Revista Mi MuseoNo19

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Mi Museo y Vos Mi Museo y Vos Granada, Nicaragua. Marzo de 2012 Año 6 No. 19 PINTURAS NATURALES EN LA CERÁMICA INDÍGENA (500 A.C.–1550 D.C.)

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Pinturas Naturales en la cerámica indígena.

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  • Mi Museo y Vos

    Mi Museo y VosGranada, Nicaragua. Marzo de 2012 Ao 6 No. 19

    Pinturas naturales en la cermica indgena (500 a.c.1550 d.c.)

  • Editora: Nora Zambrana Lacayo

    Redactores:Oscar Pavn Snchez Nora Zambrana LacayoAlexander GeurdsLaura Van BroekhovenJuana Sunsn Castrillo

    Diseoydiagramacin: Nora Zambrana Lacayo

    Propietario:Peder Kolind

    [email protected]/mimuseo.granada

  • Contenido

    Pinturas naturales en la cermica indgena(500 a.C.-1550 d.C.) ................................................................................ 2

    Mi Museo publica su coleccin cermica ......................................... 5

    El complejo estilstico Mixteca-Puebla en Mesoamrica.Una breve resea de su historia de estudio inicial(1954-1994) ................................................................................................ 8

    Forma de almacenar alimentos(500 a.C.-1350 d.C.) ................................................................................ 18

    Visitas a Mi Museo ................................................................................... 20

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    Pinturas naturales en la cermica indgena (500 a.C.-1550 d.C.)

    Oscar Pavn Snchez

    Arquelogo de Mi Museo

    L

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    a presentacin de este artculo sur-ge a partir de algunas interrogantes que tienen numerosos visitantes

    que acuden a las instalaciones de Mi Museo. Una de esas incgnitas es el uso de pinturas naturales que utilizaron nuestros alfareros prehispnicos para decorar sus cermicas.

    Existe informacin de estas pinturas na-turales que fueron aplicadas en cdices, cermicas, pinturas en murales, pinturas corporales y en textiles a partir de fibras vegetales, utilizadas tanto en las regiones

    de Mesoamrica como en Amrica del Sur en perodos precolombinos.

    Algunas fueron conseguidas de plantas, insectos, arcillas y minerales. Los obte-nidos de las plantas se encontraban en sus races, tallos, flores y semillas.

    Las encontradas en las arcillas como el barro en lquido, normalmente son engo-bes compuestos por xido de hierro, en el cual se logra una coloracin rojiza, y las procedentes de minerales naturales como la cal es encontrada en estado slido.

    Las pinturas procedentes de las plantas fueron normalmente utilizadas para teir fibras vegetales, como ejemplo el ail, y los originarios de arcillas y minerales son los idneas para ser aplicadas en las cermicas.

    Las primeras cermicas encontradas en la zona del Pacfico de Nicaragua se caracterizan por presentar pinturas de color rojo, conocida tambin como engo-bes por los artesanos ceramistas. Estos engobes fueron aplicados antes de in-troducir la cermica al horno, con el fin de asegurar la consistencia del color, as como la durabilidad de la cermica.

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    Por ejemplo, en el caso de la cermica tipo Bocana Inciso Bicromo (500 a.C.-300 d.C.) su decoracin consiste en bandas de color rojo, separadas por l-neas anchas incisas del color natural de la pasta, ubicadas en las zonas del cuello de forma circular, y en el cuerpo de la vasija muchas veces formando mo-tivos geomtricos; en algunas ocasiones se incluye el color negro. (Zambrana y Zambrana, 2011: 29).

    Otro modelo equivalente al anterior es el Usulutn Negativo, este tipo de cermi-ca se caracteriza en que ambas superfi-cies fueron bruidas, y luego cubiertas con un engobe naranja brillante, naranja caf, o caf. Esta variacin en el color de la superficie es causada por condicio-nes de coccin y preservacin ms que por una verdadera diferencia en el color del engobe. Las superficies fueron puli-das despus de engobarlas. En algunos casos fue aplicado un doble engobe. La primera capa es de color crema o naran-ja brillante, que sirve como fondo para la decoracin resistente. La segunda capa es el tpico engobe naranja del grupo re-lacionado a Usulutn. (Zambrana y Zam-brana, 2011: 37)

    Se debe tomar en cuenta que los engobes varan en su coloracin: rojos, anaranja-dos, negros y blancos; pero los ms re-presentativos en esta zona son los rojos, anaranjados y negros.

    En los siguientes perodos la prctica del engobe rojo en la cermica siempre se segua empleando, pero surge un nuevo

    matiz de pintura como parte de sus de-coraciones, tal es el caso de la cermi-ca Tola Tricromo y Chvez Blanco sobre Rojo, (300 d.C.-800 d.C.), en ellas deco-raron dibujos con pintura blanca.

    Hasta el momento no se conocen yaci-mientos de arcilla blanca en la zona del Pacfico de Nicaragua, pero existe cierta informacin por algunos colegas que en Somoto existen vetas de arcilla de color blanco. Quizs, la adquisicin de este tinte o engobe fue producto del trueque que se realizaba entre ambas regiones.

    Ms tarde aparecen los policromos du-rante 800 d.C.-1550 d.C. donde se desa-rrolla el engobe blanco, lo cual permiti quizs que surgieran nuevas tonalida-des en colores, debido posiblemente a la mezcla de los engobes anteriormente conocidos, provocando as la aparicin en las cermicas de los colores crema, anaranjados, caf, gris y negro.

    Cuenco Papagayo Policromo, variedad Manta (800 d.C.-1350 d.C.). Coleccin Mi Museo.

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    Tal es caso de la cermica Pataky Po-licromo, en cuyo exterior los motivos fueron pintados en colores rojo oscuro, naranja, negro, gris y en ocasiones caf; aunque la presencia de estos colores vara en las diferentes variedades. Los motivos fueron generalmente colocados en frisos sobre el borde exterior, y en la parte inferior del cuerpo de las vasijas periformes. Tambin se encuentra una variedad de representaciones zoomor-fas en las vasijas efigie, que contemplan aves, conejos, monos y felinos. Las ca-bezas de estos son modeladas y luego pintadas para resaltar los rasgos del ani-mal, mientras que las patas inferiores de

    Referencia

    Zambrana, Jorge & Nora Zambrana Lacayo2011 La secuencia cultural. En Cermica prehispnica del Pacfico de Nicaragua. Coleccin Mi Museo. Granada, Nicaragua.

    los mismos forman parte de los soportes trpodes, y los miembros superiores tam-bin modelados son aplicados, o en algu-nos casos pintados sobre el cuerpo de la vasija. (Zambrana y Zambrana, 2011: 85)

    Existe la posibilidad que los tintes prove-nientes de algunas plantas se aplicaron en las cermicas de la zona del Pacfico de Nicaragua, pero hasta el momento no existe informacin veraz que consolide esta idea, tal vez en el futuro se analicen las pinturas de las cermicas encontra-das en contextos, para as estar seguros que s en verdad se utilizaron tintes pro-venientes de plantas.

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    Mi Museo publica su coleccin cermica

    Nora Zambrana Lacayo

    Diseo y publicaciones de Mi Museo

    Mi Museo, posee la ms grande co-leccin de piezas cermicas pre-hispnicas, las cuales han sido coleccionadas durante muchos aos como un esfuerzo por proteger, preser-var y conservar una parte del patrimonio arqueolgico de Nicaragua, especial-mente del departamento de Granada.

    El 23 de febrero, despus de un ao de arduo trabajo y discusin de ideas, Mi Museo public su catlogo titulado Cermica prehispnica del Pacfico de Nicaragua Coleccin Mi Museo. Con la publicacin del catlogo relativo a las piezas ms representativas de cada uno de los perodos en que se divide la

    secuencia cultural y cronolgica en su aspecto de la cermica, Mi Museo est cumpliendo con el cuarto postulado de la institucin musestica: su publicacin.

    Por lo general, un catlogo ms que todo es recibido como una lista de objetos vis-tos desde la perspectiva del arte. En este catlogo se vara esa perspectiva, y en cambio, se hace desde la arqueologa, desde el conocimiento de la historia de la sociedad cuyo pensamiento religioso, ideolgico-poltico y social gui el pen-samiento del o de la alfarero/a como un medio para compartir, mantener y forta-lecer mediante la iconografa, una ideo-loga particular que cohesionaba y forta-leca la unidad del grupo.

    Es un intento inicial de resaltar la rela-cin naturaleza-ser humano, la inte-raccin entre grupos tnicos vecinos e interaccin social a lo interno de las sociedades, su distribucin geogrfica tanto de los objetos fsicos, como de las distintas iconografas en ellas represen-tadas como expresin cultural. Constitu-ye un intento de retomar el estudio ar-queolgico orientado al conocimiento de la historia de nuestras sociedades, en su proceso histrico.

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    El catlogo no es un simple listado de fo-tografas de las vasijas ms bonitas de la coleccin, ni solamente es la descripcin de la secuencia cronolgica de las mis-mas, es algo ms. Su importancia radica en que la informacin en l brindada es historia. El ltimo perodo por ejemplo, no solamente refleja el cambio cultural debido a la introduccin de nuevos mo-tivos e iconografa, sino que ese cambio cultural observado en los motivos e ico-nografa diferente de las anteriores, su-pone tambin un cambio social.

    Un anlisis exhaustivo de las vasijas, anlisis que incluye los motivos decora-tivos, iconografa y formas de las piezas, brinda pistas para determinar el grado de asimilacin de la cultura invasora por la sociedad invadida. Claro est, que la cermica por si sola no puede reflejar toda la situacin social experimentada por la sociedad invadida, tan slo es parte de un proceso que involucra una respuesta tanto mental como fsica, que puede ser inferida del estudio de los contextos arqueolgicos.

    Portada catlogo titulado: Cermica prehispnica del Pacfico de Nicaragua Coleccin Mi Museo.

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    Es por ello que es fundamental el res-cate de los contextos de los cuales son extradas las piezas cermicas. Es el es-tudio de los contextos arqueolgicos el que explica el grado del impacto experi-mentado por las sociedades implicadas en dicho evento, ya que una recibe pero tambin puede dar, en el caso de la fu-sin de los dos grupos.

    La informacin contenida con relacin a la tipologa y la cronologa, es la que de manera bsica es utilizada a nivel regio-nal. Con respecto a la tipologa presenta-da en el catlogo, sta es la utilizada en los dos sectores de Gran Nicoya al igual que la cronologa. Cabe sealar, sin em-bargo, que estudios recientes llevados a cabo en el sitio arqueolgico ms grande del departamento de Rivas, la cronologa establecida debe ser revisada dado que uno de los principales hallazgos en Ri-vas es una cronologa basada en mas de 12 fechas de Carbono 14, que retrotraen el inicio del perodo Ometepe (1350-con-quista) unos 400 aos, basados en los tipos Castillo Esgrafiado y los cuales se seala pertenecen a este perodo, pero a como apuntbamos anteriormente, es-tos tipos estn asociados con tipos del perodo Sapoa (800-1350 d.C.), pero so-bre todo a los inicios de los 800 d.C.

    La secuencia cultural referida a la cer-mica para el Pacfico de Nicaragua ha sido establecida mediante la discrimina-cin de los atributos decorativos, siendo la cermica policromada, incisa, mode-lada, estriada y esgrafiada que podra estar asociada con mayor confianza a perodos o fases especficas, las cuales tienen mayor importancia culturalse consideran estos tipos como los de ma-yor importancia para la interpretacin (Lange W. F. 1987).

    La cronologa para fijar en el tiempo la secuencia de desarrollo socio-cultural de la regin del Pacfico, al menos de las sociedades productoras de cermica, arranca desde aproximadamente 2000 antes de Cristo hasta el momento de la conquista.

    El catlogo incluye 66 piezas correspon-dientes a 19 tipos cermicos. Se espera que esta obra cumpla su propsito de despertar aun ms el inters por promo-ver la proteccin del patrimonio arqueo-lgico y su investigacin en Nicaragua, como medio de conocimiento de nuestra historia prehispnica.

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    El complejo estilstico Mixteca-Puebla en Mesoamrica. Una breve resea de su historia de estudio inicial (1954-1994)1

    Dr. Alexander Geurds*Dra. Laura Van Broekhoven**

    *Universidad de Leiden, Holanda y Universidad de Colorado en Boulder**Museo Nacional de Etnologa, Holanda

    E l complejo Mixteca-Puebla se dis-pers ampliamente durante el pe-rodo Posclsico en la regin central de Mxico, con extremos geogrficos en Sinaloa (Noroeste de Mxico) y las regio-nes del Pacfico y Centro de Nicaragua, y Costa Rica. Las numerosas preguntas y problemas en cuanto a su origen, de-sarrollo y propiedades se abordarn en

    esta breve resea, la cual tiene como objetivo contextualizar debates de in-fluencia mesoamericana relacionados con los conceptos tnicos Chorotega y Nicarao.

    Introduccin

    Introduciendo el trmino Mixteca-Puebla, el investigador George Vaillant delimita las zonas donde sta cultura segn l se desarroll y donde se manifestaba en su forma ms intensa: el centro y sur del estado mexicano de Puebla y la re-gin cultural de la Mixteca situada en la parte occidental del estado de Oaxaca. Vaillant propuso el trmino para indicar una historia especfica poltica, religiosa, expresada por la iconografa y el esti-lo de arte (Vaillant 1944:38, 41-42, 94). Los cambios culturales en el Centro de Mxico despus de la cada de Teotihua-cn, fueron resumidos por Vaillant como el resultado de cuatro procesos: la in-filtracin de diversos grupos tribales, la absorcin de elementos culturales del grupo original de los Toltecas, la infil-tracin de ideas de una fuente cultural

    1 Este artculo es resultado de los valiosos intercambios de ideas en conversaciones con Ral Matadamas, Michael Lind, Maarten Jansen, Geoffrey McCafferty, Sergio Surez, Sebastin van Doesburg y Michel Oudijk.

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    externa (Mixteca-Puebla), y conflictos internos intensos entre exponentes de las dos expresiones culturales (Vaillant 1938:562, n.71, nuestra traduccin).

    Siguiendo la definicin inicial de Vaillant, el iconlogo Henry B. Nicholson defini el concepto Mixteca-Puebla con mayor pre-cisin en cuanto a elementos estilsticos y motivos (Nicholson 1966). Como esti-lo, se caracteriza por su forma altamente estandarizada de representar motivos e imgenes. Segn l, estas imgenes se permiten dividir en dos categoras bsi-cas: por un lado smbolos abstractos y por otro lado representaciones de deida-des, figuras y lugares. Esto, acompaa-do por un uso rico de colores, incluyendo azul, amarillo y rosa. Entonces, una ico-nografa que claramente parece haber sido conectada a la lite sociopoltica de las reas mencionadas.

    En los ltimos aos, la discusin sobre la iconografa Mixteca-Puebla se rodea a una serie de problemas. En primer lu-gar, el tema de acaloradas discusiones y polmicas extensas fue la incertidumbre sobre el origen de esta iconografa. Ade-ms del origen y su posible significado, sigue existiendo confusin sobre la ter-minologa empleada en la descripcin de elementos estilsticos que pertenecen al complejo Mixteca-Puebla.

    Origen del complejo Mixteca-Puebla: contexto etnohistrico y arqueolgico

    En cuanto a datos culturales relevantes para el mejor entendimiento del origen

    del concepto Mixteca-Puebla, nos llega informacin de contextos etnohistricos y arqueolgicos. Una fuente etnohistri-ca vital es la Historia Tolteca-Chichimeca (Kirchhoff, Gemes Odena y Luis Reyes 1976). Este manuscrito cuenta de alian-zas entre las diferentes ciudades-estado en el Centro de Mxico durante el Post-clsico Temprano (900-1200 d.C.). Estas alianzas tienen sus races en migracio-nes de los primeros Tolteca Chichimeca, nacidos de las cuevas de Chicomoztoc, y dirigidos por el gran lder Camaxtli-Mix-coatl. Uno de sus hijos, llamado Mixteca-tl, fue responsable de fundar Acatln en la Mixteca, y con eso el establecimiento del nombre de la regin, como se cono-ce hoy en da: [...] Que un hijo de un seor de Mxico vino antiguamente a poblar este pueblo de Acatln y desde aqu puso debaxo de su dominio todo lo que ay deste pueblo hasta la provincia de Tututepec que es en la costa del Sur, el qual dicho seor se llamaba Mistecatl y de su nombre se llamo toda la dicha tierra que sujeto Mistecapan y la lengua mistecatl (Acua 1985:59).

    Despus de la cada de Tula, migracio-nes a Cholula se llevaron a cabo. Sin embargo, all los descendientes de Mix-catl no pararon. Por cierto, avanzaron hasta llegar a la ciudad de Coixtlahuaca en la Mixteca. De hecho, despus de es-tas migraciones, los seores Chochos y Mixtecos de Coixtlahuaca se distinguie-ron por sus reclamos del prestigioso t-tulo de legitimidad Tolteca-Chichimeca (Dahlgren 1954; Kirchhoff 1976).

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    Se considera sin embargo, que el estilo Mixteca-Puebla, es de origen anterior al perodo Posclsico Tardo. El investiga-dor Mexicano Wigberto Jimnez Moreno mantiene la hiptesis de que: un poco antes de 700 d.C., la Mixteca dej de ser culturalmente subordinada a Monte Albn y que en la Mixteca Baja, en par-ticular alrededor de Acatln, aparecieron signos de un nuevo estilo, Mixteca-Pue-bla, que no se materializan en Cholula hasta 800 d.C., al principio de la llama-da tirana olmeca mencionada por Tor-quemada, que provoc el xodo de los Pipiles hacia Centroamrica (Jimnez Moreno 1966:47, nuestra traduccin).

    Jimnez Moreno entonces posiciona el origen de la iconografa Mixteca-Puebla en una perspectiva centralista: debido a los cambios socioculturales en la regin, esta iconografa tuvo la oportunidad de desarrollarse. Para la mayor parte de la zona existen muy pocos datos arqueolgi-cos sobre la transicin del perodo Clsico al Posclsico. Dur varios siglos despus del ao 800 d.C. hasta el surgimiento de otras sociedades en el perodo Posclsi-co Medio. Un anlisis de fuentes etnohis-tricas de Mesoamrica y Centroamrica, alude a una fecha de 800 d.C. para la llegada de los Olmeca Xicallanca a la ciu-dad de Cholula en el centro del Mxico actual. Segn el relato de Torquemada, la migracin Pipil hacia Centroamrica se llev a cabo siete u ocho vidas atrs, la vida se describe como los de hombres muy viejos. Una declaracin que sub-secuentemente se interpret como una referencia al huehuetiliztli (104 aos), a

    que Jimnez Moreno coloca la migracin hacia el ao 852 o 748 d.C.. McCafferty y Surez, en sus estudios arqueolgicos de Cholula, opinan que la evidencia arqueo-lgica de este perodo se compara bien con los datos que encontraron de influen-cia en Cholula y Cacaxtla, en la regin del Golfo de Mxico (McCafferty, 1994: 55).

    En resumen, las fuentes etnohistricas ilustran el surgimiento de un sistema inte-rregional de alianzas en el rea de Puebla y Oaxaca durante el Postclsico Tempra-no. Tal sistema aparece en el Centro de Mxico, durante un perodo de abandono de los grandes centros urbanos que carac-terizan el perodo clsico y el surgimiento de ciudades-estado (Blomster 2008). El papel del complejo cermico Mixteca-Puebla en todo esto, como un concepto de estilo, de acuerdo con Byland y Pohl, podra haber sido: Funcionar como un sistema figurativo altamente desarrollado de comunicacin visual que puede ser muy eficaz para facilitar el intercambio de informacin, especialmente en el nivel internacional (Byland y Pohl 1994:197). En cuanto a cmo este sistema funcion, sin embargo, todava no se han hecho su-gerencias considerables hasta ahora.

    Gran parte de la investigacin se ha cen-trado en el papel de la zona de Cholula sobre los orgenes de este estilo policro-mado. La relacin entre esta rea y el complejo Mixteca-Puebla fue examina-da por Henry B. Nicholson (Nicholson 1966). Se identificaron una serie de sm-bolos jeroglficos tpicos al estilo, en par-ticular con respecto a las connotaciones

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    religiosas con la deidad Quetzalcatl. El ejemplo prototpico de este estilo se en-cuentra en el manuscrito pictogrfico lla-mado Cdice Borgia. Segn Nicholson, fue creado probablemente en la regin de Puebla / Tlaxcala (Nicholson 1960, 1961, 1966, 1982). Esto se ve confirma-do localmente por los murales de Ocote-lulco (Contreras Martnez 1994).

    Cholula cabe bien en el modelo propuesto por Smith y Heath-Smith. Haber sido nom-brado en varias fuentes etnohistricas, como el centro de culto de Quetzalcatl puede ser considerado como una fuente del Postclassic Religious Style. El Mixtec Codex Style est presente en los cdices Borgia y otros de la regin, y finalmente, como un importante centro productor de cermica Mixteca-Puebla, Cholula puede ser considerado como parte de la Mixte-ca-Puebla Regional Ceramic Sphere.

    Dejando de lado estudios anteriores de Noguera (1954) y Mller (1978), Michael Lind ha estudiado la cermica del Poscl-sico Tardo en Cholula, as como los de varios sitios arqueolgicos en la regin de la Mixteca (1987). Elementos estilsticos de la cermica de Cholula y de la Mixte-ca fueron estudiados por Lind a partir de un enfoque orientado al consumidor de la cermica. Los elementos estilsticos que Lind compara son forma de la vasija, mo-tivos de diseo y su relacin con repre-sentaciones en los cdices. En su estudio no slo incluye las similitudes, sino tam-bin las diferencias entre los materiales de Cholula y de la Mixteca.

    Segn Lind se permite distinguir entre es-tilos locales. La cermica policroma tipo Las Pilitas de la Mixteca, principalmente muestra los rituales y los temas de la teo-loga mixteca, similar a su representacin en los cdices de esta regin. Las formas de las vasijas parecen ser similares a las utilizadas en las bodas y otros rituales de la lite. Por lo tanto, segn Lind, se puede concluir que esta policroma funcionaba como una expresin de alto rango social del sistema cultural a finales del Posclsi-co Oaxaca (Lind 1994:97). Patrones simi-lares aparecen en la cermica policroma-da tipo Catalina de Cholula. La conexin entre la cermica Catalina y Cholula, se evidencia por la cantidad relativamente grande de representaciones de rituales con derramamiento de sangre y parafer-nalia religiosa. Adems de eso, la imagen de la serpiente emplumada Quetzalcatl es con frecuencia perceptible en los vasos (Lind 1987,1994).

    La segunda conclusin y ms impactan-te de Lind no se basa, sin embargo, en las diferencias, sino en las similitudes de la cermica de los diferentes sitios. Una gran cantidad de diseos y formas de las vasijas se parecen substancialmente entre s. Entre estos diseos es el motivo xicalcoliuhqui, que generalmente se con-sidera como uno de los elementos ico-nogrficos ms estandarizados del estilo Mixteca-Puebla (Figura 1). Estas similitu-des indican una cierta conexin socio-cul-tural en el rea cultural durante el final del perodo Posclsico. Segn Lind, los moti-vos de diseo pertenecientes al tipo poli-cromo Las Pilitas funcionaron para hacer

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    circular los smbolos del poder poltico y religioso en la lite (Lind 1987:20).

    Un enfoque que se puede considerar no-centralista, en relacin con las cir-cunstancias que rodean el desarrollo de la Mixteca-Puebla, fue presentado por Donald Robertson. Propuso cambiar el trmino Mixteca-Puebla a Estilo Inter-nacional del Posclsico Tardo, debido a sus investigaciones sobre los elementos diagnsticos (1970). La investigacin de Robertson demuestra similitudes, en el plano conceptual (nfasis de claridad de lneas, ausencia de referentes a paisa-jes) en lugar de las diferencias a nivel visual (iconografa, estilo), entre el con-cepto Mixteca-Puebla y otras tradiciones estticas prehispnicas.

    Michael E. Smith y Cynthia Heath-Smith descartan el trmino Mixteca-Puebla por ser confuso y generalista (1982). Tres fenmenos distintos deben ser conside-rados segn ellos: 1) el carcter religioso del Posclsico, 2) el estilo cdice Mixte-co y, 3) la Esfera regional de cermica Mixteca-Puebla. Estos fenmenos defi-nen los diferentes niveles de estilo que se pudieron discernir en el anlisis de un cierto tipo de cermica. El fenmeno Mix-teca-Puebla representa por primera vez, un conjunto estandarizado de smbolos religiosos con una gran popularidad en toda Mesoamrica, a partir del Postcl-sico Temprano. El segundo fenmeno consiste en el estilo narrativo distintivo del Postclsico Tardo que se encuentra en la cermica y murales, as como en los cdices. El ltimo fenmeno incluye

    los complejos locales de cermica que comparten varios rasgos estilsticos de la zona Mixteca-Puebla en s (Smith y Heath-Smith, 1982:15-50).

    Ninguno de los anlisis ha resultado ser lo suficientemente satisfactorio para ser am-pliamente aceptado y hay una polmica entre los dos enfoques principales desa-rrollados entre 1954 y 1994. La polmica en torno al origen del concepto del centro de la Mixteca de Puebla en torno a dos enfoques. Ambos reconocen la regin de Puebla y la Mixteca en el estado de Oaxa-ca, que juega un papel clave en el desa-rrollo. Las diferencias se encuentran en el dictamen en el cual de estas dos regiones fue testigo el desarrollo primario e inicial. Segn el resumen de Anders, Jansen y Reyes en su introduccin al Codex Cospi (1994), los dos enfoques se basan en un punto de vista excesivamente icono-cen-trado, con Nicholson como protagonista de lado del nahua y la propagacin de Robertson la influencia mixteca en el con-cepto de Puebla Mixteca.

    Entonces, el debate sobre significado, propsito y funcin del concepto Mixte-ca-Puebla en una perspectiva regional, est vinculado fuertemente con el deba-te en cuanto a su origen. Este debate ha dado lugar a mltiples hiptesis de que ninguno de ellos ha sido realmente ca-paz de obtener el apoyo suficiente para ser generalmente aceptado. Entre otros, Michael Lind, John Pohl y Byland Bruce han presentado varias propuestas, la primera basada en un anlisis detallado de estilo de dos centros de produccin

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    de cermica y los dos ltimos incluyen la evidencia lingstica y etnohistrica en su investigacin (Lind 1987, Pohl y Byland 1994: 189-200).

    Mixteca de Puebla Codex Style y otras semnticas

    Caractersticos de la amplia gama de elementos decorativos que definen la cermica policroma Mixteca-Puebla y los murales, es la representacin de los topnimos, figuras y objetos. Las simili-tudes iconogrficas de los manuscritos pictricos y la cermica pintada, han lle-vado a varios estudiosos a concluir que la cermica y cdices tienen su origen en la misma regin.

    Las imprecisiones que se incluyen en in-vestigaciones sobre Mixteca-Puebla se centran en la denominacin Tipo Cdice (Robertson 1966:301; Mller 1970: 141). Tipo Cdice generalmente se refiere a la semejanza entre ciertos tipos de diseos y las figuras caractersticas y motivos simblicos que aparecen en los manus-critos pictricos de la regin de Puebla y de la Mixteca. Sin embargo, no se hace distincin entre el carcter autnomo de los cdices, murales y decoraciones sobre cermica. Por otra parte, parece que este estilo no se desarroll hasta las ltimas etapas del perodo Posclsico Tardo, y como tal errneamente ha sido tomado como representante de los dise-os caractersticos del Mixteca-Puebla.

    Figura 1: Ejemplos del xicalcoliuhqui en el sitio de Mitla (Oaxaca, Mxico). Fotografa de los autores.

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    La conexin entre los cdices y decora-ciones de la cermica puede ser til cuan-do se trata de determinar la procedencia de uno de los dos. Aunque hay que re-cordar que no est claro si el manuscrito y la cermica policromada se desarrolla-ron simultneamente, o si estaban rela-cionadas entre s, o de mbitos artsticos independientes. Como mnimo, se puede argumentar que la pintura en la cermica era seguramente no ejecutada por el mis-mo artista quien pint los manuscritos. Por otra parte, hay que tener en cuenta que las cermicas (tanto como manuscritos pict-ricos) son objetos porttiles y es siempre difcil conectarlos a una regin especfica. Una determinacin ms fiable se puede lograr, cuando se comparan cermica y manuscritos pictricos por un lado y los murales por el otro. Murales son, eviden-temente, fijos y por lo tanto, ms indica-tivo de estilo local que cualquiera de los objetos pertenecientes al Tipo Cdice.

    De qu entonces, consiste el Tipo Cdi-ce? Desde el punto de vista tcnico falta mucho por determinar. Las iconologas de los manuscritos no son idnticas, mucho menos su estilo; cada cdice tiene su pro-pio carcter distintivo. Tipo cdice entonces tiene alguna utilidad cuando se hace refe-rencia a similitudes generales, pero la efi-cacia de estas comparaciones es dudosa si no hay ms especificaciones del manuscri-to pictrico. En 1994, las en aquel entonces recientemente descubiertas pinturas mura-les polcromos de la Chimales en Tehua-cn Viejo fueron comparadas por Sisson y Lilly con el Cdice Borgia (Sisson y Lilly 1994). El enfoque de su investigacin es un

    ejemplo de una comparacin bien definida y tcnicamente detallada de los elementos estilsticos, y contiene informacin valiosa sobre el origen del Cdice Borgia.

    Conclusin

    Una metodologa bien definida para la interpretacin de los diversos elementos interrelacionados referentes al concepto Mixteca de Puebla, es un factor clave para la comprensin de las cambiantes relacio-nes socio-polticas en dos niveles: el cen-tro de Mxico a nivel regional, y ms all de Mesoamrica, y la regin Gran Nicoya en el mbito interregional. Las investiga-ciones desde los aos 50 hasta los 90 han mostrado que nicamente dar atencin a los elementos iconogrficos, y la compa-racin entre ellos con el fin de determinar sus procedencias, debe considerarse un mtodo anticuado. En cambio, un enfo-que multidisciplinario debe ser capaz de ofrecer una alternativa. En lugar de razo-nar exclusivamente desde una perspecti-va arte-histrica, los avances realizados por la etnohistoria en la reconstruccin de condiciones socio-polticas por medio de la transcripcin de documentos coloniales tempranos, deben ser tomados en cuenta. De igual manera, una mejor comprensin de los contenidos de los manuscritos pic-tricos, puede mejorar la interpretacin de la iconografa Tipo Cdice de la cermica. En una prxima contribucin, revisaremos las contribuciones posteriores a 1994 res-pecto a esta temtica tan relevante para los policromos tardos en Nicaragua, y ha-remos una evaluacin del estado actual de investigacin.

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    Referencias

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    Anders, Ferdinand, Maarten Jansen y Luis Reyes Garca1994 Calendario de Pronsticos y Ofrendas. Libro Explicativo del llamado Cdice Cospi. Akademische Druck und Verlagsanstalt, Fondo de Cultura Econmica, Mxico.

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  • Mi Museo y Vos

    Forma de almacenar alimentos (500 a.C.-1350 d.C.)

    Oscar Pavn Snchez

    En Nicaragua las investigaciones ar-queolgicas en la actualidad han estado orientadas en saber cmo estaban distribuidos los espacios doms-ticos, as como tambin las reas de acti-vidades en un asentamiento indgena.

    Los espacios domsticos se reconocen por los desechos de basura que se deja-ron en los patios externos, donde se pre-pararon y consumieron alimentos secos y lquidos. Entre los desechos encontra-dos de los diferentes asentamientos ind-genas investigados en los el sitios San-ta Isabel, Rivas y El Rayo en Granada, documentados por el Dr. Geoffrey Mc-Cafferty; las evidencias halladas estn conformada por fogones donde se en-contraron maderas carbonizas, algunas especies de semillas quemadas como jocote y desechos de huesos carboniza-dos de algunas especies de pescados, aves, mamferos, reptiles, moluscos en-tre otros, as como tambin restos muy fragmentados de cermica.

    Las reas de actividad en un asenta-miento prehispnico se caracterizan por

    encontrar agrupamientos de materiales arqueolgicos definidos como desechos de piedras muy fragmentados (lascas), dejados por la fabricacin de herramien-tas de caza, entre las cuales figuran: puntas de flecha, puntas de lanza, cu-chillos, hachas, metates; otras reas de actividad pueden ser aquellos espacios o talleres donde se elaboraron objetos cermicos y reas destinadas para los cementerios, tambin aquellos espacios que posiblemente se utilizaron como centros de plazas.

    El tema que he abordado forma de al-macenar alimentos en tiempos preco-lombinos, es muy poco discutido por los investigadores, tal vez porque las reas donde se han investigado no presentan las condiciones apropiadas en la con-servacin de estos espacios, que posi-blemente funcionaron como puntos de almacenamientos; el gran problema ha sido que muchos sitios arqueolgicos, en especial los montculos que funciona-ron como espacios de viviendas, estn destruidos debido a la prctica de la agri-cultura y el saqueo discriminado.

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  • Mi Museo y Vos

    Actualmente en muchos museos de arte precolombino en Nicaragua, se en-cuentran objetos cermicos de grandes, medianas y pequeas dimensiones, los cuales en su mayora eran manipulados en la cocina. Objetos de barro que hoy se conocen popularmente como tinajas, tinajones, ollas, peroles, cazuelas, cal-deros entre otros.

    En el pasado estos objetos tiles de ba-rro pudieron funcionar como los silos, tal como en la actualidad utiliza el campesi-no, prctica que asegura la alimentacin de la familia en tiempos de escases, don-de se dificulta la produccin de algunos granos.

    En las instalaciones de Mi Museo, par-ticularmente en las reas de los corre-dores, usted encontrar estas vasijas de grandes dimensiones, que son capases de almacenar cantidades de alimentos en semillas de al menos unas 100 libras, y lquidos que en promedio pueden an-dar en los 40 a 60 litros. Vasijas con una antigedad que oscila entre 500 a.C.-300 d.C., por ejemplo las Bocana Inciso varie-dad Toya, Popoyuapa Estriado Zonado; las del perodo Bagaces (300-800 d.C.) Espinoza Banda Roja, Chvez Blanco sobre Rojo, Rivas Rojo; y las tipo Saca-sa Estriado (800-1520 d.C.) del perodo Sapo.

    Cermica tipo Sacasa Estriado. Coleccin Mi Museo.

    Cermica tipo Espinoza de Banda Roja. Coleccin Mi Museo.

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  • Mi Museo y Vos20

    Visitas a Mi Museo

    Juana Sunsn Castrillo

    Responsable de guas de Mi Museo

    E s evidente como en Mi Museo se han incrementado los visitantes da a da, puesto que en este trimestre, correspondiente del 3 de enero al 12 de marzo, se han recibido 2968 visitas; divididas en: extranjeros 2288, nacionales 575 y estudiantes 105. Es un honor para nosotros recibir a cada una de estas personas. Los visitantes extranjeros de este trimestre son originarios de:

    Estados Unidos 789Canad 316Costa Rica 215 Inglaterra 131 Alemania 116Francia 105Holanda 91 Espaa 54Hungra 49 Dinamarca 48 Australia 34 Mxico 27

    Italia 24 Argentina 24 Netherlansd 20 Brasil 18 Finlandia 17 Japn 17 Blgica 16 Suiza 15 Suecia 13 El Salvador 13 Guatemala 11 Honduras 10

    Nueva Zelanda 10 Noruega 9Portugal 9Puerto Rico 8 Venezuela 8Repblica Checa 6Irlanda 6Panam 5Hawi 5Indonesia 4Rep. Dominicana 4 Uruguay 4

    Singapur 4Escocia 4 Bulgaria 4Taiwn 4Corea 4 Chile 3 Filipinas 3Israel 3 Eslovenia 2Romania 2 Rusia 2 Eslovaquia 2

  • Mi Museo y Vos24

    Mi Museo, Calle Atravesada 505, Frente a Bancentro. Granada, Nicaragua. Telf. (505) 2552-7614

    E-mail: [email protected] de atencin: Lunes-Domingo: 8:00 a.m. - 5:00 p.m.

    Entrada gratuita. www.mimuseo.org

    www.facebook.com/mimuseo.granada