Suplemento Cultural 13-03-2015

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Guatemala, 13 de marzo de 2015 Suplemento Cultural Una idea original de Rosauro Carmín Q. Ilustración de Roberto Cabrera Págs. 2 y 3 De las calles, la ternura perdida y las posibilidades imposibles

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Guatemala, 13 de marzo de 2015

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Págs. 2 y 3

De las calles, la ternura perdida y las

posibilidades imposibles

Nueva Guatemala de la Asunción, 13 de marzo de 20152 Suplemento Cultural

La mano de marado… Literatura en La periferia, y viceversa De Las caLLes, La ternura perDiDa y Las posibiLiDaDes imposibLes

Bien mirada, la vida parece un infame la-berinto diseñado para conejillos de indias,

donde todos toman distintos ca-minos hacia la nada, hasta que sus funciones biológicas expiran. A veces el laberinto forma tramos circulares, de ahí que la imagen de caminar en círculos sea ideal para ilustrar cómo un sujeto se pierde en busca de la nada (que no existe…) y regresa imbécilmente por donde había venido, sin saber adónde va. Si detienes el automó-vil en medio de la nada (entendi-da la “nada” como una carretera desolada desde donde se escucha aullar coyotes a lo lejos) para pe-dir indicaciones, y por suerte un alma caritativa te dice que has estado dando vueltas en círculos: está mal…Esa noción de imperfección

hace que la creencia en un diseño universal tenga sentido: hechos todos a imagen y semejanza de un anciano vagabundo coleccio-nador de hormigas, además de lu-dópata y beodo ocasional. Parece que el creador en cuestión tuvo familia y sufrió acoso sexual en la infancia por parte del depre-dador tío Cronos, primo lejano de Santa María, madre de Dios, la que desde entonces solía re-zar por los pecadores, sobre todo cuando la muerte los llamaba a la puerta. Luego revivían como si nada, pues la muerte aún era un acto ilegal.Pese a los traumas infantiles, el

creador fue declarado súper dota-do en la primaria. La clase de cál-culo espacial le parecía demasia-do fácil y se aburría mientras los diosecitos provenientes de uni-versos subdesarrollados se frus-traban resolviendo ecuaciones. Científicos de todos los confines intergalácticos estudiaron el caso del pequeño Dios, concluyendo impresionados que el coeficiente intelectual del rapaz era entonces de 15,000,085, y se multiplicaría exponencialmente cada billón de años luz.Consciente de sus posibilidades

ilimitadas, Dios empezó a crear su propio universo. En un prin-cipio se trataba de un juego ino-cente que servía para ejercitar sus habilidades. Pero como cualquier

adicto a la adrenalina, empezó a tomar muy enserio el juego, tan-to que aquello se volvió un vicio neurótico. A la edad de quince años el divino muchacho inhala su primera línea de polvo inter-galáctico y ese episodio le deja secuelas hasta el presente.El pequeño universo fue crecien-

do conforme pasaban billones de años luz, luego Dios se dio cuen-ta que toda esa vastedad no tenía sentido si no podía tutelar mi-croorganismos a los cuales pudie-se controlar y eliminar al antojo, como quien tiene un enorme jar-dín sin ninguna mascota fiel que retoce en la grama. Dios sintió algo parecido a una nostalgia por lo que aún no nace.La Tierra fue creada en siete días.

Eso dicen algunos de los tantos li-bros sagrados que los microorga-nismos de Dios han escrito para contar a sus semejantes las haza-ñas del gran creador del pequeño mundo donde transcurre su insu-frible existencia. Dios a menudo tose cuando su complejo sistema nervioso logra transmitirle los ho-menajes inútiles de sus creacio-nes humanas. Para Dios no existe diferencia entre un ser humano y una hormiga, su ego es algo tan infinito como él mismo, es una pérdida de tiempo rendir ese tipo de culto a un ser indolente. Sea como sea, la vida en el mi-

cromundo de Dios transcurre con toda la normalidad del caso. La incertidumbre por las manifesta-ciones divinas hace que cada cul-tura atribuya características dife-rentes a lo que consideran el ser de la creación. Se dan los casos de quienes opinan que la ira de Dios provoca guerras y terremotos, y puede ser, teniendo en cuenta que Dios a menudo actúa de formas misteriosas, como el gol con la mano de Maradona; quiero decir, la mano de Dios…

Por Gustavo MaldonadoPor CaMilo villatoro

Camilo Villatoro (1991) siente fascinación por los abismos, en espe-cial aquellos profun-dos y negros como su misma suerte. No sien-tan lástima; podrían tener un hijo así.

La imagen de la ausencia es muchas veces más poderosa que la presencia misma. Quizá esto obedezca a que la imagen de la muerte es acaso la más fuerte que los humanos intuimos y percibimos a lo largo de la vida. Quizá esto también responda a la secuencia de dos sentimientos fundamentales: el de la “ternura perdida”, que es aquel que se genera de la ausencia, en lo íntimo, en la dimensión singular de las personas a quienes se ha arrancado una presencia fundamental de su vida, especialmente cuando esta ha sido arrebatada por medios violentos. La nostalgia de lo que no sucedió, de todo aquel cúmulo de posibilidades de cariño, amor y ternura que dan vueltas en nuestra mente y que no pudieron materializarse debido a la desaparición del otro, de aquellos a quienes hemos amado en cualquier sentido…

Suplemento Cultural 3Nueva Guatemala de la Asunción, 13 de marzo de 2015

De las calles, la ternura perDiDa y las posibiliDaDes imposiblesS iguiendo la secuencia de

lo singular a lo colectivo, ese sentimiento de pérdida se traduce en otro, el de las

“Posibilidades imposibles”, es decir el sentimiento de frustración que ex-perimenta un grupo social o parte de este, al considerar las transformacio-nes que se habrían podido gestar en el plano social, de no haber desapa-recido una gran cantidad de huma-nos cuya presencia física fue arran-cada violentamente por creer en la posibilidad de una sociedad más justa y haber luchado por construirla.A lo largo de este texto me referiré

a la ausencia, entendiendo esta como la desaparición física de cualquier humano, producto de la violencia ejercida por el Estado durante el con-flicto armado, por razones ideológi-cas o políticas y/o por cualquier he-cho derivado de ella. Esta reflexión parte de la historia social, pero tam-bién de la experiencia propia, por considerar que son las reflexiones sobre la vida propia, las que uno pue-de emprender con mayor propiedad.En mi caso particular, la estética

de la ausencia, aquella que se forja a partir de los anhelos truncados, se hizo presente a través de la poesía, la música y otras manifestaciones del arte de las décadas de los setenta y ochenta. Sin embargo, las formas de expresión de la ausencia que más impactaron en un momento primero mi sensibilidad, fueron las que llega-ron desde el contacto con las calles. Paradójicamente, a mi criterio, la imagen de la ausencia es más palpa-ble en ese, que es el espacio público por excelencia, el espacio del en-cuentro, de la presencia. Un espacio por cuyas calles se pueden escuchar aun las palabras, y los gritos de lucha de los grandes movimientos que han trazado los puntos fundamentales del mapa de nuestra historia.

Corte en el tiempo: vamos unas décadas atrásGuatemala 1944. Sería imposible

desligar el movimiento que el 20 de octubre de 1944 tomó el poder, de su pasado inmediato, de ese caldo de cultivo que con el tiempo fue ca-lando una sensibilidad. Resulta in-evitable decir, que esa sensibilidad que se venía gestando, se consolida a partir de la gesta revolucionaria, y que es a partir de ésta, que esa sensi-bilidad en transformación, empieza a ver materializados los anhelos que un día se pensaron remotos.Una nueva sociedad se gestaba con

el cambio en las formas sociales, ma-teriales y culturales de esta porción de mundo. Un nuevo mundo, un nuevo discurso que se posicionaba como triunfador y por tanto, una nueva estética, entendida esta como el con-junto de formas que componen una realidad concreta. Como esa nueva realidad que se empezó a construir frente a los ojos, con el trabajo y apo-yo de una población que salía de una de sus épocas más oscuras.Esta nueva forma del mundo que se

construía frente a sus ojos, forjó en los niños y jóvenes, que nacieron y crecieron durante la década revolu-cionaria, una nueva sensibilidad. Los niños de la revolución, mamaron de ese mundo, una educación y una li-bertad que se construían paso a paso frente a su vista, a partir de las cenizas de la oscura caverna de la dictadura de Ubico. Ésta generación de infan-tes fue creciendo durante el proceso y, años más tarde fueron también testigos del duro golpe que significó, en las condiciones de vida de nuestra sociedad, la llegada de la contrarre-volución y el posterior retroceso y sometimiento a una nueva época de oscuridad. Pero el trabajo estaba he-cho en algún sentido, pues esa sensi-bilidad que se fue forjando en las ge-neraciones nacidas y crecidas durante aquella década, hizo imposible que aceptaran condiciones de vida menos dignas que las que habían vivido du-rante el periodo revolucionario.Más temprano que tarde, esta ge-

neración, la de los niños de la re-volución habría de tomar las calles ocho años después, explotando de indignación desde los estableci-mientos públicos y la Universidad estatal, en las Jornadas de marzo y abril de 1962. Convertidos ahora en una juventud con sentido social, se rebelaron ante la primera opor-tunidad que tuvieron de hacer valer su dignidad, levantándose contra el fraude electoral perpetrado en favor de Miguel Ydígoras Fuentes.Si no hablo de esta generación desde

la nostalgia ¿Qué sentido tiene hablar de ella, entonces? Me interesa sobre todo situar históricamente a los miem-bros de esa generación que crece con la revolución y que se levanta en el año 62 y luego del fracaso de ese movi-miento, pasan a la clandestinidad o se suben a las montañas. Fueron quienes dieron continuidad al discurso de la revolución e iniciaron el movimiento revolucionario armado. Fueron quie-nes prendieron la mecha y trazaron el norte discursivo así como la estética de

las rebeliones que vendrían. Muchos de ellos y ellas forman parte de esas voces cuya presencia fue arrancada y que pasaron a conformar el coro que nos habla, que nos susurra al oído des-de las calles, desde las paredes.

Corte: vamos unos años adelanteAnte la escalada en la actividad y

las conquistas del movimiento re-volucionario y del movimiento so-cial en las décadas subsiguientes, la represión del Estado en defensa de los intereses de la oligarquía local, no se hizo esperar. Muchas mujeres y hombres empezaron a desapare-cer de diferentes maneras. El poder recurrió al terror y la muerte como armas fundamentales para frenar el avance de esas fuerzas vivas que amenazaba su hegemonía.Fueron arrancadas muchas presen-

cias, muchas vidas. Con su desapa-rición física, sus rostros fueron apa-reciendo, pintados sobre las paredes. Sus nombres inscritos en las plaque-tas que conmemoran su presencia, fueron naciendo, como pequeños im-plantes de memoria por las calles. Po-dríamos trazar una ruta crítica para la comprensión de nuestra historia con-temporánea, desde las pintas en las paredes y las plaquetas regadas por el suelo de la ciudad de Guatemala.Al cortar de manera violenta el im-

pulso de todas esas vidas, se cortaron los finos hilos del diálogo entre gene-raciones y esto significó un desgarro de nuestro tejido social. Es algo que cargamos casi sin poder evitarlo y que se expresa de manera definitiva en el estado actual de esta sociedad desarticulada, fragmentada y carente de lo básico para la subsistencia. Sin embargo la niñez de la revolución y las siguientes ge-neraciones, no se quedaron llorando sus derrotas.La historia ha

transcurrido, ya es medio siglo des-de aquellos movi-mientos. Entré en contacto con la es-tética de la ausen-cia, en las postri-merías de la guerra oficialmente de-clarada. De forma casi espontanea, me fui adentrando en el universo sim-bólico que cons-tituyen los muros

de la universidad de San Carlos. Esta es una experiencia que compartimos como generación, quienes asistimos como testigos y actores de la deca-dencia del movimiento estudiantil, en la segunda mitad de los años noventa.Aquí retomo lo dicho al principio

acerca de las “Posibilidades imposi-bles”. No puedo negar que muchas veces me invade ese sentimiento, que a la vez es el que me lleva a re-flexionar acerca de las posibilidades que se perdieron con tanta desapari-ción. Especulo acerca de lo que sería de esta sociedad, si la presencia de tantas mujeres y hombres no hubiera sido arrancada con lujo de violencia de este diálogo histórico.

Corte: volvamos a la actualidadA mi juicio hay una pregunta que re-

sulta impostergable: ¿Cómo afecta a la sociedad actual la ausencia de todas esas voces?La imagen de la ausencia es, muchas

veces más poderosa que la de la pre-sencia. En éste país , además de arran-carnos la presencia, quisieron arrancar también la imagen de la ausencia, sin embargo, esa imagen sobrevive y mantiene viva la memoria de miles de humanos cuya presencia fue arran-cada, su voz, algunas de sus ideas y aportes a la construcción de formas di-ferentes de cohabitar en este territorio. El resultado de la desaparición de esos miles de humanos, está a la vista en las formas que adopta el sistema econó-mico- social y en las manifestaciones de la cultura hegemónica, así como en el desconocimiento de nuestra histo-ria, en la desmemoria o en la simple indiferencia. La violencia, la falta de posibilidades y la falta de diálogo son

en parte el resultado de esas presencias arrancadas, sin que esto demerite el es-fuerzo de quienes sobrevivieron.Además de la primera pregunta que

interpela a la historia, hay otra que re-sulta vital: ¿Qué vamos a hacer para lograr transformar las condiciones que nos ha dejado tanta ausencia?Habría que dialogar y reflexionar

de forma colectiva, para determinar el punto donde se perdió el cami-no, donde lo borraron. Además de la reflexión, resulta urgente trazar y empezar a caminar por las rutas que posibiliten articularnos, fortalecer-nos y, partiendo de una visión histó-rica, echar para adelante. Debemos dejar a un lado la sola nostalgia por la historia y los lamentos inútiles, sin olvidar lo que ha sucedido.Es claro que en la desarticulación, en

el desconocimiento de nuestra historia y en la indiferencia actual, pesan mu-chos otros factores, como la estrategia contrainsurgente impulsada por los medios de reproducción ideológica del sistema, así como los medios mo-dernos de comunicación y la cultura de la pantalla, ampliamente arraigada en las juventudes de nuestro tiempo, pero esos son otros temas.Hay que aprender de esta parte de la

historia y de la persistente imagen de la ausencia, esa que nos grita desde las calles. Requerimos de herramientas que nos ayuden a ir saliendo de este punto, aparentemente muerto de la historia que nos oriente en dirección del porvenir y nos muestre todas esas posibilidades que la violencia del po-der ha pretendido mostrarnos como imposibles. De imposibles nada, hay que poner este país al día.

*Ilustraciones de Roberto Cabrera

Suplemento Cultural 54 Suplemento Cultural Nueva Guatemala de la Asunción, 13 de marzo de 2015 Nueva Guatemala de la Asunción, 13 de marzo de 2015

BAN VEL. Soy estudiante de Ciencias de la Comunicación, soy petenero, la fotografía es parte de mi vida, cuando era niño me llamaba la atención las fo-tos familiares y podía pasar horas viendo las mis-mas fotos, ahora no solo me gusta observar las imágenes sino que me gusta capturarlas, disfruto documentar la calle junto con los rostros de des-conocidos y las historias que puedan tener.

Fotografía de callePor Ban Vel

Suplemento Cultural 54 Suplemento Cultural Nueva Guatemala de la Asunción, 13 de marzo de 2015 Nueva Guatemala de la Asunción, 13 de marzo de 2015

BAN VEL. Soy estudiante de Ciencias de la Comunicación, soy petenero, la fotografía es parte de mi vida, cuando era niño me llamaba la atención las fo-tos familiares y podía pasar horas viendo las mis-mas fotos, ahora no solo me gusta observar las imágenes sino que me gusta capturarlas, disfruto documentar la calle junto con los rostros de des-conocidos y las historias que puedan tener.

Fotografía de callePor Ban Vel

esde inicios del siglo XX, en medio de las más crueles dictaduras militares al servicio de los oligarcas y los intereses yanquis, un revolucionario, Manuel Galich1, comienza a generar un nuevo teatro desde las aulas, primero como alumno y luego como maestro. Galich escribió las primeras obras conocidas de un teatro

político propio de los mestizos, ya que eran de las clases obreras y popu-lares, compañeros y alumnos suyos, quienes se le unieron y comenzaron lo que sería un movimiento revolucionario.

1 VÍctor Hugo cruz: La obra dramática de Manuel Galich, Editorial Universitaria, Usac, Ciudad de Guatemala, 1989.2 VV.AA.: El futuro empezó ayer. Apuestas por las nuevas escrituras de Guatemala, ob. cit., p. 201.3 VV.AA.: El futuro empezó ayer. Apuestas por las nuevas escrituras de Guatemala, ob. cit., p. 202.4 Ver Hugo cArrillo: “El teatro de los ochentas en Guatemala”, Latin American Theatre Review, v. 5, n. 2, 1992, pp. 93-106.5 Ver lucreciA Méndez: “Panorama del teatro guatemalteco de los 90”, Latin American Theatre Review, v. 34, n. 1, Fall 2000, pp. 113-131.6 VV.AA.: El futuro empezó ayer. Apuestas por las nuevas escrituras de Guatemala, ob. cit., p. 204.

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6 Suplemento Cultural

Por Luis CarLos Pineda

Nueva Guatemala de la Asunción, 13 de marzo de 2015

FRAGMENTOS DE UN TEATRO II

Galich y los suyos ya hacían un teatro crí-tico antes de la caída del General Dictador Jorge Ubico Castañeda, quien gobernó por catorce sanguinarios y silenciosos años has-ta que un movimiento popular lo derrocara en 1944. Con la caída de la dictadura co-mienza un nuevo período histórico con los gobiernos democráticos del pedagogo Juan José Arévalo y del Soldado del Pueblo, Jaco-bo Árbenz Guzmán (1944-1954). Durante este período ocurrieron cambios significa-tivos en el arte mestizo, que cobró nuevo auge a través de pequeñas escuelas venidas de universidades, sectores populares, aca-démicos, etc. El movimiento teatral daba un nuevo brote, un teatro mestizo2, pero no con una sola intención, autodenominaron su trabajo por ejemplo como: popular, co-mercial, pedagógico, de arte...El gobierno de Árbenz es derrocado y

Guatemala intervenida por el gobierno central de los Estados Unidos por medio de la Agencia Central de Inteligencia, CIA, y un ejército de mercenarios. La interven-ción fue apoyada localmente por criollos, ladinos burgueses y militares anticomu-nistas, dando como resultado el final de la primavera democrática y el retorno a las

dictaduras militares. El pueblo no perdonó la afrenta y comenzó una lucha armada: la guerra popular. La guerrilla en Guatemala inició un largo camino en 1960 que no ter-minó hasta la firma de la paz en 1996. En este periodo se hizo teatro: indígena ances-tral, sincrético; religioso católico, evangéli-co y mestizo. Todos continuaron su cami-no adaptándose a las circunstancias.En estos años algunos grupos indígenas

hacían montajes con técnicas occidentales relatando su historia y cotidianidad. En las muestras departamentales o en las mues-tras de los barrios, hombres y mujeres, mayas y mestizos, se unieron en pequeñas producciones autónomas en busca de una expresión o un medio de denuncia. Este teatro, del mestizaje, por llamarle de alguna manera, llegaría en algún momento de estos treinta y seis años a radicalizarse y polari-zarse, tal y como sucedió con la lucha entre ricos y pobres, surgiendo claramente el tea-tro alienante y el de clases3. Por alienante en-tiendo el teatro generado desde nuestra po-bre industria del espectáculo, en la mayoría de casos de entretenimiento simplista. Al-gunas veces con alta calidad técnica, y otras no, el teatro autodenominado culto o de

arte, es decir, repertorio clásico extranjero con el fin de culturizar (a-culturar) al pueblo con cánones generalmente europeos. Estas líneas, en posición antagónica con respec-to a un teatro político con utilidad concreta -en algunos casos para difundir la lucha de clases, para hacer denuncia social, popular participativo para la organización de bases; en las montañas hecho por escuadras gue-rrilleras con la misión de hacer conciencia, para alentar a las tropas antes del combate, para formar y para publicitar el trabajo del frente; teatro de títeres hecho por el ejército nacional contra insurgente, para aleccio-nar a la población, para advertir del diablo comunista-. Puestas en escena católicas o protestantes buscando evangelizar al pueblo como parte de las estrategias contrainsur-gentes. El arte teatral entró en la dinámica de la guerra y fue reprimido como todo el movimiento social: censura, exilio, tortura, ejecución... Para los 90, los grupos de teatro político estaban prácticamente extintos4 y las expresiones mayas en general neutrali-zadas bajo la etiqueta de folklor.Con los tratados de paz se da otro tipo de

intervención: La Cultura de Paz, impulsa-da -impuesta- por la ONU a través de las organizaciones de cooperación internacio-nal y el Fondo Monetario Internacional. Dentro del teatro, varios grupos encon-traron en la cultura de paz y el dinero de la cooperación internacional una nueva forma de hacer un arte político, ahora, ape-gado a un programa ideológico promovi-do por las agencias (empresas) de coope-ración. En casos en que las agrupaciones eran absorbidas e institucionalizadas, no era el pueblo quien utilizaba el recurso tea-

tro; eran las agencias las que utilizaban el teatro para ideologizar al pueblo a través de algunos de sus propios integrantes ca-pacitados previamente o con actores más o menos profesionales. Hasta la fecha. Este movimiento contrastaba en los 905 con una corriente burguesa o aburguesada: el teatro comercial6 al cual acudían los nue-vos ricos, lo que denominaron café teatro o teatro restaurante, comedias altamente clasistas, machistas, sexistas y racistas se comenzaron a llevar a escena en restauran-tes de la clase media y de la incipiente clase alta de la posguerra. Estas obras contaban historias, sin haberse modificado a la fecha, dentro de dos líneas básicas: la parodia po-lítica, en la cual se ridiculizan personajes y situaciones de dominio público, y las situa-ciones jocosas y de enredos psicosexopa-sionales que se viven en la supuestamen-te sofisticada vida de la clase alta. Ambas líneas con la intensión de hacer reír para generar ganancias en taquilla.Si bien algunos autores como Hugo Carri-

llo o Lucrecia Méndez de Penedo coinciden en que el arte guatemalteco en general sufría una grave crisis en la década de los 90, las nuevas corrientes junto a las que sobrevivie-ron, fueron los referentes de una generación que terminando la década y comenzando el nuevo siglo, aceptan el reto continuar pro-duciendo teatro en el filo de la posguerra y dando al mismo tiempo los primeros pasos dentro de una nueva guerra: nuestro pre-sente. Para la primera década del siglo XXI se han dado nuevos brotes, especialmente en el teatro mestizo, el nuevo teatro indíge-na, y nuevas corrientes extranjeras. Hablare-mos de esto en el tercer fragmento.

El siglo XX y el teatro mestizo

Foto 1: Delito, condena y ejecución de una gallina, Manuel José Arce, 1969. Foto 2: iDem Ambas fotos: cortesía Fundación Para Elisa, Familia Arce. Foto 3: el Benemérito Pueblo de Villa Buena, Víctor Hugo Cruz, 1977 Cortesía: Centro de Documentación Rafael Pineda. Foto 4: Pisto, Teatro Vivo, 1978. Cortesía: Carmen Samayoa, Editorial Tuk Tuk

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Foto La Hora: Salazar Ochoa

POR SALAZAR OCHOA [email protected]

Análisis de coyuntura

Nueva Guatemala de la Asunción, 13 de marzo de 2015 Suplemento Cultural 7

Una conversación con carlos GUzmán Böckler

Aprovechando la coyuntura, hice los contactos necesarios para poder conversar con una de las mentes más lúcidas del gremio intelectual guate-malteco y uno de los sociólogos que más aportes nos han dado para en-tender la realidad que afronta el país. A continuación un fragmento de lo conversado.

Los estudios interétnicos, las relacio-nes entre indígenas y ladinos, han sido parte fundamental de su obra. ¿Es válido seguir usando estas cate-gorías?Pues mientras no desaparezcan las

diferencias no nos queda otra. Es decir, lo ideal sería quitarlas, pero la dinámica económica sobre todo y la mentalidad completamente desviada del grupo ladino, no están dispuestas en este momento a hacer ese cam-bio. Lo más que se ha intentado son concesiones, que no cubren absolu-tamente nada. El siglo XX es rico en eso, toda la cuestión de aculturación, transculturación, el tema de “desarro-llo de la comunidad” y ladinización. Todos esos términos implican una manera para que la población indíge-na deje de serlo y se vuelva ladina. El que más abunda en eso es Adams (Ri-chard L. Adams) y son parte de una definición negativa porque él para de-finir al ladino dice que es el que nunca ha sido o ya dejó de ser indígena. Una definición no se puede decir negando, se dice afirmando.La otra cuestión es que la estructu-

ra económica es tan pesada que está hecha para mantener esas diferencias porque la explotación económica no es suficiente porque implica también una fuente de rebeldía sino que hay que hacer que el explotado esté si-tuado en un proceso permanente de deculturación y de pobrísima infor-mación sobre la sociedad y lo que es el mundo, al borde del hambre o de la desnutrición permanente para que pueda prestar sus servicios al menor

costo posible. Solo así funcionó el proyecto colonial y así sigue funcio-nando.

¿Cree que los partidos políticos ac-tuales tienen una ideología política definida?No, ni creo que alguien piense eso.

Estos partidos son gente que ya está totalmente deformada por la pasión por el dinero, la instrucción tampo-co es su fuerte. Lo único que tienen son ventajas administrativas para sa-car adelante proyectos de enriqueci-miento individual, las ideologías no les interesan. Su objetivo principal es saquear las arcas públicas es para ellos la forma lógica de manejar el poder y la mayoría busca mantenerse bajo esos esquemas. Ha habido un deterioro, un cambio

en los valores.

Imaginemos que usted es un oráculo. ¿Cuál es el panorama que vislumbra para las próximas elecciones?No sirvo para oráculo fíjese. No sé

me ocurre nada. Eso depende mu-cho de la transacción económica, si se ponen de acuerdo en cuánto va a ganar cada uno eso lo arregla todo.

No importa quien llegue porque me atrevería a decir que ni siquiera se necesita ser alfabeto completo, el úni-co requisito es ser desvergonzado y contar con la impunidad. Si me pre-guntan ¿Cuál es el peor problema que tiene Guatemala? Respondería que es la impunidad, hablo en todos los ámbitos. El mejor ejemplo es Portillo, un individuo que le robó al pueblo de Guatemala millones, condenado y confeso y que tiene el dinero en ban-cos de Francia a nombre de la hija, un ladrón con éxito.

Entonces… ¿Para qué sirve el voto?En estos momentos no nos sirve para

nada. Hay un mercado de votos, ges-tionan los votos a través de limosnas. Los que creen que votar va a traer una mejoría en términos globales y sanar sobre todo la grave crisis en salud que tiene el país son sobre todo muy inge-nuos o son tontos porque la realidad va por otro lado.

¿Qué alternativas existen?No se me ocurre ninguna porque

una golondrina no hace verano. Se necesita una organización muy fuerte que no veo de dónde pueda salir en

este momento. Quizás el número de personas que observa que esto es un caos y no debería ser así es numeroso y podría influir si pudiera actuar co-lectivamente. Uno ve y oye voces ais-ladas, el periódico es una muestra de eso. La gente que escribe dice exacta-mente cosas ciertas, pero a los demás no les importa, no les importa nada.El grado de desilusión, de descom-

posición social se fue acentuando durante todos los años de guerra, los atropellos a la dignidad humana y ahora esto sigue…

¿Cómo influyen los medios de comu-nicación para que el grado de des-composición social siga o se detenga?Los medios han fallado categórica-

mente al ensalzar la noticia y el de-rramamiento de sangre impune. Me parece que colaboran mucho con eso, es el sensacionalismo el éxito de Nues-tro Diario. Hay tres elementos princi-pales que tiene la prensa en este país, el primero es asqueante, ver sangre, el otro tiene que ver con la frustración sexual, el ver mujeres medio desnu-das y el tercero, es el opio del pueblo, el fútbol. Una posibilidad de ganar que no existe.

A finales del mes pasado nos llegó una invitación a la Redacción de La Hora. Se

trataba de una conferencia con el título: “Poder, pueblos indígenas y pensamiento so-cial guatemalteco: una aprox-imación crítica”, dictada por Carlos Guzmán Böckler.

A

8 Suplemento Cultural Nueva Guatemala de la Asunción, 13 de marzo de 2015

Los de la Foto

A Valentina le encanta posar frente a la cámara, Guatemala 2015Fotografía de Fernando Iriarte

Surf En LaS rockaS VoL. 1

ViErnES dE cinEViVa La LibErtá

La primera de muchas noches de surf y rock and roll para lustrar los zapatos y mover la cadera.

La cita es en el Bar El Rosal con los mejores exponentes del surf y rock and roll.El Sargento Pimienta, Look Out!! Phantom Whores!!, Los Tiros y Tsunami Terrors.

Viernes 13 de marzo a las 20:00 horasAdmisión Q30 (incluye cerveza)

Bar El Rosal. Avenida Simeón Cañas 4-82 zona 2 (Esquina Calle Martí frente al Parque Morazán)

Película de Roberto Andò (2012) con Toni Servillo. Subtítulos en italiano.En una sátira sobre el aparato político italiano, Toni Servillo vuelve a darse un festín interpretativo con dos papeles muy distintos: el líder polít ico en crisis que se retira de la escena y el hermano gemelo, un enfermo bipolar recién salido de l ps iquiá t r ico , que los susti tuye exitosamente.

Instituto Italiano de Cultura -IIC 16 calle 2-55 zona 10Teléfono: 2366 8394/96 Entrada libre

DiagramaciónAlejAndro rAmírez Fredy PAdillAroberto Altánrenzo AltánjAvier vicente

rEDES SOciaLESdenis AguilAr

WEberick PAiz

cOrrEccióncésAr álvArez emmA nájerAnormA de gArcíAluis AlvArAdomArleny cotÓm

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