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EL TRANSPORTE DEL BEBÉ

Asignatura: Tratamiento de la motricidad en el currículo de educación infantil

4ºC Educación infantil

Realizado por:

- Moguel Flor, Saioa - Pozo Aragón, Laura

- Ruiz Marrufo, Cristina

8/11/2013

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Índice:

1. Introducción…………..………………………………………………………… 3

2. Cómo coger al bebé…………….………………………………………. 3- 4

3. Cómo transportar al bebé…………………………………………….5 - 7

4. Mochilas portabebés…………………………………………………… 7 - 8

5. Bandolera o mei-tai………………….………………………………. 9 - 11

6. Kikuyu…………………………………………………………….……………… 11

7. Pouch…………………………………………………………………………….. 11

8. Seguridad………………………………………………………………… 11 - 13

9. Conclusión………………………………………………………………………13

10. Bibliografía……………………………………………………………..14 - 15

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1. Introducción

El siguiente tema trata sobre cómo es conveniente transportar al bebé y los métodos o

herramientas que se utilizan para ello. Por ello, en primer lugar, hablaremos sobre

cómo se debe coger a un bebé y las medidas de seguridad que se tienen que tener en

cuenta. Posteriormente, se hablarán de varias técnicas y herramientas empleadas y de

sus beneficios e inconvenientes.

2. Cómo coger al bebé

Dado que el tema trata sobre cómo transportar al bebé, es conveniente comenzar a

hablar de cómo debemos coger y sujetar a un bebé desde el momento en el que nace.

A continuación, se detallan una serie de recomendaciones a la hora de coger a un bebe

recién nacido en brazos:

Hay que cogerlo siempre sosteniendo su espalda y su cabeza, debido a que su

cuello todavía no es capaz de sostener la cabeza ni lo será aproximadamente

durante los primeros tres meses, por ello debemos tener especial cuidado.

Con una mano debemos sujetar la espalda y con la otra la cabeza para que no

se ladee ni se vaya hacia delante ni hacia atrás. Son tan pequeños que con la

misma mano que le sujetamos la espalda podemos también sujetarle la cabeza

colocando la palma de la mano en la parte superior de la espalda del bebé y

sosteniendo con los dedos su cabeza. Con la otra mano lo sujetamos por el

culete y lo acercamos a nuestro cuerpo.

Una vez que lo hemos cogido, debemos apoyar todo el cuerpo del bebé sobre

uno de nuestros brazos colocando la cabeza en el doblez del codo mientras

seguimos sujetándole por debajo de la espalda con la otra mano. Cuando

hayamos adquirido práctica podrás sujetarlo con un sólo brazo.

Procuremos acercarlo siempre a nuestro cuerpo, así se sentirá más seguro y

arropado.

Es importante actuar con delicadeza pero a la vez con suavidad. Queremos que

el bebé se sienta seguro en nuestros brazos y debemos transmitirle seguridad.

Antes de levantarlo de la cuna o cogerlo de los brazos de otra persona nos

acercamos primero hablándole con palabras suaves y dándole caricias.

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Cuando vayamos a acostarlo, debemos inclinarnos sobre la cuna lo más posible

sin despegarlo de nuestro cuerpo hasta el último momento y sin dejar de

sujetarle la espalda y la cabeza. Primero tiene que apoyar el culete, luego el

resto del cuerpo y por último la cabeza. No debemos quitarle la mano de la

cabeza hasta que no esté completamente tumbado.

Los bebés, cuantos más pequeños son, más necesitan del contacto físico y directo con

su figura de apego, ya que este le da seguridad, confianza, abrigo y todo lo que el bebé

necesita.

El apego es el vínculo emocional que desarrolla el niño/a con sus cuidadores y que le

proporciona la seguridad emocional indispensable para un buen desarrollo de la

personalidad. Desde hace mucho tiempo, se conocen los efectos del déficit de

contacto físico en bebés. Esto se conoce como la Teoría del Apego, desarrollada por

autores como John Bowlby, Harry Harlow, Mary Ainsworth, entre otros y que habla de

la necesidad del bebé de estar próximo a su madre, de ser acunado en brazos,

protegido y cuidado.

En ocasiones, los pediatras y doctores aconsejan que no se coja a los bebés cada vez

que lloren, ya que tienden a acostumbrase y sólo querrán que lo cojamos, pero lo

cierto es, que los bebés desde pequeños necesitan el contacto físico con su figura de

apego, por ello, cuando el pequeño llore, a pesar de tener todas sus necesidades

cubiertas, necesita del cariño y el arropo de esta figura. Pues bien, la necesidad de

contacto físico es igual de importante que el resto de necesidades básicas del bebé.

El bebé nace con una gran inmadurez. Es el contacto casi permanente con su madre el

que le garantiza su supervivencia. El contacto cercano con la madre le permite

alimentarse y estar protegido ante cualquier peligro. Del mismo modo, le permite

crear un vínculo afectivo seguro con su madre, lo cual será la base de todo su

desarrollo emocional posterior.

Cuando el bebé nace, pasa de estar en el ambiente intrauterino, vivo, caliente, en

constante movimiento, al ambiente extrauterino. Lo más parecido en este ambiente a

lo que conoció antes de nacer es el cuerpo de su madre: su olor, su tacto, su voz, su

temperatura corporal, el latido de su corazón. Por ello, la proximidad física con su

madre ofrece al bebé la sensación de seguridad y protección que necesita.

La independencia del bebé es un proceso madurativo, lento y gradual, que va parejo a

su desarrollo físico, psicomotor, cognitivo, comunicativo y afectivo, por ello, a medida

que el bebé va creciendo, esta dependencia irá disminuyendo.

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3. Cómo transportar al bebé

No todas las posiciones son sanas para el desarrollo del bebé, por ello se destacarán

aquellas más sanas y las más insanas para tenerlas en cuenta.

La posición más sana para la columna del bebé, es cuando esta se encuentra formando

la letra C, de éste modo, su columna se desarrollara de la manera correcta.

Obviamente, al estar acostado, el bebé no logra esa curvatura ideal y su columna en

pleno ajuste, se resiente.

La columna totalmente estirada, no es una posición fisiológica y el bebé puede sufrir

problemas tanto en su columna como en sus caderas.

Los carros y las capotas en las que se colocan a los bebés, no son del todo negativos si

el bebé no está mucho tiempo en ellos. Estas herramientas pueden ayudar en varios

momentos del día, donde es imposible coger al bebé, como lo son la hora de preparar

alimentos, el aseo, ir al baño, etc. El uso de ellos no es totalmente negativo, pero se

recomienda que no se usen en exceso ya que en ellos el bebé no mira a la persona que

le lleva, sino que mira al exterior y el contacto se pierde, a la vez que la curvatura de su

espalda no es la correcta.

Lo ideal, es que cuando se sale a la calle con los bebés, estos en todo momento

mantengan el contacto visual con la persona que le lleva. También es ideal, que la

postura mientras están despiertos se cambie, ya que pasan mucho tiempo durmiendo

con la espalda recta.

Permanecer demasiado tiempo acostado, no solo resultará muy poco estimulante para

el bebé, sino que además, se perjudica el desarrollo de la columna vertebral, de las

caderas y provocándole plagiocefalia, que es la deformación del cráneo, haciendo que

quede aplastada la parte posterior o lateral de su cabeza al estar tanto tiempo

recostado sobre esta.

La prevención de la plagiocefalia es no dejar al bebé demasiado tiempo en posición

horizontal, y a la hora de dormir, que cada vez duerma recostado sobre un lado de su

cabeza, no siempre sobre el mismo.

Al no tener posibilidad de cambiar de posición y no ser estimulado para cambiarla, el

cuerpo del bebé no tiene posibilidad de ganar tono muscular.

Pero el bebé despierto no puede permanecer en esos lugares mucho tiempo, dado que

no le permitirán libertad en sus movimientos y no tendrá la posibilidad de estirar sus

músculos y no fortalecerá los músculos de su cuello.

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Otra de las opciones para evitar el transporte horizontal o disminuir su uso, es el uso

de portabebés como fulares, rebozos, mei-tai y similares de los que hablaremos más

adelante. Usándolos, se reduce la posibilidad de que el bebé padezca plagiocefalia, se

reducen las molestias por cólicos, ayuda ampliamente a los bebés con displasia de

cadera, sin contar los amplios beneficios del apego con sus padres.

Llevar el bebé encima tiene muchas ventajas para el niño y sus padres:

Bienestar: El bebé está diseñado para ser llevado. Por su instinto busca la

protección y el calor en la cercanía del que lo lleva.

Desarrollo físico: llevar el bebé en una posición adecuada facilita que sus

caderas y espalda se desarrollen correctamente. Se puede usar como

tratamiento adicional en formas de displasia de la cadera.

Estimulación temprana: el contacto sobre la piel y el balanceo son estímulos

básicos para el desarrollo del bebé, además tiene la posibilidad de descubrir su

alrededor con los ojos, el oído y el olfato.

Seguridad: el niño no está solo y corre menos riesgo de un accidente por falta

de vigilancia.

Menos carga y más tiempo libre: los bebés suelen estar más contentos y lloran

menos. Los padres pueden acabar las tareas en casa así como hacer cosas en el

pueblo/la cuidad mientras el bebé está durmiendo en el portabebés.

Más libertad de movimiento: Dónde un cochecito no llega sí lo hace un

portabebés; escaleras, aceras estrechas, autobuses, metro o caminos de tierra

se pueden usar sin problema.

Cuidar la espalda: sobre todo las madres aguantan el peso del niño mucho rato

en brazos o encima de la cadera durante el día. Con un portabebés es posible

distribuir el peso mejor y descansar los brazos. Hasta incluso es posible

amamantar cómodamente al bebé.

Las madres así como los padres pueden disfrutar de llevar al bebé y da igual si ellos

deciden usar el portabebés solamente en casa o si desean salir a la calle con él. No

existe ningún límite de tiempo diario ‐ cuanto más mejor si el bebé y los padres están a

gusto.

Cuanto más pequeño es el bebé más atención tenemos que prestar al buen ajuste del

portabebés. La posición correcta para un bebé recién nacido puede estar tumbado en

posición cuna o erguido en una posición parecida a sentado. Además es imprescindible

tener suficiente soporte para su cabeza. Siempre es importante que el cuerpo del niño

vaya bien apretado contra el cuerpo del portador. Las piernas deben estar abiertas

para coger el portador y las rodillas están a un nivel más alto que el culito mientras las

ante piernas cuelgan libres abajo. Con un portabebés adecuado se pueden llevar desde

bebés recién nacidos hasta niños mayores (4 – 5 años).

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Se puede llevar al bebé delante (erguido o tumbado), encima de la cadera (erguido) y

sobre la espalda (erguido o tumbado). No es recomendable llevar el niño con la cara

hacia delante porque no es posible conseguir una posición adecuada y tampoco

permite al niño descansar.

En el mercado actual existen diferentes tipos de portabebés, entre los que podemos

encontrar:

Los fulares

Las bandoleras

Los mei-tais

Las mochilas portabebés

Los bolsillos (pouch)

Antes de elegir el portabebés que se va a comprar, lo mejor es probarlo, para ver cómo

se ajusta a nuestro cuerpo y cómo nos desenvolveremos con él. Existen unos aspectos

a tener en cuenta a la hora de comprarlos:

El portabebés tiene un manual de instrucciones que explica la colocación

correcta y la edad apropiada para su uso.

Se puede ajustar individualmente al bebé y al portador. La prueba: cuando el

portador se inclina hacia delante el niño no se aleja de él.

Dispone de un soporte para la cabeza y un puente ancho entre las piernas del

bebé, que llega de una rodilla a la otra.

Facilita una posición correcta: El tronco del niño está erguido y no se inclina

hacia un lado mientras su espalda debe estar curvada.

Las piernas no cuelgan hacia abajo ni las rodillas se tocan, sino que abrazan al

portador y las rodillas están a nivel del ombligo del bebé.

Cómodo para el portador, tiras suficientes anchas, que no aprieten el cuello y

repartan bien el peso.

4. Mochilas portabebés

Las mochilas portabebés de las que existen varios modelos y mayor el número de

padres que las usan son una excelente forma de transportar al bebe, de manera

cómoda y segura pegado a su cuerpo, en largas caminatas por la ciudad o el

campo. Ello tiene la ventaja de que tal posición da lugar a un estrecho contacto tanto

físico como visual con la madre o el padre, lo que repercute en que los bebés se

sientan protegidos y con una sensación de bienestar a medida que van adaptándose a

la vida extrauterina. Los padres por otra parte, se benefician en gran manera de tal

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posición pues les permite gran libertad de movimientos tanto dentro como fuera de la

casa.

Las mochilas portabebés ventrales o frontales (también conocidas como canguros), es

decir en las que el bebé se coloca en la parte frontal (sobre el tórax) tienen la ventaja

de que pueden utilizarse desde que el bebe nace (con un peso de 3.500 kg.) hasta

alrededor de los 12 meses (cuando el niño alcanza unos 10 kilos) pudiendo también

recurrirse a ellas hasta que el niño empieza a andar o hasta que el niño se resiste a que

le lleven de tal manera. En los niños menores de tres meses es preciso que una vez

sentado sus piernas queden correctamente colocadas (similar a la de las extremidades

anteriores de la rana) para así contribuir al desarrollo normal y correcto de sus frágiles

caderas (al prevenirse su luxación). Es indispensable que las mochilas frontales

dispongan, a la vez, de un reposacabezas o soporte que pueda ir adaptándose a

medida que el niño vaya creciendo con objeto de impedir que su cabeza se desplace

hacia los lados o de delante hacia atrás. Un soporte adicional en la región lumbar es

una ventaja que favorece la comodidad del niño. No hay que olvidar la ventaja

adicional que significa el que tales mochilas puedan ser lavadas a máquina.

Las mochilas portabebés dorsales o de espaldas con armazón de aluminio, plegables y

de tejido lavable impermeable son útiles a partir de los siete u ocho meses, es decir

cuando el bebe ya se sienta y mantiene la cabeza erguida. En ella los bebés pueden

viajar de cara o de espaldas al adulto de manera cómoda y bien sujetos. A diferencia

de aquellas mochilas portabebés frontales estas se colocan muy pegadas a la espalda.

Con estas mochilas el bebé disfruta de las vistas que le ofrece la altura del padre o

madre quedando su campo visual ampliado, es decir pueden ver el mundo con más

detalle. Por otra parte tales mochilas dorsales no permiten que la cabeza del niño se

mueva de un lado para otro pues ésta se apoya en un reposacabezas acolchado.

Existen multitud de accesorios que pueden adaptarse a las mochilas tales como un

toldo para el sol, un plástico para la lluvia etc.

Para colocar y retirar la mochila frontal es conveniente seguir los siguientes pasos:

- Colocarse los tirantes de la mochila y regularlos de tal manera que la cabeza del

bebé quede situada a la altura del tórax. Abrocharse la banda y ajustarse la medida.

Levantar el lado izquierdo superior de la mochila mediante el cierre de seguridad.

- Abrir la mochila e introducir al bebé por el lado derecho y pasar con cuidado sus

piernas por las aberturas. Ajustar las tiras comprobándose que el bebe esté

debidamente sentado.

- Para retirar la mochila desabrochar un lado de la mochila y con una mano sacar al

bebé (Las piernas deben extraerse en primer lugar).

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5. Bandolera o mei-tai

Llevar al bebé en un mei-tai o en una bandolera, es mucho mejor que utilizar una

mochila portabebés, ya que llevar al bebé en brazos está lleno de ventajas y

especialmente de beneficios para el adulto y para el bebé.

El “fular” es un pañuelo, una tela gruesa (de algodón) o un simple pareo que se

enrosca atando el niño al cuerpo del padre o de la madre a partir de los seis meses de

vida. Al quedar el peso del bebé repartido sobre el cuerpo permite ser utilizado en

largos paseos o caminatas.

Para colocarlo atado en la espalda, es conveniente seguir los siguientes pasos:

- Sostener el fular por la mitad y colocarlo alrededor de la cintura. Luego cruzarlo en la

espalda pasando sus extremos por encima de los hombros.

- Colocar el bebé (sujetándole siempre por encima de uno de los hombros) pasándole

el fular por detrás de las piernas. El culito del bebé debe quedar a la altura del ombligo

del portador.

- Extender el fular hasta cubrir su espalda extendiendo toda la tela sin dejar arrugas. La

ropa sobrante se arremete entre el bebé y el portador.

- Tirar de los laterales y ajustar el fular. Pasar los extremos por debajo del culito (no

por la espalda). Cruzar los extremos del fular pasándolos por debajo de las piernas

hacia la espalda del portador. Atarlo con doble nudo.

Cuando el bebés es más pesado, con este mismo método, se puede colocar sobre la

cadera de la madre, donde tiene un buen apoyo y es más cómodo de soportar más

peso. Los beneficios del uso de fular en la madre son los siguientes:

- Las manos quedan libres para hacer lo que se tenga que hacer, tanto para las tareas

de la casa como para relajarse, leer un libro o tomar algo.

- Olvidar los obstáculos arquitectónicos que se presentan al moverte con un carro

(sorteando bordillos, escaleras, accesos a metros o subterráneos) o al pasear por

terrenos difíciles (playa, campo…).

- Puede consolar al bebé al mismo tiempo que relacionarse, e incluso bailar mientras

se le proporciona un entorno estimulante para el aprendizaje.

- Puede darle de mamar sin manos mientras habla por teléfono, pasea, o hace la

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compra.

- Puede tener al bebé contento cerca suya mientras juega con el hermano mayor, le

prepara el desayuno, lo peina o lo lleva al colegio.

- Disminuye las posibilidades de padecer una depresión postparto. Cargar al bebé

recién nacido todo el tiempo ayuda a estimular la producción de hormonas ligadas a la

maternidad y al establecimiento de lazos afectivos. Además, poder llevar al bebé

mientras amamanta sin perder tu autonomía repercute positivamente en los enormes

cambios que acaban de acontecer al convertirse en mamá.

- También, tenerlo cerca, le enseñará a comprenderlo mejor y anticiparse a sus

necesidades.

Los beneficios para el bebé son los siguientes:

- Lloran menos. En aquellas culturas en las que los bebés son cargados casi

continuamente, los bebés lloran mucho menos que en aquellas en las que no son

portados.

- Disminuye el reflujo y el cólico del lactante. La posición incorporada en la bandolera

le ayuda a expulsar los gases y disminuir el reflujo. Además, junto con la tranquilidad

que le aporta estar en contacto, disminuye los episodios de cólicos.

-Es bueno para el desarrollo emocional. Los bebés que son llevados

en portabebés desarrollan rápidamente una sensación de seguridad y confianza.

Establecen vínculos seguros con quien los lleva y eso les ayuda a independizarse antes.

- Estimula el desarrollo cerebral del bebé. Cuando están en contacto con su madre (o

su cuidador) los bebés pasan más tiempo tranquilos, pero en estado de alerta. Ve el

mundo a la altura de los adultos en vez de ver las rodillas o tubos de escape. Esta

estimulación extra beneficia su desarrollo cerebral.

- Beneficia su desarrollo físico general. El latido del corazón, la respiración, la voz y

calor le son familiares y le aportan bienestar al recién nacido. Además, el movimiento

del adulto al caminar, agacharse y moverse, estimula el desarrollo del equilibrio y

fortalece la musculatura del bebé.

- Beneficia el desarrollo de las caderas. La posición de las piernas en “ranita” (con las

rodillas más altas que las nalgas y las piernas separadas unos 90º) favorece el correcto

desarrollo de la cadera.

- Beneficia la lactancia materna a demanda. Cargando a tu bebé junto a tu pecho

puedes darle de mamar siempre que lo necesite, puedes amamantarlo mientras haces

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la compra, llevas al colegio a tus hijos mayores o esperas en la cola de un banco, de

una forma muy discreta y sin necesidad de detenerte ni sentarte.

6. Kikuyu

El concepto de Kikuyu nace de las tribus africanas en las que las madres portan a sus

bebés en unos paños especiales de coloridas telas tejidas en telar por ellas mismas

mientras están embarazadas. De esta forma protegen a su bebé, lo tienen siempre

cerca y tienen las manos libres para poder realizar las tareas diarias.

Son fulares hechos de algodón 100% que llegan a soportar hasta 800 kilos al arrastres

por lo que son muy resistentes al peso del bebé.

7. Pouch

Es una tela a modo de bolsa que se puede utilizar desde el primer día en posición de

cuna. Cuando el bebé ya tenga control de la cabeza y parte de la espalda, se le llevará a

la cadera, la posición más recomendada.

Las ventajas de utilizar pouch como método para transportar al bebé son las

siguientes: ocupa muy poco espacio y es el más rápido de poner y quitar, por lo que es

muy fácil de utilizar. Los inconvenientes de utilizarlo son: el peso recae sólo sobre un

hombre, por lo que puede crear malestar y dolor en el portador.

8. Seguridad

Como dijimos al comienzo, existen muchas herramientas para el transporte del bebé y

con todos ellos debemos asegurarnos de que nos sentimos seguros a la hora de

utilizarlos, fijándolos bien a nuestro cuerpo y al cuerpo del bebé. Debemos tener en

cuenta que los soportes están bien sujetos, ejerciendo fuerza contraria sobre ellos,

para poder evitar posibles accidentes.

En este apartado, queremos tratar también sobre la herramienta utilizada para

transportar a bebés en el coche, cómo deben ser y cómo debemos utilizarla.

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Los sistemas de retención infantil (SRI) son aquellos dispositivos que permiten a los

bebés y niños viajar de forma segura dentro de un automóvil. Hasta que tenga 12 años

o 1,35m de estatura, la ley exige utilizar estos sistemas en sus desplazamientos.

Los asientos y sistemas de seguridad pasiva de los vehículos no han sido diseñados

para las necesidades específicas de los bebés y niños pequeños, y por ello es

imprescindible el uso de estos dispositivos.

A continuación se detallan unas recomendaciones a la hora de adquirir un sistema de

retención:

- La silla siempre ha de estar homologada: busca la etiqueta con la E que te indicará

para qué vehículos es válida y el peso de los niños que pueden utilizarla.

- Probar la silla que estés pensando adquirir con tu bebé y valora su comodidad y

adaptación, garantizando así que acepte ir anclado.

- Comprobar que la silla se adapte perfectamente al asiento del automóvil y a los

cinturones de seguridad.

- Solicitar que te expliquen las instrucciones de instalación y valora positivamente

las que sean más sencillas.

También existen diversos tipos de asientos dependiendo dela edad y el peso del bebé:

Grupo 0 (hasta los 12 meses): Capazo o cuco homologado, únicamente para

bebés

- Solamente pueden utilizarse en el asiento posterior del coche.

- Deben situarse en posición horizontal y transversal a la marcha.

- Deben tener dos bandas de sujeción en el cuerpo del bebé.

- Se sujetan a través del sistema de anclaje ISOFIX o los dos cinturones de

seguridad.

Grupo +0 (hasta los 18 meses o 13 kilos): asientos para bebés

- Pueden colocarse en el asiento trasero o delantero, siempre que el

airbag del asiento de acompañante esté desactivado.

- Siempre deben situarse en sentido contrario a la marcha del vehículo.

- Se sujetan a través del sistema de anclaje ISOFIX o el cinturón de

seguridad.

- Son portátiles, pequeños y se ajustan mejor a los recién nacidos.

- Deben quedar situados con una inclinación inferior a 45°.

- El cierre central debe quedar en el tórax del niño, no en el cuello ni en el

abdomen.

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Grupo 0-1 y 1 (hasta los 4 años o 18 kilos): asientos convertibles

- Son mayores y más pesados, pero se pueden utilizar durante más

tiempo.

- Deben instalarse en el automóvil y comprobar siempre que estén bien

fijadas antes de sentar al niño.

- Pueden usarse de manera que el bebé quede mirando hacia atrás o

hacia adelante. El mayor tiempo posible, preferiblemente hasta los 4

años, se recomienda que el bebé viaje en sentido contrario a la marcha.

- Se sujetan a través del sistema de anclaje ISOFIX o el cinturón de

seguridad.

- Cuando el niño queda mirando hacia atrás, las ranuras superiores del

arnés deben quedarle por debajo o a nivel de los omoplatos. Cuando se

usan mirando adelante, deben estar a nivel o por encima.

- El cierre central debe quedar en el tórax del niño, no en el cuello ni en el

abdomen

9. Conclusión

Para concluir queremos resaltar la importancia que tiene en el desarrollo del bebé una

buena posición por lo que los padres tiene que estar preparados y tener conciencia de

cómo deben hacerlo, ya que una mala posición puede ser perjudicial para él.

Al igual que la posición es fundamental una correcta transportación y cumplir con

todas las normas de seguridad que durante el trabajo hemos ido comentando.

Por ello, es muy importante que cuando los padres vayan a comprar un transportador

para sus hijos, se informen correctamente y prueben los distintos tipos que hay en el

mercado, valorando ellos mismos las ventajas y desventajas de cada uno.

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10. Bibliografía

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