Tabaquismo y VIH

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TABAQUISMO Y VIH CURSO DE FORMACIÓN CONTINUA INTERVENCIÓN `PSICOSOCIAL FRENTE AL HABITO TABAQUICO (MAYO-JUNIO2008) Carmen Machado Sevillano Servicio de Enfermedades Infecciosas Hospital Virgen Macarena

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TABAQUISMO Y VIH

CURSO DE FORMACIÓN CONTINUA

INTERVENCIÓN `PSICOSOCIAL FRENTE AL HABITO TABAQUICO

(MAYO-JUNIO2008)

Carmen Machado Sevillano

Servicio de Enfermedades Infecciosas

Hospital Virgen Macarena

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TABACO Y ENFERMEDAD

El tabaquismo representa el primer factor individual de riesgo de enfermedad y la primera causa aislada de

enfermedad, relacionándosele con más de 25 enfermedades. Fumar es el principal factor causante de entre

el 16% y el 40% de los cánceres: cáncer de pulmón (en un 85%), cáncer de la cavidad oral (en un 92% de

los casos en varones y un 61% en mujeres), cáncer de laringe (83%), de esófago (80%)... Más del 90% de

los casos de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) están relacionados con el humo del tabaco.

El tabaco es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular y la primera causa aislada de

mortalidad prematura.

La Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer de la OMS demostró que los niveles

típicos de exposición involuntaria al humo del tabaco provocan cáncer de pulmón aunque las personas no

hayan fumado nunca; así, incluye la exposición pasiva al humo del tabaco (el tabaquismo pasivo) dentro

del grupo de agentes cancerígenos humanos.

Esta misma organización ha señalado que, entre quienes conviven con fumadores, el riesgo de sufrir

enfermedades coronarias es un 25% más alto y el riesgo de cáncer de pulmón es entre un 20 y un 50%

más elevado. Además, el humo de tabaco afecta especialmente a la población infantil, en la que aumenta

el riesgo de sufrir infecciones respiratorias altas, otitis media, sinusitis, bronquitis, neumonías y asma.

En 1993, el Banco Mundial financió el estudio sobre El Costo Global de la Enfermedad, realizado por

investigadores de la Universidad de Harvard y la Organización Mundial de la Salud. El trabajo

proporcionaba estimaciones sobre muerte y enfermedad por edad, género y región, y calculaba las

proyecciones del peso global de la enfermedad hasta 2020, ha sido actualizado con proyecciones basadas

en datos de 2002. Sus resultados se publican en el último número de la revista científica de acceso libre

PLoS Medicine.

El estudio predice que entre 2002 y 2030 la expectativa de vida se alargará en todo el mundo, morirán

menos chicos menores de cinco años, y la proporción de personas que morirá de enfermedades no

contagiosas y cáncer aumentará. En general las enfermedades infecciosas decrecerán, las causadas por el

VIH/sida aumentarán. Sin embargo, en 2015 morirá un 50% más de personas por enfermedades

relacionadas con el tabaco que con el VIH. Para 2030, las tres principales causas de enfermedad serán el

VIH/sida, la depresión y la enfermedad cardíaca, los accidentes de tránsito (que aumentan con el

desarrollo socioeconómico) reemplazarán a la enfermedad cardíaca en el tercer lugar.

Porcentaje de aumento de las muertes

por cáncer desde 2002

Fuente:IAARC, Globocan 2002

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EFECTOS SECUNDARIOS DEL TABACO SEGÚN LA OMS

Según la Organización Mundial de la Salud, el tabaquismo se cobra una vida cada 8 segundos. Las

investigaciones realizadas muestran que las personas que empiezan a fumar durante la adolescencia (más

del 70% de los casos) y siguen haciéndolo durante 20 años o más, vivirán entre 20 y 25 años menos que

quienes nunca hayan fumado.

El cáncer de pulmón y las cardiopatías no son los únicos causantes de serios problemas de salud y de

defunciones. A continuación se describen algunos efectos secundarios menos conocidos del tabaco:

1. Caída del cabello El tabaco debilita el sistema inmunitario y hace que el organismo sea más vulnerable a enfermedades

como el lupus eritematoso, que puede ocasionar la caída del pelo, así como la aparición de úlceras bucales

y de erupciones en la cara, el cuero cabelludo y las manos.

2. Catarata Se considera que el tabaco causa o agrava varias afecciones oculares. El porcentaje de personas con

catarata, una opacificación del cristalino que impide el paso de la luz y puede causar ceguera, es un 40%

mayor entre los fumadores. El tabaco provoca la aparición de cataratas por dos mecanismos: la irritación

directa de los ojos y la liberación en los pulmones de sustancias químicas que llegan a los ojos a través del

torrente sanguíneo. El consumo de tabaco también se asocia con la degeneración macular relacionada con

la edad, una oftalmopatía incurable causada por el deterioro de la zona central de la retina, llamada

mácula. En esta zona se enfocan las imágenes, lo que nos permite leer, conducir vehículos, reconocer

rostros o colores y apreciar los detalles de los objetos.

3. Arrugas El tabaco provoca un envejecimiento prematuro de la piel debido al desgaste que ocasiona de las proteínas

que le confieren elasticidad, así como a la depleción de vitamina A y la reducción del riego sanguíneo que

sufre el tejido. Los fumadores tienen una piel seca, áspera

y surcada por arrugas diminutas, especialmente en torno a los labios y los ojos.

4. Pérdida de oído El tabaco hace que se formen placas en las paredes de los vasos sanguíneos, con la consiguiente reducción

del riego del oído interno. Por ello, los fumadores pueden perder oído a

edades más tempranas que los no fumadores y son más vulnerables a esa complicación en caso de

infección del oído o exposición a ruidos intensos. Asimismo, los fumadores son tres veces más

propensos que los no fumadores a padecer infecciones del oído medio que pueden acarrear otras

complicaciones, como meningitis y parálisis facial.

5. Cáncer de piel El tabaco no causa melanoma (un tipo de cáncer de piel que puede resultar mortal) pero sí aumenta las

probabilidades de morir como consecuencia de él. El riesgo de los fumadores de padecer carcinoma

cutáneo de células escamosas - un tipo de cáncer que provoca la aparición de escamas y erupciones rojizas

en la piel – se duplica respecto a los no fumadores.

6. Deterioro de la dentadura El tabaco interfiere en los procesos químicos que tienen lugar en la boca, provoca un exceso de sarro, tiñe

los dientes de amarillo y acelera el deterioro de la dentadura. El riesgo de perder los dientes se multiplica

por 1,5 en los fumadores.

7. Enfisema Además del cáncer de pulmón, el tabaco causa enfisema (distensión y ruptura de los alveolos del pulmón)

y reduce la capacidad pulmonar de captar oxígeno y expulsar dióxido de carbono. La bronquitis crónica

entraña la acumulación de mucosidad purulenta, lo que provoca tos dolorosa y dificultades respiratorias.

8. Osteoporosis

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El monóxido de carbono, el gas más nocivo proveniente del humo de combustión de los vehículos y del

tabaco, es absorbido por la sangre mucho más rápidamente que el oxígeno, lo que reduce hasta en un 15%

la capacidad de transporte de oxígeno de la sangre en los fumadores empedernidos. Como consecuencia,

los huesos de los fumadores pierden densidad, se fracturan más fácilmente y tardan hasta un 80% más en

soldarse.

9. Cardiopatías Las enfermedades cardiovasculares son la causa de una de cada tres defunciones en el mundo. El consumo

de tabaco figura entre los principales factores de riesgo asociados a las enfermedades cardiovasculares.

Estas dolencias se cobran anualmente más de un millón de vidas en los países en desarrollo. En los países

desarrollados, las enfermedades cardiovasculares relacionadas con el consumo de tabaco matan cada año a

más de 600.000 personas.

El tabaco acelera la frecuencia cardiaca, eleva la presión arterial y aumenta el riesgo de hipertensión y de

obstrucción de las arterias, lo que puede provocar ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares.

10. Úlcera gástrica El consumo de tabaco reduce la resistencia a las bacterias que causan las úlceras del estómago. Asimismo,

reduce la capacidad de éste para neutralizar el ácido después de las comidas, lo que propicia la erosión de

las paredes del estómago. Las úlceras de los fumadores responden peor al tratamiento y tienden a recidivar

más a menudo.

11. Discromía de los dedos El alquitrán que contiene el humo del tabaco se acumula en los dedos y las uñas y los tiñe de un color

pardo amarillento.

12. Cáncer de útero y aborto espontáneo Además de aumentar el riesgo de cáncer cervicouterino y cáncer de útero, el tabaco trae consigo

problemas de infertilidad en las mujeres y provoca complicaciones durante el embarazo y el parto. El

consumo de tabaco durante el embarazo aumenta el riesgo de que el recién nacido presente insuficiencia

ponderal y de que tenga problemas de salud en el futuro. El aborto espontáneo es entre dos y tres veces

más frecuente entre las fumadoras, al igual que la muerte prenatal, debido a la privación de oxígeno que

sufre el feto y las anomalías que afectan a la placenta como consecuencia del monóxido de carbono y la

nicotina del humo de los cigarrillos.

El síndrome de muerte súbita del lactante también se asocia al consumo de tabaco.

Por último, el tabaco puede reducir el nivel de estrógenos, y adelantar así la menopausia.

13. Deformación de los espermatozoides El tabaco puede alterar la morfología de los espermatozoides y dañar su ADN, lo que aumenta el riesgo de

aborto espontáneo y defectos congénitos. Según algunos estudios, los hombres fumadores tienen más

probabilidades de engendrar un niño que padezca cáncer. El tabaco también reduce el número de

espermatozoides y dificulta el riego sanguíneo del pene, lo que puede provocar impotencia. La esterilidad

es más frecuente entre los fumadores.

14. Psoriasis La psoriasis, una enfermedad inflamatoria y no contagiosa de la piel que se manifiesta en forma de

manchas rojizas, pruriginosas y exudativas que afectan a todo el cuerpo, es entre dos y tres veces más

frecuente entre los fumadores.

15. Enfermedad de Buerger La enfermedad de Buerger o tromboangitis bliterante, es una inflamación de las arterias, venas y nervios,

principalmente de las piernas, que reduce el riego sanguíneo. Si no se trata, puede provocar gangrena

(muerte de los tejidos) y hacer necesaria la amputación de las zonas afectadas.

16. Cáncer Se ha demostrado que más de 40 componentes del humo de tabaco son cancerígenos.

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El riesgo de cáncer de pulmón es 22 veces mayor en los fumadores que en los no fumadores. Y, según se

desprende de diversos estudios, cuantos más años se lleve fumando, más se multiplicará el riesgo de

padecer otros tipos de cáncer: nariz (x 2); lengua; boca, glándulas salivales y faringe (x 6-27); garganta (x

12); esófago (x 8-10); laringe (x 10-18); estómago (x 2-3); riñón (x 5); vejiga (x 3); pene(x 2-3); páncreas

(x 2-5); colon-recto (x 3) y ano (x 5-6). Algunos estudios han hallado también una relación entre el tabaco

y el cáncer de mama.

SITUACIÓN DEL TABAQUISMO EN ANDALUCÍA

Según los datos que aporta la Encuesta Andaluza de Salud 2003, la prevalencia del tabaquismo en nuestra

Comunidad es del 33%. A este hábito se le atribuye el 14.66% del total de las muertes en Andalucía en el

año 2002 (el 21.44% de las muertes en hombres y el 7.31% en las mujeres). Alrededor de 10.000 personas

mueren anualmente en Andalucía como consecuencia del consumo de tabaco. En España, la cifra asciende

a 55.000 muertes al año, lo que representa el 16% de todos los fallecimientos entre mayores de 35 años.

Esto supone que el tabaquismo origina más muertes que el SIDA, el alcohol, las drogas ilegales y los

accidentes de tráfico juntos.

Entre 1993 y 2002 se observa un ligerísimo descenso de esta mortalidad atribuible al tabaco en ambos

sexos, si bien este descenso es un punto porcentual superior en la población masculina que en la femenina.

El porcentaje de defunciones en varones triplica la cifra correspondiente en mujeres.

Los cánceres son, en Andalucía, la principal causa de mortalidad debida al tabaco (independientemente

del sexo), seguidos en importancia por las enfermedades cardiovasculares y las del aparato respiratorio.

Entre las mujeres, en los próximos años, es esperable un aumento de la mortalidad debida a cánceres

(sobre todo de pulmón), causados por el precoz inicio del tabaquismo y el aumento de la prevalencia del

consumo en este colectivo.

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DATOS GENERALES DE ESPAÑA CON RESPECTO A EUROPA Y POR COMUNIDADES

AUTÓNOMAS.

España se sitúa entre los países con mayor prevalencia de tabaquismo dentro de Europa, siendo solo

superada por Holanda, Francia y Grecia (Figura 1).

Por comunidades autónomas, los datos muestran una desigual distribución territorial del consumo de

tabaco (Figura 2). La media de hombres fumadores en España ese año era de 40.3%, mientras que en

Andalucía la media se situó un punto por debajo (39.2%). El porcentaje medio nacional de mujeres

fumadoras fue 28.8%, y Andalucía se situó dos puntos por debajo (26.7%).

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EL CONSUMO DE TABACO COMO PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA

La Organización Mundial de la Salud considera el tabaquismo como una epidemia que constituye uno de

los principales problemas de la salud pública mundial, ya que, además de las enfermedades, la pérdida de

años de vida y las muertes que indiscutiblemente provoca, los gastos sanitarios que ocasiona el tabaco

representan una carga asistencial adicional para la salud pública.

En Andalucía, el tabaquismo ocasionó al Servicio Andaluz de Salud (SAS), en 1999, gastos de

hospitalización próximos a 135 millones de euros. A nivel nacional se estima que los costes directos

derivados del tabaquismo ascienden a 3.918,44 millones de euros anuales. Según los datos recogidos en la

memoria económica del proyecto de la Ley reguladora de la venta, el suministro, el consumo y la

publicidad de los productos del tabaco, los costes sanitarios directos del tabaquismo suponen, como

mínimo, el 80% de los ingresos recaudados por el Estado por impuestos al tabaco. Si además se añaden

los costes indirectos relacionados con otras enfermedades asociadas al tabaquismo y las complicaciones

que aporta a otros procesos (diabetes, recuperación posquirúrgica...), el nivel de recaudación no alcanzaría

a cubrir los costes ocasionados.

El número de fumadores asciende a un tercio de la población mundial, 1.100 millones de personas. En

países en desarrollo fuman un 48% hombres y un 7% mujeres, mientras en los países industrializados

fuman un 42% hombres y un 24% mujeres. En 2030 el tabaco será la causa principal de muerte y

discapacidad, con más de 10 millones de víctimas mortales al año. Ocasionará más muertes en todo el

mundo que el VIH, la tuberculosis, la mortalidad perinatal, los accidentes de tráfico, el suicidio y el

homicidio juntos.

En el mundo, el consumo de tabaco es la causa de cáncer más fácil de evitar. En la mayor parte de los países

desarrollados, el consumo de tabaco causa hasta el 30% de todas las muertes por cáncer. Más del 80% de los casos

de cáncer de pulmón en los hombres, y 45% de los casos en las mujeres se deben al hábito de fumar.

Un 43% de las muertes por cáncer se deben al tabaco, a la dieta y a las infecciones.

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Las muertes por consumo de tabaco están entre las más evitables. Si conseguimos reducir ahora dicho consumo

evitaremos que entre 20 y 30 millones de personas mueran antes de 2005 y que entre 170 y 180 millones mueran

antes de 2050 como consecuencia de todas las enfermedades que se asocian con el tabaco, entre ellas, el cáncer.

La lucha contra el consumo de tabaco

FUMADORES EN LA POBLACIÓN GENERAL Y EN LA POBLACIÓN VIH

El porcentaje de fumadores en la población general es de un 33% (Medrano. Med Clin. 2005;124:606-12),

siendo bastante más elevado en los afectados por el VIH con un 65% de fumadores (Factors Associated

with a High Cardiovascular Risk in HIV-infected Patients in Spain: A Multicenter, Nationwide, Cross-

sectional Study, E. Martinez*1 CROI 2005).

El tabaquismo, una condición ligada ya a varias enfermedades, elevaría también el riesgo de infectarse

con VIH, según algunos estudios. En una revisión sobre la asociación entre el cigarrillo y el VIH, médicos

británicos dijeron que cinco de seis investigaciones analizadas mostraron que los fumadores tenían

mayores posibilidades de infectarse con el virus del sida. Nueve de otros 10 trabajos previos (también

parte de la revisión) donde se evaluaba el avance del VIH al sida, no revelaron vínculos con el

tabaquismo.

"Los estudios identificados en esta revisión sistemática indican que mientras que fumar podría estar

asociado con la infección con VIH, parece no estar vinculado con la progresión del VIH al sida", dijo el

doctor Andrew Furber, de South East Sheffield Primary Care Trust. Concluyó que fumar aumentaría la

susceptibilidad a la infección con VIH al modificar una serie de respuestas del sistema inmune.

El tabaco como factor de riesgo en la progresión del VIH se investigo en la Cohorte de estudio

multicéntrico de SIDA de hombres homosexuales (MACS), 2499 pacientes en seguimiento durante 9

años:

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• En hombres con CD4+ basales>200cel/μl, fumar se asocia con incremento del 40% en el riesgo de

candidiasis oral(<=0.01).

• Los datos indican que fumar no tiene mayor efecto en la progresión del VIH a SIDA o muerte

Teniendo en cuenta otros estudios que han demostrado que el tabaquismo es la principal causa evitable de

muerte y que aumenta el riesgo de sufrir ataque cardíaco, accidente cerebrovascular (ACV), problemas

respiratorios, cáncer pulmonar y de otro tipo. Los investigadores sugirieron en el estudio que las medidas

de salud pública que incentivan a los fumadores a abandonar el hábito también podrían mejorar la

efectividad de los programas de prevención del VIH/sida.

EL TABACO COMO FACTOR DE RIESGO CARDIOVASCULAR EN LA POBLACIÓN VIH

La información sobre el RCV en la población general proviene de estudios de cohortes de miles de

pacientes seguidos durante varios años, ya que los eventos cardiovasculares (ECV) secundarios a las

alteraciones metabólicas se producen de forma tardía y su frecuencia en términos absolutos es baja.

Los resultados recientes del estudio INTERHEART(7)

muestran que los factores de riesgo modificables

son los principales determinantes de las enfermedades cardiovasculares, y en concreto, en el riesgo de

sufrir infarto de miocardio (IAM). Es un estudio de casos y controles llevado a cabo en 52 países que ha

demostrado que el riesgo de sufrir un infarto agudo de miocardio (IAM) estaba relacionado de forma

significativa con el tabaquismo, elevación del cociente apolipoproteina B/apolipoproteina A, historia de

hipertensión arterial (HTA) y diabetes (en todos los casos p < 0.0001). Además la asociación de diversos

de estos factores en el mismo paciente incrementa el riesgo de IAM de forma significativamente mayor

que cada uno de los riesgos individuales.

Como en la población general, en los pacientes con infección VIH, los factores tradicionales de riesgo

predicen la mayor parte del riesgo cardiovascular; sin embargo, es un proceso multifactorial en el que

intervienen los fármacos antirretrovirales, y en el que influyen factores genéticos, ambientales y el propio

VIH.

El tabaco como factor de riesgo cardiovascular en población VIH de España según estudio

presentado en CROI y en la población VIH atendida en Hospital de Gandía aparece en más del

60% de los casos

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CROI 05

TABACO

COLESTEROL

HTA

DIABETES

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Pacientes VIH del Hospital de Gandía

Un estudio observacional prospectivo sobre la cohorte DAD (the Data Collection on Adverse Events of

Anti-HIV Drugs) realizado en 23.437 pacientes VIH de 181 clínicas, de 21 países de Europa, USA,

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Australia y con un seguimiento de Diciembre de 1999 hasta Abril de 2001 indicó que la incidencia del

infarto de miocardio se incrementa con la mayor exposición a la terapia antirretroviral.

Modelo 1: ajustado por sexo, cohorte, vía de contagio, raza, edad, IMC, historia familiar de ECDV, tabaquismo, eventos CDV.

Modelo 2: ajustado por variables incluidas en modelo 1 más factores de riesgo de infarto de miocardio potencialmente

influenciados por TAR (colesterol total, HDL, Hipertensión y diabetes).

En nuestro estudio el riesgo relativo de infarto de miocardio era de 1,16 por año de terapia antirretroviral.

La magnitud de esta asociación es similar al incremento del riesgo atribuible a la diabetes o al fumar y es

mayor que la asociada con una historia familiar de enfermedad cardiovascular.

Estos análisis confirman que las asociaciones de riesgos cardiovasculares tradicionales con infarto de

miocardio también se cumplen en la población VIH. De hecho, el tabaquismo supone un riesgo relativo de

2,83 más del doble que la tasa de riego relativo de IAM asociada a la terapia antirretroviral con

inhibidores de proteasa (1,16) o la asociada a la terapia antirretroviral con análogos de la transcriptasa

(1,05).

En los pacientes infectados por el VIH probablemente el RCV esta mediado por los factores de riesgo

tradicionales (edad, tabaquismo, hipertensión, dislipemia, etc.), pero como se muestra en el esquema, el

propio virus y la terapia antirretroviral (TAR) interaccionan con los primeros, para contribuir a aumentar

el RCV.

El TAR produce alteraciones en la distribución de la grasa corporal y dislipemia, y ambas están ligadas a

la aparición de RI. En la actualidad se desconoce si es exclusivamente debido al efecto directo del TAR o

es el resultado de una interacción entre diferentes factores que incluirán además del TAR, la

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predisposición genética, factores ambientales como la dieta o el ejercicio físico y otros factores, como la

respuesta del huésped a la propia infección VIH.

Esquema. Riesgo cardiovascular en pacientes infectados por VIH

Se investiga el papel de la activación inmunitaria crónica producida por el VIH y de cómo la TAR la

modula, y cómo todo este proceso actúa sobre la pared arterial produciendo inflamación y alteración de su

función, lo que finalmente produce una aumento del riesgo de ateroesclerosis

TABAQUISMO Y OTRAS ADICCIONES EN PACIENTES VIH

La esperanza de vida para los pacientes VIH ha aumentado desde la introducción de la terapia

antirretroviral de alta actividad y ha emergido un nuevo perfil de mortalidad. La proporción de muertes no

relacionadas con el síndrome de inmunodeficiencia adquirida como tumores malignos (especialmente,

cáncer de pulmón), infecciones bacterianas no asociadas al SIDA y enfermedades cardiovasculares se ha

incrementado y ahora representa del 25-30% de todas las muertes de enfermos VIH. Estas condiciones de

la enfermedad tienen al menos un factor de riesgo importante modificable, el consumo de tabaco.

Se realizó un estudio transversal de la cohorte de 2036 pacientes infectados por el VIH en Aquitania,

participando clínicas del Hospital Universitario Bordeaux y 5 hospitales públicos del suroeste de Francia

en seguimiento durante el 2002 y con 2009 pacientes de población control.

Prevalencia del tabaquismo por edad y sexo en la cohorte de Aquitania de VIH

y en la población francesa general en el 2002

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Se utilizó un modelo de regresión logística para evaluar correlación entre el tabaquismo habitual y el sexo,

la edad, las categorías de transmisión del VIH, la duración y las características virológicas e

inmunológicas de la infección por el mismo y la duración del tratamiento antirretrovírico. Las

estimaciones de la prevalencia del tabaquismo se compararon con los valores correspondientes en la

población general francesa, estratificada por edad y sexo.

La prevalencia de fumadores es más alta en pacientes VIH en cualquier estrato de edad y sexo. Desciende

la prevalencia de fumadores con la edad entre pacientes VIH no adictos a drogas de vía parenteral

“ADVP” (la prevalencia se determina por frecuencia de iniciación a fumar en 15-20 años,). La tasa de

mortalidad es mayor entre fumadores, especialmente entre los mayores de 45años)

La prevalencia del tabaquismo es mayor en jóvenes (OR 1,7 pacientes menores de 45), en ADVP (OR 4,3)

y pacientes con VIH no controlado (OR 1,2) y duración de la enfermedad mayor de 5 años (OR 1,5

La principal diferencia con la población general fue una prevalencia muy alta de tabaquismo en

pacientes seropositivos, contaminados a través del uso de drogas intravenosas. Considerando que los

pacientes infectados por el VIH presentan una exposición considerable al tabaco, causa importante de

morbilidad y mortalidad en esta población, la implantación y evaluación de programas adaptados de

abandono del tabaquismo deberían constituir una de las prioridades en el manejo médico de los individuos

infectados por el VIH.

¿FUMAR ES MÁS PELIGROSO PARA LAS PERSONAS CON VIH?

Las personas que tienen el VIH son más propensas a fumar que las personas saludables. En las personas

sanas, el tabaco puede alterar la función pulmonar. En aquellos que tienen el VIH, el tabaco puede

disminuir la capacidad de combatir las infecciones graves. Ya que el tabaco debilita el sistema inmune,

dificultando la lucha contra infecciones relacionadas con VIH.

El tabaco puede afectar capacidad del hígado de procesar medicamentos, puede agravar enfermedades

hepáticas, como la hepatitis. El tabaco aumenta el riesgo de efectos secundarios a largo plazo del VIH y de

los antirretrovirales. Entre ellos, se encuentra la osteoporosis (huesos frágiles que pueden quebrarse). El

tratamiento anti-VIH aumenta, levemente, el riesgo de sufrir un ataque al corazón, pero el tabaco es el

principal factor de riesgo controlable del ataque al corazón o la apoplejía.

Las personas VIH que fuman son más propensas a desarrollar:

• Aftas

• Leucoplasia pilosa oral

• Neumonía bacteriana

• Neumonía por Pneumocystis

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