Teorema Bell

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7/17/2019 Teorema Bell http://slidepdf.com/reader/full/teorema-bell 1/1  esenacón desarrollo, mostraban que la interpretación física (y por tanto, realista) del formalismo cuántico era innecesaria; es decir, el problema era, esencialmente,  filosófico . En 1964, John Stewart Bell publica un artículo en el que demuestra, a modo de teorema, que en cualquier teoría de variables ocultas que cumpla una cierta condición de localidad, preceptuada por la Teoría de la Relatividad, —entre eventos espacialmente separados no puede existir ningún tipo de influencia que se propague a mayor velocidad que la de la luz—, las correlaciones observables entre pares de partículas separadas deben satisfacer unas ciertas desigualdades (desigualdades de Bell) que, en determinadas circunstancias, contradicen las predicciones de MC. En principio, el teorema de Bell parecería ser una más en la serie de pruebas de imposibilidad de las variables ocultas que se habían venido sucediendo con anterioridad, pero dos rasgos lo diferencian de aquéllas: el primero es que no excluye las teorías de variables ocultas —tan sólo establece que éstas han de ser no-locales y, por tanto, entrarían en conflicto con la Relatividad—, el segundo, y más revolucio- nario, es que ofrecía la posibilidad de ser verificado experimentalmente — lo que significaría, se decía, poder decidir por medios empíricos la disputa entre Einstein y Bohr a propósito del argumento EPR—. A principios de los años 70 se realizan los primeros experimentos diseñados para su contrastación —en los que se confirma, tanto la violación de las desigualdades de Bell, como la corrección de las predicciones de MC—, y es a partir de entonces cuando se generaliza el interés en el teorema de Bell —del que se llega a decir es el más profundo descubrimiento de la ciencia—, concitándose en él la discusión acerca del significado e interpretación de MC que tendría ahora, se dice, una solución científica'. Ahora bien, este cambio de situación no se interpretó tan sólo como un feliz abandono de la especulación filosófica y la recuperación del problema a manos de los físicos; realizando una curiosa inversión de los términos, a la posibilidad de contrastar el teorema le siguió la idea de que la filosofía misma quedaba sometida a prueba experimental.  El progresivo interés en el teorema de Bell a raíz de las contrastaciones experimentales está documentada en L. E. Ballentine, Resource Letter IQM-2: Foundations of Quantum Mechanics Since the Bell Inequalities , merican Journal of Physics 55 1987), pp. 785-792. a referencia es también apropiada para ilustrar la última observación, pues se celebra aquí (pág. 787) que la interpretación de MC haya dejado de ser tema de debates sin fin entre filósofos y físicos de salón para convertirse en un asunto de la Física. Universidad Pontificia de Salamanca

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Doctorado sobre teorema Bell y aplicaciones en ciencias sociales

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7/17/2019 Teorema Bell

http://slidepdf.com/reader/full/teorema-bell 1/1

 esenacón

desarrollo, mostraban que la interpretación física (y por tanto, realista) del

formalismo cuántico era innecesaria; es decir, el problema era, esencialmente,

  filosófico .

En 1964,

John Stewart Bell

publica un artículo en el que demuestra, a

modo de teorema, que en cualquier teoría de variables ocultas que cumpla una

cierta condición de localidad, preceptuada por la Teoría de la Relatividad,

—entre eventos espacialmente separados no puede existir ningún tipo de

influencia que se propague a mayor velocidad que la de la luz—, las

correlaciones observables entre pares de partículas separadas deben satisfacer

unas ciertas desigualdades (desigualdades de Bell) que, en determinadas

circunstancias, contradicen las predicciones de

MC.

En principio, el teorema de

Bell

parecería ser una más en la serie de pruebas de imposibilidad de las

variables ocultas que se habían venido sucediendo con anterioridad, pero dos

rasgos lo diferencian de aquéllas: el primero es que no excluye las teorías de

variables ocultas —tan sólo establece que éstas han de ser no-locales y, por

tanto, entrarían en conflicto con la Relatividad—, el segundo, y más revolucio-

nario, es que ofrecía la posibilidad de ser verificado experimentalmente — lo

que significaría, se decía, poder decidir por medios empíricos la disputa entre

Einstein y Bohr

a propósito del argumento EPR—. A principios de los años 70

se realizan los primeros experimentos diseñados para su contrastación —en los

que se confirma, tanto la violación de las desigualdades de Bell, como la

corrección de las predicciones de MC—, y es a partir de entonces cuando se

generaliza el interés en el teorema de

Bell

—del que se llega a decir es el más

profundo descubrimiento de la ciencia—, concitándose en él la discusión acerca

del significado e interpretación de

MC

que tendría ahora, se dice, una solución

científica'. Ahora bien, este cambio de situación no se interpretó tan sólo como

un feliz abandono de la especulación filosófica y la recuperación del

problema a manos de los físicos; realizando una curiosa inversión de los

términos, a la posibilidad de contrastar el teorema le siguió la idea de que la

filosofía misma quedaba sometida a prueba experimental.

 

El progresivo interés en el teorema de

Bell

a raíz de las

contrastaciones

experimentales está

documentada en

L. E.

Ballentine,

Resource

Letter IQM-2:

Foundations of Quantum

Mechanics

Since the Bell Inequalities ,

merican

Journal of Physics 55 1987),

pp. 785-792.

a referencia

es también apropiada para ilustrar la última observación, pues se celebra aquí (pág.

787)

que la

interpretación de

MC

haya dejado de ser tema de debates sin fin entre filósofos y físicos de

salón para convertirse en un asunto de la Física.

Universidad Pontificia de Salamanca