Reves Libro

26
| Reveses

description

Edición de cuentos

Transcript of Reves Libro

Page 1: Reves Libro

|

Reveses

Page 2: Reves Libro

|

Page 3: Reves Libro

|Colectivo

Cataclismo

2015Saltillo,Coahuila

Impreso

enlostalleresdelColectivo

Cataclismo

Conforman

elColectivoCataclism

o

JoséEduardo

SarabiaVillalobos,

CarlosEnrique

MontesG

onzález,

OscarIndalecio

Hernández

López,

David

Antonio

Garza

Guajardo,

CeciliaGuadalupe

RivasArellano

yAlán

AdairCarreón

Alvarado.

Page 4: Reves Libro

|OPE

RACIÓ

NFA

LLIDA

JoséEduardo

SarabiaVillalobos

lfineldía

habíallegado,desperté

tardepara

no

tenertiem

pode

pensaren

comida.

Mehabían

recomendado

cenaraeso

delas

cuatroocinco

dela

madrugada,pero

nolo

consideré.Teníaque

seguirlas

instruccionesal

piede

laletra:

ochohoras

deayuno

previo,bienrasurado

yestarallía

lasdoceen

punto.

Volvíarevisar

mim

ochilapara

asegurarmede

que

nofaltara

nada:pasta,cepillode

dientes,tablet,cargador

yunoscalzonesnuevospara

ponérmelosen

elcuartodel

hospitalcuando

nadiese

dieracuenta.

Contodo

listo,

medirigíjunto

conmim

amáymisherm

anosalhospital.

Llegamosen

taxi.Hicim

ostodoslostrám

itesprevios.La

nuevainstrucción

fue:«siénteseen

lasala

deespera

hasta

quellam

ensu

nombre».Ya

erancasilas

dosde

latarde.

Lagente

entrabaysalía

delasala

todoeltiem

po.Era

un

cuartoblanco

conmuchos

asientosde

metal.

Cuando

alguiense

sentabase

podíaveren

suexpresión

cómose

lecongelaban

lasnalgas.

Losheridos

yenferm

osentraban

yse

sentabana

esperarlo

mism

oque

yo:quellam

aransu

nombre.Las

tresde

latarde,

mis

hermanos

yase

habíanido.

Me

quedésolo

conmam

á.Unhom

brecon

lamano

vendada

sesentó

amilado.

Alcancé

aescuchar

quetuvo

un

accidenteen

sutrabajo;ya

notenía

dosdedos.Otro

niño

sela

pasabacorriendo

entrelos

asientos.Meterle

elpie

eralaúnica

opción.

A

4

Page 5: Reves Libro

|Cuatro

ycinco

dela

tarde,sin

novedad.No

se

escuchabanada.Las

tripasmerugían.Seis

dela

tarde,

finalmente

unenferm

erogritó

minom

bre.Melevanté

delasientoyentré

porlapuerta

dedonde

mellam

aron.

«Esta

estu

bata,losvestidores

estánalavuelta,déjam

e

ponerteeste

brazalete,ve

ycám

biatey

teregresas

conmigo»,

esaera

lanueva

instruccióndel

enfermero.

Mefuidirecto

alvestidorqueestaba

justoenfrente

dela

entradade

urgencias.

Quién

sabecuántos

desconocidosmeverían

elculo

desnudocuando

salieracon

esabata

verdepistache.La

operaciónpasaba

asegundo

plano,loque

mepreocupaba

eraquitarm

ehasta

loscalzones.

Primero

laplayera,

despuéslos

zapatos,calcetines;proseguíconelpantalón

yfinalm

entemequede

totalmente

indefenso.Mepuse

la

bata.Paramim

alafortuna

nocerró

muy

biende

atrás,

exhibiendomitrasero

alos

peligrosdelm

undoexterior.

Tomémiropa,respiré

hondoporlosdosladosy

salí.

Nopodía

evitaresa

extrañasensación

decam

inar

entretantas

personasestando

«enpelotas».V

iamam

á

quehablaba

conun

señorconropa

dequirófano.E

rael

cirujano.Ledila

ropa.Ella

deinm

ediatomeladevolvió.

«Note

vanaoperar

hoy»,dijo.Últim

ainstrucción:«ven

ellunesaque

teden

otrafecha».

5

Page 6: Reves Libro

|

6

Page 7: Reves Libro

|ELTRA

NSPO

RTISTACarlosE

nriqueMontesG

onzález.

espuésde

revisarlas

llantasy

asegurarbien

todoslos

amarres

dela

carga,Hum

bertoabrió

lapuerta

delcam

iónyno

pudoevitar

ungesto

de

sorpresaalver

aaquelhom

brede

aparienciaratonilque

batallabapara

acomodarse

enelasiento

delcopiloto.

—¿Q

uéhace

ustedaquí?—

preguntóHum

berto.

—Es

políticade

laem

presaacom

pañara

los

transportistasnuevos

ensu

primer

viaje.Ya

sabe,

cuestionesdeseguridad.

—Siendo

así,siéntasecóm

odoam

igo.

Esa

partela

habíanom

itidodías

antescuando

se

presentóen

lasoficinasdeAcerosM

onterreyyabase

de

súplicas—

perfeccionadasalo

largode

losaños—

logró

laconcesión

detransportar

treintatoneladas

deacero

estructural.Si

todosalía

bien,en

estaestafa

podría

conseguirsuficientedinero

pararetirarse

yviviruna

vida

acomodada.Pero

ahoraelhom

brecilloque

ibaasu

lado

leestaba

echandoaperdersusplanes.

Hum

bertoaprendió

aestafar

desdemuy

chico,sus

padresmurieron

cuandoél

teníadoce

añosypara

no

caeren

lasmanos

delas

institucionesde

caridadpara

niñoshuérfanos,aprendió

aconseguirdinero

demanera

fácil.Alo

largode

suvida

habíahecho

detodo:robar,

apostaren

carrerasde

caballos,venderganado

enfermo

yterrenoscon

problemaslegales.

Lamás

recientede

susestafas

erasim

pley

D

7

Page 8: Reves Libro

|representaba

unriesgo

menor,consistía

enlo

siguiente:

unabogado

amigo

suyole

consiguióun

centenarde

amparos

paracircular

sinplacas;H

umberto

compró

un

camión

robadoylo

rotulócon

laleyenda

«Transportes

Fernández».Lodem

ásera

simple,viajaba

conelcam

ión

aalguna

ciudadycon

sucarism

ale

erafácil

hacerse

amigo

dealgún

comerciante

importante.

Hum

berto

ofrecíasus

servicioscom

otransportista

aun

precio

realmente

barato,con

lacondición

deque

fuerapago

poradelantado.

Elem

presariogeneralm

enteaceptaba.

Perolamercancía

nuncallegaba

asu

destinoy,dado

que

elcam

iónde

Hum

bertocirculaba

sinplacas,

era

imposible

rastrearlo.Después

deconcluir

unaestafa,

Hum

bertopintaba

elcamión

deotro

colorylo

rotulaba

conel

nombre

deotra

compañía

ficticia.Era

un

procedimiento

sencilloyfácil

derealizar,

llevabados

añosefectuándolo

entodo

elpaís.

Comenzó

transportandocargas

depoco

valor(abarrotes,

frutas,

plantas).Después

estafóacom

erciantesmás

importantes

yconsiguió

hacersede

grandescantidades

demateriales

parala

construcción,productos

enlatadosy

maderas

finas.Ahora,a

basede

mucha

habilidad,habíalogrado

queuna

delas

empresas

acererasmás

importantes

le

concedierauna

cargade

aceroestructuralde

altovalor

enelm

ercadoactual.N

ose

podíadar

ellujode

perder

esacarga.

Despuésde

doshorasdeviaje,com

enzóaoscurecer.

Hum

bertopensaba

cómodeshacerse

desu

indeseable

copilotomientras

sonabaen

laradio

«Barajade

oro»de

ChalinoSanchez.D

irigiósu

mano

izquierdadebajo

del

asientoysintió

lascachas

desu

Smith

&Wesson.

La

pistolala

llevabacom

omedida

deseguridad

y,sibiena

8

Page 9: Reves Libro

|lo

largode

suvida

habíaarruinado

familias

enterasen

susestafas,jamáshabía

consideradolaopción

dematara

uncristiano.N

isiquierasabía

dispararmuy

bien.Trataba

demantener

lacabeza

fríamientras

sele

ocurríaalgún

planpara

deshacersedelem

pleadode

Aceros

Monterrey

cuandoel

motor

delcam

ióncom

enzóahacer

ruidos

extraños.

—Tiene

unafuga

deaceite,lo

empecé

anotar

hace

unoskilóm

etros—

dijoHum

berto—tendrem

osque

parar.—Está

bien—

dijoelhom

brede

aparienciaratonil,

mientras

sedesperezaba

ylim

piabaelhilo

debaba

que

corríabajo

suboca.

Diez

minutos

despuésse

detuvieronen

unparador

deesos

típicosde

camioneros,con

unhotelucho

yun

restaurancitodonde

sesirve

comida

fría.Hum

berto

estacionósu

camión

yfue

alhotelendonde

reservóuna

habitaciónyregresó.

—Duerm

austed

amigo

—dijo

alcopilotomientras

leentregaba

lallave

delahabitación—

tengoque

buscar

aun

mecánico.A

miparecer,creo

queno

vamosa

poder

continuarhastamañana.

Elhom

brecillointentó

replicar,peroHum

bertoya

sehabía

dadola

vueltay

elhom

breno

tuvomás

remedio

queentraren

elhotel.

—¡Ahcóm

oson

pendejosestosoficinistas!—exclam

ó

Hum

bertomientras

sacabauna

cajade

herramientas.E

l

ruidoque

seescuchaba

enelm

otorno

erapor

faltade

aceite,era

unapalom

aque

sehabía

atoradoen

el

ventiladordel

motor.

En

susaños

decam

ionero,

Hum

bertohabía

lidiadocon

esomuchas

veces,lasaves

distraídassuelenatorarse

enlosm

otoresdeloscam

iones.

9

Page 10: Reves Libro

|Sólo

eracuestión

derem

overelcuerpo

mutilado

dela

palomaypodría

seguirsucam

ino.

Manejó

durantetoda

lanoche

hastallegar

aSan

LuisPotosí,ahíconocía

aun

ingenieroque

podríaestar

interesadoen

elaceroestructural,pero

antestenía

que

verificarlacantidad

demercancía

quellevaba

ypara

eso

paróen

unabáscula

pública.

Hum

bertohabía

salidode

Monterrey

contreinta

toneladasde

aceroestructuraly

ahorase

encontrabaen

SanLuis

condiez

toneladasde

plásticoinservible.Claro,

laem

presaAceros

Monterrey

nose

conformaba

con

sólouna

medida

deseguridad.

10

Page 11: Reves Libro

|

11

Page 12: Reves Libro

|¿Q

UÉHABRÁ

PASA

DO?

OscarH

ernándezLópez

onocíaEdna

cuandotenía

sieteaños.

Éram

os

vecinos,compañeros

declase

ynuestros

padres

trabajabanen

lamism

aem

presa.Siempre

gastábamos

el

tiempo

jugando,ya

fueraen

unade

nuestrascasas,

el

parqueoelárea

derecreo;era

impensable

elhechode

imaginarnosdistanciadoseluno

delotro.

Cuandoteníam

osdoce

años,el

papáde

Edna

consiguióem

pleoaseis

horasdellugar

dondevivíam

os.

Edna

secam

bióde

casayescuela,dejándom

esólo

un

cuadernodonde

hacíamos

dibujosasim

étricosy

escribíamostontashistoriasinfantiles.

Pasóeltiem

po,quizátres

años,peroconservábam

os

nuestrosnúm

erosyseguíam

oshablando.A

cordamos

de

vernosun

finde

semana

enun

lugarque

nosquedara

a

lamism

adistancia

denuestras

casas.Viajé

treshoras

en

autobúspara

llegaralpunto

enque

acordamos.Cuando

llegué,ella

yaestaba

ahí,sonriéndom

eyabriendo

sus

brazospara

quelaabrazara.E

sedía

fueelm

ásfeliz

que

tuvimos,gastam

oseldía

platicandosobre

cómonos

iba

ennuestras

casasmientras

caminábam

osyjugábam

os

entrelaciudad.

Cayóla

nochey

eramom

entode

despedirnos,

estábamos

enmedio

dela

centraldeautobuses

cuando

sonólaseñalde

quenuestros

camiones

ibanasalir,nos

abrazamos

ynos

dimos

nuestroprim

erbeso.Sin

saber

quéhabía

pasadosalim

oscorriendoatom

arelautobúsy

C

12

Page 13: Reves Libro

|regresó

cadaquien

asu

casa.

Algunos

díasdespués

intentéllam

arla,pero

nadie

contestabadetrás

dela

línea,nisiquierase

escuchabael

sonidointerm

itentede

queestaba

ocupadooapagado.

¿Qué

habrápasado?

¿Extravió

sucelular?

¿Tuvoun

accidente?Nolo

sé.

Eltiem

poha

continuadosu

curso,tengoun

trabajo

estableyahora

vivoen

lamism

aciudad

queella.Todos

losdías

paseopor

lascalles

yparques

conla

esperanza

deverla

ycontinuarnuestra

historia.

13

Page 14: Reves Libro

|

14

Page 15: Reves Libro

|ELPE

RFUME

David

Guajardo

arcelopensó

tantoen

elarom

ade

aquella

mujer

quese

quedóim

pregnadode

él.La

conociócuando

seiba

aretirar

delbar.Sólohablaron,

peroocurrió

demanera

tannaturalque

imaginaba

algo

especialentan

trivialplática.

Seencontraba

enuna

bancade

unparque.

La

recordó.Llevabaun

suéternegro,cuyas

mangas

apenas

estabanunidas.

No

ibamaquillada,

teníael

cabello

teñidode

rubioyapenas

senotaban

suscejas.

Tenía

grandesojeras

yhablaba

conun

cansanciogeneralhacia

todo,com

osi

lasnoches

trajeranuna

monotonía

no

buscada.Lo

quemás

legustaba

dela

jovenera

su

perfume.Cualquiercosa

fuerade

sugris

cotidianidadera

detonantede

susfantasías.

Pensóque

asíolerían

las

prostitutas,a

tedioy

sensualidadforzada.

Esto

le

resultabaatractivo,pues

sólolas

conocíade

vista,desde

muy

lejos.Pasó

grantiem

porecordándolo

ycreando

posiblesescenariosenque

sevolvieran

aencontrar.

Cuandose

marchó,notó

queelarom

aiba

conél.

«No

tengouna

imaginación

tangrande...

Debe

estar

aquí»,pensóem

ocionado.Miró

enderredor

yno

había

nadie.Sedetuvo

unosinstantes,luegosiguió

sucam

inoa

pasolento.N

uevamente

notóelperfum

ecuando

ibapor

unacalle

concurrida.«Esta

vezsí»,se

dijoen

vano.La

terceraocasióndebió

habersido,paraunapersonanormal,

suficientecom

opara

preocuparseo

ignorarlo.Para

M

15

Page 16: Reves Libro

|Marcelo

hubounadécim

avezantesdecuestionarsenada.

Losdías

pasaronyel

olorperm

anecía.Prim

ero

ayudóa

sumem

oria.Recordó

más

detalles:vestía

pantalóngris

ytacones

altosde

plataformade

color

negro.Luegopudo

reconstruir,íntegramente,los

veinte

minutosque

pasaronjuntos.

Semanas

despuéscom

enzaronlos

inconvenientes.A

dondequiera

quefuera

estabaahíelperfum

ede

aquella

mujer.

Irrumpía

entodas

susactividades:

arruinabael

caféde

lamañana,

lehacía

perderel

escasosentido

culinarioque

teníaeincluso

unavez

casise

intoxica,

puesno

olióuna

fugade

gas.Alarm

ado,acudió

al

médico,

quienlo

mandó

conun

especialista.El

otorrinolaringólogolo

envióal

psicólogo;este,

conel

psiquiatra,quienledio

pastillasquemudaron

susestados

deánim

o,noasí

suaflicción.

Alpoco

tiempo

dejóel

medicam

entoy

aprendióa

convivircon

lapeculiar

incapacidad.

Marcelo

seencontraba

enelparque.La

brisasólo

traíaelrecuerdo

deaquella

mujer.Jam

áshabía

sabidosu

nombre;ya

noim

portaba.Noesperaba

verlayde

algún

modo

superfum

eya

noera

deella,sino

deél.Pero

se

encontraronese

día.Lareconoció

yfue

asaludar.E

lla

nolo

recordaba.Loescudriñó

conlavista,hizo

ungesto

ysiguió

caminando.M

arcelojam

ásvolvió

apercibir

su

aroma,com

osiaquella

mujerhubiera

exigidosu

esencia

deregreso.

16

Page 17: Reves Libro

|

17

Page 18: Reves Libro

|RE

FLEJO

CeciliaRivasA

rellano

—¿Y

atediste

cuenta?

—¿Cuenta

dequé?

—La

bebémeve

extraño,condem

asiadaconciencia.

Conuna

mirada

muy

madura.

—Estásloca,A

licia.

Quizá

loestá,porque,de

pronto,Alicia

nopuede

recordarquién

esla

madre

dela

pequeñaque

su

hermana

llevaen

losbrazos;

tampoco

recuerdasi

le

mencionó

laedad

dela

niña,perono

debepasar

deun

año.La

bebélleva

elcuerpo

completam

entecubierto

conuna

frazada,dejandodescubierto

tansolo

surostro;

notiene

lasmejillas

sonrojadasque

caracterizanatodos

losniños

encom

ercialesydibujos,su

tezluce

páliday

ceniza.No

sonríeni

llora,sus

labiosparecen

estar

trazadosenuna

línearecta,justo

conlaintención

deque

nadieidentifique

susem

ociones.Yluego

estánlos

ojos.

No

tienela

mirada

perdidayvaga

queAlicia

había

reconocidoen

elresto

delos

bebés;sus

ojosparecen

exponerundiscernim

ientoadulto.Su

hermana

nose

da

cuentaporque

llevaala

bebécargada,

casioculta

por

completo

enla

frazada,peroesta

mira

aAlicia

conun

retojuicioso.

—Tienes

razón—

contestaalfin—

.Debe

serelsueño.

Ya,saldemicuarto,déjam

edorm

ir.

Suherm

anase

levantade

lacam

adonde

han

18

Page 19: Reves Libro

|hablado,con

esosojos

aunentre

losbrazos,y

camina

hastalapuerta

delahabitación.M

iraaAlicia

ylesonríe,

dejandolapuerta

abiertatrasde

sí.

Sí,debíade

serelsueño.Tan

prontocom

osu

hermana

sealeja,

todose

vuelveconfuso;

lasim

ágenesse

difuminan

ensom

brasnegras

ylos

sonidosse

conviertenen

ecosdistantes.

Abre

losojos,esta

mirándose

desdeun

ángulobajo

en

algoparecido

aun

espejodistorsionado.

Sureflejo

parececonfundido,casiasustado;A

liciano

abrelaboca,

perove

asu

reflejoarticulando

unaqueja.

—La

bebémeve

extraño,condem

asiadaconciencia

—dice.

Tratade

alzarlamano,pero

lees

imposible;parece

envuelta,atrapadatras

unmuro

suave.Noes

dueñade

sucuerpo.

Conla

parsimonia

delo

extraño,continúa

mirando

eseotro

yoque

tienefrente

aella.

Unos

segundosdespués

algola

levanta,alejándola

deesa

retractaciónsuya.

Alicia

nocam

ina,perono

lograponer

resistenciaal

avanzar.Ala

puertade

suhabitación,elm

ovimiento

se

detiene.Ella

semira

denuevo

porun

mom

entoysu

reflejole

sonríe;luegoam

basse

danla

espalda.Una

se

acuestasobre

lacam

ay

laotra

continúaalejándose,

contrasu

voluntad,delreflejodistorsionado.

19

Page 20: Reves Libro

|

Mujeranteelespejo

PabloPicasso1932Ó

leosobrelienzo162x

130

20

Page 21: Reves Libro

|VEAMOSAEMILY

JUGAR

Alán

AdairCarreón

Alvarado

osCuadrados

notenían

piernas,brazosnicabeza.

Todassus

extremidades

sehabían

caídohace

miles

deaños

porqueya

noeran

necesarias.Los

deportesfueron

pocoa

pocorem

plazadospor

videojuegos.Losniños

empezaron

anacer

sinpiernas.

Luego,cuando

latecnología

avanzólo

suficiente,los

robotsse

convirtieronen

losbrazos

delas

personas.La

motocicleta

conducidamediante

lavoz

hizoque

lagente

dejarade

caminar.LosCuadros,quienesen

esostiempos

noeran

conocidospor

dichonom

bre,sino

como

Humanos,

nonecesitaban

hacernada,

todoles

era

provistoporla

tecnología.

Hubo

unaépoca

doradadurante

esteperíodo:

los

Cuadrados,yasin

piernasysin

brazos,tenían

todoel

tiempo

parapensar.

En

estasdécadas

acontecieron

variasrevoluciones.

Portal

motivo,

paravolver

ala

tranquilidad,alguien

delos

altosmandos

inventóun

aparatoque

seponían

enla

cabezayproyectaba

todos

tuspensam

ientos.Gracias

aeste

artefactoy

al

condicionamiento

alcualfueronsom

etidos,lapoblación

lentamente

dejóde

pensaren

elarte―principalm

edio

depropaganda

paralos

levantamientos

contralos

gobernantes―,en

lafilosofía,en

suidentidad.

Un

día,una

niñanació

ala

antigua:con

brazos,

piernasycabeza.

Losmédicos

robóticostuvieron

que

dormir

ala

madre

deaquella

cosapor

nohaberse

L

21

Page 22: Reves Libro

|tom

adoel

ácidofólico.

LosCuadrados

escondierona

Emily

―sólo

losexperim

entostenían

nombre―

enun

laboratoriopara

analizarla.Cuando

laniña

tuvo

suficientefuerza

comopara

venceraun

parde

torsos

conojos

endonde

ellatenía

pezones,bocaen

lugarde

ombligo,sin

narizniorejas,huyó.

Días

después,unode

losCuadrados,llam

émosle

«el

Cuadradomenos

cuadrado»para

evitarconfusiones,vio

aEmily

haciendofiguras

conel

lodo.Le

ordenóala

motocicleta

quese

detuvierayse

quedóobservando

ala

niña.Duró

unosminutos

asíydespués

lehabló

aun

amigo

suyomediante

unmicrochip

insertadoen

su

costillaizquierda

―los

Cuadradoshablaban

porel

ombligo

yescuchaban

porla

espalda,lacualtenía

una

especiede

agujerosal

estilode

lasbocinas―

.Minutos

más

tarde,dosam

igosde

elCuadradomenoscuadrado

yél

convencieronala

cosadeform

ede

llevarlaauna

casa.

Lostres

amigos

contactaronamás

genteyles

contaron

acercade

sudescubrim

iento.Ellugar

dondeestaba

Emily

sellenaba

diariamente

devisitas,las

cualestenían

queiren

lanoche

paraevitar

sersorprendidos

porlos

Cuadradosgobernantes.E

lCuadradomenoscuadrado

tuvo

laidea

dellam

aral

lugarU.F.O

Clubpara

quesus

visitantesocultosnose

confundieran.Deesta

manera,el

ahoraclub,fue

elprimeredificio

entenerun

nombre.

«Vamos

aver

jugaraEmily»

erael

mensaje

que

corríade

unlado

paraotro.Toda

lajornada

laboralvalía

lapena

sóloporeso.

Un

científico,expulsado

por«innovaciones

peligrosaspara

lacuadradez»,se

enteródelU.F.O

Club

graciasa

unfolletín.

Una

nochellevó

consigoel

artefactocapaz

deproyectar

pensamientos

alpequeño

22

Page 23: Reves Libro

|tem

ploconstruido

paraadorar

aEmily.É

l,llamém

osle,

denuevo

parano

confundir,Cuadradono

tancuadrado

y

científico,se

subióal

escenario,habló

conla

niñaunos

minutos,hizo

quesu

moto

lepusiera

uncinto

hechode

fierroycon

lucesque

indicabanelgrado

deconexión

conlospensam

ientos.Sebajó

yse

fueaestacionarjunto

contoda

ladem

ásaudiencia.Com

oEmily

teníacabeza,

elcinturón

setardó

enalcanzar

susfrecuencias

cerebrales.En

laoscuridad,

sólocon

unaluz

cenital

dirigidahacía

larareza,

todosveían

aEmily

jugar.Al

fondo,la

pantallatodavía

noproyectaba

ningún

pensamiento.La

pequeñarozaba

lamadera,se

reíaysu

públicosonreía

extasiado.La

niñase

echabauna

marom

a,caíauna

pocomaly

losvisitantes

gritabande

pavorpor

lasalud

deaquel

sertan

extraño.Emily

se

quedóestática,

alzóun

pocosu

orejaderecha.

Setiró

bocaabajo

enelpiso,em

pezóapatalear

yamover

los

brazoscom

osi

estuvieranadando.

LosCuadrados

no

entendíanqué

estabahaciendo.E

nlapantalla

aparecióel

mar.

Todosgritaron,

algunosse

fueronde

espalda,o

mejor

dichode

nuca,otrosarrancaron

lamotocicleta

y

nuncaregresaron,pero

unoscuantos,después

delsusto

sequedaron

viendofijam

entealm

ar.

ElCuadrado

menoscuadradose

sintióatrapado

porla

imagen

ycam

inóhacia

ella.Sedetuvo

muy

cercade

la

proyecciónylamiró

comomiró

laprim

eravez

aEmily.

Sihubiera

tenidobrazos

loshubiera

alzadopara

tocar

aquellapostal

tancuriosa.

Porprim

eravez

sintióque

algolefaltaba.Se

tratóde

inclinarparatocarla

pantalla.

Quería

sentirlaim

agen,perono

podía.Estuvo

vacilante

unosminutos,volteó

yvio

queEmily

seguíahaciendo

comosinadara.E

lCuadradomenoscuadradonoaguantó

la

23

Page 24: Reves Libro

|curiosidad,

laespecie

defrustración

yla

nostalgia.Le

ordenóasu

moto

quecam

inarahacia

delante,traspasóla

pantallay,ya

dentrodelpensam

ientode

Emily,se

dio

cuentade

quesu

motocicleta

sehabía

atascadoen

la

arena.Una

olacayó

muy

cercade

élmientras

legritaba

a

sutransporte

queregresara.Los

Cuadradoshuyeroncon

cara,otorso,de

terrordeese

lugar.Mientras

elCuadrado

menoscuadradoseguía

atascado,leordenó

asu

moto

que

losoltara:cayó

enla

arenacaliente.E

lsolloquem

aba,

sintióque

debíair

almar,

comenzó

aretorcerse

para

llegaraél.Se

introdujoen

éste,alprincipiose

hundió,

tragómucha

agua,despuéslas

vértebrasde

sucolum

na

tomaron

prestadoelritm

ode

lasolas.Sintiólanecesidad

dedescenderlo

másposible.E

nlasuperficie

delmarvio

muñecas,

fotografíasde

lafam

iliade

Emily,

pero

conforme

bajabaveía

otrotipo

decosas.

Observó

brazos,piernas

y,al

final,un

espejoque

parecía

extendersealo

largodelm

ar.

24

Page 25: Reves Libro

|

25

Page 26: Reves Libro

|Índice

OPE

RACIÓ

NFA

LLIDA............................................................................................................................................4

ELTRA

NSPO

RTISTA................................................................................................................................................7

¿QUÉHABRÁ

PASA

DO?.........................................................................................................................................12

ELPE

RFUME..........................................................................................................................................................15

REFLE

JO..................................................................................................................................................................18

VEAMOSAEMILY

JUGAR...................................................................................................................................................21