Ritual Compulsivo

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Ritual compulsivo Errare humanum est, sed perseverare diabolicum.

En pocos das estaremos asistiendo a un nuevo pero recurrente ritual compulsivo de la realidad poltica venezolana: votar sin poder elegir. El automatismo irracional conducir nuevamente al mismo desenlace que repetidas veces hemos visto. Hasta el momento del anuncio de los resultados, no se razonar, ni se indagar sobre el escenario, mucho menos se examinarn las experiencias pasadas, el miedo har a la perfeccin su trabajo y reinar: anular al ser pensante. Despus del anuncio de los resultados, para esquivar responsabilidades, todo aquel que acudi hipnotizado a su ritual compulsivo recurrir a su habitual cucharada de Maalox con sabor a hice lo que me dijeron que hiciera, o hasta en Corea del Norte yo soy demcrata, con lo que sedar a todo demonio interno. Lejos de ser racional y voluntario, el votar en Venezuela se ha convertido en una re-accin involuntaria derivada de una excitacin inducida y pilotada producto del desespero. El encauzamiento hacia conductas comportamentales inducidas y predecibles por parte del sistema poltico, son mucho ms frecuentes cuando la capacidad de crtica racional est fuertemente comprometida por la desesperanza, la inseguridad y el miedo. Ya Le Bon, en su famoso texto Psicologa de las Masas, afirm que las multitudes no se guiaban por la razn, ya que el estado de nimo del colectivo se caracteriza por el sentimiento y no por el pensamiento. La sindresis para poder evaluar situaciones y elegir racionalmente, se ve exponencialmente an ms afectada por el aumento de la angustia y la inseguridad. La induccin incremental de factores que inciden en el aumento de la intranquilidad por parte del rgimen, acrecentar la obnubilacin de la razn, favoreciendo conductas colectivas programadas que refuerzan esa teatralidad poltica actual, muy providencial para la sobrevivencia del establishment. A sabiendas de que el colectivo necesita ilusiones, el sistema poltico ofrece gentilmente el espejismo electoral como falsa esperanza y garrote a la vez.Otra victoria electoral del rgimen, no slo lo legitimar nuevamente ante el mundo, sino que reafirmar su legitimidad mgica -weberianamente hablando- frente a sus vasallos y fracturar una vez ms la mdula espinal de sus opositores. Paradjicamente, este ltimo aspecto, lejos de hacerlos reaccionar a los que creen oponerse, los trasforma an ms en scubos del sistema para la prxima farsa electoral. Un ego muy fuerte producto de inseguridades emocionales y temores de ostracismo, difcilmente les permitir salir de esa espiral de engao, produciendo nuevamente las condiciones favorables para que sus opresores puedan repetir el artificio fraudulento. Para aquellos que siguen tomndole la mano a sus progenitores para cruzar la calle y lo nico que hacen con diligencia es preguntar, qu propones?, muy respetuosamente les sugiero tirar a la basura ese Maalox que los anestesia y hacerle esa pregunta a su conciencia.