Roger MacBride Allen - Star Wars - Trilogía de Corellia 3 - Ajuste de Cuentas en Centralia

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TRILOGA DE CORELLIA 3

AJUSTE DE CUENTAS EN CENTRALIA

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Roger MacBride AllenNota del autorMe gustara expresar mi gratitud a Tom Dupree, a Jennifer Hershey y a toda la buena gente de Bantam Spectra, quienes han demostrado una gran confianza en m a lo largo de todo este proyecto. Muchas gracias, igualmente, a Eleanor Wood y Lucienne Diver por su apoyo y su eficiente supervisin de toda la faceta editorial del trabajo. Tambin me gustara dar las gracias a Eleanore Fox, mi esposa, quien ya tena ms que suficiente con aprender un nuevo idioma y hacer el equipaje para nuestro traslado a Brasil. No necesitaba tener a un novelista suelto por ah dndole problemas al mismo tiempo, desde luego, pero el destino hizo que tuviera que cargar con uno y Eleanore supo salir adelante. Est claro que el Foreign Service de los Estados Unidos slo contrata a los mejores..., por lo menos en este caso. Tambin debo dar las gracias a Mandy Slater, amiga y confidente, a la que est dedicado este libro. Mandy estuvo all, en la mesa de la cocina de Washington, cuando lleg la llamada telefnica que signific mi reclutamiento como autor para La guerra de las galaxias, y ayud a convencerme de que poda hacerlo y hacerlo bien. Si acaba resultando que as ha sido y ven a Mandy algn da, les ruego que le hagan saber que tena razn. Encontrarla para decrselo puede ser un problema, por supuesto... La ltima vez que la vi estaba en Nueva Orleans y acababa de llegar de Rumania despus de hacer una escala en Londres, y estaba a punto de irse a Chicago. Antes de eso, la ltima vez que la vi Mandy estaba en Fresno, California, adonde acudi para asistir a mi boda, y la vez anterior el encuentro tuvo lugar en Londres, y antes de Londres creo que fue Toronto. Cuando ha pasado algn tiempo, va siendo un poco difcil acordarse. Da igual: gracias de todas maneras, Mandy. Hablando de viajes, una de las grandes tradiciones de una buena historia de La guerra de las galaxias es que todo ocurre en todos los sitios a la vez. Me temo que el segundo volumen de esta serie fue escrito casi completamente en Washington D.C. y sus alrededores, ms quiz un poquito durante un viaje a Filadelfia y Nueva York. Este tercer volumen se cre a s mismo no slo en Arlington, Virginia; Bethesda, Maryland; y en lugares por el estilo, sino tambin en Nueva York, Miami, sobre el Caribe y el Amazonas, en Sao Paulo y en Brasilia. Fue corregido y retocado en Bethesda; Norfolk, Virginia; Atlanta; Montgomery, Alabama; y Biloxi, Mississippi. Si eso no les parece suficiente movilidad, entonces ustedes y yo tendremos que hablar. Una observacin final acerca de los peligros que encierra dedicar lo que sea a una profesora de lengua y literatura inglesa. Dediqu el segundo volumen de esta triloga a Beth Zipser y su esposo Mike. Beth me ense lengua y literatura inglesa hace muchas lunas, y el paso del tiempo la ha convertido en una jugadora de pquer realmente temible. Cuando se enter de la dedicatoria, qued tan conmovida que entr en accin al instante..., y empez a examinar el manuscrito en busca de errores gramaticales. Que esto les sirva como advertencia: procuren esforzarse al mximo y hacer las cosas lo mejor posible. Despus de todo, nadie les garantiza que su profesora de lengua y literatura no est acechando por ah y decida repasar su trabajo para ver qu tal lo han hecho... Roger MacBride Allen Abril de 1995 Brasilia, Brasil

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Resumen de los volmenes anterioresLa galaxia est viviendo una poca de paz precaria e insegura. Han transcurrido catorce aos desde la derrota del Imperio y la muerte de Darth Vader. Leia Organa Solo, su esposo Han Solo y sus tres hijos Jaina, Jacen y Anakin, acompaados por Chewbacca el wookie, han ido a Corellia, el mundo natal de Han, en un viaje de familia. Sin que ellos lo sepan, la misteriosa Liga Humana ha concebido un plan para aduearse del Sector Corelliano y ha empezado a aplicarlo. Leia contrata a un maestro para los nios, un drall llamado Ebrihim, que los lleva a visitar una gran excavacin arqueolgica. Durante el recorrido, los tres nios descubren una gigantesca y extraa instalacin de antigedad y propsito desconocidos. Mar Jade llega a Corellia con un mensaje codificado. Los remitentes del mensaje, cuya identidad se desconoce, afirman haber provocado la reciente explosin de una estrella que se convirti en supernova, y tienen intencin de hacer estallar ms estrellas en sistemas estelares habitados si no se satisfacen sus exigencias, que el mensaje no especifica. La Liga Humana inicia su largamente planeada revuelta contra la Nueva Repblica. Chewbacca, ayudado por Q9-X2, el irascible androide de Ebrihim, escapa con los nios a bordo del Halcn Milenario y pone rumbo a Drall. El lder oculto de la Liga Humana por fin revela su identidad, y resulta ser Thrackan Sal-Solo, un primo de Han al que ste llevaba mucho tiempo sin ver y que es conocido por su astucia y su crueldad. Un poderoso sistema generador de interferencias entra en accin, cortando prcticamente todas las comunicaciones dentro del sistema planetario corelliano. Han ayuda a la agente de la Inteligencia de la Nueva Repblica Belindi Kalenda a robar un caza X-TIE Feo. La agente pone rumbo a Coruscant para advertir de la catstrofe, pero Han es capturado por la Liga Humana. Mientras tanto, Luke Skywalker ha accedido a acompaar a Lando Calrissian en su bsqueda de una esposa rica. Lando conoce a Tendra Risant en el planeta Sacorria. Despus se dirigen a Corellia, donde planean asistir a la conferencia comercial, pero se encuentran con un gigantesco campo de interdiccin que rodea todo el sistema estelar corelliano. El campo, mucho ms grande que cualquier otro de sus caractersticas jams conocido en la historia, impide viajar a travs del hiperespacio por el interior de todo el sistema corelliano. Lando y Luke deciden volver a Coruscant para comunicar su descubrimiento. Leia es capturada, y encerrada con Mar Jade. Las dos consiguen llevar a cabo una osada huida y escapar en la nave de Mar, el Fuego de Jade. Han, que tambin est prisionero, es obligado a luchar con una seloniana llamada Dracmus, una compaera de cautiverio, para diversin de los oficiales de la Liga Humana. Despus Thrackan, enfurecido por la insolencia de Han, ordena que sea arrojado a la celda de Dracmus. Antes de que Han pueda intentar llevar a cabo una temeraria fuga, los dos son rescatados de la prisin por un grupo de selonianas de la madriguera de Dracmus. Luke, Lando y Calenda llegan a Coruscant, donde se enteran de que en ese momento la Repblica apenas cuenta con fuerzas operativas utilizables. Se decide que deben ir a ver a Gaeriel Captison en el planeta Bakura, con la esperanza de que Gaeriel pueda reunir una flota bakurana. Gaeriel as lo hace, y el almirante Hortel Ossilege es puesto al mando de la flota. Una fuerza de ataque compuesta por cuatro naves equipadas con sistemas especiales para abrirse paso a travs del campo de interdiccin pone rumbo a Corellia. El plan es lanzar un ataque de diversin contra

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Selonia antes de dirigirse hacia el verdadero objetivo, la colosal Estacin Centralia, que parece ser el origen de las interferencias y del campo de interdiccin. Los nios, Chewbacca, Ebrihim y Q9 llegan a Drall y conocen a la ta de Ebrihim, Marcha, duquesa de Mastigforus. La ta Marcha lleva al grupo a una instalacin subterrnea idntica a la que existe en Corellia. La cmara es un gigantesco y antiqusimo repulsor planetario capaz de mover el planeta a travs del espacio. Es prcticamente seguro que existen repulsores similares en todos los mundos habitados del sistema corelliano. El grupo se esconde en la caverna del repulsor, e intenta averiguar ms cosas sobre l. Mientras tanto, Tendra Risant descubre que una gran flota se est reuniendo en el sistema sacorriano y se dirige a Corellia con la intencin de advertir a Lando y Luke, sin saber que todava no han llegado all. Expulsada del hiperespacio por el campo de interdiccin, prosigue su viaje por el espacio normal. Utilizando un antiguo sistema de comunicacin radinica, Tendra enva una seal a Lando..., y se desespera cuando ste no responde. En Corellia, Dracmus hace subir a Han a una nave espacial cuyo aspecto no inspira ninguna confianza y que tiene forma de cono. Han va a ser trasladado a Selonia, por razones que no entiende del todo. Mar y Leia tambin deciden dirigirse a Selonia, y las dos naves estn de camino a ese planeta cuando llega la fuerza de ataque bakurana. Las naves bakuranas y unidades de las distintas rebeliones se enfrentan en una batalla espacial. Lando, que se encuentra a bordo de su navo, el Dama Suerte, por primera vez desde su llegada al sistema seloniano, por fin oye el mensaje de advertencia de Tendra unos segundos antes de despegar para tomar parte en el combate. Durante la batalla, una de las cuatro naves bakuranas es destruida por un disparo del repulsor planetario instalado en Selonia. La nave cnica seloniana sufre una avera, y el Fuego de Jade rescata a Han y a las dos selonianas. Han y Leia vuelven a estar juntos. Mientras tanto, y a una gran distancia de all, un frentico esfuerzo de evacuacin est siendo llevado a cabo en el sistema de la siguiente estrella condenada a la destruccin. Muchos habitantes del sistema son salvados, pero el caos y el pnico hacen que otros muchos no puedan ser rescatados. La estrella estalla. Hay miles de muertos. La tercera estrella de la lista redactada por los misteriosos conspiradores tiene millones de habitantes, y ser totalmente imposible evacuarlos. A menos que el enigma del plan para hacer estallar las estrellas pueda ser resuelto, millones de personas inocentes morirn...

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1 Aproximacin Se nos est acabando el tiempo, respetado Solo! grazn la voz que surga de la unidad comunicadora. Si nuestra trayectoria de aproximacin no es controlada, muy pronto estaremos dentro de la atmsfera! El intercomunicador emiti un chillido ahogado. O el circuito de comunicaciones de la cabina de control de la nave estaba a punto de volver a fallar, o de lo contrario Han haba tenido un poco de suerte y Dracmus estaba a punto de quedarse afnica. Eso sera una autntica bendicin. Han baj el interruptor de respuesta e intent seguir concentrado en su trabajo. Espera un poco antes de empezar a tirarte de los pelos, Dracmus! dijo, en un tono de voz un poco alto que se aproximaba al grito. Los circuitos de envo de la unidad comunicadora tambin necesitaban un repaso. Dile a la respetada piloto Salculd que ya casi he terminado. Por qu el universo exiga que todas las reparaciones tuvieran que hacerse siempre corriendo? Ah se dijo Han, desalentado, lo que dara por tener aqu a Chewbacca... Tengo muchos pelos, pero nunca he tirado de ellos! replic la voz de Dracmus, cada vez ms preocupada. Para qu sirve tirarse de los pelos en el caso de que se tengan? Produce algn efecto relajante, tal vez? Han suspir y volvi a bajar el interruptor de respuesta. Es una expresin humana, una forma de pedir que tengas paciencia dijo, intentando no perder la suya. Dracmus era una seloniana, y a la inmensa mayora de selonianos no les gustaba viajar por el espacio. Era una reaccin bastante comprensible en una raza que pasaba la mayor parte de su existencia debajo del nivel del suelo, pero tener a una criatura agorafbica al mando de la nave bastaba para volver loco a cualquiera. Han Solo hizo la ltima conexin, cerr el ltimo panel de inspeccin y cruz los dedos en una silenciosa peticin de suerte. Bueno, esto debera funcionar, se dijo a s mismo. Ms vala que as fuera, desde luego, porque ya iba siendo hora de que algo funcionara. Si la nave cnica a bordo de la que se encontraba era un ejemplar tpico de su especie, entonces estaba claro que las naves espaciales selonianas no eran dignas de confianza. Puls el botn de encendido y esper a que el sistema inversor iniciara la energizacin. Han estaba empezando a dudar de su cordura. Por qu haba decidido ofrecerles su ayuda y qu haca all, tratando de sacar aquella nave cnica del espacio y llevarla hasta la superficie de Selonia? Podra haberse despedido, haberles deseado buena suerte y haberse marchado con Leia a bordo del Fuego de Jade. Pero cuando haba un trabajo por hacer y nadie ms poda hacerlo, entonces se poda decir que el ofrecerse voluntario dejaba de ser un acto voluntario. Han no haba tenido muchas opciones entre las que elegir. No poda abandonar a Dracmus para que se las arreglara por s sola. Han haba contrado ciertas obligaciones con ella, y con su pueblo. Y Dracmus haba dejado muy claro que tenan que llevar la nave hasta la superficie de Selonia. Fuera cual fuese el estado en el que se hallara, su gente no poda permitirse el lujo de dejar abandonada a la deriva ninguna nave espacial. La nave cnica poda ser un montn de chatarra milagrosamente capaz de viajar por el espacio, pero Dracmus le haba asegurado que era la mejor nave con que contaban los selonianos en aquel momento. O, para ser ms exactos, era la mejor nave con la que contaban la Madriguera Hunchuzuc y sus republicanistas... 5

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Date prisa, respetado Solo! volvi a apremiarle Dracmus. Por qu ese condenado intercomunicador no poda averiarse, tal como haban hecho el resto de sistemas de la nave? Han volvi a bajar el interruptor de respuesta. Clmate, Dracmus dijo. Vigila tus lecturas de energa, piloto Salculd! Saber que estaba del lado de los hunchuzucs habra sido un poco ms til si Han tuviera alguna idea de quines o qu era la Madriguera Hunchuzuc. Lo nico que saba acerca de ellos era que esa madriguera formaba parte de una faccin amorfa de selonianos que vivan en Corellia y que, por lo que saba Dracmus, seguan estando aliados con una alianza pro-Nueva Repblica de madrigueras selonianas cuyos miembros se hacan llamar republicanistas, y que Han se haba visto involucrado en sus planes. Dracmus era miembro de la Madriguera Hunchuzuc, y o bien haba secuestrado a Han o bien le haba rescatado de las garras de Thrackan Sal-Solo..., o ambas cosas. Han todava no estaba muy seguro de qu haba ocurrido en realidad. La Madriguera Hunchuzuc pareca estar enfrentndose a la Supramadriguera, los lderes de Selonia, y aquel enfrentamiento se desarrollaba de manera paralela a la batalla que la Nueva Repblica estaba librando con las rebeliones producidas en el sistema de Corellia, aunque los dos enfrentamientos no parecan estar directamente relacionados entre s. La Supramadriguera estaba a favor del bando absolutista, que quera la independencia absoluta para Selonia. Pero incluso si los hunchuzucs eran republicanistas y la Supramadriguera era absolutista, Han estaba llegando a la conclusin de que a ningn bando le importaban demasiado los principios. Cada bando se opona al otro, y eso era lo ms importante. Pero Han tambin saba unas cuantas cosas de las que poda estar totalmente seguro. Saba que Dracmus le haba salvado la vida, y que haba corrido bastantes riesgos para tratarle bien. Saba que un miembro de su familia llamado Thrackan Sal-Solo haba tratado a la gente de Dracmus con la mxima crueldad imaginable. Segn los patrones de conducta selonianos, por s solo eso ya bastaba para que Han fuera considerado un villano, un monstruo y un asesino. Pero Dracmus le haba concedido el beneficio de la duda, y le haba tratado con decencia y respeto. Si eso era todo lo que saba Han, tambin era todo lo que necesitaba saber. Cundo funcionar? pregunt Dracmus, y su voz se iba volviendo ms estridente a cada momento que pasaba. El planeta se est aproximando! Bueno, eso es justamente lo que quieres que ocurra cuando ests intentando llevar a cabo una reentrada murmur Han para s mismo. Dejando aparte la decencia y el respeto, no caba duda de que Dracmus poda ser increblemente pesada y molesta. Han volvi a bajar el interruptor de respuesta. Ya est funcionando. Dile a Salculd que el inversor vuelve a estar en condiciones de operar. Que d energa a los circuitos de control, y ya veremos qu ocurre. As lo haremos, respetado Solo dijo la vocecita impregnada de preocupacin que surga de la unidad comunicadora. Salculd dice que est iniciando la energizacin de los circuitos de control. Han estaba arrodillado delante del panel de inspeccin, y un suave zumbido le hizo pensar que quiz se encontraba demasiado cerca del sistema inversor. Han se puso en pie y retrocedi un poco. El zumbido se desvaneci pasados unos momentos y todas las luces del sistema inversor se encendieron, indicando un funcionamiento normal. Han volvi a bajar el interruptor de respuesta. No me lo hagis jurar, pero creo que funciona! grit. Esos repuestos de la nave de Mar han funcionado. Deberamos poder ponernos en marcha cuando queris.

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Me alegra orlo, respetadsimo Solo dijo Dracmus, y el alivio que impregnaba su voz result casi dolorosamente obvio. S, es una magnfica noticia. Vamos a proceder al instante. Las agujas de los indicadores temblaron levemente, mostrando que los inversores estaban absorbiendo ms energa. Eh, tomroslo con calma ah arriba dijo Han. Id subiendo el nivel de entrada de energa despacito y con mucha suavidad, de acuerdo? As lo estamos haciendo, respetado Solo, y adems nos limitaremos a emplear un tercio de la potencia. No sentimos ningn deseo de volver a sobrecargar nuestros sistemas. Eso es muy tranquilizador dijo Han. Pero aun as, creo que ser mejor que vaya ah y que no os quite los ojos de encima. Han fue hasta la escalerilla de acceso y subi por ella hasta llegar a la cabina de control de la nave cnica, que se encontraba en la punta. La nave cnica era precisamente lo que indicaba su nombre: consista en un gran cono, con los motores en la base y la cabina de control en la punta. Casi toda aquella zona haba sido construida con grandes planchas de transplex transparente, lo cual proporcionaba un panorama realmente espectacular. Salculd, la piloto, estaba acostada sobre la espalda y contemplaba el cielo que se extenda por encima de ella. Para un piloto humano, esa posicin no habra sido la ms cmoda a la hora de efectuar su trabajo. Los selonianos eran decididamente no humanos, por supuesto. Salculd volvi la mirada hacia la escotilla de acceso a la cubierta inferior en el momento en que Han sala por ella. La piloto le obsequi con una sonrisa llena de dientes y volvi a concentrar su atencin en su trabajo. Salculd pareca estar muy cmoda. Dracmus iba y vena por la parte de atrs de la cabina, y pareca cualquier cosa salvo tranquila o relajada. Los selonianos eran bpedos bastante tpicos en todos los aspectos fisiolgicos que definan a esa categora de razas, aunque ms altos y delgados que los humanos. Sus brazos y sus piernas eran ms cortas, y sus cuerpos ms largos. Podan arreglrselas tan bien caminando sobre dos patas como caminando sobre cuatro. Garras retrctiles en sus manos-patas y pies-patas los convertan en unos escaladores y cavadores realmente impresionantes. Sus colas slo medan medio metro de longitud, pero eran francamente temibles cuando las utilizaban como garrotes..., algo que Han saba muy bien por experiencia propia. Tenan el rostro largo y puntiagudo, y todo su cuerpo estaba cubierto por un lustroso pelaje corto. El de Dracmus era de un color marrn oscuro. El de Salculd era negro en casi todo el cuerpo salvo en el estmago, donde se volva marrn claro. Las dos selonianas tenan largos bigotes que resultaban tan expresivos como las cejas humanas en cuanto habas adquirido un poco de prctica en la interpretacin de sus movimientos. Tambin tenan la boca llena de unos dientes muy afilados. Han no haba necesitado ninguna prctica para ser capaz de interpretarlos. En conjunto, eran unas criaturas de aspecto tan elegante como impresionante. Qu tal va todo? le pregunt Han a Salculd, la piloto, hablando en su ms bien rudimentario seloniano, ya que Salculd no hablaba bsico. Todo va bien, respetado Solo replic Salculd. Por lo menos hasta que otro subsistema deje de funcionar... Maravilloso murmur Han para s mismo. Todo va bien, respetada Dracmus? pregunt en seloniano. Estupendamente, estupendamente. Todo va estupendamente, y seguir yendo as hasta que nos estrellemos y muramos replic Dracmus. Me alegra mucho ver que todos estamos de acuerdo refunfu Han. 7

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Es bueno hacer planes con antelacin dijo Salculd. Me dispona a bajar segn el procedimiento habitual, pero ahora s que fracasar y que nos estrellaremos. Resulta muy reconfortante. Ya es suficiente, piloto Salculd dijo secamente Dracmus. Concentra toda tu atencin en tus deberes. S, respetada Dracmus respondi Salculd al instante, y su tono no poda ser ms respetuoso. Salculd tena bastante experiencia y conoca su nave razonablemente bien, aunque no tan bien como habra deseado Han. Dracmus, por su parte, haba sido adiestrada para tratar con humanos, y adems su entrenamiento no haba llegado a completarse. Por lo dems, Dracmus careca de experiencia, conocimientos o habilidades en todo lo referente a las naves espaciales. Aun as, estaba al mando de la nave y en aquel caso estar al mando significaba no slo decidir adonde iran, sino que inclua hasta el ltimo detalle de las maniobras. Salculd no poda, o no quera, imponer su opinin. Dracmus tena una posicin social, una antigedad o un lo que fuese ms grandes que Salculd y, en lo que concerna a las dos selonianas, con eso estaba dicho todo. A ninguna pareca preocuparle demasiado el que Dracmus slo tuviera una ligersima idea general del manejo de una nave espacial, o que durante la incursin contra Selonia hubiera ordenado repetidamente que la nave hiciera cosas que era incapaz de hacer y que eso les hubiera llevado alarmantemente cerca de la muerte. Salculd poda comportarse de una manera irreverente y soltar comentarios sarcsticos a cada momento, pero obedeca todas las rdenes de Dracmus sin importar lo ilgicas o estpidas que fueran con una alarmante celeridad. Era una relacin bastante sorprendente, y se necesitaba algn tiempo para acostumbrarse a ella. Han se instal en el asiento de control contiguo al de Salculd. Haba hecho cuanto pudo para adaptar el acolchado a un cuerpo humano, pero el asiento nunca sera realmente cmodo. Han se ech hacia atrs y alz la vista. El panorama que se poda divisar desde el morro transparente de la nave cnica era realmente espectacular. El planeta Selonia flotaba en el cielo, enorme y luminoso, llenando el tercio central del campo visual. Los ocanos de Selonia eran ms pequeos que los de Corellia, y la masa de tierra estaba disgregada en millares de islas de tamao mediano, repartidas de manera ms o menos regular por la superficie del planeta. En vez de dos o tres grandes ocanos y cuatro o cinco masas de tierras continentales, la superficie de Selonia era un laberinto de agua y tierra. Centenares de mares, bahas, calas, estrechos y bajos separaban las islas. Han recordaba haber ledo en algn sitio que no haba ningn punto de la masa terrestre de Selonia que se encontrara a ms de ciento cincuenta kilmetros del agua, y que no haba ningn punto del agua que estuviera a ms de doscientos kilmetros de la costa ms cercana. Pero el panorama ofreca algo ms que aquel planeta tan espectacular. La nave personal de Mar Jade, el Fuego de Jade, flotaba en el espacio a un par de kilmetros de distancia, con su popa ocultando una pequea parte de la regin ecuatorial del planeta. El Fuego de Jade era una nave alargada de lneas esbeltas y elegantes, pintada con un dibujo de llamas que alternaban el rojo con el oro. Produca una impresin general de velocidad, potencia, agilidad y maniobrabilidad, y Han saba que posea todas esas cualidades. Dese, y no por primera vez, estar a bordo de ella, y no slo porque el Fuego fuese una nave mejor. Leia estaba a bordo del Fuego, junto con Mar Jade. Despus de que Dracmus hubiera conseguido averiar prcticamente todos los sistemas de la nave cnica, el Fuego los haba rescatado y haba proporcionado a Han los repuestos que 8

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necesitaba para reparar la nave seloniana. El Fuego se estaba preparando para guiar a la nave cnica en su descenso hasta la superficie del planeta. A Han no le gustaba nada que Leia estuviera en una nave mientras que l estaba en la otra, pero la lgica del arreglo era irrefutable. Mar, que todava no estaba totalmente recuperada de la herida que haba sufrido en una pierna, segua necesitando algunos cuidados y tambin necesitaba un copiloto, por lo menos hasta que se hubiera recuperado del todo. En cuanto a Dracmus y Salculd, la pareja de selonianas, no caba duda de que necesitaban toda la ayuda que pudieran obtener. Adems, Leia hablaba seloniano de hecho, lo hablaba bastante mejor que Han, y dados los ltimos acontecimientos, pareca aconsejable tener por lo menos a una persona capaz de hablar el seloniano a bordo de cada nave por si surgan dificultades en la pista cuando bajaran. El plan era que las dos naves se dirigiran hacia Selonia en formacin, descendiendo la una al lado de la otra. Pero aunque el que Leia estuviera a bordo de la nave de Mar mientras l viajaba en la nave cnica pareciese perfectamente razonable e inofensivo, eso no quera decir que a Han tuviera que gustarle. No necesitaba preguntar qu poda salir mal. El nmero de cosas que haban salido mal hasta el momento ya era francamente excesivo. Una luz empez a encenderse y apagarse en el visor delantero del Fuego de Jade. Leia estaba utilizando las luces de descenso de la nave para enviar un mensaje en el cdigo de parpadeos de Mon Calamari, utilizando combinaciones de destellos cortos y largos para formar las letras del alfabeto bsico. La tcnica resultaba lenta y no demasiado prctica, pero los canales de comunicacin normales estaban interferidos, y los parpadeos siempre eran preferibles a no poder comunicarse de ninguna manera. Listas para iniciar la entrada, fue leyendo Han. Avsanos CUANDO ESTIS PREPARADOS. Dicen que estn listas. Se volvi hacia Salculd. Estamos preparados? S dijo Salculd. Muy bien dijo Han. Respetada Dracmus sigui diciendo, pasando al bsico para que Salculd no pudiera entenderle, a partir de ahora hars lo que yo diga. Deja de dar vueltas, sintate y da instrucciones a Salculd para que acepte rdenes de m. En cuanto hayas hecho todo eso, te rogara que tuvieras la bondad de no abrir la boca hasta que estemos en la superficie de Selonia. No quiero que des ninguna orden y no quiero que digas nada. Quiero que te limites a estar sentada y callada..., o de lo contrario le dir al Fuego de Jade que escoltarnos sera un suicidio. Si no haces lo que te digo, les ordenar que se vayan. Era puro farol, por supuesto, pero Dracmus estaba lo bastante aterrorizada para tragrselo. Pero... empez a protestar la seloniana. Pero nada la interrumpi Han. Yo conozco el cdigo de parpadeos, y t no. Puedo hablar con el Fuego, y t no puedes hacerlo. Antes casi conseguiste que muriramos cuando ordenaste todas esas maniobras estpidas, y no pienso permitir que vuelvas a hacerlo. Debo protestar! Esto es un robo de la peor clase posible! Han sonri. En realidad, yo dira que es ms bien piratera. Tambin podras definirlo como una variedad suave del secuestro... Ah, y podra aadir que si no sabes distinguir el robo de la piratera, entonces no deberas estar al mando de una nave. Dracmus fulmin a Han con la mirada y pareci disponerse a seguir protestando..., pero acab meneando la cabeza. 9

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Que as sea dijo. Debo acceder. Incluso yo puedo ver que las rdenes que di no eran demasiado acertadas, y deseo vivir algn tiempo ms. Piloto Salculd! aadi, pasando al seloniano. Obedecers las rdenes del respetado Han Solo tal como obedeceras las mas, y seguirs hacindolo hasta que nos hayamos posado en la superficie del planeta. Salculd se irgui en su asiento, y sus ojos fueron rpidamente de Han a Dracmus antes de que su sonrisa se volviera todava ms grande que antes. S, respetada Dracmus! exclam. Obedezco con placer! Pues procura no encontrar demasiado placer en el acto de la obediencia, Salculd gru Dracmus. Si tienes la bondad de proceder, respetado Solo... Sintate le dijo Han en seloniano. Todos debemos ponernos los arneses de seguridad y prepararnos para la aceleracin. Salculd, emplears una maniobra de aproximacin estndar a la pista de descenso que pretendemos utilizar, y la iniciars cuando yo d la orden. Ha quedado entendido? S, claro dijo Salculd. Por supuesto. Han cogi la linterna que haba dejado junto a su asiento haca un rato para tenerla a mano y empez a enviar seales al Fuego de Jade. Lizto para iniciar maniovra de hrntrada, fue deletreando, consiguiendo detectar cada error un instante despus de haberlo cometido. Algn da debera dedicar un rato a repasar este cdigo murmur para s mismo. Ya estamos listas, respondi Leia. Nos colocaremos detrs DE VUESTRA POPA. OS SEGUIREMOS DURANTE LA MANIOVRA. Ja, ja, ja dijo Han. Cada da doy gracias a las estrellas por haberme casado con una chica que tiene tanto sentido del humor. Muy bien, Salculd sigui diciendo, pasando nuevamente al seloniano. Bjanos..., con mucho cuidado. Han vio cmo el Fuego de Jade giraba sobre su eje longitudinal y diriga su popa hacia la nave cnica. Salculd empuj la palanca de control hacia adelante, transfiriendo una entrada de energa mnima a los motores. La nave cnica empez a acelerar hacia el planeta y el Fuego de Jade retrocedi un poco, colocndose detrs de la nave cnica y a babor de ella. Al ser la nave ms rpida y maniobrable y la que resultaba ms fcil de controlar de las dos, era lgico que el Fuego ocupara el segundo lugar en la maniobra de reentrada, ya que eso le permitira ir viendo lo que haca la nave cnica. Pero ni siquiera los repuestos trados del Fuego haban bastado para reparar los detectores de popa de la nave cnica. La nave seloniana estaba prcticamente ciega a popa, y seguira estndolo. Solamente dispona de una holocmara de gran angular instalada en la base del cono, entre dos de los motores sublumnicos. La holocmara resultara til durante la ltima fase de la aproximacin y el descenso, pero incluso con los motores principales desconectados, su resolucin era tan pobre que bastara con que el Fuego de Jade se alejara unos cuantos kilmetros para que dejaran de verlo. Cuando los motores entraran en accin, la imagen transmitida por la holocmara de popa se ira volviendo menos clara a cada momento que pasase. En otras palabras, que Han tal vez pudiera ver las seales en cdigo de parpadeos enviadas por el Jade si volvan a hacerle seales..., o tal vez no. En teora, poda utilizar las luces de la nave cnica para enviar sus propias seales en cdigo de parpadeos, pero no podra ver los destellos..., y eso aadira un nuevo grado de dificultad a la ya difcil labor de enviar mensajes que no contuvieran demasiados errores. Han esperaba que la cuestin de las seales no llegara a surgir nunca.

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La mala visibilidad en la zona de popa era otra buena razn para que el Fuego fuese detrs durante la maniobra. Siempre era preferible tener a la espalda una nave en la que pudieras confiar. O, por lo menos, una nave en la que tuvieras una cierta confianza. Han haba conseguido olvidar la mayor parte de sus reservas anteriores hacia Mar, pero no todas. No se le ocurra ninguna razn o motivo que pudiera justificar el que Mar Jade actuase en contra de Han, Leia y la Nueva Repblica, y no haba ninguna evidencia clara de que as lo hubiera hecho. Pero Mar tampoco haba explicado nunca sus acciones de una forma que hubiese dejado totalmente satisfecho a Han. Durante los ltimos das, Mar haba estado en los sitios adecuados en los momentos adecuados y en los sitios equivocados en los momentos equivocados con una frecuencia un tanto excesiva para su gusto. Por otra parte, y si quera causar daos realmente graves, Mar era demasiado profesional para permitir que las cosas se hicieran mal. Y no caba duda de que la oposicin haba hecho algunas cosas bastante mal, gracias a las estrellas... Estaba claro que no todo les haba salido bien y, por muchas otras cosas que se pudieran decir acerca de aquella mujer, no caba ninguna duda de que Mar Jade era altamente competente en todo lo que haca. Y ese argumento tena mucha fuerza. No se dijo Han mientras el Fuego de Jade desapareca del campo de visin delantero, olvdalo de una vez. En realidad, no tenan ms remedio que confiar en Jade. Han contempl cmo el Fuego apareca en la un tanto borrosa imagen de la pantalla de popa. Ya iba siendo hora de que se olvidase de todo lo dems y se acordara de que la tarea principal en aquel momento era llevar aquel cacharro hasta la superficie. Bien, Salculd, a partir de ahora es cosa tuya dijo. Procura hacerlo bien. Lo har dijo Salculd. No te preocupes por eso, respetado Solo. La nave escogi aquel momento para desviarse bruscamente hacia un lado, y Salculd agarr frenticamente los controles. Lo siento, lo siento dijo un instante despus. Ha sido un exceso de compensacin del estabilizador. Ahora todo va bien. Vaya, pues no sabes lo mucho que me consuela eso replic Han. Durante un momento juguete con la idea de echar a empujones a Salculd del puesto de pilotaje y tomar los controles, pero saba que no hubiese servido de mucho. Los controles haban sido diseados para una seloniana, y la nave cnica tena tantas rarezas y pequeas manas que a su lado el Halcn Milenario pareca una nave normalsima y perfectamente previsible recin salida del catlogo del fabricante. Quiz fuese una idea algo alarmante, pero y a menos que las cosas se pusieran realmente mal probablemente fuese menos peligroso confiar en Salculd. Salculd movi la palanca de control unos milmetros ms hacia adelante y la nave cnica aument un poquito la velocidad con que avanzaba hacia el planeta. Por lo menos la nave cnica no llegaba a los extremos de reliquia que habra supuesto el que confiara en la reentrada balstica, utilizando la friccin con la atmsfera para ir reduciendo su velocidad. No, la nave seloniana llevara a cabo una hermosa y civilizada reentrada con los motores en marcha..., o por lo menos eso esperaba Han. Casi todas las naves espaciales eran diseadas para sobrevivir a un mnimo de una reentrada balstica, pero aquel cacharro era una excepcin a la regla. El planeta sigui aproximndose. Dentro de unos minutos Salculd tendra que dar la vuelta a la nave y dirigir sus motores hacia adelante para irla frenando. sa era la parte de la maniobra que ms preocupaba a Han. Nunca seran ms vulnerables que cuando estuvieran decelerando. La fragilidad de la nave cnica no era la nica fuente de peligro, naturalmente, ya que en Selonia haba alguien capaz de enviar toda una flota de cazas de ataque ligeros para que dieran la bienvenida a las naves bakuranas. 11

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Los bakuranos haban causado serias prdidas a la flota de cazas ligeros, pero Han tena que suponer que quien estuviera al mando de esas fuerzas habra tenido el suficiente sentido comn para guardarse algunas reservas. Y dado que Dracmus le haba asegurado que los hunchuzucs no disponan de naves de ese tipo, pareca lgico suponer que quienquiera que pudiese disponer de cazas de ataque ligeros tal vez no viera con buenos ojos la llegada de la nave cnica. La situacin poda complicarse considerablemente. Han haba trazado sus planes basndose en la idea de que habra problemas, y haba hecho cuanto estaba en sus manos para enfrentarse a ellos. El Fuego de Jade poda proporcionarles una cierta cantidad de fuego de cobertura si llegaba a ser necesario, pero la otra nave supondra una proteccin no excesivamente fiable..., y eso en el mejor de los casos. La nave cnica estaba totalmente desarmada, y no tena escudos. Ni siquiera dispona de la energa de reserva necesaria para instalar algn armamento, e incluso de haberla tenido se hubiesen encontrado en la misma situacin, ya que no haba ninguna forma mnimamente prctica de desmontar alguna de las armas del Fuego de Jade o de instalarlas en la nave cnica. Han lo haba comprobado. Dejando aparte el plantarse en la escotilla y usar su desintegrador para disparar contra quien intentara atacarles, no haba mucho que pudiera hacer al respecto. Pero Han estaba acostumbrado a trabajar con nada. Incluso una nave tan decrpita como aquella poda emplear unos cuantos trucos si llegaba a ser necesario. Haba descubierto una forma de improvisar una defensa que poda proporcionarles cierta proteccin si las cosas se ponan feas. Naturalmente, a veces cuando trabajabas con nada lo que acababas obteniendo era exactamente nada. Y a veces si te peleabas con gente que dispona de un equipo mejor que el tuyo, esas otras personas ganaban. No eran unos pensamientos muy reconfortantes o agradables cuando estabas a bordo de un blanco para prcticas de tiro espacial que se diriga hacia una zona de guerra. Y los pensamientos que pasaron por la cabeza de Han unos minutos despus cuando Leia le envi aquel aviso de que iban a ser atacados fueron todava ms oscuros.

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2 DescensoLeia Organa Solo, jefe de Estado de la Nueva Repblica, estaba sentada en el puesto del navegante a bordo del Fuego de Jade y contemplaba cmo la nave cnica iba avanzando hacia el planeta Selonia. Permitir que Han siguiera a bordo de aquel montn de chatarra haba sido una estupidez por su parte, desde luego, pero Leia tambin saba que cualquier posibilidad de sacar a su esposo de esa nave que pudiera existir anteriormente se haba desvanecido en cuanto Han hubo decidido que tena una deuda con las selonianas que viajaban en ella. Pero en qu se estaba metiendo exactamente Han? La situacin la obligaba a pensar no como una esposa, sino como una profesional de la poltica. No poda ver ninguna forma de evitarlo, pero tampoco caba duda de que aquellas selonianas estaban involucrando a Han en sus asuntos..., y de que ella tambin se estaba viendo involucrada en ellos. A la Nueva Repblica le resultara muy fcil demasiado fcil, de hecho acabar formando parte de alguno de los bandos de un enfrentamiento en el que no se le haba perdido nada. Sentir la tentacin de llegar a un acuerdo con los hunchuzucs, negociar con ellos y acabar haciendo algn trato que contuviera demasiadas facetas ocultas resultara todava ms sencillo. No le pasar nada, Leia dijo Mar. Vamos a acompaarles durante todo el trayecto de bajada. El Fuego puede ofrecerles ms proteccin de lo que piensas. Hmmmm? Qu? Oh, s dijo Leia. No haba ninguna razn para ello, pero se sinti un poco incmoda e irritada. Ser consolada nada menos que por Mar Jade por ella, de entre todas las personas que haba en el universo! resultaba un tanto mortificante. Leia no hubiese podido explicar por qu, pero el dejar que Mar supusiera que se estaba preocupando por la seguridad de su esposo cuando en realidad estaba pensando en el aspecto poltico de la situacin, haca que se sintiera todava peor. Realmente se haba vuelto tan implacable y fra como para que los clculos de las ventajas polticas pudieran hacerle olvidar que deba preocuparse por su esposo? Haba llegado a volverse tan calculadora que incluso Mar Jade era capaz de preocuparse ms por Han que ella? Pero Leia se dijo a s misma, y con bastante firmeza, que todo eso eran tonteras. No tena otra eleccin, y deba pensar en ms de un nivel a la vez. De qu le servira a Han el que se dejara obsesionar por la preocupacin y por sus sentimientos hasta el extremo de que no consiguiera prever los peligros que les aguardaban? No le pasar nada repiti, intentando tanto convencerse a s misma como convencer a su compaera. Si hay alguien que pueda llevar esa baera hasta la superficie, es l. Cierto. Si alguien puede hacerlo, es l. El que Mar estuviese de acuerdo con ella no la tranquiliz demasiado. Mar estaba en su puesto habitual, en el asiento del piloto, guiando el Fuego de Jade en su descenso hacia la superficie. Un instante despus Leia vio cmo frunca el ceo e introduca un pequeo ajuste en los controles de impulsin, volviendo a reducir la velocidad. Problemas? pregunt. Mar mene la cabeza sin apartar los ojos del visor. Nada que deba preocuparnos, pero no me gusta estar detrs de la nave cnica dijo. Esa piloto seloniana necesita un par de lecciones de vuelo... Si vuelve a pisar los frenos como acaba de hacerlo ahora, va a acabar consiguiendo que nuestro morro se incruste en su popa. 13

Roger MacBride Allen No podemos retroceder un poco?

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No si queremos que sigan en contacto visual con nosotros. Esa holocmara de popa apenas tiene resolucin. De hecho, quiz ya estemos demasiado atrs para que puedan vernos... Por todas las llamas estelares, pero si no tiene ni idea de cmo se pilota una nave! Mar movi violentamente su palanca de control, subindola y llevndola hacia la derecha. Ha ejecutado la maniobra de giro demasiado pronto..., y sin desconectar sus motores. Ha faltado muy poco para que perdiera el control. Leia clav la mirada en el visor y contempl cmo la pesada y torpe masa de la nave cnica iniciaba su giro, rotando sobre s misma para dirigir sus motores sublumnicos hacia el planeta y frenar su descenso. Resultaba dolorosamente obvio que la piloto estaba teniendo muchos problemas. La nave pasaba bruscamente de una fase a la siguiente, detenindose en etapas intermedias de la maniobra en vez de pasar fluidamente de una posicin morro-hacia-el-planeta a una de popa-hacia-el-planeta. Que la piloto estuviera llevando a cabo la maniobra con los motores conectados slo serva para volverla todava ms difcil. Leia era una piloto bastante buena, y aun as no le habra gustado nada tener que llevar a cabo la maniobra de esa manera. Mar se vio obligada a ejecutar dos maniobras evasivas ms para impedir que el Fuego chocara con la otra nave, y acab retrocediendo hasta que hubo cinco kilmetros de distancia entre el Fuego y la nave cnica. De todas maneras van a estar con el morro vuelto hacia nosotros dijo. Podrn vernos razonablemente bien. Con un poco de suerte dijo Leia, no demasiado convencida. El Fuego tena unos detectores de primera categora y hubiese podido detectar a la nave cnica incluso estando a medio sistema corelliano de distancia, pero la nave seloniana slo contaba con el contacto visual. Leia alz la mirada hacia el visor del Fuego y consigui localizar el minsculo puntito que era la nave cnica, aunque con gran dificultad. La masa resplandeciente del lado diurno del planeta se alzaba detrs de la nave, volvindola prcticamente invisible. Hasta qu punto resultara difcil de localizar el Fuego, que era una manchita roja sobre la negrura del espacio? Mar ya ni siquiera estaba usando la pantalla principal, sino que mantena la mirada clavada en las lecturas de sus detectores. Estaba claro que haba decidido dejar de confiar en la deteccin visual. Oh, bueno. Mientras una nave pudiera ver a la otra, todo debera ir ms o menos bien... Hay problemas! anunci Mar. Conecta los sistemas de armamento y los escudos, Leia, y deprisa! Leia llev a cabo las rutinas de activacin energtica lo ms rpidamente posible, y despus ejecut una rpida inspeccin de los caones turbolser y los escudos de la nave. Todos los escudos y sistemas de armamento activados y en condiciones de operar anunci cuando hubo terminado. Qu ha ocurrido? Conecta los sistemas trazadores defensivos y dame sus lecturas dijo Mar. Lo nico que pueden decirme los sistemas de navegacin es que un montn de naves acaban de surgir de la nada. Son cazas de ataque ligeros anunci Leia en cuanto los trazadores defensivos empezaron a proporcionarle sus datos. Dos escuadrillas, con doce aparatos en total, aproximndose desde la derecha por encima de nuestra popa. Deben de haber salido de una rbita polar muy elevada. Mar mene la cabeza mientras segua con los ojos clavados en la pantalla de navegacin.

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Bueno, podemos ocuparnos de ellos, pero no va a ser fcil... No teniendo que cubrir a la nave cnica. Estamos demasiado lejos para poder extender nuestros escudos hasta que envuelvan a la nave. Y vamos a seguir donde estamos dijo secamente Mar. No pienso acercarme a esa piloto ni un centmetro ms de lo estrictamente necesario..., y especialmente en una situacin de combate. Ya casi ha conseguido embestirnos un par de veces. Acerqumonos lo suficiente para proporcionarles cobertura con nuestros escudos, y moriremos todos. Tendremos que conformarnos con proporcionarles fuego de cobertura, porque es lo mximo que voy a poder hacer. Cunto falta para que los CAL lleguen aqu? Treinta segundos ms y ya podrn empezar a disparar contra nosotros. Preprate para maniobras de combate. No! Espera! Tenemos que enviar un mensaje de parpadeos a Han. Tenemos que advertirles! Dispones de veinticinco segundos dijo Mar. Su voz se haba vuelto tan cortante como un cuchillo, y Leia comprendi que no conseguira nada discutiendo y que ni siquiera tena sentido que lo intentara. Alarg la mano hacia los controles de las luces de descenso y las coloc en la modalidad del cdigo de parpadeos. Despus se oblig a invertir cinco segundos en componer el mensaje, y lo envi tres veces en rpida sucesin. Hecho dijo. Muy bien dijo Mar. Agrrate. Han estaba tan ocupado intentando no salir despedido de su asiento que al principio casi no se fij en los destellos luminosos visibles por la mirilla superior. Con cuidado, Salculd, y ms despacio! No hagas maniobras tan bruscas! grit mientras intentaba concentrarse en el cdigo de parpadeos..., algo que resultaba bastante difcil cuando la nave a bordo de la que viajaba saltaba y se bamboleaba como un bantha acorralado. El gran problema era que descifrar los cdigos slo se le daba un poquito mejor que enviarlos, y Han habra podido tener dificultades incluso en unas circunstancias ideales. Sigui esforzndose para que no se le escapara alguna parte importante del mensaje. Por lo menos Leia estaba utilizando la seal especial de fin de palabra entre una palabra y la siguiente, ya que de lo contrario Han nunca habra logrado entender nada. B-A-N-D-I no s qu ms y fin de palabra murmur para s mismo. Bandi? Bandidos! Oh, estupendo! Intent concentrarse en la palabra siguiente. Algo que no he entendido, D-E-S-D-E y fin de palabra... Fuegos solares, Leia, por qu tienes que transmitir tan deprisa? Algo que no he entendido y luego ...E-T-R-A-S, fin de palabra y F-U-E-G-O DE J-A... Han se perdi el final del mensaje cuando la nave cnica volvi a bambolearse, pero haba entendido lo suficiente para hacerse una idea general de la situacin. Bandidos, cazas enemigos, venan hacia all y se aproximaban por detrs del Fuego de Jade..., y ya fuese por simple mala suerte o por haber sabido escoger muy bien el momento, se aproximaban justo cuando la nave cnica era ms vulnerable. Han volvi la mirada hacia las selonianas. No haca falta ser un experto en la interpretacin de las expresiones selonianas para saber que las dos estaban terriblemente asustadas, con Salculd slo un poquito menos asustada que Dracmus. Han se record a s mismo que la piloto no 15

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hablaba bsico, y resultaba obvio que careca de sentido hablarle de los bandidos mientras no tuviera la nave bajo control. Han estaba seguro de que Salculd ni siquiera haba visto el mensaje enviado mediante el cdigo de parpadeos. Excelente. Que hiciera su trabajo. La nave cnica fue girando lentamente hasta adoptar la posicin de frenado, con su gruesa popa dirigida casi verticalmente hacia el planeta, pero con una ligera inclinacin hacia la direccin general en que estaba viajando la nave para que el frenado tambin pudiera eliminar la inercia hacia adelante que haban ido acumulando poco a poco. Han ech un vistazo a sus instrumentos, haciendo cuanto poda para extraer algn dato que tuviera sentido de los smbolos selonianos. Por algn milagro inexplicable, Salculd pareca haber conseguido colocar la nave ms o menos en la posicin correcta y en la direccin adecuada. Excelente, excelente dijo Han en el tono ms tranquilo y firme de que fue capaz. Probablemente todava dispusieran de unos cuantos segundos antes de que los bandidos cayeran sobre ellos, pero poner nerviosa a Salculd dndole prisas resultara peor que intil teniendo en cuenta cmo estaba la situacin. Si se asustaba un poco ms de lo que ya lo estaba, la seloniana poda quedar totalmente paralizada por el pnico. Bien, Salculd, y ahora hay otro pequeo asunto del que debemos ocuparnos. Ha llegado el momento de..., eh..., de probar nuestro plan de defensa. Tendras la bondad de hacer girar la nave a una velocidad de tres rotaciones por minuto? Probar? balbuce Dracmus. Pero si dijiste que ese truco slo poda utilizarse una vez. Han haba estado esperando que nadie sacara a relucir aquel tema. Por lo menos Dracmus haba hablado en bsico, as que segua habiendo una probabilidad entre un milln de que Salculd no se hubiera enterado de lo que estaba ocurriendo. Silencio dijo en bsico antes de volver a emplear el seloniano. Te ruego que lleves a cabo esas rotaciones, respetada Salculd. Debemos asegurarnos de que todo va bien por si se da el caso de que llegan a ser necesarias. Estaba claro que Salculd no le crea..., pero al parecer estaba dispuesta a fingir que s le crea, por lo menos durante algn tiempo. S, s dijo, por supuesto. Iniciando la rotacin axial. La nave empez a girar alrededor de su eje cnico, y las estrellas empezaron a moverse velozmente a travs del cielo. Han contempl el paisaje estelar que se desplegaba por encima de su cabeza e intent estudiarlo. Apenas poda ver el puntito que era el Fuego y estaba prcticamente seguro de que los bandidos eran ms pequeos, y aparte de todo eso se estaban aproximando por detrs. No haba forma de localizarlos, especialmente con la nave girando como una peonza. Han se rindi, sabiendo que no le servira de nada preocuparse por cosas que no poda cambiar. Desconecta los amortiguadores internos dijo, intentando hablar en un tono de voz lo ms tranquilo y despreocupado posible. Los amortiguadores internos filtraban la aceleracin y el movimiento de la nave, haciendo que quienes viajaban a bordo slo percibieran una pequea fraccin de esos vectores. Sin los amortiguadores, los ocupantes de una nave que acelerase hasta la velocidad lumnica podan acabar aplastados y convertidos en gelatina. A nadie le gustaba desconectarlos..., pero a veces tenas que hacer cosas que no te gustaban. Pero si no podemos volver a poner en marcha los amortiguadores internos... Ya nos preocuparemos por eso ms tarde! replic secamente Han. Saba mucho mejor que Salculd lo que poda significar el que no consiguieran volver a poner en marcha los 16

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amortiguadores internos, pero antes tendran que vivir el tiempo suficiente para que el problema pudiera llegar a plantearse. Si queremos que el plan funcione tenemos que utilizar el efecto centrfugo, y los amortiguadores internos lo disipan. Desconecta los amortiguadores! Salculd hizo una nerviosa inhalacin de aire y alarg la mano hacia el sistema de amortiguacin inercial para desconectarlo. Han sinti cmo su peso se doblaba de repente y se triplicaba despus cuando los amortiguadores dejaron de compensar la deceleracin de la nave. Un instante despus experiment las sensaciones de mareo y desorientacin que acompaaban a las rotaciones de la nave. Quiero una confirmacin de que todas las puertas hermticas interiores estn selladas pidi Han. Todas las puertas hermticas interiores selladas. Tenemos presin en las escotillas dijo Salculd. Respetado Solo, realmente debemos...? Silencio! Debemos hacerlo. Preprate para la prxima fase! Mantn el curso y el nivel de energa actual, y sigue as a menos que yo ordene lo contrario! Han intent concentrarse en el panorama estelar que giraba sobre su cabeza. Si quera que el truco funcionara, tena que escoger el momento con la mxima exactitud posible. Pero cmo poda hacer ninguna clase de clculo si no poda ver? Quiz tendra un poco de suerte y el Fuego de Jade les dira que tenan campo libre. Y quiz se despertara de repente para descubrir que todo el pesadillesco viaje a Corellia slo haba sido un mal sueo. Ah, si el desearlo pudiera hacer que ocurriese... Han haba hecho cuanto estaba en sus manos. A partir de ah lo nico que podan hacer era aguantar y ver qu curso iban siguiendo los acontecimientos. Escudos posteriores, ventrales y dorsales a mxima potencia, y escudos delanteros a un cuarto de potencia orden Mar. Las alteraciones posteriores en el nivel de energa de los escudos se irn ejecutando segn sea necesario para la seguridad de la nave. Leia ajust los escudos. Escudos configurados segn las rdenes anunci en cuanto hubo terminado. Bien dijo Mar. Y en cuanto a los caones turbolser, djalos en la modalidad de espera. Vamos a mantener este curso y esta velocidad, y nos comportaremos como si esos cazas no estuvieran ah. No pueden saber qu son capaces de hacer nuestros detectores... Nunca han visto esta clase de nave antes, pero conozco bastante bien el diseo de los CAL. Disponen del equipo necesario para detectar el encendido de los caones turbolser, pero no pueden percibir la activacin de los escudos. Si mantenemos apagados los caones y seguimos el curso, quiz acaben decidiendo que no los hemos visto. Y de qu nos sirve eso? pregunt Leia. Puede que pasen de largo junto a nosotras y se dirijan hacia la nave cnica. Creo que quienquiera que vaya a bordo de esos CAL anda detrs de las hunchuzucs, y no de nosotras. Pero Han est... Es menos arriesgado de esta manera dijo Mar mientras contemplaba sus lecturas. Podemos enfrentarnos a siete u ocho de ellos a la vez sin demasiados problemas, pero no a doce. Al menos, no en un enfrentamiento directo... Pero si los CAL no nos atacan, entonces tendremos una magnfica lnea de tiro directo sobre las planchas de sus popas mientras ellos estn concentrados en la nave cnica. Podemos destruir a tres o cuatro antes de que el resto pueda dirigir sus caones contra nosotras. Ajusta el sistema de trazado para que reaccione a un ataque.

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Si deciden luchar, entonces les devolveremos el fuego. Si pasan de largo, empieza a disparar cuando haya tres kilmetros de distancia entre ellos y nuestra proa. Lo has entendido? S, pero... Nada de peros dijo Mar. Esta nave luchar a mi manera, o no luchar. Leia volvi a ceder. Mar tena mucha ms experiencia en aquel tipo de combates que ella. Muy bien dijo. Preparada. Aqu vienen. Leia clav la mirada en las pantallas que mostraban las lecturas de los detectores de popa mientras los CAL aparecan directamente por detrs de la popa del Fuego de Jade, intentando esconderse en la sombra de deteccin producida por los motores sublumnicos. Estaban intentando pasar sin ser vistos, desde luego. Viniendo de esa direccin, ni siquiera apareceran en los detectores de la inmensa mayora de naves. Los CAL pasaron a toda velocidad, con sus imgenes en la pantalla de los detectores volvindose slo un poco borrosas y dispersas debido a las interferencias de los motores sublumnicos. Leia se puso rgida mientras los CAL atravesaban la zona de fuego ptima, y despus not cmo sus msculos se relajaban un poco cuando siguieron adelante y dejaron atrs al Fuego. Pero no se relajaron demasiado..., no cuando aquel par de escuadrillas estaban deslizndose junto a ella para atacar la nave de su esposo. Los CAL pasaron a toda velocidad junto al Fuego de Jade y se lanzaron sobre la nave cnica. La nave cnica! grit Leia. Est empezando a girar. Deben de haber recibido nuestra advertencia. Esperemos que la idea de Han funcione mejor de lo que suelen funcionar ese tipo de ideas dijo Mar. No era un comentario demasiado diplomtico dadas las circunstancias, a pesar de que Leia haba estado pensando exactamente lo mismo. Pero no haba tiempo. Aproximndose a los tres kilmetros de distancia dijo. Empieza a disparar orden Mar. No a menos que ellos disparen antes! replic Leia. Quiz slo han venido para darnos un susto, o puede que sean una escolta. Con todas las comunicaciones interferidas no hay forma de saberlo, verdad? Muy bien dijo Mar, con las dudas que senta claramente audibles en su voz. Puedes hacer... Pero el primer destello de una andanada turbolser lanzada por el CAL que encabezaba la formacin puso punto final a la discusin. Leia desconect los seguros de los circuitos de disparo automtico del Fuego y empez a seleccionar blancos, eligiendo el CAL que acababa de abrir fuego como primer objetivo. Ah vienen! grit Han en bsico. Se haba olvidado de hablar en seloniano, pero aun as Salculd capt el mensaje sin ninguna dificultad. Alz la mirada hacia el visor y los diminutos puntos luminosos que acababan de aparecer en el cielo, y entendi con toda exactitud lo que estaba ocurriendo. Salculd dej escapar un graznido francamente aterrorizado. Toda la nave cnica se bambole hacia un lado, y falt muy poco para que la rotacin se convirtiera en un desastroso giro totalmente incontrolado.

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Tranquilzate! grit Han. No pierdas la calma. Desconecta todos los motores y reduce la impulsin a cero. Preprate para abrir las compuertas exteriores cuando yo d la orden. Des... Desconectando todos los motores dijo Salculd. Preparada para abrir las compuertas exteriores. Espera a que yo d la orden dijo Han, observando la veloz aproximacin de los CAL. El peso se desvaneci cuando Salculd cort el aflujo de energa a los motores. Con los amortiguadores inerciales desconectados y los motores parados, Han se encontr en una situacin de gravedad cero por primera vez desde haca mucho tiempo. Han conoca a personas que haban pasado la mitad de su vida en el espacio sin llegar a experimentar la gravedad cero..., y con todos los saltos mortales que su estmago haba decidido ejecutar de repente, no le cost nada comprender por qu. Pero no haba tiempo para pensar en eso, no con un cielo lleno de Cazas de Ataque Ligeros aproximndose. Preprate le dijo a Salculd. El CAL que encabezaba la formacin abri fuego y el disparo se desliz sobre las planchas de estribor, chocando con el casco como un puo gigante. Todo va bien! grit Han, sin tener la ms mnima idea de si era verdad o de si estaban a punto de estallar. Tranquilas, todo va bien. Preparada para abrir las compuertas exteriores, Salculd. Espera a que yo d la orden. Preparada... Los cuatro caones de la batera turbolser delantera del Fuego de Jade escupieron chorros de llamas que se movieron por el cielo siguiendo la veloz trayectoria del CAL que encabezaba la formacin. El CAL interrumpi bruscamente su curso de ataque e intent iniciar una maniobra evasiva y escapar. Durante un momento consigui escapar de la pauta de seguimiento, pero el Fuego de Jade enseguida volvi a centrarlo en sus miras y lanz un nuevo torrente de chorros de fuego. Los escudos del CAL se encendieron en una explosin de luz y ardieron durante un instante antes de acabar derrumbndose. El caza estall, una flor de fuego que se despleg en el vaco para desaparecer enseguida. Leia introdujo dos nuevos objetivos en el sistema de represalia automtica y despus empez a concentrarse en los caones manuales, leyendo los datos de las pantallas detectoras por su cuenta. Pero el resto de los CAL no iban a ser presas tan fciles. Los pilotos haban dado mxima potencia a sus escudos posteriores y supieron llevar a cabo unas maniobras evasivas bastante ms competentes, haciendo un trabajo lo suficientemente bueno para que los sistemas de fuego automtico fracasaran estrepitosamente. Pero no lo bastante bueno para engaar a Leia, que ajust los controles manuales y empez a buscar nuevos blancos. Concentr su fuego sobre los objetivos ms difciles, los CAL que se encontraban ms cerca de la nave cnica. Consigui centrar las miras en uno y dispar, manteniendo el armamento sobre el blanco durante el tiempo suficiente para que los haces de energa se abrieran paso a travs de los escudos e hicieran estallar al caza, convirtindolo en una nube de diminutos fragmentos metlicos. Y entonces la nave cnica desconect todos sus motores, dejndose caer hacia la superficie del planeta. La maniobra desconcert a los pilotos de los CAL y cumpli su objetivo, aunque slo fuera durante unos momentos. Leia mene la cabeza y suspir. Como maniobra evasiva no era gran cosa, aunque probablemente fuese lo mximo que poda llegar a hacer Han con aquel montn de chatarra tan lento y pesado. Pero de repente las pantallas de sus detectores le mostraron cmo una nube de restos surga de la nave cnica y se iba extendiendo en todas direcciones. 19

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Una punzada de miedo le atraves el corazn. Aquel impacto sobre el casco de la nave cnica no poda haber causado tantos daos, verdad? Leia se pregunt si la nave se estara desintegrando delante de sus ojos, con Han a bordo de ella. No senta ningn deseo de presenciar la muerte de su esposo..., pero entonces le ocurri algo a un CAL, y luego a otro y a otro ms. Los cazas estaban acelerando para lanzarse sobre la nave cnica cuando empezaron a bambolearse y oscilar, salindose de sus rumbos. Dos cazas parecieron quedarse sin potencia motriz de repente, y el tercero fue sacudido por una pequea explosin en el centro del fuselaje. Leia consigui centrar las miras en uno de los supervivientes y dispar, obteniendo un impacto antes de que el caza tuviera tiempo de levantar sus escudos. Leia intent encontrar un nuevo objetivo, pero estaba claro que los CAL haban entendido la indirecta y haban aceptado el hecho de que no eran bienvenidos all. La formacin se disgreg, y los cazas se alejaron velozmente en todas direcciones. Pero cmo demonios...? Y entonces Leia entendi de repente lo que haba ocurrido. Por supuesto. Por supuesto. Mar! Su truco ha funcionado! Sal de detrs de su popa, y deprisa! Fija un nuevo curso a cinco o seis kilmetros a un lado de su nave, e intenta alcanzarles si puedes. Estar detrs de Han va a resultar bastante peligroso durante un rato. Leia sonri y sinti cmo una oleada de alivio se iba extendiendo por todo su ser. Tendra que haber sabido que Han no se rendira sin luchar. Han estaba inmvil, con toda su atencin concentrada en or cmo los ltimos restos salan por las esclusas, chocando unos con otros y rebotando de un lado a otro en un sinfn de golpes, impactos y reverberaciones que se transmitan a toda la nave. Dentro de las escotillas no haba aire para transmitir los ruidos, naturalmente, pero s lo haba al otro lado de los mamparos interiores..., y cada fragmento de equipo o pieza suelta que haba estado bailoteando al otro lado de las compuertas anunci estrepitosamente ese hecho antes de salir despedido al espacio. Han haba dedicado la mitad de un da a recorrer la nave y acumular la mxima cantidad posible de equipo sobrante o restos de sistemas averiados. Cubos llenos de remaches, piezas inservibles, basura de la cocina, fragmentos de maquinaria imposibles de identificar que llevaban slo el espacio saba cunto tiempo tirados en la bodega... Han haba ido metiendo todo aquello en las recmaras de las compuertas. Y todo haba salido despedido al espacio en un confuso montn cuando las compuertas fueron abiertas, siendo irresistiblemente propulsado hacia el vaco por la fuerza centrfuga. El resultado fue una nube de chatarra espacial que haba ido desplegndose lentamente justo en la trayectoria de los CAL atacantes. Los CAL haban configurado sus escudos para obtener la mxima potencia en popa porque, muy lgica e inteligentemente, queran protegerse de los disparos lser que pudiera lanzar el Fuego de Jade..., con lo que haban dejado los escudos al mnimo de potencia en toda la zona delantera. Pero abrirse paso a travs de una nube de objetos varios y trozos de metal y plstico a una velocidad de mil kilmetros por hora distaba mucho de ser una buena idea. Con todo, embestir un planeta con una nave era una idea todava peor. Bien! exclam Han. Se han ido! Pero todava no hemos salido de este lo. Conecta los amortiguadores inerciales y detn la rotacin de la nave. Inmediatamente, respetado Solo replic Salculd. El campo inercial volvi a activarse con una extraa vibracin temblorosa, y el peso regres de repente.

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Los vacilantes giros de la nave se fueron volviendo cada vez ms y ms lentos hasta que acabaron cesando..., y despus se reanudaron en direccin opuesta a la que haban estado siguiendo hasta aquel momento, y empezaron a volverse ms rpidos. No es momento para juegos, Salculd! grit Han. No estoy jugando, respetado Solo. Hay un fallo en el sistema de control de movimiento lateral. No consigo desconectarlo! Oh, por todos los... Han se levant y fue corriendo hasta el circuito de fusibles principales. Levant la tapa de un salvaje tirn y accion el interruptor del control lateral de manera manual. Eso desconect los impulsores que estaban produciendo el giro..., pero tambin dej desactivados a los que enviaban sus chorros en direccin opuesta y podan detener la rotacin. Han cerr el panel de acceso de un manotazo y volvi a su asiento. Espero que a todo el mundo le guste dar vueltas anunci en seloniano, porque es lo que vamos a hacer durante un buen rato. Salculd! Conecta los motores sublumnicos principales..., y ve subiendo la entrada de energa muy despacio y sin brusquedades, por favor! De inmediato, respetado Solo replic Salculd. La piloto alarg las manos hacia los controles del nivel de energa y empez a hacer ajustes en ellos. Y no pareci ocurrir nada. No tan despacio, Salculd. Tenemos que frenar! Salculd mir a Han, y el brillo de terror que haba parecido estar desvanecindose volvi a aparecer en su mirada con ms intensidad que nunca. No hay activacin! anunci. El iniciador motriz no responde! Horror! grit Dracmus. Nuestra incineracin es segura! O cierras la boca o te tiro por una escotilla, Dracmus. Vuelve a intentarlo, Salculd! orden Han. En primer lugar, confirma que tienes energa en todos los sistemas motrices. El tablero indica que todos los sistemas de energa estn funcionando a la perfeccin respondi Salculd. El tablero dice que funcionan, pero no estn funcionando. Y eso no nos sirve de nada dijo Han, levantndose de un salto. Bueno, vamos all otra vez. Sigue intentndolo, y pega la oreja al comunicador! Han fue corriendo hasta la escalerilla que llevaba a las cubiertas inferiores, baj por ella movindose lo ms deprisa posible y oli humo en cuanto lleg a la cubierta de abajo. Tenan un problema, y era bastante serio. El disparo de aquel CAL deba de haber causado alguna avera en el acoplamiento de energa general. Han fue trotando por el corredor que recorra la circunferencia de la nave hasta llegar a la escotilla de acceso correspondiente. Estaba cerrada, y Han dio gracias al cielo por ello. La mala noticia era que el humo surga de debajo del metal pintado de la escotilla. Han ech un vistazo a las lecturas. Los indicadores mostraban que dentro segua habiendo presin..., suponiendo que se pudiera creer en los nmeros. La aguja de la temperatura estaba pegada al final de la escala. Han manipul los controles de la escotilla para accionar las vlvulas de drenaje del compartimento. Tendran que haber entrado en accin automticamente cuando se inici el incendio, pero estaba claro que no lo haban hecho. Pero aunque los sistemas automticos no funcionaban, por lo menos los controles manuales todava podan ser utilizados. Hubo un peculiar golpe ahogado al otro lado de la compuerta, y despus un rugido sibilante que se fue debilitando rpidamente hasta disiparse cuando el aire del 21

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compartimento sali despedido al espacio. La nave se inclin levemente hacia un lado antes de que los amortiguadores inerciales corrigiesen aquel repentino impulso lateral. Han volvi a cerrar las vlvulas de drenaje. La escotilla contaba con una vlvula independiente que permita igualar la presin entre los dos lados del panel metlico sin necesidad de abrirla. Han se quem los dedos quitando los seguros. Una repentina corriente de aire acompaada por un rugido atronador invadi el pasillo con un impacto tan potente que falt poco para que derribase a Han. Han mir a su alrededor y, milagrosamente, vio un extintor al alcance de su mano justo donde se supona que deba estar. Se quit la camisa y se envolvi la mano izquierda con ella, y despus cogi el extintor con la derecha. Agarr el control manual de la escotilla con la mano izquierda, y la camisa enseguida empez a echar humo. Han tir de la palanca y abri la escotilla de un tirn. Una bofetada de calor le golpe la cara, y Han tens los dedos sobre el extintor. Si la reanudacin del suministro de oxgeno haca que algo empezara a arder, quera estar preparado para enfrentarse al nuevo incendio. Pero si poda evitarlo, tampoco quera tratar de llevar a cabo reparaciones de emergencia sobre un equipo recubierto de espuma antiincendios. Aunque la espuma no habra empeorado mucho la situacin, desde luego. Han permaneci inmvil en el umbral, recorri el compartimento con la mirada y sinti que se le formaba un nudo en la garganta. El iniciador ya no estaba all, y resultaba obvio que no haba ninguna necesidad de emplear el extintor. Cualquier cosa que pudiera arder ya lo haba hecho. Han baj la mirada hacia las planchas ennegrecidas. El compartimento se encontraba justo debajo del casco exterior. Al parecer el haz turbolser del CAL no haba logrado atravesar el casco, pero estaba claro que le haba faltado muy poco para conseguirlo. Todo el compartimento segua bastante caliente, pero ya se estaba enfriando rpidamente. El metal cruja y tintineaba a medida que iba desprendindose de su calor para cedrselo al espacio. Pero Han no haba ido hasta all para ver qu ocurra despus de que un incendio hubiera consumido el interior de un compartimento lleno de equipo. Piensa se dijo. Piensa, y procura hacerlo ms deprisa de lo que jams lo hayas hecho hasta ahora... La nave cnica tena un sistema de arranque de motores bastante tosco y no muy prctico que ya les haba causado montones de problemas en aquel viaje. Los sistemas ms modernos operaban de una forma distinta, pero en aquel cacharro los iniciadores servan como capacitadores gigantes que almacenaban enormes cantidades de energa, liberndola de golpe despus para impulsar a los motores sublumnicos por encima del umbral de energa ms all del cual su reaccin poda sustentarse a s misma. Con los iniciadores desaparecidos, no podan volver a poner en marcha los motores sublumnicos..., y sin esos motores la nave cnica caera como una piedra, una estrella fugaz que se precipitara hacia el planeta en una veloz trayectoria recta. Tenan que volver a poner en marcha esos motores. Tenan que hacerlo. Pero no haba ningn otro sistema a bordo que contuviera una cantidad de energa ni remotamente aproximada a la que necesitaban para que los motores sublumnicos alcanzaran su nivel mnimo de energizacin. Aun suponiendo que sobrecargaran hasta el ltimo... Eh, un segundo. S, eso era. No haba muchas probabilidades de que diera resultado. Pero si no lo intentaba, entonces poda estar totalmente seguro de que no ocurrira nada. Y tena que darse mucha prisa. Estaban en cada libre, dirigindose hacia un punto del planeta que tendra un nuevo crter dentro de unos minutos. Han sali del compartimento del iniciador y cerr la escotilla. En qu lugar de aquella baera poda estar el sistema dispersor de retroalimentacin del repulsor? Preguntrselo a Salculd no servira de nada. La seloniana se hallaba tan cerca de la histeria que probablemente ni siquiera se acordaba de dnde estaba el silln de pilotaje. Salculd le haba enseado la nave cuando subieron a bordo... Ah, claro! Al 22

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otro lado de la sala de mquinas. Perfecto. Han ech a correr por el corredor circular, volviendo sobre sus pasos, y encontr el panel en la pared. Lo abri y fue siguiendo las conexiones con la mirada. Bien. Bien. Todas las conexiones eran del modelo estndar, lo cual resultaba realmente prodigioso en aquella nave. Han baj el interruptor. Cable. Necesitaba un poco de cable de conexin. El almacn. Lo haba dejado prcticamente vaco para llenar de chatarra las escotillas, pero tena que quedar algo. Han fue corriendo por el pasillo y abri la compuerta del almacn. Nada. Paredes desnudas, y nada ms. El almacn estaba totalmente vaco. Han empez a maldecirse a s mismo con una fluidez y una inventiva realmente impresionantes, pero no haba tiempo para permitirse esos pequeos desahogos. Piensa. Piensa... Apoyo vital. La conexin energtica principal del sistema. Bueno, despus de todo no haba ninguna razn para mantenerlo conectado. Si no consegua un poco de cable de conexin, todos estaran muertos dentro de cinco minutos. Apoyo vital. Dnde poda dejar sin energa ese sistema? Claro! Ira a la conexin principal y arrancara el cable de all. Han fue corriendo a la sala de conexiones, abri la escotilla y entr. No todo estaba identificado, y lo que lo estaba tena las identificaciones en seloniano, naturalmente. Han intent averiguar qu era qu. All! Si estaba descifrando correctamente las etiquetas, aquella conexin era la del sistema principal para circulacin de aire destinado a la respiracin, y aquella otra era la del subsistema de limpieza del aire y eliminacin de sustancias contaminantes para proporcionar una respiracin agradable. Un poco largo, quiz, pero lo suficientemente claro. Han encontr los interruptores de los circuitos y los baj, y pudo or cmo los ventiladores y dispersores de aire dejaban de funcionar por toda la nave. Arranc los cables de sus conexiones y fue tirando de ellos, bajndolos a lo largo de las guas. Despus sac los otros extremos de los cables, y luego descubri una etiqueta en la que estaba escrito entrada de energa procedente DE LOS POTENTES INICIADORES QUE SE ENCUENTRAN EN OTRO COMPARTIMENTO. Han arranc a toda prisa los cables de los iniciadores destrozados e introdujo los cables del sistema de apoyo vital que haba tomado prestados. Despus fue sacando los cables hasta el pasillo, rezando para que fuesen lo suficientemente largos, y dio gracias al cielo cuando resultaron serlo. Se asegur de que los repulsores estaban desconectados, y luego arranc los cables que iban hasta la unidad dispersora de retroalimentacin del repulsor y conect los cables que haba llevado hasta all. Han retrocedi un par de pasos y volvi a inspeccionar su trabajo para asegurarse de que todo estaba correctamente. De acuerdo le dijo al vaco. Debera funcionar. Bueno, eso creo... Despus gir sobre sus talones y fue corriendo hasta la escalerilla que llevaba a la cubierta de mando. Algo anda mal dijo Leia mientras contemplaba las pantallas de sus detectores. El giro se ha invertido en vez de detenerse, y no han vuelto a conectar los motores principales. Puede que ese disparo les haya causado alguna avera seria dijo Mar. Podemos repetir la maniobra de atraque y sacarles de la nave? pregunt Leia. No antes de que entren en contacto con la atmsfera dijo Mar. No hay tiempo suficiente. Adems, esa nube de restos que arrojaron al espacio sigue viajando con ellos. Chocaramos con ella igual que les ocurri a los CAL. Un rayo tractor, entonces dijo Leia. Podramos utilizar un rayo tractor, y... Y qu? Esa nave es casi tan grande como la nuestra. El rayo tractor de esta nave no tiene ni una dcima parte de la potencia que se necesitara para inmovilizar a esa nave. Si lo

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intentramos, lo ms probable es que acabaran arrastrndonos con ellos en su cada. Lo siento, Leia. No hay nada que podamos hacer. En lo ms profundo de su corazn, Leia saba que Mar tena razn. Pero rendirse sin luchar... No, eso estaba totalmente descartado. Tenan que hacer algo. Mantente cerca de ellos dijo por fin. Acrcate cuanto puedas sin llegar a meterte dentro de la nube de restos, y sigue en esa posicin. Lea, no hay nada que... Supn que recuperan el control de la nave durante algn tiempo, o que consiguen reducir la velocidad de su cada lo suficiente para poder abandonar la nave replic Leia. Tenemos que estar lo suficientemente cerca para poder ayudar. Mar titube durante unos momentos. Muy bien dijo por fin. Pero no podremos mantener esa posicin durante mucho tiempo. Estamos a unos cinco minutos de la atmsfera, y cuando entremos en contacto con ella... Bueno, eso ser el final de todo. Leia ya lo saba. Sin escudos y sin la potencia de frenado de los motores, la nave cnica se convertira en un meteorito, una tira de fuego que ardera a travs del cielo antes de acabar estrellndose contra el planeta. Me mantendr cerca de ellos todo el tiempo que pueda dijo Mar, pero no ser mucho. Hazlo dijo Leia. Pero incluso mientras apremiaba a Mar a que se acercase todo lo posible, Leia se pregunt por qu quera hacer aquello. De qu le servira contemplar la incineracin de su esposo desde ms cerca de lo que lo habra hecho si se hubieran quedado donde estaban? Fuera! le grit Han a Salculd nada ms aparecer por la escotilla de la cubierta de mando . Venga, fuera de ese silln de pilotaje! Voy a tomar el mando. Pero qu...? No hay tiempo! replic secamente Han. Cerr la escotilla, por si llegaban a vivir lo suficiente para tener que preocuparse por las prdidas de aire. He de tomar el mando. No hay tiempo para explicar lo que voy a hacer. Venga, levntate de una vez! Salculd empez a moverse por fin, quitndose las tiras del arns de seguridad y levantndose del silln de pilotaje. Han se lanz sobre el asiento vaco y ech un vistazo al tablero general. Bien. Bien. Las lecturas de los repulsores indicaban potencia mxima en reserva. Conectando los repulsores! anunci. Han ajust los controles para obtener un haz lo ms estrecho y de mayor alcance posible. Los repulsores no pueden funcionar a tanta distancia, respetado Solo! grit Dracmus en bsico. Slo son efectivos hasta un mximo de dos kilmetros de la superficie! Ya lo s replic Han. Necesitan algo contra lo que trabajar antes de que puedan crear un efecto de repulsin. Pero a estas velocidades, encontrarn una resistencia bastante grande generada por las capas superiores de la atmsfera. Lo s, lo s... No ser lo bastante grande para frenarnos, pero s ser lo suficientemente grande para iniciar una transferencia de energa masiva a travs de la bobina de dispersin del retroalimentador. S, pero... De qu servir eso? 24

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He sacado el dispersador de la bobina, y luego he pasado los cables a travs de la toma de energa del iniciador y los he conectado al sistema motriz. La energa de retroalimentacin se est acumulando en el sistema repulsor. Cuando el nivel de energa sea lo suficientemente elevado, har saltar el interruptor de la energa de retroalimentacin y despus enviar la energa a la toma del iniciador de los sistemas motrices. -Qu?! Voy a darle una buena sacudida para poner en marcha los motores dijo Han. Es lo que voy a hacer, entiendes? Hubo un momento de silencio absoluto en la cabina de control antes de que Dracmus dejara escapar un gemido ahogado y se tapara la cara con las manos. Qu est pasando? pregunt Salculd en seloniano. Voy a poner en marcha los motores acumulando energa de retroalimentacin de los repulsores y envindola a travs del iniciador respondi Han. Pero la acumulacin de energa de retroalimentacin destruir los repulsores! Y estrellarnos contra Selonia los dejara todava ms destruidos dijo Han, intentando recordar el poco seloniano que saba. Si esto no funciona y tienes una idea, entonces pruebas con tu idea. Y ahora, agarraos. Han saba que era una locura, pero no hacer nada y quedarse cruzado de manos era una locura todava ms grande. Una probabilidad entre un milln siempre era mejor que ninguna probabilidad. Clav la mirada en el indicador de carga del acumulador de retroalimentacin y fue viendo cmo el exceso de energa iba creciendo en el sistema de repulsin. Cuanta ms energa hubiera, mayores seran sus probabilidades de volver a poner en marcha los motores..., a menos que acumulara tanta energa que los repulsores se limitaran a estallar. Cuanto ms cerca estuvieran de la superficie del planeta, ms resistencia iran encontrando los repulsores y ms se acelerara el ritmo de acumulacin. Pero, naturalmente, cuanto ms cayeran ms reducido sera el perodo de tiempo del que dispondran para frenar despus..., eso suponiendo que los motores se encendieran alguna vez. Han saba que incluso la acumulacin mxima de energa que poda esperar obtener estara peligrosamente cerca del mnimo necesario para poner en marcha los motores sublumnicos, y que tendra una posibilidad y slo una. Tanto si su idea daba resultado como si no, hara estallar los repulsores, el acumulador de retroalimentacin y la mitad de sistemas de la nave. Han ech un vistazo al indicador que iba calculando la trayectoria que les quedaba por recorrer. Estaban a veinte segundos del comienzo promedio de una atmsfera normal, aunque los comienzos de las atmsferas tenan la fea costumbre de no estar donde se supona que deban estar, y siempre estaban subiendo y bajando a causa de las tormentas, las mareas y el calentamiento solar. Pero veinte segundos era el tope, el tiempo mximo que poda esperar. Si los repulsores se derretan, no habra muchas probabilidades de que siguieran proporcionando energa con la que cargar el acumulador. Aquello iba a ser realmente difcil, y Han tendra que caminar por una cuerda floja tendida entre dos desastres que competan el uno con el otro para ver cul se produca primero. Ech un vistazo a los indicadores de altura y aceleracin. La nave cnica segua acelerando, adquiriendo una velocidad realmente aterradora con cada segundo que pasaba. Aun suponiendo que consiguiera conectar los motores, tal vez no hubiera tiempo para frenar la nave antes de que se estrellaran contra el planeta. 25

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La temperatura del casco se ha incrementado repentinamente, respetado Solo! grit Salculd. La atmsfera ha llegado con un poco de adelanto sobre lo previsto! replic Han. Bien, agarraos! Le daremos una buena descarga a este trasto y veremos qu ocurre. Una posibilidad se dijo. Exactamente una sola posibilidad... Durante un momento pens en Leia, que lo estaba viendo todo desde el Fuego de Jade y no poda hacer nada. Pens en sus tres hijos, que estaban lejos de all al cuidado de Chewbacca y Ebrihim, el drall. No. No. No poda morir. No cuando todos le necesitaban. Una posibilidad. La nave tembl y oscil de un lado a otro cuando el impacto del choque con la atmsfera se hizo lo bastante grande para abrirse paso a travs del campo generado por los amortiguadores inerciales. Una posibilidad. Esper todo el tiempo que se atreva a hacerlo, y despus un momento ms y luego otro. Y entonces... Han baj la palanca del interruptor con todo el mpetu de que fue capaz, derivando toda la energa de retroalimentacin acumulada hacia el activador del sistema motriz. Despus dej caer el dedo sobre el botn de puesta en marcha de los motores..., y una espantosa sacudida recorri todo su cuerpo desde la cabeza hasta los pies cuando el retumbar ahogado de una explosin hizo temblar la nave cnica desde la base hasta la punta. Los repulsores deban de haber estallado. Durante un largo instante de agona casi insoportable, no ocurri nada ms. Pero despus el indicador sobre el que se lea los MOTORES ESTN PLENA E INDUDABLEMENTE INICIAL1ZADOS Se encendi, y Han se encontr con que tena tres motores en condiciones de ser utilizados. Tres, en vez de cuatro? Aquel caza habra destruido un motor cuando dispar contra ellos, algo que Han ya se haba estado temiendo. Pero aunque tuviera un motor menos de lo que haba pedido en sus oraciones, eso le dejaba con tres motores ms de lo que esperaba. Han decidi ignorar todos sus consejos anteriores al respecto y subi la palanca de control del sistema motriz de un veloz manotazo. No haba tiempo para andarse con miramientos. Hubo un bang lejano y una repentina serie de violentas vibraciones que se desvanecieron casi antes de que hubieran empezado, pero los motores estaban aguantando..., al menos de momento. Han baj la vista hacia los indicadores de aceleracin y velocidad y el no excesivamente fiable dial que le informaba de su altitud en metros. Todos los indicadores eran del modelo estndar, otro pequeo milagro, y no de algn arcano formato seloniano que nunca hubiese visto antes. Pero lo que estaba viendo en ellos no tena nada de tranquilizador. Han haba hecho las reentradas suficientes para que un solo vistazo a los indicadores le dijera que sus problemas estaban muy lejos de haberse acabado. Tal como estaban las cosas, una colisin controlada sera lo mximo a lo que podran aspirar. Han corri el riesgo de echar una rpida ojeada al visor y descubri que el Fuego de Jade se las haba arreglado para seguir cerca de ellos. Mar tena que ser una piloto realmente buena, eso estaba claro. Han pens que se conformara con poder ver hacia dnde iba. Por desgracia la nave estaba volando con la popa hacia adelante, y la holocmara posterior, que por lo menos podra haberle proporcionado una vaga idea de hacia dnde se diriga, haba decidido dejar de funcionar durante algn momento del descenso. Pero tambin haba un lado bueno, ya que la friccin con el aire estaba frenando la rotacin axial de la nave. La rotacin acab detenindose, lo que por lo menos hizo que pilotar la nave cnica resultara repentinamente mucho ms fcil. Han pens que ya iba siendo hora de que algn aspecto de su situacin mejorase un poco.

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Sigui observando sus indicadores de velocidad y altitud, y enseguida comprendi hasta qu punto segua siendo apurada su situacin. Tena que perder un poco ms de velocidad. Le gustara o no, estaba claro que no tena otra eleccin. Haba una forma de conseguirlo, pero tena sus desventajas. Y conseguir que el truco funcionara sin las toberas de maniobra tampoco iba a resultar nada fcil, desde luego... Han tendra que pilotar la nave jugando con el impulso de los motores principales, y eso no tena nada de sencillo cuando ya estaba haciendo malabarismos con los distintos vectores de impulsin para compensar el motor que haban perdido. Aun as, era factible. Tal vez. Redujo un poco la entrada de energa en el motor nmero tres, y la nave cnica fue inclinndose lentamente hacia atrs hasta que estuvo volando en un ngulo de ataque de unos cuarenta y cinco grados. Seguan cayendo, pero el morro haba pasado a estar un octavo de giro alejado de la vertical. Si Han haba hecho bien sus clculos, eso debera bastar para que la nave cnica empezara a desarrollar un cierto sustentamiento aerodinmico, lo cual hara que se comportara ms o menos como un planeador. La nave cnica empez a moverse hacia un lado adems de hacia abajo, con cada milmetro de movimiento lateral siendo sustrado de la energa de su cada. La nave empez a temblar violentamente, pero cada sacudida y vibracin supona otro pequeo gasto que restar a toda esa energa que les sobraba. Nos has colocado en una trayectoria de vuelo lateral, respetado Solo! protest Dracmus, gritando para hacerse or por encima del estrpito. Hacia dnde nos llevas? No tengo ni la ms mnima idea replic Han. Pero tenemos que movernos en una trayectoria lateral para perder un poco de velocidad. Pero supn que descendemos fuera de la zona controlada por mi madriguera... Pues entonces tendremos un serio problema! respondi Han a gritos. Dracmus no dijo nada, pero no le faltaba razn. Posarse en la superficie de un planeta que se encontraba en plena guerra civil dejando que el azar eligiera tu punto de descenso no era un comportamiento demasiado prudente. Han expuls esa preocupacin de su mente. Lo que realmente importaba en aquel momento era conseguir que aquel trasto llegara entero a la superficie de Selonia. En cuanto a dnde bajaran... Bueno, eso era otro problema al que ya se enfrentaran despus. Ech un vistazo a sus indicadores. Seguan cayendo como una piedra..., pero como una piedra ms lenta, una que se deslizara por el cielo en una especie de planeo. Y la temperatura del casco haba empezado a descender, aunque slo fuese un poco. Quiz lo conseguiran despus de todo. Quiz... Descender con los motores sublumnicos en vez de con los repulsores, que ya no existan, y bajar a ciegas seran un buen par de desafos, desde luego. Han pens que pasaran por lo menos noventa segundos ms antes de que tuviera que empezar a preocuparse por esas cosas. Ech otro vistazo a los indicadores y mene la cabeza. El truco del vuelo lateral estaba reduciendo su velocidad, pero no lo suficientemente deprisa. Tal como iba todo, tendran suerte si conseguan estar movindose por debajo de la velocidad del sonido antes de estrellarse. Bien, haba que enfrentarse a la fea realidad: Han tendra que arreglrselas de alguna manera para obtener un poquito de impulsin extra de los motores. Y el cuarto motor, el que se haba negado a ponerse