Quebec, el diamante de Canadá
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Transcript of Quebec, el diamante de Canadá
con aroma a éxito
CarolinaHerrera de Báez
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SDMENSUAL
Texto y Fotos Jonás Alpízar
Québec
Es la ciudad más europea de todo el continente americano
Los tablones de la Terraza Dufferin hacen un ligero sonido cuando se les pisa, ligerísimo, solo per-
ceptible en los breves momentos en que los niños no gritan o ríen. Al frente está el grandísimo río
Saint-Laurent (que justo en este punto es más angosto y eso mismo significa Québec: donde las
orillas se acercan). Tras el río está Lévis, una pequeña comunidad perteneciente también a esta
provincia. A mis espaldas, como una cabecera, tengo el impresionante Château Frontenac, que no
solo es el hotel más antiguo de todo Québec, sino que con su silueta coronando el Cap Diamant
conforma una de las imágenes más reconocidas de todo Canadá.
Hay varias formas de llegar a este lugar y casi todas implican pasar por Montréal, la gran metrópoli. Una de las
rutas más populares es tomar un avión México-Montréal, para después tomar otro que lleve a Québec. Otra
forma, la que elegí, es llegar a Montréal y trasladarse a Québec en tren. Las vías cruzan un par de veces el río
Saint-Laurent y los paisajes que se observan son increíbles.
el Diamante de Canadá
B&P
92 • NovIEMBRE • 2014
dEstINos caNadá
B&P
94 • NovIEMBRE • 2014
• paRa coMER
Chez BoulayEl reconocido chef francés Jean-Luc Boulay comanda este restaurante que rescata los pro-ductos y formas de cocinar de la gastronomía boreal de Québec. 1110, Saint-Jean St. Québec. chezboulay.com
• paRa toMaR Y pIcaR aLGo
Bistro L´AtelierAquí no solo preparan los mejo-res tartare, también los mejores cocteles para acompañarlos. Recomiendo el Text Me Maybe, hecho a base de vodka, sake, lima y jarabe de grosella negra. 624, Grande Allée Est, Québec. bistrolatelier.com
• paRa doRMIR
Hôtel Château Laurier QuébecA pocos pasos de la ciudad amu-rallada y junto a Grande Allée, la avenida de la vida nocturna, este hotel presume no solo de tener una envidiable localización, sino de contar con un ala totalmente renovada. 1220, Place George-V Ouest, Québec. hotelchateaulaurier.com
Aunque pocas personas andan por las calles, en esta
ciudad es muy común ver el arribo de camiones prove-
nientes de todas las escuelas de Canadá, porque la impor-
tancia social, histórica y cultural de esta zona es enorme
para entender la evolución del país. La parte vieja de esta
ciudad está dividida en dos: Haute-Ville y Basse-Ville.
Si tienes una buena condición física y predilección
por las cuestas empinadas, se recomienda recorrer el
lugar subiendo y bajando las calles estrechas y ondu-
lantes; pero si eliges no "vivir la vida loca", usa el có-
modo teleférico, que conduce desde la misma Terraza
Dufferin hasta la Rue de Petit Champlain. En esta zona
de ese país habita un mayor número de habitantes
francófonos, muchos más que en Montréal, lo cual se
debe a que no hay universidades que enseñen en in-
glés, como sí las hay en Montréal. De todas formas, no
te preocupes, porque casi todas las personas relaciona-
das con el servicio y el turismo hablan inglés.
Quienes hayan tenido la oportunidad de conocer
primero Montréal, ya sea por la ruta o por la agen-
da, encontrarán que Québec es un destino más chico,
pero más rico culturalmente.
La lista de edificios históricos que allí hay es inter-
minable, y en la parte más vieja encontrarás edifica-
ciones de varios siglos de antigüedad, como la Cate-
dral de Notre Dame, que se construyó en 1647. Los
turistas religiosos no solo de Canadá, sino de todo
Norteamérica frecuentan mucho dicho lugar.
"Falso como los diamantes canadienses"En esta ciudad, cuando alguien promete algo que no es
posible cumplir o afirmando algo que no es verdad, es
común escuchar la frase: “Es falso como los diamantes
canadienses”. La historia detrás de esta jocosa pero con-
tundente oración se remonta a los primeros viajes de Ja-
ques Cartier, en 1534. Tiempo atrás se creía que en esta
localidad del nuevo mundo había mucho oro (sueño de
todo conquistador europeo). Cartier fue más allá al afir-
mar que también había diamantes en este lugar, por esa
razón es que el monte, donde se encuentra la Terraza
Dufferin, lleva el nombre Cap Diamant. No obstante, la
verdad es que Cartier pensó que eran diamantes y solo
eran cuarzos, dando pie a la famosa frase acusatoria.
El tiempo siempre es poco cuando se viaja, sin duda
llenaría tomos enteros para contar las anécdotas e histo-
rias que alberga este lugar. Pero aún estoy aquí y el punto
final no se ha escrito. Si algo aprendí en Québec es que
el verano significa dos cosas inolvidables: salir a la calle,
pasear por parques y jardines, así como comer el exqui-
sito steak tartare.
Sin duda, una experiencia fantástica recorrer este lu-
gar; no te pierdas la oportunidad de ir y enamorarte de
la bellísima Québec.
dEstINos caNadá