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Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=34251911 Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Sistema de Información Científica J. Guillermo Domínguez Y. ¿Por qué no escriben textos los estudiantes? (Parte1) Revista del Centro de Investigación. Universidad La Salle, vol. 5, núm. 19, julio-diciembre, 2002, pp. 85-98, Universidad La Salle México ¿Cómo citar? Fascículo completo Más información del artículo Página de la revista Revista del Centro de Investigación. Universidad La Salle, ISSN (Versión impresa): 1405-6690 [email protected] Universidad La Salle México www.redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=34251911

Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal

Sistema de Información Científica

J. Guillermo Domínguez Y.

¿Por qué no escriben textos los estudiantes? (Parte1)

Revista del Centro de Investigación. Universidad La Salle, vol. 5, núm. 19, julio-diciembre, 2002, pp. 85-98,

Universidad La Salle

México

¿Cómo citar? Fascículo completo Más información del artículo Página de la revista

Revista del Centro de Investigación. Universidad

La Salle,

ISSN (Versión impresa): 1405-6690

[email protected]

Universidad La Salle

México

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Por qué no escriben textoslos estudiantes? (Parte 1)J. Guillermo Dominguez Y.Escuela de Ciencias de la Educación. Universidad La SalleE-mail: <[email protected]>

INTRODUCCiÓN

Es muy frecuente escuchar a maestros de lasinstituciones de educación superior, públicas yprivadas, decir que los alumnos son incapacesde escribir coherentemente un texto largo. Queno hacen notas, ni apuntes, resúmenes o dia-rios personales, que no dominan la elaboraciónde reportes de lecturas, ni la reseña de libros yartículos, tampoco la redacción de poemas,cuentos o la escritura de ensayos, menos lacomposición de trabajos científicos que impli-quen cierta originalidad, congruencia lógica,metodológica, claridad, elegancia, reflexión per-sonal, análisis, pertinencia y belleza.

Que no son escritores competentes por nodominar los componentes básicos de la expre-sión escrita: el código de la escritura y la com-posición del texto. No destacan en el manejo dela gramática, la ortografía y la sintaxis, indis-pensables en el recurso de componer un texto:de saber generar, desarrollar, expresar, revisary redactar determinadas ideas adecuadamente.

Las razones del por qué se ha abandonado elaprendizaje de la composición de textos escri-tos suelen ser múltiples. Algunas están ligadasa la insuficiencia en el dominio del lenguaje, aldesconocimiento de métodos, de teorías, dereglas y elementos básicos de la redacción;otras, a las carencias familiares, sociales y cul-turales; pero las más obedecen al desastre enque se encuentra inmerso el sistema educativomexicano por estar abandonando enseñanzassociales fundamentales, para apegarse sólo alos conocimientos f1ue demanda el omnipre-sente mercado que promueve las competenciasmás que el desarrollo de habilidades, el apren-der más que el saber, la obediencia no la iniciati-

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Recibido: Enero de 2002. Aceptado: Febrero de2002.

va, la ejecución más que el diagnóstico, pues nole interesa que los estudiantes aprendan aescribir, gusten de razonar, se enseñen a expre-sar por escrito lo que piensan, a que recreen einnoven el mundo, lo piensen con el intelecto ylo expresen con la pluma.

En el país la comunicación escrita no es partede los aprendizajes que proporciona la edu-cación formal. En general, el mexicano alfabeti-zado puede leer y escribir (deletrear ygabaratear), manejar números, expresar canti-dades simbólicamente y comunicarse, pero noconsigue (o no sabe cómo) manifestar sus pen-samientos, expresar correcta o adecuadamentesus conocimientos por escrito en los diversosgéneros textuales universitarios.

Esta es una de las explicaciones del por quéen México las instituciones de educación supe-rior cuentan con miles de egresados que culmi-nan sus estudios pero no logran titularse através de un trabajo documental (o de campo)tipo tesis (o similares). Las instituciones de edu-cación superior no educan (sólo algunas se pre-ocupan) para que sus discentes aprendan ainvestigar y a saber escribir. En la actualidad,las destrezas de indagación y el ejercicio de laredacción ya no son parte de la formación bási-ca profesional.

Escribir no es fácil, pero tampoco es imposi-ble, o tan sólo asunto de unos cuantos intelec-tuales iluminados con el "don" de la palabraescrita. Redactar tiene sus implicaciones, comopensar antes de hacerlo: de ahí la dificultad.Escribir consiste en construir significados conpalabras. La escritura es como un camino queno tiene fin; un trayecto siempre por hacerse,por descubrirse o renovarse; un sendero por

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donde andar, desandar y desanudar, por hacer-se, deshacerse y rehacerse. Como en las vere-das campiranas, no es posible decir dónde ycuándo -o cómo- termina.

Sin un punto de partida, o uno de llegada, laescritura traza su propio sendero, a la maneracomo traza el viento surcos sobre las arenas deldesierto, o como dibuja el amante el cuerpoescultural que imagina, una y otra vez, travesíasinfín siempre esperada, renovada y soñada,del ser amado.

Opinar con la pluma en la mano (o con losdedos en las teclas) puede hacerlo casi todo elmundo más o menos confusamente. Describircon cierta precisión, con claridad e inteligibilidadcualquier cosa -un árbol, un tema, un aconteci-miento social, un período histórico, algún asuntofilosófico- dándole sentido, tono, ritmo, nivel,calor, color, sabor y significado a las palabras,es mucho más difícil por los procesos que impli-ca la habilidad de la expresión escrita.

Expresarse por escrito conlleva el dominio deuna caligrafía clara, dejar los espacios necesa-rios entre palabra y palabra, aplicar correcta-mente las reglas gramaticales que compartenlos miembros de una comunidad lingüística; lafacultad de la reflexión, la memoria y la creativi-dad; saber seleccionar información para eltexto, planificar su estructura, crear y desarrollarideas, buscar un lenguaje compartido por el lec-tor. Esto es, dominar las reglas ortográficas(acentos, consonantismo. ..), sintácticas (con-cordancia, orden de las palabras...) y léxicas(significados precisos, genuinos...) estableci-das. Sin las nociones de adecuación, decoherencia e, incluso de disposición en el espa-cio, un escritor será incapaz de componer untexto comunicativo.

De ahí que la composición de algún textoimplique saber y saber hacer: conocimiento deltema y habilidad para expresarlo por escrito(conocer las reglas de la lengua en que seescribe: gramática, ortografía, morfosintáxis.. .),los mecanismos de cohesión del texto (enlaces,puntuación, referencias...), las diversas formasde coherencia según el tipo de texto (la estruc-tura general, las informaciones relevantes...), lavariedad y el registro adecuados (la diversidadsociolingüística de la lengua) e, incluso, lassutiles convenciones sobre la disposición espa-

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cial de los textos (los márgenes, los espacios enblanco.. .).

El conocimiento y dominio de todo ello conlle-va a la adquisición satisfactoria del código escri-to -es lo blanco y lo negro, lo luminoso y lo tene-broso, lo dulce y lo amargo, lo exquisito y lodesastroso, lo placentero y lo desagradable delescribir. Es el reto a superar. Es como buscarhacer realidad un hermoso sueño que :10Shacausado tantos desvelos al escaparse y no de-jarse aprehender para convertirlo en realidad.Es describir con palabras las imágenes que nosllegan repentinamente y no se pueden atrapar acapricho, como el viento o como la espuma quese nos fugan irremediablemente de las manos.

Además, para componer un texto comunicati-vo se tiene que pensar en los lectores, lo quesaben sobre el tema, dónde leerán el escrito,cuándo lo leerán; luego sigue el proceso degeneración de las ideas, su ordenamiento paraplanificar la estructura del texto. Para alcanzarla versión definitiva del escrito se tendrán queredactar varios borradores que se tienen que re-visar y corregir más de una vez. Para hacerla,hay que acostumbrarse a releer y a repasarcada fragmento que se escribe -recuerde quesiempre habrá algo que alisar, afinar, teñir o bo-rrar. En síntesis, se debe desarrollar un buenproceso de composición que le permita producirtextos con los signos y las reglas de la escritura.

Reglas que se aprenden mediante la lectura(obligada o elegida), la memorización de textosescritos (novelas, leyendas, fábulas, cuentos),el estudio de las reglas gramaticales, la trans-cripción de fragmentos de textos que nos gus-tan (pensamientos, poemas) ya través del ejer-cicio frecuente de la escritura. Las reglas lasaprendemos codificando o descodificando: le-yendo o escribiendo. No se conoce, hasta aho-ra, otra manera de hacerlo -difícilmente se nacecon el don de la escritura, o con la inspiracióndesparramada a torrentes, cual lluvia veraniegatropical o nevada invernal.

El código no nace con nosotros almacenadoen el cerebro, listo para expresarse espon-táneamente en cualquier momento en el papel oen el monitor, sino que lo aprendemos del exte-rior. Podemos tener o no una capacidad innatapara adquirirlo, una inclinación más o menosnatural hacia la escritura, pero los conocimien-

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tos lingüísticos vienen de afuera: de la lectura yla comprensión de textos, de la memorizacióny la reflexión de fragmentos literarios, de lacopia y los resúmenes, de tomar notas connuestras palabras y comentarlas al margen, delestudio de las reglas gramaticales, de la com-prensión oral...

Sin embargo, adquirir el código escrito no sig-nifica solamente aprender la correspondenciaentre el sonido y la grafía, sino aprender un có-digo nuevo, sustancialmente distinto del verbal;pero la enseñanza del lenguaje simbólico nosuele ser tan sencillo.

Toda lengua consta básicamente de trespartes: fonética y ortografía, morfología y sin-taxis y léxico. Estos tres requisitos nos permitenformar oraciones aceptables, sólo en parte,pues el otro aspecto implicado son las reglas dela elaboración textual: la adecuación, la cohe-rencia y la cohesión.

Un escritor competente adquiere satisfacto-riamente el código y desarrolla procesos efi-cientes de composición del texto. Estos compo-nentes y estrategias le permiten resolver conéxito las situaciones de comunicación escrita enque participa: producir un texto coherente y efi-ciente.

Desde luego que puede haber quien hayaaprendido el código y tenga problemas paraescribir, por no haber desarrollado las estrate-gias apropiadas para utilizar los conocimientosque posee de la lengua escrita en una situaciónconcreta, por ello fracasan en la producción detextos. Conocen la fisonomía y la estructurade la prosa escrita, pero no tienen las estrate-gias necesarias (el dominio del arte) para cons-truirla. Un típico ejemplo son los individuos queescriben tal y como hablan: escriben las cosassólo de una vez, y para siempre, porque no sa-ben (o no les gusta pensar) que pueden corre-girlas y rehacerlas tantas veces como sea con-veniente y necesario. Creen que los textos es-critos se generan espontáneamente, como lostextos orales -o los discursos ideológico/políti-cos o doctrinarios/panfletarios.

También hay quien domina la estrategia decomposición de textos, sin haber adquirido elcódigode la escritura.Puedetratarsede per-sonas que han desarrollado habilidades de

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composición de distintas maneras, sin interven-ción del código: con instrucción programada,trasladando destrezas de otros campos (dibujo,artes gráficas, elaboración de proyectos) con lapráctica. Son, sin dudarlo, los menos.

Por lo general, al desconocerse el código dela escritura, los trabajos que se elaboran tienendiversas deficiencias, las comunes son: faltasde ortografía, fallas gramaticales, deficien-cias de cohesión textual, empleo de palabrascon significados imprecisos (o no compartidosentre autor y lector), estructuración poco orde-nada, palabras aisladas, pronombres desliga-dos, pérdidas de referentes, ausencia o malautilización de la puntuación... ¿Qué se puedehacer para perfeccionar tales faltas?

¿Cuál es el significado social de saber odesconocer la composición de géneros tex-tuales por escrito? ¿Es tan sólo un asuntointrascendente, que a pocos les puede impor-tar? ¿Acaso es una simple manía de profesorespara molestar, para hacerles ver su suerte a losestudiantes ágrafos, o es cuestión de los es-critores, poetas, novelistas o literatos que se re-gocijan y se ensañan con los que no sabencómo escribir? ¿Cuál es la trascendencia detodo ello? Buscar explicaciones, expresar unaopinión al respecto es el propósito de la pre-sente composición textual, que intenta recrearalgunas de las causas y de las consecuenciassociales que implican que estudiantes (y profe-sores) no escriban; así como señalar algunosde los elementos que integran la escritura.

La escritura está hecha del mismo material

del que están hechos los sueños.Se escribe con la pluma lo que dictan cerebro

y corazón.

La realidad educacional

El sistema de educación superior cumple amedias varias de sus funciones básicas, ya quela mayoría de sus egresados, después de másde quince años de estancia en las aulas, nologran aprender las reglas y las técnicasmetodológicas de la investigación y la escritura,razón por la cual carecen de la posibilidad depoder expresar por escrito sus pensamientos ysus conocimientos, por lo que bastantes no lo-grantitularsea travésdealgúntrabajoespecia-lizado tipo tesis.

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Estudios recientes indican que cerca del 80%de los egresados de las instituciones de edu-cación superior pública concluyen sus carrerassin haber logrado aprender cómo escribir, cómoorganizar y redactar sus tesis: de ahí que nologren titularse a través de dicho medio. Y siquienes finalizan en las instituciones privadasse titulan, no lo hacen fundamentalmente pormedio de la tesis, ya que en la mayoría de loscasos el requisito es inexistente (o se cuentacon cursos pagados ex profeso); es decir, encuanto los estudiantes terminan su último cursoobtienen el diploma, por eso es que hay menospasantes en los establecimientos particulares.1En ambas situaciones, sin embargo, quien pier-de es la nación y triunfa la sinrazón y desazónque impera en el sistema educativo nacional.

Para muestra de lo que pierde el país bastecitar la evaluación internacional en la que parti-ciparon alumnos de educación básica y en lacual México quedó reprobado al ocupar susalumnos los cuatro últimos lugares y dos penúl-timos en el ranking mundial de 40 países. Reali-zada en 1995 por la Asociación Internacionalpara la Evaluación del Logro Educativo, los es-tudiantes mexicanos de primero de secundariaobtuvieron en matemáticas el último lugar entre28 países participantes: los alumnos que repre-sentaron a México obtuvieron 375 aciertos fren-te a 483, que fue el promedio internacional.

Ante los alumnos de las naciones más aplica-das, el contraste fue mayor. Singapur, el primerlugar, obtuvo en matemáticas 604 aciertos,Carea del Sur quedó en segundo con 583 yJapón, en tercero con 574.

En el examen de matemáticas para segundode secundaria, los mexicanos se quedaron a115 aciertos de distancia del promedio interna-cional. Ubicados en el sitio 26 de un total de 26países, los resultados de México sumaron 398aciertos, frente a los 513 de la media.

1 Garza Almanza, Victoriano. "La comunicación escrita enMéxico: la influencia de Cantinflas y Cervantes entre losprofesionistas". Lunes en la ciencia. La Jornada, núm.184, p. 1, 9 de julio de 2001.

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En la evaluación del aprendizaje de ciencias,los alumnos de tercer grado de primaria colo-caron a México en el lugar 16 dentro de los 17países comparados, sólo arriba de la RepúblicaIslámica de Irán. La media internacional reportóque los niños evaluados lograban resolver acer-tadamente en promedio 470 problemas, perolos mexicanos sólo cubrieron un total de 362.Los alumnos del cuarto grado de primariaquedaron en el penúltimo lugar de un total de18, también arriba de Irán.2

Desde luego que la baja calificación de losalumnos de México en el aprendizaje de lasmatemáticas y las ciencias no sólo los implica aellos en lo individual, es más bien una expre-sión, un reflejo del desinterés de las administra-ciones educativas pasadas y actuales por laeducación y la expresión de la crisis en que seencuentra el "modelo educativo mexicano devanguardia" basado en la calidad, la cobertura,la equidad y la pertenencia.3

De ahí la importancia de que si los estudian-tes de universidades públicas y privadas reali-zaran investigaciones e hicieran tesis, induda-blemente estarían en mejores condiciones paralas evaluaciones internacionales y para ingresara los estudios de postgrado, donde es un requi-sito la elaboración de un proyecto de investiga-ción que tiene que ser desarrollado y concluidoa lo largo de la especialización profesional. Al nohacerse indagaciones ni trabajos por escrito enmuchas de las instituciones de educación supe-rior, los estudiantes egresan como profesionistaágrafos, en un mundo donde la información esla moneda de curso legal y corriente,4 que de-manda no sólo hablantes minusválidos de la

2 En el citado estudio fueron calificados 17 países en el ni-vel primaria y 28 en el de secundaria, y al parecer losresultados son confiables sobre la situación del aprove-chamiento educativo en el mundo, Reforma, p.1, 15 deoctubre de 2001.

3 Para la UNESCO, en cambio, los pilares del conocimientoescolar deben ser: aprender a conocer, aprender a hacer,aprender a vivir juntos y aprender a ser. Delors, Jacques,el. al. La educación encierra un tesoro. México, UNESCO,1997.

4 En la segunda mitad del siglo XX hubo un incremento ex-ponencial en la generación de información. Por el conoci-miento científico se ha desarrollado una gran cantidad detecnologías, algunas como la computación y el Internethan tenido un impacto social decisivo.

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palabra escrita, sino también redactores para ladivulgación e impulso científico.

Al estarse abandonando conscientemente ta-les aprendizajes, la educación superior entra enun callejón sin salida y se mueve en una con-tradicción que, sin embargo, sirve para expre-sar las verdaderas intenciones del actual sis-tema educativo dominado por las medidasneoliberales de privatización, desregulación yorientación por el mercado. Mientras, por unlado, habla de lograr una educación de calidad,de desarrollar en los alumnos habilidades decompetitividad, de saber expresarse por escrito,de saber leer y escribir en varias lenguas, desaber tomar la palabra, de saber defender elpunto de vista personal y argumentarlo, de sa-ber escuchar y tener en cuenta el punto de vistadel otro, de saber leer esquemas, gráficas, ta-blas, de formar profesionistas con hábitos depericia en buscar, con capacidad para pensar,con destrezas en comunicar, con agilidad encooperar, con experiencia para emprender ysoltura en adaptarse, de relacionar los aconteci-mientos pasados con los presentes, de respon-sabilizarse de la propia formación, de investigardistintas fuentes de datos, de cuestionar elentorno, de saber resolver problemas, de saberorganizar y clasificar documentos..., de formar,en pocas palabras, múltiples competencias; porotro lado, la educación abandona la investiga-ción y la enseñanza de alguna metodología ytécnica apropiada para asimilar la indagacióny la redacción, especializándose sólo en la for-mación de profesionistas aptos para las habili-dades que demanda el mercado laboral.

La política neoliberal le ha declarado la gue-rra a la Universidad moderna y a una de susfunciones sustantivas: la investigación en liber-tad. Lo mismo que a su personal docente y a losestudiantes, al pretender alejar la labor universi-taria de las necesidades sociales nacionales,dirigiéndolas al servicio del aparato corporativo,fundamentalmente dominado por el capital ex-tranjero.

Las instituciones de educación superiorpúblicas padecen ataques sistemáticos en susfundamentos y en su tradición de libertad decátedra y de investigación desinteresada, fun-damento del concepto humanista de la universi-dadclásicadecimonónica.Seatentacontralavisión crítica que todo egresado debe tener,

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contra los fundamentos del conocimiento cientí-

fico general, enfatizándose en aprendizajesmarcadamente prácticos y aplicativos, en la for-mación en "función de las fuerzas del merca-do".5

El propósito es hacer de la educación supe-rior algo completamente autofinanciable, renta-ble, competitivo, generador de valor agregado(de capital humano), despojando de paso a lapoblación de la educación pública, gratuita, de-mocrática y crítica.

De ahí que sean pocas las licenciaturas queaún contienen en sus programas de estudiomaterias relacionadas con la investigación y laredacción -que pueden ser obligatorias u opta-tivas. En la mayoría de las carreras la prácticaes que se pida a los alumnos que hagan tansólo resúmenes, que realicen controles de lec-tura, fichas textuales o algo parecido, pero noverdaderos trabajos de investigación que ayu-den al discente a pensar, a reflexionar con ca-beza propia y a expresar por escrito sus ideas,sus aprendizajes. En consecuencia, la funciónde las instituciones se queda a medias, con unaformación cognitiva trunca, de poca trascen-dencia científica elocuente.

Con excepción de carreras como medicina,donde es una exigencia laboral el título y hay undeterminado control para su ejercicio legal, en

5 "El determinismo del mercado libre se apoya en privado opúblico en la zona catastrófica de la educación. Entre losjóvenes de las universidades públicas privan el desaliento,la desesperanza, la apatía, todo lo derivado de la grancertidumbre: el futuro conocido o previsible ya no nosacompaña. Se evaporó lo todavía prevaleciente en 1970:la mística de las oportunidades al alcance, el alborozo queansiaba transformar la totalidad, que no otra cosa es lautopía. En vez del sueño de la movilidad social, la compro-bación del ascenso sin interrupciones: el de los jóvenesde las universidades privadas, la élite garantizada de losgobiernos y las finanzas, los beneficiarios directos de lahistoria (que según se dice ya no ocurre). Los egresadosde las universidades públicas, expulsados del 'ritmo de lanación', ya no confían siquiera en el camino tradicional deloportunismo y asumen el desencanto y la frustración."Monsiváis, Carlos. Aires de familia. Cultura y sociedad en

América Latina, (colección argumentos), p. 252, España,Anagrama, 2000.

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la mayoría de las profesiones para contratarseasalariadamente se les puede eximir del título-o poco les puede importar a los empleadores.Por ello suele haber pasantes universitarios la-borando, y que bien les sirven como política decontracción salarial a las empresas, al ahorrar-se en los ya de por sí menguados ingresos pro-fesionales.

Si no hacen tesis y tampoco se les enseña ainvestigar ni a escribir, a la hora de terminar lacarrera (donde aún prevalece la elaboración detesis) a los egresados se les complica la culmi-nación, puesto que el asunto de la tesis seconvierte en un obstáculo y en una desventajaque habrán de superar en la práctica, amén quedesistan de la titulación. Muy "congruentes" conlas carencias formativas, las autoridades de

.varias universidades públicas están optando poreliminar la tesis como el único requisito de titu-lación -para de paso hacer de ello un buennegocio al cobrar miles de pesos a los estudian-tes que son orientados a cursos especiales detitulación. Empero, a quienes opten por estudiarpostgrado con reconocimiento oficial de exce-lencia académica la situación se les tornará enun valladar, en un dolor de cabeza de no tanfácil solución, pues tienen que ensayar en lapráctica a hacer un proyecto de investigación.

Si a todo lo anterior le agregamos la maneratradicional de enseñar, que consiste en:

a) La dinámica de clase se basa en la trans-misión verbal de contenidos sin conexióndirecta con la realidad.

b) Los contenidos son absolutos, verdaderos,establecidos y se organizan de manera acu-mulativa y disciplinar.

c) Apropiarse de contenidos sin interpretación yalteración personal.

d) Aprender de manera homogénea y estan-darizada.

y la manía de maestros que leen las redac-ciones sabiendo que habrá errores que señalar(y casi buscándolos), tachándolos y adjuntandola solución correcta aliado (frustrando el posibledescubrimiento escolar de la palabra escrita),tendremos así un cuadro más completo de larealidad educacional, que hace del alumno unser pasivo, con muy poca responsabilidad en elproceso educativo por s.er el maestro quiendecide qué se escribe, cuándo se escribe y

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cómo se hará. Lo que convierte al educando enun abnegado y obediente seguidor de las indi-caciones institucionales. Con lo que escribirdeja de ser una iniciativa personal creativa paraconvertirse en algo ajeno, determinado, en unaobligación escolar más, pesada, aburrida, en un"rollo" que cumplir.

Dime y olvidaréEnséñame y recordaréInvolúcrame y aprenderéHazte a un lado y actuaré

Proverbio Chino

En síntesis, no se cursan materias de escritu-ra, no se hacen trabajos con requisitos de ciertaestructura de rigurosidad científica, no se ense-ña a investigar y a escribir sobre temas relacio-nados con los contenidos de las materias cursa-das; no se aprende a reflexionar sobre lo quedicen los autores y la razón del por qué lo dicencomo lo dicen. Y aún así hay funcionarios edu-cativos que se quejan amargamente de las defi-ciencias de los estudiantes que ni leen y niescriben. Pero la inmensa mayoría de los maes-tros tampoco tienen la posibilidad de hacerlo.Las formas de contratación, los salarios que sepagan, las cargas de trabajo, la falta de oportu-nidades para publicar, el no aliento al trabajo deindagación en equipo, en academia, impidenque el maestro investigue, se actualice, se for-me profesionalmente como docente y que tengala oportunidad de escribir.6

6 "La sacralizaciónde la desigualdadrepercutedrástica-mente en la vida académica y la vida intelectual. Se detie-ne el crecimiento de la industria editorial, nunca muy satis-factorio, el libro se va convirtiendo en objeto de lujo, y,amparada en el criterio de rentabilidad, la política culturalde los gobiernos vuelve al punto de partida de principio desiglo, cuando se creia devotamente en la incapacidadorgánica del pueblo en materia de cultura. A este desdénlo norman otros factores. Entre ellos: a) la fe de la élite enla desidia innata de las mayorías que, 'por razones consti-tutivas', no son susceptibles de verdadero gusto artístico ode formación literaria e intelectual; b) la separación, segúncriterios escolares, entre la educación y la cultura, condesastrosas consecuencias en la enseñanza." Monsiváis,Carlos. Aires de familia... op. cit., p. 252.

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Lectura y comprensión de textos

La mejor forma de aprender a escribir es me-diante la lectura. La adquisición del código es-crito está asociado directamente con la com-prensión lectora, por ser ésta la habilidad lin-güística que más se relaciona con la expresiónescrita, y por ser la más eficaz. No es un descu-brimiento nuevo, desde siempre se ha insistidoque la mejor forma de escribir es poniendo aten-ción a lo que se lee, ya que existe una relacióndirecta entre el hábito y el placer por la lectura(novelas, periódicos) y la competencia en la ex-presión escrita.

La comprensión lectora, la lectura por placeres la actividad más eficiente para adquirir elcódigo. Los buenos escritores son, o han sido,durante un largo período de su vida buenos lec-tores. Pero la educación actual difícilmentedespierta la curiosidad, el aprecio literario, elgusto por la lectura, el amor, la pasión y el de-seo de aprender. Más bien tiende a esterilizar lasensibilidad, a fumigar la imaginación, a olvidarel placer de jugar con el lenguaje. La cultura delos jóvenes margina la lectura y la literatura. Losalumnos están inmersos en los sonidos y en lasimágenes no en lo escrito. Son seducidos pormúltiples distracciones y placeres inmediatos (latelevisión, los videojuegos...) que no demandanmayor esfuerzo intelectual, alguna iniciativa.

Empero el libro no leído es como una casa sinventanas: cerrada al exterior. El libro es comouna ventana y un puente hacia otros mundos,muchas veces lejanos y diversos del espacioconocido que permiten ver, alcanzar y experi-mentar, vivir e imaginar otras realidades, otrospaisajes otros tiempos, como los "vividos" porAlicia en su jardín de las maravillas. La lecturatiene la virtud de hacer que el hombre que ladisfruta salga de sí mismo, que comprenda, queaprehenda y encarne o se vista como su per-sonaje preferido.

También la práctica de la escritura, los cursosde redacción y de expresión oral ayudan, com-plementan, consolidan la adquisición del códigoescrito. Sólo que la enseñanza de la lengua esparadigmática. El lenguaje, para la mayoríade los mortales, es un instrumento, un medio decomunicación y una herramienta para hacercosas,porquese hacencosascon palabras:hay palabras que hacen sufrir, causan angustia,

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dolor, en tanto otras hacen soñar, ilusionan, danplacer, alegría y esperanzas.

La corrección de lo escrito es otra forma deadquirir las habilidades para expresarse porescrito. Cuando se corrigen los borradores o elesquema inicial y se incorporan al texto nuevasinformaciones relevantes, sin duda, serán degran utilidad para la composición textual.

Asimismo, los ejercicios de las reglas grama-ticales pueden ser adecuados en la capacita-ción de la expresión escrita, en el dominio de laortografía y de la puntuación. Pero, obviamente,la más eficaz es la lectura, que, sin embargo, seha convertido en uno de los "TalonesdeAquiles"del sistema educativo nacional.

En efecto, quienes han egresado de las uni-versidades nacionales y estuvieron en contactocon educación y libros durante 16 o 17 años noson, en general, lectores permanentes pues laeducación no logró promover en ellos el gusto,la pasión por la lectura, no permitió despertar suinterés, su imaginación y su creatividad.

Según los datos de 1997, el mexicano leíamedio libro per capita y poseía una escolaridadequivalente al tercer año de primaria -oficial-mente se habla de más. Mientras que, por ejem-plo, un cubano leía 7 libros per capita, con unaescolaridad promedio de sexto año.7

Los niveles alcanzados en la educación bási-ca, media superior y superior son deficientespara el desarrollo de los educados y de lanación. Varios estudios demuestran que la granmayoría de los alumnos de distintos nivelesescolares, incluida la educación superior, mues-tran serias limitaciones para la comprensión detextos y dificultades para la expresión oral yescrita.8

7 En 1989 México tenía 750 librerías abiertas, diez añosdespués, a finales del siglo XX, sólo contaba con 330 li-brerías generales y especializadas. Para 1997 se estimóque 40 más cerrarían y se calculaba que 128 se decla-rarían en bancarrota. El Financiero, p. 72, 20 de enero de1997.

8 Educación 2001, núm. 3, p. 10, agosto de 1995.

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Pero tales problemas no parecen preocupar,en los hechos, a la administración foxista quepretende gravar con e115% a libros, a colegiatu-ras, a útiles escolares y hasta a los pasajes,9 loque sin duda significará un retroceso en laactividad cultural, un serio perjuicio a la educa-ción, en la disminución del número de librerías,en desmotivación para publicar y el aumentoincontrolable de la piratería y la "reprografía". Ellibro que guarda la memoria y la imaginación delhombre no tiene que gravarse, es un bien cultu-ral, no sólo un producto comercial, menos setiene que recargar en un país con necesidadeseducativas crecientes, con una población con50 millones de jóvenes a los que hay quebrindarles todas las facilidades para que seacerquen a la lectura, para que aumenten suacervo cultural, para que sea mayor el númerode lectores.

Alejar al público de las de por sí pocas posi-bilidades de lectura y escritura representa uninestimable retroceso, contradice pronuncia-mientos oficiales "a favor de la educación y eldesarrollo cultural" y atenta contra el derecho ala lectura que se reconoce indispensable paralos ciudadanos. En vez de gravar los libros serequiere apoyar y aun subsidiar su producción,porque son necesarios más y no menos lecto-res. Aumentar el acervo de bibliotecas públicastambién es indispensable, aunque de ningunamanera aliviaría el impacto de la elevación de

9 El pasado 4 de abril de 2001 se entregó a los legisladoresla "iniciativa de decreto que establece, reforma, adiciona yderoga diversas disposiciones fiscales". El documentocontiene una nueva ley de impuesto sobre la renta (ISR),una nueva ley de impuesto al valor agregado (IVA) y otraserie de cambios para adecuar la normatividad fiscal a losobjetivos políticos de la presente administración neoliberalpro empresarial. Esta iniciativa forma parte de la "nuevahacienda pública distributiva" que, además del nuevomarco tributario, incluiría una reforma presupuestaria yuna reforma financiera. Entre las medidas más criticadas

están la eliminación del "régimen preferencial" dellSR delque disfrutan los sectores primario, de autotransporte ylos editores de libros, así como la eliminación de la tasacero dellVAen alimentos, medicinas, libros y colegiaturas.En caso de aprobarse, estas medidas tendrán una impor-tante repercusión negativa en el gasto educativo de lasfamilias.

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los precios de los libros -ya de por sí inalcanza-bles para la inmensa mayoría de los estudiantesy los maestros.1o

Al profesor no se le motiva en su desempeñoescolar, más bien se le resta importancia a suprofesión, se mella el interés por enseñar deforma que el alumno acuda con agrado a susestudios y experimente placer por los ambientesáulicos que le motivan a aprender a redactarcorrectamente. Y al alumno sólo se le llena lacabeza. ¿Qué vale más: una cabeza bien for-mada o una cabeza bien llena? ¿Alumnos bienformados o estudiantes atiborrados con un pocode todo? El dominio de la palabra escrita, de lasmatemáticas y el aprendizaje de actitudes comola curiosidad, el placer de aprender, la capaci-dad analítica, la congruencia argumental lespermitirán desarrollar un pensamiento crítico,potenciar su razón. El elemento racional está entodos nuestros comportamientos, forma partede nuestros mínimos funcionamientos menta-les. Los seres humanos somos, ante todo, seresracionales.

Soy hombre de escritura.El texto es mi silencio y mi grito.Mi pensamiento avanza soportado por el voca-blo, movido por el ritmo del escrito.Ahi donde pierde el aliento, me derrumbo.11

Potenciar la razón de los estudiantes

La razón es un logro social fundado en el uso dela palabra, del lenguaje, de la escritura, de lareflexión. El misterio de la razón o la apariciónhace millones de años de la capacidad de pen-sar, minúscula sin duda en sus inicios, siguesiendo un hecho científicamente inexplicado,pero tuvo como resultado la existencia en nues-tro planeta de una especie harto singular: la

10 "Mensaje a los pobres de los gobiernos y de gran parte delos sectores ilustrados: oh tú, pueblo, si no lees a los clá-sicos, si no te apasionan los fauves y los expresionistas,si no estás al día en materia de vanguardias estéticas, esporque así lo quieres, tu desidia es indiferencia culpableante las obras del espíritu. Otra vez, la responsabilidad essólo de las víctimas..." Monsiváis, Carlos. Aires defamilia. op. cit., p. 253.

11 Jabes, Edmond. Ibid.

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humana. La racionalidad, por imperfecta quesea, confiere a la humanidad un privilegio únicoen el mundo de los seres vivos, a saber, su his-toricidad o capacidad de contar por escrito suhistoria.

El ser humano actual discente, es un ser civi-lizado al grado sumo de la mundialización fini-secular que tendrá que entenderse con má-quinas muy complejas, usar registros diferentes,quizá no disfrutará de estabilidad en el desem-peño laboral sino que tendrá que cambiar depuestos laborales que impliquen diversosconocimientos. Y el conocimiento es reflexiónsobre la información (visual, oral y escrita), ca-pacidad de discernimiento, discriminación ycrítica respecto a la información que se tiene,cualidad de jerarquizar, de ordenar, de relacio-nar, de maximizar la información.12

Una característica de la razón es que sirvepara que los estudiantes sean autónomos. Losseres racionales son más autónomos que quie-nes no han desarrollado su capacidad racional.Autonomía no quiere decir aislamiento, insolida-ridad, solipsismo, la independencia sirve, másbien, para saber elegir entre opciones, para ela-borar trabajos por iniciativa y criterios propios.

La autonomía del ser humano es fundamen-tal, pues permite el desarrollo de la razón. Nodesarrollar la razón nos hace dependientes deotros. De modo que educar para la razón eseducar para la autonomia, la independencia y lalibertad. Hay que propiciar a través del apren-dizaje para que los demás puedan prescindir deotros. No hay peor educador que el que se haceimprescindible toda la vida: el que sigue siendomaestro siempre, no por veneración a su perso-na o a su saber, sino porque se hace imprescin-dible, es decir, porque el tema que domina, la

12La tecnología evoluciona constantemente, y la únicamanera de contender con el cambio es tener la capacidadde adaptación y estar actualizado. La actualización esobligada. El profesional de nuestra época no termina supreparación al recibir un grado de licenciatura o al concluirun postgrado, sino que requiere seguir estudiando toda suvida. El alto nivel de.especialización exigida por el merca-

do de trabajo obliga a la colaboración con otros profesio-nales. Para ello es indispensable tener una preparaciónmultidisciplinaria que facilite la interacción.

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materia que explica está tan vinculada a su per-sona que él no puede separarse de ella (comoQuino de Mafalda o la Familia Burrón de GabrielVargas) y porque los demás nunca acceden alconocimiento sin tener a esa persona que lesguíe y les ilumine. El gurú es lo contrario delbuen maestro.

Evidentemente la razón no puede dar cuentaabsolutamente de todo, tiene unos límites, dehecho, ni siquiera sabemos por qué la razónpuede comprender algo. Lo más incomprensiblede la naturaleza es que nosotros podamos, almenos en parte, descifrarla. Probablemente lacomprendemos porque somos parte de ella. Elhecho de que realmente entendamos algo escomplejo, pero es así. La necesidad de pensar yde razonar es evidentemente fatigoso porque larazón no da saltos, no tiene atajos, es decir,siempre se desarrolla a partir del trabajo, delestudio, de la reflexión, de la reiteración, de laescritura. El raciocinio no tiene visión intuitiva dela realidad de las cosas.

Empero el proceso educativo actual ha deja-do de lado conocimientos, aptitudes y actitudesque se deberían enseñar y desarrollar en lasaulas como: la habilidad para razonar, para co-municarse efectivamente en forma oral y escri-ta, lo que supone capacidad para expresar sen-timientos y comprender mensajes, dominio dellenguaje lógico-simbólico, formación básica enliteratura y sus expresiones artísticas (música,plástica...), estudio de las ciencias humanas ysociales desde una perspectiva integradorasituándolas en el tiempo y en el espacio, conoci-mientos básicos en las ciencias naturales, in-cluidas aquellas relacionadas con el medio am-biente, familiarización suficiente con las compu-tadoras y con las tecnologías relacionadas conla búsqueda y utilización de la información,habilidad para definir problemas y para encon-trar soluciones creativas haciendo uso de todoel conocimiento y la información producida porlas diferentes disciplinas, desarrollo de actitu-des y aptitudes hacia la solidaridad, coopera-ción, interdependencia y al trabajo en equipo.

En fin, la educación no logra motivar, seducir,despertar el interés por el saber, la pasión pordescubrir, el placer y la disciplina por la escritu-ra. Los aprendices en formación no logran cons-truir sus saberes ni adquirir competencias certi-ficadas eficientemente. No dejan huella escrita

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(si acaso toman apuntes), no se interesan en elregistro de la lengua (si acaso en los modos dehablar), no producen textos (a lo sumo redac-tan), no emiten discursos (sólo hablan y hablany bla, bla, bla a la hora de clases), hacen del"aprendizaje significativo" del salón de clasesun círculo rutinario y ordinario. Los alumnos vi-ven en su mundo ajenos a la lectura y la escritu-ra, a las teorías pedagógicas y su eterno "de-bate doctrinario" de qué enseñar, cómo educar,cuándo instruir y cuáles contenidos elegir (¿losútiles? en el sentido inmediato o temas que sir-ven para aprender otros); en tanto los maestrosse basan en el conocimiento práctico experi-mentado que se produce y aprende en las aulasy en la sensatez. Cuando la teoría no acierta adar respuestas "científicas" (pese a la abundan-cia de soluciones teóricas propuestas por espe-cialistas) al desinterés de los aprendices, laexperiencia de los buenos maestros salva latarea educativa.

Leo y releo el libro que voy a escribir.A quien enseña la certeza, no le reproches elmétodo sino la afirmación.Todapalabra tiene como destino otra palabra.El poeta encuentra; el sabio redescubre.13

La lectura de los mexicanos: por su estudio losconocerás

¿Leemos los mexicanos? Sí, medio libro enpromedio anual. ¿Qué leemos? En primer lugarlibros esotéricos, en segundo lugar ejemplaresde autoayuda y en tercer lugar (aunque enprimerísimo por la cantidad) las historietas eroti-zadas. Esto es, los mexicanos nos mantenemosfuera de la lectura de libros y también alejadosde las bibliotecas públicas.14

13Jabes, Edmond. Du désert au livre. Francia, EditionsPierre Belfond, 1980.

14Segúndatos del Inegi,másdel 80% de los mexicanosnunca han visitado una biblioteca pública en un año.Quienes más asisten son los escolares de educación

básica enviados por sus maestros para consultar algúntexto escolar útil para hacer la tarea. De tal manera que noes casual que el 90% de los libros sean de texto y que loslectores no lean por gusto sino por obligación, lo que difí-cilmente los convertirá en asiduos lectores o despertaráen ellos el interés por la lectura. El Financiero, p. 56, 25 deseptiembre de 2001.

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Investigadores de la Universidad de Calimarealizaron en 1993 una encuesta en 3 mil 331hogares de 34 ciudades mexicanas de más de100 mil habitantes. En el 36% de los hogaresencontraron cuando menos a un universitario.Pero de los universitarios, el 22% no había com-prado un solo libro en los últimos 12 meses, el39% nunca había estado en una bibliotecapública y el 50% tenía en su casa cuandomucho 30 libros.

En 1996 el diario Reforma realizó unaencuesta en la ciudad de México entre 800 per-sonas mayores de 15 años, de todos los nivelesde ingreso. De los indagados el 71% no estabaleyendo un libro, y del 29% restante CarlosCuauhtémoc Sánchez fue el autor más leído.15

Estudios similares de 1998 realizados por larevista Educación 2001 (que encuestó a profe-sores de educación básica) arrojan datos muyparecidos: los libros más leídos por los maes-tros son esotéricos y los de autoayuda.16Es sinduda un complot industrial contra los pocos lec-tores y un peligro social de continuar dicha ten-dencia. En vez de que las autoridades se pre-ocupen porque haya más diversidad de libros, laindustria editorial se interesa sólo por losautores y los títulos que busca convertir en éxitocomercial. Las editoriales menosprecian la edi-ción de libros para el conocimiento, inundandoel mercado con libros "inolvidables", libros deventa probada pero que no aportan nada social-mente.

15 Zaid, Gabriel. "Primeros resultados de la consulta cultu-ral." Letras libres, pp. 26-28, noviembre, 2000.

16Tales compendios son manuales de carácter psicológicoque ofrecen respuestas concretas, sencillas, fáciles deleer y entender, para uso e interpretación personal, quetratan de responder a dificultades y problemas humanosen aspectos como la identidad, la motivación, la inteligen-cia, el aprendizaje, la memoria, la vida sexual, la persona-lidad, el amor, las emociones, las relaciones conyugales,las pasiones, las relaciones interpersonales, la angustia,los complejos, las relaciones de padres e hijos, el sueño,la vigilia.. .Son libros hechos (pensados) para venderse,no necesariamente para aprender, por su subjetividad,sermones y consejos. Tienen un eminente y único sentidomercantil. Son libros concebidos como negocio paraexplotar inquietudes momentáneas, eventos políticos,miedos o actitudes de moda.

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Más recientemente el Consejo Nacional deCultura encargó a Alducín y Asociados una en-cuesta sobre cultura nacional, cuyos resultadosconfirman lo ya expresado: los mexicanos le-emos poco, elegimos la lectura de acuerdo conlo que anuncian los medios electrónicos y lo queleemos no siempre es lo mejor. Los resultadosde la encuesta indican que tres de cada diezmexicanos no acostumbran pasar la vista nisiquiera en los paquetes o cajas que abren ytraen instructivos (no leen fechas de caducidado los instructivos de uso), el 36% lee una o doshoras por semana, el 22% lee de 3 a 6 horas enel lapso, el 9% de 7 a 15 horas, eI2.1% de 16 a20 horas, sólo el 0.5% lee más de 20 horas a lasemana; el 30.4% restante no acostumbra leer.

Los libros más populares de los mexicanosen el año 2000 fueron: Juventud en éxtasis, ElPrincipito, Volar sobre el pantano, El Caballo deTrolla, Un grito desesperado, Cien años desoledad, El Capital. Crítica de la economíapolítica, La Biblia, El Diario de Ana Frank y Elllano en llamas. El autor preferido fue Cuauhté-moc Sánchez, que colocó tres de sus manuales

en la preferencia de los lectores jóvenes y notan mozuelosY ¿(Es) mejor (que) no leer nada?Ganamos, perdemos o quedamos igual en elaspecto cultural leyendo este tipo de obras?

Para satisfacer estas demandas los editores

comerciales han modificado completamente lanaturaleza de lo que publican. Todo su sistemase basa en los best-sellers y en anticipos paga-dos a los autores que necesitan para engancharlectores. Empero, en los cambios actuales loque está en juego es la naturaleza misma de loslibros publicados. Las grandes compañías cine-matográficas, por ejemplo, empiezan a publicarlibros y a obtener sustanciales ganancias contítulos tomados de sus películas de éxito. LaDisney Corporation fundó en 1990 su propiaeditorial, Hyperion, para publicar sus triunfoscomerciales de taquilla.18

17"Culturay vida cotidiana."Nexos,núm.285, p. 99, sep-tiembre de 2001.

18Schffrin, André. "La edición sin editores.", La Jornada, p.2a, 10 de septiembre, 2001.

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Pero lo que más leemos los mexicanos sonlas historietas de picaresca erótica narrativa tipoJuan charrasqueado, Kalímán, Memin pinguín,El libro vaquero, La Famílía Burrón, Los Super-locos, El Payo, El monje loco, Yesenia,Raroton-ga. Se estima que en 1985 se imprimían alrede-dor de 500 millones anuales de historietas en elpaís. Tomando en cuenta que cada ejemplar eraleído en promedio por 4 personas, resultancerca de 2 mil millones de lectores anuales.Descontando los millones de tirajes de los librosde texto gratuito, a la historieta sólo le hacíancierta competencia cuantitativa diarios depor-tivos como Esto y la Afición, así como revistassensacionalistas tipo Alarma, que imprimía unmillón 200 mil ejemplares a la semana. Pero a lahistorieta (la más leída en la historia mexicana)no se le identifica como producto cultural sinocontracultural y moralmente dañina a los mexi-canos (con la excepción, tal vez, de la FamiliaBurrón).19

Sin duda, con este tipo de lecturas siguenprevaleciendo el analfabetismo rural y el urbano(para vergüenza de los gobernantes) y el uni-versitario (para vergüenza de las institucionesde educación superior); empero, afortunada-mente, crece una pequeña multitud que lee,escribe, organiza talleres literarios, pinta, va aexposiciones, ve los canales culturales, gustadel buen cine, toca algún instrumento, actúa,dirige, participa en conferencias y mesasredondas, investiga, da clases, tiene empleosculturales y, desde luego, no se identifica conlos lectores de Cuauhtémoc Sánchez.

Pero los asientos vacíos en las funciones cul-turales, los libros no leídos en las bibliotecas ylas bodegas editoriales, las exposiciones, mo-numentos y sitios arqueológicos no visitados,los cursos y concursos no aprovechados, lasbecas ignoradas, los archivos no consultados...ofrecen oportunidades desconocidas para mu-chos que se tienen que aprovechar.

19 Bartra,Armando.Catálogode la historietamexicanadelsiglo XX. CD-Rom. México, INAH-Universidad de Colima,2001.

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Dime qué lees y te diré quien eres,Dime para qué lees y te diré qué desaprove-chas.

Primero leer y después escribir, oantes escribir, después vivir.Ambas cosas pueden ser un gozo o un tormen-to.

En el principio era el verbo,¿Después fue la escritura?

Mirar es más fácil que leer

Empieza a predominar en los educandos unamentalidad no analítica que dificulta enorme-mente la escritura. Prevalecen el dominio del

oído y la visión no alfabética vinculada con lalectura. Y no es que los alumnos de ahora seanmenos inteligentes que los de antes (de hechoel coeficiente intelectual está aumentando), sinoque están desarrollando otro tipo de inteligen-cia, más elemental y simplificada (virtual), rela-cionada con el hecho de mirar cosas, aconteci-mientos, escenas, que la escuela aún no haincorporado ni está preparada para formar partede los aprendizajes áulicos y curriculares.

La cultura de los jóvenes (la memoria colecti-va), está cada vez más alejada de la escuela, yen la "sociedad de la información" la institucióndocente ya no tiene su monopolio, de modo queel hecho de que los jóvenes de hoy recibanaproximadamente el 70% de la información demedios distintos a los establecimiento escola-res, ha quitado a éstos buena parte de su prota-gonismo y poder (si antes se decía que mimaestro me enseñó tal cosa... ahora bien sepuede decir que en la tele aprendí que...) y havariado su aparato perceptivo -ahora audiovi-sual, sobre todo, por contraposición al abstrac-to-perceptivo que predominaba en la era de laradio, el libro y el periódico, es decir, antes dela televisión y el ordenador- de modo que losvalores, vigencias sociales y predilecciones soncada vez más diferentes y divergentes de los desus profesores.

Frente a tales circunstancias de alumnosautodidactas o digitalmente informados y vi-sualmente formados en aprendizajes con cadavez menos comunicación y escritura, lo que esuna transmisión de mensajes mediáticos, por loque el acto educativo, la enseñanza adquirida

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es solo instrucción -y la esencia de la edu-cación es la comunicación, y la comunicación esa su vez reinterpretación.

La cultura de la imagen plantea el problemade la educación, de los valores, pues la redcibernética y la televisión transmiten múltiplesversiones fragmentadas de la realidad, del mun-do, con modelos ajenos a las autenticidades decada país.2o

El reto, por lo tanto, está en encontrar losmedios para recuperar el hábito por la lectura, laescritura y el conocimiento, el aprecio por la es-cuela y por los libros (porque el discente conoz-ca, aprenda, relacione, sistematice, analice, in-tuya, verifique, contraste, induzca, deduzca,imagine hipótesis, dialogue, integre gradual-mente todo lo que se va aprendiendo...) dentrode un mundo donde la imagen se impone porsobre el pensamiento científico y filosófico.

La televisión se ha convertido en una escuela

ideológica, en una institución docente de pensa-miento, de acción y de actuación, sin responsa-bilizarse de ello.21 La televisión se está convir-tiendo en el nuevo oráculo educativo de miles

20".. .Hasta la consolidación del proceso televisivo, los niñosy los adolescentes manejan un repertorio fijo de admira-ciones: los héroes de las novelas o las películas de aven-turas (de Julio Verne y Emilio Salgari al Tarzán de JohnnyWeismuller y Errol Flynn), los ídolos deportivos, las estre-llas de cine cercanas a la infancia. Luego, aparece la'interacción'. Monsiváis, Carlos. Aires de... op. cit., p. 231.

21"Estamosen el negociodel entretenimiento,de la infor-mación, y podemos educar, pero fundamentalmenteentretener... México es un país de una clase modestamuy jodida, que no va a salir de jodida. Para la televisiónes una obligación llevar diversión a esa gente y sacarla desu triste realidad y de su futuro difícil. La clase media, lamedia baja, la media alta. Los ricos, como yo, no somosclientes, porque los ricos no compramos ni madre. Enpocas palabras, nuestro mercado en este país es muyclaro: la clase media popular. La clase exquisita, muy res-petable, puede leer libros o Proceso para ver qué dice deTelevisa. Éstos pueden hacer muchas cosas que lesdivierten, pero la clase modesta, que es una clase fabulo-sa y digna, no tiene otra manera de vivir o de tener accesoa una distracción más que la televisión...Ustedes nuncahan visto una televisión en la basura, nunca..." AzcárragaMilmo, Emilio. Proceso, p. 217, 15 de febrero de 1993,Cit. Monsiváis, Carlos, Aires de op. cit., p. 217.

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de millones a nivel mundial. Es referente y for-madora de criterios y de conciencias. Lo quepresenta la pantalla en imágenes son la realidady la fuente de demostración. Parece evidenteque el signo más representativo de nuestrotiempo sea precisamente el consumir signos.

En efecto, el exceso de signos es uno de losrasgos más característicos del mundo actual yhasta es una auténtica patología. La saturaciónsemiótica se ha convertido en uno de los rasgosdistintivos del presente, para convertir al univer-so en consumidor de signos.

Por sus especiales características, estemedio representa la abolición de cualquieresfuerzo interpretativo para unas audienciasque son emotivas antes que racionales y que-dan fascinadas por un parpadeo hipnótico quedeja entrever un discurso fragmentado y carentede sustancia.22El consumo de la programacióntelevisiva es fundamentalmente de corte lúdicoy hedonista y gira en torno a un deseo visualque se materializa en un consumo a trozos suje-to a la lógica ciega del beneficio mercantil y delreinado de las estadísticas de audiencias.

Cierto es que la nueva sociedad de consumoha vuelto a los televidentes (y a los cibernautas)adquirentes de entretenimiento. Pocos son losque buscan en los medios de informaciónsabiduría, reglas para aprender el código de laescritura o desafíos a sus conocimientos, entanto los más se adhieren a programas oarchivos de fácil digestión y comodidad. La lógi-ca mercantil ha impuesto que entre menoscosas haya que saber mejor, y si los medioselectrónicos facilitan cada vez más el entreteni-miento, la búsqueda de información con hacersólo un clic en el ratón de la computadora o enel control remoto del televisor, que mejor quesea así.

22 "La pantalla casera admite un solo nivel educativo. Parano atribuirle méritos al público y para no discriminar, debecuidarse el uso del lenguaje al extremo, reduciéndolo a unvocabulario básico, esterilizándolo, volviéndolo 'accesible'

y pueril. La televisión, dicen sus propietarios, es para lasmayorías, y las mayorías se ahogan gutural mente con laspalabras complejas o que conduzcan al diccionario (lugar

remotoy hostilal Quenadieacudirá)."Monsiváis,Carlos.Airesde... ,op.cit.,p.219.

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El resultado es que los medios electrónicoshan logrado un protagonismo educativo inusita-do. Para la educación y la escuela la televisiónrepresenta un gran desafío, puesto que lasempresas televisivas no reconocen responsabi-lidad social alguna ante la educación. Y no obs-tante los diversos esfuerzos realizados en añosrecientes ("educación para los medios", "tecno-logía educativa"), la educación y los medioscontinúan su impulso por separado, divorciados,obedeciendo a dinámicas, metas y objetivos dis-tintos -en algunos casos hasta antagónicos.

El otro ejemplo es Internet, que es más visualy acústico que leíble. Si bien hay una impli-cación de lectura, pero su uso no es propiamen-te de estudio.23Los archivos de la red se copian,se plagian a diestra y siniestra, se les cambia de"autor", tal vez de letra, se les resume por siacaso (eso lo hace, además, la máquina y elprocesador de textos) y se entregan por losalumnos a sus maestros sin que medie la refle-xión intelectual del "nuevo autor". Con lo que noaprenden ni comprenden (tal vez sí sorprendena su profesor), y sólo cumplen con la entregamecánica, acrítica, técnica de tareas, de traba-jos escritos que no les dejan alguna huella deaprendizaje.

Internet y televisión están simplificando ellenguaje de las nuevas generaciones haciéndo-lo más banal, al concentrarse en los aspectosmás superficiales de la experiencia cognitiva.No se había visto que los saberes teóricos yconceptuales, como las matemáticas y la filoso-fía, se enseñaran mediante imágenes; aunquehay conocimientos que sólo se aprenden a tra-vés de la palabra escrita. La simplificación inte-lectiva es señal de un cambio negativo; el tejidode la comunicación entre las generaciones seha simplificado (ampliado y diferenciado) inmen-samente.

23 "... A escala individual, el Internet es el símbolo y la prácti-ca de la globalización... de pertenecer a una cofradíaajena al habitual sentido del tiempo, de manejar por elciberespacio con la emoción de personajes de JulioVerne..."Monsiváis,Carlos.Airesdefamilia...,op.cit.,p.179.

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Al estar frente a las pantallas de computado-ras viendo, escuchando o leyendo Internet, nose tiene idea del comienzo, de la estructura, dela extensión, de alguna posdata, de cierta ad-vertencia o del punto final del texto. Como el co-nocimiento intelectual es más bien exploradorque navegador, se sabe al leer páginas impre-sas (o se determina) por dónde entrar, qué sub-rayar y en qué detenerse. Con Internet tal reco-rrido intelectual de la investigación de textos, debibliotecas y de otros ámbitos del saber se pier-de o se modifica por completo. la navegacióntelemática se hace más a ciegas y a caprichodel diseñador de la página web, que según laconveniencia e interés del lector.

Al depender del diseñador y del Internet sepierde el ejercicio de la escritura (con todo y sig-nos),24de la reflexión intelectual propia. Y lapérdida de las formas de inteligencia analíticaes una forma de abandono de la inteligenciacrítica, es decir, de la capacidad de analizar yresolver problemas -independientemente de sucomplejidad.

la telemática e informática cambian la moda-lidad del lenguaje, al desplazar las formas tex-tuales estructuradas y precisas por formas ge-néricas desestructuradas. la cultura se disocia

24 Los signos de puntuación son necesarios en toda escritu-ra, porque sin ellos podría resultar dudoso y oscuro elsignificado de las cláusulas. Los que se usan en castella-no son la coma, el punto y coma, los dos puntos, el puntofinal, los puntos suspensivos, el principio de interro-gación, el fin de interrogación, el principio de admiración,el fin de admiración, el paréntesis, la diéresis o crema, lascomillas, el guión, la raya, las dos rayas. La coma, lospuntos y paréntesis indican las pausas más o menos cor-tas que en la lectura sirven para dar a conocer el sentidode las frases; la interrogación y la admiración denotan loque expresan sus nombres, y la segunda, además, queja,énfasis o encarecimiento; la diéresis sirve en unos casospara indicar que la u tiene sonido y en otros se puedeemplear para deshacer un diptongo; las comillas señalanlas citas, o dan significado especial a las palabras quecomprenden; el guión es signo de palabra incompleta; laraya lo es de diálogo, o de separación de palabras,cláusulas o párrafos; las dos rayas sólo se usan ya en lascopias para denotar los párrafos que en el original vanaparte.. .

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de la escuela. Se pasa de una cultura que utilizapalabras organizadas en proposiciones a otraque se caracteriza por su vaguedad. Para losjóvenes educandos es mejor tener, recordar oevocar la experiencia que saber como anali-zarla.

El ritmo

las palabras se conducen como seres capri-chosos y autónomos. Siempre dicen "esto ylo otro" y, al mismo tiempo, "aquello y lo demás allá". El pensamiento no se resigna;forzado a usarlas, una y otra vez pretendereducirlas a sus propias leyes; y una y otravez el lenguaje se rebela y rompe los diquesde la sintaxis y del diccionario. léxico ygramáticas son obras condenadas a no termi-narse nunca. El idioma está siempre enmovimiento, aunque el hombre, por ocupar elcentro del remolino, pocas veces se da cuen-ta de ese incesante cambiar.25

Una vez analizada, a grandes rasgos, la crisiseducativa en que se encuentra el país, conti-nuaremos, en el siguiente número de la revista,con las implicaciones que ello tiene para laescritura.

25 Paz, Octavio. El arco y la lira. El poema. La revelaciónpoética. Poesía e historia. México, FCE, 7a reimp., p. 49,1979.

Re~ Centro Inv (Méx) Vol 5 Núm. 19 Jul-Dic. 2002