Respuesta 25 d Abril 2013

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  • 7/30/2019 Respuesta 25 d Abril 2013

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    Sr. Gustavo Araoz

    Presidente de ICOMOS Internacional

    Presente.

    Sr. Gustavo Araoz, el que suscribe la presente, historiador Felipe

    I. Echenique March, profesor Investigador de la Direccin de

    Estudios Histricos titular C del Instituto Nacional de

    Antropologa e Historia (INAH) y Secretario General del Sindicato

    de Acadmicos de INAH; le manifiesto a nombre propio y de mis

    representados, un sentido extraamiento por el Informe

    Opinin del ICOMOS signado por el Dr. Daniel Schvelzon, en

    relacin a la denuncia de hechos presentada a nombre propio

    por mandato de la Asamblea General de la delegacin sindical

    que represento, ante la Procuradura General de la Republica

    (PGR), el 22 de agosto del 2012, por la destruccin y alteracin

    de vestigios arqueolgicos; as como la alteracin fsica, visual y

    volumtrica de la zona arqueolgica de Tzintzuntzan, Michoacn,

    al construir un museo y rea de servicios sobre una plataformaprehispnica localizada al oriente del rea de las Ycatas.

    A ms de seis meses de emitido el informeopinin de

    ICOMOS suscrito por el Dr. Schvelzon, el organismo que usted

    preside, no se ha pronunciado sobre dicho documento, por lo

    cual, debemos entender que usted y los miembros de ICOMOS

    avalan en todas y cada una de sus partes.

    Caracterizo el escrito del Dr. Schvelzon como un

    documento lleno de ira, odio y desprecio, tanto para quien esto

    escribe, como para el Dr. Arturo Oliveros y para toda la

    comunidad de profesores investigadores del INAH, que en la

    Asamblea general del 1 de agosto del 2012, acord la realizacin

    de dicha denuncia de hechos, a la cual se sumaron losprofesores emritos de nuestra institucin, as como otras

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    instituciones y ms de setenta mil mexicanos que firmaron

    oponindose a la construccin del museo en la zona

    arqueolgica de Tzintzuntzan. El odio y desprecio del Dr.

    Schvelzon alcanza a los integrantes de la Procuradura General

    de la Repblica (PGR), quienes aceptaron la denuncia de

    hechos en comento, para iniciar una averiguacin previa que

    aclare y permita deslindar responsabilidades en la construccin

    del museo en cuestin.

    Las palabras antes escritas suenan duras, pero estn

    sustentadas en las apreciaciones, juicios y recomendaciones que

    formul a lo largo de su InformeOpinin, el Dr. Schvelzon en

    contra de los hechos que denunciamos como constitutivos de

    varios delitos, segn la normatividad vigente de nuestro pas.

    Las apreciaciones, juicios y recomendaciones del Dr.

    Schvelzon, las cuales, para m y la comunidad que represento,

    son afrentosas e insistimos, llenas de una ira personal o

    institucional que slo tienen una explicacin, como veremos al

    final de este texto.

    Para que se comprenda las razones de nuestro

    extraamiento, nos preguntamos Por qu el Dr. Schvelzon se

    propuso evaluar la denuncia de hechos presentada ante la PGR

    el 20 de agosto del 2012, sobre la destruccin fsica, visual y

    volumtrica de los vestigios arqueolgicos en la zona

    arqueolgica de Tzintzuntzan, en especifico en la parte

    denominada La Tira, como consecuencia de la construccin

    de un museo y no de los hechos denunciados?

    Tarea que se visualizara como muy fcil, porque

    simplemente habra que desvirtuar no los dichos, sino los hechos

    denunciados. Esto es, que el proyecto especial Tzintzuntzan

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    2012, no destruy material arqueolgico, ni alter las visuales y

    volumetras con la construccin del que, ahora sabemos,

    solamente fue un museo en el conjunto arqueolgico de

    Tzintzuntzan.

    Esa fcil o elemental tarea que considero digna de un

    dictaminador profesional, no fue la que escogi el Dr.

    Schvelzon; se subi al cuadriltero, para decirlo de alguna

    manera coloquial, intentando golpear y aniquilar a quienes

    considera sus adversarios muy personales: el demandante, el

    Dr. Arturo Oliveros, los profesores investigadores emritos del

    INAH (quienes enviaron una carta a la Presidencia de la

    Repblica para solicitar la reubicacin del museo en cuestin),

    dejando los hechos en el ltimo lugar, como algo accesorio,

    casual o inclusive anecdtico.

    En esa subida al cuadriltero, el Dr. Schvelzon asumi

    distintas facetas como contrincante ni siquiera mencionado o

    invocado por el demandante, ya que se ignoraba que tuviera

    algn inters y participacin en el asunto. As que su aparicin,

    para el demandante, es totalmente gratuita o ser que lo

    llamaron de refresco! Cunto le pagaron y quin le pago por su

    presencia inesperada e inexplicable en los terrenos

    michoacanos?

    Las interrogantes se abren cuando no existe evidencia de

    que sea especialista o conocedor destacado en arqueologa

    prehispnica purpecha (de hecho sus grados acadmicos

    demuestran que no es arquelogo sino arquitecto), pero s,

    amigo muy personal de la Dra. Nelly Robles, la principal

    causantes de la destruccin que denunciamos, as como de la

    alteracin de visuales y volumetras de la zona arqueolgica de

    Tzintzuntzan, al haberle impuesto un nuevo museo, en una de lasplataformas prehispnicas.

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    La parcialidad, en estos tiempos, ya no escandaliza a nadie,

    es algo normal, a pesar de lo que se siga diciendo entre los

    creyentes de las ciencias positivas puras y que no intentan msque engaar a ingenuos. La toma de partidos en las disputas es

    algo normal y hasta recomendable, sirve para definir posiciones

    ante la ruda realidad; pero me pregunto ello tambin es

    aplicable para las instituciones, cmo voz comn consensuada?

    Tampoco me alarmara, si ello fuera as, pero sera bueno una

    declaracin pblica de ICOMOS para saber hacia donde marchan

    los destinos de este organismo que, segn mi leal saber y

    entender, predica algo muy distinto a la ira y encono emitido en

    su InformeOpinin el Dr. Schvelzon?

    De la anterior percepcin, provienen algunas preguntas que

    esperemos tengan alguna respuesta por parte del organismo que

    usted preside La afiliacin que presume el Dr. Schvelzon como

    miembro de ICOMOS, conlleva el que dicho organismos avale sus

    dichos, sean cuales fueran ellos? ICOMOS lo envi como su

    representante para revisar y dilucidar la denuncia de hechos

    sobre destruccin de vestigios prehispnicos interpuesta ante

    una instancia judicial mexicana? un miembro de ICOMOS puede

    hacer evaluaciones a pedimento de particulares, en este caso,

    del exdirector general del INAH, el Lic. Alfonso de Maria y

    Campos Castello, o de la Dra. Nelly Robles, entonces

    coordinadora nacional de Arqueologa del INAH, sin serespecialista en arqueologa de dichos vestigios? Los miembros

    de ICOMOS, pueden involucrarse a nombre de dicha institucin

    en cuantos casos le soliciten los particulares y fallar a favor de

    quien o quienes les pagan la elaboracin del InformeOpinin,

    o mejor diramos, la elaboracin de la apologa del contratante?

    Ante qu situacin estamos Sr. Araoz?

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    Desde mi particular punto de vista, ICOMOS debera dar

    respuesta a los cuestionamientos antes sealados, no tanto para

    satisfacer mis inquietudes, sino para dejar claro sus compromisos

    y sus acciones en Mxico, frente a los acadmicos del INAH y de

    otras instituciones superiores de nuestro pas.

    Mientras estas respuestas llegan, tratar algunos puntos

    del InformeOpinin escrito por el Dr. Schvelzon, contra la

    destruccin de vestigios arqueolgicos y alteracin de visuales y

    volumetras en la zona arqueolgica de Tzintzuntzan o mejor

    sera decir, de la apologtica defensa de un museo en la zonaarqueolgica de Tzintzuntzan.

    Comenzare diciendo que ignoro el domicilio del Dr.

    Schvelzon, pues en ninguna parte de su muy extenso curriculum

    seala la localizacin concreta de lugar donde vive, as que

    podra ser en cualquier parte del continente americano o,

    inclusive, cualquier lugar que tuviera la nomenclatura de Calle

    Cuba 45, sin especificar nunca en que ciudad y a que pas

    pertenece Descuido o deliberada omisin?

    Ante esta incapacidad para localizar a dicho especialista, le

    solicito de la manera ms atenta, le haga llegar el otro juego que

    acompaa a ste, para que tenga conocimiento de mi posicin

    frente a su informeopinin, como elemental muestra de

    civilidad para quien realiza cuestionamientos sobre otros

    pareceres. En este sentido, no entiendo, por qu l no da el

    mismo trato a sus adversarios o contrincantes?

    Siguiendo a pie juntillas lo escrito por el Dr. Schvelzon en

    su InformeOpinin, lo nico que se encuentra es una posicin

    hostil un tanto distorsionada porque busco evaluar los dichos y

    no los hechos quedenuncia del C. Felipe Echenique March

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    sobre posibles alteraciones, destrucciones o mala praxis

    profesional.(Esto ltimo es una deduccin del Dr. Schvelzon y

    no ma)

    La anterior prevencin del Dr. Schvelzon, indica que su

    anlisis sigui la parte discursiva del documento y no los hechos,

    una metodologa un tanto extraa, ya que es normal para

    analizar un texto acadmico, pero completamente ajena para

    evaluar los argumentos de un documento estrictamente judicial:

    una denuncia de hechos, cuya naturaleza es distinta, inclusive,

    para los dictmenes forenses en situacin judicial.

    El Dr. Schvelzon es conciente del carcter del texto que

    impugna, ya que hace alusin a esta circunstancia en distintas

    partes de su InformeOpinin y al dirigirse al que suscribe la

    presente, como el demandante. As pues, asume que el texto

    en cuestin, es una denuncia judicial y no acadmica, lo cual

    debera ser suficiente para saber que a un texto de esa

    naturaleza no se le pueden exigir criterios acadmicos.

    No obstante lo anterior, escribi:

    Que el documento suscrito por el Sr. Lic. Echenique no estpresentando en la forma habitual al del mundo cientfico yacadmico.

    Que no hay uso alguno de expresiones de carctercientfico, y que el documento no posee soporteacadmico.

    Que el documento se presenta en un tono imprecativo,imperativo y dramtico, pero sin citas, referencias y

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    bibliografa como se acostumbra en el mundo acadmicodel que l es parte integrante.

    una descripcin casi infantil del sitio, su historia, suubicacin y la lista de quienes trabajaron all (incompleta).

    La confusin de la redaccin del texto y la falta de uso delsistema acadmico universal

    Una vez cuestionado inverosmilmente, el carcter acadmico dela denuncia de hechos y con lo cual, supone, ya le asest un

    duro golpe para descalificarla, toma otro camino, en el cual, por

    desgracia, no demuestra sus desacreditaciones:

    utiliza terminologa de carcter sensacionalista, lo quequita toda posibilidad de comprender su texto ya que son

    giros retricos vacos de contenido.

    lamentable la redaccin.

    lo que hace casi imposible la lectura lgica de la Denuncia.

    Sin insistir en la redaccin confusa.

    Resulta casi infantil suponer que esta frase pueda sercomprendida sin una gran dosis de buena voluntad.

    suena al menos ampuloso y exagerado.

  • 7/30/2019 Respuesta 25 d Abril 2013

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    todo ello con nimo de hacer una presentacin ampulosaen su terminologa aunque sin valor demostrativo alguno.

    Ahora bien, si las expresiones antes referidas del Dr.

    Schvelzon fueran verdaderas, no habra materia de discusin,

    pues segn l mismo afirma, el texto es ininteligible y no habra

    contenidos y si esto fuera as qu debate o impugnacin podra

    haber? Es muy claro que dicha afirmacin es un recurso retrico

    que lo nico que busca es desacreditar tanto al texto como al

    que supone lo escribi. Pero dicha afirmacin y su proyeccin, nose sostienen, ya que el Dr. Schvelzon discutir y se opondr, no

    slo a los dichos sino a los hechos denunciados, lo cual, quiere

    decir, que en la denuncia si existen contenidos y que adems,

    comprendi el texto y el contexto del mismo.

    Pero, si los supuestos intentos de descalificar el texto por la

    falta de criterios acadmicos, redaccin, gramtica, lgica, etc.,que por cierto, nunca ilustr, aunque fuese con algunos

    ejemplos para que su revisin no quedar a nivel de dogma y que

    pudiera ser constatado por sus lectores a partir de sus glosas o

    ejemplo ilustrativos de lo que vilipendia el ilustrado acadmico

    doctor en arquitectura, no fueran suficientes, el Dr.

    Schvelzon va todava por ms, al intentar descalificar

    totalmente al que supone, el nico autor de la denuncia de

    hechos.

    tiene graves problemas de sintaxis, gramtica yredaccin, lo que hace posiblemente necesario un estudiosobre la veracidad de sus antecedentes acadmicos desdeel nivel primario.

  • 7/30/2019 Respuesta 25 d Abril 2013

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    los evidentes desrdenes de presentacin de un discursolgico, requisito mnimo para un empleado Federal,

    parecen necesitar de un estudio psicolgico.

    Hasta dnde lleg el Dr. Schvelzon!

    Despus de tantos adjetivos calificativos, sin ninguna sea de

    demostracin para hacerlos valederos y cientficamente

    comprobables, como deba esperarse de un acadmico de los

    vuelos del Dr. Schvelzon; queda al descubierto por lo tanto, una

    actitud patgena de descalificacin, una ansia persecutoria yanhelos de represin y castigo; a todo lo cual, hay que decirle: la

    denuncia de hechos sin ser un texto acadmico, porque por

    su naturaleza no lo puede ser, est soportada en el lxico de la

    arqueologa mexicana; en sus prcticas, usos y costumbres, en el

    conocimiento del caso y de la zona arqueolgica en cuestin, en

    la historia purpecha y colonial de la provincia de Michoacn; en

    la normatividad que regula la actividad arqueolgica en nuestro

    pas para investigar y conservar fsica, simblica y jurdicamente

    los bienes nacionales arqueolgicos. Todo lo anterior, es

    justamente lo que acusamos que fue violentado, desvirtuado y

    puesto en entredicho con las acciones y la obra constructiva de

    un museo en la zona arqueolgica de Tzintzuntzan, as como en

    los trabajos previos de salvamento arqueolgico.

    Esta es la litis Denuntiatio, quiralo o no reconocerabiertamente el Dr. Schvelzon. No obstante, a l no le

    corresponde contestarla, porque nunca fue sealado como

    responsable en la denuncia de hechos. Por lo que resulta

    incomprensible, entre otras tantas frases que expresa, la

    siguiente: Lamentamos que la inexplicable estructura lgica ygramatical del texto haga imposible responder con claridad.

    Quines lamentan, a parte del Dr. Schvelzon, quin o quienesles solicitaron que contestara?

  • 7/30/2019 Respuesta 25 d Abril 2013

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    Un gran misterio queda en ese sealamiento, como en otros

    tantos que lanza a lo largo de la exposicin de su Informe

    Opinin. Por otra parte, resulta sorprendente, para decir lomenos, que el Dr. Schvelzon afirme en las conclusiones de su

    informeopinin que:

    Ninguna de las acusaciones hechas por el Demandantepueden sostenerse ni desde lo legal, ni desde loacadmico, ni del patrimonio, ni de la racionalidad.

    El demandante es un acadmico, de quien se debe esperary exigir una cierta racionalidad en la presentacin de sus

    pensamientos a la vez que mnimos conocimientos deredaccin escrita (sic.), al menos para firmar unaacusacin de esta gravedad.

    Pero, a qu acusaciones se esta refiriendo el Dr. Schvelzon en

    tan docta conclusin, si lo primero que hizo en su Informe

    Opinin fue destacar:

    Que en lugar de acusaciones utiliza ttulos de carcterlegal para enumerar descripciones histricas y geogrficasmezcladas con ampulosas expresiones sobre el

    patrimonio, de carcter valorativo y personal.

    Para, paginas ms adelante y en una oracin intermedia

    introducir las siguientes palabras:

    nuevamente su anlisis nos mueve a entenderlo como

    una enumeracin hecha para llamar la atencin del lector

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    y no como una acusacin seria. Si bien el Demandantetiene derecho a elegir en la Ley lo que considera que hasido infringido, parecera, si no fuese por la seriedad de loscargos, una enumeracin con el slo objeto de incluir

    palabras que de otra manera seran tomadas comoagraviantes.

    Y si lo anterior no fuese suficiente en otra parte exclama:

    Hubiese sido interesante que en lugar de acusar sin

    conocimientos reales

    Dada la poca consistencia conceptual de la Demanda, lafalta de pruebas de cualquier tipo, las confusiones lgicasdel discurso, los graves errores gramaticales, lascontradicciones que llevan a negar lo que se afirma, loconfuso y a la vez abstruso de los prrafos que deberanser acusatorios y slo son enunciativos, es que concluyo:

    Tras la lectura de estas frases y consignas, a muchos

    lectores les podr queda claro que no hay claridad en lo que el

    Dr. Schvelzon afirma y que adems, intent varios trucos

    retricos para buscar, por una parte, minimizar los hechos que se

    denuncian y son exhibidos como violatorios de la leyes lo que

    constituiran la materia de la acusacin y, maximizar lo dicho

    por el demandante, descontextualizando de los hechos, paraintentar ocultarlos o inhibir su clara y manifiesta existencia, hasta

    llegar al galimatas de sealar lo grave de la acusacin y su no

    cabida dentro de los parmetros del derecho, en lo acadmico y

    hasta en lo racional, cuando en realidad, desde su perspectiva

    inicial, tales acusaciones no existen porque lo nico que l hizo,

    fue escribir material enunciativo.

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    El intento lo hizo, mantiene la coherencia de su propuesta

    de relativizar al mximo los hechos de la denuncia para

    consignarlos como verdaderamente anecdticos, lo cual, se

    puede ver en la siguiente escritura que de suyo comienza

    relativizando la destruccin de bienes arqueolgicos con la

    construccin de un museo modernsimo sobre un basamento

    prehispnico al indicar que:

    Se trata de una tautologa lgica, absurda por s misma,que se inicia afirmando La notoria destruccin yalteracin de vestigios, cosa que es lo que deberdemostrar el demandante y por ende no puede partir delhecho asumindolo como demostrado. El uso de juiciosde valor no tiene significacin legal sin una escalavalorativa, y sin pruebas fehacientes (palabras comonotoria, por ejemplo). El texto es una afirmacin endonde no hay intencin de demostrar algo, si no que selo determina como ya probado, que los hechos son

    ciertos a priori.

    Hay que explicarle al Dr. Schvelzon que, las tautologas, o

    son falsas o son verdaderas, por lo cual, de ninguna manera

    pueden ser absurdas; absurdo y hasta falto de tica es, el cortar

    frases para intentar mostrar algo que es contrario a lo que est

    escrito y descrito.

    La denuncia de hechos es clara al presentar la presuncin

    de destruccin y alteracin de vestigios arqueolgicos, as como

    la alteracin de visuales y volumetras, como resultado de la

    construccin del museo que se construy en el lugar

    denominado La Tira, la cual forma parte del rea protegida con

    maya ciclnica por el INAH, en la zona arqueolgica de

    Tzintzuntzan, en razn de que se presume la existencia devestigios arqueolgicos en el subsuelo. Naturalmente, esta

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    apreciacin puede discutirse, pero ms que platicarlo, debe ser

    estudiado arqueolgicamente para explicar si esta estructura

    tiene o no relacin con los monumentos conocidos como

    Ycatas.

    Desde mi punto de vista y de muchos investigadores del

    INAH, es inadecuado y fuera de la ley, plantear un salvamento

    dentro de una zona arqueolgica, pues no hay ni la urgencia, ni

    las posibilidades de destruccin inminente por obras pblicas en

    terrenos no protegidos especficamente por una declaratoria o

    una custodia asegurada por el propio INAH. Por lo tanto, en

    ninguna zona arqueolgica se deben hacer salvamentos, lo que

    en ellas debe prevalecer son los proyectos de investigacin que

    busquen ampliar el conocimiento de las sociedades que

    construyeron aquellos asentamientos.

    Estos argumentos fueron planteados en la denuncia de

    hechos, los cuales intenta combatir el Dr. Schvelzon, a partir

    de relativizar y vulgarizar los hechos, por ello es que escribe:

    [que el Demandante] comete un grave error al considerarque est restringida toda construccin moderna dentrodel polgono, ya que la Ley Federal sobre Monumentos y

    Zonas Arqueolgicas, en su artculo 43 dice: En las zonasde monumentos, los Institutos competentes autorizarn

    previamente la realizacin de obras. mientras que en elartculo anterior indica entre ellas anuncios, avisos,carteles, las cocheras, sitios de vehculos, expendios degasolina o lubricantes, los postes e hilos telegrficos ytelefnicos, transformadores y conductores de energaelctrica, e instalaciones de alumbrados; as como loskioscos, templetes, puestos o cualesquiera otras

    construcciones permanentes o provisionales. Creo que laLey es ms que clara al indicar que el INAH puede

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    autorizar las obras del Museo y Servicios, que de hecho yaexistan.

    Finalmente, aunque dice que es un error, ya entr enmateria, al reconocer que estamos demandando, cuestionando e

    impugnando, la construccin de un museo dentro del rea de

    proteccin de la zona arqueolgica de Tzintzuntzan, en la

    porcin denominada La Tira. Sin embargo, el doctor no comete

    un error de apreciacin en las deducciones que hace de los

    artculos que cita, sino un acto de mala fe, de imprecisin

    sorprendente y de descuido inusitado, ya que omiti la

    trascripcin literal del artculo 43 y con ello, el complemento

    lgico de la parte que refiri y que especifica: aplicando en lo

    conducente las disposiciones del captulo I.

    Adicional a lo anterior y por otra extraa razn, despus de

    dicha omisin menciona que: en el artculo anterior indica entre

    ellas referente a la regulacin de instalaciones dentro y fuera

    de las zonas de Monumentos, donde no existe la mencin de

    museos, infiera de manera misteriosa, que el INAH puede

    construir museos en las zonas arqueolgicas; lo cual es absurdo,

    ya que esa mencin regulatoria es aplicable a terceros.

    A lo largo de su informe, el Dr. Schvelzon se mantiene en

    ese camino de trampas y mentiras, como lo hizo en lo

    concerniente al terreno donde se edific el nuevo museo, al

    escribir:

    el rea en discusin es parte adosada pero no integrantedel basamento prehispnico, lo que se explica por lacronologa probada (ver Anexo II).

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    Tampoco es, de ninguna forma, el lugar en que sedesplantan las Ycatas ni otra construccin prehispnicaalguna, ya que por eso mismo tiene nombre propio por laceptado: La Tira.

    se trata de la definicin de una situacin posible noverificada y menos probada como el que haya sido partecentral de una extensa ciudad. Y aunque s lo hubiesesido, la plataforma de las Ycatas no estaba en el centro,eso no cabe duda alguna ya que la montaa lo haceimposible. Asimismo, si los lmites demarcados por elINAH, en su opinin no se ajustan a la realidad (no citanada para comprobarlo), resulta extrao que no hayasolicitado modificarlo como es su obligacin comomiembro del INAH. Es evidente que desconoce que se esttramitando la ampliacin de la zona.

    afirmacin vaca de sentido de que el Museo es notorioy rompe con la concepcin original del espacio, raya enmi parecer con el delirio.

    sino que el problema del pequeo Museo lo haextrapolado a la escala de todo el sitio, y el paisajeinclusive, gracias al manejo de las palabras.

    No hay dudas que un proceso histricocultural y sucomprensin no se puede alterar por la obra de unaconstruccin de 420.95 metros cuadrados, es decir el 0.4% de la zona ya consolidada, menos cuando las Ycatas alas que ni se les ve, tienen una dimensin promedio de 40a 65 metros por 30 a 40 metros, en una plataforma dems de 420 por 250 metros (105.000 metros cuadrados),

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    sin incluir las terrazas inferiores y la escalinatamonumental.

    Si para un pequeo Museo de Sitio se infringi tamaacantidad de leyes.

    ..se asevera sin demostrar que se ha procedido a destruirmonumentos arqueolgicos. Respondo que no ha habidodestruccin de monumento arqueolgico alguno en laconstruccin del Museo. Para usar los trminos del

    Demandante, el Museo ha sido puesto en La Tira dondejams nadie haba demostrado o supuesto la existencia demonumento prehispnico alguno, y por eso se lo hizosiguiendo las instrucciones del Arqlgo. Oliveros en su planohecho junto con el Lic. Camacho en el Informe de 1998como vimos en el plano correspondiente. Es ms, lostrabajos preventivos realizados por Salvamento

    Arqueolgico han demostrado que se trata de un sitiocolonial temprano, el que fue debidamente estudiado y

    protegido para su exhibicin futura. No hay monumentoprehispnico alguno en el lugar, menos pudo haber sidodestruido. La presencia de dicha Tira fue definida en 1985

    por el arquelogo Rubn Cabrera como una Plataformasin construccin alguna, antes ni siquiera tena nombre.Recordemos que el proyecto original del Arqlgo. Oliveros

    era ampliar el viejo museo con el mismo sistemapreexistente de cimentacin, tal como lo solicita en suInforme.

    Tampoco la plataforma denominada La Tira ha sidoalterada ya que el sistema de cimentacin del Museo,modelo en el pas y en el continente, no tiene cimientos,

    por lo que no perfora el subsuelo. En cambio la propuestade Oliveros, como todo lo hecho con anterioridad, desde el

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    campamento de Romn Pina Chan hasta el rea deServicios preexistente, al igual que la ampliacin

    propuesta por el mismo Oliveros, s eran con cimentaciny por ende destructivas. En aras de la buena voluntadconsidero que el Demandante no entendi el complejosistema de cimientos usado por primera vez en elcontinente y su importancia. De otra forma debe tratarsede ignorancia, mala voluntad o intencionalidad en suinterpretacin.

    Vale la pena tener en mente que en el presente ao y antela posibilidad de construir el Museo le fue solicitada por elConsejo de Arqueologa por documento escrito, lacolaboracin y participacin al Arqlgo. Oliveros, quienhaba tenido la idea quien rechaz la invitacin.(totalmente falso)

    La solucin de enterrar la escalinata antigua, cubrirla conuna nueva removible, y hacer otra para el museo, no sloson idneas si no tambin actos de preservacin. Nadie

    puede confundirlas por su forma y coloracin.

    No hay ms paisaje para los ojos que el que no se quiera

    ver A qu trabajos de Salvamento Arqueolgico se refiere el Dr.

    Schvelzon? Pues no da fechas de temporadas con el nombre del

    o de los responsables; datos necesarios para saber que se trata

    de un trabajo efectuado bajo los lineamientos institucionales y

    los cuales se pueden consultar para verificar la existencia de los

    informes, as como los resultados de las temporadas. Pero, para

    el Dr. Schvelzon, quien se la pasa reclamando formulas

    acadmicas en un texto que no es acadmico, le resulta normal

    obviar lo que con tanto afn reclama para otros, pues l es, el Dr.

    Schvelzon y por lo mismo, no utiliza ni despliega las citas yreferencias que avalen sus palabras.

  • 7/30/2019 Respuesta 25 d Abril 2013

    18/25

    Pero si ello no fuera suficientemente grave en las

    referencias antes transcritas, podemos observar en la primera

    que referimos de esta parte, que el Dr. Schvelzon miente conuna facilidad casi pueril, pues en su anexo II, no est consignada

    ninguna cronologa.

    A la segunda referencia que hicimos habra que recordarle

    al Dr. Schvelzon, que la designacin actual de una porcin de

    tierra no es bice, para que en ella se localicen vestigios

    arqueolgicos y mucho menos, que no pueda ser una plataformaprehispnica.

    A la tercera y cuarta referencia de este apartado, se le

    podra decir que ni Cantinflas hubiese dicho algo semejante,

    porque no slo evade la discusin, sino que se va por las ramas,

    como se dice coloquialmente en Mxico, para despus formular

    elucubraciones que ni vienen al caso y solo le sirven a l paraintentar descalificar al demandante y al documento

    presentado ante la PGR, sin haber entrado en materia, esto es,

    en la aportacin de hechos que desvirten los hechos y dichos

    del demandante.

    A la quinta referencia que estamos comentando, hay que

    reiterarle, que los daos que reclamamos son producto de unsalvamento inadecuado y de un proyecto constructivo

    innecesario; intil para la arqueologa e historia del pueblo

    purpecha, aunque si muy indispensables para quienes se

    embolsaron los 17 millones de pesos que cost el pequeo pero

    muy caro museo Qu hay debajo de l? Podemos confiarnos

    en un informe para justificar su construccin ya que no podr

    explorarse lo que qued debajo del mismo? Sera bueno saber

    cuntos de esos millones llegaron a los hogares de los

  • 7/30/2019 Respuesta 25 d Abril 2013

    19/25

    trabajadores que construyeron el museo. Lucrar con las

    necesidades de empleo de un pueblo donde no lo hay, por falta

    de polticas pblicas, no slo es mezquino sino muy poco tico

    para quien se dice practicante de las ciencias sociales.

    En fin, las siguientes citas y frases del Dr. Schvelzon,

    muestran que su lgica es sumamente especial, pues para l,

    las leyes que pudieron haberse infringido son pocas o

    inexistentes, segn el tamao de la obra, pues para el Dr.

    Schvelzon, las dimensiones del museo no pueden daar en nada

    el espacio y construcciones prehispnicas. A este respecto hay

    que decir, que por extrao que parezca, a los acadmicos del

    INAH no se nos dio la oportunidad de estudiar los informes del

    salvamento que se efectu para construir el museo, ya que los

    funcionarios del INAH, han alegado la reserva del mismo por dos

    aos, segn dicen, porque as lo marca la normatividad vigente.

    Por supuesto, al Dr. Schvelzon si se los proporcionaron, habra

    que ver en calidad de qu y porqu, es decir, de qu privilegios

    goza y que lo hace diferentes a los profesores investigadores delpropio INAH.

    La informacin que nosotros tuvimos sobre dicho

    salvamento fueron fotografas que nos promocionaron los

    trabajadores. De ellas sacamos nuestras conclusiones, las cuales

    estn exhibidas en la denuncia de hechos y donde adems, se

    aprecian los yerros cometidos por personal no calificado pararealizar investigacin arqueolgica. Esta es la materia que tendr

    que dilucidar la PGR segn los distintos dictmenes acadmicos y

    jurdicos que se presenten, as como la inspeccin ocular y

    valoraciones correspondientes. Pero las fotografas exhibidas

    dan clara cuenta de nuestro dicho.

    Y son precisamente nuestros argumentos los que se venreforzados por las acciones que el mismo Dr. Schvelzon destaca

  • 7/30/2019 Respuesta 25 d Abril 2013

    20/25

    como portentosas; una construccin sin cimientos, para no

    excavar y proteger lo que hay debajo del subsuelo; una

    escalinata que se tap y otra que se dej exhibida De qu

    tiempo eran estas escalinatas, prehispnicas o coloniales? El Dr.

    Schvelzon se cuida de no datarlas, como seguramente no lo

    hicieron los que dicen que efectuaron el salvamento, omite esa

    indispensable mencin.

    Esa extraa omisin contrasta con la sobreproteccin de un

    rea en la que, a decir del Dr. Schvelzon, no haba ningn tipo

    de vestigios prehispnicos, lo cual es de suyo inexplicable, ya que

    a menos de 200 metros de las Ycatas se encuentra un espacio

    arquitectnico que posiblemente tuvo alguna funcin social en

    de la arquitectura prehispnica y que corresponde al rea que

    reclamamos que qued alterada visual y volumtricamente con

    la construccin del museo.

    Intentar relativizar las dimensiones del museo es un ardid,

    tal y cual lo es el hecho de haberlo construido sin cimientos, pues

    qu es lo que se protegi si no haba nada y la escalinata, a qu

    poca pertenece? Qu otros estudios se realizaron en La Tira

    para aseverar que no hay presencia de vestigios prehispnicos, si

    slo se trabajo el rea de la planta de lo que sera el museo?

    Pero el Dr. Schvelzon no slo intent ardides, sino que

    tambin minti con una facilidad pasmosa al sealar como el

    responsable de que se plantara el museo de marras, al Dr. Arturo

    Oliveros. Una cosa es proponer una ampliacin del museo ya

    existente y otra muy distinta, es hacer un nuevo museo en un

    lugar distinto a donde se localizara la ampliacin. Tratar de

    hacer responsable al Dr. Oliveros no solamente es una gran

    falacia, sino una falta de tica verdaderamente alarmante.

    Veamos como lo plantea el Dr. Schvelzon:

  • 7/30/2019 Respuesta 25 d Abril 2013

    21/25

    y que la ubicacin del nuevo museo fue propuesta por elArquelogo Arturo Oliveros en el ao 2008 [a pie de

    pgina seala: Autorizacin al Dr. Oliveros por el Consejode Arqueologa para las temporadas 2008 para realizar la

    ampliacin del museo, rehabilitacin del campamento,

    sanitarios e iluminacin. En 2009 se le volvi a autorizar

    la ampliacin del museo].

    Como lo acabamos de sealar, la ampliacin de un museo

    ya existente es una cosa y otra muy distinta es hacer otro en unrea diferente al lugar donde se localiza el actual, pero el Dr.

    Schvelzon no entendi esta simple lgica o la dedujo a su

    conveniencia, ms bien, parece provenir de alguien que no

    conoce la zona arqueolgica y ni siquiera molest en visitarla

    para corroborar sus deducciones. Cualquiera sea el caso, el Dr.

    Schvelzon mantuvo este absurdo en otros tanto pasajes de su

    InformeOpinin.

    se lo hizo siguiendo las instrucciones del Arqlgo. Oliverosen su plano hecho junto con el Lic. Camacho en elInforme de 1998 como vimos en el planocorrespondiente.

    el Arqlgo. Oliveros, promotor de las obras del Museo enel sitio indicado.

    No existe ni siquiera correspondencia con la

    documentacin que refiere y tampoco consistencia en su

    supuesta propuesta de que hubiese un nuevo museo, menos aun

    que se localizara en el rea de La Tira.

  • 7/30/2019 Respuesta 25 d Abril 2013

    22/25

    Todas esas palabras usadas con maa para intentar desviar

    la atencin de los verdaderos responsables de ubicar el museo

    en el rea conocida como La Tira, slo revelan que el Dr.

    Schvelzon entendi a la perfeccin el carcter y sentido de la

    denuncia de hechos y ante la imposibilidad de demostrar por la

    va de los hechos, atenuantes o realidades distintas, ensay con

    muy poco tino y menor xito, desmentir el documento que

    impugna.

    Muy probablemente de esta circunstancia deriv su clera,

    su ira y su desenfreno, que coagulan en toda su dimensin en

    una presentacin inconexa, incompleta y tramposa de los

    trabajos del Dr. Oliveros en la zona arqueolgica de Tzintzuntzan

    en las temporadas 2008 y 2009; totalmente alejados del caso

    que debera ocuparlo, pero vinculados por l, maosamente,

    para inculpar al Dr. Oliveros, primero de ser el que propuso la

    localizacin del nuevo museo y luego, de los trabajos

    arqueolgicos que realiz en las temporadas antes referidas y as

    llegar a una recomendacin extraa a los hechos denunciados:

    que se haga una investigacin de los hechos, que setomen las determinaciones penales que correspondan

    por Destruccin del Patrimonio Arqueolgico eincumplimiento del deber pblico, que se tomen lasmedidas adecuadas por el no cumplimiento del

    Reglamento al no entregar el Informe correspondiente yque se estudie si existen los informes del ejercicio deldinero entregado para las temporadas 2008 y 2009, quese acercan a los $ 2 millones, dinero del pueblo deMxico usado a mi entender de manera equvoca.

    Aqu el Dr. Schvelzon dej de ser un dictaminador para

    convertirse en atacante de uno de los arquelogos que abierta ypblicamente se opuso a las obras constructivas del nuevo

  • 7/30/2019 Respuesta 25 d Abril 2013

    23/25

    museo en la La Tira, extendiendo sus acusaciones hacia los

    profesores emritos del INAH, quienes dirigieron una carta al

    Presidente de la Repblica para solicitar la cancelacin de la

    construccin del museo y en su caso su reubicacin fuera del

    rea protegida por el INAH:

    aseveraciones tan absurdas como la carta dirigida al C.Presidente del 6 de agosto, en que se indica que seagrede los monumentos arqueolgicos al construirse

    por capricho un museo en la misma plataforma quesoporta las ycatas, cuando toda la presentacin hechase basa en que NO fue hecha en dicha plataforma, si noen La Tira, da una imagen de pena y vergenza por los

    firmantes. Nuevamente pongo en duda el estadopsicolgico de quien o quienes hicieron estos escritos.

    El Dr. Schvelzon, vuelve a mentir al poner en la mesa hechos

    que nunca fueron consignados por los profesores emritos; su

    entrecomillado es falso, pues lo que indicaron los emritos fue

    construir un museo justo sobre una de las plataformas

    prehispnicas que soportan al sitio arqueolgico de Tzintzuntzan,

    Michoacn.

    Qu calidad acadmica, tica y moral puede tener un

    sujeto que desvirta, miente, falsea, tergiversa los dichos y

    hechos planteados por otros para slo intentar beneficiar a sus

    amigos?

    Las denuncias y apreciaciones sobre los hechos

    cuestionados deben ser rebatidas por los hechos, ms que por el

    supuesto estado psicolgico dudosos de los denunciantes o

    peticionarios. Esa permanente actitud del Dr. Schvelzon de

    descalificacin del denunciante, del Dr. Oliveros y de los

  • 7/30/2019 Respuesta 25 d Abril 2013

    24/25

    Profesores Emritos del INAH a lo largo de su escrito, al que se le

    agrega el tono intolerante, autoritario y prepotente hace

    recordar las lecturas ms crudas sobre el actuar de la Tripe A en

    Argentina (Alianza, Anticomunista, Argentina), pues al no poder

    desvirtuar los anlisis y posiciones que combate, intenta su

    descalificacin permanente hasta llegar a lo que l supone, su

    aniquilamiento.

    El lenguaje del Dr. Schvelzon es temerario, provocador y

    autoritario, lleno de dislates, diatribas y una buena dosis de

    insultos que, por la manera en que son expuestos, rebasan por

    mucho el estilo censor llevado a cabo en un juicio inquisitorial,

    ms bien, parecieran la actitud psicoptica de un personaje

    intolrate y autoritario.

    Lamento sealar, por ltimo, que el Dr. Schvelzon

    comience su InformeOpinin con un locucin preposicional

    incorrecta Fundu BBVA en pgina en Internet seala: Las

    academias censuran la expresin en base a, en la que las

    preposiciones estn mal utilizadas, y admiten, en cambio, con

    base en, aunque consideran ms propias del uso culto otras

    locuciones de sentido similar, como sobre la base de, en

    funcin de, basndose en, a partir de, de acuerdo con,

    segn...

    Sr. Gustavo Araoz, de nueva cuenta, a nombre propio y de

    mis representados, los profesores investigadores del INAH, le

    solicito nos de a conocer la postura del organismo que usted

    preside con respecto al InformeOpinin realizado en la zona

    arqueolgica de Tzintzuntzan, en el estado de Michoacn,

    fechado el 7 de octubre de 2012, firmado a nombre del ICOMOS

    por el Dr. Daniel Schvelzon.

  • 7/30/2019 Respuesta 25 d Abril 2013

    25/25

    Le agradezco mucho su atencin, sin otro particular.

    Atentamente,

    Hist. Felipe I. Echenique March

    Secretario General del Sindicato de Acadmicos del INAH

    Mxico D. F., a 25 de abril de 2013