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RECURSO DE QUEJA 10/2015 QUEJOSA: ********** MINISTRO PONENTE: JUAN N. SILVA MEZA SECRETARIO: DAVID ARTURO ESQUINCA VILA México, Distrito Federal. Acuerdo de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, correspondiente al V I S T O S ; Y R E S U L T A N D O : PRIMERO. Por escrito presentado el doce de febrero de dos mil catorce ante la Oficina de Correspondencia Común de los Juzgados de Distrito en Materia Administrativa, en el Distrito Federal, **********, en su carácter de representante legal de **********, impetró la protección de la Justicia Federal, contra actos del Congreso de la Unión y del Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, los que hizo consistir en la discusión, aprobación y expedición del Decreto por el que se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones de la Ley del Impuesto al Valor Agregado, de la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, de la Ley Federal de Derechos, se expide la Ley del Impuesto Sobre la Renta y se abrogan la Ley del Impuesto Empresarial a Tasa Única y la Ley del Impuesto a los Depósitos en Efectivo, publicado en el Diario Oficial de la Federación el once de diciembre de dos mil trece, en específico lo

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RECURSO DE QUEJA 10/2015 QUEJOSA: **********

MINISTRO PONENTE: JUAN N. SILVA MEZA SECRETARIO: DAVID ARTURO ESQUINCA VILA

México, Distrito Federal. Acuerdo de la Segunda Sala de la

Suprema Corte de Justicia de la Nación, correspondiente al

V I S T O S ; Y

R E S U L T A N D O :

PRIMERO. Por escrito presentado el doce de febrero de dos

mil catorce ante la Oficina de Correspondencia Común de los

Juzgados de Distrito en Materia Administrativa, en el Distrito

Federal, **********, en su carácter de representante legal de

**********, impetró la protección de la Justicia Federal, contra actos

del Congreso de la Unión y del Presidente Constitucional de los

Estados Unidos Mexicanos, los que hizo consistir en la discusión,

aprobación y expedición del Decreto por el que se reforman,

adicionan y derogan diversas disposiciones de la Ley del

Impuesto al Valor Agregado, de la Ley del Impuesto Especial

sobre Producción y Servicios, de la Ley Federal de Derechos, se

expide la Ley del Impuesto Sobre la Renta y se abrogan la Ley

del Impuesto Empresarial a Tasa Única y la Ley del Impuesto a

los Depósitos en Efectivo, publicado en el Diario Oficial de la

Federación el once de diciembre de dos mil trece, en específico lo

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regulado por el artículo noveno transitorio fracción XXV de la Ley

del Impuesto Sobre la Renta. En el capítulo de pruebas ofreció,

entre otras, la pericial contable a cargo del perito mencionado.

SEGUNDO. Por acuerdo de catorce de febrero de dos mil

catorce, el Juez Tercero de Distrito en Materia Administrativa en

el Distrito Federal admitió a trámite la demanda de amparo, la que

se registró con el número **********, señalándose las diez horas

con diez minutos del catorce de marzo del mismo año, para la

celebración de la audiencia constitucional. Y en cuanto a la

prueba pericial, no se tuvo como ofrecida por no haberse exhibido

el cuestionario relativo, aunque dejó expedido el derecho de la

quejosa para ofrecerlo en el momento procesal oportuno.

Así también, en razón al informe rendido por una de las

autoridades responsables, por acuerdo de catorce de marzo de

dos mil catorce se difirió la audiencia constitucional programada

para esa fecha y se fijó como nueva fecha, las diez horas con

cuarenta minutos del siete de abril de dos mil catorce.

TERCERO. Por escrito recibido en el Juzgado de Distrito el

diecinueve de marzo de dos mil catorce, el autorizado de la parte

quejosa exhibió el cuestionario para la prueba pericial contable

ofrecida en el escrito inicial de demanda.

Al respecto, por auto de veinte de marzo de dos mil catorce,

la Autoridad de Amparo desechó la prueba pericial en materia de

contabilidad ofrecida por la parte quejosa, al considerar que la

misma no se ofreció con la anticipación exigida por el artículo

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119 de la Ley de Amparo, es decir, dentro de los cinco días

hábiles antes de la fecha señalada para la celebración de la

audiencia constitucional.

CUARTO. Inconforme con lo anterior, la autorizada de la

persona moral interpuso recurso de queja, cuyo conocimiento

correspondió, por razón de turno, al Décimo Primer Tribunal

Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito, donde

quedó registrada con el número Q.A. **********. Después, en

sesión celebrada el doce de junio de dos mil catorce, fue dictada

sentencia en el sentido de solicitar a esta Suprema Corte de

Justicia de la Nación que ejerciera su facultad de atracción para

conocer del recurso de queja.

QUINTO. En sesión de diez de septiembre de dos mil

catorce, esta Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la

Nación resolvió, en los autos de la solicitud de ejercicio de la

facultad de atracción 412/2014, conocer del recurso de queja Q.A.

**********, por su importancia y trascendencia.

SEXTO. En auto de diez de febrero de dos mil quince, el

Presidente de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación

admitió a trámite el recurso de queja, el que quedó registrado con

el número 10/2015 y se turnó al Ministro Juan N. Silva Meza, para

que elaborara el proyecto de sentencia relativo.

SÉPTIMO. Mediante proveído de tres de marzo de dos mil

quince, el Presidente de esta Segunda Sala de la Suprema Corte

de Justicia de la Nación dispuso que la misma se avocara al

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conocimiento del asunto, y ordenó remitir los autos al Ministro

ponente, para la elaboración del proyecto de resolución.

OCTAVO. El proyecto de resolución se hizo público en

términos de lo dispuesto en los artículos 73 y 184 de la Ley de

Amparo vigente; y,

C O N S I D E R A N D O :

PRIMERO. Esta Segunda Sala de la Suprema Corte de

Justicia de la Nación es legalmente competente para conocer del

recurso de queja, con fundamento en los artículos 97, fracción I,

inciso e) y 99 de la vigente Ley de Amparo; así como 21, fracción

IV, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, toda

vez que se interpuso contra el auto dictado por un Juez de

Distrito, en el trámite de un juicio de amparo indirecto, respecto

del cual este Alto Tribunal resolvió ejercer su facultad de

atracción.

SEGUNDO. En el presente caso, se estima innecesario

realizar el estudio de oportunidad y legitimación respecto del

escrito de queja, en razón de que ello ya fue analizado por el

Tribunal Colegiado de Circuito que previno en el conocimiento del

asunto, en su resolución de doce de junio de dos mil catorce.

TERCERO. Para una mejor comprensión del asunto,

conviene destacar los antecedentes relevantes del caso, que se

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advierten de las constancias que obran en autos del juicio de

amparo indirecto **********, del Juzgado Tercero de Distrito en

Materia Administrativa en el Distrito Federal, así como del recurso

de queja Q.A. **********, del índice del Décimo Primer Tribunal

Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito.

**********., por conducto de su representante legal, impetró la

protección de la Justicia Federal en contra de diversas

autoridades y en lo conducente, señaló como acto reclamado la

regularidad constitucional del artículo noveno transitorio, fracción

XXV, de la Ley del Impuesto Sobre la Renta. En el apartado

número VII de la demanda, correspondiente a las pruebas, se

ofreció la pericial contable, en los siguientes términos:

“8) Pericial contable.- Consistente en el cuestionario

que habrá de contestar el perito C.P. ********** con

cédula profesional número **********, con domicilio en

calle **********, a efecto de acreditar en base a los

papeles de trabajo y declaraciones ofertadas al juicio, la

existencia del saldo de CUFIN determinada en

ejercicios anteriores a 2001 y su debida actualización a

la fecha.”

Por auto de catorce de febrero de dos mil catorce, el Juez

Tercero de Distrito en Materia Administrativa en el Distrito Federal

admitió a trámite la demanda, con el número ********** y señaló

día y hora para la celebración de la audiencia constitucional (diez

horas con diez minutos del catorce de marzo de dos mil catorce).

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Además, en lo relativo a las pruebas ofrecidas, acordó lo

siguiente:

“…con fundamento en los artículos 119 y 123 de la Ley

de Amparo, con la prueba que ofrece y exhibe descrita

en el inciso 1) del capítulo correspondiente dese nueva

cuenta en la audiencia constitucional. Cabe señalar que

no se tienen como pruebas de la quejosa las precisadas

en los numerales 2), 3), 4), 5), 6), 7) y 8), porque no se

adjuntaron a la demanda y tampoco se exhibió el

cuestionario relativo a la prueba pericial; sin embargo

queda expedito su derecho de ofrecerlo en el momento

procesal oportuno.”

Así también, como en la fecha señalada para la audiencia

constitucional seguía transcurriendo el término previsto por el

artículo 117 de la ley de la materia, respecto del informe rendido

por una autoridad responsable, el Juez de Distrito ordenó su

diferimiento y señaló como nueva fecha, las diez horas con

cuarenta minutos del siete de abril de dos mil catorce.

Por escrito recibido en el Juzgado de Distrito, el diecinueve

de marzo de dos mil catorce, el autorizado de la parte quejosa

exhibió el cuestionario para la prueba pericial contable ofrecida en

el escrito inicial de demanda.

A lo anterior, mediante proveído de veinte de marzo de dos

mil catorce, el Juez de Distrito desechó la prueba pericial

contable, en tanto consideró que no fue ofrecida con la

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anticipación exigida por el artículo 119 de la ley de la materia; lo

anterior, bajo los siguientes razonamientos:

“Agréguense los escritos firmados por el autorizado de

la parte quejosa en términos amplios del artículo 12 de

la Ley de Amparo, atento al contenido del primero de

ellos, en que ofrece prueba pericial en materia de

contabilidad, con fundamento en lo ordenado por el

tercer párrafo, del artículo 119 de la Ley de Amparo, y

en el numeral 197 del Código Federal de

Procedimientos Civiles de aplicación supletoria, al

respecto, se desecha la prueba pericial de referencia,

en virtud de que no la ofreció con la anticipación exigida

por el citado precepto legal, esto es, dentro de los cinco

días hábiles antes de la fecha señalada para la

celebración de la audiencia constitucional, sin contar el

del ofrecimiento ni el señalado para la celebración de la

audiencia.

Ello es así, pues su escrito de ofrecimiento de la prueba

pericial fue presentado el día dieciocho de marzo del

dos mil catorce en la Oficina de Correspondencia

Común de los Juzgados de Distrito en Materia

Administrativa en el Distrito Federal, y la fecha señalada

para la audiencia constitucional fue catorce del referido

mes y año en curso, es decir, no mediaron los cinco

días que prevé la ley, pues, el escrito correspondiente

incluso fue presentado con posterioridad a la fecha

señalada para la celebración de la audiencia

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constitucional, siendo que debió presentarlo a más

tardar el día seis de marzo del presente año.

Asimismo, los hechos que pretende probar están

relacionados con cuestiones propias de la demanda de

amparo y no se relacionan con eventos que conoció con

posterioridad, de ahí que la prueba debió ofrecerse

tomando en cuenta la fecha inicialmente fijada para la

audiencia constitucional.

[…]

Sin que sea óbice para arribar a la anterior conclusión,

el hecho de que en el escrito de cuenta el promovente

afirme que la prueba pericial la ofreció en el acuerdo

inicial.

Sin embargo, según se advierte del auto de catorce de

febrero del año en curso, no se tuvo como prueba la

pericial en cuestión, debido a que no se había exhibido

el cuestionario correspondiente.”

Inconforme con lo anterior, la autorizada de la quejosa

interpuso recurso de queja y como agravios, hizo valer los

siguientes:

1. La prueba pericial contable se ofreció dentro del término

previsto por el artículo 119 de la Ley de Amparo, pues ello tuvo

lugar en el escrito de demanda de amparo, presentado el doce de

febrero de dos mil catorce, fecha en la que aún no se señalaba

fecha para la celebración de la audiencia constitucional, por lo

que su ofrecimiento se hizo dentro del plazo establecido en el

mencionado artículo; y si bien no se exhibió el cuestionario y las

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correspondientes copias para su traslado, esto no origina que se

tuviera por no anunciada la prueba.

2. Al respecto, ofrecimiento y desahogo de una prueba

constituyen dos cuestiones distintas, de modo que el plazo

previsto en el artículo 119 de la Ley de Amparo para el

ofrecimiento es de cinco días antes de la audiencia de ley sin

contar el día del ofrecimiento ni el de la audiencia, de ahí que el

desahogo puede realizarse con posterioridad, sin que exista plazo

para éste último.

3. En todo caso, la Autoridad de Amparo tiene la obligación

requerir al oferente de la prueba, para que exhiba su cuestionario,

tal y como se advierte del artículo 119 de la ley de la materia. De

ahí que no procedía desechar la prueba pericial, sino que debía

requerirse al oferente de la prueba para que exhibiera el

cuestionario y las copias correspondientes, para que los peritos

pudieran rendir su dictamen pericial.

4. Es inaplicable el criterio jurisprudencial citado en el

acuerdo recurrido, pues hace referencia al artículo 151 de la Ley

de Amparo abrogada, cuyo contenido cambió sustancialmente,

pues el numeral 119 de la vigente ley, prevé la obligación para el

Juez de Distrito de requerir el cuestionario, cuando éste faltase en

su totalidad.

5. De considerarse que el desechamiento impugnado se

ajusta a la legalidad, el recurrente denuncia la inconstitucionalidad

del artículo 119, cuarto párrafo, de la Ley de Amparo, por

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contravenir los artículos 1 y 14 de la Norma Fundamental, en

tanto limita la presentación de la prueba a la primera audiencia,

sin importar que se difiera, lo cual atenta la garantía de debida

defensa -al no dar oportunidad de ofrecerlas con posterioridad al

diferimiento- así como contra el principio pro persona.

6. Al respecto, el diferimiento de la audiencia conlleva a su

no celebración, por lo que no se retrasa el procedimiento al

ofrecer pruebas.

CUARTO. De los argumentos que expone el recurrente, se

advierte que están referidos a la interpretación del artículo 119 de

la vigente Ley de Amparo, la cual afirma que debe separarse de

la que realizó la Suprema Corte de Justicia de la Nación respecto

del diverso numeral 151 de la Ley de Amparo, que estuvo en

vigor hasta el día dos del mes y año mencionados, debido a que

su contenido –se afirma- cambió sustancialmente.

Al respecto, del análisis de las iniciativas, dictámenes y

discusiones, por parte de las Cámaras de Senadores y Diputados,

referentes a la Ley de Amparo vigente, no se advierte referencia

expresa a las razones que llevaron a establecer el texto del

artículo 119 –salvo una reserva que proponía un texto distinto, la

cual no fue admitida a discusión-; empero, de su contenido puede

advertirse que en dicho numeral se conjuntaron los diversos 150 y

151 de la abrogada Ley de Amparo.

Además, cabe precisar que los párrafos que regulaban la

designación de perito en el referido numeral 151 de la anterior ley

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de la materia, se disgregaron y ubicaron en el artículo 120 de la

vigente legislación.

Tales asertos se corroboran con el cuadro siguiente:

TEXTO VIGENTE TEXTO ANTERIOR

Artículo 119. Serán admisibles

toda clase de pruebas, excepto la

confesional por posiciones. Las

pruebas deberán ofrecerse y

rendirse en la audiencia

constitucional, salvo que esta Ley

disponga otra cosa.

La documental podrá presentarse

con anterioridad, sin perjuicio de

que el órgano jurisdiccional haga

relación de ella en la audiencia y la

tenga como recibida en ese acto,

aunque no exista gestión expresa

del interesado.

Las pruebas testimonial, pericial,

inspección judicial o cualquier otra

que amerite desahogo posterior,

deberán ofrecerse a más tardar,

cinco días hábiles antes de la

audiencia constitucional, sin contar

el del ofrecimiento ni el señalado

Artículo 150. En el juicio de amparo

es admisible toda clase de pruebas,

excepto la de posiciones y las que

fueren contra la moral o contra

derecho.

Artículo 151. Las pruebas deberán

ofrecerse y rendirse en la audiencia

del juicio, excepto la documental que

podrá presentarse con anterioridad,

sin perjuicio de que el juez haga

relación de ella en la audiencia y la

tenga como recibida en ese acto,

aunque no exista gestión expresa del

interesado.

(REFORMADO, D.O.F. 16 DE

ENERO DE 1984)

Cuando las partes tengan que rendir

prueba testimonial o pericial para

acreditar algún hecho, deberán

anunciarla cinco días hábiles antes

del señalado para la celebración de

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para la propia audiencia.

Este plazo no podrá ampliarse con

motivo del diferimiento de la

audiencia constitucional, salvo que

se trate de probar o desvirtuar

hechos que no hayan podido ser

conocidos por las partes con la

oportunidad legal suficiente para

ofrecerlas en el plazo referido, por

causas no imputables a su

descuido o negligencia dentro del

procedimiento. En estos casos, el

plazo para el ofrecimiento de tales

pruebas será el señalado para la

audiencia constitucional, tomando

como indicador la nueva fecha

señalada para la audiencia.

Para el ofrecimiento de las pruebas

testimonial, pericial o inspección

judicial, se deberán exhibir original

y copias para cada una de las

partes de los interrogatorios al

tenor de los cuales deberán ser

examinados los testigos,

proporcionando el nombre y en su

caso el domicilio cuando no los

pueda presentar; el cuestionario

la audiencia constitucional, sin contar

el del ofrecimiento ni el señalado

para la propia audiencia, exhibiendo

copia de los interrogatorios al tenor

de los cuales deban ser examinados

los testigos, o del cuestionario para

los peritos. El juez ordenará que se

entregue una copia a cada una de las

partes, para que puedan formular por

escrito o hacer verbalmente

repreguntas, al verificarse la

audiencia. No se admitirán más de

tres testigos por cada hecho. La

prueba de inspección ocular deberá

ofrecerse con igual oportunidad que

la testimonial y la pericial.

Al promoverse la prueba pericial, el

juez hará la designación de un perito,

o de los que estime convenientes

para la práctica de la diligencia; sin

perjuicio de que cada parte pueda

designar también un perito para que

se asocie al nombrado por el juez o

rinda dictamen por separado.

Los peritos no son recusables, pero

el nombrado por el juez deberá

excusarse de conocer cuando en él

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para los peritos o de los puntos

sobre los que deba versar la

inspección. No se admitirán más

de tres testigos por cada hecho.

Cuando falten total o parcialmente

las copias a que se refiere el

párrafo anterior, se requerirá al

oferente para que las presente

dentro del plazo de tres días; si no

las exhibiere, se tendrá por no

ofrecida la prueba.

El órgano jurisdiccional ordenará

que se entregue una copia a cada

una de las partes para que puedan

ampliar por escrito, en un plazo de

tres días, el cuestionario, el

interrogatorio o los puntos sobre

los que deba versar la inspección,

para que puedan formular

repreguntas al verificarse la

audiencia.

Artículo 120. Al admitirse la prueba

pericial, se hará la designación de

un perito o de los que estime

convenientes para la práctica de la

diligencia, sin perjuicio de que

concurra alguno de los impedimentos

a que se refiere el artículo 66 de esta

ley. A ese efecto, al aceptar su

nombramiento manifestará, bajo

protesta de decir verdad, que no

tiene ninguno de los impedimentos

legales.

La prueba pericial será calificada por

el juez según prudente estimación.

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cada parte pueda designar a uno

para que se asocie al nombrado

por el órgano jurisdiccional o rinda

dictamen por separado,

designación que deberá hacer

dentro de los tres días siguientes a

aquél en que surta sus efectos la

notificación del auto admisorio de

la prueba.

Los peritos no son recusables,

pero el nombrado por el órgano

jurisdiccional de amparo deberá

excusarse de dictaminar cuando

exista alguna de las causas de

impedimento a que se refiere el

artículo 51 de esta Ley. Al aceptar

su nombramiento manifestará bajo

protesta de decir verdad que no se

encuentra en la hipótesis de esos

impedimentos.

Ahora, como lo aduce el recurrente, en el párrafo sexto de la

norma vigente, se adicionó la obligación, para el Juez de Distrito,

consistente en que, cuando falten total o parcialmente las copias

de los interrogatorios para examinar a los testigos, el cuestionario

para los peritos o los puntos sobre los que deba versar la

inspección, se requerirá al oferente para que las presente dentro

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del plazo de tres días, así como que, en caso de no exhibirlas, se

tendrá por no ofrecido el medio de convicción.

Sin embargo, esta Segunda Sala de la Suprema Corte de

Justicia de la Nación advierte que la diferencia de mérito -además

de otras que existen entre el artículo vigente y la norma

abrogada- tiene su origen en la evolución del ejercicio

interpretativo que realizó este Alto Tribunal respecto del artículo

151 de la abrogada Ley de Amparo.

Para demostrar lo anterior, se estima oportuno hacer

referencia a diversos criterios:

Al resolver la contradicción de tesis 3/83, la entonces

Tercera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación

estableció la siguiente jurisprudencia:

“PRUEBAS PERICIAL Y TESTIMONIAL EN EL JUICIO DE AMPARO. LA FALTA DE EXHIBICION DE LAS COPIAS DEL CUESTIONARIO O INTERROGATORIO NO DA LUGAR A SU DESECHAMIENTO SINO SOLO A QUE SE REQUIERA AL OFERENTE, SIEMPRE Y CUANDO EXISTA TIEMPO PARA SUBSANAR TAL OMISION SIN QUE SE AFECTE AL PRINCIPIO DE IGUALDAD PROCESAL DE LAS PARTES. De conformidad con el artículo 151 de la Ley de Amparo, las pruebas pericial y testimonial deberán ser ofrecidas cinco días antes de la fecha señalada para la audiencia, exhibiendo copias para las partes de los interrogatorios al tenor de los cuales deban ser examinados los testigos o del cuestionario para los peritos, a fin de que estén en posibilidad de formular, por escrito o verbalmente, repreguntas al verificarse la audiencia o puedan designar también un perito para que se asocie al

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nombrado por el Juez o rinda dictamen por separado, según se trate de prueba testimonial o pericial. Por lo tanto, debe considerarse que las copias de los interrogatorios o de los cuestionarios sí deben ser exhibidos en el término previsto en el artículo en comento, pues, de lo contrario, se imposibilitaría a las partes para repreguntar a los testigos en la audiencia respectiva, para designar también un perito que se asociara al nombrado por el Juez o rindiera un dictamen por separado, a no ser que se difiriera la audiencia, retrasándose el procedimiento. Consecuentemente, cuando se ha hecho el ofrecimiento de las citadas pruebas exactamente cinco días antes del fijado para la audiencia, pero se ha omitido la exhibición de las copias, no procede requerir al oferente para que la exhiba, sino que se deben tener por no ofrecidas, ya que no existe tiempo suficiente para subsanar la omisión sin que se cause perjuicio a las demás partes o a la celeridad del procedimiento. Sin embargo, como esta disposición está inspirada en el principio de igualdad procesal de las partes, lo que significa que mientras esta igualdad se conserva no se deben desechar las pruebas por la falta del cumplimiento de este requisito, debe considerarse que no deben desecharse dichas pruebas cuando han sido ofrecidas con mayor anticipación, de tal manera que sea posible prevenir al oferente para que aporte las copias respectivas y, a la vez, el Juez pueda ordenar su entrega a las demás partes en el juicio de amparo contando éstas con tiempo suficiente para formular repreguntas, designar otro perito o formular otro cuestionario, sin que tenga que diferirse la audiencia. Lo anterior permite concluir, que el criterio que debe seguirse, en términos generales, es que la falta de aportación de las copias necesarias no da lugar al desechamiento de las pruebas, sino sólo a que se prevenga al oferente, cuando ello no ocasione perjuicio a las demás partes del juicio ni a la celeridad del procedimiento. Este criterio se funda, además, en la aplicación analógica de los artículos 120 y 146 de la Ley de Amparo, pues si conforme a estos preceptos el Juez no debe desechar la demanda cuando el quejoso no exhibe las copias para las demás partes, sino que debe

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prevenir al promovente para que las presente dentro del término de tres días, igualmente deberá darse oportunidad al oferente de las pruebas para que presente las copias de los interrogatorios o cuestionarios faltantes, con la condición, claro está, de que en el caso de que se trate, no se vulnere al susodicho principio de igualdad procesal.”1

Tal criterio fue confirmado, al emitirse la jurisprudencia

P./J. 12/95 del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la

Nación, de rubro y texto siguientes:

“PRUEBA TESTIMONIAL EN EL JUICIO DE AMPARO. LA FALTA DE EXHIBICION DE LAS COPIAS DEL INTERROGATORIO AL MOMENTO DE ANUNCIARLA NO DA LUGAR A SU DESECHAMIENTO SINO A QUE SE REQUIERA AL ANUNCIANTE. El artículo 151 de la Ley de Amparo establece que la prueba testimonial deberá ser anunciada cinco días antes de la fecha señalada para la audiencia constitucional, sin contar el del ofrecimiento ni el señalado para la propia audiencia, exhibiendo copia, para cada una de las partes, de los interrogatorios al tenor de los cuales deban ser examinados los testigos a fin de que estén en posibilidad de formular por escrito o verbalmente repreguntas al verificarse la audiencia. Este dispositivo legal está inspirado en el principio de igualdad procesal de las partes, el cual implica que éstas deben tener en el proceso un mismo trato, es decir, que se les debe dar las mismas oportunidades para hacer valer sus derechos y ejercitar sus defensas. Por tanto, mientras esa igualdad procesal de las partes se conserva, no es válido que se deseche una prueba testimonial anunciada en tiempo, sólo por no haberse cumplido el requisito formal de exhibir la parte o la totalidad de las copias del interrogatorio al momento de anunciarse, sino que debe requerirse al anunciante para que las exhiba, ya que en estos casos existe la posibilidad de que las partes del litigio constitucional

1 Séptima Época, Semanario Judicial de la Federación, Libro181-186 Cuarta Parte, página 311,

Registro IUS: 240321.

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puedan conocer el interrogatorio para los testigos y preparar sus repreguntas sin afectar la celeridad del proceso. Por tanto, sólo se le deberá desechar o tener por no anunciada la prueba, cuando no exhiba las copias respectivas en el término perentorio que para tal efecto se le otorgue.”2

De las jurisprudencias transcritas se aprecia que se

consideró que el artículo 151 de la Ley de Amparo abrogada se

inspiró en el principio de igualdad procesal de las partes, el cual

implica que éstas deben tener en el proceso un mismo trato, es

decir, que se les debe brindar las mismas oportunidades para

hacer valer sus derechos y ejercitar sus defensas, por lo cual se

concluyó que no debían desecharse las pruebas por la falta de

exhibición de las copias de los interrogatorios o de los

cuestionarios, siempre y cuando la prueba se hubiera ofrecido

con la anticipación suficiente para que se formulara

requerimiento, la parte oferente aportara las copias respectivas y,

a la vez, pudiera realizarse su entrega a las demás partes en el

juicio de amparo, contando éstas con tiempo suficiente para

formular repreguntas, designar otro perito o formular otro

cuestionario.

Por tanto, se estableció el criterio consistente en que, en

términos generales, la falta de exhibición de las copias necesarias

no daba lugar al desechamiento de las pruebas, sino sólo a que

se previniera al oferente, cuando ello no ocasionara perjuicio a las

demás partes del juicio ni a la celeridad del procedimiento, ello

con la finalidad de que no se vulneraran los principios de igualdad

procesal y celeridad o expeditez del procedimiento. 2 Novena Época, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo II. Agosto de 1995,

página 9, Registro IUS: 200327.

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Nótese que esta interpretación del artículo 151 de la Ley de

Amparo abrogada, coincide con el contenido del sexto y séptimo

párrafos del artículo 119 de la vigente ley de la materia y

precisamente está relacionada con la obligación del juzgador de

requerir las copias del cuestionario, interrogatorio o puntos

respecto de los cuales versaría la prueba.

Por otra parte, al resolver la contradicción de tesis 25/93, el

Pleno estableció la siguiente jurisprudencia:

“PRUEBAS PERICIAL, TESTIMONIAL Y DE

INSPECCION JUDICIAL EN EL AMPARO. SU

OFRECIMIENTO DESPUES DEL DIFERIMIENTO DE

LA AUDIENCIA. Este Pleno modifica la jurisprudencia

que en la compilación de 1988, Segunda Parte, página

2435, aparece con el número 1533 y que establece

‘PRUEBAS TESTIMONIAL Y PERICIAL EN EL

AMPARO, CUANDO SE DIFIERE LA AUDIENCIA.- Es

procedente admitir las pruebas testimonial y pericial

para la audiencia en el amparo, cuando la inicialmente

señalada ha sido diferida de oficio por el Juez de

Distrito, y no a petición de las partes’; y, asimismo, se

aparta del criterio contenido en la última tesis

relacionada con dicha jurisprudencia, que establece,

esencialmente, que es inexacto que cuando la

audiencia se difiere de oficio, se puedan ofrecer dichas

pruebas para la audiencia diferida, agregando que

cuando no se anuncian oportunamente para la primera

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audiencia, no pueden ofrecerse para la segunda,

porque ya se perdió el derecho. Partiendo de la

hipótesis de que las pruebas pericial, testimonial y de

inspección judicial no fueron ofrecidas antes de la

audiencia inicial, que ésta se difirió y que en el nuevo

periodo sí se ofrecieron con la anticipación requerida

por el artículo 151 de la Ley de Amparo, en relación con

la fecha de la segunda audiencia, el nuevo criterio

sostenido por este Pleno se apoya en dos principios

básicos: En primer lugar, el de la expeditez del

procedimiento de amparo que deriva de su naturaleza

sumaria, de acuerdo con el cual, si las mencionadas

pruebas no se ofrecen con la anticipación exigida por el

citado precepto, ya no pueden ofrecerse con

posterioridad por haber precluido ese derecho procesal;

y en segundo, el cimentado en el respeto a la garantía

de defensa de la parte oferente, lo que significa que

ésta, para gozar de la oportunidad de ofrecer las

pruebas aludidas, no sólo debe contar con el plazo de

cinco días hábiles antes del señalado para la audiencia

constitucional, sin incluir el del ofrecimiento ni el

señalado para la celebración de la audiencia, sino

además, que tal plazo se dé a partir de la fecha en que

tenga conocimiento del hecho que trate de probar o

desvirtuar con dichas probanzas, conocimiento que

puede inferirse de los datos y elementos objetivos de

los autos. Así, por ejemplo, cuando la parte oferente ya

tenga conocimiento del hecho o situación cuya certeza

trata de probar o desvirtuar con tiempo anterior al

RECURSO DE QUEJA 10/2015

21

término señalado en el citado artículo 151, tomando

como referencia la audiencia inicial, ya no podrá

válidamente ofrecerlas en el período posterior, porque

ha precluido su derecho por su abandono; en cambio, si

el oferente no conocía el hecho con la oportunidad legal

suficiente, como cuando el quejoso se entera de él con

motivo del informe justificado rendido poco antes de la

audiencia, o como cuando el tercero perjudicado es

llamado a juicio sin tiempo suficiente para ofrecer esos

elementos probatorios, entonces sí pueden proponerse

legalmente con posterioridad a la primera fecha de la

audiencia, respetando siempre los términos del artículo

151, sólo que tomando como indicador la segunda

fecha, ejemplos que pueden multiplicarse teniendo en

común, todos ellos, que desde el punto de vista jurídico

el oferente no debe quedar indefenso en la materia

probatoria examinada, por causas ajenas a su descuido

o negligencia dentro del procedimiento. Conforme a

este criterio, por tanto, carece de importancia el hecho

de que la audiencia se haya diferido de oficio o a

petición de parte, debiendo atenderse a los principios

expuestos, cuya aplicación permite dar a cada parte el

trato que amerita su propia situación procesal.”3

El criterio transcrito se basó en el principio de expeditez del

procedimiento de amparo, de acuerdo con el cual, si las pruebas

no se ofrecen con la anticipación exigida ya no pueden ofrecerse

con posterioridad, por haber precluido ese derecho procesal; así 3 Novena Época, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo III, Febrero de 1996,

página 53, Registro IUS: 200200.

RECURSO DE QUEJA 10/2015

22

como por el diverso de respeto a la garantía de defensa de la

parte oferente, conforme al que ésta, para gozar de la

oportunidad de ofrecer las pruebas, no sólo debe contar con el

plazo de cinco días hábiles antes del señalado para la audiencia

constitucional, sin incluir el del ofrecimiento ni el señalado para la

celebración de la audiencia, sino además, tal plazo empieza a

partir de la fecha en que tenga conocimiento del hecho que trate

de probar o desvirtuar con dichas probanzas.

Por tanto, se determinó que, cuando la parte oferente ya

tenga conocimiento del hecho o situación cuya certeza trata de

probar o desvirtuar con anterioridad al término señalado en el

citado artículo 151, tomando como referencia la audiencia inicial,

ya no podrá válidamente ofrecerlas en el período posterior y

habrá precluido su derecho por su abandono.

En cambio, si no se conocía el hecho con la oportunidad

legal suficiente, entonces sí podían proponerse legalmente los

medios de convicción con posterioridad a la primera fecha de la

audiencia, respetando siempre los términos del artículo 151, sólo

que tomando como indicador la segunda fecha señalada para la

audiencia del juicio.

Tal criterio, aun cuando se refiere a la interpretación del

artículo 151 de la Ley de Amparo anterior, es coincidente con lo

que prevé el quinto párrafo del artículo 119 de la Ley de Amparo

vigente, en el sentido de que el plazo para ofrecer las pruebas -

cinco días hábiles antes de la audiencia constitucional, sin contar

RECURSO DE QUEJA 10/2015

23

el del ofrecimiento ni el señalado para la propia audiencia- no

puede ampliarse tratándose de hechos conocidos.

Sin embargo, cuando se trate de aspectos que no se

conocieran por las partes con la oportunidad legal suficiente para

ofrecerlas en el plazo referido, sí se podrían ofrecer los medios de

prueba, tomando como indicador –para el plazo respectivo- la

nueva fecha señalada para la audiencia.

Por otra parte, en la jurisprudencia P./J. 75/2001, el Pleno de

esta Suprema Corte de Justicia de la Nación interpretó lo

dispuesto en el artículo 151 de la abrogada Ley de Amparo y

concluyó que si bien no se establecía la obligación de

proporcionar el nombre de los testigos, de su análisis se infería

que el Juez debía conocer el nombre de aquéllos, a efecto de

llevar a cabo la preparación de dicha prueba.

Por ello, el oferente de la prueba testimonial debía,

previamente a la celebración de la audiencia constitucional,

proporcionar el nombre de las personas que rendirían su

testimonio, a fin de que las partes en litigio constitucional, así

como el Juez Federal, tuvieran conocimiento, de las personas que

lo prestarían y de esta manera estuvieran en aptitud de

determinar su idoneidad, permitiendo que se formularan y

prepararan oportunamente las repreguntas y, en su caso, la

posible impugnación de dicha idoneidad, lo que se traducirá en

otorgar a las partes la misma igualdad procesal para hacer valer

sus derechos y ejercer sus defensas, brindándoles así certeza

jurídica.

RECURSO DE QUEJA 10/2015

24

El criterio de referencia se redactó con el rubro y texto

siguientes:

“TESTIMONIAL EN EL JUICIO DE AMPARO. ES

REQUISITO DE FORMA QUE AL OFRECERSE, SE

PROPORCIONE EL NOMBRE DE LOS TESTIGOS.

Una correcta interpretación de lo dispuesto en el

artículo 151 de la Ley de Amparo, inspirada en los

principios de seguridad, igualdad y certeza jurídica, en

relación con lo previsto en los artículos 165, 167, 174,

176, 179 y 182 del Código Federal de Procedimientos

Civiles, de aplicación supletoria a aquella ley, en

términos de su artículo 2o., conduce a evidenciar que si

bien dichos preceptos no establecen la obligación de

dar el nombre de los testigos, de su análisis se infiere

que el Juez deberá conocer el nombre de aquéllos, a

efecto de llevar a cabo la preparación de dicha prueba,

ya sea a virtud de los que deba citar, de sustanciar un

exhorto, o bien, al protestarlos, por lo que el oferente de

la prueba testimonial deberá, previamente a la

celebración de la audiencia constitucional, proporcionar

el nombre de las personas que rendirán su testimonio, a

fin de que las partes en litigio constitucional, así como el

Juez Federal, tengan conocimiento, con precisión, de

las personas que lo prestarán y de esta manera estén

en aptitud de determinar su idoneidad, permitiendo que

se formulen y preparen oportunamente, por escrito o

verbalmente, las repreguntas y, en su caso, la posible

RECURSO DE QUEJA 10/2015

25

impugnación de dicha idoneidad, lo que se traducirá en

otorgar a las partes la misma igualdad procesal para

hacer valer sus derechos y ejercer sus defensas,

brindándoles así certeza jurídica, circunstancia esta que

no puede tenerse por satisfecha si la probanza se

ofrece sin la indicación de los nombres de los testigos,

por lo que en este supuesto deberá requerirse al

oferente a efecto de que subsane tal omisión.”4

Tal jurisprudencia tiene relación con el párrafo sexto del

actual artículo 119 de la Ley de la materia, respecto del requisito

de señalar nombre y domicilio de los testigos.

Conforme a las consideraciones que preceden, es válido

concluir que el texto del artículo 119 de la vigente Ley de Amparo,

en las partes en que difiere de la redacción que tenía el artículo

151 de la anterior ley de la materia, contiene criterios que

derivaron del ejercicio interpretativo que realizó esta Suprema

Corte de Justicia de la Nación respecto de este último numeral, el

cual se basó en los principios de expeditez del juicio de amparo,

igualdad procesal de las partes, así como el diverso de respeto a

la garantía de defensa de la parte oferente.

Por tanto, es impreciso el argumento de la inconforme en el

sentido de que, ante el “cambio sustancial” del texto de los

artículos 119 –vigente- y 151 –abrogado- de la Ley de Amparo,

los criterios que este Alto Tribunal ha establecido respecto de las

4 Novena Época, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo XIII, Junio de 2001,

página 47, Registro IUS: 189361.

RECURSO DE QUEJA 10/2015

26

pruebas pericial, testimonial y de inspección judicial en el amparo,

ya no puedan aplicarse.

Ahora, con base en la exégesis y principios procesales que

se han referido en párrafos precedentes, procede interpretar el

artículo 119 de la Ley de Amparo en vigor, para analizar los

argumentos del recurrente en el sentido de que bastaba haber

señalado en el apartado respectivo del escrito de demanda la

prueba pericial, para que con ello se tuviera por ofrecida en

tiempo, aun cuando no se hubiera exhibido el cuestionario ni las

copias correspondientes; así como el diverso en el sentido de

que, en todo caso, era obligación del juzgador requerir la

exhibición de tal cuestionario.

Del texto del numeral de mérito –antes transcrito-, se

advierte que la regla general es que las pruebas deben ofrecerse

y rendirse en la audiencia constitucional, pero existen

excepciones derivadas de la naturaleza misma del medio de

convicción, como la documental, que permite que se presente con

anterioridad, o las diversas pericial, testimonial o de inspección

judicial, las cuales requieren una preparación inicial y un

desahogo posterior.

En efecto, tratándose de las pruebas antes referidas, se

estableció que deben ofrecerse a más tardar cinco días hábiles

antes de la audiencia constitucional, sin contar el del ofrecimiento

ni el señalado para la propia audiencia; plazo que no podrá

ampliarse con motivo del diferimiento de la audiencia

constitucional, salvo que se trate de hechos que no hayan podido

RECURSO DE QUEJA 10/2015

27

ser conocidos por las partes con la oportunidad legal suficiente

para ofrecerlas, por causas no imputables al descuido o

negligencia dentro del procedimiento.

En ese sentido, el plazo legal a que hace referencia para

ofrecer las pruebas, cuando están vinculadas a hechos

conocidos, inicia para el quejoso desde la presentación de la

demanda de amparo, en tanto que concluye en el momento en

que falten cinco días hábiles para que llegue el señalado para la

audiencia constitucional, sin contar el del ofrecimiento ni el

señalado para la audiencia, pues será en ésta donde deberá

desahogarse, respetándose así los derechos de audiencia y de

defensa de las partes.

También se advierte que, para el ofrecimiento de la prueba

pericial debe exhibirse original del cuestionario para los peritos y

copias para cada una de las partes, así como que, en caso de

que falten total o parcialmente las copias, se requerirá al oferente

para que las presente dentro del plazo de tres días, y en caso de

que no las exhiba, se tendrá por no ofrecida la prueba.

Por otra parte, debe precisarse que el cuestionario que

deben responder los peritos y las copias que deben adjuntarse

para correr traslado a las demás partes, son requisitos necesarios

para que se tenga por ofrecida la prueba; sin embargo, tienen

funciones diametralmente distintas.

El cuestionario delimita el objeto del medio de convicción en

sí mismo, pues su contenido es el que constituye la materia sobre

RECURSO DE QUEJA 10/2015

28

la cual versará la prueba, siendo necesario que se precise al

perito cuál será el objeto del encargo que recibe, es decir, sobre

qué tendrá que pronunciarse.

Además, son precisamente la preguntas o aspectos

contenidos en el cuestionario los que determinarán cuál es la

especialización que deberá tener el o los peritos a nombrar, dado

que se requiere de un tipo de especialista si –vervigracia- de un

documento contable se cuestiona la firma de la persona que lo

elaboró, mientras que si lo que se pone en duda o pretende

demostrarse es que del contenido de ese documento puede

advertirse la existencia de montos que constituyan una

deducción, un ingreso gravable, etc., entonces será distinta el

área de conocimiento requerida.

Por tanto, el cuestionario sobre el que deben pronunciarse

los especialistas se erige en un elemento medular de la prueba

pericial, sin el cual no puede considerarse que su ofrecimiento se

haya formulado.

Por su parte, las copias del cuestionario tienen el objetivo de

permitir que las demás partes en el juicio de amparo tengan la

posibilidad de formular diversas preguntas y designar perito

distinto para que éste rinda dictamen por separado.

En otras palabras, las copias son el instrumento a través del

cual se permite a las demás partes controvertir la prueba.

RECURSO DE QUEJA 10/2015

29

En ese orden de ideas, el cuestionario delimita el objeto del

medio de convicción y constituye la materia sobre la cual versará,

mientras que las copias sólo son un instrumento formal, necesario

para permitir a las partes restantes su contradicción.

De ahí que, dadas sus diversas finalidades y alcances, debe

concluirse que no es posible hacer extensiva al cuestionario

original, la facultad de requerir las copias para traslado, ante la

ausencia parcial o total de su exhibición.

En efecto, de permitir el requerimiento del cuestionario ante

la ausencia de su exhibición, se haría nugatorio el plazo previsto

por el artículo 119 de la Ley de Amparo, pues bastaría que sólo

se anunciara la prueba pericial cinco días antes del señalado para

la celebración de la audiencia, sin contar el de anuncio y ni el de

la propia audiencia, para que con ello el juzgador tuviera que

requerir su exhibición, concediendo otros tres días más, con lo

que evidentemente el ofrecimiento se perfeccionaría con

posterioridad al plazo antes referido.

De conformidad con las consideraciones que preceden, se

concluye que son infundados los argumentos de la recurrente,

respecto de la interpretación del artículo 119 de la Ley de Amparo

vigente, pues no basta el simple anuncio de la prueba pericial –

sin la exhibición del cuestionario- para tener por formulado su

ofrecimiento, además de que no procede hacer extensivo –al

original- el requerimiento que establece ese numeral respecto de

las copias del propio cuestionario.

RECURSO DE QUEJA 10/2015

30

Asimismo, deviene infundado el diverso planteamiento de la

recurrente, en el cual señala que como el diferimiento de la

audiencia conlleva a su no celebración, no se retrasa el

procedimiento al ofrecer pruebas.

Lo anterior, porque –según se señaló en párrafos

precedentes- en atención a los principios de expeditez e igualdad

procesal, la prueba pericial debe ofrecerse con la anticipación

suficiente para que pueda realizarse a las demás partes la

entrega de las copias respectivas y que, a su vez, éstas cuenten

con tiempo suficiente para generar la contradicción del elemento

probatorio, es decir, para que puedan formular repreguntas,

designar otro perito o formular otro cuestionario.

QUINTO. La recurrente plantea argumentos en los que

afirma que el artículo 119, cuarto párrafo, de la Ley de Amparo,

es inconstitucional.

Cabe destacar que el Tribunal Pleno de esta Suprema Corte

de Justicia de la Nación, al resolver por unanimidad de votos el

recurso de reclamación 130/2011, en sesión de veintiséis de

enero de dos mil doce, bajo la ponencia de la Ministra Margarita

Beatriz Luna Ramos, sostuvo que a través de los recursos

previstos en la Ley de Amparo, las partes están legitimadas para

plantear, de manera excepcional, la inconstitucionalidad de las

disposiciones de ese ordenamiento que regulan la actuación de

los órganos jurisdiccionales que conocen del juicio de amparo.

RECURSO DE QUEJA 10/2015

31

En la propia resolución, se dijo que son tres las condiciones

esenciales para que, a instancia de parte, proceda

excepcionalmente el examen de las disposiciones de la Ley de

Amparo aplicadas dentro del juicio de amparo, a saber:

a) La emisión de autos o resoluciones concretas de los

órganos que conozcan del juicio de amparo;

b) La impugnación de normas de la Ley de Amparo cuya

aplicación se actualice efectivamente dentro de los asuntos de la

competencia de los órganos jurisdiccionales que conocen del

juicio de amparo, y que trasciendan al sentido de la decisión

adoptada; y

c) La existencia de un recurso procedente contra el acto de

aplicación de las normas de la Ley de Amparo tildadas de

inconstitucionales, en el cual pueda analizarse tanto la legalidad

de su acto de aplicación, como la regularidad constitucional de

esas normas, en su caso.

En el caso se cumple con los requisitos de mérito, debido a

que:

1. En acuerdo de veinte de marzo de dos mil catorce, el

Juzgador Federal del conocimiento desechó la prueba pericial

contable anunciada por la quejosa.

2. En tal proveído se aplicó el artículo 119 de la Ley de

Amparo, al considerar que procedía el desechamiento de la

RECURSO DE QUEJA 10/2015

32

prueba pericial contable, porque su ofrecimiento se formuló

extemporáneamente, al haber transcurrido en exceso el término

previsto en el párrafo tercero del propio numeral.

3. Contra el acuerdo de referencia, procede el recurso de

queja, en términos del artículo 97, fracción I, inciso e), de la

vigente Ley de Amparo.

La recurrente arguye la inconstitucionalidad del artículo 119,

cuarto párrafo, de la Ley de Amparo por ser violatorio de los

artículos 1° y 14 constitucionales, al limitar la presentación de

pruebas únicamente a la primera fecha de señalamiento de

celebración de la audiencia, sin importar que ésta se difiera, lo

cual —afirma— atenta contra la debida defensa así como contra

el principio pro persona, por no dar oportunidad de ofrecerlas con

posterioridad al diferimiento.

Tal motivo de disenso es infundado.

Conforme a lo previsto por el artículo 14 de la Constitución

Política de los Estados Unidos Mexicanos, el derecho de

audiencia consiste en la defensa de que dispone todo gobernado

frente a actos que tiendan a privarlo de sus derechos, y se

integra, a su vez, con cuatro elementos específicos de seguridad

jurídica, que son:

a) Que en contra de la persona a quien se pretenda privar

de alguno de los bienes jurídicos tutelados por la disposición

constitucional, se siga un juicio.

RECURSO DE QUEJA 10/2015

33

b) Que el juicio se substancie ante tribunales previamente

establecidos.

c) Que en el juicio se observen las formalidades esenciales

del procedimiento; y,

d) Que el fallo respectivo se dicte conforme a las leyes

existentes con anterioridad al hecho.

Es conveniente tener en cuenta lo sostenido por el Tribunal

Pleno de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la

jurisprudencia P./J. 47/95, de rubro y texto siguientes:

“FORMALIDADES ESENCIALES DEL

PROCEDIMIENTO. SON LAS QUE GARANTIZAN

UNA ADECUADA Y OPORTUNA DEFENSA PREVIA

AL ACTO PRIVATIVO. La garantía de audiencia

establecida por el artículo 14 constitucional consiste en

otorgar al gobernado la oportunidad de defensa

previamente al acto privativo de la vida, libertad,

propiedad, posesiones o derechos, y su debido respeto

impone a las autoridades, entre otras obligaciones, la

de que en el juicio que se siga ‘se cumplan las

formalidades esenciales del procedimiento’. Estas son

las que resultan necesarias para garantizar la defensa

adecuada antes del acto de privación y que, de manera

genérica, se traducen en los siguientes requisitos: 1) La

notificación del inicio del procedimiento y sus

RECURSO DE QUEJA 10/2015

34

consecuencias; 2) La oportunidad de ofrecer y

desahogar las pruebas en que se finque la defensa; 3)

La oportunidad de alegar; y 4) El dictado de una

resolución que dirima las cuestiones debatidas. De no

respetarse estos requisitos, se dejaría de cumplir con el

fin de la garantía de audiencia, que es evitar la

indefensión del afectado.”5

En términos de la jurisprudencia transcrita, los cuatro

requisitos que se señalan —la notificación del inicio del

procedimiento y sus consecuencias; la oportunidad de ofrecer y

desahogar pruebas en que se finque la defensa; la posibilidad de

alegar y el dictado de una resolución que dirima las cuestiones

debatidas— constituyen en sí mismos parte del derecho

fundamental de audiencia y no se pueden dar uno aislado del

otro, porque son los elementos esenciales e insubstituibles que

conforman el marco de actuación de las autoridades, de forma

que cuando cualquiera de ellos se ve afectado o se omite, se

violenta en esencia el principio de seguridad jurídica que tutela la

Constitución.

En ese sentido, las formalidades esenciales del

procedimiento son aquellas que resultan necesarias e

indispensables para garantizar una adecuada y oportuna defensa

previa al acto privativo, de tal suerte que su omisión o infracción

produzca indefensión al afectado, o lo coloque en una situación

que afecte gravemente su defensa.

5 Novena Época, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo II, Diciembre de 1995,

página 133, Registro IUS: 200234.

RECURSO DE QUEJA 10/2015

35

Ahora, la recurrente aduce que se sitúa en el segundo de los

requisitos enunciados; es decir, que el artículo 119 de la Ley de

Amparo en vigor le impide la oportunidad de ofrecer pruebas aun

cuando la audiencia constitucional se hubiere diferido.

Cabe precisar que el derecho de audiencia se constituye no

sólo frente a las autoridades judiciales y administrativas que en

todo caso deben ajustar sus actos a las leyes aplicables, sino

también frente a las legislativas que están obligadas a cumplir el

mandato constitucional, consignando en sus leyes los

procedimientos necesarios para que se escuche a los interesados

y se les dé la oportunidad de defenderse en todos aquellos casos

en que puedan resultar afectados sus derechos, lo que significa

que las leyes que expidan deben establecer los mecanismos de

defensa u oposición al potencial acto privativo.

En esa línea de pensamiento, la garantía de audiencia se

hace efectiva a los gobernados a través de leyes secundarias que

deben respetar los principios mencionados, tendiendo a regular

cada una de las situaciones que se pudieran presentar en la

práctica, sin que ello implique que puedan excederse en el marco

previsto por la propia garantía individual.

Entonces, cada ordenamiento debe establecer cómo

satisfacer la garantía de audiencia del destinatario de la ley, para

que éste se encuentre en posibilidad de defenderse antes de que

se lleve a cabo un acto privativo en su perjuicio.

RECURSO DE QUEJA 10/2015

36

Ahora bien, una adecuada y oportuna defensa requiere —en

todo procedimiento previo al acto privativo— de las etapas

procesales referidas, independientemente de la materia de que se

trate y de la autoridad ante la cual se ventile.

Estas etapas se desarrollan a través de formas, requisitos o

actos específicos, tales como notificaciones, emplazamientos,

términos para contestar o para oponerse a las pretensiones de

privación, plazos para ofrecer pruebas, modo de desahogarlas y

valorarlas, y conviene precisar que estas formas o requisitos

pueden variar en los diferentes juicios o procedimientos, según el

acto de privación de que se trate, siempre que resulten

apropiados y suficientes para satisfacer plenamente la

oportunidad de defensa del afectado; además, debe apuntarse

que el reconocimiento de la garantía de defensa en materia de

prueba, se ha traducido en el otorgamiento de una serie de

facultades en favor de las partes en un juicio, entre las que

destacan:

a) Que se abra un término probatorio suficiente.

b) Que se propongan medios de prueba.

c) Que los medios de prueba debidamente propuestos sean

admitidos.

d) Que la prueba admitida sea practicada; y,

e) Que la prueba practicada sea valorada.

RECURSO DE QUEJA 10/2015

37

Por su parte, el artículo 119 de la Ley de Amparo vigente, en

el aspecto controvertido por el recurrente, prevé que en el caso

de la prueba pericial, testimonial o de inspección judicial, deben

ofrecerse a más tardar cinco días hábiles antes de la audiencia

constitucional, sin contar el del ofrecimiento ni el señalado para la

propia audiencia; plazo que no podrá ampliarse con motivo del

diferimiento de la audiencia constitucional, salvo que se trate de

hechos que no hayan podido ser conocidos por las partes con la

oportunidad legal suficiente para ofrecerlas, por causas no

imputables al descuido o negligencia dentro del procedimiento.

Cabe destacar que el artículo 107, fracción VII de la

Constitución establece las bases para la procedencia y

tramitación del amparo indirecto, de donde se desprende que la

intención del Constituyente fue que el juicio de amparo fuera un

procedimiento sumario en el que se resolviera sobre la

constitucionalidad o inconstitucionalidad de los actos reclamados,

de manera rápida y eficaz.

En ese sentido, la Ley de Amparo en concordancia con el

texto constitucional, establece en diversos preceptos las

formalidades para la sustanciación del juicio de amparo y, en el

caso de la celebración de la audiencia constitucional, fija plazos

que pueden diferirse con el fin de no dejar en estado de

indefensión a alguna de las partes y de garantizar su derecho de

audiencia.

RECURSO DE QUEJA 10/2015

38

Dentro del procedimiento sumario del juicio de amparo,

existen pruebas que requieren de preparación previa y que por su

naturaleza deben ser desahogadas con posterioridad, las cuales

deben ofrecerse a más tardar cinco días hábiles antes de la

audiencia constitucional, sin contar el ofrecimiento ni el señalado

para la propia audiencia, es decir, que deben cumplir con el

principio de expeditez procesal, pues de no hacerlo así, precluye

el derecho de ofrecerlas y no podrán admitirse con posterioridad.

Lo anterior, en atención a que si la parte oferente conocía el

hecho cuya certeza trata de probar o impugnar, con antelación a

la audiencia constitucional, no podrá válidamente ofrecer las

pruebas durante el periodo posterior a dicha audiencia, sin que

con ello pudiera considerarse que se deje en estado de

indefensión a las partes, porque habiendo tenido la oportunidad

de hacer uso de su derecho, no lo ejerció por descuido o

negligencia, operando la preclusión en su perjuicio.

Tal aspecto es congruente también con en el principio de

igualdad procesal de las partes, el cual implica que éstas deben

tener en el proceso un mismo trato, es decir, que se les debe dar

las mismas oportunidades para hacer valer sus derechos y

ejercitar sus defensas, ya que el permitir el ejercicio de un

derecho después del momento procesal oportuno para ello,

redunda directamente en perjuicio de las demás partes.

Además, la norma combatida concede la oportunidad a las

partes de ofrecer, aportar y rendir las pruebas que estimen

pertinentes y convenientes, por lo que el hecho de que se limiten

RECURSO DE QUEJA 10/2015

39

a un plazo prudente o periodo determinado para ejercer tal

derecho, no implica una restricción a la capacidad probatoria de

las partes contraria a lo dispuesto en la Constitución Política de

los Estados Unidos Mexicanos.

Es aplicable a las anteriores consideraciones –en lo

conducente- el criterio sustentado por el Pleno de esta Suprema

Corte de Justicia de la Nación, de rubro y texto siguientes:

“AUDIENCIA. EL CUMPLIMIENTO DE DICHA

GARANTÍA POR EL LEGISLADOR NO IMPLICA LA

POSIBILIDAD ILIMITADA DE PROBAR. La garantía

de audiencia tiene como parte medular el respeto de las

formalidades esenciales del procedimiento, las que han

sido definidas por este alto tribunal como aquellas

etapas o trámites que garantizan una adecuada

defensa. Lo anterior no implica que el legislador esté

obligado a establecer en los ordenamientos procesales

la facultad ilimitada de ofrecer pruebas y el consiguiente

deber jurídico del órgano jurisdiccional de desahogarlas

y valorarlas, ya que es lógico que el propio legislador,

en aras de un adecuado equilibrio procesal y por

respeto a la garantía de administración de justicia

expedita y a los principios procesales de economía y

celeridad, establezca límites a la actividad probatoria,

los cuales no pueden ir, desde luego, al extremo de

dejar sin defensa a las partes. De esta forma, las

formalidades esenciales del procedimiento se traducen

en una serie de reglas que permiten a las partes probar

RECURSO DE QUEJA 10/2015

40

los hechos constitutivos de su acción o de sus

excepciones y defensas, dentro de un justo equilibrio

que, por un lado, no dejen en estado de indefensión a

las partes y, por el otro, aseguren una resolución pronta

y expedita de la controversia.”6

En ese orden de ideas, el precepto combatido no viola el

derecho a una adecuada defensa al establecer un plazo para el

ofrecimiento de las pruebas pericial, testimonial o de inspección

judicial.

Por otra parte, el precepto combatido tampoco viola el

principio pro persona previsto por el artículo 1° constitucional,

conforme al cual el ordenamiento jurídico mexicano en su plano

superior debe entenderse integrado por dos fuentes medulares:

Los derechos fundamentales reconocidos en la Constitución

Política de los Estados Unidos Mexicanos; y todos aquellos

derechos humanos establecidos en tratados internacionales de

los que el Estado Mexicano sea parte.

Si bien la reforma constitucional publicada en el Diario

Oficial de la Federación el diez de junio de dos mil once introdujo

el principio pro persona, lo cierto es que ello no significa que, al

ejercer tal función jurisdiccional, dejen de observarse los diversos

principios constitucionales y legales –legalidad, igualdad,

seguridad jurídica, debido proceso, acceso efectivo a la justicia,

cosa juzgada- o las restricciones que prevé la norma

6 Novena Época, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo VI, Septiembre de 1997,

página 167, Registro IUS: 197673.

RECURSO DE QUEJA 10/2015

41

fundamental, ya que de hacerlo, se provocaría un estado de

incertidumbre en los destinatarios de tal función.

Es aplicable la jurisprudencia 2a./J. 56/2014, de rubro y texto

que a continuación se transcriben:

“PRINCIPIO DE INTERPRETACIÓN MÁS

FAVORABLE A LA PERSONA. SU CUMPLIMIENTO

NO IMPLICA QUE LOS ÓRGANOS

JURISDICCIONALES NACIONALES, AL EJERCER

SU FUNCIÓN, DEJEN DE OBSERVAR LOS

DIVERSOS PRINCIPIOS Y RESTRICCIONES QUE

PREVÉ LA NORMA FUNDAMENTAL. Si bien la

reforma al artículo 1o. de la Constitución Federal,

publicada en el Diario Oficial de la Federación el 10 de

junio de 2011, implicó el cambio en el sistema jurídico

mexicano en relación con los tratados de derechos

humanos, así como con la interpretación más favorable

a la persona al orden constitucional —principio pro

persona o pro homine—, ello no implica que los órganos

jurisdiccionales nacionales dejen de ejercer sus

atribuciones y facultades de impartir justicia en la forma

en que venían desempeñándolas antes de la citada

reforma, sino que dicho cambio sólo conlleva a que si

en los instrumentos internacionales existe una

protección más benéfica para la persona respecto de la

institución jurídica analizada, ésta se aplique, sin que tal

circunstancia signifique que, al ejercer tal función

jurisdiccional, dejen de observarse los diversos

RECURSO DE QUEJA 10/2015

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principios constitucionales y legales -legalidad,

igualdad, seguridad jurídica, debido proceso, acceso

efectivo a la justicia, cosa juzgada-, o las restricciones

que prevé la norma fundamental, ya que de hacerlo, se

provocaría un estado de incertidumbre en los

destinatarios de tal función.”7

Por tanto, el principio pro persona no implica que deban

dejar de observarse las reglas y plazos procesales aplicables, ya

que ello equivaldría a contravenir los diversos principios de

legalidad, igualdad, seguridad jurídica, debido proceso, acceso

efectivo a la justicia y cosa juzgada, lo que redundaría en perjuicio

de las demás partes en el juicio de amparo.

Por todo lo anterior, se estima que el artículo 119 de la Ley

de Amparo vigente no viola el derecho de adecuada defensa ni el

principio pro persona.

En idénticos términos resolvió esta Segunda Sala el recurso

de queja número 215/2014, por unanimidad de votos, en sesión

celebrada el quince de abril de dos mil quince.

Por lo expuesto y fundado, se resuelve:

PRIMERO. Es procedente pero infundado el recurso de

queja.

SEGUNDO. Se confirma la resolución recurrida. 7 Décima Época. Gaceta del Semanario Judicial de la Federación. Libro 6, Mayo de 2014,

Tomo II. Página: 772. Registro 2006485.

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Notifíquese; con testimonio de esta resolución, vuelvan los

autos al juzgado de distrito de origen y, en su oportunidad,

archívese el toca como asunto concluido.

En términos de lo dispuesto por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la

Nación en su sesión del veinticuatro de abril de dos mil siete, y conforme a lo previsto en

los artículos 3, fracción II, 13, 14 y 18 de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la

Información Pública Gubernamental, así como en el segundo párrafo del artículo 9° del

Reglamento de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Consejo de la Judicatura

Federal, en esta versión pública se suprime la información considerada legalmente como

reservada o confidencial que encuadra en esos supuestos normativos.