REVISTA ESPACIO LATINOAMERICANO No. 2

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Espacio de integración latinoamericana de la comunidad académica del Tecnológico de Monterrey Número 2, Octubre de 2010 Espacio Latinoamericano CIEN Centro de Investigación en Economía y Negocios Herencia y compromiso regional

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Espacio Latinoamericano es un medio de comunicación orientado a promover la integración de los estudiantes latinoamericanos del Tecnológico de Monterrey a través del conocimiento de la historia, la cultura, la sociedad, la economía, la política y la tecnología de la región.

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Espacio de integración latinoamericana de la comunidad académica del Tecnológico de Monterrey

Número 2, Octubre de 2010

Espacio Latinoamericano

CIENCentro de Investigación en Economía y Negocios

Herencia y compromiso

regional

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Rector del Tecnológico de MonterreyDr. Rafael Rangel SostmannRector de la Zona CentroDr. Roberto Rueda OchoaDirector del Campus Estado de MéxicoDr. Pedro Luis Grasa SolerDirectora de la División de NegociosDra. María Fonseca ParedesDirector del Centro de Investigación enEconomía y NegociosDr. José Luis de la Cruz GallegosDirector Editorial:Mtro. H. Omar Jiménez Sandoval

Consejo EditorialDr. José Luis de la Cruz GallegosMtra. Sandra Ortíz Ramos Dr. Eduardo Carbajal HuertaMtro. Gerardo Blas SeguraDr. Héctor Moreno NúñezDr. David J. Sarquís RamírezDr. Dejan Mihailovic NikolajevicDr. Edgar Esquivel SolísDr. Carlos Can!eldDr. Marco González PérezAlex Rivadeneira Acosta

InvestigaciónMtro. H. Omar Jiménez SandovalOpinión y Economía Alex Rivadeneira AcostaNegociosDaniel Ángel CastroTecnología y sostenibilidad Gonzalo Valenti MoralesCulturaEsteban Castillo del AlcázarPer!les y LatitudesLic. Indira Cruz ReséndizDiseño editorialAlex Rivadeneira AcostaEsteban Castillo del AlcázarLogotipo y PortadaMateo Jarrín Silva

DIRECTORIOUn evento memorable sucedió en América hace 518

años, el 12 de octubre. Un navegante genovés y 150 marineros más desembarcaron en una pequeña isla de

las Bahamas llamada por sus habitantes Guanahaní, hoy San Salvador, después de realizar el primer viaje transatlántico que marcaría la historia de Europa, América y el mundo. Una proeza humana, histórica, técnica, política y económica digna de conmemorarse siempre. Con este propósito España propuso en 1915 la celebración del día de la Hispanidad. En México fue José Vasconcelos, Secretario de Educación Pública del gobierno de Alvaro Obregón, quien promovió la institución o!cial del 12 de octubre como día de la Raza. Antes, Vasconcelos ya había demostrado su vocación latinoamericana cuando siendo jefe del Departamento Universitario y de Bellas Artes le impuso a la Universidad Nacional su actual escudo y su extraordinario lema: “Por mi raza hablará el espíritu”.

La celebración de esta efeméride, sin embargo, ha merecido críticas profundas, ya por el recuerdo de la sangre derramada, ya por la nostalgia de culturas perdidas, ya por la perpetua pobreza de nuestras naciones. No obstante, todas ellas no pueden negar dos hechos fundacionales que el descubrimiento de América representó para la humanidad: el nacimiento del mundo global y de la raza latinoamericana, la raza cósmica, como la llamaba el mismo Vasconcelos.

Quienes colaboramos en Espacio Latinoamericano no podemos ignorar esta celebración. Nosotros más bien hemos decidido conmemorar en cada número la grandeza de nuestra raza mestiza y nuestra lengua española; de nuestra cultura indígena, pero también europea; de nuestro cacao y el vino añejado; de nuestra zampoña y la "auta barroca; de nuestros héroes y de nuestra historia, pero sobre todo, de nuestro futuro glorioso.

Estos propósitos han inspirado esta nueva edición de Espacio Latinoamericano, en la que les presentamos excelentes artículos de investigación y opinión que los estudiantes y profesores del Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México, nos han obsequiado.

Finalmente, aprovecho la ocasión para extenderles una invitación a colaborar en esta publicación o si tienes experiencia en diseño de publicaciones, contactarse al correo abajo anotado para ofrecerles más información.

Sinceramente,

H. Omar JiménezDirector [email protected]

PRESENTACIÓN

Centro de Investigación Económica y Negocios (CIEN)Edi!cio CEDETEC, piso 8. Carretera a Lago de Guadalupe, km. 3.5, Colonia Margarita Maza de Juárez, Atizapán de Zaragoza, Estado de México.Espacio Latinoamericano es una publicación del Centro de Investigación en Economìa y Negocios (CIEN), que promueve la investigación entre los estu-diantes de la Rectoría Zona Centro del Tecnológico de Monterrey. Número de Certi!cado de Licitud de título y contenido: en trámite “Los artículos pu-blicados son responsabilidad de sus autores y no necesariamente re"ejan la opinión del Tecnológico de Monterrey ni de sus autoridades”.

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Antecedentes del subdesarrollo en América LatinaDr. José Antonio Rueda

CONTENIDO4

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Ecuador: Otra vuelta de tuercaAlex Rivadeneira

24 Dimensiones de la economía informal en MéxicoMtro. Omar Jiménez Sandoval

Relaciones fructíferas entre México y ColombiaCarlos Alberto Marín

La izquierda contemporánea en América LatinaDr. David J. Sarquís

20

28

Bolivia, ¿hacia dónde se encamina?Bruno López 31 La obsesión por el Norte

Daniel Ángel Castro

Cambiando la cara de la ciudadCarlos Nava34

38Un carnaval sin calendarioEsteban Castillo

43 Cooperativas agrarias sostenibles como alternativa de desarrollo localIng. Gonzalo Valenti

El camino tolteca del liderazgo con corazónMtro. Ricardo D. Cantú

45 Entrevista con Sandra Ortiz (ITESM) 47 Efemérides Octubre

35 Para vincular la cultura y el desarrollo en MéxicoMariana Ramírez Padilla

42 Carlos Monsiváis: el sentido del caosLic. Indira Cruz

40

30

Comienza la SambaOmar Ruiz33

22 La discutida hispanidadMtro. Gerardo Blas Segura

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4

Antecedentes del subdesarrollo en América Latina

INVESTIGACIÓN

Dr. José Antonio Rueda. Investigador de la División de Ingeniería y Arquitectura

través de sus procesos civilizadores. La llamada revolución industrial.

El estudio de las formaciones económico-sociales de América Latina ayudaría a comprender su situación ante el desarrollo pues las sitúan en el marco de evolución mundial explicando las diferencias de desarrollo que experimentaron sus pueblos.

Por ejemplo, ¿Cómo explicar el progreso de los anglosajones, que se convirtieron en uno de los centros rectores de la nueva civilización? y ¿Cómo se explica el atraso de los iberoamericanos, un siglo más viejos y prósperos, rezagados tal vez por su modernización tardía?.Un buen punto de partida para encontrar una respuesta es la división entre etnias que propone Darcy Ribeiro,3 diferenciadas y agrupadas en tres grandes conformaciones culturales. Los pueblos testimonio, los pueblos nuevos y los pueblos transplantados.

Cada una representó un pueblo en particular, con gobierno propio y designado generalmente por el dominio territorial que ésta ejercía.

Aquellas sociedades se estructuraban en clases, en componentes rurales y “urbanos” comandadas por una metrópoli, como características distintivas. (ver !gura 1).

En primer lugar el bloque de los pueblos testimonio se constituye por México, Guatemala, Perú, Bolivia y Ecuador, sobrevivientes de las civilizaciones Azteca y Maya los dos primeros, y de la Inca los tres últimos. El problema de los pueblos testimonio es el integrar las dos tradiciones culturales que frecuentemente resultan opuestas.

Por un lado la incorporación ibérica les provocó la total rede!nición de su modo de vida, y por otro su antiguo acervo cultural que, a pesar de haber sido traumatizado, pudo mantener lenguas y organización social además de un patrimonio artístico que se revitaliza como instrumento de auto-a!rmación.

3 RIBEIRO Darcy “Introducción: la cultura” en SEGRE Roberto (comp.), América Latina en su Arquitectura, Siglo XXI, México 1987.

El sistema económico social en una o en un conjunto de naciones y las condiciones especí!cas del desarrollo de

sus fuerzas productivas, determinan el modo de organización espacial en cada una de sus regiones.

Alejandro Boris Ro"man 1

Distinción entre regiones

La evolución de Europa como motor civilizador del siglo XVII y XVIII maduró gracias a la revolución mercantil seguida por la industrial, expandiéndose sobre todo el mundo y contribuyendo al proceso de desarrollo de civilizaciones americanas.

Todo ese proceso les provocó a esas civilizaciones una desenfrenada trans!guración cultural, social, económica y mercantil que al mismo tiempo dotó a la península ibérica de una economía más fuerte.

A lo largo del continente los ibéricos fundaron colonias2 a través de movimientos de incorporación social reclutando poblaciones locales para la exportación, y cuando escaseó la mano de obra, debido al desplome demográ!co por enfermedades, fue substituida paulatinamente por esclavos africanos.

Al mismo tiempo ingleses, holandeses y franceses con!guraban una nueva formación, la mercantilista, gracias a la revolución del mismo nombre. Estos entrarían en con"icto con los feudos expandidos por América, disputando el poder sobre cada población a !n de imponerse y explotarla. Ello no obstante sólo se daría en el transcurso de la nueva revolución tecnológica y a 1 ROFFMAN Alejandro B., Dependencia, estructura de poder y formación regional en América Latina, Siglo XXI, México 1974.2 Aunque en términos jurídicos -estrictamente hablando- en América no se funda-ron colonias sino virreinatos adscritos a la corona de Castilla como los demás peninsulares, pasando a formar parte del propio Estado español. Según CORTÉS Miguel Ángel, “Relaciones España-México: la importancia de la epidermis”, en ECONOMÍA EXTERIOR, Núm. 19, 2001/2002, Madrid

[email protected]

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INVESTIGACIÓN

Experimentaron una “modernización” promovida como medio para superar el atraso técnico y de sus estructuras sociales, lo que provocó su completa trans!guración étnica gestándose un tipo de organización socio-económica y cultural.

Los imperios teocráticos de regadío (llamados así por su economía basada en la agricultura de regadío), permitieron crear las concentraciones humanas conocidas.

En esas condiciones entraron en combinación las dos culturas. La primera se mantuvo, mientras la segunda fue marginada de la sociedad urbana como una fuerza de trabajo para la economía de exportación, provocando una disciplina de trabajo con características serviles que sería paulatinamente incorporada por medio del catolicismo evangelizador.

Y aunque hayan consumado su independencia su esfuerzo de adaptación al sistema económico mundial les trajo efectos de toda índole.

En segundo lugar los pueblos nuevos son aquellos surgidos de la combinación de matrices étnicas africanas, europeas e indígenas, plasmadas dentro de un marco esclavista y hacendista: los Brasileños, Venezolanos, Colombianos, Antillanos y una pequeña porción de América Central y del Sur de los Estados Unidos.

También se cuenta a Chile, Paraguay, Uruguay y los de la Argentina, que fueron más tarde étnicamente transformados por un proceso de sucesión que los europeizó masivamente.

Los pueblos nuevos son el resultado de las formas de dominación étnica y organización productiva establecidas en cada una de sus comunidades bajo condiciones de esclavitud, utilizada como proceso básico de reclutamiento de mano de obra y la adopción de la hacienda como modelo de organización empresarial, que combinado con el monopolio de la tierra y el dominio de la fuerza de trabajo permitió producir mercancías para el mercado mundial.

Los rasgos que caracterizan como pueblos nuevos a todas estas comunidades no se revelan únicamente en su proceso formativo, se mani!estan también en sus per!les actuales de desarrollo socio-económico siendo visible su desvinculación de toda antigua tradición, cuestión que da a la parte más atrasada de sus poblaciones una marginación distinta a la presente en los pueblos testimonio; tratándose en este caso de una marginación de carácter social y no cultural. Pero que también los hizo receptivos al cambio y por lo mismo más abiertos.

En tercer lugar los pueblos transplantados son sociedades modernas creadas por la migración europea, donde reconstruyeron formas de vida similares y se estructuraron de acuerdo a los modelos económico-sociales de las naciones de origen.

Los colonizadores son inicialmente disidentes y más tarde emprendedores, creciendo !nalmente por el boom migratorio de excluidos de comunidades rurales y urbanas por el avance industrial.

Emigraban obligados a trabajar algunos años en condiciones cercanas a la servidumbre, aunque un buen número consiguió ingresar más tarde en la categoría de granjeros libres, artesanos independientes y asalariados.

5

Figura 1 Formaciones histórico-culturales,

según Darcy Ribeiro.

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6 INVESTIGACIÓNLos pueblos transplantados contrastan con las demás con!guraciones de América por su per!l europeo basado en su familiaridad con la economía mercantil, su técnica y la capacidad integradora de su estructura social que incorporó casi a toda la población al sistema productivo, y a la vida social, política y cultural de la nación.

Estos pueblos presentan como características principales homogeneidad cultural, además de instituciones democráticas y autónomas. Sus proyectos de colonización fueron aplicados a territorios cuyas poblaciones tribales fueron diezmadas o con!nadas a reservaciones.4

Por ejemplo la Argentina y el Uruguay, son el resultado de un proceso de sucesión llevada a cabo por metrópolis europeas, que mediante una con!guración de pueblo nuevo se transformó en pueblo transplantado. Estos tuvieron en su mayoría, al principio, el carácter de colonias dedicadas a las actividades granjeras, artesanales y de pequeño comercio, mientras trataban de consolidar su establecimiento en los territorios desiertos, procurando vitalizar económicamente su existencia mediante la producción de artículos de exportación a mercados ricos y especializados.

En estas circunstancias, no pudo surgir en ellos una minoría dominante capaz de imponer una ordenación social, resultando una sociedad razonablemente democrática.De este modo ascendieron colectivamente como pueblo a medida que la colonia se consolidaba y enriquecía, y al !nal cuando se emanciparon formaron una sociedad más homogénea para afrontar la revolución industrial; además de entrar en posesión de considerables recursos naturales asegurando condiciones de desarrollo.

A esto se sumó el rápido acceso a mercados europeos que les posibilitaron el dominio de la técnica industrial, logrando progresar tal vez a un mayor ritmo que las demás conformaciones sociales del continente.

La integración al mercado mundial.

La integración de América Latina al mercado mundial se forjó al calor de la expansión comercial de !nales del siglo XVI, desarrollándose esta región como una región

4 Es de resaltar que el emprendedor europeo se diferenciase en aceptar al natural como prójimo o no. En el caso de las colonias británicas y holandesas el dominado no tenía salvación, era menos que humano; mientras las españolas y portuguesas lo evangelizaron dándole con ello la “capacidad de salvación”. Eso se re!ejó en las ciu-dades de unos y otros. Los primeros excluyeron al nativo con"nándolo en reserva-ciones y los segundos lo incorporaron como siervo, asignándole un lugar especí"co en el trazado urbano. Para ver un análisis sobre este proceso en particular dirigirse a ROJAS MIX Miguel, “La colonización por la imagen”, en Revista de Occidente, No. 230/231, Julio-Agosto, Madrid 2000.

productora de materias primas, contribuyendo en un principio al "ujo de mercancías y a la expansión del mercado, para después apuntalar el desarrollo comercial y bancario de Europa.

En la segunda mitad del siglo XVIII la península Ibérica era una estructura social dominante territorialmente, pero con formas todavía feudales. El bajo potencial de su actividad industrial y comercial, aparecía como causa y efecto de su sistema productivo, teniendo objetivos relacionados con ese desarrollo. Es decir la adquisición y acumulación (de metales preciosos, tierras y mano de obra), síntoma de una sociedad relativamente tardía para el modelo europeo entonces vigente.

Su estructura social era una pirámide donde con"uían en la cúspide el poder del Estado y el clero, además de sectores de militares y terratenientes, para quienes la fuente de su acumulación residía en la apropiación directa y en la obtención de una fuerte diferencia en el intercambio comercial. La explotación de las colonias americanas ralentizó entonces la reestructuración de la sociedad y la economía Ibéricas.

En los pueblos testimonio y nuevos las empresas coloniales fueron más prósperas económicamente, organizando proletariados externos dedicados a la satisfacción de sus necesidades de autoconstrucción y desarrollo.

Uno de los principales factores explicativos de las diferencias entre las con!guraciones, se derivan de la mayor madurez de la economía mercantil propia de los pueblos transplantados, en oposición a las otras dos.

Esto se re"ejaría en el sistema de haciendas de los dos primeros, basado en el monopolio de la tierra que contrasta con el de las granjas familiares de estos últimos.Más adelante, la independencia política de América Latina abriría a intereses europeos inmensos territorios escasamente poblados y hasta el momento poco productivos, convirtiéndose, durante décadas subsecuentes, en la nueva frontera económica circundada por intereses económicos y políticos.

El concepto de la apropiación del excedente económico5 representa un punto importante para explicar la relación espacial en varios niveles, urbano, regional o incluso internacional. Nos ayuda a comprender los vínculos entre la formación regional y el carácter dependiente de su desarrollo.

5 MARX Karl, El capital, Fondo de Cultura Económica, México 1987.

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INVESTIGACIÓNAquel concepto le asigna a los mercados externos un lugar destacado para la creación del plusvalor (el impulso a producir) en la etapa de acumulación primitiva. Pero le resta importancia en la economía actual, y le concede a los mercados exteriores sólo el valor de la realización de dicha plusvalía.

Esta parte del esquema responde a un tiempo y espacio determinados. Al modelo económico tal y como se da hoy día en el sistema mundial. Por ende, es posible suponer que los mercados externos de América Latina han sido imprescindibles para la creación y recaudación de la plusvalía -excedente-.

El modelo de crecimiento de estas economías regionales gira en función de los mercados externos, es decir que la capacidad de expansión del mercado es restringido por las condiciones de distribución, de tal modo que su desequilibrio interno se compensa mediante la expansión del campo externo de la producción.

Esto se expresó en Latinoamérica de manera evidente, pues la extrema verticalidad de su estructura social y modos de producción colocó a los grupos subalternos (indígenas, negros, mestizos) fuera del mercado libre de trabajo con salario, y los obligó a reducir su consumo !siológico a un mínimo de subsistencia.

A la inversa, un proceso de desarrollo económico-social autosu!ciente en las variables internas, sólo habría sido posible en la región por una modi!cación de la estructura social y económica.

De atenernos a los modos de producción, a grandes rasgos, podemos designar otras tantas etapas progresivas de la formación económica de la sociedad, el modo de producción asiático, el antiguo, el feudal y el moderno. En América Latina entonces tendríamos una formación quasi feudal con una destacable dominación espacial.

La dominación política y económica de la metrópoli sobre el espacio colonial, actuó como una sujeción que le permitió apropiarse del producto colonial por vía !scal y por el comercio bilateral (con características de monopolio). Ello signi!có que el !n de la metrópoli fuera apropiarse del excedente, adecuando la estructura socio-económica de la colonia a sus necesidades.

Por ello el desarrollo de las ciudades en Latinoamérica respondió a su papel dentro del mercado mundial, y a la división internacional del trabajo impuesta por éste desde entonces.

Donde el factor más importante producido en la región fue la urbanización de la población, como resultado del crecimiento demográ!co y migratorio originado en áreas rurales, apareciendo el proceso de urbanización como muestra de modernización en sociedades latinoamericanas.6 Contexto en cual dicho proceso no fue consecuencia únicamente de la “modernización” sino también de la nula disminución en tasas poblacionales.

Las ciudades precolombinas y su localización en el territorio, estaban bien de!nidos gracias a rutas "uviales y terrestres lo cual, junto con la creación de áreas densamente pobladas, provocarían la formación de la red urbana básica hasta !nales del siglo XIX. Además de que los cambios en sus estructuras urbanas serían pocos, pues el sistema de centros de población había quedado de!nido desde !nales del siglo XVI, resultando su patrón urbano interno relativamente estático.

En este proceso primigenio de urbanización hubo innumerables intentos y sus formas urbanas fueron mejorando considerablemente, estructurándose de tal manera las primeras factorías forti!cadas utilizadas como centros mercantiles. Y, aun cuando no todas las ciudades se ajustaban a tal diseño, sufrieron modi!caciones en aras de su mejoramiento fundándose una y otra vez. Como sucedió en México-Tenochtitlán, capital Azteca, reedi!cándose la ciudad base operacional para ocupar el resto del territorio, fundándose además otras como Puebla, Guadalajara, Oaxaca y Guanajuato.

Al consumarse la independencia el continente en su conjunto era predominantemente rural. Para 1850 su población se estimaba en 30 millones y cerca del 52% se concentraba en los países tropicales del sur, 32% en México y Centroamérica, 4,1% en Argentina y Uruguay; y el restante 11,9% en la franja este de los Estados Unidos.7

La densidad promedio era 1,5 habitantes (hab.) por kilómetro cuadrado (km2) y los países más poblados tenían el mayor porcentaje de población natural -o indígena- y mestiza. Particularmente México.

6 Como menciona Jorge Hardoy la América subdesarrollada ha sido rica en ideas, recursos humanos y naturales, pero pobre en poder de decisión, tecnología e inver-sión lo que ocasionó que su urbanización se focalizara geográ"camente y se viera sujeta a presiones políticas y económicas, engrandecidas por los sistemas de comu-nicaciones y de transporte, distintos a los europeos. De esta forma la urbanización en países en vías de desarrollo demanda satisfactores en una proporción muy dis-tinta que los del primer mundo, debiendo comenzar el proceso con recursos de inversión sumamente inferiores. HARDOY Jorge, “El proceso de urbanización”, en SEGRE R., op. cit., México 1987.7 HALPERIN D. Tulio, Historia contemporánea de la América Latina, Alianza, Ma-drid 1969.

7

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8 INVESTIGACIÓNPara entonces no existían grandes ciudades o no eran comparables con las industriales europeas. México, La Habana y Río de Janeiro eran las más grandes con 180, 100 y 150 mil hab. respectivamente a mediados del siglo XIX, representando su población conjunta el 3,5% del total rural en la región.8

Cincuenta años después la población se había duplicado en el conjunto latinoamericano sumando 43,5 millones de hab. , elevando su densidad promedio a 3,0 hab/Km2.9

Asimismo con el aumento de las importaciones y exportaciones se requirió de grandes capitales, vías de transporte y comunicaciones, de los cuales carecía la región. Por ello las inversiones extranjeras se canalizaron a la construcción de medios de comunicación como ferrocarriles, puertos, telégrafos e incluso la creación de bancos y aseguradoras.

Se impulsó con ello la expansión de algunas ciudades así como la inversión en servicios urbanos, formándose una estrecha alianza que dominó la economía y la política.

Los comerciantes más poderosos se establecieron en las ciudades importantes y absorbieron la poca tecnología que se producía entonces. Esto produjo una diferenciación entre las zonas que vivían de la economía de subsistencia y/o artesanías, y las que lo hacían de la economía exportadora en expansión.

8 Ibíd.9 Ibíd

La inmigración europea se acentuó por la deprimida situación de algunas de sus regiones, atrayendo América trabajadores e industriales que se instalaron en Buenos Aires, Río de La Plata, Montevideo, Río de Janeiro y La Habana principalmente.

Ello representó el 30% y hasta el 50% del total de la población en esas ciudades, y en algunos años controló el comercio minoritario e industrias como la construcción; implantándose sólo en Chile, México y Guatemala los grupos que buscaban colonizar áreas agrícolas.

Al tomar en cuenta el desarrollo económico dentro del territorio latinoamericano y sus vínculos con la economía mundial, entre ellos la división internacional del trabajo, el intercambio y su mercado, apreciamos cómo se establecen las condiciones de dependencia que in"uirían en su desarrollo urbano y regional. (ver !gura 2).

Desarrollo diferenciado.

Es sabido que la edi!cación de los estados nacionales se realiza sobre la base de una estructura económica-social, históricamente dada y dentro de un contexto internacional concreto.

Pero no es lo mismo construir un Estado con base en la producción mercantil-industrial que abarque toda la sociedad, que edi!carlo sobre estructuras precapitalistas incapaces de proporcionar una cierta unidad social.

Figura 2El papel de la metrópoli en la formación regional, siglos XVI y XVII. Expansión comercial de la economía.

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9 INVESTIGACIÓNLa disparidad entre grupos sociales en América Latina adquirió una !sonomía regional y local, de acuerdo con la manera en que se localizó la forma productiva de cada país, y su gama de matices.

Aquélla autonomía expresada en un gran regionalismo y localismo, tornaba difícil la !jación de una capital. Las sociedades locales apoyaban su seguridad económica en una masa de campesinos, por lo que ninguna de las actividades tendía a la integración ni al reforzamiento del

“aparato estatal”.

La di!cultad de encontrar la esencia económico-social necesaria para instaurar un Estado nacional, al parecer determinó también el surgimiento de las más desafortunadas tendencias anexionistas.

En el fondo de aquellas tendencias había una idea predominante. Algunas ciudades no podían llegar a ser sociedades prosperas por si mismas, pero podían serlo como parte de un país europeo o de los Estados Unidos, demostrando con ello la problemática construcción de los estados nacionales latinoamericanos.

La posibilidad de conformar Estados nacionales uni!cados y relativamente estables, varió en función directa de la existencia de una sociedad homogénea y cohesionada a nivel regional.10

Así la sociedad estuvo determinada por el grado de evolución de su base económica en cada caso o formación, y de su propia heterogeneidad como sociedad.

La fase denominada anarquía, que suele ser el camino que las formaciones sociales recorren hasta construir sus Estados nacionales, corresponde en términos generales cuando el desarrollo de una estructura productiva inestable llega a una situación donde predomina una economía relativamente consolidada.

En este predominio, que no se extendió sobre toda la sociedad, el Estado se estabilizó pero adoptó también una situación endeble expresada en cíclicas crisis.

Esta problemática se entrelaza con los intereses internacionales y el proyecto fundamental de la reducida sociedad comercial que seguía siendo vender la mercancía, lo que aseguraba la renta además de otros mecanismos de succión de excedente económico.

10 SUNKEL Oswaldo y PAZ P., El subdesarrollo latinoamericano y la teoría del desarrollo, Siglo XXI, México 1988.

Sin embargo esa problemática desigualdad adquirió un signo social con la incorporación de masas campesinas que reivindicaban el reparto de tierras y la eliminación del derecho de propiedad sobre grandes latifundios rurales. Pronunciamiento que contribuyó a controlar el dominio terrateniente pero signi!có una lucha de clases y paradójicamente ayudo también a crear las bases de un Estado nacional uni!cado.11

Asimismo se crearon los per!les de un proyecto de transformación de la ciudad, con la propuesta del fraccionamiento de latifundios, la limitación a la apropiación privada de la tierra y con ello la creación de

“ciudades campesinas”.

También la expropiación de bienes inmuebles y la promulgación de leyes, que obligaban a los hacendados a con!ar a arrendatarios la tierra que ellos no cultivaban.La institución de un salario para los peones de las haciendas, la supresión de feudos, la de impuestos y de aduanas exteriores se estructuraba como proyectos que apuntaban, sin duda, hacia un sólido desarrollo económico.Aquellos proyectos no obstante, perdieron su fuerza popular y perspectiva progresista, la reestructura agraria no se efectuó del todo y sus propósitos se desvirtuaron. En cambio se apostó por crear una masa de pequeños propietarios que sirvieran de base a la formación del mercado nacional y la economía.12

América Latina seguía sufriendo del proceso de acumulación, pues todavía existía un divorcio entre el productor directo y los medios de producción. El avance que se dio en esta disociación fue la instalación de aquella hacienda -empresa- campesina, lo que convirtió a la forma de producción mercantil simple en eje de la transición, hasta el momento en que el proceso de descomposición del campesinado se encargó de separar por completo al productor directo de los medios de producción, instaurando el moderno modelo capitalista en el sector agrario.

A través de este sinnúmero de vicisitudes se sientan las bases del desarrollo en la región y comienza su integración al mercado mundial, relacionada estrechamente con el escenario imperialista en que se encontraba el sistema mundial.

11 HALPERIN D. Tulio, op. cit., Madrid 1969.12 Este proceso daría origen a un nuevo tipo de latifundistas, que constituyó el primero y más importante de los sectores sociales en que se apoyó el go-bierno de Por"rio Díaz en México. La dictadura por"rista 1877-1911.

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10 INVESTIGACIÓNTambién este dinámico y masivo proceso determinó un nuevo modo de vinculación entre los países industrializados y las áreas periféricas.13

La economía de esas metrópolis necesitaba de una a"uencia sin precedentes de materias primas y productos agropecuarios, mientras la revolución industrial volvió posible un comercio a gran escala al progresar los medios de transporte.

Desde este momento tienden a romperse los límites de los viejos modos de producción en América Latina y se implanta el predominio del capital como modo especí!co de producción.

El hecho de que este modo de producción se implante tardíamente en la región, plantea problemas peculiares para la propia acumulación originaria de capital.

En Europa el proceso se completó y amplió con el excedente económico extraído de las áreas coloniales. En Latinoamérica sólo podía realizarse sobre una base interna y, lo que es más grave, afectada desde el principio por la succión constante que aquellas metrópolis no dejaron de practicar mediante el intercambio desigual14. La exportación de sobreganancias en los países neocoloniales.

Aquí, se trataba de construir una economía primario exportadora (complementaria) del capitalismo industrial de las metrópolis, y es por eso que el proceso de desarrollo económico regional se acompañó no sólo de un notable incremento de las inversiones extranjeras, sino también de un signi!cativo cambio de orientación de las mismas.

Las inversiones de origen Inglés son fundamentales en este momento de transición, pasando de 80 millones de libras en 1865 a 246 millones en 1885 y 552 millones para 13 Las grandes potencias -Inglaterra, Francia y España- deseaban reestablecerse en la región ante la endeble formación de estados-nación o indecisión anexionista, en-contrando apoyo en algunas fracciones conservadoras que pretendían mantener las estructuras coloniales de producción, en México existían conservadores sin interés en la intervención extranjera que no fuera la española, abrazando el federalismo cuando éstos ya no poseían la mayoría en el Congreso. Cabe destacar que la sec-ción conservadora que se inclinó hacia el federalismo, lo hizo por que a diferencia de Inglaterra y Francia, la España del siglo XIX se desinteresaba cada vez más en las colonias, exceptuando Cuba. El federalismo surgía del modelo constitucional estadounidense, que se caracterizaba por una descentralización. Él se basaba en la autonomía regional contradiciendo la estructura dominante del imperio. 14 Los capitales invertidos en el comercio exterior arrojan una tasa de ganan-cia superior porque compiten con mercancías producidas por otros países con mayores “facilidades” de producción, de modo que el país más avanzado vende sus mercancías por encima de su valor aún más baratas que los países competidores. Además cuando el país avanzado obtiene los productos a un precio más bajo del que él mismo podría producirlos, porque en el país de ori-gen de las materias primas representa una mayor cantidad de trabajo. En el siglo XIX Inglaterra constituía la región industrial básica, España la semi-periférica comercial y Latinoamérica la periférica proveedora de productos primarios.

1895.15 Esto es que en veinte años se triplican y al cabo de treinta se septuplican.

Al mismo tiempo su composición se altera radicalmente y las inversiones en ferrocarriles, que presentaban el 11,8% del total en 1865, se incrementan al 36,2% en 1895. Las dedicadas al sector !nanciero se elevan del 2,5% en 1865 al 7,1%, treinta años más tarde.16

La hegemonía del capital inglés sobre la estructura bancaria y !nanciera interna, fue la premisa para el reforzamiento del control ejercido sobre la forma de circulación, que fue tornándose cada vez más capitalista. El desarrollo de los ferrocarriles permitió soldar el proceso de penetración mercantil con el !nanciero, procesos que apuntaban al mismo objetivo, la dominación del comercio exterior y del comercio interior latinoamericano. 17

Además, los métodos de acumulación asiduamente utilizados como la enajenación de tierras !scales, la incautación de propiedad comunal y la transformación de propiedad feudal en privada moderna conquistaron el campo para la agricultura, incorporando el suelo al capital y creando para el sector industrial la necesaria oferta de trabajadores libres.

En México por ejemplo esto se produjo a raíz de la Reforma, pues la expropiación de los bienes eclesiásticos, el saqueo de terrenos comunales y la enajenación de tierras de dominio público, crearon los contingentes de trabajadores libres requeridos no tanto por una industria urbana -pues se encontraba lejos de "orecer-, sino por las actividades mineras, agropecuarias, de transporte y comercialización.18

Es importante señalar que, aunque la pequeña propiedad siguió siendo importante, algunos productores de café por ejemplo pasaron a depender de los grandes cafetaleros que monopolizaban el mercado.19

15 FURTADO Celso, Breve historia económica de América Latina, Instituto Cubano del Libro, La Habana 1970.16 Ibíd.17 “El ferrocarril terminó por unir a Latinoamérica mucho más que cualquier con-greso independentista. Junto con lo cual comenzó todo un auge constructivo. La arquitectura del positivismo.”, ROJAS MIX M., op. cit., No. 230/231, Madrid 2000.18 La nacionalización de los bienes de la iglesia adquirió tanta fuerza que en 1875 la ley de colonización fue ampliada, y en 1883 se permitió la constitución de aquellas compañías deslindadoras que cumplieron su función. En Méxi-co las asombrosas cantidades de terrenos baldíos que deslindaron fueron 49 millones de hectáreas, la cuarta parte de todo el territorio actual Mexicano.19 Asimismo el predominio del modo de producción esclavista en algunas zonas como el Brasil planteó una situación particular. No se trataba de ex-propiar a la iglesia ni a campesinos, pues no eran obstáculo para el nuevo modelo, sino el de liberar al capital comercial involucrado en el trá"co de es-clavos y convertir a éstos en población libre, identi"cándose el proceso de acumulación originaria con el proceso de disolución del régimen esclavista.

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11 INVESTIGACIÓNLa constitución de un monopolio sobre la tierra, basta para de!nir el marco en que los trabajadores del campo podrían insertarse en calidad de mano de obra previamente despojada de los medios de producción; tratándose pues de un verdadero proceso de acumulación que alcanzó su frontera de!nitiva por la expropiación de territorios indígenas.

En México después de 1870 pasan a manos privadas 29 millones de hectáreas (has) de tierra, de las cuales 25 millones son vendidas y cedidas20, entendiéndose por propiedad privada la “tenencia extranjera” debido a lo elevado de su proporción.

La revolución industrial corresponde en América Latina a la independencia política que hizo surgir, con base en lo demográ!co y lo administrativo, un conjunto de países que gravitarían en torno a la potencia industrial del momento, Inglaterra. Y es a partir de este momento cuando las relaciones de Latinoamérica con las metrópolis europeas presentarían una estructura de!nida.

Por ejemplo, la división internacional del trabajo que determinara el curso del desarrollo de dicha región con!guraría a partir de entonces la dependencia. Una relación de subordinación entre naciones independientes y en cuyo contexto el modo de producción de las naciones subordinadas, fue modi!cada para asegurar la producción.

Pero para comprender mejor la dependencia a la que nos referimos es imprescindible tomar como base la división que establece Jorge G. Castañeda y Enrique Helt21, sobre el carácter de América Latina ante el desarrollo económico mundial.

Toda aquella estructura socio-económica dependía directamente de las metrópolis, manifestándose en tres formas: la comercial, la !nanciera y la tecnológica.

En Chile en cambio, y el área rioplatense, los elementos esclavistas eran débiles, aún con una concentración bastante grande de la tierra, siendo la conocida difusión del alambrado una de las formas típicas de conformación de"nitiva de la propiedad privada del suelo. En Uruguay alrededor de 1880, se alambran los campos, se institucionaliza la defensa de la propiedad terrateniente y se persigue a la población rural libre obligándole a ingresar como asalariada del latifundis-ta, o emigrar a núcleos urbanos. En Argentina se realiza esta mejora de técnica, con la difusión del alambrado a partir de 1850, lo que permitió la elevación de la rentabilidad de los derechos jurídicos de propiedad, permitir al productor un aprovechamiento más “racional” de su tierra y reducir la necesidad de mano de obra al evitar las peadas (rondas nocturnas) para vigilar la hacienda en campo abierto. Según FURTADO Celso, op. cit., La Habana 1970. El subrayado es nuestro.20 Ibíd.21 HELT Enrique y CASTAÑEDA Jorge, El economismo dependentista, Siglo XXI, México 1985.

La dependencia comercial (en tanto capital-mercancía) surge del problema de importaciones y exportaciones que suceden entre el país industrializado y su dependiente, siendo el sector industrializado de estos países dominado por la producción de bienes de consumo, utilizando a su vez, los bienes de producción importados.

La necesidad de importar provoca dos variedades: la acumulación misma y el !nanciamiento de dichas importaciones pues los fondos para éstas provienen de las exportaciones.

Por ejemplo. Los países dependientes producen materias primas que se de!nen como bienes de producción, no logrando hacer nada con ellas pues no cuentan con los medios para procesarlas. De esta forma son dependientes y hacen dependientes a los países industrializados porque no poseen dichas materias primas.

Esto además produce tres características dentro de los países subdesarrollados. Primero, los productos exportados son materias primas sujetas al mercado mundial; segundo, se ven obligados a reducir su consumo en materias primas para poder exportar las mismas; y tercero, los países industrializados que también producen materias primas aplican generalmente políticas proteccionistas.22

La dependencia !nanciera (en tanto capital-dinero) se re!ere a la inversión extranjera y a la deuda externa, pues en el país dependiente no se da el fenómeno del ahorro porque no existe capital, la capacidad del ahorro interno es sumamente reducida y, como es obvio, la inversión introducida es extranjera auto-de!niendo su orientación, acumulación y ahorro.23

22 Por ende al pensar en la industrialización, posterior a estas fechas, de México en particular sería necesario hablar de una substitución de importaciones, que con-sistiría en el reemplazo de las manufacturas extranjeras por nacionales. Ya que ésta industrialización se realizaría dentro del contexto económico mundial que de"nía el papel de los países subdesarrollados como simples exportadores de productos primarios. Fernando Henrique Cardoso escribiría al respecto: “En términos del es-quema de reproducción de capital, esto signi"ca que la generación de medios de pro-ducción es de hecho inexistente en economías dependientes. Así, la realización de la acumulación de capital exige un complemento que no existe en el interior del país en cuestión.”, CARDOSO Fernando H., in New Le# Review, 74, julio-agosto 1972.23 Los países atrasados necesitan créditos para "nanciar su desarrollo y los únicos que pueden otorgarlos son los avanzados, que se colocan así en posición de imponer condiciones. De esta manera el desarrollo mismo provoca la dependencia de los países pobres. La deuda es pues un aspecto del sistema que aparece como síntoma en las teorías de la dependencia. Lo que signi"ca que países prestamistas, a pesar de sus negativas, tratan de colocar sus capitales. Los países ricos están efectivamente a la búsqueda de deudores solventes. Así, no es sorprendente que países que tienen y con mucho la deuda externa más importante, sean Italia e Inglaterra, que sólo por error se les cali"caría como subdesarrollados, y que los dos principales deudores del Banco Mundial sean los latinoamericanos más industrializados y dinámicos: México y Brasil (exceptuando actualmente a la Argentina). Cierto es que el crédi-to internacional tiene otro aspecto que no es secundario, pues son otorgados por razones políticas. Por un lado la necesidad de créditos es siempre una necesidad concreta de "nanciamiento, y por otro se obtienen por intermedio gubernamental.

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12 INVESTIGACIÓNPor parte de la tecnológica (en tanto capital-medios de producción) se entiende que es “patrimonio” de los países industrializados, pues cuentan con la capacidad económica y técnica para producirla relegando a países subdesarrollados a consumirla.

Los países subdesarrollados al adoptar dicha tecnología, necesariamente reducen empleos provocando la descomposición de su sistema productivo, engrosando el desempleo y obligando a la población a emigrar a centros urbanos en busca de empleos irregulares.

Esto acelera el proceso de concentración en las ciudades importantes de los países dependientes, porque los grandes capitales económicos para su instrumentación se encuentran generalmente ahí.

Con base en esto podemos comprender entonces porque hubo países que se industrializaron sólo como producto de la integración mundial.24 En tanto Europa se desarrollaba y entraba de lleno en la revolución industrial, América Latina se estancaba, consolidando su independencia sí, pero generando una situación de desventaja económica y social en el futuro.

El marco de la dependencia nos ayuda a comprender como la evolución de las estructuras productivas (caracterizadas por la liberación de la economía) a nivel mundial, participan en las formas de distribución territorial en la región.25

Así el nuevo contenido de las relaciones del mercado interior con el mundial, que exigió modi!caciones en el reparto de tierra y produjo la construcción material de las sociedades latinoamericanas, generó sus sistemas de ciudades y más tarde por tanto los cambios en sus estructuras urbanas. (ver !gura 3)

La necesidad de créditos y la asistencia extranjera permiten a las estructuras domi-nantes locales, desviar simultáneamente la disparidad socioeconómica a los países dependientes.24 El aparato ideológico del Estado -el sistema educativo- no se limita a la reproduc-ción ideológica de las relaciones sociales de producción, sino que es la base misma de la producción de técnicos y tecnologías. Además la contribución de fundaciones, programas de investigación y universidades, hacen que la producción tecnológica no se limite a las empresas sino también al plano educativo. La producción tec-nológica entonces, sólo puede ser realizada por pocos países y por lo tanto los demás dependen de ellos. Producir la tecnología es más costoso que comprarla, y si esta responde a estadios avanzados, ¿no establece acaso este fenómeno por si mismo la relación dependentista?. Ante todo, la tecnología es una mercancía. Para el comprador el valor de uso de una mercancía puede ser determinante, pero para el vendedor es indiferente; todas las mercancías son desde este punto de vista equiva-lentes. Por lo cual también se traduce en una dependencia de información.25 El liberalismo promovió la propiedad privada y la libre circulación de mercan-cías, lo que favoreció el proceso de urbanización y el crecimiento de las ciudades. En México, esa concepción, propició un pensamiento positivista que creyó no sólo en el progreso de la sociedad sino también de la ciudad.

El fuerte incremento de la clase obrera industrial y en general de la población urbana europea en el siglo XIX, no hubiera podido ocurrir si estos no hubieran contado con los medios de subsistencia de origen agropecuario proporcionados por el nuevo continente, permitiendo ampliar la división internacional del trabajo especializando a los países industriales como productores de manufacturas.

La inserción de América Latina en la economía mundial respondería así a las exigencias que plantean los países industriales, presentándose un intercambio sui géneris. Tal inserción se entiende como el aumento de la productividad del trabajador, creando más productos en el mismo tiempo pero no más valor. Este hecho es el que lleva al inversor a intentar aumentar la productividad, pues ello le permite rebajar el valor real de su mercancía con relación al valor general de producción, obteniendo así una plusvalía superior a la de sus competidores.

Una de las funciones que le fue asignada a Latinoamérica en este entorno, fue proveer a los países industriales de alimentos entre muchas otras materias primas que exigía el crecimiento de su población en general.Es decir que mediante la incorporación del continente al mercado mundial, este desempeñaría un papel signi!cativo en el aumento de la plusvalía en los países industriales. Y las condiciones internas de producción del nuevo continente indicarían, no sólo a nivel económico, aquella relación de dependencia.

Así, a medida que el mercado mundial alcanzaba formas más desarrolladas el uso de la fuerza político-militar dejó de ser necesaria, y la explotación internacional pudo descansar progresivamente en las relaciones económicas.La expansión del mercado mundial representó la base sobre la cual operó la división internacional del trabajo entre naciones industriales y no industriales, resultando la contrapartida de esa división, la ampliación del mercado mundial.

Al parecer las naciones desfavorecidas por el intercambio no buscaron corregir el desequilibrio entre los precios y el valor de sus mercancías exportadas, sino compensar la pérdida de ingresos generados por el comercio internacional a través de aumentar la productividad y distribuir a la mano de obra estratégicamente sobre el territorio.

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13 INVESTIGACIÓN

En México por ejemplo, la etapa por!rista estimuló la formación de un mercado interno que permitiría adquirir impulso, pero explotó al campesinado pues su nivel de vida descendió en términos reales con relación al período anterior, de acuerdo con las cifras de la producción agraria destinada al consumo interno. 26

Estas cifras contradicen, sólo en apariencia, el desarrollo del mercado interno pues la amplitud de éste no era la demanda de productos ni el volumen real del consumo, sino de la demanda monetaria. El nivel de consumo global del campo mexicano tendía entonces a disminuir durante la época por!riana, la parte de su consumo individual crecía paralelamente al proceso de proletarización27, o sea al número de asalariados.

Las posibilidades de expansión de ese mercado eran limitadas, pues se habían desarrollado sólo con base en el

26 Ibíd.27 Roger Bartra sostiene que la primera etapa de desarrollo capitalista del agro mexicano, se hizo por un camino que puede identi"carse como “vía junker”, pero en versión por"riana. Incorporándose en otras regiones modos de producción muy cercanos a la esclavitud o la servidumbre, provocando que el nuevo modelo de producción representara un regreso a los días del tutelaje colonial. BARTRA R., EL modo de producción asiático: problemas de la historia de los países coloniales, ERA, México 1969.

alargamiento de la jornada de trabajo y la pauperización del producto directo.

Aquel México por!rista es bastante ilustrativo. En 1886 el trabajo del peón agrícola expresado en trigo, valía quince veces menos que el del trabajador estadounidense, en maíz doce veces menos y en telas diecinueve veces menos.28

Tal situación no era generalizable en toda América Latina, pues Argentina y Uruguay constituían una excepción al igual que el área central de Brasil, donde el ingreso per capita disminuyó a un ritmo anual del 0,6% entre 1872 y 1900. 29

Un problema más que tiene ver con la economía latinoamericana y mundial, es que una buena parte del mercado interior de la primera es una prolongación del mercado metropolitano. Esto se observa en las situaciones de enclave donde los salarios eran más elevados que en el resto del sistema, no signi!cando que crearían mercado interno como el ejemplo de Centroamérica.

28 FURTADO Celso, op. cit., La Habana 1970.29 Ibíd.

Figura 3Proceso de consolidación urbana, siglos XVIII-XIX. Especialización de regiones a través de la Di-

visión Internacional del Trabajo.

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14 INVESTIGACIÓNOtra característica de la etapa imperialista fue la exportación de capitales además de la de mercancías, pues una cosa no excluye a la otra, ya que el comercio mundial entre 1840 y 1880 creció con una tasa anual del 3,3% y de 1880 a 1913 del 14%. 30

El efecto de desarrollo hacia el exterior que sigue la economía latinoamericana, supone una estructura interna de desequilibrio entre las diferentes ramas de la producción con una gran de!ciencia de las actividades primario exportadoras, así como también en las actividades destinadas al consumo interno.

Esto puede traducirse en la transformación de países enteros en inmensas plantaciones, dando origen a economías de deformación como la de Cuba. Distorsiones típicamente denominadas subdesarrollo.

El desarrollo de América Latina ha sido acompañado por in!nidad de contradicciones. Y ello, al conceptualizarlo, implica comprenderlo como un proceso que no deriva únicamente del devenir histórico sino de una heterogeneidad social, y de formaciones culturales articuladas.

El desarrollo económico no produjo la homogeneización total de las distintas regiones latinoamericanas. Por el contrario acentuó las diferencias en uno de sus extremos. Por ejemplo Argentina y Uruguay, tuvieron un crecimiento económico más aventajado que el resto de los países del subcontinente.

Sobre ello Sunkel y Paz31 elaboran un modelo donde muestran cuatro situaciones básicas, que dividen a Latinoamérica en “Centros coloniales” representados por México y Perú. “Áreas de subsistencia” que comprenden a Chile, Ecuador, el Noroeste de Argentina y Centroamérica.

“Áreas vacías” formadas por la Pampa Argentina y Uruguay, y “Las áreas de subsistencia y plantación” donde se ubica a Brasil, Venezuela y el Caribe.

Estos grupos fueron formados en función de los siguientes elementos. Primero, por la característica del sector exportador, por su desarrollo más temprano o más tardío, su nivel tecnológico, la relativa posibilidad de utilizar o no insumos nacionales, por la mano de obra requerida, la propiedad extranjera o nacional y el destino del excedente. Segundo, por la situación previa en la cual su formación social se desarrollaba, re!riéndose esta situación a la

30 SUNKEL O. y PAZ P., op. cit., México 1988.31 Ibíd.

oferta y demanda de materias primas, bienes de consumo y recursos humanos.

Con respecto a este modelo, Agustín Cueva32 señala que carece del análisis de los modos de producción articulados en cada formación social (formaciones culturales), base sobre la cual se de!nen las modalidades especí!cas de vinculación con el sistema económico mundial, quedando sin una explicación coherente si no se establece ésta relación.Sin embargo, al parecer Cueva paso por alto que sería imposible establecer un modo de producción “de!nido” para América Latina, pues de limitarse exclusivamente a su explicación no sería factible obtener un resultado preciso para comprender su desarrollo dependiente.

Pero no es el caso ahora de hacer un examen exhaustivo del desarrollo particular de cada uno de los países latinoamericanos o de la articulación de cada una de sus regiones en particular, sino señalar la importancia de este contexto para el caso mexicano.

Un caso particular. Ex-centro colonial surgido de una matriz étnica conocida como pueblo testimonio, trans!gurada culturalmente por su reorganización socio-económica pero con alto patrimonio artístico-cultural, y una población nativa marginada de la sociedad urbana como fuerza de trabajo. En conjunto una formación cultural con una estructura socio-económica adecuada a las necesidades del mercado mundial, base de una (entonces) economía primario exportadora complementaria y dependiente comercialmente del capitalismo industrial. Y además con un acelerado desarrollo asistido históricamente por su revolución interna, pero que facilitó enclaves extranjeros como núcleos de un cuerpo en desarrollo.

*******A lo largo de este rápido pero indispensable recuento de acontecimientos podemos ver que la región estuvo (y parece que todavía lo está) sujeta a profundas transformaciones, que condujeron a su particular modernización siendo marcada por frecuentes estancamientos e incluso, en algunos casos, retrocesos.

Una de las constantes más importantes en este desarrollo fue la poderosa in"uencia que, bajo diversidad de formas, condicionó el complejo proceso de urbanización determinando la formación de las distintas regiones de Latinoamérica, y de la estructura urbana en cada una de sus ciudades.

32 CUEVA Agustín, El desarrollo del capitalismo en América Latina, Siglo XXI, México 1993.

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15 INVESTIGACIÓNEs innegable también que el re"ejo de tal desenvolvimiento no sea hoy la expresión territorial de los desajustes del mercado mundial, repercutiendo de manera directa en las dinámicas urbanas.

Por ello la potencia de las economías externas predeterminan, por la in"uencia de sus inversiones y la relación de dependencia, el desarrollo de las relaciones sociales de producción en la construcción de la ciudad; lo que, de cualquier forma, transforma la utilización del espacio en ciudades como la capital de México.

La política del movimiento económico mundial fue, y parece ser que lo será, encontrar una infraestructura propicia en todo aquel lugar a “integrar”: puerto, ferrocarril, infraestructura urbana e incluso en lo subsiguiente vías de comunicación automotriz, aérea y terrestre masiva de gran velocidad.

Estar en desacuerdo o no con este fenómeno parece ser infructuoso pues es la base de la integración y la competencia. Es facultar a la Administración Pública lo necesario para que tenga capacidad de regulación en él. En ese sentido se podrá compensar la libertad de acción de las economías externas, las cuales no representan per se una garantía de equilibrio en el desarrollo urbano y económico de Latinoamérica.

Como vemos con la división internacional del trabajo y las diferentes estructuras distintivas que ésta produce, podemos acercarnos a entender la evolución de la ciudad pero también debemos tener en cuenta que su desarrollo es complementario. Es decir que la alta industrialización y

prosperidad de regiones avanzadas no se podría entender sin la orientación (inicial) comercial-básica de países como México.

Ilustración sobre pobreza y subdesarrollo en América Latina tomada de el Clarín (versión digital).

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Cierre de edición 10 de febrero

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Izquierda y derecha son en realidad conceptos relativos en el lenguaje político actual. De!nirlos con precisión nunca ha sido tarea fácil. En términos generales

puede a!rmarse que la derecha privilegia como eje de sus intereses la preservación del status quo, mientras que la izquierda tiende a mostrarse más preocupada por las cuestiones del cambio para el progreso; pero ésta, como cualquier otra generalización, suele ser abusiva. Difícilmente podríamos sostener que Cuba o Corea del Norte tengan hoy día marcadas preocupaciones por el cambio para el progreso, o que la derecha o la izquierda de cualquier país representen un bloque compacto y homogéneo.

Las raíces históricas de esta terminología se remontan a la época de la revolución burguesa en Francia, cuando girondinos y jacobinos confrontaron posiciones políticas distintivas, para sugerir el modelo organizativo que cada cual buscaba aplicar en el país luego del derrocamiento de la monarquía.

La distinción entre izquierdas y derechas se aplicó, por primera vez a la política, en la Francia revolucionaria. La Asamblea Constituyente, inició sus trabajos en 1792. Los diputados se hallaban divididos en dos grupos enfrentados: el de la Gironda, que se situó a la derecha del Presidente, y el de la Montaña, que se situó a la izquierda. En el centro tomó asiento una masa indiferenciada a la que se designó como el Llano -o la Marisma-. Los girondinos deseaban restaurar la legalidad y el orden monárquico, mientras que La Montaña propugnaba un estado revolucionario, el cual, después de anular a los girondinos, desembocaría en lo que se conoció

-lamentablemente, aunque con justicia- como el Terror. Así se produjo una identi!cación de la izquierda con la radicalización revolucionaria que, al grito de “Libertad, Igualdad y Fraternidad”, desencadenaría una etapa de utopías y ferocidad que sólo lograría detener el golpe de Estado de Bonaparte. Los implacables Robespierre, Danton y Marat fueron los caudillos y los de!nidores del primer partido político francés que se situó a la izquierda. (http://www.uca.edu.sv/publica/realidad/r82izqui.htm Rescatado el 25 de mayo de 2010.)

Un análisis, incluso super!cial, tendiente a clasi!car con precisión lo que izquierda y derecha como términos

políticos deberían incluir, pronto deja al descubierto las di!cultades del intento, tanto así, que al paso de poco más de dos siglos, se ha tenido que ir modi!cando el discurso, primero para poder hablar con más propiedad de un

“espectro político” amplio y luego, para ir identi!cando las diversas posibilidades con las que se puede dimensionar tal estructura, desde los radicales de izquierda hasta la extrema derecha. Y vaya que si es abundante el menú, como cualquier estudiante de introducción a la historia de las ideas políticas podría fácilmente constatar.

En general, como hemos dicho, la derecha tiende a asociarse con posturas y causas conservadoras en lo político, lo que suele signi!car la defensa de los privilegios de las clases más acomodadas; suele tener una clara orientación clerical y se identi!ca con doctrinas económicas liberales, generalmente orientadas hacia la defensa del libre mercado y del desempeño individual.

La izquierda por su parte tiende a abanderar causas populares y promover políticas públicas de mayor participación estatal, suele ser abiertamente anti-clerical y se mani!esta por la defensa de los derechos sociales, aunque cuando examinamos de cerca la práctica política real de los diversos países, podemos encontrar muy variados tonos y matices de izquierdismo o derechismo que fácilmente permiten cuestionar cualquier forma de estereotipo.

La izquierda contemporánea en América Latina OPINIÓN 16

Dr. David J. Sarquí[email protected]

Girondinos durante la Revolución francesa

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garantizado por un modelo neoliberal incuestionable, las izquierdas en América Latina se encontraron con opciones muy limitadas para el diseño de políticas públicas en busca del desarrollo regional. Del otro lado, el triunfo del modelo norteamericano conllevó a una gradual eliminación del apoyo a las dictaduras militares (que habían dejado de percibirse como necesarias) y una promoción mediática de la democracia y de los derechos humanos, como variables fundamentales de un supuesto nuevo orden internacional que caracterizaría al cierre del siglo en la región: la apuesta era alta.

Durante la mayor parte de los 90’s, incluso los más decididos partidarios de la izquierda en la región tuvieron que intentar adaptarse a las nuevas condiciones de un contexto globalizado que exigía la puesta en marcha de programas para la democratización representativa y liberal y la promoción de una economía de mercado basada en la iniciativa privada, acorde con los principios sugeridos (como receta para la felicidad eterna) por el consenso de Washington. Incluso los izquierdistas más acendrados aceptaron la esperanza de que la creciente marea del capitalismo mundial elevaría el nivel de todos los barcos, incluso los menos aptos para la mar.

La izquierda en América Latina (dependiendo de cómo se de!ne el concepto) puede tener una larga historia que bien podría incluir desde los caudillismos paternalistas vigentes durante la mayor parte del siglo XIX hasta el populismo corporativista de la mayor parte del XX, aunque para muchos esto representa una extensión inapropiada del concepto.

En realidad, el núcleo fuerte de la idea clásica de la izquierda en el espectro político latinoamericano estaría en los movimientos revolucionarios de inspiración histórico materialista que conmocionaron a la región desde !nales de la década de los 50’s hasta !nes de los 80’s (justo en el contexto de la Guerra Fría) y que dieron paso a terribles episodios de guerra sucia en varios países latinoamericanos. La ‘izquierda’ por lo tanto refería muy puntualmente, en esta parte del mundo, a una opción política de corte revolucionario radical, cuyo objetivo !nal sería el advenimiento de un orden proletario internacional. Pero en realidad, esta también es una generalización abusiva: ‘izquierda’ como ya he señalado nunca ha sido en realidad un concepto homogéneo que caracterice a una sola tendencia política claramente identi!cable, a pesar de los rasgos comunes que las unen a todas.

En el contexto del mundo bipolar, buena parte de la región latinoamericana estuvo caracterizada por la presencia de dictaduras militares, defensoras de la idea norteamericana de democracia (y apoyadas por el capital estadounidense) que mantuvieron a la región como área de in"uencia del poder hegemónico de Estados Unidos, garante de su propio concepto de seguridad hemisférica (de!nida en virtud de intereses del capital norteamericano) con los ejércitos de cada país a cargo de una versión de seguridad nacional inspirada en el modelo hegemónico, ante todo decidido a impedir la expansión del comunismo –especialmente luego del triunfo de la revolución cubana. Esto contribuyó, de alguna manera a sentar las bases para una conceptualización de la izquierda en la subregión, de!nida como cualquier movimiento político opositor a las dictaduras, pero en especial, los de corte histórico materialista en cualquiera de sus versiones, desde el marxismo-leninismo clásico hasta el maoísmo. Para todas ellas, en teoría, el común denominador era la lucha contra el imperialismo norteamericano, en pro de la instauración de un internacionalismo proletario. En la práctica, sin embargo, cada movimiento tenía bases nacionales bien arraigadas y un modelo propio de liberación nacional, desde el cual se proponían estrategias para la acción política y pública.

El !n de la Guerra Fría y el consecuente deshielo bipolar cambiaron de manera sustancial el panorama para los izquierdistas latinoamericanos. Con el descrédito del discurso marxista-revolucionario y la !cción del éxito

OPINIÓN 17

Ernesto Guevara junto a Fidel Castro en La Habana. Dos líderes rep-resentativos de la izquierda latinoamericana de los años sesenta

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No obstante, los resultados prácticos de los esfuerzos de implementación de estas políticas neoliberales distaron mucho de las promesas hechas a las grandes masas crecientemente depauperadas. Ciertamente hubo algún crecimiento económico, pero como de costumbre, terriblemente mal repartido. Para !nes de los 90’s y el inicio de un nuevo siglo ya había claras señales de inconformidad entre las capas populares de varios países latinoamericanos y empezaba a sugerirse un viraje hacia la izquierda (mucho más fácil de proclamar que de llevar a cabo).

Ciertamente, a principios del nuevo siglo se palpa ya en América Latina un notable desencanto con el modelo de la democracia representativa y liberal, lo mismo que una gran decepción con la economía del libre mercado, sobre todo entre esas mismas clases populares, ya que no se habían cumplido las promesas de prosperidad que se venían formulando incluso antes del !n o!cial de la Guerra Fría.

La respuesta social tuvo que ser medianamente moderada, a pesar de todo, porque el radicalismo clásico había sufrido un descredito enorme con la desaparición de la Unión Soviética. Surgió entonces una versión de izquierda más bien moderada que convirtió en eje de su discurso a la noción de gobernabilidad (justo, quizá a raíz del temor a que, en efecto, las cosas pudieran salirse de control debido al creciente resentimiento social). De esta manera se per!la en la región un modelo híbrido de izquierdismo tibio para el siglo XXI que abandona las pretensiones radicales de una transformación sustancial en el modo de producción capitalista, acalla las nociones clásicas de lucha de clases, pero retoma con un renovado per!l

la preocupación por las capas menos protegidas de la sociedad y más vulnerables ante las reglas descarnadas del libre mercado, lo cual incrementa, en gran medida el riesgo del retorno a formas perniciosas de populismo autoritario.

Con mayor o menor éxito, los países de esta región han tratado de acoplarse a las exigencias del modelo neoliberal impulsado por el consenso de Washington desde mediados de la década de los 90’s, el cual se funda en la idea de una estructura estatal reducida a su mínima expresión, (cuyo desempeño es responsable de gran parte de la tensión social acumulada en la región –ante todo debido a la pérdida de empleos) la distribución de bienes y servicios preferentemente a través del mercado (en oposición al uso de canales estatales) y en políticas de apertura indiscriminada al comercio exterior y a la inversión extranjera, aunque ominosamente impiden la libre circulación de mano de obra.

Pero la verdad de las cosas es que, al término de la Guerra Fría, la región latinoamericana estaba muy pobremente preparada para poner en marcha un modelo de esta naturaleza debido, sobre todo a su tradición marcada paternalista y a la falta de una auténtica cultura empresarial, así como a la naturaleza de sus rígidas estructuras jurídicas. América Latina ha tratado de ajustarse, un tanto a marchas forzadas en el curso de las últimas dos décadas a las exigencias del modelo neoliberal, pero la verdad es que en el proceso de implementación de una economía de mercado no es fácil improvisar, sobre todo teniendo en cuenta la experiencia acumulada que ya existe entre las economías más desarrolladas del planeta, con las que inevitablemente se tiene que competir.

OPINIÓN 18

Protestas evidencian el descontento generalizado de la poblaciónante la aplicación de políticas neoliberales impopulares

Maquiladora mexicana ejemplo de la cultura exportadora.

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OPINIÓN 19

la izquierda revolucionaria tradicional de la era de la Guerra Fría. Tenemos más bien gobiernos con preocupaciones nacionalistas muy similares a los de la social-democracia europea, por lo cual resultan mucho más aceptables para Estados Unidos (excepción hecha, claro está de Venezuela y el caso más tradicional de Cuba).

La verdad es que, a pesar de las promesas incumplidas del modelo neoliberal y de las crisis recurrentes en el modelo capitalista, en ningún lugar de América Latina se discute hoy día una concepción seria de revolución profunda al viejo estilo de la revolución proletaria.

No se trata, desde luego, de revivir viejas tendencias promotoras de con"icto social como vía de transformación en la búsqueda de un modelo de organización más justo. Pero es claro que las izquierdas en América Latina van a requerir de un esfuerzo enorme de imaginación creativa para ofrecer alternativas reales ante la miopía neoliberal que, fascinada con indicadores económicos anquilosados, es incapaz de ver el sufrimiento de crecientes masas depauperadas por la insensibilidad del libre mercado.

Con todo y el rechazo popular a la política neoliberal y a pesar de las crisis que ha generado en diversos planos al término de la primera década del presente siglo, su proceso de implementación sigue en marcha bajo la supervisión hegemónica de Estados Unidos, factor que ninguno de los países de la subregión puede ignorar. El descontento popular puede explicar, claro está, los triunfos electorales de la izquierda en la última década: no obstante, es una izquierda que, hasta en el caso de las intenciones más radicales (o quizá, mejor dicho, más vociferantes) está obligada a jugar bajo las reglas de juego tradicionales de la política interestatal clásica, que busca la defensa del interés “nacional” y promueve equilibrios de poder que efectivamente han fracturado los intentos de uni!cación de fuerzas latinoamericanas. Aún cuando pudiera a!rmarse que la globalización ha implicado un ensanchamiento de la cancha, la verdad es que las reglas de juego del capitalismo tradicional siguen siendo esencialmente las mismas para todos los participantes e incluso los aparentemente más radicales están “jugando” con ellas.

A la luz de estas consideraciones no debe perderse de vista que América Latina dista mucho de ser una región homogénea: la diferencia en los niveles de desarrollo entre países así como al interior de los propios países es muy marcada. Aunque el poder de los militares se ha desvanecido gradualmente en el curso de las últimas dos décadas está lejos de haber desaparecido completamente y, de hecho aún pende, como la espada de Damocles sobre muchas de las incipientes democracias de la región. En la búsqueda de sus propias metas nacionales, los países latinoamericanos han exacerbado su competencia y, con ello, limitado las posibilidades reales de concreción de cualquier intento uni!cador. La lucha sigue siendo esencialmente “nacional”.

El descredito de los modelos de economía plani!cada y del discurso revolucionario tradicional que, según se dice, conduce de manera irremediable a formas de totalitarismo, deja a los países de la región con opciones muy limitadas en materia de diseño de políticas públicas orientadas con mayor claridad hacia una noción adecuada de bien común, tan necesaria para contener los embates del individualismo exacerbado que parecen conducir al mundo a una hecatombe propiciada por el consumismo incontrolado, el agotamiento de recursos naturales y la incapacidad real de satisfacer las necesidades de una población creciente con recursos limitados.

La izquierda en América Latina es hoy día más que nada un mosaico de opciones que impide de!niciones categóricas basadas en un reduccionismo simplista debido a su variada naturaleza. Prácticamente ninguna de las opciones actuales se apega a los cánones de

Mandatarios latinoamericanos representantes de la nueva izquierda del continente

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Ecuador: Otra vuelta de tuercaOPINIÓN 20

Alex [email protected]

Ecuador está lejos de ser el mejor ejemplo de democracia, pero sus dirigentes han hecho un esfuerzo considerable (así lo dicen) por conservar

esa imagen de respeto constitucional frente al exterior. Por lo menos desde 1979, año en que se reinstauró el libre sufragio, han disimulado hacerlo. Y no ha sido una tarea fácil. El retorno a los cauces constitucionales (eufemismo de los militares para deslindarse de su irresponsabilidad como gobernantes) supuso un camino que aún no deja de ser claro en la vida política del Ecuador.

El país vivió la repentina muerte de una de sus !guras políticas más prometedoras a comienzos de los ochentas. Pocos años más tarde, escándalos de desaparición y tortura de civiles, so pretexto de combatir grupos subversivos (véase Febres Cordero y caso Restrepo), ya exponían el oscurantismo con el que se empleaba la fuerza pública. A !nales de la década, el gobierno sucesor pretendió llevar a cabo un modelo socialdemócrata que apenas fue un destello de progreso, apagado por una enclenque

reforma neoliberal. Y olvidé mencionar la fatídica guerra contra el Perú.

Después de esos años, lo que vino fue peor. Presidentes que veían fantasmas, congresistas que usurparon el poder, una transformación constitucional etérea y la más profunda crisis !nanciera en la historia del país; al !nal, se optó por dejar una moneda propia a cambio de la seguridad del dólar. En medio de todo esto, ocurrieron dos golpes de estado. Pero la historia no se queda ahí.

También hubo un coronel golpista que triunfó electoralmente, aunque su abrupta salida signi!có una especie de karma político, luego de que quisiera disponer a su antojo del poder judicial, para traer, entre otros, a ese loco que alguna vez vio fantasmas en el Palacio de Gobierno. La gente no toleró su osadía y lo tumbó; esa revuelta implicó un tercer período presidencial inconcluso en menos de 10 años. Entre bromas se decía que el deporte o!cial de los ecuatorianos era derrocar presidentes.

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OPINIÓNEn el entretiempo, la corrupción fue la insignia particular de todos los pasajes de esta breve historia política, que bien podrían ser las nuevas Fábulas de Esopo de cualquier aspirante a funcionario público ecuatoriano. Si la población de este país ya es pequeña, su clase política es apenas un puñado minúsculo de personas, que circularon en las esferas del poder a suerte del gobierno de turno. La corrupción, entre éstos, era un intercambio tradicional, y una especie de reciprocidad por favores pasados.

Después de todo, creo que vale aplaudir que la democracia se haya conservado en Ecuador. Sin embargo, que haya sobrevivido, aunque herida y estigmatizada, es un mérito de su pueblo, no de ese desparpajo de clase política que quiso gobernarlo.

No es de extrañarse que Rafael Correa se haya mostrado como el líder transformador que el país necesitaba. Él y sus cercanos habían hecho un recuento de esta historia y creyeron entender la manera de cambiar el país. Era gente diferente (la mayoría), que no estaba viciada por lo que alguna vez Rodrigo Borja (ex presidente) reconoció como los ‘7 pecados capitales de la mal llamada clase política ecuatoriana’. Así que el pueblo ecuatoriano creyó en su discurso, y luego de una arremetida contra la vieja partidocracia, han venido ganando cinco elecciones consecutivas, entre ellas, para transformar y validar la carta magna del país. Es decir, el gobierno ha validado sus propuestas a través de la forma más precaria de la democracia, el voto. Quien quiera insinuar sobre cualquier fórmula de régimen totalitario en el Ecuador, deberá simplemente acudir a revisar las actas electorales.

Pero no es en el voto donde falla la democracia ecuatoriana. La debilidad de su democracia radica precisamente en su incapacidad para garantizar la institucionalidad del cambio. Y no porque quien gobierna este pequeño país sea un caudillo de masas (como vulgarmente se lo acusa) sino porque en Ecuador la democracia es un anhelo frágil, que aún desconoce los medios para funcionar sin la hegemonía de un aparato violento. Peor aún, su sistema político no ha encontrado los mecanismos para operar en función de los altos intereses de la nación, sin que la venia de las élites sea la directriz de las políticas públicas. Aunque se han venido haciendo esfuerzos signi!cativos.

Lo que ocurrió en Ecuador el pasado 30 de septiembre no fue sólo un golpe contra la institucionalidad democrática, el gobierno y el estilo particular de gobernar del presidente, sino contra la oportunidad de cambio. La facilidad con la que se manipuló a la policía nacional (so pretexto de una reducción salarial) denota que el país sigue siendo una cuna de pequeños intereses, donde aún se cree que la violencia de la fuerza pública es la mejor arma para hacer política. Si se acusa al presidente por la irresponsabilidad de haber acudido personalmente a lidiar con la policía, se debe hacer una doble acusación a quienes permitieron la degeneración de esa institución. Incluso se debe acusar a quienes durante años no fueron capaces de usar su voz y ahora sí reclaman una violación a la libertad de expresión.

Lo que observamos hoy no es la simple arremetida de una oposición desorganizada, ni la intromisión de oscuros intereses extranjeros. Hay algo más que ello. Hay, sobre todo, una conspiración contra la determinación de un pueblo que exige el cambio. Hay, también, rezagos de esas viejas historias políticas que conté, que aunque lejanas, siguen permeando la conducta de nuestros dirigentes. Y hay un malestar generalizado, producto de una radicalización que todavía no distingue claramente a los culpables de la asonada policial.

En todo ese río revuelto, pesca el gobierno, que se fortalece políticamente. Pesca la oposición, que va encontrando espacios de desestabilización. Pesca el mainstream internacional, que tiene más argumentos en contra de la posición política del país. Y pescan todos aquellos que ven en la inestabilidad, la oportunidad de especular con el destino de un país. Pero quedan sin pesca aquellos ciudadanos que viven de su trabajo diario para vivir, quienes creen en la política como medio de cambio y todos quienes observamos con indignación cómo un pequeño país puede deslizarse al caos con la complacencia de la policía nacional.

Al !nal, el peso de la historia sigue apareciendo como un fantasma que nos asedia y aterroriza, pero sobre todo, nos impide institucionalizar una empresa de cambio.

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“Hay, sobre todo, una conspiración con-tra la determinación de un pueblo que exige el cambio.”

“En Ecuador la democracia es un anhe-lo frágil, que aún desconoce los medios para funcionar sin la hegemonía de un aparato violento.”

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La discutida hispanidadOPINIÓN 22

Mtro. Gerardo Blas [email protected]

La llegada del 12 de octubre nos hace rememorar el descubrimiento de América por los españoles, de lo cual resultó el encontronazo entre las civilizaciones

americanas y la europea, en su versión mediterránea, hispana y católica, enriquecida muy pronto por las contribución africana. Como cada 12 de octubre, podemos comentar este acontecimiento histórico, sea para celebrar, sea para lamentar. ¿Festejo o duelo? La respuesta siempre ha generado polémica. ¿Debemos festejar la llegada de los europeos y de “la civilización”? ¿O debemos lamentar la imposición cultural y el genocidio? Un evento como éste puede quedarse como mero comentario escolar o de sobremesa, o bien servir de motivo para re"exionar sobre el papel de la cultura hispánica en el mundo.

Para bien o para mal, la cultura hispánica es lo que es: lo que se ha formado con el correr de los siglos, el lugar al que hemos llegado por un transitar a veces penoso, pero también es el lugar a donde queremos llegar. La cultura hispánica puede ser carga pero también puede ser proyecto y futuro.

La polémica histórica da para una larga y extensa discusión, así como para un profundo análisis, sin embargo, esta vez quiero llamar la atención sobre un tema urgente y actual: la enorme indiferencia y descon!anza con que nos seguimos mirando los países que compartimos la hispanidad. Parece que la convivencia con el vecino, mientras más parecido es, resulta más problemática. Y qué decir de la gran brecha existente entre ambos lados del Atlántico. Aparte de la distancia física existe un desconocimiento y cierto alejamiento de España. Como si todavía sintiéramos la amenaza de reconquista.

No está de más reiterar la obviedad de las enormes coincidencias culturales. El hecho de poder reunirse en Cumbres o eventos análogos, hablar el mismo idioma (sea el materno, o el segundo idioma que los pueblos indios ocupan como lengua franca) y compartir algunos reclamos políticos y económicos frente a las fuerzas hegemónicas globales, debería dar un enorme peso a las posiciones originadas o sustentadas en la realidad hispanoamericana. Y de más está a!rmar que esta gran fuerza potencial es grandemente desaprovechada.

La visión que tenemos de España, por ejemplo, dista de ser racional y equilibrada. Para muchos, este país europeo todavía es “la antigua metrópoli colonialista”. Sin embargo, España ha mostrado ser un buen mediador en nuestros intentos por establecer contacto y hacer negocios con la Unión Europea, además de constituir un trampolín para hacer conocer en Europa la cultura hispanoamericana. Por otro lado, en España se sigue ninguneando y desconociendo en gran medida lo producido en tierras americanas. No se ha entendido todavía la necesidad de entablar relaciones bajo un esquema de cooperación interregional. Nuestros países no deben sentirse ya como “las hijas” o “las hermanas menores”, pero es indispensable reforzar los lazos en aras de defender y promover los intereses comunes. Muchas iniciativas se han quedado aun en meros discursos. Es mucho lo que puede aportar España y mucho también lo que pueden aportar nuestras repúblicas americanas. La

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OPINIÓNcuestión es no perder la oportunidad que nos brinda el hecho de pertenecer a una gran cultura, aunque existan, claro está, diferencias regionales importantes. Alfonso Reyes escribió algún día: “Si el orbe hispano de ambos mundos no llega a pesar sobre la tierra en proporción con las dimensiones territoriales que cubre, si el habla en lengua española no llega a representar nunca una ventaja en las letras como en el comercio, nuestro ejemplo será el ejemplo más vergonzoso de ineptitud que pueda ofrecer la raza humana”1.

Cuando uno mira las noticias, es triste ver las pugnas entre los países que en los discursos suelen ser llamados

“países hermanos”. Diferencias de múltiples tipos se hacen presentes entre los países hispanoamericanos, pero esas diferencias tienen que ir disminuyendo, y no sólo eso, sino que se tienen que ir generando iniciativas de acercamiento, de cooperación, de crecimiento conjunto.

En estos meses y años estamos celebrando también el bicentenario de las independencias de éstos nuestros países que formaron parte del Imperio Español, y esta pertenencia histórica es la que nos ha brindado lo que tenemos de común. Con todas nuestras diferencias, España nos dotó de nuestra comunidad cultural, y este hecho no debe ser desconocido, ni negado. Pero si uno analiza la historia, puede percatarse de que las independencias no trajeron proyectos exitosos que unieran a los nuevos países surgidos de la desaparición del Imperio Español. Lo que hubo fue intentos que no pasaron de los discursos, y pugnas reales que acabaron con cualquier sentimiento real de cooperación.

A estas pugnas contribuyeron los intereses de las potencias extranjeras, es cierto, pero también contribuyeron las enormes disputas internas entre diversos actores que no acababan de decidir cuál debía ser el proyecto político o el rumbo económico y de qué tamaño debía ser la transformación social. No podemos seguir construyendo nuestro presente a partir del puro reclamo histórico. Nos toca construir el futuro, y nunca es tarde para empezar. Es cierto que tuvimos trescientos años de colonialismo, pero tenemos ya doscientos años de vida independiente.

1 Reyes, Alfonso, “Páginas adicionales”, en Obras completas, IV, FCE, México, 1995 (1956), pp. 568-569

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“ España ha mostrado ser un buen me-diador en nuestros intentos por esta-blecer contacto y hacer negocios con la Unión Europea.”

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Dimensiones de la economía informal en México

ECONOMÍA 24

Mtro. Omar Jiménez [email protected]

El fenómeno de la economía informal adquiere en el mundo cada vez más relevancia, tanto por su participación económica como por su crecimiento.

De acuerdo a un estudio realizado recientemente por Schneider y Buehn (2009) para 120 países durante el período 1999 a 2006, el tamaño promedio de la economía informal como proporción del Producto Interno Bruto en 76 países en desarrollo fue de 34.9% en 1999 y de 35.2% en el año 2005/06, de los cuales Singapur, China y Vietnam mostraron los porcentajes más bajos y Perú, Panamá y Bolivia registraron el mayor nivel de informalidad con 60.1, 64.2 y 67.3% respectivamente. En los países asiáticos y del Este de Europa considerados en este estudio (19 países) el promedio de la economía informal fue 35.8% en 1999 y de 36.9% en 2006. Los tres países de este grupo con el menor nivel de informalidad fueron la República Checa con 17.2%, Eslovaquia con 18.0% y Hungría con un 23.4%, mientras que la mayor informalidad se registró en Moldavia, Ucrania y Georgia con 48.2, 54.3 y 67.8% respectivamente. Por su parte, los países de la OCDE (25) registraron un tamaño promedio de su economía informal de 14.2% en 1996 y de 15.8% en 2006. De este grupo los países que tuvieron la menor economía informal son Suiza, Estados Unidos y Austria, con un 7.0, 7.9 y 8.1% de informalidad respectivamente, mientras que los que registraron los niveles más altos fueron México con 31.5%, Corea con 26.6% y Grecia con 25.3 por ciento.

La economía informal en México

Siguiendo los datos de Schneider y Buehn (2009), México se encuentra en un nivel intermedio de informalidad en el mundo con un tamaño promedio de su economía informal de 30.4 % del PIB. Sin embargo, la economía informal adquiere dimensiones preocupantes cuando observamos que por sí sola supera al producto total de la actividad industrial (manufacturas, minería, construcción y electricidad, gas y agua) y agropecuaria, silvícola y pesquera de nuestro país, que aportan cada una 26.6% y 3.9% del PIB.

Además de su aportación económica, la economía informal es una importante fuente generadora de empleo. De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), al término del segundo trimestre del 2010 formaban parte de la economía informal un 28.78 % de la población económicamente activa (PEA), lo que representa 12.8 millones de personas. Sin embargo, de acuerdo a la metodología del Fondo Monetario Internacional el porcentaje de la PEA ocupada en este sector se ubica entre el 50% y el 60%, lo que podría representar entre 22 y 26 millones de personas. Este último dato es uno muy importante a considerar dadas las circunstancias de nuestra economía.

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Schneider (2006).

Cuadro 1Tamaño promedio de la economía informal por grupo de países

(% del PIB)

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Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Schneider y Buehn (2009).

ECONOMÍA 25

El 67 % restante lo hace en instalaciones improvisadas en la vía pública, en tianguis o deambulando en la calle, en su propio domicilio o en el de los clientes.

De los 12 millones 283 mil personas que trabajan en los micronegocios, el 53 % son hombres y el 47 % son mujeres. En cuanto a su edad se estimó que el 16 % de las personas que se desempeñan en el sector informal son jóvenes menores de 25 años, 46 % de ellas tienen entre 25 y 44 años y el 37 % son mayores de 45 años.

Respecto de la educación de los individuos instalados en los micronegocios, se estima que del total de personas ocupadas en este sector, el 5.6 % no completó los estudios primarios; el 61.7 % apenas concluyó su educación primaria ó secundaria; el 19 % alcanzó el nivel medio superior o de preparatoria y el 12 % realizó estudios de profesional o postgrado.

En cuanto a sus posibilidades de acceso a los servicios de salud públicos y privados ésta encuesta muestra la enorme vulnerabilidad de la población ocupada en los micronegocios pues el 78.8 % no cuenta con ellos.

A partir de los datos anteriores con!rmamos la importancia que ha alcanzado la economía informal en México. Sin embargo, para poder caracterizar a las empresas e individuos que participan en la economía informal es necesario recurrir a la Encuesta Nacional de Micronegocios (ENAMIN) que registra la información de los negocios que predominan en la economía informal. 1

De acuerdo a esta encuesta existen 8 millones 108 mil micronegocios en el país, de los cuales la mayoría se ubicaron en el sector comercio (39.7 %) y en el sector de los servicios personales (33.1 %); seguidos en importancia por el sector manufacturero (15.8 %), el de la construcción (7.1 %) y el del transporte (4.2 %). En cuanto a la disponibilidad de local comercial para los micronegocios, sabemos que del total de este tipo de negocios sólo el 33 % realiza sus actividades en locales o en pequeños talleres de producción o reparación.

1 Los micronegocios son las unidades económicas de hasta 6 personas, incluidos el dueño y los trabajadores del mismo, remunerados o no, en las siguientes activi-dades: industrias extractiva y de la construcción, comercio, servicios y transporte. En contraste, para el sector manufacturero se consideran como micronegocios a las unidades económicas de hasta 16 personas, incluyendo al dueño y los trabajadores remunerados o no.

Grá!ca 1Tamaño de la economía informal en países seleccionados

(% del PIB promedio de 1999 a 2006)

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ECONOMÍA 26

Respecto al ingreso, por ahora baste con anotar que el ingreso promedio mensual de los trabajadores subordinados remunerados que laboran en los micronegocios es de $ 3,197.00 pesos mensuales (aproximadamente 145 usd), mientras que las ganancias promedio mensuales en los micronegocios ascienden a $ 4,533.72 pesos (aproximadamente 348 usd). Por su parte, el promedio de horas trabajadas en este tipo de negocios es de 37.1 horas semanales.

Por sector, encontramos que los micronegocios dedicados a la construcción y los transportes son los que ofrecen un mayor nivel de ingresos promedio al mes (6,363 y 6,201 pesos respectivamente), mientras que los comerciales y manufactureros son los que generan menores ingresos (3,837 y 3,433 pesos respectivamente.

En cuanto a sus motivaciones la mayoría de los encuestados (46 %) manifestaron haber iniciado su micronegocio con el propósito de complementar el ingreso familiar o para obtener un mayor ingreso que como asalariado y sólo el 8.6 % declaró haber iniciado su micronegocio por no encontrar trabajo como asalariado o por haber sufrido un despido.

Fuente: Elaboración propia a partir de datos INEGI, Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), 2010

Fuente: INEGI, Encuesta Nacional de Micronegocios (ENAMIN), 2009.

Grá!ca 2Tasa de ocupación en el sector informal

(% de la PEA, 2000 a 2010)

Grá!ca 3Sector de la actividad económica en las que se ubican los

micronegocios(Porcentaje para 2008-2009)

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ECONOMÍA 27

Para México podemos destacar las siguientes características de la economía informal:

Es un sector muy importante de la economía, tanto en términos de la población que ocupa (12.8 millones) como por su aportación al PIB (30.4 %);

Las principales actividades que se desarrollan en este sector son las comerciales y las relacionadas a los servicios personales (72.8 %);

La mayoría de las actividades informales se ofrece principalmente en la calle (67 %);

Ocupa proporcionalmente a hombres y mujeres (53 % y 47 % respectivamente);

La mayor parte de la población que se ocupa en los micronegocios se encuentra en su edad más productiva (46 % de la población tienen entre 25 y 44 años);

El porcentaje de personas con estudios de nivel medio superior , licenciatura o posgrado que participan en este sector es muy alto (21 %) considerando los requerimientos de la actividades informales;

Representan una numerosa población prácticamente sin acceso a los servicios de salud pública ni privada (82.5% del total);

Es un sector atractivo por el nivel de ingresos promedio por trabajador que genera ($106.56 pesos diarios) en comparación con el salario mínimo vigente ($57.46 pesos diarios en la zona A);

Los micronegocios instalados en los sectores de la construcción y los transportes generan ingresos promedio mensuales 72.8 % más altos que los ubicados en el comercio y las manufacturas; Fuente: INEGI, Encuesta Nacional de Micronegocios (ENAMIN), 2009.

De acuerdo a las principales razones que los dueños expresaron para abrir su micronegocio, la economía informal es una alternativa real para las personas que buscan las oportunidades y los ingresos que no les ofrece la economía formal. Se trata también de una válvula de escape para las presiones sociales que producen el desempleo y la pobreza tal como lo hace la migración.

La complejidad del fenómeno de la informalidad merece un estudio mucho más amplio y profundo que continuaremos en próximas colaboraciones.

Grá!ca 4Nivel de instrucción de la población ocupada en los micronegocios

(Porcentaje para 2008-2009)

Grá!ca 5Ganancias promedio mensuales de los micronegocios por sector

(Pesos corrientes en 2008)

Grá!ca 6Motivo principal para iniciar los micronegocios

(Porcentaje para 2008-2009)

Fuente: INEGI, Encuesta Nacional de Micronegocios (ENAMIN), 2009.

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Relaciones fructíferas entre México y Colombia ECONOMÍA 28

Carlos Alberto Marín Herná[email protected]

Hoy en día el comercio internacional es percibido como un pilar fundamental para el desarrollo y porvenir económico. No obstante, los vínculos

comerciales se consolidan a través de la construcción de buenas relaciones entre naciones a !n de generar nexos cordiales y justos entre las partes involucradas. Detrás de ello hay todo un arduo proceso que consta del trabajo de miles de personas, sobre todo del involucramiento diplomático, el cual actúa como representante de los intereses nacionales de cada país.

Con respecto a las relaciones colombo-mexicanas, se encontrará que estas no sólo se remiten a un mero nexo comercial. Como el reciente presidente electo Juan Manuel Santos a!rmó en su visita a México (Julio de 2010), el compromiso de Colombia con México incluye también, en algunos de sus puntos, el apoyo y asesoría en el combate contra el narcotrá!co. De igual manera, las relaciones existentes entre ambas naciones ciñen un sin !n de actividades culturales y empresariales, sólo por mencionar algunas.

Comercio

Para 2009 Colombia ocupó el cuarto lugar como socio comercial de México (1.09% como porcentaje de las exportaciones) después de Estados Unidos (80.51%), Canadá (3.65%) y Alemania (1.40%). Para ese mismo año, el valor de los productos exportados de México a Colombia ascendió a 2,500 millones de dólares. Caso contrario ocurrió con las importaciones, donde México importó mucho más de naciones como China, Japón y Corea. En ese sentido, Colombia fue relevado a un segundo plano.

Es importante tener en cuenta que el comercio entre las dos naciones ha ido creciendo de manera importante en los últimos años. Según datos de la Secretaría de Economía de México el valor de las exportaciones mexicanas destinadas a Colombia ha crecido en un 90% desde 1993 a 2009 (Ver Grá!ca 1). De igual manera el valor de los productos destinados de Colombia a México ha experimentado un crecimiento del 86% en el mismo periodo.

Actualmente, el valor del comercio total entre las dos naciones es de US$3’120,008. En 1995, una vez puesto en vigencia el Tratado de Libre Comercio Colombia-México, el valor del comercio real creció en un 26%. No obstante, la balanza comercial es positiva para el caso mexicano, implicando que la incursión de los productos colombianos en el mercado mexicano ha sido insipiente, dejando así muchos aspectos en los cuales trabajar.

Inversión

Recientemente, el gobierno del saliente mandatario Álvaro Uribe Vélez ha encaminado grandes esfuerzos en generar con!anza para la inversión extranjera. Gracias a ello se ha evidenciado una creciente incursión de inversión extranjera en el país, sobre todo en los sectores de petróleos y minas, transportes y telecomunicaciones y establecimientos !nancierosEl diálogo y la negociación se han convertido en herramientas funda-

mentales para el comercio internacional

“El valor de las exportaciones mexica-nas destinadas a Colombia ha crecido en un 90% desde 1993 a 2009”

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ECONOMÍA 29

Por ahora, los principales países inversores en territorio colombiano son Estados Unidos, Anguilla, España, Panamá y México. Sin embargo, considerando los "ujos de inversión extranjera directa (IED), México ocupa el quinto lugar como país que más invierte en Colombia . Cerca del 7% de la inversión extranjera realizada en Colombia es de procedencia mexicana.Según un informe realizado por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo de la República de Colombia, los principales casos de inversión en 2008 por parte de México han sido: Mexichem, en el sector de las manufacturas; Kaltex, en el sector textil y Telmex, en el sector de telecomunicaciones. Cada uno de estos grupos ha realizado una inversión superior a los $120 millones de dólares.

Por su parte, los sectores más llamativos a la inversión colombiana en México corresponden a los sectores de las industrias manufactureras, transportes y de servicios !nancieros. Según datos de ProMéxico en Colombia, este país ingresó capitales a México por valor de $8 millones de dólares tras la incorporación de nuevas !rmas. No obstante, al igual que en el caso comercial, la inversión colombiana en México es signi!cativamente inferior a la correspondiente por éste en Colombia.

Fuente: Estimaciones propias con base en datos del INEGI.

Juan Manuel Santos y Felipe Calderón reunidos en México.

“Santos a!rmó, que el compromiso de Colombia con México incluye, el apoyo en el combate contra el narcotrá!co.”

Grá!ca 1Valor de las Exportaciones totales de México hacia Colombia

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Bolivia: ¿hacia dónde se encamina? ECONOMÍA 30

Bruno López-Videla [email protected]

Hace unos días, cuando realizaba una investigación en la página de la Central Intelligence Agency (CIA) acerca de la situación económica de mi país, me

consterné demasiado al leer en el párrafo inicial: “Bolivia es uno de los países más pobres y menos desarrollados de América Latina”. Fue en este momento cuando decidí realizar un breve análisis acerca de las políticas económicas encaminadas a mejorar la situación actual de Bolivia, porque no podía conciliar esta idea con las tan aclamadas bonanzas económicas de los últimos años. Fue entonces cuando descubrí la manera en la que se han dirigido los elevados ingresos del gobierno hacia políticas económicas de poco impacto sobre el crecimiento económico a largo plazo.

En primera instancia, es importante hacer referencia a ciertos sucesos para poder explicar el incremento de los ingresos públicos durante la segunda mitad de la presente década. El descubrimiento de nuevas reservas gasíferas a lo largo de los últimos años permitieron a Bolivia adquirir una mejor posición mundial en términos de producción de gas. De acuerdo a los datos arrojados por la CIA, para el año 2007 Bolivia ocupó el puesto número 35 a nivel mundial, posición muy por encima de las demás naciones latinoamericanas a excepción de México y Venezuela, que ocuparon los puestos 17 y 27 respectivamente.

Por otro lado, durante el gobierno del presidente Evo Morales, el alza del precio de los commodities

-principalmente gas y minerales-, el aumento de las reservas gasíferas y de su exportación, fueron factores fundamentales –junto con la llamada nacionalización de los hidrocarburos- que permitieron incrementar los ingresos gubernamentales después de continuos años de dé!cits !scales. Pero esto no fue pura obra de nuestro presidente, sino más bien, de un ajuste en los mercados mundiales que permitió tener una cuenta corriente superavitaria que alcanzó, según datos estadísticos de la CIA 2008, el 9.4% de nuestro Producto Interno Bruto. Este hecho permitió al gobierno actual disminuir la deuda pública en casi cuatro puntos porcentuales de nuestro Producto Interno Bruto en el periodo 2008-2009 (9 de agosto, 2010, CIA), además de realizar una serie de políticas !scales de gran bene!cio, en el corto plazo, para los más necesitados; por ejemplo, las tan polémicas transferencias para los ciudadanos que ocupan los deciles más pobres de nuestra sociedad.

Bajo este contexto de políticas económicas de impacto en el corto plazo, ¿está actuando bien el gobierno boliviano al dirigir gran parte de sus ingresos a sectores en los que no se incrementa el stock de capital? Si bien es importante realizar transferencias a los más necesitados, no lo es más que garantizar un crecimiento sostenido a lo largo de los años que permita el desarrollo económico del país, lo que implica una disminución en las tasas de desempleo y de los índices de pobreza. Para alcanzar esto, es importante realizar políticas económicas que permitan aumentar la productividad del país. Esto sólo se logrará si los ingresos gubernamentales son dirigidos a la construcción de infraestructura, a la educación y a la salud. Ello permitirá, por un lado, generar las condiciones necesarias para un incremento sostenido de la producción industrial, y por otro, aumentar la población capacitada para administrar de una manera e!ciente los procesos de producción que abarcan los diferentes sectores de la economía y, lo más importante y casi nunca mencionado, generar innovaciones tecnológicas.

Fuente: Cortesía de WikiCommons

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La teoría nos dice que para asegurar el crecimiento sostenido de una economía en el largo plazo es importante acumular stocks de capital que garanticen un incremento en la producción. Este incremento en la producción trae consigo varios bene!cios, de los cuales, uno de los más importantes es el aumento de la inversión; un aumento en la producción genera mayores ahorros disponibles, lo cual permite incrementar la inversión. El componente de inversión es fundamental para el crecimiento sostenido de una economía. Para el 2008, de acuerdo a los datos de la CIA, la inversión en Bolivia representaba tan sólo el 18% del Producto Interno Bruto. En cambio, en países como Colombia o Perú, por ejemplo, para el mismo año la inversión representó el 24.3% y 25.5% de su Producto Interno Bruto, respectivamente. Es importante hacer esta comparación porque nos permite explicar una de las razones por las que estos países han presentado índices elevados de crecimiento en los últimos años, y de ello, sustentado teóricamente, se concluye que la inversión es una condición necesaria, aunque se sabe que no es su!ciente, para mejorar la situación económica de un país como Bolivia.

Se hizo referencia a lo anterior para determinar algunas de las políticas económicas necesarias que garanticen una mejor situación económica de mi país. Se ha visto la importancia de dirigir el gasto público a políticas económicas de mayor impacto. Si bien las transferencias para los ciudadanos son importantes, es necesario garantizar el desarrollo económico del país. Esto se logrará si encaminamos las políticas económicas a la acumulación de capital –factor fundamental para el crecimiento económico– y con un plan de gobierno que garantice el desarrollo económico.

En vista de la ausencia de un plan económico encaminado hacia el crecimiento y desarrollo económico, veo la importancia de conocer el presente de la mejor manera posible para generar una estructura económica capaz de asegurar el bienestar de mi país. Por lo tanto (y que sirva de re"exión para las demás economías latinoamericanas), debemos entender el presente para tener un mejor mañana.

ECONOMÍA/NEGOCIOS 31

La obsesión por el NorteDaniel Ángel [email protected]

En el año 2006 Colombia !rmó con Estados Unidos un tratado de libre comercio con el objetivo de impulsar el comercio bilateral a través de la eliminación de

aranceles y la facilitación en la operación aduanera. Sin embargo a pesar de la rati!cación del tratado por parte de Colombia el congreso estadounidense lleva 4 años sin aprobarlo, principalmente por la oposición demócrata.

En estos últimos cuatro años el gobierno y el sector privado colombiano han llevado a cabo una exhaustiva gestión para lograr la rati!cación del tratado pero no han alcanzado avance alguno. Incluso con la administración del presidente Barack Obama, a pesar de un presunto interés en el tratado, parece cada vez más improbable que éste entre en vigor. ¿Pero hasta qué punto vale la pena esa obsesión por conseguir el tratado?

Si bien es cierto que Estados Unidos es el principal socio comercial de Colombia (37,3% de las exportaciones se dirigen a ese país y un 28,9% de importaciones provienen de ahí), un TLC entre los dos países no signi!ca una gran apertura para los productos colombianos. Esto se debe a que la economía de los Estados Unidos es una de las más liberales del mundo. En términos de tarifas arancelarias, actualmente el país norteamericano tiene dos esquemas que imponen un arancel de tasa cero para la mayoría de las exportaciones colombianas o en su defecto un arancel muy reducido.

El primero de estos dos y el más utilizado es el Sistema General de Preferencias que da bene!cios arancelarios a más de 4,000 productos de 130 países con el objetivo de apoyar su desarrollo.

El segundo esquema y el más utilizado por Colombia es la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas (ATPDEA - Andean Trade Promotion and Drug Eradication Act). Este sistema se creó a comienzos de los años 90 con el propósito de promover las economías andinas como la colombiana, boliviana, ecuatoriana y peruana, argumentando que el impulso al sector empresarial y exportador se traduce en menos violencia y trá!co de drogas. Actualmente esta ley cubre 6,300 productos que representan el 92% de las exportaciones colombianas a Estados Unidos y además ingresan a ese país con una tasa cero de arancel

“¿Está actuando bien el gobierno bo-liviano al dirigir gran parte de sus in-gresos a sectores en los que no se incre-menta el stock de capital?”

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NEGOCIOS 32

en la normatividad de origen. Entre esos productos se encuentran principalmente confecciones, petróleo y sus derivados, calzado y manufacturas de cuero. Sin embargo la ATPDEA tenía una vigencia de 10 años que a partir del vencimiento se ha venido renovando anualmente a través de la gestión colombiana y al correcto cumplimiento de sus condiciones en materia de seguridad y lucha contra el narcotrá!co. Si más del 90% de los productos colombianos gozan de libertad arancelaria en Estados Unidos entonces, ¿cuál sería la importancia de un TLC? El bene!cio más importante que el tratado le traerá a Colombia la certeza en el trato arancelario por parte del país norteamericano debido a la duración inde!nida del tratado en comparación con la renovación anual de la ATPDEA. Además el esquema andino está diseñado para contrarrestar la violencia y el trá!co de drogas lo que signi!ca que el día en que estos problemas se reduzcan más en Colombia podría ser el !n del trato arancelario preferencial.

Sí es importante que el congreso de Estados Unidos rati!que el tratado lo más pronto posible pero no justi!ca toda la inversión en tiempo y recursos que han hecho el gobierno y el sector privado colombiano.

Está claro que Estados Unidos es un gran socio comercial y el mercado más grande del mundo en términos de producción, sin embargo ahora enfrenta di!cultades debido a la crisis. Además, se ha visto claramente los problemas de tener una sobredependencia comercial con el país norteamericano, como es el caso de México. Entonces, ¿por qué seguir dándole tanta importancia a Estados Unidos? ¿Por qué la mayoría siempre apuntamos hacia el norte como si fuera el único mercado al que se puede vender?

Es necesario replantear esa política comercial y reconocer que en Latinoamérica existe un mercado con un grandísimo potencial. Además en cualquier competencia es más recomendable rivalizar con oponentes del mismo nivel para luego ir contra los más fuertes, no al revés. Así mismo es más viable comenzar a competir en los mercados latinoamericanos, de tal manera que cuando se tenga un producto competitivo, un canal de distribución consolidado y experiencia en exportación, se podrá tener una oportunidad en el mercado estadounidense.

Invito al lector a pensar en ideas de negocios internacionales que no se limiten al norte y que lo haga en Latinoamérica, dónde encontrará muy buenas oportunidades.

Fuente: Cortesía de eneko, vía 20minutos.es

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NEGOCIOS 33

Comienza la SambaOmar Ruiz [email protected]

En julio de 2010, América Economía, como cada año, publicó su Ranking de las 500 mayores empresas de América Latina, teniendo a Brasil como líder

indiscutible de la región en casi todos los sectores analizados. Y es que pareciera que la crisis mundial ocurrida en 2008 y 2009 no afectó al país sudamericano ni a sus empresas. En comparación con el ranking llevado a cabo en 2008, Brasil aumentó en 14 las empresas que pertenecen a este privilegiado grupo (llegando a un total de 226 empresas en 2009); así como un aumento de 9 puntos porcentuales en el volumen de ventas (representando un 48% del volumen total de todas las empresas).

Sin embargo, esta mejora en el ranking no puede homologarse a todos los demás países. Para el caso mexicano, el segundo país con más empresas dentro del ranking, 2009 fue un año difícil. Su gran dependencia con Estados Unidos tanto comercial como de inversión, le signi!có a la economía mexicana un alto grado de contagio de la crisis del año pasado. Y no solo eso, sino que haciendo una revisión histórica del ranking, se observa que la dinámica para las empresas mexicanas ha sido hacia la baja: cuando el ranking comenzaba a publicarse hace 20 años, México representaba la mejor economía de América Latina, contando el ranking con más de la mitad de las empresas de origen mexicano; hace 5 años México contaba ya con 138 empresas y para este último año, México cuenta con 119 empresas.

Analizando los sectores más importantes dentro del ranking, nos encontramos que las primeras cinco empresas pertenecen al sector “Petróleo/Gas”, con un par de Brasil, un par de México y PDVSA, la petrolera venezolana, lo que da cuenta de la importancia del sector en las economías de América Latina. Empero, la situación muestra comportamientos diversos. El panorama del petróleo en Brasil va al alza, con nuevas fuentes de petróleo encontradas en Rio de Janeiro; mientras que en México, los campos de Cantarell se están agotando más rápido de lo esperado. Otros sectores importantes dentro del ranking que concentran a los primero lugares dentro del mismo son las telecomunicaciones, con la empresa del mexicano Carlos Slim, América Móvil; el comercio, con el liderazgo de la división mexicana de Wal-Mart; alimentos, con el gigante brasileño Brasil Food; bebidas y alimentos con la embotelladora mexicana FEMSA; entre otras.

Pero ¿son las empresas con más ventas también las más rentables? No. Debe tomarse en cuenta que este ranking se realiza tomando en cuenta el volumen de ventas totales de cada empresa, mas no sus utilidades. Claro ejemplo, PEMEX, la petrolera estatal del gobierno de México, se encuentra en segundo lugar dentro de este ranking, sin embargo, las utilidades netas para el 2009 fueron de US -$7’291millones de dólares, lo que nos lleva a pensar qué incidencia real tienen estas empresas dentro de las economías de sus países. ¿Generan altas ventas a un costo tan alto que inciden en pérdidas? o ¿Inciden realmente de manera positiva para el desarrollo del país? Si el ranking fuera hecho tomando en cuenta las utilidades de las empresas, otra historia sería; incluso habría empresas que desaparecerían del ranking.

La enseñanza para México y los demás países de la región debe ser adoptar un esquema político, económico y social acorde a las exigencias de una economía emergente. Brasil, a través de la innovación, del aprovechamiento de sus recursos, de programas sociales e!cientes, entre otras cosas, ha logrado convertirse en un líder económico, ya no sólo de América Latina, sino mundial. Si bien aún falta mucho camino por recorrer, el futuro de Brasil es bastante prometedor. ¿Será así para México? Tal vez no debamos esperar al siguiente ranking, sino comenzar a actuar desde ahora.

Para conocer el ranking completo no dejes de visitar http://rankings.americaeconomia.com/2010/500/ranking-500-america-latina.php

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NEGOCIOS 34

Cambiando la cara de la ciudadCarlos Nava Jimé[email protected]

La Ciudad de México tiene más de 22.97 millones de personas en su área metropolitana repartidas en apenas 7,815 Km2, lo que la convierte en una de las

áreas urbanas más grande del planeta.

De tal suerte que el hormigón y el concreto dominan la existencia de los que vivimos en la gran metrópoli. Es cierto que muchos de nosotros hemos nacido entre concreto y la imagen de una vida llena de este es algo a lo que estamos acostumbrados. Sin entrar en un intenso debate en cuanto a la estética de una vida moderna, un hecho es que los centros urbanos modernos son ecológicamente infuncionales; no recuperan agua, no aportan oxigeno ni son capaces de evitar el fenómeno de la “isla de calor” problemas que en su conjunto personi!can el gran mal a combatir para los siguientes años.

Afortunadamente existe una propuesta para disminuir el impacto de nuestros núcleos urbanos de manera natural, estética y ecológicamente funcional: Los techos verdes.

Un techo verde, re!ere a la presencia de vegetación parcial o total en dicha parte de los edi!cios. El “boom” de los techos verdes recién comienza en pocas ciudades americanas y europeas pero pretende ser una industria en explosión en tan sólo cinco años.

En Latinoamérica apenas hay un puñado de empresas profesionales que se dedican a la instalación de techos verdes; sin embargo, el potencial del mercado es abrumador: en una ciudad como la capital mexicana la demanda potencial sobrepasa por mucho a la oferta mundial de estas instalaciones profesionales.

La tecnología existe en nuestros países, si bien el precio al día de hoy es bastante alto, la introducción de materiales más modernos y de tecnología más avanzada promete reducir considerablemente el precio (al igual que la inclusión de nuevas empresas especializadas). De igual manera, muchas ciudades comienzan a dar incentivos !scales para alentar este tipo de industrias (en el Distrito Federal, se descuenta un porcentaje del impuesto predial a las casas hogar con techos verdes).

A !n de cuentas es un negocio que pretende cambiarle la cara a nuestros hogares y mejorar la calidad de vida de nosotros los que vivimos entre hormigón y concreto.

Edi!cio ACROS Fukuoka, ejemplo de techo verde en Japón.Universidad de Nayang, Singapur.

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Para vincular la cultura y el desarrollo en México CULTURA 35

Mariana Ramírez [email protected]

A propósito de los exorbitantes gastos que se están invirtiendo en los festejos del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución de

México, la opinión pública rescata dos polos. Por una parte están los adeptos del pachanguerismo que coinciden con funcionarios de la cultura mexicana en que “se debe festejar con la emoción de asistir al cumpleaños de la patria […] con la intención de que los eventos de este año resulten inolvidables para todos y nos estimulen a ser mejores mexicanos cada vez”,1 mientras que los del extremo opuesto consideran que tal derroche, en un país con altos índices de pobreza extrema y evidentes precariedades en muchas áreas básicas, es un verdadero insulto a la racionalidad .

Hay que decir que varios de nosotros estamos en una encrucijada. Sí, apoyamos las iniciativas culturales y las de debate y diálogo, los interesantísimos programas de Discutamos México, los des!les iluminados -que seguro despertarán un grito de mariachi y unos pasos de jarabe tapatío en el alma de hasta el más antipatriótico- e incluso los libros de Historia (Mitología) Mexicana que llegan directamente a nuestro domicilio. Sabemos que una vida sin símbolos es una vida sin hitos. Pero, ¿desde cuándo la competencia oceánica, las regatas elitistas y los deportes de playa sustituyeron a la charrería como deporte nacional? ¿Y qué hay de la transparencia y el acceso a la información en los gastos relativos a los festejos? Creemos en un sano equilibrio. Y por eso creemos que México debería tomar las riendas de la cultura de una manera más coherente. Y es que México ha liderado de manera histórica foros internacionales sobre cultura, defendiendo a capa y espada que ésta incide en todos los ámbitos de desarrollo, sustentabilidad y paz. Tomar esta postura, cabe destacar, le ha costado al mundo y a sus dirigentes constantes dolores de cabeza, pues la consideración de los temas culturales en la elaboración de política pública y asignación de presupuestos no ha sido siempre una prioridad. Al contrario, los temas culturales se evitan: la diversidad siempre trae consigo diferentes valores. Esta idea resulta amenazadora cuando en política nacional se habla del

“bien común”, usualmente entendido en occidente como desarrollo económico. Diversas teorías (y las bondades de

1 José Manuel Villalpando, Coordinador Ejecutivo de la Comisión Organizadora de las Conmemoraciones de 2010 (enero, 2010) Introducción de la Presentación del Programa de Actividades de las Conmemoraciones de 2010, obtenido en www.bicentenario.gob.mx en julio 10 de 2010.

la hermenéutica) también han contribuido al demérito estas consideraciones. Por ejemplo, la Pirámide de Necesidades Humanas de Abraham Maslow enfatiza que hay necesidades !siológicas prioritarias que impiden el surgimiento de necesidades intelectuales cuando no son satisfechas. Y no se trata de desvirtuar o contradecir esta importante teoría psicológica, sino de hacer notar por qué nos resulta difícil pensar que la cultura es un tema de primera necesidad.

Así que resulta plausible que, desde la creación de la UNESCO en 1946, México se haya caracterizado por la promoción de los derechos culturales, participando activamente en los acontecimientos mundiales más importantes en materia de cooperación cultural. Son famosos algunos académicos que contribuyeron de manera importante en la creación de los documentos internacionales, por citar un ejemplo, la Dra. Lourdes Arizpe. Sea como sede, con una delegación participativa o con iniciativas, México ha brillado en el campo de la cooperación cultural internacional. En contraste, salta a la vista que junto a este brillante compendio histórico de acciones de liderazgo diplomático por parte de la política exterior mexicana, nuestro país aún cuente con serias limitaciones y retos culturales.

Quiero destacar dos ejemplos de la relevancia tangible de la cultura en materia de desarrollo y cómo en otras regiones de Latinoamérica se han aplicado estos principios de manera práctica. El primer caso es un programa de arte implementado en Río de Janeiro, Brasil, donde los altos índices de homicidios urbanos, la marginalización y el abandono de las favelas habían logrado un nivel de violencia que rebasó las 3600 muertes en 20062. A través de la promoción gubernamental de un grupo llamado Afro Reggae, muchos jóvenes se integraron a un movimiento que les ofreció empleo, identidad, espacios para el diálogo y que logró un nivel de transformación social que redujo signi!cativamente los niveles de delincuencia en esa ciudad para diciembre de 20083.

2 Gratius, Susanne; John de Sousa, Sarah-Lea. (julio de 2007) Brasil : Inseguridad en Democracia. Programas de Paz y Seguridad y de Derechos Humanos. FRIDE. p.p. 2. Obtenido en www.fride.org/download/COM_Brasil_InseDemo_ESPjul07.pdf en julio 10 de 2010.3 Anne Durston (enero de 2009) Cultura, delito y con!icto: antídotos artísticos para la violencia en Río de Janeiro, en Urvio, Revista Latinoamericana de Seguridad Ciu-dadana. No. 6. FLACSO sede Quito, Ecuador, p.p. 99- 112

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CULTURA 36

Otro caso importante es la ciudad de Medellín, Colombia, que a principios de la década de los noventa se encontraba paralizada por la violencia criminal generada por las guerrillas, el narcotrá!co y la delincuencia. En este caso un grupo importante de empresarios y asociaciones civiles, aliados con los gobiernos locales, pusieron en marcha un programa para rescatar espacios públicos, la mayoría de ellos sedes de actividad cultural y fomento artístico. Una vez que se acondicionaron bibliotecas y museos en zonas diversas de la ciudad, especialmente las violentas y marginadas, la región antioqueña logró reducir sus índices de violencia de 389 homicidios por cada 100 personas en 1993, a 29 por cada 100 000 habitantes en 20074. Este par de casos son sólo muestra de cuán positivos son los efectos de las actividades culturales en las sociedades.

En México ciertamente se han llevado a cabo programas como los Fábricas de Arte y O!cios (los famosos Faros, centros culturales ubicados en zonas con"ictivas y periféricas del Distrito Federal), además de la fuerte promoción de actividades culturales en lugares tan violentos –y a veces inhóspitos- como Tijuana, Ciudad Juárez y el barrio de Tepito. Sin embargo, para nuestra brillante trayectoria diplomática en materia de cultura, y para la indudable diversidad y riqueza cultural de México, hace falta mucho más. México enfrenta grandes rezagos en materia cultural, educativa y de inclusión de minorías. En 2009, la UNAM publicó un documento llamado Información sobre la Cultura en México que arrojó importantes indicadores de la infraestructura, producción y consumo culturales a escala nacional. Según este informe, el CONACULTA5 enfrenta importantes di!cultades. El cada vez menor presupuesto asignado a esta institución depende de las secretarías de Hacienda y Educación Pública, por lo que este organismo ve limitada su independencia. Además, una muy importante parte de este presupuesto se destina a su propia operación en vez de destinarse al

fomento cultural. También es una limitante el hecho de que carezca de un estatuto jurídico que le otorgue legitimidad y capacidad organizativa.

4 Duque LF, Orduz JF, Sandoval JJ, Caicedo BE, Klevens J. (2007) Lecciones del Programa de PrevenciónTemprana de la Violencia: Rev Panam Salud Publica Medellín, Colombia p.p. 9-21 5 Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Organismo creado por decreto presi-dencial el 7 de diciembre de 1988 y encargado de ejercer las responsabilidades en materia de promoción y difusión de la cultura y las artes en México. Se trata de un organismo administrativo desconcentrado de de la Secretaría de Educación Pública.

En materia de infraestructura cultural sobresale la centralización y la falta de acceso a la oferta cultural y artística de ciertos grupos sociales. En el extenso y pauperizado estado de Oaxaca, de 8 teatros 6 están en la capital. Lo mismo sucede con 15 de 17 teatros poblanos y 5 de los 6 teatros de Hidalgo. En materia de integración de minorías, destaca que el Distrito Federal, a pesar de su alto porcentaje de población autóctona, sólo cuenta con un Centro de Desarrollo Indígena. En lo que re!ere a patrones de consumo cultural, llama la atención el dato de que en el año 2000 un total de 429 museos en el país recibieron a 86 mil visitantes, mientras que para el año 2007, apenas 62 mil visitantes aprovecharon la ampliada oferta de 719 museos. Las revistas de espectáculos son el material diferente a los libros más leído por los mexicanos, con un 40% de popularidad. 5 millones de mexicanos destinan 0% de su ingreso a actividades culturales y educativas, frente a un 10% destinado a otras formas de entretenimiento por el mismo grupo. En general, los patrones de consumo cultural están relacionados con la escolaridad, el ingreso y el territorio6

6 Serra Puche, Mari Carmen; Salas Quintanal, Hernán (junio 2009) Información sobre la Cultura en México. Dirección General de Proyectos Universitarios, Univer-sidad Nacional Autónoma de México. P.p. 6-10, 423-450. Obtenido en http://www.foromexicanodelacultura.org/node/1560 en julio 5 de 2010.

Pirotecnia durante el festejo por el bicentenario Mexicano

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CULTURA 37

Para vincular la cultura al desarrollo en México, hace falta que las instancias gubernamentales encargadas de la difusión y promoción de patrimonio cultural se quiten los lastres de la corrupción y el centralismo, y den espacio a las miles de voces e ideologías del país.

Igualmente, se necesita que el Estado mejore y potencie la infraestructura y el turismo cultural. Hace falta la integración de la mujer, los homosexuales y otras minorías en más puestos de poder así como evitar la censura de temas tabú en las obras de teatro y en la oferta cinematográ!ca.

Hace falta, sobre todo, vinculación entre el sector gobierno y la iniciativa privada. Del mismo modo se requiere que las organizaciones no gubernamentales y asociaciones civiles, tan activas y e!caces, se curen del desprecio que sienten por las instancias públicas y traten de establecer alianzas para que sus efectos alcancen una dimensión nacional. Hace falta que de manera individual nos

El ABC de la cooperación cultural internacional

1966: Declaración sobre los Principios de Cooperación Cultural Internacional. Se establece que toda cul-tura tiene una dignidad y un valor que deben ser respetados y protegidos. 1975: Conferencia Intergubernamental sobre las Políticas Culturales en África, que extendió la noción de la cultura más allá del patrimonio cultural y las bellas hasta incluir las creencias, tradiciones y valores culturales. Así nace el concepto de PCI (Patrimonio Cultural Inmaterial). 1978: Conferencia Intergubernamental sobre las Políticas Culturales en América Latina y el Caribe, enfa-tizó el factor de la identidad cultural como uno de los temas clave en el desarrollo.1982: Conferencia Mundial sobre las Políticas Culturales (MONDIACULT) celebrada en México. Se esta-bleció un vínculo irrevocable entre cultura y desarrollo. 1992: Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo. Integró el concepto de desarrollo sostenible como “aquél que satisface las necesidades presentes sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”. 1997: Se publica el Informe Mundial de Cultura y Desarrollo “Nuestra diversidad creativa” en donde se establece que “El papel de la cultura no se reduce a ser un medio para alcanzar "nes, sino que constituye la base social de los "nes mismos. El desarrollo y la economía forman parte de la cultura de los pueblos”. Es decir, que subordina el desarrollo a la cultura. Estas nuevas consideraciones contemplan los derechos culturales de las minorías, el pluralismo y la competencia y pertinencia de los medios de comunicación.2004: El Programa para las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) publica el Informe sobre Desar-rollo Humano en donde se estipula la incorporación de dos nuevos criterios para medir el Desarrollo Humano: la libertad cultural y estímulo de las capacidades culturales.2006: La Carta Cultural Iberoamericana sienta las bases para la estructuración del espacio cultural iberoamericano. Destaca la importancia estratégica de la cultura como factor de cohesión social y exhorta a elaborar política pública congruente.

Organización de Estados Americanos para la Educación, Ciencia y Cultura (2009) Cultura y Desarrollo. Obtenido de http://www.oei.es/cultura/cultura_desarrollo.html en julio 5, 2010.

volvamos consumidores exigentes y seleccionemos mejor los contenidos de los medios masivos de comunicación.

Hace falta que nos convenzamos en la práctica de que no discriminar a los indígenas es algo más que tratar bien al personal que hace el trabajo doméstico en tuna casa. Hace falta que como universitarios, académicos y empresarios usemos las herramientas a nuestro alcance para democratizar el conocimiento.

“Hace falta que las instancias guber-namentales encargadas de la difusión y promoción de patrimonio cultural se quiten los lastres de la corrupción y el centralismo, y den espacio a las miles de voces e ideologías del país”

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Un carnaval sin calendarioEsteban [email protected]

El mundial de fútbol nos permite recordar cómo el deporte puede unir al globo entero, y al mismo tiempo, contrastar las diferentes formas de vivirlo.

En el caso latinoamericano, el fútbol es una herencia del Viejo Continente, pero con una forma de celebración que ha evolucionado de forma diferente a través del tiempo. Los componentes son los mismos: el balón, el campo, los jugadores, el colegiado, los medios y la a!ción; sin embargo, este último elemento es lo que, aparte del estilo de juego, ha separado la forma sentir el futbol en Latinoamérica del resto del mundo.

Al menos una vez a la semana, casi con religiosidad, la a!ción latinoamericana se sumerge en el fútbol. Puede sonar inverosímil, pero las hinchadas, porras, barras o torcidas (ya que su nombre varía dependiendo de su lugar de origen), buscan llenar de estética el graderío de cemento. Si vemos las populares de un estadio lleno en nuestra región, salta a la vista una amalgama de bellas artes. Música, danza, poesía y pintura son armonizadas en las plateas y tribunas por gente que canta las mismas canciones y se identi!ca con los mismos colores.

No tiene que iniciar el partido para vivirse el futbol en Latinoamérica. Las a!ciones compiten por ser las mejores en recibir a su equipo. Apenas sus defendidos entran a la cancha, estalla súbitamente un collage humano. El gramado es un campo minado que en un segundo detona miles de bombas a su alrededor. Vuelan papeles, se enciende la pirotecnia, caen rollos y se activan extintores. Es una bienvenida para el propio que lo recuerda quien lo respalda, y un advertencia para que el ajeno vea el in!erno en el que se está metiendo. Así empieza este carnaval que no respeta calendario y que durará hasta el silbatazo !nal.

Lo que le sigue al recibimiento es la música. No es necesario estar dentro del estadio para poder escuchar al bombo, marcapaso infaltable de las masas, acompañado de las voces de los a!cionados. En ciertos lugares la banda se convierte en toda una orquesta con trompetas, redoblantes y platillos para entonar de la mejor manera arreglos de música popular. En las líricas todo es válido, desde enaltecer las virtudes de los propios hasta recordar la vergüenza de los otros. Se canta para ser oído, se canta para silenciar al contrario. Se canta para agradecer, demandar, prometer, ridiculizar; se canta para todo mientras no se deje de cantar. Al !nal queda claro que

sin importar el estilo, el silencio está prohibido. Durante noventa minutos el estadio es un corazón gigante que no puede dejar de latir.

Si hay música es imposible que no haya danza. Sincronizar los saltos y brincos le dan ese temblor único a los tablones de Latinoamérica. La coreografía sigue con la extensión de brazos, los aplausos coordinados y el "ameo masivo de pañuelos, camisetas, sombrillas y banderas. Todo esto en pos de darle el carácter de !esta y alegría al encuentro. Mientras se agite esta marea humana, para algunos lo que pasa en la cancha llega a ser secundario.

Fuente: Recibimiento copado de papelitos por parte de la fanati-cada de Racing Club en el Cilindro de Avellaneda

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CULTURA 39

El a!cionado también maneja los trazos y las letras. Los alambrados se llenan de lienzos siempre con los defendidos colores, y en ellos se pinta y se escribe. Lo más común es plasmar el escudo del club, pareciendo que como Constantino, cada hincha hubiese tenido la misma revelación divina; in hoc signo Vinces, con este signo vencerás. Junto al escudo es usual la presencia de retratos. Los favoritos suelen ser leyendas pasadas del equipo, emblemas del presente y yendo más allá, algún santo, la Virgen o el Ché Guevara pueden estar presentes como si fueran parte de la misma causa.

La poesía de las mallas en las populares es igual de variada. Sobre las telas (o trapos como se suele conocer popularmente a las banderas sin asta) encontramos casi siempre declaraciones de amor eterno o una devoción incondicional. Otros pre!eren dejar en claro de donde vienen, unos piden triunfos y títulos, otros dicen que eso no les importa. Al !nal queda claro que si al estadio podemos verlo y oírlo también podemos leerlo como se lee una ciudad por lo pintarrajeado en sus paredes.

A semejante !esta sólo la interrumpe lo extraordinario, el gol. Todo el ritmo y armonía se vuelve caos y convulsión. Por unos minutos las mareas se vuelven avalanchas y las canciones se pierden en gritos de gozo. Terminada la euforia, poco a poco entre abrazos y sonrisas, todos regresan a sus lugares toni!cados y con un poco más de optimismo. Hay que verlo en persona, o quizás vivirlo desde adentro para entender a Galeano cuando describe al gol como el orgasmo del fútbol.

El fútbol en Latinoamérica puede estar empañado de muchos males, desde drogas hasta violencia, pero en la cancha la pelota no se mancha, y del mismo modo no se mancha la !esta a su alrededor. Al fútbol hay que limpiarlo de sus vicios; sin embargo, el precio no puede ser “civilizarlo a la europea”, quitarle su pasión. Sería injusto borrar la !esta en las gradas ya que es la !rma de los latinoamericanos en este deporte; una huella de festejos que seguramente permanecerá en la posteridad.

Popular llena por la fanaticada de River Plate en el Monumental de Núñez

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El camino tolteca del liderazgo con corazónRicardo D. Cantú[email protected]

¿Dónde están los dirigentes que nuestra sociedad requiere con urgencia? Por desgracia no tenemos a dónde voltear. Efectivamente, ¿qué político es un

ejemplo a seguir para los jóvenes, cuál de ellos honra su palabra y vive una vida impecable, honesta y ética? Con todos los escándalos generados al interior de diversas instituciones religiosas, ¿cuánta credibilidad tienen quienes forman parte de ellas? ¿Con cuál autoridad (delegacional, municipal, estatal o federal), podemos recurrir sin temor, con!ando en sus intensiones y en sus resultados?, ¿Cuántos de nuestros empresarios aplican aquel viejo dicho, elevado a la categoría de dogma inapelable en la práctica de algunos negocios: “el que no tranza, no avanza”? ¿Por qué nuestros hijos quieren migrar y buscar formas de vida con seguridad y mayores posibilidades de desarrollo en otras partes del mundo? ¿Por qué seguimos siendo un país con tantas carencias, teniendo enormes recursos naturales? ¿Por qué nos estamos acostumbrando a la violencia, inseguridad y corrupción?

Una contestación confrontante a lo anterior, es la ausencia de liderazgos fuertes, incluyentes, congruentes y honestos que asuman el reto verdadero de servir a los demás, antes que servirse de los demás. Esta grave falta se ha de!nido, tal vez, como uno de los más grandes problemas de México.

Nos hemos preguntamos miles de veces si los líderes nacen o se hacen. Así, hemos recurrido a quienes han invertido años y años de investigación y práctica para desarrollar algunas competencias indispensables en el liderazgo, principalmente dentro de las Escuelas norteamericanas de negocios. Sin embargo, somos asombrados testigos de cómo, ante las terribles quiebras !nancieras o los escandalosos casos de corrupción gubernamental (generados en muchos casos por la ambición desmedida de algunos directivos preparados en las mejores universidades del mundo), la formación retorna a sus basamentos éticos.

Al buscar respuestas, nos topamos con un esperanzador camino de formación de líderes: el tolteca. Sí, esos hombres sabios que sabían dialogar con su corazón y que in"uyeron tanto en la cultura azteca como en la maya, diseñaron un proceso para desarrollar “hombres de poder”. Los dos principios fundamentales de su formación fueron

servir a sus comunidades, sin buscar bene!cios personales. ¿Puede usted imaginarse a un dirigente sindical con esas dos características? ¿Puede !gurarlo sin sus relojes de oro, sus automóviles de lujo o sus yates en las costas de Quintana Roo?

Nuestros ancestros formaban a sus líderes desde temprana edad y lo hacían mediante un método que implicaba el compromiso de toda una vida, para quien decidía recorrerlo. No era un proceso teórico, sino eminentemente práctico. Se trataba de desarrollar de forma secuenciada habilidades y actitudes (ahora llamadas competencias), desde la juventud.

El primer nivel de este camino era el Macehual, el cual consistía en despertar la consciencia, para poco a poco ganar el conocimiento de sí mismo. Esto implicaba desarrollar el propósito impecable de ser un hombre de poder, un líder; enfrentar los miedos como los principales obstáculos para aprender e identi!car a quien Carlos Castañeda nombra como el “pinche tirano”. Los pinches tiranos se de!nen como “personas imposibles que ocupan puestos de poder (…), que tienen la capacidad de acabar con nosotros, torturadores o simplemente aquellos que nos hacen la vida imposible” (Castañeda, C. “El fuego interno”, Grupo Editorial Diana, México, 1990, pag. 32).

Ilustración de lider tolteca junto a su gente

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LIDERAZGO 41

La siguiente tarea del Macehual era buscar con humildad la armonía entre el cuerpo y su entorno, escudriñando su sanación interior por medio de un proceso que nuestros ancestros llamaban “recapitulación”. Un punto vital de esta técnica era aprender a no tomarse en serio, dado que “el sentirse importante hace de uno pesado, torpe y banal”. El hombre de poder necesita ser “liviano y "uido” (“Las enseñanzas de Don Juan”, Fondo de Cultura Económica, México, 1974, pags. 71 y 96). Por último y en oposición a la tentación actual de algunos padres de familia que solapan a sus hijos para que continúen siendo dependientes económicos hasta los 30 años, los Mazehuales aprendían a ser productivos, dado que un hombre de poder no soporta ser mantenido.

El siguiente paso era el Ticitl, cuya principal tarea consistía en construir la congruencia. En esta segunda etapa se aprendía a conocerse a sí mismo y a auto curarse, a pagar gustosamente el precio para seguir el propósito vital, optando por la ética personal, los compañeros de camino y por cómo emprender el viaje. Desarrollaba su congruencia (“caminando sus palabras”, para emplear el precepto de los nativos de Norteamérica), y continuaba la preparación para enfrentar a su “pinche tirano”, al tiempo que aprendía a conocer las reglas y a saber cómo emplearlas. Paralelamente se aprendía a controlar el impulso y dialogar con el corazón. Para este momento, serviría con amor, ofreciendo lo mejor de sí con humildad y alegría.

Quizá muchos de nosotros estemos viviendo la tercera etapa: la del Guerrero. Para los toltecas, éste disfruta la batalla cotidiana y está abierto al cambio. Por lo tanto, quien aspira a ser hombre de poder, debe sumar horas y horas de trabajo consigo mismo y servicio hacia los demás, para ganar y manifestar autoridad en todos sus actos. También debe buscar cambiar la realidad y estar en posibilidad de de!nir las reglas. Finalmente, el guerrero debe estar listo para enfrentar a su “pinche tirano”, reconociendo que en ocasiones no necesariamente está “afuera”, sino que aparece en forma de temores, enojos, o inseguridades; entonces, la principal batalla se torna contra uno mismo, pues se reconoce que es tiempo de luchar contra la ilusión del poder que ahora se posee. El Guerrero entiende que si no tiene dominio sobre sí mismo, ni puede decidir cómo y cuándo usar el poder, éste se convierte en una carga sobre su destino.

Finalmente la cuarta etapa llega con los años y la experiencia a cuestas: el Tlamatini, cuya función es guiar, confortar, corregir y soltar. En esta última etapa se buscaba que el verdadero hombre de poder sea equilibrado y cuente con una enorme fe, lo que le impediría acumular de forma desmesurada. Por lo tanto era un maestro amoroso pero !rme (confortaba y corregía), y jugaba el rol de tirano de forma consciente y con corazón. También, era impecable en seguir su verdad, y humanizaba su querer, lo que signi!ca ser ejemplo de vida, amar y ser amado; ayudaba a crecer a sus comunidades y era ejemplo de compromiso.

Estos maravillosos cuatro momentos vitales nos hablan de un proceso de formación de hombres distintos a los que hoy nos dirigen. Nuestros ancestros sabían que el único y verdadero camino es aquel fundamentado en valores que sean desarrollados a lo largo de toda la vida. No cabía en los toltecas la idea de uso, de enriquecimiento o de negación de las necesidades sociales. Un líder, según nuestros ancestros, buscaba servir como única divisa de su existencia, y lo hacía a partir de una disciplinada formación que le implicaba todo su existir.

Versión tolteca de una serpiente emplumada

“ En oposición a la tentación actual, los Mazehuales aprendían a ser producti-vos, dado que un hombre de poder no soporta ser mantenido.”

“ Quien aspira a ser hombre de poder, debe sumar horas y horas de trabajo consigo mismo y servicio hacia los de-más, para ganar y manifestar autoridad en todos sus actos, disfrutar la batalla cotidiana y estar abierto al cambio.”

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PERFILES 42

Carlos Monsiváis: el sentido del caosIndira Cruz Resé[email protected]

¿Qué hubiese dicho Monsiváis de nuestra última participación en el mundial de fútbol? ¿Qué hubiese dicho de nuestra incansable esperanza, de las desilusiones revisitadas y de una mediocridad que no nos cansamos de justi!car?

Posiblemente hubiese rescatado el sentimiento de comunidad, la emergencia de una identidad y sentimiento nacional aún en la búsqueda de ese algo que !nalmente le regresara la fuerza y despertase al país de ese letargo en el que se ha instalado, en el que le han instalado.

Seguramente hubiese hablado de nuestro incansable ánimo, de esa esperanza inagotable, habría ironizado las miles de formas que nos inventamos siempre para celebrar la constante derrota, para aprendernos de nuevo en el gozo de la tristeza.

Se habría encargado de celebrar esa voluntad inquebrantable que tenemos de desa!ar al destino, de ignorar lo que nos tiene ya preparado, de elegir no enfrentarlo. Y lo hubiese escrito en esa forma que bien sabía, de una manera en que todos nos reiríamos del absurdo que aún ronda nuestro colectivo, de lo que aún ronda por esta América Latina de la que escribió tanto.

Lo único seguro es que hoy no está entre nosotros, lo cierto es que con profundo dolor ha terminado de escribir la más cierta y viva de todas sus historias.

Prominente escritor, brillante ensayista y humanista vinculado siempre a causas dignas y nobles. Luchador cercano a la gente, lejano al poder, a ese que atinadamente criticaba, así como lo hizo con la izquierda a la que siempre perteneció,

Un bohemio de la Portales, amante de los gatos, el mexicano más lúcido, el más popular. Más que un cronista o escritor era un luchador social, era un hombre con la capacidad de describir lo cotidiano, la realidad de una sociedad que debe abandonar la indiferencia y que debe tomar consciencia de su lugar en esta sociedad.

Carlos Monsiváis rede!nió el concepto de “lo intelectual”, se despegó de la élite hipócrita al servicio del Estado, planteó el reto del verdadero uso de la razón y la crítica como herramientas para alcanzar la democracia e igualdad que tanto hacen falta y que aún no vemos llegar a México.

Era simplemente un hombre congruente, un hombre que aún nos hace falta, que deberían existir más. Un hombre que nos ha dejado huérfanos…huérfanos de palabras.

“No puedo hacer un resumen de mi vida, porque está confor-mada por varias épocas y circunstancias, libros, amistades y pleitos, y eso, sólo admite resúmenes parciales”.Carlos Monsiváis.

“Si eres creativamente responsable o eres imaginativo o tienes valor civil, aún es posible vivir como te da tu gana.”Carlos Monsiváis.

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TECNOLOGÍA Y DESARROLLO 43

Cooperativas agrarias sostenibles como alternativa de desarrollo [email protected]

La actual crisis del sistema productivo capitalista y la llamada crisis de recursos (como consecuencia de la primera), nos presentan un nuevo panorama

con respecto a la relación existente entre el hombre y la naturaleza. Evidentemente, los conceptos de sostenibilidad no aparecen como una prioridad dentro del modelo económico vigente. No obstante, como respuesta a esta problemática, es pertinente desarrollar modelos productivos alternativos que marquen la etapa de un proceso de transición. El objetivo principal de esta respuesta es colocar a la sociedad como gestora del cambio, bajo el mando de objetivos comunes, capaces de garantizar el bienestar de sus miembros, el uso moderado de los recursos junto al desarrollo económico. Sin embargo, el individualismo inherente al modelo capitalista parece ir en contra de los esfuerzos por salir de la pobreza, sobre todo en regiones rurales, donde en muchos casos no se ha podido tecni!car el agro, y donde las carencias de servicios básicos, salud y educación hacen más difícil llevar a cabo proyectos de desarrollo. Es por ello que todo esfuerzo individual por romper los círculos de pobreza generacionales se ve limitado por una producción agrícola parcelada, costosa y no competitiva.

A consecuencia de esta di!cultad es preciso uni!car esfuerzos en la búsqueda de herramientas que multipliquen los bene!cios sociales del sector agrícola. Justamente, el concepto de cooperativa agraria sostenible re"eja la voluntad de sus miembros para dejar en manos de la comunidad el desarrollo de la misma. Por lo tanto, esta propuesta suma esfuerzos para la generación de desarrollo, pues reparte igualitariamente la riqueza obtenida del trabajo colaborativo, tomando en cuenta lo mejor de cada individuo, fomentando su participación y crecimiento, al tiempo que promueve el uso razonado de los recursos y el mejoramiento de su medio ambiente, a través de la recuperación de sus formas tradicionales de producción y consumo.1

1 BARKIN, David, Un desarrollo distorsionado: la integración de México a la economía mundial, México, Siglo XXI editores, Universidad Autónoma de Xochi-milco, 1998.

El concepto de cooperativa no es más que un concepto empresarial que se alinea a las condiciones mundiales del modelo dominante, competitivo y del cual es parte. Sin embargo, este tipo de negocio prioriza el desarrollo de la comunidad, potenciando los bene!cios del trabajo comunitario. Esta conglomeración de esfuerzos enmarcados en un contexto particular es capaz de multiplicar los recursos (tierra, capital), utilizar sistemas propios de producción, emplear e!cientemente la tecnología y fortalecer los lazos culturales dentro de la comunidad. También garantiza un ambiente donde se practica la democracia social, lo cual repercute signi!cativamente en su bienestar social, así como en su inclusión cívica. La fortaleza del cooperativismo reside en que ofrece a los individuos de escasos recursos la opción de ser dueños de una empresa, contando únicamente con la aportación de capital y trabajo.

Un sistema de producción cooperativista es capaz de agrupar personas y promover el trabajo comunitario con la !nalidad de acceder a servicios básicos, salud y educación en aras de la reducción de la pobreza. Al mismo tiempo, este modelo promueve un mejor uso de los recursos para posibilitar la permanencia del mismo en el tiempo. La acción social, el trabajo comunitario y el rescate de prácticas ancestrales combinadas con el conocimiento actual, permiten elevar el nivel de vida de sus miembros. Al ser un modelo de participación comunitaria y pretender ser foco de desarrollo local, éste debe hacer partícipes a entidades gubernamentales como impulsores de desarrollo y la empresa privada como inyector de capital. La suma de estos esfuerzos hará posible la construcción de un modelo que mejore la relación entre estado, mercado y sociedad, siempre y cuando se tome en cuenta el factor de sostenibilidad.

Ing. Gonzalo Valenti

“El individualismo inherente al mode-lo capitalista parece ir en contra de los esfuerzos por salir de la pobreza, sobre todo en regiones rurales.”

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TECNOLOGÍA Y DESARROLLO 44

Los sistemas productivos agrarios juegan un papel determinante, no solamente como sustento para el productor proveniente del área rural, sino también como garantes de la provisión alimentaria de la población urbana. , El sector agrícola representa una de las principales oportunidades para el crecimiento económico de los países en vías de desarrollo ya que es considerada como actividad vital que garantiza la seguridad alimentaria y la industrialización de una región, al estar ambas en interrelación directa 2. Al ser una actividad trascendental para el crecimiento económico y social, la agricultura se convierte en sí misma una actividad compleja, pues depende de factores como el crecimiento poblacional la tenencia de tierra, y la comercialización, productividad, e!ciencia y uso de los recursos disponibles.

2 CASTRO R. Leandro, Esquema sobre polos de desarrollo rural en América Latina, O"cina Regional de la FAO para América Latina, 1972.

Todo ello en armonía con los principios de sostenibilidad. Asimismo, los sistemas productivos cooperativistas actuales son capaces de responder ante mercados altamente competitivos sin que esto implique la acumulación indiscriminada de riqueza entorno a un individuo en particular. Por el contrario, permite la construcción de polos de desarrollo rural3 y a partir de ellos reorienta la actividad productiva agrícola desde un punto de vista comunal. Es en este momento, el concepto de cooperativa agraria, bajo todas sus formas de constitución, aparece como respuesta a un problema productivo, económico y social 4.

En este contexto, será importante analizar el papel que juega el concepto de cooperativa agraria y los objetivos que persigue, como un modelo social enmarcado en un modelo neoliberal. La cooperativa agraria constituye una forma de desarrollo económico, una forma de concebir la economía. Este tipo de desarrollo trasciende la posibilidad de generar bene!cios directos para el agricultor, ya que puede constituirse como política de desarrollo regional 5.

Vale la pena hacer énfasis en los mecanismos que viabilizan la propuesta de “cooperativas sostenibles” en un momento crucial para el desarrollo de los pueblos latinoamericanos y al mismo tiempo entender el porqué es necesario e importante sumar esfuerzos en la búsqueda del desarrollo, con especial atención al área rural y haciendo hincapié en actividades productivas agrarias trascendentales para la consolidación de industrias rentables, socialmente responsables y preocupadas por el medio ambiente, al ser esta última su principal recurso.

3 CASTRO R. Leandro, Esquema sobre polos de desarrollo rural en América Latina, O"cina Regional de la FAO para América Latina, 1972.4 Ibid.5PANZONI Erico, Cooperativismo Agrario y Desarrollo Rural, consultado el 22 de febrero de 2009 de la página:www.econo.unlp.edu.ar/uploads/docs/cooperativas_agrario.pdf

Cooperativa agraria impulsada por el gobierno brasilero

“ Un sistema de producción coopera-tivista es capaz de agrupar personas y promover el trabajo comunitario con la !nalidad de acceder a servicios básicos, salud y educación en aras de la reduc-ción de la pobreza, así como proveer el mejor uso de los recursos.”

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DIÁLOGOS 45

La importancia de Latinoamérica para el Tecnológico de Monterrey

El pasado mes de septiembre tuvimos el honor de entrevistar a Sandra Ortíz Ramos, Directora de Sedes Latinoamericanas de la Rectoría Zona Centro

del Tecnológico de Monterrey, una mujer incansable y profundamente amable que ha sido el artí!ce de la expansión del Tecnológico de Monterrey en Latinoamérica. Sandra Ortiz nos comparte en esta ocasión su visión y entusiasmo sobre Latinoamérica.

¿Qué importancia tiene Latinoamérica para el Tecnológico de Monterrey?

La importancia de Latinoamérica para el Tecnológico de Monterrey es estratégica. Se trata de un espacio geográ!co que compartimos y al que ahora nos acercamos.

¿Hasta el momento ¿en qué naciones latinoamericanas tiene sedes el Tecnológico de Monterrey?

El Tecnológico tiene dos sedes en Colombia (Medellín y Bogotá) y Ecuador (Quito y Guayaquil); y una en Argentina, Perú, República Dominicana y Panamá.

¿Qué programas ofrece el Tecnológico de Monterrey en los países latinoamericanos y qué carreras son las más demandadas?

En las sedes del Tecnológico ubicadas en Latinoamérica se ofrecen principalmente Maestrías en Administración (MBA) de las que se han graduado hasta el momento más de 1600 profesionistas. Además se ofrecen diplomados sobre temas de administración y !nanzas de los que han egresado más de 20,000 alumnos.

Asimismo, han llegado a los campus de la Rectoría Centro del Tecnológico más de 5,000 alumnos ecuatorianos, colombianos, venezolanos, bolivianos, peruanos, paraguayos y dominicanos principalmente. Inicialmente, la carrera que más solicitaron fue la de economía, pero ahora son las ingenierías.

¿Qué impresión tienen los latinoamericanos sobre el Tec de Monterrey?

La impresión que tienen los latinoamericanos sobre México es muy buena. Al Tecnológico lo conocen y lo reconocen como una institución de prestigio y en general ven a México como un país aspiracional para estudiar.”

¿Qué planes de expansión tiene el Tec de Monterrey en Latinoamérica?

El Tecnológico de Monterrey planea abrir sedes en Bolivia, Brasil y Paraguay en 5 años; además de aumentar su matrícula, quiere crear una gran red de líderes latinoamericanos a futuro. Uno de los objetivos del TEC es fortalecer su marca y atraer a más estudiantes a sus campus de México. El Tecnológico de Monterrey invertirá entre 100,000 y 500,000 dólares en cada una de las tres sedes que planea abrir en Sudamérica durante los próximos cinco años.

Entrevista con Sandra Ortíz Ramos, Directora de Sedes Latinoamericanas de la Rectoría Zona Centro

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DIÁLOGOS 46

Su objetivo es fortalecer su marca y atraer a más estudiantes a sus campus de México. Las nuevas sedes se ubicarán en Bolivia, Brasil y Paraguay, donde ofrecerán programas de posgrado y de actualización ejecutiva virtuales y presenciales. Con ello, espera duplicar en 2015 su actual matrícula de 1,200 estudiantes en Sudamérica, así como el número de ejecutivos en programas educativos, que en 2009 sumó 4,000. Una vez que atrae a los estudiantes los anima a venir a México. Queremos que, en un futuro, se origine una gran red de líderes latinoamericanos que les sirva para contactarse en caso de querer concretar algún negocio

¿Ves actualmente algunos líderes latinoamericanos que estén empujando hacia la integración de la región?

Si, en realidad veo a los estudiantes latinoamericanos del Tec de Monterrey como los líderes de este proceso de integración. A través de la relación que establecemos se abre la posibilidad de generar negocios. Yo creo en la integración no solo comercial sino realmente integral.

Originalmente el Tec sólo estuvo orientado hacia el Norte y hacía allá dirigió sus esfuerzos establecer convenios tanto para enviar a nuestros estudiantes como para atraerlos. Sin embargo, el Tec ahora voltea

al sur ¿crees que algún día el interés que ahora existe por el sur pueda desplazar al que tradicionalmente se ha tenido en el norte?

El Tecnológico debe mirar a todos lados con diferentes objetivos. Al norte debemos ver siempre pues es adonde se produce y genera la mayor parte del conocimiento en el mundo, y al sur porque somos parte de él.

“Queremos que, en un futuro, se origine una gran red de líderes latinoamerica-nos que les sirva para contactarse en caso de concretar algún negocio”

¿Algo más que quieras comentar a nuestros lectores?

Quiero insistir en que los Latinoamericanos somos muy parecidos, podría decir que somos “iguales” y al vernos surgen muchas identidades, hasta nos caemos bien. Esto es algo que nos une y tenemos que aprovechar positivamente en la construcción de una integración real de Latinoamérica.

Sede del Tecnológico de Monterrey en Quito. Ejemplo del posicionamiento de la institución en la región

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2 1968. Matanza de estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco a manos de militares y paramilitares en la Ciudad de México.

8 1895. Nace Juan Domingo Perón, tres veces presi-dente de Argentina.

1967. Asesinan en Bolivia al Che Guevara.

9 1820. Se celebra la Independencia de Guayaquil.

121492. Día de la Raza. La expedición de Cristobal Colón desembarca en la isla Guanahani, que bau-tiza como San Salvador, y así se sucita el “Descu-brimiento de América.”

1822. Brasil declara su independencia de Portu-gal, y Pedro I es proclamado Emperador de Brasil.

211982. El escritor colombiano Gabriel García Márquez obtiene el Premio Nóbel de Literatura.

231940. Nace el futbolista brasileño Péle, considera-do como el mejor jugador de este deporte.

241917. Comienza la Revolución Rusa.

1945. Cincuenta Naciones constituyen la Orga-nización de las Naciones Unidas en San Francisco, California.

261863. Se establecen por escrito las reglas del fútbol en en la Freemason’s Tavern de Londres. Nace así la Football Association.

1998. Ecuador y Perú !rman en Brasilia un acu-erdo permanente de paz e integración fronteriza.

1844. Los dominicanos se sublevan contra el do-minio haitiano y establecen la República Domini-cana.

27

301991 - Argentina y Brasil rati!can en Asunción el Tratado del Mercado Común del Sur (MERCOSUR).

1883. Se !rma el Tratado de Ancón (Perú); que pone !n a la guerra del Pací!co, de Chile contra Perú y Bolivia.

4 1824. Entra en vigor la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos.

Mes de Octubre

47 EFEMÉRIDES

1881. Nace Pablo Picasso, pintor español.

1956. El poeta español Juan Ramón Jiménez recibe el Premio Nóbel de Literatura.

25

1821. Se declara la independencia de Costa Rica. 29281836. El general Andrés Santa Cruz proclama la

Confederación de Bolivia y Perú.

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Espacio Latinoamericano es un proyecto orientado a promover la integración de los es-tudiantes latinoamericanos del Tecnológico de Monterrey a través de la difusión de la historia, la cultura, la sociedad, la economía, la política y la tecnología de la región.

Este proyecto integra dos medios de comuni-cación: una revista y un programa radiofónico.

La Revista Espacio Latinoamericano es un ca-nal abierto a las opiniones de todos los estu-diantes del Tecnológico de Monterrey y de amplia cobertura temática. Por ello, te ofrece diversas e interesantes secciones en las que se-guramente encontrarás el tema de tu interés.

En EspacioLatinoamericano Radio entrevistamos a compañeros estudiantes y personajes latinoamericanos para analizar juntos los eventos más importantes de la región.

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Cierre de edición 10 de febrero de 2011.

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