Revista Bimestral • Año IV • No 14 • Octubre de 2004

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N o 14 Revista Bimestral • Año IV • N o 14 • Octubre de 2004 Escriben Teodoro Sánchez de Bustamante Gabriel Tosto Roberto C. Pompa Walter F. Carnota Luis Raffaghelli Helios Sarthou Jorge Rachid Horacio Meguira Luis Enrique Ramírez Mónica M. Jensen Guillermo Pajoni Cynthia Astrid Benzion Eduardo Tavani Laura Radetich "Graffiti de un muro en Humahuaca, provincia de Jujuy, Argentina, agosto 2004"

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No 14

Revista Bimestral • Año IV • No 14 • Octubre de 2004

Escriben

Teodoro Sánchez de Bustamante

Gabriel Tosto

Roberto C. Pompa

Walter F. Carnota

Luis Raffaghelli

Helios Sarthou

Jorge Rachid

Horacio Meguira

Luis Enrique Ramírez

Mónica M. Jensen

Guillermo Pajoni

Cynthia Astrid Benzion

Eduardo Tavani

Laura Radetich

"Graffiti de un muro en Humahuaca,provincia de Jujuy, Argentina, agosto 2004"

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D O C T R I N A

PROPIEDADDE

ASOCIACIÓN DE ABOGADOS LABORALISTAS

DIRECTOR

Teodoro Sánchez de BustamanteJEFEDE REDACCIÓN

Guillermo A. WiedeCONSEJO DE REDACCIÓN

Luis Enrique RamírezGuillermo Pajoni

Mónica María JensenCiro Ramón Eyras

Alejandro FerrariDISEÑO GRÁFICO

Patricia Leguizamón

COMISIÓN DIRECTIVA DE LA A.A.L.PRESIDENTE

Teodoro Sánchezde BustamanteVICEPRESIDENTE

Gustavo CiampaSECRETARÍA GENERAL

Mónica María JensenTESORERÍA

Adolfo E. MatarreseSECRETARIO DE RELACIONES

INSTITUCIONALES

Luis Enrique RamírezSECRETARIA ACADÉMICA

Sara M. Molas QuirogaSECRETARIO DE PRENSA

Elbio BlancoSECRETARIO DE PUBLICACIONES

Guillermo A. WiedeSECRETARIO DE ACTAS

Guillermo PajoniVOCALES

Pedro J. KesselmanErnesto Marcelo Segal

José María PizzornoAdalberto Rossetti

Ciro R. EyrasCarlos Szternsztejn

Lelio FreidenbergLeón PiasekOscar Birgin

Guillermo GianibelliAdriana Pirozzo

Elizabeth BenítezMarcela Leiva

Luciano FotiRaquel Coronel

Asociación de Abogados LaboralistasViamonte 1668, piso 1 o Dto. “3”

(C1055ABF) Buenos Aires, Argentina

Tel-Fax (54-11) 4374-4178web site: www.aal.org.arE-mail: [email protected]

a–[email protected]

Derecho de Propiedad Intelectual:232370

Las notas firmadas no reflejan necesariamenteel pensamiento de la revista. Permitida la

reproducción total o parcial de los artículos,citando la fuente.

REVISTA

EDITORIAL, por Teodoro Sánchez de Bustamante ...................................................... 2DOCTRINA

Detrás del velo del orden público,por Gabriel Tosto ........................................................................................................ 4La Ley de Contrato de Trabajo a 30 años de su sanción,por Roberto C. Pompa ................................................................................................ 9Sobre el control de constitucionalidad de oficio,por Walter F. Carnota ................................................................................................ 15IUS VARIANDI: ¿Facultad irrevisable o democracia laboral?,por Luis Raffaghelli .................................................................................................... 16¿Hacia una propuesta de ética compleja?, por Helios Sarthou .................................................................................................... 20La inseguridad jurídica de los trabajadores,por Jorge Rachid ...................................................................................................... 24COMENTARIOS DE FALLOS

Inconstitucionalidad del tope indemnizatorio del art. 245 L.C.T.,por Teodoro Sánchez de Bustamante ......................................................................25Facultades de las Asociaciones simplemente inscriptas,por Horacio Meguira ..................................................................................................28El día después de “Castillo” y “Aquino”,por Luis Enrique Ramírez ..........................................................................................32INSTITUCIONAL

Sentimientos y razones,por Luis A. Raffaghelli .............................................................................................. 34Foro Permanente para la Defensa de la Justicia del Trabajo,por Roberto C. Pompa ............................................................................................ 36Asamblea Anual Ordinariade la Asociación de Abogados Laboralistas ............................................................ 40¿Se acabó la industria de la explotación? .............................................................. 41LEGISLACIÓN, por Guillermo Pajoni ............................................................................ 44PRÁCTICA LABORAL

El Decreto 823/04,por Cynthia Astrid Benzion ........................................................................................ 46Falta, Ley 25877,por Mónica María Jensen .......................................................................................... 49LÁGRIMAS Y SONRISAS ................................................................................................ 50JURISPRUDENCIA ........................................................................................................ 52LA BUENA LETRA

Esa mujer, cuento de Rodolfo Walsh ...................................................................... 59Evocando a un querido maestro, por Eduardo Tavani ............................................ 62TRABAJO DE MEMORIA

La Carpa Blanca,por Laura Radetich .................................................................................................... 63

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a la impresión de que después de la sagasemanal de los fallos "Castillo", "Vizotti" y"Aquino", el Derecho se ha puesto al dere-cho y dejó de estar al revés.

En efecto, la Corte Suprema de Justicia de laNación, más allá de algunas críticas puntualesque nos puedan merecer los fallos, ha consegui-do a través de los mismos dirigir un claro mensa-je al mundo jurídico y a la sociedad civil.

Los derechos de los trabajadores, son dere-chos humanos, y éstos últimos están en el vérticede la pirámide.

Un primer aspecto fundamental a considerar esque nuestra realidad se encuentra inmersa dentrode una situación de dominación estructural, quecon carácter exponencial arrasa la sociedad des-de hace muchísimo tiempo. Concretamente so-mos parte de los dominados por un modelo de pro-ducción; más claramente, un modo de relacionessociales de producción que impone que el sujetohistórico sea la tasa de ganancia del sistema, yque los objetos herramentales para la consecuciónde los fines del sujeto, que se encuentran condi-cionados al mismo, incluya a las personas huma-nas que concretamente reificadas, no son sino, unengranaje más del sistema de producción.

La estructura de dominación (y la dominaciónestructural), no solamente construye sus propiosparámetros sustanciales y estructurales, permíta-seme la repetición, sino que también constituye,forma, informa y condiciona los cuadros que po-demos de alguna manera llamar secundarios ocoadyuvantes necesarios, consecuentemente

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D O C T R I N AE D I T O R I A L

El Derechoal derecho

D funcionales, a la propia estructura de dominaciónque los subyace.

Partes integrantes de los mismos son, entre va-rias más, la ideología, la moral, los valores, lasformas de utilización del lenguaje y el derecho.

Y en esta deformación concebida como un cua-dro coadyuvante de la dominación central, quehace hincapié en las buenas intenciones que en-marcan el camino del infierno, sin indicarnos quehacia él nos dirijimos, cumplen además roles con-cretos y superlativos los mitos que se han cons-truído alrededor del poder sustancial.

Bien saben de ellos los personeros de la "in-dustria de la explotación y de la impunidad" queauguran el fin del mundo porque desde el derechose resite al arrasamiento de los derechos de lostrabajadores.

Los falsos mitos que construyeron no son másque su definición etimológica: fábulas o ficcionesalegóricas.

Entre ellos, algunos de los mitos paradigmáti-cos de la realidad que se nos ha impuesto:

• Las políticas neoliberales impuestas en la re-gión (en la Argentina con los tandem dictadura-/Martinez de Hoz, menemismo/Cavallo y Alian-za/Cavallo) fueron mal instrumentadas y se hi-zo todo mal.

• El desempleo no es una crisis de empleo, sinode empleabilidad de los trabajadores no capa-citados ni adaptados a las nuevas formas o pa-radigmas productivos.

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D O C T R I N A

Por Teodoro Sánchez de Bustamante

E D I T O R I A L

• Sin empresas no hay trabajo(clara inversión de las cate-gorías analíticas de los facto-res de la producción).

• Los trabajadores demandantrabajo (clara inversión de lascategorías analíticas deman-da/oferta).

• Si disminuyo el nivel protec-torio social, genero empleo.

• La disponibilidad colectiva oposibilidad de perjudicar a los"representados" en un institu-to que no se asimila al man-dato y que supone una repre-sentación sui generis que so-lamente se concibió para me-jorar los mínimos legales.

• Si incremento la penalidad,bajo el índice de criminalidad.

• El ciudadano es igual a lapersona física y tiene susmismos derechos.

• La economía es una ciencia(no la sociología de la pro-ducción).

• La educación, y la salud sonderechos públicos. (Sin em-bargo no alcanzando a todosparecería que estamos en elcampo de los privilegios.)

• El trabajo no es una mercancía.

• El derecho es una cienciaaún cuando estemos hablan-do de un derecho concreto yespecífico de una formaciónsocial histórica dada.

• La historia ha llegado a un final.

• El actual régimen de produc-ción es la condición naturalde la humanidad.

• La existencia de un orden pú-blico económico.

A estos mitos se los da porciertos y en términos generalesno se los cuestiona. Imagine-mos entonces qué lectura delderecho se puede hacer, y sehace, si partimos de estas ba-ses presupuestas como verda-des reveladas y dogmáticas.

Para contrarrestarlo, necesi-tamos formular una suerte derevolución copernicana del de-recho que, así como Copérnicoconcibió desde la nueva posi-ción del sujeto cognoscente,que era éste, junto con el plane-ta el que se movía alrededor delsol, aunque las apariencias leindicaran lo contrario; en elmundo jurídico, ello signifique

leer, estudiar y aplicar el dere-cho interpretado desde la reali-dad y no desde la exclusiva abs-tracción de la manifestación ob-jetiva de la norma, desapegadade toda sustancia, cuya ontolo-gía y fenomenología no la satis-face ni revela el propio derecho,sino, bien por el contrario, otrasdisciplinas que estudian la reali-dad social y fenomenológicadesde otros abordajes y conotras categorías analíticas.

Esta revolución se ha empe-zado a gestar desde la lectura yaplicación que la Corte Supre-ma ha hecho en "Castillo", "Vi-zotti" y "Aquino". Que sirva deenseñanza, si las leyes del mer-cado están en contra de los de-rechos humanos es que son ile-gítimas e inconstitucionales. Losderechos humanos no son su-ceptibles de regresión. Habráentonces que modificar las le-yes del mercado. Y en esto queno nos vengan que las mismasson una mano invisible, libre einmodificable. Como decía donArturo Jauretche, no existen losmercados libres, siempre son di-rigidos. El problema es quién losdirige y en representación dequé intereses.

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D O C T R I N A

Por Gabriel Tosto*

Detrás del velodel orden público

I. Introducción

El presente ensayo expone un marco general de intro-dución para la reformulación del concepto de ordenpúblico en el contexto nacional. Nuestra aproximación,necesariamente teórica, tendrá el propósito de formu-lar una nueva caracterización. Efectuaremos una ex-ploración por los distintos usos del conjunto “orden pú-blico”, así como por las principales caracterizacionesefectuadas por la doctrina, para tomar de allí algunoselementos útiles para el objetivo.

II. Distinciones del uso del conjunto:Orden público

El Diccionario de la Lengua española ofrece un signi-ficado que muestra una de las alternativas para el usodel conjunto “orden público” (OP): “[…] Situación y es -tado de legalidad normal en que las autoridades ejer -cen sus atribuciones propias y los ciudadanos las res -petan y obedecen sin protesta. […]”1.

En la doctrina jurídica nacional se usa el conjuntocomo sustantivo o como adjetivo. En el primer caso,se designa un ordenamiento básico (OPs) y, en el se-gundo, se lo aplica a un mandato (OPa), por ejemplo:“La norma N es de orden público”. Cuando sucede loúltimo, se acepta, en general, que la prohibición, obli-gación o permisión contenida en el texto N, no es dis-ponible por la autonomía de la voluntad de los indivi-duos o susceptible de alteración por parte de la auto-ridad estatal (argumento del Art. 19, Const. Nacional).Se asume, entonces, que existen ciertos mandatos2

que conforman un orden básico que integran el “ordenpúblico”. Se debate si el orden público lo satisface unúnico sistema general (Derecho Público, DerechoConstitucional) o los distintos sistemas jurídicos parti-culares (Derecho Civil, Derecho Comercial, DerechoSocietario, Derecho de Familia, Derecho Penal, Dere-cho Laboral, entre otros) contienen reglas con el ca-rácter (calificación) de orden público.

También el conjunto “orden público” puede presen-tar un sentido descriptivo o prescriptivo. En en el pri-mer caso, (OPd) expresa que se pueden conocer losmandatos como integrantes del “orden público”, dadasciertas características en los mandatos (por ejemplo:indisponibilidad, zona de reserva personal, que se en-cuentren ubicados en un determinado sistema jurídicogeneral o con un contenido expreso en un dado textolegal) se sigue que integran el orden público. En el se-gundo sentido, (OPp) se postula que algunos manda-tos deben considerarse como integrantes del ordenpúblico.

Asimismo, se puede distinguir entre orden públicovigente y válido. El primero (OPvig) es el ordenamien-to básico que de hecho y en forma prevalente es usa-do, sino por todos, al menos por parte de las autorida-des y ciudadados con capacidad de imposición. El se-gundo (OPvál) es el orden básico producido de confor-midad a las reglas para su creación en el marco de unordenamiento jurídico. Un OP es válido si pertenece otiene aquiescencia a un ordenamiento jurídico, puesha sido creado y no derogado por una autoridad com-petente.

En suma, podemos reconocer: 1. OPs: orden públi-co sustantivo - 2. OPa: orden público adjetivo 3.OPd: orden público descriptivo - 4. OPp: orden públi-co prescriptivo - 5. OPvig: orden público vigente y 6.OPval : orden público válido

III. Caracterización del conjunto“orden público”

A la hora de caracterizar el conjunto “orden público” sesuele citar la expresión de Bibiloni: "Los jurisconsultosmás famosos no saben que es esto del orden públi -co"3, sin embargo se han efectuado algunos intentos:

1. Caracterización del Orden Público con el DerechoPúblico: Postulado por los redactores del Código de

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D O C T R I N A

NARO S.A.RECUPERACIÓN DE APORTES

PARA SINDICATOS Y OBRAS SOCIALES

Desde 1990 al servicio de la recaudaciónMontevideo 496 P. 6o Of. 61 • Capital Federal

TE: 4372-7406 4374-7294e-mail: [email protected]

orden público es el orden social,político, económica, cultural eideológico vigente5 en una colec-tividad en un momento históricod a d o .

9. Caracterización del Orden Pú -blico con el Orden a establecer(transformador): El orden públicoes el orden social, político, econó-mico, cultural e ideológico paratransformar una colectividad en unmomento histórico dado.

En síntesis tenemos: 1. OP- De -recho Público - 2. OP - Interés Pú -blico - 3. OP - Principios Funda -mentales - 4. OP – Argumentación -5. OP- Legislador - 7. OP - No dis -ponible - 8. OP - Bien Común - 9.OP - Orden Establecido y 10. OP -Transformador

IV. Aproximación

De lo precedente se verifica quee x i s t e un uso extendido del con-junto “orden público” más no hayacuerdo en torno a c ó m o usarlo yc u á l es su contenido. Evitaremospronunciarnos por la aceptabili-dad o no de las caracterizacio-nes precedentes, como de suuso y contenido; sí tomaremosalgunos elementos útiles paraconstruir la reformulación quepropondremos.

normas de orden privado que res-ponden a un interés particular. Noson disponibles por las partes, porel contrario, son imperativas a lasmismas. El carácter se lo impone ellegislador al promulgarlas. Esta ca-racterización busca respaldo en elArt. 21 del Código Civil, que dispo-ne: "Las convenciones particularesno pueden dejar sin efecto las leyesen cuya observancia están intere -sados el orden público y las buenasc o s t u m b r e s " .

7. Caracterización del Orden Pú -blico con el Bien Común: El BienComún expresa los requisitos so-ciales, culturales, económicos y po-líticos necesarios para el desarrollointegral de las personas. Los dosprimeros son fundantes, la duplasegunda son instrumentales. Elbien común se enraiza en la situa-ción societal concreta. El orden pú-blico es un concepto formal que ex-presa el contenido del bien común.Los cuatro elementos del orden pú-blico: sociales, culturales, económi-cos y políticos, son necesarios alconcepto y no hay preminencia en-tre ellos, sí funciones distintas. Nose puede reducir el concepto de or-den público a ninguno de los cuatroelementos, por tanto, el “orden pú-blico económico” es una ideología.4

8 . Caracterización del Orden Pú -blico con el Orden Establecido: El

Napoleón, se asimilaba el ordenpúblico al derecho público comouna relación intrumental del segun-do respecto del primero.

2. Caracterización del Orden Pú -blico con el Interés Público: El or-den público está dictado en mirasdel interés de la sociedad, el inte-rés general, o los intereses esen-ciales de una Nación.

3. Caracterización del Orden Pú -blico con los principios fundamen -tales de la Organización Social: Elorden público coincide con los prin-cipios que cada Nación estima bá-sicos para su organización social,tales como principios de orden su-perior, políticos, económicos y mo-rales, contenidos normalmente enla Constitución Nacional.

4. Caracterización del Orden Pú -blico en la argumentación del intér -prete jurídico o autoridad normativa(judicial o administrativa): No sepuede identificar al orden públicoper se, sino que es menester, encada caso concreto, hacer un ba-lance de razones a partir de cada(o en cada) sistema jurídico particu-lar y en términos de justicia.

5. Caracterización del Orden Pú -blico con el que el Legislador ha co -municado: El dictado del legislador(constitucional o derivado) expre-sará cuándo una norma integra ono el orden público.

6. Caracterización del Orden Pú -blico con las Leyes imperativas o nod i s p o n i b l e s (combinación de variascaracterizaciones): El orden públicoestaría integrado por las normasque velan por el interés general, esd e c i r, aquellas que están interesa-das en la paz, la seguridad social ylas buenas costumbres. Normas so-bre las cuales se estructura la orga-nización social, por oposición de las

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D O C T R I N A

a. Presupuesto

Presupondremos, metodológica-mente, que en nuestro pais preva-lece un determinado orden público(OPvig), esto es una serie de man-datos que conforman un ordena-miento básico que de hecho y pre -valentemente es usado. No nos va-mos a pronunciar, por ahora, acer-ca de su contenido, pero vamos apostular que el seguimiento de talordenamiento básico, por parte dela mayoría de las autoridades y dela mayoría de los ciudadanos, dacomo resultado un orden estableci-do (OE). Se nos tolerará, como mí-nimo, que si no es la mayoría de lasautoridades y los ciudadanos, sí lasautoridades y ciudadanos con ca-pacidad de dominación e imposi-ción, siguen los mandatos del orde-namiento básico que como resulta-do produce un orden establecido.Entonces, en este contexto y tramodel ensayo, orden público (OP) dacomo resultado un orden estableci-do (OE) en tanto se sigue, efectivay prevalentemente, los mandatoscontenidos en aquél (OPvig).

b. El orden establecido

En forma agresiva y sin matices,pese a que se pueda conceder da-tos de signo contrario, el orden es-tablecido presenta las siguientescaracterísticas,a saber:

En lo social exclusión. El deterio-ro de los salarios6, el aumento deldesempleo y el trabajo informal queha roto las redes de sociabilidad ycortado el acceso a los sistemas deprotección que cubre a los indivi-duos de los riesgos de la existen-cia. Nuestro pais, desde hace va-rios años, muestra una trama socialvulnerable.7

El OE señala en lo cultural norespeto por las diferencias. Nuestropais no presenta en forma extendi-

da, en la actualidad, grandes con-flictos en torno al idioma, la religión,la cultura y la etnia. No obstante,existen, focalizados, choques cultu-rales o de diversos planes de vida,pues diversos mecanismos impidenun desarrollo humano tendiente aampliar las opciones de la gente, esdecir, permitir que las personas eli-jan el tipo de vida que quieren lle-var, pero también brindarles tantolas herramientas como las oportuni-dades para que puedan tomar deci-siones8, sin dañar a otros.

El OE en lo económico muestrainiquidad. Ello se pone en evidenciaa través de los indicadores de ladistribución de la riqueza y de losingresos9. Para medir el nivel deconcentración y distribución se pue-den utilizar distintos instrumentos,entre ellos el Indice de Gini. Sosla-yando el enunciado de la fórmula,su aplicación a la realidad nacionalverifica que en 1974, en la Capital yel Gran Buenos Aires, el 10% reci-bía el 28,2% de los ingresos tota-les. En la década de 1980 a 1990,la concentración del ingreso avanzóy se profundizó. La medición nacio-nal del INDEC, en 1994, mostróque el 10% más rico acaparaba el35,5% del total. El sector más altosiguió creciendo, la última medicióndel INDEC, de fines de 2003, mar-ca que el 10% más rico se quedacon el del 38,6% del total nacional.Entre 1995 y 2003, nuestro pais pa-só de una brecha de inequidad de19,3 veces a 31,7 veces, con uncrecimiento de la inequidad distri-butiva del 64,2% en los últimos 8años, más allá de la evolución delciclo de caída y aumento de la eco-nomía.10

El OE en lo político expone unsistema democrático con déficit ins-titucional y una clase política condébil inserción social que impide elfranco acceso a expresiones demo-cráticas directas. Eliminación de lasbarreras al tráfico internacional del

capital especulativo y las mercade-rías, minimización del rol del Esta-do y de los colectivos que articula-ban lo social. Criminalización de lasvíctimas de la exclusión y victimiza-ción de los autores del desguace.La criminalización de la pobrezapuede ser fruto de la confusión, pe-ro puede ser, también, un comple-mento para la imposición del traba-jo precario.

Si acordamos que lo precedenteson los caracteres, sin matices, delOE y aceptamos que se deriva co-mo resultado del seguimiento (porparte de los que mandan y acatan,con poder de dominación) de unOPvig, es menester aceptar, enton-ces, que detrás de un OE, cualquie-ra sea, se encuentra el prólogo si-lencioso del OPvig.

Es posible que se nos objete deincurrir en la falacia naturalista, sinembargo, afirmamos que no es difí-cil rastrear que el ordenamiento bá-sico vigente, que ha generado elestado de cosas descripto, en for-ma agresiva, se ha configurado conmandatos derivados del Consensode Washington, de las directivas delos organismos internacionales decrédito y de los motivos de los ideó-logos de la globalización .

V. Reformulación

La constatación de un OPvig noconlleva la aceptación del mismo.El OPvig (orden público vigente) yel OPvál (orden público válido) sonconceptos descriptivos. El primero(OPvig) es el ordenamiento básicoque de hecho y en forma prevalen -te es usado, sino por todos, al me-nos por parte de las autoridades yciudadanos con capacidad de im-posición. El segundo (OPvál) es elordenamiento básico producido deconformidad a las reglas para sucreación en el marco de un ordenjurídico. Un OP es válido si pertene-

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D O C T R I N A

ce o tiene aquiescencia a un orde-namiento jurídico, pues ha sidocreado y no derogado por una au-toridad competente. Ambos con-ceptos son independientes, enton-ces, un OP puede ser válido (perte-nece al ordenamiento jurídico) y noser vigente y, visceversa, un OPpuede ser de hecho usado sin for-mar parte de un orden jurídico.11

La distinción que efectuamosnos sirve para mostrar que un OP-v i g, no configura, por sí y por esasóla razón un ordenamiento básicoválido (OPv a l), pues sus mandatospueden derivar de una autoridadno competente y ser creado deconformidad a un ordenamiento nov á l i d o .

En la doctrina nacional se verifi-ca un acuerdo mínimo: Al OP l oconfiguran mandatos básicos.Conforme lo dicho sólo son v á l i d o slos mandatos producidos por unaautoridad competente y de confor -midad a las reglas para su crea -c i ó n en el marco de un ordena-miento jurídico. Existe consensoen admitir que los mandatos f u n d a -mentales de la organización, q u ecada Nación estima básicos, seencuentran contenidos, normal-mente, en una C o n s t i t u c i ó n q u eestablece principios, reglas, y pro-cedimiento, de actividad y de com-petencia, que fijan los requisitos devalidez para la regulación de lascondiciones sociales, culturales,económicas y políticas necesariaspara el desarrollo integral de laspersonas y de la Nación. Enton-ces, si tales mandatos son básicosno son disponibles por la autono-mía de la voluntad de los indivi-duos o susceptibles de alteraciónpor parte de la autoridad estatal.

Si se aceptara que de los man -datos constitucionales surge unataque contra el orden establecido(como lo presentamos) que signifi-ca la transformación social y la bús-queda de un nuevo orden12, enton-

ces, el orden público válido OPvalpodría ser el OPtransformador delOPvig.

a. Orden Público Válido

Por lo dicho, si el OPvál que postu-lamos se transformara en el OPvigen razón de recibir acatamiento porparte de las autoridades y ciudada-nos con capacidad de imposición,el producto daría como resultadoun nuevo orden:

En nuestro ensayo el nuevo or-den tiene las siguientes caracterís-ticas:

En lo social, inclusión. Recupe-ración de los salarios, disminucióndel desempleo y trabajo decente.Restablecimiento de las redes desociabilidad y acceso a los siste-mas de protección que cubre losriesgos de la existencia. Estableci-miento de una trama social segura.

En lo cultural respeto por las dife -r e n c i a s. Articulación de las cultura-les o de los diversos planes de vida.Mecanismos para un desarrollo hu-mano tendiente a ampliar las opcio-nes de la gente. Cada persona po-dría elegir el tipo de vida que quieral l e v a r, en tanto no dañe a otros ycontaría con las herramientas comolas oportunidades para poder tomarsus propias decisiones.

En lo económico, justicia distribu -t i v a. Distribución simétrica de la ri-queza y de los ingresos. Eliminaciónde los niveles de concentración y dis-tribución inequitativos. Disminuciónde la brecha entre ricos y pobres.

En lo político, un sistema demo -crático con calidad institucional,una clase política con inserción so -cial y acceso a expresiones demo -cráticas directas con poder de deli -beración y decisión. Asumir la glo-balización como proceso y no comoideología, poniendo límites equitati-vos al comercio internacional, recu-peración del rol del Estado y de los

colectivos sociales. Eliminación detoda forma de criminalización de lapobreza. Recuperación del poderde persecución penal estatal, en elmarco de la legalidad, respecto delos autores responsable de la co-rrupción que facilitó la exclusión so-cial y la inequidad económica.

b. Conclusiones

En nuestra comunidad jurídica severifican distintos usos del conjunto“orden público”, derivados de losdistintos usos del lenguaje.

La doctrina caracteriza de di-versos modos el contenido del “or-den público” en razón de la selec-ción y preferencia de significadosy de las diversas concepciones delD e r e c h o .

Detrás del velo del “orden públi-co” transitan, en ocasiones como unprólogo silencioso, los distintosusos y caracterizaciones del con-junto.

El “orden público válido” es elconjunto de mandatos básicos, pro-ducidos por una autoridad compe-tente y de conformidad a las reglaspara su creación en el marco de unordenamiento jurídico. Los manda-tos básicos se encuentran conteni-dos en la Constitución Nacional yen los Pactos, Declaraciones y Tra-tados de Derechos Humanos queestablecen principios, reglas y pro-cedimientos, de actividad y de com-petencia, que fijan los requisitos devalidez para la regulación de lascondiciones sociales, culturales,económicas y políticas necesariaspara el desarrollo integral de laspersonas y de la Nación. Ta l e smandatos no son disponibles por laautonomía de la voluntad de los in-dividuos o susceptibles de altera-ción por parte de la autoridad esta-tal. El acatamiento hace posible latransformación social y la búsquedade un nuevo orden. ◆

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D O C T R I N A

NOTAS

* Abogado. Presidente de la Asocia-ción Argentina de Derecho delTrabajo y de la Seguridad Social–Filial Córdoba–. Director de la re-vista C ATORCE BIS de laAADTySS Filial Córdoba. Miembrodel Equipo Federal del Trabajo.Director del Taller de Práctica Pro-fesional Laboral del Colegio deAbogados de Córdoba.Ponencia oficial al XI CongresoNacional del Equipo Federal delTrabajo. TRABAJO Y DERECHO:La crísis del orden público. PanelI: Marco General. Reformulacióndel Orden Público: Introducción.

1. Diccionario de la Lengua Españo-la, 21º edición, Madrid: EspasaCalpe, S.A., 1999, tomo II, p.1483.

2 . El término mandato comprendeprincipios, reglas o procedimientos,de actividad y de competencia.

3. Actas de la comisión de reformadel Código Civil, t. 1, p. 130.

4. Cfr. Rodolfo Capón Filas, El nuevoderecho sindical argentino, 2º edi-ción, La Plata: Editoria Platense,1993, pp. 60-61.

5. Cfr. Diccionario de la Lengua Es-pañola, 21º edición, Madrid: Espa-sa Calpe, S.A., 1999, tomo II, p.1483.

6. Cfr.: CANASTA BÁSICA TOTAL –CANASTAALIMENTARIA– NIVELDE POBREZA – UMBRAL DE IN-DIGENCIA – JULIO 2004: Una fa-milia con dos hijos necesitó en ju-lio de 724,82 pesos para poder co-mer, usar el transporte y compraralgo de ropa, informó el InstitutoNacional de Estadística y Censos(Indec). El costo de la CanastaBásica Total (CBT) correspondien-te a julio resultó 0,2 por ciento másque en junio, en esta suba gravitó

fundamentalmente el incrementode los alquileres y del rubro “servi-cios elementales para el hogar”.La CBT fija el nivel de pobreza ycontiene, además de los alimentosimprescindibles para subsistir, laevolución de ciertos consumos co-mo servicios y vestimenta. En loque va del año, la CBT aumentó1,3 por ciento. Según el Indec, lamitad de los empleados registra-dos (en blanco) en el sector priva-do ganan hasta 600 pesos men-suales. La Canasta Básica Alimen-taria (CBA), que fija el umbral dela indigencia y que sólo marca eldinero necesario para comprar loindispensable para supervivir, re-gistró en los siete primeros mesesun alza de uno por ciento. La CBAalcanzó en julio a los 327,97 pe-sos, con una caída de 0,7 por cien-to por debajo de junio, marcandola segunda merma consecutiva.La medición que realizó el Indecdurante octubre del año pasadoregistró que el 47,8 por ciento dela población estaba por debajo dela línea de la pobreza, bastantemenos que el 54 por ciento releva-do en mayo de 2003. Pero, a finesdel mes pasado, el ministro deEconomía, Roberto Lavagna, dio aconocer una medición hecha porsu cartera –que compiló datos delIndec y del Ministerio de Trabajo–,que registraba a marzo último undescenso de la pobreza al 46 porciento de la población, un tercio delos cuales era indigente. Fuente:La Voz del Interior online, segúnAgencia DYN: http://www.lavozde-l i n t e r i o r. c o m . a r / 2 0 0 4 / 0 8 0 7 / e c o n o-mia/nota262168_1.htm07/08/2004 09:15:37 a.m.

7. “Existen dos registros diferentesde empobrecimiento: uno indivi-dual y otro comunitario. Hay unprimer grupo de desventajas quelas familias acumulan individual-mente, a las que puede sumarse

un segundo nivel de desventajas:las propias de su hábitad, que tie-nen efecto amplificador sobre lasprimeras. Las diferencias en cuan-to a la provisión, la calidad y la po-sibilidad de acceso efectivo a losservicios generales como el trans-porte, los teléfonos, la seguridad, ypor supuesto, los servicios de sa-lud y de educación, son un fctorcentral que puede empeorar o mi-tigar el empobrecimiento indivi-dual. Es más fácil que una situa-ción de vulnerabilidad socual hagacrisis en un contexto de empobre-ciiento comunitario que en una co-munidad mejor provista”. AlbertoMinujin y Gabriel Kessler, La nue -va pobreza en la Argentina. Bue-nos Aires: Editorial Planeta, 1995,p. 191.

8. Cfr. Informe sobre Desarrollo Hu-mano 2004. La libertad cultural enel mundo diverso de hoy. Progra-ma de las Naciones Unidas para elDesarrollo. Ediciones Mundi-Pren-sa, 2004.

9 . “[...] el conjunto de los trabajado-res perdió en las últimas décadasalrededor de un 40 por ciento delvalor de sus ingresos.” A l b e r t oMinujin y Gabriel Kessler, op. cit. ,p. 9.

10. Cfr. Rodolfo Capón Filas, “Mundodel Trabajo y Derechos Humanos”ponencia al XI Congreso del Equi-po Federal del Trabajo. IsmaelBermúdez, “Argentina, entre lospaíses menos equitativos de la re -gión”, en Clarin, 04-07-2004.

11. Mutatis mutandi cfr. Carlos Alchu-rrón y Eugenio Bulygin, “NormaJurídica” en El derecho y la justi -cia. Madrid: Trotta, 1996, p. 136.

12. Cfr.: Piero Calamandrei, “Crísis dela justicia”, en Ripert y otros, Crisisdel derecho. Buenos Aires: Ejea,1961, p. 319.

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D O C T R I N A

Por Roberto C. Pompa

La Ley de Contrato de T rabajoa 30 años de su sanción

Necesidad de ampliar el principio protectorio

uando se habla de la ley de contrato de traba-jo 20744 se la recuerda como que recogió lamejor doctrina y jurisprudencia de su época.

Comparto en líneas generales esta afirma-ción, pero me permito discrepar parcialmente.

En primer lugar quiero señalar que la Ley de Con-trato de Trabajo 20744/1974 fue el fruto de la lucha demuchos hombres como fue el caso del Dr. Norberto O.Centeno que perdieron su vida tratando de construiruna sociedad más justa.

Por eso, en el recuerdo del Dr. Norberto Centeno,quiero rendir mi sincero y profundo homenaje a todosellos.

En segundo lugar me gustaría resaltar que aquellaley fue el reflejo de un modelo de país que hoy ha si-do destruido a partir de un modelo neoliberal y perver-so instalado a partir de la dictadura militar de 1976.

Aquél fue un modelo de país que se asentaba en laproducción y en el trabajo como ejes principales deldesarrollo, en los que el Estado se constituía en cabe-za y motor de la economía a partir de políticas públi-cas que se centraron en el:

• Crecimiento del poder adquisitivo del salario.• Justa distribución del ingreso.• Pleno empleo.• Preocupación especial en materia de Vivienda, Sa-

lud y Educación de la población.

Es decir, el hombre y sus necesidades se erigíanen el centro de atención y regulación del Estado a tra-vés del trabajo y la producción.

De ahí, que la Ley 20744 estableciera enfáticamen-te que el contrato de trabajo tiene como principal ob-

jeto “la actividad productiva y creadora del hombre ensí” y que sólo después debe entenderse que mediaentre las partes una relación de intercambio y un fineconómico.

Es en esa dirección que debemos saludar y reco-nocer la importancia de la sanción de la primera leygeneral de contrato de trabajo que dio autonomía a lamateria, como quedó plasmado en el primer inciso delartículo 1º cuando estableció que “el contrato de tra-bajo se regirá por esta ley”.

Y es en ese mismo sentido que debemos recono-cer la importancia de la inclusión y consagración nor-mativa de los grandes principios que informan nuestramateria, como el:

◆ Principio protectorio (ya reconocido en la Constitu-ción Nacional) con sus expresiones in dubio prooperario –incluido en la valoración de la prueba enjuicio–, de la norma más favorable y de la condiciónmás beneficiosa

◆ Principio de irrenunciabilidad

◆ Principio de indeterminación de los plazos y deconservación del contrato de trabajo

◆ Principio de buena fe

◆ Principio de la realidad

◆ Principio de la intangibilidad de las remuneraciones

◆ Principio de la limitación de la jornada de trabajo

◆ Principio de indemnidad

◆ Principio de la democratización de las relacioneslaborales en la empresa

◆ Principio de defensa del trabajo

◆ Principio de la equidad y de la justicia social

C

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D O C T R I N A

Como la sanción de las normastanto para prevenir como para san-cionar el fraude laboral

Como las que extendieron laresponsabilidad del empleador yde terceros.

Pero –y aquí es en lo que dis-crepo en parte con la afirmacióninicial–, también fue el producto deun Gran Acuerdo que se celebróen el año 1973, entre el Estado, laConfederación General de Traba-jadores y la Confederación Gene-ral Económica y que entiendo so-bre el que debe realizarse unasuerte de revisionismo crítico, sinperder de vista que también a tra-vés de la ley se intentó eliminar lostratos desiguales y suprimir dife-renciaciones no justificadas otor-gando una especial protección a laclase trabajadora, la que a partir dela ley pudo conocer e invocar conmás precisión sus derechos.

Porque como producto de todoacuerdo, los trabajadores tuvieronque hacer concesiones.

Y entonces, al lado de aquellosgrandes principios que he señala-do, hubo también que conciliar losintereses del empresario, subordi-nando a ellos derechos y poderesde los trabajadores, con lo cual semantuvo la posición asimétrica defuerzas.

En efecto, al lado de aquellosderechos a favor de los trabajado-res, se organizó:

◆ Un sistema básico del cual si-guió siendo parte integrante laempresa, con el empresario co-mo director a partir de un ampliosistema y poderes de organiza-ción, dirección y disciplinario encabeza de los empleadores.

◆ La posibilidad de reducir dere-chos laborales por causas eco-nómicas ajenas a los trabaja-d o r e s .

◆ Un sistema de “inestabilidad”que permitía a los empleadores

despedir de manera arbitraria, ysi bien ello constituía un ilícitoreparable a cambio de una in-demnización, gozaba el actounilateral en cabeza del emplea-dor de entidad suficiente paraextinguir el contrato de trabajo,suprimiendo la ley las normasque en el Anteproyecto de laConfederación General de Tra-bajadores referían a la estabili-dad propia y remitían a su con-sagración a través de los estatu-tos profesionales o convencio-nes colectivas de trabajo.

Es decir, en este instituto, la leyde contrato de trabajo recogió lapeor doctrina judicial, la que prove-nía de la Corte Suprema de Justi-cia de la Nación en el caso “De Lu-ca”, que declaró la inconstituciona-lidad de un sistema legal de estabi-lidad fuerte, lo que luego va a ex-tender cuando estuviera consagra-da a través de un convenio colecti-vo como ocurrió en el caso “LomaNegra”.

Y se recoge esa doctrina sin re-c o r d a r, como lo hiciera MoisésMeik, que la Corte Suprema enotras circunstancias, con otras inte-graciones, había declarado la vali-dez de un sistema fuerte de estabi-lidad en concordancia con el princi-pio constitucional de proteccióncontra el despido arbitrario.

Y sin reparar como lo hemos se-ñalado en otras oportunidades, queese fallo de la Corte Suprema fuedictado en el año 1969:

• Por un gobierno dictatorial• Que intervino las provincias• Que disolvió el Congreso Nacio-

nal • Que destituyó a los miembros

de la Corte Suprema• Que intervino las universidades,

que fueron consideradas “la cu-na del comunismo”

• Que reprimió a los estudiantes

• Que intervino las empresas y or-ganismos del Estado

• Que confiscó los bienes de lospartidos políticos

• Que censuró las expresiones dearte

• Que congeló los salarios• Que sancionó una ley de arbitra-

je obligatorio limitando la auto-nomía sindical y colectiva

• Que reprimió todo intento de re-clamo

• Que criminalizó la protesta.

Por eso la importancia del Fallo“ Vizzotti” que acaba de dictar laCorte Suprema en su actual com-posición, por el que se limita la apli-cación de los topes indemnizatoriospara el cálculo de la indemnizaciónpor antigüedad cuando resultenconfiscatorios, al tiempo que reafir-ma la ilicitud del despido arbitrario yreconoce un sistema constitucionalde especial tutela a favor de los tra-bajadores y los derechos sociales,o el resuelto en la causa “CargoServicios Industriales S.A.” que re-conoce el derecho a una reparaciónintegral y plena a la luz de la nor-mativa civil y no solamente la tarifa-da en la ley de riesgos del trabajo.

Pero aún constituye una asigna-tura pendiente revisar el sistemade estabilidad, porque sin estabili-dad y con la amenaza latente deldespido, el trabajador pierde su li-bertad y resigna derechos.

De ahí la importancia de que laCorte Suprema de Justicia de laNación se integre con hombres es-pecializados en nuestra materiaque hubiesen demostrado en su vi-da y en su actuación pública mues-tras acabadas de la defensa delprincipio protectorio, de la Constitu-ción Nacional y de los Tratados In-ternacionales sobre la plena vigen-cia de los derechos humanos deltrabajador.

Y así como el Estado y sus go-bernantes se han jactado de haber

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D O C T R I N A

E

honrado el cumplimiento de loscompromisos externos, pueda tam-bién jactarse como lo reclama Gial-dino, de honrar los compromisossociales con sus habitantes.

Vemos entonces que aquella leyno era la mejor, quizás la posible,pero que de ninguna manera podíaponer en riesgo el sistema capita-lista de producción, como se refle-jaba en el mismo Mensaje de Ele-vación cuando se indicaba que “lasinnovaciones no provocarán des-víos en nuestro marco socioeconó-mico de vigencias”.

Y sin embargo duró menos dedos años, siendo reemplazada yderogada muchas de sus disposi-ciones en el año 1976 por la Ley21297 que dictó la dictadura máscruel que azotó a nuestro país.

Y hablo de crueldad y no deagresión, porque la agresión pue-de constituir una actitud intuitivadel hombre, que lo puede llevar aresponder una agresión con otra,es decir responder “con la mismamoneda”, con el “ojo por ojo y dien-te por diente” desde la antigüedad.No digo que esto este bien ni lojustifico. De hecho el derecho havenido a dar freno a la agresión yracionalidad al conflicto. Solo digoque el hombre puede actuar asípor instinto.

En cambio, como los señala elpsicoanalista Ulloa, la crueldad esun acto racional. Es más, es un ac-to sociocultural.

El torturador no solamente atacaa la víctima, sino que quiere que-darse con algo del otro.

Y fue evidente que a través de larepresión ilegal, no solo se quisocambiar a las autoridades demo-cráticamente constituidas e impo-ner un modelo perverso, sino tam-bién “eliminar” toda forma de resis-tencia a través de la desapariciónfísica de las personas.

Y en lo normativo, no se procurósólo modificar el orden legal vigen-te, sino “eliminar” el derecho deltrabajo, el que era pensado comoun obstáculo a las leyes del merca-do impuestas por el modelo neoli-beral.

Parece paradójico. Se levanta-ron voces de protesta contra la LeyBanelco –y estuvieron bien–, perono se levantan con la misma fuerzavoces de protesta para derogar lasleyes laborales dictadas por la dic-tadura y que llevan ya más de 28años de vigencia.

Resulta conveniente recordarque precisamente el Mensaje deElevación que acompañó a la ley21297 de 1976, haciendo alusión ala necesidad de resguardar el prin-

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cipio de equidad y restablecer lainevitable merma de las fuentes detrabajo y de la producción de bie-nes, proponía:

• “reacondicionar o derogar aque-llas disposiciones susceptiblesde configurar situaciones quegeneren excesos respecto delequilibrio de comportamiento”, y

• “corregir excesos y vicios parareconstruir la armonía en las re-laciones entre trabajadores yempresarios”.

Traducción:• Derogación de las normas de

mayor contenido protectorio• Desaparición física de los traba-

jadores• Y de los cuadros sindicales que

podían poner en peligro el nue-vo orden.

Un verdadero genocidio socialpara profundizar un modelo neoli-beral impulsado por una fuertealianza con los sectores económi-cos internos más poderosos y el po-der económico financiero mundial.

Es cierto que se produjo el re-torno a la democracia en 1983, pe-ro ésta, muy frágil, no pudo o nosupo evitar el mantenimiento delos mismos sectores de poder que,escondidos o expuestos, continua-ron impulsando las políticas neoli-berales y que se consumaron es-pecialmente en los años 1990:

• con la reforma más salvaje ymás desprotectora en contra delos intereses de los trabajado-res;

• con la pretensión de volver alsistema de libre contratación delderecho civil;

• con la regulación natural por elmercado al cual el derecho de-bía adaptarse servilmente;

• y con su variante más “aggior-nada” por la que se procuró fle-

xibilizar la norma laboral a tra-vés de los convenios colectivosde trabajo, que histórica y con-ceptualmente debían ser supe-riores a la ley.

La nueva ley de ordenamientolaboral (nº 25877) puso un freno aesos avances desprotectorios queresulta alentador y abre una espe-ranza.

Pero no se la puede definir aúncomo que “marque un punto de in-flexión” como se la quiso presentar,desde que insiste en regular institu-tos que han flexibilizado las relacio-nes individuales de trabajo, comolo son:

• el período de prueba;• la eliminación de la integración

del mes del despido cuando elpreaviso ha sido otorgado;

• la reducción de los plazos delpreaviso e indemnizacionessustitutivas;

• el mantenimiento de los topesindemnizatorios en casos dedespidos incausados;

• la reducción del piso indemniza-torio mínimo.

O con el reciente acuerdo delConsejo del Salario Mínimo Vital yMovil, cuando al fijar un salario mí-nimo de $ 450, es decir por debajode la canasta familiar que está porencima de los $ 700, no cumplecon la definición y caracterizaciónque le ha dado la ley a ese institu-to, lo que puede merecer un serioreproche de validez constitucional.

La nueva ley introduce el con-cepto de “trabajo decente” que fue-ra lanzado por el Director Generalde la O.I.T. en la Conferencia Inter-nacional de 1999, que funciona co-mo señala Capón Filas, como unmodelo de organización del traba-jo, basado en la dignidad del hom-bre y opuesto al economicismoneoliberal que considera al hombre

como un mero recurso o como unmero factor de producción.

Pero un trabajo decente requie-re de una legislación decente y deun debate sobre:

• Un verdadero diálogo social.• Sobre la democracia• Sobre el rol del Estado• Sobre la intervención de los cui -

dadanos y su inclusión en la vi-da política y social

• Sobre las relaciones del podereconómico y financiero al servi-cio de las políticas y del hombrey no a la inversa

• Sobre lo que afirma y niega lademocracia

• Sobre el derecho a la felicidad ya una existencia digna

• Sobre las miserias y esperanzasde la humanidad

• Sobre las prioridades a favor delos más necesitados

• Y sobre el rol del Estado paraestablecer un orden social másjusto y para todos.

En este debate, la necesidad dela adaptación de la norma laboral alos principios protectorios y de pro-gresividad constituye un imperativode justicia para un trabajo decente.

Por eso proponemos derogar to-das las normas en perjuicio del tra-bajador que no hayan observado elprincipio protectorio y de progresi-vidad.

En este sentido, proponemos:

◆ sancionar la imprescriptibilidadde las acciones y créditos labo-rales mientras el contrato y la re-lación de trabajo estén vigentes,en razón de su contenido ali-mentario, la hiposuficiencia deltrabajador y el carácter de ordenpúblico laboral de las disposicio-nes;

◆ la extensión de la responsabili-dad empresaria en los casos de

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subcontratación y delegación enlos supuestos de prestación deservicios que correspondan a laactividad principal o accesoriasin la cual la primera no pudieracumplirse;

◆ la extensión de la responsabili-dad de la sociedad a los socios,directores, administradores ycontroladores en casos que secompruebe situaciones de frau-de laboral;

◆ la invalidez en juicio de los librosque carezcan de las formalida-des previstas en la ley;

◆ la obligación del empleador depresentar en juicio los recibosde haberes por los períodos oconceptos reclamados, con susasientos contables correspon-dientes y la acreditación del in-greso de los aportes y contribu-ciones con destino a los organis-mos de la seguridad social;

◆ la obligación del empleador dellevar y exhibir ante requerimien-to judicial o de la autoridad ad-ministrativa de trabajo las cons-tancias de control horario de susdependientes, bajo pena de pre-sumir el horario de trabajo de-nunciado por el trabajador;

◆ la participación de los trabaja-dores o representantes sindica-les en el control de la produc-ción, suspensiones y despidos

por causas económicas y cola-boración en la dirección de lae m p r e s a ;

◆ la opción de los trabajadores deconsiderarse despedidos o per-seguir el restablecimiento de lascondiciones esenciales del con-trato de trabajo alteradas;

◆ el derecho a ser oído y de de-fensa del trabajador previo a laaplicación de sanciones discipli-narias en poder del empleador ycomo requisito de validez;

◆ la caducidad de las sancionesdisciplinarias como anteceden-tes a tener en cuenta luego detranscurrido un lapso razonable;

◆ el derecho expreso del trabaja-dor a retener tareas frente al in-cumplimiento del empleador asus obligaciones contractualesy legales;

◆ la responsabilidad del emplea-dor por el incumplimiento a susdeberes de seguridad;

◆ el derecho del trabajador enigualdad de condiciones al esca-lafón, ascensos y preferencias;

◆ el derecho del trabajador a serreincorporado y a percibir in-demnización por daños en loscasos de despido discrimina-t o r i o ;

◆ la ratificación del Convenio 158de la OIT;

SINDICATO ARGENTINO TRABAJADORESDE LA

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Adhesión a la Revista La Causa Laboral de laAsociación de Abogados Laboralistas

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D O C T R I N A

◆ el derecho del trabajador a serreincorporado o seguir perci-biendo salarios hasta que me-die condena judicial en los ca-sos de despido incausado ocuando la causal invocada fue-se falsa;

◆ la eliminación de los topes in-demnizatorios;

◆ el derecho del trabajador a unresarcimiento amplio de cual-quier naturaleza en caso de su-frir daños como consecuencia oen ocasión del trabajo;

◆ la asistencia letrada obligatoriadel trabajador en las etapasadministrativas de cualquierc l a s e ;

◆ la asistencia letrada obligatoriadel trabajador con motivo de laextinción por mutuo acuerdo,instrumentada únicamente antela autoridad administrativa o ju-dicial del trabajo;

◆ la opción en cabeza del trabaja-dor de continuar su reclamo an-te la Justicia de Trabajo o el juezuniversal en caso de concurso oquiebra del empleador;

◆ la adecuación de los salariosmínimos a las necesidades deuna canasta básica familiar;

◆ el ajuste de los beneficios previ-sionales y su proporcionalidadpermanente con los sueldos deactividad;

◆ el reconocimiento del carácterremuneratorio de todas lasprestaciones que se recibancomo contraprestación del tra-b a j o ;

◆ el reajuste histórico y periódicode los salarios según la evolu-ción del costo de vida;

◆ la reducción de la jornada legalsin merma de la remuneración;

◆ el reconocimiento del carácterde dependiente laboral en todoslos casos que el trabajador seincorpore de modo permanente

a una actividad ajena, con incor-poración de todos los derechosy beneficios de la normativa la-boral, derogando figuras comoel régimen de pasantías yaprendizaje.

Es cierto que estas reformasgenerarán resistencias.

¿Pero de quiénes? De los mis-mos que con sus políticas neolibe-rales han llevado al país a esta si-tuación de endeudamiento y de-pendencia y a su gente a los nive-les más altos de pobreza, margina-ción y exclusión.

De los sectores que hablan de“refundar” el derecho del trabajocuando en realidad lo quieren “re-fundir”.

Lo advierte la Corte Supremaen el caso “Vizzoti” cuando dese-cha las posiciones o escuelas quepodrían cuestionar la solución pro-puesta en el fallo por considerarlainadecuada a los lineamientos queserían necesarios para el mejora-miento del llamado mercado deltrabajo, cuando no del mercadoeconómico general, resignando elsentido profundamente humanísti-co y protectorio del trabajador quela Constitución Nacional le exige,invirtiendo la legalidad que nos rigecomo Nación organizada y comopueblo esperanzado en las institu-ciones, derechos, libertades y ga-rantías que adoptó a través de laConstitución Nacional y los Trata-dos Internacionales de los Dere-chos Humanos.

Es hora como dice Arias Gibert,de recuperar la racionalidad jurídi-ca perdida.

La gloalización no significa úni-camente estar conectados o co-mercializar “on line” en todo elmundo y a toda hora.

Supone también respetar la nor-ma internacional, la de los tratadossobre derechos humanos esencia-les y de adaptar el ordenamiento

interno a los programas de la nor-ma o convención internacional co-mo lo manda la Convención deViena sobre los Tratados.

La caída del muro de Berlín ter-minó circunstancialmente con la di-visión “este/oeste” para imponer unmodelo único, lo que generó unanueva división:

• La de un mundo protegido (contrabajo, ingresos, bienestar, ali-mentos, educación, salud, por-venir).

• Y la de un mundo desprotegidocon necesidades básicas insa-tisfechas.

Es hora de hacer un nuevo con-trato:

• De inclusión y no de exclusión.• De ampliar y de no de reducir

las personas y situaciones com-prendidas y tuteladas por el de-recho social.

Es hora de construir un mundosocial más justo, como en el quecreyeron las personas que perdie-ron sus vidas y que recordamoscon respeto y admiración a treintaaños de la sanción de la ley 20744de contrato de trabajo.

El escritor Saramago contabaque en un pueblo, sus habitantesveían perder sus propiedades amano de los poderosos, sin obte-ner satisfacción de las autorida-des y entonces una mañana, unhabitante que lo había perdido to-do, hizo sonar las campanas en elatrio de la iglesia en la plaza cen-tral y cuando le preguntaron porqué sonaban las campanas res-pondió: “porque la justicia habíam u e r t o ” .

Es de esperar que podamosescuchar pronto las campanas dela justicia, para que un orden so-cial más justo renazca en nuestrop u e b l o s . ◆

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D O C T R I N A

Por Walter F. Carnota

Sobre el controlde constitucionalidad de oficio

esde diversas publicaciones de nuestra auto-ría, hemos venido bregando por el estableci-miento del contralor oficioso de constitucionali-dad de las normas. Nuestra postura se enrola-

ba así dentro de una fuerte corriente doctrinaria que,sobre la base del principio “iura novit curia”, aboga porun rol activo y protágonico de la judicatura a la hora detener que decidir cuestiones de constitucionalidad.

Luego de años de transitar esta tesitura por los ca-rriles minoritarios o disidentes, la Corte Suprema fi-nalmente ha admitido la institución con todas las le-tras y sin reservas en la sentencia recaída “in re”“Banco Comercial Finanzas” (sentencia del 19 deagosto de 2004). Lo que era un criterio aislado, o almenos últimamente no mayoritario, es ahora prevale-ciente en su seno.

Cabe destacar que las implicaciones y significadosde este reconocimiento son muy importantes. Los con-siderandos tercero y cuarto de dicho pronunciamientono dejan margen de duda: cuando de asuntos de de-recho se trate, el juez no puede hacer oídos sordos, ydebe examinar la compatibilidad de todo el materialnormativo aplicable a la causa bajo examen, lo pidanlas partes contendientes o no. Atrás quedó entonces lavieja línea jurisprudencial que desde el caso “Ganade-ra Los Lagos” entreveía una lesión al principio de divi-sión de poderes.

Debemos agregar que a nosotros nunca nos con-venció este argumento. Otra variante negatoria eraachacar a la inspección oficiosa una posible afecta-ción al derecho de defensa, al no haber sido escucha-das las partes sobre el punto. Más allá de la mayor se-riedad de este planteo, que quedó estampado en laconcurrencia de los entonces jueces Bossert y Lópezen “Mill de Pereyra” y que podría sortearse con una

vista a los litigantes, para la Corte en su actual integra-ción el juez debe decir “todo” el derecho, empezando(como corresponde) por el constitucional.

Consideramos que la nueva regla de derecho judi-cial que se consolida a partir de “Banco Comercial Fi-nanzas” resulta institucionalmente trascendente, máxi-me cuando entran a jugar los derechos sociales. Tan-to se ha hablado de la “hiposuficiencia del trabajador”y del “acentuado desnivel negocial”, y sin embargomuchos retaceaban el control de oficio.

En materia laboral y previsional, la aceptación deeste control (que ya lo habían hecho honrosas excep-ciones de las instancias inferiores) no es otra cosa quevisualizar el famoso principio protectorio del art.14 bisC.N. en clave procesal. El orden público constitucionaly el social se juntan en la defensa de la parte más dé-bil de la relación.

Por lo demás, en nuestro ordenamiento jurídico haningresado muchas pautas fruto de la jerarquía superiorque a partir de la reforma de 1994 ostentan trece do-cumentos internacionales de derechos humanos(constitucional) y los demás tratados (supralegal), enlos términos del artículo 75 inc.22. Ni qué decir cuan-do la inconstitucionalidad ya es receptada por la Cor-te, como ha hecho recientemente en autos “Castillo”respecto del infeliz art.46 de la ley 24.557.

Creemos que se han acabado los subterfugios, lospretextos y las ambivalencias. Con anterioridad, el éxi-to o fracaso de la argumentación jurídica en torno a lacoherencia de normas reglamentarias o legales coneste bloque superior dependía de la mayor habilidad ysapiencia de los letrados intervinientes. Ahora, el juezcomo director del proceso debe ser el encargado devigilar siempre (medie petición o no) la vigencia de lasupremacía constitucional.

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NUEVA DOCTRINA DE LA CORTE SUPREMA

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D O C T R I N A

Por Luis Raffaghelli*

IUS VARIANDI:¿Facultad ir revisable

o democracia laboral?

1. La facultad de modificar las formas y modalidadesdel contrato de trabajo que nuestra legislación otorgaal empleador evidencia la tensión entre un modelo derelaciones del trabajo autoritario, adaptado a las for-mas de regulación económica vigente u otro alternati-vo, en el que se realice el derecho de información, losconsejos de empresas y en el que se garantice el de-recho de defensa al trabajador tanto como su potes-tad de solicitar la reposición de las condiciones altera-das de labor, como lo contemplaba la LCT en su ori-ginario art. 71.

La base de la relación laboral es la situación de hi-po-suficiencia del trabajador –calificación acuñadapor el maestro Cesarino Junior y Capón Filas en Ar-gentina– situación social real que lo lleva a incorporar-se como subordinado a las esferas empresarias,agravada en épocas de des-empleo como lo ha seña-lado la OIT (cr. "Informe sobre el programa PIACT",Ginebra, 1984, pág. 4) y lo indica el sentido común.Debe partirse del principio de que en una relación la-boral una de las partes está en condiciones de impo-ner su voluntad a la otra y de que hay que interpretarestrictamente los alcances de un consentimiento quepuede no ser tal.

Un tema esencial en el derecho del trabajo es el delos alcances del poder jurídico de la voluntad del tra-bajador durante el desarrollo de la relación laboral o,lo que es lo mismo, la influencia de la relación de de-pendencia sobre las decisiones del trabajador refe-rentes a la disponibilidad de sus derechos.

El Derecho del Trabajo emitió como respuesta pa-ra combatir los abusos del poder empresario la limita-ción del principio de autonomía de la voluntad, esta-blecido por el art. 1197 del Código Civil.

Nadie discute que en la relación de dependencialaboral no existe "una declaración de voluntad comúndestinada a reglar los derechos de las partes" comorequiere la definición del nudo contrato (art.1137 delCódigo Civil) sino una voluntad con mayor poder denegociación –la del empleador– que se impone a ladel dependiente.

Es sabido que la imposición de la voluntad del em-pleador se sustenta en el temor del dependiente a ver-se privado de su sustento por un distracto, tanto enépocas normales, y particularmente en situaciones dedesempleo estructural.

La regla estatal 21.297 quitó del texto actual del art.66 LCT la acción de reposición de las condiciones al-teradas del contrato de trabajo in peius del trabajador,que había sido incorporada del aporte jurisprudencial,comportando un duro golpe al principio de irrenuncia-biliad, al órden público laboral y a la imperatividad la-boral.

Su texto actual establece: “El empleador está facul -tado para introducir todos aquellos cambios relativos ala forma y modalidades de la prestación del trabajo entanto esos cambios no importen un ejercicio irrazona -ble de esa facultad ni alteren modalidades esencialesdel contrato, ni causen perjuicio material ni moral altrabajador.

“Cuando el empleador disponga medidas vedadaspor éste artículo al trabajador le asistirá la posibilidad deconsiderarse despedido sin causa...o accionar persi -guiendo el restablecimiento de las condiciones alte -radas. En éste último supuesto, la acción se sustan -ciará por el procedimiento sumarísimo, no pudién -dose innovar en las condiciones y modalidades detrabajo, salvo que éstas sean generales para el esta -

EN HOMENAJE A ROBERTO GARCÍA MARTÍNEZ

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D O C T R I N A

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~

blecimiento o sección, hasta querecaiga sentencia definitiva”. ( p a-rrafo en negrita derogado)

Es cierto como bien lo señalaMoisés Meik –basado en el aporteseñero de Roberto García Martí-nez– que una ingeniería jurídicaque denomina reversibilidad delsentido de lo jurídico permite conbase en los principios generales delderecho, que a pesar de esa mutila-ción, el trabajador pueda accionar através de la acción de cumplimientocontractual prevista en el art.505inc.1 del Código Civil con planteode no innovar y reclamo de daños yperjuicios por las condiciones alte-radas. En tal circunstancia el traba-jador puede articular la excepciónde incumplimiento del art. 1201 delmismo cuerpo legal. Pero no es me-nos cierto que lo que era una ac-ción consagrada en el texto legal,expeditiva y sencilla pasa a conver-tirse en un camino no exento de va-llas y que depende de la voluntaddel juzgador.

El orden público laboral protegeel estado contractual conseguidopor el trabajador, no solo el mínimolegal o convencional. El art. 66 dela LCT tiene carácter prohibitivoademás de preceptivo, tornando in-

válido el acuerdo o consentimientoulterior. La doctrina tradicional norepara en que el acto unilateral pe-yorativo del empleador, comportauna alteración unilateral ilícita pro-hibida por el art.66 de la LCT.

2. Un fallo que reviertela doctrina regresiva

La Suprema Corte de Buenos Airesen lo que parece una reacción en elsentido de los cambios evidencia-dos con los fallos Vizzotti y Aquinode la Corte Nacional acaba de emi-tir un pronunciamiento en la CausaL. 73.314, "QUIROGA, José Ramónc/ CONSIGNA S.R.L” del 29 de se-tiembre 2004, que modifica su doc-trina anterior en torno al art. 66 dela LCT y produce su propio acto de“reversibilidad”.

Hasta ese momento la doctrinalegal de la SCBA tenía establecidoque si frente al ejercicio del ius va-riandi el trabajador no se consideradespedido, no puede obligar –niaún judicialmente– al empleador arestablecer sus anteriores condicio-nes de trabajo, no resultando tam-poco viable en el caso del cambiode tareas la pretensión del cobro dediferencias salariales (conf. causas

L. 46.261, sent. del 25-VI-1991 en"Acuerdos y Sentencias", 1991-I I-3 4 3;L. 50.178, sent. del 16-III-1993 en"La Ley", 1993-C-61 y otras). El vo-to de la minoría expresado en el vo-to del Dr. Pettigiani mantuvo éstapostura.

Para el Juez Soria la opción luce"maniquea" para el trabajador frenteal atropello del orden público laboralpor parte de su empleador: "consi-derarse despedido", o por el contra-rio aceptar pasivamente el menos-cabo de sus derechos protegidos.

El mismo magistrado en hondareflexión compara, refiriéndose altexto del art.66 de la LCT la de san-ción con la de su aplicación y en laindefensión en que hoy se encuen-tra el trabajador... “frente al ejercicioabusivo del ius variandi, debido auna flexibilización de hecho im -puesta por la realidad socioeconó -mica actual. Tal doctrina no reparaque "el trabajador por temor a la ex -tinción del contrato o al cierre de laempresa, está compelido a aceptardecisiones que implican nuevascondiciones de trabajo, aun cuandoresulten arbitrarias. Ante la posiblepérdida de su fuente de ingresos yel fantasma de la desocupación, lasubocupación y el trabajo en negro,

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D O C T R I N A

muchos trabajadores consientenla adopción de medidas –tácita oincluso expresamente– que violansus derechos laborales. Los traba -jadores pactan la reducción de suremuneración o la extensión de sujornada a cambio de nada. La rea -lidad indica que los trabajadoresno sólo no s e consideran despedi -dos –y menos aún retienen ta -r e a s– sino que lisa y llanamenteno hacen absolutamente nada:consienten silenciosamente. Lasencuestas demuestran que el em -pleo –y el miedo a perderlo– e suna preocupación central de todala sociedad”.

La interpretación de RobertoGarcía Martínez sobre la modifica-ción al ius variandi fue formuladano bien se mutiló la LCT, cuandoera difícil opinar así. El Dr. De Laz-zari retoma en cierto modo esa li-nea argumental al afirmar que ladoctrina anterior de la Corte al res-pecto... “me parece incompatiblecon el texto y el sentido que debeasignarse a la norma del art. 66 dela Ley de Contrato de Trabajo”.

Y continúa De Lázzari:...En pri -mer lugar, una interpretación es -trictamente lingüística (art. 16 delCódigo Civil) muestra que el se -gundo párrafo del artículo en cues -tión no consagra un deber, sinoque discierne una facultad. No otracosa puede inferirse de las pala -bras "...al trabajador le asistirá laposibilidad...".

A ello debe agregase que, ni deltexto del mismo art. 66, ni del con -texto total de la Ley de Contrato deTrabajo (el espíritu de la ley, a quese hace referencia en el mismo art.16 de la ley de fondo), surge queesa última parte del citado precep -to establezca un ineludible requisi -to (el considerarse despedido) pa -ra obtener así la restitución a lascondiciones laborales previas”.

El mismo magistrado en un razo-namiento similar al de Soria respec-

te el derecho de reclamar en sedejudicial o de la autoridad adminis -trativa laboral el restablecimientode las condiciones pactadas o, poraplicación de la exceptio nonadimpleti contractus, retener suprestación hasta que el empleadorcumpla u ofrezca cumplir las queestán a su cargo”.

Al menos en la Provincia deBuenos Aires un nuevo y más justopanorama se abre para los justicia-bles y para quienes deben resolversus reclamos.

3. La prescripciónAnte el pedido de nulidad de lasmodificaciones peyorativos de lascondiciones laborales, las rebajassalariales, y los acuerdos que en-mascaran renuncias de derechos ola reposición de las condiciones al-teradas, se plantea el tema de laprescripción liberatoria opuesta porel empleador.

Rezzónico opina que la pres-cripción es una defensa poco mo-ral y que una persona rigurosa-mente honorable no puede utilizar-la cuando realmente adeuda unaprestación, sino en casos excep-cionales ( “Estudio de las obligacio-nes en nuestro Derecho Civil”, pag.320 nota 2). La Corte Suprema deJusticia de la Nación expresó ensentido similar que "en otros tiem -pos de costumbres que van desa -pareciendo, en nuestro país laspersonas honorables reputabanuna falta acogerse a tal defensa"(JA 67-724).

Es evidente que el temor al de-sempleo o la exclusión genera unalimitación en el ejercicio de accio-nes judiciales por parte de los tra-bajadores y en éste sentido un pla-zo corto es in-justo para aquellos.

Ha sido el Dr. Horacio Héctor DeLa Fuente con su voto en la causa“Velazco” quien fue más lejos enésta cuestión al sostener que la nu-lidad de la rebaja salarial acarrea la

to a los tiempos en que se sancionóla reforma del art. 66 y su aplicaciónactual, con un razonamiento de filo-sofía jurídica, expresa:

“Las palabras de la Ley de Con -trato de Trabajo (en particular suactual art. 66, antes el 71), recorta -das contra el panorama históricode esos años, podían tener un sen -tido (cualquiera fuere) apropiado aaquellas circunstancias. Sin em -bargo, a esas palabras (salvo quepretendamos resucitar una exegé -tica espuria) no puede asignárse -les hoy idéntico significado que enaquellos tiempos, ya que sería in -genuo pensar que, por el hecho deperdurar el texto, lo que la normadice sigue siendo lo mismo: lascondiciones de identidad de cual -quier precepto están dadas por laidentidad de su sentido y no por lade su formulación lingüística (alrespecto, puede consultarse "Defi -niciones y normas", C. A l c h o u r r ó ny E. Bulygin, en "El lenguaje delderecho. Homenaje a Genaro Ca -rrió", Abeledo Perrot, Bs. A s . ,1983). Es decir: las palabras si -guen siendo las mismas; su signi -ficado (o el que el intérprete lesatribuya) variará en cuanto cam -bien las condiciones sociales, polí -ticas, económicas, etc. respectode aquéllas en que el texto originalfue dado”.

No comparto el razonamientoprecedente, porque entiendo quela reforma al art.66 tuvo un clarocarácter autoritario en paralelo conel modelo de relaciones producti-vas que se impuso a sangre y fue-go en el país y que no soportaba elmínimo análisis constitucional.Nuevamente debo reconocer la in-teligencia y valentía de GarcíaMartinez para efectuar la crítica enese momento.

El Juez Roncoroni manifes-tó...”En mi parecer, por imperio delprincipio de preservación de la re -lación laboral, al trabajador le asis -

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D O C T R I N A

imprescriptibilidad de la deuda delempleador.

Esta posición fue cuestionadaporque se apartaría de los carrilesdel ordenamiento normativo vigen-te, que establece la prescripciónbianual para los créditos prove-nientes de las relaciones individua-les de trabajo, de disposiciones deconvenios colectivos o de la legis-lación del trabajo ( art. 256 LCT) ypor ende se afectaría la seguridadjurídica. En principio todas las ac-ciones son prescriptibles salvo lasexcepciones establecidas por elart. 4019 del Código Civil.

La acción de nulidad de la reba-ja salarial negociada puede ser in-terpuesta por el trabajador solici-tando que se la declare judicial-mente, para lo cual dispone de 10años, ya que “toda acción personalpor deuda exigible se prescribe pordiez años. Igual plazo regirá parainterponer la acción de nulidad.Trátese de actos nulos o anulables,si no estuviere previsto un plazomenor” (Código Civil, art.4023).

La nulidad absoluta puede y de-be ser declarada aún sin peticiónde parte cuando aparezca mani-fiesta en el acto dentro del mismoplazo que la acción de nulidad.

Los jueces pueden aplicar si lasituación de hecho lo permite ladispensa de la prescripción por ra-zón de dificultad o imposibilidad delacreedor-trabajador o si por manio-bras dolosas del deudor el acree-dor no hubiera deducido la deman-da interruptiva tal como lo estable-ce el art. 3980 del Código Civil y loreceptara la Sala VI de la CNAT en“Conti c/ Ford” (10.02.1987).

La frase de M. Meik “cuando elcontrato ( de trabajo) muere la li -bertad ( del trabajador) renace” esmuy adecuada para analizar elcómputo de la prescripción y mar-car su punto de inicio, con un plazoadecuado.

Por ello la solución definitiva del

problema sería producir un acto dereversibilidad histórica y reformar elart.256 de la LCT estableciendoque el dies a quo de la prescripciónes el de la extinción de la relaciónlaboral.

El Tribunal Constitucional Italia-no interpretando el art. 36 de laConstitución sostuvo que la pres-cripción de los derechos laborales ala que alude la misma comienza acontarse desde la terminación delcontrato de trabajo. Basa su argu-mento en la situación psicológicadel trabajador, el temor al despidoque condiciona el ejercicio de susderechos.

Si el curso de la prescripcióntranscurre durante la ejecución delcontrato de trabajo se están gene-rando una situación de muy posiblerenuncia de derechos que la finali-dad del Derecho del Trabajo nopermite.

De esa manera se compensa lasituación de desigualdad, de asi -metría de poderes o de desequili -bro contractual.

También en el ordenamiento la-boral de España (art. 83), enmarca-do en la prohibición de renunciar seestablece que las que las accionesderivadas del contrato de trabajoque no tengan un plazo especialprescribirán a los tres años de suterminación, es decir que el plazocorre desde que la relación quedadisuelta y el trabajador liberado desu prestación.

Por ello cabe trabajar de consu-no con quienes propician una refor-ma legislativa análoga a los prece-dentes citados ya sea restituyendoel plazo de cuatro años del textooriginal del Régimen de Contratode Trabajo ( Ley 20744) o algo me-nor pero siempre contado a partirde la finalización de la relación la-boral.

* Juez del Trabajo. La Matanza

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Por Helios Sarthou*

¿Hacia una propuestade ética compleja?

1. Ética simple y ética compleja

Sin pretensión dogmática, con sólo carácter experi-mental a los fines de este trabajo, tomamos la éticageneral, como el equipamiento espiritual del hombre,que da respuesta de acuerdo a su cuadro axiológicopersonal, a las sugestiones de la multirrealidad y a lasdisyuntivas o desafíos desplegados continuamentepor el cúmulo vital.

Se trata de la acumulación vivencial, intelectual yemocional del hombre, con la cual afronta los retos re-presentados por la necesidad de decisión que impor-ta el vivir, en base a una escala de valores que le espropia.

Sobre esa base, nuestra propuesta es pensar alhombre que ejercita una profesión u oficio, en este ca-so la abogacía, como un hombre total no dividido, cu-ya conducta debe estar toda ella iluminada por la éti-ca, no admitiéndose un cristal moral para visualizar laconducta en lo profesional, distinta a lo social o aotras relaciones individuales.

El ejercicio del derecho compromete una coheren-cia global.

El reduccionismo de la definición ética a lo queproponemos llamar ética simple, forma parte del utili-tarismo ideológico que excluye de la acción profesio-nal el alcance ético global de lucha para la vigenciade un derecho auténtico y la realización del valor jus-ticia. Con esa jibarización de la ética no estamos dea c u e r d o .

Esa lucha mayor se deja librada a la voluntad delque quiera hacerlo y no se integra como deber ético.

Llamamos ética simple de la profesión, en este ca-so del abogado, a las pautas sobre el bien o el malque dirigen la relación bilateral como mera prestaciónde servicio utilitario entablada entre el abogado y elser humano asistido.

En general se ha abordado y se aborda la éticasimple como si agotara la ética total que debe alcan-zar a nuestro juicio al operador asesor del derecho.

Para nosotros al lado de esa ética que llamamossimple, que representa la conducta correcta individua-lizada en la asistencia personal, existe a nuestro juiciouna ética compleja que no toma al hombre en su rolmeramente asistencial, privado, sino que exige laapertura simultánea de una ventana ineludible haciaun deber ante la sociedad global.

No como un elemento complementario sino comouna condición esencial de la ética del operador en de-recho.

El indiferentismo hacia lo global del que se refugiaen la burbuja individual, no puede fundar una ética vá-lida si aceptamos como lo hacemos nosotros, aquelprimer axioma del imperativo categórico de Kantcuando exigía: ” obra como si la máxima de tu accióndebiera ser erigida por tu voluntad en ley universal dela naturaleza“.

El egoísmo aislacionista y fraccionario (el ego co-mo patología del yo de acuerdo a Marx y Guevara) nopuede ser base de ninguna ética.

Como se ve, tiene que ver el tema con una defini-ción más profunda y sustantiva que es la responsabi-lidad ética social del hombre de derecho dentro delsistema.

También supone rescatar un concepto lamentable-mente ya pasado, histórico y especial del siglo XX,que es el principio imperativo de la solidaridad huma-na como parte esencial de la vida.

De algún modo la ética compleja debe implicar unrescate de esta generosa idea del deber de la solida-ridad, que incluye el deber hacia lo colectivo, y quepromovieron las grandes ideologías socio-políticas yengendraron hasta en su contradicción dialéctica laidea de justicia social, la de compromiso en la lucha

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por la igualdad documentada en elllamado bloque de constitucionali-dad sobre Derechos Humanos, queingresa a nuestro sistema a travésde la extensión del art. 72 de laConstitución.1

Como en tantos casos en estetiempo de la teología del mercado–a la que aludía Barbagelata–, pa-ra definir la Ética del hombre queopera el derecho, es preciso re-montar el retroceso del pensamien-to universal que implican el neoli-beralismo y la globalización, quesepultaron el humanismo y la soli-daridad en el holocausto del mer-cado y el supuesto libre comercio.Hay que remontar esa mutaciónideológica, el sálvese quien pueda,el egoísmo cibernético enlatado enla TV y en la computadora.

Generalmente el tema de la éticadel abogado ha quedado ancladoen las peripecias concretas de la re-lación abogado-cliente, en concep-tos valiosos como honestidad, ver-dad, honradez, lealtad y deber asis-tencial alrededor del vínculo bilate-ral inherente a la profesión, esen-ciales pero no suficientes para laparticipación en la operación justi-cia y el reconocimiento pleno de losderechos fundamentales.

Estamos proponiendo un saltoético hacia lo social como un hacerno sólo por la lucha por el derechoen el conflicto concreto, sino parala defensa en general de la justicia-verdad y de los derechos funda-mentales de la persona sin los cua-les no existe el derecho.

A diferencia de lo expresado, lofrecuente es interpretar al hombreprofesional liberal como comparti-mentado, y no como una totalidad,no como un ser indivisible.

Ello explica que se le considererespetuoso de la ética en su con-ducta individual con el asistido, yque al mismo tiempo se le admitaen otro plano jurídico posicionesideológicas antagónicas con la de-

fensa del derecho y los derechosesenciales de la persona humana.Podría ser el ejemplo del profesio-nal ético en su hacer profesional enel caso común individual, pero quedefiende el mantenimiento de la leyde impunidad. Podría ser con másclaridad la situación de los aboga-dos colaboradores con la dictaduraentre otros casos.

La ética compleja no es fraccio-nable.

La interpretación que sostene-mos, puede merecer la tacha de lapretendida politización.

Y no faltará quien pretenda sos-tener que puede considerarse unadesviación política izquierdista. Sepretende de este modo consagrar laincongruencia de limitar la ética a lallamada ética simple ya examinada.

Bueno es señalar, sin embargo,que el temido exceso del contenidopolítico tiene que ver con la partidi-zación pero nunca con los conteni-dos políticos de los derechos hu-manos, que constituyen base de lasociedad y que de alguna maneramarcan en ella rasgos de la politiza-ción, pero no de la partidización.Politización, etimológicamente, esderivada de polis, ciudad en griego,o sea asuntos de la polis, de la ciu-dad. De algún modo de la ciudadPaís.

2. La conmutatividadde la ética compleja

Es válido a nuestro juicio otro fun-damento para esta amplificación dela ética profesional. El Derecho esuna categoría cultural dentro de laconcepción antropológica de la cul-tura sostenida por Thurnwald.

Como categoría organizadora dela sociedad, el Derecho tiene un al-to rol para cumplir, estructurando laorganización social y los derechosde los que se encuentran compren-didos en ella.

El utilizar el Derecho positivo co-mo un hacer profesional privilegia-do, al cual sólo pueden alcanzarquienes se doten de la misma ca-pacitación, consagra una exclusivi-dad para cumplir determinado rolen una sociedad. No cabe duda,que somos los usufructuarios de unmonopolio de la actividad asesoradel derecho, cumplidas ciertas pau-tas de formación.

Ese indudable privilegio nos im-pone como contribución compensa-toria a la sociedad el deber de de-fender un derecho auténtico y unfuncionamiento justo de la sociedad.

Los compañeros abogados dela Asociación de Abogados Labora-listas de Argentina dieron un pasoimportante en base a la ética com-pleja a que aludimos al utilizar elmétodo popular de protesta del ca-ceroleo frente a la Suprema Cortede aquel País para reclamar la re-nuncia del Presidente por razonesde corrupción. No es necesarioaunque sea natural la acción corpo-rativa siendo posible según el casola acción individual o plural.

Podríamos decir en términos ju-rídicos que entre el ejercicio de laprofesión de derecho que nos otor-ga la comunidad y el deber de de-fender el orden jurídico y el sistemade derechos humanos existe unaespecie de relación de conmutativi-dad tácita con los rasgos del art.1250 del código Civil cuando expre-sa: “cada una de las partes se obli-ga a dar o hacer una cosa que semira como equivalente a lo que otradebe dar o hacer a su vez”.

Entre ejemplos posibles, esta-mos sosteniendo en consecuenciaun imperativo categórico ético parael laboralista en cuanto a luchar pa-ra que los juicios no configuren porsu duración una virtual denegaciónde justicia, para el penalista para nodisminuir la edad de la imputabili-dad, para que los establecimientoscarcelarios no sean un posgrado

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del delito, para el constitucionalistay obviamente el jurista de derechoshumanos la anulación de la ley in-constitucional de impunidad entreotros.

¿ Y en lo actual y en la cúspidedel derecho se ajusta a la éticacompleja la negativa a extraditar avioladores de los derechos huma-n o s ?

3. La Idea del Bien

Estamos basándonos para estaconcepción de una ética compleja,en la integración preceptiva a lamisma de acciones macro-jurídicaspor parte del profesional liberal li-gadas a la idea del bien en sentidoaristotélico como abstracción o seaa lo bueno como valor y para la co-munidad.

Importa concebir un deber supe-rador de la relación pragmática delos intereses concretos de la o laspersonas, para pensar en términosde sociedad.

Decía Aristóteles en su Moral,diferenciando el bien como Idea delbien diseminado en las cosas, alque llama bien real: “La Idea delbien es cierta cosa separada, quesubsiste por sí aisladamente, mien-tras que el bien común y real deque queremos hablar se encuentraen todo lo que existe. Este bien realno es el mismo que ese otro bienque está separado de las cosas,mediante a que lo que está separa-do y lo que por su naturaleza sub-siste por sí mismo jamás puede en-contrarse en ninguno de los otrosseres”.

Filosóficamente nos estamosbasando en esa Idea del bien-de-ber.

Y también en lo que dice Rebe-llato siguiendo al último Marx en lainterpretación de Dussel respectode la ética a la que vincula a la ideade valor: “El valor pertenece al tra-

bajo vivo porque ésta es su fuentecreadora. Es incorrecto éticamentetodo lo que es contrario a la digni-dad de la subjetividad y a la corpo-ralidad del trabajador. Desde estepunto de vista la pobreza y la mise-ria son realidades antiéticas”.

El hombre de derecho no puedeser mero espectador de la violaciónde los derechos fundamentales co-mo el derecho a la vida que com-promete la miseria y el hambre deque habla Rebellato o de los demásderechos humanos fundamentales.

Tenemos conciencia de las difi-cultades de esta ampliación ética.Tal vez por dos razones aparente-mente antagónicas.

◆ La primera viene por boca de unpersonaje de Malraux en “L’ Es-poir”, sobre la definición del inte-lectual frente a las ideas absolu-tas del bien y el mal quien dice:“el intelectual –en sentido ampliolo es el profesional liberal– es elgran antimaniqueo por defini-ción”. Vale decir un gran resis-tente a los extremos del bien ydel mal.Es difícil ajustar la conducta a laidea de bien absoluto, si se em-pieza por resistir la identidad deesos contrarios éticos, exacer-bando la cultura de los maticesque fomenta la transaccionali-dad de oficio del abogado.

◆ Y la segunda, es la comparti-mentación a que nos tienenacostumbrados: el derecho con-tencioso en el bufete, la ideolo-gía en el partido, los derechosfundamentales en la cátedra,etc., pero nunca todo en todo.

Por último, introducir la filosofíade la conducta de un humanismoque supere los intereses concretosde asunto, e imponga el imperativocategórico de la lucha por el dere-cho global y lo consagrado en elbloque de la constitucionalidad co-

mo deber ético puede entendersecomo una utopía.

Decía Helder Cámara: “Caminarsolo es posible, pero el buen pere-grino sabe que el camino es largoy requiere compañeros”. Ti e m p ovendrá , si queremos lograr unademocracia inclusiva al decir deFotopoulos que la idea de ciudada-nía social impondrá al agente indi-vidual del Derecho en los Códigosde ética, la armónica y simultánearesponsabilidad y la preceptividadde defender un derecho y una so-ciedad antropocéntrica y justa, co-mo contrapartida ineludible de laasunción de la profesionalidad ju-r í d i c a .

NOTAS

* Este artículo fue publicado por laAsociación Uruguaya de AbogadosLaboralistas, filial de la ALAL, Aso-ciación Latinoamericana de Aboga-dos Laboralistas, en el Boletín Elec-trónico de AULA, en septiembre de2004.

1. N. de R.: El autor se refiere a laConstitución Uruguaya.

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D O C T R I N AD O C T R I N A

Por Jorge Rachid*

La inseguridad jurídicade los trabajadores

dicos colegas prestaron sesudos análisis donde las herniasdiscales e inguinales, no tenían nada que ver con cargar bol-sas de 50 kg durante doce horas, ni con levantar hierros del12, catalogando que las mismas eran originadas por la ma -la posición en el parto o desarrollo incorrecto del embrión,un verdadero desatino cargado de fundamentos académi-cos, supuestamente avalados por autoridades de la materia.

En el mismo sentido el valor de la vida de los trabajadorestenía techo, diferente al resto de los mortales. Precio del tra-bajo que llevó a tener los muertos más baratos del mundo pa-ra regocijo de los sectores que hoy plantean el apocalipsis porel fallo de la Corte. Por ejemplo los muertos del edificio de Ca-talinas por ser jóvenes y solteros de acuerdo a la ley, no te-nían derechohabientes, por lo que sus familiares no cobraron.Como vemos, más alla de modificaciones posteriores, un ver-dadero mamarracho legal que llevó a los derechohabientesde la tragedia del avión de Austral a percibir diferente montosi era piloto o azafata, o pasajero el pariente muerto.

En esto no es ajena la SRT donde el Estado debería ve-lar por el derecho de los más débiles. Sin embargo resultó uninstrumento dócil a las presiones de las A RT, es decir losbancos, los mismos de las A F J P y con manejo discrecionalque les permitió realizar B a r e m o s * * de incapacidad y enfer-medades profesionales como traje a medida de sus intere-ses, aún en detrimento de las empresas que los contrataban,que por el rechazo de los siniestros deben pagar los salarios,la obra social debe pagar el tratamiento, el obrero queda sinindemnización de su único capital que es su cuerpo y el úni-co que cobra de contado, mes a mes sigue rechazando acci-dentes y enfermedades profesionales con Comisiones Médi-cas coptadas por la presión conjunta de la SRT y las A RT.

Como se darán cuenta veremos en estos días cataratas dedeclaraciones de los dueños del poder para quienes la segu-ridad jurídica pasa por sus intereses, sean financieros comola compensación bancaria, o la moratoria de los impuestos deFiat y Renault por millones de dólares, o el aceptar como in-versión el no pago de Aeropuertos 2000 y Correo por canon.

¿Será que los trabajadores argentinos son material des-cartable y sin derechos para estos sectores que no trepida-ron en lograr el máximo nivel de desocupación, trabajo ennegro y explotación social de los últimos 100 años de histo-ria argentina?

* El correo del autor, que es médico, es [email protected]* Baremos: Libro o repertorio de cuentas y tarifas para evaluar algo.

nte la determinación de la Corte Suprema de Justi-cia de la Nación, reconociendo el derecho de los tra-bajadores a no ser discriminados legalmente por su-puestas razones referidas al mercado y los costoscompetitivos de la empresas, hacer un breve repa-

so al avasallamiento constitucional de la ley 24557 llamadade Riesgos del Trabajo no es un tema menor.

Dicha ley promulgada el 15 de julio de 1996 tenía comoobjetivo declarado fijar costos de las empresas accesibles almarco supuestamente competitivo de la globalización, en unaArgentina que pensaba que había entrado al primer mundo.Tiene a la fecha más de 100 declaraciones de inconstitucio-nalidad, sólo en la Provincia de Buenos Aires, sin embargo nofué replanteada ni analizada por el poder durante 8 años.

En dicho texto legal se PRIVATIZA la Higiene y Seguri-dad en el trabajo, colocando a las ART como responsablesde categorizar las condiciones de trabajo. Es decir, quien tie-ne que vender el servicio tiene que exigir inversión en el cui-dado de los trabajadores, un verdadero desatino sólo posi-ble en la mentalidad fundamentalista del capitalismo salvajede ésa época.

En los fundamentos se decía que dicho instrumento legalpermitiría crear nuevas fuentes de trabajo, como antes bajarlos aportes de Obra Social, los aportes patronales, apropiar-se del ahorro diferido del Pami, crear por la ley 24241 (ver-dadero mamarracho mal llamado previsional) las AFJP, to-dos instrumentos del mercado de capitales que permitieronDECONSTRUIR EL ESTADO SOCIAL SOLIDARIO comomodelo de construcción política de 50 años.

La variable de ajuste del cambio del modelo solidario porel neoliberalismo, fueron LOS TRABAJADORES ARGENTI-NOS que, a partir de la lógica economicista de los 90,verda-dero genocidio social, comienzan una etapa de exclusiónsocial, verdadera expulsión social, con pauperización y pre-carización de los que quedan dentro del sistema.

En esto la ley de referencia prestó un servicio hasta aho-ra único en demonizar los trabajadores, arrasando conquis-tas de años desde las 8 horas laborales hasta las condicio-nes laborales de salud, que frente a la masa de desocupa-ción quedó en el último lugar de las preocupaciones labora-les, hasta que el infortunio tocaba a la puerta y el desampa-ro era el nuevo horizonte.

Se inventaron, en el marco de las Comisiones Médicasencargadas de evaluar los daños, nuevas etiologías de pato-logías historicamente laborales, por presión de las A RT. Mé-

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Por Teodoro Sánchez de Bustamante

Inconstitucionalidad del topeindemnizatorio del Art. 245 L.C.T .

lar que emana del art. 14 bis de la Constitución Nacio-nal, o cuando destaca que: "...sostener que el trabaja-dor es sujeto de preferente atención constitucional noes conclusión sólo impuesta por el art. 14 bis, sino porel renovado ritmo universal que representa el DerechoInternacional de los Derechos Humanos, que cuentacon jerarquía constitucional a partir de la reformaconstitucional de 1994 (Constitución Nacional, art. 75,inc. 22). Son pruebas elocuentes de ello la Declara-ción Universal de Derechos Humanos (arts. 23/25), laDeclaración Americana de los Derechos y Deberes delHombre (art. XIV), el Pacto Internacional de DerechosEconómicos, Sociales y Culturales (arts. 6 y 7), a loque deben agregarse los instrumentos especializados,como la Convención sobre la Eliminación de todas lasFormas de Discriminación contra la Mujer (art. 11) y laConvención sobre los Derechos del Niño (art. 32)...

La impecable primaria doctrina que surge de estefallo, igualmente pone de relevancia la inexistencia deun orden público económico que pueda regir por enci-ma del orden público en general, del orden público la-boral en particular y de los derechos humanos; falsomito impuesto por claras estructuras de dominaciónque propalan ideas con pretensiones hegemónicas,cuya finalidad es ocultar la realidad de las cosas de-trás de apariencias explícitas. Este considerandoconstituye además un claro mensaje a los personerosde la industria de la explotación humana, también co-nocidos como industriales de la impunidad.

Los párrafos respectivos dicen, sin dar lugar a se-gundas interpretaciones que: " ...La Corte no descono-ce, desde luego, que los efectos que produzca la doc-trina del presente fallo podrían ser considerados, des-de ciertas posiciones o escuelas, como inadecuados alos lineamientos que serían necesarios para el mejora-miento del llamado mercado de trabajo, cuando no del

n el fallo "Vizzoti, Carlos A. c/AMSA S.A.s/despido", la Corte Suprema de Justicia de laNación, decretó la inconstitucionalidad del topeque establece el segundo párrafo del art. 245

del R.C.T., en la medida en que la dispersión del cál-culo resultante de la multiplicación de la mejor remu-neración mensual, normal y habitual del trabajador porsus períodos computables de antigüedad, exceda enmás de un tercio el que resulta de la aplicación del to-pe previsto en la norma.

Nos parece que este fallo enmarca la correcta exé-gesis del derecho aplicable, más allá de alguna pun-tuales críticas que nos merece, porque deja claramen-te establecido, siguiendo la línea argumental que rei-teró en otros fallos, que cuando se trata de los dere-chos de los trabajadores, la referencia concreta es alámbito normativo de los derechos humanos. Conse-cuentemente revisten las características definitoriasde los mismos: estan intimamente anclados en las ne-cesidades humanas, no son suceptible de ejercicioabusivo, ni de regresión, son irreversibles, acumulati-vos, y progresivos.

Claras referencias surgen de los considerando queincluyen párrafos como el siguiente: "...La intervenciónde esta Corte en los términos precedentemente ex-puestos no entraña ingerencia alguna en el ámbito delPoder Legislativo, ni quiebre del principio de separa-ción de poderes o división de funciones. Se trata delcumplido, debido y necesario ejercicio del control deconstitucionalidad de las normas y actos de los gober-nantes que le impone la Constitución Nacional. Esbien sabido que esta última asume el carácter de unanorma jurídica y que, en cuanto reconoce derechos, lohace para que éstos resulten efectivos y no ilusorios,sobre todo cuando, como en el caso, se encuentra endebate un derecho humano...", menta el principio tute-

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SUBSTANCIAL CAMBIO EN LA DOCTRINA DE LA CORTE SUPREMA

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mercado económico en general.Esta hipotética censura, sin embar-go, al margen de la naturaleza sóloconjetural de las consecuenciasque predica, resulta m a n i f i e s t a m e n-te desechable. Puesto que, segura-mente de manera involuntaria, omi-te hacerse cargo de que su even-tual consistencia exige ignorar osubvertir tanto el ya mentado princi-pio de supremacía de la Constitu-ción Nacional, cuanto el fundamen-to en el que toda ésta descansa se-gún el texto de 1853-1860, robuste-cido aun más por los señeros apor-tes del art. 14 bis y la reforma de1994 (esp. art. 75 inc. 22). Consen-tir que la reglamentación del dere-cho del trabajo reconocido por laConstitución Nacional, aduciendo ellogro de supuestos frutos futuros,deba hoy resignar el sentido pro-fundamente humanístico y protec-torio del trabajador que aquélla leexige; admitir que sean las "leyes"de dicho mercado el modelo al quedeban ajustarse las leyes y su her-menéutica; dar cabida en los estra-dos judiciales, en suma, a estospensamientos y otros de análogaprocedencia, importaría (aunque seadmitiere la conveniencia de dichas"leyes"), pura y simplemente, inver-tir la legalidad que nos rige comoNación organizada y como puebloesperanzado en las instituciones,derechos, libertades y garantíasque adoptó a través de la Constitu-ción Nacional. Puesto que, si de és-ta se trata, resulta claro que el hom-bre no debe ser objeto de mercadoalguno, sino señor de todos éstos,los cuales sólo encuentran sentidoy validez si tributan a la realizaciónde los derechos de aquél y del biencomún. De ahí que no debe ser elmercado el que someta a sus re-glas y pretensiones las medidas delhombre ni los contenidos y alcan-ces de los derechos humanos. Por

el contrario, es el mercado el quedebe adaptarse a los moldes fun-damentales que representan laConstitución Nacional y el DerechoInternacional de los Derechos Hu-manos de jerarquía constitucional,bajo pena de caer en la ilegali-dad...."

El fallo bajo comentario es en sulínea argumental principal, revela-dor de que se ha puesto nueva-mente en el centro de gravedad alhombre con sus necesidades, porencima de medios instrumentalesque lo someten, en una clara inver-sión del sujeto histórico social quenunca se compadeció con nuestranormativa constitucional ni con elderecho internacional de los dere-chos humanos vigente.

Igualmente nos merece este fa-llo algunas críticas en tres aspectospuntuales, a saber:

El primero, relativo a la determi-nación cuantitativa de un nuevo to-pe que genera la propia sentenciaen el tercio referido en el fallo y alinicio del presente. Nos parece que,cuando se declara la inconstitucio-nalidad de una norma por motivossustanciales, cualitativos, tan clara-mente fundados, la misma no pue-de luego reconocer otras limitacio-nes que no se compadecen con elpropio sentido de los fundamentosiniciales. Concretamente, aunquese invoquen pretendidas analogíascon otros precedentes, vinculados aotras ramas jurídicas, no pareceque sea coherente establecer un lí-mite que no es más que lo mismoque se pretende abrogar, aunquediferenciado en su cuantum.

El segundo, que sin mayoresconsideraciones se deslice que elsistema tarifado de reparación enmateria de indemnizaciones labo-rales, sin más y aisladamente nopueda merecer reparos de índoleconstitucional.

El derecho común como normageneral, instituyó el concepto de lareparación integral de los daños, acuyo fin en origen estableció un sis-tema de responsabilidad subjetiva.

El derecho del trabajo, cuandotambién en origen constituyó unavance específico sobre la norma-tiva común, conjuntamente con elnovedoso marco de imputabilidadde responsabilidad objetiva, gene-ró el concepto de tarifación, aligual que otros sistemas de res-ponsabilidad por daños que signifi-caron un avance en relación con elmero concepto de la imputabilidads u b j e t i v a .

Sin embargo con el transcursodel devenir del tiempo, el avancede las concepciones de la respon-sabilidad civil, dentro del propioámbito de aplicación del derechocomún, que se ha colocado a losefectos de la reparación desde elpunto de vista de la víctima, másallá de la responsabilidad mera-mente subjetiva, y en el marco ac-tual de la realidad de abandono yexclusión social que a todos nosconsta, ciertas normas que al prin-cipio significaron un avance, hoy endía se han convertidos en anacro-nismos limitatorios que en muchoscasos, agravian el principio deigualdad ante la ley.

Es por ello que hoy en día, en elmarco de una actualizada teoríageneral del daño y del derecho dela responsabilidad aplicable a lasrelaciones laborales, no es capri-choso repensar que la tarifación,considerada de manera aislada yexcluyente, más que un progresis-mo jurídico, es en muchos casosun verdadero abuso.

La tarifación en la determinacióncuantitativa y reparación de daños,fue en su origen una expresión his-tórica de un avance sobre el únicoconcepto generador de responsabi-

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lidad consistente en la imputabilidadsubjetiva. La tarifación fue un avan-ce porque implicó superar el con-cepto, para arraigar el de la respon-sabilidad e imputabilidad objetiva.

En la realidad social actual, latarifación como tal, en cualquierámbito del derecho, y dentro deuna nueva teoría general del dañoy del derecho de la responsabili-dad, no puede sino ser de utilidad,más que como la base desde lacual iniciar la cuantificación delmismo, y no como una valla quegarantice la impunidad del obrar,que permite a muchos empleado-res, verdaderos irresponsables so-ciales, convertirse en ostensiblesdepredadores de lo que, en térmi-nos meramente económicos, se hadenominado “mercado de trabajo”.

Dentro de una teoría general deldaño y del derecho de la responsa-bilidad, no puede ni debe tener lími-tes de ninguna naturaleza, ni cuan-titativos ni cualitativos, porquecuando se produce un daño, debeconsiderarse a quien se le produce,su entidad relativa, su calidad, sucantidad, y el marco de responsabi-lidad social en el que se lo produce,todo lo cual no puede quedar in-merso en rígidas formas cuantitati-vas o montos dinerarios, que no su-ponen sino, verdaderas vallas a lareparación integral, y que contra-

vienen el principio de “alteram nonladeare” que reconoce primacía co-mo garantía constitucional estable-cida en el art. 19 de la ConstituciónNacional.

Finalmente el tercero: en estasentencia se reitera como tesis que"...el trabajo humano "no constituyeuna mercancía" (Fallos: 290:116,118, considerando 4°)...

Si la propia sentencia hace refe-rencia al denominado "mercado detrabajo"; si el modelo económico yde relaciones de producción vigen-te desde hace décadas en nuestropaís, permanentemente se refiereal mismo y a los derechos de lostrabajadores como "costos labora-les", erogados por quienes previo aproducirla invocan derecho de pro-piedad sobre la riqueza; exponen-cialmente está demostrado que eltrabajo humano está sujeto a la leyde la oferta y la demanda.

Obviamente no es deseable queasí lo sea, y por ello introducimosesta crítica. Hubiera acertado másla sentencia si la referencia hubieseindicado que no es deseable que eltrabajo humano continúe siendouna mercancía y no oculte detrásde una frase declamatoria, que porahora no es más que una expresiónde deseos, una realidad que unavez más, parece diluirse detrás dela apariencia.

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Por Horacio Meguira

Facultades de las Asociacionessimplemente inscriptas

I. La revisión judicial de los actoshomologatorios de los CCTy los llamados actos preparatorios

Para el Fiscal General la resolución que homologa unC C T no es encuadrable en el sistema de revisión delart. 62 de la ley 23.551. Afirma que ley 14.250 no haprevisto ningún recurso contra tal resolución adminis-trativa: “El planteo no es idóneo porque el ordenamien -to no ha previsto ningún recurso directo y la eventual re -visión es inadmisible en el marco de la aptitud jurisdic -cional originaria (de la CNAT ). ” Pero luego continúadescribiendo los efectos de la publicación del CCT, yafirma que “la norma, mas allá del criterio que merezca,ya ha cobrado operatividad en las relaciones individua -les del trabajo en los términos del art. 5º de la ley14.250, y solo podría ser reemplazada por una fuentede mayor beneficio, sea legal o convencional, lo que re -lativiza su incidencia peyorativa, porque solo podría seraplicado si establece mejores condiciones de labor. ”

En el comentario que Justo López efectúa del fallo“ C G T c/Gobierno Nacional - Dtos. 1552, 1553 y1554/96”, específicamente del voto de la minoría del

Dr. Guibourg, (Derecho Colectivo del Trabajo, LL, Pag.152 y ss), surge que “a partir de la homologación y dela publicación, la vigencia del CCT se extiende por to -do el lapso de duración previsto por las partes sin queel órgano competente para el dictado de este acto, ha -ya sido investido para la revisión y revocación (...) elacto mediante el cual el MTSS homologa una CCT pro -duce sus efectos instantáneamente y alcanzado se ob -jeto se extingue, no genera una situación jurídica in fie -ri susceptible de revisión de oficio en cualquier momen -to en que la alteración de las condiciones que conduje -ron a su dictado así lo aconsejen. Esta hipótesis, en elcaso de que se estime deseable, debería resultar deuna ley del congreso modificatoria de la ley 14.250.”

Afirma asimismo que “la homologación no es masque otra restricción a la autonomía de las partes, perono hace a la existencia y no convierte al producto de esaautonomía en acto estatal. La homologación es, en de -finitiva, la aprobación administrativa de un acto concer -tado entre particulares, la autoridad homologa el resul -tado de la negociación. Este hecho no le da al adminis -trador facultades de disposición sobre el CCT. La homo -logación agota la capacidad estatal de adoptar decisio -

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Es evidente que el acto de homologación de un convenio colectivo, que implica la condiciónnecesaria de obligatoriedad “erga omnes”, requiere además del control de legalidad y oportuni-dad reservado a la autoridad de aplicación, un criterio claro respecto de su judicialización. Ental sentido la sentencia de Sala VII es novedoso, respecto a la jurisprudencia de la Cámara Na-cional de Apelaciones del Trabajo.

El llamado encuadramiento convencional, tuvo una clara tendencia jurisprudencial a reservarla judicialización exclusivamente para el supuesto de interpretación del convenio colectivo apli-cable en el contrato individual, y a entender a la “des-homologación” como una de las formasde nulidad del acto administrativo.

Revisemos entonces la evolución de la Jurisprudencia y de la doctrina.

AUTOS “NUEVA ORGANIZACIÓN SINDICAL GASTRONÓMICAC/MINISTERIO DE TRABAJOS/AMPARO”

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nes discrecionales” y agrega que“solo puede perder aplicabilidaden virtud de: a) un nuevo acuerdohomologado; b) de una ley; c) enla ilegalidad declarada, en su ca -so, por autoridad judicial”.

Siguiendo el voto de Guibourg,se advierte que el art. 17 de la ley19.549 sobre procedimiento admi-nistrativo, en cuanto se remite a lacompetencia judicial para la revoca-ción por nulidad del acto administra-tivo irregular firme que hubiese ge-nerado derechos subjetivos encumplimiento, y al art. 18 referenteal acto administrativo del que hayannacido derechos subjetivos, que nopuede ser revocado, modificado, osustituido en sede administrativa.

Carcavallo opina lo contrario, espartidario de la des-homologacionen cuanto facultad del MTSS de mo-dificar el acto homologatorio ante uncambio normativo con nuevas nor-mas de orden publico, o dictadas enprotección del interés general, o conlas normas legales que rigen las ins-tituciones del derecho del trabajo.

Tanto Justo López, Carcavallo, oel mismo Guibourg, admiten la revi-sión judicial del acto homologatorioen función de la teoría general denulidades administrativas.

Afirma Justo López que, ni la ley14.250 ni su decreto reglamentario,reglan ningún recurso especial con-tra el otorgamiento o la negativa dehomologación, y concluye que todaimpugnación por la vía judicial de-be ser entendida a la luz del art. 23de la ley 19.549/72.

II. Los llamados actosintermedios, re s o l u c i o n e sadministrativas,conformación de launidad de negociación

Hasta el momento de homologarseun convenio colectivo de Trabajoexisten un conjunto de actos aso-

va. En opinión del Procurador Ge-neral la ley 14.250 no ha previstoningún recurso contra tal resoluciónadministrativa: “El planteo no esidóneo porque el ordenamiento noha previsto ningún recurso directo yla eventual revisión es inadmisibleen el marco de la aptitud jurisdic -cional originaria (de la CNAT).” P e-ro luego continúa describiendo losefectos de la publicación del CCT,y afirma que “la norma, mas alládel criterio que merezca, ya ha co -brado operatividad en las relacio -nes individuales del trabajo en lostérminos del art. 5º de la ley14.250, y solo podría ser reempla -zada por una fuente de mayor be -neficio, sea legal o convencional,lo que relativiza su incidencia pe -yorativa, porque solo podría seraplicado si establece mejores con -diciones de labor. ”

En efecto, lo que llaman “actospreparatorios” son verdadera-mente actos administrativos y, porlo tanto, pasibles de ser recurri-dos. Aun en el marco restringidode los, denominados por la doctri-na, actos de tramite –diferentesde los actos resolutorios– la reglade la irrecurribilidad no es absolu-ta. Como señalan Eduardo Garcíade Enterria y Tomas Ramón Fer-nández en su Curso de DerechoAdministrativo (volumen I, 8va.Edición, pág. 561/2) “Quiere de -cirse, mas simplemente, que losactos de tramite no son impugna -bles separadamente. Expresa,pues, un principio de concentra -ción procedimental; habrá que es -perar a que se produzca la reso -lución final del procedimiento pa -ra, a través de la impugnación dela misma, poder plantear todaslas eventuales discrepancias queel recurrente pueda tener sobre elmodo en que el procedimiento seha tramitado, sobre la legalidadde todos y cada uno de los actosde trámite”.

ciacionales y administrativos quecumplen el procedimiento para arri-bar al convenio colectivo, el masimportante es el que constituye lacomisión negociadora en donde sepuede lesionar derechos de entida-des sindicales o patronales quefueran incorrectamente incluidas oexcluidas.

La ley 14. 250 con la reforma in-troducida por la ley 25.877 reprodu-ce un viejo criterio estatalista en laresolución del problema de falta deacuerdo entre las partes para laconstitución de la unidad de nego-ciación. En tal caso, quien resuelvees la autoridad de aplicación, y nosólo dirimiendo la eventual contro-versia entre las partes, sino tam-bién la que pueda surgir de la re-presentación en el interior de cadauna de ellas. Cabe observar, enton-ces, que la LOL excluye la posibili-dad de una representación pluralde los trabajadores en la integra-ción de la comisión negociadora, entanto se refiere, en el art. 8º, a “u n aasociación sindical de trabajadorescon personería gremial” (v. gr., art.1º, ley 14.250), es decir, que la leysostiene el monopolio de represen-tación sindical sustentado por la leynº 23.551, lo que implica tomar dis-tancia de los criterios de la OIT.

En cuanto a las hipótesis decuestiones en la representaciónsectorial patronal, también la LOLcontempla una fuerte intervencióndel Estado, que se agrava con lainexistencia de un recurso efectivo yrápido en defensa del derecho a lanegociación colectiva contra laeventualidad de una exclusión o in-clusión indebida en la comisión ne-gociadora, en particular, conside-rando que la jurisprudencia admiteconsiderar el encuadramiento con-vencional sólo cuando se suscita unconflicto de aplicación de normascolectivas al contrato individual.

También en estos casos la juris-prudencia de la CNAT es restricti-

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a. Encuadramiento sindical yconvencional a la luz de laJ ursprudencia de la CNAT

La doctrina, tradicionalmente, hadistinguido entre encuadramientosindical y convencional. Mientras elprimero deviene del derecho a unarepresentación sindical exclusivade una asociación sindical, la se-gunda constituye la determinaciónde cual es la convención colectivaaplicable, que surge de compararla actividad o tarea desarrollada porlos trabajadores concretamente in-volucrados en el encuadramiento yel ámbito que dicha convencióncontempla (Rodríguez Mancini -Encuadramiento Sindical - Enciclo-pedia Jurídica Omega, Tomo XIII,citada por Simón, Negociación Co-lectiva,. pág. 430).

La resolución de un encuadra-miento sindical no puede alterar elámbito de aplicación de una con-vención colectiva, la que durantesu vigencia será exigible a sus par-tes signatarias.

La jurisprudencia de la Cámaratenía resuelto, a través de los fallosplenarios nº 36 “Rizzo, Luis c/Quí-mica Estrella”, y nº 153 “Alba, An-gélica c/U.T.A.”, que el encuadra-miento convencional debía ser tra-tado en cada caso concreto y queel criterio para determinar la aplica-ción de un convenio estaba rela-cionada a la actividad principal.

Respecto del encuadramientosindical, era pacifica la jurispruden-cia y la doctrina en general, res-pecto que las partes que contro-vertían en la representación de undeterminado ámbito personal, eranlos sindicatos.

En síntesis, los criterios domi-nantes en la CNAT son: a) las cues-tiones de encuadramiento sindicalson las únicas causas de aptitud ju-risdiccional originaria de la CNAT;b) las cuestiones referidas a encua-dramiento convencional deben ser

tratadas en cada caso concreto apetición de parte y entendiendo co-mo sujetos legitimados al trabaja-dor individualmente y a la empresa,en la justicia de primera instanciadel trabajo; c) las cuestiones referi-das a encuadramiento convencio-nal no son materia de recurso espe-cial y deben canalizarse a travésdel régimen impugnatorio generalestablecido por la ley 19.549/72 deprocedimiento administrativo.

b. La Posición de la CorteSuprema de Justiciad e la Nación

Sin embargo la Corte ha alteradoesta máximas impuestas hace lar-go tiempo por la CNAT. En los au-tos caratulados “U.O.M.R.A. c/Mi-nisterio de Trabajo y Seguridad So-cial s/Juicio sumarísimo”, del03.04.96, donde la actora iniciarala vía del Art. 47 L.A.S. contra lodispuesto por la resolución S.R.L.20/96 que homologara un conveniocolectivo celebrado entre FIAT y elS . M . A . T.A. –obteniendo medidacautelar– y el demandado interpu-siera “per saltum” ante el Alto Tri-bunal; éste entendió que “...la acto -ra pretendió someter a la autoridaddel magistrado la impugnación deun convenio colectivo de trabajoque, debidamente formalizado y ra -tificado ante el Ministerio de Traba -jo y Seguridad Social, recibió la co -rrespondiente homologación porparte de dicho organismo (...) Deconformidad con lo expuesto, el re -ferido planteo debió ser efectuadoen el ámbito administrativo me -diante la interposición de los recur -sos pertinentes, por lo tanto, y sóloagotada dicha instancia, quedaríaexpedita la revisión judicial a cargode la Cámara Nacional de Apela -ciones del Trabajo, con arreglo alamplio marco de la competenciarestablecida e la Ley n° 23.551”.

La irrupción del fallo “Sindicatode Trabajadores de la Industria dela Alimentación c/Ministerio de Tra-bajo”, donde se debatía el conflictode encuadramiento entre dos enti-dades sindicales, fue recurrido porvía extraordinaria por la empresa(Caso Café La Virginia).

El Alto Tribunal entendió que laempresa tiene interés legitimo paraintervenir tanto en sede administra-tiva como judicial, en las cuestio-nes referidas a encuadramientosindical, ya que “con el cambio delencuadramiento del personal de laempresa, se induce a ésta al aca -tamiento de una convención colec -tiva, en cuya negociación y suscrip -ción no ha participado”.

Por lo tanto los criterios de laCorte modifican los de la CNAT, ypodríamos resumirlos en: 1) El re-curso válido para temas de encua-dramiento sindical o convencionales la vía del art. 62 de la ley23.5512), sin establecer una dife-rencia tan marcada como la de laCNAT 2) El empleador en ciertoscasos tiene interés legítimo para in-tervenir en el encuadramiento.

III. Y ahora... innovaciónjurisprudencial?

En esta línea continuaré mi análi-sis, por lo que no voy a hacer con-sideraciones respecto a la legitima-ción activa del amparo en los térmi-nos del art. 43 de la ConstituciónNacional.

La primera es la posibilidad deque un sindicato con inscripción gre-mial tenga una instancia de cuestio-nar el resultado de una negociación.Por supuesto que el dictamen de laProcuración se apresura a diferen-ciar que la instancia del amparo notiene nada que ver con la posibilidady el derecho que una entidad sindi-cal simplemente inscripta acceda alderecho a la negociación colectiva..

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• La Causa Laboral • No 14 • Octubre de 2004 • 31

En todo caso que la polémica estadirigida “a que la autoridad adminis -trativa ejerza el control de legalidadimpuesto por el art. 4 de la ley14.250de una manera expresa, conlas modificaciones impuestas por laley 25.877. Vale decir que la reten -ción esta dirigida a que la autoridadadministrativa se expida...”.

La acción esta dirigida en lostérminos del dictamen del fiscal co-mo la “... vía para que la autoridadadministrativa ejerza el control delegalidad que la ley le impone ...”

Es decir mantiene el criterio enprincipio de la jurisdicción exclusivade la homologación por parte de laautoridad de aplicación pero conti-núa “.. que en principio y en facetaprevia a la homologación, es ajenoal Poder Judicial de la Nación ...”.

Modifica en principio la posiciónsustentada por el Sr. Fiscal en auto-s ” ATE c/Estado Nacional s/rec. A r t .62 23.551” (Sala IX) en cuanto la nointervención del poder judicial en losllamados actos preparatorios. La ju-risdicción exclusiva de la autoridadde aplicación hasta el acto homolo-gatorio ha sido sostenido en funciónde la determinación de la ley 14.250.Los actos previos a dicho acto siguela suerte de las facultades jurisdic-cionales de la administración.

También innova respecto a la ju-risprudencia de la Corte en cuantoprocedencia de la vía del amparo,para conflictos de encuadramiento.

En este aspecto es un gran avan-ce. El reconocimiento del interés deotro actor que en principio es ajenoal “encapsulado” de las representa-ciones contenidas en el concepto de“personería gremial”. Fuera del ám-bito comprendido en la categoría ne-gocial no había, hasta este fallo, po-sibilidad de acceso a la jurisdicción.

Independientemente de la acla-ración del representante fiscal encuanto que la admisión del amparono implica alterar el sacrosanto es-pacio de la mencionada persone-

ría, reconoce un interés legítimo.Ello es innovativo Por tratarse deuna entidad sindical, es representa-tiva de sus miembros y por ende sereconoce en nombre y representa-ción de los mismos, el interés legíti-mo sobre la negociación colectiva,contratada con otro sujeto.

Por lo tanto podemos apreciar lamodificación de la tendencia juris-prudencial respecto a los actos pre-paratorios que por otra parte la tesissustentada de la irrecurribilidad delos actos administrativos dictadospor el MTESS, revelaban una con-ducta incompatible con la vigenciade las garantías judiciales estable-cidas por nuestra Constitución Na-cional y los Tratados Internaciona-les, colocándonos por vía de esa in-terpretación en un terreno de verda-dera privación de jurisdicción.

IV. Y final .... abierto

Pero la demanda es mas ambicio-sa.... Plantea que el acuerdo suscri-to vulnera principios contenidos enlos incisos 19°, 22° y 23° del art. 75de la Constitución Nacional, ten-dientes a reafirmar los principios de"no regresividad", "progresividad" y"justicia social".

Cuestiona los contenidos delconvenio y se opone a la homologa-ción por vulnerarse el orden públicolaboral .Alude al art. 26 de la Con-vención Americana, en cuanto a laprogresividad en la vigencia y efec-tividad de los derechos de naturale-za económica y social. Peticiona lano homologación ya que hace refe-rencia a derechos adquiridos y “mí-nimos inderogables” al principio de“irrenuciabilidad” en el ámbito de losderechos colectivos.

Cuestiones no resueltas aún...,quedan abiertas a resolución de lajurisdicción ganada.

Dr. Naum S. RojtMédico especialista

Jerarquizado enMedicina del Trabajo

AbogadoAccidentes de trabajoEnfermedades profesionalesActuación ante lasComisiones MédicasRecursos Federales

Av. 844 No 2486 (1881)San Francisco SolanoTel/Fax: 4212-3744/3556h t t p : / / w e b s . s i n e c t i s . c o m . a r / n a u m r o j t-mail: [email protected]

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N. de R.: Se ha publicado en el Boletín Ofi-cial la resolución ministerial que homologael cuestionado CCT.

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• La Causa Laboral • No 14 • Octubre de 2004 •32

Por Luis Enrique Ramírez

El día después de “Castillo”y “Aquino”

1. Introducción

Cuando todavía resuena el eco del gimoteo histérico delos representantes y personeros de los grupos econó-micos dominantes, me dispongo a escribir respecto delos dos últimos fallos de la Corte Suprema de Justicia(CSJN), sobre la Ley de Riesgos del Trabajo (LRT). Ha-go abstracción de la interpretación apocalíptica de lasconsecuencias de esas sentencias, que hacen aquéllossectores, ya que no hacen mas que reproducir lo quedecían, por ejemplo, cuando se aprobó la jornada labo-ral de 8 horas, o el pago de una indemnización en casode despido sin causa, o el reconocimiento del aguinal-do, o cuando se sancionó la Ley de Contrato de Tr a b a-jo: inseguridad jurídica, pérdida de competitividad, cie-rre de empresas, desocupación, el fin del mundo.

El comentario que pretendo hacer en esta colabora-ción para la revista, se relaciona con la actuación delabogado laboralista, a partir del nuevo escenario quese presenta, con las definiciones contundentes denuestro máximo tribunal.

2. “Castillo”

En los autos “Castillo, Ángel c/ Cerámica Alberdi S.A.”(DT 2004-B, p. 1280) la Corte decretó la inconstitucio-nalidad del art. 46 de la LRT, que es el que establecela competencia judicial en las cuestiones vinculadascon las divergencias entre las víctimas de los siniestroslaborales y las ART. Según esta norma la primera ins-tancia es la Comisión Médica Local (CML), cuyas deci-siones son apelables ante la Comisión Médica Central(CMC), o ante el Juzgado Federal de cada provincia (aopción del trabajador). En una última instancia, le tocaintervenir a la Cámara Federal de la Seguridad Social.

Esta ingeniería procesal ha producido una clara “fe-deralización” del proceso administrativo/judicial previs-to por la LRT. Numerosos tribunales provinciales y laSuprema Corte de las provincias de Buenos Aires y

Mendoza, declararon en su oportunidad la inconstitu-cionalidad del art. 46 de la LRT, por considerar que ava-sallaba las atribuciones provinciales en la materia.

En “Castillo”, la Corte coincide en que no existe mo-tivo alguno para atribuirle competencia federal a con-flictos entre sujetos privados (el trabajador y la ART),vinculados a temas que son de derecho común (los si-niestros laborales). En lo que a este trabajo interesa, laCorte dice que las Comisiones Médicas también sonde naturaleza federal.

A partir de esta definición, no hay la menor duda quelos trabajadores que se desempeñan en las provincias yque pretendan cuestionar una decisión, una conducta ouna omisión de una A RT, puede optar entre recurrir a laC M L o al tribunal provincial con competencia laboral, conplanteo de inconstitucionalidad mediante. Y aquí es don-de comienzan a aparecer los dilemas de los abogadosque deban brindarles asesoramiento. Porque, en mi opi-nión, no en todos los casos puede ser conveniente eludirla Comisión Médica (aún reconociendo el triste papel de“comparsa” de las A RT, que cumple en muchos casos).

Cada caso debe ser analizado en particular, pero aúnasí podemos arriesgar algunas generalizaciones. Meparece que cuando la controversia gira alrededor de en-fermedades profesionales o de patologías como las co-lumnarias (hernias de disco, etc.), hernias umbilicales,várices, etc., en las que hoy resulta mas que evidenteque el sistema es refractario a ellas, resulta convenien-te llevar el rechazo de la aseguradora al tribunal local.Lo mismo si la controversia versa sobre una reagrava-ción de una incapacidad (que insólitamente no son re-conocidas por las A RT, ni por las Comisiones Médicas).

En cambio, si el conflicto radica en el porcentaje deincapacidad, o en un cuestionamiento al alta o a lasprestaciones médicas, no parece que se justifique sor-tear a las Comisiones Médicas.

En el ámbito de la ciudad de Buenos Aires, conside-rando que aún no se ha hecho el traspaso de los tribu-nales laborales al Gobierno de la Ciudad, el alcance de“Castillo” es relativo. La vía de cuestionamiento a las

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RIESGOS DEL TRABAJO

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Comisiones Médicas no pasa, en-tonces, por el art. 46 de la LRT, si-no por los arts. 21 y 22 y sus nor-mas reglamentarias (dec. 717/96 yRes. SRT 45/97). Esta normativaha establecido un proceso kafkia-no, en el cual los médicos resuel-ven cuestiones jurídicas, y el traba-jador lo transita sin asesoramientomédico ni legal, en situación debrutal desigualdad respecto al po-derío económico de la ART.

3. “Aquino”

La situación generada alrededordel art. 39 ap. 1 de la LRT es comouna película con final anunciado.Nadie ignoraba que tarde o tem-prano se declararía la inconstitu-cionalidad del art. 39 ap. 1, de laLRT. Por eso no se entiende el es-cándalo que está armando la dere-cha económica. Quizás fueron mu-chos años de impunidad y de des-pojo a los trabajadores, los que lamal acostumbraron. Pero cualquierjurista objetivo y no comprometidocon los intereses en juego, sabíaque se trataba de una norma queno soportaría un verdadero test deconstitucionalidad. Sólo la Corte deNazareno & Cía. pudo esbozar unadefensa de ella. Desintegrada la“mayoría automática”, la barbariejurídica cayó por su propio peso.

Lo cierto es que en el caso con-creto de Isacio Aquino, la Corte de-claró inconstitucional la norma quele impedía demandar una repara-ción integral de los daños sufridos,en un accidente ocurrido por res-ponsabilidad de su empleadora.Para saber si esta doctrina se ex-tiende automáticamente a todoslos trabajadores, víctimas de si-niestros en los que hay responsabi-lidad civil del empleador, hay quehacer un profundo análisis de losvotos de los miembros de la Corte,que excede el espacio de este tra-bajo. Baste decir que, si bien lasentencia sale con el voto favora-ble de seis jueces (Fayt no votó,Argibay aún no asumió y Vázquez

mente reparados por el régimen dela LRT, “en medida tal que impor-ta la frustración de la finalidadesencial del resarcimiento pordaños a la integridad psicofísicadel trabajador” (9° considerandodel voto de Belluscio/Maqueda).

Ambos bandos parecen haberdirigido sus argumentos al futurolegislador, dando por descontadoque la nueva doctrina de la Corteoriginará una fuerte presión para lareforma de la LRT. El “empate” re-latado precedentemente y el des-conocimiento de la posición de losrestantes jueces del tribunal, segu-ramente aumentará las dudas dellegislador.

En mi opinión, la promoción dedemandas con fundamento en elderecho civil, después de "Aquino”sigue requiriendo el cumplimientode algunos presupuestos elementa-les. El primero, obviamente, es laposibilidad de acreditar la respon-sabilidad civil, subjetiva u objetiva,del empleador. Es decir, demostrarque la causa del siniestro es su cul-pa o negligencia (art. 1109), o el he-cho del dependiente (art. 1113, pri-mer párr.), o por el riesgo o vicio dela cosa (art. 1113, segundo párr. ) .

El segundo presupuesto es lademostración de que la reparaciónque ha brindado (o deberá brindar)la LRT, es una respuesta inadecua-da frente a los reales perjuicios su-fridos. Esto significa que hay querealizar un esfuerzo probatorio pa-ra cuantificar correctamente el da-ño. En este punto quiero alertar alos colegas que la famosa fórmulafinanciera del caso “Vuotto” (CNAT,Sala III, 16/06/78), que utilizabanalgunas salas de la CNAT para de-terminar las indemnizaciones enlas acciones civiles, puede no serútil cuando se trata de incapacida-des laborales superiores al 50%, oen caso de fallecimiento, ya que,en general, las prestaciones dine-rarias que brinda la LRT, despuésde la reforma del dec. 1278/2000,son de montos similares a los de lafórmula. Pero esto será materia deuna futura colaboración.

renunció), ningún voto tuvo mas dedos adhesiones (en conjunto Pe-t r a c c h i / Z a ffaroni y Belluscio/Ma-queda, e individualmente Hightonde Nolasco y Boggiano).

La línea “dura” del fallo (Petrac-chi, Zaffaroni y Highton de Nolas-co) descalifica a la LRT, en cuantopretende excluir al trabajador de latutela de los arts. 1109 y 1113 delCódigo Civil, sin reemplazarla porotra “con análogos alcances”.Ello es así, sostienen, dado queaquélla establece un sistema quesólo repara la pérdida de capaci-dad de ganancia de la víctima y,además, de manera restringida.Los dos primeros expresan enfáti-camente en su voto “que resultafuera de toda duda que el propó-sito perseguido por el legislador,mediante el art. 39, inc. 1), no fueotro que consagrar un marco re-paratorio de alcances menoresque los del Código Civil”.

Highton de Nolasco es la quetiene la posición mas crítica frentea la LRT. Para ella es inadmisibleque al trabajador, sujeto de prefe-rente tutela constitucional, se le ob-ture la posibilidad de promover unaacción judicial, tendiente a demos-trar la real existencia de los dañossufridos, debiendo conformarsecon una indemnización que sólocubre el lucro cesante, y de mane-ra menguada.

La línea “blanda” (Maqueda, Be-lluscio y Boggiano) se aproximan a“Gorosito” en su versión “light”, osea a la que dice que la inconstitu-cionalidad de la LRT no se puedepredicar en abstracto y que hayque demostrar (como hizo Aquino)que la indemnización que brinda ala víctima de un siniestro laboral“comporta un menoscabo sus-tancial al derecho a la adecuadareparación”.

Resumiendo, podríamos decirque para el primer grupo la LRT esinconstitucional, sin necesidad deprueba alguna. Para el segundogrupo, sólo lo sería si se acreditaque los daños sufridos por el traba-jador han resultado insuficiente-

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I N S T I T U C I O N A L

Por Luis A. Raffaghelli

Sentimientos y razones

aberlo fijado en éste día 7 de julio encierra unajustificada y necesaria reparación histórica.

Promover su sanción legislativa es otroacierto de la Asociación de Abogados Labora-

listas. como su larga lucha contra la ofensiva neolibe-ral en el mundo del trabajo y su gesta para dignificar lajusticia.

Me sumo al sentido y emocionado homenaje a Nor-berto Centeno, quien tuvo la particularidad de unir ensu persona la virtud del abogado litigante y del juristadel trabajo. A quienes conocí entrañablemente comoJorge Candeloro, Hugo Alais y el gallego Arestín ; tam-bién a Fresneda, Ricci y Bozzi todas víctimas emble-máticas del terrorismo de Estado. Y a todos aquellosabogados detenidos-desaparecidos en distintos luga-res del país, como Antokoletz, Domingo Teruggi, Ser -gio Karakachoff de La Plata, Carlos Moreno, abogadode los trabajadores cementeros de Olavaria, acribilladoen Tandil en un simulacro de enfrentamiento. Tambiéna quienes fallecieron en la lucha antidictatorial comoArmando Fertita o no resistieron las penas sociales co-mo Alfredo Mercere

Qué otra poderosa arma blandía Centeno que su ta-lento, su inteligencia y su infatigable labor para lucharcontra la injusticia social?

Era fundamentalmente un abogado de trabajadoresmas que de organizaciones sindicales. Porque él mis-mo concurría a las vistas de causa y él mismo prepa-raba piezas brillantes de demanda que nosotros dandolos primeros pasos queríamos emular. No es fortuitoque dos de sus principales obras son una ley básicacomo el régimen del contrato de trabajo y un análisisno superado por su rigor jurídico de la Ley de procedi-miento laboral de su provincia, herramienta para hacerefectivos aquellos derechos.

Era difícil andar en la calle en esos días para unabogado laboralista.

Tengo mi humilde testimonio para brindar. Quienessufrimos la desaparición y la tortura lo experimenta-mos. Era riesgoso representar a trabajadores en el Mi-nisterio de Trabajo e inclusive iniciar ciertos juicios. Se-guimientos continuos, intervención de teléfonos, dormir

fuera de casa para conciliar el sueño. Así hasta la lle-gada de la Comisión de Derechos Humanos de la OEAen 1979 y la presión internacional que se hizo sentirpara disminuir la represión.

Muchos guardaron silencio o miraron para otro lado.Otros solo atinaron a la denuncia formal. Los jueces deaquellos momentos deberían aclarar su actuación yhacer su autocrítica : los habeas corpus no tenían nin-guna vigencia ni futuro.

No es casual que nuestra especialidad haya sido lamás atacada por la dictadura genocida y que por elloconstituya un hito referencial para la abogacía argenti-na, que motivara declarar Día Nacional del abogadovíctima del terrorismo de Estado el 6 de julio.

Hasta 1976 debimos trabajar en el respeto de losderecho conquistados.

Luego tuvimos la difícil misión de defender delega-dos detenidos, comisiones internas diezmadas. Sufríen carne propia la amenaza de detención inmediata enaudiencia en el Ministerio de Trabajo de Mar del Platasino aceptábamos el cierre de una pesquera. Debí me-ditar un tiempo e iniciar al filo de la prescripción causaspor las que fui secuestrado. Esa era la realidad de esetiempo del desprecio.

Posteriormente comenzamos a repechar la empina-da cuesta para recuperar lo perdido.

Fue el momento de reconocer con la CONADEP lu-gares de detención y luego declarar en los juicios de laverdad para apoyar el ejercicio de la memoria en elpueblo argentino.

Pero lo que había ocurrido con tantos compatriotasno fue casual. El vendaval de la década del 1990 arra-só con convenios colectivos y leyes laborales Se lega-lizó la flexibilidad practica frente al aplauso empresario,el autismo gremial, una doctrina que justificó el despo-jo y una Corte que la aplicó.

Como siempre el abogado y particularmente el labo-ralista corrió la suerte de sus clientes.

Frente a las sucesivas reformas laborales comenzóotra lucha menos peligrosa pero no por ello menos im-portante: el uso de la inteligencia y del talento paraplantear ante los estrados judiciales las inconstitucio-

H

7 DE JULIO, DÍA DEL ABOGADO LABORALISTA

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• La Causa Laboral • No 14 • Octubre de 2004 • 35

I N S T I T U C I O N A L

nalidades y violaciones a los princi-pios generales del Derecho delTr a b a j o .

Al final de esa década, en mi ca-so, el destino quiso que luego demuchos años cambiara la abogacíalitigante por otro rol distinto pero desimilar compromiso.

Administrar justicia, en éstetiempo de crisis del orden público.Y que ello fuera en el distrito máspopuloso de la Argentina, el que su-frió otro tipo de desaparición : la dela industria y la del empleo.

Y allí he tomado contacto conel litigio tal como se ha dado enlos últimos años. Con trabajado-res y testigos desempleados, cuyapresencia delata sus carencias,con abogados empobrecidos. Conmayoría de pequeñas empresasen crisis, con insolvencia generali-z a d a .

Pocas empresas fuertes y pode-rosas que no usan la justicia laboralporque el desempleo disciplina, ycuando lo hacen llevan sus expe-dientes a las máximas instancias,como ha ocurrido con la ley de ries-gos del trabajo sin importar el tiem-po transcurrido y la suerte de lasvíctimas.

Quien es abogado y cual es elperfil del laboralista?

Todo el mundo es abogadomientras no se pruebe lo contrariodice el poema de Pío Baroja.

Pero la calidad de abogado noes algo tan difuso.( dice Angel Oso-rio en el Alma de la toga): la aboga-cía no es una consagración acadé-mica sino una concreción profesio-nal. La ciencia en la que fundan suspeticiones es un ingrediente perojunto a él confluyen otros: la CON-CIENCIA, la CONSECUENCIA, laP E R S I S T E N C I A en la causa, elsentido de LIBERTAD, la pasiónpor el caso, el conocimiento sicoló-gico del cliente. El trabajar sin limi-te de horas ni de días. Todo lo cualforma su carácter.

El abogado laboralista persegui-do fue el que representaba trabaja-

dores. Pero también reconozco lalabor honesta y leal con el orden ju-rídico de aquellos letrados de parteempresaria que como dicen nues-tros hermanos brasileños, tambiénson “advogados trabalhistas” y dis-cuten apasionadamente con sucontraparte. No merece serlo quienes desleal con el mandato del tra-bajador, que en su letrado todo loconfía.

Se puede ser muy esclarecidoen doctrina pero ello no completaen modo alguno el significado deABOGAR por una causa.

Y el Juez es la contracara delabogado.

El juez interpreta la música quele trae el abogado. Abogados y jue-ces deben tenerse un reconoci-miento y respeto mutuo porque tra-bajan todos los días por el mismoideal, que es alcanzar la justiciaporque ambos dedican su vida aservirla.

Lo nuevo es el surgimiento deorganizaciones sociales como res-puesta al desempleo y su grito de-sesperado golpeando las puertaspara ingresar al sistema que los ex-cluyó.

La consolidación de nuevas ex-presiones de democracia y libertadsindical enarbolando banderas per-manentes de justicia social.

Las respuestas del pueblo ar-gentino a la crisis más profunda.

Como dice el maestro florentinoPiero Calamandrei en su elogio delos jueces que es además un elogiode la abogacía:

Si hay aún inocentes que defen -der si hay aún atropellos que de -nunciar si hay aún dolores engen -drados por la injusticia y leyes dic -tados para sanarlos la abogacía esjoven aún y la juventud nunca esmelancólica porque tiene por delan -te el porvenir.

Pese a todo, al dolor de tantoscompañeros perdidos, mantengolos sueños por los que juntos lucha-mos. Tengo esperanzas en éstenuevo tiempo.

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I N S T I T U C I O N A L

Por Roberto C. Pompa

F o ro Permanente para la Defensade la Justicia del T rabajo

uienes desde un principio comenzaron a gestarla creación de este espacio para la defensa dela Justicia del Trabajo –y por supuesto del de-recho del trabajo–, me pidieron que realice laapertura de este acto, lo que es un gran honor

y para mí representa un motivo de orgullo, alegría yagradecimiento.

Quisiera contarles que durante la primavera y co-mienzos del verano del año 2003, un grupo de perso-nas integrado por jueces, funcionarios de la justicia,abogados, representantes de la unión de empleadosde la justicia y de la central de trabajadores, comenza-mos a reunirnos, con el apoyo y auspicio de la Asocia-ción de Abogados Laboralistas y en especial del Dr.Luis Ramírez, con la idea de crear un ámbito propio en-cargado de defender la justicia del trabajo. Pensába-mos por entonces, y no nos equivocábamos, que lacreación de ese espacio debía constituir la actividadmás importante a encarar para este, el nuevo año.

En ese sentido, quisiera destacar la actuación deaquellos primeros integrantes y la de los que se fueronsumando, que con esfuerzo, dedicación y compromisolograron las adhesiones que hoy tenemos e hicieronque la constitución y funcionamiento del Foro sea unarealidad.

Y a medida que nos íbamos reuniendo, por lo gene-ral los días jueves en la sede de la AAL, y a medidaque se iban conociendo nuestras actividades, comen-zamos a recibir muestras de simpatía, de apoyo y deadhesión de los sectores más diversos, todos ellospreocupados y comprometidos con la causa de origen,luego de haber tomado conciencia que la justicia deltrabajo se encuentra permanentemente amenazada.

Y es así, que quiero dar la bienvenida y el agradeci-miento a todos los sectores que han adherido y se hancomprometido con la defensa de la justicia del trabajo,mucho de los cuales hoy se encuentran presentes: a losseñores y señoras magistrados y funcionarios del PoderJudicial de la Nación, del Poder Judicial de la Provinciade Buenos Aires, de los ex Jueces de Trabajo, del Minis-terio Público, de los Representantes del Honorable Con-greso de la Nación tanto por la Cámara de Senadorescomo por la de Diputados y en sus diversas expresionespolíticas, de los Profesores Titulares de Cátedra, Direc-tores de Carreras universitarias, de Entidades A c a d é m i-cas, de los Institutos de Derecho de Trabajo, de los Co-legios y Asociaciones de Abogados, de la Asociación deAbogados Laboralistas, de la Confederación Generaldel Trabajo y de la Central de Trabajadores A r g e n t i n o s ,de la Federación Judicial Argentina, de la Unión de Em-pleados de la Justicia de la Nación y demás organiza-ciones sindicales, abogados, trabajadores y estudian-tes, como todas las muestras de adhesión llegadas des-de el interior e incluso desde el exterior del país.

Aquellas reuniones preliminares tuvieron un primermomento que se puede considerar histórico, cuandoen la sede de la AAL, el día 23 de abril de 2004, laUnión de Empleados de la Justicia de la Nación y laAsociación de Abogados Laboralistas resolvieronconstituir el Foro Permanente para la Defensa de laJusticia del Trabajo, como un espacio de encuentro detodos aquéllos que compartan la voluntad de defenderla justicia del trabajo, de quienes pretendan menosca -barla o, directamente, suprimirla, planteando desde elreconocimiento de la vigencia del principio protectoriola plena vigencia de contar con una justicia especiali-zada que pueda bajarlo del enunciado a la realidad.

Asamblea en la sede del Colegio Público de Abogadospara elegir a los integrantes de la Junta Coordinadora

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I N S T I T U C I O N A L

Otro gran momento en la conso-lidación del Foro lo constituyó sindudas las IIas. Jornadas en Defen-sa de la Justicia del Trabajo, quese celebraron en este Colegio Pú-blico de Abogados, convocadaspor la AAL.

Quiero recordar, muy sucinta-mente, las palabras dichas en esaocasión. Como las expresadas porel Sr. Presidente de la AAL, Dr.Teodoro Sánchez de Bustaman-te, cuando indicó que el manteni -miento de un fuero especializadoen derecho del trabajo es un com -promiso internacional asumido porel Estado Nacional, en el marco dela IX Conferencia Interamericanarealizada en Bogotá en 1948,cuando se aprobó la Carta Interna -cional Americana de Garantías So -ciales, cuyo artículo 36 estableceque en cada Estado debe existiruna jurisdicción especial de trabajoy un procedimiento adecuado parala rápida solución de los conflictos.O las del Sr. Ministro de Trabajode la Nación Dr. Carlos Tomadacuando defendió la competenciade la Justicia Nacional del Trabajopartiendo del principio de especifi -cidad, o las del Sr. Presidente delColegio Público de Abogados dela Capital Federal, Dr. Hugo Ger-mano cuando recalcó que el fuerodel trabajo es el encargado de ha -cer operativos los derechos huma -nos, o los de la Sra. Juez de laExcma. Cámara Nacional deApelaciones del Trabajo Dra. Al-cira Laura Pasini cuando enume -ró los distintos ataques que vienesufriendo la justicia del trabajo demodo permanente, o los del Sr. Se-cretario General de la Federa-ción Judicial Argentina Vi c t o rMendibil cuando denunció que lajusticia que tenemos privilegia a unmodelo social dominado por unapolítica neoliberal cuya soluciónsería la liquidación del fuero, o las

del abogado laboralista y asesorsindical Dr. Héctor Recalde cuan-do indicó que los que pretendenmenoscabar el fuero quieren enrealidad una justicia del someti -miento e inequidad, o las del Sr.Secretario General de la Uniónde Empleados de la Justicia Na-cional Julio Piumato quien señalóque la protección al trabajador y sudignidad pasa por una legislaciónlaboral protectora que se aseguracon la justicia del trabajo.

Como así también recordar lasconclusiones arribadas luego deldebate posterior que tuve la oca-sión de coordinar conjuntamentecon el Dr. Luis Ramirez, las que sepueden resumir en la íntima vincu-lación entre los objetivos de la jus-ticia del trabajo y la defensa de losprincipios sociales y derechos fun-damentales de los trabajadores ha-ciendo operativo el principio protec-torio reconocido en el art. 14 bis dela Constitución Nacional, como quelos proyectos que tienden a des-membrar o desnaturalizar el fuerodel trabajo resultan violatorios delpropósito de afianzar la justicia ypromover el bienestar general con-tenidos en el Preámbulo de laConstitución Nacional y de los de-rechos humanos y sociales funda-mentales consagrados en el art. 14bis de la misma Constitución y con-tenidos en los Tratados internacio-nales incorporados con raigambreconstitucional.

En ocasión de constituirse el Fo-ro, se dijo que el mismo deberá serel lugar en el que podrán convergertodas las personas o institucionesque entiendan que hoy en día ymás que nunca se encuentran vi -gentes las circunstancias que hacemás de seis décadas originaron lacreación del fuero laboral, en tantolejos estamos como sociedad dehaber superado las desigualdadesque naturalmente plantea el dere -

cho del trabajo y que originara unordenamiento jurídico cuyo pilarfundamental es el principio protec -torio.

Quisiera destacar un dato de larealidad. En el año 1975, es decirantes del golpe militar del año1976, había en el país 22 millonesde habitantes, de los cuales 2 millo-nes eran pobres. Hoy, cuando so-mos 37 millones de habitantes,después de la dictadura militar,después de las políticas neolibera-les y después de tantas normas re-gresivas, más de 20 millones depersonas son pobres. Es decir,mientras que la población en eseperíodo aumentó en 15 millones depersonas, el número de pobres au-mentó en más de 18 millones depersonas. De esta manera podría-mos decir que todas las personasque nacieron en nuestro país des-pués del golpe militar, al menosdesde lo numérico, serían pobres.

De ahí la importancia de la vi-gencia del principio protectorio, yespecialmente del principio de justi-cia social consagrado por la Consti-tución Nacional y de la vigencia delos derechos humanos esencialesreconocidos por el ordenamientointernacional.

Un pueblo sin trabajo es un pue-blo que no puede construir un pro-yecto futuro como nación. En unasociedad donde sus habitantes notienen trabajo o lo tienen de modoprecario, no pueden ejercer sus de-rechos y satisfacer sus necesida-des más elementales como el de vi-vir con dignidad. De ahí que la jus-ticia resulte ser una instituciónesencial para construir un auténticoEstado social de derecho, en el quela justicia de trabajo debe ser la ga-rante de los derechos sociales.

De ahí que desde las políticasneoliberales se quiera eliminar laJusticia del trabajo, porque se la

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considera un “escollo” para el mo-delo y las inversiones externas.

Por eso, los distintos proyectosque de algún modo u otro quisierony aún quieren desactivar la Justiciade Trabajo, como por ejemplo, elque aleja a los trabajadores de losjueces naturales cuando en el ám-bito de las ART se crean las Comi-siones Médicas, no como una me-ra instancia de conciliación, sinocomo las que directamente van aser las encargadas de decidir lasuerte de los derechos de los tra-bajadores víctimas de un infortuniode trabajo; o los que proponen re-ducir la cantidad de juzgados labo-rales para pasarlos a otras compe-tencias; o cuando no se proveenlos bienes necesarios para que to-dos los juzgados laborales puedanfuncionar con su dotación comple-ta; o cuando se traspasaron y sequiere aún traspasar empleadosde la justicia del trabajo a otros fue-ros; o cuando se intenta delegar fa-cultades al Consejo de la Magistra-tura para atribuir o desplazar com-petencia entre los tribunales infe-riores invocándose razones deemergencia judicial por tiemposprolongados; o cuando se remitenprocesos laborales en etapa de co-nocimiento a la justicia comercialen casos de concursos o quiebrascon la consecuente pérdida de de-rechos de contenido irrenunciable;o cuando se quiere alargar los pro-cesos laborales de contenido ali-mentario como lógica consecuen-cia de la pretendida invasión decompetencias extrañas como la delos juicios ejecutivos comercialesde menor cuantía; o cuando comoocurre con el Proyecto del BancoMundial a escala continental, quedirectamente busca eliminar la jus-ticia de trabajo como fuero judicialy autónomo.

Por eso no es casual que cuan-do el Máximo Tribunal de Justicia

de la Nación, retomando los prin-cipios que nunca debió abando-n a r, consagra la vigencia del prin-cipio protectorio y la tutela espe-cial enmarcada por el derecho deltrabajo, al disponer que la aplica-ción de los topes a la indemniza-ción por antigüedad no puede serconfiscatoria, o al disponer que lanorma que impide reclamar a lostrabajadores víctimas de un infor-tunio de trabajo con fundamentoen el derecho común es discrimi-natoria, aparezcan ahora las vo-ces de los mismos sectores queimpulsaron las recetas neolibera-les que llevaron a nuestro país aesta situación de endeudamiento,dependencia y exclusión, a hablarde la llamada “industria del juicio”o del “retiro de las inversiones”,cuando en nuestro país, la indus-tria del juicio, en nuestra materia,si la hay, es el producto del siste-mático incumplimiento de la nor-ma laboral y previsional, de laevasión fiscal, del mantenimientoclandestino y precario de las rela-ciones de trabajo y de la ausenciade normas de prevención y, el re-tiro de los capitales es en todo ca-so, fruto de que, terminada la es-peculación, busquen ahora nue-vos países para explotar, o bienlos retornan a sus países de ori-gen que se hallan sumergidos enuna profunda recesión y necesitannuevamente de capitales.

Por eso es que resulta vigente eimperiosa la necesidad de mante-ner la plena vigencia de la justiciadel trabajo, como garante de losderechos sociales y de la paz so-cial.

Es un hecho histórico que en laconformación de este Foro puedanestar reunidos, convergiendo conun mismo objetivo, todas las cen-trales de trabajadores, o juecescon abogados, con sindicatos ycon empleados de la justicia, o re-

presentantes de las diversas ban-cadas políticas o de distintas enti-dades académicas.

Por eso invito a aquellos secto-res que hoy puedan tener algunadivergencia coyuntural, a que re-concilien sus posiciones, a exhor-tarlos a buscar la paz, porque tene-mos que estar unidos en la defen-sa de proyectos superiores como loes la defensa de la justicia del tra-bajo. Si no estamos unidos en es-to, estaremos dejando el terrenopara que nos dominen quienesquieren menoscabar e incluso su-primir la justicia del trabajo.

Llegado a este punto, es el mo-mento de dar un nuevo paso en laconsolidación de este Foro. Es elmomento de darle un carácter másorgánico a esta suma de volunta-des, eligiendo una Junta que locoordine, que sea lo más ampliaposible, proveniente de los distin-tos sectores que han adherido,pluralista aunque no neutral, des-de que sus integrantes deben es-tar comprometidos con la defensade la democracia y de los objetivospara los que el Foro fue creado,dejando las puertas abiertas paraque se sumen todos los sectores yque aquellos que hoy no puedene s t a r, puedan hacerlo mañanam i s m o .

Como ya se ha dicho, sin justiciade trabajo no hay justicia social ysin justicia social no habrá paz niseguridad.

Muchas gracias.

Buenos Aires,5 de octubre de 2004.

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El 5 de octubre de este año, en el Colegio Públicode Abogados de la Capital Federal, se llevó a cabola elección de los integrantes de la Junta Coordina-dora del FORO PERMANENTE PA R AL AD E F E N S ADE LA J U S T I C I A D E L TRABAJO. En un salón des-bordado de magistrados, abogados, empleados judi-ciales, docentes, diputados nacionales y dirigentessindicales, se designó por aclamación a la Dra. A l c i-ra Paula Pasini, de la Cámara Nacional de A p e l a c i o-nes del Trabajo, como Coordinadora General.

Luego de unas palabras de bienvenida por partedel Dr. Pedro Kesselman, en nombre del ColegioPúblico de Abogados, hizo un breve discurso el Dr.

Roberto C. Pompa, en representación de la Comi-sión que tuvo a su cargo la organización del evento.Posteriormente le cedió la palabra a un participante,el cual propuso los nombres de los integrantes de laJunta Coordinadora del Foro, los que fueron apro-bados por el aplauso unánime de los presentes. Acontinuación la Dra. Pasini hizo un emotivo discur-so, remarcando como un hecho histórico la conver-gencia de todos los sectores vinculados con la Jus-ticia del Trabajo, cuya defensa consideró vital parapoder construir un orden social justo.

A continuación detallamos los integrantes de laJunta Coordinadora del Foro:

Se eligieron sus autoridades

Coordinadora General: Dra. Alcira Paula Pasini

Vocales:

Cámara Nacional de Apelaciones del TrabajoDr. Héctor Jorge Scotti; Dr. Jorge Guillermo Ber-múdez.

Fiscalía General del TrabajoDr. Eduardo Oscar Alvarez.

Jueces Nacionales de Primera Instancia delTrabajoDra. Stella Maris Vulcano; Dr. Roberto CarlosPompa; Dr. Mario Elffman; Dra. Ana Simone; Dr.Héctor C. Guisado; Dr. Miguel Angel Gorla.

SecretariosDr. Diego Martín Tosca; Dra. Beatríz Ferdman;Dra. Dora Eva Témis; Dr. Miguel Pérez.

Unión de Empleados de la Justicia NacionalDr. Julio J. Piumato; Sr. Claudio F. Sciolini; Dra.Mónica L. Pauluk; Sr. Cristian S. Carro.

Federación Judicial ArgentinaSr. Jorge Izquierdo; Sr. Néstor Minatta; Sra. MaríaTeresa Núñez; Dr. Ulises Gorini.

Diputados NacionalesSr. Saúl E. Ubaldini; Sr. Ariel Basteiro; Sr. AlbertoPiccinini; Dra. Margarita Stolbizer.

Docentes UniversitariosDr. Ricardo Cornaglia; Dra. Amanda Caubet; Lic.Héctor Angélico.

Foro Permanente de Institutos de Derecho delTrabajo de la prov. de Buenos AiresDr. Pascual A. Finelli.

Jueces provincialesDr. Luis Raffaghelli; Dr. Víctor E. Schenfeld; Dr.Rodolfo Martiarena; Dr. Moisés Meik.

Colegio Público de Abogados de la Capital Fe-deralDr. Pedro Kesselman; Dr. Guillermo Gianibelli.

Asociación de Abogados LaboralistasDr. Teodoro Sánchez de Bustamante; Dr. Luis En-rique Ramírez.

Confederación General del TrabajoSr. Omar Viviani; Dr. Héctor P. Recalde.

Central de los Trabajadores ArgentinosSr. Víctor Mendibil.

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I N S T I T U C I O N A L

l 25 de agosto del corriente año se llevó a cabola Asamblea Anual Ordinaria de nuestra Aso-ciación, con el objeto de tratar el Orden del Díade su convocatoria, la consideración de la Me-

moria Anual presentada por Secretaría, el ejercicioeconómico comprendido entre el 1 de julio de 2003 yel 30 de junio de 2004 y la proclamación de las auto-ridades del Consejo Directivo, que surgieron electasde la única lista de candidatos que se presentó y quedesempeñarán los cargos durante el período 1 deseptiembre de 2004 al 31 de agosto de 2005.

Se dio cuenta, a la nutrida concurrencia de Asocia-dos que participó del acto asambleario, de las múlti-ples y variadas actividades que nuestra Asociación harealizado durante el último ejercicio y que permitieronel desarrollo pleno de nuestros objetivos. Ya sea des-de las Jornadas Anuales tradicionales como desde elnuevo emprendimiento académico provincial y regio-nal que hemos desarrollado en la Provincia de Tucu-mán, como desde los múltiples cursos, conferencias y

reuniones académicas que hemos organizado nos he-mos afianzado en la tarea de difundir nuestros ideales.Se informó acerca del estado de situación de nuestroórgano de difusión, La Causa Laboral. Revista que he-mos logrado hacer llegar a asociados, magistrados,legisladores, institutos de derecho del trabajo de Cole-gios del Abogados del Interior del país; y por medio decorreo electrónico a entidades amigas de Latinoamé-rica y Europa. Ello, a más de otros canales que hemostenido a nuestra disposición para el cumplimiento denuestros objetivos, como lo ha sido la intervención se-manal de nuestra Asociación en un programa de radioy la actualización permanente de nuestra página web.

Tuvo excelente recepción por parte de nuestrosasociados toda la actividad desplegada durante el úl-timo ejercicio, también desde el punto de la incorpora-ción de jóvenes abogados que han nutrido la Comi-sión de Jóvenes Abogados Laboralistas.

Así ha quedado conformada la nueva comisión di-rectiva:

Asamblea Anual Ordinaria de laAsociación de Abogados Laboralistas

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Presidente:Teodoro Sánchez de Bustamante

VicepresidenteGustavo Adrián Ciampa

Secretaria GeneralMónica María Jensen

TesoreroAdolfo Matarrese

Secretaría de Relaciones InstitucionalesLuis Enrique Ramirez

Secretaría AcadémicaSara Molas Quiroga

Secretaría de PrensaGuillermo Wide

Secretaría de PrensaElbio Blanco

Secretaría de ActasGuillermo Pajoni

VocalesErnesto Marcelo SegalJosé María PizzornoCiro Ramón EyrasCarlos SzternsztejnPedro KesselmanLeon PiasekAdalberto RossettiOscar BirginGuillermo GianibelliAdriana PirozzoElizabeth BenitezRaquel CoronelLelio FreidembergLuciano FotiMarcela Leiva

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¿Se acaba la industriade la explotación?

n la Argentina de hoy, la vida, la salud y la integri-dad psicofísica de los trabajadores, es un valorobjetivo, que se contrapone con el negocio finan-ciero de producción y acumulación de capitales.

Pero sin embargo, los sectores económicos concentra-dos que solo les interesa la tasa de ganancia con totaldesprecio de estos valores, vuelve una vez más a ponerel grito en el cielo porque discretamente se intenta ponerun poco de racionalidad en el derecho que protege a lostrabajadores. Y es así que omitiendo toda consideraciónlegal, pues los argumentos de los fallos de la Corte Su-prema colocan a los derechos de los trabajadores en elplexo de los derechos humanos y por tanto resultan ina-tacables desde una lógica jurídica, para defender sus in-tereses a cualquier costa, utiliza una vez más a los abo-gados laboralistas para confundir a la opinión pública yhacer aparecer como “industria del juicio” lo que en rea-lidad es la recuperación de derechos laborales y socialespor parte de los trabajadores.

Y este accionar viene de antaño. A título de ejemploes dable señalar que el día 27 de Agosto de 1998, en eldiario Clarín de esta ciudad, se publicó un artículo titula-do “¿Vuelve la industria del juicio?”, en el cual, determi-nados apóstatas del derecho, verdaderos personajes deconciencia invertida, concepto que se explica más aba-jo, trasuntan preocupaciones, por los proyectos de leyde reforma de la ley 24557, que han tomado estado par-l a m e n t a r i o .

Como ya dijéramos "la industria del juicio", ha sidouna muletilla, reiteradamente utilizada por determinadospersoneros de intereses contrarios a los de los sectorespopulares, para denostar, y calificar peyorativamente, laposibilidad real de los trabajadores de defender en sedejudicial sus derechos esenciales.

En efecto, un primigenio derecho de todo ser humanoen cuanto ciudadano, es precisamente el ser titular delos derechos y garantías que, como tal, consagra en sufavor la Constitución Nacional, y todo el plexo normativo,que por debajo de ella rige.

A tal extremo, es un derecho primigenio el tener el li-bre acceso al control jurisdiccional, para la defensa delos derechos, de la persona, y de su patrimonio que, poruna norma de jerarquía constitucional, entre tantas otrassimilares, todo habitante de nuestra república, tiene de-recho a un acceso irrestricto, sencillo y breve a los tribu-

nales de control jurisdiccional; (Artículo 18 de la Declara-ción Americana de los Derechos y Deberes del Hombre,Bogotá 1948).

En términos interesados y peyorativos, los persone-ros de la permanente, continua y reiterada violación delos derechos humanos, han denominado al ejercicio delas respectivas acciones judiciales, que concretan el de-recho constitucional antes referido, como "la industriadel juicio".

La lógica del mercado de producción y acumulaciónde capital, a partir del trabajo humano mercantilizado, ob-viamente no ve con agrado la posibilidad de que se pue-da contraponerle, el derecho de todo ciudadano en gene-ral y de los trabajadores en particular, a la dignidad encuanto personas, porque resulta evidente que la raciona-lidad de mercado, es un concepto absolutamente con-trastante y contradictorio, con la racionalidad de las nece-sidades humanas.

Nos referimos al concepto denominado conciencia in-vertida, definición dentro de la cual, se enmarca el enfo-que estructural, que sostiene que la racionalidad de mer-cado, la economía y la producción, son verdaderas ente-lequias virtuales, que no se encuentran en función de lasatisfacción de las necesidades de los seres humanos,esto es decir del mundo de la realidad, sino que por elcontrario, invierte el punto de mira estructural, poniendoal ser humano y al mundo de la realidad, al servicio de lasatisfacción de la producción y la acumulación de rique-za. Y de alguna manera, este concepto es denostado porlos fallos de la Corte Suprema, que colocan a los dere-chos humanos y sociales sobre toda consideración mer-cantilista, y primigenian la vida y la salud de las personaspor sobre la tasa de ganancia. Esto es lo que en realidadpreocupa a quienes han hecho de la denigración del tra-bajador una fuente de riqueza permanente para sus bol-sillos. Pero no pueden decirlo. Y entonces recurren a laconocida muletilla de la “industria del juicio”, atacando alos abogados laboralistas, para así justificar su verdade-ro y real interés que no es otro que seguir bajando “loscostos laborales” en perjuicio de los trabajadores, queson los reales y únicos beneficiarios de sentencias queles permitan recuperar los derechos que durante ya va-rias décadas se les han ido quitando.

En ese contexto de conciencia invertida, se pergeño eldicotómico negocio financiero legislado por la ley 24557,

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tipificado de una cara, por el merca-do de capitales generado alrededorde las recaudaciones de las Asegu-radoras de Riesgos del Trabajo, y dela otra, en el desinterés nunca confe-sado, de preservar la vida, la salud,y la integridad psicofísica de los tra-bajadores a quienes, para cohones-tar tales fines, se los ha privado detodo tipo de acción judicial, ya sea

no legislando expresamente un claroprocedimiento de acceso jurisdiccio-nal de conocimiento pleno, en los tér-minos de los derechos que estableceen favor del accidentado la mismaley 24557; o lisa y llanamente prohi-biéndole el ejercicio de determinadasacciones, pues se ha excluido a lostrabajadores "amparados" (?) por laley 24557 de la aplicación para los

mismos del derecho común, gene-rando una discriminación en el pro-pio marco de la normativa positiva,que permite afirmar sin temor a errar,que a los sujetos de derecho inte-grantes del colectivo denominado"trabajadores en relación de depen-dencia", por pertenecer al mismo, nose les aplica el derecho común. En laArgentina de hoy, en esta racionali-

MESAREDONDA:Jueves 28 de Octubre de 19:00 a 21:00 hs"CONTROL CONSTITUCIONAL DE LAS NORMASFLEXIBILIZADORAS – SU DEROGACIÓN”Expositores: Pedro Kesselman – Juan Carlos FernándezMadrid – Coordinador: Gustavo Ciampa.

PLENARIOS: Viernes 29 de Octubre de 9:00 a 12:00 hsI.- "LCT Y LOS PRINCIPIOS GENERALES DEL DE-RECHO DEL TRABAJO. PROGRESIVIDAD. IN-DEMNIDAD. IRRENUNCIABILIDAD. REBAJA SA-LARIAL. DISCRIMINACION”Expositores: Julio Simón y Antonio J. Barrera Nicholson.Coordinador: Adalberto Rossetti.Sábado 30 de Octubre de 15:00 a 17:00 hsII.- "ESTABILIDAD EN EL EMPLEO COMO FOR-MA DE PROTECCION CONTRA EL DESPIDO AR-BITRARIO. ART. 14 BIS C.N. TRATADOS INTER-NACIONALES. CONTROL JURISDICCIONAL DELDESPIDO. ILICITUD DEL DESPIDO INCAUSADO,SU NULIDAD” – Expositores: Moisés Meik e HildaKogan – Coordinador: Elbio Blanco.

TALLERES:Viernes 29 de Octubre de 15:00 a 17:00 hs I.- "LCT Y LAREMUNERACION".Coordinadores: Stella Maris Vulcano, Luis Enrique Ra-mirez y Beltrán LaguyásViernes 29 de Octubre de 17:30 a 19:30 hsII.- "LCT Y LA JORNADADE TRABAJO”.Coordinadores: Luis A. Catardo, Raquel Coronel y Le-lio Freidenberg

Sábado 30 de Octubre de 9:00 a 11:00 hsIII.- "LCT Y LAS INDEMNIZACIONES"Coordinadores: Raúl Fernández, Adolfo Matarrese yClaudia SternSábado 30 de Octubre de 11:15 a 13:15 hsI V.- "LCT Y L A SOLIDARIDAD. INTERMEDIACION”Coordinadores: Guillermo Pajoni, Miguel Angel Gorla,Luisa ContinoSábado 30 de Octubre 17:30 hs Sesión de Clausura de Jornadas.

Programa de ActividadesJueves 28 de OctubreInscripción y acreditación: 15:00 a 18:00 hsApertura y elección de autoridades: 18:30 hsMesa redonda: 19:00 a 21:00 hsCocktail de bienvenida: 21:00 hsViernes 29 de OctubrePlenario I: 9:00 a 12:00 hs Taller I : 15:00 a 17:00 hsTaller II: 17:30 a 19:30 hsSábado 30 de OctubreTaller III 9:00 a 11:00 hsTaller IV: 11:15 a 13:15 hsPlenario II: 15:00 a 17:00 hsSesión de clausura de las jornadas: 17:30 hsCena de clausura: 22:00 hs

Matrícula: Socios, funcionarios judiciales y estudiantes$ 120 – No socios $ 160Ponencias: Extensión: no más de 30 carillas. Lugar depresentación de las mismas: Sede A.A.L.Informes e inscripción: Viamonte 1668, piso 1°, dpto “3”,Ciudad de Buenos Aires, Tel./fax: 4374-4178, [email protected] . a r /[email protected], www. a a l . o rg . a r

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XXXas JORNADAS DE DERECHO LABORAL

"Ley 20744: A Treinta Años de su sanción.Por la Plena Vigencia del Derecho Protectorio"

Mar del Plata 28, 29 y 30 de Octubre de 2004Hotel 10 de Septiembre - Calle 3 de Febrero 2975, Mar del Plata, Buenos Aires

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las puertas de los despachos oficia-les para intentar conseguir introducirreformas a la Ley de Riesgos del Tra-bajo que, en lo esencial son una puracosmética para eludir los efectos delfallo "Aquino" y mantener el núcleoesencial de la perversión que implicael negocio del mercado de capitales afavor de empresas cuyo único fin esel lucro; negocio generado por el sis-tema de riesgos del trabajo, a costade la vida y la salud de los trabajado-res.

En este sentido vale hacer cono-cer que una semana antes de la emi-sión del fallo de la Corte Suprema, laComision de Legislación del Trabajode la Cámara de Diputados de la Na-ción, aprobó por mayoría un dictá-men de reforma de la Ley de Riesgosdel Trabajo que deroga el art. 39 inc.1 de la misma. En el debate en comi-sión, se desnudó como algunos dipu-tados apegados a intereses vincula-dos con núcleos empresarios quehan medrado con el negocio instaura-do desde la vigencia de la L.R.T., sedebatieron hasta último momento pa-ra evitar la aprobación del proyecto.

En definitiva, esta Asociación queluchó y lucha por los derechos de lostrabajadores seguirá presente y de-nunciará todas y cada una de estasburdas maniobras distractorias cuyoreal fin es atacar los derechos dequienes han sido y son víctimas deun sistema perverso de explotación eimpunidad.

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dad de mercado, no todos los ciuda-danos somos iguales ante la ley.

Parafraseando "Cambalache", hoyresulta que es más fácil y barato pa-gar por la pérdida de una vida, queprevenir el siniestro, al amparo deque se han puesto vallas al reclamotendiente a la reparación integral,prohibiendo inconstitucional y ade-más ilegítimamente, toda acción judi-cial posible, que pretenda una verda-dera indemnización en el sentido eti-mológico del vocablo.

En ese marco, se pierde la vida, laintegridad y la salud, para permitir,de esa manera, generar el negociode la acumulación de capitales a par-tir del incremento de la tasa de ga-nancia de las empresas, y del nego-cio financiero de la formación de unespecífico mercado de capitales. Lamercancía de cambio que permite laacumulación, y no precisamente enfavor del poseedor de la misma, es lavida, la integridad y la salud de lost r a b a j a d o r e s .

Obviamente para la lógica con-ceptual del mercado, quienes reac-cionan contra tamaña antijuridicidade ilegitimidad, son "industriales deljuicio".

Debemos entonces preguntarnos,¿cómo se debe definir a los persone-ros de la ilegitimidad antes descripta?¿A partir de qué concepto? ¿Quéson?. A no dudarlo: industriales de laexplotación, de la impunidad, delfraude laboral, verdaderos persone-ros de la mentira.

Esta forma de proceder, de quie-nes tienen real conciencia de lo queson, y de porque proceden como lohacen, permite rememorar las tácti-cas de otro personaje nefasto de con-ciencia invertida que sostenía:"...miente, miente, que algo siemprequeda."

Don José Francisco de San Mar-tín, legó entre plurales enseñanzasaquello de que "la verdad nos hará li-bres".

Por mera contraposición del prin-cipio lógico, torna valedero concluirque la mentira esclaviza.

I N S T I T U C I O N A L

Habrá de ser que los personerosde la mentira, pretenderán una socie-dad de esclavos.

Mientras haya abogados libres, yjueces independientes, nunca estaráperdida la esperanza por recuperarla civilidad. Así lo enseña la historia ala que también han pretendido po-nerle fin. La batalla hay que darla conlas herramientas con las que secuenta, capacidad, preparación, ho-nestidad, trabajo, y como dignatariosde un Estado de Derecho sustancial,que no se oculte detrás de la hipocre-sía del Estado de Derecho formal, elde la mera apariencia.

A sacarse la careta y decir lo querealmente sienten y les preocupa.Les preocupa que pueda haber justi-cia para los trabajadores; les preocu-pa que puedan tener que realizarprevención para evitar accidentes yenfermedades profesionales por losgastos que ello les ocasionaría; lespreocupa que puedan tener que pa-gar los daños que por su culpabilidadgeneren; les preocupa en definitivaque las fabulosas ganancias que hanobtenido mediante toda una legisla-ción peyorativa de los derechos delos trabajadores, tengan que repartir-las aún mínimamente; les preocupala tasa de ganancia. Jamás les preo-cuparon los trabajadores.

Ahora resulta que parece haberun cierto apresuramiento de parte delos personeros de intereses empre-sariales bien definidos por golpear

EDIFICIOS

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n esta sección se publicarán extractos de las leyes,decretos y resoluciones que se consideren más im-portantes en lo que se refiere al derecho del traba-jo. Se efectuará una síntesis de los aspectos funda-

mentales de las normas de que se trate, sin perjuicio deresaltar la necesidad de la lectura de la totalidad de lasdisposiciones en cuestión, para una mejor comprensión yaplicación de las mismas. Se evitarán en esta secciónanálisis respecto de las normas para evitar confusionesentre el contenido de las mismas y su valoración.

1) LEY 25.919. FONDO NACIONAL DE INCENTIVODOCENTE.Publicada en el Boletín Oficial del 2 de setiembre de2004.–Prorrógase la vigencia del citado Fondo creado por la LeyNº 25.053, por el término de cinco años a partir del 1º deenero de 2004 o hasta la aprobación de una Ley de Finan-ciamiento Educativo Integral.–Se resuelve que El Fondo Nacional de Incentivo Docen-te distribuya en cada ejercicio el monto total originado enla suma del importe base determinado conforme al com-plemento devengado en beneficio de los docentes duran-te el ejercicio inmediato anterior, el monto correspondientea los educadores incorporados a las plantas funcionalesen el transcurso del año y los originados por las mejoras alFondo Nacional de Incentivo Docente (FONID) acordadasentre el Consejo Federal de Cultura y Educación y las or-ganizaciones sindicales de trabajadores de la educacióncon representación nacional.–El Fondo Nacional de Incentivo Docente distribuirá res-pecto del Ejercicio 2004 la suma anual de $ 973.369.963(PESOS NOVECIENTOS SETENTA Y TRES MILLONESTRESCIENTOS SESENTA Y NUEVE MIL NOVECIEN-TOS SESENTA Y TRES) con más el monto correspon-diente a los educadores incorporados a las plantas fun-cionales en el transcurso del año 2004 y el originado porlas mejoras al Fondo Nacional de Incentivo Docente (FO-NID) acordadas entre el Consejo Federal de Cultura yEducación y las organizaciones sindicales de trabajado-res de la educación con representación nacional.

2) LEY 25.935. ACUERDO DE LOS ESTADOS PARTESDEL MERCOSUR.Publicado en el Boletín Oficial del 4 de octubre de 2004.–Se aprueba el acuerdo de cooperación y asistencia juris-diccional en materia civil, comercial, laboral y administrati-va entre los Estados partes del MERCOSUR, y las repúbli-cas de Bolivia y Chile, respecto a actividades de mero trá-

LEGISLACIÓN

Por Guillermo Pajoni

L E G I S L A C I Ó N

mite y probatorias procesales, reconocimiento y ejecucióne sentencias y laudos arbitrales, de los instrumentos públi-cos y otros documentos, información del derecho extranje-ro, consultas de controversias, entre otras cuestiones.

3) DECRETO 817/2004. PROMOCION DE EMPLEO-BENEFICIO PARA EMPLEADORES.Publicada en el Boletín Oficial del 28.06.2004.–Se considera incluidas en el beneficio instituido por elart. 6 de la ley 25.877 las empresas definidas por el art.5 de la L.C.T. que empleen hasta ochenta trabajadores,cuya facturación anual neta supere los montos que se es-tablecen en el mismo artículo según fuerre la actividad deque se trate. –Como nuevas contrataciones se considerarán las efec-tuadas bajo los regímenes previstos en la L.C.T. Ley22.248 y 22.250 y sus respectivas modificatorias, con laexcepción del art. 99 de la L.C.T.–Se entiende como incremento neto en la nómina de tra-bajadores, toda contratación efectuada con posterioridada la entrada en vigencia de la ley 25.877.–La reducción regirá respecto de cada trabajador incor-porado al amparo de este régimen.–Se perderá el beneficio cuando el numero base de traba-jadores quede disminuido por despidos del personal.–La promoción de empleo que se reglamenta, se aplica-rá sobre las alícuotas previstas en el art. 2 del Decreto814/01.

4) DECRETO 823/2004. SUSPENSION DE LOS DESPI-DOS SIN CAUSA JUSTIFICADA.Publicado en el Boletín Oficial del 28.06.2004.–Prorrógase desde el 1ro. de julio al 31 de diciembre de2004 inclusive, la suspensión de los despidos sin causajustificada dispuesta en el art. 16 de la Ley 25.561.–La duplicación de los montos indemnizatorios se reduci-rá al ochenta por ciento de las sumas resultantes. –El Poder Ejecutivo podrá en función de la evolución dela tasa de desocupación que trimestralmente calcula ypublica el INDEC, disponer otras reducciones a dicha du-plicación.–Cuando la tasa de desocupación resulte inferior al 10%quedará sin efecto de pleno derecho la prórroga de lo es-tablecido en el art. 16 de la ley 25561.

5) DECRETO 1134/04. CONVENCIONES COLECTIVASDE TRABAJO.Publicada en el Boletín Oficial el 03.09.2004.–Se agrega en Anexo el texto ordenado de las leyes 14.250

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y 23.546 y sus respectivas modificatorias. Convencionescolectivas, comisiones partidarias, ámbitos de negociacióncolectiva, articulación de los convenios colectivos, conve-nios de empresas en crisis, fomento de la negociación co-lectiva, procedimiento para la negociación colectiva.

6) DECRETO 1.192/2004. VIGENCIA DEL SALARIO MI-NIMO VITAL Y MOVIL.Publicada en el Boletín Oficial de. 09.09.2004.–Se establece que el salario mínimo vital y móvil fijadopor la Resolución nro. 2 del Consejo Nacional de Empleo,rige a partir del 1ro. de setiembre de 2004.

7) DECRETO 1.196/2004. SUMA NO REMUNERATO-RIA PARA DOCENTES.Publicado en el Boletín Oficial del 13.09.2004.–Instrúyese al MINISTERIO DE EDUCACION, CIENCIAY TECNOLOGIAa abonar a los docentes alcanzados porla Ley Nº 25.053 prorrogada por su similar Nº 25.919, unasuma de PESOS SETENTA ($ 70) no remunerativa y nobonificable, por única vez, con los haberes del mes deseptiembre de 2004.

8) RESOLUCION 2/2004. DEL CONSEJO NACIONALDE EMPLEO - SALARIO MINIMO VITAL Y MOVIL.Publicada el 07.09.2004.–Fíjase para todos los trabajadores comprendidos en laLey de Contrato de Trabajo Nº 20.744 (T.O.1976), de laAdministración Pública Nacional y de todas las entidadesy organismos en que el Estado Nacional actúe como em-pleador, un SALARIO MINIMO VITAL Y MOVIL de PE-SOS CUATROCIENTOS CINCUENTA ($ 450) para lostrabajadores mensualizados que cumplen la jornada legalde trabajo a tiempo completo y de DOS PESOS CONVEINTICINCO CENTAVOS ($ 2,25) por hora, para los tra-bajadores jornalizados, excluidas las cargas de familia,de conformidad con lo normado en el artículo 140 de laLey Nº 24.013.– Propónese que la Comisión de Salario del CONSEJON A C I O N A L D E L EMPLEO, LA PRODUCTIVIDAD Y E LSALARIO MINIMO, VITA L Y MOVIL, se aboque al estudiode los lineamientos, metodología, pautas y normas para ladefinición de una canasta básica de conformidad con lo es-tablecido en el artículo 135 inciso c) de la Ley Nº 24.013, afin de ser debatida posteriormente en sesión plenaria

9) RESOLUCION 9/2004. DE LA INSPECCION GENE-RAL DE JUSTICIA-OBJETO SOCIAL.Publicado el 07.06.2004.–Se modifica el artículo 18 de la Resolución GeneralI.G.P.J. Nº 6/80 (“Normas de la INSPECCION GENERALDE JUSTICIA”).–Se establece que el objeto social de las sociedades de-berá ser único y su mención efectuarse en forma precisa

y determinada mediante la descripción concreta y espe-cífica de las actividades que contribuirán a su efectivaconsecución.–Será admisible la inclusión de otras actividades, tam-bién descriptas en forma precisa y determinada, única-mente si las mismas son conexas, accesorias y/o com-plementarias de las actividades que conduzcan al desa-rrollo del objeto social.–El conjunto de las actividades descriptas deberá guar-dar razonable relación con el capital social.La INSPEC-CION GENERAL DE JUSTICIA podrá exigir una cifra su-perior a la fijada en el acto constitutivo, aun en la consti-tución de sociedades por acciones con la cifra mínima delartículo 186, párrafo primero, de la Ley Nº 19.550, si ad-vierte que, en virtud de la pluralidad de actividades, el ca-pital social resulta manifiestamente inadecuado.–Esta resolución se aplicará en los trámites de constitu-ción o reforma de sociedades que se inicien o se hallenen curso al tiempo de su entrada en vigencia.–Esta resolución entrará en vigencia a los TREINTA (30)días de su publicación en el Boletín Oficial.

10) RESOLUCION 10/2004. DE LA INSPECCION GE-NERAL DE JUSTICIA.CAMBIO DE SEDE SOCIAL.Publicada el 30.06.2004.–La inscripción en el Registro Público de Comercio delcambio de la sede social de las sociedades por accionesy de responsabilidad limitada que no comporte modifica-ción estatutaria o contractual, requerirá del previo cumpli-miento de la publicidad prevista en el artículo 11, párrafosegundo, del Decreto Nº 1493/82.– Los dictámenes de precalificación correspondientes atodo cambio de sede social en cualquier tipo de socie-dad, deberán contener manifestación del profesional dic-taminante acerca de si su intervención comprendió la ve-rificación del efectivo funcionamiento de la dirección y ad-ministración de los negocios sociales en la sede socialcuyo cambio se solicite inscribir. En su defecto, deberáacompañarse declaración jurada sobre dicho extremosuscripta por representante legal de la sociedad y un in-tegrante del órgano de fiscalización de la misma, si lo hu-biere, cuyas firmas deberán estar certificadas notarial-mente.–El incumplimiento de la información del cambio de la se-de social prescripto por el artículo 12 del Decreto Nº1493/82 dentro del plazo allí previsto, hará aplicable a losadministradores de la sociedad la sanción de multa pre-vista en el artículo 302, inciso 3º, de la Ley Nº 19.550.–La infracción se considerará también configurada encualquier supuesto en el cual la falta de funcionamientoefectivo de la administración social en la sede comunica-da o inscripta, haya impedido el cumplimiento de funcio-nes de fiscalización o la recepción efectiva de not ificacio-nes o requerimientos.

L E G I S L A C I Ó N

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I. Antecedentes normativos

1º) Con fecha 7 de enero de 2002 se publica en el Bo-letín Oficial la ley 25.561. En su artículo 1º declara laemergencia pública en materia social, económica, ad-ministrativa, financiera y cambiaria, hasta el 10 de di-ciembre de 2003. En materia laboral el artículo 16 dis-pone, en su segundo párrafo, la suspensión de los des-pidos sin causa justificada por el plazo de cientoochenta (180) días, imponiendo a los empleadores queviolen dicha disposición, el pago al trabajador del doblede la indemnización que le correspondiese, conformela legislación vigente.

2º) Decreto 883 del 27 de mayo de 2002: prorrogala suspensión de los despidos sin causa justificada ydemás disposiciones contenidas en la última parte delart. 16 de la ley 25.561, por el plazo de ciento ochenta(180) días hábiles administrativos, contados a partir desu vencimiento originario.

3º) Decreto 2639 del 19 de diciembre de 2002: res-tringe la aplicabilidad de la suspensión dispuesta en elart. 16 de la ley 25.561 de manera que la duplicaciónindemnizatoria allí dispuesta no será aplicable a lostrabajadores que sean incorporados a partir del 1º deenero de 2003, siempre y cuándo la incorporación delos mismos represente un aumento en la plantilla totalde trabajadores que el empleador poseía al 31 de di-ciembre de 2002.

4º) Decreto 662 de fecha 20 de marzo de 2003: pro-rroga la suspensión de los despidos sin causa así co-mo la duplicación indemnizatoria, hasta el 30 de juniode 2003.

5º) Decreto 256 del 24 de junio de 2003: prorroga lasuspensión de los despidos sin causa así como la du-plicación indemnizatoria, hasta el 31 de diciembre de2003.

6º) Ley 25.820 sancionada el 19 de noviembre de2003: modifica el artículo 1º de la ley 25.561, prorrogan-do la emergencia social, económica, administrativa, fi-nanciera y cambiaria hasta el 31 de diciembre de 2004.

7º) Decreto 1351 de fecha 29 de diciembre de2003: prorroga la suspensión de los despidos sin cau-sa y su consecuencia indemnizatoria hasta el 31 demarzo de 2004.

8º) Decreto 369 del 31 de marzo de 2004: prorrogala suspensión de los despidos sin causa y su conse-cuencia indemnizatoria hasta el 30 de junio de 2004.Ratifica la exclusión dispuesta por el decreto Nº 2639del 19/12/2002.

II. El texto del decreto 823

El decreto al que nos referiremos a continuación fuepublicado en el Boletín Oficial el 28 de junio de 2004.

En su artículo 1º se dispone la prórroga, desde el 1ºde julio de 2004 y hasta el 31 de diciembre de 2004 in-clusive, de la suspensión de los despidos sin causajustificada, dispuesta en el art. 16 de la ley 25.561 (re-formado por la ley 25.820).

El mismo artículo establece, asimismo, que la dupli-cación de los montos indemnizatorios consistente enun 100% de tales sumas, se reducirá a un 80%.

El primer párrafo mencionado no plantea dificulta-des interpretativas, ya que claramente establece laaplicación temporal de sus disposiciones (se aplicaráa todos los despidos que se produzcan entre el1/7/2004 y el 31/12/2004, con las excepciones que ve-remos más adelante).

La segunda parte de este artículo, pese al error gra-matical en que incurre (llamar “duplicación” a un incre-mento menor al 100%) sólo puede ser interpretada dela siguiente forma: el incremento indemnizatorio dis-puesto por el artículo 16 de la ley 25.561, que alcanza-ba el 100% (duplicación), pasará a ser del 80%. Enotras palabras: la indemnización a abonar a un trabaja-dor despedido sin causa, a partir del 1º de julio de 2004,dejará de ser del 200% para pasar a ser del 180%.

Este incremento indemnizatorio se aplicará a todoslos trabajadores y todos los empleadores (con la ex-

Por Cynthia Astrid Benzion

El Decreto823/04

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cepción prevista en el artículo 5º alque más adelante nos referire-mos), sin importar la fecha de iniciode la relación laboral. El dato rele-vante aquí es la fecha de ruptura.

Se exceptúan del incremento in-demnizatorio aquellos contratosque hayan sido celebrados o se ce-lebren a partir del 1/1/2003, siem-pre que el trabajador contratado re-presente un aumento en la plantillatotal de trabajadores que el em-pleador poseía al 31/12/2002. Es-tos despidos no devengarán in-demnización duplicada (por haber-lo establecido así el decreto 2639del 19/12/2002), ni el incrementodel 80%, (por disponerlo así el art.5º del decreto que comentamos).De esta forma, si el trabajador des-pedido representara un aumentoen la plantilla existente al31/12/2002 sí será indemnizado,pero conforme la normativa laboralvigente ajena a la emergencia.

La determinación de si estamoso no frente a un supuesto de ex-cepción presenta una dificultad deíndole práctica la cual, por otra par-te, ya se había planteado a partirde la entrada en vigencia del de-creto 2639/2002: el trabajador queingresa con posterioridad al1/1/2003 y es despedido a partirdel 1/7/2004 no tendrá forma de

conocer, al momento del despido,ni siquiera al tiempo de efectuar elreclamo, si su incorporación a laempresa representó un aumentoen la plantilla total de trabajadoresque su empleador poseía al31/12/2002.

Ni el decreto 2639/2002 ni el823/2004 prevén un mecanismoque permita determinar en formasumaria, si se verifica tal aumentoen el plantel total de trabajadores.Desde ya que la manifestación uni-lateral del empleador en tal senti-do, formulada frente al reclamo deltrabajador, no bastará para eximir-se del agravamiento indemnizato-rio, el que sólo podrá ser estableci-do judicialmente.

Vale la pena referirnos breve-mente a dos cuestiones ya plan-teadas anteriormente, a partir de laentrada en vigencia de la ley25.561, pero que nos parece útilrecordar en esta oportunidad.

La primera de ellas es la referi-da a los rubros comprendidos en elincremento indemnizatorio. La ju-risprudencia en la materia no ha si-do pacífica, pudiendo citarse algu-nos fallos que dan cuenta de las di-versas posiciones adoptadas:

“La legislación laboral vigente, ala que se remite el art.16 de la ley25.561 que fija la doble indemniza -

ción, por la ruptura unilateral e in -causada del contrato de trabajo,no sólo comprende la regulada enel art. 245 LCT (ó 7º de la ley25.013), que toma como paráme -tro la antigüedad, sino también ladel preaviso (art. 231 LCT), reco -nociéndole la ley idéntico carácterindemnizatorio al período de des -canso proporcional a la fraccióndel año trabajada (art. 156 LCT),resultando accesorio a ambos ru -bros la incidencia del SAC propor -cional, y por ende, sujeto a la mis -ma suerte de aquéllos (conf. A r t .525 del C.Civil).” ( C N AT, Sala IX,Expte. Nº 164/03 sent. 11 6 3 1“Brea, Carlos c/ Nestlé A r g e n t i n aS.A. s/ Despido” ).

“La amplitud de los términos delart. 4 del decreto 264/02 según elcual “la duplicación prevista en elart. 16 de la ley 25.561 comprendetodos los rubros indemnizatoriosoriginados con motivo de la extin -ción del contrato de trabajo” permi -te interpretar que la intención dellegislador fue la de abarcar todaslas especies, tipos o rubros de ca -rácter indemnizatorio que nazcancon motivo del despido. Desde talperspectiva corresponde incluir laindemnización por vacaciones nogozadas e incluso el incrementodel art. 2 de la ley 25.323 cuando

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se dan los presupuestos que auto -rizan su aplicación, como así tam -bién la reparación del art. 15 de laLNE- norma que específicamentese refiere al despido del trabajador;no ocurre lo propio con la indemni -zación del art. 8 de igual ley que norequiere la existencia de un despi -do. (Del voto de la Dra. GarcíaMargalejo, en mayoría).” ( C N AT,Sala V, Expte. Nº 28976/02 sent.66864 29/12/03 “Mafud, Laura c/Expósito David s/ Despido” ).

“La duplicación indemnizatoriaprevista en el art. 16 de la ley25561 comprende las indemniza -ciones derivadas del despido ysustitutiva del preaviso, pero no elincremento previsto en el art. 2 dela ley 25.323, que no guarda rela -ción directa con aquél. Por otraparte, en necesario tener en cuen -ta que corresponde interpretar res -trictivamente las normas que esta -blecen agravamientos de las in -demnizaciones”. (CNAT, Sala III,expte. Nº 28333/02, sent. 85555,30/12/2003 “Sánchez, Alberto c/Corporación general de AlimentosS.A. s/ Despido”).

La segunda cuestión que cree-mos necesario resaltar, ya que hagenerado diversas opiniones, sevincula al acto jurídico que poneen marcha la aplicación del incre-mento indemnizatorio: cuando lanorma habla de despido sin causa,se refiere a cualquier despido sincausa, sea éste impuesto por elempleador (despido directo) o de-cidido por el trabajador por cual-quier causa que lo legitime paraello (despido indirecto) o inclusoaquellos decididos por el emplea-dor invocando una causa inexis-tente. Así se han pronunciados di-versas Salas de la Cámara deApelaciones del Trabajo en los fa-llos que transcribimos:

“Cabe recordar que el art. 16 dela ley 25.561 establece la obliga -ción de los empleadores de abonar

acuerdo a la legislación vigente. Laley es clara cuando hace referen -cia al despido sin causa justifica -da, incluyendo a aquellos que seproducen invocando una causainexistente. Es oportuno señalarque la ley no se refiere a cualquiertipo de indemnización que se torneobligatoria con motivo de la ruptu -ra del contrato, sino a aquellas quenacen del despido injustificado, osea siempre que el despido dé lu -gar a una indemnización y sea ile -gítimo.” (31.653/02. “Vera, Próspe-ro c/ Vadelux S.A. s/ Despido”,16/4/2004, CNAT, Sala VII, RuizDíaz,. Ferreiros.)

Retomando el análisis del textodel decreto 823/04, diremos quelos artículos 2º y 3º se refieren a laposibilidad futura del descenso delíndice de desocupación. En losconsiderandos del decreto semenciona la disminución de esteíndice ocurrida desde la imple-mentación de la duplicación in-demnizatoria y la necesidad de re-ducir el quantum indemnizatorioestablecido en el art. 16 de la ley25.561. De esta forma, se estable-ce que el Poder Ejecutivo Nacionalpodrá disponer otras reduccionesa la duplicación, en función de laevolución de la tasa de desocupa-ción que trimestralmente calcula ypublica el INDEC.

El Art.3º expresamente estable-ce que cuando la desocupaciónsea inferior al 10% quedará sinefecto de pleno derecho la prórro-ga del art. 16 ley 25.561. A conti-nuación el art. 4º pone en cabezadel Ministerio de Trabajo dictar losactos que declaren la concurrenciadel extremo previsto en el art. 3º.De esta forma, entendemos, nocaerá el incremento indemnizatoriosino hasta que el Ministerio así lodisponga, no bastando para ello lapublicación por el INDEC de un ín-dice de desocupación inferior al10%.

a los trabajadores despedidos sincasa justificada el doble de la in -demnización que les correspondade conformidad a la legislación la -boral vigente. En estos términos seestima que ello comprende tantolos supuestos de despido directocomo indirecto.” ( C N AT, Sala I,Expte. Nº 17317/02, sent. 81087,30/9/03, “Silvestre, Gabriela c/ Uki-mar SRL y otro s/ Despido”).

“La sanción prevista en el art. 16de la ley 25.561 para los despidosincausados, también resulta aplica -ble a los supuestos en que el vín -culo laboral se extinguió por deci -sión del dependiente, ello en tantodeben ponderarse los incumpli -mientos patronales que justificaronplenamente tal proceder. Propiciaruna solución contraria daría lugar asituaciones no deseadas por el le -gislador, en donde bastaría que losempleadores se abstengan deadoptar la decisión de despedir, afin de evitar tener que afrontar elpago indemnizatorio duplicado queimpone la norma legal en cuestión,e impulsar a los trabajadores a to -lerar incumplimientos patronales oadoptar ellos mismos la decisiónrescisoria, resignando, de tal modola percepción de la mencionadamulta, cuya creación legislativa nofue otra que la de desalentar losdespidos con el fin de proteger lasrelaciones laborales existentes enel marco de una situación económi-ca preocupante”. (CNAT, Sala II,Expte. Nº 20678/02, sent. 92324,25/2/04, “Ramírez, Darío c/VadeluxS.A. s/Despido”).

”No resulta relevante hacer unadistinción entre los despidos quequedan aprehendidos por el art. 16de la ley 25.561 que establece laprohibición, por un plazo de 180días, de despedir sin causa justifi -cada y en caso de producirse talesdespidos, ordena abonar a los tra -bajadores el doble de la indemni -zación que les correspondería de

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P R Á C T I C A L A B O R A L

Régimen indemnizatoriopor despido incausado

P R E AVISO E NTEGRACION DELMES DE DESPIDO L.C.T.El preaviso se debe dar el último díadel mes, caso contrario se deben pa-gar los días que corren entre la fechadel despido hasta terminar el mes enconcepto de integración del mes dedespido. (art 233 LCT).Plazo: un mes para los contratos demenos de cinco años de antigüedad yde dos meses para los contratos demás de cinco años de antigüedad.

LEY 25013Derogó la integración del mes de des-pido.Plazo: Hasta 30 días de contratación:sin preaviso; de 30 días a 3 meses:15 días de preaviso; más de 3 meseshasta 5 años: 1 mes y más de 5 años:2 meses.

LEY 25877Si el preaviso se cumple no hay dere-cho a integración del mes de despidoen caso de que no se otorgara pormes calendario. Si se omite, procedela integración del mes de despido si lafecha no coincide con el último día delmes. Esta norma rige para todos losdespidos operados con posterioridadal 27/03/04.Plazo: 15 días en periodo de prueba; unmes en contratos de menos de 5 añosde antigüedad y 2 meses en contratosde más de 5 años de antigüedad.

INDEMNIZACION POR ANTIGÜEDADL.C.T.Un mes por cada año de servicio o fracción mayor a 3 meses.Base: mejor remuneración mensual, normal y habitual. Rige para las contrataciones iniciadas con anterioridad al 02/10/1998Piso: 2 meses de sueldo sin tope.Tope: Tres veces el importe mensual de la suma que resulta del pro-medio de todas las remuneraciones previstas en el CCT aplicable altrabajador por la jornada convencional, excluida la antigüedad. Vigencia: Contratos celebrados con anterioridad al 02/10/98. Conser-va su vigencia hasta el 27/03/04.

LEY 250131/12 parte de la mejor remuneración mensual normal y habitual. Seaplica a los contratos iniciados desde el 02/10/98 y disueltos hasta el27/03/04.Piso 2/12 partes del sueldo sin topeTope: Tres veces el importe mensual de la suma que resulta del pro-medio de todas las remuneraciones previstas en el CCT aplicable altrabajador por la jornada convencional, excluida la antigüedad. Vigencia: Los contratos celebrados a partir del 02/10/98 hasta el27/03/04.

LEY 25877Un mes de sueldo por cada año de servicio o fracción mayor de 3 meses.Base: mejor remuneración mensual normal y habitual devengada du-rante el último año o durante el tiempo de prestación de servicios siéste fuera menor.Piso: un mes de sueldos sin tope.Tope: La base no podrá exceder de la sumatoria de tres veces el im-porte mensual de la suma que resulte del promedio de todas las re-muneraciones previstas en el convenio colectivo de trabajo aplicableal trabajador, al momento del despido, por la jornada legal convencio-nal, excluida la antigüedad. Rige para los todos los despidos operados a partir de su entrada envigencia (27/03/04), cualquiera hubiera sido su fecha de inicio de la re-lación laboral.

CUADRO COMPARATIVO

Por Mónica María Jensen

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De las distintasvelocidades yvicisitudes en elotorgamiento delibranzas judiciales,segunda parte

Aplauso, medalla y beso para elJNT 40, que ante cualquier in-conveniente con el documentodel trabajador, libra oficio en 24horas al Registro Nacional de lasPersonas. Abucheos, en cambiopara el TT2 de La Plata, que nolibra cheque a favor del trabaja-dor si todos los abogados intervi-nientes no acreditaron haberefectuado los aportes sobre ho-norarios regulados, sin importar(al Tribunal) si aquellos (los abo-gados) percibieron o no los mis-mos (los honorarios).

Dicen que es horade cambiar de verso

“Dicen que la rigidez laboral en -fría el clima para invertir”, titulaen su pintoresco estilo el DiarioClarín, sección “Negocios y Mer-cados”, el pasado 9 de setiem-bre, sobre un “estudio” del BancoMundial. Los inversores estaríanreticentes, pues, no por el desca-labro institucional del fin del go-bierno De la Rúa, ni por la infame

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L Á G R I M A S Y S O N R I S A S

incautación bancaria de los aho-rros de la gente, ni por el desco-munal pagadiós de los títulos dela deuda pública, sino por la “rigi-dez laboral” …

Otra que “no estáen letra”

Nos informa la colega de una no-vísima respuesta dada por la me-sa de entradas del JNT22 ante elpedido de un expediente en eje-cución: un grito de terror de laempleada. Es que el expediente,si bien estaba “en casillero”, ha-bía sido elegido como nido poruna araña pollito gigante, al pare-cer inmune a los escobazos, ynadie lo quería tocar. ¿Habrá quellegar al extremo de fumigar losjuzgados, voto a –y con el permi-so de- la World Wildlife Fonda -tion?

Cría cuervos …

Pocas veces tan apropiado el di-cho como en la anécdota que nosrefiere el colega: fue su hijo ado-lescente en un viaje de estudios aEstados Unidos, y al regresar letrajo de regalo una remera con undibujo de la balanza de la justiciadesnivelada por el signo pesos($) y la siguiente leyenda: TALK

IS CHEAP UNTIL YOU HIRE ALAWYER. Traducción: “Hablar esbarato hasta que se contrata a unabogado”.

Llamado a lasolidaridad:

Se está buscando desesperada-mente alguna sentencia favora-ble a la parte actora que haya si-do resuelta en la Sala de la CNATque ha sido insidiosamente apo-dada "triángulo de las bermudas".Estamos recibiendo estadísticasde los resultados de las senten-cias de esta Sala y los compila-dores sospechan que debe habererrores y que solo les han remiti-do las sentencias favorables a losempleadores. La redacción deesta revista no comparte estasconclusiones preliminares

Avisen, che

Algo soliviantado por el fallo“Aquino” (Aquí No corre más laley de riesgos, ya dicen los chis-tosos), declaró el titular de la Cá-mara de Comercio Carlos De laVega, el 23/9 en el Diario Clarín:“… en el pasado … los abogados… por ejemplo iniciaban un juiciopor cuatro millones de pesos …el fallo … otorgaba … un resarci -

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L Á G R I M A S Y S O N R I S A S

miento muy inferior … pero alabogado no le preocupaba, por -que cobraba el 20% de la sumareclamada … 800.000 pesos:cuatro veces más que el montoasignado a la víctima”. La CausaLaboral encarece a Don CarlosDe la Vega que por favor comple-te la información, así nos avivadónde diablos queda el juzgadoque regula tan alegremente con -tralegem, de modo que todos po-damos ir allí a hacer cola para ini-ciar juicios inventados y volver-nos fácilmente millonarios.

La liga no existe,pero que la hay…

El colega nos refiere que pasahabitualmente por la calle Perón,frente a uno de los lugares dondese realizan los remates judicialesy que muy a menudo lo intercep-tan y le preguntan amablementesi "viene al remate" con un interésy una premura que exceden la

–Y usted es un vendido.Luego el juez dice:–Ya que las partes se han identifi-cado correctamente, prosigamoscon la audiencia...

Un campesino pasa frente a unalápida que dice: "Aquí yace unabogado, un hombre honrado, unhombre íntegro". El campesino sepersigna y dice asustado:–¡Virgen santísima, enterraron atres hombres en la misma fosa!

¿Qué diferencia hay entre una di-solución y una solución? Si tiráramos un abogado en un pi-letón con ácido sulfúrico, se pro-duciría una disolución. Si los tirá-ramos a todos, sería una solución.

Un hombre va a ver a un abogado.–¿Y usted cuánto cobra por unaconsulta rápida? –10.000 pesos por tres preguntas. - Vaya, ¿es un poco caro, no ? - Si... y dígame, cuál es su terce-ra pregunta?

mera curiosidad. El otro día estemismo colega observó que ungrupo de manifestantes que de-fiende a las personas víctimas dela ejecución de su vivienda pedía"un aplauso para los compañerosde la liga que aceptaron desalojarel local". Lo curioso radicaba enque esos "compañeros", que ha-cen pingues negocios con su in-termediación compulsiva, eranaplaudidos en vez de ser repudia-dos por quienes padecen esaaberración. O quizá resulte que elcolega se haya confundido, que latal "liga", como dicen, no exista yque asimismo tampoco exista nin-gún otro tipo de mafia en nuestropaís. Todo puede ser.

De abogados…

Durante una audiencia en el juz-gado se genera una disputa y elfiscal le grita al abogado defensor:–Usted es un ladrón.El defensor le contesta al fiscal:

CURSOS EN LA ASOCIACIÓN DE ABOGADOS LABORALISTAS“REGÍMENES ESPECIALES CONTEMPLADOS EN LA L E Y DE CONTRATO DE T R A B A J O ”

Arancel: $50 no socios y $ 40 socios, estudiantes, funcionarios del Poder Judicial. Horario: 19 hs.Coordinación: ELIZABETH BENÍTEZ

02/11/04 – Licencias por materniad. Lactancia. Período de excedencia. Indemnización pordespido por causa de embarazo. Despido por causa de matrimonio. Presunciones. Jurispruden-cia actualizada. Expositora: ELIZABETH BENÍTEZ.

09/11/04 – Licencias por enfermedad inculpable. Distintos supuestos contemplados en el art.212 de la LCT. Justisprudencia actualizada. Expositora: ANDREA GARCÍA VIOR.

16/11/04 – Licencias por cargos electivos y sindicales. Reserva del empleo. Indemnizacionespor despido. Fuero sindical. Expositor: GUSTAVO CIAMPA.

23/11/04 – Suspensiones y despidos por fuerza mayor. Jurisprudencia. Procedimiento preven-tivo de crisis. Requisitos. Expositor: ERNESTO MARCELO SEGAL.

29/11/04 – Suspensiones por causas disciplinarias. Suspensión preventiva por denuncia pe-nal. Jurisprudencia actualizada. Expositor: ELBIO BLANCO.

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ACCIDENTES DE TRABAJO.Ley de riesgos. Art. 39 ley 24557.

Vulneración del art. 16 C.N.El art. 39 de la ley 24557, que veda a los trabajado-

res la posibilidad de peticionar conforme el art. 1.113del Código Civil, vulnera en forma actual e irremedia-ble el principio de igualdad ante la ley (art. 16 de laConst. Nacional) porque priva al dependiente de la po-sibilidad de accionar contra el empleador, fundándoseen su responsabilidad objetiva y actúa en detrimentopara el reclamante de la facultad que el ordenamientocomún reconoce con alcance general conforme el art.1.113 del Código Civil ya citado. (En igual sentido, en-tre muchos otros, S.D. Nº 36.524 del 10/03/03, dicta-da en autos “Cubilla, Aldo Enrique c/ Estudio Orbe deServicios Empresarios S.A. y otro s/ Accidente - Ac-ción Civil”). Expte. 1739/00. SD 37773. Fecha:18/8/04. “Rojas Jiménez, Justiniano c/ConstruccionesLatina S.R.L. s/Accidente-acción civil”. Cámara Na-cioal de Apelaciones del Trabajo, Sala VII, Ruiz Díaz.Ferreirós.

ACCIDENTES DE TRABAJO.Art. 39 Ley 24.557. Inconstitucionalidad.Reparación integral. Disímil tratamiento.

En principio, el art. 39 de la ley 24.557 vulnera losarts. 14, 14 bis, 16, 17, 18 y 19 de la Constitución Na-cional, así como disposiciones de diversos tratados in-ternacionales que tienen jerarquía constitucional (art.75 inc. 22 C.N.) pues veda a los trabajadores el acce-so a una reparación integral, lo cual obviamente impli-ca una lesión a la garantía de la propiedad e impideejercer el derecho de defensa en juicio y el de peticio-nar ante la justicia, derecho que asiste a los restantesciudadanos, vale decir que por el solo hecho de ponersu fuerza de trabajo a disposición de otro, el trabaja-dor está impedido de reclamar ante los tribunales elresarcimiento que entiende justo cuando precisamen-te es con motivo o en ocasión del trabajo que ha sufri-do daños en su salud física o psíquica. Este disímiltratamiento resulta contrario al orden constitucional, yen el caso, es claro que por ser trabajador la víctimade un accidente, queda en una situación más desfavo-

BOLETÍN DE JURISPRUDENCIA(Extraído del Boletín de Jurisprudencia de la Excma. Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo

y publicaciones varias)

rable respecto de cualquier otro afectado, pues ésteúltimo podrá peticionar ante la justicia la reparación in-tegral de quien fue responsable del daño, ya sea porsu culpa, dolo o bien por su responsabilidad objetiva,mientras que aquél está constreñido a percibir lasprestaciones establecidas por la ley referida, que sona todas luces insuficientes, pues no tienen ninguna re-lación con el fin reparatorio, ni cubren tampoco todaslas hipótesis de daños posibles. 12.361/2000."García,Ricardo c/Alto Paraná S.A. y otro s/Accidente-ley9688". Fecha: 16/07/2004 Cámara Nacional de Apela-ciones del Trabajo., Sala III., Porta. Guibourg.

ACCIDENTES DE TRABAJO.Ley de riesgos. Art. 39. Inconstitucionalidad.

Discriminación. Exclusión de la vía civil.El art. 39 de la L.R.T. excluye por voluntad legislati-

va, la posibilidad de que, ante un accidente de traba-jo, el trabajador o sus causahabientes, recurran a lavía del art. 1113 del C.C., con lo cual se produce unadiscriminación, en tanto, ante igualdad de situaciones,es decir, un accidente, mientras un ciudadano comúnpuede acceder a la acción del Derecho Civil contra elcausante del daño, el operario, frente a un mismo he-cho carece de dicha facultad. Dicha discriminación seconsuma incluso respecto a los empleadores no ase-gurados que sólo responderán ante el dependientedañado por eventuales incumplimientos en materia deseguridad e higiene y aún cuando deriven de culpa onegligencia, por las prestaciones contenidas en la ley(art. 28 ap. 1 ley 24.557). (Del voto del doctor CapónFilas, en mayoría). 24662/00"Nouche, Nora Mabelc/LAPA S.A. Líneas Aéreas Privadas Argentinas S.A. yOtro s/Accidente-ley 9688". Fecha: 12/08/2004 Cáma-ra Nacional de Apelaciones del Trabajo., Sala VI., Dela Fuente. Capón Filas. Fernández Madrid.

ACCIDENTE DE TRABAJO.Ley de Riesgos. Inconstitucionalidad del Art. 39

inciso 1ro. de la ley 24.557.El propósito del legislador mediante el art. 39 inc.

1ro. de la Ley de riesgos del trabajo no fue otro queconsagrar un marco reparatorio de alcances menores

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que los del Código Civil, apartándose de la concep-ción reparadora integral, pues dicha ley mediante laprestación del art. 15 inc. 2do., segundo párrafo, y laconsiguiente eximición de responsabilidad del em-pleador prevista en el citado art. 39, solo indemnizadaños materiales y dentro de éstos, únicamente el lu-cro cesante que, asimismo, evalúa menguadamente.

El régimen del art. 39 inc. 1ro. de la ley de riegosdel trabajo, en cuanto exime de la responsabilidad ci-vil al empleador frente al daño sufrido por el trabaja-dor, no tiende a la realización del principio constitucio-nal de la justicia social sino que marcha en sentidoopuesto al agravar la desigualdad de las partes queregularmente supone la relación de trabajo y, en con-secuencia, formula una preferencia legal inválida porcontrariar dicho principio.

La exclusión y eximición de la vía reparadora civilque contiene el art. 39 inc. 1ro. de la ley de riesgos deltrabajo, mortifica el fundamento definitivo de los dere-chos humanos enunciados por la Declaración Univer-sal de Derechos Humanos, esto es, la dignidad del serhumano, que no deriva de un reconocimiento ni deuna gracia de las autoridades o poderes, sino que re-sulta intrínseca e inherente a todas y cada una de laspersonas humanas y por el solo hecho de serlo.

Es inconstitucional el art. 39 inc. 1ro. de la ley deriesgos del trabajo que exime al empleador de res-ponsabilidad civil mediante la prestación del art. 15inc. 2do. , segundo párrafo, de aquélla, en cuanto im-porta un franco retroceso de la reparación integralresulta contrario al principio constitucional que pro-hibe a los hombres dañar los derechos de un terce-ro, a la justicia social y a la dignidad humana. (Ex-traído de Derecho del Trabajo – setiembre 2004,pags. 1286 y ss)

Este retroceso legislativo en el marco de protección,puesto que así cuadra evaluar a la LRT según lo queha venido siendo elxpresado, pone a ésta en graveconflicto con un principio arquitectónico del DerechoInternacional de los Derechos Humanos en general ydel PIDESC en particular. En efecto, este último estáplenamente informado por el principio de progresivi-dad, según el cual, todo Estado Parte se “comprometea adoptar medidas…para lograr progresivamente…laplena efectividad de los derechos aquí reconocidos-…todas las medidas de carácter deliberadamente re-troactivo a este respecto requerirán la consideraciónmás cuidadosa, y deberán justificarse plenamente conreferencia a la totalidad de los derechos previstos en elPacto y en el contexto del aprovechamiento pleno delmáximo de los recursos de que se disponga”. “AquinoIsacio c/Cargo Servicios Industriales S.A.”, Fecha

21.09.04. Corte Suprema de Justicia de la Nación.(Extraído de Derecho del Trabajo – setiembre 2004,pags. 1280 y ss)

ACCIDENTE DE TRABAJO. Inconstitucionalidaddel art. 46 inc. 1ro. de la ley 24.557.

Es inconstitucional el art. 46 inc. 1ro. de la ley24.557 en cuanto dispone la competencia de la justi-cia federal para entender en los recursos deducidoscontra las resoluciones de las comisiones médicasprovinciales, pues no resulta constitucionalmenteaceptable que la Nación pueda, al reglamentar mate-rias propias del derecho común –en el caso, acciden-tes laborales–, ejercer una potestad distinta de la queespecíficamente le confiere el art. 75 inc. 12 de laConstitución Nacional, ya que lo contrario implicaríareconocer que las pautas limitativas que fija la CartaMagna cuando se trata de derecho común, referidas ala aplicación de esas normas por los tribunales de pro-vincia si las cosas o las personas caen bajo sus res-pectivas jurisdicciones, pueden ser dejadas de ladopor la mera voluntad del legislador. “Castillo Angelc/Cerámica Alberdi S.A.”. Fecha 07.09.2004. CorteSuprema de Justicia de la Nación

ACUERDO CONCILIATORIO. En pesos.Paridad peso dólar.

Las partes celebraron un acuerdo conciliatorio (di-ciembre de 2001)ante el SECLO en el que pactaron elpago al trabajador de una suma de dinero en pesos,en cuotas y, en un "otro si digamos", la demandadaasumió el riesgo en caso de que se dejara sin efectola paridad "peso-dólar". Esto muestra que al momentode celebrar el convenio tenían plena conciencia de lasituación política y económica por la que estaba atra-vesando el país. En consecuencia, nos encontramosante un acuerdo en el que la voluntad de las partes,expresada en términos que no dejan lugar a duda al-guna (arts. 1137 y 1197 del C. Civil), fue asumir uncompromiso en pesos que se condicionó al manteni-miento de la paridad con el dólar, ya que en caso deque hubiera alguna modificación la demandada toma-ba a su cargo dicho riesgo; extremo que finalmenteacaeció y que debe ser afrontado por la demandadaen pleno cumplimiento de lo acordado. No correspon-de en este caso la aplicación de la ley 25561 y el de-creto 214/02 por referirse a obligaciones originaria-mente pactadas en la moneda estadounidense. Alva -rez, Daniel c/ MACO Transportadora de Caudales SAs/ acción declarativa. Fecha: 02/04/2004 Cámara Na-cional de Apelaciones del Trabajo., Sala VI., Fernan-dez Madrid. De la Fuente.

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ASOCIACIONES PROFESIONALESDE TRABAJADORES. Ley 23551. Tutela sindical.

Cierre del establecimiento. Cesación totalde las actividades. Traslado del establecimiento

con desplazamiento de personal. El cierre o la cesación total de las actividades del

establecimiento constituye un factor de inoponibilidadde la garantía de estabilidad que confiere a los delega-dos la ley 23551, ya que, disuelto el grupo del cual seejerce la representación, cesa también la función re-presentativa, cuyo ejercicio es el presupuesto de laoperatividad de la citada garantía. Esto significa que elempleador recupera la libertad de despedir directa-mente, sin perjuicio de las responsabilidades indemni-zatorias que surjan de la improcedencia del despido.Cuando el cierre del establecimiento no implica la ce-sación total de las actividades, sino el traslado a uno uotros, con desplazamiento del personal, el grupo semantiene y también la representación. El delegado tie-ne derecho a ser, también, trasladado, conservandoesa calidad y la protección que a ella corresponde. (Enel caso, el personal del establecimiento cerrado fuedistribuido entre dos establecimientos, y no se dijo quela sección de la que el actor era delegado lo haya sidoíntegramente). “Alveal Cáceres David Fernando c/SanIsidro Textil Argentina S.A. s/despido. Sent.Def. nº31979. Fecha: 30/06/04 Sala VIII. Morando. Billoch.

CITACIÓN DE TERCEROS.No es procedente el pedido de la actora de citar co-

mo tercero a la co demandada fallida, contra quien de-sistió de la acción a fin de evitar los efectos del fuerode atracción, fuera de la oportunidad que establece elart. 94 del CPCCN. Una postura contraria implicaríadesconocer los efectos del fuero de atracción produci-do por el concurso o la quiebra de un co demandado(art. 21 ley 24522), pues permitiría al accionante, lue-go de desistir contra aquél, continuar en este fuero laacción interpuesta en la que seguiría interviniendo elfallido en el carácter de tercero citado, condición que,a partir de la reforma del CPCCN por la ley 25488 nolo excluiría de los alcances de la sentencia que fueradictada (art. 96 del CPCC).

Anriquez, Alejandro y otro c/ Plásticos ArgentinosSA y otros s/ despido.Fecha: 23/03/2004

Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo., SalaIII., Guibourg. Porta.

CONTRATO DE TRABAJO.Toda vez que los actores se desempeñaron por lar-

gos años suscribiendo sucesivos contratos ("locaciónde servicios") en tareas propias e inherentes a la acti-

vidad del Teatro Municipal Gral San Martín, en los quese especificaba la modalidad de la retribución y el de-recho a percibir SAC, vacaciones y asignaciones fami-liares, tal situación torna aplicable el régimen de la Leyde Contrato de Trabajo (art. 2est, inc. a) pues el actoexpreso requerido por la norma se ve configurado porla contratación sucesiva de los trabajadores. No seaplica al caso la doctrina emanada del fallo de la Corte"Leroux de Emede, Patricia c/ Municipalidad de BuenosAires" (30/4/91) pues difieren las características parti-culares de este caso concreto en que el apartamientode los dependientes del régimen de estabilidad y la noaplicación de la normativa laboral configurarían un frau-de a la garantía del resarcimiento económico ante undistracto arbitrario. Wozniuk, Esteban y otros c/ Gobier -no de la Ciudad de Buenos Aires. Secretaría de Cultu -ra. Teatro Municipal Gral. San Martin s/ despido.. Fe-cha: 30/03/2004

Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo., SalaVII., Ruiz Diaz.Rodriguez Brunengo.

Los agentes de la administración pública están, enprincipio, comprendidos dentro del régimen jurídico delderecho administrativo, salvo las excepciones contem-pladas en el art. 2est inc. a) de la LCT, al requerir quepor acto expreso se los incluya en la misma o en el ré-gimen de las convenciones colectivas de trabajo. Exis-ten en tal ámbito lo que ha dado en llamarse "personalcontratado", agentes que trabajan en cargos o funcio-nes no permanentes, que no están incorporados a lacarrera administrativa ni se les otorga estabilidad en losempleos. Trazar una línea divisoria entre los contrata-dos y los demás agentes, a veces, ha significado privara quien trabaja, de las garantías constitucionales delart. 14 bis, toda vez que se lo excluye de la estabilidaddel empleado público y de la protección del despido ar-bitrario. Por ello, correspondería la aplicación, por ana-logía, de las normas de la Ley de Contrato de Trabajo.(Del voto de la Dra. Ferreiros). García D'Auro, Patriciac/ Ministerio de Economía. SENASA s/ despido. Fecha:22/03/2004

Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo., SalaVII., Rodriguez Brunengo. Ferreiros.

Toda vez que el actor fue designado como personaltransitorio sin derecho a la estabilidad del empleadopúblico ( en el caso como médico de la Dirección Ge-neral de la Tercera Edad), tal designación no puede serleída como una declaración de voluntad del Gobiernode la Ciudad de Buenos Aires en el sentido de celebrarun contrato de trabajo. La CSJN in re "Leroux de Eme-de, Patricia c/ Municipalidad de la Ciudad de Buenos

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cuando llega a conocimiento del destinatario de la de-claración. Por ello, si los trabajadores denunciaron elcontrato de trabajo en una comunicación telegráfica alempleador, bajo apercibimiento de darse por despedi-dos, pero no formalizaron su voluntad rescisoria a pos-teriori, tal omisión no puede suplirse ni con la presen-tación ante el SECLO ni con la interposición de la de-manda, pues, de conformidad con el art. 243 LCT ladenuncia del contrato debe ser exteriorizada en formaconcreta, mediante un acto expreso, anterior a la de-manda y contemporáneo con la injuria, que ponga enconocimiento de la empleadora la disolución del víncu-lo laboral. Como consecuencia, ante la ausencia deacto generador, en este caso, no proceden las indem-nizaciones derivadas del despido.Viviant, Fernando yotro c/ Fernández, Miguel y otros s/ despido. Fecha:09/03/2004. Cámara Nacional de Apelaciones del Tra-bajo., Sala IX., Zapatero de Ruckauf.Balestrini.

Cuando se produce el despido mediante fórmulasgenéricas, la empleadora cuenta con un amplio mar-gen de acción para modificar las conductas a las cua-les le atribuye tal calificación en el caso de posteriorcontroversia judicial. Por ello, en el marco de las previ-siones de la norma (art. 243 LCT) es indispensable quela empleadora especifique de manera razonablementeconcreta, cuáles fueron las conductas en las que incu-rrieron los trabajadores que resulten –a su criterio– en-cuadrables en injuria grave insusceptible de tolerar lacontinuidad del vínculo. Este requisito resulta indispen-sable y vinculado íntimamente con el derecho constitu-cional de defensa en juicio (art. 18 C.N.) y el principiode buena fe que prescribe el art. 63 de la LCT. S a n t i -llan Gimenez, Cristian c/ Borders Parking SRL s/ des -p i d o . Fecha: 09/03/2004 Cámara Nacional de A p e l a c i o-nes del Trabajo., Sala IX., Balestrini.Pasini.

Si la demandada conocía el estado de salud defici-tario del trabajador (stress pos traumático por reitera-dos asaltos en el desempeño de sus tareas por trans-porte de mercaderías y caudales)faltó al deber de ejer-cer la facultad de dirección con observancia de los re-caudos previstos en los arts. 65 y 68 LCT, al ordenar asu dependiente que realizara nuevamente la tarea quelo había afectado, y de la que se lo había apartado enrazón de su condición. La facultad de dirección nopuede ejercerse atendiendo solo los fines de la empre-sa o las exigencias de la producción, sino también a lafuncionalidad y mejora de los derechos personales deltrabajador, cob el debido respeto a su dignidad, exclu-yendo toda forma de abuso de derecho. En esa inteli-gencia, la ruptura decidida frente a la negativa del ac-

Aires" del 30/4/91 (DT 1991-B-1847) exige una claraexpresión de la voluntad por parte de la administraciónpara incluir una relación jurídica o una serie de ellas enel régimen de la LCT, lo que impide su aplicación ana-lógica. Desde tal perspectiva sólo es aplicable la LCTen forma directa, por acto expreso del órgano adminis-trador que incluya al personal en el régimen laboral co-mún, del que en virtud del art. 2 inc a) de la ley 20744,se encuentra excluido. Por ello, las indemnizacionespretendidas por el actor, por antigüedad y sustitutivadel preaviso contempladas en los arts. 232 y 245 LCT,no pueden ser admitidas (art. 499 del C. Civil). Rosas,Oscar c/ Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires s/despido. Fecha: 26/04/2004

Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo., Sa-la VIII., Billoch. Morando.

Si bien la actora ofrecía una pluralidad de serviciosprestados por distintas empresas (Grupo Siembra),éstos eran netamente diferenciados entre sí, por locual –más allá de que las empresas titulares pertene-cían supuestamente al mismo grupo económico– esválido concluir que la prestación no fue unívoca sinoque se dio en el marco de relaciones distintas (art. 377y 386 del C. Procesal). Parra, María c/ Siembra Segu -ros de Vida SA s/ despido. Fecha: 27/05/2004 Cáma-ra Nacional de Apelaciones del Trabajo., Sala VII.,Ruiz Diaz. Ferreiros.

CONVENCIONES COLECTIVAS.Oposición a su homologación. Acción autónoma.

Los arts. 61 y 62 de la ley 23551 se ciñen solamen-te a las resoluciones definitivas de la autoridad admi-nistrativa del trabajo en materia reglada por dichocuerpo normativo, es decir, en lo vinculado con la vidainterna de las asociaciones sindicales y no en lo con-cerniente a aspectos típicos de la negociación colecti-va, y, especialmente a la homologación de convenioscolectivos de trabajo, aspecto éste que, en su casopuede ser cuestionado en el marco de una acción ju-dicial autónoma de nulidad del acto administrativo conla intervención de la autoridad estatal pertinente y delas partes que pudieran resultar afectadas por la even-tual declaración de invalidez del acto administrativo deque se trate. Asociación Argentina de Empleados de laMarina Mercante y otros c/ minsterio de Trabajo s/ leyasoc. sindicales. Fecha: 19/04/2004 Cámara Nacionalde Apelaciones del Trabajo., Sala III., Guibourg. Porta.

DESPIDO.El despido como declaración de voluntad unilateral

de carácter recepticio, se consolida jurídicamente

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en el período de prueba, cualquiera de las partes tieneplena facultades rescisorias sin consecuencias indem-nizatorias. Tampoco se participa del criterio de que in-cumbe a la empleadora, en estas circunstancias, rea-lizar la prueba de las razones que motivaran la ruptu-ra, porque ello no emerge de la ley positiva cuandoadopta el período de prueba y tampoco, en el caso, seesgrime la ley 23592 al promover la acción. (Del votodel DR. Bermudez, en mayoría).

Alvarenga, Cintha Silvina c/ Sistemas Temporarioss.a. y otro s/ despido. Fecha: 16/04/2004 Cámara Na-cional de Apelaciones del Trabajo., Sala II., Gonzalez.Bermudez. Rodriguez.

DESPIDO. Del delegado gremial. Indemnización.Duplicación. Art. 16 ley 25561.

Por aplicación del art. 16 de la ley 25561 y el decre-to 264/02 deberían duplicarse no sólo las indemniza-ciones previstas en la LCT (por despido y omisión depreaviso), sino TODAS las derivadas de la extincióndel contrato de trabajo en razón de la normativa labo-ral vigente (conf. esta Sala SD 36628 del 25/4/03 "Ma-chin, Ruben c/ Crocco Hnos y otros s/ despido"). Estadoctrina resulta claramente de aplicación en este caso,pues la indemnización especial del delegado contem-plada en el art. 52 de la ley 23551 es una indemniza-ción derivada de la extinción del contrato. Valdebenito,Marcelo c/ San Sebastian SA s/ despido. Fecha:07/05/2004

Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo., SalaVII., Rodriguez Brunengo. Ferreiros.

EJECUCIÓN DE SENTENCIA. Bien de familia.Oponibilidad de su inscripción. Competencia.Es competente el juez laboral para entender en la

cuestión ceñida a la oponibilidad o no de la inscripcióndel inmueble de los demandados como bien de fami-lia, lo cual debe juzgarse en orden al timpo en que seha generado el crédito por el cual se pretende even-tualmente agredirlo, ya que los créditos y derechos an-teriores a la inscripción conservan su ejecutabilidadrespecto del mencionado bien, cualquiera sea la natu-raleza o causa de la obligación. Leal, Silvano c/ berar -di, Alberto s/ despido Fecha: 15/06/2004 Cámara Na-cional de Apelaciones del Trabajo., Sala II., Bermudez.Rodriguez.

HONORARIOS. Cobro. Prescripción decenal.Cómputo. Actos suspensivos.

Corresponde el plazo decenal establecido por el art.40 23 del C. civil para la acción por cobro de los hono-rarios regulados. Dicho plazo comienza a correr, una

cionante a cumplir con las directivas del principal, re-sulta injustificada. Velardo, Daniel c/ Nobleza Piccar -do SA s/ despido. Fecha: 10/03/2004 Cámara Nacio-nal de Apelaciones del Trabajo., Sala IX., Pasini.Ba-l e s t r i n i .

DESPIDO POR EMBARAZO. Período de prueba.El período de prueba no es un contrato en sí mis-

mo, sino que es la fase inicial de un contrato de traba-jo por tiempo indeterminado, que se caracteriza enfunción de la facultad que se le reconoce al dador detrabajo de extinguir dicho vínculo sin que tal decisiónderive en la asunción de responsabilidad indemnizato-ria. Si bien en el caso, la trabajadora tenía expectati-vas de permanencia al iniciar el periodo de prueba, notenía garantía de estabilidad, pero al comunicar suembarazo al empleador, adquirió "ex post facto" unagarantía especial en función de su estado. Esa garan-tía expresada en el art. 177, 3 párrafo de la LCT tienecomo sujeto beneficiario a toda mujer durante el perío-do de gestación, sin condicionarla a que la misma severifique en determinado lapso. Aun admitiendo quedurante dicho lapso no rige la presunción del art. 178de la LCT, en el presente caso hubo contemporanei-dad entre la comunicación de la trabajadora sobre suestado al empleador y el despido inmediato resueltopor éste, por lo que cabe inferir que la ruptura contrac-tual dispuesta tuvo directa vinculación con la comuni-cación del embarazo, derivando de ello un acto discri-minatorio cuya gravedad conduce sin más a acoger elreclamo indemnizatorio impetrado, con sustento en losarts. 178 y 182 de la LCTT. (Del voto de la Dra. Gon-zalez, en minoría) Alvarenga, Cintha Silvina c/ Siste -mas Temporarios s.a. y otro s/ despido. F e c h a :16/04/2004

Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo., Sa-la II., Gonzalez. Bermudez. Rodriguez.

DESPIDO POR EMBARAZO. Período de prueba.La precariedad de la vinculación que se da en el pe-

ríodo de prueba queda claramente definida cuando sereconoce a ambos contratantes el derecho de rescin-dir "ad libitum" y en ese marco sólo se puede apreciarcon estrictez la prueba que intente brindar uno de ellosacerca de la intencionalidad del otro de decidir el cesepor una causa que, a su vez, configura discriminación.Desde tal perspectiva, las presunciones, en principio,serían desechables, salvo que fueran serias, graves yconcordantes, como lo exige la ley procesal. En el ca-so concreto, la comunicación del estado de gravidezde la actora y su contemporaneidad con la ruptura dis-puesta por la demandada, sólo brinda un indicio, pues

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en los casos que se evidencian supuestos donde re-sulta inaplicable el sistema de topes consagrado por elprecepto en cuestión. Cabe recordar, además, que elart. 16 L.C.T. prohibe expresamente la aplicación ana-lógica de las convenciones colectivas de trabajo, loque significa, entre otras cosas, que las normas de undeterminado convenio no pueden ser llevadas fueradel ámbito de su validez personal para aplicarlas asectores de trabajadores carentes de convención co-lectiva. “Hayden Elena Griselda c/Instituto de Estadís-tica y Registro de la Industria de la Construcción IERICs/despido.” Fecha: 18/6/04. Cámara Nacional de Ape-laciones del Trabajo, Sala X., Scotti. Simón.

INDEMNIZACIÓN POR DESPIDO.Multa del art. 43 ley 25.345.

Condiciones de su procedencia.Interpretación restrictiva.

El art. 132 bis de la ley 20.744, en la modificaciónintroducida por el art. 43 de la ley 25345 condiciona aque el empleador hubiese efectuado las retenciones altrabajador y no las hubiera depositado en los entes delsistema. El hecho generador de la grave sanción con-minatoria mensual, que debe ser interpretada con ca-rácter restrictivo, no se configura por la mera circuns-tancia de no haber registrado adecuadamente la rela-ción porque, lo esencial es la retención indebida y lafalta posterior de depósito. Fecha: 9/5/04. “Luppini Os-car c/Chambers S.A. s/despido”. Dictamen nº 33805.Fiscalía General. Dr.Alvarez, al que adhiere la Sala II.

INDEMNIZACIÓN POR DESPIDO.Tope del art. 245 L.C.T.Inconstitucionalidad.

En el caso "Jáuregui c. Unión Obreros y Empleadosdel Plástico" la Corte al entender que la finalidad delart. 245 es ponderar la base salarial de cálculo de la in-demnización "sobre pautas reales", juzgó que violenta-ba los arts. 14, 14 bis y 17 de la Constitución Nacionalel hecho de que aquella norma fuese interpretada en elsentido de admitir que el salario a tomar en cuenta seapartase de dichas pautas al ignorar el deterioro delpoder adquisitivo de este último, acaecido durante ellapso que medió entre la finalización de un ciclo de tra-bajo (temporada) y el momento del despido (Fallos:806:940, 944, considerando 4º y sgtes.). La aplicaciónal caso considerado de la ratiodecidendi "Jáuregui",apareja que determinadas diferencias entre la remune-ración establecida en el primer párrafo del art. 245, y elmáximo previsto en su segundo párrafo, también po-drían tornar irreales las pautas indemnizatorias en jue-go y, por lo tanto, censurables con base en la Consti-

vez notificado el acreedor de la regulación de los mis-mos, a partir de los treinta días de haber sido notifica-da aquella resolución a la parte obligada al pago. En elcaso, la solicitud del rechazo del planteo de nulidadformulado por la actora, así como también las diligen-cias del profesional para trabar embargo preventivo,son actos suspensivos de dicho plazo decenal. Gonza -lez, Stella c/ Bonafina SA s/ despido. F e c h a :31/05/2004 Cámara Nacional de Apelaciones del Tra-bajo., Sala III., Guibourg. Porta.

INDEMNIZACIÓN POR DESPIDO.Los rubros que integran la duplicación prevista por

el art. 16 de la ley 25561 son todos aquellos conside-rados indemnizatorios originados con motivo de la ex-tinción del contrato de trabajo (art. 4 del decreto264/02). Dicha sanción debe estar integrada por la in-demnización por antigüedad, la sustitutiva del preavisoomitido, la integración del des de despido y las vaca-ciones proporcionales. Santillan Gimenez, Cristian c/Borders Parking SRL s/ despido. Fecha: 09/03/2004Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo., SalaIX., Balestrini.Pasini.

INDEMNIZACIÓN POR DESPIDO.Agravamiento.

Importe insuficiente percibidopor el trabajador.

El art. 2 de la ley 25323 dispone un recargo del 50%de las indemnizaciones de los arts. 232, 233 y 245LCT, cuando no sean abonadas y el trabajador hayaintimado su pago. En el caso, el trabajador cumpliócon el requisito de intimar a su empleador y percibió laindemnización sustitutiva del preaviso y la del art. 247LCT –ésta de un modo insuficiente– por lo que el re-cargo legal debe ser calculado sobre el saldo impago.Goncevate, Gustavo c/ Establecimientos Gamar SA s/despido. Fecha: 12/05/2004

Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo., SalaVIII., Morando. Billoch.

INDEMNIZACIÓN POR DESPIDO.Inexistencia de convención colectiva

aplicable al establecimiento.Inaplicabilidad de topes salariales.

Si no existe convención alguna de aplicación al es-tablecimiento de la accionada, no se debe hacer jugarningún tope, en tanto el art. 245 L.C.T. en la versión dela ley 24.013, lo mesura solamente en base a prome-dios de escalas salariales establecidas en acuerdos deesa especie. En este orden de ideas, debe aplicarse lareparación prevista en el art. 245 sin limitación alguna,

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tución Nacional…. No resulta razonable, justo ni equi-tativo, que la base salarial prevista en el primer párra-fo del citado art. 245 de la Ley de Contrato de Traba-jo, vale decir, "la mejor remuneración mensual normaly habitual percibida durante el último año o durante eltiempo de prestación de servicios si éste fuera menor",pueda verse reducida en más de un 33%, por imperiode su segundo y tercer párrafos. De acuerdo con ellos,dicha remuneración no podrá exceder el equivalentede tres veces el importe mensual de la suma que re-sulta del promedio de todas las remuneraciones pre-vistas en el convenio colectivo de trabajo aplicable.Esta pauta, por cierto, recuerda conocida jurispruden-cia del Tribunal, relativa a que la confiscatoriedad seproduce cuando la presión fiscal excede el señaladoporcentaje (Fallos: 209:114, 125/126 y 210:310, 320,considerando 6º, entre muchos otros).

" Vizzotti, Carlos Alberto c/AMSA S.A. s/despi-do".14/9/2004. C.S.J.N. Voto: P-Be-F-Bo-M-Z-H de N.

JORNADA DE TRABAJO.Horas laboradas los sábados y domingos.

Recargo. Improcedencia.El recargo para el pago de las horas laboradas los

días sábados después de las 13 y los domingos co-rresponde únicamente si consisten en horas comple-mentarias que el trabajador debe excecpcionalmentecumplir, pero no si se trata del cumplimiento de la jor-nada normal en día inhábil. Ello es así porque la jorna-da de trabajo y el descanso semanal son institutos di-ferentes cuyo ámbito de actuación no debe confundir-se. En consecuencia, no corresponde abonar con elrecargo que establece el art. 207 LCT las horas traba-jadas los días sábados después de las 13 y los domin-gos, si como en el caso, no se ha laborado en excesode la jornada legal (Conf. esta Sala SD 11112 del11/10/02 "Maciel, Claudio c/ Wal Mart Argentina SA").Valdez, Ernesto c/ Wal Mart Argentina SA s/ despido.Fecha: 12/04/2004 Cámara Nacional de Apelacionesdel Trabajo., Sala X., Corach. Scotti.

RESPONSABILIDAD SOLIDARIA.Directores de una sociedad.

Modificaciones en la composicióndel directorio.

Si bien en principio la responsabilidad de los direc-tores de una sociedad anónima se extingue por apro-bación de la gestión o por renuncia resuelta por la

asamblea, lo cierto es que ello está supeditado a quedicha responsabilidad no sea por violación de la ley(art. 275 Ley de Sociedades Comerciales). En el casoconcreto, la cuestión ha sido zanjada por la falta deinscripción en la Inspección General de Justicia del ac-ta por la que se aceptó la renuncia de los directores codemandados y se designó nuevo director, así comotampoco se procedió a la publicación pertinente, con-trariándose de este modo lo dispuesto por los arts. 12y 60 de la ley citada. Es por ello que tales modificacio-nes no son oponibles a los terceros, en este caso, elactor. En consecuencia, cabe admitir la aplicación dela teoría de la desestimación de la personalidad jurídi-ca y condenar directamente a los directores co deman-dados. Simone, Humberto c/ Foglia SA y otros s/ des -pido. Fecha: 30/04/2004 Cámara Nacional de Apela-ciones del Trabajo., Sala X., Corach. Scotti.

SALARIO. Tickets canasta.Reducción por voluntadunilateral del empleador.

Improcedencia.El Convenio 95 de la OIT, ratificado por nuestro

país, establece que los beneficios que ocultan remu-neraciones deben ser desactivados por incumplir unanorma superior. Ellos son: los servicios de comedor dela empresa, vales de almuerzo, vales alimenticios, ca-nastas de alimentos, reintegros de gastos médicos,farmacéuticos, odontológicos, de sepelio de familiares,útiles escolares y guardapolvos entregados a los hijosdel trabajador. Mediante tales elementos el trabajadorlogra mayores ingresos ya que no debe invertir en ali-mentarse, cuidar su salud o la del grupo familiar. A talpunto es así que la ley 24700 se contradice a sí mis-ma: mientras el art. 1 define a los vales alimenticios ycanastas de alimentos como beneficios sociales, el art.4 carga al empleador con una contribución del 14%destinada a las asignaciones familiares. Como se sa-be, solamente las remuneraciones son objeto de con-tribuciones con destino a la seguridad social. En con-secuencia, dado que los tickets son remuneratorios, laconducta del empleador consistente en reducirlos esun mero incumplimiento y el trabajador puede recla-mar la diferencia por aplicación del art. 260 LCT. (Delvoto del Dr. Capon Filas). Pereyra, Walter c/ HospitalBritánico de Buenos Aires s/ despido. F e c h a :14/04/2004 Cámara Nacional de Apelaciones del Tra-bajo., Sala VI., Capon Filas. De la Fuente.

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Cuento de Rodolfo Walsh

Esa muje r*

El coronel elogia mi puntualidad.–Es puntual como los alemanes –dice.El coronel tiene apellido alemán.Es un hombre corpulento, canoso, de cara ancha,

tostada.–He leído sus cosas –propone–. Lo felicito.Mientras sirve dos grandes vasos de whisky, me va

informando, casualmente, que tiene veinte años deservicios de informaciones, que ha estudiado filosofíay letras, que es un curioso del arte. No subraya nada,simplemente deja establecido el terreno en que pode-mos operar, una zona vagamente común.

Desde el gran ventanal del décimo piso se ve la ciu-dad en el atardecer, las luces pálidas del río. Desdeaquí es fácil amar, siquiera momentáneamente, a Bue-nos Aires. Pero no es ninguna forma concebible deamor lo que nos ha ocurrido.

El coronel busca unos nombres, unos papeles queacaso yo tenga.

Yo busco una muerta, un lugar en el mapa. Aún noes una búsqueda, es apenas una fantasía perversaque algunos sospechan que podría ocurrírseme.

Algún día (pienso en momentos de ira), iré a bus-carla. Ella no significa nada para mí, y sin embargo irétras el misterio de su muerte, detrás de sus restos quese pudren lentamente en algún remoto cementerio. Sila encuentro, frescas altas olas de cólera, miedo y frus-trado amor se alzarán, poderosas vengativas olas, ypor un momento ya no me sentiré solo, ya no me sen-tiré como una arrastrada, amarga, olvidada sombra.

El coronel sabe dónde está.Se mueve con facilidad en el piso de muebles am-

pulosos, ornado de marfiles y de bronces, de platos deMeissen y Cantón. Sonrió ante el Jongkind falso, el Fi-gari dudoso. Pienso en la cara que pondría si le dijeraquién fabrica los Jongkind, pero en cambio elogio suwhisky.

El bebe con vigor, con salud, con entusiasmo, conalegría, con superioridad, con desprecio. Su cara cam-bia y cambia, mientras sus manos gordas hacen girarel vaso lentamente.

–Esos papeles –dice.Lo miro.–Esa mujer, coronel.Sonríe.–Todo se encadena -filosofa.A un potiche de porcelana de Viena le falta una es-

quirla en la base. Una lámpara de cristal está rajada.El coronel, con los ojos brumosos y sonriendo, hablade la bomba.

–La pusieron en el palier. Creen que yo tengo la cul-pa. Si supieran lo que he hecho por ellos, esos roño-sos.

–¿Mucho daño? –pregunto. Me importa un carajo.–Bastante. Mi hija. La he puesto en manos de un

psiquiatra. Tiene doce años –dice.El coronel bebe, con ira, con tristeza, con miedo,

con remordimiento.Entra su mujer, con dos pocillos de café.–Contále vos, Negra. Ella se va sin contestar; una mujer alta, orgullosa,

con un rictus de neurosis. Su desdén queda flotandocomo una nubecita.

–La pobre quedó muy afectada –explica el coronel.–Pero a usted no le importa esto.

–¡Cómo no me va a importar!... Oí decir que al ca-pitán N y al mayor X también les ocurrió alguna des-gracia después de aquello.

El coronel se ríe.–La fantasía popular –dice–. Vea cómo trabaja. Pe-

ro en el fondo no inventan nada. No hacen más que re-petir.

Enciende un Marlboro, deja el paquete a mi alcan-ce sobre la mesa.

–Cuénteme cualquier chiste –dice.Pienso. No se me ocurre.–Cuénteme cualquier chiste político, el que quiera,

y yo le demostraré que estaba inventado hace veinteaños, cincuenta años, un siglo. Que se usó tras la de-rrota de Sedan, o a propósito de Hindenburg, de Doll-fuss, de Badoglio.

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–¿Y esto?–La tumba de Tutankamón –di -

ce el coronel–. Lord Carnavon. Ba-sura.

El coronel se seca la transpira-ción con la mano gorda y velluda.

–Pero el mayor X tuvo un acci-dente, mató a su mujer.

–¿Que más? –dice, haciendotintinear el hielo en el vaso.

–Le pegó un tiro una madruga-da.

–La confundió con un ladrón–sonríe el coronel–. Esas cosasocurren.

–Pero el capitán N...–Tuvo un choque de automóvil,

que lo tiene cualquiera, y más él,que no ve un caballo ensilladocuando se pone en pedo.

–¿Y usted coronel? –Lo mío es distinto –dice–. Me

la tienen jurada.Se para, da una vuelta alrededor

de la mesa. —Creen que yo tengola culpa. Esos roñosos no saben loque yo hice por ellos. Pero algúndía se va a escribir la historia. A l omejor la va a escribir usted.

–Me gustaría.–Y yo voy a quedar limpio, yo

voy a quedar bien. No es que meimporte quedar bien con esos ro-ñosos, pero sí ante la historia,¿comprende?.

–Ojalá dependa de mí, coronel.–Anduvieron rondando. Una no-

che, uno se animó. Dejó la bombaen el palier y salió corriendo.

Mete la mano en una vitrina, sa-ca un figurita de porcelana policro-mada, una pastora con un cesto deflores.

–Mire. A la pastora le falta un bracito.–Derby –dice. Doscientos años.La pastora se pierde entre sus

dedos repentinamente tiernos. Elcoronel tiene una mueca de fierroen la cara nocturna, dolorida.

–¿Por qué creen que usted tie-ne la culpa?

me acuerdo quién más. Y cuandola sacamos del ataúd –el coronelse pasa la mano por la frente–,cuando la sacamos, ese gallegoasqueroso...

Oscurece por grados, como enun teatro. La cara del coronel escasi invisible. Sólo el whisky brillaen su vaso, como un fuego que seapaga despacio. Por la puertaabierta del departamento llegan re-motos ruidos. La puerta del ascen-sor se ha cerrado en la planta baja,se ha abierto mas cerca. El enormeedificio cuchichea, respira, gorgo-tea con sus cañerías, sus incinera-dores, sus cocinas, sus chicos, sustelevisores, sus sirvientas. Y ahorael coronel se ha parado, empuñauna metralleta que no le vi sacar deninguna parte, y en punta de piecamina hacia el palier, enciende laluz de golpe, mira el ascético, geo-métrico, irónico vació del palier, delascensor, de la escalera, donde nohay absolutamente nadie y regresadespacio, arrastrando la metralleta.

–Me pareció oír. Esos roñososno me van a agarrar descuidado,como la vez pasada.

Se sienta, mas cerca del venta-nal ahora. La metralleta ha desa-parecido y el coronel divaga nue-vamente sobre aquella gran esce-na de su vida.

–... se le tiró encima, ese galle-go asqueroso. Estaba enamoradodel cadáver, la tocaba, le mano-seaba los pezones. Le di una trom-pada, mire —el coronel se mira losnudillos—, que lo tiré contra la pa-red. Está todo podrido, no respetanni a la muerte. ¿Le molesta la os-curidad?.

–No.–Mejor. Desde aquí puedo ver la

calle. Y pensar. Pienso siempre. Enla oscuridad se piensa mejor.

Vuelve a servirse whisky.–Pero esa mujer estaba desnu-

da –dice, argumenta contra un invi-sible contradictor–. Tuve que tapar-

–Porque yo la saqué de dondeestaba, eso es cierto, y la llevédonde esta ahora, eso también escierto. Pero ellos no saben lo quequerían hacer, esos roñosos no sa-ben nada, y no saben que fui yoquien lo impidió.

El coronel bebe, con ardor, conorgullo, con fiereza, con elocuen-cia, con método.

–Porque yo he estudiado historia.Puedo ver las cosas con perspecti-va histórica. Yo he leído a Hegel.

–¿Qué querían hacer?.–Fondearla en el río, tirarla de

una avión, quemarla y arrojar losrestos por el inodoro, diluirla enácido. ¡Cuanta basura tiene que oíruno!. Este país esta cubierto de ba-sura, uno no sabe de donde saletanta basura, pero estamos todoshasta el cogote.

–Todos, coronel. Porque en elfondo estamos de acuerdo, ¿no?Ha llegado la hora de destruir. Ha-bría que romper todo.

–Y orinarle encima.–Pero sin remordimientos, coro-

nel. Enarbolando alegremente labomba y la picana. ¡Salud! –digolevantando el vaso.

No contesta. Estamos sentadosjunto al ventanal. Las luces delpuerto brillan: azul mercurio. De aratos se oyen las bocinas de losautomóviles, arrastrándose lejanascomo las voces de un sueño. El co-ronel es apenas la mancha gris desu cara sobre la mancha blanca desu camisa.

–Esa mujer –le oigo murmurar–.Estaba desnuda en el ataúd y pa-recía una virgen. La piel se le habíavuelto transparente. Se veían lasmetástasis del cáncer, como esosdibujitos que uno hace en una ven-tanilla mojada.

El coronel bebe. Es duro.–Desnuda –dice–. Éramos cua-

tro o cinco y no queríamos mirar-nos. Estaba es capitán de navío, yel gallego que la embalsamó, y no

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le el monte de venus, le puse unamortaja y el cinturón franciscano.

Bruscamente se ríe.–Tuve que pagar la mortaja de

mi bolsillo. Mil cuatrocientos pesos.Eso le demuestra, ¿eh?. Eso le de-muestra.

Repite varias veces “Eso le de-muestra”, como un juguete mecáni-co, sin decir qué es lo que eso medemuestra.

–Tuve que buscar ayuda paracambiarla de ataúd. Llamé a unosobreros que había por ahí. Figúre-se cómo se quedaron. Para ellosera una diosa, que sé yo las cosasque les meten en la cabeza, pobregente.

–¿Pobre gente?–Sí, pobre gente. –El coronel lu-

cha contra una escurridiza cólerainterior–. Yo también soy argentino.

–Yo también, coronel, yo tam-bién. Somos todos argentinos.

–Ah, bueno –dice.–¿La vieron así?–Sí, ya le dije que esa mujer es-

taba desnuda. Una diosa, y desnu-da y muerta. Con toda la muerte alaire, ¿sabe? Con todo, con todo...

La voz del coronel se pierde enuna perspectiva surrealista, esafrasecita cada vez más remota en-cuadrada en sus líneas de fuga, yel descenso de la voz manteniendouna divina proporción o qué. Yotambién me sirvo un whisky.

–Para mí no es nada –dice el co-ronel–. Yo estoy acostumbrado aver mujeres desnudas. Muchas enmi vida. Y hombres muertos. Mu-chos en Polonia, el 39. Yo era agre-gado militar, dése cuenta.

Quiero darme cuenta, sumo mu-jeres desnudas más hombresmuertos, pero el resultado no meda, no me da, no me da... Con unsolo movimiento muscular me pon-go sobrio, como un perro que sesacude el agua.

–A mí no me podía sorprender.Pero ellos...

–¿Se impresionaron?–Uno se desmayó. Lo desperté

a bofetadas. Le dije: “Maricón, ¿es-to es lo que hacés cuando tenésque enterrar a tu reina? Acordátede San Pedro, que se durmió cuan-do lo mataban a Cristo”. Despuésme agradeció.

–Miro la calle. “Coca” dice el le-trero, plata sobre rojo. “Cola” dice elletrero, plata sobre rojo. La pupilainmensa crece, círculo rojo tras con-céntrico círculo rojo, invadiendo lanoche, la ciudad, el mundo. “Beba”.

–Beba –dice el coronel.Bebo.–¿Me escucha?–Lo escucho.–Le cortamos un dedo.–¿ Era necesario? El coronel es de plata, ahora. Se

mira la punta del índice, la demarcacon la uña del pulgar y la alza.

–Tantito así. Para identificarla.–¿No sabían quién era?Se ríe. La mano se vuelve roja.

“Beba”.–Sabíamos, sí. Las cosas tienen

que ser legales. Era un acto históri-co, ¿comprende?

–Comprendo.–La impresión digital no agarra

si el dedo está muerto. Hay que hi-dratarlo. Más tarde se lo pegamos.

¿Y?–Era ella. Esa mujer era ella.–¿Muy cambiada?–No, no, usted no me entiende.

Igualita. Parecía que iba a hablar,que iba a..Lo del dedo es para quetodo fuera legal. El profesor R.Controlo todo, hasta le saco radio-grafías.

–¿El profesor R.? –Sí. Eso no lo podía hacer cual-

quiera. Hacía falta alguien con au-toridad científica, moral.

En algún lugar de la casa suena,remota, entrecortada, una campa-nilla. No veo entrar a la mujer delcoronel, pero de pronto esta ahí, suvoz amarga, inconquistable.

–¿Enciendo?–No.–Teléfono.–Decíles que no estoy.Desaparece.–Es para putearme –explica el

coronel–. Me llaman a cualquier ho-ra. A las tres de la madrugada, a lascinco.

–Ganas de joder –digo alegre-mente.

–Cambié tres veces el númerode teléfono. Pero siempre lo averi-guan.

–¿Qué le dicen?–Que a mi hija le agarre la polio.

Que me van a cortar los huevos.Basura.

Oigo el hielo en el vaso, comoun cencerro lejano.

–Hice una ceremonia, los aren-gué. Yo respeto las ideas, les dije.Esa mujer hizo mucho por ustedes.Yo la voy a enterrar como cristiana.Pero tienen que ayudarme.

El coronel está de pie y bebe concoraje, con exasperación, con gran-des y altas ideas que refluyen sobreél como grandes y altas olas contrapeñasco y lo dejan intocado y seco,recortado y negro, rojo y plata.

–La sacamos en un furgón, la tu-ve en Viamonte y después en 25 deMayo. Me la querían quitar, haceralgo con ella. La tapé con una lona,estaba en mi despacho, sobre unarmario, muy alto. Cuando me pre-guntaban qué era, les decía queera el transmisor de Córdoba, laVoz de la Libertad.

Ya no sé dónde esta el coronel.El reflejo plateado lo busca, la pupi-la roja. Tal vez ambula entre losmuebles. El edificio huele vaga-mente a sopa en la cocina, coloniaen el baño, pañales en la cuna, re-medios, cigarrillos, vida, muerte.

–Llueve –dice su voz extraña.Miro el cielo: el perro Sirio, el ca-

zador Orión.–Llueve día por medio –dice el

coronel–. Día por medio llueve en

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un jardín donde todo se pudre, lasrosas, el pino, el cinturón francis-cano.

Dónde, pienso, dónde.–¡Está parada! –grita el coro-

nel–. ¡La enterré parada, como Fa-cundo, porque era un macho!

Entonces lo veo, en la otra pun-ta de la mesa. Y por un momento,cuando el resplandor cárdeno lobaña, creo que llora, que gruesaslágrimas le resbalan por la cara.

–No me haga caso –dice, sesienta–. Estoy borracho.

Y largamente llueve en su me-moria.

Me paro, le toco el hombro.–¿Eh? –dice–. ¿Eh? –dice.Y me mira con desconfianza co-

mo un ebrio que se despierta en untren desconocido.

–¿La sacaron del país? –Sí.

–¿La sacó usted?–Sí.–¿Cuántas personas saben?–Dos.–¿El viejo sabe?Se ríe.–Cree que sabe.–¿Dónde?No contesta.Hay que escribirlo, publicarlo.–Sí. Algún día.Parece cansado, remoto.–¡Ahora! –me exaspero–. ¿No

le preocupa la historia? ¡Yo escribola historia, y usted queda bien, bienpara siempre, coronel!

La lengua se le pega al paladar,a los dientes.

–Cuando llegue el momento...usted será el primero...

–No, ya mismo. Piense. ParisMatch. Life. Cinco mil dólares. Diezmil. Lo que quiera.

Se ríe.–¿Dónde, coronel, donde?Se para despacio, no me cono-

ce. Tal vez va a preguntarme quiénsoy, qué hago ahí.

Y mientras salgo derrotado,pensando que tendré que volver, oque no volveré nunca. Mientras midedo índice inicia ya ese infatiga-ble itinerario por los mapas, unien-do isoyetas, probabilidades, com-plicidades. Mientras sé que ya nome interesa, y que justamente nomoveré un dedo, ni siquiera en unmapa, la voz del coronel me alcan-za como una revelación.

–Es mía –dice simplemente–.Esa mujer es mía.

* Del libro Un kilo de oro ,Ediciones de la Flor.

L A B U E N A L E T R A

Recordar en estas páginas a Roberto GarcíaMartínez es sin lugar a duda un acto de militan-cia. Es también un gesto de gratitud, siempre ina-cabado, para con el maestro.

Esta revista, que encarna el pensamiento deaquellos que bregan incansablemente por la hu-manización y dignificación del trabajo en todassus formas; de aquellos que persisten, contraviento y marea, en hacer realidad para los tiem-pos, un derecho efectivamente protectorio paraquienes son sus destinatarios, no podía evitar lacita, por dolorosa que fuese. Homenajear a los no-bles de acción, es también razón de su existencia

Podríamos recordar a Roberto García Martínezpor sus cualidades intelectuales, por su profusaobra académica, por esa producción enorme envalor y actualidad, por su compromiso con losmás débiles, vivo contraste con la soberbia fariseade los claudicantes.

Se han encargado buenamente de ello en otrascolumnas y foros institucionales.

A mi parecer tan trascendente como este aspec-to, es aquel que lo pinta desde el contacto cotidia-no, contacto que, largo tiempo atrás tuve la suertede mantener, junto a muchos otros, y que nos da-ba la posibilidad de descubrir a ese otro RobertoGarcía Martínez, ejemplo de generosidad sin lí-mites, de coherencia en la palabra y la acción, deprincipios irreductibles, de hombría de bien.

Sé que los que tuvieron la enorme dicha de co-nocerlo, tratarlo y aprender de sus infinitos sabe-res, de disfrutar de su humor y hasta de atendersus berrinches, se conduelen por su ausencia. Na-da reparará la pérdida. Alguien me dijo alguna vezque sólo el tiempo mitiga el dolor. Su ejemplo ynuestro recuerdo harán el resto.

Mientras tanto, el 24 de noviembre a las 19 ho-ras, el Colegio Público de Abogados de la CapitalFederal, la Asociación de Abogados de BuenosAires y la Asociación de Abogados Laboralistas,nos convocan a evocar su memoria.

Eduardo Tavani

EVOCANDO A UN QUERIDO MAESTRO

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T R A B A J O D E M E M O R I A

Por Laura Radetich

La CarpaBlanca

n un contexto de conflictos de docentes provincia-les, y luego de paros nacionales, la Confedera-ción de Trabajadores de la Educación de la Repú-blica Argentina reunió el 2 de abril de 1997 frenteal Congreso de la Nación a 50 docentes repre-

sentantes de todo el país para realizar un ayuno. El ayu-no comenzó en la “Carpa de la Dignidad”, una carpablanca instalada frente al Congreso de la Nación, en me-dio de las acusaciones del gobierno nacional y de la Ciu-dad de Buenos Aires que esa “carpa” arruinaba la belle-za de las plazas de la ciudad.

Mientras tanto los docentes reclamaban el tratamientodel proyecto de un Fondo de Financiamiento para la Edu-cación, además de solidarizarse con las provincias enconflicto y el pedido de derogación de la Ley Federal deEducación.

Durante el año ‘97, el gobierno no se hace eco del con-flicto instalado hasta el mes de agosto, en que la ministrade Educación, Susana Decibe, comenzó a plantear en elgabinete la necesidad de responder al reclamo docente.

Los ayunantes se turnaban, con nuevos contingentesdocentes que llegaban de todo el país. Muchos de ellosfueron internados después de haber permanecido hastasiete dias y padecieron cuadros secundarios relaciona-dos con la deshidratación producida por el ayuno.

Durante la primera mitad del año, se realizaron actos;muchas figuras de la intelectualidad, políticos, artistas,deportistas, etc. visitaron la carpa dando su apoyo a losmaestros.

Aparecen las consignas: “maestro argentino ayu-nando”, “hoy somos todos docentes”, etc. Tambiénrecibió el apoyo de otros gremios y de los estudiantes se-cundarios y universitarios.

Al cabo de cien días, al instalarse la carpa, el logropalpable de los maestros fue congregar en torno de laprotesta a distintos sectores y representantes de la comu-nidad e instalar a la educación como tema de debate enla opinión pública.

Las luchas se multiplicanEn el marco de la Carpa Blanca se dieron los siguientesconflictos de distinto nivel, algunos son de orden nacionaly otros provinciales o distritales:

1) Paro nacional 1º aniversario Carpa Blanca. 2) Huelga en oposición a concursos de titularización

en Entre Ríos (23-04-98).

3) Paro docente en rechazo a incremento salarial ba-sado en el aumento de la bonificación por presentismo enla Ciudad de Buenos Aires (07-05-98).

4) Marcha de antorchas en rechazo a la Ley Federalde Educación en Neuquén (15-05-98).

5) Paro docente contra la aplicación de la Ley Federalde Educación en Neuquén (19-0-98).

6) Cortes de ruta por la derogación del "reciclaje" do-cente y la no implementación de la Ley Federal de Edu-cación en Neuquén (28-05-98).

7) Huelga en Santiago del Estero contra la aplicaciónde la Ley 6077 (19-06-98).

8) Ayuno Nacional en todas las escuelas en reclamodel fondo de financiamiento educativo (03-07- 98).

9) Paro nacional y marcha por el día del maestro enreclamo de fondo de financiamiento (10-09-98).

10) Huelga nacional y movilización en reclamo del fon-do de financiamiento (14-10-98).

11) Paro Nacional en reclamo de fondo de financia-miento educativo (11-11-98).

12) Paro docente contra el ajuste y las reformas en elestatuto docente en Río Negro (17-11-98).

13) Paro en reclamo de salarios impagos en Jujuy (17-11-98).

14) Paro docente en rechazo al presupuesto asignadopara el 1999 en Ciudad de Buenos Aires (24-11-98).

15) Paro y movilización de profesores de la UBAen re-clamo de aumento presupuestario (26-11-98).

16) Paros y carpas blancas a nivel nacional en recla-mo de financiamiento educativo al iniciarse el ciclo lectivo(08-03-99).

17) Paro docente en Corrientes por el no pago de sa-larios (02-04-99).

18) Via Crucis nacional en el aniversario de la CarpaBlanca (02-04-99).

19) Paro nacional 2º aniversario Carpa Blanca (06-04-99).

20) Paro nacional y movilizaciones en reclamo de ma-yor presupuesto educativo (11-05-99).

21) Paro docente contra la derogación del Estatuto delDocente y consiguiente flexibilización laboral en Ciudadde Buenos Aires (28-10-99).

22) Paro Nacional y movilización en reclamo por au-mento del presupuesto educativo (24-11-99).

23) Paro en Santiago del Estero en reclamo por la re-composición salarial (21-02-2000).

E

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T R A B A J O D E M E M O R I A

24) Paro docente en reclamo porla incorrecta liquidación del incentivodocente en Santa Fe (05-03-2000).

25) Paro docente en rechazo a lareducción de personal y rebajas sa-lariales en Misiones (06-03-2000).

26) Paro docente contra la reduc-ción salarial y la eliminación del esta-tuto docente en Tierra del Fuego (06-03-2000).

27) Se sumaron a las luchas Ca-tamarca, Neuquén y Salta hasta elParo General Nacional (05-05- 2000)convocado por las organizacionessindicales por la reforma de la Leyde Reforma Laboral que fue denun-ciada por haberse logrado gracias a“coimas” distribuidas entre los legis-ladores o la llamada “banelco” paralos senadores.

El primer paro convocado es parael 2 de abril de 1998. (Los paros dela CTERA realizados alrededor de lacarpa blanca durante el tiempo queestuvo montada, fueron registradosseparadamente.)

Las cifras de la Carpa Blanca

La carpa fue, además, desde su ini-cio, una herramienta de comunica-ción formidable. Según cifras de laCTERA, por allí pasaron 2,8 millo-nes de personas y 9 5 d e l e g a c i o n e sde América latina y Europa. Hubo4 7 5 actos culturales y artísticos. Sejuntaron 1,5 millón de firmas en fa-vor del financiamiento educativo. In-telectuales, artistas, periodistas y ciu-dadanos anónimos acercaron a losmaestros su aliento. Fueron 1 4 0 0 l o smaestros que a y u n a r o n en la carpa,provenientes de todas las provincias.

La carpa ganólas elecciones legislativas

El 24 de octubre de 1997, a dos díasde las elecciones legislativas, el go-bierno de Menem pretendiendo ganarel voto de los docentes presentó elproyecto de financiamiento educativoen el Congreso de la Nación; tenia laimpronta del modelo del Banco Mun-dial y de la Ley Federal de educación.En él se hablaba de “profesionaliza-

ción docente” y de la modificación delos estatutos docentes. Sin embargoel proyecto no fue tratado, porque el26 de octubre de 1997 el peronismosufrió la primer derrota electoral –des-de 1946– estando en el poder.

Durante el año 1998, se generó ladiscusión alrededor del tipo de pro-yecto de financiamiento; entró en jue-go el Ministerio de Economía a travésde Roque Fernández, enfrentándosecon Decibe. Finalmente se trató elproyecto presentado por ella y apare-ció por primera vez el concepto de“incentivo docente”.

Hay un cambio en la conceptuali-zación del financiamiento. Algunossectores acusaron a Marta Maffei, ti-tular de CTERA, de negociar con laministra y le quitaron el apoyo a laprotesta.

En octubre de 1999, y financiadopor un impuesto a los vehículos im-pulsado por el gobierno para quebrarla solidaridad de la sociedad con losdocentes, se cobró la primera cuotadel incentivo (correspondiente al pri-mer semestre del año). Como no es-taba asegurado el cobro de los si-guientes cuotas CTERApidió la dero-gación de la Ley de Financiamientola Carpa siguió instalada frente alCongreso.

En octubre hubo elecciones presi-denciales en las que ganó la Alianza.Se creó entonces el “Fondo educati-vo” en el presupuesto nacional queaseguraba los fondos para el incenti -vo docente de los años 2000 y 2001.

Recién entonces el 31 de diciem-bre de 1999, después de 1003 días demontada, la Carpa Blanca es retirada.

La solidaridad de los famosos

Reaparecieron los nombres que brin-daron su solidaridad: el presidenteDe la Rúa; Ernesto Sábato, JuanGelman, Osvaldo Bayer; los escrito-res uruguayos Eduardo Galeano yMario Benedetti y el paraguayo Au-gusto Roa Bastos. Hubo, además,artistas, como Mercedes Sosa, losespañoles Joan Manuel Serrat y LuisEduardo Aute. Actores como AlfredoAlcón, y los españoles José Sacris-tán e Imanol Arias. Representantesde la Iglesia como el monseñor Justo

Laguna, la hermana Martha Pelloni yel padre Luis Farinello. También es-tuvieron el rector de la UBA, OscarShuberoff, y el decano de Derecho,Andrés D´Alessio. Humoristas y mú-sicos como Fito Páez, Alejandro Ler-ner, Teresa Parodi, Luis Alberto Spi-netta, Memphis la Blusera y otrasbandas de rock también participaron.Hubo periodistas que hicieron susprogramas de radio y TV desde lacarpa o dieron su adhesión: Fernan-do Bravo y Alfredo Leuco (Radio delPlata); Nancy Pazos y Néstor Ibarra(Radio Mitre), Mariano Grondona(Azul TV), Magdalena Ruiz Guiñazú,Nelson Castro y Lalo Mir. Distintasentidades de derechos humanos,gremios y asociaciones civiles llega-ron con su mensaje hasta el escena-rio de la protesta.

Se levantó la carpa en soledad

“Levantar la carpa no es levantar lalucha ni dejar de lado la confronta-ción de los docentes por una educa-ción mejor”, dijo la secretaria generalde CTERA, Marta Maffei, ese día, alreunirse con casi 200 congresalesdel gremio en la carpa blanca, sím-bolo de la resistencia docente contrala política educativa del ex gobiernode Menem.

Las conclusiones

Pese al desgaste ya evidente el últi-mo tiempo, la CTERA evalúa exito-samente el conflicto sostenido alre-dedor de la Carpa Blanca: le permitiónacionalizar un conflicto fragmenta-do por la misma estructura del siste-ma educativo, ser caja de resonanciade la oposición política, sindical y so-cial al gobierno de Menem y logróuna bonificación para cientos de mi-les de docentes.

También se puede observar quela carpa se levantó el 31 de diciem-bre de 1999 cuando asumió el go-bierno de la Alianza, en el que MartaMaffei confiaba, pero no se resolvióel conflicto y los dirigentes sindicalesabandonaron la lucha mientras queen las provincias continuaban lasprotestas por el salario docente. ◆