Hacia una cultura de la colaboración

La colaboración en la educación es el horizonte para la construcción conjunta tanto a nivel docente como de alumnos.

A nivel docente significa dar lugar a la discusión, a asumir y conceder nuevos roles y a reflexionar juntos a partir de cuestiones como: ¿Cuándo se justifica un trabajo compartido? ¿Qué contenidos son los más adecuados? ¿En qué momentos el grupo está en condiciones de iniciar tareas colaborativas? ¿De qué forma se respetan dentro del trabajo colaborativo las particularidades de cada persona?

La necesidad de brindar oportunidades para construir una cultura de colaboración en

la escuela implica una responsabilidad compartida por los docentes y los alumnos desde un abordaje en que toda la institución educativa se compromete.

Resulta motivador reconocer que el trabajo colaborativo permite potenciar las posibilidades de cada participante y obtener resultados cognoscitivos (como es desarrollar la comprensión por ejemplo) y actitudinales superiores a los del trabajo individual. Durante el trabajo colaborativo se despliegan aspectos de la personalidad que posibilitan avanzar hacia formas de vida más armónicas y solidarias.

La tecnología puede facilitar el trabajo colaborativo pero no genera soluciones en forma mágica. En este sentido es esencial el rol del docente que decide y planifica el papel a asignar a las tecnologías dentro del aprendizaje colaborativo.

¿Por qué aprendizaje colaborativo?

Entre los primeros pasos en los métodos cooperativos que registran interés para la educación se encuentran algunas experiencias de la década del setenta del siglo XX, como opción innovadora frente a las metodologías tradicionales.

Johnson y Johnson desarrollaron un método de aprendizaje cooperativo llamado

aprender juntos (learning together) que impulsó la investigación tanto en el ámbito de la educación como en el de la psicología de la educación. Se valoraron las oportunidades que esta metodología ofrecía tanto para la mejora de los logros académicos como para el desarrollo del pensamiento y de las relaciones interpersonales.

Numerosos autores consideran las actividades de grupo como formas de desarrollo personal y académico a nivel de alumnos y docentes. Se pueden citar entre otros a Bruner (Comunidades colaborativas de aprendizaje, 1997), Oillenbourg (Sistemas de colaboración, 2001) Hargreaves (Cultura colaborativa, 2000).

En forma sintética podemos señalar que el trabajo colaborativo promueve:

Una situación social de interacción

La concreción de objetivos a través de la realización de tareas individuales y grupales

Una interdependencia positiva que estimula los aprendizajes tanto en espacios reales como virtuales

A nivel de los participantes: 1. Habilidades comunicativas e

interpersonales 2. Relaciones simétricas y

recíprocas 3. Responsabilidad individual en el

logro del éxito del grupo

A continuación se desarrollan los componentes esenciales del aprendizaje cooperativo según Johnson, Johnson y Holubec (1999).

Componentes esenciales del aprendizaje Cooperativo. Tomado y modificado de

Johnson, Johnson y Holubec (1999)

Componentes esenciales del trabajo colaborativo Según Johnson, Johnson y Holubec (1999) los componentes básicos que deben ser buscados y que a la vez fundamentan el trabajo llamado por ellos cooperativo son:

1. Interdependencia positiva. Cada integrante del equipo de trabajo debe saber que es responsable de los resultados de todo el equipo y que a su vez su posible éxito individual depende del éxito de los demás como un todo. La interdependencia es la base de la cooperación.

2. Responsabilidad individual y del equipo. Cada alumno debe asumir la responsabilidad de que el equipo alcance sus objetivos y de que los procedimientos decididos en común se concreten más allá de las diferencias individuales. No es aceptable que algunos trabajen y otros no, o que algunos hagan el máximo esfuerzo para cumplir con los objetivos planteados y otros apenas hagan el intento.

3. Interacción estimuladora. Según los autores citados la interacción estimuladora

consiste en los siguiente: “los alumnos deben realizar juntos una labor en la que cada uno promueva el éxito de los demás, compartiendo los recursos existentes y ayudándose, respaldándose, alentándose y felicitándose unos a otros por su empeño en aprender. Los grupos de aprendizaje son, a la vez, un sistema de apoyo escolar y un sistema de respaldo personal. Algunas importantes actividades cognitivas e interpersonales sólo pueden producirse cuando cada alumno promueve el aprendizaje de los otros”.

4. Habilidades interpersonales y grupales. El desarrollo de habilidades interpersonales y grupales es inherente a esta metodología. Según los autores mencionados: “Los miembros debe saber cómo ejercer la dirección, tomar decisiones, crear un clima de confianza, comunicarse y manejar los conflictos, y deben sentirse motivados a hacerlo”. Podemos encontrar jóvenes y adultos que ya tengan estos saberes incorporados, pero en el aula de primaria el rol del maestro y la institución como un todo será esencial en su construcción.

5. Evaluación de los resultados y del proceso. Esta condición se relaciona estrechamente con la “Valoración diagnóstica continua” del marco de la Enseñanza para la Comprensión. Los integrantes de cada equipo deben analizar permanentemente cómo están trabajando juntos y qué pasos deben dar para mejorar la calidad del trabajo compartido.

Interacción y Redes Sociales Educativas

Johnson, Johnson y Holubec (1999) mencionan que la interacción estimuladora debe ser preferentemente cara a cara y sincrónica, con lo cual acordamos básicamente, sobre todo para alumnos de primaria. Pero en este siglo XXI al menos los niños que cursan el tercer nivel de primaria están muy familiarizados con formas de interacción como las redes sociales (ej. Facebook) que habilitan la comunicación sincrónica y asincrónica. A nivel educativo se pueden recomendar redes sociales educativas como Edmodo. Estas redes permiten la interacción fuera del aula, contribuyendo como un ingrediente más a esa “escuela extendida” que busca el modelo 1 a 1.

Alcance de las actividades de colaboración

Existe evidencia respecto a que las actividades de colaboración en la enseñanza

constituyen una modalidad que contribuye a mejorar los aprendizajes y la motivación de los alumnos.

Para que ello ocurra se advierte la necesidad de que el docente investigue, reflexione y tome decisiones respecto a los criterios que utilizará ante:

1. La formación de los grupos 2. La estructura de la tarea 3. El rol del docente y del

alumno

1. Formación de los grupos

Se destaca el rol del docente para asegurar el respeto a:

la minimización de las diferencias sociales y culturales de los participantes

la identidad y la autoestima de cada alumno

las oportunidades para la personalización de los diferentes miembros del grupo

el desarrollo de las habilidades personales.

2. Estructura de la tarea grupal

Watson y colaboradores señalan en 1994 (citado por Cabero, J. 2006) que en el proceso de la tarea colaborativa se advierten tres aspectos básicos.

Un primer aspecto conforma la

introducción a la tarea en la que adquiere importancia la orientación del docente respecto a la propuesta, procurando una participación comprometida de los alumnos a través de diversas instancias de discusión que permitan establecer relaciones con otras actividades o experiencias , tomar decisiones, realizar acuerdos y compromisos, organizar tiempos, espacios y recursos.

En segundo término se plantea la actividad grupal en si misma y abarca propiamente el desarrollo de la actividad grupal. Integra los diferentes elementos que inciden en las tareas, desde el criterio del docente para la integración de los grupos hasta la asunción del rol de tutor por parte del docente.

Un tercer aspecto refiere a la organización del espacio de interacción.

Tanto para instancias reales como virtuales importa lograr:

Flexibilizar el espacio del aula de acuerdo a los requerimientos de cada tarea, promoviendo la máxima interacción entre el docente y los alumnos, así como entre los alumnos.

Alternar actividades individuales con las grupales desarrollando habilidades sociales que tiendan a la colaboración a la solidaridad. Los roles a asignar a los alumnos serán tan diversos como lo requiera la tarea. Estos roles deben estar en concordancia con las capacidades de los alumnos, promoviendo su desarrollo y evitando frustraciones o falta de compromiso.

Comprometer a los alumnos a actuar en forma responsable a nivel individual y grupal optimizando su potencial con el fomento de las capacidades de indagación y de formas de pensamiento creativo.

Evaluar las producciones en forma participativa, democrática.

3. Rol del docente y del alumno

El docente adquiere un rol esencial en cuanto a la planificación, organización,

asesoramiento y evaluación de las actividades, a fin de promover aprendizajes significativos.

El docente se ocupará, entre otros aspectos, de:

Generar un ambiente que potencie la motivación

Procurar que los alumnos utilicen conocimientos y estrategias que ya poseen

Mediar para que el aprendizaje se desarrolle en niveles progresivamente más elevados. Esto se vincula por un lado con lo que Vigotsky denominó “zona de desarrollo próximo”. También se relaciona estrechamente con el marco de la Enseñanza para la Comprensión en cuanto que los desempeños de comprensión se proponen con niveles crecientes de complejidad y autonomía: actividades de exploración del tópico, investigaciones guiadas y proyectos finales de síntesis.

Ayudar a los niños a reflexionar y evaluar sus propios aprendizajes (metacognición)

Promover formas de evaluación formativas que enriquezcan el trabajo.

En cuanto al rol del alumno, es importante que conozca y actúe en concordancia con ciertos los principios básicos que tienen que ver con la interacción, la interdependencia, la responsabilidad individual y las habilidades personales y de grupo.

Habilitando la participación

La participación es un tema estrechamente vinculado al trabajo colaborativo.

El valor de la participación se basa, según el análisis que realiza Pizzorno (citado por Frigerio en la obra Cara y Ceca 1992) en tres cuestiones:

En primer lugar concibe a la sociedad como una construcción de personas libres con derecho a participar en la toma de decisiones de aquellos aspectos que afectan su vida.

En segundo lugar se refiere a la necesidad de generar compromisos entre los actores a fin de contribuir a objetivos que son de todos.

En tercer lugar, se asocia la participación a la idea de democracia.

La participación puede ser indirecta (a través de representantes) o directa, siendo ésta última la que se desarrolla en mayor grado en los ambientes colaborativos.

Es frecuente señalar que las instituciones abiertas alientan la participación de las personas que la integran, proyectándose además a la comunidad. Sin embargo, al hablar de participación hay que establecer a qué nivel de participación estamos haciendo referencia, pues implican intervenciones, compromisos y responsabilidades notoriamente diferentes.

Niveles de participación

La participación directa o activa puede realizarse en diferentes niveles: informativo,

consultivo, decisorio, ejecutivo, evaluativo

Informativo: la persona se limita a estar en conocimiento de la situación. No hay interacción

Consultivo: la persona es consultada por quien toma decisiones, pero la consulta no tiene valor vinculante. Se usa con frecuencia para anticipar posibles impactos de decisiones

Decisorio: las personas participan plenamente en la toma de decisiones. Actualmente se han ampliado los espacios compartidos para tomar decisiones.

Ejecutivo: las personas intervienen en la realidad para concretar las decisiones de las que formaron parte

Evaluativo: es el nivel de participación más alto y acompaña todo el proceso de desarrollo de una actividad.

Trabajos grupales con tecnología: ¿un desafío al docente?

La incorporación de tecnología a la enseñanza se nutre de posibilidades de actividades

colaborativas. Pero no es sencilla la tarea a la que se enfrenta el docente, quien tendrá que:

Procurar orientar en forma no directiva, pero compartiendo la responsabilidad del aprendizaje en función de sus intervenciones de enseñanza.

Asumir los errores como parte del proceso de aprendizaje durante el cual el docente reorienta su intervención y en función de las necesidades detectadas, realiza el andamiaje desde su enseñanza para promover avances y evitar fracasos que desmotiven al alumno.

No pensar que es la tecnología en sí lo que importa para fortalecer la tarea colaborativa sino la pertinencia de las intervenciones docentes para la construcción o reconstrucción crítica de las producciones y de los procesos de enseñanza.

Valorar a las tutorías del docente ya que permiten identificar los procesos de aprendizaje que se van desarrollando y con ello, personalizar la enseñanza.

De las actividades compartidas en las redes ad-hoc de las XO a la Web 2.0.

Variadas son las posibilidades que ofrecen las XO para llevar a cabo actividades colaborativas.

Son numerosas las experiencias que los docentes vienen desarrollando utilizando la posibilidad de compartir.

Mencionamos a modo de ejemplo solamente algunas de ellas que hemos visto realizar con las XO con interesantes resultados:

producir un texto narrativo e ir cambiando escenas, escenarios y/o el final

resolver una situación problemática del Área Matemática apostando a encontrar diferentes caminos para encontrar la solución

inventar personajes, crearlos entre los participantes del grupo

reflexionar ante el planteo de un conflicto y/o hecho y formas para mejorar la situación

interpretar textos diversos

analizar una producción de texto y reparar su escritura

jugar libremente con palabras, números, formas, láminas

resolver dudas y avanzar colaborativamente en la tarea asignada

realizar sencillas actividades de programación

Otro enfoque que no es de menor importancia lo constituye la asignación de tareas a un grupo de alumnos que comparten la misma XO. Podrían asimismo participar padres o adultos referentes de los alumnos.

En el desarrollo del tema Conectivismo, que integra este Módulo 1, se presentan ejemplos de herramientas de la Web que fomentan las actividades colaborativas. El docente como profesional reflexivo y colaborativo

Trabajar en un enfoque de trabajo colaborativo implica un proceso de descentración para entender la perspectiva del otro para cierto trabajo y de recentración para volver a pensar el proceso de aprendizaje desde la individualidad, enriquecida por los aportes del grupo.

Es por ello que exige una clara consideración de todos los procesos que implica una actividad compartida: cognitivos, afectivos y sociales que ponen en juego procesos de negociación contextualizados, particulares y propios de cada situación de enseñanza.

Es un desafío para los equipos docentes el promover la reflexión sobre estos aspectos e intervenir desde la enseñanza asumiendo que los cambios no son discursivos sino prácticos y no son meramente axiológicos sino también pragmáticos.

Wikis Dentro de los servicios y recursos de la web 2.0 que fomentan el trabajo colaborativo se encuentran las wikis. ¿Qué es una wiki? Según Wikipedia “Un wiki o una wiki (del hawaiano wiki, ‘rápido’) es un sitio web cuyas páginas pueden ser editadas por múltiples voluntarios a través del navegador web. Los usuarios pueden crear, modificar o borrar un mismo texto que comparten”.

Presentación referida a wikis: http://www.dailymotion.com/video/xawzxp_herramientas-para-el-trabajo-colabo_tech

Desde la perspectiva de Phillipe Perrenoud el trabajo en equipo a nivel docente debe ser considerado esencial en una cultura profesional de colaboración que aliente el intercambio y la producción de conocimiento. “Se trata de inscribir la dimensión colectiva en el habitus profesional de los docentes” (Cuadernos de Pedagogía Nro. .286)

Es posible evitar una planificación rígida o una tecnologización de la enseñanza si se asume que el camino posible es avanzar en prácticas pedagógicas innovadoras construidas a partir de la reflexión colectiva de los docentes.

En este sentido, Antonio Novóa repara en la idea de deliberación como el momento en que el docente, en función de la situación específica de enseñanza y del contexto real en que actúa, toma decisiones de acuerdo a sus convicciones personales y a las discusiones con los colegas. Consolidar las dimensiones colectivas de la profesión es una fase creativa y ética que todo docente puede asumir.

Bibliografía consultada para escribir este artículo: Blejmar, B. Gestionar es hacer que las cosas sucedan. Buenos Aires: FLACSO, 2005

Cabero, C.; Román, P. E-actividades. Un referente básico para la formación en Internet. Sevilla: Eudforma, 2006

De Miguel, M. (Dir.) Aprendizaje Cooperativo. En: Modalidades de Enseñanza centradas en el desarrollo de competencias Ministerio de Educación y Ciencia. España: Universidad de Oviedo, 2006, pp. 102-104. Disponible en: http://www.unizar.es/ice/images/stories/materiales/ea2005-0118.pdf

Johnson, D.; Johnson, R.; Holubec, E. El aprendizaje cooperativo en el aula. Paidós, Argentina, 1999. Capítulo 1 disponible en http://www.goethe.edu.ar/users/refoko/refo/Veranst2010/Johnson_1.pdf

Frigerio, G y otros. Las Instituciones Educativas. Ed. Troquel. Argentina.1992.

Lion, Carina. El conocimiento colaborativo (capítulo V). En: Imaginar con tecnologías. Buenos Aires: Editorial Stella, 2006. Capítulo disponible en: http://www.terras.edu.ar/jornadas/57/biblio/57El-conocimiento-colaborativo.pdf

Lion, Carina. ¿Qué cambia en nuestras formas de enseñar y de aprender cuando se incorporan tecnologías? Entrevista de Verónica Castro. Portal Educ.ar http://portal.educ.ar/noticias/entrevistas/carina-lion-que-cambia-en-nues.php

Perkins, D. La escuela inteligente. Nueva York: Gedisa, 1992