Revista Estudiantil Movimiento Número 7: Fin ambiente: Ecología y sociedad

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Después de sobrepasar exitosamente varios contratiempos aquí está nuestro séptimo número "Fin ambiente: Ecología & sociedad."

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Libertad de las ideas

No. 7

Libertad de las ideas

No. 7

Consejo EditorialP. Jos Antonio Balaguera Cepeda, O.P. Rector General P. Pedro Jos Daz, O.P. Vicerrector Acadmico P. Luis Francisco Sastoque Poveda, O.P. Vicerrector Administrativo y Financiero General P. Carlos Mario Alzate Montes, O.P. Vicerrector General de Universidad Abierta y a Distancia - VUAD P. Jorge Ferdinando Rodrguez, O.P. Decano de Divisin Omar Parra Rozo Director Unidad de Investigacin Fray Javier Hincapi Ardila, O.P. Director Departamento de Publicaciones Mara Paula Godoy Casasbuenas Editora

Coordinador EditorialGiovanny Forigua Ortiz Raquel Pardo Carolina Ahumada Luisa Gutirrez Lizeth Alarcn Marin Barreto

Comit EditorialPaola Nio Vargas Karen Tovar Yuri Martnez Molina Giovanny Forigua Ortiz

Comit CientficoCamilo Castiblanco Yuri Martnez Molina

Comit FundadoresLiliana Silva Bello Giovana Rojas Mora Paula Pinilla Orduz Mauricio Poveda Pineda Carlos Laverde Rodrguez Constanza Gmez Gaviln Correcin de estilo Leonard Mnera Villamil

Concepto grfico e ilustracionesJavier Leonardo Trujillo Trujillo

ImpresinUniversidad Santo Toms Departamento de Publicaciones Bogot, D.C., Colombia 2011 Las ideas aqu expresadas son de exclusiva responsabilidad de los autores ISSN: 2145-9177 [email protected] [email protected]

Bogot, D.C., Colombia ISSN: 2145-9177 febrero - mayo de 2011

Revista MOVIMIENTO

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Editorial

Estudiantes en Movimiento8 11 15 19 24

Ciudad y ambiente: el papel de los objetivos del milenio en la construccin del componente medioambietal en el actual plan de desarrollo distrital [Hctor Prez Enciso] Del discurso a la praxis: sobre la guerra del agua [Laura Fernanda Pereira Fuyo] Movimientos indgenas, una aproximacin desde la globalizacin [Miguel F. Moreno F.] Desarrollo sostenible y agricultura urbana, acepciones de reconstruccin social en el marco de la seguridad y soberana alimentaria [Andrea Paola Gonzlez] Repensando la sociologa rural: nuevas miradas, nuevas alternativas [Andrea Valenzuela]

Profesional invitado en Movimiento30

Visibilizar el movimiento ambiental en Cali, Colombia [Hernando Uribe Castro]

Mundo en Movimiento38 44 45 47

Entre la subjetividad y la accin en la contaminacin urbana: significados y usos sociales del Canal Sur de La Banda [Vanessa Alexandra Barrionuevo] Ser o no ser? [Tali Korytnicki] SIAT - Valle La Leche. Sistema Comunitario de Alerta Temprana en el Valle La Leche [Rosa Rivero, Rafael Burga, Willy Viera] Movimientos socio-ambientales en Argentina: reflexiones sobre los procesos asamblearios y el ejercicio de la ciudadana [Cecilia Quevedo, Ral Ortega, Emanuel Barrera Caldern, Mauro Surghi, Valeria Cuenca, Florencia Delgado]

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Fin Ambiente: ecologa y sociedad

Opinin en Movimiento54 57 60 62 63

Las riquezas explotadas en Colombia: entre la lucha y el olvido [Paola Circa Yarce] Nociones acerca de los movimientos sociales medioambientales [Marvin Stiven Martnez Melndez] El Hombre es Naturaleza, porque la Naturaleza es Vida. El que contamina paga [ngela Mara Marulanda] Por una Pereira verde [Hugo Andrs Arvalo Gonzlez] Edafologa. La huella de la erosin diaria [Juan Carlos Nio]

Construccin estudiantil en Movimiento68 73 76

Bondades del fruto del jaboncillo (sapindus saponaria) como un detergente biodegradable [Kevin Cogollo, Vladimir Fedor Barraza, Cristian Manuel Gary] Derecho ambiental chibcha [Sandra M. Carrero T., Fabin M. Chibcha R., Alejandro Larotta R.] Aldea Feliz [Revista estudiantil Movimiento]

Expresin en Movimiento84 85 86 86 87 87 88 89 92

Poema [Juan Sebastin Blandn Rendn] Silencio [Karym Calle Londoo] Chimenea de la Refinera [Juan Sebastin Pacheco] Haciendo guarapo a la moderna [Juan Sebastin Pacheco] Dragando el puerto de Barrancabermeja [Juan Sebastin Pacheco] Quin quiere pescado [Juan Sebastin Pacheco] Quebrantos [Sarai Andrea Gmez Cceres] Colisin mgica [Camila Andrea Lizaraz Gonzlez] Eureka Teatro [Alejandro Daz]

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Para estar en Movimiento

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Revista MOVIMIENTO

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on este lanzamiento, la revista Movimiento cumple tres aos y medio de difusin de un sueo tejido mano a mano con todos nuestros lectores, columnistas, investigadores, estudiantes en general, que con su apoyo, trabajo y confianza en el proyecto han construido cada uno de los nmeros que preceden este y generan una serie de cambios, exigencias, esperanzas y planes futuros para el medio de comunicacin alternativo, que ms all de ser una publicacin que pretenda algn tipo de reconocimiento institucional, siempre ha buscado ser puente de todas sus ideas, proyectos, apuestas tericas, ideolgicas, organizativas y artsticas por edificar. Respetamos y promovemos toda aventura de arriesgarse a opinar, a investigar, a crear nuevos medios alternativos de comunicacin, en todo caso, a construir desde sus diferentes apuestas y, por supuesto, agradecemos que lo hayan compartido con nosotros.

En su sptimo numero, la revista Movimiento quiere agradecer al grueso de la comunidad acadmica que a lo largo del tiempo ha apoyado la cimentacin y continuacin de este espacio, pues es gracias a ustedes que se ha consolidado como uno de los proyectos ms llamativos y de gran conocimiento entre las iniciativas estudiantiles de ciencias sociales en medios escritos de comunicacin, y aprovechamos esta oportunidad para agradecer de forma especial a los estudiantes de las facultades nacionales y latinoamericanas que no dejan de interesarse en Movimiento, que creen en este trabajo y lo hacen evidente en cada nmero, a todos ellos no solo agradecemos, tambin los comprometemos en la construccin presente y futura de este medio, con sus crticas, ideas, trabajos, peticiones, pero tambin en el ejercicio de un papel ms protagnico, que desde ahora se abre pblicamente al lector, con la oficializacin de la figura de corresponsales universitarios. Hay mucho por mejorar e inventar; este es un camino que sabemos hasta ahora inicia en su continuo aprender, y es por ello que les pedimos que libremente se tomen el lugar de constructores directos. La revista que tiene ahora en sus manos trae un cambio importante que sabemos ser de provecho para el proyecto, y es el cambio de equipo editorial. Este ejemplar es entonces el esfuerzo de este equipo que se despide y del nuevo, a quienes damos la bienvenida, pues confiamos totalmente en que continuarn Movimiento con mejores herramientas y nuevas ideas, todo esto para asegurar uno de nuestros pilares, el cambio generacional en el liderazgo de la revista, pretendiendo que jams sea una tarea de un grupo exclusivo sino el campo abierto para todos ustedes. Con gusto presentamos a toda la comunidad acadmica el nmero Fin ambiente: ecologa y sociedad, cuya discusin alrededor del ambiente, su relacin con los entornos sociales y las iniciativas en pro de su proteccin son el resultado de la eleccin temtica que los lectores y participantes de la revista hicieron hace un ao; encontrarn trabajos de muy diferente contenido en relacin con la

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Fin Ambiente: ecologa y sociedad

posibilidad o no de hablar de la crisis ambiental, de la importancia de la misma, de propuestas acadmicas y de vida, que intentan superar la idea de este tema como una moda o problema momentneo. Aunque fue eleccin de los lectores hace casi un ao, el equipo editorial se ha interesado bastante en el tema y en la discusin interna de muchas de las ambigedades que se presentan respecto al mismo; con respecto al especial nfasis en las organizaciones ambientalistas, las propuestas individuales o colectivas a estilos de vida que buscan cohabitar en equilibro con el ambiente en formas de produccin sostenibles, recomendamos de manera especial la entrevista a la eco aldea Aldea feliz, un proyecto muy interesante y basado en un pensamiento integral sobre la vida y la convivencia, las necesidades, el desarrollo y la responsabilidad social. As pues, este nmero se construye desde diversas perspectivas, disciplinas y propuestas, las cuales surgen de ese ambiente de preocupaciones relacionadas con la crisis ambiental que, no solo nacional sino internacionalmente, han tomado un lugar central en las agendas y debates actuales, puntualmente en el choque entre los procesos de modernizacin y globalizacin frente a problemas evidentes, como el cambio climtico, la escasez de agua, la contaminacin visual y auditiva, el deshielo, el surgimiento de enfermedades que atentan contra la vida de personas, animales, etc., que son producto de los estragos del poder humano, el cual hemos tomado a la ligera pensando en una eternidad de los recursos y de la naturaleza. No es la crisis del capitalismo como modo racional de administracin econmica lo que ha terminado dominando nuestra era. Se trata ms bien de la crisis ecolgica, crisis que ha dado lugar a la mayora de las tensiones de la actualidad y que tambin ha abierto la mayora de las posibilidades futuras. La crisis ecolgica es la crisis de la modernidad herida, pero no se debera identificar nicamente con el ambientalismo. No hay duda de que la modernidad est bordeando sus lmites. Pero estos lmites no se refieren solamente o principalmente, a los lmites fsicos del crecimiento. De lo que se trata, ms bien, es de entender las represiones sociales sobre las que la modernidad se ha construido. Lo que debemos resolver y a lo que tenemos que hacer frente no es una ecologa fsica sino una ecologa de la vida. Una sociedad en que la mayora de los objetos se han hecho plsticos susceptibles de intervencin humana pero no sujetos de hecho a un control humano universal es una sociedad en la que se necesitan iniciativas polticas que poco tienen que ver con las concepciones clsicas del socialismo (Giddens, 1997). Esperamos que esta publicacin sea de provecho en la reflexin y la construccin que juiciosamente asumen la tarea de enfrentar la realidad y proponer nuevos y eficientes caminos, no solo para la preservacin del ambiente sino de la vida misma. Comit Editorial

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Ciudad y ambiente:el papel de los objetivos del milenio en la construccin del componente medioambiental en el actual plan de desarrollo distrital

Salvaguardar el medio ambiente [...] Es un principio rector de todo nuestro trabajo en el apoyo del desarrollo sostenible; es un componente esencial en la erradicacin de la pobreza y uno de los cimientos de la paz. Kofi Annan

Hctor Prez EncisoSociologa - Universidad Nacional de [email protected]

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n los ltimos aos, el sector medioambiental ha tomado una fuerte e importante participacin en los planes de desarrollo y en la formulacin de polticas pblicas dentro del pas. Dichos planes, como pacto social entre la comunidad y el Estado para planificar el desarrollo territorial, formularn una serie de programas hacia determinado tema buscando siempre el mejoramiento de las condiciones de vida de sus habitantes

diagnosticar el grado de armonizacin que tiene el Informe sobre Desarrollo Humano (IDH) 2003 con respecto a las diferentes polticas medioambientales que se han propuesto y que se consideran como base para la formulacin de sus programas, subprogramas y estrategias.

El informe de Desarrollo Humano 2003: los Objetivos de Desarrollo del MilenioLos Informes sobre Desarrollo Humano IDH son documentos realizados anualmente por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, cuyo objetivo se basa en un indicador social estadstico que, como su nombre lo indica, intenta medir el grado de desarrollo de un pas con respecto a determinado tema; en este caso nos referimos a los informes globales. En el informe publicado para el 2003 se hace referencia a ocho objetivos que buscan llegar al desarrollo con una serie de programas, metas y estrategias fundamentados en indicadores globales, todo a ms tardar en el 2015. Su origen se remonta al ao 2000 en la Declaracin del Milenio de las Naciones Unidas, suscrita en el encuentro de Jefes de Estado ms importante, donde las naciones ricas y pobres se comprometieron a intensificar sus esfuerzos para erradicar la pobreza, promover la dignidad humana y la igualdad y fomentar la paz, la democracia y la sostenibilidad ambiental2. El objetivo nmero siete dice textualmente: Garantizar el sustento del medio ambiente; el Estado colombiano, bajo la imagen del Departamento2 Fuente: http://hdr.undp.org/es/informes/mundial/idh2003/

En ciudades como Bogot y municipios de categora especial como son todos aquellos distritos o municipios con poblacin superior o igual a los quinientos mil uno (500.001) habitantes y cuyos ingresos corrientes de libre destinacin anuales superan los cuatrocientos mil (400.000) salarios mnimos legales mensuales vigentes1, los planes de desarrollo se han puesto en marcha para la construccin de programas sobre sostenibilidad medioambiental y calidad de vida. En Bogot, Distrito Capital, Samuel Moreno plasm en su Plan de Desarrollo la importancia de crear una sociedad ambientalmente sostenible que garantice los derechos y libertades de los bogotanos, al mismo tiempo que armoniza sus programas con los ocho Objetivos del Milenio que propusieron las Naciones Unidas en el Informe sobre Desarrollo Humano 2003, y cuyo numeral 7 se refiere a garantizar el sustento del medio ambiente. De acuerdo con esta cantidad de documentos, que han influido en la conformacin de lo que hoy se denomina Plan de Desarrollo de Bogot, Distrito Capital, nos interesa1 Fuente: http://www.presidencia.gov.co/prensa_new/sne/2004/octubre

/21/08212004.htm

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Nacional de Planeacin, elabor un documento denominado CONPES Social 913, donde se refiere a las metas y estrategias de Colombia para el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio 2015. En este documento se hablar de la meta universal que mueve al objetivo Incorporar los principios del desarrollo sostenible en las polticas y los programas nacionales, y propender por la reduccin del agotamiento de los recursos naturales y de la degradacin de la calidad del medio ambiente4. Es el principal documento que refleja, desde una perspectiva normativa, la inclusin de polticas globales en los documentos de las entidades territoriales en el pas, como por ejemplo el Plan de Desarrollo de Bogot. Al mismo tiempo que propone metas, tambin hace referencia a las estrategias para llevarlas a cabo; causa especial inters observar una dedicada especialmente al3 El CONPEs es la mxima autoridad nacional de planeacin y se desempea

componente institucional donde busca el fortalecimiento de los programas del Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, para hacerlos ms eficaces mediante ajustes institucionales y as lograr una asignacin y una utilizacin ms eficiente de los recursos de transferencia a los municipios. Se busca, adems, establecer los mecanismos para la eficiente recoleccin, procesamiento y utilizacin de la informacin sectorial; este conjunto de datos se puede obtener de las encuestas elaboradas por el Departamento Nacional de Estadstica DANE.

El Plan de Desarrollo: polticas e indicadores sobre medio ambienteAl leer detenidamente el documento, encontramos, en la pgina 11 de la versin digital, una poltica dedicada al componente medioambiental: Ambiente sano y sostenible: La preservacin de los recursos naturales y el mejoramiento del ambiente sern prioridad de la administracin distrital. En su captulo 1, denominado Ciudad de derechos, un ambiente libre de contaminacin se toma como una de las condiciones

como organismo asesor del Gobierno en todos los aspectos relacionados con el desarrollo econmico y social del pas. Para mayor informacin consultar: http://www.dnp.gov.co/PortalWeb/tabid/55/Default.aspx

4 Departamento Nacional de Planeacin. CONPEs 91. p. 28. Bogot, D.C., 2005. Encontrado en: http://www.dnp.gov.co/PortalWeb/Portals/0/archivos/ documentos/subdireccion/Conpes%20sociales/091.pdf

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para que los seres humanos vivan en situaciones dignas, ambiente que se lograr implementando acciones preventivas. El principal programa dedicado a medio ambiente en este primer captulo se denomina En Bogot se vive un mejor ambiente; sus metas, mejorar la calidad del aire en la ciudad y cien mil nuevos rboles plantados en espacio pblico del distrito5. Sus indicadores, disminucin del nmero de das en que se sobrepasa el lmite mximo permitido de material particulado en el aire (PMO10) y nmero de rboles plantados. En su segundo captulo, Derecho a la ciudad, el cuarto programa se refiere al ambiente vital, que busca armonizar el proceso de desarrollo con la recuperacin, conservacin y consolidacin de la estructura ecolgica principal y los dems factores ambientales de la regin capital. Sus metas, controlar el deterioro del recurso hdrico del Distrito, para lo cual se establece como indicador el nmero de empresas que cumplen con la normatividad, y proteger y defender los humedales del Distrito, con base en el porcentaje de acciones de la poltica implementada sobre humedales. La educacin desempea un papel fundamental en la creacin de conciencia ambiental en la poblacin bogotana. En el captulo 3, Ciudad global, cuatro programas pertinentes al campo de la educacin y formacin para el trabajo causan bastante inters: La promocin de prcticas de agricultura urbana, Educar para conservar y saber usar, Controlar para preservar, y Desarrollo tecnolgico sostenible e innovacin y modernizacin de las actividades productivas.

El sptimo objetivo del milenio y sus metas: garantizar la sostenibilidad ambientalEl sptimo objetivo del milenio, dedicado especialmente al medio ambiente, busca cumplir con su misin estableciendo tres metas: 1. Incorporar los principios del desarrollo sostenible en las polticas y los programas nacionales e invertir en la prdida de recursos ambientales. 2. Reducir a la mitad, para el ao 2015, la proporcin de personas que carecen de acceso sostenible a agua potable. 3. Mejorar considerablemente, para el ao 2020, la vida de por lo menos 100 millones de habitantes de los barrios ms precarios. Hablar de medio ambiente va ms all de cuidar los recursos naturales para s mismos, implica emplear programas que permitan crear un ambiente sostenible con el que los seres humanos puedan mejorar sus condiciones de vida. El agua, el principal elemento medioambiental que mueve al mundo, se transforma en un recurso que debemos proteger, de all de5 Esta informacin se encuentra consignada en la pgina 17 del Plan de Desa-

pende la vida y el desarrollo de nuestras sociedades; ms all de hablar de cantidad de agua en el planeta, debemos referirnos a aquella realmente benfica para nuestras sociedades. Nada logramos teniendo un milln de ros sabiendo que ninguno arroja agua apta para el consumo humano. Este objetivo del milenio se refleja en el Plan de Desarrollo de Bogot no solo en los programas sobre la conservacin del medio ambiente, sino en la bsqueda de la proteccin de la flora y fauna presente en los cerros distritales y en el mejoramiento de las condiciones bsicas de saneamiento bsico de los habitantes ms pobres del Distrito6. Las secretaras distritales de Educacin, Ambiente y Planeacin son actores fundamentales a la hora de la formulacin de cada programa, meta y estrategia referida a la cuestin medioambiental. Una buena gobernabilidad y una eficiente transferencia de recursos a cada oficina competente podran convertirse en buenas herramientas para la eficacia en el cumplimiento de cada programa. Hasta aqu solo he intentado hablar de una forma sencilla y comprensible sobre las cuestiones que proponen los Objetivos de Desarrollo del Milenio acerca del problema ambiental, dejando a un lado el lxico, en ocasiones aburrido e innecesario que algunos socilogos utilizan para referirse a temas que deberan ser de comprensin para todo el mundo. No pretendo con este pequeo escrito demostrar todo lo que ofrece el Informe sobre Desarrollo Humano 2003, slo busco una aproximacin a la pertinencia que han tenido estos objetivos en la formulacin de los diferentes programas, polticas y estrategias que presenta el Plan de Desarrollo actual con respecto al tema que nos interesa.

ReferenciasAlcalda Mayor de Bogot. (s.f.) Plan de Desarrollo 2008 2011: Bogot positiva, para vivir mejor. Departamento Nacional de Planeacin. (s.f.) CONPES 91. 2005. Bogot DC. Encontrado en: http://www.dnp.gov.co/PortalWeb/Portals/0/archivos/documentos/Subdireccion/Conpes%20Sociales/091.pdf Naciones Unidas para el Desarrollo. (s.f.) Informe sobre Desarrollo Humano 2003: Los Objetivos de Desarrollo del Milenio, un pacto entre las naciones para eliminar la pobreza humana. Presidencia Nacional. (s.f.) Sitio web. http://www.presidencia.gov.co

rrollo Distrital 2008 - 2011.

6 Entre las pginas 66 y 69 del CONPEs 91 encontramos las referencias a estastres metas, sus indicadores y sus respectivas metadatas.

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Del discurso a la praxis:sobre la guerra del aguaUna casa hay en alquiler Donde el dueo no cobra renta Sin embargo nadie lamenta De su mal uso por doquier Que insensatos han de cometer. Es nuestra pachamama bondadosa Gea o Gaia en honor a viva diosa Aire, agua y energa nos regala Y a sus afrentas, de perdn hace gala Devolviendo por cada insulto, una rosa. Pensamiento indgena

Laura Fernanda Pereira FuyoDerecho - Universidad Libre

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brir los ojos, estirar los brazos, respirar, divagar por las calles y, de pronto, en una de esas pausas que en un momento del da solemos hacer, sentir el peso de la estructura que nos toca soportar y la cual nos negamos a aceptar creyendo estpidamente que es un asunto del otro. El solo hecho de situarnos como sujetos, de enunciarnos a partir de un lugar, quizs con un tiempo y espacio diferentes y sentir la dificultad que tenemos de ejecutar cambios profundos en nuestras realidades inmediatas, se convierten hoy en problemas que se ubican bajo la mirada de los fines inacabados y crticos de la modernidad y la posmodernidad. Estos fines inacabados responden a la universalizacin que se hace de cada unas de las categoras impuestas por medio de la razn dominante que se esboza como perfecta y totalizante. El actuar, el necesitar y el fin de cada sociedad se deben acomodar al objetivo de esta razn creando as una serie de relaciones de poder (jerarquizacin) y negacin constante. Todo lo anterior se puede observar a partir de la comprensin y anlisis de un caso concreto sin perder de vista que uno de los grandes afanes del siglo XXI es la preocupacin ambiental por parte de diversos sujetos, lo que crea un entramado de re-

laciones sociales enfrentadas al fenmeno de la globalizacin amparado por el neoliberalismo. Apenas se senta el rumor del nuevo milenio, cuando ya se gestaba en Bolivia la creacin de una de las manifestaciones populares ms importantes de toda Latinoamrica en los ltimos aos; la causa de esta manifestacin era la firma y entrega a la empresa privada Aguas del Tunari, del servicio de agua de Cochabamba. Esta empresa pretenda que el pueblo pagara tarifas altas por un servicio que an no reciba, buscando as su beneficio y enriquecimiento; lo ms curioso del caso es que Aguas del Tunari ni siquiera haba hecho una amplia inversin, pero s haba prometido la construccin de un sistema integral llamado El gran Misicuni, compuesto por dotacin de agua potable, de agua de riego y la generacin de electricidad. Esta empresa que buscaba apoderarse del agua cochabambina hace parte de las grandes multinacionales que operan en todo el planeta y que buscan la comercializacin de cuanto recurso natural abunde en una determinada regin, para explotarlo de manera oportunista y obtener ganancias de forma unilateral. En el caso que nos ocupa, esta empresa se denomina Bechtel Enterprises y la respaldaba la International Water Limited, una de las grandes negociadoras de agua a nivel mun-

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dial. Pero este respaldo tambin vena de entidades financieras como el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), quienes sostienen el mercado de muchas empresas, entre ellas Bechtel Enterprises, por medio de polticas de fortalecimiento y fomento al sector privado y a este tipo de inversin. Tales entidades, en los ltimos aos, han sido parte de la creacin de marcos legislativos que legitiman el mercado del agua en los pases y han calado en los rdenes internos por medio de la concesin de prstamos de grandes sumas de dinero, con el fin, segn ellos, de convertir a los pases en focos de productividad, desarrollo y justicia. La situacin de Cochabamba es tambin la historia de una preocupacin constante por parte de toda la sociedad, en especial de sus habitantes, que han tenido que ingeniarse una serie de formas para captar y distribuir el agua, escasa en esta regin boliviana. Sumado a esta problemtica del agua, el aumento demogrfico agrava la situacin del pueblo cochabambino, pero no por esto puede afirmarse que la privatizacin es la solucin a esta encrucijada, pues bajo tal mirada se estara desconociendo que el pueblo en general se ha organizado tanto en el campo como en la ciudad para paliar este problema. En el campo, por ejemplo, desde tiempo atrs se han creado asociaciones y uniones de personas denominadas regantes. Estos se organizan desde de la familia hasta los sindicatos y son los responsables de la creacin y mantenimiento de los sistemas de riego, los cuales benefician a muchas personas a quienes se les suministra el agua para el desarrollo de sus actividades. En la ciudad, menos del 60% de la poblacin tena, para el ao

2000, acceso al cubrimiento de la red de agua; frente a esta situacin se cre un sistema denominado Autogestin, que consista en la organizacin colectiva de un sector determinado, generalmente de escasos recursos, con el fin de crear autnomamente una red que facilitara el acceso a algn pozo subterrneo de agua. Atendiendo a esta situacin, el agua se convirti, en Cochabamba, en un instrumento poltico; internamente eran muchos los polticos que queran ganar electoralmente y prometan acabar con el problema del beneficio del agua, y desde el exterior se increment la presencia de multinacionales similares a las descritas anteriormente. Frente a esta aguda crisis, era evidente que el pueblo no estaba dispuesto a soportar la imposicin de una privatizacin que solo beneficiara a algunas elites sociales y que perjudicara notablemente a los dems grupos poblacionales. Fue de esta manera como se levant todo un movimiento social que tena en cabeza a la denominada Coordinadora por el agua, quienes mediante cabildo abierto convocaron a todo el pueblo para que participara en la toma de decisiones frente a cmo enfrentar la situacin inminente. Fruto de estos dilogos naci el Manifiesto a Cochabamba, en donde dice: Los derechos no se mendigan, los derechos se conquistan, o luchamos juntos por lo justo o toleramos la humillacin; bajo estas palabras se unieron en una sola causa los regantes, las personas que utilizaban la autogestin, los sindicatos, los trabajadores, los estudiantes, los campesinos, las juntas de vecinos y los barrios migrantes, quienes decidieron negociar en un primer momento con un gobierno ciego, sor-

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do y mudo, y en su segundo momento convocaron una toma pacfica de la ciudad. El da en que se propona hacer dicha toma toda Cochabamba amaneci cercada y militarizada; fruto de esto se volvi a recurrir a una negociacin en la cual tanto el gobierno como la multinacional se lavaban las manos, pero no daban propuestas concretas. Fue este el motivo que llevo a la coordinadora a convocar una consulta popular que preguntaba sobre si se estaba de acuerdo o no con la privatizacin del agua. Dicha consulta tambin moviliz a todos los sectores quienes participaron activamente y arroj el resultado esperado: el pueblo cochabambino no quera la privatizacin del agua en manos de la empresa multinacional, ni ninguna nacional, hasta que en verdad estuviesen dadas ciertas condiciones, en donde primara el inters general sobre el particular. El gobierno descalific este mecanismo de participacin, y esta fue la gota que reboz la copa del pueblo, quien se volc a las calles para manifestarse, para exigir que se cumpliera la voluntad que haban manifestado tanto en el manifiesto como en la consulta popular. Despus de das de lucha continua en colectivo, encarcelamientos injustos, la declaracin de un estado de sitio y la muerte de un joven, el gobierno accedi a lo pedido por el pueblo cochabambino, excepto el levantamiento del estado de sitio; se cumpli entonces la voluntad suprema de quienes viven en un territorio y conocen ms que cualquiera sus problemas y necesidades, y la forma de superarlos. Ahora bien, este conflicto, conocido como La guerra del agua, es quizs una de las manifestaciones ms importantes en contra del razonar nico y vlido de Occidente. Para justificar esta

afirmacin, partir del acercamiento que hace Boaventura de Sousa Santos, quien habla de la razn de Occidente/indolente nacida en el siglo XVIII y acompaada de los procesos de industrializacin, capitalismo y consolidacin del norte y el sur como categoras de dominio. Tiene dos fases importantes: la primera es la totalizacin, la cual supone que no se puede concebir la parte sin la pertenencia a un todo, y la segunda, denominada monocultura, en donde se observa una nica mirada en cuanto al saber entendido en trminos cientficos y el desarrollo que se observa de forma lineal y progresiva. Es precisamente bajo esta mirada como se concibe el progreso de manera optimista: a mayor ciencia y conocimiento tcnico, mejores sern las condiciones de vida de los seres humanos. El resultado ms inmediato se logra al observar la adopcin de modelos que se supone propenden por el bienestar colectivo, pero que solo resultan ser un disfraz para la imposicin y la negacin de otras miradas, tal cual como sucede con la globalizacin. Con el fenmeno de la globalizacin se arrancan de entrada las barreras que puedan existir a nivel poltico, econmico, cultural, medioambiental, religioso, entre otras tantas facetas que circundan la vida cotidiana de los diferentes pueblos del mundo. La globalizacin, entonces, no puede catalogarse como un problema por el mero hecho de su existencia, sino cuando esta se entiende de manera hegemnica, reproduciendo un discurso universal y pretendiendo su aplicacin igualitaria. Es por esto que Sousa Santos trata el tema de la globalizacin a partir de cuatro formas en las que se puede decir que se globaliza. La primera consiste en el denominado localismo

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globalizado, donde ciertas caractersticas que tienen los pases de centro se trasladan e imponen a los pases perifricos. El segundo caso es el llamado globalismo localizado, consistente en que las prcticas globales que se imponen llevan a los locales a adaptar nuevas condiciones, segn las reglas impuestas por el mundial. El tercer caso es el cosmopolitismo, en el cual se crea, generalmente, una red de respuesta ante los fenmenos globales por parte de grupos de resistencia. Y la ltima forma se conoce como patrimonio comn y consiste en la existencia de ciertos bienes que no tienen un dueo como tal, sino que deben distribuirse bajo la mirada y la supervisin de autoridades internacionales. La globalizacin entonces no puede entenderse solamente de manera hegemnica, sino conociendo el movimiento contra-hegemnico existente. De esta forma, puede observarse cmo con la Guerra del agua se suscit todo un movimiento contra-hegemnico de resistencia por parte del pueblo cochabambino, frente a la realidad impuesta a partir de un globalismo localizado el cual se denomina unificacin del modelo econmico neoliberal, que supone la desregulacin estatal. Es decir, los Estados se subordinan a lo que dictan las entidades financieras del orden mundial y la apertura libre de los mercados, todo esto respaldado por un armazn de empresas multinacionales que persiguen el lucro sin medir consecuencia alguna. La bandera insignia de todo este proceso es la privatizacin desaforada de bienes, servicios y recursos. Entonces, los pueblos que no se rigen por estas directrices universales se catalogan como subdesarrollados y se les mira como brbaros. El afn del mundo busca instaurar, en las conciencias locales, la ciega creencia de un futuro ms promisorio y la extrema pasividad hacia el presente. Lo que queda, entonces, es tomar cuenta de los procesos que actualmente se desarrollan en nuestras realidades ms inmediatas, considerar todos aquellos casos en los cuales el modelo universal sigue imponindose como dominante y castrador de diferencias, considerar que solo con el accionar frente a las realidades que se nos imponen a diario es que se pueden construir otras formas de concebir, pensar y sentir el mundo. Creo que el caso de Cochabamba, en donde se impidi la privatizacin de un recurso y derecho como es el agua, atiende y da luces a nuestros propios ires, venires y devenires. Si no es posible hacer una ruptura epistmica y prctica que supere el discurso impuesto y asumido, comparto lo que dice Jos Saramago en una de sus reflexiones sobre la privatizacin:A m me parece bien. Que se privatice Machu Picchu, que se privatice Chan Chan, que se privatice la Capilla Sixtina, que se privatice el Partenn, que se privatice Nuno Gonalves, que se privatice el Descendimiento de la Cruz de Antonio de Crestalcore, que se privatice el Prtico de la Gloria de Santiago de Compostela, que se privatice la Cordillera de los Andes, que se privatice todo, que

se privatice el mar y el cielo, que se privatice el agua y el aire, que se privatice la justicia y la ley, que se privatice la nube que pasa, que se privatice el sueo sobre todo si es diurno y con los ojos abiertos. Y finalmente, para florn y remate de tanto privatizar, privatcense los Estados, entrguese de una vez por todas la explotacin a empresas privadas mediante concurso internacional. Ah se encuentra la salvacin del mundo [...] (tomado de Cuadernos de Lanzarote, primero se septiembre, 1995).

ReferenciasSantos, B.S. (1998). La globalizacin del derecho. Los nuevos caminos de la regulacin y la emancipacin. Bogot: Universidad Nacional de Colombia. Santos, B.S. (2003). Los procesos de globalizacin. En La cada del ngelus novus. Ensayos para una nueva teora social y una nueva prctica poltica. ILSA. Pginas web consultadas entre agosto y septiembre de 2010: http://www.boaventuradesousasantos.pt/media/pdfs/La_ dignidad_de_la_basura.pdf http://www.cotidianomujer.org.uy/ticuni_biblio/boaventura.pdf http://www.lolapress.org/artspanish/souza18.htm http://www.ucm.es/info/nomadas/19/avrocca2.pdf www.revistadesarrollohumano.org/descarga_biblioteca. php?archivo...pdf www.umss.edu.bo/Academia/Centros/Ceplag/AguaMDLF. PDF

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genas, Movimientos inddesde la globalizaci n una aproximacinMiguel F. Moreno F.Psiclogo. Especializacin en Estado, Polticas Pblicas y Desarrollo CIDER, Universidad de Los [email protected]

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mo la globalizacin afecta a los indgenas latinoamericanos tiene que ver con las consecuencias que esta puede producir y sus dinmicas en grupos tnicos especficos. Este ensayo revisa diferentes concepciones sobre la globalizacin. En seguida se definen los movimientos sociales indgenas. Posteriormente, se hace una lectura de la situacin de los indgenas en dicho contexto. Finalmente, se delinean conclusiones respecto a la relacin de los movimientos indgenas y la globalizacin.

La globalizacinEste es un concepto en discusin abierta. Todava estn por definir el momento histrico de su aparicin, sus consecuencias y la utilizacin de evidencia. La variedad de posiciones al respecto se puede describir as: 1) en una esquina estn quienes la consideran un concepto sin correlato en la realidad social, 2) en la otra esquina estn quienes piensan que es un fenmeno existente en la realidad (Held, 2000, citado en Kothari, Minogue y DeJong, 2002). Tambin existen posiciones intermedias que condicionan la utilizacin del concepto globalizacin (Perraton et l., 1997, citado en Civitaresi, 2010). La primera posicin se fundamenta en el cambio de dinmicas relacionado con la velocidad, intensidad y penetracin de las fuerzas globales a partir de los aos ochenta, que se dan a travs de la innovacin tecnolgica, la economa, los cambios en poltica y culturales (Held, 2000, citado en Kothari et l., 2002). Para este autor, algunas de las consecuencias que produce la globalizacin son: expansin del capitalismo, integracin de la economa mundial, y beneficios y prosperidad para todos.

La segunda postura, que se puede considerar crtica a la anterior, seala el excesivo uso de evidencia y la exageracin de las consecuencias. Se fundamentan, segn Civitaresi (2010), en tres argumentos: 1) las naciones Estado, como unidad de anlisis vlida, continan interactuando, conectndose y definiendo muchas de las transacciones sociales, de modo que internacionalizacin es el concepto ms preciso para describir el nuevo escenario; 2) el flujo de comercio de bienes y servicios como porcentaje del PBI es inferior al periodo anterior a la primera Guerra Mundial, y 3) Japn-Europa-EE. UU. configuran la triadizacin (Kothari et l., 2002), es decir, las tres regiones que concentran el 80% de flujos financieros y de inversin mundial. Aunque esta ltima postura se muestra antagnica a la globalizacin, se puede afirmar que valida dicha categora como un discurso. Este tiene necesariamente consecuencias sobre la realidad si es social y legitima prcticas sociales de unos actores y su construccin de realidad (Gergen, 1985, citado en Hoffman, 1996).En este mismo sentido, McMichael (2004) caracteriza la globalizacin como un proyecto poltico que encarna la reaccin a un fallido modelo de desarrollo. Dicho proyecto es protagonizado por transnacionales y organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y las Naciones Unidas. Los pases de la trada son los que controlan estos organismos y tambin son el origen de las transnacionales. De modo que la globalizacin, como nuevo modelo de desarrollo, hace parte de la poltica exterior de los pases desarrollados, se desenvuelve en acciones coordinadas a travs de los organismos anteriormente nombrados, referidas a la promulgacin de polticas que el resto de los pases del mundo deben adoptar como condicin para recibir financiamiento (McMichael, 2004).

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Movimientos sociales, el caso de los indgenas latinoamericanosLos movimientos sociales son un tipo especfico de accin colectiva mediante la cual una categora social pone en cuestin el modo de utilizar recursos y modelos culturales de una sociedad (Turaine, 2000). A partir de los aos setenta, los indgenas en el mundo comienzan a ser una categora vlida de investigacin y, a la vez, dichos movimientos empiezan a abrir discusiones relacionadas con los derechos, la ciudadana y la identidad (Ulloa, 2004). Estas acciones se dan en el marco del Estado-nacin, y hacen parte de una accin a la vez social y poltica que se encuadra en el contexto latinoamericano, marcado por dictaduras en este periodo, y en el cual los movimientos sociales actuaron a favor de la democratizacin (Archila, 2005). De este modo, los indgenas se constituyen como movimientos tnicos de resistencia en Latinoamrica, en construccin de su identidad en relacin con discursos globales y nacionales sobre desarrollo alternativo, medio ambiente y diversidad cultural (Ulloa, 2004). Los antecedentes de los movimientos indgenas comenzaron a manifestarse polticamente de un modo visible en 1940 en el I Congreso Indigenista Interamericano y consolidaron su accionar mediante operaciones concretas, como: en Ecuador (1964), la confederacin Shuar estuvo en contra de las compaas petroleras transnacionales; en Colombia (1971), el Consejo Regional Indgena del Cauca CRIC recuper tierras indgenas de manos de los latifundistas (Ulloa, 2004, p. 18). En el marco de estas acciones, tales movimientos comenzaron a tener una posicin propia y diferenciada sobre identidad y desarrollo nacional. En el escenario global, los indgenas como movimiento se consolidaron con la creacin del Consejo Internacional de Tratados Indios (1974) y del Consejo Mundial de los Pueblos Indgenas (1975), agrupando indgenas de Amrica, Nueva Zelanda, Australia y Escandinavia, con lo cual lograron un espacio de trabajo en la ONU (Ulloa, 2004).

Identidad y territorioLas oportunidades se refieren a su mayor capacidad de interaccin en diferentes niveles de la vida social global por medio de tecnologas de la comunicacin y la informacin. Esto resuena con la creacin de los consejos indgenas mundiales e internacionales de la dcada de los setenta. La tecnologa sumara una mayor interconexin entre movimientos indgenas de todo el mundo y el incremento en la velocidad de respuesta conjunta ante situaciones de movimientos indgenas locales. Si bien la tecnologa puede ser una oportunidad, tambin puede conllevar riesgos en lo referente a la identidad. La apertura a la cultura global por parte de los movimientos indgenas pone sobre la mesa la construccin de identidad tnica de resistencia, la cual no sera en esta oportunidad ante la dominacin del aparato estatal y las fuerzas sociales locales, sino ante los modelos globales de cultura que penetran con valores del mercado: el consumo como el mecanismo privilegiado de integracin, no solo econmica sino cultural. Las identidades indgenas se construyen en el contexto del Estado-nacin, porque dicho proceso est ntimamente ligado a su territorio. En Colombia, por ejemplo, es emblemtica la disputa de los U Wa y la petrolera Oxy en la dcada del noventa. Esta comunidad indgena se opuso a la perforacin y extraccin de la petrolera en sus territorios sagrados. Finalmente, con mediacin del Estado colombiano, se puso fin a la querella y la Oxy sali de los territorios U Wa (El Tiempo, 1998). Otro organismo al que acudi la comunidad fue la Corte Interamericana de Derechos Humanos, segn la versin de la Red de Hermandad y Solidaridad Colombia (www.redcolombia.org). Si en este caso se hubiesen impuesto los principios globalizadores, el Estado colombiano habra tenido que aplicar las polticas que exige el FMI referentes a la tranquilidad de los inversionistas, que habran conllevado la supresin de cualquier regulacin estatal sobre un asunto econmico en donde estuviera involucrada una transnacional. Esto hubiera ido en detrimento de la comunidad U Wa y su identidad como indgenas.

Movimientos indgenas en el contexto de la globalizacinLos movimientos indgenas se pueden enmarcar entonces en un escenario global, en cuanto las consecuencias de la globalizacin tienen un efecto sobre las comunidades indgenas. Se pueden identificar tanto oportunidades como riesgos en relacin con su desarrollo, sobre todo si se tiene en cuenta su condicin de minora.

Derechos de propiedadLos riesgos tambin tienen que ver con los derechos de propiedad de los pueblos indgenas. Ulloa plantea:El inters econmico por la biodiversidad y la carencia de sistemas nacionales e internacionales de proteccin de los derechos de propiedad intelectual y colectiva y del conocimiento tradicional de los pueblos indgenas asociado a la biodiversidad es una constante amenaza sobre sus territorios y su autonoma (2004, p. 25).

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Fin Ambiente: ecologa y sociedad Esta situacin, para las comunidades indgenas, se inscribe en la implementacin de la globalizacin como proyecto, mediante nuevas instituciones. Un claro ejemplo de esta dinmica fue la ronda de Uruguay en el marco del Acuerdo General de Comercio y Tarifas (GATT). En dicha reunin se inst a los pases miembros, sobre todo los del tercer mundo, a la liberalizacin de la agricultura. La adopcin de estas medidas, adems del proteccionismo de Estados Unidos y Europa, forzaron a la depresin de los precios y como consecuencia se abri la puerta a un solo destino: dependencia alimentaria de los pases en desarrollo (McMichael, 2004). Segn Stiglitz (2002), en esta ronda tambin se trataron temas sobre los derechos de propiedad intelectual en el rea de la produccin de medicamentos. En tal negociacin las farmacuticas tomaron la delantera, dejando en clara desventaja a los usuarios. Esta situacin salt a la esfera pblica, sobre todo con el caso de Sudfrica, en el que los enfermos de sida quedaran sin suministro de medicamentos. As se despert la indignacin internacional, lo cual forz a las farmacuticas a retroceder. Lo que no se previ en esas negociaciones fue la biopiratera, que se refiere a que los laboratorios farmacuticos transnacionales obtengan patentes sobre medicinas tradicionales (Stiglitz, 2002, p. 81). Un ejemplo de biopiratera es la patente de la Ayahuasca (Yag). La Coordinadora de las Organizaciones Indgenas de la Cuenca Amaznica lo narra as:En 1994, los Pueblos Indgenas Amaznicos conocimos que una variedad de nuestra planta sagrada Ayahuasca, Yag o Caapi (banisteriopsis caapi), haba sido patentada en 1984, en la Oficina de Patentes y Registro de Marcas de los Estados Unidos (Reg. No. 5751 del 17 de junio de 1986), por el biopirata Loren Miller, como una nueva variedad de Ayahuasca denominada Banisteriopsis Caapi (cv) Da Vine (www.coica.org.ec).

como resultado de la nueva configuracin del mundo. En esta disertacin se han explorado con mayor nfasis el segundo tipo de resultados o consecuencias de la globalizacin, dado que se asume como presupuesto que sus beneficios se distribuyen de manera desigual (Kothari et l., 2002), dejando en desventaja a los pobres. Las desventajas o riesgos han puesto a prueba la capacidad de los indgenas para organizar movimientos sociales y as responder a dinmicas en las que es necesario tener en cuenta los escasos recursos con los que cuentan los movimientos locales, y simultneamente su presencia en la escena global con los consejos y ONG. Por un lado, la construccin de identidad, que se da de un modo novedoso, y por otro, los derechos de propiedad en donde se evidencia el operar del mercado global que impacta a los movimientos sociales indgenas, sobre todo en lo referente a su potencial para ejercer libertades y exigir sus derechos. Entonces, se abre la pregunta sobre el impacto que tienen las nuevas dinmicas de la globalizacin sobre los movimientos indgenas, si producirn una mayor cohesin, desintegracin, o un proceso novedoso de adaptacin a las nuevas circunstancias, que no reemplazan a aquellas propias del Estado-nacin, sino que se agregan. Ms all de las consecuencias de la globalizacin sobre los movimientos indgenas, tal vez lo ms interesante sea la evolucin de los mismos para responder a las nuevas realidades.

ReferenciasArchila, M. (2005). Idas y venidas, vueltas y revueltas, protestas sociales en Colombia 1958-1990. Bogot: ICANH, CINEP. Civitaresi, H.M. (2010). Regiones bajo la rueda global. No publicado. Kothari, U., Minogue, M. & Dejong, J. (2002). The political economy of globalization. En Development Theory and Practice: Critical perspectives. pp. 16-34. Basingstoke: Palgrave. McMichael, P. (2004). Implementing globalization as a project; the globalization project. En Development and social changes. A global perspective. Third edition, pp. 152-200. London: Pine Forge Press. Stiglitz, J. (2002). El descontento con la globalizacin. Bogot: Editorial Fica. Tourain, A. (2000). Podremos vivir juntos? Iguales y diferentes. Movimientos sociales. Bogot: Fondo de Cultura Econmica. Ulloa, A. (2004). La construccin del nativo ecolgico: complejidades, paradojas y dilemas de la relacin entre los movimientos indgenas y el ambientalismo en Colombia. Bogot: Instituto Colombiano de Antropologa e Historia, ICANH. 17

El caso es ilustrativo porque muestra cmo una transnacional, Plant Medicine Corporation, sobrepasa toda regulacin del Estado-nacin y saca provecho de la biodiversidad tradicional indgena. De este modo perjudican a las comunidades al aprovechar sus saberes sin que reciban la justa retribucin en trminos de reconocimiento social y de desarrollo humano.

ConclusionesEs muy probable que no todas las comunidades indgenas en Latinoamrica sean movimientos sociales; sin embargo, aquellas que lo son o forman parte de este tipo de accin colectiva pueden responder de manera ms efectiva a los cambios que se han dado por llamar, en este ensayo, globalizacin. La globalizacin plantea un nuevo escenario para tales movimientos, en donde existen oportunidades y riesgos/amenazas

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Internet http://www.redcolombia.org/index.php?option=com_conte nt&task=view&id=497&Itemid=34 h t t p : / / w w w. e l t i e m p o . c o m / a r c h i v o / d o c u m e n t o / MAM-743821 Cornell University: http://devsoc.cals.cornell.edu http://www.coica.org.ec/sp/ma_documentos/ayahuasca_ sp01.html

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y Desarrollo agricultura urbana,

acepciones de reconstruccin social en el marco de la seguridad y soberana alimentaria

Andrea Paola GonzlezSociologa, IX semestre

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os encontramos en la inmediatez de lo que algunos a bien deciden llamar modernidad y otros posmodernidad. La sociedad del riesgo (Beck, 1994), Tiempos lquidos (Bauman, 2007), son algunos de los nombres con los cuales los intelectuales o crculos acadmicos se identifican e intentan comprender el porqu de la necesidad de nuevos paradigmas y acepciones del mundo, cmo aprehender una u otra corriente o intentar sentirse identificados dentro del sistema mundo globalizado, donde a travs del capitalismo todo se compra y se vende, sin mayor conciencia de ello. Hasta el momento nos hallamos ms que frente a una disparidad epistemolgica o meramente literaria, frente a la sobrevivencia y sus nuevas expresiones reales. Pero no somos los nicos que buscamos refugio en medio de los nuevos cambios ambientales a los que el consumo y la produccin en masa nos han llevado. El sistema al que pertenecemos no se encuentra en una cadena discontinua de sucesos; al contrario, se halla interconectado simbiticamente y de forma tal que, excepto para la racionalidad humana, todos obtenemos ciertos beneficios. En este contexto, an divagando en terminologas y en una incesante bsqueda de ideologa, identidad y solidez, surge y se proyecta el paradigma del desarrollo, y para nuestro contexto latinoamericano es justamente desde la CEPAL donde se plantea en perspectiva un modelo adecuado a razn de que no se alcanzaba el objetivo del desarrollo de lograr niveles de ingreso, patrones de consumo y estructuras econmicas similares a los pases capitalistas desarrollados (Villamil, 1980), pero ms an, el dilema estribaba en comprender que nuestros contextos sociales eran completamente diversos y diferenciados con relacin a la visin europea o estadounidense: Jos Joaqun Villamil

contribuy al proyecto Estilos de desarrollo y medio ambiente en la Amrica Latina profundizando el concepto de estilos de desarrollo: La pregunta que habra que hacerse es si las diferencias entre pases responden a diferencias en el estilo o si son manifestaciones de sus condiciones objetivas, tamao del pas, dotacin de recursos, localizacin y otras consideraciones que, a su vez, afectan la forma en que el pas est inserto en la economa mundial. La diferencia en las condiciones de los pases podra implicar que, en distintos pases, el mismo estilo tuviera manifestaciones diversas, al menos en cuanto a la estructura econmica, la importancia del sector pblico en la economa y algunos otros aspectos. Definido ambiguamente el estilo de desarrollo, es lgico aceptar la vigencia de esta interrogante. Otra de las interrogantes que plante Villamil fue un estilo o varios?, dejando entrever las diferencias entre el estilo ascendente a nivel mundial y un estilo dominante a nivel nacional1.

Evidentemente, el modelo inicialmente adoptado no fue el ms eficiente para el contexto latinoamericano, y vemos cmo a mediados de los noventa se empieza a transformar el sentido de la reflexin epistemolgica sobre la importancia de preservar los recursos medioambientales, pues nos enfrentamos a fenmenos como el calentamiento global, la coexistencia del hambre y la desnutricin, la pobreza, la inequidad social, todas ellas disparidades producto de diferentes dinmicas socioeconmicas y polticas generadas dentro del capitalismo y la globalizacin, y fundamentalmente extradas desde el liberalismo

1 Gligo, Nicolo. Estilos de desarrollo y medio ambiente en Amrica Latina. Un cuarto de siglo despus. Divisin de Desarrollo sostenible y Asentamientos Humanos. Publicacin de las Naciones Unidas. CEPAL. santiago de Chile. 2006. Documento visto en la electiva Medio ambiente y desarrollo, dictada por el docente Gabriel Tobn, de la Pontificia Universidad Javeriana.

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econmico y sus diferentes variables. Se da cabida a contemplar el desarrollo desde la yuxtaposicin entre el problema medioambiental y las disparidades sociales prevalecientes, especialmente en Amrica Latina, frica y Asia (aunque muchas de sus zonas ya se hallan a la vanguardia tecnolgica y econmica para ese entonces), teniendo entonces como bien lo seala Gligo desde el modelo cepalino:Los que estudian y hacen propuestas sobre el desarrollo, crecimiento econmico o el mejoramiento social, cuando plantean el tema de la sostenibilidad, es frecuente que no consideren la problemtica ambiental. Casi en todas las publicaciones de las ltimas dcadas realizadas en centros de desarrollo del pensamiento econmico, cuando se habla de sostenibilidad se hace referencia a la necesidad que los cambios en las distintas facetas asociadas a la economa, se hagan perdurables en el tiempo. La temtica ambiental normalmente o no est presente, o, si lo est, tiene un tratamiento slo marginal. Quienes plantean la temtica del desarrollo sustentable y usan frecuentemente el trmino, son precisamente los que estn trabajando en relacin con el medio ambiente. Son los que quieren que el desarrollo socioeconmico supere la insustentabilidad ambiental que predomina y se encamine hacia modalidades mucho ms sustentables.

Y agrega:[] Mirado as, la bsqueda del desarrollo sustentable o sostenible desde la dimensin ambiental, se pone en un mismo plano con las dimensiones econmicas y sociales. El planteamiento de la bsqueda del equilibrio entre lo ambiental, lo econmico y lo social, es lo que predomina. Esta definicin del equilibrio, de aparente simpleza, es una problemtica muy compleja ya que cada dimensin tiene distintos niveles de abstraccin y adems intrincadas interacciones causa-efecto. Es necesario, entonces, indagar sobre las contradicciones del equilibrio, problema que nace del hecho de que cualquier artificializacin de la naturaleza conlleva un costo ecolgico.

tericamente) para encaminar a las diferentes sociedades latinoamericanas (y en general a todas las sociedades del mundo) dentro del marco del desarrollo, en un intento por superar las barreras que ms all del debate de la concrecin o realizacin del trmino, abrazaran la emergencia social, econmica y poltica en comprensin de que el asentamiento urbano, el crecimiento poblacional y la diferenciacin social cada vez mayormente marcada por situaciones de pobreza e inequidad, nos alertan sobre la posibilidad del mantenimiento de la demanda de productos de primera necesidad, el cubrimiento en salud, educacin, vivienda y, sobre todo, el manejo de los recursos dentro de los cuales se hallan ubicados todos los aspectos anteriormente mencionados. Una de estas preocupaciones medioambientales estriba en el mantenimiento de sistemas agroalimentarios, su soberana y seguridad alimentaria desde niveles globales hasta locales. Los sistemas agrcolas intensivos ocasionan riesgos ecolgicos poco sustentables y eficientes para futuras generaciones y amplan los retrocesos en ecosistemas fundamentales para nuestra supervivencia. Es entonces cuando, a travs de movimientos sociales e iniciativas populares o particulares, se da paso a otras alternativas de sostenibilidad y amabilidad con el medio ambiente, a fin de evitar mayores deterioros, como los ocasionados en producciones a gran escala (monocultivos, uso de pesticidas, ganadera extensiva o intensiva, manipulacin gentica de semillas, etc.) que suplan la inmensa, desaforada y creciente demanda de productos de primera necesidad y necesidades superficiales o creadas por el mercado.

Importancia de la seguridad alimentaria, la independencia alimentaria y la soberana alimentaria dentro del modelo de desarrollo sostenibleFAO: Organizacin de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentacin.No damos alimentos a las personas, sino los medios para que ellas mismas los produzcan, para que logren su propia seguridad alimentaria y sean independientes de toda asistencia.

Mientras que el debate parece haberse concretado, pues precis inmediatez metodolgica por parte de la CEPAL, adoptar una visin ms integral del desarrollo se sustent finalmente a travs del desarrollo sostenible2, la va adecuada (al menos2 El trmino desarrollo sostenible, perdurable o sustentable se aplica al de-

Jaques Diouf, Director General de la FAO(http://coin.fao.org/cms/world/colombia/es/PaginaInicial.html)

sarrollo socioeconmico y fue formalizado por primera vez en el documento conocido como Informe Brundtland (1987), fruto de los trabajos de la Comisin Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo de Naciones Unidas, creada en Asamblea de las Naciones Unidas en 1983. Dicha definicin se asumira en el principio 3o. de la Declaracin de Ro (1992): satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las del futuro para atender sus propias necesidades (Informe de la Comisin Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo [Comisin Brundtland]: Nuestro Futuro Comn). El mbito del desarrollo sostenible puede dividirse conceptualmente en tres partes: ambiental, econmica y social. se considera el aspecto social por la relacin entre el bienestar social con el medio ambiente y la bonanza econmica. El triple resultado es un conjunto de indicadores de desempeo de una organizacin en las tres reas. Deben satisfacerse las necesidades de la sociedad como alimenta-

cin, ropa, vivienda y trabajo, pues si la pobreza es habitual, el mundo estar encaminado a catstrofes de varios tipos, incluidas las ecolgicas. Asimismo, el desarrollo y el bienestar social estn limitados por el nivel tecnolgico, los recursos del medio ambiente y la capacidad del medio ambiente para absorber los efectos de la actividad humana. Ante esta situacin, se plantea la posibilidad de mejorar la tecnologa y la organizacin social de forma que el medio ambiente pueda recuperarse al mismo ritmo que es afectado por la actividad humana. Tomado textualmente de Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Desarrollo_sostenible

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Fin Ambiente: ecologa y sociedadSi bien muchas de las iniciativas de seguridad alimentaria provienen de organizaciones comunales y sociales independientes de las mundiales, la FAO comprende aspectos globales en cuanto a la agricultura y la alimentacin alrededor del mundo, y supone el conocimiento de los contextos locales, ambientales, polticos y econmicos de las poblaciones en las cuales ejerce su influencia o presta asesora y apoyo. Pretende aumentar la seguridad alimentaria a travs de una gestin interdisciplinar y en busca del intercambio de experiencias y saberes dentro de los pases. En Colombia, la FAO fue representada en 1977 en un intento por establecer marcos de relacin de apoyo financiero y tcnico en las reas agrcola, pesquera y forestal, y garantizar una adecuada gestin en colaboracin con el Estado. Evidentemente, la implementacin de paquetes tecnolgicos en la revolucin verde, de la cual ya hemos conocido dos procesos en nuestro pas, no ha sido inherente a nuestras necesidades, sino a las del mercado externo y a la ampliacin de las expectativas de exportacin y reconocimiento empresarial de los grandes sectores agrcolas y ganaderos de la nacin. La FAO ha tenido algunas implicaciones, especialmente en el manejo de tcnicas de produccin para el mejoramiento de la calidad en dichos productos agro, como se evidenci en el caso de la produccin cafetera en Lbano, Antioquia:Los cambios demogrficos, urbanos y las alternativas de desarrollo industrial de las ciudades pueden de igual modo relacionarse con el inicio de la segunda fase de la produccin cafetera. De hecho, la renovacin cafetera tambin fue recomendada por la Comisin Econmica para Amrica Latina y el Caribe Organizacin de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentacin (CEPAL-FAO), cuyos diagnsticos estimaron necesario hacer cambios en la infraestructura del pas, debido al bajo rendimiento de las explotaciones (Ramrez: 2009)3.

Conclusin: independencia y soberana alimentaria?La independencia alimentaria pretende manejar el abastecimiento sin correr riesgos alimentarios y mantener el ingreso y la ocupacin de los agricultores en ciertos niveles compatibles con la estabilidad social. La soberana alimentaria es el derecho de los pueblos, de sus pases o uniones de Estados, a definir su poltica agraria y alimentaria sin dumping5 frente a pases terceros. El derecho de los campesinos a producir alimentos y el derecho de los consumidores a poder decidir lo que quieren consumir, cmo y quin se lo produce (Va Campesina: 2004). Va Campesina desarroll el concepto de soberana alimentaria y se llev al debate pblico con ocasin de la Cumbre Mundial de la Alimentacin en 1996; este ofrece una alternativa a las polticas neoliberales. Desde entonces, dicho concepto se convirti en un tema mayor del debate agrario internacional, inclusive en el seno de las instancias de las Naciones Unidas. Fue el tema principal del foro ONG paralelo a la Cumbre Mundial de la Alimentacin de la FAO, en junio del 2002. El marco conceptual que se debe manejar y comprender desde el punto de vista de la seguridad y soberana alimentaria, y que permite la reconstruccin de actividades abanderadas en la produccin a gran escala desde la zona rural (al menos lo que ahora conocemos como monocultivos, sistemas de biocombustibles, ganadera extensiva), se visibiliz desde el punto de vista local o comunitario como una forma de expresin cultural; as, lo productivo se extiende a las relaciones identitarias y permite la ampliacin de la interculturalidad y la forma de expresin de saberes tradicionales y actuales.

Sin embargo, tambin se ha preocupado por comprender que los contextos, incluso locales, estn claramente diferenciados por ecosistemas agrarios muy diversos, en los cuales los saberes locales y las implicaciones econmicas, polticas y sociales, constituyen dinmicas particulares, que se deben tener en cuenta en el momento de entrar a aplicar un sistema agroproductivo, pecuario o forestal, segn sea su caso o necesidad4.3 Ramrez, Renzo. La broca del caf en Lbano. Impacto socioproductivo y cultural

de ahorros e inversiones u otros factores [] El ciclo de pobreza y degradacin ambiental se refuerza cuando los precios en granja son bajos y no compensan suficientemente los costos de produccin, y cuando los elevados costos de transporte local impiden por un lado el suministro de fertilizantes y por otro la salida sin retrasos de los productos al mercado. Invariablemente, los agricultores pobres carecen de informacin esencial sobre insumos, condiciones del mercado o precios de las cosechas que producen. Depsitos de Documentos de la FAO. Cumbre Mundial sobre la Alimentacin, 1996. Artculo electrnico: http:// www.fao.org/docrep/003/w2612s/w2612s11.htm

en los aos 90. En Revista de Estudios Sociales, No. 32. 2009. Artculo electrnico: http://www.scielo.org.co/scielo.php?pid=s0123-885X2009000100012&script=sci_ arttext

5 El dumping es la prctica de comercio en el que una empresa fija un precioinferior para los bienes exportados que para los mismos bienes vendidos en el pas. slo puede producirse si se dan dos condiciones: la industria debe ser competencia imperfecta a fin de que las empresas puedan fijar los precios, y los mercados deben estar segmentados, por lo que los residentes nacionales no pueden comprar fcilmente bienes dedicados a la exportacin. Es un tipo de discriminacin de precios de tercer grado. http://es.wikipedia.org/wiki/Dumping

dades no agrcolas se pregona a menudo como medio para mejorar la suerte de los pobres rurales, pero muchas de estas personas estn en las zonas marginales ecolgicamente ms frgiles y con menos opciones de desarrollo. Para que los planes de mitigacin de la pobreza tengan xito deben apuntar por consiguiente a causas profundas, sean estas las existencias de recursos naturales, la escasez

4 La diversificacin de ingresos dentro de la agricultura y tambin en activi-

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inversin

medio ambientereciclaje

latas

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apilacin de basura

accin

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Agricultura urbana y periurbanaEn un informe presentado al Comit de Agricultura de la FAO (COAG, 1999) se define agricultura urbana y periurbana de la siguiente forma:Se entiende por agricultura urbana y periurbana las prcticas agrcolas, dentro de las ciudades y en torno a ellas, que compiten por recursos tierras, agua, energa, mano de obra que podran destinarse tambin a otros fines para satisfacer las necesidades de la poblacin urbana. Agricultura urbana se refiere a pequeas superficies (por ejemplo solares, huertos, mrgenes, terrazas, recipientes) situadas dentro de una ciudad y destinadas a la produccin de cultivos y la cra de ganado menor o vacas lecheras para el consumo propio o para la venta en mercados de los alrededores. La expresin agricultura periurbana se refiere a unidades agrcolas cercanas a una ciudad que explotan intensivamente granjas comerciales o semicomerciales para cultivar hortalizas y otros productos hortcolas, criar pollos y otros animales, y producir leche y huevos (Revista de la FAO, 1999).

En Colombia, muchas entidades ambientales son pioneras en la bsqueda de tcnicas de produccin y cadenas de abastecimiento locales basadas en herramientas agroecolgicas, y se empieza a despertar un inters continuo por la implementacin de sistemas de aprovechamiento desde la siembra hasta la cosecha y la distribucin de los mercados. En una ciudad como Bogot se hacen visibles las actividades a ello concernientes: el Jardn Botnico, las alcaldas locales y Planeacin Regional trabajan conjuntamente para abanderar este tipo de procesos. Sin embargo, el papel del liderazgo comunitario es fundamental para dar sustento, sentido y amplitud a las prcticas que en muchos de los casos dan de comer ahora a nuestros cohabitantes en la ciudad. El principal inters no es que aprendas cmo funciona la naturaleza, sino que la ames. Muchas veces se nos olvida lo que aprendemos, pero casi nunca se nos olvida lo que amamos (Wilches, 2003).

De otro lado, en el Cuaderno de Agricultura Urbana se ha definido agricultura urbana comoUn concepto de mltiples dimensiones que incluye la produccin, agroextraccin y colecta, transformacin y prestacin de servicios de forma segura, para generar productos agrcolas (animales de pequeo, mediano y gran tamao) orientados al autoconsumo, los trueques y las donaciones y/o la comercializacin, reaprovechando de forma eficiente y sostenible los recursos e insumos locales (suelo, agua, residuos slidos, manos de obra, conocimientos, etc.), practicadas en espacios intraurbanos o periurbanos, vinculadas a las dinmicas urbanas y articuladas con la gestin territorial6.

ReferenciasGligo, N. (2006). Estilos de desarrollo y medio ambiente en Amrica Latina. Un cuarto de siglo despus. En Divisin de Desarrollo Sostenible y Asentamientos Humanos. Publicacin de las Naciones Unidas. Santiago de Chile: CEPAL. Pgina principal FAO: www.fao.org www.wikipedia.com

Evidentemente, el trabajo o la organizacin de las comunidades en torno al autoabastecimiento de alimentos ha sido fundamental para el desarrollo de estrategias alimentarias, como la produccin en la ciudad y sus periferias, el apoyo de la gestin poltica por parte del Estado y sus instituciones; tambin se consolida como una herramienta participativa y una forma de capacitacin y desarrollo de tcnicas de produccin no solo para el autoabastecimiento sino para la produccin pequea y mediana de alimentos y productos, en especial cuando estas prcticas son orgnicas. En consecuencia, de las prcticas incentivadas desde el marco de la seguridad y soberana alimentaria tambin se vislumbra un alto componente poltico, ya que el reconocimiento institucional y la legitimidad de actividades que promueven lo que a bien algunos deciden llamar desarrollo endgeno, han permitido el fortalecimiento de las relaciones del tejido social.6 santandreu, Alain et l. Panorama de la agricultura urbana y periurbana en Brasil y directrices polticas para su promocin. En Cuaderno de Agricultura Urbana, No. 4. IPEs (Promocin del Desarrollo sostenible) Per. 2008.

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Repensando la r ural: s ociologa

nue miradas, vas alternativas

Si nuestra Amrica no ha de ser sino una prolongacin de Europa; si lo nico que hacemos es ofrecer suelo nuevo a la explotacin del hombre por el hombre (y por desgracia esa es hasta ahora nuestra nica realidad), si no nos decidimos a que esta sea la tierra de promisin para la humanidad cansada de buscarla en todos los climas, no tenemos justificacin: sera preferible dejar desiertas nuestras altiplanicies y nuestras pampas si slo hubieran de servir para que en ellas se multiplicaran los dolores humanos, no los dolores que nada alcanzar a evitar nunca, los que son hijos del amor y la muerte, sino los que la codicia y la soberbia infligen al dbil y al hambriento. Pedro Henrquez Urea

Andrea ValenzuelaSociologa - Universidad Santo Toms

Cmo poder abordar y comprender actualmente el campesinado? Si desde la academia diferentes perspectivas han propuesto que como grupo social va a desaparecer teoras proletaristas y descampesinistas, y no slo eso, sino tambin la sociedad colombiana, como dice Hctor Mondragn, ha tendido a invisibilizar al campesinado ocultando su importancia social, cultural y econmica, especialmente su sabidura local, su organizacin autnoma y sus derechos colectivos (por ejemplo, en la Constitucin de 1991 no se les reconocieron sus derechos fundamentales como minoras ni la posesin de tierras inalienables, como s a los indgenas y afrocolombianos). Adems, su condicin es precaria y pauprrima por las dinmicas que establecen el neoliberalismo y la globalizacin, pero aqu en Colombia se le aade la intensificacin del conflicto armado masacres y genocidios; crecimiento de cultivos ilegales; concentracin de la propiedad y rentas monoplicas de la tierra; ganadera extensiva; narcotrfico; desplazamiento forzado; agrobiocombustibles; megaproyectos y altos montos de inversiones petroleras, mineras y agroindustriales. Todo ello implica que El campesinado ya no enfrenta slo ni principalmente a la va terrateniente, sino especialmente al capital

transnacional y su modelo de globalizacin, que necesita limpiar el territorio de gente ineficiente o sobrante []1. Entonces, cul ha sido el papel de la sociologa rural en este aspecto? Segn Eduardo Sevilla, esta ciencia se ha conformado a travs de procesos histricos y coyunturas intelectuales, y no est tan lejos de las posturas anteriores. Dicha rama de la sociologa [] se mueve tericamente dentro del pensamiento cientfico convencional que surge y se desarrolla predominantemente dentro del liberalismo econmico y aceptando el desarrollo del capitalismo como algo absolutamente incuestionable para su pesquisa terica2. Asimismo, tiene aportes de las teoras funcionalistas, enfoques marxistas y del liberalismo econmico que tan slo le permitan dar formas explicativas hegemnicas del pensamiento social agrario. Es as que los cientficos sociales estaban subordinados al pensamiento econmico liberal y marxista, aceptando[] que las vas establecidas por sus modelos de cambio socioeconmico planificado producirn sustantivos cambios en las 1 Mondragn, Hctor. La organizacin campesina en un ambiente de terror.

Bogot, 2002. Tomado de la pgina web www.kus.uu.se/CF/Oganizacion_campesina.pdf. p. 7. torial. Barcelona, 2006. p. 28.

2 sevilla Guzmn, Eduardo. De la sociologa rural a la agroecologa. Icara Edi-

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Fin Ambiente: ecologa y sociedadestructuras sociales y en la cultura de los campesinos con su considerable nmero de disrupciones pero se niegan a considerarlos sistemticamente y mucho menos a buscar soluciones alternativas compatibles con la modernizacin3.

Por lo tanto, tal corriente de pensamiento convencional estableci una ley cientfica: la desaparicin del campesinado; es as que sus tcnicas y mecanismos de intervencin en las comunidades rurales no permitan valorar los saberes locales del/la campesino/a, porque el investigador se presentaba con un conocimiento cientfico autodefinido como superior; por eso, trataba al campesino como un objeto analizado bajo una condicin de inferioridad; lo que ocasionaba:[] desprecio a la sabidura acumulada por generaciones, en los agroecosistemas sociales, as como las soluciones propias elaboradas por ellos a los problemas actuales que pueden surgir desde lo local y que, en general, son imperceptibles para el investigador desde su distancia sociocultural4.

Por ello, este nuevo enfoque no slo pretende dar respuesta a esta crisis social y ecolgica, sino que intenta comprender ese proceso de coevolucin entre el ser humano y la naturaleza, reevaluando los mecanismos cientficos agroindustriales para buscar medidas alternas junto con el saber tradicional de las diversas comunidades rurales e indgenas. Por eso, se hace el intento de vincularse con otras ciencias interdisciplinares como la agroecologa y la etnoecologa, que abren horizontes y permiten interpretar desde otros paradigmas las dinmicas rurales (esto se ha dado en gran parte de Latinoamrica, pero no de manera tan fuerte en los estudios sociolgicos colombianos). Por ejemplo, en el enfoque agroecolgico[] el campesinado es ms que una categora histrica o un sujeto social, una forma de manejar los recursos naturales vinculados a los agroecosistemas locales y especficos de cada zona, utilizando un conocimiento sobre dicho entorno condicionado por el nivel tecnolgico de cada momento histrico y del grado de apropiacin de dicha tecnologa, que genera as distintos grados de campesinidad5.

Por eso, se hizo necesario transformar la estructura del pensamiento social agrario, porque no permita aprehender como tal las necesidades y problemticas del sector rural ni las condiciones del campesinado; por ello, a finales del siglo pasado, en Amrica Latina, Asia y frica se da una ruptura epistemolgica del pensamiento convencional; es decir, que la sociologa rural entra en crisis, porque sus nociones tericas eliminaban conceptos como conflicto agrario, conciencia colectiva, saberes locales, democracia social, identidad y empoderamiento, y movimientos sociales del campesinado. Esto permiti un nuevo pensamiento alternativo con un enfoque ms transdisciplinar que reivindicaba los saberes locales y populares tanto del campesinado como de los indgenas. Es transdisciplinar porque est compuesto por ciencias naturales y ciencias sociales, las cuales se enfrentan a la crisis ecolgica y ambiental que ha intensificado el modelo capitalista; por lo tanto, esta sociologa rural alternativa se establece con un conocimiento que posee una dimensin pluriepistemolgica, porque se da conjuntamente con el conocimiento cientfico que respeta la naturaleza y la biodiversidad sociocultural y el saber popular. Lo que indica que esta nueva forma de pensamiento comprende que el campesinado no est destinado a desaparecer; por eso, hace un conjunto de propuestas que se enfrentan a esas formas de pensamiento convencional y del modelo hegemnico productivo y agroindustrial, es decir critican el desarrollo capitalista en la agricultura y sus impactos sociales y ambientales.3 Ibd., p. 135. 4 Ibd., p. 126.

As, ese conocimiento local es necesario aprehenderlo y valorarlo a travs de un dilogo de saberes (cientfico y popular), para poder afrontar la crisis ambiental y las problemticas de seguridad y soberana alimentaria que acechan a gran parte de los campesinos del mundo. Por endeEl enfoque agroecolgico presenta un modelo alternativo para el desarrollo agrcola, que se enfrenta al modelo desarrollado y propugnado por pases industrializados, con sus mecanismos de investigacin internacional y organismos financieros, denominado Revolucin Verde (agroqumicos) y la agrobiotecnologa (transgnicos) al servicio de las transnacionales y pequeos grupos de poder nacional6.

Por ltimo, estudian el fenmeno de las nuevas ruralidades, pero no aceptando la desaparicin del campesinado ni su cultura ni sus estilos de vida; por eso, poseen una visin ms campesinista donde se cuestionan por las polticas neoliberales y se centran ms en alternas formas de produccin no agroindustrial a travs de los saberes y sistemas de conocimientos ecolgicos de las comunidades campesinas como la agricultura orgnica, sostenible, ecolgica, biodinmica, permacultura, como dicen North y Cameron:5 Ibd., p. 189.agroecologa. En Revista de Ciencias Sociales. Universidad de Costa Rica, 2004. Tomado de la pgina web: http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed. jsp?iCve=15310407. p. 94.

6 Martnez, Rger. Fundamentos culturales, sociales y econmicos de la

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Revista MOVIMIENTO - - - Estudiantes en Movimiento El propsito es fortalecer la economa campesina dentro de un modelo alternativo en el cual se apoyan las iniciativas locales y se propugna el desarrollo endgeno para lograr una mayor participacin social, control local y autogestin sobre el territorio por parte de la comunidad campesina7.

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En consecuencia, la sociologa rural colombiana est en ese proceso de cuestionamiento y reflexin donde revala las concepciones e imaginarios que se han construido sobre el campesinado y el sector rural. Porque para proteger el medio ambiente y la biodiversidad tanto biolgica como cultural se deben implementar tcnicas y herramientas que permitan acercarnos a esos saberes tradicionales del campesinado: No se trata de que los campesinos estn aorando volver al pasado, sino de rescatar conocimientos y sistemas de produccin menos agresivos con el medio ambiente8.

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ReferenciasKay, C. (2007). Algunas reflexiones sobre los estudios rurales en Amrica Latina. En Iconos. Revista de Ciencias Sociales. No. 29. Ecuador. Tomado de la pgina web: www.flacso.org.ec/ docs/i29kay.pdf Martnez, R. (2004). Fundamentos culturales, sociales y econmicos de la agroecologa. En Revista de Ciencias Sociales. Universidad de Costa Rica. Tomado de la pgina web: http:// redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=15310407 Mondragn, H. (2002). La organizacin campesina en un ambiente de terror. Bogot. Tomado de la pgina web: www.kus. uu.se/CF/Oganizacion_campesina.pdf Prez, E., Farah, M. & Grammont, H. (2008). La nueva ruralidad en Amrica Latina. Avances tericos y evidencias empricas. Bogot: Editorial Pontificia Universidad Javeriana. Sevilla Guzmn, E. (2006). De la sociologa rural a la agroecologa. Barcelona: Icara Editorial.

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7 Kay, Cristbal. Algunas reflexiones sobre los estudios rurales en Amrica Latina. En Iconos. Revista de Ciencias Sociales. No. 29. Ecuador, 2007. Tomado de la pgina web: www.flacso.org.ec/docs/i29kay.pdf. p. 33. 8 Prez, Edelmira; Farah, Mara, y Grammont, Hubert. La nueva ruralidad en Amrica Latina. Avances tericos y evidencias empricas, p. 197. Bogot: Editorial Pontificia Universidad Javeriana.

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Ambiente: ecologa normatizacin Finoga y sociedad te me ativaseam tratamiento alte ma todol tecnologa alternativas t oga tiz rna tiv an acinologaa ac l as n ratamientoimiento to p atiz tecn lter i tecn in planteamien tizac t proced m nati a nor olog to norm ga va lo sis a ien do

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Revista MOVIMIENTO - - - Profesional en Movimiento

movimiento ambiental en Cali, ColombiaHernando Uribe CastroMaestra en Sociologa. Docente Universidad Autnoma de Occidente Integrante Grupo de Investigacin en Conflicto y [email protected]

Visibilizar el

E

Resumen

n Cali se evidencia un conjunto de factores que pueden estar cumpliendo el papel de motivadores para la configuracin de un movimiento social ambiental: una creciente movilizacin de comunidades que desarrollan acciones colectivas como respuesta a conflictos ambientales; un creciente nmero de organizaciones sociales y comunitarias ambientales, y el surgimiento de programas universitarios en pregrado y posgrado sobre medio ambiente. Todo ello atravesado por una difusin en los espacios sociales locales del discurso de la crisis ambiental y las transformaciones en el sistema democrtico, que de algn modo inciden en el fortalecimiento de la sociedad civil, entre otros. Palabras clave: Movimiento social ambiental, accin colectiva, Cali

mas, manifestaciones y tipos de movimientos, como rebeliones, resistencias y protesta popular, entre otros. Los socilogos se percataron entonces de que existe una multidimensionalidad del tema, pues los estudios daban cuenta no solo de la diversidad de situaciones con respecto a la composicin y orientacin de las movilizaciones, sino tambin de aspectos como las complejidades de las demandas, las formas de organizacin y las estructuras organizativas, los repertorios identificados en cada uno de los casos estudiados y las acciones colectivas. Esta multiplicidad dio a pensar que exista una amplia gama de demandas sociales. Se tienen movimientos de mujeres, tnico-raciales, indgenas, de trabajadores y desempleados, movimientos de jvenes, del LGBT y ambientales. Todos han sido estudiados por las ciencias sociales, pero por lo que respecta al movimiento ambiental, todava los cientficos sociales lo miran con timidez.

Por qu interesarse por el movimiento social ambiental?Para las ciencias sociales, el tema de los movimientos sociales ocupa un lugar destacado dentro de los intereses y desarrollos investigativos. Autores, como Antonio Murga Frassineti (2006), vienen desarrollando la idea de que los aos sesenta pueden considerarse como el boom biogrfico en cuanto a la teora del movimiento social gracias a la situacin por la que atravesaban los pases latinoamericanos. Destacan dos momentos: el primero, ubicado entre marcos de pobreza, exclusin y marginacin, impulsa los estudios sobre movimientos barriales o urbanos; el segundo se halla entre los setenta y principios de los ochenta, trata el problema de las dictaduras y la existencia de un nuevo orden democrtico, lo que da lugar a una gran variedad de movimientos. El boom bibliogrfico incidir de manera efectiva en la aparicin de una serie de nociones, todas ellas referidas a las for-

Elementos que convergen en la configuracin del movimiento ambientalEs posible pensar que en Colombia ha sido tarda la preocupacin ambiental. En esto acordamos con Archila, para quien Ms que en la construccin de identidades tnicas y de gnero, las demandas ambientales son resultado de un proceso tardo en el pas, por lo que es difcil hablar de movimiento social como tal en los aos estudiados (2005:413). Esto se acompa, muy posiblemente, en primera medida por currculos escolares que difundan un discurso en el que se presentaba a Colombia como pas rico por sus dos ocanos, su posicin estratgica y la riqueza en flora y fauna. Tal discurso se interioriz en los colombianos que pasaron por las escuelas y colegios del pas. Ante tanta riqueza, no haba por qu preocuparse. En segunda medida, la difusin de la crisis ambiental se hace ms densa sobre la dcada del noventa, a pesar de que los llamados y alertas por la crisis ambiental global se haban

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Fin Ambiente: ecologa y sociedad visto desde mediados del siglo XX. Otro fenmeno puede ser el tmido papel de los partidos y movimientos verdes (todava se duda de su existencia) en el pas. Estos elementos, ms otros que muy seguramente se escapan a este artculo, pueden considerarse como obstculos para el fortalecimiento del movimiento ambiental. An as es posible identificar algunos factores que s pueden considerase como precursores y motivadores de una posible configuracin de la movilizacin ambiental en Colombia. considera que a juicio de los analistas esta fue la primera gran movilizacin ambiental (2005:474). La cuestin de violencia y conflicto armado, narcotrfico, la necesidad de solucionar primero las carestas alimentarias y urgentes de la vida cotidiana de las personas, promocion otro tipo de luchas. Paradjicamente, durante este periodo se da un incremento de organizaciones no gubernamentales ambientalistas, defensoras del medio ambiente y de los recursos. En algunas universidades, pblicas y privadas, aparecen programas acadmicos ambientalistas, como por ejemplo en la Universidad Autnoma de Occidente, en Cali. Surge Ecofondo y la presin internacional como mecanismo de control e impulsora de propuestas para el favorecimiento del medio ambiente y las comunidades.

Las acciones colectivas y el inters por la defensa de los recursosExisten dos aportes de gran importancia en la reconstruccin del ambientalismo en Colombia. Uno proviene de Patricia Iriarte, quien considera que han existido tres momentos del movimiento ambiental, centrados especialmente en tres formas de accin social (Iriarte, 1994): denuncia, educacin ambiental y el problema del desarrollo. El otro aporte proviene de Isaas Tobasura Acua, quien considera que si bien en Colombia se han dado pasos importantes en cuestiones relacionadas con la institucionalidad ambiental, aspectos como la creacin de un pensamiento y una identidad adquirida son prematuros para que desde all se logre la constitucin de un movimiento poltico. Ambos autores coinciden en que si bien en Colombia, desde tiempos anteriores al siglo XX, existieron acciones colectivas desarrolladas por comunidades locales que pretendan enfrentar problemas de tierras, de propiedad y de acceso a recursos, es solo hasta mediados del mismo siglo que el ambientalismo empieza a adquirir una forma organizada ms de accin colectiva. Incluso, las movilizaciones de los aos sesenta, encarnadas en protestas econmicas y bienes materiales, si bien no podran considerarse como propiamente ambientales, s fueron detonadoras, impulsoras y muy seguramente ejemplo para que grupos de personas se unieran en la defensa del medio ambiente. Mauricio Archila seala que durante los sesenta se produjeron acciones cvicas por insatisfaccin ante condiciones sanitarias de barrios y veredas, como aconteci con el paro cvico de Soacha en 1960 por los malos olores producidos en las curtiembres cercanas y que tuvo como resultado su cierre temporal; tambin las acciones cvicas de Yumbo por contaminacin industrial, las minas de azufre en Purac y la instalacin de la planta de asfalto en Suba (Archila, 2005:246). Algunas acciones se centraron sobre todo en la costa Atlntica, a propsito de la construccin de las vas carreteables entre Barranquilla y Santa Marta o el proyecto modernizador de la isla de Salamanca, que consista en implantar una ciudadela industrial. Archila

La formacin de profesionales en programas acadmicos universitarios sobre medio ambienteNo cabe duda alguna que el inters por el medio ambiente se relaciona con los desarrollos cientficos a travs de investigaciones especializadas sobre las condiciones y la calidad ambiental global. En el mundo, las denuncias y las propuestas del movimiento ambiental se fundan en los estudios cientficos encargados de valorar los impactos de los procesos nocivos para el ambiente. Utilizan la ciencia para oponerse a la aplicada por el capitalismo, el industrialismo y la tecnociencia, que se consideran responsables del incremento y aceleracin de los daos en el planeta. As, el movimiento vive en una paradoja, pues si bien desconfa de la ciencia, esta es a la vez su punto de apoyo para hacer la defensa. No puede pasar desapercibido, entonces, el papel que hoy en da cumplen las universidades e instituciones de la educacin superior en Colombia que ofrecen planes y programas acadmicos relacionados directa o indirectamente con la cuestin ambiental, pues estn formando un conjunto amplio de profesionales que piensan esta dimensin central de la existencia humana. Es posible identificar que hacia l