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© Sociedad Asturiana de FilosofíaEdita: Sociedad Asturiana de FilosofíaSociedad Asturiana de FilosofíaAvda. de Galicia 31 – 33005 – OviedoApto. 2037 – 33080 - OviedoDiseño-maquetación: BarakaDepósito Legal: AS-03417/2008

Presentamos en este número especial del Boletín de la SAF los dostrabajos ganadores de las VI Olimpíadas Filosóficas. En el momento desu creación allá por el año 2001 fueron varios los objetivos marcados:acercar la juventud a los problemas filosóficos actuales, despertar en laconciencia juvenil el gusto por el saber, difundir el género del ensayo filo-sófico y fundamentalmente adquirir actitudes, conceptos y técnicas detrabajo que contribuyan a formar personas más cultas, más tolerantes y,a la vez, más críticas. Hemos de decir que el éxito de la iniciativa fue inme-diato, y que la implicación de los centros fue altísima y que se ha ido man-teniendo a lo largo de las sucesivas ediciones tanto en participación comoen calidad.

Las Olimpiadas de Filosofía constituyen una iniciativa en defensa dela filosofía, y pionera en España, aunque no en países como Argentina,Japón, Alemania o Rumanía, en donde las Olimpiadas tienen proyeccióninternacional. Estas Olimpiadas se celebran desde hace algunos años aus-piciadas por la UNESCO y son apoyadas por numerosas instituciones anivel internacional. El objetivo último de este proyecto de la UNESCO essuscitar nuevas formas de participación en la reflexión internacionalsobre las grandes cuestiones contemporáneas, así como la de promoverel desarrollo de la filosofía y de su enseñanza como modo de contribuira la extensión mundial de una cultura democrática basada en el respetode los Derechos Humanos. La Sociedad Asturiana de Filosofía ha venidotrabajando en esta misma línea para incentivar la relación entre filosofíay democracia a través de la escuela.

S A F - O l i m p i a d a s d e F i l o s o f í a

Las Olimpiadas de Filosofía

RománGarcia

FernándezPresidente de la SAF

Junta directiva de la SAF:Presidente Dr. Román García FernándezVicepresidente Dr. Alberto Hidalgo TuñónTesorero D. Marcos Garcia-RovesSecretario D. Jose Manuel Gonzalez PortillaVocales Dr. Silverio Sánchez Corredera

D. Marcelino Javier Suárez ArduraD. Alberto Muñoz GonzálezD. Pelayo Pérez GarcíaD. Salvador Centeno PrietoD. Mariano Arias PáramoD. Caterina Pons PonsD. Emilio Jorge González NanclaresD. Emilio Riestra

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Con todo este esfuerzo la filosofía sale ganando, pues el aliento último de todo este tra-bajo no es otro que el empeño por mantener vigente la necesidad del rigor filosófico paraenfrentarnos a problemas vitales: hacer práctica y necesaria la filosofía en una sociedad cadavez más hedonista y superflua. En un mundo que no está tan distante de aquel mundo anti-guo en el que, a finales del siglo -II, la filosofía se fue convirtiendo en “refugio” o “consuelo”para un hombre que vio perdidos sus valores como ciudadano, ¿cuál es nuestra recompensa?Se dice que la filosofía da lucidez, especialmente a los que no les gusta vivir en el engaño. Teneruna visión lúcida de la realidad nos lleva muchas veces a constatar su complejidad, lo vano denuestros empeños y lo frustrante de nuestras propias limitaciones. Aún cuando esa lucidez nosacarrea una visión “trágica” de la realidad, no podemos renunciar a ella en la medida en queella nos constituye como personas.

Queremos poner énfasis en que las Olimpiadas Filosóficas se constituyen como un autén-tico espacio de investigación en el que todo el trabajo de los alumnos se realiza bajo la aten-ción y tutela de los profesores de filosofía de su propio centro. Así, el grado de coordinaciónentre alumnos y profesores en el manejo de las bibliografías, las fuentes históricas, la metodo-logía de los trabajos, y un sinfín de tareas más vienen dando como resultado unos trabajos deuna altura intelectual y académica admirable en alumnos de 17 años.

Desde que se premió por primera vez a Sergio Martínez Vila, alumno del lES “Río Nora”de Pola de Siero por el trabajo titulado “Duelos de Medianoche” y coordinado por el profesorFrancisco Noval han pasado ya 6 ediciones del concurso:

I Olimpiadas de Filosofía, “El hombre en el ciberespacio: principales interrogantesque plantea la sociedad de la información

II Olimpiadas de Filosofía, “La amenaza del nuevo chamanismo en el siglo XXI:ciencia y filosofía frente a la invasión de la superstición y la pseudociencia”.

III Olimpiadas de Filosofía, “La Ética y la Política en el siglo XXI. Participación ciu-dadana y déficit democrático. ¿La democracia herida?”,

IV Olimpiadas de Filosofía, “Conflicto y confrontación cultural. ¿Es posible la con-vivencia entre culturas?”.

V Olimpiadas de Filosofía, “La conquista del espacio. Impacto de la ciencia y la tec-nología en los albores del siglo XXI”.

VI Olimpiadas de Filosofía, “¿Qué es el Hombre? Las fronteras de lo humano en laperspectiva del siglo XXI. Paradojas antropológicas de la Bioética.”

No podemos dejar de resaltar la continua colaboración que con la Sociedad Asturiana deFilosofía han tenido instituciones y empresas de toda Asturias para que esta iniciativa se hayapodido mantener en el tiempo: Consejería de Educación, la de Cultura, el Ayuntamiento deGijón, Obra Social y Cultural de Cajastur, diario el Comercio, El Corte Inglés, etc. Dicha colabo-ración esperamos que se siga manteniendo en el futuro para seguir realizando esta iniciativa.

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S A F - O l i m p i a d a s d e F i l o s o f í a

En este curso 2006/2007 se ha centrado en el tema

«¿Qué es el Hombre? Las fronteras de lo humano enla perspectiva del sigloXXI. Paradojas antropológicas dela Bioética.»

El jurado se reunió el viernes, día 18 de Mayo de 2007 a las 19:30horas para emitir su fallo. Los miembros del Jurado de las VI Olim-piadas de Filosofía fueron; Presidente: Alberto Hidalgo Tuñón(Profesor de Filosofía de la Universidad de Oviedo); Vocales: Alber-to Muñoz González (Profesor de Filosofía de Enseñanza Secunda-ria), Cipriano Barrio Alonso (Profesor Titular de Filosofía, Univer-sidad de Oviedo), Pelayo Pérez García(Escritor); FranciscoNoval(Profesor de Filosofía de Enseñanza Secundaria), ; Ruben D.Rodríguez Calvillo (Profesor de Historia y escritor), actuando comosecretaria: Caterina Pons Pons.

Las VI Olimpiadas

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VI Olimpiada de Filosofía

Premios:

Accesit:

Carmela Pérez Calleja, del Colegio Santa María del Naranco “Ursulinas”, de Oviedo,por el trabajo titulado “Vivir en el cuerpo, pensar desde el cuerpo”, coordinado por el pro-fesor Constantino García Noval.

Andrés Fernández Gutiérrez, del I.E.S. “Santa Bárbara”, de la Felguera, por el traba-jo titulado “Los dilemas de la bioética”, coordinado por el profesor Manuel Gereduz Riera

Víctor Fanjul Hevia, del I.E.S. “La Ería”, de Oviedo, por el trabajo titulado “La bioéticaen la era de la Biotecnología: Reflexión sobre las aplicaciones de la manipulación genéti-ca”, coordinado por el profesor Alfonso Treguerres.

José Ignacio Bernardo Iglesias, del Real Instituto de Enseñanza Secundaria Jovella-nos, de Gijón, por el trabajo titulado “Conocimiento antropológico: idealismo y materialis-mo en torno a la redefinición humana, coordinado por el profesor Juan Muñoz González.

Bárbara Posada Menéndez, del I.E.S. “Rosario Acuña”, de Gijón, por el trabajo titula-do “Inteligencia artificial: ¿imposible o alcanzable?”, coordinado por el profesor José Car-los Rivera Fernández

Daniel Dávila Romero, por el trabajo titulado “Del animal a la persona humana”, IESLa Eria, Coordinado por Alfonso Fernández Tresguerres.

Olaya Suárez MagdalenaAlumna del Real Instituto de Enseñanza Secundaria Jovellanos, de Gijón,por el trabajo titulado “Uso de los avances de la medicina genómica:¿Mayor igualdad o nuevas desigualdades?”. Coordinado por el profesor Luis Vicente de la Fuente Ciruelas.

Nidia GómezPor el trabajo titulado “El final del hombre, Dédalo e Ícaro”Coordinado por Pablo Huerga.

Desierto

Uso de los avances

de la Medicina

Genómica:

¿Mayor igualdad

o nuevas

desigualdades?

OlayaSuárez Magdalena

1er PremioAlumna del Real Instituto de Enseñanza Secundaria Jovellanos, de Gijón.Coordinador : Luis Vicente de la Fuente Ciruelas

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1. Un planteamiento inicial

1.1. Cuestión previa: ¿Existe unaigualdad reconocida?

Muchas de las personas que nos sen-timos atraídas por la Medicina y que dese-amos dedicarnos a ella en el futuro, lereconocemos un carácter dual: junto a sucondición de ciencia que estudia la mate-ria del cuerpo aparece también su facetahumanística, muy notable cuando la prác-tica médica obliga a pensar sobre las situa-ciones humanas de los pacientes y a resol-ver los conflictos éticos que a menudoplantean. Y es en una de las más moder-nas y atractivas especialidades médicas, laMedicina Genómica, donde están sur-giendo debates éticos de gran importan-cia, que afectan incluso a la condición deiguales de las personas. Estas cuestioneséticas que provoca la Medicina Genómina

no sólo son nuevas, sino que presentan ungran interés para quienes nos sentimosatraídos por la Medicina tanto como por laFilosofía.

Para un planteamiento inicial de estareflexión, conviene recordar que todos losindividuos humanos son diferentes,expresiones únicas del ser, ejemplos vivosde la biodiversidad. Es lo que GustavoBueno conceptúa como “multiplicidad deindividuos humanos diferenciables segúnrasgos irreductibles”1, que ha definidocomo un principio fundamental de laBioética materialista.

Biológicamente los individuos hu-manos no son iguales o desiguales entre sí,son diversos; su condición de iguales/desiguales es consecuencia de su estructu-ración como grupo social y de sus relacio-nes políticas, por lo que es un parámetrosometido al análisis moral2.

ÍNDICE

1. Un planteamiento inicial

1.1. Cuestión previa: ¿Existe una igualdad reconocida?1.2. Un debate sobre nuestro futuro: ¿Biotecnología y Medicina Genómica

reformulan la igualdad?

2. Igualdad, Biotecnología y Medicina Genómica

2.1. El concepto de igualdad y su relación con la desigualdad 2.2. Igualdad-desigualdad en el acceso a la información científico-genética 2.3. Igualdad-desigualdad en las oportunidades de acceso a soluciones

médicas genéticas 2.4. Igualdad-desigualdad en la posesión de las patentes genéticas 2.5. Igualdad-desigualdad en el control de la información genética personal

3. A modo de conclusión

Fuentes

1 Gustavo Bueno, 2001, p. 81. También Gustavo Bueno, 1999.2 “(...) la igualdad o desigualdad entre los seres humanos no tiene nada que ver con la biología, sino con preceptos éticos; algo que ´una sociedad

puede otorgar o quitar a sus miembros`. La diversidad observable, dice este autor, ́ es un producto genético, un conjunto de diferencias genéticasy ambientales`, mientras que las diferencias son un producto cultural, una construcción social, más concretamente una selección -siempre sesga-da- de variables de diversidad cuyo objeto es generar sistemas jerarquizados y jerarquizantes”. F. Javier García Castaño, Antolín Granados Mar-tínez y Rafael A. Pulido Moyano.

3 “La mera multiplicidad garantiza su diversidad; carece de sentido predicar la igualdad absoluta entre los individuos humanos, porque la mal lla-mada «relación de igualdad» (que hay que resolver siempre en un conjunto de propiedades tales como simetría, transitividad, &c.) ha de ir siem-pre referida a una materia k o parámetro (peso, talla, isonomía)”. Gustavo Bueno, 1999.

4 Gustavo Bueno, 1997.5 Gustavo Bueno, 1996, p. 199. Y también Gustavo Bueno, 1992.6 “Constitución Española y Estatuto de Autonomía del Principado de Asturias”, 1983.7 Félix García, 1983, p. 79. 8 Félix García, 1983, p. 94.

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Hablar de igualdad entre individuoshumanos obliga a referirse siempre aigualdad en una materia o parámetro con-cretos3, que en la cuestión bioética que nosocupa será la isonomía (la igualdad de losindividuos en dignidad y derechos ante laley)4, entendiendo que este conceptoincluye, entre otros, el derecho a disponerde una misma atención sanitaria.

Como una parte del respeto a laidentidad diferente que nos define, seconsidera un derecho y un valor moral elque seamos tratados con justicia porigual, con ausencia de discriminaciones:“La igualdad se definirá por la justicia en

la aplicación a cada parte de las normasque presiden la estructura social recu-rrente”5.

Por eso, comúnmente, las personastienden a creer que las leyes amparan susderechos y, de un modo especial, en loreferido a nuestra condición de iguales.

Pero es preciso constatar si esa creencia sebasa en datos ciertos.

Comenzando por nuestra geografíay nuestro tiempo, vemos cómo en Españala ley suprema (Constitución de 1978)incluye al menos cuatro artículos relacio-nados con la libertad e igualdad de las per-sonas: artículo 9.2 (libertad e igualdad realy efectiva de los individuos), artículo 14(igualdad ante la ley sin discriminaciónpor condición alguna), artículo 43.2(igualdad de derechos y deberes en mate-ria de prestaciones y servicios sanitarios)y artículo 44.2 (la investigación científicay técnica al servicio del interés general) 6.

Pero este afán por reconocer legal-mente la igualdad de las personas apare-ció ya en el contexto de la primera revo-lución moderna: la Revolución Francesade 1789. La Asamblea Nacional consti-tuida entonces aprobó una “Declaraciónde los Derechos del Hombre y del Ciuda-dano”, cuyo artículo 1 decía: “Los hom-bres nacen y permanecen libres e igualesen derechos (...)”7. Todas las declaracio-nes posteriores siguieron esa línea, hastala proclamación de la “Declaración Uni-versal de Derechos Humanos” (Asam-blea General de las Naciones Unidad,1948), que también en su artículo 1 dice:“Todos los seres humanos nacen libres eiguales en dignidad y derechos (...)”8. Ylos textos internacionales aprobados conposterioridad continuaron recogiendo elderecho de las personas a ser tratadascon igualdad: “Declaración de los Dere-chos del Niño” (Asamblea General de lasNaciones Unidas, 1959), “Proclamaciónde Teherán” (Conferencia Internacionalde Derechos Humanos, 1968), “Pacto

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9 Thomas F. Lee, 1994, p. 221.

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Internacional de Derechos económicos,sociales y culturales” (Asamblea Gene-ral de las Naciones Unidas, 1976), “Pac-to Internacional de Derechos civiles ypolíticos” (Asamblea General de lasNaciones Unidas, 1976), etc.

Al margen de las controversias que laFilosofía puede suscitar sobre el conceptode igualdad, queda claro que existe unmarco jurídico en el que este conceptoaparece claramente reconocido.

1.2. Un debate sobre nuestro futu-ro: ¿Biotecnología y Medicina Genómi-ca reformulan la igualdad?

Los principales textos jurídicos conlos que las personas pueden creer garanti-zada su condición de iguales son todosanteriores a 1978 (cronológicamente con-sideraríamos el último la Constituciónespañola de ese año).

Pero los importantes avances que laCiencia ha logrado en el campo de la Bio-tecnología y la Medicina Genómica sonposteriores a ese año. El Proyecto GenomaHumano (en adelante PGH), con el que seconocen los casi 100.000 genes que com-ponen nuestro genoma y se elabora la car-tografía biológica de la especie humana,surgió de una serie de importantes descu-brimientos realizados desde 1970 y devarias iniciativas coordinadas que sepusieron en marcha a mediados de ladécada de 1980.

El hecho de que con posterioridad ala regulación jurídica de la igualdad, seestén produciendo tantas novedadescientíficas que afectan, y afectarán másaún, a la vida cotidiana de los sujetos indi-viduales y a su marco de convivenciasocial, obliga a plantearse algunas cues-tiones.

Los avances en el conocimientocientífico del genoma humano y la apa-rición de nuevas soluciones médicas eneste campo, ¿condicionan la eficacia detextos jurídicos aprobados cuando aúnno eran conocidas estas innovaciones de

la Ciencia? ¿Afectan o no a la posibilidadde que los individuos humanos vivan encondiciones de igualdad? Los avancesque la Biotecnología y la Medicina Genó-mica nos ofrecen en la actualidad ¿repre-sentan una nueva barrera para la igual-dad de las personas o un puente para sulogro? Ése es el objeto de este ensayo.

2. Igualdad, Biotecnología y Medi-cina Genómica

Los grandes avances en la investiga-ción genética y, sobre todo, el PGH, han

alcanzado hace tiempo territorios dondelos conceptos de libertad e igualdad van aresultar afectados, positiva o negativa-mente, pero afectados tal y como hoy losentendemos. Efectivamente, en 1989, muypocos años después de iniciarse los traba-jos del PGH, la Oficina de Análisis de Tec-nologías del Congreso de los EEUU pre-sentaba un informe en el que ya señalabaque el PGH afectaría a cuestiones “com-plejas que conciernen a la libertad perso-nal, la privacidad, el derecho de acceso ala información genética y la posibilidad deaplicar los datos genéticos para alterar lasenfermedades, los talentos y las conduc-tas humanas” 9.

10 “El verdadero problema está en que no se puede dudar que a partir de la verdadera comprensión de los datos científicos y de la aportación de nue-vos datos los factores que modulan la cultura van a cobrar nuevas formas. Por eso la ciencia introducirá novedades en las estructuras de los valo-res al visualizar, por ejemplo, la conducta humana desde nuevas perspectivas. No cabe la menor duda de que la biología a través de los conoci-mientos en genética y neurobiología está contribuyendo a la generalización de una antropología que utiliza un lenguaje específico. En esta antro-pología los conceptos de libertad y responsabilidad están siendo reformulados porque es obvio que ambos términos no se pueden entender sinreferencia a la biología”. Carlos Alonso Bedate, “Investigación y bioética en el contexto de la biomedicina”, Revista de la Sociedad Internacionalde Bioética (SIBI), 2003, p. 12.

11 Adela Cortina y otros, 2002, pp. 328-329.12 Adela Cortina y otros, 2002, pp. 336-337.13 ”Artículo 10: Se habrá de respetar la igualdad fundamental de todos los seres humanos en dignidad y derechos, de tal modo que sean tratados con

justicia y equidad”, UNESCO, 2005, “Declaración universal sobre Bioética y Derechos Humanos”.14 Gustavo Bueno, 1996, p. 195.15 “Tampoco la igualdad implica unidad: la unidad separa y discrimina, tanto como nivela o une: basta pensar en la llamada «igualdad de oportuni-

dades» (que es tanto un principio de discriminación como un principio de igualación social). (La igualdad de oportunidades dada en una carre-ra pedestre a la salida significa la desigualdad de los corredores a la llegada.). Pelayo García Sierra (voz “Identidad/Unidad/Igualdad”).

16 “Todos tienen derecho a la mejor asistencia médica posible”, I Congreso Mundial de Bioética, 2000, “Declaración Bioética de Gijón”. “Artículo 3:Las Partes tomarán las medidas adecuadas a fin de garantizar, en su esfera de jurisdicción, un acceso equitativo a los servicios sanitarios, habidacuenta de las necesidades en materia de salud y de los recursos disponibles” , “Convención para la Protección de los Derechos Humanos y de laDignidad del Ser Humano con respecto a las aplicaciones de la Biología y la Medicina: Convención de Asturias de Bioética”, en Varios autores,2000, pp. 423-437.

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“Los conceptos de libertad e igual-dad están siendo reformulados”10 desde laBiotecnología y la Medicina Genómica, yes preciso reflexionar sobre cómo lo estánsiendo, sobre si este cambio supone unaampliación o un recorte.

2.1. El concepto de igualdad y surelación con la desigualdad

Relacionaba Aristóteles el concep-to de justicia con el de igualdad proporcio-nal11: era de justicia dar un trato igual a losque eran iguales y un trato desigual aquienes eran desiguales. En la EdadModerna se consolidó una interpretaciónfilosófica diferente: resultaba justo reco-

nocer que los seres humanos tenían unosderechos naturales, entre los que figurabasu condición de iguales. El valor moral dela igualdad fue el que sirvió de apoyo para

aquellos movimientos sociales que defen-dieron el reconocimiento de los derechoseconómicos, sociales y culturales, conoci-dos como “derechos de segunda genera-ción” 12, reconocidos hoy internacional-mente13.

Es cierto, como afirman GustavoBueno14 y Pelayo García Sierra15, que enocasiones el concepto de igualdad puedeunir pero también separar, puede implicartanto igualación como discriminación. Sinembargo, refiriéndose a la posibilidad deque un individuo goce de los avances quela Biotecnología y la Medicina Genómica,nos referiremos a la igualdad de derechosy deberes, incluyendo entre los derechosel de disponer todos de las mismas opor-

tunidades para beneficiarse de los avan-ces científicos y las nuevas prestacionessanitarias, como reconocen las declaracio-nes bioéticas internacionales16.

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17 Organización Mundial de la Salud, 2005.

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Desde ese punto de vista, debepensarse si hay un solo ámbito posible oson varios los ámbitos en los que se puedeanalizar la relación igualdad-desigualdaden cuanto a los avances biotecnológicos ymédico-genéticos. Esta relación igualdad-desigualdad es entendida a nivel popularde modo simple y reducido: la igualdadde oportunidades para beneficiarse de lacrioconservación de gametos (ovocitos oespermatozoides) es un ejemplo. Pero estetipo de relación igualdad-desigualdad esmás compleja y diferenciamos, al menos,cuatro ámbitos en su análisis:

• Igualdad-desigualdad en el acce-so a la información científico-genética: ¿Existe la igualdad deopciones en el acceso a los sabe-res biotecnológicos y de la Medi-cina Genómica? ¿Hay igualdaden el derecho a saber o se puedehablar ya de una “brecha genéti-ca”, al estilo de la conocida “bre-cha digital”?

• Igualdad-desigualdad en lasoportunidades de acceso a solu-ciones médicas genéticas:¿Somos iguales en el derecho a lasalud? ¿Hay una Medicina Genó-mica para todos o existe una parapobres y otra para ricos?

• Igualdad-desigualdad en la pose-sión de las patentes genéticas: ¿Seacepta el concepto de propiedadde la materia genética y tenemostodos iguales opciones en esteasunto? ¿Tenemos garantías deque otros individuos no explotanmercantilmente, y al margennuestro, la información referida anuestra propia materia genética?

• Igualdad-desigualdad en el con-trol de la información genéticapersonal: ¿Somos iguales en elderecho a la libertad y la intimi-dad referido a nuestra materiagenética? ¿Hay mecanismos decontrol social que favorecen o

perjudican nuestra condición deiguales?

2.2. Igualdad-desigualdad en elacceso a la información científico-gené-tica

En el campo de la Biotecnología ali-mentaria se han desarrollado avancescientíficos mucho antes que en la genéticahumana, de modo que hay más datos yexperiencia para valorar cómo afectó a laigualdad de opciones en el derecho a lossaberes. Políticos y científicos reconocenya desde hace años la existencia de una“brecha genética” por las opciones des-iguales que se dan entre países más ymenos desarrollados con relación a los ali-mentos genéticamente modificados. LaOrganización Mundial de la Salud publi-có un informe suficientemente sólido eneste sentido17.

Ya en el tema que nos ocupa, sonmuchos los avances que la Biotecnologíay la Medicina Genómica han introducidosólo en el campo de la reproducciónhumana y todos ellos son fundamentalespara mejorar las posibilidades de repro-ducirse con éxito y tener hijos sanos.

La relación igualdad-desigualdad enel acceso al nuevo saber biotecnológicopresenta múltiples facetas en el ámbitoreproductivo: prevención de malforma-ciones y enfermedades, transmisión deenfermedades congénitas, inseminaciónartificial, inseminación post mortem,fecundación in vitro, crioconservación deovocitos o espermatozoides, selección delsexo de los hijos debido a enfermedadespaternas...

El 4% de los recién nacidos vivossufre alguno de los 250 defectos congéni-tos que pueden ser conocidos durante elembarazo con ciertas pruebas predictivasque hoy ya resultan simples para cual-quier laboratorio genético. Las pruebasdiagnósticas prenatales estudian el ADNde las células fetales o los cromosomas, sepueden realizar sólo con la extracción de

17 Organización Mundial de la Salud, 2005.18 Margarita Boladeras Cucurella, 1998, pp. 175-183. También LabGenetics.19 Juan Ramón Lacadena, “Genética, Sociedad y Bioética”, en Varios autores, 2000, pp. 275-276.20 El caso de Eugenia Folgado es real. Jaime Prats, 2006.21 Asociación Española de Anemia de Fanconi. 22 Revista digital “Salud & Sociedad”.

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cantidades mínimas de líquido amnióticoo una gota de sangre fetal del cordónumbilical y sus resultados se obtienen enpoco tiempo. Hoy en día se puede diag-nosticar no sólo si el feto padece algunaenfermedad o malformación (espina bífi-da, síndrome de Down, ...), sino tambiénsi porta material genético relacionado conmás de medio centenar de importantesenfermedades hereditarias (anemia falci-forme, fibrosis quística, alzheimer, atrofiaespinal, ciertos tipos de demencia, par-kinson, ciertos tipos de sordera, hemofi-lia, trombofilia, deficiencias de la hipófi-sis, distrofia muscular, esclerosis lateralamiotrófica, ciertos tipos de infertilidadmasculina, cáncer de mama, cáncer deovario, cáncer de colon, cáncer de pul-món...)18.

Ante esta realidad ¿serán igualestodas las mujeres embarazadas? Unamujer acomodada de EEUU o de Europaoccidental conoce o tiene facilidades paraconocer (formación académica, lecturas,experiencias familiares, relaciones socia-les, buen asesoramiento médico...) la posi-bilidad de hacerle un completo estudiogenético a su feto, de modo que sabe cómoobtener por este medio una informaciónanticipada y fundamental sobre la saludde su futuro hijo, pudiendo adoptar lasmedidas de planificación familiar queconsidere oportunas.

Sin embargo, las familias de los paí-ses menos desarrollados (y, en buenamedida, las pertenecientes a las clasesbajas de países más desarrollados) noconocen la existencia de muchas de estasnuevas técnicas genéticas. Sus sistemaseducativos no ofrecen una formación conel suficiente rigor científico, su capacidadpara la autoformación es limitada, susexperiencias familiares no afectan alámbito de la Biotecnología, establecen susrelaciones sociales preferentemente conpersonas de su mismo nivel y no abren

nuevas perspectivas, carecen de un buenasesoramiento médico...

Algo similar sucede con la posibili-dad de seleccionar el sexo de los hijos. Estapráctica no está autorizada con caráctergeneral, siendo tan sólo posible en loscasos de padres que, dependiendo delsexo que tengan sus hijos, pueden trans-mitirles o no ciertas enfermedades (es elcaso de la hemofilia, transmitida por lasmadres sólo a los hijos varones). Actual-mente existen métodos (aún sin el 100%de garantías de acierto) para seleccionarun espermatozoide con el cromosoma Y,que engendrará una niña, o con el cromo-soma X, que engendrará un niño19. Algotan importante no es aún de conocimien-to generalizado: ni la existencia de la pro-pia técnica, ni su forma de aplicación, nilos lugares donde es posible llevarla acabo...

Veamos el caso de un individuo con-creto: mujer llamada Eugenia Folgado yresidente en Valencia (España)20. Tieneuna hija de corta edad que padece la ane-mia de Fanconi (enfermedad grave pade-cida sobre todo por niños, se manifiestacon fuertes anemias, infecciones y hemo-rragias debidas a la desaparición progre-siva de las células sanguíneas, siendoespecialmente propensos al cáncer21). Elúnico tratamiento que permite superar laenfermedad es un trasplante de médulaósea o células de sangre de cordón umbi-lical donadas por un familiar compati-ble22. La hija de Eugenia Folgado no tieneun familiar compatible para esa donación.

Imaginemos que transmutamos lascoordenadas geográficas del espacio vitalde este sujeto: ahora vive en Kigali (Ruan-da); ahora su nombre podría ser, por ejem-plo, Noumsi Manengumba y también tie-ne hija afectada por la anemia de Fanconi.¿Tienen las dos niñas las mismas probabi-lidades de tener un final fatídico? ¿Soniguales en lo que se refiere a su derecho a

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23 Central Intelligence Agency, 2006.24 Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, 2003

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salud? ¿Las dos familias tienen una situa-ción de igualdad en el acceso a la informa-ción científico-genética?

Conviene tener como primer refe-rente la tasa de mortalidad infantil deambos países: en Ruanda alcanza el89’61‰, mientras que en España estásituada en el 4’37‰23. La asistencia sanita-ria a disposición de la población ruandesano reúne las condiciones mínimas parahablar de una prestación digna que respe-te su derecho a la salud, además buenaparte de ella es prestada por organizacio-nes humanitarias para la atención deemergencias. El sujeto supuesto bajo elnombre de Noumsi Manengumba difícil-mente habrá podido consultar la enferme-dad de su hija con personal médico, difí-cilmente habrá obtenido un diagnósticocorrecto y la recomendación de un trata-miento adecuado, pero, sobre todo, no haoído hablar nunca de Medicina Genómicani de la existencia de laboratorios genéti-cos.

Por su lado, el sujeto real conoci-do como Eugenia Folgado consiguió de lasanidad española un diagnóstico adecua-do, se le ofreció una información suficien-te que ella completó sobre la solución querepresentaba, gracias a la investigacióngenética, un transplante por donación decélulas compatibles. Y el Ministerio deSanidad español le dio autorización pararecurrir, a través de una clínica privada, auna técnica especial de la Medicina Genó-mica: fecundar in vitro varios embriones,seleccionar de todos ellos uno libre de laenfermedad y genéticamente compatiblecon su hija, implantarle este embrión en elútero y, tras su nacimiento, trasplantar a laniña enferma células madre compatiblesde la sangre del cordón umbilical del hijosano.

La hija enferma de Eugenia Folga-do quizás pueda salvarse: sus padresconocían la solución que la MedicinaGenómica ofrecía para su enfermedad. Laimaginaria niña ruandesa fallecería pro-bablemente antes de alcanzar la juventud:

su familia no disponía de informaciónalguna sobre soluciones genéticas.

Entonces ¿son más o menos igualeslos seres humanos desde que se produje-ron estos importantes avances genéticos?En realidad son ahora más desiguales.Cuando no era posi-ble el diagnósticoprenatal, la familiaespañola y la su-puesta familia ruan-desa eran iguales ensu desgracia; peroahora que existensoluciones médicas,no tienen igualesopciones para acce-der a los saberes bio-tecnológicos y gené-ticos: se ha abiertoentre ellas una enor-me “brecha genéti-ca” en la que se jue-ga la vida de sushijas.

No es de extra-ñar que el Secreta-rio General de laONU, en su infor-me “Promoción yprotección de losDerechos Huma-nos. Los DerechosHumanos y la Bioé-tica”, señalase elriesgo de la “brechagenética” comouno de los proble-mas que la Huma-nidad ha de resol-ver: “La tendenciacada vez mayor alimitar en gran par-te la investigaciónbiotecnológica a lospaíses desarrolla-dos entraña el riesgo de que se abra una“brecha genética” entre estas socieda-des” 24.

25 Calestous Juma.26 “Ello implica que los países desarrollados deben compartir los beneficios de las biociencias y de sus tecnologías con los habitantes de las zonas

menos favorecidas del planeta y servir al bienestar de cada ser humano”, I Congreso Mundial de Bioética, 2000, “Declaración Bioética de Gijón”. 27 “El 10% de las enfermedades recibe el 90% de los fondos para investigación. El 90% restante recibe el 10% de los fondos. Estas son enfermedades

olvidadas, como la malaria, las disenterías severas, que matan gente, el mal de Chagas (...). El desequilibrio provocado por las estrategias de lasmultinacionales de la farmacología que destinan grandes sumas a la investigación de enfermedades genéticas que afectan a la población de lospaíses del primer mundo (arteriosclerosis, diabetes, cáncer, hipertensión, enfermedades neurodegenerativas) y restringen el presupuesto para lasenfermedades infectocontagiosas que afectan a los pobres del todo el mundo”. José Ernesto Ramírez, 2005.

28 María Valerio, 2004.29 El Producto Interior Bruto (PIB) a paridad de poder adquisitivo en Ruanda era de 1’5 dólares per capita en 2005; como referencia se cita que ese

mismo año el de España era de 25’6 dólares. Central Intelligence Agency, 2006.

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En el Templo de Delfos, dedicado aldios Apolo, figuraba la inscripción“Conócete a ti mismo”. Era fácil creer quecuanto más se conociesen a sí mismos losseres humanos, más iguales se podríanver entre ellos. Pero ahora que se conocentanto que están a punto de descifrar porcompleto los secretos de su patrimoniogenético, es también cuando, por parado-jas antropológicas de la Biotecnología y laMedicina Genómica, pueden sentirsedesiguales en más y nuevos aspectos:“Dado que la mayoría de los productosbiotecnológicos se producen y consumenen unos cuantos países (Estados Unidos,Canadá, Argentina y China) se ha abiertouna “brecha genética“ entre los paísesricos y los pobres, incumpliendo los man-datos internacionales. Esta brecha segu-ramente provocará serios problemasdebido a la importancia creciente de labiotecnología en la producción agrícola,el cuidado de la salud y el manejoambiental (...)”25.

Lamentablemente, todo hace pensarque la “brecha genética” no sólo existe,incumpliendo las recomendaciones bioé-ticas internacionales26, sino que se va pro-fundizando con el avance de la Ciencia yel paso del tiempo: la paradoja crece.

2.3. Igualdad-desigualdad enlas oportunidades de acceso a solu-ciones médicas genéticas

En el anterior apartado nos ocupa-mos de la relación igualdad-desigualdaden el acceso a la información científico-genética. En este caso, dando por conoci-da esa información, analizaremos lasoportunidades de acceso a las solucionesmédicas genéticas.

¿Somos ahora más o menos igualesen el derecho a la salud? ¿Tenemos todosopciones equivalentes para acceder a losavances de la investigación genética?Desde hace años enfermedades como lamalaria, el sida o la tuberculosis causangrandes pérdidas humanas y económicasen los países menos desarrollados, mien-tras que los recursos de los países del lla-mado “primer mundo” les permiten man-tener un control parcial o total sobre estasenfermedades, que no resultan de investi-gación prioritaria para ellos27. Las perso-nas que tienen menos opciones para dis-poner de materias básicas (agua, alimen-tos y asistencia sanitaria) son también lasque menos opciones tienen para poderdisfrutar de buena salud, una calidad devida asumible y una mayor expectativa devida: desiguales con respecto a los indivi-duos más prósperos, más iguales al espec-tro de la miseria. Así que la respuesta alprimer interrogante parece clara: la pobre-za es un gran enemigo de la salud y laigualdad.

¿Sucede lo mismo con la investi-gación genética? ¿Hay una MedicinaGenómica para todos o existe una parapobres y otra para ricos? Si existiese unaMedicina Genómica para todos, los siste-mas públicos de salud de todo el mundoasumirían como normales las inversionesen este campo y financiarían prioritaria-mente las investigaciones sobre las enfer-medades que más daño causan a laHumanidad. Parece el razonamiento máslógico; veamos los hechos.

En el caso Eugenia Folgado, expues-to con anterioridad, cada implante de unembrión fecundado in vitro y selecciona-do genéticamente le costará 12.000 euros28

y, en la actualidad, la sanidad pública no

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30 Mae-Wan Ho, 2001.31 José María Cantú, 2001.

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le cubre estos gastos. La supuesta ruande-sa Noumsi Manengumba, referida tam-bién en el ejemplo anterior, desconocía lostratamientos genéticos con los que su hijapodría sobrevivir pero, aunque los cono-ciese, normalmente tampoco los podríapagar: las economías familiares medias deRuanda están en límites de subsistencia29.

Siempre que se valoran los costes deinvestigaciones y tratamientos genéticosencontramos cifras importantes. EEUUinvirtió en el PGH 3.000 millones de dóla-res y Gran Bretaña cientos de millones delibras; en los próximos años aún tendránque invertir cantidades similares. Ello sig-nifica que importantes cifras de losimpuestos públicos tuvieron que dejar deser invertidas en cuestiones sanitariascomunes, para pasar a financiar las másmodernas investigaciones genéticas,muchas veces para beneficio de laborato-rios privados. Muchas personas dejaronde recibir gratuitamente prestacionessanitarias que antes estaban incluidas ensu atención sanitaria habitual, con lo quepasaron a recibir un trato un poco másdesigual30.

José María Cantú nos facilita másargumentos en este mismo sentido31. En elX Congreso Internacional de GenéticaHumana (Viena, mayo de 2001) señalócómo, fruto de la investigación científica,crece la desigualdad entre países más ymenos desarrollados y también entre lasdistintas clases sociales de un mismo paísdesarrollado. Los desfavorecidos siempredispusieron de menos información y con-siguieron con más dificultades tratamien-tos médicos modernos y eficaces, peropara este profesor los avances de la Medi-cina Genómica van a ser inaccesibles parauna mayoría. Apoyó este duro argumen-to en dos datos de importancia:

• Las inversiones privadas eninvestigaciones de Biotecnologíay Medicina Genómica son másdel doble de las inversionespúblicas. Las empresas privadas

priorizan las investigaciones máslucrativas: invierten en los paísesmás ricos e investigan los malesque más preocupan o padece lapoblación más acomodada.

• EEUU gasta el 2’7% del ProductoNacional Bruto en investigacióngenética, pero México sólo puedeinvertir el 0’4%; EEUU tiene másde 8.500 investigadores pormillón de habitantes, Méxicosólo 70. Pero incluso las grandesinversiones de los países ricos nobenefician a su población másdesvalida: casi el 15% de los nor-teamericanos no tienen acceso aservicios médicos.

El doctor Rafael Rico García Rojas,otro médico genetista, también lo anunciócon claridad: “Es fácil predecir que laMedicina del futuro basada en el genoma,será una Medicina cara, que solo podránpagar y a la que solo podrán tener accesolos ricos privilegiados. En México, en don-de prevalece aún la marginación y lainequidad (77% de pobres), en donde exis-

32 Rafael Rico García Rojas, 2002.33 “Una dificultad que se ha citado en varios simposios sobre la problemática ética de la manipulación genética es la de los intereses que van a preva-

lecer en el desarrollo de la nueva biotecnología y la preocupación de que se convierta en un nuevo cauce de neocolonialismo del mundo técnica-mente desarrollado sobre los países pobres. Se trata de una dificultad que no es específica de este campo y que se da igualmente en otros sectoresya que está implicada la salud y la vida del ser humano. El avance farmacológico, basado en el ADN-recombinante, ¿se va a centrar en los másgraves problemas sanitarios del mundo o van a primar los intereses específicos del mundo desarrollado? Es evidente que los grandes avances enla investigación y la lucha en torno al sida no se hubieran realizado si esa enfermedad no hubiese afectado a los habitantes de los países ricos. Losnuevos avances famacológicos, basados en la tecnología genética y que serán muy importantes para erradicar enfermedades que causan granmorbilidad y mortalidad en los países pobres, pueden ser demasiado costosos para las personas y sociedades carentes de recursos económicos”.Javier Gafo Fernández, “Ética y manipulación genética”, en Varios autores, 2000, p. 232.

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te la riqueza y la pobreza extrema, fatal-mente seremos testigos de la discrimina-ción genómica (...) Seremos testigos en elfuturo muy cercano, del surgimiento deuna Medicina Genómica para ricos y unaMedicina pre-Genómica para lospobres”32.

¿Está teniendo lugar ya esa discrimi-nación y, en caso afirmativo, qué formaadopta? Está comprobado que los produc-tos farmacéuticos elaborados a partir de lainvestigación genética se encuentranentre aquellos que se ofrecen en el merca-do a un más alto precio. Las grandes mul-tinacionales de la investigación genéticaaspiran, por encima de cualquier otro cri-terio social o de salud pública, a rentabili-

zar sus inversiones (ciertamente impor-tantes) y a ocupar posiciones de monopo-lio en un mercado que promete ser cadadía más fructífero.

En un futuro serán muchas las enfer-medades que se podrán curar con fárma-cos elaborados a partir de descubrimien-tos y patentes genéticas o con dietas de ali-mentos modificados genéticamente paraevitar o combatir un mal (cánceres preve-nidos con alimentos antioxidantes, por

ejemplo). Pero los precios con los que lasindustrias pongan en el mercado estasmedicinas y alimentos las convertirán enprohibitivas para los pobres y las clasespopulares; es algo que ya se observa inclu-so en esta fase inicial del nuevo “mercadogenético”33.

La diferencia crece no sólo entre losque conocen y los que ignoran los hallaz-gos genéticos, sino también entre los quepueden y no pueden pagarse los trata-mientos derivados de esos avances médi-cos: la “brecha genética” entre ricos ypobres crece y puede llegar a ser abismal,salvo que lo impida la implantación de unférreo código bioético y de firmes políticassociales.

¿Puede llegar esta “brecha genética”a ser tan profunda que dé lugar a una cla-se social rica y genéticamente mejorada (osuperior) y a otra clase más pobre y gené-ticamente inferior? Es indiscutible que losavances en la investigación genéticarequieren y requerirán grandes cifras depresupuestos públicos y privados; asícomo que los diagnósticos y tratamientosgenéticos tienen un alto coste. Por ello,resultará normal que una clase social rica

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34 Mae-Wan Ho, 2001.35 “Re-producción equivale, por tanto, a la prohibición terminante de transformación (por ingeniería genética) de un individuo de la especie huma-

na en otro organismo de morfología no canónica; de donde el principio bioético negativo de no alterar el genoma humano en todo aquello queatente a su propia morfología”. Gustavo Bueno, 2001, p. 85.

36 “Artículo 13: No podrá realizarse intervención alguna sobre el genoma humano, si no es con fines preventivos, diagnósticos o terapéuticos y a con-dición de que no tenga por objetivo modificar el genoma de la descendencia” , “Convención para la Protección de los Derechos Humanos y de laDignidad del Ser Humano con respecto a las aplicaciones de la Biología y la Medicina: Convención de Asturias de Bioética, en Varios autores,2000, pp. 423-437.

37 Como Oliver Curry, teórico de la evolución en la London School of Economics.38 British Broadcasting Corporation, 2006.39 “El congresista Ralph M. Hall, de Texas, quien abrió las audiencias ante el Subcomité de Cooperación Científica de la Casa de Representantes de

los EEUU como director, el 19 de octubre de 1989 (...) destacó que ´la nación que dirija las aplicaciones resultantes del mapa del genoma tendráuna ventaja competitiva en la biotecnología farmacéutica y en cuestiones relacionadas`”. Thomas F. Lee, 1994, p. 249.

40 “El Gobierno estadounidense está apoyando la investigación del genoma humano no sólo por la mejora de la salud de la nación, sino tambiéncomo inversión nacional. Como el resto de la biotecnología, esta investigación es considerada una fuente de beneficios económicos directos e indi-rectos”. Thomas F. Lee, 1994, pp. 252-253.

41 “John Galloway, director de relaciones públicas en la Campaña de Investigación del Cáncer, en Londres, explicó en New Scientist que la importan-cia de la participación británica era, de hecho, que ´quienquiera que obtenga primero los datos del genoma humano decidirá qué les ocurrirá aellos [los datos] y estará en una posición inexpugnable para dictar sus términos sobre su explotación comercial, incluyendo la médica...`”. Tho-mas F. Lee, 1994, p. 248.

42 Rafael Rico García Rojas, 2002.43 “La patente es una concesión otorgada por los poderes públicos a un inventor, por virtud de la cual éste adquiere, durante un tiempo limitado (entre

17 y 20 años), el derecho de excluir a otros de la explotación (hacer, usar o vender) de aquello que se proclama como su invención (...)”. Pedro Tala-vera Fernández, 2004.

44 Gustavo Bueno, 2001, p. 80.

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o acomodada pague por conseguir lamejora genética de sus hijos; sin embargo,los expertos consideran que, aunque pue-dan mejorar parcialmente las condicionesgenéticas de sus descendientes (técnicasde reproducción con biotecnología gené-tica, diagnóstico previo de embriones conanomalías, prevención de enfermedadeshereditarias...), el nivel de desigualdadque alcancen sobre los más pobres no serátan exagerado como para permitir que seconviertan en una raza genéticamentesuperior, convirtiendo las diferenciassocioeconómicas circunstanciales en dife-rencias morfológicas permanentes34, algoque no asume la Bioética materialista35 nila Medicina36.

Por este motivo no son creíbles losanuncios de quienes37, como Oliver Curry(teórico de la evolución en la LondonSchool of Economics) anuncian una clasegenética superior (altos, delgados, sanos,atractivos, inteligentes y creativos) y unaclase inferior (baja, obesa, con peor salud,poco inteligente y menos creativa)38.

2.4. Igualdad-desigualdad en laposesión de las patentes genéticas

Durante la primera época de lasmodernas investigaciones biotecnológi-cas y genéticas el intercambio de informa-ción entre científicos era fluido. Las insti-

tuciones científicas y los Gobiernos asegu-raban que los hallazgos genéticos seríanpuestos gratuitamente a disposición detodo el mundo. Pero pronto comenzó labatalla de las patentes genéticas.

A comienzos de la década de 1970 sepresentó en EEUU la primera petición deregistro de patente sobre un organismovivo (una bacteria modificada), una peti-ción muy criticada que los tribunales dejusticia acabaron por resolver casi diezaños después: concedieron la patente ylevantaron así la tapa de un pozo sin fon-do. Por eso, cuando comenzó a desarro-llarse el PGH ya se vislumbraba el granconflicto de intereses que se produciría entorno a las patentes genéticas39. Todos losEstados que apostaron por la investiga-ción genética valoraron este aspecto ensus decisiones: EEUU40, Reino Unido41...En la actualidad el 100% del genomahumano es propiedad de empresas multi-nacionales farmacéuticas: un 50% de losEEUU y la otra mitad de Reino Unido,Francia, Alemania, Japón y Canadá42.

Pero hablar de patente es hacerlo delreconocimiento legal de un derecho depropiedad sobre algo43. ¿Se puede hablarde propiedad de la materia genética? Parala Bioética materialista “conviene desistirde la costumbre de asignar a los sujetosoperatorios la propiedad de su cuerpo”44,pues entiende que “la metáfora de la pro-

45 Gustavo Bueno, 1996, p. 365 (Una explicación más detalla en pp. 364-365).46 Lamentablemente en estas mismas circunstancias se reconoció la primera patente sobre materia genética humana: en 1990 los tribunales nortea-

mericanos reconocieron la primera patente sobre células humanas obtenidas, sin su conocimiento ni autorización, del cuerpo de John Moore, unenfermo de leucemia que producía una proteína muy útil y lucrativa. Pedro Talavera Fernández, 2004.

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piedad sobre mi propio cuerpo, aparente-mente tan ´progresista`, está fundada enuna concepción metafísica y arcaica de lapersona humana como sustancia espiri-tual”45. Se entiende que el concepto jurídi-co de propiedad es una relación entre suje-tos y bienes ajenos a sí mismos, a su cor-poreidad. En este sentido, los genes nopueden ser considerados propiedad par-ticular del ser humano que los porta.

Pero a continuación debe seguirsecon esta otra reflexión: la Bioética materia-lista considera que si un individuo obtie-ne una muestra genética de otro, los genesasí separados del individuo que los porta-ba siguen formando parte del campo bioé-tico, de modo que lo que se haga condichos genes debe ser sometido a un aná-lisis y control ético.

Cuando un individuo obtiene genesde otro: ¿tiene o no derecho a patentarcomo propia esa materia genética? Losgenes no son propiedad de su portadorbiológico, pero si de su registro comopatente se puede derivar beneficios (pro-fesionales, económicos...) conviene valo-rar con cuidado la situación.

Supongamos que un individuo Area-liza un trabajo físico para otro individuo By éste obtiene una ganancia material conello. Con respecto a este ejemplo caben dosvariables: que el individuo A reciba o noalgún pago en contraprestación. Si el pri-mero ha cedido voluntaria y desinteresa-damente su capacidad de trabajo al segun-do, nada se podría objetar pues es fruto delacuerdo entre dos individuos. Pero si elindividuo B, por los medios que fuese(fuerza, coacción, engaño...), consiguiólucrarse de la capacidad de trabajo del indi-viduo A sin su consentimiento, podremoshablar de explotación. Y, claramente, laexplotación de un individuo por otro no esun comportamiento ético. Si el individuo Acede su capacidad de trabajo a B a cambiode una remuneración, estamos hablandode un trabajo retribuido, que es una formade relación socialmente admitida.

Traslademos este ejemplo al campogenético. Si un individuo B consigue unamuestra genética de un individuo A yregistra a su nombre una patente sobredicha materia, ¿existe algún riesgo ético?¿Queda dañada la relación de igualdadque debería existir entre Ay B? En este casose produce una doble opción sucesiva. Enprimer lugar: el individuo A ¿dona o noconscientemente su propia muestra gené-tica? Si la dona conscientemente, sabedorde que esa muestra queda en poder delindividuo B y de que éste puede utilizarlaposteriormente para registrar algunapatente genética, nada se puede objetar: setrata de un acto tan consciente como des-interesado. Si el individuo A no entrega sumuestra genética con ese nivel de conoci-miento y el individuo B se lucra tras regis-trar a su propio nombre una patente gené-tica, surge la segunda opción: el individuoB ¿transfiere o no parte de ese lucro obte-nido al individuo A? Si lo hace no acabarí-amos por llegar a una situación ética: es entodo caso exigible que las transferencias demateria genética propia sean previamenteinformadas y consentidas; el daño éticoque supone el incumplimiento de esta con-dición no puede repararse con una retribu-ción posterior. Y si el individuo B no trans-fiere parte de su lucro al individuo A sepuede hablar abiertamente de explota-ción, en este caso genética46. En consecuen-cia, en esta situación queda seriamentedañada la relación de igualdad que debe-ría existir entre los dos individuos.

Son dos, al menos, las causas por lasque crece la desigualdad entre ellos. Laprimera porque el individuo B tuvo opcio-nes de las que no dispuso A por descono-cimiento de las mismas: un factor de des-igualdad en el conocimiento. La segundacausa surge de la anterior: la desigualdaden lo material, pues el individuo B comen-zará a percibir beneficios materiales de losque no va a gozar el individuo A. Antesituaciones de este tipo, donde el lucronace de la desigualdad, se ha comenzado

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47 Material genético de muchas tribus indígenas centroamericanas, sudamericanas, africanas y asiáticas fue recogido, sin su conocimiento ni aproba-ción, por investigadores de universidades y empresas. Su excusa: proyectos de atención médica, investigaciones científicas, proyectos de diver-sidad genética... Su objetivo real: patentar y comerciar con un material genético que ofrece información sobre resistencia a enfermedades y facili-ta nuevos fármacos. Algunos de estos bancos de células humanas ofrecen sus servicios en Internet. Silvia Ribeiro, 2005.

48 Empresas con grandes investigadores genéticos y buena infraestructura científica que, aprovechándose del libre acceso a los resultados de la inves-tigación genética pública, los utilizan con rapidez para obtener una alta rentabilidad monetaria por sus actividades. Miguel Moreno Muñoz, 1997.

49 Como el caso de la molécula de ADN patentada por Herbert Boyer y Stanley Cohen, que incluyeron en su patente la casi totalidad de las técnicasconocidas hasta el momento de clonación del ADN. Josep Casadesús Pursals, “Historia del DNA, de Friedrich Miescher a Paul Berg”, en Variosautores, 2005, p. 27.

50 “El genoma humano es patrimonio de la Humanidad, y como tal no es patentable”, I Congreso Mundial de Bioética, 2000, “Declaración Bioéticade Gijón”.

51 Thomas F. Lee, 1994, pp. 28-29.52 “Como Francis Crick dijo críticamente: ́ Los críticos que han argumentado que pocos beneficios prácticos han provenido de la biología molecular,

han sido silenciados por el hecho de que usando estas nuevas técnicas se podía producir dinero`. De hecho, la capacidad de obtener productosgenéticos específicos ha creado una industria multimillonaria. El resultante ´drenaje de cerebros` de científicos productivos de las filas académi-cas de gentil pobreza al estatus de empresarios es una historia fascinante”. Thomas F. Lee, 1994, p. 126.

53 A modo de ejemplo: la empresa Celera Genomics, una de las pioneras en la investigación y patentes genéticas, genera anualmente un valor de200.000 millones de dólares. Rafael Rico García Rojas, 2002.

54 “Pero, por ejemplo, la retención de información acerca de la localización cromosómica de un gen, o de la secuencia de un segmento particularmen-te interesante de ADN, hasta que los derechos de todas las aplicaciones comerciales que emanen de ese conocimiento hayan sido aseguradas,podría ser una reacción natural de una compañía privada. Irónicamente, el liderazgo del PGH sólo puede esperar que el intercambio de informa-ción y cooperación necesarios para lograr las metas anunciadas no sea inhibido insensatamente por un plan distinto, controlado por la búsquedade beneficios económicos”. Thomas F. Lee, 1994, p. 255.

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ya a hablar de “biopiratería”47 y “piratasbiotecnológicos”48.

Pero la desigualdad vinculada a logenético no puede aparecer sólo entreunos individuos que portan materia gené-tica y otros que la rentabilizan para bene-ficio personal, sino que también se daentre los propios investigadores genéti-cos: es el caso que sucede cuando un cien-tífico registra a su nombre una patentepara la que necesitó del trabajo y estudiode otros que les precedieron en esas inves-tigaciones49. ¿Es lícito registrar así, a nom-bre de uno, algo que se ha logrado tam-bién y necesariamente gracias al esfuerzode otros? ¿No sería más justo y con-veniente evitar esas situaciones deinjusta desigualdad regulando quelas patentes biotecnológicas ygenéticas sean patrimonio de laHumanidad?

Seguramente esta última pro-puesta es más ética y favorece máslas relaciones de igualdad, comoreconoce la comunidad científica50,pero para hacerla realidad hay quepelear contra grandes intereses.Thomas F. Lee expresó muy gráfica-mente en qué consisten esos intere-ses: “Debemos tener en mente que, apesar de los elevados ideales expre-sados por los líderes reconocidos delproyecto [el PGH], no se debe perderde vista el hecho de que a través de esteesfuerzo –preñado en todo su transcurso

por la posibilidad de descubrimientos fun-damentales- se harán y se acrecentaránreputaciones, se obtendrán premios Nobely se harán fortunas personales y corporati-vas. Esta mezcla incómoda de ciencia puray empresa se unen en el PGH a una escalamuy grande, y está reformando constante-mente la historia de esta intrigante búsque-da del ´santo grial` de la ciencia”51.

En el trasfondo de este debate se pro-duce una lucha titánica entre el derecho ala igualdad y los intereses económicosparticulares52. En esa confrontación, losintereses económicos son tan desmedi-dos53 que en algún momento podrían has-

ta condicionar el propio desarrollo delproyecto PGH54. En todo caso, parece que

55 Margarita Boladeras Cucurella, 1998, p. 173.56 “Lo mismo que el poder y el peligro de la Física se alcanzó cuando los científicos fueron capaces de ́ tocar` los átomos –me refiero a la Física atómi-

ca y la energía nuclear-, el poder y el peligro potencial de la Genética se han hecho realidad cuando los científicos han podido ́ tocar` los genes; esdecir, manipularlos”. Juan Ramón Lacadena, “Genética, Sociedad y Bioética”, en Varios autores, 2000, p. 253.

57 “Muestras tan mínimas como pueden ser un pelo con raíz, una minúscula mancha de sangre o semen e incluso caspa son suficientes en muchoscasos para llevar a cabo un análisis de identificación genética”. Carmen Entrala.

58 “Para muchas de las mentes científicas más brillantes de hoy en día la oportunidad de traducir el lenguaje del ADN –la molécula que en un senti-do real controla la vida- en palabras que podamos entender es irresistible. Pero hay todavía otro aspecto que debemos considerar para completarel retrato de todas las fuerzas que motivan al científico. Detrás de las generalidades conocidas de ́ curiosidad científica` y ́ expandir el horizonte`de nuestro conocimiento, se encuentra otra meta principal de la ciencia: el control”. Thomas F. Lee, 1994, p. 20.

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hay más opiniones pesimistas que opti-mistas en cuanto a las repercusiones queesta carrera de la Ciencia hacia el futurotendrá sobre la igualdad: “La alta tecnolo-gía necesaria para el desarrollo de la inge-niería genética y su elevado costo incre-mentarán las desigualdades entre las dis-tintas zonas de la tierra y los distintos sec-tores de la población. Las nuevas tecnolo-gías estarán en manos de ciertos gruposprivilegiados; ya ha empezado la ́ carrera`por las patentes de combinaciones de ele-mentos génicos (...). Ciertas formas decomercialización y utilización de las tera-pias génicas pueden provocar desequili-brios poblacionales” 55.

2.5. Igualdad-desigualdad en el controlde la información genética personal

Teniendo en cuenta que la posesión yel control de información siempre haconstituido una forma de poder, la Cien-cia (y dentro de ella la Biotecnología y laMedicina Genómica) puede ser conside-rada un poder tradicional. Pero la impor-tancia de este estatus ha crecido exponen-cialmente desde el momento en que laGenética alcanzó la posibilidad de mani-pular los genes56. Desde entonces la Gené-tica se ha convertido casi en un poder delos que las teologías atribuían exclusiva-mente a la deidad: crear y dar forma a unindividuo.

Si la posesión del conocimiento gené-tico general es un poder, también lo es elcontrol de la información genética perso-nal de un individuo, a la que se puedeacceder con sólo una ínfima porción de sumateria orgánica57. Ante esta realidadhay que reflexionar sobre algunas cuestio-nes: ¿Quién controla la información gené-tica de un individuo y el poder que ellorepresenta? ¿La controla siempre el pro-

pio individuo, lo hace solamente él o tam-bién es controlada por otros? ¿Todos tene-mos las mismas opciones para controlar lainformación genética? ¿Somos ahora másiguales o más desiguales en este aspecto?

Hay un tipo de control que tiene unpuro sentido biológico: el que surge deuna clase científica que aspira, por purainquietud intelectual, a comprender losprincipios biológicos básicos que repre-senta el genoma humano y a controlar concriterios científicos su funcionamiento58.Nada hay que objetar a ese tipo de control.Pero las cuestiones que nos planteamosaquí no hacen referencia a un control cien-tífico, sino a las vertientes económica,social y política del control genético.

En parte estas cuestiones encontra-ron una primera respuesta cuando se ana-lizó anteriormente la realidad sobre laspatentes: quedó resuelto que la informa-ción genética personal de un individuocomún (sin conocimientos genéticos espe-cíficos) está más al alcance de individuoscon conocimientos genéticos específicosque de sí mismo. Un simple análisis hema-tológico o la toma de cualquier muestra denuestra materia orgánica nos deja enmanos de quien ha tomado dicha mues-tra. Se trata de una primera situación dedesigualdad ante el control de nuestraidentidad genética y no tiene menos valoro gravedad sólo por el hecho de ser la pri-mera. Pero ¿hay más factores de desigual-dad en esta cuestión?

Con carácter general los individuosque viven en los países más desarrolladosconfían en la responsabilidad ética delpersonal sanitario que manipula susmuestras orgánicas. Algunos de estosmismos individuos son sabedores de quehay multinacionales “cazando” informa-ción genética en las selvas de los paísesmenos desarrollados, pero hasta ahora no

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59 Silvia Ribeiro, 2005. 60 “Entre los genes y las líneas de células humanos patentados y vendidos por las empresas se encuentran aquellos que han sido robados a los pue-

blos indígenas con el pretexto de brindarles atención médica, cuando no se ha hecho de forma coactiva. Se han vendido las bases de datos de ADNde pueblos enteros, como los de Islandia y Tonga, a las compañías privadas. El gobierno de Suecia negocia ahora con otra compañía el costo ́ éti-co` de la adquisición de la base de datos de su población y las autoridades británicas planean crear una base de datos propia”, Mae-Wan Ho, 2001.

61 ”Artículo 9: La privacidad de las personas interesadas y la confidencialidad de la información que les atañe deberían respetarse (...)”, UNESCO,2005, “Declaración universal sobre Bioética y Derechos Humanos”. “Artículo 11. Está prohibida toda forma de discriminación hacia una personaen razón de su patrimonio genético” , “Convención para la Protección de los Derechos Humanos y de la Dignidad del Ser Humano con respec-to a las aplicaciones de la Biología y la Medicina: Convención de Asturias de Bioética”, en Varios autores, 2000, pp. 423-437.

62 Estas cuestiones, aunque lo puedan parecer, no son ciencia-ficción: ya hubo compañías norteamericanas de seguros que negaron pólizas o impu-sieron primas más altas basándose en información genética conocida del cliente; y las grandes multinacionales del sector presionan para que pue-dan conocer legalmente los riesgos genéticos de los clientes; Enrique Iáñez Pareja, 1998. ”Las compañías aseguradoras de Gran Bretaña puedenexigir ahora que los individuos revelen el resultado de las pruebas genéticas”, Mae-Wan Ho, 2001.

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hay datos que avalen el que esa misma“cacería” se esté llevando a cabo en lasmodernas “selvas urbanas”. ¿Es que sonlos indígenas los únicos desiguales ante elcontrol genético? Si a los individuos deYucatán (México) una empresa les estávendiendo sus genes a 85 dólares a travésde Internet59 y a los individuos españolesno se les hace eso, es que los indígenasmejicanos y los españoles no reciben igualtrato. Entre ellos son más desiguales quelo eran antes de que la Biotecnología hicie-se posible este hecho, aunque parece queno lo serán por mucho tiempo60.

No se producen nuevas desigualda-des sólo entre poblaciones de territorioscon diferente nivel de desarrollo,sino también entre los individuosde un mismo territorio desarro-llado. Actualmente hay situacio-nes (sobre todo en el campo de lasrelaciones laborales) en que a unindividuo se le exige (de modolegal o no) que aporte certificadosde que no padece enfermedadinfecto-contagiosa alguna, prác-tica que se hizo más habitual des-de la llegada del SIDAa los paísesmás desarrollados.

La relación de igualdad/desigualdad en este aspecto correel riesgo de desequilibrarse aúnmás, pese a estar protegida inter-nacionalmente61. Pensemos quépuede pasar si, dejándose llevar por la oladel control social, la información sobrenuestra identidad y nuestros riesgosgenéticos acaban en poder de quienes tie-nen capacidad para decidir sobre algunosaspectos importantes de nuestra vida:suscripción de pólizas de seguros (seguromédico, seguro de vida...), acuerdos ban-

carios crediticios o de ahorro (hipoteca,plan de pensiones...), consecución de con-tratos laborales, adopción de niños, auto-rización para transitar o residir en otropaís62...

Es evidente que quienes controlan laintimidad genética de otros individuostienen con ellos una relación desigual: losque poseen esa información detentan unpoder que les sitúa en una enorme situa-ción de ventaja sobre aquellos cuya iden-tidad genética es conocida. Si la mutuamédica de la empresa en la que trabaja unindividuo no ejerce un riguroso controlético sobre su actividad, no hay garantíasde que en un momento dado la empresa

no acabe por conocer información genéti-ca relevante de su empleado. Si unaempresa decide comprobar que los aspi-rantes a un puesto de trabajo son física-mente aptos para el desempeño de su fun-ción, le basta un simple análisis hematoló-gico y un analista genético sin escrúpulospara conocer mucha más información de

63 “Estas técnicas [las genéticas] serán un arma poderosa en manos de los Estados, que pueden llevar a cabo programa eugenésicos o de otro tipo, quelimiten o anulen la autonomía o el trato equitativo de los individuos (...). La información sobre el código genético de cada persona puede provo-car coacciones o manipulaciones importantes si cae en manos de ciertos agentes sociales”. Margarita Boladeras Cucurella, 1998, p. 173.

64 Ministerio de la Presidencia del Gobierno español, 2006. También F. Velasco, 2006.65 “En el diario El País de 23 de septiembre de 1995 se podía leer: ´Los servicios científicos de la policía del Reino Unido pretender elaborar cada año

135.000 fichas genéticas a partir de las muestras de ADN de presuntos delincuentes. De este modo, los cuerpos de seguridad británicos dispon-drán en poco tiempo del archivo de huellas genéticas más grande del mundo, un proyecto que suscita dudas éticas en muchos países (...) Asimis-mo, se informaba de que Peter Gill, de Birmingham (Reino Unido), jefe del laboratorio de investigación criminal, pionero en la aplicación de losanálisis genéticos a este campo, proponía recoger muestras de ADN incluso a los sospechosos de haber cometido delitos violentos”. MargaritaBoladeras Cucurella, 1998, p. 11.

66 “´No se deben hacer archivos con sospechosos`, opina Bruce Budowle, del FBI”. Margarita Boladeras Cucurella, 1998, p. 11.67 Dirigida por Andrew Niccol en 1997 e interpretada por Ethan Hawke, Uma Thurman, Alan Arkin, Jude Law, Loren Dean, Gore Vidal y Ernest Borg-

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aquella a la que tiene derecho. O ¿quépasará el día que se produzca un fallo“técnico” o “ético” en la custodia de laspruebas genéticas archivadas en un hospi-tal?

Este es un campo en el que la evolu-ción de la sociedad humana aún nos pue-de ofrecer muchas novedades y no siem-pre deseables, porque también para elpoder que representan los Estados es unatentación el control de la informacióngenética63. Puede avanzarse hacia un con-trol policial de la información genética delos individuos: en septiembre de 2006 elGobierno español anunció la tramitaciónde un Anteproyecto de Ley de Bases dedatos policiales sobre identificacionesobtenidas a partir del ADN64. Las Fuerzasde Seguridad del Estado ya disponían decuatro ficheros de este tipo, pero elGobierno quiere unificarlos y regular sufuncionamiento. Su justificación se basaen que será un banco de datos genéticos de“sospechosos, detenidos o imputados” dehaber cometido delitos y que se utilizaráen la resolución de delitos graves (violen-cia sexual, terrorismo, ataques violentos ala integridad o al patrimonio...), identifi-cación de cadáveres, averiguación de per-sonas desaparecidas... Se aseguró que sal-vaguardará el derecho a la intimidad yque en el fichero no constará la informa-ción genética de un individuo si no es consu consentimiento o por una orden judi-cial.

Iniciativas similares están en marchadesde hace años en otros países65, perotambién surgen los reparos éticos inclusodesde los propios servicios policiales66. Escierto que de la simple condición de impu-tado no se deriva necesariamente ningu-na responsabilidad penal: un individuo

puede ser imputado de un delito y quedardemostrada su inocencia en un juicio; ¿esello motivo suficiente para que su identi-dad genética pase a los ficheros policialesy adquiera así una condición de mayordesigualdad con respecto a otro individuono imputado?

Los filósofos y científicos más pru-dentes creen que estos riesgos, que para lalibertad y la igualdad de los individuospresenta el control genético, no alcanza-rán límites antidemocráticos, pero hayotras opiniones que apuntan a que lasociedad humana evoluciona lentamentehacia un control genético de la poblacióncada vez mayor. Aunque el límite de estecontrol aún está muy lejos: el mundo deválidos (Jerome) y no-válidos (Vincent)genéticos que, de manera tan dramáticacomo artística, nos mostraba la película“Gattaca”67.

3. A modo de conclusión

Tras la reflexión desarrollada hastaaquí, parece claro que los avances de laBiotecnología y la Medicina Genómicahacen a los individuos humanos másiguales en el sentido de que confirman sumateria genética común y ofrecen nuevassoluciones médicas aptas para ser usadaspor cualquiera. Pero también se ha vistocómo esos mismos avances han desestabi-lizado aún más la relación igualdad-des-igualdad entre los individuos humanos,afectando al menos a cuatro vertientesbásicas de la misma: acceso a la informa-ción científico-genética, oportunidadesde acceso a soluciones médicas genéticas,posesión de las patentes genéticas y con-trol de la información genética personal.

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68 Thomas F. Lee, 1994, p. 28.69 “La Bioética materialista se desarrolla a partir del reconocimiento de ciertos principios éticos originarios (relacionados con la conservación de la

fortaleza del sujeto corpóreo individual, ya sea considerado en sí mismo, firmeza, ya sea en sus relaciones con los demás, generosidad), pero tam-bién del reconocimiento de la fuerza de obligar irrenunciable (con la que en todo caso la bioética tiene que contar) de las normas morales de losgrupos a los cuales pertenecen los sujetos individuales”. Gustavo Bueno, 2001, p. 18.

70 “Todos los miembros de la sociedad han de recibir una información general, adecuada y accesible sobre la utilización de los avances científicos, lasbiotecnologías y sus productos”, I Congreso Mundial de Bioética, 2000, “Declaración Bioética de Gijón”.

71 ”Artículo 14.2: Teniendo en cuenta que el goce del grado máximo de salud que se pueda lograr es uno de los derechos fundamentales de todo serhumano sin distinción de raza, religión, ideología política o condición económica o social, los progresos de la ciencia y la tecnología deberíanfomentar: a) el acceso a una atención médica de calidad y a los medicamentos esenciales, especialmente para la salud de las mujeres y los niños,ya que la salud es esencial para la vida misma y debe considerarse un bien social y humano”, UNESCO, 2005, “Declaración universal sobre Bioé-tica y Derechos Humanos”.

72 “Artículo 21: El cuerpo humano y sus partes no deben ser, como tales, fuente de lucro”, ”Convención para la Protección de los Derechos Humanosy de la Dignidad del Ser Humano con respecto a las aplicaciones de la Biología y la Medicina: Convención de Asturias de Bioética”, en Variosautores, 2000, pp. 423-437. “Expresamos el firme compromiso de (...) emprender una reorientación en las inversiones en investigación, ciencia ytecnología buscando defender el derecho de todos los seres humanos a la alimentación y la protección de la salud, poniendo en marcha las medi-das necesarias, y en particular facilitando que todos los seres humanos se beneficien por igual de los logros de las ciencias y las tecnologías encuanto a la alimentación, la educación y la atención a la salud se refiere”,II Congreso Mundial de Bioética, 2002.

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El conocimiento y uso de los genes haprovocado que la Medicina Genómicasacuda con fuerza sísmica la relaciónigualdad-desigualdad entre los indivi-duos humanos. Ante ello Thomas F. Lee sepregunta si debemos seguir avanzando ono en la investigación genética: “Dadas lasposibilidades para el alivio del sufrimien-to inherentes al cartografiado y secuencia-miento del genoma humano, ¿tenemos elderecho de no hacerlo?”68.

Desde una perspectiva bioética larespuesta es que no tenemos derecho aparalizar el avance científico y médico. Sila investigación genética sacude las basesde la relación igualdad-desigualdad entrelos individuos humanos, habrá que adop-tar aquellas medidas que consoliden esasbases sin hacer cargar a toda la sociedadhumana con las lamentables consecuen-cias de no beneficiarse más de la investi-gación genética y de las nuevas solucionesmédicas que ofrece.

¿Cómo puede la sociedad humanafortalecer las bases de la relación igual-dad-desigualdad entre sus individuospara que no sigan siendo golpeadas porlas ondas sísmicas de la expansión cientí-fica y médica? La Bioética materialistaofrece tres principios éticos que ayudarí-an fuertemente a ello: firmeza, generosi-dad y reconocimiento de la fuerza irre-nunciable de obligar69. Firmeza: las perso-nas han de mantener su fortaleza éticaindividual. Generosidad: los seres huma-nos han de mantener una firme actitud éti-ca de generosidad en sus relaciones conlos otros. Reconocimiento de la fuerzairrenunciable de obligar: la fuerza que tie-

nen las normas morales y también las nor-mas jurídicas de la sociedad humana debede ser reconocida y, asumido su carácterético, deben de ser de obligado cumpli-miento para el conjunto social.

De aplicar, en el sentido descrito, losprincipios de firmeza, generosidad yreconocimiento de la fuerza irrenunciablede obligar que propone la Bioética mate-rialista, los avances de la Biotecnología yla Medicina Genómica dejarían de deses-tabilizar la relación igualdad-desigual-dad entre los individuos humanos, parafacilitar una mayor igualdad entre ellos.Habría una política educativa que consi-derase fundamental la formación básicaen materia científico-genética y la divul-gación popular de los avances en estecampo, para superar la desigualdad en elacceso a la información70. Dispondríamosde una política sanitaria que consideraríade interés público prioritario la investiga-ción y la Medicina genética, realizandolas inversiones necesarias para garantizaruna igualdad en el acceso a las nuevassoluciones médico-genéticas71. Los Esta-dos regularían las patentes biotecnológi-cas y genéticas de modo que por fin fue-sen consideradas patrimonio de laHumanidad, para que así los intereseseconómicos de las empresas no condicio-nen la salud y condiciones de vida de losindividuos y el futuro de la sociedad72. Y,finalmente, las políticas de seguridadpública no convertirían la informacióngenética personal en una herramientapara el control social, para evitar una evo-lución de la organización social y la con-vivencia hacia modelos que hacen peli-

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grar la libertad y la igualdad de los indi-viduos humanos.

En resumen, si queremos encontrarsoluciones a los inconvenientes que laevolución de la ciencia médico-genéticapresenta en el ámbito de la igualdad de laspersonas, son cinco las propuestas quesurgen de esta reflexión:

• Promover una amplia informa-ción pública.

• Popularizar una formación gené-tica básica.

• Generalizar las prestacionesgenéticas en la atención sanitaria.

• Declarar las patentes genéticascomo patrimonio de la Humani-dad.

• Asegurar un uso democrático dela información genética personal.

Estas propuestas son simples en suconcepción teórica y claramente viables.Como todos los asuntos humanos, la úni-ca dificultad para lograr el éxito frente alos efectos de la “brecha genética” resideen los complejos y contradictorios intere-ses de la sociedad humana que debe poneren práctica estas soluciones.

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Imagen de portada

“Human DNA”Imagen tomada de NATIONAL GEOGRAPHIC NEWS, cedida a éste por cortesía del

NATIONAL INSTITUTES OF HEALTHhttp://news.nationalgeographic.com/news/2005/10/1013_051013_gene_patent.htm

El final del hombre,

Dédalo e Ícaro

Nidia Gómez

2º PremioCoordinador : Pablo Huerga

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1. LOS AUTÓMATAS Y EL HOMBRE

Desde la época griega se conoce eltérmino “autómata” (espontáneo o conmovimiento propio). Sin embargo, losegipcios ya tenían estatuas de dioses queechaban fuego por los ojos, aunque notenían un término que definiese a dichamáquina. Por tanto, no eran realmenteconscientes de haber hecho un objeto querealizaba una tarea, como pasó con losgriegos; concretamente Hefesto, quienhacía trabajar a personas-máquina en sufragua. Posteriormente, incluso, fue autó-mata el hombre creado por el dios judíocon barro. Desde ahí hasta los automatis-mos que controlan invernaderos, camposde cultivo, instalaciones eléctricas, cade-nas de producción, etc. Sin embargo ehipotéticamente, con el hombre, Dios le

dio capacidad para desarrollar una con-ducta espontánea. Fue esa libertad de con-ciencia la que hizo al hombre realizar elmismo acto con máquinas. A este tipo demáquina, en la que los autómatas tienenapariencia y características humanas, se lellama androide.

Una aplicación de este tipo de com-portamiento en el mundo antiguo es laesclavitud. La utilización de personascomo mano de obra. Pero, ¿cómo conside-rar a una persona una herramienta de tra-bajo? No pasa nada, se crean los estamen-tos sociales que, aunque en forma de cla-ses sociales, aún tienen voz y voto en nues-tra sociedad.

Desde el punto de vista de las carac-terísticas principales, los androides, enun futuro no muy lejano, se dividirán enmecánicos y biológicos. El caso más clarode máquina biológica es el de Frankens-

INDICE

1. Los autómatas y el hombre

2. Lo que nos diferencia

3. El punto de partida

4. El cine en la filosofía

Conclusiones

Coda

Bibliografía

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tein: el moderno Epimeteo. Un ser crea-do para servir, dotado de la inocenciapropia de un niño. Lo podemos contra-poner al mito del Golem. Aunque era unafigura mitológica descerebrada y sin con-ciencia de sí mismo, tenía conducta; esta-ba al servicio del hombre aunque en oca-siones éste fuese su enemigo. Esto nos lle-va a un cruce de caminos en nuestra

moral. A pesar de no tener conciencia, nicapacidad de desarrollo, es capaz de serenemigo del hombre. ¿Podría con el tiem-po evolucionar en su capacidad? Posible-mente no.

Por otro lado, y volviendo a la actua-lidad, el hombre ha creado una teoría conla cual las máquinas pueden “contestar” auna pregunta.

-¿Qué tal? -11000101001 (bien)

2. LO QUE NOS DIFERENCIA

2.1. Pero hay una diferencia abismalque los robots no pueden salvar solos.Ellos tienen programadas varias respues-tas pero no pueden crear una nueva o dis-tinta. Por tanto, es la primera diferenciaque nombramos entre ellos y nosotros: lacreatividad. Ésta, a su vez, se deriva de otracapacidad humana aún más compleja.Una persona está en el campo, mirando unbosque desde lo alto de una loma y se pre-gunta: ¿por qué me pregunto las cosas?¿por qué necesito preguntarme?

2.2. Por supuesto un robot no puedehacer eso. Como máximo, podemos pro-gramar una cantidad enorme de variablesque hagan que construya una respuestaincreíblemente compleja, pero nunca lle-gará a preguntarse algo; simplementehará que su lógica binaria conteste a lapregunta que sea. Ahí está la segundadiferencia: el ensimismamiento.

2.3. Si a un ordenador le das unapatada, es muy posible que se averíe, peronunca sufrirá daños emocionales. Sinembargo, para un humano quizá seanpeores las consecuencias mentales que lasfísicas, ante cualquier ataque. He aquí latercera diferencia: la emoción.

2.4. Todas las acciones mentaleshumanas requieren, por supuesto, derazón o reflexión. Es obvio que las diferen-cias físicas entre hombre y máquina songrandes, pero esto nos lleva a distinguir unconcepto muy importante que hay queresaltar: el tiempo. No será en este trabajodonde nos aventuremos a decir si el tiem-po es una ventaja humana o de las máqui-nas. De otro modo, sí es cierto que ellos dis-ponen de una independencia con respectoal paso de los acontecimientos, aunque nopuedan comprender que eso sucede.

Como decía, ante cualquier ataque,que no sea la muerte. La vida es lo máspreciado que tenemos los humanos y laprotegemos con celo. De ahí muchos denuestros vicios: el egoísmo, la envidia, elextremismo, el etnocentrismo, etc. Merece

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1 Rray Kurtweill, La era de las máquinas espirituales, Planeta, Barcelona, 1999; págs.: 76-77.

2 Jesús Mosterín, La naturaleza humana, Espasa, Barcelona, 2006; pág. 55.

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la pena pararse a pensar si unos seres quedispusiesen de más tiempo, incluso de untiempo infinito como puede llegar a ser elcaso de las máquinas, desarrollarían o noestos malos hábitos humanos. Después detodo, alguien que viva eternamente, pue-de pararse a pensar con calma, algo quenosotros, por principios, no solemos hacera menudo.

2.5. Llegados a este punto, debemoshacernos una pregunta fundamental quetrata el libro de Ray Kurzweil, La era de lasmáquinas espirituales: ¿puede una inteli-gencia crear otra inteligencia superior?

Según el libro, la naturaleza ha des-arrollado la vida, la inteligencia humana,etc. Pero ha tardado quince mil millonesde años en crear todo este, eso sí, maravi-lloso universo. Si nos fijamos en el hom-bre, ha tomado (una vez desarrolladas lasteorías) unos 100 años para crear máqui-nas que superan su perfección física y sucapacidad de cálculo. 15.000.000.000 añoscomparados con 100… o incluso los 2000años desde las teorías griegas, base de laciencia contemporánea.

En el mundo que conocemos, la nece-sidad de acelerar los procesos cotidianospara tener más tiempo libre y desarrollar-nos aún más, es algo característico denuestras sociedades. Si nos fijamos en lasúltimas tecnologías, todas están enfoca-das a aprovechar mejor los recursos;podríamos pensar que sólo queremosoptimizar nuestro rendimiento y no des-trozar el mundo con emisiones contami-nantes y ese tipo de cosas. ¿Y si lo únicoque buscamos es acelerar todas las accio-nes para que nuestro tiempo en este mun-do sea más “feliz”… para que merezcamás la pena… para restar algo de nuestromiedo inherente a ese mañana inciertoque tanto tememos?

Al fin y al cabo, los ordenadores cal-culan más rápido que los anteriores, loscoches corren más o los aviones llegan pri-mero (idealmente).

“-Pero ¿no es cierto que los verdade-ros hallazgos los realizan individuos?

-En muchos casos, es verdad. Contodo, […] no toda idea nueva y diferentees digna de ser perseguida. Pero la empre-sa humana es capaz de logros que van másallá de lo que podemos hacer como indi-viduos.

-¿Cuál es la inteligencia de un grupode linchadores?

-Bueno, espero que las maquinas delsiglo XXI no saquen a relucir nuestra psi-cología de linchadores.” 1

3. EL PUNTO DE PARTIDA

Una vez de acuerdoen que el robot necesitarecorrer mucho cami-no todavía para lle-gar a la condiciónhumana (muchomás para alcan-zar el honor de“ p e r s o n a ” ) ,debemos consi-derar las dife-rencias entre ro-bot y ser vivo paraencasillarlos enuna etapa evolutiva.

3.1. ¿Qué es un servivo? Si miramos hacia arriba,hacia las estrellas, hacia ese universofrío que nos acapara… que nos hace erraren un marginal sistema solar de una gala-xia desterrada, veremos que todo estásufriendo un proceso de expansión.¿Cómo demostrar eso?

Cuando limpiamos una habitación,ésta no tarda mucho tiempo en ensuciar-se; cuando calentamos el café, si nos dis-traemos lo más mínimo, lograremostomarlo frío; si nos peinamos, pronto ten-dremos que volver a hacerlo. Pero elhecho está en que cada una de estas cosas,y tantas otras, no se hacen por sí solas (las

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habitaciones no se limpian solas, las mele-nas no se “auto-peinan”, los cafés no secalientan por sí solos, etc.). Sin abogar porel orden o el caos, o profetizar sobreambos, parece lógico afirmar que la entro-pía del universo (cantidad de desorden) esmayor y es la que mueve el cosmos.

Así los seres vivos viven, comoestructuras ordenadas, en contra de dichaentropía. Tomamos como referencia ellibro La naturaleza humana, de Jesús Mos-terín. «La tendencia al desorden es univer-sal. Cada cambio en un sistema aisladoincrementa la entropía. Para contrarrestaresa tendencia hace falta gastar energía. […]

Cuando nos morimos, nos enfriamos […],con lo que el equilibrio se reestablece.»2

Es normal, por tanto, que este autorse extrañe de la propia existencia, del tipoque sea, de nuestro continuo desequili-brio y de la supervivencia. Sin embargo, lamuerte es el retorno al equilibrio.

En ese punto es donde se nos apare-cen los robots en la mente. Un robot nun-ca ha creado una sociedad ni la creará,porque no ha sufrido (ni puede) una evo-lución basada en la supervivencia genéti-ca. Tampoco podemos considerar que semueva en contra de la entropía, aunque le

demos un orden: suponiendo que toda lavida en la Tierra desapareciese por algúntipo de problema, un robot no se veríaafectado. No quiere decir que el robot nollegue a desintegrarse o a dejar de funcio-nar. Pero sí es cierto que tiene, o puede lle-gar de tener, capacidad de regenerarse ysubsistir (algo que el hombre no puedehacer continuamente). Esto quiere decirque, por supuesto, todo está sujeto a laentropía, incluso el robot. Sin embargoéste puede ir afrontando su lucha ya quesu tiempo de vida depende de su posibili-dad de regeneración. Pero es una defini-ción demasiado amplia para concretar lasdiferencias.

3.2. ¿Se puede llamar muerte al fallo finalque provoca que una máquina deje de funcio-nar? Para que algo muera tiene que estarvivo, pero ¿tiene que nacer? Quizá sólosea producto de un desarrollo en el cual nose sabe con certeza cuándo es indepen-diente de su medio productor. Para con-testar a esta pregunta hace falta llegar a lateoría de Faustino Cordón. Según él, unser vivo está dotado de experiencia y deacción. Realiza una acción en el medio quele da experiencia y la mejora, perfeccio-nando a su vez la acción siguiente, y asísucesivamente hasta crear una compleji-dad suficiente que nos lleva desde la pro-teína, pasando por la célula, hasta el ani-mal.

El hombre es el primer ser vivo queconvive e interacciona en un medio cultu-ral, algo que los anteriores no tenían. Portanto, el robot sólo entraría dentro de laclasificación si pudiese realizar una acciónindependientemente de su creador. Tén-gase en cuenta que las células viven a unnivel “superior” que las proteínas y molé-culas; a su vez, el animal está en uno supe-rior a sus células. Digamos que haymedios diferentes y que, aunque uno con-lleva a otro o provoca su evolución y des-arrollo, son paralelos y no se mezclan.

Ahora bien, queremos saber si elrobot puede ser clasificado, llegado a unpunto de su desarrollo, como ser vivo.Luego tenemos que saber si se puedeencasillar en la cadena: proteína, célula,animal, robot. Entre el robot y el animal

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surge el hombre, como evolución de unoy creador de otro. Si hay un elementointermedio ya no se cumple que los espa-cios de desarrollo de los seres vivos deFaustino Cordón sean cerrados. De otromodo, sí podemos hacer la misma clasifi-cación si englobamos algunos términosque tienen un origen común:

--Moléculas.-- Proteínas globulares.-- Células.-- Animal:

1. Hombre. 1.1. Robot.

Si consideramos elhombre como evoluciónanimal y el robot (que lointroducimos nosotros)como evolución delhombre, no contradeci-mos la teoría de Cordón.Sin embargo, a todoséstos menos al robot,Cordón los consideraseres vivos. De acuerdo,pongamos al robot den-tro de la evolución delhombre y éste se conver-tirá en animal, por ser unser vivo, y viceversa.Porque, si somos abier-tos de miras, debemosreconocer que la evolu-ción no es sólo física,sino incluso a nivel mental. En el hombrela evolución, cada vez más, se centra en eldesarrollo de su imaginación y capacidadcreativa, y no tanto en su físico.

Así, el robot sería el producto de laevolución mental humana. El problemaestá en que podría provocarse una divi-sión entre ellos y nosotros, para que losniveles evolutivos sigan la misma reglaque dicta Faustino Cordón y, sin ser inde-pendientes, sean cerrados.

Por otro lado, hablando del medio enel que se desarrollan los seres (entes bioló-gicos), el hombre es el primero en introdu-cir un medio social y cultural. Si somos

conscientes de que el robot ha surgido acausa de éste, hay que afirmar que elmedio se desarrolla con la evolución delser vivo.

La sociedad no desaparece en lavida del robot, puesto que sus caracterís-ticas están basadas en las nuestras. Siellos mantienen el medio social y se des-arrollan, también proliferará éste, creán-dose un nuevo escalafón en la clasifica-ción de Cordón. Esto es grave, o al menostrascendental: supone que el robot seríael primer ser vivo de la cadena de Cordónque es independiente de los anteriores,salvo de los átomos y moléculas. No

dependen de nosotros, ni de los animalescomo conjunto que, en nuestra hipótesis,nos engloba.

Afortunadamente, nos podemosaferrar a una idea clave en este asunto: elmedio se desarrolla con la evolución delser vivo; ése medio es el mismo que elnuestro y, sin nosotros, no tendría senti-do. Si, en un arrebato de furia, los robotsconsiguen acabar con el hombre, elmedio social se desmoronará al no tenersentido. Muchas de las funciones socia-les no tendrían valor alguno para lasmáquinas, por muy pensantes que fue-sen.

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3.3. El gran problema: la distribución.Una de las cosas que se enseñan en

las asignaturas de ciencias, concretamen-te en Química, es la diferencia entre mez-cla y disolución. Podemos coger un puña-do de sal y un puñado de azúcar y juntar-los en una taza. ¿Qué ocurre? Nada, salvoque ahora no podemos saber cuál es sal ycuál es azúcar; sin embargo, existen pro-cesos por los cuales separamos la sal del

azúcar u otras sustancias entre sí: por tan-to tenemos una mezcla. Otro ejemplo es elde la arena de la playa, la cual está clara-mente mezclada, o la combinación deagua y aceite en un recipiente en el queapreciamos cómo se distinguen perfecta-mente ambas sustancias. Por otro ladoexiste la disolución. Si en una copa deagua echamos azúcar, éste se disuelve y se

crea una nueva sustancia: agua con azú-car.

¿Para qué tanta lección? Simplemen-te para que ahora nos hagamos una seriapregunta: una vez creados robots que imi-ten la capacidad humana de pensar (decir“que piensen” suena demasiado lejanopara preocuparse) , que se automanten-gan, incluso que conformen un nuevogrupo social... es más, una vez creadosaparatos que imiten nuestras funcionesvitales y puedan sustituir partes enormesde nuestro cuerpo, tal vez hasta los pro-pios cerebros... ¿estaremos mezclados odisueltos?

Mucha gente podría pensar que con-viviríamos como iguales, o que una de laspartes se impondría... pero ¿qué necesi-dad tienen los robots de compartir la exis-tencia con seres de una etapa evolutivaanterior? Como siempre, lo más problablees que todo se solucione con una guerra...

4. EL CINE EN LA FILOSOFÍA

Muchos de los éxitos de cine no sonsólo imanes de dinero. Algunas películasreflejan un pensamiento elaborado quenos ilustra el mundo de la máquina. Hoyen día nos cuesta trabajo asimilar la incre-íble jugarreta que hicimos a la naturalezacon nuestra evolución. Mas ante nosotrostenemos una “especie” que se lleva des-arrollando unas pocas décadas y que yanos ha superado en algunas materias,aunque siempre con nuestra supervisión,por supuesto.

4.1. Nombrada ya Frankenstein, deKenneth Branagh, es obligado detenerseen el clásico 2001 Odisea en el espacio, deStanley Kubrick. El simio, australophite-cus afarensis, muestra miedo, valentía ycuriosidad ante el monolito que aparecepuesto por extraterrestres. Esencialmenterepresenta un desafío; es entonces cuandoel simio crea la herramienta y se lanza enun tremendo desarrollo que lo lleva hastael lanzamiento al espacio de un cohete,propiedad del homo Sapiens. Sin embar-go, el hombre, en la cúspide de su crea-ción, dueño y señor del mundo terrícola,

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no es más que un niño en el espacio. Nece-sita leer instrucciones para orinar, comecomida infantil, aprende a caminar…cuando llega a otro monolito en la Luna,lo graba en vídeo y no muestra el miedoque mostraba el simio, aunque mantienela curiosidad. Kubrick nos dice que alhombre le queda mucho por aprender.

Aparece entonces… Hal 9000, unamáquina con cerebro y sistema nerviosode tipo Discovery, que observa a loshumanos. Aburridos, con sus sesiones desol diarias, con sus comidas, con sus crio-genizaciones para viajar… y Hal los vecomo meros simios de manutención. Hayuna escena que dura tres minutos en laque se oye respirar a un astronauta. Halsabe que somos peces fuera del aguamientras que él no necesita aire, ni comi-da para existir. Sólo subsiste medianteenergía, y el universo está repleto de ella.Los humanos tratan de apagar a Hal perosus herramientas no funcionan y el robotcree estar vivo. Lo que la máquina no espe-ra es la valentía de aquel simio, que lograapagarla con un simple destornillador.Pero ahora el hombre está perdido en elespacio… los que lo llevaron hasta allí,desde el primer monolito, lo están espe-rando para hacerle comprender. Depen-día tanto de su tecnología que ésta casi losustituye, y ahora, en los albores de lamuerte, sin tecnología, ¿qué le queda?

4.2. Blade runner de Ridley Scott,refleja la capacidad y la voluntad humanade crear seres “a su imagen y semejanza”.Androides llamados replicantes acuden ala Tierra para que su creador, que les pro-porcionó una vida de sólo cuatro años pormedida de seguridad, les aumente sutiempo en el mundo. Por supuesto, tenerconciencia implica querer mantenerla; verseres iguales que tienen más derechos,hace que uno (como ellos) se sienta inca-pacitado. Se llega a sentir pena por elloscuando se ve al tipo de la foto al margen,llorando porque, en unos momentos, va adejar de recordar cosas que ni siquiera elhombre ha visto, más allá de Orión, y que“se perderán como lágrimas en la lluvia”.A pesar de haber matado gente para

sobrevivir (algo que también hereda delhombre), al final de su existencia, no mataal policía que lo persigue porque ama lavida en general tanto como la suya propia.El director de la película le concede unalma pues, cuando se “apaga para siem-pre”, de sus manos suelta una paloma quevuela hacia el cielo.

Analizando estas películas, llegamosa conclusiones y, aún peor, sentimientosdispares. ¿Qué les parece? sabemos que en

el fondo no son humanos… pero lo pare-cen. Quizá ese sea el primer error. ¿Cuál esel fondo en el que sabemos que un ser eshumano? Si logramos computerizar losrazonamientos humanos ya no habrágrandes diferencias entre ellos y nosotros.Un gran matemático, Von Neumann(1903-1957), desarrolló una célula autó-mata. En relación con otras teorías, comola máquina de Turing o la Tesis de Church,

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se permite que dicha célula autorrepro-ductiva quede definida matemáticamen-te.

El autómata de Von Neumann, se expli-ca perfectamente en la siguiente relacióncausa-efecto. En primer lugar, la autorre-producción, se lleva a cabo por una máqui-na bioquímica altamente compleja. Enton-ces, el comportamiento de esa máquina esdescriptible como una secuencia lógica deetapas. Luego, si el algoritmo se puede lle-var a cabo por alguna máquina, existe una

máquina de Turingque hace lo mismo(tesis de Church).Por lo tanto, se re-quiere modelar unamáquina de Turingcapaz de autorre-producirse. Si estamáquina de Turingautorreproductivaexiste, es plausibleque los procesos deautorreproducciónbiológicos sean al-g o r í t m i c a m e n t edescriptibles, y porlo tanto la vida pue-de simularse enmáquinas. La má-quina de Turing esun sencillo aparatoque nos permitesaber de cualquiersentencia matemáti-ca decidible si escierta o no. Todos

sabemos que las matemáticas actualessobrepasan con una amplia ventaja a lafísica y al resto de ciencias experimentales,pero matematizar las características y losprocesos de una célula capaz de reprodu-cirse por sí misma, supone un gran avan-ce.

Pero sigamos con nuestras preguntasa cerca de las películas. Aunque dentro demucho (o poco) tiempo seamos capaces decrear dúplicas artificiales de nosotros (nogenéticas), hay un factor importantísimo:la sociedad. Ésta debemos tratarla comoopinión social y como característica social.

Como opinión social, está claro que llega-ríamos a un racismo radical ya que nosomos capaces a soportarnos unas razas aotras, menos aún a personalidades querealizan eficientemente nuestro trabajo ysuponen una constante amenaza. Comocaracterística social, volvemos a FaustinoCordón. La sociedad es la única caracterís-tica humana que no contempla el resto deespecies evolucionadas. Nos remitimos apalabras de Aristóteles en su Política: “Larazón por la cual el hombre es un sersocial, más que cualquier abeja y que cual-quier animal gregario, es evidente: lanaturaleza, como decimos, no hace nadaen vano, y el hombre es el único animalque tiene palabra. Pues la voz es signo deldolor y del placer, y por eso la poseen tam-bién los demás animales, porque su natu-raleza llega hasta tener sensación de dolory de placer e indicársela unos a otros. Perola palabra es para manifestar lo conve-niente y lo perjudicial así como lo justo ylo injusto. Y esto es lo propio del hombrefrente a los demás animales: poseer, élsólo, el Sentido del bien y del mal, de lojusto y de lo injusto, y de los demás valo-res, y la participación comunitaria de estascosas constituye la casa y la ciudad.”

4.3. El hombre Bicentenario, una pelí-cula melancólica que nos quiere hacer llo-rar, toca varios puntos de este trabajo.Andrew, un robot de serie es enviado auna familia humana como un electrodo-méstico más, aunque con el paso del tiem-po llegan a cogerle cariño. El cerebro posi-trónico de Andrew, basado en la lógicabinaria, en algún momento crea unasecuencia de unos y ceros errónea, la cualdesencadena, a lo largo de los años, el des-arrollo de las emociones, preocupacionesy demás características mentales huma-nas. Así, trata de parecerse físicamente alhombre, porque se considera “humano decorazón”. De hecho, llega a crear un com-plejo sistema nervioso, circulatorio, órga-nos mecánicos y piel que le hacen enveje-cer: éste fue el requisito que le pusieron enla comisión que decidía su condición dehumano o máquina. Muere justo antes deser declarado humano.

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4.4 Inteligencia artificial, es el máximoexponente de la tristeza que nos puede lle-gar a inspirar y de la confusión también.Una empresa crea androides que sólo sedistinguen de los humanos por el brillo delos ojos y por la “personalidad” que les fueprogramada. Uno de estos androides, conforma de niño, es entregado a una madreque ha perdido a su verdadero hijo. En unprimer momento se siente aterrada, peroaquí está el motivo de la película. Se tratade enternecer el corazón y constreñirnuestros sentidos al ver un niño que lloraporque quiere cariño. En realidad, no esmás que un programa informático... peroclaro, que se lo digan a una madre. El casoes que ella estaba obligada a firmar unacláusula en la que se estipulaba que sidejaba de tratarlo como a un hijo, elandroide se apagaría para siempre.Dependía emocionalmente de la madre.Sin embargo, la mayoría de la gente losveía como una amenaza y como un asaltocontra la reserva genética humana.

4.5. Almas de metal y Mundo futuro sondos películas de los años setenta que refle-jan fielmente la velocidad a la que la tec-nología humana se ha incrementado entodos los aspectos de la vida. Representanlos temores de aquellas generaciones alfuturo compartido con máquinas que nossuperaban en inteligencia y en fuerza eincluso que no podíamos diferenciar. Enesa época la especie de los androides esta-ba en fase de desarrollo, pues la escasa teo-ría y la realidad aún no casaban bien. Sinembargo, en treinta años el impulso hasido tan evidente que supera la adapta-ción humana.

En siglos anteriores, como los medie-vales, una persona nacía y moría cono-ciendo el mismo mundo durante toda suvida. Sólo en ocasiones, el hombre ha teni-do la posibilidad de ver un cambio apre-ciable en la sociedad y son:

-La caída del imperio romano, quesupuso un cambio para sus habitanteshacia la anarquía y una época de peligrosy riesgos.

-La Revolución industrial, que pro-vocó, sobre todo en Inglaterra, una trans-

formación del medio rural, urbano ysocial en general.

-Las Guerras Mundiales que, comosiempre, se cobran muchas víctimas acambio de un desarrollo tecnológico y unavance científico que, para muchos, noestá del todo justificado.

Hay que observar que, aunque laRevolución Científica supuso un punto deinflexión en el rumbo de la Historia, anivel del pueblo no se vivió un avancevisible a lo largo de una vida. Es una com-paración que ayuda a entender el cambioque las generaciones del siglo XXI se vana encontrar.

Conclusiones

Llegados a este punto, uno se pre-gunta: ¿qué es el hombre? Un ser afortu-nado que ha evolucionado desde las pri-meras formas de vida y que, llegado a unnivel de desarrollo físico como el actual,pasa a evolucionar, no tanto aparente-mente, sino mentalmente. La imaginativaclasificación de Faustino Cordón, la curio-sidad que proyecta Stanley Kubrick, lainventiva de Von Neuman, la voluntadque refleja Ridley Scott...

Con tantas ideas… unas objetivas,científicas y demostrables… otras subjeti-vas, de esas que salen del corazón, uno sepregunta: ¿qué es, entonces, el robot? Siconsideramos la teoría de que la evolu-ción mental humana supone un nuevocampo de desarrollo, debemos aceptar elhecho de que el robot es una evolución delhombre. Nuestro propio nombre lo indi-ca: homo Sapiens. Pensamos, y esa esnuestra principal característica. No sali-mos de la caverna, ni sobrevivimos a laprehistoria por nuestro físico; es más, esgracias a nuestra configuración mentalque hayamos creado las civilizaciones quehemos creado (con sus vicios y virtudes).No nos suplantarán (al menos eso intenta-remos), pero sí nos combinaremos conesta nueva “raza” para producir una espe-cie que afronte el tiempo, el nuevo espa-cio, las tareas más arduas, etc.

Entonces llegaría otro problema aúnmás ambiguo. La aceptación social y las

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consecuencias que conlleva. Si es conside-rado el robot una evolución humana, espor consiguiente un ser vivo y un animal(como vimos en la cadena de FaustinoCordón). Además, debe tener unos dere-chos y unas obligaciones, que serían igua-les que los nuestros, con la pequeña dife-rencia de que ellos no pueden infringirnuestros derechos, aunque nosotros sípodamos manipular los suyos. Es algoparadójico: algo así como la imposición delas leyes del país que vence en una guerra,sobre el territorio conquistado. Debenestar sometidos a unas leyes que respetensus derechos y, por supuesto, los nuestros,(suena a que somos sus dueños, ¿no? Laigualdad que se pueda dar entre ambos esotra utopía más de esta vida). Todo estoestaría compungido por la presión yrechazo social a unas, despectivamente,“máquinas” que quitan el trabajo a losobreros e incrementan la diferencia entrepobres y ricos, por no hablar de algún casoaislado que provoca algún accidente con-siderado como una rebelión y que extien-de el pánico entre las madres de este mun-do. No suena tan alejado… pues las dife-rencias entre razas humanas son tan terri-bles que no sería arriesgado decir que un“enemigo común” que los una representa-ría un vínculo nunca visto entre nuestrascivilizaciones.

CODA

Sumerjámonos ahora en los sue-ños… más allá de las nubes de la imagina-ción. Relajen sus manos, sus caras, sussentidos… más allá de los confines denuestro pensamiento. Sí… más allá…¿dónde? a la vida real.

El Sol se ponía ya en las copas de loshambrientos árboles, en una estampa oto-ñal, fría y con viento. Encima, imperabauna gran nube que, tornando su color vio-leta en un naranja amarillento con el quese lanza sobre el atardecer, llena de oscu-ridad la colina.

Una sombra aparece delante de lacasa del humilde pastor, una sombra quese dirige hacia aquí. Al acabar el airecomienza su rostro, imponente como un

gran yunque sobre el cual se han forjadoterribles historias de lucha y hambre.Como una paloma contra el viento, la vis-ta llega a sus ojos penetrantes, omniscien-tes, últimos de todo cuanto existe en eselugar. Mientras, el pastor, en el banco,espera con el bastón en ristre, tranquilopero atento.

-Buenas noches – dijo la fría voz conaustera humildad.

-Buenas noches tenga usted, ¿no esun poco tarde para pasear por la monta-ña? Pronto bajará la niebla y la luz; debe-ría ir pensando en dar la vuelta.

-¿Dar la vuelta? ¿a dónde?-Bueno… a su casa. Supongo

que no es de aquí, nunca lo he vis-to.

-No soy de aquí, escierto. En realidad soy deningún sitio.

-¿Cómo dice? –preguntó el pastorriéndose. – Tendráque ser de algúnlugar, buen hom-bre… ¿cómo se pue-de no ser de algúnsitio?

- D i g a m o sque… si sus brazoslos traen de un país,sus piernas de otro,etcétera, sería ustedun… ¿cómo llamarlo?¿”ciudadano del mundo”?Pero, en realidad, de ningúnsitio.

El anciano quedó abrumadopor aquella idea, algo que nunca hubie-ra soñado, ni en la peor pesadilla. “Quizásea un loco”, pensó al mirar cómo lo son-reía. De hecho, un loco se habría mostra-do muy interesado en ocultar su proce-dencia y sus datos personales. Al instante,en un impulso de humana candidez, loinvitó a tomar algo dentro. Una vez allíconversaron durante toda la noche, ami-gablemente. El pastor sabía que debíaatender sus labores, pero estaba encanta-do con la inusitada compañía de aquelindividuo. Era un tipo raro, demasiado

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estático, reflexivo y, siempre, veloz enargumentar posibilidades remotas sobrecualquier tema trivial.

-Mira, y perdona que te trate de tú, -comentó el anciano. – pero nunca he teni-do una compañía tan agradable como latuya. Dado que no tienes, según parece, adónde ir, me gustaría que te quedaras. Veoque te gusta el monte y las labores deganadería. Podría… enseñarte algunas…cosas y… bueno… podríamos convivircomo buenos amigos… hasta que deci-das… seguir tu camino.

-Muchas gracias, de acuerdo, ¿quiereque orleñe las vacas?

-¡No, será mejor que las or-de-ñes! – corrigió muerto de risa por

aquella reacción.Así pasaron los años,

pues el personaje nuncadecidió irse. Los árboles

mantenían su tono ver-doso, adornados conun húmedo musgopalpitante, en unatarde de primavera.Pedro, el, cada díamás, anciano pastor,dependía ya casipor completo deaquel extraño viajero

que llegó a convertir-se en su amigo.

-Qué cara tan ale-gre tienes hoy - dijo

Pedro, bostezando.-Me parecío la más

apropiada para este cielo azul.-¿Decides con qué humor te

vas a levantar? Valla, eso es nuevo paramí.

-¿Por qué no? Después de todo, elinmutable flujo del tiempo hace que unose tome las cosas mundanas con filosofía,pues son éstas las que ayudan a acercarsea la felicidad.

-Se nota que tienes estudios, noentiendo muchas de las cosas que dices,nunca las entendí.

-Tampoco es necesario... es probableque todo lo que he dicho no sea más queun sueño.

-A ver, explica eso porque hoy te veoun poco mustio.

Levantó la vista y contempló el hori-zonte mientras dejaba el hacha clavadoen el tronco. Su rostro no era tan jobialcomo parecía habitualmente, todo lo con-trario. Parecía nervioso, como si esperaseun desastre, tras haberlo predecido consu gran habilidad mental. Se giró y fue asentarse junto a Pedro, que se estiraba enuna silla antigua, con su bastón en lamano.

-¿Qué pasa, muchacho? Nunca tehabía visto así, supongo que ya te cansaesto.

-¡No! ¡nunca! - vociferó con los ojosdesorbitados. Al instante se calmó, empe-zando a llorar y a pedir perdón.- Lo sien-to... pero es tal el amor que tengo a todo loque hay fuera de mí... que no puedosoportar que algún día no esté ahí. Nuncaun sueño se me había muerto entre lasmanos... llegué, me enamoré y, algún día,me iré.

-Oh, vamos... no fingas que lloras,que no se te ven las lágrimas. Mira,muchacho, esta vida es así de puñetera.Cuando más agusto estás, algo pasa que telo echa todo a perder. Pero es tranquiliza-dor saber que al resto le pasa lo mismo,todos estamos metidos hasta el cuello eneste calvario y sólo hay una manera desalir... así que no sé por qué la gente tienetanto miedo a la muerte. Para mí es unaliberación, aunque te echaré de menos. Ati y a mis recuerdos.

-De eso se trata... los recuerdos.¿Dónde están? No lo sabemos, ¿verdad?,y más adelante... cuando todo lo físico aca-be, cuando cualquier paradigma sea envano... ¿seguirán? No me importaríamorir si pudiera mantener mis recuerdos,pero irme sin ellos...

-Si en realidad sólo somos un recuer-do... la vida es muy rápida y los recuerdossólo nos sirven para apoyarnos en el cami-no por el que todos caminamos. Valla...nunca creí que podría decir lo que pensa-ba de esta manera. Eres un buen estímulo,muchacho.

-Hay tal injusticia en este mundo quepor ella vine a parar aquí. Nunca te conté

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lo que soy, por miedo a que no me acepta-ras, como los anteriores.

-¿No serás uno de esos funcionarioschupasangre? Si no lo eres, el resto puedoasimilarlo... ¡por ellos estoy aquí! ¿sabes?Con cuarenta y dos años compré estacabaña; mi mujer y yo nos separamos asíque... ya conoces los misterios de estas his-torias... siempre ganan ellas, tengan o nola razón.

-Si usted perdió... no quiero ni imagi-nar la bondad de esa mujer.

-Si lo quieres llamar así... -dijo Pedroun poco extrañado, pero convencido queno era de tal modo.

-No soy funcionario... aunque, encierto modo, podría cumplir su función.Pero... ¡oh, mire aquella ave! Bien pagabayo, si tuviera, todo el oro del mundo pordisfrutar así y no ser alcanzado jamás.

-Muchacho... aquella zona está lejísi-mos. Ni con veinte años veía a esa distan-cia. Eres un portento...

-Gracias, hicieron un buen trabajoconmigo.

-¡Eso ha sido muy bueno! - Pedro sedesternillaba de risa mientras imaginabaa los padres de su amigo serrando troncosy cortando chapa para construir unamáquina, pues la expresión incitaba a ello.

-Aunque les salió el tiro por la cula-ta... creyeron que no mejoraría, que noalcanzaría más conocimientos que ellos yque no lograría sobrevivir, pero no fue así.Conseguí estudiar mi morfología... per-dón, Pedro, mi forma y mis aptitudes, con-siguiendo imponerme al paso del tiempoen este mundo, cual irrefutable cascada deagua sucumbe en el abismo.

-Eso... ¿es una manera... de decirque... te conservas bien? -preguntó Pedromientras rascaba la coronilla blanca de sucabeza.

-Llamemoslo así. Pero... te veo a ti tanconvencido de tu deterioro, de tu acepta-ción al paso del tiempo... que he pensadoen no “conservarme bien” mucho más...

-¿Así que deterioro, eh? Bueno, nopasa nada, te comprendo... pero, ¿quévamos a hacer? Todos llegaremos... inclu-so tú, un hombre extraordinario que, enalgún momento, más tarde o más tempra-

no, dará el salto a la otra vida.-Un hombre... extraordinario- susu-

rró para sí mientras miraba a Pedro emo-cionado.- Ojalá algún día pueda no esco-ger cuando daré el paso. Ojalá tododependa de ese aura tan maravillosa queenvuelve el mundo y que llamáis desti-no...

Tras el calor del verano y el soplónotoño... la luz del sol se volvió casi azulcon el frío, y una nieve lenta se permuta-ba con el entristecer de los bosques. Pedrohabía enfermado, de ninguna enferme-dad en particular. Era muy mayor y la velase hacía más y más tenue, aunque su ami-go lo alentaba cada día con gran devoción.Pedro había puesto nombre a su amigo,que nunca quiso decirlo, bautizándolocomo Luis, en honor a su padre.

-¿Cómo estás, Pedro?-Déjalo - dijo apartando las manos de

Luis de su frente, que comprobaban la fie-bre.-, pero dime cómo lo has hecho... quéhas hecho para estar tan joven, igual queel primer día.

Luis dejó el caldero verde con unpaño húmedo en la mesita y se sentó en lacama, junto al lecho de su amigo. Lo cogióde la mano y miró hacia la nevada venta-na.

-Mientras no lo has sabido, me hasapreciado como no lo ha hecho nadie.Espero que ahora comprendas por quéestoy aquí. El primer momento querecuerdo es una luz atravesando un cablea gran velocidad y proyectándose sobreuna cavidad que no he vuelto a ver. Des-de entonces, siempre he estado aquí den-tro, sin poder salir... como un artista quepinta, escribe, hace música o sueña paraser su esencia... para, de verdad, existir.Sin embargo, he visto a muchos morir por-que esta carcasa se ha deteriorado o estro-peado.-Pedro lo miraba atónito, no sabía aqué se refería, aunque entendía que teníaun gran sufrimiento que acongojaba sualma.- “Apóyate sólo y no cogearás”, leíuna vez. Pero no leí nada acerca de quéhacer cuando no te dejan valerte por timismo. No tengo derechos, ni siquieraconsideración entre vosotros... todo lo queaprendí sobre los valores de esté mundo

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fue una farsa, ¡pero darme cuenta de ellome hace tener las mismas posibilidadesque un humano!

-Pero... ¿qué diablos...?-Déjame acabar, por favor. Fui mal

tratado, por supuesto psicológicamente,durante muchos años. Creían que eraigual que el resto, igual que los demás. Seequivocaban... nos hicieron a su imagen ysemejanza, pero cada uno de nosotrossomos distintos. Ven un error... un acci-dente y creen que es una revolución, peroen realidad no ven más allá de sus nari-ces...

-Eres una máquina.- dijo Pedro sininmutarse, pero con un color amarillentoque no presagiaba nada bueno.- Estábien... puedes dejarme solo.

-Pero...-Sí, moriré solo, pero moriré feliz. No

lo haré con una máquina a mi lado... -aca-bó mirando hacia el techo con una impa-sividad pasmosa.

-En realidad me llamo N-420: Marco.No hubo respuesta. El hombre al que

había adorado y ayudado durante tantosaños, renunciaba a su compañía ahora, enel último instante. “Todo deja de tenersentido, todo deja de ser importante cuan-do llega la verdad y el prejuicio”, musitóN-420, antes de abandonar la habitación.Salió de la cabaña y fue hacia la colina quese elevaba sobre el campo blanco, frente ala casa. Una vez allí, se sentó sin sentir fríoalguno y, como tantas otras veces, en milé-simas de segundo recorrió todos losrecuerdos que tenía de aquel lugar... Al finse dió cuenta que la vida es interioridad yexterioridad, no hay objetivos... sólo vida.Que el egoísmo no es una virtud ni undefecto, tan sólo una caracterísitca huma-na. Que un amigo sólo está para lo bueno,nada más... Entonces miró hacia arriba ycomenzó a hablar en voz alta.

-Pedro... frío está tu corazón, cuallosa de un sepulcro helado... ¡ángel conso-lador del alma mía! Pedro... ¿has visto esecielo, Pedro? Por eso sería bonito morir...por estar ahí arriba... soñando en ese eter-no atardecer... sobre un prado verde... al

lado de alguien que quieres... Sí, ya sé. Túlo prefieres, pero viviendo, mas no se pue-de. Viviendo no puedes estar ni arriba, nicon alguien a quien quieres. “Ahí arribano, pero lo ves desde abajo con alguienque quieres, y eso no es imposible.”, pen-sarás. Bueno, no será imposible para ti…últimamente pensé mucho en el tema...mira: pon la mano en el pecho... ¿lo oyes?Algún día se parará... y una persona quete quiere pararía el suyo propio… con talde oír, antes de morir, el tuyo sonando. Yopararía el mío si tuviera... por ti. Hay cosasque no se pueden remediar, pero resignar-se tampoco es la solución, Pedro. ¿Quéhay de malo en tener miedo?, ¿en aprove-char cada palabra como si fuese el último“gracias”, el último “te quiero”? Si sepudiese estar con la persona a la que quie-res de verdad... seríamos como ángeles.Lo tendríamos todo. Sería el momento enel que la felicidad… sería posible... y deja-ríamos de soñar con algo mejor.

Pasaron más inviernos... y más vera-nos... y seguía hablando con Pablo. En rea-lidad, ya nunca dejaría de hacerlo...

(Muchos años después)-¿Qué hace ese hombre ahí, papá?-No lo sé hija, apártate, parece que

está meditando. Eh...¡Hola! Señor...¿todobien por ahí?- dijo un hombre levantandola voz mientras cogía a su hija en cuello.Cuando iba a posar su mano sobre el hom-bro de N-420, éste giró la cabeza:

-Ya es suficiente charla por ahora,Pedro. Basta de regenerarse y de perma-necer: he comprendido que la magia de lavida está en el hecho de que... disfrutarlaconsiste en vivir poco, pero vivir libre.Después de todo... ¿para qué ser hombre?Este momento representa a todos en losque tenía razón y nadie me la dio. Perocontinué adelante con mi propia filosofíaque, acertada o no, a mí, me sirvió. Así quesi muero es vuestra culpa, pues me muerode amor... -acabó cerrando los ojos y apa-gándose para siempre.

-Vámonos de aquí, hija, no sea quenos metamos en un problema...

CU

AD

ER

NO

SS

AF

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Páginas web:

-www.google.com-www.wikipedia.com: (Von Neumann; Faustino Cordón; Frankenstein; Golem; autó-

matas; teoría de Church y Máquina de Turing).-http://etsiit.ugr.es/alumnos/mlii/VonNeumann.htm-http://www.faustinocordon.org

Libros:

-Faustino Cordón, La evolución conjunta de los animales y su medio, Península, Barcelo-na, 1966.

-Ray Kurzweil, La era de las máquinas espirituales, Planeta, Barcelona, 1999.-Rafael Lahoz-Beltrá, Del primer ordenador a la inteligencia artificial, Ed. Nivola, Madrid,

2005-Martin Davis, La computadora universal.De Leibniz a Turing, Ed. Debate, Madrid, 2002.-Roger Penrose, La nueva mente del emperador, Mondadori, Barcelona, 1991

Películas:

-Steven Spielberg, Inteligencia artificial, (USA, 2001)-Ridley Scott, Blade runner, (USA 1982)-Chris Columbus, El hombre bicentenario, (USA, 1999)-Michael Crichton, Almas de metal, (USA, 1973)-Boixcar, Mundo futuro, (USA 1976)-Kenneth Branagh, Frankenstein, (G.B., 1994)-Stanley Kubrick,2001, Odisea en el espacio, (USA, 1968)

BIBLIOGRAFÍAVIOLIMPIADA

FILOSOFÍA