Suplemento Cultural 21-12-2012

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Página 5 Javier Marín en Guatemala Una idea original de Rosauro Carmín Q. Suplemento Cultural Guatemala, 21 de diciembre de 2012

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Página 5

Javier Marín en Guatemala

Una idea original de Rosauro Carmín Q.

Suplemento CulturalGuatemala, 21 de diciembre de 2012

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2 Suplemento Cultural Nueva Guatemala de la Asunción, 21 de diciembre de 2012

S e descubr ió como escritora a través de otra persona. No era una cosa que particular-

mente le atrajera pero cuan-do tuvo la oportunidad de conocer a un famoso direc-tor de cine argentino, quien se convertiría en su primer entrevistado, no lo pudo evitar. Lo suyo – descubrió – era escribir perfiles.Ni siquiera sabía el nom-

bre correcto de ese géne-ro periodístico al que ella llamaba “texto integrado”, que en sus dedos terminó por ser incendiario en su vida. Según esta escritora argentina de 45 años los latinoamericanos somos buenos en la crónica, para ir más allá del básico des-cribir con adjetivos rim-bombantes.Pero lo de Leila es espe-

cialmente llamativo. Su prosa tiende a ser cortante, a sugerir más que a decir. Para Guerriero los comien-zos deben ser el cenit del texto, mantener la tensión es lo importante y el final no necesariamente debe ser un desenlace, “incluso pue-de completarse en la cabe-za del lector”.Compara su forma de es-

cribir con un guión de ac-ción. “Como la película La supremacía Bourne” - cuenta la escritora - “esa que empieza con una serie de imágenes en las que na-die entiende nada pero que atrapan y te dejan prendido al texto”. No suele seguir normas, mucho menos fór-mulas, lo suyo es empezar de cero en cada artículo por eso leerla resulta semejante a un constante entrar y salir del cine.Frutos extraños es el tí-

tulo del compendio de sus mejores crónicas. El libro, publicado por Alfaguara, es el producto de la inmersión que ha vivido en el mundo del periodismo.

POR VIVIAN MURCIA GONZÁLEZ

Al pie de la letra

LeiLa Guerriero se enfrenta aL “monstruo de La curiosidad”

En un conversatorio en Casa de América en Ma-drid, Guerriero confesó que cuando escribe no hace otra cosa que enfrentarse con lo que denomina el “monstruo de la curiosidad”, que no es nada más que ese picor ex-traño que le surge cuando ve un anuncio en la calle, un título de una revista, los temas aparecen de repente … imprevistos todos, pero para ella significan el inicio de una larga tarea.“Soy lenta al escribir…

con mi grado de imbecili-dad no podría trabajar en un diario. Los periódicos necesitan gente rápida, con el músculo desarrollado, que cuenten las cosas en minutos”. En cambio Leila es amante de la corrección y de la planeación antes de sentarse a escribir. El rit-

mo, el fondo, los fundidos de los silencios, todos es-tos hacen que su escritura se convierta en un montaje de escenas. Lo que se de-fine como periodismo na-rrativo.Entre sugerencias – o me-

jor experiencias – de lo que para Leila ha significado hacer periodismo, surge el libro Frutos extraños.En-tre los consejos que suelta en su rápido hablar, con su pelo electrizado y mirada muy seria, Guerriero ad-vierte a los participantes a la charla: “El que escriba puede ser malo pero el que corrija debe ser muy bue-no”, la clave de los textos fluidos, un buen editor que no tema a la furia del perio-dista que se ha esforzado, tal vez extralimitado.Por eso se somete a la

“tortura” de la corrección. “Cada uno de mis textos tiene entre 25 a 27 versio-nes. La idea de quitar es la base de la escritura, siem-pre acompañadas de la fi-delidad, o por lo menos, el no mentir conscientemen-te. Si uno recuerda una al-fombra roja cuando en rea-lidad es marrón lo impor-tante es que no se elija por conveniencia… sería, en todo caso, un error incons-ciente. Trato de dar poco lugar a la duda. Cuando entrevisto a alguien tomo notas, grabo la voz, hago fotos de los detalles que pueden alimentar mi texto, es una buena táctica”, enfa-tizó la escritora.Una conclusión se des-

prende después de conocer-la personalmente: detesta “el reino del lugar común”

y, aunque no es una gran buscadora de nuevos te-mas, sí tiene la habilidad de sospechar que tras una noticia muy difundida hay algo que se calla entre lí-neas. “Todos mis temas los

saco de revistas o recortes de periódicos. En Buenos Aires hay quioscos con re-vistas que no han vendido desde los años setenta o así… Me gusta verlas, re-cortar los artículos y desa-rrollar los temas”.Es ahí cuando se enfrenta

al “monstruo de su curiosi-dad”, su propia curiosidad, a la que encara con las tres armas que usa para escribir un fulminante texto: “pre-guntar como quien no sabe, esperar como quien no tiene tiempo y estar como quien no está”.

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HugH Jackman y anne HatHaway sueñan en “Los miserabLes”

Séptimo arte

Nueva Guatemala de la Asunción, 21 de diciembre de 2012 Suplemento Cultural 3

L a pasión por los musicales no siempre lus-tra la reputación de los astros del cine de acción.

Pero en la adaptación cinemato-gráfica de Tom Hooper del famo-so musical, Jackman, en el papel de Jean Valjean, y Hathaway, como la desafortunada Fantine, finalmente ponen a prueba sus capacidades musicales en la gran pantalla.Jackman ha trabajado muchas

veces en Broadway y ha ganado premios Tony, mientras que la experiencia teatral de Hathaway es más limitada. Los dos se su-mergieron con entusiasmo en “Los Miserables”, considerán-dolo una oportunidad única: Jac-kman con el peso del personaje principal, Hathaway con el im-pactante número “I Dreamed a Dream” (“Soñé un sueño”).Ambos actores perdieron bas-

tante peso para sus papeles (en el caso de Jackman se ve más flaco y rudo que de costumbre) y Hathaway también se cortó el cabello frente a la cámara. La cinta se estrena el 25 de diciem-bre pero la adaptación naturalis-ta de Hooper, filmada casi por completo con interpretaciones en vivo en lugar del típico doblaje usado en películas musicales, ha hecho que “Los Miserables” sea un éxito anticipado y favorita al Oscar en categorías que inclu-yen mejor actor para Jackman y mejor actriz de reparto para Hathaway, quienes recibieron el jueves sendas candidaturas a los Globos de Oro.Hathaway y Jackman conver-

saron recientemente sobre sus similitudes, su madurez en el tea-tro musical y sobre si alguna vez podrán sacarse las canciones de “Los Miserables” de la cabeza.

-Jake Coyle: Ambos crecieron soñando con Broadway, han interpretado a superhéroes y han sido maestros de ceremo-nias de los Oscar.- Anne Hathaway: Pero sólo

uno de los dos con éxito.

- JC: ¿Sienten afecto entre ustedes?

Ambos han interpretado a superhéroes y también han presentado los Oscar, pero lo que real-mente une a los astros de “Los Miserables” Hugh Jackman y Anne Hathaway es un gran amor,

algunos dirían obsesivo, por el teatro musical. Así es, Gatúbela y Wolverine pueden cantar.POR JAKE COYLE

- Hugh Jackman: Siempre he sentido afecto por Anne, des-de que nos conocimos. Cuando comenzamos a trabajar en los Oscar, me encantó de inmedia-to. He perseguido a Annie para hacer un montón de películas.

-AH: (Mordiendo su suéter) Es fuerte cuando alguien a quien admiras tanto dice cosas bonitas sobre ti. Siempre te admiré. Creo que supe de ti antes que tú de mí. Hugh fue siempre un mito en la comunidad de Broadway y el teatro de Londres y aunque nun-ca hice una obra sí tuve muchos talleres, lecturas y cosas por el estilo, donde todos te contaban una historia de Hugh Jackman. Hugh siempre ha sido ese rayo de luz, alguien que podía hacer teatro y cine.

- JC: Me sorprende cómo en el rodaje de “Los Miserables” interpretaron las canciones

con un pianista en vivo acom-pañándolos por un auricular, pero el plató estaba totalmen-te en silencio, nadie más podía escuchar la música.- HJ: El plató era extraño, había

un montón de gente loca cantan-do en la lluvia. Lo bueno de eso es que ellos no podían saber si te equivocabas de nota porque no podían escuchar el acompa-ñamiento.-AH: Me encantaría que al-

guien hablara con la producción y nos dijera desde su perspectiva cómo era ver a decenas de ac-tores a diario parados ahí vien-do a la cámara y que de pronto comenzaran a cantar una armo-nía con ocho voces al mismo tiempo.-HJ: Lo raro fue lo natu-ral que se volvió.

-JC: En pocas películas se han grabado las voces en vivo. ¿Cómo afectó esto sus actua-ciones?

-HJ: Yo lo que hago es que le quito la letra a la música y la escribo como un diálogo, como dividirías un guion, como una serie de pensamientos, ideas y motivaciones. Necesitaba me-terlas primero bajo mi piel. Eso lo aprendí de Trevor Nunn (el famoso director de teatro de la primera producción en inglés de “Los Miserables”).

-JC: En tu caso Anne, ¿cómo fue el día que interpretaste “I Dreamed a Dream” en una sola toma?-AH: Eso lo hicimos justo des-

pués de que me corté el cabello, así que fueron dos golpes segui-dos intensos. No fue mi escena favorita de filmar, era mucha la presión y la expectativa. Tuve que ir con Tom a decirle que me estaba empezando a sentir ner-viosa una semana antes. Él me dijo: “No es una canción emble-mática, no debes pensar en ella

como eso, es el lamento de esta mujer, es la forma de procesar lo que le acaba de suceder”. Así que me sentí muy protegida, sa-bía lo que quería hacer. Pero de pronto aumentaron las expectati-vas porque había una cámara ahí y la actuación se iba a registrar para siempre, no podía dejar de pensar lo expuesta que me iba a sentir si lo echaba perder. Así que hice la primera toma y me molesté muchísimo conmigo porque no fue lo suficientemente buena. Quería entrar por la puer-ta y que quedara a la primera. Me concentré un poco más e hi-cimos la segunda toma, pero no era la mejor y pensé, “Por Dios”. Comencé la tercera toma y dije, “No, no, deténganse, el balance no está bien”. Entonces tomé los audífonos y me los pegué a las orejas, cerré los ojos y recuerdo que pensé: “Hathaway, si no ha-ces esto ahora no puedes decir que eres una actriz. Deja todos esos miedos y haz tu trabajo”. Abrí los ojos y dije (chasqueó los dedos), “Vamos a hacerlo”. Y lo hice. Esa fue la toma más con-movedora y esa fue la que quedó en la película.

- JC: Ustedes han vivido la temporada de premios del cine desde múltiples perspectivas. Con las predicciones que hay para ambos, ¿cuál es la actitud que han tomado en el proceso?- AH: El 11 de enero (al día si-

guiente de las nominaciones al Oscar), si no estoy nominada no quiero mirar para atrás y decir que perdí toda la felicidad (por lo que han dicho) en la prensa de “Los Miserables” porque espera-ba ser nominada. Estoy tan feliz de estar aquí y ahora, hablando con ustedes sobre esta extraordi-naria película en la que tengo un pequeño papel. Esperar más me parece un poco codicioso.- HJ: Como amante del teatro

musical, la idea de que podría haber reconocimiento para la pe-lícula y para el género, que quizá Tom encontró una nueva manera de presentar el género, de hacer-lo sentir vigente e inmediato es emocionante. Esto es algo egoís-ta, pero me gustaría estar en más películas como esta.

FOTO LA HOA: AP UniversAL PicTUres

Escena de “Los Miserables” con Hugh Jackman como Jean Valjean (I) y Anne Hathaway como Fantine.

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4 Suplemento Cultural “TRIBUNA, NO MOSTRADOR”, Clemente Marroquín RojasDECANO DE LA PRENSA INDEPENDIENTE

Nueva Guatemala de la Asunción, 21 de diciembre de 2012

Los miembros de la delegación “Plan-ting Seeds” (Sem-brando Semillas) ofrecieron semina-rios sobra platos de

cocina lenta a chefs y estudiantes de culinaria de la isla. Prepara-ron asimismo dos grandes cenas, incluido un plato con conejo en Le Chansonnier, un restaurante privado al que asistieron figuras como la hija del presidente Raúl Castro, Mariela Castro. Hubo otra comida para 100 personas en un restaurante estatal, con la asistencia del alcalde de Berke-ley Tom Bates, la senadora ca-liforniana Loni Hancock y altos funcionarios cubanos que po-drían incidir en la política agrí-cola del país.

Los chefs californianos vi-sitaron granjas orgánicas en las que compraron alimentos y se maravillaron ante la variedad de

productos frescos, sin pesticidas, que cargaron en los baúles de sus automóviles para usar en las cenas. Y le dieron a sus colegas cubanos mucho para pensar.

Por ejemplo, Luis Ramón Batlle ha lidiado mucho con la guayava a lo largo de su carrera, pero jamás pensó que la podría combinar con un paté de hígado de conejo sobre un wafer cro-cante.

Luego de saborear el plato, dijo que está considerando incor-porarlo al menú de un restauran-te privado que abrió el año pasa-do en Cuba, un país poco acos-tumbrado a la cocina gourmet.

“La masa crujiente es neutra prácticamente. El paté te da el sa-bor clásico de lo que es el hígado, poquito elevado de ácido. Pero al final se siente la guayaba como una cosa muy sutil muy delica-da”, dijo Batlle, quien dirige Divi-no en La Habana. “Me encantó”.

El aperitivo fue el primero de cinco platos, una comida de cin-co estrellas para 50 personalida-des artísticas, políticas y culina-rias preparado recientemente en La Habana por los californianos.

En Chez Panisse los chefs deciden a último minuto lo que van a cocinar, dependiendo de los productos frescos a su dis-posición. Su consejo a los cuba-nos que no tienen un suministro seguro de ingredientes básicos como el huevo: Sean flexibles y no se preocupen demasiado de tener un menú fijo.

“Caminen por la granja. Dén-se una idea de los vegetales que hay y usen su imaginación para asegurarse de que se les siente el sabor que deben tener”, afir-mó Jerome Waag, chef en jefe de Chez Panisse. “Eso es lo que hacemos nosotros en California. Así nos gusta cocinar. Todo es muy sencillo”.

Cuba está acostumbrada a la agricultura orgánica por ne-cesidad. Durante el “período especial” de la década de 1990 se comenzó a cultivar vegetales en muchos lotes urbanos de La Habana en medio de la austeri-dad derivada del derrumbe de la Unión Soviética. En la isla rara vez se usan pesticidas, más que nada porque no hay.

Una nueva generación de res-taurantes privados ha renovado la escena culinaria cubana.

Pero hay algunos obstácu-los que dificultan la cocina con productos frescos, como postu-la Chez.

En la misma granja que tan-to entusiasmó a los chefs en las afueras de La Habana, la gente de la zona dijo que los sueldos no aumentan al ritmo de los pro-ductos alimenticios, que el año pasado subieron un 20%.

Dos compradores dijeron que

Cocina

Chefs Californianosllevan sugerenCias a Cuba

Arroz, frijoles y carne de cerdo... en grandes cantidades. Esa es la comida típica de un restaurante de Cuba, donde no abundan los ingredientes de calidad. Pero una delegación de chefs del famoso

restaurante Chez Panisse de Alice Waters en Berkley, California, ha venido a Cuba con la misión de estimular a los cubanos a que ingieran platos más saludables, con más frutas y vegetales, preferiblemente orgánicos y cultivados en cooperativas locales con métodos sustentables.

POR PETER ORSI

la calidad era muy buena, pero que solo podían comprar allí una o dos veces al mes. Los precios le parecen bajísimos a un extran-jero: con un dólar puedes com-prar una bolsa de productos de la que salen cinco comidas. El pre-cio, sin embargo, es una fortuna para los cubanos, que ganan un promedio de 20 dólares al mes.

Llegar a una granja puede ser complicado porque la mayoría de los cubanos no tienen auto y el transporte público no es muy confiable. El suministro depende de la temporada.

“La única opción en el vera-no es trabajar con lo poco que hay, como berenjenas. No hay zanahorias”, manifestó Laura Fernández Córdoba, socia de Le Chansonnier. “Las opciones son muy limitadas”.

Raúl Castro está fomentando la agricultura privada y en coo-perativas, arrendando terrenos estatales en desuso a instalacio-nes para la venta directa a res-taurantes privados y estatales. El gobierno promueve asimismo el concepto de “cinturones verdes” en torno a las ciudades más gran-des para reducir la distancia que se debe recorrer en un país don-de las demoras y la ineficiencia a menudo hacen que los productos se pudran antes de llegar a los consumidores.

De todos modos, la carne con frecuencia es congelada, descon-gelada y congelada nuevamente antes de ser entregada.

Factores culturales dificultan también la puesta en práctica el modelo de Chez.

Los restaurantes tienden a cocinar más de la cuenta los ve-getales, hasta que resultan de-masiado blandos incluso para ensaladas. Muchos cubanos que consiguen dinero optan por las comidas procesadas de los su-permercados, como vegetales enlatados, puré de papas seco o salsa de tomates envasada. Un recurso frecuente de los cuba-nos para evitar gastos es volver a usar muchas veces la grasa, has-ta que todas las comidas tienen el mismo sabor y olor a viejo.

Todos estos factores se con-fabulan para hacer que Cuba resulte una pesadilla para quien quiere comida de gourmet.

“Mucha de la comida que vi parece muy recocinada, pierde toda su frescura”, dijo Waag. “Es despojada de toda su energía”.

En su última noche los chefs de Chez cocinaron espontánea-mente un plato para el cubano común, no para la elite isleña.

Trabajando en un puesto de un porch, distribuyeron gra-tis patas de pollo marinadas en lima, tumeric y comino, y anillos de cebolla preparados con yogur.

Fue algo muy distinto a lo que ofrece normalmente ese puesto: frituras altas en coleste-rol que se venden a un centavo cada una.

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Suplemento Cultural 5“TRIBUNA, NO MOSTRADOR”, Clemente Marroquín RojasDECANO DE LA PRENSA INDEPENDIENTE

Nueva Guatemala de la Asunción, 21 de diciembre de 2012

E n palabras de Agustín Arrea-ga, Marín re-gresa clínica-mente al ori-gen de la escul-

tura clásica para darle vuelcos posmodernos. No es político ni conceptual; incluso, podría acusársele de trivial y aparen-temente convencional. No optó por hacer lo que se espera de un artista contemporáneo.

Retornó a la tradición del modelado y lo arcaico de la cerámica para desafiar con su absoluta honestidad de hacer lo que cree. Con su esfuerzo y es-píritu volvió a colocar la escul-tura en su pedestal y reactivó el péndulo de la historia del arte.

Es la resistencia de la ma-teria al esfuerzo, dominado de las manos del artista. Es energía que genera una torsión en sus personajes y nos obliga a girar sin fin a su alrededor como si nosotros, espectadores, fuéra-mos parte de un conjunto. Su efecto es semejante al arribo de la pubertad cuando los sentidos despiertan y a la menos provo-cación se exalta.

Javier Marín ha desarrollado una sólida carrera como artis-ta visual en sus casi 30 años de trayectoria. En este tiempo ha realizado más de 70 exposicio-nes individuales y ha participa-do en más de 200 exposiciones colectivas, en México, Estados Unidos y Canadá, así como en varios países de Centroamérica, Sudamérica, Asia y Europa. Su obra se encuentra en diversas colecciones públicas y privadas, incluyendo el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de Mé-xico, el Museum of Fine Arts de Boston, el Santa Barbara Mu-seum of Art, la Blake-Purnell Collection, la Malba-Fundación Constantini en Buenos Aires, Argentina, entre otras. En 2008 obtuvo el Premio de la Tercera Bienal Internacional de Arte de Beijing, China. En el 2010 se in-auguró Retablo, el retablo central y presbiterio de la Catedral Basí-lica de Zacatecas (Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO), obra monumental que concluyó tras ganar el concurso para su realización en el 2008. Recien-temente fueron presentadas ex-posiciones de su obra escultórica en Shanghái (World Expo 2010) y en Bruselas (Museos Reales de

Galería de artistas

Desde finales de noviembre, en la Galería Ana Lucía Gómez (16 calle 7-30 zona 14), se encuentra en ex-posición Javier Marín. La muestra incluye otros dos autores también: Roberto Cortázar y Carlos Mérida, como un homenaje a tres grandes de la plástica latinoamericana. La muestra permanecerá abierta hasta

mediados de enero.POR REDACCIÓN CULTURA

Javier Marín en GuateMala

Bellas Artes de Bélgica). Marín nació en 1962, en Uruapan, Mi-choacán. De 1980 a 1983 estudió en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM (Acade-mia de San Carlos) en la Ciudad de México, donde actualmente reside y trabaja.

En sus primeras exposiciones mostró obra pictórica y gráfica. En un inicio para su obra escul-tórica empleó exclusivamente barro, después trabajó sus obras en bronce y en los últimos años ha ido más allá de los métodos tradicionales en la escultura, al

emplear resina de poliéster mez-clada con materiales orgánicos, como tabaco, tierra, semillas de amaranto, pétalos de rosas o fi-bras de carne seca, sumando en una misma obra, lo industrial y

artificial del plástico, en contras-te con lo orgánico, natural y has-ta sutil de los otros materiales. La creciente presencia de piezas a gran escala en espacios públi-cos, parte contundentemente de una concepción contemporánea en torno a la intervención urba-na. La obra pública de Marín se abre al contexto físico y huma-no que la rodea, proponiendo

lecturas alternas de éste y de sí misma. Lleva su exploración a diversos lugares y experien-cias, fomentando una continua retroalimentación. En su tra-bajo creativo, Javier Marín se encuentra en una exploración constante de interacciones hu-manas y en la búsqueda de una sensación de equilibrio, tanto en forma como en concepto.

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Séptimo arte

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Leonardo Favio: pasión, poesía... memoria

ualquier sem-blanza sobre su cine puede leerse en La Memoria de los Ojos - Fil-mografía com-pleta de Leonardo

Favio, (Buenos Aires, 2011 1ra. Ed. Buenos Aires), La Nave de los Sueños y La otra boca, (Editor: Martín Wain con prólogo: Horacio Gonzá-lez), reseñado en esta revista oportunamente.El texto contiene ensayos de diversos autores sobre las pe-lículas de Leonardo Favio y es una muestra de la diversidad de temas, en los que el com-promiso ideológico jamás estuvo ausente pero en el que abunda una poética de la mi-rada, inusual, en nuestro país y en otros.Lo cierto es que Favio ha par-tido y que cuando luego de la Revolución Fusiladora el cine argentino entró en esa tre-menda etapa de mostrar sólo aquello que la dictadura de turno permitía sacar fuera de las fronteras, Crónica de un niño solo fue capaz de mos-trar como nadie al “otro” de clase, de color, al excluído.No era nada más que su con-dición de peronista lo que primaba sino que, además de ese compromiso que sos-tuvo hasta su último aliento, inclaudicable con sus convic-ciones estos eran no sólo de políticos sino de una ética sin mácula.Luego llegaron otras, El ro-mance del Aniceto y la Fran-cisca (1967) que tiene sus se-guidores de culto y ha sido ca-talogada por no pocos, como la mejor película argentina de todos los tiempos, porque hay que decir que Favio des-pertaba pasiones, porque su cine contaba pasiones, con-taba con pasión y la cámara dejaba de ser lúcida para ser apasionada.Favio era un gran contador de historias. Y también muchas veces, un incomprendido, como cuando terminó El de-pendiente en 1969 y las direc-tivas de no apoyar el film pro-venían de las autoridades del INCAA de aquel entonces.Como bien señala Octavio Getino, recientemente des-aparecido, en su libro Cine

Cantautor. Director de Culto. Actor - artista completo, Leonardo Favio se ha ido.

C Argentino (Entre lo posible y lo deseable) - 2005 - refi-riéndose al cine que inaugura la era Onganía y continúa la dictadura de Lanusse: “en la línea definida también por Ayala como de “cine serio y testimonial”, la burguesía “modernizante” que Aries de algún modo representa, que-dó siempre encerrada dentro de las circunstancias políticas coyunturalmente hegemó-

ocurre con las más recientes películas de esa empresa (Los médicos)”.A lo largo de este proceso y vinculado al cine de difu-sión comercial, se destaca, sin duda, un joven realizador también autodidacta, forma-do en sus comienzos como actor y luego como cantante de repercusión popular entre las nuevas generaciones.Se trata de Leonardo Favio,

iniciado en la realización bajo la influencia de Torre Nilsson, para quien trabajó en algunas de sus películas.Su primer film fue Crónica de un niño solo (1965), una de las obras más valiosas de este momento. Favio logró in-troducirse líricamente en una línea casi autobiográfica, vin-culada a las experiencias de la infancia marginal, aquella que sobrevive a las violencias de la sociedad entre los dis-turbios miserables y los refor-matorios inhumanos.Posteriormente, en 1966, Fa-vio realizó Romance del Ani-ceto y la Francisca, más apro-piada para el gusto de cierta crítica y de las capas medias por su tratamiento formal-mente acabado, pero carente en cierta medida de la espon-tánea profundidad que aflo-raba en Crónica...En 1967 dirigiría su tercer film, El dependiente, quizá su obra más despareja, pero poseedora en cambio de una vitalidad muy superior a las que tendrían sus otras pelícu-las, técnicamente mejor reali-zadas, como Nazareno Cruz y el lobo, producida en 1975 sobre la base de un popular radioteatro de décadas ante-riores, o Soñar, soñar... donde trabajó con el boxeador-actor Carlos Monzón.Paralelamente al conjunto de esta actividad, se desarrolló otra, a cargo de diversos rea-lizadores que comenzaron a plantearse un uso distinto para su producción. Algunos de ellos contribuirían a dar vida a los primeros antece-dentes de la “argentinización” de los intelectuales”.Favio era un jugado como tantos otros, que dieron a la pantalla y al pueblo, enormes historias de identificación porque en algún lugar siem-pre se hacían omnipresentes las condiciones de produc-ción de esa historia a narrar y de esos personajes de existir.Vaya desde aquí nuestro más sincero Gracias, la tristeza por no poder escuchar más sus re-flexiones y la enorme esperan-za de que ese cine sea señero de muchos realizadores com-prometidos con su tiempo.

¡Hasta Siempre Maestro!

nicas, sirviéndolas de una u otra forma.Su oportunismo empresarial sirvió al triunfo militar liberal de la década del cincuenta (El jefe, El candidato); o a la mis-ma ideología en los años se-senta, encabezada ahora por nuevos generales como La-nusse y otros (Argentino has-ta la muerte, Argentinísima); y finalmente, a los nuevos militares en el poder, como

POR TERESA GATTO

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Nueva Guatemala de la Asunción, 21 de diciembre de 2012 Suplemento Cultural 7

POR JUAN B. JUÁREZ

Galería de artistas

RecoRdando a José colaJ

Hace un año murió José Colaj, pintor de San Juan Co-malapa, cuando su obra ya madura apenas empezaba a llamar la atención del gran público y a suscitar en las mentes más lúcidas y sensibles reflexiones serias sobre la cultura maya contemporánea y los sentimientos de la población indígena que se reflejan en sus obras, cuyo in-tenso colorido surge ya no del folclor y del exotismo sino de una temática dolorosa y candente en la que resuena la historia social de Guatemala de las últimas décadas.

a c i d o e n 1959 en un pueblo de in-dios, la vida entera de José Colaj estuvo marcada por

el conflicto armado interno que, sobre todo en los años 80, se en-sañó con las comunidades in-dígenas de San Juan Comalapa quizás con mayor violencia que el terremoto de febrero de 1976, cuyos dolorosos recuerdos en la memoria de la gente palidecen frente a la zozobra permanen-te en que los sumió la guerra. Sobre ese clima psicológico de angustia y temor permanentes se puede especular con cierto fundamento a partir de los ma-cabros hallazgos de fosas clan-destinas en los terrenos de la antigua base militar situada a la entrada del pueblo.

Dado ese clima, su temprana venida a finales de los años 70 a la ciudad capital fue, si se mira bien, buscando refugio, en un acto solitario que prefigura el éxodo masivo de los refugiados de los años 90. Con algunos ru-dimentos de pintura, se inscribió en la Escuela Nacional de Artes Plásticas en la que se graduó de bachiller en arte, al mismo tiem-po que trabajaba de aprendiz de enderezador y pintor automotriz en una importadora de vehícu-los. Sin embargo, no obstante sus estudios académicos, José Colaj nunca perdió el vínculo con la pintura tradicional de Co-malapa, lo que se manifiesta no sólo en el colorido y en lo esque-mático de su figuración sino so-bre todo en la amplitud colectiva y costumbrista de su temática. Podría afirmarse, en consecuen-cia, que lo que aportó la Escuela de Artes Plásticas a su obra fue cierta conciencia del significado del acto de pintar y del simbo-lismo de todas las formas y, de allí, una intención crítica que lo

acerca a la realidad y al presen-te, de manera que lo que pintó, a diferencia de los otros pinto-res de Comalapa, no fueron las costumbres de los antepasados sino la forma que adquiere una costumbre ancestral al asumir el presente, un presente conflictivo, por lo demás.

No obstante que tiene sus raí-ces en el conflicto armado, lo que testimonia la pintura de Colaj no son las atrocidades de la guerra, sus injusticias o su excesiva vio-lencia, ni el particular ensaña-miento contra la población indí-gena de su pueblo. Lo que pintó José Colaj fue algo más íntimo: el dolor de los sobrevivientes, un sentimiento que en su estado puro no se presta a la distorsión ideológica sino que simplemen-te es una vibración rumorosa y cálida que hace eco en la vida in-terior. No es un sentimiento cie-go que se encone, por ejemplo, en la obra de un artista solitario sino ese rumor interno, esa reso-nancia que convoca a los deudos que no son sólo los familiares cercanos sino toda una comuni-dad que siente el extrañamiento a uno de sus miembros. Un sen-timiento que pone en marcha un complejo ritual fúnebre que per-mite a la comunidad seguir vi-

viendo o, en el caso de San Juan Comalapa, de los pueblos indí-genas o de todos los guatemalte-cos, seguir sobreviviendo.

Nótese, por ejemplo, que la rotundidad de los personajes de su pintura surge de su propia afirmación en ese sentimiento y ese ritual. No es la indiferen-cia lo que hace que siempre se muestren de espaldas sino el profundo ensimismamiento en su dolor individual y colectivo, que únicamente se abre a los que puedan sentir con la mis-ma intensidad y participar con el mismo dolor. La pintura de José Colaj, no obstante su temá-tica dolorosa, no es combativa

ni beligerante. No devuelve la violencia con violencia, pero tampoco es resignada, sino que tiene más bien el sentido de una

plegaria que se eleva al cielo, de una metáfora que convierte en sagradas las acciones que buscan el cambio.

N

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Caja musical

Niños de basural paraguayo iNterpretaN a beethoveN

Rocío Riveros, de 15 años, dijo que en un año apren-dió a ejecutar una flauta traversa fa-bricada con lata.

“Hoy no puedo vivir sin la or-questa, al igual que mi hermano Andrés, que toca el saxo soprano de caño galvanizado”, agregó.

La agrupación comenzó a to-car hace un año y medio con la denominación Orquesta de Ins-trumentos Reciclados de Cateura --el nombre de la localidad donde viven-- y de inmediato generó in-terés, incluso del exterior. Ya hizo una gira por Panamá, Colombia y Río de Janeiro y el Museo de Ins-trumentos Musicales de Phoenix, Arizona, les compró dos chelos e igual cantidad de guitarras, trom-petas, violines y saxos soprano. El museo invitó a los niños a tocar en la inauguración de una muestra el año que viene en Phoenix.

“Queremos sacar a los chicos y a sus familias del basural, hace-mos lo imposible para que viajen ellos al exterior para ser recono-cidos y admirados”, explicó Fa-vio Chávez, técnico ambiental y maestro de música que fue quien puso en marcha el proyecto.

La cineasta Alejandra Amarilla Nash está haciendo un documen-tal sobre la orquesta junto con la productora Juliana Peñaranda-Loftus. Ambas llevan filmando a los niños desde hace años y fueron ellas las que despertaron el interés del museo de Phoenix.

Falta bastante para que se com-plete el documental ya que la historia de la orquesta está en ple-no desarrollo, pero las cineastas crearon en noviembre una página en Facebook y colgaron un video en YouTube y en Vimeo que ya ha sido visto más de un millón de veces.

“Es una historia muy bonita, que refleja el ingenio humano en todo el mundo para aprovechar lo que tienen a su alcance para hacer mú-sica”, comentó Daniel Piper, cu-rador del museo de Arizona, que cuenta con 5.000 instrumentos.

La comunidad de Cateura, en la periferia sur de Asunción, consis-te en unas 25.000 personas que viven del reciclado de desperdi-cios en un vertedero junto a una

8 Suplemento Cultural Nueva Guatemala de la Asunción, 21 de diciembre de 2012

Dos latas de mermelada imitan el sonido de una guitarra. Una placa en desuso de rayos X reproduce el parche del ruidoso tambor. Una ensaladera de aluminio combinada con viejos tenedores de alguna elegante mesa son usados para la concertina de violín y las tapitas de lata de refrescos y cervezas sirven como las teclas del saxo soprano de caño galvanizado. Con estos materiales reciclados convertidos en instrumentos musicales, una veintena de niños pobres de una comunidad surgida en torno a un vertedero de desperdicios de la capital paraguaya ofrecen conciertos interpretando a Beethoven y Mozart o deleitando con la ondulante melodía de la Pantera Rosa y el romántico “Yesterday” de The Beatles.

POR PEDRO SERVIN

laguna de aguas estancadas en las proximidades del río Paraguay. La orquesta y la música les dan a los niños la posibilidad de aspirar a una vida mejor.

“Gracias a la orquesta estuvimos en Río de Janeiro, nos bañamos en el mar, en las playas de Ipane-ma y Copacabana. Nunca pensé que mis sueños se harían reali-dad”, expresó Tania Vera, de 15 años, entre asustada y emociona-da. “Quiero seguir con la música pero también deseo estudiar ve-terinaria”.

Tania es una verdadera heroí-na, según Chávez, pues su madre enfrenta problemas de salud y el padre las abandonó. Tiene una hermana mayor, Jessica, que dejó la orquesta porque quedó emba-razada.

Chávez, un argentino de 37 años, aprendió a tocar el clarinete y la guitarra de niño y abrió una es-cuelita de música hace cinco años en el basural, donde trabajó en una época, enseñándole a la gente cómo protegerse al escarbar en la basura. La idea era evitar que los chicos se metiesen en líos.

“Jamás pensé que esta inicia-tiva derivase en la formación de una orquesta. El mérito es de los niños”, declaró Chávez a la Asso-ciated Press.

Chávez recordó que al principio tenía apenas cinco instrumentos.

“Unos pocos niños prestaban

atención a mis clases de música; el resto gritaba, saltaba y jugaba. En-tonces conocí a uno de los humil-des recicladores llamado Nicolás Gómez y le pedí que sacara de la basura algunos materiales para que los más pequeños no molesta-ran. Fue así que encontró un tam-bor, lo reparó. Una cosa llevó a la otra: como era carpintero, le pedí que me fabricara una guitarra y así fuimos avanzando hacia lo que es hoy la agrupación”.

A partir de abril, los instrumen-tos de cuerdas que Gómez hizo en su taller de Cateura, al lado de sus cinco cerdos, diez gallinas, una vaca lechera y una vaquita acos-tada debajo del ventilador para so-portar los 38 grados de calor, serán exhibidos en Phoenix junto a un piano de John Lennon y guitarras de Eric Clapton.

“Estudié solamente hasta el quinto grado de la primaria por-que tenía que trabajar rompiendo piedras en las canteras del pueblo Emboscada. Luego fui albañil y carpintero”, expresó Gómez, de 48 años. “Gracias a mis conoci-mientos de carpintería, hoy fabri-co los instrumentos con materia-les sacados de la basura”.

“Y si me dan las indicaciones precisas, mañana les haré un heli-cóptero”, agregó socarronamente en guaraní.

Gómez no tiene hijos, “pero los chicos de la orquesta son como

mis hijos; me siento feliz al verlos en el escenario. Y además, recibí algún dinero por la venta de los instrumentos al museo de Arizo-na, pero debo seguir trabajando, no puedo tener vacaciones”.

El museo también exhibirá ins-trumentos de viento hechos por Tito Romero, quien reparaba trompetas dañadas en un local en las afueras de Asunción cuando Chávez le pidió que lo ayudase.

“En mi niñez tocaba la tuba en la iglesia y como soy metalúrgico, lentamente fui arreglando trom-petas, saxofones y clarinetes des-compuestos. Un día Chávez llegó a mi taller, por referencias de otras personas, y me propuso fabricar los instrumentos a partir de mate-riales sacados de la basura”, relató Romero.

“Es un trabajo lento, de pre-cisión, pero muy gratificante”, acotó. “El maestro Chávez está haciendo de los chicos de Cateura personas con mucha autoestima, dándoles un escudo contra los vicios”.

Ada Ríos, de 14 años, es la con-certina de violín. Acababa de des-pertarse al recibir a la AP en su humilde casa de Cateura, a orillas del arroyo Morotí (blanco, en gua-raní), afluente del río Paraguay, atestado de residuos sólidos: “Dis-culpen mi cara de semidormida”, dijo con una sonrisa.

“La orquesta le dio un nuevo

Un joven músico toca su cello, elaborado con materiales reciclados. FOTO LA HORA: AP JORge Sáenz

sentido a mi vida porque en Ca-teura, lastimosamente, muchos jóvenes no tienen oportunidades para estudiar porque deben traba-jar o ya son adictos al alcohol y las drogas”, expresó mientras acari-ciaba a su gato.

Noelia, hermana menor de Ada, aun con la inocencia de sus 12 años, añadió: “Soy famosa en mi escuela gracias a que estoy en la orquesta. A todos los actos cultu-rales me invitan a ejecutar la gui-tarra formal, no la de latas porque la reciclada está bajo llave”.

En la casucha de al lado vive María Ríos, de 16 años, violinista y tía de Ada y Noelia: “Mi mamá me inscribió en la escuela del maestro Chávez hace tres años. Me molestó mucho que no me consultó, pero hoy estoy agrade-cida porque puso mi nombre entre los que querían aprender violín”.

María tiene 13 hermanos.“Yo tenía 45 años cuando na-

ció María”, contó la madre de la niña, Miriam Ríos. Mis vecinas pronosticaron que nacería con problemas mentales porque yo ya era una vieja, ¡pero nació artista!”, dijo con la voz entrecortada por la emoción, secándose las lágrimas.

Los 20 músicos se reunieron en el patio de una escuela y tocaron un concierto para los reporteros de la AP. Mientras afinaban sus instrumentos, Víctor Cáceres, dijo que su tambor reciclado rojo y blanco “no tiene nada que en-vidiar a los que, aparentemente, son formales. Saca un sonido im-pecable”.

A un costado, de pie, sosteniendo un enorme tambor (barril de lata) amarillo con letras identificato-rias de una empresa metalúrgica, convertido en contrabajo, estaba Bramdon Cobone, de 15 años, indicando que el instrumento “es uno de los que más llama la aten-ción del público, pero suena una maravilla”.

“Antes de embarcarnos hacia uno de los países de la gira, el inspector de seguridad del aero-puerto nos avisó que el contrabajo no podía viajar porque tenía la ad-vertencia !Inflamable!”, recordó Chávez. “Finalmente entendió que era un material reciclado y lo subimos al avión, pero borramos la leyenda”.