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OCUPA TODO EL ESPACIOGuía urbana

Ballenas en peligro de extinción.

Extracción sostenible de madera.

Proyectos hidroeléctricos en áreas protegidas.

Bioseguridad y ambiente.

S U M A R I O 1 3 2

Director y editor Eduardo Mora. Asistente Natalia Jojart.Consejo editor Manuel Argüello, David Kaimowitz, Luis Poveda, Rodia Romero.Diagramación e impresión Litografía e Imprenta Segura Hermanos, tel. 279 9759.Circulación Enrique Arguedas.

Escuela de Ciencias Ambientales de la Universidad Nacional,tel.: 277 3688, fax: 277 3289, apartado postal: 86-3000, Costa Rica,[email protected], w w w . a m b i e n t i c o . u n a . a c . c r

EditorialTransgénicos, terror o fe

Jaime GarcíaCultivos transgénicos en Costa Rica. 1990-2003

Roy MayCultivos transgénicos sí, pero condicionados

Jaime García30 razones contra los cultivos transgénicos en Costa Rica

Foro Emaús y otrosTransgénicos: riesgo ambiental y dominación económica

Henk HobbelinkContra la existencia de cultivos transgénicos

Aldo GonzálezTransgénicos y maíz en Mexico

O T R O S T E M A S

3479

111619

Edgar CastilloÁreas protegidas y desarrollo local

Cristina NavarroEcovilla Dúrika es utopía materializada

Reseñas de estudiosBosques americanos se vuelven locales

212223

U.S. FISH & WILDLIFE

SERVICE

DE

PA

RTMENT OF THE INTERIO

R

Esta publicacióncontó con

el apoyofinanciero de

Ilustración de portada: Y. Kawachi

E N S E P T I E M B R E

T E M A D E P O R T A D A

2 Septiembre 2004

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E D I T O R I A L

La peligrosidad de los cultivos transgénicos para la saludhumana y para los ecosistemas naturales y artificializa-dos vecinos -e incluso lejanos- parece innegable, como

también es irrefutable que la conducción de un carro porparte de un chofer incluso apenas levemente borracho entra-ña graves riesgos para él y para los viandantes. Pero el páni-co últimamente desatado ante esas y muchas otras prácticashumanas y eventos forma parte indudable del gran pánicoque tiene acogotadas a las sociedades modernas: pánico an-te todas las potenciales amenazas a la salud y al ambiente.Que este fenómeno cumpla una función positiva a la larga,en la medida en que nos pone en alerta frente a un mediovertiginosamente cambiante, debe ser cierto. Pero tambiénes verdad que nunca antes se tuvo tanto miedo frente al pe-ligro ni tanto cuidado al dar cada paso. O sea, si bien los pe-ligros de antaño eran de menor envergadura que los de aho-ra, los miedos y cuidados actuales son tan voluminosos queparecen desproporcionados respecto de los peligros de aho-ra, máxime si se toma en cuenta que los medios de los quehoy se dispone para el combate, paliación y reversión de lasinjurias a la salud y al ambiente son también mucho mayo-res que antes. Los minuciosos y angustiados registros que desu funcionamiento físico realizan hoy las personas, y los tra-tamientos consecuentes, son históricamente insólitos. Y elcreciente imperio del -nunca suficientemente alabado-principio precautorio en el ámbito de lo ambiental es tam-bién expresión de eso. Quién sabe si esto deba explicarse enrelación con el pánico a la muerte, con el pánico a la vidao, simple y directamente, con un narcisismo y un hedonis-mo que campean por sus fueros cada vez con más fuerza. Elindividuo se contempla y mima crecientemente y, en conse-cuencia, goza pero también se aterra. Obviamente, todo es-to también se apoya en la desconfianza galopante que am-plios grupos culturales de la sociedad moderna cultivan des-de hace décadas ante los desarrollos tecnológicos, estén ono impulsados por grandes capitales.

En efecto, los cultivos transgénicos plantean el peligrode desequilibrios ecosistémicos por contaminación (desapa-rición de poblaciones animales y vegetales, engrandeci-miento de otras indeseables). Asimismo, para la salud hu-mana representan el peligro de que algunos genes introdu-cidos en organismos que serán ingeridos por personas seanresistentes a ciertos antibióticos y, luego, en el aparato di-gestivo de ellas transfieran a los patógenos allí presentes suresistencia a los antibióticos; y también plantean el peligrode desatar alergias (contrastantemente, la ingeniería genéti-ca puede producir organismos sin las sustancias alergénicas

ya reconocidas en los organismos naturales). Finalmente,está el peligro de que los agricultores que no compren las se-millas transgénicas a los capitales productores de ellas que-den excluidos del mercado por el hecho de que con las vie-jas semillas naturales los productos resulten más caros quecon las transgénicas.

¿Es esto último evitable con más legislación antimono-pólica y otra complementaria? ¿Son los riesgos para la saludy el ambiente manejables mediante rigurosos expedientescientíficos tutelados estatalmente? ¿O debemos expulsar lostransgénicos de nuestras sociedades y paisajes a pesar de lasventajas potenciales que sus mismos detractores reconoceny de los avances que en su manejo sobrevienen cada día?

Sea como sea, parece que los defensores de los transgé-nicos, en contraste con sus opositores, se caracterizan porconsiderar los potenciales problemas derivados de los culti-vos transgénicos desde una perspectiva que no integra losdiversos órdenes de la realidad que tienen que ver con la in-troducción y consumo de transgénicos; es decir, se caracte-rizan por visualizar los transgénicos operando en comparti-mentos estancos, de modo que la suma de sus impactos espor ellos vista simplemente como una suma y no como la in-tegración de esos impactos en un sistema de relaciones am-bientales donde generarán reacciones que a su vez serán res-pondidas por otros innumerables e imprevisibles elementosambientales, potenciándose así el poder de los impactos pri-meros hasta constituirse una verdadera avalancha. Desdeaquella perspectiva fragmentadora de la realidad parecen fá-cilmente vencibles o evitables los impactos de los transgéni-cos precisamente porque ella ignora lo imprevisible e inex-tricable de las relaciones dadas dentro de los sistemas com-plejos, respecto de los cuales se puede saber qué "nueva in-formación" se les introduce pero no qué transformacionesinternas se desencadenarán. En desafío a tal perspectiva,debiera entenderse que los desequilibrios ecosistémicos quepodrían sobrevenir no estarían aislados unos de otros ni delresto del ambiente sino que se combinarían dinámicamentey, por múltiples vías -¡porque es el mundo de lo vivo!-, ter-minarían vinculándose con los posibles impactos en la sa-lud, los cuales, a su vez, ocurrirían interactuando entre sí y,quizás, potenciando los impactos sobre el ambiente… Losdefensores de los transgénicos, militantes de la vieja visiónmecanicista de lo vivo, la que ayudó a abrir paso a la crisisambiental presente y que legítimamente sigue vigente en lamayoría de laboratorios del mundo, quizás debieran sentirseobligados a entrar a un debate al que, con ocasión de estaedición, se han negado a participar.

Transgénicos, terror o fe

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La investigación con cultivos transgénicos en Cos-ta Rica se inició con arroz en 1990 a partir de lacaracterización molecular del genoma del virus

de la hoja blanca del arroz (RHBV) y el desarrollo deprotocolos para el cultivo in vitro y regeneración de va-riedades indica costarricenses, con la finalidad de produ-cir plantas transgénicas resistentes al virus. La fase si-guiente se enfocó en la producción, por medio de inge-niería genética, de líneas de arroz resistentes al RHBVy al herbicida PPT (fosfinotricina), por parte del Pro-grama de Biotecnología del Arroz del Centro de Inves-tigación en Biología Celular y Molecular (PBA-CIBCM) de la Universidad de Costa Rica (UCR). Y lasprimeras experiencias de cultivo con fines de repro-ducción de semillas transgénicas para exportación lasllevó a cabo en 1991 la empresa nacional Los GansosS.A., con 400 m2 de soya. Doce años después (2003) elárea cultivada con plantas transgénicas superó las 600ha: 609 ha de algodón (97 por ciento) y 17,2 ha de so-ya (3 por ciento). La producción total de estos dos cul-tivos en ese último año superó las 250 toneladas de se-millas.

Los principales proveedores de las semillas transgé-nicas con las cuales se ha experimentado y se ha culti-vado en el país son, en orden alfabético, los siguientes:AFD Seeds Inc., All Tex, Arkansas University, Asgrow,Auburh University, Aventis, Bayer International,Brown Seeds, Calgene Inc., CPCSD Seeds, Dairyland,Dakota University, Dekalb Genetics, Delta and Pine,FFR Cooperative, F.T.E. Genetics, G.W. Thompson,Golden Harvest, Hornbeck, J.G. Limited, HylandSeeds, Jacok Hartz, John Schillinger Seeds, KaufmanSeeds, Land O´Lakes, Missouri University, MonsantoCo., Pau Seeds (Pau Semences), Phytogen, PioneerOverseas, Reliance Genetics, Soygenetics, StewardSeeds, Stoneville, Syngenta, Tennessee University, Te-rral Seeds, y WGS&D.

Entre 1991 y 2003 se ha autorizado en el país la eje-cución de 663 eventos con liberaciones a campo abier-to y experiencias a nivel confinado (laboratorio e in-vernadero) con seis cultivos transgénicos: maíz, soya,

algodón, banano, arroz y tiquisque. Entre las localida-des donde se han realizado las experiencias a nivel decampo abierto están: Cañas y Liberia -en Guanacaste-,Aranjuez -en Puntarenas-, La Garita (Estación Experi-mental Fabio Baudrit) y Upala -en Alajuela- y Guápi-les -en Limón. Las empresas nacionales involucradasen ese lapso con la reproducción de semillas transgéni-cas en el país han sido cuatro: Los Gansos S.A., Agro-sistemas Internacionales S.A., Semillas Olson S.A. ySemillas del Trópico S.A.; en tanto que las internacio-nales son tres: Pioneer Overseas, Dekalb Genetics(Monsanto) y Delta and Pine Semillas Ltda.

Los rasgos para los cuales se han autorizado en Cos-ta Rica investigaciones y/o reproducción de semillas enlos diferentes cultivos son los siguientes: tolerancia alos herbicidas glifosato (soya, maíz, algodón), bromoxi-nil (algodón), glufosinato (algodón, soya) y PPT(arroz, maíz); maduración de la fruta (banano); resis-tencia al virus del rayado fino-VRF (maíz); resistenciaal virus de la hoja blanca-VHB (arroz); genes marcado-res (tiquisque); resistencia a la sigatoka negra (banano,plátano); calidad de fibra (algodón), y resistencia a le-pidópteros (algodón, maíz). También se tiene referen-cia de un proyecto de resistencia al virus del mosaicodel pepino (CMV) en melones criollos que data de1992, así como de la intención de desarrollar un pro-yecto de reproducción de semilla de petunia en inver-nadero con resistencia a enfermedades y doble flor.

Se estima que en la actualidad, incluyendo a estu-diantes tesiarios, en el país hay alrededor de mediocentenar de personas (lo que equivale a cerca de untercio de quienes se dedican a tiempo completo a labiotecnología agrícola, principalmente en institucionespúblicas) involucradas en la investigación, deteccióny/o reproducción de material transgénico realizandosus labores en las siguientes entidades: CIBCM, Escue-la de Biología, Centro de Investigaciones en Granos ySemillas y Centro de Investigaciones Agronómicas(Cia) de la UCR; Escuela de Ciencias Agrarias de laUniversidad Nacional; Escuela de Biología y Centro deInvestigaciones en Biotecnología del Instituto Tecno-lógico de Costa Rica (ITCR); Centro Agronómico Tro-pical de Investigación y Enseñanza (Catie); Corpora-ción Bananera Nacional (Corbana); Biotécnica Análi-sis Moleculares S.A.; Delta & Pine Land Semillas Lt-

4 Septiembre 2004

Jaime García, ingeniero agrónomo especialista en residuos agrícolas, es profesoren la Universidad Estatal a Distancia y en la Universidad de Costa Rica ([email protected]).

Cultivos transgénicos enCosta Rica. 1990-2003

J A I M E G A R C Í A

T E M A D E P O R T A D A

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da.; Semillas Olson S.A., y Semillas del Trópico S.A. ElInstituto de Investigaciones Científicas en Nutrición ySalud (Inciensa) cuenta con dos termocicladores parala detección de ADN por medio de la técnica PCR(Reacción de Cadena de Polimerasa). Varias de estasorganizaciones cuentan con el apoyo de diversas enti-dades como la Comisión Nacional de Incentivos delMinisterio de Ciencia y Tecnología, el Consejo Nacio-nal para Investigaciones Científicas y Tecnológicas y elInstituto Interamericano de Cooperación para la Agri-cultura. La mayor parte de las entidades precitadasmantienen relaciones de cooperación de diversa índo-le entre sí y con contrapartes de organizaciones afines

en el exterior como el Centro de Investigaciones y deEstudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional(Irapuato, México), la Universidad de Davis (Califor-nia), la Universidad de Michigan, el Departamento deAgricultura de EU, la Universidad Real de Veterinariay Agricultura de Dinamarca, el Centro Internacionalde Agricultura Tropical (Colombia), el Centro Inter-nacional para Ingeniería Genética y Biotecnología, laAgencia Internacional de Energía Atómica, la Corpo-ración para Investigaciones Biológicas (Colombia), laRed Internacional para el Mejoramiento del Banano yel Plátano, el Laboratorio para el Mejoramiento deCultivos Tropicales de la Universidad Católica de Lo-

vaina, ELM Seminis (antes Asgrow Seed Company, deEU) y el Servicio Internacional para la Adquisición deAplicaciones sobre Agrobiotecnología, que es finan-ciado, entre otras, por las siguientes compañías: Mon-santo (EU), Syngenta (Suiza), Bayer CropScience(Alemania), Pioneer Hi-Bred International (EU),Schering AG (Alemania), Cargill Seeds (EU) y DowAgroSciences (EU).

Entre los temas más actuales en ejecución o porempezar a investigar en este campo próximamente es-tán los siguientes: transformación genética del ayote ydel frijol común, por parte de la Escuela de Biología dela UCR; aislamiento de genes de resistencia a plagas enplantas silvestres de papa e introducción de genes deresistencia a hongos en tiquisque, por parte del Cia dela UCR; selección de cepas de Bacillus thuringiensis pa-ra buscar resistencia genética a la broca del café ytransformación de cloroplastos de arroz con genes mar-cadores para estudios de resistencia a insectos, por par-te del CIBCM de la UCR; transformación de especiesmaderables y medicinales e implementación de técni-cas moleculares para la detección de organismos trans-génicos, por parte de la Escuela de Biología del ITCR;resistencia a sigatoka en musáceas, por parte del Catie;desarrollo de metodologías para la transformación deplantas y detección de organismos vegetales modifica-dos por técnicas inmunológicas y con termocicladores(PCR) en tiempo real, por parte de Biotécnica Análi-sis Moleculares S.A., y evaluación de plantas transgé-nicas de plátano Curraré ante Mycosphaerella fijiensisen condiciones de invernadero, por parte de Corbana.

Las actividades relativas a la promoción e investiga-ción en aspectos relacionados con la temática de

los cultivos transgénicos en Costa Rica han sido par-cialmente financiadas por organismos externos comola Fundación Rockefeller, el ISAAA y la Fundación pa-ra la Cooperación Costa Rica-United States of Ameri-ca. Entre los proyectos financiados por ésta a la UCRentre 1999 y 2002 se encuentran los siguientes: (1)"Entrega de cultivos de arroz transgénico a producto-res de semillas y agricultores en América tropical si-guiendo una negociación en derechos de propiedad in-telectual", por ¢ 50.135.200; (2) "Diagnóstico del esta-do actual de los derechos de propiedad intelectual enCosta Rica en las áreas de biotecnología y el mejora-miento genético", por ¢ 15.248.916; (3) "Transforma-ción genética de plantas: bioseguridad y evaluacion deriesgos", por ¢ 418.292, y (4) "Fortalecimiento de la in-geniería genética de plantas como área estratégica pa-ra mejorar la productividad y competitividad de laagricultura costarricense", por ¢ 122.962.350.

Sobre ingesta de alimentos transgénicos es escasa lainvestigación realizada, pero está claro que los costarri-censes, sin ser debidamente advertidos, estamos con-sumiendo productos transgénicos provenientes, princi-palmente, de los países norteamericanos. Hasta la fe-

5Septiembre 2004

T E M A D E P O R T A D A

H. Bosh

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cha, pareciera que el Ministeriode Salud no se ha interesado ma-yormente en esta materia, comopor ley le corresponde, ignorandolos resultados de las investigacio-nes científicas que demuestran losriesgos que representan los pro-ductos transgénicos para la salud.

De acuerdo con Mora (2004),basado en los resultados de diver-sas encuestas realizadas por laUniversidad de Costa Rica y laUniversidad Nacional, el 75 porciento del público costarricenseen general no conoce lo que esuna planta o alimento transgéni-co, y del restante 25 por cientoque sí dijo conocerlos es probableque la mayor parte solo haya reci-bido conocimientos parcializadoso superficiales a favor de los culti-vos transgénicos, por el hecho deque hasta el año 2003 la informa-ción dada al público sobre este te-ma ha provenido principalmentede conferencias, de panfletos pu-blicitarios distribuidos en ésas y deartículos de periódico y revistasque favorecen abiertamente esoscultivos.

El ente oficial que se ocupa enel país de las cuestiones jurídi-

cas y de política relacionadas conaspectos relativos a la bioseguri-dad de los cultivos transgénicos esel Ministerio de Agricultura y Ga-

nadería por medio del Programade Biotecnología, Biología y Segu-ridad Ambiental. Además, existeun Comité Nacional TécnicoAsesor de Bioseguridad, creadopor medio de decreto ejecutivo yadscrito a ese Ministerio, con laparticipación de representantesde instituciones públicas, univer-sidades y de la Academia Nacio-nal de Ciencias. Este comité esdepositario de la información téc-nico-científica a nivel nacionalsobre la manipulación y la gestiónde los riesgos en este tema, y sobrelas condiciones de liberación delos cultivos transgénicos.

Desde el punto de vista regula-torio, el tema de los organismosgenéticamente modificados estáinvolucrado en el artículo 50 de laConstitución Política de Costa Ri-ca y en las leyes nacionales: Leyde Biodiversidad, Ley de Protec-ción Fitosanitaria, Ley de Semi-llas, Ley Orgánica del Ambiente,Ley General de Salud, Ley de Pro-moción de la Competencia y De-fensa Efectiva del Consumidor, asícomo en acuerdos, tratados y con-venios internacionales como elConvenio sobre la DiversidadBiológica (ratificado por Costa Ri-ca) y el de ahí resultante Protoco-lo de Cartagena (aún sin ratifi-car), el Acuerdo sobre Seguridaden la Biotecnología Moderna de la

Comisión Centroamericana deAmbiente y Desarrollo y la Direc-triz Técnica Regional del Organis-mo Internacional Regional de Sa-nidad Agropecuaria sobre Seguri-dad de la Biotecnología VegetalModerna. Próximamente se em-pezará a discutir el "Proyecto deley sobre la información y la traza-bilidad de los organismos modifi-cados genéticamente".

Desde junio de 2003 el proyec-to Unep-Gef (Programa de lasNaciones Unidas para el MedioAmbiente - Fondo Mundial parael Medio Ambiente) está traba-jando en el desarrollo de un mar-co nacional en bioseguridad. Ésteconsidera, entre otros, los siguien-tes temas: establecimiento de unsistema administrativo de biose-guridad, evaluación y gestión delriesgos en organismos genética-mente modificados, evaluación dela seguridad para alimentos gené-ticamente modificados y sus deri-vados, monitoreo y detección deorganismos genéticamente modi-ficados y elaboración de una pro-puesta de ley sobre bioseguridadde organismos vivos modificados yproductos derivados. El costo deeste proyecto es $195.000 y se es-pera que concluya en noviembrede 2004.

6 Septiembre 2004

T E M A D E P O R T A D A

RefReferencias biberencias bibliográficasliográficasMora, M. 2004. Informe del grupo: Participación pública e información. Desarrollo de un Marco Nacional de Bioseguridad para Costa Rica. Proyec-to Unep-Gef. San José.[N. del E.: Se ha omitido una extensa bibliografía -no referencias- consignada por el autor.]

Tus fotos sobre ambiente[fauna, flora; ecosistemas naturales, rurales y urbanos; contaminación de aire, agua y suelo; deforestación y problemática del bosque; explotación

agropecuaria y minera; producción energética; pesquería; etcétera]

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7Septiembre 2004

Las semillas transgénicas suscitan una serie depreocupaciones por sus efectos sobre el ambiente,la salud humana y la economía política de la agri-

cultura. Los cultivos de esas semillas en Costa Rica porparte de empresas transnacionales, la importación deproductos alimenticios transgénicos y la amplia inves-tigación científica y biotecnológica llevada a cabo porlas universidades nacionales, particularmente la Uni-versidad de Costa Rica, demuestran la importancia deldebate en el ámbito nacional. Además, la propuestadel Tratado de Libre Comercio hace urgente la cues-tión porque los acuerdos determinarán el marco insti-tucional del asunto que, una vez acordado, difícilmen-te se podrá cambiar. En este contexto, la convenienciade cultivar en Costa Rica las semillas transgénicas confines comerciales depende grandemente del marco le-gal que las regule y las monitoree.

Las preocupaciones referentes a estas semillas hansido ampliamente registradas y no han sido totalmenteresueltas (Altieri 2001, Bejarano y Mata 2003). Mu-chas cuestiones referentes al ambiente siguen incon-clusas (Fao 2004) y aún no se aclaran las dudas acercade su efecto en la salud humana. En ciertos casos, in-vestigadores han podido aminorar algunas de las preo-cupaciones, pero sin conclusiones definitivas. Además,la principal preocupación ambiental, la de la contami-nación de otras plantas, especialmente las silvestres,depende de la especie transgénica específica y su com-patibilidad génica con otras. Esto hace que el uso detransgénicas sea susceptible a la regulación y que nonecesariamente deba prohibirse. En cuanto a la saludhumana, se desconoce su posible efecto. Hasta ahora,y aunque muchas personas en el mundo han consumi-do productos alimenticios transgénicos durante unadécada, no se ha reportado efectos dañinos a la salud(Ibid.); varias investigaciones indican que no presen-tan mayor riesgo que los productos convencionales(Alcalde y López 2004, Fao 2004): se sabe, por ejem-plo, que la preocupación referente al desarrollo de re-sistencias a los antibióticos usados en el proceso de latransgenización ya no tiene cabida, porque éstos pue-

den eliminarse antes de la producción comercial de lasemilla (Fao 2004). No obstante, sin más investigaciónno se puede saber cuál será el efecto en la salud a lar-go plazo (Herbert 2003, Fao 2004).

No menos preocupante que la tecnología transgéni-ca es su inserción en la economía política neoliberal ode libre comercio, que exige un marco legal reguladormínimo y favorable a los grandes intereses transnacio-nales. Principal es la cuestión de la propiedad intelec-tual y los derechos consuetudinarios, porque unas po-cas empresas transnacionales exigen el control mono-pólico de la tecnología y de los derechos sobre las se-millas, con fines exclusivamente comerciales. Ellas, pormedio de las patentes, se adueñan de genes y procesosfisiológicos de las plantas; bajo contrato de venta de-terminan quiénes pueden usar la tecnología y las semi-llas y prohíben guardar o reproducir semillas para eluso futuro; además, exigen la utilización de ciertosagroquímicos -producidos por la misma empresa trans-nacional- conjuntamente con las semillas. No solo ha-cen que las condiciones de la tecnología no respondana los pequeños agricultores campesinos e indígenas, si-no que crean dependencias externas que perjudican elfuturo de éstos como productores, y la pérdida de és-tos, además de lo grave que es en sí misma, afecta la di-versidad genética que forma la base de nuestra alimen-tación. Los conocimientos ancestrales y las diversasrealidades ecogeográficas significan que la agriculturacampesina es "el criadero" de toda industria agrícola.

En verdad, las semillas transgénicas pueden ser ase-quibles a los pobres; es decir, la transgenización es

posible entre los productores campesinos y que respon-da a los países en desarrollo (Paarlberg 2000, Valdez2003, Fao 2004). La investigación llevada a cabo por laUniversidad de Costa Rica con maíz, arroz, ayote, fri-jol, tiquisque, equinácea y otras plantas comprueba es-to como respuesta a las enfermedades virales, los hon-gos y otros problemas específicos de la región. No obs-tante, los grandes productores no ponen en el merca-do las semillas transgénicas que los pequeños necesi-tan. Como explica Marta Valdez, investigadora de esaUniversidad, "desde un punto vista de comercial, lasempresas biotecnológicas transnacionales no tienen

T E M A D E P O R T A D A

Cultivos transgénicos sí,pero condicionados

R O Y M A Y

Roy H. May, teólogo, es profesor en la Universidad Bíblica Latinoamericana y au-tor de Ética y medio ambiente, hacia una vida sostenible (Dei, 2002).

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interés en resolver los problemas agrícolas del mundoen desarrollo" (Valdez 2003:17). Muchas transgénicaspodrían responder a los intereses de los pequeños, pe-ro esto no les interesa a las grandes empresas. Por estasy otras razones la investigación, producción y comer-cialización de las semillas transgénicas en el país debeser cuidadosamente regla-mentada y hegemonizadapor instancias públicas na-cionales. Aunque el Co-mité Técnico Nacional deBioseguridad (CTNB),adscrito al Ministerio deAgricultura y Ganadería,aplica normas reguladorasy vela por la bioseguridad,es menester que se esta-blezca una normativa quecontemple un amplio de-bate nacional sobre la tec-nología transgénica. Talnormativa legal debe fun-damentarse en el principiode precaución, que enseñaque "cuando una activi-dad se plantea como unaamenaza para la salud hu-mana o el ambiente, debetomarse medidas precau-torias aun cuando algunasrelaciones de causa y efec-to no se haya establecidode manera científica en sutotalidad" (Tickner2003:132). No obstante,es importante reconocerque dicho principio no ne-cesariamente tiene el pro-pósito de prohibir, sino deestablecer "un tipo de´obstáculo a la velocidad´, que da lugar a la formaciónde cuellos de botella en el proceso de desarrollo, peroque no detiene su curso" (Tickner 2003:129).

Como mínimo, tal normativa debe: (1) Evitar latransgenización que representa una amenaza espe-

cífica para la biodiversidad regional. (2) Proponer nor-mas estrictas de seguridad de laboratorio y ensayos decampo, para evitar el escape de material genético. (3)Exigir que "toda proclamación de inocuidad se sometaa un análisis por parte de otras empresas del ramo in-dependientes financiado por el proponente de la acti-vidad, que proporcionará toda la información (que de-muestra el peligro o la inocuidad) utilizada en el análi-sis" (Tickner 2003: 135). (4) Aminorar la hegemoníade las empresas transnacionales. (5) Incentivar y privi-legiar la investigación que beneficia a los pequeños

productores. (6) Evitar requisitos tecnológicos quecrean dependencias externas. (7) Privilegiar la investi-gación pública y avalar un concepto de derechos inte-lectuales consuetudinarios que permita la reproduc-ción propia de semillas y que respete los conocimientosancestrales. (8) Exigir que los productos alimenticios

transgénicos sean etiquetados.(9) Establecer el principio dequien contamina paga (Tick-ner 2003:141). (10) Incorpo-rar a los agricultores y a otrosciudadanos en el proceso delestablecimiento de la normati-va reglamentaria y su segui-miento.

Para diseñar tal normativay el debido seguimiento, ade-más del CTBN, Costa Ricacuenta con excelentes científi-cos/as con amplia experienciaen el tema, que conocen bienel medio y tienen un compro-miso nacional. Además, hayotras personas con experienciaen las luchas ambientales yotras con formación legal, loque presupone que se podrá es-tablecer un marco legal regla-mentario que tanto respondaal principio de precaución co-mo a los intereses de los agri-cultores y al bien del país. So-lamente en la medida en quese establezca tal normativa y sedé el involucramiento de ins-tancias nacionales será conve-niente la producción comer-cial de las semillas transgénicasen el país.

8 Septiembre 2004

T E M A D E P O R T A D A

RefReferencias biberencias bibliográficasliográficasAlcalde, J. y M. López. "Transgénicos ¿preparados para comer?", en Muyinteresante, mayo 2004, México.Altieri, Miguel. 2001. Biotecnología agrícola: mitos, riesgos ambientales y al-ternativas. Cied-Ped-Clades-Food First. California.Bejarano, F. y B. Mata (eds.). 2003. Impactos del libre comercio, plaguicidasy transgénicos en la agricultura de América Latina. Red de Acción sobre Pla-guicidas y Alternativas en México y Red de Acción en Plaguicidas y susAlternativas en América Latina. México.Food and Agricultural Organization of the United Nations. The State ofFood and Agriculture, Agricultural Biotechnology. Meetings the needs of thePoor? 2004. En http//www.fao.org/docrep/006/Y5160E/Y5160E100.HTM Herbert, Martha. "Los efectos a la salud del consumo de alimentos trans-génicos", en Bejarano y Mata. 2003.Paarlberg, Robert. "Genetically Modified Crops in Developing Countries,Promise of Peril?", en Environment 42, enero-febrero 2000.Tickner, Joel. "Un mapa hacia la toma de decisiones precautorias", en Be-jarano y Mata. 2003.Valdez, Marta. "Cultivos transgénicos: ¿oportunidades para los países endesarrollo?", en Crisol 10, 2003.

H. Bosh

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9Septiembre 2004

No es conveniente el establecimiento de cultivostransgénicos ni el consumo de sus productos enCosta Rica porque:

1. Su aceptación implicará una limitación para sucomercialización nacional e internacional, como lohan vivido y lo siguen experimentando los agricultoresde cultivos transgénicos en otros países, como Canadáy EU.

2. Los agricultores se expondrían a una mayor de-pendencia, así como a denuncias legales por parte delos dueños de esta tecnología, como ya está sucedien-do con agricultores de los países precitados.

3. Podría tener un efecto negativo sobre el valor dela tierra al estar contaminada con este tipo de cultivos.Un campo que haya sido sembrado con transgénicosdifícilmente podrá "limpiarse", especialmente si se tra-ta de cultivos cuyas semillas caen o permanecen en elsuelo, como es el caso de los cereales.

4. No pareciera lógico empezar a "inventar" una"nueva vida", como lo pretenden sus creadores, al au-todenominarse como "empresas abocadas a las cienciasde la nueva vida" (énfasis agregado). Con esto estascorporaciones se están arrogando el derecho de inten-tar cambiar la vida a su antojo, con fines de lucro paraunos cuantos y en detrimento de la vida en el planeta.

5. Conociendo las historias de negligencia de variasde las corporaciones involucradas en este tipo de tec-nología y similares, no hay razón para depositar en ellasuna confianza tal como para aceptar ser sus conejillosde indias.

6. En Costa Rica no existe una capacidad regulato-ria suficiente para implementar las directrices y proto-colos sobre bioseguridad que queramos crear o copiarde otros lugares.

7. No estamos tratando con una tecnología "inofen-siva", donde si algo sale mal se puede retirar con facili-dad, o donde los daños causados puedan revertirse oindemnizarse a satisfacción, como con frecuencia nosquieren hacer ver sus promotores.

8. No es necesario acudir a los cultivos transgénicos

y aceptar los riesgos potenciales y sus peligros ya com-probados cuando existen otros tipos de producciónrealmente amigables y sostenibles con el ambiente, co-mo la agricultura orgánica, lo cual se ha probado enCosta Rica y en muchos otros países.

9. Estaríamos poniendo en peligro ecológico y gené-tico uno de los recursos más valiosos que tiene nuestropaís, su biodiversidad.

10. Los promotores de los cultivos transgénicosaceptan que es una tecnología que conlleva riesgos dediversa naturaleza, aunque por otro lado los minimizany tratan de justificar haciendo caso omiso de las evi-dencias negativas que se vienen presentando.

11. La afirmación de que "no hay riesgos para la sa-lud de los consumidores" carece de sustento científico,ya que está basada en la falsa premisa de que la ausen-cia de evidencias debe interpretarse como ausencia deeventuales riesgos, ignorando las limitaciones de cono-cimientos que tenemos respecto de los genes y sus in-teracciones en los organismos transgénicos.

12. El principio de equivalencia sustancial con el cualse pretende cubrir la seguridad de los alimentos trans-génicos es, en gran medida, acientífico, arbitrario e in-suficiente. Lo mismo se ha afirmado respecto de laspruebas de bioseguridad, tanto de tipo ambiental comotoxicológico, que dicen aplicar sobre estos productos.

13. Con la aceptación de los cultivos transgénicosse estarían violentando el principio de precaución y elConvenio sobre la Diversidad Biológica, firmados porCosta Rica en la Cumbre de Río en 1992, así como laLey de Biodiversidad, la Ley Orgánica del Ambiente yel artículo 50 de la Constitución Política.

14. Las empresas y organizaciones involucradas di-recta o indirectamente en la comercialización y distri-bución de productos genéticamente modificados in-tentan negarle al consumidor el derecho básico y fun-damental de información al tratar de impedir que se déel etiquetado obligatorio de sus mercancías.

15. Los inventores y promotores de los cultivostransgénicos obvian las leyes naturales más elementa-les, como el que todo está relacionado con lo demás.Los problemas de "plagas" y de "competencia" con lasplantas adventicias (mal llamadas malezas) no se van aresolver con ingeniería genética, sino que, por el con-trario, aumentarán con el tiempo.

T E M A D E P O R T A D A

30 razones contra los cultivostransgénicos en Costa Rica

J A I M E G A R C Í A

Jaime García, ingeniero agrónomo especialista en residuos agrícolas, es profesor en laUniversidad Estatal a Distancia y en la Universidad de Costa Rica ([email protected])

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10 Septiembre 2004

16. La aceptación de los cultivos transgénicos man-tendrá, y profundizará en algunos casos, los problemascausados por la agricultura industrializada, al seguir en-fatizando en un modelo reduccionista e insostenible: elmonocultivo intensivo, en áreas de extensión cada vezmayores. Este sistema termina esclavizando aun más alos agricultores con paquetes tecnológicos compuestosde semillas patentadas y agroquímicos.

17. Las afirmaciones de que es una tecnología queeliminará el hambre y la pobreza de los más necesitadosy que resolverá los problemas de desnutrición más apre-miantes, e incluso de que puede llegar a salvar a la hu-manidad, no tienen asidero.

18. Es una tecnología en la que no tienen cabida lospequeños agricultores, como lo intentan hacer creer suspromotores al afirmar que aumentarán las oportunida-des para éstos, sin mencionar nada sobre los contratosque éstas obligan a firmar ni sobre los derechos mono-pólicos que poseen a través de mecanismos de propie-dad intelectual sobre las semillas.

19. El potencial lucrativo de los cultivos transgéni-cos desvía la inversión pública y privada en investiga-ción y aplicación de los sistemas de gestión de manejointegrado de los cultivos hacia una mayor producciónde monocultivos.

20. Comprometería aun más nuestra seguridad y au-tosuficiencia alimentaria.

21. Es una tecnología que da la impresión de estarimponiéndose "a golpe de tambor", sin mayor consultao, a lo sumo, por medio de una consulta disfrazada otardía, haciendo promesas irreales.

22. Se parte de la afirmación o insinuación erróneade que las consideraciones sobre seguridad en relacióncon los organismos producidos mediante técnicas quecambian los rasgos hereditarios de un organismo, comola tecnología de ADN, son básicamente de la misma na-turaleza que las relacionadas con otros métodos de alte-ración del genoma de un organismo, como la mejoratradicional.

23. La política y los intereses comerciales de las cor-poraciones que tratan esta materia se han involucradode tal manera en los asuntos científicos que están des-virtuando los hechos. Por ejemplo, en EU y Reino Uni-do se ha denunciado presiones de diversa índole, enuniversidades públicas e instituciones gubernamentales,que atentan contra la libertad y la objetividad que se su-pone debe tener la ciencia.

24. No es cierta la afirmación generalizada de queestos cultivos producen más. Así, por ejemplo, se ha de-terminado que el cultivo transgénico más extendido enEU, que es la soya tolerante a herbicidas, produce de 6a 11 por ciento menos que la soya no transgénica.

25. No es cierta la afirmación generalizada de que larentabilidad de los cultivos transgénicos sea mayor, co-mo se ha demostrado en un estudio realizado con agri-cultores de EU y Canadá. Por ejemplo, un estudio inde-pendiente determinó que la rentabilidad de los cultivosde soya y maíz transgénicos fue menor que en cultivosconvencionales, debido al costo adicional de las semi-llas transgénicas (hasta 40 por ciento más cara) y a losprecios bajos que tenían estos productos en el mercado.

26. Su introducción implicaría una reacción negati-va dirigida a las instancias políticas involucradas, prin-cipalmente por parte de los consumidores concientes,asociaciones ambientalistas y organizaciones de agricul-tores, en especial las ligadas al Movimiento de Agricul-tura Orgánica Costarricense, como ha venido sucedien-do en otros países (v. gr. Unión Europea, Japón, EU, Ca-nadá, Australia e India).

27. Su introducción al país sería una aceptación alpatentamiento inmoral de la biodiversidad y de la vidamisma.

28. La tecnología de los cultivos transgénicos ignorael papel fundamental que han venido realizando las co-munidades campesinas en el mantenimiento y la evolu-ción de la diversidad genética, amenazando el derechode los agricultores sobre el germoplasma que poseen pormedio de los derechos de propiedad intelectual que uti-lizan las transnacionales para acrecentar y mantener susmonopolios.

29. Con su introducción se estaría atentando ade-más contra aspectos sociales, culturales y culinarios li-gados a la producción agropecuaria del país, como lo es-tá experimentando México con la contaminación desus maíces criollos.

30. Costa Rica perdería parte de uno de sus mayoresatractivos para el turismo ecológico y de salud, como esel de ser considerado país natural (no artificial ingre-dients).

T E M A D E P O R T A D A

C. Heidelauf

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La ingeniería genética moderna es una clase de bio-tecnología que permite la introducción de genes demicroorganismos, plantas y animales en otros orga-

nismos totalmente distintos; utiliza organismos vivos pa-ra obtener productos con aplicación comercial. De estaforma se salta barreras sexuales y asexuales naturales y elorganismo que recibe estos nuevos genes adquiere las ca-racterísticas del gen introducido. Este nuevo organismose conoce como transgénico u organismo genéticamentemodificado (OGM), que es un producto que contienegenes de especies distintas a la suya.

El proceso de producción de OGM puede explicarse,por ejemplo, así: en un laboratorio se quiere crear unnuevo tipo de maíz que resista el frío. Para eso se detec-ta una especie de pez que resiste las frías temperaturas, sele atrapa y, por medio de diversos instrumentos utilizadosen el laboratorio, se identifica el gen que le permite a élesa cualidad. Es decir, se encuentra en las células del pezla parte de su organismo que le permite vivir en aguasfrías. Una vez identificado el gen, se le extrae al pez y seintroduce en el maíz por medio de diversos instrumentos,entre los que uno muy utilizado es el virus, ya que éste esdifícil de evitar por cualquier ser vivo. De esta forma segarantiza que el nuevo gen no será rechazado por el maízy que éste, por lo tanto, adquiera esa nueva característi-ca que es la resistencia al frío.

La ingeniería genética moderna posee la misma baseconceptual y filosófica de la Revolución Verde y repre-senta un paso adelante de ella: a grandes problemasmundiales como el hambre, la desigualdad social, la po-breza y el deterioro ambiental, se les brinda solucionestécnicas. Pero la ingeniería genética moderna conllevanuevos impactos: puede vérsela como uno de los últimosasaltos a la vida y provoca nuevas estructuras de confor-mación del capital donde se conjugan ciencia y comer-cio, siendo este último el que priva. Esta industria es unade las actividades que en la actualidad mayor gananciaeconómica genera. Podemos afirmar, por lo tanto, que laingeniería genética moderna sirve de base a una nuevaindustria que hace uso de avanzada tecnología y se ca-racteriza por ser determinista, reduccionista, manipula-dora y explotadora (Wan Ho 1998). Es, por lo tanto, unaindustria que funciona bajo una lógica de acumulación

de capital generador de lucro donde la vida es considera-da una mercancía más que puede ser negociada por quie-nes poseen la tecnología y el poder económico para ha-cerlo. Derivado de ello, sostenemos que la industria bio-tecnológica moderna profundiza más las desigualdadesexistentes entre los países y dentro de ellos.

La industria biotecnológica ha creado un discurso pormedio del cual expone el papel que desempeña, así

como la necesidad de su existencia, que se basa en cua-tro grandes argumentos:

Alimentos para una población más numerosa y ham-brienta. Un análisis de la problemática del hambre en elmundo a partir de la premisa de que la solución es unamayor producción de alimentos obviaría aspectos estruc-turales como la capacidad de compra y producción de losmismos y el acceso a éstos. El hambre existe debido a lasdesigualdades sociales y económicas que genera el mode-lo de desarrollo predominante. Existe suficiente cantidadde alimentos para alimentar al mundo, según lo ha sos-tenido la Organización Mundial de la Salud. Por otro la-do, este argumento pierde mayor fuerza cuando se re-cuerda que los principales cultivos producto de esta in-dustria -soya y maíz- se destinan a la producción de ali-mentos para animales. Por último, existen dos casos decontaminación genética originados por la presencia decultivos transgénicos, lo que demuestra los nuevos im-pactos que sufren los transgénicos.

Un medio ambiente sano, restablecido y con menos dete-rioro. Dado que la temática ambiental es muy sensiblehoy, la ingeniería genética moderna tiene que presentar-se como amigable con el ambiente. Sin embargo, y luegode analizar la mayoría de los cultivos que produce estaindustria, encontramos que la característica introducidamás común es la resistencia a herbicidas y pesticidas. Tales el caso de la soya Round Up Ready de Monsanto, queposee resistencia al herbicida, por lo que es posible agre-gar mayor cantidad sin que afecte al cultivo; de esa ma-nera se beneficia la compañía productora del agroquími-co, que es la misma que vende esta clase de soya.

Proporcionar mayores oportunidades y opciones al agri-cultor y agricultora. Esta industria dice brindar mayoresopciones a los agricultores y agricultoras al ofrecer nue-vas variedades de semillas con mejor rendimiento, entreotros beneficios. Al analizar este argumento, tal como lohemos hecho con los anteriores, llegamos a la mismaconclusión: es falso. ¿Cómo podríamos hablar de mayo-res oportunidades cuando la industria ha elaborado una

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T E M A D E P O R T A D A

Transgénicos: riesgo ambientaly dominación económica

F O R O E M A U S Y O T R O S

Foro Emaús, Coproalde, Pastoral Social de Limón, Cedeco, Acapro, Coecoceiba-Amigos de la Tierra y Red Coordinadora de Biodiversidad. Los autores de estetexto son miembros de las organizaciones costarricenses arriba consignadas.

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serie de mecanismos conducentes a controlar su produc-to como si fuera un tesoro? Es ampliamente conocidoque el campesinado mundial comparte la semilla y laguarda para sembrarla en la siguiente cosecha. Esta in-dustria ha querido eliminar esta práctica cultural, ya queatenta contra el negocio de vender y comprar: si se guar-da la semilla y si ésta se comparte, ¿cómo van a asegurar-se estas compañías que venderán sus productos año trasaño? De esta forma "protegen" sus semillas con los dere-chos monopólicos que brindan las patentes. Como éstasresultaron insuficientes, obligan a firmar un contrato pormedio del cual la compañía y sus detectives pueden revi-sar la finca en busca de semillas guardadas. Por último, ycomo un paso hacia la consolidación del control, se hanvalido de la tecnología conocida como traitor que impideuna segunda germinación de la semilla. Las oportunida-des y opciones, definitivamente, no son para el agricultory la agricultora.

Sanar al mundo. Tal como dicen que salvarán el am-biente, así sanarán también al mundo. Por ejemplo, unode los cultivos más publicitados es el arroz dorado, que esun arroz al cual se le ha introducido la vitamina A bajola idea de acabar con la deficiencia de esta vitamina queprovoca daños en la salud a alrededor de 2,8 millones deniñas y niños en el mundo. Nuevamente, por medio deuna seductora propuesta, no se resuelve el problema, yaque no se atacan las causas que provocan que una grancantidad de niñas y niños en el mundo no tengan acce-so a una alimentación adecuada.

En conclusión, podemos afirmar que los transgénicos,al insertarse dentro de un modelo de desarrollo que bus-ca la generación de ganancias, no procuran el mejora-miento de la calidad de vida de las personas ni el mejo-ramiento de las condiciones ambientales. Simplementeconstituyen una mercancía más que genera dependenciaen beneficio de quienes la producen.

Los transgénicos se producen en laboratorios a partirde la manipulación genética. En consecuencia, el co-

nocimiento del comportamiento de un gen solamentepuede ser aplicado en el ámbito del laboratorio y no esposible extrapolar los resultados al ambiente, por lo quesus consecuencias son impredecibles y podría afectarsederechos humanos como el de la alimentación, el delambiente sano y el de la salud. Dada la importancia delos mismos, debería aplicarse como principio que la au-sencia de evidencia no es prueba de ausencia de riesgos,por lo que todos aquellos posibles impactos deberían per-mitir, de acuerdo con la aplicación del principio precau-torio, la instauración de diversas medidas como morato-rias, zonas libres de OGM y la prohibición de su cultivo.Entre los principales impactos1 que provocan los OGMestán:

A nivel de agricultores y agricultoras (Morales 2001, Al-tieri y Rosset 1999: 4): Algunos productos podrán serproducidos mediante la ingeniería genética, por lo quepodrían ser excluidos de los intercambios comerciales, talcomo sucedió con el caucho. Los costos para prevenir lacontaminación genética, si se produce en forma orgáni-ca o convencional -es decir, si no se produce OGM-, sonaltos: hay que implementar medidas de protección paraevitar que los cultivos se contaminen con el polen trans-

génico, lo cual supone fortalecer o construir infraestruc-tura o mecanismos biológicos que permitan disminuir elimpacto. Las semillas transgénicas implican generalmen-te un mayor costo y el pago de una cuota tecnológica porsu uso, dada su protección por medio de patentes. Losrendimientos obtenidos varían sensiblemente de acuerdocon las condiciones ambientales y las características delos ecosistemas; con todo, se constata por lo general unmenor rendimiento de las variedades tolerantes a herbi-cidas (a cultivos tipo Bt es necesario adicionar los costosque implica mantener área de refugio sin cultivar, la quevaría, de acuerdo con las condiciones específicas y loscultivos cercanos, entre un 20 y un 50 por ciento del áreasembrada).

Los precios obtenidos por los productores por lostransgénicos pueden ser inferiores a los pagados por losproductos convencionales y los orgánicos. La tecnologíallamada terminator causa perjuicios a los agricultores por-que inhibe la reproducción de las plantas. Crea depen-dencia con las compañías que venden semilla, favoreceun tipo de semilla y, por lo tanto, también la erosión ge-nética2. La ingeniería genética impone una forma de lle-var a cabo investigación que no es la misma que realizanlos agricultores y agricultoras, quienes se basan en la ex-perimentación: la ingeniería genética es la antítesis deuna investigación participativa dirigida por los agriculto-res.

A nivel de la salud: No existen pruebas contundentesque digan que los OGM son sanos, sobre todo a la luz desus consecuencias o beneficios a mediano y largo plazo.Es importante recordar que la salud es un derecho huma-no fundamental que debe a toda costa ser garantizado enforma efectiva por el gobierno de turno; la sola amenazao duda de que determinada actividad generará un dañoen la salud debe legitimar a las autoridades a actuar conrapidez y celeridad; hasta el momento no existe ningúnestudio que pruebe fehacientemente la inocuidad de es-te tipo de productos. Existe el riesgo potencial de produ-cir alergias por medio de los alimentos que contienen in-gredientes transgénicos. Del mismo modo, la introduc-ción de nuevos genes podría generar procesos tóxicos enlas plantas. En algunos experimentos se comprobó que elADN transgénico que se ha ingerido mediante alimentosque los contienen en sus ingredientes puede recombinar-se en el estómago e intestino humanos transfiriéndole ala flora intestinal las propiedades transgénicas (Ribeiro2002); aun cuando esto ha sido comprobado, en el estu-dio no se analizó si el ADN pasó hacia el sistema sanguí-neo y otras células (The Institute of Science in Society2002, Heineke 2002). El anterior efecto conlleva otro: sise ha ingerido genes marcadores con resistencia a anti-bióticos, el cuerpo podrá adquirir esta característica, esdecir resistencia a antibióticos, lo cual se sabrá cuando senecesite ingerir este medicamento y no cause el efectodeseado.1En junio de 2001, la revista Science reportó una investigación de José Domingo que dabacuenta de tan solo ocho artículos en publicaciones periódicas sobre la seguridad de lostransgénicos. De estos ocho estudios solamente cuatro se referían a liberación en el campo,de los cuales tres los realizó Monsanto. Es decir, no existe mucha investigación sobre los im-pactos de los OGM (en Clark, Ann. 2001). Arpad Pusztai, en un artículo titulado "Geneticallymodified foods: are they a risk to human/animal health?", realiza un análisis de varios es-tudios, concluye que todos carecían de fundamento y hace un llamado a seguir investigan-do, ya que no existe evidencia científica de su seguridad.

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T E M A D E P O R T A D A

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A nivel del ambiente: Creación de supermalezas: dadala potencial transferencia a través del flujo de genes pro-venientes de cultivos modificados genéticamente haciaparientes salvajes o semidomesticados (Altieri y Rosset1999, Lazaroff 2002 -este último trabajo reseña los resul-tados de un estudio de tres universidades estadouniden-ses que comprueban este hecho-) se puede facilitar lacreación de nuevas especies silvestres de los cultivos quehan sido alterados mediante la ingeniería genética mo-derna, lo cual implica nuevos y desconocidos impactosen el ambiente. En lo referido a cultivos transgénicos to-lerantes a herbicidas se dan dos impactos principales: elprimero es el debilitamiento de la diversificación de loscultivos, por lo que se facilita la erosión genética; el se-gundo es que se va generando una mayor resistencia delas plagas, un menor rendimiento del cultivo y la crea-ción de nuevas plagas que antes no eran consideradascomo tales. Esto sucede debido a la eliminación de plan-tas por el uso de pesticidas que constituyen un alimentopara diversos insectos. Existe contaminación genéticamediante genes que se pasan de un ser a otro en formasimilar a una infección, lo cual es conocido como trans-ferencia horizontal de genes (Wan Ho 1999), lo cualconlleva riesgos a la salud (genes resistentes a antibióti-cos pueden transferirse a bacterias patógenas, creaciónde nuevos virus y bacterias que pueden causar enferme-dades y riesgo de cáncer al insertarse el ADN transgéni-co en células humanas, tal como lo señalamos en elapartado anterior) (The Institute of Science in Society2002: 2). No se puede controlar en qué parte de la cade-na cromosómica se inserta el nuevo gen ni si hay múlti-ples inserciones en la misma célula. El promotor puedeactivar o desactivar otros genes de la célula, provocandopérdida de valores nutritivos o que algunos genes se ex-presen con resultados alergénicos o en formas distintas alas deseadas.

A nivel de la investigación: La agenda de las investiga-ciones de las universidades es influida cada vez más porla del sector empresarial privado. Al respecto Altieri(2001) dice que "El 46 por ciento de empresas de biotec-nología apoyan la investigación biotecnología en las uni-versidades, mientras 33 de los 50 estados en Estados Uni-dos tienen centros universidad-industria para la transfe-rencia de biotecnología. El desafío para tales organizacio-nes públicas no solo será asegurar que los aspectos ecoló-gicamente apropiados de la biotecnología se investiguen(tales como tolerancia a la sequía, por ejemplo), sinotambién supervisar y controlar cuidadosamente la provi-sión de conocimientos aplicados de libre propiedad alsector privado, para garantizar que tal conocimientocontinúe en el dominio público para beneficio de toda lasociedad".

La industria de la ingeniería genética, que se ocupadel acceso a los recursos genéticos y bioquímicos de labiodiversidad para producir una gran cantidad de susmercancías, ha sabido trasladar a sus gobiernos -del Nor-te del planeta- su preocupación por obtener acceso a esosrecursos que se encuentran en los países del Sur, logran-do así que esos gobiernos sean quienes defiendan sus in-tereses a nivel internacional; y es por ello que desde elNorte se han impulsado las negociaciones sobre esa te-mática. Suiza es un buen ejemplo: mucha de esa indus-

tria, en especial la farmacéutica, tiene su sede en ese país,que ha organizado eventos internacionales para discutirel tema de acceso y, además, ha patrocinado al menosuna reunión de la Convención en Diversidad Biológica(CDB) sobre la temática.

En teoría, y dada la soberanía de cada país sobre susrecursos, la CDB establece como uno de sus objetivos elacceso a los recursos genéticos y bioquímicos y la distri-bución justa y equitativa de los beneficios derivados deese acceso. Esto significa que, al facilitar el acceso a losrecursos, se obtendría a cambio diversos beneficios, entrelos cuales estaría el económico o la transferencia tecno-lógica. Lo anterior suena lógico si se toma en cuenta quees en el Sur donde está la biodiversidad y en el Norte losrecursos económicos y donde se ha desarrollado más latecnología. Sin embargo, la historia no ha sido así. La dis-tribución justa y equitativa de los beneficios todavía estápor verse, aunque el acceso ha sido facilitado en formaamplia. Mientras que el segundo es una realidad, el pri-mero es una bonita idea que no ha encontrado voluntadpara su ejecución y menos decisión para exigirla.

En Costa Rica el tema del acceso a recursos genéticosy bioquímicos se empezó a abordar en la Comisión Na-cional para la Gestión de la Biodiversidad (Conagebio)cuando se conformó, en el año 2000, una subcomisiónencargada de ejecutar uno de los mandatos contenidosen la Ley de Biodiversidad: la elaboración de las normasgenerales de acceso a los recursos genéticos y bioquími-cos. Con anterioridad, el tema había sido objeto de algu-nos debates sobre todo por las labores de bioprospecciónllevadas a cabo en el territorio nacional así como tam-bién por la actividad desarrollada en este campo por laorganización privada Instituto Nacional de Biodiversi-dad.

El tema del acceso es de gran importancia ya que setrata de cómo cualquier persona interesada puede cono-cer y utilizar los recursos que le dan ciertas característi-cas a nuestras plantas y semillas principalmente. Es decir,se trata de si se acepta, y bajo qué términos, que cual-quier persona o empresa nacional o extranjera pueda ac-ceder a los elementos de una semilla o planta que brin-dan las características principales a estos recursos. Se co-rre el riesgo de que, posteriormente, quienes acceden aestos recursos se los apropien mediante los mecanismosde propiedad intelectual o bien no le dejen nada al paísen el caso en que existieran beneficios derivados o seirrespetaran los derechos que tanto las comunidades lo-cales como los pueblos indígenas poseen sobre los recur-sos de la biodiversidad. Con este espíritu, varios miem-bros de Conagebio redactaron, durante un proceso quellevó más de un año, las actuales normas generales de ac-ceso a los recursos genéticos y bioquímicos.

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T E M A D E P O R T A D A

2 "Se insertan en cada planta tres genes, cada uno con un interruptor regulador, llamado´promotor´. Al activarse uno de estos genes se produce una proteína llamada recombinasaque actúa como tijera molecular y corta un espaciador que hay entre el gen productor de latoxina y su promotor, de modo que se trata de un seguro que impide la activación prematurade la toxina. Un tercer gen evita que el gen de la recombinasa se desactive prematuramente,o sea, antes de que la planta sea manipulada con el estímulo externo, un compuesto quími-co ... un choque técnico o uno osmótico. Cuando el estímulo se activa -generalmente antesde la cosecha- se interrumpe el funcionamiento del represor y el gen de la recombinasa seactiva, eliminando al espaciador. Ello permite al tóxico actuar y, en el caso hipotéticodescrito, iniciar la destrucción del germoplasma de la planta y producir esterilidad en lassemillas" -dice Ursula Oswald Spring en El reordenamiento de la naturaleza: impactosambientales y sociales de los transgénicos, en Heineke 2002: 51.

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Los diversos gobiernos de Costa Rica han venido im-plementando, sin discusión ni participación ciudada-

na, una serie de políticas comerciales que han generadoimpactos en la soberanía alimentaria y en el sector cam-pesino y han facilitado la introducción de prácticas agrí-colas insustentables y conducentes a la producción demercancías para mercados externos. En ese marco apare-cieron los OGM, respecto de los cuales todo se ha mane-jado con un silencio asombroso que hace pensar que es-ta materia es casi un secreto de estado.

Mientras nuestro país ha servido para lanzar produc-tos transgénicos a nivel mundial, las autoridades nacio-nales no han promovido ni mecanismos de informaciónni discusiones públicas sobre la temática, lo cual es gra-ve, ya que se conocen los posibles impactos negativos ensalud y ambiente que los transgénicos conllevan. Peroaunque se aceptara que no existe certeza científica sobretales impactos, la discusión debió haber sido promovidapor esas autoridades habida cuenta que existe duda sobreello. Hoy, catorce años después de que se lanzara la pri-mera prueba de campo en nuestro país, las autoridadesnacionales siguen reacias a brindar información. Acercadel papel de Costa Rica en el impulso de los transgénicosMorales (2001: 13) afirma: "En 1985 PGS, Plant Gene-tic Systems, una empresa europea de tamaño medio, pu-so a punto la primera planta transgénica de tabaco. En1996, PGS fue adquirida por AgrEvo, subsidiaria deHoechst y Schering. En el mismo año Monsanto y Cal-gene lograron poner sus primeras semillas de transgéni-cos. En 1989 Monsanto realizó la primera prueba decampo con una semilla de soya cuyo código genético sehabía modificado agregándole la característica de poseeralta tolerancia a un herbicida específico, el glifosato, co-nocido comercialmente como Round Up Ready. Laspruebas se realizaron en Estados Unidos y en Puerto Ri-co, y luego en Argentina, Costa Rica y República Domi-nicana. Cinco años después, el Departamento de Agri-cultura de Estados Unidos aprobó su ingreso al mercado;comenzó su comercialización masiva en 1996. Por su par-te, Calgene comenzó el mismo año pruebas de campocon algodón transgénico en Estados Unidos y Argentina,y posteriormente en Bolivia. En 1992 consiguió la apro-bación para ingresar al mercado y desde mayo de 1994 secomercializa masivamente. En 1991 Ciba Geigy inició laspruebas de campo con maíz transgénico en Estados Uni-dos y en Argentina para continuar el año siguiente enFrancia, Italia y posteriormente en Nueva Zelanda. Enagosto de 1994, Ciba Geigy registró esta semilla en laAgencia de Protección al Medio Ambiente de EstadosUnidos".

Mientras el área sembrada con cultivos transgénicosen Costa Rica ha pasado de 0,04 hectáreas en el período1991-1992 a 583,62 hectáreas en el período 2002-2003,los procesos de información y discusión se han manteni-do casi en cero.

En cuanto a la importación de productos alimenticiostransgénicos, ante una consulta que hicimos al Ministe-rio de Salud (a su Dirección de Registros y Controles),éste manifestó que "hasta la fecha no existe evidenciacientífica reconocida internacionalmente que permitaestablecer que los alimentos transgénicos ocasionan pro-blemas de salud. El cuerpo humano constantemente se

está alimentando de gran variedad de alimentos proce-dentes de cientos de especies de animales, vegetales, al-gas u hongos y, por lo tanto, de gran variedad de mate-rial genético. Por su parte los alimentos transgénicos quepueden ser comercializados han presentado estudios a losorganismos estatales correspondientes, demostrando quela nueva proteína producida por la modificación genéti-ca no será causante de alergias en una población mayorde la considerada como normal a la que en cualquierotro alimento pueda afectar. Además, los estudios delmetabolismo de la nueva proteína demuestran que éstase metaboliza en compuestos simples conocidos por el or-ganismo humano" (Ministerio de Salud 2003). Desde talposición el Ministerio de Salud no toma medida algunaen lo referente a la importación de tales alimentos, másallá de las que toma para cualquier otro alimento, queconsisten en autorizar su desalmacenaje, verificando (sies un producto procesado) que haya sido previamenteautorizado. Del mismo modo, no registra productos fres-cos o que se vendan a granel; por lo tanto no se verificasi es o no transgénico.

Nuestro país no cuenta con la capacidad institucionalni humana para hacerle frente a los transgénicos, ni

tampoco con un marco jurídico adecuado para tal fin.Por esta razón, y en ausencia de una verdadera discusiónnacional, los transgénicos deberían ser objeto de unamoratoria hasta que no se cuente con las condiciones ne-cesarias para su introducción en cualquier forma, si esque la discusión nacional concluyera con que hay queaceptarlos.

A nuestro juicio, los transgénicos constituyen un me-canismo de uniformación que conlleva impactos am-bientales, culturales y sanitarios, provoca erosión genéti-ca e impone semillas más caras que no brindan mayoresbeneficios. En nuestro país existen hoy numerosas prác-ticas sustentables que pueden ayudar a mejorar la calidadde vida de las personas y del país en general, conservan-do nuestra riqueza natural y promoviendo mayor equi-dad y justicia social, situación que es imposible logrardesde los transgénicos y el modelo de desarrollo que losacompaña.

14 Septiembre 2004

T E M A D E P O R T A D A

RefReferencias biberencias bibliográficasliográficasAltieri, Miguel y Peter Rosset. 1999. Diez razones que explican por qué labiotecnología no garantizará la seguridad alimentaria, ni protegerá el ambienteni reducirá la pobreza en el Tercer Mundo. S.l.Clark, Ann. 2001. The lack of scientific credibility of GM food safety tests.S.l.Heineke, Corinna. 2002. La vida en venta: transgénicos, patentes y biodiver-sidad. Ediciones Heinrich Böll. El Salvador.Lazaroff, Cat. 2002. Engineered Genes Help Wild Weeds Thrive. S.l.Ministerio de Salud. DRC-UTE-227-07-2003, San José, 29 de julio del2003, elaborado por la Licda. Jennifer Lee Alvarado. San José.Morales, César. 2001. Las nuevas fronteras tecnológicas: promesas, desafíos yamenazas de los transgénicos. Serie desarrollo productivo. Red de Reestruc-turación y Competitividad, División de Desarrollo Productivo y Empresa-rial - Cepal. Santiago de Chile.Ribeiro, Silvia. "¡También en el estómago!", en La Jornada, 27-7-02.The Institute of Science in Society. 2002. Recent evidence confirms risks ofhorizontal gene transfer. S.l.Wan Ho, Mae. 1998. Genetic Engineering: Dream or Nightmare? ThirdWorld Network. MalaysiaWan-Ho, Mae. 1999. Report on horizontal gene transfer. mimeo. S.l.

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Contra la existencia de cultivostransgénicos

H E N K H O B B E L I N K

La contaminación genética debe verse como una con-secuencia inevitable de la agricultura genéticamentemodificada y como la piedra angular de los esfuerzos

de la industria biotecnológica para generar la aceptaciónglobal de los cultivos genéticamente modificados como unhecho consumado. La industria biotecnológica quiere quesus oponentes crean que la única opción que queda es "ma-nejar" la coexistencia de la agricultura genéticamente mo-dificada y la no genéticamente modificada. La industrianecesita que abandonemos la lucha para detener la inge-niería genética y dirijamos nuestros esfuerzos a salvar loque queda de la agricultura no genéticamente modificada,en gran medida de la misma manera que ha intentadocooptar la lucha por la biodiversidad dentro de una cam-paña no amenazadora para proteger "zonas de alta biodi-versidad" del planeta. Pero tal coexistencia llevará inevita-blemente a un sistema global de alimentos y agriculturaconformado por dos canales paralelos -un mercado especí-fico libre de organismos genéticamente modificados(OGM) para los muy ricos y un abastecimiento contami-nado con OGM para el resto de nosotros- con las mismaspocas corporaciones controlando ambos canales, desde lassemillas hasta los supermercados. Contra esto, más y másgente está trabajando valerosamente, con todos los mediosa su alcance, para mantener campos, zonas, provincias, es-tados, países y regiones libre de OGM.

Voy a exponer cinco razones por las cuales el asunto dela contaminación debe inducir a un completo rechazo delos OGM:

La agricultura no tiene lugar en un laboratorio. El polen,las semillas y la comida viajan, y no ordenada, defini-

da y previsiblemente. Los insectos y el viento puedentransportar el polen a través de kilómetros. La capacidadde las semillas de estar en el suelo por años antes de germi-nar puede hacer las cosas todavía más complicadas. Y noexiste ninguna garantía contra los errores y actividades hu-manas, tanto si se trata de científicos enviando por error asus confiados colegas semillas genéticamente modificadas

alrededor del mundo, como de gente contrabandeando se-millas a través de las fronteras, agricultores sembrando losgranos de ayuda alimentaria genéticamente modificada oempresas biotecnológicas violando en forma frecuente lasreglamentaciones de bioseguridad.

Estudio tras estudio demuestran la imposibilidad depracticar la agricultura libre de OGM al lado de la agricul-tura genéticamente modificada. Ésta es la causa por la cuallas negociaciones sobre coexistencia son en realidad acer-ca de umbrales (determinando qué niveles de contamina-ción son "aceptables") y responsabilidades legales (asignan-do responsabilidad legal por las contaminaciones que ine-vitablemente ocurrirán). Y éste es el motivo por el cual laindustria de los OGM no es seria respecto de su participa-ción en cualquier plan de coexistencia que pudiera real-mente mantener separadas a la agricultura genéticamentemodificada de la no genéticamente modificada y asignararesponsabilidades legales donde efectivamente correspon-de, como nos muestra la reciente decisión de Bayer deabandonar la comercialización de su maíz genéticamentemodificado en el Reino Unido. La manera más práctica yeficiente desde el punto de vista de los costos de prevenirla contaminación con OGM es no sembrar cultivos gené-ticamente modificados en absoluto. Dado que los argu-mentos para sí hacerlo son bastante débiles desde la pers-pectiva de los agricultores y más desde la de los consumi-dores, no existe ninguna buena justificación para todos losesfuerzos y costos adicionales que demanda el incluir losOGM en el sistema agrícola.

La mayor parte de las discusiones sobre contaminaciónse enfocan en los umbrales de OGM que los consumidoresy la industria aceptarán en productos "no genéticamentemodificados". Pero para mucha gente cualquier contami-nación genética es un ataque a las más sagradas y funda-mentales creencias, de lo que el ejemplo más notable es lareciente contaminación del maíz en México.Para los pue-blos indígenas de México y Guatemala, el maíz es la basede la vida. En la historia del origen de los mayas el maíz fueel único material al cual los dioses pudieron incorporar elhálito de la vida y fue lo que utilizaron para crear el cuer-po de las primeras cuatro personas de laTierra. Para otros Henk Hobbelink, ingeniero agrónomo especialista en biodiversidad agrícola y

biotecnología, es coordinador de la oenegé internacional Grain.

T E M A D E P O R T A D A

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17Septiembre 2004

T E M A D E P O R T A D A

pueblos de México el maíz en sí mismo es una diosa. Elmaíz ha sido el alimento fundamental de los mexicanos porcenturias y miles de variedades hacen posible un asombro-so rango de sabores, consistencias, formas de preparación,nutrientes y usos medicinales. Es lo que ha mantenido vi-vos a los pueblos indígenas a pesar de la discriminación, lapobreza y el saqueo. Ha llegado a ser igualmente clave ycon frecuencia igualmente sagrado para las comunidadescampesinas en México y en gran cantidad de otras partesdel mundo. La vasta mayoría de los mexicanos no dudanen decir "somos hijos del maíz", por lo cual, cuando se des-cubrió que su maíz había sido contaminado con OGM,

reaccionaron como ante una violación de lo más sagradopara ellos. Álvaro Salgado, del Centro Nacional de Apoyoa las Misiones Indígenas, expresó el sentimiento popular:"La contaminación no es solo un problema más. Es unaagresión contra la identidad de México y sus habitantesoriginarios".

La industria de los OGM ha corrido a gran velocidadpara que sus cultivos estuvieran en el campo antes que lasregulaciones de bioseguridad y la oposición pública comen-zaran. Sin embargo, ella, como todas las grandes empresas,quiere contar con reglamentaciones que faciliten el controldel mercado mientras no les impida vender sus productos.La actitud de indiferencia de la industria hacia el mercadonegro de los cultivos genéticamente modificados, tal comocon el algodón Bt en India o la soja Roundup Ready en Ar-

gentina y Rumania, es solo un fenómeno temporal. Lesagrada esta contaminación inicial porque pone a las auto-ridades en una posición incómoda, y ejerce presión sobreellas para que aprueben los cultivos. Pero una vez que al-canzan este objetivo inicial, las grandes compañías se mue-ven rápidamente para aplastar al mercado negro y tomar elcontrol, como está sucediendo en Argentina y Brasil.

La división entre la industria de semillas biotecnológicay el resto de la cadena agroindustrial es otro fenómenotemporal. Las alianzas y fusiones entre las dos ramas de laindustria se dispararán en el momento en que la moratoriaeuropea y la japonesa sobre las importaciones de OGM ter-minen, dando lugar a sistemas fuertemente controlados de"preservación de la identidad", donde los agricultores cul-tivarán determinadas variedades bajo contrato con lasgrandes empresas, quienes estipularán qué insumos debe-rán utilizarse. Estos sistemas de preservación de la identi-dad se basarán en el uso de semillas certificadas, tanto pa-ra los cultivos no genéticamente modificados como paralos genéticamente modificados con "valor agregado". Loque implica que, a fin de garantizar la identidad de sus cul-tivos, los agricultores tendrán que cultivar a partir de semi-llas compradas a las empresas, no dejando ningún espaciopara la preservación o intercambio de semillas. Los agricul-tores que cultiven semillas producidas por ellos mismostendrán que vender sus cultivos fuera de los canales paralos productos no modificados genéticamente, a menos quepuedan encontrar mercados locales informales. Al final detodo esto, un pequeño círculo de grandes empresas o alian-zas empresariales emergerá con el completo control de lossistemas alimentarios y la agricultura, controlando tanto elsector de los OGM (ya sea en mercaderías a granel, comola soja Roundup Ready, o en cultivos con "valor agregado")como el sector no genéticamente modificado, que se con-vertirá en un nicho de mercado dirigido a los sectores ri-cos, como en gran medida ha llegado a ser la agricultura or-gánica. ¡Solo mírese a Rumania, donde la única semilla nogenéticamente modificada certificada disponible es la se-milla importada por Pioneer Hi-Bred desde Estados Uni-dos!

Los planes propuestos por los europeos para la coexis-tencia dejan claro que la separación entre agricultura ge-néticamente modificada y libre de organismos genética-mente modificados requiere una intervención normativaintensa y a gran escala. Los cultivos tienen que ser segre-gados mediante distancia y barreras, las semillas tienen queser certificadas como no genéticamente modificadas, se ne-cesitan fondos para indemnizaciones a los agricultores porcontaminación de cultivos no genéticamente modificados,es necesario que se desarrollen sistemas de manejo post-co-secha, y así sucesivamente. El resultado final es mucho ma-yor control sobre los agricultores. Se les obligará a amol-darse a las prácticas de coexistencia que tienen poco que

C. Heidelauf

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18 Septiembre 2004

ver con las buenas prácticas de agricultura. Habrá másburocracia, trabajo de oficina, presiones por la certifica-ción y mucho menos flexibilidad al momento de decidirqué sembrar, cuándo y cómo cultivar y cómo vender lacosecha. La conservación y los intercambios de semillas,si no se prohíben, serán mucho más complicados. El fu-turo de la agricultura no genéticamente modificada seráun sistema estrechamente regulado, gobernado por con-tratos onerosos que dejarán a los agricultores más vulne-rables ante el poder de la agroindustria. Y en los paísessin los recursos para tal intervención administrativa laagricultura libre de organismos genéticamente modifica-dos, una vez que éstos estén permitidos, no tendrá futu-ro.

Pero aun cuando las medidas de coexistencia pro-puestas tuviesen alguna efectividad real, simplemente noexiste manera de que los países de África, América Lati-na y Asia tengan la capacidad para implementar el tipode medidas pensadas en Europa. Basta con mirar la si-tuación con los pesticidas para entender la disparidad enlas reglamentaciones e implementación entre el Norte yel Sur. Cuando los OGM sean introducidos en los paísesdel Sur la contaminación será inevitable, incluso si se in-troducen como granos para ayuda alimentaria. Pero no

es solo la facilidad con la que la contaminación puedeocurrir lo que es tan problemático, sino también las im-plicaciones.

Los riesgos son mucho más altos en el Sur, puesto quelos sectores más pobres son altamente vulnerables acualquier alteración en la agricultura local, en el abaste-cimiento local de alimentos y en las costumbres locales.Los países del Sur están también en una posición de de-bilidad en relación con sus exportaciones. Mientras ellosdependen de las exportaciones agrícolas para obtener di-visas, los mercados de exportación están controlados porlas empresas del Norte, con libertad para bloquear lasexportaciones de los países del Sur si no cumplen con losumbrales de contaminación determinados por los paísesimportadores e incluso por las mismas empresas. La pre-sión para imponer los cultivos genéticamente modifica-dos viene del Norte, pero es éste el que terminará domi-nando el mercado de productos no modificados genéti-camente si los OGM logran penetrar los países del Sur.La única opción práctica para éstos es cerrar sus fronte-ras a todas las importaciones de OGM, lo que requierede un nivel de coraje político que gran cantidad de go-biernos del Sur parecieran no estar dispuestos a d e -m o s t r a r.

[A LA [A LA VENTVENTA]A]

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19Septiembre 2004

T E M A D E P O R T A D A

Transgénicos y maíz en MéxicoA L D O G O N Z Á L E Z

Cientos de generaciones mesoamericanas convirtie-ron un fruto no más grande que un dedo meñiqueen las mazorcas que conocemos ahora. En ese largo

tiempo se estableció una relación de dependencia mutua.El maíz necesita del ser humano para poder vivir, ya que nocrece de manera silvestre, pero los pueblos indígenas tam-bién necesitamos del maíz para vivir.

México ha perdido su soberanía alimentaria: a diezaños de haber firmado el Tratado de Libre Comercio deAmérica del Norte (TLCAN) con Canadá y Estados Uni-dos está importando de este país más de la cuarta parte delmaíz que consume. Y es muy probable que la contamina-ción por transgénicos en México esté más extendida de loque hasta ahora sabemos, habida cuenta que (1) alrededordel 30 por ciento del maíz que se produce en EU es trans-génico y los distribuidores lo revuelven con el maíz con-vencional, y que (2) el gobierno mexicano en lugar de im-pedir la importación de maíz transgénico ha permitido queentre maíz por encima de las cuotas establecidas en el TL-CAN, sin haber tomado ninguna medida de precaución.

Realizar un organismo genéticamente modificado, otransgénico, es difícil y en consecuencia costoso, ya que enel proceso hay pasos poco probables de realizar. Tener queintroducir ADN en células vivas es mucho más complica-do que armar un rompecabezas desconocido. Asimismo,lograr que el ADN sea insertado en forma estable en loscromosomas de las células es una cuestión de probabilidad.Los fabricantes que están haciendo transgénicos no pue-den controlar en qué lugar se insertará el ADN agregadoy, por lo tanto, no tienen ninguna posibilidad de hacer dosensayos iguales. Cada organismo que modifican es diferen-te y puede -o no- ser útil para sus propósitos, ya que depen-diendo del lugar donde se pegue la construcción transgé-nica podrá afectar o anular la acción de algún gen impor-tante del organismo a modificar.

Los genes son responsables de generar las proteínas quelos seres vivos necesitamos para realizar nuestras funcio-nes; y las proteínas son las responsables de controlar cadauno de los caracteres de un ser vivo, por ejemplo: el colordel maíz. Con frecuencia un gen puede controlar más deun carácter y un carácter puede depender de muchos ge-nes. Al agregar un gen al ADN de un ser vivo se producen

cambios que afectan las características físicas y/o químicasde éste: lo podrán hacer resistente a herbicidas o darle ca-racterísticas de insecticida, que son las características quemás les interesan a las empresas que juegan con la vida, pe-ro no hay certeza plena sobre qué otras características leestán alterando a los organismos que modifican.

Adicionalmente, la presencia de los organismos trans-génicos en la naturaleza y en los alimentos de animales yseres humanos representa riesgos que desgraciadamenteno han sido suficientemente evaluados por sus fabricantes.La falta de investigación sobre sus efectos, aunada a la pri-sa por introducir estos productos en el mercado, sin queexistan regulaciones suficientes en los países donde se pro-ducen y adonde se exportan, nos demuestra que la finali-dad principal de las empresas que los fabrican es el lucroy que no les importa la salud y la seguridad humana. Asi-mismo, la negativa de los gobiernos de los Estados Unidosy Canadá a ratificar el Protocolo de Cartagena sobre Bio-seguridad, y la falta de cumplimiento del mismo por partede México, nos da una idea de la protección que brindanlos gobiernos a la empresas biotecnológicas.

En 1998, el gobierno de México estableció una morato-ria que impedía la siembra de semillas transgénicas en elpaís; sin embargo, no existía ninguna disposición en rela-ción con la importación de granos de maíz transgénico pa-ra consumo humano o animal. Para los indígenas y campe-sinos de subsistencia, mexicanos y de todo el mundo, nohay diferencia entre granos y semillas, ya que de una mis-ma mazorca sale el maíz que se come y el maíz que se siem-bra; no están acostumbrados a comprar semillas y, en cam-bio, si están acostumbrados a experimentar y adaptar semi-llas que les pueden ser útiles.

Durante varios años antes de 2001, llegó maíz transgé-nico a las comunidades rurales mexicanas a través de

una empresa paraestatal de abasto denominada Diconsa.Al no existir en los sacos ninguna etiqueta que indicaraque contenía granos transgénicos, nadie supuso que sem-brarlos podría provocar un desastre.

La señora Olga Toro Maldonado de Capulalpam deMéndez declaró a la revista Newsweek que sembró maízproveniente de sacos de Diconsa sin saber que ése podríaser dañino; como ella muchos otros campesinos mexicanospudieron haberlo hecho.Aldo González es coordinador del Área de Derechos Indígenas de la Unión de

Organizaciones de la Sierra Juárez, Oaxaca, México.

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20 Septiembre 2004

2001 fue el año en que se descubrió la contaminación.Quist y Chapela, dos investigadores de la Universidad deCalifornia, en Berkeley, dieron parte de su descubrimientoal gobierno mexicano en mayo de ese año; pero fue hastael 15 de septiembre que la noticia se filtró a los medios yposteriormente fue reconocida por el Instituto Nacionalde Ecología (Ine) y negada inicialmente por los funciona-rios de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, DesarrolloRural, Pesca y Alimentación (Sagarpa). La revista científi-ca Nature publicó inicialmente los resultados de la investi-gación de Chapela y Quist, pero posteriormente se encar-gó de iniciar una campaña de desprestigio de ellos y se ne-gó a publicar los resultados de los estudios gubernamenta-les realizados por el Ine y la Conabio. Aunque la Sagarparecogió muestras de maíz a principios de 2002, no entrególos resultados de su investigación inmediatamente, por loque varias organizaciones indígenas y campesinas, así co-mo oenegés interesadas en el tema, realizamos un muestreoa finales de 2003. Los resultados fueron catastróficos: sedetectó presencia de contaminación en los nueve estadosde la república muestreados. Se encontró presencia demaíz BTCry 1Ab/1Ac, maíz BtCry1C, maíz BtCry9C StarLink (retirado del mercado de alimentos en Estados Uni-dos por ser para consumo animal) y maíz CP4 EPSPS, re-sistente al herbicida Round Up Ready de Monsanto. Ade-más, se encontró plantas de maíz con combinaciones dedos y hasta tres diferentes tipos de transgénicos.

Hasta la fecha, el gobierno mexicano no ha realizadoninguna acción para frenar la contaminación; a fina-

les de 2003, Victor Manuel Villalobos, de la Comisión In-tersecretarial de Bioseguridad y Organismos Genética-mente Modificados, anunció que se levantaría la morato-ria a la siembra de maíz transgénico a finales de ese año; el29 de octubre de 2003, y a espaldas del Senado mexicanoy de la opinión pública, firmó un acuerdo internacional enel marco del Tratado de Libre Comercio que presentó co-mo un instrumento para regular el comercio de transgéni-cos, pero en realidad les da la entrada legal al país; asimis-mo se encargó en 2004 de boicotear las negociaciones delProtocolo de Cartagena sobre bioseguridad, proponiendoque se elevara a 5 por ciento la presencia de transgénicosen cargamentos de granos convencionales sin que se con-siderara que fueran transgénicos, cuando el resto de lospaíses había llegado a definir una cuota máxima de 0,9 porciento. Con estas actitudes queda en evidencia que el go-bierno mexicano le está haciendo el trabajo sucio a las cor-poraciones transnacionales fabricantes de transgénicos.

Por su parte, el Senado mexicano aprobó en 2003 unaminuta de Ley de Bioseguridad que más que proteger la sa-lud y la biodiversidad mexicana está favoreciendo los inte-reses de las corporaciones transnacionales. Actualmenteesa minuta está en revisión en la Cámara de Diputados,

que ha recibido la presión de la comunidad científica pro-transgénicos para aprobarla, aduciendo la necesidad derealizar investigaciones en la materia.

En marzo de 2004 la Comisión de Cooperación Am-biental de América del Norte presentó un estudio prelimi-nar sobre la contaminación en Oaxaca. En junio debió ha-berse publicado el estudio, pero debido a la presión del go-bierno estadounidense no se publicó, probablemente por-que no le favorece.

La contaminación del maíz descubierta en México esun hecho lamentable que no debe pasar desapercibido. Po-ne en riesgo a la humanidad entera, debido a que puedeperderse las características de las variedades nativas quehan sido resguardadas durante miles de años por los pue-blos indígenas y que son la garantía de que en este plane-ta se pueda seguir sembrando maíz.

Los pueblos indígenas podemos decir con orgullo quenuestros maíces no le hacen daño a nadie, diez mil años depráctica lo demuestran; las empresas transnacionales nopueden decir lo mismo.

AA LALA VENTVENTAA

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T E M A D E P O R T A D A

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21Septiembre 2004

La conservación de recursos naturales con perspectivade desarrollo humano adquiere cada día más relevan-cia. De hecho, el consumo de los recursos se reduce

sustancialmente cuando se da una promoción humana basa-da en la mejoría de las condiciones de salud, educación y em-pleo; mejoría que en ningún proceso de desarrollo comunita-rio debe disociarse del respeto al sentido de propiedad de latierra que priva en el medio rural. Las acciones mancomuna-das en pos de la conservación y del bienestar social a partirde la autogestión de las comunidades permiten desarrollar laconciencia ecológica, canalizar esfuerzos para la generaciónde mejores condiciones de salud, educación y empleo con laconsecuente mitigación de la pobreza, reducir la migraciónde la población, fortalecer la economía interna de bienes yservicios, aprovechar la economía alrededor del uso adecua-do de los recursos naturales y que las comunidades adquieranmayor capacidad de negociación.El fomento del desarrollo soste-nible de las comunidades ruralesdebe integrar, pues, lo socio-cul-tural, lo económico, lo ambientaly lo político, lo cual no puede serlogrado espontáneamente, sinoque debe obedecer a criterios claros de planificación según elcontexto y la realidad particulares.

La integridad de las áreas protegidas requiere de la aten-ción simultánea de la conservación de la biodiversidad, de lagestión y participación de las comunidades locales, de la ge-neración de capacidades humanas para el desarrollo de alter-nativas productivas sostenibles -individuales o colectivas- ydel ordenamiento del territorio consensuado entre todos losactores. Las comunidades aledañas a las áreas protegidas hande tener mayores restricciones para el desarrollo de los siste-mas productivos que les proveen empleo e ingresos económi-cos, en función de lo cual debiera generarse alrededor de ta-les áreas actividades alternativas que desestimulen parcial-mente la dependencia de los recursos naturales reorientandoparte de la mano de obra hacia una economía de servicios.Hay también que impulsar procesos de concienciación am-biental e interpretación del espacio biofísico, procurando que

se reconozca las potencialidades de uso de los recursos dispo-nibles; se debe desarrollar capacidades y destrezas en la co-munidad e identificar el ordenamiento territorial requerido,propiciando acciones claras de organización y autogestión lo-cal. Se debe involucrar a la comunidad en la problemática yen la solución, los agentes externos no deben perpetuar suprotagonismo.

Por otra parte, el empleo no puede considerarse solamen-te en función de los ingresos económicos que hace posibles,sino también en tanto fuente de otras satisfacciones que con-tribuyen a la promoción del ser humano en su contexto fami-liar y local. El tener la oportunidad de generar una idea deemprendimiento productivo sostenible hace elevar el nivelde autoestima de la persona, le permite asumir responsabili-dades y riesgos, descubrir y explotar sus habilidades y destre-zas, sentirse perteneciente a una colectividad social en desa-

rrollo y adquirir espacios de au-tonomía; es el crecer del ser hu-mano como persona si se lecomplementa con adecuadosprogramas de salud y educación.Una comunidad con capacida-des de emprendimiento fortale-

ce la economía interna del lugar y crea la plataforma para ge-nerar otros niveles de desarrollo productivo local y regional.Esta promoción de la persona sin duda repercute sobre suconciencia ecológica, hecho que atenuará el uso inadecua-do de los recursos naturales a su alrededor y le permitirá in-teriorizar una forma de actuación espontánea equilibradade acuerdo con el marco de sostenibilidad.Ante este pano-rama, los gestores de desarrollo local con mayor frecuenciase verán obligados a adquirir conocimientos más integralespara su actuación; las comunidades rurales, estén dentro ofuera de las áreas protegidas, demandarán cada día más elapoyo en este sentido. Ellas, ajenas al aporte aislado de dis-ciplinas profesionales especializadas, acuden a respuestas in-tegrales para mejorar su calidad de vida. Dado que la gestiónpara el desarrollo local sostenible representa una excelentealternativa para la conservación, los encargados de las áreasprotegidas deben empezar a actuar ante las comunidades ve-cinas, lo que además se traducirá en importantes lazos de ar-monía con la sociedad a la que pertenecen.

por Edgar Castillo

Áreas protegidasy desarrollo local

Édgar Castillo, ingeniero agrónomo y especialista en desarrollo local sostenible,es director del Programa Latinoamericano en Gestión Agroempresarial yAmbiental de la Universidad para la Cooperación Internacional.

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22 Septiembre 2004

Las ecovillas son comunas cuyos habitantes tienenun proyecto de vida muy diferente al que nos dic-ta la sociedad actual. Aunque cada comuna tiene

su propia "personalidad", las características principalesde ellas son:

Vivir en comunidad: El sentido de comunidad es muyimportante en la ecovilla: todos los miembros se reúnenconstantemente para compartir e intentan mantenerbuenas relaciones entre sí. La propiedad del terreno escomunal. Todos trabajan por el bien común. Practicanvalores como solidaridad, tolerancia, paz y cooperación.

Ecodemocracia: En las comunas impera una estructu-ra política singular que los defensores de las ecovillashan llamado ecodemocracia. Todos los habitantes sonconsultados en asuntos que atañen a la comuna. A pe-sar de que hay un concejo o junta administrativa, la co-munidad entera está porencima en orden de je-rarquía.

Autosuficiencia: En lasecovillas se practica laagricultura orgánica.Siembran lo que comeny elaboran casi todo lo necesario para su consumo en lamisma comunidad, aunque la autosuficiencia total no esposible (por el hecho de que las condiciones ecológicashacen imposibles ciertos cultivos).

Armonía con la naturaleza: Para los miembros de unaecovilla el cuidado de la naturaleza es el principio funda-mental; ella tiene un valor en sí misma y no el que leotorga el mercado. En las comunas se utilizan energíasrenovables (hídrica, eólica, solar), se trata las aguas resi-duales de una manera natural, se preserva los ecosiste-mas, se maneja adecuadamente los desechos sólidos y, engeneral, se provoca el menor impacto ambiental posible.

Alrededor del mundo existen miles de ecovillas quese mantienen exitosamente. En Costa Rica hay co-

munas que intentan seguir los principios de las ecovillas,siendo Dúrika una de las más pujantes. Ubicada entre

unas maravillosas montañas, en Buenos Aires de Punta-renas, Dúrika es una ecovilla con 13 años de existencia.

En ese lugar, los dúrikos, poco a poco, han compradocolectivamente 8.000 hectáreas de tierra y las han refo-restado hasta constituir un inmenso bosque al lado delcual llevan a cabo una vida de sencillez, trabajo y, sobretodo, en armonía con la naturaleza. Cultivan orgánica-mente para su consumo y para vender, producen pan ygalletas y, además, queso y yogurt a partir de la leche decabra -que es mejor para el ser humano que la de vaca,además de que la cabra requiere menos espacio y pastosque las vacas. Dúrika, además, genera ingresos median-te un ecoturismo curioso: los turistas tienen que trabajarde la misma manera que los miembros de la comuna: selevantan en la madrugada para laborar en la huerta, enel cuido de las cabras o en cualquier otra actividad nece-

saria, hasta la hora del de-sayuno, luego vuelven atrabajar hasta el almuerzo,después del cual deben dehacerlo todavía dos horasmás. Además, pagan por elhospedaje, la comida y el

aprendizaje que reciben acerca de lo que es una ecovillay las diferentes actividades que se dan en la misma.

El dinero que los dúrikos generan con su trabajo loinvierten sabiamente comprando tierras aledañas quereforestan con especies nativas (por ello sus dominioshan pasado de las 300 hectáreas con que contaban en elinicio a las 8.000 actuales). Este inmenso terreno alber-ga bosque secundario y primario, parte del cual es consi-derado Patrimonio de la Humanidad por constituir uncorredor biológico colindante con el Parque Nacional LaAmistad.

En Dúrika se percibe fácilmente el amor de susmiembros por la naturaleza, manifiesto en el respeto portoda forma de vida (por ejemplo, cuando una cabra en-vejece y deja de producir no es asesinada, sino que se lesigue cuidando con las demás hasta su muerte natural,como una forma de agradecimiento por el servicio quebrindó a la comunidad)

Ecovilla Dúrika es utopía-materializada

Cristina Navarro es estudiante de la Universidad de Costa Rica.

por Cristina Navarro

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Los gobiernos locales en América Latina por lo ge-neral no hacían más que expedir partidas de naci-miento, recoger la basura y cuidar las plazas, mer-

cados y cementerios municipales. Esa época se acabó.Ahora la mayoría de las alcaldías y consejos municipa-les se meten en asuntos de salud, educación, desarrolloeconómico y hasta temas forestales:

* Bolivia ha concedido a los gobiernos municipalesel derecho a reclamar hasta el 20 por ciento de los bos-ques públicos para ser utilizados por grupos locales y haotorgado el 25 por ciento del dinero de las patentes fo-restales para actividades forestales municipales.

* Honduras ha permitido que las municipalidadesrecuperen el control de los bosques ejidales, que son el28 por ciento de los bosques del país y que siempre lespertenecieron a ellos pero estaban siendo administradospor el gobierno central.

* Guatemala ha exigido a las municipalidades crearoficinas ambientales y les ha dado incentivos financie-ros para proyectos de reforestación. Allí los municipiosreciben el 50 por ciento de las recaudaciones por conce-siones y permisos de explotación.

* La nueva ley forestal de Nicaragua permite al Ins-tituto Nacional Forestal delegar las responsabilidadespara la regulación forestal a los municipios junto con losrecursos para hacerlo. Por primera vez los representan-tes municipales participan en comisiones forestales im-portantes.

En todo el continente, los gobiernos locales se hanmetido a sembrar árboles, combatir incendios forestales,demarcar tierras, administrar parques, conceder permi-sos e imponer multas. Centenares y quizás miles de mu-

nicipios tienen sus propias oficinas y comisiones foresta-les y/o de ambiente.

El libro La gestión forestal municipal en América Lati-na, preparado por Lyes Ferroukhi, usa casos de Bolivia,Brasil, Costa Rica, Guatemala, Honduras y Nicaraguapara analizar esta tendencia. Demuestra cómo la des-centralización ha dado nuevas oportunidades de partici-par a los indígenas, pequeños productores agrícolas y fo-restales y a grupos ambientalistas locales, y les ha permi-tido protegerse de grupos externos que quieren usar susrecursos. De la misma manera, sin embargo, la descen-tralización también ha creado más espacio para la élitelocal y para los grupos locales que se oponen a la con-servación, al manejo forestal sostenible y a los derechosde los indígenas. La mayoría de las iniciativas forestalesmunicipales son pequeñas e incipientes y carecen deuna ayuda técnica sólida, y muy a menudo las agenciasforestales nacionales ven a las municipalidades comocompetidores y no como aliados potenciales.

Algunos municipios se involucran en actividades re-lacionadas con los bosques debido a la presión de las co-munidades y de las oenegés locales. Otros esperan con-seguir dinero de los proyectos externos o de los impues-tos y regalías forestales. Los municipios más poblados tí-picamente tienen unidades ambientales mejor estructu-radas, aunque no son necesariamente más dinámicas.Los gobiernos locales tienden a ser menos amigablescon el ambiente en regiones de frontera agrícola y demucha extracción de madera.

El interés municipal por los bosques llegó para que-darse. Necesita ser mejorado, no ignorado. Parece clavehacer a los gobiernos locales más democráticos y res-ponsables, proporcionándoles autoridad, recursos y ca-pacidad técnica, y usando a los gobiernos centrales pa-ra evitar que se extralimiten.

Bosques americanosse vuelven locales

[Para solicitar copia electrónica de este documento escribir a Indah Susilanasari a: [email protected]. Para enviar comentarios a autoresescribir a: [email protected]]

David Kaimowitz

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