos cuesta discernir -en verdad es indecidible- la fase contada y la fase contante) que se inventa inventando el cuento de su invencin. El cuento se da a leer, es una leyenda puesto que lo que cuenta no tiene lugar ni antes ni fuera de l, que produce el acontecimiento que cuenta: pero es una fbula legendaria o una ficcin en un solo verso y dos versiones o dos vertientes del mismo. Invencin del otro en el mismo -y hacia el mismo de todos los lados de un espejo cuyo estao no puede ser tolerado. El segundo caso de la palabra por, cuya tipografa misma cita el primer caso, incipit absoluto de la fbula, instituye una repeticin o una reflexibilidad originaria que, al dividir el acto inaugural al mismo tiempo es evento inventivo y relacin o archivo de invencin, permitndole tambin desplegarse para no decir nada ms que lo mismo, l mismo, invencin dehiscente y replegada del mismo, en el instante en que tiene lugar. Y ya se anuncia, como sufrimiento, el deseo del otro -y de romper un espejo. Pero el primer por, citado por el segundo, pertenece en verdad a la misma frase que l, es decir, a la que constata la operacin o el evento: que sin embargo no tiene lugar ms que por la cita descriptiva y en ningn otro lado, ni antes que ella. En esta terminologa de la speech act theory, se dira que el primer por est utilizado (used), el segundo citado o mencionado (mentioned). Esta distincin parece pertinente cuando se la aplica a la palabra por. Lo es todava en la escala de la frase entera?. El por utilizado forma parte de la frase mencionante pero tambin mencionada, en un momento de la cita, y es as que est utilizado, lo que cita la frase, no es nada ms, de por en por, que ella misma que est por citarse, y los valores de uso no son en ella ms que sub-conjuntos del valor de mencin. El acontecimiento inventivo es la cita y el cuento. Dentro del cuerpo de un solo verso, sobre una sola lnea dividida, el acontecimiento de un enunciado confunde dos funciones absolutamente heterogneas, uso y mencin, pero tambin heterorreferencia y autorreferencia, alegora y tautogora. No est ah toda la fuerza inventiva, el golpe de esta fbula?. Pero esta vis inventiva no se distingue de cierto juego sintctico con los lugares, es tambin un arte de la disposicin.Si Fbula es a la vez performativa y constativa desde su primera lnea, este efecto se propaga dentro de la totalidad del poema as engendrado. Nos encargaremos de verificarlo, el concepto de invencin distribuye sus dos valores esenciales entre los dos polos del constativo (descubrir o develar, manifestar o decir lo que es) y del performativo (producir, instituir, transformar). Pero toda la dificultad radica en la figura de la co-implicacin de estos dos valores. En este sentido, Fbula es ejemplar desde su primera lnea. Inventa por el solo acto de enunciacin que a la vez hace y describe, opera y constata. La y no asocia dos gestos diferentes. La constatacin es lo performativo mismo puesto que no constata nada que le sea anterior o extrao. Y performa constatando la constatacin -y nada ms. Relacin consigo muy singular, reflexin que produce la auto-reflexin de s mismo produciendo el acontecimiento por el gesto mismo que lo cuenta. Una circulacin infinitamente rpida -tal es la irona y el tiempo de este texto- hace pasar al instante el valor performativo al lado del valor constativo e inversamente. Paul de Man nos habla aqu o all de la indecidibilidad como aceleracin infinita y por lo tanto insoportable. Que la diga a propsito de la distincin imposible entre ficcin y autobiografa, eso se relaciona con nuestro texto que juega as entre la ficcin y la intervencin implcita de un cierto yo del cual hablar ms adelante. Con respecto a la irona, Paul de Man describe siempre la temporalidad propia como estructura del instante, de lo que se vuelve shorter and shorter and always clmax in the single brief moment of a final pointe La irona es una estructura sincrnica pero nosotros veremos ms adelante cmo ella puede no ser ms que la otra cara de una alegora que aparece siempre desplegada en la diacrona del cuento. Y recin ah Fbula sera ejemplar. Su primera lnea no habla ms que de s misma, es inmediatamente metalingstica pero es un metalenguaje que no sobresale, un metalenguaje inevitable e imposible puesto que no hay lenguaje anterior a l, no hay objeto anterior, exterior o inferior para este metalenguaje. Aunque todo en esta primera lnea -que dice la verdad de (la) Fbula- es a la vez lenguaje primero y metalenguaje segundo- y nada lo es. No hay metalenguaje, repite la primera lnea, no hay ms que eso dice el eco, o Narciso. La propiedad del lenguaje de siempre poder sin poder hablar de s mismo, as queda demostrada en acto y segn un paradigma. Me remito todava a ese pasaje de Allegories of Reading en donde Paul de Man vuelve a tomar la cuestin de la metfora y del Narciso de Rousseau. De ah extraigo algunas proposiciones dejndoles a ustedes reconstituir la trama de una demostracin compleja: to the extent that all language is conceptual, it already speaks about language and not about things (...) All language is language about denomination, that is, a conceptual, figural, metaphorical language () If all language is about language, then the paradigmatic linguistic model is that of an entity that confronts itself. La oscilacin infinitamente rpida entre performativo y constativo, lenguaje y metalenguaje, ficcin y no-ficcin, auto y heterorreferencia, etc., no produce solo una inestabilidad esencial. Esta inestabilidad constituye el acontecimiento mismo, digamos la obra, cuya invencin perturba normalmente, si podemos decir, las normas, los estatutos y las reglas. All llama a una nueva teora y a la constitucin de nuevos estatutos y de nuevas convenciones capaces de tomar en cuenta la posibilidad de tales acontecimientos y de medirse con ellos. No estoy seguro que en su estado actual la representacin dominante del speech act theory sea capaz de hacerlo, no mucho ms, por otra parte, que las teoras literarias de tipo formalista o hermenutica (semantista, tematista, intencionalista, etc.).Sin arruinarla totalmente puesto que tiene tambin necesidad de ella para provocar el cuento, la economa fabulosa de una pequea frase muy simple (perfectamente inteligible y normal en su gramtica) desconstruye espontneamente la lgica oposicional que se establece en la distincin intocable del performativo y del constativo y de tantas otras distinciones anexas. Es que en este caso el efecto de desconstruccin se establece a fuerza de un acontecimiento literario?. Qu hay de la literatura y de la filosofa en esta escena fabulosa de la desconstruccin?. No abordar aqu de frente este enorme problema. Me contentar con hacer algunas observaciones.1) Suponiendo incluso que sepamos qu es la literatura, e incluso si por la convencin en uso se clasifique Fbula en la literatura, no es seguro que sea totalmente literaria (y por ejemplo no-filosfica: desde que ella habla de la verdad y pretende decirla expresamente), ni que su estructura desconstructiva no pueda encontrarse en otros textos que no se consideran literarios. Estoy persuadido que la misma estructura, tan paradojal como parece, se encuentra en los enunciados cientficos y sobre todo jurdicos, y entre los ms doctos de ellos, por lo tanto entre los ms inventivos.2) Con respecto a este tema, citar y comentar brevemente otro texto de Paul de Man que cruza de manera muy densa todos los motivos que nos ocupan en este momento: performativo y constativo, literatura y filosofa, posibilidad o no de la desconstruccin. Es la conclusin de Rhetoric of persuasion (Nietzsche), en Allegories of Reading:If the critique of metaphysics is structured as an aporia between performative and constative language, this is the same as saying that it is structured as rhetoric. And since, if one wants to conserve the term literature, one should hesitate to assimilate it with rhetoric, then it would follow that the deconstruction of metaphysics, or philosophy, is an impossibility to the precise extent that it is literary this by no means resolves the problem of the relationship between literature and philosophy in Nietzsche, but it at least establishes, a somewhat more reliable point of reference from which to ask the question.Este pargrafo abriga demasiados matices, pliegues, reservas, para que podamos aqu, en tan poco tiempo, desplegar todo lo que ponen en juego. Arriesgar solamente esta glosa un poco elptica esperando volver ah ms pacientemente otra vez: hay sin duda ms irona de lo que parece, me parece a m, habla de la imposibilidad de una desconstruccin de la metafsica to the precise extent that it is literary. Al menos es por esta razn, pero habra otras, que la descostruccin ms rigurosa no se ha presentado jams como extraa a la literatura, ni sobre todo como algo posible. Y yo dira que no pierde nada confesndose imposible, y quienes se regocijaran por eso demasiado rpido no perderan nada con esperar. El peligro para una tarea de desconstruccin, sera ms bien la posibilidad, y el volverse un conjunto disponible de procedimientos regulados, de prcticas metdicas, de caminos accesibles. El inters de la desconstruccin, de su fuerza y de su deseo si los tiene, es cierta experiencia de lo imposible: es decir, -volver al fin de esta conferencia-, del otro, la experiencia del otro como invencin de lo imposible, en otros trminos como la nica invencin posible. Con respecto a saber dnde situar la insituable literatura a este respecto es tambin una cuestin que dejar de lado por el momento.Fbula se da pues, por s misma, para s misma, un brevet de invencin. Y es la invencin, su golpe doble. Esta singular duplicacin de por en por, es aqu destinada a una especulacin infinita, y la especularizacin parece en primer lugar tomar o helar [glacer] el texto. Lo paraliza o lo hace girar ah mismo a una velocidad nula o infinita. Lo fascina en un espejo [glace] de desgracia. La ruptura de un espejo, dice la palabra de la supersticin, anuncia la desgracia por siete aos. Aqu, con otro carcter tipogrfico y entre parntesis, es despus de siete aos de desgracias que ella rompi el espejo. Despus est en maysculas en el texto. Extraa inversin. Sera tambin un efecto de espejo, una suerte de reflexin del tiempo?. Pero si esta cada de Fbula, que asegura entre parntesis el rol clsico de una especie de moralidad, retiene algo de reversin en la primera lectura, no es solamente a causa de esa paradoja. No es solamente porque invierte el sentido o la direccin del proverbio supersticioso. A la inversa de las fbulas clsicas, esta moralidad es el nico elemento de forma explcitamente narrativa (digamos pues alegrico). Una fbula de La Fontaine hace en general lo contrario: una narracin, despus una moralidad en forma de sentencia o de mxima. Pero en cuanto a la narracin que aqu viene entre parntesis y en conclusin, en lugar de la moralidad, no sabemos dnde situar el tiempo invertido al cual se refiere. Cuenta lo que hubiera pasado antes o lo que pasa despus de la primera lnea?.O todava sera el tiempo propio de todo el poema?. La diferencia de los tiempos gramaticales (Pasado simple de la moralidad alegrica despus de un presente continuo) no nos permite decidir eso. Y no se sabe si la desgracia, los siete aos de desgracia que estamos tentados a sincronizar con las siete lneas precedentes se dejan contar por la fbula o se confunden simplemente con la desgracia del cuento, esta afliccin de un discurso fabuloso que no puede ms que reflejarse sin salir de s. En este caso, la desgracia sera el espejo mismo. Y lejos de dejarse anunciar por la ruptura de un espejo, consistira, de ah lo infinito de la reflexin, en la presencia misma y la posibilidad del espejo, en el juego especular asegurado por el lenguaje. Y jugando un poco con estas desgracias de performativos o de constativos que no lo son jams porque se parasitan uno al otro, estaramos tentados a decir que esta desgracia, es tambin la esencial infelicidad de estos speech acts.En todo caso, por todas estas inversiones y perversiones, por esta revolucin fabulosa, estamos en el cruce de lo que Paul de Man llama alegora e irona. Sin poder adentrarme aqu, situar, en la relectura si es necesario de The Rhetoric of Temporality, por ejemplo, tres momentos o tres motivos.1) El de una conclusin provisoria (Provisional conclusion pg. 222) que liga la alegora y la irona en el descubrimiento, se puede decir la invencin, of a truly temporal predicament. Veamos algunas lneas que parecen escritas para Fbula.The act of irony, as we now understand it, reveals the existence of a temporality that is definitely not organic, in that it relates to its source only in terms of distance an difference and allows for no end, for no totality (es precisamente el espejo). Irony divides the flow of temporal experience into a past that is pure mystification and a future that remains harassed forever by a relapse within the inauthentic. It can know this inauthenticity but can never overcome it. It can only restate and repeat it on an increasingly conscious level, but it remains endlessly caught in the impossibility of making this knowledge applicable to the empirical world. It dissolves in the narrowing spiral of a linguistic sign that becomes more and more remote from its meaning. and it can find no escape from this spiral. The temporal void that it reveals is the same void we encountered when we found allegory always implying an unreachable anteriority. Allegory and irony are linked in their common discovery of a truly temporal predicament. (yo subrayo).2) Un poco ms lejos, Paul de Man presenta la irona como la imagen especular invertida de la alegora: the fundamental structure of allegory reappears here (en uno de los poemas de Lucy Gray de Wordsworth) in the tendency of the language towards narrative, the spreading out along the axis of an imaginary time in order to give duration to what is, in fact, simultaneous within the subject, the structure of irony, however, is the reversed mirror-image of this form (p. 225) (yo subrayo).3) Y en fin, para reunir estas dos imgenes de espejo invertidas: Irony is a synchronic structure, while allegory appears as a successive mode capable of engendering duration as the illusion of a continuity that it knows to be illusionary. Yet the two modes, for al their profound distinction in mood and structure, are the two faces of the same fundamental experience of time. (p. 226) (yo subrayo). Dejemos a la palabra predicamento (y la palabra es un predicamento) y todas sus connotaciones, y hasta las ms adventicias (adventicious). El espejo es aqu el predicamento: una situacin necesaria o fatal, una casi naturaleza, de la cual podra definirse con toda neutralidad el predicado o la categora, pero tambin el peligro amenazante de una situacin tal, la maquinaria tcnica, el artificio que la constituye: uno es presa de la trampa del espejo. Me gusta pronunciar aqu el vocablo trampa: fue, hace algunos aos, un tema favorito de discusiones elpticas y divertidas entre Paul de Man y yo.Fbula, pues: una alegora que dice irnicamente la verdad de la alegora que est presentando, y al hacerlo, decirlo a travs de un juego de personas y de mscaras. Las cuatro primeras lneas: en la tercera persona del presente del indicativo (modo aparente del constativo, aunque es del yo que Austin nos dice que tiene en presente el privilegio del performativo, el que puede encontrarse aqu implcito). En estas cuatro lneas, las dos primeras son afirmativas, las otras dos interrogativas. Las lneas 5 y 6 podran explicitar la intervencin implcita de un yo en la medida en que dramaticen la escena al dirigirse al lector, por la desviacin de un apstrofe o parbasis. Paul de Man presta mucha atencin a la parbasis principalmente tal como la evoca Schlegel en relacin con la irona. Lo hace an en Rhetoric of Temporality (p. 222) y en otro lado. El tu ya juzgas es a la vez performativo y constativo, l tambin, y nuestras dificultades, son tambin las del autor y del yo implcito de un firmante, de la fbula que se presenta ella misma, o bien de la comunidad fbula-autor-lectores. Pues todos se complican con las mismas dificultades, todos las reflexionan y as todos pueden juzgar.Pero quin es ella?. Quien rompi su espejo?. Quizs Fabula, la fbula en s misma, que aqu es verdaderamente, el tema. Quizs la alegora de la verdad, incluso la Verdad en s misma, y es a menudo segn la alegora, una Mujer. Pero el femenino puede tambin refrenda la irona del autor. Hablara del autor, le dira o le mostrara a l mismo en su espejo. Se dira entonces de Ponge lo que Paul de Man, interrogndose sobre el she de uno de los poemas de Lucy Gray (she sheemed a thing that could not feel) dice de Wordsworth: Wordsworth is one of the few poets who can write proleptically about their own death and speak, as it were, from beyond their own graves. The "she" in the poem is in fact large enough to encompass Wordsworth as well (pag. 225).A ella, en esta fbula, la llamar Psych. Ustedes saben que Psych la amada de Cupido, desaparece cuando ve a Eros, al levantarse el sol. Ustedes conocen la fbula de Psych de Rafael, se la encuentra en la Farnesina. Se dice tambin de Psych que perdi a su marido al querer contemplarlo a pesar de que se le hubiera prohibido. Pero una psych, homnima y no comn, es tambin un espejo grande y doble instalado sobre un dispositivo giratorio. La mujer, digamos Psych, su belleza o su verdad, puede reflejarse all, admirarse, o adornase de la cabeza a los pies. Psych no es nombrada por Ponge que bien podra haber dedicado por irona su fbula a La Fontaine, Ponge a menudo ha manifestado su admiracin por quien supo ilustrar, la literatura francesa y la fbula de Psych: si prefiero a La Fontaine -su menor fbula- a Schopenhauer o Hegel, yo se bien porqu. Es justamente en Promes.Paul de Man nombra a Psych, no al espejo, sino al personaje mtico. Y lo hace en un pasaje que nos importa mucho puesto que dice tambin la diferencia entre los dos selves, los dos yo-mismos, la imposibilidad de verse y de tocarse al mismo tiempo, la parbasis permanente, y la alegora de la irona: ...this successful combination of allegory and irony also determines the thematic substance of the novel as a whole (La Cartuja de Parma) the underlying mythos of the allegory, this novel tells the story of two lovers who like Eros and Psych, are never allowed to come into full contact with each other. When they can touch, it has to be in a darkness imposed by a totally arbitrary and irrational decision, an act of the gods, the myth is that of the unovercomable distance which must always prevail between the selves, and it thematizes the ironic distance that Stendhal the writer always believed prevailed between his pseudonymous and nominal identities. As such, it reaffirms Schelegl's definition of irony as a permanent parabasis an singles out this novel as one of the few novel of novels, as the allegory of irony. Estas son las ltimas palabras de The Rhetoric of Temporality. (Blidness and Insight p. 228).As, al mismo tiempo, pero con un golpe doble, una fabulosa invencin se hace invencin de la verdad: de su verdad de fbula, de la fbula de la verdad: de la verdad de la verdad como fbula, y de lo que en ella hay de importante respecto al lenguaje, (fari, fbula). Es el duelo imposible de la verdad en y por la palabra. Pues ustedes lo han visto bien, el duelo no ha sido anunciado por la ruptura del espejo sino que consiste en el espejo; ocurre con la especularizacin, el espejo no adviene a l mismo ms que por medio de la intercepcin de la palabra. Es una invencin y una intervencin de la palabra, e incluso aqu de la palabra palabra. La palabra ella misma se refleja en la palabra palabra y en el nombre de nombre. El estao que impide la transparencia y autoriza la invencin del espejo, es una huella de lengua:Por la palabra por comienza pues este textoEn el que la primera lnea dice la verdad,Pero este estao bajo una y otraPuede ser tolerado?Par le mot par commence donc ce texteDont la premire ligne dit la vrit,Mais ce tain sous lune et lautrePeut-il tre tolre?"Entre los dos por, el estao es la palabra que comparte, separa, una parte y otra de s mismo, las dos apariciones de por. Las opone, las pone en consideracin o frente a frente, las liga indisociablemente pero las disocia tambin para siempre. Violencia insoportable, que la ley debera prohibir (este estao puede ser tolerado debajo de las dos lneas o entre las lneas?), prohibir como una perversin de los usos, un desvo de la convencin lingstica. Adems se encuentra que esta perversin obedece a la ley del lenguaje, es completamente normal, ninguna gramtica encuentra nada para objetar a esta retrica. Es necesario hacer un duelo, es lo que reconoce y ordena a la vez el igitur de esta fbula, el pues a la vez lgico, narrativo y ficticio de esta primera lnea: Por la palabra por comienza pues este texto....Este igitur habla para una psych, a ella y frente a ella, con respecto a ella tambin, y psych no sera ms que el espculo giratorio que viene a relacionar el mismo con el otro, esta relacin del mismo con el otro podramos decir jugando: no es ms que una invencin, un espejismo o un efecto de espejo admirable, su estatuto permanece como el de una invencin, de una simple invencin, sobreentiendan ustedes, tcnica. La cuestin permanece: la psych, es una invencin?.El anlisis de esta fbula sera sin fin, lo abandono aqu. Fbula que dice la fbula no inventa slo en la medida en que cuenta una historia que no tiene lugar, que no tiene lugar fuera de ella misma y que no es otra sino ella misma en su propia in(ter)vencin inaugural. Esta no es solamente una ficcin potica cuya produccin viene a hacerse firmar, certificar, conferir un estatuto de obra literaria a la vez por su autor y por el lector, por el otro que juzga (querido lector t ya juzgas...) pero que juzga a partir de su inscripcin en el texto, lugar donde se refrenda y en principio asignado al destinatario. No tiene ese estatuto de invencin ms que en la medida que desde la doble posicin del autor y del lector, del firmante y del refrendatario, propone tambin una mquina, un dispositivo tcnico que debemos poder, en ciertas condiciones y dentro de ciertos lmites, re-producir, repetir, reutilizar, transponer, comprometer en una tradicin y un patrimonio pblico. Tiene pues el valor de un procedimiento, modelo o mtodo, que provee reglas de exportacin, de manipulacin, de variacin. Teniendo en cuenta otras variables lingsticas, una invariante sintctica puede, de modo recurrente, dar lugar a otros poemas del mismo tipo. Y esta factura tipificada que supone una primera instrumentalizacin de la lengua, es realmente una especie de tekhn. Entre el arte y las bellas-artes. Este hbrido de performativo y constativo que desde la primera lnea (primer verso o first line) a la vez dice la verdad (En el que la primera lnea dice la verdad, segn la descripcin y el llamado de la segunda lnea), una verdad que no es otra que la suya propia producindose, se trata de un acontecimiento singular pero tambin una mquina. Haciendo el mismo tiempo un llamado al fondo lingstico preexistente (reglas sintcticas y -tesoro fabuloso de la lengua-, provee un dispositivo reglamentado regulado capaz de engendrar otros enunciados poticos del mismo tipo, una especie de matriz de imprenta. Se puede decir tambin: Con la palabra con se inaugura pues esta fbula, o bien, otras variantes reguladas, ms o menos alejadas del modelo, y que no he tenido el tiempo de multiplicar aqu. Piensen tambin en los problemas de la citacionalidad a la vez inevitable e imposible de una invencin auto-citacional, si por ejemplo digo, como ya lo he hecho: Por la palabra por comienza pues este texto de Ponge intitulado Fbula, pues comienza as: Por la palabra por, etc.... Proceso sin comienzo ni fin que no hace sin embargo ms que comenzar, pero sin poder hacerlo jams puesto que su frase o su fase iniciadora es ya segunda, ya la siguiente de una primera que ella describe antes incluso de que propiamente tenga lugar, en una especie de epgrafe tan imposible como necesario. Es necesario siempre volver a empezar para llegar a comenzar al fin, y reinventar la invencin. Al borde del epgrafe, tratemos de comenzar.Se haba entendido que hablaramos hoy del estatuto de la invencin. Ustedes saben bien que haba ah un contrato que aparece trabajado por algn desequilibrio y que por eso mismo resulta algo provocativo. Es necesario hablar del estatuto de la invencin pero es mejor inventar algo con respecto a eso. Sin embargo no estamos autorizados a inventar ms que en los lmites estatutarios asignados por el contrato y por el ttulo (estatuto de la invencin o invenciones del otro). Una invencin que no se dejara dictar, ordenar, programar por esas convenciones sera desplazada, fuera de puesto, fuera de propsito, impertinente, transgresiva. Y sin embargo, algunos se tentaran con cierta prisa afanosa, a replicar que justamente no habr hoy invencin ms que a condicin de esta desviacin: incluso de esta inconveniencia, dicho de otro modo a condicin que la invencin transgreda, para ser inventiva, el estatuto y los programas que hubisemos querido asignarle.Ustedes sienten dudas, las cosas no son tan simples. Aunque sea poco lo que retengamos de la carga semntica de la palabra invencion, alguna indeterminacin que le dejemos por el momento, tenemos al menos la impresin de que una invencin no debera en tanto que tal y en su surgimiento inaugural, tener un estatuto.En el momento en el cual hace irrupcin, la invencin instauradora debera desbordar, ignorar, transgredir, negar (o al menos la complicacin suplementaria de negar) el estatuto que hubisemos querido asignarle o reconocerle con anterioridad, incluso el espacio en el cual este estatuto, l mismo, toma su sentido y su legitimidad, es decir, todo el medio de recepcin que por definicin no debera nunca estar pronto para acoger una autntica innovacin. En esta hiptesis (que no es la ma por el momento) una teora de la recepcin debera aqu o bien encontrar su lmite esencial o bien complicarse con una teora de las desviaciones transgresivas sin saber muy bien si esa teora sera todava teora y teora de algo como la recepcin. Quedmonos todava un poco en esta hiptesis de buen sentido: una invencin debera producir un dispositivo de desarreglo, abrir un lugar de perturbacin o de turbulencia para todo estatuto que le fuera asignable en el momento en que sobreviene. No es ella entonces espontneamente desestabilizadora, incluso desconstructora?. La pregunta sera entonces la siguiente: cules pueden ser los efectos desconstructores de una invencin?. O inversamente: en qu, un movimiento de desconstruccin lejos de limitarse a las formas negativas o desestructurantes que se prestan a menudo con ingenuidad, puede ser inventivo en s mismo o la seal de una inventividad en obra en un campo sociohistrico?. Y en fin, cmo una desconstruccin del concepto mismo de invencin a travs de toda la riqueza compleja y organizada de su red semntica, puede ella todava inventar?, Inventar ms all del concepto y del lenguaje mismo de la invencin, de su retrica y de su axiomtica?.Yo no trato de conformar la problemtica de la invencin a la desconstruccin. Mi pregunta est en otra parte: Por qu la palabra invencin, esta palabra clsica, gastada, cansada, conoce hoy una nueva vida, un nuevo modo, un nuevo modo de vida?. Un anlisis estadstico de la doxa occidental, estoy seguro, lo hara aparecer: en el vocabulario, los ttulos de libro, la retrica de la publicidad, de la crtica literaria, de la elocuencia poltica, e incluso en las consignas del arte, de la moral y de la religin. Vuelta extraa de un deseo de invencin. Es necesario inventar: no tanto crear, imaginar, producir, instituir sino ms bien inventar; y es en el intervalo entre estas dos significaciones (inventar/crear, inventar/producir, inventar/instituir, inventar/imaginar, etc.) que reside precisamente la singularidad de ese deseo de inventar. Inventar no es esto o aquello, tal tekhn o tal fbula, sino inventar el mundo, un mundo, no Amrica, el Nuevo Mundo, sino un mundo nuevo, otro hbitat, otro hombre, otro deseo incluso, etc. Un anlisis ms fino debera mostrar por qu la palabra invencin se impone ms rpido y ms frecuentemente que otras palabras vecinas (descubrir, crear, imaginar, producir, etc.). Y por qu este deseo de invencin que va hasta el sueo de inventar un nuevo deseo, permanece contemporneo ciertamente a una experiencia de fatiga, de agotamiento, de lo exhausto pero acompaa tambin un deseo de desconstruccin que va hasta a suspender la aparente contradiccin que podra haber entre la desconstruccin y la invencin.La desconstruccin es inventiva o no es, no se contenta con procedimientos metdicos, se abre un camino, marcha y marca; su escritura no es solamente performativa, ella produce reglas -otras convenciones- para nuevas performatividades y no se instala nunca en la seguridad terica de una oposicin simple entre performativo y constativo. Su marcha compromete una afirmacin, que se vincula al venir del acontecimiento, del advenimiento y de la invencin. Pero no puede hacerlo sino desconstruyendo una estructura conceptual e institucional de la invencin que haba reconocido algo de la invencin, de la fuerza de invencin; como si fuese necesario, ms all de un cierto estatuto tradicional de la invencin, reinventar el futuro porvenir.3. Venir, Inventar, Encontrar, Encontrarse.Extraa proposicin. Acabamos de decir que toda invencin tiende a desarreglar el estatuto y quisiramos asignarle el momento en el cual ella tiene lugar. Decimos ahora que se trata para la desconstruccin, de acusar el estatuto tradicional de la invencin misma. Qu hay que decir?.Qu es una invencin?. Qu hace?. Viene a encontrar por primera vez. Todo el equvoco se vuelca sobre la palabra encontrar. Encontrar es inventar cuando la experiencia de encontrar tiene lugar por primera vez. Evento sin precedente cuya novedad puede ser o bien de la cosa encontrada (inventada), (por ejemplo, un dispositivo tcnico que no exista antes: la imprenta, una vacuna, una forma musical, una institucin -buena o mala-, etc.); o bien el acto y no el objeto, el objeto de encontrar o de descubrir (por ejemplo un sentido ahora envejecido, la Invencin de la Cruz[vi]) o la Invencin del Cuerpo de San Marcos del Tintoreto.) Pero en los dos casos, segn los dos puntos de vista (objeto o acto), la invencin no crea una existencia o un mundo como conjunto de los existentes. No tiene el sentido teolgico de una creacin de la existencia como tal ex-nihilo. Descubre por primera vez, devela lo que ya se encontraba all, o produce lo que, en tanto que tekhn, no se encontraba ciertamente ah y no es por lo tanto creada, en el sentido fuerte de la palabra, solamente agenciada a partir de una reserva de elementos existentes y disponibles, dentro de una configuracin dada. Esta configuracin, esta totalidad ordenada que hace posible una invencin y su legitimacin, plantea todos los problemas que ustedes saben y que se denominan totalidad cultural, Weltanschauung, poca, episteme, paradigma, etc. Sea cual sea la importancia de estos problemas, y su dificultad, reclaman todos una elucidacin de lo que inventar quiere decir o lo que implica. En todo caso la Fbula de Ponge no crea nada, en el sentido teolgico del trmino (por lo menos en apariencia), no inventa ms que recurriendo a un lxico y a reglas sintcticas, a un cdigo en vigencia a convenciones a las cuates se somete de una cierta manera. Pero da lugar a un evento, cuenta una historia ficticia y produce una mquina introduciendo una desviacin en el uso habitual del discurso, despistando en cierta medida el hbito de espera y recepcin del cual tiene, sin embargo, necesidad; la fbula forma un comienzo y habla de este comienzo, y en este doble gesto indivisible, inaugura. Es ah que residen esta singularidad y esta novedad sin las cuales no habra invencin.En todos los casos y a travs de todos los desplazamientos semnticos de la palabra invencin, esta permanece en venir, el evento de una novedad que debe sorprender puesto que en el momento en el que sobreviene, un estatuto no poda ser detenido para esperarla y reducirla al mismo.Pero esta aparicin de lo nuevo debe ser debido a una operacin del sujeto humano. La invencin vuelve siempre al hombre como sujeto[vii]. He aqu una determinacin de gran estabilidad, una casi-invariante semntica que deberemos tener en cuenta rigurosamente.Cualquiera sea la historia o la polisemia del concepto de invencin en tanto que se inscriba en la dependencia[viii] de la latinidad, incluso si no est en la propia lengua latina, nunca, me parece, se ha autorizado a hablar de invencin sin implicar all la iniciativa tcnica de lo que se llama el hombre.[ix] El hombre l mismo, y el mundo humano, se define por la actitud de inventar, en el doble sentido de la ficcin narrativa o de la fbula historiante y de la innovacin tcnica o tecno-epistmica (incluso yo digo tekhn y fbula, digo aqu el lazo entre historia y episteme). Nunca se ha autorizado (de ah el estatuto y la convencin) a decir de Dios que inventa, incluso si su creacin -se ha pensado- funda y garantiza la invencin de los hombres; nunca se ha autorizado a decir del animal que inventa, incluso si su produccin y su manipulacin de instrumentos se parece, a veces se dice, a la invencin de los hombres. Por el contrario los hombres pueden inventar dioses, animales, y sobre todo animales divinos.Esta dimensin tecno-epistemo-antropocntrica inscribe el valor de invencin (entindase en su uso dominante y regulado por convenciones) en el conjunto de las estructuras que ligan, de una manera diferenciada, tcnica y humanismo metafsico. Si es necesario hoy reinventar la invencin, ser a travs de las preguntas y de las performances descontructivas que nos llevan a este valor tradicional o dominante de la invencin, que tambin nos lleva a su estatuto mismo y a su historia enigmtica que liga, en un sistema de convenciones, una metafsica a la tecno-ciencia y al humanismo.Alejmonos un poco de estas proposiciones generales, volvamos a la cuestin del estatuto. Si una invencin parece sorprender o perturbar, las condiciones estatutarias, es muy necesario que ella implique o produzca otras condiciones estatutarias, no solamente para ser reconocida, identificada, legitimada, institucionalizada como tal (certificada, se podra decir) sino incluso para producirse, digamos para sobrevenir. Y ah se sita el enorme debate que no es solamente el de los historiadores de las ciencias o de las ideas en general, alrededor de las condiciones de emergencia y de legitimacin de las invenciones. Cmo recortar y cmo nombrar estos conjuntos contextuales que vuelven posible y aceptable tal invencin -desde el momento en que esta a su vez debe modificar la estructura de este contexto mismo?.Ah todava debo contentarme con situar tantas discusiones que se han desarrollado en el curso de estos ltimos decenios alrededor del paradigma, del episteme del corte epistemolgico o de los themata. Por ms inventiva que sea, y para serlo, la Fbula de Ponge, como toda fbula, requiere reglas lingsticas, modos sociales de lectura y de recepcin, un estado de las competencias, una configuracin histrica del campo potico y de la tradicin literaria, etc.Qu es un estatuto?. Como invencin, el vocablo estatuto y no es insignificante, se determina primeramente en el cdigo latino del derecho y tambin de la retrica jurdico-poltica. Antes de pertenecer a este cdigo designa la estancia o la estacin de lo que, dirigindose de manera estable, (se) mantiene de pie, estabiliza o se estabiliza. En este sentido es esencialmente institucional. Define prescribiendo, determina segn el concepto y la lengua lo que es estabilizable bajo forma institucional, en el interior de un sistema y de un orden que son los de una sociedad, de una cultura y de una ley humanas, incluso si esta humanidad se piensa a partir de otra cosa que ella misma, por ejemplo Dios. Un estatuto es siempre humano, siendo tal, no puede ser animal o teolgico. Como la invencin, lo decamos hace un momento. Vemos pues afilarse la paradoja: toda invencin debera burlarse del estatuto pero no hay invencin sin estatuto. En todo caso ni la invencin ni el estatuto pertenecen a la naturaleza, en el sentido corriente de este trmino, es decir en el sentido estatutariamente instituido por la tradicin dominante de la metafsica.Qu nos preguntamos cuando nos interrogamos sobre el estatuto de la invencin?. Nos preguntamos desde el principio qu es una invencin, y qu concepto conviene a su esencia. Ms precisamente, nos interrogamos sobre la esencia que otorgamos para reconocerla, cul es el concepto garantido, el concepto tenido por legtimo con respecto a ella. Este momento de reconocimiento es esencial para poder pasar de la esencia al estatuto. El estatuto, es la esencia considerada como estable, fijada y legitimada por un orden social o simblico en un cdigo, un discurso y un texto institucionalizables. El momento propio del estatuto es social y discursivo, supone que un grupo se entiende para decir, por un contrato al menos implcito: 1. la invencin en general al ser esto o aquello, al reconocerse tales criterios y disponiendo de tal estatuto, muy bien, 2. este acontecimiento singular es exactamente una invencin, tal individuo o tal grupo merece perfectamente el estatuto de inventor, habr tenido una invencin. Puede as tomar la forma de un premio Goncourt o de un premio Nobel.4. Patentes[x]: la invencin del ttulo.Estatuto se entiende pues a dos niveles, uno concierne a la invencin en general, el otro, a tal invencin determinada que recibe un estatuto o su premio por referencia al estatuto general. Siendo irreductible, la dimensin jurdico-poltica, el ndice ms til aqu sera lo que quizs llamamos en francs el brevet de una invencin, en ingls patent. Es primeramente un texto corto, un breve, acto escrito por el cual la autoridad real otorgaba un beneficio o un ttulo, incluso un diploma (hoy incluso es significativo que se hable de brevet de ingeniero, o tcnico para designar una competencia certificada), la patente, es pues, el acto por el cual las autoridades polticas confieren un ttulo pblico, es decir un estatuto. La patente de invencin crea un estatuto o un derecho de autor, un ttulo -y es por eso que nuestra problemtica debera pasar por una problemtica muy compleja, la del derecho positivo de las obras, de sus orgenes y de su historia actual muy agitada por las perturbaciones de todo tipo, en particular las que vienen de las nuevas tcnicas de reproduccin o de la telecomunicacin. La patente de inventor, stricto sensu, no sanciona ms que invenciones tcnicas dando lugar a instrumentos reproductibles pero se puede extenderlo a todo derecho de autor. El sentido de la expresin estatuto de la invencin vine por supuesto de la idea de patente pero no se reduce a esa idea.Por qu he insistido en esto ltimo?. Quizs sea el mejor ndice de nuestra situacin actual. Si la palabra invencin conoce una nueva vida, sobre fondo de agotamiento angustiado pero tambin a partir del deseo de reinventar la invencin misma, y hasta su estatuto, es sin duda que en una escala sin medida comn con la del pasado, lo que llamamos la invencin a certificar se encuentre programada, es decir sometida a poderosos movimientos de prescripcin y de anticipacin autoritarios cuyos modos son mltiples. Y esto sucede tambin en los dominios del arte o de las bellas-artes as como en el dominio tecno-cientfico. Por todas partes el proyecto de saber y de investigacin es en principio una programtica de las invenciones. Podramos evocar las polticas editoriales, los pedidos de los comerciantes de libros o de cuadros, los estudios de mercado, la poltica de la investigacin y las finalizaciones como se dice ahora, que ella determina a travs de las instituciones de investigacin y de enseanza, la poltica cultural, sea o no estatal; podramos tambin evocar todas las instituciones, privadas o pblicas, capitalistas o no, que se declaran ellas mismas como mquinas de producir y de orientar la invencin. Pero a ttulo de ndice no consideremos ms que la poltica de las patentes. Disponemos hoy de estadsticas comparativas con respecto a este tema de las patentes de invencin depositadas todos los aos por todos los pases del mundo. La competencia que est en su pleno apogeo, por razones econmico-polticas evidentes, determina decisiones a nivel gubernamental. En el momento cuando Francia, por ejemplo, consideraba que debe avanzar en esta carrera de las patentes de invencin, el gobierno decide acrecentar tal puesto presupuestal e inyectar fondos pblicos, va tal ministerio, para ordenar, inducir, o suscitar las invenciones certificadas. Segn trayectos ms inaparentes o ms sobredeterminados todava sabemos que tales programaciones pueden investir la dinmica de la invencin dicindose ms libre, la ms salvajemente potica e inaugural. Esta programacin, cuya lgica general, si hubiese una, no sera necesariamente la de representaciones conscientes, pretende, y all logra llegar a veces hasta cierto punto, asignar hasta el margen aleatorio con el cual le es necesario contar y que ella integra en sus clculos de probabilidades. Hace algunos siglos se representaba la invencin como un acontecimiento errtico, el efecto de un golpe de genio individual, de un azar imprevisible. Eso a menudo por una falta de conocimiento, desigualmente extendido, de las obligaciones efectivas de la invencin. Hoy, es quizs debido a que conocemos demasiado la existencia, al menos, sin contar el funcionamiento de las mquinas de programar la invencin, que soamos con volver a inventar la invencin ms all de las matrices del programa. Pues una invencin programada, ces todava una invencin?. Es un acontecimiento donde el porvenir viene a nosotros?.Volvamos modestamente sobre lo andado. El estatuto de la invencin en general, como de una invencin particular, supone el reconocimiento pblico de un origen, ms precisamente de una originalidad. Este debe ser asignable y volver a un sujeto humano individual o colectivo, responsable del descubrimiento o de la produccin de una novedad a partir de entonces disponible para todos. Descubrimiento o produccin?. Primer equvoco, si al menos no se reduce el producir en el sentido de puesta al da por el gesto de conducir o de adelantar, lo que volvera a develar o descubrir. En todo caso, descubrimiento o produccin, pero no creacin. Inventar, es venir a encontrar all, descubrir, develar, producir por primera vez una cosa, que puede ser un artefacto, pero que en todo caso poda encontrarse all de manera todava virtual o disimulada. La primera vez de la invencin no crea jams una existencia y es sin duda por cierta reserva con respecto a una teologa creacionista que se quiere hoy volver a reinventar la invencin. Esta reserva no es necesariamente atea, puede al contrario, querer reservar justamente la creacin a Dios y la invencin al hombre. Ya no se dir que Dios ha inventado al mundo, como una totalidad de las existencias. Podemos decir que Dios ha inventado las leyes, los procedimientos o los modos de clculo para la creacin (dum calculat fit mundus) pero no que ha inventado el mundo.De la misma forma ya no se dir que Cristbal Coln ha inventado Amrica, salvo en el sentido vuelto arcaico segn el cual, como en la invencin de la Cruz, esta vuelve solamente a descubrir una existencia que ya se encontraba ah. Pero el uso o el sistema de convenciones modernas, relativamente modernas, nos prohibira hablar de la invencin cuyo objeto sera una existencia como tal. Si se hablara hoy de la invencin de Amrica o del Nuevo Mundo, se designara ms bien el descubrimiento o la produccin de nuevos modos de existencia, de nuevas formas de aprehender, de proyectar o de habitar el mundo pero no la creacin o el descubrimiento de la existencia misma del territorio llamado Amrica.Ustedes ven pues dibujarse una lnea de divisin o de mutacin en el porvenir semntico o en el uso reglamentado de la palabra invencin. La describir sin endurecer la distincin y mantenindola en el interior de esta gran y fundamental referencia a la tekhn humana, a ese poder mitopotico que asocia la fbula, la narracin histrica o epistmica. Cul es esta lnea de divisin?. Inventar ha significado siempre volver a encontrar por primera vez pero hasta el alba de lo que podramos llamar la modernidad tecno-cientfica y filosfica (a ttulo de indicacin emprica muy vulgar e insuficiente, digamos S. XVII), podramos todava hablar de invencin con respecto a existencias o verdades que, sin ser, naturalmente, creadas por la invencin, son descubiertas por ellas o develadas por primera vez; encontradas ah. Ejemplos: Invencin del cuerpo de San Marcos, todava, pero tambin invencin de verdades, de cosas verdaderas. Es as como la define Cicern en el De Inventione (I-III). Primera parte del arte de oratoria, la invencin es excogitatio rerum verarum, aut verisimilum, quae causam probabilem reddan[xi] La causa en cuestin es la causa jurdica, el debate o la controversia entre las personas determinadas. Pertenece al estatuto de la invencin que ella concierna tambin siempre a las cuestiones jurdicas de estatutos.Luego, segn un desplazamiento ya iniciado pero que me parece se estabiliza en el S. XVII, puede ser entre Descartes y Leibniz, casi ya no hablaremos ms de la invencin como descubrimiento develador de lo que se encontraba ya ah (existencia o verdad) sino cada vez ms, incluso nicamente, como descubrimiento productivo de un dispositivo que podemos llamar tcnico en el sentido amplio, tcno-cientfico o tcno-potico. No se trata solamente de una tecnologizacin de la invencin. Esta siempre estuvo ligada a la intervencin de una tekhn, pero es a partir de esta tekhn que la produccin -y no solamente el develamiento- de un dispositivo maquinal relativamente independiente; l mismo capaz de una cierta recurrencia autorreproductiva y tambin de una cierta simulacin reiterante, va a dominar el uso de la palabra invencin.5. La invencin de la verdadA partir de entonces una desconstruccin de estas reglas de uso y por lo tanto de este concepto de invencin, si quiere ser tambin una re-invencin de la invencin, supone el anlisis prudente de la doble determinacin de la cual aqu formulo la hiptesis. Doble determinacin, doble inscripcin, amplia y estrecha, que forma tambin una especie de escansin que titubeo en llamar histrica y sobre todo a fechar por razones evidentes. Lo que adelanto aqu no puede no tener efecto en el concepto y la prctica de la historia misma.La primera lnea de la divisin atravesara la verdad: La relacin con la verdad y el uso de la palabra verdad. La decisin radicara ah, as cmo toda la gravedad del equvoco. Una cierta polisemia de la palabra invencin puede, gracias a ciertas obligaciones contextuales, dejarse dominar fcilmente. Por ejemplo, en francs, esta palabra designa al menos tres cosas, segn los contextos y la sintaxis de la proposicin. Pero cada una de estas tres cosas se deja a su vez golpear, incluso dividir por un equvoco ms difcil de reducir, pues es esencial.Cules son en principio estas tres primeras significaciones que se desplazan sin gran riesgo de un lugar a otro?. Podemos en primer lugar llamar invencin a la capacidad de inventar, la aptitud supuesta natural y genial de inventar, la inventiva. Se dir de un sabio o de un novelista que tiene invencin. Podemos en seguida llamar invencin al momento, al acto o a la experiencia, esta primera vez del acontecimiento nuevo, la novedad de esto nuevo (que no es forzosamente el otro, lo sugiero al pasar). Y luego, en tercer lugar, se llamar invencin al contenido de esta novedad, la cosa inventada. Recapitulo en un ejemplo estos tres valores referenciales: 1. Leibniz tiene invencin 2. su invencin de la caracterstica universal tuvo lugar en tal fecha y tuvo tales efectos, etc. 3. la caracterstica universal fue su invencin, el contenido y no solamente el acto de esta invencin.Si estos tres valores se dejan cmodamente discernir entre un contexto y otro, la estructura semntica general de la invencin, anterior incluso a esta triplicidad, permanece ms difcil de dilucidar. Antes de la divisin a la cual yo haca alusin hace un momento, pareceran coexistir dos significaciones concurrentes 1) Primera vez, acontecimiento de un descubrimiento, invencin de lo que ya se encontraba ah y se devela como existencia y como sentido y verdad. 2. Invencin productiva de un dispositivo tcnico que no se encontraba ah como tal. Entonces se le da lugar encontrndolo mientras que en el primer caso se encontraba en su lugar, all donde ya se encontraba. Y la relacin de la invencin a la cuestin de lugar -en todos los sentidos de esta palabra- es evidentemente esencial. O bien, como ya he formulado esa hiptesis, el primer sentido de la invencin, el que podramos llamar veritativo, tiende a desaparecer a partir del S. XVII en provecho del segundo, nos sera necesario todava encontrar el lugar donde esta divisin comienza a operarse, un lugar que no fuera emprico o histrico-cronolgico. De dnde viene que no se hable ms de la invencin de la Cruz o de la invencin de la verdad (en cierto sentido de la verdad) para hablar cada vez ms, incluso solamente, de la imprenta, de la navegacin a vapor o de un dispositivo lgico-matemtico, es decir de otra forma de relacin a la verdad?. Como ustedes ven, a pesar de esta transformacin tendencial, en los dos casos se trata de la verdad. Un pliegue o una coyuntura separan, a la vez que juntan, estos dos sentidos del sentido. Son tambin dos fuerzas o dos tendencias que se relacionan as, una con otra, una sobre otra, en su diferencia misma. Tenemos quizs una instantnea furtiva, y temblorosa en estos textos donde invencin significa todava invencin de la verdad en el sentido del descubrimiento que devela lo que se encuentra ya ah pero que, tambin, ya, es invencin de otro tipo de verdad y de otro sentido de la palabra verdad: el de una proposicin judicativa, por lo tanto de un dispositivo lgico-lingstico. Se trata entonces de una produccin, de la tekhn, la ms apropiada, la construccin de una maquinaria que no estaba ah, incluso si este nuevo dispositivo de la verdad debe darse todava con el del primero tipo. Los dos sentidos permanecen muy cercanos, hasta parecer confundidos, en la expresin bastante frecuente de invencin de la verdad. Los creo sin embargo heterogneos. Y me parece tambin que ellos no han cesado nunca de acentuar lo que los separa, el segundo tendera desde entonces a una hegemona sin divisiones. Es verdad que siempre ha animado y por lo tanto imantado el primero, toda la cuestin de la diferencia entre la tekhn pre-modernista y la tekhn moderna residen en el centro de lo que acabo de nombrar rpidamente como esa animacin o imantacin. No tengo tiempo de desarrollar aqu esta inmensa pregunta.En los ejemplos que voy a recordar, podemos tener la impresin de que solo el primer sentido (descubrimiento develante y no descubrimiento productivo) es todava determinante. Pero nunca es tan simple. Primero me limito a tal pasaje de la Lgica o el arte de pensar de Port Royal. Este texto fue escrito en francs y ustedes saben qu rol ha representado en la difusin del pensamiento cartesiano. Lo he elegido porque multiplica las referencias a toda una tradicin que nos importa aqu, principalmente la de la De Inventione de Cicern. En el captulo que trata De los lugares o del mtodo de encontrar argumentos (111, XVII), recordemos que Lo que los Retricos y los Lgicos llaman Lugares, loci argumentorum, son ciertas bases principales, que podemos relacionar con todas las pruebas de las que nos servimos en las diversas materias tratadas: y la parte de la lgica que ellos llaman invencin es solo lo que muestran de estos Lugares.Sobre este tema Ramus est en desacuerdo con Aristteles y con los filsofos de la escuela, porque tratan los Lugares despus de haber dado las reglas de los argumentos, y l pretende contra ellos, que es necesario explicar los Lugares y lo que concierne a la invencin antes de tratar estas reglas. La razn de Ramus es que deberamos haber encontrado la materia antes de pensar en disponer de ella. Ahora bien, la explicacin de los Lugares ensea a encontrar esta materia, en vez de que las reglas de los argumentos no puedan ensear sino la disposicin. Pero esta razn es muy dbil, porque todava aunque sea necesario que la materia sea encontrada para disponer de ella, no es necesario sin embargo, aprender a encontrar la materia antes de haber aprendido a disponerla. Si tuviramos tiempo para detenernos all, veramos mejor cmo este tema de la disposicin o de la collocatio de la cual se debate para saber si debe o no proceder al momento en que se encuentra la materia, (tambin la verdad de la cosa, la idea, el contenido, etc.), no es otro que el de las dos verdades a inventar: verdad de develamiento, verdad como dispositivo proposicional.Pero se trata siempre de encontrar, palabra de una enigmtica y potente oscuridad, principalmente en la irradiacin de sus relaciones con los lugares, con el lugar en el cual uno se encuentra, el lugar que se encuentra, o en el cual eso se encuentra. Qu quiere decir encontrar?. Por ms interesante que sea la etimologa de la palabra, la respuesta no se encuentra ah.Dejemos por un momento dormitar esta cuestin que es tambin cuestin de lengua.[xii]El ars inveniendi o el ordo inveniendi concierne tanto el buscar como el encontrar en el descubrimiento analtico de una verdad que ya se encuentra ah. Para no encontrar al azar de un encuentro o de un hallazgo de una verdad que se encuentra ya ah, es necesario un programa de bsqueda, un mtodo y un mtodo analtico, que se denomina mtodo de invencin. Sigue el ordo inveniendi (distinto del ordo exponandi), es decir, el orden analtico. Hay dos clases de mtodos: uno para descubrir la verdad, que llamamos anlisis o mtodo de resolucin, y que podemos llamar tambin mtodo de invencin; el otro para hacerlo entender a los otros cuando se lo ha encontrado, que llamamos sntesis, o mtodo de composicin, y que tambin podemos llamar mtodo de doctrina. (Lgica de Port Royal, 1v, 11). Transpongamos: qu se dir, a partir de este discurso de la invencin, de una Fbula como la de Francis Ponge?. Su primera lnea descubre, inventa algo?. O bien expone, ensea lo que acaba de inventar en ese instante?. Resolucin o composicin?. Invencin o doctrina?. (continuar).Se puede constatar en La lgica de Port Royal lo que podemos tambin verificar en Descartes o en Leibniz: incluso si debe regularse en una verdad que debe encontrarse en la cosa misma independientemente de nuestros deseos (111, XX, a 1-2), la verdad que nosotros debemos encontrar ah donde se encuentre, la verdad a inventar, es ante todo el carcter de nuestra relacin a la cosa misma y no el carcter de la cosa misma. Y esta relacin debe estabilizarse en una proposicin. La nombraremos a menudo verdad, sobre todo cuando pongamos esta palabra en plural. Las verdades son proposiciones verdaderas (11, 1X; 111, X, 111, xx, b, 1; IV, IX; V, XIII), dispositivos de predicacin. Cuando Leibniz habla de los inventores de la verdad, es necesario recordarlo, como lo hace Heidegger en Der Satz von Grund, se trata de productores de proposiciones y no solamente reveladores. La verdad califica la conexin del sujeto y del predicado. Nunca se ha inventado algo, es decir una cosa. En suma jams se ha inventado nada. Tampoco se ha inventado una esencia de las cosas, en este nuevo universo del discurso, solamente la verdad como proposicin. Y este dispositivo lgico-discursivo puede ser llamado tekhn en el sentido amplio de la palabra. Por qu?. No hay invencin sino a condicin de una cierta generalidad, y si la produccin de una cierta idealidad objetiva (u objetividad ideal) da lugar a operaciones recurrentes, por lo tanto a un dispositivo utilizable. Si el acto de invencin no puede tener lugar ms que una sola vez, el artefacto inventado, ese artefacto debe ser esencialmente repetible, trasmisible y trasponible. Los dos tipos extremos de las cosas inventadas, el dispositivo maquinal por una parte, la narracin ficticia o potica, por otra parte, implican a la vez la primera vez y todas las veces, el acontecimiento inaugural y la iterabilidad. Una vez inventada, si se puede decir, la invencin no es inventada si en la estructura de la primera vez no se anuncia o se promete la repeticin, la generalidad, la disponibilidad comn y por lo tanto la publicidad. De ah el problema del estatuto institucional. Si primero pudiramos pensar que la invencin cuestionara todo estatuto, veramos tambin que no podra existir la invencin sin estatuto. Inventar es producir la iterabilidad y la mquina de reproducir. En un nmero indefinido de ejemplares, utilizables fuera del lugar de invencin, a disposicin de sujetos mltiples en contextos variados. Estos dispositivos pueden ser instrumentos simples o complejos, as como tambin procedimientos discursivos, mtodos, formas retricas, gneros poticos, estilos artsticos, etc. Y por eso, son todos los casos, historias: una cierta secuencialidad debe poder tomar una forma narrativa; al repetir, recitar, re-citar. Debemos poder contarla y rendir cuenta segn el principio de razn. Esta iterabilidad se marca, y por lo tanto se observa, al origen de la instauracin inventiva, la constituye, forma all un recipiente desde el primer instante, una especie de anticipacin retrovertida: por la palabra por....A todo esto la estructura de la lengua -prefiero decir aqu, por razones esenciales, la estructura de la marca o de la huella- no es de ninguna manera extraa o inesencial. La articulacin que junta los dos sentidos de la palabra invencin en la expresin invencin de la verdad, no es fortuito que la percibamos mejor que en otra parte, en Descartes o en Leibniz, cuando ambos hablan de la invencin de una lengua[xiii] o de una caracterstica universal (sistema de marcas independiente de toda lengua natural). Ambos justifican esta invencin fundando el aspecto tecnolgico o tecnosemitico sobre el aspecto veritativo, sobre verdades que son verdades descubiertas y conexiones predicativas en proposiciones verdaderas. Pero este recurso comn a la verdad filosfica de la invencin tcnica no opera en uno y en otro de la misma manera. Esta diferencia debera importarnos aqu. Ambos hablan de la invencin de una lengua o de una caracterstica universal. Ambos piensan en una nueva maquinaria que debera forjarse incluso si la lgica de este artefacto debe fundarse y en verdad encontrarse en la de una invencin analtica. Descartes se sirve en dos oportunidades de la palabra invencin en la clebre carta a Mersenne (20 de noviembre de 1629) con respecto a un proyecto de lengua y de escritura universal:...la invencin de esta lengua depende de la verdadera filosofa; pues es imposible de otra manera enumerar todos los pensamientos de los hombres, y ponerlos en orden, ni siquiera distinguirlos de manera que sean claros y simples, que es a mi entender el mayor secreto que podamos tener para adquirir la buena ciencia... Ahora bien afirmo que esta lengua es posible y que podemos encontrar la ciencia de la que depende, por medio de la cual los campesinos podran juzgar la verdad de las cosas mejor de lo que lo hacen ahora los filsofos... (subrayo).La invencin de la lengua depende de la ciencia de las verdades, pero esta ciencia debe ella misma ser encontrada por aquella y gracias a la, invencin de la lengua que esa ciencia habr permitido, todo el mundo, incluidos los campesinos, podr juzgar mejor la verdad de las cosas. La invencin de la lengua supone y produce la ciencia, interviene entre dos saberes como un procedimiento metdico o tecno-cientfico.Sobre este punto, Leibniz sigue a Descartes, pero si reconoce que la invencin de esta lengua depende de la verdadera filosofa, no depende -agrega l- de su perfeccin. Esta lengua puede ser establecida aunque la filosofa no sea perfecta: y a medida que la ciencia de los hombres se acreciente esta lengua se acrecentar tambin. Mientras esperamos, ser un auxilio maravilloso y para servirse de lo que sabemos, y para saber lo que nos falta y para inventarlos medios de llegar all, pero sobre todo para exterminar las controversias en las materias que dependen del razonamiento. Entonces razonar y calcular ser la misma cosa. (Opsculos y fragmentos inditos. ed. Couturat pgs. 27 y 28).La lengua artificial no se sita solamente en la llegada de una invencin de la cual procedera, procede tambin de la invencin, su invencin sirve para inventar. La nueva lengua es ella misma un ars inveniendi o el cdigo idiomtico de este arte, su espacio de firma. Tal una inteligencia artificial, gracias a la independencia de cierto automatismo, prever el desarrollo y preceder a la culminacin del saber filosfico. La invencin sobreviene y previene, excede el saber, al menos en su estado actual, en su estatuto presente. Esta diferencia de ritmo confiere al tiempo de la invencin la virtud de una apertura productora, incluso si la aventura inaugural debe ser vigilada en ltima instancia teleolgica, por un analitismo fundamental.6. La firma, el arte de inventar, el arte de enviar.Los inventores, dice Leibniz, procesan la verdad, inventan el camino, el mtodo, la tcnica, el dispositivo proposicional, dicho de otro modo, instalan e instituyen.Son los hombres del estatuto tanto como los del camino cuando este se vuelve mtodo. Y eso no sucede nunca sin posibilidad de aplicacin reiterada, por lo tanto sin una cierta generalidad. En este sentido el inventor inventa siempre una verdad general, es decir, la conexin de un sujeto a un predicado.En los Nuevos ensayos sobre el entendimiento humano. Tefilo insiste ...si un inventor no encuentra ms que una verdad particular, no es inventor ms que a medias. Si Pitgoras solo hubiera observado que el tringulo, cuyos lados son 3, 4, 5, presenta la propiedad de que el cuadrado de la hipotenusa es igual a la suma del cuadrado de los lados (es decir que 9 + 16 da 25) habra sido el inventor de esta gran verdad, que comprende a todos los tringulos y que ha pasado como una mxima a todos los gemetras?. (IV, VIII).La universalidad, es tambin la objetividad ideal, por lo tanto la recurrencia ilimitada. Esta recurrencia establecida en la ocurrencia nica de la invencin es lo que confunde, en cierta medida, la firma de los inventores. El nombre de un individuo o de una singularidad emprica no puede estar all asociada ms que de manera inesencial, extrnseca, accidental. Se debera decir aleatoria, incluso. De ah el enorme problema del derecho de propiedad de las invenciones a partir del momento en que, de hecho, muy recientemente, ha comenzado a inscribirse, bajo su firma legislativa, en la historia de Occidente, por lo tanto, del mundo. Celebramos tambin un centenario. Es en 1883 que ha sido firmada la primera gran convencin internacional, la convencin de Pars legislando sobre los derechos de propiedad industrial. No ha sido contrafirmada hasta 1964 por la Unin Sovitica y est en plena evolucin desde la segunda guerra mundial. Su complejidad, el retorcimiento de su casustica tanto como de sus presuposiciones filosficas, lo hacen un objeto sospechoso apasionante. Desgraciadamente es imposible aqu intentar un anlisis minucioso de estos dispositivos jurdicos que, son tambin, invenciones, convenciones inauguradas por actos performativos. En cuanto al punto en que estamos, retendr sobre todo dos distinciones esenciales que pertenecen a la axiomtica de esta legislacin; distincin entre el derecho de autor y el certificado, distincin entre la idea cientfica, el descubrimiento terico de una verdad y la idea de su explotacin industrial. Es solamente en el caso de una explotacin de tipo industrial que podemos pretender tal certificado. Y eso supone que la invencin literaria o artstica cuando un origen o un autor le son asignables, no dan lugar a la explotacin industrial; supone tambin que se debe poder discernir el descubrimiento terico de los dispositivos tcnicoindustriales que puedan continuarlos. Estas distinciones no son solamente difciles de poner en obra de donde proviene una casustica muy refinada; se autorizan filosofemas en general, poco criticados; pero sobre todo, pertenecen a una nueva interpretacin de la tcnica como tcnica industrial. Y es este nuevo rgimen de la invencin, el que abre la modernidad tecno-cientfica o tecno-industrial, y del cual tratamos aqu de observar su advenimiento, leyendo a Descartes o a Leibniz.Firma aleatoria, deca yo hace un momento. Esta palabra no se encontraba ah por azar. Toda la poltica moderna de la invencin tiende a integrar lo aleatorio a sus clculos programticos. Tanto como poltica de la invencin cientfica que como poltica de la cultura. Se trata, por otra parte, de soldar las dos, una a otra, y asociarlas las dos a una poltica industrial de los certificados,: lo que a la vez les permitira apoyar la economa (salir de la crisis por la cultura o por la industria cultural) y dejarse mantener por ella. A pesar de la apariencia no contraviene el proyecto leibniziano: se entiende tener en cuenta lo aleatorio, dominndolo e integrndolo como un margen calculable. Concediendo que el azar puede, por azar, servir a la invencin de una idea general, Leibniz no reconoce all la mejor va:Es verdad que a menudo un ejemplo, entrevso por azar, sirve de ocasin a un hombre ingenioso (subrayo) esta palabra con el lmite de la genialidad natural y de la astucia tcnica) para darse cuenta de buscar la verdad general, pero ms que nada es el trabajo de encontrar; aparte que esta va de invencin no es la mejor ni la ms empleada por aquellos que proceden por mtodo y por orden, y no se sirven de ella ms que en las ocasiones donde mejores mtodos resultan limitados. Es as que algunos han credo que Arqumedes encontr la cuadratura de la parbola pesando un trozo de madera tallado parablicamente y que esta experiencia particular le ha hecho encontrar la verdad general; pero los que conocen la penetracin de este gran hombre ven bien que el no tena necesidad de una tal ayuda. Aun cuando esta va emprica de las verdades particulares hubiese sido la ocasin de todos los descubrimientos, ella no habra sido suficiente para darlos (...) Por otra parte confieso que hay a menudo diferencia entre el mtodo del cual nos servimos para ensear las ciencias y aquel que las ha hecho encontrar (. .) A veces (. . .) el azar ha dado ocasin a invenciones. Si hubisemos observado estas ocasiones y si hubiramos conservado esa memoria en la posteridad (lo que habra sido muy til), este detalle habra sido una parte muy considerable de la historia de las artes pero no hubiera sido adecuado para hacer de eso los sistemas. Algunas veces tambin los inventores han procedido razonablemente a