Revista Reanudando
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Voces sobre el libre comercio entre
República Dominicana y Haití
Detrás de la muerte
y el abuso
Reanudando
Sumario
Voces sobre el libre comercio entre República Domini-cana y Haití……………...……………………………………………………………...2
Detrás de la muerte y el abuso…………………………………………….3
De extraña a ciudadana………………………………………………………...4
Dirección: Rosmery Núñez
Investigación: Marcell Santana.
Reanudando, tercera edición
Haití fue el único país que fue citado por el presidente Danilo Medina en su dis-
curso de toma de posesión, lo que es una manifestación clara del significado que
tienen las relaciones dominico-haitianas para este gobierno.
Evarista Bacquerie, estilista de profesión, la cual lleva cinco años en Repúbli-
ca Dominicana dijo que: “el libre comercio afectará en cualquier momento a am-
bos países aunque sea beneficiado un país más que otro”.
Según Rafael Brea, profesor de sociología en la Pontificia Universidad Católica
Madre y Maestra: “cualquier acuerdo de libre comercio entre los dos países tiene
un futuro sostenible si genera suficiente inversión y empleo productivo en ambos
lados de la isla y dejando saber que es evidente que la República Dominicana no
necesita una mesa de negociación para entrar en el mercado de Haití, el cual ha
estado abierto a la liberalización unilateral desde los años 90”.
Saint-Goin, trabajador de ingenio, dice que: “yo apoyo el libre comercio, a ver
si la economía de mi país mejora y, además de eso, trabajo en el ingenio azucare-
ro para poder sobrevivir, aunque no sea suficiente para mantenerme”.
De acuerdo a Moulier Signoret, trabajador en mano de obra, el libre comercio
puede ser beneficioso para los dos países, pero más para Haití, porque entiende
que Haití tiene una economía más precaria que República Dominicana.
Por Marcell Santana
Reanudando, tercera edición……………………………………………………………………………...…2
Voces sobre el libre comercio entre República Dominicana y Haití
Detrás de la muerte y el abuso
Existen en República Dominicana dos libros
de temática dominico-haitiana que han tenido
mucho auge: “El masacre se pasa a pie”, del
abogado y escritor dominicano Freddy Prestol
Castillo, y “Over”, del periodista y escritor
dominicano Ramón Marrero Aristy.
“No son buenas novelas a nivel estructural
porque sus autores no tenían experiencia en
este género, se acercan más al ensayo; pero tu-
vieron y sigue teniendo mucho auge por el
tema que tratan, son diferentes, ya que en la
actualidad hay un desbalance del tema en la
literatura, no se trata como debería, no se trata
como al trujillismo”, dijo el escritor y profesor
dominicano, William Mejía.
“El masacre se pasa a pie” narra la historia de
la masacre de “el corte” de 1937 realizada por
el dictador Rafael Leonidas Trujillo. Sin em-
bargo, en este libro no todo es muerte, per-
secución y racismo, sino también amor incondi-
cional y lealtad.
La historia de Moraime Luis es un relato de
sufrimiento, pero también se encuentra el amor
incondicional de una madre al que no le im-
porta el color o la raza, ya que supera cualquier
límite; Doña Francina, una dominicana
adierada, a pesar de las condiciones de la época
y siendo Moraime Luis haitiana, la quiere como
a una hija, le da comida y techo y, al momento
de “el corte” la ayuda a escapar. “¡Moraime,
cuidado! ¡Si te ven, te matan! ¡Escóndete de-
bajo de mi cama! ¡Pronto!”, dice Doña
Francina. Moraime considera que Doña
Francina es su madre: “¡Bon dieu…y tenè que
dime y deja a Francèn…Ella ma mere… Ella
crià a mí!...”
El profesor Mejía y la especialista en literatura
caribeña, Rita De Maeseneer, coincidieron, al
referirse a esta novela, en que su mayor valor se
encuentra en que se centra en el tema de la ma-
sacre de 1937.
“Over” es una novela que denuncia los abusos
y maltratos del Ingenio Central Romana hacia
1930, no solo a dominicanos, sino también a
haitianos. “La mayor parte son haitianos que no
quieren abandonar la República, los menos son
criollos gastados que han perdido la voluntad de
marchar a otro sitio. Todos juntos forman una
parte de la humanidad cuya hambre no se apaga
jamás”. Con estas palabras culmina el capítulo
número seis de la segunda parte del libro.
El profesor e historiador dominicano, Alejan-
dro Paulino Ramos, dijo: “Over no es una sim-
ple novela; sino un verdadero testimonio
histórico, en el que aparecen, con variados de-
talles, los rasgos característicos de un naciente
capitalismo dependiente, así como todas las par-
ticularidades sociales, económicas y políticas
del mismo dominicano”.
Los prejuicios dominico-haitianos, según el
profesor Mejía, se deben a tres ámbitos princi-
pales: “religioso, porque en Haití la mayor parte
de la población practica el vudú y aquí practi-
camos el cristianismo, dos religiones que se con-
traponen; económico-político, delimitan e incen-
tivan las diferencias a favor del que este en el
poder, y cultural, ya que los haitianos son de una
manera y nosotros de otra, nos rechazamos los
unos a los otros. Lo que es malo para ambos
países, mientras más crezcan los prejuicios más
daño nos hacemos”.
Por Rosmery Núñez
Reanudando, tercera edición………………………………………………………………………...3
De extraña a ciudadana
Por Rosmery Núñez
Del amor entre Nieve Alcántara y Francisco
Roa nació el 10 de julio de 1988, en Las Matas
de Farfán, ciudad próxima a la frontera de Re-
pública Dominicana con Haití, la niña Vielka
Naibel Roa Alcántara.
A sus dos años, su madre se había divorciado
de su padre y llegó a su familia una fuerte crisis
económica por lo que la señora Nieve planeó un
viaje hacia Aruba en busca de un futuro mejor,
pero por rumores de que el objetivo del viaje era
la prostitución, fue cancelado. Así que volvió a
planear su viaje, esta vez con rumbo a Haití,
donde se desempeñó como peluquera y donde
logró establecerse tan rápido que a los dos años
regresó a República Dominicana por sus hijas:
Vielka y Yolaine Roa.
Sin embargo, este viaje fue corto, tan solo duró
un año, ya que en esa época se estaban dando en
Haití problemas políticos, por los cuales Alcán-
tara regresa a sus hijas a República Dominicana.
Pero Vielka, no salió de Haití sin nada, pues en
el poco tiempo que permaneció en el país
vecino aprendió, de manera natural, el idioma y
logró hacer algunos amigos. No obstante, re-
gresó a Haití dos años después y a sus siete años
la joven pasó a vivir a Bourdm Impasse Com-
bite, Puerto Príncipe.
Tiempo después fue inscrita en el College
Conape-Vert, donde hizo amistad con dos her-
manas peruanas, pero verdaderos amigos hai-
tianos no había. “Siempre fui muy tímida, por lo
que en la primaria no tuve muchos amigos y
menos haitianos, lo que no quiere decir que ellos
me trataran diferente, todo lo contrario, me
trataban como una haitiana más”. Esto también
se debía a que, según explicaba, le daba ver-
güenza decir que era dominicana, pues para esa
época en Haití, se decía que solo habían tres ti-
pos de dominicanas: las personas de la emba-
jada, las peluqueras y las prostitutas. Además,
“desde mis primeros años en la escuela siempre
que estaban impartiendo Historia y se hablaba
de la invasión haitiana a territorio dominicano
me miraban a mí, pues al igual que aquí, Re-
pública Dominicana, desde los niveles iniciales
se les enseña a los niños que la otra parte de la
isla tuvo la culpa de la ocupación”, destacó la
joven.
A pesar de esto, su vida en Haití fue placentera,
su madre contrajo matrimonio con el haitiano
Jean Claude Verna, con el cual procreó un hijo,
Jeanluc. Además de que al ingresar a la
secundaria fue trasladada a otro colegio, el Co-
llege de l’etoile, en el que llegó a tener verdade-
ros amigos y su primer novio, Martin, quien
después se convirtió en su mejor amigo.
A los 18 años, con gran dolor por dejar a sus
amigos atrás, regresa al país y se establece en la
provincia de Santo Domingo, donde culmina el
cuarto de bachillerato e inicia sus estudios de
Comunicación Social en la Universidad Católica
Santo Domingo.
Su vida se mantuvo estable hasta el 2010, cuando
un catastrófico terremoto sacudió fuertemente a
Haití, ese terremoto se llevó consigo el lugar
donde residían Vielka y su familia desde que ella
tenía siete años: “La zona quedó totalmente de-
struida, la situación de mami fue devastadora, se
vio obligada a mudarse, pero, gracias a Dios, ha
vuelto a la estabilidad. Eso sí, la vida en Haití
nunca será igual” , culminó Vielka Roa.
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