Revista Edición 100 Abril 1999

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Editorial: Ante la incertidumbre del proceso de paz

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, IleiNCO ANOS

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ORGArtO DE LA ASOCIACION COLOMBIANA DE OFICIALES EN RETIRO DE LAS FUERZAS MILITARES

ABRIL DE 1999- EDICION No 100

DIRECTOR MG. JOSE ROBERTO IBAÑEZ SANCHEZ

CONSEJO EDITORIAL GR. ALBERTO RUIZ NOVOA

MG. JOSE ROBERTO IBAÑEZ SANCHEZ MG. LISANDRO BARRERA REY BG. GABRIEL PUYANA GARCIA

DIRECTOR EDITORIAL JAIME A. CUBILLOS C.

DISEÑO E IMFRESION. EDITORIAL MARBELLA LTDA

Telefax 2938955

Las ideas y tesis expuestas por los autores de los artículos publicados son de exclusiva res­ponsabilidad de éstos y no reflejan necesa­riamente el criterio de la Asociación

OfiCINAS CALLE 70 No. 4-24 PBX 3450511

APARTADO AEREO No. 77172 · SANTAFE DE BOGOTA D.C

RESOWCION No 001167 (SEPTIEMBRE / 73} MINGOBIERNO RESOWCION No 0286 ( FEBRERO 182 }

TARIFA POSTAL REDUCIDA RES. No 866 VENCE EN DICIEMBRE 2000- ISSN 0124-022

EDITORIAL

-Ante la incertidumbre del proceso de paz .......... 3

INSTITUCIONES -La razón de esta Revista ..................................... 5

f'OLITICA -El largo y tortuoso camino hacia la paz General Luis Alfonso Mejía Valenzuela ................ 7

-Seguimiento al proceso de paz · Brigadier General José Jaime Rodríguez R....... 13

· - La paz en medio del conflicto Contralmirante Juan Pablo Rairán Hernández .. 21

GEOFOLITICA -La geopolítica en perspectiva

Mayor General José Roberto lbáñez Sánchez ... 27

BODAS DE ORO -Oración Curso « José María Cabal "

Mayor General José María Rivas Forero ....••••...• 31

HISTORIA MILITAR -La guerra de Corea y el Presidente numan

General Alberto Ruiz Novoa ..••......••.......••..••.•... 33

HISTORIA -El Coronel Agustín Agualongo .

Mayor Lauro Vicente Muñoz SOtelo ................... A 1 - Se abre el ciclo de las guerras civiles

Coronel Hemando Herrera Galindo .................. 4 7

SOCIOECOrtOPIIA . - .el Subdesarrollo y la América Latina j.

Mayor Héctor Lossa Alvarez . ............................... 54

NECROLOGIA --coronel Rafael Valdés 'Javera ............................ 60 -Coronel Luis Barrera Mutis ................................ 61 -coronel Alfonso Barragán A maya . .. ..... •. .... .... . . . 65

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ASOCIACION COLOMBIANA DE OFICIALESt:; EN RETIRO DE LAS FUERZAS MILITARES :J·ACORE -

JUNTA DIRECTIVA NACIONAL

Presidente CA. Juan Pablo KaJrán Hernández

Primer Vicepresidente TC. Jorge Arturo Sánchez Morales

Segundo Vicepresidente CO. Daniel H. Riveros Corrales

Secretario General Ejecutivo CO. Gustavo García Acosta

Vocales Principales MG. Juan Salcedo Lora

CO. Ernesto Cortés Ahumada TC. Demando Lozada García TC. Marcos Benavldes Garzón

VA. José Ignacio Rozo c.arvcyaJ CO. fldalgo Monroy Reyes

Vocales Suplentes CO. Emiro Betancourt Suárez

CO. José Ignacio Mendoza Cuello MY. Demando Bemal Durán

CT. Raúl Vareta Bueno VA. Carlos Ospina ~ublllos

co. Luis castilla Zárate

Revisor f1scal

Sede Nacional de Acore Calle 70 No. 4-24

Santafé de Bogotá, Colombia

PRESIDENTES DE LAS SECCIONALES

Mayor (EJC) Ricardo Esguerra García Presidente Secciona! ACORE Antioquia

Mayor (EJC) Cristino Alvarez 10rregroza Presidente Secciona! ACORE Atlántico

Capitán de Corbeta (ARC) fablo Rueda Gómez Presidente Secciona! ACORE Bolívar

Mayor General (EJC) Ricardo Emilio Cifuentes Ordóñez Presidente Secciona! ACORE Boyacá

Mayor (EJC) César Jaramillo Arango Presidente Secciona! ACORE Manizales

Mayor (EJC) Mauricio Velasco Arboleda Presidente Secciona! ACORE Cauca

Teniente Coronel (EJC) Demando RUbiano Rojas Presidente Secciona! ACORE Huila

Coronel (EJC} Juan Carlos Barros lnsignares Presidente Secciona! ACORE Magdalena

Mayor (EJC) P'aulino E. Ayala Morales Presidente Secciona! ACORE Meta

Capitán (EJC) Octavio Camelo 'JOrres Presidente Secciona! ACORE Na riño

Capitán (EJC) Alvaro Quintero Manador Presidente Secciona! ACORE Norte de Santander

Brigadier General (EJC) Hugo Arturo 10var Sánchez Presidente Seccional ACORE Quindío

'leniente Coronel (EJC) Carlos A. AguiJar Rodríguez Presidente Secciona! ACORE Risaralda

Capitán de Fragata (ARC) Roberto Mora Galtán Presidente Secciona! ACORE Santander

Teniente Coronel (EJC) Carlos E. Dávila Romero Presidente Secciona! ACORE Tolima

Coronel (EJC) Otoniel Escobar Cifuentes Presidente Secciona! ACORE Valle

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EDITORIAL

ANTE LA INCERTIDUMBRE DEL PROCESO DE PAZ

Celebramos 25 años de existencia ininterrumpida de la Revista ACORE y de ésta su edición número 100. Su fundador, el señor general ALBERTO RUJZ NOVOA, debe sentir­se orgulloso de su obra y quienes la hemos continuado, identificados con sus propósi­tos disfrutamos este acontecimiento. Porque la revista como patrimonio cultural del cuerpo de oficiales retirados de las Fuerzas Militares, ha cumplido y cumple la encomia­ble tarea de mantener unidos e informados a sus asociados, labor fundamental para el gremio en una época tan dificil como la que atraviesa Colombia.

Somos conscientes de lo dificil que es mantener una obra de esta naturaleza en nuestro pobre medio cultural, lo cual nos estimula a seguir adelante con entusiasmo y fe en esta patria a la que hemos dedicado nuestra vida y estamos dispuestos a dar lo poco que nos queda de ella. Con tal fm, nada mejor que defenderla desde esta tribuna editorial, con un tema de vital importancia para el país en esta critica situación, a la que hemos llegado como efecto de distintos y concurrentes factores de descomposición social, política y económica de nuestra historia reciente.

Causa estupor el ver cómo a pesar del fenómeno de la violencia e inseguridad intensa y recurrente que impera en Colombia, histórica y actualmente el Estado no ha tenido ni tiene políticas integrales y permanentes de seguridad y de defensa nacional. Por eso los diferentes gobiernos han atendido los graves problemas de alteración del orden público interno o las amenazas externas con soluciones coyunturales, sin mayor planeamiento ni coordinación entre las distintas ramas del poder público, ni siquiera dentro de las propias entidades de gobierno.

El descuido en materia de seguridad y defensa nacional es de tal magnitud, que hasta la propia fuerza pública, entregada, sacrificada y solitariamente a ésta trascen­dental tarea, los gobiernos, bajo la equivocada interpretación constitucional de la no deliberancia le impiden acceder a una preparación política adecuada. ¿Qué podemos decir del resto del Estado y de la comunidad?. En ellos se conoce más la propaganda que han desatado en su contra quienes tratan de destruirlos, los cuales han logrado desacreditar su estudio identificándolo con la represión, como acontece en algunos medios académicos.

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Como no hay cultura de seguridad ni se ha creado conciencia ciudadana al respec­to, persiste la insolidaridad social, la falta de identidad del individuo con los intereses del ~stado y por eso la participación de la comunidad en la solución de sus problemas que es la característica esencial de la democracia participativa expresa en la Constitu­ción Nacional, no ha pasado de ser una formalidad sin vigencia práctica.

La anterior es causa determinante de la persistencia de la inseguridad que nos martiriza y niega el futuro, por su elevado costo en vidas humanas y perjuicio para el desarrollo socio-económico de la población y la conquista de la paz. Pero lo desmoralizante es que las voces de algunos miembros de la sociedad civil no logren expresión en el alma popular, saturada de violencia e incapaz de hacerse sentir ante los diferentes agentes generadores de violencia, porque, quienes llevan las riendas del Es­tado han estimulado más su resignación y sometimiento al verdugo que su dignidad y valor. De ah( la medrosa e irresoluta actitud de la comunidad frente al apoyo que re­quiere la fuerza pública, a pesar de su conciencia en la falacia de la subversión y en las consecuencias internas y externas desastrozas para el país de aceptar sus imposicio­nes.

La situación tendr(a remedio si el Estado empieza por educar a la comunidad en aras de la identificación popular con sus intereses. Lo cual demanda ante todo el legiti­mar su autoridad y determinar su voluntad a la lucha frontal contra todos los factores de inseguridad y de violencia, comenzando por combatir de verdad la corrupción de la administración pública, por rescatar la justicia y solucionar el desempleo como fuentes primarias de subversión. De lo contrario la lucha resultará estéril.

Dentro de tales parámetros, el gobierno debe reestructurar las entidades encarga­das de la planificación de la política de seguridad, empezando por el Consejo Superior de Seguridad y de Defensa Nacional y su Secretaría ~jecutiva Permanente, ingenua­mente suspendida por la presente administración sin conocimiento de causa, sólo prevalida de su encomiable deseo de eliminar burocracia pero sin establecer su necesi­dad y de buscar la paz pero sin visualizar la posibilidad de la continuidad del conflicto.

La Consejería para la Seguridad y Defensa Nacional es una entidad fundamental para la estructuración de la política nacional en este campo, si se trata de una organiza­ción de expertos y estudiosos del tema, que trabajen sobre la realidad política, econó­mica y social del país y de sus perspectivas, mediante la planificación a largo plazo. Si habida cuenta del proceso 8.000, en la administración anterior fue relegada a segundo plano y se le asignaron misiones diversas que poco y nada tenían que ver con sus funciones legales, no fue culpa de la organización sino del gobierno, que como los anteriores y el presente parecieran divagar en la utopía de la paz sobre la presunta buena voluntad de los alzados en armas y la debilidad del Estado.

Estamos seguros de que, el día en que haya un gobierno realmente interesado en alcanzar los objetivos nacionales establecidos en el artículo 2 de la Constitución y con tal fm diseñe y realice una política integral, consensual y permanente de seguridad y de defensa nacional, será posible la unidad del país, la armonía social, la paz, el progreso y bienestar que tanto anhelamos los colombianos.

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{ INSTITUCIONES

LA RAZON DE ESTA REVISTA

En diciembre de ~973 salió a la luz pública por primera vez el órgano de difusión de la

Asociación Colombiana de Oficiales en Retiro de las Fuerzas Militares: la Revista ACORE.

Su fundador, General Alberto Ruiz IYovoa, trazó en las notas editoriales de ese primer número los objetivos fundamentales que en su devenir

histórico habría de cumplir la nueva publicación.

Consideramos que los propósitos allí esbozados se han cumplido y que al llegar al número ~00

y cumplir veinticinco-años de vida tienen plena vigencia. Por ello transcribimos las notas editoriales del primer número de

la Revista Acore. --~·-

[1 ean nuestras primeras palabras para llevar el más cordial saludo a todos nuestros asociados. Sabemos que esperaban ansiosos la aparición de esta publicación y aquí estamos en cumpli­miento a sus deseos. Con esta Revista, damos un paso más en el logro de los objetivos que nos hemos propuesto para que la Asociación de Oficiales de las Fuerzas Militares en Retiro, se con­vierta en una entidad importante e influyente dentro de la vida nacional.

En primer término esta Revista será otro vínculo de unión entre todos los oficiales en situa­ción de retiro y al mismo tiempo servirá de enlace con el personal de oficiales en actividad. En estas páginas registraremos los acontecimientos más importantes que afecten la comunidad militar en todos los sitios del país.

Por otra parte esperamos publicar importantes estudios sobre los asuntos que afecten la defensa nacional, tales como la situación internacional, los problemas relativos a la soberanía y la necesidad de contar con un establecimiento militar adecuadamente dotado para que el país pueda saber que su independencia nacional, su dignidad y su integridad territorial están garanti­zadas por sus Fuerzas Militares, en cumplimiento a los claros mandatos de la Constitución Nacio­nal. Con este fin esperamos contar con la colaboración, no sólo de los señores oficiales retirados sino de todas las personas, profesores, diplomáticos, etc., que en gran número se interesan por estos problemas, vitales para la salud de la patria.

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Tendremos secciones destinadas a divulgar entre los lectores el conocimiento de nuestro régimen de prestaciones so­ciales y en general del estatuto que rige la carrera militar, para que comparándo­lo con las condiciones de trabajo y las re­muneraciones de los otros sectores de la actividad pública y privada nos demos cuenta de la situación que ocupamos y busquemos la manera de mejorar estas condiciones con el fin de procurar un mejor estar para todos los militares tanto en servicio activo como en retiro. En este sentido los militares no hemos tenido has­ta el momento una conciencia completa sobre el problema laboral que afecta vitalmente nuestras vidas y las de nues­tras familias y es por lo tanto necesario proceder a hacer los estudios correspon­dientes sobre el particular.

Esta publicación será igualmente una tribuna para el personal en retiro. Una de sus funciones principales debe ser la de exponer los problemas que sufre el per­sonal en razón de su situación de milita­res retirados. Las discriminaciones de que es objeto, el mal servicio que recibe en los distintos organismos a donde tiene de­recho a acudir en solicitud de servicio, los reclamos que debe hacer por el mal fun­cionamiento de dependencias oficiales, todo esto debe ser tratado con el fin de solicitar su m~oramiento. Al mismo tiem-

General Alberto Ruiz Novoa

po pedimos desde ahora una colaboración constructiva por medio de la insinuación de ideas que faciliten la eliminación de las deficiencias y que ayuden, en una o en otra forma, al mejoramiento de los diferentes servicios que reciben, o no reciben, los militares en situación de retiro.

Esperamos por último, ser fieles intérpretes de lo que piensa la comunidad de oficiales retirados respecto a los problemas que la afectan directamente y también en relación de aquellos que, en una o en otra forma, digan relación con la defensa nacional o el bienestar general de la sociedad. En nuestras condiciones de ciudadanos que durante muchos años prestamos el más abnegado y honroso de los servicios como es el de velar por la defensa de la soberanía, por la guarda de la Constitución y por la vida, honra y bienes de los ciudadanos, tenemos no solamente el derecho sino también la obligación de expresar nuestra opinión, tal como lo hacen los demás grupos sociales en relación con los asuntos que les interesan y atañen directa o indirectamente.

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POLITICA

EL LARGO Y TORTUOSO CAMINO HACIA LA PAZ

1 • Un paso que había que dar

[®]entro de las difíciles circunstancias que vive el país al comenzar el año 1999 y no obs­tante los diversos interrogantes que diariamente se vienen sugiriendo con respecto al éxito del proceso de reconcilición nacional en que se ha

Oeneral LUIS ALFONSO MEJIA VALBNZUEI.A

alimentan el conflicto pueden eliminarse o por lo menos disminuirse, y que el procedimiento para lograr tal objetivo se puede encontrar mejor a través de un diálogo constructivo y sin­cero, que por medio de una guerra sin térmi­no. Señala, así mismo, la convicción de una gran parte de la clase dirigente del país, sobre la necesidad de un cambio profundo y completo en el manejo del Estado a fin de que pueda

empeñado el gobierno del .---- - - - - - - - - -----, lograrse su consolidación y su capacidad para realizar los fines esenciales que la Carta Magna le asigna.

actual presidente de la re­pública, doctor Andrés Pastrana Arango, tenemos que celebrar su comienzo con el acto realizado en San Vicente de Caguán el día 7 de enero del año antes cita­do. El sólo hecho de reali­zarlo señala la convicción del gobierno y del grupo ar­mado subversivo - las FARC­EP - sobre la necesidad de ponerle fin a un conflicto bélico, cuyas características sólo permiten vislumbrar más muertes, más desas­tres, mayor degradación moral y la consecuencia demasiado probable de

Zona de Despeje Cinco municipios con una

extensión de 42.139 Km.2 y 97.978 habitantes

conducir el país a una ruina .___ _ ___ ________ ____.

2 . El «despeje)) como uno de los

primeros tropiezos

Es irrazonable poner en duda que las dificultades, tropiezos y obstáculos en el curso del proceso, apenas comienzan. No faltarán los in­teresados en buscar y esgrimir suspicaces argumentos y mo­tivaciones para inquietar y hacer vacilar las buenas inten­ciones de los dos adversarios que desean dialogar. No pue­

completa y quizás a un final descomunalmente funesto. Señala también la convicción de las dos partes enfrentadas, respecto a que ambas consideran que las causas que han generado y

de considerarse como cosa rara el que la deci­sión del gobierno de aceptar el despeje por parte de la fuerza pública de un determinado territo­rio, haya sido tan cuestionada y que ese

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cuestionamiento tuviese su origen en las inquietudes del Instrumento Armado del Estado, cuya misión constitucional lo responsabiliza por la seguridad de los habitantes en todo el territorio nacional, ni calificarse como extraño que tales inquie­tudes, sin duda presentadas oportunamente y de forma re­gular por el mando militar al Presidente de la República, quien, después de sopesarlas en el marco del proceso de reconciliación de los colombia­nos y basado en facultades también constitucionales, de­cidió ordenar el consabido •despeje». Lo extraño y sorprendente parece ser que luego de acatada la orden presidencial, como es lo co­rrecto por parte de la Institu­ción Militar, y de ser realizado tal despeje en un 99%, se hubiese generado el inexplica­ble problema de tener que mantener, •por dignidad na­cional», la vigilancia y admi­nistración de los cuarteles del Batallón Cazadores bajo la responsabilidad de un inerme y pequeño grupo de hombres de la fuerza Ejército.

Es oportuno agregar que con relación al problema del llamado •despeje», las dificul­tades no han terminado. Para unos, la figura política de las áreas de distensión debe ce­sar con fecha 7 de febrero, para otros, incluído el gobierno, el lapso de duración se debe ex­tender hasta el 7 de abril y qui­zás hasta una fecha posterior, y para algunos más, no cabe un debate público sobre ese tema, si con tal debate sólo se

busca poner un obstáculo adi­cional en el escabroso y largo camino hacia la paz. De conte­ra cabe considerar que con la suspensión del despeje de las áreas de distensión, surja la muy alta probabilidad de que los lugareños de tales áreas al ser calificados como colabora­dores del movimiento sub­versivo - queden expuestos a represalias de los grupos ar­mados de extrema derecha -«paramilitares>> - represalias difíciles de controlar por parte

Las causas que han g enerado y alim entan el conflicto

pueden eliminarse o

por lo menos disminuirse

de la fuerza pública y por consiguiente, constitutivas de graves motivos para acabar con las intenciones de dialogar sobre una posible reconciliación entre los colombianos.

No puede pues extrañar­nos que, de la misma forma en que desde el mismo día 7 de enero, cuando se inauguró el proceso de dialogar para una reconciliación, se estuviesen sembrando desconfianzas con base en lo que se dijo o no se dijo en tal o cual discurso, o con base en la inasistencia a tal in­auguraciOn de Manuel Marulanda Vélez (o Pedro An­tonio Marín - a.Tirofúo), se pre­senten ahora cuestionamientos

sobre la fecha en que debe ter­minarse el tal <<despeje». Thm­poco serán insólitas las inquie­tudes que habrán de presen­tarse con motivo de la necesidad de estudiar la conveniencia o imposibilidad de aceptar otros «despejes» tales como el que para dialogar, está solicitando el Ejército de Liberación Nacio­nal (ELN).

3 • Dificultades que se esperaban

Tampoco tiene porque causar sorpresa el que algunos medios de comunicación, unas veces por la precipitud debida a la competencia en la carrera por la primicia noticiosa, otras veces por intereses políticos y algunas más por querer aco­modar la realidad de los hechos a su desbocada ima­ginación, no vacilen en confundir o desorientar a la opinión pú­blica ni en complicar la marcha del proceso de diálogo, sem­brando la desconfianza entre los interlocutores, en este caso, con respecto a la perentoria necesidad de parar una guerra interna que está destruyendo la patria. Una guerra intestina que de continuar acrecentando las características de crueldad y deshumanización mostradas al comenzar el año, cuando en menos de una semana fueron asesinados de forma atroz y horripilante más de cien inde­fensos campesinos, será una guerra que dejará sello inde­leble de oprobio en los crimi­nales que se empeñan en sostenerla a costa de la vida de muchos colombianos y del anhelado pacífico convivir que

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se merecen las generaciones venideras. Una guerra descomunalmente atróz de to­dos contra todos, pues como dice el diario El Tiempo en su editorial del 1 O de enero de 1999, titulado, TAMBIÉN ERA DE ESPERARSE:

. . . «La cruda realidad - como todas las que se relacionan con episodios bárbaros- es que los llamados paramilitares hacen exactamente lo mismo que los insurrectos, cuando no los su­peran con creces en sus exce­sos. t;so lo esperaba el país, sin duda alguna. Presuntivamente organizados para oponer un frente de re­sistencia y ataque a los alza­dos en armas, han concluído, como ellos, en sistematizar el asesinato>>.

4 • El problema de los «Paramilitares»

Sin embargo, aunque el recorrido hacia la paz se pre­sente tortuoso y sembrado de interrogantes, no queda recur­so sensato distinto al de recorrerlo con decisión, estoi­cismo y perseverancia. Los obstáculos que aparezcan con el fin de entorpecer la marcha del proceso y de hacerlo fraca­sar, serán frecuentes y muchas veces difíciles de salvar, pero habrá que vencerlos si se quie­re conquistar el objetivo final. Entre ellos surge la exigencia de las FARC-EP- de ponerle fin de forma inmediata a «Los paramilitares)), como condi­ción esencial para adelantar cualquier negociación de paz con el gobierno nacional. Exi-

Los Paramilitares, un obstáculo dificil de salvar

gencia dificil de satisfacer en el tiempo y en las condiciones que las mismas FARC pretenden. En el tiempo, porque, un fenóme­no económicosocial y fuera de la ley, como el de los ((paramilitares>>, cuyas motivaciones no son propiamente altruistas, pero cuya razón de ser se halla ligada con la endémi­ca debilidad del Estado, es un fenómeno que no puede ser ex­tinguido por decreto. Es un fenómeno imposible de controlar en las condiciones en que las mismas FARC lo solicitan, si se tiene en cuenta el segundo punto de su agenda, cuyo alcance implica reducción y cambios en la finalidad que la Constitución Nacional le asigna a las Fuerzas Militares. Pues, si estas con su poder actual, no pueden garantizar el nivel de seguridad que cada co­lombiano les reclama para lograr sobrevivir en paz, menos po­drían hacerlo si se reducen su tamaño y poder disuasivo, ya que la consolidación de un Estado de derecho justo, tampoco puede conseguirse por arte de birlibirloque.

5 . El <<Caqje»

Otra de las dificultades que en el momento inquietan la marcha del anhelado proceso de reconciliación es el denomina­do «canje)) de los soldados y policías retenidos en manos de los grupos armados subversivos, por los guerrilleros presos en las cárceles del país según ordenes del poder judicial. Semejante «canje)), en un Estado de derecho, no puede convenirse como si se estuviese actuando en un trueque de mercancías. Thl ne­gocio, como se explica en la edición N° 872 de la revista Sema­na en el artículo titulado El golazo del canje, tiene implicaciones en los campos jurídico, político y estratégico, las cuales deben ser analizadas cuidadosamente con el fin de evitar problemas mayores que los actuales y arrepentimientos tardíos. No será

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fácil seleccionar, adoptar e implementar la línea de acción jurídica más conveniente para continuar adelante con el pro­ceso de reconciliación, sin sa­crificar los principios básicos del Estado de derecho y expo­nerlo a la quiebra total de su autoridad. Habrá que escoger con sereno juicio y acendrado patriotismo, dentro de toda la gama de posibilidades, la que mejor convenga a la solución del problema sin acabar con la autoridad legal y moral del mencionado Estado.

6 . La participación extranjera

Thmbién será preciso re­flexionar y medir con patriótico cuidado las incidencias de la par­ticipación extranjera en la solu­ción de los problemas de Co­lombia, y especialmente evitar que esa participación llegue a convertirse en una intervención que en lugar de ayudarnos a conquistar la paz, multiplique los sujetos interesados en la gue­rra. Aunque estamos seguros de que tanto el Gobierno Nacional en su máximo nivel, como el alto mando de las Fuerzas Militares y de la Policía, son celosos guar­dianes de la soberanía del Esta­do y de los más caros intereses de la patria, no sobran en este punto de nuestras consideracio­nes algunas de las afirmaciones e inquietudes contenidas en la Columna de Alfredo Molano Bra­vo, en El Espectador del 1 O de enero de 1999, titulada Partici­pación o intervención. Ellas, en referencia a los Estados Unidos de Norteamérica, son las si­guientes:

... «La política antidrogas es represiva hacia la produc­ción, pero disuasiva hacia el consumo. La Ley del embu­dO>>.- ccEn Colombia laDEA se niega con torpeza a distinguir entre los pequños cultivos ilícitos de los campesinos y los grandes de los empresarios. Más aún: entre quienes siem­bran matas de coca y quienes comercializan cocaína>>... ceLa fwnigación indiscriminada es una agresión contra los cam­pesinos, que termina empujándolos al hambre, a la delincuencia o a la guerrilla, pero que nunca logra acabar

El más difícil

obstáculo por

salvar la meta de

la paz, es el

lograr un cambio

completo en los

valores éticos y sociales de la

sociedad

colombiana

con la oferta de droga. Más bien contribuye a sostener al­tos precios». - «En esta dife­renciación radica el peligro de que el batallón antinarcóticos del Ejército, entrenado- y a la larga manejado - por el Pentá­gono, termine transformando la lucha contra el narcotráfico en lucha contrainsurgente, afectando así temerariamente

las negociaciones de paz. Hay que tener en cuenta que los campesinos, por campesinos, hacen parte de la base política de la guerrilla. La participación se convertiría entonces en in­tervención>>.

En relación a la tal política antidrogas de los Estados Uni­dos son tambíén oportunas las palabras de Marulanda Vélez (a. Tirof!,jo), pronunciadas durante la entrevista concedida a la pe­riodista Mariela Guerrero, publi­cadas en la edición N° 872 de SEMANA y referidas a la pregun­ta: ¿ Qué interés tiene Estados Unidos en el Proceso? - Contes­ta Manuel Marulanda Vélez:«Hemos dicho que el fe­nómeno del narcotráfico no compete sólo a los países pro­ductores como Colombia, sino principalmente a los consumi­dores, Estados Unidos entre los primeros. Y también a los productores de las materias pri­mas, de los precursores quími­cos. Pensamos que en la medi­da en que Estados Unidos en­tienda eso, tendrá que dicidir si continúa dando plata para los militares, al Ejército y la Policía colombiana para una lucha que no se hace contra el narcotráfico, que eso es, más bien, intervenir en los asuntos internos de Colombia. Eso es lo que pretendemos. Porque queremos también evitar que se convierta Colombia en un nuevo Vietnam>>.

7 . El obstáculo más difícil

Los obstáculos que pueden seguir presentándose en el

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proceso de alcanzar la paz en Colombia son inimagi­nables, pero, dadas las circuntancias que vivimos no cabe otra alternativa que la de continuar ese penoso recorrido hasta el final. Es posible vislumbrar que el más dificil obstáculo por sal­var o vencer en ese largo y tortuoso camino, hasta la meta de la paz, es el lograr un cambio completo en los valores éticos y sociales de la sociedad colombiana, empezando por su clase di­rigente. Un cambio que - re­cogiendo las enseñanzas que dejan las experiencias históricas señaladas en la reseña titulada UNA GUERRA INÚTIL, COSTOSA Y SIN GLORIA- La Endemia de la Sedición en Colombia - pon­ga fin a aquel establecimien­to político que debido a la torpeza y codicia de sus in­tegrantes, ha impedido la consolidación del Estado y por lo tanto, impedido que esa entidad política haya po­dido asegurarle a sus aso­ciados fines esenciales tales como el goce de un nivel de justicia social que cubra ple­namente a todos los colom­bianos.

Es utópico poner en duda que las dificultades y obstáculos para continuar el proceso de reconciliación y llegar hasta la meta de la paz apenas comienzan. Apenas comienzan, porque no será raro que continúen surgiendo dificultades simi­lares a la del enfrentamien­to - concluído por fortuna

... este conflicto entre colombianos hay que terminarlo, mediante una adecuada y oportuna solución politica ...

con fecha 3 de febrero - entre el comisionado para la paz Víctor O. Ricardo y la Institución Militar, por el supuesto o real envío a las FARC - EP de una lista nominal de militares investigados por la Procuraduría General como consecuencia de su presunta vincula­ción con los «paramilitares>>. Apenas comienzan porque para los partidarios de la guerra no escasearán los pretextos para entrabar un proceso indudablemente complejo y dificil, pero necesario si se le quiere poner fin a una guerra inútil y desastrosa, aquella guerra que algunos consideran posible ganar o que quizá no les importa perder, debido a que, mientras ella permanezca, esos partidarios de la misma están beneficiándose, pues como dice el escritor Anto­nio Caballero en la edición N° 875 de la revista SEMANA, ... «hemos Uegado a un punto en el que solamente la guerra puede garantizar el mantenimiento de esa situación de iJYusticia, de la cual vive el esta­blecimiento».

8 . Consideraciones finales

a) Es irrazonable poner en duda la perentoria necesidad de parar esta guerra interna, cuyas horripilantes características están a la vista y cuyos desastrozos resultados son fáciles de vislumbrar e imposibles de evitar por un Estado sin consolidar y por consi­guiente débil, debido a la carencia de unidad nacional. Es factible visualizar que, aunque los grupos armados subversivos y los ccParamilitares», motivan sus adeptos en jugosos dividendos, los

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cuales para ambos bandos tie­nen similares fuentes, pueden así mismo apoyar su lucha en opuestas ideologías extremas, ra­dicales e intransigentes, y trans­formar esa lucha en una guerra civil de propordones incalculables y consecuencias nefastas.

b) No nos cabe duda de que este conflicto entre colom­bianos hay que terminarlo, me­diante una adecuada y oportu-

La reconciliación

y la paz en

Colombia, sólo

podrán lograrse

con base en un

propósito

nacional

na solución política, antes de que su detención sea tardía y sus consecuentes daños irrepara­bles. Hay que terminarlo y a par­tir de ese logro empezar a con­solidar el Estado, principiando por el fortalecimiento de la Uni­dad Nacional al rededor de una continua y generosa política de justicia social, de una correcta explotación y administración de los recursos del país, de mejor distribución del ingreso, de real solución al problema agrario, de un verdadero cambio en los ob­jetivos y forma de gobernar el país, cambio dentro del cual se le de atención inmediata a la moralidad y eficacia del sistema judicial y a la revaluación de los

principios éticos, morales y so­ciales de la comunidad. Es im­perioso concluir que sólo un Estado que disponga del mono­polio de la fuera Pública y de una justicia confiable y respetable, puede ser garantía de la seguri­dad individual y colectiva de to­dos sus asociados y garantía de que lo pactado luego de un diá­logo para alcanzar la reconcilia­ción y la paz pueda convertirse en realidad.

e) Lo reconocible hasta hoy 15 de febrero de 1999 en relación con el anhelado proce­so de reconciliación y búsque­da de la paz entre los colom­bianos, es apenas un primer paso en el escabroso camino por recorrer. Parece ser un co­mienzo positivo no obstante la decisión de las FARC - EP de mantener congelado el dicho proceso en espera de condicio­nes no muy claramente defini­das. Ese primer paso, aunque de pronóstico incierto, era ne­cesario, porque en relación con el objetivo de conseguir la paz no pueden desecharse por riesgosas las líneas de acción disponibles. Ese primer paso era necesario y es promisorio, porque parece haberse dado con decisión y sobre la base de que al darlo y para poder avan­zar, se requiere la convicción de que es perentorio hacer un cambio de 180° en el manejo del Estado. Un cambio que la mayoría del pueblo colombia­no viene reclamando desde los orígenes de su República.

d) Ese cambio y como consecuencia la reconciliación y la paz en Colombia, sólo po-

drán lograrse con base en un propósito nacional que incluya la reforma del «Estableci­miento político)) de forma tal que sus integrantes no puedan entorpecer la consecución de los fines esenciales del Estado bus­cando su beneficio personal. Un propósito nacional que incluya una política de Estado que ade­más de combatir la corrupción que destruye las posibilidades de mejoramiento de toda la socie­dad y hace nugatorio cualquier esfuerzo en el campo de la ne­cesaria y urgente justicia social, acometa a cualquier costo con fir­meza y perseverancia la solución completa del problema agrario, cuyas incidencias en la lucha tra­dicional por la propiedad y tenen­cia de la tierra se extiende a la endémica violencia y al éxodo forzado del campesino hacia los cinturones de miseria de las ciu­dades o hacia las zonas donde se cultiva la coca por carencia de trabajo para sobrevivir. Un pro­pósito nacional, cuya prioridad sea el afianzamiento de la uni­dad nacional como condición in­dispensable para que todo el pueblo colombiano respete y cumpla la Ley básica del Estado y le de a éste las posibilidades de consolidarse y de cumplir con sus fines esenciales. Pero tales afianzamientos de la unidad na­cional y consolidación del anhe­lado Estado de Derecho, tampoco podrán alcanzarse si los movi­mientos armados subversivos y los llamados «paramilitares», con motivaciones fuera de toda consideración patriótica, se empeñan también en armar trampas y obstáculos para difi­cultar, aún más, el recorrido de ese tortuoso camino hacia la paz.

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POLITICA

SEGUIMIENTO AL PROCESO DE PAZ

[Ion la entrega de la Edi­ción No. ] 00 nuestra Revista '/\CORE" confirma un éxito edi­torial que muy pocas publica­ciones logran alcanzar en nues­tro medio y, más aún, aquellas de este género que exige a sus colaboradores una condición profesional especializada so­bre temas ciertamente ignora­dos por muchos como son los relacionados con la Seguridad y Defensa Nacional y con las fuerzas Militares. Aparte de lle­gar a este zenit cumple tam­bién esta Revista 25 años contínuos de publicación (Bo­das de Plata), desde su apari­ción en Diciembre de 1973.

f:stos dos hechos tienen importancia especial para nuestra Asociación y, por ello, los destacamos como realiza­ciones positivas de indiscutible proyección en su destino.

Invitados a participar con un artículo recordatorio de nuestra gestión como antiguos Directores de la misma, nada más oportuno y leal que em­pezar reconociendo que el ge-

Brigadier General JOSB JAIME RODRIOUBZ R.

Page 15: Revista Edición 100 Abril 1999

neroso llamado del Señor Bri­gadier General RAUL MARTINEZ ESPINOSA , en su condición de Presidente de ACORE, para ofrecernos este cargo, nos dispensó el honor de suceder al Señor General ALBERTO RUIZ NOVOA, su fundador y primer director, cuando decidió retirarse de la Presidencia de la Asociación y de la Dirección de la Revista, luego de 10 años de fructífera labor en pro de los objetivos de '~CORE" y de la orientación de esta publicación, lo cual él supo sobre dimensionar y pro-

La D irección de

la Revista

adoptó, desde el

principio, una po­

sición eminente­

mente crítica en

defensa

de las

Instituciones

militares

yectar al futuro con singular vi­sión y acierto para llevarlas a la destacada posición que hoy ocupan a nivel nacional e internacional, frente a organi­zaciones similares con las cua­les seguimos manteniendo cercanas relaciones e inter­cambios continuos.

Bien señalamos, por lo mismo, en el primer empeño editorial cumplido en Marzo de 1984 cuando, en justo recono­cimiento, anotamos lo siguien­te, al referimos a la labor cum­plida en este campo por el Se­ñor General RUIZ NOVOA :

"Sabedores de que si bien es cierto que deja ahora y por voluntad propia la Direc­ción de la Revista, no podrá en cambio dejar jamás de consi­derar como propias estas pá­ginas que él mismo fundó y cubrió con su mística y devo­ción profesional, lo cual nos lle­va a decirle que confiamos en seguir contando con su inteli­gente y continua colaboración".

Reto en verdad dificil de cumplir por nuestra parte, da­das las razones expuestas, lo tomamos como acicate de su­peración a fin de corresponder debidamente a la confianza otorgada y para no decaer en esta empresa de singular pro­yección institucional y personal, por sus alcances y motivacio­nes profesionales que nos lle­varon a comprometernos con devoción y entrega plena a esta nueva experiencia de serenas reflexiones y análisis sobre la vida nacional, las acciones gu­bernamentales y los distintos factores que venían afectando la normalidad y la imagen del país a nivel internacional.

Desempeño iniciado a par­tir del mes de marzo de 1984 (Edición No. 42) y finalizado también en marzo/95 (Edición No. 84), cubrió 11 años conti­nuos de labor gracias al reno-

vado aliento dispensado por los sucesivos Presidentes de la Asociación, Señores: Brigadier General GABRIEL PUYANA GARCIA, Brigadier General ARMANDO PINZON CAICEOO, Contralmirante LUIS CAR­LOS JARAMILLO PEÑA y Co­ronel ALfONSO RINCON ALDANA, ante quien presenta­mos renuncia irrevocable de este cargo en abriV95, a fin de permitir que otros compartie­ran la misma honrosa respon­sabilidad, con el aporte de nue­vas luces que permitieran su necesaria evolución.

Conviene señalar que nuestro desempeño en la Di­rección de la Revista adoptó, desde el principio, una posi­ción eminentemente crítica en defensa de las Instituciones Militares, visto que desde esa época se buscó desconocer su sacrificada entrega al servicio exclusivo de la Patria y las Ins­tituciones legitimas sometién­dolas a injusto tratamiento y a reprobable escarnio público, por parte de algunos órganos de expresión de la Capital de la República como orientadores de la opinión ciudadana, lo cual llevó a la Confederación de Retirados de las Fuerzas Militares y Policía Nacional de Colombia "CONFECORE" a pro­nunciarse públicamente me­diante comunicado en el cual advertía, con criterio visiona­rio, el peligro que representa­ba para el país menoscabar la moral de las Fuerzas Militares, como Instituciones legitimas e insustituibles del Estado en los ordenes fijados por la Consti­tución Política de la Nación.

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Bajo esta recta intención como guía nos impusimos la tarea de escribir las notas edi­toriales respectivas a título per­sonal y amparadas con nues­tra firma, a partir de la Edi­ción No. 47 (diciembre de 1984) pese a haberlas iniciado en anónimo desde marzo del mismo año (Edición No. 44), a raíz de unos severos comen­tarios aparecidos en el Diario "El Espectador", en tos cuales se exaltaba la franqueza de tos hechos denunciados en nues­tra Revista, lo cual llevó a iden­tificarnos desde entonces, a fin de asumir la consiguiente res­ponsabilidad por nuestras crí­ticas, dado que no era lógico que la Asociación o la Revista asumieran tales riesgos.

Sentadas, pues, estas premisas nos queda la satisfac­ción de haber actuado siempre bajo criterios rectos de censu­ra admonitoria, frente a un de­terioro social paulatino y cre­ciente debido al fortalecimien­to inusitado y alarmante de las cuadrillas bandoleras, al punto de llegar a convertirse en ver­dadero peligro para la estabili­dad del país.

Esta actitud nos permitió ejercer el derecho de objetar todas aquellas decisiones de Gobierno que ponían en peli­gro inminente la Seguridad del Estado y de la sociedad en ge­neral, a pesar de las reitera­das recomendaciones del alto mando militar, especialmente a partir del mandato presidido por el Doctor BELISARIO BETANCUR CUARTAS (1982-1986) quien torció el rumbo del

país, infortunadamente, al in­terferir los juicios que se ve­nían adelantando contra tos subversivos, durante el cuatrenio del Doctor JULIO CESAR TURBAY AYALA (1978-1982) y al liberarlos de las cár­celes donde purgaban penas por delitos comprobados ple­namente e investigaciones en curso por actos terroristas que atentaban, incluso, contra la propia riqueza nacional.

Así el mentado "Mandato con Equidad" como buscó lla­mar a su gobierno el Doctor BETANCUR CUARTAS y al que de paso te asignó "Un vasto horizonte de perdón y una capacidad inmensa de re­conciliación", no halló eco en las filas opuestas de la subver­sión, favorecida con tantas con­cesiones presidenciales y que, lejos de agradecer buscó su propia expiación en el Palacio de Justicia tomado a sangre y fuego en noviembre de 1985 para juzgarlo, con sentencia de culpa ya dictada, que costó en cambio, la vida de Magistrados, civiles y soldados abatidos por tos asaltantes e incendiarios del palacio, cuando iban a caer en manos del Ejército.

Su manifiesta contempo­rización con tos subversivos y su falta absoluta de visión so­bre el porvenir de la Repúbli­ca, llevaron al Expresidente ALfONSO LOPEZ MICNELSEN a señalar "El cambio de valores advertido en esta administra­ción, la intolerable situación en que vivimos en la que va des­apareciendo el Estado como Institución tutelar de los dere-

chos individuales y la realidad, un tanto dolorosa, de que si antes se amenazaba con la Guerra, ahora se amenaza con la Paz" y a expresar también su preocupación al advertir que "El país no está en manos del Presidente de la República. lfay unas fuerzas anárquicas que si no se llegan a controlar, a dominar, son las que saben hasta donde nos llevan".

Su política de recorte a los gastos de defensa, por otra parte, contribuyó nota­blemente a restarle capacidad de acción al instrumento mi­litar y a aumentar, por esta misma causa la de los subver­sivos que aprovecharon dicha coyuntura para reorganizarse y pasar a la ofensiva desde entonces. Se inició así un lar­go calvario, de ignominia y lutos sin razón, por sangre injustamente derramada en lucha fratricida que no tendrá perdón.

Como era presumible, el balance final de este mandato que buscó "no practicar la arrogancia y hacer que el poder del Estado sea una fuenatnmquUaenbWKade la paz en la justicia", no po­día arrojar saldo diferente al de la expectativa e incertidumbre sobre el destino futuro de la paz, frente a un enemigo que ha sido más audaz y visionario en la conquista de asuntos fa­vorables a su causa.

Recibido por el Doctor VIRGILIO BARCO VARGAS (1986- 1990) semejante lega­do, su gobierno de "Partido -

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Las Fuerzas Militares lograron recursos que le p ermitieron mejorar su logística.

Oposición" y su slogan de "Mano tendida y pulso f"lr­me" no logró avances significativos en materia de paz, aunque si hubo cambio de actitud hacia las fuerzas t-li­litares al asignarles los recursos que le permitieron su­perar la difícil situación a que habían llegado durante el Gobierno anterior y mejorar con ello su logística, en aras de una mejor capacidad operacional contra la sub­versión como en efecto sucedió, volviendo a tomar la iniciativa con éxitos parciales que frustraron las cons­tantes arremetidas bandoleras ocasionando serias ba­jas a la subversión al punto de imponerle proponer la suspensión de operaciones para buscar un acuerdo na­cional de paz, mientras lograban reponerse de los des­calabros sufridos a manos de la fuerza pública.

Con la propuesta de un Estatuto Antiterrorista para contrarrestar el accionar subversivo que a ello había llegado y la consulta para una reforma Constitu-

cional buscó este Gobierno los meca­nismos legales necesarios para enfren­tar a los violentos.

Su plan de paz un poco extem­poráneo (septiembre-88), permitió, de todos modos, adelantar sucesivos diá­logos regionales con participación ac­tiva de la sociedad civil para buscar so­luciones a la delicada situación de Or­den Público que seguía afectando la normalidad interna por la creciente ac­ción criminal de los grupos armados.

Con la entrega de armas, contro­lada por la internacional socialista, para la consiguiente fundición del fu­turo monumento a la paz y su disposi­ción a una nueva lucha por caminos diferentes a los que venía transitando años atrás, el movimiento subversivo M-19 pactó la paz con el Gobierno y se aprestó a la reincorporación ciudadana como una nueva opción política en Co­lombia.

Al final de su mandato el DR. BAR­CO VARGAS entregó un inventario de farsas orquestadas por las FARC en su aparente disposición de paz, mientras a espaldas incrementaba sus capacida­des de acción para seguir la lucha en busca del poder.

Con el relevo intempestivo del alto mando militar y su lacónico postrer men­saje al Congreso donde señalaba "Hemos depurado significativamente las Fuerzas Armadas de aquellos elementos que las habían traicionado con su conducta in­aceptable" tejió un manto de dudas so­bre la Fuerza Pública, en detrimento de su acción abnegada y siempre inteñeri­da por la acción política cuando se aveci­naba un triunfo militar.

Entregada, a su turno, tal heren­cia al Doctor CESAR GAVIRIA TRUJILLO (1990- 1994) no cabía esperar resulta-

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dos inmediatos en el orden de la paz, abiertamente torpedeada por las FARC, ELN, EPL y otros grupos sediciosos. Su primera invocación al respecto en el discurso de posesión ante el Congreso dejó flotando este mensaje "Lucha­remos para devolverle al Es­tado el monopolio de la fuerza, sin duda uno de los pasos más significativos para acabar con la violen­cia".

Con un claro propósito de tomar decisiones de fondo en muchos ordenes el nuevo man­datario inauguró su administra­ción como el "Gobierno del Revolcón" y así lo confirmó durante su ejercicio destacán­dose como hábil político.

En el marco de la seguri­dad interna prometió liderar personalmente los procesos respectivos de carácter políti­co y social, indispensables a este fin, y en tal sentido logró convocar la Asamblea Nacional Constituyente que en vez de re­formar la Carta Magna de 1886 expidió la nueva Constitución que nos rige desde 1991.

Desde el punto de vista de la paz aprobó adelantar diálogos con los alzados en armas y a ellos dio inicio en Cravo Norte y después en Ca­racas y Tlaxcala hasta cuando las FARC en su doble juego de dialogar por la paz y al propio tiempo actuar contra ella, obli­gó al Gobierno a suspender­los indefinidamente ante el asesinato vil y execrable del exministro ARGELINO DURAN

QUINTERO cometido por ellas, luego de secuestrario y exigir rescate por su liberación.

En cuanto al aspecto mili­tar se refiere autorizó la "Ope­ración Colombia", dirigida a la toma de ((Casa Verde>>, fortín de las FARC convertido en zona independiente vetada a las au­toridades y control del Gobier­no hasta su caída por esta ac­ción que, como se esperaba, motivó falsas acusaciones ante organismos internacionales proclives a la izquierda bajo la fachada de defensores de los Derechos Humanos y Derecho Humanitario.

El auge subversivo du­rante este Gobierno llevó por ello al Expresidente LOPEZ MICHELSEN a expresarse como sigue: "f1ientras el es­tablecimiento o el sistema se divide en un sinnúmero de posiciones, la subversión unificada coincide alrededor de su "Lucha por la Paz" como instrumento de penetración y anarquía de las FUerzas con­trarias». Con este lánguido ba­lance sobre el proceso de paz terminó el "Gobierno del Re­volcón".

Llegado al poder, en dura competencia electoral, el Doctor ERNESTO SAMPER PIZANO (1994- 1998) su go­bierno del "Tiempo de la Gente" perfiló una nueva política de paz basada en ciertos requisitos de mutuo compromiso por parte del gobierno y de los grupos armados, pero cuestionado desde el inició su mandato

con la duda de participación en su campaña de dineros provenientes del narcotráfico, que dieron origen al escanda­loso "Proceso 8000" que a tantos personajes del entor­no político comprometió, no pudo escapar a esta afrenta pública y ello lo llevó a ser juzgado por el Congreso Na­cional.

Sembrada la semilla de desconfianza en la legitimidad de su acceso al solio Presiden­cial de la República, pese a la discutida y discutible sentencia absolutoria dictada a su favor, poco pudo avanzar en relación con la Paz debido a que la sub­versión armada rechazó por ilegal su elección, declarando su negativa a negociar con un gobierno considerado como espúreo y que carecía de au­toridad moral para orientar este proceso.

En este trance su admi­nistración se vio afectada por cuenta de la descalificación de sus orígenes con graves con­secuencias que minaron su programa de Gobierno al pun­to de obligarlo a adoptar una posición totalmente defensiva para sostenerse en el poder, a todo trance.

Deteriorada visiblemente su imagen tuvo que plegarse a todas las demandas exigidas por los distintos grupos de pre­sión y dentro de éstos se vio forzado a ordenar Jos despe­jes territoriales impuestos por las FARC para entregar varios soldados e infantes de marina capturados en operaciones de

Page 19: Revista Edición 100 Abril 1999

... Las Farc han congelado su participación en las conversaciones, hasta tanto no se liquide a las Auto Defensas Unidas de Colombia.

asalto contra puestos militares, no atendiendo al concepto contrario del mando militar a este respecto por las futuras consecuencias que ello acarrearía, tal como se viene advirtiendo en la actualidad.

Con muestras de cesarismo innecesario contra el Señor General HAROLD BEDOYA PIZARRO por su lealtad y franqueza en tal sen­tido y con el halago de las máximas jerarquías para quienes ocuparan en el futuro los coman­dos superiores de las fuerzas Militares y la Poli­cía Nacional concluyó su período presidencial el DR. SAMPER PIZANO, sentando precedentes muy peligrosos para la paz, dadas las mues­tras de debilidad y falta de unidad del Estado en tal sentido.

Hoy, bajo la Presidencia del DoCtor AN­DRES PASTRANA ARANGO (1998-2002), el anhelo de paz entró en nueva etapa critica, a

nuestro parecer, por otorgar todo y aún más de lo exigido por la subversión en un intento de audacia personal que, pese a su indudable buena fe, puede traerle al país serios proble­mas futuros, dado que el generoso aporte de su parte al haber buscado, como Presidente electo, un contacto directo con Tirofuo y el mono Jojoy, contribuyó a reforzar su status político y militar a un punto tal que los llevó a decir que se consideraban un "Gobierno dentro del Go­bierno", lo cual señala que en manos de las FARC ha quedado la iniciativa del proceso de paz ya que, según el exministro JAIME CASTRO ellas son las que fuan la "medida y el tiem­po" a este respecto.

Como bien lo registra el "Epílogo" del segun­do 1bmo de "Memorias" del Cuerpo de Generales y Almirantes en Retiro de las Fuerzas Militares.

"Conviene adelantar un juicio sereno al

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respecto pues mientras el Go­bierno accede a todas las exi­gencias de la subversión, las FARC han congelado su parti­cipación en las conversacio­nes, hasta tanto no se liquide a las Auto Defensas Unidas de Colombia "AUD", como si fue­sen un organismo del t;stado, por constituir hoy su enemi­go real y el ELN ha declarado roto su acercamiento con la administración actual por no acceder a su petición de des­peje de 4 municipios del sur

Se hace

perentoria la

necesidad de

un cambio

profundo

en la política de

paz antes de

que sea

demasiado

tarde

de Bolívar para realizar una convención nacional, pactada a su acomodo en Alemania, para la cual nunca se tuvo en cuenta la participación, ni pre­sencia del Gobierno".

"Tomada en cuenta, ahora, la amañada y calcula­da posición adoptada por los Grupos Subversivos al no

prestarse a actuar de consu­no en este proceso, ello ha­bla muy claro de sus propó­sitos de continuar "pescando en rio revuelto", a fin de di­latar y hacer aún más dificil, oneroso e incierto el resulta­do del proceso y las solucio­nes favorables esperadas".

"Con fundadas razones planteamos, por ello, la tesis un tanto pesimista, de que 'Todo es susceptible de em­peorar", al evidenciar que los propósitos de paz lejos de con­firmarse se complican y con­funden cada dia más ensombreciendo el porvenir de la República".

"Sin desconocer la firme voluntad del Señor Presidente en tal sentido, no creemos que él solo pueda liderar semejan­te empeño de hondas rafees políticas, económicas, sociales y militares, lo cual nos lleva a vaticinar que de no sortear con éxito esta situación critica, con la participación activa de todas las instancias del poder nacio­nal se pondrá en peligro la So­beranía, por cuenta de los des­pejes territoriales exigidos por la f'ARC y en demanda por el ELI'f y la misma supervivencia del Sistema Democrático da­das las amenazas y proyectos subversivos, públicamente anunciados desde años atrás.

Como evidencia de lo ex­puesto las recientes declaracio­nes formuladas por Tirofyo, po­nen de manifiesto su vieja y só­lida esperanza de entronizar en Colombia un nuevo sistema de Gobierno "Simplemente por-

que nuestra plataforma es so­cialista" y lo con{uma todavía más al señalar que "desde hace unos meses lanzamos la crea­ción del movimiento Boliva­riano por la NUEVA COWMBIA" con la advertencia premonitoria de que "Estamos convencidos de que la hora llegará algún día".

Con semejante augurio y con su reiterada posición para que el Congreso apruebe una ley permanente de canje, cabría confiar en la disposición since­ra de los grupos armados para pactar la paz y volver a la vida ciudadana?

No creemos que ello sea posible, pese a la reiterada vo­luntad del Gobierno en tal sen­tido, ya descalificada por el mis­mo sujeto, al atreverse a ex­presar lo siguiente:

"Estamos conscientes del dilema ante el cual estaría el Presidente en medio de críti­cos y asesores, como el alto comisionado para la paz, VICTOR O. RICARDO; los mili­tares y los parlamentarios. Declaró la construcción de la paz como una prioridad de su mandato y ahora desconoce como marchar hacia adelan­te. Et>dríamos pensar en una presunta buena fe del Presi­dente, pero son muchos los factores en juego. Ni aunque quisiera, podría destinar los recursos necesarias al proce­so de paz".

No obstante lo anterior, los últimos sucesos protagoni­zados por las FARC con el vil y

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cobarde asesinato de los tres indigenistas norteamericanos, protectores de las tribus U 'Wa en Santander, puede prestar­se a un cambio en las conver­saciones de paz, favorable al Gobierno si sabe aprovechar la posición negativa en que se colocaron ante los Estados Uni­dos como "Terroristas Asesi­nos" y sí, por otra parte se supera prontamente el impase con el Presidente de Venezuela a fin de aumentar su capaci­dad negociadora con la sub­versión con miras a reorientar la agenda respectiva.

Conscientes, desde luego, de que en solo 8 meses de Gobierno no pueden esperar­se resultados mayores en un conflicto de tantas

implicaciones como el que nos afecta desde hace tantos años, si podemos decir que se hace perentoria la necesidad de un cambio profundo en la política de paz antes de que sea de­masiado tarde, pues retarda­dos ya estamos desde hace años, a fin de actuar como co­rresponde hacerlo un Estado comprometido con el porve­nir de su nación.

A fin de no seguir argu­mentando sobre temas que a otros compete hoy analizar, como voceros de nuestra Asociación, y también para no salirnos del tema relacionado con nuestro ejercicio como an­tiguos Directores, de esta im­portante publicación, sólo nos resta agregar que en buenas

manos ha quedado nuestra Re­vista al encargarse de su Direc­ción al Señor MG. JOSE RO­BERTO IBAÑEZ SANCHEZ y al poder seguir contando con la ayuda invaluable del Señor JAIME CUBILLOS C. su Di­rector Editorial desde la pri­mera edición hasta la fecha, lo cual relieva su devoción e in­terés permanente en este em­peño.

Al cerrar, por ello, esta ligera remembranza hacemos votos por la continuidad de esta empresa llamada a per­petuar el pensamiento de los militares en retiro, en torno a temas fundamentales de la Pa­tria, las Fuerzas Militares y nuestros propios intereses profesionales.

La educación del que comanda gentes de armas es excepcional, como lo es, en menor grado el soldado. Nada de lo que ocurre en las unidades militares deja de tener sentido. lbdo es preparación constante para el minuto de riesgo y de muerte. En cambio la educación de los paisanos es para la paz, el disenti-miento, la controversia, el trabajo sin riesgos, y no es necesaria una tan rígida disciplina. Obedecer es fundamental, Dásico, insustituíble en la unidad armada, porque cuando se está ante la muerte, o en la batalla, discutir es perder la em­presa. Es muy peligroso que se desobedezca una orden, que, por insensata que parezca, ~ecutada por cien o mil hombres con rigurosa disciplina puede condu­cir a la victoria o a minimizar el desastre. La acción guerrera necesita rapidez, unidad, decisión inmediata, y todo eso no da tiempo para juzgar todos los aspec .. tós de la cuestión. La preparación militar requiere, pues, que el que dé las órde­nes haya aprendido a darlas sin vacilar, y tenga hasta donde es posible, todo previsto, y que el que las recibe lás ejecute sin dudas ni controversias.

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POLITICA

LA PAZ EN MEDIO DEL CONFLICTO

INTRODUCCION

~~e titulado este artículo LA PAZ EN MEDIO DEL CONFLIC­TO, por considerar esa situa­ción como un común deno­minador representativo de la inestabilidad y del desorden en que hemos vivido los co­lombianos durante los últimos casi cuarenta años, condición que se ha convertido en una posición más o menos per­manente desde nuestra inde­pendencia.

He propuesto este tema de reflexión por considerarlo de actualidad, por que en conciencia estamos involucrados dentro de la cri­sis que atraviesa el país y por que hay que descubrir por que estamos dentro de este calle­jón sin salida.

Contralmirante JUA!f PABW RAIRAN Hf:Rl'fA!'fDEZ

Podemos repetir que la in­diferencia, la indecisión y la fal­ta de voluntad en los niveles de gobierno, para contrarrestar, neutralizar y aún para eliminar actividades irregulares, le die-

Debemos

aceptar la

debilidad del

origen de nuestra

nación y posterior Estado

como

derivada de una

situación de

inconformidad

ron tiempo, espacio y ventaja a los grupos al margen de la ley, que éstos aprovecharon para crecer y fortalecerse na­cional e internacionalmente, en contra de los intereses de la na­ción, pero tenemos que seguir explorando más para encon­trar el verdadero motivo de nuestra intolerancia.

Debemos reconocer que quizá por efectos de nuestra inconsciencia, despreocupa­ción y falta de nacionalismo sano, hemos dejado al país, durante muchos años, en manos de intereses y ambicio­nes oscuras, ilegales y oportunistas; y, por nuestro egoísmo, hemos llevado a nuestra nación a un desgaste moral y económico progresi­vo que la pueden llevar a su desmembración o a su total desaparición.

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Vemos cómo hoy, por efecto de los graves proble­mas que la aquejan, ha sido aislada y declarada peligrosa para los países limítrofes y para la región, con el riesgo de ser intervenida por fuerzas interna­cionales de paz, como ha ocu­rrido en otros lugares del pla­neta. Que tal nuestro país intervenido por tropas nicara­güenses o africanas de los ejércitos de paz de las Naciones Unidas.

Los lectores se pregunta­rán, ¿y ustedes los militares qué hicieron o han hecho para la solución del problema que se plantea? A lo cual tendría­mos que contestar: los pro­fesionales de las armas, que sirvieron a la nación por muchos años en forma perma­nente, como Oficiales, en los diferentes cargos de comando de las fuerzas Militares y quie­nes por el hecho de su activi­dad vivieron en persona el problema de orden público,, llegaron hasta donde las disposiciones emitidas por los gobiernos de turno, se lo per­mitieron. 'Tendría que agregar que ahora, desde la situación de retiro, exponemos puntos de vista mediante escritos a las diferentes entidades o co­municados de prensa, que esperamos sean leídos.

Además, debo hacer notar que en nuestra agremiación hay Expresidentes, Exministros de Defensa, Excomandantes Generales y de las Fuerzas Militares y funcionarios que fueron de los más altos niveles en la organización del Estado,

poseedores de grandes cono­cimientos y magnífica expe­riencia en el tema que nos ocupa, que merecen ser escuchados, por que los pro­nósticos que hicieron a su de­bido momento se han cumpli­do.

~TECEDENTES

No creo necesario hacer un recuento de todas las si­tuaciones de conflicto y de guerras internas que ha vivi­do el país desde sus albores como nación independiente, pero sí hacer una visión muy rápida de su historia de vio­lencia.

Como primer punto debe­mos empezar por aceptar la debilidad del origen de nues­tra nación y posterior Estado, como derivada de una situa­ción de inconformidad contra mandatarios delegados vio­lentos e implacables y no de una verdadera revolución con nombre propio y principios de orientación política que le per­mitiera desarrollar una típica y fuerte personalidad nacio­nalista. Un documento redac­tado por CAMILO TORRES Y JOAQUÍN GUTIÉRREZ expone lo siguiente «Los motivos que han obligado al Nuevo Reino de Granada a reasumir los de­rechos de la soberanía, remo­ver las autoridades del nuevo Gobierno, e instalar una Su­prema Junta bajo la sola de­nominación y en nombre de nuestro soberano Fernando VIl y con independencia del Consejo de Regencia y de cualquiera otra representa-

cton». No se propició enton­ces un rompimiento total sino un reconocimiento.

La extensión y aislamien­to territorial de sus provincias, la dispersión y variedad de sus núcleos humanos, las dificul­tades de su intercomunicación forman parte de esa debili­dad y falta de unidad de crite­rio en las aspiraciones de liber­tad e independencia total.

Sólo el genio de. Bolívar en su sueño de grandeza se­ñala un norte y además de ex­pulsar al cruel enemigo que vino a cobrar con muerte y des­trucción las aspiraciones de li­bertad, logró unir las provincias dispersas, pero no alcanzó su consolidación política. Como consecuencia transcurrieron más de setenta años, después de su muerte, en medio de una guerra fratricida alimentada por la ciega búsqueda de po­der y riqueza por parte de los caudillos. Esa falta de solidez política es otra debilidad que, a diferente nivel y causa, se sigue presentando.

Le sigue la lucha prota­gonizada, ya no por ejércitos regulares ni de partido, sino por grupos extremistas que apelan a la violencia para cal­mar su sed de venganza y ejer­cen lajusticia por sus propias manos; esa situación se ge­nera como consecuencia del triunfalismo de partido y la «agitación laboral campesina y obrera propiciada por el co­munismo». Ese espíritu de ven­ganza no ha desaparecido, constituyéndose en un factor

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grupos subversivos. Somos ingenuos e indife­rentes.

Ultimamente, en una nueva modalidad, la guerrilla ha propiciado e impulsado la partici­pación de representantes de la llamada socie­dad civil, en los procesos de paz y en los diálogos de paz regionales, comprometiendo y rompiendo la neutralidad de esa sociedad.

Del recuento de las anteriores situaciones de conflicto en que ha vivido nuestro país, podemos destacar las siguientes como debili­dades: el bajo nivel de nacionalismo, las am­bidones de poder y riqueza, el espíritu de venganza

La injusticia social ha

sido factor permanente

de

conflicto

y eliminación, la carencia de ideologías y polí­ticas sólidas, la falta de un propósito nacional, el aislamiento regional y el rompimiento de la neutralidad de la llamada sociedad civil.

Las anteriores consideraciones me llevan a plantearles la siguiente hipótesis: Bajo las con­diciones de su ideología y su objetivo por la toma del poder, la subversión muy hábilmente ha comprometido a la sociedad civil para ha­cerla parte del conflicto y ha roto su neutrali­dad haciéndole ver que por la poca efectividad de las fuerzas del orden y la debilidad del go­bierno, la guerrilla puede manejar la situación a su antojo e imponer sus condiciones.

Estoy seguro que todos los lectores, interesados en el tema de la paz, estudiosos y preocupados por la situación del país tienen su propio concepto. No pretendo establecer una polémica ni dictar cátedra, tan solo deseo plantear unos conceptos importantes.

PUNTOS DE VISTA.

La debilidad del origen de nuestra nación y el débil nacionalismo se debe contra­rrestar con el fortalecimiento de los valores históricos, la exaltación del sentido de pa­tria y el culto hacia aquellos hombres que lucharon por darnos la libertad.

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Los sentimientos de ven­ganza se pueden aminorar mediante la aplicación de una justicia real y verdadera y una educación moral sólida, con exaltación de los valores huma­nos.

La condición de inconfor­midad con el gobernante no ha desaparecido, por que a pesar de los programas que se

La situación

actual es crítica;

hemos llegado a

una encrucijada

de la cual

debemos salir

con urgencia,

porque

corremos el riesgo

de destruir

el país.

exponen como base para las campañas electorales, por fal­ta de solidez política sus efec­tos no llegan en la forma apro­piada hasta el fondo donde están los necesitados; las so­luciones se quedan por lo ge­neral en la superficie para be­neficio de aquellos que siem­pre están a flote, o se dirigen hacia grupos específicos en pago de favores electorales, alimentándose con esto la constante lucha por el poder,

no por el poder como el ho­nor de gobernar y de servir, sino el poder como medio para repartir indebidamente las riquezas del Estado.

La justicia social es muy importante. El colombiano siente y lucha por su país en proporción directa a sus con­vicciones y a sus intereses, intereses que se consolidan con su capital intelectual, es­piritual y material, calidades y cualidades de las cuales por lo general carece. El que nada tiene y fuera de eso ve frustra­dos sus sueños e ideales no encontrará una causa noble por que luchar.

El país con contadas inte­rrupciones, ha vivido en per­manente lucha armada, que le ha costado miles de vidas y millones de su exigua riqueza. En el trasfondo los motivos que encienden la mecha sangrien­ta siempre va precedida de injusticias, ausencias de ga­rantías, negación de oportu­nidades y favorecimientos sectarios. Y la historia se re­pite y se seguirá repitiendo mientras no le demos bases sólidas a la paz dentro del concepto de democracia y se atiendan las necesidades pri­marias y se reconozca al indi­viduo como persona con as­piraciones.

Hemos vivido dentro de un conflicto permanente don­de la vida carece de valor, donde se cuelga la lápida al cuello del individuo y se le manda el sufragio antes de convertirlo en difunto; donde se

le endilga el mote de «paramilitar» a todos aquellos que por la inteligencia de al­gunos grupos que se creían temerosos de Dios y respetuo­sos de la ley, ayudan a conver­tir a los personajes en objeti­vo militar o en sujeto de se­cuestro productivo.

Las organizaciones defen­soras de los derechos huma­nos son de la mayor impor­tancia, tanto durante el con­flicto como en el proceso de paz, pero esa importancia debe manejarse dentro de una completa imparcialidad y guardándole culto a la verdad y respeto al debido proceso.

La noticia prefabricada, la entrevista pagada y orienta­da a intereses no muy claros, es otra forma inconveniente para los intereses de la comu­nidad en general y atentan contra su estabilidad.

La militarizadón de sus fron­teras está en el campo del dere­cho de cada uno de los países limítrofes; pero, corno estas ope­raciones militares son un hecho derivado de la creciente preocu­pación internacional por la peli­grosidad de Colombia, nacida de la subversión y la debilidad del Estado para controlarta y destruir­la, ha llevado a que nos aíslen militarmente como país proble­ma. A pesar de las abiertas de­claraciones de los gobiernos ve­cinos, quienes manifiestan que éstas son medidas tomadas para controlar las posibles incursio­nes de la subversión a su terri­torio o las acciones que favorez­can sus actividades en las res-

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pectivas áreas de frontera, la si­tuación es preocupante de por sí y puede llevar al país a expo­nerse a un enfrentamiento o a una intervención militar de tipo internacional.

La situación anterior no exime a las Fuerzas Milita­res de la responsabilidad constitucional que tiene en todo el territorio nacional y por esta razón tendrá que emplear parte de su fuerza para ejercer presencia en las áreas fronterizas críticas.

El costo de la guerra se está representando solamente con la magnitud del presu­puesto que se le asigna a la Fuerza Pública, para que cum­pla su misión constitucional de restablecer la seguridad, el or­den y la paz, pero no se tiene en cuenta que mantener la paz también genera un

costo que siempre será significativamente proporcional al riesgo de perderla.

CONCLUSIONES

La paz es una consecuen­cia o efecto de la finalización de un conflicto o de la disminu­ción progresiva o eliminación de las fuentes generadoras o facto­res o causas que lo alimentan. FOr lo tanto hay que trabajar para eliminar esos factores.

Los derechos humanos no deben actuar parcializados dan­do la sensación de ser organi­zaciones pro subversivos, ni an­ticiparse a emitir conceptos ba­sados únicamente en indicios que están siendo investigados. Es recomendable que las orga­nizaciones de derechos huma­nos no aparezcan siempre como enemigas de la Fuerza Pú­blica ni del Gobierno y favore-

cedoras permanentes de ele­mentos contrarios a la ley.

Vemos que la situación ac­tual es crítica; hemos llegado a una encrucijada de la cual de­bemos salir con urgencia, por­que corremos el riesgo de des­truir el país y al final de cuen­tas todos habremos perdido. Nuestro problema es ayudar a comprometer a toda la nación en la conquista de la paz. Con decisión, cada uno de los co­lombianos en su respectiva área de influencia y a su nivel y si­guiendo el camino que le co­rresponde recorrer, debe ir eli­minando todos los factores per­turbadores de la paz.

Tenemos que reconstruir nuestra estructura democráti­ca con bases firmes, para que tengan cabida, en una forma justa y humana, todos los ha­bitantes de este hermoso país.

'Jeniendo en cuenta la presente situación del mundo, se hace más importante . que nunca poseer una Información completa sobre la cual se pueda determinar el

despliegue más económico de las Fuerzas Militares, disminuyendo al mínimo las posibilidades o ventajas de una agresión por sorpresa y asegurando el empleo más efectivo de tales fuerzas donde quiera que la necesidad así lo exija. Una inteligencia adecuada constituye la base fundamental para calcular los riesgos, formular Jos pla­nes, desarrollar el material requerido, localizar tos recursos y dirigir las operaciones.

No se necesita penetrar el aire enrarecido de la política internacional para com­prender la importancia de la información y del conocimiento oportuno. Todos nece­sitamos alguna clase de información en alguna ocasión; en los negocios, en nues­tros tratos privados, inclusive en las fases más íntimas de nuestra vida personal hay un proceso mental que nos lleva a adquirir conocimientos.

General MA1Tl1EW B. RIDOWAY

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GEOPOLITICA

LA GEOPOLITICA EN PERSPECTIVA

tll hecho de que durante la Segunda Guerra Mundial la geopolítica hubiera alcanzado su mayor expresión en la Es­cuela de Munich del general KARL HAUSHOFER, orientada por las teorías organicistas y deterministicas del Estado, por el expansionismo - «Lebens Round»- y por el supuesto mí­tico del nazismo sobre la su­perioridad racial aria, llevó a las democracias occidentales a ig­norarla y a desconocerle cali­dades científicas. fue tan fuer-

Ni siquiera

la super potencia

prevalen te,

los

Estados Unidos,

puede

vanagloriarse

de

autosuficiencia

te esta tendencia en las dos décadas de postguerra, que se llegó a identificar a la

Mayor General JOSE ROBERTO IBAÑEZ SAffCHEZ.

geopolítica con la geografía política o se diseminó su con­tenido en otras disciplinas de la ciencia política.

Superada esta tendencia con la clasificación de la geopolítica en distintas escue­las, han surgido otras circuns­tancias que tienden a orientar esta rama de las ciencias polí­ticas en el mundo presente y por venir. Circunstancias deri­vadas de los progresos de la ciencia y de la técnica y del de­rrumbe del sistema socialista en Europa oriental con la con­siguiente desintegración de la Unión Soviética y la unificación alemana, que le han dado pre­valencia al sistema demoliberal capitalista, hasta constituirlo en modelo de la organización po­lítica del mundo futuro, mien­tras la globalización de la eco­nomía y el conflicto Norte-Sur determinan nuevas formas de relaciones internacionales.

Porque el imperio de la ciencia y de la técnica así como el de la democracia como for­ma de gobierno y de vida so­cial del presente y del futuro, universalizan la sociedad, las costumbres y sistema de valo-

res y hacen que los intereses del hombre y de la comunidad política se desdibujen y que los Estados sean cada vez más uniformes e interdependientes. Ni siquiera la superpotencia prevalen te, los Estados Unidos, puede vanagloriarse de auto­suficiencia, menos los países en vía de desarrollo, caracteri­zados justamente por su de­pendencia de los poderosos, a través de las empresas multi­nacionales y transnacionales, cuyas decisiones resultan más trascendentales que las dispo­siciones de los respectivos go­biernos.

fue la multinacionalidad en función de la economía lo que proyectó la coyuntura in­ternacional de las tres últi­mas décadas hacia la forma­ción de grandes bloques eco­nómicos como la Comunidad Europea, el Japón y sus sa­télites orientales y NAFTA, liderada por los Estados Uni­dos, dejando al resto de paí­ses sin otra opción que la de asociarse para constituir mercados con posibilidad de competir, o seguir aislados y poner en riesgo su propia su­pervivencia. En este marco,

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la geopolítica será cada vez más geoeconomía.

Sobre todo las empresas multinacionales derivadas de la globalización, hoy se convier­ten en el gran motor de la transformación de las relacio­nes internacionales con efec­tos varios en cada Estado y asu­men una potencia económica, un volumen de producción y una diversidad y amplitud de productos que rebasa los lími­tes estatales y afecta la sobe­ranía nacional. Pues al mismo tiempo que sustituye la depen­dencia político-militar (colonia­lismo) por la dependencia eco­nómica, establece redes de lo­calización productiva, financie­ra, de influencia y presión, que bien podemos señalar como formas neocolonialistas.

'Jales condiciones, socavan las estructuras tradicionales del Estado-Nación y desdibujan presupuestos básicos como los de soberanía y fronteras. Por cuanto el primero cede gran parte de su campo de acción a los intereses económicos de los bloques de Estado y de las empresas multinacionales y el segundo adquiere connotacio­nes diferentes, al no ser las fronteras simples líneas divi­sorias, sino franjas de territo­rio que tienden a unir antes que a separar a los Estados veci­nos.

Por otra parte, el cambio del sistema bipolar al unipolar, la vigencia universal de la de­mocracia y la globalización de la economía, sugieren al me­nos en los grandes bloques de

La confrontación entre Estados Arabes e Israel indica la reducción de posibilidades de una guerra generalizada.

Estados desarrollados, un desvanecimiento formal del afán bé­lico, por la menor probabilidad de guerra entre naciones ideoló­gicamente afines y por los intereses económicos que se juegan en la competencia mercantil. En el pasado sistema bipolar, las dos superpotencias se disuadían mutuamente con su poderoso arsenal nuclear y ante el temor de una confrontación directa, preferían extender sus tentáculos a las áreas de tensión o de crisis, mediante estrategias de aproximación indirecta. En el pre­sente, la perplejidad e incertidumbre predominan por el vacío

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de poder dejado por la desin­tegración de la URSS, cuya capacidad militar se ha visto re­ducida y parcelada en los dife­rentes Estados que la consti­tuían, algunos de ellos con capacidad militar y fuertes an­tagonismos.

Razón de más para que futurólogos como Francis Fuckuyama, Alvin 1bfler y Paul Kennedy, conciban los grandes conflictos del porvenir en el marco de la competencia eco­nómica, y conminen la guerra, al menos en la concepción clá­sica, masiva y generalizada de Clausewitz, a ser cada vez me­nos probable y más limitada en tiempo, extensión geográfica y dimensión militar. Tal como

En el presente,

la perplejidad e

incertidumbre

predominan

por el

vacío de poder

dejado por

la desintegración

de la URSS

parecen confirmarlo los conflic­tos de la presente década en el Golfo Pérsico, en Yugoeslavia, en algunas exrepúblicas soviéticas, en el Africa y en América Latina. En ellos se observa en alguna medida un mayor grado de

subordinación a organismos internacionales como las Na­ciones Unidas o la OTAN, que al parecer cobran lenta pero seguramente mayor capacidad para controlar los conflictos e imponer la paz hasta con la propia guerra; desde luego, al amparo de los Estados Unidos, convertido en supremo árbitro internacional.

Cuando a comienzos de esta década, Fukuyama susten­tado en la filosofía hegeliana consideró el fin de la historia, es decir de los grandes conflic­tos, expresó más la ilusión y esperanza de un mundo ideal que sólo Dios sabe si pueda lle­gar algún día. Porque lo que es­tamos viendo es que la reduc­ción de las posibilidades de una guerra generalizada, no indica que los conflictos nacio­nales y las tensiones históricas del mundo al margen de las grandes potencias corran la misma suerte, tal como lo ex­presa la milenaria confronta­ción entre los Estados Arabes e Israel y actualmente el con­flicto de la OTAN con Yugoeslavia.

Pues las grandes poten­cias saben que de la misma for­ma como ha cambiado sustancialmente el panorama internacional, la estrategia también ha sufrido transforma­ciones fundamentales. La cien­cia y la técnica han dado fiabi­lidad, precisión, movilidad y poder destructor al armamen­to actual, razón por la cual el desequilibrio en el campo de combate ya no se mide en tér­minos cuantitativos sino cuali-

tativos. Los países que poseen la ciencia y la técnica militar más desarrolladas, pueden de­finir o controlar cualquier con­flicto, más por la calidad de su armamento, material y equipo que por la masa de combatien­tes. Y con tales parámetros pre­tenden medir a los países sub­desarrollados, que no poseen la ciencia y la técnica militar avanzada para conminarlos a reducir la masa de sus ejérci­tos, con el fin de posibilitar de manera camuflada su interven­ción a través de las organiza­ciones internacionales más notables.

Por eso antes de declarar la crisis del Estado-Nación, es preferible esperar el curso que tomen los nacionalismos más arraigados como el alemán y el japonés. Si permanecen la­tentes, escondidos en el sín­drome de responsabilidad por las guerras en que han sumi­do al mundo, o si con el paso de dos o tres generaciones, vuelven al expansionismo mi­litar tradicional; o más bien aprovechan las lecciones del pasado y se dedican a liderar a Europa Continental o al Asia Oriental por las vías económi­cas y no por la guerra. Thmbién habría que columbrar el desa­rrollo del lslám, única religión que ha progresado en adep­tos en el mundo desarrolla­do. Si persiste en su fundamentalismo, antijudaísmo y propósito unifi­cador y aprovecha su poder económico generado en el pe­tróleo para acceder a la tecno­logía nuclear y continuar cons­tituyéndose en la amenaza del

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Occidente racionalista y cristia­no; o más bien sigue la línea moderada de aceptar y convi­vir con Israel y facilitar la vigen­cia de la democracia.

Por otra parte, tesis como las de Paul Kennedy en su co­nocido libro «Auge y caida de las Grandes Potencias», tien­den a demostrar cómo las na­ciones en la medida en que han incrementado su poder militar, han empezado con ello su de­clive. Thl como lo confirman los casos de las potencias gana­doras y perdedoras de la Se­gunda Guerra Mundial. Las pri­meras, por haber mantenido tan enorme poder militar, se estancaron y tienden hoy a ser rebasadas por las anteriores. Especialmente la URSS, cuya ruina y disolución se debió al haber mantenido su economía dedicada prioritariamente a sostener el fiel de la balanza bipolar. Alemania y el Japón en cambio, a pesar del estado de postración a que quedaron re­ducidas, lograron su recupera­ción ayer y hoy su preponde­rancia económica, al hecho de haber permanecido desarma­das durante la postguerra al amparo del poder bélico de los Estados Unidos y la URSS.

La geopolítica hoy está también condicionada por las grandes migraciones de pobla­ción y por aspectos ambienta­les enmarcados dentro del con­flicto Norte-Sur. Se trata de un conflicto entre la quinta parte de la población del planeta constituida por el mundo de­sarrollado, que consume las dos terceras partes de los re-

cursos de la tierra y causa las dos terceras partes de su con­taminación, frente a cuatro quintas partes del mundo sub­desarrollado que luchan por supervivir, sumidas en el atra­so, y la pobreza, cuya salida más efectiva es la migración hacia el mundo desarrollado, atraídas sus gentes por la pros­peridad. Del neocolonialismo o la ayuda efectiva dependerá la suerte del Tercer Mundo.

De todas formas, los futurólogos más notables del momento, llevados de un afán pacifista coinciden en predecir los conflictos del fu­turo más en el campo de la revolución de las finanzas, de las comunicaciones, de la biotecnología y de la agricul ­tura, en las guerras comer­ciales entre Estados y empre­sas multinacionales y en los peligros medioambientales que en campo militar.

Circunscribiéndonos al marco vecinal y latinoameri­cano, las perspectivas de la

Las naciones en la medida en

que han

incrementado

su poder militar,

han empezado

con ello

su

declive

geopolítica están mayormen­te supeditadas por la globalización y la conforma­ción de bloques económicos. Porque dentro de tal esce­nario, no hay posibilidades para que cada país por sepa­rado pueda competir con al­guna ventaja, razón por la cual nuestra Constitución Na­cional consagra la integra­ción como uno de los fines del Estado y el Pacto Subregional Andino emerge con valor supranacional. Efec­tivamente, ya no se trata de las retóricas del pasado sus­tentadas en el sueño Bolivariano, sino de una situa­ción de supervivencia de los Estados latinoamericanos. Por ello la geopolítica tendrá que orientarse también en este marco de integración, máxi­me cuando estos países es­tán ligados por valores nacio­nales comunes e intereses económicos afines decisivos para su desarrollo.

El caso especial de Colom­bia es lamentable frente a la geopolítica de hoy y del maña­na. El elevado nivel de violen­cia, de degradación social, de corrupción en la administración públ ica, de impunidad y de inestabilidad política a que he­mos llegado, han deslegitirnado al Estado y nos impiden mirar con claridad el panorama inter­no, menos columbrar un futuro promisorio. Solucionar nuestros problemas internos, especial­mente el de la violencia ha de ser el primer propósito nacio­nal. Si ello no ocurre en un me­diato plazo, nada podemos es­perar del porvenir.

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BODAS DE ORO

ORACION EN LAS BODAS DE ORO DEL CURSO «JOSE MARIA CABAL»

Escuela Militar de Cadetes - 16 de Marzo de 1999

PROCER DE LA lA

Mayor General JOSE l'1ARIA RIVAS FORERO

iSeñor y Dios mío!

Permitidme, que con la sin­ceridad de un soldado, sea el re­presentante del Curso «José Ma­ría Cabal», para que al cumplir cincuenta años de haber egresado de la Escuela Militar, como oficia­les del Ejército, implore tu perdón por nuestras faltas, levante mi voz de acción de gracias por los be­neficios que de tí hemos recibido y te pida la paz eterna por los compañeros que nos antecedie­ron en la última marcha.

El marco que encuadra esta celebración, no puede ser mejor: la iglesia de Dios, la belleza de esta capilla santa, los rayos del sol que penetran por sus ventanales, el ambiente de esperanza que imprime la presencia de la Escue­la Militar, con su joven comandan­te a la cabeza de oficiales y cade­tes, dando sentido al lema de su estandarte patria, honor, leal­tad, nuestros antiguos jefes, nuestras esposas, nuestros hijos y nuestros nietos, las almas de nuestros queridos compañeros muertos.

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Momento propicio, medio siglo de haber desfilado como oficiales del Ejército, por el portal de este templo erigido al honor, que es la Escuela Mi­litar, en donde iniciamos la sa­grada carrera de las armas, para descubrir un monumen­to a los recursos y a la re­flexión.

Fresco todavía el 9 de abril, hito que divide la histo­ria de Colombia y que deter­mina el principio de la guerra que hoy sufrimos, empapado en sangre el paballón nacio­nal y humeantes los escom­bros de la patria, veinte alfé­reces nada más, saldo de los ciento diez cadetes reclutas de enero de 1945, en acto senci­llo pero pleno de espíritu, en la mañana del16 de marzo de 1949, recibimos del gobierno las estrellas simbólicas de la responsabilidad del mando y reafirmamos ante Dios el ju­ramento de defender a Colom­bia hasta la muerte.

'Transcurrir de los años y pasar de los años, el tic tac del corazón marcó el devenir de nuestras vidas, paralelas al desangre de la patria, ante la presencia del angustioso dile­ma sobre la razón de la lucha entre hermanos, sin cuartel, sin ideales, que sí tuvo princi­pio pero que parece no tener final.

Lealtad a las instituciones, pero temor de poder estar al servicio de las pasiones, de ser

el sostén de un sistema con­dicionado a unos pocos. Te­mor de que en Colombia el monstruo agazapado del aver­no, con cara de injusticia so­cial, sea el ídolo a quien sin saberlo se le esté rindiendo adoración.

Compañeros oficiales de mi curso, unos más y otros menos, en la intensidad del tiempo y del espacio, pero con el mismo deseo de acertar, entregamos nuestra vidas al servicio de los colombianos, recibiendo como respuesta muchas veces la incompren­sión y el desprecio, pero com­pensados siempre por la sa­tisfacción del deber cumplido en las filas del Ejército, colum­na vertebral de la nacionali­dad.

Qué difícil es remar en contravía de la corriente, qué aventurado es creer que se ha actuado con patriotismo en el manejo del país, cuando unos pocos, los usufructuarios del caos, necesitan del río de aguas turbias para poder pes­car.

Miremos estos cincuenta años que han pasado entre nosotros y sobre Colombia, dejando cicatrices imborrables, medio siglo de violencia, de experimentos políticos de todo orden, de cambios periódicos de doctrinas y de desfilar de tantos personajes que parece subordinaron a sus intereses el objetivo esencial de la paz

en un país sin memoria, sin realidad y con miedo al futuro.

Repacemos compañeros nuestro trasejar por la inmen­sa geografía de Colombia y miremos al lado del camino las mismas caras angustiadas, con los ojos llorosos y las mi­radas perdidas en la incerti­dumbre, que contemplamos en el 9 de abril; las mismas víctimas ignorantes, los huér­fanos sin explicación, las vidas sin por qué, los inválidos, los miserables, la carne de cañón y a la otra vera del sendero escuchemos el silencio de los grandes ante el dolor de los pequeños, y contemplemos la ausencia de los poderosos ante el sufrimiento de los hu­mildes. El incendio de la ciu­dad no se ha apagado, se ha extendido a toda la nación.

iSeñor Dios de justicia! Los oficiales del curso «José María cabal», que nacimos y creci­mos con los dolores de la pa­tria, antes de ir al encuentro con los seis compañeros que descansan en la gloria de la bienaventuranza, ya en el oca­so de nuestras vidas, te pedi­mos que nos permitas contem­plar una luz de esperanza para Colombia, con fé en un Estado honesto que con firme decisión y continuidad hasta alcanzar el objetivo, oriente todos sus po­deres a la obtención de la paz y con seguridad en un Ejército renovado, poderoso, místico y profesional que le garantice la vida a la nación.

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HISTORIA MILITAR

LA GUERRA DE COREA Y EL PRESIDENTE TKUMAN

rila Guerra de Corea y la participa­ción de Colombia en ese conflicto, forman parte de la historia patria de la nación y de la historia de las Fuerzas Militares de Colombia. El Ejército y la Armada se incorporaron a las Fuerzas Militares de las Naciones Unidas y repre­sentaron al pais en esa guerra que tuvo una gran importancia militar y política que solo después del desplome de la Unión Soviética ha podido apreciarse en toda su magnitud. Es por eso que resul­ta interesante la biografia del Presidente Truman, escrita por David Mac-Cullough, y que mereció el Premio Pullitzer otor­gado en los Estados Unidos. Es ilustrativo hacer conocer, que el mismo autor es­cribió la historia de la construcción del canal de Panamá, con el titulo «The Path Between the Seas», que no vacilamos en recomendar como la más completa narración sobre este tema que interesa a todo colombiano educado y en el que se incluye una detallada relación de la forma como tanto el gobierno de Colom­bia como el de los Estados Unidos, manejaron los hechos que resultaron con el desafortunado episodio de la separación de Panamá.

Como lo expresamos en nuestro libro sobre la Campaña de Corea, la indecisión de la política norteamericana en relación con la República de Corea,

General ALBERTO RUIZ NOVOA

Harry S. 1Tumam Ascendió a la presidencia de .Estados Unidos en 1945

Page 35: Revista Edición 100 Abril 1999

animó a Norcorea a intentar la reunificación de la Península, por medio de un ataque mili­tar.

En la biografía se registra que en los últimos días de diciembre de 1.948 el Presi­dente dio la orden de retirar a las últimas tropas americanas que aún quedaban en Corea y como lo anota el autor «nadie le concedió importancia a esta decisión en ese momentO>>.

El primero de enero de 1.9491os Estados Unidos reco­nocieron a la nueva República de Corea.

La Guerra

de Corea tuvo

una gran

importancia

militar g

política

En los días anteriores al Día de Acción de Gracias, el au­tor anota que el Presidente Truman hiro uno de los nom­bramientos más equivocados de su Administración. Se refie­re a la designación de Dean Acheson como Secretario de Estado en reemplazo del General Marshall, quién había caído gravemente enfermo.

La noticia de la invasión de Corea, la tuvo el Presidente a las 9:20 de la noche por una

llamada que desde su casa de campo en Maryland le hizo Acheson a su residencia en Independence. Acheson obrando por iniciativa propia había notificado al Secretario de las Naciones Unidas para que reuniera el Consejo de Seguri­dad.

El Presidente había tenido un día muy agitado y estaba cansado. Sin embargo su pri­mera intención fue volar esa misma noche a Washíngton, pero Acheson lo disuadió, le pidió que hiciera lo posible por descansar esa noche y que en la mañana le tendría nuevas noticias. La noticia alarmó sobremanera a Truman y su hüa Margaret escribió sobre el partícular: « Mi padre temió desde el primer momento, que esa invasión podia ser el co­mienzo de la III Querra Mun­dial>>.

El Presidente regresó a Washington a las 7:15p.m. del Domingo 25 de Junio y convo­có de inmediato una reunión de emergencia. Esta reunión estuvo constituida por el Gene­ral Ornar Bradley, los Jefes de Estado Mayor de las tres fuer­zas, además del Presidente, Acheson y senadores Jhonson y Webb. « .El New York Times >>

informó «que una atmósfera de tensión sin paralelo desde los dias de la guerra, se apo­deró de la capital>>.

La conferencia comenzó con un informe de Acheson y la apreciación de que si se abandonaba a Sur Corea y ésta caía en manos de los comunis-

tas, la península sería «Una daga apuntada al corazón del Japón>>. El General Bradley, quién acababa de regresar de Tokío con Louis Jhonson, de­claró: «Tenemos que señalar el límite en alguna parte>> y Corea es el mejor lugar para hacerlo. Bradley opinó también que Rusia no estaba preparada para hacer la guerra y que el ataque era solo una prueba para los Estados Unidos. Según el historiador no hubo ningu­na observación contraria a esta propuesta que fue acogida por el Presidente Truman. Sin em­bargo el Almirante Sherman, Jefe de la Armada y el General Vandenberg, Jefe de la Fuerza Aérea, propusieron solamente un ataque naval y aéreo y se opusieron al empleo de tropas terrestres. Los Generales Bradley y Collins manifestaron su total desacuerdo con esta opinión.

Como resultado de la re­unión se ordenó al General MacArthur enviar armas y ele­mentos a Sur Corea en forma inmediata y el movimiento de la Séptima Flota de las Filipi­nas a Forrnosa, para proteger el Estrecho. Al final de la re­unión Jhonson hizo una obser­vación que con el tiempo se re­cordó como notable y fué la recomendación, producto de su reciente viaje a 1bkío, «que se debian dar detalladas instruc­ciones al General MacArthur de tal manera que no tuviera demasiada autonomía>>. El lu­nes llegó un inforrt:te de MacArthur que consideraba que el «Colapso de Sur Corea era inminente>>.

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En la noche lruman con­vocó otra reunión del ••gabinete de guerra>>, que decidió ayu­dar a los sur coreanos con apo­yo naval y aéreo, pero aún no con apoyo terrestre. Existía el temor de provocar la interven­ción de Rusia. Hizo este anun­cio en el Congreso con las si­guientes palabras: " El ataque a Corea ha demostrado sin lu­gar a dudas, que el Comunis­mo ha pasado del uso de la subversión para conquistar las naciones independientes y usará ahora la invasión arma-da y la guerra . ... . .. . » Esta declaración fué aclamada por el Senado y la Cámara y con un voto de .315 contra 4 en esta última se aprobó la extensión del servicio militar obligatorio por un año más. A las 10:45 de la noche el Consejo de Se­guridad de las Naciones Unidas respaldó la decisión de los Es­tados Unidos, con la ausencia de la delegación soviética. f\Jé la primera vez en la historia que la organización mundial apro­bó el uso de la fuerza para contener la agresión de una fuerza armada.

El autor señala, entre pa­réntesis, la observación hecha por Acheson en el sentido de que si los m~ores cerebros del mundo se hubieran propuesto escoger un peor sitio para li­brar esta «condenada guerra», la unánime decisión hubiera sido Corea. Esta observación trajo a mi memoria una con­versación que sostuve con el Comandante del Regimiento .31 o de Infantería, Coronel Moses, cuando nos dirigíamos

a inspeccionar un puesto de observación de artillería. Me dijo el Coronel Moses: «No puede haber m ejor teatro de operaciones para librar una guerra sin p eligro de que se extienda, que la pen[nsula de Corea>>. Para mis compañe­ros, veteranos de Corea como para todos los lectores, me pla­ce informar que el Coronel Moses alcanzó el grado de Mayor General y se retiró del servicio después de haber servido su término como Co­mandante del 5° Ejército en la jurisdicción continental de los Estados Unidos.

Rusia

no estaba

preparada

para

hacer la

guerra

El apoyo recibido por el Pre­sidente fué total. En el Congre­so hasta sus adversarios más notorios como Thfi y Wallace lo apoyaron. El Presidente, desde el primer momento quiso bajarle la importancia a la crisis. Decla­ró: «No estamos en guerra>>. Cuando un reportero le pregun­tó «Si la intervención de los Es­tados Unidos pod[a tomarse como una acción de policla>>, contestó afirmativamente. A las .3 de la mañana la Casa Blanca recibió un mensaje del General MacArthur, después de una ins­pección que había efectuado al

frente de combate en el que in­formaba que la situación del Ejército de Sur Corea era insos­tenible y que necesitaba por lo menos dos divisiones del Ejér­cito Americano para evitar la de­rrota. lruman no tuvo un mo­mento de vacilación e inmedia­tamente ordenó el envio de las tropas solicitadas por MacArthur.

El Presidente Truman, quién esperaba un periodo de paz recibió la noticia de la in­vasión de Corea como algo completamente sorpresivo que se convirtió desde el mo­mento de su iniciación en la principal preocupación de su política internacional. El Gene­ral Bradley cambió su rutina de un informe semanal por un in­forme diario sobre la situación de la guerra. Las tropas nor­teamericanas enviadas como refuerzo para defender lo que se llamó «el per[metro de Pusan>> tuvieron que luchar en las más dificiles condiciones, en medio de lluvias torrenciales y retirándose per­manentemente ante la supe­rioridad numérica y de arma­mento del enemigo. La batalla por la ciudad de Thejon, anti­gua capital de Corea se con­virtió en una lucha casa por casa, furiosa y encarnizada, quedando la ciudad en llamas y anotándose la desaparición del comandante de la 24 Divi­sión General Willian F.Dean, de quién se informó que la úl­tima vez que se le vio estaba tratando de detener un tanque enemigo con su revólver de do­tación.

El 29 de Julio, el General

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Oene1 al Dougl~ Nac-Allhw

Walker, ordenó la suspensión de la retirada y la resistencia hasta morir en la linea defendida por las tropas aliadas. cada hombre debe luchar has­ta morir en el sitio donde se encuentra hasta que lleguen los refuerzos. El 9 de Julio MacArthur soli­citó urgentemente cuatro divisiones más para afrontar la critica situación.

El19 de julio, el COngreso a solicitud del Pre­sidente le apropió los fondos que solicitó para la guerra, lo mismo que la continuación del servi­cio militar obligatorio y la movilización de unida­des de la guardia nacional.

Por otra parte el Presidente Truman tenía sus propias preocupaciones respecto a algunos de sus inmediatos colaboradores como el Secretario de Defensa Jhonson y el mismo General MacArthur, a quién llamaba «Mister Prima Donna, Casco de Acero>>. Del Secretario de Defensa, decía que queria mandar en todo el gobierno y que estaba sufriendo de una condición patológica. Sin em­bargo no se atrevía a cambiar a ninguno de los

dos. fbr otra parte, el autor de la biografia afirma que el Presidente Truman tenía una pobre opi­nión de los generales, considerándolos como de limitada visión y habilidad. En su retiro, iruman diría que la mayoría de los generales eran como «caballos de coche con los tapaojos puestos» y culpaba de esto a la educadón que recibían en West Point. Educación la cuál había aspirado a recibir cuando hiw su aplicación para entrar a la Academia y fue rechazado por sus defectos vi­suales. Sin embargo tuvo gran respeto por ge­nerales como Marshall, a quien consideraba el m~or, Bradley, Eisenhower y Ridgway.

El 12 de agosto, ya pudo el general Bradley llevar mejores noticias al Presidente, al considerar la situación como «Fluida pero mejorando>>.

El 4 de agosto, una misión compuesta por Averell Harrimam,y los generales Ridgway y Lauris Norstad (de la Fuerza Aérea) había viajado a 1bkio. Regresó trayendo la propues­ta de MacArthur de atacar el Puerto de Inchon para sorprender al enemigo al fondo de su retaguardia. Esta propuesta fue objeto de una ardua discusión, dadas las claras dificultades que presentaba por diversos motivos, todos muy importantes. El General Bradley la con­sideró como la operación militar de más alto riesgo que jamas había contemplado. Pero los argumentos de MacArthur también eran convincentes y su concepto era favorable, sin desconocer los riesgos que corría y que es­taba seguro de evitar. EllO de Agosto el Plan fué aprobado inclusive por el Presidente Truman, quién no temía correr riesgos. De­claró que asumía toda la responsabilidad. El 9 de Septiembre recibió MacArthur la autori­zación final para un desembarco que debía cumplirse el 15 del mismo mes, en menos de una semana. La fecha era crucial debido al movimiento de las mareas que en el área de Inchon eran especialmente importantes para el éxito del desembarco.

El 15 de septiembre la operación se cum­plió con todo éxito y envolvió el empleo de 262 buques, 70.000 hombres del Décimo Cuerpo

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de Ejército y la Primera División de Infantería de Marina. lnchon cayó en un día, once días más tarde Seoul había sido ocupada. La sensación en Washington fué indescriptible. El Presidente, ol­vidando toda su antipatía por MacArthur le envío un caluroso mensaje y cometiendo el error más grave de toda su presiden­cia, autorizó la persecución del enemigo sobrepasando el Para­lelo .3S0

, tal como lo solicitaba MacArthur, con el apoyo de los generales asesores del Presi­dente y el propio Dean Acheson. La decisión fue tornada el 2 7 de septiembre y la misión fue cam­biada ftiándola como «la des­trucción de las Fuerzas Arma­das de North Corea». Por los conductos diplomáticos el Minis­tro de Relaciones Exteriores de China, Chou En Lai, notificó que si las fuerzas de las Naciones Unidas sobrepasaban el Parale­lo .3S0

, China enviaría tropas en apoyo de Corea del Norte. Estas advertencias fueron juzgadas por el Departamento de Estado, el Pentágono y la Casa Blanca como un «bluf! !

El 9 de octubre el Ejército de las Naciones Unidas sobre­pasó el Paralelo .;so y al día si­guiente el Presidente Truman anunció que viajaría a un no anunciado punto en el Pacífico para conferenciar con el Gene­ral MacArthur sobre la «fase fi­nal» de la guerra de Corea.

No me detengo sobre esta reunión que puede considerar­se como un fracaso para el Pre­sidente lh.Jman. MacArthur no le dio importancia alguna y tuvo la impresión de que lh.Jman la

programó como instrumento para mejorar su popularidad en las elecciones que se avecina­ban. Las apreciaciones que se hicieron sobre la iniervencién de China fueron desestimadas por el General MacArthur, quién mostró tanta prisa para volver a Tokio que no aceptó la invita­ción a almorzar que le hizo el Presidente, quién además le había impuesto una condeco­ración y viajado más de 14.000 millas (más de tres veces lo que viajó MacArthur) para llegar al sitio de conferencia en la dimi­nuta isla de Wake. A su llegada a San Francisco el Presidente ol­vidó nuevamente su antipatía por MacArthur, a quien había condecorado con la medalla de Servicios Distinguidos y en la rueda de prensa que concedió lo calificó como ce Un gran esta­dista-soldado» En una confe­rencia posterior agregó: cc.ES

una fortuna para el mundo ha­ber contado con el hombre pre­ciso en este propósito, un hom­bre que es un gran soldado, el General Douglas MacArthur».

El 24 de Noviembre co­menzó la debacle. MacArthur comunicó a Washington que China había atacado con 260.000 hombres, el defec­tuoso dispositivo de las tropas de las Naciones Unidas que había dividido sus fuerzas, en­viado el Décimo Cuerpo al Oriente de la Península y el Oc­tavo Ejército hacia el Oeste, dispositivo que había sido cri­ticado por Washington. El Con­traataque chino fué vigoroso y definitivo. Penetró las tropas de las Naciones Unidas. El Pre­sidente que había asumido

toda la responsabilidad en el exitoso desembarco de lnchon, también había autori­zado traspasar el Paralelo .;so a pesar de las advertencias del Ministro de Relaciones Exterio­res de China.

El 29 de noviembre se ce­lebró una crucial reunión del Consejo Nacional de Seguridad. Ante la nueva situación la polí­tica adoptada puede resumirse en las palabras del General Marshall en esa reunión: ce No debe haber guerra con China. Hacer esto sería caer en una trampa cuidadosamente pla­neada por Rusia. Debemos usar todas las posibilidades políti­cas, económicas y sicológicas para limitar la guerra>>.

Llegó Noviembre sin que la Junta de Jefes del Estado Mayor tomara una decisión en relación con el curso de la gue­rra que seguía en manos de MacArthur. Dos días antes de Navidad, en una carretera res­balosa por el hielo, el General Walton Walker perdió su vida cuando el jeep en que viajaba se estrelló contra un camión del Ejército Coreano. El Gene­ral Ridgway fue nombrado como su reemplazo y llegó a lbkio el día de Navidad.

Desde el 2S de noviembre el Octavo Ejército se había visto obligado a retirarse casi .300 mi­Uas, y estaba más al sur del Para­lelo .38. Ridgway no tuvo más re­medio que continuar la retirada.

El mando del General Ridgway restauró la organiza­ción del Ejército y levantó su

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moral. Ell5 de marzo, había to­mado la ofensiva y recapturaba lo que había quedado de Seoul. Mientras tanto MacArthur conti­nuaba quejándose ante el Pen­tágono porque no le permitían ampliar la guerra para reunifi­car a Corea. «Mientras Ridgway está combatiendo al enemigo, MacArthur está combatiendo con el Pentágono» decían en Washington.

La destitución

del General

MacArthurcausó

un inmenso revuelo

El lunes, 9 de abril , el Pre­sidente 1hJman tomó la deci­sión de relevar a MacArthur, previo el concepto de la Junta de Jefes de Estado Mayor. Se pensó enviar al Secretario Pace, quién entregaría el men­saje del Presidente directamen­te al General MacArthur. Un rumor llegado de Tokio, que anunciaba que MacArthur esta­ba elaborando su renuncia para evitar ser destituido cam­bió la situación y el Presidente resolvió anunciar su decisión el 11 de Abril a la 1:00 A.M. por conducto del Secretario de Prensa, Short. La destitución del General MacArthur causó un inmenso revuelo no solo en los Estados Unidos sino en la totalidad de las capitales del mundo. Sin embargo, los acontecimientos que llevaron al Presidente 1hJman a tomar,

según él, una de las decisio­nes más difíciles de su man­dato, no obedecieron a una determinación personal del Presidente sino a una larga serie de deliberaciones con el Secretario de Defensa y los Ge­nerales que formaban la Junta de Jefes de Estado Mayor. El fondo del conflicto estuvo en la diferencia de criterio entre la estrategia que aconsejaba el General MacArthur y la que se había fijado el Presidente Truman. Mientras éste estaba decidido a mantener la guerra de Corea como un «conflicto limitado>>, evitando cualquier provocación o acto bélico que pudiera provocar la interven­ción de la Unión Soviética como ya había sucedido con China, el General MacArthur predica­ba la necesidad de derrotar definitivamente a Nort Corea, así hubiera que extender la guerra. La Junta de Jefes de Estado Mayor siempre estuvo a favor de la «guerra limitada>>.

El25 dejunio de 1951 en un discurso en Tullahoma, 'Iennesee, el Presidente acep­tó la propuesta de negociar un armisticio, que había hecho la Unión Soviética por conducto de su embajador en las Nacio­nes Unidas, señor Jacobo Malik.

LA INTEKVENCION DE

COLOMBIA

La decisión colombiana de aceptar la invitación del Secreta­rio General de las Naciones Uni­das se había manifestado desde

el mismo 27 dejunio de 1950, fecha en la que se aprobó la in­tervención de las Naciones Uni­das en defensa de la República de Corea. En nota del18 de sep­tiembre de 1950, el Ministro de Guerra, Roberto Urdaneta Arbeláez, se dirigió al Secretario de Estado Norteamericano, para poner a disposición del Coman­do Unificado de las Fuerzas de las Naciones Unidas, la fragata A.RC. ALMIRANTE PADILLA, con su tripulación de 150 marinos, .30 suboficiales y 10 oficiales.

Fbsteriormente, en conver­saciones entre el Ministro de Gue­rra y el Subsecretario de Estado para la América Latina, señor Eduardo Miller, se cristalizó la oferta de un batallón de infante­ría que fué comunicada al Secre­tario de Estado por el Embaja­dor de Colombia, en Washington, señor Eduardo Zuleta Angel en nota del 14 de noviembre de 1950.

Como resultado de esta se­gunda oferta, el Batallón Colom­bia, al mando delleniente Coro­nel Jaime Polanía Puyo, se em­barcó en el Puerto de Buenaven­tura el21 de mayo de 1951, en el transporte norteamericano «Ayden Victory». Llegó al puerto de Pusan, el 16 de junio y des­pués de un período de reentrenamiento de seis sema­nas, se incorpora a la 24° divi­sión de Infantería de los Estados Unidos.

El 7 de agosto las primeras tropas del Batallón entran en ac­ción por medio de una patrulla de combate, al mando del capi­tán Alvaro Valencia 1bvar.

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El 1.3 de Octubre, la uni­dad toma parte en el ataque que formaba parte de la ofen­siva del Octavo Ejército, en el sector de Kumsong. El 2.3 del mismo mes fué herido el Cdte. del Batallón, Tte. Coronel Polanía Puyo.

El 29 de enero de 1952 el Batallón es incorporado a la Séptima División de Infantería y agregado al .31 o Regímiepto de Infantería conocido como el «Polar Bear», por haber servi­do en alguna ocasión en el Polo Norte.

El 4 de julio el Tte. Cor. Polanía es reemplazado por el Tt. Cor. Alberto Ruiz Novoa, quién toma el mando de la unidad, en una ceremonia es­pecial, en «campo Valek», de­signado así en homenaje al Subteniente Vladimir Valek Moure, quién había caído en combate en días anteriores.

Las actividades del Bata­llón están descritas más deta­lladamente en el libro ccEnse­ñanzas Militares de la Campa­ña de Corea>> por el Tte. Cor. Alberto Ruiz Novoa, Tipografía Antares, 1956. En este libro están también consignadas las operaciones cumplidas por las Fragatas Almirante Padilla, y Capitán Tono, que tomaron parte en representación de la Armada Nacional. En el campo internacional, la presencia de Colombia en la campaña de Corea tuvo una relevancia es­pedal en la primera experiencia que esta Organización intenta­ba en defensa de una nación agredida. Con esto Colombia

mostró la solidaridad internacional y la serie­dad de sus compromi­sos. La intervención de las Naciones Unidas en defensa de la Repúbli­ca de Corea le mostró a la Unión Soviética la determinación del mundo libre de luchar, apelando a la guerra, contra la expansión del comunismo por la fuerza de las armas. Esa determinación fue el aviso definitivo que evitó la repetición de episodios similares.

Para las Fuerzas Militares de Colombia, la intervención en

Monumento creado en Corea en honor de las fuerzas Militares de Colombia

Corea fué escuela irreemplazable, por el conocimiento directo de la lucha contra un enemigo dotado de todas las armas modernas y con una experiencia bélica inigualable.

El hecho de formar parte de un Regimiento Norteamericano, les enseñó a los integrantes del Batallón como funciona una unidad militar en todos sus aspectos; operando y luchando a su lado el Batallón tuvo en varias ocasiones la satisfacción de ser calificado por su eficiencia por encima de las unidades similares del regimiento.

Quienes tuvimos la oportunidad de formar parte de la uni­dad, la tuvimos también de conocernos ante un enemigo en una situación real y quienes actuamos como superiores, senti­mos la satisfacción de enorgullecernos por el valor demostra­do por nuestros soldados, quienes eran fieles representantes del pueblo colombiano ante los integrantes de veinte países más que tomaron parte en el conflicto. Hoy, casi medio siglo des­pués de esta campaña, los sobrevivientes estamos orgullosos de haber representado a Colombia con honor.

El autor, General Ruiz Novoa, fue Cdte, del Batallón Colom­bia, del 4 de julio de 1952 hasta el1 o de julio de 1953.Cdte, del Ejército y Ministro de Guerra hasta Enero de 1.965. Presi­dente deAcore de 1.973 a 1.983. Condecorado entre otras dis­tinciones con la Cruz ce Boyacá, la Legión del Mérito y la Estre­lla de Bronce con V (por heroísmo) por los Estados Unidos.

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HISTORIA

EL CORONEL AGUSTIN AGUALONGO EN LA HISTORIA DE COLOMBIA

INTKODUCCION

urante la Guerra de la In­dependencia, la ciudad de Pas­to defendió la causa realista, con heroísmo y constancia que admiraron sus propios enemi­gos, para quienes esa conduc­ta representó uno de los más diñciles problemas en el logro de la libertad de los países bolivarianos. La defensa reali­zada por Pasto en pro del sis­tema monárquico y contra el establecimiento de la nueva forma de gobierno, le mereció de los libertadores terribles castigos, hasta el punto de no deber a ellos su subsistencia ñsica, sino al espíritu y a la vo­luntad indomable de sus mo­radores, quienes de las ruinas y la desgracia levantaron unas y muchas veces el granítico castillo de su escudo. Se equi­vocaron los libertadores en cuanto al sistema que debían adoptar para incorporar a Pas­to a la nueva Patria: usaron la violencia desde el primer mo­mento y ella produjo, como consecuencia lógica en un pue­blo valiente, la más franca y sostenida oposición; sin que-

Mayor LAURO VICBNTB MUÑOZ SOTBW Abogado - Administrador de Bmpresas

rerlo obligaron a la ciudad a es­coger entre la rendición inme­diata en favor de una causa cuya bondad desconocía, clau­dicando así por temor y des­honrando su historia, o la re­sistencia ciega con todas sus terribles consecuencias; bien sabemos que Pasto prefirió su­cumbir con honor antes que vivir sin él.

En aquella época, en el sur del país, surgió este discutido caudillo realista, de quien me permitiré hacer los siguientes comentarios bibliográficos.

NACIMIENTO

1780. En los libros parroquiales de la iglesia de San Juan Bautista de Pasto, se encuentran las partidas de na­cimiento y confirmación, que dicen:

" Bautismo: El veinte y ocho de agosto de mil sete­cientos ochenta bauticé, puse óleo y crisma a Agustín de edad de tres días, hüo legítimo de Manuel Criollo Indio y Gregoria Sisneros Montañesa. FUe ma-

drina Cathalina Pérez, a quien advertí el parentesco que con­traía y obligación de educarlo en la doctrina. De que doy fé (f) Miguel Rivera". ( libro No 5. Años 1780- 1794. Folio 5.)

.. "Confirmación: Agustín Agualongo, hijo legítimo de Manuel Agualongo y Gregoria Sisneros. Bautizado en esta iglesia. fUe padrino don Salva­dor Zambrano". ( libro de con­firmaciones año 1800 ).

En cuanto al apellido de Agualongo, algunos historiado­res han dicho sin bases firmes que proviene de su actividad de aguador cuando servía en casa de Bias de la Villota, y sus hüas lo llamaban" longo ", o sea "in­dio" en vocablo quichua. Se dice que recibía la siguiente orden:" Agua ........ , longo ".

Sobre la diferencia de sus apellidos Criollo y no Agualongo como figura en los documentos anteriores, se ha dado la explicación en el sen­tido de hacerse figurar como Criollo, no en calidad de ape­llido, sino por las circunstan-

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Pasto prefirió

sucumbir con

honor antes que

vivir sin él

cias de nativo, como se acos­tumbraba en aquellas épocas, acompañándose de la palabra "Indio". ( 1 )

El historiador Sergio Elías Ortiz, dice que " este apellido en su más antigua expresión, pudo ser italiano, quizá lleva­do a la Península por los ter­cios de Nápoles en la forma de Agualonga o Agualunga, sin contar con que dos feligresías de Portugal, la una en la pro­vincia de Douro y la otra muy cerca de Oporto, llevan el nom­bre de Agua Longa".

INSCRIPCION MILITAR

1811. Cumplió con el re­quisito de la inscripción mili­tar, para ingresar en forma vo­luntaria al Ejército realista, con el objeto de atender al llama­do sobre alistamiento. La jun­ta de reclutamiento la integra­ban los Capitanes Juan María de la Villota, Lucas Soberón, Bias de la Villota, José de Se­gura y Ramón Benavides (2).

La inscripción militar presenta los siguientes da­tos:

" Compañía 3 de Milicias del cargo de el Capn. Don Bias

de la Villota. Filiación. Juan Agustín Agualongo, hüo legíti­mo, de Gregoria Almeida y de Manuel, natural y vecino de esta ciudad de Pasto de la Governacn. De Popayán, de oficio pintor al óleo, su edad, más de veinticinco años, su estado casado, pero divorcia­do legalmente, su Relign., C.A.R., su estatura cinco pies; sus señales, éstas: nariz regu­lar, poca barba, algunas cica­trices debajo de los ojos, se­mejante al cara te; cariabuttado; color prieto; bastante abultado el labio superior; centó plaza voluntario, para servir por el tiempo de la voluntad de Ntro. Soberano, hoy 7 de marzo de 1811 y firma esta su filiación, a presencia de los Sargtos. 1 o

y 2° de la misma Compañía. Agustín Aguatongo. José Mariano Maya. José Mesías. Apruébase este individuo Sta. Cruz". {3).

ASCENSOS

1812. En los primeros meses de este año, participó con el grado de Cabo en la acción contra el Doctor Joa­quín de Caicedo y Cuervo, quien adelantaba la campaña de acercamiento de la Ciudad de Pasto al Gobierno de Popayán y de la nueva Repú­blica.

1813. En el mes de julio, con motivo de la expedición sobre la ciudad de Popayán, or­denada por Montes y encomen­dada al Brigadier Don Juan Sámano, Agualongo ya figura­ba como Sargento Segundo. Este ascenso fue conferido por

su valerosa conducta y exce­lente valor demostrado en el combate de Calambuco (Nariño), en agosto de 1812, contra las tropas del inglés­americano Alejandro Macaulay.

1814. En los combates de Juanambú y Tacines, contra las tropas de Antonio Nariño tuvo una actuación sobresaliente.

1815. En este año, con mo­tivo de la Batalla de El Palo, bajo el mando del Coronel Aparicio Vidaurrázaga, aparece con el grado de Sargento 1 o Supernu­merario. Como Sargento Mayor, viajó a Quito, en cumplimiento de las órdenes impartidas por Juan Sámano, Comandante de Armas de la Plaza de Pasto, con el fin de llevar detenido al rea­lista José Casimiro de la Barre­ra, por ser una persona contra­dictoria y conflictiva dentro de tos planeamientos generales de la lucha.

1816. En vista de la nue­va formación de tropas, de acuerdo a la proclama lanza­da por Pablo Morillo, el Co­ronel Ramón Zambrano, que desempeñaba el cargo pro­visional de General Coman­dante, ascendió a Agustín Agualongo, del grado de Sar­gento 1 o al de Subteniente teniendo en cuenta los va­lientes y ejemplares servicios prestados a la causa realista en los diferentes combates.

1817. Aparece como Te­niente efectivo, ayudante de la segunda Compañía de Mi­licias de Pasto, Auxiliar en Popayán.

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FUerte «El Panecillo» , donde Agualongo fue encarcelado

KEINICIACION DE lA LUCHA

En el Ecuador, participó en las Batallas de Yaguachi y pos­teriormente en la de Pichincha, en la cual cayó prisionero. Fue encarcelado en el Fuerte de "El Panecillo ", de donde logró fugarse en compañía de Beni­to Boves y luego regresó a la ciudad de Pasto con el grado de Teniente Coronel, para reiniciar la lucha por los idea­les realistas. Se desconoce la razón para haber obtenido este nuevo grado.

Ante la desesperante si­tuación creada por los realis­tas al sur del país, Bolívar dijo: " Voy a dar un combate más aventurado que el de Boyacá y voy a darlo de rabia y de des­pecho, resuelto a vencer o no volver ".

Como consecuencia de la Capitulación de Pasto, después de la Batalla de Bomboná, Simón Bolívar le decía a Don Basilio García: "Yo insto a V.S.,

todavía Señor CoroneL a que oiga los acentos de la razón y de la justicia para que conjure la negra y terrible tempestad que se va a descargar sobre la infeliz Pasto; tempestad que arrojará más rayos, más fuegos y más estragos que todos los volcanes de los Andes, que con sus bocas infernales vomitan la muerte desde Pasto a Quito ".

Ciertos historiadores han llegado a calificar a Pasto, que fue " el pueblo más realista que el Rey; más fernandista, que Fernando ".

A espaldas del impertérri­to pueblo de Pasto, algunos hombres en la época de la in­dependencia, tramaron sus rendiciones y capitulaciones.

1822. A fines de este año, llegó a Pasto el Teniente Coro­nel Benito Boves, en compa­ñía de Agustín Agualongo, tam­bién con el grado de teniente

Coronel, evadidos de la cárcel de Quito, como se dijo ante­riormente. Organizaron las huestes para hacer frente a Bo­lívar, quien se encontraba al sur del Departamento de Quito. Agustín Agualongo, era el se­gundo jefe, en la organización de esta nueva rebelión o levan­tamiento. Derrotaron al Coro­nel Antonio Obando en Túquerres, quien se salvó y lle­vó la noticia de los sucesos al Libertador. Bolívar ordenó el alistamiento de 2000 hombres, escogidos entre los mejores del Batallón Rifles, Escuadrón Guías y Cazadores, y los dra­gones de la guardia, y los des­pachó al mando del General Sucre, siendo derrotados por los realistas sobre el río Guáitara el día 24 de noviem­bre de 1822. En el mes de di­ciembre, le llegan al General Sucre 1000 hombres de refuer­zo desde Quito, y derrota a Boves y Agualongo.

El2 de enero de 182.3, lle­gó Bolívar a Pasto, con el fin de aplicar enérgicas medidas, debido a los últimos aconteci­mientos. El día 14 de ese mis­mo mes, Bolívar, regresó a Quito, dejando como Goberna­dor de Pasto al General Salóm con la misión de obtener la pacificación. Salóm , por nece­sidades internas del servicio, regresó a Quito, dejando en­cargado del mando al Coronel Juan José Florez.

182.3. Agustín Agualongo con otros caudillos realistas, sale de su escondite situado cerca de Pasto y el 2.3 de fe­brero de 182.3, en la región de

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Alicance, organiza de nuevo la revuelta , con ciudadanos de la clase humilde. Sus seguidores lo eligieron como Jefe militar y finalmente aparece con el grado de " Coronel de las Milicias del Rey".

Agualongo entró triunfante a Pasto, después de haber de­rrotado al Coronel flórez, en Catambuco, empleando palos en forma de lanzas, chuzos y algunos fusiles recompuestos, por­que no tenía suficiente armamento.

Bolívar se enteró de este desastre y dirigió la siguiente pro­clama: "Quiteños: la infame Pasto ha vuelto a levantar su odiosa cabeza de sedición. Pero esta cabeza quedará cortada para siem­pre".

MEDIDAS PARA LA PACIFICACION

En el mes dejunio de 1823, Agualongo en una comuni­cación que envía al Consejo de Otavalo (Ecuador) dice que «hemos resuelto marchar con nuestro fiel y valiente ejército a ex-

.Entrada triunfante a Pasto

terminar el del enemigo en cual­quier parte que le hallemos".

El 6 de julio de 1823, salió Bolívar de Quito, para hacer frente a los hombres de Agualongo. En Ibarra (Ecuador) el 17 de julio del mismo año, es derrotado Agualongo, des­pués de una terrible lucha.

El Libertador, informa al Vicepresidente Santander, lo si­guiente: " Desde la Conquista, acá, ningún pueblo se ha mos­trado más tenaz que ese».

«Acuérdese U., de lo que dije de la capitulación de Pas­to, porque desde entonces co­nocí la importancia de ganar esos malvados. Ya está visto que no se pueden ganar y por lo mismo es preciso destruir­los hasta en sus elementos».

Entre las principales ins­trucciones que Bolívar dio al General Salóm para pacificar a Pasto, están las siguientes:

_ "Destruirá U. S., todos los bandidos que se han le­vantado contra la República.

_ Mandará partidas en todas las direcciones a des­truir esos facciosos.

Las familias de estos -facciosos vendrán todas a Quito para desterrarlas a Guayaquil.

_ Los hombres que no se presenten para ser expul ­sados del territorio, serán fu­silados .

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Hay que

incorporar la

historia de Pasto

a la gran

historia nacional,

porque el

mérito de los

vencedores

está en . , proporc1on

directa con el

valor de los

vencidos

_ Los que se presenten serán expulsados del país y mandados a Guayaquil.

_ No quedarán en Pasto, más que las familias mártires de la libertad.

_ Se ofrecerá el territorio de Pasto a los habitantes pa­triotas que lo quieran habitar.

La misma suerte co­rrerán los pueblos de los Pas­tos y de Patía que hayan segui­do la insurrección de Pasto.

_ U~ S., está plenamente autorizado para tomar todas aquellas providencias que sean conducentes a la conservación del ejército de su mando y la destrucción de los pueblos re­beldes.

Dentro de dos meses debe U. S., haber terminado la pacificación de Pasto.

_ No se permitirá en Pas­to ningún género de metal de ninguna especie útil, y serán perseguidos fuertemente los infractores".

Además, se dice, que en aquella época de la pacifica­ción, Bolívar planeaba poblar a Pasto con presidiarios, y en otras ocasiones dizque lloró como consecuencia de todas esas difíciles situaciones.

DERROTA PATRIOTA

A pesar de las terribles ins­trucciones para obtener la pa­cificación y después del desas­tre sufrido en lbarra, Agustín Agualongo, el día 18 de agos­to de 1828, en la ciudad de Pasto, cercó al Gral. Salóm, con .3000 guerrilleros. Este, ante la situación desesperante, resol­vió escribir a Agualongo en tér­minos conciliadores, aclarán­dole que si terminaba la lucha, no habrían vencedores ni ven­cidos. 1bdo fue negativo para los patriotas.

Salóm abandonó a Pasto por la noche y con sus tropas escapó hacia el Ecuador.

Posteriormente en Chacapamba hubo un triunfo favorable para el General José María Córdoba, enviado desde Popayán, por el Coronel José María Ortega, Comandante Ge­neral de la Provincia.

Pero en Thcines el resulta­do de la lucha quedó indeciso y Córdoba regresó a Popayán, perseguido por los guerrilleros realistas al mando del Coman­dante lbro.

DERROTA REALISTA

Luego en Buesaco, Juanambú y Anganoy se pre­sentaron nuevas luchas entre realistas y patriotas. A pesar de que los primeros no fueron destruidos y Jos encuentros parecían interminables, resol­vieron esconderse en las mon­tañas cercanas a Pasto. Santander preocupado por es­tos acontecimientos, envío un mensaje al jefe rebelde para que no continuara la lucha, pero los resultados fueron ne­gativos.

A fines del mes de enero de 1824, los grupos de guerri­lleros realistas volvieron a ata­car la ciudad de Pasto, siendo derrotados en varias ocasio-

nes.

NUEVOS PLANES

En Yangapalo, Agustín Agualongo, con 90 hombres, elaboró nuevos planes de lu­cha, y decidió tomarse a la ciu­dad de Barbacoas, con el ob­jeto de poder insurreccionar a las ciudades de Thmaco, Esme­ralda y la Costa hasta Buena­ventura y así ponerse en comu­nicación con los Corsarios, re­cibir auxilios del Perú y final-

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mente caer sobre los patriotas en el Departamento del cauca (4).

Estos planes no tuvieron los éxitos deseados porque Agualongo fue derrotado, des­pués de convertir en cenizas a Barbacoas.

En vista del anterior fraca­so, Agualongo resolvió regre­sar al interior, finalmente con resultados desastrosos, porque fue capturado el 2.3 de junio de 1828, en el " Alto de El casti­go" por el Coronel José María Obando, (su antiguo compañe­ro de armas realistas) quien personalmente y con muchas consideraciones lo llevó a Popayán, donde fue fusilado.

MUERTE DE AGUALONGO

Simultáneamente con la muerte de este guerrillero, lle­gó a la ciudad de Pasto la Cé­dula Real, expedida por Fernan­do VII, por medio de la cual le confería el grado de General de Brigada de los Ejércitos del Rey.

" Cuando se le condenó a muerte, requirió del Goberna­dor de Popayán se le permitie­ra llevar el uniforme de Coro­nel, gracia que le fue conferi­da, y, ante el pelotón de fusila­miento, exclamó que si tuviera veinte vidas, estaba dispuesto a inmolarlas por la religión y por el Rey de España ". ( 5 )

Ese fue Agualongo; en sín­tesis cúpole con suerte batirse

con Bolívar, Córdoba, Flórez, Salóm, Obando, Mosquera y otros jefes con diferente suer­te, pero siempre con heroísmo e intrepidez.

CONCLUSIONES

l. Para muchos co­lombianos, ignorantes por desgracia de los fundamen­tos y razones que llevaron a los Pastusos a sacrificarlo todo inútilmente por defen­der a la monarquía, esa con­ducta no fue solo equivoca­da, sino el fruto de un espí­ritu servil y retrógrado.

2. Los héroes del Pasto realista dejan de serlo para tornarse estúpidos y aún las limpias victorias con­seguidas en los campos de batalla se han tratado de demeritar.

.3. Hay que incorporar la historia de Pasto a la gran historia nacional, porque el mérito de los vencedores está en proporción directa con el valor de los vencidos. Algún día la verdad llegará hasta la con­ciencia de nuestros compatrio­tas de hoy y de mañana y al juz­gar con espíritu sereno su re­suelta actitud, tendrán que concluir que en cuanto a la bondad de la causa que defen­dían, se equivocaron totalmen­te, pero las razones que sus­tentaron su temerario valor y ~emplar lealtad, proclaman las virtudes y los atributos de una raza que erró en lo humano por mantener incólume los debe­res espirituales que le imponía su fé.

NOTAS

(1) Ortíz, Sergio Elías. '1\gustín Agualongo y su tiempo".

(2) Archivo del General Gustavo S. Guerrero. Academia Nacional de Historia de Bogotá.

(.3) Archivo Rosario Del-gado de BucheH.

(4) Archivo Nacional. Secretaría de Guerra y Marina. T. XLIII. Folio 681.

(5) Hamilton (Coronel J. P.). Viaje por el interior de las pro­vincias de Colombia. 1bmo 11.

" BIBI.IIOGRAFIA

- Lecuna Vicente. Campaña de Bombona. Vol. VI. PáSto.

- Díaz del castillo, Idelfonso. Barbacoas en la Guerra de Inde­pendencia. Vol. 111.

-Sañudo, José Rafael. Estu­dio sobre la vida de Bolívar. 28

Edición.

- Ortíz, Sergio .:Eiías. Agustín Agualongo y su tiempo.

- López Alvarez, Leopoldo. Campaña del Sur y destrucción del Ejército Patriota. Vol. 11.

-Miramón Alberto. Agualongo el Guerrero Indoma­ble. Tomo XXVII.

-Mejía y Mejía, Justino, Pbro. El clero de Pasto y la insu­rrección del 28 de octubre de 1822. Vol. lY.

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HISTORIA

SE ABRE EL CICLO DE LAS GUERRAS CIVILES EN COLOMBIA

SITUACION GENERAL

~n el atardecer del día 20 de julio de 1810 el movimiento se presentaba incontenible, el entusias­mo seguía creciendo minuto a minuto. En su delirio de libertad los santafereños ya pasaban el archivo y consideraban que atrás quedaban tres siglos de opre­sión, de intervencionismo y monopolio del Estado. El forzado aislamiento espiritual y económico a que es­tuvieron sometidos los criollos había terminado, ahora se abrían paso los sentimientos de venganza contra la injusticia y la represión registrados en el "Memo­rial de Agravios" de Camilo Tbrres, estimulados en la tarde de este glorioso día por la trágica adverten­cia en el candente verbo de Acevedo y Gómez. Tras los gritos del populacho enfurecido emergían del pa­sado los recuerdos de la Expedición Botánica, las clandestinas juntas de la Sociedad de Amigos del País y las nobles figuras de Nariño, Caldas, Camilo Torres, Andrés Rosillo y las de todos aquellos que sobresa­lieron en los solemnes debates en pro de la causa americana.

Definitivamente el derrumbamiento del régimen imperante ya era un hecho innegable, pero .... cómo y quién o quienes encausarían las aspiraciones de los patriotas? No habían transcurrido treinta días y la pareja virreina) ni siquiera había llegado a Honda,

(Continuación del número anterior)

Coronel HERl'f.ANDO HERRERA GALINDO

José Acevedo y Oómez

cuando los criollos pasado el alboroto aún discutían sobre quién y cómo le iban a poner el cascabel al gato después de firmada el Acta de la Independencia. En el ambiente eminentemente colonial de una sociedad con un enorme porcentaje legítimamente hispano no era fácil llegar a una decisión, pues los unos eran partidarios de hacer una manifestación de filial adhesión al caído y prisionero monarca, víctima del usurpador Napoleón, al paso que otros, pretextando

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BUCARAMANQA @¡

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justamente esta coyuntura eran partidarios de aprovecharla ra­dicalmente siguiendo la línea dura preconcebida por Antonio Nariño el Precursor, cuyo em­peño en engrandecer el terri­torio de Cundinamarca y el im­perativo de su visión política no sólo preconizaba la unidad de acción en esos angustiosos momentos sino que proponía la anexión de las provincias de Chiquinquirá, Villa de Leiva, Sogamoso y Muzo y de todas

aquellas que quisieran consti­tuir un Estado fuerte y unita­rio, en su concepto, el único ca­paz de hacer frente a lo que se vendría encima ante una segu­ra y trágica reacción de la ma­dre patria.

Fruto de la confrontación de estas dos tesis, resultó el famoso híbrido de Constitución inicial de la Provincia de Cundinamarca de 1811, que prácticamente la erigía en mo-

narquía constitucional para que el Rey la gobernara según las leyes, moderando su autoridad mediante la creación de una representación social . Hay quienes piensan que entre al­gunos de los procesos de 1.810 aparece claramente no haber existido el propósito de independencia y que tan solo aspiraban reafirmar su adhe­sión al rey y no a la separación de la corona, más que indepen­dencia lo que querían era au­tonomía y un más amplio ac­ceso y participación en el go­bierno. De todo esto resultó a la postre, el más amplio deba­te entre centralistas y federalistas, apareciendo de hecho dos partidos: los "pateadores" partidarios de la independencia absoluta (nariñistas) y los "carracos" (camilistas) partidarios de la Federación.

De nuevo las provincias se alborotan y aparecen los pom­posos Estados Soberanos de Cartagena, Antioquia, Mariqui­ta, Neiva, Sogamoso, Socorro, Leyva y Thnja. En lugar de pen­sar en su seguridad y en el co­mún esfuerzo, se entregan a bizantinas discusiones sobre la "constitución", sobre la crea­ción de cargos y prebendas, re­parto de dignidades o sobre si tal o cual provincia se anexa a Thnja o a Cundinamarca. El go­bierno de Santa Fe a la sazón en manos de la Junta Supre­ma, calificativo éste poco gra­to a las demás Juntas Provin­ciales que se consideraban igualmente supremas y serenísimas, no obstante las diferencias de opiniones, divi-

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siones y a que la pugna entre centralistas y federalistas había llegado al rojo vivo, se decidió convocar lo que se llamó el su­premo congreso, citación que en parte fue atendida por las provincias de Mariquita, Pamplona y Socorro cuyos di­putados llegaron a Santa Fe a tiempo de la instalación del congreso, el 22 de diciembre de 1.810, pero de este cuerpo soberano y según estaban las cosas nada se logró sacar y después de dos meses de la­bores y al no llegar a ningún resultado, el congreso se disol­vió y los diputados regresaron a sus provincias.

El año de 1.811, co­mienza dentro de la más completa anarquía, los cen­tralistas oponiéndose a toda costa al federalismo y los federalistas alimentando sus ideas divisionistas con el es­tímulo creciente de la sim­patía que la opinión pública demostraba por el sistema federal y por la gravedad de los acontecimientos en el sur del país y la situación crea­da en Cartagena indepen­diente y Santa Marta realis­ta.

SITUACION PARTICULAR

Depuesto el Virrey Amar y Borbón, el doctor José Miguel Pey que había presidido la pri­mera Junta de Gobierno, en­tregó la presidencia a don Jor­ge Tadeo Lozano hombre pro­bo y de talento pero débil y comprometido sentimental-

mente con el partido monár­quico. Indudablemente desde su punto de vista hizo una la­bor inteligente en la redacción de la primera Constitución del Estado de Cundinamarca pero en cuanto regresó Nariño de su prisión en las bóvedas de Cartagena, como era apenas obvio, manifestó su inconfor­midad, la declaró inaceptable y se propuso reformarla, cosa que logró en abril de 1.812 in­disponiéndose con todos aque­llos que se oponían a su ideal unitario y centralista. En su desesperación por la inercia de sus conciudadanos se impuso la tarea de convencerlos con sus discursos y artículos en la "Bagatela". En uno de ellos que tituló NOTICIAS GORDAS, pintaba con los colores más vi­vos los peligros que corría la patria ; su verbo sonoro e in­cendiario arrolló obstáculos , tumbó presidentes , se hizo dictador y cuando obtuvo el consenso de los patriotas volvió a la legalidad . No obs­tante su estado físico y las se­cuelas que le dejaron las pri­siones , cabalgó a lo largo y ancho del territorio en pos de su ilusión de hacer del Estado Soberano de Cundimarca algo grande y fuerte con la capaci­dad suficiente para oponer a las aspiraciones federalistas un núcleo disuasivo que los hicie­ra entrar en razón y los con­venciera del inminente estado de peligrosidad en que se ha­llaba la nación.

Llamó al Comandante Baraya quien se había distingido el año anterior en la campaña contra el Gobernador

Tacón en el Bajo Palacé y le dio instrucciones para que se pu­siera al frente y organizara un destacamento que debería marchar al Socorro en apoyo de los centralistas norteños y para oponerse por todos los medios a las aspiraciones federalistas de aquella provin­cia. Meses antes el gobierno de Santa Fe, con ordenes simila­res había despachado una ex­pedición con el mismo objeto a ordenes de don Julio Castro, gamonal de la sabana quien re­u m o una especie de montonera con efectivos de unos doscientos hombres sin experiencia militar ni discipli­na alguna, pero que al estí­mulo de unos cuantos aguar­dientes y con ese espíritu in­genuo y desabrochado de la Patria Boba, marcharon al nor­te. En la exquisita prosa de Don Thmás Rueda Vargas se narra este alegre paseo y el fin de aquella quijotesca salida en los siguientes términos : "Don Jus­to y su columna llegaron a las cercanias del Socorro donde los federalistas les presentaron batalla . A la primera descar­ga, don Justo dió su célebre grito de guerra que ha conser­vado la historia iA!f BELITRES Y TJRAff CON BALA ! y en su retiro al galope fue a parar a Charalá donde salieron a reci­birle en actitud hostil las mu­jeres de aquel pueblo belico­so. Los soldados intentaron disparar pero don Justo , hom­bre ante todo galante , los de­tuvo autoritario esta vez si, "a la mujeres jamás", y sumiso caballero , Quijote efectivo , se dejó desarmar por las bravas hembras del f'once ".

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En esta segunda salida con el Brigadier Baraya y Joa­quín Ricaurte a la cabeza de una columna relativamente más fuerte , mejor organizada , con oficiales veteranos , Nariño no podía menos de esperar que puesto que Leyva, Chiquinquirá y Muzo se habían unido a Cundinamarca era el momento de sujetar a la fuer­za algunos cantones disiden­tes y sobre todo presionar y conseguir la agregación de 1\mja y para el efecto le dió a Baraya la misión de marchar de inmediato al Socorro detenién­dose temporalmente en 1\mja, hasta conseguir la división de la Provincia, desorganizando y desestabilizando su gobierno. Desafortunadamente el gober­nador Juan Neponuceno Niño estaba rodeado de gente muy influyente del reyno, quienes se opusieron decididamente y re­chazaron toda propuesta de Baraya quien ante su fracaso, prefirió seguir a Sogamoso donde logró su anexión a San­ta Fe. El congreso que estaba en el proceso de reunión y los diputados que ya habían acor­dado votar por el Acta Federa­lista, consiguieron además atraer a su causa muchos ele­mentos de importancia entre ellos Francisco José de Caldas, Rafael Urdaneta y al subteniente Francisco de Paula Santander. Llevaron a Baraya a la convicción de que era in­útil todo esfuerzo en contra del congreso y lo invitaron a de­sistir de continuar obedecien­do al dictador Nariño y que se pusiera al lado del congreso, institución que a su turno lo co­locaría bajo la protección del

gobierno de 1\mja. Acto de in­disciplina que protocolizó en Sogamoso.

La crítica situación del Ge­neral Nariño se agudizaba y lle­gó a su clímax, cuando se le no­tificó que el congreso en con­nivencia con el Gobernador de 1\.mja declararía la guerra al Estado de Cundinamarca, en tanto que en Santa Fe crecía la agitación creada por el partido monárquico, y las disputas en­tre centralistas y carracos. La defección de Baraya rebosó la copa y decidido a rescatar las tropas y el armamento, que en mala hora le había confiado, suspendió el imperio de la Constitución, asumió la dicta­dura y organizó un improvisa­do ejército de ochocientos hombres bien equipados.

Destacó nuevos auxilios para las tropas que estaban en El Socorro y el 25 de junio de 1812 puso en marcha una columna mixta de infantería, caballería y artillería al frente de la cual él mismo se autonombró comandante, de­jando el gobierno provisional­mente en manos de don Ma­nuel Benito de Castro y don Luis Ayala, consejeros de Es­tado. Sin resistencia ocupó a 1\mja puesto que el goberna­dor Neponuceno Niño se había trasladado a Santa Rosa de Viterbo desde donde mantenía permanente contacto con Baraya y el Congreso, y seguía el curso de las operaciones de las fuerzas federalistas contra los centralistas, que finalmen­te derrotaron a éstas en las acciones contra Pey en Palo

Blanco, cerca de San Gil, y a don Justo de Castro en Charalá. Ante semejante situa­ción no le quedó a Nariño otro recurso que buscar un acuer­do con el gobernador Niño, convenio que cristalizó en el tratado de Santa Rosa en base a que el congreso se reuniría a más tardar el 4 de octubre.

Sogamoso volvería a de­pender de Thnja. Villa de Leyva opcionalmente podría decidir libremente sobre su anexión a 1Unja o a Cundinamarca y res­pecto a las otras provincias en discusión sería el congreso el que diría la última palabra. En cuanto a las armas y las tropas reclamadas por Nariño, no serían devueltas sino que se centralizarían para volverlas contra los españoles. Logrado este acuerdo Nariño a galope tendido regresó a Santa Fe cu­briendo la distancia en solo 24 horas. Su presencia aquí era indispensable. Los pintorescos personajes que había dejado encargados del mando, resul­taron débiles e incapaces de mantener el orden. Desde lue­go, que con la presencia de Nariño el orden se restableció, pero como era de esperarse, no obstante, el pacto de Santa Rosa, los negocios públicos seguían de mal en peor, hasta el punto de que Nariño resol­vió presentar renuncia de su cargo ante el congreso, que in­mediatamente se la aceptó, continuando encargado don Manuel Benito de Castro quien tomó posesión en julio de 1812, iniciándose el semestre negro que fatalmente debía desembocar en la guerra civil.

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El pueblo santafereño indignado sacó a Nariño de su retiro y lo impuso casi a la fuerza en el gobierno, cosa inaceptable por parte del congreso que procedió a firmar un decreto declarando a Nariño usurpador, dictador y tirano, exigiendo al Estado de Cundinamarca que lo destituyera y enviara de inmediato quinientos fusiles para la defensa de las provincias del Norte, con una especie de ultimátum del Gobernador Juan Neponuceno Niño conteniendo denuestos contra el Precursor y amenazando con invadir a Cundinamarca con tropas dirigidas por Baraya y Ricaurte, lo cual era ni más ni menos que la declaratoria de guerra y el definitivo enfrentamiento entre el Estado de Cundinamarca y la República de Tunja.

DECISIONES TOMADAS POR ....

DON ANTONIO NARINO

Noviembre de 1.812. Hacerle frente a la anunciada invasión, y marchar a la mayor brevedad a Tunja. El 26 de Noviembre, después de firmar el Decreto por el cual se encargaba

Don Antonio Nariño, el precursor

del gobierno provisional a una Junta compuesta de cinco miembros, partió Nariño al frente de una agrupación de quinientos hombres (según la Historia Extensa de Colombia), heterogénea multitud reclutada sin mucho esfuer­zo dado el entusiasmo con que los santafereños se­guían a su General, pero no muy bien equipados y ante todo sin la menor prepara­ción ni disciplina. La mar­cha se cumplía sin contra­tiempos con el mismo ino­cente desenfado, mezcla de curiosidad y aventura con que meses antes las tropas de don Justo Benito habían viajado al Socorro, solo que ahora se hacía sentir con mayor urgencia la falta de mando y conducción.

En la cuarta jornada, muy cerca de Ventaquemada, más exacta­mente en el alto de la Vir­gen el dos de Diciembre de 1.812, hacia las cuatro de la tarde, la fuerza centralis­ta tropezó sorpresivamente

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con la vanguardia de Joaquín Ricaurte. Tras un bre­ve intercambio de disparos y después de algunos choques aislados, se apoderó el pánico de las tro­pas de Nariño, produciéndose una desbandada ge­neral y la dispersión total de su columna; fue el más desafortunado combate de encuentro entre una chusma desorganizada, frente a un núcleo con al­guna disciplina, mando y con elementales nociones de táctica y del aprovechamiento del terreno. Resul­tado: el Congreso se impuso, el federalismo triunfa, el partido monárquico de Santa Fe recibe complaci­do la noticia que le cae como un baño de optimis­mo y la arrogancia de Baraya se crece, llevándolo en su prepotencia a concebir la idea de marchar a Santa Fe. Sin embargo, la necesidad de reorganizar su ejército, aumentar sus efectivos y armamento con base en Thnja, le impidieron explotar su éxito can­celando la persecución del derrotado y disperso montón de hombres que despavoridos huyeron a marchas forzadas de regreso a la capital, mientras otros pasaron la noche refugiándose en Ventaquemada.

La demora con que Baraya se movió a Santa Fe permitió que en el lapso de veinte días Nariño pu­diera concentrar sus fuerzas, reforzarlas y sacar el mejor partido del desbordante entusiasmo con que la ciudad manifestó su solidaridad con su General permitiéndole desarrollar un plan de defensa en el cual contribuyeron y participaron todas las institu­ciones particularmente el clero, los artesanos, las mujeres, los niños y en general kK!os los residentes en el perímetro urbano dando lugar a la más febril actividad no exenta de exageraciones y ridiculeces tragicómicas propias de la época, que fueron como el resumen y síntesis de la Patria Boba.

Hacia el 8 de Enero, Baraya hizo llegar a Nariño un mensaje anunciando su decisión de tomar la ciu­dad con los cinco mil hombres de que disponía, esta­bleciendo un sitio, al menos que los defensores de Santa Fe se rindieran a discreción, entregando la per­sona del General Nariño a lo cual, los mil combatien­tes centralistas protestaron, rechazando además las otras condiciones que por lo extravagantes y humi­llantes inclusive habían sido objetadas por el mismo Francisco José <;le Caldas que acompañaba al Briga­dier Baraya, quien las calificó de excesivamente rudas e inconsecuentes.

Jnrfw Ta(Jco l.nz.mo ~------- -----------~

Nariño había basado su plan defen­sivo en la marcha de aproximación del enemigo que avanzaba en dos columnas así : El grueso por la vía de Fontibón -Puente Aranda - San Victorino y un flan­co guardia por el camino Usaquén -Chicó - San Diego. Para el efecto, su dis­positivo constituyó dos fuertes grupos de resistencia y un pequeño destaca­mento de protección de retaguardia. El GRUPO 1, en San Victorino, entrada oc­cidental de la ciudad. GRUPO 2, en San Diego, entrada Norte y GRUPO .3, en Monserrate. El centro de gravedad de la defensa en San Victorino estaba do­tado de fusileros, caballería y la mayo­ría de la artillería en una posición forti­ficada que se extendía desde la iglesia de la Capuchina en la derecha hasta la huerta de Jaime en la izquierda con la

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misión de resistir a toda clase de ataque de los sitiadores procedentes de occidente. El GRUPO 2, en San Diego a uno y otro lado del camino real del norte, debería guardar la entrada norte, dotado de infantería, caballería y algunas piezas de artillería . En el desarro­llo de este plan, el GRUPO .3, fué la primera víctima, puesto que fue sorprendido por patrullas federales que al mando del Teniente Atanasio Girardot, tres dias antes había sido atacado, desalojándolo de sus posi ­ciones y sustituyéndolo en cumplimiento de ordenes de Baraya que le habia im­puesto la misión de mante­nerse en la altura en espe­ra de la orden que poste­riormente se le daría para que bajara sobre la ciudad desde el oriente , cuando los sitiados estuvieran ro ­deados. El GRUPO 2, que había incursionado hasta Usaquén sorprendió la van­guardia federalista, tomó treinta prisioneros con su armamento completo y se replegó hacia San Diego. El GRUPO 1, hizo frente a lo mejor de la gente de Baraya que se estrelló contra la bien organizada defensa centralista que resistió con éxito el vigoroso ataque fe­deral que con el valioso aporte y eficaz empleo de la artillería rechazó a los atacantes y los dispersó persiguiéndolos con la ca­ballería que completó el triunfo, salvando la ciudad.

El destacamento del te­niente Girardot que debía ha­ber bajado del cerro al ama­necer del 9 de Enero, no pudo intervenir en el comba­te, gracias a la estratagema urdida por Nariño cuando al caer prisionero un mensaje­ro que llevaba la orden para el puesto de Girardot en Monserrate, aquel la sustitu­yó por otra en la cual le exi­gía mantenerse en su posi­ción, porque así lo exigía el plan de batalla para cortar la posibilidad de retirada de los centralistas.

Ante la imposibilidad de quebrantar la resistencia, considerando el fracaso del sitio y la cantidad de prisio­neros que se rindieron y la numerosa cantidad de pérdi­das en hombres y materiales, el ejército de Baraya, en la tarde del 9 de Enero se en­tregó, terminando sin pena ni gloria este cruento episodio, absurdo, totalmente estéril e inútil que no tuvo otra impor­tancia histórica distinta a la de haber perdido un tiempo precioso en la preparación, organización y avituallamien­to del ejército patriota que debía enfrentarse al verdade­ro enemigo que como prelu­dio de la segunda invasión realista ya se anunciaba con peligrosas amenazas en el horizonte de la naciente re­pública, por los lados del sur con las fuerzas realistas de Montes, Tacón y Sámano y por el noreste a lo largo del valle de Cúcuta con las del brigadier Correa.

De todos modos esta guerra civil, indiscutible­mente tiene el muy poco honroso mérito de encabe­zar las listas de las con­tiendas fratricidas en Co­lombia y si algo de interés puede acreditársele, tal vez sea el hecho de que entre la multitud de prisioneros apa­recen figuras que en el inme­diato futuro llegarían a ser próceres de la índependencia, pues al lado de Antonio Baraya y Joaquín Ricaurte , encontramos a Francisco de Pauta Santander, Francisco José de Caldas y a los hermanos Pe­dro y Atanasio Girardot, Ra­fael Urdaneta, el gobernador de 1\.mja, entre otros muchos que además disfrutaron el privilegio de ser testigos de la magnanimidad y nobleza con que los trató el Vencedor.

Autores Consultados :

Historia Extensa de Colombia de Henao y Arrubla

Escritos de Tomás Rueda Vargas

El Precio de la Paz. General Fernando Landazábal Reyes

Ingeniero Carlos Francisco Cabrera. Plano de Bogota

1.797

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SOCIOECONOMIA

EL SUBDESARROLLO Y LA DEPENDENCIA DE AMEKICA LATINA

INTKODUCCION

~~a se ha entendido el mensaje y se está tomando conciencia sobre la evidencia de cuán crítica es la situación de los países del tercer mun­do y cuán grave es el drama que están viviendo las regio­nes subdesarrolladas. No se puede ocultar por más tiem­po, que a pesar de los esfuer­zos desplegados a través de la cooperación y la ayuda inter­nacional y por los esfuerzos realizados por los propios pue­blos proletarios, después de la Segunda Guerra Mundial, la grieta que separa a las nacio­nes ricas e industrializadas, de las pobres y subdesarrolladas, no cesa en ampliarse cada vez más y más. Ahora se proyecta lanzar puentes sobre ese abis­mo que separa a estos dos mundos en todos los aspectos: el económico, el social, el po­lítico y el cultural, creando un

antagonismo tan profundo, que coloca en un alto riesgo la paz y en consecuencia la se­guridad del universo. Intentar determinar, de manera rigu­rosa, la razón de ser del de­sarrollo y el subdesarrollo la­tinoamericano significa pene­trar en el proceso histórico, echar atrás décadas y aún si­glos, rastrear con objetividad en un pasado lejano y recons­truir situaciones que a pesar de su importancia están au­sentes en muchas de las obras de algunos historiadores, so­ciólogos y economistas.

ORIGENES DEL SUBDESARROLW

El subdesarrollo es un fe­nómeno histórico, un estado de cosas ligado estrecha e indisolublemente a la evolu­ción del Capitalismo, o sea, al proceso socioeconómico mis­mo y al comportamiento de sus relaciones productivas bá-

Mayor Ht;CTOR WSSA ALVARt;Z

sicas tanto en la esfera nacio­nal como internacional. Para comprender, por ello, qué es y cómo funciona una econo­mía subdesarrollada, es nece­sario verla en su justa pers­pectiva: en su conjunto y no fragmentariamente, como

La grieta que

separa a las

naciones ricas e

industrializadas

de las pobres y subdesarrolladas,

no cesa en

ampliarse cada vez " ,. mas y mas

una realidad cambiante y no como algo petrificado, como una estructura social concreta

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y no como expresión de ras­gos supuestamente universa­les o meramente institucionales y como parte integrante de un todo, no como una entidad aislada. Un historicismo convencional y meramente descriptivo, que en el mejor de los casos con­siga ordenar ciertos hechos más no descubrir su sentido, su trabazón interna, sus con­tradicciones y la dirección en la cual se mueven, no basta para desentrañar el marco real en que surge el subdesarro­llo ni para apreciar debida­mente los factores que lo con­dicionan.

Para sumirse en tal racio­cinio y observar con la debida claridad los quiebres del pro­ceso y los cambios que, específicamente, sufre en evo-

lución capitalista, se requiere una teoría realmente histórica porque el subdesarrollo se ges­ta en el pasado y el capitalis­mo como sistema se desen­vuelve a lo largo de siglos y no en breves lapsos de unos cuan­tos años; se requiere, desde luego, establecer una periodización que facilite deter­minar cuáles son las fases prin­cipales que recorre dicho pro­ceso y cuál el modo en que, en el curso ininterrumpido de la historia, se suceden y entrecruzan unas a otras.

El capitalismo no ha sido igual en todas partes ni en to­dos los tiempos: Se presenta en diversa forma en cada país, y en cada uno de ellos recorre las diferentes fases en distinta forma y en épocas históricas di­ferentes.

Desde hace varios años, se viene investigando y estudian­do, tratando de tener claridad sobre la noción, el conocimien­to y el análisis de la condición de subdesarrollo de un creci­do número de los llamados países no alineados o en vías de desarrollo, para los cuales es claro que es grande y am­plia la distancia que los sepa­ra de Estados Unidos, de Ru­sia, de Europa, de Japón, de Australia y de otros, en cuanto a la capacidad y la forma de atender sus necesidades bási­cas y sus aspiraciones mate­riales, sociales, culturales y políticas. Los países subdesa­rrollados comprendieron que el modelo de organización de su aparato social y su sistema de operación enmarcan unas condiciones de producción y un grado y un tipo de civiliza-

La industrialización tiende a crecer el control del aparato productivo.

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ción y de progreso que distan mucho de poder garantizar la satisfacción, a un nivel acep­table, de sus demandas socia­les de todo orden que además, crecen en desproporción con­tinua y sostenida.

Para explicar un estado de subdesarrollo y su sistema de transición a otro tipo de orga­nización social que lo supere, se requiere de un cambio de las características de una eco­nomía, y además, de la com­prensión de las interrelaciones entre grupos, fuerzas y clases que componen la sociedad en proceso de cambio y de sus vínculos y relaciones de de­pendencia o de cooperación con el contexto internacional.

El subdesarrollo reduce a miniatura el sistema de las eco­nomías desarrolladas en las que la acumulación de capital alcanza niveles elevadísimos, resultando grandes dicotomías en la conformación de los sis­temas de producción que ex­hiben un dualismo en los sec­tores, cada uno enfocado ha­cia niveles distantes y diferen­tes de tecnología. Dicho des­equilibrio a nivel de factores, es inherente a la condición de de­pendencia y no podrá superar­se si ésta persiste.

Además, como la depen­dencia penetra contínuamente a través de la introducción de nuevos productos cuya pro­ducción requiere la adopción y el empleo de técnicas cada vez más sofisticadas y de una mayor capitalización, es evi­dente que la industrialización

avanzará sólo si se aumenta la tasa de explotación, es decir si sigue concentrándose la dis­tribución del ingreso. El desa­rrollo tiende, entonces, a de­pender de manera importante de la habilidad de la clase do­minante para forzar a la ma­yoría de la población a acep­tar la creciente desigualdad social.

A medida que se avanza en el proceso de industrialización tiende a crecer el control del aparato productivo por parte de las firmas extranjeras y la de­pendencia se arraiga directa­mente al proceso de produc­ción. El aumento de las tasas de explotación y el uso por par­te de la clase dominante de una

El capitalismo

no ha sido

igual en todas partes ni en

todos los tiempos

plusvalía adicional, provoca una separación cultural a tra­vés de la modernización; la orientación del proceso de in­dustrialización, como una fun­ción de los intereses de la mi­noría modernizada, crea las condiciones para mantener la tasa del salario real a niveles de subsistencia: el creciente costo de la tecnología necesa­ria para mantenerse, a través del producto locaL al día con

los patrones de consumo de los países ricos, que a su vez, aus­pician el control del aparato de producción por parte de las corporaciones multinacionales; la necesidad de enfrentarse al ascendente costo en el comer­cio exterior del proceso produc­tivo enfocado hacia el merca­do doméstico, forzando la exportación de mano de obra barata en forma de bienes ma­nufacturados. Se puede decir que el sistema está ligado a una conexión específica crea­da dentro de un marco parti­cular histórico, entre un proce­so interno de explotación y un proceso externo de dependen­cia. De tal manera que si la dependencia externa aumenta, la tasa interna de explotación igualmente tiende a aumentar. Las altas tasas de desarrollo económico no implican el de­bilitamiento de la dependen­cia externa ni de la explotación interna. Por consiguiente, las altas tasas de crecimiento a pesar de que no reducen el subdesarrollo tienen la tenden­cia a agudizarlo, puesto que involucran el aumento de las desigualdades sociales.

Sin desarrollo no habría subdesarrollo, así como éste sin aquél. La descripción de esta relación contradictoria de­muestra que los países capita­listas desarrollados, embargan o despojan a los países de la periferia mediante la extracción intensiva y el intercambio des­igual de sus productos. A la vez los países subdesarrollados permanecen estructuralmente atrasados porque, además de la explotación extranjera que

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agota sus riquezas, el inter­cambio desfavorable que man­tienen con los países dominan­tes, significa en términos ge­nerales, una confiscación de su plusvalía territorial. El exceden­te efectivo generado en las eco­nomías satélites se distribuye mediante las transferencias de valor realizado hacia los cen­tros de capitalización imperialistas. En consecuencia la explotación neocolonial de los países atrasados por los países capitalistas benefactores

Para el

capitalista

contemporáneo

es bien

importante la integración de los

países

subdesarrollados a

los grandes

centros

industriales

engendra una contradicción dificil de enmendar: los prime­ros sufren penosos empobre­cimientos por sus insalvables obstáculos, en cambio los se­gundos alcanzan niveles muy significativos de prosperidad y opulencia por la acumulación de usurpaciones.

Para el capitalista contem­poráneo es bien importante la

integración de los países sub­desarrollados a los grandes centros industriales mediante nuevas formas de dominación que menoscaban en aquellos la estructura económica hasta convertirlos en áreas tributarias de los núcleos dominantes del sistema. Los países dominados y explotados tributan, según la relación impuesta por la inte­gración imperialista. Así la ex­pansión capitalista en la esca­la mundial se caracteriza por un proceso cuya evolución es disigual. El desarrollo económi­co de los países altamente industrializados es, en parte considerable, producto de la superexplotación que realizan éstos en las regiones subdesa­rrolladas de estructura depen­diente.

Una solución acertada para este problema no se consigue evadiendo la realidad, sino viviéndola y enfrentándose a ella, actuando como parte comprometida en el proceso de cambio, aún no se ha avan­zado lo suficiente en el descu­brimiento de las fuerzas deter­minantes de la acumulación de capital y de las reacciones de la comunidad frente a los dife­rentes sistemas sociales.

El rasgo común que más desconcierta en las teorías bur­guesas del desarrollo, es el que a pesar de sus planes metodológicos y técnicos de estos planteamientos, lo que se escapa a ellos es la realidad so­cial del desarrollo y el subde­sarrollo y su exámen objetivo.

Es muy importante desta-

car la presencia y establecer la interrelación dinámica de los factores que fundamentalmen­te han moldeado y siguen con­dicionando el dasarrollo latino­americano. Se sabe que no son factores aislados los que están en juego, sino elementos cuya interacción ha determinado el subdesarrollo.

Estos factores son: A. El colonialismo. Fue el

primer canal de acceso del ca­pital europeo a nuestros países que en ese entonces contaban con un capitalismo incipiente, subordinado desde su naci­miento, cuya introducción constituyó un hecho de un no­torio desequilibrio que entor­peció el desarrollo.

Es en América Latina, en donde el dominio colonial su­bordinó por siglos a casi todos los países de la región, a los intereses metropolitanos, obs­truyó el desarrollo indepen­diente, interrumpió el proceso de desarrollo histórico, desfigu­ró las economías nacionales, generalizó la explotación y el despojo, monopolizó el comer­cio e hizo de cada país un gra­nero y una mina de metales preciosos, cuyos beneficios se destinaron siempre a las gran­des metrópolis. Durante tres si­glos de coloniaje, dejó como huella indeleble una pesada herencia de latifundismo, igno­rancia, enajenación, abusos de toda clase, más otros factores como el caudillismo, el caci­quismo, la corrupción y nuevas formas de vida parasitaria, que fueron otro gran obstáculo al desenvolvimiento económico.

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El aprovechamiento de los recursos naturales conduce al monocultivo de banano en Honduras, Guatemala y Colombia

B. El librecambismo. Una vez finalizado el régimen co­lonial empezaron a suavizar­se las restricciones legales para el comercio exterior lati­noamericano.

El fin del cotonizaje per­mitió la caída de todo el an­damiaje sostenido enérgica­mente por España y además el sistema del monopolio co­mercial.

A partir de tos años vein­te, se comenzó a esbozar una estrategia de libre cambio a fin de aprovechar y compartir a través del Comercio Internacio­nal los avances económicos y

técnicos de los países más ade­lantados. Y fue así como se optó por establecer la libertad del comercio, aunque en cier­to modo, con esto, no hacían otra cosa que aceptar la in­fluencia del naciente capitalis­mo europeo, pero más concre­tamente del inglés interesado en derribar todas las barreras al comercio.

Como consecuencia, las exportaciones latinoamerica­nas crecieron grandemente durante la primera mitad del siglo XIX. En la segunda mitad del siglo, aún después de 1.860, cuando el crecimiento económico se aceleró desde

México y Cuba, hasta el Bra­sil, Argentina, Uruguay, Chile y Perú. A medida que el desa­rrollo del capitalismo y el cre­ciente intercambio hicieron posible crear un verdadero mercado mundial, los países latinoamericanos se incorpo­raron a ese mercado y su co­mercio se incrementó osten­siblemente. Pero el aumento del comercio con el extranje­ro no significó la industriali­zación de Latinoamérica, no trajo consigo una transforma­ción socioeconómica interna que permitiera liberar el po­tencial productivo de las tra­bas que impedían su mejor utilización.

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Las políticas del libre cambio como normas rectoras de las relaciones económicas internacionales, si bien impul­saron cierto crecimiento, es­pecialmente en los países del sur del continente americano, no promovieron un verdadero desarrollo. En realidad la in­dustrialización no logró tomar la fuerza que se requería; las obras de infraestructura reali­zadas, sirvieron prefe ­rencialmente para consolidar los intereses del capital extran­jero; el latifundio siguió sien­do la forma predominante de la tenencia de tierra. El mo­delo « inglés « basado en la división internacional del tra­bajo, sólo sirvió para imprimir a esta economía un marcado carácter de economía prima­ria de exportación, para distor­sionar gravemente su estruc­tura, dar un aliento a ciertas actividades, postergar otras y agudizar la dependencia res­pecto a los países que empe­zaban a especializarse en la producción y exportación de manufacturas.

C. El imperialismo.- Es otro de los grandes obstáculos que ha impedido el desarrollo económico de este continente, y en especial durante el pre­sente siglo. Este sistema forta­lece la explotación creciente e irracional del potencial produc­tivo latinoamericano. En gene­raL conlleva el aprovechamien­to a altos niveles, de los recur­sos naturales, lo que con fre­cuencia conduce al monoculti­vo y aún a la extinción de ricos yacimientos. Como ejemplo de tal política está el monocultivo de la caña de azúcar en regio­nes del Brasil, Santodomingo y Cuba, el del algodón en el norte de México, el del banano en Honduras, Guatemala y Co­lombia, así como la explotación de numerosas minas en Perú, Bolivia, Chile, México y Colom­bia, que tras unos cuantos años de bonanza quedan abandona­dos y convertidos en improduc­tivos y oscuros socavones.

El sistema imperialista de­forma toda la estructura pro­ductiva de los países sometí -

dos; aparentemente contribu­ye a acelerar el desarrollo, pero en el fondo lo frustra, lo detie­ne y lo desvía, pues a cambio de una cooperación técnica y financiera, casi nunca pasa de ser el típico «plato de lentejas)), sustrae una parte sustancial del excedente económico y condi­ciona desfavorablemente su utilización.

Vale la pena aclarar que además de los factores que acabamos de mencionar, exis­ten otros que de igual forma inciden en la formación del subdesarrollo en este conti­nente, tales como: el fenóme­no de la dependencia, la ten­dencia a la concentración, el injusto reparto de la riqueza y el ingreso nacional y como causa de todo ello el cuadro desfavorable en que se desen­vuelve el proceso de acumu­lación de capital.

( CONTINUARÁ EN EL PRÓXIMO NUMERO )

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CORONEL RAFAEL VALDES TAVERA

{8 DE ENERO DE 1999)

ij la edad de ochenta y ocho años dejó de existir en Santafé de Bogotá, uno de los más hábiles y experimentados pilotos de nuestra fUerza Aérea: el señor Coronel Rafael Valdés Thvera. Su fallecimiento concluye uno de los capítulos más interesantes de la aviación co­lombiana. Su destacada existencia estuvo enri­quecida con cuatro viajes alrededor del mundo, for­mando parte de expedi­ciones científicas a los Po­los Norte y Sur. Visitó, además, cerca de 60 paí­ses, a los cuales arribó con el mensaje de nuestra patria, que por entonces disfrutaba de condiciones distintas.

El Coronel Valdés nació en Sogamoso (Boyacá) el 26 de junio de 1911. Siendo muy niño fue enviado por su padre el General Rafael Valdés Charry a los Es­tados Unidos, de donde regresó a continuar sus estudios en el Gimnasio Moderno de Bogotá, el Colegio Boyacá en Thnja y el Colegio San Simón en lbagué.

Ingresó a la Escuela Militar de Cadetes en 19.32, de donde egresó como subteniente de artillería en 19.3.3. Entró luégo a la Escuela Mi­litar de Aviación en Cali en 19.34, habiendo re­cibido sus alas de piloto en 19.36, como inte­grante del Curso No. 7.

Posteriormente se desempeñó como mo­nitor de la misma Escuela. Fundó la célebre «Es­cuadrilla de la Aurora», equipada con doce avio­nes Curtis Hav. k, considerados para esa época como los más \eloces del mundo. Siendo piloto de la Base Aérea <<Germán Ola no», fue designa-

do en comisión de estu­dios a Jos Estados Unidos. Habiendo regresado al país en 1942, fue nombra­do Jefe de Operaciones del Comando de la Fuer­za Aérea.

Ascendido a Mayor en 194.3, fue designado como piloto oficial del avión presidencial, ha­biendo asumido tal res­ponsabilidad durante los respectivos gobiernos de los señores expresidentes Alfonso López Pumarejo, Eduardo Santos, Alberto Lleras Camargo y Mariano Ospina Pérez.

El .30 de mayo de 1947, cuando viajaba como pasajero del avión

que lo transportaba sufrió un accidente en las cercanías de Yumbo (Valle), a consecuencia del cual hubo necesidad de amputarle la pierna iz­quierda un poco más arriba de la rodilla.

Con la prótesis de la ' pierna que necesa­riamente tuvo que utilizar toda la vida hizo acon­dicionar su avión privado, en el cual él mismo cubrió como piloto sus ya cuatro legendarias

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vueltas al mundo. En ellas tuvo la oportunidad de ser recibido por personajes de talla mun­dial tales como el sabio Einstein, su Santidad el Papa Pío XII, el General Charles De Gaulle, el presidente Eissenhover, Winston Churchill y el presidente Harry S. 1ruman, entre otros muchos.

Cuando se desempeñaba

en la Junta Interamericana de Defensa como Agregado Aé­reo a la Embajada de Colom­bia en Washington ascendió al grado de Coronel y fue re­tirado del servicio activo a so­licitud propia en el año de 1952.

Durante algún tiempo estuvo vinculado a la Aero­náutica Civil, en donde el

«Centro de Estudios Aeronáuticos• lleva su nom­bre en su honor.

Falleció en Santafé de Bo­gotá el pasado 8 de enero. Acore presenta a sus distingui­dos familiares su más sentida expresión de condolencia y se une al pesar que produjo la pér­dida de tan destacado miembro de nuestra Asociación.

CORONEL LUIS BARRERA MUTIS (Viernes 12 de febrero de 1999)

Rntimientos de amistad y admiración, junto a vínculos existentes por razón del or­gullo compartido de nuestra tierra y raza santandereanas, me han inducido a pronun­ciar estas palabras, que además se motivan en la generosa insinuación de Lucila tu inme­jorable compañera, para que sea mi voz la que en estos momentos, exprese nuestra solidari­dad e interprete el pesar que a todos nos em­barga, con tu partida definitiva, la cual se reci­be serenamente, dentro de la convicción de nuestra fe cristiana, porque la muerte como parte consubstancial de la vida, es solo un trán­sito que nos lleva al cumplimiento de nuestro destino superior, como hijos del Altísimo.

Pero, hay un motivo más: es el de inten­tar, así sea con una breve semblanza, recor­darles o quizás enseñarles, a las generacio­nes presentes de las Fuerzas Militares, del Ejér­cito y en especial del Arma de caballería, quien fue el coronel Luis Barrera Mutis, prematura­mente perdido para la institución, cuando tanto hubiera podido obtenerse de sus excelsas con­diciones de jefe y de ciudadano ejemplar, quien como se dice de las espadas toledanas, se dis­tinguió por el temple acerado de su carácter y

Brigadier General OAI3RIEL PUYAflA GARCIA

por su rectitud de hombre íntegro, distante de los afanes prosaicos de la codicia, que hoy

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en día parecen inundar infortunadamente los espíritus de las gentes mezquinas, para desgracia de la patria y vergüen­za de sus instituciones, en la casi totalidad de los estamentos de la sociedad contemporánea, dada la grave crisis moral que aqueja a Colombia.

Los oficiales de caballería egresados en diciembre de 1945, tuvimos la fortuna de ini­ciar nuestra carrera en la Es­cuela del Arma, cuando era Comandante de la Brigada de Institutos Militares, el más bri­llante de los generales que a partir de la reforma militar del general Reyes en 1907, ha dado el país: el señor general José Miguel Silva Plazas; en la unidad táctica, como Coman­dante de la Escuela, el tenien­te coronel Mariano Ospina Rodríguez quien años más tar­de alcanzaría la máxima jerar­quía y en el comando de la uni­dad fundamental en el escua­drón de reclutas, el señor ca­pitán Luis Barrera Mutis.

Haber tenido esta trilogía de jefes en los distintos esca­lones del mando, fue un ver­dadero privilegio, por lo que representó aprender de su ejemplo, como paradigmas dignos de seguir, aún cuando fuera a mucha distancia, dada la brillantez de sus trayectorias estelares.

Porque en la carrera mili­tar, el primer capitán del cuer­po de tropas, imprime un sello definitivo en el futuro queha­cer profesional Y. la personali­dad de Barrera Mutis, unida a

la de sus superiores jerárqui­cos, constituyó el más signifi­cativo estímulo de superación, de eficiencia profesionaL de amor a la carrera, como al sen­tido del honor y de la dignidad.

Nacido en Bucaramanga en 1919, desde muy joven, sin­tió el compromiso de su san­gre que le venía de la distin­ción de sus ancestros, tanto de los Barrera Parra, como de los Mutis García. Su padre Jaime Barrera Parra, fue uno de los más brillantes intelectuales de su época y su merecido pres­tigio de escritor, trascendió las fronteras hacia los países de lengua castellana. Con la con­ciencia de los valores patrios infundados en el hogar de sus mayores, abrazó la carrera de las armas como subteniente de caballería en diciembre de 19.37 del curso «General Santander».

Los grupos de caballería Cabal en lpiales, Páez en Sogamoso, Maza en el Zulia y Rondón en la Guajira, contaron con sus valiosos servicios en sus grados subalternos, pero fue la escuela del arma la que duran­te mayor tiempo se benefició de sus condiciones profesionales. Aún nos parece verlo sobre su caballo «Galileo», demostrando sus habilidades de jinete en las competencias ecuestres, cuan­do apenas nos iniciábamos en esas mismas disciplinas. En 1945, con sus compañeros Eduardo Román, Ornar Gutiérrez, Alvaro Herrera y Jai­me Gaitán fue seleccionado para hacer un curso de caballe­ría mecanizada en Fort Raleigh

y desde su regreso a la patria, se dedicó a hacer escuela so­bre las técnicas y las tácticas de las unidades blindadas.

Como oficial superior le correspondió afrontar situacio­nes difíciles de orden público en el Líbano, 1blima y también en los llanos orientales y en 195.3, fue nombrado segundo comandante del Batallón «Co­lombia» en el frente de guerra de Corea, bajo el mando del entonces ten iente coronel Al­berto Ruiz Novoa. Su estricto sentido de la disciplina, su ejemplar consagración al cum­plimiento de su deber y su fé­rrea voluntad entusiasta, die­ron campo a comentarios y ru­mores, no pocas veces ciertos; de ahí que se afirmara que el Mayor Barrera « ya en la carpa de situación de reserva, o en la casamata de primera línea, dormía con el casco de acero puesto», en obediencia a las normas impartidas, y no era extraño que así fuese, porque como distinguido oficial de ca­ballería, siempre estuvo dis­puesto a morir con las « botas puestas», por ese celo carac­terístico de su reciedumbre y de su liderazgo admirable, fir­me, exigente, quizás a veces duro pero humano y ajeno a las demagogias y a las com­ponendas que a veces se pre­sentan, cuando a unjefe le in­teresa más, hacerse agradable y simpático, que hacerse obe­decer y respetar.

Cientos de alumnos de los Ejércitos latinoamericanos co­nocieron de su competencia docente, en la Escuela de las

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Américas de Panamá donde fuera profesor invitado y en nuestra Escuela Superior de Guerra fueron varios los cursos de oficiales que recibieran de su cátedra inteligente y seria, sus valiosas enseñanzas.

Cuando, próximo a ser llamado a curso para ascen­so a General, comandaba la Quinta Brigada, un infortuna­do día de julio de 1961, su­frió el grave accidente que llegaría a truncar su brillante trayectoria de soldado y de jefe. Y se privó el país, las Fuerzas Militares, el Ejército y la Caballería, de uno de los más sobresalientes líderes militares que habría hecho honor a la investidura de Ge­neral de la República, porque sobre sus hombros los soles de sus insignias, hubieran co­rrespondido a sus mereci­mientos y a enaltecer la dig­nidad de su máxima jerar­quía. Bien lo expresaría Cal­derón de la Barca : «i No

adorna el vestido al pecho, que el pecho adorna el ves­tido !»

Desde aquella nefanda fe­cha, Lucila su esposa amantísima, apoyada apenas por sus hijos adolescentes y por sus familiares, supo per­sonificar durante casi cuaren­ta años la excelencia de sus vir­tudes de mujer insuperable y fuerte, al cumplir con encomio su palabra de evocación bíbli­ca, de serie fiel en la pobreza, en la bonanza, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte llegara a separarlos. Por eso este homenaje al jefe que nos deja, es también a su dignísima esposa en recono­cimiento a su dura tarea, de amor, de entrega, de sacrificio y de insólita dedicación conyu­gal que debería ser ejemplo, por cierto muy dificil de seguir, para las esposas de las futu­ras generaciones de oficiales. En la certeza de su merecida bienaventuranza lo encomen-

damos a la Divina Providen­cia y al quedar en la espera del reencuentro, no le deci­mos i adiós! sino «i hasta lue­go!»

Al aunar nuestra plegaria a las oraciones de los suyos, con nuestro sentimiento de pesar, en nuestro propio nombre, como en el de los ve­teranos de la guerra de Corea y de los oficiales retirados de Caballería , les expresamos nuestra condolencia y solida­ridad afectiva a Lucila, su compañera inseparable, a su hijos Luis, Victoria, Mercedes, Marta y a sus respectivos cónyugues, a su hermana Carmenza, a sus nietos y de­más familiares.

Antes de que el clarín es­tremecido, quiebre el silencio de nuestro corazón, repitamos sin abrir nuestros labios las palabras evangélicas: « Dále Señor el descanso eterno y bri­lle para él la luz perpetua «.

CORONEL ALFONSO BARRAGAN AMAYA (15 DE MARZO DE 1999)

madó en Santafé de Bogotá el 24 de octubre de 1922. Ingre­só a la Escuela Militar de Cadetes en 1940, habiendo ascendido a subteniente en 1944 como ofi­cial de artillería, siendo destina­do al Grupo de Artillería No. 4 «San Mateo» en Pereira.

En 1945 ingresó a la Es­cuela Militar de Aviación en Cali,

Coronel ALBERTO DUQUE RODRIOUEZ

como integrante del Curso No. 18. Recibió sus Alas como Na­vegante en 194 7. Fue oficial de planta de la Escuela de Avia­ción hasta 1952, cuando fue trasladado a la Base Aérea «Germán Olano».

En 1951 contrajo matri­monio con doña Hidaly Ossa Robledo, de cuya unión nacie-

ron sus hijos Rodolfo Alfonso, Clara Isabel, Oiga Marina y Al­varo Enrique.

Prestó sus servicios en la Base de Madrid en el año de 195.3. Fue uno de los oficiales fundadores del Instituto Militar Aeronáutico (IMA), en el anti­guo aeropuerto de Techo. Rea­lizó el Curso de Estado Mayor

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en la Escuela Superior de Guerra. En el Coman­do de la Fuerza Aérea se desempeñó en varios Departamentos del Estado Mayor. Fue ascendi­do a Coronel en 1964 y destinado a la Emba­jada de Colombia en Washington como Agre­gado Aéreo y además en la Junta Interamericana de Defensa. A su regreso fue nombrado como Subjefe del Estado Mayor Aéreo. Se retiró del servicio activo en 1970. Recibió numerosas con­decoraciones nacionales y extranjeras.

La vida del señor Coronel Barragán Amaya estuvo dedicada a la enseñanza, la que realizó con singular tenacidad. Se inició como profe­sor de navegación, luego fue director del Insti­tuto Militar Aéronautico. Realizó cursos de Es­tado Mayor en Colombia y en la Universidad del Aire (Maxwel) Estados Unidos, en donde ade­más adelantó curso de Instructor Académi­co, que fueron definitivos para su reconoci­do éxito como profesor. Su clase titulada «Técnica de comunicación de ideas», aún es recordada con aprecio y gratitud.

Sus inquietudes se ampliaron en forma no­table. Cursó estudios en la Universidad Javeriana de Bogotá y obtuvo el título de Li­cenciado en Filosofía y Letras. Fue el primer rector del Gimnasio FAC fundado por la Fuerza Aérea para estudiantes del barrio Kennedy de Bogotá.

Se vinculó a la Asociación Colombiana de Oficiales en Retiro de las Fuerzas Militares ACORE, como Secretario General Ejecutivo, du­rante la Presidencia del señor General Alberto Ruiz Novoa, que fue definitiva para el despe­gue de tan importante Asociación.

Fue elegido Presidente de la Asociación de Oficiales en Retiro de la Fuerza Aérea Colom­biana, ASORFAC, de 1971 a 1974. Su labor fue meritoria y es recordada por el entusiasmo e inteligencia como logró impulsarla. Fundó la Cooperativa Militar Monserrate y Asociados, lo mismo que el Colegio Monserrate.

Su deceso ocurrido el pasado 15 de marzo en Santafé de Bogotá convocó a una demostra-

ción de amplia solidaridad con su familia y alle­gados. Durante la ceremonia de sus exequias, un estudiante del cual era rector el señor Co­ronel Barragán, sintetizó la profunda filosofía que lo acompañó durante toda su vida. Esta una breve síntesis de lo expresado: «En cada uno de nosotros y en cada rincón del colegio está su espíritu formador y educador con la «disciplina» como consigna. Damos gracias a Dios, que lo puso en nuestro camino para reci­bir en sus enseñanzas un legado: ayudar y tra­bajar por los demás, sin intereses ni esperar recibir nada a cambio».

En el vibrante toque de silencio con que fue despedido, se palpó un verdadero senti­miento colectivo, que se observó en los adus­tos rostros de los pioneros de la aviación mili­tar, confundidos con los agradecidos y espe­ranzados pensamientos de las juventudes forjadoras del futuro de Colombia. Ha dejado el señor Coronel Alfonso Barragán Amaya un ejemplo y un recuerdo imborrable de cómo se debe servir a la patria.

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IIIMIVO DE ACORE

1 Los fusiles en grito de salva bayonetas de intenso fulgor un piafar de corceles lejano que retumba sobre el corazón.

// Explosivos que vuelan peñascos el estruendo de un bronco cañón pasarelas que cruzan los r{os la metralla sembrando pavor.

V Sobre el pico más alto del mástil se despliega el insigne pendón y el azul de las aguas refleja oro y sangre de un uii.X) arrebol. -¡

VII Caballero de inmensos espacios contemplé de mi tierra su albor y en sus rfos, llanuras y riscos de mi raza su temple y vigor.

CORO PI/VAL

Todo aquello quedó en el recuerdo de la patria persiste su voz que en el fondo del alma nos llama con vibrar de clarfn y tambor!

'

CORO IIYICIAL

Soy soldado de ayer y de siempre navegante del cielo o del mar nos hermana la misma bandera que en la entraña se siente ondear.

EJERCITO

ARMADA

/JI Camilleros que llevan heridos con denuedo, presteza y valor los servicios que apoyan la lucha y que pocos recuerdan su acción.

IV Dianas, crines, banderas y sables son jirones de patria y de honor el tronar de los tanques de guerra en su alud despiadado de horror.

VI lfay nostalgia de puertos lejanos de canciones, de besos y amor y en la jarcia se enreda una imagen mientras se oye del mar el rumor.

VIl/ Añoranzas de cielos abiertos que cruzara bruñido de sol en las nubes venciendo los vientos como el cóndor muy cerca de Dios.

Brigadier General GABRIEL PUYANA GARCLA.

Agosto 7 de 1985

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