SANDRA BARRETO ENSAYO

5/10/2018 SANDRA BARRETO ENSAYO - slidepdf.com

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LA IMPOSICIÓN DEL SILENCIO DE LAS VICTIMAS Y LOS RETOS PARA ELACOMPAÑAMIENTO PSICOSOCIAL EN ESCENARIOS DE IMPUNIDAD

Escrito por: Sandra Milena Barreto Daza

Diplomado en Herramientas de Acompañamiento Psicosocial a Víctimas deViolencia Política.

“Si no hay justicia, no hay sentido y la vida se convierte en condena.”

Roberto Martínez Garcilaso

Durante más de 40 años en Colombia se ha escrito una historia de violencia, una

historia en la que en medio de la confrontación de diversos actores con intereses

predominantes económicos, vivimos en un país en el que un grupo grande de personas

sufren y padecen las heridas y cicatrices de la guerra. Tan solo en el año 2008, Amnistía

Internacional (citado en Barreto, 2009) estimaba que a lo largo de las últimas dos décadas

más de 70.000 personas, en su gran mayoría civiles, han muerto a consecuencia de esta

violencia, tres o cuatro millones han sido obligados a dejar sus hogares, 15.000 han

desaparecido, 20.000 han sido secuestrados, hay entre 8.000 y 13.000 niños y niñas que

han sido reclutados y por último, Colombia tiene la tasa más elevada de víctimas de

minas antipersonales del mundo.

Es por ello que es válido preguntarse dónde se instauran los mecanismos de

resistencia y que ha sucedido con el grupo de víctimas en los procesos de reconocimiento

de su situación, pero sobre todo, en la gestión de su reparación.

En los últimos días, el país a nivel político implanto la Ley de Justicia y Paz, en la

que se reconoce el status de víctima y se propone un camino a la reparación. No

obstante, en un contexto donde aún prevalece el conflicto y los intereses económicos,

pese a estos avances, aún impera la impunidad.

Este ensayo pretende deliberar frente a los impactos psicosociales de la

impunidad y cuáles son los retos que esta condición asigna al ejercicio del

acompañamiento psicosocial a las víctimas de la violencia sociopolítica ya que en esta

condición se dificulta precisamente el ejercicio de derechos como la verdad, la justicia y la

reparación.



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En su escrito, Afirmación y Resistencia, Carlos Beristaín y Franscesc Riera (1999)

definen Impunidad como “el hecho de quedar sin castigo algo que lo merece” (p.9 ¶ 8). Lo

que supone que el Estado no se adscribe como ente protector que haga efectiva la

exigencia por los derechos anteriormente mencionados. Estos dos autores dicen además,

que una de las condiciones determinantes para que se mantenga la impunidad, es que el

Estado no reconoce el status de víctima y tampoco su responsabilidad y la de losvictimarios frente al proceso de su victimización lo que culmina en la no sanción de

quienes cometieron el acto de violencia.

Por tanto, la impunidad es un proceso de deslegitimación de las voces de las

víctimas, quienes al final se encuentran en un panorama de desesperanza e indefensión

frente a su historia y frente a lo que significa la vulneración de sus derechos. Las acciones

de impunidad cuestionan de manera directa o indirecta la credibilidad de sus relatos e

indudablemente truncan el camino hacia su reparación y la garantía de la no repetición de

los hechos que llevaron a su victimización.

Cuando hago referencia a mecanismos directos o indirectos, se establece

entonces que la impunidad presenta muchas facetas que no solo se presentan en

contextos judiciales o penales. La justificación de la represión, las ideologías autoritarias y

las líneas armamentistas, el ocultamiento de la información y las estadísticas sobre la

vulneración de derechos humanos, la información presentada por los medios

audiovisuales y escritos, la negación de derechos como la salud y la falta de investigación

y penalización de los crímenes y actos violentos (Beristaín, Carlos & Riera, Franscesc

1999; Becker & Lira, 1989), son solo apenas algunas de las formas en las que se instaura

la impunidad y que genera ese clima de desesperanza en el que viven la mayor parte de

las personas que son víctimas en Colombia.

Sumado a lo anterior, en los casos donde se dan procesos de judicialización de los

hechos de violencia sociopolítica, la condición de impunidad se mantiene en la medida

que las víctimas no asumen un papel activo y participativo en dichos procesos y las

sanciones son incipientes frente a los hechos de su vulneración (Corporación AVRE,

2008). Al igual que la violencia primaria (los primeros hechos de vulneración), se sostiene

el silencio como mecanismo de represión política.

En ese proceso de ilegitimidad y silenciamiento de sus voces, se crean estigmas y

prejuicios pues se abren cuestionamientos como: ¿de quién es la culpa de lo acontecido?

¿La víctima se buscó su situación? ¿En quién confiar si el que debería proteger no lo

hace? ¿Se podrá garantizar que la violencia no volverá a suceder? ¿Quién tiene la

verdad? Y lo que es más grave, en la impunidad se generan cuestionamientos frente a si

las víctimas se merecen la reparación y conocer la verdad de los hechos que le

ocurrieron.

En el escenario de la migración internacional colombiana, la OIM (2009) calcula

que alrededor de 4.167.388 colombianos migraron al exterior, y aunque no se establece



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las causas o motivos de la migración, de los más de 500 retornados entre el año 2009 y el

2011 registrados por el Programa Bienvenido a Casa de esta organización, se establece

que alrededor de un 45% huyeron de situaciones de violencia sociopolítica lo que los

ubica en una dinámica de desplazamiento y no de migración, pues no existe una decisión

y voluntad frente a la movilidad.

Uno de estos casos es el de Lola, una mujer de 55 años de edad quien busca asilo

político en Chile a causa de las amenazas realizadas en el año 2006 por su labor

comunitaria en la defensa de los derechos de las mujeres en la Localidad de Ciudad

Bolívar en Bogotá. Huye a causa de la falta de protección policial que en reiteradas

ocasiones solicitó para el acompañamiento en las actividades de empoderamiento y

participación; huye por la insistencia no solo del frente paramilitar que ejerce las

amenazas, sino de las entidades estatales que al iniciar un proceso legal insiste en la

necesidad de que abandone sus labores como líder comunitaria.

En el año 2009 decide retornar al país, pues en Chile desarrolla una depresión

atribuida al desempleo y a la soledad que se genera en las dinámicas migratorias; y

desde su retorno el miedo aún la acompaña en sus recorridos por Ciudad Bolívar. Es

importante establecer que Lola no querido vincularse a un proceso de acompañamiento

psicosocial, pues ese miedo ella lo significa como lo normal, como lo cotidiano.

Estas historias de impunidad y de desesperanza, desde una perspectiva

psicosocial, generan procesos de revictimización o de re traumatización, donde la

intencionalidad de la impunidad asume un rol determinante. El silenciamiento de las

víctimas a través de estos mecanismos propicia impactos morales, psíquicos y sociales

que parten de la desconfianza en la sociedad y en la desesperanza en la reconstrucción

de sus proyectos de vida.

Dice Beckerman (2002 citado en Bottinelli, María, 2010) que la impunidad como

nueva experiencia traumática causa rupturas en la valoración de las relaciones sociales

como escenarios de apoyo y soporte, fomenta incertidumbre alrededor de lo cotidiano, se

frustra el anhelo de las víctimas de encontrar justicia, y a nivel social, veta la participación

política y la confianza en la ley como elementos fundamentales para el ejercicio de los

derechos.

Cabe destacar que estos impactos no solo se propician a nivel individual, sino que

trascienden a niveles familiares, comunitarios, culturales y políticos, como lo destaca la

herramienta de Análisis de Contexto, El Caleidoscopio, construida por la Corporación

Vínculos (2011) para el acompañamiento psicosocial a las víctimas de la violencia

sociopolítica en nuestro país. En el caso de la impunidad como nueva experiencia

traumática, la impunidad genera que “…sentimientos disruptivos que son compartidos

colectivamente (como el dolor, la ira, la desesperanza, etc) los que no logran ser

procesados en esa dimensión de lo social, por lo que adquieren presencia disfrazada en

los estilos de relación, en las formas de convivencia cotidiana, en la comunicación, en las



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formas de organización de la vida social. En estos ámbitos lo traumático deambula

invisibilizado, incubando una intersubjetividad alienada que termina por trasladar a las

nuevas generaciones la herencia fantasmática del trauma …” (Madariaga, Carlos; 2006, p.

6, ¶ 1).

De igual manera la impunidad nutre un cuadro de dominación política y culturaldonde se habilitan estructuras sociales de violentan los derechos humanos, y donde el

daño para las víctimas es permanente (Madariaga, Carlos, 2006).

Hace dos años, me encontraba trabajando en una Fundación vinculada al ICBF

para el restablecimiento de los derechos de los niños que presentaban pautas de calle.

Allí conocí y acompañe a la familia Cuartas encabezada por Linda, una madre cabeza de

hogar proveniente del Chocó, a quien el asesinaron dos hermanos en un municipio de

Antioquia y años después sufre la muerte de tres hermanos en la Masacre de Bojayá.

Linda es una mujer con un marcado estilo parental autoritario, y que previo a la

institucionalización de Luis, ejercía maltrato hacia él. En el trabajo de acompañamiento

psicosocial trabajamos sobre la metáfora de la Roca, donde ella se significaba como una

persona que era incapaz de expresar sus sentimientos y quien había dejado atrás la

búsqueda de la verdad y la justicia ante la falta de respuesta del Estado frente los hechos

vivido. Cuando en los conversatorios surgía la situación de violencia, ella sencillamente

alegaba que esta era un tema que con su familia habían decidido no hablar, pues no hubo

una penalización de los victimarios y tampoco, en ninguno de los dos casos, se le permitió

enterrar a sus muertos como lo determinan sus creencias culturales.

A través de rituales y metáforas Linda y sus hijos pudieron ablandar la roca que le

trazo los hechos de violencia y la impunidad; no obstante, reconozco que el acuerdoestablecido con la familia extensa mantendría el silencio frente a su historia de

vulneración y sufrimiento, pues Linda decidió que seguiría cargando el duelo de manera

individual.

Frente a la violencia sociopolítica, el acompañamiento Psicosocial emerge como

un elemento en el que se promueve el ejercicio de los derechos y se pretende en la

interacción construir nuevos discursos que fomenten empoderamiento y concientización,

sin embargo en un escenario de impunidad, este acompañamiento presenta grandes retos

frente al análisis y transformaciones que se propone, donde como en los casos de Linda o

de Lola, perpetúan el daño y el miedo a hablar o a expresar el dolor, como una respuesta

normal frente a hechos que no debieron haber sucedido.

De acuerdo a los impactos de la impunidad y de los hechos de violencia

sociopolítica, el acompañamiento psicosocial tiene tres grandes retos:

1. Instauración de un contexto de confianza y esperanza para la reparación, donde las

conversaciones y las narrativas han de conducirse a la reflexión y una postura crítica



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que revele los recursos individuales, familiares, comunitarios y políticos para el

ejercicio de los derechos y la búsqueda de la verdad. Es poder construir con las

víctimas, esferas de acción que le permita asumir un protagonismo frente a los

procesos de justicia y reparación.

2. Espacios de expresión del dolor desde la perspectiva de las víctimas. Elacompañamiento debe facilitar que estos sujetos puedan tomar decisiones sobre las

formas de expresar y manifestar las emociones y las rupturas de las situaciones que

amenazaron el transcurso de sus proyectos de vida. Por ejemplo, en el caso de Linda,

los rituales fueron propuestos de acuerdos a creencias y patrones culturales y solo

cuando ella expresó la necesidad de “sacar” las emociones que había cargo ella a

partir de la muerte de sus hermanos.

3. Elementos de construcción y reconocimiento de lo que significa ser víctima en el

marco de la violencia sociopolítica, ya que en los casos de la impunidad la falta de

atención oportuna genera un anclaje del sufrimiento de las personas pues no se

posibilita ser escuchadas y menos reparadas, pues esta condición oculta y desconoce

lo que representa ser víctima, los impactos psicosociales que surgen y el ejercicio de

sus derechos.

4. Reconstrucción de las redes de apoyo y soporte desde el análisis del contexto. Redes

que han de vincular estamentos y niveles de reparación y de justicia.

5. Intervenir desde la paradoja, es decir, uno de los propósitos de la violencia

sociopolítica es romper pautas de participación, de confianza y diluir el tejido social. El

acompañamiento psicosocial ha de vincularse a los principios participativos para

generar transformaciones en el silenciamiento de las víctimas y en general de lasociedad.

Los elementos conceptuales y metodológicos transversales del acompañamiento

psicosocial hacen referencia entonces a propiciar empoderamiento en las víctimas, como

proceso de concientización y reconocimiento del poder que tienen frente al cambio o la

transformación; la participación, como un proceso de implicación en dichos cambios

asumiendo una mirada crítica, y por último la perspectiva de Redes Sociales, como la

creación de relaciones de apoyo y soporte (Montenegro, Marisela, 2004)

Estos conceptos han de ser asistidos necesariamente por enfoques de trabajo queredunden en otorgarle protagonismo a las víctimas somos sujetos políticos. En el trabajo

psicosocial se ha delimitado el Enfoque de Acción sin Daño, el cual propone que en el

abordaje se debe incorporar una mirada crítica en el análisis y la reflexión sobre los

procesos de acompañamiento donde prima el reconocimiento y el respeto por las historias

y los sentidos de las víctimas (Rodríguez Ana, 2008)



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Cuando el acompañamiento no se plantea desde estos marcos teóricos y

metodológicos, se corre el riesgo de caer en un asistencialismo que en las condiciones de

impunidad pueden agravar los impactos y pueden llevar a nuevas situaciones de

victimización.

Recuerdo un caso de una familia que fue desplazada de Chaparral, Tolima, porqueun grupo pretendía tomar las tierras que le pertenecían. Esta familia fue vinculada a la

UAO, pero al presentar problemáticas que se derivaron de su desplazamiento como

pautas de abuso sexual en el sistema familiar, trabajo infantil, violencia de género y

condiciones de extrema pobreza; fue atendida por otras organizaciones en función de la

protección de los niños y niñas que vivieron el impacto de estas situaciones.

Una de estas Organizaciones intentó vincular laboralmente a la progenitora con

un contrato que incluía todas las prestaciones de ley: salud, pensión y cesantías; sin

embargo, ella no accedió pese a la evidente situación económica, argumentando que

podría perder subsidios otorgados por su condición de desplazamiento. El sentido de esta

decisión radica inicialmente en una atención de tipo asistencial que básicamente no

fomenta el empoderamiento de las víctimas en el proceso de reparación y en el ejercicio

de sus derechos.

Si bien es cierto, el acompañamiento presenta alcances significativos en el

proceso de reparación, es trascendental entender que la reparación ha de ser abordada

desde una mirada integral en la que en el diseño y formulación herramientas y espacios

se admita en primera instancia el protagonismo de las víctimas, y, en segunda instancia ,

la construcción de escenarios con base a la dignidad como valor fundamental.

Así mismo, y tal como establece Liz Arévalo (2010) para la reparación integral, esnecesario no solo que el Estado asuma medidas de restitución de tierras,

acompañamiento psicosocial o escenarios de reconstrucción de la memoria histórica; sino

que tendrá que asumir su responsabilidad frente al proceso mismo de victimización, por el

carácter político de la violencia. La Reparación en tanto, es un proceso en el que las

diferentes instancias y actores del tejido social interactúan en función del apoyo y

transformación de las condiciones sociales que mantienen la violencia a la que estamos

sujetos.

En este marco, considero que el acompañamiento psicosocial es una de las rutas

que permite que las víctimas puedan ser escuchadas y reconocidas frente a sus derechos

y frente al dolor y sufrimiento que la violencia sociopolítica les ha causado. Sin embargo el

reto en tanto las condiciones sociales y económicas no se transformen, está en establecer

reparación en un país donde aún persiste la violencia y la impunidad. La clave está en

instaurar escenarios de resistencia civil y de posibilitar acciones y rutas diversas que

abran posibilidades de buscar Justicia, Reparación integral y la Verdad, los tres derechos

fundamentales que han de ser reconocidos para superar las condiciones de impunidad.



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REFERENCIAS

Bottinelli, María Cristina (2005) La Impunidad como crimen de lesa humanidad. San José.

Editorial IIDH.

Amnistía Internacional (2008) Colombia: La población civil grita “¡Déjennos en paz!” En

Barreto, Sandra (2009) Una Mirada Sistémica De Los Procesos De Intervención

Psicosocial Enfocados A Las Victimas De La Guerra En Colombia. Trabajo de

clase Maestría Intervención Psicosocial. Universidad Autónoma de Barcelona.

Becker, David & Lira, Elizabeth (1989) Todo es según el dolor con el que se mira ” .

Santiago. ILAS

Beristaín, Carlos 1999: Afirmación y Resistencia- La Comunidad como Apoyo. Barcelona.

Virus.

Liz Arévalo (2010) Atención y reparación psicosocial en contextos de violencia

sociopolítica: una mirada reflexiva . Revista de Estudios Sociales, núm. 36, agosto,

2010, pp. 29-39 Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, A.C.

Corporación AVRE (2008) El Concepto De Víctimas En El Acompañamiento Psicosocial

Desde La Perspectiva De Los Derechos Humanos Consultado el 21 de Julio de

2010, desde: http://www.corporacionavre.org/?q=node/20

Corporación Vínculos (2011) Modulo 2: Análisis De Contexto Para El Acompañamiento

Psicosocial Y En Salud Mental. Diplomado en Herramientas de Acompañamiento

Psicosocial a Víctimas de Violencia Política. Bogotá, Universidad Nacional.

Madariaga, Carlos (2006) Retraumatización: hacia una conceptualización necesaria.

Santiago.

Montenegro, Marisela (2004) La investigación acción participativa. En: Musito, Gonzalo.

(coord.). Introducción a la psicología comunitaria (pp. 135-165). Barcelona: UOC.

Organización Internacional para las Migraciones, OIM (2009) Migración Internacional de Colombianos. Consultado el 19 de julo de 2011 desde:

http://www.oim.org.co/Sobremigraci%C3%B3n/Migraci%C3%B3ncolombiana/Dato

sycifras/tabid/160/language/es-CO/Default.aspx

Rodríguez Ana (2008) Modulo 1: El Enfoque de Acción sin Daño. Acción sin Daño y

reflexiones sobre prácticas de paz: una aproximación desde la Experiencia

Colombiana. Bogotá. Universidad Nacional.

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