SALA CIVIL PRIMERA - justiciasantafe.gov.ar · refiere que en el caso no existió vicio oculto, ya...
-
Upload
duongkhanh -
Category
Documents
-
view
214 -
download
0
Transcript of SALA CIVIL PRIMERA - justiciasantafe.gov.ar · refiere que en el caso no existió vicio oculto, ya...
SALA CIVIL PRIMERA Resolución N°: 126
Folio: 354
Tomo: 16
En la ciudad de Santa Fe, a los 15 días del mes de Junio del año dos mil quince, se reunió
en Acuerdo Ordinario la Sala Primera de la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial
de Santa Fe, integrada por los Dres. Aidilio Gustavo Fabiano, Abraham L. Vargas, y Estela
Aletti, para resolver los recursos de nulidad y apelación -que fueran concedidos libremente
y con efecto suspensivo (v. fojas 595) interpuestos tanto por la demandada “Nation S.A.”
(v. fs. 587) como así también por el tercero citado “Peugeot Citröen Argentina S.A.” (v. fs.
590) contra la sentencia de fecha 13.09.2013 (v. fs. 563/584vto.) dictada por la entonces
titular del Juzgado de Primera Instancia de Distrito en lo Civil y Comercial de la Primera
Nominación de Santa Fe, en los autos caratulados “BOSSER, EDGARDO EXEQUIEL
C/ NATION S. A. S/ DEMANDA ORDINARIA” (Expte. Sala I N° 177 – Año 2013).
Acto seguido el Tribunal estableció el orden de votación conforme con el estudio de los
autos -Dres. Fabiano, Vargas y Aletti- y se planteó para resolver las siguientes cuestiones:
1era.: ¿Es nula la resolución recurrida?
2da.: ¿Es ella justa?
3ra.: ¿Qué pronunciamiento corresponde dictarse?
Determinado el orden de votación en cuya virtud éstos pasan a estudio, a la primera
cuestión, el Dr. Fabiano dijo:
El recurso de nulidad deducido fue expresamente desistido por la demandada
Nation S.A. (v. punto I del escrito de fs. 620) y no ha sido sostenido autónomamente en esta
sede por el tercero citado “Peugeot Citröen S.A.”. De todas maneras y a todo evento, las
críticas que contiene el memorial del nombrado en último término (que no refieren a vicios
in procedendo sino in iudicando) pueden obtener suficiente respuesta en el tratamiento que
-a continuación- se realizará del recurso de apelación que también se ha interpuesto.
Por lo demás, no advirtiendo irregularidades procesales ni vicios en el
procedimiento que justifiquen un pronunciamiento de oficio, corresponde tener por
desistido el recurso de nulidad planteado por la demandada y desestimar el impetrado por el
tercero citado enunciado precedentemente.
Así voto.
El Dr. Vargas expresó, a su vez, iguales razones en parecidos términos y votó, por
lo tanto, en igual sentido.
A la primera cuestión, la Dra Aletti dijo:
Habiendo tomado conocimiento de estos autos y existiendo votos totalmente
concordantes de dos jueces, de conformidad al art. 26 de la Ley 10.160 y a la jurisprudencia
de la Corte Suprema de Justicia de la Provincia, me abstengo de emitir opinión.
A la segunda cuestión, el Dr. Fabiano dijo:
I. Antecedentes
1. En fecha 14.12.2010 (v. fs. 46/48) el actor, Edgardo Exequiel Bosser, por
intermedio de apoderados, interpuso demanda ordinaria de cumplimiento contractual contra
la firma Nation S.A. tendente a que se condene a la accionada en los términos del artículo
17 inciso b) de la Ley 24.240 con más los daños y perjuicios reclamados.
En los hechos fundantes de la misma se invocó que el señor Bosser adquirió y abonó
a la accionada Nation S.A. un automóvil marca Citröen modelo C4 5P 2.0 HDI SX por la
suma de ochenta y un mil ciento cincuenta pesos ($ 81.150), acreditándolo con los recibos
correspondientes reconocidos por la demandada en las medidas preparatorias caratuladas
“Bosser, Edgardo Exequiel c/Nation S.A. s/Medidas Preparatorias de Juicio Ordinario”
(Expte. N° CUIJ: 21-00024222-2) en trámite por ante el Juzgado de Primera Instancia de
Distrito en lo Civil y Comercial de la Undécima Nominación de Santa Fe agregados a
autos.
Se refirió que el vehículo fue entregado al comprador en fecha 03.06.2009 y que,
desde dicho momento, presentó problemas en la caja de cambio y en el sistema de
embrague, consistentes en una trepidación o vibración de la transmisión al accionar el pedal
de embrague, el que se evidenciaba con mayor intensidad al utilizar la marcha atrás y la
primera marcha. Haciendo uso de la garantía de un año del producto adquirido, el actor
concurrió a la firma vendedora, según dice, en innumerables ocasiones solicitando su
arreglo, indicando que tales reparaciones surgen de las órdenes correspondientes reservadas
en Secretaría, aclarando que en muchas oportunidades las intervenciones no se
documentaron por no aceptarlo la demandada.
En concreto, relata que la accionada nunca logró solucionar los problemas
mecánicos, los que al momento de la demanda todavía persisten en el vehículo adquirido
-según manifiesta-, al punto que se debió cambiar tres veces el sistema de embrague,
además de otras piezas como el volante de motor, todo sin resultados satisfactorios. Según
indica, tales circunstancias le produjeron, entre otros inconvenientes, gastos, privación del
bien y daño moral.
Atento a la falta de una respuesta definitiva al problema, inició una denuncia ante la
Dirección de Comercio Interior de la Provincia de Santa Fe, conforme las prescripciones de
la ley 24.240, iniciándose el expediente N° 14988-B-2010, a cuya instancia concurrió la
firma fabricante del vehículo “Peugeot Citröen Argentina S.A.” aunque, pese a las cuatro
audiencias celebradas, manifiesta que no se obtuvo resultado alguno al reclamo, lo que
motivó la concurrencia ante la instancia jurisdiccional.
En función de lo expuesto, solicitó que se condene a la accionada en los términos
del artículo 17 inc. b) de la Ley 24.240, es decir, la devolución de la cosa en el estado en
SALA CIVIL PRIMERA Resolución N°: 126
Folio: 354
Tomo: 16
que se encuentra recibiendo el importe equivalente a la suma abonada conforme al precio
actual en plaza del vehículo adquirido, con más una indemnización de daños y perjuicios.
2. Al contestar la demanda, la empresa concesionaria accionada reconoció la venta
del vehículo referido efectuada al actor, más negando todos los hechos que no resulten de
su expreso reconocimiento (fs. 70/77 vto.).
Explicó la accionada que la parte actora incurrió en una contradicción al plantear
dos pretensiones que resultan, a su juicio, excluyentes entre sí. Por un lado se le imputa no
haber cumplido con su obligación de garantizar la calidad del producto vendido subsanando
sus efectos ocultos a través de un servicio técnico adecuado, pero al mismo tiempo se
denuncia la existencia de “vicios ocultos”. Entiende que la obligación de garantía se
encuentra prevista en las disposiciones del arts. 11, ss. y cc. de la LDC, indicando que debe
diferenciarse ello de los vicios ocultos, supuesto que regula el artículo 18 del texto legal
referido.
Al respecto, la accionada señaló que cumplió con su deber de prestar la garantía
legal sobre el vehículo realizando las tareas correspondientes, y aún más allá de las mismas,
indicando que ante tales prestaciones el actor prestó plena conformidad, al punto que en
ocasión de llevarse a cabo el servicio programado para los 40.000 kilómetros el accionante
no refirió problema alguno de embrague; sin embargo, y cuando la garantía ya se
encontraba vencida, adujo al existencia de un vicio oculto y que las reparaciones anteriores
no habían resultado satisfactorias.
En concreto, tales vicios a -juicio de la accionada- no le imposibilitaron al actor el
uso del bien y la constatación de los mismos fuera del período de garantía no les resulta
exigible, máxime cuando la demandada desconoce que tipo de uso se le dio al bien una vez
vencida la garantía referida.
Por lo tanto existe a juicio de la accionada una confusión entre los conceptos de
“vicios redhibitorios” y “reparaciones no satisfactorias”, entendiendo que los mismos
resultan ser distintos y derivan en diferentes soluciones legales y acciones. Dicho ello,
refiere que en el caso no existió vicio oculto, ya que el mismo debería haberse presentado,
conforme el art. 18 de la LDC, al tiempo de la adquisición y haber hecho impropia la cosa
para su destino.
Ante dicho planteo, interpuso excepción de prescripción entendiendo que el
supuesto extintivo se había verificado dado que habían transcurrido los tres meses del plazo
previsto por el artículo 4041 del Código Civil; asimismo articuló falta de acción como
defensa de fondo, bajo la idea que el planteo del actor, sobre la existencia de vicios o
defectos de la cosa adquirida debió haberse efectuado de acuerdo a lo dispuesto por el
artículo 476 del Código de Comercio, sometiendo la cuestión a la determinación de peritos
arbitradores.
Finalmente, introduce también “defensa de plus petitio” en el entendimiento que la
pretensión del actor de acudir al artículo 17 inciso b) de la LDC implicaría una pretensión
objetiva en exceso inexcusable.
Citó como tercero en los términos del artículo 302, ss. y cc. del CPCC y 40 de la
LDC a la firma Peugeot Citröen Argentina S.A.
3. A fojas 81/81bis la actora contestó las defensas opuestas solicitando su rechazo.
Respecto a la prescripción, manifiesta que el plazo aplicable no es el del artículo 4041 del
C.C., sino el trienal del artículo 50 de la LDC, correspondiendo, además, tener en cuenta las
interrupciones producidas por los reclamos y actuaciones administrativas incoadas.
Respecto a la defensa de falta de acción, alude que no se trató de una compraventa
comercial, sino de una operación regida por la ley de Defensa del Consumidor, requiriendo
idéntica suerte respecto a la defensa de plus petitio a la que considera infundada y no
aplicable al supuesto debatido.
4. El tercero citado “Peugeot Citröen Argentina S.A.” contestó la demanda a fs.
189/206 postulando su rechazo y negando todos los hechos que no sean de su expreso
reconocimiento.
Consideró, al igual que la accionada, que en el caso se trató de una demanda en la
que se reclamó indebidamente, y al mismo tiempo, por la existencia de un vicio oculto y
por reparaciones no satisfactorias (conf. art. 17 inc. b) de la LDC) resultando ambas
pretensiones excluyentes.
Del relato que efectúa de los hechos, concluye en que ningún achaque corresponde
efectuársele al fabricante, indicando que resulta inverosímil que luego de utilizar la unidad
por el lapso de dos años se pretenda reintegrarla y percibir el valor de una unidad 0
kilómetro. Sostuvo que Peugeot Cirtröen cumplió de modo estricto con la garantía en su
calidad de fabricante, refiriendo a los términos contractuales vigentes; asimismo, rechazó la
existencia de un vicio redhibitorio y la aplicación de las normas invocadas en la LDC, y en
definitiva, todos los rubros reclamados, efectuando ponderaciones sobre los mismos.
5. En las pruebas colectadas en las medidas preparatorias ya referidas (v. fs. 28) se
produce el reconocimiento de los recibos que justifican la compra aludida, como así
también ocho (8) órdenes de reparación habidas entre el 11.06.2009 y el 15.07.2010; quien
reconoce las mismas aclara que los inconvenientes detallados en esas órdenes son las
manifestaciones que aduce el cliente, lo que no indica que por ello esté efectivamente
deteriorado o presente las anomalías que se mencionan.
SALA CIVIL PRIMERA Resolución N°: 126
Folio: 354
Tomo: 16
A fs. 283/305 se rinde la pericial mecánica y se adjuntan la constancia de los
servicios efectuados (fs. 340/346). Asimismo se substancian las siguientes probanzas:
prueba documental e instrumental, informativa a la Municipalidad de la ciudad de Santa Fe,
declaración testimonial de los señores Luis Campos, Eduardo Messina, Bruno Bichatti,
Joaquín Galluccio; informativa a Escobar S.A. y absolución de posiciones del actor, entre
otras.
6. En la sentencia en crisis, por pronunciamiento de fecha 13.09.2013 (fs. 563/584
vto.), la Jueza A quo dispuso hacer lugar a la demanda incoada y condenar a Nation S.A. y
a Peugeot Citröen Argentina S.A., in solidum, a recibir el automóvil C4 5P 2.0 HDI SX en
el estado en que se encuentra, abonando al actor la suma equivalente al precio actual de
plaza del mismo, con más la suma de $ 25.345 en concepto de daño moral, daño material
por privación de uso y daño punitivo, con más intereses y costas.
Para así decidirlo, en primer lugar rechazó la defensa de prescripción interpuesta
bajo la inteligencia que, en el caso, la pretensión consistió en lo previsto en el artículo 17
inc. b) de la LDC y no se trató de un planteo de vicio redhibitorio por lo cual, entendió que
el plazo más favorable al consumidor que correspondía aplicarse era el decenal en virtud de
tratarse de un supuesto de responsabilidad contractual. Seguidamente, y fundado en el
artículo 13 de la LDC, desestimó la defensa de falta de acción interpuesta bajo el
argumento que resultaba aplicable al caso el artículo 476 del Código de Comercio.
Ponderó la A quo que en el caso se acreditó, fundamentalmente mediante la pericial
mecánica rendida, la existencia de un problema en el embrague consistente en la
trepidación ya reseñada; por ello, a su juicio, la parte vendedora no cumplió con su
obligación de entregar la cosa conforme a lo previsto en el artículo 1409 del Código Civil,
ya que la misma no reunía las cualidades que el comprador razonablemente entendió que
tenía al momento de contratar. A su entender, ello, no otorga al adquirente acción
redhibitoria sino la de cumplimiento o resolución del contrato.
Prosigue señalando la magistrada de la anterior instancia que, la LDC se
complementa con el derecho común, y regula una garantía especial destinada a lograr la
reparación de las cosas muebles no consumibles (arts. 11 a 17); la puesta en marcha de
dicha garantía resulta sólo una opción pero no lo ata a seguir necesariamente dicho camino
en forma previa a efectivizar los demás derechos que emanan del estatuto del consumidor, y
dada la existencia de un defecto o vicio en la cosa, ello implica el incumplimiento por parte
del proveedor, que otorga el derecho al consumidor de ejercer alguna de las opciones que
contempla el artículo 10 bis de la LDC. Así, en el caso, concluyó la A quo en que el
comprador, ante los defectos presentados hizo uso de la garantía legal (art. 11 LCD) que
fuera prestada por Nation S.A. en varias oportunidades, no resultando satisfactoria, y por
tanto, rige el supuesto del artículo 17 inc. b) de la norma citada, bajo el entendimiento que
no se verificaron “condiciones óptimas” del bien adquirido sin perjuicio que el mismo haya
podido ser utilizado.
Como consecuencia de lo hasta aquí expuesto, la a quo admitió la demanda
condenando a Nation S.A. y Peugeot Citröen Argentina in solidum a recibir el vehículo
abonando el valor de plaza del mismo, más una indemnización correspondiente a daño
moral, daño material por privación de uso y daño punitivo, rubros que sucesivamente
califica, pondera y cuantifica, totalizando la suma de veinticinco mil trescientos cuarenta y
cinco pesos ($25.345).
II. Agravios
1. Contra dicha resolución se alzan la demandada Nation S.A. y la codemandada
Peugeot Citröen Argentina, deduciendo recursos de apelación y nulidad respectivamente (v.
fs. 587 y 590), los que son concedidos libremente y con efecto suspensivo por providencia
de fecha 09.10.2013 (v. fs. 595).
2. Ello así y radicados los autos en esta sede, se le corre traslado a los apelantes a fin
de que expresen agravios (v. fs. 613), levantando la carga procesal Nation S.A. a fs.
620/646, y Peugeot-Citröen Argentina a fs. 649/666.
3. Los agravios de Nation S. A.
En primer lugar se agravia que la A quo haya considerado que el automotor del
actor, luego de su adquisición y durante el período de vigencia de la garantía, presentara
problemas de trepidación de embrague y que dicho inconveniente no pudiera ser
solucionado, y que le asigne la misma causa que en el momento en que se llevó a cabo la
pericia.
Seguidamente se agravia porque la A quo consideró que la pericia no fue
cuestionada por las demandadas, cuando en los alegatos, tanto su parte como Peugeot
Citröen Argentina se hicieron cargo de cuestionar dicho dictamen técnico. En tercer término
formula agravio referente al alcance otorgado por la A quo respecto a la naturaleza del
contrato de compraventa, considerando que en el caso no se trató de un supuesto de acción
por incumplimiento contractual, ya que nunca se alegó que la cosa fuera distinta a la
contratada ni siquiera la ausencia de calidad en la cosa; en relación al mismo, plantea que
tampoco se trata de un supuesto de incumplimiento de una oferta o contrato que autorice la
resolución prevista por el artículo 10 bis de la LDC.
Reitera que en el caso no se verificó el vicio apuntado y que el supuesto del artículo
17 de la LDC impone un límite temporal, ya que la opción no podría ejercerse luego de
vencido el plazo de garantía legal o contractual, mucho menos cuando habían transcurrido
SALA CIVIL PRIMERA Resolución N°: 126
Folio: 354
Tomo: 16
más de tres años y al momento de realizarse la pericial el bien contaba con 120.000 km, no
resultando aplicables a autos los precedentes jurisprudenciales citados.
Considera, en definitiva, que en la especie existió una indebida subsunción en el
supuesto normativo del artículo 17 de la LDC, generando ello un enriquecimiento
incausado para el actor, considerando que la sentencia resulta inmotivada, infundada y
arbitraria.
Finalmente, formula agravios sobre cada uno de los rubros indemnizatorios
reconocidos en cuanto a su alcance y cuantifiación, especialmente en lo que al daño
punitivo refiere.
4. Los agravios de Peugeot Citröen Argentina S. A.
Postula que la sentencia es arbitraria ya que parte de una plataforma fáctica
parcializada a la que arriba de una incompleta valoración de la prueba producida en autos,
lo que la hace incurrir en serias contradicciones que justifican el vicio señalado.
Se agravia, entre otras cuestiones, por la omisión en considerar que el vehículo fue
debidamente atendido en el marco de la garantía de posventa, ya que se hicieron cambios
más allá de la misma y de lo previsto en la póliza de garantía y en la LDC, y siempre que se
intervino el vehículo, este fue retirado sin reservas y de plena conformidad por el actor,
comprobándose un uso intenso del bien que obsta a la consideración del defecto señalado.
Además, el kilometraje recorrido acredita que el vehículo siempre se encontró en
condiciones de ser usado con seguridad.
Formula agravios respecto a la valoración otorgada a la pericia rendida,
considerando que la misma adolece de todo asidero científico ya que no fueron examinadas
las piezas supuestamente falladas, no se determinó la causa u origen de la falla, la prueba
sólo consistió en el manejo de tan solo diez cuadras y que nunca pudo haber arribado a
dicha conclusión sin haber desarmado el conjunto embrague, concluyendo que la pericia
resultó infundada técnicamente e insuficiente para acreditar la supuesta existencia de un
vicio constructivo o reparaciones deficientes.
Además se agravia porque la jueza de grado consideró que, en el caso, la garantía
legal no fue adecuada para sanear el defecto presentado en el vehículo.
Sostiene que la fábrica cumplió con las garantías previstas en los artículos 11 y 12
de la LDC consistentes en la obligación de reparar todo defecto que presente el vehículo no
imputable al usuario, y proveer los repuestos necesarios, más no significa que no pueda
presentarse falla alguna en el término de un año.
Entiende que de haber resultado defectuosas las reparaciones jamás el rodado podría
haber circulado 120.000 kilómetros con un problema grave en el conjunto de embrague.
Asimismo, se agravia porque no se comprobó en autos que los problemas detectados en el
embrague respondieran a la misma causa, tanto al momento de la vigencia de la garantía
como a la hora de haberse efectuado la pericia, máxime, cuando después de cada servicio
expresó su conformidad y no formuló ningún tipo de reservas.
Agregó que, del dictamen pericial, en base al cual la jueza de grado basó su
razonamiento, no se pudo desvirtuar ni desacreditar tal circunstancia.
Entiende que en el caso no se probó la existencia de un defecto o vicio constructivo,
no reuniéndose los requisitos de procedencia que prevé el artículo 2164 del Código Civil.
Sostuvo además, que los inconvenientes alegados en ningún momento tornaron al bien
impropio para su destino.
Prosigue indicando que los meros inconvenientes detectados, fueron solucionados
durante el plazo de garantía, habiendo prestado el actor plena conformidad respecto a
dichas intervenciones, por lo que las supuestas fallas que el bien presentara, fuera de dicho
plazo, no les resultan imputables al fabricante.
Se agravia además, respecto a los rubros indemnizatorios otorgados, en cuanto a su
consideración y cuantía.
III. Contestación de los agravios
Corrido traslado para contestar los agravios de ambas partes, la actora lo hace a fs.
676/681vto, quedando los presentes en estado de resolver.
IV. Análisis
1. A los fines de abordar los agravios vertidos por la accionada y el tercero citado,
de modo previo, deben establecerse cuáles resultaron los hechos acreditados y no
controvertidos en autos.
La adquisición del vehículo ha sido reconocida por todos los litigantes, como así,
que a partir de su entrega se verificaron varias órdenes de reparación en el taller autorizado
por una falla aducida por el comprador en el sistema de embrague que producía trepidación
y vibraciones.
La controversia radica sobre la existencia de la falla, que fuera negada por los
accionados, y en subsidio sobre el alcance de la condena y rubros indemnizatorios
otorgados.
Corresponde, entonces, analizar las constancias de autos, a la luz de los agravios
expresados respecto a la sentencia de grado.
2. En el caso, no puede dudarse que se trata de una relación de consumo (artículo 3°
LDC) donde el actor, Edgardo Exequiel Bosser, asume el carácter de consumidor (artículo
1° LDC) y tanto la demandada Nation S.A., como el tercero citado Peugeot Citröen
Argentina S. A., son considerados proveedores en los términos del artículo 2° del estatuto
consumerista.
SALA CIVIL PRIMERA Resolución N°: 126
Folio: 354
Tomo: 16
Dicha relación consistió en la adquisición de un automóvil cero kilómetro, bien
mueble no consumible, por lo que el consumidor gozaba de garantía legal por los defectos o
vicios de cualquier índole, incluso los ostensibles y manifiestos, siempre que afecten la
identidad entre lo ofrecido y lo entregado o su correcto funcionamiento, conforme las
previsiones del artículo 11 de la LDC. Asimismo, contaba con garantía convencional
prevista en el artículo 12 de dicho cuerpo normativo.
3. Frente al planteo de los recurrentes en lo referente a que el vehículo nunca
presentó un defecto que obstara a su correcto funcionamiento, deben examinarse las
acciones desplegadas luego de la entrega del bien.
Así, se ha acreditado en autos que luego de dicho evento, producido el 03.06.2009,
el automóvil ingresó en el taller por primera vez el 11.06.2009, es decir, seis días hábiles
después de retirado, lo que resulta un plazo razonable para detectar un problema,
consultarlo y acordar el día para llevarlo al taller para su revisión. Además se le practicó el
service de los primeros 1.500 kilómetros, los que restados al kilometraje mínimo con que se
entregan las unidades nuevas, hace presumir que el actor tuvo oportunidad de evaluar el
vehículo y detectar las falencias que lo llevaron a plantearlas.
Luego de esa primera intervención, en los posteriores ingresos al taller de la
concesionaria, se consignó idéntico defecto (v. fs. 8, 9, 10, 11, 12, 13 -donde se refiere:
“caja no mejora, empeora embrague”).
Adviértase que, de las órdenes de reparaciones aportadas por la propia demandada
(fs. 308/326) no sólo se comprueban las intervenciones sobre el defecto señalado, sino que
de ninguna de ellas surge el argumento defensivo ensayado consistente en que se trataba de
una apreciación subjetiva del adquirente. En efecto, si se sostuvo que dicho trepidar o
vibraciones son normales, en las referidas órdenes debería haberse consignado que no se
halló defecto alguno, pese a lo manifestado por el cliente o bien advertirlo e informarlo
sobre un eventual uso irregular.
Por el contrario, se dejó constancia de los trabajos efectuados e incluso, como fue
reconocido, el cambio de piezas en distintas oportunidades.
Al respecto el artículo 15 de la LDC resulta elocuente, ya que el proveedor esta
obligado por imperio de dicho precepto a entregar la constancia de la reparación donde se
explique la naturaleza de la misma, las piezas que fueron reemplazadas o reparadas, entre
otras condiciones.
Los instrumentos obrantes a fs. 308/326, a juicio del suscripto, no reúnen dichos
recaudos.
La única excepción, en cuanto a la falta de consignación del defecto, la constituye el
service de los 40.000 km. de fecha 15.07.2010 donde no se alude al defecto (fs. 14), sin
perjuicio de lo cual, el hecho que se encontraba ya en trámite el procedimiento
administrativo incoado por el actor ante la Dirección de Comercio Interior (fs. 38) causada
en dicho reclamo, hace presumir de un modo razonable que el problema subsistía y no
había desparecido, pese a que no se dejara cuenta de ello en la referida orden de trabajo. En
concreto, dicha orden de servicio no puede ser interpretada como una manifestación de
voluntad expresa del adquirente en orden a que el problema había sido solucionado.
De lo expuesto se concluye que desde la adquisición del bien surgió un
inconveniente en el rodado y la concesionaria le dispensó un tratamiento como tal, no
habiéndose acreditado que el mismo resultara una mera apreciación subjetiva del actor
carente de todo sustento fáctico.
4. Así pues, corresponde ponderar si el aludido defecto ha sido acreditado en autos.
La sentencia en crisis funda la comprobación de la existencia del problema en la
pericia mecánica obrante a fs 294/306.
En los alegatos de la demandada (fs. 524vto./527) y del tercero citado (fs.
539vto./541) se cuestiona la pericia en términos similares. Específicamente sostienen que la
misma es baldía, carente de todo asidero científico que la avale, no fue efectuada mediante
el desarme y comprobación de las piezas correspondientes, que sólo se produjo en base a
unas pocas cuadras de manejo, que arriba a conclusiones que no fueron debidamente
sustentadas y descarta infundadamente la hipótesis del mal uso por parte del propietario. Al
mismo tiempo, que no se constató una trepidación del sistema de embrague anormal.
Al respecto debe señalarse que en principio no se explica por qué si se encontraban
los delgados técnicos al momento de la pericia, no se dejaron constancias de tales
objeciones o se pidieron mayores precisiones al perito como lo faculta el primer párrafo del
artículo 193 del código de rito.
Por lo demás, resulta carga de los litigantes la prueba de la inexactitud del dictamen
pericial puesto que no bastan las meras objeciones (C.Civ.Com. y Laboral de Rafaela,
Becerra César y otros c. Sors, Enrique T. s. Ordinario. Rep. Zeus T. 10 pag. 937)
A los fines de la valoración de la prueba discutida, debe tenerse en cuenta que el
principal hecho alegado por la parte actora para sustentar su pretensión se trató de un
defecto de funcionamiento del sistema de embrague que ocasionaba vibraciones y
trepidación.
Su carga probatoria consistía en demostrar la existencia y persistencia de dicho
defecto y no acreditar el origen del mismo o su causa productora.
A través del informe substanciado el actor demostró que subsistía el problema
origen de sus reclamos, que ello fue valorado por un tercero especializado, y dicho
extremo, a juicio del suscripto, no pudo ser debidamente rebatido por los oponentes, toda
SALA CIVIL PRIMERA Resolución N°: 126
Folio: 354
Tomo: 16
vez que sólo se expresaron objeciones, es decir, se puso en dudas la existencia misma del
defecto, pero sin desacreditarlo de modo fehaciente.
En síntesis, al consumidor le correspondía probar la existencia del problema
aducido como causa obstativa del correcto funcionamiento del vehículo adquirido, como
así, que las reparaciones efectuadas no resultaron satisfactorias. Es decir, que el trepidar y
las vibraciones subsistían pese a los trabajos efectuados.
Ello fue comprobado con la pericia, ya que no se trataba, como fuera alegado, de
una simple discrepancia del actor, o de un exceso de celo respecto a la consideración de las
vibraciones que presentaba.
Por el contrario, el perito sostuvo: “se puede concluir la existencia de trepidación en
el sistema de embargue del CITRÖEN, pudiéndose determinar al deslizar el mismo
engranada la reversa y la primera velocidad, aunque también dicho fallo se hizo presente en
forma aleatoria en las demás velocidades…También se dificultaba por mal accionamiento
del embrague la correcta colocación de la reversa. La falla consiste en una serie de
vibraciones de considerable intensidad que se trasmiten del mecanismo de embrague a la
carrocería del vehículo” (v. fs. 294/295). Ello no fue rebatido en modo alguno, sino que se
manifestó una mera discrepancia.
Reitero, a la parte actora no le incumbía acreditar la causa mecánica del trepidar
zumbido o vibración, para lo cual sí habría sido necesario desmontar y analizar las piezas.
Cobra relevancia al respecto, lo dispuesto en el párrafo tercero del artículo 53 LCD que
introduce la teoría de las cargas probatorias dinámicas en favor del consumidor, aspecto que
debe ser interpretado y aplicado en coordinación con el principio de la duda en favor de
aquél, especialmente cuando lo que se ventilan son cuestiones técnicas y el profesional se
encuentra en mejores condiciones que el profano para explicar el problema detectado, como
sucede en el caso de autos.
En este sentido, recientemente la Sala I de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y
Comercial de Rosario ha dicho que “la impugnante no aportó razones de carácter técnico o
científico en orden a desvirtuar las conclusiones del perito referidas a que los desperfectos
suscitados en el rodado debieron obedecer a defectos de fábrica y podían considerarse
ajenos al uso del mismo en razón del carácter prematuro de su aparición; no pasan de ser
argumentaciones de índole meramente conjetural, abstractas, imprecisas e hipotéticas las
referidas a que el reemplazo de materiales „pudo obedecer al uso intensivo del rodado o al
manejo desaprensivo del mismo que pudo realizar el actor de su vehículo‟, insuficientes
para controvertir la conclusión contraria del experto. Cabe acotar además que Peugeot
Citroën Argentina S. A. ni siquiera acompañó un informe de su delegado técnico
exponiendo las observaciones que creyera necesarias y tampoco solicitó en su oportunidad
aclaraciones o ampliaciones en relación al dictamen del perito oficial. Ha expresado
reiteradamente esta Sala, en doctrina aplicable al sub examine y en coincidencia con lo
señalado por la jueza de grado, que „habida cuenta de que se trata de la opinión de un
técnico supuestamente dotado de los conocimientos científicos necesarios de su profesión,
frente al simple disentir de la parte que no aportó los elementos de juicio suficientes para
concluir en el error o en el uso inadecuado de esos conocimientos por parte del experto, la
sana crítica aconseja, frente a la imposibilidad de oponerle elementos de juicio de mayor
peso, decidir en base a las conclusiones de la pericial‟ [v. de esta Sala: Acuerdo N° 321 del
16.10.2012, „Castello c. Frontini‟, Acuerdo N° 298 del 26.09.2012, „Ibanchi c. Di.P.O.S.‟;
Acuerdo N° 152 del 29.05.2012, „Giosue c. Bini‟; Acuerdo N° 407 del 11.11.2011, causa
„Fernández c. Wulfson‟, entre otros; v. tb. CNCiv, Sala F, 05.10.2004, L.L. 2005-A-773;
CCCSF, Sala III, Juris 87-356]” (CCCROS, Sala I, 07/02/2013, “REYES, Fernando César
contra PEUGEOT CITROËN ARGENTINA S.A. y otra sobre Daños y perjuicios” - Expte.
Nº 133/2012, Juris 8093).
En conclusión, el defecto aducido fue comprobado en la pericia, no existiendo
ningún elemento fehaciente que lo refute.
5. Seguidamente, corresponde analizar si el inconveniente puede ser considerado
como causa eficiente, a los fines del plexo consumerista, que habilite la resolución
contractual.
El artículo 11 refiere a la garantía sobre los defectos o vicios de cualquier índole,
aunque hayan sido ostensibles o manifiestos al tiempo del contrato, cuando afecten la
identidad entre lo ofrecido y lo entregado, o su correcto funcionamiento. Frente a ellos
surge la obligación del artículo 12 de prestar el servicio técnico adecuado, es decir, efectuar
las reparaciones necesarias, que se extiende solidariamente al fabricante, tal como lo prevé
el artículo 13 del mismo cuerpo.
A su turno, el artículo 17 determina que en los supuestos en que la reparación
efectuada no resulte satisfactoria por no reunir la cosa reparada, las condiciones óptimas
para cumplir con el uso al que está destinada, el consumidor puede optar por tres
alternativas resolutorias.
Entonces, debemos determinar si en el caso, luego de las reparaciones verificadas el
vehículo se encontraba en condiciones óptimas para cumplir el uso al que estaba destinado.
A tales fines, al reglamentar dicho artículo, el Decreto N° 1798/94 aclara que se
entenderá por "condiciones óptimas" aquellas necesarias para un uso normal, mediando un
trato adecuado y siguiendo las normas de uso y mantenimiento impartidas por el fabricante.
Parto de considerar que el consumidor abonó la suma de ochenta y un mil ciento
cincuenta pesos ($ 81.150) en fecha 29.04.2009 por un C4 modelo 2.0 HDI SX 5 puertas 0
SALA CIVIL PRIMERA Resolución N°: 126
Folio: 354
Tomo: 16
Kilómetro (v. fs. 5/6); frente a ello, resulta lógico considerar que de presentar una
trepidación o vibraciones importantes en el sistema de embrague en determinadas marchas,
el adquirente considerara que el vehículo no funcionaba correctamente aunque ello no le
impidiera trasladarlo y usarlo regularmente.
Es decir, la funcionalidad del vehículo no obstaba a que el consumidor exigiera que
los inconvenientes reseñados fueran solucionados. El valor y gama de la unidad adquirida
imponen que quien efectúa tan importante erogación pretenda un funcionamiento correcto,
sin ningún tipo de fallas o inconvenientes, como los verificados, aunque éstos no
constituyan un óbice para un uso regular.
Concretamente, considero que la tipificación del término previsto en el artículo 17
LDC “uso al que esta destinado el bien”, en el caso, implica que el destino de un vehículo
cero kilómetro de alta gama no se reduce a su carácter de locomóvil, sino que debe permitir
el pleno disfrute de las prestaciones ofrecidas y tenidas en miras por el consumidor, dentro
de las cuales, sin dudas, se encuentra que el sistema de embrague y caja de cambios resulte
completamente dúctil y ligero para el conductor, sin necesidad de tener que tolerar
vibraciones desmedidas o el trepidar detectado en el presente caso.
Entonces, quedó demostrado que el sistema de embrague del rodado no funcionó
correctamente desde su adquisición y que por tanto, fue necesario en distintas ocasiones
efectuar reparaciones que, a tenor de la pericia substanciada, no resultaron satisfactorias ya
que la trepidación subsistía a dicho momento, por lo que no puede sostenerse que se
encontrara el bien adquirido en “condiciones óptimas” para un uso normal conforme lo
prevé la normativa referida.
6. Corresponde ahora determinar, ante los agravios expresados, si el reclamo fue
formulado encontrándose vigente la garantía convencional pactada y si la opción de
resolución resultó formulada en tiempo hábil.
Como se dijo, la entrega del bien se produjo el 03.06.2009 y se acreditaron
sucesivos ingresos al taller por el defecto invocado, al menos en ocho oportunidades a tenor
de las constancias documentales aportadas por la propia demandada (fs. 308/326); rige, por
ende, la prolongación del plazo de garantía conforme lo dispuesto por el artículo 16 LDC.
Promovida reclamación administrativa en fecha 04.05.2010, descontando los días en
que el automóvil se encontró en el taller, surge que el reclamo se interpuso vigente el
mentado plazo.
También, consta la última reparación documentada del sistema de embrague de
fecha 22.06.2010 (fs. 13), no constando que la misma haya sido efectuada fuera de la
cobertura de la garantía convencional, de donde, también el reclamo fue efectuado en
vigencia de la misma.
Sin perjuicio de ello, desde la entrega misma del vehículo se evidenciaron los
problemas en el embrague y por tanto la opción del artículo 17 inciso b) fue ejercida en
forma tempestiva. En efecto, al respecto se considera que si se detecta el defecto del bien
vigente la garantía legal, el consumidor tiene el plazo de tres años del artículo 50 de la LDC
para iniciar la acción prevista en el artículo 17 de dicho cuerpo, plazo que debe computarse
a partir del conocimiento del vicio por el consumidor. (conf. Frustagli, Sandra A. y
Hernández, Carlos A. “Primeras consideraciones sobre los alcances de la reforma de la ley
de Defensa del Consumidor, con especial referencia a la materia contractual, JA, 2008-II-
1212 y ss.)
Fracasada la instancia conciliatoria se promovieron las medidas preparatorias en
fecha 21.10.2010, articulándose la demanda el 13.12.2010 donde ejerció la opción del
artículo 17 inciso b) de la LDC.
El reclamo administrativo que, a la vez, interrumpió la prescripción (conf. artículo
50 in fine de la LDC), como se dijo, se substanció en fecha 04.05.2010 (fs. 382), dentro del
término de vigencia de la garantía.
En dicho trance, en la audiencia de fecha 08.09.2010 celebrada ante la Dirección de
Comercio Interior con la comparencia del actor, la demandada y el tercero citado (fs. 416),
expresamente el señor Bosser manifestó que “reitera sus reclamos y asimismo aclara que de
no ser posible que la unidad tenga o posea un perfecto funcionamiento reiterará el cambio
de la misma, siendo la próxima audiencia la última instancia conciliatoria a la que vendría
para que se solucione su problema”. Ningún reparo se formuló en dicha instancia por parte
de los accionados en orden a que ya no existía cobertura de la garantía. Por lo demás, en el
acta final de la instancia conciliatoria de fecha 20.09.2010 (fs. 417/418) se patentiza que se
niega la existencia del desperfecto, pero sale a la luz que el vehículo no fue inspeccionado
por el fabricante, e incluso se ofrece una nueva inspección, por lo que existe una
contradicción entre que el vehículo no tenía ningún desperfecto cuando no había sido
revisado.
De lo hasta aquí expuesto resulta que la reclamación administrativa, interruptiva de
la prescripción fue formulada encontrándose vigente la garantía convencional pactada y la
opción de resolución resultó formulada en tiempo hábil.
7. En consecuencia, los hechos acreditados quedan subsumidos, a juicio del
suscripto, dentro del supuesto normativo previsto en los artículos 11, 12, 13, 17, ss. y cc. de
la LDC, ya que se trató la adquisición de cosas muebles no consumibles en la que durante
la vigencia de la garantía se detectaron defectos que afectaban el correcto funcionamiento
de la unidad y las reparaciones efectuadas no resultaron satisfactorias, ya que la cosa
SALA CIVIL PRIMERA Resolución N°: 126
Folio: 354
Tomo: 16
reparada no presentó las condiciones óptimas para cumplir con el uso a la que estaba
destinada.
Por tanto, la pretensión que se analiza en autos, implicó el ejercicio de la facultad
resolutoria del contrato prevista en el artículo 17 inciso b).
En relación a lo expuesto, el temperamento de la sentencia a qua debe confirmarse.
8. Sin perjuicio de ello, corresponde examinarse el alcance otorgado a lo resuelto
por el Juzgado de origen.
En el considerando XXXIV (v. fs. 582 vto.) se acoge la pretensión entendida como
“… que previo a devolver la cosa en el estado en que se encuentre se le abone el importe
equivalente a las sumas pagadas, conforme el precio actual en plaza del vehículo al
momento de hacerse efectivo dicho pago, pretensión que ha de ser acogida” .
En la parte resolutiva se condena a Nation y Peugeot Citröen a recibir el vehículo
adquirido “… y abonar al actor la suma equivalente al precio actual de plaza del automóvil
mencionado con más…”
Obviamente difieren los alcances de una y otra expresión. La primera alude en
forma clara al valor de plaza de un 0 kilómetro de las mismas características mientras que
en el resuelvo pareciera referir al precio de plaza del vehículo usado.
Al expresar agravios los recurrentes entendieron aplicable el primer sentido
reseñado.
Para dirimir el valor de condena corresponde atenerse estrictamente a lo dispuesto,
al respecto, en el Decreto Reglamentario N° 1.798/94 que en su parte pertinente expresa:
“La sustitución de la cosa por otra de „idénticas características‟ deberá realizarse
considerando el período de uso y el estado general de la que se reemplaza, como así
también la cantidad y calidad de las reparaciones amparadas por la garantía que debieron
efectuársele. Igual criterio se seguirá para evaluar el precio actual en plaza de la cosa,
cuando el consumidor optare por el derecho que le otorga el inciso b) del Artículo 17 de la
Ley”.
Quiere decir que a la hora del reintegro del precio pagado por la cosa corresponde
evaluarse el período de uso dado a la misma.
Ahora bien, es necesario dilucidar en qué momento corresponde determinar el valor
de la cosa para justipreciar la condena. Si la misma se efectuara al momento de la
adquisición, no se cumpliría con el decreto reglamentario ya que manda a deducir el
período de uso. Sin embargo, si la cuantificación se llevara a cabo al momento en que el
bien efectivamente se reintegra al proveedor, la reticencia de éste, o la prolongación del
litigio lo beneficiaría puesto que, cuanto más se tarde en recepcionar la unidad menor será
el precio a reintegrar dada su amortización.
En virtud de lo expuesto, considero que la circunstancia temporal a la que
corresponde remitirse para formular la tasación del bien, a cuya recepción se obliga, la
constituye el momento en que se formula la opción, pues es allí donde el proveedor toma
conocimiento de dicha pretensión y se encuentra en condiciones de evaluar la situación y
tomar la decisión de aceptarlo; si así no lo hace, no resultaría adecuado a todo parámetro de
justicia que se beneficie al proveedor con la demora de la tramitación del proceso en franco
detrimento de los intereses del consumidor, quien formuló la opción de un modo fehaciente.
Por las razones expuestas, considero que debe efectuarse la restitución del valor que
tenía en plaza el vehículo adquirido al momento de la interposición de la demanda, es decir
el 14.12.2010, ya que fue esa la primera oportunidad en la que se formuló la opción del
artículo 17 inc. b) de la LDC (v. fs. 46), debiendo tenerse en cuenta a los fines de dicha
valuación el período de uso, como así, el kilometraje recorrido a dicha fecha, de acuerdo a
la pericia rendida (v. fs. 481).
Sin embargo, y a la hora de la consideración de las reparaciones efectuadas en el
marco de la garantía, entiendo que las mismas no deben ser soportadas por el consumidor.
Una interpretación sistémica de todo el plexo abona dicha solución. Al respecto se ha
sostenido que las reparaciones protegidas por la garantía no se deben a ningún hecho del
consumidor sino al vicio de la cosa, por lo que si se devuelve un menor precio, se estaría
indirectamente responsabilizando al consumidor por sus defectos, debiendo sólo evaluarse
a la hora del reintegro el período de uso dado a la misma (conf, Sagarna, Fernando A. en
comentario al artículo 17 de la LCD en “Ley de Defensa del Consumidor comentada y
anotada”, obra colectiva dirigida por Sebastián Picasso y Roberto Vázquez Ferreyra, T° I,
pág. 210, La Ley, Buenos Aires, 2009).
Entonces, para la tasación se tendrá en cuenta, exclusivamente, tanto el precio de
plaza de la unidad vendida como el kilometraje recorrido, al 14.10.2012.
A dicho valor se le adicionará una tasa de interés igual al que percibe el Banco de la
Nación Argentina para sus operaciones de descuento de documentos comerciales a treinta
días no capitalizable, calculados desde el 14.10.2012 hasta el efectivo pago.
Si las partes no acuerdan entre sí dicho valor, el mismo deberá ser determinado por
perito, que a tales fines, se designará en la etapa de ejecución de la sentencia.
9. Rubros Indemnizatorios
Respecto a los demás rubros indemnizatorios sobre los que se expresó agravios
corresponde reseñar:
9.1. Daño moral
En el punto XXXV de la sentencia se admite el daño moral, considerado a partir de
las contingencias espirituales que experimentó el actor fruto del incumplimiento.
SALA CIVIL PRIMERA Resolución N°: 126
Folio: 354
Tomo: 16
Contra el mismo se alzan la demandada y tercero, volviendo sobre que en el caso no
se verificó incumplimiento y el menoscabo espiritual no resultó acreditado.
Respecto a la valoración del daño moral esta Sala, con anterior integración, ha
sostenido que "„a los fines de la fijación del quantum del daño moral debe tenerse en cuenta
el carácter resarcitorio de este rubro, la índole del hecho generador de la responsabilidad y
la entidad del sufrimiento causado, que no tiene necesariamente que guardar relación con el
daño material, pues no se trata de un daño accesorio a éste‟ (Corte Suprema de Justicia de la
Nación, 9/12/93, in re „Gómez Orue de Gaete, Frida A. y Otra c/Provincia de Buenos
Aires‟, J.A. 1997-II, Síntesis) ... Sobre el tema en cuestión ha sostenido la Corte Suprema
de Justicia de la Nación que „Ya se ha señalado entre nosotros con relación a la cuantía del
resarcimiento del daño moral, que: „De nada vale sostener, por un lado, que debe resarcirse
a la víctima, para luego, a la hora de determinar el monto de la indemnización, hacerlo con
una suma puramente simbólica, sin entidad alguna, que nada compensa‟; muy por el
contrario, a la víctima le interesa recibir una suma dineraria que tenga alguna entidad,
jerarquía o importancia‟, lo cual „sugiere, en última instancia, la necesidad de un límite
mínimo: no debe ser irrisoria‟. Con similares lineamientos pero más concretamente se ha
destacado asimismo que „Nada autoriza a excluir al daño moral del principio de la
reparación plena y del régimen predeterminado de imputación de consecuencias que
consagra el Código Civil, al que está indisolublemente ligado. La regulación específica del
daño moral que contienen los arts. 522 y 1.078 del Código Civil, en modo alguno permiten
inferir su apartamiento de los principios generales de la reparación‟; criterio éste reafirmado
por la propia Corte Suprema, al decidir que el pronunciamiento que estableció la
indemnización del daño moral sufrido por el actor en unas sumas „que no cubren
mínimamente los requerimientos de la prudencia en la determinación del perjuicio causado
ha establecido su cuantía en términos que desvirtúan el principio de la reparación integral
propio de la materia en examen, razón por la cual no satisface el requisito de debida
fundamentación exigible en las decisiones judiciales‟ (Corte Suprema de Justicia de la
Nación, 1/4/97, in re „Lacuadra, Ernesto A. y Otros c/SA Nestlé de Productos
Alimenticios‟, en E.D., 1997, T. 174, pág. 259) ... También sobre las facultades del Tribunal
para fijar prudencialmente el monto se ha resuelto „la fijación del importe por daño moral
es de difícil determinación ya que no se halla sujeto a cánones objetivos, sino a la prudente
ponderación sobre la lesión a las afecciones íntimas de los damnificados, los padecimientos
experimentados, o sea, agravios que se configuran en el ámbito espiritual de las víctimas y
que no siempre resultan claramente exteriorizados, hallándose así sujeto su monto a una
adecuada discrecionalidad del sentenciante‟ (Cámara Nacional Civil, Sala F, 5/8/97, in re
„Depaolini, Jorge R. c/Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires‟, en J.A., 20/5/98, pág.
48 y siguientes). En idéntico sentido, „La fijación del importe del daño moral es de difícil
determinación, ya que no se halla sujeta a cánones objetivos, sino a la prudente ponderación
sobre la lesión a las afecciones íntimas de los damnificados, los padecimientos
experimentados, agravios que se configuran en el ámbito espiritual de las víctimas, y que
no siempre resultan claramente exteriorizados, hallándose sujeto su monto a una ponderada
discrecionalidad del juzgador‟ [Cámara Nacional Civil, Sala F, 12/5/92, in re „Centurión de
Moreno, Elvira c/Rastelli, Favio V. y Otro‟, Ed. L.L., 1993-B] (in re „CERNIAK,
MARCOS NIEVES C/E.P.E. S/DAÑOS Y PERJUICIOS‟, Expte. Sala I N° 186 – Año
2008, AyS. Resol. Nro. 175, T. 12, F°2)”.
En el caso, y como surge de los hechos acreditados, considero que al frustrarse la
expectativa que el consumidor cobijaba respecto al correcto funcionamiento de un vehículo
cero kilómetro, necesaria y naturalmente impactó en el ánimo del adquirente; máxime,
cuando volvía a fallar el mecanismo luego de las numerosas intervenciones a las que fue
sometido el rodado, con las consiguientes esperas, molestias, reclamos, quejas efectuadas
no sólo ante la concesionaria sino ante la Dirección de Comercio Interior.
La prueba documental y el tenor de las audiencias celebradas ante la autoridad
administrativa acreditan una alteración disvaliosa del plano espiritual de todo aquél que,
como el actor, es sometido a dicho tránsito en pos de lograr la coincidencia entre lo que se
le ofreció y lo que en definitiva se le brindó.
Al respecto, se ha resuelto que en casos de adquisiciones de vehículos de alta gama
que no reunieron las características ofrecidas y que, por ende, el consumidor debió transitar
una serie de vicisitudes para hacer valer la garantía, se considera acreditado el agravio
como resultado existencial negativo diferente de aquél al que se encontraba antes de la
compra, justificando ello la indemnización del daño moral (conf. “Capaccioni, Roberto
Luis c. Patagonia Motor S.A. y BMW de Argentina S.A. s/ infracción a la Ley del
Consumidor”, 30/09/2014, LA LEY17/12/2014, con nota de Marcelo C. Quaglia; LLBA
2015 [febrero], con nota de Ángela M. Cinti).
Como consecuencia de lo expuesto, los agravios relativos al presente rubro son
rechazados, confirmándose la sentencia de grado al respecto, es decir estableciéndose como
resarcimiento por el daño moral sufrida la suma del diez por ciento (10%) del valor de la
unidad C4 HDI SX 5P al momento de su adquisición, lo que arroja la suma de ocho mil
ciento quince pesos ($8.115) la que devengará un interés, desde la fecha de interposición de
la demanda y hasta el efectivo pago, para cuyo cálculo se ha de aplicar el tipo que resulte
de promediar las tasas promedios mensuales activa (operaciones de descuento de
documentos) y pasiva (plazo fijo nominativo) que fija el Banco de la Nación Argentina,
sucursal local.
SALA CIVIL PRIMERA Resolución N°: 126
Folio: 354
Tomo: 16
9.2. Daño material por privación de uso
La sentencia de grado hizo lugar al rubro estimándo que las reparaciones necesarias
insumieron al menos tres días y que por ende se reconoció la suma de $ 1.000; contra ello
se agraviaron los recurrentes sustentando el reproche en que no se acreditó la privación,
como tampoco que el actor haya debido recurrir a otros medios de transporte para justificar
el rubro. En particular, el tercero citado invocó que por condiciones generales de garantía se
excluyó todo reconocimiento de gastos por dicho concepto.
Es criterio uniforme de la doctrina autoral y judicial que cabe una indemnización
que, conforme las máximas de la experiencia, cubra los mayores gastos que implica no
contar en el propio vehículo siniestrado, aunque no se pruebe lucro cesante ni el alquiler de
otro rodado sustituto) lo cierto es que, el automóvil, por su propia naturaleza, está destinado
a ser utilizado, ya sea como mero disfrute o satisfacer necesidades laborales y, en
consecuencia, su privación ocasiona un daño resarcible, que per se, no es necesaria prueba
adicional (cfr. CNCom, Sala B, 21.09.2007, “Yacopetti c. Seguros Bernardino Rivadavia
Coop. Ltda.”, L.L. Online AR/JUR/7239/2007; CNCom, Sala E, 25.03.1988, L.L. 1989-C-
152; CNCom, Sala E, 06.08.2003, D.J. 2003-3-383; CNCom, Sala F, 13.07.2010, E.D. Del
26.11.2010; CCCRos, Sala I, Acuerdo N° 511 del 30.12.2009, “Marti c. Medero”, Acuerdo
N° 75 del 08.10.2003, “Tottis c. Castagnani”, Acuerdo N° 22 del 12.03.2001, “Rubera c.
Conte”; CCCRos, Sala II, “Romano de Hernández c. La Estrella S.A. Cía. de Seguros”,
Zeus 60-R-18, “Sansevich c. La Segunda Coop. Ltda.”, Zeus 76-J-278, entre otros).
Además no configura un obstáculo a la resarcibilidad la falta de recibos o documentos
probatorios del uso sustitutivo (cfr. ZAVALA DE GONZÁLEZ, ob. Cit., p.137/138;
CNEspCivCom, Sala 6ª, 19.04.1985, E.D. 118-503; CNCiv, Sala E, 25.04.1969, L.L. 135-
727; CNEspCivCom, Sala 3ª, 21.03.1980, L.L. 1981-A-570, 35.808-s; CNCiv, Sala D,
08.10.1974, L.L. 1975-A-430; CNCiv, Sala A, 29.11.1974, L.L. 1975-A-658). En tal
sentido ha dicho la Corte Suprema de la Nación que, si no se ha demostrado que el rodado
dañado estuviese afectado a algún destino específico, el importe de la indemnización por
privación de uso debe fijarse prudencialmente por el juez en ejercicio de sus facultades
discrecionales (C.S.J.N., 14.10.1993, “Pappier c. Provincia de Santa Fe”, Fallos: 316:2344).
En autos quedó demostrado que el vehículo debió ingresar a taller en distintas
oportunidades como consecuencia de la falencia acreditada, resultando ajustado a las
constancias demostradas la procedencia del rubro cuestionado, como así, prudente su
cuantificación, por lo que se confirma en el mismo sentido el pronunciamiento en crisis
respecto a la privación de uso analizada, es decir fijando su resarcimiento en la suma de mil
pesos ($1.000), la que devengará iguales intereses y por el mismo período que el rubro
anterior.
9.3. Daño punitivo
En cuanto al daño punitivo, en la sentencia de grado (puntos XXXIX, XL, XLI) se
aborda en primer término el planteo de inconstitucionalidad planteado por el tercero citado
respecto al rubro pretendido, y se formulan una serie de consideraciones respecto a la
tipificación de la figura según la doctrina, para concluir que la previsión normativa
invocada no colisiona el plexo constitucional.
De las mismas se concluye en que la declaración de inconstitucionalidad debe ser
rechazada, estimando ajustado a derecho fijar la indemnización por daño punitivo en la
suma de $ 16.230, suma equivalente al 20% del valor del automóvil al momento de su
adquisición.
La demandada se agravia en este punto indicando que la A quo no dio razón de los
motivos que determinaron su imposición en el caso, resultando por ello, a su juicio,
arbitraria la decisión adoptada.
A su turno el tercero citado entendió que la condena por dicho rubro constituye el
mayor vicio del que adolece el pronunciamiento en crisis. Indica que no se verificaron en el
caso incumplimientos necesarios para determinar la aplicación del artículo 52 bis de LDC,
al punto que compareció al proceso como citada por la accionada, ya que el actor no ni
siquiera encaminó su pretensión hacia el fabricante. Por lo demás, arguye que no se
verificaron incumplimientos en el caso, pero de haberse entendido de dicho modo, no
asumirían el carácter de graves como para justificar la sanción fijada, máxime cuando no se
brindaron fundamentos suficientes.
Señalo en primer lugar que no se expresaron agravios ante esta sede respecto al
rechazo de la inconstitucionalidad planteada del artículo 52 bis LDC, por lo que sólo me
abocaré a tratar los referidos en relación a la falta de fundamentación e improcedencia del
rubro cuestionado.
Adelanto desde ya que los agravios expresado en este último sentido han de
prosperar.
En primer lugar considero que la sentencia de grado ha obviado brindar la
motivación suficiente para conceder una condena punitiva. En efecto, a poco que se repare
en los puntos ya señalados del decisorio, no existe una sola argumentación referida a la
procedencia del rubro en el caso, limitándose a ponderar la constitucionalidad del artículo
52 bis de la LCD, para luego, sin esgrimir el menor fundamento, concluir en la condena
cuestionada, lo que de por sí, resultaría suficiente para su revocación.
Pero al margen de la falta absoluta de motivación aludida, entiendo que los daños
punitivos previstos en el estatuto consumerista no implican una consecuencia automática
frente a cualquier tipo de incumplimiento, sino que se trata de una figura caracterizada por
SALA CIVIL PRIMERA Resolución N°: 126
Folio: 354
Tomo: 16
la excepcionalidad, indicada para situaciones de gravedad y con la finalidad de prevenir
conductas similares en el futuro.
Concretamente, la institución bajo análisis porta desde su cuño en el derecho
anglosajón la idea de sancionar al responsable que ha causado un daño, pero a sabiendas de
que el beneficio que obtendrá con la actividad nociva superaría el valor que debería
eventualmente desembolsar en concepto de indemnización de daños (conf. Picasso,
Sebastián, comentario al artículo 52 bis en: “Ley de Defensa del Consumidor comentada y
anotada” obra colectiva dirigida por Sebastián Picasso y Roberto Vázquez Ferreyra, T° I,
pág. 594 y ss., Edit. La Ley, Buenos Aires, 2.009). Se considera que el daño punitivo
requiere un factor de atribución específico, que puede resumirse en el dolo y la culpa grave,
que procederían en supuestos excepcionales como las llamadas culpas lucrativas o
introducción o mantenimiento de productos o elementos contaminantes que se saben
nocivos a la salud. (Bueres, Alberto J. comentario al artículo 52 bis en: “Ley de Defensa del
Consumidor comentada y anotada” obra colectiva dirigida por Sebastián Picasso y Roberto
Vázquez Ferreyra, T° I, pág. 634 y ss., Edit. La Ley, Buenos Aires, 2.009).
Justamente la denominación de “punitivo” que brinda el artículo 52 bis, pese a que
en su redacción refiera al mero incumplimiento legal o contractual, implica, a juicio del
suscripto, que no se trata del mero incumplimiento contractual genérico que podría
verificarse en cualquier contratación, sino que reviste notas de excepcionalidad que no
pueden generalizarse so riesgo de considerarlas automáticas o consecuentes a cualquier
reclamo basado en la LDC.
Como se dijo, pese a la redacción del artículo, calificada doctrina considera que
debe verificarse la existencia de un elemento repugnante, indignante o antisocial, y ello
puede interpretarse de la locución “gravedad del hecho” que refiere el artículo comentado;
es decir, debe tratarse de una actitud malsana, rayana con el dolo y ser debidamente
acreditada (conf. Galdós, Jorge Mario: ponencia presentada en las XVII Jornadas
Nacionales de Derecho Civil, Santa Fe, Septiembre de 1999; López Herrera, Edgardo en
Los Daños Punitivos, 1ª ed., Abeledo Perrot, Buenos Aires, 2008 y Daños punitivos en el
Derecho argentino. Art. 52 bis, Ley de Defensa al Consumidor, JA 2008-II-1198).
En el caso, se trató de la subsistencia de un defecto en el embrague que no resultó
superado pese a las distintas intervenciones y cambios de piezas reconocidas por el propio
accionante. Si bien nunca se logró la solución definitiva del problema, de las constancias de
autos no se alegó ni probó intencionalidad o total desaprensión de los accionados, ni mucho
menos un daño de magnitud y trascendencia social que habiliten la excepcionalidad del
supuesto indemnizatorio en juego.
Ello, sumado a la falta de fundamentación y acreditación de los extremos referidos
en autos, me convencen que el rubro debe ser revocado, lo que así postulo.
10. En consecuencia, cuanto corresponde es admitir parcialmente los recursos de
apelación intentados, confirmando la condena contra Nation S.A. y Peugeot Citröen
Argentina S.A. a recibir el automóvil C4 5P 2.0 HDI SX en el estado en que se encuentra y
abonar los rubros daños moral y daño material por privación de uso tal como fueron fijados
en la sentencia de grado, es decir ocho mil ciento quince pesos ($8.115) en concepto de
daño moral y mil pesos ($1.000) en concepto de daño material, devengando ambas sumas
un interés, desde la fecha de interposición de la demanda y hasta el efectivo pago, para
cuyo cálculo se aplicará el tipo que resulte de promediar las tasas promedios mensuales
activa (operaciones de descuento de documentos) y pasiva (plazo fijo nominativo) que fija
el Banco de la Nación Argentina, sucursal local.
Asimismo, revocar la sentencia en cuanto ordena abonar al actor el precio actual de
plaza de un automóvil 0 km del modelo mencionado, y en su lugar disponer que el valor a
reintegrar resultará el que tenía el bien al momento de la promoción de la demanda,
teniendo en cuenta el período de uso y el kilometraje recorrido a dicha fecha con más un
interés igual al que percibe el Banco de la Nación Argentina para sus operaciones de
descuento de documentos comerciales a treinta días no capitalizable, calculados desde el
14.10.2012 hasta el efectivo pago conforme a los considerados que anteceden.
Finalmente, revocar el rubro daño punitivo acordado en la sentencia de grado.
Con relación a las costas, y atento al resultado arribado, de conformidad con lo previsto en
el artículo 252 del CPCC, se impondrán en ambas instancias en un setenta por ciento (70%)
a la accionada y tercero citado -“in solidum”-; y en un treinta por ciento (30%) a la parte
actora. Por su parte, los honorarios de Alzada se liquidarán en la proporción establecida en
el artículo 19 de la ley 6.767, modificada por la Ley 12.851, oportunidad en que se correrá
vista a la Caja Forense.
Así voto.
El Dr. Vargas expresó, a su vez, iguales razones en parecidos términos y votó, por
lo tanto, en igual sentido.
A la segunda cuestión, la Dra. Aletti dijo:
Conforme al criterio sustentado al tratar la cuestión anterior, me abstengo de emitir
opinión.
A la tercera cuestión, los Dres. Fabiano y Vargas manifestaron sucesivamente
que, de acuerdo a las consideraciones precedentes, cuanto corresponde es: 1) Admitir
parcialmente los recursos de apelación intentados, confirmando la condena contra Nation
S.A. y Peugeot Citröen Argentina S.A. a recibir el automóvil C4 5P 2.0 HDI SX en el
SALA CIVIL PRIMERA Resolución N°: 126
Folio: 354
Tomo: 16
estado en que se encuentra y abonar los rubros daños moral y daño material por privación
de uso tal como fueron fijados en la sentencia de grado, es decir ocho mil ciento quince
pesos ($8.115) en concepto de daño moral y mil pesos ($1.000) en concepto de daño
material, devengando ambas sumas un interés, desde la fecha de interposición de la
demanda y hasta el efectivo pago, para cuyo cálculo se aplicará el tipo que resulte de
promediar las tasas promedios mensuales activa (operaciones de descuento de documentos)
y pasiva (plazo fijo nominativo) que fija el Banco de la Nación Argentina, sucursal local; 2)
Revocar la sentencia en cuanto ordena abonar al actor el precio actual de plaza de un
automóvil 0km del modelo mencionado, y en su lugar disponer que el valor a reintegrar
resultará el que tenía el bien al momento de la promoción de la demanda, teniendo en
cuenta el período de uso y el kilometraje recorrido a dicha fecha con más un interés igual al
que percibe el Banco de la Nación Argentina para sus operaciones de descuento de
documentos comerciales a treinta días no capitalizable, calculados desde el 14.10.2012
hasta el efectivo pago conforme a los considerados que anteceden; 3) Revocar el rubro daño
punitivo acordado en la sentencia de grado; 4) Con relación a las costas, y atento al
resultado arribado, de conformidad con lo previsto en el artículo 252 del CPCC, se
impondrán en ambas instancias en un setenta por ciento (70%) a la accionada y tercero
citado -“in solidum”-, y en un treinta por ciento (30%) a la parte actora; y, 5) Los
honorarios de Alzada se liquidarán en la proporción establecida en el artículo 19 de la ley
6.767, modificada por la Ley 12.851, oportunidad en que se correrá vista a la Caja Forense.
A la tercera cuestión, la Dra. Aletti dijo:
Conforme al criterio sustentado al tratar la cuestión anterior, me abstengo de emitir
opinión.
Por todo ello, la SALA PRIMERA DE LA CAMARA DE APELACION EN LO CIVIL
Y COMERCIAL DE SANTA FE, RESUELVE: 1) Admitir parcialmente los recursos de
apelación intentados, confirmando la condena contra Nation S.A. y Peugeot Citröen
Argentina S.A. a recibir el automóvil C4 5P 2.0 HDI SX en el estado en que se encuentra y
abonar los rubros daños moral y daño material por privación de uso tal como fueron fijados
en la sentencia de grado, es decir ocho mil ciento quince pesos ($8.115) en concepto de
daño moral y mil pesos ($1.000) en concepto de daño material, devengando ambas sumas
un interés, desde la fecha de interposición de la demanda y hasta el efectivo pago, para
cuyo cálculo se aplicará el tipo que resulte de promediar las tasas promedios mensuales
activa (operaciones de descuento de documentos) y pasiva (plazo fijo nominativo) que fija
el Banco de la Nación Argentina, sucursal local. 2) Revocar la sentencia en cuanto ordena
abonar al actor el precio actual de plaza de un automóvil 0 km del modelo mencionado, y
en su lugar disponer que el valor a reintegrar resultará el que tenía el bien al momento de la
promoción de la demanda, teniendo en cuenta el período de uso y el kilometraje recorrido a
dicha fecha con más un interés igual al que percibe el Banco de la Nación Argentina para
sus operaciones de descuento de documentos comerciales a treinta días no capitalizable,
calculados desde el 14.10.2012 hasta el efectivo pago conforme a los considerados que
anteceden. 3) Revocar el rubro daño punitivo acordado en la sentencia de grado. 4) Con
relación a las costas, y atento al resultado arribado, se impondrán en ambas instancias en un
setenta por ciento (70%) a la accionada y tercero citado -“in solidum”-; y en un treinta por
ciento (30%) a la parte actora de conformidad con lo previsto en el artículo 252 del CPCC.
5) Los honorarios de Alzada se liquidarán en la proporción establecida en el artículo 19 de
la ley 6.767, modificada por la Ley 12.851, oportunidad en que se correrá vista a la Caja
Forense.
Insértese, hágase saber, bajen.
Concluido el acuerdo, firmaron los Señores Jueces de Cámara por ante mí, que
certifico.
FABIANO VARGAS ALETTI
(En abstención)
PENNA
(Secretaria)