Retiro Puami 2015

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RENOVACIÓN Y VIDA RETIRO PUAMI 2015 1

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RENOVACIN Y VIDA

RETIRO PUAMI 2015

26 AL 30 DE ENERO 2015

CASA DE RETIRO DEL HUERTO YALA

PROGRAMA

RENOVACIN Y VIDA

LUNES 26 :

MIRAR AL PASADO CON GRATITUD

LA NECESARIA CONVERSIN

MARTES 27:

MIRAR EL PRESENTE CON PASIN

LA NECESARIA COMUNIN

MIRCOLES 28:

MIRAR EL FUTURO CON ESPERANZA

PISTAS PARA NUEVAS INICIATIVAS

JUEVES 29:

ALEGRA PROFECA - CREATIVIDAD

UN INSTITUTO EN SALIDA : PERIFERIAS - LAICOS

VIERNES 30:

MARA : LA SORPRENDIDA POR EL ESPRITU

LUNES 26

MIRAR AL PASADO CON GRATITUD

LECTIO : Lc 1,46ss

QU DICE :Proclamar la grandezaAlegra en el SeorEl Seor MIR la humildadHa hecho obras grandesActu su misericordiaEnaltece a los humildesEs fiel a sus promesas

QU ME DICE

( De la Carta del Papa Francisco) Es oportuno que cada familia carismtica recuerde este Ao sus inicios y su desarrollo histrico, para dar gracias a Dios, que ha dado a la Iglesia tantos dones, que la embellecen y la preparan para toda obra buena

Poner atencin en la propia historia es indispensable para mantener viva la identidad y fortalecer la unidad de la familia y el sentido de pertenencia de sus miembros.

redescubrir en l la chispa inspiradora, los ideales, los proyectos, los valores que las han impulsado

PAPA FRANCISCO A INSTITUTOS SECULARES:Desde el momento en que Po XII pens esto, y luego la Provida Mater Ecclesia, fue un gesto revolucionario en la Iglesia. Los institutos seculares son precisamente un gesto de valenta que realiz la Iglesia en ese momento; dar estructura, dar institucionalidad a los institutos seculares. Y desde ese momento hasta ahora es tan grande el bien que vosotros realizis en la Iglesia, con valor porque hay necesidad de valenta para vivir en el mundo. Muchos de vosotros, solos, en vuestro apartamento van, vienen; algunos en pequeas comunidades. Todos los das, hacer la vida de una persona que vive en el mundo, y, al mismo tiempo, custodiar la contemplacin, esta dimensin contemplativa hacia el Seor y tambin en relacin con el mundo; contemplar la realidad, como contemplar las bellezas del mundo, y tambin los pecados graves de la sociedad, las desviaciones, todas estas cosas, y siempre en tensin espiritual Por eso vuestra vocacin es fascinante, porque es una vocacin que est justo ah, donde se juega la salvacin no slo de las personas, sino tambin de las instituciones. Y de muchas instituciones laicas necesarias en el mundo. Por eso pienso as, que con la Provida Mater Ecclesia, la Iglesia ha realizado un gesto verdaderamente revolucionario.Deseo que conservis siempre esta actitud de ir ms all, no slo ms all, sino ms all y en medio, all donde se juega todo: la poltica, la economa, la educacin, la familia all. Es posible quizs que tengis la tentacin de pensar: Pero yo qu puedo hacer?. Cuando viene esta tentacin recordad que el Seor nos ha hablado de la semilla de trigo. Y vuestra vida es como la semilla de trigo all, es como levadura all. Es hacer todo lo posible para que el Reino llegue, crezca y sea grande; y custodie tambin a mucha gente, como el rbol de mostaza. Pensad en esto. Pequea vida, pequeo gesto; vida normal, pero fermento, semilla, que hace crecer. Y esto os da la consolacin. Los resultados de este balance sobre el Reino de Dios no se ven. Solamente el Seor nos hace percibir algo Veremos los resultados all arriba.Os acogo con ocasin de vuestra Asamblea y os saludo dicindoos: conozco y aprecio vuestra vocacin. Ella es una de las formas ms recientes de vida consagrada reconocidas y aprobadas por la Iglesia, y tal vez por eso no es todava comprendida plenamente. No os desalentis: vosotros formis parte de esa Iglesia pobre y en salida que yo sueo.Por vocacin sois laicos y sacerdotes como los dems y en medio de los dems, llevis una vida ordinaria, sin signos exteriores, sin el apoyo de una vida comunitaria, sin la visibilidad de un apostolado organizado o de obras especficas. Sois ricos slo de la experiencia totalizadora del amor de Dios y por eso sois capaces de conocer y compartir la fatiga de la vida en sus mltiples expresiones, fermentndolas con la luz y la fuerza del Evangelio.Sois signo de esa Iglesia dialogante de la que habla Pablo VI en la encclica Ecclesiam suam: Desde fuera no se salva al mundo. Como el Verbo de Dios que se ha hecho hombre, hace falta hasta cierto punto hacerse una misma cosa con las formas de vida de aquellos a quienes se quiere llevar el mensaje de Cristo; hace falta compartir sin que medie distancia de privilegios o diafragma de lenguaje incomprensible las costumbres comunes, con tal que sean humanas y honestas, sobre todo las de los ms pequeos, si queremos ser escuchados y comprendidos. Hace falta, aun antes de hablar, escuchar la voz, ms an, el corazn del hombre, comprenderlo y respetarlo en la medida de lo posible y, donde lo merezca, secundarlo. Hace falta hacerse hermanos de los hombres en el mismo hecho con el que queremos ser sus pastores, padres y maestros. El clima del dilogo es la amistad. Ms todava, el servicio.PAPA BENEDICTO A INST. SEC.: (2/2007)

En efecto, lo que hace que vuestra insercin en las vicisitudes humanas constituya un lugar teolgico es el misterio de la Encarnacin: "Tanto am Dios al mundo que le dio a su Hijo nico" (Jn 3, 16). La obra de la salvacin no se llev a cabo en contraposicin con la historia de los hombres, sino dentro y a travs de ella. Al respecto dice la carta a los Hebreos: "Muchas veces y de muchos modos habl Dios en el pasado a nuestros padres por medio de los profetas; en estos ltimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo" (Hb 1, 1-2). El mismo acto redentor se realiz en el contexto del tiempo y de la historia, y se caracteriz como obediencia al plan de Dios inscrito en la obra salida de sus manos.

"He aqu que vengo, con el Seor, con el Hijo, a hacer tu voluntad". De este modo se delinea con claridad el camino de vuestra santificacin: la adhesin oblativa al plan salvfico manifestado en la Palabra revelada, la solidaridad con la historia, la bsqueda de la voluntad del Seor inscrita en las vicisitudes humanas gobernadas por su providencia. Y, al mismo tiempo, se descubren los caracteres de la misin secular: el testimonio de las virtudes humanas, como "la justicia, la paz y el gozo" (Rm14, 17), la "conducta ejemplar" de la que habla san Pedro en su primera carta (cf. 1 P 2, 12), hacindose eco de las palabras del Maestro: "Brille as vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que est en los cielos" (Mt 5, 16). Adems, forma parte de la misin secular el esfuerzo por construir una sociedad que reconozca en los diversos mbitos la dignidad de la persona y los valores irrenunciables para su plena realizacin: la poltica, la economa, la educacin, el compromiso por la salud pblica, la gestin de los servicios, la investigacin cientfica, etc. Toda realidad propia y especfica que vive el cristiano, su trabajo y sus intereses concretos, aun conservando su consistencia relativa, tienen como fin ltimo ser abrazados por la misma finalidad por la cual el Hijo de Dios entr en el mundo. Por consiguiente, sentos implicados en todo dolor, en toda injusticia, as como en toda bsqueda de la verdad, de la belleza y de la bondad, no porque tengis la solucin de todos los problemas, sino porque toda circunstancia en la que el hombre vive y muere constituye para vosotros una ocasin de testimoniar la obra salvfica de Dios. Esta es vuestra misin. Vuestra consagracin pone de manifiesto, por un lado, la gracia particular que os viene del Espritu para la realizacin de la vocacin; y, por otro, os compromete a una docilidad total de mente, de corazn y de voluntad, al proyecto de Dios Padre revelado en Cristo Jess, a cuyo seguimiento radical estis llamados. A vosotros no se os pide instituir formas particulares de vida, de compromiso apostlico, de intervenciones sociales, salvo las que pueden surgir en las relaciones personales, fuentes de riqueza proftica. Ojal que, como la levadura que hace fermentar toda la harina (cf.Mt 13, 33), as sea vuestra vida, a veces silenciosa y oculta, pero siempre positiva y estimulante, capaz de generar esperanza. Por tanto, el lugar de vuestro apostolado es todo lo humano, no slo dentro de la comunidad cristiana donde la relacin se entabla con la escucha de la Palabra y con la vida sacramental, de las que os alimentis para sostener la identidad bautismal, sino tambin dentro de la comunidad civil, donde la relacin se realiza en la bsqueda del bien comn, en dilogo con todos, llamados a testimoniar la antropologa cristiana que constituye una propuesta de sentido en una sociedad desorientada y confundida por el clima multicultural y multirreligioso que la caracteriza.

CARTA ALEGRAOS:El Papa nos pide releer nuestra historia personal y verificarla a la luz de la mirada de amor de Dios, porque si la vocacin es siempre iniciativa suya, a nosotros nos corresponde la adhesin libre a la economa divino-humana, como relacin de vida en el gape, camino de discipulado, luz en el camino de la Iglesia.[21] La vida en el Espritu no tiene tiempos establecidos, sino que se abre constantemente al misterio mientras discierne para conocer al Seor y percibir la realidad a partir de l. Al llamarnos, Dios nos hace entrar en su descanso y nos pide descansar en l, como proceso continuo de conocimiento de amor; resuena para nosotros la Palabra t te afanas y preocupas por muchas cosas (Lc 10,41). En la via amoris caminamos en una nueva vida: la vieja criatura renace a vida nueva. El que est en Cristo, es una nueva creacin (2 Co 5,17).

PREGUNTAS Soy consciente de la eleccin que el Seor hizo de mi persona?Cmo vivo la identidad de mi carisma?Soy constructora de la unidad?Cmo vivo el sentido de pertenencia?Comparto la chispa inicial o la he dejado apagar?Qu valores fundacionales y carismticos vivo con mayor intensidad?

ORACIN

CONTEMPLACIN

PROPSITO

LA NECESARIA CONVERSIN

LECTIO : Mc 1,14-15

QU DICE :

El contexto de la muerte del BautistaDespus de las tentaciones en el desiertoComienza a proclamar el Evangelio de DiosSe ha cumplido el tiempo : es el ahora, el kairs de Dios.El Reino ( amor, gracia, presencia ) est cerca ( en otro lugar dir est dentro Lc 17,21)Convertos : metanoeite .Creed: dar crdito , confiar.

QU ME DICETambin es una manera de tomar conciencia de cmo se ha vivido el carisma a travs de los tiempos, la creatividad que ha desplegado, las dificultades que ha debido afrontar y cmo fueron superadas. Se podrn descubrir incoherencias, fruto de la debilidad humana, y a veces hasta el olvido de algunos aspectos esenciales del carisma. Todo es instructivo y se convierte a la vez en una llamada a la conversin. Recorrer la propia historia es alabar a Dios y darle gracias por todos sus dones.Que este Ao de la Vida Consagrada sea tambin una ocasin para confesar con humildad, y a la vez con gran confianza en el Dios amor (cf. 1 Jn 4,8), la propia fragilidad, y para vivirlo como una experiencia del amor misericordioso del Seor; una ocasin para proclamar al mundo con entusiasmo y dar testimonio con gozo de la santidad y vitalidad que hay en la mayor parte de los que han sido llamados a seguir a Cristo en la vida consagrada.Conversin santidad vitalidad

CARTA ALEGRAOS: El Papa Francisco indica el nombre de este renacer: esta senda tiene un nombre, un rostro: el rostro de Jesucristo. l nos ensea a ser santos. En el Evangelio nos muestra el camino: el camino de las Bienaventuranzas (cf. Mt 5, 1-12). Esta es la vida de los santos: personas que por amor a Dios no le pusieron condiciones a l en su vida.[22]

La vida consagrada est llamada a encarnar la Buena Noticia, en el seguimiento de Cristo, muerto y resucitado, a hacer propio el modo de existir y de actuar de Jess como Verbo encarnado ante el Padre y ante los hermanos.[23] Asumir en concreto su estilo de vida, adoptar sus actitudes interiores, dejarse inundar por su espritu, asimilar su sorprendente lgica y su escala de valores, compartir sus riesgos y sus esperanzas: guiados por la certeza humilde y feliz de quien ha sido encontrado, alcanzado y transformado por la Verdad que es Cristo, y no puede dejar de proclamarla.[24]

CARTA ALEGRAOS:La persona llamada es convocada a ser ella misma, es decir a ser lo que puede ser. Podemos decir que la crisis de la vida consagrada depende tambin de la incapacidad de reconocer esta llamada profunda, incluso en los que viven ya tal vocacin.

Vivimos una crisis de fidelidad, entendida como adhesin consciente a una llamada que es un recorrido, un camino desde su misterioso inicio a su misterioso final.

Quizs nos encontramos tambin en una crisis de humanizacin. No siempre vivimos una verdadera coherencia, heridos por la incapacidad de realizar en el tiempo nuestra vida como vocacin nica y camino fiel.

Un camino cotidiano, personal y fraterno, marcado por el descontento, por la amargura que nos cierra en la lamentacin, en una permanente nostalgia por caminos inexplorados y por sueos no realizados, se convierte en un camino solitario. Nuestra vida, llamada a la relacin en el cumplimiento del amor puede transformarse en tierra desierta. Estamos invitados en cada edad a volver al centro profundo de la vida personal, all donde encuentran sentido y verdad las motivaciones de nuestro vivir con el Maestro, discpulos y discpulas del Maestro.

La fidelidad es conciencia del amor que nos orienta hacia el T de Dios y hacia cada persona, de modo constante y dinmico, mientras experimentamos en nosotros la vida del Resucitado: Quienes se dejan salvar por l son liberados del pecado, de la tristeza, del vaco interior, del aislamiento.[34]

El discipulado fiel es gracia y ejercicio de amor, ejercicio de caridad oblativa: Cuando caminamos sin la cruz, cuando edificamos sin la cruz y cuando confesamos un Cristo sin cruz, no somos discpulos del Seor: somos mundanos, somos obispos, sacerdotes, cardenales, papas, pero no discpulos del Seor.[35]

Perseverar hasta el Glgota, experimentar la laceracin de la duda y de la negacin, gozar en la maravilla y en el estupor de la Pascua hasta la manifestacin de Pentecosts y la evangelizacin de las gentes, son etapas de una fidelidad gozosa en la lgica de la kenosis, experimentada durante toda la vida con el signo incluso del martirio, y del mismo modo partcipe de la vida de Cristo resucitado: Y desde la Cruz, acto supremo de misericordia y de amor, renacemos como criatura nueva (Ga 6,15).[36]

En el lugar teologal, donde Dios revelndose nos revela a nosotros mismos, el Seor nos pide, pues, volver a buscar, fides quaerens: Busca la justicia, la fe, la caridad, la paz en unin de los que invocan al Seor con corazn puro (2 Tm 2, 22).

La peregrinacin interior se inicia en la plegaria: Para un discpulo, lo primero es estar con el Maestro, escucharle, aprender de l. Y esto vale siempre, es un camino que dura toda la vida[] Si en nuestros corazones no est el calor de Dios, de su amor, de su ternura, cmo podemos nosotros, pobres pecadores, inflamar el corazn de los dems?.[37] Este itinerario dura toda la vida y el Espritu Santo, en la humildad de la oracin, nos hace entender la Seora de Cristo en nosotros: El Seor nos llama cada da a seguirlo con valenta y fidelidad; nos ha concedido el gran don de elegirnos como discpulos suyos; nos invita a proclamarlo con gozo como el Resucitado, pero nos pide que lo hagamos con la palabra y el testimonio de nuestra vida en lo cotidiano. El Seor es el nico, el nico Dios de nuestra vida, y nos invita a despojarnos de tantos dolos y a adorarle slo a l.[38]

El Papa indica la oracin como el manantial de fecundidad de la misin: Cultivemos la dimensin contemplativa, incluso en la vorgine de los compromisos ms urgentes y duros. Cuanto ms les llame la misin a ir a las periferias existenciales, ms unido ha de estar su corazn a Cristo, lleno de misericordia y de amor.[39]

El estar con Jess nos forma a una mirada contemplativa de la historia, que sabe ver y escuchar en todo la presencia del Espritu y, de modo privilegiado, discernir su presencia para vivir el tiempo como tiempo de Dios. Cuando falta la mirada de fe la propia vida pierde gradualmente el sentido, el rostro de los hermanos se hace opaco y es imposible descubrir en ellos el rostro de Cristo, los acontecimientos de la historia quedan ambiguos cuando no privados de esperanza.[40]

La contemplacin abre a la aptitud proftica. El profeta es un hombre que tiene los ojos penetrantes y que escucha y dice las palabras de Dios, [...] un hombre de tres tiempos: promesa del pasado, contemplacin del presente, nimo para indicar el camino hacia el futuro.[41]

Por ltimo, la fidelidad en el discipulado pasa y es probada por la experiencia de la fraternidad, lugar teolgico, en el que estamos llamados a sostenernos en el s gozoso al Evangelio: Es la Palabra de Dios la que suscita la fe, la nutre, la regenera. Es la Palabra de Dios la que toca los corazones, los convierte a Dios y a su lgica, que es muy distinta a la nuestra; es la Palabra de Dios la que renueva continuamente nuestras comunidades.[42]

El Papa nos invita pues a renovar y a cualificar nuestra vocacin con alegra y pasin porque el acto totalizante del amor es un camino continuo, que madura, madura, madura,[43] en desarrollo permanente en el que el s de nuestra voluntad a la suya une voluntad, intelecto y sentimiento el amor nunca se da por concluido y completado; se transforma en el curso de la vida, madura y, precisamente por ello, permanece fiel a s mismo.[44]

PAPA BENEDICTO XVI A LOS II. SS. (2/2007)Todo encuentro con Cristo exige un profundo cambio de mentalidad, pero para algunos, como es vuestro caso, la peticin del Seor es particularmente exigente: dejarlo todo, porque Dios es todo y ser todo en vuestra vida. No se trata simplemente de un modo diverso de relacionaros con Cristo y de expresar vuestra adhesin a l, sino de una eleccin de Dios que, de modo estable, exige de vosotros una confianza absolutamente total en l. Configurar la propia vida a la de Cristo de acuerdo con estas palabras, configurar la propia vida a la de Cristo a travs de la prctica de los consejos evanglicos, es una nota fundamental y vinculante que, en su especificidad, exige compromisos y gestos concretos, propios de "alpinistas del espritu", como os llam el venerado Papa Pablo VI (Discurso a los participantes en el I Congreso internacional de Institutos seculares, 26 de septiembre de 1970: L'Osservatore Romano, edicin en lengua espaola, 18 de octubre de 1970, p. 11). El carcter secular de vuestra consagracin, por un lado, pone de relieve los medios con los que os esforzis por realizarla, es decir, los medios propios de todo hombre y mujer que viven en condiciones ordinarias en el mundo; y, por otro, la forma de su desarrollo, es decir, la de una relacin profunda con los signos de los tiempos que estis llamados a discernir, personal y comunitariamente, a la luz del Evangelio. Personas autorizadas han considerado muchas veces que precisamente este discernimiento es vuestro carisma, para que podis ser laboratorio de dilogo con el mundo, "el "laboratorio experimental" en el que la Iglesia verifique las modalidades concretas de sus relaciones con el mundo" (Pablo VI, Discurso a los responsables generales de los institutos seculares, 25 de agosto de 1976: L'Osservatore Romano, edicin en lengua espaola, 5 de septiembre de 1976, p. 1)

PREGUNTAS

De qu tenemos que pedir perdn?Cules fueron nuestras dificultades?En qu hemos sido incoherentes?Qu aspectos del carisma hemos descuidado?Qu mentalidad nos ha ganado?

ORACIN

CONTEMPLACIN

PROPSITO

MARTES 27:

MIRAR EL PRESENTE CON PASIN

LECTIO : Ap 2,1-7

QU DICE :

El contexto: Los mensajes del Espritu a las iglesias.El que tenga odos: hay que tener odos para escuchar al Espritu.El Espritu Santo algo nos quiere decir, indicar, mostrar. Nos lo dice a nosotros como iglesia, es decir, como comunidad en el cuerpo de Cristo.Reconoce los esfuerzos , las fatigas, los problemas superados.Reclama que hemos cado desde una gran altura.Lo que reclama es haber perdido el amor del principio.Debemos volver a apasionarnos.

QU ME DICEPara los fundadores y fundadoras, la regla en absoluto ha sido el Evangelio, cualquier otra norma quera ser nicamente una expresin del Evangelio y un instrumento para vivirlo en plenitud. Su ideal era Cristo, unirse a l totalmente, hasta poder decir con Pablo: Para m la vida es Cristo (Flp 1,21); los votos tenan sentido slo para realizar este amor apasionado.La pregunta que hemos de plantearnos en este Ao es si, y cmo, nos dejamos interpelar por el Evangelio; si este es realmente el vademecum para la vida cotidiana y para las opciones que estamos llamados a tomar. El Evangelio es exigente y requiere ser vivido con radicalidad y sinceridad. No basta leerlo (aunque la lectura y el estudio siguen siendo de extrema importancia), no es suficiente meditarlo (y lo hacemos con alegra todos los das). Jess nos pide ponerlo en prctica, vivir sus palabras.Jess, hemos de preguntarnos an, es realmente el primero y nico amor, como nos hemos propuesto cuando profesamos nuestros votos? Slo si es as, podemos y debemos amar en la verdad y la misericordia a toda persona que encontramos en nuestro camino, porque habremos aprendido de l lo que es el amor y cmo amar: sabremos amar porque tendremos su mismo corazn.Nuestros fundadores y fundadoras han sentido en s la compasin que embargaba a Jess al ver a la multitud como ovejas extraviadas, sin pastor. As como Jess, movido por esta compasin, ofreci su palabra, cur a los enfermos, dio pan para comer, entreg su propia vida, as tambin los fundadores se han puesto al servicio de la humanidad all donde el Espritu les enviaba, y de las ms diversas maneras: la intercesin, la predicacin del Evangelio, la catequesis, la educacin, el servicio a los pobres, a los enfermos... La fantasa de la caridad no ha conocido lmites y ha sido capaz de abrir innumerables sendas para llevar el aliento del Evangelio a las culturas y a los ms diversos mbitos de la sociedad.El Ao de la Vida Consagrada nos interpela sobre la fidelidad a la misin que se nos ha confiado. Nuestros ministerios, nuestras obras, nuestras presencias, responden a lo que el Espritu ha pedido a nuestros fundadores, son adecuados para abordar su finalidad en la sociedad y en la Iglesia de hoy? Hay algo que hemos de cambiar? Tenemos la misma pasin por nuestro pueblo, somos cercanos a l hasta compartir sus penas y alegras, as como para comprender verdaderamente sus necesidades y poder ofrecer nuestra contribucin para responder a ellas? La misma generosidad y abnegacin que impulsaron a los fundadores deca san Juan Pablo II deben moveros a vosotros, sus hijos espirituales, a mantener vivos sus carismas que, con la misma fuerza del Espritu que los ha suscitado, siguen enriquecindose y adaptndose, sin perder su carcter genuino, para ponerse al servicio de la Iglesia y llevar a plenitud la implantacin de su Reino.[1]CARTA ALEGRAOS :Las palabras de Isaas: Consolad... hablad al corazn, se encuentran con una cierta frecuencia en el Antiguo Testamento y tienen particular valor los trminos que se repiten en los dilogos de ternura y de afecto. Como cuando Rut reconoce que Booz la ha consolado y ha hablado a su corazn (cf. Rt 2,12) o bien en la famosa pgina de Oseas que anuncia a su mujer (Gomer) que la llevar al desierto y hablar a su corazn (cf. Os 2,16-17) para un tiempo de fidelidad. Encontramos paralelos similares en el dilogo de Siquem, hijo de Jamor, enamorado de Dina (cf. Gn 34,1-5) o en el del levita de Efraim que habla a la concubina que lo ha abandonado (cf. Jc 19,3).

Se trata pues de un lenguaje que se explica en el horizonte del amor, no slo de una palabra de aliento: accin y palabra juntas, delicadas y alentadoras, que evocan los profundos lazos afectivos de Dios esposo de Israel. Y la consolacin debe ser epifana de una pertenencia recproca, juego de empata intensa, de conmocin y unin vital. No se trata pues de palabras superficiales y dulzonas sino de entraas de misericordia, abrazo que da fuerza y es paciente cercana para hallar los caminos de la confianza.

PREGUNTASCmo vivo el recuerdo agradecido de mi vocacin?En qu noto que he perdido el amor del principio?Jess est en el centro?Qu nos pide Dios hoy?Qu es lo que hoy me entusiasma?Cules son hoy las ovejas sin pastor? qu debemos cambiar?

ORACIN

CONTEMPLACIN

PROPSITO

LA NECESARIA COMUNIN

LECTIO : Jn 17,16-23

QU DICE :

Oracin sacerdotal del Seor.Clima de despedidaNo son del mundo : los ha alcanzado la basileia de Dios.Santificados en la Palabra que es verdad.Enviados al mundoSostenidos por la oracin del Seor.Ser uno como la Unidad-Trinidad de Dios.Ser uno para que el mundo creaPara que el mundo conozca que Jess es enviado y que Dios los ha amado.

QU ME DICELos fundadores y fundadoras estaban fascinados por la unidad de los Doce en torno a Jess, de la comunin que caracterizaba a la primera comunidad de Jerusaln. Cuando han dado vida a la propia comunidad, todos ellos han pretendido reproducir aquel modelo evanglico, ser un slo corazn y una sola alma, gozar de la presencia del Seor (cf. Perfectae caritatis, 15).Vivir el presente con pasin es hacerse expertos en comunin, testigos y artfices de aquel proyecto de comunin que constituye la cima de la historia del hombre segn Dios.[2] En una sociedad del enfrentamiento, de difcil convivencia entre las diferentes culturas, de la prepotencia con los ms dbiles, de las desigualdades, estamos llamados a ofrecer un modelo concreto de comunidad que, a travs del reconocimiento de la dignidad de cada persona y del compartir el don que cada uno lleva consigo, permite vivir en relaciones fraternas.Sed, pues, mujeres y hombres de comunin, haceos presentes con decisin all donde hay diferencias y tensiones, y sed un signo creble de la presencia del Espritu, que infunde en los corazones la pasin de que todos sean uno (cf. Jn 17,21). Vivid la mstica del encuentro: la capacidad de escuchar, de escuchar a las dems personas. La capacidad de buscar juntos el camino, el mtodo,[3] dejndoos iluminar por la relacin de amor que recorre las tres Personas Divinas (cf. 1 Jn 4,8) como modelo de toda relacin interpersonal.

CARTA ALEGRAOS:

Como testigos de comunin, no obstante nuestro modo de ver y nuestra limitacin, estamos llamados a llevar la sonrisa de Dios, y la fraternidad es el primer y ms creble evangelio que podemos narrar. Se nos pide humanizar nuestras comunidades: Cuidar la amistad entre vosotras, la vida de familia, el amor entre vosotras. Que el monasterio no sea un Purgatorio, que sea una familia. Los problemas estn, estarn, pero, como se hace en una familia, con amor, buscar la solucin con amor; no destruir esto para resolver aquello; no competir. Cuidar la vida de comunidad, porque cuando la vida de comunidad es as, de familia, es precisamente el Espritu Santo quien est en medio de la comunidad. Estas dos cosas quera deciros: la contemplacin siempre, siempre con Jess Jess, Dios y Hombre; y la vida de comunidad, siempre con un corazn grande. Dejando pasar, no vanagloriarse, soportar todo, sonrer desde del corazn. El signo de ello es la alegra.

La alegra se consolida en la experiencia de fraternidad, como lugar teolgico, donde cada uno es responsable de la fidelidad al Evangelio y del crecimiento de los dems. Cuando una fraternidad se alimenta del mismo Cuerpo y Sangre de Jess y se rene alrededor del Hijo de Dios, para compartir el camino de fe conducido por la Palabra, se hace una cosa sola con l, es una fraternidad en comunin que experimenta el amor gratuito y vive en fiesta, libre, alegre, llena de audacia.

Una fraternidad sin alegra es una fraternidad que se apaga [...] Una fraternidad donde abunda la alegra es un verdadero don de lo Alto a los hermanos que saben pedirlo y que saben aceptarse y se comprometen en la vida fraterna confiando en la accin del Espritu.[49]

En un tiempo en el que la fragmentariedad alimenta un individualismo estril y de masa y la debilidad de las relaciones disgrega y estropea el cuidado de lo humano, se nos invita a humanizar las relaciones de fraternidad para favorecer la comunin de corazn y de alma segn el Evangelio porque existe una comunin de vida entre todos aquellos que pertenecen a Cristo. Una comunin que nace de la fe y que hace a la Iglesia, en su verdad ms profunda, comunin con Dios, familiaridad con Dios, comunin de amor con Cristo y con el Padre en el Espritu Santo, que se prolonga en una comunin fraterna.[50]

Para el Papa Francisco la ternura es signo distintivo de la fraternidad, una ternura eucarstica, porque la ternura nos hace bien. La fraternidad tendr una fuerza de convocacin enorme. [] la hermandad incluso con todas las diferencias posibles, es una experiencia de amor que va ms all de los conflictos.[51]

PREGUNTASCmo construyo la comunidad?Soy consciente de la importancia de mi aporte y de mi presencia?Lo que es comn me interesa y lo apoyo?Cules son las fallas de nuestra vida comunitaria?Cmo podemos dar un paso adelante en nuestra vida de comunin?

ORACIN

CONTEMPLACIN

PROPSITO

MIRCOLES 28:

MIRAR EL FUTURO CON ESPERANZA

LECTIO : Rm 5,1-11

QU DICE :La importancia de la fe por la cual somos justificadosNos gloriamos en la esperanzaGloriaos en las tribulaciones : tribulacin paciencia - virtud probada esperanza que no fallaLa razn es el amor de Dios derramado por el EsprituCristo muri por los impos.Si muri por nosotros siendo pecadores, cunta esperanza!

QU ME DICEConocemos las dificultades que afronta la vida consagrada en sus diversas formas: la disminucin de vocaciones y el envejecimiento, sobre todo en el mundo occidental, los problemas econmicos como consecuencia de la grave crisis financiera mundial, los retos de la internacionalidad y la globalizacin, las insidias del relativismo, la marginacin y la irrelevancia social... Precisamente en estas incertidumbres, que compartimos con muchos de nuestros contemporneos, se levanta nuestra esperanza, fruto de la fe en el Seor de la historia, que sigue repitiendo: No tengas miedo, que yo estoy contigo (Jr 1,8).La esperanza de la que hablamos no se basa en los nmeros o en las obras, sino en aquel en quien hemos puesto nuestra confianza (cf. 2 Tm 1,12) y para quien nada es imposible (Lc 1,37). Esta es la esperanza que no defrauda y que permitir a la vida consagrada seguir escribiendo una gran historia en el futuro, al que debemos seguir mirando, conscientes de que hacia l es donde nos conduce el Espritu Santo para continuar haciendo cosas grandes con nosotros.No hay que ceder a la tentacin de los nmeros y de la eficiencia, y menos an a la de confiar en las propias fuerzas. Examinad los horizontes de la vida y el momento presente en vigilante vela. Con Benedicto XVI, repito: No os unis a los profetas de desventuras que proclaman el final o el sinsentido de la vida consagrada en la Iglesia de nuestros das; ms bien revestos de Jesucristo y portad las armas de la luz como exhorta san Pablo (cf. Rm 13,11-14) , permaneciendo despiertos y vigilantes.[4] Continuemos y reemprendamos siempre nuestro camino con confianza en el Seor.Me dirijo sobre todo a vosotros, jvenes. Sois el presente porque ya vivs activamente en el seno de vuestros Institutos, ofreciendo una contribucin determinante con la frescura y la generosidad de vuestra opcin. Sois al mismo tiempo el futuro, porque pronto seris llamados a tomar en vuestras manos la gua de la animacin, la formacin, el servicio y la misin. Este ao tendris un protagonismo en el dilogo con la generacin que os precede. En comunin fraterna, podris enriqueceros con su experiencia y sabidura, y al mismo tiempo tendris ocasin de volver a proponerle los ideales que ha vivido en sus inicios, ofrecer la pujanza y lozana de vuestro entusiasmo, y as desarrollar juntos nuevos modos de vivir el Evangelio y respuestas cada vez ms adecuadas a las exigencias del testimonio y del anuncio.CARTA ALEGRAOS: Permanecer en Cristo nos permite acoger la presencia del Misterio que nos habita y hace que se dilate el corazn a la medida de su corazn de Hijo. El que permanece en su amor, como el sarmiento est unido a la vid (cf. Jn 15,1-8) entra en la familiaridad con Cristo y da fruto: Permanecer en Jess! Se trata de permanecer unidos a l, dentro de l, con l, hablando con l.[25]

La seal de Cristo est en nuestra frente y en nuestro corazn en nuestra frente para confesarle siempre, y en nuestro corazn para amarle en nuestro brazo para hacer el bien,[26] la vida consagrada en efecto es una continua llamada a seguir a Cristo y a conformarnos a l. Toda la vida de Jess, su forma de tratar a los pobres, sus gestos, su coherencia, su generosidad cotidiana y sencilla, y finalmente su entrega total, todo es precioso y le habla a la propia vida.[27]

El encuentro con el Seor, nos pone en movimiento, nos empuja a salir de la autorreferencialidad[28]. La relacin con el Seor no es esttica, ni intimista: Quien pone a Cristo en el centro de su vida, se descentra. Cuanto ms te unes a Jess y l se convierte en el centro de tu vida, tanto ms te hace l salir de ti mismo, te descentra y te abre a los dems.[29] No estamos en el centro, estamos, por as decirlo, desplazados, estamos al servicio de Cristo y de la Iglesia.[30]

La vida cristiana est determinada por verbos de movimiento, es una bsqueda continua, incluso cuando se vive en la dimensin monstica y contemplativo-claustral.

PAPA FRANCISCO A LOS INSTITUOS SECULARES:Y por eso es importante que vosotros tengis mucha esperanza. Es una gracia que debis pedir al Seor, siempre: la esperanza que nunca defrauda. Nunca defrauda! Una esperanza que va adelante. Yo os aconsejara leer muy a menudo el captulo 11 de la Carta a los Hebreos, el captulo de la esperanza. Y aprender que muchos padres nuestros han realizado este camino y no han visto los resultados, pero los han saludado desde lejos. La esperanza Es esto lo que os deseo. Muchas gracias por lo que hacis en la Iglesia; muchas gracias por la oracin y las obras. Gracias por la esperanza. Y no lo olvidis: sed revolucionarios!PREGUNTAS

Cmo miro el futuro de nuestro instituto?En quin ponemos nuestra confianza?Qu es lo que desanima nuestra confianza?Qu seguridades busco?

ORACIN

CONTEMPLACIN

PROPSITOPISTAS PARA NUEVAS INICIATIVAS

LECTIO : Gn 12,1-4

QU DICE :Dios llama a AbrahamLe dice que deje.Que camine en la esperanzaQue le mostrar una nueva tierraQue lo har grande, que lo bendecir y en l bendecir a todas las naciones.Abraham parti, obedeci.Tena 75 aos.

QU ME DICECuando Dios llama me pone en el camino de algo nuevo que El mostrar.No importa la edad, importa el llamado.Simen y Ana estuvieron toda su vida esperando el momento de ver al Nio.(Lc. 2,25ss)Cuando Dios llama hay que dejar atrs lo que siempre se haca y viva.No sabemos lo que Dios mostrar , slo sabemos que lo mostrar.Debemos dejar que Dios nos sorprenda. No cerrarnos a las sorpresas de Dios.Saber caminar con esperanza, confiando. En el camino puede haber desaliento, tentacin de desconfianza, pretensiones de seguridad.El consagrado camina hacia el misterio de Dios, que es inagotable.Dios no se repite .Nos hiciste Seor para Ti.An en el pecado Dios nos puede rehacer y mostrar nuevos caminos.

Espero, pues, que mantengis vivas las utopas, pero que sepis crear otros lugares donde se viva la lgica evanglica del don, de la fraternidad, de la acogida de la diversidad, del amor mutuo. Los monasterios, comunidades, centros de espiritualidad, ciudades, escuelas, hospitales, casas de acogida y todos esos lugares que la caridad y la creatividad carismtica han fundado, y que fundarn con mayor creatividad an, deben ser cada vez ms la levadura para una sociedad inspirada en el Evangelio, la ciudad sobre un monte que habla de la verdad y el poder de las palabras de Jess.A veces, como sucedi a Elas y Jons, se puede tener la tentacin de huir, de evitar el cometido del profeta, porque es demasiado exigente, porque se est cansado, decepcionado de los resultados. Pero el profeta sabe que nunca est solo. Tambin a nosotros, como a Jeremas, Dios nos asegura: No tengas miedo, que yo estoy contigo para librarte (1,8).CARTA ALEGRAOS:La gente de hoy tiene necesidad ciertamente de palabras, pero sobre todo tiene necesidad de que demos testimonio de la misericordia, la ternura del Seor, que enardece el corazn, despierta la esperanza, atrae hacia el bien. La alegra de llevar la consolacin de Dios!.[45]

El Papa Francisco nos confa a nosotros consagrados y consagradas esta misin: encontrar al Seor, que nos consuela como una madre, y consolar al pueblo de Dios.

De la alegra del encuentro con el Seor y de su llamada brota el servicio en la Iglesia, la misin: llevar a los hombres y a las mujeres de nuestro tiempo la consolacin de Dios, testimoniar su misericordia.[46]

En la visin de Jess la consolacin es don del Espritu, el Parclito, el Consolador que nos consuela en las pruebas y enciende una esperanza que no decepciona. La consolacin cristiana se convierte as en consuelo, aliento, esperanza: es presencia operante del Espritu (cf. Jn 14, 16-17), fruto del Espritu y el fruto del Espritu es amor, alegra, paz, longanimidad, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, templanza (Ga 5, 22).

En un mundo de desconfianza, desaliento, depresin, en una cultura en donde hombres y mujeres se dejan llevar por la fragilidad y la debilidad, el individualismo y los intereses personales, se nos pide introducir la confianza en la posibilidad de una felicidad verdadera, de una esperanza posible, que no se apoye nicamente en los talentos, en las cualidades, en el saber, sino en Dios. A todos se nos da la posibilidad de encontrarlo, basta buscarle con corazn sincero.

Los hombres y las mujeres de nuestro tiempo esperan una palabra de consolacin, de cercana, de perdn y de alegra verdadera. Somos llamados a llevar a todos el abrazo de Dios, que se inclina con ternura de madre hacia nosotros: consagrados, signo de humanidad plena, facilitadores y no controladores de la gracia,[47] bajo el signo de la consolacin.

PAPA FRANCISCO A INSTITUTOS SECULARES:El tema de vuestra Asamblea, En el corazn de los acontecimientos humanos: los desafos de una sociedad compleja, indica el campo de vuestra misin y de vuestra profeca. Estis en el mundo pero no sois del mundo, llevando dentro de vosotros lo esencial del mensaje cristiano: el amor del Padre que salva. Estis en el corazn del mundo con el corazn de Dios.Vuestra vocacin os hace interesados en cada hombre y en sus necesidades ms profundas, que a menudo quedan inexpresadas o disfrazadas. En virtud del amor de Dios que habis encontrado y conocido, sois capaces de cercana y ternura. De este modo sois tan cercanos que tocis al otro, sus heridas y expectativas, sus preguntas y necesidades, con esa ternura que es expresin de un cuidado que elimina toda distancia. Como el Samaritano que pas a su lado, vio y tuvo compasin. Es este el movimiento al que os compromete vuestra vocacin: pasar junto a todo hombre y haceros cercanos a cada persona que encontris; porque vuestro permanecer en el mundo no es sencillamente una condicin sociolgica, sino una realidad teologal que os llama a estar consciente, atento, que sabe distinguir, ver y tocar la carne del hermano.Si esto no sucede, si os habis distrado, o peor an, si no conocis este mundo contemporneo, sino que conocis y frecuentis slo el mundo que os es ms cmodo o que os fascina ms, entonces es urgente una conversin. La vuestra es una vocacin, por su naturaleza, en salida, no slo porque os lleva hacia el otro, sino tambin y sobre todo porque os exige vivir all donde vive todo hombre.

PREGUNTAS

Estoy dispuesto a la novedad de Dios?Qu es lo que todava tengo que dejar?Qu cosas nuevas podemos inventar desde el amor a favor de los dems?Qu nos pide Dios a nosotros como Instituto?

ORACIN

CONTEMPLACIN

PROPSITO

JUEVES 29:

ALEGRA PROFECA - CREATIVIDAD

LECTIO : Flp 4,4-8

QU DICE :Exhortacin a la alegra.La alegra es en el Seor. En El est la razn .La bondad debe ser conocida .La cercana del Seor nos anima.No angustiarse : la angustia es desconfianza , exceso de autoreferencialidad.Saber que el Seor gobierna la historia.Hay que recurrir a la oracin y a la splica.As la paz del Seor inundar nuestros corazones. El corazn no tiene paz cuando se llena de s mismo.

QU ME DICECARTA ALEGRAOS:Slo gracias a ese encuentro o reencuentro con el amor de Dios, que se convierte en feliz amistad, somos rescatados de nuestra conciencia aislada y de la autorreferencialidad.La alegra nace de la gratuidad de un encuentro [] Y la alegra del encuentro con l y de su llamada lleva a no cerrarse, sino a abrirse; lleva al servicio en la Iglesia. Santo Toms deca bonum est diffusivum sui no es un latn muy difcil, el bien se difunde. Y tambin la alegra se difunde. No tengis miedo de mostrar la alegra de haber respondido a la llamada del Seor, a su eleccin de amor, y de testimoniar su Evangelio en el servicio a la Iglesia. Y la alegra, la verdad, es contagiosa; contagia hace ir adelante.[56]Frente al testimonio contagioso de alegra, serenidad, fecundidad, ante el testimonio de la ternura y del amor, de la caridad humilde, sin prepotencia, muchos sienten el deseo de venir y ver.[57]CARTA A LOS CONSAGRADOS :Qu espero en particular de este Ao de gracia de la Vida Consagrada? 1. Que sea siempre verdad lo que dije una vez: Donde hay religiosos hay alegra. Estamos llamados a experimentar y demostrar que Dios es capaz de colmar nuestros corazones y hacernos felices, sin necesidad de buscar nuestra felicidad en otro lado; que la autntica fraternidad vivida en nuestras comunidades alimenta nuestra alegra; que nuestra entrega total al servicio de la Iglesia, las familias, los jvenes, los ancianos, los pobres, nos realiza como personas y da plenitud a nuestra vida. Que entre nosotros no se vean caras tristes, personas descontentas e insatisfechas, porque un seguimiento triste es un triste seguimiento. Tambin nosotros, al igual que todos los otros hombres y mujeres, sentimos las dificultades, las noches del espritu, la decepcin, la enfermedad, la prdida de fuerzas debido a la vejez. Precisamente en esto deberamos encontrar la perfecta alegra, aprender a reconocer el rostro de Cristo, que se hizo en todo semejante a nosotros, y sentir por tanto la alegra de sabernos semejantes a l, que no ha rehusado someterse a la cruz por amor nuestro. En una sociedad que ostenta el culto a la eficiencia, al estado pletrico de salud, al xito, y que margina a los pobres y excluye a los perdedores, podemos testimoniar mediante nuestras vidas la verdad de las palabras de la Escritura: Cuando soy dbil, entonces soy fuerte (2 Co 12,10). Bien podemos aplicar a la vida consagrada lo que escrib en la Exhortacin apostlica Evangelii gaudium, citando una homila de Benedicto XVI: La Iglesia no crece por proselitismo, sino por atraccin (n. 14). S, la vida consagrada no crece cuando organizamos bellas campaas vocacionales, sino cuando los jvenes que nos conocen se sienten atrados por nosotros, cuando nos ven hombres y mujeres felices. Tampoco su eficacia apostlica depende de la eficiencia y el podero de sus medios. Es vuestra vida la que debe hablar, una vida en la que se trasparenta la alegra y la belleza de vivir el Evangelio y de seguir a Cristo. Repito a vosotros lo que dije en la ltima Vigilia de Pentecosts a los Movimientos eclesiales: El valor de la Iglesia, fundamentalmente, es vivir el Evangelio y dar testimonio de nuestra fe. La Iglesia es la sal de la tierra, es luz del mundo, est llamada a hacer presente en la sociedad la levadura del Reino de Dios y lo hace ante todo con su testimonio, el testimonio del amor fraterno, de la solidaridad, del compartir (18 mayo 2013). 2. Espero que despertis al mundo, porque la nota que caracteriza la vida consagrada es la profeca. Como dije a los Superiores Generales, la radicalidad evanglica no es slo de los religiosos: se exige a todos. Pero los religiosos siguen al Seor de manera especial, de modo proftico. Esta es la prioridad que ahora se nos pide: Ser profetas como Jess ha vivido en esta tierra... Un religioso nunca debe renunciar a la profeca (29 noviembre 2013).El profeta recibe de Dios la capacidad de observar la historia en la que vive y de interpretar los acontecimientos: es como un centinela que vigila por la noche y sabe cundo llega el alba (cf. Is 21,11-12). Conoce a Dios y conoce a los hombres y mujeres, sus hermanos y hermanas. Es capaz de discernir, y tambin de denunciar el mal del pecado y las injusticias, porque es libre, no debe rendir cuentas a ms amos que a Dios, no tiene otros intereses sino los de Dios. El profeta est generalmente de parte de los pobres y los indefensos, porque sabe que Dios mismo est de su parte.

3. Los religiosos y las religiosas, al igual que todas las dems personas consagradas, estn llamadas a ser expertos en comunin. Espero, por tanto, que la espiritualidad de comunin, indicada por san Juan Pablo II, se haga realidad y que vosotros estis en primera lnea para acoger el gran desafo que tenemos ante nosotros en este nuevo milenio: Hacer de la Iglesia la casa y la escuela de la comunin.[5] Estoy seguro de que este Ao trabajaris con seriedad para que el ideal de fraternidad perseguido por los fundadores y fundadoras crezca en los ms diversos niveles, como en crculos concntricos.La comunin se practica ante todo en las respectivas comunidades del Instituto. A este respecto, invito a releer mis frecuentes intervenciones en las que no me canso de repetir que la crtica, el chisme, la envidia, los celos, los antagonismos, son actitudes que no tienen derecho a vivir en nuestras casas. Pero, sentada esta premisa, el camino de la caridad que se abre ante nosotros es casi infinito, pues se trata de buscar la acogida y la atencin recproca, de practicar la comunin de bienes materiales y espirituales, la correccin fraterna, el respeto para con los ms dbiles... Es la mstica de vivir juntos que hace de nuestra vida una santa peregrinacin.[6] Tambin debemos preguntarnos sobre la relacin entre personas de diferentes culturas, teniendo en cuenta que nuestras comunidades se hacen cada vez ms internacionales. Cmo permitir a cada uno expresarse, ser aceptado con sus dones especficos, ser plenamente corresponsable?Tambin espero que crezca la comunin entre los miembros de los distintos Institutos. No podra ser este Ao la ocasin para salir con ms valor de los confines del propio Instituto para desarrollar juntos, en el mbito local y global, proyectos comunes de formacin, evangelizacin, intervenciones sociales? As se podr ofrecer ms eficazmente un autntico testimonio proftico. La comunin y el encuentro entre diferentes carismas y vocaciones es un camino de esperanza. Nadie construye el futuro aislndose, ni slo con sus propias fuerzas, sino reconocindose en la verdad de una comunin que siempre se abre al encuentro, al dilogo, a la escucha, a la ayuda mutua, y nos preserva de la enfermedad de la autoreferencialidad.Al mismo tiempo, la vida consagrada est llamada a buscar una sincera sinergia entre todas las vocaciones en la Iglesia, comenzando por los presbteros y los laicos, as como a fomentar la espiritualidad de la comunin, ante todo en su interior y, adems, en la comunidad eclesial misma y ms all an de sus confines.[7]4. Espero de vosotros, adems, lo que pido a todos los miembros de la Iglesia: salir de s mismos para ir a las periferias existenciales. Id al mundo entero, fue la ltima palabra que Jess dirigi a los suyos, y que sigue dirigindonos hoy a todos nosotros (cf. Mc 16,15). Hay toda una humanidad que espera: personas que han perdido toda esperanza, familias en dificultad, nios abandonados, jvenes sin futuro alguno, enfermos y ancianos abandonados, ricos hartos de bienes y con el corazn vaco, hombres y mujeres en busca del sentido de la vida, sedientos de lo divino...No os repleguis en vosotros mismos, no dejis que las pequeas peleas de casa os asfixien, no quedis prisioneros de vuestros problemas. Estos se resolvern si vais fuera a ayudar a otros a resolver sus problemas y anunciar la Buena Nueva. Encontraris la vida dando la vida, la esperanza dando esperanza, el amor amando.Espero de vosotros gestos concretos de acogida a los refugiados, de cercana a los pobres, de creatividad en la catequesis, en el anuncio del Evangelio, en la iniciacin a la vida de oracin. Por tanto, espero que se aligeren las estructuras, se reutilicen las grandes casas en favor de obras ms acordes a las necesidades actuales de evangelizacin y de caridad, se adapten las obras a las nuevas necesidades.nadie debera eludir este Ao una verificacin seria sobre su presencia en la vida de la Iglesia y su manera de responder a los continuos y nuevos interrogantes que se suscitan en nuestro alrededor, al grito de los pobres.Slo con esta atencin a las necesidades del mundo y con la docilidad al Espritu, este Ao de la Vida Consagrada se transformar en un autntico kairs, un tiempo de Dios lleno de gracia y de transformacin.PREGUNTAS

Cmo vivo la alegra , eje de nuestro carisma?Qu es lo que me quita la alegra?Cmo ejerzo el profetismo?Qu iniciativas podemos crear como instituto?Qu otras nuevas realidades podemos ver como desafos?

ORACIN

CONTEMPLACIN

PROPSITO

UN INSTITUTO EN SALIDA PERIFERIAS - LAICOS

LECTIO : Mt. 28,18-20.

QU DICE :Jess ha recibido el poder y cono ese poder enva.Vayan: es el mandato de salir para ir hay que salir, desinstalarse.Hagan discpulos. El Seor quiere que muchos sean los invitados al discipulado.Bautizar y ensear.Ensear a cumplir todo lo mandado.El Seor estar siempre.

QU ME DICESalir, ir como dice el Papa a las periferias.Cules son nuestras periferias? : jvenes, drogas, alcohol, atesmo moderno, cristianos sin compromiso , pobres en las periferias de las ciudades.

En la Palabra de Dios aparece permanentemente este dinamismo de salida que Dios quiere provocar en los creyentes. Abraham acept el llamado a salir hacia una tierra nueva (cf. Gn 12,1-3). Moiss escuch el llamado de Dios: Ve, yo te envo (Ex 3,10), e hizo salir al pueblo hacia la tierra de la promesa (cf. Ex 3,17). A Jeremas le dijo: Adondequiera que yo te enve irs (Jr 1,7). Hoy, en este id de Jess, estn presentes los escenarios y los desafos siempre nuevos de la misin evangelizadora de la Iglesia, y todos somos llamados a esta nueva salida misionera. Cada cristiano y cada comunidad discernir cul es el camino que el Seor le pide, pero todos somos invitados a aceptar este llamado: salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio. 21. La alegra del Evangelio que llena la vida de la comunidad de los discpulos es una alegra misionera. La experimentan los setenta y dos discpulos, que regresan de la misin llenos de gozo (cf. Lc 10,17). La vive Jess, que se estremece de gozo en el Espritu Santo y alaba al Padre porque su revelacin alcanza a los pobres y pequeitos (cf. Lc 10,21). La sienten llenos de admiracin los primeros que se convierten al escuchar predicar a los Apstoles cada uno en su propia lengua (Hch 2,6) en Pentecosts. Esa alegra es un signo de que el Evangelio ha sido anunciado y est dando fruto. Pero siempre tiene la dinmica del xodo y del don, del salir de s, del caminar y sembrar siempre de nuevo, siempre ms all. El Seor dice: Vayamos a otra parte, a predicar tambin en las poblaciones vecinas, porque para eso he salido (Mc 1,38). Cuando est sembrada la semilla en un lugar, ya no se detiene para explicar mejor o para hacer ms signos all, sino que el Espritu lo mueve a salir hacia otros pueblos. 22. La Palabra tiene en s una potencialidad que no podemos predecir. El Evangelio habla de una semilla que, una vez sembrada, crece por s sola tambin cuando el agricultor duerme (cf. Mc 4,26-29). La Iglesia debe aceptar esa libertad inaferrable de la Palabra, que es eficaz a su manera, y de formas muy diversas que suelen superar nuestras previsiones y romper nuestros esquemas.(EG)

24. La Iglesia en salida es la comunidad de discpulos misioneros que primerean, que se involucran, que acompaan, que fructifican y festejan. Primerear: sepan disculpar este neologismo. La comunidad evangelizadora experimenta que el Seor tom la iniciativa, la ha primereado en el amor (cf. 1 Jn 4,10); y, por eso, ella sabe adelantarse, tomar la iniciativa sin miedo, salir al encuentro, buscar a los lejanos y llegar a los cruces de los caminos para invitar a los excluidos. Vive un deseo inagotable de brindar misericordia, fruto de haber experimentado la infinita misericordia del Padre y su fuerza difusiva. Atrevmonos un poco ms a primerear! Como consecuencia, la Iglesia sabe involucrarse. Jess lav los pies a sus discpulos. El Seor se involucra e involucra a los suyos, ponindose de rodillas ante los dems para lavarlos. Pero luego dice a los discpulos: Seris felices si hacis esto (Jn 13,17). La comunidad evangelizadora se mete con obras y gestos en la vida cotidiana de los dems, achica distancias, se abaja hasta la humillacin si es necesario, y asume la vida humana, tocando la carne sufriente de Cristo en el pueblo. Los evangelizadores tienen as olor a oveja y stas escuchan su voz. Luego, la comunidad evangelizadora se dispone a acompaar. Acompaa a la humanidad en todos sus procesos, por ms duros y prolongados que sean.

1. Con esta carta me dirijo, adems de a las personas consagradas, a los laicos que comparten con ellas ideales, espritu y misin. Algunos Institutos religiosos tienen una larga tradicin en este sentido, otros tienen una experiencia ms reciente. En efecto, alrededor de cada familia religiosa, y tambin de las Sociedades de vida apostlica y de los mismos Institutos seculares, existe una familia ms grande, la familia carismtica, que comprende varios Institutos que se reconocen en el mismo carisma, y sobre todo cristianos laicos que se sienten llamados, precisamente en su condicin laical, a participar en el mismo espritu carismtico.(Carta a los consagrados)Bendigo al Seor por la feliz coincidencia del Ao de la Vida Consagrada con el Snodo sobre la familia. Familia y vida consagrada son vocaciones portadoras de riqueza y gracia para todos, mbitos de humanizacin en la construccin de relaciones vitales, lugares de evangelizacin. Se pueden ayudar unos a otros.CARTA ALEGRAOS:La gente de hoy tiene necesidad ciertamente de palabras, pero sobre todo tiene necesidad de que demos testimonio de la misericordia, la ternura del Seor, que enardece el corazn, despierta la esperanza, atrae hacia el bien. La alegra de llevar la consolacin de Dios!.[45]

El Papa Francisco nos confa a nosotros consagrados y consagradas esta misin: encontrar al Seor, que nos consuela como una madre, y consolar al pueblo de Dios.

De la alegra del encuentro con el Seor y de su llamada brota el servicio en la Iglesia, la misin: llevar a los hombres y a las mujeres de nuestro tiempo la consolacin de Dios, testimoniar su misericordia.[46]

En la visin de Jess la consolacin es don del Espritu, el Parclito, el Consolador que nos consuela en las pruebas y enciende una esperanza que no decepciona. La consolacin cristiana se convierte as en consuelo, aliento, esperanza: es presencia operante del Espritu (cf. Jn 14, 16-17), fruto del Espritu y el fruto del Espritu es amor, alegra, paz, longanimidad, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, templanza (Ga 5, 22).

En un mundo de desconfianza, desaliento, depresin, en una cultura en donde hombres y mujeres se dejan llevar por la fragilidad y la debilidad, el individualismo y los intereses personales, se nos pide introducir la confianza en la posibilidad de una felicidad verdadera, de una esperanza posible, que no se apoye nicamente en los talentos, en las cualidades, en el saber, sino en Dios. A todos se nos da la posibilidad de encontrarlo, basta buscarle con corazn sincero.

Los hombres y las mujeres de nuestro tiempo esperan una palabra de consolacin, de cercana, de perdn y de alegra verdadera. Somos llamados a llevar a todos el abrazo de Dios, que se inclina con ternura de madre hacia nosotros: consagrados, signo de humanidad plena, facilitadores y no controladores de la gracia,[47] bajo el signo de la consolacin.

"El fantasma que se debe combatir es la imagen de la vida religiosa entendida como refugio y consuelo ante un mundo externo difcil y complejo"[54] El Papa nos pide salir del nido,[55] para ser enviados a los hombres y mujeres de nuestro tiempo, entregndonos a Dios y al prjimo.

Nuestro camino madura hacia la paternidad pastoral, hacia la maternidad pastoral, y cuando un sacerdote no es padre de su comunidad, cuando una religiosa no es madre de todos aquellos con los que trabaja, se vuelve triste. Este es el problema. Por eso os digo: la raz de la tristeza en la vida pastoral est precisamente en la falta de paternidad y maternidad, que viene de vivir mal esta consagracin, que, en cambio, nos debe llevar a la fecundidadIconos vivientes de la maternidad y de la cercana de la Iglesia, vamos hacia quienes esperan la Palabra de consolacin inclinndonos con amor materno y espritu paterno hacia los pobres y los dbiles.

El Papa nos invita a no privatizar el amor y con la inquietud de quien busca: Buscar siempre, sin descanso, el bien del otro, de la persona amada.[61]

La crisis de sentido del hombre moderno y la crisis econmica y moral de la sociedad occidental y de sus instituciones no son un acontecimiento pasajero de nuestro tiempo, sino un momento histrico de excepcional importancia. Estamos llamados como Iglesia a salir para dirigirnos hacia las periferias geogrficas, urbanas y existenciales las del misterio del pecado, del dolor, de las injusticias, de la miseria, hacia los lugares escondidos del alma dnde cada persona experimenta la alegra y el sufrimiento de la vida.[62]

Vivimos en una cultura del desencuentro, una cultura de la fragmentacin, una cultura en la que lo que no me sirve lo tiro, la cultura del descarte [] hoy, hallar a un vagabundo muerto de fro no es noticia, sin embargo la pobreza es una categora teologal porque el Hijo de Dios se abaj, se hizo pobre para caminar con nosotros por el camino [] Una Iglesia pobre para los pobres empieza con ir hacia la carne de Cristo. Si vamos hacia la carne de Cristo, comenzamos a entender algo, a entender qu es esta pobreza, la pobreza del Seor.[63]

Vivir la bienaventuranza de los pobres significa que la angustia de la soledad y de la limitacin ha sido vencida por la alegra de quien es realmente libre en Cristo y ha aprendido a amar.

Estamos invitados a ser hombres y mujeres audaces, de frontera: Nuestra fe no es una fe-laboratorio, sino una fe-camino, una fe histrica. Dios se ha revelado como historia, no como un compendio de verdades abstractas. [] No hay que llevarse la frontera a casa, sino vivir en frontera y ser audaces

Junto al desafo de la bienaventuranza de los pobres, el Papa invita a visitar las fronteras del pensamiento y de la cultura, a favorecer el dilogo, tambin a nivel intelectual, para dar razn de la esperanza basada en criterios ticos y espirituales, interrogndonos sobre lo que es bueno. La fe no reduce jams el espacio de la razn, lo abre ms bien a una visin integral del hombre y de la realidad e impide reducir al hombre a material humano

PAPA FRANCISCO A INSTITUTOS SECULARES:No perdis jams el impulso de caminar por los senderos del mundo, la conciencia de que caminar, ir incluso con paso incierto o renqueando, es siempre mejor que estar parados, cerrados en los propios interrogantes o en las propias seguridades. La pasin misionera, la alegra del encuentro con Cristo que os impulsa a compartir con los dems la belleza de la fe, aleja del riesgo de quedar bloqueados en el individualismo. La idea que propone al hombre como artfice de s mismo, guiado slo por las propias decisiones y los propios deseos, a menudo revestidos con el hbito aparentemente bello de la libertad y del respeto, corre el riesgo de minar los fundamentos de la vida consagrada, especialmente de la secular. Es urgente revalorizar el sentido de pertenencia a vuestra comunidad vocacional que, precisamente porque no se funda en una vida comn, encuentra sus puntos fuertes en el carisma. Por eso, si cada uno de vosotros es para los dems una posibilidad preciosa de encuentro con Dios, se trata de redescubrir la responsabilidad de ser profeca como comunidad, de buscar juntos, con humildad y con paciencia, una palabra de sentido que puede ser un don para el pas y para la Iglesia, y testimoniarla con sencillez. Vosotros sois como antenas dispuestas a acoger los brotes de novedad suscitados por el Espritu Santo, y podis ayudar a la comunidad eclesial a asumir esta mirada de bien y encontrar sendas nuevas y valientes para llegar a todos.Pobres entre los pobres, pero con el corazn ardiente. Nunca parados, siempre en camino. Juntos y enviados, incluso cuando estis solos, porque la consagracin hace de vosotros una chispa viva de la Iglesia. Siempre en camino, con esa virtud que es una virtud peregrina: la alegra!

PREGUNTASEstoy dispuesto a salir o tengo miedo?Hacia dnde salir? Qu periferias?Nos animaramos a convocar laicos que compartan nuestro carisma?Qu podramos hacer para las familias?

ORACIN

CONTEMPLACIN

PROPSITO

VIERNES 30:

MARA , LA SORPRENDIDA POR EL ESPRITU.

LECTIO : Lc 1,26-38.-

QU DICE :En el sexto mes: momento concreto de la vida y la historia .Angel Gabriel : mensajero de dios, Dios que dice algo, que interviene.Galilea de los gentiles.Nazareth : pueblucho de Galilea: periferia.Alguien que tena ya un proyecto : comprometida con Jos.Algrate: jaire: saludo griego.Llena de gracia: el amor de Dios colma a la persona.El Seor contigo.Mara desconcertada.No temas.El ngel presenta el proyecto de Dios.Pregunta de Mara . Accin del Espritu Santo. Dios puede hacer cosas increbles.Signo de Dios : Isabel embarazada. Nada imposible para Dios.Respuesta humilde de Mara.

QU ME DICE

CARTA ALEGRAOS: Algrate, llena de gracia (Lc 1, 28), El saludo del ngel a Mara es una invitacin a la alegra, a una alegra profunda, que anuncia el final de la tristeza []. Es un saludo que marca el inicio del Evangelio, de la Buena Nueva.[82]

Junto a Mara la alegra se expande: el Hijo que lleva en su seno es el Dios de la alegra, del regocijo que contagia. Mara abre las puertas del corazn y corre hacia Isabel.

Alegre de cumplir su deseo, delicada en su deber, diligente en su alegra, se apresur hacia la montaa. Adnde, sino hacia las cimas, deba tender con prisa la que ya estaba llena de Dios?.[83]

Se mueve con prontitud (Lc 1, 39) para llevar al mundo la buena noticia, para transmitir a todos la alegra incontenible que lleva en su regazo: Jess, el Seor. Con prontitud: no es slo la velocidad con la que se mueve Mara, nos expresa su diligencia, la atencin premurosa con la que afronta el viaje, su entusiasmo.

He aqu la esclava del Seor (Lc 1,38). La esclava del Seor, corre con prontitud, para hacerse esclava de los hombres, donde el amor de Dios se demuestra y se comprueba en el amor a cada hermano y a cada hermana.

En Mara es la Iglesia entera que camina unida: en la caridad de quien sale al paso del ms frgil; en la esperanza de quien se sabe acompaado en su caminar y en la fe de quien tiene un don especial para compartir. En Mara cada uno de nosotros, empujado por el viento del Espritu vive la propia vocacin de caminar!

Dios acta en las periferiasDios sorprende y toma iniciativas desconcertantes.Dios puede hacer cosas increbles.Dios cambia el esquema de lo ya armado por los hombres: Mara estaba comprometida.Precisa la fe y el s de Mara. As para actuar en la historia precisa nuestra fe y nuestro s.

Estrella de la nueva evangelizacin,aydanos a resplandecer en el testimonio de la comunin,del servicio, de la fe ardiente y generosa,de la justicia y el amor a los pobres,para que la alegra del Evangeliollegue hasta los confines de la tierray ninguna periferia se prive de su luz.

Madre del Evangelio viviente,manantial de alegra para los pequeos,ruega por nosotros.Amn. Aleluya.[84](idem)

PREGUNTAS

Cmo est mi alegra hoy? Siento la predileccin de Dios?Qu proyecto tiene Dios para m hoy?Acepto lo desconcertante que Dios me ha presentado en este retiro?Creo que no hay nada imposible para Dios? Pongo la fe en El o en m?

ORACIN

CONTEMPLACIN

PROPSITO

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