Que es la globalización-Ulrich Beck

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Sociología, globalización, modernidad

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7Bolsillo Paids Ulrich Beck7

Ttulos publicados: 1.N. Klein - No logo 2.G.Duby-Europa en la EdadMedia 3.m. T, Serafini - Cmo se escribe 4.J. Rifldn- ji economa del hidrgeno 5.G. piney-Burgard y E. Zum Brunn - Mujeres trovadoras de Dios 6.U. Bcck - Un nuevo mando fez 7.R.. Sheidrake - De perros que saben que sus amos estn camino de casa 8.A. Ellisy R. Chip Tafrate - Controle su ira antes de que ella le trontrole a usted 9.P. Grimal - La civilizacin romana11). S. Gruzinski - Epensamiento mestizo 11.R A. Neimeycr - Aprender de a prdida 12.A. Mattehrt - Historia de la sociedad de la informacin 13.L. -J. Calvet - Historia de la escritura 14.J.Attali-Diccionario del siglo XXI 17. U. Beck- Qu es la gkbalizacin?

QUE ES LA GLOBALIZACIN?

Falacias del globalismo, respuestas a la globalizacin

4PAIDSBarcelona * Buenos Aires Mnco7Ttulo original Wm is Gkbalmerungmmer dti dehaltsmus - Aniwortenaaf Globslisitrung \ Publicado en alemn por Snhrkamp Verlag, Francfort delJ)llerio

SUMARIO7Traduccin de Bemandc Morenu (panes t y II) M,1 Rosa Borras (partes III y IV)Cubierta de OpilworJis

1.* edicin en la coleccin Bolsillo, 2008Quedan rigurosamente prohiljidii, jm La uighij*^ tienta de Jas limlurtadrl cfifttigH bajo las sanciones etabrcidas en Jas leyes, la TeproaWLnroiaJ upucid de rfta obra pur tuajquiej medio u prctedmiemo, LumprentUdo la reprograftay ctricarniciiio nfu rjii&cico. y Ea d srnhtirin de ejemplares de rila mediante alqulelo prstamo p lititos. 1997 hy Suhrkamp Vrrlag, Francfort del Meno de la traduccin, Bernardo Moreno y M.1 Rosa Borras 1998 de todas las edici unes en castellano,Ediciones Paidos Ihdrica, sa.,Av. Diagonal, 662-664 - 08034 Barcelonawww.puidos.tomISBN: 978-84-93-2091-0 Depsito legal: B.-55.225/200?Impreso en Litografa Rnss, S, A, Energa, 11-27 - 08850 Gav (Barcelona)impreso en Espaa - Printed in SpatnPrlogo 11

Primera parte IntroduccinI. Contribuyentes virtuales 15II. Entre la economa mundial y la individualizacin,el Estado nacional pierde su soberana: qu hacer? 29 IIL El choque de la globalizadn: un debate quellega con retraso 41

Segunda parte Qu signifcala globalizacin? Dimensiones, controversias y definicionesIV. La apertura del horizonte mundial: haca unasociologa de la globalizacin 591.La sociologa como potencia de orden intelectual:la teora del contenedor de la sociedad 602,Espacios sociales transnacionales 66 a.frica no es un continente sino un concepto . 67 b.Mexicanos norteamericanos y norteamericanosmexicanos 69893. Lgicas, dimensiones y consecuencias dela globalizacin 73 a.Elsistema mundial capitalista:Wallcrstein75 b.Polticapost-internacional Rosenau, Gpin)y Heldf/ 70 c.La sociedad del riesgo mundial;la globalizacin ecolgica como politizacininvoluntaria d.Por qu es falsa la tesis de la macdonaldizacin del mundo; paradojasde la globalizacin cultural 94 e.La ghealizacin; Roland Robertson 103 f.Poder imaginar vidas posibles:Arjun Appadurai 113 g.Riqueza gobalizada, pobreza Localizada;ZygmuntBauman jg h.Capitalismo sin trabajo 122V. La sociedad civil transnacional: cmo se formauna visin cosmopolita 133 1.Balance provisional: el nacionalismometodolgico ysu contradiccin 133 2.Boicot de masas simblicamente escenificado:iniciativas cosmopolitas y subpoltica global . 140 3.Topopoligamia: estar casado con muchoslugares a la vez es la me jor manera de que laglobalizacin irrumpa en la propia vida 147 4.Cmo es posible la crtica intercultural? 155

a.Esa sabidura tan llena de picaresca157 b.Universalismo contextual-. # 102VI. En torno a la sociedad mundial: perspectivasconcurrentes yj\ 1.Terceras culturas o sociedad civil global? .173 2.Democracia cosmopolita181 3.Sociedad mundial capitalista 186 4.Sociedad del tiesgo mundial: se abre la jaulade la modernidad190 5.La sociedad mundial como poltica nodemocrticamente legitimada195 6.Perspectivas: el Estado transnacional 206

TfcRCERA parteErrores elglobalismo 1.Metafsica del mercado mundial221 2.El llamado comercio mundial libre222 3.Estamos econmicamente (todava) en unasituacin de intemacionalizacin y no deglobalizacin 223 4.Escenificacin del riesgo226 5.La carencia de poltica como revolucin ...228 6.El mito de la linealidad 230 7.Crtica del pensamiento catastrofista.232 8.Proteccionismo negro 233 9.Proteccionismo verde23510. Proteccionismo rojo236

Cuarta parte Respuestas a la globalizacin 1.Cooperacin internacional242 2.Estado transnacional o soberana incluyente246 3.Participacin en el capital254 4.Reorientacin de la poltica educativa2551110 5.Son las empresas transnacionalesademocrticas o antidemocrticas? 257 6.Alianza para el trabajo ciudadano 260 7.Qu hay despus del modelo Volkswagen de nacin exportadora? La fijacin de nuevos objetivos culturales, polticosy econmicos 263 8.Culturas experimentales, mercados nicho yautorrenovacin social, 271 9.Empresarios pblicos y trabajadoresautnomos 27610. Pacto social contra la exclusin? 278

VTI. Europa como respuesta a la globalizacin 285VIII, Escenario de decadencia a k carta ola brasileizacin de Europa 293

Bibliografa 297

PRLOGO

En este libio nos proponemos tratat con el mayor detenimiento y claridad posibles acerca del arduo y sembrado de minas problema de la globalizacin: su polivalencia, su ambigedad y sus dimensiones (raras veces diferenciadas). Intentaremos descubrir algunas trampas mentales, y ensear cmo eludirlas, pero, sobre todo, abrir el horizonte a respuestas polticas al tema de la globalizacin. En el fondo late tambin esta doble pregunta, a la vez sencilla y compleja: Qu es la globalizacin, y cmo se puede configurar polticamente?El presente ensayo est asimismo recorrido por dos filones crticos, en los que se documentan y presentan diversos hilos temticoSf experiencias y controversias sobre la globalizacin con la ayuda de textos clsicos y recientes: La poltica de la globalizacin. Perspectivas de la sociedad mundial: controversias, conflictos} paradojas.

Hace dos aos que inici este trabajo, cuya terminacin ha sido posible fundamentalmente gracias a una "Distinguished Research Professorship* que me concedi la universidad de Cardiff, en Gales, y que desempe durante el12semestre de invierno de 1995-1996. Sin las interesantsimas charlas mantenidas con Barbara Adam, Martin Al-brow, Jrg Drrschmidt, Anthony Giddens, David Held, Scott Lash, John Thompson, Robin "White-Grove, Helen Wlkinson, Brian Wynne y tantos otros, pero, sobre todo, como siempre, con Elisabeth Beck-Gernsheim, este texto no habra visto nunca la luz. Aprovecho la ocasin para expresarles a todos ellos mi ms profundo agradecimiento.

Primera parte INTRODUCCINI15CONTRIBUYENTES VIRTUALES

Con la demolicin pacfica del muro de Berln y el colapso del imperio sovitica fueron muchos los que creyeron que haba sonado el final de la poltica y naca una poca situada ms all del socialismo y el capitalismo, de la utopa y la emancipacin. Pero, en los ltimos aos, estos defenes-tradores de lo poltico han bajado bastante el tono de su voz. En efecto, el trmino globalizacin, actualmente omnipresente en toda manifestacin pblica, no apunta precisamente al final de la poltica, sino simplemente a una salida de lo poltico del marco categorial del Estado nacional y del sistema de roles al uso de eso que se ha dado en llamar el quehacer poltico y no-poltico. En efecto, independientemente de lo que pueda apuntar, en cuanto al contenido, la nueva retrica de la globalizacin (de la economa, de los mercados, de fa competencia por un puesto de trabajo, de la produccin, de la prestacin de servicios y las distintas corrientes en el mbito de las finanzas, de la informacin y de la vida en general), saltan a la vista de manera puntual las importantes consecuencias polticas de la escenificacin del riesgo de globalizacin econmica: es posible que instituciones industriales que parecan completamente cerradas a la configuracin poltica estallen y se abran al discurso poltico. Los presupuestos del Estado asistencial y1716del sistema de pensiones, de la ayuda social y de la poltica municipal de infraestructuras, as como el poder organizado de los sindicatos, el superelaborado sistema de negociacin de la autonoma salarial, el gasto pblico, el sistema impositivo y la justicia impositiva, todo ello se disuelve y resuelve, bajo el sol del desierto de la global izacin, en una (exigencia de) configurabilidad poltica. Todos' los actores sociales deben reaccionar y dar una respuesta concreta en este mbito, donde curiosamente las respuestas no siguen ya el viejo esquema derecha-izquierda de la prctica poltica.1Se puede decir que lo que fue la lucha de clases en el siglo XIX para el movimiento obrero es la cuestin de la globa-lizacin en el umbral del siglo XX para las empresas que operan a nivel transnacional? (Con la diferencia, por cierto esencial, de que el movimiento obrero actuaba como un contrapoder, mientras que las empresas globales estn actuando hasta la fecha sin tener ningn contrapoder transnacional enfrente.)Por qu la globalizacin significa politizacin? Porque la puesta en escena de la globalizacin permite a los empresarios, y sus asociados, reconquistar y volver a disponer del poder negociador polrica y socialmente domesticado del capitalismo democrticamente organizado. La globalizacin posibilita eso que sin duda estuvo siempre presente en el capitalismo, pero que se mantuvo en estado larvado durante la fase de su domesticacin por la sociedad estatal y democrtica: que los empresarios, sobre todo los que se mueven a nivel planetario, puedan desempear un papel

1. Vase a) respecto A. Gtddens, Jmstits van Linh und Rechts, Francfort del Meno, 1997.clave en la configuracin no slo de la economa, sino tambin de la sociedad en su conjunto, aun cuando slo fuera por el poder que tienen para privar a la sociedad de sus recursos materiales (capital, impuestos, puestos de trabajo).La economa que acta a nivel mundial socava los cimientos de las economas nacionales y de los Estados nacionales, lo cual desencadena a su vez una subpolitzacin de alcance completamente nuevo y de consecuencias imprevisibles. Se trata de que, en este nuevo asalto, el viejo enemigo trabajo se est viendo relegado a la va muerta de la historia, pero tambin, fundamentalmente, de que se est dando la jubilacin, pot as decir, al capitalismo general ideal, como llamara Marx al Estado; se trata, en definitiva, de la liberacin respecto de los corss del trabajo y el Estado tal y como han existido en los siglos XIX y XX,Todo lo que es estamental y tradicional, y est anquilosado y encallecido, se est evaporando, haba pregonado Marx en su Manifiesto comunista de manera bastante tajante con referencia al potencial revolucionario del capital. Lo estamental era entonces la organizacin social-estatal y sindical del trabajo, y lo anquilosado y encallecido eran las ventajas burocrticas y el esquilmamiento del pueblo por parte del Estado (nacional). Vemos, as, cmo las nuevas dimensiones de la poltica imperativa y realista de la globalizacin se asientan sobre unos fundamentos caracterizados por su efectividad y elegancia.Por lo tanto, como se oye decir por doquier, no es la poltica particular de los empresarios, sino la globalizacin la que parece forzar esta serie de medidas perentorias y radicales. Por lo dems, segn las leyes del mercado global, hay1918que buscar no-A para obtener A; corno, por ejemplo, eliminar o secuestrar puestos de ttabajo para asegurar puestos de trabajo en un determinado lugar. Precisamente porque el ttabajo se puede y debe reducir o rarificarse para incrementar los beneficios, la poltica actual se trasmuta subrepticiamente en su contrario. Todo el que fomenta el crecimiento econmico acaba, generando desempleo; y todo el que rebaja drsticamente los impuestos para que aumenten las posibilidades de beneficios genera posiblemente tambin desempleo. Las paradojas polticas y sociales de una economa transnacional, que con la eliminacin de las trabas a la inversin (es decir, con la eliminacin de la normativa ecolgica, sindical, as is ten c i al y fiscal) debe ser mimada y premiada para que destruya cada vez ms trabajo y de este modo se incrementen cada vez ms la produccin y los beneficios, deben quedar no obstante cientficamente evidenciadas y polticamente reforzadas.Lo cual quiere decir lo siguiente: la puesta en escena de la globalizacin como factor amenazador, es decir, la poltica de la globalizacin, no pretende solamente eliminar las trabas de los sindicatos, sino tambin las del Estado nacional; con otras palabras, pretende restar poder a la poltica esta tal-nacional. La retrica de los representantes econmicos ms importantes en contra de la poltica social estatal y de sus valedores deja poco que desear en cuanto a claridad. Pretenden, en definitiva, desmantelar el aparato y las tareas estatales con vistas a la realizacin de la utopa del anarquismo mercantil del Estado mnimo. Con lo que, patadjca-mente, a menudo ocurre que se responde a la globalizacin con la raiacio nal ilacin.No se suele reconocer que, en el tema de la globalizacin, no slo se juegan la piel los sindicatos, sino tambin la poltica y el Estado. Los polticos de los distintos partidos, sorprendidos y fascinados por ta globalizacin debilitadora de instituciones, estn empezando a sospechar vagamente que, como dijera Marx tiempo ha, se pue-den convenir en sus propios sepultureros. De todos modos, personalmente yo no puedo por menos de considerar una irona el que algunos polticos pidan a voces mercado, mercado y ms mercado y no se den cuenta de que, de este modo, estn matando el mismsimo nervio vital y cerrando peligrosamente el grifo del dinero y del poder, Se ha visto alguna vez una representacin ms descerebrada y alegre de un suicidio tan manifiesto?Pero en qu se funda el nuevo poder de los empresarios transnacionales? De dnde surge y cmo se reproduce su potencial estratgico?A nadie se le oculta que se ha producido una especie de toma de los centros materiales vtales de las sociedades modernas que tienen Estados nacionales, y ello sin revolucin, sin cambio de leyes ni de Constitucin; es decir, mediante el desenvolvimiento simple y normal de la vida cotidiana o, como suele decitse, con el business as usual.En primer lugar, podemos exportar puestos de trabajo all donde son ms bajos los costes laborales y las cargas fiscales a la creacin de mano de obra.En segundo lugar, estamos en condiciones (a causa de las nuevas tcnicas de la informacin, que llegan hasta ios ltimos rincones del mundo) de desmenuzar los productos y las prestaciones de servicios, as como de repartir el trabajo por todo el mundo, de manera que las etiquetas nacionales y empresariales nos pueden inducir fcilmente a error.En tercer lugar, estamos en condiciones de servirnos de los Estados nacionales y de los centros de produccin indivi2120duales en contra de ellos mismos y, de este modo, conseguir pactos globales con vistas a unas condiciones impositivas ms suaves y unas infraestructuras ms favorables; asimismo, podemos castigar a los Estados nacionales cuando se muestran careros- o muy poco amigos de nuestras inversiones.En cuarto, y ltimo, lugar, podemos distinguir autom-ticamenre en medio de las fragosidades controladas de la produccin global entre lugar de inversin, lugar de produccin, lugar de declaracin fiscal y lugar de residencia, lo que supone que los cuadros dirigentes podrn vivir y residir all donde les resulte ms atractivo y pagar los impuestos all donde Ies resulte menos gravoso.Y, ntese bien, todo esto sin que medien suplicatorios ni deliberaciones parlamentarias, decretos gubernamentales, cambios de leyes ni, siquiera, un simple debate pblico. Esto justifica, por su parte, el concepto de subpoltica,2 entendida no como una (teora de la) conspiracin sino como un conjunto de oportunidades de accin y de poder suplementarias ms all delsistema poltico, oportunidades reservadas a las empresas que se mueven en el mbito de la sociedad mundial: el equilibrio y el pacto de poder de la primera modernidad de la sociedad industrial quedan as revocados y obviando al gobierno y aJ parlamento, a la opinin pblica y a los jueces se traspasan a la autogestin de la actividad econmica. El paso a la poltica de la globa-lizacin, an no estipulada pero que escribe en cada caso desde cero las reglas de juego sociales, se ha producido de

2. Se encontrar ampliamente tratado el concepto de subpoltica en U. Beck (comp.), Die Erfindung des Politischen, Francfort del Meno, 1993, cap.V.pgs. 149-171.manera suave y normal y con la legitimacin de algo que es inevitable: la modernizacin.El Estado nacional es un Estado territorial, es decir, que basa su poder en su apego a un lugar concreto (en el control dlas asociaciones, la aprobacin de leyes vinculantes, ia defensa de las fronteras, etc.). Por su parte, la sociedad global, que a resultas de la globalizacin se ha ramificado en muchas dimensiones, y no slo las econmicas,' se entremezcla con y al mismo tiempo relativiza el Estado nacional, como quiera que existe una multiplicidad no vinculada a un lugar de crculos sociales, redes de comunicacin, relaciones de mercado y modos de vida que traspasan en todas direcciones las fronteras territoriales del Estado nacional. Esto aparece en todos los pilares de la autoridad nacional-estatal: la fiscalidad, las atribuciones especiales de la polica, la poltica exterior o la defensa. Consideremos, por ejemplo, el caso de la fiscalidad.Tras una subida de impuestos no se esconde una autoridad cualquiera, sino el mismsimo principio de la autotidad del Estado nacional. La soberanaen materiaflscal est ligada al concepto de control de las actividades econmicas en el interior de un territorio concreto, premisa que, considerando las verdaderas posibilidades de comercio existentes a nivel global, resulta cada vez ms ficticia. Las empresas pueden producir en un pas, pagar impuestos en otro y exigir gastos estatales en forma de creacin de infraestructuras en un tercer pas. Las personas se han vuelto ms mviles y ms ingeniosas para, cuando son ricas, encontrar y explotar subterfugios o fisuras en las redes de arrastre del Estado nacional, o, cuando disponen de una competencia o mercanca muy demandada, instalar la mano de obra all donde les resulta ms ventajoso; o, finalmente, cuando son pobres, para emi2322grax all donde creen atisbar un porvenir de bienestar y abundancia. Por su parte, se enredan en un mar de contradicciones los intentos de los Estados nacionales por mantenerse aislados, pues, para subsistir en medio de la competencia de la sociedad mundial, cada pas tiene que atraer imperiosamente capital, mano de obra y cerebros.Los gladiadores del crecimiento econmico, tan cortejados por los polticos, socavan la autoridad del Estado al exigirle prestaciones pot un lado y, por el otro, negatse a pagar impuestos. Lo curioso del caso es que son precisamente los ms ricos los que se vuelven contribuyentes virtuales, toda vez que su riqueza descansa en ltima instancia en este virtuosismo de lo virtual. As, de manera (las ms de la veces) legal pero ilegtima, estn socavando el bien general que tanto proclaman.La revista Fortune, que publica regularmente la lista de los quinientos empresarios ms ricos del mundo, se congratula de que stos hayan traspasado las fronteras para conquistar nuevos mercados y fagocitar la competencia local. Cuantos ms pases hay, mayores son los beneficios. Los beneficios de las quinientas empresas ms grandes del mundo han aumentado un 15%, mientras que su volumen de negocio slo lo ha hecho en un 11Vivan los beneficios, mueran los puestos de trabajo!, leemos en Der SpiegeL Un milagro econmico especial tiene atemorizada a la nacin. En las empresas se ha infiltrado una nueva generacin de altos ejecutivos que rinden culto, a imitacin de EE.UU., a la accin burstil. Resulta-3. Fortune, Nueva York, 5-3-1996, citada pwr Frdric F. Clair-moiit en Endiose Fronte, endlidie Welr, Le Monde diplomatique, 11 de abril de 1997. pg. 1, donde se encontrarn tambin algunos datos sobre el desarrollo t tan sn acin al.do fatdico: la bolsa recompensa a los destructores de empleos.4Los empresarios han descubierto la nueva frmula mgica de la riqueza, que no es otra que capitalismo sin trabajo ms capitalismo sin impuestos. La recaudacin por impuestos a las empresas los impuestos que gravan los beneficios de stas cay entre 1989 y 1993 en un 18,6%, y el volumen total de lo recaudado por este concepto se redujo drsticamente a la mitad. La red social debe transformarse y dotarse de nuevos fundamentos, sostiene Andr Gorz. Pero con esta transformacin que no supresin cabe preguntarse igualmente por qu se ha vuelto aparentemente infinancia-ble. Los pases de la UE se han hecho ms ticos en los ltimos veinte aos en un porcentaje que oscila entte el 50 y el 70%. La economa ha crecido mucho ms deprisa que la poblacin. Y, sin embargo, la UE cuenta ahora con veinte millones de parados, cincuenta millones de pobres y cinco millones de personas sin techo. Dnde ha ido a parar este plus de riqueza? En Estados Unidos, es de sobra sabido que el crecimiento econmico slo ha enriquecido al 10% ms acomodado de la poblacin. Esre 10% se ha llevado el 96% del plus de riqueza. La situacin no ha sido tan crtica en Europa, aunque aqu las cosas no difieren tampoco sustancialmente,En Alemania, los beneficios de las empresas han aumentado desde 1979 en un 90%, mientras que los salarios slo lo han hecho en un 6%. Pero los ingresos fiscales procedentes de los salarios se han duplicado en los ltimos diez aos, mientras que los ingresos fiscales por activida-

4, Der SpiegeL 1997, n. 12, pgs. 92-105, donde se encontrarn tambin algunas datos sobte la multiplicacin de los beneficios merced a la espectacular supresin de puestos de trabajo.2524des empresariales se han reducido a la mitad: slo representan un 13% de los ingresos fiscales globales, En 1980 representaban an el 25%; en 1960, hasta el 35%. De no haber bajado del 25%, el Estado habra recaudado en los ltimos aos ochenta mil millones de marcos suplementarios por ao.En los dems pases se advierte una evolucin parecida. La mayora de Jas firmas multinacionales, como Siemens o BMW, ya no pagan en sus respectivos pases ningn impuesto... Mientras esto siga as..., la gente tendr todo su derecho a no estar contenta de que le reduzcan las prestaciones sociales, las pensiones y los salarios.5Por su parte, las empresas transnacionales estn registrando unos beneficios rcord (merced sobre todo a la masiva supresin de puestos de trabajo). En sus balances anuales, los consejos de administracin presentan unos beneficios netos astronmicos, mientras los polticos, que tienen que justificar unas cifras de paro escandalosas, suben los impuestos con la vana esperanza de que, con la nueva riqueza de los ricos, se creen al menos unos cuantos puestos de trabajo.La consecuencia de rodo esto es el aumento de la con-flictividad tambin en el campo de la economa, es decir, entre los contribuyentes virtuales y los contribuyentes reales. Mientras que las multinacionales pueden eludit al fisco del Estado nacional, las pequeas y medianas empresas, que son las que generan la mayor parte de los puestos de trabajo, se ven atosigadas y asfixiadas por las infinitas trabas y gravmenes de la burocracia fiscal. Es un chiste de mal

5. Andr" Gorz, en entrevista concedida aJ Frankfurter Alktmeine Zeitung, 1 de agosto de 1997, pg. 35.gusto que, en el futuro, sean precisamente los perdedores de la globalizacin, tanto el Estado asistencial como la democracia en funciones, los que tengan que financiarlo todo mientras los ganadores de la globalizacin consiguen unos beneficios astronmicos y eluden toda responsabilidad respecto de la democracia del futuro. Consecuencia: es preciso formular en nuevos trminos tericos y polticos la cuestin transcendental de la justicia social en la era de la globalizacin.Tambin saltan a la vista las contradicciones del capitalismo sin trabajo. Los directivos de las multinacionales ponen a salvo la gestin de sus negocios llevndoselos a la India del sur, pero envan a sus hijos a universidades europeas de renombre subvencionadas con dinero pblico. Ni se les pasa por la cabeza irse a vivir all donde crean los puestos de trabajo y pagan muy pocos impuestos. Pero para s mismos reclaman, naturalmente, derechos fundamentales polticos, sociales y civiles, cuya financiacin pblica torpedean. Frecuentan el teatro; disfrutan de la naturaleza y el campo, que tanto dinero cuesta conservar; y se lo pasan bomba en las metrpolis europeas an relativamente libres de violencia y criminalidad. Sin embargo, con su poltica exclusivamente orientada a la generacin de beneficios estn contribuyendo a la vez al hundimiento de este modo de vida europeo. Pregunta: dnde desearn vivir, ellos o sus hijos, cuando nadie financie ya los Estados democtticos de Europa?Lo que es bueno para el Banco de Alemania no lo es ya necesariamente para la propia Alemania. Las multinacionales abandonan el marco de los Estados nacionales y retiran de fado su lealtad para con los actores del Estado nacional; con lo cual cae tambin en picado el grado de integracin2627social de sus respectivos pases, y ello tanto ms cuanto que ms fuertemente se fundamentaba ste en el aspecto puramente econmico. Son precisamente los Estados asisten-cales bien acolchados los que caen en este insidioso crculo vicioso: deben pagar prestaciones codificadas a un nmero cada vez mayor de personas pronto habr cinco millones de parados registrados solamente en Alemania- al tiempo que van perdiendo el control de tos impuestos, porque, en la partida de pquer por su religacin local, las empresas transnacionales han acaparado las cartas definitivamente ganadoras. Dichas empresas se subvencionan de varias maneras: primero optimizando la creacin de infraestructuras, en segundo lugar recibiendo subvenciones, en tercer lugar minimizando los impuestos, y en cuarto lugar externali-zando los costes del desempleo.Este crculo vicioso en el que cae el Estado asistencial no slo es el resultado de unos recursos decrecientes junto a gastos que suben como la espuma, sino tambin de la falta de medios de pacificacin conforme el abismo entre pobres y ricos se va haciendo cada ve ms grande. Dado que el marco del Estado nacional ha perdido su fuerza vinculante, los ganadores y los perdedores de la globalizacin dejan de sentarse, por as decir, a la misma mesa. Los nuevos ricos ya no necesitan^ a los nuevos pobres. Entre ambos colectivos resulta difcil llegar a un compromiso, porque falra un marco comn apropiado en el que se puedan abordar y regular estos conflictos que traspasan las fronteras.6No resulta difcil imaginar que la lgica conflictuaf del juego capitalista sale renovada j reforzada, al tiempo que disminuyen los medios de pacificacin del Estado (en su

. Vanse al respecto las pgs. 116-122 de este libro.esfuerzo por que aumente el pastel a repartir mediante un crecimiento econmico forzoso).As, resulta bastante cuestionable el modelo de la primera modernidad, que se pens y organiz sobre la base de la unidad de k identidad cultural (pueblo), del espacio y del Estado cuando an no estaba a la vista, ni se auspiciaba, una nueva unidad de la humanidad, del planeta y del Estado mundial.II29ENTRE LA ECONOMA MUNDIAL Y LA INDIVIDUALIZACIN,EL ESTADO NACIONAL PIERDE SU SOBERANA QU HACER?

La conclusin salta a la vista: el proyecto de la modernidad parece haber fracasado. Los filsofos de la posmodernidad fueron los primeros en extender de manera jubilosa y enftica el certificado de defuncin a la pretensin de racionalidad por parte de la ciencia. Lo que se hace pasar por universalismo occidental de la Ilustracin y de los derechos humanos no es otra cosa que la opinin de hombres blancos, muertos o viejos, que oprimen los derechos de las minoras tnicas, religiosas y sexuales mientras imponen de manera absoluta su metadiscurso partidista.Mediante la tendencia secular a la individualizacin, se dice luego, se torna poroso el conglomerado social, la sociedad pierde conciencia colectiva y, por ende, su capacidad de negociacin poltica. La bsqueda de respuestas polticas a las grandes cuestiones del futuro se ha quedado ya sin sujeto y sin lugar.Segn esta negrsima visin, la globalizacin econmica no hace sino consumar lo que se alienta intelectualmente mediante la posmodernidad y polticamente mediante la individualizacin, a saber, el colapso de la modernidad. El diagnstico es el siguiente: el capitalismo se queda sin trabajo y produce paro. Con esto se quiebra la alianza histrica entte sociedad de mercado, Estado asistencial y democracia3130que hasta ahora ha integrado y legitmizado al modelo occidental, es decir, al proyecto de modernidad del Estado nacional. Vistos desde esta perspectiva, los neoliberales son los liquidadores de Occidente, aun cuando se presenten como sus reformadores. Por lo que se refiere al Estado asis-tencial, la democracia y la vida pblica, la suya es una modernizacin condenada a muerte.Sin embargo, la decadencia empieza por el cerebro. El fatalismo es tambin una enfermedad del lenguaje. Antes de arrojarnos desde la Torre Eiffel, deberamos ir a ver al mdico del lenguaje. Los conceptos estn vacos, y ya no aprehenden, iluminan ni seducen. Lo gris, que impregna todo el mundo, tiene probablemente tambin su fundamento en un enmohecimicnto de las palabras.1 Lo que parece una degeneracin podra, si sale bien, superar las ortodoxias que han hecho fracasar a la primera modernidad y auspiciar la irrupcin de una segunda modernidad,2 1.U. Beck, Vater der Freiheit, en U. Beck (comp.), Kinder der Freiheit, Francfort del Meno, 1997, pgs. 377ysigs. 2.Patersemper incertus. De un tiempo a esta parte se discute acaloradamente en la prensa acerca de la paternidad de la expresin segunda modernidad", Sin embargo, el no haber ledo ni poder citar no bastan para ganarse la originalidad ni para atraerse las sospechas. Aufdem Wegin die Zweite Modernezs el ttulo bastante explcito de una coleccin por m editada. Asimismo, Aufdem Wegin emeandere Moderne es el subttulo de mi libro Rikogeselhchafi, aparecido en 1986 en la edicin de Suhrkamp. En esa misma coleccin se ha tenido ya ocasin de distinguir claramente entre modernizacin sencilla y modernizacin reflexiva, asi como entre primera modernidad y segunda modernidad como por lo dems en todos los libros que han venido despus. Die Erfindungdes Polhucben (aparecido en 1993, tambin editado por Suhrkamp) se iba a haber llamado en un primer momento jensehs von Links undRechny, en un segundo momento, Zweite Moderne; pero ambos ttulos se rechazaron luego por varios morivos. Adems,En mi bro Kinder der Freiheit {Mijos de la libertad) he tratado de mostrar cmo la denominada degeneracin de los valores tal vez signifique el final del quehacer poltico de la ortodoxia colectiva, pero no el del quehacer poltico propiamente dicho. Paralelamente al desteimiento del medio social moral, van tomando forma curiosamente los fundamentos vitales a nivel mundial de un republicanismo cosmopolita, en cuyo centro se encuentra la libertad de cada cual.En cualquier caso, es difcil elevar la voz contra el poder global del mercado mundial. Esto slo es posible a condicin de acabar con la idea de un mercado mundial mun-dialmente poderoso que gobierna en nuestros cerebros y paraliza toda su actividad. En este libro me gustara enfrentarme a este megafanrasma que actualmente recorre Europa con el tirachinas de una simple diferenciacin (entre, por una parte, el globasmo y, por otra, la globalidad y la globalizacin). Esta diferenciacin tiene la virtud de desmarcarse de la ortodoxia territorial de lo poltico y lo social que surgi con el proyecto del Estado nacional de la primera modernidad y se impuso omnmodamente a nivel categora! e institucional.sin duda ta importancia que se atribuye a un ncepto juega en esto un papel insignificante. Desde el punto de vista del contenido, existe asimismo una gran afinidad entre segunda modernidad y otra modernidad: los temas de la citada coleccin individualizacin, crisis ecolgicas, sociedad sin trabajo y hasta la misma globalizacinson aspectos esenciales de la sociedad del riesgo. Estoy seguro de que la siguiente queja se formular as: Vaya, no hay nada nuevo...! Si existe algn parentesco electivo conceptual, no puede ser ms que con la palabra acuada por 'urgen Habermas modernidad inconclusa. Vase tambin J. Haber-mas, Jenseits des Natkmalstaars?, en u. Beck (comp.), Polttik der Glo-baksiemng, Francfort del Meno, 1997-3233Por globalismo entiendo la concepcin segn la cual el mercado mundial desaloja o sustituye al quehacer poltico; es decir, la ideologa del dominio del mercado mundial o la ideologa del liberalismo. sta procede de manera mono-causal y economista y reduce la pluridimensionalidad de la globahzacin a una sola dimensin, la econmica, dimensin que considera asimismo de manera lineal, y pone sobre el tapete (cuando, y si es que, lo hace) todas las dems dimensiones las globalizaciones ecolgica, cultural, poltica y social slo para destacar el presunto predominio del sistema de mercado mundial. Lgicamente, con esto no queremos negar ni minimizar la gran importancia de la globahzacin econmica en cuanto a opcin y percepcin de los actores ms activos. El ncleo ideolgico del globalismo reside ms bien en que da al traste con una distincin fundamental de la primera modernidad, a saber, la existente entre poltica y economa. La tarea principal de la poltica, delimitar bien los marcos jurdicos, sociales y ecolgicos dentro de los cuales el quehacer econmico es posible v legtimo socialmente, se sustrae as a la vista o se enajena. El globalismo pretende que un edificio tan complejo como Alemania es decir, el Estado, la sociedad, la cultura, la poltica exterior debe ser tratado como una empresa. En este sentido, se ttata de un imperialismo de lo econmico bajo el cual las empresas exigen las condiciones bsicas con las que poder optimizar sus objetivos.Resulta cuanto menos singular el hecho de que y la manera como el as entendido globalismo arrastra a su bando a sus mismos oponentes. Existe un globalismo afir-mador, pero tambin otro negador, el cual, persuadido del predominio ineluctable del mercado mundial, se acoge a varias formas de proteccionismo:Los proteccionistas negros lamentan el hundimiento de los valores y la prdida de importancia de lo nacional, pero, al mismo tiempo, y de manera un tanto contradictoria, llevan a cabo la destruccin neolibetal del Estado nacional.Los proteccionistas verdes descubren el Estado nacional como un biotopo poltico amenazado de extincin, que protege los valores medioambientales contra las presiones del mercado internacional y, en tal sentido, merece ser protegido al igual que la misma naturaleza.Los proteccionistas rojos siguen aireando en todas las cuestiones el lema de la lucha de clases; para ellos, la globa-lizacin es un sinnimo ms de ya lo habamos advertido. Estn celebrando la fiesta de una resurreccin marxista. En cualquier caso, se trata de una cegada porfa de la utopa.De todas estas trampas del globalismo hay que distinguir eso que en la estela del debate anglosajn he dado yo en llamar globalidad y globalzacin.La globalidad significa lo siguiente: hace ya bastante tiempo que vivimos en una sociedad mundial, de manera que la tesis de los espacios cerrados es ficticia. No hay ningn pas ni grupo que pueda vivir al margen de los dems. Es decir, que las distintas fotmas econmicas, culturales y polticas no dejan de entremezclarse y que las evidencias del modelo occidental se deben justificar de nuevo. As, sociedad mundial significa la totalidad de las relaciones sociales que no estn integradas en la poltica del Estado nacional ni estn determinadas (ni son determinables) a travs de sta. Aqu la autopercepcin juega un papel clave en cuanto que la sociedad mundial en sentido estricto para proponer un criterio operativo [y polticamente relevante] significa una sociedad mundial percibiday reflexiva. La pregunta3534de hasta qu punto se da dicha sociedad se puede convertir empricamente, segn esto (de acuerdo con el teorema de Thomas, segn el cual lo que los hombres consideran real se convierte en real), en la pregunta de cmo y hasta qu punto los hombres y las culturas del mundo se perciben en sus diferencias respectivas y hasta qu punto esta autoper-cepcin desde el punto de vista de la sociedad mundial se torna televante desde el de la conducta.3En la expresin sociedad mundial, mundial significa segn esto diferencia, pluralidad; y sociedad significa estado de no-integracin, de manera que (tai y como sostiene M. Albrow) la sociedad mundial se puede comprender como una pluralidad sin unidad. Esto presupone como se ver a lo largo del presente libro varias cosas muy diferenciadas; por ejemplo, formas de produccin transnacional y competencia del mercado del trabajo, informes mundiales en los medios de comunicacin, boicots de compras trans nacionales, formas de vida transnacionales, crisis y guerras percibidas desde un punto de vista global, utilizacin militar y pacfica de la energa atmica, la destruccin de la naturaleza, etc.Por su parte, la globaizacin significa los procesosen virtud de los cuales los Estados nacionales soberanos se entremezclan e imbrican mediante actores transnacionales y sus respectivas probabilidades de poder, orientaciones, identidades y entramados varios.Un diferencador esencial entre la primera y la segunda modernidad es la irrevisabilidad de la globalidad resultante. Lo cual quiere decir lo siguiente: existe una afinidad entre

3. Vanse ms adelante las pgs. 87ysigs,, 103 y sigs., y pgs. 140155 y 173-216.las distintas lgicas de las globalizaciones ecolgica, cultural, econmica, poltica y social, que no son reducibles ni explicables las unas a las otras, sino que, antes bien, deben resolverse y entenderse a la vez en s mismas y en mutua interdependencia. La suposicin principal es que slo as se puede abrir la perspectiva y el espacio del quehacer poltico. Por qu? Potque slo as se puede acabar con el hechizo despolitizador del globalismo, pues slo bajo la perspectiva de la pluridimensionalidad de la globalidad estalla la ideologa de los hechos consumados del globalismo. Pero qu es lo que torna irrevisabe la gobadad? He aqu ocho razones, introducidas con frases programticas: 1.El ensanchamiento del campo geogrfico y la creciente densidad del intercambio internacional, as como el carcter global de la red de mercados financieros y del poder cada vez mayor de las multinacionales. 2.La revolucin permanente en el terreno de la informacin y las tecnologas de la comunicacin. 3.La exigencia, univetsalmente aceptada, de respetar los derechos humanos tambin considerada (de boquilla) como el principio de la democracia. 4.Las corrientes cnicas de las industrias globales de la cultura. 5.La poltica mundial pos internacional y policntrica: junto a los gobiernos hay cada vez ms actores transnacionales con cada vez mayor poder (multinacionales, organizaciones no gubernamentales, Naciones Unidas). 6.El problema de la pobreza global. 7.Ei problema de los danos y atentados ecolgicos globales.37368. El problema de los conflictos transculturales en unlugar concreto.

Con tales presupuestos cobra la sociologa nueva importancia como investigacin de lo que significa la vida humana en la inmensa gtan ttampa en que se ha convertido el mundo. La globalidad nos recuerda el hecho de que, a partir de ahora, nada de cuanto ocurra en nuestro planeta podr ser un suceso localmente delimitado, sino que todos los descubrimientos, victorias y catstrofes afectarn a todo el mundo y que todos deberemos reorientar y reorganizar nuestra vidas y quehaceres, as como nuestras organizaciones e instituciones, a lo largo del eje local-global. As entendida, la globalidad ofrece a nuestra consideracin la nueva situacin de la segunda modernidad. En este concepto se recogen al mismo tiempo los motivos bsicos de por qu las respuestas tipo de la primera modernidad resultan contradictorias e inservibles para la segunda modernidad, con el resultado de que se debe fundar y descubrir de nuevo la poltica para el tiempo que dure la segunda modernidad.A partir de este concepto de globalidad, el concepto de globalizacin se puede describir como un proceso (antiguamente se habra dicho: como una dialctica) que crea vnculos y espacios sociales transnadonalcs, rcvaloriza culturas locales y trae a un primer plano terceras culturas un poco de esto, otro poco de eso, tal es la manera como las novedades llegan al mundo (Salman Rushdie). En este complejo marco de relaciones se pueden reformular las preguntas tanto sbrelas dimensiones como sobre las fronteros de la globalizacin resultante, teniendo presentes estos tres parmetros: en primer lugar, un mayor espacio; en segundo lugar, la estabilidad en el tiempo;y en tetcer lugat, la densidad (social) de los entramados, las interconexiones y las corrientes icnicas transnaconales.Dentro de este horizonte conceptual, estamos ya en condiciones de contestar a otras preguntas, como, por ejemplo: En qu estriba la singularidad histrica de la globalizacin presente y sus paradojas en un lugar concreto (por ejemplo, en comparacin con el denominado sistema mundial capitalista, que se encuentra ya en formacin desde el colonialismo y del que habla Immanuel Wallerstein) ?4La singularidad del proceso de globalizacin radica actualmente (y radicar sin duda tambin en el futuro) en la ramificacin, densidad y estabilidad de sus reciprocas redes de relaciones regionles-globales empricamente comprobables y de su autodefinicin de los medios de comunicacin, asi como de los espacios sociales y de las citadas corrientes icnicas en los planos cultural, poltico, militar y econmica.'' La sociedad mundial no es, pues, ninguna megasocedad nacional que contenga y resuelva en s todas las sociedades nacionales, sino un horizonte mundial caracterizado por la multiplicidad y la ausencia de integrabilidad, y que slo se abre cuando se produce y conserva en actividad y comunicacin.Los escpticos de la globalidad se preguntarn: qu hay de nuevo en todo esto? Para luego sentenciar: nada del otro mundo. Pero se equivocan desde los puntos de vista hist- 4.Sobre i. Wallerstein, vanse las pgs. 75-79 del presente libro. 5.Esto lo subraya el grupo de D. Held en Die Globalisierung der Wirtschaft, en U, Beck (comp.), Politik der Globalisierung.3839rico, emprico y terico. Nuevo no es slo la vida cotidiana y las transacciones comerciales allende las fronteras del Estado nacional al interior de un denso entramado con mayor dependencia y obligaciones recprocas; nueva es la autopcr-cepcin de esta transnacionalidad (en los medios de comunicacin, en el consumo, en el turismo); nueva es la translocalizacin de la comunidad, el trabajo y el capital; nuevos son tambin la conciencia del peligro ecolgico global y los correspondientes escenatios de actividad; nueva es la incoercible percepcin de los otros rransculturales en la propia vida, con todas sus contradictorias certezas; nuevo es el nivel de circulacin de las industrias culturales globales* (Scott Lash/John Urry); nuevo es tambin el paulatino abrirse paso de una imagen estatal europea, as como la cantidad y podet de Los actores, instituciones y acuerdos transnacionales; y, finalmente, nuevo es tambin el nivel de concentracin econmica, que, pese a todo, se ve contrarrestado por la nueva competencia de un mercado mundial que no conoce fronteras.Finalmente, y en consecuencia, globallzacin significa tambin: ausencia de Estado mundial; ms concretamente: sociedad mundial sin Estado mundial y sin gobierno mundial. Estamos asistiendo a la difusin de un capitalismo globalmente desorganizado, donde no existe ningn poder hegemnico ni ningn rgimen internacional, ya de tipo econmico ya poltico.Las otras tres partes del presente ensayo se abordarn en el horizonte de esta diferenciacin. En la segunda parte Qu significa la globalizacin? se esbozan, y cotejan entre s, la pluridimensionalidad, ambivalencia y paradojas de la globalidad y de la globalizacin desde los puntos de vista social, econmico, poltico, ecolgico y cultural.Como Mataremos de mostrar en la tercera parte Errores del globalismo, el espacio libre configurados el primado de lo poltico, slo se puede recuperar con una crtica decidida al globalismo.En la cuarta parte Respuestas a la globalizacin, en una especie de brainstorming pblico se presentan como contraveneno para la parlisis poltica actual diez puntos bsicos que permiten abordar las exigencias planteadas por la era global.El final lo conforma la siguiente prueba del dedo de Casandra: qu ocurre cuando no ocurre nada? La brasile-izacin de Europa.III41EL CHOQUE DE LA GLOBALIZACIN: UN DEBATE QUE LLEGA CON RETRASO

El debate sobre la globalizacin llega y zarandea con retraso a la opinin pblica de este pas. En Gran Bretaa, por ejemplo, hace ms de diez aos que se debate animada y productivamente en torno a este importante trmino en el seno de todos los partidos polticos, emulados al respecto por economistas, socilogos, politlogos e historiadores. Tambin est siendo importante el choque de la globalizacin en Alemania.Una de la razones es porque, en la opinin aqu dominante, la globalizacin se relaciona unilateralmente ante todo con la supresin de puestos de trabajo dentto del pas y con su rraslado a pases con sueldos ms bajos; y esto en una poca en la que la sociedad, a pesar del mayor crecimiento econmico y de los vertiginosos beneficias obtenidos pot las multinacionales, est registrando un paro a gran escalaque recuerda bastante los tiempos de Weimar.Adems, se pueden aducir otros cuatro motivos para explicar el choque poltico de la globalizacin que est sacudiendo la Europa central (Francia, Austria, Suiza, Italia y, sobre todo, Alemania).En primer lugar, se estn viendo particularmente afectados y amenazados los Estados y sociedades con una auto-conciencia primordialmente econmica el nacionalismo4243del marco alemn o la nacin exportadora por parte de una globalizacin del mercado mundial que viene presuntamente de fuera.En segundo lugar, hay algunos Estados asistenciales, como Francia y Alemania, que, a diferencia de EE.UU. y Gran Bretaa, pertenecen al grupo de los que salen perjudicados con la globalizacin, atrapados como se ven en medio de la disyuntiva de Ja poltica social en una poca de globalizacin econmica: el desarrollo econmico se hurta al control del Estado nacional mientras, por otta parte, sus consecuencias sociales paro, migracin, pobreza se ceban en las arcas del Estado asistencial nacional.En tercer lugar, la globalizacin zarandea la imagen de espacio homogneo, cerrado, estanco y nacional-estatal que tiene de s mismo un pas que ostenta el nombre de Repblica Federal en sus fundamentos constitucionales. En cambio, en Gran Bretaa, que era un imperio mundial, la globalizacin aparece como un bonito recuerdo de ste. Tambin es Alemania desde hace mucho tiempo un lugar global en el que se dan cita diferentes culturas del mundo, con sus correspondientes contradicciones. Pero esta realidad ha permanecido hasta ahora oculta en el concepto que tiene de s misma una nacin mayormente homognea. Todo esto ha salido a la luz a raz del debate acerca de la globalizacin, pues sta significa, como se ha dicho, ante todo una cosa: desnacionalizacin, es decir, erosin pero tambin posible transformacin del Estado nacional en un Estado transnacional.El choque de la globalizacin en cuanto choque de la desnacional izacin no slo cuestiona las categoras al uso sobre la identidad de los alemanes de la posguerra, es decir, un modelo de Alemania corporativista con su especfico sistema social. Esta experiencia, y esta exigencia, se casa mal, en cuarto y ltimo lugar, con las disputas en torno a la reunificacn de las dos Alemanias. Sin embargo, el drama de la reunificacin (en muchos aspectos semejante a un drama matrimonial) ha supuesto que los alemanes se ocupen de s mismos y de la cuestin: qu elementos alemanes comunes se han mantenido tras medio siglo de separacin, y con cules de dichos elementos merece la pena identificarse? En esta fase de aurocontemparse y autocues-tionarse, estalla ahora esta noticia o bomba que es la globalizacin: el Estado nacional pierde soberana y sustancia con la tan pulcramente planeada separacin de competencias en el marco del mercado comn europeo, y esto en todas las dimensiones; recursos financieros, poder de configuracin poltica y econmica, poltica informativa y cultural, identificacin cotidiana de los ciudadanos.,. La posibilidad1 de que surjan Estados transnacionales como respuesta a la globalizacin, con lo que esto supone en los planos econmico, militar, poltico y cultural, la avanzamos aqu slo a modo de hiptesis de trabajo.Si en el vrtigo y remolino del ao asombroso de 1989 se deca todava: Crece junto lo que pertenece al mismo tronco (Willy Brandt), el mensaje del debate de la globalizacin es ahora el siguiente: en la base de estas esperanzas y de sus correspondientes desencantos subyace una imagen anticuada del idilio del Estado nacional. El modelo tradicional del Estado nacional slo tendr probabilidades de supervivencia en la nueva estructura de poder del mercado mundial, as como en las instancias y movimientos transnacionales, si el proceso de globalizacin se convierte en crite-

1. Vanse las pags. 206-216 y 246-253 de este libro.4445rio de la poltica nacional en sus respectivos mbitos (economa, legislacin, defensa, etc.).Este reconocimiento no es algo que se deje a) libre arbitrio, por as decir, de los actores individuales ni de los actores sociales y polticos. La nueva situacin social surgida a nivel mundial, en la que, por ejemplo, la idea de productos, empresas, tecnologas, industrias (e incluso asociaciones deportivas) nacionales se vuelve cada vez ms ficticia, exige forzosamente, so pena de hundimiento econmico, poltico y cultural, unas mras ms amplias para la era global, sus posibilidades, ideologas, paradojas e histerias-, pero, fundamentalmente, para el nuevo juego de poder al que todos unos ms que otros estamos llamados ineluctablemente.O, formulado de otra manera, la globalidad es una condicin impostergable de la actividad humana en las postrimeras de este siglo.Por lo cual, deben reformularse los fundamentos de la primera modernidad. Qu significa la tolerancia? Qu implican los derechos humanos, que se supone deben valer para todos, con respeto a las distintas culturas? Quin garantiza los derechos humanos en el mundo del post-Estado nacional? Cmo se puede salvar, o reformar, la seguridad social, que hasta ahora se ha concebido desde el punto de vista del Estado nacional, habida cuenta de la pobreza global cada vez mayor y del trabajo asalariado en progresiva disminucin? Estallarn nuevas guerras de religin cuando se erosionen los Estados nacionales, guerras agravadas por las catstrofes ecolgicas? O nos estamos dirigiendo a un mundo sn violencia, que, tras el triunfo del mercado mundial, vivir en un clima de paz? Estamos tal vez incluso en el umhral de una segunda Ilustracin?Tales son las preguntas, que como vemos afectan a la sustancia misma de la civilizacin, planteadas a propsito de la globalizacin, sin que nadie sepa, ni pueda saber, cmo se pueden contestar por encima de las tumbas de pobres y ticos, etnas, continentes o teligiones, con sus respectivas historias violentas e inextricables.Segunda parte

QU SIGNIFICA LA GLOBALIZACIN DIMENSIONES, CONTROVERSIAS Y DEFINICIONES49La contrarrevolucin fracasa

En Jos mismos das en que se estaba produciendo el colapso del imperio sovitico, Boris Yeltsin, a la sazn ya presidente de Ja desgajada repblica rusa, pronunci desde lo alto de un tanque un valiente discurso dirigido a la poblacin de Mosc, discurso que no fue retransmitido por la radio sovitica (a la sazn en manos de los golpistas nostlgicos del comunismo), sino por va satlite a travs de la CNN. Este momento tan histrico tan decisivo polticamente permite ver de manera ejemplar la transcendencia de una red de informacin global, simbolizada por los satlites. La sobetana de la informacin del Estado nacional como parte de la soberana poltica ha pasado a mejor vida. Los Estados nacionales ya no pueden seguir viviendo los unos de espaldas a ios otros: sus fronteras fortificadas son un coladero, al menos por lo que a su religacin al espacio de la comunicacin global se refiere. Estamos, pues, ante la globalizacin informativa.5150Carne de pingino envenenada

Bastantes aos antes, en la dcada de los sesenta, los bilogos de Cuidad del Cabo haban encontrado en la carne de pingino una alta concentracin de contaminantes industriales, que sin que nadie supiera cmo haban pasado de los productos y chimeneas de las fbricas qumicas a los ltimos tincones de una naturaleza aparentemente impoluta. Con motivo de la cumbre sobre medio ambiente celebrada en Ro en 1992 se concretiz y precis polticamente esta experiencia histrica de crisis ecolgica global en la frmula y exigencia de un desarrollo sostenido, {swtainable devdopment^. Aun cuando este principio se interprete de diferentes maneras en la prctica poltica de todo el mundo, toda vez que la conferencia posterior celebrada en Nueva York en el verano de 1997 ha demostrado Ja falta de consecuencias concretas de que adolecen tales cumbres, se ha convertido en k actualidad en un baremo utilizado (contradictorio en cuanto a su contenido y, pot ende, polticamente necesitado de negociacin en cada caso) segn el cual se puede medir y criticar las actividades y la conducta de todos los actores sociales de todo el mundo en casi todos los distintos mbitos de la sociedad (desde el consumo hasta la produccin pasando por la arquitectura, la poltica de transportes y municipal, etc.). Se trata aqu de la globalizacin ecolgica.

Malabaristas de las finanzas

Hace unos aos, un joven malabarista de las finanzas precipit en la ruina, mediante unas especulaciones transnacionales al lmite de la legalidad, a un banco britnico de vieja raigambre al hacerle perder en un breve lapso de tiempo miles de millones de libras. En plena fragosidad del mercado mundial, ha tomado forma una nueva economa vir-tualde corrientes monetarias transnacionales cada vez menos deudoras de un sustrato material y ms de los sistemas informticos y de la informacin en general. Los peligrosos aspectos especulativos resultantes se hurtan a los controles de los Estados nacionales, por no decir incluso que hurtan a las economas nacionales sus propios cimientos sin que est a la vista un marco reglamentador para las economas ttans-nacionales o globales. Tiene que ver con la globalizacin econmica.

Megafona de aeropuerto Berln-California

Son las veinriuna diez; en el aeropuerto berlins de Tegel una rutinaria y amable voz comunica a los fatigados pasajeros que pueden finalmente embarcarse con destino a Hamburgo. La voz pertenece a Angelika B., que est sentada ante su tablero electrnico de California. Despus de las diecisis, hora local, la megafona del aeropuerto berlins es operada desde California, por unos motivos tan sencillos como inteligentes. En primer lugar, all no hay que pagar ningn suplemento por servicios en horas extracomercia-les; en segundo lugar, los costes salariales (adicionales) para la misma actividad son considerablemente mucho ms bajos que en Alemania. Pues bien, esto resulta posible gracias a la telecomunicacin. Se da as al traste con una premisa supuestamente inderogable del sistema de trabajo de las sociedades industrializadas; con lo cual, ya no existe necesi5352dad de que los operarios trabajen juntos en un lugar concreto para producit determinados bienes o servicios. Los puestos de trabajo se pueden exportar, lo que no impide que, al mismo tiempo, los empleados cooperen transnacional o transcontinentamente, o presten servicios concretos en contacto directo con el destinatario o consumidor. Formulmoslo con una comparacin: as como se organizan algunos viajes internacionales de manera que se puede disfrutar de la primavera en los distintos continentes, as tambin se podran repattir tericamente procesos de trabajo y de produccin en todo el globo terrqueo, pagados a la tarifa ms baja y, sin embargo, consiguindose el rendimiento deseado en el plano de la colaboracin. Estamos aqu ante la globalizacin de la cooperacin del trabajo respecto a la produccin,

Khaled, el rey del ra

En febrero de 1997, Aicha, el ltimo elep del exiliado argelino Khaled, llamado el rey del rai, fue elevado al olimpo del pop francs y elegido como el mejor disco del ao. El mero hecho de que el himno a una muchacha rabe suene en todas las grandes emisoras de radio francesas {no slo en las emisoras de segunda fila* en lengua rabe), es ya de por s bastante revelador. Es una especie de entrada oficiosa de los inmigtantes magrebes en la nacin cultural (pop) francesa. Visto esto desde fuera, Khaled representa nada menos que a Francia. Su msica entusiasma en pases tan distintos como Egipto, Israel y hasta en la archiconser-vadora Arabia Saud; y existen co-versiones locales en hebreo, turco e hindi. Khaled hace msica contra la arabofobia de Occidente. Su figura y su msica son buena muestra de que la globalizacin no debe ser nunca una va de sentido nico, sino que, antes bien, puede dotar a distintas culturas musicales regionales de una audiencia y una significacin planetarias. Estamos aqu ante la globalizacin cultural.Globalizacin es a buen seguro la palabra (a la vez eslogan y consigna) peor empleada, menos definida, probablemente la menos comprendida, la ms nebulosa y polticamente la ms eficaz de los ltimos y sin duda tambin de los prximos aos. Como muestran los casos arriba apuntados, es preciso distinguir las diferentes dimensiones de la globalizacin; a saber (y sin pretender ser exhaustivos ni excluyentes), las dimensiones de las tcnicas de comunicacin, las dimensiones ecolgicas, las econmicas, las de la organizacin del trabajo, las culturales, las de la sociedad civil, etc. Si consideramos, por ejemplo, esa dimensin que est (casi exclusivamente) en el centro del debate pblico la globalizacin econmica, la niebla dista mucho de disiparse: se trata de inversiones directas de empresas alemanas en el extranjero?, del papel de las grandes empresas que operan a nivel internacional?, se trata de la desnacionalizacin de la economa, y por consiguiente de que tanto las etiquetas comerciales nacionales como las economas nacionales propiamente dichas se estn volviendo ficticias, de manera que la prosperidad de una industria nacional no coincide con la prosperidad de los ciudadanos (nacionales)?Se trata, en fin, de esa economa virtual de las comentes monetarias y financieras que parece desligarse del sustrato material de la produccin de valores de uso? O se trata ms bien de algo ms banal, a saber, de que la econo5554ma alemana se siente presionada porque en otras partes se produce ms barato?1Este ltimo punto de vista, que en este pas goza de mayor aceptacin, se suele sobrevalorar demasiado. La afirmacin de que ta globaizacin que se ha dado se ha movido principalmente en el sentido de la supresin de puestos de trabajo en Alemania y de la exportacin de puestos de trabajo a pases con costes laborales ms bajos se ve relatviza-da por los hechos. En efecto, esta forma particular de globaizacin no es hasta ahora ninguna causa esencial de desempleo.2 Sin duda hay determinados sectores muy afectados por la competencia de trabajos poco cualificados y mal pagados en los denominados Estados tigres de Asia o Europa oriental. Pero estos problemas de adaptacin a la divisin del trabajo internacional apenas inciden en la economa en su conjunto: no ms del 10% de los puestos de trabajo se ven afectados por ello. Por otra parte, la propia exportacin alemana a estos pases ha aumentado en general en estos ltimos aos. No existen ejemplos de una rapidsima exportacin de puesros de trabajo que no se haya visto compensada a su vez por una demanda suplementaria de exportaciones.^ A este respecto, para precisar mejor la globaizacin, son muchos los que hablan de internaciona-lizacin. Con esta palabra se formula y explica bastante bien que las relaciones comerciales siguen siendo dominan- 1.Vase, para cada caso conejero, Komrnission fiir ZukunfTsfragen, Zweittr Bericht, Bonn, 1997. 2.Sobre las diversas significaciones del concepto globaizacin, vase Paul Hirst y Grahame Thompson, Globalizaon in Queition, Cambridge, 1996, pgs, 1-18. 3.Friedhelm HengsbacJi, *Wettlauf der Besessenen, entrevista concedida a Spiegei, 1997, n." 10, pg. 40.tes entre los pases altamente industrializados en el seno de los grandes espacios econmicos de Europa, Amrica y el Pacifico.4Por su parte, la cuestin de saber cundo se inici la globaizacin econmica es asimismo objeto de disputa. Para muchos, el inicio del sistema mundial capitalista (Immanuel Wallerstein) se remonta al siglo XV), con el inicio del colonialismo; para otros, al advenimiento de las empresas internacionales; y, para otros aun, la globaizacin se inicia con la supresin de los tipos de cambio fijos o con el colapso del bloque oriental...5Sin duda esto contribuye decisivamente a que el concepto y el discurso de la globaizacin nos resulten tan esponjosos. Pretender ser precisos aqu es lo mismo que intentar pintar un flan esttellado en la pared.Pero, no se puede encontrar un denominador comn para las distintas dimensiones y controversias sobre la globaizacin? Sin duda que s. En general, se puede afirmar que se ha venido abajo una premisa esencial de la primera modernidad, a saber, la idea de vivir y actuar en los espacios cerrados y recprocamente delimitados de los Estados nacionales y de sus respectivas sociedades nacionales. Globaizacin

4,Vase ms adelante, pg. 87 y sigs,5.El Inicio de la globaizacin aparece fechado de maneta bastantebien diferenciada.Autorinicio DenominacinMarxsiglo xvcapitalismo modernoWallerstein siglo xvsistema mundial capitalistaRobertson 1870-1920 muhidimensionalGiddenssiglo xvni modernizacinPerlrmitter final del conflicto este-oeste civilizacin globalVase al respecto], N. Pietetse, Der Meange-EfTkr., en U. Beck (comp.), Perspekven der Weltgesellscbafi, Francfort, 1997.5756significa la perceptible prdida de fronteras del quehacer cotidiano en las distintas dimensiones de la economa, la informacin, la ecologa, la tcnica, los conflictos trans-culturales y la sociedad civil, y, relacionada bsicamente con todo esto, una cosa que es al mismo tiempo familiar e inasible difcilmente captable, que modifica a todas luces con perceptible violencia la vida cotidiana y que fuerza a todos a adaptarse y a responder. El dinero, las tecnologas, las mercancas, las informaciones y las intoxicaciones traspasan las fronteras, como si stas no existieran. Inclusive cosas, personas e ideas que los gobiernos mantendran, si pudieran, fuera del pas (drogas, emigrantes ilegales, crticas a sus violaciones de los derechos humanos) consiguen introducirse. As entendida, la globali-zacin significa la muerte del apartamiento, el vernos inmersos en formas de vida transnacionales a menudo no queridas e incomprendidas, o tomando prestada la definicin de Anthony Giddens6 actuar y (con)vivir superando todo tipo de separaciones (en los mundos aparentemente separados de los Estados nacionales, las religiones, las regiones y los continentes).La eliminacin de las separaciones tiene el siguiente resultado: La matriz espacial del mundo ya no incluye, en primer lugat, ninguna mancha blanca y, en segundo lugar, permite en principio posibilidades de orientacin para cada cual, sin tenet en cuenta el punto del globo en el que l o ella puedan hallarse. Gracias a los medios de comunicacin y transporte modernos, la globalizacin es (...) posible en principio sin fatiga. Se convierte en experiencia cotidiana, por as decir, para la conducta provinciana. Una

. A. Giddens, jmseit vonLinks undRechts, op. cit, pgs. 23 y sigs.odisea o una robinsonada son actualmente aromas literarios inimaginables para la percepcin del mundo, porque hroes como UHses o Robinson resultaran ms bien unas figuras ridiculas, sobre todo cuando el intercambio de estudiantes germanoamericanos a travs del Atlntico se ha normalizado y se organizan protestas de los parlamentarios europeos contta las pruebas nucleares francesas en una zona del mundo para cuyo recorrido, por ejemplo, el capitn Cook habra tenido que dedicar una buena parte de su vida... Las distintas horas de las distintas regiones mundiales se convierten en una nica hora mundial normalizada y normal izadora completamente interrelato nada, y ello no slo porque a travs de los modernos medios de comunicacin se pueda producir "virtualmente" la simultaneidad de sucesos no simultneos, de manera que cada suceso no simultneo probablemente slo local o regional se torna parte de la historia mundial, sino tambin porque la simultaneidad sincrnica se convierte en no-simultaneidad diacrnica y, de esta manera, se pueden producir cadenas artificiales de tipo causa-efecto. Sucesos de distintas zonas y significacin se "translocalizan" ahora sobre un solo eje temporal, y ya no sobre varios... Cuando se abren en Francfort los mercados de divisas y valores, ya se conocen los ndices de cierre de Tokio, Singapur o Hong Kong, y cuando se inicia la jornada burstil en Wall Street, ya se conocen tambin las tendencias de los ndices de las bolsas europeas. Actualmente los operadores de bolsa, que pueden estar presentes las 24 horas del da en los distintos centros burstiles del mundo, tienen la ventaja de poder cobrar tambin todos sus beneficios por arbitraje... En el plano econmico, et globo ya no es ancho y grande con pases alejados, sino denso y pequeo y prximo con cenIV5859tros de mercado (del dinero) telecotnunicatvarnente conectados.7La globalizacin cuestiona un presupuesto fundamental'de la primera modernidad, a saber, esa construccin lgica que A. D. Smith ha denominado nacionalismo metodolgico'? el contorno de la sociedad se considera en su mayor parte coincidente con el del Estado nacional. Con la globalizacin, en todas sus dimensiones, sutge frente a esto, no slo una nueva multiplicidad de conexiones y relaciones entre Estados y sociedades, sino que adems se arraiga con mayor fuerza todava la estructura de los presupuestos fundamentales segn los cuales se ideaban, organizaban y vivan hasta ahora las sociedades y los Estados en cuanto unidades territoriales recprocamente delimitadas. La globalidad quiere decir que se rompe a unidad del Estado nacional y de la sociedad nacional, y se establecen unas relaciones nuevas de poder y competitividad, unos conflictos y entrecru-zamientos entre, por una parte, unidades y actores del mismo Estado nacional y, por la otra, actores, identidades, espacios, situaciones y ptocesos sociales transnacionales. 7.E. Airvater y B. Mahnkopf, Di globale konomie am Ende des 20, Jahrhunderts, Widerspruch, 31, afioXVl, 1996. pigs. 21 y sig. 8.A. D. Smith, Nationalist in the Twentieth Century, Oxford, 1979, p% 191.

LA APERTURA DEL HORIZONTE MUNDIAL: HACIA UNA SOCIOLOGA DE LA GLOBALIZACIN

Con su explotacin del mercado mundial, la burguesa ha imprimido un sesgo cosmopolita a la produccin y consumo de todos los pases. Para chasco y desazn de los reaccionarios, ha retirado de debajo de nuestros pies el mismsimo suelo nacional. Las viejas industrias nacionales se han ido y se siguen yendo a pique, presionadas por nuevas industtias cuya entrada en escena constituye un serio peligro para todas las naciones civilizadas. La vieja autosuficiencia y cerrazn a nivel local y nacional han dado paso a un movimiento y a una dependencia multilateral de las naciones. Y esto no slo en la produccin industrial, sino tambin en la produccin espiritual. As, los productos del espritu de cada nacin se convierten en bien comn. La unilateralidad y cerrazn nacionales tienen los das contados, mientras vemos cmo a partir de numerosas literatutas nacionaesy locales se va formando una sola literatura mundial,1Esta cita no pertenece a ningn manifiesto neoliberal de 1996, sino al Manifiesto comunista de Marx y Engels, publicado, como se sabe, en febrero de 1848. De esta cita se coligen muchas ideas importantes: en primer lugar, que los au-

1. Kart Marx y Fricdrich Engels, Manifist der Kommunistischen Partei, incluido en K. Marx, Die Frhschriften, Sturtgart, pg. 529.6160tores del Manifiesto comunista fueron los primeros en ensalzar el papel revolucionario de la burguesa en la historia mundial; en segundo lugat, que el debate sobre la explotacin del mercado mundial se remonta a una fecha mucho ms vieja de lo que suele aceptar la memoria miope del debate pblico; en tercer lugar, que, irnicamente, las posturas neoliberal y protomarxista se parecen bastante en el fondo; y, en cuatto y ltimo lugar, que la visin estatal-na-cional, que ha venido dominando hasta hoy en las ciencias sociales, en su primera fase ya se vio cuestionada en medio de los torbellinos polticos del floreciente capitalismo industrial.

I. LA sociologa como potencia de ordenintelectual: la teora del contenedor de la sociedad

La sociologa moderna se entiende, cuando se hojea alguno de sus libros de texto, como la ciencia moderna de la sociedad moderna. Por esto se entiende un esquema de clasificacin del espacio social tan oculto como consensuado, que podramos denominar como la teora del contenedor de la sociedad.En primer lugar, segn esto, las sociedades presuponen poltica y tericamente el dominio estatal del espacio (J. Agnew y S. Corbridge). Lo cual quiere decir que la visin sociolgica resulta de la autoridad ordenadora poder y violencia del Estado nacional. Esto se expresa en el hecho de que las sociedades-Estados estn (por definicin) subordinadas; las sociedades son sociedades estatales, y el orden de la sociedad significa orden estatal. Es en este sentido como, en el lenguaje cotidiano y en el de la ciencia, se habla de sociedad francesa, americana o alemana.Ms all de todo esto, el concepto de lo poltico est vinculado no a la sociedad, sino al Estado, lo que a lo largo de la historia no ha sido en modo alguno el caso (como seala M. Viroli).2 Dentro de esta arquitectura mental e institucional, las sociedades modernas se convierten en sociedades individuales y delimitadas las unas respecto de las otras. Sin embargo, se recogen, como en un contenedor, dentro del espacio de poder de los Estados nacionales. Por otro lado, las sociedades modernas son, segn esta concepcin, no polticas, toda vez que el quehacer poltico se desplaza hacia y slo hacia el espacio del Estado,Este esquema del ordenamiento vale, en segundo lugat, no slo hacia fuera, sino tambin hacia dentro. El espacio interno de las sociedades individuales delimitadas hacia fuera se subdivide en totalidades internas que, por un lado, son pensadas y analizadas como identidades colectivas (clases, estamentos, grupos religiosos y tnicos, formas de vida delimitables de hombres y mujeres) y, por el otro, estn tericamente separadas y ordenadas, segn la metfora orgnica del sistema social, en los mundos privativos de la economa, la poltica, el derecho, la ciencia, la familia, etc., con sus lgicas (o cdigos) respectivas. La homogeneidad interna es esencialmente una creacin del control estatal. Todos los tipos de prcticas sociales produccin, cultura, lenguaje, mercado laboral, capital, educacin estn2. As, por ejemplo, en el primer Renacimiento italiano el concepto de lo poltico estuvo estrechamente relacionado con lo social; vase M. Viroli, Fram Poiities te Reason of State; The Acquhition and Transformation of tbe Language of Politics, 1250-1600, Cambridge, 1992, pgs. 2 y sig.6263regulados, acuados, limitados, racionalizados y, al menos, etiquetados desde el punto de vista nacional (economa, lengua, literatura, opinin pblica, historia... nacionales). El Estado aduce, en su calidad de contenedor, una unidad territorial en la que se realizan sistemticamente estadsticas sobre procesos y situaciones econmicas y sociales. De este modo, las categoras de la autoobservacin estatal se convierten en categoras de las ciencias sociales empricas, de manera que confirmen las definiciones de la realidad de ndole sociolgica y burocrtica.En tercer lugar, dentro de esta imagen de sociedades individuales delimitadas y ordenadas hacia fuera y hacia dentro y constituidas a modo de Estados nacionales, cabe asimismo una autoimagen evolutiva y una autoconciencia de las sociedades modernas. Ser moderno significa mostrarse supetior. Esta pretensin universalista se expresa, por una parte, como exigencia de liberacin del hombre de su inmadurez auto-culpable (Kant) en el establecimiento de los derechos y normas fundamentales de la autorregulacin democrtica. Por otra parte, esta exigencia de felicidad se plasma ante todo en la historia violenta del colonialismo y el imperialismo europeos, y luego, tras la segunda guerra mundial, en la denominada poltica del desarrollo y en la teota de (los pases en vas de) desarrollo. A este respecto, no es casual que la palabra modernizacin apareciera por primera vez a principios de los aos cincuenta en un libro titulado La modernizacin de lospases en vas de desarrollo. Las ciencias empricas sociales y polticas se entienden, segn las circunstancias, como mdicos o ingenieros polticos de este proceso que desarrollan indicadores sociales que, al parecer, permiten que las fases y los xitos de la modernizacin resulten medibles, controlables y modelables para los actores del Estado nacional.No pretendo proponer aqu un triste modelo para el autorretrato. La axiomtica de una sociologa de la primera modernidad planteada a nivel de Estado nacional se ha visto fuertemente zarandeada en los debates de los ltimos aos. Sin embargo, la visin programada que ofrece, sobre todo la que afecta a la praxis de la investigacin organizada y a las controversias sobre cuestiones muy especficas, sigue siendo predominante, de manera especial en Alemania. Pero, sobre todo, permite y obliga a esta teora del contenedor de la sociedad a remontarse al origen de la sociologa en la primera fase del Estado nacional de la Europa del siglo xix y de principios del XX. La estrecha relacin entre la sociologa y el Estado nacional llega tan lejos que la imagen de las sociedades modernas y ordenadas, que se impuso obligatoriamente con el modelo de organizacin poltica del Estado nacional, se absolutiza principalmente por el empeo en crear conceptos en el mejor sentido de la palabra por pane de los clsicos de la ciencia social con vistas a una imagen ms crtica de la sociedad. Ms all de todas sus diferencias, los clsicas de la ciencia sociai moderna, como mile Durkheim, Max Weber e incluso el mismo Karl Marx, comparten una definicin territorial de la sociedad moderna,3 y tambin del modelo de sociedad nacional-estatal, que en la actualidad se ve claramente zarandeado por la globalidad y la globaliza-cin. Si hoy se espengleriza por todas partes y se percibe un tufo generalizado de decadencia, esto tiene seguramente que ver con el hecho de que la sociedad y la sociologa han cado en la trampa territorial (Agnew/Corbridge) de ta equiparacin de Estado nacional con sociedad. Pero el mundo no decae porque como ya lo fotmulara en cierto modo

3. a. d, Smith, Nationalism in TwentittbCentury,^i.^. 191 y sigs.6465contra s mismo Max "Weber la luz del gran problema cultural sigue abrindose camino al tiempo que los cientficos se sienten obligados a cambiar de opinin y a abrirse de nuevo, en el plano intelectivo, ala multiplicidad no integrada de un mundo sin fronteras.Para dar aconocer estos presupuestos bsicos e ilustrarlos debidamente, nada ms til que desarrollar y estudiar detenidamente las posibles alternativas existentes. Podemos representarnos la sociologa de la gobalizacin como un conjunto aparte y conrradictorio de disidentes de la sociologa del orden nacional-estatal. Se tratacon relacin a la main-streatn de teoras, hiptesis y tendencias de investigacin hasta ahora ms bien divergentes, y a menudo tambin, slo de promesas de investigacin que, en contextos culturales y temticos completamente diferentes (desde la investigacin del problema de la emigracin hasta la sociologa de la gran ciudad pasando por el anlisis de clases internacionales, la poltica internacional, la teora de la democracia y la teora cultural), han surgido y se contradicen de varias maneras, pero que de una u otra manera han traspasado la barrera del sonido del pensamiento nacional-estatal; y esto represe bien, menos desde la simple crtica que creando y elaborando alternativas tericas. En otras palabras, el debate acerca de la gobalizacin en Jas ciencias sociales se entiendey desarrolla como una discusin fructfera sobre qu supuestos fundamentales, qu imgenes de lo social y qu unidades de anlisis pueden sustituir a la axiomtica nacional-estatal.Pensar e investigar en la trampa de los mundos sociales nacional-estatales bien separados y ordenados excluye todo lo que cae fuera de estas categoras internas y externas. Todo lo que queda as excluido lo ambivalente, Jo mvil, lo pasajero, el estar al mismo tiempo aqu y all teaparece en primer lugar en el marco de la investigacin de la migracin a la hora de valorar los espacios sociales transnacionales.En segundo lugar, la teora del sistema mundial radicaliza esta perspectiva de puente hacia la contratesis de que todo quehacer social tiene lugar en un espacio transfronterizo el del sistema mundial capitalista, en el que se tiende progresivamente a la divisin del trabajo y a la desigualdad.En tercer lugar, esta gran ojeada al sistema mundial se relativiza de nuevo mediante lo que el politlogo James Rosenau denomina los dos mundos de la poltica mundial; a saber, mediante la afirmacin de que no existe una sola sociedad global, sino por lo menos dos en recproca competencia: la sociedad de los Estados (nacionales) y la de las mltiples organizaciones transnacionales, actores, grupos e individuos varios que tejen y destejen un vasto entramado de relaciones sociales.En todas las valoraciones hasta ahora apuntadas surgen, de uno u otro modo, espacios transnacionales de actividad en cuanto que los actores sociales los buscan, producen y mantienen. En cuarto lugar, en la teora de la sociedad del riesgo mundial vemos cmo, en el lugar de la unidad fundamental del quehacer funcional, penetra la categora de la secuela no deseada. Segn dicha teora, existen riesgos globales (su construccin social y poltica) y, por ranto, varias (definiciones de) crisis ecolgicas, que producen nuevos desrdenes y turbulencias mundiales.En quinto lugar, en las investigaciones que se realizan en el mbito de Ta teora culturales, preceptivo sustituir el concepto de Unealidad y la disyuntiva o esto o eso, que subyacen a la axiomtica nacional-estatal, por afirmaciones ilativas del tipo esto y eso: gobalizacin y regionaliza-cin, vinculacin y fragmentacin, centralizacin y descen6667tralizacin son, segn esto ltimo, dinmicas que se miran y corresponden como las dos caras de una moneda.En sexto lugar, en las reflexiones acerca de la sociedad civil transnational resultan evidentes procesos, experiencias, conflictos e identidades socioculturales que se orientan a un modelo mundial, a movimientos sociales transnacionales, a la globalizacin desde abajo o a un nuevo cosmopolitismo. Aqu se quiebra la axiomtica que equipara modernidad con sociedad individual apoltica. La sociedad mundial sin Estado mundial significa una sociedad no organizada politicamente en la que surgen nuevas oportunidades de accin y de poder para actores transnacionales democrticamente no legitimados. Esto quiere decir que se abre un nuevo espacio transnacional de lo moral y de lo subpoltico, como se puede ver, por ejemplo, en los boicots de compras, pero tambin en cuestiones acerca de la comunicacin y la crtica transculturales,A continuacin, trataremos de esbozar esras ideas fundamentales sobte la sociedad postnacional y transnacional, junto con las unidades de la investigacin realizada a tenor de las mismas; asimismo contrastaremos las distintas lgicas de desarrollo de la dinmica de la globalizacin pata, de este modo, ofrecer un cuadro lo ms aproximativo posible del debate de la globalizacin en el seno de las ciencias sociales, sin obviar sus contradicciones internas.

2. Espacios sociales transnactonales

La mejor manera de eludir el carcter abstracto de lo global es aportando unos cuantos ejemplos. Qu significa espacio social transnacional?a. frica no es un continente sino un concepto

Como muestra Patricia Alley-Dettmers en su esrudio Trivial Arts,^ frica no es una magnitud geogrfica fija ni un lugar perfectamente delimitado en el globo terrqueo, sino una idea transnacional junto con su escenificacin, que se da y organiza de manera puntual en diversos lugares del mundo; en el Caribe, en los guetos de Manhattan, en los Estados sureos de EE.UU., en las favelas brasileas, pero tambin en la mayor mascarada callejera de Europa, el carnaval de Londres. La eleccin de las mscaras, la msica, los trajes y las danzas se planifica y proyecta segn un guin temtico que obedece a un doble criterio: se inspiran en el acervo cultural africano de todo el mundo, al tiempo que se adaptan a las particularidades de las subculturas negras de los barrios londinenses.El Africa escenificada en las calles de Londres no se corresponde con el continente africano propiamente. Cosa perfectamente explicable, pues dnde se encuentra en los dos sentidos del verbo frica en una sociedad mundial cuyas fronteras estn perforadas? En las ruinas que dejaron al marcharse los seores coloniales? En el aspecto de las grandes utbes de un frica modernizada slo a medias? En los hoteles africanos de cuatro estrellas? En los safaris organizados? En las esperanzas e ilusiones de una vuelta a las races de los negros americanos? En los libros sobre frica que se publican en las universidades occidentales? O en el Caribe y su abigarramiento cultural? O, finalmente, en los crculos que existen en torno a una identidad nacional en las subculturas negras britnicas?

4. u, Reck (comp.), Penpektiven der Weltgesellschafi, op. cit.6869En opinin de quienes disean y organizan las danzas y mscaras del carnaval africano en Nottingham, frica ha perdido su emplazamiento geogrfico. Para ellos, frica representa una visin, una idea, de la que se pueden sacat elementos concretos pata una esttica negra, pero sin que esto sirva en definitiva para fundamentar, crear o renovar una identidad africana nacional para los negros de Gran Bretaa. Esta (Contra-)frica britnica es, en el sentido literal de la palabra, una comunidad imaginada. Sirve para acabar con la enajenacin de los grupos afrocaribeos en Inglaterra. Tambin hay frica en Nottingham.Sin embargo, igual de paradjicas son las relaciones en las comunidades transnacionales: lo que aqu se descubri, o, mejor dicho, se invent, contradice a menudo lo que significa frica para cada africano transnacional. Una gran parte del frica histrica fue hecha esclava y desparramada por todo el mundo. Sus culturas se disolvieron y destruyeron. Tambin responden a esta imagen de frica aquellos que se denominan a menudo por parte de otros como africanos. Ms an, frica y ser africano es para muchos africanos la mismsima contraidentidad. La condenan. Tal vez se han hecho adultos en un batiburrillo de culturas donde hace tiempo que no existe ninguna univocidad y donde precisamente las particularidades el ser negros en su caso han sido valoradas negativamente. El resultado es, de todos modos, bastante paradjico: los negros del Caribe o de las ciudades de Gran Bretaa asocian frica con la no-identidad, el ^progreso, y tambin con los tambores, las danzas, las supersticiones, los ancestros desnudos y analfabetos, la permanente ausencia de esperanzas...Aqu podemos reconocer el reflejo, negativamente valorado, de la imagen de frica eurocntrica, adoptada por los negros de las metrpolis occidentales. Pero esto no hace sino resaltar ms an la pregunta: qu es y dnde est frica en el espacio social transnacional?

b. Mexicanos norteamericanos y norteamericanos mexicanos

Como ya se ha dicho, los espacios sociales transnacionales suprimen la vinculacin de la sociedad a un lugar concreto (segn la concepcin nacional-estatal de la sociedad). La hiptesis que estamos avanzando aqu une dos cosas que parecen imposibles de unir, a saber, vivit y actuar a la vez aqu y all. Ludger Pries aclara lo que esto significa con el ejemplo de los emigrantes.5En el mundo ideolgico y poltico de las sociedades individuales organizadas segn el modelo nacional-estatal, la migracin se divide en las fases y contextos (que tambin hay que estudiar causalmente separados) de la partida, el viaje, la llegada y la integracin (que tambin puede fracasar). Frente a esto, la valoracin en el terreno de la teora y la praxis de los espacios sociales transnacionales da por supuesto que ha surgido algo nuevo una tercera va; in-terrelaciones de vida y actividad sociales en las que rige el aqu y all o el no slo sino tambin. Bajo y entte mundos separados y ordenados se forman paisajes sociales (Martn Albrow) que a la vez enlazan y modifican los lugares de procedencia y los de destino.En un estudio sobre las formas de comunidad, de vida y

5. Ludger Pries, Transnationale soziale Rume, Zeitschrift fr Soziologie, ao XXV, n, 6,1996, pags, 456-472; y tambin en U. Beck (comp.), Perspektiven der Weltgesellichaft, op. cit.7170de poltica transnacionales entre los mexicanos de Norteamrica y sus lugares de origen, Robert Smith nos ilustra acerca de cmo se consigue este cotidiano puenteo. Para algunas comunidades de la Mixteca Poblana se organizaron en Nueva York comits de apoyo que se propusieron, por ejemplo, el traslado de las conducciones de agua potable a las comunidades de origen o la restauracin de iglesias y plazas del lugar de origen, y a tal fin organizaron colectas entre los emigrados que trabajaban en Nueva York. Sobre las conferencias telefnicas se tomaron importantes decisiones y se present el problema a los responsables de las comunidades de origen. Las sumas de dinero recogidas de este modo en las comunidades mexicanas de Nueva York superan a menudo los gastos pblicos para mejoras de infraestructura. Un aspecto importante y un argumento serio para la estabilidad y estabilizacin de los espacios sociales transnacionales es la circunstancia de que, entre tanto, el Estado mexicano no slo ba reconocido la enorme importancia econmica de los emigrados laborales, sino tambin su importancia poltica. Desde las elecciones presidenciales de 1988, el potencial electoral de los trabajadores mexicanos en el extranjero {que por cierto votaron mayoritariamente contra el partido gubernamental PRI) fue patticularmente importante, y en la actualidad el gobierno mexicano se est esforzando por practicar una poltica activa y selectiva de vinculacin econmica y poltico-cultural. As, por ejemplo, son numerosos los alcaldes de las pequeas comunidades mexicanas que viajan ahota a Nueva York para proponer a las asociaciones de emigrados all residentes proyectos de inversin para el desatrollo de las localidades de origen. En colaboracin con las asociaciones deportivas de tos emigrados de Nueva York, la embajada apoya activamente el desarrollo de los grupos guadalupanos, que se encargan de organizar el culto a ta Virgen de Guadalupe (la Virgen mexicana ms importante) en Nueva York. Asimismo, en todos los dems mbitos de ta poltica mexicana la emigracin laboral no se considera ya slo como vlvula de escape (pasiva) para, el problema de la ocupacin, sino como un importante potencial en capital y recursos humanos para el propio desarrollo econmico-social. Como resultado de esta reorientacin poltica, es cada vez mayor el nmero de instancias institucionales que han entrado a formar parte del sistema de migracin Mxico-EE.UU., instancias que prestan consistencia y estabilidad a los espacios sociales transnacionales que se forman... Pero el engranaje socioeconmico entre la regin de origen y la de destino dista mucho de ser exclusivamente de naturaleza nostlgico-tradicional (por ejemplo, la celebracin de fiestas del terruo) o de limitarse a mandar dinero a la generacin ms vieja que se qued en Mxico; antes bien, en la Mixteca se desarrollan, por ejemplo, actividades econmicas que apuntan mucho ms all de un carcter puramente transitorio en el mundo de la emigracin. Un buen ejemplo es la Puebla FoodIncorporation, un clan familiar que regenta una cadena de Tortillas en el gran Nueva York, que, basndose en la comida mexicana tradicional, ha conseguido convertirse en un autntico holding. Tambin se extienden estructuras de produccin y mercadotecnia transnacionales entre la Mixteca y Nueva York que implican una nueva dimensin de cumulative causation: en ta medida en que la dinmica de las redes de la emigracin mantiene en movimiento las corrientes migtatorias crece tambin la demanda de alimentos y servicios mexicanos especficos, lo que a su vez abre nuevas oportunidades industtiales originadas pot la migracin a las regiones de origen y destino...7273En Nueva York propiamente, por ejemplo, los emigrantes laborales que acuden, nada ms llegar, a sus parientes y conocidos cuentan con una red diversificada de grupos de apoyo informales, servicios especializados y organizaciones de solidaridad (oficinas de asesoramiento jurdico, comits de ayuda a determinadas etnias o regiones, etc.). Manzanas entetas (por ejemplo, la parte septentrional de Amsterdam Street o los netghbourhoods de Queens) testimonian de esta infraestructura por el momento bastante estable, con la que pueden contar los emigrantes transnacionales y que, al mismo tiempo, se reproduce a travs de estos mismos. Existen actividades retribuidas y grupos de ayuda (de mexicanos y americanos de EE. UU.) que viven exclusivamente de la migracin permanen