SemanarioUno 407

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...la lucha sigue El Primer de Mayo es una fecha emblemática que recuerda, año tras año, una lucha por liber- tad, justicia y pan para todos, todavía en curso. Pags. 2-11 Semanario Nacional Viernes 29 de abrial al jueves 5 de mayo de 2011 Santa Cruz de la Sierra, Bolivia Año 9 Número 407 Bs 5 ¿Hacia dónde va la ciu- dad?, es la pregunta a la que Carlos Valverde res- pondió en el segundo co- loquio Construir Ciudad del ciclo que promueve desde marzo el Colegio de Arquitectos de Santa Cruz. Págs. 15-18 Santa Cruz de la Sierra y sus deudas pendientes, según Carlos Valverde y Reymi Ferreira. Págs. 14-23 Reymi Ferreira estuvo en el primer coloquio del Ciclo Construir Ciudad.A él le tocó responder otra interrogante: ¿Qué ciudad somos? La realidad ex- puesta por Ferreira es la de una ciudad en crisis, pero llena de oportunidades.

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Santa Cruz de la Sierra y sus deudas pendientes, según Carlos Valverde y Reymi Ferreira. Págs. 14-23 ¿Hacia dónde va la ciu- dad?, es la pregunta a la que Carlos Valverde res- pondió en el segundo co- loquio Construir Ciudad del ciclo que promueve desde marzo el Colegio de Arquitectos de Santa Cruz. Págs. 15-18 Semanario Nacional • Viernes 29 de abrial al jueves 5 de mayo de 2011 • Santa Cruz de la Sierra, Bolivia • Año 9 • Número 407 • Bs 5

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...la lucha sigue

El Primer de Mayo es una fecha emblemática que recuerda, año tras

año, una lucha por liber-tad, justicia y pan para todos, todavía en curso.

Pags. 2-11

Semanario Nacional • Viernes 29 de abrial al jueves 5 de mayo de 2011 • Santa Cruz de la Sierra, Bolivia • Año 9 • Número 407 • Bs 5

¿Hacia dónde va la ciu-dad?, es la pregunta a la que Carlos Valverde res-pondió en el segundo co-loquio Construir Ciudad del ciclo que promueve desde marzo el Colegio de Arquitectos de Santa Cruz. Págs. 15-18

Santa Cruz de la Sierra y sus deudas pendientes, según Carlos Valverde y Reymi Ferreira.Págs. 14-23

Reymi Ferreira estuvo en el primer coloquio del Ciclo Construir Ciudad. A él le tocó responder otra interrogante: ¿Qué ciudad somos? La realidad ex-puesta por Ferreira es la de una ciudad en crisis, pero llena de oportunidades.

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www.semanariouno.orgViernes 29 de abril de 2011 Santa Cruz de la Sierra • Bolivia

EDITORIAL

Voz compartida

Sin vueltas

1 de Mayo, emblemático

Andrés Ibáñez vive

Son las paradojas de la vida, pero la muerte suele ser una constante en las historias de lucha por justicia y libertad. El 1 de Mayo es una muestra de ello, entre muchas más. Ya sea por el primero de mayo de 1877 vivido en

la Chiquitania, en Santa Cruz, con la muerte del líder igualitario Andrés Ibáñez, o por el primero de mayo de 1886 vivido en Chicago, que marcó el inicio de una movilización sindical reclamando el respeto a las ocho horas laborales y que concluyó meses más tarde con la muerte de cinco líderes de la protesta.

La primera fecha no tuvo mayor repercusión que la conferida por quienes habitaban el joven país nacido apenas 52 años antes: Bolivia; mientras que la segunda tuvo tanto impacto dentro y fuera de Estados Unidos, que terminó marcando el Día Internacional del Trabajo. Había motivos para que así fuera: Estados Unidos avanzaba a pasos agigantados hacia la industrialización y estaba conectado con los principales países del mundo de la época, mientras que Bolivia no pasaba de ser un país perdido en un rincón sudamericano.

Pero el 1 de mayo de 1877 no sólo pasó desapercibido en el mundo. En Bo-livia, la fecha se fue borrando con prisa, hasta quedar casi invisible en la propia historia del país, incluso de Santa Cruz, cuna de Ibáñez. Que así sucediera no dependió solo de las diferencias geográficas entre uno y otro país. Dependió fundamentalmente de la brecha económica que los distanciaba, del nivel de desarrollo alcanzado, de la conciencia lograda en su ciudadanía.

Y es verdad. Mientras que Estados Unidos estaba ya en los albores de la revolución industrial, Bolivia vivía bajo el régimen feudal heredado de la co-lonia, sometido a amenazas externas y permanentes conflictos internos. Uno de ellos fue el que protagonizó Ibáñez, tras rebelarse y desconocer al gobierno central que burló el mandato que le había conferido el pueblo. Ibáñez logró hacerse del poder local, desatando la ira del gobierno central y de la propia oligarquía cruceña. Ambos se aliaron para derrocarlo y no descansaron hasta darle muerte el 1 de mayo de 1877.

Pero pese a que ambas historias tienen en común una lucha por justicia y libertad, solo una fue recordada desde siempre: la de los mártires de Chicago, cuyo legado se transformó en una celebración para los trabajadores de todo el mundo. La de Ibáñez fue ignorada, sin duda por no convenir a los poderosos de 1877 y a los que les sucedieron a lo largo de más de un siglo. Por eso, el 1 de Mayo no había ningún acto alusivo a su lucha; un olvido que parece estar cerca de la muerte, como lo demuestra un par de decisiones políticas tomadas en los últimos años para reivindicar su memoria.

Hace un par de años fue el turno del Gobierno central, que tomó el nombre de Ibáñez para bautizar la ley de lucha contra la corrupción. Este año es la nueva directiva del Comité pro Santa Cruz que decidió recuperar para la me-moria histórica de los cruceños la emblemática figura de Ibáñez, recordando su muerte y creando la Semana de la Igualdad en mérito al movimiento Iguali-tario que lideró Ibáñez y que “proyectaba la igualdad en la propiedad, para que los peones y artesanos tuvieran una paga justa por el trabajo que desarrollaban en las haciendas ganaderas y agrícolas”.

Todo un precursor de la lucha por los derechos de los trabajadores, se po-dría decir de Ibáñez. Ahora sólo resta ver si esta decisión política de los cívicos es abrazada por los poderes nacionales y locales actuales, tan reacios como siempre a reconocer derechos y libertades a quienes desearan mantener bajo control y sometido al yugo de la obsecuencia política o económica.

En la práctica...

Número 1 es elaborado por un grupo de periodistas independientes que han formado una sociedad editorial

para publicar este semanario de circulación nacional.

Maggy Talavera (directora)Ignacio Talavera Alpire (gerente)

Jorge Caero (columnista) Diego Jaramillo (reportero)

Asesor legalDr. Jerjes Justiniano Atalá

ColumnistasWinston Estremadoiro (antropólogo)Alcides Parejas Moreno (historiador)

Susana Seleme (periodista, cientista política)Patricia Mara (Plataforma de la Mujer)

Desde Buenos Aires: Emilio García (abogado y profesor)

Modelo gráfico: Fernando Pérez ChristensenDiagramación: Mitchel M. Jaldin

Colaboran en esta edición Claudio Ferrufino-Coqueugniot ( escritor)Iván Arias Durán (columnista.net)Gonzalo Villegas vacafflor ( sociólogo)Carlos Valverde Bravo( www.carlosvalverde.com)Reymi Ferreira (abogado / rector de la uagrm)

José Ros ( docente universitario)Fotografías: Internet / Elvio Montero /Diego Jaramillo.

Correo electrónico:[email protected] [email protected]

Dirección: Calle San Germán No. 15 Urb. La Madre

Recepción/telefax: Gabriela García Landívar, 350-3585 FOTO DE PORTADA: Internet

Todos los hombres amamos vivir, pero hay algunos que prefieren los ideales y el

honor. Esos hombres son eternos pues sus ideas lo trascenderán co-mo una lumbrera a las futuras ge-neraciones. El centralismo se equi-vocó al pensar que una invasión a Santa Cruz y el ajusticiamiento de Andrés Ibáñez en la estancia San Diego acabarían con el espíritu combativo y altivo de un pueblo que busca la Igualdad y la Liber-tad. Estos ideales del Federalismo Camba nos recuerdan que Andrés Ibáñez Vive, que nos guían en esta nueva década del s. XXI, 124 años después, tan vigentes como en el tiempo de los Igualitarios.

Fue en esos tiempos que nos levantamos en contra de la tira-nía y la injusticia, en contra de la desigualdad y la postergación, en contra de ser una colonia interna del poder político central y sus secuaces, y fue en esos tiempos que nuestra nación perdió un gran

hombre; pero ganó un héroe in-mortal, un hombre que dijo ¡bas-ta!, y que hasta el día de hoy nos muestra un horizonte basado en el respeto al derecho ajeno, funda-mental en un Pacto Federal.

Puede ser que el centralismo esté siempre muy bien acompaña-do de colaboracionistas locales y fuerzas militares serviles, pero acá hay un pueblo con su voluntad in-quebrantable, una voluntad que se proyecta a un futuro mejor, donde la Igualdad y la Libertad no sean consignas, sino realidades. La proclama de todos somos iguales es la igualdad de derechos y los principios de ciudadanía, donde todos los hombres somos iguales ante la ley, sin importar condición o privilegio. El Primero de Mayo de 1.877 muere el hombre, pero nace el héroe hecho mito, que pe-día se le apunte al pecho, pues ahí moría un hombre, heredando a su pueblo sus anhelos, que son lum-breras en años obscuros.

“La historia de Ibáñez fue ignorada, sin duda por no convenir a los poderosos de 1877 y a los que les sucedieron a lo largo de más de un siglo. Por eso, el 1 de Mayo no habían actos oficiales que recordaran su lucha... un olvido que parece estar por acabar”

Rolando Schrupp

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Santa Cruz de la Sierra • Bolivia

Seguridad, ¿de qué se trata?La mayoría de las autoridades y varios sectores de la sociedad

civil creen que la inseguridad será frenada con más policías y cárceles. Pero ello está lejos de atacar el problema de fondo.

“Yo, como muchos, estoy asus-tado porque las mayoría de los hoy tan interesados convocantes

a tratar el tema de seguridad recurren con una facilidad pasmosa al recurso de incrementar presupuestos para la represión, cárceles, cuerpos de seguridad y un largo etcétera digno de neofacistas y, literalmente, ni se mosquean de invertir en educación y cultura”, me escribió agobiado William Rojas, luego de seguir un debate abierto en el Facebook sobre la “cumbre por la seguridad” realiza-da el lunes pasado en el Ministerio de Gobierno, en La Paz, a convocatoria del Presidente Evo Morales.

William tiene muchos motivos pa-ra estar asustado. Susto, además, que muchos compartimos por las mismas razones que él expone: los motivos que animan a los convocantes a tratar el problema de inseguridad ciudada-na, los argumentos que sostienen sus motivos y, por último, las propuestas que presentan como “soluciones”. Y cuando digo “convocantes” no me re-fiero solo al Presidente Morales y sus ministros, representantes del gobierno central, sino también a las autoridades y funcionarios de los gobiernos de-partamentales y municipales. Todos, con rara excepción, están encarando el problema solo desde la perspectiva policial-criminal y, como efecto, las soluciones propuestas se reducen a medidas represivas y “correctivas” (leáse: más cárceles, más policías, más leyes duras contra el crimen or-ganizado o no).

Un par de ejemplos. El concejal cruceño Freddy Soruco (MAS) pro-puso al Concejo de Santa Cruz de la Sierra “acciones de prevención, repre-sión y corrección… Prevención con la compra de helicópteros, apertura de la ex Granja de Espejos, desconcentra-ción de la Policía, una nueva cárcel y la creación de lugares para la reinser-ción social de cleferos y malvivientes; la represión en la conformación de grupos especiales que estén debida-mente equipados y puedan actuar con inmediatez y la corrección mediante la creación de lugares donde se le en-señe al individuo a trabajar y pueda ser readaptado… Lo que buscamos es que las pandillas no se acerquen a los colegios y los niños no sean víctimas de atracos, también queremos poner cámaras de seguridad en hospitales y rotondas de la ciudad ya que es ahí donde las personas son víctimas de atracos y asaltos”. Textual.

La presidente del Concejo de la capital cruceña, Desirée Bravo (de la oficialista Santa Cruz Para Todos, SPT), coincide con la visión de So-

ruco, ya que asegura que la Munici-palidad “hace mucho” a favor de la seguridad ciudadana: “Ahí están los módulos policiales, la Guardia Muni-cipal, los servicios de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia, Bomberos, además los planes de iluminación en las áreas verdes y espacios públicos”.

En la Gobernación Autónoma de Santa Cruz la visión es la misma. Lo demostró el Gobernador Rubén Costas al sugerir como primera ac-ción la creación de una guardia de-partamental. Una posición ratificada por su asesor legal Vladimir Peña en la “cumbre” del lunes pasado: “Hay un dato que me llama la atención… cerca de 50% de las pandillas juve-niles de todo el país se encuentra en El Alto; en Santa Cruz está creciendo la delincuencia juvenil, hay que tener una política fundamentalmente pre-ventiva, antes que represiva al res-pecto”. Por eso, dice, la Gobernación propone “diseñar una política estatal de seguridad ciudadana” enmarca-da en la nueva CPE, “es decir que nuestro sistema de seguridad tiene que ser moderno y debe responder a la nueva forma de administrar un estado autonómico”.

Ni una palabra que detone una reflexión profunda y seria sobre las causas de la inseguridad ciudada-na; entre otras, pobreza, inequidad, anti-valores, falta de educación y ci-vilidad. Sólo una voz oficial, de las conocidas hasta hoy, escapa al molde represivo-correctivo: la de la Gober-nación de Cochabamba. Su director de Seguridad Ciudadana, Elvio Sán-

“A la mayoría de las autoridades públicas no les in-teresa hablar de educación y cultura, porque como bien dice William Rojas, ‘saben que con personas letradas y/o educadas (es decir, competentes para el ejercicio de la ciudadanía) se les acaba el discur-so...’, además de no ser rentable políticamente.”chez, hizo un planteamiento basado en cuatro ejes de acción: educación y comunicación en la población para la disminución de conductas de riesgo; mejorar la eficiencia, eficacia y trans-parencia institucional y restablecer la confianza de la población en sus ins-tituciones de seguridad ciudadana; promover la interacción ciudadana y participación social de comunidades; y mejorar la infraestructura y medios logísticos operativos del sistema de seguridad ciudadana.

¡Por fin una voz, entre tantas, que asume la inseguridad ciudadana como “un problema social de primer orden que encierra factores complejos y que es una de las demandas prioritarias de la ciudadanía”! ¿Tendrá la capacidad suficiente como para contrarrestar las otras voces ya descritas? No lo creo, por dos razones. Una de ellas muy bien expuesta por William Rojas: a la mayoría de las autoridades públicas no les interesa hablar de educación y cultura, “saben que con personas le-tradas y/o educadas (es decir, compe-tentes para el ejercicio de la ciudada-

nía) se les acaba el discurso, amén de que los resultados de esta inversión no se ven sino en el largo plazo y eso no es, pues, rentable políticamente.”

Un contrasentido, sin lugar a du-das, sobre todo en Santa Cruz, cuyas autoridades y mayorías ciudadanas se reconocen como abanderadas de la autonomía. Pues, como dice tam-bién William, nada hay que garantice más la autonomía de la gente que la educación y la cultura. O como lo dijo el filósofo español Fernando Savater, abordando el tema desde otro ángulo: “eduquemos mejor… o empecemos a temblar”. Y en ese “educar mejor” está explícita la tarea de formar ciu-dadanos responsables, respetuosos del otro y solidarios, capaces de vivir en sociedades pluralistas y de cum-

plir sus deberes, cortando la cadena del patentado de insolidarios, como lo anota Savater.

Pero como cultura y educación no son “negocios” rentables políti-camente, como sí puede serlo el re-armar a los organismos represivos (comprar armas, helicópteros, cons-truir cárceles, etc.), será difícil que los convocantes a la cumbre hagan un es-fuerzo por ir al fondo del problema y, también, plantear soluciones de fon-do. Como ya lo anoté en la columna Urupesa urbana que publica Página Siete cada lunes, “para que algo cam-bie en serio, la ciudadanía tendrá que salir de su letargo, vencer el miedo y ser capaz de articular respuestas ‘para poner contra la pared a los políticos y obligarlos a tratar en el Parlamento…’ una auténtica política de seguridad ciudadana”.

La pelota está en la cancha de la ciudadanía. De su reacción y capa-cidad de incidir en este debate sobre inseguridad dependerá que logre de sus autoridades las respuestas que ne-cesita para vivir en paz.

ESTADO DE DERECHO

MaggyTalaveraPeriodista

Roly Aguilera Gasser es uno de los pocos secretarios que permanece al lado de Rubén Costas, desde su primer mandato como prefecto de Santa Cruz, iniciado en enero de 2006.

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Policías versus ciudadanía“El modelo policial y de seguridad está agotado. Urge una reforma”, se lee en el epígrafe

de la entrevista a Juan Ramon Quintana, hecha por Semanario Número 1 (hoy Semana-rioUno) en marzo de 2003 al entonces sociólogo e investigador. Vale la pena reproducirla.

Vivir con miedo es como no vivir. Es, màs bien, padecer en vida. Uno comienza a

mirar a todos los que lo rodean con desconfianza, con recelo, y termina optando por evitarlos. En definitiva, uno va perdiendo el contacto con la gente. Ese es el riesgo que corremos hoy los bolivianos, asegura Juan Ra-mon Quintana, por no haber enfren-tado a tiempo un problema que hasta ahora parece no ser importante para quienes nos gobiernan, pero que nos esta quitando el sueño y las ganas de vivir: la inseguridad ciudadana, un sentimiento que nos está convier-tiendo en rehenes del miedo, algo impensable en democracia.

Para explicar el fenomeno y bus-

car soluciones de fondo fue que Juan Gabriel, apoyado en un equipo de investigadores, propuso al Progra-ma de Investigacion Estratégica en Bolivia (PIEB) adentrarse al tema.

Su propuesta fue aceptada y aho-ra, luego de once meses de trabajo, él puede afirmar que hay vías de solución al problema. Renorrerlas, sin embargo, no será tarea fácil. An-

tes hay que vencer las taras de un sistema político que agravó la crisis institucional de la policía, dice él y explica porqué.

¿Cuáles son las causas que pro-vocaron la crisis institucional que afecta a la policía?

Para encontrar las causas, hay que revisar la historia de la policía a lo largo de toda la vida republicana del país. Eso es lo que hemos hecho y en esa revisión vemos cómo en cuatro ciclos históricos (1900-1937, 1937-1952, 1952-1964 y 1964-1982) hay rasgos comunes que hoy expresan y contienen la crisis policial.

¿Cuáles son esos rasgos?Fundamentalmente, hay seis

rasgos comunes ne la historia que arranca en 1825 con la creación de la República. Primero, un manifiesto desinterés de los gobiernos por orga-nizar a la policía como una entidad apegada al orden público. Segundo, el predominio de un enfoque represi-vo y cortoplacista. Tercero, el uso de la policía com factor vinculado a la confrontacion política, o para mante-

“…la reforma policial no es rentable en términos políticos. A ningún partido le conviene reformar a la policía, porque sería una especie de harakiri. Es-to tiene que ver con la lógica patrimonial del siste-ma político que usa a la policía para bloquear inves-tigaciones, vigilar a sus oponentes, chantagear...”

ESTADO DE DERECHO

ner un gobierno o para apoyar aven-turas conspirativas. Cuarto, un bajo nivel de organización, marcada por la improvisación, la prebenda, la co-rrupción, una vision colonial y una dosis de lógica racista y regionalista. Quinto, un vacío de liderazgo y falta de capacidad para modernizarse. Y sexto, rasgo común, la imagen trans-mitida por la policia a la gente como una de las entidades del Estado más despoticas, represiva y obstaculiza-dora de la justicia.

La investigacion afirma que la policia, lejos de aprovechar la democracia para legitimarse, re-afirmó en ese periodo la práctica autoritaria y prebendal, ¿no es es-to una paradoja?

Si, lo es. Pero es que lo que ha ocurrido en el pais en los últimos años son paradojas. Los bolivianos hemos vivido en este tiempo una si-mulacion democratica, una suerte de impostura de la institucionalidad que influyó en el retroceso institucio-nal de la policia. Hubo avances en la modernización de algunas áreas de la vidad democrática del país, pero no alcanzaron a la policía. Esto se debe en parte porque esa transición democratica no saldó las cuentas del pasado dictatorial de la policia. Al contrario, los gobiernos democráti-cos reprodujeron las mismas formas de dominio de control policial ejer-cido en las dictaduras. Hablamos de prebendas, clientelismo, concesión de autonomía y otros privilegios que la policía tiene que pagar. Y lo hace usando mal sus servicios, trafi-cando sus influencias y obstruyendo a la justicia. Es decir, hay un pacto prebendal entre los partidos de go-bierno y la policía: mientras ésta viola derechos humanos, el sistema político se encarga de protegerla, alentando un proceso de acumula-ción de impunidad.

En este contexto, ¿Cómo se ex-plica la acción de los policías el 12 y 13 de febrero de este año?

Lo que ocurrió en febrero es só-lo la repetición de los sucedido en abril de 2000: el derrumbe de las lealtades político partidarias con la policía. Sucede que mientras las élites políticas y policiales pactaban en democracia, mientras los jefes es-taban corrompiéndose en ámbitos de la administración pública, crecia

el descontento de la mayoria de los subalternos policiales que sufrian acoso de la ciudadanía frente a la cri-sis de seguridad, la discriminación y el maltrato económico. Esto provocó la rebelión policial, que puso en des-nudo las debilidades institucionales de la policía.

Esa no fue la lectura que hicie-ron los medios de comunicación de los hechos violentos registrados en febrero. Los policias aparecie-ron como héroes…

Lo que pasa es que hubo una mala interpretación del comportamiento policial, porque lo que en realidad ocurrió en febrero fue un acto de se-dición, penado por ley. Los medios desviaron la atención más al enfren-tamiento entre policias y militares, cuando ese era sólo una consecuen-cia de los hechos y no la causa. Yo creo que lo hicieron alentados por un gran desencanto ante el gobierno, por la impotencia ante la incapacidad e incompetencia gubernamental. Creo, también, que este suceso de-bería de servir para que los medios revien el rol que juegan en la demo-cracia y no se dejen manipular por le poder político y policial.

¿Cree que los medios influyen en la crisis institucional de la po-licia?

Lo que creo es que los medios tienen una gran responsabiliad en el tratamiento de la seguridad pública. Hay temas que deberian aborar con mayor detenimiento, como el veri-ficar si la policia está actuando de acuerdo a un estado de derecho, o si es posible pensar en darle autono-mía en un régimen democrático. Di-go esto porque el problema de fondo es que los organismos de seguridad pretenden conformar su propio Es-tado y esto va en contra de la demo-cracia.

Mire: hoy los ciudadanos somos cada dia mas vulnerables al poder omnímodo que tienen policias y militares, ambos viven alentados por la impunidad y la proteccion del sistema político. Todos los dias los ciudadanos enfrentamos no sólo el flagelo de la inseguridad ciudada-na, sino tambien el abuso del poder policial y militar. Todos los dias se cometen abusos contra los dere-chos humanos, ¿Quién los investiga, quién los sanciona?

Recordatorio I

MaggyTalavera

Periodista

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Santa Cruz de la Sierra • Bolivia

ESTADO DE DERECHO

Crisis, la democracia no salvó a la policiaEsta fue la nota central de la edición 7 de Semanario Número 1,

de marzo de 2003, sobre la investigacion de Quintana sobre las causas y consecuencias de la crisis institucional de la Policía.

Cada gobierno anuncia, siem-pre con gran alharaca de por medio, nuevos planes de

seguridad ciudadana. Ninguno, sin embardo, habla de reforzar a la po-licia. ¿un error involuntario? ¿falta de conocimiento de la grave crisis institucional que afecta a entidad responsable de garantizar esa se-guridad ciudadana? Ninguna de las dos, podemos afirmar sin temor a equivocarnos, luego de conocer en detalle los resultados de la investiga-cion realizada por el sociologo Juan Ramon Quintana sobre el manejo institucional de la policia.

Once meses revisando la his-toria de la policia a lo largo de los 178 años de vida republicana, más entrevistas dirigidas a personas vin-culadas a los temas de seguridad, le permiten sostener que la policia a traviesa una de sus peores crisis, con consecuencias nefastas para la de-mocracia. “ Lo que muchos aún no entienden es que la seguridad ciuda-dana es importante no sòlo por ser un derecho constitucional, sino también y fundamentalmente porque es una condicion ineludible para fortalecer la democracia”, dice Quintana.

Una constatación que enfrenta en-tre otras paradojas, la que el estudio pone al descubierto: que pese a la im-portancia que tiene la seguridad en la consolidación democrática, ninguno de los seis gobiernos elegidos legal-mente en los últimos viente años lo-gró establecer condiciones plausibles para que la institucion policial desem-peñe sus funciones en el marco de un regimen democratico. Por el contra-rio, señala Quintana, “las relaciones civiles-policiales se retroalimentan negativamente de los efectos provo-cados por los pactos de gobernabi-lidad vigentes desde 1985: en lugar de concertar una agenda de reforma y modernización policial, prolongó sus efectos perversos (clientelismo, prebendas e impunidad) a la relación gobierno-policía”.

El resultado ha sido el predominio de la informalidad sobre la institu-cionalidad, la falta de normatividad para subordinar la conducta policial al Estado de derecho y la politización

Recordatorio II Es que las denuncias contra la policía abundan, pero siempre faltan prubas. ¿Su investigación logra aportar algunas pruebas?

La investigacion tiene un acápite que analiza los ámbitos de la corrup-cion policial, en el que se detecta que uno de los espacios de mayor frecuencia de actos de corrupción está en la administracion de recur-sos. Aunque no hemos investigado al detalle cada área, sí hemos com-probado que en la Policía hay una especie de piedra libre para obtener recaudaciones, la mayoría en forma solapada, al margen de la ley y del control estatal. Es este manejo el que en definitiva desata una competencia brutal entre policias para llegar a ser general u ocupar cargos de impor-tancia. Pero el mundo de la corrup-cion policial es de tal magnitud, que una investigación es suficiente para detallarla en su totalidad. Al final de cuentas, las formas de corrupción policial son similares a las que ha desarrollado el sistema político.

¿Será por eso que ningun go-bierno se ha atrevido a meter la mano en la policia para poner or-den ?

Lo que pasa es que la reforma po-licial no es rentable en términos po-líticos. A ningún partido le conviene reformar a la policía, porque sería una especie de “harakiri”. Esto tiene que ver con la lógica patrimonial del sistema político, que usa a la policía para bloquear investigaciones, para vigilar a sus oponentes, para chan-tagear politicamente. Es una herra-mienta pública que sirve al gobier-no de turno para controlar a los que cuestionan al poder. Porque si hubie-ra una policía honesta, profesional y democrática, miles de políticos, banqueros, funcionarios públicos y otros estarían en las cárceles.

Vistas así las cosas, parece que no hay salida. ¿Estamos condena-dos a vivir inseguros y sin protec-ción?

Mientras no haya una reforma al sistema político, es impensable una reforma policial y del modelo de se-guridad. Pero no son tareas imposi-bles. Los medios tienen aquí un rol central, que es el de formar opinión pública para poner contra la pared a los políticos y obligarlos a tratar en el Parlamento, el mejor escenario para estos cambios, una reforma ur-gente a la policía, donde no todo es perverso.

Hay una generación dispuesta al cambio. Lo que no podemos es dejar que las cosas sigan como es-tán, porque corremos el riesgo de desintegrarnos como comunidad, en escenarios donde el linchamien-to será una práctica formal ejercida por el más fuerte contra el más débil y la seguridad dejará de ser un bien público para convertirse en un privi-legio de los que puedan pagarla.

de las élites corporativas, distorsio-nando la carrera policial y alentando más bien compromisos políticos que echan por tierra la ética profesional.

Sólo así se explica el hecho de que hasta la fecha no exista una sola acción oficial para corregir las gra-ves fallas evidenciadas en el manejo institucional de la policia. Quintana observa que hay una lógica preben-dal y cortoplacista que impide pro-mover los cambios que demandan con urgencia los modelos policial y de seguridad.

“Actualmente el clima de inse-guridad esta agudizado por facto-res no sólo económicos, políticos, sociales y culturales, sino también por los efectos que produce la trans-nacionalización del crimen frente a la erosión de la soberanía estatal y sus deficiencias estruccturales para ejercer autoridad nacional”, destaca

la investigación.Una realidad que tampoco es vista

por quienes manejan el Estado y los órganos de seguridad.

El estudio no sólo profundiza el análisis histórico de la vida insti-tucional de la policia. También hace esfuerzos para definir una agenda de temas a ser encarados con urgencia, tanto en el campo de la investigación, como en el de concienciación ciuda-dana. En las páginas siguientes hay más detalles sobre el resultado del trabajo, el mismo que será sometido a audiencias públicas y talleres que dirigirá el equipo investigador en ocho capitales del país, entre el 19 de mayo y 30 de junio con el apoyo del Parlamento. “la investigación no está cerrada”, aclara Quintana, ya que es-peran enriquecerla con los resultados de las audiencias publicas y talleres dirigidos a los medios y a la policía.

1.- En mas de 20 años de democracia ininterrumpida (1982-2003), el país ha tenido seis gobierno legalmene elegidos.

2.- Rotaron por la burocracia guberna-mental y corporativa17 ministros de Go-bierno y 16 comandantes de la Policía.

3.- Se produjeron 11 intentos frustrados de reforma institucional, más de 30 ac-tos de protesta deliberativa y 2 hechos de sedición policial que pusieron al país al filo del colapso democrático.

4.- Ningún acto de sedición fue sanciona-do hasta hoy. Peor aún, ningún oficial o comandante policial fue sancionado pese a centenares de denuncias de corrupción, tráfico de influencia o abuso de poder.

5.- El presupuesto de suguridad pública, (Ministerio de Gobierno y la Policía), au-mentó 340% en la última década.

6.- los delitos comunes crecieron en 360 por ciento en los últimos cinco años.

7.- la tasa de homicidios subió de 7 a 22 homicidios por cada 100.000 habi-tantes entre 1997 y 2001.

8.- Los robos totales aumentaron en 422 por ciento y los de vehículos en 335 por ciento entre 1995 y 2001.

9.- En la última década, el gasto per cá-pita en seguridad aumentó en 103 por ciento. Cada ciudadano paga por su se-guridad 77,3 bolivianos precio nominal y 41,9 bolivianos a precio real.

10.- El 46 por ciento de los efectivos policiales ocupan cargos burográticos o funciones desviculadas a las tareas operativas de la policia.

11.- La policía ocupa, desde hace cinco años, el penultimo lugar en la percep-ción de la confianza pública.

12.- Se entima que la policía privada cuenta con más de 10. 000 agentes de seguridad distribuidos en más de 150 empresas. Es decir, la mitad de los efec-tivos policiales.

13.- Nadie conoce con exactitud el volúmen periódico de ingresos eco-nómicos a la policía por concepto de recaudaciones y multas. Peor aún, cuál es su destino final.

14.- Pese a la crisis institucional, sin embargo, hay una importante reserva moral en el personal subalterno de la policía. Y gente interesada en capaci-tarse. Al momento, seis de cada diez oficiales posee título académico uni-versitario. Es un avance notable.

LAS CIFRAS DE LA INVESTIGACIÓN

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No más abusosUna movilización convocada por el Comité pro Santa Cruz es destacada por Seleme, co-

mo una iniciativa ciudadana para rechazar nuevos abusos del poder central. No ahorra críticas contra algunos sectores políticos cruceños, desinteresados del tema.

¿De qué ‘cambio’ hablan Evo Morales y sus hombres, cuando se refieren al “proceso de cam-

bio que tanto nos ha costado”? Segu-ramente del ‘cambio’ para llegar al poder democráticamente y, desde ahí , con métodos antidemocráticos, abu-sar sin límites del rico y diverso po-tencial cultural, de los bienes econó-micos explotados y sin explotar y de un nada desdeñable capital social del país para ‘aplastar’ a todo adversario que se cruce en camino y obstaculice obtener el “poder total”.

No era ese el cambio que necesi-taba la Bolivia real, diversa, hetero-génea, asimétrica en su desarrollo, desigual por donde se la mire, por lo tanto, compleja y de verdad pluri-múltiple, no de cínica factura como la

de los 36 pueblos indígena-originario-campesino, rótulo con el que dieron la vuelta al mundo Evo Morales Ayma y el MAS. Porque en la baratija ‘pluri-nacional’ actual que pretende ‘vender’ el Gobierno, es evidente “la existencia ...de una determinada corriente del poder político (decidida) a imponer alguna de las culturas indígenas con sus expresiones correspondientes, sobre las restantes culturas autócto-nas de Bolivia”, según la última Carta Pastoral de los Obispos. Hace alusión a la notable preeminencia de la deno-minada cosmovisión aymara y pone el dedo en la llaga al abordar diferen-tes aspectos de la realidad nacional: la creciente actividad del narcotráfico, la crisis alimentaria, la injusticia, la deli-cada estructura económica producto de erráticas prácticas en la gestión gubernamental, la pobreza, la delin-cuencia y la violación a los derechos de las personas.

Creyó el MAS que la Iglesia ca-llaría ante la advertencia de sus irre-dentos voceros, que muchas veces le han dicho: “no se metan en política”. Morales y sus hombres, como todo

humano, dejarán de existir en cual-quier momento, más tarde o más temprano, como sucederá sin duda, aunque se creen inmortales. La Igle-sia, en cambio, con luces y sombras, es menos mortal, pues lleva más de 2000 años de vida y en Bolivia es la voz que grita, a veces en sordina, pero ruge cuando en estos tiempos, como en toda dictadura, exige compromiso con el prójimo que sufre y el perse-guido. Pide siempre cuando tiene que pedirla, como ahora, “justicia sin ex-clusiones” y exhorta a “...eliminar to-do indicio de muerte, de odio, rencor y venganza”, frenar la violencia, el dolor y la inseguridad en busca de la paz y la justicia. Lo dijo, una vez más, el Cardenal Julio Terrazas durante las concurridas homilías de Semana San-ta en Santa Cruz de la Sierra.

Para repudiar las injusticias que hoy sufren cruceños y bolivianos/as tuvo lugar la concentración convo-cada por el Comité pro Santa Cruz en solidaridad con los presos y per-seguidos políticos de todo el país, en la plaza 24 de Septiembre. Fue el 20 de abril, día instituido para re-

“Hubo gente ese día, pero ...nadie de la Alcaldía, nadie del Concejo y nadie de la Asamblea Departa-mental. ¿No se enteraron que desde hace dos sema-nas en la plaza 24 de Septiembre hay vigilia y firma de libros a favor de los presos, detenidos, persegui-dos e imputados por el complot Rózsas-Sosa?”

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cordar que hay personas a las que les ha sido arrebatado el derecho a la libertad -que es la esencia de la vida- solo por pensar diferente, y en el caso de los cruceños por ser “au-tonomistas, no terroristas”.

Ese grito es la única verdad frente a la infamia del caso terrorismo-sepa-ratismo, operado contra Santa Cruz por el fiscal Sosa, ‘servil servidor’ –valga la redundancia- del estalinista ‘Vice’ Álvaro García Linera, cuyo fin es “aplastar” al autonómico enemigo político cruceño, sin importar los me-dios: sembrar terror y muerte, como ya lo ha hecho. Prueba de ello son los asesinatos del hotel Las Américas, el 16 de abril de 2009, más la cacería y la amenazas a los ‘autonomistas’. La siembra del miedo y la desmesurada manipulación mediática tuvo éxito y dejó ‘sorprendida’ y casi sin habla a gran parte de la dirigencia cruceña de entonces. ¿Lo vamos a seguir permi-tiendo? Con permiso o sin el, el ‘Vice’ lo seguirá haciendo, cada vez con más prisa, en su ya sin tapujos identidad jacobino-bolchevique, peligrosa y con tintes psicópatas, tanto que acusó a los combativos sectores mineros de pretender “restaurar la derecha” solo por exigir mayor incremento salarial.

El MAS y sus hombres hoy saben que el ‘idilio del cambio’ con las ma-sas de occidente no fue ni es un che-que en blanco, y como toda fiera heri-da, dará mortales zarpazos. También sabe que en Santa Cruz, pese a algu-nas victorias masistas, producto de la inmadurez o mal cálculo político de la oposición, la gente empieza a desper-tar y las familias no cesarán de pedir

todas las noches que “destapen la ver-dad”. Hoy es cada más verificable que el caso terrorismo-separatismo fue un complot contra Santa Cruz, que era y es la piedra en el zapato hacia ‘el po-der total’. No es especulación, porque en los hechos, la autonomía divide al poder porque exige su desconcentra-ción y descentralización democráti-cas y por lo tanto no comulga con los designios de poder totalitario de los Evos, Lineras y demás colgandejos.

Un pUeblo

valiente

“No quiero un pueblo cobarde sino un pueblo valiente”. Con esa sentida admonición, el titular cívico, doctor Herland Vaca Díez Busch, se dirigió a la gran cantidad de gente reunida el pasado 20 de abril y resintió algu-nas ausencias en el acto. La gente allí presente cantó el himno cruceño con una emoción digna de los mejores cabildos. El Dr. Vaca Díez ponderó la justa demanda de familiares en re-presentación de sus seres queridos en prisión, perseguidos y exiliados que gritan desgarrados tras dos años de sufrimiento “no más abusos”. Agre-gó que “es un derecho que nos asiste a todos los bolivianos ser tratados con dignidad y respeto”, a lo que se com-prometió como buen cruceño.

Luego de reiterados aplausos con flameantes banderas cruceñas, el lí-der cívico finalizó con una valiente invocación: “Cruceños, de ahora en adelante los convoco para que no permitamos ni un abuso más, y si quieren abusar, que empiecen con-migo”, afirmación respondida con aplausos, eufóricos gritos y abrazos entre mujeres, hombres y jóvenes presentes. Antes hablaron muy emocionadas la hija del Dr. Juan Carlos Santisteban y la esposa del General Gary Prado Salmón, infati-gables promotoras de la vigilias en defensa de sus seres queridos. Tam-bién habló la presidente del Comité Cívico Femenino, Ana María Zan-kis, exigiendo lo que exige toda per-sona de bien, sin otra ideología que la defensa de la justicia y la libertad: “no más abusos”.

Hubo gente ese día, pero para que no nos sigan “aplastando” pudo ha-ber habido mucha más: nadie de la Alcaldía, nadie del Concejo y nadie de la Asamblea Departamental. ¿No se enteraron que desde hace dos se-manas en la plaza 24 de Septiembre

SusanaSelemeantelo

Periodistay cientista

política

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Santa Cruz de la Sierra • Bolivia

ESTADO DE DERECHO

Evo en el paísde las maravillas

Pueblos y sindicatos enemigos

Y cómo no. Nadie, como él, hubiese esperado semejantes réditos de algo que empezó

en saber agenciarse de las frustracio-nes del pueblo, en un olfato apreciable y acomodaticio que le permitió co-quetear con uno y otro hasta, en esos vuelcos de la fortuna, terminar de se-midiós de una infausta muchedumbre de analfabetos. Y como el presidente, ministros y viceministros, y alcaldes, senadores, diputados, gobernadores, cuya única característica no es precisa-mente la de ser indígenas sino un ma-nifiesto lombrosianismo que parecía desterrado de los libros de historia o de la crítica actual, y que el zoológico boliviano ha reeditado con creces.

¿Perder el tiempo en perorar acerca de la malignidad del sistema? Tal vez. Pero no queda otra ¿O podemos teo-rizar sobre lo inteorizable? Imposible, siendo que nos hallamos ante el im-perio de la mala ficción, un cuento de niños con visos de terror; no podemos dárnosla de eruditos y profundizar en economías o sociologías que no caben en un esquema de bestias y rateros.

Una lectura del noticiero diario plurinacional implica ingresar a un bestiario medieval, universo en la prehistoria del intelecto, espacio evidente de que la lucha entre nean-dertales y cromañones que mirába-mos en televisión sigue en pie, y en vilo nos tiene, donde por un período, demasiado largo, los cavernarios pa-

Recientemente, el vicepre-sidente boliviano Álvaro García Linera acusó a la

COB de estar en la “corriente ideo-lógica restauradora de la derecha” y de buscar el derrocamiento del pre-sidente Morales. Este lenguaje de textura jacobina fue la nota de color al ceder ante el reclamo de miles de trabajadores que durante doce días movilizaron tesoneras protestas por alza de sueldos y salarios. En febre-ro, al comenzar las negociaciones, el presidente Morales dijo, con desdén, que los pedidos de la COB “le cau-saban risa”. Fue una ironía punzan-te para un pueblo que posibilitó su aplastante triunfo y que por cuatro años le entregó su incondicional lealtad. Pero más allá de la gratitud, entre dícticos e ironías, se evidencia una severa crisis económica en Bo-livia.

Desde 2006, el gobierno de Mo-rales estuvo bendecido con eleva-dos precios de los minerales lo que le permitió entregar bonos directos a los más pobres consiguiendo un masivo apoyo que no se veía desde la revolución de 1952. También le

hay vigilia y firma de libros a favor de los presos, detenidos, perseguidos e imputados por el complot Rózsas-Sosa, que no es otro que “aplastar” las justas demandas autonómicas cruce-ñas? Sí hubo varios funcionarios de la Gobernación. Salvan su compromiso solidario las parlamentarias Jessica Echeverría, Vanessa Moreno, Cristi-na Viscarra y el diputado Luis Felipe Dorado. Si los y las demás no estaban en esta ciudad, ¿no podía haber hecho una representación verbal pública?

De las 43 fotografías impresas en la pancarta gigante en la Plaza, la gran mayoría son cruceños y no pocos be-nianos. Ahí faltan Guido ‘Chelelo’ Añez, de los primeros perseguidos políticos del MAS, solo por haber estado 70 días en el gobierno de Sán-chez de Lozada. Faltan también Vla-dimir Chávez, alcalde de Buena Vista, y Nils Carmona, de Warnes, electos democráticamente, presos hace me-ses sin derecho a un juicio justo. El viejo animal político que llevo dentro internamente bramaba en defensa de la práctica política -tan vilipendiada con razones y sin ellas- para reivindi-car los valores de la democracia, que sin partidos políticos es o apenas un proyecto no siempre benévolo o no es democrático.

Entre tanto, luego de que el juez René Sarmiento le devolviera al ‘ser-vil servidor’ fiscal Soza los obrados del complot terrorista-separatista para rehacerlos por falta de pruebas, lo que el ‘servil servidor’ presentará –no se sabe cuando, porque el plazo ya se le venció- como eventual “cons-tatación” de que lo que destruyó –los explosivos- y/o de lo que no presentó, pueden llevar a lo que dijo Gary Pra-do Araúz, hijo y abogado defensor de su padre, el general Prado: “existen tantos vicios de nulidad en el caso que debe ser cerrado”. Lo corrobora Orlando Reyes, defensor del cívico beniano Alberto Melgar, quien dijo que en la audiencia conclusiva, el abogado del Ministerio de Gobierno reconoció que ellos habían “ajusticia-do” a los tres supuestos subversivos. ¡Ya lo sabíamos!

Ese hecho puede provocar la aper-tura de un juicio por delitos de lesa humanidad contra ellos, y se demos-trará el complot contra los autonomis-tas. Lo dijimos antes y lo seguiremos diciendo: este es un juicio político con carátula judicial, tanto que en la audiencia conclusiva de Cochabam-ba estaban presentes cuatro abogados funcionarios del Ministerio de Go-bierno, que es un instancia política, no perteneciente al Poder Judicial. ¿Alguna otra prueba de las tantas ya existentes contra el Gobierno por au-sencia de independencia de poderes?

Retomo al Cardenal Julio: sea-mos capaces de llegar al que sufre y al perseguido, para terminar con la “humillación de los juicios injus-tos”. ¡Ni un abuso más!

recieron triunfar, y donde los román-ticos de izquierda trocaron la teoría porque hallaron que engolfarse el culo de dólares importa más que las alucinadas bravatas de un judío de Tréveris. Y cuando hablamos de unos y otros, cavernícolas y alfare-ros, deslindamos las connotaciones raciales que la derecha quiere mu-chas veces darle y que, para noso-tros, es simple y clara diferenciación entre los que piensan y no, entre los que roban y no, trabajan y no, pagan impuestos y no.

Hay elementos, como un ex vice-ministro de Tierras, que bien utilizó la lengua para suavizar la piel glútea de su mandarín, y que caído en des-gracia hoy se las da de crítico del ré-gimen. Habrá vendido su labia ya a otro postor, y su pluma. Ahora que se vislumbra un futuro, también hay que cuidarse de aquellos que colaboraron en la construcción del oprobio, y que no pueden, no deben, sacarla liviana ni ser excluidos de los juicios que habrán de sobrevenir. O uno es hombre o no.

Ofertan los personajes de esta malformación llamada gobierno, in-suflar dinero a la economía para ver si elevan su imagen. Para empezar, su economista principal, Arce Cata-cora, no sabe ni sumar en ábaco, y tarde se supone, cinco años después del principio del desconcierto, inver-tir para solucionar algo, en un narco-estado que difícilmente se desligará del drama que le tiraron encima y que dejó a la sociedad boliviana en ruinas más que en pañales.

¿País de las maravillas? Cómo no. Miren al labrador revolucio-nario Isaac Avalos, convertido en latifundista y gamonal, a senadores con miles de hectáreas de tierras co-munales. Pujante exportación la de la droga, aunque no saben pero tal vez lo sospechan, cada uno de ellos, que algún escriba en algún lugar ya ha anotado sus nombres, y que en el mundo de la tecnología es difícil escapar en anonimato, tratándose sobre todo de burdos artífices del descontrol y del estupro.

ClaudioFerrufinoCoqueugniotEscritor

JuanClaudioLechínEscritor/El comercio

hizo una cirugía a la medición de la inflación, disminuyendo la incidencia de los artículos de primera necesidad en la canasta familiar, de tal manera que mientras los precios de la papa y el arroz subían sin cesar, la inflación boliviana era del primer mundo. Asimismo, subvencionó la gasolina, tomó mucha deuda venezolana y su-cedió una democratización del narco-tráfico. Es cierto que varias industrias cerraron por presión gubernamental generando desempleo y la raquítica ejecución presupuestaria del 35%, reveló a un gobierno ineficiente.

Pero la abundancia de plata y las ganas de hacer política y torcerle el brazo a la historia opacaron a las nimiedades macroeconómicas las cuales, como las termitas, mondaron silenciosamente y recién se mostra-ron una vez que hubieron perforado el cuerpo de la economía. La Navidad reciente le trajo al gobierno esta noti-cia como presente troyano.

Confiando en la machacona pro-paganda del “proceso de cambio” y en la adhesión popular hacia el “her-mano Evo”, el gobierno dictó un alza del 80% en la gasolina para financiar

los numerosos huecos de una pros-peridad sin sustentación real. Una explosiva protesta transversalizando sectores sociales, rompió en un san-tiamén el encanto popular con el pre-sidente indígena.

Él mismo tuvo que presentarse ante las cámaras para retroceder la medida, sin lograr recuperar la devo-ción popular ni financiar el déficit. Si no hubo fondos antes tampoco habrá ahora para cubrir el 12% de alza de sueldos que acaba de firmar con la Central Obrera Boliviana. Y la ciru-gía hecha a la estadística inflacionaria ya no ataja los voluminosos números en crecida.

El pueblo y los sindicatos suelen ser enemigos cuando no están a fa-vor. Morales mismo fue acusado de desestabilizador cuando era dirigente cocalero. Ahora, tomemos en cuenta las sabidurías de cada quién: el pue-blo boliviano con su centenario con-fort en la protesta callejera y el presi-dente Morales con pocos años en el poder. Parece que un enfrentamiento frontal con ese pueblo desencantado, es lo menos aconsejable para cual-quier gobierno.

Mirando de abajo

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¿Y dónde se cura?Tras once días de conflictos sociales protagonizados por sectores afiliados a la COB,

el Vicepresidente Álvaro García Linera volvió a la escena mediáti-ca para confesar: “Me descuentan 1.400, pero nunca he ido a la Caja (Nacional de Salud, CNS), tengo miedo ir a la Caja y supongo que us-tedes también deben tener miedo de ir a la Caja (…) deberían tratarnos bien los médicos y enfermeras (…) con tecnología de punta, deberían hacer eso, tienen dinero”, dijo en rueda de prensa. También calificó a los actuales dirigentes de la Caja de “delincuentes y corruptos” por proteger, supuestamente, el nepo-tismo en la institución. Indicó que el mismo presidente Evo Morales, en una reunión con el sector encaró a los dirigentes 99 casos de corrup-ción denunciados en la Contraloría General del Estado y 110 casos de nepotismo.

Por supuesto que es muy difícil defender a la CNS en cuanto los ser-vicios que presta, pero lo que raya en la vergüenza es que sea el Copresi-dente que, después de seis años de apañar, nombrar y dirigir los destinos de la CNS, nos venga con el cuento que son un antro de corrupción y ne-potismo. Este “descubrimiento” no es nada nuevo, porque la Caja anda en situación terminal hace décadas y los actuales gobernantes no hicieron

salud pública? Solo hoy, cuando este sector les sale al frente, cuando este sector se enfrenta al Gobierno, nos salen con el cuento que son corrup-tos, traidores, derechistas y demás epítetos con los que ya nos tienen acostumbrados.

Sin embargo, como ciudadano de a pie, ante la confesión del Copre-sidente de que nunca va a la CNS y que le da miedo ir, me pregunto: ¿y dónde se hace curar tan popular au-toridad que dice representar y defen-der los interés de los originarios de Bolivia? ¿Igual que Goni, en centros exclusivos? Cuando estuvo preso, ¿no fueron servicios de la CNS los

que lo auxiliaron en sus dolencias? En estos seis años, ¿tan eximia auto-ridad no tuvo ninguna enfermedad? ¿Ni un dolor de muela, resfrío, revi-sión de próstata o ataque de stress? ¿Estamos ante una autoridad que es todo un hombre de acero? Cuidado, esto de acero y demás fortachones me hace recuerdo a una conclusión a la que han arribado varios ciudada-nos después de las jornadas de abril: el Gobierno que se creía imbatible, de madera dura como el soto, ha demostrado ser de zinc y de madera blanda, como el palo maría.

Insisto, ¿dónde se hacen curar las máximas autoridades? En Bolivia han instalado un centro especial en la zona sur que los atiende y cuando es cirugía mayor, se van al exterior. Ellos pueden, y están en todo su derecho, salvar sus dolencias como corresponde. Lo que da pena es que el vulgo originario, clasemediero y pobre tenga que seguir soportando discursos y más discursos para ter-minar, como dice el Copresi, con la receta del paracetamol para curar todas sus dolencias: “eso es hacerse la burla del enfermo” (AGL).

nada para cambiar esa situación. Al contrario, la mantuvieron y profun-dizaron. En vez de traer médicos cubanos o de alabar la medicina originaria, por la cual tampoco han hecho nada sobresaliente, ¿por qué no corrigieron desde el principio los desastres de la CNS? ¿Por qué no trajeron tecnología de punta? ¿Por qué en vez de crear más bonos (p.e. bono Juana Azurduy) no se pre-ocuparon por mejorar la capacidad instalada y profesional de la CNS? ¿Por qué en estos seis años, en vez de destinar más recursos para la Policía y las FFAA, no destinaron más re-cursos de inversión a la calidad de la

“Insisto, ¿dónde se hacen curar las máximas autoridades? En Bolivia han instalado un centro especial en la zona sur que los atiende y cuando es cirugía mayor, se van al exterior. Ellos pueden, y están en todo su derecho.”

IvánArias

Durán columnista.

net

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Beato Juan Pablo ySan Romero de AméricaUna provocadora reflexión es la que comparte José Ros con los lectores de SemanarioUno,

a propósito del anuncio de beatificación del Papa Juan Pablo II. Y Monseñor Romero, asesinado por cumplir el Evangelio, ¿no merece igual tributo?, cuestiona.

Desde el Vaticano nos llega una noticia que puede ser de alegría para muchos

católicos, pero que en Latinoamé-rica no deja de ser una sorpresa… Se anuncia que el 1 de mayo el papa Benedicto XVI beatificará a su predecesor, el papa Juan Pablo II. Según las normas de la Iglesia católica, para proclamar beata a una persona -es decir, digna de ser imitada- tiene que haber realizado algún milagro que haya sido com-probado… Y el milagro que se atribuye a Juan Pablo II es la cura-ción de una religiosa que sufría de alzheimer, la misma enfermedad que tanto le afectó al papa.

Sin embargo, en nuestra Amé-rica Latina tenemos el ejemplo -entre otros- del obispo de San Sal-vador, hombre valiente, dedicado a la defensa de los campesinos, luchador a favor de los derechos humanos y que fue asesinado un 24 de marzo de 1980, hace ya 31 años… Obispo y pastor, que tuvo el valor de denunciar los atropellos que cometía el ejército apoyado -logística y financieramente- por el gobierno de los Estados Unidos, contra el que lanzó duros ataques en sus homilías en la catedral.

En el año 1977, el general Car-los Humberto Romero asumió la presidencia de El Salvador, a través de un fraude electoral; el abuso en contra de los campesi-nos era cada vez más notorio y descarado; la dictadura aplastaba a los campesinos y les robaba las tierras, pero no faltaba el grito del pastor religioso que levantaba la voz “en nombre de los sin voz”. Ese fue el obispo Romero, desde su compromiso cristiano con su pueblo, quien afirmaba: “Conocer los mecanismos que engendran la pobreza, luchar por un mundo más justo, apoyar a los obreros y campesinos en sus reivindicacio-nes, ése es el papel de la iglesia”.

Pero para quienes habían ama-sado fortunas acumulando tierras y desalojando a los campesinos, el mensaje de Monseñor Romero

era subversivo. Incluso llegaron a convencer a otros obispos salva-doreños para que hicieran callar a su hermano en la fe. Monseñor Romero denunció entonces la ac-titud de algunos obispos salvado-reños y escribía en su diario, el 17 de julio de 1979: “Me preocupa la radicalidad de algunos herma-nos obispos contra mi actuación pastoral. No desean que siga ade-lante. Me da lástima pensar que no sean sensibles a la situación del país y que sientan más a gusto una pastoral que no tienda a libe-rar a nuestro pueblo”.

La denuncia en contra de los militares que perseguían y asesi-naban a los campesinos se volvió cada vez más vehemente: “Si que-remos que cese la violencia y que cese todo ese malestar, hay que ir a la raíz. Y la raíz está aquí: la injusticia social”. Sin embargo,

ESTADO DE DERECHO

ir a la raíz no era agradable para quienes estaban enraizados en el abuso y la prepotencia. Cada vez más la crítica y la persecución se manifestará en contra de la iglesia de los pobres, de esa iglesia llama-da también del “Tercer Mundo”, aun cuando para algunos que no entienden la esencia del cristia-nismo sea denigrante y ofensivo hablar del tercermundismo: “La persecución -dirá Monseñor Ro-mero- es una nota característica de la autenticidad de la iglesia; una iglesia que no sufre persecu-ción (...) ¡tenga miedo!, porque no es la verdadera iglesia de Je-sucristo”.

Y porque Monseñor Romero no tenía miedo, por eso el 23 de marzo de 1980 lanzó su mensaje por últi-ma vez. Fue tan clara su denuncia y tan valiente su palabra profética, que al día siguiente lo acalló la bala

asesina del matón a sueldo contra-tado por el gobierno.“Yo quisiera hacer un llamamiento -proclamó en la homilía del 23 de marzo- de manera especial a los hombres del ejército, a la guardia nacional, a la policía... Hermanos, son de nuestro mismo pueblo, matan a sus mismos hermanos campesinos y, ante una orden de matar que dé un hombre, debe prevalecer la ley de Dios que dice ‘No matarás’. Ningún solda-do está obligado a obedecer una orden contra la ley de Dios... En nombre de Dios, y en nombre de este sufrido pueblo cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: ¡ce-se la represión!”.

Este valiente y ejemplar obis-po no ha merecido la atención de Roma para que sea elevado a los altares, como ejemplo a ser segui-do tanto por los cristianos como por sus hermanos obispos. ¿Será que resulta más fácil beatificar a quien sanó a una religiosa, que a quien dio su vida por sus herma-nos cumpliendo la palabra del evangelio “si a mí me persiguen, también a ustedes los persegui-rán”? Por suerte, en Latinoaméri-ca no han faltado voces valientes, solidarias, con Monseñor Oscar Arnulfo Romero; otro obispo ca-tólico, Pedro Casaldáliga, desde Mato Grosso, en Brasil, le otorgó el título que esperamos algún día sean capaces de reproducir en el Vaticano, declarándolo San Ro-mero de América:

“San Romero de América, pastor y mártir nuestro!

Romero de la paz casi imposible en esta tierra en guerra,

Romero de la Pascua Latinoamericana....

América Latina ya te ha puestoen su gloria de Bernini…San Romero de América, pastor y mártir nuestro:

Nadie hará callar tu última homilía!”

En Línea

¿Será que resulta más fácil beatifi-car a quien sanó a una religiosa, que a quien dio su vida por sus herma-nos cumpliendo la palabra del evan-gelio ‘si a mí me persiguen, también a ustedes los perseguirán’?”

José RosDocenteUniversitario

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Este año no fue Tchaikovsky y su Sinfonía Nº 6, “Paté-tica”, la compañera de mi

penar, yo que en Semana Santa recuerdo la angustia de Jesús en el Huerto de Getsemaní, cuando su hilacha humana se manifestó en el ruego al Padre Celestial, pidiendo alivio del cáliz amargo del des-amparo y negación de la amarga noche, y su tortura y muerte del día siguiente. Fue la Sinfonía Nº 3, “Eroica”, de Beethoven y no cavilé sobre la partitura tachada por mano propia de su inicial de-dicatoria a Napoleón, desilusión para el insigne sordo que el poder hubiera corrompido y vomitado un emperador de quien fuera un demócrata opuesto a los absolu-tismos. Vaya tema de actualidad hoy, como hace siglos.

Había leído de la muerte en la guerra civil de Libia de un fotó-grafo galardonado. Ni recuerdo su nombre, pero me condolía del locutor de la emisora altiplánica, a quien la montonera alecciona-da sacó de su cubículo radial y le asesinó a palos solo por con-tar noticias que incomodaban a los corruptos. Seguía tras las re-jas en Venezuela el prisionero de Chávez, Alejandro Peña Esclusa, escritor, conferencista y colum-nista. Si en Bolivia todo se imita del autócrata bolivariano, ¿se da-

rá versión nuestra de tal atropello? Entonces me atenazó la angustia de la muerte de un periodista, David Niño de Guzmán, quizá aporreado hasta la inconsciencia y luego reventado con dinamitazo en el vientre.

Penoso este quehacer de contar noticias, donde los periodistas co-rren el peligro de los desmanes del terrorismo estatal, en regímenes que ruedan de la democracia re-presentativa a la secante autocra-cia. Donde el populista discurso de plazuela alecciona a la turba, ignorante o fanatizada, a excesos criminales, cuando se pisan los ca-llos de megalómanos intocables.

Miren ustedes el discurso vice-presidencial del otro día, que es-cuché en versión radial. Evocó la retórica discursiva de un cabo aus-

triaco de la Primera Guerra Mun-dial, que después se convirtió en imán enfervorizador de miles con sus repetitivos estribillos a favor de falacias como la raza superior y en contra de los judíos. Costó al mundo más de media centena de millones de muertos en la secuela de lo que en 1914 se suponía era “la guerra para acabar con todas las guerras”.

La derecha, despotricaba, les quitará sus parcelas, como si la re-forma de la tenencia de la tierra de 1953 no hubiese deshecho el atro-

“Si la libertad de expresión acoplada a la revolu-ción de las comunicaciones son enemigos de las autocracias... ¿no es lógico desprender primero la incertidumbre, luego la sospecha, cuando no la sindicación, cuando se da un crimen horrendo co-mo el cometido contra David Niño de Guzmán?”

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pello del tarateño del siglo 19, que despojó las tierras comunales. La derecha, espumeaba, les confinará al campo, como si fijar a las gen-tes a sus comunidades no hubiese sido práctica de los Incas, luego innovada por el Virrey Toledo con acentos medievales que legaron el variopinto atuendo de nuestros in-dígenas. ¿Sabrá el Vicepresidente que la movilidad horizontal por los confines del país, es un logro incuestionable del destape de la olla podrida que fueron las refor-mas de 1952?

Ante tal demonización, ¿qué es la derecha, sino un pajuerano que por pasear la campiña se arriesga al linchamiento comunitario, o tropieza con factoría de cocaína vigilada por “wachimán” arma-do? ¿Qué es la derecha, sino cual-quier ciudadano que sin tener un metro cuadrado de tierra, o cuenta bancaria en el exterior, camino a la pega la turbamulta veja cortán-dole la corbata? No es ninguna novedad que el poder corrompe. Tampoco ese común resbalar de los populistas, de la democracia representativa que les ungió, al autoritarismo prorroguista que ambicionan sus desvaríos mesiá-nicos.

Y menos ese darle guasca a la nalga pelada del periodismo. ¿Acaso el Presidente, quizá ahora residenciado en el país sin poder viajar, no proclama a la prensa nacional como su enemigo prin-cipal? Si la libertad de expresión acoplada a la revolución de las comunicaciones son enemigos de las autocracias, y ambos se plas-man en personas que informan u opinan en los medios de comuni-cación, ¿no es lógico desprender primero la incertidumbre, luego la sospecha, cuando no la sindi-cación, cuando se da un crimen horrendo como el que se ha come-

tido contra David Niño de Guz-mán?

También agobiaba la memoria de uno que hace real aquello de que los amigos son los hermanos que se escogen. Algo tuvo que ver que la versión tan espléndida de la “Eroica” ejecutada por la Fi-larmónica de Berlín dirigida por Herbert Von Karajan, era un rega-lo de mi amigo Max Rocha Sego-via, en su notable forma de agra-dar desde la minusvalía diabética que lo prostraba. El viernes había-mos ido a visitarle en una clínica, solo para encontrar a sus sobrinos en la antesala y enterarnos que había muerto. El sábado fuimos a una misa de cuerpo presente, quizá contrariando la voluntad del moribundo de que su cuerpo fuese reducido a cenizas a ser es-parcidas en el río Guadalquivir de su Tarija natal. A mis años me sofocan las lágrimas más a menu-do de lo que desearía y me quedé con una oración fúnebre sin decir. Una que sin emular a Homero en aquella de Aquiles sobre el cadá-ver de su amigo Patroclo, hubiese recordado la fibra de un hombre de una bonhomía sin par, a pesar de congojas de una salud siempre quebrantada que le tocó soportar estoicamente en vida.

Ah, pero al horror de la muerte en Viernes Santo sigue la luz del Domingo de Resurrección. Fluye, incesante, el río de la vida. Lec-ción de equidad eran los niños compartiendo huevos pascuales que hallaron en el jardín. El lunes se bautizó a un jovial bebé. Y la pesadez de nuestra hija en la rec-ta final de su embarazo augura un desenlace feliz: el nacimiento de nuestro primer nieto.

www.winstonestremadoiro@com [email protected]

Barlamentos Winston

EstremadoiroAntropólogo Rodeado de muerte y de vida

Las reflexiones del autor coinciden en el fondo con las hechas por el Cardenal Julio Te-rrazas durante sus homilías en Semana Santa: el verdadero sentido de estas fechas está perdido.

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ESTADO DE DERECHO

Las pasiones de CristoLas reflexiones del autor coinciden en el fondo con las hechas por

el Cardenal Julio Terrazas durante sus homilías en Semana Santa: el verdadero sentido de estas fechas está perdido.

La historia, no sólo cristiana, sino también pagana, da tes-timonio de que Jesucristo

realmente existió. Es de coherencia humana aceptar los hechos históricos. El seguir la doctrina y el mensaje de Jesús ya requiere, por una parte, fe y, por otra, voluntad. Hablar de Jesucris-to es hablar de la esencia misma del Cristianismo. El Cristianismo implica principios filosóficos, pero no es filo-sofía; contiene principios éticos, pero no es una ética; posee principios socia-les, pero no es un movimiento social. El Cristianismo es Cristo conocido, creído, amado, seguido y transmitido.

El mensaje de Jesús no se reduce a anunciar que está cerca el Reino de Dios y a llamar a la conversión; Jesús enseña sin medida. Tanto, que le sue-len llamar Maestro, o rabbí, aunque no provenía de ninguna de las escue-las rabínicas del momento. Predicó a grandes y pequeños grupos, enseñó a individuos particulares, aunque, co-mo es lógico, se hace más extenso su magisterio a los discípulos que con-viven con él.

Lo que se conoce de Jesús depen-de casi absolutamente de la tradición cristiana, especialmente de la utili-zada para la composición de relatos, según opinión mayoritaria, unos 30 ó 40 años, como mínimo, después de su muerte. La mayoría de los es-tudiosos considera que mediante el estudio de los evangelios es posible reconstruir tradiciones que se re-montan a contemporáneos de Jesús, aunque existen grandes discrepancias entre los investigadores en cuanto a los métodos de análisis de los textos y las conclusiones que de ellos pue-den extraerse. Existe una minoría que niega la existencia histórica de Jesús de Nazaret.

Es así que los evangelios que co-nocemos hoy fueron escritos por or-den del Emperador Constantino, en el Siglo IV después de Cristo y son una mezcla de revelaciones de algu-nos discípulos de Jesús y de mitos de varias religiones paganas. Es por estas razones que surgieron muchas hipótesis y afirmaciones explosivas, aunque está claro que se tratan de especulaciones, muchas de las aseve-raciones que se hacen son productos de la imaginación de algunos autores; pues han circulado durante siglos y que se recogen como parte de la rica tradición cristiana.

Una de ellas, plasmada en nove-

respeto que se merecen las monjas, cuya abnegación y sentido de la ca-ridad en algunos casos las acerca a la santidad, la tarea que cumplen es totalmente accesoria frente a la que ejercen los sacerdotes.

Si las mujeres han demostrado que son tan o más que sus congéneres para desarrollar cualquier actividad huma-na, y si existen médicas, ingenieras, abogadas, futbolistas, ministras y hasta presidentas, es inexplicable que la Iglesia les niegue la posibilidad de ser sacerdotes.

Otra de las hipótesis que pone a pensar es aquel que relata la relación amorosa de Cristo con María Magda-lena. En tal sentido, no se entiende por qué la Iglesia hace tanto énfasis en el

celibato de Cristo, si el hecho de ha-ber vivido el amor de una mujer para nada contradice su condición divina. Al contrario, no hay sentimiento más noble y que lo acerque más a uno a Dios que el amor.

De ese mito del celibato de Jesús se desprende otro de los errores histó-ricos de la Iglesia Católica: prohibirle a sus sacerdotes algo tan connatural a la naturaleza humana como es amar otro ser de carne y hueso. En síntesis, se consolidan muchas interrogantes, pero se quedan dos cosas muy claras:

1.- Lo esencial en torno a Cristo no es si fue soltero o casado, si tuvo hijos o no, si convirtió los panes en peces y ninguno de los efectos especiales que tuvo que usar para que le creyeran que era Hijo de Dios. Lo que es realmente trascendental de Cristo fue el mensaje que nos dejó y que muchas veces que-da oculto tras toda la parafernalia que rodea su vida.

2.- El milagro más importante de Jesús es haber logrado que ese mensaje de amor que nos trajo sea vigente hoy, como cuando nos lo transmitió hace dos mil años y que perdurará por siempre.

la, señala que la búsqueda del Santo Grial, que según Dan Brown, autor del Código de Da Vinci, no es el cá-liz en el que Cristo impartió la ultima cena como comúnmente se cree, sino los manuscritos en los que revela la verdadera historia de Cristo y de su estirpe.

Como todas las novelas que siguen el género creado por Truman Capote con su inmortal: A Sangre Fría. Los códigos de Da Vinci tienen su parte de ficción y su parte histórica. Y su gran merito es que esta tan bien es-tructurada, que uno no sabe en donde comienza lo uno y en donde termina lo otro.

Por ejemplo, uno no sabe si es ver-dad o ficción que Constantino mandó a reescribir los Evangelios para ocul-tar la importancia del rol que Cristo le habría otorgado a la mujer dentro de su Iglesia. Lo que sí es una realidad meridiana es que la Iglesia Católica fue y sigue siendo una institución ma-chista; que en pleno siglo XXI tiene relegada a la mujer a un tercer plano.

Las mujeres no pueden ser sacer-dotistas, ni obispas, ni cardenales ni mucho menos papisas. Con todo el

“Lo esencial en torno a Cristo no es si fue soltero o casado, si tuvo hijos o no, si convirtió los panes en peces y ninguno de los efectos especiales que tuvo que usar para que le creyeran que era Hijo de Dios. Lo que es trascendental de Cristo fue el mensaje que nos dejó y que queda oculto tras la parafernalia.”

GonzaloVillegasVacaflorSociólogo

El Loro Colla

Concurso originarioLa nueva misión de la ministra de Cultura será convocar a concurso pú-blico para descubrir un nuevo nom-bre para Evito... es que al Presidente se le ocurrió sugerir el cambio de nombres que heredamos de España, por otros 'orginarios'. Y él tiene que comenzar dando el ejemplo. Usted, ¿con qué nombres sustituiría el Evo y el Morales? Bueno, la verdad que Morales ya no puede ser... tal vez, MoralNOes.

¡Temblad, Stetter!Ese debe ser el grito que le llegó como sopapo a uno de los obispos más fuertes de la Iglesia en Bolivia, Carlos Stetter, luego de conocer la 'sugerencia' de Monchito Quinta-na para que el INRA investigue las tierras que tiene la Iglesia (o Stetter, que no es lo mismo pero es igual) en la Chiquitania, en las que asegura que trabajan campesinos sin perci-bir sueldos. Oiga, esto sí que se pone color hormiga...

¿Austeridad? ¡Gas!La 'austeridad' pregonada por Evito & Cia. en el manejo del Estado se hizo gas en YPFB. Ajá... lo admite el propio Carlitos Villegas, al recono-cer que efectivamente se duplicó el gasto en viajes y viáticos, llegando a 5 millones de dólares en 2010. Pero aclara: todo es por cumplir con una apretada agenda, ¡ni se nos ocurra pensar que es por placer! Y como los portavoces oficiales no mienten, hay nomás que creerles... dizque.

La tutifruti...La Maternidad suspendió cirugías por un absurdo que raya en lo cri-minal: ¡la falta de pago de 40.000 bolivianos por monitores fiados! El dinero debió ser desembolsado por la Alcaldía cruceña hace más de una año, y no lo hizo. ¿Por 40.000 bolivianos estamos exponiendo la vida de cientos de mujeres y niños que necesitan atención en la Mater-nidad? ¡Joder, si no es ni la mínima parte que se gasta en pavimentar una cuadrita! ...así no da.

El gran misterio...¿Quién avala a Ávalos?, me pregunto todos los días, desde hace ya varios meses. Me intriga el peso que tiene en el MAS, pese a ser blanco de de-nuncias de todo tipo. La última es la de co-participar en una trama oscura que afecta al INRA y que tiene que ver con confiscación, usurpación, etc. de tierras agrícolas en Santa Cruz. Oiga, no han perdonado ni siquiera a los campesinos masistas. Que lo diga la mamá de doña Margoly GuzMAS...

La frase“El Imperio Inglés y sus gobiernos decidieron acabar con los indígenas quechuas y aymaras”. / Presidente Evo Morales.

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El museo presidencialLa verdad que yo no entiendo

a algunos periodistas, que sin estar bien informados, sin

averiguar bien la noticia que merece llegar a la población para que esta esté mejor informada, ellos están prestos para criticar y criticar por el solo hecho de criticar. Nuestro Divi-no Evo, en un momento de lucidez (creo yo), ha decidido invertir la suma de 20 millones de bolivianos en la construcción de un moderno museo en su natal Orinoca, y todo el mundo se le vino encima.

Todos sabemos que una gran ma-yoría de nuestros bachilleres, ya sea de colegios fiscales o particulares, no tienen la más peregrina idea de lo que es un laboratorio, una biblio-teca, para qué siquiera mencionar un museo, porque sencillamente nuestros establecimientos educati-vos en su mayoría no los tienen… Hasta donde yo sé, no conozco un “Bachiller en Humanidades” que haya tenido la oportunidad de hacer

una visita a un museo con fines de investigación, la mayoría va a las pocas bibliotecas que tenemos, en parejas o en tropa, donde ni siquiera demuestran un buen comportamien-to, dejan recuerdos de su paso por la biblioteca garabateando libros, ha-cen bulla creyendo estar en el circo, fuman para verse mas hombrecitos, pero que hagan trabajos de investi-gación ¡ni idea!

Si esto acontece en las capita-les de departamento, ¿se imaginan como es la cosa en las provincias? ¿Será que el señor ministro de Edu-cación y Cultura del Nuevo Estado Plurinacional Multicolor y Folkló-rico tiene idea de la capacidad inte-lectual de nuestros bachilleres que egresan en las provincias, donde la mayoría de los profesores son inte-rinos que están acumulando anti-güedad para el verdadero profesor que está trabajando en España?

Según tengo entendido, museo es el lugar donde se guardan, conser-van y exponen los objetos notables que pertenecieron a los recuerdos de

nuestro pasado histórico y cultural, un lugar que generalmente perma-nece cerrado y se abre al público en algunos días determinados, es el lu-gar donde se guardan y coleccionan objetos para su exhibición pública para que todos los visitantes, al ver lo expuesto allí, se acuerden de su pasado y sepan valorar el futuro.

Allá por el año 290 antes de Je-sucristo, funcionaba en Alejandría lo que podría ser considerado el primer museo de Historia, que se encontraba a cargo de las “musas”, lo que dio origen al nombre actual. Aunque hasta el momento no se sa-be de dónde saldrá el dinero para in-vertir en la construcción “del museo de contenido estatista, indigenista, e izquierdista”, se dice que el flamante museo será dedicado al Presidente, a quien incluso se le piensa construir un monumento en su pueblo natal.

No debemos olvidar que allá por el año 2006, la choza donde nació el primer mandatario ya fue declarada “Monumento Nacional”, así como su vestimenta, incluida sus abarcas,

“No podría faltar en el museo un avioncito en mi-niatura... para que los visitantes puedan apreciar el coraje de un indígena que, privándose de muchos gustos y placeres, logró comprarse un avión espe-cialmente diseñado para él, en más de 38 millones de dólares, sin importarle las críticas...”

fueron declaradas “Patrimonio Cul-tural de Bolivia”… Posiblemente, con el paso de los años, nada raro que el museo proyectado pudiera ser con-siderado un Patrimonio Cultural e Intangible de la Humanidad y ser vi-sitado por estudiantes que quisieran entender los tropiezos y tropezones que sufrió el “Proceso de Cambio”. “Este será un museo de la Revolu-ción Democrática y Cultural, al que asistirán los estudiantes nacionales y extranjeros para que realicen investi-gaciones y otras demostraciones del proceso de Liberación Nacional…”, sentenció nuestro divino Evo al mo-mento de dar la noticia.

Como quiera que el “Proceso de Cambio” que está sufriendo el pueblo boliviano ha costado mucho sacrificio, traiciones y desvelos por parte de los más estrechos colabo-radores del Presidente, y sabiendo que muchos de sus colaboradores le hicieron meter la pata en varias oportunidades, es que me imagino que el museo tendrá a la entradita una fotografía gigante en la que ve-remos al Gran Amauta y Sacerdote del Dios Inti, Valentín Mejillones, el mismo que se hizo pillar en su casa con 240 kilos de cocaína.

Como quiera que en nuestro país muchos ociosos han adoptado la política como profesión y es por eso que anda de tumbo en tumbo, y posiblemente para adornar el museo, no estaría mal colocar un busto, aunque sea de madera, de Santos Ramírez, ese profesorcito rural que gracias a la política llego a ser dueño y señor de la más gran-de empresa del país y que gracias a ese triste personaje, YPFB estuvo a punto de irse a un cuerno. Las Her-manitas Terán tampoco podrán estar ausentes de este elegante proyecta-do museo.

Un ilustre personaje que pudie-ra adornar el proyectado museo sería el gran Canciller David Cho-quehuanca, el que estuvo a punto de hacernos creer que las piedras tienen sexo, seguramente lo hizo para distraernos mientras realizaba negociaciones secretas con la presi-dente chilena, sin darse cuenta que nuestro país nunca tuvo una Políti-ca de Estado firme y eficiente que mantenga el sentimiento de volver al mar.

No podría faltar en el museo, y debería estar colgado en uno de los techos, un avioncito en minia-tura para que los visitantes puedan apreciar el coraje de un indígena que, privándose de muchos deseos, gustos y placeres, logró comprarse

un avión especialmente diseñado para él, en más de 38 millones de dólares, sin importarle las críticas de muchos envidiosos que pasaron por Palacio y ni siquiera se compra-ron un automóvil blindado.

Seguramente y para orgullo de todos los simpatizantes masistas, en el museo no faltará una réplica del satélite Túpac Katari llamado también “pajarraco de lata”, que rondará el espacio a la conquista del cosmos, demostrando al mundo entero que el nuevo Estado Plurina-cional está a la par de las naciones más poderosas, en una verdadera carrera espacial. El Túpac Katari llevará pintada la whipala, la mis-ma que flameará por el espacio cual si fuera un cóndor altiplánico que, a decir de los envidiosos, costará a los bolivianos la suma de trescien-tos millones de dólares y será ad-quirido sin ninguna licitación. Es lo de menos, lo importante es mostrar al mundo que los bolivianos somos muchos tipos.

Pero lo que no deberá faltar en el museo a crearse en un futuro no muy lejano es la foto del General René Sanabria, aquel personaje que con su actitud nos llenó de vergüen-za a todos los bolivianos, con su comportamiento creó una imagen del país triste y miserable, además de desorganizado, sin Dios ni Ley. Se dice que el museo contará con un salón en el que se proyectarán películas y videos revolucionarios, seguramente no faltará el video de nuestro amigo y analista político Carlos Valverde con su película “Qué Pasó”, para que las futuras generaciones traten de comprender realmente que pasó en Bolivia.

Al saber las debilidades que tiene nuestro Divino Evo, seguramente los pasillos estarán adornados con fotos de nuestro mandatario patean-do pelota, vestido con la indumenta-ria de todos los equipos del mundo, además de la selección nacional, fotos jugando ajedrez con los más grandes genios del deporte ciencia, fotografías con los 33 chilenos que fueron rescatados, otras con todos los dignatarios del mundo a quienes visitó con su chompita a rayas.

Por todas las razones anterior-mente expuestas, creo que no existen motivos para que algunos periodistas envidiosos y criticones se opongan a este proyecto, segu-ramente faltan más personajes que bien merecen adornar el museo; al fin y al cabo, el pueblo será el be-neficiado, pero no siempre se puede dar gusto a todos…

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JorgeCaero

Soto chinocaero@

hotmail.com

SIN PELOS EN LA LENGUA

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BitoqueColumna del buen humor y de la crítica valiente

Cuando era muchacho, por medio de las radioemisoras escuchaba una inspiración

musical interpretada por una can-tante de moda que decía “Fumar es una placer/ genial sensual/ fumando espero/ al hombre que yo quiero…” luego un poeta romántico dijo “Des-pués de amar…. bueno es fumar”. Pero como se descubrió que el ciga-rrillo estaba empezando a ser con-siderado como el enemigo número uno de los pulmones, un psicólogo recomendó que “después de amar” lo mejor sería leer el periódico. Hoy, con tantas malas noticias que nos traen los periódicos, como ser casos de violación, asesinatos, secuestros, huelgas, asaltos, manifestaciones, denuncias de separatismo y corrup-ción y demás burreras, parece que “después de amar” lo más recomen-dable será ir a dormir…

Ya nadie duda que fumar un ciga-rrillo es dañino para la salud, todos saben que el cigarrillo produce cán-cer y es el directo responsable de las enfermedades pulmonares; además, seis millones de personas mueren al año en todo el mundo de manera pre-matura por enfermedades asociadas al cigarrillo. Según el periodista de “La Nación” de Buenos Aires, Se-bastián Ríos (4 abril 2011), se acaba de descubrir que el humo del cigarri-llo conduce a la diabetes tipo II, este estudio fue realizado por investiga-dores de la Escuela de Medicina de Harvard (EE.UU) y publicada en la revista Diabetes Care. Se dice que este estudio prospectivo, que se hi-zo con 100.526 mujeres durante 24 años, llegó a la conclusión de que la exposición pasiva al humo de tabaco y el tabaquismo activo están asocia-dos con el riesgo a desarrollar en las

personas Diabetes tipo II.Los resultados de este estudio

confirman la importancia de apro-bar leyes en beneficio de la pobla-ción, protegiendo a todas las per-sonas del humo del tabaco, lo que quiere decir que se debe prohibir terminantemente el consumo del cigarrillos en locales públicos cerra-dos, discotecas, karaoques, micros, colectivos, taxis y demás centros de diversión, donde nuestros mu-chachos fuman como condenados. Creo, además, que se debería prohi-bir la venta de cigarrillos a menores de edad.

Este estudio corrobora que el tabaquismo es un factor de riesgo de diabetes independiente, es decir que puede causar la enfermedad sin que medie un aumento de peso del colesterol o de otros factores que se asocian a la diabetes. Según los

médicos, existen evidencias que el tabaquismo y diabetes forman un “combo letal”. Las personas con diabetes tienen tres veces más ries-go de sufrir un infarto o un accidente cerebro bascular, pero si además el caballerito es afecto al cigarrillo, el riesgo es once veces mayor, con lo que queda demostrado que el taba-quismo no solo aumenta el riesgo de diabetes, sino que multiplica expo-nencialmente sus complicaciones y aumenta el índice de mortalidad.

Por todo ello es necesario imple-mentar de manera urgente una polí-tica sanitaria que busque reducir el consumo de tabaco y la exposición al humo del tabaco… quienes no aprecian su vida y están decididos a quemar sus pulmones, será pro-blema de ellos, pero no nos pueden joder la vida a quienes deseamos vivir un tiempo más.

El humo del cigarrillo Jorge Caero [email protected]

BOLIVIA VIVA

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Santa Cruz de la Sierra y sus deudas pendientes

Carlos Valverde, Gabriela Ichaso y Edmundo Farah estuvieron en el II Coloquio Cons-truir Ciudad del primer ciclo convocado por el Colegio de Arquitectos de Santa Cruz. ¿A dónde vamos?, fue la pregunta que guió a los expositores y animó el debate.

Santa Cruz de la Sierra tiene dos problemas centrales y una deuda pendiente. Los dos pro-

blemas identificados al vuelo por un empresario español radicado hace po-co en la capital cruceña, a la que llegó “huyendo del cemento” en su ciudad natal, son: 1) definir qué modelo de desarrollo quiere; y 2) en función a ello definir su planificación. La deu-da pendiente, reconocida nada me-nos que por el oficial mayor de Pla-nificación de la Alcaldía Municipal de Santa Cruz de la Sierra, Edmundo Farah, es “devolverle la ciudad a los ciudadanos”.

Parecen tareas fáciles, pero no lo son. Así quedó claro en el Segundo Coloquio “Construir Ciudad” que se realizó el martes pasado en el Cole-gio de Arquitectos Santa Cruz, en el marco del Primer Ciclo de Coloquios iniciado el 29 de marzo a iniciativa del directorio que preside Rim Safar. Y quedó clarísimo que la tarea es difí-cil y compleja, gracias a las duras pero certeras intervenciones de Carlos Val-verde Bravo y Gabriela Ichaso Elcuaz que, junto a Farah, fueron los exposi-tores invitados a la segunda jornada de debate sobre la ciudad.

Valverde e Ichaso no escatimaron palabras para pintar una realidad cru-da y preocupante de la capital cruce-ña, señalando dos responsabilidades centrales: la de un Gobierno Munici-pal ausente, éste y los anteriores, que deja hacer y no tiene autoridad para obligar el cumplimiento de las nor-mas de convivencia y urbanidad que deben regir en una ciudad, y que care-ce también de visión de desarrollo que ponga en primer lugar a la gente.

Valverde cuestionó en particular las inversiones municipales actuales que dan más prioridad al cemento que a la gente que luego caminará sobre ese cemento. “Parece que la letra con plata entra...”, dijo y se quebró al mo-mento de relatar la vida nocturna de la ciudad, marcada por el micro tráfico de drogas y la prostitución que hace carne de niños y adolescentes. Tam-bién, al indignarse frente a la parado-ja de un Municipio que gasta hasta cien millones de dólares en obras de cemento, pero que no es capaz de pagar Bs 40.000 por un equipo de monitoreo, imprescindible en la Ma-ternidad.

Ichaso no se quedó atrás, y le echó en cara al Gobierno Municipal el no haber sido capaz de ordenar la casa por dentro, definiendo tareas y com-petencias de acuerdo a ley. Un deta-lle minucioso de las incongruencias que se presenta en la administración municipal fue presentado por Ichaso, tanto en lo que respecta a planes de inversión, como a la competencias que les corresponde asumir, y no lo hacen, los funcionarios del Ejecutivo. Su visión no se limitó a la coyuntura que marca la administración munici-pal: fue más allá y planteó la ausencia de temas esenciales para la vida en la ciudad, como son la calidad de los servicios públicos y la sostenibilidad de los mismos.

Pero Valverde e Ichaso también coincidieron en señalar que la otra gran responsable del caos que vive la ciudad es la población. “Somos parte del problema”, dijo Ichaso, “no basta con quejarnos de nuestras auto-ridades”. Valverde había dicho antes:

BOLIVIA VIVA

“Nos importa poco lo que pasa con la ciudad... creemos que el Gobierno Municipal solo debe atender nuestros derechos, pero no asumimos nuestros deberes”.

A Farah le tocó la peor parte: de-fender la gestión del alcalde Percy Fernández, asegurando que está trabajando para construir una mejor ciudad. Expuso los planes que tiene el Municipio, sobre todo en lo referido a grandes obras viales y de infraestruc-tura de servicios, pero reconoció tam-bién que falta atención en lo que se refiere a la participación y educación de los vecinos. “Devolver la ciudad a los ciudadanos es una deuda pendien-te”, dijo, al observar que esta es una ciudad a la que le falta madurar, pero a la que ve con esperanzas, a pesar de todo, y que insistirá en persistir en realizar su sueño: construir una ciu-dad amigable.

La participación del público fue enriquecedora. De allí surgieron co-mentarios e interrogantes interesan-tes. Una de ellas desnudó una realidad que muchas de las autoridades igno-ran: “¿cómo se hace para atravesar a pie el segundo anillo?”, preguntó En-rique López. O la ya citada al inicio de esta nota, dicha por el español que se vino a Santa Cruz de la Sierra “hu-yendo del cemento”. Según él, esta es una ciudad inviable si no corrige su densificación: “Ni el Municipio más rico de Europa podría asegurar servi-cios en una ciudad con un promedio de 200 familias por kilómetro cua-drado”, comentó al comparar lo que sucede en municipios españoles, con una densidad de hasta 2.000 familias por kilómetro cuadrado.

El II Coloquio, que arrancó a las 20:00 y se extendió hasta casi la me-dianoche, “reeditó el éxito logrado en el primero”, a decir de la presidente del CASCZ, Rim Safar. En efecto, el auditorio y el patio de la sede de los arquitectos estaban copados por un público diverso, del que dieciocho personas se animaron a participar con comentarios y preguntas.

Safar destacó la decisión del Cole-gio de liderar un proceso a favor de la ciudad “en la que todos queremos vivir para disfrutarla y no para sufrir-la; por eso hemos abierto este espacio para debatir de manera libre sobre la ciudad que queremos construir, una tarea que es de todos”.

El debate se está ampliando e in-corporando voces incluso de quienes no lograron estar presentes en la sede del CASCZ, pero que acompañaron todo el desarrollo del coloquio a través de Canal 11 Televisión Universitaria que decidió adherirse a la iniciativa con la transmisión íntegra del primero y segundo coloquios. Las exposicio-nes ya están siendo publicadas en las ediciones de SemanarioUno. En esta edición, lea a seguir la exposición de Carlos Valverde y la de Reymi Ferrei-ra, que estuvo en el primer coloquio. Las exposiciones de Susana Seleme e Ingrid Wichtendahl, también en el pri-meri coloquio, ya fueron publicadas en ediciones anteriores. La de Ichaso y Farah serán presentadas en nuestra próxima edición.

El Primer Ciclo concluirá el martes 31 de mayo con el Tercer Coloquio, en el que estarán como expositores José Antonio Prado, Carlos Hugo Molina y Rim Safar.

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¿A dónde vamos?Carlos Valverde no necesita de pretexto para jochearse ante los problemas que agobian a

Santa Cruz de la Sierra. Su práctica en el periodismo lo jochea a diario. Gracias a ello, su participación en el Coloquio “Construir Ciudad” fue más que enriquecedora.

¿A dónde vamos? Ese el tema del que debo hablar. No tengo una respuesta a esa pregunta ni por

acaso, así que voy a dejar esa interro-gante para que nos la respondamos colectivamente. Pienso que si estu-viéramos en los años 70, cuando esta ciudad pretendía dibujarse con orden y con sentido de desarrollo, esa pregunta hubiera sido la adecuada, pero no es-tamos en los años 70 del siglo pasado, sino en 2011 y, como consecuencia de ello, me voy a permitir cambiarla para reflexionar, a modo de pregunta tam-bién, y para cuestionarnos colectiva-mente: ¿Cómo llegamos a esto?

Y es que esta ciudad, en todo este tiempo, no hizo más que dibujarse a si misma como escribió alguna vez Os-car Barbery Suárez, hace más de 15 años en un artículo que yo considero debiera volver a publicarse, porque nos ubica a ciudadanos y estudiosos en un interesante punto de partida pa-ra discutir la ciudad y sus problemas.

Asumiendo que Oscar tenía ra-zón, siento que vivimos en un pre-sente que nos muestra una ciudad que no pregunta a nadie para seguir creciendo, que no pide permiso para aumentar su tamaño; estamos, como ciudad, entre las 15 ciudades con mayor crecimiento poblacional en el mundo, según la página “El diario del viajero”; tenemos una ciudad en la que el Gobierno Municipal es casi una entelequia, porque gobierna para unos cuantos y trabaja también para unos cuantos.

Y no me refiero en concreto al actual Gobierno Municipal, del que soy muy crítico cotidianamente, como lo fui con los anteriores, sino a la idea de Gobierno de la ciudad, paradójicamente el más legítimo de los gobiernos que tenemos los ciuda-danos, porque es claro que nada hay más cercano al ciudadano que su gobierno municipal, pero también el más ausente.

Perdonen este juego de palabras, lo hago adrede, porque la idea de gobierno municipal está cada vez menos apreciada en función a la idea que de él tiene el ciudadano, y yo soy también un ciudadano, con el privi-legio de trabajar frente a una cámara o atrás de un micrófono, y por ahí tengo más posibilidades de ser es-cuchado, aunque no mejor atendido, por el que entiendo es mi gobierno

se llama inequidad y en Santa Cruz hay mucho de eso como política gu-bernativa.

Tenemos un Gobierno Municipal que hace mercaditos que no son ocu-pados por nadie; en fin, tenemos un Gobierno que hace y construye, pero no gobierna al ciudadano para el que hace y construye, porque gobernar es hacer obras, pero también ejercer autoridad y control en la vida de la ciudad, y eso es algo que nosotros no vemos; corrijo… que yo no veo, para no hablar en nombre de nadie que no sea yo mismo.

En efecto, siento que en lo insti-tucional, el Gobierno Municipal ha perdido la capacidad de gobernar la ciudad; yo me atrevo a decir que se gobierna, es decir que se ejerce autoridad, se controla y legisla para algunas actividades comerciales, para el casco viejo, para los barrios residenciales, también viejos, a me-dias, y paremos de contar; más allá

de esto, la autoridad municipal no está expresada como debiera ser, co-mo limitador de actividades priva-das que se inmiscuyan en lo público, como árbitro del desarrollo social, como regulador del desarrollo infra-estructural; en Santa Cruz, viola las normas de construcción quien quiere y el Gobierno muy poco o nada hace o no puede hacer.

Recién nomás nos enteramos que más del 60% de la construcción local es clandestina porque el Municipio no tiene inspectores que lleguen a todos lados; en contraposición, Sa-guapac, CRE, Cotas llegan y san-cionan las conexiones clandestinas de los mismos usuarios; esa es una muestra de lo que funciona y de lo que no funciona.

Pienso… más bien estoy segu-ro que el principal problema de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra es que su Gobierno Municipal es recu-rrido sólo cuando un grupo de veci-

más cercano y menos presente. ¿Qué Gobierno Municipal tene-

mos? Uno que hace cemento en las calles, calles caras por otra parte; permanentemente reajustadas en su precio; aseguro que si hubieran he-cho eso con el servicio de recojo de basura, a lo mejor no estuviéramos como estamos pero, claro, la diferen-cia está en una cuestión de simpatías/antipatías entre los que mandan en la Municipalidad y los que son propie-tarios de esas empresas.

Sostengo que tenemos un Go-bierno Municipal que hace parques muy bonitos, pero sospechados de corrupción, y que gasta demasiado en su mantenimiento. Los parques se comen más del 20% del presupuesto de alumbrado, cuando hay barrios enteros que no cuentan con un siste-ma de alumbrado público eficiente –eso lo podemos discutir, tengo los datos que lo prueban .

Tenemos un Gobierno Municipal que hace tremendas infraestructuras escolares muy modernas y bonitas… me atrevo a decir hermosas, pero de deficiente construcción y peor im-plementación, sin trabajos previos o complementarios para su uso (esto lo argumentaré más adelante), pero que no hace lo mismo con los hospitales del centro, donde se concentra la ma-yor parte de la población, y tampoco los equipa como corresponde. Esto

“…tenemos un Gobierno que hace y construye, pero no gobierna al ciudadano para el que hace y construye, porque gobernar es hacer obras, pero también ejercer autoridad y control en la vida de la ciudad, y eso es algo que nosotros no vemos…”

Jocheo Urbano

CarlosFedericoValverdeBravo

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nos requiere una obra o un servicio municipal; veo que una vez la obra está hecha o el servicio satisfecho, el vecino no asume responsabilidad de correspondencia con su gobierno local y el gobierno se retira cómoda-mente del lugar para seguir constru-yendo en otro lado, desentendiéndo-se de lo que se llama la continuidad de su obligación; es decir, controlar y mantener una obra en la que se in-virtieron recursos públicos.

Cuando un gobierno municipal es requerido desde la periferia simple-mente como generador de obras y no hace un seguimiento retributivo, esta-mos mal; me refiero a que la cosa de-biera ser más o menos así: yo te hago, yo te pongo, yo te sirvo, pero vos te comprometés con la ciudad, entiénda-se con el Municipio a hacer tal o cual cosa; es decir, a cumplir obligaciones. Eso que se llama reciprocidad y no pasa en esta ciudad, y lo más seguro es que en poco tiempo ese gobierno

pierda presencia y fuerza coercitiva en ese lugar y, lamentablemente, eso es lo que ocurre en esta ciudad: el go-bierno pasa, hace y desaparece. Por eso es que pregunto cómo llegamos hasta acá.

A menudo veo las intenciones del Gobierno Municipal de asumir autoridad sobre determinadas ac-tividades, y no voy a hablar de los mercados, porque ahí no existe el Municipio sin la autorización de los gremiales; tampoco quiero hablar del autotransporte, porque pareciera que lo que pretendo es cargar tintas contra el actual Gobierno Municipal, que no se diferencia de los pasados en cuanto a su escasísima posibilidad de actuar coercitivamente, sino que me refiero a la posibilidad que tienen de normar las actividades privadas que se desempeñan en el ámbito de lo colectivo, y pongo a gremiales y transportistas como ejemplo, por-que ambos usan bienes municipales, o sea públicos, para la realización de sus actividades privadas.

Hace un tiempo vi muy fatigados a los gendarmes municipales sacan-do las trancas de algunas calles de Urbarí y Las Palmas -seguramente comenzaron en los barrios de ricos para que quede como muestra de que se actúa con todos igual- pero esta-ban interviniendo después de más de dos años, por lo menos, de que estas trancas tomaran carta de ciudadanía, actuando en contra del derecho de ciudadanos y vecinos de transitar libremente por la ciudad. Confieso que me hubiera gustado verlos inten-tar lo mismo en el barrio militar, don-de los que mandan son los militares, pero, al menos no son tan ingenuos de mostrar su fracaso ante la ciuda-danía que mira por televisión, porque ese es otro problema: si la prensa no está, el Gobierno Municipal no actúa y todos sabemos que los operativos televisados nunca dan resultado. Al menos en Urbarí y Las Palmas las ca-lles siguen siendo de los vecinos que decidieron cerrarlas de nuevo.

Los barrios del centro obedecen

por inercia y porque están o más cer-canos o más sujetos al control mu-nicipal, y como no tienen ya mucho que pedirle al Municipio, no se ha-cen mayores problemas, aunque las calles del centro son calles de nadie, porque los letreros de no estacionar o las recomendaciones para no pararse en doble fila o sacar mercadería a la acera están por estar. No trasgredir la norma es más bien un asunto del ciudadano consciente, antes que una responsabilidad del Municipio. En el centro, el compromiso del ciudadano con el Gobierno Municipal es más voluntario que otra cosa, y eso no es tan malo, porque nos hace darnos cuenta que es posible que el ciuda-dano se comprometa con la ciudad y asuma que hay un gobierno que está por encima de sus particulares dere-chos… quiero decir, un gobierno que se interesa por lo colectivo.

En esta ciudad, una campaña para empapelar vehículos “infractores” se termina en cinco días, porque los gendarmes son insuficientes para que la misma perdure en el tiempo. En esta ciudad, el engrapado a los vehí-culos que están mal estacionados se suspendió porque un funcionario au-torizó que no se le cobre a un infrac-tor amigo, en una terrible muestra de fragilidad institucional… y esa fragi-lidad es la que hace que los ciudada-nos veamos al Gobierno Municipal como el único con obligaciones en la ciudad. El ciudadano está seguro que sólo el gobierno tiene obligaciones para con él, bajo el argumento de que

él puede hacer lo que quiera porque “paga sus impuestos”, cosa que es casi una cuestión de trámite de unos cuantos voluntariosos, porque no todos pagamos los impuestos si no somos conminados a hacerlo.

Es terrible comprobar que hasta hoy la ciudad no tiene un sistema de catastro que le permita establecer un parámetro de ingresos para las obras que tiene que hacer o, lo que es peor, para saber cuántos somos los que vi-vimos en Santa Cruz de la Sierra y la calidad de vida que tenemos. Una ciudad que vive de contribuyentes “aproximados” para hacer cálculos de recaudación no es una ciudad equita-tiva, no es una ciudad para todos.

Una ciudad que basa sus cálculos de recaudaciones más en lo que en-tra por coparticipación y muy poco, comparativamente con la cantidad de inmuebles y actividades económi-cas propias, en lo que debe ingresar por impuestos y por tasas propias, porque no tiene datos catastrales como para recaudar y distribuir me-jor, es una ciudad que está mal, que está desequilibrada, y su gobierno es simplemente un ejecutor de obras de infraestructura, unas en función de la intuición del servidor, algunas por re-querimiento de los vecinos. Es claro que la mayoría de ellas no son parte de la planificación del desarrollo.

Seguro que alguien me va a retru-car diciendo que para distribuir las obras, las autoridades se reúnen con todos los vecinos para priorizar lo que hay que hacer, cuando sabemos que esos “todos” son sus conmilitones y parte de su clientelismo político; ellos son los más beneficiados. Si sobra, se va a otros lados o se sirve a otros.

Les doy un caso de lo que son los útiles conmilitones, que aunque no es el único, sirve. Permítanme expo-nerles el caso del señor Porcel, quien después de haber sido miembro del Consejo de Vigilancia terminó co-mo concejal suplente, aunque no puede asumir su cargo porque está cuestionado por no haber entregado sus cuentas claras. Hablo de cuentas municipales controladas por la Go-bernación, y encima está en la mira porque tiene un montón de parientes como parte de su “cuota de poder” o “pago por lealtades” en el propio Municipio.

No quiero decir con esto que los ciudadanos no tengan derecho a pos-tularse, lo que quiero decir es que los ciudadanos que están en los comités de vecinos o de vigilancia no debie-ran ser cooptados por los partidos po-

“..estoy seguro que el principal problema de la ciudad es que su Gobierno Municipal es recu-rrido sólo cuando un grupo de vecinos requiere una obra o servicio municipal; una vez la obra está hecha o el servicio satisfecho, el vecino no asume responsabilidad de correspondencia...”

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líticos o las agrupaciones y pasarse de un espacio a otro inmediatamen-te, porque ellos son líderes vecinales y son mucho más importantes en ese lugar. Pero, como tienen cierta credi-bilidad, los partidos y las agrupacio-nes los usan para captar votos, hecho que nos muestra que el fin justifica los medios, ya que en realidad van de relleno. Vean sino el caso de Rodol-fo Landívar que estuvo muchos años en el cargo que heredó de doña Alina Hoyos y ahora es parlamentario; su-plente, claro. Fíjense cómo es esto, que con ser suplentes se conforman, pero ese es otro tema.

Creo que el problema no es este Gobierno Municipal específico, aun-que este es el que está en actividad y repitiendo las mismas taras de los gobiernos posteriores al primer go-bierno de Percy Fernández, ese que fue capaz de dotarle al poder munici-pal contenido y valor, ese que le dio al ciudadano la certidumbre de que el Gobierno Municipal es su gobierno, ese que le dijo al vecino que la Muni-cipalidad era su principal referencia y aproximación de poder, un poder para servirlo.

Claro, después de ese primer go-bierno vino el segundo de Percy Fer-nández y de un par más de Fernández que hicieron del Municipio un poder en si mismo y para ellos mismos; y vinieron las obras cuestionadas, las cieguitas, las dobles vías, los con-tratos secretos, los no tan secretos, pero que no le importaron a los que tenían el poder, porque los que lo de-tentaron asumieron que el poder era para ejercerlo sin importarles si se lo hacía bien o mal, y entonces acumu-laron poder y perdieron capacidad de planificación y de gestión, aunque fueron populares porque “le dan a la gente lo que quiere”; es decir, mucho cemento y poca responsabilidad ciu-dadana y vecinal. Por eso la ciudad está perdiendo calidad de vida.

El Municipio de la capital cruceña es un termómetro del departamento, un departamento que hace poco ocupaba el primer lugar en el PIB en relación a los otros departamentos, incluso varios puntos arriba del PIB nacional, pero que hoy ha bajado al cuarto lugar después de Pando, Tarija y Potosí, algo que no parece preocupar a los que se dedican a construir con cemento sin construir ciudadanía.

Los que hacen eso son los que construyen módulos educativos muy grandes en infraestructura, pero que no siguieron la idea primigenia que de ellos se tenía, y ahora esas cons-trucciones albergan hasta a cuatro unidades educacionales que funcio-nan al mismo tiempo, que tienen cua-tro planteles de profesores diferentes, cuatro directores, cuatro regentes y, al parecer, ninguna responsabilidad con los miles de jóvenes que termi-nan siendo víctimas de pandillas que

se disputan espacios entre ellos, no para ver cuál de los estudiantes es mejor en su calidad académica, sino cuál es el dueño del espacio físico que les permita expandir clientes del microtráfico de drogas y de armas, situación que se da en la mayoría de las unidades educacionales de la ciu-dad donde la ley no llega y donde el Municipio no hace seguimiento, pe-se a tener una dirección de cuidado de niños y adolescentes que trabaja bien aún cuando es una de las direc-ciones con menor presupuesto. No se siguió una metodología de ocupa-ción trabajada por sociólogos y an-tropólogos como debía ser, porque a lo mejor no había presupuesto para el desarrollo humano; una vez más, ganó el cemento.

Esta es la ciudad que le permitió a los transportistas hacer lo que les de la gana… el Gobierno Municipal llenó la ciudad de micros y líneas diferentes a cambio del voto mili-tante de los transportistas, a los que sentó en el Concejo al igual que a los gremiales, simplemente para ganar elecciones y no para poner orden co-mo debió haber sido. Claro, ese voto que fue cambiando de acuerdo al in-terés de los sindicatos y federaciones terminó imponiendo el desorden y haciendo de Santa Cruz de la Sierra una ciudad de nadie.

El actual Gobierno Municipal cree que ordenar el transporte pú-blico es asunto económico, ahora sostiene que para lograr orden es cuestión de gastar 50 millones de dólares en rutas exclusivas y micros más grandes, cuando lo que de ver-dad importa es sentar presencia insti-tucional, presencia de gobierno en la ciudad y para todos los ciudadanos, generando una nueva cultura de ser-vicios públicos; debe pensar que la letra entra con plata.

En esta ciudad la salud de los ha-bitantes no es importante; es bueno, pero no es correcto que los voluntaria-dos hagan más que el gobierno local por la salud de los ciudadanos. Quiero decir que no es bueno que los enfer-mos no cuenten con la asistencia del Estado. Y cuando digo Estado no pido que el Ministerio de Salud venga aquí a trabajar por nuestra gente, porque sé que eso no se va a hacer. Cuando digo Estado, digo que esta parte de Estado que es el Gobierno Municipal debie-ra estar encima; pero se pasan discu-tiendo entre los tres poderes a quién le corresponde hacer tal o cual cosa y quién es el que debe invertir, en vez de asumir que un ciudadano sano hace una mejor ciudad y mejores vecinos. Fíjense que no dije gasto porque no creo que la plata en salud ciudadana sea gasto.

¿Cómo llegamos a esto?, pregun-to otra vez. Cuestiono cómo llegaron a empoderarse tanto los gremiales que ponen a cada uno de sus dirigen-tes en las diferentes listas electorales

sin ningún empacho, sin que los que postulan tengan la decencia de sacar-los de sus listas para evitar ser usa-dos a cambio de votos. ¿Quién usó a quién? El resultado está a la vista, aunque no es ocioso responder.

Llegamos a esto porque la búsque-da de poder pudo más que la vocación de servicio, porque le encontraron la vuelta el asunto, porque saben que con mucho cemento y muy poco de involucramiento en la vida de la gen-te les va bien, porque saben que dejar hacer cualquier cosa al ciudadano rinde mucho más que poner límites y construir ciudadanía.

Alguien dijo que al cruceño no le gusta que estén encima de él y posi-blemente eso haya sido cierto antes, pero hoy, el ciudadano quiere un go-bierno mucho más presente en su vi-da, un gobierno que no sólo le ponga cemento, sino que mejore su calidad de vida, que intervenga para poner fin a los excesos de los vecinos, para hacer que las relaciones entre veci-nos, que la relación de éstos con el medio ambiente o con la ciudad, no sea agresiva sino amigable.

Yo soy muy crítico con el Gobierno Municipal, porque está alejado de la vida del ciudadano, no porque se me-te en la vida del ciudadano. Yo quiero, yo reclamo un Gobierno Municipal. Soy de los que, pese al pesimismo con el que miro a la ciudad, cree que aún es posible mejorar nuestra calidad de vida; que aún es posible construir una ciudad segura, una ciudad en la que

“Es terrible comprobar que hasta hoy la ciu-dad no tiene un sistema de catastro que le per-mita establecer un parámetro de ingresos para las obras que tiene que hacer o, lo que es peor, para saber cuántos somos los que vivimos en ella y la calidad de vida que tenemos.”

el que valga de verdad el ciudadano, así sea un ciudadano que transita por encima del cemento que sigue expan-diendo de manera demencial la man-cha urbana.

Yo soy un convencido de que esta ciudad necesita un gobierno mucho más presente, un gobierno que cum-pla con la ley, que informe al ciu-dadano lo que este le pregunta, un gobierno que respete la ley que dice que informar es obligación de la au-toridad, que le permita al ciudadano preguntar y ser informado. Reclamo un gobierno más gobierno, no quiero un gobierno albañil, no quiero un go-bierno que se las dé de desarrollador inmobiliario. Quiero un gobierno que esté presente en la vida del ciu-dadano, porque los ciudadanos so-mos el principio y el fin de la ciudad, somos el porqué de ella.

No quiero hablar del tema de la in-seguridad ciudadana porque me voy a extender mucho; sin embargo, creo que eso está implícito a lo largo de esta intervención, porque una mejor ciudad es la que tiene ciudadanos o vecinos más seguros y nosotros vi-vimos en la ciudad menos segura y más violenta del país.

Hablando de vecinos, me pregunto si estamos conscientes de los vecinos que estamos siendo o haciendo. Pre-gunto: ¿somos buen ejemplo para nuestros hijos? No se trata de que uno u otro de los que aquí estamos se asu-ma un buen o mal ciudadano, porque sólo en el cristianismo la salvación es

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individual; en las sociedades, la sal-vación es colectiva y nosotros los ciu-dadanos no estamos haciendo mucho para salvarnos, porque lo colectivo está dejando de interesarnos. No nos intere-sa que los chicos tengan fácil acceso al alcohol o a las drogas, blandas o duras, porque a lo mejor cuando nosotros éramos jóvenes también lo hicimos y podemos vanagloriarnos de “haber si-do fuertes” y no ser adictos, sin reparar que muchas familias a las que conoce-mos tienen este problema en su seno y no estamos a salvo de nada, sobre todo cuando la figuración y el tener tienen más importancia que el saber y el va-ler. El narcotraficante está volviendo a tener carta de ciudadanía, como no la tenía desde la muerte de Noel, y estas son señales preocupantes.

Estoy seguro que todos vamos a coincidir que cuando éramos jóvenes no teníamos la información que tene-mos ahora, y entonces no hay manera de comparar nuestra juventud con la juventud de hoy, porque el mundo en el que nosotros nos criamos era un mundo desinformado, ignorante de muchas cosas. Nuestros padres no se enteraban de nada de eso, y si lo ha-cían, no sabían cómo explicárnoslo.

Pero nosotros vivimos en un mundo ultra informado y hacerse el desen-tendido no es una buena solución, es un pecado, de esos que no están en los catecismos.

Raúl Otero Reiche se despidió de la amable ciudad vieja y ese poema, hasta hace unos años, era sólo uno de los más bellos poemas que pudimos haber leído unos cuantos de nosotros; pero la realidad es que el hombre se adelantó a su tiempo, porque hoy la ciudad ya no es amable en ninguna de sus facetas, ya que nos conducimos agresivamente y nos creemos con el derecho de hacer y practicar lo que entendemos son nuestros derechos y no reconocemos los derechos de los vecinos.

Creemos que la autoridad puede y debe valer para otro, para el que nos agrede, menos para nosotros cuando agredimos, porque nos hicimos así. Aún cuando ahora tenemos más in-formación del mundo y hasta mejor educación en las escuelas, hacemos o pretendemos hacer de la ciudad, o con la ciudad, lo que nos plazca. Y así podemos seguir hablando de lo “nor-mal” que se volvió el caos o el abu-

so, o ver o saber que desconocidos o conocidos son capaces de transar con putitas de 15 años en los burdelillos del primer anillo en la zona de la ex Terminal o en la 4 de Noviembre o en fiestas privadas de elite preparadas especialmente para eso. Todo depen-de de la clase social o del alcance del bolsillo.

O, para no ser tan tremendista, di-gamos que se volvió normal ver a los chicos bebiendo en las calles y plazas, o a los niños haciendo malabares en las rotondas, recogiendo monedas pa-ra comprar clefa o pegamento a una vendedora a la que todos vemos, pero no denunciamos, porque no quere-mos complicarnos la vida. En fin, no es entonces sólo el Gobierno Munici-pal, como la referencia más cercana de autoridad, el responsable de esto, sino que todos somos responsables de que hayamos llegado a lo que somos como sociedad.

¿Cómo llegamos hasta aquí? Creo que entre tanta reflexión o frustración ya lo esbocé. Pese a ello, creo que es-tamos a tiempo… miremos a nuestro entorno. Sin ir muy lejos, a Brasil, y veamos cuánto ha cambiado positi-vamente, porque tiene autoridades

que se preocuparon por su situación y ciudadanos que se involucraron con el cambio. O Nueva York, la capital del mundo, u otra ciudad a la que co-nozcamos y que pasó por situaciones parecidas a esta que estamos vivien-do, y que lograron salir.

Yo soy optimista, creo que si no-sotros tenemos tolerancia cero con nuestras faltas individuales seremos capaces de contribuir colectivamen-te. Sí señor, soy optimista pese a todo lo mal que veo las cosas. Si no fuera así, seguramente me hubiera ido de esta ciudad, y no me voy. Aquí me quiero morir…

Ojalá este simposio sirva de algo y mi participación también. Si no es así, al menos lo dije y por suerte se-guiré diciéndolo en la radio o en la televisión, seguiré involucrándome en la construcción de la ciudad hasta que me duela hacerlo o hasta que los poderes me saquen definitivamente de la radio y de la tevé, los poderes nacionales o los locales, a los que estorba lo que digo, no porque yo tenga la razón, sino porque asumo mi derecho de reclamar ciudadanía día tras día.

“Llegamos a esto porque la búsqueda de poder pudo más que la vocación de servicio, le encontraron la vuelta el asunto, saben que con mucho cemento y poco involucramiento en la vida de la gente les va bien, que dejar hacer cualquier cosa al ciudadano rin-de más que poner límites y construir ciudadanía”

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Muchas veces nos hemos preguntado quiénes éramos, quiénes y qué

somos, cuál es la identidad del cru-ceño, y hemos tenido respuestas di-ferentes; en muchos casos, ninguna. Esas preguntas comenzaron a surgir en nuestras reuniones de directorio. De repente, un colega dijo: ¿por qué no organizamos un coloquio y le preguntamos al pueblo qué somos? ¿Qué quieren, hacia a dónde vamos como ciudad, como sociedad?

Así nació la idea de hacer es-te Ciclo de Coloquios “Construir Ciudad”; no sólo porque queríamos saber qué éramos, sino también qué ciudad estamos construyendo. Una reflexión hecha también en honor a nuestra bella y cálida tierra, que en febrero cumplió 450 años de funda-ción, y en honor a nuestros padres que trabajaron para ofrecernos una ciudad amable, hospitalaria y verde, como un jardín.

Hoy nos preguntamos, ¿somos una ciudad jardín? Este Ciclo de Co-loquios quiere abrir espacios para es-ta y muchas otras preguntas, para que entre todos encontremos respuestas. Debo aclarar que no es la primera vez que el Colegio de Arquitectos se lanza a una iniciativa como esta, preocupa-do por la ciudad, por cada municipio del departamento. El Ciclo es una ini-ciativa más que esperamos concluya con otra iniciativa; por ejemplo, una campaña de educación ciudadana, de cultura urbana, tan necesaria hoy en Santa Cruz de la Sierra.

¿O acaso no nos quejamos, al igual que muchos otros vecinos de la ciudad, del caos vehicular, de la basura, de la inseguridad, de la contaminación, de los ruidos ensor-decedores? Nos quejamos de todo, hasta de nuestras autoridades, y nos desgastamos buscando culpables. Pero, ¿y nuestras responsabilidades, dónde quedan? ¿Acaso no somos capaces de reconocerlas, de asumir-las, de pensar y formular propuestas

de cambio, de construir soluciones? Claro que podemos hacerlo, y esta es la intención de nuestro Ciclo de Co-loquios: abrir espacios para que, en-tre todos, construyamos soluciones.

Podemos hacerlo si somos capa-ces de trabajar juntos, con el apoyo incondicional de nuestro Comité pro Santa Cruz, de nuestras cooperativas, de nuestras universidades, de todas nuestras instituciones. Porque es una tarea de todos construir ciudad. Así lo entendieron nuestros abuelos, nuestros padres, cuando empezaron a construir Santa Cruz de la Sierra, apenas poblada por 50 mil habitantes, luego 80 mil… ¡ahora estamos cerca de los dos millones de habitantes!

El crecimiento de nuestra ciudad ha sido tan grande y en tan poco tiempo, que rebasó lo planificado en las últimas décadas. Si no somos capaces de ver que aquí tenemos un reto urgente, el de retomar la planifi-cación, considerando las necesidades de esa población que continuará au-mentando con celeridad, nos irá mal. Como arquitectos, queremos que nos vaya bien, queremos contribuir a la construcción de una ciudad que sea digna de nuestros hijos. Y esta tarea, insisto, es una tarea de todos.

Queremos que la gente se apropie de sus espacios, que el ciudadano común y de a pie sepa que la ciudad también le pertenece, es la única manera de que, sintiéndola suya, la cuide, la quiera, le tenga cariño y no la destruya. Nadie tiene la varita mágica para encarar solito este reto. Es, insisto, tarea compartida. Por eso este Ciclo de Coloquios, por eso se llama Construir Ciudad, por eso también tendremos como invitados a profesionales, técnicos y ciudada-nos de las más diversas disciplinas del saber humano, como Susana Seleme, Reymi Ferreira, Ingrid Wi-chtendahl, Gabriela Ichaso, Carlos Valverde, Mundy Farah, José An-tonio Prado y Carlos Hugo Molina, presentes en este primer ciclo.

Rim Safar: “Construir ciudad es tarea de todos”

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El tercero de tres jocheos que marcó el primer coloquio del Ciclo “Construir Ciudad” del Colegio de Arquitectos de Santa Cruz, realizado el 29 de marzo pasado, fue el de Reymi Ferreira. Interesante y provocador, como los de Seleme y Wichtendahl, ya publicados.

Esta sugestiva pregunta, apa-rentemente fácil de respon-der, conlleva necesariamente

preguntarse en qué dimensiones y en qué sentido de ciudad hablamos.

Desde la perspectiva sociológica, somos una ciudad de culturas abiga-rradas, de una cultura tradicional cru-ceña, que coexiste con culturas andi-nas, chaqueñas, y transversalmente avasallada por la cultura occidental alimentada y reproducida por los medios masivos de televisión, la tec-nología, el comercio, la migración y la moda. Somos una sociedad abier-ta, multicultural, receptiva por natu-raleza con una alta tasa de migración y por lo tanto de crecimiento.

En el ensayo ganador sobre iden-tidad cruceña que auspició Sema-narioUno (y la revista AlmaZen), hay algo muy interesante: el autor (Carlos Guzmán Vedia) dice que las sociedades más abiertas, las más plurales, las que integran más fá-cilmente otras culturas, son las que más potencia tienen y más crisis ge-neran. Personalmente coincido con eso: si bien generan crisis, también generan una gran potencialidad, la potencialidad que da la riqueza y la diversidad.

Desde la perspectiva económica, somos una ciudad gran crecimiento productivo, de un modelo capitalis-ta, en donde el Estado o lo comunal tienen poca influencia en la forma de trabajar y producir, vinculada ampliamente con economías exter-nas. Posiblemente, Santa Cruz de la Sierra sea la única ciudad del país que cuenta con una élite empresarial poderosa, que puede darse el lujo de desafiar al poder estatal.

Desde la perspectiva social, so-mos una ciudad con un buen nivel educativo, con una relativa fuerte clase media, con una paradójica contradicción entre sus estructuras sociales feudales y corporativas y una modernidad económica con-

generadas desde los diferentes ni-veles de los gobiernos nacionales o subnacionales.

Desde la perspectiva política, somos una sociedad abiertamente democrática, en donde el respeto al individuo va más allá de dogmas co-munitarios, aunque también paradó-jicamente, la representación corpo-rativa, que anula al individuo, es más fuerte a la territorial que lo potencia como actor de un orden democrático. Por eso, también posiblemente San-ta Cruz de la Sierra sea la ciudad de Bolivia en donde mejor encajan los conceptos de la democracia liberal y en donde las concepciones conserva-doras tienen fuerte raigambre.

Desde la perspectiva urbana, no somos muy diferentes a la ciudad de El Alto, Quillacollo, La Paz o Co-chabamba. Comentábamos con la

presidente del Colegio (Rim Safar), previo a esta exposición, que a veces uno no sabe si está en un barrio cru-ceño o de El Alto o de Quillacollo. Compartimos realidades similares: mercados desordenados, caótica pla-nificación urbana, tráfico desordena-do, pésimo sistema de transporte pú-blico, mala atención en el servicio de recolección de basura, etcétera.

Con algunas variaciones: en los mercados de Sucre o Tarija uno toda-vía puede comer, se ve hasta a jueces comiendo allí, cosa que no ocurre en los mercados de la capital cru-

ceña. También hay que admitir que la nuestra es una ciudad que posee buenos servicios públicos como ser electricidad, agua, teléfono y última-mente gas por redes, aunque a pre-cios superiores a los que se registran en otras ciudades del país.

Dentro de la perspectiva urbana todavía hay elementos que me pare-ce importante reconocer: Santa Cruz de la Sierra es una ciudad marcada por absoluto desorden, poco respeto a lo público, a lo privado, al transpor-te, al vecino. Es común oír música hasta las cinco de la mañana, ver que arrojen basura en cualquier lugar, ocupar las aceras, abusar de las áreas verdes, etcétera.

Desde la perspectiva de los valo-res, que es donde quiero cimentar mi exposición, tenemos una sociedad con altos lazos de solidaridad, de co-

tradictoria, fenómeno que ha dado a que el investigador Adrián Waldman considere que Santa Cruz de la Sierra es una ciudad “Feuderna”; es decir, feudal y moderna. Tiene una estruc-tura económica moderna, poderosa, asentada en el capitalismo moderno, aunque con estructuras corporativas feudales, patriarcales, que no han desaparecido todavía y se expresan en la forma de organización de sus instituciones.

En lo que respecta al buen nivel educativo, quiero acotar que siempre tuvimos buen nivel, desde la época de las misiones, ya que la educación no fue restringida, sino difundida, y esto se puede notar en el censo del siglo XIX con motivo de las elec-ciones: Santa Cruz de la Sierra, pese a ser una población con no más de 10 mil habitantes, tuvo la segunda población de votantes, por arriba de La Paz, Cochabamba, Potosí, Oruro y sólo fue superada por Sucre. Esto, por el nivel de alfabetización de sus habitantes, ya que entonces leer y es-cribir era condición para votar.

Santa Cruz sin embargo no es muy diferente a otras ciudades del país en cuanto al contraste socioeconómico. En sus barriadas, agigantadas por la inmigración, germina la disconfor-midad por la falta de empleo y por las pocas políticas de integración

“Hasta la capacidad asociativa, la facilidad de crear y organizarse en instituciones para resolver problemas de la que siempre gozó y aun goza Santa Cruz de la Sierra, está en crisis. Y está en crisis, porque su capital social también lo está. La ciudad está perdiendo estos valores esencia-

¿Qué ciudad somos? Jocheo Urbano II

ReymiFerreiraAbogado / Rector de la Uagrm

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operación, con gran creatividad para organizar entes de servicio social, fuertes vínculos familiares, genero-sa, pero también en la que son visi-bles el desorden, el individualismo, la poca conciencia sobre el valor del trabajo constante, la tendencia a la fácil fortuna, el hedonismo, una cierta tendencia a la frivolidad y el nomeimportismo. Como en ningu-na otra ciudad, le damos demasiada importancia a los concursos de be-lleza, al carnaval, a la cultura ‘fas-hion’. En realidad son valores en muchos casos contradictorios. Se debe sin embargo relievar la aper-tura de nuestras élites empresariales y la facilidad a adaptarse a las inno-vaciones y a los cambios, sobre to-do en lo económico, en innovación tecnológica. Y otra vez aparecen las contradicciones: tenemos una forma capitalista de producción y sin em-bargo somos mucho más flexibles en lo social, en relación a la forma tradicional de las élites o castas alto peruanas.

Aunque se ha hecho un clisé del supuesto racismo de la élite cruce-ña, en general, la sociedad cruceña es abierta, flexible y se mueve más

por la lógica del capitalismo, que por la de las castas señoriales alto-peruanas.

el Capital SoCial de la CiUdad

Se puede definir al capital social, al elemento que está más allá de la economía y de la política, como el conjunto de aptitudes que tiene una sociedad para crear redes sociales

capaces de mejorar su calidad de vida y que, en general, se evalúan en función a lo público, al cumpli-miento de normas, a la capacidad asociativa y confianza social. Esta es la fuente de nuestras actitudes y conductas colectivas en la ciudad y se las ve reflejada en el orden vial (o el desorden), el bullicio (o la tran-quilidad), el cumplimiento de las

normas (o su incumplimiento) la seguridad (o la inseguridad) la con-fianza pública ( o la desconfianza), la organización para resolver pro-blemas y desafíos de la sociedad (o la desorganización), la limpieza (o la suciedad), el respeto a los vecinos (o su incumplimiento).

El capital social analizado por Fukuyama en su libro “Trust”, Con-fianza, para explicar el auge o el declive de las civilizaciones, bien pudiera aplicarse a una sociedad. En el caso cruceño, ha tenido que existir un alto grado de capital social para que Santa Cruz pueda superar los de-safíos en su más de cuatricentenaria historia, y ahora, el explosivo creci-miento de la ciudad está colocando en riesgo la convivencia, justamente porque se está produciendo una cri-sis del capital social, y eso es algo que se opera en la cultura, pero no en la formal de los colegios, sino en la

más profunda, en la de las familias, en la de los barrios, en la de la calle, en las que impregnan los liderazgos, de ahí la importancia de un nuevo prototipo de liderazgo en todas las organizaciones públicas y privadas de Santa Cruz.

Ahora bien, Santa Cruz de la Sie-rra ha entrado en crisis hace ya 25 o 30 años, una crisis generada por la necesidad de incorporarnos a la eco-nomía del resto del país y otra por la planificación. Todo lo que se hizo en planificación en los años 40, 50 y 60 ha entrado en crisis. Pero esta crisis puede ser una gran oportunidad para innovar, para renovar, para reencon-trar alternativas. Cierto que esta cri-sis comienza a ser social, institucio-nal (lo vemos en el caso del Comité Cívico y la necesidad de adecuarse a los tiempos de hoy, reformando sus estatutos) y urbana (todo ha colapsa-do: el Plan Regulador, la planifica-ción urbana, los servicios de trans-porte público, etcétera).

Por tanto, es necesario plantear cuál es la raíz de nuestros males y cuáles las soluciones. Personalmen-te, comparto un planteamiento asu-mido por Fukuyama, que comparte algo que escribió antes Max Weber en su libro “La influencia de la reli-gión”, en el que explica cómo la reli-gión, un elemento cultural, impulsó el desarrollo de los países del norte y sur de Europa. Weber compara: los países del sur europeo, todos católicos; los países del norte, todos protestantes. Algo similar ocurrió en América: en el sur, todos católicos; en el norte -Canadá y Estados Uni-dos-, todos protestantes.

¿Cuál es la diferencia? Saquemos nuestra conclusión: los países pro-testantes presentan mayor desarrollo económico, mayor organización… como dijo antes Susana Seleme, se trata, en definitiva, de valores; y de la religión, como parte de esos valo-res. Finalmente, Fukuyama plantea un término que ya es común ahora: capital social, base del desarrollo so-cial, de la coexistencia, de la convi-vencia, de la gobernabilidad. Como ya lo dijimos antes, capital social es el conjunto de aptitudes que tiene una sociedad para generar bienestar y mejores condiciones de vida. Se basa en cuatro elementos: respeto a lo público; respeto al semejante o a lo privado; confianza; y capacidad de asociación.

Fukuyama indagó para saber cuál había sido el secreto del éxito en Es-tados Unidos y lo ejemplificó con el ejemplo de una fábrica de Nueva York que enviaba mercadería a Ca-lifornia: esa carga cruzaba el conti-nente, sin recibo ni contrato de por medio, solamente con una comuni-cación telegráfica. Era suficiente pa-ra asegurar que llegaría a destino.

Confianza, nada más. Pues ahora fijémonos qué pasa con ese nivel de

“Insisto también en la necesidad de asumir nues-tras culpas, como vecinos de esta ciudad, por los males que la aquejan. Dejemos de echarle toda la culpa al gobierno central o al departamental. E insisto, el secreto para asumir el reto y para ser una mejor ciudad está en los valores…”

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confianza en Santa Cruz de la Sierra. Basta ver los litigios judiciales que hay solo en lo que respecta a escritu-ras inscritas en Derechos Reales, por-que aparecen dos o más registros de un mismo inmueble; o las garantías exigidas en cualquier negocio. Lo mismo sucede si hablamos de respe-to, a lo público y a lo privado: ¿quién no ha sido víctima de agresión como peatón al intentar cruzar una calle o al caminar por las aceras?; ¿quién no se ha quejado por el abuso de algún vecino que escucha música a todo volumen a las cinco de la mañana y no deja dormir, o no respeta siquiera si al lado hay un velorio?

Hasta la capacidad asociativa, la facilidad de crear y organizarse en instituciones para resolver proble-mas de la que siempre gozó y aun goza Santa Cruz de la Sierra, está en crisis. Y está en crisis, porque su capital social también lo está. La ciudad está perdiendo estos valores esenciales, tal vez porque está vi-viendo un proceso de desarrollo muy acelerado en el que se descuidan la ética, el respeto, el cuidado al medio ambiente, el compromiso… y esto es lo que nos debe llamar la atención y hacer reaccionar para recuperar el sentido común, el respeto por el bien común.

Yo insisto: toda crisis es oportu-nidad, es potencialidad. Aquí, me gustaría graficar lo que pienso con una historia que escuché alguna vez en la Universidad. Dice que un gran sabio, muy respetado, se mu-rió y como era tan querido, le dieron a elegir si quería ir al infierno o al cielo. Cualquiera hubiera elegido el cielo, sin pensarlo. Pero él, como científico, quiso conocer antes el in-fierno. Le dieron esa oportunidad: antes de ir al cielo, fue al infierno. El sabio se sorprendió al ver allí una gran olla con sopa y alrededor, todas las personas condenadas al infierno disputando un bocado con unas cucharas cuyos mangos eran muy largos; ninguno lograba comer y padecían hambre. Sorprendido, pi-dió que lo lleven al cielo: allí había la misma olla con sopa, alrededor estaban las personas destinadas al cielo, con las mismas cucharas de mango largo, pero no había caos, ni gente pasando hambre. Es que los cielo se habían organizado: cada uno recogía sopa y se la daba al que estaba al frente y éste le retribuía el favor. El sabio concluyó: la diferen-cia entre el cielo y el infierno no es la sopa, ni la olla, ni la cuchara; la diferencia ésta en los valores de las personas.

Tomo esa ficción y la traigo para analizar lo que sucede en Santa Cruz de la Sierra: nuestro problema prin-cipal es la falta de valores. Lo vemos en la gente que no respeta su carril mientras conduce su vehículo; en la que no respeta la fila para comprar

un boleto para el cine; en la que eva-de impuesto; en la que bota basura en la calle; en la que nos impone micros que más parecen latas de sardinas… y un larguísimo etcétera. Todo esto configura una situación de crisis, he-mos entrado en crisis en Santa Cruz de la Sierra, por varios factores, mu-chos de ellos visibles en las paradojas ya anotadas: en lo políticos estamos casi en el feudalismo, mientras que en lo económico estamos en el mo-dernismo; tenemos gran capacidad para asociarnos y ser abiertos, a la vez que apuntamos a organizaciones cerradas o al individualismo.

Pero por sobre todo lo dicho, yo insisto en destacar hasta la crisis co-mo una más de las potencialidades que tiene Santa Cruz de la Sierra, bendecida por la diversidad que po-see en su población, su gran tesoro: personas de todas partes del país y del mundo comparten el mosaico con los nacidos en la ciudad, en el departamento. Insisto también en la necesidad de asumir nuestras culpas, como vecinos de esta ciudad, por los males que la aquejan. Dejemos de echarle toda la culpa al gobierno cen-tral o al departamental. E insisto, de igual manera, en que el secreto para asumir el reto, para hacer de la crisis una potencialidad para ser mejor ciu-dad, está en los valores, valores que no se cultivan sólo en la escuela o en la universidad, sino que están condi-cionados fundamentalmente con al-go más íntimo: la familia, el barrio, la comunidad.

Quiero terminar analizando la situación de Costa Rica, un país chi-quitito, de 50 mil kilómetros cuadra-dos, tres millones y medio de habi-tantes, mar y volcanes, pero en el que destacan valores cultivados desde la colonia y que son los que hicieron el país que Costa Rica es hoy. Estuve en ese país, haciendo un curso en el Incae y un profesor nos contó el ‘secreto’: los españoles que llegaron hasta allí en la época de la colonia no encontraron oro para explotar, ni indígenas para hacerlos esclavos. ¿Qué hicieron para sobrevivir? Tra-bajar con sus manos. Así, generaron unos valores, una ética basado en el esfuerzo, lo que finalmente hizo grande a Costa Rica. Todo lo con-trario a lo que ocurrió en Alto Perú, donde sobraba oro y esclavos, donde los españoles no tenían que trabajar para sobrevivir.

Tomo ese ejemplo como lección para ser aprendida en Santa Cruz de la Sierra. O reaprendida, consideran-do que en sus inicios la ciudad tam-poco ofrecía riquezas ni esclavos en demasía a los primeros españoles. Tenemos que trabajar, aprovechar las ventajas que ofrece porque es moderna, democrática, flexible; equilibrar lo individual y lo colecti-vo, hasta transformar esta crisis en una potencialidad.

Reflexiones

Eduquemos mejorNo quisiera contribuir a que

aumentase en frondosidad el bosque de siglas -parece

que de forma ya irrevocable- en el que transcurre nuestra vida desde hace décadas, pero como todo se contagia (menos la hermosura, señala la sabi-duría popular) el otro día me encontré dando vueltas a una nueva trinidad de iniciales: I. S. P. Venía yo de discutir con un amigo acerca de los alarman-tes resultados de una encuesta inter-nacional sobre los conocimientos de estudiantes de muchos países, entre los cuales quedaban en posición es-pecialmente poco lúcida los alumnos españoles. Mi interlocutor se escan-dalizaba de que nuestra juventud es-tuviese cada vez “peor preparada”. Su inquietud se refería a la falta de cono-cimientos en materias como ciencias, historia, geografía o literatura.

¿Qué profesionales podemos espe-rar si las nuevas generaciones padecen tales deficiencias en su formación? Y

yo, compartiendo su preocupación también, le repuse que no era esa falta de preparación académica, con todo, lo que más me preocupaba de los jó-venes actuales, fuesen españoles o de cualquier otro lugar. Por el contrario, a mí lo que me asusta es que haya ca-da vez más gente con suficiente com-petencia profesional y con perfecta incompetencia social. Lo que podría-mos llamar “Idiotas Suficientemente Preparados”. O para abreviar, también de modo un poco idiota: I.S.P.

Tomo el término “idiota” en la acepción más próxima a su etimolo-gía griega: persona carente de interés cívico y de capacidad para desarrollar las atribuciones que corresponden a un ciudadano. En uno de sus últimos libros, el venerable John Kenneth Galbraith asegura con conocimiento de causa que “todas las democracias actuales viven bajo el temor perma-nente a la influencia de los ignoran-tes”. Estoy convencido de que por “ignorantes” no entiende aquellas personas que desconocen la ubicación geográfica de Tegucigalpa o quién fue el abuelo paterno de Chindasvin-to, porque en este sentido casi todos somos bastante ignorantes (siempre

nos faltan informaciones precisas so-bre muchos aspectos concretos de la realidad, pero para eso están las enci-clopedias informatizadas y los bancos de datos).

Los ignorantes de Galbraith, aque-llos a los que yo llamo “idiotas”, no están sólo mal informados académi-camente sino sobre todo mal forma-dos cívicamente: no saben expresar argumentadamente sus demandas sociales, no son capaces de discernir en un texto sencillo o en un discurso político lo que hay de sustancia cere-bral y lo que es mera hojarasca dema-gógica, desconocen minuciosamente los valores que deben ser compartidos y aquellos contra los que es lícito -in-cluso urgente- rebelarse. Viven entre los demás, se benefician de estructu-ras democráticas, medran gracias a la capacidad social de producir bienes y servicios... pero se mantienen intelec-tualmente como parásitos o, aun peor, como depredadores.

Me impresionó un panel publici-tario que vi en Brasil, cuya fotografía reprodujo luego algún periódico es-pañol. Era el reclamo de una escuela y mostraba una gran foto de Bin Laden, con la leyenda: “Osama Bin Laden, ingeniero”. Abajo decía: “Formar profesionales es fácil, lo difícil es formar ciudadanos”. En efecto, pro-bablemente la preparación técnica en nuestros días no es peor, todo lo contrario, que en el pasado: lo real-mente malo es que la educación no va más allá, que no consigue acuñar miembros responsables y tolerantes, por críticos que sean, para vivir en sociedades pluralistas. Patentamos insolidarios que sólo se preocupan de sus derechos sociales pero nunca de sus deberes, o fanáticos tenebrosos, carne de intransigencia y demagogia.

El problema no es lo que no sa-ben hacer sino lo que no saben ser: humanos entre los humanos, libres pero responsables, críticos pero no obsesos ni caprichosos seguidores de los archimandritas de la superstición apocalíptica. Son, ay, idiotas, aunque eso sí, suficientemente preparados. Eduquemos mejor... o empecemos a temblar.

“A mí lo que me asusta es que haya cada vez más gente con suficiente competencia profesional y con perfecta incompetencia social. Lo que podría-mos llamar Idiotas Suficientemente Preparados. O para abreviar, de modo un poco idiota: I.S.P.”

FernandoSavaterFilósofo/Clarín

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Trabajar, la clave del éxitoPocos artistas bolivianos triunfan en el exterior. Uno de ellos es Cristian Mercado: trabajó

en dos producciones internacionales (Contracorriente y Guerrilla) en menos de dos años, y recibió premios por su papel protagónico en la película peruana Contracorriente.

En el marco del VIII Festi-val Internacional de Teatro de Santa Cruz de la Sierra,

realizado en las primeras semanas de abril, muchas personalidades del cine, la música y obviamente del teatro se dieron cita en Santa Cruz. Uno de ellos fue Cristian Mercado, actor de teatro, cine y músico que conversó con SemanarioUno sobre las distintas facetas de su carrera artística. Entre los últimos trabajos de mayor trascendencia que realizó fue su papel protagónico en la pelí-cula Contracorriente; actualmente, actúa y dirige obras de teatro, alien-ta un espacio cultural y sigue culti-vando la música con Reverso, una banda de rock.

¿Cómo fue el inicio su carrera artística?

Comencé con el teatro, el teatro es como mi casa, es el lugar donde comencé y regreso siempre. Me inicié en unos talleres de la Univer-sidad Católica, con David Monda-ca y Norma Quintana, que es una profesora de danza. Ahí conocí a mis compañeros de teatro Duende; luego, tuve la suerte de ir a trabajar con Héctor Noguera en teatro Ca-mino, en Santiago de Chile, donde conocí a César Brie que me invitó a un taller que duraba un año. Duran-te el taller, César me invitó a que-darme con Teatro Los Andes. Con ellos estuve casi seis años. Creo que este fue realmente el punto de partida, porque actué en una pelí-cula y me gustó muchísimo. Todo eso coincidió con la música, es que en Teatro de los Andes los actores hacen de todo.

¿Qué obra presentó en el VIII Festival Internacional de Tea-tro?

Hemos participado casi en todas

las versiones del festival. En esta octava versión dirigí “Bonitas”, de la compañía La Oveja Negra.

¿Qué le pareció esta octava versión del Festival, fue igual, mejor que otras versiones?

Creo que el Festival de Santa Cruz ya se ha consolidado como uno de los más importantes del país, no sólo por la gran cantidad y el número de invitados que tiene, sino también porque, al menos yo creo, es la plataforma más seria pa-ra el teatro boliviano. Un festival también tiene que servir a los gru-pos nacionales para poder compar-tir su trabajo con gente de afuera, hacer contactos, y eso hace que se armen giras, otros festivales. Y esto es lo que el Festival de Santa Cruz está haciendo posible.

¿Cómo ve la actividad cultural en Bolivia en relación a otros paí-ses en los que ha trabajado, como México, Francia, Chile o Perú?

Si hacemos una comparación con otros países, todavía tenemos una actividad cultural muy reduci-

“ Sobre la clave del exito, Creo que no hay miste-rio, es nomás levantarse más temprano y acostar-se más tarde. Yo creo mucho en el trabajo, siem-pre he creído que el resultado es proporcional a las horas de trabajo que uno le pone, el cariño que uno le pone a su trabajo. Entonces, es eso...”

ENTREVISTA

da; pero creo que es un momento donde hay mucha gente haciendo cosas, se están armando proyec-tos, ¿no?, está aquí el Festival, la Escuela Nacional de Teatro, lo que está generando toda una generación de gente nueva.

Y ahora, ¿en qué trabaja?Estoy viviendo desde hace cua-

tro años en La Paz, donde he decido hacer música más en serio; además, dirijo el espacio cultural El Desni-vel, donde hacemos promoción, in-vestigación, difusión, información. Constantemente hacemos talleres, ahora mismo estamos produciendo a tres compañías emergentes, es un proyecto para profesionalizar a compañías jóvenes.

De acuerdo a su experiencia, ¿qué diferencias nota entre la producción nacional e interna-cional?

Obviamente, las producciones internacionales son más grandes que las nacionales, pero la calidad de la gente que trabaja en el cine nacional es de lujo. Hablo a nivel de técnicos, toda la maquinaria que hay detrás… aquí hay gente muy buena. En este sentido, no tenemos mucho que envidiar a producciones o gente de otros países, en Bolivia hay gente muy capaz laburando en cine.

La producción cinematográfi-ca en formato digital en el país va en aumento, ¿esto mejora o redu-ce la calidad de la producción?

Es verdad, ha aumentado la can-

tidad, pero yo creo que haciendo se aprende, no hay otro camino, pero es de doble filo porque creo que la gente, al rodar en un formato más económico, ha perdido un poquitito el rigor del trabajo de las viejas es-cuelas que producían en celuloide.

¿Cómo fue que Javier Fuentes de León, director de Contraco-rriente, lo eligió como protago-nista de su filme?

Fue gracias a Rodrigo Bellot, director cruceño, que me presentó al director Fuentes de León. Ahí empezó toda una serie de casting y pruebas, hasta que se animó a que un boliviano haga su persona-je protagónico en esta película de pescadores.

¿Qué tipo de obstáculos ha tenido que superar para lograr salir adelante?

Ninguno. Uno tiene que ser constante, tiene que estar siempre presente y trabajando. Por otro la-do, hay que tener suerte: que haya un papel para un personaje que sea más o menos de tu físico, de tu edad; suerte de que el guión, el director y la producción sean bue-nos. Cuando todo eso se junta, las cosas van bien. Claro, no siempre sucede así.

¿Cómo fue interpretar en Contracorriente a un hombre cuya esposa, que espera un hijo de ambos, se enamora de otro?

Creo que hay partir un poquitito sobre un dato de la realidad: ¿quien no ha estado, en algún momento, enamorado de dos personas al mis-mo tiempo? Creo que esto le ha pa-sado a todo el mundo en algún mo-mento y eso permite que cualquiera se reconozca en la película. No so-lamente está dedicada a un cierto grupo, como la comunidad gay… en los festivales se han identificado desde viejitos, de aquí de allá, es al-go universal. La película ahonda en esa condición humana y arriesga. Lo bueno de la película es que se sostiene sobre un buen guión.

¿Qué destaca de su trabajo en “Guerrilla”, en la que compartió con Benicio del Toro?

Una suerte trabajar con los gran-des, es como si te gustara el futbol y de pronto juegas un partidito con el Barça… así uno aprende muchos tips del oficio, de gente que se ha hecho más de cuarenta películas,

Diego Jaramillo

Periodista

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El desamor

Enamorarse, ¿es una cuestión de fe? ¿O más bien desena-morarse es cuestión de fe?

Este juego de palabras, y de ideas, tiene que ver con otro propuesto por Oscar Barbery Suárez en su come-dia “El desamor (no te metás a ena-morarte si no sabés desenamorar-te)”, que el actor Jorge Arturo Lora interpreta de manera fantástica en el encantador espacio ofrecido por Tapekua.

Lora es Joaquinino Gómez, un comunicador social desempleado que se gana unos pesos cantando en “La bohemia”, un local que ofrece música al vivo mientras sus clien-tes cenan. Joaquinino sufre de una depresión extrema. Está muy ena-morado, y su novia lo abandonó. Trata de sobreponerse a su dolor y cantarle al público, pero cada tan-to su pasión se desborda y se hace manifiesta frente la audiencia. An-te su imposibilidad de contenerse, usa el escenario para desahogarse, confesándose ante su público en un intento de obtener sosiego y alivio a su dolor.

Entre canción y canción revela to-do el proceso de su enamoramiento: 1) describe lo que es estar enamora-do, sus manifestaciones emocionales y físicas; 2) busca curarse, como si el amor fuera una enfermedad; pa-ra esto, establece un análisis costo-beneficio, tratando de demostrar que no se gana nada material con estar enamorado; 3) lleva su amor al plano médico-siquiátrica y empieza a definirlo como una enfermedad mental, llamando al amor trastorno-obsesivo-compulsivo y con otros términos; 4) por último, recurre a una curandera, una bruja, experta en

AGENDA

Otra bellaconspiraciónde Homero

La conspiración de los viejos, de Homero Car-valho Oliva, es uno de

esos textos perfectos que dejan al lector satisfecho del desenlace y sin embargo inquieto. Toca las cuer-das íntimas de lo que se considera justo y lo que se sostiene aceptable, mientras por un resquicio de la ló-gica penetra el exordio de la duda. Como su autor mismo sugiere, hay alguna circunstancia referencial que lleva hacia la Fuenteovejuna de Lope de Vega, que no es más que la presentación de un lugar común: cuándo, dónde, y cómo podemos erigirnos en jueces, por encima de la ley. Homero lo actualiza y lo sitúa en un momento histórico de Bolivia donde asunto tal ha alcanzado visos de legalidad constitucional.

¿Libro policial o texto psicológi-co? Ambos, en deliciosa narrativa de matices cuidados y adecuados que retratan vívido el Beni, a tra-vés de un grupo de viejos decidien-do cierta muerte, tanto en acto de justicia como de cariño y solida-ridad. En parte crónica de muerte anunciada aunque con absoluta independencia y sutil, a la vez que personal, manejo del lenguaje local y el entramado. Homero Carvalho consigue en esta nueva obra la ro-tundidad del círculo. Si hay hilos que quedan luego del epílogo son de índole privada y subjetiva para cada lector. El argumento como tal se ha consumado, cerrado, ha caído el telón, se cometió crimen o se hizo justicia. Ya no importa: es decisión de usted. Lo válido está en la pericia matemática y la vitalidad plástica con que el autor nos regala las páginas de una pequeña ,

aprendes lo que tienes que hacer y lo que no tienes que hacer.

Trabajar en dos producciones internacionales, “Contracorrien-te” y “Guerrilla”, ¿ha sido lo me-jor, entonces?

Para mi es buenísimo, en el sen-tido en que tienes la posibilidad de compartir tu trabajo con más gen-te, eso posibilita que te vean otros productores, directores y tener más chances. También, que tu trabajo sea reconocido, por ejemplo “Con-tracorriente” ha recibido muchos premios del público, lo que me pa-rece lindo. La mayor satisfacción es el premio que te da el público, mucho más que la crítica de los en-tendidos en cine.

¿Cómo nació la Banda Rever-so?

Fue con María Teresa del Pero, que es mi compañera desde Teatro de Los Andes, después trabajamos en México, en La Paz estuvimos con otras compañías como Esce-na 163. Formalmente, van como cuatro años que trabajamos con Reverso, aunque con María Te-resa ya llevo trabajando 12 años, produciendo música para teatro. Cuando terminaban las obras de teatro siempre nos decían “debe-rían grabar su música…”. Y esto nos animó, producimos un disqui-to casero y después, regresando a La Paz, nos preguntamos: “y para tocar esta música en vivo, ¿cómo hacemos?” Y se formó la banda.

¿Cuáles son los primeros tra-bajos que realizaron? ¿Por qué Reverso?

Nuestras primeras canciones fueron para obras de teatro y sus temas nacen a partir de imágenes y situaciones muy teatrales y cinema-tográficas. Tal vez uno de los traba-jos que hicimos con mucho cariño fue formar parte de la Banda Sono-ra de la película Hospital Obrero, en la que todas las canciones fueron compuestas por Soledad y mi per-sona. Y la banda lleva por nombre Reverso porque es como ver el otro lado de lo que hacemos, que es tra-bajar en cine y teatro.

¿Cómo hace para realizar tan-tas actividades al mismo tiempo -música, teatro, cine- dar aten-ción a la familia, y aún más, lo-grar éxito?

Nada pues, creo que no hay misterio, es nomás levantarse más temprano y acostarse más tarde. Yo creo mucho en el trabajo, siempre he creído que el resultado es pro-porcional a las horas de trabajo que uno le pone, el cariño que uno le pone a su trabajo. Entonces, es eso. Además es aplicable a cualquier área, así seas carpintero: si quieres una silla bien hecha, ¡a laburar! No hay magia, esa es la clave del éxito. Además, tengo la suerte de hacer lo que me gusta.

Lecturas Teatro

amarres y desamarres, para que lo cure del amor que siente.

Pero una cosa es escribir esta bre-ve reseña sobre la obra y otra muy distinta es asistir a su presentación en Tapekua. Escuchar el libreto en la voz de Lora, sorprenderse riendo ante los cambios intempestivos de Joaquinino entre canción y canción, ver la expresión de Daniel Pérez, que lo acompaña con la guitarra en el recital “Odisea Musical TUR 2011”, es realmente una experiencia gratificante. Aunque no falta quien ponga cara larga al escuchar, entre otras expresiones, “casarse es una forma de desenamorarse…”

Vale la pena ver “El desamor”… en el teatro, claro, y con sabor a comedia. La cita es sábado, a las 20:00, en Tapekua, calle La Paz esquina Ballivián. Entrada: Bs 50. Reservas al 708-25439.

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